la vida una gran oportunidad (conferencia) mercedes cruz)

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LA VIDA ES UNA GRAN OPORTUNIDAD Mercedes Cruz El hombre cuando desea cambiar y se acuerda de Dios, aspira unirse a Jesús, y consecuentemente, ansia la paz en sí mismo. Para conseguir semejante realización, es preciso penetrar más profundamente en el significado de las palabras de Cristo “Y aquel que quisiera venir en pos de mi, renuncie a si mismo, tome su cruz y me siga.” En la vida hay afectos que la unión a ellos durante milenios ha tornado inolvidables, pero igualmente convivirán viejos adversarios, armados con los instrumentos de odio abierto, y trajeados en otro ropaje físico, debidamente acogidos a la convivencia dificultando los pasos, a través de la aversión oculta. Sintiendo lo que es la tranquilidad por fuera y angustia por dentro. Entendiendo que somos traídos a vivir, unos al frente de los otros, para aprender a amarnos recíprocamente como hijos de Dios. Poco a poco se percibe, según los principios de causa y efecto, que las manos que apedrean son aquellas mismas que ensañaste hiriendo al

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LA VIDA ES UNA GRAN OPORTUNIDAD (CONFERENCIA) MERCEDES CRUZ)

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LA VIDA ES UNA GRAN OPORTUNIDAD

Mercedes Cruz

El hombre cuando desea cambiar y se acuerda de Dios, aspira unirse a

Jesús, y consecuentemente, ansia la paz en sí mismo.

Para conseguir semejante realización, es preciso penetrar más

profundamente en el significado de las palabras de Cristo “Y aquel que

quisiera venir en pos de mi, renuncie a si mismo, tome su cruz y me siga.”

En la vida hay afectos que la unión a ellos durante milenios ha tornado

inolvidables, pero igualmente convivirán viejos adversarios, armados

con los instrumentos de odio abierto, y trajeados en otro ropaje físico,

debidamente acogidos a la convivencia dificultando los pasos, a través de

la aversión oculta. Sintiendo lo que es la tranquilidad por fuera y

angustia por dentro. Entendiendo que somos traídos a vivir, unos al

frente de los otros, para aprender a amarnos recíprocamente como hijos

de Dios.

Poco a poco se percibe, según los principios de causa y efecto, que las

manos que apedrean son aquellas mismas que ensañaste hiriendo al

prójimo, en otras eras cuando la claridad de la verdad no te había

iluminado el discernimiento reconociendo en los labios que te envenenan

con apuntes calumniosos aquellos mismos que adiestraste en la injusticia,

entre las sendas del pasado, a fin de auxiliarte en la alabanza a la

condenación.

Los impulsos inferiores constantemente estimulados se convierten en

verdugos de la paz y en señores del hombre, que solamente con penosos

esfuerzos consigue liberarse de los mismos, cuando definitivamente se

propone a la elevación, a través de la senda del sacrificio y de la renuncia.

En todos los círculos de la vida humana y en cualquier tiempo han

florecido los elevados ideales del amor, y las virtudes jamás han dejado de

exhalar los sutiles aromas de la honradez y de la nobleza.

Como una preciosa conquista, la amistad es el polen del amor, que crece

donde se abran las flores del sentimiento en el árbol generoso de la

dignidad humana. No obstante, cuando se aflojan los lazos de la

fraternidad, los valores espirituales del ser corren riesgo.

Las ambiciones descomedidas, los desequilibrios de la emoción

atormentada y los desordenes morales constituyen un campo fértil, donde

crecen los desvirtuados recursos de la criminalidad y las nefastas

negociaciones.

El odio es un toxico que corroe el recipiente que lo contiene. Al ser

retenido, destruye; al ser derramado, envenena.

Las mallas de la intriga bien urdida apretan nudos constrictores y se ve la

sospecha, con una creciente expresión de horror, y el paso de las horas se

llena de inquietud.

En todas las circunstancias de la vida en que las expresiones antagónicas

del desorden íntimo provocan tormentos, vínculos psíquicos con los

desencarnados, conscientes o turbados por el trance de la muerte,

generalmente promueven largos procesos obsesivos y causan infelices

estados de perturbación que son capaces de llevar a la delincuencia o a la

locura. La esfera de los llamados muertos siempre ha influido

poderosamente en la actividad mental de los llamados vivos. Al

penetrarse recíprocamente los dos continentes de la vida: el físico y el

espiritual, es muy difícil establecer el marco divisorio. Capaz de definir

con precisión donde uno empieza y otro termina. Por eso, muerte es vida y

vida en el cuerpo no deja de ser muerte…

El hombre debe ser libre para que pueda ejercer, a través de lo que el

mismo elija, la regencia de sus actos, y responder por sus consecuencias.

Mientras que los derechos humanos no sean respetados – y hay mil formas

de deshonrarlos -, los espectros de la desgracia rondaran, en marchas

siniestras, sobre los escombros de la desidia de los expoliadores de los

derechos ajenos. Contemplaran su propia caída y el erguimiento de los

que han denegrido y degradado, así como de los que creían haber

aplastado. Y la Historia ara justicia a sus víctimas, prescribiendo sus

hechos ignominiosos.

La meditación ofrece la oportunidad superior para el descubrimiento

íntimo, de donde resulta la comprensión de los acontecimientos que

muchas veces pasan en una agitación vertiginosa e infeliz. Invita al

examen de actitudes y eleva el espíritu a las afables regiones de la

Espiritualidad, donde el ser se sacia, se tranquiliza, abre las puertas a la

percepción y se emociona al identificar sus propias debilidades y al

descubrir las divinas potencialidades que viene despreciando. Es una

invitación de Dios a través de la inspiración angélica, un

intercomunicador para conversaciones sin palabras… en dichos

momentos, esos felices mensajeros se acerca, invitados por la sintonía

automática y espontanea del solicitante mudo, y con sus poderosas

energías libertan al sufriente de las cadenas que esclavizan,

permitiéndole aspirar una saludable spicoesfera en la que se desintoxica,

para que a partir de ahí pueda discernir mejor y actuar correctamente

con más seguridad.

Hasta el rebelde contumaz es acreedor de las oportunidades concedidas

por la Misericordia Divina, que a todos alcanza en forma de socorros

fomentadores de los medios que conducen a la rehabilitación tras la caída,

o al progreso, cuando se conjuga el esfuerzo con el deber.

Cuando el fragor de las inquietudes esté a punto de despedazar el

corazón; cuando en las encrucijadas no se sepa el camino a seguir y todas

las rutas parezcan dar acceso a abismos; cuando una insoportable

desesperación os haya arrastrado a infelices conclusiones que aparenten

ser la única solución; cuando los infortunios atormenten y tiendan a

volver loco indiferente ante el propio sufrimiento – disponer del vehículo

de la oración y acceder a la meditación que ampara – es la mejor solución.

Tal vez los problemas no sean suprimidos, ni sean evitadas las

dificultades. Mientras tanto, se ampliara la visión hacia un mejor y más

profundo discernimiento; consiguiendo vislumbrar una mayor

comprensión de la vida y de sus legitimas realidades; sintiendo la

presencia de fuerzas ignitas que penetraran, dando fortaleza; os elevareis

a zonas psíquicas relevantes, de donde regresareis saturados de paz, con

posibilidades de proseguir, a pesar de cualquier coyuntura difícil

existente o que pueda surgir. Ya que la plegaria aplaca y la meditación

renueva; la oración eleva, mientras que la reflexión sostiene; en comunión

con Dios, el pensamiento noble en Él sorbe la vida, y al dialogar en vinculo

de amor deja traslucir las impurezas y se impregna con las sublimes

vibraciones de la afectividad, que se convierte en una fuerza dinámica

para sostener a las debilitadas potencialidades que entonces se yerguen y

no desfallecen más.

No os arrojéis funestamente en las fosas de la desenfrenada ira o entre el

oleaje de la insensatez. Antes de que asalten los demonios del crimen,

levantarse del caos, pensando y orando es la mejor opción.

Existen oídos atentos que captan los ruegos y cerebros poderosos que

emitirán mensajes-respuesta que no se debe dejar de considerar.

Amores que han precedido en el más allá de la tumba vigilan y esperan

por los que quedaron, amando aguardando receptividad.

No equivocarse y no desesperarse en vano. Hay que prestar atención.

Hablando con el Padre en una oración tranquila haciendo silencio para

poder escucharlo a través de la inspiración clarificadora.

Sin exigir, ya que quien ora, no impone. Orar es abrir el alma, exteriorizar

los estados íntimos y refugiarse en la sabiduría divina para

aprovisionarse de entendimiento, penetrándose de salud interior…

Al orar en la aflicción o en la alegría, el hombre trabaja. Y orando

conseguirá vencer todas las tentaciones y logrará integrarse con plenitud

en el espíritu de la vida que fluye de la Vida Abundante, con fuerzas

superiores para trabajar y vencer.

Cuando ignoramos las sutiles facultades de la intuición, de la premonición

y las leyes de la reencarnación en que están basados los acontecimientos

de la vida física, y manteniendo tan solo como recurso pura y

simplemente el argumento de la fe, sin los recursos más amplios para

estructurar el consuelo se nos hace imposible sostener a la oveja aturdida.

Los sufrimientos del pasado seguramente afligen de tal manera, que el

bálsamo de las incontables alegrías no consigue cicatrizar

definitivamente las innumerables heridas, que todavía supuran… Es

necesario olvidar para perdonar mejor, arrojando en el olvido el yugo del

resentimiento y de las reminiscencias amargas, el mal que nos pretenden

hacer resulta un bien inestimable, a pesar de los incalculables

sufrimientos… No hay que permitir que antiguos infortunios tiznen las

actuales alegrías ni oscurezcan las futuras esperanzas.

Los que menosprecian los valores éticos, en su insania, son incapaces de

medir sentimientos y de caracterizar actitudes en toda su magnitud.

Disculparse significa para ellos una humillación, como una credencial

para acceder a nuevos desatinos, a los que se vinculan persistentemente.

La distancia que existe entre una agresión y una explosión de generosidad

es apenas una circunstancia de su emotividad. Sin la sensatez necesaria,

dan a los hechos la interpretación que les conviene.

Antes de cometer desatinos y hacerse cómplice de la criminalidad,

acelerar el paso y meditar, es la mejor opción ya que unas horas de locura

y de venganza vana, se transforman en siglos de dolor. El error mancha a

los que se esclavizan en el. Las falsas victorias derivadas de la infamia, de

la traición y de las indebidas conquistas, se convierten en laberintos de

sombra y de dolor que se han de recorrer ineludiblemente. La felicidad

no reluce en los dédalos de la conciencia ultrajada por el crimen, y ni

siquiera aparece algún salvador que no sea el de la justa reparación del

mal perpetrado. Al practicarse el error, se consuma la auto sentencia,

mediante la cual la paz se ve desterrada del espíritu culpado y la armonía

del amor cede lugar a las tormenta

Hay que Bendecir la cruz, los que caminan fustigados por el desaliento,

por la soledad o bajo los vendavales de la aflicción.

Y agradecer el dolor rectificador y poner el aceite de la esperanza en la

lámpara de la resignación, en la prolongada vigilia reparadora.

Recordando, que al sufrir, se rescata acciones torpes que están olvidadas,

pero que no están muertas en la conciencia espiritual ni ignoradas por el

Estatuto Divino.

Sin envidiar la dicha ajena a socapa, ni desear cambiar milagrosamente, o

gracias a métodos condenables, la posición que se disfruta.

Secando las lágrimas y velando en el altar de la rehabilitación.

El llanto actual tiene origen en las lágrimas que se han hecho derramar a

los otros y que ahora llegan de retorno.

… Simultáneamente, existen los que sonríen y que son apenas espectros

disfrazados en el palco de las diversiones alucinadas. Al huir de la

responsabilidad, avanzan a través de sitios en los que se ha deambulado y

de cuyos desdichados recuerdos les gustaría libertar…

Sin embargo, si se les habla de las sombrías herencias que de allá traen, se

burlarían y tildaran de religiosos atontados e incluso esquizoides a los

que intentan esclarecerles.

La oración por ellos, como por uno mismo, provocadores de la deshonra,

capitanes de la iniquidad, y aprendiendo con mansedumbre del Hijo de

Dios las maravillosa lección de la felicidad sin macula, de la alegría sin

mezcla y de la paz sin recelo…

Del tumulto que desgobierna el mundo, cultívese la ponderación y

reflexiónese antes de arrojarles al foso de la perversión o de los agravios

de penosa reparación.

Las risas de un minuto no valen lágrimas de las horas incontables que

afligen el despertar de la conciencia.

Los que han transpuesto la puerta de la tumba, al aseverar estos

conceptos, son los personajes vivos de los dramas que la sepultura no

apagó.

Si nos hablan, es porque desean nuestra felicidad. Hay que creer y esperar,

teniendo confianza en el amor de Nuestro Padre.

El señor nunca abandona a los que confían en El y a los que se Le entregan

con devoción. El orar nos eleva a la paz, estando por encima de las

torpezas humanas y gozando anticipadamente de las delicias del

porvenir, a pesar de las asperezas y trastornos del presente.

La vida se desdobla en sucesivos eslabones en la cadena de la evolución.

Una etapa se interrumpe para iniciarse otra. A semejanza de la semilla

que se despedaza para germinar, la muerte, en compensación, es vida

que se desenlaza. Más allá de la sepultura los dolores de los que sufren

desaparecen y las incertidumbres se convierten en seguridad. Se hace

indispensable saber enfrentar las rudas pruebas, a fin de saldar los

pesados tributos de sombra y de falta de armonía que uno ha causado.

Es imperioso que la gema preciosa sufra la acción del cincel que ha de

labrarla para poder reflejar la pujanza de la luz e irisarse. Lo mismo

sucede con el espíritu; necesita sufrir la lapidación moral para limpiarse

de cualquier impureza, haciéndose sublime a través de la renuncia y del

amor, a fin de ascender en dirección a la bienaventuranza.

No afligirse con el actual agresor de la paz, que resurge de la noche de los

tiempos, transformado en un arbitrario comensal de la locura, para

hacerlas expiar por el mal de antaño…

Mientras nos emergemos en dirección de la libertad, el se sumerge en los

sórdidos fosos de las sombras y de la agonía de largo curso…

Es necesario expulsar la ira del corazón y colmarlo de armonía, y en ese

sentido, la plegaria es el sublime filtro para operaciones de este género.

No hay que tener miedo, ya que no se paga una deuda más allá de los

límites del debito contraído. Nadie es obligado a cargar un fardo superior

al de sus propias fuerzas y solo somos constreñidos a sufrir el dolor que

corrige, disciplina y nos liberta. Jesús Crucificado es el mismo Amigo de los

sufridos pescadores de Genesaret y de las mujeres desoladas de la

Galilea… Ninguna queja o rebeldía hemos escuchado de Él, pese a las

circunstancias dolorosas de su martirio… Pensemos en Él y yérguete a Él,

entregándote con mansa sumisión…

La felicidad no consiste apenas en las risas, en la salud y en las

concesiones de la fortuna; sino también en la forma de cómo encarar los

infortunios, los desengaños las aflicciones. No debiendo dar demasiada

importancia a las cosas desdichadas que nos sucedan.

La ventura, como la desgracia tiene el valor que le damos. Cuando

sabemos valorar las rosas, respetamos sus espinas que las preservan de

las agresiones. Por eso es conveniente que nos preparemos para todas las

circunstancias de la vida.

En la trama de la desesperación, los malos espíritus instigan a sus

víctimas y las dejan exhaustas a golpes de continua alucinación, sin

darles tregua para facilitar su discernimiento. Al ser abierto el camino de

la deshonra y al estar iniciado el descenso en los abismos del odio, todo

impulso que se realiza en ese sentido es para comprometerse cada vez

más en un desequilibrio casi irreversible.

En toda colusión criminal se enredan, en una compleja urdimbre, las

mentes de los hombres con los de los desdichados espíritus desencarnados

que les ejercen influencia, a veces de una manera tal que uno puede decir

que son estos los que comandan a aquellos, y al ser verdugos son también

victimas de otras manos miserables.

En la estela de las vidas sucesivas continúan las tramas de la evolución

con sus enérgicas advertencias.

En cada primavera de bendiciones vuelven a florecer, sobre los charcos de

las pasiones, los lirios de la paz, cuyas verdes ramas simbolizan la

esperanza que nunca nos debe faltar, aun cuando todo parezca abismo y

lodo bajo nuestros pies. En esas primaveras de misericordia, también

vuelven a florecer los corazones.

Cuando estés al borde del desespero o del desanimo, yérguete sobre los

motivos de tristeza o desaliento y contempla los cuadros de la naturaleza

a tu alrededor. Nuevos minutos se despeñan del corazón de las horas en tu

beneficio, decenas y centenas de criaturas aparecen por todos los flancos

dirigiéndote sonrisa de esperanza, múltiples tareas te piden concurso y

devoción y los días siempre renovados te señalan el Cielo, de horizonte a

horizonte, siendo como inmensa puerta libertadora, a través de la cual, en

cada mañana, la Sabiduría del Señor te invita sin palabras a recomenzar

y progresar, a trabajar y vivir.

*************

TRABAJO REALIZADO POR MERCHITA

Extraído del libro “Sublime Expiación” de Divaldo Pereira Franco