las trampas de la exclusiÓn r castel

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  • 7/29/2019 LAS TRAMPAS DE LA EXCLUSIN R CASTEL

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    LAS TRAMPAS DE LA EXCLUSIN. TRABAJO Y UTILIDAD SOCIAL (1)Sandra M. Buccafusca

    Universidad de Buenos Aires (Argentina)[email protected]

    Este breve texto del socilogo francs Robert Castel (2) rene seis artculos seleccionados

    especialmente para el pblico argentino. Si bien en ellos, el lector no encontrar ms que una

    continuidad de la perspectiva que Castel tiene acerca de las relaciones del trabajo, no significa

    que merced al tratamiento que le otorga- le puedan pasar desapercibidos, ms bien todo lo

    contrario. Castel, que narra prolijamente en primera persona, se vuelve provocativo en cuanto a

    las conclusiones a las que arriba y crtico del lugar que ocupan los intelectuales en relacin con

    el compromiso social.Lamentablemente, la obra no ofrece en la Introduccin el marco en el cual fueron elaborados

    los artculos, de modo que el lector deber recurrir a conocimientos previos o a otras fuentes deinformacin para deducir o suponer cundo, dnde y para quin fueron escritos cada uno de

    los captulos.Como es de esperar, la problemtica que atraviesa los artculos y que se convierte en hilo

    conductor de la totalidad del texto, es el trabajo que ser abordado desde una perspectiva si se

    quiere durkheimiana, puesto que sin negarle condiciones estructurales de explotacin y

    enajenacin, se lo reconoce -desde las relaciones laborales- un principio de solidaridad que da

    cuenta, al mismo tiempo, de una particular construccin identitaria: el trabajador salariado, y de

    la consolidacin de lazos sociales: la sociedad salarial.Su discurso si bien va a estar matizado, con diferentes nfasis, por mltiples abordajes debido

    a la complejidad del concepto trabajo, deja ver claramente su posicionamiento poltico en

    trminos de la eleccin que hace respecto de un particular tipo de sociedad, de una particular

    forma de Estado y de una particular manera de pensar al mercado. En este sentido es posible vincular el primer captulo con el ltimo ya que en el primero: La

    sociologa y la respuesta a la demanda sociallo que Castel plantea, desde una perspectiva

    por dems provocativa, fundamentalmente para la -tal vez mal llamada- comunidad sociolgica,

    es que el intelectual de hoy no responde a las demandas sociales sino que trabaja o para

    desarrollar proyectos ajenos (a l, a la disciplina y a los intereses sociales) o para comprender

    y dar respuesta a problemticas que interesan slo a los eruditos, alejndose de lo que debera

    ser objetivo principal de la Sociologa, que es hacerse cargo de las preocupaciones de la gente

    comn. En tal sentido, se amina a decir que aquellas investigaciones que no estuvieran

    marcadas por la demanda social, pueden ser consideradas investigaciones pero no pueden seradjetivadas como sociolgicas.Evidentemente, se puede coincidir o no con planteos tan francamente tajantes, pero no se les

    puede negar un posicionamiento que rene tica con compromiso. Cuando Castel se pregunta:

    de dnde sacara la Sociologa las preguntas que se plantea sino de la sociedad?, est

    hacindose cargo de lo que denomina puritanismo sociolgico, esto es la subestimacin de las

    competencias de otras miradas sociales, como la del campo periodstico e incluso la de la

    opinin pblica por entender que se constituyen en discursos dominantes deformados o

    simplificados.Castel contina provocando cuando asegura que la demanda social no es exactamente lo que

    reclaman los funcionarios pblicos dedicados a la asistencia social, sino lo que expresan los

    silencios de aquellos que naturalizaron el mal destino que les toca vivir.

    http://perio.unlp.edu.ar/question/numeros_anteriores/numero_anterior10/nivel2/articulos/resenas_criticas/buccafusca_2_rese%F1as_10otono06.htmhttp://perio.unlp.edu.ar/question/numeros_anteriores/numero_anterior10/nivel2/articulos/resenas_criticas/buccafusca_2_rese%F1as_10otono06.htmmailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]://perio.unlp.edu.ar/question/numeros_anteriores/numero_anterior10/nivel2/articulos/resenas_criticas/buccafusca_2_rese%F1as_10otono06.htm
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    Desde esta misma lgica, en el ltimo captulo: La crtica al mercado, plantea la necesidad de

    clarificar qu es lo que se critica, si su funcionamiento o su existencia, y propone para ello dar

    un salto cualitativo que lo sita al interior del debate, en un lugar incmodo puesto que lejos de

    negar al mercado lo reconoce, no slo, como producto de la Modernidad democrtica sino

    como impensable de pensar sin l el futuro de la humanidad, salvo que ella est decidida a

    retroceder hacia formas de organizacin premodernas.Una definicin tan en blanco y negro, como la mayora que se hallarn en este texto, no puede

    ms que llevar a la reflexin del lector, quien tras la lectura de algunos prrafos seguramente

    se enojar primero y asumir despus aunque siga disintiendo- que no es comn por estos

    tiempos encontrar a un intelectual reconocido anclndose en un modelo que autodenomina

    social-demcrata al que defiende no por bueno sino porque representa el mal menor para

    resistir las tendencias hegemnicas del mercado.Sigue esta lnea tanto en el captulo Trabajo y utilidad en el mundoen el cual elabora diversas

    reflexiones acerca del lugar histrico que ocupa el derecho del trabajo para construir nuevas

    regulaciones, que colaboren en la superacin de las actuales condiciones de empleo, en

    trminos de flexibilidad y precariedad, habida cuenta que el modelo liberal no est encondiciones de ser superado. Como tambin en el captulo La eleccin del Estado Social, en

    el cual hace referencia a la necesidad de reconstruir la cohesin social a partir de que el

    Estado vuelva a reconocer su accin como esencialmente poltica. Dice Castel que slo a

    travs de su participacin como garante de un rgimen de protecciones sociales para el

    trabajador, podrn reducirse los altos niveles de arbitrariedad que surgen de la relacin

    capital/trabajo. En este sentido, el trabajador, se podr considerar individuo s y solo s, tal

    como plantea en el captulo Individualismo y Liberalismo, dispone de soportes, protecciones y

    participaciones en solidaridades colectivas ya que estas son las que forman una matriz sobre la

    que el individuo despliega sus mrgenes de autonoma.El socilogo francs va a insistir durante toda la obra en la necesidad de recomponer el

    paradigma de la sociedad salarial, y la va a justificar desde diversas perspectivas, aunque

    todas girarn en torno de una mirada fuertemente crtica en relacin con las ltimas

    transformaciones en el mundo del trabajo y de la produccin. As es que en el captulo que da

    nombre a toda la obra Las trampas de la exclusin, Castel logra coagular el eje sobre el que

    se articulan cada uno de los textos: la necesidad terica de repensar y redefinir el concepto de

    exclusin, pero no como efecto de un vicio epistemolgico o por narcisismo cientificista sino

    para que impacte en la realidad emprica. Para Castel es imprescindible llamar a las cosas por

    su verdadero nombre. En este sentido va a renegar del concepto de exclusin por inclusivo,

    porque homogeiniza situaciones que ameritan la divergencia, porque naturaliza la precariedad,

    porque si bien reconoce que efectivamente en la actualidad hay sujetos in y sujetos out, ni

    habitan diferentes mundos, ni nacieron en dicha condicin.Esta mirada reconoce en el llamado excluido (bien un desocupado, un discapacitado, un viejo

    demasiado viejo para trabajar, un joven demasiado joven para trabajar) una incapacidad

    personal previa que lo instala por fuera de un circuito formal. Castel se sita en la antpoda de

    esta reflexin porque va a reconocer que la invalidacin nace y es promovida por una

    determinada coyuntura, por una determinada definicin de orden poltico. Visto as, el concepto

    de exclusin se vuelve una trampa que oculta situaciones y condiciones que dan cuenta del

    resquebrajamiento que caracteriza a la sociedad hoy.Lo que va a plantear Castel -con una claridad admirable- es que hablar de exclusin

    autonomiza situaciones que pierden su real sentido si no se las contextualiza, si no se las

    analiza al interior de una trayectoria laboral y social. Este aislamiento situacional promueve la

    falsa idea que describe al excluido como un sujeto marginado desde siempre, cuya situacin se

    reproducir, irremediable y naturalmente, de generacin en generacin.

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    Por el contrario el planteo del francs va a ser el siguiente: para comprender la exclusin, aun

    ms, para comenzar a superarla, es imperioso analizar los llamados factores de exclusin que

    se encuentran, no en la periferia social, sino en su ncleo. Es este ncleo el que genera un

    modelo que construye una forma de discriminacin negativa que responde a reglas, a

    protocolos.En definitiva lo que hace Castel es atreverse a pensar la exclusin como una forma de

    discriminacin positiva que se expresa a travs de polticas pblicas, que si bien apuntan a

    salvar la emergencia de aquellos ms desprotegidos, no resisten el ms mnimo anlisis

    sociolgico dado que los efectos que comnmente provocan es que hacen devenir culpable a

    la vctima, y por lo tanto, todo lo que se vincula con polticas de insercin terminan reducidos a

    programas que se vuelven funcionales para mantener en status quo a los sectores de

    poblacin que se encuentran en un alto grado de dificultad. Pero adems dir Castel, se les

    otorga rpidamente categoras estigmatizantes que -junto con las prcticas econmicas-

    imposibilitan su reintegro al rgimen regulado de trabajo.Para finalizar, lo que parece importante rescatar es que en este pequeo libro el socilogo

    francs logra reunir y coagular todo su pensamiento social, dndole un tono agradable a lalectura de estos seis artculos que lo muestran cientfico riguroso, pero tambin sujeto poltico,

    permitiendo que se articulen un discurso analtico con un discurso que reclama -desde la

    indignacin a veces y desde un mea culpa otras- que se adopten medidas a la vez urgentes y

    estructurales contra la miseria del mundo.

    (1) Robert Castel. Las trampas de la exclusin. Trabajo y utilidad social. Coleccin Fichas del siglo XXI. Topa

    Editorial, Buenos Aires, 2004. 86 pginas(2) Director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales y autor, entre otros, del texto La Metamorfosis de la

    cuestin social. Una crnica del asalariado (Editorial Paids, Mxico, 1997).