le destronaron †

247
Le destronaron Del liberalismo a la apostas´ ıa. La tragedia conciliar Marcel Lefebvre

Upload: vukiet

Post on 06-Jan-2017

229 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Le destronaron †

Le destronaron

Del liberalismo a la apostasıa. La tragedia conciliar

Marcel Lefebvre

Page 2: Le destronaron †

ii

Prefacio VIIIntroduccion IX

I El liberalismo: principios y aplicaciones 1

1 Los orıgenes del liberalismo 31.1 Nuestra luz: la voz de los Papas 31.2 El Renacimiento y el naturalismo 31.3 El protestantismo y el naturalismo 41.4 Nacimiento del naturalismo polıtico 61.5 Naturalismo, racionalismo, liberalismo 81.6 La masonerıa propagadora de esos errores 9

2 El orden natural y el liberalismo 11

3 Nuestro Senor Jesucristo y el liberalismo 17

4 ¿Oprime la Ley a la Libertad? 254.1 Enunciado del principio liberal 254.2 Hay libertad y libertad 264.3 Orden natural y ley natural 28

5 Coacciones beneficas 315.1 El principio liberal es absurdo 325.2 Espıritu moderno y liberalismo 33

6 Desigualdades necesarias 356.1 Un individualismo antinatural 356.2 Una igualdad quimerica 36

7 Jesucristo, ¿Rey de las republicas? 417.1 La ideologıa democratica 427.2 Condenacion de la ideologıa democratica por los Papas 437.3 La Iglesia no condena al regimen democratico 447.4 ¿Que es una democracia no liberal? 45

8 El liberalismo o la sociedad sin Dios 498.1 El ”derecho nuevo” 498.2 Consecuencias del ”derecho nuevo” 508.3 Consecuencias ultimas 518.4 El liberalismo laicizante en obra durante el Vaticano II 52

9 La libertad de conciencia y de cultos 55

10 La libertad religiosa, condenada por los Papas 6110.1 La condenacion 6110.2 Motivo de la condenacion 65

Page 3: Le destronaron †

iii

11 La libertad de prensa 7111.1 La libertad de prensa 71

12 La libertad de ensenanza 75

13 ¿Existe un derecho publico de la Iglesia? 7913.1 Los principios del derecho publico de la Iglesia 79

14 De como arrebataron la corona a Jesucristo 8714.1 Condena de la separacion de la Iglesia y el Estado 8914.2 Notable continuidad de esta doctrina 90

II El catolicismo liberal 93

15 La gran traicion 95

16 La mentalidad catolico-liberal 9916.1 Una enfermedad del espıritu 9916.2 Ponerse en armonıa con el mundo 10016.3 Reconciliarse con los principios de 1789 10116.4 De la pusilanimidad a la apostasıa 101

17 Los Papas y el catolicismo liberal 105

18 El mito de la sola libertad 10918.1 De Lamennais a Sagnier 10918.1.1 Lamennais (1782-1854) 10918.1.2 Marc Sagnier y Le Sillon 111

19 El espejismo del pluralismo 11519.1 De Jacques Maritain a Yves Congar 11519.1.1 Jacques Maritain (1882-1973) 11519.1.2 Yves Congar y otros 119

20 El sentido de la Historia 12320.1 ¿Sentido o contrasentido? 12320.2 Jesucristo, eje de la Historia 12420.3 Una objecion liberal contra la ciudad catolica 125

III La conjura de Satanas contra la Iglesia y el Papado 129

21 La conjura de la Alta Venta de los Carbonarios 131

22 Los Papas revelan la conjura de la secta 135

23 La subversion de la Iglesia operada por un concilio 141

Page 4: Le destronaron †

iv

IV Una revolucion de tiara y capa 145

24 El bandidaje del Vaticano II 14724.1 Golpe de mano sobre las comisiones conciliares 14824.2 El IDOC o el intox 15024.3 Astucias de los redactores de los esquemas conciliares 151

25 El espıritu del concilio 15325.1 El sacerdocio de los fieles 15325.2 Exaltacion de la conciencia por encima de la Ley 15325.3 Definicion liberal de la verdad 15425.4 Confusiones e incoherencias 15425.5 Tendencia al indiferentismo religioso 15425.6 Tendencia al naturalismo 155

26 Busqueda y dialogo. Muerte del espıritu misionero 15726.1 La busqueda 15726.2 Los valores de las otras religiones 15826.3 Sincretismo religioso 15926.4 El dialogo 160

27 Vaticano II a la luz de la Tradicion 16327.1 Vaticano II y Quanta Cura 16327.2 La libertad religiosa, ¿derecho fundamental? 165

28 La libertad religiosa del Vaticano II 16928.1 La libertad religiosa y la verdad 17028.2 ¿Los derechos de la conciencia? 17128.3 ¿La dignidad de la persona humana? 17128.4 La libertad religiosa ¿derecho universal a la tolerancia? 17328.5 La libertad religiosa ¿derecho natural a la inmunidad? 17528.6 ¿Una orientacion natural de todo hombre hacia Dios? 17728.7 La mansedumbre evangelica 17828.8 La libertad del acto de fe 179

29 Vaticano II y la ciudad catolica 18329.1 Lımites de la libertad religiosa 18329.2 Falsificacion del bien comun temporal 18429.3 Ruina del derecho publico de la Iglesia 18529.4 Muerte del reinado social de Nuestro Senor Jesucristo 18829.5 El reinado del indiferentismo religioso 189

30 Un concilio pacifista 19130.1 El triple pacto 19230.2 La Iglesia convertida al mundo 193

31 Vaticano II, el triunfo del liberalismo llamado catolico 195

32 Pablo VI, Papa liberal 199

Page 5: Le destronaron †

v

33 Un liberalismo suicida: las reformas post-conciliares 20533.1 La supresion del Santo Oficio 20833.2 La practica pro-comunista de la Santa Sede 20833.3 El nuevo concordato con Italia 209

34 Remedios contra el liberalismo: ”Restaurarlo todo en Cristo” 21334.1 La sana filosofıa, la de Santo Tomas de Aquino 21334.2 La sana teologıa, tambien la de Santo Tomas 21534.3 El derecho 218

35 Reconstruir la ciudad catolica 221

36 Anexo 225

Page 6: Le destronaron †

vi

Page 7: Le destronaron †

Prefacio

La idea de esta obra nacio con algunas conferencias sobre el liberalismodadas a los seminaristas de Econe. El fin de esas conferencias era instruir aesos futuros sacerdotes sobre el error mas grave y mas nocivo de los tiemposmodernos y permitirles formarse un juicio conforme a la verdad y a la fesobre todas las consecuencias y manifestaciones del liberalismo ateo y delcatolicismo liberal.

Los catolicos liberales introducen los errores liberales en el interior de laIglesia y en las sociedades todavıa algo catolicas. Es muy instructivo volvera leer las ensenanzas de los Papas al respecto y comprobar el vigor de suscondenaciones. Es de gran valor recordar la aprobacion de Pıo IX a LuisVeuillot, autor del admirable libro L’Ilusion Liberale [La Ilusion Liberal], yla del Santo Oficio al del Padre Felix Sarda y Salvany El Liberalismo esPecado.

¿Que habrıan pensado esos autores si hubieran comprobado, como nosotroshoy, que el liberalismo es rey y senor en el Vaticano y en los episcopados? Deallı la urgente necesidad, para los futuros sacerdotes, de conocer este error.Pues el catolico liberal tiene un falso concepto del acto de fe, como bien lomuestra el Padre Sarda (Cap. VII). La fe no es ya una dependencia objetivade la autoridad de Dios, sino un sentimiento subjetivo, que, en consecuencia,respeta todos los errores y especialmente los errores religiosos. Luis Veuilloten su Cap. XXXIII muestra bien que el principio fundamental del 1789 esla independencia religiosa, la secularizacion de la sociedad y en definitiva,la libertad religiosa. El Padre Tissier de Mallerais, secretario general de laFraternidad Sacerdotal San Pıo X, alentado por el Superior General, tuvo laidea de completar y organizar ese conjunto de conferencias y de publicarlas,a fin de que esta ensenanza tan actual pueda aprovechar a otros, mas alla delos seminaristas.

vii

Page 8: Le destronaron †

viii 0. Prefacio

Y mientras se llevaba a cabo este trabajo, cumplıase en Asıs la mas abomi-nable manifestacion del catolicismo liberal, prueba tangible de que el Papa yaquellos que lo apoyan tienen una falsa nocion de la fe, nocion modernista,que va a sacudir todo el edificio de la Iglesia. El Papa mismo lo anuncia ensu alocucion del 22 de diciembre de 1986 a los miembros de la Curia. A finde guardar y proteger la fe catolica de la peste del liberalismo, este libro meparece llegar muy oportunamente, haciendose eco de las palabras de NuestroSenor: Aquel que crea sera salvo, aquel que no crea se condenara; es esta fe laque el Verbo de Dios encarnado ha exigido a todos si quieren ser salvados. Ellacauso su muerte, y siguiendo su camino, la de todos los martires y testigosque la han profesado. Con el liberalismo religioso, no hay mas martires nimisioneros, sino liquidadores de la religion, reunidos alrededor de la pipa deuna paz puramente verbal.

Lejos de nosotros ese liberalismo sepulturero de la Iglesia catolica.

Siguiendo a Nuestro Senor llevemos el estandarte de la Cruz, unico signo yunica fuente de salvacion. Que Nuestra Senora de Fatima en el 70 aniversariode su aparicion, se digne bendecir la difusion de este libro que hace eco a suspredicciones.

Econe, 13 de enero de 1987 en la fiesta del Bautismo de Nuestro Senor.MARCEL LEFEBVRE

Page 9: Le destronaron †

Introduccion

¿A donde vamos? ¿Cual sera el termino de todos los cambios actuales?No se trata tanto de guerras, de catastrofes atomicas o ecologicas, sino so-bre todo de la revolucion fuera y dentro de la Iglesia, de la apostasıa, enfin, que gana pueblos enteros, antano catolicos, e incluso la Jerarquıa de laIglesia hasta su cima. Roma parece sumergida en una ceguera completa, laRoma de siempre esta reducida al silencio, paralizada por la otra Roma, laRoma liberal que la ocupa. Las fuentes de la gracia y de la fe divinas seagotan y las venas de la Iglesia canalizan por todo su cuerpo el veneno mor-tal del naturalismo. Es imposible comprender esta crisis profunda sin teneren cuenta el hecho central de este siglo: el segundo Concilio Vaticano. Creoque mi sentir en relacion a el es bastante conocido para que pueda decir, sinrodeos, el fondo de mi pensamiento: sin rechazar en su totalidad ese con-cilio, pienso que es el desastre mas grande de este siglo y de todos los siglospasados desde la fundacion de la Iglesia. En esto, no hago mas que juzgarlopor sus frutos, utilizando el criterio que nos ha dado Nuestro Senor (Mat.7, 16). Cuando se pide al Card. Ratzinger que muestre algunos buenos fru-tos del Concilio, no sabe que responder 1 ; y al preguntarle un dıa al Card.Garrone como un ”buen” concilio habıa podido producir tan malos frutos,me respondio: ¡No es el Concilio, son los medios de comunicacion social! 2

Aquı, un poco de reflexion puede ayudar al sentido comun: si la epoca post-conciliar esta dominada por la revolucion en la Iglesia, ¿no es simplementeporque el Concilio mismo le dio entrada? El Concilio es 1789 en la Iglesia,declaro el Card. Suenens. El problema del Concilio fue asimilar los valores dedos siglos de cultura liberal, dijo el Card. Ratzinger. Y explica: Pıo IX con elSyllabus, habıa rechazado definitivamente el mundo surgido de la Revolucion,al condenar esta propuesta: El Pontıfice romano puede y debe reconciliarse yacomodarse con el progreso, con el liberalismo y con la civilizacion moderna(n. 80). El Concilio, dice abiertamente Joseph Ratzinger, ha sido un ”Con-

1Joseph Card. Ratzinger, Informe sobre la Fe, B.A.C. popular, Madrid, 1985, pags.45-48.

2Entrevista del 13 de enero de 1975.

ix

Page 10: Le destronaron †

x 0. Introduccion

tra Syllabus” al efectuar esta reconciliacion de la Iglesia con el liberalismo,particularmente por medio de la Gaudium et Spes, el mas largo documentoconciliar. Ası se deja la impresion que los Papas del siglo XIX no supierondiscernir en la Revolucion de 1789 la parte de verdad cristiana asimilable porla Iglesia.

¡Una afirmacion ası es absolutamente dramatica, sobre todo en la bocade representantes del magisterio de la Iglesia! De hecho y esencialmente¿que fue la Revolucion de 1789? Fue el naturalismo y el subjetivismo delprotestantismo, traducidos en normas jurıdicas e impuestos a una sociedadtodavıa catolica. De allı la proclamacion de los derechos del hombre sin Dios;de allı la exaltacion de la subjetividad de cada uno, a expensas de la ver-dad objetiva; de allı el poner en el mismo nivel todas las creencias religiosasante el Derecho; de allı, en fin, la organizacion de la sociedad sin Dios y sinNuestro Senor Jesucristo. Una sola palabra designa esta teorıa monstruosa:el liberalismo.

Por desgracia allı tocamos verdaderamente al misterio de iniquidad (IITes. 2, 7). Despues de la Revolucion, el demonio suscito dentro de la Iglesiahombres llenos del espıritu de orgullo y de novedad, presentandose comoreformadores inspirados que, sonando reconciliar la Iglesia con el liberalismo,intentaron realizar una union adultera entre la Iglesia y los principios dela Revolucion. Ahora bien ¿como conciliar a Nuestro Senor Jesucristo conun enjambre de errores que se oponen tan diametralmente a su gracia, asu verdad, a su divinidad y a su realeza universal? No; los Papas no seequivocaron cuando, apoyados en la tradicion y asistidos por eso mismo por elEspıritu Santo, condenaron con su autoridad suprema y con una continuidadnotable la gran traicion catolica liberal. Entonces, ¿como logro la secta liberalimponer sus puntos de vista en un concilio ecumenico? ¿Como la union contranatura entre la Iglesia 3 y la Revolucion ha podido dar a luz el monstruo cuyasdivagaciones llenan ahora de espanto incluso a sus mas fervientes adeptos?Son estas preguntas las que trato de responder en estas charlas sobre elliberalismo, mostrando que una vez que penetro en la Iglesia, el veneno delliberalismo, la conduce a la apostasıa por consecuencia logica.

Del Liberalismo a la Apostasıa; tal es entonces el tema de estos capıtu-los. Ciertamente, ¡vivir en un tiempo de apostasıa no tiene en sı nada deagradable! Pensemos sin embargo, que todos los tiempos y todos los siglospertenecen a Nuestro Senor Jesucristo: Ipsius sunt tempora et saecula, nos

3O mas bien, hombres de Iglesia o del aparato exterior de la Iglesia.

Page 11: Le destronaron †

xi

hace decir la liturgia pascual. Este siglo de apostasıa, sin duda de maneradistinta a los siglos de fe, pertenece a Jesucristo.

Por una parte, la apostasıa de la mayorıa pone de manifiesto la fidelidadheroica del pequeno numero; ası era en los tiempos del profeta Elıas en Israel,cuando solo siete mil hombres preservados por Dios se negaron a doblar surodilla ante Baal (III Rey. 19, 18). No doblemos pues la rodilla ante el ıdolo delculto del hombre 4 , establecido en el santuario y residiendo como si el fueraDios (II Tes. 2, 4). ¡Sigamos siendo catolicos, adoradores del unico VerdaderoDios, Nuestro Senor Jesucristo, con el Padre y el Espıritu Santo! Por otraparte, como testimonia la historia de la Iglesia, toda edad de crisis preparauna edad de fe y, en la fidelidad a la tradicion, una renovacion verdadera. Atodos vosotros os toca contribuir, queridos lectores, recibiendo humildementelo que la Iglesia nos ha transmitido, hasta la vıspera del Vaticano II, porla boca de los Papas, y que yo os transmito a mi vez. Es esta ensenanzaconstante de la Iglesia que he recibido sin restriccion, la que os comunico sinreserva quam sine fictione didici, sine invidia communico (Sab. 7, 13).

4Expresion de Pablo VI

Page 12: Le destronaron †

xii 0. Introduccion

Page 13: Le destronaron †

Parte I

El liberalismo: principios yaplicaciones

1

Page 14: Le destronaron †
Page 15: Le destronaron †

Capıtulo 1

Los orıgenes del liberalismo

¡Si no leeis, tarde o temprano sereis traidores, porque no habreis compren-dido la raız del mal! Con estas fuertes palabras uno de mis colaboradoresrecomendaba 1 a los seminaristas de Econe la lectura de buenas obras quetraten sobre el liberalismo. No se puede, en efecto, ni comprender la crisisactual de la Iglesia, ni conocer la verdadera cara de los personajes de la Romaactual, ni, en consecuencia, captar cual es la actitud que se debe tomar frentea los hechos, si no se buscan las causas, si no se remonta el curso historico, sino se descubre la fuente primera en ese liberalismo condenado por los Papasde los dos ultimos siglos.

1.1. Nuestra luz: la voz de los Papas

Partiremos, entonces, desde los orıgenes, tal como lo hacen los SumosPontıfices al denunciar los graves trastornos en curso. Si bien acusan al libera-lismo, los Papas miran mas lejos en el pasado, y todos, desde Pıo VI hastaBenedicto XV, relacionan la crisis con la lucha entablada contra la Iglesia enel siglo XVI por el protestantismo y con el naturalismo, causado y propagadodesde el principio por esta herejıa.

1.2. El Renacimiento y el naturalismo

Encontramos el naturalismo ya en el Renacimiento que, en su esfuerzopor recuperar las riquezas de las culturas paganas antiguas, y en particularde la cultura y del arte griegos, ha llevado a magnificar exageradamente alhombre, a la naturaleza y a las fuerzas naturales. Exaltando la bondad y

1P. Paul Aulagnier, 17 de septiembre de 1981.

3

Page 16: Le destronaron †

4 1. Los orıgenes del liberalismo

el poder de la naturaleza, se menospreciaban y se hacıan desaparecer delespıritu humano, la necesidad de la gracia, la orientacion de la humanidad alorden sobrenatural y la luz ofrecida por la revelacion. So pretexto de arte, sequiso entonces introducir por todas partes, hasta en las iglesias, ese nudismo-se puede hablar sin exageracion de nudismo- que triunfa en la capilla Sixtinaen Roma. Sin duda, consideradas desde el punto de vista artıstico, esas obrastienen su valor, pero por desgracia, prima en ellas el lado sensual de exaltacionde la carne, totalmente opuesto a la ensenanza del Evangelio: Pues la carnecodicia contra el espıritu, dice San Pablo, y el espıritu lucha contra la carne(Gal. 5, 17). No condeno ese arte, si se reserva a los museos profanos, perono veo en el un medio de expresar la verdad de la Redencion, es decir, lafeliz sumision a la gracia de la naturaleza reparada. Mi juicio es muy distintocon respecto al arte barroco de la contrarreforma catolica, especialmente enlos paıses que resistieron al protestantismo: el barroco hara uso todavıa deangelitos regordetes, pero ese arte de puro movimiento y de expresiones aveces pateticas, es un grito de triunfo de la Redencion y un canto de victoriadel catolicismo sobre el pesimismo de un protestantismo frıo y desesperado.

1.3. El protestantismo y el naturalismo

Puede parecer extrano y paradojico calificar al protestantismo de natura-lismo. Nada hay en Lutero de esa exaltacion de la bondad intrınseca de lanaturaleza, porque, segun el, la naturaleza esta irremediablemente caıda y laconcupiscencia es invencible. Sin embargo, la mirada excesivamente nihilistaque el protestante tiene sobre sı mismo, desemboca en un naturalismo practi-co: a fuerza de menospreciar la naturaleza y de exaltar el poder de la sola fe, sequedan la gracia divina y el orden sobrenatural en las nubes. Para los protes-tantes, la gracia no opera una verdadera renovacion interior; el bautismo noes la restitucion de un estado sobrenatural habitual, es, solamente, un actode fe en Jesucristo que justifica y salva. La naturaleza no ha sido restauradapor la gracia, permanece intrınsecamente corrompida; y la fe solo obtiene deDios que eche sobre nuestros pecados el manto pudico de Noe. De ahı quetodo el organismo sobrenatural que el bautismo agrega a la naturaleza en-raizandose en ella, todas las virtudes infusas y los dones del Espıritu Santo,son reducidos a la nada; se resumen en ese solo acto furioso de fe-confianzaen un Redentor que no concede la gracia mas que para alejarse de su criatu-ra, dejando un abismo insalvable entre el hombre definitivamente miserabley el Dios trascendente, tres veces santo. Ese pseudo-sobrenaturalismo, comolo llama el Padre Garrigou-Lagrange, deja finalmente al hombre, a pesar dehaber sido redimido, librado a la sola fuerza de sus virtualidades naturales;

Page 17: Le destronaron †

1.3. El protestantismo y el naturalismo 5

se hunde necesariamente en el naturalismo. ¡De manera que los extremosopuestos se unen! Jacques Maritain expresa bien el desenlace naturalista delluteranismo: Bastara a la condicion humana arrojar como un vano acceso-rio teologico el manto de una gracia que no es nada para ella, y ampararsecon su fe-confianza, para volverse esa bonita bestia en libertad cuyo infalible ycontinuo progreso encanta hoy al universo. 2 Y ese naturalismo se aplicara es-pecialmente al orden cıvico y social: reducida la gracia a un sentimiento defe-confianza, fiduciario, la Redencion solo consistira en una religiosidad in-dividual y privada, sin consecuencias en la vida publica. El orden publico,economico y polıtico queda condenado a vivir y desarrollarse fuera de NuestroSenor Jesucristo. En ultima instancia, el protestantismo buscara en el exitoeconomico el criterio de su justificacion ante los ojos de Dios, inscribiendo debuen grado sobre la puerta de su casa aquella frase del Antiguo Testamento:Rinde honor a Dios de tus bienes, dale primicias de tus ganancias, entoncestus graneros se llenaran abundantemente y tus cubas desbordaran de vino(Prov. 3, 9-10).

Jacques Maritain tiene excelentes paginas sobre este materialismo del protes-tantismo, que dara luz al liberalismo economico y al capitalismo:

Tras las invocaciones de Lutero al Cordero que salva, detras de sus trans-portes de confianza y su fe en el perdon de las culpas, hay una criatura hu-mana que alza la cresta y que hace muy bien sus cosas en el fango del pecadode Adan. Saldra airosa en la tierra, seguira la voluntad de potencia, el ins-tinto imperialista, la ley de este mundo que es su mundo, hara su voluntaden la tierra. Dios no sera mas que un aliado, un cooperador, un poderosocompanero. 3

El fruto del protestantismo es que los hombres se apegaran mas aun alos bienes de este mundo y olvidaran los bienes eternos. Y si un cierto pu-ritanismo viene a ejercer una vigilancia exterior sobre la moralidad publica,no impregnara los corazones del espıritu verdaderamente cristiano, que es unespıritu sobrenatural llamado primacıa de lo espiritual. El protestantismo severa conducido necesariamente a proclamar la emancipacion de lo temporalen relacion a lo espiritual. Ahora bien, es precisamente esta emancipacion laque vamos a encontrar en el liberalismo. Los Papas denunciaron con muchoacierto al naturalismo de inspiracion protestante como fuente del liberalismoque trastornara la cristiandad en 1789 y 1848. Ası Leon XIII:

2Tres Reformadores, Club de Lectores, Buenos Aires, 1986, pags. 27-28.3Op. cit., pag. 48.

Page 18: Le destronaron †

6 1. Los orıgenes del liberalismo

Mas esta osadıa de tan perfidos hombres, que amenaza cada dıa mas gravesruinas a la sociedad civil, y que estremece todos los animos en inquietantepreocupacion, tomo su causa y origen de las ponzonosas doctrinas que, di-fundidas entre los pueblos como viciosas semillas en tiempos anteriores, handado a su tiempo tan pestıferos frutos.

Pues bien sabeis, Venerables Hermanos, que la cruda guerra que se ini-cio contra la fe catolica, ya desde el siglo decimosexto, por los novadores,y que se ha recrudecido con creciente furia de dıa en dıa hasta el presente,tendıa unicamente a desechar toda revelacion y todo orden sobrenatural, paraabrir la puerta a los inventos, o mas bien delirios de la sola razon. 4

Y mas cercano a nosotros, el Papa Benedicto XV:

Desde los tres primeros siglos y desde los orıgenes de la Iglesia, en el cursode los cuales la sangre de los cristianos fecunda la tierra entera, se puededecir que jamas la Iglesia corrio tal peligro como aquel que se manifiesta afines del siglo XVIII. Entonces, una Filosofıa en delirio, continuacion de laherejıa y la apostasıa de los Innovadores, adquirio sobre los espıritus un poderuniversal de seduccion y provoco una transformacion total, con el propositodeterminado de destruir los cimientos cristianos de la sociedad, no solo enFrancia, sino poco a poco en todas las naciones. 5

1.4. Nacimiento del naturalismo polıtico

El protestantismo constituyo un ataque muy duro contra la Iglesia y causoun desgarramiento profundo de la cristiandad en el siglo XVI, pero no llego aimpregnar las naciones catolicas con el veneno de su naturalismo polıtico ysocial, sino cuando ese espıritu secularizante alcanzo a los universitarios, yluego a aquellos que llamamos los filosofos de las luces.

En ultima instancia, filosoficamente, el protestantismo y el positivismojurıdico tienen origen comun en el nominalismo surgido en la decadencia dela Edad Media, que conduce tanto a Lutero, con su concepcion puramenteextrınseca y nominal de la Redencion, como a Descartes, con su idea de unaley divina indescifrable, sometida al puro arbitrio de la voluntad de Dios.

4Encıclica Quod Apostolici del 28 de diciembre de 1878; en E. P. [Encıclicas Pontificias,Guadalupe, Buenos Aires, 1958, T. I], pag. 225, N 2.

5Carta Anno Jam Exeunte, del 7 de marzo de 1917.

Page 19: Le destronaron †

1.4. Nacimiento del naturalismo polıtico 7

Toda la filosofıa cristiana afirmaba por el contrario, con Santo Tomas deAquino, la unidad de la ley divina eterna y de la ley humana natural:

La ley natural solo es una participacion de la ley eterna en la criatura ra-zonable, escribe el Doctor Angelico (I-II, cuest. 91, art. 2). Pero con Descartesya se pone un hiato entre el derecho divino y el derecho humano natural. Trasel, los universitarios y juristas, no tardaran en practicar la misma escision.Ası, Hugo Grotius (1625) a quien resume Paul Hazard:

¿Y el derecho divino? Grotius trata de salvaguardarlo. Lo que acabamosde decir, declara el, valdrıa aun cuando otorgasemos -lo que no puede serconcedido sin un crimen-, que no hay Dios, o que los asuntos humanos noson el objeto de sus cuidados. Dios y la Providencia existen sin ninguna duda,he aquı, entonces una fuente de derecho, ademas de aquella que emana de lanaturaleza. Ese derecho natural mismo, puede ser atribuido a Dios, porquela divinidad ha querido que tales principios existieran en nosotros.

La Ley de Dios, la ley de la naturaleza..., continua Paul Hazard, estadoble formula, no es Grotius quien la inventa (...) la Edad Media la conocıaya. ¿Donde esta su caracter novedoso? ¿De donde viene que sea criticada ycondenada por los doctores? ¿Para quien es escandalosa? La novedad consisteen la naciente separacion de dos terminos; en su oposicion, que tiende aafirmarse y en una tentativa de conciliacion posterior, que por si sola suponela idea de una ruptura. 6

El jurista Pufendorf (1672) y el filosofo Locke (1689) daran el ultimo toquea la secularizacion del derecho natural. La filosofıa de las luces imagina unestado de naturaleza que no tiene nada que ver con el realismo de la filosofıacristiana y que culmina en el idealismo con el mito del buen salvaje de JuanJacobo Rousseau. La ley natural se reduce a un conjunto de sentimientos delhombre respecto a sı mismo, sentimientos que comparte la mayor parte delos hombres; en Voltaire se encuentra el dialogo siguiente:

B. ¿Que es la ley natural?A. El instinto que nos hace sentir la justicia.B. ¿A que llama usted justo e injusto?A. A lo que parece tal al universo entero. 7

6La Crise de la Conscience Europeenne, 1680-1715 [La Crisis de la Conciencia Europea,1680-1715], Boivin, Parıs, 1935, pag. 280.

7Voltaire, L’A.B.C., Dıalogo Curioso, 1768, Cuarta entrevista: De la Ley Natural y dela Curiosidad.

Page 20: Le destronaron †

8 1. Los orıgenes del liberalismo

Tal conclusion es el fruto de una razon desorientada, que en su sed deemancipacion con respecto a Dios y a su revelacion, ha cortado igualmentelos puentes con los simples principios del orden natural, recordados por larevelacion divina sobrenatural y confirmados por el magisterio de la Iglesia.Si la Revolucion ha separado al poder civil del poder de la Iglesia, es, origi-nariamente, porque, desde hacıa tiempo, ella habıa separado la fe y la razonen aquellos que se engalanaban con el nombre de filosofos. No esta fuera delugar recordar lo que ensena con respecto a este punto, el Concilio VaticanoI:

Y no solo no pueden jamas disentir entre sı la fe y la razon, sino queademas se prestan mutua ayuda, como quiera que la recta razon demuestralos fundamentos de la fe y, por la luz de esta, ilustrada, cultiva la cienciade las cosas divinas; y la fe, por su parte, libra y defiende a la razon de loserrores y la provee de multiples conocimientos. 8

Mas precisamente, la Revolucion se cumplio en nombre de la diosa Razon,de la razon deificada, de la razon que se erige en norma suprema de lo ver-dadero y de lo falso, del bien y del mal.

1.5. Naturalismo, racionalismo, liberalismo

Ya pueden entrever como todos esos errores estan entrelazados los unoscon otros: liberalismo, naturalismo, racionalismo, no son mas que aspectoscomplementarios de lo que debe llamarse la Revolucion. Allı donde la rectarazon esclarecida por la fe, no ve mas que armonıa y subordinacion, la razondeificada abre abismos y levanta murallas: la naturaleza sin la gracia, laprosperidad material sin la busqueda de los bienes eternos, el poder civilseparado del poder eclesiastico, la polıtica sin Dios ni Jesucristo, los derechoshumanos contra los derechos de Dios, en fin, la libertad sin la verdad.

Con ese espıritu se hizo la Revolucion que se preparaba desde hacıa yamas de dos siglos en los espıritus, como he tratado de demostrarlo, pero soloa fines del siglo XVIII culmina y da sus frutos decisivos: los frutos polıticos,gracias a los escritos de los filosofos y de los enciclopedistas, y a la actividadinimaginable de la masonerıa 9 , que en algunas decadas habıa penetrado e

8Constitucion dogmatica Dei Filius, Dz. [Enrique Denzinger, El Magisterio de la Iglesia,Herder, Barcelona, 1963] N 1799.

91517: rebelion de Lutero, que quema la Bula del Papa en Wittenberg. 1717: fundacionde la Gran Logia de Londres.

Page 21: Le destronaron †

1.6. La masonerıa propagadora de esos errores 9

infiltrado toda la clase dirigente.

1.6. La masonerıa propagadora de esos erro-

res

Con que precision y clarividencia los Sumos Pontıfices denunciaron estaempresa, el Papa Leon XIII lo demuestra en la encıclica Quod Apostolici yacitada, y tambien en la encıclica Humanum Genus del 20 de abril de 1884sobre la secta de los masones:

En nuestros dıas, todos los que favorecen la peor parte parecen conspirar auna y pelean con la mayor vehemencia, siendoles guıa y auxilio la sociedadque llaman de los Masones, extensamente dilatada y firmemente constituida.(...) Los Romanos Pontıfices, Nuestros Antecesores, velando solıcitos por lasalvacion del pueblo cristiano, conocieron bien pronto quien era y que querıaeste capital enemigo apenas asomaba entre las tinieblas de su oculta conju-racion (...) 10

Leon XIII, menciona allı los Papas que ya han condenado a la masonerıa:Clemente XII, en la encıclica In Eminenti, del 28 de abril de 1738, fulminabauna excomunion contra los masones; Benedicto XIV renovaba esta conde-nacion en la encıclica Providas del 16 de marzo de 1751; Pıo VII por laencıclica Ecclesiam del 13 de septiembre de 1821 denunciaba especialmente alos Carbonarios; Leon XII, en su constitucion apostolica Quo Graviora del 13de marzo de 1826 descubrıa la sociedad secreta La Universitaria que trata-ba de pervertir a la juventud; Pıo VIII (encıclica Traditi del 21 de mayo de1829), Pıo IX (alocucion consistorial del 25 de septiembre de 1865 y encıclicaQuanta Cura del 8 de diciembre de 1864) hablaron en el mismo sentido.

Despues, deplorando la poca importancia que dieron los gobernantes a tangraves advertencias, Leon XIII toma nota de los progresos espantosos de lasecta:

Vemos como resultado que en el espacio de un siglo y medio la secta de losmasones ha hecho increıbles progresos. Empleando a la vez la audacia y laastucia, ha invadido todos los rangos de la jerarquıa social y ha comenzadoa tomar, en el seno de los Estados modernos, un poder que equivale a la

10En E. P., pags. 308-309, N 1-2.

Page 22: Le destronaron †

10 1. Los orıgenes del liberalismo

soberanıa. 11 ¡Que dirıa ahora cuando todos los gobiernos obedecen a losdecretos de las logias masonicas! 12 Y ahora el espıritu masonico o la masone-rıa misma sube en grupos compactos al ataque de la jerarquıa de la Iglesia.Pero, volveremos sobre este tema.

¿En que consiste el espıritu masonico? Helo aquı revelado en pocas palabraspor boca del senador Goblet d’Aviello, miembro del Gran-Oriente de Belgica,hablando el 5 de agosto de 1877 a la logia de los Amigos Filantropicos deBruselas:

Decid a los neofitos que la Masonerıa... es ante todo una escuela de vulgari-zacion y de perfeccionamiento, una especie de laboratorio donde las grandesideas del tiempo vienen a combinarse y a afirmarse para despues ser espar-cidas por el mundo profano de modo tangible y practico. Decidles, en unapalabra, que somos la filosofıa del liberalismo.

De ahı, queridos lectores, que aunque no la nombre siempre, la masonerıaes el centro de los temas que voy a desarrollar en los capıtulos siguientes.

11En E. P., pag. 309, n 2.12Ni siquiera se debe excluir a los paıses comunistas, ya que el partido comunista es

simplemente una sociedad masonica, con la unica diferencia que es perfectamente legal ypublica.

Page 23: Le destronaron †

Capıtulo 2

El orden natural y elliberalismo

La libertad no existe al comienzo sino al fin.Ella no esta en la raız, sino en las flores y los frutos.

Charles Maurras, Mis Ideas Polıticas

Hay una obra que recomiendo particularmente a aquellos que deseen teneruna vision concreta y completa del liberalismo, a fin de poder luego prepararconferencias destinadas a personas que conocen poco este error y sus rami-ficaciones, y que acostumbran pensar de modo liberal, incluso entre catolicosapegados a la tradicion. A menudo no se dan cuenta de la penetracion pro-funda del liberalismo en toda nuestra sociedad y en todas nuestras familias.Uno confesara facilmente que el liberalismo avanzado de un Giscard d’Estaingen los anos 1975 ha conducido a Francia al socialismo; pero seguira creyendode buena fe que la derecha liberal podra librarnos de la opresion totalitaria.Las almas conformistas no saben muy bien si deben alabar o censurar laliberalizacion del aborto, pero estarıan dispuestas a firmar una peticion paraliberalizar la eutanasia. De hecho, todo lo que lleva la etiqueta de libertadlleva, desde hace dos siglos, la aureola del prestigio que cine esa palabrasacrosanta. Y sin embargo es de esta palabra que nos estamos muriendo,pues es el liberalismo que envenena tanto la sociedad civil como la Iglesia.

Abramos este libro del cual hable: Liberalisme et Catholicisme [Liberalis-mo y Catolicismo] del Padre Roussel 1 , aparecido en 1926, y leamos estapagina que pinta muy concretamente al liberalismo (pags. 14-16), agregandoun pequeno comentario.

1Informes presentados en la Semaine Catholique, Parıs, 1926.

11

Page 24: Le destronaron †

12 2. El orden natural y el liberalismo

El liberal es un fanatico de independencia, la proclama hasta el absurdo,en todos los ambitos.

Se trata de una definicion; veremos como se aplica y cuales son las libera-ciones que reivindica el liberalismo.

1. La independencia de lo verdadero y del bien en relacion al ser: es lafilosofıa relativista del movimiento y del devenir. La independencia dela inteligencia en relacion a su objeto: la razon soberana no tiene quesometerse a su objeto, sino que lo crea; de allı, la evolucion radical dela verdad; subjetivismo relativista.

Subrayemos las dos palabras claves; subjetivismo y evolucion. Sub-jetivismo es introducir la libertad en la inteligencia, cuando por el con-trario, la nobleza de esta consiste en someterse a su objeto; consisteen la adecuacion o conformidad del sujeto que piensa con el objetoconocido. La inteligencia funciona como una camara fotografica, debereproducir exactamente los rasgos inteligibles de lo real. Su perfeccionconsiste en su fidelidad a lo real. Por esta razon, la verdad se definecomo la adecuacion de la inteligencia con la cosa. La verdad es la cuali-dad del pensamiento que esta conforme con la cosa, es decir con loque es. No es la inteligencia quien crea las cosas; son estas las que seimponen tal como son a la inteligencia. En consecuencia, la verdad delo afirmado depende de lo que es: es algo objetivo; y aquel que buscalo verdadero debe renunciar a sı, renunciar a una construccion de suespıritu, renunciar a inventar la verdad.

Al contrario, en el subjetivismo, es la razon la que construye la ver-dad: ¡nos encontramos con la sumision del objeto al sujeto! El sujetose vuelve el centro de todas las cosas. Estas no son mas lo que son,sino lo que se piensa de ellas. El hombre dispone entonces a su gustode la verdad: este error se llamara idealismo en su aspecto filosofico,y liberalismo en su aspecto moral, social, polıtico y religioso. Por esola verdad sera diferente segun los individuos y los grupos sociales. Laverdad es necesariamente compartida. Nadie puede pretender poseerlaexclusivamente y en su totalidad; ella se hace y se busca sin fin. Unovislumbra cuan contrario es todo esto a Nuestro Senor Jesucristo y asu Iglesia.

Page 25: Le destronaron †

13

Historicamente, esta emancipacion del sujeto con relacion al obje-to (a lo que es) fue realizada por tres personajes. Lutero, en primerlugar, rechaza el magisterio de la Iglesia y no conserva mas que laBiblia, al rehusar todo intermediario creado entre el hombre y Dios.Introduce el libre examen a partir de una falsa nocion de la inspiracionde la Escritura: ¡la inspiracion individual! Luego Descartes, seguido deKant, sistematiza el subjetivismo: la inteligencia se encierra en sı mis-ma, solo conoce su propio pensamiento: es el cogito de Descartes, sonlas categorıas de Kant. Las cosas mismas son incognoscibles. Final-mente Rousseau: emancipado de su objeto y habiendo perdido el senti-do comun (el recto juicio), el sujeto queda sin defensa frente a la opinioncomun. El pensamiento del individuo se diluye en la opinion publica,es decir, en lo que todo el mundo o la mayorıa piensa; y esta opinionsera creada por las tecnicas de dinamica de grupos, organizadas porlos medios de comunicacion que estan en las manos de los financieros,de los polıticos, de los francmasones, etc. Por su propio peso, el liber-alismo intelectual lleva al totalitarismo del pensamiento. Del rechazodel objeto se pasa a la desaparicion del sujeto, maduro entonces parasufrir todas las esclavitudes. El subjetivismo, al exaltar la libertad depensamiento, desemboca en el aplastamiento del mismo.

La segunda nota del liberalismo intelectual, segun hemos senalado, esla evolucion. Rechazando la sumision a lo real, el liberal es arrastradoa rechazar tambien la esencia inmutable de las cosas; para el, no haynaturaleza de las cosas, no hay naturaleza humana estable, regida porleyes definitivas, establecidas por el Creador. El hombre vive en unaperpetua evolucion progresiva; el hombre de hoy, no es el hombre de a-yer; se cae en el relativismo. Mas aun, el hombre se crea a sı mismo, el esel autor de sus propias leyes, que debe remodelar sin cesar, segun la solaley inflexible del progreso necesario. Es el evolucionismo en todos losambitos: biologico (Lamarck y Darwin), intelectual (el racionalismo ysu mito del progreso sin fin de la razon humana), moral (emancipacionde los tabues), polıtico-religioso (emancipacion de las sociedades conrespecto a Jesucristo). La cima del delirio evolucionista es alcanzadacon el Padre Teilhard de Chardin (1881-1955) quien afirma, en nom-bre de una pseudociencia y de una pseudomıstica, que la materia setransforma en espıritu, lo natural en lo sobrenatural, la humanidad enCristo: triple confusion de un monismo evolucionista inconciliable conla fe catolica. Para la fe, la evolucion es la muerte. Se habla de unaIglesia que evoluciona, se busca una fe evolutiva. Debe someterse a la

Page 26: Le destronaron †

14 2. El orden natural y el liberalismo

Iglesia viviente, a la Iglesia de hoy, me escribıan de Roma en los anos1976, como si la Iglesia de hoy no debiera ser identica a la Iglesia deayer. Yo les respondo: ¡En esas condiciones, manana ya no sera verdadlo que ustedes dicen hoy!

Esas personas no tienen ya nocion de la verdad, ni del ser. Son mo-dernistas.

2. La independencia de la voluntad en relacion a la inteligencia: fuerzaarbitraria y ciega, la voluntad no tiene por que preocuparse de los juiciosde la razon, ella crea el bien, ası como la razon la verdad.

En una palabra, es lo arbitrario: Ası lo quiero, ası lo mando; ası,sencillamente, por mi voluntad.

3. La independencia de la conciencia en relacion a la regla objetiva y a laley; la conciencia se erige ella misma como regla suprema de la morali-dad.

La ley, segun el liberal, limita la libertad y le impone una coaccionprimeramente moral: la obligacion, y en segundo lugar fısica: la sancion.La ley y sus coacciones se oponen a la dignidad humana y a la dignidadde la conciencia. El liberal confunde libertad y libertinaje. Ahora bien,Nuestro Senor Jesucristo por ser el Verbo de Dios es la ley viviente; seve entonces, una vez mas, cuan profunda es la oposicion del liberal aNuestro Senor.

4. La independencia de las fuerzas anarquicas del sentimiento en relaciona la razon: es uno de los caracteres del romanticismo, enemigo de laprimacıa de la razon.

El romantico se complace en lanzar slogans: condena la violencia, lasupersticion, el fanatismo, el integrismo, el racismo, solo en la medidaen que estos terminos despiertan la imaginacion y las pasiones humanasy con el mismo espıritu, se hace apostol de la paz, de la libertad, de latolerancia, del pluralismo.

5. La independencia del cuerpo en relacion al alma, lo animal en relaciona lo razonable: es la inversion radical de los valores humanos.

Page 27: Le destronaron †

15

Se exaltara la sexualidad, se la sacralizara; se invertiran los dos finesdel matrimonio (procreacion y educacion por una parte, sedacion de laconcupiscencia por otra) fijandole como fin primario el placer carnal yla realizacion de los dos conyuges o de los dos socios. Es la destruc-cion del matrimonio y de la familia; sin hablar de las aberraciones quetransforman el santuario del matrimonio en un laboratorio biologico 2

, o que ven al nino no nacido como material de base para cosmeticos yfuente de jugosos beneficios.

6. La independencia del presente en relacion al pasado; de allı el despre-cio de la tradicion y el amor enfermizo de lo nuevo, bajo pretexto deprogreso.

Es una de las causas que San Pıo X asigna al modernismo:

Nos parece que las causas remotas pueden ser reducidas a dos: lacuriosidad y el orgullo. La curiosidad que no ha sido sabiamente or-denada explica suficientemente todos los errores. Tal es la opinion denuestro predecesor Gregorio XVI: ((es un espectaculo lamentable verhasta donde llegan las divagaciones de la razon humana una vez que seha cedido al espıritu de novedad)). 3

7. La independencia del individuo en relacion a toda la sociedad y a todaautoridad y jerarquıa natural: independencia de los ninos con respectoa sus padres, de la mujer con relacion a su marido (liberacion de lamujer); del obrero hacia su patron; de la clase obrera en relacion a laclase burguesa (lucha de clases).

El liberalismo polıtico y social es el reino del individualismo. Launidad de base del liberalismo es el individuo 4 . Este es considera-do como un sujeto absoluto de derechos (los derechos humanos) sinreferencia alguna a los deberes que lo ligan a su Creador, a sus superi-ores o a sus semejantes, y particularmente sin referencia a los derechosde Dios. El liberalismo borra todas las jerarquıas sociales naturales, yhaciendolo, deja finalmente al individuo solo y sin defensa frente a lamasa, de la cual no es mas que un elemento intercambiable y que acaba

2Cf. Fideliter, N 47, pags. 40-55.3Encıclica Pascendi del 8 de septiembre de 1907, en E. P., pag. 804, n. 12.4Daniel Raffard de Brienne, Le Deuxieme Etendard [El Segundo Estandarte], Lecture

et Tradition, n. 115, pag. 25.

Page 28: Le destronaron †

16 2. El orden natural y el liberalismo

por absorberle totalmente. Por el contrario, la doctrina social de la Igle-sia afirma que la sociedad no es una masa informe de individuos 5 , sinoun organismo formado de grupos sociales coordinados y jerarquizados:la familia, las empresas y oficios, las corporaciones profesionales y porfin, el Estado. Las corporaciones unen patrones y obreros en una mis-ma profesion para la defensa y promocion de sus intereses comunes. Lasclases no son antagonicas, sino naturalmente complementarias 6 . La leyLe Chapelier (del 14 de junio de 1791), que prohıbe las asociaciones,aniquila las corporaciones que fueron el instrumento de la paz socialdesde la Edad Media; esa ley fue el fruto del individualismo liberal,pero en lugar de liberar a los obreros, los aplasto. Y cuando en el sigloXIX, el capital de la burguesıa liberal hubo aplastado la masa informede los obreros, transformada en proletariado, se ideo, siguiendo la ini-ciativa de los socialistas, la reunion de los obreros en sindicatos; perolos sindicatos no hicieron mas que agravar la guerra social, al extendera toda la sociedad la oposicion artificial del capital y del proletariado.Se sabe que esta oposicion, o lucha de clases, fue el origen de la teorıamarxista del materialismo dialectico; ası, un falso problema social hacreado un falso sistema: el comunismo 7 . Y despues, desde Lenın, lalucha de clases se volvio, por medio de la praxis comunista, el armaprivilegiada de la revolucion comunista 8 .

Retengamos entonces esta verdad historica y filosofica innegable: el libe-ralismo lleva, por su inclinacion natural, al totalitarismo y a la revolucioncomunista. Se puede decir que es el alma de todas las revoluciones modernasy simplemente, de la Revolucion.

5Cf. Pıo XII, Radio Mensaje de Navidad de 1944.6Cf. Leon XIII, Encıclica Rerum Novarum del 15 de mayo de 1891.7Cf. Pıo XI, Encıclica Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937.8Ibid.

Page 29: Le destronaron †

Capıtulo 3

Nuestro Senor Jesucristo y elliberalismo

¡La Verdad os hara libres!Juan 8,32

Despues de haber explicado que el liberalismo es una rebelion del hombrecontra el orden natural concebido por el Creador, que culmina con la ciudadindividualista, igualitaria y centralizadora, me queda por mostrar como elliberalismo ataca tambien el orden sobrenatural que no es mas que el plan dela Redencion, es decir, finalmente como el liberalismo tiene por fin destruirel reinado de Jesucristo, tanto sobre el individuo como sobre la sociedad.

Frente al orden sobrenatural, el liberalismo proclama dos nuevas indepen-dencias:

1. La independencia de la razon y de la ciencia con respecto a la fe: esel racionalismo, para el cual, la razon, juez soberano y medida de loverdadero, es autosuficiente y rehusa toda dominacion extrana.

Es lo que se llama racionalismo.

El liberalismo quiere liberar a la razon de la fe, que nos impone dog-mas formulados de manera definitiva, y que exigen la sumision de lainteligencia. La simple hipotesis de que ciertas verdades pueden su-perar las capacidades de la razon, le es inadmisible. Por lo tanto losdogmas deben ser sometidos al tamiz de la razon y de la ciencia, y eso

17

Page 30: Le destronaron †

18 3. Nuestro Senor Jesucristo y el liberalismo

de una manera constante, a causa de los progresos cientıficos. Los mi-lagros de Jesucristo y lo maravilloso en la vida de los santos, deben serreinterpretados y desmitificados. Sera necesario distinguir cuidadosa-mente al Cristo de la fe, construccion de la fe de los apostoles y delas comunidades primitivas, del Cristo de la historia, que no fue masque un simple hombre. ¡Se comprende entonces cuanto el racionalismose opone a la divinidad de Nuestro Senor Jesucristo y a la revelaciondivina!

He explicado ya como la Revolucion de 1789 se realizo bajo el signode la diosa Razon. Ya la portada de la Enciclopedia de Diderot (1751)representaba el coronamiento de la Razon. Cuarenta anos mas tarde,la Razon deificada se volvıa objeto de un culto religioso publico:

El 20 de brumario (10 de noviembre de 1793), tres dıas despues quesacerdotes, con el obispo metropolitano Gobel a la cabeza, se ((seculariza-ron)) delante de la Asamblea, Chaumette propuso solemnizar ese dıaen el cual ((la razon habıa retomado su primacıa)). Se apresuraron enponer por obra una idea tan noble y ası se decidio que el Culto de laRazon serıa celebrado, grandiosamente, en Notre Dame de Paris, ex-presamente adornada por el pintor David. En la cima de una montanade cartonpiedra, un pequeno templo griego albergaba una hermosa baila-rina, orgullosa de haber sido elegida ((diosa razon)); coros de jovencitascoronadas de flores cantaban himnos. Cuando la fiesta hubo acabado,se observo que los representantes no eran numerosos; se partio en pro-cesion con la Razon para visitar a la Convencion nacional, cuyo Presi-dente abrazo a la diosa. 1

Pero ese racionalismo demasiado radical no agrado a Robespierre;cuando en marzo de 1794 hubo abatido a los exagerados:

Le parecio que su omnipotencia debıa fundarse sobre bases altamenteteologicas y que el coronarıa su obra, estableciendo un Culto del SerSupremo, del cual serıa sumo-sacerdote. El 18 de floreal del ano II (7de mayo de 1794) pronuncio un discurso ((sobre las relaciones de lasideas religiosas y morales con los principios republicanos y sobre las

1Daniel-Rops, Histoire de l’Eglise, T. IX, L’Eglise des Revolutions [Historia de la Iglesia,T. IX, La Iglesia de las Revoluciones], pag. 63.

Page 31: Le destronaron †

19

fiestas nacionales)); y la Convencion vota su impresion. Aseguraba que((la idea del Ser Supremo y de la inmortalidad del alma)) es un llamadocontinuo a la justicia, y que por lo tanto, es social y republicana. Elnuevo culto serıa el de la virtud. Fue votado un decreto, segun el cualel pueblo frances reconocıa los dos axiomas de la teologıa robesperis-ta, y una inscripcion consagrando el hecho, se colocarıa en el frontonde las iglesias. Seguıa una lista de fiestas feriadas que ocupaba doscolumnas: la primera de la lista era aquella del ((Ser supremo y de laNaturaleza)); fue decidido que el ((20 de prairial)) (8 de junio de 1794),fuese celebrada. Y ası fue: comenzo en el jardın de las Tullerıas, dondeuna hoguera gigante devoraba en sus llamas la imagen monstruosa delateısmo, mientras Robespierre pronunciaba un mıstico discurso. Luegode cantar la multitud himnos de circunstancia, se inicio un desfile hastael Campo de Marte, donde toda la asistencia siguio un carro abanderadode rojo jalado por ocho bueyes, cargado de espigas y de follaje, sobrelos cuales estaba entronizada una estatua de la libertad. 2

Las mismas divagaciones del racionalismo, las variaciones de esa re-ligion en los lımites de la simple razon 3 , demuestran suficientementesu falsedad.

2. La independencia del hombre, de la familia, de la profesion y sobre tododel Estado, en relacion a Dios y a Jesucristo, a la Iglesia; es segunlos puntos de vista, el naturalismo, el laicismo, el latitudinarismo (oindiferentismo) (...) De ahı la apostasıa oficial de los pueblos que re-chazan la realeza social de Jesucristo, y desconocen la autoridad divinade la Iglesia.

Ilustrare esos errores por medio de algunas consideraciones:

El naturalismo sostiene que el hombre esta encerrado en la esfera delo natural y que de ninguna manera esta destinado por Dios al estadosobrenatural. La verdad es otra: Dios no ha creado al hombre en estadode naturaleza pura. Dios ha establecido al hombre desde el comienzo enel estado sobrenatural: Dios, dice el Concilio de Trento, constituyo alprimer hombre en estado de santidad y de justicia (Dz. 788). Que elhombre haya sido destituido de la gracia santificante fue la consecuencia

2Op. cit., pag. 64.3Obra de Kant, 1793.

Page 32: Le destronaron †

20 3. Nuestro Senor Jesucristo y el liberalismo

del pecado original, pero la Redencion mantiene el designio de Dios:el hombre permanece destinado al orden sobrenatural. Ser reducido alorden natural es para el hombre un estado violento que Dios no aprueba.He aquı lo que ensena el Card. Pie, mostrando que el estado naturalno es en sı malo, pero que sı lo es la privacion del orden sobrenatural:

Ensenareis, entonces, que la razon humana tiene su poder propio ysus atribuciones esenciales; ensenareis que la virtud filosofica posee unabondad moral e intrınseca que Dios no desdena recompensar, en los in-dividuos y en los pueblos, por medio de ciertos premios naturales y tem-porales, algunas veces incluso por favores mas altos. Pero ensenareis,tambien, y probareis con argumentos inseparables de la esencia mis-ma del cristianismo, que las virtudes y las luces naturales no puedenconducir al hombre a su fin ultimo, que es la gloria celestial.

Ensenareis que el dogma es indispensable, que el orden sobrenatural enel cual el Autor mismo de nuestra naturaleza nos constituyo, por unacto formal de su voluntad y de su amor, es obligatorio e inevitable.Ensenareis que Jesucristo no es facultativo y que fuera de su ley revela-da no existe, ni existira jamas ningun termino medio filosofico y serenoen donde quienquiera que sea, alma selecta o alma vulgar, pueda en-contrar el reposo de su conciencia y la regla de su vida.

Ensenareis que no solo importa que el hombre haga el bien, sino queimporta sobremanera que lo haga en nombre de la fe, por un movimientosobrenatural, sin lo cual sus actos no alcanzaran el termino final queDios le senalo, es decir, la felicidad eterna de los cielos... 4

Ası, en el estado de la humanidad concretamente querido por Dios,la sociedad no puede constituirse ni subsistir fuera de Nuestro SenorJesucristo. Es la ensenanza de San Pablo:

Pues por El fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra(...) todo ha sido creado por El y para El; El es antes que todas lascosas, y todas subsisten por El. (Col. 1, 16-17) El designio de Dioses de recapitular todo en Cristo (Ef. 1, 10), es decir, poner todas lascosas bajo una sola cabeza, Cristo. El Papa San Pıo X tomara esasmismas palabras de San Pablo como lema: Omnia instaurare in Christo,

4Card. Pie, obispo de Poitiers citado por Jean Ousset, Para que El Reine, Speiro,Madrid, 1972, pags. 82-83.

Page 33: Le destronaron †

21

todo instaurar, todo restaurar en Cristo: no solamente la religion, sinotambien la sociedad civil.

No, venerables Hermanos -es necesario recordarlo energicamente enestos tiempos de anarquıa social e intelectual, en los cuales cada unose coloca como doctor y legislador-, no se construira la sociedad de unmodo diferente a como Dios la ha edificado; no se edificara la sociedadsi la Iglesia no pone las bases y no dirige los trabajos; no, la civilizacionno esta por inventarse ni la ciudad nueva por edificarse en las nubes.Ella ha sido, ella es la civilizacion cristiana, es la ciudad catolica. Nose trata mas que de instaurarla y restaurarla sin cesar, en sus cimientosnaturales y divinos, contra los ataques siempre renacientes de la utopıamalsana, de la rebelion y de la impiedad: ((omnia instaurare in Christo)).5

Jean Ousset escribio paginas excelentes sobre el naturalismo, en su obramaestra Para que El Reine, en su segunda parte titulada: Las Oposicionesa la Realeza Social de Nuestro Senor Jesucristo. Senala tres categorıas denaturalismo: un naturalismo agresivo o netamente manifiesto que niega laexistencia misma de lo sobrenatural, aquel de los racionalistas (cf. mas arri-ba); luego un naturalismo moderado que no niega lo sobrenatural, pero querehusa acordarle la preeminencia, porque sostiene que todas las religiones sonuna emanacion del sentido religioso: es el naturalismo de los modernistas;finalmente, el naturalismo inconsecuente, que reconoce la existencia de losobrenatural y su preeminencia divina, pero lo considera como materia op-cional: es el naturalismo practico de muchos cristianos flojos.

El laicismo es un naturalismo polıtico: sostiene que la sociedad puede ydebe ser constituida y que puede subsistir sin tener para nada en cuentaa Dios y a la religion, sin tener en cuenta a Jesucristo, sin reconocer suderecho a reinar, es decir de inspirar con su doctrina toda la legislacion delorden civil. Los laicistas quieren, en consecuencia, separar el Estado de laIglesia (el Estado no favorecera la religion catolica y no reconocera los prin-cipios cristianos como suyos), y separar la Iglesia del Estado (se reducira laIglesia al derecho comun de todas las asociaciones frente al Estado y no setomara en cuenta ni su autoridad divina, ni su mision universal). En conse-cuencia se establecera una instruccion e i incluso una educacion ”publica” -aveces obligatoria- y laica, es decir atea. ¡El laicismo, es el ateısmo del Estado,

5Carta Notre Charge Apostolique sobre Le Sillon del 25 de agosto de 1910.

Page 34: Le destronaron †

22 3. Nuestro Senor Jesucristo y el liberalismo

pero sin el nombre! Volvere sobre este error, propio del liberalismo actual yque goza del favor de la declaracion del Vaticano II, sobre la libertad religiosa.. El indiferentismo proclama indiferente la profesion de una religion o de otracualquiera; Pıo IX condena este error:

Todo hombre es libre en abrazar y profesar la religion que, guiado por laluz de la razon, tuviere por verdadera.

Los hombres pueden encontrar en el culto de cualquier religion el caminode la salvacion eterna y alcanzar la eterna salvacion.

Deben tenerse fundadas esperanzas acerca de la eterna salvacion de todosaquellos que no se hallan de modo alguno en la verdadera Iglesia de Cristo. 6

Es facil descubrir las raıces racionalistas o modernistas de esas proposi-ciones. A ese error se agrega el indiferentismo del Estado en materia religiosa;el Estado establece por principios que no es capaz (agnosticismo) de recono-cer la verdadera religion como tal y que debe acordar la misma libertad atodos los cultos. Aceptara, eventualmente, conceder a la religion catolica unapreeminencia de hecho, porque es la religion de la mayorıa de los ciudadanos,pero reconocerla como verdadera, serıa, dicen, querer restablecer la teocra-cia; pedirle juzgar la verdad o falsedad de una religion serıa, en todo caso,atribuir al Estado una competencia que no tiene. Ese error profundo, Mons.Pie (todavıa no cardenal) se atrevio a exponerlo, ası como la doctrina catolicadel reinado social de Nuestro Senor Jesucristo, al emperador de los france-ses, Napoleon III. En una entrevista memorable, con un valor enteramenteapostolico, dio al prıncipe una leccion de derecho cristiano, de lo que se llamael derecho publico de la Iglesia. Con esa celebre conversacion, terminara estecapıtulo.

Fue el 15 de mayo de 1856, nos dice el Padre Theotime de Saint Just, dequien tomo esta cita 7. Al Emperador que se jactaba de haber hecho por lareligion mas que la Restauracion 8 misma, el obispo respondio:

6Syllabus, Proposiciones condenadas 15, 16 y 17, Dz. 1715-1717.7P. Theotime de Saint-Just, La Royaute Sociale de N. S. Jesus Christ d’apres le Card.

Pie [La Realeza Social de Nuestro Senor Jesucristo segun el Card. Pie], Beauchesne, Parıs,1925 (2a edicion), pags. 117-121.

8La restauracion de la monarquıa por Luis XVIII, despues de la Revolucion francesa yel Primer Imperio. Esta Restauracion, por desgracia, habıa consagrado el principio liberalde la libertad de cultos.

Page 35: Le destronaron †

23

Me apresuro a hacer justicia de las religiosas disposiciones de Vuestra Ma-jestad y se reconocer, Senor, los servicios que ella ha hecho a Roma y a laIglesia, particularmente en los primeros anos de su gobierno. ¿Tal vez laRestauracion no hizo mas que vos? Pero dejadme agregar que ni vos ni laRestauracion habeis hecho por Dios lo que habıa que hacer, porque ni unoni otro ha restaurado su trono, porque no han renegado los principios dela Revolucion cuyas consecuencias practicas sin embargo, combatıs. Pues elevangelio social del cual se inspira el Estado sigue siendo la declaracion delos derechos humanos, que no es otra cosa, senor, mas que la negacion formalde los derechos de Dios.

Ahora bien, es derecho de Dios gobernar tanto a los Estados como a los in-dividuos. No es otra cosa lo que Nuestro Senor ha venido a buscar a la tierra.El debe reinar inspirando las leyes, santificando las costumbres, esclareciendola ensenanza, dirigiendo los consejos, regulando las acciones tanto de los go-biernos como de los gobernados. Allı donde Jesucristo no ejerce ese reinado,hay desorden y decadencia.

Ahora bien, debo deciros que El no reina entre nosotros y que nuestraConstitucion esta lejos de ser la de un Estado cristiano y catolico. Nuestroderecho publico establece efectivamente que la religion catolica es la de lamayorıa de los franceses, pero agrega que los otros cultos tienen derecho auna proteccion igual. ¿No es eso proclamar equivalentemente que la Consti-tucion protege por igual la verdad y el error? ¡Y bien! Senor, ¿sabeis vos loque Jesucristo responde a los gobiernos culpables de tal contradiccion? Jesu-cristo, Rey del cielo y de la tierra, les responde: ”Yo tambien, gobiernos queos sucedeis derrocandoos los unos a los otros, Yo tambien os concedo igualproteccion. He concedido esta proteccion al emperador vuestro tıo, he conce-dido la misma proteccion a los Borbones, la misma proteccion a Luis-Felipe,la misma proteccion a la Republica, y a vos tambien, la misma proteccion ossera concedida.

El Emperador corto al obispo:

Sin embargo, ¿creeis vos que la epoca en la cual vivimos comporta tal estadode cosas, y que ha llegado el momento de establecer ese reino exclusivamentereligioso que vos me pedıs? ¿No pensais, Monsenor, que serıa desencadenartodas las malas pasiones?

Page 36: Le destronaron †

24 3. Nuestro Senor Jesucristo y el liberalismo

Senor, cuando los grandes polıticos como Vuestra Majestad me objetan queno ha llegado el momento, no me queda mas que someterme, porque no soyun gran polıtico. Pero soy obispo, y como obispo les digo: No ha llegado paraJesucristo la hora de reinar, ¡y bien!, entonces tampoco ha llegado para losgobiernos la hora de perdurar.

Para cerrar estos dos capıtulos sobre las caracterısticas del liberalismo,quisiera hacer resaltar lo que hay de mas fundamental en la liberacion quepropone a los hombres, solos o reunidos en sociedad. He explicado como elliberalismo es el alma de toda revolucion, y como tambien, desde su nacimien-to en el siglo XVI, es el enemigo omnipresente de Nuestro Senor Jesucristo,Dios encarnado. De allı que no haya dudas: puedo afirmar que el liberalismose identifica con la Revolucion. El liberalismo es la revolucion en todos losambitos: es la revolucion radical. Mons. Gaume escribio algunas lıneas sobrela Revolucion, que me parecen caracterizar perfectamente al liberalismo.

Si arrancando su mascara, le preguntais (a la Revolucion): ¿quien erestu? ella os dira: No soy lo que se cree. Muchos hablan de mı, pero pocosme conocen. No soy ni el carbonarismo... ni el motın... ni el cambio de lamonarquıa en republica, ni la sustitucion de una dinastıa por otra, ni losdisturbios momentaneos del orden publico. No soy ni las vociferaciones delos jacobinos, ni los furores de la Montana, ni el combate de barricadas, ni elsaqueo, ni el incendio, ni la ley agraria, ni la guillotina, ni los ahogamientos.No soy ni Marat, ni Robespierre, ni Babeuf, ni Mazzini, ni Kossuth. Esoshombres son mis hijos, no son yo. Esas cosas son mis obras, no son yo. Esoshombres y esas cosas son hechos pasajeros y yo soy un estado permanente.

Soy el odio de todo orden no establecido por el hombre y en el cual nosea rey y Dios a la vez. Soy la proclamacion de los derechos del hombre sinpreocupacion de los derechos de Dios. Soy la fundacion del estado religiosoy social sobre la voluntad del hombre en vez de la voluntad de Dios. SoyDios destronado y el hombre puesto en su lugar. He aquı por que me llamoRevolucion, es decir subversion 9

9Mons. Gaume, La Revolution, Investigations Historiques [La Revolucion, Investiga-ciones Historicas], Lille, Secretariat Societe Saint Paul, 1877, T. I, pag. 18, citado porJean Ousset, Para que El Reine, pag. 88.

Page 37: Le destronaron †

Capıtulo 4

¿Oprime la Ley a la Libertad?

[La libertad consiste] en que, por medio de las leyes civiles, pueda cada unofacilmente vivir segun los mandamientos de la ley eterna.

Leon XIII, Libertas

No sabrıa resumir mejor los desastres producidos por el liberalismo entodos los ambitos, expuestos en el capıtulo precedente, mas que citando unpasaje de una carta pastoral de obispos que data de hace cien anos, pero quesigue todavıa actual un siglo mas tarde.

Actualmente, el liberalismo es el error capital de las inteligencias y lapasion dominante de nuestro siglo. Forma una atmosfera infectada que en-vuelve por todas partes al mundo polıtico y religioso, y es un peligro supremopara la sociedad y para el individuo. Enemigo tan gratuito como injusto ycruel de la Iglesia Catolica, amontona en manojo, en un desorden insensato,todos los elementos de destruccion y de muerte, a fin de proscribirla de latierra. Falsea las ideas, corrompe los juicios, adultera las conciencias, debili-ta los caracteres, enciende las pasiones, somete a los gobernantes, subleva alos gobernados, y, no contento de apagar (si eso le fuera posible) la llama dela Revelacion, se lanza inconsciente y audaz para apagar la luz de la razonnatural. 1

4.1. Enunciado del principio liberal

Pero en medio de tal caos de desordenes, en un error tan multiforme,¿es posible descubrir el principio fundamental que explica todo? Ya lo dije,

1Carta pastoral de los obispos del Ecuador a sus diocesanos del 15 de julio de 1885.

25

Page 38: Le destronaron †

26 4. ¿Oprime la Ley a la Libertad?

siguiendo al Padre Roussel: El liberal es un fanatico de independencia. Eseso. Pero tratemos de precisar.

El Card. Billot, cuyos tratados teologicos fueron mis libros de estudio en laUniversidad Gregoriana y en el Seminario Frances de Roma, ha consagradoal liberalismo algunas paginas energicas y luminosas en su tratado sobre laIglesia. 2 Enuncia como sigue, el principio fundamental del liberalismo:

La libertad es el bien fundamental del hombre, bien sagrado e inviolable,bien que no puede ser sometido a ningun tipo de coaccion; en consecuen-cia, esta libertad sin lımite debe ser la piedra inamovible sobre la cual seorganizaran todos los elementos de las relaciones entre los hombres, la nor-ma inmutable segun la cual seran juzgadas todas las cosas desde el punto devista del derecho; de allı que sea equitativo, justo y bueno, todo lo que en unasociedad tenga por base el principio de la libertad individual inviolada; inicuoy perverso lo demas. Ese fue el pensamiento de los autores de la Revolucionde 1789, revolucion cuyos frutos amargos el mundo entero sigue experimen-tando. Es el unico objeto de la ((Declaracion de los Derechos del Hombre)),de la primera lınea hasta la ultima. Eso fue, para los ideologos, el punto departida necesario para la reedificacion completa de la sociedad en el ordenpolıtico, en el orden economico, y sobre todo en el orden moral y religioso. 3

Pero direis, ¿la libertad no es lo propio de los seres inteligentes? ¿No esentonces justo que se haga de ella la base del orden social? ¡Ojo! os respon-dere: ¿De que libertad me hablais? Pues esa palabra tiene varios sentidosque los liberales se ingenian en confundir, cuando en realidad es necesariodistinguirlos.

4.2. Hay libertad y libertad...

Hagamos entonces un poco de filosofıa. La reflexion mas elemental nosmuestra que hay tres clases de libertad.

1. Primero, la libertad psicologica, o libre albedrıo, propia de los seresprovistos de inteligencia y que es la facultad de determinarse haciatal o cual cosa, independientemente de toda necesidad interior (reflejo,instinto, etc.). El libre albedrıo constituye la dignidad radical de la

2De Ecclesia Christi, Pontificia Universitas Gregoriana, Roma, 1929, T. II, pags. 17-59.3Traduccion condensada del texto latino, por el Padre Le Floch, Le Card. Billot, Lumire

de la Theologie [El Card. Billot, Luz de la Teologıa], 1932, pag. 44.

Page 39: Le destronaron †

4.2. Hay libertad y libertad... 27

persona humana, que es ser sui juris, es decir, depender de sı misma,y por lo tanto ser responsable, lo que no es el animal.

2. Despues tenemos la libertad moral, que se refiere al uso del libre albedrıo:uso bueno si los medios elegidos son buenos en sı mismos, conducen ala obtencion de un buen fin, uso malo si no conducen a el. De ahı que lalibertad moral es esencialmente relativa al bien. El Papa Leon XIII ladefinio magnıficamente y de una manera muy simple: la libertad moral,dice, es la facultad de moverse en el bien. La libertad moral no es por lotanto un absoluto, es totalmente relativa al Bien, es decir, finalmente, ala ley. Pues es la ley, primeramente la ley eterna que esta en la inteligen-cia divina, y luego la ley natural que es la participacion de la ley eternaen la criatura racional, la que determina el orden puesto por el Creadorentre los fines que El asigna al hombre (sobrevivir, multiplicarse, or-ganizarse en sociedad, llegar a su fin ultimo, (el Summum Bonum quees Dios) y los medios aptos para alcanzar esos fines. La ley no es unaantagonista de la libertad, al contrario, es una ayuda necesaria, lo cualvale tambien para las leyes civiles dignas de ese nombre. Sin la ley, lalibertad degenera en libertinaje, que es hacer lo que me place. Precisa-mente algunos liberales, haciendo de esta libertad moral un absoluto,predican el libertinaje, es decir la libertad de hacer indiferentemente elbien o el mal, de adherir indiferentemente a lo verdadero o a lo falso.Pero, ¿quien no ve que la posibilidad de no hacer el bien, lejos de ser laesencia y la perfeccion de la libertad, es la marca de la imperfeccion delhombre caıdo? Mas aun, como lo explica Santo Tomas 4 , la facultadde pecar no es una libertad, sino una servidumbre: Aquel que comete elpecado es esclavo del pecado (Juan 8, 34).

Al contrario, bien guiada por la ley, encaminada entre valiosos topes,la libertad alcanza su fin. He aquı lo que expone el Papa Leon XIII aeste respecto:

Puesto que la libertad es en el hombre de tal condicion, pedıa serfortificada con defensas y auxilios a proposito para dirigir al bien to-dos sus movimientos y apartarlos del mal; de otro modo hubiera sidogravemente danoso al hombre el libre albedrıo. Y en primer lugar fuenecesaria la ley, esto es, una norma de lo que habıa de hacerse y omi-tirse. 5

4Comentando las palabras de Jesucristo en San Juan.5Encıclica Libertas del 25 de julio de 1888, en E. P., pag. 359, n. 6.

Page 40: Le destronaron †

28 4. ¿Oprime la Ley a la Libertad?

Y Leon XIII concluye su exposicion por esta admirable definicion,que llamarıa ((plenaria)), de la libertad:

[La libertad] si ha de tener nombre verdadero de libertad en la so-ciedad misma, no ha de consistir en hacer lo que a cada uno se le anto-ja, de donde resultarıa grandısima confusion y turbulencias, opresorasal cabo de la sociedad; sino en que, por medio de las leyes civiles, puedacada uno facilmente vivir segun los mandamientos de la ley eterna. 6

3. Finalmente la libertad fısica, libertad de accion o libertad frente a lacoaccion, que es la ausencia de coaccion exterior que nos impida actuarsegun nuestra conciencia; precisamente de esta libertad los liberaleshacen un absoluto, y por ende esta concepcion es la que sera necesarioanalizar y criticar.

4.3. Orden natural y ley natural

Pero antes quisiera insistir sobre la existencia del orden natural y de la leynatural. En efecto, los liberales consienten en admitir leyes, pero leyes queel hombre mismo ha forjado, mientras rechazan todo orden, y toda ley cuyoautor no sea el hombre.

Ahora bien, que haya un orden natural, establecido por el Creador, tantopara la naturaleza mineral, vegetal, animal, como para la naturaleza humanaes una verdad cientıfica. A ningun sabio se le ocurrirıa negar la existencia deleyes grabadas en la naturaleza de las cosas y de los hombres. En efecto, ¿enque consiste la busqueda cientıfica, para la cual se gastan millones? ¿Que essino precisamente la busqueda de leyes? Hablamos a menudo de los inventoscientıficos, pero estamos equivocados: no se ha inventado nada, no se ha hechomas que descubrir las leyes y utilizarlas. Estas leyes que se descubren, esasrelaciones constantes entre las cosas, no son los sabios quienes las crean. Lomismo ocurre con las leyes de la medicina que rigen la salud y las leyes de lapsicologıa que rigen el acto plenamente humano; todos estan de acuerdo paradecir que esas leyes no las crea el hombre, sino que las encuentra ya puestasen la naturaleza humana. Ahora bien, en cuanto se trata de encontrar lasleyes morales que rigen los actos humanos, en relacion a los principales finesdel hombre, los liberales no hacen mas que hablar de pluralismo, creatividad,espontaneidad, libertad; segun ellos cada individuo o cada escuela filosofica

6Op. cit., pag. 361, n. 8.

Page 41: Le destronaron †

4.3. Orden natural y ley natural 29

puede construir su propia etica, ¡Como si el hombre, en la parte razonable yvoluntaria de su naturaleza, no fuera una criatura de Dios! ¿El alma humanase ha hecho o se hace a sı misma? Es evidente que las almas, a pesar de todasu complejidad y de todas sus diversidades, han sido hechas segun el mismomodelo y poseen la misma naturaleza. Ya sea el alma de un Zulu de Africadel Sur, o de un Maorı de Nueva Zelandia, ya sea un Santo Tomas de Aquino,o un Lenın, se trata siempre de un alma humana.

Una comparacion hara entender lo que quiero decir: no se compra ac-tualmente ningun objeto un tanto complicado, tal como una lavadora, unacopiadora, una computadora, sin pedir el instructivo. Hay siempre una leypara usarlos, una regla que explica el buen uso del objeto, a fin de lograr quetrabaje correctamente, para hacerle llegar a su fin. Y esta regla, esta estable-cida por aquel que ha concebido dicha maquina, y no por el ama de casaque se creyera libre de jugar con todos los botones y todas las teclas. Ahorabien, guardando las debidas proporciones, ocurre lo mismo con nuestra almay Dios. Dios nos da un alma que El crea, y necesariamente nos da leyes:nos da los medios para utilizarlos y ası alcanzar nuestros fines, en especialnuestro fin ultimo, que es Dios mismo conocido y amado en la vida eterna.

¡Ah, de esto no queremos saber nada!, exclaman los liberales; las leyesdel alma humana, es el hombre quien debe crearlas. No nos sorprendamosentonces si hacen del hombre un desequilibrado, con obligarle a vivir en oposi-cion con las leyes de su naturaleza. Imaginamos arboles que se sustrajesen alas leyes vegetales: y bien, morirıan, ¡esta claro! Arboles que renunciasen ahacer subir la savia, o pajaros que se negaran a buscar su alimento porqueesta contingencia no les agrada: y bien, ¡morirıan! No seguir la ley, lo que lesdicta su instinto natural, ¡es la muerte! Notemos aquı que el hombre no sigueun instinto ciego como los animales: Dios nos ha dado el inmenso don de larazon, a fin de que tengamos la inteligencia de la ley que nos rige, para poderdirigirnos libremente hacia el fin, ¡pero no sin aplicar la ley! La ley eternay la ley natural, la ley sobrenatural, y luego, las otras leyes que derivan delas primeras: leyes humanas, civiles o eclesiasticas, todas esas leyes son paranuestro bien, nuestra felicidad esta allı. Sin un orden preconcebido por Dios,sin leyes, la libertad serıa para el hombre un regalo envenenado. Tal es laconcepcion realista del hombre, que la Iglesia defiende contra los liberalestanto cuanto puede. Fue particular virtud y cualidad del gran Papa Pıo XIIhaber sido el campeon del orden natural y cristiano frente a los ataques delliberalismo contemporaneo.

Page 42: Le destronaron †

30 4. ¿Oprime la Ley a la Libertad?

Para volver a la libertad, digamos brevemente, que esta no se comprendesin la ley: son dos realidades estrictamente correlativas, serıa absurdo sepa-rarlas u oponerlas:

Por donde se ve que la libertad, no solo de los particulares, sino de lacomunidad y sociedad humana, no tiene absolutamente otra norma y reglaque la ley eterna de Dios. 7

7Encıclica Libertas, en E. P., pag. 361, n. 8.

Page 43: Le destronaron †

Capıtulo 5

Coacciones beneficas

No consideres a que estas forzado, sino a que estas obligado;si es al bien o si es al mal.San Agustın, Epıstola 93

El liberalismo, como vimos, hace de la libertad de accion, definida en elcapıtulo precedente como exencion de toda coaccion, un absoluto y un finen sı. Dejare al Card. Billot el cuidado de analizar y refutar esta pretensionfundamental de los liberales.

El principio fundamental del liberalismo, escribe, es la libertad de todacoaccion, sea cual sea, no solo de aquella que se ejerce por la violencia yque unicamente alcanza los actos externos, sino tambien de la coaccion queproviene del temor de las leyes y de las penas, de las dependencias y delas necesidades sociales, en una palabra, de los lazos de cualquier tipo queimpiden al hombre actuar segun su inclinacion natural. Para los liberales, estalibertad individual es el bien por excelencia, el bien fundamental e inviolable,al cual todo debe ceder, excepto, quizas, lo que es requerido para el ordenpuramente material de la ciudad; la libertad es el bien al cual todo lo demasesta subordinado; ella es el fundamento necesario de toda construccion social.1

Ahora bien, continua el Card. Billot, ese principio del liberalismo es ab-surdo, antinatural y quimerico.

He aquı el analisis crıtico que el desarrolla; lo resumire comentandolo li-bremente.

1Op. cit., pags. 19-20.

31

Page 44: Le destronaron †

32 5. Coacciones beneficas

5.1. El principio liberal es absurdo

Ese principio es absurdo: incipit ab absurdo. Comienza en la absurdidad alpretender que el bien principal del hombre es la ausencia de toda atadura quepueda molestar o restringir la libertad. El bien del hombre, en efecto, debeser considerado como un fin; lo que es deseado en sı. Ahora bien, la libertad,la libertad de accion, no es mas que un medio, no es mas que una facultadque puede permitir al hombre adquirir un bien. Todo en ella depende de suuso: sera buena si se usa para el bien, mala si se usa para el mal. No es, porlo tanto, un fin en sı y ciertamente no es el bien principal del hombre. Segunlos liberales, la coaccion constituye siempre un mal (salvo para garantizarun cierto orden publico). Pero es claro, al contrario, que la prision es unbien para el malhechor, no solo por garantizar el orden publico, sino para elcastigo y la enmienda del culpable. De igual manera la censura de la prensa,que es practicada incluso por los liberales contra sus enemigos, segun el adagio(¿liberal?) no hay libertad para los enemigos de la libertad, es en sı mismaun bien, no solo para asegurar la paz publica, sino para defender la sociedadcontra la expansion del veneno del error que corrompe los espıritus.

Por lo tanto se debe afirmar que la coaccion no es en sı misma un mal, eincluso que es, desde el punto de vista moral, quid indifferens in se, algo ensı mismo indiferente; todo dependera del fin para el cual se la emplee. Es, porotra parte, la ensenanza de San Agustın, Doctor de la Iglesia, quien escribea Vicente:

Ya ves, si no me engano, que no hay que considerar el que se obligue aalguien. Lo que hay que saber es si es bueno o malo aquello a que se leobliga. No digo que se pueda ser bueno a la fuerza, sino que el que temepadecer lo que no quiere, abandona el obstaculo de su animosidad o se veimpelido a conocer la verdad ignorada. Por su temor, rechaza la falsedad queantes defendıa, o busca la verdad que ignoraba, y ası llega a querer mantenerlo que antes no querıa. 2

He intervenido personalmente varias veces en el Concilio Vaticano II paraprotestar contra la concepcion liberal de la libertad que se aplicaba a lalibertad religiosa, concepcion segun la cual, la libertad se definirıa como laausencia de toda coaccion. He aquı lo que declaraba entonces:

2Carta 93 Ad Vincentium, n. 16, en Obras Completas de San Agustın, B.A.C., Madrid,1986, T. VIII, pag. 620.

Page 45: Le destronaron †

5.2. Espıritu moderno y liberalismo 33

La libertad humana no puede ser definida como una liberacion de todacoaccion pues destruirıa toda autoridad. La coaccion puede ser fısica o moral.La coaccion moral en el campo religioso es utilısima y se encuentra a lo largode todas las Sagradas Escrituras: ((el temor de Dios es el comienzo de lasabidurıa)). 3 La declaracion contra la coaccion, en el n. 28, es ambigua y,bajo ciertos aspectos, falsa. ¿Que queda de la autoridad paternal de los padresde familias cristianas sobre sus hijos? ¿De la autoridad de los maestros enlas escuelas cristianas? ¿De la autoridad de la Iglesia sobre los apostatas,los herejes, los cismaticos? ¿De la autoridad de los jefes de Estados catolicossobre las falsas religiones que traen con ellas la inmoralidad, el racionalismo,etc.? 4

Me parece que no se puede reafirmar mejor el primer calificativo de absurdoque el Card. Billot atribuye al principio del liberalismo, sino citando al PapaLeon XIII:

No podrıa decirse ni pensar mayor ni mas perverso contrasentido que elpretender exceptuar de la ley al hombre, porque es de naturaleza libre. 5

Equivale a decir: Soy libre, luego, ¡deben dejarme libre! El sofisma subya-cente queda patente al explicar un poco: soy libre por naturaleza, dotado delibre albedrıo, luego, ¡soy libre tambien respecto de toda ley, de toda coaccionejercida por la amenaza de penas! A menos que se pretenda que las leyes de-ban estar desprovistas de toda sancion. Pero eso serıa la muerte de las leyes:el hombre no es un angel, ¡no todos los hombres son santos!

5.2. Espıritu moderno y liberalismo

Quisiera hacer aquı una observacion. El liberalismo es un error gravısimocuyo origen historico ya hemos visto. Pero hay un espıritu moderno que, sinser francamente liberal, representa una tendencia al liberalismo. Lo encon-tramos desde el siglo XVI en autores catolicos no sospechosos de simpatıacon el naturalismo o el protestantismo. Ahora bien, no hay duda que es unanota de ese espıritu moderno el considerar que: Soy libre mientras no haya leyque venga a limitarme. 6 Sin duda, toda ley limita la libertad de accion, pero

3Observacion enviada al Secretariado del Concilio, 30 de diciembre de 1963.4Intervencion oral en el Aula Conciliar, octubre de 1964.5Encıclica Libertas, en E. P., pag. 360, n. 6.6Francisco Suarez, S.J. (1548-1617) manifiesta ese espıritu cuando escribe: Homo con-

tinet libertatem suam, el hombre tiene su libertad: en el sentido de que la libertad es

Page 46: Le destronaron †

34 5. Coacciones beneficas

el espıritu de la Edad Media, es decir el espıritu del orden natural y cristianodel cual hablabamos antes, siempre ha considerado la ley y sus coaccionesprimeramente como una ayuda y una garantıa de la verdadera libertad, no co-mo una limitacion. Cuestion de acentuacion, pensaran. Yo dire: ¡no! cuestionesencial que marca el principio de un cambio fundamental de mentalidad; unmundo dirigido hacia Dios, considerado como fin ultimo, a alcanzar cuestelo que cueste, un mundo orientado enteramente hacia el Soberano Bien, de-ja lugar a un mundo nuevo centrado sobre el hombre, preocupado por lasprerrogativas del hombre, sus derechos, su libertad.

anterior a la ley. (De Bon. et Mal. Hum. Act., disp. XII, sect. V). Un espıritu tomistacomo Leon XIII no admitirıa esta disociacion de dos realidades estrictamente correlativas.

Page 47: Le destronaron †

Capıtulo 6

Desigualdades necesarias

La naturaleza se rige por procedimientos que implican la autoridad y ladesigualdad, contradiciendo ası directamente, la ridıcula hipotesis liberal y

democratica.Charles Maurras, Mis Ideas Polıticas

6.1. Un individualismo antinatural

Prosigamos el analisis del principio del liberalismo: es antinatural, diceel Card. Billot, al pretender que todo debe ceder ante el bien de la libertadindividual, que las necesidades sociales han multiplicado las trabas a estalibertad, y que el regimen ideal para el hombre es aquel en el cual reinasela ley del puro y perfecto individualismo. Ahora bien, agrega el autor, esteindividualismo es absolutamente contrario a la naturaleza humana.

Aquı reconocemos el liberalismo individualista de Juan Jacobo Rousseau,que se encuentra en el fondo de todo pensamiento polıtico actual. SegunRousseau, los hombres nacen libres, es decir, libres de toda coaccion y a-sociales por naturaleza, hechos para vivir solos en la selva, donde son felices.El origen de sus males y de la desigualdad reside en la introduccion de lapropiedad privada, que engendra las rivalidades: un estado de guerra de to-dos contra todos. Si los hombres se unen entonces en sociedades, no es poruna necesidad de su naturaleza, sino unicamente por decision de su librevoluntad, como una escapatoria a ese estado en el cual el hombre es unlobo para el hombre. La sociedad no tiene nada de natural, es puramenteconvencional en su origen historico y en su constitucion: esta convencion es

35

Page 48: Le destronaron †

36 6. Desigualdades necesarias

el contrato social. 1 Toda esta teorıa fue refutada de antemano, especial-mente por Santo Tomas de Aquino, que demuestra la naturaleza social delhombre, poniendo en evidencia el hecho de que el hombre es el animal masdesprovisto de medios naturales para subsistir de manera autonoma cuandonace y que los hombres aun en la edad adulta, son incapaces de satisfacersolos a todas sus necesidades; deben entonces ayudarse mutuamente. 2 Hu-biera querido presentar aquı una pagina admirable, titulada la desigualdadprotectora, del admirable pensador polıtico contemporaneo Charles Maurras(1868-1952) quien, siguiendo a Santo Tomas, refuta magistralmente la mi-tologıa rouseauniana individualista e igualitaria. 3 Pero bastara aquı indicarlo que ensena Leon XIII en relacion a ese tema en su encıclica sobre el origendel poder polıtico:

Pero es un grande error no ver lo que es manifiesto, a saber: que los hom-bres, no siendo una raza de vagos solitarios, independientemente de su librevoluntad, han nacido para una natural comunidad. 4

6.2. Una igualdad quimerica

El principio igualitario es quimerico, dice el Card. Billot, ante todo porqueno responde en absoluto a la realidad: supone en el origen de toda sociedad, unpacto inicial. ¿Donde? Presupone la entrada libre de cada uno en la sociedad.Va todavıa mas lejos. Imagina que los hombres han sido tallados exactamentedel mismo modelo -exactamente iguales- al hombre abstracto, millones deveces reproducido sin notas individualizantes. ¿Donde esta? 5

Aplicad el contrato social si os parece bien, dice Taine, pero explicadlounicamente a los hombres para los cuales fue fabricado. Son hombres abs-tractos de ningun siglo y de ningun paıs, puras entidades nacidas de la varitamagica metafısica. 6

1Cf. Baltasar P. Argos. S.J. Catechisme Politique [Catecismo Polıtico], L’Orme Rond,St. Vincent/Oust, 1981, pag. 58.

2Cf. Sto. Tomas, De Regimine Principum, L. I, Cap. I.3Charles Maurras, Mes Idees Politiques [Mis Ideas Polıticas], Albatros, Parıs, 1986, La

Politique Naturelle, pags. 17 y sg.4Encıclica Diuturnum Illud del 29 de junio de 1881, en E. P., pag. 271, n. 7.5Card. Billot, S. J., op. cit., T. II, pags. 25-266Taine, Les Origines de la France contemporaine: La Revolution [Los Origines de la

Francia Contemporanea: La Revolucion], T. I, L. II, Cap. 2, citado por el Card. Billot, op.cit., pag. 26, nota 1

Page 49: Le destronaron †

6.2. Una igualdad quimerica 37

Leon XIII expresa el mismo juicio concisamente a continuacion de la fraseantes citada: Agregad a esto que el pacto que invocan, es un invento y unaquimera. 7 Quiero insistir sobre el aspecto quimerico de esta igualdad, segunla cual los hombres nacen iguales, o al menos iguales en derechos: los hombresnacen y permanecen libres e iguales en derechos, proclama el artıculo primerode la declaracion de los derechos del hombre y del ciudadano de 1791. Veamoslo que piensan de esto los Papas.

El Papa Pıo VI, en primer lugar, condenando especialmente el artıculo IIde esta misma declaracion 8 , se refiere directamente de la libertad-igualdad:lo condena calificandolo de quimera y de palabras vacıas de sentido:

¿Donde esta entonces esta libertad de pensar y de actuar que la Asam-blea Nacional otorga al hombre social como un derecho imprescriptible de lanaturaleza? Ese derecho quimerico ¿no es acaso contrario a los derechos delCreador Supremo, a quien debemos la existencia y todo lo que poseemos? ¿Esposible ignorar que el hombre no fue creado para sı mismo, sino para ser utila sus semejantes? Pues tal es la debilidad de la naturaleza humana que, paraconservarse, los hombres tienen necesidad del socorro mutuo; y por eso loshombres han recibido de Dios la razon y el uso de la palabra, para permitirlespedir ayuda a otros y poder socorrer a su vez a aquellos que imploraran suauxilio. Es la misma naturaleza la que ha establecido lazos entre los hombresy los ha reunido en sociedad; por otra parte, puesto que el uso de la razonque el hombre debe hacer consiste esencialmente en reconocer a su SoberanoAutor, honrarlo, admirarlo, entregarle toda su persona y su ser y supuestoque, desde su infancia es necesario que este sometido a aquellos que tienenmas edad, que se deje gobernar e instruir por lecciones, que aprenda de ellosa reglamentar su vida segun las leyes de la razon, de la sociedad y de la reli-gion, se sigue que esta igualdad y esta libertad -tan ponderadas- no son parael, desde el momento de su nacimiento, mas que quimeras y palabras vacıasde sentido. 9

De esta libertad-igualdad, supuestamente innata en el individuo, derivara,en virtud del contrato social, el principio de la soberanıa del pueblo; la sobe-

7Encıclica Diuturnum Illud, en E. P., pag. 271, n. 7.8La libre comunicacion de pensamientos y opiniones es uno de los derechos mas pre-

ciosos del hombre; todo ciudadano puede entonces hablar, escribir, imprimir libremente,debiendo responder no obstante por los abusos de esta libertad, en los casos determinadospor la ley.

9Carta Quod Aliquantum del 10 de mazo de 1791, a los obispos franceses de la AsambleaNacional.

Page 50: Le destronaron †

38 6. Desigualdades necesarias

ranıa reside primariamente en el pueblo y de ninguna manera en Dios, o enlas autoridades naturales constituidas por Dios; Pıo VI no deja de notar estaconsecuencia.

El Papa Leon XIII condena a su vez el principio liberal de igualdad de loshombres, retomado por los socialistas y distingue cuidadosamente la igualdadque los hombres tienen por su naturaleza comun, de la desigualdad que tienenen razon de las funciones diversas en la sociedad y que es afirmada por elEvangelio:

Los socialistas (...) no cesan de insistir, como hemos insinuado, que todoslos hombres son entre sı por naturaleza iguales, y por lo tanto, sostienen queni se les debe el honor y reverencia a la majestad, ni a las leyes, a no seracaso las que ellos se dan a su arbitrio. Por el contrario, segun las ensenanzasevangelicas, la igualdad de los hombres es tal, que todos, dotados de la mismanaturaleza, son llamados a la misma altısima dignidad de hijos de Dios, yal mismo tiempo, decretado para todos un mismo fin, han de ser juzgadossegun la misma ley, para recibir, conforme a sus meritos, o el castigo o larecompensa. La desigualdad de derechos y poderes, empero, dimana del mismoAutor de la naturaleza por Quien es nombrada toda paternidad, en los cielosy en la tierra. 10

Leon XIII recuerda luego, el precepto de la obediencia a las autoridades,dado por el apostol San Pablo: No hay poder que no venga de Dios; y aquellosque existen, han sido establecidos por Dios. Por ello, quien resiste al poder,resiste al orden querido por Dios (Rom. 13, 1-2). Luego, el Pontıfice ensenaque la jerarquıa que se encuentra en la sociedad civil, no es unicamentefruto de la voluntad de los hombres, sino, ante todo, la aplicacion de unordenamiento divino, del plan divino:

Porque, a la verdad, el que creo y gobierna todas las cosas, dispuso, en suprovidencia y sabidurıa, que las cosas ınfimas se dirijan a las medias, y lasmedias por los superiores, a sus fines. Pues, ası como en el mismo reino de loscielos quiso que los coros de los angeles fuesen distintos y unos subordinadosa otros; ası como tambien en la Iglesia instituyo varios grados de ordenes ydiversidad de oficios, para que ((no todos fuesen apostoles, no todos doctores,no todos pastores)) (I Cor. 12, 29), ası tambien dispuso que en la sociedadcivil hubiese varios ordenes, diferentes en dignidad, derechos y poder; es a

10Encıclica Quod Apostolici, en E. P., pag. 226, n. 4.

Page 51: Le destronaron †

6.2. Una igualdad quimerica 39

saber: que el Estado, como la Iglesia, fuese un solo cuerpo, compuesto demuchos miembros, unos mas nobles que otros, pero todos necesarios entresı y solıcitos del bien comun. 11

Me parece que esos textos muestran suficientemente la total irrealidad delprincipio fundamental del liberalismo: libertad-igualdad. Es por el contrario,un hecho innegable de la naturaleza, que en ninguna etapa de su vida, elindividuo es intercambiable, sino un miembro que forma parte de un cuerpoya constituido. Y en ese cuerpo, se ve sometido a necesarias y beneficas coac-ciones. En ese cuerpo, finalmente, encontrara el lugar que corresponde a sustalentos naturales o adquiridos, ası como a sus dones sobrenaturales, someti-dos en eso tambien a jerarquıas y desigualdades muy beneficiosas. Ası loconcibio Dios, que es un Dios de orden y no de desorden.

11Op. cit. pag. 227, n. 5.

Page 52: Le destronaron †

40 6. Desigualdades necesarias

Page 53: Le destronaron †

Capıtulo 7

Jesucristo, ¿Rey de lasRepublicas?

La mayorıa no hace la verdad, es la verdad que debe hacer la mayorıa.

Me queda mucho por decir sobre el liberalismo. Pero querrıa hacer com-prender bien que no son opiniones personales las que propongo. Por eso pre-sento documentos de los Papas y no sentimientos personales, que se atribuirıanfacilmente a una primitiva formacion recibida en el Seminario Frances de Ro-ma. El Padre Le Floch, que era entonces el superior, ha tenido en efecto unareputacion muy marcada de tradicionalista. Se dira entonces de mı: ¡Fueinfluenciado por lo que se le dijo en el seminario! Y bien, no niego esa in-fluencia, mas aun, agradezco todos los dıas a Dios el haberme dado comosuperior y maestro al Padre Le Floch. Se lo acuso entonces de hacer polıtica;¡y Dios sabe que es todo lo contrario de un crimen, el hacer la polıtica deJesucristo y suscitar hombres polıticos que usen todos los medios legıtimos,incluso legales, para expulsar de la sociedad a los enemigos de Nuestro SenorJesucristo! 1 En realidad el Padre Le Floch jamas se metio en la polıtica, nisiquiera en el peor momento del complot tramado contra la Accion Francesa2 y de la crisis subsiguiente, mientras era yo seminarista. En cambio, de lo

1¡No porque los obispos izquierdistas hagan polıtica socialista o comunista la Iglesiadebe abstenerse de hacer polıtica! La Iglesia tiene un poder, sin duda indirecto, pero real,sobre el orden temporal y sobre la vida de la sociedad. El reinado social de N.S.J.C. esuna preocupacion esencial de la Iglesia.

2Periodico y movimiento polıtico dirigidos por Charles Maurras, L’Action Francaise(Accion Francesa en espanol) luchaba, basada en verdades naturales sanas, contra eldemocratismo liberal. Se la acuso falsamente de naturalismo. El Papa Pıo XI, enganado,la condeno. Su sucesor, Pıo XII debio levantar esta sancion. Pero el mal estaba hecho:1926 marca en Francia una etapa decisiva en la ((ocupacion)) de la Iglesia por la fraccionliberal, llamada ((catolica liberal)).

41

Page 54: Le destronaron †

42 7. Jesucristo, ¿Rey de las Republicas?

que el Padre Le Floch sı nos hablaba constantemente, era del peligro delmodernismo, del movimiento Le Sillon, del liberalismo. Basandose sobre lasencıclicas de los Papas, el Padre Le Floch llego a forjar en nosotros unaconviccion firme, solidamente apuntalada, fundada en la doctrina inmutablede la Iglesia, sobre el peligro de esos errores. Deseo comunicar esta mismaconviccion como una antorcha que se transmite a la posteridad, como unaluz que preservara de esos errores que reinan hoy mas que nunca in ipsisEcclesiae venis et visceribus, en las venas mismas y las entranas de la Iglesia,como decıa San Pıo X.

De ahı que poco importa, por ejemplo, mi pensamiento polıtico perso-nal sobre el regimen que mas conviene a Francia. Ademas los hechos hablanpor sı mismos: lo que la monarquıa francesa no habıa logrado hacer, la demo-cracia lo ha realizado: cinco revoluciones sangrientas (1789, 1830, 1848, 1870,1945), cuatro invasiones extranjeras (1815, 1870, 1914, 1940), dos despojos dela Iglesia, expulsiones de las ordenes religiosas, supresiones de escuelas catoli-cas, laicizacion de las instituciones (1789 y 1901), etc... Sin embargo, diranalgunos, el Papa Leon XIII pidio el Ralliement 3 de los catolicos francesesal regimen republicano61 4 (lo que, entre parentesis, provoco una catastrofepolıtica y religiosa). Otros critican este acto de Leon XIII, calificandolo,ası como a su autor, de liberal. No creo que Leon XIII fuera un liberal, ni,menos aun, un democrata. No; creyo simplemente suscitar una buena com-binacion polıtica para el bien de la religion en Francia; pero esta claro queolvidaba el origen y la constitucion irremediablemente liberal, masonica yanticatolica de la democracia francesa.

7.1. La ideologıa democratica

Nacida del postulado liberal del individuo-rey, la ideologıa democratica seconstruye entonces logicamente; los individuos pasan al estado social por unpacto convencional: el ((contrato social)), que es, dice Rousseau, una aliena-cion total de cada asociado, con todos sus derechos, respecto a toda la comu-nidad.

De allı vienen:

3Ralliement o sea aceptacion leal, participacion, propiciada por Leon XIII al regimenrepublicano frances. Significo la quiebra del monarquismo frances y el ahogamiento de laresistencia mas puramente catolica [N. del T].

4Cf. Encıclica Au Milieu des Sollicitudes del 16 de febrero de 1892, a los obispos, clerosy fieles de Francia, en E. P., pags. 454-462.

Page 55: Le destronaron †

7.2. Condenacion de la ideologıa democratica por los Papas 43

1. la necesaria soberanıa popular: el pueblo es necesariamente soberano,tiene el poder solo de sı mismo y lo conserva, incluso despues de haberelegido a sus gobernantes.

2. la ilegitimidad de todo regimen que no tiene por base la soberanıapopular o cuyos gobernantes aseguren recibir el poder de Dios.

De allı, como consecuencia practica:

1. la lucha para el establecimiento universal de la democracia.

2. la ((cruzada de las democracias)), contra todo regimen que hace referen-cia a la autoridad divina, calificado entonces de regimen ((sacral)) y((absolutista)). En relacion a esto, el tratado de Versalles de 1919, quesuprimıa las ultimas monarquıas verdaderamente cristianas, fue unavictoria liberal y, en especial, masonica. 5

3. el reino polıtico de las mayorıas, que se supone expresan la sacrosantae infalible voluntad general.

Frente a ese democratismo que penetra ahora la Iglesia con la colegialidad,suelo repetir que la mayorıa no hace la verdad. ¿Que puede ser construidosolidamente fuera de la verdad y de la verdadera justicia hacia Dios y haciael projimo?

7.2. Condenacion de la ideologıa democratica

por los Papas

Los Papas no han cesado de condenar esta ideologıa democratica. Leon XIIIlo ha hecho ex profeso en su encıclica Diuturnum Illud que ya he mencionado.

Muchos modernos, siguiendo las pisadas de aquellos, que en el siglo ante-rior se dieron el nombre de filosofos, dicen que toda potestad viene del pueblo;por lo cual, los que ejercen la autoridad civil, no la ejercen como suya, sinocomo otorgada por el pueblo; con esta norma, la misma voluntad del pueblo,que delego la potestad, puede revocar su acuerdo. Los catolicos discrepan deesta opinion al derivar de Dios como de su principio natural y necesario, elderecho de mandar.

5Cf. H. Le Caron, Le Plan de Domination Mondiale de la Contre-Eglise [El Plan deDominacion Mundial de la Contra-Iglesia], Fideliter, Escurolles, 1985, pag. 22.

Page 56: Le destronaron †

44 7. Jesucristo, ¿Rey de las Republicas?

Importa que anotemos aquı que los que han de gobernar las republicas,pueden en algunos casos ser elegidos por la voluntad y juicio de la multitud,sin que a ello se oponga ni le repugne la doctrina catolica. Con esa eleccionse designa ciertamente al gobernante, mas no se confieren los derechos degobierno, ni se le da la autoridad, sino que se establece quien la ha de ejercer.6

Por lo tanto toda autoridad viene de Dios, ¡incluso en democracia! Todaautoridad viene de Dios. Esta es una verdad revelada y Leon XIII la establecesolidamente por la Sagrada Escritura, la tradicion de los Padres, y finalmente,por la razon: una autoridad que emana solo del pueblo, no tendrıa fuerza paraobligar en conciencia, bajo pena de pecado. 7

Ningun hombre tiene en sı o por sı la facultad de obligar en concienciala voluntad libre de los demas con los vınculos de tal autoridad. Unicamentetiene esta potestad Dios Creador y Legislador de todas las cosas: los que estapotestad ejercen, deben necesariamente ejercerla como comunicada por Dios.8

Finalmente, Leon XIII muestra la falsedad del contrato social de Rousseau,que es el fundamento de la ideologıa democratica contemporanea.

7.3. La Iglesia no condena al regimen demo-

cratico

Quiero senalar ahora que no toda democracia es liberal. Una cosa es laideologıa democratica, y otra, el regimen democratico; la Iglesia condenala ideologıa, pero no el regimen, que es propiamente la participacion delpueblo en el poder. Ya Santo Tomas justificaba la legitimidad del regimendemocratico:

Que todos tengan una cierta parte en el gobierno, ayuda a que sea con-servada la paz del pueblo; a todos les gusta tal organizacion; y vigilan paraconservarla, como dice Aristoteles en el libro II de su Polıtica. 9

6En E. P., pag. 269, n. 2-3.7Podrıa obligar mediante la amenaza de penas, pero ¡no es ası, dira Juan XXIII en

Pacem in Terris, que se promueve la busqueda individual del bien comun! La autoridades, mas que nada, una fuerza moral.

8Encıclica Diuturnum Illud, en E. P., pag. 270, n. 6.9I-II, cuest. 105, art. 1.

Page 57: Le destronaron †

7.4. ¿Que es una democracia no liberal? 45

Sin preferir la democracia, el Doctor comun estima que el mejor regimenpolıtico es concretamente una monarquıa en la cual todos los ciudadanostienen cierta participacion en el poder, por ejemplo, eligiendo a aquellos quehan de gobernar a las ordenes del monarca; es, dice Santo Tomas, un regimenque alıa bien la monarquıa, la aristocracia y la democracia. 10

La monarquıa francesa del Antiguo Regimen, como muchas otras, era maso menos de esa clase, a pesar de lo que digan los liberales; existıa entoncesentre el monarca y la multitud de subditos todo un orden y una jerarquıade multiples cuerpos intermedios, que sabıan hacer valer sus pareceres com-petentes ante la autoridad. La Iglesia catolica no impone preferencia portal o cual regimen; admite que los pueblos elijan la forma de gobierno masadaptada a su genio propio y a las circunstancias:

Nada impide que la Iglesia apruebe el gobierno de uno solo o de muchos,con tal que sea justo y tienda al bien comun. Por eso, salva la justicia, nose prohıbe a los pueblos el que adopten aquel sistema de gobierno que seamas apto y conveniente a su caracter o a los institutos y costumbres de susantepasados. 11

7.4. ¿Que es una democracia no liberal?

Confieso que una democracia no liberal es una especie rara, hoy desapare-cida, pero tampoco es enteramente una quimera, como lo prueba la republicade Cristo Rey, aquella del Ecuador de Garcıa Moreno en el siglo pasado. Heaquı entonces las caracterısticas de una democracia no liberal:

Primer principio: El principio de la soberanıa popular: en primer lugar,se limita al regimen democratico, y respeta la legitimidad de la monarquıa.Ademas, es radicalmente diferente de aquel de la democracia rousseauniana:el poder reside en el pueblo sı, pero ni original ni definitivamente: es deDios que viene el poder al pueblo, de Dios Autor de la naturaleza social delhombre, y no de los individuos-reyes. Y una vez que los gobernantes sonelegidos por el pueblo, este ultimo no conserva el ejercicio de la soberanıa. 12

10Ibid.11Leon XIII, Encıclica Diuturnum Illud, en E. P., pag. 269, n. 3.12Cf. Diuturnum Illud, citado mas arriba y en Mons. de Segur, La Revolution (expliquee

aux Jeunes Gens) [La Revolucion (explicada a los Jovenes)], Trident, Parıs, 1989, pags.71-73.

Page 58: Le destronaron †

46 7. Jesucristo, ¿Rey de las Republicas?

Primera consecuencia: no gobierna una multitud amorfa de individuossino el pueblo en cuerpos constituidos: los jefes de familia (quienes podranlegislar directamente en Estados muy pequenos, como p. ej. el de Appen-zell en Suiza), los paisanos y comerciantes, industriales y obreros, grandes ypequenos propietarios, militares y magistrados, religiosos, sacerdotes y obis-pos, es, como dice Mons. de Segur, la nacion con todas sus fuerzas vivas,constituida en una representacion seria y capaz de expresar sus votos por susverdaderos representantes y de ejercer libremente sus derechos. 13

Pıo XII a su vez distingue bien el pueblo y la masa:

Pueblo y multitud amorfa, o, como suele decirse, ((masa)), son dos concep-tos completamente diferentes. El pueblo vive y se mueve con vida propia; lamasa es de por sı inerte y no puede ser movida sino del exterior. El pueblovive de la plenitud de la vida de los hombres que lo integran, cada uno delos cuales en su propio puesto y modo particular es una persona conscientede su propia responsabilidad y de sus propias convicciones. La masa, por elcontrario, espera un impulso del exterior, es facil instrumento en manos decualquiera que conozca sus instintos e impresiones, y esta pronta a seguirhoy una bandera y manana otra. 14

Segunda consecuencia: Los gobernantes elegidos, incluso si se los llama,como dice Santo Tomas, vicarios de la multitud, lo son solamente en el sentidode que hacen en su lugar lo que ella no puede hacer por sı misma, a saber,gobernar. Pero el poder les viene de Dios de quien toda paternidad en el cieloy sobre la tierra recibe su nombre (Ef. 3, 15). Los gobernantes son por lotanto responsables de sus actos primero ante Dios, del cual son los ministros,y secundariamente ante el pueblo, por cuyo bien comun gobiernan.

Segundo principio: Los derechos de Dios (y los de su Iglesia, en una nacioncatolica) son puestos como fundamento de la constitucion. El decalogo esentonces el inspirador de toda la legislacion.

Primera consecuencia: la ((voluntad general)) es nula si va contra los dere-chos de Dios. La mayorıa no ((hace)) la verdad, ella debe mantenerse en laverdad, bajo pena de una perversion de la democracia. Pıo XII subraya con

13Op. cit. pag. 73.14Radio Mensaje de Navidad de 1944.

Page 59: Le destronaron †

7.4. ¿Que es una democracia no liberal? 47

razon el peligro inherente al regimen democratico, y contra el cual la consti-tucion debe reaccionar: el peligro de despersonalizacion, de masificacion y demanipulacion de la multitud por grupos de presion y mayorıas artificiales.

Segunda consecuencia: la democracia no es laica, sino abiertamente cris-tiana y catolica. Se conforma a la doctrina social de la Iglesia en lo con-cerniente a la propiedad privada, el principio de subsidiariedad, y a la edu-cacion, dejandola al cuidado de la Iglesia y de los padres, etc...

Resumiendo: la democracia, no menos que otro regimen, debe realizar elreino social de Nuestro Senor Jesucristo. La democracia debe tambien tenerun Rey: Jesucristo.

Page 60: Le destronaron †

48 7. Jesucristo, ¿Rey de las Republicas?

Page 61: Le destronaron †

Capıtulo 8

El liberalismo o la sociedad sinDios

El indiferentismo es el ateısmo sin el nombre.Leon XIII, Immortale Dei

Voy a tratar de exponer aquı, luego de haber analizado los principios delliberalismo polıtico, como el movimiento de laicizacion generalizado que hadestruido en este momento casi enteramente la cristiandad, tiene su fuente enlos principios liberales. Es lo que muestra el Papa Leon XIII en su encıclicaImmortale Dei del 1 de noviembre de 1884, en un texto ya clasico que no sepuede ignorar.

8.1. El ”derecho nuevo”

Pero el afan pernicioso y deplorable de novedad que surgio en el siglo XVI,habiendo, primeramente, perturbado las cosas de la Religion, por natural con-secuencia vino a trastornar la filosofıa y mediante esta, toda la organizacionde la sociedad civil. De allı, como de un manantial, se han de derivar los masrecientes postulados de una libertad sin freno, a saber, inventadas durante lasmaximas perturbaciones del siglo XVIII y lanzadas despues, mediando estesiglo, como principios y bases de un nuevo derecho que era hasta entoncesdesconocido y discrepaba no solo del derecho cristiano sino en mas de unpunto tambien del derecho natural.

El supremo entre estos principios es que todos los hombres como se en-tiende que son de una misma especie y naturaleza, ası tambien son igualesen su accion vital, siendo cada uno tan dueno de sı mismo, que de ningunmodo esta sometido a la autoridad de otro, que puede pensar de cualquier

49

Page 62: Le destronaron †

50 8. El liberalismo o la sociedad sin Dios

cosa lo que se le ocurra y obrar libremente lo que se le antoje, ni nadie tienederecho de mandar a nadie.

Constituida la sociedad con estos principios, la autoridad publica no esmas que la voluntad del pueblo, el cual como no depende sino de sı mismo,ası el solo se da ordenes a sı mismo, pero elige personas a quienes se entrega,de tal manera, sin embargo, que les delega mas bien el oficio de mandar yno el derecho, que solo en su nombre ejerce. Se cubre aquı con el manto desilencio el poder soberano de Dios, ni mas ni menos como si Dios no existiese,o no se preocupase para nada de la sociedad del genero humano, o como si loshombres, ya individual ya colectivamente nada debieran a Dios o se pudieseconcebir alguna forma de dominio que no tuviese en Dios su razon de ser,su fuerza y toda su autoridad.

De este modo, como se ve, el Estado no es mas que una muchedumbreque es maestra y gobernadora de sı misma, y como se afirma que el pueblocontiene en sı la fuente de todos los derechos y de todo poder, sıguese logi-camente que el Estado no se crea deudor de Dios en nada, ni profese ofi-cialmente ninguna religion, ni deba indicar cual es, entre tantas, la unicaverdadera, ni favorecer a una principalmente; sino que deba conceder a todasellas igualdad de derechos, a fin de que el regimen del Estado no sufra deellas ningun dano. Logico sera dejar al arbitrio de cada uno todo lo que serefiere a religion, permitiendole que siga la que prefiera o ninguna en abso-luto, cuando ninguna le agrada. De allı nace, ciertamente, lo siguiente: elcriterio sin ley de las conciencias individuales, los liberrimos principios derendir o no culto a Dios, la ilimitada licencia de pensar y de publicar suspensamientos. 1

8.2. Consecuencias del ”derecho nuevo”

Admitidos estos principios, que freneticamente se aplauden hoy dıa, facil-mente se comprendera a que situacion mas inicua se empuja a la Iglesia.

Pues, donde quiera la actuacion responde a tales doctrinas, se coloca alcatolicismo en pie de igualdad con sociedades que son distintas de ella o aunse lo relega a un sitio inferior a ellas; no se tiene ninguna consideracion a lasleyes eclesiasticas, y a la Iglesia que, por orden y mandato de Jesucristo, debeensenar a todas las naciones, se le prohıbe toda ingerencia en la educacionpublica de los ciudadanos.

Aun en los asuntos que son de la competencia eclesiastica y civil, losgobernantes civiles legislan por sı y a su antojo, y tratandose de la misma

1En E. P., pags. 329-330, n. 19-20.

Page 63: Le destronaron †

8.3. Consecuencias ultimas 51

clase de jurisdiccion mixta, desprecian soberanamente las santısimas leyes dela Iglesia.

En consecuencia, avocan a su jurisdiccion los matrimonios de los cris-tianos, legislando aun acerca del vınculo conyugal, de su unidad y estabili-dad; usurpan las posesiones de los clerigos, diciendo que la Iglesia no tiene elderecho de poseer; obran, en fin, de tal modo respecto de ella, que negandolela naturaleza y los derechos de una sociedad perfecta, la ponen en el mismonivel de las otras sociedades que existen en el Estado; y por consiguiente,dicen, si tiene algun derecho, si alguna facultad legıtima posee para obrar, lodebe al favor y las concesiones de los gobernantes. 2

8.3. Consecuencias ultimas

De modo que en esta situacion polıtica de que hoy dıa muchısimos se hanencarinado, ya se ha formado una costumbre y tendencia, o de quitar com-pletamente de en medio a la Iglesia, o de tenerla atada y sujeta al Estado.En gran parte se inspira en estos designios lo que los gobernantes hacen.Las leyes, la administracion publica, la ensenanza laica de la juventud, laincautacion de los bienes, y la supresion de las ordenes religiosas como ladestruccion del poder temporal de los Romanos Pontıfices, todo obedece al finde herir el nervio vital de las instituciones cristianas, sofocar la libertad dela Iglesia Catolica y triturar sus otros derechos. 3

Leon XIII ha, por lo tanto, demostrado que el nuevo derecho, aquel delos principios liberales, conduce al indiferentismo del Estado en relacion a lareligion (es, dice el ateısmo sin el nombre 4 ), y a eliminar la religion catolicade la sociedad. En otras palabras, el objetivo de los impıos liberales no esnada menos que la eliminacion de la Iglesia por medio de la destruccion delos Estados catolicos que la sostienen. Esos estados eran las murallas de lafe. Era necesario entonces abatirlas. Y una vez destruidas esas defensas de laIglesia, una vez suprimidas las instituciones polıticas que eran su protecciony la expresion de su benefica influencia, la Iglesia misma serıa paralizada yabatida y con ella la familia cristiana, la escuela cristiana, el espıritu cristianoy hasta el mismo nombre cristiano. Leon XIII ve claramente ese plan satanico,tramado por las sectas masonicas, y que llega hoy a sus ultimas consecuencias.

2En E. P., pag. 330, n. 21.3En E. P., pags. 330-331, n. 21.4En E. P., pag. 331, n. 22.

Page 64: Le destronaron †

52 8. El liberalismo o la sociedad sin Dios

8.4. El Liberalismo laicizante en obra durante

el Vaticano II

Pero el colmo de la impiedad, que nunca habıa sido alcanzado hasta en-tonces, fue cumplido cuando la Iglesia misma, o al menos lo que ha queridopasar por tal, adopto en el Concilio Vaticano II el principio del laicismo delEstado, o lo que es equivalente, la regla de la igual proteccion del Estado alos adeptos de todos los cultos, por la declaracion sobre la libertad religiosa;volvere sobre este tema. Pero eso demuestra al mismo tiempo hasta que pun-to han penetrado las ideas liberales en la Iglesia, incluso hasta sus mas altasesferas. Tambien volvere sobre esto.

He aquı, para recapitular, el encadenamiento logico de los principios libe-rales hasta sus consecuencias extremas para la Iglesia; se trata del esquemaadjunto a la carta que dirigı al Card. Seper el 26 de febrero de 1978. Es unesclarecedor paralelo de la Quanta Cura de Pıo IX y de la Immortale Dei deLeon XIII.

Leon XIII, Immortale Dei (en E. P., pag. 329, n. 19-21)

1. Condenacion del racionalismo individualista indiferentista, del indife-rentismo y del monismo estatal.

Todos los hombres · · · son iguales en su accion vital, siendo cada unotan dueno de sı mismo que de ningun modo esta sometido a la autoridadde otro, que puede pensar de cualquier cosa lo que se le ocurra y obrarlibremente lo que se le antoje· · ·

(· · ·) La autoridad publica no es mas que la voluntad del pueblo · · · Deeste modo · · · el pueblo contiene en sı la fuente de todos los derechos · · ·sıguese logicamente que el Estado no se crea deudor de Dios en nada,ni profese oficialmente ninguna religion, ni deba (· · ·) favorecer a unaprincipalmente.

2. Consecuencia: el ”derecho a la libertad religiosa” en el Estado.

· · · sino que deba conceder a todas ellas igualdad de derechos, a finde que el regimen del Estado no sufra de ellas ningun dano.

Page 65: Le destronaron †

8.4. El Liberalismo laicizante en obra durante el Vaticano II 53

Logico sera dejar al arbitrio de cada uno todo lo que se refiere a lareligion, permitiendole que siga la que prefiera o ninguna en absoluto,cuando ninguna le agrada.

3. Consecuencias de ese ”derecho nuevo”.

Admitidos estos principios, que freneticamente se aplauden hoy dıa,facilmente se comprendera a que situacion mas inicua se empuja a laIglesia.

Pues, donde quiera que la actuacion responde a tales doctrinas, secoloca al catolicismo en pie de igualdad con sociedades que son distintasde ella o aun se lo relega a un sitio inferior a ellas (· · ·) obran, en fin detal modo respecto de ella, que negandole la naturaleza y los derechos deuna sociedad perfecta, la ponen en el mismo nivel de las otras sociedadesque existen en el Estado.

Pıo IX, Quanta Cura (8-XII-1864) (en E. P., pag. 156, n. 4)

1. Denuncia del naturalismo y su aplicacion al Estado.

Hoy no faltan hombres que, aplicando a la sociedad civil el impıo y ab-surdo principio del naturalismo, como le llaman, se atreven a ensenar,que el mejor orden de la sociedad publica y el progreso civil demandanimperiosamente, que la sociedad humana se constituya y se gobierne,sin que tenga en cuenta la Religion, como si no existiese; o por lomenos, sin hacer ninguna diferencia entre la verdadera Religion y lasfalsas.

2. Consecuencia: el ”derecho a la libertad religiosa” en el Estado.

Ademas, contradiciendo la doctrina de la Escritura, de la Iglesia yde los Santos Padres, afirman que el mejor gobierno es aquel en el queno se reconoce al poder, la obligacion de reprimir por la sancion de laspenas a los violadores de la Religion catolica, a no ser que la tranquili-dad publica lo exija, y que la libertad de conciencia y de cultos es underecho libre de cada hombre, que debe ser proclamado y garantizadoen toda sociedad bien constituida

3. Consecuencias de ese ”derecho nuevo”: ataque a la Iglesia.

Page 66: Le destronaron †

54 8. El liberalismo o la sociedad sin Dios

Pıo IX denuncia la ultima ”opinion” citada en el n. 2 de la siguientemanera: opinion erronea, la mas fatal a la Iglesia Catolica y a la sal-vacion de las almas. No dice mas, pero agrega mas adelante que todoeso lleva a desterrar a la Religion de la publica sociedad.

Si bien el Vaticano II no proclama el primer principio del liberalismo -elcual he llamado racionalismo individualista e indiferentista -, sin embargoencontramos en el, como mostrare seguidamente, todo su contenido y con-secuencias: el indiferentismo del Estado, derecho a la libertad religiosa paralos seguidores de todas las religiones, destruccion del derecho publico de laIglesia, supresion de los Estados catolicos. Todo esta allı, toda esta serie deabominaciones se encuentra allı consignada y exigida por la logica misma deun liberalismo que no quiere decir su nombre, pero que es su fuente envene-nada.

Page 67: Le destronaron †

Capıtulo 9

La libertad de conciencia y decultos

Bajo el nombre seductor de libertad de culto,proclaman la apostasıa legal de la sociedad.

Leon XIII, E Giunto

En la encıclica Libertas el Papa Leon XIII pasa revista a las nuevas li-bertades proclamadas por el liberalismo. Seguire su exposicion paso a paso 1

: (...) bueno sera considerar una por una esas varias conquistas de la libertadque se dicen logradas en nuestros tiempos.

La libertad de cultos (o libertad de conciencia y de cultos) es la primera;es, como lo explica Leon XIII, reivindicada como una libertad moral de laconciencia individual y como una libertad social, un derecho civil reconocidopor el Estado:

Sea la primera considerada en los particulares, la que llaman libertad decultos, en tan gran manera contraria a la virtud de la religion. Su fundamentoes estar del todo, en mano de cada uno, el profesar la religion que mas leacomode, o el no profesar ninguna. Pero, muy al contrario, entre todas lasobligaciones del hombre, la mayor y mas santa es, sin sombra de duda, la quenos manda adorar a Dios pıa y religiosamente. Deducese esto necesariamentede estar nosotros de continuo en poder de Dios, y ser por su voluntad yprovidencia gobernados, y tener en El nuestro origen, y haber de tornar a El.

1En E. P., pag. 365 y sg., n. 14 y ss.

55

Page 68: Le destronaron †

56 9. La libertad de conciencia y de cultos

Si en efecto el individuo-rey es considerado la fuente de sus propios dere-chos, es logico que el atribuya a su conciencia una plena independencia enrelacion a Dios y a la religion. Leon XIII considera luego la libertad religiosaen cuanto derecho civil 2 :

Considerada en el Estado la misma libertad, pide que este no tribute a Diosculto alguno publico, por no haber razon que lo justifique; que ningun cultosea preferido a los otros; y que todos ellos tengan igual derecho, sin respetoninguno al pueblo, dado caso que este haga profesion de catolico.

Si la sociedad no es mas que una coleccion puramente convencional deindividuos-rey, nada debe a Dios y el Estado se considera libre de todos losdeberes religiosos; lo que es manifiestamente falso, dice Leon XIII:

No puede, en efecto dudarse que la sociedad establecida entre los hombres,ya se mire a sus partes, ya a su causa, ya la gran cantidad de utilidadesque acarrea, existe por voluntad de Dios, que es quien creo al hombre paravivir en sociedad, y quien le puso entre sus semejantes para que las exigenciasnaturales, que el no pudiera satisfacer solo, las viera cumplidas en la sociedad.Ası es que la sociedad, por serlo, ha de reconocer como padre y autor a Dios,y reverenciar y adorar su poder y su dominio. Veda, pues, la justicia, vedalotambien la razon, que el Estado sea ateo, o lo que viene a parar en el ateısmo,que se haya de igual modo con respecto a las varias que llaman religiones, yconceda a todas, promiscuamente, iguales derechos.

Leon XIII no deja de dar una precision necesaria: cuando se habla dela religion de una manera abstracta, se habla implıcitamente de la unicaverdadera religion, que es la de la Iglesia catolica:

Siendo, pues, necesario al Estado profesar una religion, ha de profesarla unica verdadera, la cual sin dificultad se conoce, singularmente en lospueblos catolicos, puesto que en ella aparecen como sellados los caracteres dela verdad.

En consecuencia el Estado debe reconocer la verdadera religion en cuantotal y profesar el catolicismo 3 . Las lıneas siguientes condenan sin apelacion

2Remitirse a los textos citados en el capıtulo precedente, de las encıclicas ImmortaleDei de Leon XIII y Quanta Cura de Pio IX; y al capıtulo siguiente.

3Es decir, inscribir en la Constitucion el principio de este reconocimiento.

Page 69: Le destronaron †

57

el supuesto agnosticismo del Estado y su pretendida neutralidad en materiareligiosa:

Esta religion es, pues, la que han de conservar los que gobiernan; esta laque han de proteger, si quieren, como deben, atender con prudente utilidad ala comunidad de los ciudadanos. La autoridad publica esta, en efecto, cons-tituida para utilidad de sus subditos; aunque proximamente mira a propor-cionarles la prosperidad de esta vida terrena, con todo, no debe disminuirles,sino aumentarles la facilidad de conseguir aquel sumo y ultimo bien, en queesta la sempiterna bienaventuranza del hombre y a la que no puede llegarsedescuidandose de la religion.

Volvere sobre estas lıneas que contienen el principio fundamental que regulalas relaciones del Estado con la religion, es decir, con la verdadera religion.La encıclica Libertas es del 20 de junio de 1888. Un ano mas tarde, Leon XIIIvuelve sobre el tema de la libertad de cultos para condenarla nuevamente enterminos admirables, con celo enteramente apostolico, en su Carta al Empe-rador de Brasil 4. He aquı extractos que muestran lo absurdo y lo impıo dela libertad de cultos, ya que implica siempre el ateısmo del Estado:

La libertad de cultos, considerada en relacion a la sociedad, esta funda-da sobre el principio de que el Estado, incluso en una nacion catolica, noesta obligado a profesar o a favorecer ningun culto; debe permanecer indife-rente respecto a todos y tratarlos jurıdicamente igual. No se trata aquı deesta tolerancia de hecho que en circunstancias dadas puede ser concedida alos cultos disidentes; sino de reconocerles esos derechos que solo pertenecena la unica verdadera religion que Dios ha establecido en el mundo y que hasenalado por caracteres y signos claros y precisos, para que todos puedanreconocerla como tal y abrazarla.

Ademas, semejante libertad pone sobre un mismo plano la verdad y el e-rror, la fe y la herejıa, la Iglesia de Jesucristo y cualquier otra institucionhumana; establece una deplorable y funesta separacion entre la sociedad hu-mana y Dios, su Autor; desemboca finalmente en la triste consecuencia delindiferentismo de Estado en materia religiosa, o, lo que es lo mismo, suateısmo.

4Carta E Giunto del 19 de julio de 1889.

Page 70: Le destronaron †

58 9. La libertad de conciencia y de cultos

¡Son palabras que valen oro! Son palabras que deberıan aprenderse dememoria. La libertad de cultos implica el indiferentismo del Estado respectoa todas las formas religiosas. La libertad religiosa significa necesariamente elateısmo del Estado. Pues al reconocer o favorecer a todos los dioses, el Esta-do de hecho no reconoce a ninguno, ¡especialmente no reconoce al VerdaderoDios! ¡He aquı lo que respondemos cuando se nos presenta la libertad religiosadel Vaticano II como una conquista, como un progreso, como un desarrollode la doctrina de la Iglesia! ¿El ateısmo es acaso un progreso? La teologıa dela muerte de Dios ¿se inscribe en la lınea de la tradicion? ¡La muerte legalde Dios! ¡Es inimaginable! Y bien, de eso nos estamos muriendo: en nombrede la libertad religiosa del Vaticano II se han suprimido los Estados todavıacatolicos, se los ha laicizado, se ha borrado de las constituciones de dichosEstados el primer artıculo que proclamaba la sumision del Estado a Dios, suAutor, o en el cual hacıa profesion de la verdadera religion 5 . Esto es pre-cisamente lo que los masones no querıan escuchar mas; entonces encontraronel medio radical: obligar a la Iglesia, por la voz de su magisterio, a proclamarla libertad religiosa, ¡nada menos!; y ası por una consecuencia inevitable,obtener la laicizacion de los Estados catolicos. Se sabe bien, pues es un hechohistorico que fue publicado por los diarios de Nueva York en su momento,que el Card. Bea, la vıspera del concilio, fue a visitar a los B’nai B’rith: loshijos de la Alianza, una secta masonica reservada unicamente a los judıos, degran influencia en el mundialismo occidental 6 . En su calidad de Secretariodel Secretariado para la Unidad de los Cristianos, apenas fundado por JuanXXIII, les pregunto: Masones, ¿que quereis? Ellos le respondieron: la liber-tad religiosa: ¡proclamad la libertad religiosa y la hostilidad cesara entre lamasonerıa y la Iglesia Catolica! Pues bien, tuvieron la libertad religiosa; enconsecuencia, ¡la libertad religiosa del Vaticano II es una victoria masonica!Y esto queda corroborado por el siguiente ejemplo: hace algunos meses, elPresidente Alfonsın de la Argentina, recibido oficialmente en la Casa Blancaen Washington y por la B’nai B’rith en Nueva York, fue condecorado porlos masones con la medalla de la libertad religiosa, por haber instaurado unregimen de libertad de cultos y de religion 7 . Por eso nosotros rechazamos lalibertad religiosa del Vaticano II, la rechazamos en los mismos terminos quelo hicieron los Papas del siglo XIX, nos apoyamos en su autoridad y nadamas que en su autoridad: ¿que mayor garantıa podemos tener de estar en laverdad sino ser fuertes por la fuerza misma de la tradicion, de la ensenanzaconstante de los Papas Pıo VI, Pıo VII, Gregorio XVI, Pıo IX, Leon XIII,

5Cf. mas adelante, Cap. XXXII, nota 293.6Cf. H. le Caron, op. cit., pag. 46.7Cf. el periodico Journal de Geneve del sabado 23 de marzo de 1985.

Page 71: Le destronaron †

59

Benedicto XV, etc. que todos sin excepcion condenaron la libertad religiosa,tal como lo mostraremos en el capıtulo siguiente?

Concluire este capıtulo citando un pasaje de la carta E Giunto en la cualel Papa Leon XIII hace prueba, una vez mas, de una clarividencia y deuna fuerza admirables en su juicio sobre la libertad religiosa (que el llamaaquı libertad de cultos):

Pero serıa superfluo insistir sobre esas reflexiones. Repetidas veces en docu-mentos oficiales dirigidos al mundo catolico, Nos hemos demostrado cuanerronea es la doctrina de aquellos que bajo el nombre seductor de libertadde culto, proclaman la apostasıa legal de la sociedad, apartandola ası de suDivino Autor.

La libertad religiosa es la apostasıa legal de la sociedad: recordadlo bien;pues es eso lo que respondo a Roma, cada vez que quieren obligarme a acep-tar globalmente el Concilio o especialmente la declaracion sobre la libertadreligiosa. Rechace firmar ese acto conciliar el 7 de diciembre de 1965, y aho-ra, veinte anos despues, las razones para no hacerlo no han hecho mas queaumentar. ¡No se firma una apostasıa!

Page 72: Le destronaron †

60 9. La libertad de conciencia y de cultos

Page 73: Le destronaron †

Capıtulo 10

La libertad religiosa, condenadapor los Papas

La libertad civil de todos los cultospropaga la peste del indiferentismo.

Pıo IX, Syllabus

Voy a reunir en este capıtulo, corriendo el riesgo de repetir, los textos delas condenaciones principales de la libertad religiosa durante el siglo XIX,con el fin de que se vea bien lo que ha sido condenado, y por que los Papaslo han condenado.

10.1. La condenacion

1. Pıo VI. Carta Quod Aliquantum del 10 de marzo de 1791, a los obisposfranceses de la Asamblea Nacional:

El efecto obligado de la Constitucion decretada por la asamblea esaniquilar la religion catolica y, con ella, la obediencia debida a los reyes.En orden a esto se establece como un derecho del hombre que vive ensociedad, esta libertad absoluta que no solo asegura el derecho de noser inquietado en cuanto a sus opiniones religiosas, sino que otorgaademas esta licencia de pensar, de decir, de escribir e incluso de hacerimprimir impunemente en materia de religion todo lo que pueda sugerirla imaginacion mas desordenada; derecho monstruoso que parece, a laasamblea, resultar de la igualdad y de la libertad, naturales a todos loshombres. Mas, ¿que podrıa haber de mas insensato que establecer entrelos hombres esta igualdad y esta libertad desenfrenada que parece ahogar

61

Page 74: Le destronaron †

62 10. La libertad religiosa, condenada por los Papas

la razon, el don mas precioso que la naturaleza ha hecho al hombre y elunico que lo distingue de los animales?

2. Pıo VII. Carta apostolica Post Tam Diuturnitas, al obispo de Troyes, enFrancia, condenando la libertad de los cultos y de conciencia, acordadapor la constitucion de 1814 (Luis XVIII).

Una nueva causa de pena de la que Nuestro Corazon esta todavıamuy vivamente afligido y que, lo confesamos, Nos causa un tormento,un agobio y una angustia extremas, es el 22 artıculo de la constitucion.No solo se permite allı la libertad de cultos y de conciencia, para uti-lizar los mismos terminos del artıculo, sino que, ademas se prometeapoyo y proteccion a esta libertad, y por otra parte a los ministros delos llamados ”cultos”. No son necesarios ciertamente largos discursos,dirigiendonos a un obispo como vos, para haceros conocer claramenteque herida mortal se ha infligido a la religion catolica en Francia coneste artıculo. Por lo mismo que se establece la libertad de todos los cul-tos sin distincion, se confunde la verdad con el error y se pone en elrango de las sectas hereticas e incluso de la perfidia judaica, a la Es-posa Santa e Inmaculada de Cristo, la Iglesia fuera de la cual, no puedehaber salvacion. Por otra parte, al prometer favor y apoyo a las sectashereticas y a sus ministros, se toleran y se favorecen no solo sus per-sonas, sino tambien sus errores. Es implıcitamente la desastrosa y parasiempre deplorable herejıa que San Agustın menciona en estos termi-nos: ”Ella afirma que todos los herejes estan en el buen camino y dicenla verdad, absurdo tan monstruoso, que no puedo creer que una sectalo profese realmente”.

3. Gregorio XVI. Encıclica Mirari Vos del 15 de agosto de 1832, conde-nando el liberalismo sostenido por Felicite de Lamennais:

De esta corruptısima fuente del indiferentismo brota aquella absurday erronea sentencia, o mas bien delirio, de que se debe afirmar y vin-dicar para cada uno la absoluta libertad de conciencia. Abre camino aeste pestilente error, aquella plena e inmoderada libertad de opinion quepara dano de lo sagrado y profano esta tan difundida, repitiendo algunosinsolentes que aquella libertad de conciencia reporta provecho para lareligion. Pero, ¡que muerte peor hay para el alma que la libertad delerror!, decıa ya San Agustın 1. Porque ciertamente quitado todo freno

1Ep. 166

Page 75: Le destronaron †

10.1. La condenacion 63

que retiene a los hombres en la senda de la verdad, y abalanzandoseya su naturaleza hacia el mal, con verdad decimos que esta abierto elpozo del abismo 2 del cual vio subir San Juan el humo que oscurecio elsol y salir las langostas que invadieron la amplitud de la tierra. Porquede allı nacen la turbacion de los animos, la corrupcion de los jovenes;de allı se infiltra en el pueblo el desprecio de las cosas santas y de lasleyes mas sagradas; de allı, en una palabra, para la republica, la pestemas grave que cualquier otra: la experiencia, ya desde la mas remotaantiguedad, lo ha comprobado en las ciudades que florecieron con lasriquezas, el imperio y la gloria y que cayeron con solo este mal, a saber:la libertad inmoderada de las opiniones, la licencia de los discursos, laavidez de lo nuevo. 3

4. Pio IX. Encıclica Quanta Cura. El Papa reitera la condenacion de supredecesor:

En efecto: os es perfectamente conocido, Venerables Hermanos, quehoy no faltan hombres que, aplicando a la sociedad civil el impıo y ab-surdo principio del naturalismo, como le llaman, se atreven a ensenarque el mejor orden de la sociedad publica y el progreso civil deman-dan imperiosamente, que la sociedad humana se constituya y se gobier-ne, sin que tenga en cuenta la Religion como si no existiese; o por lomenos, sin hacer ninguna diferencia entre la verdadera Religion y lasfalsas. Ademas, contradiciendo la doctrina de la Escritura, de la Iglesiay de los santos Padres, no dejan de afirmar que el mejor gobierno esaquel en el que no se reconoce al poder, la obligacion de reprimir porla sancion de las penas a los violadores de la Religion Catolica, a noser que la tranquilidad publica lo exija; y como consecuencia de estaidea absolutamente falsa del gobierno social, no temen favorecer esaopinion erronea, la mas fatal a la Iglesia Catolica y a la salvacion delas almas y que Nuestro predecesor de feliz memoria, Gregorio XVI,llamaba delirio 4 , a saber: Que la libertad de conciencia y de cultoses un derecho libre de cada hombre, que debe ser proclamado y garan-tizado en toda sociedad bien constituida, y que los ciudadanos tenganlibertad omnımoda de manifestar alta y publicamente sus opiniones,cualesquiera sean, de palabra, por escrito u de otro modo, sin que laautoridad eclesiastica o civil pueda limitar libertad tan funesta.

2Apoc. 9,33En E. P., pag. 41, n. 14, cf. Dz. 1613-1614.4Cf. supra Mirari Vos, que Pıo IX cita muy libremente.

Page 76: Le destronaron †

64 10. La libertad religiosa, condenada por los Papas

Ahora bien: al sostener estas afirmaciones temerarias, no piensan,ni consideran, que proclaman la libertad de la perdicion 5 : y que si sepermite siempre la plena manifestacion de las opiniones humanas, nun-ca faltaran hombres que se atrevan a resistir a la verdad y a poner suconfianza en la verbosidad de la sabidurıa humana; vanidad en extremoperjudicial, y que la fe y la sabidurıa cristianas deben evitar cuida-dosamente, con arreglo a la ensenanza de Nuestro Senor Jesucristo 6 7

.

5. Pıo IX. Syllabus: Resumen de errores modernos condenados, extraıdosde diversas actas del magisterio de Pıo IX, y publicados al mismo tiem-po que la Quanta Cura:

En la epoca presente no conviene ya, que la religion catolica sea con-siderada como la unica religion del Estado, con exclusion de todos losdemas cultos. (n. 77)

Por eso merecen elogio ciertos pueblos catolicos, en los cuales se haprovisto, a fin de que los extranjeros, que a ellos llegan a establecerse,puedan ejercer publicamente sus cultos particulares. (n. 78)

Es efectivamente falso, que la libertad civil de todos los cultos, yel pleno poder otorgado a todos, de manifestar abierta y publicamentetodas sus opiniones y todos sus pensamientos, precipite mas facilmentea los pueblos en la corrupcion de las costumbres y de las inteligencias,y propague la peste del indiferentismo. (n. 79) 8

6. Leon XIII. Encıclica Immortale Dei, sobre la constitucion cristiana delos Estados:

De este modo, como se ve, el Estado no es mas que una muchedumbreque es maestra y gobernadora de sı misma, y como se afirma que elpueblo contiene en sı la fuente de todos los derechos y de todo poder,sıguese logicamente que el Estado no se crea deudor de Dios en nada,ni profese oficialmente ninguna religion, ni deba indicar cual es, entre

5San Agustın, Carta 105 al 166.6San Leon, Carta 164 al 1337En E. P., pags. 156-157, n. 4-5, cf. Dz. 1689-1690.8En E. P., pag. 168, §X , cf. Dz. 1777-1799.

Page 77: Le destronaron †

10.2. Motivo de la condenacion 65

tantas, la unica verdadera, ni favorecer a una principalmente; sino quedeba conceder a todas ellas igualdad de derechos, a fin de que el regimendel Estado no sufra de ellas ningun dano. Logico sera dejar al arbitriode cada uno todo lo que se refiere a religion, permitiendole que siga laque prefiera o ninguna en absoluto, cuando ninguna le agrada... (Lacontinuacion ha sido ya citada en el Capıtulo VIII) 9 .

Lo comun a todas esas condenaciones pontificias es la libertad religiosa,designada bajo el nombre de libertad de conciencia o libertad de conciencia yde cultos a saber: el reconocimiento del derecho para todo hombre a ejercerpublicamente el culto de la religion que haya elegido, sin ser inquietado porel poder civil.

10.2. Motivo de la condenacion

Los Papas, es notable en los textos precedentes, han senalado cuidadosa-mente las causas y denunciado los orıgenes liberales del derecho a la libertadreligiosa: esencialmente el liberalismo naturalista y racionalista que pretendeque la razon humana es el unico arbitro del bien y del mal (racionalismo);que pertenece a cada uno el decidir si debe adorar o no (indiferentismo); yfinalmente, que el Estado es el origen de todo derecho (monismo estatal). Deallı algunos teologos modernos creyeron que se podıan inferir tres tesis:

1. Los Papas no han condenado la libertad religiosa en sı misma, sinosolo porque aparecıa como manando de una concepcion naturalista delhombre 10 , o que derivaba de la primera premisa del racionalismo natu-ralista 11 o aun por otras dos razones mas alla de las consecuencias (li-bertad religiosa) son los principios los que son puestos en tela de juicio:La Iglesia condena el racionalismo, el indiferentismo, y el monismo es-tatal. 12

9En E. P., pag. 330, n. 20.10Roger Aubert, Le Magistere Ecclesiastique et le Liberalisme (El Magisterio Eclesiasti-

co y el Liberalismo), en Tolerance et Communaute Humaine (Tolerancia y ComunidadHumana), Casterman, Tournai, 1951, pag. 81.

11John Courtney Murray, Vers une Intelligence du Developpement de la Doctrine del’Eglise sur la Liberte Religieuse (Hacia una Inteligencia del Desarrollo de la Doctrina dela Iglesia sobre la Libertad Religiosa), en Vatican II, La Liberte Religieuse (Vaticano II,La Libertad Religiosa), Unam Sanctam, n. 60, Cerf, Parıs, 1967, pag. 112.

12Jerome Hamer O. P., Histoire du Texte de la Declaration (Historia del Texto de laDeclaracion), en Vatican II, La Liberte Religieuse.

Page 78: Le destronaron †

66 10. La libertad religiosa, condenada por los Papas

2. Ante las expresiones concretas de los principios modernos (lucha conel poder temporal del Papado, laicizacion de las Constituciones, expo-liacion de la Iglesia, etc.) los Papas habrıan carecido de la serenidadnecesaria para juzgar con toda objetividad el sistema de las libertadesmodernas, tratando de distinguir lo verdadero de lo falso; era inevitableque el primer reflejo de defensa fuera una actitud de condenacion total13 , era difıcil para esos Papas reconocer un valor al contenido cuandola motivacion era hostil a los valores religiosos... ası se le puso malacara durante un largo tiempo al ideal significado por los derechos delhombre, porque no se lograba reconocer en ellos la lejana herencia delEvangelio.96 14

3. Pero es posible hoy volver a descubrir la parte de verdad cristianacontenida en los principios de 1789 y reconciliar ası la Iglesia con laslibertades modernas, con la libertad religiosa en particular. El PadreCongar ha sido el primero en trazar el camino que se debe seguir conrespecto a esto:

La reconciliacion de la Iglesia con un cierto mundo moderno no podıallevarse a cabo introduciendo las ideas de este mundo moderno tal co-mo son. Eso suponıa un trabajo en profundidad mediante el cual losprincipios permanentes del catolicismo tomasen un desarrollo nuevoasimilando, luego de haberlos decantado y en caso de necesidad purifi-cado, los aportes validos de este mundo moderno. 15

Roger Aubert se hizo eco fiel de esta manera de ver, un ano despues:hablando de los colaboradores de L’Avenir diario catolico-liberal deLamennais en el siglo XIX, dijo:

Ellos no habıan puesto suficiente cuidado en reconsiderar los prin-cipios que permitıan, mediante los discernimientos y las purificaciones

13Roger Aubert, op. cit., pag. 82.14Comision teologica internacional, Les Chretiens d’aujourd’hui devant la Dignite et les

Droits de la Personne Humaine (Los Cristianos de Hoy Frente a la Dignidad y los Derechosde la Persona Humana), Comision Pontificia Justitia et Pax, Ciudad del Vaticano, 1985,pag. 44.

15Y. Congar, O. P. Vraie et Fausse Reforme dans l’Eglise (Verdadera y Falsa Reformaen la Iglesia), Unam Sanctam, n. 20, Cerf, Parıs, 1950, pag. 345 citado por Roger Aubert,op. cit., pag. 102.

Page 79: Le destronaron †

10.2. Motivo de la condenacion 67

necesarias, asimilar al cristianismo las ideas de democracia y de liber-tad que nacidas fuera de la Iglesia, se desarrollaron en un espıritu hostila esa. 16

Ahora bien, el Vaticano ha afirmado que el trabajo de purificacion yde asimilacion de los principios de 1789 era su fin primario:

El concilio se propone, ante todo, juzgar bajo esta luz (de la fe) losvalores que hoy disfrutan de maxima consideracion y enlazarlos de nue-vo con su fuente divina. Estos valores, por proceder de la inteligenciaque Dios a dado al hombre, poseen una bondad extraordinaria; pero,a causa de la corrupcion del corazon humano sufren con frecuenciadesviaciones contrarias a su debida ordenacion. Por ello necesitan pu-rificacion. 17

Y eso es lo que ha hecho el Concilio, nos afirma el Card. Ratzinger:

El problema de los anos sesenta era el de adquirir los mejores valo-res resultantes de dos siglos de cultura ”liberal”. De hecho, son valoresque, aunque nacidos fuera de la Iglesia, pueden encontrar su lugar ”pu-rificados y corregidos” en su vision del mundo. Es lo que se ha hecho.18

He querido citar todos esos textos que manifiestan el consenso aplastantede todos esos teologos que han preparado, realizado y ejecutado el Concilio.Ahora bien, esas afirmaciones que llegan hasta repetirse literalmente la una aotra, no son mas que una espantosa impostura. Afirmar que los Papas no hanvisto lo que hay de verdad cristiana en los principios de 1789 ¡Es dramatico!Veamos mas de cerca:

1. Ciertamente los Papas han condenado el racionalismo, el indiferentismodel individuo y el monismo estatal. ¡Pero no solo han condenado eso!Han condenado expresamente las libertades modernas en sı mismas.La libertad religiosa ha sido condenada por lo que ella vale y no pormotivaciones historicas de la epoca. Pues, por no tomar mas que esteejemplo, el liberalismo de un Lamennais (condenado por Gregorio XVI)

16Roger Aubert, op. cit, pags. 81-82.17Constitucion Gaudium et Spes, n. 11, §2.18Entrevista con V. Messori, mensual Jesus, noviembre de 1984, pag. 72.

Page 80: Le destronaron †

68 10. La libertad religiosa, condenada por los Papas

no es el liberalismo absoluto y ateo de los filosofos del siglo XVIII(condenado por Leon XIII en Immortale Dei), y sin embargo todos esosliberales, cualquiera que fuesen sus principios, a veces muy diversos osus matices, han reivindicado la misma libertad religiosa. Lo que escomun a todos los liberalismos, es la reivindicacion del derecho a noser inquietado por el poder civil en el ejercicio publico de la religionde su eleccion; su denominador comun (como dice el Card. Billot) es laliberacion de toda coaccion en materia religiosa. Y eso es precisamente,como veremos, lo que los Papas han condenado.

2. Es una impiedad e injusticia hacia los Papas decirles: Vosotros habeisenvuelto en la misma condena los falsos principios del liberalismo y lasbuenas libertades que el propone; habeis cometido un error historico. Noson los Papas los que han cometido un error historico o los que han sidoprisioneros de circunstancias historicas, sino mas bien son estos teologoslos que estan imbuidos del prejuicio historicista, a pesar de lo que digan19 . Sin embargo basta leer las referencias historicas que traen RogerAubert y J. Courtney Murray sobre la liberad religiosa para comprobarque relativizan sistematicamente los enunciados del magisterio de losPapas del siglo XIX, segun un principio que se puede expresar ası:Todo enunciado doctrinal del magisterio es estrictamente relativo a sucontexto historico, de tal manera que cambiado el contexto, la doctrinapuede cambiar. No necesito deciros cuan contrarios son ese relativismoy ese evolucionismo doctrinal a la estabilidad de la roca de Pedro enmedio de las fluctuaciones humanas y en definitiva cuan contraria ala Verdad inmutable que es Nuestro Senor Jesucristo. Esos teologos,de hecho, no son teologos, ni siquiera buenos historiadores, pues notienen ninguna nocion de la verdad o de una doctrina permanente dela Iglesia, sobre todo en materia social y polıtica; se extravıan en suerudicion y son prisioneros de sus propios sistemas de interpretacion;son pensadores llenos de ideas, pero no buenos pensadores. Con razonPıo XII condeno bajo el nombre de historicismo su cambiante teologıa:A esto se agrega un falso historicismo, que aferrandose unicamente alos acontecimientos de la vida humana, subvierte los fundamentos detoda verdad y de toda ley absoluta, tanto en lo que se refiere a la filosofıa

19El P. Courtney Murray buscando explicar como el magisterio ha podido pasar de lascondenaciones del siglo XIX a la libertad religiosa del Vaticano II, declaro primero: Estainteligibilidad no es accesible a priori, o simplemente por el juego de la aplicacion de algunateorıa general del desarrollo de la doctrina. Actualmente no tenemos teorıa general de esetipo.

Page 81: Le destronaron †

10.2. Motivo de la condenacion 69

como en lo que concierne a los dogmas cristianos. 20

3. Reconciliar la Iglesia con las libertades nuevas sera efectivamente elesfuerzo del Vaticano II, en Gaudium et Spes y en la declaracion so-bre la libertad religiosa; volveremos sobre esta tentativa condenada deantemano al fracaso, de casar la Iglesia con la Revolucion.

Por el momento, he aquı los verdaderos motivos, inmediatos y concretos dela condenacion de la libertad religiosa por los Papas del siglo XIX, motivossiempre validos como se puede juzgar: es absurda, impıa y conduce a lospueblos a la indiferencia religiosa, retomando las expresiones mismas de losPapas:

Absurda: la libertad religiosa lo es porque acuerda el mismo derecho a laverdad y al error, a la verdadera religion y a las sectas hereticas; ahora bien,dice Leon XIII, el derecho es una facultad moral que, como hemos dicho yconviene repetir mucho, es absurdo que haya sido concedido por la naturalezade igual modo a la verdad y al error, a la honestidad y a la torpeza. 21

Impıa: la libertad religiosa lo es porque atribuye a todas las religionesla igualdad de derecho, y pone en el mismo nivel a las sectas hereticas eincluso a la perfidia judaica con la Esposa santa e inmaculada de Cristo;porque ademas implica el indiferentismo religioso del Estado que equivale asu ateısmo, que es la impiedad legal de las sociedades, la apostasıa forzadade las naciones, el rechazo de la realeza social de Nuestro Senor Jesucristo,la negacion del derecho publico de la Iglesia, su eliminacion de la sociedad osu sometimiento al Estado.

Finalmente, ella conduce a los pueblos a la indiferencia religiosa, como lodeclara el Syllabus al condenar la proposicion 77. Es evidencia: si actualmentela Iglesia conciliar y la mayorıa de los catolicos llegan a ver en todas lasreligiones caminos de salvacion, es porque el veneno del indiferentismo les hasido administrado -en Francia y algunos otros lugares- por casi dos siglos deregimen de libertad religiosa.

20Encıclica Humani Generis del 12 de agosto de 1950, Dz. 2306.21Encıclica Libertas, en E. P., pag. 367, n. 16.

Page 82: Le destronaron †

70 10. La libertad religiosa, condenada por los Papas

Page 83: Le destronaron †

Capıtulo 11

La libertad de prensa

Libertad funesta y execrable.Gregorio XVI, Mirari Vos

Si se sigue leyendo de las actas de los Papas una despues de la otra, se ve quetodos han dicho lo mismo sobre las libertades nuevas nacidas del liberalismo:la libertad de conciencia y de cultos, la libertad de prensa, la libertad deensenanza, son libertades envenenadas y falsas libertades: porque el error essiempre mas facil de difundir que la verdad, es mas facil propagar el mal queel bien. Es mas facil decir a la gente: podeis tener varias mujeres, que decirlesno tendreis mas que una durante toda la vida; por lo mismo, ¡es mas facilpermitir el divorcio, para desacreditar el matrimonio! Del mismo modo, dejarindiferentemente a lo verdadero y a lo falso la libertad de obrar publicamente,es favorecer sin duda el error a costa de la verdad. Actualmente se suele decirque la verdad hace el camino por su sola fuerza intrınseca y que para triunfar,no tiene necesidad de la proteccion intempestiva y molesta del Estado yde sus leyes. El favoritismo del Estado hacia la verdad es inmediatamentetachado de injusticia, como si la justicia consistiese en mantener equilibradala balanza entre lo verdadero y lo falso, la virtud y el vicio... Es falso: laprimera justicia hacia los espıritus es favorecerles el acceso a la verdad yprecaverlos del error. Es tambien la primera caridad: veritatem facientes incaritate: En la caridad, hagamos la verdad. El malabarismo entre todas lasopiniones, la tolerancia de todos los comportamientos, el pluralismo moral oreligioso, son la nota caracterıstica de una sociedad en plena descomposicion,sociedad liberal querida por la masonerıa. Ahora bien, los Papas de los cualeshablamos, han reaccionado contra el establecimiento de tal sociedad sin cesar,afirmando al contrario que el Estado -el Estado catolico en primer lugar- no

71

Page 84: Le destronaron †

72 11. La libertad de prensa

tiene derecho a dejar tales libertades, como la libertad religiosa 1 , la libertadde prensa y la libertad de ensenanza.

11.1. La libertad de prensa

Leon XIII recuerda al Estado su deber de temperar justamente, es decir,segun las exigencias de la verdad, la libertad de prensa:

Volvamos ahora algun tanto la atencion hacia la libertad de hablar y deimprimir cuanto place. Apenas es necesario negar el derecho a semejantelibertad cuando se ejerce, no con alguna templanza, sino traspasando todamoderacion y todo lımite. El derecho es una facultad moral que, como hemosdicho y conviene repetir mucho, es absurdo suponer que haya sido concedidopor la naturaleza de igual modo a la verdad y al error, a la honestidad y ala torpeza. Hay derecho para propagar en la sociedad libre y prudentementelo verdadero y lo honesto para que se extienda al mayor numero posible subeneficio; pero en cuanto a las opiniones falsas, pestilencia la mas mortıferadel entendimiento, y en cuanto a los vicios, que corrompen el alma y las cos-tumbres, es justo que la publica autoridad los cohıba con diligencia para queno vayan cundiendo insensiblemente en dano de la misma sociedad. Y lasmaldades de los ingenios licenciosos, que redundan en opresion de la multi-tud ignorante, no han de ser menos reprimidas por la autoridad de las leyesque cualquiera injusticia cometida por fuerza contra los debiles. Tanto mas,cuanto que la inmensa mayorıa de los ciudadanos no puede de modo alguno,o puede con suma dificultad, precaver esos enganos y artificios dialecticos,singularmente cuando halagan las pasiones. Si a todos es permitida esa li-cencia ilimitada de hablar y escribir, nada sera ya sagrado e inviolable; niaun se perdonara a aquellos grandes principios naturales tan llenos de ver-dad, y que forman como el patrimonio comun y juntamente nobilısimo delgenero humano. Oculta ası la verdad en las tinieblas, casi sin sentirse, comomuchas veces sucede, facilmente se ensenoreara de las opiniones humanas elerror pernicioso y multiple. 2

Antes de Leon XIII, el Papa Pıo IX, como vimos, estigmatizaba la libertadde prensa en el Syllabus (proposicion 79); y aun antes, Gregorio XVI, enMirari Vos:

1Ver el capıtulo precedente.2Encıclica Libertas, en E. P., pags. 366-367, n. 16.

Page 85: Le destronaron †

11.1. La libertad de prensa 73

Aquı tiene su lugar aquella pesima y nunca suficientemente execrada y de-testada libertad de prensa para la difusion de cualesquiera escritos; libertadque con tanto clamor se atreven algunos a pedir y promover. Nos horro-rizamos, Venerables Hermanos, al contemplar con que monstruos de doc-trinas, o mejor, por que monstruos de errores nos vemos sepultados, conque profusion se difunden por doquiera esos errores en innumerable canti-dad de libros, folletos y escritos, pequenos ciertamente por su volumen, peroenormes por su malicia, de los que se derrama sobre la faz de la tierra aquellamaldicion que lloramos. Por desgracia, hay quienes son llevados a un descarotal, que afirman belicosamente que este alud de errores nacido de la libertadde prensa se compensa sobradamente con algun libro que se edite en mediode esta tan grande inundacion de perversidades, para defender la Religion yla verdad. 3

El pontıfice revela aquı el pseudoprincipio de compensacion liberal, quepretende que es necesario equilibrar la verdad por el error, y recıprocamente.Esta idea, lo veremos, es la maxima primera de los llamados catolicos li-berales, que no soportan la afirmacion pura y simple de la verdad y exigen quese la contrarreste inmediatamente por opiniones opuestas; y recıprocamente,juzgan que no hay nada que censurar en la libre difusion de los errores, ¡contal que la verdad tenga permiso para hacerse escuchar dizque un poco! Es laperpetua utopıa de los liberales dizque catolicos, tema sobre el cual volvere.

3En E. P., pag. 41, n. 15.

Page 86: Le destronaron †

74 11. La libertad de prensa

Page 87: Le destronaron †

Capıtulo 12

La libertad de ensenanza

La ensenanza no puede ser sino de verdades.Leon XIII, Libertas

Entre las nuevas libertades, la tercera condenada por los Papas, ha sido lalibertad de ensenanza. ¡Escandalizaos entonces almas ingenuas, espıritus li-berales que se ignoran, cerebros embebidos de dos siglos de cultura liberal! Sı,confesad que no salıs de vuestro asombro, que ya no se comprende nada: ¡losPapas condenan la libertad de ensenanza! ¡Oh sorpresa, oh escandalo! el Papa-y que Papa, Leon XIII, que algunos llaman liberal- condena la sacrosantalibertad de ensenanza! Pero ¿como defenderemos nuestras escuelas catolicas,bueno... nuestras escuelas libres? -pues el nombre de escuela catolica tieneun resabio de sectarismo, un sabor de guerra religiosa, un color demasiadoconfesional que no es bueno manifestar en un tiempo en el cual cada uno ensu lugar guarda su bandera en el bolsillo-.

Os hare admirar de paso las muelles y dulzonas virtudes liberales, su-perandose la una a la otra en hipocresıa: necedad, cobardıa, traicion se danaquı la mano para cantar en coro, como en junio de 1984 en las calles de Parıs,el Cantico de la escuela libre: Libertad, libertad, tu eres la unica verdad.

Lo que claramente hablando significa: No os pedimos mas que la liber-tad, bueno... un poquito de libertad para nuestras escuelas; no tenemos nadaen contra de la libertad de ensenanza laica y obligatoria, de la libertad delcasi monopolio de la escuela marxista y freudiana. Continuad tranquilamentearrancando de las almas a Jesucristo, denigrando a la patria, manchandonuestro pasado, en el espıritu y el corazon del 80% de los ninos; por nuestraparte cantaremos loas a los meritos de la tolerancia y del pluralismo, denun-

75

Page 88: Le destronaron †

76 12. La libertad de ensenanza

ciaremos los errores del fanatismo y la supersticion; en resumen, haremossaborear los encantos de la sola libertad al 20% que nos queda.

Dejo ahora a los Papas el cuidado de mostrarnos la falsedad de esta li-bertad nueva y la trampa que ella constituye para la defensa verdadera de laensenanza catolica. En primer lugar veamos su falsedad:

No de otra manera se ha de juzgar la que llaman libertad de ensenanza.No puede, en efecto, caber duda de que solo la verdad debe llenar el en-tendimiento, porque en ella esta el bien de las naturalezas inteligentes y sufin y perfeccion; de modo que la ensenanza no puede ser sino de verdades,tanto para los que ignoran como para los que ya saben, para dirigir a unosal conocimiento de la verdad y conservarlo en los otros. Por esta causa, sinduda, es deber propio de los que ensenan, librar de error a los entendimientosy cerrar con seguras defensas el camino que conduce a opiniones enganosas.Por donde se ve cuanto repugna a la razon esta libertad de que tratamos, ycomo ha nacido para pervertir radicalmente los entendimientos al pretenderserle lıcito ensenarlo todo segun su capricho; licencia que nunca puede con-ceder al publico la autoridad del Estado sin infraccion de sus deberes. Tantomas, cuanto que puede mucho en los oyentes la autoridad del maestro y esrarısimo que pueda el discıpulo juzgar, por sı mismo, si es o no verdad lo queexplica el que ensena. Por lo cual es necesario que esta libertad no salga deciertos terminos, si ha de ser honesta, es decir, si no ha de suceder impune-mente que la facultad de ensenar se trueque en instrumento de corrupcion.1

Tomemos nota entonces de estas palabras del Papa: el poder civil no puedeacordar en las escuelas llamadas publicas la libertad de ensenar Marx y Freud,o, lo que es peor, la licencia de ensenar que todas las opiniones y doctrinasvalen por igual, que ninguna puede reivindicar la verdad para sı, que todasdeben tolerarse mutuamente; lo que constituye la peor de las corrupciones delespıritu: el relativismo. Consideremos ahora la trampa que significa la liber-tad de ensenanza. Consiste para el catolico en decir al Estado: No os pedimosmas que la libertad. En otras palabras la escuela libre, en el Estado libre. Otambien: ¡Dejais libertad a Marx y a Freud en vuestra escuela laica, dejad en-tonces libertad a Jesucristo en nuestras escuelas libres! Esto es una trampa:es dejar a la libre voluntad del Estado el cuidado de determinar el mınimotolerable de vuestro proyecto educativo cristiano en una sociedad laica, para

1Leon XIII, Encıclica Libertas, en E. P., pag. 367, n. 17-18. Ver tambien la Carta yacitada E Giunto de Leon XIII.

Page 89: Le destronaron †

77

que se sometan docilmente a el. Serıa un argumento ad hominem a lo sumoaceptable ante un regimen brutalmente perseguidor, pero frente a un poderliberal-masonico tal como existe en Occidente, especialmente en Francia, yen un paıs en el cual los recursos de la cristiandad no han sido aniquilados,es una cobardıa y una traicion. ¡Catolicos, mostrad valientemente vuestrafuerza! ¡manifestad abiertamente los derechos de Jesucristo sobre los espıri-tus redimidos por su sangre! ¡defended valerosamente la libertad plena quela Iglesia tiene de ensenar, en virtud de su mision divina! Reivindicad tam-bien la plena libertad de los padres a dar una educacion y una instruccioncatolica a sus hijos, en virtud de su oficio de educadores de la prole. Tal esla ensenanza de Pıo XI en su encıclica Divini Illius del 31 de diciembre de1929, sobre educacion:

Doble es, pues, la funcion de la autoridad civil, que reside en el Estado:la de proteger y promover; y no absorber a la familia y al individuo, o su-plantarlos. Por lo tanto, en orden a la educacion, es derecho, o por mejordecir, deber del Estado, proteger en sus leyes el derecho anterior -que dejamosdescrito arriba- de la familia en la educacion cristiana de la prole; y, de con-siguiente, respetar el derecho sobrenatural de la Iglesia sobre tal educacioncristiana. 2

Y tambien en su encıclica Non Abbiamo Bisogno del 29 de junio de 1931contra el fascismo que estrangulaba las asociaciones catolicas de juventud,Pıo XI escribio unas admirables palabras que se aplican a la plena libertad deensenanza, a la que tienen derecho tanto la Iglesia como las almas mismas:

Decıamos los derechos sagrados e inviolables de las almas y de la Iglesia. Setrata del derecho que tienen las almas a procurarse el mayor bien espiritualbajo el magisterio y la obra formadora de la Iglesia, divinamente constituida,unica mandataria de este magisterio y de esta obra, en el orden sobrenat-ural, fundado por la sangre de Dios Redentor, necesario y obligatorio paratodos a fin de participar de la Redencion divina. Se trata del derecho de lasalmas ası formadas a comunicar los tesoros de la redencion a otras almas ya participar bajo este respecto en la actividad del apostolado jerarquico (PıoXI apunta hacia la Accion Catolica).

En consideracion a este doble derecho de las almas, decıamos reciente-mente que Nos consideramos felices y orgullosos de combatir el buen combate

2En E. P., pag. 1185, n. 45.

Page 90: Le destronaron †

78 12. La libertad de ensenanza

por la libertad de las conciencias, no (como tal vez por inadvertencia nos hanhecho decir algunos) por la libertad de conciencia, frase equıvoca y frecuente-mente utilizada para significar la absoluta independencia de la conciencia,cosa absurda en un alma creada y redimida por Dios.

Se trata, por otra parte, del derecho no menos inviolable que tiene la Igle-sia de cumplir el divino mandato de su Divino Fundador, de llevar a lasalmas, a todas las almas, todos los tesoros de verdad y de bien, doctrinales ypracticos, que El habıa traıdo al mundo. ”Id y ensenad a todas las naciones,ensenandoles a guardar todo lo que os he confiado” (Mat. 28, 19-20). 3

Esta doctrina se aplica especialmente a la ensenanza dispensada por lasescuelas catolicas. Pienso que se comprende mejor ahora la diferencia y laoposicion diametral entre la libertad de ensenanza liberal, por ası decirlo, yla libertad total de ensenanza reivindicada por la Iglesia como uno de susderechos sagrados. ¿Que lugar deja la doctrina de la Iglesia al Estado enla ensenanza y la educacion? La respuesta es simple: puestas aparte ciertasescuelas preparatorias a los servicios publicos, como las escuelas militares,por ejemplo, el Estado no es ni educador ni docente. Su oficio es, segun elprincipio de subsidiariedad aplicado por Pıo XI en la cita precedente, depromover la fundacion de escuelas libres por los padres y por la Iglesia, yno substituirlos. La escuela estatal, el principio de un gran servicio nacionaleducativo, incluso si no es laico y si el Estado no reivindica el monopolio dela educacion, es un principio contrario a la doctrina de la Iglesia.

3En E. P., pags. 1346-1347, n. 23.

Page 91: Le destronaron †

Capıtulo 13

¿Existe un derecho publico dela Iglesia?

La Iglesia sin el Estado es un alma sin cuerpo.El Estado sin la Iglesia es un cuerpo sin alma.

Leon XIII, Libertas

¿Cual es el estatuto de la Iglesia en relacion a la sociedad civil? La respuestaa esta pregunta es el objeto de una ciencia eclesiastica especial: el derechopublico de la Iglesia. Se pueden consultar los excelentes tratados al respectodel Card. Ottaviani y de Silvio Romani, ası como las fuentes presentadas porLo Grasso (confrontar la bibliografıa).

Quiero demostrar aquı cuanto se opone el liberalismo al derecho publicode la Iglesia, como lo aniquila y por lo tanto, cuan contrario es a la fe, sobrela cual se apoya enteramente el derecho publico de la Iglesia.

13.1. Los principios del derecho publico de la

Iglesia

Los principios del derecho publico de la Iglesia son, en efecto, verdades defe o que se deducen de la fe. Son los siguientes.

1. Independencia de la Iglesia. La Iglesia que tiene por fin la salvacionsobrenatural de las almas, es una sociedad perfecta, dotada por sudivino fundador de todos los medios para subsistir por sı misma demanera estable e independiente. El Syllabus condena la proposicioncontraria siguiente:

79

Page 92: Le destronaron †

80 13. ¿Existe un derecho publico de la Iglesia?

La Iglesia no es una sociedad verdadera y perfecta, completamentelibre, ni goza de sus propios y constantes derechos a ella conferidos porsu divino fundador, sino que toca a la potestad civil definir cuales seanlos derechos de la Iglesia y los limites dentro de los cuales puede ejerceresos mismos derechos. 1

¡Tal es la esclavitud a la cual los liberales quieren reducir a la Iglesiacon relacion al Estado! Tambien el Syllabus condena radicalmente lasexpoliaciones de que es objeto periodicamente por parte del poder civil,en sus bienes y en sus otros derechos. Jamas la Iglesia aceptara el prin-cipio del derecho comun, jamas admitira ser reducida al simple derechocomun de todas las asociaciones legales en la sociedad civil, que debenrecibir del Estado permiso y lımites. En consecuencia, la Iglesia tieneel derecho nativo de adquirir, poseer y administrar, libre e indepen-dientemente del poder civil, los bienes temporales necesarios para sumision (Codigo de Derecho Canonico de 1917, c. 1495): iglesias, semi-narios, obispados, monasterios, beneficios (c. 1409-1410), y estar exentade todos los impuestos civiles. Tiene derecho a poseer escuelas y hos-pitales independientes de toda intromision del Estado. Ella tiene suspropios tribunales eclesiasticos para juzgar los asuntos concernientes alas personas de los clerigos y los bienes de la Iglesia (c. 1552), indepen-dientemente de los tribunales civiles (privilegio del fuero). Los clerigostambien estan exentos del servicio militar (privilegio de la exencion) (c.121), etc.

En resumen, la Iglesia reivindica la soberanıa y la independencia enrazon de su mision: A Mı se me ha dado toda potestad en el Cielo y enla tierra: id, pues, instruid a todas las naciones (Mat. 28, 18-19).

2. Distincion de la Iglesia y del Estado. El Estado, que tiene por fin directoel bien comun temporal, es tambien una sociedad perfecta, distinta dela Iglesia y soberana en su dominio. Esta distincion es lo que Pıo XIIllama la laicidad legıtima y sana del Estado 2 , que no tiene nada quever con el laicismo, error que ha sido condenado. ¡Atencion entonces deno pasar del uno al otro! Leon XIII expresa bien la distincion necesariade las dos sociedades:

Por lo dicho se ve como Dios ha dividido el gobierno de todo el linajehumano entre dos potestades: la eclesiastica y la civil; esta que cuida

1Proposicion 19, Dz. 1719.2Alocucion a los habitantes de las Marcas del 23 de marzo de 1958.

Page 93: Le destronaron †

13.1. Los principios del derecho publico de la Iglesia 81

directamente de los intereses humanos; aquella de los divinos. Ambasson supremas, cada una en su esfera; cada una tiene sus lımites fijosen que se mueve, exactamente definidos por su naturaleza y su fin, dedonde resulta un como cırculo dentro del cual cada uno desarrolla suaccion con plena soberanıa. 3

3. Union entre la Iglesia y el Estado. ¡Pero distincion no significa sepa-racion! ¿Como los dos poderes se ignorarıan, ya que recaen sobre losmismos subditos y frecuentemente legislan sobre las mismas materias:matrimonio, familia, escuela, etc...? Serıa inconcebible que se opusie-ran, cuando al contrario su accion conjunta es requerida para el biende los hombres.

Llegado ese caso, y siendo el chocar cosa necia y abiertamente opues-ta a la voluntad sapientısima de Dios, explica Leon XIII, es precisoalgun modo y orden, con que apartadas las cosas de porfıas y rivali-dades haya conformidad en las cosas que han de hacerse. Con razonse ha comparado esta conformidad a la union del alma con el cuerpo,igualmente provechosa a entreambas, cuya desunion, al contrario, esperniciosa, singularmente al cuerpo, que por ella pierde la vida. 4

4. Jurisdiccion indirecta de la Iglesia sobre lo temporal. Quiere decir queen las cuestiones mixtas, la Iglesia, teniendo en cuenta la superioridadde su fin, tendra la primacıa:

Ası que todo cuanto en las cosas humanas, de cualquier modo quesea, tenga razon de sagrado, todo lo que se relacione con la salvacionde las almas y al culto de Dios, sea por su propia naturaleza o bien seentienda ser ası por el fin a que se refiere, todo ello cae bajo el dominioy arbitrio de la Iglesia. 5

Dicho de otra manera, el regimen de union y de armonıa entre laIglesia y el Estado, supone un orden y una jerarquıa: es decir, una ju-risdiccion indirecta de la Iglesia sobre lo temporal, un derecho indirectode intervencion de la Iglesia en las cosas temporales que normalmente

3Encıclica Immortale Dei, en E. P., pag. 326, n. 11, cf. Dz. 1866.4Encıclica Libertas, en E. P., pag. 365, n. 13. Ya Yves de Chartres escribıa al rey

Roberto el Piadoso: Tanto como vale el cuerpo si no esta regido por el alma, tanto vale elpoder temporal si no es modelado por la disciplina eclesiastica.

5Encıclica Immortale Dei, en E. P., pag. 327, n. 12.

Page 94: Le destronaron †

82 13. ¿Existe un derecho publico de la Iglesia?

dependen del Estado. La Iglesia interviene entonces ratione peccati, enrazon del pecado y a causa de la salvacion de las almas (para retomarlo dicho por el Papa Bonifacio VIII, cf. Dz. 468, nota).

5. Subordinacion indirecta. Recıprocamente, lo temporal esta indirecta-mente subordinado a lo espiritual: tal es el quinto principio; principiode fe, o al menos teologicamente cierto, que funda el derecho publicode la Iglesia. El hombre, en efecto esta destinado a la beatitud eter-na, y los bienes de la vida presente, los bienes temporales, estan paraayudarle a alcanzar este fin, y aunque no estan proporcionados, se or-denan indirectamente a ello. Aun el bien comun temporal, que es elfin del Estado, esta ordenado a facilitar a los ciudadanos el acceso a labienaventuranza celestial. De lo contrario solo serıa un bien aparente eilusorio.

6. Funcion ministerial del Estado en relacion a la Iglesia.

La sociedad civil, pues, constituida para procurar el bien comun, debenecesariamente, a fin de favorecer la prosperidad del Estado, promoverde tal modo el bien de los ciudadanos que a la consecucion y al logro deese sumo e inconmutable bien, al que por naturaleza tienden, no solono cree jamas dificultades, sino que proporcione todas las facilidadesposibles. 6

La funcion del Rey (nosotros dirıamos del Estado), dice Santo Tomas,es procurar el buen camino a la multitud, segun lo que le es necesariopara obtener la beatitud celeste; quiere decir que debe prescribir (en suorden, que es el temporal) lo que a ella conduce y, en la medida de loposible, prohibir lo que le es contrario. 7

En consecuencia, el Estado tiene en relacion a la Iglesia una funcionministerial, un papel de servidor: el Estado debe ayudar a la Iglesiaa que alcance su fin, la salvacion de las almas, positiva aunque indi-rectamente, al mismo tiempo que procura su fin propio. Esta doctrinaconstante de la Iglesia a traves de los siglos, merece la nota de doctrinacatolica y es necesaria toda la mala fe de los liberales para relegar-la al oscurantismo de una epoca pasada. Segun ellos, valıa para las

6Encıclica Immortale Dei, en E. P., pag. 325, n. 6.7De Regimine Principum, L. I, Cap. XV.

Page 95: Le destronaron †

13.1. Los principios del derecho publico de la Iglesia 83

monarquıas sacras de la Edad Media, pero ya no vale para los ”Esta-dos democraticos constitucionales” modernos 8 . Necedad en verdad,pues nuestra doctrina, deducida de la revelacion y de los principios delorden natural, es tan inmutable e intemporal como la naturaleza delbien comun y la divina constitucion de la Iglesia. Para apoyar su tesisfunesta sobre la separacion de la Iglesia y del Estado, los liberales deayer y de hoy citan gustosos esta frase de Nuestro Senor: Dad al Cesarlo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios (Mat. 22, 21); ¡Omitendecir, simplemente, lo que el Cesar debe a Dios!

7. Realeza social de Nuestro Senor Jesucristo. El ultimo principio que re-sume supremamente todo el derecho publico de la Iglesia, es una verdadde fe: Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, Rey de Reyes ySenor de los Senores, debe reinar sobre las sociedades no menos quesobre los individuos; la Redencion de las almas se prolonga necesaria-mente en la sumision de los Estados y de sus leyes al yugo suave yliviano de la ley de Cristo.

Como dice Leon XIII, el Estado no solo debe hacer respetar las santase inviolables observancias de la religion, cuyos deberes unen al hombrea Dios 9 ; la legislacion civil debe, ademas, impregnarse con la ley deDios (decalogo) y con la ley evangelica, para ser, en su dominio que esel orden temporal, un instrumento de la obra de la Redencion operadapor Nuestro Senor Jesucristo. En eso consiste esencialmente la reali-zacion del Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo. ¡Leed la magnıficaencıclica de Pıo XI, Quas Primas, del 11 de diciembre de 1925, sobre larealeza social de Nuestro Senor Jesucristo! ¡Expone esta doctrina conuna pureza y una fuerza admirables! Recuerdo todavıa el momento enque siendo joven seminarista en Roma, recibı con mis companeros estaensenanza pontificia: ¡con que alegrıa y entusiasmo la comentaron nues-tros maestros! Releed esta frase que refuta definitivamente el laicismodel Estado:

La celebracion de esta fiesta, que se renovara todos los anos, sera tam-bien advertencia para las naciones de que el deber de venerar publica-mente a Cristo y de prestarle obediencia, se refiere no solo a los particu-lares, sino tambien a los magistrados y a los gobernantes; les traera a

8Cf. John Courtney Murray, op. cit., pags. 128-129.9Encıclica Immortale Dei, en E. P., pag. 325, n. 6.

Page 96: Le destronaron †

84 13. ¿Existe un derecho publico de la Iglesia?

la mente el juicio final, en el cual Cristo, arrojado de la sociedad o so-lamente ignorado y despreciado, vengara acerbamente tantas injuriasrecibidas; reclamando su real dignidad, que la sociedad entera se ajustea los divinos mandamientos y a los principios cristianos, tanto al es-tablecer las leyes, como al administrar la justicia, y ya, finalmente, en laformacion del alma de la juventud, en la sana doctrina y en la santidadde las costumbres. 10

De ahı, que la Iglesia en su liturgia, canta y proclama el reino deJesucristo sobre las leyes civiles. ¡Que proclamacion dogmatica mashermosa, a pesar de no ser todavıa ex cathedra! Fue necesaria toda larabia de los enemigos de Jesucristo para llegar a arrancarle su corona,cuando, aplicando el Concilio Vaticano II, los innovadores deformarono suprimieron estas tres estrofas del himno de las primeras Vısperas dela fiesta de Cristo Rey:

Scelesta turba clamitat:Regnare Christum nolumus:Te nos ovantes omniumRegem Supremum dicimus.(estrofa 2)

Una turba criminal vocifera: No queremos que reine Cristo. Peronosotros, con nuestras ovaciones, te proclamamos Rey supremo.

Te nationum præsidesHonore tollant publico,Colant magistri, judices,Leges et artes exprimant(estrofa 6)

Submissa regum fulgeantTibi dicata insignia:Mitique sceptro patriamDomosque subde civium.(estrofa 7)

10En E. P., pags. 1075-1076, n. 27.

Page 97: Le destronaron †

13.1. Los principios del derecho publico de la Iglesia 85

A ti los que gobiernan las naciones te ensalcen con publicos honores,te honren los maestros y los jueces, te manifiesten las leyes y las artes.Resplandezcan, rendidas, las regias insignias a ti ofrecidas y somete atu suave cetro la patria y sus hogares.

Page 98: Le destronaron †

86 13. ¿Existe un derecho publico de la Iglesia?

Page 99: Le destronaron †

Capıtulo 14

De como arrebataron la coronaa Jesucristo

En el juicio final, Jesucristo acusaraa quienes lo expulsaron de la vida publica y,

en razon de semejante ultraje, aplicara lamas terrible venganza.Pıo XI, Quas Primas

Pese al riesgo de repetir lo dicho, vuelvo sobre el tema de la Realeza Socialde Nuestro Senor Jesucristo, ese dogma de fe catolica, que nadie puede poneren duda sin ser hereje, sı, ¡perfectamente hereje!

¿Tienen ellos aun la fe?

Juzgad pues, la fe agonizante del Nuncio Apostolico de Berna, Mons. Mar-chioni, con el que sostuve la siguiente conversacion el 31 de marzo de 1976en Berna:

-Mons. Lefebvre: Se pueden ver claramente cosas peligrosas enel Concilio (...) En la Declaracion sobre la libertad religiosa haycosas contrarias a la ensenanza de los Papas: ¡se decide que yano puede haber Estados catolicos!-El Nuncio: ¡Pero sı, es evidente!-Mons. Lefebvre: ¿Cree usted que esta supresion de los Estadoscatolicos va a ser un bien para la Iglesia?-El Nuncio: ¡Ah, pero, usted comprende, si se hace eso, ¡se obten-dra una mayor libertad religiosa entre los sovieticos!-Mons. Lefebvre: Pero, ¿que pasa con el Reino Social de Nuestro

87

Page 100: Le destronaron †

88 14. De como arrebataron la corona a Jesucristo

Senor Jesucristo?-El Nuncio: Usted sabe, ahora es imposible; ¿quizas en un futurolejano?... Actualmente ese reino esta en los individuos; hay queabrirse a la masa.-Mons. Lefebvre: Pero, ¿que hace de la encıclica Quas Primas?-El Nuncio: ¡Ah, hoy dıa el Papa ya no la escribirıa!-Mons. Lefebvre: ¿Sabe que en Colombia fue la Santa Sede quienpidio la supresion de la constitucion cristiana del Estado?-El Nuncio: Sı, aquı tambien.-Mons. Lefebvre: ¿En Valais?-El Nuncio: Sı, en Valais. Y ahora, vea, me invitan a todas lasreuniones.-Mons. Lefebvre: Entonces, ¿usted aprueba la carta que Mons.Adam (Obispo de Sion en Valais) escribio a sus diocesanos paraexplicarles por que debıan votar por la ley de separacion de laIglesia y el Estado?-El Nuncio: Vea usted, el Reino Social de Nuestro Senor, es algodifıcil actualmente...

Consta que ya no creen: pues es un dogma imposible, bastante difıcil o queno se escribirıa mas hoy. ¡Y cuantos piensan ası actualmente! Cuantos sonincapaces de entender que la Redencion de Nuestro Senor Jesucristo deberealizarse con la ayuda de la sociedad civil, y que el Estado debe volverse deesta manera, en los limites del orden temporal, el instrumento de la aplicacionde la obra de la Redencion. Le contestaran: ¡son dos cosas diferentes, estanmezclando la polıtica y la religion!

Y sin embargo, todo ha sido creado para Nuestro Senor Jesucristo, para elcumplimiento de la obra de la Redencion. ¡Todo!, ¡Incluida la sociedad civilque tambien, como ya dije, es una creatura de Dios! La sociedad civil no esuna pura creacion de la voluntad de los hombres, ella resulta ante todo de lanaturaleza social del hombre y de que Dios ha creado a los hombres para quevivan en sociedad; esto esta inscrito en la naturaleza por el Creador. Por lotanto y lo mismo que los individuos, la sociedad civil debe rendir homenajea Dios, su Autor y su fin, y servir al designio redentor de Jesucristo.

En septiembre de 1977 di una conferencia en Roma, en casa de la PrincesaPalaviccini y leı entonces un escrito del Card. Colombo, arzobispo de Milan,en que afirmaba que el Estado no debe tener religion, que debe ser sin ideo-

Page 101: Le destronaron †

14.1. Condena de la separacion de la Iglesia y el Estado 89

logıa. Ahora bien, lejos de desmentirme, el cardenal respondio a mi ataqueen el Avvenire d’Italia, repitiendo lo mismo, reiterandolo aun con mas fuerzaa lo largo de todo su artıculo, tanto que este se titulaba Lo Stato non puoessere altro che laico ¡El Estado no puede ser mas que laico, por lo tanto,sin religion! ¡Un cardenal dice eso! ¿Que idea se hace de la Redencion deNuestro Senor Jesucristo? ¡Es inaudito! Ved cuanto habıa penetrado en laIglesia el liberalismo. Si hubiera dicho esto veinte anos antes, habrıa sido unabomba en Roma, todo el mundo habrıa protestado, el Papa Pıo XII lo habrıarefutado y tomado medidas... Pero ahora es normal, la cosa parece normal. Esnecesario, pues, que estemos convencidos de esta verdad de fe: todo, inclusola sociedad civil, ha sido concebido para servir directa o indirectamente alplan redentor de Nuestro Senor Jesucristo.

14.1. Condena de la separacion de la Iglesia

y el Estado

Senalo ante todo que los Papas han condenado la separacion de la Iglesia yel Estado solo en cuanto doctrina y en su aplicacion a las naciones de mayorıacatolica. Es evidente que no se condena la tolerancia eventual de otros cultosen una ciudad por lo demas catolica, y con mas razon, tampoco el hecho deque exista una pluralidad de cultos en numerosos paıses ajenos a lo que nohace mucho se llamaba la Cristiandad.

Hecha esta precision, afirmo con los Papas que es una impiedad y un errorproximo a la herejıa pretender que el Estado debe estar separado de la Iglesiay la Iglesia del Estado. El espıritu de fe de un San Pıo X, su profunda teologıa,su celo pastoral, se levantan con vigor contra la empresa laicizante de laseparacion entre la Iglesia y el Estado en Francia. He aquı lo que el declaraen su encıclica Vehementer Nos del 11 de febrero de 1906, que os invito ameditar:

Que sea necesario separar al Estado de la Iglesia es una tesis absolutamentefalsa y un error pernicioso, porque, basada en el principio de que el Estadono debe reconocer culto religioso alguno, es gravemente injuriosa a Dios,fundador y conservador de las sociedades humanas, al cual debemos tributarculto publico y social.

La tesis de que hablamos constituye, ademas, una verdadera negacion delorden sobrenatural, porque limita la accion del Estado al logro de la prosperi-

Page 102: Le destronaron †

90 14. De como arrebataron la corona a Jesucristo

dad publica en esta vida terrena, que es la razon proxima de las sociedadespolıticas, y no se ocupa en modo alguno de su razon ultima, que es la eternabienaventuranza propuesta al hombre para cuando haya terminado esta vidatan breve; pero como el orden presente de las cosas, que se desarrolla en eltiempo, se encuentra subordinado a la conquista del bien supremo y absoluto,es obligacion del poder civil, no tan solo apartar los obstaculos que puedanoponerse a que el hombre alcance aquel bien para que fue creado, sino tambienayudarle a conseguirlo.

Esta tesis es contraria igualmente al orden sabiamente establecido por Diosen el mundo, orden que exige una verdadera concordia y armonıa entre lasdos sociedades; porque la sociedad religiosa y la civil se componen de unosmismos individuos, por mas que cada una ejerza, en su esfera propia, suautoridad sobre ellos, resultando de aquı que existen materias en las que debenconcurrir una y otra, por ser de la incumbencia de ambas. Roto el acuerdoentre el Estado y la Iglesia, surgiran graves diferencias en la apreciacion delas materias de que hablamos, se obscurecera la nocion de lo verdadero y laduda y la ansiedad acabaran por ensenorearse de todos los espıritus.

A los males que van senalados anadase que esta tesis inflige gravısimosdanos a la sociedad civil, que no puede prosperar ni vivir mucho tiempo, noconcediendo su lugar propio a la Religion, que es la regla suprema que definey senala los derechos y los deberes del hombre. 1

14.2. Notable continuidad de esta doctrina

Y el santo Papa se apoya luego sobre la ensenanza de su predecesor LeonXIII, del cual cita el siguiente texto, mostrando, por la continuidad de estadoctrina, la autoridad que ella reviste:

Por lo cual los Romanos Pontıfices no han cesado jamas, segun pedıan lascircunstancias y la ocasion, de refutar y condenar la doctrina de la separacionde la Iglesia y el Estado. Nuestro ilustre Predecesor Leon XIII senala, yrepetida y brillantemente tiene declarado, lo que deben ser, conforme a ladoctrina catolica, las relaciones entre las dos sociedades... 2

1En E. P., pags. 753, n. 5-8.2Ibid.

Page 103: Le destronaron †

14.2. Notable continuidad de esta doctrina 91

Sigue el texto de Immortale Dei que he citado en el capıtulo precedente ytambien esta cita:

Y anade ademas: ”Sin hacerse criminales las sociedades humanas, nopueden proceder como si Dios no existiera, o no cuidase de la Religion, co-mo si fuera cosa para ellas extrana o inutil... Grande y pernicioso error esexcluir a la Iglesia, obra de Dios mismo, de la vida social, de las leyes, de laeducacion de la juventud y de la familia”. 3

Basta volver a leer aun este pasaje de Immortale Dei para constatar quea su vez Leon XIII afirma que no hace sino retomar la doctrina de sus pre-decesores:

Estas doctrinas que la razon humana no puede probar y que repercutenpoderosısimamente en el orden de la sociedad civil, han sido siempre conde-nadas por los Romanos Pontıfices, Nuestros predecesores, plenamente con-scientes de la responsabilidad de su cargo apostolico.

Ası Gregorio XVI, en su carta encıclica que comienza Mirari Vos, del15 de agosto de 1832... Acerca de la separacion de la Iglesia y el Estado,decıa el mismo Pontıfice lo siguiente: ”No podrıamos augurar bienes masfavorables para la Religion y el Estado, si atendieramos los deseos de aquellosque ansıan separar a la Iglesia del Estado y romper la concordia mutua entrelos gobiernos y el clero; pues, manifiesto es cuanto los amantes de una libertaddesenfrenada temen esa concordia, dado que ella siempre producıa frutos tanventurosos y saludables para la causa eclesiastica y civil.”

De la misma manera, Pıo IX, siempre que se le presento la oportunidad,condeno los errores que mayor influjo comenzaban a ejercer, mandando mastarde reunirlos 4 en un catalogo, a fin de que, en tal diluvio de errores, loscatolicos supieran a que atenerse sin peligro de equivocarse. 5

Concluyo que una doctrina, que ensena la union que debe existir entrela Iglesia y el Estado y condena el error opuesto de su separacion, por sucontinuidad perfecta en cuatro Papas sucesivos de 1832 a 1906, y por ladeclaracion solemne hecha por San Pıo X en el Consistorio del 21 de febrero

3Encıclica Immortale Dei, en E. P., pags. 1075-1076, n. 27.4Se trata del Syllabus cuya proposicion condenada n. 55 dice ası. Es necesario separar

la Iglesia del Estado, y el Estado de la Iglesia.5Encıclica Immortale Dei, en E. P., pag. 332, n. 23.

Page 104: Le destronaron †

92 14. De como arrebataron la corona a Jesucristo

de 1906, esta revestida de la maxima autoridad, y aun sin duda, de la garantıade la infalibilidad.

¿Como llegan pues un Nuncio Marchioni o un Card. Colombo a negar estadoctrina que deriva de la fe y probablemente es infalible? Como ha llegadoun concilio ecumenico a dejarla de lado, en el museo de las curiosidadesarcaicas, es lo que voy a explicar hablando de la penetracion del liberalismoen la Iglesia, gracias a un movimiento intelectual deletereo: el catolicismoliberal.

Page 105: Le destronaron †

Parte II

El catolicismo liberal

93

Page 106: Le destronaron †
Page 107: Le destronaron †

Capıtulo 15

La gran traicion

Reconciliar la Iglesia con la Revolucion: tal es la empresa de los liberalesque se dicen catolicos. Los liberales que se dicen catolicos sostienen que ladoctrina catolica del Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo y de la unionde la Iglesia con el Estado, es sin duda verdadera pero que es inaplicable,aun en los paıses catolicos: En teorıa se puede aceptar la tesis propuesta porlos Papas y teologos. En la practica hay que ceder ante las circunstancias ytomar parte resueltamente por la hipotesis, es decir promover el pluralismoreligioso y la libertad de cultos:

Los liberales catolicos no han dejado de sostener que tienen tanta voluntadde ortodoxia como los mas intransigentes y su unica preocupacion son los in-tereses de la Iglesia; la conciliacion que han buscado no es teorica, abstracta,sino practica. 1

Es la famosa distincion entre la tesis (la doctrina) y la hipotesis (la practi-ca dadas las circunstancias). Notemos que se puede dar una interpretacioncorrecta a esta distincion: la aplicacion de los principios debe tener en cuentalas circunstancias, en virtud de la circunspeccion, que es parte de la virtudde la prudencia. De allı que la presencia dentro de una nacion catolica defuertes minorıas musulmana, judıa y protestante, podra sugerir la toleranciade esos cultos en una ciudad que por lo demas es catolica, de parte de unEstado que sigue reconociendo la verdadera religion, porque cree en el ReinoSocial de Nuestro Senor Jesucristo.

Pero, ¡ojo! ¡Para los catolicos liberales no se trata de esto! Segun ellos, losprincipios que siguen siendo reglas de accion por definicion, en la practica

1D.T.C., T. IX, col. 509, art. Liberalisme Catholique (Liberalismo Catolico).

95

Page 108: Le destronaron †

96 15. La gran traicion

no deben ser aplicados ni predicados, porque son inaplicables segun dicen.Evidentemente, esto es falso: ¿Acaso hay que renunciar a predicar y a aplicarlos mandamientos de Dios, no tendras mas que un solo Dios, no mataras,no cometeras adulterio, solo porque la gente ya no los quiere? ¿Solo porquela mentalidad tiende a liberarse de toda tutela moral? ¿Habra que renunciaral Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo sobre el paıs, con el pretexto deque Mahoma o Buda piden un lugar? En suma, rehusan creer en la eficaciapractica de la verdad. Piensan poder afirmar en teorıa los principios catolicos,y obrar siempre en contra de esos principios; he aquı la incoherencia intrınsecade los liberales que se dicen catolicos.

He aquı lo que dice de ellos el Card. Billot, S. J.:

El liberalismo de los ”catolicos liberales” escapa a toda clasificacion y notiene mas que una nota distintiva y caracterıstica: la perfecta y absoluta in-coherencia. 2

El cardenal asegura que el tıtulo mismo de catolico liberal es una con-tradiccion en los terminos y una incoherencia, puesto que catolico suponesujecion al orden humano y divino de las cosas, mientras que liberal significaprecisamente, emancipacion de este orden y rebelion contra Nuestro SenorJesucristo.

He aquı, para concluir, como juzga el Card. Billot la famosa distincionentre tesis e hipotesis de los liberales que se dicen catolicos:

Del hecho que el orden concreto de las cosas difiera de las condiciones idea-les de la teorıa, se deduce que las cosas concretas jamas tendran la perfecciondel ideal, pero no se sigue mas que eso.

Por eso, del hecho que existan minorıas disidentes en una nacion catolica,sigue que quizas no se realizara jamas la unanimidad religiosa perfecta, que elReino Social de Nuestro Senor Jesucristo no tendra jamas la perfeccion queexponen los principios; ¡pero no se sigue que en la practica se deba descartarese reino, y que el pluralismo religioso deba convertirse en regla! Ya veis, pues,que en el catolicismo liberal (utilizo el termino con repugnancia, porque esuna blasfemia), hay una traicion de los principios que no quiere revelarse yuna apostasıa practica de la fe en el Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo.

2P. Le Floch, op. cit., pag. 57.

Page 109: Le destronaron †

97

Se puede decir con razon: el liberalismo es pecado 3 , hablando del liberalismocatolico.

Hay tambien, volvere sobre este tema en el siguiente capıtulo, en el fondo deeste error un confusionismo intelectual, una manıa de confusiones sostenidas,un rechazo de las definiciones. Por ejemplo, la confusion entre tolerancia ytolerantismo: la tolerancia es un principio catolico y en ciertas circunstanciases un deber de caridad y de prudencia polıtica para con las minorıas; por elcontrario, el tolerantismo es un error liberal que quiere conceder a todos losdisidentes, indistintamente, en toda circunstancia y en justicia, los mismosderechos de que gozan los que estan en la verdad, moral o religiosa. Ahorabien, como se puede notar tambien en otros ambitos, convertir la caridad enjusticia es subvertir el orden social, es eliminar la justicia y la caridad.

3Don Felix Sarda y Salvany.

Page 110: Le destronaron †

98 15. La gran traicion

Page 111: Le destronaron †

Capıtulo 16

La mentalidad catolico-liberal

Hay flaquezas tiranicas, debilidades perversasy vencidos dignos de serlo.

Charles Maurras, Mis Ideas Polıticas

16.1. Una enfermedad del espıritu

Mas que una confusion, el catolicismo liberal es una enfermedad del espıritu1 . El espıritu no consigue sencillamente descansar en la verdad. Apenas seatreve a afirmar algo, se le presenta la contra-afirmacion, que tambien se veobligado a admitir. El Papa Pablo VI fue el prototipo de este espıritu dividido,de este ser de doble faz -incluso se podıa ver esto fısicamente, en su rostro-en perpetuo vaiven entre los contradictorios y animado de un movimientopendular, que oscilaba regularmente entre la novedad y la Tradicion. Diranalgunos: ¿esquizofrenia intelectual? Creo que el Padre Clerissac vio mas enprofundidad la naturaleza de esta enfermedad. Es una falta de integridad delespıritu, escribe 2 , de un espıritu que no tiene suficiente confianza en laverdad:

Esta falta de integridad del espıritu en las epocas del liberalismo, se explicadel lado psicologico por dos rasgos manifiestos: los liberales son receptivosy febriles. Receptivos, porque asumen con demasiada facilidad los modalesde sus contemporaneos. Febriles porque por miedo de contrariar esos diver-sos modales, se encuentran en continua inquietud apologetica; parecen sufrirellos mismos las dudas que combaten; no tienen suficiente confianza en la

1P. A. Roussel, op. cit., pag. 16.2Humbert Clerissac, O.P., Le Mystere de l’Eglise (El Misterio de la Iglesia), Cap. 7.

99

Page 112: Le destronaron †

100 16. La mentalidad catolico-liberal

verdad; quieren justificar demasiado, demostrar demasiado, adaptar o inclu-so disculpar demasiado.

16.2. Ponerse en armonıa con el mundo

¡Excusar demasiado! ¡Que expresion oportuna! Quieren disculpar todo elpasado de la Iglesia: las Cruzadas, la Inquisicion, etc. En cuanto a justificar ydemostrar, lo hacen bien tımidamente, sobre todo si se trata de los derechosde Jesucristo; pero adaptar, por cierto que lo hacen, ese es su principio:

Parten de un principio practico y de un hecho que juzgan innegable: que laIglesia no podrıa ser escuchada en el ambiente concreto en que debe cumplirsu mision divina sin armonizarse con el. 3

Ası, mas tarde, los modernistas querran adaptar la predicacion del Evan-gelio a la falsa ciencia crıtica y a la falsa filosofıa inmanentista de la epoca,esforzandose por hacer accesible la verdad cristiana a los espıritus formadospara negar lo sobrenatural 4 . Ası pues, segun ellos, para convertir a quienesno creen en lo sobrenatural, es preciso hacer abstraccion de la revelacion deNuestro Senor, de la gracia, de los milagros... Si teneis que tratar con ateos,¡no les hableis de Dios, poneos a su nivel, sintonizaos con ellos, entrad en susistema! Despues de lo cual, os habreis convertido en marxistas-cristianos:¡seran ellos quienes os habran convertido! Es el mismo razonamiento quesostuvo la Mision de Francia 5 y que actualmente sostienen numerosos sa-cerdotes respecto al apostolado en el mundo obrero. Si queremos convertirlos,debemos trabajar con los obreros, no mostrarnos como sacerdotes, compartirsus preocupaciones, conocer sus reivindicaciones; ası llegaremos a ser comola levadura en la masa... y gracias a esto, ¡fueron esos sacerdotes quienes seconvirtieron y terminaron siendo agitadores sindicales! Bueno, se nos dira,hay que comprender: era preciso asimilarse completamente a ese ambiente,no encararse con el, no darle la impresion de que se lo quiere evangelizare imponerle una verdad. ¡Que error! ¡Pues esas gentes que no creen, tienensed de la verdad, tienen hambre del pan de la verdad, que esos sacerdotesextraviados no quieren repartirles!

3D.T.C., T. IX, col. 509, art. cit.4Jacques Marteaux, Les Catholiques dans l’Inquietude (Los Catolicos en la Inquietud),

La Table Ronde, Parıs, 1958, T. I., pag. 149.5La Mision de Francia era la estructura eclesiastica que reunıa los sacerdotes obreros

en los 50. [N. de T.]

Page 113: Le destronaron †

16.3. Reconciliarse con los principios de 1789 101

Es tambien este razonamiento falso el que se sugirio a los misioneros: ¡No,no prediqueis enseguida a Jesucristo a esos pobres indıgenas que ante todo semueren de hambre! ¡Dadles primero de comer, luego herramientas, despuesensenadles a trabajar, ensenadles el alfabeto, la higiene... y ¿por que no?, lacontracepcion! ¡Pero no les hableis de Dios, tienen su estomago vacıo! Peroyo dirıa: precisamente porque son pobres y desprovistos de bienes terrenos,son extraordinariamente accesibles al Reino de los Cielos, al buscad primeroel Reino de los Cielos, al Dios que los ama y ha sufrido por ellos, paraque ellos participen, por sus miserias, de sus sufrimientos redentores. Si, porel contrario, pretendeis colocaros a su nivel, terminareis por hacerlos gritarcontra la injusticia y encender en ellos el odio. Pero, si les llevais a Dios, loslevantareis, los elevareis, los enriquecereis verdaderamente.

16.3. Reconciliarse con los principios de 1789

En polıtica, los catolicos liberales ven en los principios de 1789 verdadescristianas, sin duda un poco descarriadas, pero una vez purificados, los idealesmodernos: libertad, igualdad, fraternidad, democracia (ideologıa) y pluralis-mo, son finalmente asimilables por la Iglesia. Es el error que Pıo IX condenaen el Syllabus:

El Pontıfice Romano puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso,el liberalismo y la civilizacion moderna. 6

¿Que quereis? declara el catolico liberal, no se puede ir siempre contra lasideas de nuestro tiempo, remar continuamente contra la corriente, parecerretrogrado o reaccionario. No mas antagonismo entre la Iglesia y el espırituliberal laico y sin Dios. Hay que conciliar lo irreconciliable: la Iglesia y laRevolucion, Nuestro Senor Jesucristo y el Prıncipe de este mundo. Ahorabien, no se puede imaginar empresa mas impıa y mas disolvente del espıritucristiano, del buen combate por la fe, del espıritu de cruzada, es decir, delcelo por conquistar el mundo para Jesucristo.

16.4. De la pusilanimidad a la apostasıa

Hay en todo este liberalismo que se dice catolico, una falta de fe, o masprecisamente una falta del espıritu de la fe, que es un espıritu de totalidad:someterlo todo a Jesucristo, restaurarlo todo, recapitularlo todo en Cristo,

6Proposicion condenada, n. 80, Dz. 1780.

Page 114: Le destronaron †

102 16. La mentalidad catolico-liberal

como dice San Pablo (Ef. 1, 20). Ya nadie se atreve a reclamar para la Iglesiala totalidad de sus derechos, uno se resigna sin luchar, se acomoda inclusivemuy bien al laicismo, y al fin termina aprobandolo. Dom Delatte y el Card.Billot definen bien esta tendencia a la apostasıa:

De ahora en mas, una profunda zanja dividirıa a los catolicos (con Fallouxy Montalembert del lado liberal en Francia en el siglo XIX) en dos grupos:los que se preocupaban primero por la libertad de accion de la Iglesia y laconservacion de sus derechos en una sociedad todavıa cristiana; y aquellosque primero se esforzaban por determinar la medida de cristianismo que lasociedad moderna podıa soportar, para invitar luego a la Iglesia a acomodarsecon ella. 7 Todo el catolicismo liberal, dice el Card. Billot, esta encerrado enun sostenido equıvoco: la confusion entre tolerancia y aprobacion:

El problema entre los liberales y nosotros (...) no esta en saber si, dadala malicia del siglo, hay que soportar con paciencia lo que escapa a nuestropoder, y al mismo tiempo trabajar para evitar males mayores y realizar todoel bien que sea aun posible; el problema es precisamente si conviene aprobar(...) (el nuevo estado de cosas), cantar los principios que son el fundamentode este orden de cosas, promoverlos por la palabra, la doctrina y las obras,como hacen los catolicos llamados liberales. 8

De este modo, Montalembert, con su eslogan: Una Iglesia libre en un Esta-do libre 9 sera el campeon de la separacion de la Iglesia y el Estado, rehusandoadmitir que esta mutua libertad llevarıa necesariamente a una Iglesia someti-da en un Estado expoliador. Del mismo modo De Broglie escribira una histo-ria liberal de la Iglesia, donde los excesos de los Cesares cristianos sobrepasanel beneficio de las Constituciones cristianas. Ası tambien, un Jacques Piou,se hara el heraldo de la adhesion de los catolicos franceses a la republica, perono tanto al estado de hecho del regimen republicano, cuanto a la ideologıademocratica y liberal; he aquı el cantico de la Accion Liberal Popular de Piouen la epoca del 1900, citado por Jacques Ploncard D’Assac 10

Nosotros somos de Accion LiberalQueremos vivir en libertad,En pro o en contra, a voluntad.

7Dom Delatte O.S.B., Vie de Dom Gueranger (Vida de Dom Gueranger), Solesmes,1984, pag. 455.

8P. Le Floch, op. cit., pags. 58-59.9Discurso de Malinas, 20 de agosto de 1863.

10La Iglesia Ocupada, Fundacion San Pıo X, Buenos Aires, 1989, pag. 146.

Page 115: Le destronaron †

16.4. De la pusilanimidad a la apostasıa 103

La libertad es nuestra gloriaGritemos: ¡Viva la Libertad!Queremos creer o no creer.

Estribillo:

Aclamemos la Accion liberal,Liberal, liberal,Para todos que la ley sea igual,Sea igual.¡Viva la Accion Liberal de Piou!

Los catolicos liberales de 1984 no actuaban mejor cuando cantaban sucantico de la escuela libre en las calles de Parıs:

¡Libertad, libertad, tu eres la unica verdad!

¡Que plaga, estos catolicos liberales! Se guardan su fe en el bolsillo y adop-tan las maximas del siglo. Que dano incalculable han causado a la Iglesia consu falta de fe y su apostasıa. Terminare con una pagina de Dom Gueranger,llena de ese espıritu de fe, del cual os he hablado:

Hoy mas que nunca (...) la sociedad necesita doctrinas fuertes y conse-cuentes consigo mismas. En medio de la disolucion general de las ideas, so-lamente el aserto, un aserto firme, denso, sin mezcla, podra hacerse aceptar.Las transacciones se vuelven cada vez mas esteriles y cada una de ellas selleva un jiron de la verdad (...) Mostraos pues (...) tal como sois en el fondo:catolicos convencidos (...)

Hay una gracia unida a la confesion plena y entera de la fe: Esta confe-sion, nos dice el Apostol, es la salvacion de quienes la hacen y la experienciademuestra que es tambien la salvacion de los que la escuchan. 11

11El Sentido Cristiano de la Historia, A.P.C., Guadalajara, s. f., pags. 44-45.

Page 116: Le destronaron †

104 16. La mentalidad catolico-liberal

Page 117: Le destronaron †

Capıtulo 17

Los Papas y el catolicismoliberal

El liberalismo catolico es un verdadero flagelo.Pıo IX, Discurso a los peregrinos de Nevers

El Padre Roussel reunio en su libro 1 toda una serie de declaraciones delPapa Pıo IX que condenan la tentativa catolico-liberal de casar a la Iglesiacon la Revolucion. He aquı algunas de ellas que serıa bueno meditar:

Lo que aflige a vuestro paıs y le impide merecer las bendiciones de Dioses esa mezcla de principios. Dire claramente y no lo callare; lo que temono son todos esos miserables de la Comuna de Parıs... Lo que temo es esadesdichada polıtica, ese liberalismo catolico que es el verdadero desastre..., esejuego de oscilacion que destruira la Religion. Es necesario, sin duda, practicarla caridad, hacer todo lo posible para salvar a quienes andan descarriados;sin embargo, no es necesario para ello comulgar con sus opiniones... 2

Advertid, entonces, venerable Hermano (el Obispo de Quimper), a los miem-bros de la Asociacion Catolica que, en las muchas ocasiones en que Nos,hemos condenado a los adeptos de las opiniones liberales, no nos hemosreferido a aquellos que odian a la Iglesia y que hubiera sido inutil desig-nar; sino mas bien, senalamos a aquellos que, conservando y manteniendoescondido el virus de los principios liberales que han bebido con la leche bajola excusa de que no esta infectada de una malicia manifiesta y no es danosa

1Op. cit., pags. 141-148.2A los peregrinos de Nevers, junio de 1871.

105

Page 118: Le destronaron †

106 17. Los Papas y el catolicismo liberal

para la Religion, segun ellos, ası la inoculan facilmente en las almas y pro-pagan de esta manera las semillas de esa revolucion por la cual el mundoesta destruido desde hace tanto tiempo. 3

No obstante, y siendo cierto que los hijos de este siglo son mas sagaces quelos hijos de la luz, sus enganos (los de los enemigos de la Iglesia) tendrıansin duda menos exitos si un gran numero entre aquellos que llevan el nom-bre de catolicos, no les tendieran una mano amiga. Si, ¡ası es! Hay quienestienen la apariencia de querer marchar de acuerdo con nuestros enemigos, yse esfuerzan por establecer una alianza entre la luz y las tinieblas, un acuerdoentre la justicia y la iniquidad, por medio de esas doctrinas llamadas catolico-liberales, las que, apoyandose sobre los principios mas perniciosos, adulan elpoder laico cuando invade las cosas espirituales y empuja los espıritus, porlo menos, a la tolerancia de leyes mas inicuas, tan tranquilamente comosi no hubiese sido escrito que nadie puede servir a dos senores. Ası, estos,ciertamente, son mas peligrosos y mas funestos que los enemigos declarados,porque secundan sus esfuerzos como desapercibidos y aun ignorantes, porquese mantienen en el ultimo extremo de las opiniones formalmente condenadas,y toman una cierta apariencia de integridad y de doctrina irreprochable, ten-tando de esta manera a los imprudentes amigos de conciliaciones, enganandoa las personas rectas, que se rebelarıan contra un error manifiesto. Ası es co-mo ellos dividen los animos, desgarran la unidad, y debilitan las fuerzas quedebieran reunir para conducirlas juntas contra el enemigo... 4

No podemos menos que aprobar el haber emprendido la defensa y expli-cacion de las decisiones de Nuestro Syllabus, sobre todo de aquellas que con-denan al liberalismo que se dice catolico; que cuenta con un gran numerode adherentes aun entre hombres rectos que parecen casi no apartarse de laverdad, y es mas peligroso para los demas, engana mas facilmente a aquellosque no estan prevenidos, destruyendo el espıritu catolico insensiblemente yde manera escondida, disminuye la fuerza de los catolicos y aumenta la desus enemigos. 5

Despues de semejantes condenaciones, ¡que se atrevan los catolicos liberalesa rechazar los calificativos de traidores, de transfugas, de enemigos peligrososde la Iglesia! Para terminar con el catolicismo liberal considerado en general,he aquı el juicio de un testigo autorizado: Emilio Keller, diputado frances en

3Breve a un Cırculo catolico de Quimper, 28 de julio de 1873.4Breve al Cırculo catolico de Milan, 1873.5Breve a los redactores de un diario catolico de Rodez, diciembre de 1876.

Page 119: Le destronaron †

107

1865, en su libro Le Syllabus de Pie IX - Pie IX et les Principes de 89 (ElSyllabus de Pıo IX - Pıo IX y los Principios del ’89):

¿Cual es pues, esta transaccion que se busca desde hace largos anos y quehoy dıa se nombra cada vez con mas insistencia? ¿Que lugar quiere darse a laIglesia en un edificio del cual en un principio debıa ser excluida? Los liberalesy los gobernantes la aceptan de buena gana como auxiliar. Pero al margen deElla y de su autoridad, se reservan plena independencia, soberanıa sin lımitey entera libertad de accion. Abandonan en sus manos el dominio de las con-ciencias con tal de que por su parte, Ella les entregue la polıtica y reconozcala eficacia social de las ideas modernas conocidas con el nombre de princi-pios del ’89. Gracias a esta trampa seductora, muchos espıritus generososno comprenden que estas proposiciones tan moderadas deban rechazarse. Al-gunos se alejan de la Iglesia imaginando, cosa absurda, que realmente Ellaexige el sacrificio del progreso y de la libertad. Seguros de lo contrario, perono osando negar la fuerza de las formulas modernas, otros hacen esfuerzoslaboriosos para que la Iglesia se decida como ellos a la reconciliacion ofreci-da. A fuerza de buena voluntad, creen haberse demostrado a sı mismos, quesalvo algunos matices, los principios de 1789 son puramente cristianos y queserıa una gran astucia apoderarse de ellos y llevarlos gradualmente y a lachita callando a ser reconocidos y bendecidos por la Santa Sede. 6

Es exactamente lo que ocurrio durante el Concilio Vaticano II: los liberaleslograron que fueran bendecidos por el Papa y por el Concilio los principiosde 1789. Tratare de demostrarselo luego.

6Op. Cit., pag. 13.

Page 120: Le destronaron †

108 17. Los Papas y el catolicismo liberal

Page 121: Le destronaron †

Capıtulo 18

El mito de la sola libertad

Ellos no temen trazar paralelos blasfemos entreel Evangelio y la Revolucion.

San Pıo X, Notre Charge Apostolique

18.1. De Lamennais a Sangnier

Apenas constituido, el liberalismo catolico va a lanzarse al asalto de laIglesia con la bandera del progreso. Permitidme evocar algunos nombres deeste liberalismo progresista

18.1.1. Lamennais (1782-1854)

Felicite de Lamennais, sacerdote que se rebelara contra la Iglesia y sera in-fiel a su sacerdocio, funda su liberalismo en el mito del progreso de la hu-manidad que se manifiesta por medio de aspiraciones crecientes de los puebloshacia la libertad. Este movimiento, dice,

tiene su principio indestructible en la ley primera y fundamental en virtudde la cual la humanidad tiende a despojarse progresivamente de los lazosde la infancia, a medida que, el cristianismo creciente y en desarrollo vayaemancipando la inteligencia y los pueblos alcancen, por ası decirlo, la edadmadura 1

En la Edad Media, la humanidad estaba en su infancia y necesitaba latutela de la Iglesia; hoy dıa los pueblos ya adultos deben emanciparse de esta

1Obras Completas, T. 10, pags. 317-318, citado por el D.T.C., T. VIII, col. 2489, art.Lamennais.

109

Page 122: Le destronaron †

110 18. El mito de la sola libertad

tutela, mediante la separacion de la Iglesia del Estado. En cuanto a la Iglesia,debe adaptarse a este nuevo orden de cosas que Ella misma ha creado:

Un nuevo orden social, fundado sobre un inmenso desarrollo de la libertad,que el catolicismo ha hecho necesario, desarrollando en nuestras almas laverdadera nocion y el sentimiento del derecho.

El volante de presentacion del programa del diario L’Avenir nos da elremate perfectamente liberal de la teorıa de Lamennais:

Todos los amigos de la religion deben comprender que esta no necesita sinouna sola cosa: la libertad.

Era querer someter a la Iglesia al derecho comun a todas las asociacioneso confesiones religiosas ante la ley. El Papa Gregorio XVI no podıa dejar decondenar este error y lo hizo en la encıclica Mirari Vos del 15 de agosto de1832, condenando:

Aquellos que quieren separar la Iglesia del Estado y romper la mutua con-cordia del Imperio y del sacerdocio

pues, explica:

Lo que es cierto, es que esta concordia que siempre fue tan favorable ysaludable a los intereses de la Religion y a los de la autoridad civil, es temidapor los partidarios de una libertad desenfrenada 2

e igualmente:

Esta maxima absurda, o mejor dicho este delirio, que propugna ser precisoasegurar y garantizar a quien sea la libertad de conciencia. 3

Ciertamente, la Iglesia, no podıa acomodarse al principio revolucionario yliberal de la libertad para todos y de la misma libertad reconocida a todas lasopiniones religiosas sin discriminacion. En cuanto a la emancipacion progre-siva de la humanidad, la fe catolica le da su verdadero nombre: la apostasıade las naciones.

2Dz. 1615.3Dz. 1613.

Page 123: Le destronaron †

18.1. De Lamennais a Sangnier 111

18.1.2. Marc Sangnier y Le Sillon

A pesar de las condenas de los Papas, el liberalismo progresista continuasu penetracion de la Iglesia. El Padre Emmanuel Barbier escribio un pequenolibro titulado Le Progres de Liberalisme Catholique en France sous le Pontifi-cat du Pape Leon XIII (El Progreso greso del Liberalismo Catolico en Franciabajo el Pontificado del Papa Leon XIII) 4 . Hay un capıtulo que trata delcatolicismo progresista, del cual el autor dice:

La expresion del catolicismo progresista es la que M. Fogazzaro presentaen su novela Il Santo para designar el conjunto de reformas que el pide a laIglesia en su doctrina, su vida interior y su disciplina. Hay casi una identidadde tendencias entre el movimiento que estudiamos en Francia y aquel cuyoportavoz mas escuchado en Italia es actualmente Fogazzaro.

Si Fogazzaro expuso sin verguenza alguna el plan de penetracion de la Igle-sia por el modernismo, eso quiere decir que el modernismo y el catolicismoliberal son actitudes parecidas y usan tacticas semejantes 5 En 1894, MarcSangnier funda su revista Le Sillon que se convertira en un movimiento dela juventud que suena con reconciliar a la Iglesia con los principios de 1789,el socialismo y la democracia universal, basandose en el progreso de la con-ciencia humana. La penetracion de sus ideas en los seminarios, la evolucioncada vez mas indiferentista del movimiento llevaron a San Pıo X a escribirsu Carta Notre Charge Apostolique del 25 de agosto de 1910 que condena lautopıa de reformar la sociedad acariciada por los jefes de Le Sillon:

Nos sabemos muy bien que se glorıan de exaltar la dignidad humana y lacondicion demasiado menospreciada de la clase trabajadora, de hacer justas yperfectas las leyes del trabajo y las relaciones entre el capital y los asalariados;finalmente, de hacer reinar sobre la tierra una justicia mejor y un mayor cari-dad, y de promover, por medio de movimientos sociales profundos y fecundos,en la humanidad un progreso inesperado. Nos, ciertamente, no reprochamosesos esfuerzos, que serıan, desde todos los puntos de vista, excelentes, si lossillonistas no olvidasen que el progreso de un ser consiste en vigorizar susfacultades naturales por medio de energıas nuevas y en facilitarle el juego desu actividad dentro del cuadro y de una manera conforme a las leyes de suconstitucion; y que, por el contrario, al lesionar sus organos esenciales, alromper el cuadro de su actividad, se impulsa a ese ser, no hacia el progreso,

4La obra guarda todo su valor a pesar de la prudente condena que entonces le toco.5Jacques Ploncard d’Assac, op. cit., Cap. XV: ¿Una sociedad secreta en la Iglesia?

Page 124: Le destronaron †

112 18. El mito de la sola libertad

sino hacia la muerte. Esto es, sin embargo, lo que quieren hacer de la sociedadhumana; este es su sueno de cambiar las bases naturales y tradicionales dela sociedad y de prometer una ciudad futura edificada sobre otros principios,que ellos tienen la osadıa de declarar mas fecundos, mas beneficiosos que losprincipios sobre los cuales reposa la ciudad cristiana actual. 6

Luego de haber denunciado a ejemplo de Leon XIII, el falso lema delibertad-igualdad, San Pıo X descubre las fuentes del liberalismo progresistade Le Sillon:

Finalmente, en la base de todas las falsificaciones de las nociones socialesfundamentales, Le Sillon pone una idea falsa de la dignidad humana. Segunel, el hombre no sera verdaderamente hombre, digno de ese nombre, sino en eldıa en que habra adquirido una conciencia luminosa, fuerte, independiente,autonoma, pudiendo prescindir de todo maestro, no obedeciendo mas que ası mismo, y capaz de asumir y de cumplir sin falta las mas graves responsabi-lidades. Grandilocuentes palabras, con que se exalta el sentimiento del orgullohumano (...) 7 Porque se inspira a vuestra juventud catolica la desconfianzahacia la Iglesia, su Madre; se le ensena que, despues de diecinueve siglos,la Iglesia no ha logrado todavıa en el mundo constituir la sociedad sobre susverdaderas bases; que no ha comprendido las nociones sociales de la autori-dad, de la libertad, de la igualdad, de la fraternidad y de la dignidad humana(...) El soplo de la Revolucion ha pasado por aquı (...) Nos no tenemos quedemostrar que el advenimiento de la democracia universal no significa nadapara la accion de la Iglesia en el mundo. 8

San Pıo X denuncia entonces el indiferentismo de Le Sillon que es tanparecido, como dos hermanos, al del Vaticano II 9 :

¿Que pensar de este respeto a todos los errores y de la extrana invitacion,hecha por un catolico, a todos los disidentes para fortificar sus conviccionespor el estudio y para hacer de ellas fuentes siempre mas abundantes y defuerzas nuevas? ¿Que pensar de una asociacion en que todas las religiones yincluso el libre-pensamiento 10 pueden manifestarse en alta voz y a su capri-cho? 11

6Documentos Polıticos, B.A.C., Madrid, 1958, pag. 408, n. 10.7Ibid., pag. 413-414, n. 25.8Ibid., pag. 415, n. 29.9Cf. Declaracion Dignitatis Humanæ, n. 4.

10El libre-pensamiento no es mas que una rama de la franc-masonerıa.11Documentos Polıticos, pag. 418, n. 37.

Page 125: Le destronaron †

18.1. De Lamennais a Sangnier 113

Y el santo Papa va al fondo de la cuestion:

(Le Sillon) no forma ya en adelante mas que un miserable afluente delgran movimiento de apostasıa, organizado, en todos los paıses, para el es-tablecimiento de una Iglesia universal que no tendra ni dogmas, ni jerarquıa,ni regla para el espıritu, ni freno para las pasiones (...). Nos conocemos muybien los sombrıos talleres en donde se elaboran estas doctrinas deletereas (...)Los jefes de Le Sillon no han podido defenderse de ellas; la exaltacion de sussentimientos (...) los han arrastrado hacia un nuevo Evangelio (...) al es-tar su ideal emparentado con el de la Revolucion, no temen hacer entre elEvangelio y la Revolucion aproximaciones blasfemas... 12

Finalmente, el santo pontıfice concluye restableciendo la verdad respectoal verdadero orden social:

(...) La Iglesia, que nunca ha traicionado la dicha del pueblo con alianzascomprometedoras, no tiene que separarse del pasado, y que le basta volver atomar, con el concurso de los verdaderos obreros de la restauracion social,los organismos rotos por la Revolucion 13 y adaptarlos, con el mismo espıritucristiano que los ha inspirado, al nuevo medio creado por la evolucion mate-rial de la sociedad contemporanea 14 , porque los verdaderos amigos del pueblono son ni revolucionarios ni innovadores sino tradicionalistas. 15

He aquı pues, los terminos energicos y precisos con que el Papa San PıoX condena el liberalismo progresista y define la actitud realmente catolica.Mi mayor consuelo es poder decirme que soy fiel a la doctrina de este Papacanonizado. Los textos que os he citado aclaran notablemente las doctrinasconciliares sobre esta materia, en las que me detendre a continuacion.

12Ibid., pag. 419-420, n. 40-41.13San Pıo X designa aquı a las corporaciones profesionales, agentes de la concordia

social, opuestas totalmente al sindicalismo que es agente de la lucha de clases.14La evolucion concierne un progreso material y tecnico, pero el hombre y la sociedad

permanecen sometidos a las mismas leyes. El Vaticano II en la Gaudium et Spes, menos-preciara esta distincion inclinandose nuevamente hacia el progresismo de Le Sillon.

15Documentos Polıticos, pag. 421, n. 44.

Page 126: Le destronaron †

114 18. El mito de la sola libertad

Page 127: Le destronaron †

Capıtulo 19

El espejismo del pluralismo

19.1. De Jacques Maritain a Yves Congar

El liberalismo que se dice catolico se lanzo al asalto de la Iglesia bajo elestandarte de progreso, como os lo he demostrado en el capıtulo precedente.Solo le faltaba revestirse con el manto de la filosofıa, para penetrar con to-da seguridad en la Iglesia, que hasta entonces lo anatematizaba. Algunosnombres ilustran esta penetracion liberal en la Iglesia hasta las vısperas delVaticano II.

19.1.1. Jacques Maritain (1882-1973)

No es un error llamar a Jacques Maritain el padre de la libertad religiosa delVaticano II. Por su parte, Pablo VI se habıa empapado de las tesis polıticas ysociales del Maritain liberal posterior a 1926 y lo reconocıa como su maestro...San Pıo X habıa estado por cierto mejor inspirado al elegir como maestro alCard. Pie 1 del cual tomo el texto central de su encıclica inaugural E SupremiApostolatus y su divisa Restaurarlo todo en Cristo. Desafortunadamente, ladivisa de Maritain, que sera la de Pablo VI, fue mas bien instaurar todo enel hombre. En reconocimiento hacia su viejo maestro, Pablo VI le remite el8 de diciembre de 1965, dıa de la clausura del Concilio, el texto de uno delos mensajes finales del Concilio al mundo. He aquı lo que declaraba uno de

1Cuenta el P. Theotime de Saint-Just que un sacerdote y un religioso de la diocesisde Poitiers fueron recibidos un dıa por San Pıo X: ¡Ah! ¡la diocesis del Card. Pie! lesdijo el Papa levantando las manos, tengo aquı a mi lado las obras de vuestro cardenal yhace muchos anos que casi diariamente leo algunas paginas. Diciendo esto, tomo uno desus volumenes y lo puso en las manos de sus visitantes. Estos pudieron comprobar porla sencillez de la encuadernacion que debio pertenecer al cura de Salzano o al directorespiritual del seminario del Treviso, mucho tiempo antes de ingresar en el Vaticano.

115

Page 128: Le destronaron †

116 19. El espejismo del pluralismo

esos textos, el Mensaje a los Gobernantes, leıdo por el Card. Lienart:

En vuestra ciudad terrestre y temporal construye El misteriosamente suciudad espiritual y eterna: su Iglesia. ¿Y que pide ella de vosotros, esa Iglesia,despues de casi dos mil anos de vicisitudes de todas clases en sus relacionescon vosotros, las potencias de la tierra, que os pide hoy? Os lo dice en unode los textos de mayor importancia de su Concilio: no os pide mas que lalibertad: la libertad de creer y de predicar su fe; la libertad de amar a su Diosy servirle; la libertad de vivir y de llevar a los hombres su mensaje de vida.No la temais: es la imagen de su Maestro, cuya accion misteriosa no usurpavuestras prerrogativas, pero que salva a todo lo humano de su fatal caducidad,lo transfigura, lo llena de esperanza, de verdad, de belleza. 2

Era canonizar la tesis de Maritain de la sociedad vitalmente cristiana, segunla cual, la Iglesia, renunciando a la proteccion de la espada secular, por unmovimiento progresivo y necesario se emancipa de la molesta tutela de losJefes de Estado catolico y en adelante se contenta solo con la libertad, li-mitandose a no ser, mas que el fermento evangelico escondido en la masa oel signo de la salvacion para la humanidad. Esta emancipacion de la Igle-sia, asegura Maritain, va acompanada por una emancipacion recıproca de lotemporal respecto a lo espiritual, de la sociedad civil respecto a la Iglesia,por una laicizacion de la vida publica, que en cierto modo es una perdida.Pero esta es ampliamente compensada por el progreso que de ella se siguepara la libertad, y por el pluralismo religioso que se instaura legalmente en lasociedad civil. Cada familia espiritual gozarıa de un estatuto jurıdico propioy de una justa libertad 3 . A lo largo de la historia humana hay una leyque se desprende, la doble ley de la degradacion y de la sobre-elevacion de laenergıa de la historia: la ley de la conciencia de la persona y de la libertadque emergen y la ley correlativa de la degradacion de una cantidad de mediostemporales puestos al servicio de la Iglesia y de su triunfalismo:

Mientras el desgaste del tiempo y la pasividad de la materia disipan ydegradan naturalmente las cosas de este mundo y la energıa de la historia,las fuerzas creadoras propias del espıritu y la libertad (...) aumentan cada vezmas, la cualidad de esta energıa. La vida de las sociedades humanas avanzay progresa ası, a costa de muchas perdidas. 4

2Concilio Vaticano II, B.A.C., Madrid, 1966, pags. 838-839, n. 4.3Cf. Humanisme Integral (Humanismo Integral), Aubier, Parıs, 1936, pags. 180-181.4Les Droits de l’Homme et la Loi Naturelle (Los Derechos del Hombre y la Ley Natural),

Hartmann, Parıs, 1945, pag. 34.

Page 129: Le destronaron †

19.1. De Jacques Maritain a Yves Congar 117

Ya reconoceis la famosa energıa creadora de Bergson y la no menos famosaemergencia de la conciencia de Teilhard de Chardin. ¡Todas estas bellasfiguras, Bergson, Teilhard, Maritain, han dominado y corrompido el pen-samiento catolico durante largas decadas! Pero, y todavıa por mucho tiempoSr. Maritain, ¿que sucede con el Reino Social de Nuestro Senor en su sociedadvitalmente cristiana, si el Estado ya no reconoce a Jesucristo y a su Iglesia?Escuchad bien la respuesta del filosofo: la cristiandad (o el Reino Social deJesucristo) es susceptible de varias realizaciones historicas sucesivas, esencial-mente diversas, pero identicas analogicamente; a la cristiandad medieval detipo sacro y teocratico (¡cuantos equıvocos en estos terminos!), caracterizadapor la abundancia de medios temporales al servicio de la unidad en la fe,debe suceder hoy dıa una nueva cristiandad, caracterizada, como lo hemosvisto, por la emancipacion recıproca de lo temporal y lo espiritual y por elpluralismo religioso y cultural de la ciudad.

¡Que habilidad en el uso del concepto filosofico de la analogıa para rene-gar sencillamente del Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo! Ahora bien,es evidente que la cristiandad se puede realizar de manera diferente en lamonarquıa de San Luis y en la republica de Garcıa Moreno; pero, lo querechazo absolutamente es que la sociedad de Maritain, la ciudad pluralistavitalmente cristiana, sea aun una cristiandad y realice el Reino Social deJesucristo. Quanta Cura, Immortale Dei y Quas Primas me ensenan, al con-trario, que Jesucristo no tiene muchas maneras de reinar sobre la sociedad: Elreina informando y modelando las leyes civiles segun Su ley divina. Una cosaes tolerar una sociedad en la que de hecho hay una pluralidad de religionescomo por ejemplo en el Lıbano, y hacer lo posible para que Jesucristo sea detodos modos su eje, y otra cosa es pregonar el pluralismo en una sociedadque en su mayorıa es aun catolica y querer, para colmo, bautizar ese sis-tema con el nombre de cristiandad. ¡No! la nueva cristiandad imaginada porJacques Maritain no es sino una cristiandad moribunda que ha apostatadoy rechazado a su Rey.

En realidad, Jacques Maritain quedo cautivado por la civilizacion de tipoabiertamente pluralista de los Estados Unidos de America, en cuyo seno laIglesia catolica, gozando del regimen de la sola libertad, vio un desarrollonotable en el numero de sus miembros y de sus instituciones. Pero, ¿acaso eseste un argumento suficiente a favor del principio del pluralismo? Pidamosuna respuesta a los Papas.

Page 130: Le destronaron †

118 19. El espejismo del pluralismo

Leon XIII en la Carta Longiqua Oceani del 6 de enero de 1895, elogia elprogreso de la Iglesia en los Estados Unidos. He aquı su juicio al respecto:

Pues, sin oposicion por parte de la Constitucion del Estado, sin impedi-mento alguno por parte de la ley, defendida contra la violencia por el derechocomun y por la justicia de los tribunales, le ha sido dado a vuestra Iglesiauna facultad de vivir segura y desenvolverse sin obstaculos. Pero, aun siendotodo eso verdad, se evitara creer erroneamente, como alguno podrıa hacerlopartiendo de ello, que el modelo ideal de la situacion de la Iglesia hubiera debuscarse en Norteamerica o que universalmente es lıcito o conveniente quelo polıtico y lo religioso esten disociados y separados al estilo norteameri-cano. Pues que el catolicismo se halle incolume entre vosotros, que inclusose desarrolle prosperamente, todo eso se debe atribuir exclusivamente a lafecundidad de que la Iglesia fue dotada por Dios y a que, si nada se le opone,ni encuentra impedimentos, ella sola, espontaneamente, brota y se desarrolla;aunque dara mas y mejores frutos si, ademas de la libertad, goza del favorde las leyes y de la proteccion del poder publico. 5

Mas recientemente Pıo XII senala, como Leon XIII, que el pluralismo re-ligioso puede ser una condicion favorable suficiente para el desarrollo de laIglesia y subraya incluso que en nuestro tiempo hay una tendencia al plura-lismo:

La Iglesia sabe tambien, que, desde hace un tiempo, los acontecimientosevolucionan acaso en otro sentido, es decir, hacia la multiplicidad de lasconfesiones religiosas y de las concepciones de la vida en una misma comu-nidad nacional, en donde los catolicos constituyen una minorıa mas o menosfuerte. Puede ser interesante y aun sorprendente para la historia, el encon-trar un ejemplo, entre otros, en los Estados Unidos de America, de la maneracomo la Iglesia logra expandirse aun en las situaciones mas dispares. 6

¡Pero el gran Papa se cuido bien de deducir que por eso habıa que precipi-tarse hacia donde sopla el viento de la historia y en adelante promover elprincipio del pluralismo! Por el contrario, reafirma la doctrina catolica:

El historiador no deberıa olvidar que, si bien la Iglesia y el Estado conocieronhoras y anos de lucha, hubo tambien, desde Constantino el Grande hasta la

5Documentos Sociales, B.A.C., Madrid, 1964, pag. 330, n. 6.6Discurso en el decimo Congreso Internacional de Ciencias Historicas del 7 de septiem-

bre de 1955.

Page 131: Le destronaron †

19.1. De Jacques Maritain a Yves Congar 119

epoca contemporanea e incluso hasta nuestros dıas, perıodos tranquilos, amenudo prolongados, durante los cuales colaboraron, dentro de una plenacomprension, en la educacion de las mismas personas. La Iglesia no disimulaque en principio considera esta colaboracion como normal y que mira comoideal la unidad del pueblo en la verdadera religion y la unanimidad de accionentre Ella y el Estado. 7

Mantengamos firmemente esta doctrina y desconfiemos del espejismo delpluralismo. Si el viento de la historia parece soplar actualmente en esa di-reccion, ciertamente no es por el soplo del Espıritu divino, sino mas biendel viento glacial del liberalismo y la Revolucion, a traves de dos siglos detrabajos por socavar la cristiandad. 8

19.1.2. Yves Congar y otros

El Padre Congar no esta entre mis amigos. Teologo experto en el Concilio,fue el autor principal junto a Karl Rahner de los errores que desde entoncesno he dejado de combatir. Escribio, entre otros, un librito titulado la Crisedans l’Eglise et Mons. Lefebvre (la Crisis de la Iglesia y Mons Lefebvre). Yavereis como, a ejemplo de Maritain, el Padre Congar nos inicia en los arcanosde la evolucion del contexto historico y del viento de la historia:

No se puede negar, dice, que un texto semejante (la Declaracion conciliarsobre la libertad religiosa) diga materialmente otra cosa que el Syllabus de1864, y aun casi lo contrario que las proposiciones 15, 77, 79 de ese documen-to. Es que el Syllabus defendıa un poder temporal al que considerando unanueva situacion, el Papado renuncio en 1929. El contexto historico-social enque la Iglesia es llamada a vivir y a hablar ya no era el mismo, los aconteci-mientos nos lo habıan ensenado. Ya en el siglo XIX, algunos catolicos habıancomprendido que la Iglesia encontrarıa un apoyo mejor para su libertad en lafirme conviccion de los fieles que en el favor de los prıncipes. 9

Desgraciadamente para el Padre Congar, esos catolicos no son sino loscatolicos liberales condenados por los Papas; y la ensenanza del Syllabus, lejosde depender de circunstancias historicas pasajeras, constituye un conjunto

7Ibid.8Cf. Mgr. Lefebvre et le Saint Office (Mons. Lefebvre y el Santo Oficio), Itineraires,

Parıs, 1979, pags. 54-55.9Op. cit., Cerf, Parıs, 1976, pags. 51-52.

Page 132: Le destronaron †

120 19. El espejismo del pluralismo

de verdades deducidas logicamente de la revelacion, y tan inmutables comola fe. Pero nuestro adversario prosigue e insiste:

La Iglesia del Vaticano II, por la Declaracion sobre la libertad religiosa,por Gaudium et Spes, la Iglesia en el mundo actual -¡significativo tıtulo!- seha situado netamente en el mundo pluralista de hoy; y sin renegar de lo quehubo de grande, corto las cadenas que la habrıan mantenido anclada en laEdad Media. ¡Nada puede quedar estancado en un momento de la historia!10

¡Aquı esta! El sentido de la historia empuja hacia el pluralismo: dejemosir la barca de Pedro en esa direccion y abandonemos el Reino Social deJesucristo en las riberas lejanas de un tiempo que ha quedado atras... Estasmismas teorıas se encuentran en el Padre John Courtney Murray, sacerdotejesuita, otro experto conciliar, que osa escribir con aire doctoral que soloiguala su suficiencia, que la doctrina de Leon XIII sobre la union de la Iglesia yel Estado es estrictamente relativa al contexto historico en que fue expresada:

Leon XIII estaba muy influenciado por la nocion historica del poder polıticopersonal ejercido de modo paternalista sobre la sociedad considerada comouna gran familia. 11

Ası la trampa esta tendida: a la Monarquıa sucedio por doquier el regi-men del Estado constitucional democratico y social, el cual, asegura nuestroteologo y lo repetira en el Concilio Mons. De Smedt, no es una autoridadcompetente para juzgar la verdad o la falsedad en materia religiosa 12 .

Dejemos continuar al Padre Murray:

Su obra propia esta marcada por una fuerte conciencia historica. El conocıael tiempo en que vivıa y escribıa para el con admirable realismo historico yconcreto 13 . (...) Para Leon XIII la estructura conocida bajo el nombre de

10Ibid.11Op. cit., pag. 128.12Relatio de reemendatione schematis emendati del 28 de mayo de 1965, documento 4

SC, pags. 48-49. No se puede imaginar una declaracion mas cınica del ateısmo oficial delEstado y de la negacion del reinado social de Jesucristo, ¡y esto en boca del informadoroficial de la comision de redaccion de la declaracion conciliar sobre la libertad religiosa!

13Creerıamos leer a Jacques Maritain: sus variados cielos historicos y su ideal historicoconcreto. Cf. Humanisme Integral, pags. 152-153. ¡Podrıamos preguntarnos quien influyo aquien!

Page 133: Le destronaron †

19.1. De Jacques Maritain a Yves Congar 121

Estado confesional catolico (...) nunca fue mas que una hipotesis. 14

¡Ruinoso relativismo doctrinal! ¡Con semejantes principios se puede rela-tivizar toda verdad apelando a la conciencia historica de un momento fugi-tivo! ¿Acaso Pıo XI al escribir Quas Primas era prisionero de concepcioneshistoricas? ¿Y del mismo modo, San Pablo, cuando afirma de Jesucristo: esnecesario que El reine? Creo que habeis comprendido la perversidad del rela-tivismo doctrinal historico en Maritain, Yves Congar y companıa. Tratamoscon personas que no tienen ninguna nocion de la verdad, ni la menor ideade lo que puede ser una verdad inmutable. Es gracioso comprobar que esosmismos liberales relativistas que fueron los verdaderos autores del VaticanoII, ahora llegan a dogmatizar ese Concilio que sin embargo habıan declara-do pastoral, y quieren imponernos las novedades conciliares como doctrinasdefinitivas e intocables. Y se enfadan cuando les digo: Ah, ¡vosotros decıs queel Papa ya no escribirıa hoy Quas Primas! ¡Vaya! yo os digo: tampoco seescribirıa ya hoy vuestro Concilio; ya esta superado. Vosotros os aferrais ael porque es vuestra obra; pero yo me atengo a la Tradicion porque es obradel Espıritu Santo.

14Op. cit. pag. 134.

Page 134: Le destronaron †

122 19. El espejismo del pluralismo

Page 135: Le destronaron †

Capıtulo 20

El sentido de la Historia

En los capıtulos precedentes he tratado de mostrar que los catolicos li-berales tales como Lamennais, Maritain, Yves Congar, tienen una vision pococatolica del sentido de la historia. Trataremos de profundizar su concepciony de juzgarla a la luz de la fe.

20.1. ¿Sentido o contrasentido?

Para los catolicos llamados liberales, la historia tiene un sentido, es decir,una direccion. Esta direccion es inmanente y de esta tierra: es la libertad. Lahumanidad es llevada por un soplo inmanente hacia una conciencia crecientede la dignidad de la persona humana y por lo tanto hacia una libertad cadavez mayor de toda coaccion. El Vaticano II se hara eco de esta teorıa diciendoa ejemplo de Maritain:

De la dignidad de la persona humana tiene el hombre de hoy una concienciacada dıa mayor y aumenta el numero de quienes exigen que el hombre en suactuacion goce y use de su propio criterio y de libertad responsable, no movidopor coaccion, sino guiado por la conciencia del deber. 1

Nadie discute que sea de desear que el hombre se determine librementehacia el bien; pero que nuestra epoca y el sentido de la historia en generalesten marcados por una conciencia naciente de la dignidad y de la libertadhumana, eso es muy discutible. Solo Jesucristo al conferir a los bautizados ladignidad de hijos de Dios muestra a los hombres en que consiste su verdaderadignidad: la libertad de los hijos de Dios de la que habla San Pablo (Rom.

1Declaracion sobre la libertad religiosa, preambulo.

123

Page 136: Le destronaron †

124 20. El sentido de la Historia

8, 21). En la medida en que las naciones se sometieron a Nuestro SenorJesucristo, se vio en efecto el desarrollo de la dignidad humana y una sanalibertad; pero desde la apostasıa de las naciones instaurada por el liberalismo,es forzoso verificar que, al contrario, donde Jesucristo no reina las verdadesdisminuyen entre los hijos de los hombres (Sal. 11, 2), y la dignidad humanaes cada vez mas despreciada y pisada, y la libertad se reduce a un esloganvacıo de todo contenido.

En cualquier otra epoca de la historia, ¿se ha visto una empresa tan radi-cal y colosal de esclavitud como la tecnica comunista para esclavizar a lasmasas? 2 Si Nuestro Senor nos invita a discernir los signos de los tiempos(Mat. 16,3), ha sido, pues, necesaria, toda la ceguera voluntaria de los libe-rales y una consigna absoluta de silencio, para que un concilio ecumenicoreunido precisamente para discernir los signos de nuestro tiempo 3 se callesobre el signo de los tiempos mas manifiesto, que es el comunismo. Este silen-cio basta por sı solo para cubrir de verguenza y reprobacion a este Concilioante toda la historia y para mostrar lo risible de lo que alega el preambu-lo de Dignitatis Humanæ que os he citado. Por consiguiente, si la historiatiene un sentido, no es ciertamente la inclinacion inmanente y necesaria dela humanidad hacia la libertad y la dignidad, inventada por los liberales adjustificandas justificationes suas, para justificar su liberalismo, para cubrircon la mascara enganosa del progreso, el viento helado que el liberalismohace soplar desde hace dos siglos sobre la cristiandad.

20.2. Jesucristo, eje de la historia

¿Cual es, pues, el verdadero sentido de la historia? ¿Hay acaso sentido dela historia? Toda la Historia esta ordenada a una persona, que es su centro:Nuestro Senor Jesucristo, porque, como lo revela San Pablo:

En El han sido fundadas todas las cosas, las de los cielos, y las que estansobre la tierra, las visibles y las invisibles, sean tronos, sean dominaciones,sean principados, sean potestades. Todo ha sido creado por El y en El, y Eles antes que todas las cosas, y en El subsisten todas. Y El es la cabeza delcuerpo de la Iglesia, siendo El mismo el principio (...) para que en todo tengael primer lugar. Dios ha querido que toda la plenitud habitara en El, y por

2Leer Jean Madiran, La Vieillesse du Monde (La Vejez del Mundo), D.M.M., Jarze,1975.

3Cf. Vaticano II, Constitucion Gaudium et Spes, n. 4, §1 y n. 11, §1.

Page 137: Le destronaron †

20.3. Una objecion liberal contra la ciudad catolica 125

medio de El reconciliar todas las cosas, tanto las de la tierra como las delcielo, haciendo la paz mediante la sangre de su Cruz. (Col. 1, 16-20)

Jesucristo es, pues, el eje de la historia. La historia no tiene mas que unaley: Preciso es que El reine (I Cor. 15, 25). Si El reina, reinan tambien elprogreso verdadero y la prosperidad que son bienes mas espirituales que ma-teriales. Si El no reina, es la decadencia, la caducidad, la esclavitud en todassus formas y el reino del Maligno. Esto es lo que profetiza la Sagrada Escritu-ra: Porque la nacion y el reino que no te sirvan pereceran, esas naciones serancompletamente destruidas (Is. 60, 12). Hay libros excelentes sobre la filosofıade la historia, pero que me llenan de sorpresa e impaciencia al comprobar queomiten este principio absolutamente capital, o no lo ponen en el lugar quele corresponde. ¡Se trata del principio de la filosofıa de la historia, y ademases una verdad de fe, verdadero dogma revelado y comprobado centenares deveces por los hechos!

He aquı la respuesta a la pregunta: ¿Cual es el sentido de la historia? Pues,la historia no tiene ningun sentido, ninguna direccion inmanente. No existe elsentido de la historia. Lo que hay es un fin de la historia, un fin trascendente:la recapitulacion de todas las cosas en Cristo; es la sumision de todo el ordentemporal a Su obra redentora; es el dominio de la Iglesia militante sobrela ciudad temporal, que prepara el reino eterno de la Iglesia triunfante delCielo. La fe lo afirma y los hechos lo demuestran, la historia tiene un primerpolo: la Encarnacion, la Cruz, Pentecostes; se desarrollo plenamente en laciudad catolica, ya sea el imperio de Carlomagno o la republica de GarcıaMoreno; y tendra su termino llegando a su polo final, cuando el numero delos elegidos se complete, despues del tiempo de la gran apostasıa (II Tes. 2,3); ¿No estamos acaso viviendola?

20.3. Una objecion liberal contra la ciudad

catolica

Pienso que habeis comprendido bien, por lo anterior, que en la historia nohay ninguna ley inmanente del progreso de la libertad humana, ni tampocouna ley de la emancipacion de la ciudad temporal respecto a Nuestro SenorJesucristo. Pero, dicen los liberales como el Prıncipe Alberto de Broglie ensu libro L’Eglise et l’empire Romain au IV Siecle (La Iglesia y el ImperioRomano en el siglo IV), el regimen propuesto, de la union de la Iglesia y elEstado, que fue el de los cesares cristianos romanos o germanicos ha con-

Page 138: Le destronaron †

126 20. El sentido de la Historia

ducido siempre al avasallamiento de la Iglesia respecto al Imperio y a unamolesta dependencia del poder espiritual respecto al temporal. La alianzadel trono y el altar, dice el autor, jamas fue ni durable, ni sincera, ni eficaz4 . En consecuencia, la libertad e independencia de estas dos potencias notiene precio. Dejo al Card. Pie la mision de responder a estas acusacionesliberales; el no duda en calificar estas afirmaciones temerarias como triviali-dades revolucionarias:

Si varios prıncipes aun neofitos y no muy desligados todavıa de las costum-bres absolutistas de los cesares paganos, trocaron en opresion su proteccionlegitima desde un principio; si procedieron con un rigor contrario al espıritucristiano (generalmente luchando por la herejıa y a pedido de obispos here-jes), hubo en la Iglesia hombres de fe y de valor como nuestros Hilario, nues-tros Martın, como los Atanasio y los Ambrosio, para llamarlos al espıritude la mansedumbre cristiana, para repudiar el apostolado de la espada, paradeclarar que la conviccion religiosa jamas se impone por la violencia, paraproclamar en fin elocuentemente, que el cristianismo, que se habıa propagadoa pesar de la persecucion de los prıncipes, podıa prescindir de sus favores yno debıa enfeudarse bajo ninguna tiranıa. Conocemos y hemos pesado cadapalabra de esos nobles atletas de la fe y la libertad de su Madre, la Iglesia.Pero, aunque protestaron contra los excesos y los abusos y censuraron lasacciones intempestivas y faltas de inteligencia que incluso a veces atentabancontra el principio y las reglas de la inmunidad sacerdotal, ninguno de es-tos doctores catolicos ha dudado jamas que las naciones y sus jefes tienenel deber de profesar publicamente la verdad cristiana, de conformar a ellasus actos y sus instituciones y aun de prohibir con leyes, ya preventivas, yarepresivas, segun las disposiciones del tiempo y de los espıritus, los atentadosque revistieron caracter patente de impiedad y que introdujeren la turbaciony el desorden en el seno de la sociedad civil y religiosa. 5

Es un error que ya he subrayado y que este texto del Card. Pie ilustrabien, que el regimen de sola libertad sea un progreso respecto al regimende union de las dos potencias. La Iglesia jamas ha ensenado que el sentidode la historia y el progreso consistieron en la tendencia inevitable hacia laemancipacion recıproca de lo temporal respecto de lo espiritual. El sentidode la historia de Jacques Maritain y de Yves Congar no es mas que uncontrasentido. Esa emancipacion que presentan como un progreso, no es masque un divorcio ruinoso y blasfemo entre la ciudad y Jesucristo. Fue necesaria

4Op. cit., T. IV, pag. 424, citado por el P. Theotime de Saint-Just, op. cit., pag. 55.5Tercera Instruccion Sinodal sobre los Errores Principales del Tiempo Presente

Page 139: Le destronaron †

20.3. Una objecion liberal contra la ciudad catolica 127

toda la desverguenza de Dignitatis Humanæ para canonizar ese divorcio y,suprema impostura, ¡esto en nombre de la verdad revelada!

Juan Pablo II declaraba con motivo de la conclusion del nuevo concorda-to entre la Iglesia e Italia: Nuestra sociedad se caracteriza por el pluralismoreligioso, y sacaba la consecuencia: esta evolucion exige la separacion entrela Iglesia y el Estado. Pero en ningun momento Juan Pablo II pronuncio unjuicio sobre este cambio, aunque fuera para deplorar la laicizacion de la so-ciedad, o para decir simplemente que la Iglesia se resignaba a una situacionde hecho. ¡No! ¡Su declaracion, como la del Card. Casaroli, alababa la sepa-racion de la Iglesia y el Estado, como si fuera el regimen ideal, el resultado deun proceso historico normal y providencial, contra el que nada puede decirse!Dicho de otro modo: ¡Viva la apostasıa de las naciones, he aquı el progreso! oaun: ¡No hay que ser pesimista! ¡Abajo los profetas de desgracias! ¿Jesucristoya no reina? ¡Que importa! ¡Todo va bien! La Iglesia camina de todos mod-os hacia el cumplimiento de su historia. Y ademas despues de todo, Cristoviene, ¡aleluya! Este optimismo simplon mientras se amontonan ya las ruinas,este escatologismo en verdad torpe ¿no son acaso los frutos del espıritu delerror y del extravıo? Todo esto me parece absolutamente diabolico.

Page 140: Le destronaron †

128 20. El sentido de la Historia

Page 141: Le destronaron †

Parte III

La conjura liberal de Satanascon la Iglesia y el Papado

129

Page 142: Le destronaron †
Page 143: Le destronaron †

Capıtulo 21

La conjura de la alta venta delos carbonarios

Henos aquı, en nuestro breve bosquejo historico del liberalismo catolico,en las vısperas del Concilio Vaticano II. Pero antes de analizar la victorialograda por el liberalismo en el Concilio, querrıa volver atras en el tiem-po para mostrar que la penetracion del liberalismo en toda la jerarquıa yhasta en el mismo Papado, que era impensable hace dos siglos, fue sin em-bargo, pensada, anunciada y organizada desde principios de siglo pasado porla francmasonerıa. Bastara con reproducir los documentos que prueban laexistencia de esa intriga contra la Iglesia, de ese atentado supremo contra elPapado. Los papeles secretos de la Alta Venta de los Carbonarios que cayeronen manos del Papa Gregorio XVI, abarcan el perıodo de 1820 a 1846. Fueronpublicados a pedido del Papa Pıo IX, por Cretineau-Joly en su obra L’EgliseRomaine et la Revolution (La Iglesia Romana y la Revolucion) 1 . Y porel Breve de aprobacion del 25 de febrero de 1861 dirigido al autor, Pıo IXconfirmo la autenticidad de sus documentos, pero no permitio que se divul-garan los verdaderos nombres de los miembros de la Alta Venta implicadosen esta correspondencia. Estas cartas son absolutamente pavorosas, y si losPapas pidieron que se publicaran, fue para que los fieles sepan de la conjuracontra la Iglesia urdida por las sociedades secretas, conozcan su plan y estenprevenidos contra su eventual realizacion. Por el momento no digo mas, perocon temblor se leen estas lıneas. No invento nada, no hago sino leer, pero noes un misterio que hoy dıa ellas se cumplen. ¡No oculto que aun sus proyec-tos mas audaces son aventajados por la realidad actual! Leamos, pues. Solosubrayare lo que mas nos debe impresionar.

12 volumenes, 1859; reimpreso por el C. R. F., 1976. Mons. Delassus reprodujo denuevo esos documentos en su obra La Conjuration Antichretienne (La Conjuracion Anti-cristiana), D.D.B., Parıs, 1910, T. III, pags. 1035-1092.

131

Page 144: Le destronaron †

132 21. La conjura de la alta venta de los carbonarios

El Papa, cualquiera que sea, jamas vendra a las sociedades secretas: aellas corresponde dar el primer paso hacia la Iglesia para vencer a ambos.

El trabajo que vamos a emprender no es obra de un dıa, ni de un mes, nide un ano; puede durar varios anos, quizas un siglo; pero en nuestras filas elsoldado muere y el combate continua.

No queremos ganar a los Papas para nuestra causa, hacerlos neofitos denuestros principios, propagadores de nuestras ideas. Serıa un sueno ridıculo.Cualquiera sea el giro de los acontecimientos, el hecho de que cardenales oprelados, por ejemplo, hayan entrado a sabiendas o por sorpresa en una partede nuestros secretos, no es en absoluto un motivo para desear su elevacion ala Catedra de Pedro. Esta elevacion nos perderıa. Solo la ambicion los habrıaconducido a la apostasıa y la necesidad del poder los forzarıa a inmolarnos. Loque debemos pedir, lo que debemos buscar y esperar como los judıos esperanel Mesıas, es un Papa segun nuestras necesidades

Ası marcharemos con mas seguridad al asalto de la Iglesia que con los libe-los de nuestros hermanos de Francia y el mismo oro de Inglaterra. ¿Quereissaber la razon? Es que con ello, para destrozar la roca sobre la que Diosconstruyo su Iglesia, ya no necesitamos el vinagre anibalino, ni la polvoradel canon; ya no necesitamos ni siquiera nuestros brazos. Tenemos el dedomenique del sucesor de Pedro comprometido en la conjura, y ese dedo valeen esta cruzada mas que todos los Urbano II y todos los San Bernardos de laCristiandad.

No dudamos que llegaremos a ese termino supremo de nuestros esfuer-zos, pero ¿cuando y como? La incognita no se revela aun. Sin embargo, comonada debe apartarnos del plan trazado, sino por el contrario, todo debe ten-der a el como si ya desde manana el exito viniera a coronar la obra apenasesbozada, queremos en esta instruccion que para los simples iniciados per-manecera secreta, dar a los encargados de la Venta Suprema, consejos quedeberan inculcar a la universalidad de los hermanos, en forma de ensenanza,o de memorandum...

Ahora bien, para aseguramos un Papa de las debidas proporciones, se trataprimero de labrar a ese Papa una generacion digna del reino que sonamos.Dejad de lado la vejez y la edad madura; dirigıos a la juventud y, si es posible,aun a la infancia (...) os ganareis sin mucho esfuerzo una reputacion de buencatolico y de patriota sin doblez.

Esta reputacion hara llegar nuestras doctrinas tanto en el corazon deljoven clero, como dentro de los conventos. Dentro de algunos anos forzosa-mente este clero joven habra invadido todas las funciones. Sera el quien go-bierne, administre, juzgue, forme el consejo del soberano, y sera el llamadoa elegir el Pontıfice que tendra que reinar, y este pontıfice, como la mayorparte de sus contemporaneos, estara necesariamente mas o menos imbuido

Page 145: Le destronaron †

133

de los principios italianos y humanitarios que comenzaremos a poner en cir-culacion. Es un granito de mostaza que confiamos a la tierra; pero el sol delas justicias lo hara crecer hasta el mas alto poder, y un dıa vereis que miesabundante producira este granito.

En la ruta que trazamos a nuestros hermanos, hay grandes obstaculosque deberemos vencer, muchos tipos de dificultades que superar. Triunfaremosgracias a la experiencia y la perspicacia; pero la meta es tan esplendida que espreciso izar todas las velas al viento para alcanzarla. Si quereis revolucionar aItalia, buscad el Papa que acabamos de pintar. Si quereis establecer el reino delos elegidos sobre el trono de la prostituta de Babilonia, que el clero marchebajo vuestro estandarte, creyendo ir siempre tras la bandera de las llavesapostolicas. Si quereis hacer desaparecer el ultimo vestigio de los tiranos ylos opresores, echad vuestras redes como Simon Bariona; echadlas dentro delas sacristıas, de los seminarios y de los conventos mas que en el fondo delmar; y si no os apurais, os prometemos una pesca mas milagrosa que lasuya. El pescador de peces se convirtio en pescador de hombres; vosotros osrodeareis de amigos junto a la Catedra Apostolica. Vosotros habreis predicadouna revolucion por la tiara y la capa, marchando con la cruz y el estandarte,una revolucion que no tendra necesidad mas que de una chispa para incendiarlas cuatro esquinas del mundo. Instruccion permanente de 1820, op. cit., T.II, pags. 85-90.

He aquı aun un extracto de una carta de Nubius a Volpe, del 3 de abril de1824:

Se ha puesto sobre nuestros hombros una pesada carga, querido Volpe.Debemos hacer la educacion inmoral de la Iglesia y llegar por medios pequenos,bien graduados aunque bastante mal definidos, al triunfo de la idea revolu-cionaria gracias a un Papa. En este proyecto, que siempre me ha parecidosobrehumano, marchamos aun tanteando... 2

¡Plan sobrehumano dice Nubius, y quiere decir plan diabolico! Ya que esplanear la subversion de la Iglesia por su misma cabeza, lo que Mons. Delassus3 llama el atentado supremo porque no se puede imaginar nada tan subversivopara la Iglesia como un Papa seducido por las ideas liberales, un Papa queutilice las llaves de San Pedro al servicio de la contra-Iglesia. Ahora bien¿no es acaso lo que vivimos actualmente desde el Vaticano II y desde el

2182 Op. cit. pag. 129.3Le Probleme de l’Heure Presente (El Problema de la Hora Presente), D.D.B., Parıs,

1904, T. I, pag. 195.

Page 146: Le destronaron †

134 21. La conjura de la alta venta de los carbonarios

nuevo Derecho Canonico? ¡Con este falso ecumenismo y esta falsa libertadreligiosa promulgados en el Vaticano II y aplicados por los Papas con frıaperseverancia, a pesar de todas las ruinas que han provocado desde hace masde veinte anos! Sin que se haya comprometido la infalibilidad del Magisteriode la Iglesia, incluso quizas sin que jamas haya sido sostenida una herejıapropiamente dicha, asistimos a la autodemolicion sistematica de la Iglesia.Autodemolicion es una palabra de Pablo VI, que implıcitamente denunciabaal verdadero culpable, pues ¿quien puede autodemoler la Iglesia sino aquelcuya mision es mantenerla en la roca firme?... ¡Y que acido tan eficaz paradisolver la roca como el espıritu liberal que penetra al mismo sucesor dePedro! ¡Este plan es de inspiracion diabolica y de realizacion diabolica! Nosolo lo han revelado los enemigos de la Iglesia, sino tambien los Papas lo handevelado y predicho. Es lo que veremos en el proximo capıtulo.

Page 147: Le destronaron †

Capıtulo 22

Los Papas revelan la conjura dela secta

La trama de la secta liberal contra la Iglesia consistıa en lanzarse al asaltode Ella utilizando su jerarquıa, pervirtiendola hasta en su mas alto grado,como os lo he mostrado en el capıtulo precedente. Pero los Papas, con la clari-videncia de su cargo y las luces que Dios les ha dado, vieron y denunciaronclaramente este programa.

Leon XIII (1878-1903) vio por adelantado esta subversio capitis, esta sub-version del Jefe y la describio con todo detalle, en toda su crudeza, al escribirel pequeno exorcismo contra Satanas y los espıritus malignos. He aquı elpasaje en cuestion, que figura en la version original pero fue suprimido en lasversiones posteriores por no se que sucesor de Leon XIII que quiza juzgo eltexto imposible, impensable, impronunciable... Y sin embargo, a cien anosde distancia de su composicion, este texto nos parece, por el contrario, llenode una verdad candente:

He aquı que astutos enemigos han llenado de amargura a la Iglesia, Esposadel Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manosimpıas sobre todo lo que hay en Ella de deseable. Donde fueron establecidas laSede del bienaventurado Pedro y la Catedra de la Verdad, como una luz paralas naciones, ellos han erigido el trono de la dominacion de su impiedad; afin de que, una vez golpeado el pastor, puedan dispersar el rebano.

¿Como es posible esto? me direis. Os aseguro que no lo se, pero esto ocurre;cada vez mas, dıa tras dıa. Esto nos causa una viva angustia, nos sugiereuna pregunta hiriente: ¿Quienes son, pues, esos Papas que toleran la au-

135

Page 148: Le destronaron †

136 22. Los Papas revelan la conjura de la secta

todemolicion, que contribuyen a ella? San Pablo ya decıa a su tiempo: Yaesta realizandose el misterio de iniquidad (II Tes. 2, 7). ¿Que dirıa hoy dıa?

Luego, por su parte, San Pıo X (1903-1914) confesara la angustia que loembargaba ante los progresos realizados por la secta en el interior mismo dela Iglesia. En su encıclica inaugural E Supremi Apostolatus, del 4 de octubrede 1903, expresa su temor de que el tiempo de apostasıa en que entraba laIglesia, fuera el tiempo del Anticristo, o sea del Anti-Cristo, falsificacion deCristo, usurpador de Cristo. He aquı el texto:

(...) Nos atemorizaba, mas que nada, el Estado por demas aflictivo en quese encuentra la humanidad al presente. Porque ¿quien no ve que la sociedadhumana esta hoy atacada de una enfermedad mucho mas grave y mas profun-da que la que afectaba a las generaciones pasadas, la cual agravandose cadadıa y royendola hasta los huesos, la va arrastrando a la perdicion? Cual seaesta enfermedad ya lo sabeis vosotros, Venerables Hermanos, es el desertar yapostatar de Dios, y nada hay, sin duda, que este mas cerca de la perdicion,segun estas palabras del Profeta: ”Porque, he aquı que pereceran los que sealejan de Tı” (Sal. 72, 26). 1

Y el Santo Pontıfice prosigue un poco mas lejos:

(...) Porque verdaderamente contra su Creador ”rugieron las naciones y lospueblos meditaron insensateces” (Sal. 2, 1); de tal modo que ya es voz comunde los enemigos de Dios: ”Apartate de nosotros” (Job 21, 14). De aquı que yacasi se haya extinguido por completo en la mayorıa de los hombres el respetoal Eterno Dios sin tener para nada en cuenta su voluntad suprema en lasmanifestaciones de su vida publica y privada. Mas aun, con todo su esfuerzoe ingenio procuran que sea abolida por completo hasta la memoria y nocionde Dios.

Quien considere todas estas cosas, puede, con razon, temer que esta per-versidad de los espıritus sea como un anticipo y comienzo de los males queestaban reservados para el fin de los tiempos, o que ya se encuentra en estemundo el ”hijo de perdicion” (II Tes. 2, 3) del que nos habla el Apostol.

1En E. P., pags. 689-690, n. 1.

Page 149: Le destronaron †

137

Tan grande es la audacia y tan desmedida la rabia con que se ataca entodas partes a la religion, se combaten los dogmas de la fe y se hacen encona-dos esfuerzos por impedir y aun por aniquilar todo medio de comunicaciondel hombre con Dios. Y a su vez, lo que, segun el mismo Apostol constituyela nota caracterıstica del ”Anticristo”; el mismo hombre con inaudito atre-vimiento ha usurpado el lugar de Dios, elevandose a si mismo ”sobre todo loque lleva el nombre de Dios”; hasta tal punto que, aun cuando no le es posibleborrar enteramente de su alma toda noticia de Dios, haciendo, sin embargo,caso omiso de su majestad, ha hecho de este mundo como un templo dedicadoa sı mismo para ser en el adorado por los demas. ”Sientese en el templo deDios mostrandose como si fuera Dios” (II Tes. 2, 4). 2

Y San Pıo X concluye recordando que Dios triunfa al fin de sus enemigos,pero que esta certeza de la fe no nos dispensa de apresurar la obra divinaen lo que depende de nosotros, o sea, apresurar el triunfo de Cristo Rey. Yaun en su encıclica Pascendi del 8 de septiembre de 1907, sobre los erroresmodernistas, San Pıo X denuncia con clarividencia la infiltracion de la Iglesiaya comenzada por la secta modernista, que como he dicho 3 se unio conla secta liberal para demoler la Iglesia Catolica. He aquı los pasajes masdestacados de este documento:

(...) Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilaciones el silen-cio, es la circunstancia de que al presente no es menester ya ir a buscar alos fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y esto esprecisamente objeto de grandısima ansiedad y angustia, en el seno mismo ydentro del corazon de la Iglesia. Enemigos, a la verdad, tanto mas perjudi-ciales, cuanto lo son menos declarados. Hablamos, Venerables Hermanos, deun gran numero de catolicos seglares y, lo que es aun mas deplorable, hastasacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto deconocimientos serios en Filosofıa y Teologıa, e impregnados, por el contrario,hasta la medula de los huesos de venenosos errores bebidos en los escritosde los adversarios del Catolicismo, se jactan, a despecho de todo sentimientode modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltancon audacia todo cuanto hay de mas sagrado en la obra de Jesucristo, sinrespetar la propia persona del divino Reparador, que rebajan, con sacrılegatemeridad, a la categorıa de puro y simple hombre.

2En E. P., pags. 690-691, n. 2-3.3Con las banderas del progreso y la evolucion los liberales han comenzado el asalto de

la Iglesia. Cf. Cap. XVIII.

Page 150: Le destronaron †

138 22. Los Papas revelan la conjura de la secta

Tales hombres podran extranar verse colocados por Nos entre los enemi-gos de la Iglesia; pero no habra fundamento para tal extraneza en ningunode aquellos que, prescindiendo de intenciones, reservadas al juicio de Dios,conozcan sus doctrinas y su manera de hablar y obrar. Son seguramente ene-migos de la Iglesia, y no se apartara de lo verdadero quien dijera que estano los ha tenido peores. Porque, en efecto, como ya se noto, ellos tramanla ruina de la Iglesia, no desde fuera, sino desde dentro: en nuestros dıas elpeligro esta casi en las entranas mismas de la Iglesia y en sus mismas venas;y el dano producido por tales enemigos es tanto mas inevitable cuanto masa fondo conocen a la Iglesia. Anadase que han aplicado la segur, no a lasramas ni tampoco a debiles renuevos, sino a la raız misma; esto es, a la fey a sus fibras mas profundas. Mas una vez herida esa raız de vida inmortal,pasan a hacer circular el virus por todo el arbol y en tales proporciones, queno hay parte alguna de la fe catolica donde no pongan su mano, ninguna queno se esfuercen por corromper. 4

San Pıo X descubre a continuacion la tactica de los modernistas:

(...) Y mientras persiguen por mil caminos su nefasto designio, su tacticaes la mas insidiosa y perfida. Amalgamando en sus personas al racionalistay al catolico lo hacen con habilidad tan refinada, que llevan facilmente ladecepcion a los pocos adversarios, por otra parte, bribones consumados. Nohay clase de consecuencias que les hagan retroceder, o mas bien, que nosostengan con obstinacion y audacia. Junten con esto, y es lo mas a propositopara enganar, una vida llena de actividad, asiduidad y ardor singulares haciatodo genero de estudios, aspirando a granjearse la estimacion publica porsus costumbres, con frecuencia intachables (...) Pero no ignorais, VenerablesHermanos, la esterilidad de Nuestros esfuerzos; esos hombres han inclinadoun momento la cabeza para erguirla enseguida con mayor orgullo... 5

Y como una tactica, a la verdad, insidiosısima, de los modernistas (ası selos llama vulgarmente, y con mucha razon), consiste en no exponer jamassus doctrinas de un modo metodico y en su conjunto, sino dandolas en ciertomodo por fragmentos y esparcidas aca y alla, lo cual contribuye a que seles juzgue fluctuantes e indecisos en sus ideas, cuando en realidad estas sonperfectamente fijas y consistentes; ante todo, importa presentar en este lugaresas mismas doctrinas desde un punto de vista unico, y hacer ver el enlace

4Encıclica Pascendi, en E. P., pags. 781-782, n. 1-2.5Ibid, en E. P., pag. 782, n. 2.

Page 151: Le destronaron †

139

logico que las une entre sı... 6

Permanecer en la Iglesia para hacerla evolucionar, tal es la consigna de losmodernistas:

(...) Van adelante en el camino comenzado, y aun reprendidos y condena-dos van adelante, encubriendo su increıble audacia con la mascara de unaaparente humildad. Doblan fingidamente sus cervices, pero con la obra e in-tencion prosiguen mas atrevidamente lo que emprendieron. Pues ası procedena sabiendas, tanto porque creen que la autoridad debe ser empujada y no echa-da por tierra, como porque les es necesario morar en el recinto de la Iglesia,a fin de cambiar insensiblemente la conciencia colectiva: en lo cual sin adver-tirlo, confiesan que la conciencia colectiva no les favorece, por consiguiente,no les asiste derecho alguno de presentarse como sus interpretes. 7

Pascendi detuvo por un tiempo la audacia de los modernistas, pero prontorecrudecio nuevamente la ocupacion metodica y progresiva de la Iglesia y dela jerarquıa por la secta modernista y liberal. Bien pronto, la intelligentiateologica liberal estarıa en primera fila en las revistas especializadas, en loscongresos, en las grandes editoriales, en los centros de pastoral liturgica,pervirtiendo de pies a cabeza a la jerarquıa catolica, despreciando las ultimascondenas del Papa Pıo XII en la Humani Generis. La Iglesia y el Papadobien pronto estarıan maduros para formar Estados Generales, para un golpede mano liberal como el de 1789 en Francia, con ocasion de un concilioecumenico, predicho y esperado largamente por la secta, como veremos en elsiguiente capıtulo.

6Ibid, en E. P., pag. 782, n. 3.7Ibid, en E. P., pag. 796, n. 6.

Page 152: Le destronaron †

140 22. Los Papas revelan la conjura de la secta

Page 153: Le destronaron †

Capıtulo 23

La subversion de la Iglesiaoperada por un concilio

Un gran iluminado, el canonigo Roca, vio hace mas de un siglo los detallesde la empresa de subversion de la Iglesia y el Papado proyectada por la sectamasonica. Mons. Rudolf Graber, en su libro Atanasio, cita las obras de Roca(1830-1893), sacerdote en 1858, canonigo honorario en 1869. Excomulgadomas tarde, predico la Revolucion y anuncio el advenimiento de la sinarquıa.En sus escritos habla a menudo de una Iglesia nuevamente iluminada, queestarıa influenciada por el socialismo de Jesus y de sus Apostoles. La nuevaIglesia, predice, que no podra ya guardar nada de la ensenanza y la formaprimitiva de la antigua Iglesia, recibira sin embargo la bendicion y la juris-diccion canonica de Roma. Roca anuncia tambien la reforma liturgica:

El culto divino tal como lo rige la liturgia, el ceremonial, el ritual, lasprescripciones de la Iglesia romana, sufrira una transformacion luego de unconcilio ecumenico (...) que le devolvera la sencillez respetable de la edadde oro apostolica, de acuerdo con el estado nuevo de la conciencia y de lacivilizacion moderna.

Roca precisa los frutos de este concilio:

Saldra de el algo que llenara al mundo de estupor y lo echara de rodillasante su Redentor. La demostracion del acuerdo perfecto entre la idealidadde la civilizacion moderna y la idealidad de Cristo y su Evangelio. Sera laconsagracion del Nuevo Orden Social y el bautismo solemne de la civilizacionmoderna.

141

Page 154: Le destronaron †

142 23. La subversion de la Iglesia operada por un concilio

Dicho de otro modo, todos los valores de la supuesta cultura liberal seranreconocidos y canonizados luego de dicho concilio. He aquı tambien lo queRoca escribe sobre el Papa:

Se prepara un sacrificio que presentara una penitencia solemne (...) ElPapado caera, morira bajo el punal sagrado que forjaran los padres del ultimoconcilio. El Cesar pontifical es la hostia coronada para el sacrificio

¡Hay que convenir en que todo esto esta por llegar, como predijo Roca, amenos que Nuestro Senor lo impida! Por fin, Roca designa los nuevos sacer-dotes que apareceran, con el nombre de progresistas; habla de la supresion dela sotana, del casamiento de sacerdotes... ¡otras tantas profecıas! Notad comoRoca vio bien el papel determinante para la subversion de la Iglesia, de unultimo concilio ecumenico. Pero no solo los enemigos de la Iglesia senalaronlos trastornos que traerıa consigo un concilio ecumenico reunido en una epocaen que las ideas liberales ya habrıan penetrado hondamente la Iglesia. En elconsistorio secreto del 23 de mayo de 1923, cuenta el Padre Dulac 1 , Pıo XIinterrogo a los cardenales de la Curia sobre la oportunidad de convocar unconcilio ecumenico. Eran una treintena (...): Merry del Val, De Lai, Gasparri,Boggiani, Billot... Billot decıa:

No podemos disimular la existencia de divergencias profundas en el senodel mismo episcopado... (estas) pueden dar lugar a discusiones que se pro-longarıan indefinidamente.

Boggiani recordaba las teorıas modernistas, de las cuales, decıa, parte delclero y de los Obispos no estan exentos.

Esta mentalidad puede inclinar a ciertos Padres a presentar mociones, aintroducir metodos incompatibles con las tradiciones catolicas.

Billot era aun mas preciso. Manifestaba su temor de ver el concilio mane-jado (sic) por los peores enemigos de la Iglesia, los modernistas, que ya sepreparan, como indicios ciertos lo demuestran, a introducir la Revolucion enla Iglesia, un nuevo 1789.

1Raymond Dulac, La Collegialite Episcopale au IIe Concile du Vatican (La Colegialidad

Episcopal en el Concilio Vaticano II), Le Cdre, Parıs, 1979, pags. 9-10.

Page 155: Le destronaron †

143

Cuando Juan XXIII volvio a la idea ya acariciada antes por Pıo XII 2 , deconvocar un concilio ecumenico, se hizo leer los documentos, cuenta el PadreCaprile 3 , durante algunos paseos por los jardines del Vaticano... esto fuetodo. Pero ya habra tomado su decision. En varias ocasiones afirmo que lahabıa tomado bajo una inspiracion repentina del Espıritu Santo 4 .

Obedeciendo a una voz interior que consideramos venida de un impulsosuperior, Nos hemos juzgado que es el momento oportuno para ofrecer a laIglesia Catolica y a toda la familia humana un nuevo concilio ecumenico. 5

Esta inspiracion del Altısimo, esta solicitacion divina, como la llama luego,la recibio el 25 de enero de 1959, mientras se preparaba a celebrar una cere-monia en San Pablo Extramuros, en Roma, y luego de la ceremonia la confio alos dieciocho cardenales presentes. Pero ¿fue esta inspiracion verdaderamentedivina? esto parece dudoso; su origen me parece ser muy diferente...

En todo caso, una reflexion de un viejo amigo del Card. Roncalli, futuroJuan XXIII, es muy esclarecedora al respecto. Con la noticia de la muertede Pıo XII, el viejo Dom Lambert Beauduin, amigo de Roncalli, confiaba alPadre Bouyer:

Si eligen a Roncalli, todo esta salvado: serıa capaz de convocar un concilioy de consagrar el ecumenismo. 6

Como muestra el Padre Bonneterre, Dom Lambert Beauduin conocıa bienal Card. Roncalli, sabıa desde 1958 que Roncalli, una vez Papa, realizarıa elecumenismo y probablemente por medio de un concilio. Ahora bien, quiendice ecumenismo, dice libertad religiosa y liberalismo. La revolucion por latiara y por la capa no fue una improvisacion. Tratare de hacer revivir sudesarrollo en el Concilio Vaticano II, en el proximo capıtulo.

2Op. cit, pag. 10; Hno. Michel de la Trinite, Toute la Verite sur Fatima (Toda laverdad sobre Fatima),T. III, Contre-Reforme Catholique, Saint-Parres-Les-Vaudes, 1986,pags. 182-199.

3En su historia del Vaticano II. Cf. Dulac op. cit, pag. 11.4Cf. Jean XXIII et Vatican II sous les Feux de la Pentecote Luciferienne (Juan XXIII

y Vaticano II, Bajo las Llamas del Pentecostes de Lucifer), en Le Regne Social de Marie(El Reinado Social de Marıa), Fatima, ene-feb de 1985, pags. 2-3.

5Bula Humanæ Salutis.6L. Bouyer, Dom Lambert Beauduin, un homme d’Eglise (Dom Lambert Beauduin,

un Hombre de Iglesia), Casterman, Tournai, 1964, pags. 180-181, citado por el P. D.Bonneterre en El Movimiento Liturgico, Iction, Buenos Aires, 1982, pag. 101.

Page 156: Le destronaron †

144 23. La subversion de la Iglesia operada por un concilio

Page 157: Le destronaron †

Parte IV

Una revolucion de tiara y capa

145

Page 158: Le destronaron †
Page 159: Le destronaron †

Capıtulo 24

El bandidaje del Vaticano II

Es interesante el encontrar un precedente al Concilio Vaticano II, al menosen cuanto a los metodos allı utilizados por la minorıa liberal activa, que rapi-damente vino a ser mayorıa. A este respecto, hay que mencionar al ConcilioGeneral de Efeso (ano 449) bajo el nombre que le da el Papa San Leon I:el bandidaje de Efeso. Este Concilio fue presidido por un obispo ambicioso ysin escrupulos: Dioscoro, quien, con la ayuda de sus monjes y de los solda-dos imperiales, ejercio una presion inaudita sobre los Padres del Concilio. Senego a los legados del Papa la presidencia que ellos reclamaban; las cartaspontificales no fueron leıdas. Este Concilio, que no fue ecumenico por estarazon, llego a declarar ortodoxo al hereje Eutiques, quien sostenıa el errordel monofisismo (una sola naturaleza en Cristo).

El Vaticano II fue, igualmente, un bandidaje, con la diferencia de quelos Papas (Juan XXIII y luego Pablo VI), no obstante estar presentes, noopusieron resistencia, o apenas, al asalto de los liberales; mas aun, favorecieronsus empresas. ¿Como fue posible esto? Declarando a este Concilio pastoraly no dogmatico, haciendo hincapie en el aggiornamiento y el ecumenismo,estos Papas privaron de entrada al Concilio y a sı mismos de la intervenciondel carisma de la infalibilidad, que los habrıa preservado de todo error.

En el presente capıtulo mostrare tres de las maniobras del clan liberal,durante el Concilio Vaticano II.

147

Page 160: Le destronaron †

148 24. El bandidaje del Vaticano II

24.1. Golpe de mano sobre las comisiones con-

ciliares

El Pelerin Magazine del 22 de noviembre de 1985, relataba confidenciasmuy esclarecedoras del Card. Lienart a un periodista, Claude Beaufort, en1972, acerca de la primera Congregacion General del Concilio. Citare in ex-tenso este artıculo intitulado: Le Cardinal Lienart: Le Concile, l’Apotheosede ma Vie (El Card. Lienart: El Concilio, la Apoteosis de mi Vida). Mecontentare con agregar mis observaciones 1.

El 13 de octubre de 1962: el Concilio Vaticano II tiene su primera sesionde trabajo. El orden del dıa preve que la Asamblea designe a los miembrosde las Comisiones especializadas, llamadas para ayudarla en su tarea. Perolos 2300 Padres reunidos en la inmensa nave de San Pedro apenas si seconocıan. ¿Pueden elegir, de entrada, equipos competentes? La Curia esquivala dificultad: con los boletines de voto, se distribuyen las listas de las antiguascomisiones preparatorias constituidas por ella. La invitacion a mantener losmismos equipos es clara...

¿Que mas normal que volver a elegir para las comisiones conciliares a aque-llas que, durante tres anos, habıan preparado aquellos textos irreprochablesen el seno de las comisiones preparatorias? Pero, evidentemente, esta proposi-cion no podıa ser del agrado de los innovadores.

A la entrada de la Basılica, el Card. Lienart, fue informado de este procedi-miento muy ambiguo por el Card. Lefebvre, arzobispo de Bourges. Los dosconocıan la gran pusilanimidad de las comisiones preconciliares, su caractermuy romano y poco acomodado a la sensibilidad de la Iglesia Universal. Ellostemıan que las mismas causas produjeran los mismos efectos. El obispo deLille ocupa un escano en el Consejo de Presidencia del Concilio. Esta posi-cion, estima su interlocutor, le permite intervenir, oponerse a la maniobra,reclamar el tiempo necesario para que las Conferencias Episcopales puedanproponer candidaturas representativas.

Ası que, los liberales temen a los teologos y a los esquemas romanos. Paraobtener comisiones de sensibilidad liberal, digamoslo, es preciso preparar

1Le Figaro (periodico frances) del 9 de diciembre de 1976 publico extractos de un Diariodel Concilio, redactado por el Card. Lienart. Michel Martin comenta estos extractos en suartıculo L’Ardoise Refilee, del n. 165 del Courrier de Rome, enero de 1977.

Page 161: Le destronaron †

24.1. Golpe de mano sobre las comisiones conciliares 149

nuevas listas que abarcaran a los miembros de la mafia liberal mundial: unpoco de organizacion y para empezar, una primera intervencion, lo lograran.

Ayudado por Mons. Garrone, el Card. Lefebvre, ha preparado un texto enlatın. El lo pasa al Card. Lienart.

He aquı un texto ya preparado por el Card. Lefebvre, arzobispo de Bourges2 . Es decir que no hubo improvisacion sino premeditacion, digamos prepara-cion, organizacion, entre cardenales de sensibilidad liberal.

Diez anos despues, este (el Card. Lienart) recordaba su estado de animoaquel dıa, en los terminos siguientes:

Me quede sin respuesta. Ya sea que, convencido de que eso no era razona-ble, no decıa nada y faltaba a mi deber; o bien hablaba. Nosotros no podıamosrenunciar a nuestra funcion, que era la de elegir. Entonces tome mi papel.Me incline hacia el Card. Tisserant, quien estaba a mi lado y presidıa y ledije: ”Eminencia, no se puede votar. No es razonable, no nos conocemos.Le pido la palabra”. El me respondio: ”Es imposible, el orden del dıa nopreve ningun debate. Estamos reunidos simplemente para votar, yo no puedodarle la palabra”. Yo le dije: ”Entonces, voy a tomarla”. Me levante y tem-blando, leı mi hoja. Inmediatamente, me di cuenta de que mi intervencionrespondıa a la angustia de toda la asistencia. Aplaudieron. Luego, el Card.Frings, quien estaba un poco mas lejos, se levanto y dijo lo mismo. Los aplau-sos se redoblaron. El Card. Tisserant propuso levantar la sesion y dar cuentaal Santo Padre. Todo esto habıa durado apenas veinte minutos. Los Padressalieron de la Basılica, lo que alarmo a los periodistas. Inventaron novelas:”Los obispos franceses se rebelan en el Concilio”, etc. No era una rebelion,era una sabia reflexion. Por mi rango, y las circunstancias, yo estaba obligadoa hablar o renunciaba, ya que interiormente hubiera sido una dimision.

Saliendo del Aula conciliar, un obispo holandes expresaba sin rodeos supensamiento y el de los obispos liberales, franceses y alemanes, diciendo aun sacerdote amigo que se encontraba a cierta distancia: ¡Nuestra primeravictoria! 3

2No confundir con su primo Mons. Marcel Lefebvre.3Cf. Ralph Wiltgen, El Rin Desemboca en el Tiber, Criterio Libros, Madrid, 1999, pag.

21.

Page 162: Le destronaron †

150 24. El bandidaje del Vaticano II

24.2. El I.D.O.C. o el intox

Uno de los medios de presion mas eficaces del clan liberal sobre el Con-cilio fue el I.D.O.C., Instituto de Documentacion..., al servicio de las pro-ducciones de la inteligentia liberal, que inundo a los padres conciliares contextos innumerables. El I.D.O.C. declaro haber distribuido, hasta el final dela tercera sesion conciliar, mas de cuatro millones de hojas. La organizaciony las producciones del I.D.O.C. correspondieron a la Conferencia EpiscopalHolandesa, el financiamiento habıa sido asegurado, en parte, por el PadreWeren-fried (por desgracia) y por el Card. Cushing, arzobispo de Boston enlos Estados Unidos. El enorme secretariado se encontraba en la via dell’Aminaen Roma.

De nuestro lado, obispos conservadores, habıamos tratado de contrarrestaresta influencia, gracias al Card. Larraona, que puso su secretariado a nuestradisposicion. Tenıamos maquinas de escribir y de mimeografo y algunas treso cuatro personas. Fuimos muy activos, pero eso era insignificante en com-paracion con la organizacion del I.D.O.C. Algunos brasilenos, miembros dela T.F.P., nos ayudaron con una abnegacion inaudita, trabajando durantela noche mimeografiando los textos que entre cinco o seis obispos habıamosredactado, es decir, el comite directivo del Coetus Internationalis Patrumque yo habıa fundado con Mons. Carli, obispo de Segni, y Mons. de ProencaSigaud, arzobispo de Diamantina, en Brasil, 250 obispos se habıan afiliadoa nuestra organizacion 4. Con el Padre V. A. Berto, mi teologo particular,con los obispos antedichos y otros como Mons. de Castro Mayer y con al-gunos obispos espanoles, redactamos esos textos que se imprimıan durante lanoche; y a la madrugada algunos de esos brasilenos iban en auto a distribuirnuestras hojas por los hoteles, en los buzones de los Padres conciliares, comolo hacıa el I.D.O.C. con una organizacion veinte veces superior a la nuestra.

El I.D.O.C. y muchas otras organizaciones y reuniones de los liberalesson la muestra de que hubo una conjura en este Concilio, preparada conantelacion, desde hace anos. Ellos supieron lo que debıan hacer, como hacerloy quien debıa hacerlo. Lamentablemente este complot tuvo exito, el Conciliofue intoxicado, en su gran mayorıa, por el poder de la propaganda liberal.

4Cf. Wiltgen, op. cit., pags. 171-172.

Page 163: Le destronaron †

24.3. Astucias de los redactores de los esquemas conciliares 151

24.3. Astucias de los redactores de los esque-

mas conciliares

Es cierto que, con los 250 Padres conciliares del Coetus, habıamos tratado,por todos los medios puestos a nuestra disposicion, de impedir que los erroresliberales aparecieran en los textos del Concilio y con eso pudimos, a pesar detodo, limitar los danos, cambiar algunas afirmaciones inexactas o peligrosas,agregar tal frase para rectificar una proposicion tendenciosa, una expresionambigua.

Pero debo confesar que no hemos podido purificar al Concilio del espırituliberal y modernista que impregnaba la mayorıa de los esquemas. De hecho,los redactores eran precisamente los expertos y los Padres empapados de esteespıritu. Ahora bien, ¿que quereis?, cuando un documento esta en todo suconjunto redactado con un espıritu falso, es practicamente imposible expur-garlo de este espıritu; serıa preciso volver a escribirlo completamente paradarle un espıritu catolico.

Lo que pudimos hacer, por los modi que presentamos, es agregar incisos enlos esquemas y eso se ve muy bien; basta con comparar el primer esquema dela libertad religiosa con el quinto que fue redactado, ya que este documentose redacto cinco veces y otras tantas volvio al escenario, de este modo, apesar de todo, logramos atenuar el subjetivismo que infestaba las primerasredacciones. Lo mismo para la Gaudium et Spes, se ven muy bien los parrafosque han sido agregados a peticion nuestra y que estan allı, yo dirıa, comopiezas colocadas en un viejo vestido; eso no va con el conjunto; no existemas la logica de la redaccion primitiva; los agregados hechos para atenuar ocontrarrestar las afirmaciones liberales, quedan allı como cuerpos extranos.

No solo nosotros, conservadores, hicimos agregar tales parrafos; el mismoPapa Pablo VI, vosotros lo sabeis, hizo agregar una Nota explicativa pre-liminar a la Constitucion sobre la Iglesia, Lumen Gentium, para rectificar lafalsa nocion de colegialidad insinuada en el texto n. 22201.

Pero lo molesto es que los mismos liberales hicieron lo mismo en los textosde los esquemas: afirmacion de un error o de una ambiguedad, o de unaorientacion peligrosa, luego, inmediatamente, antes o despues, la afirmacionen sentido contrario, para tranquilizar a los padres conciliares conservadores.

Page 164: Le destronaron †

152 24. El bandidaje del Vaticano II

Ası en la Constitucion sobre la Liturgia, Sacrosanctum Concilium cuandoescribieron: podra darse mayor cabida a la lengua vernacula (n. 36, §2) y con-fiaron a las asambleas episcopales el cuidado de decidir si se adoptara o no lalengua vernacula (cf. n. 36, §3), los redactores de los textos abrieron la puer-ta a la supresion del latın en la liturgia. Pero, para atenuar esta pretension,tuvieron cuidado primeramente; de escribir en el n. 36, §1: Se conservara eluso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular. Tran-quilizados por esta afirmacion los padres se tragaron sin problemas las otrasdos.

De igual manera, en la Declaracion sobre la Libertad Religiosa DignitatisHumanæ, cuyo ultimo esquema habıa sido rechazado por numerosos padres,Pablo VI, hizo agregar un parrafo, diciendo en resumen: Esta Declaracionno contiene nada que sea contrario a la Tradicion. 5 ¡Pero, todo el contenidoes contrario a la Tradicion! Ahora bien, alguno dira: ”¡pero lea!, esta escrito¡no hay nada contrario a la Tradicion!” Sı, esta escrito... ¡Pero eso no impideque todo sea contrario a la Tradicion. Y esta frase fue agregada en el ultimominuto por el Papa, para forzar la mano de aquellos -en particular los obisposespanoles- que se oponıan a este esquema. Y de hecho, desgraciadamente, lamaniobra tuvo exito, y en lugar de 250 no hubo mas que 74, a causa deuna pequena frase: No hay nada contrario a la Tradicion. En fin ¡seamoslogicos!, no cambiaron nada en el texto, es facil pegar despues una etiqueta yun certificado de inocencia! ¡Procedimiento inaudito! ¡Dejemos esos amanosy raterıas y pasemos a hablar sobre el espıritu del concilio!

5Cf. Declaracion Dignitatis Humanæ, n. 1, in fine; cf. Cap. XXVII de este libro.

Page 165: Le destronaron †

Capıtulo 25

El espıritu del Concilio

¡Cuantos equıvocos y orientaciones heterodoxas se hubieran podido evitarsi el Vaticano II hubiera sido un Concilio dogmatico y no un Concilio quese dijo pastoral! Ahora bien, cuando se examinan las sucesivas redaccionesde los documentos conciliares, se ven las orientaciones que ellos expresan.Permitidme indicar algunas.

25.1. El Sacerdocio de los fieles

Por cierto, Lumen Gentium distingue entre el sacerdocio comun de los fielesy el sacerdocio ministerial de los sacerdotes (n. 10). Pero, a continuacion, eltexto trae largas paginas que hablan del sacerdocio en general, confundiendolos dos, o haciendo del sacerdocio ministerial una funcion mas del sacerdociocomun (n. 11).

25.2. Exaltacion de la conciencia por encima

de la ley

De igual manera, se dice, por cierto, que el hombre debe someterse a la leyde Dios (Dignitatis Humanæ, n. 3). Pero, de inmediato se exalta la libertaddel hombre, la conciencia personal (n. 3), se llega a sostener la objecion deconciencia (ibid. n.3) de manera tan general, que es falsa: El hombre no debeser constrenido a obrar contra su conciencia. Ahora bien, eso no es cierto masque para una conciencia verdadera o para una conciencia invenciblementeerronea. El resultado es una tendencia a poner la conciencia por encima dela ley, la subjetividad por encima del orden objetivo de las cosas; cuando esevidente que la conciencia debe conformarse a la ley.

153

Page 166: Le destronaron †

154 25. El espıritu del Concilio

25.3. Definicion liberal de la verdad

De igual manera, continuamente, de modo especial en la Declaracion sobrela Libertad Religiosa, se repite que no hay que forzar ni ejercer coaccion(Gaudium et Spes, n. 59, Dignitatis Humanæ, n. 1, 2, 3, 10). La libertad sedefine como la ausencia de coaccion. Ahora bien, es evidente, que no haysociedad sin la coaccion fısica de las penas, sin la coaccion moral del temorde las penas que encierran las leyes. Si no, es la anarquıa. Ademas, NuestroSenor no es el ultimo en usar la coaccion. ¿Que coaccion moral mas fuerte quela de esta frase: Quien no crea sera condenado (Marc. 16, 16)? El Infiernopesa sobre las conciencias, eso es un bien, y es una coaccion. De ahı queexisten buenas y saludables coacciones.

25.4. Confusiones e incoherencias

Ademas, no se distingue en la Dignitatis Humanæ entre los actos religiososexentos de coaccion por parte del Estado; ¡serıa preciso distinguir los actosinternos y externos, privados y publicos y no atribuir a todos la misma li-bertad (Cf. n. 2)! ¡En un paıs catolico, es evidente que se tiene el derechode impedir la manifestacion publica de los falsos cultos y poner limites a supropaganda! Si verdaderamente el Estado, no tiene el derecho de intervenir enmateria religiosa, entonces los padres tampoco tienen el derecho de transmitiry de imponer una religion a sus hijos. Si se generaliza la libertad en materiareligiosa, sin ninguna distincion, ¡se llega al absurdo!

25.5. Tendencia al indiferentismo religioso

Afirmar que todas las religiones son caminos hacia Dios, o que el Estado noesta calificado para hacer un juicio acerca de la verdad de tal o cual religion,es decir necedades tales que confinan con la herejıa llamada indiferentismo:indiferentismo del individuo o del Estado respecto a la verdadera Religion.

Ahora bien, es innegable que el Concilio manifiesta este indiferentismo ouna tendencia hacia el. Exaltando la conciencia individual, los valores espiri-tuales y los valores salutıferos de las otras religiones (Nostra Aetate, n. 2;Unitatis Redintegratio, n. 3; Dignitatis Humanæ, n. 4) se fomenta el indife-rentismo individual. Profiriendo incongruencias inauditas, como hizo Mons.de Smedt acerca de la incompetencia del Estado para juzgar la verdad re-ligiosa, y, en definitiva para reconocer al Verdadero Dios, se propaga el in-diferentismo y el ateismo del Estado.

Page 167: Le destronaron †

25.6. Tendencia al naturalismo 155

Se ven los frutos de este espıritu y de estas doctrinas deletereas: entrelos catolicos, ya nadie sostiene que en los paıses catolicos, el Estado debareconocer la verdadera Religion, secundarla con sus leyes, e inclusive impedirla propagacion de las falsas religiones. ¡Ya nadie lo hace!

Ahora bien, si, por ejemplo, Colombia era en 1966 todavıa un paıs al 95%catolico, se debıa a que el Estado en su Constitucion prohibıa la propagacionde las sectas protestantes, lo cual significo una ayuda inapreciable para laIglesia Catolica. Al proteger la fe de los ciudadanos, estas leyes y estos je-fes de Estado habran contribuido a llevar al Cielo a millones de individuos,que tendran la vida eterna gracias a esas leyes y unicamente gracias a ellas.Pero ahora en Colombia, se acabo. Esta ley fundamental fue suprimida ainstancias del Vaticano. ¡En aplicacion de la libertad religiosa del VaticanoII! Actualmente las sectas pululan, y esos pobres hombres simples estan de-sarmados ante la propaganda de las sectas protestantes repletas de dinero yde medios que vienen una y otra vez sin cesar, para adoctrinar a los analfa-betos. No invento nada. ¿Acaso eso no es una verdadera opresion protestantey masonica de las conciencias? A esto llega la pretendida libertad religiosadel Concilio.

25.6. Tendencia al naturalismo

En el capıtulo V de la Gaudium et Spes acerca de las relaciones inter-nacionales, las organizaciones internacionales, la paz y la guerra, no encon-tramos allı casi ninguna referencia a Nuestro Senor Jesucristo. ¿Acaso puedeel mundo organizarse sin Nuestro Senor Jesucristo, tener la paz sin el Prin-ceps pacifer? ¡Es imposible! En cambio, el mundo esta sumergido en la guerray en la subversion, ante todo, porque esta hundido en el pecado. Es precisoprimero darle la gracia de Jesucristo, convertirlo para Nuestro Senor. El esla unica solucion al problema de la paz en el mundo. Sin El, se habla en elvacıo.

Mons. Hauptmann, Rector del Instituto Catolico de Parıs, presidio lacomision de redaccion de este texto. Esta comision se reunio con protes-tantes, en Suiza, con el fin de que este capıtulo pudiera agradar y conmoveral mundo internacional. Con eso ¿como llegar a algo sobrenatural y impreg-nado por Nuestro Senor Jesucristo?

Limitare a esto mi enumeracion. No digo que todo sea malo en este Con-cilio, que no haya algunos bellos textos que merezcan ser meditados; pero

Page 168: Le destronaron †

156 25. El espıritu del Concilio

afirmo, con las pruebas en la mano, que hay documentos peligrosos e inclu-so erroneos, que demuestran tendencias liberales y modernistas, que luegoinspiraron las reformas que ahora echan por tierra a la Iglesia.

Page 169: Le destronaron †

Capıtulo 26

Busqueda y dialogo. Muerte delespıritu misionero

26.1. La busqueda

Hemos visto que el espıritu catolico-liberal no tiene confianza suficienteen la verdad. El espıritu conciliar, por su parte, pierde la esperanza de llegaralguna vez a la verdad; sin duda, la verdad existe, pero ella es objeto deuna busqueda indefinida. Esto significa, veremos, que la sociedad no puedeorganizarse sobre la verdad, sobre la Verdad que es Jesucristo. En todo esto,la palabra clave es la busqueda, u orientacion, tendencia hacia la verdad,llamado de la verdad, camino hacia la verdad. La jerga conciliar y post-conciliar abunda en este vocabulario de movimiento y de dinamica.

De hecho, el Concilio Vaticano II canonizo la busqueda en su declaracionsobre la libertad religiosa: La verdad debe ser buscada segun el modo propiode la persona humana, y de su naturaleza social, a saber, por medio de unalibre busqueda.

El Concilio pone la busqueda en el primer lugar antes que la ensenanza y laeducacion. Sin embargo la realidad es otra: las convicciones religiosas se im-ponen por la educacion de los ninos, y, una vez que son adquiridas, que estanfijadas en los espıritus y expresadas en un culto religioso, ¿para que buscar?Por otra parte, la libre busqueda muy rara vez alcanzo la verdad religiosa yfilosofica. El gran Aristoteles no esta exento de errores. La filosofıa del libreexamen acaba en Hegel... ¿Y que decir de las verdades sobrenaturales? Heaquı lo que escribe San Pablo hablando de los paganos:

157

Page 170: Le destronaron †

158 26. Busqueda y dialogo. Muerte del espıritu misionero

¿Como creeran si no se les predica? ¿Como se les predicara si no se envıanmisioneros? (Rom. 10, 15).

No es la busqueda lo que la Iglesia debe proclamar sino la necesidad delas misiones: Id, ensenad a todas las naciones (Mat. 28, 19), tal es la unicaconsigna dada por Nuestro Senor. Sin la ayuda del Magisterio de la Iglesia¿cuantas almas podran encontrar la verdad y permanecer en la verdad? Lalibre busqueda, es un irrealismo total, en el fondo, es un naturalismo radical.En la practica ¿que es lo que distingue el libre buscador del libre pensador?

26.2. Los valores de las otras religiones

El Concilio se complacio en exaltar los valores salvıficos, o simplemente,los valores de las otras religiones. Hablando de las religiones cristianas nocatolicas, el Vaticano II ensena que aunque creemos que padecen deficien-cias, de ninguna manera estan desprovistas de sentido y valor en el misteriode la salvacion 1 ¡Eso es una herejıa! El unico medio de salvacion es la Igle-sia Catolica. Las comuniones protestantes, en cuanto estan separadas de launidad de la verdadera fe, no pueden ser utilizadas por el Espıritu Santo.Este no puede mas que obrar directamente sobre las almas, o usar medios,que, de suyo, no llevan ningun signo de separacion (por ejemplo el bautismo).Uno puede salvarse en el protestantismo pero no por el protestantismo. En elCielo no hay protestantes, no hay mas que catolicos. He aquı lo que declarael Concilio respecto a las religiones no cristianas:

La Iglesia Catolica no rechaza nada de lo que hay de verdadero y de santoen esas religiones. Ella considera con respeto esas maneras de obrar y devivir, esas reglas y doctrinas que, aunque difieren en muchos puntos de loque Ella sostiene y propone, aportan sin embargo un rayo de la Verdad queilumina a todos los hombres. 2

¿Pero como? ¿Deberıa respetar la poligamia y la inmoralidad del Islam, ola idolatrıa hinduista? Por cierto, estas religiones pueden conservar elementossanos, restos de la religion natural, ocasiones naturales para la salvacion; in-cluso guardar restos de la revelacion primitiva (Dios, la caıda, una salvacion),valores sobrenaturales ocultos que la gracia de Dios podrıa utilizar para en-cender en algunos la llama de una fe naciente. Pero ninguno de estos valores

1Decreto Unitatis Redintegratio sobre el ecumenismo, n. 3.2Declaracion Nostra Aetate sobre las religiones no cristianas, n. 2.

Page 171: Le destronaron †

26.3. Sincretismo religioso 159

pertenece, como propio, a las falsas religiones. Lo propio de ellas es el errarlejos de la verdad, la carencia de la fe, la ausencia de la gracia, la supersti-cion y hasta la idolatrıa. En sı mismos, esos falsos cultos no son sino vanidady afliccion del espıritu, incluso culto rendido a los demonios. Los elementossanos que pueden subsistir aun, en derecho, pertenecen a la unica verdaderaReligion: la de la Iglesia Catolica, y solo Ella puede valerse de ellos.

26.3. Sincretismo religioso

Por lo tanto, hablar de los valores salvıficos de las otras religiones, lo repito,¡es una herejıa! Y respetar sus modos de obrar y sus doctrinas, es un lenguajeque escandaliza a los verdaderos cristianos. ¡Id a hablar a nuestros catolicosafricanos de respetar los ritos animistas! Si un cristiano era sorprendido par-ticipando de semejantes ritos, era sospechoso de apostasıa y excluido de lamision por un ano. Cuando se piensa que Juan Pablo II ha hecho un gestoanimista en Togo... 3 De igual manera en Madras, el 5 de febrero de 1986,le llevaron una cana de azucar trenzada en forma de baculo, que significa laofrenda hindu al dios carnal; luego, durante la procesion del ofertorio, lle-varon al altar cocos, ofrenda tıpica de la religion hindu a sus ıdolos, y porultimo, una mujer impuso las cenizas sagradas a Juan Pablo II pasandole lamano sobre la frente 4 . El escandalo de los verdaderos catolicos indios llegabaal colmo. A estos, que diariamente se encuentran, a cada paso, en las calles,con los templos idolatricos y las creencias mitologicas de los budistas y delo hindues no es posible hablarles de reconocer, preservar y hacer progresarlos valores espirituales, morales y socioculturales, que se encuentran en esasreligiones. 5

Si en los primeros siglos, la Iglesia pudo bautizar los templos paganos osantificar los dıas de las festividades paganas, fue porque su prudencia evita-ba perturbar las costumbres respetables y que su sabidurıa sabıa discernirlos elementos de la piedad natural que no habıa que suprimir, del farragoidolatrico de que habıa purificado la mente de los nuevos convertidos. A lolargo de toda la historia de las misiones, no falto la Iglesia a este espıritu demisericordia inteligente. La nota de catolicidad de la Iglesia, ¿no es precisa-mente su capacidad de reunir en una unidad sublime de fe a los pueblos de

3L’Osservatore Romano, 11 de agosto de 1985, pag. 5.4No se trata del Tilac, que Juan Pablo II recibio el 2 de febrero de 1986 en Nueva Delhi,

cf. Fideliter, n. 51, pag. 3, sino de las cenizas sagradas o Vibhuti, cf. Indian Express, 6 defebrero de 1986.

5Vaticano II, Declaracion Nostra Aetate, n. 2.

Page 172: Le destronaron †

160 26. Busqueda y dialogo. Muerte del espıritu misionero

todos los tiempos, de todas las razas y de todos los lugares, sin suprimir susdiversidades legitimas? Se puede decir que el discernimiento respecto a todaslas religiones esta hecho hace tiempo y que ya no es preciso hacerlo. Y ahora,el Vaticano II nos pide un nuevo respeto, un nuevo discernimiento, una nue-va asimilacion y una nueva construccion y ¡en que terminos y aplicacionesconcretas! Es lo que se llama la inculturacion. No, no esta allı la sabidurıade la Iglesia.

El espıritu de la Iglesia le hizo inscribir en su liturgia palabras oportunas,destinadas a nuestro tiempo, bajo el Papa Pıo XII, poco antes del Concilio.Leed la oracion del ofertorio de la Misa de los Sumos Pontıfices, tomadadel llamado divino al Profeta Jeremıas (Jer. 1, 10): He aquı que pongo mispalabras en tu boca, que te he establecido sobre las naciones y los reinos, paraque arranques y destruyas, edifiques y plantes.

Por mi parte, jamas trate de convertir la choza de un sacerdote animista encapilla. Cuando un brujo morıa (con frecuencia envenenado), quemabamosinmediatamente su choza, con gran alegrıa por parte de los ninos. A los ojosde toda la Tradicion, la consigna dada por Juan Pablo II en la RedemptorHominis: nunca una destruccion, sino una purificacion y una nueva construc-cion 6 , no es sino una utopıa de un teologo de escritorio. De hecho, lucida ono, es una incitacion explıcita al sincretismo religioso.

26.4. El dialogo

El dialogo no es un descubrimiento conciliar, Pablo VI en su EcclesiamSuam 7 es el autor: dialogo con el mundo, con las otras religiones; pero espreciso reconocer que el Concilio aumento singularmente su tendencia liberal.Ejemplo:

La verdad debe ser buscada (...) por medio (...) de un intercambio y de undialogo por los que unos expongan a los otros la verdad que han encontrado opiensan haber encontrado, a fin de ayudarse mutuamente en la busqueda dela verdad. 8

6Encıclicas de Juan Pablo II, Edibesa, Madrid, 1998, pag. 377Del 6 de agosto de 1964.8Declaracion Dignitatis Humanæ, n. 3.

Page 173: Le destronaron †

26.4. El dialogo 161

Ası, tanto el creyente como el no creyente deberıan estar siempre en busque-da. San Pablo, sin embargo, condeno a los falsos doctores que estan siempreaprendiendo sin llegar nunca a la verdad (II Tim. 3, 7). Por su lado ¡el nocreyente podrıa ofrecer al creyente elementos de la verdad que le faltarıan!El Santo Oficio, en su Instruccion del 20 de diciembre de 1949 acerca delecumenismo rechazaba, por cierto, este error y hablando del regreso de loscristianos separados a la Iglesia catolica, escribıa: Se evitara el hablar, en estepunto, de una manera tal, que volviendo a la Iglesia se imaginen aportarleun elemento esencial que le habrıa faltado hasta hoy. 9 El contacto con losno catolicos nos puede aportar experiencia humana, pero nada doctrinal.

Ademas, el Concilio ha modificado considerablemente la actitud de la Igle-sia frente a las otras religiones, en particular las no cristianas. El 13 deseptiembre de 1975, tuve une entrevista con el secretario de Mons. NestorAdam, obispo de Sion en aquel entonces. Coincidio conmigo: Sı, hay algocambiado en la orientacion misionera de la Iglesia. Pero, anadio: Hacıa faltacambiar. Por ejemplo -me dijo- en los que no son cristianos o en los queestan separados de la Iglesia, se busca ahora lo bueno, lo positivo, se intentadiscernir germenes de salvacion en los valores que poseen.

Por cierto, todo error tiene sus lados verdaderos y positivos; no existe elerror en estado puro, tampoco el mal absoluto. El mal es la corrupcion deun bien, el error es la corrupcion de lo verdadero, en un sujeto que conservaa pesar de todo, su naturaleza, algunas cualidades naturales y algunas ver-dades. Pero, se corre un peligro muy grande al fundarse en el resto de verdadque el error conserva. Que pensarıan de un medico que, llamado para auxiliara un enfermo, declararıa: ¡Todavıa le queda algo a este enfermo, no esta tanmal! En vano insistirıan con este doctor respecto a la enfermedad: Pero, mirela enfermedad, ¿no ve que esta enfermo? ¡hay que curarlo, si no va a morir!Les contestarıa: Despues de todo, no se porta tan mal. Ademas, mi metodoconsiste en no hacerle caso al mal que esta en mis pacientes -eso es negativo-,sino mas bien en la salud que todavıa les queda. Serıa como decir: que mueranlos enfermos. Lo mismo cuando se repite persistentemente a los no catolicoso los no cristianos: despues de todo tienen una conciencia recta, poseen losmedios de salvacion, terminan creyendo que no estan enfermos. ¿Despues deeso, como convertirles?

Ahora bien, nunca la Iglesia tuvo este espıritu. Al contrario, el espıritumisionero fue siempre el de mostrar francamente a los enfermos sus llagas,

9Instruccion De Motione Oecumenica.

Page 174: Le destronaron †

162 26. Busqueda y dialogo. Muerte del espıritu misionero

a fin de curarlos y brindarles los remedios que les eran necesarios. Es unacrueldad inhumana el encontrarse ante los no cristianos y no decirles quetienen necesidad de la Religion cristiana y que no pueden salvarse mas que porNuestro Senor Jesucristo. Sin duda, al comienzo de una conversion privadase hace una captatio benevolentiæ alabando lo que hay de honesto en sureligion, eso es legıtimo; pero, erigir esto en un principio doctrinal es unerror, ¡es enganar a las almas! Los valores salvıficos de las otras religiones¡eso es una herejıa! Hacer de ello la base del apostolado misionero, es querermantener a las almas en el error. Este dialogo es sumamente antimisionero.Nuestro Senor no envio a sus Apostoles para dialogar, sino para predicar. Yaque es este espıritu de dialogo liberal que se inculca desde el Concilio a lossacerdotes y misioneros, se entiende por que la Iglesia conciliar ha perdidocompletamente el celo misionero, el mismo espıritu de la Iglesia.

Ya hemos dicho bastante sobre la libre busqueda y el dialogo; pasemosahora al resultado de esos descubrimientos conciliares: la libertad religiosa.La trataremos en sus aspectos: historicos, individual y, por ultimo, social.

Page 175: Le destronaron †

Capıtulo 27

Vaticano II a la luz de laTradicion

La libertad religiosa (...) deja integra la doctrina catolica tradicional...El Sagrado Concilio, ademas, al tratar de esta libertad religiosa,

quiere desarrollar la doctrina de los ultimos Sumos Pontıficessobre los derechos inviolables de la persona humana...

Declaracion Dignitatis Humanæ, n. 1.

Este preambulo, que quiere parecer tranquilizador, precede inmediata-mente a la Declaracion Conciliar sobre la Libertad Religiosa. Esta es pre-sentada como una continuacion de la lınea de la Tradicion. ¿Que hay decierto en ello? La cuestion se plantea al ver que los Papas del siglo XIX con-denaron, bajo el nombre de libertad de conciencia y de cultos, una libertadreligiosa que parece ser hermana de la del Vaticano II.

27.1. Vaticano II y Quanta cura

Proposiciones condenadas por Pıo IX en la Quanta Cura

1. La mejor condicion de la sociedad humana es aquella en que no se lereconoce al gobierno el deber de reprimir con penas establecidas a losvioladores de la religion catolica, sino en cuanto lo exige la paz publica.

2. La libertad de conciencia y de cultos es derecho propio de cada hombre.

3. Tal derecho debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda so-ciedad bien constituida.

163

Page 176: Le destronaron †

164 27. Vaticano II a la luz de la Tradicion

Proposiciones afirmadas por el Vaticano II en la Dignitatis Humanæ

1. En materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su concienciani se le impida que actue conforme a ella en privado y en publico, soloo asociado con otros, dentro de los lımites debidos.

2. La persona humana tiene derecho a la libertad religiosa. Esta libertadconsiste en que... sigue en 1)

3. Este derecho de la persona humana a la libertad religiosa debe serreconocido en el ordenamiento jurıdico de la sociedad, de forma que seconvierta en un derecho.

¡Cotejo asombroso! Su analisis 1 nos lleva a admitir una contradiccion enlas doctrinas. El mismo Padre Congar confiesa que Dignitatis Humanæ escontrario al Syllabus del mismo Pıo IX:

No se puede negar que la afirmacion de la libertad religiosa hecha porel Concilio Vaticano II expresa materialmente otra cosa que el Syllabus de1864, mas aun casi lo contrario de las proposiciones 16, 17 y 19 del citadodocumento. 2

El Vaticano II contradice, materialmente a Pıo IX, pero no formalmente.Esto es lo que pretenden los defensores del texto conciliar. Os lo he dicho ya3 , y ellos lo precisan; la condena de la libertad religiosa en el siglo XIX esun error historico, los Papas la condenaron, pero, de hecho, no han queridocondenar mas que el indiferentismo que entonces la inspiraba: El hombre eslibre de tener la religion que le plazca, entonces el tiene derecho a la libertadreligiosa. Dicho de esta manera, los Papas han castigado demasiado fuerte,ciegamente, sin discernimiento, por temor a este liberalismo absoluto queamenazaba lo que quedaba del poder pontificio temporal. El Padre Congarrepite esta explicacion y cita sus fuentes:

1Cf. Michel Martin, Courrier de Rome, n. 157 y en particular el numero de noviembrede 1985; Padre Bernard Lucien, Lettre a quelques evques (Carta a Algunos Obispos),Societe Saint Thomas d’Aquin, Parıs, 1983, anexo sobre la oposicion del Concilio VaticanoII con la Encıclica Quanta Cura.

2Y. Congar, La Crise dans l’Eglise et Mgr. Lefebvre (La crisis de la Iglesia y Mons.Lefebvre), pag. 50. Para el Syllabus vease el Cap. X. Por su parte, el Card. Ratzinger,advierte en el texto conciliar Gaudium et Spes, un contra-Syllabus, en la medida en querepresenta un intento por reconciliar oficialmente la Iglesia con el mundo tal como es desde1789, es decir desde los derechos humanos. Cf. Les Principes de la Theologie Catholique(Los Principios de la Teologıa Catolica), Tequi, Parıs, 1985, pag. 427.

3Cf. Cap. X.

Page 177: Le destronaron †

27.2. La libertad religiosa, ¿derecho fundamental? 165

El Padre John Courtney Murray, que pertenecıa a la elite intelectual yreligiosa mas exquisita, ha demostrado que, aun diciendo materialmente locontrario al Syllabus -es de 1864 y, como lo probo Roger Aubert, esta condi-cionado por circunstancias historicas precisas- la Declaracion (conciliar sobrela libertad religiosa) era la continuacion del combate por el cual, frente al ja-cobinismo y a los totalitarismos, los Papas habıan luchado cada vez mas porla dignidad y la libertad de la persona humana hecha a semejanza de Dios. 4

Al contrario, vimos que Roger Aubert y John Courtney Murray son ellosmismos presos del prejuicio historicista que les hace relativizar equivocada-mente la doctrina de los Papas del siglo XIX 5 . En realidad los Papas con-denaron la libertad religiosa en sı misma, como una libertad absurda, impıa yque conduce a los pueblos al indiferentismo religioso. Esta condenacion per-manece y, con la autoridad del Magisterio ordinario constante de la Iglesia(si no con el Magisterio extraordinario en la Quanta Cura), pesa sobre laDeclaracion conciliar.

27.2. La libertad religiosa, ¿derecho funda-

mental?

¿Acaso la libertad religiosa, se inscribe, como lo ha asegurado el PadreCongar (y Dignitatis Humanæ en su preambulo) en la continuidad de losderechos fundamentales de la persona humana, definidos por los Papas re-cientes, frente al jacobinismo y a los totalitarismos del siglo XX? 6 Leamosprimero algunos enunciados del derecho fundamental del culto de Dios:

El hombre, en cuanto persona, posee derechos otorgados por Dios, quedeben ser tutelados contra todo atentado por parte de la comunidad de ne-garlos, abolirlos o impedir su ejercicio. 7

(...) El creyente tiene derecho inalienable de profesar su fe y de practicarlade una manera conveniente. Las leyes que suprimen o dificultan la profesion

4Y. Congar, en Documentation Catholique (Documentacion Catolica). n. 1704, pag.789.

5Cf. Cap. X.6Cf. Ph. I. Andre-Vincent, La Liberte Religieuse Droit Fondamental (La Libertad Re-

ligiosa Derecho Fundamental), Tequi, Parıs, 1976; Mgr. Lefebvre et le Saint Office, pags.68-81.

7Pıo XI, Encıclica Mit Brennender Sorge del 14 de marzo de 1937, en E. P., pag. 1476,n. 35.

Page 178: Le destronaron †

166 27. Vaticano II a la luz de la Tradicion

o la practica de la fe estan en contra del derecho natural. 8

Que sostenga el respeto y la practica de los siguientes derechos fundamen-tales de la persona; el derecho para mantener y desarrollar la vida corporal,intelectual y moral, y particularmente el derecho a una formacion y edu-cacion religiosa; el derecho al culto privado y publico de Dios comprendiendola accion caritativa y religiosa... 9

Objetivamente, el culto de Dios del que se habla aquı, no puede ser masque el verdadero culto del Verdadero Dios, pues, cuando se habla de derechoobjetivo (el objeto concreto del derecho: un tal culto), no puede tratarse masque de algo verdadero y moralmente bueno:

Lo que no responde a la verdad y a la ley moral, ensena Pıo XII, no tiene,objetivamente, ningun derecho a la existencia, ni a la propaganda, ni a laaccion. 10

Es, por lo demas, el sentido obvio del texto de Pıo XI: creyentes y fe serefieren a los seguidores de la verdadera Religion, en este caso, los catolicosalemanes perseguidos por el nazismo.

Pero, en definitiva, ¿que es lo que atacan una y otra vez todos los regımenestotalitarios y ateos sino el fundamento mismo de todo derecho religioso? Laaccion antirreligiosa del regimen comunista sovietico tiende a ridiculizar ya suprimir todo culto religioso, ya sea catolico, ortodoxo o islamico. Lo quequieren abolir, es el derecho, enraizado en el sujeto y que responde al deberque este tiene de honrar a Dios, hecha abstraccion de su ejercicio concretoen tal o cual culto, catolico, ortodoxo... Un tal derecho se llama derechosubjetivo porque concierne al sujeto y no al objeto. Por ejemplo, yo tengo elderecho subjetivo de rendir un culto a Dios, pero, no se sigue, que yo tengael derecho objetivo de ejercer el culto budista.

A la luz de esta distincion, completamente clasica y elemental, se entiendeque, frente al ateısmo militante, los Papas de este siglo, sobre todo Pıo XII,hayan reivindicado, precisamente, el derecho subjetivo al culto de Dios, dere-cho plenamente fundamental; y es este el sentido que ha de darse a la ex-presion derecho fundamental al culto de Dios. Esto no impidio a los Papas el

8Ibid, en E. P., pag. 1476, n. 37.9Pıo XII, Radiomensaje de Navidad de 1942.

10Pıo XII, Alocucion Ci Riesce a los Juristas del 6 de diciembre de 1953.

Page 179: Le destronaron †

27.2. La libertad religiosa, ¿derecho fundamental? 167

reivindicar, por otra parte, cuando fue preciso, explıcita y concretamente, elderecho subjetivo y objetivo de las almas catolicas 11

La perspectiva del Vaticano II es totalmente distinta. El Concilio, lo voya demostrar, definio un derecho no solamente subjetivo, sino objetivo a lalibertad religiosa, un derecho absolutamente concreto, que todo hombre ten-drıa de ser respetado en el ejercicio de su culto sea cual fuere. ¡No! ¡La libertadreligiosa del Vaticano II esta totalmente opuesta a los derechos fundamentalesdefinidos por Pıo XI y Pıo XII!

11Cf. Pıo XI, Encıclica Non Abbiamo Bisogno, en E. P., pags 1337-1353.

Page 180: Le destronaron †

168 27. Vaticano II a la luz de la Tradicion

Page 181: Le destronaron †

Capıtulo 28

La libertad religiosa delVaticano II

Segun el Vaticano II, la persona humana tendrıa derecho, en nombre desu dignidad, a no ser impedida en el ejercicio de su culto religioso, sea cualfuere, en privado o en publico, salvo si esto perjudicara la tranquilidad yla moralidad publica 1 . Convendran conmigo que la moralidad publica delEstado pluralista promovida por el Concilio, no molesta mucho esta libertad;tampoco la corrompida sociedad liberal limitarıa el derecho a la libertad delconcubinato, si, en nombre de la dignidad humana, fuera dicho indistinta-mente de los amancebados y de los casados.

Ası pues ¡Musulmanes! ¡Rezad tranquilamente en nuestras calles cristianas,construid vuestras mezquitas y minaretes junto a los campanarios de nuestrasiglesias, la Iglesia del Vaticano II os asegura que no debemos impedıroslo; lomismo para vosotros budistas, hinduistas...!

Mediante esto, nosotros los catolicos os pediremos la libertad religiosa envuestros paıses, en nombre de la libertad que os acordamos en los nuestros...Podremos ası defender nuestros derechos religiosos frente a los regımenes co-munistas, en nombre de un principio declarado por una asamblea religiosatan solemne, y ya reconocida por la O.N.U. y la Francmasonerıa... Es, porotra parte, la reflexion que me hizo el Papa Juan Pablo II en la audiencia queme concedio el 18 de noviembre de 1978: Fıjese, me dijo, la libertad religiosanos fue muy util contra el comunismo en Polonia. Yo tenıa ganas de contes-tarle: Muy util puede ser, como argumento ad hominem, ya que los regımenes

1Cf. Declaracion Dignitatis Humanæ sobre la libertad religiosa, n. 2.

169

Page 182: Le destronaron †

170 28. La libertad religiosa del Vaticano II

comunistas tienen la libertad de cultos inscripta en sus Constituciones 2 perono como principio doctrinal de la Iglesia Catolica.

28.1. Libertad religiosa y verdad

En todo caso, es esto, lo que respondıa por adelantado el Padre Garrigou-Lagrange:

Nosotros podemos (...) hacer de la libertad de cultos un argumento adhominem contra aquellos que, a la vez que proclaman la libertad de cultos,persiguen a la Iglesia (Estados laicos y socializantes), o impiden su culto di-recta o indirectamente (Estados comunistas, islamicos, etc.). Este argumentoad hominem es justo y la Iglesia no lo desdena, usandolo para defender efi-cazmente su derecho a la libertad. Pero no se sigue, que la libertad de cultos,considerada en sı misma, sea sostenible para los catolicos como principio,porque ella es de suyo absurda e impıa, pues la verdad y el error no puedentener los mismos derechos. 3

Me resulta agradable repetirlo: solo la verdad tiene derechos, el error notiene ningun derecho, es la ensenanza de la Iglesia:

El derecho, escribe Leon XIII, es una facultad moral que, como hemosdicho y conviene repetir mucho, es absurdo suponer haya sido concedido por lanaturaleza de igual modo a la verdad y al error, a la honestidad y a la torpeza.Hay derecho para propagar en la sociedad libre y prudentemente lo verdadero ylo honesto para que se extienda al mayor numero posible su beneficio; pero encuanto a las opiniones falsas, pestilencia la mas mortıfera del entendimiento(...) es justo que la publica autoridad los cohıba con diligencia para que novayan cundiendo insensiblemente en dano de la misma sociedad. 4

Bajo esta luz, es claro que las doctrinas y los cultos de las religioneserroneas no tienen, de suyo, ningun derecho a que se las deje expresar ypropagar libremente. Para evitar esa evidencia solar, en el Concilio objetaronque la verdad o el error, propiamente hablando no tienen ningun derecho, queson las personas quienes tienen los derechos y son sujetos de derecho. Ası,

2Junto al derecho a la propaganda antireligiosa.3Cf. Reginald Garrigou-Lagrange, O. P., De Revelatione, Ferrari y Gabalda, Roma y

Parıs, 1921, T. II, pag. 451, octava objecion.4Encıclica Libertas, en E. P., pag. 367, n. 16.

Page 183: Le destronaron †

28.2. ¿Los derechos de la conciencia? 171

intentaban desviar el problema poniendolo en un nivel puramente subjetivoy esperando, de esta manera, poder hacer abstraccion de la verdad. Pero esteintento fue vano, como lo demostrare ahora, situandome en la problematicamisma del Concilio.

La libertad religiosa, considerada desde el punto del sujeto de derecho,consiste en acordar el mismo derecho a aquellos que se adhieren a la verdadreligiosa y a aquellos que estan en el error. ¿Es concebible semejante derecho?¿En que lo funda el Concilio?

28.2. ¿Los derechos de la conciencia?

Al comienzo del Concilio, algunos quisieron fundar la libertad religiosasobre los derechos de la conciencia: La libertad religiosa serıa vana si loshombres no pudieran traducir los imperativos de su conciencia en actos ex-teriores, declaro Mons. de Smedt en su discurso introductorio. El argumentoera el siguiente: cada uno tiene el deber de seguir su conciencia, pues ella espara cada uno la regla inmediata de la accion. Ahora bien, esto vale no solopara una conciencia verdadera, sino tambien para una conciencia invencible-mente erronea, que es la de numerosos adeptos de las falsas religiones; estostienen el deber de seguir su conciencia y, por consiguiente, debe dejarseles lalibertad de seguirla y de ejercer su culto.

El disparate del razonamiento fue pronto evidenciado y debieron resignarsea hacer fuego con otra madera. En efecto, el error invencible, es decir noculpable, disculpa toda falta moral, pero no por eso hace la accion buena 5 ypor lo mismo no da ningun derecho a su autor. El derecho no puede fundarsemas que sobre la norma objetiva de la ley, y en primer lugar, sobre la leydivina, que regula, en particular, la manera como Dios quiere ser honradopor los hombres.

28.3. ¿La dignidad de la persona humana?

Al no brindar la conciencia un fundamento suficientemente objetivo secreyo encontrar uno en la dignidad de la persona humana. El Concilio delVaticano declara (...) que el derecho a la libertad religiosa se funda realmenteen la dignidad misma de la persona humana (D. H. 2) 6 . Esta dignidad

5Sto. Tomas, I-II, cuest. 19, art. 6, corpus y ad. 1.6D. H.: Declaracion Dignitatis Humanæ.

Page 184: Le destronaron †

172 28. La libertad religiosa del Vaticano II

consiste en que el hombre, dotado de inteligencia y de libre albedrıo, esta or-denado por su misma naturaleza a conocer a Dios, lo que no puede lograrsi no se le deja libre. El argumento es este: el hombre es libre, luego, debedejarsele libre. O de igual manera: el hombre esta dotado de libre albedrıo,luego, tiene derecho a la libertad de accion. Se reconoce el principio absur-do de todo liberalismo, como lo llama el Card. Billot. Es un sofisma: el librealbedrıo se situa en el terreno del ser, la libertad moral y la libertad de accionen el plano del obrar. Una cosa es lo que Pedro es por naturaleza y otra loque llega a ser (bueno, o malo, en la verdad o en el error) mediante sus actos.Por cierto, la dignidad humana radical es la de una naturaleza inteligente ypor consiguiente capaz de una eleccion personal, pero su dignidad terminal(final) consiste en adherir en acto a la verdad y al bien. Es esta dignidadterminal la que merece para cada cual la libertad moral (facultad de obrar)y la libertad de accion (facultad de no ser impedido de obrar). Pero, en lamedida en que el hombre se adhiere al error o se apega al mal, pierde sudignidad terminal o no la alcanza y ya no puede fundarse nada sobre ella.Esto es lo que ensenaba magnıficamente Leon XIII en dos textos ocultadospor Vaticano II. Hablando de las falsas libertades modernas, escribe LeonXIII en la Immortale Dei:

Cuando la mente da el asentimiento a opiniones falsas y la voluntad abrazalo que es malo y lo practica, ni la mente ni la voluntad alcanzan su perfeccion,antes bien se desprenden de su dignidad natural y se despenan a la corrup-cion. Por lo tanto, no debe manifestarse ni poner ante los ojos de los hombreslo que es contrario a la virtud y a la verdad; mucho menos defenderlo por lafuerza y la tutela de la ley. 7

Y en Libertas, el mismo Papa precisa en que consiste la verdadera libertadreligiosa y sobre que debe fundarse:

Tambien se pregona con gran ardor la que llaman libertad de conciencia,que, si se toma en el sentido de ser lıcito a cada uno, segun le agrade, dar o noun culto a Dios, queda suficientemente refutada con lo ya dicho 8 . Pero puedetambien tomarse en el sentido de ser lıcito al hombre, segun su conciencia,seguir en la sociedad la voluntad de Dios y cumplir sus mandatos 9 sin elmenor impedimento. Esta libertad verdadera, digna de los hijos de Dios, y

7En E. P., pag. 331, n. 22.8Se trata del indiferentismo religioso del individuo.9Evidentemente se trata, hablando de manera concreta, de los preceptos de la verdadera

religion.

Page 185: Le destronaron †

28.4. La libertad religiosa ¿derecho universal a la tolerancia? 173

que ampara con el mayor decoro a la dignidad de la persona humana, esta porencima de toda injusticia y violencia, y fue deseada siempre y singularmenteamada de la Iglesia. 10

A verdadera dignidad, verdadera libertad religiosa; a falsa dignidad, falsalibertad religiosa.

28.4. La libertad religiosa ¿derecho universal

a la tolerancia?

El Padre Ph. Andre-Vincent, que se interesaba mucho por este asunto, meescribio, un dıa, para ponerme en guardia: atencion, me decıa, el Conciliono pide para los adeptos de las falsas religiones el derecho afirmativo deejercer su culto, sino solamente el derecho negativo de no ser impedidos en elejercicio, publico o privado, de su culto. En definitiva, Vaticano II no habrıahecho mas que generalizar la doctrina clasica de la tolerancia.

En efecto, cuando un Estado catolico, en razon de la paz civil, para lacooperacion de todo el bien comun, o de una manera general, para evitarun mal mayor o causar un bien mayor, juzga que el debe tolerar el ejerciciode tal o cual culto, puede, entonces, o cerrar los ojos acerca de ese cultopor una tolerancia de hecho, no tomando ninguna medida coercitiva a surespecto; inclusive dar a sus adeptos el derecho civil de no ser molestados enel ejercicio de su culto. En este ultimo caso, se trata de un derecho puramentenegativo. Por otra parte, los Papas, no dejan de subrayar que la toleranciacivil no concede ningun derecho afirmativo a los disidentes, ningun derechode ejercer su culto, pues semejante derecho afirmativo no puede fundarse masque sobre la verdad del culto considerado:

Si las circunstancias lo exigen, se pueden tolerar desviaciones de la regla,cuando son introducidas en vistas a evitar mayores males, sin elevarlos, sinembargo, a la dignidad de derechos, contra las eternas leyes de la justicia. 11

Por esta causa, y sin conceder el menor derecho sino solo a lo verdaderoy honesto, no rehuye que la autoridad publica soporte algunas cosas ajenas

10En E. P., pag. 369, n. 19.11Pıo IX, Carta Dum Civilis Societas del l de febrero de 1875 a M. C. Perrin.

Page 186: Le destronaron †

174 28. La libertad religiosa del Vaticano II

de verdad y justicia, con motivo de evitar un mal mayor o de adquirir yconservar un mayor bien. 12

Sea cual fuere su caracter religioso, ningun Estado o comunidad de Esta-dos, puede dar un mandato positivo o una autorizacion positiva 13 de ensenaro hacer lo que serıa contrario a la verdad religiosa o al bien moral (...)Otra cosa, esencialmente diferente, es esta: en una comunidad de Estados¿se puede, al menos en determinadas circunstancias, establecer la norma dellibre ejercicio de una creencia o de una practica religiosa en vigor en unEstado-miembro, que no sea impedido en todo el territorio de la comunidadpor medio de las leyes u ordenanzas coercitivas del Estado? 14 15

El Padre Baucher resume esta doctrina de una manera excelente:

Decretando la tolerancia se considera que el legislador no quiere crear,en beneficio de los disidentes, el derecho o la facultad moral de ejercer suculto, sino solamente el derecho de no ser perturbados en el ejercicio de eseculto. Sin tener nunca el derecho de obrar mal, se puede tener el derecho deno ser impedido de obrar mal, cuando una ley justa lo permite por motivossuficientes. 16

Pero agrega con razon: una cosa es el derecho civil a la tolerancia, cuandoesta es garantizada por la ley en vista al bien comun de tal o cual nacionen determinadas circunstancias; otra cosa es el pretendido derecho natural einviolable a la tolerancia para todos los adeptos de todas las religiones, porprincipio y en toda circunstancia.

En realidad, el derecho civil a la tolerancia, aun cuando las circunstanciasque lo legitiman parecen multiplicarse en nuestros dıas, sigue siendo estric-tamente relativo a dichas circunstancias:

Como la tolerancia de los males, escribe Leon XIII, es cosa tocante a laprudencia polıtica, ha de estrecharse absolutamente a los lımites que pide lacausa de esta tolerancia, esto es, al publico bienestar. De modo que si dana

12Leon XIII, Libertas, en E. P., pag. 370, n. 20.13Digamos: afirmativa.14Pıo XII, Alocucion Ci Riesce.15El Papa respondio afirmativamente: sı, en ciertas circunstancias tal norma puede ser

establecida.16D.T.C., T. IX, col. 701, artıculo Liberte (Libertad).

Page 187: Le destronaron †

28.5. La libertad religiosa, ¿derecho natural a la inmunidad? 175

a este y ocasiona mayores males a la sociedad, es consiguiente que ya no eslıcita, por faltar en tales circunstancias la razon del bien. 17

Apoyandose sobre los actos del Magisterio anterior, habrıa sido muy difıcilal Vaticano II, el proclamar un derecho natural y universal a la tolerancia.Por lo demas, evitaron cuidadosamente la palabra tolerancia que parecıademasiado negativa, pues lo que se tolera es siempre un mal; en cambio, sequerıa destacar los valores positivos de todas las religiones 18 .

28.5. La libertad religiosa, ¿derecho natural

a la inmunidad?

El Concilio, sin invocar la tolerancia, definio, pues, un simple derecho natu-ral a la inmunidad: el derecho de no ser perturbado en el ejercicio del propioculto, sea este cual fuere.

La astucia, al menos el procedimiento astuto, era evidente: al no poderdefinir un derecho al ejercicio de todo culto, ya que tal derecho no existepara los cultos erroneos, se las ingeniaron para formular un derecho naturala la sola inmunidad que valga para los adeptos de todos los cultos. Ası,todos los grupos religiosos (pudoroso calificativo para cubrir la Babel de lasreligiones) gozarıan naturalmente de la inmunidad de toda coaccion en suculto publico de la divinidad suprema (¿de que divinidad se trata?) y tambiense beneficiarıan del derecho de no ser impedidos de ensenar y de manifestarsu fe (¿que fe?) publicamente, oralmente y por escrito (D. H. 4).

¿Es imaginable una mayor confusion? Todos los adeptos de todas las re-ligiones, tanto de la verdadera como de las falsas, absolutamente reducidosal mismo pie de igualdad, gozarıan de un mismo derecho natural, bajo elpretexto de que se trata solo de un derecho a la inmunidad. ¿Acaso es con-cebible?

Es harto evidente que, de suyo, los adeptos de la religion erronea, por estesolo tıtulo, no gozan de ningun derecho natural a la inmunidad. Permitidmeilustrar esta verdad con un ejemplo concreto. Si vosotros quisierais impedirla oracion publica de un grupo de musulmanes en la calle, o incluso el pertur-bar su culto en una mezquita, eventualmente, pecarıais contra la caridad y

17Encıclica Libertas, en E. P., pag. 370, n. 20.18Ya dije lo que se debe pensar de esos valores en el Cap. XXVI, no lo repetire aquı.

Page 188: Le destronaron †

176 28. La libertad religiosa del Vaticano II

seguramente contra la prudencia, pero no causarıais a esos creyentes ningu-na injusticia. No se verıan heridos en ninguno de los bienes a los que tienenderecho, ni en ninguno de sus derechos a estos bienes 19 ; en ninguno de susbienes, porque su verdadero bien no es el de ejercer sin trabas su culto falso,sino el de poder ejercer un dıa el verdadero; en ninguno de sus derechos, puesellos tienen el derecho a ejercer el culto de Dios en privado y en publico 20 ya no ser impedidos, pero ¡el culto de Ala no es el culto de Dios! En efecto,Dios mismo revelo el culto con el que quiere ser honrado exclusivamente, quees el culto de la Religion catolica 21 .

Por ende, si en justicia natural, no se perjudica de ninguna manera a esoscreyentes al impedir o perturbar su culto, es porque no tienen ningun derechonatural a no ser perturbados en su ejercicio.

Se me va a objetar que yo soy negativo, que no se considerar los valorespositivos de los cultos erroneos. Al hablar mas arriba de la busqueda 22 yarespondı a esta objecion. Se me replicara, entonces, que la orientacion funda-mental de las almas de los adeptos a los falsos cultos sigue siendo recta y quese le debe respetar y, por lo mismo, debe respetarse el culto que practican. Nopodrıa oponerme al culto sin quebrar esas almas, sin romper su orientacionhacia Dios. Ası, en razon de su error religioso, dicha alma, no tendrıa el dere-cho a ejercer su culto, pero como de todos modos, ella estarıa conectada conDios, por esa razon tendrıa derecho a la inmunidad en el ejercicio de su culto.Todo hombre tendrıa ası un derecho natural a la inmunidad civil en materiareligiosa.

Admitamos por un instante esta llamada orientacion naturalmente rectahacia Dios de toda alma en el ejercicio de su culto. No es en absoluto evidenteque el deber de respetar su culto, por esta razon, sea un deber de justicianatural. Me parece, hablando con propiedad, que se trata de un puro deberde caridad. Siendo ası, este deber de caridad no otorga a los adeptos de losfalsos cultos ningun derecho natural a la inmunidad, pero sugiere al Podercivil el acordarles un derecho civil a la inmunidad. Ahora bien, precisamenteel Concilio proclama para todo hombre, sin probarlo, un derecho natural a lainmunidad civil. Me parece, al contrario, que el ejercicio de los cultos erroneos

19Esta distincion la hace Pıo XII respecto a las extracciones organicas realizadas sobrelos cuerpos de los difuntos. Cf. Discurso del 14 de mayo de 1956.

20Pıo XII, Radiomensaje de Navidad de 1942.21Esta explicacion, por breve que sea, evita el utilizar terminos un poco complicados de

derecho objetivo y subjetivo, de derecho concreto y abstracto.22Cf. Cap. XXIV.

Page 189: Le destronaron †

28.6. ¿Una orientacion natural de todo hombre hacia Dios? 177

no puede superar el estatuto de un simple derecho civil a la inmunidad, locual es muy diferente.

Distingamos bien, por una parte, la virtud de justicia que, al acordar a unossus deberes, da a los otros el derecho correspondiente, es decir, la facultad deexigir, y por otra parte, la virtud de caridad que, por cierto, impone deberesa unos, sin atribuir por eso ningun derecho a los otros.

28.6. ¿Una orientacion natural de todo hom-

bre hacia Dios?

El Concilio (D. H. 2-3), ademas de la dignidad radical de la persona hu-mana, invoca su busqueda natural de lo divino: todo hombre en el ejerciciode su religion, sea cual fuere, estarıa, de hecho, orientado hacia el VerdaderoDios, en busqueda aun inconsciente del Verdadero Dios, conectado con Diossi se quiere, y, por esta razon tendrıa un derecho natural a ser respetado enel ejercicio de su culto.

Si un budista quema varillas de incienso ante un ıdolo de Buda, para lateologıa catolica comete un acto de idolatrıa; sin embargo, a la luz de la nuevadoctrina descubierta por Vaticano II, el expresarıa el esfuerzo supremo de unhombre para buscar a Dios. 23 Por consiguiente, este acto religioso tendrıaderecho a ser respetado, este hombre tendrıa derecho a no ser impedido derealizarlo y tendrıa derecho a la libertad religiosa.

Primero hay una contradiccion en afirmar que todos los hombres dados alos falsos cultos, de suyo, estan naturalmente orientados hacia Dios. Un cultoerroneo, de suyo, no puede mas que alejar a las almas de Dios, ya que lasencamina en una direccion que de suyo no las conduce hacia Dios.

Se puede admitir que en las falsas religiones, algunas almas puedan estarorientadas hacia Dios, pero esto es porque ellas no se apegan a los errores desu religion. No se orientan hacia Dios gracias a su religion, sino, a pesar deella. Por consiguiente, el respeto que se deberıa a esas almas no implicarıaque se deba respeto a su religion.

23Juan Pablo II, Discurso de la audiencia general del 22 de octubre de 1986.

Page 190: Le destronaron †

178 28. La libertad religiosa del Vaticano II

De todos modos, la identidad y el numero de esas almas que Dios se dignavolver hacia El por su gracia, permanece perfectamente oculto e ignorado.Por cierto que no son muchas. Un sacerdote originario de un paıs de religionmixta, me referıa, un dıa, su experiencia respecto a aquellos que viven en lassectas hereticas; me decıa su sorpresa al comprobar como esas personas estan,ordinariamente, endurecidas en sus errores y poco dispuestas a examinar lasobservaciones que puede hacerles un catolico, poco dociles al Espıritu de laVerdad...

La identidad de las almas verdaderamente orientadas hacia Dios en lasotras religiones, queda en el secreto de Dios y escapa al juicio humano. Poreso es imposible el fundar sobre ello algun derecho natural o civil. Serıahacer descansar el orden jurıdico de la sociedad sobre suposiciones fortuitaso arbitrarias. En definitiva, serıa fundar el orden social sobre la subjetividadde cada uno y construir la casa sobre la arena...

Agregare que yo estuve suficientemente en contacto con las religiones deAfrica (animismo, Islam), lo mismo se puede decir de la religion de la India(hinduismo), para poder afirmar que se dan en sus adeptos las lamentablesconsecuencias del pecado original, en particular, el oscurecimiento de la in-teligencia y el temor supersticioso. Al respecto, el sostener, como lo haceVaticano II, una orientacion naturalmente recta de todos los hombres haciaDios, es un irrealismo total y una pura herejıa naturalista. ¡Dios nos libre delos errores naturalistas y subjetivistas! Son la marca inequıvoca del libera-lismo que inspira la libertad religiosa del Vaticano II y no pueden conducirsino al caos social y a la Babel de las religiones.

28.7. La mansedumbre evangelica

Asegura el Concilio, que la revelacion divina demuestra el respeto de Cristoa la libertad del hombre en el cumplimiento de la obligacion de creer en laPalabra de Dios (D. H. 9); Jesus, manso y humilde de corazon, manda dejarcrecer la cizana hasta la cosecha, no quiebra la cana cascada ni apaga lamecha humeante (D. H. 11; cf. Mat. 13, 29; Is. 42, 3).

He aquı la respuesta. Cuando el Senor manda dejar crecer la cizana, nole concede un derecho a no ser arrancada, sino que da el consejo a los quecosechan a fin de no arrancar al mismo tiempo el buen grano. Consejo deprudencia: a veces es preferible no escandalizar a los fieles por el espectaculode la represion de los infieles; mas vale, a veces, evitar la guerra civil que

Page 191: Le destronaron †

28.8. La libertad del acto de fe 179

despertarıa la intolerancia. De igual manera, si Jesus no quiebra la canacascada, y de eso hace una regla para sus Apostoles, es por caridad hacia losque yerran, a fin de no apartarlos mas de la verdad, lo que podrıa ocurrir sise usaran con sus cultos medios coercitivos. Es claro, a veces existe un deberde prudencia y de caridad por parte de la Iglesia y de los Estados catolicos,hacia los adeptos de los cultos erroneos, pero, ese deber no confiere, de suyoal otro, ningun derecho. Por no distinguir la virtud de la justicia (la que daderechos), de la prudencia y de la caridad (que no confieren de suyo masque deberes), Vaticano II cae en el error. Hacer de la caridad una justicia, espervertir el orden social y polıtico de la ciudad.

Y aun cuando, por un imposible, se debiera considerar que Nuestro Senorda a pesar de todo, un derecho a la cizana de no ser arrancada, este derechoserıa totalmente relativo a las razones particulares que lo motivan, no serıanunca un derecho natural e inviolable. Allı en donde no debe temerse elarrancar el buen grano al mismo tiempo, dice San Agustın, que la severidadde la disciplina no duerma 24 y que no se tolere el ejercicio de los falsoscultos. San Juan Crisostomo mismo, poco partidario de la supresion de losdisidentes, no excluye tampoco la supresion de sus cultos:

¿Quien sabe, dice, por otra parte, si algo de la cizana no se cambiara enbuen grano? Si, pues, la arrancais ahora perjudicareis la cosecha cercana,arrancando a los que podran cambiar y llegar a ser mejores. [El Senor] noprohıbe, por cierto, reprimir a los herejes, cerrarles la boca, negarles la li-bertad de hablar, dispersar sus asambleas, repudiar sus juramentos; lo que Elprohıbe es derramar su sangre y matarlos. 25

La autoridad de estos dos Padres de la Iglesia me parece suficiente pararefutar la interpretacion abusiva que hace el Concilio de la mansedumbreevangelica. Sin duda, Nuestro Senor no predico las dragonadas, lo cual no esuna razon para disfrazarlo en un apostol de la tolerancia liberal.

28.8. La libertad del acto de fe

Por ultimo; se invoca la libertad del acto de fe (D. H. 10). Aquı hay unargumento doble. Primer argumento: Imponer, por razones religiosas, lımites

24Contra Epist. Parmeniani, 3, 2, citado por Sto Tomas, Catena Aurea, in MatthæumXIII, 29-30.

25Homilıa 46 sobre San Mateo, citada por Sto. Tomas, loc. cit. La cuestion de la muertede los herejes no viene al caso.

Page 192: Le destronaron †

180 28. La libertad religiosa del Vaticano II

en el ejercicio de un culto disidente serıa, por vıa indirecta, forzar a susadeptos a abrazar la fe catolica. Ahora bien, el acto de fe debe estar libre detoda coaccion: Que nadie sea coaccionado a abrazar la fe catolica contra suvoluntad (Codigo de Derecho Canonico de 1917, Can. 1351).

Contesto con la sana teologıa moral, que tal coaccion es legıtima segunlas reglas del voluntario indirecto. En efecto, ella tiene como objeto directoel limitar el culto disidente, lo cual es un bien 26 , y, como efecto solamenteindirecto y remoto el incitar a ciertos no catolicos a convertirse, con el riesgode que algunos se hagan catolicos mas por temor o conveniencia social quepor conviccion, lo cual no es deseable de suyo, pero puede ser permitidocuando hay una razon proporcionada.

El segundo argumento es mucho mas esencial y exige un poco de expli-cacion. Se apoya sobre la concepcion liberal del acto de fe. Segun la doctrinacatolica 27 la fe es un asentimiento, una sumision de la inteligencia a la au-toridad de Dios que revela, bajo el impulso de la voluntad libre, movida porla gracia. Por una parte, el acto de fe debe ser libre, es decir, debe quedarlibre de toda coaccion exterior que tuviere por objeto o por efecto directo elobtenerlo contra la voluntad del sujeto 28 . Por otra parte, siendo el acto defe una sumision a la autoridad divina, ningun poder o tercera persona tieneel derecho de oponerse a la influencia benefica de la Verdad Primera, quetiene derecho inalienable a iluminar la inteligencia del creyente. De eso sesigue que el creyente tiene derecho a la libertad religiosa; nadie tiene derechoa coaccionarlo, ni tampoco de impedirle abrazar la Revelacion divina o derealizar con prudencia los actos exteriores de culto correspondientes.

Ahora bien, los liberales y su sequito de modernistas, olvidadizos delcaracter objetivo, completamente divino y sobrenatural del acto de fe divinahacen de la fe la expresion de la conviccion subjetiva del sujeto 29 al terminode su busqueda personal 30 para tratar de responder a los grandes interro-gantes que le plantea el universo 31 . El hecho de la Revelacion divina exterior

26Es un bien para la Religion catolica, y hasta para el bien comun temporal cuando estese funda sobre la unanimidad religiosa de los ciudadanos.

27Vaticano I, Constitucion dogmatica Dei Filius, Dz. 1789, 1810; Sto. Tomas, II-II, cuest.2, art. 9; cuest. 4, art. 2.

28Cf. explicacion anterior.29Cf. S. Pıo X, Encıclica Pascendi, en E. P., pag. 784, n. 4; Dz. 2075.30Cf. Vaticano II, Declaracion Dignitatis Humanæ, n. 3.31Cf. Vaticano II, Declaracion Nostra Aetate, n. 2.

Page 193: Le destronaron †

28.8. La libertad del acto de fe 181

y su proposicion por la Iglesia ceden el paso a la invencion creadora del su-jeto, o al menos, la segunda [la fe] debe esforzarse en ir al encuentro de laprimera [la revelacion]... 32. Si esto es ası, entonces, la fe divina es rebajada alnivel de las convicciones religiosas de los no-cristianos, que piensan tener unafe divina cuando no tienen mas que una persuasion humana, puesto que elmotivo para adherirse a su creencia no es la autoridad divina que revela sinoel libre juicio de su espıritu. Ahora bien, es incongruencia fundamental delos liberales pretender conservar para este acto de persuasion completamentehumana, los caracteres de la inviolabilidad y la dispensa de toda coaccionque pertenecen solo al acto de fe divina. Ellos aseguran que por los actosde sus convicciones religiosas los adeptos de las otras religiones entran enrelacion con Dios, y que, a partir de allı, esta relacion debe quedar libre detoda coaccion que pudiera afectarla. Ellos dicen: Todos los credos religiososson respetables e intocables.

Pero, estos ultimos argumentos son manifiestamente falsos, pues por susconvicciones religiosas, los adeptos de las otras religiones no hacen mas queadherirse a invenciones de su propio espıritu, producciones humanas que notienen en sı mismas nada divino ni en su causa, ni en su objeto, ni en elmotivo para aceptarlas.

Esto no quiere decir que no haya nada verdadero en sus convicciones, oque no puedan conservar huellas de la Revelacion primitiva o posterior. Perola presencia de esas semina Verbi no basta por sı sola para hacer de susconvicciones un acto de fe divina. Ademas si Dios quisiera suscitar este actosobrenatural por su gracia, en la mayorıa de los casos se verıa impedido porla presencia de multiples errores y supersticiones a las que estos hombrescontinuan adheridos.

Frente al subjetivismo y al naturalismo de los liberales, debemos reafirmarhoy el caracter objetivo y sobrenatural de la fe divina que es la fe catolicay cristiana. Solo ella tiene un derecho absoluto e inviolable al respeto y a lalibertad religiosa.

32El P. Pierre-Reginald Cren, O. P. opone sin verguenza, a la nocion catolica de la fe, suconcepcion personalista de la Revelacion: La Revelation: dialogue entre la Liberte Divineet la Liberte Humaine (La Revelacion, Dialogo entre la Libertad Divina y la Humana) esel tıtulo de su articulo consagrado a la libertad del acto de la fe; Lumiere et Vie, n. 69, LaLiberte Religieuse (La Libertad Religiosa), pag. 39.

Page 194: Le destronaron †

182 28. La libertad religiosa del Vaticano II

Page 195: Le destronaron †

Capıtulo 29

Vaticano II y la ciudad catolica

En resumen, la Declaracion conciliar sobre la libertad religiosa es primerocontraria al Magisterio constante de la Iglesia 1 . Despues, no se situa enla lınea de los derechos fundamentales definidos por los recientes Papas 2 .Ademas, acabamos de ver que no tiene ningun fundamento racional o revela-do. Para terminar, conviene examinar si se halla de acuerdo con los principioscatolicos que rigen las relaciones de la ciudad temporal con la religion.

29.1. Lımites de la libertad religiosa.

Para empezar, Vaticano II precisa que la libertad religiosa debe restringirsea justos lımites (D. H. 1), segun normas jurıdicas conformes con el ordenmoral objetivo, normas que son requeridas por la tutela eficaz, en favor detodos los ciudadanos (...) la honesta paz publica (...) la debida custodia de lamoralidad publica (D. H. 7). Todo esto es muy razonable, pero deja de ladola cuestion esencial que es la siguiente: ¿Tiene el Estado el deber, y por con-siguiente el derecho, de salvaguardar la unidad religiosa de los ciudadanos enla Religion verdadera, y, de proteger a las almas catolicas contra el escandaloy la propagacion del error religioso, y, por esas solas razones, de limitar elejercicio de los cultos falsos, hasta prohibirlos si fuere necesario?

Tal es, en efecto, la doctrina de la Iglesia expuesta con fuerza por el PapaPıo IX en la Quanta Cura, en donde el Pontıfice condena la opinion de aque-llos que, contrariamente a la doctrina de la Escritura, de la Iglesia y de losSantos Padres, no temen afirmar que ”el mejor gobierno es aquel en el queno se reconoce al poder el oficio de reprimir por la sancion de las penas a los

1Capitulo XXVII, primera parte.2Capıtulo XXVII, segunda parte.

183

Page 196: Le destronaron †

184 29. Vaticano II y la ciudad catolica

violadores de la Religion catolica, mas que cuando lo exige la paz publica”(Dz. 1689). El sentido obvio de la expresion violadores de la Religion catolicaes: aquellos que ejercen publicamente un culto distinto del catolico, o que,no observan publicamente las leyes de la Iglesia. Pıo IX ensena, pues, queel Estado gobierna mejor cuando se reconoce a sı mimo el oficio de reprimirel ejercicio publico de los cultos erroneos, por la sola razon de que ellos sonerroneos y no solamente para salvaguardar la paz publica; por el solo moti-vo de que ellos contravienen el orden cristiano y catolico de la Ciudad y nosolamente porque la paz o la moralidad publicas podrıan ser afectadas.

Por eso se debe decir que los lımites fijados por el Concilio a la libertadreligiosa no son mas que apariencias enganosas, que ocultan su defecto radi-cal, a saber ya no tener en cuenta la diferencia entre la verdad y el error.Contra toda justicia, se pretende atribuir los mismos derechos a la verdaderaReligion y a las falsas, y luego se trata artificialmente de limitar los perjuiciospor medio de lımites que estan lejos de satisfacer las exigencias de la doctrinacatolica. Compararıa facilmente los lımites de la libertad religiosa con labarda de seguridad de las autopistas, que sirve para contener las divagacionesde los vehıculos cuando los conductores han perdido el control. ¡Serıa bueno,cerciorarse antes de todo que esten dispuestos a seguir las leyes de transito!

29.2. Falsificacion del bien comun temporal.

Veamos ahora los vicios mas fundamentales de la libertad religiosa. En elfondo, la argumentacion conciliar se apoya sobre un falso concepto persona-lista del bien comun, reducido a la suma de los intereses particulares o, comose dice, al respeto de los derechos de las personas en detrimento de la obracomun que se debe cumplir para la mayor gloria de Dios y el bien de todos.Ya Juan XXIII en la Pacem in Terris tiende a adoptar este punto de vistaparcial, y por lo tanto, falso:

Para el pensamiento contemporaneo, escribe, el bien comun reside sobretodo en la salvaguarda de los derechos y de los deberes de la persona humana.3

Ciertamente Pıo XII, enfrentado a los totalitarismos contemporaneos, lesopuso legıtimamente los derechos fundamentales de la persona humana 4 ,

3Encıclica del 11 de abril de 1963, n. 61.4Cf. especialmente el Radiomensaje de Navidad de 1942.

Page 197: Le destronaron †

29.3. Ruina del derecho publico de la Iglesia 185

lo cual no significa que la doctrina catolica se lımite a eso. De tanto truncarla verdad en un sentido personalista se termina por entrar en el juego delindividualismo furioso que los liberales han logrado introducir en la Iglesia.Como lo han destacado Charles de Koninck 5 y Jean Madiran 6 , exaltandoal individuo no se lucha autenticamente contra el totalitarismo, sino recor-dando que el verdadero bien comun temporal esta ordenado positivamente,aunque fuera indirectamente, al bien de la Ciudad de Dios en la tierra y enel Cielo. ¡No nos hagamos complices de los personalistas en su secularizaciondel derecho!

Concretamente y en otras palabras, el Estado (no hablo de los paıses no-cristianos), antes de preocuparse por saber si las personas de los musulmanes,de los Krishna y de los Moon son un poco vejados por la ley, deberıa velarpor salvaguardar el alma cristiana del paıs, que es el elemento esencial delbien comun de una Nacion aun cristiana.

((Es una cuestion de acentuacion)), diran algunos.

¡No! Se trata de una cuestion fundamental: ¿Es o no una doctrina catolicala concepcion global de la ciudad catolica?

29.3. Ruina del derecho publico de la Iglesia

Lo peor, dirıa, de la libertad religiosa del Vaticano II, son sus consecuen-cias: la ruina del derecho publico de la Iglesia, la muerte del reinado socialde Nuestro Senor Jesucristo y, por ultimo, el indiferentismo religioso de losindividuos. La Iglesia, segun el Concilio, puede todavıa gozar, de hecho, deun reconocimiento especial de parte del Estado, pero Ella no tiene un derechonatural y primordial a este reconocimiento, aun en una nacion en su mayorıacatolica: acabaron con el principio del Estado confesional catolico que habıahecho la felicidad de las naciones todavıa catolicas. La mas clara aplicaciondel Concilio fue la supresion de los Estados catolicos, su laicizacion en vir-tud de los principios del Vaticano II, e incluso, a pedido del Vaticano. Todasesas naciones catolicas (Espana, Colombia, etc.) fueron traicionadas por lasmisma Santa Sede en aplicacion del Concilio. La separacion de la Iglesia ydel Estado fue proclamada como el regimen ideal por el Card. Casaroli y porJuan Pablo II, cuando se hizo la reforma del Concordato italiano.

5La Primaute du Bien Commun contre les Personnalistes (De la Primacıa del BienComun contra los Personalistas), Ed. de l’Universite de Laval, 1943.

6Le Principe de Totalite (El Principio de Totalidad), N. E. L., Parıs, 1963.

Page 198: Le destronaron †

186 29. Vaticano II y la ciudad catolica

Por principio, la Iglesia se encuentra reducida al derecho comun recono-cido por el Estado a todas las religiones; por una impiedad sin nombre, seencuentra en un mismo pie de igualdad con la herejıa, la perfidia y la idola-trıa. Ası, su derecho publico es radicalmente aniquilado. En la doctrina yen la practica, no queda nada de lo que habıa sido el regimen de las rela-ciones publicas de la sociedad civil con la Iglesia y las otras religiones, y quepuede resumirse con las siguientes palabras: reconocimiento de la verdaderaReligion, tolerancia eventual y limitada de las otras religiones. Ası, antes delConcilio, el Fuero de los Espanoles, carta fundamental de derechos y deberesdel ciudadano espanol, preveıa sabiamente en su artıculo 6:

La profesion y practica de la Religion catolica, que es la del Estado espanol,gozara de la proteccion oficial. Nadie sera inquietado ni por sus creenciasni en el ejercicio privado de su culto. No se permitiran ni ceremonias nimanifestaciones exteriores, salvo las de la Religion del Estado. 7 . Esta no-tolerancia muy estricta de los cultos disidentes esta perfectamente justificada:por una parte, puede ser impuesta al Estado en base a su cura Religionis ya su deber de proteger a la Iglesia y la fe de sus miembros; por otra parte, launanimidad religiosa de los ciudadanos en la verdadera fe es un bien preciosoe irremplazable que es preciso conservar a toda costa, por lo menos en vista almismo bien comun temporal de una nacion catolica. Eso es lo que expresabael esquema sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado redactado parael Concilio por el Card. Ottaviani. Este documento exponıa, simplemente, ladoctrina catolica acerca de esta cuestion, doctrina aplicable integralmente enuna nacion catolica:

Ası pues, de igual manera que el poder civil cree estar en derecho de pro-teger la moralidad publica, ası tambien, a fin de proteger a los ciudadanoscontra las seducciones del error, de guardar la Ciudad en la unidad de la fe,que es el bien supremo y la fuente de numerosos beneficios, aun temporales,el poder civil puede, por sı mismo, regular y moderar las manifestacionespublicas de los otros cultos y defender a los ciudadanos contra la difusionde las falsas doctrinas que, a juicio de la Iglesia, ponen en peligro su eternasalvacion. 8 ¡Las confusiones mantenidas revelan la apostasıa latente!

El Fuero de los Espanoles tolera, como vimos, el ejercicio privado de loscultos erroneos, pero no tolera sus manifestaciones publicas. He aquı una

7Citado por el Card. Ottaviani, Deberes del Estado Catolico con la Religion, CuadernosFides, n. 14, Si Si No No, Madrid, 1998, pag. 8.

8Ver el texto ıntegro de este documento en el Apendice de la presente obra, n. 5.

Page 199: Le destronaron †

29.3. Ruina del derecho publico de la Iglesia 187

distincion muy clasica que Dignitatis Humanæ se nego a aplicar. El Conciliodefinio la libertad religiosa como un derecho de la persona en materia reli-giosa, en privado como en publico, solo o asociado con otros (D. H. 2). Y, eldocumento conciliar justificaba este rechazo de toda distincion:

La misma naturaleza social del hombre exige que este manifieste exter-namente los actos internos de la religion, que se comunique con otros enmateria religiosa, que profese su religion de forma comunitaria (D. H. 3).

Sin duda alguna, la religion es un conjunto de actos no solo interiores delalma (devocion, oracion) sino tambien exteriores (adoracion, sacrificio), y nosolamente privados (oracion familiar) sino tambien publicos (oficios religiososen los edificios de culto, digamos en las iglesias, procesiones, peregrinaciones,etc.). Pero el problema no es este. Lo que importa saber es de que religionse trata: si es la verdadera o si es la falsa. En cuanto a la verdadera Religionella tiene el derecho de ejercer todos los actos mencionados con una prudentelibertad, como dice Leon XIII 9 , es decir dentro de los lımites del ordenpublico, no de manera intempestiva. Pero los actos de los cultos erroneosdeben diferenciarse los unos de los otros de una manera cuidadosa. Los actospuramente internos escapan, por su misma naturaleza a todo poder humano10 . En cambio, los actos privados externos a veces pueden ser sometidos ala reglamentacion de un Estado catolico si estos perturbasen el orden publi-co, por ejemplo, las reuniones de oracion de no-catolicos en departamentosprivados. Por ultimo, los actos cultuales publicos caen de suyo bajo el pesode las leyes que tienden en dado caso a prohibir toda publicidad a los cultoserroneos. Pero, ¿como podıa el Concilio aceptar el hacer estas distinciones yaque rechazaba el distinguir la verdadera Religion de las falsas, entre Estadocatolico, Estado confesional no catolico, Estado comunista, Estado pluralista,etc? Por el contrario, el esquema del Card. Ottaviani no dejaba de hacer todasestas distinciones absolutamente indispensables. Pero precisamente, y allı seve la futilidad y la impiedad del designio conciliar, Vaticano II quiso definirun derecho que pudiera convenir a todos los casos, independientemente de laverdad. Es lo que habıan pedido los masones. Habıa allı una apostasıa latentede la Verdad que es Nuestro Senor Jesucristo.

9Encıclica Libertas, en E. P., pag. 367, n. 16.10Exceptuando el poder de la Iglesia sobre sus subditos, que no es puramente humano.

Page 200: Le destronaron †

188 29. Vaticano II y la ciudad catolica

29.4. Muerte del Reinado social de Nuestro

Senor Jesucristo.

Ahora bien, si el Estado ya no reconoce su deber especial respecto a laverdadera Religion del verdadero Dios, el bien comun de la sociedad civil yano esta ordenado a la ciudad celestial de los bienaventurados, y la Ciudad deDios sobre la tierra, es decir la Iglesia, se encuentra privada de su influenciabenefica y unica sobre toda la vida publica. Quierase o no, la vida social seorganiza fuera de la verdad y de la ley divina. La sociedad se vuelve atea. Esla muerte del reinado social de Nuestro Senor Jesucristo. Es, por cierto, loque hizo Vaticano II, cuando Mons. de Smedt, relator del esquema sobre lalibertad religiosa, afirmo tres veces:

El Estado no es una autoridad competente para hacer un juicio de verdado falsedad en materia religiosa. 11

¡Que declaracion tan monstruosa la de afirmar que Nuestro Senor no tienemas el derecho de reinar, de reinar solo, de impregnar todas las leyes civilescon la ley del Evangelio! Cuantas veces Pıo XII condeno semejante positivis-mo jurıdico 12 , que pretendıa que se debe separar el orden jurıdico del ordenmoral porque no se podrıa expresar en terminos jurıdicos la distincion entrela verdadera y las falsas religiones. ¡Volved a leer el Fuero de los Espanoles!Mas aun, por colmo de impiedad, el Concilio quiso que el Estado, liberadode sus deberes para con Dios, llegue a ser, de ahora en mas, el garante de queno se prohıba a las comunidades religiosas manifestar libremente el valor pe-culiar de su doctrina para la ordenacion de la sociedad y para la vitalizacionde toda la actividad humana (D. H. 4).

Vaticano II, entonces, invita a Nuestro Senor a venir a organizar y a vivi-ficar la sociedad junto con Lutero, Mahoma y Buda. Es lo que Juan Pablo IIquiso realizar en Asıs, proyecto impıo y blasfemo. En otro tiempo, la unionentre la Iglesia y el Estado catolico tuvo como fruto la Ciudad catolica, reali-zacion perfecta del reino social de Nuestro Senor Jesucristo. Hoy, la Iglesiadel Vaticano II, desposada en adulterio con el Estado ateo, da a luz la so-

11Relatio de Reemendatione Schematis Emendati del 28 de mayo de 1965, documento 4SC.

12Pıo XII, Carta del 19 de octubre de 1945 para la XIXa Semana Social de los CatolicosItalianos; Alocucion Con Vivo Compiacimento del 13 de noviembre de 1949 al Tribunalde la Rota.

Page 201: Le destronaron †

29.5. El reinado del indiferentismo religioso. 189

ciedad pluralista, la Babel de las religiones, la Ciudad indiferentista, objetode todos los deseos de la Francmasonerıa.

29.5. El reinado del indiferentismo religioso.

Se dice: ¡A cada uno su religion!, o aun, ¡La Religion Catolica es buenapara los catolicos, pero la musulmana es buena para los musulmanes! Esa esla divisa de los ciudadanos de la Ciudad indiferentista. ¿Como quereis quepiensen de otra manera cuando la Iglesia del Vaticano II les ensena que lasotras religiones de ninguna manera estan desprovistas de sentido y valor enel misterio de la salvacion 13 . ¿Como quereis que piensen de otra manerarespecto a las otras religiones, cuando el Estado les concede a todas la mismalibertad? La libertad religiosa engendra necesariamente al indiferentismo delos individuos. Ya Pıo IX condenaba en el Syllabus la siguiente proposicion:

Es falso que la libertad civil de cualquier culto, ası como la plena potestadconcedida a todos de manifestar abierta y publicamente cualesquiera opinio-nes y pensamientos, conduzca a corromper mas facilmente las costumbres yespıritu de los pueblos y a propagar la peste del indiferentismo. 14 Es lo quenosotros vivimos: despues de la Declaracion sobre la libertad religiosa, lamayorıa de los catolicos estan convencidos que los hombres pueden encontrarel camino de la salvacion eterna y obtenerla en el culto de cualquier religion15 . Aquı tambien el plan de los francmasones se cumplio; han logrado, por unConcilio de la Iglesia catolica acreditar el gran error del tiempo presente, queconsiste en (...) poner en un mismo pie de igualdad todas las formas religiosas16 . Todos los Padres conciliares que dieron su voto a la Dignitatis Humanæ yque proclamaron con Paulo VI la libertad religiosa, ¿se dieron cuenta de que,de hecho quitaron el cetro a Nuestro Senor Jesucristo, arrancandole la coronade su realeza social? ¿Advirtieron que, concretamente, ellos destronaron aNuestro Senor Jesucristo del Trono de su Divinidad? ¿Han comprendido que,haciendose eco de las naciones apostatas, hacıan subir hasta Su Trono estasexecrables blasfemias: ¡No queremos que El reine sobre nosotros! (Luc. 19,14); ¡No tenemos mas rey que al Cesar! (Juan 19, 15)? Pero El, riendose delmurmullo confuso que subıa desde esta asamblea de insensatos, les retiro SuEspıritu.

13Decreto Unitatis Redintegratio, n. 3.14Proposicion 79, Dz. 1779.15Syllabus, proposicion condenada n. 16; Dz. 1716.16Leon XIII, Encıclica Humanum Genus sobre los francmasones, en E. P.., pag. 312, n.

6.

Page 202: Le destronaron †

190 29. Vaticano II y la ciudad catolica

Page 203: Le destronaron †

Capıtulo 30

Un concilio pacifista

El dialogo y la libre busqueda preconizadas por el Concilio, son sıntomascaracterısticos del liberalismo del Vaticano II. Se quisieron inventar nuevosmetodos de apostolado para los no cristianos dejando de lado los principiosdel espıritu misionero. Encontramos aquı lo que he llamado la apostasıa delos principios, que caracteriza el espıritu liberal. Aun mas, el liberalismo queimpregno al Concilio, llego hasta la traicion, firmando la paz con todos losenemigos de la Iglesia. Se quiso hacer un concilio pacifista.

Recordad como Juan XXIII en su alocucion de apertura del Concilio ex-puso la nueva actitud que en lo sucesivo la Iglesia debıa tener con respecto alos errores que ponen en peligro la doctrina: recordando que la Iglesia nuncadejo de oponerse a los errores, y que frecuentemente los habıa condenado congran severidad, el Papa dejo sentado, dice Ralph Wiltgen 1 , que ella pre-ferıa ahora usar de la medicina de la misericordia mas que de la severidad.Piensan que hay que remediar a los necesitados mostrandoles la validez desu doctrina sagrada mas que condenandoles. Ahora bien, no solo se tratabade expresiones lamentables, que manifiestan un pensamiento bastante confu-so, sino de todo un programa que expresaba el pacifismo que caracterizo alConcilio.

Se decıa: es necesario que hagamos la paz con los masones, la paz con loscomunistas, la paz con los protestantes. ¡Hay que acabar con esas guerrasinterminables y esa hostilidad permanente! Es por otra parte lo que me dijoMons. Montini, entonces sustituto en la Secretarıa de Estado, cuando duranteuna de mis visitas a Roma en los anos cincuenta, le pedı la condenacion delRearme moral. Me respondio: ¡Ah, no hay que estar siempre condenando,

1Op. cit., pag. 19.

191

Page 204: Le destronaron †

192 30. Un concilio pacifista

siempre condenando! ¡La Iglesia se va a parecer a una madrastra! Ese es eltermino que uso Mons. Montini, sustituto del Papa Pıo XII; ¡lo recuerdotodavıa como si fuera hoy! Por lo tanto, ¡ya no mas condenaciones, no masanatemas! ¡Pactemos!

30.1. El triple pacto

Masones ¿que quereis? ¿que solicitais de nosotros? Tal es la pregunta que elCard. Bea hizo a los B’nai B’rith antes del comienzo del Concilio: la entrevistafue anunciada por todos los diarios de Nueva York, donde tuvo lugar. Y losmasones respondieron que querıan ¡la libertad religiosa! lo que quiere decir,todas las religiones en plano de igualdad.

La Iglesia no ha de ser llamada en adelante la unica verdadera religion,el unico camino de salvacion, la unica admitida por el Estado. Terminemoscon esos privilegios inadmisibles y declarad entonces la libertad religiosa. Dehecho, la obtuvieron: fue la Dignitatis Humanæ.

Protestantes, ¿que quereis? ¿Que solicitais para que podamos satisfacerosy rezar juntos? La respuesta fue esta: ¡Cambiad vuestro culto, retirad aquelloque nosotros no podemos admitir! ¡Muy bien! se le dijo, incluso os haremosvenir cuando elaboramos la reforma liturgica. ¡Vosotros formulareis vuestrosdeseos y a ellos ajustaremos nuestro culto! Y ası ocurrio: fue la constitucionsobre la liturgia, Sacrosanctum Concilium 2 , primer documento promulgadopor Vaticano II, que da los principios y el programa detallado de la adaptacionliturgica hecha en acuerdo al protestantismo ; fue despues el Novus OrdoMissæ promulgado por Pablo VI en 1969 3.

Comunistas, ¿que solicitais para que podamos tener la felicidad de recibira algunos representantes de la Iglesia Ortodoxa rusa en el Concilio, ¡al-gunos emisarios de la K.G.B! La condicion exigida por el patriarcado deMoscu fue la siguiente: No condeneis al comunismo en el Concilio, no hableisde este tema (Yo agregarıa: ¡sobre todo no os atrevais a consagrar Rusia alCorazon Inmaculado de Marıa!) y ademas, manifestad apertura y dialogo

2Los principios de la revolucion liturgica allı estaban, mas formulados de modo quepasaran inadvertidos de los no iniciados.

3273 Op. cit., pag. 19

Page 205: Le destronaron †

30.2. La Iglesia convertida al mundo 193

hacia nosotros. Y el acuerdo 4 se hizo, la traicion fue consumada: ¡De acuer-do, no condenaremos al comunismo! Esto se ejecuto al pie de la letra: yomismo lleve, junto con Mons. Proen ca Sigaud, una peticion con 450 fir-mas de Padres conciliares al Secretario del Concilio, Mons. Felici, pidiendoque el Concilio pronunciara una condenacion de la mas espantosa tecnicade esclavitud de la historia humana, el comunismo. Despues, como nadaocurrıa, pregunte que habıa sido de nuestro pedido. Buscaron y finalmenteme respondieron con un descaro que me dejo estupefacto: Oh, su pedido seextravio en un cajon... 5 Y no se condeno al comunismo; o mas bien, el con-cilio cuya intencion era discernir los signos de los tiempos, fue obligado porMoscu a guardar silencio sobre el mas evidente y monstruoso de los signosde estos tiempos! Esta claro que hubo en el Concilio Vaticano II, un en-tendimiento con los enemigos de la Iglesia, para terminar con la hostilidadexistente hacia ellos. ¡Es un entendimiento con el diablo!

30.2. La Iglesia convertida al mundo

El espıritu pacifista del Concilio me parece perfectamente definido por elPapa Pablo VI en su discurso de la ultima sesion publica del Vaticano II,el 7 de diciembre de 1965. La Iglesia y el hombre moderno, la Iglesia y elmundo: he aquı los temas considerados por el Concilio con una mirada nuevamaravillosamente definida por Pablo VI:

La Iglesia del Concilio, sı, se ha ocupado mucho, ademas, de sı mismay de la relacion que la une a Dios, del hombre tal cual hoy en realidad sepresenta: del hombre vivo, el hombre enteramente ocupado de sı, del hombreque no solo se hace el centro de todo su interes, sino que se atreve a llamarseprincipio y razon de toda realidad...

Sigue luego una enumeracion de las miserias del hombre sin Dios y de susfalsas grandezas, que termina ası:

(...) el hombre pecador y el hombre santo; y ası sucesivamente

4Entre el Card. Tisserant, mandatario del Papa Juan XXIII y Mons. Nicodeme, con-cluido en Metz en 1962 (Cf. Itineraires, abril de 1963, febrero de 1964, julio-agosto de1984).

5Cf. Wiltgen, op. cit., pags. 312-317.

Page 206: Le destronaron †

194 30. Un concilio pacifista

Me pregunto verdaderamente como viene al caso el hombre santo, ¡al finalde esta enumeracion de tantas inmundicias! Mas aun cuando Pablo VI reca-pitula lo que acaba de describir, nombrando al humanismo laico y profano:

El humanismo laico y profano ha aparecido, finalmente, en toda su terribleestatura y, en un cierto sentido, ha desafiado al Concilio. La religion delDios que se ha hecho hombre, se ha encontrado con la religion -porque tal es-del hombre que se hace dios. ¿Que ha sucedido? ¿Un choque, una lucha, uncondenacion? Podıa haberse dado; pero no se produjo. La antigua historia delSamaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio. Una simpatıainmensa lo ha penetrado todo. El descubrimiento de las necesidades humanas-y son tanto mayores cuanto mas grande se hace el hijo de la tierra- haabsorbido la atencion de nuestro sınodo. Vosotros, humanistas modernos,que reconocıais a la trascendencia de las cosas supremas, conferidle siquieraeste merito y reconoced nuestro nuevo humanismo: tambien nosotros -y masque nadie- somos promotores del hombre. 6

Ası se explica, de una manera ingenua y lırica, pero clara y terrible, lo quefue, no el espıritu, sino la espiritualidad del Concilio: una simpatıa ilimitadapor el hombre laico, por el hombre sin Dios. Si todavıa hubiera sido paraelevar al hombre caıdo, para hacerle ver sus llagas mortales, para curarlocon un remedio eficaz, para sanarlo y conducirlo al seno de la Iglesia, parasometerlo a su Dios... ¡Pero no! Fue para poder decir al mundo: La Iglesiatambien tiene el culto del hombre.

No dudo en afirmar que el Concilio llevo a cabo la conversion de la Iglesiaal mundo. Os dejo adivinar quien ha sido el animador de esta espiritualidad:basta que recordeis a quien llama Nuestro Senor Jesucristo el Prıncipe deeste mundo.

6Acta del Concilio Vaticano II, pag. 1026.

Page 207: Le destronaron †

Capıtulo 31

Vaticano II, triunfo delliberalismo llamado catolico

No creo que puedan tacharme de exagerado cuando digo que el Conciliosignifico el triunfo de las ideas liberales; los capıtulos precedentes han ex-puesto suficientemente los hechos: las tendencias liberales, las tacticas y losexitos de los liberales en el Concilio y finalmente, sus pactos con los enemigosde la Iglesia.

Los mismos liberales, los catolicos liberales, proclaman que Vaticano IIfue su victoria. En su entrevista con Vittorio Messori, el Card. Ratzinger,antiguo experto con espıritu liberal del Concilio, explica como Vaticano II haplanteado y resuelto el problema de la asimilacion de los principios liberalespor la Iglesia Catolica; no dice que haya terminado en un exito admirable,pero afirma que tal asimilacion se hizo y se realizo:

El problema de los anos sesenta fue el adquirir los mejores valores expre-sados en dos siglos de cultura ”liberal”. Son valores que aunque nacidos fuerade la Iglesia, pueden encontrar su lugar -depurados y corregidos- en su visiondel mundo. Fue lo que se hizo. 1

¿Cuando se hizo? En el Concilio sin duda, que ratifico los principios libe-rales en Gaudium et Spes y Dignitatis Humanæ. ¿Como se hizo? Medianteun intento condenado al fracaso, tal el cırculo cuadrado: casar la Iglesia conlos principios de la Revolucion. Ese es precisamente el fin y la ilusion de loscatolicos liberales.

1Mensual Jesus, noviembre de 1984, pag. 72.

195

Page 208: Le destronaron †

196 31. Vaticano II, triunfo del liberalismo llamado catolico

El Card. Ratzinger no se jacta demasiado de la empresa, incluso juzga elresultado con algo de severidad: Pero ahora el clima es diferente, ha em-peorado en relacion a aquel que justificaba un optimismo sin duda ingenuo.Ahora es necesario buscar un nuevo equilibrio. 2

¡Por lo tanto, el equilibrio todavıa no se ha encontrado, veinte anos des-pues! Sin embargo, todavıa se lo busca: ¡siempre la ilusion liberal! Otroscatolicos liberales, por el contrario, menos pesimistas, cantan abiertamentevictoria: el Concilio es nuestra victoria. Leed por ejemplo la obra de M.Marcel Prelot, senador del Doubs, sobre la historia del catolicismo liberal 3

. El autor comienza poniendo en relieve dos citas, una de Pablo VI, otra deLamennais, cuya comparacion es reveladora. He aquı lo que dice Pablo VIen el mensaje del Concilio a los gobernantes el 8 de diciembre de 1965:

¿Que pide ella de vosotros, esta Iglesia, despues de casi dos mil anos devicisitudes de todas clases en sus relaciones con vosotros, las potencias de latierra; que os pide hoy? Os lo dice en uno de los textos de mayor importanciade este Concilio; no os pide mas que la libertad. 4

Y he aquı lo que escribıa Lamennais, en un volante destinado a hacerconocer su diario L’Avenir:

Todos los amigos de la religion deben comprender que ella no necesita masque una sola cosa: la libertad.

Entonces lo veis: tanto en Lamennais como en Vaticano II se trata delmismo principio liberal de la sola libertad; nada de privilegio para la ver-dad, para Nuestro Senor Jesucristo, para la Iglesia catolica. ¡No! La mismalibertad para todos: para el error como para la verdad, para Mahoma comopara Jesucristo. ¿No es acaso la profesion del mas puro liberalismo (llamadocatolico)?

Marcel Prelot evoca la historia de ese liberalismo hasta su triunfo en Vati-cano II:

2Ibıd.3Le Catholicisme Liberal (El Catolicismo Liberal), Ed. Armand Colin, Parıs, 1969.4Acta del Concilio Vaticano II, pags. 838-839.

Page 209: Le destronaron †

197

El liberalismo catolico (...) conoce victorias; aparece con la circular de Eck-stein en 1814; brilla con la gran difusion de L’Avenir en otono de 1830;conoce victorias y crisis alternadas; hasta que el mensaje de Vaticano II alos gobernantes marca su fin: sus reivindicaciones fundamentales, probadasy depuradas, son recibidas por el Concilio mismo. Tambien es hoy posibleconsiderar el liberalismo catolico tal como es en sı mismo y la eternidad locambie. Escapa a las confusiones que han estorbado su carrera, que, en ciertosmomentos estuvieron a punto de terminarla prematuramente; ası vemos querealmente no fue una sucesion de ilusiones piadosas, profesadas por sombrasdiafanas y cloroticas, sino como un pensamiento comprometido, habiendo im-puesto su influencia en el curso de un siglo y medio sobre los espıritus y sobrelas leyes, antes de recibir la aceptacion definitiva de esta Iglesia que el habıaservido tan bien, pero en la cual habıa sido tan frecuentemente ignorado.

Eso confirma perfectamente lo que decimos: Vaticano II es el concilio deltriunfo del liberalismo. La lectura del libro L’Oecumenisme vu par un Franc-macon de Tradition (El Ecumenismo Visto por un Francmason de Tradicion)del Sr. Yves Marsaudon, escrito durante el Concilio nos lo confirma:

Los cristianos no deberan olvidar, que todo camino conduce a Dios (...)y mantenerse en esta valiente nocion de la libertad, de pensar que la Revo-lucion, salida de nuestras logias masonicas, se ha extendido magnıficamentesobre la cupula de San Pedro.

El triunfa ¡Nosotros lloramos! Agrega estas lıneas terribles y, sin embargo,verdaderas:

Cuando Pıo XII decidio dirigir por sı mismo el muy importante ministeriode Asuntos Extranjeros -la Secretarıa de Estado-, Mons. Montini fue elevadoal puesto sumamente pesado de arzobispo de la diocesis mas grande de Italia:Milan; pero no recibio la purpura. No se hacıa imposible canonicamente,aunque sı difıcil desde el punto de vista de la tradicion vigente, que a lamuerte de Pıo XII, pudiera acceder al Supremo Pontificado. Entonces vinoun hombre llamado Juan como el precursor y todo comenzo a cambiar.

Y ese mason, en consecuencia liberal, dice la verdad: todas sus ideas, porlas cuales lucharon un siglo y medio, fueron confirmadas por el Concilio.Esas libertades: libertad de pensamiento, de conciencia y de cultos, han sidoplasmadas en ese concilio con la proclamacion de la libertad religiosa deDignitatis Humanæ y la objecion de conciencia de Gaudium et Spes. Ahora

Page 210: Le destronaron †

198 31. Vaticano II, triunfo del liberalismo llamado catolico

bien; no se hizo casualmente sino gracias a hombres que, infectados ellosmismos de liberalismo, accedieron a la Sede de Pedro y usaron su poder paraimponer esos errores a la Iglesia. Sı, verdaderamente el Concilio VaticanoII es la consagracion del catolicismo liberal. Y cuando se recuerda que elPapa Pıo IX, setenta y cinco anos antes, decıa y repetıa a aquellos que lovisitaban en Roma: ¡Ojo! ¡No hay peores enemigos para la Iglesia que loscatolicos liberales!, ¡se puede medir entonces que catastrofe constituyen, parala Iglesia y para el reino de Nuestro Senor Jesucristo, tales Papas liberales ytal concilio!

Page 211: Le destronaron †

Capıtulo 32

Pablo VI, Papa liberal

Os preguntasteis quizas ¿como es posible que haya triunfado el liberalismoa traves de los Papas Juan XXIII y Pablo VI, y mediante el concilio VaticanoII? ¿Esta catastrofe es conciliable con las promesas hechas por Nuestro Senora Pedro y a su Iglesia: Las puertas del Infierno no prevaleceran contra Ella(Mat. 16, 18); Yo estare con vosotros todos los dıas hasta el fin del mundo(Mat. 28, 20)? Creo que no hay contradiccion. Efectivamente, en la medidaen que esos Papas y el Concilio han descuidado o rehusado usar de la in-falibilidad y utilizar ese carisma que les es asegurado por el Espıritu Santosiempre y cuando lo quieran usar, han podido cometer errores doctrinales ocon mayor razon dejar penetrar al enemigo en la Iglesia gracias a su negli-gencia o complicidad. ¿En que grado fueron complices? ¿De que faltas fueronculpables? ¿En que medida su funcion misma queda cuestionada?

Es evidente que un dıa la Iglesia juzgara ese concilio, juzgara a esos Papas,es necesario. Y en especial ¿como sera juzgado el Papa Pablo VI? Algunosafirman que fue hereje, cismatico y apostata; otros creen poder demostrar quePablo VI no podıa tener en vista el bien de la Iglesia y que en consecuenciano fue Papa: es la tesis de la Sede vacante. No niego que esas opinionestengan algunos argumentos a su favor. Quizas en treinta anos se descubrirancosas que estaban ocultas o se veran mejor elementos que deberıan haber sidoevidentes para los contemporaneos, afirmaciones de este Papa absolutamentecontrarias a la tradicion de la Iglesia etc... Puede ser. No creo sin embargoque sea necesario recurrir a esas explicaciones; pienso incluso que es un errorseguir esas hipotesis.

Otros piensan, de manera simplista, que hubo entonces dos Papas: uno, elverdadero, era prisionero en los sotanos del Vaticano, mientras que el otro, elimpostor, el sosıa, ocupaba el trono de San Pedro, para desgracia de la Iglesia.

199

Page 212: Le destronaron †

200 32. Pablo VI, Papa liberal

¡Han aparecido libros sobre los dos Papas, apoyados sobre revelaciones de unapersona poseıda del demonio y sobre argumentos supuestamente cientıficos,que aseguran, por ejemplo, que la voz del sosıa no es la del verdadero PabloVI!

Otros, finalmente piensan que Pablo VI no fue responsable de sus actos,siendo prisionero de su entorno, incluso drogado, lo que estarıa corroboradopor varios testimonios que muestran un Papa fısicamente agotado, al cual eranecesario sostener, etc... Solucion tambien demasiado simple para mi manerade ver, pues entonces, no tendrıamos mas que esperar un proximo Papa.Ahora bien, tuvimos otro Papa (no hablo de Juan Pablo I que reino solo unmes), Juan Pablo II, que ha proseguido invariablemente la lınea trazada porPablo VI.

La verdadera solucion me parece que es otra, mucho mas compleja, penosay dolorosa. La clave nos la da un amigo de Pablo VI, el Card. Danielou.En sus memorias publicadas por un miembro de su familia, el cardenal diceexplıcitamente: Es evidente que Pablo VI es un Papa liberal.

Y es la solucion que parece historicamente mas verosımil: porque ese Papaes como un fruto del liberalismo, toda su vida ha estado impregnada por lainfluencia de hombres que lo rodeaban o que tomo por maestros, y que eranliberales.

No oculto sus simpatıas liberales: en el Concilio, nombro moderadores, enlugar de los presidentes designados por Juan XXIII, , con el Card. Agagiani-an, cardenal de Curia sin personalidad, a los cardenales Lercaro, Suenens yDopfner, los tres liberales y amigos personales. Los presidentes fueron rele-gados a la mesa de honor y fueron los tres moderadores quienes dirigieronlos debates del Concilio. De igual manera, Pablo VI sostuvo durante todoel Concilio la faccion liberal que se oponıa a la tradicion de la Iglesia. Esoes conocido. Pablo VI ha repetido -os lo he citado ya- al fin del Concilio laspalabras de Lamennais textualmente: La Iglesia no pide mas que la libertad,¡doctrina condenada por Gregorio XVI y Pıo IX!

Es innegable que Pablo VI estuvo fuertemente marcado por el liberalis-mo. Eso explica la evolucion historica vivida por la Iglesia en estas ultimasdecadas, y caracteriza muy bien el comportamiento personal de Pablo VI. El

Page 213: Le destronaron †

201

liberal, como vimos, es un hombre que vive perpetuamente en la contradic-cion: afirma los principios pero hace lo contrario, vive perpetuamente en laincoherencia.

Dejadme citar algunos ejemplos de esos binomios tesis-antıtesis en quePablo VI se destacaba en proponer como tantos problemas insolubles quereflejaban su espıritu ansioso y paradojico. La encıclica Ecclesiam Suam, del6 de agosto de 1964, que es la carta magna de su pontificado, nos ilustra alrespecto:

Si verdaderamente la Iglesia, como decıamos, tiene conciencia de lo que elSenor quiere que ella sea, surge en ella una singular plenitud y una necesidadde expresion, con la clara conciencia de una mision que la sobrepasa y de unanueva que debe propagarse. Es la obligacion de evangelizar. Es el mandatomisionero. Es el deber de apostolado (...) Nos lo sabemos bien: ”Id y ensenada todas las naciones” es el ultimo mandato de Cristo a sus apostoles. Estosdefinen su irrecusable mision por el nombre mismo de apostoles.

Esa es la tesis y he aquı la antitesis, inmediatamente:

A proposito de este impulso interior de caridad que tiende a traducirse enun don exterior, Nos emplearemos el nombre que ha llegado a ser usual, dedialogo. La Iglesia debe entrar en dialogo con el mundo en el que vive. LaIglesia se hace palabra, la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace conver-sacion.

Finalmente viene la tentativa de sıntesis, que no hace mas que consagrarla antitesis:

(...) Antes incluso de convertir el mundo, mas aun, para convertirlo, esnecesario acercarsele y hablarle.

Mas graves y mas caracterısticas de la psicologıa liberal de Pablo VI, sonlas palabras por las cuales declara luego del Concilio la supresion del latınen la liturgia; luego de haber recordado todos los beneficios del latın: lenguasagrada, lengua estable, lengua universal, pide, en nombre de la adaptacion,el sacrificio del latın; ¡confesando incluso que sera una gran perdida para laIglesia! He aquı las palabras mismas del Papa Pablo VI a la multitud de fieles

Page 214: Le destronaron †

202 32. Pablo VI, Papa liberal

reunidos en la plaza San Pedro el 7 de marzo de 1965 y citadas por LouisSalleron en su obra La Nueva Misa 1 :

Es un sacrificio de la Iglesia el renunciar al latın, lengua sagrada, bella,expresiva, elegante. Ella ha sacrificado siglos de tradicion y de unidad de lalengua por una creciente aspiracion a la universalidad.

Y el 4 de mayo de 1967, el sacrificio era consumado mediante la InstruccionTres Abhinc Annos que establecıa el uso de la lengua vulgar para la recitacionen voz alta del Canon de la Misa.

Ese sacrificio, en el espıritu de Pablo VI, parece haber sido definitivo. Loexplica nuevamente el 26 de noviembre de 1969 al presentar el nuevo rito dela Misa:

Ya no es el latın sino la lengua vernacula, la lengua principal de la Misa.Para quien conoce la belleza, el poder del latın, su aptitud para expresar lascosas sagradas, sera ciertamente un gran sacrificio el verlo reemplazado porla lengua vulgar. Perdemos la lengua de los siglos cristianos, nos volvemoscomo intrusos y profanos en el aspecto literario de la expresion sagrada.Perdemos ası en gran parte esta admirable e incomparable riqueza artıstica yespiritual que es el canto gregoriano. Tenemos sin duda razon de sentir pesary casi desconcierto.

Todo deberıa entonces disuadir a Pablo VI de realizar tal sacrificio y per-suadirlo de conservar el latın. Pero no; complaciendose en su desconcierto deuna manera singularmente masoquista, va a actuar en sentido contrario a losprincipios que acaba de enumerar, y va a decretar el sacrificio en nombre dela comprension de la oracion, argumento especioso que no fue mas que unpretexto de los modernistas.

Jamas el latın liturgico fue un obstaculo para la conversion de los fieles opara su educacion cristiana, muy al contrario, los pueblos simples de Africay de Asia aman al canto gregoriano y a esta lengua una y sagrada, signode su pertenencia a la catolicidad. Y la experiencia prueba que allı dondeel latın no fue impuesto por los misioneros de la Iglesia latina, quedaronlatentes germenes de cismas futuros. Pablo VI pronuncia entonces la sentenciacontradictoria:

1Iction, Buenos Aires, 1978, pag. 82.

Page 215: Le destronaron †

203

La respuesta parece trivial y prosaica -dice-, pero es buena, porque es hu-mana y apostolica. La comprension de la oracion es mas preciosa que losvetustos vestidos de seda, galanura real con que estaba revestida. Mas pre-ciosa es la participacion del pueblo, de ese pueblo de hoy que quiere que se lehable claramente, de una manera inteligible que pueda traducir en su lenguajeprofano. Si la noble lengua latina nos separase de los ninos, de los jovenes,del mundo del trabajo y de los negocios, si fuese una pantalla opaca en lugarde ser un cristal transparente ¿harıamos un buen calculo, nosotros pescadoresde almas, conservandole la exclusividad en el lenguaje de la oracion y de lareligion?

¡Que confusion mental! ¿Quien me impide rezar en mi lengua? Pero laoracion liturgica no es una oracion privada, es la oracion de toda la Iglesia.Ademas otra confusion lamentable, la liturgia no es una ensenanza dirigidaal pueblo, sino el culto dirigido por el pueblo cristiano a Dios. ¡Una cosa es elcatecismo, otra la liturgia! ¡No se trata, para el pueblo reunido en la Iglesiade que se le hable claramente, sino que ese pueblo pueda alabar a Dios de lamanera mas bella, mas sagrada y mas solemne que exista! Rezar a Dios conbelleza, tal era la maxima liturgica de San Pıo X. ¡Cuanta razon tenıa!

Como veis, el liberal es un espıritu paradojico y confuso, angustiado ycontradictorio. Ası fue Pablo VI. Louis Salleron lo explica muy bien cuandodescribe el rostro de Pablo VI. Dice: tiene doble faz. No habla de duplicidadpues ese termino expresa una intencion perversa de enganar que no era la dePablo VI. ¡No, es un personaje doble, cuya cara contrariada expresa la duali-dad: ya tradicional en palabras, ya modernista en sus actos; ya catolico ensus premisas y principios, ya progresista en sus conclusiones; no condenandolo que deberıa condenar y condenando lo que deberıa conservar!

Ahora bien, por esta debilidad psicologica este Papa ofrecio una ocasionsonada y una oportunidad considerable a los enemigos de la Iglesia de servirsede el. Guardando siempre una cara (o media cara, como se quiera) catolica, nodudo en contradecir la tradicion, se mostro favorable al cambio, bautizandomutacion y progreso, yendo ası en el mismo sentido de los enemigos de laIglesia que lo alentaron.

¿No se vio acaso un dıa de 1976 a Izvestia, organo del partido comunista,reclamar a Pablo VI en nombre del Vaticano II mi condenacion y la de Econe?

Page 216: Le destronaron †

204 32. Pablo VI, Papa liberal

¡Igualmente, el diario comunista italiano L’Unita expreso una solicitudsimilar reservando una pagina entera cuando pronuncie mi sermon en Lilleel 29 de agosto de 1976, pues era furioso por mis ataques contra el comunis-mo! Tomad conciencia, decıa dirigiendose a Pablo VI, tomad conciencia delpeligro que representa Lefebvre y continuad el magnıfico movimiento de acer-camiento, comenzado con el ecumenismo del Vaticano II. Es un poco molestotener amigos como esos ¿no les parece? Triste ilustracion de una regla queya hemos destacado: el liberalismo lleva de la transaccion a la traicion.

La psicologıa de un Papa liberal es facilmente concebible, ¡pero difıcil desoportar! Nos pone, en efecto, en una situacion muy delicada en relacion atal jefe, sea Pablo VI, sea Juan Pablo II... En la practica, nuestra actituddebe fundarse en un discernimiento previo, necesario para la circunstanciaextraordinaria que significa un Papa ganado por el liberalismo. He aquı esediscernimiento: cuando el Papa dice algo que es conforme a la tradicion, leseguimos; cuando dice algo contrario a nuestra fe, o cuando alienta, o dejahacer algo que dana a nuestra fe, ¡entonces no podemos seguirle! Y esto porla razon fundamental de que la Iglesia, el Papa, la jerarquıa estan al serviciode la fe. No son ellos quienes hacen la fe; deben servirla. La fe no se hace, esinmutable, se transmite.

Por tal causa no podemos seguir los actos de estos Papas hechos con el finde confirmar una accion que va contra la tradicion: ¡serıa colaborar con laautodemolicion de la Iglesia y con la destruccion de nuestra fe!

Queda claro que lo que se nos pide sin cesar: entera sumision al Papa, enterasumision al Concilio, aceptacion de toda la reforma liturgica, va en un sentidocontrario a la tradicion, en la medida en que el Papa, el Concilio y las reformasnos alejan de la tradicion, como los hechos lo prueban mas y mas a travesde los anos. Pedirnos eso, es pedirnos colaborar con la desaparicion de la fe.¡Imposible! Los martires han muerto por defender la fe ¡Tenemos los ejemplosde cristianos prisioneros, torturados, enviados a campos de concentracion porsu fe! Un grano de incienso ofrecido a la divinidad, y ya esta, habrıan salvadosus vidas. Me han aconsejado a veces: ¡Firmad, firmad que aceptais todo yluego continuad como antes! ¡No! ¡No se juega con la fe!

Page 217: Le destronaron †

Capıtulo 33

Un liberalismo suicida: lasreformas post-conciliares

Los espıritus leales y algo perspicaces hablan de la crisis de la Iglesia parasenalar la epoca post-conciliar. Antano, se habıa hablado de la crisis arriana,de la crisis protestante, pero jamas de la crisis de la Iglesia... Desgraciada-mente, no todos coinciden en asignar las mismas causas a esta tragedia. ElCard. Ratzinger, por ejemplo, ve bien la crisis, pero disculpa totalmente alConcilio y a las reformas post-conciliares. Comienza por reconocer la crisis:

Los resultados que han seguido al Concilio parecen oponerse cruelmente alas esperanzas de todos, comenzando por las del Papa Juan XXIII y, despues,las de Pablo VI (...) Los Papas y los Padres conciliares esperaban una nuevaunidad catolica y ha sobrevenido una division tal que -en palabras de PabloVI- se ha pasado de la autocrıtica a la autodestruccion. Se esperaba un nuevoentusiasmo, y se ha terminado con demasiada frecuencia en el hastıo y enel desaliento. Esperabamos un salto hacia adelante, y nos hemos encontradoante un proceso de decadencia... 1

He aquı luego la explicacion de la crisis dada por el cardenal:

Estoy convencido que los males que hemos experimentado en estos veinteanos, no se deben al concilio ”verdadero”, sino al hecho de haberse desatadoen el interior de la Iglesia ocultas fuerzas agresivas, centrıfugas, irrespon-sables o simplemente ingenuas, de un optimismo facil, de un enfasis en lamodernidad, que ha confundido el progreso tecnico actual con un progreso

1Informe sobre la fe, pags. 35-36.

205

Page 218: Le destronaron †

206 33. Un liberalismo suicida: las reformas post-conciliares

autentico e integral. Y, en el exterior, al choque con una revolucion cultu-ral: la afirmacion en Occidente del estamento medio-superior, de la nueva”burguesıa del terciario”, con su ideologıa radicalmente liberal de sello indi-vidualista, racionalista, hedonista. 2

Mas adelante el Card. Ratzinger denuncia aquello que le parece la ver-dadera causa interior de la crisis: un anti-espıritu del Concilio:

Se contrapuso, ya durante las sesiones y con mayor intensidad en el pe-riodo posterior, un sedicente ”espıritu del Concilio”, que es en realidad suverdadero ”anti-espıritu”. Segun ese pernicioso Konzils-Ungeist, todo lo quees ”nuevo” (o que por tal se tiene: ¡cuantas antiguas herejıas han reaparecidoen estos anos bajo capa de novedad!) serıa siempre y en cualquier circunstan-cia mejor que lo que se ha dado en el pasado o que lo que existe en el presente.Es el anti-espıritu, segun el cual la historia de la Iglesia deberıa comenzarcon el Vaticano II, considerado como una especie de punto cero. 3

Entonces el cardenal propone su solucion: volver al verdadero Concilio,considerandolo no como un punto de partida del cual uno se aleja corriendo,sino mas bien como una base sobre la cual es necesario construir solidamente.Estoy de acuerdo para buscar las causas exteriores de la crisis de la Iglesia,particularmente una mentalidad liberal y amante de los placeres que se haextendido en la sociedad, incluso cristiana. Pero precisamente ¿que ha hechoVaticano II para oponerse? ¡Nada! O mas bien, ¡Vaticano II ha empujado enese sentido! Usare una comparacion: ¿Que pensarıais vosotros si ante la ame-naza de un maremoto, el gobierno holandes decidiera un dıa abrir sus diquespara evitar el choque? ¿Y si se disculpara despues de la inundacion total delpaıs diciendo: No fue culpa nuestra sino del maremoto? Es exactamente loque hizo el Concilio: ha abierto todas las barreras tradicionales al espıritu delmundo cuando anuncio su apertura al mundo, por la libertad religiosa, por laconstitucion pastoral sobre La Iglesia en el mundo de este tiempo Gaudiumet Spes, que son el espıritu mismo del Concilio, ¡Y no el anti-espıritu!

En cuanto al anti-espıritu, acepto su existencia en el Concilio y despues delConcilio, con las opiniones completamente revolucionarias de los Kung, Boff,etc... que dejaron bien atras a los Ratzinger, Congar, etc. Concedo que eseanti-espıritu ha gangrenado completamente los seminarios y universidades; yallı el Ratzinger universitario y teologo, ve bien los estragos: es su dominio.

2Op. cit., pags. 36-37.3Op. cit., pags. 40-41.

Page 219: Le destronaron †

207

Pero afirmo dos cosas: lo que el Card. Ratzinger llama anti-espıritu delConcilio no es mas que la conclusion extrema de teorıas de teologos quefueron expertos en el Concilio. Entre el espıritu del Vaticano II y el llamadoanti-espıritu no veo mas que una diferencia de grado y me parece inevitableque el anti-espıritu haya influido sobre el espıritu mismo del Concilio. Por otraparte, es el espıritu del Concilio, este espıritu liberal que ya hemos analizadoampliamente 4 y que es la raız de casi todos los textos conciliares y de todaslas reformas que le siguieron, el que debe ser puesto en el banquillo de losacusados.

Dicho de otra manera, acuso al Concilio me parece la respuesta necesariaal excuso al Concilio del Card. Ratzinger. Me explico: sostengo, y voy aprobar, que la crisis de la Iglesia se reduce esencialmente a las reformaspost-conciliares que emanan de las autoridades oficiales mas importantesde la Iglesia y en la aplicacion de las doctrinas y directivas del VaticanoII. ¡Nada, entonces, de marginal ni de subterraneo en las causas esencialesdel desastre post-conciliar! No olvidemos que son los mismos hombres y antetodo el mismo Papa Pablo VI que hicieron el Concilio y que luego lo aplicaronmetodica y oficialmente, usando su autoridad jerarquica: ası el nuevo misalde Pablo VI ha sido ex decreto sacrosanta oecumenici concilii Vaticani IIinstauratum, auctoritate Pauli P.P. VI promulgatum.

Serıa entonces un error decir: pero las reformas no comenzaron en el Con-cilio. Sin duda sobre algunos puntos las reformas han ido mas alla de la letradel Concilio; por ejemplo, el Concilio no habıa pedido la supresion del latınen la liturgia, pedıa solamente la introduccion de la lengua vernacula; perocomo lo he dicho, en el espıritu de aquellos que abrieron esta pequena puerta,el fin era llegar al cambio radical. Pero en definitiva, basta verificar que todaslas reformas se refieren oficialmente al Vaticano II: no solo la reforma de laMisa y la de los sacramentos, sino tambien la de las congregaciones religiosas,seminarios, asambleas episcopales; la creacion del sınodo romano, la reformade las relaciones entre la Iglesia y el Estado, etc...

Me limitare a tres de esas reformas: la supresion del Santo Oficio, la polıticaabiertamente procomunista del Vaticano II y el nuevo concordato entre laSanta Sede e Italia. ¿Cual ha sido el espıritu de esas reformas?

4Cap. XXV.

Page 220: Le destronaron †

208 33. Un liberalismo suicida: las reformas post-conciliares

33.1. La supresion del Santo Oficio

No invento nada, pues yo mismo hice la pregunta al Card. Browne, quienestuvo largo tiempo en el Santo Oficio: ¿El cambio del Santo Oficio en laSagrada Congregacion para la Doctrina de la fe, es un cambio accidental, su-perficial, un cambio de etiqueta solamente, o es un cambio profundo y radical?El cardenal me respondio: un cambio esencial, es evidente. En efecto, el tri-bunal de la fe dejo su lugar a una oficina de busqueda teologica. Se dira loque se quiera, pero es la realidad. Las dos instrucciones sobre la teologıa dela liberacion, por tomar este ejemplo, lejos de llegar concretamente a unacondenacion clara de esta teologıa y de sus autores, ¡tuvieron por resultadoclarısimo el alentarlos! ¿Por que? porque el tribunal se transformo esencial-mente en una oficina de busqueda. Es un espıritu radicalmente diferente,un espıritu masonico: no hay verdad poseıda, se esta siempre en busquedade la verdad. Se pierden en discusiones entre los miembros de una comisionde teologos del mundo entero que no llegan mas que a escribir textos inter-minables cuya confusion refleja la incoherencia de sus autores.

Practicamente no se condena mas, no se senalan ya las doctrinas reprobadas,no se marca a los herejes con el hierro rojo de la infamia. No... Se les pi-de callarse un ano, se declara: Esta ensenanza no es digna de una catedrade teologıa catolica, nada mas. Practicamente la supresion del Santo Oficioesta caracterizada, como yo le escribıa al Santo Padre 5 , por la libre di-fusion de los errores. El rebano de las ovejas de Nuestro Senor Jesucristoesta entregado, sin defensa, a los lobos rapaces.

33.2. La practica pro-comunista de la Santa

Sede

La Ostpolitik, o polıtica de la mano tendida hacia el Este, no data del Con-cilio, desgraciadamente. Desde Pıo XI y Pıo XII se establecieron contactos,a sabiendas o no de esos Papas, que desembocaron en catastrofes felizmentelimitadas 6 . Pero con ocasion del Concilio y desde entonces, se asiste a pactosverdaderos; os he dicho como compraron los Rusos el silencio del Concilio so-bre el comunismo 7 . Despues de Vaticano II, los acuerdos del Helsinki fueron

5Carta abierta de Mons. Lefebvre y de Mons. de Castro Mayer a Juan Pablo II del 21de noviembre de 1983.

6Hno. Michel de la Trinite, op. cit., T. II, pags. 353-378; T. III, pags. 237-244.7Capitulo XXIX.

Page 221: Le destronaron †

33.3. El nuevo concordato con Italia 209

patrocinados por el Vaticano: el primer y el ultimo discurso fueron pronun-ciados por Mons. Casaroli, quien fue consagrado arzobispo para esa circuns-tancia. La Santa Sede pronto manifesto hostilidad hacia todos los gobiernosanticomunistas. En Chile, la Santa Sede sostuvo la revolucion comunista deAllende 8 de 1970 a 1972. El Vaticano actuo ası por medio de sus nunciaturasy por el nombramiento de cardenales tales como Tarancon (Espana), Ribeiro(Portugal), Aramburu (Argentina), Silva Henrıquez (Chile), de acuerdo conla polıtica pro-comunista de la Santa Sede. ¡El peso de tales cardenales y arzo-bispos de las metropolis, es considerable en esos paıses catolicos! Su influenciaes determinante sobre las conferencias episcopales que, por nombramiento deobispos revolucionarios llegan a ser en mayorıa favorables, a la polıtica dela Santa Sede, y opuestos a los gobiernos. ¿Que puede entonces hacer ungobierno catolico contra la mayorıa del episcopado que trabaja contra el?¡Es una situacion horrorosa! Asistimos a una increıble subversion de fuerzas.La Iglesia se transforma en la principal fuerza revolucionaria en los paısescatolicos.

33.3. El nuevo concordato con Italia

La polıtica liberal de la Santa Sede, en virtud de los principios del VaticanoII, apunta a la supresion de los Estados todavıa catolicos. Es lo que ha sidorealizado por el nuevo concordato entre la Santa Sede e Italia. Maduradodurante doce anos de discusiones, y no es pequena cosa, ese texto ha sidoadoptado por el Senado italiano, como lo relataron los diarios del 7 de di-ciembre de 1978, luego de haber sido aprobado por la comision designada porel Estado italiano, ası como por la comision del Vaticano. En vez de analizarese acto, he aquı la declaracion del presidente Andreotti hecha ese dıa parapresentar el documento:

(...) He aquı una disposicion de principio. El nuevo texto del artıculoprimero establece solemnemente que el Estado y la Iglesia Catolica, son, cadauno en su orden propio, independientes y soberanos.

Esto ya es falso: soberanos, sı, es verdad, es lo que ensena Leon XIII enImmortale Dei 9 ; pero independientes, ¡no!

8Cf. Leon de Poncins, Christianisme et Franc-ma connerie (Cristianismo y Masonerıa),2a edicion, D. P. F., 1975, pags. 208 y sg.

9Cf. E. P., pag. 326, n. 11.

Page 222: Le destronaron †

210 33. Un liberalismo suicida: las reformas post-conciliares

Es necesario, dice Leon XIII, que haya entre los dos poderes un sistemade relaciones bien ordenadas, no sin analogıa con aquel que en el hombreconstituye la union del alma y del cuerpo.

¡Leon XIII dice union, no dice independencia! Os remito al capıtulo en elcual hemos tratado de las relaciones entre la Iglesia y el Estado 10 . Pero heaquı la continuacion del texto del discurso del Presidente italiano:

En principio, es el abandono concluido de manera reciproca del conceptodel Estado confesional, segun los principios de la Constitucion 11 en armonıacon las conclusiones del Concilio Vaticano II. 12

Por lo tanto ya no puede existir un Estado catolico, un Estado confesio-nal, es decir que profese una religion, ¡que profese la verdadera religion! Sedecidio por principio en aplicacion del Vaticano II. Y luego, en consecuenciade ese principio, la legislacion del matrimonio esta trastornada, la ensenanzareligiosa igualmente 13. Todo esto esta lleno de elementos que conducen a ladesaparicion de la ensenanza religiosa. En cuanto a los bienes eclesiasticos, sehicieron acuerdos previos entre el Estado y las religiones metodista, calvinistay hebraica. Todas estaran en pie de igualdad.

Quiero subrayar que esta voluntad de suprimir todas las institucionescatolicas de la vida civil, es una voluntad de principio. Se afirma, sea porboca de ese presidente italiano, sea por la del Card. Casaroli y de JuanPablo II, sea por la de teologos como el Card. Ratzinger, como en definitivaen el texto de la declaracion conciliar sobre la libertad religiosa, que no debehaber mas bastiones catolicos. Es una afirmacion de principio. En particularno debe haber mas Estados catolicos.

Otra cosa serıa decir: Nosotros consentimos en aceptar la separacion de laIglesia y del Estado porque la situacion en nuestro paıs ha cambiado com-pletamente por la malicia de los hombres, la nacion no tiene mas mayorıa

10Cap. XIII y XIV.11La nueva Constitucion Italiana, suprimio su primer articulo que reconocıa la religion

catolica como religion de Estado.12El presidente designa aquı la declaracion sobre la libertad religiosa.13Con el nuevo concordato, es el Estado quien propone los profesores de ensenanza

religiosa para la aceptacion de la Iglesia. ¡Inversion de papeles! Mas aun, si los maestrosde escuela primaria no quieren ensenar la religion, dada la libertad de conciencia, no sepuede obligarlos.

Page 223: Le destronaron †

33.3. El nuevo concordato con Italia 211

de catolicos, etc..., entonces estamos dispuestos a sufrir una reforma corre-spondiente de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, bajo la presion delos hechos, pero no estamos de acuerdo con el principio de laicizacion delEstado y de las instituciones publicas. Serıa perfectamente legıtimo decir esoen los paıses en los cuales la situacion ha cambiado verdaderamente. Perodecir globalmente que en nuestra epoca, en todos los paıses, el regimen deunion entre la Iglesia y las instituciones civiles ha sido superado, es absoluta-mente falso. En primer lugar porque ningun principio de la doctrina cristianapuede jamas ser superado, incluso si su aplicacion debe tener en cuenta lascircunstancias; ahora bien, el regimen de union es un principio de la doctrinacatolica, tan inmutable como esta misma 14 . Habıa durante y despues delConcilio, estados todavıa enteramente catolicos (Espana, Colombia, Valaissuizo) o casi (Italia, etc.) cuya laicizacion era totalmente injustificada.

Tomando un ejemplo, el Card. Ratzinger dice exactamente lo contrario ensu libro Los Principios de la Teologıa Catolica:

Casi nadie contesta hoy que los concordatos espanol e italiano trataban deconservar demasiadas cosas de una concepcion del mundo que desde largotiempo no correspondıa mas a las circunstancias reales. De igual maneracasi nadie puede negar que a este apego a una concepcion caduca de las rela-ciones entre la Iglesia y el Estado correspondıan anacronismos semejantesen materia educativa.

Ni los abrazos ni el ghetto pueden resolver de manera duradera para elcristiano, el problema del mundo moderno. El ”desmantelamiento de los bas-tiones” que Urs von Balthasar reclamaba en 1952 era efectivamente un deberacuciante. Le fue necesario (a la Iglesia) separarse de muchas cosas que has-ta ese momento le daban seguridad y le pertenecıan casi por naturaleza. Lefue necesario abatir viejos bastiones y confiarse a la sola proteccion de la fe.

Como se puede comprobar son las mismas trivialidades liberales que hemossenalado ya en los escritos de John Courtney Murray y de Yves Congar 15 :la doctrina de la Iglesia en la materia se reduce a una concepcion del mundorelacionada con una epoca caduca, y la evolucion de las mentalidades hacia laapostasıa es vista como algo indiferente, irremediable y generalizado. En fin,Joseph Ratzinger no tiene mas que desprecio o indiferencia para el Estado

14Sobre la inmutabilidad de los principios del derecho publico de la Iglesia, ver Cap.XIV.

15Confrontar Cap. XIX.

Page 224: Le destronaron †

212 33. Un liberalismo suicida: las reformas post-conciliares

catolico y las instituciones que resultan de el, como defensa que constituyenpara la fe.

Una sola pregunta queda: estas gentes ¿son todavıa catolicas siendo quepara ellas el reino social de Nuestro Senor Jesucristo es un concepto anticua-do? Y segunda pregunta que os hare: ¿me equivoco al decir que la sociedadcristiana y catolica, y en definitiva la Iglesia muere no tanto de los ataques delos comunistas y de los masones, como de la traicion de los catolicos liberalesque despues del Concilio pusieron en obra las reformas post-conciliares?

Admitid entonces conmigo los hechos, el liberalismo conciliar conduce aho-ra la Iglesia a la tumba. Los comunistas son clarividentes, como lo muestrael siguiente hecho. En un museo de Lituania, consagrado en parte a la pro-paganda atea, se encuentra una gran foto del intercambio de instrumentoscon ocasion de la firma del nuevo concordato italiano entre el presidente yel Card. Casaroli. La foto esta acompanada de este comentario: El nuevoconcordato entre Italia y el Vaticano, gran victoria para el ateismo. Todocomentario me parece superfluo.

Page 225: Le destronaron †

Capıtulo 34

Remedios contra el liberalismo:”Restaurarlo todo en Cristo”

¡A grandes males, grandes remedios! ¿Que podra curar el cancer o el SIDAde la Iglesia? La respuesta es clara: es necesario aplicar los remedios quelos Papas han propuesto contra los errores modernos, a saber: la filosofıatomista, la sana teologıa y el derecho que resulta de ambas.

34.1. La sana filosofıa, la de Santo Tomas de

Aquino

Comprendeis que para combatir el subjetivismo y el racionalismo, que sonla base de los errores liberales no recurrire a las filosofıas modernas, infectadasprecisamente de subjetivismo y de racionalismo. La filosofıa de siempre y enparticular la metafısica toma por objetivo el ser mismo de las cosas, es decirlo que es y no la persona, ni su conocimiento, ni su amor. En efecto, elser con sus leyes y principios es lo que descubre nuestro conocimiento masespontaneo. Y en su cima, la sabidurıa natural que es la filosofıa llega porla teodicea o teologıa natural al Ser por excelencia, al Ser subsistente porSı mismo. El sentido comun apoyado, sostenido y elevado por la fe, sugiereque este Ser supremo ha de ser colocado en la cumbre de lo real, siguiendo ladefinicion revelada: Ego sum qui sum: yo soy el que soy (Ex. 3, 14). Sabeis,en efecto, que cuando Moises le pregunto su nombre, Dios le respondio: yosoy el que soy, que significa: Yo soy Aquel que es por sı mismo, poseo el serpor Mı mismo.

Reflexionemos entonces sobre este Ser que subsiste por sı mismo, que noha recibido la existencia sino que la tiene por sı. Es el ens a se: el ser por

213

Page 226: Le destronaron †

214 34. Remedios contra el liberalismo: ”Restaurarlo todo en Cristo”

sı mismo, en oposicion a todos los otros seres que son ens ab alio: ser porotro, ¡por el don que Dios les ha hecho de la existencia! Tal principio es tanadmirable que se puede meditar sobre el durante horas. Tener el ser por sı,es vivir en la eternidad, es ser eterno. Aquel que tiene el ser por sı mismosiempre hubo de tenerlo, el ser nunca pudo haberlo abandonado. Es siempre,sera siempre, siempre ha sido. Por el contrario, aquel que es ens ab alio, serpor otro, lo recibio de otro, por lo tanto comenzo a ser en un momento dado:¡ha comenzado!

¡Como debe mantenernos en humildad esta consideracion! ¡Penetrarnos dela nada que somos ante Dios! Yo soy Aquel que es, tu eres la que no es, ledecıa Nuestro Senor a una santa alma. ¡Cuan verdadero es! Cuanto mas elhombre se empapa de ese principio de la mas simple filosofıa, tanto mejordescubre su verdadero lugar ante Dios.

El solo hecho de decir: Yo soy ab alio, Dios es ens a se; Yo he comenzadoa ser, Dios es siempre. ¡Que contraste admirable! ¡Que abismo! ¿Es acasoese pequeno ser ab alio, que recibe su ser de Dios, quien tendrıa el poder delimitar la gloria de Dios? ¡Tendrıa el derecho de decir a Dios: Teneis derechoa esto, pero no mas! ¡Reinad en los corazones y en las sacristıas, en lascapillas, sı, pero en la calle y en la ciudad, no! ¡Que suficiencia! Igualmente,¿serıa ese ser ab alio quien tendrıa el poder de reformar los planes de Dios, dehacer que las cosas sean de otra manera de lo que son, de manera distinta acomo Dios las hizo? ¿Y las leyes que Dios en su sabidurıa y omnipotencia hapuesto en todos los seres y especialmente en el hombre y en la sociedad, esasleyes, el despreciable ser ab alio, tendrıa el poder de rehacerlas a su caprichodiciendo: ¡Yo soy libre!? ¡Que pretension! ¡Que absurdidad es la rebelion delliberalismo! Ved como es importante poseer una sana filosofıa y tener ası unconocimiento profundo del orden natural, individual, social y polıtico. Y porello, la ensenanza de Santo Tomas de Aquino es irremplazable. He aquı loque dice Leon XIII en su encıclica Aeterni Patris, del 4 de agosto de 1879:

Anadese a esto que el Doctor Angelico indago las conclusiones filosoficasen las razones y principios de las cosas, los que se extienden muy latamente, yencierran como en su seno las semillas de casi infinitas verdades, que habıande abrirse con fruto abundantısimo por los maestros posteriores. Habiendoempleado este metodo de filosofıa, consiguio vencer el solo los errores delos tiempos pasados y suministrar luego armas invencibles para refutar loserrores que perpetuamente se habıan de renovar en los siglos futuros. 1

1En E. P., pag. 239, n. 10.

Page 227: Le destronaron †

34.2. La sana teologıa, tambien la de Santo Tomas 215

Leon XIII quiere que se aplique el remedio de la filosofıa tomista especial-mente a los errores modernos del liberalismo:

La misma sociedad civil y la domestica, que se halla en el grave peligroque todos sabemos a causa de la peste dominante de las perversas opiniones,vivirıa ciertamente mas tranquila y mas segura, si en las Universidades y enlas escuelas se ensenase doctrina mas sana y mas conforme con el magis-terio de la ensenanza de la Iglesia, tal como la contienen los volumenes deTomas de Aquino. Todo lo relativo a la genuina nocion de la libertad, quehoy degenera en licencia, al origen divino de toda autoridad, a las leyes ya su fuerza, al paternal y equitativo imperio de los prıncipes supremos, a laobediencia a las potestades superiores, a la mutua caridad entre todos; todolo que de estas cosas y otras del mismo tenor es ensenado por Tomas, tieneuna robustez grandısima e invencible para echar por tierra los principios delnuevo derecho, que, como todos saben, son peligrosos para el tranquilo ordende las cosas y para el publico bienestar. 2

34.2. La sana teologıa, tambien la de Santo

Tomas

Ademas de la sabidurıa natural que es la sana filosofıa, aquel que quierapreservarse del liberalismo debera conocer la sabidurıa sobrenatural, la teo-logıa. Ahora bien, la teologıa de Santo Tomas es recomendada por la Iglesiaentre todas para adquirir una ciencia profunda del orden sobrenatural. LosPadres del Concilio de Trento quisieron que, juntamente con los libros de laEscritura y los decretos de los Sumos Pontıfices, se viese sobre el altar laSuma de Tomas de Aquino, a la cual se pidiesen consejos, razones y deci-siones 3. Siguiendo a Santo Tomas el Concilio de Trento disipo los primerosnubarrones del naturalismo naciente.

¿Quien mejor que Santo Tomas ha mostrado que el orden sobrenaturalsobrepasa infinitamente las capacidades y las exigencias del orden natural?El nos muestra (aquı abajo no puede ser mas que en el claroscuro de la fe),como Nuestro Senor, por su Sacrificio Redentor, por la aplicacion de susmeritos, ha elevado la naturaleza de los redimidos, por la gracia santificante,por el bautismo, por los otros sacramentos, por el Santo Sacrificio de la Misa.

2En E. P., pags. 241-242, n. 19.3Leon XIII, Encıclica Aeterni Patris, en E. P., pag. 240, n. 14.

Page 228: Le destronaron †

216 34. Remedios contra el liberalismo: ”Restaurarlo todo en Cristo”

Conociendo bien esta teologıa, aumentaremos en nosotros el espıritu de fe,es decir la fe y las actitudes que corresponden a una vida de fe.

Ası en el culto divino, cuando se tiene verdaderamente la fe, se tienen losgestos que de ella resultan. Precisamente es lo que reprochamos a toda lareforma liturgica nueva: imponernos actitudes que ya no son actitudes de fe,imponernos un culto naturalista y humanista. Se teme hacer genuflexiones,no se quiere manifestar la adoracion que es debida a Dios, se reduce lo sagradoa lo profano. Es lo mas sensible para los que tienen contacto con la nuevaliturgia: les da la impresion de banalidad, que no eleva, que en ella ya no seencuentran los misterios.

Es igualmente la sana teologıa la que fortificara en nosotros esta convic-cion de fe; Nuestro Senor Jesucristo es Dios; verdad central de nuestra fe: ladivinidad de Nuestro Senor. Entonces serviremos a Nuestro Senor como Diosy no como mero hombre. Sin duda, por su humanidad El nos ha santifica-do, por la gracia santificante que llena su Santa Alma; eso indica el respetoinfinito que debemos tener por su santa humanidad. Pero hoy el peligro con-siste en hacer de Nuestro Senor un mero hombre, un hombre ciertamenteextraordinario, un superhombre, pero no el Hijo de Dios. Al contrario, sies verdaderamente Dios, como la fe nos lo ensena, entonces todo cambia,pues siendo ası, El es Senor de todas las cosas y ası todas las consecuenciasresultan de su divinidad. Ası todos los atributos que la teologıa nos hacereconocer en Dios: su omnipotencia, su omnipresencia, su causalidad perma-nente y suprema respeto a todas las cosas y a todo lo que existe, ya que El esla fuente del ser; todo eso se aplica a Nuestro Senor Jesucristo mismo. Tieneentonces todo el poder sobre las cosas, por su propia naturaleza es Rey, reydel universo, y ninguna criatura, individuo o sociedad puede escapar a susoberanıa, a su soberanıa de poder y a su soberanıa de gracia:

(...) pues por El fueron creadas todas las cosas en los cielos, y en la tierra...todas las cosas fueron creadas por El mismo y en atencion a El mismo... todassubsisten por El... plugo (al Padre) reconciliar por El todas las cosas consigo,restableciendo la paz entre el cielo y la tierra, por medio de la sangre quederramo en la cruz. (Col. 1, 16-20).

De esta primera verdad de fe, la divinidad de Nuestro Senor Jesucristo,se sigue una segunda: su Realeza, y especialmente su Realeza sobre las so-ciedades, la obediencia que deben tener las sociedades a la voluntad de Je-sucristo, la sumision que deben tener las leyes civiles con respecto a la ley

Page 229: Le destronaron †

34.2. La sana teologıa, tambien la de Santo Tomas 217

de Nuestro Senor Jesucristo. Mas aun, Nuestro Senor Jesucristo quiere quelas almas se salven, indirectamente sin duda, pero eficazmente, por una so-ciedad civil cristiana, plenamente sometida al Evangelio, que se preste a sudesignio redentor y que sea el instrumento temporal. Entonces ¿que mas jus-to y necesario sino que las leyes civiles se sometan a las leyes de Jesucristo ysancionen por la coaccion de las penas a los transgresores de sus leyes en eldominio publico y social? Ahora bien, precisamente la libertad religiosa, la delos masones como la del Vaticano II, quiere suprimir esa coaccion. ¡Pero esoconstituye la ruina del orden social cristiano! ¿Que quiere Nuestro Senor sinoprecisamente que su sacrificio redentor vivifique la sociedad civil? ¿Que esla civilizacion cristiana y la cristiandad, sino la encarnacion de la Cruz deNuestro Senor Jesucristo en la vida de toda una sociedad? He aquı lo que sellama el reino social de Nuestro Senor. He aquı la verdad que debemos hoypredicar con la mayor fuerza posible frente al liberalismo.

La segunda consecuencia de la divinidad de Jesucristo, es que su Redencionno es facultativa para poder obtener la vida eterna. ¡El es el Camino, laVerdad y la Vida! El es la puerta:

(...) Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que hasta ahora han venidoson ladrones y salteadores y ası las ovejas no los han escuchado. Yo soy lapuerta, el que por Mı entrare se salvara; y entrara, y saldra, y hallara pastos(Juan 10, 7-9).

El es la unica vıa de salvacion para todo hombre:

(...) fuera de El, no hay que buscar la salvacion en ningun otro. Pues nose ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo, por el cual debamossalvarnos (Hech. 4, 12).

Es la verdad que mas reafirmada debe ser hoy frente al falso ecumenismode esencia liberal, que asegura que hay valores de salvacion en todas lasreligiones y que se trata de desarrollarlos. Si eso fuera verdad, ¿para que losmisioneros? Precisamente porque no hay salvacion en ningun otro sino enNuestro Senor Jesucristo, la Iglesia esta animada de espıritu misionero, delespıritu de conquista, que es el espıritu mismo de la fe.

Page 230: Le destronaron †

218 34. Remedios contra el liberalismo: ”Restaurarlo todo en Cristo”

34.3. El derecho

Ademas de la filosofıa y la teologıa, es necesaria una tercera ciencia paratraducir las grandes verdades del orden natural y sobrenatural en reglasjurıdicas. El liberalismo, en efecto, aun en sus formas mas moderadas, procla-ma los derechos del hombre sin Dios. Es indispensable, en consecuencia, parael jurista catolico, fundar nuevamente los derechos de los hombres que vivenen sociedad en los deberes para con Dios y en los derechos de Dios.

En realidad no hay mas derechos del hombre que aquellos que le ayudana someterse a los derechos de Dios.

Se expresa la misma verdad al decir que el derecho positivo, el derechocivil, debe fundarse sobre el derecho natural. El Papa Pıo XII ha insistido eneste principio, contra el error del positivismo jurıdico, que hace de la voluntadarbitraria del hombre la fuente del derecho.

Despues, viene el derecho sobrenatural; los derechos de Jesucristo y desu Iglesia, los derechos de las almas redimidas por la sangre de Jesucristo.Esos derechos de la Iglesia y de las almas cristianas en relacion al Estadoforman lo que hemos llamado el derecho publico de la Iglesia. Esta ciencia hasido practicamente aniquilada por la declaracion conciliar sobre la libertadreligiosa, tal como he tratado de mostrarlo 4 . Es urgente, por lo tanto,ensenar nuevamente el derecho publico de la Iglesia, que establece los grandesprincipios que rigen las relaciones entre la Iglesia y el Estado 5 . Sobre estetema recomiendo especialmente la lectura de las Institutiones Juris PubliciEcclesiastici, del Card. Ottaviani y de la obra Ecclesia et Status, FontesSelecti, de Giovanni Lo Grasso, S. J.; particularmente esta ultima, reune losdocumentos del siglo IV al XX, desconocidos o expresamente olvidados porlos liberales. No olvidemos, por fin, la historia eclesiastica, fuente inagotabledel derecho de la Iglesia. Nos muestra la actitud de los primeros emperadorescristianos poniendo la espada temporal al servicio del poder espiritual de laIglesia en el siglo IV, actitud constantemente alabada por la Iglesia, y tambienla valiente resistencia de los obispos y de los Papas frente a los prıncipes queusurpaban el poder espiritual con el paso de los tiempos. Esas preciosaslecciones son como la realizacion practica del dogma y representan la masradical refutacion de todos los liberalismos: tanto el de los revolucionarios

4Ver Cap. XXVIII.5Ver Capıtulo XIII.

Page 231: Le destronaron †

34.3. El derecho 219

perseguidores de la Iglesia como aquel, mucho mas perfido, de los liberalesllamados catolicos.

Page 232: Le destronaron †

220 34. Remedios contra el liberalismo: ”Restaurarlo todo en Cristo”

Page 233: Le destronaron †

Capıtulo 35

Reconstruir la ciudad catolica

Liberalismo, por tu culpa me estoy muriendo, dice hoy la Iglesia en suagonıa. Ella puede decir como Jesus a aquellos que venıan a apresarlo: Esvuestra hora y la potestad de las tinieblas (Luc. 22, 53). La Iglesia esta enGetsemanı, pero no morira. Da la impresion de una ciudad ocupada por elenemigo, pero la resistencia a la secta liberal se organiza y se fortifica.

Vimos surgir esta secta en el siglo XVI de la rebelion protestante y luegotransformarse en la instigadora de la Revolucion. Los Papas, durante un sigloy medio de lucha sin tregua, han condenado los principios y los puntos de apli-cacion del liberalismo. A pesar de ello, la secta continuo su camino. Hemosasistido a su penetracion en la Iglesia, bajo apariencia de un liberalismoaceptable, con la idea de conciliar a Jesucristo con la Revolucion. Despues,contemplamos estupefactos la intriga de la secta liberal por penetrar en lajerarquıa catolica. Vimos sus progresos hasta los mas altos puestos y su triun-fo en el Concilio Vaticano II. Hemos tenido Papas liberales... El primer Papaliberal, aquel que se reıa de los profetas de desgracia, convoco al primer con-cilio liberal de la historia de la Iglesia. Las puertas del redil fueron abiertas ylos lobos penetraron hasta la majada y degollaron las ovejas. Vino el segun-do Papa liberal, el Papa de la doble faz, el Papa humanista; derribo el altar,abolio el Sacrificio, profano el santuario 1 . Llego finalmente el tercer Papaliberal, el Papa de los derechos del hombre, el Papa ecumenista, el Papa delas Religiones Unidas y se lavo las manos y cubrio sus ojos ante tantas ruinas,para no ver las llagas sangrientas de la Hija de Sion, las heridas mortales de laEsposa inmaculada de Jesucristo. Por mi parte, no me resignare; no asistire ala agonıa de mi Madre, la Santa Iglesia, con los brazos caıdos. Ciertamente nocomparto el optimismo beato de algunos sermones: Vivimos una epoca mag-

1Cf. Dan. 9, 27; Mat. 24, 15.

221

Page 234: Le destronaron †

222 35. Reconstruir la ciudad catolica

nifica. El Concilio ha sido una renovacion extraordinaria. ¡Viva esta epocade transformacion cultural! Nuestra sociedad se caracteriza por el pluralismoreligioso y la libre competencia ideologica. Sin duda, este avance de la historiava acompanado de algunas perdidas: practica religiosa nula, contestacion detoda autoridad, los cristianos nuevamente en minorıa. ¡Pero mirad cuantosbeneficios! Los cristianos son la levadura escondida en la masa, el alma dela Ciudad pluralista, en gestacion, vitalmente cristiana, son el motor de losideales de un mundo nuevo que va surgiendo ¡mas fraterno, mas pacıfico, maslibre!

Tal ceguera solo se explica como el cumplimiento de la profecıa de SanPablo que habla de los apostatas de los ultimos tiempos. Dios mismo, diceSan Pablo, les enviara poderes de engano a fin de que ellos crean la mentira(II Tes. 2, 10-11). ¿Que castigo mas terrible puede haber que una jerarquıadesorientada? Si damos credito a Sor Lucıa, eso es precisamente lo que Nues-tra Senora ha anunciado en la tercera parte del Secreto de Fatima: la Iglesiay su jerarquıa sufriran una desorientacion diabolica 2 y, siempre segun SorLucıa, esta crisis corresponde a lo que el Apocalipsis nos dice sobre el combatede la Mujer contra el Dragon. Ahora bien, la Santısima Virgen nos aseguraque al final de esta lucha su Corazon Inmaculado triunfara.

Comprendereis entonces, por que a pesar de todo no soy pesimista. LaSantısima Virgen saldra victoriosa. Ella vencera la gran apostasıa, fruto delliberalismo. ¡Una razon para no quedarnos de brazos cruzados! Debemosluchar mas que nunca por el Reino Social de Nuestro Senor Jesucristo. Eneste combate, no estamos solos; tenemos con nosotros a todos los Papas hastaPıo XII inclusive. Todos ellos combatieron el liberalismo para resguardar laIglesia. Dios no ha permitido que lo lograran, ¡pero eso no es una razon pararendir las armas! Es necesario resistir. Es necesario construir mientras otrosdestruyen. Es necesario reedificar las ciudadelas derrumbadas, reconstruirlos bastiones de la fe. Primero el santo Sacrificio de la Misa de siempre,forjador de santos. Luego nuestras capillas que son verdaderamente nuestrasparroquias, los monasterios, las familias numerosas, las escuelas catolicas,las empresas fieles a la doctrina social de la Iglesia, los hombres polıticosdecididos a hacer la polıtica de Jesucristo. Debemos restaurar un conjuntode costumbres, vida social y reflejos cristianos, con la amplitud y duracionque Dios disponga. ¡Lo unico que se, la fe nos la ensena, es que Nuestro SenorJesucristo debe reinar en este mundo, ahora y no solamente al fin del mundo

2Hno. Michel de la Trinite, op. cit., T. III, pag. 507.

Page 235: Le destronaron †

223

3 , tal como quisieron los liberales!.

Mientras ellos destruyen, nosotros tenemos la felicidad de construir. Feli-cidad mayor aun, porque generaciones de jovenes sacerdotes participan concelo en esta tarea de reconstruccion de la Iglesia para la salvacion de lasalmas.

¡Padre Nuestro, venga a nosotros Tu Reino!¡Viva Cristo Rey!¡Espıritu Santo llena los corazones de tus fieles!¡Oh Maria, te pertenecemos, reina pues en nosotros!

3Lo que induce a suponer la liturgia conciliar al postergar simbolicamente la fiesta deCristo Rey al ultimo domingo del ciclo liturgico.

Page 236: Le destronaron †

224 35. Reconstruir la ciudad catolica

Page 237: Le destronaron †

Capıtulo 36

Anexo

Comision Central Pontificia preparatoriaal Concilio Vaticano II.

Esquema de una Constitucion sobre la IglesiaPropuesto por la Comision Teologica.

Segunda Parte.

Capıtulo IXDe las relaciones entre

la Iglesia y el Estado y de la tolerancia religiosa.

Emmo. y Rvmo. SenorCard. Alfredo OTTAVIANI

Relator

N.B. El esquema doctrinal presentado por el Card. Ottaviani comprendıaen su version original latina, siete paginas de texto y dieciseis paginas de refe-rencias, desde Pıo VI (1790) a Juan XXIII (1959). Fue dejado de lado desdela primera sesion del Concilio, por el esquema redactado en el SecretariadoPara la Unidad de los Cristianos bajo la direccion del Card. Bea. Este ulti-mo esquema, que se pretendıa pastoral, sin ninguna referencia al magisterioprecedente, tenia una extension de catorce paginas.

225

Page 238: Le destronaron †

226 36. Anexo

El esquema Ottaviani no goza de una autoridad magisterial, sino que re-presenta el estado de la doctrina catolica sobre la cuestion, en vıspera delVaticano II y expresa sustancialmente la doctrina que el Concilio debıa haberpropuesto si no hubiera sido desviado de su fin por el golpe de Estado deaquellos que hicieron de el los Estados Generales del pueblo de Dios, ¡unsegundo 1789!. Agreguemos en fin, que el Concilio hubiera podido anadir aesta exposicion todas las precisiones o mejoras convenientes.

1. Principio: Distincion entre la Iglesia y la sociedad civil, y subordinaciondel fin de la Ciudad al fin de la Iglesia.

El hombre, destinado por Dios a un fin sobrenatural, tiene necesidad de laIglesia y de la sociedad civil para alcanzar su plena perfeccion. La sociedadcivil a la que el hombre pertenece por su caracter social, debe velar por losbienes terrestres y hacer que los ciudadanos puedan llevar sobre esta tierrauna vida tranquila y apacible (cf. I Tim. 2, 2); la Iglesia, a la cual el hombredebe incorporarse por su vocacion sobrenatural, ha sido fundada por Diospara que, extendiendose siempre mas y mas, conduzca a los fieles a su fineterno por su doctrina, sus sacramentos, su oracion y sus leyes.

Cada una de esas dos sociedades cuenta con las facultades necesarias paracumplir debidamente su propia mision; ademas cada una es perfecta, es decirsoberana en su orden y por lo tanto independiente de la otra, con su propiopoder legislativo, judicial y ejecutivo. Esta distincion de las dos ciudades,como lo ensena una constante tradicion, se funda en las palabras del Senor:Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios (Mat. 22, 21).

Sin embargo, como esas dos sociedades ejercen su poder sobre las mismaspersonas y frecuentemente a proposito de un mismo objeto, no pueden igno-rarse la una a la otra. Deben incluso proceder en perfecta armonıa, a fin deprosperar ellas mismas no menos que sus miembros.

El Santo Concilio, con la intencion de ensenar que relaciones deben existirentre esos dos poderes, segun la naturaleza de cada uno, declara, en primerlugar, que es necesario tener como verdadero que tanto la Iglesia como lasociedad civil, han sido instituidas para la utilidad del hombre; que la felici-dad temporal, confiada al cuidado del poder civil, sin embargo, no vale nadapara el hombre si pierde su alma (cf. Mat. 16, 26; Marc. 8, 36; Luc. 9, 25).Que, en consecuencia, el fin de la sociedad civil nunca jamas debe buscarseexcluyendo o perjudicando el fin ultimo, a saber, la salvacion eterna.

Page 239: Le destronaron †

227

2. El poder de la Iglesia y sus lımites; los deberes de la Iglesia hacia elpoder civil.

Como el poder de la Iglesia se extiende a todo lo que conduce a los hombresa la salvacion eterna; como lo que toca solo a la felicidad temporal dependecomo tal, de la autoridad civil; se sigue de ello que la Iglesia no se ocupa delas realidades temporales, sino en cuanto estan ordenadas al fin sobrenatural.En cuanto a los actos ordenados al fin de la Iglesia tanto como a los de laCiudad -como el matrimonio, la educacion de los hijos y otros semejantes-los derechos del poder civil deben ejercerse de tal manera que, segun el juiciode la Iglesia, los bienes superiores del orden sobrenatural no sufran ningundano. En las otras actividades temporales que, permaneciendo a salvo laley divina, pueden ser con derecho y de diversas maneras consideradas ocumplidas, la Iglesia no se inmiscuye de ninguna manera. Guardiana de suderecho, perfectamente respetuosa del derecho ajeno, la Iglesia estima que nole corresponde la eleccion de la forma de gobierno, que regira las institucionespropias del ambito civil de las naciones cristianas; de las diversas formas degobierno, Ella no desaprueba ninguna, a condicion que la religion y la moralqueden a salvo. Ası como la Iglesia no renuncia a su propia libertad, tampocoimpide al poder civil usar libremente de sus leyes y de su derecho.

Los jefes de las naciones deben reconocer que la Iglesia, cumpliendo sumision, causa grandes bienes a la sociedad civil; grande sera sin duda el bienpublico si ellos se comportan segun la doctrina cristiana como lo afirma SanAgustın (Ep. ad Marcellinum 138, 15). En efecto, Ella coopera a que losciudadanos se hagan buenos por su virtud y piedad cristianas y les imponeademas la obligacion de obedecer las ordenes legıtimas no solo por temor delcastigo, sino por motivo de conciencia (Rom. 13, 5). En cuanto a aquellos quehan recibido el gobierno del paıs, Ella les recuerda la obligacion de ejercer sufuncion, no por ambicion de poder, sino por el bien de los ciudadanos, puesdeberan rendir cuenta a Dios del poder que El les confio (cf. Hebr. 13, 17).En fin, la Iglesia inculca el respeto de las leyes naturales y sobrenaturales, envirtud de lo cual todo el orden civil entre los ciudadanos y entre las naciones,puede realizarse en paz y en justicia.

3. Deberes religiosos del poder civil.

El poder civil no puede ser indiferente respecto a la religion. Instituido porDios a fin de ayudar a los hombres a adquirir una perfeccion verdaderamentehumana, debe, no solo suministrar a sus subditos la posibilidad de procurarse

Page 240: Le destronaron †

228 36. Anexo

los bienes temporales -materiales o intelectuales-, sino aun favorecer la afluen-cia de los bienes espirituales que les permitan llevar una vida humana demanera religiosa. Entre esos bienes, nada mas importante que conocer yreconocer a Dios y posteriormente, cumplir sus deberes para con El; allı esta elfundamento de toda virtud privada y, aun mas, publica.

Esos deberes hacia Dios, hacia la majestad divina, obligan no solo a cadauno de los ciudadanos, sino tambien al poder civil que, en los actos publicos,encarna a la sociedad civil. Dios es el Autor de la sociedad civil y la fuentede todos los bienes que por medio de ella derivan a todos sus miembros. Lasociedad civil debe entonces honrar y servir a Dios. En cuanto a la manerade servirle, en la economıa presente, no hay otra que la que El mismo hadeterminado como obligatoria, en la verdadera Iglesia de Cristo, y eso, no solopara los ciudadanos, sino igualmente para las autoridades que representan lasociedad civil.

Que el poder civil tenga la facultad de reconocer la verdadera Iglesia deCristo es claro por los signos manifiestos de su institucion y de su misiondivinas, signos dados a la Iglesia por su divino Fundador. Ademas, el podercivil y no solo cada uno de los ciudadanos, tiene el deber de aceptar laRevelacion propuesta por la Iglesia misma. De igual manera, en su legislacion,debe conformarse a los preceptos de la ley natural y tener estrictamenteen cuenta las leyes positivas, tanto divinas como eclesiasticas, destinadas aconducir a los hombres a la beatitud sobrenatural.

Ası como ningun hombre puede servir a Dios de la manera establecida porCristo si no sabe claramente que Dios ha hablado por Jesucristo, de igualmanera, la sociedad civil -en cuanto poder civil que representa al pueblo-,tampoco puede hacerlo si primero los ciudadanos no tienen un conocimientocierto del hecho de la Revelacion.

Por ende, de manera muy particular, el poder civil debe proteger la plenalibertad de la Iglesia y no impedirle de ningun modo llevar a cabo ıntegra-mente su mision, sea en el ejercicio de su magisterio sagrado, sea en el ordeny cumplimiento del culto, sea en la administracion de los sacramentos y elcuidado pastoral de los fieles. La libertad de la Iglesia debe ser reconocidapor el poder civil en todo lo que concierne a su mision. Particularmente, enla eleccion y la formacion de sus aspirantes al sacerdocio, en la eleccion desus obispos, en la libre y mutua comunicacion entre el Romano Pontıfice, losobispos y los fieles, en la fundacion y gobierno de institutos de vida religiosa,

Page 241: Le destronaron †

229

en la publicacion y difusion de escritos, en la posesion y administracion debienes temporales, como tambien de manera general, en todas las actividadesen que la Iglesia, sin descuidar los derechos civiles, estima aptas para con-ducir a los hombres hacia su fin ultimo, sin exceptuar la instruccion profana,las obras sociales y tantos otros diversos medios.

En fin, incumbe gravemente al poder civil el excluir de la legislacion, delgobierno y de la actividad publica, todo lo que a su juicio pudiera impedira la Iglesia alcanzar su fin eterno; mas aun, debe aplicarse a facilitar lavida fundada sobre principios cristianos y absolutamente conformes a estefin sublime, para el que Dios ha creado a los hombres.

4. Principio general de aplicacion de la doctrina expuesta.

He aquı lo que la Iglesia ha reconocido siempre: que el poder eclesiasticoy el poder civil mantienen relaciones diferentes segun como el poder civil,representando personalmente al pueblo, conoce a Cristo y a la Iglesia fundadapor El.

5. Aplicacion en una Ciudad Catolica.

La doctrina ıntegra, expuesta precedentemente por el Santo Concilio, nopuede aplicarse sino en una sociedad en la cual los ciudadanos no solo estanbautizados sino que ademas profesan la fe catolica. En este caso, son losciudadanos mismos quienes eligen libremente que la vida civil este informadapor principios catolicos y que ası, como dice San Gregorio el Grande, elcamino del Cielo este abierto mas ampliamente (Ep. 65, ad Mauricium).

Sin embargo, incluso en esas felices condiciones, no esta permitido de ningu-na manera al poder civil el constrenir las conciencias a aceptar la fe reveladapor Dios. En efecto, la fe es esencialmente libre y no puede ser objeto deninguna coaccion, como lo ensena la Iglesia al decir: Que nadie sea con-strenido a abrazar la fe catolica contra sus deseos (C.I.C., Can. 1351).

Sin embargo, esto no impide que el poder civil deba ofrecer las condicionesintelectuales, sociales y morales requeridas para que los fieles, aun los menosinstruidos, perseveren mas facilmente en la fe recibida. Ası entonces, de lamisma manera que el poder civil se considera con derecho a proteger la moral-idad publica, ası tambien, para proteger a los ciudadanos de las seduccionesdel error y guardar la Ciudad en la unidad de la fe, que es el bien supremo

Page 242: Le destronaron †

230 36. Anexo

y la fuente de multiples beneficios aun temporales, el poder civil puede porsı mismo, reglamentar y moderar las manifestaciones publicas de otros cultosy defender a los ciudadanos contra la difusion de falsas doctrinas que, a juiciode la Iglesia, ponen en peligro su salvacion eterna.

6. Tolerancia religiosa en una ciudad catolica.

En esta salvaguarda de la verdadera fe, hay que proceder segun las exi-gencias de la caridad cristiana y de la prudencia, a fin de que los disidentesno sean alejados de la Iglesia por temor, sino mas bien atraıdos a Ella, yque ni la Ciudad ni la Iglesia sufran ningun perjuicio. Es necesario entoncesconsiderar siempre el bien comun de la Iglesia y el bien comun del Estado,en virtud de los cuales una justa tolerancia, incluso sancionada por las leyes,puede, segun las circunstancias, imponerse al poder civil; eso por una parte,para evitar mas grandes males como el escandalo o la guerra civil, el ob-staculo a la conversion a la verdadera fe y otros similares; por otra parte,para procurar un mayor bien, como la cooperacion civil y la coexistenciapacifica de los ciudadanos de religiones diferentes, una mayor libertad parala Iglesia y un cumplimiento mas eficaz de su mision sobrenatural y otrosbienes semejantes. En esta cuestion hay que tener en cuenta no solo el biende orden nacional, sino ademas el bien de la Iglesia universal (y el bien civilinternacional). Por esta tolerancia, el poder civil catolico imita el ejemplo dela Divina Providencia, que permite males de los que saca mayores bienes.Esta tolerancia debe observarse, sobre todo, en los paıses donde, despues desiglos, existen comunidades no catolicas.

7. Aplicacion en una ciudad no catolica.

En las ciudades en las cuales una gran parte de los ciudadanos no profesanla fe catolica o ni siquiera conocen incluso el hecho de la Revelacion, el podercivil no catolico debe, en materia de religion, conformarse al menos a lospreceptos de la ley natural. En esas condiciones, ese poder no catolico debeconceder la libertad civil a todos los cultos que no se oponen a la religionnatural. Esta libertad no se opone entonces a los principios catolicos, puesconviene tanto al bien de la Iglesia como al del Estado. En las ciudades dondeel Poder no profesa la religion catolica, los ciudadanos catolicos tienen sobretodo, el deber de obtener -por sus virtudes y acciones cıvicas (gracias a lascuales, unidos a sus conciudadanos, promueven el bien comun del Estado)-que se acuerde a la Iglesia la plena libertad de cumplir su mision divina.En efecto, la ciudad no catolica no sufre ningun dano por la libre accion de

Page 243: Le destronaron †

231

la Iglesia, sino que incluso obtiene numerosos e insignes beneficios. Ası en-tonces, los ciudadanos catolicos deben esforzarse en que la Iglesia y el podercivil, aunque todavıa separados jurıdicamente, se presten una benevola ayudamutua.

A fin de no danar, por indolencia o por celo imprudente, o a la Iglesia o alEstado, los ciudadanos catolicos, en la defensa de los derechos de Dios y de laIglesia, deben someterse al juicio de la autoridad eclesiastica; a ella perteneceel juzgar del bien de la Iglesia segun las diversas circunstancias, y el dirigirlos ciudadanos catolicos en las acciones civiles destinadas a defender el altar.

8. Conclusion.

El Santo Concilio reconoce que los principios de las relaciones mutuasentre el poder eclesiastico y el poder civil, no deben ser aplicados de maneradiferente a las reglas de conducta expuestas precedentemente. Sin embargo,no puede permitir que esos mismos principios sean oscurecidos por el falsolaicismo, ni siquiera bajo pretexto del bien comun. Esos principios, en efecto,descansan sobre los derechos inconmovibles de Dios, sobre la constitucion yla mision inmutable de la Iglesia, sobre la naturaleza social del hombre, lacual, permaneciendo siempre la misma a traves de los siglos, determina el finesencial de la misma sociedad civil, no obstante la diversidad de los regımenespolıticos y las otras vicisitudes de la historia.

N.B.: Se han omitido las numerosas notas que incluıa este documento.Aquellos que desean consultarlas, pueden remitirse al texto latino original.

Page 244: Le destronaron †

232 36. Anexo

BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL UTILIZADA

I. Documentos Pontificios

1. Coleccion Completa de Encıclicas Pontificias, T. I, Guadalupe, BuenosAires, 1958. (abreviacion E. P.).

2. Doctrina Pontificia, Documentos Polıticos, B.A.C., Madrid, 1958.

3. Doctrina Pontificia, Documentos Sociales, B.A.C., Madrid, 1958.

4. Concilio Vaticano II: Constituciones. Decretos. Declaraciones, B.A.C.,Madrid, 1966.

II. El liberalismo

1. Padre Julio MEINVIELLE - De Lamennais a Maritain, Nuestro Tiem-po, Buenos Aires, 1945.

2. Jean OUSSET - Para que El Reine, Speiro, Madrid, 1972.

3. Jacques PLONCARD d’ASSAC - La Iglesia Ocupada, Fundacion SanPıo X, Buenos Aires, 1989.

4. Padre Felix SARDA y SALVANY - El Liberalismo es Pecado, E.P.C.,Madrid, 1936.

5. Luis VEUILLOT - La Illusion Liberal, Nuevo Orden, Buenos Aires,1965.

6. Card. L. BILLOT S.J. - De Ecclesia Christi, Tomo II, Gregoriana,Roma, 1929: De habitudine Ecclesiae ad civilem societatem.

7. Padre Emmanuel BARBIER - Histoire du Catholicisme Liberal, Del-mas, Bordeaux, 1924.

8. Padre Humbert CLERISSAC O.P. - Le Mystere de l’Eglise, Dismas,Dion Valmont, 1985.

9. C. CONSTANTIN - Le Liberalisme Catholique, en Dictionnaire deTheologie Catholique, T. IX, col. 506 - 629.

10. Michel CREUZET - Tolerance et Liberalisme, Club du Livre Civique,Paris, 1976.

Page 245: Le destronaron †

233

11. Mons. Henri DELASSUS - La Conjuration Antichretienne, Soc. SaintAgustın, D.D.B., Parıs, 1910, T. III.

12. Mons. Henri DELASSUS - Le Probleme de l’Heure Presente, Soc. SaintAgustın, D.D.B., Parıs, 1910.

13. Padre Henri LE FLOCH C.S.SP. - Le Cardinal Billot, Lumiere de laTheologie, pro manuscripto, 1932; publicado por Beauschene, Parıs,1947.

14. G. de PASCAL - Liberalisme, en Dictionnaire Apologetique de la FoiCatholique, T. II, col. 1822-1842.

15. Padre A. ROUSSEL - Liberalisme y Catholicisme, informes presentadosen la Semaine Catholique, Parıs, 1926.

16. Padre THEOTIME de SAINT-JUST O.M.C. - La Royaute Sociale deN. S. Jesus-Christ d’apres le Card. Pie, Beau-chesne, Parıs, 1925, 2aed.

III. El derecho publico de la Iglesia

1. Padre A. PHILIPPE C.S.S.R. - Cristo, Rey de Las Naciones, Catecismode los Derechos Divinos en el Orden Social, ¡Jesucristo Maestro y Rey!,Prefacio de Mons. Lefebvre, F.S.S.P.X, Mexico, s. f.

2. Card. Alfredo OTTAVIANI - Deberes del Estado Catolico con la Reli-gion, Cuadernos Fides n. 14, Madrid, 1998.

3. Card. Alfredo OTTAVIANI - Institutiones Juris Publici Ecclesiastici,Imp. Polygl. Vatic. 1958-1960.

4. Giovanni LO GRASSO S. J. - Ecclesia et Status, Fontes Selecti, Univ.Greg., Romae, 1952.

5. Dom GERARD O.S.B., L’Eglise face aux Nations, Cahiers du Present,Castres.

6. Dom GERARD O.S.B., Demain la Chretiente, Dismas, Dion Valmont,1986.

7. Padre A. ROUL - L’Eglise Catholique et le Droit Comun, Doctrine etVerite, Casterman, Tournai, 1931.

IV. La libertad religiosa del Vaticano II

Page 246: Le destronaron †

234 36. Anexo

1. Mons. Marcel LEFEBVRE - ¡Yo Acuso al Concilio!, Vassallo de Mum-bert, Madrid, s. f.

2. Mons. Marcel LEFEBVRE - Carta Abierta a los Catolicos Perplejos,Voz en el Desierto, Mexico, s. f.

3. Mons. Marcel LEFEBVRE - Mons. Lefebvre et le Saint Office, revistaItineraires n. 233, mayo 1979.

4. Jacques MARITAIN - Primacia de lo Espıritual, Club de los Lectores,Buenos Aires, 1982.

5. Ralph M. WILTGEN S.V.D. - El Rin desemboca en el Tıber, CriterioLibros, Madrid, 1999.

6. Padre Reginald GARRIGOU-LAGRANGE O.P. - De Revelatione, T.II, Ferrari, Roma, 1921.

7. Ph. ANDRE-VINCENT O.P. - La Liberte Religieuse, Droit Fondamen-tal, Tequi, Paris, 1976.

8. Michel MARTIN y R. TEVERENCE - Artıculos en Le Courrier deRome, n. 157 (mayo de 1967), n. 162 (oct. de 1976).

9. Padre Bernard LUCIEN - Annexo sobre la oposicion entre el ConcilioVaticano II y la encıclica Quanta Cura, en Lettre a Quelques Evequessur la Situation de la Sainte Eglise et Memoire sur Certaines ErreursActuelles, Societe Saint Thomas d’Aquin, Paris, 1983.

10. A. F. CARILLO de ALBORNOZ, R. -C. GEREST O.P., G. M. -M.COTTIER O.P., etc, - Artıculos en Lumiere et Vie, julio-octubre de1964, La Liberte Religieuse.

11. Jacques MARITAIN - Du Regime Temporel et de la Liberte, D.D.B.,Parıs, 1933.

12. Jacques MARITAIN - Humanisme Integral, Aubier, 1936.

13. Jacques MARITAIN - Les Droits de l’Homme et la Loi Naturelle, Hart-mann, 1945.

14. Roger AUBERT, Louis BOUYER, Yves CONGAR O.P., Andre MOLI-TOR, etc. - Artıculos en Tolerance et Communaute Humaine, Caster-man, Tournai, 1959.

Page 247: Le destronaron †

235

15. John COURTNEY-MURRAY, Jerome HAMER, O.P., Pietro PAVAN,etc. - Artıculos en Vatican II - La liberte Religieuse, coleccion UnamSanctam, n. 60, Cerf, Parıs, 1967.