las peligrosas aventuras del popular buscanovia

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  • 8/12/2019 Las peligrosas aventuras del popular Buscanovia

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    LAS PELIGROSAS AVENTURAS DEL POPULAR BUSCANOVIA

    Renato Cisneros

    Renato Cisneros, el bloguero ms popular del Per, confiesa los pormenores de suadiccin. Cmo su vida se convirti en la de su personaje. Cmo expuso su vida ntima

    para conseguir unos cuantos aplausos de reconocimiento. Cmo, finalmente, pudo dejarBusco Novia, su gran vicio. Se puede regresar a la solitaria escritura literaria tras haberledado vida a una exagerada bitcora digital y saboreado la fama?

    Sin habrmelo propuesto, de modo involuntario, me convert en el Buscador de Novia de lacholsfera. Me ofrecieron un blog en marzo del 2007 y, a lo largo de tres aos, constru unpersonaje ad hoc: un treintn soltero que aturdido por el matrimonio colectivo de sus amigos y

    sometido por sus propias paltas sentimentales escriba un diario en Internet para despejarse yver si poda establecer contacto con alguna fmina que valiese la pena.

    El personaje estaba inspirado en m, llevaba mi nombre, pero tena su propio patetismo. Aunquebiogrfico y autorreferencial, era un sujeto que, semana tras semana, iba edificando unapersonalidad independiente de la ma, ms entusiasta, ms encantadora, pero tambin msmachista y deliberadamente gansa.

    La bitcora tuvo acogida, ni mucha ni poca, pero la suficiente como para que el personajecayese en la vorgine de un juego ficcin-realidad y, de repente, secuestrara al autor. O sea, am.

    Hasta antes de ponerme a escribir Busco Novia, haba ejercido el periodismo y publicado treslibros de poesa, en el convencimiento de que eso era lo mo. Aunque ambas actividades mereportaron un cierto reconocimiento, un cierto prestigio, su alcance no fue precisamente ruidoso.

    Mientras ignor la existencia de los lectores, es decir, mientras no tuve certeza de queefectivamente haba un grupo de personas, o alguna persona siquiera que me leyera, escribirrepresentaba un acto solitario. Escribir significaba arriesgarme, avanzar a tientas, saboreandolos ms intrincados resquicios de la duda.

    El blog, por su naturaleza, por su temtica, me arrastr hacia un lugar aparentementeconfortable: la esfera pblica. Entonces me olvid de la poesa (o la poesa de m, no lo tengoclaro) y, aunque continu haciendo periodismo para sobrevivir, deposit mis energas en BuscoNovia, con la ilusin de que sera divertido hacer catarsis frente a una numerosa mancha delectores, seres que por fin cobraban forma a travs de sus seudnimos y comentarios.

    Escrib, pues, con deleite y frenes, recapitulando mis das de colegial loser, contando misperipecias de soltero y, de pasada, tratando de comprender por qu las relaciones afectivassuelen estar teidas de esa suerte de hipocresa consentida que las agrisa. El diario virtualtrastoc rpidamente mis definiciones de intimidad e impudicia y, cuando menos me di cuenta(en el supuesto optimista de que lo haya hecho), acab tumbado panza arriba, pellizcndome elombligo como un gordito narciso, rodeado de una serie de comentaristas constipados que sealternaban, bien para piropearme, bien para mandarme a la mierda.

    Haba algo tan condenadamente rico en llamar la atencin que no fue difcil que mi natural

    inseguridad cediera su lugar al cndido herosmo del personaje. De pronto, dej de hablar y

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    escribir como poeta y todo qued en manos del gracioso y frvolo bloguero que daba alegrecuenta de sus pequeas miserias.

    Bueno hubiera sido si ese enajenante duelo de identidades quedaba all, en la web. Pero no fueas. Si todo monstruo grande o pequeo es por naturaleza feroz e insaciable, el monstruodel ego es doblemente tirano. El ego hizo que mi vida pasara a convertirse en un relato ms de

    Busco Novia, una inacabable posdata, y que yo me empecinara en forzar historias pararelatarlas.

    Como no soy (tan) idiota, me di perfecta cuenta de lo que estaba sucediendo. Por eso le impuseeventuales lmites al vicioso solterito que revoloteaba en mi interior y que pugnaba por ganarsela aprobacin de todo aquel que visitara el diario virtual.

    Lamentablemente, no siempre los lmites eran claros, y eso provoc que contagiado por elsucio resplandor del personaje que haba creado cometiese algunas jodidas canalladas, comodar demasiadas seas de personas que se involucraron conmigo sin el menor deseo de seractores secundarios en la pantomima que haba montado en Internet. Eso me granje broncas,distanciamientos y enemistades que hasta hoy calladamente lamento.

    Tres aos me demor en comprender que ya haba sido suficiente, que mis inmolacionesmediticas no me haban servido emocionalmente de gran cosa. Me haba divertido, s, minombre haba adquirido una suerte de brillo falsete, pero era hora de curarme.

    Cmo hice para exorcizar al demonio, para domesticarlo, para aprender a vivir con l sin causarnuevos estropicios. Primero, le cerr el cao. O sea, clausur el blog. Luego, habilit un espacioalternativo para el monstruo: un reducto que tena como propsito ser una mezcla de parque dediversiones y de centro de rehabilitacin. Ese espacio hoy funciona bajo la apariencia de unapgina web: www.renatocisneros.net.

    Ese sitio es mi Universal Estudios y mi Centro Victoria. All paso largo rato con el demonio que

    me habita, matando nuestras pulgas pacficamente. Pienso que los dos hemos sobrevivido a unmaremoto que, a la larga, nos reserv ms cosas buenas que malas.

    Pero, claro, como el espectculo de ese mutuo adiestramiento no es tan entretenido como loscaptulos de Busco Novia, algunos espectadores se han retirado de las butacas, en medio depifias. Otros felizmente permanecen, porque quiz tambin tienen un correoso animal interior conel que desean aprender a llevarse bien.

    Si hoy, en mi afn de escribir para comprender mi vida logro facilitarle a algn lector una mnimaclave que le ayude a comprender la suya, entonces todo este feliz descalabro habr valido lapena.

    Aunque debo hacer una advertencia final: todos tienen una historia que contar, pero no todosestn preparados para comprenderla. En algunos casos es mejor que no se comprenda lo quese ha vivido. Comprender implica dudar, sospechar, poner en tela de juicio la realidad. Y esopuede ser sumamente revelador y edificante, pero tambin puede representar un riesgo, unpeligro, un delicioso acto de impertinencia.