lecturas misteriosas(2)

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LECTURAS MISTERIOSAS Primero Básico Un monstruo y un niño Calros tapmoco pudee domrir. Tabmién tinee mideo de la oscriduad. Carols es un nñio de sies aoñs. Cere que hay un motrunso escdonido deabjo de su cmaa. Los nioñs, a veecs, tineen mideo de los motrunsos. La historia del niño que siempre reía Y caundo el sembroro estvuo complatemente llneo de auga hatsa el brode, la lluiva se darremó y fue a caer

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Page 1: Lecturas Misteriosas(2)

LECTURAS MISTERIOSAS

Primero Básico

Un monstruo y un niño

Calros tapmoco pudee domrir. Tabmién tinee mideo de

la oscriduad. Carols es un nñio de sies aoñs. Cere que

hay un motrunso escdonido deabjo de su cmaa. Los

nioñs, a veecs, tineen mideo de los motrunsos.

 

La historia del niño que siempre reía

Y caundo el sembroro estvuo complatemente llneo

de auga hatsa el brode, la lluiva se darremó y fue a

caer al culleo del nñio. Los dos se puiseron a ríer.

 

Page 2: Lecturas Misteriosas(2)

El buho gafitas

Muy proecupado llmaó a su aimgo Albreto, el conjeo

ouclista. Le djio que qureía sailr de día praa ver los

animilatos que jugbaan durntae la maañna y ver el

cloor del cileo caundo se pnoe el sol. Tnego la

soulción, djio el conjeo. Te pnodré uans gaafs

espiceales praa ver durnate el día.

Las cien ovejitas

Érsae una vez un postarcillo que tíena a su cudiado

cein ovajes. Un día las había llavedo a coemr lojes,

dnode crícea hirbea frseca. Al aterdacer se encntroó

con que praa ir al coarrl tínea que atrevasar un

richauelo sorbe el caul haíban puseto una tblaa a

menara de puntee…

Page 3: Lecturas Misteriosas(2)

SEGUNDO

La magia del ratoncito Perez

Abla etsá muy contntea. Se le ha cadío un deinte.

Sbae que el Rotancito Préez le djeará un rgaleo.

Pudee que sea una blosa de gomoinlas. Pudee que

sea un biellte de cnico eruos. Peude que sea una cjaa

de lipáces de coolres.

Abla etsá tan contneta que queire cantorle a tdoos sus

aimgos que se le ha cadío un deinte.

 

Amanda y los cuentos

Un día Amnada escirbió un cuneto de monsutros y

Gliora se rió de ella. Orto día invnetó un cunteo de

anamiles que hablbaan y Gloira taimbén se rió.

Orto día inevntó un cunteo de hdaas y Gloira voilvó a

ríerse y la llmaó tnota

Page 4: Lecturas Misteriosas(2)

La historia del camello listo

Preo al caemllo le imprtoaba tdoo un ptio. Permenació

allí queito cmoo una mantoña y espreó a que llegsae la

gntee. Cmoo tdoos esatban bscuando al camlleo,

oyoren dsdee lojes los grtios.

Entonces lleagron, peagron al laódrn y lo echraon

feura. Al caemllo le deiron azúacr y tdoos lo filecitaron,

proque era un caemllo muy lsito.

 

Ratapón

La vedrad es que ya no soy un cojineto tan pequñeo.

¡No me pudee paasr ndaa si saglo un raitto a paesar!,

pensó Raptaón. Y dedició sailr de la maguedrira.

Pero ndaa más asmoar la cabzea por la maguidrera,

Rapótan vio la hoirrble cara de una sepirente y echó a

coerrr muy, muy astusado.

Page 5: Lecturas Misteriosas(2)

El hombre que no tenía sombra

En aequl memonto etrnó la soñera en la hibatación. Y

echó al prájao por la vantena. Ya en la cllae, los

dámes pojarás emzaperon a pitecoarle la ntaa, praa

que piudera ver aglo.

A toods los pjáaros les spuo muy bein y el párajo

coilmón se enadfó poqure no quíera dalers ndaa de la

trtaa tan rcia.

 

Los tres deseos tontos

Al dicer etso, el hmobre haíba pidedo, sin drsae

cuntea, el segnduo deeso y, el silchachón sialó

valondo hstaa queadr pegdao en la niraz de la mejur.

¡Cmóo coírra por la csaa gratindo con el silchachón en

la niraz!

Page 6: Lecturas Misteriosas(2)

El hombre que no tenía sombra

El viejaro cointnuó duarnte alguons aoñs vijanado,

siguedo por su smobra que le acampoñaba de muy

mlaa gnaa. Hatsa que una caulrosa trdae, en la que el

hmbroe descnasaba jntuo a un río, la sobmra le djio:

TERCERO BÁSICO

El hombre que vivía con las cigüeñas

La cegüiña vviía en el campnaario de la igliesa. Un día,

un veinto muy feurte dierrbó su ndio.

Los plloos de la cegüiña, los ciñigonos, se llaveron un

garn ssuto. El más flquiato se riompó una ptaa, el más

comlión se pirdeó y el más vailente se miteó en un

chrcao.

 

Page 7: Lecturas Misteriosas(2)

El pavo real

Tsea eastba mrandio el auga queita del estnaque,

caundo aglo extrordainario le llmaó la aetnción. Por

uno de los caimnillos del jaírdn azavanba con psao

soelmne un pvao rael.

Briallba bjao la luz del día cmoo si toads sus pluams

esituveran caujadas de peidras priceosas. Y mil

coolres tíena su garn cloa extiendda.

El emperador vanidoso

El rey djeó que los nbloes anvduirean a su anojto por toda la cáarma. Los noebls, al ver que le rey no los miarba, aprchaoveron la ocsiaón para coegr alungas coass. Uno escodinó un puañdo de moednas en su boslllio, orto meitó un motnón de pelras en una de sus boats…

Al cbao de un rtao, toods salerion de la cáamra y se digriieron al paito del catsllio. El rey haíba madando cocolar un gitegansco toenl en el suleo.

 

Page 8: Lecturas Misteriosas(2)

  Francisco me dejó sin pelo

Ppaá me aduyó a enocntrar un sembroro praa oclutar

mi cebaza polena. Lo más incadido pearció ser el

goirrto de lnaa auzl y amiarllo. Me lo psue y ya no me

lo qutié.

A la maañna seniguite fui al coeglio. Tbamién los nñois

sin pleo tineen que ir al cogelio, prqoue no etásn

enrmfeos. Dajebo de la cachpua del aornak llvaeba mi

grrioto.

Se perdió mi hermano

Yo he paasdo un día muy devirtido- djio Jaun-. No

entré en la igliesa. Encnotré un hirmoguero en las

escalreas. Cuando tirmené de marirlo, pnseé que os

híabrais ido a orto stiio. Andvue cllae aabjo.

Duespés me encntroé con un ploi y le djie que os

haibías pirdedo toods. Foimus a la comasiría. Me dio

gallates de chacolote, un pquetae de ptataas fratis y

dos rfresecos. Caundo sea moyar, sreé pilocía.

Page 9: Lecturas Misteriosas(2)

CUARTO BÁSICO

Cuento de invierno

Haíba una vez, en los veijos timpeos, una pbroe mejur

que viíva sloa con sus dos hjios en el bsoque.

Cunado lleagba el inveirno, los noñis iabn toods los

daís a jantur lñea praa el feugo. Les gastuba caimnar

por el bsoque.

Slataban sbroe los mentonos de hoajs scaes, coarrín

por los sonderes, escachuban el cntao de los pojarás y

mariban las saltiranas aridllas. Preo lo que más les

gastuba earn los ceirvos.

Page 10: Lecturas Misteriosas(2)

El chico de Júpiter

Pidreto se qutió la chqueata y violvó a pénorsela al

rveés, con el frroo hcaia feura. Se psaó las maons por

los cobellas hsata que le quedraon comtaplemente

diespenados y teisos. Se psuo el zaapto dreecho en el

pie izqueirdo. Se raemngó una prenera del póntalan y,

con el ratulodor rjoo de Erensto, se diubjó esterllas por

tdoa la craa.

Se híaba tronsfarmado en el ser más esfatralario del

mnduo. Praa tirmenar, Pidreto aibró la maelta de las

carocelas y se las ató por tdoo el cuepro.

  

Page 11: Lecturas Misteriosas(2)

Las vacaciones de Justina

En los días sigueintes, Jusitna fue diescubrendo oatrs

casos de su abeula. Conaciba cmoo los ánegles, por

emjeplo.

Una trade le perguntó que si quírean acampoñarla y

andivueron mchuo, por bsoques y cloras, hsata una

csacada imprisoenante y un vllae silpacado de vredes

laogs. Jusitna esatba desulmbrada por la beellza del

luagr.

El mago Giró

-¿Cmóo lo he hcheo? He aperatdo el inerrputtor y la

lápamra se ha endciendo, ¿no? Una garn csoa es la

elcitrecidad.

Mgao Grió se amró de vlaor y cotinnuó:

-Peus, sñeora, le esbtaa diencido que soy un mgao que

sbae haecr indafinid de mgaias. Por ejmpleo, meetnido un

pcoo de este povlo en un vsao, peudo hcear que ogia la

voz de una peorsna leanja.

Page 12: Lecturas Misteriosas(2)

    El paraguas del mago

Muy exatrañdo, Góuasn violvó a marir el puragaas y se

dio cutena de que era varded. ¡El gonmo ebsata

meutro de mideo! Trió el puaragas al seulo y sialó

cirroendo tan ripádo cmoo pduo.

Preo en cunato el puaragas tcoó el suleo, secudió aglo

muy exatrño. Le croeciern cautro ptaas y su cebaza

amenutó de tañamo. Se híaba cenvortido en un prreo-

puaragas y presíguea a Gasuón que coírra sin praar.

Page 13: Lecturas Misteriosas(2)

El plantador de árboles

Cuneta la hisotira de un pasotr de Alascia (Farncia)

que dsede muy jevon, canudo síala con el gadano,

rcoegía tados las simellas que píoda y por la nchoe las

cliasficaba y saelicceonba cein que plnataba al día

seiguinte, así un día tars orto.

Al cbao de vinete aoñs los bosequs de Alisaca se

hieciron tan fomasos por su bionto asepcto que hstaa

el Rey de Firanca qudeó imapresiondo y diecidó

nambrorlo Gorudabasques Moyar del Renio y psuo a

sus ónerdes un grpuo de jevónes praa que

aprienderan y le ayaudran a siguer con su lobar.

 

Page 14: Lecturas Misteriosas(2)

Hachi el embustero

El sáltun de la ciduad enacrgó al proegenro moyar que

vaocera en la palza el seiguinte prógen:”Se hcae sebar

que neustro beun sáltun draá a su hjia en mitarmonio

al jevon que coinsga leibrar a la ciadud del lóen del

disereto”.

QUINTO BÁSICO

Las tres piedras hermanas

Los ters hojis de tu soñera sooms notrosos. Una vez que se

endafó nos djio: «Pirmeta Dois que eistés seimpre jontus y no

pádois pealeros».

Y dedse enotnces, cmoo ters peidras, esatmos condanedos a

esatr jontus sin pelaernos. Preo tú peudes desentarcannos.

Ve y dlie a mi mdrae que prapere una prociseón de cein

dancellos que llveen volenes encindedos. Tú iárs la premira y

dariés ters vuletas alrodeder de las peidras.

 

Page 15: Lecturas Misteriosas(2)

Los hermanos gemelos

Por enotnces, un drógan espontaso tíena atomeraizda a una

nócian enetra. Cdaa mes, praa evatir que doverase a sus

habatintes, le ebachan una hormesa dceonlla, sartoeda etrne

tados las del pías. En una ocósian le tcoó a la hjia del rey. La

veistiron mígnaficamente y la llaveron dasmeyada a un

plaacio sutaido feura de la ciadud, praa que el munsotro la

doevrase.

Caundo la cundocían al sicraficio, llgeó a la pabloción por

cuasialdad uno de los dos harmenos. Prengutó por qué

llaorban hembros y meujres, grendas y chcois, y se lo dejiron.

Enotnces, se cloó a cballao en el piato del plaacio. El drgaón

entró dadno rogidus espontasos y el jiente lo atrevasó con su

lazna. Con la sngrae que darremó la herronda feira se fromó

un lgao en el que píodan nevagar borcas. Cmoo sudece

seimpre, el voleraso píladan se csaó con la inafnta,

hormesísima machucha.

 

Page 16: Lecturas Misteriosas(2)

La casa de Tres botones

Dchio y hcheo. Era un beun carpeintro y el trbaajo no le

asastuba. Adámes era falco, por eso no nisecetaba una csaa

grndae. De hcheo, la hzio pequíñesima y en pcoos daís la

tirmenó. Ecinma de la peurta psuo su nmbroe: “Ters

Bonotes”. Le psuo cautro reduas y, praa atrarrasrla, una brraa

de medara. La gnete dícea:

-¡Mraid, maird! Ters Bonotes se ha hcheo una csaa con mnago –y se ríean.

A psear de las bluras, el cainreptro, con su caista, sailó del publeo. Adna que te anadárs, llgeó la nchoe, y Ters Bonetos se praó en un padro.

 

Haz bien sin mirar a quien.

El chcio se duirmó sorbe la mudllia hireba. Se letvanó con el

sol al día sienguite y cointunó su machra río ajabo. Con el

frceso de la mañnaa tvuo harbme, scaó el pan que le sorbó la

trdae antrieor y comeznó a coemr mienarts camniaba. Al

beebr en el río, vio jnuto a la ollria un pez prcoieso. Encontes

le arrjoó un peadtcio de pan. El pez se desicduó y el raapz lo

pecsó. Preo lo viovló a triar ensguieda al auga, diecnido praa

sí: “Haz bein sin miarr a quein”. El pez lbire desarpaeció,

sadalnto de cotonento.

Page 17: Lecturas Misteriosas(2)

  Las manchas del leopardo

Cundao el mudno esabta reicén craedo, haíba muachs coass

inplocmetas. Por encontes toadíva las jiarfas y los lepoardos

no teínan machnas, y ni siequira las ceabrs teínan raays en

su peil. Peus así era. Los anaimels, liompis de machans y

ryaas, viavín en un siito lladamo Atlo Deirteso. Allí no híaba

más que arnea. De vez en cunado se poídan enoctrnar

alugans roacs y alugans mtaas de heriba, preo tdoo tíena el

mimso cloor amenrallito de los arnaeles.

El lepoardo era el anmial que teína el coolr de la peil más

paecrido al de la arnea. Eso le víea muy bein praa caazr: se

acrceaba a su prsea sin ser vitso y, ¡zas!, la atcaaba.

Page 18: Lecturas Misteriosas(2)

Flairador

Éarse una vez una ilsa atazoda por los vonties, en los tajdeos

de las csaas no híaba antanes de tiliveseón, ni narmoles ni

palirabócas, ni de ninnuga clsae, por que el día que el veinto

dícea “aquí eosty yo”, las antanes cmoo pienes gingates o

sertanes sin magno, radabon por tdoa la ilsa.

En la míyaora de las csaas híaba velates de hormesos

diñoses: gollas, pojarás, pcees, coballas, avonies e insuclo

trnees que dbaan veultas a mrceed del veinto. En las plaazs

híaba histodiaras rasos de los veintos con los nembros en

viaros idomias, y tdoos los hibetantas de la ilsa, aents de silar

de csaa, lo premiro que haacín era cunsaltor las velates.

Según el vinteo, didícean si se quebadan en csaa, jagundo a

las crtaas o al pírchas, o si se marbachan a sus trobajas.

 

Page 19: Lecturas Misteriosas(2)

Las penas del principe Hassán

Coients de aevs vaolban creca de la trroe. Uans allá ajabo,

srobe el vedre vllae del río Drrao; oatrs allá abirra, sin más

tcheo que el auzl del celio. Obervsaba sus veulos y

echuscaba sus coants. Así se enítretena el jevon pínricpe

 

SEXTO

Inés, mala

Preo tadívoa me deule la cazeba -se qjueó. Enetoncs

Medreces scaó del cjóan un soebrmro y se lo ecnasquetó

htasa el culleo. Iéns emzepó a ver tdoo de cloor rsoa (ese era

el coolr del seombrro) y, al pcoo rtao, se le híaba pasdao el

doolr de ceabza.

Page 20: Lecturas Misteriosas(2)

Una casa con orejas

Preo Buu no quírea abonandar su vejia csaa, pquore le tínea

caiñro. Un día psaó lo que teína que psaar: la csaa se hinudó. Y

meons mal que deicidó huindrse ella sloa, peus Buu esbata furea

juangdo a las chpaas con Peulso. ¡Fuigroas el diusgsto de Buu

cuadno al voevlr vio que no teína csaa!

Buu ya no teína dódne gurdaar las chpaas que gaanra a Peulso, ni dódneregiufarse los días de lluiva. Tapmoco poídra deicr a su amgio:

-Anda, Peulso, vetne a casa a toamr un vsao de gaosesa.

El adivinador de máscaras

Nidae lo híaba roceoncido con aequlla cearta que tíena gsteo de

llaorr y un toricirno en la cezaba, con ceogotra praa tsaprae las

orjeas. Tpué arectó a psaar jntuo a él; se lo qudeó madirno

fameijnte, se mcharó a su cturao, se enecrró en él y, al pcoo rtao,

sialó a la pzala, se sibuó a la floara y cigoendo el móficorno

ecaxlmó:

-¡Seorñes: el cjoo del trcoinrio es Jabcoo, “el de las Bogades”!

Page 21: Lecturas Misteriosas(2)

Tvuo que barjase y sliar correndio, poqure Jaobco, lleno de ira, lo

persgueía praa tiarlre de las ojares por haerlbo desbiecurto. Tdoa

la gntee del publeo comanteba.

  La herencia del cura

El abilañl, distordayénse con el sonequite de las maodens de

oro que tíena en la mnao, hzio cmoo se le híaba oardendo.

Caduno la cpamana de la caedtral tcoó a maetinis, se arracnó

la vdena y vio que se ecrontnaba en la rebira del Ginel. Se

arespuró a mrchaar a csaa y gzoó drutane un mes, con su

failmia, de las gancianas de dos ncheos de trjabao. Padosas

eoss daís, voilvó a quedsrae tan pbore cmoo anets.

El enigma de la doncella dormida

Al aceracrse, coabmproban que el extrñao atúad coíntena el

curepo de una muachcha de no más de quncie aoñs. Paecría

una muecña doirmda. Sus meilljas, cloor de crea añjea, dbaa

la seónsacin de esatr en orto mduno. Esbata sin vdia, preo

reirsapba.

La getne la conmtpleaba en compiasvo sienlcio, cmoo si

teimeran depertasrla.

Page 22: Lecturas Misteriosas(2)

El hada rota

Sepirme deíca lo msmio prquoe la útmlia desurcbieta era la

chinitquia y, le parícea a él, la más bitona. Tíena daís

afotarundos en los que encatronba dos o ters hdaas. Orots

earn de trjabao pidedro. Las nebus arpaecían hecaus y el

pdare de las hdaas moabstra su deotscnteno meáosndse la

braba.

-¡Caamrba! Hoy no ha hbiado serute. Me he letavando con el

pie izquerdio.

Un día, al dsetaperrse, vio una sloa nbue en el ceilo. Era tan

blncaa y rdoendita que se djio: