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VINCENZO PAGLIA LA PALABRA DE DIOS CADA DÍA 2016 COMUNIDAD DE SANT’EGIDIO 2016

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VINCENZO PAGLIA

LA PALABRA DE DIOSCADA DÍA

2016

COMUNIDADDE SANT’EGIDIO

2016

En la portada: Icono del beato Óscar Arnulfo Romero, Comunidad de Sant’Egidio, Roma.

© del texto: Vincenzo Paglia; de la traducción: Comunidad de Sant’Egidio© Ediciones Sígueme S.A.U., 2015 C/ García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España Tel.: (+34) 923 218 203 - Fax: (+34) 923 270 563 [email protected] www.sigueme.es

ISBN: 978-84-301-1919-6Depósito legal: S. 484-2015Impreso en España / Unión EuropeaImprenta Kadmos, Salamanca

ÍNDICE

Presentación ................................................................................ 7

Tiempos liTúrgicos

Tiempo de Adviento .................................................................... 15Tiempo de Navidad ..................................................................... 47Tiempo ordinario ......................................................................... 71Tiempo de Cuaresma ................................................................... 109Semana Santa .............................................................................. 151Tiempo de Pascua ........................................................................ 163Tiempo ordinario ......................................................................... 217

esquemas semanales de oración

Oración de la vigilia .................................................................... 429Oración en el Día del Señor ......................................................... 434Oración por los pobres ................................................................ 440Oración con María, madre del Señor ........................................... 443Oración con los santos ................................................................. 447Oración por la Iglesia .................................................................. 452Oración de la santa cruz .............................................................. 456Oración del Espíritu Santo .......................................................... 460Oración de los Apóstoles ............................................................. 464Oración con los mártires .............................................................. 467Oración por los enfermos ............................................................ 471Oración por la paz ....................................................................... 475Oración del tiempo de Navidad ................................................... 477Oración del tiempo de Cuaresma ................................................ 481Oración del tiempo de Pascua ..................................................... 483

Cantos .......................................................................................... 487Oraciones .................................................................................... 491

Índice de pasajes bíblicos ............................................................ 503

PRESENTACIÓN

un márTir de la misericordia

La Palabra de Dios cada día 2016 se abre con el icono del arzobis-po Óscar Arnulfo Romero, beatificado el 23 de mayo de 2015. Fue un acontecimiento que lo mostró como la imagen del pastor que ofrece su vida por las ovejas, especialmente por las oprimidas. El santo papa Juan XXIII quiso que con el Concilio Vaticano II la Iglesia se presen-tara «como es y quiere ser, como la Iglesia de todos, y especialmente la Iglesia de los pobres» (11 de septiembre de 1962). El beato Óscar A. Romero vivió esta imagen de Iglesia, hasta el punto de convertirse en el «primer» mártir. Decía a menudo que el Concilio pedía a los cris-tianos que fueran mártires, es decir, discípulos dispuestos a dar su vida por el Señor y por los pobres. En la homilía que hizo para el funeral de un sacerdote suyo asesinado por los escuadrones de la muerte, recordó que el Vaticano II pedía precisamente eso a los cristianos, y añadió: algunos, como este sacerdote, «tendrán el honor de dar su sangre físi-ca; pero (…) todos debemos estar dispuestos a morir por nuestra fe». Así pues, Romero se preparaba para entregar su propia vida hasta dar su sangre física.

El 24 de marzo de 1980, mientras estaba celebrando la Santa Misa, se produjo su martirio. Había terminado la homilía y había pasado del ambón al altar. Era el momento del ofertorio y mientras estaba tomando la hostia para ofrecerla al Señor, un disparo –uno solo– desde el fondo de la iglesia le llegó al corazón y el arzobispo cayó al suelo. Juan Pablo II –que conocía bien a los otros dos santos asesinados en el altar, Estanislao de Cracovia y Tomás Becket de Canterbury–, ante aquella muerte, dijo: «Lo mataron precisamente en el momento más sagrado, durante el acto más alto y más divino… Fue asesinado un obispo de la Iglesia de Dios mientras ejercía su misión santificadora ofreciendo la Eucaristía». Los opresores del pueblo querían impedir que Romero hablara, que celebrara, que defendiera a su pueblo. Su beatificación –que se ha celebrado bajo el pontificado del papa Fran-

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cisco, que desde su inicio quiso una Iglesia pobre y para los pobres– recuerda con autoridad a toda la Iglesia que el amor por el Señor no se puede separar del amor por los pobres. La beatificación de Romero ilumina este año que el papa Francisco ha querido que fuera un «año de misericordia».

el Jubileo de la misericordia

En la Bula de convocación del año santo de la misericordia, Mi-sericordiae Vultus, el papa Francisco escribe: «Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mi-rada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Por esto he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Igle-sia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes» (n. 3). Efectivamente, el siglo que hemos dejado atrás ha sido uno de los más violentos de la historia del hombre, aunque ha sido también un tiempo de avances extraordinarios. No obstante, las sombras de las tragedias de ayer se proyectan también en este siglo, y por eso hace falta un estruendo de los corazones, un nuevo nacimiento es-piritual de todos, un crecimiento en el amor y en la misericordia. Los creyentes, en particular, están llamados a trabajar para encauzar una venenosa inhumanidad que resurge entre los hombres y para en-contrar las maneras de alejar las sombras del mal que se condensan cada vez más sobre las sociedades y que se abaten en primer lugar sobre los más débiles. Para encauzar el avance del mal en el mundo es indispensable hacer que resplandezcan de manera más clara y por tanto más fuerte la misericordia, el amor, la justicia, la solidaridad, la amistad entre las personas y entre los pueblos. Para los cristianos es un llamamiento a vivir el Evangelio tal como es, sin añadiduras, como decía Francisco de Asís.

El papa Francisco empieza la Bula de convocación del año jubilar recordando la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret. El evangelista Lucas recuerda que aquel sábado le dieron el rollo del profeta Isaías y que Jesús proclamó el pasaje que dice: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (Lc 4, 18-19). Al terminar de leer, Jesús se sentó. Todos se quedaron mirándolo. Y él empezó a hablar diciendo: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» (v. 21). En

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aquel momento empezaba un año de gracia para toda la humanidad, es decir, un año de liberación, un año en el que Dios volvía a crear el mundo, un año en el que todos pueden hacer fiesta por la renovación de los corazones y de la misma creación. El Jubileo de la Misericordia vuelve a proponer este año de gracia que Jesús inauguró en Nazaret. Desde entonces continúa el tiempo de la predicación del Evangelio, tiempo de amor por los pobres y de liberación de todo mal y escla-vitud. Es el tiempo de madurar el Reino de Dios que Jesús compara con una pequeña semilla que crece o con la levadura que fermenta de amor toda la pasta de la historia humana. La columna vertebral de esta historia de salvación es, precisamente, la misericordia.

La Palabra de Dios cada día 2016, con humildad y simplicidad, se inscribe en este tiempo de misericordia para ayudar a vivirlo escuchan-do la Palabra de Dios. Si escuchamos en todo momento entendemos el misterio del amor de Dios que renueva los corazones y la historia. La larga experiencia de escuchar las Sagradas Escrituras que la Comu-nidad de Sant’Egidio vive desde su inicio es una escuela que ayuda a comprender profundamente sus páginas. Para escuchar la página bí-blica, de hecho, debemos unirla a la vida de cada día, debemos hacer que dialogue con el tiempo que vivimos para que, gracias al Espíritu, la Palabra que contiene sea fuente de vida nueva. Escuchar cada día hace que nos familiaricemos no solo con el texto sino también con el espíritu de las páginas bíblicas. Y es el Espíritu, el que ensancha los horizontes de nuestra mente y ayuda a nuestro corazón a calentarse con el fuego del mismo Dios. De este modo el Señor hace que participemos en su diseño de misericordia infinita, sin límites, con el que envuelve toda la historia del mundo. La fidelidad de escuchar cada día la Palabra de Dios hace que crezca también la comunión entre nosotros. Y nos permite formar parte de un gran pueblo de creyentes que, casi como si fuera un santuario espiritual sin límites, eleva a Dios su oración por nuestra salvación y por la paz entre los pueblos.

ViVir el Tiempo liTúrgico en la hisToria

También este año La Palabra de Dios cada día 2016, al igual que el año pasado, va unido a la Misa de cada día, como si quisiera desta-car aquel lazo que hay entre el Libro y el Cáliz del que hablaba Juan XXIII y que el Concilio planteó de un modo nuevo. Este libro, como siempre, sigue el calendario litúrgico de la Iglesia latina. Los domin-gos y los días festivos, pues, comenta –siguiendo el ciclo trienal del año litúrgico– los pasajes bíblicos del ciclo B, con el Evangelio de

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Marcos que se leerá durante casi todo el año. En los días feriales –que siguen un ritmo bienal– el libro comenta la primera lectura de la Misa tal como está previsto para los años impares. La elección de los textos bíblicos de la primera lectura –que incluyen pasajes extraídos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento– se ha hecho en base a los distintos tiempos litúrgicos. Se cumple así un itinerario espiritual que, a través de las páginas bíblicas de cada día, nos ayuda a crecer en la misma medida que Cristo, para tener en nosotros sus mismos senti-mientos, como escribe el apóstol: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo» (Flp 2, 5).

El año litúrgico empieza con el tiempo de Adviento, un tiempo en el que esperamos al Salvador y que culmina con la Navidad. No se trata simplemente de recordar un evento lejano, sino de revivirlo en la vida personal y comunitaria. A continuación viene el misterio de la manifestación de Jesús al mundo (la epifanía de los magos) y luego la de Cristo a Israel (el bautismo en el Jordán). Le siguen seis sema-nas, llamadas del «tiempo ordinario», que acompañan los días hasta el Miércoles de Ceniza, con el que empieza la Cuaresma, es decir, los cuarenta días que la Iglesia dedica a preparar la Pascua. Es el tiempo de «volver» al Señor. Antes de acercarnos al misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor es indispensable purificar nuestros ojos y convertir nuestro corazón a Dios. Solo así, con un corazón arre-pentido, podremos recoger los frutos de la gran y santa semana de pasión que culmina en el Triduo santo, recuerdo de la última cena del Señor, de su muerte y de su resurrección. Los cincuenta días tras la Pascua nos llevan hasta Pentecostés, que es el cumplimiento de la Pascua. El misterio que contiene la Pascua y Pentecostés constituye el corazón de la vida cristiana.

El día de Pentecostés se podría decir que empieza el tiempo his-tórico de la Iglesia, que está llamada a anunciar el Evangelio hasta los confines de la Tierra. En este tiempo no hay recuerdos especiales del Señor, precisamente porque sintetiza toda la historia de la Iglesia. El Señor Jesús subió al cielo y envió a los discípulos a recorrer los caminos del mundo sin su presencia visible. Pero el Espíritu Santo, que fue infundido en sus corazones y en el de los discípulos de todos los tiempos, se convierte en la fuerza que guía a la Iglesia a comunicar el Evangelio y su fuerza de salvación con los milagros del amor que llevan a cabo los discípulos. Se abren así las semanas que podríamos denominar del «tiempo de después de Pentecostés». Es un tiempo que incluye toda la historia de la Iglesia, que está llamada a comunicar el Evangelio al mundo, guiada precisamente por el Espíritu infundido en

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Pentecostés, para que la Tierra sea más humana y esté preparada para el último día, cuando Jesús volverá como rey y juez de todos y de todo, tal como recordamos el último domingo del año litúrgico.

El año litúrgico ha tenido una larga gestación en la historia de la Iglesia, pero su nacimiento hay que buscarlo en la Pascua. Inicialmen-te, en efecto, la Pascua era la única fiesta de los cristianos. En aquella fiesta se celebraba la victoria definitiva de Jesús sobre el pecado y sobre la muerte. El día de Pascua se convierte en el primer día de la nueva creación, el día de la plenitud de la alegría, de la plenitud de la paz, de la plenitud del amor. Podríamos decir también que es el día en el que la comunidad reunida por su Señor muerto y resucitado vive su «plenitud». Tanto la tradición de Oriente como la de Occidente cantan la belleza de la Pascua, de la que emana no solo el año litúrgico sino la vida entera de la Iglesia. Los años, nuestros años, también los años de nuestra vida personal, deberían contarse según el número de pascuas vividas y cada vez deberíamos preguntarnos: ¿qué hemos hecho con la Pascua que celebramos? Vivir la Pascua es la razón de la vida de la Iglesia y de todo creyente. Por eso a lo largo del año litúrgico es como si nos cogieran de la mano para crecer dentro del misterio de Jesús. Cada año litúrgico repite siempre el mismo ritmo. Lo necesitamos para continuar sumergiéndonos en el misterio único de Jesús hasta quedar transformados y poder decir con el apóstol Pablo: «Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gal 2, 20). Los días vuelven de nuevo para que nosotros seamos distintos, menos como nosotros mismos y más similares a Jesús.

Durante el año litúrgico encontraremos días dedicados al recuer-do de María, la madre de Jesús, de los apóstoles y de los santos. La Iglesia no solo nos presenta los milagros de cambio que se producen en aquellos que dejan que el Espíritu del Señor los transforme, sino que nos hace descubrir una familia grande que llega a llenar el cielo: son hermanas y hermanos que, tras haber acogido la Palabra de Dios y haberla puesto en práctica, han alcanzado la estatura de Cristo y ahora están con él en la gloria. Se sumarán, además de los mencionados, otros motivos de recuerdo asociados a la vida de la Comunidad de Sant’Egidio y a otros momentos de la vida del mundo cristiano, de otras religiones mundiales y de la historia universal. El tiempo litúrgi-co no está separado del tiempo de los hombres; al contrario, aquel es un fermento de amor de este. El tiempo litúrgico es para la historia lo que la Iglesia es para el mundo. Celebrando el misterio de Jesús a lo largo del año ayudamos, misteriosa pero realmente, al mundo entero y a todos los pueblos a abrirse al amor de Dios.

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el riTmo de la oración

La semana, que el domingo («Pascua de la semana») llega a su culmen, marca el paso de todo el año litúrgico. Desde sus inicios, la Comunidad de Sant’Egidio ha vivido el Evangelio de manera ínti-mamente ligada a los ritmos de la vida de la ciudad. La pregunta, ya entonces, era apremiante: ¿Cómo podemos rezar en la ciudad? ¿Cómo podemos rezar sin dejarnos arrastrar por sus ritmos convulsos? ¿Có­mo podemos acompasar el tiempo de la oración? De ahí nació la expe-riencia que presenta este libro: una estructura semanal de oración que culmina el domingo, y en la que los días feriales siguen una especie de hilo de recuerdos fijos que apuntan siempre hacia el día del Señor. El domingo se convierte así en el «culmen» de la semana pasada y en la «fuente» de la que está por empezar.

La tradición de Oriente exhorta a los creyentes a ir al encuentro del sacramento del hermano (los pobres, los débiles) tras haber contem-plado el sacramento del altar. Por eso el lunes, mientras reanudamos el camino de cada día, el rostro del Señor se nos presenta ya no con los rasgos del resucitado, sino con los del pobre, el débil, el enfermo y el que sufre. La oración vespertina acoge ese día el recuerdo de los pobres, de los que encontramos a lo largo del día y de los que están lejos, que a veces son países enteros que sufren. Todos son presentados al Señor para que los consuele y los libre del mal.

El martes, la oración común está acompañada por María, la ma-dre del Señor, para que todos aprendamos de ella, la primera de los creyentes, a «conservar en el corazón» (Lc 2, 51) lo que hemos escu-chado, y a dar gracias al Señor que ha dirigido su mirada a los humil-des. El miércoles, las comunidades de Sant’Egidio esparcidas por el mundo rezan las unas por las otras y por toda la Iglesia difundida por todas partes. Todas se reúnen en la grandeza, en la profundidad y en la alegría de la comunión que el Señor da a sus hijos. La oración cuenta también con la participación de los santos del cielo, a los que se invoca con su nombre, para que acompañen a todas las comunidades en su andadura por los caminos del mundo.

El jueves se recuerdan todas las Iglesias cristianas, las de Oriente y las de Occidente, para que crezca la comunión entre los creyentes en Cristo, y la comunicación del Evangelio se extienda hasta los ex-tremos de la Tierra. El Señor, único pastor de su Iglesia, da a todos su amor apasionado. De ese amor brota la acción pastoral y el trabajo de comunicar el Evangelio. El viernes recordamos la cruz del Señor, para que cada creyente recuerde de dónde nace la salvación y no olvide con

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qué generosidad amó Dios a los hombres. El cruce entre las bienaven-turanzas evangélicas y la narración de la pasión impulsa a contemplar la riqueza de la cruz que es al mismo tiempo anuncio de la muerte del egoísmo y de la victoria del amor por los demás.

El sábado es el día de la vigilia y de la espera de la resurrección del Señor. Se canta delante de la tumba de Lázaro muerto para que sea liberado de las vendas que lo oprimen. En él se oye el grito de ayuda que se eleva de todas las partes del mundo hacia el Señor. Le pedimos a Dios que intervenga una vez más y retire la piedra pesada que opri-me la vida de sus amigos. La vida de todos, cuando se libra de las ven-das del pecado, es salvada por la misericordia de Dios. Así termina la semana, que ya no transcurre de manera casual o caótica. El domingo abraza los días pasados y los orienta hacia el domingo eterno, día sin ocaso. Junto a los ángeles, los discípulos reciben desde ahora la gracia de cantar el Trisagio, que cierra la Oración de la luz.

Cuando hay festividades o conmemoraciones que prevalecen sobre los tiempos ordinarios se modifica el orden de la semana. Cuando se conmemora a los apóstoles se sigue, precisamente, la Oración de los apóstoles. Esta oración, al tiempo que nos arraiga en el testimonio de los Doce, nos llama a comunicar el Evangelio hasta los confines de la Tierra. El libro incluye también la Oración del Espíritu Santo, que en el tiempo de Pentecostés o en otras ocasiones nos recuerda que debe-mos abrir nuestro corazón al soplo del Dios y luchar contra el mal en todas sus manifestaciones extendiendo la obra de la misericordia en la Tierra. La Oración con los mártires nos recuerda el ejemplo de quienes en el pasado y aún hoy testimonian su fe en el Señor hasta derramar su sangre. La comunidad cristiana que lo desee puede utilizar la Oración en el Día del Señor en los días festivos. El tiempo de Navidad y de la semana de la Pascua tienen esquemas de oración específicos.

la oración por los enfermos y por la paz

Desde hace algunos años en las Comunidades de Sant’Egidio de todo el mundo se da una especial importancia a la Oración por los en-fermos y a la Oración por la paz, que se celebran una vez al mes. En la Basílica de Santa Maria in Trastevere de Roma el primer lunes de mes se celebra la Oración por los enfermos y el tercer lunes la Oración por la paz. Existe un esquema de oración para cada una de ellas, como se puede ver en la parte final de este libro. La decisión de vivir de manera especial estas dos oraciones nace de la fe en la misericordia de Dios que se inclina para acoger y ayudar a aquellos que sufren a causa de

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la enfermedad o de la guerra. La proximidad a los pobres, a los débi-les, al mar de sufrimiento que pesa sobre la vida de muchos no puede dejarnos indiferentes. Y escuchando la palabra de Dios recibimos una luz. Las páginas evangélicas nos enseñan la extraordinaria atención que Jesús prestaba a los enfermos que le presentaban. No es irrelevan-te que la mayoría de milagros que llevó a cabo Jesús estuvieran rela-cionados con la curación de enfermos. Es una gran luz también hoy. ¡Cuántos enfermos esperan que alguien les lleve al Señor! Y también podemos considerar como enfermos a aquellos pueblos que sufren la violencia de la guerra.

En estas dos oraciones mensuales queremos presentarle todos es-tos enfermos al Señor. Y queremos presentárselos a cada uno por su nombre. Por eso para la oración por los enfermos escribimos en un papel los nombres de los enfermos que durante la oración se recogen y se presentan ante el altar, mientras que en la oración por la paz se leen los nombres de los países en guerra, uno a uno, y se enciende para cada uno de ellos una vela ante el altar, para así presentárselos al Señor. Sa-bemos que él escucha esta oración y la atiende. Es una práctica antigua de la Iglesia que hoy es necesario recuperar y sobre todo vivir con más generosidad y convicción. La oración por los enfermos y por la paz es el fruto de aquella caridad que no conoce fronteras y de aquella fe con-vencida de que «no hay nada imposible para Dios». Nos lo recuerda con gran sabiduría san Juan Crisóstomo: «La necesidad lleva a rezar para uno mismo; la caridad estimula a rezar por los demás. Pero a Dios le place más la oración hecha por caridad».

Podríamos incluir estas dos oraciones mensuales entre las «obras de misericordia» que tenemos que vivir de manera más significativa y urgente en este Jubileo de la Misericordia. Vivirlas cada mes –y procu-rar que muchos lo hagan– significa obedecer el mandamiento de Jesús de rezar con un mismo espíritu y sin desfallecer. Es hermoso pensar que la universalidad de la Comunidad y de todo aquel que se une a ella en estos dos días hace realidad una oración continua que se eleva al cielo desde Oriente hasta Occidente sin interrumpirse jamás.

TIEMPO DE ADVIENTO

Domingo 29 de noviembre: I de AdvientoJer 33, 14-16; Sal 24; 1 Tes 3, 12-4, 2; Lc 21, 25-28.34-36

El evangelio retoma el discurso sobre el final de los tiempos, pronun-ciado por Jesús en el Templo. Con un lenguaje típico de la apocalíptica, Jesús anuncia que llegarán días en los que habrá gran desconcierto «en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de la gente… Los hombres se quedarán sin aliento por el terror y la ansiedad ante las cosas que se abatirán sobre el mundo». El escenario es toda la crea-ción: hasta «las fuerzas de los cielos –dice Jesús– se tambalearán». Si estas palabras se refieren sobre todo al final de la historia, no están sin embargo lejos de las diferentes épocas de la historia humana, y pode-mos aplicarlas también a nuestros días, en los que aparecen señales y tambaleos tanto en el cielo como en la tierra, como la de los hombres sin aliento y en ansiedad. Es la angustia de los habitantes de tantas naciones marcadas por la guerra y los conflictos, es la angustia de los millones de pequeños y grandes que siguen sufriendo enfermedades y hambre, es la angustia de tantos obligados a emigrar lejos de su tierra que no encuentran a nadie que les acoja y ayude, es la angustia de tan-tos ancianos abandonados en soledad. Y entre aquellos «hombres [que] se quedarán sin aliento por el terror» están tanto los que no ven ni para ellos ni para sus hijos un futuro sereno como los que se dejan llevar por el miedo y se encierran en sí mismos.

Jesús pronuncia también hoy esas palabras, ciertamente no para entristecer y mucho menos para confirmar miedos o repliegues, al contrario, quiere que no nos dejemos llevar por la resignación. En efecto, es fácil en los momentos difíciles caer en la resignación y dejar que se apague la esperanza de un mundo nuevo, de una vida mejor para nosotros y para los demás. El Señor no ha renunciado a esperar en los hombres y en las mujeres y a cambiar su corazón, no deja que las fuerzas del mal subyuguen imperturbables a la tierra presa de la violencia y de la injusticia. Si los hombres y las mujeres se resignan a este mundo, no así el Señor. Él quiere el final de este mundo para poder instaurar otro. Esto es el Evangelio del Adviento.

16 Tiempo de Adviento

También a nosotros Jesús nos dice hoy: «Cuando empiecen a suce-der estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación». Ya el profeta Jeremías lo había predicho al pueblo de Israel: «Mirad que vienen días en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá». He aquí que esos días han llegado. El Señor vuelve para que llegue pronto un mundo nuevo donde los pobres sean menos pobres, donde los demás no sean con-siderados enemigos sino hermanos, donde quien sufre sea consolado, donde el que está solo sea acompañado y el que se ha replegado sobre sí eleve su mirada hacia los demás y hacia el futuro.

El Evangelio del Adviento vuelve una vez más. Y vuelve en este tiempo difícil. Vuelve para nosotros, para todos los hombres, y sobre todo para los más pobres. Es el Evangelio el que ablanda los corazo-nes endurecidos, el que abre la mente a quien piensa sólo en su bienes-tar, el que abre el oído a quien escucha sólo sus razones, el que abre los ojos a quien no ve más allá de su propio horizonte. El Adviento despierta en nosotros y en el mundo la expectación por el Señor que está por venir: «Cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación». Es el tiempo de levantarnos. Si dejamos de hacer nuestras cosas para levantarnos e ir a acoger a un huésped que llega, ¿cuánto más debemos levantarnos de nuestras costumbres para ir a acoger al Señor que viene? Y debemos «levantar la cabeza», añade Jesús. Sí, es fácil permanecer ciego para quien se mira fijamente a sí mismo. El Adviento es un tiempo para abrir los ojos y dirigirlos hacia el Señor que está por venir. Lo veremos en Navidad cuando vayamos a la gruta de Belén. Dejémonos tomar de la mano hasta aquella gruta. Lo necesitamos. Jesús advierte: «Cuidad que no se emboten vuestros corazones por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupacio-nes de la vida y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tie-rra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo» (Lc 21, 35-36). Estar en vela y rezar. Jesús nos pide estar despiertos, pero no de esa vigilia aturdida de los habitantes de Belén, quienes, en efecto, «embotados por el libertinaje y la embriaguez» no quisieron abrir la puerta. Y no hubo sitio para Jesús en el albergue.

El tiempo de Adviento es una gracia para permanecer despiertos y levantar nuestros ojos en la oración al Señor. La liturgia de este primer domingo de Adviento nos hace cantar al inicio: «A ti, Señor, levanto mi alma». Y la Comunidad, como una madre buena, nos ayuda a diri-gir nuestros ojos y nuestro corazón hacia aquel niño. En realidad, es el Señor mismo quien ha dirigido sobre nosotros su mirada de misericor-

Noviembre 17

dia y no cesa de donarnos su Palabra. Podríamos decir que es él mis-mo quien nos prepara para su Navidad dándonos cada día su Palabra. En efecto, los días del Adviento son días de escucha y de reflexión, días de oración y de amor. La Palabra de Dios será la lámpara que conducirá nuestros pasos iluminando y calentando nuestro corazón. Si perseveramos, quizá no será tanto una gruta oscura y un pesebre maloliente y podrá convertirse en un lugar santo donde Jesús vuelve a renacer. Sintamos, por tanto, dirigida también a nosotros la bendición del apóstol Pablo: «Que el Señor os haga progresar y sobreabundar en el amor de unos con otros, y en el amor para con todos» (1 Tes 3, 12). Sí, el tiempo del Adviento es también un tiempo de amor renovado por los demás, un amor menos concentrado en nosotros, más grande hacia los hermanos, y sobre todo hacia los pobres. Sí, queridos hermanos y queridas hermanas, no repitamos nuestras costumbres de siempre, no persigamos nuestros pensamientos de costumbre. El Adviento es un tiempo nuevo, es un tiempo dado por el Señor para renovar nuestro corazón, para ir con los brazos más abiertos hacia nuestros hermanos y sobre todo hacia los más pobres. Por este camino es por donde encon-traremos al Señor. Mientras, levantemos nuestros ojos hacia lo alto y digamos con insistencia: «Ven, Señor Jesús».

oración en el día del señor

Lunes 30 de noviembreRecuerdo del apóstol Andrés.Mateo 4, 18-22. Llamada de los primeros cuatro discípulos

La Iglesia hace hoy memoria del apóstol Andrés, el primero de los lla-mados. Esta memoria nos recuerda que el cristiano es ante todo un dis-cípulo, es decir, un hombre o una mujer que escucha al Señor y lo sigue. El año litúrgico que acabamos de empezar no es otra cosa que un año de seguimiento de Jesús, un año de escucha del Evangelio para crecer en el amor del Señor y de los hermanos. Por esto la historia del primer llamado –según la narración de Juan– sigue siendo ejemplar. Andrés, hijo de Jonás y hermano de Simón Pedro, era originario de Betsaida y ejercía el oficio de pescador, junto a su hermano. Fue llamado por Je-sús mientras estaba echando las redes; las dejó de inmediato y siguió a aquel Maestro. Según la tradición, Andrés anunció el Evangelio en Si-ria, en Asia Menor y en Grecia, y murió en Patras, crucificado como su Maestro. La Ortodoxia lo venera como el primer obispo de la Iglesia de Constantinopla. El Evangelio de Marcos lo une a los primeros cuatro llamados. En efecto, después del encuentro con Jesús, todos se pusie-

18 Tiempo de Adviento

ron a seguirle. La Iglesia, toda comunidad cristiana, toda experiencia religiosa, comienza siempre con un encuentro. Pero no se trata de un saludo con prisa, ni de entretenimientos de salón. ¡Cuántas veces lle-namos el tiempo con nuestras habladurías o bien desperdiciamos ríos de palabras! Aquí hay una invitación simple y clara de Jesús: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Andrés y Simón, llamado Pedro, escuchan esta invitación, dejan las redes y le siguen. ¿Por qué seguirle? Es difícil explicar el futuro de Dios a quien, como nosotros, es un analfabeto de su palabra y de su amor. Y aquel Maestro explica el futuro de Dios de la única forma que aquellos pescadores pueden com-prender, quizá de la única forma que puede entusiasmarles: «Seguiréis siendo pescadores, pero de hombres». Para esta pesca hay que dejar la barca de siempre y ponerse a caminar ya no sobre el agua sino sobre la tierra de los hombres, quizá todavía más agitada e incierta que las aguas de aquel lago. Ya no es el mar de agua, es el mar de hombres y mujeres, es la multitud de personas que como un mar les absorberá y les arrolla-rá: Andrés acoge la invitación de Jesús junto a los otros tres. No eres tú quien escoge, es otro que te mira, que te ama y te llama. En verdad, Je-sús es el primer «pescador de hombres», y llama a aquellos pobres pes-cadores. No nos corresponde a nosotros juzgar si somos dignos o no, o si otro lo es; estos juicios están ligados a una lógica mundana. En la perspectiva evangélica a nosotros sólo nos toca escuchar la invitación, acogerla y responder, como hicieron aquellos cuatro. Seguir a Jesús no es una decisión de héroes o de espíritus elegidos. Los primeros cuatro eran simples pescadores: escucharon a Jesús, se fiaron y lo siguieron. Aquí está todo el secreto de la fe y de la misma Iglesia.

oración de los apósToles

Martes 1 de diciembreIsaías 11, 1­10. Reposará sobre él el espíritu del Señor

Este oráculo de Isaías está estrechamente vinculado a los capítulos 7 y 9, en los que el profeta anuncia el nacimiento de un niño, descendiente de David, el Emmanuel, la luz que resplandece en las tinieblas. La pa-labra profética anuncia que Dios no abandona a su pueblo al poder de la injusticia y la violencia. En efecto, la esclavitud había convertido a Israel en algo semejante a un tronco seco, destinado a la decadencia, sin poder esperar ya un futuro vigoroso como un árbol en flor con sus hojas y frutos. Pero el profeta anuncia: «Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará». Del tronco seco saldrá un vástago.

ÍNDICE DE PASAJES BÍBLICOS

Génesis 17, 3-9 Abrahán, padre de una muchedumbre de pueblos ....... 14737, 3-4.12-13a.17b-28 José y sus hermanos ......................................... 12649, 2.8-10 Las bendiciones de Jacob ............................................. 37

Éxodo32, 7-14 Un pueblo de dura cerviz ............................................. 139

Levítico19, 1-2.11-18 «Sed santos, porque yo soy santo» ............................... 115

Números21, 4-9 La serpiente de bronce ................................................. 14424, 2-7.15-17b De Jacob avanza una estrella ....................................... 34

Deuteronomio4, 1.5-9 Poner en práctica las leyes del Señor ........................... 13126, 16-19 El Señor Dios de Israel ................................................ 12030, 15-20 Dios pide elegir entre el bien o el mal ........................... 111

Jueces13, 2-7.24-25a Sansón nace para la salvación de todo el pueblo .......... 39

1 Samuel1, 1-8 Ana afligida por la esterilidad ...................................... 711, 9-20 El Señor se acuerda de Ana y le da un hijo, Samuel ..... 721, 24-28 Agradecimiento de Ana ............................................... 423, 1-10.19-20 Habla, Señor, que tu siervo escucha ............................. 724.1b-11 Israel es derrotado y el arca de Dios es capturada ........ 748, 4-7.10-22 Lamento a causa del rey. El Señor no responde ........... 759, 1-4.17-19.26;10, 1 La elección de Saúl ............................................ 7615, 16-23 La obediencia es mejor que el sacrificio ...................... 7916, 1-13 Samuel consagra a David ............................................. 8117, 32-33.37.40-51 David derrota a Goliat ........................................... 8218, 6-9;19, 1-7 Jonatán avisa a David de que Saúl trata de matarlo ..... 8324, 3-21 Saúl comprende que no debe matar a David ................ 85

2 Samuel1, 1-4.11-12.17-27 Anuncio de la muerte de Saúl ................................. 867, 1-5.8b-11.16 El reino de David durará eternamente ..................... 44

504 Pasajes bíblicos

7, 4-17 Dios promete a David la descendencia ................... 917, 18-19.24-29 La oración de David ................................................ 9211, 1-10a.13-17 El pecado de David ................................................. 9312, 1-7.10-17 La confesión de David ............................................ 9415, 13-14.30; 16, 5-13 David huye de Absalón .................................... 9824, 2.9-17 David y el pecado del censo del pueblo .................. 101

1 Reyes2, 1-4.10-12 David dice a Salomón: «Ten valor y sé hombre» ......... 1023, 4-13 La oración de Salomón para obtener la sabiduría ........ 1048, 1-7.9-13 El traslado del arca ....................................................... 1068, 22-23.27-30 La oración de Salomón ................................................ 10717, 1-6 Elías, profeta en Israel .................................................. 24117, 7-16 Milagro a la viuda de Sarepta de Sidón ........................ 24218, 20-39 Enfrentamiento entre Elías y los profetas de Baal ....... 24318, 41-46 Elías invoca la lluvia .................................................... 24419, 9a.11-16 El susurro de una brisa suave en el Horeb .................... 24519, 19-21 Elías echa su manto sobre Eliseo ................................. 24621, 1b-16 La viña de Nabot .......................................................... 24921, 17-29 Elías defiende a Nabot contra Ajab .............................. 250

2 Reyes2, 6-14 Eliseo empieza su misión profética .............................. 2525, 1-15a La curación de Naamán ............................................... 13011, 1-4.9-18.20 La maldad de la reina Atalía ............................. 25417, 5-8.13-15.18 Destrucción del reino de Samaría ..................... 25919, 9-11.14-21.31-36 El rey Ezequías ora y Dios salva la ciudad ........ 26022, 8-13; 23, 1-3 Descubrimiento del Libro en el Templo y reno-

vación de la alianza ........................................... 26124, 8-17 Conquista de Jerusalén y destierro del rey ................... 262

2 Crónicas24, 17-25 Asesinato del sacerdote Zacarías ................................. 255

Ester4, 17k.l.s Confiar en la fuerza que viene de Dios ........................ 118

Job1, 6-22 Job, ejemplo del creyente ............................................. 3633, 1-3.11-17.20-23 Job maldice el día de su nacimiento ..................... 3649, 1-12.14-16 La justicia de Dios está por encima del derecho ... 36538, 1.12-21; 40, 3-5 La sabiduría creadora confunde a Job .................. 36742, 1-3.5-6.12-16 Última respuesta de Job ........................................ 368

Eclesiastés1, 2-11 Todo es como un soplo de viento ................................. 3583, 1-11 Un tiempo para cada cosa ............................................ 35911, 9–12, 8 Los días tristes de la vejez ............................................ 361

Pasajes bíblicos 505

Cantar de los Cantares2, 8-14 La voz de la paloma ..................................................... 41

Proverbios3, 27-35 El Señor ensalza a los humildes ................................... 35521, 1-6.10-13 El sabio tiene un corazón misericordioso .................... 356

Sabiduría2, 1a.12-22 No reconocer los misteriosos secretos de Dios ............ 140

Eclesiástico47, 2-13 Elogio de David ........................................................... 10348, 1-4.9-11b Elías volverá ................................................................ 3048, 1-14 Elías es arrebatado en un torbellino de fuego exilio .... 253

Isaías1, 10.16-20 Dejar de hacer el mal, aprender a hacer el bien ............ 1241, 10-17 Culto y justicia ............................................................. 2836, 1-8 La vocación de Isaías ................................................... 2807, 1-9 Invitación a creer ......................................................... 28410, 5-7.13-16 El orgullo vacío de los poderosos ................................ 28511, 1-10 Reposará sobre él el espíritu del Señor ........................ 1825, 6-10 El Señor prepara un convite para todos los pueblos ..... 1926, 1-6 Que entre una gente justa y fiel .................................... 2026, 7-12.16-19 Mi alma te anhela, Señor ............................................. 28629, 17-24 Aquel día los ojos de los ciegos verán ......................... 2130, 19-26 Cuando oiga tu clamor el Señor te responderá ............. 2235, 1-10 Buscar al Señor ............................................................ 2538, 1-6.21-22 Cántico de Ezequías ..................................................... 28640, 25-31 El Señor da vigor al cansado ........................................ 2841, 13-20 Yo soy tu redentor ........................................................ 2845, 6-8.18-26 Dios se dirige a todos ................................................... 3648, 17-19 ¡Si hubieras atendido a mis mandatos! ........................ 2949, 8-15 La alegría del retorno ................................................... 13855, 10-11 La Palabra de Dios no quedará sin efecto .................... 11658, 1-9a El ayuno agradable a Dios ........................................... 11258, 9b-14 La misericordia restaura los caminos de los hombres ... 11365, 17-21 «Creo cielos nuevos y tierra nueva» ............................ 136

Jeremías1, 1.4-10 La vocación de Jeremías .............................................. 2912, 1-3.7-8.12-13 La infidelidad de Israel .............................................. 2927, 1-11 Jeremías contra las falsas seguridades ......................... 2947, 23-28 El culto sin fidelidad .................................................... 13211, 18-20 El profeta es perseguido, pero no deja de hablar .......... 14114, 17-22 Invocación para que Dios no rompa la alianza ............ 29815, 10.16-21 La confesión de Jeremías ............................................. 29817, 5-10 Que el hombre no confíe en el hombre ........................ 125

506 Pasajes bíblicos

18, 1-6 Jeremías en casa del alfarero ........................................ 29918, 18-20 Insidias tramadas contra Jeremías ................................ 12520, 10-13 Oración del profeta encadenado ................................... 14823, 5-8 El germen de David conducirá a Israel ........................ 3826, 11-16.24 Arresto y juicio de Jeremías ......................................... 30128, 1-17 Disputa con el profeta Ananías .................................... 30430, 1-2.12-22 El libro de la consolación ............................................. 30531, 1-7 La salvación en el monte Sion ..................................... 30631, 31-34 Se promete a Judá la restauración ................................ 307

Lamentaciones2, 2.10-14.18-19 Las hijas de Jerusalén gritan al Señor ....................... 264

Ezequiel1, 2-5.24-28 La vocación de Ezequiel .............................................. 3122, 8–3, 4 El profeta es invitado a «comer» el libro ..................... 3139, 1-7; 10, 18-22 Los justos se salvan de la destrucción ....................... 31412, 1-12 El profeta predice el exilio ........................................... 31516, 1-15.60.63 La fidelidad de Dios a la alianza con su pueblo ........... 31618, 1-13.30-32 Dios juzga a cada cual según su conducta .................... 31718, 21-28 Alejarse de las culpas para vivir y no morir ................. 11928, 1-10 El profeta contra el rey de Tiro .................................... 32234, 1-11 Los pastores de Israel ................................................... 32236, 23-28 Santificar el nombre del Señor ..................................... 32337, 1-14 Los huesos secos .......................................................... 32443, 1-7 El Señor vuelve ............................................................ 32547, 1-9.12 El Templo, fuente de verdadera vida ............................ 137

Daniel3, 14-20.46-50.91-92.95 La oración libera de la muerte ...................... 1453, 25.34-43 Azarías reza en el horno ............................................... 13113, 1.9.15-30.33-62 Susana experimenta la intervención de Dios ........ 144

Oseas2, 16-18.21-22 «Voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón» ..... 2756, 1-6 «Quiero amor, no sacrificio» ........................................ 1348, 4-7.11-13 La riqueza que aleja de Dios ........................................ 27610, 1-3.7-8.12 Es tiempo de buscar al Señor ....................................... 27711, 1-4.8c-9 Dios es nuestro padre ................................................... 27814, 2-10 Retorno al Señor .......................................................... 27914, 2-10 El tiempo del retorno ................................................... 133

Amós2, 6-10.13-16 Injusticia, orgullo, desprecio de los pobres .................. 2663, 1-8.11-12 No se puede no ser profeta ........................................... 2677, 10-17 Jeroboán quiere hacer callar a Amós ............................ 2708, 4-6.9-12 El final amargo de una sociedad rica ............................ 2719, 11-15 Elegidos por Dios pero no salvados ............................. 272

Pasajes bíblicos 507

Jonás3, 1-10 La profecía anunciada a Nínive ................................... 117

Miqueas2, 1-5 Iniquidad e injusticia .................................................... 2876, 1-4.6-8 El lamento de Dios ....................................................... 2907, 14-15.18-20 Dios, pastor misericordioso ......................................... 2907, 14-15.18-20 Los prodigios de Dios se ponen de manifiesto por me-

dio de su amor .............................................................. 127

Nahúm2, 1.3; 3, 1-3.6-7 ¡Ay de la ciudad sanguinaria! .................................... 308

Sofonías3, 1-2.9-13 La salvación es para todos los pobres .......................... 34

Malaquías3, 1-4.23-24 «Voy a enviaros al profeta Elías» ................................. 43

Evangelio de Mateo1, 1-16.18-23 Genealogía de Jesús ..................................................... 3431, 18-25 José asume la paternidad legal de Jesús ....................... 1482, 13-18 La matanza de los inocentes ........................................ 524, 18-22 Llamada de los primeros cuatro discípulos .................. 179, 9-13 Vocación de Mateo ....................................................... 35710, 17-22 La persecución de los discípulos .................................. 4911, 25-30 El Evangelio revelado a los sencillos ........................... 37116, 13-19 La profesión de fe de Pedro ......................................... 12316, 13-20 El primado de Pedro .................................................... 26820, 20-28 Santiago de Zebedeo .................................................... 29726, 14-25 ¡Ay del traidor! ............................................................. 15527, 57-61 La sepultura ................................................................. 336

Evangelio de Marcos3, 31-35 El verdadero parentesco de Jesús ................................. 4206, 17-29 La muerte de Juan el Bautista ...................................... 334

Evangelio de Lucas1, 1-4; 4, 14-21 Inicio del Evangelio según san Lucas .......................... 871, 26-38 La anunciación ............................................................. 1711, 39-56 La Visitación ................................................................ 2321, 57-66.80 Nacimiento de Juan el Bautista .................................... 2632, 22-40 Presentación de Jesús en el Templo ............................. 996, 12-16 Elección de los Doce .................................................... 39610, 38-42 Marta y María .............................................................. 30015, 3-7 La oveja perdida ........................................................... 23619, 1-10 Zaqueo ......................................................................... 33223, 50-56 Sepultura de Jesús ........................................................ 161

508 Pasajes bíblicos

Evangelio de Juan1, 45-51 Encuentro con Natanael (Bartolomé) ........................... 3291, 47-51 Cantemos al Señor, grande es su alabanza ................... 36612, 1-11 La unción de Jesús en Betania ..................................... 15313, 21-33.36-38 Anuncio de la traición ................................................ 15419, 25-27 Jesús y su Madre .......................................................... 35120, 1.11-18 El sepulcro vacío .......................................................... 293

Hechos de los apóstoles1, 21-26 Elección de Matías ....................................................... 2132, 14.22-32 Pedro habla a la multitud ............................................. 1642, 36-41 Convertirse para construir una nueva comunidad ........ 1653, 1-10 La curación del tullido ................................................. 1663, 11-26 Pedro habla a la multitud tras la curación del tullido ... 1674, 1-12 Pedro y Juan son arrestados ......................................... 1684, 13-21 El testimonio de Pedro y de Juan ante el Sanedrín ....... 1694, 32-37 La primera comunidad cristiana ................................... 1725, 17-26 Arresto y milagrosa liberación de los apóstoles ........... 1735, 27-33 Los apóstoles son procesados nuevamente .................. 1745, 34-42 La intervención de Gamaliel ........................................ 1756, 1-7 La institución de los siete diáconos .............................. 1766, 8-15 El prendimiento de Esteban. ........................................ 1797, 51–8, 1 La lapidación de Esteban ............................................. 1808, 1-8 Persecución y misión de la primera comunidad ........... 1808, 26-40 Felipe bautiza a un ministro etíope .............................. 1819, 1-9 Conversión de Saulo .................................................... 899, 1-20 La conversión de Pablo ................................................ 1829, 31-42 Pedro cura a un paralítico y resucita a una mujer ......... 18311, 1-18 Pedro justifica su misión a los paganos ........................ 18611, 19-26 Fundación de la Iglesia de Antioquía ........................... 18712, 24–13, 5 El envío en misión de Pablo y Bernabé ........................ 18813, 13-25 Predicación de Pablo en Antioquía de Pisidia .............. 18913, 26-33 Prosigue la predicación de Pablo en Antioquía ............ 19013, 44-52 Pablo y Bernabé se vuelven a los gentiles. ................... 19114, 19-28 Fin de la primera misión de Pablo ................................ 19515, 1-6 Controversias en Antioquía y Jerusalén ....................... 19615, 7-21 La asamblea de los apóstoles ....................................... 19615, 22-31 La carta apostólica ....................................................... 19716, 1-10 Travesía de Asia Menor ............................................... 19816, 11-15 La llegada a Filipos ...................................................... 20116, 22-34 Conversión del carcelero ............................................. 20217, 15.22 Pablo entra en Atenas ................................................... 20318, 1-8 Fundación de la comunidad de Corinto ....................... 20318, 9-18 «Tengo yo un pueblo numeroso en esta ciudad» .......... 20418, 23-28 La acción de Apolo ...................................................... 20519, 1-8 Pablo en Éfeso ............................................................. 20820, 17-27 Adiós a los ancianos de Éfeso ...................................... 209

Pasajes bíblicos 509

20, 28-38 Pablo encomienda a los ancianos a la Palabra .............. 21022, 30; 23, 6-11 Pablo ante el Sanedrín de Jerusalén ............................. 21125, 13-21 Pablo y el rey Agripa .................................................... 212

1 Corintios1, 1-9 Pablo da las gracias a Dios por la Iglesia de Corinto ... 3301, 17-25 La locura de la cruz ...................................................... 3312, 10b-16 «Tened los mismos sentimientos» ............................... 3353, 18-23 La responsabilidad de construir ................................... 3374, 1-5 Atención cuando juzgamos .......................................... 3384, 6b-15 Pablo exhorta a los corintios a que sean humildes ....... 3385, 1-8 Erradicar el mal y ser fermento de bien ....................... 3416, 1-11 No recurrir a los tribunales paganos ............................ 3427, 25-31 Librarse del mundo ...................................................... 3429, 16-19.22-27 Siervo de todos ............................................................. 34410, 14-22 El único cuerpo de Cristo ............................................. 34511, 17-26.33 La Eucaristía es la unidad de los discípulos ................. 34712, 12-14.27-31 El cuerpo y los miembros ........................................... 34815, 12-20 La resurrección de Jesús, centro del Evangelio ........... 35215, 35-37.42-49 Cómo resucitan los muertos ....................................... 353

Gálatas1, 6-12 Remitente y dirección .................................................. 3712, 1-2.7-14 La asamblea de Jerusalén ............................................. 3723, 1-5 La experiencia cristiana ............................................... 3743, 7-14 La bendición de Abrahán es fruto de la fe .................... 3743, 22-29 La ley no anula la promesa .......................................... 3754, 22-27.31–5, 1 Las dos alianzas: Agar y Sara .................................... 3785, 1-6 La libertad cristiana ..................................................... 3785, 18-25 Libertad y caridad ........................................................ 379

Filipenses1, 18-26 En primer lugar, el Evangelio ...................................... 3972, 1-4 El Señor se rebaja ........................................................ 3993, 3-8 Nuestra única gloria es el Señor Jesús ......................... 4033, 17-4, 1 Imitar a los santos ........................................................ 4034, 10-19 Pablo agradece la cercanía y el afecto .......................... 404

2 Tesalonicenses1, 1-5.11b-12 Remitentes y destinatarios ........................................... 3272, 1-3a.13-17 Exhortación a la perseverancia .................................... 328

Efesios1, 1-10 Saludo .......................................................................... 3801, 11-14 El plan divino de la salvación ...................................... 3811, 15-23 Triunfo y supremacía de Cristo .................................... 3822, 1-10 La salvación en Cristo, don gratuito ............................ 3843, 2-12 Pablo, ministro del misterio de Cristo .......................... 386

510 Pasajes bíblicos

3, 14-21 Súplica de Pablo ........................................................... 3874, 1-6 Unidad y crecimiento del cuerpo de Cristo .................. 3884, 7-16 Edificar el único cuerpo de Cristo ................................ 3894, 32–5, 8 Imitar a Dios como hijos de la luz ................................ 4925, 21-33 La relación entre los esposos ....................................... 3936, 1-9 Revolución en las relaciones familiares y sociales ...... 3946, 10-20 La vida de fe como combate y oración ........................ 395

2 Timoteo1, 1-8 La gracia del ministerio recibido ................................. 901, 1-3.6-12 Las gracias recibidas por Timoteo ............................... 2332, 8-15 La Palabra de Dios no está encadenada ....................... 2344, 1-8 Exhortación a anunciar la Palabra de Dios .................. 237

Tito1, 1-9 Saludo .......................................................................... 4072, 1-8.11-14 Deberes de los distintos estados ................................... 4083, 1-7 Deberes hacia los superiores y hacia el prójimo .......... 409

Filemón7-20 Acoger al esclavo como a un hermano ........................ 410

Santiago3, 13-18 La vida del cristiano es humilde y sabia ...................... 2174, 1-10 «Pedís y no recibís porque pedís mal» ......................... 2184, 13-17 «No sabéis qué será de vuestra vida mañana» ............. 2195, 1-6 La vanidad de las riquezas ........................................... 2205, 9-12 «El juez está ya a las puertas» ...................................... 2215, 13-20 La fuerza de la oración ................................................. 222

1 Pedro1, 3-9 La alegría de los creyentes ........................................... 2241, 10-16 «Seréis santos, porque santo soy yo» ........................... 2251, 18-25 Amarse unos a otros ..................................................... 2262, 2-5.9-12 Linaje elegido, sacerdocio real, nación santa ............... 2274, 7-13 «El amor cubre multitud de pecados» .......................... 2285, 1-14 «Mi hijo Marcos» ......................................................... 194

2 Pedro1, 2-7 Dios nos lo da todo para una vida santa ....................... 232

1 Juan2, 3-11 Quien ama a su hermano permanece en la luz ............. 532, 12-17 Quien cumple la voluntad de Dios permanece ............. 532, 18-21 Es la última hora, la de la decisión ............................... 542, 22-28 Lo que oísteis permanezca en vosotros ........................ 583, 7-10 Quien permanece en Dios no peca ............................... 613, 11-21 Hemos pasado de la muerte a la vida ........................... 613, 22 – 4, 6 «Examinad si los espíritus son de Dios» ...................... 64

Pasajes bíblicos 511

4, 7-10 Dios es amor ................................................................ 654, 11-18 Si nos amamos, Dios permanece en nosotros .............. 66

2 Juan1.3-9 El mandamiento del amor ............................................ 411

3 Juan5-8 Acoger a los misioneros ............................................... 412

Judas1, 20-25 Perseverar en la misericordia de Dios .......................... 229

Apocalipsis1, 1-5a; 2, 1-5 La revelación ............................................................... 4143, 1-6.14-22 A las iglesias de Sardes y de Laodicea ......................... 4154, 1-11 El trono, los vivientes, los ancianos ............................. 4165, 1-10 El libro sellado ............................................................. 41610, 8-11 El librito devorado ....................................................... 41711, 4-12 Los dos testigos ............................................................ 41814, 14-19 Los ángeles del juicio .................................................. 42115, 1-4 Las siete plagas de las siete copas ................................ 42218, 1-2.21-23; 19, 1-3.9 Lamentaciones por Babilonia ........................ 42320, 1-4.11–21, 2 El reino de mil años de Cristo .................................... 42522, 1-7 El árbol de la vida ........................................................ 425

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