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La maqueta del puente de Neuilly, en el Deutsches Museum Dirk Bühler La fundación del Deutsches Museum en Múnich, en 1903, el primer museo en Alemania dedicado a la ciencia y tecnología, significaba no solo la creación de un tipo nuevo de museo sino también el inicio del desarrollo de medios innovadores de presentación. 1 El objetivo del museo era la popularización de la ciencia y tecnología tanto para promover y explicar las nuevas tecnologías a la gente en general, como para fomentar el interés y mejorar la formación de la juventud en estas áreas. Aparte de los objetos originales instructivos y, mu- chas veces, sorprendentes que se adquirieron y colec- cionaron, los fundadores del museo establecieron dos pilares didácticos principales e innovadores: uno es el desarrollo de experimentos capaces de explicar contextos complicados de una manera científica y a la vez inteligible —un tema que en este artículo no se tocará—. El segundo pilar lo representan, desde un principio, las maquetas y dioramas —el enfoque de este artículo— que hacen comprensibles los mo- dos de producción de bienes y servicios para un pú- blico general y, a la vez, crean una memoria de técni- cas históricas y actuales de una forma duradera. Como creadores de maquetas y dioramas, los arte- sanos bávaros estaban bien preparados porque duran- te siglos construyeron, en las noches oscuras del in- vierno, sus nacimientos famosos con máxima precisión técnica y artesanal para celebrar la fiesta de Nochebuena y exponerlos en iglesias o en edificios públicos y privados. Artesanos como ellos realizaron ahora, en los propios talleres del museo, piezas de exposición con sorprendente valor didáctico e histó- rico: maquetas de laboratorios científicos y técnicos, de talleres y fábricas de toda índole, de altos hornos y máquinas de vapor, y mucho más. Hoy, la colección de maquetas sigue siendo la pie- dra angular del museo, ya que demuestran y explican tecnologías tanto históricas como modernas de ma- nera intuitiva e inteligible. Es obvio que las exposi- ciones dedicadas a la construcción, que por sí mis- mas tienen una tradición milenaria de usar este medio, se inspiran en maquetas arquitectónicas y de ingeniería. Consecuentemente son, sobre todo las co- lecciones y exposiciones que se refieren a la ingenie- ría civil y la construcción, las que se prestan, por el propio tema, para ser representadas y explicadas a través de maquetas, en particular aquellas que mues- tran no tanto el edificio terminado sino su proceso constructivo. Una de las colecciones de maquetas más atractivas del museo es la de puentes cuyos inicios se remontan a los fines del siglo XIX. Consiste en maquetas que se manufacturaron para la administración de edifi- cios de Baviera; objetos que, al fundarse el museo, se integraron a la colección de la primera exposición de puentes en 1903, hospedada provisionalmente en un antiguo cuartel cerca del sitio del museo actual. A es- tos objetos más antiguos se sumaron otros nuevos que se produjeron especialmente para esta exposi- ción, tanto en los propios talleres como los adquiri- dos de constructoras y talleres de la universidad. Cuando el museo se trasladó, en 1925, al nuevo edi-

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La maqueta del puente de Neuilly, en el Deutsches Museum

Dirk Bühler

La fundación del Deutsches Museum en Múnich, en 1903, el primer museo en Alemania dedicado a la ciencia y tecnología, significaba no solo la creación de un tipo nuevo de museo sino también el inicio del desarrollo de medios innovadores de presentación.1 El objetivo del museo era la popularización de la ciencia y tecnología tanto para promover y explicar las nuevas tecnologías a la gente en general, como para fomentar el interés y mejorar la formación de la juventud en estas áreas.

Aparte de los objetos originales instructivos y, mu-chas veces, sorprendentes que se adquirieron y colec-cionaron, los fundadores del museo establecieron dos pilares didácticos principales e innovadores: uno es el desarrollo de experimentos capaces de explicar contextos complicados de una manera científica y a la vez inteligible —un tema que en este artículo no se tocará—. El segundo pilar lo representan, desde un principio, las maquetas y dioramas —el enfoque de este artículo— que hacen comprensibles los mo-dos de producción de bienes y servicios para un pú-blico general y, a la vez, crean una memoria de técni-cas históricas y actuales de una forma duradera.

Como creadores de maquetas y dioramas, los arte-sanos bávaros estaban bien preparados porque duran-te siglos construyeron, en las noches oscuras del in-vierno, sus nacimientos famosos con máxima precisión técnica y artesanal para celebrar la fiesta de Nochebuena y exponerlos en iglesias o en edificios públicos y privados. Artesanos como ellos realizaron ahora, en los propios talleres del museo, piezas de

exposición con sorprendente valor didáctico e histó-rico: maquetas de laboratorios científicos y técnicos, de talleres y fábricas de toda índole, de altos hornos y máquinas de vapor, y mucho más.

Hoy, la colección de maquetas sigue siendo la pie-dra angular del museo, ya que demuestran y explican tecnologías tanto históricas como modernas de ma-nera intuitiva e inteligible. Es obvio que las exposi-ciones dedicadas a la construcción, que por sí mis-mas tienen una tradición milenaria de usar este medio, se inspiran en maquetas arquitectónicas y de ingeniería. Consecuentemente son, sobre todo las co-lecciones y exposiciones que se refieren a la ingenie-ría civil y la construcción, las que se prestan, por el propio tema, para ser representadas y explicadas a través de maquetas, en particular aquellas que mues-tran no tanto el edificio terminado sino su proceso constructivo.

Una de las colecciones de maquetas más atractivas del museo es la de puentes cuyos inicios se remontan a los fines del siglo XIX. Consiste en maquetas que se manufacturaron para la administración de edifi-cios de Baviera; objetos que, al fundarse el museo, se integraron a la colección de la primera exposición de puentes en 1903, hospedada provisionalmente en un antiguo cuartel cerca del sitio del museo actual. A es-tos objetos más antiguos se sumaron otros nuevos que se produjeron especialmente para esta exposi-ción, tanto en los propios talleres como los adquiri-dos de constructoras y talleres de la universidad. Cuando el museo se trasladó, en 1925, al nuevo edi-

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ficio que hoy conocemos, la exposición de puentes obtuvo un diseño nuevo y muchas maquetas de puen-tes contemporáneos más, presentándose a la altura de su tiempo. Después de las destrucciones graves du-rante la guerra se reformaron a partir de 1947, poco a poco, todas las exposiciones. Entre 1958 y 1963 se instala la exposición de puentes en la misma galería que ocupaba antes. Comparte esta galería con las ex-posiciones de ingeniería hidráulica, la de caminos y la de puertos.

Cuando se inauguró la sección de puentes en 1963 se presentaron 26 objetos originales, 44 maquetas y réplicas y un experimento; además de 125 puentes a través de fotografías, sumando 194 puentes en total (Bühler, 1993). En esta época se crea la tercera gene-ración de maquetas, entre las cuales se encuentra también la del puente de Neuilly, cuyo tema se abor-da más adelante.

maquEtas, réplicas y dioramas: tEstimonio E inspiración

¿Cuáles son los medios de presentación y documen-tación de la historia de la construcción? La primera y más impresionante —como lo hemos visto— es ex-hibir el mismo original, siempre y cuando sus dimen-siones lo permitan. Pero si esto no es posible, la ma-queta es un paso muy factible y atractivo de abstracción, ya que obliga al diseñador a pensar en una contracción a lo esencial, una síntesis de los pro-cesos para poder describirlo y representarlo a una es-cala que permita la comprensión inmediata por parte del espectador. Los experimentos pueden explicar adicionalmente los hechos estructurales básicos.

La planificación y la construcción de maquetas es, por ejemplo, una excelente aproximación científica a la historia de la construcción. En primer lugar, el co-misario y el constructor tienen que examinar el pro-pósito de la presentación: si es una demostración educativa para un público específico, una reconstruc-ción para la preservación histórica de un original per-dido, si debe servir como promoción de la conserva-ción de una construcción existente, para el examen de procesos históricos y mucho más. Luego se hace una gran diferencia si se desea mostrar un proceso constructivo o una construcción acabada.

En el primer caso, el paso científico principal será la definición del mejor momento durante el período

de construcción que mejor represente y explique, a través de sus detalles, el proceso completo. En el se-gundo caso —de la construcción terminada—, la de-cisión se referirá más bien al momento histórico de-seado del original (siempre sujeto a cambios, como todos los monumentos), el nivel de detalle de la ma-queta y, como consecuencia, la escala adecuada. Después de esta decisión, en ambos casos, se deben investigar y consultar planes fiables del período de construcción (u otra época deseada), fotografías, grá-ficos y la literatura de referencia. El equipo de traba-jadores, los materiales y las máquinas presentes y empleadas en la obra tienen que ser investigados co-rrectamente. Todas las extensiones y tamaños para la maqueta, sus colores y materiales han de ser selec-cionados, armonizados y comprobados de acuerdo con el original.

Todas estas actividades contribuyen, finalmente, a que la maqueta sea una verdadera contribución a la historia de la construcción, no solo porque la maque-ta sirve para presentar el resultado a un público, sino también porque se requiere (y se investiga) la misma documentación completa tanto como para la cons-trucción del original. Pocos museos y asociaciones públicas emprenden la tarea extenuante de recons-truir edificios históricos con herramientas auténticas, materiales y procedimientos como réplicas.

De esta manera, desde los primeros días del museo se producen maquetas de arquitectura y de ingeniería en los talleres del Deutsches Museum, y en muchas de las exposiciones relacionadas con la construcción se animan y hacen palpables los procesos de cons-trucción.

En la colección de maquetas de puentes, el museo dispone de tres prototipos para demostrar los proce-sos de construcción. La obra del puente de Neuilly (1768-1774) tiene como base la publicación de Jean Rodolphe Perronet (1708-1794) (Perronet, 1788) y se presenta en cuatro maquetas a escala 1:40, que repre-sentan: (1) las obras de cimentación, (2) la de los ar-cos sobre cimbras, (3) la construcción de los pilares, y, finalmente, (4) el acabado de la construcción.

Una maqueta de 1997, en la misma escala de 1:40, muestra el momento de la construcción del puente de Normandía, en Francia (1988-1995), cuando el pilón (de 7 m de altura, en la maqueta) está terminado y los trabajos para colocar el tablero han empezado. Otro tipo representa el diorama del puente de Müngsten (Alemania), que se construyó entre 1893 y

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1897 con el arco de hierro más grande del país. Como es típico, en el diorama la escala varía para au-mentar la percepción de profundidad y perspectiva. Tan solo en este caso, y por razones de autenticidad del mismo puente, se mantiene una escala de 1:100 en todo el diorama (figura 1). La colección presenta, además, maquetas de estructuras ejemplares como un entramado tipo Howe o una viga tipo Pauli. De la misma manera están presentes las obras hidráulicas y los túneles más importantes. En la colección de túne-les destaca una réplica (a escala 1:1, como indica el nombre) con elementos del armazón originales de un momento en la construcción del túnel del Simplon, en el año 1906.

El museo también dispone de una importante co-lección de maquetas de edificios que no fueron ex-puestos sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces reposan en los almacenes para ser rentados para exposiciones de otros museos (Bühler, 2013). Las maquetas corresponden a vivien-das y palacios de todo el mundo, así como a monu-mentos específicos. Hoy, muchos de ellos han sido declarados monumentos universales por la Unesco. La diferencia entre estas maquetas y las de los mu-seos de arquitectura y las de antropología radica en el hecho de que estos no enfocan la creación de espa-cios ni la vida cotidiana de los pueblos, sino las téc-nicas de construcción. Una parte curiosa de esta co-lección refleja la construcción de baños públicos a través de la historia, con la idea de promover el uso

de los establecimientos modernos que, a principios del siglo XIX, todavía necesitaban mucha convicción para que la gente los usara. Una de las maquetas de 1906 sirvió, hace pocos años, para la reconstrucción del edificio original donde se habían perdido los otros documentos (Bühler, 2005).

Muchas de estas maquetas hoy en día documentan construcciones y edificios que ya no existen, de tal manera que representan un fondo documental inesti-mable.

origEn E historia dE la construcción dE la maquEta dEl puEntE dE nEuilly

En el archivo del museo se conservan algunos docu-mentos elocuentes sobre la creación de esta maqueta que se terminó de montar en 1959, y que representa el proceso de construcción del puente de Neuilly so-bre el río Sena, cerca de París, construido por Jean-Rodolphe Perronet entre 1768 y 1772 e inaugurado dos años más tarde. La maqueta muestra cuatro eta-pas clave de la construcción del puente en la escala 1:40, que se basan en la publicación exhaustiva de los planos y descripciones del proyecto que publicó Perronet en 1788 en París, y del cual la biblioteca del museo conserva un ejemplar, además de una traduc-ción al alemán que se publicó en 1820 (figura 2).

La primera referencia documentada sobre esta ma-queta se encuentra en el archivo administrativo del museo: una sinopsis de la futura exposición del 21 de agosto de 1958, firmada por los entonces curadores Rauck y Stolper. El concepto de la exposición había sido elaborado anteriormente por un gremio formado por los curadores, los técnicos y el director del mu-seo, apoyado por importantes consejeros externos, académicos, administrativos y empresariales. Estos consejeros externos, a la vez, eran los donadores de fondos para la realización del proyecto.

La sinopsis consideró un ordenamiento general de la exposición, en primer término, de acuerdo a los materiales de construcción y, en un segundo, al desa-rrollo histórico de los puentes del mismo material, de tal manera que había secciones de «madera», «pie-dra», «hierro y acero» y «hormigón». Las secciones estaban separadas entre sí por réplicas de secciones transversales de puentes hechos de cada uno de los materiales, un diseño dispendioso que ocupa gran parte de la correspondencia previa a la puesta en

Figura 1El pintor profesor Günter B. Voglsamer (1918-2004) pinta la cúpula y el fondo para el diorama del puente de Müngs-ten (© Deutsches Museum Archiv)

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práctica. Fuera de este esquema había tres secciones más: de puentes atirantados y colgantes, así como una de puentes móviles.

La maqueta del puente de Neuilly, de acuerdo al documento —que también menciona fotografías que no se han conservado—, forma parte de la sección V. «Caminos y puentes entre 1700 y 1800», apartado b: «Construcciones basadas en un cálculo estructural». Además de la maqueta del propio puente, se conside-ran maquetas de las máquinas de construcción de Pe-rronet y una maqueta desarmable para el levanta-miento de la cimbra y de la colocación de piedras, que, aparentemente, no se realizaron.

La estructura general de la exposición y la clasifi-cación de la maqueta dentro del grupo de puentes ba-sados en un cálculo estructural, hacen evidente el porqué los responsables seleccionaron el puente de Neuilly como el ejemplo más representativo: es el primer puente de piedra cuya formación técnica que-da bien documentada y, además, ampliamente ilus-trado con planos detallados del diseño estructural, con escala gráfica, considerando diferentes etapas de la construcción. La importancia de esta obra para el

futuro desarrollo de la ingeniería civil es innegable. Otro motivo de esta selección, seguramente, es la disponibilidad de este material publicado por Perro-net en la biblioteca del museo, y de algunos grabados más de este puente en hojas sueltas, en el archivo que formaba parte del material académico del politécnico (Archivo de planos TZ 013461, TZ 013063).

El siguiente paso para la realización de la maqueta se documenta, afortunadamente, en el archivo del museo a través de 14 cianotipos (o fotocalcos azu-les): siete de ellos (TZ 013435 al TZ 013437 y TZ 013439 al TZ 013442) miden 110 × 79 centímetros, uno (TZ 013438) es más largo con 160 × 49 centíme-tros y seis son planos de detalles (TZ 013429 al TZ 013434), con medidas menores. Todos, menos uno, están fechados entre noviembre de 1958 y enero de 1959, y firmados por el dibujante «Stirnpfeiler». Pero solo uno de los planos presenta la fecha «08.07.1958» (TZ 013439), lo que significa que fue dibujado anteriormente a la sinopsis de agosto del mismo año, que ya se comentó. El plano describe los arcos que llevaría la maqueta y, tal vez, se hizo para una presentación ante el gremio ejecutivo.

Figura 2Grabado de la obra principal de Jean Rodolphe Perronet: el puente de Neuilly (alzado, planta y sección transversal) (Perro-net, 1788, 32-33)

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Cuando se dibujaron los planos ya se había fijado anteriormente la escala de 1:40 para la construcción de la maqueta, que no es una escala muy común en la construcción; posiblemente se trató de una decisión que se tomó por razones prácticas, porque la maqueta no podía exceder las posibilidades espaciales de la galería y tenía que presentar, a la vez, un máximo de detalles técnicos. Estos planos están ampliamente acotados (los planos publicados por Perronet solo disponen de una escala gráfica) y describen la pro-ducción completa de las cuatro partes de la maqueta con enfoque en los arcos, especialmente en su este-reotomía, en la cimbra y en los detalles de máquinas y equipamiento para la construcción. Basado en estos planos —cuya elaboración se apoyó, sobre todo, en cuatro de los planos publicados por Perronet que de-terminan fases preestablecidas—, se podía empezar a realizar la construcción de la maqueta, a principios de 1959.

Este procedimiento no ha cambiado hasta hoy en la producción de maquetas: todo lo que se representa en la maqueta tiene su base en planos concretos del edificio; planos cuya escala se reduce a la deseada para la maqueta y que enseguida se dibujan de nue-vo, pero ahora utilizando sistemas digitales. A veces, sobre todo para los dioramas, se producen maquetas en una escala menor para comprobar su efecto en el espectador.

El siguiente paso es la selección del material ade-cuado para cada parte de la maqueta. Como hay mu-chos materiales con propiedades distintas, se debe establecer desde un principio un concepto que com-prenda un conjunto de materiales compatibles entre ellos. Además, se debe planear también, cuanto an-tes, el empleo y la calidad de colores para la maque-ta. En el trabajo artesanal no se debe utilizar cual-quier material: por ejemplo, no se debe emplear un guijarro que en la escala de la maqueta pretenda re-presentar una roca en el tamaño del original, o una rama delgada que pretenda ser un tronco de árbol en la realidad. Estos son procedimientos poco profesio-nales que resaltan a primera vista y que pueden arrui-nar la buena impresión de una maqueta.

Preparado con este planteamiento preliminar, el artesano puede proceder a la manufactura. Esta ma-queta, hoy en día, sigue siendo una de las más espec-taculares del museo por su precisión absoluta en to-dos los detalles, su acabado fino y su valor histórico. En un informe del museo, publicado en 1963, se des-

cribe y valora esta maqueta por primera vez en toda su importancia (Anónimo, 1963).

la maquEta En la historia dE la construcción

La maqueta de la obra de construcción del puente del Sena cerca de Neuilly, del Deutsches Museum, mide 80 × 145 × 670 centímetros en total e ingresó en 1959 con el número 80201 en la lista de inventario del museo. Las cuatro secciones se presentan en una sola vitrina.

La construcción original y su ingeniero

El ingeniero francés Jean-Rodolphe Perronet era el responsable de la construcción de este puente con ar-cos, excepcionalmente rebajados para su época. Pe-rronet había estado trabajando en el diseño de este puente de piedra cerca del suburbio parisino de Neui-lly desde 1766. Los dos puentes de madera existentes entonces se habían deteriorado con el tiempo y era previsible que pronto tuvieran que ser reemplazados. Después de que el paso de un bloque de hielo, en enero de 1768, dañara los puentes tanto que ya no era posible repararlos, las obras para un puente nuevo de piedra fueron sacados a concurso inmediatamente. El puente tendría una longitud total de 220 metros y es-taría formado por cinco arcos de piedra de 40 metros de luz cada uno. Las propuestas se evaluaron rápida-mente, así que el 29 de marzo de 1768, dos empresas constructoras iniciaron los trabajos.

Gracias a la buena planificación y organización de su obra, Perronet pudo reducir de diez a cuatro años y medio el plazo de construcción previsto. En el acto de inauguración se desarmó la cimbra en presencia del rey Luis XV, el 22 de septiembre de 1772. Dos años más tarde el puente pudo ser abierto al tráfico. Cumplió con su deber durante más de 150 años, has-ta que dejó de ser suficiente para el creciente tráfico de automóviles y fue abandonado en 1939.

Perronet planificó la construcción con sumo cuida-do, de acuerdo con los últimos descubrimientos téc-nicos y científicos. Por ejemplo, se atrevió a cons-truir los pilares que, de acuerdo a las teorías contemporáneas deberían tener casi 8 metros de es-pesor, con un espesor de solo 4,20 metros. Una de las razones de su éxito fue la cuidadosa y profunda ci-

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mentación del puente. Gracias a la esbeltez de sus pi-lares, la elegancia de la construcción no tiene prece-dentes.

Perronet fue uno de los ingenieros más influyentes de su tiempo, encabezó durante 47 años la primera escuela de ingeniería de puentes y caminos, la «École royale des ponts et chaussées», en París. Bajo su dirección, la escuela se convirtió en la más impor-tante del siglo XVIII, ya que Perronet fue el primer ingeniero que estableció una base científica para in-genieros y constructores. La amplia experiencia que adquirió en la práctica de la construcción, la transmi-tió a estudiantes y profesionistas.

La maqueta: cuatro fases de construcción del puente del Sena, en Neuilly

La primera sección de la maqueta muestra los tra-bajos de cimentación en el cauce del río y repre-senta el estado de las obras en julio de 1768 (figu-ras 3 y 4).

Antes de empezar a trabajar en la cimentación se construyen muros de contención (ataguía), que des-

pués del drenaje establecen un pozo seco que permite trabajar en medio del río. Desde unas balsas, los tra-bajadores clavan dos filas paralelas de tablas de ro-ble, muy pegadas una a la otra, a manera de tablesta-cados, en la profundidad del suelo, bajo el agua. El espacio entre los tablestacados se rellena con tierra. Tan pronto como el relleno se compacta y se satura con agua es capaz de sellar el área de trabajo drena-do. Norias impulsadas por la corriente del río bom-bean constantemente el agua que entra al recinto. Ahora comienzan los trabajos de cimentación del puente (figura 5). Con martinetes pesados, los obre-ros clavan en el lecho del río las pilas de roble afila-das y redondeadas (figura 6). Las cabezas de pila que sobresalen son aserradas a una altura que previamen-te es alineada a un nivel común, con un nivel de bur-buja y una cuerda. Los espacios entre las cabezas de los pilotes se rellenan con piedras y mortero. El si-guiente tablón de madera forma una base estable y nivelada, sobre la que se pueden construir los pilares del puente. Dos de los muelles del río, necesarios, pueden incluso construirse sin la costosa construc-ción de ataguías, ya que el terreno se encuentra fuera del agua.

Figura 3La primera sección de la maqueta (© Deutsches Museum Archiv)

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En la segunda sección de la maqueta se muestran las cimbras de los arcos y el perfil del flujo del río. Representa el estado de las obras entre 1769 y 1770 (figuras 7 y 8).

Antes de construir el arco los carpinteros deben colocar cimbras en el suelo, que anteriormente ha sido medido y marcado con cuerdas. Allá, las vigas

de madera se juntan para la cimbra que forma el cur-so previsto del arco. Al mismo tiempo, también se muestra el desmantelamiento de la ataguía sobrante tras la finalización de los pilares. Esta parte de la en-sambladura de la cimbra es la más complicada en la construcción original y en la de la maqueta.

Figura 4Estado de las obras en julio de 1768, según el dibujo de Perronet (Perronet, 1788, 40-42)

Figura 5 El drenaje del pozo se efectúa a través de norias impulsadas por la corriente del río (© Deutsches Museum Archiv)

Figura 6 Para levantar los martinetes que clavan las pilas en el lecho del río se necesitan muchos obreros fuertes y bien coordina-dos (© Deutsches Museum Archiv)

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Debido a que Perronet redujo las dimensiones de los pilares en 4,30 metros de ancho, pudo reducir el peso muerto del puente. De esta forma, el puente pa-recía mucho más elegante y el perfil del flujo del río más amplio reducía el riesgo de socavación y desgas-te (figura 9).

En la tercera sección de la maqueta se muestran las obras de albañilería de los arcos. Representa el estado de las obras en 1772 (figuras 10 y 11)

Esta tercera parte de la maqueta muestra la cons-trucción de los arcos de piedra, así como la prepara-ción y colocación de los bloques de piedra. Aquí se pueden ver los métodos de trabajo de las grúas y el trabajo de los canteros.

Los arcos del puente de Neuilly son rebajados y permiten una gran envergadura. Su traza está forma-da por once segmentos circulares unidos entre sí. Las piedras, previamente talladas, se colocan en la cim-bra con grúas especialmente diseñadas para esta obra y, sin usar mortero, se unen entre sí hasta que el arco está completo. Toda la carga y el peso de las piedras descansan sobre la cimbra durante la construcción.

Para la construcción del puente de Neuilly, Perro-net desarrolló carros especiales, a los que llamó «ca-mions prismatique». Estos contenedores para el transporte de tierra y piedras fueron montados sobre un chasís especial, de tal manera que podían inclinar-se fácilmente. Esto simplificó enormemente la des-carga de materiales de construcción (figura 12).

Figura 7 La segunda sección de la maqueta (© Deutsches Museum Archiv)

Figura 8 Levantamiento de uno de los cuchillos de la cimbra, en 1770, según un dibujo de Perronet (Perronet, 1788)

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Figura 9 Estado de las obras en julio de 1770, según el dibujo de Perronet (Perronet, 1788, 62-63)

Figura 10 La tercera sección de la maqueta (© Deutsches Museum Archiv)

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Por primera vez, Perronet hizo construir la cimbra de este puente ligeramente más alta que el arco pro-yectado para anticipar el descenso natural del arco causado por la carga muerta. También hizo que el desmontaje del andamio se llevara a cabo de forma diferente a lo habitual: todo el andamio se bajó en una sola pieza.

En la cuarta sección de la maqueta se muestran las obras restantes de albañilería y cantería. Representa el estado de las obras a finales de 1772 (figuras 13 y 14).

En esta última parte de la maqueta se muestran los trabajos pendientes tras la finalización de las obras construcción y la inauguración del puente: el trata-miento de las superficies de piedra, la colocación del pavimento y el desmantelamiento de los equipos de la obra.

Perronet había organizado una fiesta de inaugura-ción pública para el desmantelamiento de las cim-bras. Además de numerosos ciudadanos y nobles, Luis XV, rey de Francia, también estuvo en el evento para presenciar cómo todas las vigas de la cimbra se

Figura 11Estado de la obra a finales de 1772, según el dibujo de Perronet (Perronet, 1788, 78-79)

Figura 12 En la maqueta: el carro prismático, diseñado por Pe-rronet especialmente para esta obra (© Deutsches Museum Archiv)

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Figura 13 La cuarta sección de la maqueta (© Deutsches Museum Archiv)

Figura 14 La inauguración del puente, el 22 de septiembre de 1772 (Perronet, 1788, 88-90)

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sumergían al mismo tiempo en el Sena. Perronet ha-bía preparado bien este evento. Actuó con cuidado: cuatro semanas antes había quitado las cuñas de ma-dera entre la cimbra y el arco, así que el día de la fiesta los arcos ya estaban libres. De esta manera po-día estar seguro de que los arcos se mantendrían en pie y que las fiestas serían un éxito.

conclusionEs

La construcción del puente de Neuilly es un momen-to clave en la ingeniería civil que dejó sus huellas tanto en la enseñanza como en la práctica de la cons-trucción, para muchas generaciones siguientes. La maqueta del Deutsches Museum hace justicia a su ejemplo concreto, porque se funda en una investiga-ción científica profunda, que es capaz de mostrar procesos de construcción, el equipamiento técnico y la labor de los trabajadores en esta obra importante. Las reflexiones sobre y durante la realización condu-jeron a hacer auténticos, evidentes y comprensibles los pasos de producción para el estudioso, de una forma tridimensional y palpable: en esto yace su va-lor y desempeño para la historia de la construcción.

notas

1. Agradezco mucho la revisión del manuscrito por Elid Rafael Brindis Gómez, Lima (Perú)

lista dE rEfErEncias

Anónimo. 1963. Zum Ausbau der Abteilung Brückenbau im Deutschen Museum. Deutsches Museum. Abhandlungen und Berichte. 31. Jahrgang 1963, Heft 3. Múnich: Deut-sches Museum, 37-43.

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Bühler, Dirk. 2005. Die Stadtschwimmhalle in Dessau - Ein historisches Modell als Dokument für die Denkmalpfle-ge. Kultur & Technik, 1: 34-38.

Bühler, Dirk. 2013. Models: Assembled Realities in Archi-tecture and Engineering. En Artefacts. Analyzing Art and Aesthetics, vol. 9, editado por A. C. Goodyear y M. A. Weitekamp, 56-74. Washington, D. C.: Smithsonian Ins-titution Scholarly Press.

Perronet, Jean-Rodolphe. 1788. Description des Projets et de la Construction des Ponts de Neuilli, De Mantes, D’Orléans, De Louis XVI, etc.: On y a ajouté le projet du canal de Bourgogne, pour la communication des deux mers par Dijon; et de celui de la conduite des eaux de l’Yvette et de la Bievre à Paris, en soixante et treize planches. [2 volúmenes] París: Didot.

Perronet, Jean-Rodolphe. 1820. Perronet’s Werke: die Be-schreibung der Entwürfe und der Bauarten der Brücken bei Neuilli, Mantes, Orleans, Ludwigs XVI. & c., den Entwurf des Burgundischen Kanals und den der Wasser-leitung von der Yvette und Bievre nach Paris, so wie mehrere einzelne Abhandlungen, enthaltend. [2 volúme-nes] Halle: Hemmerde und Schwetschke.

Perronet, Jean Rodolphe. 2005. La construcción de puentes en el siglo XVIII. Madrid: Instituto Juan de Herrera [e.a.].

archivos consultados

Deutsches Museum, Múnich Verwaltungsarchiv (archivo administrativo), años 1958-1963. Planarchiv (archivo de planos) TZ 013429 - TZ 013442, TZ

013461, TZ 013063, TZ 014075 - 014091.

Figura 15 Maqueta de una pequeña grúa giratoria (© Deutsches Mu-seum Archiv)

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