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El rey que no fuePor: Lord Dunsany

La tierra de Runazar no tenía rey y jamás había tenido uno; y era la ley del país de Runazar que, viendo que nunca había tenido un rey, jamás tendría uno. En consecuencia, los sacerdotes eran los gobernantes; eran quienes decían al pueblo que en Runazar jamás había existido un rey.

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Althazar, rey de Runazar y señor de todas las regiones vecinas, ordenó que para un mayor conocimiento de los dioses, sus imágenes debían ser talladas en Runazar y en todas las regiones vecinas. Y cuando la orden de Althazar, flotando en el viento anunciada por las trompetas, llegó tintineante a oídos de los dioses, éstos se sintieron felices ante el sonido de las mismas. En consecuencia, los hombres extrajeron mármol de la tierra, y así mismo los escultores se encontraron muy ocupados en Runazar obedeciendo el edicto del rey. Mas, los dioses se situaron bajo la luz de las estrellas, sobre las colinas donde los escultores pudieran verlos, y se envolvieron con nubes, y dispusieron en ellos el más divino semblante para que los escultores pudiesen hacer justicia a los dioses de Pegana. Entonces los dioses regresaron a grandes pasos hacia Pegana mientras los escultores golpeaban con sus martillos y esculpían, y así llegó un día cuando el maestro-escultor tuvo una audiencia con el rey y le dijo: “Althazar, rey de Runazar, Gran Señor de todas las regiones vecinas, a quien los dioses le son propicios, humildemente hemos completado las imágenes de todos los dioses que habéis nombrado en vuestro edicto.” Entonces el rey ordenó que se despejara un gran claro entre las casas de su ciudad, y allí las imágenes de todos los dioses fueron llevadas y colocadas ante el rey, y allí se reunieron el maestro-escultor y todos sus hombres; y ante cada uno de ellos se hallaba de pie un soldado con una

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fortuna en oro sobre una bandeja enjoyada; y detrás de cada uno se hallaba de pie un soldado con la espada desenvainada apuntando a sus cuellos, y el rey observó las imágenes. ¡Y mirad!, ellas se levantan como dioses con las nubes rodeándolas y cubriéndolas por completo haciendo el signo de los dioses, pero sus cuerpos eran los cuerpos de los hombres, ¡y mirad!, sus rostros son muy semejantes al del rey, y sus barbas son muy semejantes a la barba del rey. Y el rey dijo:- Estos son en verdad los dioses de Pegana. Y los soldados que se hallaban de pie frente a los escultores fueron obligados a presentar ante ellos aquellas fortunas en oro, y los soldados que permanecían de pie detrás de los escultores fueron obligados a envainar sus espadas. Y el pueblo gritó:- Estos son en verdad los dioses de Pegana. Cuyos rostros se nos ha permitido ver por voluntad de Althazar, el rey, a quienes los dioses le son propicios. Y los heraldos fueron enviados a tierras lejanas a través de las ciudades de Runazar y de todas las regiones vecinas proclamando acerca de las imágenes:- Estos son los dioses de Pegana. Sin embargo, en Pegana, los dioses bramaron de ira y Mung se inclinó para hacer el signo de Mung contra Althazar, el rey. Pero los dioses apoyaron sus manos sobre sus hombros, diciendo:- No lo matéis, pues no es suficiente que Althazar muera; quien haya hecho los rostros de los dioses semejantes a los rostros de los hombres siquiera debería haber existido alguna vez. Entonces los dioses dijeron:- ¿Acaso hablamos de Althazar, un rey? Y los dioses dijeron:- No, no hemos hablado. Y dijeron los dioses:- ¿Acaso no soñamos con un tal Althazar? Y los dioses dijeron:- No, no hemos soñado.

Y así, el palacio real de Runazar, Althazar, desapareciendo repentinamente de las remembranzas de los dioses, no fue por más tiempo algo que fuese o hubiese sido alguna vez.

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Y junto al trono de Althazar yacía un manto; y cerca de éste, yacía una corona; y los sacerdotes de los dioses entraron a su palacio y erigieron un templo a los dioses. Y el pueblo que llegaba para venerarlo, dijo:- ¿De quién es ese manto y qué propósito tiene esa corona? Y los sacerdotes respondieron: - Los dioses han desechado los restos de unas vestimentas, ¡y mirad!, desde los dedos de los dioses se ha deslizado un pequeño anillo. Y el pueblo dijo a los sacerdotes:- Viendo que Runazar nunca tuvo un rey, sed en consecuencia vosotros nuestros gobernantes, y haced vosotros nuestras leyes bajo la atenta mirada de los dioses de Pegana.-