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boletín Lima-Perú Setiembre/2011 Nº2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS Presidenta: Teresa Ciudad Vice Presidente: Roberto Scerpella Secretaria Científica: Patricia Checa Tesorera: Stella Mohme Directora del Instituto: Teresa Bolaños Director del SAP: Dante Warthon Director de Biblioteca: Francisco Otero Revista Psicoanálisis: Augusto Escribens Presidente Honorario: Saúl Peña Miembros Honorarios: Carlos Crisanto, Max Hernández, Serge Lebovici y Leo Rangell COMITÉ EDITORIAL Coordinador: Roberto Scerpella Integrantes: Amelia Casas, Adela Escardó y Fryné Santisteban ENTREVISTA: Horacio Etchegoyen EL PRINCIPIO “UBUNTU” XII CONGRESO PERUANO DE PSICOANALISIS ASPECTOS CURATIVOS DEL PSICOANÁLISIS Una playa de ternura… abuelazgo El Uso del Psicoanálisis para las Organizaciones CONGRESO DE MÉXICO REACTIVACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE CANDIDATOS PRIMERA MUESTRA DE ARTE DE LA SPP

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BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 1

boletínLima-Perú Setiembre/2011 Nº2 BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS

SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS

Presidenta:Teresa Ciudad

Vice Presidente:Roberto Scerpella

Secretaria Científica:Patricia Checa

Tesorera:Stella Mohme

Directora del Instituto:Teresa Bolaños

Director del SAP:

Dante Warthon

Director de Biblioteca:Francisco Otero

Revista Psicoanálisis:Augusto Escribens

Presidente Honorario:Saúl Peña

Miembros Honorarios:Carlos Crisanto, Max Hernández,

Serge Lebovici y Leo Rangell

COMITÉ EDITORIAL

Coordinador:Roberto Scerpella

Integrantes:

Amelia Casas, Adela Escardó y Fryné Santisteban

ENTREVISTA: Horacio Etchegoyen

EL PRINCIPIO “UBUNTU”

XII CONGRESO PERUANO DE PSICOANALISIS

ASPECTOS CURATIVOS DEL PSICOANÁLISISUna playa de ternura… abuelazgo

El Uso del Psicoanálisis para las Organizaciones

CONGRESO DE MÉXICO

REACTIVACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE CANDIDATOS

PRIMERA MUESTRA DE ARTE DE LA SPP

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 11

A: ¿Cómo eliges en primer lugar ser psicoanalista?Horacio: La tradición en mi familia era que estudiara de-recho. Mi hermano me estimuló a estudiar medicina. El psicoanálisis es como un equilibrio entre el hablar y el hacer de la medicina, yo me formé en el famoso Hospital Melchor Romero de la Plata. Ahí fue mi maestro José Ma-ría Blanco, que era Jefe del pabellón de Admisión del hos-pital. Ahora se llama Hospital Alejandro Korn, un médico que trabajó más como filósofo que como médico, era un médico psiquiatra. Cuando se fue José María yo quedé a cargo del servicio y estuve bastante tiempo como Jefe de Pabellón de Admisiones, es decir, como la figura más importante del Hospital en ese momento. Después tomé contacto con Pichon Rivière y él me encaminó; me dijo que tenía que analizarme, cosa que para mí me parecía ridícula (risas), tener que analizarme. Enrique Pichon me ayudó mucho en mi orientación. Yo pienso que él fue mi gran maestro, aparte de José María Blanco; después em-pecé mi análisis e hice mi análisis didáctico con Racker que fue un momento clave en mi vida. Mi análisis con Racker significó un cambio importante para mí, en la vida; después cuando cayó Perón, yo me había ido del hospital porque no quería ponerme luto por la muerte de Evita, esa es la verdad. Me ofrecieron la cátedra en Mendoza y ahí estuve desde el 57 hasta el 65 que me fui a Londres con un beca y después retorné a Buenos Aires. Racker ha-bía muerto en 1980. Esa es mi trayectoria, después tuve una beca de la Organización Mundial de la Salud en Lon-dres y estuve un año. Me re analicé con Meltzer; con él en la Tavistock Clinic, que fue una experiencia.

A: Gran maestro Meltzer…Horacio: claro que sí ¸ creo que mi análisis fundamental fue con Racker; pero claro, fue un análisis de siete años. Meltzer me ayudó en muchas cosas que no habían que-dado resueltas con Racker; tampoco nunca quedan re-sueltas las cosas al fin y al cabo, no?

A: ¿Cómo ves el psicoanálisis hoy?Horacio: Lo veo débil, la sociedad que vivimos no se pres-ta para la introspección y el psicoanálisis es una empre-sa de conocerse a uno mismo. Actualmente eso no tiene mucho estímulo, mucha iniciativa para la gente joven; pero yo creo que persiste un grupo de analistas muy competentes que van a hacer que el psicoanálisis siga desarrollándose en el siglo XXI. Estamos viviendo un mo-

ENTREVISTA

mento sumamente complejo, pero yo tengo fe en que las cosas que Freud nos enseñó son perdurables.

A: También has sido presidente de la IPA.Horacio: Fui presidente de la IPA, de 1993 a 1997.

A: ¿Qué te queda como lo más significativo de ese periodo?Horacio: Tenía varios planes y algunos los logré hacer efectivos. Me ayudaron mucho Jorge Olagaray, que acaba de morir, Elizabeth Tabak de Bianchedi, Günter Perdigao, Samuel Zysman, que aunque no estaba en el consejo me ayudó mucho en las finanzas. Mis principales objetivos yo diría que los cumplí: uno fue terminar con el secreto de las actas. Las actas del Consejo eran secretas, no las podía conocer más que la gente del Consejo; daba la paradoja cuando yo era vicepresidente que había vice presidentes que tenían acceso a las actas por que habían estado, y otros que no habían estado no tenían acceso a las actas; eso a mí me parecía muy contradictorio y antidemocráti-co, completamente antidemocrático. Una de las primeras cosas que logré fue suprimir radicalmente el secreto de las actas; las actas desde entonces son públicas, cualquier psicoanalista de la IPA en cualquier lugar del mundo pue-de tener acceso a las actas; ese fue uno de los logros. El otro fue el logro económico, que eso se lo debo más a Samuel que a mí porque él tiene idea de manejo econó-mico, que yo no lo tengo; y logramos saldar el déficit y no aumentamos nunca las cuotas en estos cuatro años y logramos tener un superávit bastante importante. Otro logro fue hacer que el Council fuera realmente el or-ganismo de la IPA y no el “Trust”; porque había un “Trust”, que estaba formado por cuatro, cinco personas que te-nían más autoridad que el presidente de la IPA. Eso logra-mos hacerlo con Ana María Andrade de Acevedo, Samuel Zysman, Elizabet Tabak de Bianchedi, Jorge Olagaray, toda la gente que me acompañó y muchos otros. En rea-lidad el Trust era, debería decir yo, una continuación del committee que formaban Ferenczi, bueno,Freud desde luego, Ferenczi, Jones, Abrahams, Otto Rank, y…no sé si me olvido alguno; eso lo modificamos.

Horacio Etchegoyen es muy querido en el

mundo psicoanalítico. Su famoso libro, Los fundamentos

de la técnica psicoanalitica, va por la tercera edición. En el

Congreso de México fue galardonado con el Premio de

la IPA por Logros Científicos Sobresalientes. El Boletín lo

entrevistó en su departamento en Buenos Aires.

Por Adela Escardó

Horacio ayer y hoy, por Carlos Rozensztroch.

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº212

Y lo otro que también fue un logro fue terminar de des-atar el problema de las torturas en Brasil, que los presi-dentes anteriores nunca habían podido hacer. Yo lo hice; logré al final que Cabernite se fuera de la asociación; que quedara muy claro que Amilcar Lobo era un médico psi-coanalista que asesoraba a los torturadores en Río de Ja-neiro como pasaba acá con la dictadura. (Se refiere a los casos de graves violaciones a la ética que tuvieron lugar en Brasil en los años 70, Cfer. E. Roudinesco). Eso acá en Argentina, en Brasil y en Chile fue feo. Bueno y después tuve otros planes, por ejemplo uno de los planes que para mí era muy importante, era comprar la casa de Sigmund Freud para la IPA; pero el Council no me auspició. Dijo que era mucho gasto. Yo me di cuenta siendo presidente de la IPA que vos tenés que apuntar a algunas cosas concretas y de entrada, porque después viene la época en que em-piezas a tener menos poder.

A: Cuáles dirías que son los conflictos psicoanalíticos que han dejado huella en la historia del psicoanálisis.Horacio: Bueno la pelea de Freud, con Jung y con Adler fue una pelea muy encarnizada. Freud tenía razón en rea-lidad. La historia lo probó; pero es evidente que viendo las cosas con otra perspectiva, Jung y Adler podrían ha-ber quedado, aunque tuvieran puntos de vista diferentes. Lo que pasa es que Freud tenía la idea, absolutamente cierta, que ser psicoanalista era básicamente aceptar la sexualidad infantil y ni Adler ni Jung querían eso. En ese sentido Freud fue intransigente y en buena hora. Pero vis-to desde otra perspectiva, los aportes que hizo Adler a la agresión, que Freud retomó en 1920, podrían haberse incorporado con lo que Adler escribió en 1911. Y algu-nas de las ideas de Jung eran correctas. Aunque es cierto que Jung tenía más afición por la psicología oculta o por el misticismo. Pero, por ejemplo, en la teoría de que los símbolos son reversibles o que hay una ontogenia de los símbolos, eso lo retomó Ferenczi dentro del movimiento psicoanalítico, que para mí es una maravilla de persona. Alli Freud era muy intransigente porque él pensaba, no sin razón, que lo que quería decir Abraham era lo mismo que él, que los símbolos eran reversibles, es decir que, la tierra es un símbolo de la madre y la madre es un símbolo de la tierra. En realidad fue Jung; tenía razón, los símbo-los son reversibles, pero no para decir que la orientación tiene que ser psicosocial como pretendía Jung. El que resolvió ese problema magistralmente, genialmente, fue Ferenczi en su artículo La Ontogenia de los Símbolos; ese fue un punto crucial.Yo diría que hay otros dos puntos cruciales en la histo-ria del psicoanálisis: uno es las controversias de los años 40, cuando se enfrentaron tan duramente Anna Freud y Melanie Klein; en realidad las dos eran muy apasionadas, Anna Freud y Melanie Klein. Yo soy Kleiniano, así que na-die puede dudar de mi orientación, pero yo creo que tan-to Melanie Klein como Anna Freud significaron puntos de vista enriquecedores en el psicoanálisis. Se peleaban por-que, claro, ahí juegan las cosas personales también, Anna Freud era la hija de Freud, Freud sabía que Anna era su

hija. Melanie Klein pensaba que ella era más hija de Freud que Anna, pero bueno, era muy difícil que eso lo pudiera aceptar Freud. De todos modos, muchas ideas de Melanie Klein se fueron incorporando. Por ejemplo, yo creo que el aporte mayor de Melanie Klein fue aceptar que el lac-tante tiene una vida mental. Glover y Anna Freud, Robert Walters creían que la vida del chico era refleja. En esos dos puntos, yo creo que Melanie Klein tenía razón. El énfasis de Anna Freud estaba en los mecanismos de defensa. Yo creo que también era cierto: Melanie Klein por ahí se lleva-ba por delante los mecanismos de defensa. Y el otro punto, hablando de los momentos cruciales o del conflicto en la IPA, fue el momento en que Hartmann se puso en contra de Lacan. Lacan tenía sus errores; uno de ellos era que Hartmann no le aceptaba las sesiones de tiempo corto, limitado; pero los hechos demostraron que Lacan era un gran analista. Yo personalmente pienso que Melanie Klein y Lacan son los dos analistas más importan-tes de la segunda mitad del siglo XX. Hartmann era muy, muy riguroso, pero también muy estrecho; y ese choque llevó a que Lacan se fuera o lo echaran ellos de la IPA. La historia demostró que era un error, en el sentido que era un gran pensador; que mejor tenerlo adentro colaborando con los otros que afuera. Bueno, otra cosa que podría decir de mi presidencia, que no la dije, es que yo traté de reini-ciar el diálogo, no con Lacan, porque Lacan había muerto ya, pero sí con Jacques Alain Miller, del cual al final terminé siendo muy amigo. Yo tengo mucha estima, mucho respe-to por él, más allá de que discrepemos mucho en cuanto a problemas de teoría o de técnica, pero en realidad yo tengo una idea más bien de un psicoanálisis amplio y no restringido; pero bueno, no todos lo piensan así.

A: ¿Qué debemos retener de Lacan?Horacio: En primer lugar, una lectura muy cuidadosa de Freud, que eso Lacan lo hizo mucho más que Anna Freud o que Walters o que Hartmann o que Melanie Klein. En ese sentido, el énfasis de Lacan y la lectura rigurosa de Freud me parece que es un aporte importante. Otro apor-te importante de Lacan es la trascendencia del lenguaje; la teoría del significante es un aporte importante para el psicoanálisis. No coincido con la técnica lacaniana; a mí la sesión de tiempo corto o arbitrario, yo no estoy de acuer-do; pero de allí a que diga que eso no es psicoanálisis, es una cosa distinta. No es el psicoanálisis que yo practico, que yo prefiero, pero esos psicoanálisis basta leerlos, no solo los escritos de Lacan o los seminarios sino también las biografías que han escrito, analizados de Lacan para darse cuenta que Lacan era un hombre de una enorme perspicacia clínica; era un gran psiquiatra también, es, para mí muy importante, y yo se lo dije a Jacques Alain. ‘Yo quiero hablar con vos para mostrarte cómo las dife-rencias que tenemos son de pensamiento; no para pe-learnos, o no, para acordar; sino para decir vos piensas esto y yo pienso esto. A mí me parece que Lacan es una gran figura, que la IPA no debería haber perdido, como perdió también a Jung y a Adler. En la forma en que antes te dije, a Melanie Klein no la perdió por casualidad; por-

ENTREVISTA

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 13

que en las controversias, ganó Melanie Klein; ganó sobre todo a Susan Isaacs, que era una mujer de una capacidad intelectual mayor tal vez que la de Melanie Klein. Yo creo que esos han sido los momentos más importantes, que yo considero importantes, en la historia del psicoanálisis.

A: ¿Qué recomendaciones le darías tú a los analistas que comienzan?Horacio: Que defiendan más el método, que traten de ha-cer que los pacientes vayan con continuidad, que piensen que el método exige una continuidad, un contacto; eso les diría, les digo a los analistas jóvenes: que defiendan más el método a pesar de que la cultura actual no los aus-picia, no los apoya. Yo creo que los que defendemos o de-fienden el método, en alguna forma se las arreglan para que se instauren los exámenes psicoanalíticos.

A: ¿Qué aconsejarías tú a los miembros que seleccionan candidatos? ¿Qué criterios te parecen indispensables para buscar a los postulantes?Horacio: Que no sean demasiado enfermos y que tengan compromiso con la tarea, más que eso, no.

A: Pensando en un tema que preocupa a muchos psi-coanalistas sobre la productividad en relación con la edad ¿Qué piensas de ello? ¿Habría que procurar que los candidatos fueran más jóvenes?Horacio: Sería mejor que los candidatos fueran más jó-venes y que los analistas viejos como yo tuviéramos un lugar como el que tengo yo; al costado, digamos. Yo, por ejemplo, tengo mucho cariño por la IPA y por APDEBA, puedo hablar con las autoridades como Miguel Leivi, (entonces Presidente de Apdeba) pero no, no tengo una participación concreta o activa, me parece que hay que saber medir los tiempos. Para decirlo más concretamen-te, me gustaría que los analistas empezaran antes y que cuando llegan a la vejez, como es mi caso, reconozcan que han pasado sus años más fértiles.

A: Uno de tus grandes aportes al psicoanálisis ha sido tu libro de técnica, que ya va por la tercera edición.Horacio: Si, yo creo que sí. El aporte más importante que yo hice fue sistematizar la técnica, diría yo siguien-do mucho las ideas de Racker, porque, yo algunas veces, me pienso a mí como un continuador de Racker; desde luego que también la influencia estuvo con Libermann, Pichon, Mike Lander, en mi formación, en mi desarrollo, fue enorme; pero desde una perspectiva tal vez un poco jactanciosa, yo diría que yo desarrollé lo que Racker había iniciado, bueno con respecto a la técnica.

A: Hay cosas que solamente se advierten luego de mu-chas horas de vuelo, como las que tú tienes, ¿quisieras compartir algunas de éstas, de la profesión analítica?Horacio: Bueno, las que te he ido diciendo, de que los analistas jóvenes mantengan el entusiasmo y defiendan el método, y los analistas más seniors sigan con la misma responsabilidad o compromiso que han tenido siempre.

A: Hay una frase tuya donde dices que el paciente trae su regresión al análisis, ¿no es el proceso analítico el que lo hace regresionar? Horacio: No, yo creo que no, yo creo que el setting. Acá hay una discusión de fondo…, si el setting promueve la discusión o si el setting acepta la regresión. ¿Me explico? cuando yo mantengo la distancia que tengo con el pa-ciente, no tengo el objetivo de que él se infantilice, sino de, yo poder ponerme en contacto con sus partes infan-tiles. Bueno, eso en el libro discuto mucho la teoría de la regresión en el encuadre, el encuadre como continente de la regresión; es una discusión importante que, yo creo, está bastante resuelta. Parece que, en general, los analis-tas aún los que más defendieron la teoría de que el set-ting promueve la regresión, se dan cuenta que lo que el setting ofrece es la capacidad de que se le exteriorice esa regresión, el paciente ya la tenía.

A: En un tono un poco jocoso has afirmado en tu libro que eres un kleiniano fanático. ¿Cómo te defines?Horacio: Como eso, como un kleiniano fanático, pero que es capaz de escuchar a todas las voces. Yo verdaderamen-te siento que soy un analista kleiniano, pero digamos creo que Winnicott hizo aportes decisivos, y Abraham y tam-bién Lacan. Intento respetar a todos pero pero tengo una orientación muy definida, si vos querés, en términos de an-gustias persecutorias y depresivas que es tal vez el aporte más hondo de Melanie Klein. Yo trabajo con ese esquema; no trabajo con el esquema de la adaptación de Hartmann, que es otro esquema, tan respetable como el mío, o como el de Klein; no trabajo con el significante como Lacan. Yo, por ejemplo, creo que muchas cosas no pasan por el len-guaje, sino por el cuerpo. Te estoy respondiendo porque yo me considero un analista kleiniano y no un winnicot-tiano o un lacaniano o un hartmaniano. Yo tengo una gran estima por la obra de Hartmann, aunque no acepto la idea de que haya línea de conflicto o de los procesos de adap-tación; en eso estoy más cerca de Lacan que de Hartmann. Pero las contribuciones de Hartmann a la metapsicología me parecen respetables; a Lacan no le parecen muy respe-tables. Trato de escuchar a todos y utilizar a todos dentro de un esquema fundamentalmente de angustias persecu-torias y depresivas, para decirlo en estos términos.

A: Tú has señalado que la envidia es de lo más difícil de interpretar.Horacio: Sí, yo creo que la dinámica psíquica se juega en-tre el amor y la envidia; el amor es la capacidad de reci-bir lo que el objeto te da, la envidia es la mala condición de atacar lo que el otro te da; y en ese sentido yo creo que para mí es más convincente la idea de envidia que, obviamente, fundamentó Melanie Klein, de 1957, o en el congreso de 1955. A mí me parece que la idea de envi-dia es más clínica que la idea de pulsión de muerte; pero, bueno, eso, eh… Winnicott no acepta la idea de pulsión de muerte; los psicólogos del yo tampoco la aceptan. Me-lanie Klein acepta decididamente la pulsión de muerte a partir de 1932 en el psicoanálisis del niño, pero la idea con

ENTREVISTA

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº214

que ella entiende la pulsión de muerte es muy distinta que la de Freud. La pulsión de muerte para Melanie Klein no es muda como es para Freud; no, entonces yo pienso si la pulsión de muerte no es muda ¿qué es? Es envidia; la envidia no es muda evidentemente, pero esos son pro-blemas de alto nivel teórico, no. Yo digo cuáles son mis puntos de vista pero no digo que sean los correctos; yo trabajo siempre en mi clínica con la idea de amor, odio, reparación, envidia. Esos son los conceptos que más me motivan a mí en mi trabajo.

A: Alguna vez has dicho que eres un psicoterapeuta que por momentos es analista.Horacio: Así es. Es muy difícil ubicarse en el lugar del ana-lista, que recibe lo que el paciente le envía, lo metaboliza internamente y de esta forma da una interpretación. En ese momento sos analista, si, en otras circunstancias tenés cariño por el paciente, querés ayudarlo al paciente, le das buenas ideas; ahí no sos analista, ahí sos psicoterapeuta; quiero decir que yo considero que soy analista en el mo-mento que puedo recibir lo que el paciente me comunica y transformarlo en una interpretación que tiene que ver con lo que a él le pasa, no con lo que me pasa a mí.

A: Has dicho que crees no tanto en la analizabilidad del paciente como en la capacidad plástica del analista.Horacio: Si, es cierto el concepto porque, claro, todas las cosas tienen su historia también. El concepto de analiza-bilidad tiene mucho que ver con la psicología de Hart-mann, y con la idea de que la diferencia entre neurosis y psicosis es muy definida. Yo no creo eso y en ese sen-tido entonces depende no solo de las posibilidades del paciente, sino también de la capacidad de comprensión del analista, el destino de la relación. Por ello no me gusta mucho a mí la idea de analizabilidad porque es como ya poner un límite; en realidad vos no sabés que hay pacien-tes que uno piensa que no se van a analizar y se analizan muy bien y otros que vos piensas que se van a analizar muy bien y sale mal todo, no. También la idea de neurosis y psicosis… Freud la planteaba muy claramente; pero los casos de Freud no eran muy neuróticos; el hombre de los lobos no era un paciente neurótico. Dora, Dios me libre, no sé si me atrevería a meterme con Dora; Dora terminó mal. El hombre de las ratas era, me parece, un paciente más de una neurosis obsesiva bastante típica, que mu-rió en la guerra, así que de lance, uno poco y nada sabe, cómo hubiera seguido. La idea kleiniana de angustias psi-cóticas, o angustias tempranas a mí me parece más que la de la analizabilidad.

A: Dado que el psicoanálisis se está difundiendo tanto en el mundo, en diversas partes del mundo, ¿qué es lo más esencial en él¸ lo que no debería moverse?Horacio: La asimetría de los roles, la reserva, que como decía Liberman; paciente y analista hablan del paciente y nada más que del paciente; David decía que es un diálo-go en el cual paciente y analista hablan sólo del paciente, es decir, la discriminación de los roles y la asimetría y la

reserva para mí son esenciales en el análisis. El que más, más genialmente trató de discutir eso fue Ferenczi en sus últimos años, tenía bastante razón, en el sentido que a veces el setting no sirve para retomar contacto con el pa-ciente; pero la idea de un análisis recíproco, como llegó a decir en algún momento Ferenczi, el mismo Ferenczi comprendió que no era posible, que para plantearlo más concretamente yo creo que la esencia del psicoanálisis está en la asimetría de los roles, la reserva analítica y la forma de operar del analista, que no es la del hombre de la calle, sino que está interesado en que el paciente se haga consciente de sus problemas.

A: ¿Qué piensas del análisis telefónico, por skype?Horacio: No pienso mal, en realidad el análisis es una em-presa muy difícil. Acabo de decir que solo en algunos mo-mentos uno debe ver realmente al analista. En el mundo actual la presencia corporal del otro, que para mí sigue siendo fundamental, se puede discutir; y, en realidad, ¿qué hago yo con una persona que vive en la Patagonia, no, que no puede venir cuatro o cinco veces por semana? yo creo que no está mal intentar otro tipo de comunica-ción, con el skype o con el teléfono. Yo siempre me acuer-do de una muchacha que yo atendí muchos años y que tuvo una hepatitis, que antes se llamaba hepatitis benig-na, ahora son virosis, no; y ella estuvo un mes largo sin ve-nir al consultorio. Yo en este momento no tengo ninguna duda que la hubiera atendido por teléfono ese mes.

A: ¿Y el análisis didáctico en esas condiciones? Horacio: Es lo mismo el análisis didáctico, es lo mismo; solo que más difícil. Pero digamos ¿cómo haces vos para responder a la legítima demanda china de psicoanálisis? Yo no me voy a ir a vivir a China, y si me voy a vivir, ¿qué hago? O sea, no sé el mandarín, no lo platico yo, entonces si uno quiere responder a la legítima, legítima digo, de-manda de otras culturas o de otros pueblos, como el chi-no, el coreano, a mí me parece que tenemos que adaptar-nos a una condición que no es exactamente la misma que la que tengo yo con una persona que vive a diez o quince cuadras de mi casa; es decir, no creo que el psicoanálisis por teléfono, por skype, por el mail o por lo que fuere sea igual que el análisis que te practicamos nosotros, no creo que sea igual; pero creo que es respetable cuando no hay otra posibilidad. El ejemplo de la chica con la hepatitis a mi me parece que es convincente, no; ella tuvo que parar un mes de tratamiento porque, claro, la hepatitis en ese tiempo, en la época en que yo la atendía a ella, lo que se conocía en ese momento de la insuficiencia hepática, es que tenía que guardar estricto reposo en cama, no; de modo que ahí yo creo que hubiera sido muy pertinente analizarla por teléfono; en ese tiempo parece que está bien. La puesta o el intento de regularizar lo más posible ese tipo de tratamiento me parece que es lógico, un hora-rio concreto, a tales horas, los pagos.

A: Eso sería todo, Horacio. Muchísimas gracias por tu tiempo y dedicación.

ENTREVISTA

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 15

UBUNTU

La palabra “Ubuntu”, proviene de la lengua Zulu, del Sur de África. Últimamente ha sido asociada con un lenguaje de programación de computadora (utiliza-do por ejemplo para producir la película Avatar), pero ¿por qué traerla a nuestro contexto?

Sorprendentemente, la “mentalidad” Ubuntu resulta muy a fin con los planteamientos teóricos de impor-tantes psicoanalistas. Ubuntu vienen del proverbio Zulu: ‘umuntu ngumuntu ngabantu’, que significa ‘un ser humano se convierte en ser humano a través de otro ser humano’ o en palabras de Dick de Groot, edu-cador holandés, ‘somos quienes somos porque somos vistos, porque las personas a nuestro alrededor nos respetan y nos reconocen como personas’.

Willard (2008) añade que Ubuntu significa “Yo soy por-que tú eres”. Más que una palabra es una ética, una forma de vida, un principio. Si bien no es algo que se menciona a cada instante, para quienes lo viven está presente en cada aspecto de su vida.

De Groot (2007) explica que cuando dos personas que comparten el principio Ubuntu se encuentran, una de ellas dice: “Sawu bona”, es decir: “Yo te veo” (“I see you”), y en respuesta el otro le responde: “Sikhona”, es decir: “Aquí estoy yo” (“Here I am”). Hace algunos años cuando recién iniciaba mi forma-ción en el Instituto y empezaba a trabajar en OCAL, una de mis compañeras me preguntó porqué dedicaba tanto tiempo a estas actividades. Luego me dijo: “Cla-ro, es que como tú no eres de acá, para ti es importante pertenecer”. En aquel entonces su comentario me im-pactó. Siento que ahora puedo darle la razón y añadir que ha sido gracias a ello, a mi necesidad de “verme en los otros”, que he podido consolidar quien soy, desde mi origen, y quien quiero ser, desde mi deseo.

Sin embargo, esta reflexión solo pude llegar a incor-porarla completamente después de asistir al Congre-so de IPSO e IPA en Ciudad de México. Fue un evento impresionante en varios sentidos. La enorme concu-rrencia de candidatos provenientes de muchas partes del mundo (más de 200), los paneles centrales, la ca-lidad de las ponencias y las supervisiones, los grupos de discusión, la calidez de los mexicanos en su forma de recibirnos y acogernos, y mucho más. Sin embar-go, algo que me resultó especialmente impactante fue

la forma en que los candidatos de todas las partes del mundo “nos encontrábamos y nos veíamos”. El saludo “Ubuntu” circulaba, sin nosotros saberlo, entre todos: “Qué gusto …por fin te puedo ver, yo soy……llevamos tanto tiempo escribiéndonos por mail!!!”

En el mundo de hoy las barreras geográficas se han di-luido gracias a Internet, los intereses académicos nos han acercado convirtiéndonos en compañeros virtua-les, pero es gracias a los Congresos y a los encuentros promovidos por organizaciones como OCAL, IPSO y se-guramente ahora nuestra propia Asociación de Candi-datos, que logramos que ese principio que señala que “nos construimos en la medida que nos podemos ver (reflejados) en otros”, se haga una realidad tangible. El grupo y la experiencia grupal resultan siendo, una vez más, dimensiones fundamentales para la estructura-ción de la identidad como analistas.

El principio cartesiano de “Pienso luego existo” ha sido traducido en África por “Yo me constituyo porque nosotros existimos”. Es así como la ética Ubuntu y los planteamientos psicoanalíticos albergan muchas coin-cidencias que invitan a repensar la forma de concebir y vivir el proceso y el espacio de nuestra formación.

De Groot señala finalmente: “Si bien adquirir conoci-mientos y habilidades de forma individual es de impor-tancia fundamental para favorecer el desarrollo, lo que realmente importa es la inspiración, la estimulación, la imaginación, los retos, favorecer la autoconfianza, ofre-cer responsabilidades y favorecer la capacidad para ha-cer elecciones. Todos esos valores solo pueden lograr-se en el contexto de una comunidad”. La comunidad de la SPP, del Instituto, de los candidatos y de las varias Instituciones a las que pertenecemos.

Ubuntu.

Bibliografía

De Groot, Dick, (2007),w w w. ik benomdat wi jz i jn . info/ index .php?opt ion=com_content&view=article&id=98:i-am-because-we-are&catid= 44:english&Itemid=92

Willard,Adam, (2008),www.associatedcontent.com/article/1060758/ubuntu_in_south_africa_what_it_really.html?cat=9

EL PRINCIPIO “UBUNTU”Por Amelia Casas, Promoción VIII

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº216

XII CONGRESO PERUANO DE PSICOANALISIS: La Clínica Psicoanalítica Hoy. Individuo y Sociedad

Los días 2 a 4 de Agosto se llevó a cabo el XII Congreso Peruano de Psicoanálisis. Hemos reincidido en el lugar sede del mismo, y es que el Centro de Convenciones del Colegio Médico en Miraflores resulta ideal para tales ocasiones.

Contamos con la presencia de los invitados extranjero: Claudio Eizirik, Emilce Dio Bleichmar, Luis Martín Cabré, Rafael Paz y Jeremy Holmes, quienes acompañados de todos los ponentes nacionales hicieron de este Congreso una gran evento académico.

Aqui presentamos las palabras inaugurales de Roberto Scerpella, el testimonio de Jorge Parodi sobre una de las exitosas actividades Pre-Congreso y la ponencia de Teresa Ciudad la cual no alcanzó a publicarse en el No. 9 de la Revista de la SPP, donde un buen número de los trabajos presentados se han  publicado en una cuidadosa edición a cargo de Augusto Escribens y el Comité Editorial compuesto por María Luisa Silva, Fryné Santiesteban, Clelia Trelancia y Eduardo Montagne..... Nos encontramos en larga digestión de lo aprovechado!

CONGRESO SPP

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 17

CONGRESO SPP

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº218

REFLEXIONES

En la presentación de su último libro, titulado “Ilusiones y Desilusiones del Trabajo Analítico”, André Green dedica la presentación del mismo a la narración detallada y desga-rradora del último de los tratamientos psicoanalíticos de Marilyn Monroe. Lo llama “Marilyn Monroe: la muerte de un ícono”.

Marylin Monroe al momento de morir estaba en un trata-miento de año y medio con un renombrado psicoanalista de la época, el Dr. Ralph Greenson. Marilyn Monroe había tomado cursos en el Actors Studio y Lee Strasberg, quien lo dirigía y creía en el psicoanálisis la recomendó a una psicoanalista, la doctora Margaret Hohenberg, con quien estuvo por cinco años. Luego buscó ayuda en otra, la Dra. Marianne Kris, quien, al mudarse Monroe la recomendó con Greenson.

El análisis del Dr. Greenson nos puede resultar chocan-te por su escasa neutralidad: las sesiones al principio se dieron en casa de Marilyn, luego en casa de Greenson, quien la presentó a su familia, de la que Marilyn se hizo crecientemente dependiente, en la idea de darle la casa y los vínculos familiares de los que ella careció desde su mas temprana infancia. Un colega de Greenson intentó hacerle ver lo erróneo de su actuar y de que sus tenden-cias reparativas parecían no tener límite, pero no lo es-cuchó y al parecer, aunque esto no está probado, pudo tener el apoyo, en este aspecto, de Anna Freud, de quien era muy próximo.

El detalle de las complejas interacciones entre Greenson y los allegados a Marilyn llegó a ser un entramado tal que no debe haberle sido posible pensar siquiera en que era me-jor salir. El analista terminó estando vinculado a diversas personas en la vida de su paciente: a hombres con quienes Marilyn estaba manteniendo relaciones amorosas y profe-sionales que eran a su vez pacientes de Greenson.

Lo que traigo como un ejemplo grueso de actuaciones en las que la función analítica se vio seriamente compro-metida e intenta dar inicio a nuestro diálogo respecto a lo que nos convoca en esta mesa ¿de qué aspectos cu-rativos hablamos cuando hablamos de psicoanálisis?

Quiero pensar que lo de Greenson fue un intento frustro de ayuda, una especie de colapso de la función analíti-ca, una suerte de literalidad de la ayuda que consistió en intentar brindar a su paciente la familia que no tuvo sin percatarse que no hacía sino agravar su sufrimiento. Y aunque convengamos ya no con Greenson sino con An-dré Green en que la patología con la imago materna es mucho más difícil de modificar, la ruta que elegimos y la manera en que lo hacemos, tendrá que ser cuidadosa y estar siempre sometida a reflexión.

ASPECTOS CURATIVOS DEL PSICOANÁLISIS

El análisis es trabajo, trabajo y más trabajo

Recuerdo con mucho afecto la frase que me dijo un su-pervisor en los inicios de mi formación: somos obreros, no te hagas ilusiones, el trabajo de cada día no puede ser reemplazado por ninguna frase brillante, o por la intui-ción más genial.

Trabajo sí, pero tal vez no únicamente en la connotación de obligatoriedad que tiene el término. Prefiero ampliar-lo y poner a consideración de ustedes lo que algunos as-pectos de mi experiencia me permiten hoy saber.

Para ello, expondré dos enfoques, bastante diferentes entre sí, con los que me siento identificada. La Sociedad Peruana de Psicoanálisis no ha suscrito ninguna corriente del psicoanálisis en el sentido de adscribirse a un predo-minio teórico o técnico determinado. Ha existido siempre una actitud de apertura e inclusión de escuelas que pos-tulan aspectos diversos y a veces, incluso divergentes. Sa-bemos que cuando hay diversidad corremos el riesgo de confusión, de mezcolanza. También hay y espero que mi trabajo sea expresión de ello, mayores posibilidades de darle a nuestra tarea diversos sentidos, de experimentar mayor libertad a la hora de implementarla, de repensar-la constantemente, de cuestionarnos respecto a lo que hacemos y confrontar lo que hacemos con colegas y en espacios públicos como el que hoy nos convoca.

Primero

En su clásico ensayo “La naturaleza de la Acción Terapéu-tica en Psicoanálisis” James Strachey ( Int. Psycho –Anal 1934-15) menciona que ciertos aspectos del compor-tamiento de parte del analista pueden ser dinámi-camente equivalentes a dar una interpretación mu-tativa, en particular, el hecho de que el analista no se comporte como el objeto arcaico. Dice textualmente: “Es difícil estimar qué proporción de los cambios terapéuti-cos que ocurren durante el análisis podrían deberse a in-terpretaciones mutativas implícitas de esta naturaleza” (p.286) De esta manera el concepto de interpretación se extiende considerablemente si incluimos más que la ex-presión verbal, de la manera como Strachey sugiere.

En realidad, existe una gran cantidad de cosas que suce-den implícitamente en un análisis y que son parte de él. Esto de ninguna manera invalida la importancia de la in-terpretación verbal, pero esta es sólo una herramienta necesaria de nuestro trabajo. Las interpretaciones ver-bales son lo que discutimos y de lo que escribimos, pero constituye sólo una parte de lo que sucede.

Los neurocientistas ya nos habían alertado respecto a las formas no verbales en las que se produce la comunica-

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 19

ción. Permítanme una brevísima incursión en algunas de sus ideas. Hay trabajos sobre madres y sus bebés que nos enseñan sobre la biología de la sintonía empática. Los in-fantes y sus madres espontáneamente empatizan con los estados emocionales del otro al juntar la expresión facial, el tono de voz y los movimientos. Se ha llegado a saber que cuando una persona apareja las señales no verbales de emoción de otro, tales como la postura, la prosodia y la expresión facial, esto recrea dentro de esa persona los cambios autónomos y las sensaciones corporales asocia-das con el estado emocional del otro. Podemos literal-mente sentir lo que el otro siente.

Regina Pally, neuróloga y psicoanalista, afirma que tanto analistas como pacientes pueden influirse mutuamente en cuanto a sus sensaciones corporales, fantasías, pen-samientos y aun palabras a través de señales verbales procesadas inconcientemente tales como cambios au-tónomos (rubor) y conductas (expresión facial, postura, gestualidad). Estas señales son información vital prove-niente tanto del analista como del paciente e informan a ambos de lo que está pasando emocionalmente. Con-cluye Pally diciendo que la forma en que se comunica el analista puede ser tan importante como lo que dice.

En este trabajo voy a ir varios pasos más allá de lo que estos datos nos permiten saber. Es muy cierto que en un ambiente de intimidad como el de un análisis, todos es-tos movimientos y operaciones biológicas se ponen en acción. Existe así una empatía de bases también neuroló-gicas que sin duda puede ser considerada como co-adyu-vante de procesos de transformación y curación.

Volvamos entonces al planteamiento de Strachey: de qué comportamientos implícitos estamos hablando cuando hablamos de los aspectos curativos del análisis? Pienso que nuestra atención y disponibilidad como analistas es el resultado de colocarnos simultáneamente en el lugar del paciente y el de colocarnos de un modo separado, que nos permite un entendimiento construido por nues-tra historia con él, con su forma de pensar, de sentir. Ser capaces de movernos alrededor de diferentes perspecti-vas y sentidos es lo que le da vitalidad al análisis.

Por el contrario, la señal de que un análisis no está yendo bien es cuando está encallado en alguna ranura de la que el analista no es capaz de salir a flote. Es en esos momen-tos en que se juega el destino de un análisis. Coincido con Dana Birksted-Breen, analista británica, que es precisa-mente lo que hace el analista para salir de esas ranuras, ha-ciendo nuevos vínculos en su mente, recapitulando todo lo que rodea el atasco, ampliando su manera de ver la si-tuación difícil y elaborando así una nueva comprensión de lo que ocurre. Este conjunto de operaciones constitu-yen los factores implícitos de la curación en el análisis.

Sólo así, haciendo un esfuerzo de nuestra parte para re-interpretar de una manera distinta situaciones que tal vez

habíamos interpretado de otra, estableciendo nuevos vínculos en nuestra mente y ampliando así nuestra visión, se hace posible que lo que hacemos sea un proceso y no una tediosa repetición de verdades encontradas previa-mente. Ayudamos a nuestros pacientes a no estar conge-lados ni en el tiempo ni en formas de pensar particula-res, de tal manera que puedan conocer aspectos de sus mentes que no conocían antes. Pensar lo que no podía ser pensado y encontrar nuevos significados. Justamente los estados patológicos se caracterizan por una constric-ción a modos de pensar fijos y repetitivos, a universos sin tiempo y unidimensionales.

Ahora bien, sabemos que hay interpretaciones correctas y hay otras que no lo son tanto, o peor aún, que no lo son en absoluto. Sin embargo, no es la interpretación correc-ta la que es curativa en sí misma. Es la lucha, el esfuerzo constante por la interpretación correcta la que lleva a una contínua re-interpretación de parte del analista.

Ron Britton (1989) nos habla ya no de dos sino de tres po-siciones que posibilitan que el paciente acepte lo que le ofrecemos como interpretación. La primera es la perspec-tiva del analista, la segunda es la del paciente y la tercera es la que apartándose, considera la interacción de ambos. Este desplazamiento supone de parte del analista una atención muy cercana a su paciente, atribuyendo signi-ficados a pequeños y e inesperados detalles, cuestionán-dose su propia interacción, haciendo nuevos vínculos entre todo lo anteriormente nombrado.

Esta actitud es simbólicamente análoga al cuidado mater-no que se adapta a las necesidades particulares del bebé y promueve así un narcisismo saludable. Un cuidado que respeta el tiempo de un bebé para aceptar el alimento, regurgitarlo, ponerse en pausa o ensoñar. Esto constituye la fuerza y el compromiso libidinal entre paciente y ana-lista. Así es como entendemos el hacer contacto con el paciente, “tocarlo”

Para el paciente, la interpretación que lo toca significa implícitamente que su analista lo ha estado escuchando verdaderamente, que desea saber sobre él y atenderlo, hacer sentido emocional a lo que el le dice, que no se ha rendido o ha sido puesto en off por sus intentos de rom-per el contacto, apartarlo o destruirlo. Significa que el paciente tiene un lugar en la mente del analista.

No es pues, la interpretación en sí misma la que es cu-rativa, como en los inicios del psicoanálisis se pensaba. Coincido con Birksted-Breen cuando dice que es el hecho que el analista esté preparado para hacerse cargo de las ansiedades y la destructividad de su paciente, de manera suficiente y para encontrar una forma y un nombre para todo ello y sobre todo, para intentar nuevamente cuan-do la interpretación parece no ser de ayuda.

Entiendo que un analista puede estar en esa disposición interna cuando su trabajo de autoanálisis continúa, cuan-

REFLEXIONES

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº220

do tiene un compromiso verdadero, profundo y ético con la tarea, cuando está dispuesto a revisar sus aciertos y sus errores, a re-pensar constantemente lo que su práctica le va permitiendo conocer.

Segundo

Nuestra práctica tiene sin embargo, más matices de los que he acabo de exponer. La corriente intersubjetiva ha desarrollado un concepto, el de ser testigo, que no puedo sino también suscribir con entusiasmo.

Este concepto ve la labor del analista como la de alguien que atestigua y presencia, que captura la exploración del paciente sobre sí mismo en la inmediatez del momento, a la vez que permanece atento sin entrometerse o irrumpir con una supuesta sabiduría.

El atestiguar es entonces una manera respetuosa de atender, una presencia silenciosa pero activa, una escu-cha que no busca necesariamente la interpretación, pero que complementa la función interpretativa del analista. La interpretación y la presencia van mano a mano, facili-tándose mutuamente.

El atestiguar entonces es entendido como una actividad, la de captar emocionalmente lo que el paciente está di-ciendo, sin hacer algo activo al respecto. Atestiguar es un desarrollo derivado del soporte (o holding) pero implica dejar ir, porque saberse atendido fortalece al yo y favore-ce la actividad posterior del insight.

Esta es tal vez, de las cosas más difíciles de aprender y entender de la labor psicoanalítica. Todos nos hemos desesperado cuando se nos ha señalado que es mejor aguardar, que la intervención prematura, por más que nos pudiera parecer atractiva o coincidente con alguna lectura o teoría con la que en ese momento nos iden-tificamos, es más bien intrusiva. Que nuestra escucha y silencio no son desapego, distracción o indiferencia, que escuchar verdaderamente supone un proceso acti-vo de entender.

Con los años uno aprende que cualquier intervención, va a afectar la mente de nuestro paciente y que por ello, hay que ser cuidadoso, respetuoso, no invasivo. ¿Será posible entonces suscribir dos posturas que ingenuamente uno puede pensar como antagónicas? O más bien estamos hablando de diversos momentos a lo largo de un análisis o a lo largo de una sola sesión en los que indistintamen-te uno espera, escucha con atención, va acompasando la intervención al momento más apropiado para ello? O también lucha, insiste, hace una serie de operaciones mentales que nos permiten tolerar los sentimientos que nos han sido proyectados sin caer en gruesas actuaciones como las que al inicio de este trabajo comenté sobre el análisis de Marilyn Monroe. O que cayendo en ellas, pue-da uno luego registrarlas como tales e incluirlas como parte del material de análisis.

Presentaré el segmento de un caso clínico de mis inicios como analista. Como suele ocurrir, en los inicios uno toma casos particularmente difíciles sea por exceso de optimis-mo, por ignorancia, por entusiasmo.

La paciente, una mujer joven, de 29 años, madre de tres niños, empezó su análisis de cuatro veces por semana, después de dos procesos terapéuticos anteriores conmi-go, que ella dio por terminados apenas empezó a sentir al-guna mejoría. Su patología borderline hacía que el análisis estuviera caracterizado por vaivenes de gran intensidad emocional, que parecían afectarme más a mí que a ella.

A medida que la transferencia se iba profundizando em-pezaban a aparecer aspectos que siendo incipientes mos-traban un lado afectuoso y cálido En una sesión del día jueves, la última de la semana, la paciente llevó a su hijo menor, por quien sentía un especial cariño para que lo conociera. Dijo que era un niño lindo, desconfiado pero de buenos sentimientos. Dijo que no tenía planes para el fin de semana y que no sabía de qué mas hablar. A mi vez le dije que tal vez no saber lo que iba a ocurrir el fin de semana la hacía sentir como a su hijo, un poco descon-fiada, sin querer mostrarse mucho. El resto de la sesión lo recuerdo como fluído, tranquilo y sin los ataques que caracterizaban las separaciones.

Sin embargo a la sesión siguiente, la paciente mostró un lado caprichoso, que intentaba desmentir cualquier avan-ce, demostrarme que no valía la pena hacer esfuerzos por ella. Por mi parte experimenté una especie de cansancio y malestar por ataques hostiles de tanta intensidad. A su vez esto pareció haber sido percibido por la paciente, la que después de un momento dijo lo siguiente:

“.. sabes yo era exactamente así en el colegio, si había una buena profesora que me quería ayudar yo pensaba que era porque esa era su obligación y me portaba peor, para que no le quedaran ganas de volver a intentarlo... pero ¿porqué soy así?, ¿porqué me esmero en desilusio-nar a las personas? (en ese momento llora de manera muy sentida)...sabes, yo creo que soy mala, mas mala de lo que las personas puedan siquiera imaginarse”.

Leyendo mis notas de ese entonces, y reflexionando sobre mis aciertos y errores interpretativos me veo reflejada en las dos perspectivas que he desarrollado como factores curativos en el análisis. En retrospectiva pienso que tal vez debí ser más cauta, esperar más, escuchar con más pacien-cia, tolerar mejor sus ataques hostiles y sus masivas proyec-ciones. Rescato, sin embargo, mi persistencia y lucha en el trabajo con la paciente. Mi paciente sabía que yo estaba comprometida con su proceso y que con mis herramientas de ese momento la iba a luchar, la íbamos a luchar, que va-lía la pena intentar una vez más y otra. Felizmente el tiem-po y las desilusiones del trabajo no me han quitado la ilu-sión por éste, y espero que a ustedes tampoco se los quite.

Teresa Ciudad

REFLEXIONES

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 21

APORTE

Una playa de ternura… abuelazgoMatilde Ureta de Caplansky1

1 Magíster en Salud Mental, CC.HH. y Sociales. Psicoanalista SPP-IPA. Vice Presidenta COWAP-IPA para Latinoamérica. E-mail: [email protected]

Presentación:

La experiencia del abuelazgo tiene, a la vista, vir-tudes únicas e indiscutibles en nosotros por lo gene-ral, un sentimiento de ternura y emoción relacionado -entre otras- a la idea principal de descendencia y, por tanto de trascendencia. ¿Podría alguna persona dudar del baño de narcisismo que esta situación conlleva na-turalmente? Lo dudo. Los aspectos de responsabilidad y preocupaciones, quedan, por un rato, de lado porque en principio fan-taseamos que somos abuelos y no padres y que estos se ocuparán centralmente de sus hijos y nosotros nos dedicaremos a engreírlos y mimarlos. Con los tiempos que corren, esta secuencia -apa-rentemente- natural ha variado mucho y existen, es-tadísticamente, muchos abuelos-padres de sus nietos, tanto psíquica como económicamente hablando. Se llega al abuelazgo en una etapa de la vida que descubrimos -necesariamente- un tercer momento, en cuyo escenario se juegan en simultáneo varias escenas: vínculo conyugal de no menos de 20 años, viudez, di-vorcio, preocupaciones por otros hijos que están estu-diando o empezando su vida laboral en un país como el nuestro cuya tasa de incertidumbre en este tema y otros es muy alta. Otras escenas están referidas al propio envejeci-miento y sus vigorosos cambios corporales, el inicio asimismo de una cierta precariedad de la salud (las ñañas, así llamadas coloquialmente) con diversos cua-dros, no mortales, pero sí molestos y costosos. Laboralmente puede, no siempre, haber una mer-ma y/o competencia con nuevas generaciones con las cuales hay que medirse aunque es cierto que la experiencia acumulada -siendo un máximo valor en nuestra sociedad- no deja de ser un factor importante sobre todo para que los abuelos podamos sobrevivir recurriendo a la acumulación de nuestros recursos. Toda la situación descrita nos lleva a pensar que esta playa de ternura tiene en su terreno piedras, con-chitas y algo de deshechos que tenemos que ir sor-teando cuando paseamos por ella.

Viñetas:

Pregunta: ¿Para qué sirven los abuelos?• Juan(4años):…para quererlos…• Marina (7años):…para aconsejarnos, ayudarnos,

corregirnos, conversar con ellos…• Samanta(9años):…para darnos cariño, enseñar-

nos, para ayudarnos con nuestras tareas, y para que nos cuiden…

• Andrea(4años):…para cuidarnos…• José(7años):…para engreírnos…• Anaïs (12 años):…Cuando los papas no te atien-

den, los abuelos siempre te reciben; son como pa-pás, les puedes contar cosas como amigos aún cuando tengan siempre el papel de papás…

Algo de teoría:

Estamos frente a una nueva función: el abuelazgo; algunos postulan que se trataría de una re-materniza-ción entre otras funciones. Teóricamente podríamos decir que el objeto es tra-tado como el propio yo, éste sirve para reemplazar un ideal del yo. El yo deviene de menos en menos exigen-te y pretencioso, y el objeto se convierte, más bien, en algo importante y magnífico. El objeto entra en pose-sión de la totalidad del amor de si y del yo. Lo que se produce es una re-narcisización con el abuelazgo en términos de trascendencia en tanto la vida continuará en principio y esta posibilidad da mu-cha satisfacción y orgullo. En otras palabras, los nietos dan una cierta garantía de continuidad y descenden-cia, por lo menos poéticamente, aunque sabemos, como dice el poeta: que la repartija de la vida es extra-ña, a veces te da y otras te quita. Creemos consolarnos del yugo de la muerte porque sabemos que somos mortales, y saberlo nos procura el sentimiento de que podemos prepararnos para en-frentarla: “filosofar es aprender a morir”. No es la resig-nación ni la sumisión a una potencia ciega, a la que uno acata en la impotencia; el consentimiento de nuestra finitud nos mantiene en la idea de que la muerte pue-de encontrar en nosotros un adversario estimable.

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº222

Hubo que esperar hasta Freud, Melanie Klein y, so-bre todo, Winnicott, para comprender que el juego de los niños era cosa seria y portador de una función tan necesaria y tan extendida que podía englobar las activi-dades psíquicas más graves y más profundas de que los adultos eran capaces. En efecto, el juego sólo se puede comprender a la luz del fantasma y éste se arraiga en la sexualidad para desplegarse en la sublimación. Dejemos estas ensoñaciones, divertidas o terrorífi-cas, para volver a Freud, quien no sospechaba que se pudieran convertir en realidad. A sus ojos, la sexuali-dad es la función de la vida, que relativiza el poder del individuo. Se lo puede ver fácilmente desde las prime-ras fases de su obra. Su primera teoría de las pulsiones oponía las pulsiones de autoconservación (del indivi-duo) a las pulsiones sexuales, para las cuales la conser-vación de la especie, aunque no es perceptible de ma-nera directa, es empero la meta última. Dicho de otro modo, la sexualidad recubre a la vez el campo del in-dividuo y el de la especie, mientras que la autoconser-vación sólo atañe al individuo. Así, sexualidad, placer (que amenaza a la autoconservación desde esta etapa del pensamiento freudiano) y negación de la muerte se ligan en una suerte común, que sólo el análisis de los procesos inconscientes puede poner de manifiesto. Sin embargo, con todo rigor, no se podría hablar ver-daderamente aquí de inmortalidad. Sólo en apariencia son equivalentes estar privado de cualquier represen-tación de la muerte y creerse inmortal. Si la muerte no tiene representante en el inconsciente, este no puede reclamar la inmortalidad. Esta desmentida que excluye a la conciencia de la muerte no se dicta por referencia a su posibilidad, y todavía menos por referencia a su ineluc-tabilidad. La afirmación absoluta de la vida, en la forma de los cumplimientos de deseo, no conoce antagonista. La creencia en la inmortalidad arraiga, entonces, en el yo inconsciente. La razón de ser de esta topografía es la sexualización de las pulsiones del yo. El desconoci-miento de la muerte en el inconsciente ha elegido por domicilio el yo. Pero como el yo es también conciente -necesidad obliga-, la instancia garante de la racionali-dad que se sabe mortal por su relación con la realidad exterior lleva en sus pliegues una dobladura mega-lomaníaca, presta a inflarse hasta eclipsar a la otra, a veces para el placer inocente de la ficción, otras para el sostenimiento de la fe. Y se manifiesta a plena luz bajo los golpes de la psicosis. El yo es entonces esa du-plicidad misma; su estructura escindida participa de su funcionamiento más íntimo: enmascarado en la nor-malidad, a cara descubierta en la enfermedad. Recono-cimiento de la realidad material (cuya importancia, por otra parte, no se debe descuidar), desconocimiento de ésta por la realidad psíquica (inconsciente), he ahí la

dialéctica que da razón del hecho de que el anhelo de inmortalidad sólo cobra su sentido en coexistencia con la conciencia de la muerte. No obstante, en el punto a que ha llegado en 1919, Freud entiende siempre la angustia de muerte como un desplazamiento de la angustia de castración. La in-mortalidad sería al narcisismo lo que la negación de la castración es a la libido de objeto. Pero Freud empieza a conjeturar el posible influjo de otros factores. Estaba demasiado al tanto de la clínica psiquiátrica de su tiem-po para no advertir que el síndrome de Cotard, obser-vado en la melancolía, así como las ideas de grandeza de las demencias vesánicas o de la fase terminal de las parálisis generales, no se podían interpretar en nombre del narcisismo únicamente. Aun en el marco de las cu-ras psicoanalíticas, la resistencia a la curación demanda-ba explicaciones diferentes de la obstinación del yo en agotarse en el mantenimiento de defensas superadas. La completud narcisista ya no es el resultado de la fusión con el objeto; nace ahora de la relación que el yo mantiene con su doble. A la manera en que se ha podi-do decir que el ideal del autoerotismo eran “los labios que se besan a sí mismos”, se podría también adivinar en el fantasma de inmortalidad el ideal simétrico del yo que se hace el amor a sí mismo, o se lo hace a su expresión desdoblada, sin ser inquietado ya ni por la angustia de castración ni por la angustia de muerte. El yo no defiende ahora sólo su integridad o su uni-dad, con este anhelo de inmortalidad. Niega sus límites en el espacio y en el tiempo. Ya no conoce la finitud del ser- ahí ni el desgaste del aquí y ahora. La serie de figuras por las que pasa la inmortalidad va de la fusión primitiva del yo joven con el objeto, pasando por la in-vestidura narcisista del yo, hasta llegar a la investidura del doble, en un movimiento evolutivo coherente. Nadie escapa a la depresión que se liga a la condi-ción humana porque es el precio que pagamos por el apego a los objetos que nos dan la alegría de vivir. No todos morimos por ello, felizmente. En la mayoría de los hombres, las pulsiones de vida nos devuelven un gusto de vivir que por un momento pudo faltarnos. La libido recupera su predominio, inviste objetos nuevos o reinviste los que fueron la causa de la decepción que nos movió a desinvestirlos. Aun el duelo de los seres más queridos, los que creíamos irremplazables, toca a su fin día. Es la gran lección de Montaigne y de Proust. El olvido está de parte de la vida, porque de lo con-trario la inmortalidad sería una carga. La represión es, entonces, conservadora. Cuando el duelo se hace in-terminable, no es en la cuenta del amor donde anota-remos esa pérdida inconsolable, sino, al contrario, en la de un resentimiento, originado en el abandono por el objeto, resentimiento que no dice su nombre.

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BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 23

En nuestros días, parece que muchas de nuestras sociedades ya no encuentran la manera de dar al fan-tasma de inmortalidad un soporte colectivo por la celebración de ritos o la conmemoración del pasado. Privada de la amalgama comunitaria, la inmortalidad es descuidada, como una tumba abandonada. Queda relegada a creencia singular, a “religión privada”, que arraiga con la misma fuerza en la psique, pero se aver-güenza de las críticas que le dirige el yo racional.

El rol de las abuelas respecto a los nietos reciénnacidos a través del vínculo con sus hijas

Daniel Stern (1997) creó el concepto de constela-ción maternal para referirse a la organización psíqui-ca en la que entra la madre, en nuestra cultura, con el nacimiento de su bebé, la misma que determina un nuevo conjunto de tendencias a la acción, sensibilida-des, fantasías, temores y deseos. Este concepto implica varios temas y preocupaciones, uno de los cuales se refiere al discurso interno y externo que tiene la madre respecto a su propia madre. En nuestra cultura... cuando una mujer se convierte en madre, surgen varios temas asociados: (...) el de la vida y el crecimiento, (...) el de la relación primaria, (...) el de la matriz de apoyo, (...) el de la reorganización de la identidad. Cada uno de esos temas conlleva un gru-po organizado de ideas, deseos, temores, recuerdos y razones, que determinará o influenciará los sentimien-tos de la madre, sus acciones, interpretaciones, relacio-nes interpersonales y otras conductas de adaptación» (Stern, 1997, p. 211). “Stern afirma que «la constelación maternal hace referencia (también) a tres preocupaciones y discursos diferentes que tienen lugar tanto interna como exter-namente: el discurso de la madre con su propia madre, especialmente con-su-propia-madre-como-madre-cuando-ella-era-niña; el discurso consigo misma, esen-cialmente consigo-misma-como-madre; y el discurso con su bebé.” (Stern, 1997, p. 210). Podríamos decir que esta abuela benevolente, a la que hace referencia Stern, sería el equivalente a la madre suficientemente buena de Winnicott. Así, si tomamos prestado ese concepto y lo parafraseamos, podríamos afirmar que una «abuela suficientemente buena» permitirá a la madre primeriza desarrollar el vínculo afectivo con su nuevo bebé y reorganizar su propia identidad, pasando de ser hija a ser mamá.

El rol de los abuelos en circunstancias difíciles

Dolto afirma que «cuando las mujeres se han con-vertido en abuelas, ellas están felices de su descenden-

cia y son capaces de dar a sus hijos y a sus nietos una ayuda que no parece un sacrificio, al mismo tiempo que no buscan tomar el lugar de la madre en el cora-zón de sus nietos, o de la abuela de la otra rama (...) es-tán, según sus medios y día a día, al servicio de la vida, particularmente de los humanos, tanto en su realidad cotidiana como en su aspecto simbólico» (Dolto, 1983). Los abuelos transmiten cultura, tradiciones y raíces a sus nietos. Hay un enriquecimiento mutuo, pues esos momentos que los nietos pasan con sus abuelos están teñidos por las experiencias vividas y una mirada del mundo más sabia y tolerante. A cambio, los nietos les devuelven frescura, vitalidad, espontaneidad y alegría. Otro aspecto que queremos rescatar de esta rela-ción es la capacidad de los abuelos de congregar a la familia, en una época en la que por la distancia y velo-cidad de la vida cotidiana los encuentros son menos frecuentes, de manera tal que se convierten en una suerte de puente entre tiempos, generaciones y nue-vas familias nucleares, contribuyendo a ti fortalecer los lazos familiares y la transmisión de experiencias y valores que, a la larga, para bien o para mal, pasan a formar parte de la estructura familiar, dando lugar así a la transmisión transgeneracional. (Soto, E. 2000). Claudio Magris (2000) en su libro “Utopía y desen-canto”, nos dice: “…Es como si se hubiera percatado por instinto de que la realidad es un malentendido, pero sin permitir que este descubrimiento le quite el gusto de vivir y la vaga pero arraigada convicción de que la vida, con todas sus contradicciones, tiene un sentido y un valor, ante el que, a pesar de todo, uno debe inclinarse.”

Epilogo:

Vemos entonces que la abuelidad es mas compleja que solo envejecer, con todo lo que ello implica, tejer calcetas o bordar ropones…es también una movi-miento psíquico que implica la totalidad de la mente y de las relaciones de objeto. Sin embargo, no me cabe duda que la playa de ter-nura de los pequeños, medianos y grandes nietos son inmensas y entrañables y es una experiencia que bien vale la maternidad para poder llegar al abuelazgo.

Bibliografía:

1. Green, A. El trabajo de lo negativo. Amorrortu, Buenos Aires, 1995.

2. Magris, C. Utopía y desencanto. Anagrama, Barcelona 2001.

3. Zelaya, C.; Soto, E., Clemens, M. y Verán J. Ser abuelos: un continuo sin fin. Fondo Editorial SIDEA. Lima, 2002.

APORTE

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº224

En medio de la desestabilización producida por los eventos dramáticos y los fracasos de políticas públicas en el mundo globalizado,  está surgiendo un escep-ticismo acerca de los modos  habituales para elabo-rar conocimiento, y un cuestionamiento acerca de cuál es el tipo de conocimiento que necesitamos.  

Aparece una crítica a la sobrevaloración de las explica-ciones racionales, que clausura el espacio para las op-ciones poco probables (Nassim Taleb en “El Cisne Ne-gro”) e ignora todo lo que no sean correlaciones cuan-tificadas (David Brooks en “Un Nuevo Humanismo”).   Para Taleb, el problema es que perdemos apertura para lo inesperado, mientras  el mundo globalizado recibe cada vez más “el impacto de eventos altamente impro-bables” (como los cisnes negros).   

Brooks advierte que la pretensión de que somos seres racionales -mientras  nuestras emociones y pasiones son negadas- lleva a enormes fracasos.    Alega, por ejemplo, que el supuesto asumido de que los banque-ros actúan racionalmente,  tiene que ver con la crisis financiera.    O que el fracaso de la reforma educativa norteamericana, se debe a que todos los intentos ig-noraron la cuestión fundamental: la relación profesor-alumno.  “He llegado a creer que estos fracasos provie-nen de una  única falla: nuestra confianza en una visión enormemente simplista sobre la naturaleza humana.  Tenemos una visión predominante en nuestra socie-dad de que somos criaturas divididas. La razón, que es confiable, está separada de las emociones, que son sospechosas.  La sociedad progresa hasta el punto de que la razón puede suprimir las pasiones”. Estas reflexiones llevan a perspectivas que colindan con el psicoanálisis o lo apelan directamente. Aparece una necesidad de focalizar cómo funciona la mente.  Entender cómo ésta organiza la percepción de la realidad -exterior e interior- facilitando, sesgando o bloqueando su comprensión.   Taleb intenta explicar el rechazo a lo inesperado por los “puntos ciegos, ilusio-nes y prejuicios de la mente”.    Brooks   denuncia que “estamos atrapados en una visión amputada de la na-turaleza humana” e invita a recoger una más rica y pro-funda visión producida por investigadores de diversos

El Uso del Psicoanálisis para las Organizaciones

En torno a la difusión de nuestro Congreso

campos.  Finalmente, nos sorprende llamando a tomar en cuenta un “insight clave”: que “la parte inconsciente de la mente es la parte mayor de la mente, donde ocu-rren muchas de las más impresionantes proezas del pensamiento” (!).  Algo por lo que viene pugnando el psicoanálisis desde hace más de un siglo.     Pero estas perspectivas tienen el límite de no poder operar sobre el núcleo del problema: las dificultades de la mente para tolerar lo inesperado y pensar la co-municación del inconsciente.

Taleb invita a una actitud de apertura a lo inespera-do.  Brooks desea que las perspectivas más profundas tengan un efecto en la cultura, cambiando la manera como nos vemos a nosotros mismos.

El psicoanálisis, sin embargo,  puede ir más allá de pro-poner una nueva actitud o difundir un cambio cultural. Si bien carecemos de una capacidad para influir en el amplio ámbito social,  el método que nació en la clí-nica puede extenderse algo más allá y ser usado en el ámbito de las organizaciones.

El psicoanálisis ha producido la teoría y la práctica que hace posible analizar los elementos y procesos grupa-les inconscientes: los supuestos, fantasías y defensas, creados y compartidas por el grupo, que dan forma específica a maneras de interpretar la realidad.

Sobre esta área puede operar legítimamente el psicoa-nálisis, en un mundo que parece dar algunas tímidas señales de empezar a necesitar algo más que estadís-ticas y consejos.

Es lo que percibimos en el diálogo que tuvimos con los miembros del Club Empresarial, además de interés y preocupación, entusiasmo y perplejidad, ante ideas como las que expusimos más arriba.

Me parece un acierto la política del Presidente de la Co-misión Organizadora del Congreso, Roberto Scerpella, de acercar nuestra institución a dialogar con otras ins-tituciones de la sociedad.

Jorge Parodi

PSICOANÁLISIS APLICADO

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 25

CONGRESO DE MÉXICO

Panel del Inconsciente Este panel concordó con uno de los objetivos principa-les del Congreso, de explorar conceptos fundamentales del psicoanálisis. Los dos otros conceptos, la sexualidad y los sueños se discutieron en espacios similares. La idea gene-ral fue invitar a analistas de comprobada solvencia teóri-ca que expusieran distintos puntos de vista para poderlos contrastar y apreciar la discusión actual respectiva. El pre-sidente del Comité del Programa, Steve Ellman, es autor de “Cuando las teorías se tocan” ( Karnac, 2010 ), y ha tratado ampliamente este tema.

En el Congreso de México ( 3 – 6 de Agosto, 2011 ) tuve ocasión de coordinar uno de los paneles que dio nombre al congreso, el Panel sobre el Inconsciente. El objetivo fue ex-plorar, conjuntamente con otros, un concepto fundamental del psicoanálisis. Los otros espacios similares se orientaron a estudiar los sueños y la sexualidad. Tenemos una pluralidad de teorías vigentes, complementarias y contradictorias, y ésta fue una oportunidad para explorar estas coexistencias.

Los ponentes invitados a ello fueron : Giuseppe Civitare-se (Italia), Jorge Luis Maldonado (Argentina), Miguel Kolte-niuk (México) y Werner Bohleber (Alemania). Bohleber, Ex Presidente de la Asociación Psicoanalítica Alemana, apreció que sería mejor ver al consciente y al inconsciente como niveles distintos de organización o como formas de repre-sentación y modos de funcionamiento del material mental, que se caracterizan por, pensamiento primario y secundario o por catexis de energía con atención. Dijo que estas formas organizacionales deberían imaginarse no claramente dividi-das las unas de las otras sino a lo largo de un contínuo.

Adelantó que en la cabeza de cada psicoanalista sus teorías pueden diferir considerablemente con las de su confesión manifiesta. Asimismo, relevó la geografía meta-fórica del alma que nos sirve para pensar dónde se sitúan los procesos inconscientes. Por ejemplo, refirió que tene-mos al modelo de un espacio psíquico tridimensional típi-camente de Freud (1915), o el modelo kleiniano donde el espacio metafórico tiende a ser horizontal en el que se de-sarrollan los procesos inconscientes de las identificaciones proyectivas. Un tercero sería el de Laplanche para quien el inconsciente se vuelve “enigmático embajador del otro”; y aún contaríamos con un siguiente modelo proveniente de las nuevas teorías intersubjetivas que ya no localiza el in-consciente intrapsíquicamente sino que la misma relación interpersonal ( en el análisis ) se vuelve el lugar semántico del inconsciente que es vivido en el vínculo.

Afirmó que la vieja distinción de Freud entre represen-tación de palabra y cosa no le parecía ya apropiada, y que sería mejor sustituir esta conceptualización por la categoría de procesos de simbolización. Según su criterio, ello permi-te distinciones más precisas en el grado de simbolización, y del otro, da pie para interpretar una traducción inconsciente como una pérdida o retirada de significado.

Robert Stein, Adela Escardó, Antonino Ferro, Steven Ellman, Roberto Doria Medina y Arnold Rodstein

El preconsciente, comprendido como un inconsciente des-criptivo, sí tiene un significado hoy, debido a que aquello que puede ser parte del inconsciente no reprimido puede ser acomodado en él.

En otro lenguaje pero que dejaba ver puntos de contacto con la exposición anterior, Civitarese, de la Sociedad Psicoa-nalítica Italiana, expuso su concepción de lo inconsciente basada en las ideas de Bion sobre el pensamiento onírico de la vigilia y su concepto social acerca del nacimiento del sujeto. Puntualizó que una serie de operaciones mentales que Bion llamó “la función alfa” decodifican contínuamen-te los estímulos sensoriales y emocionales elementales que recibimos del entorno, y los transforman principalmente en imágenes visuales (elementos alfa). Así, el niño nace con una conciencia (función alfa) rudimentaria y depende de su madre quien funcionaría como el inconsciente de su bebé. Civitarese dijo apoyarse en los desarrollos de Grotstein, Og-den y Ferro, entre otros. Bajo su punto de vista, consciente e inconsciente se sitúan a lo largo de un contínuo como las dos superficies de una cinta de Moebius que se fusionan una en la otra. Estarían separadas por una membrana compuesta por un número mayor de elementos alfa, sujeta a procesos contínuos de síntesis y descomposición. No habría suceso psíquico que carezca de un aspecto inconsciente. Conscien-te e inconsciente pasarían a ser dos vértices desde los cua-les observar un mismo fenómeno mental. Lo inconsciente aparece, dijo, como un conjunto de procesos de creación de significado que se extiende a lo largo de un gradiente que va de lo sensorial / semiótico ( teniendo en cuenta la existencia de un inconsciente inaccesible, no reprimido ), hasta lo sim-bólico. Y se desarrolla en la relacion primaria con el objeto.

Civitarese enfatizó que soñar es el principal componente de la función psicoanalítica de la personalidad, que opera en un doble registro, que es tanto conciente como inconscien-te. Un individuo que logra esta capacidad para visión bino-cular puede aprehender la realidad desde una multiplicidad de puntos de vista emocionalmente significativos y quizás esto es lo que llamamos madurez y salud mental. La necesi-dad de conocer la verdad emocional de la propia existencia,

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº226

lo que Grotstein (2007) llamó la Pulsión de la Verdad, asume el rol jugado por las pulsiones para Freud.

Explicó que las memorias no son fijas sino que están sujetas a cambios constantes. A su criterio debería dársele menor énfasis a rescatar memorias reprimidas en el incons-ciente y mucho más a la lenta internalización de una nueva capacidad de procesar la experiencia y darle un significa-do personal. Esta habilidad se adquiere no solo mediante modos simbólicos sino también semióticos ( preverbales, prelingüísticos ) de comunicarse en la relación terapéutica. Cuanto más crezca la capacidad del paciente para contener sus emociones, para “soñar “ la realidad, mejor podrá cons-truir una narrativa de vida más coherente y ser capaz de mo-dificar patrones ineficientes y repetitivos de conducta

El representante instintivo y la representación de cosa, explicó, serían, grosso modo, equivalentes a los elementos beta y alfa, mientras la representación de cosa correponde-ría a los pensamientos del sueño.

Intentando traducir el “preconsciente” a la teorización Bioniana, dijo que esta idea había sido identificada por va-rios autores con la “barrera de contacto”, generada por la función alfa. En un sentido descriptivo el preconsciente co-rrespondería a lo que hace el reverie.

Seguidamente tomó la palabra Miguel Kolteniuk, de la Asociación Psicoanalítica Mexicana. Dijo que el principal responsable de la multivocidad y confusión del concepto de inconsciente era el propio Freud, ya que en 1923 en “ El Yo y el Ello” había transformado el inconsciente de sistema a cualidad psíquica, estableciendo una dilución de su densi-dad semántica y su apertura polisémica, además del borra-miento de los límites de su uso. Planteó revisitar el concepto sistemático del inconsciente de la primera tópica y cotejarlo con los desarrollos del inconsciente como cualidad psíquica de la segunda. Propuso diferenciar el concepto de incons-ciente como lugar de inscripción y registro de la experiencia ( el inc. como Escritura propuesto por Derrida ), del concep-to de inconsciente como irrupción, surgimiento y aparición en el aquí y ahora: el inc. como Escenificación. Dijo que la interacción entre la escritura y su reescenificación en la ex-periencia organizantes- desorganizante con el Otro definía su concepción teórica del inconsciente. Manifestó su adhe-sión al conjunto que postula la existencia de un registro de semiotización primitiva anterior al sistema inconsciente.

Jorge Luis Maldonado, de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, centró sus consideraciones sobre el incons-ciente dinámico en la relación analítica. Afirmó que este in-consciente correspondía al inconsciente que surge del con-flicto psíquico y se constituye entre instancias. El conflicto intrapsíquco adquiere expresión en la fantasía inconsciente que contiene el deseo. Según indicó, la fantasía inconsciente del paciente puede surgir en el campo intersubjetivo íntima-mente entrelazada con fantasías del analista; constituyén-dose una fantasía creada por ambos de manera conjunta. Su visión es que cada movimiento del proceso puede empe-

zar mediante una fantasía creada en el campo intersubjetivo pero una vez que la fantasía conjunta es disuelta, el análisis se atiene a la fantasía que es exclusiva del paciente y el ana-lista queda fuera de toda actividad mutua con el analizado.

Dijo que los procesos inconscientes tienden hacia una transformación y el objetivo del análisis es el descubrimien-to de los factores que lo impiden. El proceso analítico devie-ne una sucesión de transformaciones en las fantasías incons-cientes y símbolos que las constituyen. La interpretación se-ría, de acuerdo a Maldonado, el factor de cambio estructural a nivel de lo inconsciente.

En una frase que recordó a Etchegoyen, dijo que los fac-tores personales del analista serían condición necesaria mas no suficiente para producir las modificaciones que el análisis necesita. Dicha condición suficiente se obtiene a partir de interpretaciones que producen una mutación de las ecua-ciones simbólicas.

Panel sobre el Envejecimiento de Miembros y Candidatos de la IPA Este panel, a cargo de María Theresa Hooke (Australia), Claudio Eizirick (Brasil) y Luisa Marino (IPSO, Italia), analizó el tema del envejecimiento de analistas y candidatos. Si bien volverse viejo es un fenómeno natural, hoy ha alcanzado y es probable que continúe alcanzando proporciones sin pre-cedentes. A nivel de sociedades es algo que necesita ser pen-sado. ¿Cómo se enfrenta el envejecimiento en las sociedades psicoanalíticas? ¿Hay políticas específicas? ¿Hasta qué edad debe un analista tomar nuevos pacientes, si sabemos que un tratamiento puede implicar un periodo largo, anos? ¿Qué consideraciones son necesarias a nivel institucional buscan-do proteger a los pacientes así como cuidar la profesión? Es a todas luces, un tema delicado , y sin embargo, negarlo es un asunto más serio. En el panel se planteó como un objetivo tomarlo de manera frontal y llevarlo a discusión al interior de cada sociedad. Algunos ponentes hablaron del lugar de res-peto y privilegio que protegía a algunos analistas, en especial a quienes tenían una trayectoria respetable, renombre, etc., lo que volvía la situación de abordar las limitaciones propias del envejecimiento una labor penosa y por todos evitada. Desde la perspectiva de los candidatos la cuestión también fue abordada: ¿Tenemos un problema de envejecimiento en las sociedades psicoanalíticas? La encuesta llenada por can-didatos a nivel mundial respondió a interrogantes en torno a si ha cambiado la edad de analistas y candidatos en los últimos diez años. ¿Por qué no postuló antes? Habría algún mensaje subliminal en las sociedades que llama a tener ma-yor edad y experiencia al momento de postular? Envejecer implica hacer frente a heridas narcisistas y pérdidas, un cam-bio de estatus frente a uno mismo y frente a la comunidad. Se acordó dar prioridad al tema en cada sociedad, y tomarlo en cuenta dentro de un espíritu de cuidado de sus miembros así como de la comunidad a la que se atiende.

CONGRESO DE MÉXICO

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 27

CANDIDATOS

El 30 de Junio de este año, los candidatos votamos a favor de la reactivación de la Asociación de Candidatos del Instituto Peruano de Psicoanálisis y luego elegimos su nuevo Comité Directivo. A continuación, hacemos mención del desarrollo de los hechos previos a este importante logro.

PRIMER MOMENTO: “Inquietud”. Año 2006: Una conversación entre Henry Flores (Promoción VIII) y Fabián Ramos (Promoción VII) en la cual surge la pre-gunta, ¿por qué no congregar a los candidatos en una asociación(claustro), tal como se da en los Institutos de Formación Psicoanalítica de otros países?. Se hace un intento, pero esta iniciativa se “desvanece”. En el año 2010: Una nueva conversación informal, Henry Flores y Carlos de la Puente (Promoción IX), espontáneamente retoman la misma pregunta.

Varias motivos despiertan esta inquietud: por prime-ra vez se encuentran tres promociones formándose al mismo tiempo; sería bueno contar con una instan-cia que nos agrupe, nos organice alrededor de moti-vaciones e intereses comunes; ¿cómo contar con una instancia que permita que las iniciativas del grupo de candidatos no queden como hechos aislados, eventuales o coyunturales, si no que más bien puedan sostenerse de manera continua?, ¿cómo integrar a los candidatos que ya habiendo finalizado sus seminarios quedan, hasta presentar sus casos de incorporación, en una suerte de limbo?, ¿qué podemos aprender y replicar de la rica expe-riencia ya vivida por otros institutos que poseen asocia-ciones de candidatos muy organizadas y dinámicas?. Partíamos de una premisa fundamental: todo esto, sin lugar a dudas, alimenta y enriquece la formación de los candidatos.

SEGUNDO MOMENTO: “Convocatoria, explora-ción”. Julio del 2010: somos ahora cuatro compañe-ros: Henry Flores, Patricia León, Carlos de la Puente y Vivian Schwartzman de distintas promociones, VIII, IX y X respectivamente. Nos unimos y animamos para sacar adelante este proyecto. Nos vamos conociendo, crean-do lazos de camaradería y simpatía, a la vez que nos consolidamos como grupo de trabajo.

Era el momento de convocar a nuestros compañeros candidatos y explorar el inter´s grupal por formar esta

asociación, y en tal caso definir sus objetivos. Fue así, como a lo largo del 2010 organizamos tres reuniones de candidatos. Tenemos simpáticos recuerdos de las mismas: un discurrir por gran variedad de temas res-pecto de nuestra formación, así como un ánimo alegre y espontáneo.

La conclusión de estos encuentros fue que había un interés de un número importante de candidatos por conformar una asociación.

TERCER MOMENTO: “Re-activación”. La Dra. Teresa Bolaños, actual directora del Instituto Peruano de Psi-coanálisis, nos apoyó desde un inicio en esta iniciativa y es así como nos informó que su Promoción, retoman-do la iniciativa de quienes los antecedieron, habían constituído legalmente la Asociación de Candidatos del Instituto Peruano de Psicoanálisis, habiendo inclu-so inscrito sus Estatutos en Registros Públicos. Grata sorpresa y nueva inyección de ánimo para esta empre-sa. No se trataba entonces de una creación, si no de la reactivación de la Asociación de Candidatos.

Con la alegría y el entusiasmo de varios de nuestros compañeros, en especial: Lucho Dávalos, Pilar Aguilar, Fabián Ramos, Amelia Casas y Valeria García, el proyec-to retomó fuerzas y se nutrió de interesantes ideas.

Reactivar una asociación con estatutos ya establecidos supone seguir una serie de pasos legales, entre ellos, convocar al quórum necesario: es decir la mitad más uno del total de candidatos en la actualidad: ¡¡¡No sólo lle-

REACTIVACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE CANDIDATOS DEL INSTITUTO PERUANO DE PSICOANÁLISIS

Por Henry Flores (Promoción VIII) y Patricia León (Promoción IX)

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº228

gamos al quórum requerido si no que lo pasamos!!!. ¡Alegría y entusiasmo marcaron la celebración!!!

La Asociación se plantea como principales objetivos generales: favorecer el proceso formativo de los can-didatos mediante la promoción y creación de espacios en donde se puedan intercambiar diversas ideas; pro-mover el sentimiento de pertenencia entre sus miem-bros; fomentar la publicación de artículos; consolidar vías de comunicación como con el Instituto y la SPP; generar intercambios con candidatos pertenecientes a otros Instituciones y promover eventos académicos con invitados nacionales e Internacionales.

El Comité Directivo elegido, que estará enacrgado de liderar la Asociación hasta Julio del 2012 quedó confor-mado de la siguiente manera:

Henry Flores (Promoción VIII) PresidentePatricia León (Promoción IX) Vice-PresidentaPilar Aguilar (Promoción X) SecretariaVivian Schwartzman (Promoción X) Tesorera

Carlos de la Puente (Promoción IX) Coordinador de actividades científicas y culturales

Nuestra gestión posee como primer y principal obje-tivo, formalizar a nivel legal la reactivación de la Aso-ciación. Nuestro interés es asegurar los mecanismos que permitan que promociones futuras mantengan activa esta Asociación, permitiendo que puedan im-primirle su sello de identidad particular, favoreciendo siempre la integración entre todos los candidatos pe-ruanos, así como con las Organizaciones de Candida-tos a nivel internacional.

CANDIDATOS

Calendario Científico Internacional 2011-II

15Octubre

(Argentina)

Asociacion de Psicoanalisis de Rosario Conferencia Dra. Janine PugetMayor información: www.apr-rosario.com.ar

21-23Octubre

(Estados Unidos)

The Eighth Annual Conference: Evolving British Object RelationsSelf and Object Relations Co-sponsored by COR Northwest Family Development Center & Northwestern Psychoanalytic SocietyMayor información: Rikki Ricard, FIPA, Conference Chair [email protected] or http://nwpsy.org/Events/ev_ebor2011.html

27-29Octubre

(Argentina)

Asociación Psicoanalítica de Córdoba10° Symposium. Descubriendo la clínica, invención tradicción.Mayor información: [email protected]

09 -12Noviembre

(Brasil)

Encuentro Internacional Bion 2011 Clínica: Mitos, Sentidos y Pasiones Mayor información: [email protected]

17-19Noviembre(Argentina)

Asociación Psicoanalítica ArgentinaXLIX Symposium y XXXIX Congreso APA“El Analista instrumento de su práctica” “Convergencias y divergenciasclínico-teóricas en el pensamiento psicoanalítico. Los caminos del placer y su más allá.Mayor información: [email protected]

25-26Noviembre(Argentina)

Jornada Interinstitucional de COWAP (Comité de Mujeres y Psicoanálisis de IPA)Cuerpo, género y psicoanálisis: erogeneidad y encarnadura”Mayor información: [email protected]

9 -11Diciembre

(Reino Unido)

UCL Division of Psychology and Language SciencesRon Britton Today ConferenceMayor información: [email protected]

CALENDARIO

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 29

ACTIVIDADES DE LOS MIEMBROS

I Congreso Internacional de Buen Gobierno y Transparencia y Seguridad

En Medellín, Colombia los días 29 y 30 de junio.Dará una Conferencia Magistral sobre Corrupción,

patología mental, social, política y ética. 

El jueves 16 de junioSimposium organizado por la Academia de

Medicina sobre “Salud mental y poder político”En el auditorio del 3er piso del Centro de

Convenciones del Colegio Médico sito en Av 28 de julio 776 Miraflores

Introducción:Dr. Alberto Perales Cabrera

Presidente electo 

ExpositoresDr. Max Hernández sobre Salud mental

y poder político a nivel nacionalDr. Renato Alarcón sobre Salud mental

y poder político a nivel mundialDr.Saúl Peña sobre Poder político y corrupción

 Palabras del Presidente de la Academia de Medicina

Dr. Fausto Garmendy Alorena

Francisco Otero presentó un trabajo en el Con-greso de México sobre Freud y Schopenhauer. Es el tema sobre el que viene trabajando hace buen tiempo: Schopenhauer presente como el interlocu-tor oculto de Freud a lo largo de la construcción y desarrollo de su obra: semejanzas y diferencias en temas tan significativos como sexualidad, sueños, represión y la centralidad de la Pulsión, en Scho-penhauer la Voluntad (der Wille) . El tema fue discutido durante el Congreso con la Dra. Ilse Grubrich-Simitis (Alemania), quien estuvo de acuerdo en la aún no reconocida gran influencia del filósofo de Frankfurt sobre el pensamiento de Freud. También fue discutido por Ricardo Bernardi (Uruguay), editor de IJP, con Samuel Zysman (Ar-gentina), entre otros. Se remarcó en la ponencia y en la discusión la dife-rencia cualitativa que significó el aporte del pensa-miento metapsicológico de Freud para enriquecer la filosofía schopenhaueriana, en verdad novedosa y revolucionaria por una parte, pero cerrada para la vida, como lo afirma Freud en la Nuevas Lecciones Introductorias de 1933.

En el mes de Mayo se realizó en Chile el IX Diálogo COWAP bajo el nombre tema: Psicosexualidad en el Siglo XXI. Participaron por parte de la SPP la Dra. Matilde Ureta de Caplanzkycon el trabajo titulado Maternidad: Afectos que Convocan, Graciela Cardó: La satisfacción y el malestar en el cuidado mater-no: Lo femenino en la cultura y Olga Montero Rose: Acerca de Lisbeth Salander (Millennium) y la Elec-ción Bisexual de Objeto en la Mujer.

El Dr. Saúl Peña fue invitado el jueves 16 de ju-nio al Simposium organizado por la Academia de Medicina sobre “Salud mental y poder político” y al I Congreso Internacional de Buen Gobierno y Transparencia y Seguridad en Medellín, Colombia los días 29 y 30 de junio, donde presentó la Confe-rencia Magistral sobre corrupción, patología men-tal, social, política y ética.

Dras. Maria Nino Villamarin (Colombia), Mireya de Karsow (Chile) y Elena Piazzon

Los días 10 y 11 de Junio se llevo a cabo el Encuentro Interregional de Niños y Adolescentes en la ciudad de Sao Paulo. El evento contó con la participación de las Dras. Mireya de Karsow (Chile),  María Niño Villamarín (Colombia) y Elena Piazzon representan-do  a la Sociedad Peruana de Psicoanálisis. Fue un exitoso  y estimulante encuentro en el que desta-co de manera especial nuestra compatriota, quien compartió un material clínico muy honesto e ilus-trativo de las complejidades del trabajo con niños.

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº230

REVISTAJournal of the American Psychoanalytic Association. 2011, Vol 59, N° 1Revista Chilena de Psicoanálisis. 2011, Vol. 28, N° 1Revista de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. 2010, Vol. 35, N° 2 y 2011, Vol, 36, N° 1Revista Uruguaya de Psicoanálisis. 2011, Vol. 59, N° 1Cuestiones de Infancia. Revista de Psicoanálisis con Niños y Adolescentes Año 2011, Vol. 14

LIBROSAndré Green. El pensamiento clínicoAndré Green. Ideas directrices para un psicoanálisis contemporáneo. Desconocimiento y reconocimiento del inconscienteAndré Green. Jugar con WinnicottAndré Green. Las cadenas de Eros. Actualidad de lo sexualDavid Rosenfeld. El alma, la mente y el psicoanalistaDidier Anzieu. El cuerpo de la obra: ensayos psicoanalíticos sobre el trabajo cread orDidier Anzieu. Las envolturas psíquicasEmilce Dio Bleichmar. Manual de psicoterapia de la relación padres e hijosErnst Jones & Sigmund Freud. Correspondencia completa 1908-1939

INSTITUTO PERUANO DE PSICOANÁLISIS (IPP)Coordinación y distribución de fotocopias de la literatura psicoanalítica recomendada por los seminarios de técnica, teoría y psicopatología -como parte de la formación psicoanalítica- a los candidatos de la IX y X Promoción del IPP en este segundo semestre.

GRUPO DE ESTUDIO DE SUPERVISIÓNCoordinación y distribución de fotocopias a los miembros del Grupo de Supervisión.

VENTA DE PUBLICACIONESComunicamos a nuestros miembros y candidatos que tenemos ejemplares en venta de los siguientes títulos:Revista de Psicoanálisis de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis, N° 2 al N° 9Libro compilado por Matilde Caplansky y editado por COWAP “El Padre, clínica, género, posmodernidad”.

Libro de Patricia De las Casas “Un cuerpo sin sombra: anorexia y bulimia una relectura en Freud”Libro de Viviana Maza. “La Casa de la Familia. Una contribucion psicoanalitica a la salud pública en el Perú.Libros de Jaime Lutenberg “Tratamiento psicoanalítico telefónico” y otros.

ESTADISTICAS DE USO DE LA BIBLIOTECA

USUARIOSDe un total de 227 consultas atendidas de abril-agosto se calcula un 56% a miembros y 40% candidatos y el 4% de usuarios externos.Felicitamos a nuestros más asiduos usuarios:.Álvaro Rey de Castro, Carlos Crisanto, Eduardo Montagne, Jorge Parodi, Julia Velaochaga, Maricarmen Bello, Matilde Caplansky, Meche Valdez, Pilar Gavilano, Pilar Sousa, Rocio Franco, Rodney Warthon, Rosario Zuzunaga y Sara M. Flores

TIPO DE MATERIAL CONSULTADOEl uso de Psychoanalytic Electronic Publisher (PEP) fue el recurso de información de más utilizado por nuestros lectores. El envío de archivos e impresiones de artículos descargados del CD está representado por el 41 % de nuestras consultas. La revistas impresas fueron consulta en un 34%. Los libros con un 12% son otros de los recursos de mayor demanda.

REvISTAS MáS CONSULTADASDetallamos los títulos de Revistas más consultados: International Journal Psychoanalysis, Psicoanálisis (APdeBA), Revista de Psicoanálisis (APA), Journal of the American Psychoanalytic Association, Psychoanalytic Quarterly y Psychoanalytic Review.

USUARIOS EXTERNOS Le damos la más cordial bienvenida a nuestra nueva lectora suscrita, a Biblioteca: María del Rosario Torres Mendez.

Atención de BibliotecaMañana: Lunes a Viernes  9:00 - 12:30 a.m. Tarde: Lunes a Viernes   1:30 - 4:00 p.mTeléfono : 446-7714  / E-mail: [email protected]

BIBLIOTECA DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS “JAIME HERESI”

BIBLIOTECA

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº2 31

Como parte del último congreso de la Sociedad, el Co-mité Organizador tuvo la iniciativa de programar una exposición de arte, en la que los psicoanalistas y can-didatos pudiesen mostrar sus propias creaciones. Esta exposición tuvo lugar en el Colegio Médico durante las fechas del evento y fue organizada por Eduardo Llanos y Pilar Sousa, quienes contaron con la colaboración gene-rosa de Lillian Ferreyros y de otras personas de la SPP y del Centro de la Imagen.

Los psicoanalistas y candidatos que mostraron sus obras en el evento fueron: Hilke Engelbrecht, Lillian Ferreyros, Daniel Malpartida, Eduardo Llanos, Carla Marcos y Pilar Sousa. Como pudo apreciarse en la muestra, ellos y ellas presentaron dibujos y pinturas de muy variados estilos y en diversos materiales y formatos.

Además de estas obras individuales, se expuso una pin-tura colectiva de intenso color y de formato grande. Esta fue realizada en la SPP, por los miembros y candidatos que se animaron a pintar juntos en la “Noche de Arte.”

Aunque hubo una persona que, con mucha gracia, ex-presó su decepción al no encontrar una noche festiva de guitarra, cajón y canto en la anunciada “Noche de Arte”, re-

sultó contagiada por el entusiasmo de los muchos psicoa-nalistas y candidatos que se tiraron al piso y pusieron sus manos a la obra, metiéndose a pintar con alegría y entrega.

Finalizada la noche, muchos de los “pintores” ahora con-vertidos en “críticos” consideraron que la obra estaba innacabada y que “aún tenía para rato” antes de poder ser una donación deseable y presentable para la SPP. Sin embargo la inclusión de esta pintura colectiva en la muestra de arte fue importante. Entre otras razones, por-que el lienzo, con sus múltiples colores y trazos, parecía contener las huellas y los afectos del grato momento vi-vido, poniendo de manifiesto la vitalidad, la unicidad y el potencial creativo y lúdico de cada uno de los pintores que contribuyeron a crearla.

Si bien—como es de esperar entre psicoanalistas-- no faltaron los gestos de sorpresa, las bromas, las interpre-taciones y las sugerencias ante la obra, muchos de los asistentes a la muestra no dejaron de apreciar la fuerza, la frescura y la vitalidad de lo creado. Más aún, al conocer o recordar el modo en el que esta obra colectiva fue creada muchos miembros de la SPP celebraron la apertura de espacios artísticos como este y expresaron su deseo de participar en una siguiente muestra de arte o en activi-dades artísticas de otro tipo, entre las que figuraban el canto, el baile, la escritura e inclusive el teatro.

La forma que todos estos proyectos y deseos pueden ir tomando en un futuro es incierta y puede ser muy varia-da, sin embargo no quisiéramos que pierda vigencia o que se pierda de vista el entusiasmo y el interés de mu-chos, de seguir abriendo o posibilitando la existencia de nuevos y potenciales modos de estar juntos y de seguir creando en la SPP.

Agradecemos al Comité Organizador, y en especial Ro-berto Scerpella y sus colaboradores por haber posibilita-do esta Primera Muestra de Arte y todo lo que, luego de ella, pueda surgir.

PRIMERA MUESTRA DE ARTE DE LA SPP

Por: Pilar Sousa, Promoción VIII

ARTE DE LA SPP

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS/SETIEMBRE 2011 - Nº232

ARTE DE LA SPP