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Arsenio estaba asido con cuerdas a la parte superior de la puerta del baño y con el mentón levantado hacía arriba. El corazón de Ballesta se desbocó. - “Pasa, pasa”- le invitó la voz del técnico MONCHO VIÑA EDICIÓN: ADRIÁN MENÉNDEZ VOL VI Moncho Viña recuerda el estreno de Vilalba como lugar de concentración del Deportivo y una de las anécdotas que dejó el sta- ge de 1992 con Arsenio como protagonista. pinares aledaños. En el caso de los técnicos, el paseo se hacía inmediatamente des- pués de una buena siesta. Una tarde, Franganillo y Ba- llesta ya llevaban mucho más rato de lo habitual esperando a Arsenio en el hall del hotel. Y les sorprendía, porque el mís- ter solía ser puntual. Seguía pasando el tiempo y Arsenio no aparecía, así que Ballesta subió a buscarlo a la habita- ción. Tocó suavemente con los nudillos en la puerta y no obtuvo respuesta. Esperó un momento, abrió lentamente y en la primera observación no vio a nadie. Las persianas es- taban medio echadas, con lo que la estancia estaba en pe- numbra y ni en la cama ni en la zona de escritorio vio a na- die. Dio un paso más y echó la vista a la derecha, detrás de la puerta. Y de inmediato un su- dor frío le recorrió el cuerpo. La escasa luz le impedía pre- cisar, pero no había duda de que Arsenio estaba asido con cuerdas a la parte superior de la puerta del baño y con el mentón levantado hacía arri- ba. El corazón de Ballesta se desbocó de repente. - “Pasa, pasa…”- le invitó la inconfundible voz de Arsenio. Esa voz sonaba como si no pasase nada porque, efec- tivamente, no pasaba nada. Pero el ayudante tardó en re- cuperarse del gran susto. El doctor Barbeito, el mé- dico del Deportivo, le había facilitado a Arsenio una espe- cie de artilugio con arnés, cin- chas, cuerdas y aparatos com- plementarios que en aquella época era lo último para ali- viar los dolores de cervicales. Los vendían en ortopedias, su función era estirar el cuerpo al máximo y para eso ha- bía que fijarlo con cuerdas a un sitio alto. El principal aparato su- pletorio ser- vía para colo- carlo bajo la barbilla con el objetivo de levantarla todo lo posi- ble y aliviar, así, la presión sobre las cer- vicales. Arsenio usaba ese aparato cada día porque le aliviaba los dolores de cuello, pero el problema es que no le había dicho a sus ayudantes que lo tenía. Las cervicales Ballesta y Arsenio Iglesias, en uno de los entrenamientos del Deportivo | AEC Eusebio Ríos, extécnico del Depor AEC El Deportivo comenzó a hacer las pretemporadas en Vilal- ba a petición del entrenador Eusebio Ríos (el padre de Ro- berto, ayudante de Pepe Mel en el banquillo blanquiazul) el verano del 86. Ni el lugar ni las instalaciones eran desconoci- das para él porque ya las ha- bía utilizado siendo técnico del Murcia y, después, del Betis. Buena comida, tranquilidad tanto en el hotel como en los alrededores, zonas ideales entre pinares para los paseos a media tarde, altura perfecta en relación con el nivel del mar para hacer buenas sesiones de trabajo físico y de recupe- ración… Todos los indicado- res resultaban positivos. Y la inauguración del nuevo hotel Villamartín, mucho más mo- derno y cómodo, convirtió a Vilalba en el lugar idóneo para almacenar energías para toda la temporada. Todo el trabajo técnico y buena parte del físico se hacían en el campo Roca, que aún existe en la carretera de Vilalba al hotel, y que es an- terior a A Magdalena. Con alguna excepción, como el capricho de Caparrós de hacer las pretemporadas en Isla Canela (su lugar de va- caciones en Huelva), Vilalba se había ganado el derecho a ser sede estival de la plantilla del Deportivo hasta que estu- vo acondicionado Abegondo. En el verano del 92 los re- cién llegados Bebeto, Mauro Silva y Aldana estrenaron, junto al resto de la plantilla, el nuevo Villamartín en un agos- to caluroso y húmedo que no le venía nada bien a las dolen- cias de cervicales de Arsenio. El técnico había comentado más de una vez con Ballesta y Franganillo lo molestos que eran esos dolores, pero sin darle una trascendencia pre- ocupante. Las sesiones fuertes de trabajo se hacían siempre por la mañana. Algunos días se completaban con entrena- mientos vespertinos, pero la mayoría de las tardes eran de recuperación y paseo por los 4 Depor dxt campeón DOMINGO 13 | 8 | 2017 www.dxtcampeon.com

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Arsenio estaba asido con cuerdas a la parte superior de

la puerta del baño y con el mentón levantado hacía

arriba. El corazón de Ballesta se

desbocó. - “Pasa, pasa”- le invitó la voz del

técnico

MONCHO VIÑAEDICIÓN: ADRIÁN MENÉNDEZ

VOL VIMoncho Viña recuerda el estreno de Vilalba como lugar de concentración del Deportivo y una de las anécdotas que dejó el sta-ge de 1992 con Arsenio como protagonista.

pinares aledaños. En el caso de los técnicos, el paseo se hacía inmediatamente des-pués de una buena siesta.

Una tarde, Franganillo y Ba-llesta ya llevaban mucho más rato de lo habitual esperando a Arsenio en el hall del hotel. Y les sorprendía, porque el mís-ter solía ser puntual. Seguía pasando el tiempo y Arsenio no aparecía, así que Ballesta subió a buscarlo a la habita-ción. Tocó suavemente con los nudillos en la puerta y no obtuvo respuesta. Esperó un momento, abrió lentamente y en la primera observación no vio a nadie. Las persianas es-taban medio echadas, con lo que la estancia estaba en pe-numbra y ni en la cama ni en la zona de escritorio vio a na-die. Dio un paso más y echó la vista a la derecha, detrás de la puerta. Y de inmediato un su-dor frío le recorrió el cuerpo. La escasa luz le impedía pre-cisar, pero no había duda de que Arsenio estaba asido con cuerdas a la parte superior de la puerta del baño y con el mentón levantado hacía arri-ba. El corazón de Ballesta se desbocó de repente.

- “Pasa, pasa…”- le invitó la inconfundible voz de Arsenio.

Esa voz sonaba como si no pasase nada porque, efec-tivamente, no pasaba nada. Pero el ayudante tardó en re-cuperarse del gran susto.

El doctor Barbeito, el mé-dico del Deportivo, le había facilitado a Arsenio una espe-cie de artilugio con arnés, cin-chas, cuerdas y aparatos com-plementarios que en aquella época era lo último para ali-viar los dolores de cervicales. Los vendían en ortopedias,

su función era estirar el cuerpo al máx imo y para eso ha-bía que fi jarlo con cuerdas a un sitio alto. El principal aparato su-pletorio ser-vía para colo-carlo bajo la barbilla con el objetivo de levantarla todo lo posi-ble y aliviar, así, la presión sobre las cer-vicales.

A r s e n i o usaba ese aparato cada día porque le aliviaba los dolores de cuello, pero el problema es que no le había dicho a sus ayudantes que lo tenía. �

Las cervicales Ballesta y Arsenio Iglesias, en uno de los entrenamientos del Deportivo | AEC

Eusebio Ríos, extécnico del Depor

AEC

El Deportivo comenzó a hacer las pretemporadas en Vilal-ba a petición del entrenador Eusebio Ríos (el padre de Ro-berto, ayudante de Pepe Mel en el banquillo blanquiazul) el verano del 86. Ni el lugar ni las instalaciones eran desconoci-das para él porque ya las ha-bía utilizado siendo técnico del Murcia y, después, del Betis.

Buena comida, tranquilidad tanto en el hotel como en los alrededores, zonas ideales entre pinares para los paseos a media tarde, altura perfecta en relación con el nivel del mar para hacer buenas sesiones de trabajo físico y de recupe-ración… Todos los indicado-res resultaban positivos. Y la inauguración del nuevo hotel Villamartín, mucho más mo-derno y cómodo, convirtió a Vilalba en el lugar idóneo para almacenar energías para toda la temporada. Todo el trabajo técnico y buena parte del físico

se hacían en el campo Roca, que aún existe en la carretera de Vilalba al hotel, y que es an-terior a A Magdalena.

Con alguna excepción, como el capricho de Caparrós

de hacer las pretemporadas en Isla Canela (su lugar de va-caciones en Huelva), Vilalba se había ganado el derecho a ser sede estival de la plantilla del Deportivo hasta que estu-vo acondicionado Abegondo.

En el verano del 92 los re-cién llegados Bebeto, Mauro Silva y Aldana estrenaron, junto al resto de la plantilla, el nuevo Villamartín en un agos-to caluroso y húmedo que no le venía nada bien a las dolen-cias de cervicales de Arsenio. El técnico había comentado más de una vez con Ballesta y Franganillo lo molestos que eran esos dolores, pero sin darle una trascendencia pre-ocupante.

Las sesiones fuertes de trabajo se hacían siempre por la mañana. Algunos días se completaban con entrena-mientos vespertinos, pero la mayoría de las tardes eran de recuperación y paseo por los

4 Depor dxtcampeón DOMINGO 13 | 8 | 2017 www.dxtcampeon.com