las coordenadas corporales. ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/revista de...

8
Arturo Rico Bovio Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al ser humano Abstract. This paper deals with new categories that let us go into greater depths regarding the thesis that "we are a body", where the visible and the invisible, the tangible and the intangible, are recognized as corporeal dimensions closely interrelated, in opposition to the well-tried attitude of saying "to have a body", which reduces the corporeal to physical, concrete, temporal features that hold an alleged instrumental relationship with that which we call "self", "soul" or "subjectivity". Key words: corporality, body, subjectivity, contemporary philosophy. Resumen. Este ensayo se ocupa de presen- tar nuevas categorías que permitan profundizar la tesis de que "somos un cuerpo", donde lo visible y lo invisible, lo tangible y lo intangible, tienen reconocimiento como dimensiones corpo- rales interrelacionadas estrechamente, en lugar de la socorrida actitud que habla de "tener un cuerpo", la cual reduce lo corporal a los rasgos físicos, concretos, temporales, que guardan una presunta relación instrumental con eso que lla- mamos "yo", "alma" o "subjetividad". Palabras clave: corporeidad, cuerpo, subje- tividad, filosofía contemporánea. l. La reflexión sobre lo humano y el Nuevo Milenio Los momentos históricos de la reflexión se producen, por lo general, gracias a la confluen- cia de dos condiciones que marcan la hora de la oportunidad: las motivaciones personales y las circunstancias del entorno socio-cultural que van pautando nuestras vidas cotidianas con sus pro- blemáticas, posibilidades y requerimientos. Como filósofos podemos optar por dar la espalda a la realidad histórica y encerramos en un interminable soliloquio con nosotros mismos o en un imaginario diálogo funerario con quienes nos precedieron; pero quien pretenda sintonizar con la época y ofrecer algo que sea portador de sentido para sus contemporáneos, debe abando- nar ese narcisismo cómodo y primario, para ocu- parse de las cuestiones que atañen a todos, pese a que tal disposición nos vuelva más vulnerables a una crítica generalizada, más allá del círculo estrecho de los especialistas. Tal fue el carácter original, el compromiso del filosofar griego y deberían renovarse sus votos hoy, cuando la crisis de la Modernidad en el principio del nuevo milenio vulnera un buen número de las creencias construidas a lo largo de más de veinticinco centurias. La coyuntura que vivimos nos exige una definición, una postura, que ofrezca herramientas teóricas adecuadas para asumir el mundo que se avecina, obra de la tecnología acelerada y de los desencuentros entre el ser humano y la Naturaleza. No sé si a causa de la soberbia humana, si por obra del cansancio o del temor a vemos en la penosa condición de confesar una larga lista de equivocaciones en la apreciación de nosotros mismos, que afectaría el culto occidental a la supremacía de nuestra especie, pero hemos deja- do de lado el imperativo del autoconocimiento. ¿Será que creemos haber tocado fondo en el saber en torno al ser humano? ¿Acaso pensamos que no hay nada por conocer en el campo de la Filosofía y que por tanto debemos conformamos con esperar los nuevos hallazgos que ciencias como la Neurofisiología y la Genética van acumulando sobre aspectos parciales de lo humano? Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Upload: others

Post on 25-Apr-2020

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

Arturo Rico Bovio

Las coordenadas corporales. Ideas para repensaral ser humano

Abstract. This paper deals with newcategories that let us go into greater depthsregarding the thesis that "we are a body",where the visible and the invisible, the tangibleand the intangible, are recognized as corporealdimensions closely interrelated, in oppositionto the well-tried attitude of saying "to have abody", which reduces the corporeal to physical,concrete, temporal features that hold an allegedinstrumental relationship with that which wecall "self", "soul" or "subjectivity".

Key words: corporality, body, subjectivity,contemporary philosophy.

Resumen. Este ensayo se ocupa de presen-tar nuevas categorías que permitan profundizarla tesis de que "somos un cuerpo", donde lovisible y lo invisible, lo tangible y lo intangible,tienen reconocimiento como dimensiones corpo-rales interrelacionadas estrechamente, en lugarde la socorrida actitud que habla de "tener uncuerpo", la cual reduce lo corporal a los rasgosfísicos, concretos, temporales, que guardan unapresunta relación instrumental con eso que lla-mamos "yo", "alma" o "subjetividad".

Palabras clave: corporeidad, cuerpo, subje-tividad, filosofía contemporánea.

l. La reflexión sobre lo humanoy el Nuevo Milenio

Los momentos históricos de la reflexión seproducen, por lo general, gracias a la confluen-cia de dos condiciones que marcan la hora de laoportunidad: las motivaciones personales y lascircunstancias del entorno socio-cultural que van

pautando nuestras vidas cotidianas con sus pro-blemáticas, posibilidades y requerimientos.

Como filósofos podemos optar por dar laespalda a la realidad histórica y encerramos enun interminable soliloquio con nosotros mismoso en un imaginario diálogo funerario con quienesnos precedieron; pero quien pretenda sintonizarcon la época y ofrecer algo que sea portador desentido para sus contemporáneos, debe abando-nar ese narcisismo cómodo y primario, para ocu-parse de las cuestiones que atañen a todos, pesea que tal disposición nos vuelva más vulnerablesa una crítica generalizada, más allá del círculoestrecho de los especialistas.

Tal fue el carácter original, el compromisodel filosofar griego y deberían renovarse susvotos hoy, cuando la crisis de la Modernidad enel principio del nuevo milenio vulnera un buennúmero de las creencias construidas a lo largo demás de veinticinco centurias. La coyuntura quevivimos nos exige una definición, una postura,que ofrezca herramientas teóricas adecuadaspara asumir el mundo que se avecina, obra de latecnología acelerada y de los desencuentros entreel ser humano y la Naturaleza.

No sé si a causa de la soberbia humana, sipor obra del cansancio o del temor a vemos enla penosa condición de confesar una larga listade equivocaciones en la apreciación de nosotrosmismos, que afectaría el culto occidental a lasupremacía de nuestra especie, pero hemos deja-do de lado el imperativo del autoconocimiento.¿Será que creemos haber tocado fondo en el saberen torno al ser humano? ¿Acaso pensamos que nohay nada por conocer en el campo de la Filosofíay que por tanto debemos conformamos conesperar los nuevos hallazgos que ciencias comola Neurofisiología y la Genética van acumulandosobre aspectos parciales de lo humano?

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 2: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

90 ARTURO RICO BOVIO

Una fuerte dosis de escepticismo se enseño-reó del quehacer reflexivo en las últimas décadasdel siglo XX y en los arranques del XXI. Hablarde una "naturaleza humana" les parece impropioa muchos filósofos, casi con excepción de quienessostienen una posición tradicionalista, de clarainspiración religiosa. Pero ¿realmente se justificaen el estado actual del filosofar el abandono deeste y otros problemas antropofilosóficos?

No veo que existan razones suficientes paradejar de lado la indagación filosófica sobre nosotrosmismos. Su dificultad cognoscitiva no es mayor a lade otras áreas del conocimiento. Por el contrario sípuede tener un peso determinante en las decisionesque tomemos para la conducción de las prácticaspersonales y colectivas que afecten la construccióndel mundo por venir. Clarificar lo que somos resul-ta ser la única vía racional para fundamentar lasopciones morales, la elección de modelos políticos,económicos, sociales. No hay otra alternativa cohe-rente si queremos implementar sociedades demo-cráticas, que se basen en resoluciones consensadasy no impocstss desde los espacios ideológicos delos detentadores del poder.

Existe una sólida justificación ética de laindagación filosófica en tomo al ser humano: o laasumimos como medio discursivo para construirsoportes convincentes de los sistemas operativosindividuales y sociales, o nos resignamos a sermovidos por obscuros mecanismos irracionales.No contamos con la presumible ventaja de unpaquete de instintos o necesidades que operendirecta, automáticamente. Somos movidos máspor ideas que por impulsos gen éticos, en esoreside nuestra plasticidad cultural; de ahí laimportancia de ejercer la crítica permanente delas interpretaciones respecto de lo que somos.

La resistencia hacia estos temas tradicionalesde la Filosofía se incubó en el abandono teóricodel concepto de "esencia", especialmente en suaplicación a los seres humanos. La Modernidadpasó a segundo término la búsqueda medieval delas notas distintivas de los seres, para dedicarsea la muy cuestionable tarea de probar nuestraradical diferencia. Para este propósito labró filo-sóficamente el concepto de individuo, rodeándolode categorías dinámicas como la voluntad o ellibre arbitrio, hasta coronado con la aseveraciónde que cada quién se hace a sí mismo. Así pudo

desembocar en la peregrina idea de que el hornosapiens no tiene naturaleza sino historia.

Contraponer naturaleza e historia, tesis tandel gusto del idealismo alemán, no resiste uncuidadoso análisis desde la perspectiva del sigloXXI. Salta a la vista su origen vinculado a unOccidente ensoberbecido y su función racio-nalizadora de la presunta superioridad humanarespecto de las demás especies vivientes, peronada hay que corrobore que seamos radicalmentedistintos a todos los otros moradores del planeta.Si se va a seguir sosteniendo esta postura de ais-lamiento en el seno de la Naturaleza, al menosdebería argumentarse con minuciosidad y notomada por cierta en respeto a motivos religiososo provenientes de alguna ideología.

Pese a la dosis de escepticismo esencialistaacumulada en los últimos cuatro siglos del filoso-far, sigue siendo indispensable un marco concep-tual para pensar y conducir al ser humano, que nose conforme con la vaga afirmación de nuestrahistoricidad. Somos semejantes a otras especies,mucho más de 10que estemos dispuestos a recoao-cer, pero no iguales. Para abordar esta dialéctica dela similitud y la diferencia, urge una metodologíaque maneje la relación entre ambas polaridades deuna manera consistente, más allá del per genus etdifferentiam, sin suponer a priori que hay en noso-tros una ruptura con el mundo natural.

Recién cruzado el umbral del milenio aúnno podemos vanagloriarnos de haber resueltolos problemas básicos humanos. Menos todavíalos de alcance ecológico que nuestra ignoran-cia ha generado por lo menos a lo largo de losúltimos quinientos años. Es por ese motivo queme propongo reabrir el debate antropofilosófico,presentando algunas categorías y sugerenciaspara replantear lo humano, con el afán de buscarnuevos rumbos para el autoconocimiento y lareconceptualización de nuestra especie.

11. Precisiones sobre el cuerpoy sus valencias

En consonancia con los postulados y lasinquietudes expuestas, he propuesto resignificarel término "cuerpo" para englobar al conjuntode propiedades y procesos que constituyen a un

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (l08), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 3: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

LAS COORDENADAS CORPORALES 91

ser. Serviría el cambio semántica para hablar delo humano sin hacer distingo alguno sobre laspresuntas substancias constitutivas de nuestranaturaleza y sin dar preferencia a sus aspectosperceptibles o imperceptibles'. Se trata de un tér-mino de por sí polisémico, cuyos alcances varíande una cultura a otra", incluso entre los diversossectores de una misma sociedad. El uso sugeridoasume el sentido más amplio, anterior a cualquiermatización cultural, para incluir al sistema com-pleto de las notas humanas perceptibles e imper-ceptibles, fijas o mudables, iguales o diferentes alas de otros cuerpos vivientes o inanimados.

El manejo semántica propuesto reubica deentrada al ser humano en el conjunto de los seres,para iniciar una nueva búsqueda de sus caracte-rísticas distintivas sin cargar con los prejuiciosacumulados a lo largo de la historia, supues-tamente en nuestro favor. Suprime también ladudosa identificación del cuerpo con lo material,que conlleva ab initio una reductora opciónsubstancialista, de donde deriva la predisposicióna estimar por separado los múltiples aspectoshumanos. Posición que, dicho sea de paso, notiene el respaldo de los últimos avances de laFísica, la Biología y la Psicología.

Adopto el término "cuerpo" en una acepcióntan vasta que da cabida a la sumatoria de losaspectos humanos, a sabiendas de que es una másde las posibles interpretaciones del cuerpo quese han dado o que podrían llegar a generarse. Sejustifica sobradamente la opción porque las pro-puestas dualistas que separan cuerpo espíritu ylas materialistas que identifican al cuerpo con loperceptible, ya agotaron su capacidad para ofre-cer soluciones útiles a los problemas humanos.

Las tesis dualistas son responsables de unavisión esquizoide de la Realidad que ha termi-nado por dañar la relación de los seres humanoscon la Naturaleza. Natura es forzada a tomar unpapel secundario, instrumental, frente a los obje-tivos del espíritu. El materialismo nos conducea una ceguera ontológica que resta significadoa los procesos mentales, los reduce a ser efectossecundarios de reacciones fisicoquímicas. En sulugar ofrezco un enfoque de carácter holístico,refractario a las categorías substancialistas yfavorable a los nuevos avances de la investigaciónen los diversos ámbitos de las ciencias.

Si el cambio de lecturas sobre el cuerpoimplica substituir la idea de "tener" por la de"ser" un cuerpo", ¿cómo evitar que la inquisiciónen torno al "cuerpo que somos" utilice, por lamisma inercia del lenguaje, los conceptos acu-ñados por una tradición esencia lista? ¿Cómoexaminar -y por lo mismo fragmentar y detenertemporalmente, para fines de estudio- las carac-terísticas que nos vuelven distintos a otros tiposde cuerpos?

La primera categoría sugerida en apoyo deesta indagación, rehuyendo las adherencias de losconceptos ontológicos clásicos, fue la de "valen-cias corporales", características de un cuerpo quepermiten o favorecen sus vínculos con otros".El término proviene de extrapolar y ampliar elconcepto de "valencias" de la Química a todoslos campos donde pueda hablarse de nexos y defactores que los producen. Fueron subdivididosen "necesidades" y "capacidades", para referirlas modalidades activa y pasiva de dichas valen-cias; las primeras indican los impulsos naturalesal movimiento de interacción, las segundas losmedios con que se cuenta para la satisfacción deaquellas'.

En alusión al ser humano y a su génesisevolutiva, se clasifican las valencias corporalesen biogénicas, sociogénicas y noogénicas o per-sonales. Las primeras fundan la subsistencia, lassegundas la comunicación y demás manifestacio-nes de la convivencialidad, las últimas persiguenla expresión de la singularidad humana a travésde los diversos procesos de autorrealización".

Puesto que las valencias son distintas de untipo de cuerpo a otro (incluso sirven para construirlas tipologías) y se conoce su existencia únicamentecuando se encuentran operando y son puestas aprueba, es dudoso intentar catalogadas de mododefinitivo. Las necesidades biológicas, por ejem-plo, se conocen desde el origen de nuestra especie,mientras que las sociales y las personales tardaronen recibir este reconocimiento. Empero, todavía seindagan los alcances de aquéllas y la complejidad deéstas. Forman en su conjunto con las capacidades unsistema cuyas interrelaciones no son fáciles de dilu-cidar. Basta con apuntar que las valencias biológicasson el soporte de las sociales, éstas de las personalesy que a su vez las últimas modifican la expresiónde las precedentes. La alimentación, puesta por

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 4: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

92 ARTURO RICO BOVIO

caso, adquiere dimensión cultural cuando seatiende socialmente y un sello distintivo propiosi se le emplea como medio de expresión de lapersonalidad.

Como el cuerpo y sus valencias permiteninterpretaciones diversas, incluso antagónicas,que aparecen en distintas culturas y aún en elseno de una misma sociedad, se suscitan unaserie de interrogante s de rango epistemológico:los por qué de la polisemia corporal, los efectosde la diversidad de lecturas, la posibilidad deun autoconocimiento confiable del cuerpo quesomos, el criterio de verdad para adoptar ciertateoría del cuerpo en lugar de otras.

Para resolver estas y otras preguntas especí-ficas, pasaré a exponer a continuación la teoría delas coordenadas corporales.

1. El a priori cognoscitivo del cuerpo y lapolisemia corporal

El único a priori cognoscitivo sustentable esla propia corporeidad. Mal haríamos en adoptarla posición ingenua de estimar que en el procesodel conocimiento comenzamos por una tabularasa, si sabemos que toda información acerca dela Realidad nos remite en referencia obligada alas peculiaridades de nuestro cuerpo.

A partir de nuestras facultades sensoriales,motrices, comunicativas y psíquicas de muydiversa índole, apreciamos nuestro entorno y anosotros mismos. Los sistemas sensoriales, losmovimientos, las formas del lenguaje, las mane-ras de pensar y sentir de los seres humanos sonen parte diferentes a los de las demás especies.Pero aunque cada quien es un centro exclusivopara la percepción del Mundo, muchas caracterís-ticas corporales son asumidas socialmente paraconfigurar los diversos sistemas de medición yapreciar en consecuencia a los otros cuerpos?

A pesar de que existe un substrato corporalcomún a todos los humanos, no hay unanimi-dad en las propuestas para su conocimiento.Las discrepancias pueden atribuirse a muchosfactores, tales como los diversos manejos en larecepción sensorial, los sentidos empleados, lamultiplicidad de los movimientos corporales ylas perspectivas que generan'', pero aún más al

empleo del lenguaje, procesador social y personalde la información; allí se filtran y recombinan losdatos sensoriales, en operaciones conceptuales deunión-separación, análisis-síntesis, abstracción-concreción.

Las palabras, signos convenidos socialmente,expresan emociones, identifican objetos, accionesy relaciones e ideas. Sus usos varían desde el des-ahogo afectivo, la producción del conocimiento,la transmisión de la información, hasta el afánde regular las conductas. El lenguaje conceptualconstituye la parte más versátil de las valenciassociales y es la base directa y conscientementeinnovadora de las personales. Sus modalidadescomplejas son, por así decirlo, nexos valencialescapaces de generar vínculos inéditos entre loscuerpos, aún cuando muchos no tengan cabidasino en el reino de la imaginación''.

Una capacidad que se despierta con la adqui-sición del lenguaje discursivo y se administra demanera personalísima es la consciencia humana 10.

A diferencia del simple darse cuenta de la atenciónsensorial, que en otras especies está sujeta a ladialéctica de la intensidad de los estímulos y de lasurgencias actuantes, biológicas y sociales, entre loshumanos incluye el darse cuenta de sí mismos, laautoconciencia, una especie de mirada interna queopera paralelamente e incluso sobre la atención alos estímulos sensoriales y nuestros movimientos,haciendo posible que los conduzcamos.

Mucho se ha escrito sobre el origen de laconsciencia reflexiva, a partir del efecto dereflejo que producen las opiniones cargadas devaloración de nuestros semejantes, especialmen-te los padres, que contribuyen a nuestra autoima-gen como esquema corporal!'. Este paso está endefinitiva ligado al aprendizaje de la lengua enlos primeros años de la vida de un ser humano.Me interesa destacar que es en ese momen-to cuando se introyectan las interpretacionesculturales en torno al cuerpo, vinculadas a lasexperiencias personales del sujeto. El "yo" quede allí emerge resulta ser una imagen compleja,sentida y pensada por uno mismo y por los otros,del cuerpo que somos.

El carácter moldeable y dirigible de la cons-ciencia corporal o interpretación del cuerpo quesomos (o creemos ser), explica la diferenciaciónde las coordenadas del cuerpo, categoría que me

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 5: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

LAS COORDENADAS CORPORALES

permito introducir en este ensayo. En mi opiniónmuchas cuestiones epistemológicas y existencia-les podrán esclarecerse con su concurso.

2. Apuntes para una teoríade las coordenadas corporales

Llamaré "coordenadas corporales" a los másdiversos aspectos o valencias del cuerpo quepueden dar motivo a "cortes" perceptuales o deapreciación sobre la realidad. En el ser humanoa menudo el lenguaje los decanta y consolida,de conformidad con las convenciones culturalesestablecidas por las prácticas sociales.

La sujeción sensorial y motriz del conoci-miento tiende a privilegiar históricamente ciertossistemas de sensopercepción, como en la CulturaOccidental, que ha otorgado a la visión un carác-ter regente sobre los restantes sentidos. En tornoa la vista, vinculada a una motricidad que apuntahacia objetivos pragmáticos, cuantificables, nues-tra sociedad construyó una epistemología quesubyace a las más diversas prácticas y creenciassociales, que se manifiesta de modo muy explíci-to en la metodología vigente de la investigacióncientífica. Se trata de tener como cierto lo quepermite alcanzar los resultados previstos.

Cada sistema sensorial nos proporciona dife-rentes perspectivas de la realidad, que puedeninteractuar entre sí y con otras valencia s biológi-cas, sociales o personales, permitiendo un grannúmero de combinaciones posibles; es el caso, v.gr., del tacto que puede ser movido por la inten-cionalidad erótica o por el afán de conocimiento.

Existe una importante similitud entre lascoordenadas del cuerpo y los paralelos y meridia-nos geográficos, que en sus interacciones generanpuntos de intersección o sectores de localizaciónespacial. No se trata de una simple metáfora; tam-bién las capacidades se entrecruzan con las nece-sidades para determinar los puntos de atenciónde la consciencia. Aquéllas como recursos condistintas aplicaciones potenciales y éstas en sufunción de dinamizadoras que detonan procesosselectivos para obtener estados de satisfacción oequilibrio, dando juntas origen a los más variadosenfoques del cuerpo propio o ajeno, y por proyec-ción, a las diversas visiones de la Realidad.

93

Especie de ejes sincrónicos y diacrónicos dela vida humana, permiten un inagotable númerode combinaciones posibles, cada una de las cualesgenera lecturas corporales diversas, sea por unbreve lapso en la vida de alguien, al convertirseen la actitud dominante ante la vida de una per-sona o en la normatividad cultural establecida porun grupo humano específico.

Un buen ejemplo de cómo operan las coor-denadas corporales lo encontramos en la culturanáhuatl, donde se consideraba al ser humanocomo un colaborador en el mantenimiento delorden cósmico a través del trabajo y del sacrifi-cio'". En la ideología dominante de esa culturaexistió un complejo de proyecciones por el que seconcibió al cosmos a partir de un modelo corpo-ral y se explicó la fisiología humana en funciónde los procesos del universo'{.

Según lo deja entrever el nombre más usualen náhuatl para el cuerpo en su conjunto: tona-cayo, que significa "nuestro conjunto de carne",misma expresión que se empleaba para referirsea los frutos de la tierra y en especial para el maíz,alimento por excelencia de esos pueblos quese encuentra ligado en varios mitos del mundomesoamericano al origen de la especie hurnana'",podríamos concluir que la función nutricia fueuna de las coordenadas corporales más favoreci-das por la cultura náhuatl.

Alimentarse era tarea central en estos pue-blos, porque además de la subsistencia cotidianaconstituía el nexo entre los humanos y el cosmos.Muchos mitos nahuas hablan de que los humanosalimentan a los dioses y éstos se ocupan de brin-dar o de retirarles los sustentos necesarios comes-tibles o asimilables como el tonalli'r, según susmerecimientos. El sacrificio estaba unido a unasustentación ritual del orden del Universo y delequilibrio corporal.

Otras coordenadas del cuerpo vigentes en lacultura náhuatl afloran en torno al difrasismo:in ixtli in yállotl, que algunos traducen como"rostro y corazón't'", otros como "ojo y cora-zon"!', Esta dualidad de centros anímico-cor-porales resulta de compaginar las coordenadasde la visibilidad y de la invisibilidad sin marcaruna jerarquía entre ellas, indicando tan sólo susdiferentes funciones. Ambos elementos expresan

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 6: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

94 ARTURO RICO BOVIO

ciertos tipos de conciencia, que apuntan haciafuera o hacia adentro de los seres, indispensablesambos en una relación de balance para permitiruna vida plena y armónica. El mismo ollin, sím-bolo del movimiento, converge en esa dirección,pues se configura por dos fuerzas que apuntan endirecciones inversas y se articulan en un centroque las une.

No es éste el lugar ni el momento para abun-dar en el examen de una particular concepcióndel cuerpo, de gran complejidad y mayor sentidoholístico que la de nuestra cultura cristiana occi-dental. Me interesa sólo señalarla para ilustraren qué forma el empleo de ciertas coordenadascorporales, adoptadas conforme a las prácticasvigentes en determinado grupo humano, generalecturas de la Realidad diferentes, que tiendena ser transmitidas socialmente para constituir elestilo propio de una cultura.

Pasearnos por los meridianos y paralelos denuestra corporeidad, guiados sólo por nuestraexperiencia personalísima del cuerpo vivido oregirnos por los derroteros que traza el lenguaje,con toda la carga interpretativa social que suelearrastrar consigo, marca una enorme diferencia.Es distinto vivir, como en la infancia, el cuerpode un modo natural, que habitar un cuerpo pen-sado, procesado conceptualmente con categoríasque lo analizan y valoran, fragmentándolo. Laprimera manera fluye, se modifica bajo las cir-cunstancias del momento y de los propios esta-dos corporales, mientras que la segunda tiende apermanecer, a crear un marco de autointerpreta-ción que se proyecta como una red o una sombrasobre el Mundo.

Clasificar las coordenadas corporales podríaconducirnos a una cuestionable separación enpartes de la totalidad sistémica que somos. Noobstante, ya que el presente ensayo se mueve enel resbaladizo espacio del lenguaje conceptual,enumerar algunas de las principales permitiráavizorar la complejidad que tendría elaborar unacompleta cartografía corporal y comprender elporqué de muchos errores humanos en que incu-rrimos en el conocimiento de nosotros mismos yde nuestro entorno.

Bajo el nombre de "paralelos corporales"colocaré a los diversos sistemas sensoriales,tales como el tacto, la vista, el oído, el olfato, el

gusto, el equilibrio, la posición física, el hambre,el dolor, el placer, etc., así como los motrices: lagesticulación, la manipulación, la locomoción, larespiración, la digestión, la circulación, la sexua-lidad, el habla, la consciencia, la memorización,la imaginación, la afectividad, el pensamiento,entre otros.

Entre los "meridianos corporales", incluyoa todas las necesidades humanas biogénicas,sociogénicas y noogénicas, vinculadas respec-tivamente al sostenimiento y desarrollo de lavida, a la socialización y al desarrollo personal.En forma ilustrativa y en el mismo orden apun-taré las de nutrición, asimilativas o desasimi-lativas; las de equilibrio físico-biológico; lasde autoprotección; las de conocimiento; las decomunicación, las de pertenencia; las de afecto;las de autoafirmación y autorrealización; las detrascendencia, entre otras urgencias naturalesque mueven a los humanos.

Los recursos o capacidades son a menudocanalizados y moldeados culturaLmente, con loque se incrementa o reduce su ámbito de influen-cia en nuestras vidas, favoreciendo o frenando lasatisfacción de las correspondientes necesidadesoriginales. El proceso educativo, que nos enseñaa movemos sobre ciertas coordenadas corpo-rales orientando su manejo, es capaz de crearnecesidades espurias, que llegan a recibir reco-nocimiento, a ostentar virtualidad, en gruposhumanos completos.

Es el caso de la adicción a las drogas.Necesidades afectivas mal interpretadas puedenllevar a una persona a consumir estupefacientes.Al recibir a cambio gratificaciones de placer odel reconocimiento y la aceptación de otros laconducta tiende a repetirse, hasta que psicológi-ca y orgánicamente se establece la dependencia.Por los síntomas que produce la privación delfármaco ciertamente pudiera pensarse que hasurgido una nueva necesidad. Sucede que amenudo confundimos la necesidad que operaen determinado momento con la imagen psí-quica de su presunto satisfactor o con el estadode consciencia dentro del cual se detecta dichaurgencia. Insisto: las necesidades son impulsosnaturales distintos a su recepción subjetiva quepuede o no ser real o hallarse distorsionada pormuy distintas causas.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 7: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

LAS COORDENADAS CORPORALES

3. Las coordenadas corporalesy el autoeonocimiento

Gracias a la gran variedad de coordenadasdel cuerpo que se producen con la interacción delas distintas clases de valencias corporales, nosencontramos ante un perspectivismo cognosciti-vo cuyos alcances convendría clarificar.

Los cuerpos ajenos, a la par que el cuerpoque somos, son apreciados de modo diferentesegún la coordenada corporal en que nos encon-tremos situados en un momento. Es posible ver,por ejemplo, desde el hambre, desde el erotismo,desde el afán de conocimiento, desde la imagi-nación, desde el enamoramiento y cada enfoquenos mostrará un ángulo disímil del cuerpo con-templado. Incluso las zonas corporales, resultadode la interacción de la vista con otros sistemasmotrices y con las convenciones vertidas en ellenguaje, adquieren dimensiones diversas segúnla calidad de la mirada". El fenómeno no seencuentra del todo a merced del ánimo propio,puesto que culturalmente se nos enseña a mirarcon cierta perspectiva. Es el caso de la visiónanalítica focalizada en áreas de interés que lasociedad occidental ha implementado hasta elcansancio como estrategia de dominación, frentea la mirada de conjunto, contemplativa y abiertaa la comprensión, que fomenta la vivencia estéticay cultiva un buen número de filósofos orientales.

El cuerpo es un continente que podemosrecorrer con medios corporales de apreciacióndiferentes, que conducen en múltiples direccio-nes. Así sucede en general con el Mundo y poreso se explica que las interpretaciones de la rea-lidad y de nosotros mismos sean tan cambiantes,sobre todo si incluimos en ellas la muy usualcomisión de errores en el manejo de nuestrosrecursos valenciales. Pero la mayor y más seriade las fallas epistemológicas proviene de laabsolutización de determinada o determinadascoordenadas del cuerpo.

Otorgar a la vista, por ejemplo, en conjun-ción con el tacto, el rango de autoridad supremaen la tarea de fijar la línea divisoria entre lo realy lo irreal o lo material y lo inmaterial, es una deesas graves equivocaciones cuyos efectos sufre laHumanidad en este fin de milenio. Gracias a esalectura preferente que implantó la Modernidad se

95

fracturó al ser humano en un cuerpo material yun alma espiritual y se negó existencia significa-tiva a los fenómenos mentales. Se salvó la razóndel proceso desvalorizante porque se le podaronatributos hasta hacerla una simple función calcu-ladora, atrincherada en la dimensión cuantitativade los números y de las operaciones. A cambiose sacrificó la afectividad, especialmente la queabraza al Mundo en una convicción intuitiva deque formamos parte de él.

El estudio de las coordenadas corporales delser humano nos invita a pensar de nueva cuentay sin prejuicios lo que verdaderamente somos.Hay importantes diferencias entre el ser humanoy otras especies, pero no son de tal índole quenos separen de la Naturaleza o nos pongan enuna jerarquía superior, con derecho a dominarlay a disponer discrecionalmente de los cuerposque la constituyen, vinculados entre sí, al igualque nosotros, por lazos que no son visibles, peroque resultan evidentes si aplicamos otras posiblesperspectivas del cuerpo.

Las valencias personales marcan nítidamentenuestra diferencia respecto a otros cuerpos, seña-lando nuestra posición y destino. El ámbito de lapersona es el de la creatividad, el de la expresiónde sí mismo o de sí misma. Éticamente y desdeuna visión holística corporal, nuestra función esenriquecer y armonizar la realidad y no agrediday empobrecerla. Al atender a la red de coordena-das corporales que nos conforman sin dar máspeso específico a unas que a otras, es evidenteque somos parte de un entramado universal quenos explica y justifica y que quizá debiéramosaprender a considerar como una única corporei-dad englobadora.

Para constituir una cartografía corporalcompleta que nos brinde un más ajustado conoci-miento de lo que somos, debemos transitar por eldifícil camino de adoptar o readaptar categoríasque favorezcan romper con la inercia de las viejasinterpretaciones. A partir de una libre paráfrasisdel cogito cartesiano, podríamos comenzar porla siguiente afirmación: puedo dudar de todo,menos de que soy un cuerpo que siente, actúa ypiensa entre y con otros cuerpos. Y que a partirde mi propia corporeidad interpreto al Mundo,equivocándome a menudo en este intento por laerrónea apreciación del cuerpo que soy.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 89-96, Enero-Abril 2005

Page 8: Las coordenadas corporales. Ideas para repensar al …inif.ucr.ac.cr/recursos/docs/Revista de Filosofía UCR...las interpretaciones respecto de lo que somos. La resistencia hacia estos

96 ARTURO RICO BOVIO

Notas

1. Véase mi libro Las fronteras del cuerpo. Críticade la corporeidad.

2. Véase el interesante ensayo de Knauf, "Imágenesdel cuerpo en Melanesia: sustancias culturales ymetáforas naturales", en el libro Fragmentos parauna historia del cuerpo humano, Parte tercera,donde se plantea que en las culturas tradicionalesmelanesias el cuerpo era considerado como elproducto de una interacción entre los parientes,los espíritus y el individuo mismo.

3. En varios ensayos he planteado las implicacionesnegativas del hábito teórico y práctico de dar alcuerpo el tratamiento de una posesión, así sea lamás próxima y la fundatoria de las restantes rela-ciones de apropiación que puedan establecersecon diversas entidades.

4. Cfr. mi Las fronteras del cuerpo. Crítica de lacorporeidad", p. 52 a 56.

5. [bid.6. La división triádica de ninguna manera es rígida,

sino solamente un recurso metodológico quepuede ampliarse hacia un nivel físicoquímicotodavía más primario y a uno ulterior metaper-sonal, cuyas definiciones habré de precisar enpróximos trabajos.

7. En este sentido puede consultarse a LilianeLurcat, El niño y el espacio. La función del cuer-po, pp. 209 y sigs.

8. Como bien lo apunta Merleau-Ponty en suPhénoménologie de la perception.

9. Si bien la imaginación se nutre de imágenes sensoria-les, como lo expresa su nombre, el aditivo o corrosivoque produce resultados no perceptibles en la realidadconcreta es, a no dudar, la herramienta conceptual.Especie de juegos para armar, las lenguas puedenconstruir cuerpos mitológicos y entidades pura-mente lingüísticas, dentro de sus propio límites.

10. Empleo aquí la grafía "consciencia" para referir-me a todo darse cuenta, a diferencia de la de "con-ciencia", que reservo para el sentido cotidiano deuna autocrítica moral.

11. Muy interesante es la revisión de autores queabordan este tema, psicólogos y filósofos, por

parte de Aída Aisenson Kogan, en Cuerpo y per-sona. Filosofía y psicología del cuerpo vivido.

12. Alfredo López Austin, Cuerpo humano e ideolo-gía. Las concepciones de los antiguos nahuas, T.1, p. 481.

13. lbid, p. 9.14. Véase la versión del mito del descubrimiento

del maíz contenido en el Códice Chimalpopoca,según traducción de León-Portilla, en Toltecáyotl.Aspectos de la cultura náhuatl, pp. 167 a 169.

15. Según López Austin el tonalli era consideradocomo el vínculo personal con el mundo de los dio-ses (op. cit., p. 238), recibido de ellos como un soploque podía incrementarse, perderse o dañarse.

16. Miguel León-Portilla, La filosofía náhuatl estu-diada en sus fuentes, pp. 67-69.

17. López Austin, op. cit., pp. 214 Y 215.18. Compárese esta teoría de la visión con la de

Merleau-Ponty en su libro El ojo y el espíritu,donde todavía el cuerpo, aunque es sujeto, siguesiendo el mediador entre uno mismo y el mundo.

Bibliografía

Aisenson Kogan, Aída. Cuerpo y persona. Filosofíay psicología del cuerpo vivido. México: EC.E.,1981.

León-Portilla, Miguel. Toltecáyotl. Aspectos de lacultura náhuatl. México: EC.E., 1987.

____ o La filosofía náhuatl estudiada en susfuentes. México, U.N.A.M.

Lopez Austin, Alfredo. Cuerpo humano e ideolo-gía. Las concepciones de los antiguos nahuas.México: U.N.A.M., 1996.

Lurcat, Liliana. El niño y el espacio. La función delcuerpo. México: EC.E., 1979.

Merleau-Ponty, Maurice. Phénoménologie de la per-ception. París: Gallimard, 1945.

____ o El ojo y el espíritu. Barcelona: Paidós,1986.

Rico Bovio, Arturo. Las fronteras del cuerpo. Críticade la corporeidad. México: Joaquín Mortiz, 1990.

VV.AA. Fragmentos para una historia del cuerpohumano, parte tercera. Madrid: Taurus, 1992.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (\08), 89-96, Enero-Abril 2005