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la luz de los árboles

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la luz de los árboles

Moisés Villaseñor

SAMSARA2012

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La luz de los árbolesMoisés VillaseñorPrimera edición, enero 2012.

© Samsara Editorial, 2012www.samsaraeditorial.com

© Moisés Villaseñor, 2012.

Portada;Grieta de tiempo en el humo:Homenaje a Tarkovski© Alejandra L. Salinas.

Diseño de interiores: © Sergio. A. Santiago Madariaga [email protected]

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total y parcial sin autorización de la editorial.

Impreso en México / Printed in Mexico

ISBN 978-970-94-2727-4

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Los hombres rechazarán la modestia.La verdad ya no garantizará la excelencia.

Todo arte será bufonada.La traición estará en cada colina.

El hombre dañará a su vecino.La música se volverá grosería.

La sabiduría se trocará en malos juicios.Todo amor se hará adúltero.

En cada país habrá demasiados hombres.Los países se extenderán en la montaña.

Cada uno se convertirá en esclavo con toda su familia.Book of Leinster, ca. 1160.

En la tierra no existe la muerte.Todos somos inmortales. Todo es inmortal.

No es necesario temer a la muerte ni a los diecisieteni a los setenta años. Sólo hay realidad y luz.

Arseni Tarkovski

Cuando lo contemplamos ahogado en sombraarde en su adentro toda una hoguera de savia.

Las tinieblas son culpa nuestra.El árbol no entiende de ellas.

José Emilio Pacheco

Las ramas de los árbolesiban agarrando el polvo de la noche.

Fue lo último que pudimos ver,a lo lejos, antes del alba.Hernán Lavín Cerda

Johann Sebastian Bach

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Gotas de luz sobre la tierra

Tal vez somos aquellas esculturas en el cementerio [de Berlín,

ángeles hincados, con la mirada sobre la tierra,que piden perdón por no haber sido ángeles sobre la tierra.Tal vez fuimos la arborescencia que sucumbió bajo la arenay nunca hemos sido gotas de luz en la tormenta.Tal vez seremos la raíz adventicia del silencio,la curva que se pierde para siempre en la memoria,ángeles escondidos, sin un milagro en las manos abiertas,que piden perdón por no haber sido ángeles en la materia.

También somos, hemos sido sin saberlo, la sombra detrás [de los ángeles,

el último árbol que sube al cielo y se escondey cuyas raíces parecen trigo en la noche.

Nunca fuimos la luz del horizonte,seríamos, tal vez, la inmovilidad del agua para los hombres.

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La noche del jade

Hubo una época, sin duda, en que el jadeera la llave capaz de abrir las rocas como puertas que dan

[al viento.Gotas de fuego sobre los siglostransformaron la dureza en tela de sacrificio.Hubo una época en que, ya abiertas como el silencio,del interior de las piedras brotaban aves de perfil casi míticoy plumaje precioso, de colores que sólo existen más allá

[de la estratosfera.Eran aves que mamaban la leche del misterioy cantaban el sentido de estar vivosmientras nos preparaban para la soledad de este tiempo.Hubo una época en que la música de las avesera también la voz del universoy todo el cosmos cabía en el corazón del jade.

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Del descubrimiento venimos

Al fondo de las ramas secaspalpita el espíritu de las flores, de las hojas y de los frutos.La luz del mundo se siembra en nosotroscomo la semilla entre la tierra.En la flora se ejecuta el milagro del rejuvenecimiento.Ni tú ni yo, al parecer,sólo el sabor del fruto es eterno.

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Incluso las sombras las causa la luz

Para probar el sabor del aguaes necesario no beberla durante mucho tiempo.En el silenciolas cosas se llaman por su verdadero nombre.Mira la ausencia sin temores, todo es luz.Incluso el agua de la noche ilumina al sol de la vida.

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Inmaculada tradición que no florece

Hay más muertos que vivosen este mundo con cavernas a los costados.Ni fundadores, ni patriarcas, ni reyes,ni héroes que dieron nombres y banderas,ni aquellos que dictaron leyes inamovibles,ni conquistadores, ni vencidos, ni intermediarios.En este mundo contemporáneosólo estamos hoy aquí nosotros.¿Qué nombre le daremos a la esclavitud en el futuro?

Ayer fui inmortalpero hoy soy todos los muertos del mundo.

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El enigma y el milagro

El enigma y el milagro. El hechizo y el encanto.La voz de los dioses no tiene eco,reverbera en el agua y se descompone:el rojo de la sangre del mundo,el amarillo de un Dios muy antiguo,el azul que palpita en los ojos.El enigma de los 3 vectores y las 4 fronteras,el milagro del 7 en la casa de las 5 puertas.El hechizo de la hoguera, el encanto del aire en la vela.Detrás de cada color sólo existe la luz,lo mismo que respira el silencio en cada letra.

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El miedo es la cuota por imaginar

Somos los últimos copos de nieve sobre el tejado,inmóviles más por miedo que por frío.De un deshielo también venimosy en la descomposición nos vamos.Subsistimos en el olvido del hieloaunque vibra en nosotros la memoria del agua,el extrañamiento de estar despiertos en la profundidad

[del sueño.Ni la sombra en la nieve permanecerámás allá de nosotros. Invisiblecomo la mano de un ser muy antiguoque se posa sobre el hombro,tú eres el agua que baña los camposy el fruto del árbol en las montañas.Hay algo superior al miedo de ser agua,y mientras el miedo nos dispersa, todo ocurre,y mientras sucede, nos derretimos.

Una gota, entonces, está a punto de fundar el mundo.

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Acorde a la música del fuego

El origen del fuego tuvo que ocurrir durante una noche [de invierno

ante los ojos de un caballo.De la mano del fuego llegó el milagro de ver,de frente y por primera vez,la noche a la luz de la luna ausente. El sonido de la combustión con las manos,el cuerpo inestable de las llamas.Alguien vislumbró por la ranura del fuego una puerta.Era el umbral del universo, la única luz que perdura,un relámpago dilatado, un nombre con sílabas que

[nadie conoce.El origen del fuego tuvo que ocurrir durante un invierno,cuando nos comunicábamos con la misma honestidadcon que todavía se comunica Dios a través de los caballos.

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La vibración oculta de los olmos

El Lugar Abundante de Olmos Ruines me dicta:El atardecer se va por donde no vino.Hubo un tiempo en que Oriente empezaba en América,¿por qué se movieron los mapas del mundo?Aún no ha nacido alguien que sea capaz de hacerse

[cosquillas a sí mismoy yo no conozco a nadie que haya encontrado un globocon un trozo de carta a los Reyes Magos.¿Antes que a los dioses, habría que abolir el futuro?Nuestras creencias son manchas de tinta,un trazo de línea sobre la que nos equilibramoshasta que dibujamos otra.Lo que tienes jamás justifica lo que eres,y lo que sabes no elimina lo que ignoras.Cuídate de las sombras blancasseguramente las provoca una luz oscura.No gires para justificar tus actos.Los destellos de los planetas nos llegan tardey nadie duda de su existencia,así funcionan las leyes, incluso las creencias.Bajo el pasto también hay lodo.Si nos llueve es porque no sembramos un árbol.El 29 de febrero es un buque fantasmaque aparece cada cuatro años bajo la sangre del mundo.Algunos sostienen que perdimos Oriente en

[la Gran Guerra.No dudas para decidir, dudas porque decides.Nuestra ceguera a las cosas invisiblesno tiene límites

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y sufrimos la bendición de percibirlas.El fado es un tranvíaen el que la felicidad siempre viaja de regreso.He visto la gota que fundó una cascada.Ahí vamos, a través de la neblina,en un barco de agua llamado Tierrasurcando los elementos del cosmosy disipando con la imaginación la bruma.Esto es lo que pasa cuando, en vez de iglesia,se levanta un frontón en el centro del pueblo.

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Gritos de piedra, alegrías a flote

La piedra danza en la superficie, se reconforta,entre las nubes se escurre un trozo de música,es una nota que se ha caído del universo.La piedra es el silencio que viene de las montañas,un grano de arena del reloj del mundo.En su corazón guarda energía de siglos.La piedra flota en el aguacomo en la mirada todo es aire.

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Antes y después todo es nuevo

Aún era dulce lo imprevistoen aquellos años cuando amaneció el mundocubierto de color blanco sobre los campos.Pudimos esculpir entonces el agua con las manosy descubrimos cuánto nos placía lo efímero de su espectro.Un tiempo detenido que también discurre.La nieve ocultaba el pasto, los árboles, la tierra.Nuestro origen es el de la rana, que muere y resucitaal interior de una gota congelada.

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Alzheimérico

Mi memoria es débil como la piel oculta de la piedra,al interior de la roca hay ríos que cruzan montañas,su corazón es madera que descansa en la arena.Mi olvido tiene la fuerza de los mares que

[borraron continentes.Sobre los rostros no hay nombres, sus nombres no son ellos,los recuerdos son peces que no probarán los hombres.En el fondo del espejo un fantasma camina sin dejar huella.¿Y quién la deja?, pregunta el médico.¿Por qué no me olvido que olvido y nos vamos a bailar

[un rato?Quisiera olvidarme de las experiencias que han sidoy que se han quedado conmigo sin acompañarme.Mi memoria es un hilo de hielo entre las dunasque me recuerda que es valiosa porque es únicay que todo tesoro está rodeado de silencio.Lo encuadra, como a mi registro, el vacío y la nada.

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Deslices del silencio que brota

Abriré la ventana y entrarán océanos galopando:no huyas, ésta es tu casa, cada palabra es tu hogar,no le pongas cortinas, ni rejas, el agua tiene que fluir,deja que fluya por la ventana y sea el amanecerque perdimos cuando enarbolamos el nombre.Abriré la puerta y entrarán elefantes con todos los dioses

[en la mirada,deja que la lluvia al fin empape tu alma,no temas tormentas infinitas en el centro de la casa.Las palabras se inventaron para ser soberbios y engañarnoshay que decirlo:mediante el verbo nos disfrazamos,diseñamos argumentos porque lo evidente nos contradice,confabulamos imágenes que no existenhasta que ya nadie ve lo que está frente a los ojos.La ceguera de los esclavos en el calabozo.No todo fuego es hoguera: somos el pabilo,la luz es consecuencia, la cera es el origen, somos

[el wolframio.Y nada más.Abriré los versos y entrarán huracanes de aire puro

[al enunciado:No huyas, ésta es tu casa, cada silencio es el hogardonde crece la flor siempre renovada de la paz.

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Sauce de aroma

De la herida nacerán mariposas.Haz que el milagro suceda y no sangres.Acércate entonces al bosque,la música de los árboles es silencio para los hombres.Tu voz es débil frente a la suyay por eso únicamente el susurro encuentra cauce.Haz que el milagro suceda y no hables.La prudencia del río que se retuercey nunca llega tarde.Contempla la inmensidad del paisaje,pues sólo con la mirada puedes acariciar el horizonte.Siempre estás Aquí, el Allá es un lugar inhabitable.No eres más que una mano estirada en medio de la nada.No eres menos que la humedad invisible de los labios.Adonde vayas llevarás contigo las raíces del paisaje.Haz que el milagro sea naturaly permite que broten árboles desde la sangre.

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Vencerás

Escribiré tu nombre en la cornisa,arriba de la gotera.

Cuando el árbol crezca a la altura de tus manosacarícialo como si arrastraras un río entre las yemas:es la corriente subterránea del viento.

En el aroma descubrirás la fortaleza del enigma:busca el agua sobre todo en la oscuridad de la tierra.

El miedo levanta las fronteras que el amor desvanece.La conciencia de los límites aumenta la fuerza.

Al dragón, no temas,se lo vence con paciencia, la paciencia de los árboles bajo la tormenta.

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Todo el tiempo

Será luz de cera interminable

Quiero caminar contigo entre las hierbas,sentir el calor del sol a través de tus manos,dejarnos atrapar por mariposasy comer frutos directamente del campo.Quiero contemplar contigo el nacimiento de un árbol,verlo crecer con la tranquilidad con que se evaporan

[los lagos,descubrir la ruta de las hormigas sobre la piel del tronco,ver crecer las hojas y observar cómo construyen su hogar

[los pájaros.Adivinar cómo las raíces buscan el agua en lo profundo

[de la tierra.Adivinar cómo las ramas buscan el anhídrido carbónicoen la profundidad del aire.

Y recordar, bajo la luz de los pinos, que todos somos eternospero que nadie ha nacido inmortal en este tiempo.Imaginar que un árbol es un relámpago de tierra.Soñar que árbol y relámpago son la misma cosa:que uno es la energía y el otro, la materia.Y creer que los árboles nacen durante las tormentas

[eléctricas.

Quiero encender contigo la luz de una vela de cera [interminable,

como la luz de las gaviotas al emprender el vuelohacia los puertos más antiguos del mundo.

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Todo amor es un ave que vuelve a los orígenes de todo,toda ave es un beso que se alarga entre las nubes,todo amor es una nube que se envuelve en el vientoy nos hace contemplar el primer amanecer del universo.

Quiero recorrer contigo los paisajes que nos separaron,saludar de mano a los recuerdos que no compartimos,disfrutar de algún invierno entre la nieve,aprender a distinguir ángeles detrás de la lluvia,observar con ojos absortos el sol de un día que no termina,comprobar que el mundo es pequeñoy que nos queremos de manera profunda y tranquila:levar anclas, apaciguar océanos de miedo, desplegar alasy comenzar el viaje del amor sobre tus labios de cielo.

Sólo quiero estar contigo, al fin,todo el tiempo.

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La mayoría de nosotros vivimos en un mundo que,curiosamente, no es éste.

El alma es el cuerpo

La resurrección es posible.Basta carecer de alma.Mira al árbol.

El eco de Domenico

Qué clase de mundo es ésteque nos enseña que la muerte debiera dolernos.

Qué clase de mundo es ésteque ha ritualizado la satisfacción de nuestros deseos.

Qué clase de mundo es ésteque ha impuesto jornadas de esclavitudpara poder alimentarnos.

¿Por qué no nos olvidamos de modelar el amor, la vida [y la muerte,

y nos permitimos ser absolutamente naturales?

Personas

Aquellos árboles con disfraz de gentey el fruto de su verbo que alimenta el espíritu.

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Igualarnos

Que nuestras acciones sean fenómenos naturalestan insignificantes/trascendentes como una hoja que

[se desprende del árbol.

Caernos hacia el mundo.Reducir nuestro poder a cero.Igualarnos.

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Las hojas tienen la forma del viento cuando nacieron

Estar en paz es apoyar el alma sobre la luz.

Tú, no con los pies, con el corazón andas hacia la paz.

Cierra los ojosrespira y sentirásla paz de Islandia.

Si paz no lleva ningún sentido tiene déjalo entonces.

Un árbol vuela

un alcotán florecetodo es posible.

Hemos venido a vencer nuestros miedos con paz de luz.

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Llegar en barcover puertos entre nieblassaberte en casa.

Menos dañamoscon la imaginaciónque con los actos.

Calor de fuegoen su constancia aumenta como la paz.

Se comprobó al fin del Universo está el cerebro.

Triste mochueloen su olivo descubrela casa en llamas.

La fe es el eco responde exactamente lo que preguntas.

Puertos abiertos mariposas te guían sigue el camino.

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Vivo en el bosque sin embargo mi casa es de cemento.

Sal lentamente sé la calma del árbol todo es fugaz.

Luz de los árbolesen su interior brillasol de cerezos.

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El fin del mundo por la ventana

Hipótesis de Mondego

Con los labios inundados de pazves el fin del mundo por la ventana,guardas en la mirada el salmo docey devoras el trigo a bocanadas.Como en los tiempos de Moisés el Bíblicola soledad parece una esperanza:sueñas el árbol que secó tu inviernoy te convences de que el miedo acaba.

Hipótesis del mal

Nos sentimos víctimas de este tiempopero somos culpables del que sigue:por no distinguir lo que necesitascambias de nombre el nombre

[de las cosasy nos culpas a todos de tus males.Pero quienes cercenaron tus sueñosfueron tus actos, todos tus caprichos,impulsos con disfraz de decisiones.

Hipótesis de la inercia

A veces vivir es como no ver,porque el ser humano vive en su mundoy se ha empecinado en transformar éstepara que no desaparezca el suyo.Algún día, no muy lejano, podremosacariciar los sueños con las manos,todo lo pensado será visible.Seguiremos con los ojos cerrados.

Hipótesis del sacrificio

Temes dejar de ser y ser tú mismo,tal vez desconoces que el miedo

[es trampa,que el tesoro respira en la amenaza.Ningún dios se irrita con la osadía.Yo soy más yo en la otra orilla

[del centro,donde habita el cero que siempre

[es uno.No dudes de tu propio sacrificio,lo inmolado será la recompensa.

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¿Qué misterios se esconden detrás de los besos que no se dan?

Yo también uso trucos para ocultarme en escondrijosque me llenan de sentimientos sustitutos.Yo también traigo espinas en la corona,el temple sencillo de la desesperanza,a mí nadie me cuenta de amores perdidos para siempreni de errores que cuestan la compañía.Sé que te invento historias de amor aburridas,sé que se me nublan los ojos con una falday que sumergiría el intransigente sentido del miedoen algún rincón de la soberbia.Aquí está la noche, bajo tu aroma,sobre el desliz de tu piel palpitante.Pero a mí lo oscuro no me daña,no caigo con el primer golpe al orgulloni me doble ante tu insistente ausencia.Y es que yo también traigo abollado el deseo,y nadie me cuenta de amores perdidos para siempreni de errores que cuestan todas las intermitenciasde una luciérnaga con ojos de niña.

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I

Andamos por la vida inconscientes,tirando errores porque nos sobran,dejando caer los cabellos como nombres de mujeresque nunca fueron labios.Nos pasamos la vida resolviendo problemascomo si ellos fueran el problema.Nos pasamos buscando el pecado con un leve acierto,quejándonos por sentirnos merecedores de todo.Nos pasamos la vida hablando de la amistad como

[algo sólidoy creyendo que la inconformidad es un síntoma irrevocable

[de vida.

Mentira.Somos el error y la noción de nosotrosy nunca sabremos a qué sabe el vodka negroy nunca veremos futbol del buenoy nos duele dejar cosas atrásporque hay que seguir caminando.Somos el desencanto de todoy nuestra máxima ambición es seguir caminando,porque caminar nos garantiza el mundo posibley lo más probablees que estemos extendiendo el mala sus confines más terribles.

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II

Presiento el trote de los elefantes.

Deberíamos preferir el silencio,averiguar el sabor de la pausa,la verdadera ausencia del movimiento.

El infierno sigue estando alrededor,y las puertas, labradas de miedo, nos impiden el paso al centro que allí se esconde.

Se escucha el rumor de los elefantes que huyenen busca del centro, feliz y sencillo,que nos negamos a llamar cielo.

Todos moriremos de pronto,sin darnos cuenta, sin ver una noche luminosay sin sentir el abrazo del cerosobre esos labios que amanecen más temprano.

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III

Sigue goteando la clepsidra de la tristeza.

Debajo de las cabezas un hilo de silenciose escurre para no dañar el vacío.

Como si no muriéramos mañanacomo si no estuviéramos en verdad solossigo en el laberinto buscando conquistarlo contigo.

Persigo las huellas de luz que dejaste flotandocon tu fluir de mariposa sin alas.

El relámpago de la lucidezy el vértigo que conquistó el abismo.

No te vayas, grito desde el gotero.

Lo que no entiendo es queno te vayas grito cuando nunca has estado.

Cuando nunca te has ido.

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IV

La tristeza nos hace ver la vida en todo su esplendor,le quita los disfraces a las cosas,las despoja de las máscaras que agregamospara fingir que todo nos duele menos,para que los sentidos se equivoquen y nombren esperanzaa una idea repleta de nada.

La tristeza elimina ruidos, filtra el sonidoy nos permite ver fielmente la vida –no su imagen.

Cuando eliminamos impulsos que llamamos sentimientosaccedemos al secreto de la existencia.Cuando vemos de frente a la vidaentendemos lo insignificante de nuestra presencia en

[el mundoy comprendemos el verdadero sentido del universo.

Y que estar vivos es un milagro tristemente espléndido.

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V

Los cuervos blancossacan los ojos de los ciegos.Los cuervos mágicosmatan a traición a su dueño: salen de sus ásperas jaulasy cortan con sus ríspidas alasel calor de nuestro aire lento.

Siempre traicioneros, se vuelven palabra,y entonces habla el silencio.

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Júpiter

Tu muerte es el relámpagoque nos muestra el lado oculto de la luna.

En ese instante comprendemos el esplendor del universo

podemos señalar con certeza los alcances del infinitoy podemos pronunciar todos los nombres de Júpiter

[en el mundo.

Pero lo único cierto es el fenómeno de tu desaparición [casi absoluta.

Y lo único que en verdad sabemoses lo único que no quisiéramos saber.

Tu muerte nos entrega fielmente la viday nos deja en ella bajo el aguacero de las preguntas.Dudamos para fingirporque sólo en la muerte no existen las sospechas

Y todavía eres un refugio de sol en la tormenta.Y tus palabras siguen flotando en la palpitación

[del alma. Y permanece tu luz entre océanos de madrugada.

Uno cree que estará en la lista de los ilesos,que las espinas de la noche son flechas que no llegaron,y pocos sienten la lluvia que no está lloviendo.

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Después de tu muerte aún sigue tu muerte,un paréntesis que no termina,la certeza de tu desaparición casi absoluta.Sé que debería poner el punto final en el airey resignarme a que ya gozas, en carne propia, la mordedura

[de la Tierra

Pero si cierro los ojos esta nocheserá simplemente para no ver tu ausencia.

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7

Somos el relámpago de carne y hueso sobre la piel [del mundo,

el torrente fluvial del universo a través del verbo,los trozos de arena que el estruendo levantó en forma

[de cuerpo,y alcanzamos a decir Vida antes de regresar,polvo otra vez, al polvo eterno.

Y árboles.Somos islas, somos árboles, el punto donde el azar

[se confirma.Palabras que saben a frutos,abrazos que arden como el agua.Y la fragilidad absoluta.

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Aquel viaje a Mesoamérica

Pablito es un niño que nació señor:a los cinco años ya vendía chicles en el metroy a los siete dejó de sonreír.Su novia se llama Alizée Guadalupe Zamarripa,tiene panza de tenia, habla como niñoy le gusta el tepache.Aunque su misticismo se basa en la cábula,acostumbran ir a misa de once a Tacuba,luego él la invita a comer sopes o carnitasy toda la tarde se dedican a echar despapaye.Nunca los veremos con sus padres,lo más seguro es que no tengan.Sin hogar, la ciudad entera es su casa.Y lo más probable es que pronto tendrán hijosque también nacerán mayores.Ellos van a la vida sin intermediarios,a través del hambre se olvidan de todo–tampoco hay mucho que recordar– y se aman, de espaldas al sol, bajo los árboles.

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Zorionak

Haiku de Alizée Guadalupe

Es quinceañeray no sonríe nunca.Está chimuela.

Lectura primera

En el principio fue el huevo,luego vino la gallina con un par y dijo:éstos son míos y los vendo a euro.

La rana

La rana soñó que volaba.Cuando despertóaún no le daban la patada.

Soleando en el frío

Ríete de todo. De eso se trata.Ríete de que no estás contento,y de que en las noches nadie te habla.

Ríete de que nadie te sonríe en el espejo.

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Ríete hasta que te mueras de tristeza,y las lágrimas reverdezcan en tus labios.Y de pronto quieras llorar de nuevo.

Ríete hasta que la risa se conviertaen un gesto más lejano que la alegría.

–Ríanse de todo, y déjenmesolocon la tristeza.

Kokoro

Somos la músicaque surge de la lluviamojando el trigo:ahonda la semilla,ahora la nostalgia.

Non fiction frijol

Telenovelasmás que malas ficcionesson realidades.¿Canal de las estrellas?Mejor: Animal Planet.

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Ni mono

Encadenadoslos zombies buscan cómoy se enamoran.Mas no hacen el amor,reproducen esclavos.

Sunrise

Un árbol seco.Ramas llenas de pájarosen forma de hoja.Cantos nocturnos creanamanecer del mundo.

Desconocidos en el estadio

Gritamos gol,nos abrazamos fuerte,hasta lloramos.¡Y recordé su cara:si me asaltó en el metro!

Vladimir Ponferrada

Blanco y en botellala Verdad es la leche.También caduca.

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Domador de caballos

Así la Muerteviene cuando se vannuestros amigos.

Lo mismo

Más plataformasmuchas más herramientassólo una idea.Tenemos libertad pero nos repetimos.

Yo

El perro mirasu rostro deformado.Es un espejoque no le corresponde.Es un esquema ajeno.

Herencia

Laguna secasin aves en el bosquedeforestado.El silencio del vallela memoria del hombre.

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2012

Hemos sufridosin la necesidad de Apocalipsis.El dolor nos llegóantes del fin del mundo.

Limosas

Godwit no dudaen los diez mil kilómetrosde recorrido.El viaje es su destino,su hogar está en el aire.

Mate a lo Légal

Con alfil blanco y céntricos caballosganó mi abueloal presidente Cárdenasel 18 de marzo.

Precipicio

Un árbol hablapor vía telepáticacon un caballo.Tuya es la compañíadel olmo ante el abismo.

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La ruta del ámbar

Mientras transformaba la piel en bolsas y cinturones,mi abuelo me confirió el secreto de la ruta del ámbar:–El fruto se esconde en la ramapero si quiebras la ramael fruto se esconde.El doble fondo de la naturaleza es energíay, como la potencia, es invisible.En la nada, en la ausencia, en el silencio,es ahí donde se gestan todas las emociones.

Freud descubre Youtube

Sigmund tecleateenage dream katy perryy se convence:Este mundo se muevepor las flacas tetónicas.

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La muela del juicio

Treinta años después un rumorun rumor en forma de heridacon forma de fiebre, a modo de temblorcomo la premonición de un terremoto.Es el hueso continental que habita en la cueva sagrada,la bóveda del beso o el pozo oracular,donde se encarnan los sonidos que son palabraspalabras que son impulsosy que nunca transmitirán el desliz de la mueladesde las simas genéticas hasta el horizonte de la encía,y que mayormente no sirve para nada.

Un dolor y un rumor de siglosel recordatorio de que pertenezcoa la familia mesoamericana de los primates.

Luz material

¿Has escuchadola luz que se deslizaal morder frutas?

El Paraíso

Felicidad:no un lugar: un estado:no Aquí: Así.

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Omnipresencia

Hedor de grasaun vendedor con trajey un foco pálido.La aparición de Diosal quinto de suadero.

Energía nuclear

Pio IXdesde su tumba piensa:yo lo alvertí,que era cosa del diablolo de cambiar las velas.

Visita al Odontoftalmostéopata

Extraer muelaun ojo de la carate duele el codo.

Habla don Fregón

Tengo una seriacrisis existencial pero de ustedes.

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Y la abu decía

Lo que es lo mismo:estamos bien jodidostodos ustedes.

Ida y vuelta

Al ver la muertedan ganas de vivir,y viceversa.

Comunicación

Telepatíael fin de las mentirasy el fingimiento.

Vendedor de seguros

Un infiltradodel grupo de matonesprofesionales.

La confusión

Si al final del túnelen vez de luz, ves agua, vives en pozo.

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11M2011

Sólo lamentola eficiencia niponaen Fukushima.¿Por qué ralentizarla existencia del mundo?

Al novio, en su boda

Hoy, todo arroz.A partir de mañana,todo paella.

Historia de Isabel Hacendado,la atuna.

Hoy me pescaron,y he acabado en latasde varias marcas.Soy, de aquí a la cintura,un poco más barata.

Aplausos

Gente soberbia:lo que saben les sirvepara lo mismoque si no lo supieran:manzanas de ornamento.

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Hasta aquí la broma

Reconocer a tu héroepasar a su ladoy seguir de frente.Saber que casi todo lo que haces ahora mismose te olvidará algún día.Con las imágenes sueltas y aisladasser incapaz de construir una secuencia.La hoguera en su mínima expresión,el fuego convertido en polvareda.Contemplar la vidapor una gruta de tiempo en el humo.Quedarse al pastel,con las nociones y los amagues, pero llegar tarde al recalentado.Añorar ser el niño que rompe el charco.No conseguir olvidar las tardes de domingo.Hacer las cosas per sesin esperar ninguna recompensa.Sostener que lo importante es el recorrido.Fundar una fábrica de curitas Hidalgo.Escribir runas con la mano torpe.Fracasos y virtudes neutralizados.La ofensa y el halago en igualdad de intrascendencia.Llorar sin dolor ni lágrimaslo mismo que ser feliz sin risas, sonrisas ni carcajadas.Que ya nada te parezca suficiente.Repetir que hay cosas más importantessin saber decir cuáles.Pensar en la adolescencia, cuando decías

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la devastación = un rostro sin gestos.Seguir reduciendo el poder y la ilusión a cero. Motivarse por la respiración.Haber querido escribir esto hace diez añoscon los amigos.Ahora sólo quedan personas sin parentesco.No sorprenderse con lo novedoso.Inscribirse a una competenciay quedarse parado en la salida, tranquilamente,y tranquilamente darle la razón a todos,y quedarse calladoluego de leer un verso propioen un libro de hace trescientos años.

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El canto de los cuatro árboles

Únicamente pide ayudacuando realmente la necesites.

Aunque lo hace cuando ya nadie espera,después de todo, el olvido llega.

Pedir lo justonunca será pedir demasiado.

Sólo hemos conseguido ser sincerosde vientres para afuera.

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Con la lentitud con que se cumplen los sueños y los siglos

Desconcierto de la brújula en el abismoque elimina la presencia del futuro:los viejos ante la muertelos niños frente a la vida.

Cuántos lenguajes utilizan los peces,y cuántos la tristeza.

Cuando estás en un laberinto sabes que, por fuerza, siguen los dragones.Y hay que enfrentarlos sin miedoporque del miedo, tal vez, se alimentan los peores errores.

Todo es arrepentirseamamos lo imposible.

Los artistas niegan la existencia de Diosmientras actúan como si estuvieran tocados por su

[gracia divina.

Sigue llorando,únicamente ha aprendido a modular su llanto.Ahora, cuando llora, la gente escucha hola, mamá,

[mi nombre.Pero sigue llorando.

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Es la propiedad privadalo que ha jodido nuestro mundo.

Has de transformar la vida en palabrasdel mismo modo como el árbol transformael agua y la tierra en manzanas.

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Mediodía en Viaducto

La soledad de la computadora encendida.Los ojos del albañil que no tiene dinero para el dentista.Las manos de la secretaria que será madre soltera.La sonrisa del adolescente que no puede bañarse todos

[los días.La inseguridad de la joven que sólo tiene una blusa.Los trabajos que no fueron por la impuntualidad del metro.

Cuántos labios a punto de emprender el besoy cuántas noches repasando las sílabas del amor de tu vida.

Y detrás de la esquinaun silencioso amanecer de agua tibia.

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El último dragón

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Primera parte. Lluvia de hojas

Después de contemplar la luz de los árboles, Mostoiev abrió el puño para enseñarle el amuleto. Era una piedra estelar con un dibujo en forma de hongo. Glavin Serdus no quiso tocarla, suspiró dos veces, observó intensamente los ojos del caballero pero no dijo nada. Ante el silencio del Brujo de Calama, el caballero guardó la piedra y sintió la necesidad de explicarle más detalles. Le confesó que, en verdad, no sabía cómo –ni cuándo– había aparecido en el bolsillo cercano al corazón, y que desde entonces algo similar a la inquietud le hacía pensar todo el tiempo en ella.

–Dicen que sólo la piedra es la forma del universo. Por lo que sé, el hongo representa al reino de Paxacu, uno de los últimos Bastiones que quedan en nuestro planeta. Como sabes, en la Gran Guerra se perdieron los territorios en los que todavía era posible encontrar el amor, el verdadero. Lenguas de fuego incendiaron la paz y el miedo seguirá ardiendo casi para siempre si no se cambia la cera de la vela que ilumina al mundo. Nunca olvides que el mal, como el calor del fuego, en su constancia aumenta. Si nadie hace nada, la podredumbre flotará sobre la superficie de nuestra tierra. El mundo está en tinieblas, Mostoiev, y una nebulosa de resignación empieza a crecer entre los bosques y las praderas. Ve, ve hacia Paxacu, tal vez eso signifique la aparición del prodigio en el bolsillo del corazón. Ese amuleto es tu destino, y tu destino está marcado por la suerte que te acompañe en el recorrido. Haz caso del azar: él te guiará. Te encontrarás enemigos con disfraz de amigos, cuídate de las sonrisas, y también ángeles custodios aparecerán de pronto, en momentos inesperados, para ayudarte, no tengas prejuicios. No pueden hacer más por

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ti. Todo héroe está solo frente a su dragón. El héroe es el único que puede derrotarlo. Si esto sucede, heredarás su fuerza: lo mismo que te hizo daño, ahora estará en tu poder para herir a quien tú quieras. Entonces podrás usarlo a tu conveniencia. Te recomendaría que no lo hicieras, que redujeras el poder a cero: de ese acto de humildad nace el amor, el verdadero. Por último, te digo que cuando te sientas abandonado, huérfano en medio de tanta vida, repite estas palabras sencillas y llenas, por eso, de sabiduría: ekki vera hrædd.

El caballero intentó que su rostro no reflejara ningún gesto. Tenía la medalla de la templanza e intentó mostrarse digno de ella, pero los ojos delataban una tristeza, había en la mirada un brillo de nostalgia. Sintió una vergüenza doble: por tener miedo de cumplir su destino y por no atreverse a decirlo en voz alta. También percibió un vacío en el pecho, una especie de desilusión al saber que su función en la vida se encontraba lejos de Almendra, su querida Almendra, a pesar de la felicidad que ya empezaban a fundar juntos. Brujo al fin, Glavin Serdus adivinó el significado del silencio en que se había sumido Mostoiev, y sonrió como sonreiría el abuelo de un científico que está a punto de descubrir el verdadero sentido de los números primos y su relación con el alfabeto berdzeni.

–Paxacu se encuentra a un año. No temas dragones que midan tiempo, se derrotan con los brazos abiertos y mucha paciencia, la paciencia de los árboles bajo la tormenta –el Brujo de Calama levantó la mano hacia el cielo, como si acariciara el agua de los sueños, o como si quisiera atrapar la corriente subterránea del viento entre las yemas–. Y transforma todo lo que te suceda en amor del mismo modo como los árboles transforman el agua y la tierra en frutos de marzo. Así es la vida, y así será hasta que se renueve el

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origen del fuego. Ekki vera hrædd, þú ert bara með augun lokuð. Es un conjuro que me confirió Maese Forseti, hijo del sabio Baldur. Recuerdo que aquella noche me condujo al Salón de los Susurros, una habitación con las paredes pintadas de rojo bermellón, ese color que se obtiene al mezclar azufre con mercurio. Luego de cerrar la puerta con cuidado, Maese Forseti activó la fuente para que nuestras palabras se disolvieran con el agua y así poder conversar sin que nuestras voces fueran identificadas por algún espía que estuviera agazapado en el exterior. Me contó que su padre había soñado con un barco gigante en forma de anillo y que a la madrugada siguiente comenzarían su construcción con madera de cedro. Si lo sabía o lo sospechaba, no lo dijo, pero aquella nave marina habría de convertirse, muy pronto, en la tumba de sus padres. La embarcación fue quemada con ellos adentro. Todos sabemos quién prendió fuego pero pocos se atreven a decirlo. Maese Forseti quedó solo en el planeta pero siguió siendo el juez más pacífico del mundo entero –Glavin Serdus se besó la palma de la mano y luego la alzó hacia Mostoiev a modo de despedida–. Bendice todo lo que ocurra ante ti, tanto a los perros que conversan con los arbustos como a los niños que orinan sobre el lodo. Todo es amor y todo es luz desde los árboles.

Desde el puente Almendra observaba la colmena y el telar como si contemplara el fin del mundo desde la ventana. Cerró los ojos para intentar escuchar el silencio del paisaje que aún se atrevía a sobrevivir en el ruido. Solamente pudo detectar la respiración del río que, desde hacía mucho tiempo, fluía sin sonido. Según cuentan, se quedó mudo cuando las fuerzas enemigas transformaron a los jardineros en albañiles, incluso el nombre ha perdido, pensó ella justo antes de abrir los ojos para corroborar que se acercaba el

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caballero. Mostoiev llegó con algo entre las manos, de lejos parecía una bola de fuego que irradiaba luz marengo, casi rosa, y de cerca no cabía duda: se trataba de un árbol enano que despedía un aroma muy similar al de las estrellas.

–Se llama Gunnar y es de estirpe inmortal. Lo tomé del jardín de Glavin Serdus –Mostoiev explicó también que la noche anterior había conversado con el Brujo de Calama y tenía que acudir a una misión. Le dijo que le dejaría el árbol como muestra de su amor, como promesa de su regreso. Almendra escuchó con un rostro sin gestos, con los ojos fijos en las palabras del caballero y sólo afirmó, en un par de ocasiones, con un ligero movimiento de cabeza y con una m pronunciada sin abrir los labios. Donde alguna vez hubo música fluvial, ahora imperaba un silencio eléctrico, capaz de incendiar los ánimos sin necesidad de provocación. Prefirieron conversar en un sitio donde aún fuera posible la comunión, esa comunicación de pocas palabras. Juntos caminaron sobre las vías del ferrocarril por donde alguna vez debió circular el legendario Yupu, un tren que se desplazaría gracias a la energía solar y a la fuerza de los imanes. Su diseñador, Akira Kasahara, nunca pudo verlo en funcionamiento. Cuando inició la Gran Guerra tuvo que partir hacia el frente para proteger las tierras donde el amor crecía sin prisa. Tras quince días en la línea de fuego, Akira sufrió una herida que habría de causarle la muerte. Algunos compañeros afirmaron que Kasahara, la noche previa al deceso, había soñado con un basilisco que se adueñaba del mundo para esclavizarlo. De acuerdo con el protocolo militar, enviaron sus pertenencias a casa y, en cuanto llegaron, su única hija huyó con ellas hacia otro continente sin saber que justamente el sitio en el cual se refugiaría estaba a punto de servir de campo de trabajo para prisioneros de

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guerra. Sin querer, ella había entrado voluntariamente a zona enemiga: entonces comprendió la razón por la que le permitieron ingresar sin mayor problema a la región, y también supo que las almas de los muertos de la Gran Guerra estaban condenadas a renacer, bajo la apariencia de un cuerpo deforme, en estas tierras contaminadas. Cuando creyó que había llegado el momento indicado, empezó la construcción del tren con la colaboración de gente que se sabía prisionera y deseaba salir de la esclavitud, pero como siempre sucede en las historias donde intervienen los seres humanos, hubo traición. La señorita Kasahara comprendió que, en épocas de combustibles fósiles, la energía libre era pecado, así que escondió los planos del Yupu en lo más recóndito de una piedra, luego la lanzó en medio de una laguna con la esperanza de que un día alguien encontrara el monolito y pusiera sobre los rieles al legendario tren de recorrido inagotable. Cuando llegaron los capataces, sólo encontraron vías sin ferrocarriles y un campo lleno de flores que huelen de noche. Sin mediar palabra, destruyeron todo cuanto vieron a su paso y ordenaron levantar fábricas que transformaran la materia orgánica en inorgánica hasta llenar de cosas un mundo que, para ser feliz, únicamente necesitaba un poco de naturaleza y otro poco de imaginación. Fiel a su magia, Almendra terminó de contarle a Mostoiev la historia del Yupu casi sin palabras, con el calor de las manos y la luz de su mirada lacustre. Al llegar al jardín de las violetas, el caballero contempló los pinos que rodeaban a las flores y cuyas ramas brindaban frescor al sitio sin obstruir la entrada de luz solar. Aunque no vio ninguno cerca, percibió un aroma como de asfódelos y, cuando aguzó la mirada, descubrió a lo lejos instrumentos musicales recién tocados: las cuerdas de un violonchelo

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aún vibraban, como también vibraban las resonancias de la madera contra las piedras, y el clarinete exhalaba la última columna de aire libremente, sin llaves ni desviaciones. ¿Quiénes son esos músicos invisibles, qué música habrán tocado, por qué se van cuando llegamos?, pensaba Mostoiev mientras recorría con Almendra los recovecos del jardín hasta elegir el tronco donde se sentarían a conversar bajo la bendición del fantasmas del árbol muerto y su última reencarnación como Bartolo el Marsupial, el camarero que arribó con los elíxires para ambos. Así como llegó, se marchó, comiendo nuez y bailando. El diálogo se fue fraguando dentro del ámbito de lo eterno hasta que, de pronto, un relámpago cayó en el centro del tronco donde ya formaban un sol con las manos unidas. Mostoiev y Almendra contemplaron entonces el nacimiento de un árbol y comenzaron a recorrer juntos el fascinante camino que va de los brazos a los labios, y de ahí al infinito, lo más recóndito del alma. La atmósfera se llenó de amor, de humor, de mucha paz y mucha luz. Ninguno de los dos sabría decir cuándo ni cómo, porque los ojos humanos son incapaces de ver semillas bajo la tierra y porque las cosas que suceden de este modo, de manera recíproca y natural, no nacen ni mueren sino que poseen la virtud de lo eterno. Así es también la palpitación del universo.

Las despedidas no existen. Venimos de muy lejos, no temas, nos hemos encontrado y este amor es genuino, será eterno. El vuelo de las gaviotas hacia los puertos más antiguos del mundo. Toda ida es regreso. Que el Dios del Destino se apiade de nosotros. Todo lo que hago significa Te quiero. Vuela conmigo. Bailo con la música de tu corazón. El perro se llama Xester. El abrazo no termina. Quiero estar contigo, al fin, todo el tiempo. Así es y así será. Cada día

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crece el amor y se acorta la distancia. 0 x 0 = Eternidad. La recompensa de todo sacrificio siempre es aquello que se inmola. La última puerta se abre. Éste es mi suéter favorito. Ahí va el Yupu en su viaje infinito. Eres el ángel detrás de la lluvia. Me gustan los ojos de las vacas. Mogollarto. A los diez años incendié la casa. Quiero caminar contigo entre las hierbas. Equis o equis o equis o. A menudo sueño que muero pensando en otro idioma. Ayer abracé al mundo. ¿Recuerdas aquellos sillones donde nos sentamos y me contaste tu sueño de administrar un telar? Tengo sed. Este árbol yo lo planté. (Te quiero mucho.) Quédate conmigo siempre. In other words. Me quedaré contigo hasta el fin de los tiempos, no lo dudes. Infinitamente. Anda cerca el amor. Encontrarás el amor. Las paletas decían la verdad. Señales de amor en el cielo. Escucho la voz de las campanas. Hay fuegos que no escampan con la lluvia. Love was made for me and you. Será luz de cera interminable. Juntos todo el tiempo, ¿a que sí?

A que sí, a que sí, a que sí, repetía Mostoiev ilusionado en terminar pronto sus deberes como caballero legionario y regresar, esta vez definitivamente, a los brazos de Almendra. Preparó a Zuharí, el caballo salmantino que un mercader merovingio le vendió a principios de siglo, cuando los enemigos estaban fundando los engranajes del tiempo e inventaban el segundo, las horas y los minutos al ritmo atómico del cuarzo, del cesio y, próximamente, del hidrógeno. Rápidamente partió al atardecer hacia Paxacu, el último Bastión, con la mirada perdida en el laberinto de las decisiones, esa cámara obscura a la que sólo uno mismo tiene acceso. El trote del équido fue tomando fuerza hasta convertirse en una cadencia cercana al galope. Cuando el sol se ocultó totalmente, Zuharí emprendió el

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vuelo, entonces Mostoiev comprendió que se iba pero que, paradójicamente, únicamente se iba para poder volver. Tengo que irme para volver a ti. Quiero volver a ti. Lo primero que te diré cuando nos reencontremos será que eres el amor de mi vida, que no quiero alejarme nunca más de ti, que mi amor es absolutamente tuyo. Antes de cruzar el primer nivel de nubes, Mostoiev escuchó una voz lejana pero clara que le decía que volteara para ver el valle. Sintió vértigo al principio, miedo después. No debo voltear, se dijo, no voy a voltear. Voltea, insistía la voz, una voz tierna pero segura, la voz con que nos aconsejan los abuelos de carácter tranquilo. Debe ser una trampa, quieren atarme a la nostalgia. Debe ser un enemigo. Debo ser desarraigado, un espíritu libre, no depender de nada externo, la luz va a donde yo vaya. Voltea y descubrirás, en verdad, por qué te vas. Como si hubiera recibido la orden, Zuharí descendió al ritmo con que caen las plumas de eíder, y aterrizó sobre las colinas del valle. Por primera vez en su vida, el caballero pudo ver los ojos de un árbol ciego. Un oyamel de cuarenta metros de altura, totalmente cubierto de mariposas, hablaba:

–He visto preguntarte por qué tienes que alejarte del sitio donde vive la gente que más quieres. He escuchado tu alma en dilema. Con frecuencia las respuestas se encuentran, más que pensando, viendo. Voltea, mira el valle, observa con claridad el origen de todo: nunca olvides que el lado oculto es el verdadero rostro de las cosas. Voltea sin miedo y comprueba por ti mismo la razón de tu partida.

Mostoiev pudo contemplar entonces las rejas invisibles de la cárcel donde vivían sus seres queridos, como un centro de exterminio ralentizado a la velocidad de los horarios. Las casas no eran casas, eran celdas. Todo en el pueblo

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estaba cifrado por el lenguaje del miedo, incluso el amor estaba auspiciado por ese temor en el que cualquier fracaso comienza por el instinto o la dependencia. Era verdad que empezaba a crecer la raíz adventicia de la resignación entre las personas: detrás de cada aparente felicidad se ocultaba la devastación verdadera, el fin del mundo en cada esquina. Vio la nebulosa, el aire contaminado, el campo magnético que volvía esclavos a sus vecinos, los carceleros que a fuerza de violencia hacían que la semilla del amor se ocultara en lo más profundo de la memoria. Todo era actitud defensiva en ese mundo donde cualquiera pasaba de víctima a verdugo de un segundo a otro, el mismo fenómeno que se podría observar si entre perros hambrientos se arrojara un trozo de carne: quienes fueron compañeros de camada se transformarían de inmediato en enemigos por la supervivencia. Los capataces habían ido disminuyendo las expectativas de los internos para aminorar su capacidad perceptiva, la gente veía felicidades donde sólo había tragedias: hijos no deseados destinados a ser esclavos, dinero que no se tiene gastado para quedar bien con la historia, vicios para olvidar desgracias y desgracias que aumentan con los vicios, el círculo del error que se nutre de nimodos infinitos. Los cautivos habían ido perdiendo el gusto, incluso las piedras les sabían a manzanas, celebraban el sabor del aceite quemado y bebían alegremente venenos creyéndolos antídotos. Los vecinos se fueron quedando sordos y la sordera se extendía a las conversaciones: todos hablaban sin parar y nadie escuchaba, nadie decía lo que de verdad pensaba y cada quien escuchaba lo que quería. Mostoiev observó que se trataba de una prisión de energía más que de materia, aunque no exenta de ella. Aparte de los espíritus egoístas, soberbios, necios, la luz oscura se

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manifestaba también en los jardines, donde únicamente crecían fierros y polvo, se amontonaban juguetes de infancia que no tuvieron, muebles viejos que fueron nuevos dos días y enseguida se rompieron, casas a medio construir con habitantes a medio comer, perros pateados por niños cuyos padres ríen al verlo. Los jardines eran una representación en miniatura del basurero comunitario donde vivían: energía desperdiciada en gritos eufóricos, materia desperdiciada en objetos que nadie necesita, noches enteras convertidas en alcohol y humo, la supuesta libertad de hígado y costilla. Y, con una claridad asombrosa, Mostoiev pudo percibir una escena terrible, tan horrorosa que para describirla sería necesario recurrir a las palabras que inventaron los enemigos. Lo que vio le dolió tanto al caballero que no contuvo las lágrimas y se abrazó al oyamel como si él fuera el último abuelo del siglo. Después de ser testigo de aquella tortura monstruosa, el caballero llegó al centro de su laberinto donde la decisión ya estaba tomada: había que hacer lo que correspondía o corría el riesgo de perder lentamente el espectro receptivo hasta formar parte del espíritu que amplía el mal hacia los confines más terribles. Respiró el aire que el abeto religioso había exhalado, el juego del oxígeno convertido en anhídrido carbónico y viceversa, montó en Zuharí y ambos se despidieron con un Gracias inalcanzables. Mostoiev se besó la mano y la extendió hacia arriba, como si la palma fuera el sol y los dedos, los rayos. Luego, équido y caballero comenzaron el ascenso para navegar por encima de la segunda capa de nubes. Ahí se sintieron un poco más libres aunque muy pronto descubrirían que la libertad no es salir de un sitio sino permanecer, a pesar de todo, en un estado sin límites ni fronteras, en integración con todo.

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–Lo peor que puedes sentir en la vida es miedo. Tal vez eliminar miedos sea el sentido de la vida. Para qué eliminarlos, me he preguntado. Para no sentir miedo, me respondo. Y me río. Sé que son respuestas tontas, pero los misterios de la vida son así de simples, ¿sí, no? –dijo el oyamel de cuarenta metros de altura, pero ni Mostoiev ni Zuharí lo oyeron. Ya se habían desvanecido en los cielos del mundo–. ¿Mm? ¿Qué pasa, no hay nadie? Ahhh, eso me pasa por no advertirles que, además de ciego, he perdido el oído a fuerza de taladros. Si hubieran aguardado dos minutos, habrían visto cómo el vuelo de las mariposas forma un signo en el aire que significa Lo importante es vivir. Si no tuvieran sordera de prisa, habrían escuchado la música de su aleteo, una música que los Duendes del Deshielo Volcánico han traducido a uno de los idiomas humanos como:

Tú ya lo has pensado todo antes.Tú ya lo has vivido todo antes.Tú ya lo has visto todo antes.Sólo es un poco diferente esta vez.Sólo es eso, no se espanten.

–Así parece, mi querido Maestro de Todos los Tiempos, como si llevaran prisa. Olvidaron que, aunque hagan las cosas más rápido, el tiempo no avanza a la velocidad de las acciones. Si Paxacu queda a un año, llegarán en un año. Correr únicamente los debilitará. No hay prisa, nunca hay prisa para nada, no huyan ni se apresuren: las leónidas siempre arriban en noviembre –dice Glavin Serdus sin abrir los labios, desde el Hogar de las Máscaras, mientras otea en sueños al aprendiz con el caballo salmantino–: Nunca

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olviden que hay 285 números de tres cifras cuyo valor inicial es mayor que los dos siguientes. Sólo 285, aunque el 285 resulte, por cierto, un mal ejemplo.

En ese mar de formas sólo visibles en las que el silencio huele a eternidad, Zuharí intuye que Paxacu se encuentra donde las nubes dejan de parecer olas y se convierten en montañas de color ocre, montañas que Mostoiev no distingue porque, para sus ojos, aquellas formas se asemejan más bien a un pingüino que confiesa su amor a una gaviota de vuelo inagotable. En parte, ambos se equivocan: ahí no se encuentra el último Bastión. En parte tienen razón: se trata del inicio del recorrido y todo principio representa la mitad del camino. Mostoiev señala el umbral, palpa el amuleto en el pecho y susurra ekki vera hrædd. Zuharí entonces apresura el descenso hacia la Puerta. Ya en tierra, el caballero cierra la mano y se acerca para llamar con el puño, sin embargo, el contacto de los nudillos con la madera no emite ningún sonido. Un relincho de su compañero le recuerda a Mostoiev que las respuestas están al alcance de la vista, aunque los límites de la mirada no los conozcan ni los ciegos: la Puerta tiene la textura de la caoba, una caoba sin barniz que ha evitado la decrepitud sin ocultar su vejez, algunas astillas resaltan sobre la superficie lisa, y es posible apreciar la ausencia de todo lenguaje: ni símbolos ni conceptos, ni leyendas ni mensajes, nada que ver con los cuentos de hadas que le contaron de infancia, nada que ver con la preparación que recibió como caballero. Le habían dicho que el arco significaba esto, que la serpiente representaba lo otro, que si la flor, los animales o la marmaja, pero ¿cómo descifrar el silencio, qué dice el vacío, como reaccionar ante la nada? Mostoiev camina hacia un costado hasta que se encuentra con un acantilado y chirridos de alcotanes que vuelan hacia el sol. Zuharí cabalga en

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solitario hacia el otro lado, buscando alguna señal. Halla maleza, grietas de polvo en las piedras, una gota de resina, la ruta de las hormigas sobre la piel del tronco, el flujo de la nube, pasto húmedo, la cabeza en forma de corazón propia de un ave nocturna. El caballo percibe que en los ojos de la lechuza caben todas las noches del mundo. La lechuza percibe que en los ojos de caballo palpita toda la fuerza de los siglos. Cuando las bóvedas oculares coinciden, se reconocen en el túnel que inicia en los ojos y termina, como los besos, más allá del alma: son seres que vienen de muy lejos, a través del tiempo y del espacio, cambiando de nombre y de cuerpo. Lágrimas de lechuza caen sobre el polvo. Lágrimas de caballo despiertan a las piedras.

«Perdimos la zona donde se cultivaba el amor verdadero en la Gran Guerra. Los enemigos capturaron las almas de los muertos y las reencarnaron en cuerpos de esclavos a quienes les dictaron la sentencia de los hermanos en pugna perpetua. ¿Por qué no hay lenguajes? Porque fagocitaron todos nuestros idiomas: nuestros símbolos han sido usurpados y cargados con nuevas significaciones. Decidimos regresar al lenguaje universal antes de Babel: el silencio, de ahí brota el verdadero nombre de todas las cosas. La libertad, la paz, el amor, el conocimiento, todo aquello que Ellos profesan es una encarcelación de los sentidos: todo tiene que ser tangible, audible, comprobable. Han eliminado lo invisible de la existencia. La tolerancia se ha vuelto una discriminación dogmática. Fomentan la paz causando el odio. Irónico. Hemos ido pasando a la Era de los Objetos, la época en que los sueños tienen que materializarse para que existan. Nunca olvides, Zuharí, que tal vez con la imaginación le hacemos menos daño al mundo. A nuestro cerebro le basta con imaginar algo para

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experimentarlo. ¿Recuerdas cuando en nuestros tiempos todos sabíamos cómo transfigurar la materia orgánica en inorgánica pero nadie quiso comprobarlo? Sabíamos que ejercer dicho saber representaba emprender un camino casi sin retorno. ¿Cuántos años se necesitan para que el papel sea de nuevo madera? ¿Cuántos siglos se necesitaron para que el queroseno ardiera en el quinqué? Vivimos la maldición de las botellas. Se han construido más cosas por miedo a la muerte que por amor a la vida. Tampoco olvides que el verdadero amor se expresa en silencio, con espontaneidad. Los planes son maléficos. Los enemigos han diseñado una ruta para orientarnos al error. Han desaparecido de nuestra órbita la esencia de la inmortalidad: en esto sí creemos, sin reírnos, en la generación espontánea. Curioso. Así han reducido nuestra perspectiva, nuestro horizonte. Un aquí y ahora sin visión de eternidad únicamente engendra vicios, círculos de comodidad y la extraña resignación a que no hay sentido, a que sobrevivimos al interior del absurdo. Por algo dicen que el mayor logro del diablo es hacernos creer que no existe. Su carcajada es continua, sin duda, y de tanto oírla ya nadie la escucha. La imaginación es otro viaje cósmico, un diálogo con el universo que habita en cada uno de nosotros, esa semilla que nos devuelve al origen, el ombligo de la voz oculta. En el pozo más profundo crece la vida. En las ramas secas palpita la esperanza de los frutos, de las flores, de la vida nueva. La energía de la imaginación es más fuerte que siete mil músculos de hormigón sobre campos de aceitillas. Somos energía y materia, sobre todo somos el espíritu que viaja de noche a través de las velas.»

Pasos que quiebran hojas interrumpen la transferencia de luz por el túnel de las miradas. Mostoiev se acerca sin percatarse de que frente a sus ojos se opera un milagro.

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–Me llamo Tyto Soumagnei aunque algunos todavía me confunden con Tyto Alba.

–¿Eres amiga o enemiga? –Vaya que eres zonzo. Ante esa pregunta, ¿qué enemigo

te respondería la verdad?–Entonces eres amiga. Un enemigo no dudaría en

extenderme la mano sin reprenderme.–¿A las puertas del último Bastión esperabas encontrar

enemigos?–Siempre alguien intenta poner obstáculos.–El peor enemigo lo llevas contigo. Ahora mismo te está

atacando con el arma de la duda y el temor disfrazado de supuesta valentía. Es el miedo quien te hace ver, por ejemplo, la Puerta.

–Entonces, ¿esa puerta en realidad no existe?–Existe y no existe. Las fronteras las levanta el miedo y las

desvanece el amor.–No entiendo. Nunca entiendo nada. Desde el bosque de

oyameles he visto que toda esta tierra pertenece a un campo de exterminio. No entiendo cómo es posible que exista, en zona enemiga, un centro de luz.

–Debes saber que la cárcel no es un sitio, es un estado: no es un Aquí sino un Así. En verdad, tu viaje no sucede en el espacio sino en el tiempo, y el tiempo es energía. Tus pies están pisando el mismo suelo que cuando partiste, no obstante, y gracias al amuleto, esa piedra estelar cuyo espectro magnético te protege de impulsos eléctricos enemigos, tus ojos han adquirido la capacidad de observar nuevos cuerpos materiales de la energía. Las cosas ya no son como las conocías aunque siguen siendo las mismas. De tanto verlas, las cosas se vuelven invisibles. Esfuérzate por observar el universo como si lo contemplaras por primera

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vez: la lluvia, el fuego, la risa, el espectáculo magnífico del sol que va y viene, las fases lunares, el canto de las flores al amanecer. Cierra los ojos y olvídate del mundo. Abre los ojos y descubre el mundo todos los días. La energía tomará la forma material de tus sentimientos. Advierto. Este viaje es en el tiempo: el amor te llevará hasta el centro donde arde la vela que ilumina al mundo. El miedo te regresará a la prisión y se esfumarán las certezas. Los enemigos y sus secuaces tienen casi toda la región dominada de este modo: provocan que los esclavos se distraigan con la materia, que la necesiten, que dependan de ella, porque realmente el control está en la energía. Te atacarán enviándote sensaciones de arraigo. Te harán sentir lejos de la gente que quieres, te harán pensar que necesitas cosas que no necesitas, te provocarán confusiones: sé espíritu libre, no dependas de nada externo, las puertas se abren con amor. Me llamo Tyto Soumagnei aunque algunos todavía me confunden con Tyto Alba, y siempre he pensado que lo mejor que se puede regalar en la vida es tiempo. Adelante. Ésta es la Puerta y ésta es la entrada. Cuando tengas miedo, repite ekki vera hrædd: yo soy tu voz y tu nombre, nada te hace falta.

El vuelo de la lechuza asciende en espirales, mueve el viento con dulzura, asciende en espirales casi sin mover las alas, acoplándose a las corrientes del aire, asciende en espirales con los ojos cerrados y se desvanece en las espirales más nítidas del día. Mostoiev mira la Puerta, respira tranquila y profundamente, y piensa en cero, en nada. Lentamente va apareciendo, desde la caoba, una campanita con un hilo, y una frase: asir, tañer. A la tercera vez que ase y tañe, se escucha un crujido. Desde el centro, la puerta se desliza hacia arriba y hacia abajo, hacia izquierda y hacia derecha.

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Un punto de luz se extiende hacia las esquinas hasta que se convierte en un túnel, en una especie de neblina, como si una nube se hubiera dormido en el camino. Zuharí y Mostoiev cruzan la blancura. Llegan a un campo lleno de jardines y ríos de aguas transparentes. El caballero piensa en voz alta: venimos de las cavernas, del sonido de las piedras, somos un grito ahogado, venimos de las torturas, de la crueldad, de la persecución entre hermanos, venimos de la noche, de la violencia activa y pasiva, soy hijo de Sigurlag y de Davor, quienes han trabajado incansablemente para ayudarme a llegar hasta aquí y aquí estoy. Haré lo que me corresponde. Él es Zuharí, hijo de Talogo y Véngava, se ha nutrido con agua del Tormes, aunque no es veloz, ni valiente, ni el más atrevido, es mi mejor amigo y la fuerza de la lealtad representa la mayor virtud de un ser vivo.

Al terminar su breve discurso, se escucha el silbido del verano que se despide y comienza la lluvia de hojas que tiñe de amarillo y rojo el paisaje de los arces. El caballo se acuesta sobre el pasto para bañarse de otoño. Mostoiev, en cambio, cierra los ojos, abre las manos hacia el cielo y susurra Quiero caminar contigo entre las hierbas, sentir el calor del sol a través de tus manos, dejarnos atrapar por mariposas y comer frutos directamente del campo. Luego siente la piel de una hoja sobre su tacto. La voz del viento dice:

– Bienvenido al sitio donde la muerte no existe y donde las cosas sencillamente son. En un solo rostro caben todas sus facetas. Tu primera prueba es hacer que esta hoja llegue a Almendra. Junta las manos en posición de rezo y concéntrate. Respira profundamente, la mente en blanco, respira profundamente. Cuando suspendas la sensación de tiempo que todavía conserva tu cuerpo, la hoja volará a través del fuego y aparecerá una tarde en las manos de

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Almendra, ese día ella soñará que la roca va disminuyendo de tamaño. Respira profundamente, la mente en blanco, respira profundamente, la mente en blanco. Ésta es la noche del agua pura sobre los labios. Ésta es la noche de los sueños y los milagros. Ésta es la noche de los iluminados.

continuará…

Atizapán-Salamanca-Berlín-Reykjavik2009-2011

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Extras

• Escenas eliminadas

Mostoiev abrió la maño para enseñarle la piedra. –Esto no es piedra ni hostias: esto es un herpes en toda

regla. Un herpes bien bueno.

Glavin Serdus le enseñó los árboles del jardín. El que te guste, compa, te valen a cinco parejo. El abono se vende aparte.

Almendra tuvo la certeza inequívoca de que el caballero estaba cerca cuando le llegó un aroma como a suadero.

Zuharí emprendió el vuelo hasta la segunda capa de nubes pero se encontró tráfico en Lechería. Tuvo que darse vuelta en u, tomar Eje 10 hasta Niño Perdido y salirse en la desviación hacia Prados Norte. Terminaron pidiendo un taxi y salieron de la Tapo.

Era la primera vez que Mostoiev veía un árbol ciego y quiso acometer la micción, pero el abeto estaba ciego, no tonto. ¿Ves la cicatriz? ¿Peleando con dragones? ¡Qué va! ¡Fue el oyamel!

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• Entrevista con el narrador

Ha sido un poco complicado trabajar con estos personajes, tú sabes, son seres que no han estado nunca con nosotros. Desde que conocí a Moisés, íbamos en la secundaria y jugábamos Nintendo, congeniamos y desde entonces tenemos proyectos conjuntos, aunque cada quien tiene su trabajo. Él se considera poeta (risas) pero se gana la vida como actor. Ahora mismo anda en un performance personificando a un investigador académico. Es un gran actor: lleva cinco años viviendo del presupuesto.

En este cuento quisimos hacer un doble juego. Es la primera vez que yo soy personaje y, aunque es con mi nombre, realmente interpreto el papel de Moisés. El cuento está basado en una historia de la vida real, como las de Silvia Pinal.

Es un texto escrito entre ambos y, como se ve, los dos somos igual de malos. Nos divertimos mucho con los personajes. Por ejemplo, que Montxu Zuhaitz, quien en realidad es un pingüino, haga de caballo, es sumamente divertido, sobre todo por el tono de voz. Se esfuerza mucho para alcanzar el acento salmantino que requiere el personaje. Tal vez la escena del Umbral ha sido la más complicada de escribir, ese día estaba lloviendo y Moisés tenía examen de alemán. Tuvimos que esperar a que escampara para poder narrar cuando los alcotanes viajan hacia el sol.Bueno, tenemos pensado continuar el cuento. Según me ha dicho Moisés, el vuelo no termina y parece que se alargará hasta el infinito. Lo cual me daría mucho gusto. Los narradores todavía dependemos de los autores.

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Sí, así es. En efecto, la crítica ha recibido muy bien esta primera entrega. Estamos nominados al Guajolote de Oro al mejor vestuario. En la Sección Oficial de Cuento Fantástico obtuvimos el Zopilote Hediondo al mejor Soundtrack. Sí, sí, Tú cárcel, de los Bukis. Lo que más nos llena de orgullo es la Dotación de Productos Micaela que otorga el público al cuento más aburrido. Nos afirman que fue decisión unánime, que nadie terminó de leerlo.

• Ficha técnica

Autor: Moisés VillaseñorNarrador: M.T. MostoievPersonajes:

Gabriela como Almendra.Moisés como M.T. Mostoiev.Lavín Cerda como Glavin Serdus.Montxu Zuhaitz como Zuharí.Homero Aridjis como Oyamel.May Kasahara como Tyto Soumagnei.Borja Pérez como Bartolo el Marsupial.

Voz en off: José Mota.

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La pr imera ed ic ión en Samsara Edi tor ia l de La Luz de los árboles de Moisés Villaseñor se ter minó de impr imir en e l mes de enero de l 2012 en los ta l leres de Tipog ráf ica S.A. de C.V. Se ut i l izó car tu l ina su l fa tada de 12 pts para for ros y papel Cul tura l de 75 g rs. para inter iores. La t ipog raf ía fue Warnock Pro de 12 , 17 y 21 pts. La ed ic ión estuvo a cargo de l autor, l a ed i tor ia l y Serg io A. Sant iago Ma-dar iaga .

la luz de los árboles -...

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