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Llevando La Iglesia Al Hogar Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 20 de febrero del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 Como cuerpo de Cristo tenemos la gran bendición de poder asistir a la iglesia, es decir, de reunirnos para poder adorar y oír de la palabra. El escritor de algunos salmos dijo: “yo me alegré con los que decían: vamos a la casa del Señor”, también dijo: “prefiero un día en tus atrios, que mil fuera de ellos”, y también: “una cosa he pedido a Jehová y esta buscaré, que pueda estar todos los días de mi vida en la casa del Señor”. Un salmo que le fue inspirado a David: “por cuanto mi corazón (mi amor) está en la casa del Señor, yo daré de mi tesoro particular para la casa del Señor”. Ahora bien, cuando David recobró el Arca del Pacto, el primer decreto que hizo fue que ésta regresara a Jerusalén, aunque este regreso hizo que muriera un hombre por no llevar el arca conforme las ordenanzas, sin embargo, vemos que el arca no tenía un templo, puesto que el Templo de Silo no estaba; aún así David decide llevarse el arca y la lleva a su propia casa. Esto significa que se enamoró de tal manera de la presencia de Dios, que quiso llevársela a su casa de habitación, y quería que cada uno del pueblo se llevara el arca también a su casa, es decir, la presencia de Dios y como no se podía, entonces les dio a cada uno una torta de pan y una vasija de vino, es decir, que les dio el cuerpo y la sangre de Cristo para que las llevaran a su casa. David tuvo un alcance tremendo estando dentro de un régimen legalista, pero Dios vio su corazón y se lo permitió, tanto que también le fue concedido vestirse de lino fino, el cual solo podían utilizarlo los sacerdotes. En Hechos 15 dice que nosotros vamos a participar del tabernáculo de David, aunque eso lo hemos aplicado solo a la alabanza y la alegría en la iglesia donde nos reunimos, pero debemos aplicarlo a todo, lo cual significa que cada uno de nosotros podemos llevarnos el arca del pacto a nuestras casas. Esta es una de las cosas para las cuales vino el Señor, otra de ellas es que el Señor vino para que tengamos vida y abundancia. También debemos saber a qué vino el Espíritu Santo, la Biblia dice que vino a recordarnos todas las cosas. Otra cosa a la que vino el Señor Jesucristo es a descentralizar, se lo explica a la samaritana, diciéndole que la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores, adoraran en Espíritu y en Verdad, no en los montes, sino donde dos o tres se reúnan. Eso significa que no se necesitan multitudes para atraer la presencia del Señor, solo se necesitan dos para que Su presencia esté allí, por eso es que descentralizó el lugar donde Su presencia se manifiesta, es decir, que la iglesia puede estar en la casa. No que dejemos de congregarnos, tampoco que abramos un discipulado en casa o que hagamos cultos en nuestra casa; sino que traslademos la sustancia y lo que significa, es decir, lo espiritual. Todos deberíamos llevar la iglesia a la casa, es decir, la presencia de Dios. Esto significa que las cosas que hacemos en la iglesia, debemos hacerlas en casa, por ejemplo, levantar manos santas, es decir, que debemos aprender las costumbres del reino de los cielos y llevarlas a casa. Por ello, es que algunas iglesias que están desordenadas, no pueden trasladar la cultura del reino a los hogares. En la iglesia del principio, habían hermanos cuya iglesia estaba en casa. No tenían un lugar para poder reunirse, solamente en las catacumbas. Filemón 1:2 LBLA y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:

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Como cuerpo de Cristo tenemos la gran bendición de poder asistir a la iglesia, es decir, de reunirnos para poder adorar y oír de la palabra. El escritor de algunos salmos dijo: “yo me alegré con los que decían: vamos a la casa del Señor”, también dijo: “prefiero un día en tus atrios, que mil fuera de ellos”, y también: “una cosa he pedido a Jehová y esta buscaré, que pueda estar todos los días de mi vida en la casa del Señor”. Un salmo que le fue inspirado a David: “por cuanto mi corazón (mi amor) está en la casa del Señor, yo daré de mi tesoro particular para la casa del Señor”. Ahora bien, cuando David recobró el Arca del Pacto, el primer decreto que hizo fue que ésta regresara a Jerusalén, aunque este regreso hizo que muriera un hombre por no llevar el arca conforme las ordenanzas, sin embargo, vemos que el arca no tenía un templo, puesto que el Templo de Silo no estaba; aún así David decide llevarse el arca y la lleva a su propia casa. Esto significa que se enamoró de tal manera de la presencia de Dios, que quiso llevársela a su casa de habitación, y quería que cada uno del pueblo se llevara el arca también a su casa, es decir, la presencia de Dios y como no se podía, entonces les dio a cada uno una torta de pan y una vasija de vino, es decir, que les dio el cuerpo y la sangre de Cristo para que las llevaran a su casa. David tuvo un alcance tremendo estando dentro de un régimen legalista, pero Dios vio su corazón y se lo permitió, tanto que también le fue concedido vestirse de lino fino, el cual solo podían utilizarlo los sacerdotes. En Hechos 15 dice que nosotros vamos a participar del tabernáculo de David, aunque eso lo hemos aplicado solo a la alabanza y la alegría en la iglesia donde nos reunimos, pero debemos aplicarlo a todo, lo cual significa que cada uno de nosotros podemos llevarnos el arca del pacto a nuestras casas. Esta es una de las cosas para las cuales vino el Señor, otra de ellas es que el Señor vino para que tengamos vida y abundancia. También debemos saber a qué vino el Espíritu Santo, la Biblia dice que vino a recordarnos todas las cosas. Otra cosa a la que vino el Señor Jesucristo es a descentralizar, se lo explica a la samaritana, diciéndole que la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores, adoraran en Espíritu y en Verdad, no en los montes, sino donde dos o tres se reúnan. Eso significa que no se necesitan multitudes para atraer la presencia del Señor, solo se necesitan dos para que Su presencia esté allí, por eso es que descentralizó el lugar donde Su presencia se manifiesta, es decir, que la iglesia puede estar en la casa. No que dejemos de congregarnos, tampoco que abramos un discipulado en casa o que hagamos cultos en nuestra casa; sino que traslademos la sustancia y lo que significa, es decir, lo espiritual. Todos deberíamos llevar la iglesia a la casa, es decir, la presencia de Dios. Esto significa que las cosas que hacemos en la iglesia, debemos hacerlas en casa, por ejemplo, levantar manos santas, es decir, que debemos aprender las costumbres del reino de los cielos y llevarlas a casa. Por ello, es que algunas iglesias que están desordenadas, no pueden trasladar la cultura del reino a los hogares. En la iglesia del principio, habían hermanos cuya iglesia estaba en casa. No tenían un lugar para poder reunirse, solamente en las catacumbas. Filemón 1:2 LBLA …y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:

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Filemón, literalmente hablando, tenía una iglesia en su casa, pero lo que necesitamos saber es la sustancia o la figura que esto conlleva. Algunas personas hemos tenido en casa un discipulado, lo cual ha sido una gran bendición, pero no esa la idea de lo que estamos tratando de trasladar, aunque esto es muy beneficioso para aquellos que inician su camino en el Señor. Filemón significa “uno que besa”, sin embargo, debemos tomar nota que hubo personajes en la Biblia que besaron pero lo hicieron con un propósito erróneo, como Judas y Absalón. Lo que estamos tratando de trasladar es que tomemos las costumbres del reino que aprendemos en la congregación y que las llevemos a nuestro hogar; una de estas costumbres es besar; esto debe ser de forma literal y de forma espiritual. Conocemos algunos casos en los que los hijos trataron de besar a sus padres y éstos los rechazaron, pero debemos entender que un beso es un gesto de cariño o amor; eso significa que en casa debemos ser cariñosos con nuestros hijos, de tal manera que cuando ellos sean grandes, no dejen de ser afectuosos con nosotros. Un beso es una expresión que sale del corazón con sinceridad, pero eso se aprende, a veces es parte de la cultura de un país, por ejemplo, como sucede en los países europeos, tienen la costumbre de besar al saludarse aún entre hombres. Ahora bien, lo más difícil de besar, es lo que representa. Proverbios 24:26 LBLA Besa los labios el que da una respuesta correcta. Esta es una de las cosas más difíciles en el hogar, dar la respuesta correcta, no la que se nos ocurra o deseemos, peor aun una mentira. El único que nos puede ayudar para dar una respuesta diferente a la que pensamos, es el Señor; porque a veces cuando damos una respuesta, dentro de ella también va una palabra que puede herir a los que amamos. La palabra besar en el hebreo es Nashaq, que tiene varias aplicaciones y traducciones, veremos ahora algunas de ellas. Génesis 27:26 LBLA Y su padre Isaac le dijo: Te ruego que te acerques y me beses, hijo mío. Jacob le arranca una bendición a su padre, cuando se acercó a besar a su padre, olió el aroma del campo y entonces le lanzó una gran bendición. A veces hemos tenido malos conceptos en cuanto al trato entre familia, aún en los castigos que se dan a los hijos, pero en el trato del padre hacia el hijo prevalece el amor, es por ello que al Señor le gusta que le digamos que lo amamos. De la misma forma nuestra pareja y nuestros hijos necesitan escuchar de nuestros labios que les amamos. Génesis 33:4 LBLA Entonces Esaú corrió a su encuentro y lo abrazó, y echándose sobre su cuello lo besó, y lloraron. Lo que podemos ver aquí es el cambio de mente y de actitud: perdón y reconciliación. No podemos pasar muchos días sin hablar con los que viven en nuestro hogar, aunque en muchos casos nuestra respuesta ante el enojo es no hablarle a los demás; pero la palabra dice que no se ponga el sol sobre nuestro enojo, es decir, que no debemos dejar que los enojos pasen sin solucionarlos

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porque el enemigo puede aprovecharse y lanzar dardos con pensamientos que no deben hacer nido en nuestra cabeza, lo cual provoca que la brecha se haga más grande entre nosotros. Debemos ser humildes y tratar de solucionar las cosas, perdonando y pidiendo perdón. Génesis 41:40 LBLA Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú. En este versículo aparece la palabra Nashaq, traducida como órdenes, esto significa que el besar tiene mucho que ver con la autoridad. Cuando una persona asume la responsabilidad, entonces todos reconocen su autoridad, es decir, que la autoridad no puede imponerse, sino que se gana. Los apóstoles del principio nos dieron algunos ejemplos referentes a la autoridad, indicando que no la querían imponer, sino que pedían las cosas haciendo rogativas a quienes iban dirigidas sus cartas. Por eso en casa debemos pedir la sabiduría del Señor para poder dar órdenes. Esta es una invitación para que nos llevemos la iglesia a la casa, es decir, que las costumbres del reino de Dios, las podamos asimilar y llevar siempre con nosotros, de tal manera que también lleguen a nuestro hogar, y luego también al lugar donde trabajamos. Existen otros personajes que tenían iglesia en su casa, ejemplo: Aquila y Priscilla (Romanos 16:3-5), la hermana Ninfas (Colosenses 4:15) y estos también tienen una representación de qué actitudes debemos llevar a nuestra casa.