las principales ideas de tres actores claves planteadas en
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Las principales ideas de tres actores claves planteadas en el
seminario Desafíos de Duoc UC para los próximos 5 años
Cardenal Celestino Aós:
Muchas Gracias, Paz. También a ustedes. A todo el cuerpo de docentes y participantes en el Duoc UC
y por supuesto, a todos los alumnos y alumnas.
Cuando iba de Viña del Mar camino a Valparaíso, encontraba escrito en un muro de un colegio “Pobre
hijo mío, me lo van a educar”. En otra muralla del establecimiento hallé la clave: “educación igual a
domesticación”. Venían ya revueltas las aguas en cuanto a lo teórico: qué es educar, qué es enseñar.
Y venían también revueltas las aguas en cuanto a lo práctico, la organización, lo financiero, lo
académico, etc. Y nos llegó la pandemia. Y la pandemia nos afecta a todos y en todos los ámbitos. El
sector educativo es uno de los más marcados y afectados por la pandemia. Los cambios son
imprescindibles en la enseñanza y en la educación, porque la sociedad cambia y porque en la
enseñanza y la educación muchas veces se hicieron negocio y se sometieron a la rentabilidad del
mercado.
¿Qué efectos tendrán en el aprendizaje la sustitución de las clases presenciales? ¿Qué efectos tendrá
en la educación?
Algunos de los alumnos probablemente no volverán y esto es un gran desafío. El Duoc UC aparecerá
como una instancia de recuperación para algunas familias y para algunos alumnos. Frente a esa visión
pesimista y desorganizada de la instrucción y de la educación, nosotros acogemos la afirmación de
que educar es un acto de amor, es dar vida. No es ni domesticar, ni amaestrar. Educar es un acto de
amor, es dar vida. Y me gustaría que, en estos años, todos los profesores y colaboradores entendieran
su trabajo, su labor como ésta. Como un acto de amor. Como un acto de dar vida. Y que lo entendieran
también los alumnos: “me educan porque me aman”. Este sería el primer gran desafío que debemos
cultivar entre nosotros mismos y que está más allá, probablemente, de los textos que nos van a ofrecer
o vamos a encontrar de cómo ayudarnos o cómo apoyarnos en esta tarea, hermosa y delicada, de
amor y de vida.
“Solo cambiando la educación se puede cambiar el mundo”. Es una frase que el Papa ha recogido, y
para eso necesitamos educadores que sean competentes, ricos en humanidad, capaces de promover
el crecimiento humano, espiritual y coherentes. No voy a desgranar cada uno de estos conceptos.
Algunos dicen “yo enseño matemáticas o geografía y trato de hacerlo bien, lo demás no es asunto
mío”.
Traigo como respuestas las palabras del Papa Francisco: “Los educadores y los formadores que, en la
escuela, con los diferentes cedros de asociación infantil y juvenil, tienen la ardua tarea de educar a los
niños y a los jóvenes. Están llamados a tomar conciencia de que su responsabilidad tiene que ver con
las dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona. Los valores de la libertad, el respeto
recíproco y de la solidaridad se transmiten de la más tierna infancia”.
Y como es un elemento que está totalmente conexo, continúo con la cita, porque el Papa después
especifica: “Quienes se dedican al mundo de la cultura y de los medios de comunicación social, tienen
también una responsabilidad en el campo de la educación y la formación, especialmente en la sociedad
contemporánea, en la que el acceso a los instrumentos de formación y comunicación está cada vez
más extendido”. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy
estrechos. En efecto, la educación se produce mediante la comunicación que influye, positiva o
negativamente, en la formación de la persona. La educación no es neutra: siempre deberá tener lo
espiritual, lo moral y lo religioso, porque es una parte del ser humano. Hoy, fuerte y apasionadamente
hay quienes combaten para llevar la religión a lo individual, lo subjetivo, lo privado. Lo que usted crea,
la fe que tenga es asunto suyo. Manténgalo ahí. Pero aquí en el establecimiento o en la sociedad, eso
no cuenta. Y atacan expresamente la presencia de lo religioso en la educación y en los establecimientos
educativos. Saben y reconocen que muchas veces la transmisión de la fe se ha dado y se da en los
establecimientos educativos, no sólo en las clases, sino en la organización de la vida y en las relaciones
en el centro. El pluralismo que aparece como una virtud laica y necesaria y que se quiere presentar
como combatido por la educación católica, no sólo se desciende por la escuela católica, sino que se
practica. Se lleva a cabo. Para educar hay que buscar integrar el lenguaje de la cabeza con el lenguaje
del corazón y el lenguaje de las manos. Que un educador piense lo que siente y lo que hace, sienta lo
que piensa y lo que hace, haga lo que siente y lo que piense. Integración total”, dice el Papa.
Tenemos que hacer frente a este ambiente que ya está creándose y preveo (ojalá me equivoque—no
soy un muy buen profeta) que pueda acentuarse por las condiciones en que vivimos y los procesos
sociales que vamos a pasar. Tendremos que reforzar esta parte de entender la educación como la
formación, tal como acotaba ya el Señor Rector, de personas integrales. No puede un médico decir
“yo quiero ocuparme de la salud del cuerpo, pero de los brazos no”. Los brazos son parte del cuerpo,
como lo es el hígado, como lo es el estómago. Entonces la educación o educa personas, o si no, no
puede llamarse educación.
Esto supone, en un tercer punto, que se educa o queremos educar desde una identidad. Ciertamente
que los conocimientos nuevos están llegando. Es apasionante para los que en un momento estuvimos
en las tareas educativas, constatar cómo nos vamos asomando a la maravilla de la ciencia: los nuevos
conocimientos en la bioética, en la genética, en la bioquímica y en todos los terrenos conocimientos
nuevos. Conocimientos nuevos que nos llevan a una interrelación con las máquinas y el cuerpo de
uno. Hoy día un niño lo tiene al alcance de sus dedos: sus manos en la máquina no solamente para ver
las distintas partes del cuerpo y para conocerlo de una manera que nosotros en aquellas enciclopedias
ilustradas apenas lográbamos anticipar. Pero mi cuerpo y el cuerpo de los demás, está más allá de las
máquinas. Lo mismo ocurre con las ideas: las ideas que estaban en los textos ahora están más en la
conversación.
El problema de los sentimientos es un problema que está suscitándose en la educación. No estoy
hablando de la mera instrucción o de la mera enseñanza, porque queramos o no, la persona tiene
sentimientos—debe tener sentimientos. Los sentimientos que tienen mucho de espontáneos también
se educan. Desde los valores, una persona sin valores no es persona y estos valores a veces se
cofunden con lo religioso. Hay una confusión que considero sumamente peligrosa entre lo moral y lo
religioso. Pondré un ejemplo.
Para mí la limpieza es un valor: como católico he de vivir yo la limpieza, el respeto a la naturaleza, el
respeto a los bienes comunes, pero nadie podrá decirme que como yo no soy católico, como soy
agnóstico, como soy comunista o como soy evangélico, yo voy a ser sucio. Ninguno tiene en Chile
autorización para ser cochino, es un valor que debemos compartir, entonces confundir y decir es que
como usted es católico va a defender la limpieza, no, la voy a defender porque es un valor, voy a
defender la vida, voy a decir que no se puede maltratar a nadie, no se lo puede torturar, no porque
soy católico, sino porque soy persona. Pero tampoco negaré nunca mi fe y la religiosidad.
Nuestros alumnos han de ser entonces formados en esta identidad clara, saber que nosotros somos
una institución de orientación cristiana y católica y que nosotros somos también una institución que
forma y conforma para vivir, no solamente de cara a los libros y a los conocimientos, si no de cara a la
vida y al compromiso con la sociedad en sí. Una sociedad que ciertamente vive con procesos de
globalización, frente a procesos de un gran individualismo.
El Papa nos ha recordado que “La vida es el acto del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por
la vida, y que lo que vale por tanto en la educación es generar procesos de encuentro, procesos que
construyan un pueblo que sabe recoger las diferencias”. Los niños crecen envueltos en ejemplos y
experiencias que nos enseñan cómo se descalifica al adversario en una cultura y un negocio en que se
hace espectáculo y diversión del desencuentro, se organizan auténticas peleas televisivas entre
varones o mujeres, se lleva al plató a ciertas personas precisamente para que produzcan ese choque,
pero no un choque de ideas, un aporte que lleve a la reflexión y que lleve a tomar partidos, sino
simplemente a llevar un espectáculo. “Mira cómo discuten, mira cómo ganó éste, gano el otro, lo hizo
callar porque grito más”, etc. La farándula sabe mucho de eso. Pero para encontrarnos y ayudarnos
mutuamente nosotros necesitamos dialogar. Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta,
siempre cabe la opción del diálogo. El diálogo implica respetar el punto de vista del otro y buscar los
puntos de contacto.
Quiero insistir un poco en este aspecto porque me parece que efectivamente (luego las precisiones
concretas las darán ustedes como técnicos) tendrá que ser en este ambiente donde demostraremos
nuestra identidad cristiana y católica y donde iremos conformando los hombres y las mujeres del Chile
nuevo. Dialogar incluye acercarse. Expresarse. Escucharse. Mirarse. Tratar de comprenderse. Buscar
puntos de contacto. El diálogo no es un feliz intercambio de opiniones. Pueden ser monólogos
paralelos pero que no comprometen a nada. La falta de diálogo implica orgullo y cerrazón, falta de
interés por el bien común, y el Papa nos dice, cito sus palabras:
“Los héroes del futuro serán los que sepan romper esta lógica enfermiza y decidan sostener con respeto
una palabra dada de verdad más allá de las conveniencias personales, Dios quiera que esos héroes se
estén gestando silenciosamente en el corazón de nuestra sociedad”, dice el Papa.
Yo quisiera responder que se están gestando precisamente aquí en el Duoc UC. Esa me gustaría que
fuese la realidad.
Hoy es necesaria la comunicación también entre distintas disciplinas y llegar a comprometernos con
una vida digna para todos. Esa es la meta— no quedarse simplemente buscando en el interés personal
o de mi familia o de mi grupo, sino pensar siempre en una vida más digna para todos. Todos son dignos
y además de todos se puede aprender algo. Nadie es inservible. Nadie es prescindible. Y para ser, es
mejor que sean ellos también con una identidad definida. Si mostramos claramente lo que somos, lo
que pensamos y cuáles son nuestros proyectos, podremos dialogar y establecer una claridad mayor
en nuestros planes.
“La identidad exige coherencia y continuidad con la misión de las escuelas, de la universidad y centros
de investigación nacidos, promovidos y acompañados por la Iglesia y abiertos a todos, dichos valores
son fundamentales para insertarse en el camino trazado por la civilización cristiana y la misión
evangelizadora de la Iglesia”. Es también una cita de palabras del Papa y el Papa nos insiste en algo
que es otro de los puntos que deberemos tener presentes. La educación implica trabajo y exigencia.
Estamos mostrando y bendito sea Dios, que se puede educar de manera agradable, como un juego.
Pero hay que decir que uno debe esforzarse y que, si no podemos atropellar, tampoco es educativo
dejar pasar sin hacer crecer. Educar es ver las capacidades de cada uno y tratar de hacerlas florecer.
Se trata de mantener esta identidad católica de cara a la sociedad, pero sobre todo de cara a la persona
mantener esta identidad católica que, ciertamente, implica algunos ritos y algunos signos. ¿Por qué
avergonzarnos de que en un centro nuestro haya signos religiosos como la presencia de un crucifijo o
la imagen de la Virgen, o de un nacimiento—un Belén— en este tiempo de la Navidad? No solamente
de cara a la sociedad, pero de cara a la persona. Y de cara a la persona ofrecerle estos apoyos. Pero,
sobre todo, ofrecerle horizontes de trascendencia. Es decir, saber por qué y para qué nacimos, para
qué vivimos, para qué va a vivir ese alumno, esa alumna, esa mujer, ese hombre. Y, por tanto, formar
de cara al fin último. Que en palabras tradicionales era la salvación de cada uno. Cada uno de nosotros
ha nacido en el mundo con una misión y por último también para formar de cara a la sociedad, porque
estamos viviendo el mundo de hoy y no en tiempos del siglo XIII.
Indudablemente que haya algunos puntos que no voy a hacer si no enumerar, se tratará entonces de
que en nuestros centros se dé un auténtico testimonio de la caridad. No solamente de esas acciones
caritativas que debemos tener de ayudar en la comunidad unas personas o instituciones, si no del
trato entre nosotros mismos. Se trata de un punto importante que yo espero se siga manteniendo. Sé
que se hace y espero que se siga manteniendo en el Duoc UC la formación permanente de los
formadores. Esto es importante porque nadie puede decir “yo ya estoy formado” y ya. La educación
como dije antes implica un cambio y un estar abierto a formarse y apoyarse en la Iglesia. Algunos
parece que quisieran en estos momentos como desvincularse y decir estamos lejos. Pero apoyarse en
la Iglesia no significa sostenerse hasta en la última coma— tengo que pensar. Pero a la vez, tengo que
saber cuáles son las verdades fundamentales y qué no se le hace en un buen servicio al alumno cuando
se le dificulta el conocimiento de la verdad. Tener la conciencia de la providencia como gracia. Estos
hombres y estas mujeres que estamos educando van a vivir de acuerdo con los recursos que les da el
Estado y nuestro centro, pero también por encima de todo, cada una de sus vidas está gobernada por
Dios.
El Papa insistía en que debemos humanizar la educación, fomentar la cultura del diálogo y sembrar
esperanza. Sembraremos esperanza y tendremos futuro si asumimos la dignidad humana. Una
sociedad que se cierra a lo religioso, que lo adormece y no busca la verdad, que no se compromete,
no es noble ni respetable. Y hay que ir hacia el pacto social: el pacto global de la educación que implica
integrar los distintos estamentos, el centro, el Duoc UC, la familia de alumnos, la sociedad, etc.
Termino con nada más que con la lectura en estos dos minutos de palabras del Papa tomadas en la
“Encíclica Fratelli Tutti”. El Papa nos dice:
“En una sociedad pluralista el diálogo es el camino más adecuado para llegar a reconocer aquello que
debe ser siempre afirmado y respetado y que está más allá del consenso circunstancial. Hablamos de
un diálogo que necesita ser enriquecido e iluminado por razones. por argumentos racionales, por
variedad de perspectivas, por aporte de diversos haberes y puntos de vista y que no excluye la
convicción de que es posible llegar a algunas verdades elementales que deben y deberían ser siempre
sostenidas”. Por tanto, no todo es opinable ni todo está sujeto a lo que pueda decir una encuesta o
una estadística, yo puedo hacer muchas encuestas o estadísticas y concluir que 2+2 son 7 pero no va
por ahí. “…aceptar que hay algunos valores permanentes, aunque no siempre sea fácil reconocerlos,
otorgar solidez y estabilidad a una ética social, aun cuando nos hayamos reconocido y asumido gracias
al diálogo y a consenso. Veremos que esos valores básicos están más allá de todo consenso, lo
reconocemos como valores trascendentes a nuestros contextos y nunca negociables. Podrá crecer
nuestra comprensión de su significado y alcance. En este sentido el consenso es algo dinámico, pero
en sí mismos son apreciados como estables por su sentido intrínseco”. Y finalizo: “Si hay que respetar
en toda situación la dignidad ajena es porque nosotros no inventamos o suponemos la dignidad de los
demás, sino porque hay, efectivamente, en ellos un valor que supera las cosas materiales y las
circunstancias y que exige que se les trate de otra manera. Que todo ser humano posee una dignidad
inalienable es una verdad que responde a la naturaleza humana más allá de cualquier cambio
cultural”.
Hagamos pues de la educación un acto de amor y de vida y no que sea un temor de que vamos a
domesticar y que vamos a condicionar a nadie.
Les deseo que entonces este quinquenio pueda ser un quinquenio feliz y hermoso para ustedes y para
todos los alumnos.
Rector Ignacio Sánchez:
Muchas gracias, María Belén. Saludo especialmente a nuestro Cardenal, Gran Canciller, Monseñor
Celestino Aós, en forma muy especial al Rector Carlos Díaz, al Presidente del Consejo Patricio Donoso
y en forma muy directa a los profesores, funcionarios, profesionales, administrativos y también
estudiantes que hoy día están conectados en esta plataforma.
Lo primero que quiero es felicitar al Rector Carlos Díaz por esta iniciativa, este formato de poder
realizar esta discusión de este proyecto, un plan de desarrollo de manera colegiada, teniendo
opiniones externas y opiniones de la comunidad. Me pareció muy bien el video que vimos recién
porque son esas opiniones particulares y específicas de miembros de la comunidad las que muchas
veces iluminan de manera muy importante la discusión. En estos veinte minutos el Rector me ha
pedido dar una visión de desarrollo de Duoc UC para los próximos cinco años de este plan de
desarrollo— este plan estratégico.
El primer punto que tengo que decir es que, obviamente, hay que leer los signos de los tiempos. No
es algo menor el año en que estamos, lo que hemos vivido, la situación de pandemia, lo que nos
enseña, lo que nos demanda y cómo podemos aprender y leer de esta situación que estamos viviendo
que afecta directamente a las instituciones de educación superior, universidades, institutos
profesionales, centros de formación técnica y nos demanda respuestas a ciertas interrogantes. Cómo
cada uno de nosotros puede colaborar con el desarrollo del país, cómo podemos empaparnos de
situaciones de mucho dolor de tantos chilenos y chilenas, cómo podemos ser creativos para
proporcionar soluciones a problemáticas acuciantes en el país. Y entonces creo que cada miembro de
esta comunidad, estudiante, profesores, administrativos, profesionales y directivos, tienen que
hacerse estas preguntas.
Estamos en una pandemia. Vamos a tener un año 2021 difícil y esperamos que con mucha esperanza
de transición. Y cómo entonces la institución se pone al servicio, por una parte, de su propia institución
de estos más de 110.000 estudiantes. De esta comunidad que la conforman 130.000 personas. Pero
también cómo nos ponemos a disposición de una comunidad nacional que nos pide soluciones, que
nos pide responder a ciertas interrogantes. Ese es el primer punto. Entender que estamos en un año
de pandemia y entender qué significa eso.
Segundo lugar ese compromiso país se ve hoy día reflejado en nuestro accionar. Yo puedo decir que
el sistema universitario nacional realmente ha respondido de manera integrada, colaborativa,
trabajando en red colaborando con respuestas de nuevos ventiladores mecánicos, de nuevos
proyectos de vacuna, de una nueva mirada a los lineamientos éticos en una pandemia, al trabajo
curricular, a poner sobre la mesa la mejor manera de tener una docencia a distancia o un trabajo a
distancia. Pongámonos en el terreno de que, desde nuestra propia identidad y nuestro propio
conocimiento en nuestro acervo educacional, mucho de lo que estamos entregando hacia adentro
tenemos que necesariamente entregarlo hacia afuera. El compromiso público de Duoc UC es
innegable: no solamente por formar muy buenos técnicos y profesionales en lo integral, en lo valórico,
en lo profesional, en la capacitación, sino que es innegable que estamos en el medio de lo que
requieren las comunidades. Lo que requiere la comunidad en una región. En una ciudad más pequeña.
En la relación con las industrias de la región y en promover una educación que posteriormente va a
generar empleos, un bienestar a la familia y a la comunidad.
El tema del compromiso público es esencial. Lo decía muy bien Don Celestino. Quiero resumir desde
mi punto de vista el gran mensaje que nos da aquí, tal cual lo refleja el Plan de Desarrollo de la
Universidad Católica donde hay dos ejes muy transversales a una institución de Iglesia como es Duoc
UC. Esos ejes transversales son su identidad de institución de Iglesia al servicio del país, al servicio del
diálogo de creyentes y no creyentes, al servicio desinteresado de entregar un aporte a la sociedad y
el otro aspecto es el sentido de comunidad. Yo quiero felicitar al Rector Carlos Díaz y a su equipo,
porque este formato de tener un número muy importante de personas que están conectadas y que
esto queda grabado y por tanto se puede compartir y después podrán hacer preguntar, comentarios,
diálogos y debates sobre lo que estamos discutiendo hoy. Eso apunta directamente a un sentido de
comunidad, de unidad común de un grupo de personas en donde aquí hay varias características en
esta comunidad del Duoc UC: hay una diferencia generacional, hay estudiantes de 17-18 años. Hay
adultos que han desarrollado una larga trayectoria en la institución. Hay personas de regiones. Hay
hombres. Hay mujeres. Hay personas que pertenecen a pueblos originarios. Hay personas que tienen
mayor o menor grado de vulnerabilidad socioeconómica. Podrá haber personas con necesidades
educativas especiales. Es decir, Chile está representado aquí en Duoc UC. Siempre conversábamos el
año pasado y el anterior que, cuando uno ve el perfil socioeconómico y los estudiantes que están
afectos a gratuidad los deciles de nuestra población se ven muy reflejados en la comunidad del Duoc
UC. Por lo tanto, hay una riqueza enorme: más de 130.000 personas a lo largo de muchas regiones del
país que pueden destinar este sentido de comunidad. Lo que tenemos que darnos cuenta es que lo
que se desarrolla al interior de Duoc UC podemos escalarlo posteriormente y traspasarlo al interior
de nuestras comunidades a nivel nacional. Ya nos decía el Papa Francisco cuando hace casi tres años
visitó nuestra universidad, que las universidades o las instituciones de educación superior son
verdaderos laboratorios de la sociedad en donde se educa, se investiga, se prueban distintas
alternativas. Y cuando se logra llegar a un contenido que quiera traspasarse, se pueden entregar a la
sociedad. Pensemos que estamos en un laboratorio social. En un laboratorio educacional trabajando
muy directamente con jóvenes con esta relación de profesor-estudiante que es tan enriquecedora y
que nos puede acercar tanto a este sentido de comunidad que necesitamos. Por lo tanto, identidad y
comunidad son clave.
El tercer aspecto que ustedes lo tienen muy marcado y que quiero reforzarlo, es el gran tema de la
innovación docente. Creo que desde hace muchos años Duoc UC ha ido marcando pautas en
innovación docente que tiene que ver con avance en simulación y educación, avance ahora en
metodología a distancia, avance en contenido y capacidades, en el hacer y aprender en el hacer. Desde
la Universidad Católica hemos aprendido mucho de las técnicas educativas de Duoc UC: de la
planificación, de ir directo a los contenidos de una cierta educación en red que quiere decir tener
secciones a lo largo del país y que las secciones tengan un grado de conocimiento y de contenido muy
similar. Creo que eso es extremadamente importante y hoy día es el desafío que nos dan las
metodologías virtuales. Lo que tenemos que abordar es ese concepto.
Con esta metodología innovadora que tiene que ver con poder avanzar con la gran pregunta en el
centro ¿Cómo aprenden nuestros estudiantes? ¿Cuál es la mejor forma que podemos hacer para que
nuestros estudiantes adquieran los conceptos y los contenidos de la mejor manera? Eso me parece a
mí que está en el centro del proceso innovador docente.
En cuarto lugar, me parece a mí que el gran tema es la investigación y su aplicación a las necesidades
que tiene el país. Investigación, transferencia, innovación y estimular el emprendimiento. Hay tantas
situaciones en donde nuestros profesores y nuestros estudiantes de Duoc UC pueden poner y llevar a
la práctica el gran tema de la innovación y aplicación de nuevos contenidos. Creo que cuando nosotros
hemos trabajado con tanto esmero en los términos de acreditación docente, en calidad docente, el
paso que tenemos que dar hoy día es que Duoc UC necesita crear, innovar y aplicar nuevo
conocimiento a nivel técnico y a nivel profesional para entregárselo al país. Y en eso por supuesto que
puede haber articulaciones con distintos ámbitos de la universidad para poder hacer sinergia, me
parece que es la realidad de muchos países en donde los institutos técnicos y profesionales están en
la vanguardia de cierta investigación aplicada que entrega un conocimiento que va directamente
acorde al desarrollo de los países.
Hay dos aspectos que me parecen de suma importancia. Todos ellos los voy a reforzar hacia el final.
Todos estos aspectos, por supuesto que están no solamente abiertos, sino que hoy día la invitación es
muy clara. Lo hemos conversado con el rector de realizar en conjunto en ambas instituciones los
aspectos de internacionalización y el desarrollo sustentable de nuestros procesos. Pero también de
nuestra educación, de nuestra docencia y de líneas de investigación aplicada.
La internacionalización es clave. Con la educación virtual y redes con la educación e investigación
colaborativa, creo que tenemos un mandato muy especial y es internacionalizar los distintos procesos.
También debemos tener una internacionalización al interior de nuestras propias instituciones—que
nuestras instituciones sean globales, que tengamos un ambiente enriquecedor, diverso y amplio para
nuestros estudiantes. Porque cuando egresen nuestros estudiantes, egresan hacia un mundo global.
Cada vez hay menos limites—muchos de nuestros estudiantes van a trabajar en nuestro país, pero
con contacto con empresas del extranjero, otros podrán trabajar en el extranjero, otros podrán ser
puentes para desarrollos externo. Por lo tanto, la forma que se eduquen ellos en un punto de vista de
una mirada global, de un punto de vista interdisciplinario es absolutamente marcador para su
desarrollo futuro.
Segundo lugar, el gran tema de la sustentabilidad o de ecología integral. A través de Laudato Si’, el
Papa Francisco nos da una clase magistral que ha sido reconocida por universidades católicas y no
católicas. Que ha sido reconocida por centros de estudio como una mirada, un análisis de la ecología
integral, del futuro ambiental y sociológico de nuestra humanidad hacia lo que él denomina el cuidado
de la casa común. Entonces, uno de los desafíos me parece muy importante de nuestras instituciones
es vivir la sustentabilidad hacia el interior, con compromisos concretos: carbono-neutralidad,
reducción de energía, reutilización, reciclaje, disminución de nuestra huella de carbono, etc. Y, por
otra parte, en la educación. Nuestras instituciones tienen que proveer una educación integral en este
ámbito con cursos de formación general con aplicabilidad de estos conceptos en las distintas carreras
y en los distintos contenidos hacia los estudiantes. Creo que eso es importante.
Hay un aspecto que para mí es central que estamos llevando a cabo en la Universidad Católica y que
yo sé que ustedes están trabajando en ello, pero quisiera dedicar quizás palabras más sentidas de mi
comentario hoy día. Van dirigidas específicamente al tema de la inclusión en las necesidades
educativas especiales, estudiantes con discapacidad sensorial, motora, estudiantes con distintas
alteraciones cognitivas que requieren una atención y un apoyo.
Si ustedes piensan, cerca del 60% aproximadamente de los jóvenes están en una institución de
educación superior hoy día en Chile, pero los jóvenes que tienen distintos tipos de capacidades
limitadas en el ámbito sensorial, motor, etc. no alcanzan al 10% de estar representados en la
educación superior. Ahí hay una brecha importantísima. Nosotros en la Universidad Católica estamos
trabajando para disminuir esas brechas a través de sistemas de admisión especial y yo pienso que
Duoc UC pudiera ser la institución identificada como la que más se preocupa de este tema de la
inclusión. Habrá algunos estudiantes que pueden comenzar en Duoc UC y después articular en otros
oficios, en otras tareas. Podrá haber algunos que encuentran su desarrollo completo en la institución.
Pero me parece que es extraordinariamente potente como mensaje evangelizador, que nuestras
instituciones sean identificadas como instituciones en donde nos preocupamos de sacar lo mejor de
todos los jóvenes de Chile. No solamente de los que están más capacitados. No solamente de los que
tienen mayores oportunidades. Sino que precisamente de los que la vida les ha dado mayor dificultad,
y por tanto es tan necesario y testimonial poder trabajar con ellos.
Del punto de vista de las políticas públicas, me parece que la institución ha dado pasos, pero la
institución debiera de fortalecer esos pasos y de nuevo ahí hay una tarea mancomunada, muy
interesante de realizar con la Universidad Católica, en el sentido de que Duoc UC debiera ser el
referente del análisis de las políticas públicas en temas de educación técnico-profesional del país,
realizando articulaciones con industrias, realizando articulaciones con el sistema estatal privado,
viendo cuáles son las nuevas oportunidades que se dan a para la institución en este trabajo conjunto,
políticas públicas en educación técnico profesional que creo que están desarrolladas de manera muy
incipiente y me parece que Duoc UC puede hacer una diferencia muy notable en ese sentido.
A mí me parece que es muy importante— lo hemos visto en la Universidad Católica también— pensar
en un proyecto de desarrollo a 5 años, en un período de un quinquenio. Pero todo proyecto de
desarrollo me parece que debe tener ciertas balas trazadoras, como bengalas, a veinte años plazo.
Entonces invito al Rector Carlos Díaz a que al final del desarrollo del documento, las últimas dos o tres
páginas, o la introducción de él, tratemos de reflexionar qué queremos que sea Duoc UC cuando
cumpla 75 años de vida. Este año es el aniversario 52. ¿Qué queremos cuando se estén celebrando los
75 años de vida de la institución? Cuando se vea lo que la institución era en su cincuentenario y cuál
ha sido el trayecto de estos de estos 25 años. 25 años que uno piensa que están muy lejanos pero que
cuando pensamos qué pasó hace 25 años atrás vemos lo cercano que esto fue. Creo que debemos
tener esa mirada y preguntarnos cómo va a ser la docencia en 25 años más, cuál va a ser el tipo de
carrera que vamos a estar desarrollando hoy día y felicito al Rector de Duoc UC y al Rector de INACAP
por la carta que aparece en el Mercurio que habla sobre educación del futuro y esta interacción entre
la robotización, las nuevas carreras, los cambios de empleos, etc. Creo que es un muy buen desarrollo
y un muy buen proyecto soñar con nuestros futuros 25 años. Eso yo los invito a hacerlo, porque cuando
uno ve cuál puede ser el ámbito en que estemos, podemos comenzar hoy día a orientar ese destino.
Yo siempre he pensado que— en las instituciones grandes como las nuestras—quizás el mayor mérito
de las autoridades es poner una cierta dirección. Girar algunos grados el rumbo de esta embarcación
y ese giro de pocos grados muchas veces en los próximos 3-4 años no se va a notar, pero sí se va a
notar en 10 o 15 años más. Vamos a llegar a un destino o a otro cuando en este momento vamos
girando a través, por ejemplo, de una cada vez mejor y más robusta selección de profesores, a través
de una modificación curricular profunda y de fondo, a través de un plan de formación general de
nuestros estudiantes que sea robusto y que incluya temáticas como las que yo mencionaba de
sustentabilidad y de otras, a través de tener una política de favorecer una igualdad de oportunidades
para hombres y mujeres, no solamente a nivel profesional, sino que también a nivel de admisión en
las carreras, para poder tener un estímulo al desarrollo de nuestra juventud especial.
Esos son para mí los desafíos fundamentales. Siempre cuando uno hace un Plan de Desarrollo tiene
que volver a las bases de las instituciones. De nuestras instituciones. Ya lo decía en sus palabras
iniciales el rector y lo decía el gran canciller, que somos una institución de Iglesia. Somos parte de una
Iglesia que quiere estar en permanente diálogo con la sociedad y que quiere entregar con mucha
libertad, franqueza y mucha generosidad. Pero también con decisión, con identidad en nuestro
proyecto educativo. Que sea diferenciador. Que sea marcador. Que se caracterice por algunas claves
especiales que tienen que ver con la verdad, la dedicación, la honestidad, la generación de valores y
la proclamación de un evangelio hacia la sociedad.
Eso en primer lugar, y en segundo lugar me parece, para finalizar, que la metodología empleada está
muy en relación con los tiempos. Nosotros vamos a generar un documento y ese documento no es
para que quede en los estantes, sino que es un documento que tiene que ser analizado críticamente,
que tiene que ser puesto en valor, que tiene que ser llevado a cada una de las sedes, de las unidades,
de las escuelas y que en el fondo tiene que ser empapado de los proyectos. Tiene que empaparse la
institución con este plan de desarrollo, porque ha sido hecho con gran participación de la comunidad,
porque ha sido hecho e inspirado en los principios y valores de la institución y porque también ha sido
hecho con la libertad de una institución que quiere desde su propia identidad aportarle los mejores
valores al desarrollo del país.
Muchas gracias Rector por la invitación y por poder entregar mis pensamientos en este tema.
Presidente Consejo Directivo Duoc UC, Patricio Donoso:
Muchas gracias a ti María Belén, buenas tardes a todos, saludos al Cardenal Celestino Aós, Arzobispo
de Santiago y Gran Canciller, al Rector Ignacio Sánchez, al señor Carlos Díaz, Rector de Duoc UC,
autoridades que nos acompañan, directivos, docentes, colaboradores de Duoc UC que están viendo
esta transmisión.
Con más de 50 años de existencia, Duoc UC es una de las principales instituciones de educación
superior de nuestro país, siendo la única técnico-profesional con 7 años de acreditación. Estos
antecedentes más el hecho de servir a más de 100.000 alumnos y de haber formado a más de 100.000
egresados, nos impone una importante responsabilidad: el de construir el mejor futuro para toda
nuestra comunidad y de trascender a nosotros mismos, aportando al sector, al país y a la sociedad.
Para lograr lo anterior tenemos que estar conscientes de los desafíos que se nos presentan.
En primer lugar, enfrentamos un contexto de grandes cambios e incertidumbres. La situación social
que se vive en nuestro país exige construir un país más justo y equitativo, más honesto y respetuoso
de las personas, necesitamos por tanto insertar a Duoc UC en el nuevo contexto histórico que el país
está experimentando, como mencionaba el Rector Sánchez, y ser capaces de aportarle a Chile desde
nuestra propia realidad. Esto exige estar consciente de nuestras fortalezas y requerimientos, de lo
debemos mantener y de lo que debemos mejorar o cambiar, de aquello que podemos hacer solos o
de lo que debemos hacer de forma asociada. Esta tarea de inserción y aporte a nuestra realidad la
debemos realizar desde nuestra matriz de identidad cristiana y ofrecerla como una opción de vida y
esperanza para nuestros estudiantes, docentes y colaboradores. Debemos profundizar especialmente
en la formación para el bien común y en la mirada solidaria y colaborativa.
En su visita a Chile el Papa Francisco nos planteaba que las instituciones educativas son el mejor lugar
para enseñar sobre lo que es y lo que debe ser el bien común. Nos planteaba además que la educación
significa una alfabetización que integra y armoniza el intelecto, los afectos y las manos. Que es corazón
y acción. Qué más propio que nuestra tarea formativa y docente fundamental— que es lo que nos
señalaba el Santo Padre en esa oportunidad.
El foco en lo valórico también es parte de nuestros desafíos. En nuestra institución se ha hablado de
diversos valores que debieran ser cultivados, y pareciera relevante definir prioridades respecto a los
mismos, valores como la integridad, la honestidad y transparencia, el respeto y la coherencia, la
responsabilidad y la solidaridad, la confianza, el compromiso con la excelencia y el bien común,
parecieran ser centrales y deberían ser trabajados como tales.
Debemos seguir esforzándonos para que nuestros estudiantes sean el centro de nuestro quehacer,
tenemos que preparar los mejores técnicos y profesionales, para que sean personas de bien, seres
felices que se pueden desarrollar exitosamente y ser un verdadero aporte para la sociedad.
Debemos reforzar la formación disciplinaria y al mismo tiempo complementarla debidamente con
aquello que permite una preparación más integral y más completa.
Tenemos además la responsabilidad de situar y resaltar la formación técnico profesional y el rol de
quienes egresan de este ámbito al más alto nivel, como un pilar fundamental de desarrollo futuro del
país y la sociedad.
Tenemos que revisar ese quehacer sabiendo que más del 50% de nuestros alumnos proviene de
educación media técnico profesional y dos tercios son la primera generación en la educación superior
y que más de la mitad tienen un trabajo, permanente paralelo a sus estudios. También tenemos que
considerar que más del 65% de nuestros alumnos, nuestros estudiantes, tienen gratuidad y más del
80% son de los tres primeros quintiles. Si bien sabemos que la retención ha ido en aumento, sabemos
también, que sigue siendo una tarea importante para los próximos años.
Debemos revisar una vez más nuestro proyecto educativo. Hemos trabajado mucho en delinearlo y
moldearlo de acuerdo con las necesidades que detectamos, pero tenemos que seguir reflexionando a
cuáles son los aspectos que debeos resguardar y profundizar, también a la luz de los nuevos tiempos
y necesidades.
Tenemos que crear, diseñar e implementar las mejores metodologías para la enseñanza y desarrollar
ambientes de aprendizaje adecuados para transferencia de las competencias comprometidas, en cada
uno de los perfiles de egreso de los planes de estudio y carreras que ofrecemos.
Tenemos que reforzar las modalidades online, remotas y mixtas como complemento de las actividades
prácticas y presenciales fundamentales. Especialmente para suplir carencias, para reforzar
conocimientos y permitir la aproximación a nuevas temáticas, habilidades o prácticas en nuestros
estudiantes.
Tenemos el desafío de disponer un cuerpo docente cada vez más preparado y comprometido,
debemos fortalecer e integrar permanentemente a nuestros profesores, de generarles oportunidades
para aportar y para desarrollarse, ellos son profesionales esenciales para el éxito futuro de nuestros
estudiantes y para la proyección de Duoc UC. Necesitamos que se sientan importantes en sus tareas
educativas y que posean el apoyo necesario para realizar su trabajo de la mejor forma. Hemos
realizado un esfuerzo importante para incorporar más decididamente a nuestros docentes en todo el
quehacer de nuestra institución, porque pensamos que son una columna vertebral para cumplir con
nuestra misión y alcanzar nuestra visión.
Tenemos que buscar—de forma imperiosa—que lo que enseñamos tenga la mayor pertinencia
posible. Es decir, que se haga cargo de las demandas actuales y emergentes de los diferentes sectores
de la sociedad. Adicionalmente nos corresponde interiorizarnos, perfeccionar y elaborar, sobre cuál
es el futuro que esperan nuestros egresados y cuáles son las herramientas que les tenemos que
entregar para enfrentarlos.
Me parece muy valiosa la reflexión a 25 años que planteaba el Rector Sánchez, debemos estar no sólo
preocupados sino también muy ocupados de la empleabilidad actual y futura de nuestros estudiantes,
especialmente hacia esa realidad compleja e incierta que experimentamos y que probablemente
vamos a experimentar.
Más allá incluso de lo anterior—que es de clara relevancia—tenemos que lograr que nuestro proceso
educativo facilite la transformación personal y social, que sea un camino para que cada persona pueda
desarrollar actitudes y vocaciones más profundas y que ello surja de la interacción, del trabajo
conjunto de nuestros profesores y nuestros alumnos, de un esfuerzo conjunto para enriquecer el
saber y para aplicarlo de la mejor forma posible.
Tenemos que preparar a la institución para los enormes cambios tecnológicos, científicos y sociales
que estamos observando y que vendrán más adelante, somos una institución educativa y por tanto
formamos o preparamos para el futuro. Nuestros planes de estudio y nuestras carreras deben lograr
aprendizajes efectivos, considerando competencias pertinentes, como dijimos y ajustadas al presente
y al futuro.
Tenemos el desafío de ser y hacer comunidad, todos en Duoc UC aportamos al país y somos
igualmente importantes, aparte de los estudiantes, las autoridades, los docentes y los colaboradores.
Debemos trabajar con esfuerzo y tesón para que todos podamos desarrollarnos y sentirnos realizados,
todas las tareas son relevantes para dar soporte a la actividad central que realizamos, la formativa.
También tenemos el desafío de aproximar e involucrar más a nuestros egresados y hacerlos sentir
parte de nuestra comunidad, su experiencia puede ser muy relevante para llevarnos a perfeccionar
nuestro quehacer formativo, para apoyar a nuestros egresados con fuentes laborales o para
exponerles nuevos caminos de desarrollo, como, por ejemplo, en el mundo del emprendimiento. Por
otro lado, podemos colaborar con nuestros egresados en la actualización de sus conocimientos y
habilidades, nuestra educación continuada debe estar enfocada y ser una propuesta y un aporte
principalmente para ellos.
Tenemos la tarea de perfeccionar nuestra gestión de forma permanente. Necesitamos definir el futuro
al que aspiramos dentro del marco de nuestra misión y construir nuevas agendas considerando las
principales iniciativas y planes que deberíamos implementar, reforzando o construyendo además las
capacidades y soportes que requerimos para cometerlas y concretarlas. Necesitamos buscar las
mejores formas de sostener y profundizar la calidad que ya tenemos y de producir los cambios que
necesitamos incorporar.
Necesitamos mantener el manejo ordenado y responsable de nuestros recursos, asegurando la
estabilidad económica para resguardar nuestro desarrollo institucional.
Tenemos que avanzar con fuerza nuestra formación digital, que nos permitirá incorporar un trabajo
más eficaz mejorando además las experiencias académicas y laborales.
Además de buscar la excelencia—que es un desafío muy propio de una institución de calidad como la
nuestra— tenemos el reto de la innovación. Dentro de su historia, Duoc UC ha sido innovador en
muchos aspectos. Debemos mantener y potenciar nuestra capacidad innovadora, tanto en la forma
de enseñanza como en la manera de estar presentes en la sociedad y de aportar desde el mundo
técnico-profesional. Tenemos que fomentar además la innovación y el emprendimiento de nuestros
propios alumnos.
Considerando todo lo anterior también tenemos que reflexionar acerca del crecimiento, es decir, de
cómo podemos compartir con otros, y quizás en otros ámbitos, lo que hemos ido desarrollando en
Duoc UC. La experiencia colaborativa y pseudo dual. Por ejemplo, el proyecto que implementamos en
Arauco, en conjunto con la empresa Arauco ha sido un buen ejemplo en este sentido, ahora
esperamos llevarla a nacimiento conjunto con CMPC. Posiblemente veremos otras posibilidades en
este sentido durante los años que vienen. Queremos aprovechar esta relación virtuosa entre Duoc UC,
la iniciativa privada y las comunidades a las que se puede servir.
También está por explorarse, al menos en forma pilota, la alternativa de internacionalización. Como
una forma de contribuir con nuestros propios aprendizajes y desarrollos en otros entornos y también
para instruirnos en una mirada más global, lo mismo para con nuestros alumnos.
Tenemos, por último, como señalaba el Rector Ignacio Sánchez, el desafío de trabajar más en conjunto
con nuestra entidad fundadora, la Pontificia Universidad Católica de Chile. Son muchas las
interacciones que existen entre ambas instituciones, pero ha llegado el momento de sumar fuerzas
para perfeccionar en base a una relación más profunda, nuestros quehaceres propios y los desarrollos
en conjunto.
El Rector Juan de Dios Vial, a quien recordamos, señalaba hace unas décadas que el desarrollo de la
educación técnico profesional era una defensa para la misma universidad, dado que la oferta
profesional y técnica le abría a la juventud un abanico de propuestas alternativas interesantes y
dinámicas insertadas en nuestra realidad.
Podemos agregar que el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones entre ambas instituciones
también es una defensa, pero al mismo tiempo una fuente de desarrollo para Duoc UC.
El plan estratégico 2021-2025 que se ha estado trabajando de forma amplia y participativa dentro del
Duoc UC, con la apertura a la escucha y con la voluntad de sumar fuerza e impulso de toda la
comunidad, espera recoger y hacerse cargo de muchos de los desafíos que hemos mencionado.
Solo me queda encomendarnos a San José, nuestro patrono, para que podamos llevar adelante este
esfuerzo de la mejor forma, ayudando a que nuestra institución se desarrolle y se proyecte de la mejor
forma para las décadas y tiempos que vienen.