libro patrimonio

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    LA GESTINDEL PATRIMONIOCULTURAL

    Apuntes y casos

    en el contexto rural andaluz

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    GRANADA2008

    LA GESTINDEL PATRIMONIOCULTURAL

    Apuntes y casos

    en el contexto rural andaluz

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    6Publicacin promovida por:Asociacin para el Desarrollo Rural de Andaluca (ARA)Autova Sevilla-Coria del Rio, km. 3,541920 San Juan de Aznalfarache (Sevilla)Tel. 954179210 Fax. 954179218e-mail: [email protected]

    Centro de Documentacin Andaluca RuralAvda Prez del lamo, s/n18300 Loja (Granada)Tel. 958325033 958 327005 Fax. 958 327100e-mail. [email protected]:// www.andaluciarural.orghttp:// www.revistatierrasur.comhttp:// www.cdar.org

    Colabora y financia:Consejera de Agricultura y Pesca (Junta de Andaluca)Plaza de Tabladilla, s/n41013 SevillaTel. 955 03 20.00 Fax. 955 03 21 34e-mail:[email protected]://www.juntadeandalucia.es/agriculturaypesca

    Presidente ARA: D. Miguel Castellano Gmez - GDR Poniente Granadino (Granada)Vicepresidente 1: D. Antonio Manuel Cano Garca - GDR Sierra Sur de Jan (Jan)Vicepresidente 2: Da. Ana Romero Romero - GDR Andvalo Occidental (Huelva)Vicepresidente 3: Da. Isabel Nioles Ferrndez - ADR Campia Sur de Crdoba (Crdoba)Secretara: Da. Encarna Garca Fernndez - GAL Guadalteba (Mlaga)

    Tesorero: D. Antonio Maestre Acosta - GDR Comarca del Bajo Guadalquivir (Sevilla)

    Vocales ARA: D. Juan Antonio Martn Bentez - GDR Comarca de Antequera (Mlaga), Da. Beln Navarro Navarro - GDRComarca de Guadix (Granada), D. Luis Romero Acedo - GDR P.N. de los Alcornocales (Cdiz), D. Manuel Leyva Jimnez- GDR Sierra Morena Cordobesa (Crdoba), Da. M del Carmen Bermdez Zamudio - GDR Sierra de Cdiz (Cdiz), Da.M Juana Prez Oller - GDR Sierra de Cazorla (Jan), Da. Francisca Daz Roldn - GDR Estepa Sierra Sur (Sevilla), D.Jos Manuel Ortiz Bono - GDR Alpujarra-Sierra Nevada, Da. Agueda Cayuela Fernndez - GDR Filabres Alhamilla(Almera), D. Juan Antonio Milln Jaldn - GDR Costa Occidental de Huelva (Huelva).

    Director Gerente de ARA: Ignacio M Garca Saura.Equipo tcnico ARA:Consuelo Llano Gonzlez, Ramona Ramos Llorens,Yolanda Aguilera Delgado y Julio Morcillo Merino.

    Edita: Asociacin para el Desarrollo Rural de Andaluca (ARA)

    Coordinacin cientfica y editorial:Juan Alonso Snchez Martnez (GDR. Poniente Granadino -vocal-) y Miguel CastellanoGmez (Presidente de ARA)Maquetacin: Tadigra (Granada)Cubiertas: Ramn Soler GarcaImpresin: Imprenta Comercial, Motril (Granada)

    de la edicin: Asociacin para el Desarrollo Rural de Andaluca (ARA) de los textos y de las ilustraciones: Los/as autores/asDepsito Legal: ???

    Publicacin no venal, para distribucin institucional e intercambios.

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    7Presentacin

    Jos Romn MontesDirector General de Desarrollo Rural(Junta de Andaluca)

    La conservacin y puesta en valor del patrimonio cultural andaluz viene siendoobjeto, desde hace varias dcadas, de diversas polticas regionales y sectoriales delGobierno andaluz. La poltica de desarrollo rural, orientada a la movilizacin de todoel potencial endgeno que albergan los territorios rurales, ha prestado desde susinicios una importante atencin al patrimonio, en tanto que es considerado elementosusceptible de promover e impulsar el desarrollo de los pueblos de Andaluca.

    El patrimonio, entendido no slo como cultural, sino tambin como natural, esun recurso endgeno de enorme presencia, riqueza y variedad, que contribuye deforma notable al mantenimiento de la calidad y el nivel de vida en el mundo rural,capaz de convertirse en factor generador de nuevas iniciativas de desarrollo econ-mico y social.

    Los poderes locales cada vez estn ms comprometidos con la valorizacin delpatrimonio. A la vez, entidades promotoras en los territorios como son los grupos dedesarrollo rural (GDR), vienen realizando actuaciones para propiciar un mayor usosocial de estos importantes activos, para facilitar la corresponsabilidad entre laadministracin y la poblacin en su proteccin y puesta en valor, as como paraincentivar la implicacin del sector privado, empresas y fundaciones, en su gestin.

    El patrimonio cultural requiere de una gestin creativa, profesionales especia-lizados, conocedores de los valores intrnsecos de los bienes culturales para que lapromocin de los monumentos, paisajes, tradiciones de los pueblos andaluces...haga compatible su funcin social y su funcin econmica como medio que garantizasu permanencia en el futuro.

    Son muchas las actuaciones destinadas a hacer efectiva la conservacin y difu-sin de los bienes patrimoniales, que exigen una renovacin y reinvencin constan-tes. A los territorios no les basta con la mera disponibilidad de recursos patrimoniales,sino que deben dedicar esfuerzos a que el ciudadano o el visitante pueda establecer

    relaciones distintas con ese patrimonio cada vez que se acerque a l. Slo as lascomarcas y los municipios conseguirn mantener su atractivo.

    El medio rural andaluz cuenta con notables ejemplos de gestin creativa de supatrimonio cultural, muchos de ellos fruto de la cooperacin entre entidades dedistintos mbitos. El saber-hacer y la capacidad de repensar la mirada sobre elpatrimonio de sus entidades gestoras constituye en s un importante capital social,que aumenta su valor cada vez que es compartido y conocido por nuevas personas.se es el propsito de esta publicacin.

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    En la actualidad acumulamos, tanto en la esfera pblica como en la privada, unaimportante experiencia en el uso del Patrimonio Cultural como potente elemento dedesarrollo local. Durante estos aos hemos vivido muchas iniciativas, algunas exi-tosas y otras no tanto, en la utilizacin de los diferentes recursos patrimoniales, ascomo dentro de las estrategias para el desarrollo de los territorios rurales.

    Hoy nadie duda de la importante contribucin del sector cultural a la economade los territorios rurales. Es ms, el binomio patrimonio cultural desarrollo rural seha convertido en pieza clave en todos los planes y estrategias dirigidos a propiciarun desarrollo sostenible del medio rural con el doble objetivo de fijar la poblacin alterritorio y mejorar su calidad de vida. En este contexto es de destacar la importanteaportacin que se est haciendo desde el mbito del desarrollo rural, y muy especial-mente desde los programas Leader y Proder, a la conservacin y puesta en valor del

    patrimonio cultural en los territorios rurales.El principal objetivo de las polticas de desarrollo rural es fijar la poblacinfomentando el equilibrio de los sistemas econmicos junto con la sostenibilidadambiental y la cohesin social en el territorio. La trascendencia de la puesta en valordel patrimonio cultural en este sentido es doble. Por un lado, como importante fuentede recursos culturales y econmicos, y por otra en el fomento y definicin de laidentidad territorial en los habitantes de las comarcas, siendo dicha identidad unamotivacin aadida para la articulacin socio econmica en cada zona y nexo de uninpara los diferentes actores de los territorios.

    Las diferentes acciones de recuperacin y uso del patrimonio cultural contribuyenal avance de cualquier territorio o, lo que es lo mismo, se convierten en un pasoobligado de la estrategia de puesta en valor todos los recursos con los que se cuentadesde el punto de vista de su contribucin al bienestar de la sociedad.

    Cualquier inventario de los recursos existentes en el medio rural certifica laexistencia de multitud de testimonios de nuestro pasado, testimonios que nos hablande un rico legado en tradiciones, cultura e historia. Desde manifestaciones de lo quedenominamos cultura material de la ms variada tipologa y antigedad hasta las queconforman lo que denominamos cultura inmaterial. Esta diversidad de recursosculturales constituye un gran tesoro acumulado en un mbito del que tenemos lanecesidad de conocer y reconocer sus potencialidades para convertirlas en oportuni-dades de desarrollo.

    La iniciativa comunitaria LEADER y el programa PRODER han apostado por el usodel patrimonio cultural como un elemento clave para el progreso del medio rural a

    El patrimonio cultural, un recurso desde el pasadopara el presente y el futuro de las zonas rurales

    Miguel Castellano Gmez.Presidente de la Asociacin para el Desarrollo Ruralde Andaluca (ARA)Alcalde de Loja (Granada).

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    El patrimonio cultural, un recurso desde el pasado para el presente y futuro de las...

    10partir de diferentes acciones de puesta en valor y uso. Sobre todo desde los programasrelacionados con la cultura y el turismo.

    De todos es conocido el positivo efecto de LEADER y PRODER en el fomento delturismo, que se ha convertido en algunas reas en la principal actividad econmicadel medio rural. Estrechamente vinculado a la actividad turstica figuran las interven-ciones en el patrimonio histrico y artstico de los pueblos andaluces en la mayorade los casos impulsados por las administraciones local y autonmica.

    La iniciativa comunitaria LEADER PLUS que est a punto de finalizar se hacentrado en la diversificacin de la economa de las zonas rurales mediante la apli-cacin de programas comarcales, vertebrados en torno a la mejora de la calidad devida en las zonas rurales, la utilizacin de las nuevas tecnologas, y la valorizacin de

    los recursos naturales y culturales.Dentro de esta iniciativa, la valorizacin de los recursos naturales y culturales ha

    estado muy presente en todoslos ejes temticos, as como en el rgimen de ayudasque ha permitido la aprobacin de proyectos tursticos de ocio vinculados al aprove-chamiento y puesta en valor del patrimonio histrico y artstico, as como la creacinde centros de informacin comarcal, o de pequeas empresas que ofrecen serviciostursticos de carcter medioambiental y cultural, entre otros.

    La cooperacin ha sido un mbito de especial incidencia y que ha contribuido ala singularidad del modelo andaluz. En este marco, los Grupos de Desarrollo Rural (enadelante GDR) han contado con dos importantes instrumentos de colaboracin; losGrupos de Cooperacin y las Acciones Conjuntas de Cooperacin.

    A travs de la colaboracin entre GDR, no slo andaluces, sino tambin del restode Espaa y de Europa, se ha producido un fructfero intercambio de ideas, de manera

    que han dado lugar a algunas de las experiencias ms innovadoras en desarrollo rural.Por mencionar algunas, se ha trabajado para que las empresas situadas en el entornode parques naturales consigan el reconocimiento Marca Parque Natural, se hanaunado esfuerzos para la puesta en valor del patrimonio troglodtico, en la implan-tacin de sistemas de calidad en establecimientos tursticos, se han recogido lasmanifestaciones culturales y el saber popular de las zonas rurales al tiempo que seha trabajado en la creacin de la Marca de Calidad Territorial, un distintivo decalidad para multitud de productos y servicios, y otras muchas acciones innovadoresy de gran inters. En este perodo, los cincuenta Grupos de Desarrollo Rural hansubvencionado cerca de 800 actuaciones de recuperacin del patrimonio que hanrecibido de los programas de desarrollo rural 30,5 millones de euros.

    Desde las experiencias iniciales a la actualidad, las oportunidades en torno alpatrimonio han servido para que la preocupacin por el mismo aumente evitndose

    as graves procesos de deterioro o prdida. Asimismo se ha producido una mayorimplicacin del sector privado en la recuperacin, conservacin y difusin del patri-monio, como consecuencia de las experiencias puestas en prctica inicialmente porel sector pblico y, sobre todo, por la creciente concienciacin sobre la proteccin yconservacin del patrimonio y sus usos en proyectos de diferente naturaleza.

    Y es que debemos, poco a poco, tomar conciencia de la enorme fragilidad de losbienes culturales y de la necesidad arbitrar las medidas necesarias que permitan unagestin apropiada y sostenible del patrimonio cultural de las zonas rurales.

    La planificacin para las zonas rurales para el prximo periodo de ayudas 2007-2013 viene determinada por el Reglamento Europeo para el Desarrollo Rural (FEADER).

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    11En este documento, la Comisin Europea manifiesta que la forma de intervencin quehaba caracterizado a las sucesivas iniciativas comunitarias de desarrollo rural, esdecir, el enfoque Leader, ha generado buenos resultados y, en consecuencia, debeampliarse su alcance.

    De esta forma y durante el nuevo marco de ayudas, la intervencin que los Gruposde Desarrollo Rural andaluces liderados por ARAllevarn a cabo ser una inter-vencin integral que, lejos de circunscribirse a la diversificacin econmica de laszonas rurales, contendr actuaciones sobre el patrimonio, el medio ambiente, eltejido asociativo y los grupos desfavorecidos de poblacin, entre otros muchos.

    En este contexto nos enfrentamos de nuevo al reto sobre los usos del patrimoniocultural como herramienta para el desarrollo. Conviene, por tanto, realizar una serie

    de reflexiones acerca de las nuevas posibilidades que se presentan para conseguiroportunidades de desarrollo de las sociedades rurales a partir de los recursos patri-moniales con los que contamos e, incluso, con aquellos que todava tenemos queconocer.

    La experiencia de los marcos anteriores

    La estrategia de la Unin Europea respecto a la problemtica de las zonas ruralesdesfavorecidas se ha desarrollado como consecuencia, sobre todo, de los cambios enla Poltica Agrcola Comn (PAC), tendente a una produccin no excedentaria y ensintona con, los cada vez ms globalizados, mercados mundiales. Para ello, la UE pusoen marcha distintos instrumentos y mecanismos de apoyo a iniciativas nacionales y

    regionales a travs de programas como LEADER y PRODER y de los Fondos Estructu-rales.

    En su momento, result muy novedoso la aplicacin de los programas de diversi-ficacin por unas entidades privadas, integradas a su vez, por un importante nmerode agentes de los territorios y que financiaban fondos pblicos, llevaban a cabo estra-tegias participativas de desarrollo de las zonas rurales y que se implicaban en proyectosde cooperacin para traer a sus zonas las experiencias ms innovadoras. Nada de estoes ya experimental, sino que son planteamientos compartidos por ayuntamientos,sindicatos, asociaciones de todo tipo y por el conjunto de la poblacin rural.

    Desde sus orgenes, los programas de desarrollo rural vienen apoyando todasaquellas medidas que han prestado especial atencin a la puesta en valor de losrecursos naturales y culturales como parte de las estrategias capaces de generar nosolo la conservacin de elementos que poseen valores endgenos, sino incluso como

    recursos a emplear en la puesta en marcha de iniciativas empresariales relacionadascon las industrias de ocio y turismo, sin olvidar la promocin cultural y la difusin delos valores del territorio.

    La posibilidad de financiar estas actuaciones unidas a la obligatoriedad de con-templar los elementos patrimoniales en sus planes estratgicos ha supuesto unmovimiento de dimensiones importantes en el conocimiento, reconocimiento y puestaen valor de los diferentes elementos patrimoniales y especialmente de aquellosmenos valorados tradicionalmente.

    As, los primeros Grupos de Accin Local (GAL) encargados de gestionar lainiciativa comunitaria LEADER contemplaron en sus respectivos planes estratgi-

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    12cos la intervencin en el patrimonio cultural desde diferentes puntos de vista y, sobretodo, teniendo en cuenta los elementos quiz ms evidentes de la riqueza patrimonialde un territorio.

    Podramos distinguir distintos modos de actuacin a tenor de los objetivos quese pretendan:

    A) Identificacin de un territorio a partir del Patrimonio.B) Definicin de productos tursticos.C) Acciones relacionadas con los equipamientos rurales.D) Elaboracin de productos de carcter cultural.E) Acciones de difusin y publicidad.

    Los diferentes pasos en la ampliacin y extensin de los programas de desarrollo hansupuesto cada vez ms en los siguientes periodos de programacin, un aumento de lacapacidad de intervencin en el Patrimonio Cultural as como en el acumulo de experien-cias que han venido a cualificar y mejorar el trabajo en el uso de los bienes culturales.

    No es mi intencin hacer una enumeracin de las diferentes experiencias que sehan llevado a cabo, porque a lo largo de esta publicacin el lector podr conoceralgunas de las ms significativas. Ms bien al contrario, quiero plasmar algunas ideasque pueden ser de utilidad para comprender las relaciones entre el Patrimonio Culturaly las polticas de desarrollo rural, as como dar algunos apuntes que creo que puedenmejorar una relacin no slo conveniente sino necesaria.

    De cara a enmarcar el objeto de la cuestin volvamos a retomar los distintosmodos de intervencin.

    A) Identificacin territorial

    El patrimonio cultural constituye un valioso instrumento para la definicin de losterritorios, puesto que es el testimonio que nos llega de la intervencin del hombresobre el medio a travs de la historia en un determinado marco espacial y temporal.Por ello, es utilizado para la construccin del discurso de definicin del territorio sobreel que actuar el GAL. Las seas de identidad de un territorio y de una sociedad sonesenciales, incluso desde la ptica de la delimitacin administrativa del territorio decara a la captacin de recursos financieros del desarrollo rural. La conformacin delos propios Grupos de Desarrollo se ha producido utilizando en muchos casos undiscurso de carcter histrico. Se podra decir que, fruto de esta necesidad, ha

    surgido la virtud de intervenir sobre el patrimonio cultural como reafirmacin yrecuperacin de esas seas de identidad territorial que sirven para unificar un espacioy aglutinar en un proyecto colectivo a unas gentes. As pues, el patrimonio sirve parabuscar la sintona de esfuerzos de una sociedad que comparte una historia en comn.

    B) Elaboracin de productos tursticos

    En una tierra como la nuestra, en que el turismo es la gran industria y alternativaeconmica a otros sectores en reconversin, las posibilidades de creacin de produc-

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    13tos que sirvan a la implantacin de este sector en el medio rural son prioritarias. Eneste sentido, est claro que, dentro de este sector, el turismo rural recurre a loselementos de carcter patrimonial como una estrategia fundamental para crearnuevos productos tursticos de esta naturaleza.

    Las posibilidades de muchos recursos patrimoniales han sido exploradas paraconvertirlos en elementos significativos de la oferta turstica de las zonas rurales: lostestimonios del pasado, especialmente los testimonios monumentales, arquitect-nicos y arqueolgicos, pero tambin los relacionados con el paisaje cultural, etnogra-fa, etctera.

    El turismo entendido de manera global o especficamente el segmento del yadenominado turismo cultural cuenta en el patrimonio con un recurso esencial para

    conformar la oferta de un territorio. En este sector, la oferta monumental y culturalque ofrecen los pueblos andaluces, constituye un reclamo fundamental para atraeral turista. Segn un estudio reciente, el 36,5% de los turistas de interior expresa comomotivacin principal de su viaje visitar monumentos seguido de la naturaleza.

    Los programas de Desarrollo Rural han sondeado las posibilidades que tiene cadaterritorio para llevar a cabo iniciativas tursticas que vengan a diversificar la econo-ma y aporten posibilidades de crear riqueza y empleo en otros sectores diferentesde los tradicionales. Son muchos los ejemplos de utilizacin y puesta en valor deelementos patrimoniales para servir desde alojamientos hasta convertirse en recla-mos para los visitantes, vidos de conocer la historia a travs de testimonios mso menos significativos de la misma.

    En ocasiones se ha criticado al turismo por cuanto existen ejemplos que evidencianque la presin turstica no ha beneficiado a un bien cultural en concreto. No obstante,

    lo cierto es que, en la mayora de los casos, el patrimonio obtiene directa o indirecta-mente los recursos que le permiten su supervivencia gracias a su uso turstico.

    Su aprovechamiento no esta reido, ni mucho menos, con la existencia de uncontrol en el uso de recursos tan frgiles como estos y en la idoneidad de adecuar sugestin a las necesidades del bien cultural y a la demanda turstica.

    Todos los planes de desarrollo rural tienen entre sus contenidos la utilizacin delpatrimonio cultural con fines tursticos, ya que esta relacin cumple con muchos delos objetivos que las polticas de este tipo pretenden, especialmente el de ser accio-nes que sirven a la bsqueda de alternativas a la economa tradicional de estosmunicipios rurales. Se posibilita as que los habitantes rurales no slo tengan unasrentas complementarias sino en algunos casos son bsicas para permitir la subsis-tencia en el medio y la consecucin de unas cotas de bienestar aceptables.

    C) Creacin de Infraestructuras culturales

    Determinados elementos patrimoniales, fundamentalmente los de carcter ar-quitectnico, presentan unas interesantes posibilidades para que su intervencin yconservacin se convierta no en un fin en s mismo, sino en un medio de cara a tenerunos equipamientos que sirvan para cubrir necesidades importantes y ofrecer ser-vicios a veces bsicos para la comunidad. Se trata de utilizar el patrimonio, sobre todoarquitectnico, como soporte tras su rehabilitacin o restauracin; esto es, comosede de servicios de la ms diversa naturaleza, tanto pblica como privada. Hay que

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    El patrimonio cultural, un recurso desde el pasado para el presente y futuro de las...

    14tener en cuenta cmo el importante dficit de equipamientos e infraestructuras enlos municipios rurales ha impulsado actuaciones de esta naturaleza, haciendo que elpasado venga a suplir necesidades del presente, sobre todo como contenedores deestos servicios.

    D) Productos culturales

    La intervencin patrimonial responde habitualmente a hechos relacionados conotros sectores. Del mismo modo, el desarrollo rural tiene muy en cuenta las accionesde tipo cultural. La Cultura debe ser smbolo de progreso de una sociedad y no necesita,

    claro est, justificarse nicamente por una rentabilidad de carcter econmico. Quieroinsistir con ello en que, evidentemente, es necesaria en s misma, sin por ello olvidarque, en el mbito del desarrollo rural, hay aspectos que responden a otras prioridades.

    En la actualidad, en lo meramente cultural, incluso surge con fuerza un nuevoconcepto que nos habla de las industrias culturales, adentrndonos igualmente en laperspectiva de carcter economicista para justificar el inters de unas inversionesque crean riqueza.

    Al igual que nadie cuestiona que las actuaciones medioambientales o las socialesson generadoras de empleo y riqueza, la cultura se postula como motor de oportu-nidades laborales y lucrativas. De ah que empiecen a cobrar fuerza en las estrategiasde desarrollo de los territorios rurales los proyectos que en torno a la cultura planteaniniciativas empresariales con la intencin de cubrir una demanda creciente de culturay ocio por parte de la sociedad.

    La historia de muchos estados y naciones se ha escrito en el medio rural; en elotro lado, la cultura urbana, que es una creacin relativamente reciente. Resultaparadjico que la mayor parte de nuestro pasado haya cado en el olvido en las zonasrurales como consecuencia de la carencia de recursos para hacer frente a su conser-vacin y, lo ms importante, a raz del desuso y desinters de una poblacin decre-ciente y ms pendiente de otras cuestiones relacionadas con su propia subsistencia.Se plantea ahora pues la posibilidad de que el patrimonio rural se convierta cada vezms en pieza clave en el retorno de la poblacin a partir de que esos testimonios delpasado sean importantes en la bsqueda de la calidad de vida anhelada.

    Esa voluntad genrica de aprovechar los recursos patrimoniales para, por un lado,propiciar su conservacin y uso y, por otro, socializar la utilizacin del patrimonio paraque la sociedad sea la receptora de los beneficios que reportan los bienes culturalesse convierte en la estrategia empleada en el desarrollo rural. En el fondo de lo que se

    trata es de mantener un equilibrio entre el concepto del reconocimiento y conserva-cin patrimonial y su uso y disfrute; en ello radica la bondad del modelo a emplear.En Andaluca se han puesto en prctica es estos ltimos aos un importante

    nmero de proyectos que vienen a demostrar de forma eficaz como las polticas dedesarrollo rural han servido para poner en valor muchos bienes culturales y por otrolado, como estos bienes culturales han servido a los objetivos propuestos por lasmencionadas polticas.

    Algunos de estos proyectos se han convertido en modelos de actuacin que sirvende ejemplo, aunque tambin hay que reconocer que, en otros casos, no se hanproducido los resultados deseados.

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    15El perfil medio del proyecto patrimonial desarrollado en nuestra tierra por los GDR

    sera el del bien de carcter monumental arquitectnico que es rehabilitado de caraa servir de soporte para la puesta en marcha de un Centro de Interpretacin, de unmuseo o de un servicio de carcter turstico.

    Adems de esta actuacin, diramos, genrica en todos los GDR, tambin pode-mos encontrar proyectos subvencionados que se acercan a parcelas patrimonialesmenos trabajadas y que, de hecho, han sido objeto de atencin gracias al trabajo delos Grupos de Desarrollo. Me refiero con ello al patrimonio etnogrfico, que, sobretodo desde el punto de vista de la recuperacin de la historia del mundo rural, haalcanzado un cada vez ms importante papel. Junto a este elemento, el patrimoniodigamos intangible y la recuperacin de las tradiciones y manifestaciones rurales

    ha permitido acercarnos quizs a uno de los mbitos patrimoniales ms olvidados.Por otro lado, tambin conviene citar el tratamiento que se ha hecho de otrascuestiones como el paisaje rural, que ha conseguido reencontrarnos con la esenciadel devenir histrico a travs de su evolucin histrica.

    El trabajo en cooperacin realizado tanto por los distintos territorios de la comu-nidad andaluza como por otras comunidades de nuestro pas y los proyectos decarcter transnacional han servido de igual manera para llevar a cabo importantesiniciativas culturales, con una dimensin que excede de lo ms cercano para ampliara travs de la colaboracin los objetivos y desarrollar itinerarios de carcter culturalutilizando como lnea argumental, en muchos casos, un determinado periodo o bienesque tienen caractersticas comunes.

    Como se puede observar, se ha pasado desde una fase inicial de proyectos pilotode los GDR en materia patrimonial, pasando por la elaboracin de planes estratgicos

    a nivel territorial en los que el patrimonio tiene un papel muy destacado, hasta la etapade la cooperacin como culminacin de un ejercicio de trabajo territorial que seextrapola como modelo a otros territorios.

    Una de las grandes consecuciones de las polticas de desarrollo rural en materiapatrimonial ha sido universalizar el hecho de prestarle atencin a nuestros bienespatrimoniales y entender que los mismos pueden ser de gran importancia para eldesarrollo socioeconmico de un territorio. Todo ello, sin olvidar, como hemos ma-nifestado, la importancia de los valores intrnsecos de carcter cultural. Gracias aesta atencin se puede afirmar que muchos de nuestros bienes se han salvado de unolvido y un desuso que llevara a su desaparicin.

    Para llegar a entender este planteamiento basta con explicar la importancia quetiene el dinero invertido en proyectos culturales por los distintos GDR, una circuns-tancia sta que suple el dficit de inversin que las necesidades de intervencin en

    el patrimonio plantean. Es lgico pensar que la existencia de una financiacin impor-tante para los proyectos de ndole patrimonial hayan dirigido muchos planteamientosde trabajo all donde existan los recursos para poder ejecutarlas, con lo que no slopodramos hablar de una intervencin originaria de las polticas de desarrollo ruralsino, adems, de una poltica orientada a encontrar las fuentes de financiacinnecesarias o complementarias para ponerlas en prctica a travs de estas polticas.

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    16A modo de conclusin

    Como indicamos en el ttulo de este artculo el Patrimonio Cultural tiene grandesposibilidades de convertirse en un recurso para el progreso de los territorios rurales.Si, como estamos convencidos, lo rural tiene que ser smbolo de calidad de vida, esimprescindible que nuestro patrimonio sea recuperado para un uso adecuado a losfines del desarrollo de las poblaciones rurales; para ello es necesario valorar losdistintos aspectos que se deducen de la experiencia en la actuacin sobre el mismo.Tenemos que aprender de los errores y aciertos cometidos en estos aos, tenemosque buscar cules son las mejores intervenciones para los mejores usos.

    Parece pues necesario que prospectemos las posibilidades existentes a partir de

    conocer nuestro Patrimonio, nuestras posibilidades de actuacin y las expectativas deuso en base a necesidades y demandas. Los recursos son y sern siempre limitados ysu optimizacin requiere del oportuno anlisis de posibilidades de uso y conservacin.

    Muchas veces el Patrimonio se valora como una carga para la sociedad en basea una lectura sesgada, que incluye slo los elementos ms negativos del mismo. Sinembargo, es un error pensar esto si no tenemos en cuenta las posibilidades queencierra para el avance de nuestros pueblos. Se trata de cumplir el marco legal y moralen el deber de conservacin pero, adems, hemos de convencernos de las posibili-dades que nos brinda nuestro Patrimonio Cultural como una oportunidad de presentey futuro.

    Siempre que he escrito de ste y otros temas relacionados con el Desarrollo Rural,afirmo que es imprescindible la coordinacin de las distintas polticas sectoriales quetrabajan en el campo no slo de los Bienes Culturales sino de cualquier materia que,

    como es el caso del Desarrollo Rural, tiene un carcter transversal. Por ello, este temarequiere del consenso y el acuerdo necesario entre todos los agentes que intervienen.nicamente desde esta coordinacin imprescindible es posible prevenir problemasque surgen en el transcurso de la intervencin sobre unos bienes que estn sujetosa un marco legal de tutela y que requieren el cumplimiento de unos trmites obligados.

    El Desarrollo Rural ha posibilitado una atencin y unos recursos que son de granimportancia para el futuro de nuestro Patrimonio Rural. En este sentido, debemossentirnos satisfechos aquellos que nos vemos en el compromiso doble de trabajar porel futuro de nuestras gentes y de nuestros recursos, siempre de manera sosteniblepero con las miras puestas en la mejora de las condiciones de vida de la sociedad rural.Ella, en definitiva, ha sido a lo largo de los siglos la productora de este legadopatrimonial, que le pertenece y que tiene la obligacin de trasmitir a las generacionesvenideras.

    El futuro que viene de la mano del reglamento FEADER nos debe de servir paraseguir trabajando en este nuevo marco 2007-2013, con mayor intensidad y con mayorefectividad sobre nuestro Patrimonio Cultural. Por eso, desde ARA hemos queridocontribuir a ello con la edicin de este libro, que permite aportar unas bases para lareflexin y la prctica de cara al nuevo escenario que muy pronto tendremos queadministrar los GDR. El reto no es pequeo, pero es digno de ilusionar porquepretendemos hacer posible que nuestros ciudadanos tengan todos los elementos paraencontrar un futuro mejor en sus pueblos. En definitiva, debemos conseguir que estassociedades no slo desarrollen su trabajo o hagan su vida en el mundo rural sino que,ante todo, disfruten y se sientan orgullosos de ser rurales.

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    17El patrimonio local y el proceso globalizador.Amenazas y oportunidades. Tendencias futurasen la gestin local del patrimonio

    Vctor Fernndez SalinasUniversidad de SevillaCarlos Romero MoragasInstituto Andaluz del Patrimonio Histrico (Junta de Andaluca)

    Construyendo nuevos paradigmas de desarrollo a partir del patrimonio

    a) Mundo global, mundo de paradojas

    Entre las paradojas ms citadas de los procesos globalizadores est aquella deque stos tienden a unificar, a acercar y en definitiva a homogeneizar y a banalizarlos mensajes, los smbolos, las pautas, las culturas. Sin embargo, y puesto que unode los axiomas bsicos del escenario globalizado es competir, es paradjico el hechode que cuanto ms salvaguarda una sociedad su personalidad, cuanto ms genuinoes su producto y se basa en races propias, autnticas e irrepetibles, mejor compiteeste producto en los mercados globales. Si se admite el axioma de que las sociedadesno deben quedarse incomunicadas y aisladas, el reto est en globalizarse sin perderla personalidad cultural (GRAHAM, B.; ASHWORTH, G.J. y TUNBRIDGE, J.E., 2000).

    El patrimonio es todo recurso territorial que genera identidad. Esta frase enapariencia sencilla, resume todo un proceso de crecimiento conceptual, y por lo tantode reconocimiento intelectual, social y legal, de una serie de bienes que abarca desdelos yacimientos arqueolgicos a los patios de vecinos de Cdiz, desde la catedral deBaeza a los graffiti de tantas paredes de pueblos y ciudades andaluces. Se trata puesde un mundo el del patrimonio que se inserta, en el momento de su mayor comple-jidad, en otro mundo tambin complejo como el de los procesos de globalizacinsocioeconmica internacional. Sin embargo, ni son mundos desconectados, ni puedegestionarse el patrimonio al margen de la globalizacin, entre otras cuestionesporque es la globalizacin quien ha encontrado al patrimonio y no al revs. El reto deglobalizarse sin perder la personalidad no puede ser encarado sin que una sociedadasuma localmente la gestin de su patrimonio; en la medida en que ste se controledesde lugares alejados, como sucede a menudo, el entendimiento del patrimonio sedifumina y el riesgo de ser manipulado es mayor. De todos es sabido cmo los recursospatrimoniales se degradan a menudo cuando el turismo los adapta a sus interesesdesde despachos alejados de los destinos tursticos. Por lo tanto, no habr buenaconservacin y provecho a partir del patrimonio si las claves y las condiciones no seimponen desde el territorio.

    Adems, tambin es necesaria una declaracin de principios. En una sociedadprogresista, el inters por el patrimonio va ms all de asegurar su buen estado deconservacin y unos horarios de visita a los monumentos principales. En los iniciosdel tercer milenio el inters por el patrimonio se legitima en:

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    18 La salvaguarda de la autenticidad. No hay patrimonio si no es autntico y, lo que

    es ms grave, el patrimonio puede dejar de serlo si se convierte en un meroobjeto de consumo turstico, estandarizado y preparado para ser utilizado porvisitantes con poco criterio y muchas ganas de hacer fotos. La autenticidad laaseguran sobre todo las poblaciones locales, quienes son, adems de los depo-sitarios, los herederos directos de la cultura que dio origen a la mayor parte desus bienes patrimoniales. Es ms importante preservar la autenticidad delpatrimonio que su materialidad. La autenticidad est muy cerca de otros valoresque tambin revalorizan el patrimonio (singularidad, carcter, expresin pro-pia, etctera.), pero es difcil de medir y de valorar. Por lo tanto, el principio deautenticidad es clave en la responsabilidad local de la gestin patrimonial.

    La defensa de lo pblico. Defender lo pblico se ha convertido en un actosospechoso. A menudo, las instituciones (pblicas y tambin privadas) sealanla importancia de los valores colectivos, pero el mundo que impone la globa-lizacin identifica el mercado como el fiel de todas las balanzas. La libertaden el intercambio de bienes materiales e inmateriales (de productos, decapitales, de ideas) es libre, no as el de las personas. Aquello que regula estosflujos crecientes en el planeta es el mercado, que supuestamente valora larelacin entre calidad y precio de cada mercanca y le asigna un determinadorango de competencia. Desde el patrimonio se ofrecen claves para, de un lado,no confundir precio con valor y, de otro, para ponderar si la puesta en valor delos bienes culturales tiene el retorno social que le es debido como recursocolectivo. Respecto a lo primero es bsico reconocer que: a) el valor es unadimensin cualitativa inherente a cualquier objeto, pero especialmente a los

    culturales; b) que es en buena parte subjetiva, pero que, c), es bsica parareconocer la importancia del patrimonio desde lo local. El precio de la madera,sea esta de Doana o de cualquier bosque, ser el mismo en todos los mercadosy variar nicamente en relacin con la aptitud de ese material para arder oser transformado en muebles; en cambio, el valor de los pinos de Doanatrasciende con mucho el precio de su madera, ya que se enraza en los sen-timientos ms profundos de las poblaciones cercanas y de algunos de sus ritosms atvicos. Por lo tanto, la defensa de los valores pblicos es fundamentalpara legitimar el inters por el patrimonio desde lo local.

    El patrimonio como factor de desarrollo. La cultura y sus recursos son bienesque pueden potenciar el desarrollo, pero se est hablando de un concepto dedesarrollo que supera el modelo de crecimiento econmico para incorporarotras dimensiones importantes, tales como la distribucin de la riqueza, la

    capacidad creativa, la autonoma para tomar decisiones, etctera. Los mo-delos de desarrollo no son universales ni inamovibles. El desarrollo no es unameta, sino un camino que continuamente cambia de objetivos y que, enconsecuencia, obliga a la redefinicin de estrategias y de mtodos para serms eficiente con los recursos. El modelo de desarrollo se fabrica desde elterritorio y es competencia de sus poblaciones establecer sus caractersticas,sealando como lmites la sostenibilidad del sistema (econmica, social ycultural) y los derechos humanos y ambientales(BASES..., 1996). Por lo tanto,contribuir al desarrollo local es una de las razones bsicas por las que elpatrimonio mantiene un papel protagonista en las sociedades actuales.

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    19Teniendo en cuenta estos tres argumentos sobre el patrimonio, se pueden cons-

    truir modelos socioeconmicos que compitan en el mundo global. En atencin a todosellos se infiere que no hay recetas universales (no hay dos modelos de desarrolloiguales, igual que no hay dos territorios iguales) y que cada sociedad puede y debeconcretar sus aspiraciones en su propio modelo. Hay una globalizacin general ymuchos modelos de desarrollo; la globalizacin potencia los modelos socioeconmi-cos basados en el consumismo y en la universalidad de los mensajes (Im lovinit),pero la calidad de vida habla de modelos complejos y de formas de alcanzarlos nolineales, sino multidireccionales, especialmente en direccin abajo arriba. El bien-estar se define desde lo local y slo en la medida en que se consiga generar sentidocrtico para reconocerse a partir de los valores propios se superarn las paradojas de

    la globalizacin. sta, como la esfinge, plantea adivinanzas. En la medida en que losterritorios sepan encararlas con la inteligencia propia, se podrn considerar territo-rios ganadores, pero sobre esto ltimo se avanzar ms adelante.

    b) Pat r imonio o pat r imonios?

    Ya se ha dicho que el patrimonio es todo recurso territorial que genera identidad.Frente al proceso de gran diversificacin patrimonial experimentado a lo largo delsiglo XXI, los ltimos decenios ofrecen la convergencia que desde la percepcinindividual a la colectiva resalta la importancia de las vas subjetivas en la identifi-cacin del patrimonio. De esto se infiere que el patrimonio no est en los objetos,sino en las cabezas de los individuos. El patrimonio es una construccin sociocultural

    que se realiza en los complejos circuitos de la mente. Las explicaciones histricas (elpatrimonio es algo que nos llega del pasado) se sustituyen por otras actuales y de claraesencia cultural (el patrimonio es una apropiacin presente y selectiva del pasado).El patrimonio es tal en la medida en que sirve de referente identitario en el msrabioso presente. No hay patrimonio del pasado, el patrimonio slo lo es tal si se validay simplemente es en el presente. De aqu que cada vez tenga menos sentido diferen-ciar entre patrimonio cultural y patrimonio natural. Todo el patrimonio es cultural,dado que el reconocimiento de cualquier bien, aunque sea la decisin de proteger unentorno natural jams hollado por el gnero humano, es un acto cultural. La diferen-ciacin puede resultar ventajosa desde el punto de vista operativo, pero desde elconceptual, los mecanismos mentales que nos llevan a valorar una ermita o un bosqueson muy similares.

    El argumento de la convergencia conceptual y aplicada de los patrimonios cultu-

    rales y naturales es adems especialmente importante para la perspectiva local, yaque en el territorio an tiene menos sentido desligar ambos campos. Para los habi-tantes locales, tiene tanta importancia la ermita como el bosque que la rodea, y nose puede entender el valor de uno sin el otro.

    Esta lnea de argumentacin lleva adems a valorar nuevos conceptos patrimo-niales que tienen su principal punto de referencia en el territorio: los itinerariosculturales y los paisajes. Los primeros estructuran el espacio y explican cmo losintercambios de ideas, mercancas y personas han moldeado, asemejado y al mismotiempo diferenciado los diferentes escenarios culturales del planeta. Los itinerariosson vas (terrestres y martimas fundamentalmente) a partir de las cuales se pueden

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    20rastrear los orgenes y la exportacin de las identidades (las rutas del Mediterrneo,la ruta de la Seda, el camino de Santiago, el Camino Real y el Galen de Manila, entretantos otros) y ofrecen una mirada desde el patrimonio que explica en buena medidaquines somos unos y otros como resultado de idas y vueltas, de mezclas, de com-praventas y de conquistas. Los paisajes, por su lado, actan como totalizadoreshistricos (OJEDA RIVERA, J.F., 2003), como procesos histricos con diferentesdinamismos y ritmos que tambin nos describen en nuestra esencia ms ntima. Enlos paisajes se proyecta una sociedad como en la mejor de las radiografas. El paisajeacta como la imagen en el espejo del rostro de un territorio. Las aspiraciones, lasderrotas y los logros colectivos se reflejan en las distintas escalas del paisaje (desdela estatua que homenajea a un prcer local al mosaico que ofrece el bocage o

    minifundio agrario atlntico del norte de Espaa). Si la arquitectura popular andaluzase ha llenado de balaustradas, alicatados cermicos o marmreos y de tejados conparches de fibrocemento, est mostrando los efectos de un cambio social rpido ya menudo con poco criterio.

    Trabajar con patrimonio en la actualidad, especialmente en su perspectiva comofactor de desarrollo, implica trabajar con mapas y con mltiples capas sobre estosmapas. Slo la superposicin de estas capas con bienes patrimoniales y de su inte-rrelacin con otros recursos del territorio (vas de comunicacin, redes fluviales,zonas litorales, poblaciones, sitios histricos, etctera) ofrecern claves que orien-ten la ordenacin territorial y establezcan la calidad territorial como eje bsico deldesarrollo.

    c) Territorios ganadores, territorios inteligentes

    La literatura sobre desarrollo territorial ha identificado al menos desde finalesde los aos ochenta, pero sobre todo en los noventa, un tipo de territorios quemanejando eficientemente sus recursos se han situado de forma ventajosa en elcontexto socioeconmico globalizado (BENKO, G. y LIPIETZ, A., 1994). Se trata deterritorios ganadores en la medida en que se contrastan con otros que, inclusohabiendo tenido situaciones muy favorables desde el punto de vista econmico en unpasado reciente, no han sabido adaptarse a las fluctuantes y cambiantes reglas delcontexto actual. Durante los ltimos aos, visiones menos basadas en lo econmicoy ms sensibles a otros parmetros con los que medir esa victoria de algunos pasesy regiones, han derivado en denominaciones ms generosas e interesantes, talescomo la de los territorios inteligentes (VEGARA, A. Y RIVAS, J.L. de las, 2005), que

    movilizan sus recursos (entre ellos los patrimoniales) para generar mejoras de lacalidad de vida de sus habitantes.Uno de los aspectos bsicos en la configuracin de territorios inteligentes es la

    existencia de capitales sociales arraigados en el tejido socioeconmico de las comu-nidades y pueblos y que se basa, entre otros principios, en la confianza mutua. Paraello, y siempre con el fin de que el patrimonio se convierta en factor de desarrollo,es fundamental que en un contexto como el andaluz y el espaol se produzcan cambiossustanciales en los modelos de gobernanza local. La gobernanza es un conceptorelativamente nuevo, al menos tal y como lo trata la literatura especializada reciente,relacionado con los necesarios cambios institucionales de las administraciones p-

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    21blicas para encarar de forma democrtica las reglas de juego de la globalizacin. Enotras palabras, el propio concepto de participacin democrtica ha cambiado y cadavez es menos aceptado el modelo por el que tras una votacin efectuada cada cuatroo cinco aos, los ciudadanos delegan en los polticos y en los tcnicos de las institu-ciones pblicas todas las tomas de decisiones.

    Gobernanza, o el cercano concepto de gobierno relacional, significa dar msrelevancia a todos los agentes sociales, darles ms voz y conseguir que todo el tejidosocial se involucre y participe en la planificacin, sobre todo en la local. La partici-pacin en estos procesos de planificacin, y de implementacin de los planes, ami-nora la incertidumbre para conseguir los objetivos fijados y, sobre todo, hace suyostambin los planes a toda la poblacin. Entre las ventajas de la buena gobernanza

    tambin se citan una mayor eficacia respecto a la inversin pblica, mayor calidadde los servicios y, volviendo atrs, un aumento significativo de los capitales sociales,especialmente en las escalas locales. Esto se consigue cuando los agentes protago-nistas de un sistema territorial se organizan en redes. La importancia de las redeses un argumento muy presente en los discursos de desarrollo, sobre todo de desarrollolocal, desde los ltimos aos noventa (VZQUEZ BARQUERO, A., 1999), aunque conabundantes precedentes. Las redes potencian los intercambios, el conocimiento, laconfianza y en definitiva, los capitales sociales ya citados; aumentan el nivel depreparacin, refuerzan el sentimiento de unidad territorial y trasnsmiten una imagenms potente hacia el exterior.

    Estas cuestiones, con ser bsicas para acometer de forma realista y adecuadalos nuevos procesos de desarrollo local, no dejan de ser difciles en el contextoespaol. Entre los aspectos ms negativos de nuestro sistema cabe destacar:

    La debilidad institucional de los municipios, su escaso papel como coordina-dores de los procesos de desarrollo (pese a que nadie mejor que ellos conoceel contexto socioeconmico local de Espaa)

    Los problemas tradicionales de financiacin, lo que les hace depender endemasa del crecimiento inmobiliario para financiar sus gastos e inversiones.

    La desconfianza que existe en los rganos centrales de la administracin(tanto estatal, como autonmica) para delegar, no responsabilidades, que yalas tienen los ayuntamientos, sino las competencias reales para el desarrollode polticas de mayor vuelo en todo tipo de campos.

    Este ltimo punto tal vez sea el ms grave y el que motiva que, frente a otrospases europeos y de rango de desarrollo similar a Espaa, la parte del gasto pblico

    municipal sea muy inferior al de otras administraciones (estatal y autonmica). Llevamucho tiempo anuncindose la necesaria revolucin municipal, pero sta an no seha producido.

    Para que el patrimonio se convierta en factor de desarrollo son necesarios lospuntos anteriores (cambios institucionales y cambios socioeconmicos), pero tam-bin es importante hacer mencin a un aspecto poco desarrollado en patrimonio ysiempre valorado en las polticas de desarrollo: la innovacin (PADR WERNER, J.,2003). Patrimonio e innovacin han sido concebidos como dos conceptos antagni-cos, difciles de combinar y pertenecientes a dos mundos dispares. Sin embargo, laspolticas de creacin de nuevos productos culturales a partir del patrimonio, tanto en

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    22las polticas generales, como en las locales, ha llevado a valorar de forma al menosincipiente la innovacin como una cuestin de gran importancia cuantitativa y cua-litativa en la gestin del patrimonio. No se trata slo de valorar la creatividad comoun elemento tambin patrimonial, sino de incorporarla directamente a la gestin,especialmente en las cuestiones relativas a los nuevos patrimonios (arqueologaindustrial, patrimonio intangible, paisaje, y a la propia interpretacin del patrimonio,entre otros).

    d) Por una bsqueda de indicadores de calidad en servicios ligados alpatrimonio cultural

    La bsqueda de la calidad en la generacin de productos y servicios es una de laspreocupaciones ms relevantes del sistema econmico, al menos desde los aosochenta. En el sector turstico, que en el caso del turismo cultural est tan prximoal mundo del patrimonio (HERRERO PRIETO, L.C., ed., 2000), se han desarrolladomuchos y diferentes programas y mtodos de acreditacin de la calidad, tanto a nivelnacional como internacional. AENOR, ISO9001, ISO14001, SERVQUAL, Qdel InstitutoEspaol para la Calidad Turstica, SICTED (Sistema Integral de Calidad Turstica enDestino) y un largo etctera de medidas bien diferentes sealan la calidad o undeterminado modelo de calidad, aspecto ste de gran importancia para los recursostursticos. Adems, algunas guas especializadas (Gua Roja Michelin, Gua del GrupoGourmets, etctera), completan con un riguroso sistema de valoracin, la calidad de

    establecimientos hoteleros y de restauracin. Estas medidas, en cambio, son difcilesde aplicar a los recursos culturales y sin embargo es importante acreditar la calidadde su puesta en valor. No se est hablando de acreditar la calidad de los valores delpatrimonio (que nadie pretende comparar), sino la de su proteccin, planificacin ygestin.

    La acreditacin de la calidad en el patrimonio requerira de un plan adecuado deindicadores, una de las aspiraciones de organismos internacionales como UNESCO yque menos satisfacciones ha aportado a los investigadores y gestores del patrimonioen los ltimos aos. Es pues necesario no cejar en el empeo y tratar de obtenerindicadores combinados de calidad en los servicios del patrimonio que permitan:

    Evaluar la sostenibilidad e idoneidad de los sistemas de puesta en valorpatrimonial.

    Conocer los umbrales de capacidad de acogida, tanto de los bienes patrimo-niales tomados de forma singular, como de los territorios. Mejorar el conocimiento de la aportacin potencial del patrimonio al desarrollo

    local y redefinir en tiempo real las estrategias para su obtencin.

    Slo con un sistema de acreditacin de la calidad en los servicios a partir delpatrimonio se podran conseguir reconocimientos que mejorasen la marca territoriale incrementasen la visibilidad, tanto del patrimonio como del territorio en el que seubica. Existen ya iniciativas de inters en Andaluca, entre ellas la del Condado deJan, dentro del proyecto Marca Calidad Territorial, un esfuerzo para impulsar una

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    23marca territorial que beneficiar a toda la comarca, entre otras muchas espaolasunidas en el proyecto. Aunque no se haya entrado an a valorar la calidad de losservicios patrimoniales, al menos se trata de una iniciativa que combina trabajo enred, innovacin, e inters por la calidad1.

    Tambin sera importante aprovechar los nuevos reconocimientos territorialesque estn apareciendo en Espaa con las aportaciones de las leyes patrimonialesautonmicas desde principios del actual milenio. Aragn inici una nueva fase con lacreacin de la figura de parque cultural, que de alguna manera entronca con latradicin nacida en los aos setenta referida a los ecomuseos y que deriv ms tardeen los territorios museos y en los citados parques culturales. Estos ltimos sonreconocidos por las administraciones centrales de cultura, pero casi siempre tienen

    como antecedentes territorios concretos con una importante trayectoria en la puestaen valor del patrimonio (Parque Cultural de Albarracn, Parque Cultural del Ro Vero,etctera). Andaluca ha incorporado en la nueva Ley de Patrimonio aprobada a finalesde 2007 categoras de proteccin nuevas y de marcado carcter territorial (zonaspatrimoniales que pasarn a ser parques culturales cuando posean rganos recto-res). An es pronto para adelantar resultados, pero sin duda sera de gran importanciaque estas nuevas figuras no vengan a complicar un panorama ya bastante confusode figuras de proteccin de diferente carcter que se imponen al territorio y que sonpercibidas por sus habitantes como cortapisas a todo tipo de iniciativas (econmicas,urbansticas, etctera). Slo si estos parques se desarrollasen a partir de una coope-racin real con los agentes locales, si Cultura diera el paso para convertirse, ms allde una institucin que da o no el visto bueno a propuestas arquitectnicas y urbans-ticas, en un autntico mediador en el territorio entre los agentes que trabajan y

    apuestan por el patrimonio (especialmente los grupos de desarrollo local) y se avan-zara hacia una gestin integrada y conjunta de bienes culturales y naturales, podra-mos empezar a hablar de territorios inteligentes en los que el patrimonio actarealmente como factor de desarrollo.

    Tendencias futuras en la gestin local del patrimonio

    a) Redefiniendo patrimonio, territorio y desarrollo de cara al futuro.

    Desde una concepcin amplia y a la vez ms precisa de la que abra este trabajo,el patrimonio es entendido como el conjunto de bienes materiales e inmateriales,heredados de nuestros antepasados, que han de ser transmitidos a nuestros descen-

    dientes acrecentados. El territorio es el punto de encuentro del hombre con supatrimonio. Por tanto el patrimonio es el resultado de la dialctica entre el hombrey el medio, entre la comunidad y el territorio. El patrimonio no est slo constituidopor aquellos objetos del pasado que cuentan con un reconocimiento oficial, sino portodo aquello que nos remite a nuestra identidad.

    Desarrollo es garantizar el mayor bienestar de la sociedad, la plena expansin desu cultura, el fortalecimiento del sentido de los valores humanos y sociales que

    1. Ver www.calidadterritorial.com

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    24constituyen su estrato ms profundo, la participacin efectiva de la poblacin en supropio progreso y la apertura a las dems culturas. El desarrollo slo es posible si esequilibrado en la utilizacin de los recursos y en la distribucin social y territorial desus beneficios econmicos, sociales y culturales. Por tanto el concepto de desarrollonos habla de equilibrio en la distribucin de la riqueza, autonoma en las decisionesy calidad de vida. Desarrollo es tambin respeto por la cultura. No hay desarrollo sinpersonas, ni personas sin patrimonio cultural.

    El sector del patrimonio est creciendo de manera significativa y est siendoobjeto de mayor atencin por la ciudadana. Pruebas tangibles del avance del sectory del aumento de su inters son la progresiva ampliacin del propio concepto depatrimonio por parte de la sociedad y la multiplicacin de las estructuras dedicadas

    a la preservacin, estudio y difusin de los bienes culturales y naturales. A los plan-teamientos tradicionales del patrimonio se suman hoy en da nuevas actividades yservicios destinados a un pblico cada vez ms numeroso y ms experimentado.

    Pero simultneamente el patrimonio cultural padece graves problemas de admi-nistracin, gestin y financiacin. Ello provoca inevitablemente un progresivo au-mento de las inversiones y gastos de mantenimiento. Los poderes pblicos reconocenque los retos que tienen planteados hoy en da sobrepasan sus posibilidades y que esimprescindible plantear nuevos modelos, nuevos compromisos y soluciones durade-ras y viables. Los responsables de la administracin y gestin del patrimonio culturaldeben dar respuestas rpidas y eficaces a las exigencias planteadas por una sociedaden constante evolucin y, en concreto, respecto a las relaciones con la economa, laplanificacin territorial, el turismo, la educacin, el desarrollo de nuevos modelos deorganizacin y gestin, y la diversificacin de las formas de financiacin.

    Parte de la complejidad del patrimonio radica, no solo en la amplitud de su signi-ficado, sino tambin en la diversidad de actividades que abarca la actuacin integralsobre el mismo. En cinco apartados podemos agrupar la accin global sobre el patrimo-nio para intenta dar respuestas a la complejidad de su gestin en el mbito local:

    El primer grupo de acciones a poner en marcha tiene que ver con el conocimien-to histrico y cultural del patrimonio en nuestra localidad. Nos referimosbsicamente a la investigacin histrica, la historia del arte, la arqueologay la antropologa, as como la diversidad de ciencias y tcnicas auxiliares decada disciplinas: teledeteccin, arqueometra, las tcnicas de datacin, lapaleografa, etctera. Para su fomento es frecuente la organizacin de pre-mios de investigacin histrica, la firma de convenios con universidades ygrupos de investigacin, la publicacin de trabajos de investigacin, la orga-

    nizacin de jornadas especializadas, la recuperacin de la memoria histrica,etctera. En algunos municipios con un intenso pasado, la arqueologa puedeser todo un rea local de gestin especializada.

    El segundo grupo de actividades en el que intervenir son aquellas clsicasrelacionadas con el inventario, catalogacin, planificacin territorial y losinstrumentos legales de proteccin de patrimonio. Nos referimos ms concre-tamente al urbanismo y todo lo vinculado a los sistemas de documentacin,como pueden ser los sistemas de informacin geogrfica y otras tecnologasde la informacin. La actividad desplegada por los profesionales del patrimo-nio tiene que ver con la elaboracin del planeamiento general y de proteccin

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    25y sus catlogos, las cartas arqueolgicas, los inventarios de cualquier tipo depatrimonios y sus bases de datos asociadas, los expediente de declaracin deBienes de Inters Cultural, etctera.

    El tercer grupo de actividades a tener en cuenta son las vinculadas con laconservacin fsica del patrimonio cultural y abarcaran campos tan diversosy especializados que iran desde la restauracin paisajstica, pasando por larecuperacin de ciudades o barrios patrimoniales, edificios... y los objetosde arte en multitud de soportes materiales. En ella cobran especial protago-nismo disciplinas profesionales especializadas como la arquitectura o laconservacin-restauracin de bienes muebles. En el caso de la intervencina escala urbana stas suelen formar parte de las oficinas de urbanismo lo que

    se escapa en la mayora de las veces de los cometidos de las reas de culturapero que son claves en la determinacin del futuro del patrimonio cultural decualquier localidad. Son frecuentes las actividades relacionadas con la con-servacin/restauracin de edificios catalogados, las rehabilitacin de in-muebles varios, la gestin de escuelas taller, talleres de empleo... conmdulo de actividades relacionas con la recuperacin del patrimonio, losproyectos de regeneracin urbana (barrios, espacios pblicos... ), la inter-vencin paisajstica (riberas, carreteras, canteras...), y por supuesto, todala actividad de conservacin y restauracin de colecciones de patrimoniomueble.

    En el cuarto apartado queremos agrupar todas aquellas actividades relaciona-das con la dimensin social, econmica y poltica del patrimonio, su puesta envalor, difusin, administracin y gestin. Hablamos de comunicacin, peda-

    goga, interpretacin del patrimonio, sociologa y la antropologa social, eco-noma y empresa, administracin y gestin, mrketing, turismo, etc. Son lasms claramente relacionadas con lo que entendemos hoy da por gestincultura del patrimonio y algunas de estas actividades son de carcter horizon-tal y las podemos ver destinadas a cualquiera de las actuaciones anteriores.Un ejemplo sera la exposicin pblica de una serie de piezas de arte restau-radas o tambin la programacin de actividades de dinamizacin destinadaa diferentes tipos de pblico local (escolares, familias tercera edad...), tam-bin la gestin de proyectos de desarrollo turstico cultural, los estudios depblico o la atencin a los medios de comunicacin.

    Por ltimo, en un quinto grupo clasificaramos a aquellas instituciones clsicasespecializadas del patrimonio cultural: museos, archivos y las bibliotecas, consus colecciones, series documentales, fondos y programaciones propias, y

    tambin sus disciplinas profesionales: museologa, archivstica y biblioteco-noma, que combinan prcticas relacionadas con el conocimiento, conserva-cin, proteccin, comunicacin y gestin del patrimonio.

    A todo lo anterior hay que sumar la visin poltica del patrimonio cultural. Ademsde su materialidad y la problemtica que de ello se deriva para su conocimiento,proteccin y conservacin, si al patrimonio lo entendemos como un factor cultural deprimera magnitud, tiene otras dimensiones fundamentales para la sociedad contem-pornea que estn bastante necesitadas de atencin. Nos referimos a la imprescin-dible interconexin que debe tener la cultura y la poltica cultural con su entorno:

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    26 La dimensin social del patrimonio debe reflexionar sobre las relaciones

    necesarias que en un Estado social de derecho debe haber entre el bienestarciudadano, su calidad de vida y el valor de la identidad, todo ello desde laproximidad del pueblo o del barrio.

    La dimensin econmica del patrimonio y de la cultura debe entender qusignifica poner en uso para la promocin econmica valores culturales opatrimonio; el concepto de calidad en turismo cultural, la dimensin econmi-ca de la creatividad a partir de races culturales y la promocin econmica dela cultural.

    La cultura y el patrimonio cultural, como servicios a la comunidad, deben serentendidas con mirada de equilibrio territorial, deben lograr para todo el

    territorio equipamientos y servicios culturales homologables y equivalentes.Habra que determinar los desequilibrios territoriales a todas las escalas enmateria de servicios culturales de proximidad: bibliotecas, difusin cultural,servicios tcnicos para el patrimonio, etc. para poder dar respuestas acepta-bles desde las polticas culturales.

    Una de las bases fundamentales de la cohesin social con el inmigrante debeser la cultura y el patrimonio. Todo inmigrante trae una cultura de origen, unaidentidad. La poltica cultural debe actuar para reafirmar a cada persona enaquellos valores de su cultura que puedan ser compartidos y dignificarlos.Buscar en el patrimonio histrico y la cultura en general todo aquello que nosune; buscar nuevos valores que todos podamos compartir.

    Se tratara en suma de ocuparnos de las personas igual que de las piedras,

    trabajar la dimensin humana del patrimonio y profundizar sobre su cohesin social,el equilibrio territorial, la calidad de vida para todos y los servicios de proximidad alas personas.

    Dependiendo de la importancia de la localidad o de su patrimonio, cada una delas actividades arriba desglosadas pueden ser objeto de mayor o menor atencin porparte de los profesionales y muchas de ellas requieren de personal exclusivamentecualificado para realizarlas, mas all de un gestor cultural de perfil generalista. Noobstante es necesario que alguien les d sentido de unidad de accin e intencindentro de lo que entendemos por poltica cultural para que se reconozcan mutuamentey dentro del mismo objetivo de desarrollo local.

    Esta riqueza y variedad de acciones y actores que, directa o indirectamente,pueden abordar y aportar soluciones al patrimonio cultural, es tambin la causa dela dispersin y atomizacin de los proyectos, redes e instituciones que actan sobre

    el sector, perdindose en muchos casos la visin de conjunto. Muchas de estasactividades no radican en el rea de cultura de una localidad, ni siquiera dependende patrimonio y suelen estar distribuidas por todo el elenco de concejalas, perdiendovisibilidad y presencia.

    b) Centralidad = planificacin + participacin.

    El 8 de mayo de 2004, durante el IV Foro de Autoridades Locales para la InclusinSocial de Porto Alegre celebrado en Barcelona en el marco del primer Foro Universal

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    27de las Culturas, se aprob por numerosos gobiernos locales de todo el mundo ladenominada Agenda 21 de la Cultura. Este documento es un referente para reforzary renovar las polticas pblicas de cultura y fue adoptado como gua recomendadatanto por la Federacin Andaluza de Municipios y Provincias como por las diputa-ciones andaluzas. La Agenda 21 de la Cultura nos puede servir como referente paradesarrollar nuestro discurso en relacin con las nuevas tendencias en la gestinlocal.2

    Una poltica cultural en patrimonio de alcance necesita centralidad y visibilidady ello significa liderazgo poltico en las ms altas instancias del gobierno local paraque se adopte el firme compromiso de hacer de los temas culturales una dimensinclave de sus polticas urbanas. Para ello son necesaria dos acciones bsicas e inte-

    gradas: la planificacin y la participacin.La planificacin es aqu entendida como un proceso de debate, redaccin y

    aprobacin de un documento, sobre las prioridades en cultura de una ciudad, reali-zado por todos los agentes culturales de un territorio con la ciudadana y la adminis-tracin pblica. Es un proceso que relaciona los agentes, los objetivos, las actividades,los recursos y los resultados esperados de un proyecto. Significa recoger las diferentesdemandas realizadas por las personas y las organizaciones de un territorio, incluyendotanto los agentes culturales como el conjunto de la ciudadana; identificar y utilizarlos recursos culturales; ofrecer respuestas basadas en el rigor analtico, la coherenciaterritorial y el consenso con la sociedad civil; establecer procedimientos de aplicacine instrumentos de evaluacin de los acuerdos conseguidos.

    El proceso se inicia normalmente con un estudio o diagnosis de los recursosculturales de la ciudad y de las tendencias del entorno econmico, social y territorial.

    La estrategia cultural local se formula por escrito, en un documento, debatido yaprobado por el plenario municipal o por instancias como consejos o comisiones conparticipacin ciudadana. El documento normalmente consta de una misin, unosobjetivos y unas acciones. Tambin establece una corresponsabilidad entre gobiernolocal, agentes culturales y sociedad civil. Normalmente la estrategia cultural localincluye un calendario para la aplicacin, unos indicadores de seguimiento y evaluacinde cada objetivo y de cada accin, y unas instancias de monitorizacin.

    El concepto de planificacin en cultura ha gozado de amplia difusin en los ltimosquince aos. Se ha empleado para promover las polticas culturales locales a partirde los valores (memoria, creatividad, conocimiento crtico, diversidad, ritualidad...)que la cultura aporta a los individuos y a las comunidades. Tambin se ha utilizadopara subrayar la transversalidad y la significacin de la cultura en otras polticaslocales, como el empleo y la inclusin social, y para introducir consideraciones cultu-

    rales en toda poltica pblica.La cultura debe incorporarse al proceso de planificacin en los diferentes nivelesde gobierno. Conseguir que participe de la manera ms amplia posible en los procesossocioeconmicos del desarrollo. Es necesario situar la cultura en el ncleo de la tomade decisiones, capaz de planificar y gestionar la poltica cultural de un territorio desdeuna visin integral.

    2. La Agenda 21 de la cultura as como otros documentos de desarrollo ms recientesse pueden consultar en la pgina web www.agenda21culture.net

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    El patrimonio local y el proceso globalizador. Amenazas y oportunidades. Tendencias...

    28Cuando hablamos de planificacin tambin nos referimos, en primer lugar, a un

    instrumento que invite al debate pblico. La elaboracin de un documento de plani-ficacin cultural (un plan local de cultura, un plan estratgico de cultura...) posibilitaque se genere una visin a largo plazo de la cultura y su papel en el futuro desarrollode la localidad. A su vez ofrece centralidad y visibilidad a las polticas culturales y esuna herramienta de primera mano para la participacin ciudadana en su elaboraciny posterior gestin. Se trata tambin de que lo cultural est coordinado e imbricadoen los planes estratgicos de ciudad u otros procesos de planificacin local integrada(Agenda 21 Local, Pacto Local para el Desarrollo, Plan Local Integrado...) y no slo enel plan del departamento y/o la concejala de cultura, aportando una perspectivacultural al conjunto del proyecto de la ciudad, con objetivos y acciones que muestren

    cmo la cultura tiene un impacto en, y recibe la influencia de, actividades en reascomo la educacin, la sanidad, el urbanismo o la economa.

    Si desde la cultura se debe responder a muchos de los retos de la sociedad y sila cultura tiene que estar en el centro de las polticas locales, es preciso que losdepartamentos de cultura se doten de herramientas fuertes, de planes ambiciososque expliciten la vocacin de influir en el resto de herramientas de planificacin local.Esta ambicin transversal puede llevar a la cultura a erigirse como el cuarto pilar deldesarrollo, junto con el econmico el social y el ambiental.

    En cuanto al concepto de participacin, en los ltimos aos, la complejidad de larealidad, el paso de una administracin productora de servicios a una administracincatalizadora y relacional y el dinamismo de la sociedad civil, entre otros factores, hanreforzado la necesidad de articular mecanismos de participacin y cooperacin local.La participacin es una accin complementaria a la planificacin y una herramienta

    bsica de gestin en una democracia real. En el campo cultural, hay ya una ampliatradicin de interlocucin entre el sector pblico y las organizaciones del sectorprivado y del sector asociativo. Hay que asegurar la participacin ciudadana, lademocracia participativa, la transparencia informativa y la comunicacin en la ela-boracin y posterior puesta en funcionamiento del plan.

    El gobierno local en cultura debe ser un catalizador de procesos, reforzando lasociedad civil, promoviendo consensos y estableciendo corresponsabilidades, fo-mentando la participacin democrtica de la ciudadana, la administracin y losexpertos en el debate, la formulacin, la planificacin, el desarrollo y la evaluacinde las polticas pblicas de cultura. El patrimonio cultural es ante todo un asunto deinters comunitario y pblico. Hay que alcanzar acuerdos que permitan gestionar elcarcter pblico del patrimonio cultural.3

    Un instrumento estable de participacin puede ser el denominado consejo de

    cultura o instancia pblica para los temas culturales de la ciudad. En el consejo decultura normalmente participan los agentes culturales de la ciudad, en su diversidad,tanto sectorial (patrimonio, artes, bibliotecas...), su dimensin (agentes grandes oiniciativas pequeas), su adscripcin (pblica, privada, asociativa...) u otras varia-

    3. Ideas clave sobre la Agenda 21 de la cultura. Jordi Pascual. En nous accents 2006.PLA ESTRATGIC DE CULTURA DE BARCELONA. Consultar en: http://www.bcn.es/plaestrategicdecultura/pdf/Agenda21cultura_cast.pdf

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    P A T R I M O N I O c u l t u r a l a n d a l u z

    29bles. Normalmente el consejo debate, y emite opiniones, sobre los temas culturalesms relevantes de la ciudad.

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    31Bases jurdicas de la intervencin de los podereslocales en la gestin del patrimonio

    Eduardo Jos Molina Soto.Departamento de Rgimen Jurdico del Patrimonio Histrico.Consejera de Cultura. Junta de Andaluca.

    El modelo de Estado que configura nuestra vigente Constitucin de 28 de diciem-bre de 1978 se estructura en la descentralizacin de funciones y competencias entredistintas Administraciones Pblicas, como establece el artculo 1371, correspondin-dole al mbito local un papel destacado en el juego constitucional como prueba el quese dedique todo el captulo segundo del Ttulo Octavo sobre organizacin territorialdel Estado al enmarque normativo de la Administracin local.

    Precisamente la Carta Magna sita como Administracin Pblica a los podereslocales y esto hace que le sea de aplicacin directa e inmediata lo dispuesto en losartculos 9, apartado 2 y 46.

    El apartado segundo del artculo noveno establece corresponde a los poderespblicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo yde los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstculos queimpidan o dificulten su plenitud y facilitar la participacin de todos los ciudadanosen la vida poltica, econmica, cultural y social.

    Este artculo se incardina en el Ttulo Preliminar y su situacin no es por azar comoninguna en todo el texto constitucional, sino que se encuentra dentro del ncleo msimportante, el de los principios superiores del orden constitucional, junto al TtuloPrimero y al Octavo de la Carta Magna. La interpretacin del mismo plantea doscuestiones relevantes que han sido puestas de manifiesto por la profesora M delRosario Alonso (Alonso: 1992, pp. 59 y 62-70) al incidir, en primer lugar, en queestamos ante un objeto para el adecuado desarrollo de la personalidad del hombrey, por tanto, como un instrumento de Cultura() responsabilidad que incumbe atodos los poderes pblicos sin excepcin; y, en segundo lugar, en que es unadistribucin (de competencias) distinta la que se opera con relacin a la Cultura ensentido global que la que se opera con relacin a las distintas facetas del fenmenocultural()la Cultura, en sentido global, es un asunto que difcilmente admite el

    tratamiento competencial de las dems materias, pertenece por esencia a lasatribuciones institucionales de cualquier ente representativo(...).

    A su vez, el artculo 462 de la Constitucin de 1978 se encuentra dentro del captulotercero del Ttulo Primero, relativo a los principios rectores de la poltica social y

    1. El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en laComunidades Autnomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de auto-noma para la gestin de sus respectivos intereses.2. Dice as: los poderes pblicos garantizarn la conservacin y promovern elenriquecimiento del patrimonio histrico, cultural y artstico de los pueblos de

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    Bases jurdicas de la intervencin de los poderes locales en la legislacin del patrimonio

    32econmica, que sern objeto de cumplimiento como finalidad de su actuacin porcualquier Administracin Pblica3, aunque no formen parte strictu sensu de los de-rechos y libertades propias de los individuos, regulados en el captulo segundo. No esobjetivo del presente trabajo hacer un anlisis minucioso de este precepto4, sino eldejar patente que el patrimonio en sus distintas facetas y los bienes que lo integran,pblicos o privados, deben tener garantizados su conservacin y enriquecimiento porlos poderes pblicos sin excepcin.

    Como desarrollo de la Constitucin en materia de competencias de las corpora-ciones locales, nos encontramos en primer lugar con la Ley 7/1985, de 2 de abril,reguladora de las Bases de Rgimen Local, que tiene un prembulo ricamente escla-recedor del papel actual de dichos entes territoriales, pues afirma que la voluntad

    del pueblo espaol ha sido la de enriquecer su trama organizativa, multiplicando suscentros de decisin, sin mengua de la superior unidad de su realidad unificadora. Ladefinicin de los Municipios y Provincias se hace de forma suficiente, aunque noprolija, en el texto supremo. La autonoma municipal debe ser el principio rector dela regulacin de cada entidad. El criterio para evitar contradicciones con otrasinstancias radica en la determinacin de sus intereses respectivos. Qu cosa sea elinters respectivo no ha sido desarrollado por la Constitucin, aunque s ha deter-minado los asuntos de inters de la Comunidad Autnoma y del Estado. Con esoselementos y con los datos que se desprenden de la realidad misma de las cosas, esposible construir las instituciones locales mantenindolas en el lugar que debecorresponderles en un Estado complejo como el actual; y a las Cortes Generalescompete enriquecer y concretar el diseo bsico de las entidades locales como unade las piezas de la entera organizacin territorial del Estado. Presupone, pues, una

    perspectiva territorial, es decir, global y no sectorial. Su desarrollo representa poneren pie una institucin territorial y, consecuentemente, su estatuto subjetivo y laordenacin de la capacidad potencialmente universal de dicha institucin.

    Todos los sectores de la realidad a que se extiende la accin pblica se encuentran,por ello, aludidos y en mayor o menor medida afectados. Se est, en definitiva, anteuna Ley que atae a la construccin misma del Estado y al diseo de uno de losordenamientos jurdico-administrativos que en l se integran tampoco es posibleentender hoy los poderes pblicos como estructuras monolticas, construidas encascada de mayor a menor y dotadas de funciones relativamente estables y diferen-ciadas por serlo tambin el mundo al que se enfrenta.

    Muy al contrario, la realidad social, cultural, tecnolgica y econmica ha rotodefinitivamente las situaciones singulares de relativo aislamiento y hoy la sociedadse nos muestra como un todo continuoEsa continuidad del tejido social hace im-

    posible marcar unas fronteras ntidas a los intereses cuya tutela respectiva se

    Espaa y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su rgimen jurdico y sutitularidad. La ley penal sancionar los atentados contra este patrimonio.3. Como se encarga de puntualizar el artculo 53, apartado 3, del mismo texto.4. Anlisis brillante de este artculo es el ofrecido por Jos Mara Abad en su estudioEl principio jurisprudencial del derecho social a la cultura: anlisis y manifestacio-nes, que incluye opiniones de expertos en la materia como A. E. Prez Luo ynumerosa jurisprudencia. Necesaria resulta la consulta del comentario sobre estacuestin realizado con lcido juicio por M del Rosario Alonso (1992, Pgs. 70-75).

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    33encomienda a los distintos poderes que destacan as su condicin de formar partede un conjunto institucional de arquitectura compleja en que las partes adquierensentido en funcin del todo, pero articulndose entre s no por principios formales,sino por criterios materiales que tratan de adaptar las competencias a los interesesreales en juego.

    En lo que respecta al Patrimonio Histrico el artculo 25, en su apartado segundo,de esta ley establece la competencia del municipio, en todo caso, en los trminos dela legislacin del Estado y de las Comunidades Autnomas. Tres puntualizacionesdeben hacerse aqu: que no admite la ley excepciones a la asuncin de la competenciapues prescribe que se har en todo caso; que usa la terminologa de Patrimoniohistrico-artstico, propio de la legislacin anterior a la actualmente vigente, cues-

    tin que se explica por el hecho de ser esta una ley aprobada unos meses antes dela Ley de Patrimonio Histrico Espaol; y que hay una remisin total a la regulacinestatal y autonmica en la materia para saber cual es la competencia en particularque asume el municipio5.

    No obstante, la Ley 7/1985 s hace referencia a competencias indirectamenterelacionadas con el Patrimonio Histrico en sus artculos 21 y 22 al regular las com-petencias de alcaldes-presidentes y de plenos respectivamente. As el artculo 21.1letra p) precepta que es competencia del alcalde La adquisicin de bienes y dere-chos cuando su valor no supere el 10 % de los recursos ordinarios del presupuesto nilos tres millones de euros, as como la enajenacin del patrimonio que no supere elporcentaje ni la cuanta indicados en los siguientes supuestos: 1. La de bienesinmuebles, siempre que est prevista en el presupuesto. 2. La de bienes muebles,salvo los declarados de valor histrico o artstico cuya enajenacin no se encuentre

    prevista en el presupuesto, por lo que los bienes muebles que tengan una declaracinde valor histrico o artstico entindase Bien de Inters Cultural u otras de lascategoras autonmicas existentes no podrn ser enajenados mediante actuacindel alcalde sino por parte del pleno cuando no se haya previsto en el presupuestomunicipal, limitndose las facultades de disposicin de la mxima figura de la cor-poracin local. Por su parte, el artculo 22 establece en su apartado segundo, letra c)que es competencia del pleno La aprobacin inicial del planeamiento general y laaprobacin que ponga fin a la tramitacin municipal de los planes y dems instru-mentos de ordenacin previstos en la legislacin urbanstica, tramitacin en la quela actuacin de la Administracin Cultural tendr una importancia relevante a tenorde la legislacin nacional y autonmica de Patrimonio Histrico. A su vez, la letra g)del mismo apartado otorga al pleno competencia para La aceptacin de la delega-cin de competencias hecha por otras Administraciones pblicas y en materia de

    Patrimonio Histrico la Ley, esencialmente la autonmica, prev importantes dele-gaciones de competencias originariamente atribuidas a la Administracin de la Co-munidad Autnoma.

    Un paso ms dentro de la normativa de carcter local supone la Ley 7/1999, de29 de septiembre, de Bienes de las Entidades Locales de Andaluca, que despliega una

    5. Esta opcin legal ha sido muy criticada por parte de la doctrina, como de hechonos da noticias en su estudio Concepcin Barrero (1990, Pg. 416) en nota al pie n422.

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    34serie de normas que afectan a la actuacin de las corporaciones locales teniendo encuenta la naturaleza de patrimonio histrico-cultural en relacin a sus bienes.

    As para adquirir bienes a ttulo oneroso se permite el procedimiento negociadoy no slo el concurso en caso de que as lo requieran sus caractersticas de singularidady especificidad histrica, cultural, artstica o tcnica (artculo 10.2, letra a). Es msse exige informe del rgano autonmico competente, cuando se trate de adquisicinde bienes histricos o artsticos cuya transmisin deba ser notificada a la Adminis-tracin autonmica segn la legislacin vigente6. Esta misma remisin a la normativaespecfica se exige por el artculo 16, apartado tercero, cuando se trate de enajena-cin de bienes declarados de inters cultural y dems que formen parte del patrimoniohistrico espaol o andaluz7.

    Para la cesin de uso, el artculo 36.3 permite a las entidades locales valorarmotivaciones de ndole cultural por encima del criterio general de mxima rentabi-lidad que exige el apartado segundo. No obstante, son los artculos 51, 52 y 58 los msrelevantes en esta Ley respecto al Patrimonio Histrico. El apartado segundo delartculo 51 establece que las actuaciones de conservacin, mantenimiento, custodiay mejora que correspondan a las entidades locales respecto de los bienes integrantesdel patrimonio histrico de Andaluca debern sujetarse a lo previsto en su normativaespecfica, viniendo el artculo 52 a acotar de manera ms especfica y pormeno-rizada esta obligacin en su apartado cuarto al prescribir que Las entidades localestitulares de bienes inscritos en el Catlogo General del Patrimonio Histrico deAndaluca estn obligadas a obtener la previa autorizacin de la Consejera deCultura, para realizar cualquier cambio o modificacin en bienes inmuebles inscritoso en su entorno, para realizar obras de todo tipo y para cambiar el uso o modificar

    los bienes muebles, instalaciones y accesorios que recoja la inscripcin, de confor-midad con la regulacin especfica del patrimonio histrico de Andaluca8. Estaobligacin de obtener autorizacin no difiere de la que tienen los titulares particularesde este tipo de bienes.

    Por su parte, el artculo 58 establece, dentro de la obligacin general de formalizarun inventario general consolidado de todos los bienes y derechos de las entidadeslocales, la de que forme parte de l un inventario parcial del patrimonio histrico, conel fin de que dichos bienes queden singularizados y estn sujetos a un mejor control.

    La normativa precedente tiene por objeto la regulacin de los entes locales tantoen su naturaleza, actuaciones y competencias como en el rgimen jurdico de susbienes, pero con respecto al Patrimonio Histrico los aspectos regulados son inciden-

    6. Artculos 38 de la Ley 16/1985 de PHE, 18 de la Ley 1/1991 de PHA y 17 delproyecto de nueva ley de Patrimonio Histrico para Andaluca.7. Es decir, que, aparte de los expresamente declarados BIC, cualquiera de losafectados por la exposicin genrica sin nec