literatura del siglo xviii (i) · el siglo xviii se caracteriza por el predominio del pensamiento...
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INSTITUTO SANTA TERESITA
LENGUAJE
10°:________
Estudiante: ___________________________________________________ Fecha: ________________
LITERATURA DEL SIGLO XVIII (I) El siglo XVIII se caracteriza por el predominio del pensamiento filosófico. Este Siglo de las Luces o de la Ilustración tuvo
como misión iluminar, mediante el pensamiento y la propagación de la cultura, la mente de los hombres. En España, sólo una minoría de ilustrados se abrió al espíritu del siglo: la mayoría social (hidalgos, bajo clero, campesinos) se mantuvo
impermeable a las nuevas ideas.
Durante el siglo XVIII los cambios sociales, políticos y religiosos condujeron a
un nuevo concepto de la vida y de la literatura. Lo más característico fue la
confianza en la razón humana. Esta importancia concedida a la razón se
materializó en un movimiento ideológico, la Ilustración, que proclamó que la
razón es la vía del conocimiento y que solo la educación podía llevar el bienestar
a toda la sociedad.
¿Qué es la Ilustración? El filósofo alemán Kant sintetizó el objetivo de este movimiento: liberar al
hombre para que use su inteligencia por sí mismo, sin la guía o tutela de otros.
Su lema es Sapere aude, “atrévete a saber”. Francia fue el foco difusor de
estas doctrinas racionalistas. La concepción política más característica del siglo XVIII fue el despotismo
ilustrado, cuyo propósito era acelerar el progreso económico y cultural de los
pueblos, fomentar la instrucción y aumentar el bienestar de los ciudadanos, al
margen de ellos. Su lema fue: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Este
nuevo espíritu, filosófico y razonador, tuvo las siguientes características: · Espíritu crítico. La razón y la experiencia se proclaman como principios del
conocimiento. · Espíritu científico. Las ciencias físicas y experimentales cobran una enorme
importancia. El hombre del siglo XVIII se lanza a la conquista de la naturaleza,
para lo cual necesita indagar las leyes de los fenómenos físicos. · Espíritu cosmopolita. En esta época se siente una enorme curiosidad por
otros países, gentes y culturas. Se incrementan los viajes y los intercambios
internacionales. · Humanitarismo. Se declara, por primera vez, la igualdad de todos los
hombres y los derechos de la persona. Se concibe al hombre como ser social
que puede y debe beneficiarse de lo que le ofrecen las otras personas. En el
pensamiento del siglo XVIII se observa un predominio de lo político y lo social
sobre lo individual. Una norma de comportamiento fue la noción de bien común. · Enciclopedismo. Interesan todos los saberes: historia, política, economía,
literatura, arte, ciencias, matemática, etc.
1 La Enciclopedia
Entre 1750 y 1780 se publica en
Francia la Enciclopedia o diccionario
razonado de las ciencias, artes y oficios, bajo la dirección de Diderot
y D’Alembert. Su propósito fue doble: por un lado, atacaba la
religión; por otro, criticaba el
Antiguo Régimen y defendía ideas revolucionarias. En España fue prohibida por la Inquisición.
Los periódicos
Los primeros periódicos sirvieron de
vehículo de difusión de las ideas ilustradas. El primer diario publicado
en España fue el Diario Noticioso, editado por Fran-cisco Mariano Niño
desde 1758. Se servía de las más
diversas fuentes extranjeras como fuente.
El Siglo de las Luces en España La renovación de las técnicas, de los métodos científicos y de los esquemas mentales en la Península fue lenta,
minoritaria y muy combatida por las ideas establecidas. Por tanto, solo se puede hablar de movimiento ilustrado hacia
la mitad del siglo XVIII, con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Además de tardía, la Ilustración española fue breve pues pudo continuar debido a la presión ejercida por la Revolución
Francesa. En general, los ilustrados españoles no fueron ni revolucionarios ni radicales. La inmensa mayoría fue
respetuosa con la monarquía; no buscaba cambios violentos y solo luchaba para introducir en España aquellas novedades
que no estaban reñidas con la moral y las creencias tradicionales. Asimismo, respetaron las doctrinas de la Iglesia; lo
único que intentaron fue eliminar determinados obstáculos ligados a la religiosidad tradicional (tribunales religiosos,
penitencias públicas y colectivas…).
Las tendencias literarias El estilo barroco se prolongó a lo largo de la primera mitad del siglo. Sólo hacia
1720 empiezan a darse muestras de un nuevo estilo. La evolución de las formas
dieciochescas fue la siguiente: 1680-1720: posbarroco.
1720-1750: primeras manifestaciones de la literatura ilustrada.
1750-1780: rococó y neoclasicismo.
1780-1830: neoclasicismo y prerromanticismo.
Los géneros literarios Una sociedad femenina
La prosa En 1787 se constituye la denominada Sociedad Femenina de Amigas del
La narrativa. Se ha llamado al siglo XVIII el “siglo sin novela” porque País. Este hecho provoca un gran la mayor parte de los textos tienen una intencionalidad didáctica. revuelo en círculos conservadores
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pero la mujer va alcanzando poco a El ensayo fue la novedad más importante del siglo XVIII en España. poco progresos y participación en la
Este género se ajusta a las intenciones didácticas y utilitarias de la vida pública. El siguiente paso será
Ilustración. El iniciador fue el padre Feijoo, y fueron figuras clave su acceso a la educación en las
mismas condiciones que el hombre
Gaspar Melchor de Jovellanos y José Cadalso.
La poesía
La lírica, que refleja las diferentes etapas de este periodo.
La poesía didáctica. Los ilustrados cultivaron la fábula. Las dos grandes figuras del género fueron Félix María
de Samaniego y Tomás de Iriarte. El teatro La presencia social del teatro en este periodo fue muy intensa y polémica. En la segunda mitad del siglo se produjo una
ofensiva de los ilustrados contra la dramaturgia de la época barroca. Querían acabar con un teatro divulgador de ideas
sociales y morales arcaicas, y para ello proponían la presentación de tipos y conflictos de los que se desprenda una
enseñanza útil. Las comedias de Leandro Fernández de Moratín plasmaron estos ideales neoclásicos.
Taller: Todo para el pueblo
Durante el siglo XVIII los pensadores lucharon por los llamados “derechos naturales” de la persona, es decir, por aquellos derechos que todos tenemos por el mero hecho de haber nacido. Y aunque todavía había mucho camino por andar, allí se inició lo que ser ía el Estado moderno. Nuestro compromiso es fundamental para seguir avanzando.
Para que exista realmente una democracia representativa no basta que los ciudadanos nombren sus representantes. Han de hacerlo responsablemente. La democracia no es un simple asunto estadístico, el de que la mayor parte de los ciudadanos cumplan exteriormente los deberes políticos que les son impuestos o reconocido por la ley. Para que haya verdadera democracia tiene que producirse una auténtica conversión del hombre privado en hombre público. Cada ciudadano ha de anteponer el interés del Estado a su interés particular; más aún, debe vivir, obrar y pensar, ante todo, para la patria.
Ahora bien, ¿cómo lograr la generalización, la democratización de esa virtud política? Habitualmente los hombres viven instalados dentro de regímenes políticos firmemente establecidos, y en épocas semejantes, los ciudadanos se desentienden de la política y, recayendo en el estado de hombre privado, se preocupan casi exclusivamente de sus intereses particulares.
Las personas necesitamos ser estimuladas políticamente, necesitamos ser sacados de nuestra inercia y de la entrega a nuestra vida privada, a las preocupaciones profesionales y, en suma, a nuestro individualismo. Desde la ética individual no se puede acceder a la moralización política, porque los individuos, atomizados o inertemente fundidos en una masa de comportamiento sin iniciativa, somos incapaces de asumir una plenaria actitud ético-política. Para ello necesitamos ser educados y estimulados o incluso agitados.
JOSÉ LUIS LÓPEZ ARANGUREN: Ética y política (adaptación)
1776: DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA
Consideramos que las siguientes verdades son evidentes por sí mismas: todos los hombres son creados iguales, son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los que se cuentan la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Para asegurar esos derechos se instituyen los gobiernos entre los hombres, y derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados. Siempre que cualquier forma de gobierno se vuelve destructiva para tales fines, es derecho del pueblo alterarlo e instituir uno nuevo, estableciendo su fundamento sobre tales principios.
JEFFERSON: Declaración de independencia de
los EE UU
1991:
CONSTITUCIÓN
DE COLOMBIA
El Pueblo de Colombia en ejercicio de su poder soberano,
representado por sus
delegatarios a la Asamblea
Nacional Constituyente, invo-
cando la protección de Dios, y
con el fin de fortalecer la unidad
de la Nación y asegurar a sus
integrantes la vida, la convi- 3 vencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el
conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco
jurídico, democrático y participativo que garantice un
orden político, económico y social justo, y
comprometido a impulsar la integración de la
comunidad latinoamericana, decreta, sanciona y
promulga la Constitución Política de Colombia.
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley,
recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
ACTIVIDAD
1. Explica qué objetivo tiene cada uno de los textos anteriores. 2. ¿Quién es el emisor en cada uno de los textos? Explica de qué modo se refleja en cada escrito. 3. José Luis López Aranguren defiende la necesidad de pasar de ser personas privadas a ciudadanos. Explica la diferencia entre ambos conceptos. 4. Comenta este texto que reproduce el artículo 13 de nuestra Constitución:
Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o malos tratos que contra ellas se cometan.
¿De qué modo se pueden conseguir los objetivos que recoge este artículo? Contesta teniendo en cuenta lo defendido por José
Luis López Aranguren en el primer texto.
¿Cuáles crees que deberían ser los derechos naturales de la persona? Justifica tu respuesta.
LITERATURA DEL SIGLO XVIII (II) La literatura didáctica
La literatura didáctica del siglo XVIII El afán reformista e ilustrado del siglo XVIII llevó a una literatura cuyo objetivo
fundamental era difundir ese nuevo espíritu y enseñar pautas de conducta. La
capacidad de reflexión pasa a primer término y se manifiesta en una intensa
labor de erudición y de crítica. Este deseo determinó que la producción en prosa
se limitara casi exclusivamente a obras de carácter didáctico.
Durante el siglo XVIII los cambios sociales, políticos y religiosos condujeron a un
nuevo concepto de la vida y de la literatura. Lo más característico fue la
confianza en la razón humana. Esta importancia concedida a la razón se
materializó en un movimiento ideológico, la Ilustración, que proclamó que la razón
es la vía del conocimiento y que solo la educación podía llevar el bienestar a toda
la sociedad.
La narración Se cultivó muy poco. Solo hay tres obras que, de alguna manera, pueden ser
consideradas novelas: Vida y andanzas de Torres con Quevedo por Madrid de Diego de Torres
Villarroel, en la que rinde homenaje a su admirado Quevedo.
Fray Gerundio de Campazas del padre Isla, que constituye una sátira contra
los malos predicadores de su época. Tuvo un gran éxito, aunque también
provocó las protestas de quienes se sentían aludidos.
Noches lúgubres de José Cadalso, que narra en tres actos el diálogo entre
Tediato y el sepulturero del cementerio donde está enterrada su amada.
Esta obra se caracteriza por la expresión de los sentimientos y por las
reflexiones pesimistas sobre el destino del ser humano que en ella se hacen.
El ensayo
Es el género más representativo de la literatura del siglo XVIII, puesto que se
ajustaba perfectamente a las intenciones didácticas y utilitarias de la
Ilustración. Su prosa llana, directa, natural y precisa no trata de suscitar la
emoción, sino la reflexión. Para que la comunicación de las nuevas ideas y
conocimientos fuera lo más clara posible, se incorporan neologismos y
tecnicismos que suplían la escasez de términos abstractos y científicos.
El ensayismo del XVIII impuso el español como la lengua de la ciencia y la
filosofía frente al latín. El iniciador del género fue el padre Feijoo, quien ejerció
mediante sus escritos una importante labor docente en la Península. Creyó que la
difusión de la cultura remediaría muchos de los males que aquejaban a España.
Sus dos obras fundamentales fueron Teatro crítico universal y Cartas eruditas,
ambas formadas por una multitud de artículos sobre los más variados temas. Los periódicos se convirtieron en canales para su difusión: El pensador, El
Censor, Diario de las Literatas de España. Los números de estas publicaciones
estaban formados por ensayos de divulgación, cuadros costumbristas y escritos
polémicos.
El Neoclasicismo
Es el movimiento artístico y cultural representativo de las ideas ilustradas: la armonía
perfecta entre la naturaleza y el hombre sólo se entiende desde la razón humana. La razón gobierna las artes y mediante ella, se
establecerán reglas que el artista deberá obedecer. Las reglas, junto a la vuelta a las posturas clásicas, dirigen el arte
neoclásico. De él está desterrado
el sentimiento. Todo será simple, 4 natural y razonable.
Este siglo, razonador y amante
de las reglas, favorece el criterio
de la corrección gramatical. Para velar por la pureza de la
lengua, el marqués de Villena funda, en 1713 la Real Academia
Española, cuyo lema es un crisol en el fuego con la leyenda:
“Limpia, fija y da esplendor”. La
primera labor emprendida por los
académicos fue la elaboración del Diccionario de Autoridades.
Los autores ilustrados Durante el reinado de Carlos III la Ilustración española llega a su momento
máximo. Entre los autores representativos del periodo neoclásico se destacan
dos. Gaspar Melchor de Jovellanos, reconocido como el intelectual más importante
del reinado de Carlos III, fue un hombre cultísimo, de educación exquisita y
refinada, honesto, curioso y equilibrado. Fue un abanderado de la revolución
pedagógica. Fiel a su época, tiene un concepto utilitario de la educación, que debe
estar destinada a conseguir el bienestar del individuo y de la sociedad. Defendió
la necesidad de aunar el estudio de las ciencias y de las letras para la completa
formación del individuo.
Redactó multitud de informes y proyectos, y pronunció numerosos discursos. Sus
aspiraciones reformistas y su concepto de la utilidad como móvil del progreso le
llevaron a dar un tono didáctico a todos sus escritos. Algunas de sus obras más
conocidas son Informe sobre la Ley Agraria, Memoria justificativa y Diario.
Junto a Jovellanos, uno de los escritores más representativos del periodo
neoclásico fue José Cadalso. Fue un hombre de mundo y un exquisito intelectual.
Hombre inteligente y culto, de gran sentido crítico, tuvo en común con los
ilustrados la valoración de la razón, el gusto por el justo medio, pero al mismo
tiempo poseyó una aguda sensibilidad que le convirtió en precursor del
sentimiento romántico. Es, en conjunto, el escritor más completo y variado de la literatura española del
XVIII. Cultivó la prosa y la poesía. Como prosista escribió Noches lúgubres y
Cartas marruecas. Esta última es un conjunto de noventa cartas en las que
investiga las causas de los males que aquejan a España e intenta, con sentido
didáctico, encontrar remedios para sanar el país.
El Padre Isla Francisco José de Isla es uno de los escritores más populares y característicos del siglo XVIII.
Su carácter satírico y burlón se pone de manifiesto en sus obras, entre las que destacan además de
Fray Gerundio de Campazas, que fue prohibida por la Inquisición, otras obras como Cartas de Juan de la Encina,
Triunfo del amor y de la lealtad y Día grande de Navarra.
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Taller de lectura:
José Cadalso, el retrato de un ilustrado La nueva forma de pensar agradó a unos y molestó a otros, Aquí tienes un texto de la época en el que aparece retratado el hombre ilustrado y en el que el autor hace un elogio de sus virtudes.
Como los caminos son tan malos en la mayor parte de las provincias de tu país, no es de extrañar que se rompan con frecuencia los carruajes, se despeñen las mulas y los viajantes pierdan las jornadas. El coche que saqué de Madrid ha pasado varios trabajos; pero el de quebrarse uno de sus ejes, pudiendo serme muy sensible, no sólo no me causó desgracia alguna, sino que me procuró uno de los mayores gustos que pude haber en la vida, a saber: la satisfacción de tratar, aunque no tanto tiempo como quisiera, con un hombre distinto de cuantos hasta ahora he visto y pienso ver.
(…) A cosa de un cuarto de legua me hallé en un paraje menos desagradable, y en una peña de la orilla de un arroyo vi un hombre de buen porte en acción de meterse un libro en el bolsillo, levantarse, acariciar un perro y ponerse un sombrero de campo, tomando un bastón más robusto que primoroso. Su edad sería de cuarenta años y su semblante era apacible, el vestido sencillo, pero
aseado, y sus ademanes llenos de aquel desembarazo que da el trato frecuente de las gentes principales, sin aquella afectación que inspira la arrogancia y vanidad. Volvió la cara de pronto al oír mi voz y saludóme. Le correspondí, adelantéme hacia él y, diciéndole que no me tuviese por sospechoso por el paraje, compañía y armas, pues el motivo era lo que me acababa de pasar (lo que le conté brevemente), preguntéle si iba bien para tal pueblo. El desconocido volvió a saludarme por segunda vez, y me dijo que sentía mi desgracia, que eran frecuentes en aquel puerto. Obligóme a seguirle, llamó a una puerta grande de la tapia de un huerto contiguo a ella y salieron de la casa dos niños hermosos, que se arrodillaron y le besaron la mano. Salió al umbral de la puerta una matrona, llena de aquella hermosura majestuosa que inspira más respeto que pasión, y al ir a echar los brazos a su esposo reparó la compañía de los que íbamos con él. Presentóme a su mujer, diciéndola el motivo de llevarme a su casa.
A nuestra vista te referiré más despacio la cena, la conversación que en ella hubo, las disposiciones caseras que dio mi huésped delante de mí, el modo cariñoso y bien ordenado con que se apartaron los hijos, mujer y criados a recogerse, y las expresiones de atractivo con que me ofreció su casa, me suplicó usase de ella, y se retiró para dejarme descansar. Quería también ejecutar lo mismo un criado anciano, que parecía de toda su confianza y que había quedado esperando que yo me acostase para llevarme la luz; pero me había movido demasiado la curiosidad toda aquella escena, y me parecían muy misteriosos sus personajes para indagar el carácter de cada uno. Detúvele, pues, y con vivas instancias le pedí una y mil veces me declarase tan largo enigma. Resistióse con igual eficacia, hasta que al cabo de algunas suspensiones puso sobre la mesa la bujía que había tomado para irse, entornó la puerta, se sentó y me dijo que no dudaba los deseos que yo tendría de enterarme en el genio y condición de su amo; y prosiguió poco más o menos en estas voces:
–Si el cariño de una esposa amable, la hermosura del fruto del matrimonio, una posesión pingüe y honorífica, una robusta salud y una biblioteca selecta con que pulir un talento claro por naturaleza, pueden hacer feliz a un hombre que no conoce la ambición, no hay en el mundo quien pueda jactarse de serlo más que mi amo, o por mejor decir, mi padre, pues tal es para todos sus criados. Su niñez se pasó en esta aldea, su primera juventud en la Universidad; luego siguió el ejército; después vivió en la corte y ahora se ha retirado a este descanso. Esta variedad de vidas le ha hecho mirar con indiferencia cualquiera especie de ellas, y aun con odio la mayor parte de todas. Siempre le he seguido y siempre le seguiré, aún más allá de la sepultura, pues poco podré vivir después de su muerte. El mérito oculto en el mundo
es despreciado y, si se manifiesta, atrae contra sí la envidia y sus secuaces: ¿qué ha de hacer, pues, el hombre que lo tiene? Retirarse a donde pueda ser útil sin peligro propio. Llamo mérito el conjunto de un buen talento y buen corazón. De éste usa mi amo en beneficio de sus dependientes.
(…) La educación de sus hijos ocupa mucha parte de su tiempo. Diez años tiene el uno y nueve el otro, los he visto nacer y criarse; cada vez que los oigo y veo, me encanta tanta virtud e ingenio en tan pocos años Estos sí que heredan de su padre un caudal superior a todos los bienes de fortuna. En éstos sí que se verifica ser la prole hermosa y virtuosa el primer premio de un matrimonio perfecto. ¿Qué no se puede esperar con el tiempo de unos niños que en tan tierna edad manifiestan una alegría inocente, un estudio voluntario, una inclinación a todo lo bueno, un respeto filial a sus padres y un porte benigno y decoroso para con sus criados?
Mi ama, la digna esposa de mi señor, el honor de su sexo, es una mujer dotada de singulares prendas.
(…) Contándome otras cosas de este tenor de la vida de sus amos, me detuvo el buen criado toda la noche y, por no molestar a mis huéspedes, me puse en viaje al amanecer, dejando dicho que a mi regreso para Madrid me detendría una semana en su casa.
¿Qué te parece de la vida de este hombre? Es de las pocas que pueden ser apetecidas. Es la única que me parece envidiable.
6 JOSÉ CADALSO: Cartas marruecas (Carta
LXIX) Adaptación
ACTIVIDAD
Comprende el texto 1. Resume el contenido del texto. 2. El texto retrata a un ilustrado de la época. ¿Cuál es la actitud del autor? 3. ¿Qué virtudes elogia Cadalso en el ilustrado? 4. ¿Qué características de la Ilustración se pueden identificar en el texto?
Analiza la estructura 5. Señala en el texto de Cadalso las tres partes en que puede dividirse y explica el contenido de cada una de ellas.
Comenta el estilo 6. El lenguaje utilizado por Cadalso es claro, preciso, correcto. Pon ejemplos tomados del texto. 7. ¿A qué crees que responde esa claridad y sencillez? ¿Qué intención tiene el autor?
Saca conclusiones 8. ¿Crees que la vida del ilustrado, tal como la presenta Cadalso, es envidiable? ¿Por qué? 9. A raíz de lo que has leído, ¿qué crees que entienden los ilustrados por “un hombre feliz”? ¿Estás de acuerdo con ese concepto de felicidad?
LITERATURA DEL SIGLO XVIII (III) La poesía y el teatro en España
La poesía
La poesía fue un género muy cultivado en el que se aprecian dos etapas bien diferenciadas:
La herencia barroca. Hasta la publicación de la Poética de Ignacio Luzán, se cultiva un tipo de poesía que deriva
de los grandes poetas barrocos. Junto a los que se limitaron a imitar de manera burda las formas del culteranismo
y conceptismo, también existieron estimables seguidores de la tradición barroca.
La poesía neoclásica. Ignacio Luzán publicó su Poética en 1737. Perteneció a la Academia del Buen Gusto, que
buscó el equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo. Entre las modalidades de la poesía neoclásica destacan varias tendencias:
- La poesía rococó. Es una poesía refinada, de léxico cortesano. Los temas preferidos son el amor y la belleza
femenina. - La poesía anacreóntica. Muchos poetas del periodo neoclásico sintieron la necesidad de buscar el sosiego y el
reposo en la naturaleza. Este sentimiento ya había aparecido anteriormente en la poesía, pero, unido al interés
científico propio del siglo XVIII, hace que los temas campesinos y bucólicos cobren especial importancia. Se
tratan temas como el amor, el goce de la vida, el vino, la alabanza de la vida retirada, etc. La poesía cívica, científica y religiosa. Es una poesía ilustrada, de grandes poemas equilibrados, de contenido
moral o filosófico, muy elaborados.
La fábula. Los poetas neoclásicos, hombres ilustrados, hicieron suya la máxima del poeta latino Horacio enseñar
deleitando. Este afán didáctico se manifiesta en un género muy característico del XVIII: la fábula, breve historia
en verso protagonizada normalmente por animales, que suele acabar con una enseñanza moral. Los dos fabulistas
más notables fueron Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte.
El teatro 7
El teatro y los toros eran, en esta época, las diversiones preferidas por el pueblo. Por ello los ilustrados prestaron una
gran atención al teatro; porque era una escuela de costumbres desde la que se podía educar al pueblo.
Esto hizo que la reforma del teatro fuera una de las batallas literarias más enconadas del siglo. El intento de
intervención en el teatro por parte del gobierno ilustrado enfrentó de forma violenta a los partidarios de las ideas
tradicionales y a los de las nuevas. Sin embargo, durante el siglo XVIII persisten las formas y temas del teatro
barroco, que gozaron del favor del público, frente al intento de construir un teatro neoclásico. El teatro neoclásico dicta algunas reglas: las obras debían estar sometidas a la regla de las tres unidades (lugar,
tiempo y acción); las representaciones tenían que proporcionar al público placer estético y cultural y contribuir a la
reforma cívica y social del país.
El teatro neoclásico no tuvo éxito porque nunca gozó del favor del público. Estas fueron las principales tendencias:
La tragedia neoclásica fue un género impuesto por una serie de escritores cultos e ilustrados, empeñados en
demostrar que se podía cultivar la tragedia. Ese afán movió a Vicente García de la Huerta a escribir Raquel,
considerada como la mejor tragedia neoclásica española.
Las comedias de Leandro Fernández de Moratín, que es el dramaturgo más sobresaliente del siglo XVIII. Fue un
hombre apacible, inteligente y culto, que se puso al servicio de las ideas estéticas del Neoclasicismo. Su actividad
fundamental fue el teatro. Toda su producción tiene una finalidad moral. El tema fundamental de la obra de
Moratín es la inautenticidad como forma de vida, expresada a través de los matrimonios concertados (El sí de las
niñas, El viejo y la niña),la educación de los jóvenes (La mojigata) y el teatro de su tiempo (La comedia nueva o El
café).
Los sainetes de don Ramón de la Cruz, que contaron con el aplauso del público. Es un género teatral menor,
destinado fundamentalmente a entretener. Sus orígenes están en los pasos de Lope de Rueda y en los entremeses
de Cervantes.
LITERATURA DEL SIGLO XVIII (IV)
La Ilustración en Europa Ya sabemos que la Ilustración es una etapa de la civilización europea,
caracterizada por el análisis crítico de todos los ámbitos de la realidad a través
de la razón. En Europa, la actitud de los ilustrados se define a través de dos conceptos: El esprit philosophique (espíritu filosófico). Es decir, un espíritu movido por
el deseo del conocimiento racional, de acuerdo con los datos de la
experiencia. Su objetivo último es la utilidad social, eliminando prejuicios,
supersticiones o valores tradicionales para mejorar la calidad de vida.
El reformismo. Es decir, una actitud reformadora destinada a cambiar la
sociedad. Los ilustrados no se limitan a estudiar soluciones, sino que tratan
de intervenir activamente para superar la crisis de su época.
El despotismo ilustrado
La Ilustración en Europa supuso una auténtica revolución cultural, que tuvo en
cuenta los intereses de la naciente burguesía. Esta se relacionaba directamente
con las instituciones políticas y con el poder del Antiguo Régimen. De este modo,
los monarcas se implicaron en estas exigencias de renovación y transformación,
al mismo tiempo que frenaban la influencia de la Iglesia.
Esta postura de los reyes europeos se fundamenta en el despotismo ilustrado,
una iniciativa de algunos monarcas reformadores, que se sintetiza en el lema
“Gobierno para el pueblo, pero sin el pueblo”. Algunos de sus representantes
fueron Federico II de Prusia, Catalina II de Rusia y Carlos III de España.
El nuevo intelectual Los intelectuales ilustrados eran hombres que mantenían una estrecha relación
con los monarcas, personas activas que colaboraron en la reforma de la sociedad
y la política de su tiempo. Sustituyeron a los escritores cortesanos; fueron
funcionarios, técnicos, pero sobre todo fueron filósofos, un término que acabará
aplicándose luego a poetas, novelistas y dramaturgos.
Los ilustrados tienen una clara conciencia de su misión: difundir las nuevas ideas,
ser útiles a la sociedad y desarrollar la felicidad del pueblo, usando como
instrumento esencial la cultura. Dos intelectuales que contribuyeron
especialmente a la difusión de las ideas ilustradas fueron los franceses Voltaire
y Rousseau. Las actitudes de ambos filósofos prepararán el camino de la
Revolución francesa.
Los instrumentos del reformismo Los ilustrados europeos pusieron en práctica su proyecto reformista utilizando
todos los medios a su alcance. La prensa (folletines), que adquirió una importancia decisiva. Tuvo un gran
éxito debido a su capacidad de comunicar de forma directa con el lector y a
su temática variada.
El teatro, instrumento clave para transformar las costumbres.
Ilustrados notables
Voltaire fue un defensor del despotismo ilustrado, y analizó
en sus obras los errores del hombre. Rousseau, pedagogo,
defendió en sus textos la igualdad de los seres humanos.
Sus Confesiones se convertirán en un texto clave para la Europa
moderna y de amplia repercusión en el Romanticismo.
8
Los derechos de autor
Durante el siglo XVIII en Europa las editoriales empezaron a configurarse como empresas y se
reconocieron los derechos de autor. Su notable desarrollo es
una clave que explica la difusión
de la Ilustración.
La expansión del mercado editorial. Se multiplicaron las ediciones y se llevaron a cabo grandes proyectos, como la
Enciclopedia (1751 - 1772), de Diderot y D’Alembert, un compendio global del conocimiento humano.
Los salones, los cafés y las tertulias, que se conformaron en puntos esenciales para el intercambio y debate de
ideas.
La literatura neoclásica en Europa Con el nombre de Neoclasicismo se conoce el movimiento artístico y cultural representativo de las ideas ilustradas: la
armonía perfecta entre la naturaleza y el hombre solo se entiende desde la razón humana. La razón gobierna las artes,
y mediante ellas se establecerán reglas que el artista deberá obedecer. Las reglas, junto a la vuelta a las posturas
clásicas, dirigen el arte neoclásico. De él está desenterrado el sentimiento. Todo será simple, natural y razonable.
La literatura, por su propia naturaleza comunicativa, asumió en el siglo XVIII en Europa un papel fundamental para
transmitir la nueva ideología. El pensamiento ilustrado estaba destinado a un público amplio, pues la intención de los escritores era educar a toda la
sociedad. En este sentido, la elección de los distintos géneros literarios estuvo condicionada por la repercusión o
efecto que pudieran tener en los receptores. Así destacaron los géneros relacionados con la prosa y el teatro. En el caso de la prosa, algunos géneros, como el epistolar o el ensayo, se hicieron populares debido a su mayor eficacia
didáctica. Además, hay que destacar el nacimiento en este siglo de la crítica literaria. Se trata de una reflexión sobre
la propia literatura y la creación literaria, que se publicaba en revistas o periódicos.
9
En el siglo XVIII en Europa, la imagen del escritor era la de una persona de ideas, un ser racional, más que la de un
poeta o un creador de ficción. Así, los escritores del siglo XVIII emplearon las formas literarias para expresar sus
ideas políticas y filosóficas y no para crear ficciones propiamente dichas. Los dos géneros en prosa más importantes fueron el relato biográfico o “cuento filosófico” y el ensayo. El relato biográfico o cuento filosófico se inauguró con la obra de Voltaire, que refleja el análisis del individuo en
relación con la sociedad.
El ensayo fue el género preferido por los escritores, puesto que es el que mejor sirve para la reflexión y la
argumentación. Eran textos breves, que se publicaban en periódicos para llegar a un público más amplio.
El Neoclasicismo en Francia
Si Italia fue el inspirador de las ideas del Renacimiento, España e Inglaterra inspiraron el Barroco en Europa, el
Neoclasicismo floreció en Francia. Esto se debió al poder económico y cultural que había acumulado la burguesía, que
ahora luchaba por el poder político. Así, los burgueses empezaron a exponer sus ideas a través de todos los medios
disponibles, especialmente la literatura.
Las figuras más importantes fueron Montesquieu, Voltaire y Rousseau. La obra de Montesquieu que más influencia
tuvo en el resto de las literaturas europeas fue sus Cartas persas. Voltaire destacó de forma especial por sus obras
históricas. Jean-Jacques Rousseau es el autor de El contrato social, una obra que defiende la igualdad para toda la
sociedad. Voltaire (1694 - 1778) Seudónimo de François Marie Arouet, es uno de los grandes escritores y filósofos del Siglo de la Luces en Europa.
Este autor francés escribió tragedias y tratados filosóficos.
En toda su producción resaltan los valores ilustrados, esto es, la razón, el conocimiento científico, la dignidad humana o
la justicia. Pero Voltaire es ante todo el defensor de la tolerancia frente al fanatismo, ya sea religioso o político. Cultivó un subgénero didáctico de gran repercusión: el cuento filosófico. A este subgénero pertenecen obras como
Cándido, Zadig o El Ingenuo. En El Ingenuo (1767), un joven indio hurón americano llega a Europa, deseoso de aprender las costumbres e ideas del
viejo continente. Su sabiduría natural y su buen corazón no lo libran de ser encarcelado en una prisión francesa en
compañía de un sabio anciano.
ACTIVIDAD
Lee el fragmento de El Ingenuo y contesta las preguntas.
Realizaba el Ingenuo rápidos progresos en el campo de la ciencia y principalmente, de la ciencia del hombre.
Debía este veloz desarrollo de la mente casi tanto al buen temple de su alma como al estado salvaje en el que
había crecido. Pues, al no haberle enseñado nada de niño, no le habían inculcado prejuicio alguno. Ningún
error le había doblegado el entendimiento y había conservado este por completo la primitiva rectitud. Veía las
cosas como son, mientras que las ideas que a nosotros nos infunden en la infancia hacen que nos pasemos la
vida viéndolas como no son. 10 – Quienes persiguen a vuestra merced son abominables –le decía a su amigo Gordon–. Lo compadezco por la opresión que padece; pero también lo compadezco por ser jansenista. Cualquier secta me parece un compendio de errores. ¿Hay acaso sectas en geometría?
– No las hay, mi querido muchacho –le respondió, suspirando, el buen Gordon –. La verdad, cuando puede demostrarse, pone de acuerdo a todos los hombres. Pero las verdades oscuras los dividen más de lo que sería conveniente.
– Diga mejor vuestra merced las falsedades oscuras. Si en todos esos cúmulos de argumentos a los que tantos siglos llevan dando vueltas por aquí hubiera habido una sola verdad oculta, no cabe duda de que ya habría dado alguien con ella y el universo entero hubiese coincidido al menos en estar de acuerdo en ese punto. Si esa verdad fuera necesaria, de la misma forma que lo es el Sol para la Tierra, resplandecería tanto como ese astro. Decir: “Existe una verdad esencial para el hombre y Dios la mantiene oculta” es absurdo, ultraja al género humano y afrenta al Ser infinito y supremo.
Cuanto decía aquel joven ignorante al que instruía la naturaleza dejaba honda huella en el pensamiento del infeliz y anciano erudito […].
El Ingenuo, Voltaire.
1. Según el autor, ¿por qué el Ingenuo tiene tal capacidad para aprender? 2. ¿Qué influencia tiene la naturaleza en su educación? ¿Qué le hubiera ocurrido si hubiese sido educado en Europa? 3. Qué ideas con respecto a la religión defiende el Ingenuo? 4. ¿En qué medida los ideales ilustrados de justicia, libertad y tolerancia están reflejados en El Ingenuo? 5. ¿Cuál crees que es el estado ideal del ser humano, según se deduce de El Ingenuo?
LITERATURA DEL SIGLO XVIII (V)
De la misma manera como en la prosa francesa se destacaron el ensayo y el relato biográfico, los escritores ingleses fueron
maestros de la novela. La ficción de este siglo produjo obras que llegarían a convertirse en clásicos de la literatura juvenil: Los viajes de Gulliver y Robinson Crusoe.
LA NOVELA DEL NEOCLASICISMO La ficción narrativa del siglo XVIII, muy vitalista, acogió todas las tendencias y gustos. Se caracterizó por su gran
variedad de formas, desde las que se analiza la sociedad y sus costumbres: se escribió novela sentimental, novela
histórica, libros de viajes, epistolarios…
Además de la reflexión filosófica, la novela francesa se caracteriza por la incursión en la psicología de los personajes.
En este aspecto destaca Manon Lescaut, de Antoine François Prévost (el abad), obra que profundiza acerca de temas
como la personalidad y la emoción. También es memorable la novela epistolar Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos. Considerada como una
sátira sobe la vacuidad y la corrupción de la aristocracia antes de la Revolución francesa, o como una narración sobre la
psicología erótica, esta novela es, sin duda alguna, una obra maestra de la literatura francesa. Otra característica de la narrativa francesa de este siglo es la influencia de la tradición picaresca, evidente en dos
novelas de Pierre de Marivaux: La vida de Marianne y El campesino enriquecido. Esta misma tradición es representada
por el relato filosófico Santiago el fatalista, de Denis Diderot. La novela no aparece en la literatura rusa hasta el siglo XVIII, en la época de Pedro el Grande. Bajo el reinado de
Catalina la Grande, 1762–1796, se fundan las primeras revistas literarias, como La abeja laboriosa, El avispón y De todo
un poco, fundada por la propia emperatriz Estas revistas impulsan los movimientos ideológicos provenientes de
Alemania y Francia, que sientan las bases del clasicismo, caracterizado por el empleo del ruso literario en la producción 11 de
novelas picarescas y de caballería. También se presenta una corriente prerromántica, que se manifiesta a través de relatos de viajes o de impresiones, u cuyo iniciador es Nikolái Karamzín, autor de La pobre Lisa y Natalia, hija de Boyardo. La literatura norteamericana del siglo XVIII estuvo orientada hacia el ideal de independencia republicana. Entre los
escritores, la mayoría se orientan a los problemas políticos y tratan asuntos constitucionales, religiosos y sociales del
momento. Entre los escritores propiamente literarios, que son en su mayor parte poetas, destaca la producción en
prosa de Thomas Paine, cuyo libelo Sentido común desempeñó el papel de detonante intelectual en la revolución
americana.
La narrativa alemana del siglo XVIII se caracterizó por una lucha entre el elemento racionalista propio de la
Ilustración y el elemento sentimental, que dará lugar al Romanticismo. En el último tercio del siglo, surge en Alemania
el movimiento Sturn und Drang (“Tempestad y empuje”), preludio del Romanticismo. Los escritores suprimen las reglas
y se guían por el sentimiento y la inspiración.
La novela inglesa y el Neoclasicismo
El siglo XVIII, considerado el periodo clásico de la narrativa inglesa, está marcado por la intensa agitación política y
religiosa y la disputa filosófica del deísmo, que intentaba sintetizar la fe religiosa y el sentido común. El libro dejó de
ser un objeto insólito y se convirtió en un elemento que los burgueses tenían en las bibliotecas de sus casas. Los
autores, por su parte, comenzaron a escribir para que sus obras fueran entendidas por un mayor número de personas,
lo que hizo que el lenguaje se simplificara y clarificara. En la primera mitad del siglo destacaron los siguientes autores: Daniel Dafoe, considerado por muchos como el padre de la novela inglesa y autor de Las aventuras amorosas de
Moll Flanders y Robinson Crusoe.
Jonathan Swift, quien trasladó la convención del cuento del marinero naufragado al reino de la fantasía satírica,
en su clásico Los viajes de Gulliver.
Samuel Richardson empleó la técnica epistolar, dejando que sus personajes hablaran mediante cartas para narrar
acontecimientos, y sus reacciones emocionales y psicológicas ante estos. Sus obras más conocidas, Pamela o la
virtud recompensada y Clarisa o la historia de una señorita, prefiguran el romanticismo del siguiente siglo.
Henry Fielding escribe una de las novelas más audaces de su tiempo, en la que innova la manera de crear
personajes y de manejar el tiempo y la acción: Tom Jones. Fielding se opone a que las narraciones literarias se
conviertan en panfletos moralizantes.
Laurence Sterne, quien escribió la original novela Vida y opiniones del caballero Tristam Shandy, que supera el
imperativo de la verosimilitud, el decorado realista y el rigor de la cronología.
EL TEATRO FRANCÉS El teatro europeo del siglo XVIII es heredero de la comedia francesa del siglo XVII y, de hecho, es en aquel país
donde las corrientes neoclásicas toman fuerza. Nicolas de Boileau publica en 1674 el Art Poétique. A partir de este
momento la dramaturgia francesa sufre una transformación, que se reflejará en el resto de Europa durante el siglo
XVIII, hacia finales del siglo XVII aparece el teatro neoclásico. Dado que el teatro se contaba entre las diversiones preferidas por el pueblo, los ilustrados prestaron gran atención a
este género: era un lugar, como ya vimos, desde el que se podía educar al pueblo. Esto hizo que la reforma al teatro se
convirtiera en objeto de polémicas académicas.
Características Por sus características, el teatro se convirtió en un género ideal para educar en las ideas de la Ilustración y difundir
los preceptos del Neoclasicismo. El teatro neoclásico se caracteriza por los siguientes preceptos. - La verosimilitud de las acciones.
- La aplicación de la regla de las tres unidades
Acción. El texto dramático desarrolla una acción única.
Lugar. Se utiliza un solo espacio que evite la proliferación de lugares. 12
Tiempo. El tiempo de ficción no debe exceder las veinticuatro horas.
- El enfoque didáctico-moral. El teatro buscaba difundir las ideas de la Ilustración y, según estas, mejorar las
costumbres de la sociedad.
- La tensión emocional, manifestada en largos discursos retóricos, de estilo más elevado que natural.
- Uso del verso alejandrino (de catorce sílabas), que pasó a convertirse en el habla de la auténtica dignidad clásica. Las representaciones tenían que proporcionar al público placer estético y cultural, y contribuir a la reforma cívica y
social del país.
Los subgéneros
Durante la época se prefirieron tres subgéneros: tragedia, comedia y drama sentimental.
Tragedia. Este subgénero respondía de manera clara al interés aleccionador de los autores neoclásicos. Pierre
Corneille escribió grandes tragedias, y aunque intentaron ser imitadas en el resto de Europa, no alcanzaron su
calidad literaria.
Comedia. Responde a la preocupación de la preceptiva neoclásica. Se escriben comedias de considerable calidad y
finura. De acuerdo con las leyes del decoro poético, solo se ponían en escena personajes comunes: los burgueses y
sus criados. Dado el carácter didáctico, criticaba los vicios y debilidades de la sociedad, tratando de mostrar la vía
de la razón y el sentimiento común.
Drama sentimental. El autor pretende provocar en el espectador sentimientos de ternura y compasión.
Los autores Pierre Corneille (1606–1684). Su producción teatral ayudó a establecer las bases de un teatro que deseaba
respetar la verosimilitud y el “buen gusto”. Su obra maestra fue El Cid (1637), basada en la vida y leyenda del
héroe español, que planteaba el conflicto moral entre la pasión y el deber. A pesar de que la obra obtuvo un enorme
éxito, provocó la ira de la recién constituida Academia francesa (1634), porque rompía con el precepto de la unidad
de acción.
Jean Racine (1639–1699). Asimiló plenamente la ley de las tres unidades, y sus obras presentan argumentos más
sencillos y verosímiles que los de Corneille. Su fama se afianzó con el estreno de la tragedia Andrómaca.
Jean Baptiste Poquelin, Molière (1622–1673). Es el creador de la comedia francesa. Se asoció a una compañía de
cómicos que recorrió el sur de Francia durante doce años. Deseoso de sacar adelante la compañía teatral, Molière
comenzó a escribir farsas de tipo popular. Su primer gran éxito fue Las preciosas ridículas, donde puso en escena
a las pedantes damas de la corte francesa. Una de sus obras más importantes es el Tartufo o el impostor. En ella
aparece una nueva faceta de Molière: la del autor preocupado por mostrar algo más que una pintura cómica de la
sociedad. Tanto en el Tartufo como en El avaro y en El enfermo imaginario, Molière critica vicios morales como la
hipocresía, la avaricia o el engaño.
EL GÉNERO EPISTOLAR Tuvo en este siglo una importante presencia. Las cartas fueron, en manos de los ilustrados, un medio para difundir
conocimientos sobre gentes, costumbres y actividades. El esquema literario, convencional y muy de moda en el XVIII, buscaba la verosimilitud. Cartas persas, del filósofo y
escritor francés Montesquieu, se convirtió en toda Europa en un modelo literario que se debía imitar. Esta obra se
caracteriza por su ironía y pasajes divertidos aunque trágicos. El protagonista, Uzbek, emprende un viaje a Paris desde
su residencia en Ispahán. El viaje se realiza en diez etapas y la narración entera concluirá luego de ciento sesenta y
una cartas.
En sus cartas, Uzbek y su amigo Rica, en Paris, así como Redi, en Venecia, comentan las costumbres occidentales, las
analizan con asombro, detallada curiosidad y burla. Muchas hacen gala del humor negro. La política, la religión y la moral
son sus tres grandes temas. En el libro, además, se someten a escarnio las costumbres de los cortesanos, eruditos,
sabios y científicos de la época.
ACTIVIDAD
Lee el fragmento de Cartas persas y analiza la crítica que el autor hace a las religiones y lo que 13
considera esencial en ellas.
CARTAS PERSAS Carta XLVI
Días pasados sucedió que me comí un conejo en un caravanseray y tres hombres que a mi lado estaban me llenaron de susto, sustentándome todos tres que había cometido una grave ofensa contra vos (o sea, Dios); uno, porque era un animal inmundo (un judío); otro, porque estaba ahogado (un turco), y el tercero, porque no era pescado (un armenio). […] Señor, todas estas razones me ponen en inexplicable confusión: ni siquiera menear la cabeza puedo sin que me metan miedo de ofenderos, puesto que quisiera agradaros y emplear en serviros la vida que me habéis dado. No sé si me equivoco, pero creo que el modo más seguro de conseguirlo es vivir como buen ciudadano en la sociedad donde habéis querido que naciera, y como buen padre de familia en la que me habéis dado.