la inteligencia y su relaciÓn con las ideas
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Enseñanza e Investigación en Psicología
ISSN: 0185-1594
Consejo Nacional para la Enseñanza en
Investigación en Psicología A.C.
México
Huerta Hernández, Josué N.; Alcázar Olán, Raúl J.
LA INTELIGENCIA Y SU RELACIÓN CON LAS IDEAS IRRACIONALES EN ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS
Enseñanza e Investigación en Psicología, vol. 19, núm. 2, 2014
Consejo Nacional para la Enseñanza en Investigación en Psicología A.C.
Xalapa, México
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29238007003
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LA INTELIGENCIA Y SU RELACIÓN CON LAS IDEAS IRRACIONALES
EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
The intelligence and its relation with the irrational beliefs in university students
Josué N. Huerta Hernández y Raúl J. Alcázar Olán
Universidad Iberoamericana Puebla1
RESUMEN
El enfoque de la terapia racional emotivo-conductual considera que las perturbaciones
emocionales surgen de la interpretación distorsionada del mundo a partir de un sistema de
creencias ilógico e irracional. Debido a que la lógica es un componente común en los
conceptos de inteligencia e ideas irracionales, esta investigación propuso como hipótesis
que los individuos con mayor inteligencia tienen un mayor procesamiento lógico y, por lo
tanto, menos ideas irracionales. En consecuencia, el objetivo fue conocer la correlación
entre el puntaje del coeficiente intelectual, medido por la prueba WAIS-III, y los puntajes de
ideas irracionales, medidos con el Inventario de Ideas Irracionales de Ellis. Participaron 28
estudiantes universitarios, hombres y mujeres, de la ciudad de Puebla (México). Se
obtuvieron en total 315 correlaciones, de las cuales diez fueron significativas. Aunque
moderadas, solo cinco correlaciones validaron la hipótesis.
Indicadores: Idea irracional; Inteligencia; Lógica; Pensamiento.
ABSTRACT
Rational-emotive behavior therapy considers that emotional discomfort emerges from a
distorted interpretation of the world, that is, from an illogical and irrational system of
beliefs. Because logic is a common factor in both, intelligence and irrational ideas, this
research proposed the hypothesis that individuals with higher levels of intelligence have
more logical processing and, therefore, lower irrational ideas. The goal of the study was to
know the correlation between the intelligence quotient, as measured by the WAIS-III test,
and the scores of irrational ideas, as measured by the Irrational Ideas Inventory of Ellis. The
participants were 28 university students from Puebla, México, men and women. From 315
correlations obtained, ten were statistically significant. Although moderate, only five were
in favor of the hypothesis.
Keywords: Irrational ideas; Intelligence; Logic; Thinking.
1Blvd. del Niño Poblano 2901, Unidad Territorial Atlixcáyotl, Puebla, Pue., México, correos electrónicos:
[email protected] y [email protected]. Artículo recibido el 9 de abril y aceptado el 14 de agosto de
2013.
INTRODUCCIÓN
Los procesos cognitivos implicados en la inteligencia y el lenguaje configuran de forma
especial la representación que el hombre construye del mundo. Las capacidades cognitivas
atañen a todos los procesos por los que la información de los sentidos se transforma,
reduce, elabora, guarda, recupera y utiliza (Best, 2002). El lenguaje, a su vez, permite que
los seres humanos logren comunicar a sus semejantes (y a sí mismos a través de un
autodiálogo) las ideas que construyen sobre sus percepciones del mundo. La relación que la
personalidad mantiene con los procesos cognitivos se revela en la forma de percibir e
interpretar las cosas, las personas y los acontecimientos del mundo, así como en la manera
de desarrollar las actitudes o crear la imagen propia y la de los demás (Organización
Mundial de la Salud, 1992).
En la perspectiva de la terapia racional emotivo-conductual (TREC), creada por Albert Ellis,
la cognición desempeña un papel primordial en la génesis de las perturbaciones humanas ya
que se concentra en las creencias, actitudes y el pensamiento del cliente (Leahy, 1996),
pero también se distingue de otras escuelas terapéuticas por la importancia que le concede a
la capacidad humana de elaborar el lenguaje y la facilidad de producir símbolos que lo
acompañan. Así, la TREC considera que los pensamientos suelen tomar primordialmente la
forma de frases que las personas se dicen a sí mismas, autoinstrucciones que dependen de la
forma en la que el individuo ha aprendido a manejar situaciones estresantes (Ellis, 1962).
Los fundamentos teóricos de la TREC se basan en el presupuesto de que la emoción y el
pensamiento humano no son dos procesos dispares o diferentes sino que tienen
coincidencias significativas, siendo en algunos aspectos la misma cosa. Como el
pensamiento es el medio que permite al ser humano interpretar y construir los eventos del
mundo externo, las emociones negativas mantenidas invariablemente son, según Ellis
(1962), el resultado de la estupidez, la ignorancia o la perturbación, y se pueden eliminar en
su mayor parte –o deberían serlo– mediante la aplicación de un conocimiento y un
pensamiento lógico correcto y apegado a la realidad.
Se consideran como racionales los pensamientos que ayudan a una persona y que pueden
habitualmente ser objeto de una comprobación empírica. Estas creencias están basadas en
la realidad y son verificables. Por el contrario, las creencias irracionales son formuladas de
manera absoluta, ilógica y no se ven confirmadas por los hechos empíricos o son
contradichas por los hechos conocidos (Auger, 1986). Las creencias irracionales son, pues,
razonamientos que parten por lo general de un esquema ilógico y que no se siguen de las
premisas y suposiciones de las que pretenden partir (Ellis, 1999). En consecuencia, en la
TREC se le asigna una considerable importancia a las fallas que tienen las personas en sus
procesos de pensamiento cuando conforman creencias y emociones autodestructivas. De
ahí que la principal meta del terapeuta sea demostrar a los clientes que la causa primordial
de sus padecimientos emocionales suelen ser sus autoverbalizaciones, que son creencias
internalizadas, ilógicas y poco realistas (Ellis y Blau, 2000).
De este modo, los pensamientos son frases internas que pueden ser analizadas como
razonamientos bajo la lupa de la lógica. El lenguaje interiorizado ingresa como una parte
constituyente en el proceso de la actividad racional, incluyendo la inteligencia, desde el
momento en que las acciones comienzan a ser intencionadas (Vygotsky, 1934/1996); es
decir, la lógica es una habilidad cognitiva en estrecha relación con la inteligencia y el
lenguaje interiorizado.
El pensamiento y el lenguaje aparecen interconectados en el adulto, de tal manera que no
son posibles el uno sin el otro. En el hombre adulto, el lenguaje es la base material del
pensamiento (Vigotsky, 1934/1996). Y así como los procesos del pensamiento desempeñan
un papel esencial en la esfera de la personalidad, de igual forma la personalidad adquiere
una gran importancia al aclarar los elementos que intervienen en procesos cognitivos tales
como la inteligencia. Binet y Simon (1908/2001) ya habían observado que un estudio
general de la inteligencia implicaba también un estudio de la personalidad.
Al especificar que los pensamientos son frases internalizadas, la mayor parte de los
pensamientos cotidianos tienen la forma de palabras, frases y oraciones (Ellis, 1962), por lo
que se espera que las habilidades intelectuales verbales sean las que tengan una mayor
influencia en la modificación de los pensamientos irracionales. Al respecto, dos
investigaciones han utilizado la escala de irracionalidad de Ellis para examinar su relación
con los aspectos intelectuales. En primer lugar, Prola (1988) encontró en jóvenes
universitarios que entre mayor es la irracionalidad, menor es la habilidad semántica. En
segundo término, Lee, Hallberg y Haase (1979) mostraron que los patrones de pensamiento
irracional se modifican en los niños en función del desarrollo cognitivo. Con base en estos
antecedentes, se propuso como hipótesis para la presente investigación que las personas con
un mayor coeficiente intelectual tienen un mejor procesamiento lógico y, en consecuencia,
menos ideas irracionales. Así, el objetivo de la misma fue conocer la relación entre
inteligencia y pensamientos irracionales, con el objeto de examinar si las ideas irracionales
se asocian con la capacidad intelectual. También se hicieron análisis por sexo para saber si
los resultados dependen de dicha variable sociodemográfica.
MÉTODO
Participantes
En este estudio correlacional, la muestra por disponibilidad se formó con 28 estudiantes
universitarios de una institución pública de la comunidad de Huejotzingo, Pue. (México),
alumnos de la carrera de Tecnologías de la Información. Participaron 16 mujeres y 12
varones de entre 18 y 28 años de edad, siendo el promedio de edad de 20.33. De ellos, doce
mujeres finalizaban el primer año de la carrera y cuatro el segundo, en tanto que siete
hombres finalizaban el primer año y cinco el segundo. La elección de dicha muestra se basó
en razones de factibilidad y accesibilidad.
Instrumentos
Para llevar a cabo el estudio se utilizaron los siguientes instrumentos:
Cuestionario de información general, que colectó información sobre algunas variables
sociodemográficas (edad, sexo, estado civil, etc.).
Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos III (WAIS-III), validado para México por
Sánchez-Escobedo (Wechsler, 1997). Esta escala se emplea para evaluar la inteligencia,
definida como la capacidad total o global del individuo para actuar con un propósito, pensar
racionalmente y enfrentar efectivamente su entorno (Wechsler, 1944, 1975). Con el WAIS-
III se obtuvieron quince puntajes, a partir de seis escalas verbales y cinco de ejecución, con
los cuales se obtuvo el coeficiente intelectual verbal y de ejecución, el índice de
comprensión verbal y el CI global.
Escala Abreviada de Pensamientos Irracionales de Albert Ellis (EAPI). Es este un
inventario compuesto por afirmaciones derivadas del sistema original de ideas irracionales
propuesto por Ellis (1962). Al efecto, se empleó la versión corta creada por la Facultad de
Estudios Superiores de Zaragoza de la Universidad Nacional Autónoma de México a partir
de la escala de cien ítems creada por Jones (1968). Consta de cincuenta afirmaciones tipo
Likert con cinco opciones de respuesta, que van desde “totalmente en desacuerdo” (1),
hasta “totalmente de acuerdo” (5). Al contestar, el participante señala el grado de acuerdo o
desacuerdo en relación a la afirmación.
Dicho inventario se divide en diez subescalas, las cuales se distribuyen a su vez en las diez
ideas irracionales que plantea Ellis (1962). Cuantitativamente, ello permite conocer el
grado en que un sujeto sostiene o se adhiere a cierta idea. Se obtiene así un puntaje que va
de menos a más para cada idea. A mayor puntaje, más acentuada es la idea irracional en
cuestión.
El análisis multifactorial con rotación varimax, realizado en México por Flores y Jiménez
(2001), reveló seis subescalas válidas: 1) Causalidad externa, que consiste en creer que las
propias desgracias se deben a eventos externos. Su confiabilidad es de .56 y contiene siete
reactivos; 2) Para evaluar la creencia de que quienes cometen errores deben sufrir en
consecuencia (“La gente vil merece ser castigada”). Su confiabilidad es de .61 y consta de
cuatro reactivos; 3) Reconocimiento externo, que indica la necesidad extrema de que otras
personas lo aprecien a uno. Su confiabilidad es de .60 y tiene cuatro reactivos; 4) Evitación
de problemas, que se emplea para medir si el individuo atrasa o evita decisiones
importantes: su confiabilidad es de .56 y contiene cuatro reactivos; 5) Catastrofización, que
mide la exageración problemática o visión negativa de uno mismo. Su confiabilidad es .55
y consta de tres reactivos, y 6) Necesidad de triunfar, utilizada para evaluar el grado en que
se debe ser muy competente en todos los aspectos posibles para considerarse valioso. Su
confiabilidad es de .50 y tiene tres reactivos. Con las seis escalas se puede obtener un
puntaje total o global.
Procedimiento
Se invitó a los estudiantes de la carrera de Tecnologías de la Información, en el área de
Sistemas Informáticos de la Universidad Tecnológica de Huejotzingo, a quienes se les dijo
que participarían en un estudio sobre la inteligencia y los estilos de pensamiento. Las
aplicaciones se llevaron a cabo en la sala de juntas de la dirección de la propia carrera.
El estudio se realizó con un participante a la vez y una duración promedio de dos horas por
persona. Los participantes comenzaban respondiendo el cuestionario de información
general y luego se les aplicaba la EAPI, lo cual les tomaba un tiempo aproximado de 5 a 15
minutos. Al finalizar, se aplicó el WAIS-III, que les tomaba responder entre una hora y
media y tres horas en algunos casos.
Para el análisis de los datos se usó la correlación de Spearman, la cual es una técnica no
paramétrica apropiada con muestras pequeñas. Se examinaron correlaciones con el
programa SPSS a partir de tres grupos: la muestra de varones, la de mujeres y la muestra
completa. Las correlaciones incluyeron las quince mediciones obtenidas en el WAIS-III (las
once subescalas, el índice de comprensión verbal, los coeficientes intelectuales de
ejecución: verbal y global) y las siete puntuaciones obtenidas en la EAPI (seis subescalas,
más el puntaje global).
RESULTADOS
Se obtuvo un amplio rango de calificaciones de CI total con valores que oscilaron entre los
60 y los 113 puntos, lo que indica una considerable variabilidad en el CI de la muestra. El
puntaje total de la EAPI osciló entre 46 y 87 puntos, sugiriendo variabilidad. Con las quince
escalas del WAIS-III y las siete mediciones de la EAPI se obtuvo en total un gran número de
correlaciones: 105 (15 x 7) para toda la muestra (105 en varones y 105 en mujeres, lo que
suma 315).
De las 315 correlaciones, diez de ellas (3.1% del total) estuvieron en un rango de
significancia de .001 a .005; de ellas, cinco mostraron una relación negativa (a mayor
inteligencia, menos adherencia a las creencias irracionales) (Tabla 1).
Tabla 1. Correlaciones significativas negativas entre inteligencia e irracionalidad.
Subpruebas
WAIS-III Creencia irracional r p
Varones y mujeres
Comprensión La gente vil merece ser castigada –0.422 0.005
Símbolos Causalidad externa –0.460 0.001
Solo mujeres
Símbolos Causalidad externa –0.631 0.001
Símbolos Necesidad de triunfar –0.556 0.005
Solo varones
Símbolos Reconocimiento externo –0.690 0.001
En toda la muestra se encontraron dos correlaciones negativas entre la inteligencia y los
pensamientos irracionales: 1) a mayor calificación en la escala de comprensión del WAIS-III,
menor es la idea de que la gente vil merece ser castigada, y 2) a mayor puntaje en la prueba
de símbolos del WAIS-III, más disminuye el puntaje en la escala de causalidad externa.
Respecto a las mujeres, los resultados arrojaron dos correlaciones negativas significativas:
1) entre mayor es la puntuación en la escala de símbolos, menor es en la escala de
causalidad externa, y 2) a mayor puntaje de la subprueba de símbolos, menor en la idea de
necesidad de triunfar. Finalmente, en los varones se obtuvo una correlación negativa
significativa: a mayor puntaje en la escala de símbolos, menor puntaje en la escala de
reconocimiento externo.
Por el contrario, se encontraron cinco correlaciones positivas significativas; es decir, que a
mayor inteligencia, mayor irracionalidad, lo que contradice la hipótesis. Estas correlaciones
se vieron únicamente en los varones (Tabla 2).
Tabla 2. Correlaciones significativas positivas entre inteligencia e irracionalidad en varones.
Subpruebas WAIS-III Creencia irracional r p
Matrices Causalidad externa 0.658 0.005
Vocabulario Necesidad de triunfar 0.607 0.005
Diseño con cubos Necesidad de triunfar 0.646 0.005
Matrices Necesidad de triunfar 0.653 0.005
Puntaje total de la escala Necesidad de triunfar 0.562 0.005
DISCUSIÓN
Debido a que la lógica es un principio que comparten en común los conceptos de
inteligencia e ideas irracionales, se planteó como hipótesis que una mayor inteligencia se
asocia con un procesamiento lógico más sólido, por lo que habrá menos ideas irracionales.
Como producto de la investigación, se obtuvieron resultados contradictorios, los cuales
apoyan la hipótesis de forma mínima o nula. Del total de correlaciones, solo cinco
estuvieron a favor de la hipótesis y otras cinco en contra. Más aún, dado el gran número de
correlaciones, es posible que los hallazgos significativos se deban al azar y no a la
existencia efectiva de una relación entre inteligencia e irracionalidad. En consecuencia, con
los presentes resultados no es posible sostener la hipótesis planteada.
El estudio de Lee et al. (1979) indicó que el aumento en la edad de los niños se asocia con
un mayor desarrollo cognitivo y una menor irracionalidad, y Prola (1988) encontró que a
mayor irracionalidad, menor habilidad semántica. Los presentes resultados contradicen las
investigaciones previas. El patrón general de correlaciones indicó que no hay relación entre
dichas variables.
Por la importancia que concede la teoría de la TREC al lenguaje, al considerar que los
pensamientos suelen tomar la forma de frases internalizadas, un factor que pudo influir en
los resultados es la comprensión verbal de los participantes. Es decir, posiblemente los
individuos con un mayor índice de comprensión verbal entenderían de forma distinta la
escala de ideas irracionales. Si bien este planteamiento es lógico y posible, nuevamente en
los hechos los resultados son contradictorios. Prola (1988) halló que la irracionalidad no se
relacionaba con las habilidades matemáticas y de escritura, pero sí con las habilidades
semánticas, resultado que no se encontró en la presente investigación; esto es, los datos
mostraron que las escalas de inteligencia verbal y el índice de comprensión verbal no se
asociaron con las ideas irracionales. Quizá lo anterior se deba a que la muestra fue
homogénea, pues todos los estudiantes que participaron pertenecían a un alto nivel
educativo (universitarios). Es factible que si los estudiantes han llegado a ese nivel, tengan
entonces un cierto nivel de comprensión verbal, y que ese nivel sea relativamente
homogéneo.
Como limitaciones de esta investigación debe señalarse que hubo algunas complicaciones
en la medición de las ideas irracionales; por ejemplo, al momento de responder el EAPI, los
participantes no eran del todo conscientes de su verdadero sistema de creencias. En la
mayoría de las ocasiones, cuando una persona experimenta un evento activante que le
perturba mucho, no se percata de la creencia que detona su respuesta emocional y
conductual.
Otra limitante en la medición de la irracionalidad puede atribuirse a las dificultades que se
presentaron al momento de definirla (cf. Mahoney y Meichenbaum, 1997). Existen diversas
discusiones teóricas que manifiestan la complejidad de poder concretarla de forma precisa –
lo que por el momento impide encontrar una definición clara en la literatura–, con las
consecuentes complicaciones que se reflejan en la escala de medición.
De acuerdo con el modelo de Ellis, entre mayor es el sufrimiento emocional, mayor es la
distorsión de la realidad o irracionalidad. Por ende, otro limitante de esta investigación
consiste en que se evaluaron ideas irracionales sin saber si las mismas ocasionaban
sufrimiento a la gente; o sea, no se evaluaron cogniciones asociadas con motivos de
consulta o causas de sufrimiento en la gente.
La muestra elegida estuvo conformada únicamente por estudiantes universitarios de un
contexto sociocultural similar, por lo que quizá los participantes tenían un nivel de
inteligencia apropiado para funcionar, independientemente de sus ideas irracionales, en su
entorno social.
La tendencia a ver el mundo de una forma rígida y absoluta parece ser el punto central de la
perturbación emocional en los seres humanos. Sin embargo, la forma en que eso se
manifiesta u operacionaliza puede estar influida por el contexto étnico-cultural particular
del individuo (Lega, Vernon y DiMattia, 2004). Es posible que, de haberse incluido
personas de diversos contextos socioculturales y con mayor y menor CI que el que tienen la
mayoría de los universitarios, entonces podría afirmarse que se trata de personas con
diferencias significativas en el CI y, por consiguiente, candidatos adecuados para comparar
su grado de irracionalidad.
Es posible que la inteligencia no se asocie con la irracionalidad porque se trata de
constructos independientes, no relacionados. En otras palabras, la racionalidad o
irracionalidad puede estar influida por factores tales como la propia historia (por ejemplo,
vivir en una familia donde se da mucho valor a la necesidad de aprobación para sentir valía
personal). De ser así, el CI se vuelve un factor menos trascendente en la formación de la
ideas irracionales.
Con base en los resultados, se sugiere que en estudios futuros se tomen en cuenta las
siguientes consideraciones: a) comparar personas con altos puntajes de CI versus personas
con bajos puntajes; b) resolver las dificultades teóricas que aparecen al momento de definir
la irracionalidad; c) tomar como parámetro para determinar los pensamientos irracionales el
diagnóstico de terapeutas especializados en TREC, y d) considerar otras variables, como los
aprendizajes anteriores, los diversos contextos socioculturales o la propia historia para
observar si las ideas distorsionadas se ven más afectadas por estas variables o por la
inteligencia.
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