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1 LLAMADOS A SER MIS DISCIPULOS” RETIRO DE CUARESMAL 2009

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“LLAMADOS A SER MIS DISCIPULOS”

RETIRO DE CUARESMAL 2009

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INTRODUCCIÓN A LOS MATERIALES CUARESMALES 2009

La Comisión Diocesana de Evangelización y Catequesis (CDEC

TEXCOCO), respondiendo a la tarea de colaborar con todos los catequistas evangelizadores en la tarea de la formación cristiana y acercarles los subsidios necesarios para hacer más creativa, dinámica y comprometida su labor evangelizadora del pueblo de Dios te presenta éste material donde encontrarás los

retiros correspondientes para la Cuaresma 2009 “Llamados a ser mis Discípulos” para adultos y niños, los cuales puedes utilizar con cualquier grupo o ministerio parroquial.

Deseando para tod@s una reflexiva Cuaresma, llena de Dios, acompañada de la práctica de las obras de Misericordia, el ayuno y todas aquellas acciones que nos acerquen a la Alegría de la Pascua, con un Corazón transparente y gozoso por el triunfo de Cristo sobre la muerte, por medio de la cual nos da vida y vida en abundancia y que nos sigue invitando cada día a ser sus Discípulos Misioneros.

Esperamos que sea de gran ayuda en tu tarea Evangelizadora y sea lo más claro posible para su aplicación. *Material elaborado por la Comisión Diocesana de Evangelización y Catequesis de Texcoco. *Adjuntamos dos ANEXOS “Un viacrucis para adultos” Nota: Para sugerencias, observaciones o asesorías para la aplicación del presente material no dudes en comunicarte con nosotros a [email protected] o al teléfono de la Oficina del CDEC en la catedral de Texcoco. 01 595 95 4 02 82, 95 408 69 Ext. 8

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OBJETIVO: Que las personas invitadas a este retiro, tengan un encuentro personal con Jesús, para que descubran el llamado que todo cristiano tenemos a ser sus Discípulos, y germine en ellos el deseo de la conversión.

ORACIÓN

LECTIO DIVINA

Indicación: Para motivar a la oración se sugiere que se ambiente el lugar con el cirio encendido, la biblia abierta puesta en una mesa o en atril, se le puede dar una entronización a la biblia con el siguiente canto (tiempo aproximado 1hr)

TU PALABRA ME DA VIDA

TU PALABRA ME DA VIDA, CONFIO EN TI, SEÑOR.

TU PALABRA ES ETERNA, EN ELLA ESPERARÉ

Dichoso el que con vida intachable,

camina en la ley del Señor, dichoso el que guardando sus

preceptos, Lo busca de todo corazón.

Postrada en el polvo está mi alma,

Devuélvame la vida tu palabra. Mi alma está llena de tristeza,

Consuélame, Señor, con tus promesas.

Escogí el camino verdadero,

Y he tenido presente tus decretos. Correré por el camino del Señor, Cuando me hayas ensanchado el

corazón. Este es mi consuelo en la tristeza, Sentir que tu palabra me da vida. Por las noches me acuerdo de tu

nombre, Recorriendo tu camino dame vida.

Repleta está la tierra de tu gracia;

Enséñame, Señor, tus decretos. Mi herencia son tus mandatos, alegría

de nuestro corazón

Autor: P. Mariano de Blas, LC

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Indicación: El primer momento de nuestra oración es leer el texto bíblico, para conocer y reconocer símbolos, personajes y acciones del texto. Se trata de apreciar ¿qué dice el texto? en su contexto histórico y literario.

TEXTO BÍBLICO: Evangelio de San Juan 1, 35-42

1 – LECTURA ¿Qué dice el texto? Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijando la mirada en Jesús que pasaba, dice: He ahí el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les dice: “¿Qué buscan?”. Ellos le respondieron: Rabbí —que quiere decir “Maestro”— ¿dónde vives? Les respondió: “vengan a ver”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran más o menos las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste encuentra primeramente a su hermano Simón y le dice: Hemos encontrado al Mesías —que quiere decir “Cristo”—. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas —que quiere decir “Piedra”—. Palabra del Señor. /Gloria a ti, Señor Jesús.

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PARA PROFUNDIZAR EL TEXTO BIBLICO

La reacción de los discípulos

Escuchan y se ponen en marcha, detrás de Jesús. Ellos han captado bien el mensaje del Bautista: a quien hay que seguir es a J esús . Los discípulos caminan ahora detrás de Jesús. Este verbo no sólo significa caminar en la misma dirección, sino que también tiene el significado de caminar detrás de Jesús con la entrega de la vida. Aunque todavía no se dé la llamada a seguirlo, los dos primeros discípulos, con el hecho de ponerse detrás, manifiestan implícitamente su deseo de ser discípulos de Jesús. De ahí la pregunta de Jesús: ¿qué buscan?

¿Qué buscan?

Es una pregunta sencilla, pero que toca lo más profundo de la persona. Sin duda, los dos discípulos (y todo ser humano) están a la b úsqueda de algo, o tal vez de “alguien”, de otra manera no se hubieran puesto en marcha detrás de Jesús si en el Bautista hubieran encontrado una respuesta a su existencia. Jesús se percata de ello, y los invita a cuestionarse seriam ente, para tratar de descubrir qué es lo que buscan en el fondo . Cualquier relación entre las personas no se puede fundar simplemente sobre la superficie; se tiene que ir al fondo, a la pregunta fundamental. Los discípulos ciertamente ya van en busca de algo, que ha suscitado en ellos las afirmaciones del Bautista, pero aún necesitan identificarlo, precisarlo y expresarlo.

¿Dónde vives?

En la pregunta de los discípulos va implícita la respuesta: ¿Dónde vives? literalmente suena: ¿Dónde permaneces?, en efecto, significa permanecer, y en forma coloquial vivir, y tiene una importancia fundamental en el evangelio, que juega con ambos sentidos. En donde la comunión vital con Cristo se indica precisamente con el “permanecer” en unión íntima, l o que hace posible dar frutos . Entonces, la pregunta de los discípulos va en esta línea de una comunión fructuosa de vida con él.

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Discipulado

La vocación de los discípulos por Jesús, que es uno de los contenidos mejor atestiguados de la tradición acerca de Jesús, presenta unas notas características: el discipulado no se refiere tanto a una doctrina o a una habilidad, como a la persona misma de Jesús. Ser discípulo de Jesús significa una entrega a la persona de Jesús. Por eso el discípulo participa de la vida y muerte de Jesús (Mt 16, 21-23) y queda incorporado a su envío y misión (Mt 10).

2 - MEDITACIÓN ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?

Indicación: Leemos nuevamente el texto evangélico y en silencio meditemos sus enseñanzas, contestando las siguientes preguntas.

¿Cómo y cuando fue nuestro primer encuentro con Jesús? ¿Quién nos llevó hacia Jesús? ¿Recordamos el día y la hora? ¿Cuál era la idea que teníamos de Jesús antes de tener nuestro primer encuentro?

La pregunta de Jesús ¿qué buscan? es la pregunta que a diario nos hace Jesús. Muchos de nosotros buscamos a Dios solo para salir al paso. Cuántas veces no hemos escuchado esa afirmación de: ‘me voy a acercar a Dios para que me vaya bien’. Y la mayoría de las veces se trata solamente de superar un mal rato, unos cuantos problemas, y no ahondar en la búsqueda que está en el fondo de nuestro corazón. Contemplemos pues, aquellas palabras tan ricas de San Agustín que dice: “Señor, tú me creaste para ti y mi corazón estará inquieto hasta que descanse en ti”.

3 - ORACIÓN ¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?

Indicación: En este tercer momento, volvemos a leer el texto y, en silencio, respondemos a la Palabra que hemos leído, meditado y reflexionado. Podemos ayudarnos con la siguiente oración. Después cada uno pude elaborar su propia oración.

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Salmo 15

En este salmo podemos encontrar lo que

Dios espera del hombre.

Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte?

Solo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón;

el que no habla mal de nadie; el que no hace daño a su amigo

ni ofende a su vecino; el que mira con desprecio a quien desprecio merece,

pero honra a quien honra al Señor; el que cumple sus promesas aunque le vaya mal;

el que presta su dinero sin exigir intereses; el que no acepta soborno en contra del inocente.

El que así vive, jamás caerá.

4 - CONTEMPLACIÓN ¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?

Indicación: Volvemos a leer el texto y nos preguntamos ¿A qué me invita Él Señor?

Ahora en silencio y en el interior de nuestros corazones dialoguemos con Dios, para descubrir la presencia activa y creadora de la Palabra de Dios, y para comprometernos en el proceso transformador de nuestra realidad. En este momento hay que dejar que su palabra nos cuestione ya que es viva y eficaz.

5 - ACCIÓN ¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

Indicación .- en este momento anotamos los concretos a los que el Señor me

invita a Cambiar, y a que me comprometo a raíz de reflexionar esta cita bíblica.

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Para terminar podemos compartir los frutos de nuestra reflexión con el propósito de enriquecernos mutuamente y concluimos con el siguiente canto.

PESCADOR DE HOMBRES

Tú has venido a la orilla, No has buscado

Ni a sabios, ni a ricos, Tan sólo quieres que yo te siga.

Señor, me has mirado a los ojos, Sonriendo has dicho mi nombre, En la arena he dejado mi barca,

Junto a ti buscaré otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo, En mi barca no hay oro ni espadas,

Tan sólo redes y mi trabajo.

Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse,

Amor que quiera seguir amando.

Tú pescador de otros lagos, ansia eterna de almas que esperan,

Amigo bueno que así me llamas.

Autor: P. Mariano de Blas, LC

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HECHO DE VIDA:

DINAMICA “CREYENTE O DISCÍPULO”

Indicación .- A continuación si es posible se le reparte a cada participante el siguiente escrito para que lo puedan reflexionar y a su vez subrayar lo que más llame su atención; otra sugerencia es hacer una representación de lo que está escrito a continuación, resaltando las diferencias. (Tiempo aproximado para este primer paso 30 min)

CRISTIANO POR TRADICIÓN ---------VS----------- DISCÍPULO DE CRISTO (simple creyente)

• Todo cristiano por tradición es un creyente.

• El cristiano por tradición suele esperar panes y peces.

• El cristiano por tradición lucha por crecer.

• El cristiano por tradición se gana.

• El cristiano por tradición gusta del halago.

• El cristiano por tradición entrega parte de sus ganancias.

• El cristiano por tradición puede caer en la rutina.

• El cristiano por tradición busca que le animen.

• El cristiano por tradición espera que le asignen tarea.

• El cristiano por tradición murmura y reclama.

• El cristiano por tradición suele ser condicionado por las circunstancias.

• El cristiano por tradición reclama que le visiten.

• El cristiano por tradición

• Pero no todo creyente es un discípulo de Cristo.

• El discípulo de Cristo es un pescador.

• El discípulo de Cristo por reproducirse.

• el discípulo de Cristo se hace. • el discípulo de Cristo del sacrificio vivo.

• El discípulo de Cristo entrega parte de su vida.

• El discípulo de Cristo es creativo.

• El discípulo de Cristo procura animar.

• El discípulo de Cristo es solícito en asumir responsabilidades.

• El discípulo de Cristo obedece y se niega a sí mismo.

• El discípulo de Cristo aprovecha las circunstancias para ejercer su fe.

• El discípulo de Cristo visita. • El discípulo de Cristo busca vida para cumplir las promesas de la Palabra.

• El discípulo de Cristo es ellos. • Los discípulos de Cristo obran

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busca en la Palabra promesas para su vida.

• El cristiano por tradición es yo.

• Los cristianos por tradición esperan milagros.

• El cristiano por tradición sueña con la iglesia ideal.

• La meta del cristiano por tradición es ganar el cielo.

• El cristiano por tradición busca quien haga las cosas.

• El cristiano por tradición, a veces predica el Evangelio.

• El cristiano por tradición es pastoreado como oveja.

• El cristiano por tradición recibió la salvación por la cruz de Cristo.

• El cristiano por tradición espera que oren por él.

• El cristiano por tradición espera que el mundo se perfeccione

milagros. • El discípulo de Cristo se entrega para lograr la iglesia real.

• La meta del discípulo de Cristo es ganar almas para el cielo.

• El discípulo de Cristo es "Heme aquí.”

• El discípulo de Cristo hace discípulos.

• El discípulo de Cristo apacienta los corderos.

• El discípulo de Cristo toma su cruz cada día y sigue a Cristo.

• El discípulo de Cristo ora por los demás.

• El discípulo de Cristo sabe que éste no es el Reino de Dios y espera su venida.

Después de reflexionar en el hecho de vida se les invita a que contesten las siguientes preguntas y que las compartan en equipos (se hacen los equipos de acuerdo al Número de personas, y se les deja un tiempo aproximado de 20 min)

1.- ¿Qué fue lo más llamo tu atención en lo dicho en esta reflexión? 2.- ¿Qué piensas al respecto? Es verdad o mentira 3.- ¿Tú cuál eres? Discípulo (a) o Cristiano (a) por tradición 4.- ¿Cuál quiere Jesús que seamos?

Al terminar de compartir se invita a algunas personas que deseen comentarnos lo que platicaron en los equipos solo 3 o 4 (tiempo para esta parte de 10 min)

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PROFUNDIZACIÓN DEL TEMA. (Tiempo aproximado de 40 min.)

Al inicio de tercer milenio se nos presenta un cambio de época, pero lo que no cambia es el llamando que El Señor Jesús nos hace a cada uno por nuestro nombre para que le sigamos y lleguemos a ser discípulos de Él. El discípulo no nace sino que se hace al estar atento a la palabra del Señor como María que estaba a los pies de Jesús para escucharle y el mismo Jesús alaba su elección. (Cf Lc.10, 38-42). Para llegar a ser discípulo de Jesús es necesaria una conversión de mente y corazón, ya que en la actualidad para muchos de nosotros es más normal obrar mal, ser malo rencoroso, posesivo, egoísta; y lo anormal es pensar y actuar como Jesús lo hace. El ser discípulo entonces nos exige una conversión, un renacer del agua y del Espíritu (Cf. Jn.3, 3-7) y de ahí surge una seducción que da respuesta a toda realización humana, al deseo de una vida plena; por lo tanto el ser discípulo es alguien apasionado por Cristo a quien reconoce como su Maestro que lo conduce y acompaña. (Cf. D.A #277) Hemos sido llamados a ser discípulos a través de nuestro bautismo, y si estamos bautizados entonces tenemos la fuerza que da el Espíritu para seguir a Cristo como sus discípulos; solo que para esto necesitamos ser constantes y fuertes para vencernos a nosotros mismos y sobre todo para poder ver nuestras faltas, y poderlas transformar; es difícil puesto que en ocasiones estamos acostumbrados a vivir con ellas, que hasta nos justificamos y nos acostumbramos a dar rienda suelta a nuestras pasiones, a ceder a todo lo que el cuerpo nos pida y a dejarnos llevar por los impulsos egoístas que nos hacen vivir de una forma ligera y desechable de use y tire. Pero esta forma de vida solo hace disfrazar las insatisfacciones que tenemos y nada de esto nos lleva a la felicidad plena. El encontrarnos con Jesús para darle una respuesta al llamado que nos hace es:

• Ver la realidad del mundo, presentársela a Jesús y así poder ver de frente a Jesús y seguirlo, es en sí la conversión.

• Es escuchar las voces del mundo y conducirlas solo a escuchar la voz de Dios.

• Es buscar la contradicción al mundo.

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• Es decir sí a buscar los últimos lugares y no los primeros “El que quiera ser el primero… que sea el ultimo”.

• Es el amar a nuestros enemigos. • El perdonar a los que nos han hecho mal. • Es pensar diferente a como piensa la mayoría. • Es no buscar la gloria humana, sino el asumir la realidad divina a pesar de

la cruz. Esta conversión para ser discípulo, está básicamente en relación con el amor, que nace de un encuentro personal con Jesús, que es verdadero y permanece para siempre; y te fortalece para vencer todas las contrariedades que se nos presenten al seguir a Jesús, pero solo junto a Él unidos en el amor podremos vencer y permanecer fieles hasta el final de nuestros día. Indicación: se sugiere que antes de pasar a la diná mica de celebración se tenga un descanso aproximado de 30 a 40 min

DINAMICA PARA CELEBRAR. (Tiempo aproximado 1hr)

Indicación.- Invitamos a todos a tener un encuentro personal con nuestro Señor (expondremos el santísimo) tendremos un momento de oración ante su presencia sacramental. 1.- Se expone el santísimo, entonamos un canto conocido para que todos participen cantando por ejemplo altísimo Señor, o cantemos al amor de los amores. 2.- Se invita al sacerdote para exponer el santísimo después de orar la visita se dice la siguiente oración, es necesario que cada uno tenga la oración o una para dos.

“QUÉDATE CON NOSOTROS, PORQUE ATARDECE Y EL DÍA YA HA DECLINADO” (Lc 24, 29).

Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo más densas las sombras, y tú eres la Luz.

Tú que eres la Vida, quédate en nuestros hogares, para que sigan siendo nidos donde nazca la vida humana abundante y generosamente, donde se acoja, se ame, se respete la vida desde su concepción hasta su término natural.

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En nuestros Corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces Arder con la certeza de la Pascua. Estamos cansados Del camino, pero tú nos confortas en la fracción del pan. Para anunciar a nuestros hermanos que en verdad tú Has resucitado y que nos has dado la misión de ser testigos de tu resurrección. Quédate con nosotros, señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad: Tú, que eres la verdad misma como revelador del padre, Ilumina nuestras mentes con tu palabra; Ayúdanos a sentir la belleza de creer en ti. Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día, cuando en torno a ellas se acumulan sombras que amenazan su unidad y su naturaleza.

Quédate, señor, con aquéllos que en nuestras sociedades son más vulnerables; quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad. Quédate, señor, con nuestros niños y con nuestros Jóvenes, que son la esperanza y la riqueza de nuestro pueblo, protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas. ¡Oh buen pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos.

¡Fortalécenos a todos con la fe para que seamos tus discípulos misioneros!

Amén

3.- Volvemos a dar lectura a la cita del Evangelio de San Juan 1, 35-42 4.- Invitamos a las personas a cerrar sus ojos y que se imaginen dentro de la historia siendo participes de la misma “Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijando la mirada en Jesús que pasaba, dice: He ahí el Cordero de Dios. Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les dice: “¿Qué buscan? ”. Ellos le respondieron: Rabbí —que quiere decir “Maestro”— ¿dónde vives? Les respondió: “vengan a ver”. Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran más o menos las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro , era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste encuentra primeramente a su hermano Simón y le dice: Hemos encontrado al Mesías —que quiere decir “Cristo”—. Y le llevó donde Jesús . Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: “Tú

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eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas —que quiere decir “Piedra”—. Palabra de Dios.

5.- Se dice la siguiente reflexión pausada y con voz clara; continúan con los ojos cerrados, si es posible que haya una música de fondo suave, que motive a la reflexión.

Los dos discípulos van detrás de Jesús, quien al darse cuenta les pregunta: “¿Qué buscan?” . Jesús siempre sale al encuentro del ser humano y nos pregunta por nuestras inquietudes y expectativas. El antes de actuar, pregunta para conocer nuestra libertad y disponibilidad. Los dos discípulos, buscan al Mesías y el don de la sabiduría divina. Por eso lo llaman “Maestro” . A su vez le preguntan “¿dónde vives?” , con el clarísimo deseo de conocer su hogar. La respuesta de Jesús no se deja esperar: “¡Vengan y lo verán!” , es decir, les ofrece la experiencia de su amistad personal, de su sabiduría…, de “su hogar” donde es posible encontrar a su Padre. En este momento estás ante la presencia de Jesús el Maestro, Él te pregunta ¿Qué buscas que deseas, que quieres de mi?...... ¿cuál es tu respuesta? … (Se deja un momento de silencio) Jesús con paciencia y sabiduría, te hace la invitación, a que vengas y veas, es la invitación a una experiencia personal de encuentro, con Él, es descubrir, encontrarse con la persona fascinante del Señor y Mesías; es apreciar el gozo inmenso, de escucharlo, de hablar con Él, es compartir sus proyectos y mis proyectos, es sentir atracción por la voluntad del Padre; más aún, al ser invitados a donde Él habita es algo fascinante, pues sacia los anhelos de cercanía, de intimidad, de profunda amistad. Por eso los discípulos no olvidaron la hora del encuentro que les cambió la vida para siempre: “Eran las cuatro de la tarde” (Jn 1,39). Ese encuentro con Jesús marco sus vidas, pues encontraron al “Mesías”, es decir, al “Cristo, al Ungido de Dios” de quien “escribió Moisés en la Ley y del que hablaron también los profetas” (Jn 1,41.45). Pues así lo manifiestan a sus hermanos y conocidos. Este encuentro despierta en ellos el ardor misionero en el corazón de los discípulos. Una fuerza interior los mueve a compartir la asombrosa experiencia de haber encontrado a Cristo. Salen de la casa de Jesús y ya lo anuncian a los que encuentran en su camino. Andrés lo anuncia a Pedro, su hermano: “Hemos encontrado al Mesías (que se traduce Cristo)” (Jn 1,41). Transmite su experiencia acerca del “Ungido de Dios”, aquel en quien reposa en plenitud el Espíritu de Dios, como lo enseñará el mismo Jesús en la sinagoga de Nazaret. Él puede dar testimonio que se han cumplido las promesas de Dios, pues se ha encontrado con quien ha sido enviado a otorgar “la libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lc.4, 18‐ 21).

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6.- Después de esta reflexión se deja un momento de silencio, después se hacen las siguientes preguntas. ¿Quién te trajo hasta aquí?, ¿Quién te hizo la invitación?, ¿Con quién te has encontrado?, ¿Dé que han hablado?, ¿Qué ha surgido en tu interior, en tú corazón?, ¿Qué nueva invitación te hace? ¿Cómo discípulo lo vas a acompañar en sus momentos de angustia? ¿Qué nuevo rostro tiene Jesús? ¿Qué sacrificio te pide en esta cuaresma? ¿Cómo vas a testificar que quieres ser discípulo (a) de Jesús? 7.- Se deja otro momento de silencio, y continúa la música suave. 8.- Se invita a rezar juntos las bienaventuranzas del discípulo (se procura que cada participante tenga las bienaventuranzas para que las rece en voz alta y se la pueda llevar a su casa, para que la siga reflexionando)

BIENAVENTURANZAS DEL DISCIPUL@

Bienaventurado(a) el(la) discípulo(a), de corazón transparente, que sabe descubrir el amor de Dios sin complicaciones, porque siempre se le manifestará en la sencillez.

Bienaventurado(a) el(la) discípulo(a), que sabe poner su oído en el corazón de Dios, para escuchar sus deseos, porque sólo el Espíritu le ayudará a descubrir la huella misteriosa de Dios en su vida. Bienaventurado (a) el(la) discípulo(a), que no puede vivir sin la oración y sin saborear las riquezas de la Palabra de Dios, porque esto dará sentido a su vida y misión.

Bienaventurado(a) el(la) discípulo(a), que ama y es cariñoso, porque está haciendo presente y visible el amor que Dios tiene a cada persona. Bienaventurado(a) el(la) discípulo(a), que se forma y se prepara buscando dar un mejor servicio en su comunidad y en la Iglesia, porque Dios será su única recompensa. Bienaventurado(a) el(la) discípulo(a), generoso que da su tiempo, su persona y capacidades en servicio de los demás, porque heredará el Reino de Dios.

9.- Antes de reservar el Santísimo se invita a los participantes, a que en presencia de nuestro Señor Jesús, hagan su compromiso personal, que sea alcanzable, concreto, para que den respuesta al llamado que Dios nos hace a ser sus Discípulos, de manera especial en este tiempo de cuaresma, que nos invita Jesús a un cambio de vida.

10.- Pedirle al sacerdote que de la bendición con el Santísimo y damos gracias a Dios con el canto

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“Te Doy gracias Jesús”…

ANEXO PARA ADULTOS.

VÍA CRUCIS

Este Vía Crucis ha sido elaborado, por el Equipo de Cáritas Diocesana de Valencia . Los textos bíblicos alusivos a cada estación del Vía Crucis van acompañados de unos breves comentarios escritos por los responsables de los distintos programas. Meditando en las estaciones del Vía Crucis desde los distintos programas, hemos querido celebrar lo que reconocemos y vivimos a diario: la presencia de Cristo en los últimos y excluidos de nuestra sociedad.

SUGERENCIAS PARA HACER EL VÍA CRUCIS 1. Animadores y lectores. Es muy importante que no sea una sola persona el que diga y haga todo. En la celebración se pueden repartir estas tareas: lecturas bíblicas, comentarios, cantos y oraciones, quienes llevan la cruz. 2. La Cruz En toda celebración de la fe hay signos. En el Vía Crucis, la cruz es el signo principal. Es necesario que la cruz sea grande. Al final de cada estación se pegará, por detrás de la cruz, una imagen que haga referencia a un acontecimiento, de dolor de los excluidos, empobrecidos, y “crucificados” por el mundo en que vivimos. En cada estación se cambia el que porta la cruz. 3. Al iniciar cada estación del Vía Crucis TE ADORAMOS, OH CRISTO Y TE BENDECIMOS QUE POR TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO

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4. Al concluir cada estación SI ALGUNO QUIERE SER MI DISCÍPULO, TOME SU CRUZ Y SÍGAME Primera estación JESÚS ES CONDENADO A MUERTE Ellos gritaban: ¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo! Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucifica ran. (Jn 19,1.5-16) COMENTARIO Hoy... Jesús sigue siendo condenado. El pecado del mundo que condujo a la muerte al Hijo de Dios, continúa matando a los hijos de Dios. La muerte se prolonga en miles de muertes... Por todas partes hay sed de justicia, hambre de igualdad, necesidad de fraternidad. Hay quienes se hacen eco del clamor de justicia de las grandes mayorías desposeídas, portavoces de los sin voz, de los que no cuentan para nada y se solidarizan con su causa, sus aspiraciones, sus luchas, sus pestes, sus derrotas, sus victorias y su destino. Sin espíritu de revancha luchan por conquistar su dignidad robada y su derecho defraudado. En esta misión, verdaderamente mesiánica, muchísimos son difamados, aislados, perseguidos, perjudicados en su trabajo, en su familia, encarcelados, torturados, exiliados y condenados a llevar pesadas cargas, a causa de su compromiso con la justicia. Vamos a guardar ahora un minuto de silencio por tanta muerte como está provocando la injusticia en nuestro mundo.

• Ayúdanos Señor de la Vida, a comprometernos en la implantación de la justicia TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Ayúdanos Señor de la Vida, a no pasar de largo ante el sufrimiento humano que hay a nuestro alrededor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

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Segunda estación JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ Entonces Pilato entregó a Jesús para que fuera cruc ificado. Ellos se apoderaron de Jesús. Él mismo llevaba la cruz a cuestas y salió a un lug ar llamado la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota. (Jn 19,16-17) COMENTARIO Jesús no eligió la cruz, pero tampoco la rehuyó. Y aprendemos de él a no rehuir la nuestra. Cuando los años pasan y ya no sirvo para trabajar; cuando la enfermedad va minando mi salud y me cambia la vida; cuando aunque estire el sueldo el dinero no llega; cuando los problemas se amontonan y parece que no tengan solución; cuando me fallan las fuerzas y tengo que seguir adelante; cuando no entiendo el mundo, ni el mundo me entiende; cuando me miran con extrañeza porque soy diferente; cuando tengo que salir de mi casa y de mi tierra para ganarme el pan en otras casas y en otras tierras; cuando no puedo dar a los míos el pan que necesitan..., entonces, Jesús, yo también cargo con mi cruz y te acompaño.

• Ayúdanos Señor a ir por la vida con el corazón dispuesto para acompañar al hermano caído, para consolar al abatido, para fortalecer al débil, para secar las lágrimas del desesperado. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Ayúdanos Señor a coger con coraje y dicha las cruces que nos sobrevengan por buscar hacer el bien y construir un mundo más justo y fraterno en nuestro entorno. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO Tercera estación JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ Y Jesús les dijo: Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. (Mc 8,34) COMENTARIO Hoy también, son muchos los que caen por el peso de las cruces de la vida. Jesús nos invita a que le sigamos. Cargar con la cruz no es aceptar pasivamente el dolor. Frente a los problemas de tantos hombres y mujeres de nuestra sociedad no podemos resignarnos a la impotencia. Seguir a Jesús es aliviar las cruces del dolor y la miseria que hacen tropezar a los pobres.

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En nuestras calles encontramos a muchos hombres y mujeres que han sucumbido por el peso de su cruz. Han roto con su familia, han perdido el trabajo y la orientación. Ya nada tiene sentido para ellos. Como Jesús, son motivo de las burlas y del rechazo de una sociedad que prefiere no enterarse. Acercarse a ellos y tenderles la mano, ayudarles a levantarse, mostrarles afecto, devolverles la esperanza... es encontrarse con Jesús. Esta es la verdadera piedad.

• No dejes nunca Señor que nuestro corazón se insensibilice ante la pobreza y el sufrimiento humano que hay a nuestro alrededor. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Ayúdanos Señor de la Vida, a saberte reconocer en el hermano pobre y desamparado. TE LO PEDIMOS, SEÑOR PADRE NUESTRO

Cuarta estación JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre. Jesús, al ver a la madre y junto a ella a su discípulo, al que más quería, dijo a la m adre “¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!” Después dijo al discípulo: “¡Ahí tienes a tu madre!” (Jn 19,25.26)

COMENTARIO María no abandona a su hijo. Ella no puede hacer nada por evitarle tanto sufrimiento. Pero sigue ahí, al pié de la cruz. Contempla al hijo con ternura. En María, al pie de la cruz, estaban presentes todas las mujeres que, como ella, proclaman que el Reino de Dios debe significar que los pobres son saciados, y que los humildes son enaltecidos. En María estaban ya presentes todas las madres. Tal vez es lo único que podemos hacer ante situaciones familiares que nos desbordan: acompañar, estar al lado del que sufre, estar con él, escucharle.

Todos estamos invitados a ser como María, mujer del silencio y de escucha, cercana, callada, solícita, la que está ahí, donde hace falta, donde hay alguien que sufre. Quienes como ella saben amar hasta el final, serán dichosos al reconocer vivo al crucificado.

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• Te pedimos Señor por los niños de la calle que viven sin madre, sin familia. Te pedimos por las mujeres, las madres, que son víctimas de los malos tratos físicos o sicológicos. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Ayúdanos a ser como María, personas de escucha, de cercanía y servicio callado, personas que están ahí, donde hace falta, donde hay alguien que sufre. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Quinta estación CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ Cuando lo llevaron, tomaron a un tal Simón de Ciren e, que volvía del campo, y le cargaron la cruz de Jesús para que la llevara detrás de él. (Lc 23,26) COMENTARIO Sus mejores amigos le abandonaron. La mayoría de la gente miraba y se lamentaba. Solamente un hombre que venía del campo fue cargado con la cruz que Jesús apenas podía llevar. Con la mejor voluntad, y probablemente sin saber quién era Jesús, Cirineo fue el primer voluntario cristiano. Nosotros podemos también ayudar a llevar la cruz a los que más sufren. Podemos compartir nuestras fuerzas, nuestro tiempo. Y todo esto gratuitamente, sin interés, sin pedir nada a cambio. Tal vez nosotros, incluso con la mejor voluntad, estamos ignorando a los muchos crucificados que hay en nuestra sociedad. ¿Cuántas veces nos hemos puesto de parte de los que crucifican, ayudando a mantener unas estructuras injustas? Hay muchos en las “cunetas” de la vida y faltan Cirineos.

• Señor de la Vida, te pedimos que no permitas nunca que dejemos de arrimar el hombro para ayudar a los más débiles, a los crucificados de nuestros días. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Señor de la Vida, te pedimos que enciendas la llama de la solidaridad en

tantos corazones dormidos. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

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Sexta estación LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS Hay una tradición antigua que nos presenta a Veróni ca atravesando por entre la muchedumbre. Ella se acerca y limpia la ca ra de Jesús, aquella cara cubierta de sudor, de sangre y de salivazos. COMENTARIO La cara ensangrentada de Jesús estaba hinchada y desfigurada. Asustaba mirarlo. Nadie hubiera dicho que era la imagen de Dios. Hoy, el rostro ensangrentado de Jesús está presente en los niños de la calle, en las mujeres maltratadas, en los campesinos sin tierra, en los encarcelados, los inmigrantes, los vagabundos que duermen al abrigo de un portal o en un banco de la calle. Vemos cada día el rostro de Jesús en la televisión, en las víctimas de guerras absurdas, en las poblaciones inundadas por huracanes, en los niños que a diario mueren de hambre, los enfermos que mueren en la calle. Muchas mujeres van por delante limpiando esos rostros, dando la cara por ellos, se acercan a Jesús, a aliviarle con su gesto.

• Señor de la Vida, queremos darte gracias por todas las Verónicas que hay en nuestros días, por tanta buena gente que vive comprometida en ayudar a su prójimo necesitado. Queremos darte gracias por los voluntarios que trabajan en las diversas organizaciones. GRACIAS SEÑOR.

• Queremos darte gracias Señor porque sigue habiendo personas que creen en la utopía del Reino, y abren caminos de esperanza sembrando Vida donde había muerte. GRACIAS SEÑOR.

PADRE NUESTRO Séptima estación JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ Y Jesús les dijo: En verdad en verdad os digo, si e l grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo, pero si muere da mucho fruto... (Jn 12,24) COMENTARIO Otra vez cae Jesús. Pero no se siente derrotado. No abandona su compromiso. Jesús sabe bien que lo malo no es caer. Lo verdaderamente malo es no levantarse. Algunas personas sí que se sienten derrotadas. Y creen que no van a poder levantarse. Ni que merezca la pena intentarlo. Se han caído ya muchas

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veces, o les han puesto la zancadilla. Muchas veces no les ayudamos y hemos perpetuado que sigan sentados o mejor, tirados. Es triste ver cómo no hay nada que les aliente a intentar esforzarse, y que a nadie le valga la pena intentarlo. ¿Va a haber alguien por el que valga la pena luchar si nadie les ama? A veces pasan semanas sin que nadie les dirija la palabra. Tan solo sus fantasmas o el alcohol. La única forma de conseguirlo es amándoles, y dándoles a conocer el maravilloso regalo de su existencia. Conocerles por su nombre, conocer su historia, escuchándoles, alegrándoles. Darnos a ellos para que se puedan dar. Ignorarlos o ayudarles puntualmente, sin pensar en ellos como otro yo, es ayudarles a caer una y otra vez. Es convencerles de que no vale la pena levantarse.

• Por las veces que tranquilizamos nuestra conciencia dando una limosna sin mirar más allá, ni interesarnos por la persona. PERDÓNANOS, SEÑOR

• Te pedimos Señor de la Vida, que nos enseñes a amar más y mejor a las personas con las que nos encontramos en el camino de la vida, especialmente a los caídos, a los desesperanzados, a los marginados. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Te pedimos Señor que nos ayudes a ser cercanos, acogedores, contagiadores de calor humano y confianza ante el que vive la hora del dolor y la cruz. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Octava estación JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES

Lo seguía muchísima gente, especialmente mujeres qu e lloraban por él. Jesús, volviéndose hacia ellas les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí. Llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque, si así tratan al leño verde, “¿qué harán con el seco?” (Lc 23,27-28.31)

COMENTARIO Una vez más, Jesús, aun estando lleno de dolor, nos invita a no quedarnos en él, en su figura y sufrimiento, y nos quiere hacer sentir el dolor de los demás, en los que El sigue sufriendo. Su calvario sigue siendo un recorrido que, a diario,

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padecen miles de hermanos nuestros. Él nos cuestiona nuestra actitud ante ellos, ante las injusticias que marginan y desencadenan calvarios y muerte.

Desde aquí hemos de preguntarnos: ¿A quién dice Jesús que lloremos, que acompañemos en su dolor? ¿A una estatua de bronce, madera o escayola? ¡No! El mismo Jesús nos pide que salgamos a su encuentro y acompañemos a quienes a nuestro lado sufren.

• Te pedimos, Señor de la Vida, que nos hagas ver siempre la parte que nos corresponde hacer en la construcción del Reino allí donde nos ha tocado nacer, vivir y desenvolvernos. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Te pedimos, Señor de la Vida, que nos protejas de caer en el consumismo y el acomodamiento en esta sociedad del bienestar. Haznos testigos en esta sociedad de que es posible vivir de otra manera, contracorriente, porque otro mundo es posible viviendo desde el Evangelio. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Novena estación

JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

El cortejo se aproxima a la cima del calvario. La d ebilidad de Jesús se acentúa y cae por tercera vez. Entre la turba había muchas personas que anteriormente eran seguidoras de Jesús, pero ahora, esas mismas personas se burlan de él.

COMENTARIO La cruz cada vez pesa más. Jesús no aguanta y cae al suelo. Podemos oír la experiencia de tantos caídos en la adicción a las drogas, al alcohol, al juego. Se sienten tan débiles, con tan poca fuerza de voluntad. Se enganchan una y otra vez. Su razón quiere, pero su voluntad les traiciona. Caen una, dos veces y tres veces como Jesús. Y nos dicen: Por favor, ¡ayúdame a salir!

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Cristo mismo, en cada persona que sufre adicción, nos está pidiendo ayuda. Grita desde la cárcel, desde el suburbio, desde la calle. Su familia ya está harta y ni quiere oír hablar de él. Enséñanos, Jesús, a no cansarnos nunca, a estar atentos, a verte a Ti en estos hermanos.

• Te pedimos, Señor de la Vida, por las personas que sufren adicción, para que encuentren en ti la fuerza interior que les ayude a levantarse, y para que encuentren en nosotros la mano siempre tendida que les ayude y acompañe. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Décima estación JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Cuando los soldados pusieron en la cruz a Jesús, se repartieron su ropa en cuatro partes iguales, una para cada soldado. En cu anto a la túnica, que era sin costura, de una sola pieza, decidieron: “No la rompamos, más bien echémosla a suerte, a ver de quién será. Así fue co mo actuaron los soldados. (Jn 19,23-24)

COMENTARIO Nació pobre en un pesebre y murió en la cruz. Nunca tuvo nada. Y lo poco que tenía se lo quitaron: lo dejaron desnudo. Todos los desnudos, los que no tienen con qué cubrirse o presentarse, los que saben que por la ropa que llevan van a ser juzgados. Todos los que son segregados por su apariencia se asemejan a Jesús.

Todos los seres humanos a quienes se les despoja diariamente de su dignidad. Todos los que son despojados de sus derechos. Todos los que son privados de alimentación, salud, educación, por las estructuras de un mundo injusto y desigual. Todos ellos, quedaron bien representados por un Cristo, a quien despojaron de lo único que tenía.

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• Señor de la Vida, te pedimos que vistas el corazón de los gobernantes de este mundo con los ropajes de la Justicia y la Fraternidad. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

• Señor de la Vida, te pedimos por los que sufren la falta de derechos, por los pisoteados y atropellados en su dignidad. Haznos comprometidos incansables en la lucha por los derechos humanos. TE LO PEDIMOS, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Undécima estación JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ Llegados al lugar llamado Calvario, crucificaron al lí a Jesús y a los malhechores.. Jesús decía “Padre, perdónalos, porqu e no saben lo que hacen”. (Lc 23,33-34) COMENTARIO Se terminó el camino; ahora sólo queda la Cruz. Jesús ya no puede caminar; ahora sólo queda aguantar clavado en la cruz hasta la hora final. ¿Cuántas veces creemos que se acaba el camino; y de pronto aparece un atajo, un sendero, una avenida.., por la cual caminar. Qué difícil es adaptarse al camino, botas, zapatillas, babuchas, a pie descalzo... ¿qué se yo? Pero el camino es mío, personal, individual. Lo tengo que andar yo. El lo anduvo en solitario, por nosotros, a pesar del tropel de gente. Y yo, ¿por quién lo ando? Se terminó el camino, pero ahí, en la cuneta está el cansado, el exhausto, el atropellado, y ahora... ¿A quién hay que seguir perdonando y excusando?

Padre, tu alentaste su servicio, pero no le ahorraste la cruz, ni el cuerpo roto, ni el alma angustiada, maldita, ni el grito desesperado, castigado, ni la copa del fracaso. Y con todo confió en Ti... El saludo hoy, es la cruz. Y en ella, la Palabra, callada. Y en ella la Vida, muerta. Y en ella la Bendición, maldita. Y en ella, quien perdona, castigado. Quien salva, condenado. Quien se anuncia Hombre nuevo, hecho tronco lo viejo.

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PADRE NUESTRO Duodécima estación JESÚS MUERE EN LA CRUZ Como al mediodía se ocultó el sol y todo el país qu edó en tinieblas hasta las tres de la tarde. En ese momento la cortina del tem plo se rasgó por la mitad y Jesús gritó muy fuerte: ¡Padre, en tus manos enco miendo mi espíritu! Y al decir estas palabras, expiró. (Lc 23.44.46) COMENTARIO Un fuerte grito anunció el momento en que Jesús murió en la cruz. Él había venido a liberar a su pueblo de la esclavitud. Pero también muere Jesús en la cruz cada día en nuestro mundo. Las desigualdades norte-sur son cada día más grandes. La diferencia entre nuestra sociedad y los países empobrecidos no es solamente injusta, sino que además amenaza con la paz mundial. En esa cruz de Jesús, mueren y nacen -para morir- millones de seres humanos en los cinco continentes. Con la pesada carga de la deuda externa, esos niños no recibirán educación, alimento ni nadie podrá controlar su salud. Cruz en la que viven y mueren los inocentes. Es también nuestra responsabilidad

• Por todas las personas de la tierra que mueren todos los días abatidos por la injusticia. SEÑOR, TEN PIEDAD

• Por los gobernantes de todos los países, para que busquen caminos justos y equitativos para sus pueblos. SEÑOR, TEN PIEDAD

• Para que en los países ricos se produzca un cambio en las actitudes y en los estilos de vida consumistas y materialistas de sus ciudadanos, que tanta muerte, desigualdad y explotación provocan en los países empobrecidos del Sur. SENOR, TEN PIEDAD

PADRE NUESTRO

Decimotercera estación JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

Alguien tuvo la valentía de ir donde Pilato y pedir le el cuerpo de Jesús. Era José del pueblo de Arimatea. José tomó el cuerpo de Jesús, lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado . (Mc 15,43.46a)

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COMENTARIO Bajaron el cuerpo de Jesús y lo pusieron en brazos de su madre, María. Jesús, muerto, fue bajado de la cruz, pero los pobres, representados por El, siguen allí, en lo alto. Hombres y mujeres llaman a nuestras conciencias cada día. Piden ser bajados de la cruz. Quizá no los oigas. Quizá vuelvas el rostro.

A Jesús le quitan los clavos, la corona de espinas. Ya solo le falta el reposo. Pues aún hay unas manos calurosas, entrañables, que le ungen con perfumes y ungüentos. ¿Seremos capaces de oír los lamentos de quienes están crucificados, por abandono, enfermedad, locura, vejez.., y necesitan el servicio, el descanso, la cercanía, el afecto?

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz . Donde haya odio, que lleve yo el Amor. Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón. Donde haya discordia, que lleve yo la Unión. Donde haya duda, que lleve yo la Fe. Donde haya error, que lleve yo la Verdad. Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría. Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz. Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.

Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

PADRE NUESTRO

Décimo cuarta estación JESÚS ES SEPULTADO

En el lugar donde había sido crucificado había un h uerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, Pusieron allí a Jesús. (Jn 19,41-42)

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Se puso su sepultura entre los malvados, y con los ricos su tumba . (Is 53,9)

COMENTARIO Llegamos al huerto con el cuerpo de Jesús. Entramos. Nos quedamos allí junto al cuerpo inerte. Oscuridad. Injusticia. También algunos hombres son llevados. Recluidos. Encerrados. Apartados. Ya no pertenecen al mundo que se agita y vive. Ellos ya no cuentan. Jesús fue piadosamente sepultado. Era el final de una maravillosa historia de “Amor”. El sepulcro es signo de “esperanza”. Jesús volverá. Volverá cuando el trigo se convierta en espiga. Volverá con perfume de primavera. Cristo no puede morir para siempre, porque es la “Primavera”.

No puede morir porque vivió en el “amor”... y el amor es más fuerte que la muerte. No puede morir, porque es la “Vida”. Ellos también volverán para vivir. ¡Házselo saber! Espera un momento.... y ¡será la Pascua!

• Por las veces que no hemos sabido perder la vida por uno de ellos. PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR

• Por las veces que no hemos querido ser granos de trigo. PERDONA ATU PUEBLO, SEÑOR

• Por nuestra falta de esperanza en la Resurrección. PERDONA A TU PUEBLO, SEÑOR

PADRE NUESTRO

Decimoquinta estación JESÚS ESTÁ RESUCITADO

Al amanecer el primer día de la semana las mujeres se dirigían al sepulcro y andaban preguntándose: ¿Quién nos retirará la piedr a? Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado, vestido con una túnica blanca y se asustaron. Pero él les dijo: “No os asustéis Buscái s a Jesús de Nazaret, el crucificado Ha resucitado. No está aquí. Ved el lug ar donde lo pusieron. Pero id a decir a sus discípulos, y a Pedro, que irá del ante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. (Mc 16,2-7)

COMENTARIO Si Cristo ha resucitado no cabe vivir en el temor y en el desaliento. No os asustéis. Cristo nos lanza a mirar el presente caminando hacia el futuro con esperanza. No

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podemos quedarnos en los lugares habituales, en los caminos conocidos, en las certezas de siempre...

¡Cuántas veces nos encerramos en nuestras seguridades y olvidamos la novedad de la Pascua! Con Cristo resucitado salimos, con entraña nuevas, al encuentro de la humanidad. La Pascua nos lleva a construir fraternidad con los hermanos que viven en la oscuridad, que han perdido la esperanza, con los pueblos que viven en la opresión y explotación, pero donde Dios nos sigue señalando que está la Vida. Si Él va delante de nosotros, ¿cómo podemos dudar?

La Pascua nos abre al servicio y al camino compartido. En ese camino vamos a ver y a vivir anticipadamente la plenitud y el gozo de la meta. En ese

camino nos van a reconocer.

Padre, me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras.

Sea lo que sea, te doy las gracias.

Estoy dispuesto a todo.

Lo acepto todo, con tal que tu plan vaya adelante

en toda la humanidad y en mí.

Ilumina mi vida con la luz de Jesús. No vino a ser servido,

vino a servir. Que mi vida sea como la de él: servir.

Grano de trigo que muere en el surco del mundo.

Que sea así de verdad, Padre.

Te confío mi vida. Te la doy.

Condúceme. Envíame aquel Espíritu que movía a Jesús.

Me pongo en tus manos, Enteramente, sin reservas,

con una confianza absoluta porque tú eres...

MI PADRE.

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PADRE NUESTRO