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PERFIL DE LA CIENCIA FICCIÓN BOLIVIANA SU GÉNESIS Y DESARROLLO EN EL PAÍS, DESDE LA TRADICIÓN ORAL HASTA NUESTROS DÍAS. UN POCO DE HUMOR DEL SIGLO IV FILOGELOS ES UNA RECOPILACIÓN DE MÁS DE 250 CHISTES DEL MUNDO HELÉNICO, QUE PRESENTAN SITUACIONES Y PERSONAJES MUY CERCANOS DE LOS QUE ACTUALMENTE FORMAN PARTE DE SKETCHES Y CUENTOS CÓMICOS. ADEMÁS EVIDENCIAN QUE LAS FORMAS DE HUMOR NO HAN CAMBIADO MUCHO PESE AL PASO DE LOS SIGLOS. 3, 4 Y 5 7 DOMINGO | 23 de noviembre de 2014 | año 5 | N° 260 editorialkipus.com

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PERFIL DE LA CIENCIA FICCIÓN BOLIVIANA

SU GÉNESIS Y DESARROLLO EN EL PAÍS, DESDE LA TRADICIÓN ORAL HASTA NUESTROS DÍAS.

UN POCO DE HUMOR DEL SIGLO IV

FILOGELOS ES UNA RECOPILACIÓN DE MÁS DE 250 CHISTES DEL MUNDO HELÉNICO, QUE PRESENTAN SITUACIONES Y PERSONAJES MUY CERCANOS DE LOS QUE ACTUALMENTE FORMAN PARTE DE SKETCHES Y CUENTOS CÓMICOS. ADEMÁS EVIDENCIAN QUE LAS FORMAS DE HUMOR NO HAN CAMBIADO MUCHO PESE AL PASO DE LOS SIGLOS.

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DOMINGO | 23 de noviembre de 2014 | año 5 | N° 260ed

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2 Domingo 23 de noviembre de 2014

Siempre me ha seducido imaginar a un monje medioeval de esos que ha-bían pasado la vida entera copian-do libros a mano en el encierro de los conventos, cuando una mañana

oye gritar desde la calle que se ha inventado una máquina portentosa para imprimir los li-bros en decenas de copias; y este viejo monje de mi imaginación piensa, con susto y triste-za, que su antiguo oficio manual ya no servirá de nada en el futuro y, por tanto, sólo quedan para él el olvido y la muerte; y cuando la poli-lla se coma los pergaminos en los que ha tra-bajado toda su vida, se lo comerá también a él.

Este monje, a lo mejor medio sordo, de modo que el pregón que anunciaba la inven-ción de la imprenta entró apagado a sus oí-dos, sólo tenía una manera de no ser comido por la polilla, y era colgar los hábitos, salir a la calle, buscar uno de los talleres donde se imprimían libros, preguntar, indagar, meter-se entre los tipógrafos, aprender a componer planas con los tipos móviles de madera, ente-rarse de cómo funcionaban las prensas ma-nuales, de cómo trabajaban los encuaderna-dores. Y aceptar, antes de nada, que el mundo tan antiguo en el que había vivido se hundía para siempre en las tinieblas.

A veces me siento como ese viejo monje, confundido y desorienta-do en medio de la nutri-da selva de invenciones, donde se agrega un nuevo árbol que nace cada noche y a la ma-ñana siguiente ya ha desarrollado su follaje, y donde los libros, que se imprimen digital-mente o se leen en las pantallas, también di-gitalmente, no son más que uno de esos árbo-les conectados entre todos por la tecnología cibernética, igual que el cine, la música, la información, el entretenimiento, la vigilan-cia policial, el agua potable, la electricidad, las compras a domicilio, los juegos, los vuelos aéreos, el funcionamiento de los automóviles, los trenes, los semáforos en las esquinas.

Nuestra memoria vive en una nube, es decir, la memoria de la humanidad archi-vada en la nada virtual. Lo que escribo cada día, lo que invento, lo que medito, es registrado de manera inmaterial, tanto que cuando apago la computadora mis pa-labras regresan a esa nada virtual, y sólo volverán delante de mí cuando yo las con-voque. No necesito viajar con ellas; adonde llegue, me estarán esperando para bajar a mí desde la nube.

Todo esto sería demasiado para el monje de mi historia, pero alguien como yo, que empezó tecleando en las máquinas de es-cribir mecánicas, y creció con la radio ima-ginando a los personajes encarnados en las voces, debe librar una lucha a brazo parti-do con ese ángel de la ultra modernidad que cambia en cada momento de figura, y al que si no logro asir en mi abrazo, al rayar el alba se alejará y me dejará derrotado; e igual que Jacob en la historia bíblica debo decirle: no te soltaré si no me bendices.

Sino entras en ese cono de luz, lo que te espera es la oscuridad, y la soledad. No sabrás de qué están hablando los demás, que son en su inmensa mayoría jóvenes. No podrás ni si-quiera viajar. Aún me acerco con terror a las máquinas que te dan en los aeropuertos los pases de abordar; de repente hay aún un em-pleado piadoso que te auxilia, pero pronto desaparecerán. Pronto tampoco habrá nadie en la ventanilla cuando quieras comprar un boleto para entrar al cine.

Alguien de mi generación se quejaba delante de mí hace poco, de lo caótico que es el mundo de las redes sociales. No lo es, le decía yo. Si vi-ves dentro, si aprendes a conocer bien esas reglas juveniles que lo animan, te vas a dar cuenta de cómo funcionan los códigos que los adolescentes han inventado para nosotros. Tienes que apren-der a usar la carita feliz, las abreviaturas, los neo-logismos que te parecen tan arbitrarios, tienes que aceptar que el idioma es hoy más híbrido y mutable que nunca, tienes que saber usar los dos pulgares para escribir porque se acabó la era de la digitación con los demás dedos.

Quizás siempre hubo un abismo entre ge-neraciones, me dirá mi amigo, esta misma preocupación por no quedarse atrás, aislado en el páramo. Soy el primero en aceptarlo, por eso empecé contando la historia de mi monje medioeval que oye gritar que afuera ocurre un cataclismo después del cual el paisaje ya no será nunca el mismo.

Pero este cataclismo que nos toca es el cambio más radical de civilización que ha vi-vido la humanidad, y apenas empieza. Ape-nas cimbra con sus primeros movimientos telúricos la tierra. Y si te traga una de las grietas que se abrirán mientras huyes, no volverás a ver la luz del sol.

La vejez es entonces eso, quedarse fuera, no entender que el mundo es otro, y que para vivir en él es necesario adaptarse, como ha sucedido a lo largo de los milenios con todas las especies. Y ahora apago la computadora, y mando estas palabras a la nube que navegaba invisible sobre mi cabeza.

El mundo de los dos pulgaresUNA REFLEXIÓN SOBRE LOS ABISMOS GENERACIONALES Y LOS AVANCES TECNOLÓGICOS.

Sergio RamírezEscritor - El Boomeran(g)

DIRECTORAdalid Cabrera Lemuz

EDITOR GENERALJavier Mancilla Luna

EDITOR DE LA ESQUINAMiguel A. Rivera G.

Colaboradores: Víctor MontoyaIván Prado SejasJorge Miranda Luizaga

Diseño: Eusebio Lazo Sumi

Diagramación: Horacio Copa Vargas

Aunque a algunos puede costarles más que a otros, cada vez más adultos mayores se familiarizan con las nuevas tecnologías.

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3Domingo 23 de noviembre

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En culturas como la boliviana, don-de se mantienen vivas las creencias pagano-religiosas, los habitantes tienen la mente proclive a las su-persticiones, y la cotidianeidad está

transversalmente atravesada por la tradición oral, cuya sabiduría cultural se transmite de padres a hijos, de adultos a niños, a través de leyendas, mitos, cantos, oraciones, fábulas, re-franes, conjuros y otras formas de manifesta-ción de la oralidad, que ha sido desde siempre una de las mejores formas de preservar los co-nocimientos ancestrales y transmitirlos como testimonios de épocas pretéritas a las nuevas generaciones con la finalidad de que éstas en-riquezcan su bagaje cultural con los aportes del ingenio popular.

No existe un solo individuo que no haya alimentado su fantasía con las narraciones de la tradición oral, puesto que en todos los ho-gares se cuentan historias de espanto y apa-recidos con las que disfrutan tanto los niños como los adultos. Los cuentos de terror o de fenómenos paranormales siempre fueron una fuente de la que bebieron los escritores por-que contienen temas y personajes que nos son familiares desde la cuna hasta la tumba.

Desde la más remota antigüedad, todas las civilizaciones crearon a sus personajes fantás-ticos, concediéndoles atributos que los diferen-ciaban de los simples mortales. Ahí tenemos a los titanes y dioses mitológicos que poseían po-deres sobrenaturales y una vida contextualiza-da en dimensiones extraterrenales.

Muchos de estos personajes ficticios, crea-dos por la fantasía de los hombres primitivos y modernos, han llegado a formar parte de las comunidades urbanas y rurales debido a que tienen una poderosa fuerza de atracción que nos permite cumplir nuestros sueños y deseos a través de las aventuras y desventuras que ellos protagonizan en el mundo fantástico que los rodea, casi siempre estructurado sobre la base de una imaginación que transgrede los lí-mites del racionalismo y la lógica formal.

Los personajes fabulosos, hechos de ma-gia y fantasía, rompen con las franjas tem-porales y espaciales de un modo particular, ya que poseen la facultad de morir y resuci-tar, de aparecer y desaparecer, de transfor-marse en entes materiales e inmateriales y sobre todo la facultad de ser dioses y hom-bres a la vez, una dicotomía que forma parte de su esencia desde el instante en que fueron creados como tales por la imaginación de los simples mortales que, desde la edad primiti-va de las civilizaciones, tuvieron siempre la necesidad de creer que existen en otras di-mensiones seres más poderosos que los indi-viduos del mundo terrenal.

No es casual que los hombres primitivos, con una fantasía similar a la de los niños, ha-yan sido capaces de crear a los dioses y demo-nios con la finalidad de proyectar su propio fuero interno que luego se fue transmitiendo de boca en boca y de generación en genera-ción hasta llegar a nuestros días como un le-gado de nuestro pasado histórico.

Las narraciones fantásticas no son una in-vención de los escritores modernos, sino de los cultores de una antigua tradición litera-ria anclada en la oralidad de las viejas cultu-ras de oriente y occidente, pero también de las culturas precolombinas, como en el caso de América Latina. Lo que quiere decir que la explicación empírica de la realidad, con una sobredosis de ficción, siempre ocupó la mente de los hombres en todas las épocas y culturas.

Lo interesante es que las narraciones de la tradición oral, de un modo general, son simi-lares en todas las culturas, así éstas no hayan establecido un contacto directo. Lo que hace suponer que los individuos, indistintamente del lugar geográfico y la época, compartían si-milares necesidades de despejar las dudas con-

cernientes a los fenómenos físicos de la natu-raleza, los instintos naturales de la condición humana, los misterios de la vida, la muerte y, por supuesto, la existencia de otras formas de vida después de la muerte; de lo contrario, no se creería en la existencia de una vida en el más allá ni en el espíritu de los individuos que, después de muertos, retornan como con-denados al reino de los vivos.

Todas estas creencias fascinantes del inge-nio popular son elementos que sirven como base en la recreación de una obra literaria que, más que ser el producto de una podero-sa mente creadora, resulta ser el compendio de la memoria colectiva; es decir, la tradición oral convertida en literatura. No obstante, a pesar de esta evidencia, existen todavía quie-nes aseveran que las obras de carácter fantás-tico son creaciones auténticas y originales de los tiempos modernos; una afirmación que, desde luego, está lejos de la verdad, puesto que la literatura fantástica, en su forma oral y escrita, existió desde siempre. Por lo tan-to, como enseña el sabio proverbio: “No hay nada nuevo bajo el sol”.

Las narraciones fantásticas de la tradición oralESTE GÉNERO ENCUENTRA CULTORES EN ORIENTE Y OCCI-DENTE, ASÍ COMO EN LAS CULTURAS PRECOLOMBINAS.

Víctor Montoya Escritor y pedagogo

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1. En un principio, las historias y tradiciones se transmitían de forma oral.2. Desde las cavernas, los hombres desarrollaron el lenguaje oral para poder comunicarse.

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Ciencia ficción nacional: Ventana al futuro para Bolivia y el mundo

UN COMPLETO REPASO DE LA PRESENCIA DE LA CIENCIA FICCIÓN EN LA HISTORIA DE LA NARRATIVA NACIONAL.

Miguel Esquirol R. e Iván Prado S. Extractos del prólogo de la obra Las Edades Remotas: I Antología de Ciencia Ficción Boliviana

LITERATURA

La literatura oral fantástica, uno de los dos sustentos de la ciencia fic-ción, siempre estuvo inmersa en el cotidiano vivir de los bolivianos, esto como parte del legado cultural

dejado por las culturas andino-amazónicas. Los antropólogos que estudian a sus descen-dientes muestran que éstos mantienen mitos y leyendas donde lo fantástico es el ingredien-te principal de historias que se mantuvieron durante milenios y se conservan hasta ahora indemnes al pasar del tiempo.

El segundo elemento que construye la ciencia ficción: la “ciencia” también ha esta-do siempre presente con culturas de inmen-so desarrollo tecnológico que aún hoy en día nos siguen sorprendiendo. Por ejemplo, estu-diando la cultura tiwanakota, los arqueólo-gos observan un manejo de conocimiento as-tronómico en la construcción de monolitos, puertas de piedra y edificios.

En este contexto, un cuento recogido por Jorge A. Lira y traducido por José María Ar-guedas y publicado en Canciones y Cuentos del pueblo quechua, muestra que nuestros antepasados ya cultivaban la ciencia ficción y la narrativa fantástica. En el cuento titula-do “El joven que subió al cielo” se observa la presencia de alienígenas en la Tierra, y esto está reflejado en frases como: “…eran muje-res vestidas de plata”; “Así es como nuestro hijo ha aprisionado a una ladrona… que bajó de los cielos” “La ropa luminosa de la joven la guardaban encerrada”, “Y se volvió a los cie-los”… Si bien, en la obra aparecen también elementos de narrativa fantástica, los aspec-tos de ciencia ficción emergen con claridad para el lector inteligente.

El primer relato corto de ciencia ficción es-crito del cual se tiene referencia es el “Don Quijote en el siglo XX” escrito, según su hijo, en la década de los sesenta (publicada en 1985) por el afamado escritor Oscar Alfaro, quien se ocupó de desarrollar la literatura di-rigida a los niños y jóvenes. En este cuento Don Quijote y Sancho Panza, rompen la ba-rrera del tiempo a través de un proceso fan-tástico, y aparecen en el siglo XX. Este cuento está dirigido a los jóvenes.

El segundo relato del que se tiene cono-cimiento es “Grohumo”, escrito en 1968 por Ernesto Camacho A., y el mismo fue recono-cido en un concurso de cuentos por la Uni-versidad Técnica de Oruro. En este cuento el autor expone una historia donde se explora las dimensiones del Multiverso…

La primera novela de ciencia ficción de la que se tiene referencia es “Víctima de los siglos” de Armando Montenegro y editada en 1955. En la trama, a partir de la explosión de una bom-ba atómica, el personaje principal, por efecto de un extraño gas producido por la explosión, se “duerme” y se despierta después, 5.000 años en el futuro. Allá aparece una ciudad futuris-ta cuyos habitantes tienen grandes desarrollos tecnológicos y mentales, y el protagonista tiene que enfrentar una nueva realidad.

La segunda obra de envergadura, dentro del subgénero de ciencia ficción, de la cual se tiene datos es “Zedar de los Espacios”, de Ra-miro Condarco Morales publicada en el año 1975. Esta novela trata de un viajero sideral que va por diferentes mundos en busca de su origen, y en el transcurso se suceden histo-rias fantásticas. En la obra, se hace referencia al uso de una tecnología avanzada donde apa-recen naves interplanetarias, naves madre, ropas espaciales delgadas para soportar los distintos ambientes, trineos voladores, san-dalias voladoras, manejo de la gravedad, ar-tefactos de detección y otros.

En 1967, Álvaro Pinedo publica “El En-cuentro”, un relato que cuenta sobre el aterri-zaje de una nave alienígena y el contacto del ser humano con extraterrestres.

En 1979, Fernando Diez de Medina publica su novela “El Atlante y la Reina de Samos”, una mezcla de ciencia ficción y narrativa fan-tástica. Diez de Medina presenta una historia de amor que transcurre en la Isla de Samos, en el mar Egeo, después del hundimiento de la Atlántida. Aparecen naves y alienígenas, que matizan la historia fantástica.

En 1989 se publica la novela “Utopía 2487” de Werner Pless, un alemán de origen judío, radicado en Bolivia. En la obra, el personaje principal es dormido para despertarse 500 años en el futuro y descubre que todo lo co-nocido había cambiado.

Asimismo, tenemos obras de Harry Mar-cus, un escritor alemán que vivió muchos años en Bolivia, y que produjo obras dentro el género de la ciencia ficción y la fantasía, como los cuentos “El tirano”, “Rescate y Éxo-do”, “Sustitutos”, “Poema Letal”; y las novelas “El Abismo de Estrellas” (1977), y “Proyeccio-nes ” (1981). Es uno de los pioneros de la cien-cia ficción en Bolivia. Igualmente, se destaca Hugo Murillo Benich, otro pionero de la cien-cia ficción boliviana, que produjo cuentos de ciencia ficción como “Supraespacio”, “El Im-perio de Wallallu”, y una serie de cuentos de ciencia ficción en el libro “OVNIS y extrate-rrestres en los Andes” (1991).

En 1994, Fernando Aracena publicó la novela “Latinoamérica 2025” que fue la primera obra boliviana de ciencia ficción que se difunde de forma masiva por Inter-net. A esta novela se la considera el primer ciberpunk en país.

En la actualidad, la difusión de cuentos, ar-tículos, reseñas, comentarios y otros de cien-cia ficción boliviana por internet se realiza a través del blog “Ciencia Ficción y Fantasía en Bolivia”, creada en 2009 y dirigida por Miguel Esquirol Ríos e Iván Prado Sejas. Igualmente, Rodrigo Antezana, Miguel Lundin, Miguel Es-quirol e Iván Prado, difunden sus trabajos de literatura de ciencia ficción a través del inter-net para toda Bolivia y el mundo. Se crea el blog SUPERNOVA, Sociedad de Escritores de Narrativa Fantástica y Ciencia Ficción, con sede en Cochabamba y con alcance nacional e internacional, y se edita la primera revista

de ciencia ficción y narrativa fantástica deno-minada Multiverso, en versión digital.

En la primera década del siglo XXI apare-cen nuevos exponentes de la ciencia ficción boliviana, con obras importantes que reflejan la inquietud por desarrollar la literatura fan-tástica en el país. En novela, en el año 2001, se publicó “El Viaje” del escritor Rodrigo An-tezana Patton. Esta novela muestra un mundo con estructuras sociales y culturales propias, dentro de una estética pos-apocalíptica, en el que se da el encuentro entre dos pueblos total-mente opuestos. Asimismo, en 2004 se publica la novela “De cuando en cuando Saturnina” de la antropóloga inglesa Alison Spedding que vive en nuestro país. Influenciada por el Ci-berpunk, Alison Spedding plantea una Bolivia futura “sui generis” (Los aymaras tienen un rol preponderante). Luego, son publicadas las obras Las Amazonas, Poder y Gloria (2006) y Crepúsculo en la Noche de los Tiempos (2008), Los Sueños del Padre (2010) de Iván Prado Se-jas. En la primera, aparecen elementos de na-rrativa fantástica y ciencia ficción, y en las dos siguientes, el autor conjuga distintos subgéne-ros de la ciencia ficción.

En cuento de ciencia ficción, aparecen también nuevos exponentes como Miguel Es-quirol Rios, quien publica “Memorias de fu-turo” (2008), una serie de cuentos que se ar-ticulan en distintas realidades y tecnologías. La mayoría de las historias ocurren en un es-pacio tiempo, donde aparecen la geografía y la gente boliviana. Asimismo, Marcela Gutié-

rrez publica “La mujer que no se equivocaba” (2008), un libro con serie de cuentos, algunos de ciencia ficción en los cuales es posible pre-senciar las historias de encuentros con extra-terrestres en el lago Titicaca; ingreso a otras dimensiones. La editorial Correveidile publi-ca una Antología de Ciencia Ficción y de Fan-tasía de varios autores (2000).

En la segunda década del siglo XXI, apa-rece una nueva camada de escritores. Entre estos escritores se tiene a: Gonzalo Montero Lara, que publica “Huellas de Luna” (2011), “Viaje al Fondo del Bar” (2014) y el “Misterio de las Tres Tetillas” (2012), cuentos y novela, con una ambientación comportamental muy “sui generis” donde se rescata aspectos de las subculturas criolla y mestiza; Sisinia Anze que publica “El Abrigo Negro” (2010), “La Clo-nación de Cristo” (2012), “Las Últimas Profe-cías” (2013) y “El Abrigo Negro: La Lanza de Longinos” (2013), combinando narrativa fan-tástica con elementos de ciencia ficción; Mi-guel Lundin Peredo publica “Armaggedon Sphere X” (2011), “Un Pueblo llamado Dream-cast” (2011), “Fuga de Tropicalopolis” (2011) y una serie de cuentos, con una influencia del Cyberpunk; Eduardo Ascarrunz lanza el li-bro “El Salar de Maravilla” (2011) una nove-la que revela sorpresas sobre el alunizaje del Apolo 11; Ronald Rodríguez gana el premio literario de Santa Cruz 2011 con la obra de ciencia ficción “Hyperrealidad: El evangelio de las profundidades”, con un estilo Cyber-punk; Dennis Morales edita “Venus Relucien-

1. Ovnis, exogénesis, su relación con las culturas antiguas y otras temáticas similares son frecuentes en las historias fantásticas.2. Portada del libro que antologa historias de ciencia ficción nacionales.

te” (2012) donde aparecen sociedades gober-nadas por mujeres, y publica “Nova” (2013), una aventura amorosa entre un humano y una replicante, dentro de la ciencia ficción dura; y Anita Triveño publica varias novelas que combinan fantasía y ciencia ficción, y en la última de ellas “Sibelle para Benjamín” (2012) novela de fantasía donde resaltan al-gunos elementos de ciencia ficción.

En esta misma década, entre los autores conocidos, Iván Prado Sejas publica “Samay Pata: Al Rescate de los Selenitas” (2012), tres historias que se conjugan y se proyectan a un drama apocalíptico cuyo efecto provo-ca la desaparición de una civilización y la “muerte” de un planeta; asimismo, publi-ca “Hananpacha: En busca de la Libertad” (2014), una novela que combina la distópia y la utopía. Miguel Lundin Peredo publica un libro de cuentos titulado “Cyborgs, niños ro-bots y tormentas eléctricas” (2012) donde se explora el universo fantástico lundínico. A fines del 2013, es premiada con el VII Con-curso Plurinacional de Novela Marcelo Qui-roga Santa Cruz la obra “El Hombre” de Al-varo Pérez Quehui dentro del Cyberpunk y se edita a inicios de 2014.

Entre los escritores de otros géneros y que incursionan a la ciencia ficción están: Edmundo Paz Soldán quien incursiona en la ciencia ficción con un cuento titulado “Rea-lity Runner”. Asimismo, toma elementos de la ciencia ficción, desde el Cyberpunk, en sus novelas “Sueños digitales” (2000) donde se intenta reinventar el pasado haciendo uso de la nueva tecnología y la creación de se-res digitales; En “El delirio de Turing” (2003) cuenta la historia de un criptoanalista, un Hacker, metido en conflictos sociales, donde la tecnología digital juega un rol importante en la trama novelesca, y en Iris (2014), su pri-mera novela de ciencia ficción, cuenta una historia futurista, distópica, donde surge un gobierno totalitario. Esta novela se difun-de también en varios países de Latinoamé-rica; Biyú Suárez se introduce en la ciencia ficción con el libro de cuentos “Paralelo 22” (2010) donde se narra historias ambientadas en la Santa Cruz del siglo XXII, ciudad que se transforma, y que da lugar a historias que ocurren en una sociedad futurista; Miguel Ángel Gálvez que edita la novela “La Caja Mecánica” (2001), con elementos de ciencia ficción y fantasía; Adolfo Cáceres Romero con el relato “La Bella Durmiente” (2009) que trata sobre una muchacha que perma-nece en estado de coma varios siglos y con el uso de una tecnología avanzada es despier-ta en una sociedad muy diferente; Giovanna Rivero, en su obra “Tukzon: Historias colate-rales” (2008), introduce relatos con alieníge-nas y elementos de cyberpunk, y asimismo, edita la novela de ciencia ficción “Helena 2022: La vera crónica de un naufragio en el tiempo” (2012).; Arturo Von Vacano publica cuentos de ciencia ficción como “Selene vie-ne” (2009); y Gonzalo Lema publica catorce

relatos futuristas en su libro “Después de las Bombas” (2012).

En algún momento se argumentó que Bo-livia no era un país con alto desarrollo tecno-lógico y esto era motivo suficiente para que la ciencia ficción, como subgénero literario, no tenga una acogida entre los escritores y lecto-res bolivianos; sin embargo, la extensa pro-ducción de obras de ciencia ficción que surge en este inicio del tercer milenio muestra una realidad distinta.

La I Antología de Ciencia Ficción Bolivia-na, Las Edades Remotas, es una compilación de cuentos de escritores cuyo pensamiento creativo se proyecta al relato sobre mundos,

civilizaciones, sociedades, grupos e indivi-duos que viven situaciones fantásticas que horadan el Multiverso a través de portales dimensionales, túneles dentro del hiperes-pacio, túneles a través del tiempo para via-jar al futuro o al pasado y de proyecciones utópicas y distópicas.

En esta miscelánea de cuentos, surge la ri-queza imaginativa de los escritores para en-volver al lector y encauzarlo hacia realidades inimaginables. Por cierto, una nave imagi-naria intergaláctica trasladará al lector por mundos extraños y desconocidos, y al final del viaje, consideramos que el pasajero saldrá muy gratificado.

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Ciencia ficción nacional: Ventana al futuro para Bolivia y el mundo

UN COMPLETO REPASO DE LA PRESENCIA DE LA CIENCIA FICCIÓN EN LA HISTORIA DE LA NARRATIVA NACIONAL.

Miguel Esquirol R. e Iván Prado S. Extractos del prólogo de la obra Las Edades Remotas: I Antología de Ciencia Ficción Boliviana

LITERATURA

La literatura oral fantástica, uno de los dos sustentos de la ciencia fic-ción, siempre estuvo inmersa en el cotidiano vivir de los bolivianos, esto como parte del legado cultural

dejado por las culturas andino-amazónicas. Los antropólogos que estudian a sus descen-dientes muestran que éstos mantienen mitos y leyendas donde lo fantástico es el ingredien-te principal de historias que se mantuvieron durante milenios y se conservan hasta ahora indemnes al pasar del tiempo.

El segundo elemento que construye la ciencia ficción: la “ciencia” también ha esta-do siempre presente con culturas de inmen-so desarrollo tecnológico que aún hoy en día nos siguen sorprendiendo. Por ejemplo, estu-diando la cultura tiwanakota, los arqueólo-gos observan un manejo de conocimiento as-tronómico en la construcción de monolitos, puertas de piedra y edificios.

En este contexto, un cuento recogido por Jorge A. Lira y traducido por José María Ar-guedas y publicado en Canciones y Cuentos del pueblo quechua, muestra que nuestros antepasados ya cultivaban la ciencia ficción y la narrativa fantástica. En el cuento titula-do “El joven que subió al cielo” se observa la presencia de alienígenas en la Tierra, y esto está reflejado en frases como: “…eran muje-res vestidas de plata”; “Así es como nuestro hijo ha aprisionado a una ladrona… que bajó de los cielos” “La ropa luminosa de la joven la guardaban encerrada”, “Y se volvió a los cie-los”… Si bien, en la obra aparecen también elementos de narrativa fantástica, los aspec-tos de ciencia ficción emergen con claridad para el lector inteligente.

El primer relato corto de ciencia ficción es-crito del cual se tiene referencia es el “Don Quijote en el siglo XX” escrito, según su hijo, en la década de los sesenta (publicada en 1985) por el afamado escritor Oscar Alfaro, quien se ocupó de desarrollar la literatura di-rigida a los niños y jóvenes. En este cuento Don Quijote y Sancho Panza, rompen la ba-rrera del tiempo a través de un proceso fan-tástico, y aparecen en el siglo XX. Este cuento está dirigido a los jóvenes.

El segundo relato del que se tiene cono-cimiento es “Grohumo”, escrito en 1968 por Ernesto Camacho A., y el mismo fue recono-cido en un concurso de cuentos por la Uni-versidad Técnica de Oruro. En este cuento el autor expone una historia donde se explora las dimensiones del Multiverso…

La primera novela de ciencia ficción de la que se tiene referencia es “Víctima de los siglos” de Armando Montenegro y editada en 1955. En la trama, a partir de la explosión de una bom-ba atómica, el personaje principal, por efecto de un extraño gas producido por la explosión, se “duerme” y se despierta después, 5.000 años en el futuro. Allá aparece una ciudad futuris-ta cuyos habitantes tienen grandes desarrollos tecnológicos y mentales, y el protagonista tiene que enfrentar una nueva realidad.

La segunda obra de envergadura, dentro del subgénero de ciencia ficción, de la cual se tiene datos es “Zedar de los Espacios”, de Ra-miro Condarco Morales publicada en el año 1975. Esta novela trata de un viajero sideral que va por diferentes mundos en busca de su origen, y en el transcurso se suceden histo-rias fantásticas. En la obra, se hace referencia al uso de una tecnología avanzada donde apa-recen naves interplanetarias, naves madre, ropas espaciales delgadas para soportar los distintos ambientes, trineos voladores, san-dalias voladoras, manejo de la gravedad, ar-tefactos de detección y otros.

En 1967, Álvaro Pinedo publica “El En-cuentro”, un relato que cuenta sobre el aterri-zaje de una nave alienígena y el contacto del ser humano con extraterrestres.

En 1979, Fernando Diez de Medina publica su novela “El Atlante y la Reina de Samos”, una mezcla de ciencia ficción y narrativa fan-tástica. Diez de Medina presenta una historia de amor que transcurre en la Isla de Samos, en el mar Egeo, después del hundimiento de la Atlántida. Aparecen naves y alienígenas, que matizan la historia fantástica.

En 1989 se publica la novela “Utopía 2487” de Werner Pless, un alemán de origen judío, radicado en Bolivia. En la obra, el personaje principal es dormido para despertarse 500 años en el futuro y descubre que todo lo co-nocido había cambiado.

Asimismo, tenemos obras de Harry Mar-cus, un escritor alemán que vivió muchos años en Bolivia, y que produjo obras dentro el género de la ciencia ficción y la fantasía, como los cuentos “El tirano”, “Rescate y Éxo-do”, “Sustitutos”, “Poema Letal”; y las novelas “El Abismo de Estrellas” (1977), y “Proyeccio-nes ” (1981). Es uno de los pioneros de la cien-cia ficción en Bolivia. Igualmente, se destaca Hugo Murillo Benich, otro pionero de la cien-cia ficción boliviana, que produjo cuentos de ciencia ficción como “Supraespacio”, “El Im-perio de Wallallu”, y una serie de cuentos de ciencia ficción en el libro “OVNIS y extrate-rrestres en los Andes” (1991).

En 1994, Fernando Aracena publicó la novela “Latinoamérica 2025” que fue la primera obra boliviana de ciencia ficción que se difunde de forma masiva por Inter-net. A esta novela se la considera el primer ciberpunk en país.

En la actualidad, la difusión de cuentos, ar-tículos, reseñas, comentarios y otros de cien-cia ficción boliviana por internet se realiza a través del blog “Ciencia Ficción y Fantasía en Bolivia”, creada en 2009 y dirigida por Miguel Esquirol Ríos e Iván Prado Sejas. Igualmente, Rodrigo Antezana, Miguel Lundin, Miguel Es-quirol e Iván Prado, difunden sus trabajos de literatura de ciencia ficción a través del inter-net para toda Bolivia y el mundo. Se crea el blog SUPERNOVA, Sociedad de Escritores de Narrativa Fantástica y Ciencia Ficción, con sede en Cochabamba y con alcance nacional e internacional, y se edita la primera revista

de ciencia ficción y narrativa fantástica deno-minada Multiverso, en versión digital.

En la primera década del siglo XXI apare-cen nuevos exponentes de la ciencia ficción boliviana, con obras importantes que reflejan la inquietud por desarrollar la literatura fan-tástica en el país. En novela, en el año 2001, se publicó “El Viaje” del escritor Rodrigo An-tezana Patton. Esta novela muestra un mundo con estructuras sociales y culturales propias, dentro de una estética pos-apocalíptica, en el que se da el encuentro entre dos pueblos total-mente opuestos. Asimismo, en 2004 se publica la novela “De cuando en cuando Saturnina” de la antropóloga inglesa Alison Spedding que vive en nuestro país. Influenciada por el Ci-berpunk, Alison Spedding plantea una Bolivia futura “sui generis” (Los aymaras tienen un rol preponderante). Luego, son publicadas las obras Las Amazonas, Poder y Gloria (2006) y Crepúsculo en la Noche de los Tiempos (2008), Los Sueños del Padre (2010) de Iván Prado Se-jas. En la primera, aparecen elementos de na-rrativa fantástica y ciencia ficción, y en las dos siguientes, el autor conjuga distintos subgéne-ros de la ciencia ficción.

En cuento de ciencia ficción, aparecen también nuevos exponentes como Miguel Es-quirol Rios, quien publica “Memorias de fu-turo” (2008), una serie de cuentos que se ar-ticulan en distintas realidades y tecnologías. La mayoría de las historias ocurren en un es-pacio tiempo, donde aparecen la geografía y la gente boliviana. Asimismo, Marcela Gutié-

rrez publica “La mujer que no se equivocaba” (2008), un libro con serie de cuentos, algunos de ciencia ficción en los cuales es posible pre-senciar las historias de encuentros con extra-terrestres en el lago Titicaca; ingreso a otras dimensiones. La editorial Correveidile publi-ca una Antología de Ciencia Ficción y de Fan-tasía de varios autores (2000).

En la segunda década del siglo XXI, apa-rece una nueva camada de escritores. Entre estos escritores se tiene a: Gonzalo Montero Lara, que publica “Huellas de Luna” (2011), “Viaje al Fondo del Bar” (2014) y el “Misterio de las Tres Tetillas” (2012), cuentos y novela, con una ambientación comportamental muy “sui generis” donde se rescata aspectos de las subculturas criolla y mestiza; Sisinia Anze que publica “El Abrigo Negro” (2010), “La Clo-nación de Cristo” (2012), “Las Últimas Profe-cías” (2013) y “El Abrigo Negro: La Lanza de Longinos” (2013), combinando narrativa fan-tástica con elementos de ciencia ficción; Mi-guel Lundin Peredo publica “Armaggedon Sphere X” (2011), “Un Pueblo llamado Dream-cast” (2011), “Fuga de Tropicalopolis” (2011) y una serie de cuentos, con una influencia del Cyberpunk; Eduardo Ascarrunz lanza el li-bro “El Salar de Maravilla” (2011) una nove-la que revela sorpresas sobre el alunizaje del Apolo 11; Ronald Rodríguez gana el premio literario de Santa Cruz 2011 con la obra de ciencia ficción “Hyperrealidad: El evangelio de las profundidades”, con un estilo Cyber-punk; Dennis Morales edita “Venus Relucien-

1. Ovnis, exogénesis, su relación con las culturas antiguas y otras temáticas similares son frecuentes en las historias fantásticas.2. Portada del libro que antologa historias de ciencia ficción nacionales.

te” (2012) donde aparecen sociedades gober-nadas por mujeres, y publica “Nova” (2013), una aventura amorosa entre un humano y una replicante, dentro de la ciencia ficción dura; y Anita Triveño publica varias novelas que combinan fantasía y ciencia ficción, y en la última de ellas “Sibelle para Benjamín” (2012) novela de fantasía donde resaltan al-gunos elementos de ciencia ficción.

En esta misma década, entre los autores conocidos, Iván Prado Sejas publica “Samay Pata: Al Rescate de los Selenitas” (2012), tres historias que se conjugan y se proyectan a un drama apocalíptico cuyo efecto provo-ca la desaparición de una civilización y la “muerte” de un planeta; asimismo, publi-ca “Hananpacha: En busca de la Libertad” (2014), una novela que combina la distópia y la utopía. Miguel Lundin Peredo publica un libro de cuentos titulado “Cyborgs, niños ro-bots y tormentas eléctricas” (2012) donde se explora el universo fantástico lundínico. A fines del 2013, es premiada con el VII Con-curso Plurinacional de Novela Marcelo Qui-roga Santa Cruz la obra “El Hombre” de Al-varo Pérez Quehui dentro del Cyberpunk y se edita a inicios de 2014.

Entre los escritores de otros géneros y que incursionan a la ciencia ficción están: Edmundo Paz Soldán quien incursiona en la ciencia ficción con un cuento titulado “Rea-lity Runner”. Asimismo, toma elementos de la ciencia ficción, desde el Cyberpunk, en sus novelas “Sueños digitales” (2000) donde se intenta reinventar el pasado haciendo uso de la nueva tecnología y la creación de se-res digitales; En “El delirio de Turing” (2003) cuenta la historia de un criptoanalista, un Hacker, metido en conflictos sociales, donde la tecnología digital juega un rol importante en la trama novelesca, y en Iris (2014), su pri-mera novela de ciencia ficción, cuenta una historia futurista, distópica, donde surge un gobierno totalitario. Esta novela se difun-de también en varios países de Latinoamé-rica; Biyú Suárez se introduce en la ciencia ficción con el libro de cuentos “Paralelo 22” (2010) donde se narra historias ambientadas en la Santa Cruz del siglo XXII, ciudad que se transforma, y que da lugar a historias que ocurren en una sociedad futurista; Miguel Ángel Gálvez que edita la novela “La Caja Mecánica” (2001), con elementos de ciencia ficción y fantasía; Adolfo Cáceres Romero con el relato “La Bella Durmiente” (2009) que trata sobre una muchacha que perma-nece en estado de coma varios siglos y con el uso de una tecnología avanzada es despier-ta en una sociedad muy diferente; Giovanna Rivero, en su obra “Tukzon: Historias colate-rales” (2008), introduce relatos con alieníge-nas y elementos de cyberpunk, y asimismo, edita la novela de ciencia ficción “Helena 2022: La vera crónica de un naufragio en el tiempo” (2012).; Arturo Von Vacano publica cuentos de ciencia ficción como “Selene vie-ne” (2009); y Gonzalo Lema publica catorce

relatos futuristas en su libro “Después de las Bombas” (2012).

En algún momento se argumentó que Bo-livia no era un país con alto desarrollo tecno-lógico y esto era motivo suficiente para que la ciencia ficción, como subgénero literario, no tenga una acogida entre los escritores y lecto-res bolivianos; sin embargo, la extensa pro-ducción de obras de ciencia ficción que surge en este inicio del tercer milenio muestra una realidad distinta.

La I Antología de Ciencia Ficción Bolivia-na, Las Edades Remotas, es una compilación de cuentos de escritores cuyo pensamiento creativo se proyecta al relato sobre mundos,

civilizaciones, sociedades, grupos e indivi-duos que viven situaciones fantásticas que horadan el Multiverso a través de portales dimensionales, túneles dentro del hiperes-pacio, túneles a través del tiempo para via-jar al futuro o al pasado y de proyecciones utópicas y distópicas.

En esta miscelánea de cuentos, surge la ri-queza imaginativa de los escritores para en-volver al lector y encauzarlo hacia realidades inimaginables. Por cierto, una nave imagi-naria intergaláctica trasladará al lector por mundos extraños y desconocidos, y al final del viaje, consideramos que el pasajero saldrá muy gratificado.

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La investigación sobre las culturas “no occidentales” se realiza a tra-vés de las ciencias antropológicas o etnológicas según a la escuela que se adscribieron los investigadores,

pero éstos, por lo general, nunca infirieron so-bre el contexto de la filosofía o el pensamien-to en sí como una ciencia particular.

En el caso del estudio de las lenguas, inves-tigadores como Sapir, Cassirer, Malinowski y Boas realizaron investigaciones sobre la filoso-fía de la lengua, las mismas que forman parte de las reflexiones que se utilizarán en este tra-bajo, referente a la lengua protoaymara.

Lamentablemente las investigaciones refe-rentes a las etimologías y los contenidos se-mánticos de las palabras (en especial para las lenguas prehispánicas) son escasas o incluso no son valoradas, como en el caso del libro La lengua de Adán, de Villamil de Rada.

UNA REFLEXIÓN LINGÜÍSTICAPara hacer filosofía racionalista se requie-

re aprender el griego y latín clásico, para po-der realizar las traducciones etimológicas de los conceptos que se utilizan en esta ciencia, como por ejemplo politea, oiko, momia, sofia, filos, etc, siendo los conocimientos de sus eti-mologías el substrato lingüístico de la filoso-fía que hoy conocemos como tal.

¿Y nosotros (lingüistas y filósofos andinos) qué hacemos con respecto a la herencia ances-tral de nuestras lenguas originarias?

Cabe puntualizar algunas reflexiones, partiendo del hecho de que el aymara está configurado por sílabas significativas que encierran un significado poli-semántico, por ejemplo la sílaba “su” tiene el significa-do de “energía en sí”, de esa manera, “su-ma” significa “energía en sí”; “su-pa” equi-vale a “energía en sí bifurcada”; “su-ti” es “energía del nombre” (lo que caracteriza a una persona); “su-llu” significa “energía de la vida” (feto, como energía contenida que no se ha expresado en vida); “su-kullu” es “energía de rito de nacimiento” (energía que se desarrollará en la vida); y “su-ri” es “ener-gía de las aves” (para poder volar).

Las unidades bisilábicas no son substan-tivos, ni verbos, ni adjetivos y solamente se substantivizan, es decir se congela el signifi-cado cuando se requiere definir un estado. Por otra parte, cualquier concepto bisilábico pue-de ser verbalizado o adjetivizado, con lo que el concepto obtiene una dinámica específica en el contexto de la oración. Esta característica de los conceptos bisilábicos expresan el prin-

cipio de vincularidad entre la categorización de las palabras en la oración.

Por otra parte, en el aymara el género de los sujetos no está expresado en el artículo, es de-cir no hay palabras estáticamente masculinas o femeninas. El género sólo se considera en los humanos, y las demás palabras o conceptos no tienen artículo. Sólo se les puede adscribir su género (macho o hembra) para definir esa par-ticularidad en lo concreto, éste es el principio de particularidad que rige esta lengua en cuan-to al género de las palabras o conceptos.

Otra reflexión de importancia parte del verbo “estar”, pues éste no se conjuga y sólo es un sufijo: “wa”. Este sufijo denota el esta-do de los sujetos, es decir que una persona no “es” sino “está”. Un ejemplo: “Nayaj jorgewa” se debe traducir como “Yo estoy Jorge”, y no “Yo soy Jorge”; otro: “Jakaskiwa” significa “así nomás está la vida”, y no “así es la vida”.

A esta situación se la denomina semina-logía y caracteriza al pensamiento andino. Entonces, en la lengua protoaymara todo está en movimiento y dinamiza la vida, por lo tanto sólo se puede estar. Además, consi-derando que en el pensamiento andino todo tiene vida, entonces no existen objetos. En esa visión de un mundo vivo, todo lo exis-tente es sujeto y la interrelación con el en-torno y el todo en la naturaleza se realiza entre sujetos con vida.

SÍLABAS Y SUFIJOS SIGNIFICATIVOSA continuación, algunos ejemplos de síla-

bas significativas, como concepto polisemán-tico silábico y como sufijo aglutinante.

La aproximación castellana de “Na” es “en sí” (ego); “ya” es “misterio” (conocimiento); “ra” equivale a “definición” (cambio); y “ni” significa “situación” (locativo).

Así, el concepto “naya” significa “el miste-rio del ego”, es decir el yo como tal, pero si utilizamos la reflexión de este término, ob-tenemos el concepto “yana”, que significa “lo opuesto al ego” (la paridad). El símbolo por excelencia para representar el sentido de pa-ridad es el ojo, es decir el iris como la parte oscura y la esclerótica como el sector blanco, es decir que el ojo es el símbolo de la paridad indisoluble y complementaria.

Entonces “nayani” significa (y representa) “egoísmo individual”, su opuesto es “yanani”, que significa “paridad”, expresando la visión de

que todo es paritario y necesita de su par corres-pondiente y necesario para vivir en este mundo. El término “ch’ulla” significa tan sólo “desigual en lo correcto” no es lo opuesto a paridad.

Utilizando las sílabas significativas anterio-res, se explica el concepto “nayra” (na – ya – ra: elisión vocálica permanente: nayra), que en-cierra la polisemia de los conceptos andinos, a través de cuatro significados íntimamente unidos y relacionados en su significado: ojo, Pasado (delante), profundo, cogollo. La relación de estos conceptos se la explica de la siguiente manera: el ojo y el cogollo son elementos im-portantes de la vida animal y vegetal, allí se encierra lo profundo de la vida y en esa profun-didad se ubica el pasado delante de nosotros.

En el idioma aymara, para la colectiviza-ción de los conceptos, si un término o concep-to se duplica, este uso de doblar el concepto genera un concepto colectivo. Por ejemplo, “ulla” (mirar), al duplicarse en “ulla ulla”, se convierte en mirador, y no “mirar mirar”. Otros ejemplos son “panti” (flor), que en “pan-ti panti” se vuelve “florida”; “qutha” (laguna), en “qutha qutha” es “lagunillas”; y “putu” (hoyo), en “putu putu” es “madriguera”.

Finalmente, la elisión vocálica es una ca-racterística del idioma hablado y no siempre corresponde a lo escrito, entonces no se puede escribir como se habla. Por ejemplo, “jiwasa kutini” se tiene que escribir con la vocal in-cluida a pesar que al hablar se prescinde de ella, y se pronuncia “Jiwas kutini”.

En los conceptos “jichuru” y “qaruru”, la elisión es parte del concepto y no es necesario escribir “jicha uru” o “qaru uru”, pues esa eli-sión vocálica ya corresponde al concepto y se debe escribir respetando la elisión.

Los anteriores ejemplos presentados son de importancia para la lengua en cuanto a sus aportes al pensamiento y conocimiento de la lengua en su dimensión metalingüística.

Las carreras de Filosofía y Lingüística de nuestras universidades y centros de enseñan-za deberían considerar a las lenguas prehis-pánicas como un aspecto fundamental del co-nocimiento de nuestras culturas y se debería revitalizar las lenguas como el pukina, protoa-ymara o quechua, y promover investigaciones científicas de los aportes al conocimiento de nuestro pensamiento a través de la metalin-güística y el uso de traducciones etimológicas de los conceptos.

Importancia del protoaymaraALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LAS LENGUAS ORIGINARIAS.

Jorge Rodolfo Miranda Luizaga Docente y diplomático

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7Domingo 23 de noviembre

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Algunos dicen que los mejores chistes son los viejos. Y si de chis-tes viejos se trata, nadie le gana al Filogelos (en griego, amante o adicto a la risa), una recopilación

atribuida a los autores Hierocles y Filagrio, de los que casi nada se sabe, más allá de que al-rededor del siglo IV d.C. juntaron en un solo libro 265 chistes comunes en el mundo helé-nico. Está claro que éste no es el primer libro de chistes de la antigua Grecia, pues ya Fili-po de Macedonia, en el siglo III a.C., había ordenado agrupar las mejores bromas que circulaban en Atenas, talvez con la intención de crear un repertorio que fuera útil para brillar en las cenas con anécdotas humorísticas, algo muy apreciado en la Grecia antigua. Sin embargo, no se conservó ninguna copia de esta compilación ni de ninguna otra anterior, lo que convierte al Filoge-los en el libro de chistes más antiguo del mundo.

Alrededor del siglo IX, un manuscrito del Filoge-los logró hacer su camino hacia occidente, y poco a poco el libro se convirtió en motivo de interés para co-pistas y estudiosos. Su pri-mera traducción al latín data de 1605 y se encuen-tran versiones en alemán a mediados del siglo XVIII. En 1983, el pe-riodista y escritor Barry Baldwin tradujo el Filoge-los por primera vez al in-glés, y en una edición de 2008 el profesor William Berg, de la Universidad de Stanford, hizo una nueva versión que publicó en in-ternet junto con un video del comediante Jim Bowen, probando qué tan graciosas re-sultaban estas bromas para un público contemporáneo. Y resulta que los motivos de risa del pasado si-guen funcionando en el presente, pues los chistes tratan sobre las mismas situa-ciones de siempre: las imprudencias de los menos inteligentes, los fracasos públicos de los engreídos, las excreciones corporales fuera de lugar, el infortunio de los demás, entre otras.

Por las páginas del Filogelos se pasean ri-diculizados los miles de estudiantes que ve-nían de todas las provincias del mundo an-tiguo a estudiar a Atenas y a otras ciudades principales del mundo helénico, y que des-perdiciaban la escasa riqueza de sus padres en festines a todo dar, mientras sus capacida-des intelectuales se veían menguadas en pro-porción directa a la intensidad de sus place-res mundanos. También se pueden encontrar chistes sobre hombres malolientes, mujeres

libidinosas y perezosos impenitentes que han ganado la risa fácil del público desde que el mundo es mundo. Otra característica de es-

tas bromas, también común al hu-mor de hoy, es el continuo ataque con

dardos sardónicos a estereotipos étnicos de otras regiones. En

el Filogelos, los blancos de estas burlas son los nativos de ciudades como Abdera, Sidón y Cime, polis que te-nían fama de producir hi-jos un poco más lentos que los del resto de ciudades.

Para el lector de hoy, el Filogelos puede parecer

escenificado en un mundo bastante extraño a su medio conocido: un mundo poli-teísta en el que los esclavos eran parte de la vida coti-diana sin que ello impli-cara un dilema ético y en el que las monstruosida-des físicas se exhibían sin tapujos en los baños públicos. No es extraño entonces que algunos de los chistes conteni-

dos en la colección sean simplemente incompren-

sibles o carezcan de cual-quier gracia para el lector

de hoy. Sin embargo, la ma-yoría sigue despertando nues-

tra risa inevitable, pues apela a los eternos deseos humanos de

subvertir los órdenes lógicos a tra-vés del humor y de burlarse de los

demás como una manera de afirmar la propia existencia. Por eso es posible

que muchos de estos chistes sean familia-res para el público contemporáneo, con los protagonistas cambiados o los gentilicios reubicados, pero con el mismo veneno im-

púdico sin el cual los chistes corren el ries-go de morir de viejos.

A continuación se presenta una selec-ción y traducción (tomada de la versión pu-blicada por el profesor Berg) de los chistes del Filogelos.

- Un hombre que está de viaje se encuentra con un profeta estúpido y le pregunta cómo se encuentra su familia en casa. “Todos están bien, incluido tu padre”. “Pero mi padre lleva muerto diez años”, objeta el otro. El profeta responde: “Es obvio entonces que no tienes idea de quién es tu verdadero padre”.

- Había un funeral en Cime (ciudad griega en Asia Menor). Un desconocido se acercó a los que estaban dirigiendo las exequias y les preguntó: “¿Quién es el difunto?”. Uno de los cimeos respondió: “El que está en el féretro”.

- Un hombre de Cime está vendiendo miel. Alguien prueba su producto y le dice: “Es una buena miel”. “Sí”, responde el cimeo, “y si ese ratón no hubiera caído en ella, no tendría aho-ra que venderla”.

- Un boxeador cobarde se escribe en la fren-te: “Contiene órganos vitales”. Al ser apaleado por uno de sus oponentes, le dice al árbitro: “Es obvio que este tipo no sabe leer”.

- Cuando el barbero le pregunta al sabion-do cómo le corto el cabello, este responde: “En silencio”.

- Un sabiondo está viendo una carrera. Al ver un corredor muy lento le dice su amigo: “Ya sé lo que ese hombre necesita para ganar: un caballo”.

- Un estudiante idiota va a visitar a un ami-go que está enfermo. Cuando llega, la esposa de su amigo le dice: “Siento decirte que ya no está con nosotros”. El idiota responde: “Está bien. Cuando vuelva, ¿le puedes decir que pasé a saludarlo?”.

- Como su padre estaba muy enfermo, un estudiante idiota pide a sus amigos que alis-ten coronas fúnebres. Sin embargo, al día si-guiente el padre se ha recuperado. Los ami-gos se molestan por haber sido apresurados, así que el idiota les dice: “Estoy apenado de que hayan gastado su tiempo y dinero de esta manera. Así que, no importa cómo amanezca, mañana entierro al viejo”.

- Un estudiante idiota es amigo de un par de gemelos. Cuando uno de ellos muere, el idiota se encuentra con el sobreviviente y le dice: “Escuché que tu hermano murió, ¿o fuiste tú?”.

- Un hombre le reclama a un idiota cuan-do muere el esclavo que este le había vendi-do. “Por todos los dioses”, responde el idiota, “mientras estuvo conmigo nunca le pasó eso”.

- Un amigo le escribe a un estudiante idiota en Grecia y le pide que le compre unos libros. Como el estudiante olvida el encargo, cuan-do vuelve a encontrarse con su amigo le dice: “¿Sabes? Esa carta en la que me pedías unos libros nunca me llegó”.

- Un estudiante idiota viaja a la ciudad y un amigo le pide: “Cómprame un par de esclavos de quince años”. “No hay problema”, dice el estudiante, “si no encuentro dos de quince, te traeré uno de treinta”.

- Un estudiante idiota quería saber si dor-mido se veía bien. Para comprobarlo se paró enfrente de un espejo con los ojos cerrados.

- Un estudiante idiota va donde el doctor y le dice: “Doctor, cuando me despierto me sien-to mareado, pero después de media hora se me pasa”. El doctor le aconseja: “Bueno, en-tonces despiértese media hora más tarde”.

El libro de chistes más antiguo del mundoESTOS CHISTES DEL FILOGELOS REVELAN QUE EL HUMOR HELÉNICO NO ESTABA MUY LEJOS DE LOS TEMAS Y ESTEREOTIPOS ACTUALES.

Herocles y Filagrio (traducción de Nicolás Pernett)El Malpensante

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8 Domingo 23 de noviembre de 2014

C on el auspicio de la Universidad Au-tónoma del Beni, el pasado viernes se realizó en la plaza cultural Silvio Ta-naka de la ciudad de Trinidad el ho-menaje al 60 aniversario de la poesía

concreta, creada por el poeta beniano-suizo Eugen Gomringer. La presentación del acto estuvo a cargo del escritor Arnaldo Ligerón, en representación de la intelectualidad beniana, contando con la parti-cipación de Marcelo Arduz Ruiz, como invitado. El acontecimiento de este año recuerda el bautizo de la corriente por parte del grupo brasileño Noigandres, al año siguiente de que Gomringer lanzara su libro Constelaciones (1953). El siguiente reportaje (divi-dido en dos partes) da cuenta sobre Gomringer, sus impresiones sobre Beni y la evolución de la poesía concreta desde su aparición. La nota fue realizada por la periodista suiza Haster Layla, y difundida el pasado año en la prensa internacional.

El creador de la poesía concreta Eugen Gomringer, nació en Cachuela Esperanza, Beni, en 1925. Aunque pasó la mayor parte de su vida fuera del país se siente boliviano por su origen. Su padre, un comerciante sui-zo, también llamado Eugen Gomringer, había emigrado a Bolivia y no era el único extranje-ro que llegó al país en la época para trabajar en la explotación de la goma.

“(Los emigrados extranjeros) cambiaron la civilización y la urbe por la jungla”, rela-ta Gomringer en sus memorias. Nunca supo por qué su padre dejó Suiza, pero se imagina que “fue por un afán de aventuras en general. Además eran los años de la crisis posteriores a la Primera Guerra Mundial”.

Por ese tiempo, a principios del siglo XX, Cachuela Esperanza fundada por el explora-dor y empresario Nicolás Suárez, era la ca-pital mundial de la explotación de la goma, pues su producción llegaba a cubrir 60% de la demanda mundial.

En Bolivia, el inmigrante suizo conoció a la madre de Eugen, su esposa Delicia Rodríguez, Ella era hija de un español y de una indígena. Sus padres siempre habían vivido juntos, pero

sólo se casaron un año antes de que él mu-riera a causa de una enfermedad. En Suiza, a veces a los abuelos les daba vergüenza que su nieto hubiera nacido de una unión de hecho, pero a él eso nunca le llegó a importar.

VIDA EN EUROPAGomringer no vivió mucho tiempo en

Bolivia. “No tengo recuerdos, me fui a Sui-za siendo muy niño”, explica. Aún en sus memorias, intituladas “Kommandier(t) die Poesie!”, que fueron publicadas en alemán el 2006, describe unos animalitos que recuerda de su niñez. Sus mascotas eran un perezoso y un tigre manso. El padre nunca quiso que su hijo creciera en la jungla, por lo cual eligió para él una educación esmerada en Suiza, al cuidado de sus abuelos.

Tiene recuerdos de Cachuela Esperanza sobre todo por las cartas y las fotos que su padre siempre le mandaba y que su abuelo pegaba con mucha calma y arte en unos ál-bumes. Eran fotos del río, de la cosecha del caucho y de las fiestas patronales. De ese modo mantuvo mucho contacto con la tierra

natal y la familia. Su madre fue dos veces a Suiza y su padre lo visitaba cuando contaba con vacaciones largas.

Eugen no había visto a su madre duran-te mucho tiempo. Cuando todavía era niño, cierta vez lo visitó en Suiza aunque él ya no la sentía -como en Cachuela Esperanza- su madre, y por el contrario la consideraba más como una cariñosa tía, sorprendida por el entorno helvético y los viajes que hacía. La madre nunca aprendió a leer ni a escribir. “Sólo pocas palabras escribía ella misma en las tarjetas que mandaba de sus viajes”, cuen-ta Gomringer. Estas pocas palabras le gusta-ban mucho y le parecía que contenían men-sajes muy importantes.

El padre de Eugen quería que una vez que terminara los estudios, retornara su hijo a Ca-chuela Esperanza, a la jungla. Deseaba que fuera médico, pero en lugar de esa profesión estudió economía, historia de la literatura e historia del arte en Berna, Suiza, y Roma, Italia.

En 1953 fundó la revista de arte “Spirale” y publicó la primera obra de poesía concreta, denominada “Konstellationen, constellations, constelaciones”. Gomringer es un poeta polí-glota. Su lengua materna es el español, en la cual ha escrito algunos poemas, y también habla un poco de quechua. Además del caste-llano, escribe fluidamente en alemán, suizo, francés e inglés.

EL RETORNO A BOLIVIACuando tenía aproximadamente 47 años

(1972), Gomringer retornó a América Latina para visitar a su familia, que se había mudado a Puerto Maldonado, en la región fronteriza del Río Madre de Dios, en Perú.

Conserva muchos recuerdos de esa “últi-ma visita” -en realidad, no sería la última-, sobre la cual escribe en sus memorias con lujo de detalles. De Cusco voló a Puerto Mal-donado vía Quince Mil, un asentamiento au-rífero en la Amazonia peruana. Con su ma-dre y su hermano, acudieron hasta la tumba de su padre. “Mi padre yacía en la tierra que escogió cuando era un hombre joven”, rela-ta Gomringer.

Fue una visita muy corta y regresó a Cusco, pero se detuvo en Quince Mil donde pasó la noche antes de regresar al día siguiente. En sus memorias, afirma que su alma quiso quedarse un ratito más, antes de que se alejara definiti-vamente de su familia, del río y de la jungla.

Además, retornó a su país natal para dar una conferencia sobre la poesía concreta en el Goethe Institut ese mismo año, de 1972.

El boliviano que inventó la poesía concreta (I)EL INNOVADOR MOVIMIENTO POÉTICO CREADO POR EUGEN GOMRINGER, CONMEMORA ESTE AÑO 60 AÑOS DE SU BAUTIZO.

Haster Layla Periodista

Gomringer frente a su poema Silencio.

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