CAPERRUCHITA ROJA Y LOS TRES MARRANITOS

Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperruchita Roja.

¡ Hola Caperruchita

Roja.!

¡ Hola Toñito.!

Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí una banda llamada los 3 marranos.

Ve a casa de tu abuela , con mucho cuidado,

porque puedes encontrar peligro..!

Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas...

De repente vio una casa de paja y se detuvo a pedir un vaso de agua ya que se encontraba muy agotada con el viaje, al acercarse pudo notar algo extraño en el ambiente. Toco la puerta y…

Toc, toc…. ¿Alguien me

podria regalar un vaso con

agua.?

de repente salió un rufián de la banda de los marranos.

1- ¿A dónde vas, niña?

2- A casa de mi Abuelita

el marrano ya saboreaba la gloria sacando su lengua

caperruchita no era nada tonta y recordó lo que

su madre le había dicho y dio la media

vuelta y continuo con su

camino

No gracias, se me hace

tarde

No está lejos verdad? Pero pasa amiguita haz de

estar agotada

Después de recorrer varios metros Caperruchita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El cerdo se ha ido, no tengo nada que

temer. La abuela se pondrá muy contenta cuando le lleve un hermoso

ramo de flores además de los pasteles, pero tendré que ponerlas en un jarrón si

no se secaran.

Enseguida observo una casita de piedra a pocos metros de ahí y fue a tocar la puerta. Se abrió la puerta y pudo notar que era otro cochinito de la banda los marranos llamado el porky. Caperruchita nada tonta pudo notar que también era una trampa, todo estaba planeado por los marranos.

Que se te ofrece dulce y tierna niña?

Toc ,toc, toc.

Si, quien es?

No nada me equivoque

Porky insistente para que no se le fuera la carnada pero Caperruchita dio la media vuelta y salió a paso largo y rápido.

pero no importa niña linda, pasa

haz de estar muy agotada-

No muchas gracias señor, mi abuela me ha de estar esperando

Mientras tanto, el tercer marrano llamado “oink oink” el líder de la banda, al ver el fallo de esta se fue a casa de la Abuelita rapidamente, llamó suavemente a la puerta y la anciana le abrió pensando que era Caperruchita.

Toc, toc, toc.. Soy yo

abuelita…Caperruchita.!

Un lobo que pasaba por allí había observado la llegada del marrano.

El marrano oculto a la Abuelita y se puso el gorro rosa de la abuelita, se metió en la cama y cerró los ojos. No tuvo que esperar mucho, pues Caperruchita Roja llegó enseguida, muy contenta.

La niña se acercó a la cama y vio que su abuela estaba muy cambiada.

2.- Son para verte mejor- dijo el marrano tratando de imitar la voz de la abuela.

4.- es para olerte mejor

Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

1.-Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes!

3.-Abuelita, abuelita, ¡qué nariz tan grande tienes !

5.- Abuelita, abuelita, ¡qué dientes y boca más grandes tienes!

6.- Son para...¡comerte mejoooor!

El marrano malvado se abalanzó sobre la niñita y la persiguió por toda la casa.

Mientras tanto, el lobo se había quedado preocupado y creyendo adivinar las malas intenciones del marrano, decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita.

Se asomo por la ventana de la casa y tal fue la sorpresa que se encontró, que no dudo ni un momento en poner un alto a la situación. Tomo todo el aire que pudo y soplo y soplo y la puerta derribo.

El lobo saco sus instintos felinos y ataco rápidamente al marrano. La Abuelita y Caperucita estaban a salvo. Para castigar al marrano malo, y a sus complices el lobo lo colgó de el árbol mas alto que encontró para que toda la comunidad del bosque viera el mal que había cometido y que ya todo estaría mejor.

En cuanto a Caperruchita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperruchita Roja había aprendido la lección. Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino y mucho menos detenerse por ninguna circunstancia. De ahora en adelante, seguiría las recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.

Muchas gracias lobito, nos has salvado a mi abuelita y a mi- le da un beso en la mejilla.

FIN