la misión universal de la iglesia
TRANSCRIPT
R. U. Madre Riquelme - Granada
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo
os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo”
Mt 28, 19-20
Esta es una llamada a ponerse en marcha, un envío con su poder paracontinuar su propia misión y proclamar el Evangelio a todas las culturas detodos los tiempos, para transformar a modo de fermento el mundo entero.
“También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita. También hoy, llama a cada uno de ustedes a seguirlo en
su Iglesia y a ser misioneros”.
Papa Francisco, JMJ Rio 2013
La misión de la Iglesia puede resumirse en una sola palabra:
“Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más
profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de
la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa
Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa (…) Asimismo el que ha sido
evangelizado evangeliza a su vez. He ahí la prueba de la verdad, la piedra de toque de la
evangelización: es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado
al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia”
(Evangelii Nuntiandi, 14)
EVANGELIZACIÓN
Se trata de anunciar al Señor Jesús y por ende la reconciliación que Él nos trajo.
- Dar testimonio: creo en Jesucristo y anuncio a Jesucristo, no sólo se debe anunciar con la Palabra, sino también con mi vida.
“El evangelio no es para algunos sino para todos…no tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las
periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente”
Papa Francisco, Misa de clausura, en la JMJ Rio 2013
1 Corintios (9,16-19.22b-27):
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si
no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero,
si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga?
Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que
me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de
todos para ganar a los más posibles. Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a
algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes. Ya
sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera, aunque uno solo se lleva el
premio. Corred así: para ganar. Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos
para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso
corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo
a mi servicio, no sea que, después de predicar a los otros, me descalifiquen a mí.
https://www.youtube.com/watch?v=gQYtR-6sAnU
Este hombre no se fue de paseo diciendo que evangelizaba. No redujo la evangelización a un funcionalismo,
tampoco a un proselitismo. ¡Anunció a Jesucristo con los gestos, hablando con los esclavos, viviendo con ellos,
viviendo como ellos! ¡Y como él hay tantos en la Iglesia! Tantos que se anonadan a sí mismos para anunciar a
Jesucristo. También todos nosotros tenemos la obligación de evangelizar, que no quiere decir llamar a la
puerta del vecino, de la vecina, decir: ¡Cristo ha resucitado!’. Es vivir la fe, es hablar con mansedumbre,
con amor, sin querer convencer a nadie, sino gratuitamente. Es dar gratis lo que Dios me ha dado
gratis a mí: esto es evangelizar»
«Vanagloriarse… me vanaglorio… Es reducir el Evangelio a una función o a una vanagloria: voy a
evangelizar y llevo a la Iglesia a tantos… Hacer proselitismo: esto también es vanagloria. Evangelizar no es
hacer proselitismo. Es decir, evangelizar no es irse de paseo, ni reducir el Evangelio a una función. Es lo que
nos dice Pablo aquí: ‘no lo hago para gloriarme’ – y añade- ‘al contrario, es para mí una necesidad imperiosa’.
Un cristiano tiene la obligación, con esta fuerza, como una necesidad, de llevar el nombre de Jesús, desde su
mismo corazón.
¿Cómo estar seguros de que no sea un simple paseo, de que no sea hacer proselitismo y de que no se
reduzca la evangelización a un funcionalismo? La respuesta está en que el estilo sea el ‘hacerse todo para
todos’. El estilo es ir y compartir la vida de los demás, acompañar en el camino de la fe, hacer crecer
en el camino de la fe. Evangelizar es dar testimonio, sin demasiadas palabras.
Tenemos que ponernos en la condición del otro: ‘si está enfermo, acercarme, no atosigarlo con argumentos’.
Acercarse, asistir, ayudar. Se evangeliza con la actitud de la misericordia y con el testimonio de nuestra
vida.
Desde la Cruz el Señor Jesús nos señala a María como madre nuestra. Y esaquí que ella ha recibido del mismo Señor Jesús la misión de conducir a loshombres hacia el encuentro plenificador con Él.
Ella es maestra en la evangelización y el apostolado, ella siempre atenta alas necesidades de cada ser humano nos enseña con su vida cómo hacerapostolado, cómo anunciar al Señor y la verdad del Evangelio.
Nosotros estamos llamados a cooperar con ella en la misión apostólica quele ha sido encomendada por su Hijo Jesús, de llevar a todas las personashacia El.
Hasta ahora hablar de la actividad misionera era hablar de los
"territorios de misión" allá eran enviados los misioneros para
evangelizar ¿Hoy eso ha cambiado?
Anastasio Gil, Director Nacional de OMP
Tribuna Misionera Revista Misioneros Tercer Milenio
Publicado por OMP ESPAÑA en 6.5.16
http://www.obrasmisionalespontificias.es/2016/05/mision-aqui-o-alla.html
¿Cómo vivo esto?
¿Eres consciente que como hijo de la Iglesia, estás llamado a cooperar con la misión evangelizadora de la Iglesia?
¿Buscas hacer apostolado a “tiempo y a destiempo”, con tu familia y amigos?
A qué te comprometes hoy…