“la vida universitaria es un momento para …€¦ · “la vida universitaria es un momento para...
TRANSCRIPT
“LA VIDA UNIVERSITARIA ES UN MOMENTO PARA DARSE LA LIBERTAD
DE SOÑAR”
Entrevista realizada a la doctora Fabiola León Velarde Servetto, rectora de la Universidad,
por la doctora Giuliana Cárdenas Gamarra, egresada de nuestra casa de estudios.
¿Nos puede hacer algunos comentarios sobre sus ancestros y su niñez?
Nací en Lima, mi madre era uruguaya y mi padre peruano. Mi abuela materna era catalana
y el abuelo napolitano, pero por razones de la guerra europea, emigraron al Uruguay donde
nació mi madre y allí conoció a mi padre, que estaba estudiando medicina veterinaria, se
casaron y vinieron a vivir al Perú.
Mis estudios escolares los hice en el colegio Mater Purísima, fui muy estudiosa, siempre fui
responsable, me tenían que sacar de los estudios para que haga algo diferente, pero también
era muy amiga de algunas chicas “terribles”. Aprendí a tocar guitarra, y era buena jugadora
de voley. Con mi guitarra daba clases para ganar algo de dinero, si bien mi familia era
acomodada, mi padre siempre fue más bien severo con mi educación; si quería algo tenia
que ganármelo con mis propios medios y esfuerzo.
¿Cuéntenos acerca de sus estudios de pregrado y postgrado?
Al concluir mi secundaria, estudié en la Academia Cayetano Heredia de Marcial Ayaipoma,
todo el que quería ingresar a la UPCH iba a esa academia en el centro de Lima. Estuve 6
meses, luego ingresé a Cayetano, donde rápidamente me di cuenta que me gustaba la
investigación. El primer año conocí al doctor Carlos Monge por intermedio de su hijo
Eduardo, con quien ingresé a la Universidad. La verdad es que me fascinó lo que hacia, su
personalidad, su entrega a la investigación, a la vida universitaria. Ahí decidí no estudiar
Medicina.
Hice el Bachillerato en cuatro años y la Licenciatura en Biología, recibí mi Titulo en 1980,
la Maestría y Doctorado en Fisiología los hice también en nuestra Universidad, soy
producto 100% Cayetano. En la tesis para obtener el Bachillerato trabajé en el estudio del
metabolismo en modelo de ratones expuestos a hipoxia crónica, mi asesor fue el
doctor Monge. En la tesis de maestría estudié el efecto del clorhidrato de cocaína en el
metabolismo del mismo modelo ratón, mi asesor fue el doctor Ramiro Castro de la Mata.
Para el doctorado realicé una investigación en una área totalmente diferente, estudié el
metabolismo de las aves andinas, era un campo desconocido y fascinante. Al mamífero de
la altura lo protege la madre, la placenta presenta ciertas modificaciones dirigidas a aportar
más oxígeno, la madre respira más, en fin todos los cambios fisiológicos están dirigidos a
proteger al embrión, pero a cinco mil metros de altura, el embrión de una ave no tiene
ninguna protección de la madre, ésta sólo le da la temperatura adecuada, y es al interior del
embrión donde tienen que darse una serie de cambios que han seguido su camino evolutivo.
El doctorado lo hice entre 1982 y 1986.
Cuando termino el bachillerato, aparecieron dificultades económicas en mi familia, por
problemas políticos, y de un día para otro no pude pagar la pensión. Tuve la suerte de que
me dieran una beca para continuar los estudios de maestría y doctorado; por eso es que soy
muy sensible a los temas relacionados a problemas económicos, y me he propuesto un reto
que ya estamos concretando, el proyecto de crédito financiero universitario. Dejar de
estudiar por motivos económicos cuando uno tiene vocación, es terrible. Recuerdo que un
día le tuve que informar al doctor Monge: “mi padre esta exilado, mi madre no tiene un
centavo, todo esta embargado, no tengo para pagar, me voy a San Marcos” porque no tenia
planes de dejar de estudiar. Él hizo las gestiones convenientes para que pueda obtener una
beca silenciosamente, y cuando le dieron una respuesta positiva, se acercó y me dijo “tú no
te vas”. Estoy muy agradecida, y ahora soy Rectora, ¡quien lo iba pensar!
¿Coméntenos algunos recuerdos de sus maestros universitarios?
Uno de mis grandes defectos es que tengo memoria selectiva. Hay cosas que absolutamente
he olvidado y cuando converso con algún compañero y me dice: “¿te acuerdas?”, tengo que
ordenar mis recuerdos antes de responder. Pienso que buena parte de mi vida universitaria
la pasé cautivada en el laboratorio, llegaba a las 8 am y me iba a las 8 pm y eso quizás
pueda explicar mi carencia de recuerdos colectivos. En un momento estuve cerca al doctor
Chiappo, organizando charlas de tipo cultural, invitábamos gente, fue muy grato, es lo
único que hice como actividad extracurricular en pregrado. Era una estudiante muy
“aburrida” en el sentido que no me involucraba en otros temas.
Recuerdo a muchos maestros como el doctor Cazorla con sus clases de Bioquímica, gran
consejero de los problemas familiares que tenía, tuve mucho acercamiento con él, aparte
del doctor Monge, que para mí era una especie de “padre científico”, también recuerdo
mucho lo buen profesor que era el Ing. Juan Jiménez, gran maestro. En tanto que mi área de
interés era la Fisiología, muy ligada a los doctores Carlos Monge, Ramiro Castro de la
Mata y Enrique Fernández. Algunas veces íbamos en grupo a la casa del doctor Fernández
a estudiar y profundizar en temas de Neurofisiología.
¿Cuándo empezó su vocación por la investigación?
Creo que desde niña empecé a entusiasmarme por la investigación, en buena medida por mi
padre, médico veterinario, una persona con gran curiosidad. Fue especialista en caballos de
carrera, y siempre estaba innovando para que el caballo corriera mejor, y mostrara todas sus
potencialidades. Mencionaba al principio de esta entrevista, que cuando quería algo me lo
tenia que ganar, y muchas veces me pedía por ejemplo, un resumen de la vida de Miguel
Grau y ¿que te gusta de su vida?, o lee la vida de Pasteur, etc. y lo hacía con ganas, no
solamente porque lo que obtendría a cambio, sino porque me gustaba hacerlo. Mi madre me
decía que casi desde siempre, cada vez que me preguntaban: ¿tú qué quieres ser?, respondía:
“médico o algo parecido porque me gusta saber cómo funcionan el ser humano y los
animales”.
Cuando ingresé a la Universidad y conocí al doctor Monge, fue algo natural poder, a través
de la investigación, responder las preguntas que me interesaban. Me acerqué a la Fisiología
por ser, a mi parecer, una disciplina muy integradora. ¿Cómo podía hacer para vivir el
hombre andino con menos oxigeno? La Fisiología me permitía acercarme a este tipo de
conocimiento, además, era lo que me ofrecía de más atractivo en ese momento la
Universidad con respecto a mis expectativas.
Nunca pensé en salir del país porque el Perú me parece un país fascinante, y por otro lado,
me casé a los 22 años y ya tenia un niño cuando hacía mi maestría, entonces no podía salir
porque el padre, de quien ya me había separado, no permitía (con razón) que me lleve a
nuestro hijo.
Recién salí al extranjero, a Francia en el año 1996, a trabajar como investigadora y docente
en la Universidad de Paris XIII, ahí tuve que hacer reconocer mis grados para ver en que
nivel del escalafón me ponían en la vida universitaria. Realmente era una evaluación muy
exhaustiva, los proyectos sustentados, los artículos y los porque de cada pregunta de
investigación. Todo se presenta como una documentación integrada que se denomina
“noticia de los títulos y los trabajos” (notice de titres y travaux). Cuando me dieron la
respuesta, me habían considerado como profesor principal, fue una sorpresa muy grata,
porque pensé que en un mundo tan competitivo me calificarían como apta para una
categoría docente menor y me era difícil aceptarlo, después de tanto esfuerzo.
¿Cómo fue el inicio de su trabajo con el doctor Monge?
Desde el primer año empecé a acudir al laboratorio, pero más formalmente desde el
segundo año. Recuerdo que en esos momentos el doctor Monge estaba trabajando en un
modelo de ratón para demostrar que ese modelo puesto en hipoxia semi crónica en la
cámara hipobárica del laboratorio, presentaba los mismos cambios que el hombre andino,
una vez validado el modelo, podríamos seguir trabajando en otros aspectos. Efectivamente
se comportaba así, es decir tenia incremento de la ventilación sometido a hipoxia, los
mismos cambios en el equilibrio ácido-básico, los mismos niveles de poliglobulia, esto
es, todas las modificaciones fisiológicas de un andino, las presentaba este modelo ratón
sometido a hipoxia semi crónica, y digo semi, pues sólo se interrumpía la hipoxia para dar
comer a los animales. Empecé a trabajar en algunos aspectos como la medida del volumen
plasmático por la técnica del azul de Evans, era una técnica larguísima que obligaba a
quedarse prácticamente 12 horas en el laboratorio para obtener los resultados.
¿Puede hablarnos un poco de su trayectoria profesional?
Empecé a trabajar formalmente en la Universidad en el año 1981, como jefe de prácticas de
Fisiología en el Departamento Académico de Ciencias Fisiológicas, Bioquímica y
Farmacología, que en esa época estaban integradas. Ahí inicio una carrera muy ordenada,
luego de la jefatura de prácticas, inicié la carrera docente como profesor auxiliar, luego
asociado y finalmente principal. Posteriormente, estuve en la jefatura del mismo
Departamento por tres años. Recordemos en esa época el país sufría una situación muy
complicada, entre los 80 a 90, debido a la guerra interna. Muchos de los alumnos de
Ciencias se fueron para hacer sus maestrías y doctorados con el objetivo de volver y ser
parte de los cuadros en la Universidad, pero se quedaron fuera, o regresaron y se volvieron
a ir. Una de las pocas excepciones fueron el Dr. Abraham Vaisberg y la Dra. Patricia
Herrera, quienes salieron a formarse, pero regresaron, tal como fue su compromiso con la
UPCH.
Entonces, hubo un momento en que la Facultad de Ciencias se quedó sin docentes
jóvenes. Se requería que los docentes que se estaban formando, ocupasen los cargos
que necesitaba la Universidad. En ese sentido tuve suerte, estuve en el momento apropiado
en el lugar apropiado, y creo que haciendo los méritos apropiados también.
Continué trabajando en proyectos de investigación; nuestros fundadores por su prestigio
conseguían más fácilmente que ahora el financiamiento. Hice investigación no solamente
en Fisiología sino también en Epidemiología, me interesó el tema de salud pública del mal
de montaña o enfermedad de Monge. Mi deseo era ser una investigadora del primer mundo
porque el laboratorio del doctor Monge era un laboratorio del primer mundo.
En 1991, contraje matrimonio con un investigador francés, y sabía que eventualmente me
tenía que ir por un tiempo a Francia, de manera que busqué trabajo en Francia en el año
1995. Tuve la suerte de encontrar una propuesta de trabajo como investigadora en la
Universidad Paris XIII. Estuve allí por 6 años, siempre volviendo y siempre trabajando en
proyectos de investigación ligados a mi interés en el Perú, la fisiología de adaptación a la
altura. Pasaba de cada año, cinco meses en el Perú, obviamente que esta situación afectó mi
matrimonio, pero mi hijo tuvo la suerte de realizar toda la carrera en Francia, una carrera
que en ese momento no se daba en el Perú, Ciencias Políticas. Esa estadía obviamente
también me permitió vivir de muy cerca y aprender sobre el sistema educativo universitario
francés.
Al regresar al Perú, el doctor Oswaldo Zegarra me propone integrar su gestión porque el
doctor Raúl Gamboa, Vicerrector der Investigación es ese momento, cumplía el límite de
edad para ser autoridad en la UPCH, fue una gran sorpresa la propuesta porque yo había
tenido una vida profesional bastante volcada hacia la investigación. Es así entonces que a
partir del 2003 formo parte de la gestión del doctor Zegarra, inicialmente acepté el reto por
un año, que era el tiempo que le faltaba al doctor Zegarra para culminar su gestión, pero
cuando el doctor Zegarra vuelve a postular me pide que lo siga acompañando, acepté. Ese
año, tuve sin duda una experiencia muy interesante en el sentido de ver las cosas desde el
otro lado, como investigadora me preguntaba: “qué le pasa a la Universidad que no me
apoya, además de tener que investigar, y publicar, tengo que enseñar,¿que le pasa a sus
directivos que no nos entienden?”, y cuando estás al otro lado, del lado de la gestión te
preguntas: “¿y cómo hace Cayetano Heredia para hacer investigación , sin ningún centavo
del estado?”. Hay que tener en cuenta que no se debe destinar recursos de la docencia para
la investigación, ni de la investigación para la docencia, cada iniciativa debe ser
autosustentable. Es desde el lado de la gestión, paradójicamente, que se toma mayor
conciencia que el profesor investigador en la UPCH tiene que poner en juego toda su
capacidad y creatividad para conseguir recursos, y es nuestra obligación como autoridades
apoyarlos en esta empresa. En esta segunda gestión, nos fijamos objetivos más a largo
plazo, siguiendo la misma línea de aquellos que concibieron el primer Vicerrectorado de
Investigación en el Perú, liderado inicialmente por el doctor Alberto Ramírez Ramos.
¿Cómo recibió el Vicerrectorado de Investigación?
Se tenía la estructura organizativa, de manera que inicié mi gestión sobre bases sólidas. Sin
embargo, consideré adecuado, como uno de los primeros pasos, separar la Dirección
Universitaria de Investigación de la Dirección de Información. La biblioteca, la
información virtual, etc. tenían que tener sus objetivos y planes estratégicos independientes,
y me parecía que ambas comprometían su desarrollo estando bajo una sola dirección.
Creamos la oficina de Transferencia Tecnológica, para poder transferir el conocimiento
que se genera con la investigación al Estado o a la empresa; por ejemplo, una vacuna
desarrollada en la Facultad de Veterinaria para la sarcoidosis en camélidos, o una prueba
para el diagnóstico temprano de la fasciolasis, desarrollada en la Facultad de Ciencias.
La beca de retorno es uno de los programas más interesantes que desarrollamos, es un
fondo estratégico para aquellos estudiantes que se han ido a hacer un doctorado fuera del
país. Este fondo nos permite contratar a estos profesionales por dos años, con el fin que
desarrollen proyectos de investigación y de innovación; luego, se convierten en docentes
investigadores plenos de la Universidad. Ya tenemos integrados en la UPCH a unos diez
egresados que se han beneficiado con esta beca. Mediante otro fondo estratégico, el fondo
de apoyo al investigador, apoyamos a los investigadores para que puedan producir
proyectos y publicaciones sin tener que dedicar muchas horas a la docencia.
También, integramos toda la información de investigación disponible en la UPCH en un
banco de datos de proyectos y de publicaciones nacionales e internacionales.
Como en toda gestión, siempre acaban quedando algunos aspectos pendientes, ahora
pretendemos, consolidar los fondos estratégicos e incrementarlos, tenemos además de lo ya
mencionado, el fondo de apoyo a los estudiantes, el fondo concursable, y el fondo a las
publicaciones. Debemos darle una normatividad más detallada a los fondos, y procurar que
sean utilizados a cabalidad. Una de sus principales aportes del doctor Zegarra como rector
fue ordenar las finanzas de la Universidad, sabemos ahora de dónde proviene cada monto
que ingresa, lo que permite hacer una gestión basada en indicadores y resultados.
¿Cómo así se decidió a postular a ser candidata al Rectorado?
Inicialmente no estaba esta posibilidad entre mis planes, pero un grupo de personas
consideró que había hecho bien mi labor como vicerrectora, que conocía la universidad
desde adentro, como alumna, como docente y como investigadora, y que estaba muy
motivada a seguir trabajando por poner en relieve un área que es uno de nuestros pilares, la
investigación. En otras palabras me “dejé animar” a postular al cargo de Rector; pero
reflexionaba: “volver al laboratorio o aportar al desarrollo de la investigación desde la
gestión… cuatro años sin investigar al ritmo que se requiere para tener una presencia a
nivel internacional…, si el doctor Monge, mi maestro, me viera… Como dejar un poco
huérfana un área de investigación de la que de alguna manera soy heredera…”. Fue difícil,
pero finalmente tomé mi decisión, y me comprometí a fondo.
¿Cómo encontró la Universidad al asumir el cargo de Rectora?
Cabe mencionar, que entre los elementos positivos por los cuales me animé a postular
estaba el hecho que conocía que Universidad recibía, una Universidad sólida
financieramente, transparente en su manejo, reconocida, acreditada internacionalmente,
donde los problemas son -diría yo- más de tipo doméstico, y de falta de conjunción de
objetivos, propios de nuestra descentralización. Uno de los mayores retos es ordenar la
parte normativa de nuestra vida académica. Esto implica trabajar en los cuatro ejes: el
académico, de investigación, el de finanzas y el de ser socio estratégico de otras
instituciones. Se deben integrar estos cuatro ejes al interior de una universidad que está
descentralizada para que la sinergia de potencializar cada eje nos dé una ventaja
comparativa (en un país donde casi no existe la investigación), y podamos cumplir con
nuestro destino estratégico de ser socios para el desarrollo.
Usted ha estado en toda la trayectoria de la Universidad desde estudiante y ahora
como rectora. ¿Qué cambios ha visto en la parte administrativa?
He visto y vivido anteriormente un gobierno con un modelo de manejo centralizado de la
universidad donde era más difícil anticipar un desarrollo estratégico y planificado, de todas
las unidades académicas y de investigación, al no poder contar con información adecuada,
desagregada y detallada. Ese modelo, tuvo su momento, cuando, éramos una universidad
más pequeña. Si bien es cierto que ya desde 1970 se hablaba de “Planificación” en la
UPCH, y que nuestra Universidad fue una de las primeras en reconocer la importancia de la
planificación para el desarrollo universitario; más adelante, hacia fines de los 90, la
descentralización permitió ser muy claros y transparentes sobre la productividad de cada
unidad de gestión. Hoy, tenemos que buscar tal vez un nuevo equilibrio.
Considero que de un modelo muy centralizado pasamos a un gobierno muy descentralizado,
y ese es el reto que tiene esta gestión, de reestructurar el modelo hacia uno que nos permita
mirar todos hacia una misma dirección. La descentralización permite el sinceramiento,
conocer cuanto produce y cuanto gasta cada instancia, pero es necesario además, tener
proyectos de desarrollo e inversión conjuntos. Estos dos modelos, diría yo, han
representado los mayores contrastes que han tenido las sucesivas gestiones en nuestra
Universidad.
¿Cuál es su opinión sobre la representación estudiantil?
Considero que falta más compromiso de los estudiantes, noto cuando me reúno con las
diferentes asociaciones, que los representantes sí muestran interés y realmente están
involucrados con su institución, quieren apoyarla y lograr una aproximación de objetivos;
pero veo que la acción es más individual, es decir no se observa un esfuerzo colectivo. No
se ve gran entusiasmo en involucrarse en el gobierno de la Universidad. No sé si esto es
debido a la estructura de gobierno de la Universidad, que la hace aparecer como algo
jerárquica, o por la gran demanda que tienen los estudiantes para ser competitivos. Esto
último podría estar generando que ellos piensen más en su desarrollo individual que en el
futuro de la institución. Hemos notado que los estudiantes no desean ejercer su derecho de
ser parte más activa del gobierno de la Universidad, y esto nos preocupa, es sin duda, otro
reto de ésta gestión.
Otro problema es la información interna que pasa desapercibida, por ejemplo, toda la
información sobre los desarrollos en investigación se encuentra en la página Web; los
fondos, las unidades de investigación, las normativas, pero le preguntas a un estudiante si
conoce lo que ofrecemos, y no tiene idea. Publicamos SPIRAT, nuestro boletín informativo
trimestral; la Universidad invierte mucho en esta revista para que llegue a la casa de los
estudiantes, sin embargo esa información no necesariamente se lee con el interés debido.
En el Consejo Universitario se informa todo lo que sucede o que va a suceder en la
Universidad, sus miembros deben comunicar a sus facultades a través de los Consejos de
Facultad, donde están los jefes de departamento, representantes de profesores y alumnos,
pero la información no les llega a todos, y si llega no se toma en cuenta. Además, existe un
centro de atención del estudiante, además de la página Web, y allí se encuentra todo lo que
el estudiante debe saber. Nuestro interés es que los alumnos estén bien informados, de
manera que seguiremos trabajando en ese sentido.
¿Qué mensaje les daría a los alumnos?
Que la vida universitaria es una vida sumamente rica, es un momento de aprendizaje
integral, que lo aprovechen como tal, que se involucren no solamente en ser alumnos
destacados o competitivos sino en formarse integralmente como seres humanos. Creemos
que la Universidad esta dando ese espacio para ello, pero sí sienten que no lo estamos
dando, que nos lo hagan saber, porque la comunicación entre las autoridades y los
estudiantes es sumamente importante. La vida universitaria es un momento para darse la
libertad de soñar, ojala que nosotros podamos permitir que esos sueños se hagan realidad,
para eso estamos las autoridades de la Universidad.
¿Qué ha hecho la Universidad respecto a la medicina tradicional?
Hay esfuerzos por desarrollar este tema, como es el caso del doctor Ciro Maguiña, quien,
en un esfuerzo personal, recopila la información de la medicina tradicional y estudia sobre
como la sinergia con la medicina occidental puede darnos una herramienta terapéutica más
cercana a nuestras poblaciones nativas Andinas y Amazónicas. Otra manera como se está
abordando el tema en la UPCH, es en los laboratorios de investigación de la Facultad de
Ciencias, allí el grupo del doctor Abraham Vaisberg, y otros (Dra. Rosario Rojas, León
Villegas, que trabajan en el área de productos naturales han recopilado aproximadamente
tres mil extractos de plantas de la amazonía peruana para su estudio y validación. Muchas
de esas plantas se usan en medicina tradicional, por ejemplo, como antidiarreicos,
antimaláricos, antimicóticos, etc. Algunos estudios ya están avanzados, como por ejemplo,
el realizado en colaboración con el Instituto Francés para el Desarrollo y la Investigación
(IRD). Ya está en proceso de convertirse el principio activo de una de estas plantas en una
crema para la leishmaniasis cutánea. En otros casos todavía se están probando los extractos
en cultivos de células; todo esto por supuesto en estricta reserva, hasta tener la certeza que
el producto que se usa en la medicina tradicional, pasa la prueba del método científico.
El crédito universitario es uno de los retos de su gestión. ¿Cómo se está tratando este
tema?
El espíritu de esta norma, que ya fue aprobada en Consejo Universitario y presentada a la
Asamblea Universitaria, es poder ayudar a los estudiantes que tienen problemas para
solventar sus estudios debido a dificultades económicas. La manera de hacerlo es más
complicada cuando se pretende financiar toda la carrera de un estudiante, porque se
requiere un aval del padre y/o del sistema financiero. Lamentablemente, los bancos en el
Perú no están dando facilidades para esto aún, como si ocurre en muchos países donde el
Estado otorga un financiamiento para estos fines. El Estado peruano, por ahora, no tiene
entre sus planes apoyar el crédito universitario. Estas dificultades nos obligan a partir de la
realidad, la Universidad debe dar ese crédito, pero somos una Universidad privada que vive
de las pensiones de los alumnos, de la investigación, y de sus servicios, por lo que tenemos
que manejar con mucha responsabilidad el fondo para este crédito, y darle a la Universidad
las seguridades del caso.
En cuanto al seguro por fallecimiento del padre o apoderado es voluntario porque hay una
ley que impide que sea obligatorio. Hemos indagado con muchas empresas que tipo de
facilidades nos pueden dar, sin embargo para que las compañías nos den este seguro tiene
que haber un número grande de alumnos que aporten. Se han realizado campañas de
solidaridad en los estudiantes para lograr su inscripción voluntaria en este seguro,
lamentablemente no logramos más de 15% a 20 % de interesados.
Referente a la transferencia tecnológica que mencionó. ¿Se ha logrado transferir
algún producto?
Todavía no en la magnitud que pretendemos. Ya tenemos un producto en la etapa final,
pero esto es todavía confidencial. Se viene trabajando, además, en pruebas para el
diagnóstico temprano o en modelos terapéuticos para las enfermedades más prevalentes.
Este es un tema que avanza lentamente en todo el país, pues las empresas no creen en las
investigaciones universitarias, creen que somos soñadores y que hacemos cosas a nuestro
ritmo. El investigador cree a su vez, que la empresa no va a financiar nada y nunca va a
tener el largo aliento que se necesita para llegar a la etapa de utilización del producto. Sin
embargo, las percepciones y acciones van cambiando, con ejemplos tan exitosos como el
caso del salmón en Chile. Una empresa salmonera que tenía problemas en la reproducción
y el tamaño del salmón buscó a la Universidad de Chile, y ésta le resolvió el problema; hoy
día Chile exporta salmón al mercado mundial de manera muy competitiva. El Gobierno
Peruano ha obtenido a través de un préstamo, los primeros fondos del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) para ciencia y tecnología. Con estos, se han concebido
proyectos para mejorar la lana de alpaca, la producción del paiche, la calidad y producción
del espárrago, la uva pisquera, etc. Así como con los productos de la medicina tradicional,
es importante tener un diagnóstico preciso sobre cuales productos de las investigaciones
son transferibles a la empresa, si se licencia, o se comercializa la patente, o si nosotros
mismos generamos nuestra propia empresa. La oficina de Transferencia de Tecnológica ya
creó parte de la normatividad para que la UPCH tenga su empresa de innovación. La
creación de ésta ya fue aprobada en la última Asamblea Universitaria.
En algún momento se ha comentado sobre un Museo de la UPCH. ¿Es parte de su
plan de gestión?
El Museo de las Ciencias está dentro del gran proyecto en nuestro centro de Santa María
del Mar; Complejo Científico, Ecológico y Académico (CCEA). Este comenzará con las
donaciones y colecciones de nuestros fundadores, pero el desarrollo mayor del Museo debe
hacerse con financiamiento externo. Lo que si estamos fomentando ahora mismo, son
espacios previamente determinados, como la biblioteca, o en cada facultad, donde podamos
tener, por ejemplo, una vitrina ordenada y cuidada con los equipos que pertenecieron a
nuestros queridos profesores y que dieron inicio a las labores médicas y biológicas en la
UPCH. Aquellos que hemos tenido la suerte de trabajar en universidades de prestigio y con
mucha tradición como la de Oxford, observamos que siempre te encuentras con una vitrina
que tiene objetos usados por los grandes docentes y científicos con una reseña que indica
quien lo usó, el año, etc; esto es muy importante pues da cuenta de la historia de una
Institución.
En la historia de la UPCH, usted es la primera rectora mujer. ¿Qué representa para
usted?
Si no se dio en Cayetano antes, no ha sido porque sea una institución conservadora, como
se cree, pienso que ninguna mujer docente en Cayetano y me incluyo, ha sentido que ser
mujer nos haya podido limitar, menos aún para aspirar a un cargo.
En el devenir histórico, la mujer tardíamente empieza a tomar la decisión por luchar por
sus derechos y a educarse, las mujeres que llegaban a un cargo directivo siempre era un
número menor, también en medicina e investigación probablemente por la dedicación que
implica la carrera. De alguna manera, las mujeres somos como dijo Simón de Beauvoir
“semivictimas y semicomplices” porque llega un momento en el cual nosotras mismas
decimos “no voy a sacrificar a mi familia por mi carrera, ahora quiero tener hijos, estar
con ellos y educarlos” tomamos esa decisión, a pesar que nadie nos obliga, es el sistema y
sus reglas sociales y culturales, lo que nos deja una impronta de por vida.
Ser la primera rectora mujer…, lo tomo como un proceso natural de la Universidad, donde
cada vez se da más la presencia de la mujer en cargos directivos; simplemente, me tocó a
mi, a quien dieron la confianza y el honor de estar aquí.
Nos manifestaron que la Doña Angélica Gamarra era un familiar suyo ¿Nos puede
hacer un comentario?
Efectivamente es mi abuela paterna, Angélica Gamarra de León Velarde, fue la tataranieta
(o tal vez un poco más atrás) de Agustín Gamarra, presidente del Perú en dos ocasiones, a
principios del siglo XIX. Mi abuela heredó de su padre una gran cantidad de tierras en
Lima Norte, creo que incluso incluía a la Universidad, parte de Los Olivos, Las Palmeras,
Independencia, Palao y Sol de Oro, etc. Mi abuela era una persona sumamente generosa, y
siendo conciente de la necesidad de espacios educativos en esa zona, donó muchos terrenos
para que se construyan colegios, otras instituciones educativas, o religiosas. Fue una
persona muy especial, recta pero cariñosa y noble, fue la demanda popular la que hizo que
le pusieran su nombre a esa gran avenida.
Desearíamos saber al término de esta entrevista, ¿Qué actividades de investigación
realiza actualmente?
Continuamos trabajando en diferentes temas referentes a los efectos de la altura en los
humanos y animales, me es imposible dejar esta actividad completamente, pero sin duda mi
dedicación al tema ha disminuido. Felizmente tenemos un buen grupo de investigación,
ahora en parte a cargo de la doctora María Rivera. Continuamente recibo informes de los
trabajos que se viene realizando, y doy mi opinión al respecto, además sigo escribiendo
sobre el producto de nuestras investigaciones. Ese tiempo se lo quito a mis familiares,
escribo durante los fines de semana, en las noches, etc, pero creo que ya están
acostumbrados a esto. Procuro estar permanentemente enterada de lo que ocurre en el
laboratorio, y almuerzo con los estudiantes y profesores jóvenes cada vez que puedo, pero
eso sí, es un almuerzo científico.
El último proyecto que hicimos en Cerro de Pasco ha sido el estudio “El efecto del hierro
en la vasoconstricción pulmonar”, este elemento produce una disminución en la
vasoconstricción; es un descubrimiento muy reciente de uno de nuestros colaboradores (Dr.
Peter Robbins) en la Universidad de Oxford. Se descubrió que tenía un efecto en la
disminución de la hipertensión, por lo que hicimos un proyecto en conjunto para ver el
efecto en el mal de montaña crónico. Si bien confirmamos el efecto, no fue el esperado
porque el nativo de altura tiene una acentuada muscularización de su árbol pulmonar, de
manera que para ver el efecto de una disminución de la vasoconstricción tiene que darse un
efecto mucho más importante que el normal, o por lo menos más prolongado. Hemos
demostrado, eso si, que el efecto existe en una persona de nivel del mar que va a la altura,
tal como se observó en Oxford en una cámara de hipoxia normobárica. Próximamente
llevaremos a cabo un segundo estudio para observar el efecto del hierro de manera más
prolongada o del hierro con otra droga que permita detectar un efecto sinérgico. Uno de los
problemas importantes en la altura es la policitemia, generada por la hipoxia, y es la
vasoconstricción pulmonar la que generará hipertensión pulmonar, de no tomar cartas en el
asunto.
Una de mis satisfacciones es haber viajado a mucho a regiones de altura, como al suroeste
de la China y el Tibet. A la China viajé con un grupo de expertos para realizar una
consultoría sobre como prevenir los efectos de la altura durante la construcción del tren más
alto del mundo (que ahora ya no es el ferrocarril central del Perú), el de la China que va de
Beijing a Lhasa. Ellos estaban preocupados por los problemas de altura que podían tener
los pasajeros de un tren que pasaría más de doce horas por encima de los cuatro mil
quinientos metros de altura, sobretodo, porque la asiática es una población muy sensible a
la altura. Asimismo, nuestra experiencia nos ha llevado a ser consultores sobre la
normatividad para el trabajo en altura en países como Chile.
Considero que soy una académica y espero seguir siendo una investigadora, la
investigación realmente es maravillosa por las posibilidades de generar conocimiento, y no
deseo apartarme de esta apasionante actividad.
Gracias doctora León Velarde por concedernos esta entrevista de gran valor para
conocer su trayectoria y que pueda servir de modelo de vida para las nuevas
generaciones.