la interpretación consecutiva como proceso: investigación

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La interpretación consecutiva como proceso: investigación y propuesta de un modelo teórico María Pascual Montalvo Tutora: Madeleine Cases Seminario 205: Interpretación Curso 2016-2017

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Page 1: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

La interpretación consecutiva como proceso: investigación y propuesta

de un modelo teórico

María Pascual Montalvo

Tutora: Madeleine Cases

Seminario 205: Interpretación

Curso 2016-2017

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ABSTRACT

The process of consecutive interpreting came to be academically analysed right from

the start from two different standpoints: a scientific approach based on empirical

studies, close to the field of natural sciences, and a less tangible approach belonging to

the liberal arts providing principles and assumptions based on introspection and

personal experience. Cooperation in the quest of generally applicable tenets and

conclusions has been rather scant. Our research project aims at analysing consecutive

interpreting from a completely new approach, considering it as a process blending

content from both branches. Interpreting will be regarded as a creative art and

consecutive interpreting will no longer be all about note-taking. Our analysis will prove

how other aspects such as memory and, most especially, improvisation, play a much

more important role in the overall process. Note-taking however still seems to be one of

the most popular concepts to write about and little or no interest focuses on the ability to

improvise. Perhaps because improvising is not considered to be empirical enough?

Improvisation is a skill that encompasses many abilities and techniques that are decisive

throughout the process in an interpreter’s performance and there is actual scientific

research to prove that. Our research leads to the consideration that learning how to

improvise, and thus “letting go”, in fact brings about many positive results.

Improvisation added to consecutive interpreting leads to improved performance as the

activities carried out in one and another require very similar mental processes. It is

about time that science and art start cooperating a little more with each other in order to

make academic and practical studies richer and deeper rather than limited and single-

tracked.

Key words: process, consecutive interpreting, scientific approach, natural sciences,

liberal arts, introspection, creative art, note-taking, memory, improvisation.

Page 3: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN………………………………………………..…………….1

1.1 Motivaciones y objeto de estudio…………………………………………..1

1.2. Metodología……………………………………………….………….…….3

1.3. Contenido y estructura del trabajo……………………………………….5

2. MARCO TEÓRICO………………………………………………………...….5

2.1. Historia de los primeros estudios de la IC como proceso…...…………..5

2.2. Análisis genérico de las obras consultadas……………………………….7

3. PROPUESTA TEÓRICO-PRÁCTICA ………………………………………8

3. 1. Aproximación teórica de la IC como proceso …………………….……8

3.1.1. Comprensión………………………………………………………8

3.1.1.1. ESCUCHA ACTIVA……………………..…………………9

3.1.1.2. ANÁLISIS …………………………………………….…12

3.1.2. Desverbalización…………………………………………………13

3.1.3. Reexpresión………………………………………………………15

3.2. Las herramientas del intérprete…………………………………………17

3.2.1. La memoria de trabajo ……………………………..……………17

3.2.2. La toma de notas ……………………………………………...…21

3.2.3. La improvisación………………………………………...………24

4. CONCLUSIONES……………………………………………………….……29

5. BIBLIOGRAFÍA………………………………………...……………………32

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1. INTRODUCCIÓN

1.1 Motivaciones y objeto de estudio

Los motivos que explican que haya decidido estudiar en profundidad las aproximaciones

teóricas sobre la interpretación consecutiva como proceso son, principalmente, tres:

Para decidir la temática de mi trabajo, primero debía escoger sobre qué modalidad de

interpretación iba a trabajar: interpretación consecutiva (IC de ahora en adelante) o

interpretación simultánea (IS). Me sorprendió escuchar en clase que, en general, los

intérpretes temían más la consecutiva que la simultánea, algo con lo que empatizaba la gran

mayoría de mis compañeros de clase, cuando yo creo que la IC es una modalidad que permite

más flexibilidad al intérprete en todos los sentidos. De entrada, resulta más fácil lograr un

discurso “bonito” porque el ritmo no viene impuesto por el orador y puede marcarlo uno

mismo. Además, creo que el hecho de poder tener una visión global del discurso y ver cómo

se conectan las ideas facilita la comprensión del mensaje. En cambio, en la interpretación

simultánea es más fácil cometer errores de contrasentido que, en ocasiones, uno no detecta

hasta que el discurso del orador ha avanzado de manera considerable y, por tanto, son

difíciles de corregir. En definitiva, creo que el intérprete de IS debe estar mucho más “alerta”,

de ahí que me sorprendiera la postura de mis compañeros. Creo que el miedo a la IC es, en

realidad, miedo al exceso de información y a la falta de saber gestionar nuestra memoria, lo

cual nos lleva en consecuencia a conferir demasiada relevancia a las notas. Ese pavor que se

le tiene, por lo general, a la IC, es el motivo por el cual me llamó la atención desde el

principio.

Por otro lado, el ERASMUS que realicé en Francia tuvo un papel decisivo en la elección de

la temática de mi estudio. Allí me inscribí en una clase de interpretación (Interprétation de

rélation Espagnol-Français), para mí inversa, del castellano al francés. Una clase a la que no

se había inscrito nadie más (más tarde me enteré de que, por lo visto, el profesor tenía fama

de ser muy duro, de lo que no me cupo ninguna duda al acabar el curso). Después de que me

dijera que no tenía suficiente nivel como para seguir el curso porque se me iba a exigir la

misma corrección lingüística que a un nativo y que, por tanto, se iba a cancelar el curso,

conseguí “negociar” con él y dividir la asignatura en dos partes: una primera mitad de

interpretación directa para que durante esos casi dos meses me diera tiempo a “perfilar”, le

dije, mi francés, (sabiendo que más que perfilar tendría que aprender mucho más de lo que

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sabía) y una segunda mitad de traducción inversa. Así lo hicimos y la verdad es que para

cuando acabó el curso todavía no tenía ni de cerca el nivel que me exigía el primer día, pero

ya había conseguido que no se cancelara el curso y beneficiarme de una clase particular de 30

minutos a la semana. De todos modos, no fue fácil. De entrada, no permitía la toma de notas

y ponía muchísimo hincapié en escuchar y entender, tal y como nos habían dicho en las

clases de la Upf, en las que se empieza a anotar desde el principio porque las pocas horas de

clase no dan para una primera fase de interpretación sin notas y otra con. Al tratarse de

interpretación de relación tratábamos temas de “doctor-paciente”: enfermedades, síntomas,

diagnósticos… Simulábamos una visita “chez le médecin”, por lo que no era un tipo de

interpretación enfocada a hacerse desde cabina. Trabajamos, por tanto, un mínimo de puesta

en escena y me insistía en la importancia del contacto visual; mirar al paciente y no al vacío a

pesar de que eso facilitara mi concentración, por lo que el grado de dificultad aumentaba: no

sólo tenía que recordar todo lo que podía sino que, además, tenía que hacerlo mirándole a los

ojos… Todo un reto. Lo cierto es que no me propuso ningún consejo en concreto para

conseguir memorizar y después “recuperar” la información sin la ayuda de notas, lo cual no

quiere decir que no me enseñara nada, ya que me corregía todo lo que decía mal y me

explicaba de dónde derivaban mis errores. Pero en lo referente a estrategias mnemotécnicas,

poca cosa. Así que intenté aplicar alguna de las técnicas de asociación que nos habían

propuesto en las clases de interpretación de tercer curso en la Pompeu y me di cuenta de lo

complicadas que son y la práctica que requieren para ser efectivas. Anhelaba la toma de

notas. Pero lo más sorprendente fue que cuando el profesor me dejó tomarlas, estas me

perjudicaban en muchos casos. En cambio, cuando entendía algo bien, lo recordaba sin

problema, pero aun así, tendía a anotarlo, “no fuera a ser que se me olvidara”. Me di cuenta

de la importancia que tiene escuchar y dejar el bolígrafo de lado a pesar de que cueste por

“miedo” a perder información.

Más adelante leí un artículo titulado The jazz of interpreting que fue el detonante para

escoger la temática de mi trabajo. Como amante de la música y, en especial, del jazz, este

artículo no hubiera podido tener mejor título para captar mi atención. Su autor, intérprete de

profesión, y editor de la revista AIIC Webzine hablaba sobre el valor que tiene la

improvisación no sólo en el campo de la música sino en todos los oficios. No podría estar

más de acuerdo. Me cautivaron sus reflexiones sobre la importancia de confiar en uno mismo,

desinhibirse y perder el miedo (sin relajarse más de la cuenta). En definitiva, subrayaba la

importancia de no querer decir las cosas tal cual se escuchan en interpretación, sino dejarse

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llevar mínimamente y explicar lo que uno entiende tan bien como pueda. Inmediatamente

relacioné el artículo con la importancia de la escucha, sobre la que ya había estado

reflexionando. Las palabras de Luccarelli me sorprendieron, sobre todo, porque rompían con

el carácter empírico de la mayoría de estudios que había leído hasta el momento. Me fascinó

que comparara la labor de un intérprete con la de un músico de jazz porque, a pesar de que

sólo haya vivido una pequeña aproximación a la interpretación, no creo que sean oficios que

estén muy separados el uno del otro. Al fin y al cabo, en la interpretación se tiene que

expresar un mensaje de la manera más “bonita” posible y hay un público y una puesta en

escena en la que, muy a menudo y sobretodo para nosotros los estudiantes, los nervios juegan

una mala pasada.

Así que estuve dándole vueltas al artículo y llegué a la conclusión de que la interpretación es

una disciplina sobre la que vale la pena reflexionar: plantearse qué es, cómo funciona. A

pesar de que se haya publicado obras que traten de abordar el proceso interpretativo y la

mayoría, en mi opinión, en la misma línea, no creo que en la interpretación sea todo blanco o

negro, sino que es una disciplina que siempre tendrá su parte oculta, sobretodo porque cada

uno la vive de una manera diferente y a mi, por ejemplo, no me cabe duda de que en ella hay

un componente artístico.

Decidí que iba a proponer un modelo que reflejara la manera en que concibo la interpretación

basándome en la información que fuera leyendo y en mi propia experiencia como estudiante

de interpretación. Sin duda, otro de los objetivos que perseguiría el trabajo sería demostrar

cómo, muy a menudo, los estudiantes de interpretación consecutiva tendemos a volcarnos

demasiado en la toma de notas pensando que es el único apoyo con el que cuenta el intérprete

para llevar a cabo la reformulación del discurso. Por tanto, se tratará de concienciar a los

posibles estudiantes lectores de que las notas pueden suponer un gran apoyo siempre y

cuando se tomen en su justa medida y de la manera adecuada.

1.2. Metodología

Por un lado, se ha llevado a cabo un análisis teórico contrastivo de distintas obras con

propuestas de aproximaciones teóricas de la interpretación como proceso para, de este modo,

elaborar una nueva propuesta. El análisis se ha realizado fundamentalmente sobre seis obras

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que abordan la totalidad de la interpretación consecutiva como proceso o partes concretas de

esta: - La enseñanza-aprendizaje de la interpretación consecutiva, una propuesta didáctica

(Vanheccke y Lobato Patricio, 2009).

- Pédagogie raisonnée de l’interpreétation (Danica Seleskovitch et Marianne Lederer, 1989).

- La didáctica de la interpretación de conferencias, teoría y práctica (Emilia Iglesias, 2007).

- Técnicas de interpretación consecutiva: la toma de notas, manual para el estudiante (Clara

Bosch, 2012).

- Manual de interpretación consecutiva y simultánea (Gracia Torres, 1998).

- La toma de notas en interpretación consecutiva (Jean-François Rozan, 1956).

Serán, por tanto, las principales obras en las que se apoyará nuestra propuesta y a las que se

hará referencia en mayor medida en el cuerpo del trabajo. No obstante, ha sido necesario

consultar fuentes complementarias de las que se ha extraído fragmentos de interés para

desarrollar conceptos sobre los que no se profundizaba lo suficiente en las obras listadas.

Por otro lado, el estudio se ha completado con un proceso de observación y análisis realizado

sobre mí misma y sobre los estudiantes de tercer curso de la Universidad Pompeu Fabra en

su primer año de interpretación consecutiva. Para ello se ha asistido a las sesiones de

interpretación impartidas por la misma profesora de la que yo fui alumna el año anterior,

Madeleine Cases. Se ha ido, ante todo, como oyente, pues el análisis consistía en escuchar las

distintas cabinas mientras los alumnos interpretaban. No obstante, también se ha aprovechado

la ocasión para practicar de nuevo la modalidad de interpretación consecutiva aplicando los

conocimientos nuevos con respecto al año anterior, basados en una mayor experiencia y

documentación. Al trabajar sobre mí misma el objetivo principal que perseguía era limitar mi

toma de notas, obligándome, así, a centrarme en la comprensión y confiar más en mi

memoria. No se buscaba una toma de notas especialmente escasa, sino hacerla más efectiva.

Para confirmar una de mis hipótesis iniciales sobre la tendencia de los estudiantes a conferir

demasiada relevancia a las notas, recolecté las notas que hicieron los alumnos sobre un

discurso en concreto.

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1.3. Contenido y estructura del trabajo

El trabajo consta de tres partes principales: un marco teórico inicial, la propuesta que se

plantea y las conclusiones a las que se ha llegado.

A través del marco teórico se pretenderá explicar el punto del que parte el presente estudio

para su desarrollo. Se hará mención, por tanto, de las principales aproximaciones de la

interpretación consecutiva como proceso planteadas hasta el momento.

En segundo lugar, se desarrollará la propuesta propia inspirada en las obras mencionadas y, a

continuación, se destacarán las que se considera que son las principales herramientas del

intérprete, con la explicación de la medida en que cabe usarlas (quedarán obviadas como

herramientas el dominio de la L.O. y la L.M. así como el conocimiento del tema que se trate

fruto de una documentación previa). En este apartado, tal vez lo más novedoso sea la

inclusión de la capacidad de improvisación, que es, a la vez, el tema que ha inspirado este

trabajo y que tendrá como objetivo demostrar que una de las claves que debe recordar el

estudiante es desinhibirse y confiar en sus capacidades.

Por último, se incluye un apartado de conclusiones que recoge las observaciones realizadas a

lo largo del proceso de elaboración del trabajo.

2. MARCO TEÓRICO

2.1. Historia de los primeros estudios de la IC como proceso

A lo largo de la evolución del estudio de la interpretación, en los años 70, nace el deseo de

abordar y sistematizar la enseñanza de la interpretación en el ámbito universitario. Se dan,

por tanto, los primeros pasos académicos. La etapa viene marcada por la publicación de

planteamientos teóricos introspectivos, basados en la experiencia de los profesionales, por lo

que muchas veces se habla de una investigación “teórico-hipotética” más que empírica.

Danica Seleskovitch, de la universidad ESIT de París, formó parte de la escuela más

influyente del panorama teórico y didáctico del momento. Destaca entre el resto de

profesionales por la Teoría del Sentido que lanza en 1975, en la que propone la existencia de

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una fase intermedia entre la escucha y la reformulación del mensaje a la que denomina

“desverbalización”. Sugiere, en definitiva, que la interpretación se descompone en tres fases:

la escucha, la desverbalización y la reformulación.

Su teoría fue muy bien recibida en el momento, pues ofrecía un modelo pedagógico, sencillo

y cercano. No obstante, a principios de los años 80, se desafía la validez de la Teoría del

Sentido: se da un giro a la investigación y los expertos se interesan por estudios más

científicos y empíricos, centrados en el proceso cognitivo de la interpretación. Se produce

una proliferación de publicaciones de investigación empírica caracterizadas por la

colaboración de teóricos de disciplinas con más trayectoria en la investigación científica,

como la Neurolingüística o la Psicología Cognitiva. Se publica el famoso modelo de

esfuerzos de Gile, el modelo de procesamiento de la información de Moser-Mercer y otros

estudios sobre aspectos de la actividad cognitiva, psicológica y neuronal de la interpretación.

Sin embargo, el gran problema que se produjo durante este período que ralentizó la

obtención de resultados en la disciplina de la interpretación fue la falta de comunicación entre

los investigadores :

Part of the problem lies in the differences of interest between scientists from other

disciplines and professional interpreters for each group are seeking answers for questions

which the other group are not interested in or do not have answers to. (Al-Zahran, 2007).

Por eso, a menudo puede leerse que en la historia de la investigación de la interpretación se

diferencian dos grandes corrientes investigadoras: una en la que prevalece la tendencia hacia

la generalización teórica y el uso de la intuición de los intérpretes profesionales como

herramienta teórica, conocida como “Liberal Arts” y otra corriente de investigación

interdisciplinar que recibe el nombre de “Natural Science” en la que se aplican métodos más

rigurosos y de carácter experimental. Estas etiquetas se pusieron para reflejar la falta de

consenso y comunicación existente entre las dos corrientes. Ambas compartían el objetivo de

explicar el fenómeno de la interpretación pero unos, por un lado, atacaban la Teoría del

Sentido por falta de solidez científica y otros no consideraban que los experimentos

observacionales llevados a cabo en laboratorios contribuyeran a explicar el fenómeno, puesto

que, desde su punto de vista, no eran comparables a la experiencia real de la interpretación.

Andrze Kopczynski (1980), por ejemplo, considera al intérprete como: “A black box that is

not accessible to empirical study.”

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2.2. Análisis genérico de las obras consultadas

A pesar de que, como hemos visto, se hayan realizado distintas investigaciones sobre el

proceso de la interpretación, continúa siendo una cuestión prácticamente desconocida y las

opiniones e intereses de los especialistas sobre el tema siguen siendo variados. En líneas

generales podemos decir que difieren en la división de los estadios del proceso:

Algunos especialistas defienden la existencia de cuatro etapas (escucha, comprensión,

traducción y articulación):

La interpretación consecutiva, al igual que la interpretación simultánea, requiere la realización

de cuatro operaciones básicas: escuchar, comprender, analizar y re-expresar. Es decir, cualquier

proceso interpretativo, consta de diferentes fases: comprension oracional, procesamiento y

recuperación de la información y la producción o reformulación del discurso. (Vanhecke y

Lobato Patricio, 2009).

Seleskovitch y Lederer (1989), por su parte, defienden que el proceso de la interpretación es

triangular: “parole-comprension-parole”. Todo el conjunto de palabras escuchadas pasa a ser

sentido que será nuevamente convertido en palabras por el intérprete. En la misma línea que

las autoras, Bosch (2012) afirma lo siguiente:

En cualquier tipo de interpretación se activan en el cerebro multitud de procesos cognitivos que

en el último término pueden dividirse en tres grandes bloques: la escucha, la comprensión y la

reformulación.

La propuesta de Torres, en cambio, se basaa en la de Daniel Gile (1995), que divide el

proceso en “The listening and note taking phase, and the speech production phase”, distingue,

también dos grandes fases: una en la que aborda aspectos como la memoria y la toma de

notas y otra en la que trata cuestiones tales como la activación del recuerdo y las habilidades

verbales y no verbales del intérprete. Asegura que en su clasificación en dos etapas no se

desestima la fase intermedia que propone Seleskovitch, simplemente no se considera en un

bloque principal; se sobreentiende que en la primera fase de escucha se produce esa

conversión de palabras en sentido y en la transmisión del mensaje la conversión del sentido

nuevamente en palabras.

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Torres (1998) también menciona en su obra la división que realiza otro profesional: un

profesor de la Universidad Americana del Cairo que explica a sus alumnos que el proceso

consta de cinco fases. Lo hace empleando las siglas PSRTT para Perception (percepción de

la información), Storage (almacenamiento de la información); Retrieval (activación del

recuerdo), Transformation (transformación de mensaje), Transmission (transmisión del

mensaje).

3. PROPUESTA TEÓRICO-PRÁCTICA

Vemos, por tanto, como la mayoría de propuestas integran prácticamente los mismos

conceptos pero existe una discrepancia en la manera en que se organiza el proceso y, en

consecuencia, en la importancia que se otorga a cada uno de los componentes.

En la presente propuesta se ha adoptado la división triangular que propone Seleskovitch

porque se comparte la opinión de que esos tres grandes bloques son los más representativos

del proceso. No obstante, el contenido de las distintas etapas se ha organizado de la manera

que se ha creído conveniente y en ellas se incluyen reflexiones de los autores de las distintas

obras consultadas.

Tras la explicación del proceso, se presenta el apartado titulado “Las herramientas del

traductor”: consiste en una propuesta propia de los que se consideran los principales factores

de apoyo con los que cuenta el intérprete y que condicionan la calidad de su trabajo. Se ha

creído conveniente diferenciarlos del proceso para poder explicar en primer lugar y de la

manera más sencilla posible en qué consiste el proceso y, después, cómo alcanzar los

objetivos con la ayuda de las “herramientas”.

3. 1. Aproximación teórica de la IC como proceso

3.1.1. Comprensión

Como se ha visto en la introducción, uno de los principales objetivos de este trabajo es

desmentir ciertas creencias o mitos falsos sobre la interpretación consecutiva. Entre ellos, uno

de los más corrientes es la opinión de que el componente más decisivo en la interpretación

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consecutiva, que condicionará en mayor medida nuestros resultados, es la toma de notas. No

cabe duda de que todas las partes que integran el proceso desempeñan un papel crucial. Sin

embargo, si se tuviera que situar una por encima de las otras, esa fase sería, sin duda alguna,

la comprensión. Tal vez no tenga de por sí un papel más importante que la reexpresión (fase

de restitución del contenido), por ejemplo, ya que, al fin y al cabo, nuestra interpretación será

juzgada por el output que ofrezcamos, pero las demás etapas tienen una relación de

dependencia sobre la comprensión. Si en la comprensión no se cumplen los objetivos

esperados que se tratarán en el presente apartado, las demás etapas se verán afectadas por

ello. Torres (1998) describe esta fase como:

(...) la etapa sine qua non para el intérprete, porque si no se lleva a cabo correctamente, si no

capta el sentido de las palabras del orador, ni toma notas oportunas, ni utiliza estrategias de

memoria, entonces la transmisión del mensaje no tendrá lugar o por lo menos no será eficaz, y

su función comunicativa no se habrá cumplido.

A lo que añadiremos una cita que refleja claramente una de las realidades que plantea este

trabajo:

Parece obvio pero durante nuestros años de docencia, hemos detectado que el error más

común es que los alumnos olvidan escuchar el mensaje. Están demasiado obsesionados

con tomar notas, con recordar símbolos o esquematizar sus apuntes, que olvidan lo

esencial: escuchar. (Vanhecke y Lobato Patricio, 2009).

Por tanto, queda claro que antes de empezar a tomar notas, el intérprete debe comprender el

discurso. ¿Y qué quiere decir exactamente comprender un discurso? Consideramos que es,

fundamentalmente, escucharlo y analizarlo.

3.1.1.1. ESCUCHA ACTIVA

Como expone Bosch, decir que hace falta escuchar puede parecer algo muy obvio:

Que el intérprete tenga que escuchar el discurso original para poder interpretarlo parece una

obviedad, ya que la escucha es la primera fase de todo el proceso, (aquella en la que el

intérprete recibe la materia prima (conocida como input). (Bosch, 2012).

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No obstante, deja de parecerlo tanto en el momento en que recordamos que escuchar no es

oír. Cuando se habla de “escucha” se hace referencia a una “buena escucha”. Un tipo de

escucha al que muchos especialistas denominan “escucha activa” o “escucha del intérprete”.

Heidi Byrnes (1984) considera que la escucha del intérprete se descompone en cuatro etapas:

etapa perceptiva, interpretativa, evaluativa y de respuesta. En este estudio se ha considerado

que la escucha activa se basa en dos elementos fundamentales: la atención y la relación o

reactivación de conceptos, que se corresponden con las dos primeras etapas de la

clasificación propuesta por Byrnes: “etapa sensitiva” y “etapa interpretativa” de la escucha.

Seleskovitch y Lederer (1989) reflejan de un modo muy acertado lo que consideramos que

hace el intérprete en esa primera etapa de la escucha: “il est totalement concentré sur le

vouloir dire de l’orateur et en appréhende toutes les nuances”. Se trata pues, de prestar

atención y aprender a saber en qué es preciso concentrarse.

Ce n’est pas en adoptant une attitude physique, traits tendus et poings serrés, que l’on obtient

un effet de concentration, c’est en évitant de porter l’attention sur des éléments non pertinents.

(Seleskovitch y Lederer, 1989).

Y, a continuación, mediante una selección de ejemplos, plantean los aspectos o matices que

no deben captar nuestra atención más de la cuenta, como por ejemplo fijarse en el acento del

ponente y preguntarnos si vendrá del norte o del sur, o analizar los “tics” lingüísticos o

muletillas que pueda tener el orador. No son aspectos relevantes para captar el sentido del

discurso y sólo conseguirán distraernos del verdadero sentido. Admirar el timbre de voz del

ponente o su riqueza lingüística tienen el mismo efecto de distracción. Por tanto, es

fundamental aprender a identificar sobre qué fijar la atención y sobre qué no.

Como se decía, la relación o reactivación de conceptos es, para nosotros, el segundo

componente de la escucha activa, la “etapa interpretativa” de Byrnes (1984) que consiste en

relacionar el input que recibimos con nuestros conocimientos previos o lo que es lo mismo,

aplicar nuestros conocimientos sobre el tema al mensaje.

El intérprete filtra el mensaje a través de sus conocimientos de la lengua y sobre el tema,

experiencias personales, emociones, etc. (Torres, 1998).

Page 14: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

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En este procedimiento interviene la memoria a largo plazo, pues durante la escucha, los

elementos pasivos de nuestra memoria a largo plazo (la información previamente

almacenada) se convierten en activos:

[…] los elementos pasivos se convierten en activos durante el proceso de la interpretación, al

asociarse a la nueva información, dando lugar a la comprensión del texto y a la fijación de

sentido a corto o a largo plazo en la memoria. (Torres, 1998).

Podría decirse, por tanto, que el intérprete filtra el mensaje a través de sus conocimientos de

la lengua extrajera, sus conocimientos sobre el tema y sus experiencias personales y

emociones.

Processing new information requires (the build-up of a mental representation resulting from)

the interaction between the input and already existing information whether lexical, semantic,

syntactic, pragmatic, encyclopaedic, etc. or linguistic and extra-linguistic knowledge.

(Gile,1993).

En los siguientes apartados se tratará la memoria a corto plazo, que resultará un apoyo más o

menos útil a la hora de recuperar la información en el proceso de reexpresión en función de

nuestro grado de comprensión. Hemos visto, en cambio, cómo la activación de la memoria a

largo plazo interviene durante el proceso de comprensión.

Muchos autores introducen el término de “lente subjetiva” o “lupa subjetiva” para hacer

referencia a ese filtro de experiencia a través del cual el intérprete procesa la información

para comprenderla. La gran mayoría defienden que cuantas más conexiones se establezcan,

mejor se interiorizará el mensaje. Sin embargo, advierten de que cabe vigilar al filtrar la

información a través de esa lente subjetiva ya que se corre el riesgo de distorsionar el mensaje

y, en ningún caso, la información almacenada deberá sustituir la nueva información ni

tampoco crear interferencias. De hecho, es un riesgo muy frecuente entre los estudiantes, los

cuales, a menudo, cuando no entendemos algo, tendemos a añadir información que

conocemos sobre el tema sin que se haya dicho. A pesar de ello, es importante establecer

conexiones con nuestro conocimiento para lograr empatizar con el discurso o conseguir

“réagir à l’information”, como dicen Seleskovitch y Lederer (lograr, de verdad, llegar a la

información). Y para ello es esencial empatizar con el discurso y que lo que se esté diciendo

Page 15: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

12

nos interese, ya que si no nos interesa o no moviliza prácticamente nada en nuestra mente ni

se establecen conexiones, no lograremos captar el sentido y, mucho menos, retenerlo:

L'information est souvent un simple bruit qui ne parvient pas à la conscience, en cette période

de surinformation. Seules les informations qui touchent une corde plus ou moins sensible

chez l'auditeur marquent sa mémoire. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Por eso es tan importante el interés y el esfuerzo de empatizar con el máximo de información

posible.

Le futur interpète doit apprendre à s’intéresser. [...] Les futurs interprètes devront dès le

premier cours prendre conscience que chaque parole qu'ils entendent doit induire des

réactions cognitives (associations d'idées, mobilisation de connaissances) et émotives (prises

de position personnelles à l'égard de l'information) [...] si non, il n'en entendrait que les mots

et serait poussé à les traduire tels quels. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Afirman, por tanto, que el hecho de no empatizar en absoluto con la información, de no

establecer conexiones, empobrece la comprensión y tiene como consecuencia una traducción

literal, calcada.

3.1.1.2. ANÁLISIS

Como se había dicho, la segunda parte fundamental de la escucha es el análisis. Así lo

defienden Vanhecke y Lobato Patricio en su obra: “es esencial que los alumnos aprendan a

analizar y estructurar antes de emplear símbolos o abreviaturas”. Y analizar un discurso,

según Bosh (2012), consiste en:

[...] detectar de qué tipo de discurso se trata: (argumentativo, narrativo, descriptivo…)

detectar su estructura, discernir las ideas principales y la información secundaria.

Reconocer las ideas principales y las secundarias es especialmente importante cuando nos

encontramos ante discursos largos, muy rápidos o de mucha densidad conceptual, para saber

ir a las ideas esenciales aunque sea a costa de dejar ejemplos y parte de la información menos

relevante. Se debe partir de la base de que un discurso bien preparado estará organizado de

manera coherente y que, por tanto, las ideas estarán relacionadas las unas con las otras. El

aspirante a intérprete debe aprender a distinguir de qué modo una idea deriva de otra,

Page 16: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

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comprender la manera en que se encadenan. Cada idea nueva debe entenderse teniendo en

cuenta lo que se ha expuesto previamente, no de manera aislada.

Dans une masse de données verbales, il faut apprendre à donner à chaque idée sa juste

valeur et à l'enchaîner correctement à chacune des autres. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Como se sostenía anteriormente, todas las ideas son importantes y requieren nuestra completa

atención, pero es necesario que el intérprete sepa discernir las principales de las secundarias,

las cuales derivan de las primeras.

Así pues, vemos como el proceso de comprender el mensaje es más complejo de lo que

parece en un principio, ya que requiere escuchar más allá de las palabras:

Écouter au-delà des mots permet de comprendre non seulement ce que disent ces mots mais

d’y associer des connaissances. La signification linguistique d’un énoncé est une chose, le

sens qu’il prend dans une situation donnée pour un individu donné est une autre.

(Seleskovitch et Lederer, 1989).

No cabe duda, por tanto, de que esta primera fase será crucial para el resto del proceso

interpretativo. Torres (1998) consigue resumir en una oración los objetivos que se han

defendido en esta primera fase: “Analizando la información y relacionándola con los

conocimientos previos es como se consigue la comprensión del texto”.

3.1.2. Desverbalización

La desverbalización es la innovadora fase que propuso Seleskovitch en su Teoría del Sentido

y, a la vez, su aportación más destacada a la disciplina. Su propuesta fue muy bien recibida

por los estudiosos y tras ello, muchos especialistas incorporaron el concepto en sus estudios.

Creemos que esta segunda fase que propuso Seleskovitch no representa estrictamente un

bloque aparte, sino que en realidad va de la mano del proceso de comprensión. Es decir, no

puede concebirse de manera independiente a la comprensión porque, en realidad, funciona

como garantía de que el mensaje se ha entendido correctamente. A pesar de que no funcionen

Page 17: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

14

estrictamente como dos bloques independientes, se ha considerado acertada la división en

cuestión para destacar cuál debe ser el resultado de la comprensión.

El intérprete, a medida que recibe el mensaje por el canal auditivo, va realizando una tarea que

consiste en desverbalizar o despojar de palabras el mensaje para quedarse sólo con ideas o

bloques de información (Bosch, 2012).

El término desverbalizar hace referencia, por tanto, al proceso de dejar de lado las formas

verbales que han hecho que se entienda el mensaje para así expresar el sentido con completa

espontaneidad, sin estar condicionado por los medios de expresión de la lengua original. Es

decir, sin ningún tipo de interferencias. Cuando se habla de este proceso, se subraya que es

indispensable aprender a diferenciar entre la escucha de las palabras y la escucha del sentido:

Chercher à retenir les mots, c’est à la fois s’empêtrer dans la langue dont il faudrait justement

se détacher, et se priver de la compréhension en profondeur que procurent les réactions

notionnelles et émotionelles à l’information, l’activation des souvenirs latentes, [...].

(Seleskovitch et Lederer, 1989).

Es, por tanto, una manera de resaltar que, una vez se haya captado el sentido, el intérprete no

debe transmitir palabras, sino ideas (las que enuncia el orador y, en ocasiones, las que no

enuncia explícitamente pero comunica mediante el lenguaje corporal u otros recursos como la

ironía). Bosch comparte la opinión de que:

Retener en la memoria la formulación de estas ideas sólo conducirá al error, ya que el

intérprete tendería entonces a “traducir” y no a “interpretar”. (Bosch, 2012).

Los especialistas, por tanto, están de acuerdo en que los objetivos de la desverbalización y de

independencia lingüística son indispensables para llevar a cabo una buena interpretación,

pero también señalan que son difíciles de conseguir, especialmente para los estudiantes, por

dos razones principales: por un lado, el reducido número de estudiantes que aprenden las

lenguas extranjeras de manera natural, en un entorno lingüístico óptimo. Por otro, el hecho de

que una lengua nueva se aprenda siempre de la mano de otra lengua de apoyo, que es una

consecuencia directa de la primera razón y que imposibilita que los jóvenes tengan un

dominio de dos sistemas lingüísticos que no interfieran entre ellos. Estos motivos no

representan una queja al hecho de que se aprenda con la ayuda de la lengua materna, pues

Page 18: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

15

resulta difícil pensar en otras alternativas. El problema que se plantea es la metodología que

se aplica. A lo largo de sus estudios, a los estudiantes se les enseñan las lenguas extranjeras a

base de la asociación de lexemas, de tiempos verbales y de expresiones idiomáticas, lo cual

hace que conserven la tendencia a buscar correspondencias inmediatas al mensaje original en

lugar de crear equivalencias de sentido. La convicción de que tanto para traducir como para la

enseñanza de lenguas basta con aplicar correspondientes entre lenguas está tan anclada que

resulta difícil poner en práctica la desverbalización en vez de la transcodificación.

Seleskovitch y Lederer son algunas de las especialistas que defienden esa tendencia general a

buscar correspondencias y subrayan que rara vez son útiles:

[...] il faut souligner qu'il est rarement possible d'appliquer à des discours en cours de

formulation des solutions pré-existantes; les correspondances sont tout au plus ponctuelles,

elles ne font pas naître des équivalences de sens. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

3.1.3. Reexpresión

Se trata de la última fase, la fase en la que el intérprete formula el mensaje, también conocido

como output. Vanhecke y Lobato Patricio definen el proceso del siguiente modo:

La reexpresión engloba las operaciones mentales que intervienen en el momento en el que el

intérprete decide transmitir la información o la idea y el momento en el que produce oralmente

el enunciado que ha elaborado para ello. (Vanhecke y Lobato Patricio, 2009).

Y afirman que para ello, el intérprete “deberá recurrir a las notas y a su memoria”, elementos

de apoyo que abordaremos en los siguientes apartados.

Del mismo modo en que se insistía anteriormente en que una buena comprensión es

indispensable para la desverbalización, esta última será a su vez imprescindible para que los

estudiantes encuentren formas de expresión naturales en su lengua materna. La prueba de si

se ha logrado desverbalizar el sentido quedará reflejada en el resultado: si se ha sabido

despojar el mensaje de las palabras con las que se ha comprendido, el intérprete habrá

expresado el sentido mediante recursos como la paráfrasis o a base de gramaticalizar. El

lenguaje y las construcciones se habrán expresado de una manera genuina en la lengua meta,

Page 19: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

16

y no calcada como consecuencia de interferencias con construcciones propias de la lengua de

partida. En cambio, si no se ha logrado interiorizar el sentido al margen de las palabras y se

ha caído en esa “tentación” de buscar correspondencias directas de la que hablaban

Seleskovitch y Lederer, lo más probable es que el mensaje se vea afectado por ello:

La tentation des correspondances mène souvent au calque et s'exprimer dans la langue

d'arrivée en calquant la langue de départ, parler anglais en français sans en prendre

conscience, conduit à l'inintelligibilité. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Un hecho, puntualizan, que es preciso combatir desde el principio de los estudios de

interpretación, habida cuenta de que las interferencias entre lenguas son difíciles de evitar y

se producen de manera casi inconsciente a todos los niveles (fonético, morfosintáctico y

léxico). Según las autoras, la solución se encuentra en la desverbalización:

On ne combat les interférences qu'en exigeant une dissociation complète, si futile que l'effort

puisse parfois paraître. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

No obstante y como se sostenía en la fase de la desverbalización, aprender a retener

información a base de las ideas no es una tarea fácil en absoluto y, como muchas otras

habilidades, requiere entrenamiento. Seleskovitch y Lederer aseguran en su obra que, por

difícil que parezca, la práctica hará que poco a poco se consigan expresar mejor las sutilezas

del mensaje original.

Les étudiants découvriront peu à peu le plaisir d'exprimer de bien des façons différentes des

sens profondément assimilés grâce à la fusion de leur connaissance de la langue étrangère et

des réalités du monde, et ils plieront avec aisance leur langue maternelle à la désignation

rigoureuse de l'idée à transmettre. (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Una interpretación errónea del objetivo que persigue la desverbalización sería pensar que

tiene como finalidad disgregar, distinguir las ideas secundarias para reexpresar únicamente

las ideas principales, lo justo y necesario. El propósito que persigue la desverbalización es la

comprensión íntegra del mensaje del orador, pues cuanto mayor sea el grado de comprensión,

mayor número de detalles y sutilezas podrá reexpresar el intérprete con total rigurosidad en

su lengua materna.

Page 20: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

17

3.2. Las herramientas del intérprete

3.2.1. La memoria de trabajo

La memoria juega un papel muy importante en el proceso interpretativo. Recurrimos a ella

prácticamente a lo largo de todo el ejercicio interpretativo, concretamente en las fases de

comprensión y reexpresión, para acceder a información almacenada y situarla en la

conciencia en ambos casos.

Se trata de una función del cerebro que ha sido estudiada desde mucho puntos de vista

distintos. En general, todos los estudios distinguen dos tipos de memoria: una que almacena

conocimientos basados en la experiencia y otra relacionada con el almacenamiento temporal

de la información. En un principio se hablaba de “memoria primaria” para hacer alusión al

primer tipo y “memoria secundaria” para referirnos al segundo. Más adelante, se

incorporaron los términos “memoria a largo plazo” y “memoria a corto plazo”,

respectivamente. No obstante, en lo que respecta a este último tipo, muy a menudo se utilizan

indistintamente los términos “memoria a corto plazo” y “memoria de trabajo”. De hecho, la

mayor parte de literatura científica que se puede encontrar actualmente sobre la memoria a

corto plazo parece haber sido devorada por el concepto de “memoria de trabajo”.

Como se apuntaba en el apartado de la fase de comprensión, la memoria a largo plazo

interviene en el momento en que se establecen conexiones entre el mensaje que se recibe

(input) y los conocimientos previos del intérprete (conocimientos que no sólo incluían

información relativa a experiencias del pasado, sino también información almacenada durante

el proceso de documentación previo al ejercicio interpretativo). Se ha hablado entonces sobre

el papel que desempeña la memoria a largo plazo en la fase de comprensión. A continuación

se tratará la memoria a corto plazo o memoria de trabajo.

A grandes rasgos, los autores de las obras estudiadas coinciden en que la memoria de trabajo

es aquella facultad que permite al ser humano retener la información que necesita en el

momento de llevar a cabo una actividad determinada. La empleamos continuamente en

nuestro día a día: cuando conversamos con alguien y recordamos los puntos que han

mencionado en su intervención para responder después a lo que se nos ha dicho; en clase,

cuando tomamos notas y necesitamos retener la información que proporciona el profesor; en

Page 21: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

18

la realización de cálculos mentales que requieren que recordemos los números en nuestra

cabeza, o en el momento en que anotamos un número de teléfono que se nos dicta.

En interpretación consecutiva, la memoria de trabajo se emplea para recordar la información

del discurso original. Ahora bien, después de la insistencia que se ha puesto en la

importancia de trasladar las ideas y no las palabras en la explicación de las fases del proceso

interpretativo, podemos intuir que el ejercicio de memorización que toma cartas en esta

disciplina no buscará retener sonidos, sino sentido. Se tratará pues, de una memoria no

verbal, tal y como constata Torres (1998):

El ejercicio de la memoria en interpretación consecutiva no consiste en la capacidad de retener

los sonidos, o los textos en prosa o en verso, sino en recordar el sentido, sin pararse ni

distraerse en las palabras. Es una memoria no verbal que no recuerda palabras sino sentido.

Existen varios modelos teóricos que se han planteado con el fin de explicar el funcionamiento

de la memoria de trabajo. No obstante, en este estudio destacaremos el modelo que

desarrollaron los psicólogos británicos Alan Baddeley y Graham Hitch en el año 1974,

conocido como el modelo Baddeley-Hitch y que menciona Torres (1998) en su obra.

Consideramos que es una aproximación conceptual que propone un sistema complejo pero a

la vez sencillo de comprender y, además, recibió un gran apoyo empírico y fue muy

respaldado en el ámbito de las neurociencias. Tiene como principal objetivo explicar los

factores que intervienen en nuestra mente cuando almacenamos información de manera

puntual en la ejecución de actividades de todo tipo.

Así pues, el modelo Baddeley-Hitch postula que la memoria de trabajo está integrada por un

componente principal al que denominan “central ejecutivo”, que regula a otros dos

componentes conocidos como “sistemas esclavos” en los que se almacena información: el

“bucle fonológico” y la “agenda visoespacial”.

Baddeley y Hitch sugieren que el ejecutivo central actúa como un sistema que controla la

focalización de la atención más que una capacidad de almacenaje de información. Es decir, es

lo que permite que la memoria de trabajo sea selectiva y seamos capaces de prestar atención a

algunos estímulos e ignorar otros. En cambio, los otros dos sistemas “esclavos” sí actúan

como fondos de almacenamiento de información.

Page 22: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

19

El bucle fonológico es el sistema responsable de retener la información de tipo verbal durante

un tiempo concreto. Esta información verbal se mantiene activa en un almacén fonológico

mediante la repetición articulatoria. En otras palabras, es el sistema que utilizamos cuando

nos repetimos a nosotros mismos de manera verbal una información que queremos retener. lo

que hacemos cuando nos presentan a un grupo de personas y repetimos sus nombres por

dentro, por ejemplo, o cuando intentamos retener el nombre de una calle para no olvidar una

dirección que se nos ha dado.

Por último, la agenda visoespacial es la responsable de procesar y almacenar información

visual, tanto las imágenes que observamos como las que visualizamos en nuestra mente. Este

último componente es crucial para el proceso interpretativo, ya que como afirman

Seleskovitch y Lederer (1989):

Voir mentalement un objet ou imaginer les aspects d'un événement dont on entend la

description c'est en entendre le sens. L'image que les étudiants se feront des événements narrés

dans le texte leur permettra de moins écouter les mots et de s'exprimer à partir de leur vision

des choses.

Las autoras añaden, no obstante, que el estudiante de interpretación presenta, por lo general,

una tendencia natural a retener las palabras. Por ello, habituarse a visualizar la información

que se recibe y, por tanto, traducir la información verbal a información visual requiere la

práctica una práctica persistente de ejercicios.

La mayoría de teóricos coinciden en que la memoria de trabajo es un sistema muy limitado en

cuanto a la cantidad de datos que puede procesar e igualmente limitado con respecto al

tiempo que puede mantener activada la información que recibe, especialmente el bucle

fonológico (sólo hace falta pensar en lo rápido que olvidamos los nombres de personas que

nos presentan a pesar de haberlos repetido mentalmente). Precisamente por el carácter

limitado de esta herramienta de trabajo de la que tanto precisan los individuos en su día a día,

a menudo empleamos técnicas para lograr recordar información que necesitamos, aunque sea

sin ser conscientes de ello. Torres (1998) sugiere que los humanos empleamos

fundamentalmente tres estrategias esenciales para el almacenaje de información y sugiere que

estas se apliquen en el ejercicio de la interpretación:

Page 23: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

20

La organización en lotes: estrategia que consiste en organizar la información agrupándola

en unidades (como cuando se dictan las cifras de un número de teléfono de tres en tres o de

dos en dos, por ejemplo).

El intérprete puede ir almacenando cada unidad de sentido del orador, en vez de

individualmente, en lotes, de esta forma podrá disminuir en número las partes de las que

constaba el discurso y así poder recordarlas mejor. (Torres, 1998).

La visualización: estrategia que, en el ámbito de la interpretación, puede hacer referencia a

las visualizaciones mentales o reales (el uso de simbología en la toma de notas). En lo

pertinente a la visualización en esta disciplina, muchos especialistas mencionan los “mapas

mentales” de Tony Buzan. Estos “Mind maps” se proponen como método para organizar

información de manera jerárquica y visual, pues se realizan de tal modo que las ideas

principales queden conectadas directamente con el concepto central y otras ideas deriven de

ellas. Resultan útiles en la interpretación para “visualizar” mejor la relación entre las distintas

piezas del conjunto y también pueden ser útiles en la toma de notas.

Las asociaciones: una de las técnicas que empleamos con más frecuencia para recuperar

información a diario. Esta estrategia consiste en activar un recuerdo concreto creando algún

tipo de asociación. Torres (1998), basándose en la teoría de Donald Norman (1976), comenta

lo siguiente:

El ser humano archiva la información no de forma aislada, sino por medio de asociaciones [...]

Si tuviéramos que recordar qué comimos ayer, seguramente empezaríamos pensando dónde y

con quién comimos.

Esta última estrategia es particularmente interesante. Del mismo modo en que en el proceso

de comprensión se sugería que el intérprete debe saber reconocer el modo en que se

encadenan las ideas en el discurso, si la comprensión se ha llevado a cabo con éxito y se tiene

claro qué lugar ocupa cada idea dentro del discurso, el recuerdo o activación de una idea en

particular nos ayudará a activar la que la prosigue. Así lo defienden también Seleskovitch y

Lederer:

Page 24: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

21

On sait que la mémoire cognitive est ainsi faite que l'on retient toujours plus que l'on ne peut

momentanément reproduire, mais qu'un indice suffit pour raviver un souvenir latent —c'est le

phénomène de la madeleine si bien décrit par Proust.1 (Seleskovitch et Lederer, 1989).

Además, la asociación de ideas en la interpretación no sólo resultará útil en la fase de

reexpresión para que una idea nos lleva a la otra, puede emplearse también como estrategia

mnemotécnica para retener información en la fase de comprensión, durante la escucha del

discurso. De hecho, en las clases de la Upf se recomienda crear asociaciones “verbo-visuales”

con objetos que estén en el mismo espacio que el intérprete cuando no se permita la toma de

notas. De este modo, cuando se repasa el aula con la mirada, cada objeto activa la idea que se

le había asociado. No cabe duda de que es un ejercicio que requiere práctica para que

funcione, pero vale la pena esmerarse porque, como constatan Seleskovitch y Lederer (1989):

Les associations dégagent le sens et marquent mieux la mémoire que par exemple la répétition

mentale des mots.

En cualquier caso, si hay algo que está claro es que la memoria viene marcada

completamente por la comprensión. Si no se entiende el discurso, no se podrá conseguir

visualizar ni realizar asociaciones ni poner en práctica ninguna otra estrategia. Por eso es

primordial escuchar, porque cuando de verdad se interiorizan las ideas, la memoria no nos

falla y supondrá un apoyo de lo más útil para la fase de reexpresión.

3.2.2. La toma de notas

Si se tiene en cuenta que muy a menudo los intérpretes deben enfrentarse a discursos largos,

complejos y sin interrupciones, no es de extrañar que precisen de un sistema de apoyo a la

memoria. De hecho, la toma de notas es una de las características más representativas de la

interpretación consecutiva.

Aunque cada intérprete desarrolle su propio sistema, los estudiosos de la IC insisten en que se

pueden enseñar unos fundamentos básicos que facilitan la retención de conceptos. En el

1 El fenómeno de “la Madeleine” fue propuesto por el escritor francés Marcel Proust, que en su conocida novela A la recherche du temps perdu, idealizó los recuerdos de infancia del protagonista evocados por una galleta mojada en té. Así fue como lanzó su teoría de que los olores tienen el poder de traer a nuestra mente recuerdos mucho más vívidos que cualquier otro sentido o estímulo, incluida la música. En la actualidad, este término se emplea para hacer referencia a todo tipo de asociaciones sensoriales, de ahí que lo mencionen Seleskovitch y Lederer en su obra.

Page 25: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

22

período de entreguerras, Herbert (1952) y Rozan (1956) diseñaron sus propios sistemas

Manuel de l’interprète (Herbert, 1952) y La prise de notes en interprétation consécutive

(Rozan, 1956) y pasaron a convertirse en las principales obras de referencia de la toma de

notas. La obra de Jean-François Rozan es, según uno de los traductores de su manual:

[...] la primera tentativa de enseñanza por escrito de un sistema razonado y coherente de

interpretación consecutiva, [...] propone un método ingenioso y sencillo que cualquier alumno

capaz podría asimilar sin esfuerzo. (Confino, 2007).

En definitiva, proporciona al aspirante a intérprete los fundamentos generales para una toma

de notas satisfactoria lo suficientemente elásticos como para que cada uno pueda adaptarlo a

su propio estilo.

Por lo general, los expertos comparten la opinión de Rozan de que las notas deben servir

únicamente para el doble objetivo de, en primer lugar, permitir activar en nuestra memoria el

recuerdo de las ideas y la relación que hay entre ellas de un simple vistazo y, en segundo

lugar, permitir:

[...] una interpretación cómoda y elegante, lo que equivale a decir que las palabras tienen que

tener su valor-contexto y no su valor-diccionario. (Rozan, 1956).

Este segundo objetivo corrobora la idea que defendíamos en la fase de “Reexpresión” sobre

la inexistencia de correspondencias directas entre palabras en el campo de la interpretación.

Con el concepto “valor-diccionario”, Rozán se refiere a no buscar un correspondiente

“automático” a la palabras, sino su equivalente según el contexto.

En cuanto a la cantidad o volumen de las notas, creemos que las notas deben recoger la

información esencial para poder cumplir con ese doble objetivo de actuar como recordatorio

o pauta para ayudarnos a recordar permitiendo un margen de expresión lo suficientemente

flexible. Así lo creen también muchos profesionales de la interpretación, entre ellos, David

Bovy (2015):

En mi opinión, la clave de una interpretación consecutiva eficaz implica extraer por escrito

únicamente la quintaesencia del discurso, la «médula substantífica», que decía Rabelais.

Practicando con asiduidad, el cerebro no tendrá después ninguna dificultad en llenar los

espacios vacíos.

Page 26: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

23

Por tanto, consideramos que lo primordial es aprender a diferenciar bien sobre la hoja de

toma de notas las ideas principales y el modo en que están relacionadas. Si trabajamos sobre

discursos densos, idealmente se descompondrán esas ideas en sus diferentes elementos,

ordenando las ideas secundarias alrededor de las principales de tal modo que la jerarquía se

entienda claramente al mirar la hoja. Para ello, muchos profesionales proponen métodos

como la verticalidad o el escalonamiento, que ayudan a descomponer las ideas en sus

diferentes elementos y a plasmar la jerarquía de un modo relativamente sencillo.

Creemos, también, que en la toma de notas, los símbolos y las abreviaciones resultan mucho

más interesantes que las palabras; en especial los símbolos, puesto que contribuyen a que el

estudiante retenga información por conceptos y si se emplean, lo más probable es que

disminuya el riesgo de caer en el calco. Con esto no se intenta fomentar una toma de notas

compuesta íntegramente por símbolos, ya que no se trata de crear jeroglíficos que resulten

difíciles de descifrar (a pesar de que hay profesionales a los que sí les es muy útil la toma de

notas a base de simbología solamente), pero la mayoría de autores también están de acuerdo

en que las abreviaciones y los símbolos constituyen una serie de estímulos visuales que,

durante la lectura de notas, ayudan a reconstruir el mensaje mejor que las palabras. Sin

embargo:

[...] como prácticamente todo en consecutiva, la decisión de usar más símbolos, abreviaturas o

palabras enteras quedará siempre en manos del intérprete, y ningún método será menos válido

que otro siempre y cuando dé buen resultado. (Bosch, 2012).

Afirmación con la que simpatizamos por completo y que, en definitiva, equivaldría a decir

que “cada maestrillo tiene su librillo”. Tanto si se decide emplear símbolos como

abreviaciones o palabras, lo esencial será evitar escribir una transcripción, no sólo porque

supondrá un obstáculo para que podamos reexpresar el discurso con naturalidad sino también

porque, como defiende Gile, reconocido especialmente por su teoría de los esfuerzos, la toma

de notas dificulta la concentración y, en muchos casos, es la causante de que el intérprete

pierda parte de la información:

Note taking does divert attention from listening and results in a significant degradation of

listening quality. (Gile, 1991).

Cristopher Thiéry (1990), al igual que Gile, defiende que la toma de notas puede distraer al

alumno:

Page 27: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

24

A poor performance in consecutive is usually not so much due to faulty note-taking

technique as to the fact that they were too busy scribbling to listen to the message.

Esta es, de hecho, una de las ideas principales de las que parte el presente trabajo. Si el

alumno consagra toda su atención y esfuerzos en anotar la información que oye, difícilmente

logrará comprender el sentido y lo más probable es que anote datos de los que tendrá que

prescindir en la fase de reexpresión por falta de saber cómo conectar los distintos conceptos.

Si de algo estamos seguros es que de nada sirve anotar información que no se ha

comprendido. A pesar de ello, es innegable que por muy bien que se comprenda el discurso,

difícilmente podrá el intérprete retener toda la información. Es por esa razón por la que las

notas representan una ayuda indispensable en el proceso interpretativo, siempre y cuando se

toman en su justa medida y de manera adecuada.

3.2.3. La improvisación

Una vez ya se haya realizado la toma de notas, el intérprete dispondrá de dos mecanismos de

apoyo para llevar a cabo la elección de palabras con las que arropará las ideas: sus apuntes y

la información que habrá ido almacenando en su memoria de trabajo a medida que recibía el

input. Sin embargo, en la fase de reexpresión interviene un tercer factor personal que es el

que hace que nunca haya dos interpretaciones iguales de un discurso, ni siquiera por parte de

un mismo intérprete. Hemos considerado que ese tercer factor es su manera única de

improvisar el discurso.

Sabemos que una de las principales diferencias entre la traducción y la interpretación es la

velocidad a la que debe traducirse el discurso: la traducción es, por lo general, un ejercicio

premeditado. En la interpretación, en cambio, las decisiones se realizan de manera impulsiva,

los procesos mentales en el momento de retransmitir el mensaje son muy veloces. El

intérprete piensa y da forma a su mensaje “sobre la marcha”, al igual que el músico de jazz,

que escucha, piensa y emite una melodía espontánea. Por eso se ha creído que el artículo del

intérprete estadounidense Luigi Luccarelli titulado The jazz of interpreting es tan acertado,

porque, efectivamente, pueden observarse muchos paralelismos entre las dos profesiones.

Este artículo está, a la vez, inspirado en la conferencia que dió el doctor y músico Charles

Limb en TED talks en 2010 bajo el nombre Your brain on improv. En su conferencia, Limb

Page 28: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

25

explica que la improvisación es un ejercicio que practicamos constantemente en nuestro día a

día, seamos músicos o no:

People are continually improvising words in conversations and improvising solutions to

problems on the spot.

A pesar de ser un ejercicio mental que se practica con tanta asiduidad, Limb forma parte del

reducido grupo de profesionales que se ha interesado en investigar el fenómeno de la

improvisación.

En este estudio en concreto la investiga mediante la música, con la ayuda de un pianista y un

rapero. En su conferencia explica cómo en su experimento les realiza imágenes por

resonancia magnética (IRMf), que rastrean la actividad cerebral en tiempo real, para

examinar lo que sucede en el cerebro humano al ejecutar una actividad de manera mecánica

(interpretar una pieza musical memorizada) en contraposición con lo que sucede en el cerebro

cuando generamos material espontáneo (improvisar sobre una base musical). Una de las

conclusiones a las que llegó es la siguiente:

When jazz musicians improvise, their brains turn off areas linked to self-censoring and

inhibition, and turn on those that let self-expression flow. (Limb, 2010).

Fragmento que también cita Luccarelli en su artículo y que complementa con la siguiente

pregunta:

This makes sense to me. Have you ever performed poorly on an exam because you were

trying to bring in everything you know? And left feeling that you had been so tight that you

had gotten in your own way? (Luccarelli, 2012).

La pregunta que lanza Luccarelli es un ejemplo de lo más ilustrativo: efectivamente, cuando

uno va a un examen y se dedica exclusivamente a escribir lo que ha memorizado, difícilmente

podrá aspirar a más de un notable. En cambio, cuando el estudiante se ha dedicado a entender

el contenido de una asignatura y justifica cada respuesta “con sus palabras”, como se dice

siempre, es cuando mejor podrá defender lo que sabe. En la interpretación sucede lo mismo:

se trata de explicar lo que se ha entendido con naturalidad, improvisar un discurso con la

ayuda del resto de herramientas. Y cuando se habla de improvisar no nos referimos a “sacar

un conejo de la chistera” e inventar contenido aleatorio para salir del paso: el que improvisa

Page 29: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

26

bien no dice lo primero que le viene a la cabeza, fragmentos sin sentido que no encajan;

improvisar es alcanzar los objetivos respetando las bases.

La improvisación musical es un ejemplo de conducta creativa compleja que requiere un alto

grado de experiencia, e involucra la generación novedosa y contextualmente significativa de

contenidos musicales. (Bengtsson, Csikszenymihalyi & Ullen, 2007).

Digamos, en definitiva, que no es descaro ni “inspiración divina”, sino un talento que

requiere la puesta en marcha de muchas capacidades. Sobre esta última cita nos gustaría

destacar el apunte de los autores al alegar que, entre otras cosas, la improvisación consiste en

la generación “contextualmente significativa” de contenidos musicales. Efectivamente, tal y

como se venía sugiriendo, el material que se genera tiene que tener sentido en su contexto:

cuando un buen músico versiona un estándar2 de jazz e improvisa, no todas las notas valen,

existe el error. Creará variaciones con respecto a la pieza original, pero respetando su esencia,

sin equivocarse y sin desmarcarse por completo, de tal manera que la gente pueda reconocer

que se trata de Fly me to the moon, por poner un ejemplo, que equivaldría al discurso original

en el proceso interpretativo. Del mismo modo, la intervención del intérprete nunca será

idéntica a la del orador original. Tratará de reexpresar el mayor número de ideas posible que

haya expuesto el ponente, pero perseguirá ese objetivo haciendo suyo el discurso.

A pesar de que se sostenga con tanta determinación que la improvisación está presente en

todo tipo de disciplinas, es un fenómeno que, junto con el de la creatividad, todavía se aborda

únicamente en la rama de las artes y se trata de manera excepcional en el resto de disciplinas

sin dedicarle demasiadas líneas. Una explicación a este hecho podría ser las connotaciones

negativas que a menudo se asocian con el concepto de “improvisar”, concebido por algunos

como una cualidad “poco empírica” y sin demasiado mérito. Tanto es así que la

investigación sobre la creatividad y la improvisación, especialmente desde un punto de vista

psicológico, puede considerarse una ciencia relativamente joven. Así lo afirman la doctora

Mónica López-González y Charles Limb (2012): “The neuroscience of creativity began to

harbor interest and to pick up pace only very recently”.

2 Los estándares del jazz son piezas musicales que han adquirido cierta notoriedad en el género del jazz. Suelen ser conocidos por la gran mayoría de músicos y son objeto de numerosas variaciones, interpretaciones e improvisaciones. A menudo, las canciones que con el tiempo se han convertido en estándares de jazz, originalmente no fueron compuestas por un músico de jazz. Muchas tienen una historia larga y se basan en antiguas canciones populares.

Page 30: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

27

A pesar de ello, dentro de la poca investigación que se ha llevado a cabo, los especialistas

coinciden en que la creatividad es una de las características más diferenciadoras de la

inteligencia humana y es fundamental para que la mente pueda procesar información:

The general consensus is that as a prominent characteristic of human intelligence, creativity is

a fundamental activity of human information processing. A primary difference between our

brains and those of other animals is our capacity to engage in cognitive abilities such as

reasoning, representation, association, working memory, and self-reflection. During any

creative act, from language production to marketing techniques selling the latest iPhone, ideas

or past experiences are combined in novel and significant ways via the interaction of such

cognitive capacities. López-González, M., & Limb, C. J. (2012).

Vemos como aquello que explican que sucede en todo proceso creativo es exactamente lo que

se ha descrito en el presente estudio al explicar la fase de comprensión: la creación de

conexiones entre nuestros conocimientos basados en la experiencia, almacenados en la

memoria a largo plazo y la información nueva que recibe el intérprete. Una razón más que

alimenta nuestra teoría sobre que la interpretación tiene su componente artístico.

López-González y Limb mencionan en su estudio que la aproximación teórica imperante a

día de hoy en el estudio neurocientífico del pensamiento creativo es el modelo llamado

Creative cognition approach lanzado por Ronald A. Finke, Thomas B. Ward y Steven M.

Smith en 1996 para proporcionar la primera explicación explícita de los procesos cognitivos

que contribuyen al pensamiento creativo y al descubrimiento. Este modelo resulta sugerente

porque, como observa Limb, (2010) se trata de una aproximación que, como nosotros,

defiende que la creatividad no es “inspiración divina”:

Creativity is far from a magical event of unexpected random inspiration. Instead, it is a mental

occurrence that results from the application of ordinary cognitive processes.”

Hecho que el propio Limb pudo observar en su experimento mediante las imágenes por

resonancia magnética, pues, por lo visto, tras estudiar la actividad cerebral de los músicos, se

observó que una de las áreas del cerebro que se vuelve más activa durante la improvisación es

la que ocupa la memoria de trabajo “[...] something we interpreters use all the time” como

bien añade Lucarelli (2012), que en todo momento aplica la información que proporciona

Limb al campo de la interpretación. Este dato lo corrobora, a su vez, Sara L. Bengtsson

(2007), neuróloga profesional:

Page 31: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

28

Las funciones cognitivas que se encuentran implicadas en la improvisación son atención,

memoria de trabajo, inhibición de respuestas estereotipadas y selección per se.

Por lo visto, como apuntaba Lucarelli, en el proceso creativo de la improvisación intervienen

factores que también actúan en el proceso interpretativo y que se han ido mencionando a lo

largo de nuestra propuesta en la explicación de las distintas fases. Esa es la muestra de que,

en efecto, la improvisación no es una especie de inspiración mágica y aleatoria, sino que

consiste en un ejercicio en el que se llevan a cabo procesos mentales tan complejos como los

que tienen lugar al desempeñar cualquier otra actividad “premeditada”. Sin embargo, puesto

que al improvisar nos desinhibimos y se apagan esas áreas del cerebro vinculadas a la

autocensura de las que habla Limb, todo apunta a que las posibilidades que brinda la

improvisación para establecer conexiones son mucho mayores a las que se tiene

normalmente, lo cual explica que cuando se improvise salga nuestro lado más creativo.

En la fase de reexpresión, durante la improvisación de nuestro discurso, tal y como afirma

Confino (2007):

La elección de las palabras del mensaje a reformular dependerá en gran medida de la facilidad

más o menos grande con la que el intérprete pueda expresarse, de la amplitud de sus

conocimientos, de la riqueza de su vocabulario, de su sentido de los matices, de la agilidad de

su mente.

Estas características que propone Confino son algunos ejemplos de los factores personales

que, como se alegaba al inicio de esta sección, conforman ese “je ne sais quoi” que hace que

nunca haya dos interpretaciones idénticas de un mismo discurso. Lucarelli se refiere a ello en

su artículo como “that state of grace known as being in the zone”:

People often talk about the soft skills an interpreter should have: empathy, intellectual

curiosity, flexibility, a quick mind, etc. I’m not sure improvisation can be classified as a soft

skill; perhaps it is an approach or mind-set that on the right day and in the right context brings

them and all our harder skills together, producing that state of grace known as being in the

zone. (Luccarelli, 2012).

Lo más parecido a la capacidad de improvisación que incluyen Seleskovitch y Lederer en su

obra sería la “elocuencia”, cualidad que integran en la lista de aptitudes que consideran que

debe tener el intérprete: “L'éloquence dépasse la simple qualité de l'expression, il y faut aussi

du talent”.

Page 32: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

29

En el presente trabajo se ha decidido emplear el término “improvisación” para hacer

referencia al concepto del que se habla, pero más allá de la etiqueta que se decida emplear, el

objetivo primordial que se persigue es reservar un apartado a esa capacidad personal de la

que tan poco se habla o a la que apenas se le dedica unas líneas en los manuales de

interpretación, a pesar de ser uno de los componentes que moldea de manera más decisiva el

discurso del intérprete.

4. CONCLUSIONES Tras la realización de este trabajo, no nos cabe duda de que en la IC confluyen gran cantidad

de esfuerzos. Después del proceso de documentación resultaba difícil dividir el proceso en

apartados y tratar de abordarlos de manera independiente, ya que la interpretación es un

ejercicio en el que todo está relacionado y no hay ninguna fase que de verdad funcione de

manera independiente. El análisis nos lleva concluir que la manera en que nos desenvolvemos

en cada etapa tiene repercusiones directas sobre el conjunto de la actividad: se ha visto que en

la fase de reexpresión, la desverbalización es indispensable para que los estudiantes

encuentren formas de expresión naturales en su lengua materna pero que la desverbalización

tampoco podrá hacerse si el mensaje no se ha comprendido. Por eso supone una dificultad

importante tratar de abordar las fases del proceso por separado.

Precisamente por la dificultad que planteaba el ejercicio, se consideraba primordial que el

objeto de estudio fuera variado. Se seleccionaron obras antiguas y otras más recientes para

poder elaborar un estudio variado y a la vez completo. Sin embargo, las seis obras

seleccionadas para el análisis no diferían lo suficiente como para elaborar el estudio

exclusivamente sobre su contenido. No obstante, es cierto que para algunas fases como las de

comprensión o desverbalización han resultado muy útiles: nos hemos apoyado especialmente

en Seleskovitch y Lederer, por ejemplo, que son las que más en profundidad tratan estas

fases, lo cual no debería sorprendernos demasiado si recordamos que Seleskovitch fue la

fundadora del concepto de desverbalización. De su obra se ha extraído el mayor número de

citas porque son unas grandes defensoras de la importancia de la escucha y la retención de

conceptos, no de palabras. Por tanto, compartían una de las ideas fundamentales de las que

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30

partía el trabajo de investigación. Sin embargo, como se comenta en la introducción del

trabajo, para el desarrollo de otros conceptos y apartados ha sido necesario complementar la

información de las obras seleccionadas con información de otros blogs y fuentes de internet,

puesto que la información que proporcionaban no era suficiente. Nos referimos a a

información relativa al ejercicio de improvisación o a las estrategias mnemotécnicas, por

ejemplo.

En lo que respecta a la parte práctica de mi estudio, las clases de interpretación consecutiva a

las que he asistido han sido de gran utilidad para la elaboración de la propuesta, ya que en

ellas se ha podido confirmar las principales ideas de las que partía el estudio y otras hipótesis

defendidas por los autores de las obras consultadas, haciendo que se incluyeran en mi estudio.

Por tanto, puedo decir que la práctica fusionada con los conocimientos que iba adquiriendo

por medio de la documentación, han hecho que logre entender en profundidad aspectos que

desconocía sobre la interpretación.

En clase, por ejemplo, se nos había dicho varias veces que no resulta fácil para los intérpretes

jóvenes acceder al mundo laboral porque es una profesión que requiere mucha cultura

general. Me pareció que tenía sentido: nunca se sabe sobre qué puede acabar hablando el

orador y a un intérprete joven, en un congreso de dietética, por poner un ejemplo, lo pueden

“pillar desprevenido” con temas políticos o históricos sobre los que tal vez no tenga

demasiados conocimientos. Pero no pensé que fuer más allá de eso. Sin embargo, tras el

análisis realizado, he podido observar que el conocimiento base del intérprete juega un papel

fundamental en todo el proceso interpretativo por los motivos que se han defendido en el

presente estudio, especialmente en la fase de comprensión: cuanto más experiencia tenga el

intérprete (no sólo profesional sino en todos los ámbitos), más información tendrá

almacenada en su memoria a largo plazo, más conexiones podrá establecer con el input que

reciba, más conseguirá empatizar con el discurso y, por tanto, menos le costará recordarlo.

Yo misma pude comprobarlo: al interpretar el discurso de Severn Suzuki en la Conferencia

de las Naciones Unidas sobre el medioambiente, apenas tuve que anotar nada en mi bloc de

notas para reformular el discurso. Todo lo que exponía la oradora me afectaba de una manera

tan directa que conseguí visualizar las ideas sin problema y empatizar con lo que ella sentía.

En otra sesión, en cambio, tuvimos que interpretar un discurso que informaba sobre la

catástrofe que tuvo lugar en una fábrica textil de Bangladesh en el año 2012. Al tratarse de un

discurso informativo, era denso en cuanto en datos específicos: número de muertes, heridos,

Page 34: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

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cifras monetarias, nombres de los propietarios, etc. Supuso una dificultad mucho mayor

reproducir este discurso, pues no podía relacionar las cifras con nada y, a pesar de que

intentara retenerlas en la mente (o memoria de trabajo, como he aprendido) durante los dos

escasos segundos que tardaba en apuntarlas, las perdía. Me dí cuenta, por tanto, de lo

indispensable que es la toma de notas en discursos de este tipo.

Por todo lo expuesto, creo con firmemente que el hecho de documentarse y, por tanto,

interesarse por conocer el proceso interpretativo puede ayudar a identificar las dificultades

que experimenta el estudiante a nivel individual y, por tanto, a mejorar la calidad de su

trabajo.

Como conclusión final añadiré que, a pesar de que la interpretación sea un objeto de estudio

complejo, la cooperación entre universidades e investigadores con intereses distintos debe

seguir avanzando para permitir relacionar estudios y nuevos conceptos. Considero que es

algo primordial, pues es triste que aspectos como la improvisación o la creatividad sólo se

tengan en cuenta las artes y no en el resto de disciplinas, cuando está demostrado que es una

facultad que practicamos en todo tipo de actividades. Si así lo creía con determinación antes

de iniciar mi estudio, ahora no me cabe ninguna duda al respecto. Ha sido gratificante ver

como los estudios que encontraba sobre este tema en concreto, aunque fueran pocos,

coincidían con lo que trataba de defender en el trabajo de manera menos empírica. No

esperaba encontrar estudios como los de Charles Limb que aportaran ese punto de veracidad

a mi análisis. Su fascinación por la improvisación es algo con lo que empatizo por completo,

y ojalá que sus estudios consigan inspirar a más especialistas a llevar a cabo investigaciones

tan interesantes como las suyas (aunque sólo sea para que yo pueda seguir leyendo sobre el

tema).

“Both the fascination we have with the art of in-the-moment creation and the value we place

on it continue to flourish.” (López-González, M., & Limb, C., 2012).

Page 35: La interpretación consecutiva como proceso: investigación

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