la obeservacion y la experiencia de campo. nelly garcía gavidia
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Universidad del ZuliaFacultad Experimental de CienciasDivisión de Estudios para GraduadosMaestría en AntropologíaSeminario de Investigación IIIDra. Nelly García Gavidia (Coordinadora).Maracaibo 2003 La Observación y la experiencia de Campo
1. Generalidades sobre la Observación
No hay un individuo humano que esté separado o fuera de la historia, en la cual se
insertó desde el mismo momento de su nacimiento. Esto quiere decir que tiene un
contexto y una corriente de pensamiento, una cultura, unas tradiciones, una lengua;
aún más tiene un repertorio de símbolos o como dice MARTÍNEZ, M (1997:46) “vive
inmerso en un universo simbólico: nada puede experimentar o discernir que no sea
por intermedio de formas lingüísticas, símbolos científicos, obras de arte, símbolos
míticos, ritos religiosos”. Esta situación obliga a nuestro intelecto a ser selectivo
cuando observa y todo sujeto sólo observa lo que es significativo para él. El
observador no solo afecta al fenómeno que estudia sino que en parte también lo crea
en su pensamiento.
¿En que consiste la observación?
Es el registro sistemático y confiable de los comportamientos y/o conductas
manifiestas. La observación – es en nuestro caso – la técnica fundamental. El OJO
del etnólogo debe ser especializado y en este acto y práctica de observar nos
implicamos como totalidad. La observación es básica cuando los objetivos que nos
hemos propuesto son determinar, describir y analizar. De igual manera es básico
cuando la técnica de análisis es el análisis de contenido.
¿Qué es lo que observamos?
Esta tendencia selectiva del intelecto en toda observación pone de manifiesto la
formación previa, las expectativas teoréticas adquiridas, los valores, las actitudes, las
creencias, las necesidades, los intereses, los miedos y los ideales. De allí que
tengamos la tendencia a ver lo que queremos ver o lo que nos han sugerido que
veamos. Lo que es observable depende de la formación previa, de las expectativas
teóricas y del instrumental teórico particular para la observación del caso, y de la
comprensión del observador.
En toda observación preexisten factores estructurantes del pensamiento, que “es una
realidad mental fundamental o constituyente, un trasfondo u horizonte previo, en los
cuales se inserta, que le dan sentido. Los mecanismos psicofisiológicos tienen una
tendencia natural a funcionar con bloques de información (...) El dato o señal que
viene de la apariencia del objeto, de las palabras del interlocutor o de nuestra
memoria, activa un bloque de conocimientos, y esta adscripción del signo o dato en
una clase de experiencia o categoría le da el “significado”, pues lo integra en su
estructura o contexto. Pero quien crea el contexto es el receptor del dato. Ésta es
una capacidad o aptitud suya.......En una palabra, lo percibido y su significado
tienden naturalmente a depender de nuestro mundo anterior,...De aquí la necesidad
de tomar conciencia de nuestros presupuestos epistemológicos y del papel que
juegan en nuestra percepción y adquisición de conocimientos”. (MARTÍNEZ, M;
1997:47).
¿Cuáles son las exigencias previas a la observación?
En consecuencia la observación exige: a) una teoría. “No existen hechos objetivos
inviolables o no interpretables, toda observación por muy científica que sea, está
cargada de teoría (MARTINEZ, M; 1999: 47). b) Toda observación es una cognición
debido a que se encuentra ordenada y estructurada; esto se lo aporta la teoría que
es la que permite su planificación, la toma de decisiones sobre lo que debo observar,
el cómo, el cuando, el donde y en que condiciones; de igual manera orienta el trabajo
para saber como manejar y cómo controlar la observación y finalmente como
interpretar los hechos. c) Toda observación exige un interés; no hay conocimiento sin
interés.
La realidad sólo la conocemos cuando la observamos, tal como lo señala Heisenberg
(1958:52) la observación tiene un rol decisivo en el evento y la realidad varía,
dependiendo de si la observamos. Sólo conocemos la realidad cuando la
observamos, ya que es imposible describir lo que sucede entre una observación a
otra.
La decisión conciente sobre la manera cómo observar los hechos (la teoría)
determinará, hasta cierto punto, la percepción de los hechos; así por ejemplo si en el
estudio que hago tengo un informante que es maestro y al mismo tiempo vecino sus
respuesta dependerán si lo considero vecino o si lo considero maestro.
¿Cuáles son las dificultades de la observación?
La imperfección del trabajo científico no reside, solamente, en la imperfección de las
técnicas y los instrumentos que se usen como medida, tampoco en las limitaciones
nuestras para conocer la realidad, ni en lo que perturbamos a la comunidad desde el
mismo momento cuando nos ponemos en contacto con sus integrantes, sino en el
esfuerzo que realizamos para convertir las muchas posibilidades existentes en
realidad, en otras palabras: la mayor dificultad está en hacer lo posible real o como
decía Heisenberg (1958: 54 –55) “la transición de lo posible a lo real tiene lugar en el
acto de observación (....) que se aplica al acto de observación física, no al acto
psíquico de observador (.... ) y tiene lugar tan pronto como entra en juego la
interacción del objeto con los instrumentos de medición, y por lo tanto con el resto del
mundo”.
La observación o en todo caso, las relaciones humanas que cada observador
establece o debe establecer con la gente que él estudia, en aras de una pretendida
“distancia objetiva”, es un señuelo, una quimera en la que se le hace mucho énfasis y
que se convierte en una meta inalcanzable a veces para los jóvenes que se están
iniciando en el hacer antropológico. Así que no es verdad que el antropólogo no se
implica, esto es imposible siempre se implica (sobre todo cuando las condiciones de
vida de la gente con quien trabajamos es tan insoportable, cuando las prácticas
asistenciales son tan mediocres o a penas llegan o cuando la homogenización es tan
avasalladora que opaca o hace invisible y excluye o pretende asimilar y negar a los
otros). Sin embargo, es imposible recomendar adoptar una actitud general, cada
situación exige una respuesta específica. En el caso nuestro que trabajamos en la
propia casa ya sea en el medio urbano o con grupos muy cercanos el problema se
hace más complejo.
La pregunta que cabe es la siguiente: ¿sí lo dicho anteriormente es cierto qué
posibilidad tenemos nosotros de cumplir con el precepto de la distancia que tanto ha
caracterizado a la disciplina?. En realidad la distancia es virtual, aparente. En
definitiva hay dos situaciones que marcan y pueden ser creadoras de cierta
objetividad científica: por una parte el diseño que se ha hecho de la investigación a
realizar (que parte por supuesto de la decisión de aproximarse a una realidad y a un
grupo determinado armado de ciertos supuestos teóricos) y por otra parte el hecho
de que el grupo con quien trabajamos siempre nos verá como alguien de afuera,
como extraño, como externo al grupo, como diferente. Ahora bien, he aquí la
paradoja de nuestro trabajo: hay que forzar esa barrera, sino no puede realizarse la
observación. Toda observación, sea pasiva, participante o militante, requiere una
integración al grupo, esto implica establecer relaciones con ellos, hacer amigos
dentro del grupo, realizar alianzas, descubrir afinidades con unos más que con otros.
De allí que ese presupuesto de la ‘distancia’ es casi imposible, de igual manera que
es también imposible establecer con todos los todos los miembros del grupo el
mismo tipo de relación. Es propio de la naturaleza humana que unos nos sean más
simpáticos que otros, que con algunos hagamos amistad y con otros no.
El problema real de la objetividad científica radica pues, en la habilidad que
tengamos para escapar de los a priori en la elaboración de la teoría y el rigor con el
que se describen los problemas estudiados considerados como pertinentes al
estudio. Aún más, cuando trabajamos en nuestra propia sociedad – somos jueces y
parte – y nuestra responsabilidad social es mayor.
Es imposible, pues, trazar una línea divisoria entre el proceso de observación y lo
que es observado. Si somos nosotros quienes construimos nuestros instrumentos de
medida, lo que observamos está expuesto a el método de búsqueda y a la teoría de
ese método. En este proceso somos actores más que espectadores.
Bibliografía
CRESSWELL, Robert. (1975); Éléments d’ethnologie. Huit terrains; Armand
Colin, Paris.
HEISENBERG, W. (1958); Physics and philosophy: the revolution of modern
science; Harper & Row, New York.
MARTÍNEZ MIGUÉLEZ, Miguel (1997); El paradigma emergente. Hacia una nueva
teoría de la racionalidad científica; Editorial Trillas, México, D. F.