Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Facultad de Psicología

Teoría Psicoanalítica

María Elissa Falconí

04/05/2015

Memoria

La memoria ha constituido un enigma para todas las ciencias, es así que podemos encontrar variados conceptos al respecto. Desde la filosofía a la medicina, la memoria, y su opuesto, el olvido han sido objeto de amplias discusiones. En este ensayo, se presentaran principalmente dos visiones sobre la memoria: la visión de la psicología y la visión del psicoanálisis.

“Es la capacidad mental que permite fijar, conservar y evocar información de situaciones que el sujeto percibe como pertenecientes al pasado. En el estudio sistemático de la memoria, el reconocimiento se examina mediante la selección de elementos antiguos en el recuerdo en una serie de objetos nuevos y pasados” (Farré, 2001)

La memoria, para la psicología, es la capacidad de recordar situaciones pasadas, sin embargo estas situaciones no son exactamente cómo sucedieron. Las situaciones son recordadas en una mezcla de lo pasado y lo actual, una reconstrucción. La psicología reconoce el olvido como una función importante de la memoria, pues selecciona los contenidos a medida de su funcionalidad. El olvido se encuentra directamente influenciado por el paso del tiempo y por las interferencias. Estas interferencias están relacionadas con el contenido y con la cantidad del contenido; es decir, mucha información será olvidada por que el contenido es demasiado en cantidad para la memoria o la calidad del contenido es perjudicial para el individuo. (Farré, 2001)

Para el psicoanálisis, la memoria se da gracias a un trabajo de reconstrucciones, un entretejido de cosas que sucedieron, cosas que fantasee, cosas que olvide, cosas que me contaron; un patchwork. Para Freud en primera instancia, la psique tiene la capacidad de elegir que recordar, que olvidar o como recordar puesto que obedece al principio de placer, reprimiendo todo lo que pueda generar displacer al aparato. Después, dirá que existe un goce, más allá del principio del placer al recordar estos episodios traumáticos. (Nestor, 2008)

Desde esta perspectiva, se podría creer que todo lo recordado es una mentira y por un lado lo es, ya que es una creación de la fantasía. Pero para el psicoanálisis no es importante la veracidad histórica del relato, lo importante es el trabajo que se realizó para la creación del mismo. “Cada matiz, cada giro del lenguaje, revela la verdad de la experiencia, no la del acontecimiento –que de él nunca nada sabremos-, la de su evocación narrativa” (Nestor, 2008). Los

elementos que se presenten en el relato deben ser investigados y en estos, se encontrará la puerta al inconsciente.

Para la psicología se identifican dos elementos principales: la memoria y el olvido; en contraste, para Freud existen tres elementos: la memoria, el olvido y la represión. La represión actuara como un juez, dictaminará que se olvida y que se recuerda, además el cómo se recuerda. Esto es sumamente importante, ya que la represión tiene a su servicio el desplazamiento y la condensación, dos funciones que ayudaran a distorsionar el recuerdo lo suficiente para evitar la angustia. Es así que es posible que muchos relatos se vinculen con contenidos triviales, o que de paso, sean olvidados para evitar la angustia. Esto se observa claramente en los primeros recuerdos que la mayoría de personas tiene. (Nestor, 2008)

Los primeros recuerdos infantiles demuestran claramente estas hipótesis, Freud trabajo ampliamente con los primeros recuerdos infantiles. Estos recuerdos responden a un mito de origen, un mito de un segundo nacimiento: el nacimiento al lenguaje. Al ser un mito de origen se anula el tiempo, pues responden a la primicia de la memoria y al ser mito, se explica que es un relato fantasioso pero a la vez contiene una verdad que debe ser interpretada. La verdad es que a partir de este primer recuerdo “el sujeto surgirá ex nihilo a partir de ese momento y sólo entonces podría aspirar a ser, a hacer algo, a desear, a tener una fantasía que no sea memoria ni percepción”. (Nestor, 2008)

Freud reconoce dos mecanismos complementarios de la memoria. Por un lado habla de la formación de huellas mnémicas y por el otro el afloramiento de los recuerdos, la activación de estas. “La memoria pide sus garantías historiográficas, presenta datos de archivo y los organiza en su narración hilada”. (Nestor, 2008) Las huellas mnémicas que son re activadas, ya fueron modificadas por la represión.

El primer recuerdo, es importante pues si se salvó del olvido implica algo para el sujeto, tiene una función orientadora, así y más un sí, es un recuerdo que aparenta inocencia. Un recuerdo trivial revela un proceso de represión en el cual, a partir de un conflicto se reprime y existe una sustitución transaccional, como resultado tenemos un recuerdo anodino, que funciona como un recuerdo encubridor de ese momento de angustia innombrable, indeseable que escapa a la significación. “La estructura del recuerdo es comparable a la del síntoma y su composición corre pareja con la de los sueños” (Nestor, 2008)

“Por otra parte, debemos admitir que el recuerdo no es una función individual sino una construcción colectiva, que el Otro se inmiscuye siempre en el…” (Nestor, 2008). El Otro es esencial en el recuerdo primario, forma parte importante y da una continuidad al relato, suele darle incluso una edad cronológica. Ese Otro, es el que previamente ya tenía posesión de ese Yo aún inmaduro y sin lenguaje. Es el Otro el que sumerge al Yo en el lenguaje, razón por la cual es imposible discriminar que parte del relato es de quien. Por esta razón, los primeros relatos son en tercera persona o recuerdos de campo. (Nestor, 2008)

A partir de este primer recuerdo, se generaran muchos más que se mantendrán a nivel preconsciente y podrán devenir conscientes sin mayor trabajo tópico. A estos recuerdos Freud los denomina memoria autobiográfica y son relatados en primera persona o recuerdos de observador. (Nestor, 2008)

La importancia y el análisis de este primer recuerdo infantil tienen sentido en medida que este recuerdo a influido en la vida de sujeto y en una indagación retroactiva. Al desmenuzar los contenidos de estos recuerdos, nos encontraremos con una escena primaria angustiosa. La palabra dada por el Otro será un colchón ante lo real “Ausente la palabra, lo real no tiene asideros y deviene pavoroso” (Nestor, 2008)

En conclusión, si bien la psicología da una buena aproximación a lo que es la memoria, el psicoanálisis permite una mirada más profunda, tras la cual muchos fenómenos psíquicos tienen una explicación. Se puede concluir además, que necesitamos de olvido tanto como de la memoria, los dos en conjunto son un oxímoron necesario para la identidad, la continuidad y para la mismidad de un sujeto. El primer recuerdo infantil es sumamente importante porque data del nacimiento al lenguaje y a la capacidad de simbolizar.

BibliografíaFarré, M. (2001). Enciclopedia de la Psicología. Barcelona: Oceano.

Nestor, B. (2008). Memoria y espanto. México: Siglo XXI.