la educaciÓn en valores y la formaciÓn ciudadana en las instituciones educativas

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LA EDUCACIÓN EN VALORES Y LA FORMACIÓN CIUDADANA EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS Pedagogía 2013 Curso 17 Autores Dr. C. Antonio Hernández Alegría Centro de Estudios Pedagógicos Universidad de Ciencias Pedagógicas Cap. Silverio Blanco Núñez [email protected] Dr. C. Ramón Reigosa Lorenzo Jefe Departamento de Marxismo Leninismo e Historia Universidad de Ciencias Pedagógicas Cap. Silverio Blanco Núñez [email protected] MSc. Rebeca Rodríguez Portieles Ministerio de Educación de la República de Cuba [email protected]

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Pedagogía 2013 Autores Dr. C. Antonio Hernández Alegría Centro de Estudios Pedagógicos Universidad de Ciencias Pedagógicas Cap. Silverio Blanco Núñez [email protected] Dr. C. Ramón Reigosa Lorenzo Jefe Departamento de Marxismo Leninismo e Historia Universidad de Ciencias Pedagógicas Cap. Silverio Blanco Núñez [email protected] MSc. Rebeca Rodríguez Portieles Ministerio de Educación de la República de Cuba [email protected]

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LA EDUCACIÓN EN VALORES Y LA FORMACIÓN

CIUDADANA EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Pedagogía 2013

Curso 17

Autores

Dr. C. Antonio Hernández Alegría

Centro de Estudios Pedagógicos

Universidad de Ciencias Pedagógicas

Cap. Silverio Blanco Núñez

[email protected]

Dr. C. Ramón Reigosa Lorenzo

Jefe Departamento de Marxismo Leninismo e Historia

Universidad de Ciencias Pedagógicas

Cap. Silverio Blanco Núñez

[email protected]

MSc. Rebeca Rodríguez Portieles

Ministerio de Educación de la República de Cuba

[email protected]

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Edición: Dr. Cs. Gilberto García Batista

Corrección: Lic. José Luis Leyva Labrada.

© sobre la presente edición, sello editor Educación Cubana. Ministerio de Educación, 2012.

ISBN 978-959-18-0842- 4

Sello Editor EDUCACIÓN CUBANA Dirección de Ciencia y Técnica Avenida 3ra # 1408 esquina a 16. Miramar, Playa. La Habana. Cuba. Teléfono: (53-7) 202-2259

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Índice

Introducción / 1

Proyección teórica de la educación en valores y formación ciudadana en las instituciones educativas / 5

La formación ciudadana desde la escuela / 21

Metodología para utilizar los símbolos de la identidad local en la formación del valor del patriotismo en las instituciones educativas / 35

El protagonismo estudiantil: atributo esencial de la actividad pedagógica para la educación en valores / 51

Conclusiones / 56

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RESUMEN

La educación como fenómeno social incluye tres dimensiones necesarias a atender desde la institución educativa: la ético-cultural, la científico-tecnológica y la económica; todas ellas necesitan una atención especial desde el proceso pedagógico en la búsqueda de la formación ciudadana del educando. El presente curso se proyecta hacia el tratamiento de la educación ética y ciudadana, desde las instituciones educativas, con la expectativa del fortalecimiento de la educación en valores como núcleo fundamental de la educación en valores. El curso se sustenta en los resultados alcanzados en proyectos investigativos, teniendo como sustento, el libro digital: Compendio para la educación en valores y la educación ciudadana en las instituciones educativas. A través de este se persigue:

1. Poner a disposición del personal docente y de dirección en el sector educacional información esencial sobre el proceso de educación en valores, que incluye elementos teóricos de la concepción dialéctico materialista y de la tradición del pensamiento revolucionario universal y nacional sobre el tema.

2. Socializar conocimientos, métodos, vías y modos de actuación a partir de los resultados de investigación del proyecto en las diferentes educaciones para perfeccionar el tratamiento teórico y procedimental en la educación ciudadana.

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INTRODUCCIÓN

La Constitución de la República de Cuba,1 en su Capítulo V ― Educación y cultural, Artículo 39, establece que ― El Estado orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas sus manifestaciones. En su política educativa y cultural se atiene a los postulados siguientes:

a) Fundamenta su política educacional y cultural en los avances de la ciencia y la técnica, el ideario marxista y martiano, la tradición pedagógica progresista cubana y la universal;

c) Promover la educación patriótica y la formación comunista de las nuevas generaciones y la preparación de los niños, jóvenes y adultos para la vida social. Para realizar este principio se combinan la educación general y las especializadas de carácter científico, técnico o artístico, con el trabajo, la investigación para el desarrollo, la educación física, el deporte y la participación en actividades políticas, sociales y de preparación militar (…)

La Resolución 132 del 2002 del C ITMA2 sobre la política científica para las Ciencias Sociales y Humanísticas define como principios a seguir: fidelidad a los principios partidistas, compromiso social, rigor y consecuencia con la objetividad en la investigación, y la identidad de intereses estratégicos que combinen estudios de problemas globales, nacionales, territoriales, ramales y locales, así como la aplicación rápida y eficiente de sus resultados. Al determinar las prioridades para las ciencias sociales y humanísticas, incluye en su inciso c) ― La formación integral y ética de las nuevas generaciones haciendo énfasis en los valores.

Recientemente, en los Lineamientos de la política económica y social del Partido y de la Revolución,3 el VI Congreso del PCC aprobó el 18 de abril de 2011, en lo referente a la Política de Ciencia, Tecnología, Innovación y Medio Ambiente, el Lineamiento 137, que expresa: ― Continuar fomentando el desarrollo de investigaciones sociales y humanísticas sobre los asuntos prioritarios de la vida de la sociedad, así como perfeccionando los métodos de introducción de sus resultados en la toma de decisiones a los diferentes niveles. Y en lo atinente a Educación, como parte de ese capítulo, el Lineamiento 145:

― Continuar avanzando en la elevación de la calidad y rigor del proceso docente educativo, jerarquizar la superación permanente, el enaltecimiento y atención del personal docente, y el papel de la familia en la educación de niños y jóvenes. (…)

1 Constitución de la República de Cuba, Editora Política, La Habana, 2010, pp. 50 y 52. 2 Resolución 132 del 2002 del CITMA, citada en Fundamentos de las Ciencias de la Educación (folleto), MINED. Maes tría en

Ciencias de la Educación. Módulo II. Prim era parte. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, s /f, p. 6. 3 Lineamientos de la política económica y social de Partido y la Revolución. VI Congreso del PCC (folleto), s /e, s /f, pp. 22 y 23.

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El MINED, en sus Objetivos priorizados para el curso escolar 2011-20124, traza como objetivo específico ― Fortalecer la educación en valores, con énfasis en la formación patriótica y ciudadana, a partir del contenido de enseñanza; la integridad, ejemplaridad y profesionalidad de los docentes, funcionarios y cuadros; y la coherencia en el sistema de influencias educativas de los trabajadores docentes y no docentes, la familia, los organismos de la administración central del Estado vinculados a la Educación y las organizaciones políticas, estudiantiles, sociales y de masas.

Los documentos antes citados (Constitución de la República de Cuba, la Resolución 132 del 2002 del CITMA, los Lineamientos del VI Congreso del PCC y los Objetivos priorizados del MINED para el curso escolar 2011-2012), expresan con claridad la prioridad y significación que otorgan la dirección del Partido y el Estado cubanos a la educación patriótica y la formación comunista de las nuevas generaciones, y como parte de ella, a la investigación referente a esa compleja temática y a la divulgación e introducción de sus resultados.

El presente compendio, como contribución a esos propósitos, tiene como objetivos:

1. Poner a disposición del personal docente y de dirección en el sector educacional información sobre el proceso de educación en valores, que incluye elementos teóricos de la concepción dialéctico materialista y de la tradición del pensamiento revolucionario universal y nacional sobre el tema.

2. Socializar conocimientos, métodos, vías y modos de actuación a partir de los resultados de investigación para perfeccionar el tratamiento teórico y procedimental en la educación.

Inicialmente se precisarán algunas concepciones esenciales: hombre, humanismo, formación humanista, humanidades, formación humanística, no como mero ejercicio intelectual; desde una concepción teórico-práctica, son conceptos que devienen ejes, instrumentos esenciales en el proceso investigativo, que constituyen en sí mismos resultados de este y sirven al mismo tiempo como fundamentos necesarios.5

Hombre: ser histórico social, sujeto de la historia, portador de conciencia, sentimientos y valores, creador de la cultura al transformar y humanizar la naturaleza y a sí mismo.

Para el marxismo el hombre se considera polo de toda relación y se llega a la comprensión dialéctico materialista al:

4 En versión digital, integrada a es te compendio.

5 Fuente: Dra C. Lisette Mendoza Portales. Tema 1: Didáctica y didáctica d e las humanidades: algunas reflexiones. MINED. Maestría en Ciencias de la Educación. Mención en Educación Preuniversitaria. Módulo III. Tercera parte. Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2007. Pp. 11 -19.

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Explicar al hombre a partir de su ser social.

Tomar como presupuesto el modo de producción de bienes materiales.

Descubrir el misterio de la explotación del hombre por el hombre.

Argumentar la misión histórica del proletariado, la inevitable derrota del capitalismo y la necesidad de construir una sociedad superior.

Enfoque sistémico que toma como fundamento la comprensión de la actividad humana, en tanto el hombre deviene sujeto. Despliegue dialéctico: en la idea del hombre, las teorías del hombre, del conocimiento del hombre y del valor del hombre.

El marxismo ofrece una concepción integral del hombre que lo comprende:

En su naturaleza biosocial.

En su esencia social.

Como resultado del trabajo.

Como sujeto de la actividad práctica, cognoscitiva, valorativa y comunicativa.

En su historicidad.

Como sujeto de la libertad.

En sus múltiples determinaciones: individuo, personalidad, individualidad, líder, clase, grupo, humanidad, sociedad.

En las posibilidades reales de su conocimiento.

Con sus prioridades diversas y el hombre como valor supremo.

Humanismo: concepción con una larga historia y vastísima gama de significados prácticos. Es la concepción integral acerca del hombre como totalidad y las vías de su plena realización.

Humanismo concreto: en Cuba, a partir del logro de la independencia, la justicia social y la dignificación humana. Concepción y práctica que identifica a nuestra sociedad socialista.

En su concreción conceptual desde la cultura e ideología de la Revolución Cubana, el humanismo es una concepción de carácter integral, formada históricamente en relación con el hombre y su realización, entendiendo este como totalidad, es decir, en todas las determinaciones de su ser y que aspira a potenciar las vías de su plena realización.

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En Cuba el humanismo constituye el núcleo de una concepción ideocultural. Tiene sus pilares fundamentales en las ideas de Martí, Che y Fidel.

El humanismo se constituye en una dimensión esencial en la formación del profesional de la educación, se aspira al desarrollo integral de la personalidad, a su plena realización como ser humano y al cultivo de la sensibilidad, a desarrollar sus verdaderas potencialidades creadoras como ser humano en función de la transformación revolucionaria.

Formación humanista: En su esencialidad teórico-práctica, se comprende por tal la formación en los estudiantes de un sistema de conocimientos, habilidades, sentimientos, valores, convicciones, que se fundamenta en una metodología dialéctico materialista y un enfoque cultural y personológico, dirigidos a la integralidad del conocimiento, al cultivo de la sensibilidad y la espiritualidad, a la interpretación y explicación de los procesos históricos, sociales y culturales relacionados con el hombre, así como al desarrollo de un estilo de pensamiento y actuación en función de la transformación de la realidad.

Se expresa, ante todo, en una concepción cultural y un enfoque axiológico. Humanidades:

A lo largo de la historia, las llamadas ― buenas artes en la cultura grecolatina (poesía, filosofía, elocuencia), ― artes liberales en la Edad Media (gramática, retórica, dialéctica, música), y en el ideal clásico del Renacimiento, el cultivo de las lenguas clásicas: griego, latín, el estudio de manuscritos antiguos, la pintura, la escultura.

Las humanidades constituyen disciplinas o saberes interrelacionados entre sí, relativas a la educación y la formación humana, conformadas por la historia universal y patria, la comprensión de la actuación humana en relaciones espacio temporales determinadas, la historia del pensamiento, la cultura y sus realizaciones, las artes, la lengua materna y otras lenguas, que contribuyen esencialmente al desarrollo de una cultura general integral.

Devienen presupuesto e instrumento esencial en la formación humanística.

Formación humanística: educación en las especialidades de humanidades.

La formación humanística es la preparación del estudiante dirigida al conocimiento de la naturaleza de las humanidades, de su esencia y códigos diversos, en el sentido histórico cultural y formativo, la que se fundamenta en el estudio de la historia, de la historia del pensamiento, de la cultura y sus realizaciones, la apreciación de las artes, el desarrollo de la creatividad, todo lo cual pasa por la comunicación. Exige la aplicación de un enfoque cultural e interdisciplinario a l basarse en saberes interrelacionados cuya riqueza consiste en su diversidad.

Constituye una fuente esencial para la conformación de una plataforma cultural

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general, lo cual es esencial para un profesional de la educación.

PROYECCIÓN TEÓRICA DE LA EDUCACIÓN EN VALORES Y FORMACIÓN CIUDADANA EN LAS INST IT UCIONES EDUCAT IVAS

Antecedentes históricos de la educación en valores desde el pensamiento pedagógico cubano

Educar al hombre y prepararlo para la vida es una tarea esencial de la pedagogía y constituye uno de los problemas fundamentales que ha sido tomado en cuenta por el pensamiento pedagógico de avanzada en cada época histórica.

Al respecto el máximo líder del pueblo cubano, quien a pesar de no ser un pedagogo de profesión, sí lo es por la inmensa labor educativa desarrollada al frente de la nación, planteó: ―Para nosotros es decisiva la educación, y no solo la instrucción general, (...) sino la creación y la educación de valores en la conciencia de los niños y los jóvenes desde las edades más tempranas, y eso hoy es más necesario que nunca‖.6

―... educar es sembrar valores, es desarrollar una ética, una actitud ante la vida. Educar es sembrar sentimientos. Educar es buscar todo lo bueno que pueda estar en el alma de un ser humano‖.7

En Cuba el problema de la educación en valores desde la escuela tiene sus raíces en la labor pedagógica de destacadas personalidades que han ejercido el magisterio desde fines del siglo XV III. Los principales aportes teóricos sobre esta temática se encuentran en la obra de eminentes patriotas y pedagogos, entre los que se destacan José Agustín Caballero, José de la Luz y Caballero, Félix Varela, José Martí, Enrique José Varona y Alfredo Miguel Aguayo, entre otros.

El análisis del pensamiento y la obra pedagógica de estas eminentes figuras permite determinar las tendencias principales del pensamiento pedagógico cubano con respecto a la educación de valores desde la clase.

La unidad entre lo instructivo y educativo en el proceso docente, como eje fundamental para potenciar la dimensión axiológica.

José de la Luz y Caballero veía una gran relación entre el desarrollo del entendimiento y la educación en los sentimientos, reconocía la educación moral en cuanto al patriotismo, la sinceridad, la honestidad, la laboriosidad, la modestia, como

6 Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en el acto de inicio del curso es colar el primero de septiembre de 1997. Citado en

Orientaciones Metodológicas para el desarrollo del programa dirigido a la formación de valores, la disciplina y la responsabilidad ciudadana desde la es cuela Secundaria Básica. MINED.

7 Discurso pronunciado el día 15 de marzo del 2001. Citado en Transformaciones en las secundarias básicas. Seminario preparatorio del curso es colar 2002 –2003. Dirección de Secundaria Básica. MINED.

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cualidades esenciales de la personalidad, que debían crecer junto a los conocimientos. Sobre esto afirmó ―La instrucción no debe ser (...) el único objeto que excite el interés del maestro; antes que en ella debe pensar en otro objeto superior (...) sólo cuando la cultura moraliza e instruye a la vez es cuando cumple con los fines de su ministerio, porque cultiva las facultades todas, moralizar al individuo y trasmitirle conocimiento: tales son los fines de la enseñanza, de la verdadera enseñanza‖. 8

Esta concepción acerca de la educación en valores está presente en toda la obra de José Martí. Pueden recordarse el Ismaelillo, portador de un verdadero código de valores; las Cartas María Mantilla, fuente profunda de reflexiones en torno al significado de los valores espirituales y La Edad de Oro, excepcional propuesta axiológica que contiene no solo el universo valorativo martiano, sino el método de educación en valores que se sustenta en un principio esencial de su reflexión pedagógica: la unidad entre lo instructivo y lo educativo, entre el intelecto y los sentimientos.

Al respecto planteó ―... el pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos en la instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos.‖9

―Instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento y esta precisamente a los sentimientos. Sin embargo no hay buena educación sin instrucción, las cualidades morales suben de precio cuando están realizadas por las cualidades inteligentes‖.10

El rol insustituible del maestro en la educación de valores.

José de la Luz y Caballero señalaba:

―Por eso el primero de sus deberes, debe ser el de dar un buen ejemplo a sus alumnos. (...) En una palabra, el maestro debe más bien decir a sus discípulos haced lo que hago, que oíd lo que digo‖. Además agregó ―El ejemplo del maestro es más eficaz que las palabras más persuasivas; es necesario que los niños no sólo oigan hablar de la virtud, sino también que la vean practicar‖.11

Enrique José Varona también se detuvo en el análisis del papel del maestro y al respecto dijo: ―...no basta que sean meros trasmisores de los conocimientos necesarios. Enriquecer la inteligencia es bueno y útil, es indispensable, pero hecho todo eso, aún queda lo mejor por hacer, reformar suavemente el corazón, dirigir con tino la conducta, templar el carácter. Esta es la obra que demandamos a los maestros, esto es lo que exige imperiosamente la salud de nuestra Patria, en los críticos

8 José de la Luz y Caballero. Elencos y discursos académicos. Editorial de la Universidad de La Habana. 1950, p. 442. 9 José Martí. Obras Completas. T. XIX. La Habana. Editorial Nacional de Cuba, 1964. p. 375. 10 José Martí. Ideario Pedagógico. La Habana. Imprenta Nacional de Cuba, 1961, p. 228. 11 José de la Luz y Caballero. Escritos Educativos. Citado por Justo Chávez en Bosquejo histórico de las ideas educativas en

Cuba. La Habana. Editorial Pueblo y Educación. Primera reimpresión de la segunda edición, 2002, P.32.

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momentos en que se trata de estructurar su fuerza.‖12

En este aspecto estuvo también presente el pensamiento y la obra de Alfredo Miguel Aguayo quien de forma muy precisa señalaba: ―De todos los factores que contribuyen a la educación moral, el más importante a buen seguro es la personalidad del maestro‖.13

Al estudiante hay que situarlo en una posición activa durante la clase.

Al respecto Luz y Caballero planteó:

―...Bueno, útil, laudable es que todo plan se proponga mejorar, simplificar, facilitar la adquisición de conocimientos; pero pretender que no sean necesarios los esfuerzos del que aprende para conseguir el fin deseado, pudiendo descansar en la excelencia del método y en el celo del instituto, es señal segura de charlatanería, o cuando menos de inexperiencia y superficialidad‖.14

Formar al estudiante en los valores de su época para que influya de forma activa en el mejoramiento de la sociedad.

Enrique José Varona planteó: ―... la manera, los procedimientos, el contenido y el fin de la educación, han de cambiar, forzosamente con el transcurso de las vicisitudes del tiempo, y tomar formas diversas en cada país, dentro de las grandes líneas de la civilización y del grupo a que pertenezca”.15

Educar la inteligencia como algo natural en función del desarrollo de un sentido de la vida en correspondencia con el ideal social.

Al respecto, Alfredo Miguel Aguayo afirmó: ―El proceso de enseñanza debe acomodarse a las actividades, intereses, e ideales del mundo y de la vida del estudiante. (...) La vida moral es esencialmente una vida de carácter social.‖16

Un estilo de comunicación claro, flexible, reflexivo, sereno, dialogado, que permita humanizar el estudiante como tarea esencial de la clase.

José Agustín Caballero indicó: ―La enseñanza debe ser muy clara para lograr adecuada comunicación entre el profesor y el alumno.‖17

12 Enrique José Varona. Trabajos de Educación y Enseñanza. La Habana. Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, s /f, p.

131. 13 Alfredo Miguel Aguayo. Pedagogía. Cuarta edición, La Habana, 1924, p. 465. 14 Justo Chávez. Ideario Pedagógico de José de la Luz y Caballero. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1992, pp. 92-

93. 15 Enrique José Varona. Discurso en la Universidad de La Habana. Leído en la apertura del curso 1903 -1904. En ob. cit.

p.173. 16 Alfredo Miguel Aguayo. Didáctica de la Es cuela Nueva. Segunda Edición. Habana Cultural, 1937. p. 9. 17 José Agustín Caballero. Ordenanzas de las es cuelas gratuitas de La Habana. En Escritos sobre educación. Obras. La

Habana. Ediciones Imagen Contemporánea, 1999, p. 177.

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El hombre es un ser esencialmente perfectible. La clase es un espacio importante en la búsqueda del mejoramiento humano, a través de su fuerte carga ética.

La formación de los sentimientos patrióticos como condición indispensable del tratamiento de las cuestiones del hombre y la sociedad.18

Nuestra propuesta se basa en el modelo histórico cultural que considera la labor educativa como un proceso complejo en el que existe una estrecha unidad entre lo biológico, lo psicológico y lo social. Estos elementos se integran en una relación dialéctica, en la cual en última instancia debe predominar lo social, que caracteriza a la naturaleza humana.

Las tesis teóricas básicas de la concepción histórico cultural de Vigotsky constituyen elementos esenciales con evidentes implicaciones en la práctica educativa cubana. Entre estas tesis se destacan las que aportaron los principales fundamentos a la pro puesta metodológica a la que se hace referencia: la educación precede al desarrollo, el conocimiento constituye un proceso de apropiación producto de la actividad del sujeto, la interacción social media dicha apropiación y la necesidad del empleo de herramientas para hacer posible el conocimiento.

En la teoría histórico cultural de Vigotsky el desarrollo de la persona no se hace depender de forma absoluta de la maduración interna de las estructuras psicológicas de la personalidad en el plano de lo cognitivo, sino que la educación propicia ese proceso de desarrollo entendido en la unidad de lo intelectual y lo afectivo - volitivo y en su integración con el medio social de la forma más integral y completa.

Los autores asumen el principio del enfoque histórico-cultural de la unidad entre lo cognitivo y lo afectivo. Según esta concepción la enseñanza debe brindar las condiciones requeridas, no solo para la formación de la actividad cognoscitiva del estudiante, para el desarrollo de su pensamiento, de sus capacidades y habilidades, sino también para la formación y desarrollo de los distintos aspectos de la personalidad.

La unidad entre la instrucción y la educación constituyen un todo único en el proceso de enseñanza -aprendizaje. La instrucción es la ―... condición básica fundamental de la relación del hombre con la naturaleza y con los demás hombres, de su actividad transformadora de la realidad que a su vez contiene, de forma indisoluble, aspectos éticos y emotivos. Por otra parte estos últimos aspectos de la personalidad, considerados como objeto de estudio e influencia de la educación, no pueden formarse, ni expresarse haciendo abstracción de los componentes cognoscitivos, como expresión de la unidad que en el plano psicológico se da entre lo afectivo y lo

18 Antonio Hernández Alegría y otros. Proyecto de investigación: La superación del docente de Secundaria Básica para la

formación de valores des de la clase. Resultado # 2

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cognoscitivo‖. 19

De lo que se trata, según esta autora, es de utilizar al máximo las posibilidades educativas que brinda cualquier situación de instrucción, que al ser concebida íntimamente vinculada con la vida de la sociedad, en el contexto socio histórico en que vive el estudiante, ha de encerrar facetas que puedan ser analizadas y valoradas con una perspectiva axiológica, ante la cual puede adoptar determinada actitud.20

Es el componente afectivo el que abarca la relación personal con el valor. Es necesario que los estudiantes lleguen por sí mismos a la valoración de lo útil, agradable, bueno, que resalta lo que hacen y lo importante del para qué y por qué lo hacen.

Es importante también tener presente que los valores guardan una estrecha relación entre sí y con otros aspectos de la personalidad: los sentimientos, las actitudes, las cualidades y las motivaciones personales.21

El elemento cognitivo es presupuesto de la interiorización, pero no es suficiente. Lo emotivo, lo sentimental, refuerza el conocimiento. La emoción, cuando se enraíza en el conocimiento, despierta los sentimientos y se da el vínculo entre el sentimiento y el conocimiento, que es la base del valor.22

Por ejemplo, si de la patria se trata, hay que revelar una historia en la que confluyen hechos, sentimientos, acciones e ideas de los antepasados, en la que se manifiesta en toda su dimensión la obra humana. Hay que hacer sentir a los niños, adolescentes y jóvenes herederos del pasado, deudores de sus antecesores, hacer que vibren al ritmo de las alegrías y las tristezas ante los éxitos y los fracasos y que sientan el profundo optimismo y capacidad de entrega, sacrificio de los que forjaron nuestra nación.

Hay que considerar además que los sentimientos ejercen una gran influencia en el intelecto, porque con el cultivo de los sentimientos la inteligencia se hace más apta para conocer, recordar, imaginar, juzgar, crear. Sí del valor del patriotismo se trata, solo sobre la base del sentimiento de amor a la patria, a los hechos, a sus héroes, a sus tradiciones, a su historia, cuyo sustento es el conocimiento, se puede lograr el compromiso individual, la identificación personal, de tal forma que constituya siempre y en cualquier circunstancias un regulador de la conducta humana, pero en su núcleo

19 Otmara González. El enfoque histórico -cultural como fundamento de una concepción pedagógica. En Tendencias

Pedagógicas Contemporáneas. Universidad de La Habana. Departamento de Psicología y Pedagogía, CEPES. y Corporación Universitaria de Ibagué. Colombia. Fondo Editorial, Ibagué, 1996, p.26.

20 Idem. 19. 21 Esther Báxter. Ob. Cit. pp. 5-6 22 Teresita Miranda Lena. Los niños y los valores: una experiencia en la es cuela. Evento Internacional Pedagogía 99. Curso

# 51, p. 9.

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esencial, la actitud.23

Asumimos dentro del enfoque histórico-cultural que la personalidad no sólo está determinada por elementos morfológicos, sino también y en primer lugar por las condiciones histórico sociales: ― El carácter irrepetible de cada individuo se explica así por las particularidades de su status socio-histórico, por sus condiciones sociales de vida, por la especificidad del sistema de interrelaciones de su micromedio en cuyo interior se forma su personalidad, a partir de las funciones elementales contenidas en su biología en el momento de su nacimiento.24

Consideraciones teóricas y metodológicas para la educación en valores

La educación en valores como componente esencial del trabajo político ideológico constituye y constituirá una dirección principal de la labor educativa de la nación cubana, de su escuela, de sus maestros y de todos los factores que intervienen en este importante proceso. Los hombres y mujeres que vivirán en el futuro en el país pensarán y actuarán con respecto a la patria según la educación que hayan recibido.

Esta no es una práctica reproductora ni inculcadora de valores, si no es el espacio para el cambio y la transformación personal y colectiva de acuerdo al ideal socia l y humano que proyecta la sociedad, es el proceso para transformar al estudiante en un agente social comprometido. En este proceso, en el orden pedagógico, hay que preocuparse por la realización plena del estudiante, porque alcance la autocomprensión y la autorregulación necesaria para que oriente su conducta, le de sentido y significado a su vida con los valores espirituales que caracterizan el ideal humano en la sociedad actual.

El modelo de la escuela cubana está creado con el fin de que no se trata sólo de enseñar valores, sino de crear las posibilidades para el desarrollo de la capacidad de valorar.

El profesor, para poder llevar a la práctica este propósito, debe reunir determinadas características:

Tener un conocimiento profundo de los estudiantes en las esferas cognitiva, motivacional - afectiva y volitiva (diagnóstico integral).

Actitud moral adecuada.

Autoridad.

Dominio pleno del contenido de las asignaturas que imparte.

23 Lissette Mendoza Portales. La formación de valores: un problema complejo. Facultad de Humanidades. ISP Enrique José

Varona, p. 31 24 Otmara González. Ob. Cit., p. 25.

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Ser empático con los estudiantes, saberlos comprender y orientar.

Ser creativo.

Poseer una elevada cultura general.

Ser comunicativo.

Ser un modelo digno de imitar en todos los sentidos.

Lograr plena correspondencia entre su pensamiento y acción.

Saber ayudar a los alumnos a autodescubrirse y a autovalorarse.

Conversar sobre temas de la vida con los alumnos.

Saber escuchar las experiencias que viven los alumnos.

Estimular el compromiso.

Priorizar el enfoque social y humanista del proceso docente educativo.

Al abordar cómo se forman y funcionan los valores en la personalidad es válido retomar que los tipos de actividades fundamentales que realiza el hombre y que constituyen fuentes de aprendizaje continuo son: conocer, valorar o estimar, comunicarse y convivir, manipular y utilizar, trasformar creativamente, transformar destructivamente.

En estas actividades el aprendizaje de los valores tiene dos vías principales: la actividad volitiva, mediante la cual se reconocen, estiman o aprecian los valores de la cultura material y espiritual creados por el hombre, y la práctica como actividad transformadora, en la cual se crean los nuevos valores que enriquecen el acervo material y espiritual que conforman el patrimonio cultural humano.

En la historia del magisterio cubano la clase ha constituido una vía esencial para formar valores en los educandos; múltiples son los ejemplos de grandes patriotas que forjaron sus sentimientos de amor a la tierra en que nacieron a partir de la labor educativa realizada por sus maestros en clases, no con discursos y estereotipos, sino mediante un trabajo paciente y sistemático encaminado a despertar emociones, a forjar sentimientos, a formar valores.

La clase es el espacio más importante y lugar idóneo para preparar al estudiante para la vida y tiene grandes potencialidades como proceso para la educación en valores:

Permite el diálogo directo con los alumnos.

Facilita explotar las posibilidades de los contenidos en función de formar

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valores.

Permite orientar tareas y actividades para poner al alumno en contacto con la realidad necesaria a valorar.

Permite observar las transformaciones en la conducta y evaluar el desarrollo integral de los alumnos.

Para potenciar la dimensión axiológica desde la clase es necesario:

Tener en cuenta que el profesor es el eje directriz del sistema de inferencias educativas.

Considerar la educación en valores como el núcleo central de la labor educativa.

Asociar el contenido de cada asignatura a lo que ocurre en e mundo que rodea al estudiante.

Propiciar la relación del contenido de la asignatura con el propio mundo personal del estudiante.

Desarrollar capacidades en los estudiantes para interpretar la realidad y participar activamente en su transformación.

Lo que se enseñe debe ser significativo para el estudiante en función de un sentido de vida que responda al proyecto social.

Presupuestos metodológicos para la educación en valores desde la clase

1- Diagnóstico del escolar y del grupo no sólo en el aspecto cognitivo, si no también en el afectivo-valorativo.

Para que la clase contribuya a la educación en valores el maestro requiere conocer, mediante la aplicación de los métodos, técnicas y sus respectivos instrumentos para diagnosticar la presencia de los valores, así como el procesamiento e interpretación de la información que estos le aportan: qué valores posee el adolescente, cuáles se manifiestan como motivos de su conducta, qué factores inciden en la manifestación de estos y en la inexistencia de aquellos que no manifiesta; qué preparación tiene el alumno en correspondencia con sus vivencias afectivas y conocimientos anteriores para asimilar los valores que debe poseer; hasta dónde conoce qué valores presenta y qué le falta para alcanzarlos, así como las vías para obtenerlos; qué intereses, puntos de vistas, normas de conducta y valores sustentan el grupo escolar, la familia y la comunidad.

Sobre el individuo ejercen influencia factores socioculturales como el momento histórico, el régimen social, el desarrollo científico-técnico alcanzado por la sociedad en que vive y la forma en que todos estos elementos son asumidos y reflejados por

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los contextos en que el individuo se desarrolla: escuela, familia y comunidad influyen en su formación y desarrollo. Por otra parte, la determinación de requerimientos concretos se enmarca dentro del campo de los diagnósticos potencializadores, o sea, aquellos que se orienten al análisis de las potencialidades que tienen los alumnos para pasar a niveles de desarrollo superior y no en la descripción de las características que presentan. No se limita a inventariar los conocimientos que poseen los alumnos desde el punto de vista conceptual o categorial, sino que abarca un diagnóstico potencializador de sus destrezas, actitudes y sistemas de valores

2- Planificación, ejecución y control de las actividades de la clase que posibiliten al estudiante procesar la información que recibe y construir su propio conocimiento a partir de sus intereses y conocimientos previos, tomar partido, elaborar puntos de vistas, criterios propios, reflexionar, ser perseverante en su actuación, expresar sus criterios para discrepar, plantear iniciativas, escuchar y comprender a los demás.

Las actividades a realizar en los diferentes momentos de la clase deben sustentarse en la interacción del adolescente con el contenido que recibe de forma que lo analice, defina, compare, reflexione, profundice, valore, argumente, se plantee y responda interrogantes, tanto de forma grupal como individual.

Para ello es decisiva la utilización en sistema de los componentes del proceso docente - educativo, mediante ellos el maestro opera didácticamente con los valores en que debe educar.

Lo anterior se evidencia al considerar cómo desde el objetivo deben recogerse las convicciones a formar, los sentimientos a alcanzar en el escolar, las normas de conductas a seguir, los valores etc. y para esto es necesario precisar para cada elemento del contenido el valor propio del mismo, vinculado al objetivo a alcanzar.

Lo que existe en la realidad son las cosas y el vínculo que el hombre establece entre uno y otro hombre. El conocimiento es el resultado de las relaciones del hombre transformando al mundo para satisfacer sus necesidades y consecuentemente reflejarlo como resultado de esa misma transformación. Así que los conceptos, las leyes, las teorías, no son más que generalizaciones, en el plano subjetivo, de la realidad, en una relación objetiva - subjetiva -objetiva, como consecuencia del vínculo entre el hombre y el medio. Todo lo que enseñamos, absolutamente todo, puede ser objeto de valoración, incluyendo al propio estudiante, lo que contribuye a conformar un juicio valorativo que puede ser positivo o negativo, y que repercute en su comportamiento, siendo este un punto de partida para determinar aquellos elementos del contenido que se deben significar.

Sin embargo, tener claridad de la meta a lograr y de qué contenido es necesario desarrollar no es suficiente. Si el adolescente no está inmerso en el proceso y transformando el objeto, no se forman valores. De ello se deriva que el método como vía que permite al maestro y al alumno interactuar entre sí y con el contenido, tiene

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que propiciar el procesamiento de la información que recibe el alumno y construir su propio conocimiento a partir de sus intereses y conocimientos previos, tomar partido, elaborar puntos de vistas, criterios propios, reflexionar, ser perseverante en su actuación, expresar sus criterios para discrepar, plantear iniciativas, escuchar y comprender a los demás, sentir, crear y experimentar satisfacción.

En correspondencia con los componentes mencionados deben determinarse los medios y la evaluación. Esta última no sólo debe contemplar qué conocimientos y habilidades ha adquirido el adolescente, si no además qué convicciones, sentimientos, normas de conducta y valores, en qué medida responden al objetivo trazado y qué barreras o limitaciones subsisten para alcanzarlo.

3- Las actividades de la clase deben generar un clima que favorezca la interacción entre lo individual y lo colectivo sobre la base de una adecuada comunicación profesor-alumno, profesor-grupo, alumno -alumno y alumno-grupo.

El aprendizaje y desarrollo de sentimientos, cualidades y valores requieren de la interacción entre las personas, así como de la realización de actividades individuales.

Es necesario el aprovechamiento pleno de las relaciones interpersonales. La comunicación a establecer debe ser clara, flexible, serena, dialogada, que permita humanizar el estudio como tarea esencial de la clase. La comunicación es un proceso constante de intercambio flexible, (mantenido) abstracto, no es una actividad espontánea, requiere de entrenamiento. La misma promueve la manifestación de las emociones humanas y la adquisición de normas de comportamiento que permitan asegurar una regulación adecuada de la conducta de aquellos que interactúan.

En la clase deben asegurarse también las posibilidades de que los estudiantes conjuguen la actividad colectiva con la individual, donde se promueva el intercambio, mediante la explicación, argumentación, discusión y valoración de los puntos de vista conformados acerca del contenido que se enseña, así como de la valoración de la conducta personal y grupal de los alumnos como resultado de su interacción.

Otro elemento a contemplar es la atención en función de los diferentes grados de desarrollo y preparación individual logrados por cada adolescente, estimular sus potencialidades y ofrecer la ayuda requerida sobre la base del diagnóstico señalado como punto de partida.

4- La intencionalidad político- ideológica en función de reafirmar un sentido de la vida en correspondencia con nuestro ideal social y humano.

La imagen del cubano, desde una dimensión general, se caracteriza por elementos esenciales que responden a la identidad nacional y la cultural inherente a la cubanía, como un tipo de nacionalidad, y a la conciencia nacional como aspecto integrador. Muy vinculado a lo anterior se encuentra el componente ideológico que expresa los intereses, objetivos e ideales nacionales evidenciados en la interrelación y actividad

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de los grupos y sectores comprometidos con ellos.

La conciencia nacional complementada en el elemento axiológico, está asociada a la significación social que tiene el patriotismo unido a los valores de independencia, soberanía, justicia social y unidad nacional, los cuales se vinculan a los de dignidad nacional, intolerancia e intransigencia ante todo tipo de dominación extranjera, la solidaridad, entre otros.

El conocimiento que asimila el estudiante puede encerrar un núcleo educativo que trasciende su marco conceptual y contiene elementos de las di versas problemáticas del hombre, su ideología, sus valores y a su vez la utilización que desde el punto de vista social tiene este conocimiento. Por ello la clase constituye un espacio de inapreciable importancia para promover la formación de juicios valorativos en los planos éticos y político-ideológicos, explotando no solo las potencialidades del contenido, sino también las motivaciones del adolescente para su proyección acorde al ideal de cubano a que se aspira.

Exigencias generales del proceso de educación de valores en la institución educativa

Entendidas como ―normas generales o posiciones rectoras de partida‖25 que son insoslayables para realizar una labor educativa eficiente:

Máxima utilización del entorno social en que se desenvuelve el estudiante.

Exaltación de la significación socialmente positiva de la realidad.

Posición crítica ante la significación negativa (antivalor).

Interrelación dialéctica de los valores.

Precisión de los componentes de cada valor.

Unidad de lo cognitivo, motivacional - afectivo y volitivo, de la instrucción y la educación.

Motivar sobre la base de lo emocional. Hacer que las cosas tengan sentido para el sujeto.

Vinculación entre conocimientos y sentimientos.

Cultivar el amor como esencia del valor.

Enfoque valorativo de los procesos y fenómenos de la realidad.

Relación entre conocimiento y valor.

25 Guillermina Labarrere Reyes. Pedagogía. La Habana. Editorial Pueblo y Educación. 1988, p. 77

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Protagonismo de los estudiantes y el grupo en el proceso.

Carácter colectivo de las actividades, donde prime la comunicación, confianza y colaboración.

Interrelación entre valores individuales y sociales.

Métodos para la educación en valores

Lissette Mendoza plantea que son los procedimientos que reflejando la naturaleza del proceso y en interrelación con los restantes elementos de este, se dirigen al logro de los objetivos propuestos. Por la complejidad del proceso en que se enmarcan es imposible considerar la existencia de un ― método ni ― del método si no de una gran diversidad que en su aplicación pueden resultar eficaces atendiendo a los fines y a la s características de los sujetos que intervienen en el mismo. Los criterios de los especialistas coinciden en la necesidad de aplicar métodos productivos que fomenten y cultiven el desarrollo del pensamiento creador, la independencia y la participación.26

Esther Báxter expresa que: ―... constituyen las vías o procedimientos de influencia que los educadores utilizan para organizar pedagógicamente la vida de los escolares con el objetivo de influir positivamente en el desarrollo de su personalidad en formación‖. 27

Esta autora afirma que la educación en valores requiere la utilización de la persuasión como uno de los métodos fundamentales, además de la participación consciente y activa del sujeto en su propia formación, donde la realización de toda actividad tenga un significado para él.

Este proceso se facilita mediante una relación interpersonal comprometida, en una comunicación que se caracterice por un diálogo abierto y franco, donde se compartan con autenticidad y congruencia las experiencias y conocimientos de cada uno.

Es también la confianza y el respeto hacia el otro, tomando en consideración que los otros son parte de nosotros mismos, de la sociedad, que es donde se realizan los valores, cobrando significación única y plena.

Los métodos, siguiendo la concepción de la Dra. Amelia Amador deben orientarse en tres planos fundamentales: Los dirigidos a la conciencia, que deben permitir a los estudiantes conocer los modelos correctos, del deber ser, en lo social, y en lo personal y así sentar las bases de la formación de ideales en correspondencia con la sociedad. En esta dirección pueden ser utilizadas narraciones, conferencias,

26 Lissette Mendoza Portales. La formación de valores: un problema de la Filosofía de la Educación. Ciudad de La Habana.

Cuba. Facultad de Humanidades. I.S.P "E.J.Varona, p. 8. 27 Esther Báxter. Los métodos de la labor educativa. En La labor educativa en la es cuela. La Habana. Editorial Pueblo y

Educación, 2002.

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seminarios, trabajos de investigación, análisis de biografías de héroes y mártires, debates y discusiones de materiales de la prensa o de la televisión, visitas a museos, así como encuentros con personalidades destacadas, lo más cercanas posibles a su entorno social, que sean ejemplos a imitar por el niño adolescente o joven.

Los dirigidos a la actividad tienen como objetivo esencial que los estudiantes, cualquiera que sea su edad, puedan poner en práctica las formas correctas de actuar; en este caso los maestros durante el desarrollo de sus clases deben utilizar métodos productivos, donde cada alumno tenga la oportunidad de participar activamente, acorde con sus posibilidades reales, hacer que el trabajo docente se convierta en fuente de vivencias tanto individuales como colectivas, que reflejen la realidad en que viven.

Se deben organizar actividades donde los adolescentes tengan que asumir diferentes roles, cumplir con responsabilidad tareas asignadas, crear y participar en brigadas de estudio o de producción, de exploradores, en círculos de interés, sociedades científicas, creación de rincones de lectura, de museos escolares y en general, lograr en todas las actividades que se realicen en la escuela la actuación sistemática y positiva de los estudiantes.

Los dirigidos a la valoración buscan que los estudiantes tengan la posibilidad de comparar lo que hacen con el modelo correcto propuesto, tanto en las tareas individuales como en las colectivas. E n las primeras edades este proceso se apoya fundamentalmente en la actividad del adulto, del maestro, que es quien la dirige. En este caso esta valoración depende más de la regulación externa, la que gradualmente se traslada a la propia valoración y autovaloración, hasta dar lugar a la autorregulación del niño.28

Los métodos expuestos son de actualidad y pueden ser empleados en la educación en valores en las condiciones actuales de la escuela cubana.

Requisitos de la clase para formar valores:

Ajuste del análisis de la clase de acuerdo a las características del grupo.

La enseñanza - aprendizaje centrada en el alumno, en su atención y comprensión.

El maestro debe orientar las actividades extradocentes en las que el estudiante tenga posibilidades de analizar, discutir, plantear inquietudes acerca de los procesos sociales y de su participación.

Hay que crear espacios para que el alumno opine, proponga, critique, someta a juicio racional, organice y conduzca en muchos casos el debate.

Tener en cuenta la experiencia vi vida por el alumno sobre el asunto a tratar o la

28 Esther Báxter. La educación en valores. Papel de la es cuela. Evento Internacional Pedagogía 99. Curso # 24, pp. 6 -7

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implicación que en el mismo tienen familiares o vecinos.

Control por el docente de la preparación que alcanzan los alumnos y creación de espacios para el autocontrol.

Considerar los factores de la comunidad que pueden potenciar el contenido en valores de la clase.

Una intencionalidad política de la clase en función de educar en un sentido de vida al estudiante en correspondencia con nuestro ideal social y humano.

Garantizar el protagonismo de los alumnos en la clase.

Desarrollar la clase con acciones que posibiliten que el alumno valore, actúe, cree, ame, buscando el compromiso del estudiante con la sociedad presente y futura.

Proyectar tareas cuyo desarrollo genere satisfacción en los alumnos.

Trabajar el sistema de conocimientos con hechos probatorios.

Tener en cuenta el nivel alcanzado por cada estudiante para realizar la influencia individual y colectiva de acuerdo con la necesidad de los alumnos.

Utilizar un lenguaje adecuado y preciso que inspire respeto, confianza y libertad de conocimientos.

Enseñar a los estudiantes a pensar, reflexionar, exponer, valorar, identificar los problemas, dar criterios propios, elaborando preguntas que faciliten su participación.

Utilización de métodos participativos para desarrollar el protagonismo en los estudiantes.

Comunicación centrada en el respeto mutuo, confianza y autenticidad en las relaciones que propicien la influencia del docente como modelo educativo en la educación en valores en sus estudiantes.

Seleccionar los contenidos a trabajar por el maestro es determinar su potencial educativo, tener presente que ―ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor‖.29

29 Fernando González Rey. Un análisis psicológico de los valores: su lugar e importancia en el mundo subjetivo. En La

formación de valores en las nuevas generaciones. Una campaña de espiritualidad y de conciencia. Ediciones Políticas. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales, 1996, p. 49.

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El trabajo del maestro dirigido al tratamiento de la dimensión axiológica con un estilo pedagógico debe estar encaminado a lograr la realización plena del estudiante, a que alcance la autocomprensión necesaria para que oriente su conducta, le dé sentido y significado a su vida.

Debe evitarse que la autoridad del docente y de la dirección institucional se imponga sobre el educando anulando sus posibilidades de autodeterminación.

Lograr que el educando se convierta en sujeto de la actividad educativa es una de las exigencias de la educación de valores, ya que estimula su autoperfeccionamiento.

Propiciar el compromiso del estudiante para el cumplimiento de sus responsabilidades.

Potenciar el uso de los medios audiovisuales en función de estimular el interés y motivación de los alumnos a conocer, su pensamiento valorativo independiente y desarrollar el afán de la creatividad y la investigación.

La evaluación de la efectividad de la labor educativa

No es fácil determinar objetivamente los resultados obtenidos en la labor educativa y establecer cómo ha influido esta en el desarrollo de la personalidad. Sin embargo, es necesario no juzgar a priori el nivel alcanzado en los alumnos en este sentid o, solamente por las palabras y manifestaciones externas de estos. Los resultados de las tareas y la forma sistemática en que las realiza, así como la relación que establece con sus semejantes también deben ser tenidos en cuenta.

La evaluación que en el orden educativo han alcanzado los estudiantes requiere de indicadores que permitan determinar de modo concreto no solo cómo actúan, sino por qué actúan así.

Un elemento a tener en cuenta es el conocimiento que posee el educando de las cualidades morales que en correspondencia con el ideal social se establecen (cómo se definen, qué características las distinguen, etc.). Para ello sirven de referente las recogidas en documentos como el reglamento escolar, el modelo del escolar entre otros. Otro aspecto a considerar es la combinación en él de la palabra y la acción de forma estable durante las disímiles situaciones de carácter ético y moral en que se ve envuelto. De igual forma, debe constatarse la presencia y el grado de desarrollo que en su personalidad han alcanzado estas cualidades.

Una evaluación lo más objetiva posible requiere del seguimiento sistemático de la manera en que el estudiante se conduce en sus diferentes contextos de actuación (grupo escolar, escuela, familia, comunidad, grupo social, etc.).

Entre los métodos que pueden auxiliar al maestro se encuentran:

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• La observación sistemática.

• El análisis del producto de la actividad.

• Entrevistas.

• Encuestas.

Al analizar los indicadores deben tenerse en cuenta las particularidades de cada alumno.

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LA FORMACIÓN CIUDADANA DESDE LA ESCUELA

―… Educar es sembrar valores, inculcar y desarrollar sentimientos, transformar a las criaturas que vienen al mundo con imperativos de la naturaleza, muchas veces contradictorios con las virtudes que más apreciamos…‖

30

Fidel Castro Ruz

La realidad del mundo contemporáneo exige de nuestros educadores un profundo conocimiento de métodos y procedimientos que, de forma coherente, integren la acción de enseñar y aprender. Este proceso debe conducir a un pensamiento cualitativamente superior del maestro que le permita llevar a niveles superiores el crecimiento del adolescente en el orden cognitivo y afectivo, al mismo tiempo que estimula la solución de problemas objetivos de forma i dependiente.

Enseñar y aprender requieren el apoyo en leyes y principios, que ayudan a preparar el ser humano para la vida, y en condiciones histórico-concretas permiten el desarrollo de potencialidades humanas.

Para lograr lo anterior, es preciso contribuir al desarrollo de habilidades en el estudiante; recuerda que el trabajo con las mismas no se limita solo a las que se expresan en los objetivos del programa. Tanto las habilidades generales intelectuales, como las de carácter docente, desempeñan un importante papel en la formación de las nuevas generaciones y contribuyen a que los estudiantes piensen, sientan y actúen con el conocimiento de qué realizar, los ayuda a ser independientes, creativos y que desplieguen amor y respeto por sus semejantes, así como a desarrollar tareas que permitan la percepción y comprensión del contenido, exijan la aplicación de los conocimientos, el desarrollo del pensamiento reflexivo y la creación con mayor independencia cognoscitiva.

El desarrollo exitoso de la formación del estudiante exige que el maestro domine en primer lugar, el contenido que imparte, ― y pueda con una cultura general ― establecer la relación interdisciplinaria. Recuerda que la Educación Cívica se nutre de asignaturas de l grado, tales como: Historia de Cuba, Lengua Española, Educación Artística, Geografía entre otras, por lo que el maestro debe conocerlas e integrarlas sistemáticamente.

Es necesario desarrollar la Educación Cívica sobre la base de diferentes referentes: epistemológico, sociológico, psicológico, axiológico y didáctico, desde una lógica de la multidimensionalidad.

En el referente epistemológico, se estudian los procesos sociales ― que es preciso entenderlos en su desarrollo y sus interrelaciones con otros procesos ―, desde un

30 Fidel Castro Ruz Discurso pronunciado en la graduación de las Es cuelas Emergentes de Maes tros de la Educación

Primaria, 2 de septiembre de 2002.

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enfoque clasista y con una objetiva contextualización histórico-social, sobre la base del trabajo con las fuentes que hagan posible llegar a conclusiones objetivas y por tanto científicas.

En el referente sociológico, se asume a la sociedad como fuente y como marco de acción para aplicar lo aprendido, contribuir a fortalecer los valores de la identidad, propiciar la relación entre lo individual y lo social en función del modelo de ciudadano socialista al que aspiramos, formar sujetos transformadores comprometidos e involucrados con la revolución socialista desde un elevado patriotismo, expresado en un compromiso latinoamericanista y antiimperialista que permita el desarrollo de habilidades sociales.

En el referente psicológico se requiere contribuir al desarrollo de personalidades independientes y creativas para la vida en sociedad desde el fortalecimiento de la autoestima, al reconocerse como jóvenes cubanos de estos tiempos y defender sus perspectivas individuales, a partir del compromiso con la sociedad revolucionaria; por otra parte, favorecer la regulación de la conducta según nuestra sociedad socialista, desarrollar elevadas motivaciones hacia un correcto comportamiento ciudadano, propiciar el impulso hacia proyectos personales de vida, coherentes con las necesidades individuales y sociales, contribuir al desarrollo de habilidades comunicativas, y otras.

En el referente axiológico, se requiere favorecer el desarrollo de orientaciones valorativas, desarrollar una regulación moral en las relaciones de los sujetos, aspirar al ideal humanista de nuestra Revolución, tener conciencia de los valores que nuestra sociedad necesita y prioriza, preparar a los educandos para la asunción crítica de sus propias cualidades y valores y fundamentar sus prácticas sociales y su actitud cívica como luchadores por la justicia social, la dignidad, la solidaridad, la fidelidad a los principios y otros valores esenciales de la Revolución.

Estas diversas dimensiones se concretan en lo didáctico, que supone que los estudiantes desplieguen actividades, desarrollen explicaciones, valoraciones, demostraciones, definan conceptos, y para ello debe garantizarse un movimiento del nivel informativo (localización de la información, interpretación, clasificación, identificación, ubicación temporal y localización espacial, etc.); al nivel comprensivo (caracterización, explicación, definición, contextualización de la información, etc.) y de ahí al nivel crítico (demostración, valoración, argumentación, utilización de datos y otros elementos probatorios, debate de ideas, fundamentar el movimiento social, entre otros). E n esta dirección, el desarrollo del trabajo independiente, la indagación sociológica, la problematización de la información, resultan procedimientos muy útiles.

Es necesario promover tanto actividades de autoaprendizaje como de interaprendizaje, que se propicien en clases reales, espacios sociales de comunicación donde los estudiantes justifiquen lo que piensan, hacen y sienten, y sean consecuentes con los presupuestos teóricos estudiados.

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Entrenar a los estudiantes para la solución de conflictos de diferentes tipos, a partir de actividades de resignificación, empatía histórica o sociológica, autopercepción, dramatizaciones, modelación de actuaciones y otros, es prepararlos para entender y resolver los problemas de la vida y esto sin duda, contribuye también a educar en una cultura de paz y de derechos humanos.

El maestro que imparte la asignatura debe saber que desarrollar una conciencia cívica supone interiorizar conocimientos, obtener vivencias y estimular una práctica social enriquecedora desde las múltiples dimensiones que suponen una formación ciudadana en una sociedad socialista, y en un contexto contemporáneo de gran complejidad.

Para lograr los objetivos propuestos es necesario que el maestro comprenda, que la formación cívica de los educandos es una necesidad por la repercusión que en la vida personal y social del hombre ocupan las obligaciones ciudadanas. Por tanto, supone que para su desarrollo, el maestro domine el contenido que imparte y así podrá seleccionar eficazmente las vías para lograrlo.

La activación del aprendizaje de los alumnos debe ser permanente, siempre teniendo en cuenta el enfoque diferenciado de la enseñanza y la utilización de recursos que permitan profundizar en el conocimiento, despertar sus ansias de aprender y búsqueda permanente; de ahí la interacción dialéctica que debe darse entre el maestro y el alumno donde el conocimiento llegue a través del sentimiento, se trabaje con herramientas que hagan enraizar las emociones y motiven al alumno desde el inicio hasta el final de la clase, provocando que el conocimiento sea significativo para él y por tanto duradero y movilizador.

Desarrollar diversas actividades con diferentes tipos de fuentes, según las particularidades del conocimiento cívico, que supone, una relación entre lo ético, lo jurídico, lo político, entre otros, es tarea medular del maestro que imparte la Educación Cívica quien debe tener claro que esta asignatura apoyada en el concepto de civismo, se vincula a la capacidad de los ciudadanos para captar o percibir los problemas sociales desde la óptica de lo individua l, e incorporarse a su solución, con eficacia y conciencia de deberes y derechos en una comunidad determinada, por lo que las actividades que proponga desarrollar, deben expresar la relación con la vida, supongan la introducción en la práctica social de los estudiantes, la vivan, pues el saber ético tiene elevado compromiso con la práctica y con los ejemplos que emanan de ella, se reflexiona en ella y desde ella misma.

Es propósito de la asignatura contribuir a tener conciencia ciudadana de la herencia que reciben las nuevas generaciones en el orden cívico de las generaciones precedentes, no simplemente como sucesores en la posesión de ese saber cívico que ha caracterizado a los cubanos en su desarrollo histórico-social, sino como asunción consciente del derecho a esa herencia, a ese legado, y ser capaces de hacerlos suyo desde los imperativos actuales, lo que supone la defensa de nuestra

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cultura, ideas, principios e identidad.

En este sentido, se sugiere trabajar por enriquecer la educación familiar, med ian te temas histórico-sociales en las asambleas de padres, tributar al trabajo que realiza el Consejo de escuela o al trabajar el contenido en la clase; recuerda que los valores cívicos son reguladores internos de la conducta humana, formados a partir d e la educación familiar e institucional y tienen como núcleo, los sentimientos de amor y respeto a la memoria histórica de la nación. Para este empeño se deben tener presente los contenidos que el estudiante ha recibido en el programa de Historia de Cuba quinto grado y Encuentro con la historia de mi patria de la Secundaria Básica.

Todo lo anterior, implica que la asignatura debe asumir una concepción evaluativa de tendencia cualitativa, de proceso y no solo de resultado, que propicie más la coevaluación y la autoevaluación que la evaluación externa; que la evaluación no se reduzca a una categorización sin una reflexión movilizadora en lo moral, e impulse el crecimiento cívico individual y colectivo.

Consideraciones para el maestro que imparte la asignatura de educación cívica

El objetivo del presente texto en tus manos tiene como objetivo facilitar tu estudio y autopreparación en la asignatura de Educación Cívica, en temáticas que tienen relación estrecha con los programas que se imparten en las diferentes educaciones, busca que interiorices conocimientos y te apropies de modos de actuación que la sociedad contemporánea exige.

Las condiciones de la sociedad cubana inmersa en el complejo mundo en que vivimos requiere del trabajo inteligente y culto de maestro. El sistema educacional se encuentra enfrascado en un proceso de transformaciones, que busca fortalecer la educación ciudadana, la consolidación de los valores y lograr que la responsabilidad ciudadana sea cada vez superior. La asignatura de Educación Cívica es un soporte fundamental en esta dirección.

La educación del ciudadano ha sido y es, objeto de las más diversas interpretaciones a lo largo de la historia de la civilización humana, y ello ha dependido del prisma filosófico a través del cual se ha visto. E n la historia de la humanidad no siempre se ha tenido en cuenta un enfoque objetivo consecuente, que permita explicar objetivamente este proceso; partir de un análisis científico exige que se tome como punto de partida el análisis de las condiciones histórico sociales concretas que ofrece la sociedad para el progreso del individuo, el grado de desarrollo que ha tenido la conciencia y la actividad como forma de existencia, desarrollo y transformación de la realidad social, a partir de explicar sobre bases científicas el proceso de objetivación y desobjetivación de la actividad del hombre.

Estas consideraciones exigen a que el maestro para profundizar en ello tenga en cuenta los distintos ni veles de análisis del concepto de ciudadano, las dimensiones

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que lo tipifican y el proceso histórico de su formación todo en correspondencia con el tipo de sociedad reflejada y con la etapa del desarrollo de la humanidad que se analiza.

Es objetivo del trabajo explicar cómo y para qué es necesario la educación del ciudadano, la formación en valores, el desarrollo de conocimientos, de sentimientos, habilidades y hábitos. Puntualizar que con estos objetivos logrados y tenidos en cuenta por el maestro, se facilita la comprensión y transformación de la sociedad y en especial del ciudadano, que exige el proceso que construimos, si n olvidar las condiciones históricas concretas en que se forma este.

De acuerdo con la opinión del Dr. C. Miguel Lima David, para analizar una concepción de ciudadano y de su formación, es necesario tener en cuenta tres aspectos básicos:

Las características esenciales de la relación individuo-sociedad e individuo-estado en cada sociedad (el tipo de socialidad que la caracteriza), lo que se expresa en las especificidades de la participación de los sujetos en la vida pública del país.

La especificidad del poder público, que se expresa en los fundamentos sociales, el programa ideológico-cultural en que se inspiran, los valores que promueve y defiende y el contexto interno y externo en que se desenvuelve.

Las cualidades concretas, condicionadas y estructuradas históricamente, de los sujetos en la participación política.

Desde esta perspectiva un análisis histórico de la concepción sobre la formación ciudadana obliga a precisar momentos históricos fundamentales que caracterizan el pensamiento social universal acerca de este problema:

El pensamiento antiguo de las civilizaciones griegas y romana.

El pensamiento de la Edad Media.

El pensamiento liberal–burgués.

Como la sociedad siguió avanzando en su desarrollo y el pensamiento social no quedó al margen es preciso agregar:

El pensamiento socialista, el que sigue marcando pautas en el desarrollo social, siempre en correspondencia con factores socio-económicos y políticos diferentes, que llevan al estudio de la relación individuo - sociedad e individuo-estado en las condiciones del siglo XX I.

El análisis de cada uno de estos momentos, en correspondencia con los factores socio - económicos y políticos que lo condicionaron, posibilita la comprensión de la

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naturaleza y rasgos esenciales del concepto de ciudadano y su proceso de formación; es preciso tener presente que el ciudadano se prepara desde la educación para conducirse y comportarse en una sociedad políticamente organizada.

La comprensión de la educación del hombre como ciudadano tiene como antecedente el surgimiento y desarrollo de las ciudades, un hito de los más trascendentales en el proceso civilizatorio mundial como opinan mucho autores del tema.

Como expresara Carlos Marx y Federico Engels en un contexto histórico determinado:

―Con la ciudad aparece la necesidad de la administración,…; en una palabra, de la organización política comunal y, por tanto de la política en general‖.31

Para José Martí en carta al director de E l partido Liberal, en marzo de 1890, las ciudades tienen responsabilidad con la educación de los ciudadanos que forman y que en ella se desenvuelven, en relación a ello expresó:

―…una ciudad es culpable mientras no es toda ella una escuela: la calle que no lo es, es una mancha en la frente de la ciudad…32

La nueva organización de la sociedad es el resultado del desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas, que trajo consigo la aparición de la propiedad privada sobre los medios de producción, e hizo más específica la división social del trabajo y de los instrumentos de producción, factores determinantes en la polarización de la población en castas, estamentos y clases sociales. Tales condiciones determinaron no solo la organización política de estas comunidades sino el establecimiento de determinados derechos y deberes políticos de acuerdo con la posición económica que ocuparan en la ciudad.

Estas condiciones en el orden económico, político y social, matizaron las relaciones entre los individuos y la sociedad y de este con el estado, surgiendo un tipo de sociedad caracterizada por relaciones de dependencia personal, que tuvo su reflejo en el pensamiento de la época, tanto en lo político, lo jurídico, lo ético, como filosófico.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se producen nuevos acontecimientos que marcarían el desarrollo posterior de la humanidad hasta nuestros días , el tránsito del capitalismo pre-monopolista al capitalismo monopolista o imperialismo; se acentuaba la polarización de la sociedad en poseedores y desposeídos, y se ahondaban los antagonismos de clases, que despertaron en las ideas de avanzada la aspiración de un nuevo orden social, más justo y humano, de ahí que se produjera un auge de los movimientos revolucionarios encabezados por la clase obrera en aquellos países que habían alcanzado un mayor desarrollo industrial y con este

31 C Mar x y F Engels. ― La Ideología Alemana, p 50 32 José Martí Pérez. Carta al director de El partido Liberal del 4 de marzo de 1890. OC. TXII p 414.

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desarrollo una nueva forma de reflejo en el pensamiento de la época imperialista.

Correspondió a Carlos Marx y Federico Engels el mérito histórico de demostrar teóricamente la inevitabilidad del paso al socialismo, como resultado del desarrollo social y a Lenin su puesta en práctica en nuevas condiciones históricas.

La práctica ha demostrado que los países que construyen el socialismo, con la presencia de un capitalismo que busca a toda costa la destrucción de ese proceso, tiene especificidades también para la educación del ciudadano que forma, y para su análisis es preciso tener en cuenta las condiciones históricas concretas de la sociedad donde se desarrolla.

Como expresa la doctora Regla Silva ― La educación ciudadana forma parte del proceso de socialización que se desarrolla e n la sociedad, con la finalidad de conformar personalidades capaces de convivir y participar en el desarrollo social, desde una perspectiva consciente y autorregulada, ética, política y jurídica. De ahí que requiera de los agentes educativos y en especial del maestro, un desarrollo profesional en correspondencia con las características del proceso social que vive y construye.

A decir del Comandante en Jefe Fidel Castro: La conciencia del pueblo es el arma principal en la lucha por la preservación de una revolución social, partiendo de este análisis considera que las ideas ― son la materia prima de la conciencia33 y está convencido de que la victoria en la lucha contra el imperialismo y la ideología anexionista, se decide en el plano de las ideas y que la educación es el arma fundamental.

En la educación del ciudadano participa toda la sociedad y su formación integral necesita de cultura, ideología y educación. Es un proceso en el que participan la familia, la escuela, las instituciones públicas y sociales, las organizaciones estudiantiles, los medios de difusión masiva, y tiene como objetivo cultivar sentimientos y reforzar valores, con especial énfasis en los morales y los jurídicos, así como habilidades y hábitos para la convivencia ciudadana, a partir del conocimiento y respeto a la memoria histórica de la nación.

La formación de valores y actitudes que se reflejen en la conducta no son el fruto de una acción aislada, requieren del enfoque armónico y el seguimiento sistemático de las acciones que se realizan, no debemos olvidar que los valores son expresión de la cultura y componentes de la ideología. E n la sociedad cubana es necesario profundizar en los valores que indicados por el Partido Comunista de Cuba en su programa director son necesarios reforzar, como la responsabilidad, el humanismo, la dignidad, la honestidad, la honradez, la solidaridad, la justicia, la laboriosidad y el

33 Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado en la graduación del V contingente del Destacamento pedagógico ― Manuel

Ascunce Domenech el 7 de julio de 1981.

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patriotismo, necesarios en el nuevo ciudadano para que esté en condiciones de llevar adelante la Revolución y consolidar los valores de la libertad, la independencia, la paz y la solidaridad mundial.

En el proceso de reforzar valores y educar al nuevo ciudadano se precisa la participación de las más diversas instituciones y organizaciones de la sociedad, con una acción interactiva, que posibilite:

ver y contextualizar los modos de actuación de los valores fundamentales que defiende en dependencia de la responsabilidad, lugar en la sociedad, y función educativa explícita o implícita, de sus instituciones y miembros.

La escuela ocupa el lugar principal dentro del conjunto de influencias que actúan en la formación de los niños, adolescentes y jóvenes y el corazón de ese trabajo educativo está en la labor de maestros y profesores como ha reiterado Fidel en tantos momentos históricos.

La educación del ciudadano contempla la educación cívica, que apoyada en el concepto de civismo se vincula a la capacidad de los ciudadanos para captar o percibir los problemas sociales desde la óptica de lo individual e incorporarse a su solución con eficacia y conciencia de deberes y derechos con la comunidad.

Son también actos de civismo necesarios en las actuales y nuevas generaciones, los hábitos correctos de convivencia social y de respeto a las leyes, la capacidad de comunicar, compartir y cooperar con los demás; reconocer y aceptar los valores que existen en la diversidad de géneros, así como el desarrollo de sentimientos de responsabilidad ciudadana y la actitud de los ciudadanos y ciudadanas con relación a la patria,

El proceso revolucionario que construimos destaca como parte de la dialéctica de desarrollo la civilidad, y lo que aporta a la virtud por la que los ciudadanos se hacen responsables de la vida pública. Como parte de la nueva ética socialista se hace necesario un cambio radical, de nada valdría el cambio exterior, si estos valores éticos no se interiorizan y manifiestan en la conducta del hombre.

El mundo contemporáneo exige dotar al nuevo ciudadano de convicciones, de conciencia económica y jurídica, de valores morales, de manera que esté preparado para enfrentar las actuales condiciones por las que transita el mundo; para ello la preparación patriótica y político ideológico debe ser sistemática, inteligente y convincente; a cada período histórico y en cada lugar le corresponden formas específicas de actividad transformadora de los hombres y de tareas ideológicas que han de estar en estrecha vinculación con la etapa de construcción socialista y para ello es imprescindible la más alta participación de las masas en la vida social y política.

La formación patriótica y político ideológica requiere de un alto nivel de preparación de quien lo realiza, cada actividad debe revelar el potencial de ideas e influencias

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educativas que requiere el momento histórico que se vive, es preciso un amplio nivel de información, demostrar capacidad para dirigir la actividad mediante formas cultas y convincentes de decir, demostrar con el ejemplo, tener argumentos para convencer y poder lograr el desarrollo ético moral del ciudadano que necesita la Revolución.

En la concepción del desarrollo socialista cubano Fidel Castro ha señalado la responsabilidad que tienen las nuevas generaciones que formamos con el futuro de Cuba y el mundo, y en el aula magna de la Universidad de La Habana expresó:

Hoy tenemos ideas, a mi juicio, bastante claras, de cómo se debe construir el socialismo, pero necesitamos muchas ideas bien claras y muchas preguntas dirigidas a ustedes, que son los responsables, acerca de cómo se puede preservar o se preservará en el futuro el socialismo.34

En las condiciones de un mundo donde predomina la globalización neoliberal, como ha expresado Fidel en innumerables momentos históricos, las armas fundamentales son las ideas, legado que ya José Martí desde 1891 en el texto Nuestra América nos había dejado: Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras35, son las ideas el arma esencial en la lucha por consolidar la Revolución y son nuestros maestros, nuestras escuelas junto a la familia y el resto de los factores de la comunidad los confiados a esta tarea de reforzar valores y educar al nuevo ciudadano, en esta dirección Fidel con la precisión que le caracteriza en el 2004 expresó: No son las armas; son las ideas las que van a decidir esta lucha universal. Y no son las ideas por sus valores intrínsecos, sino por lo que tan estrechamente se ajustan a las realidades objetivas del mundo de hoy. Son ideas a partir de la convicción de que matemáticamente el mundo no tiene otra salida, de que el imperialismo no puede sostenerse, de que el sistema que ha impuesto al mundo lo conduce a un desastre, a una crisis insalvable, y me atrevería a decir que más temprano que tarde.36

La enseñanza de la historia patria en su articulación con la historia local, el trabajo pedagógico con museos, monumentos, tarjas, visitas a lugares históricos, culturales, laborales; encuentros con participantes en hechos históricos y la conmemoración de efemérides trascendentales para el país, son parte de la educación ideo -política que requiere el nuevo ciudadano.

El maestro debe tener conocer y trabajar con las principales direcciones del sistema de influencia en la sociedad, las que debe atemperar a las condiciones y realidades que tiene en cada aula y escuela:

Las potencialidades ideológicas del contenido de cada actividad que se realiza y los valores que están en su base.

34 Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado en la Universidad de la Habana el 17 de Noviembre, 2005 35 José Martí. Nuestra América, en Cuaderno Martiano III, p 121 36 Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado en la clausura del VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunista, 5 de

diciembre de 2004, en periódico Granma del 6 de diciembre de 2004, p 4.

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La motivación y el interés hacia lo que se debate, para propiciar su protagonismo.

Las reflexiones, las opiniones, la toma de posición, la elaboración de criterios, donde se exprese la ideología y los valores que la sociedad exige desarrollar en los ciudadanos.

La relación orgánica entre los conocimientos y la realidad.

La unidad entre lo afectivo y lo cognitivo.

La educación cívica como asignatura promueve el conocimiento y la comprensión de la historia nacional y local, el funcionamiento de la sociedad, de sus instituciones, los deberes y derechos sociales, las normas jurídicas y morales que regulan la convivencia entre los ciudadanos, de ahí que facilite la transformación de la sociedad.

Glosario de términos para el trabajo con la formación ciudadana

Actitud Cívica: Manifestación externa del civismo, forma organizada y estable de asumir teórica y prácticamente el orden político, legal y moral establecido en la sociedad para garantizar la convivencia ciudadana; incluye la resistencia a las acciones desestabilizadoras y la asimilación de experiencias enriquecedoras que faciliten la transformación de lo caduco y retrógrado en la comunidad cívica de la que forma parte.

Cívica: Proviene de la palabra latina civitas (ciudad) y de ella se han derivado otras palabras como civil, civilización.

Civismo: Derivada de la palabra latina civis (ciudadano). Es un neologismo de la época de la Revolución Francesa (1789-1791) que desde entonces se utiliza para conceptualizar la actitud de los ciudadanos y ciudadanas con relación a la marcha de la comunidad cívica de la cual forman parte, la Patria, fundamentalmente; el celo por el funcionamiento de las instituciones públicas, sociales, las organizaciones de masas, el ejercicio de los deberes y derechos ciudadanos; y el cuidado y protección del medio ambiente.

Civismo Revolucionario (o Socialista): Actitud de los ciudadanos y ciudadanas que expresa su preocupación y ocupación por el normal desenvolvimiento de la vida económica, política, y social en general de la comunidad cívica de la que forman parte. Es propio de esta expresión del Civismo su arraigado patriotismo, su núcleo, su carácter clasista y partidista y su contenido humanista concreto. Son sus pilares fundamentales los conceptos de Patria, Revolución y Socialismo.

Ejemplos cimeros de este nuevo tipo de civismo son los Cinco Héroes de la República de Cuba prisioneros en cárceles estadounidenses.

Ciudadano (a): El concepto tiene su origen en la antigua Grecia, y no podían

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disfrutar de esta condición los labradores, obreros, ni mercaderes, solo quienes tenían recursos abundantes y podían disponer de tiempo para las deliberaciones, por eso gozaban de ese privilegio que les permitía tener un papel protagónico en la vida de la sociedad. En la actualidad tiene esta condición el individuo poseedor de derechos y deberes, resultado de su relación política y jurídica con la sociedad y el Estado, pero en muchos países del mundo no se respetan derechos tan importantes como el derecho a la vida, a la educación, al trabajo, a la salud aunque están reconocidos en las constituciones respectivas.

Ciudadanía: Define la situación jurídica de una persona con relación al Estado por lo que comporta derechos y deberes, los cuales se establecen en la legislación interna del país por medio de la Carta Magna, Ley de Ciudadanía u otra normativa jurídica que precisa qué caso considerar por nacimiento o naturalización. E n algunos países se otorga la doble ciudadanía, es decir, la del país donde nació la persona y la del país donde reside.

E n la tradición constitucional cubana se recoge, Constitución de la Yaya, Camagüey 1897, en homenaje al Generalísimo Máximo Gómez Báez, se consideraron cubanos los extranjeros que se hallaban sirviendo directamente en la revolución, cualquiera que fuese su nacionalidad de origen, de igual forma en la Ley Fundamental (1959), se reconoció igual derecho al comandante Ernesto ― Ché- Guevara de la Serna.

Código de Ética: Conjunto de normas y reglas adoptadas en una actividad específica: económica, científica, cultural o de otra índole, para regular la conducta de los ciudadanos y ciudadanas que participan en ella. Entre los Códigos que existen en Cuba tiene gran importancia el Código de Ética de los Cuadros de la Revolución.

Comunidad Cívica: Comunidad de personas que actúan en un medio social común (territorio) y se caracterizan por tener necesidades, intereses e ideales afines. Puede considerarse como tal el barrio, el municipio, la provincia, el país, la humanidad. Para nuestro Héroe Nacional fue ― Nuestra América, y para el Comandante Ernesto ― Ché- Guevara de la Serna fue la humanidad toda.

Convivencia Ciudadana: Modo civilizado de relacionarse entre sí los miembros de una comunidad cívica determinada a partir del cumplimiento de las normas, jurídicas y morales que regulan la vida en común de los ciudadanos y ciudadanas.

Constitución: Ley Fundamental del Estado, también se conoce como Ley de Leyes, Carta Magna, que determina las bases del régimen social y político, el sistema de órganos estatales, el orden de su formación y actuación, los derechos y los deberes de los ciudadanos (as).

Cultura Cívica: Nivel y carácter de los conocimientos, valoraciones y acciones de los ciudadanos y ciudadanas en condiciones históricamente determinadas, así como el contenido y la calidad de los valores, tradiciones y normas políticas, jurídicas y

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morales que regulan la convivencia ciudadana.

Deberes: Son obligaciones jurídicas contraídas por los ciudadanos (as) con la sociedad a la cual pertenecen, con el Estado a partir de los derechos legales reconocidos y garantizados por éste.

Los deberes morales son también obligaciones que contraen los ciudadanos (as), pero difieren de los anteriores porque no requieren de la sanción de ninguna autoridad política (Estado), es la opinión pública la que sanciona de ahí su importancia en la construcción socialista.

Democracia: Forma de régimen político basado en la proclamación de los principios del poder del pueblo, la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas. Supone el reconocimiento del principio de subordinación de la minoría a la mayoría, la elegibilidad de los principales organismos del poder del Estado y la existencia de los derechos y libertades políticas. La forma superior de democracia es la socialista.

Derechos: Son las facultades atribuidas al ciudadano (a) conforme la Ley de Leyes y constituyen los fundamentos de la condición del ciudadano (a). Estos pueden ser: civiles, laborales, u otros.

Educación Ciudadana: Tipo de educación en la que participan la familia, la escuela, las instituciones públicas y sociales, las organizaciones estudiantiles, los medios de difusión masiva, en fin, toda la sociedad, con el objetivo de cultivar sentimientos y/o desarrollar valores, fundamentalmente, morales y jurídicos, habilidades y hábitos para la convivencia ciudadana a partir del conocimiento y respeto a la memoria histórica de la nación.

Educación Cívica: Asignatura que promueve el conocimiento y la comprensión de la historia nacional, el funcionamiento de la sociedad, de sus instituciones, de las normas jurídicas y morales que regulan la convivencia entre las personas; con este fin contribuye a la formación de sentimientos, valores, habilidades y hábitos que permiten a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes integrarse y participar de forma concreta en el mejoramiento de la sociedad.

Estado: Organización del poder político en la sociedad dividida en clases sociales. Existen diversos tipos de Estado. La principal misión del Estado Socialista es garantizar la igualdad social, afianzar la democracia socialista,

Ideal Cívico: Representación social que refleja las tendencias objetivas del progreso social en los órdenes político, económico, jurídico y moral, que responde a los intereses cardinales de un grupo o clase social cuyos anhelos y actividad constituyen el fin último.

El Ideal Cívico de José Martí fue la República ― Con todos, y para el bien de todos.

Legalidad: Principio jurídico vigente en todas las sociedades que responde a los

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intereses fundamentales de la clase dominante, por tanto existe una Legalidad Burguesa y la Legalidad Socialista. La Legalidad Socialista tiene una mayor extensión que la Legalidad Burguesa porque es un importante instrumento para el cumplimiento de la misión educativa y cultural del Estado socialista, un medio indispensable para llevar a cabo el mejoramiento de la sociedad, por eso se exige el conocimiento las leyes fundamentales que rigen la vida de la sociedad, pero sobre todo su observancia y estricto cumplimiento por todos los ciudadanos y ciudadanas, ya sea en sus relaciones particulares, entre estos y las instituciones públicas y sociales, entre las instituciones y organismos del Estado.

Moral: Constituye un conjunto de reglas, de normas de convivencia y de conducta humana que determinan las obligaciones de los hombres y mujeres, sus relaciones entre sí y con la sociedad. El carácter de la moral está determinado por el régimen económico y social, en sus normas se expresan los intereses de la clase social dominante.

Norma: Es un fenómeno propio de la vida social y entraña una manifestación de conducta humana, la cual constituye su objeto. La misma surge como una exigencia de la vida material del hombre reflejando los diferentes aspectos de la misma, tales como la moral, el religioso o el jurídico. Es la forma de actuación dirigida a ordenar el comportamiento individual y colectivo de los hombres en uno u otro sentido, por lo cual equivale a regla de conducta.

Relación entre educación en valores y educación cívica

La formación ciudadana de los individuos ha constituido históricamente una fundamental premisa para el normal desenvolvimiento de la sociedad, sobre todo, desde el momento del surgimiento de las clases y el estado, como una necesidad de regulación de las relaciones entre los Individuos y el estado en el marco de los distintos regímenes socio – económicos. Tal formación no podemos verla desvinculada a otros procesos como la educación cívica y la formación de valores, la escuela, como principal centro especializado en el logro de dicha formación se encuentra ante el compromiso, derivado de la exigencia social, de encontrar las vías y métodos para la formación de una adecuada educación cívica y ciudadana en las nuevas generaciones. Tales exigencias sociales, no solo dependen para su cumplimiento, de un trabajo coherente y organizado por parte de los diferentes centros educacionales, sino que se hace necesario tener en cuenta el contexto en que se encuentra la sociedad cubana actual, el que ha servido de marco para el deterioro de la normativas éticas en determinados grupos y sectores de la población. Si bien no podemos desconocer las causas objetivas y subjetivas que conducen al resquebrajamiento de los patrones que constituyen bases de la convivencia social y la formación de valores, no constituyen estos temas el objetivo central de este trabajo, el que intenta centrarse en los aspectos teóricos que fundamentan la relación existente entre la educación cívica y la educación de valores

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en el proceso de formación ciudadana.

Las reflexiones actuales acerca del ciudadano y de su formación, como expresión de las concepciones que se asumen en cuanto al individuo y su relación con la sociedad, constituye una premisa para la fundamentación del proceso de modelación de la formación ciudadana en la sociedad cubana actual, teniendo en cuenta que la noción de ciudadano que estamos rescatando en la actualidad, en el contexto de nuestra sociedad, no rompe con la persona, está en unidad con la dimensión de hombre, con la dimensión humana, es diferente a la connotación que tiene la noción de ciudadano en el pensamiento liberal burgués. Hablamos de ciudadano y de proyecto de vida, de sentido de vida, de felicidad. (Limia. D. M.2004).

Es la Educación Cívica, como asignatura, parte sustancial del proceso de formación de la personalidad de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en el que la asignatura cumple una importante tarea al contribuir a la formación y/o desarrollo de sentimientos, cualidades, valores y hábitos de conducta ciudadana en los alumnos para la defensa y el disfrute de la libertad y de la justicia social, el ejercicio de la responsabilidad ciudadana y la solidaridad desde edades tempranas permitiendo a las nuevas generaciones desarrollar una formación ciudadana acorde a los principios de la sociedad socialista.

Tomando en cuenta la relación existente la meta a alcanzar, la formación ciudadana y una de las formas de alcanzarla: la Educación Cívica podemos inferir que el proceso de formación ciudadana comienza cuando se comprende la necesidad de una correcta educación ciudadana a partir de la formación de intereses y motivaciones que muevan el comportamiento ciudadano sobre la base de un sistema de valores.

Educar en el civismo significa desarrollar la capacidad para captar o percibir los problemas sociales como propios, incorporándose a su solución con eficiencia y conciencia de sus deberes y derechos ciudadanos, por lo que la asignatura Educación Cívica es la encargada de la instrucción del ciudadano y orientación de su práctica a partir de los deberes y derechos que el mismo posee en una comunidad histórico concreta, lo que actúa como reguladora de la convivencia ciudadana, fundamentada moral y legalmente y su perfeccionamiento necesita de un sistema de valores que en calidad de reguladores integrales de la conducta, caractericen el comportamiento y la actividad ciudadana en la sociedad.

Son precisamente los valores de cada ciudadano los que demuestran la existencia de una correcta integración de la educación cívica en la formación ciudadana, pues son estos los que influye n en la formación de una conducta responsable del individuo ante la sociedad. Para demostrar esta correcta integración tendríamos que analizar desde los valores como se pone de manifiesto dicha relación, definiendo inicialmente:

¿Qué son los valores?

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Los valores son normas, ideales y principios de acción que constituyen un medio de orientación y regulación de la actividad humana como expresión del reflejo valorativo de la realidad.

Son normas o reglas de conducta expresadas en el modo con que las persona s gobiernan su vida, dirigen sus acciones, está muy vinculado al orden que impone la sociedad. El individuo en su desarrollo va conformando su propio código moral, éste nace de su propia vida, de sus interrelaciones, es fruto de la época en que se desenvuelve y puede arrastrar taras e imperfecciones del pasado.

Son ideales porque el individuo busca o trata de acercarse a un modelo o prototipo de perfección o medida en la intención de realizar acciones o formarse en juicio de hacia dónde conducir sus fuerzas en la realización de una obra, esto puede conducir a los hombres a emprender acciones progresistas, revolucionarias sin límites constituyendo paradigmas de perfección humana. También pueden conducir a todo lo contrario, a desarrollar modelos negativos que limitan el ascenso hacia el progreso social.

Son principios porque es guía fundamento de conducta, generalización que caracteriza los miembros de una sociedad.

Se orientan a un fin determinado, desarrollando acciones esta actividad dará como resultado nuevos conocimientos, habilidades y convicciones de ahí que se reafirme la función sociológica y gnoseológica, jugando un papel importante las motivaciones, los sentimientos y las valoraciones en su actuar.

Son esas normas, principios e ideales los que son establecidos por la sociedad, tomando como referencia el modelo de ciudadano a formar, siendo a la vez el principal objetivo de la Educación Cívica en los diferentes nivele de enseñanza.

La educación cívica y la educación en valores constituyen el núcleo esencial de la formación ciudadana pues deben de reflejar en la formación de la personalidad del individuo su identidad social, su responsabilidad social, su convivencia y su participación de acuerdo a las normas del modelo social que se construye.

METODOLOGÍA PARA UTILIZAR LOS SÍMBOLOS DE LA IDENTIDAD LOCAL EN LA FORMACIÓN DEL VALOR DEL PATRIOTISMO EN LAS INTITUCIONES

EDUCATIVAS

El concepto de metodología ha sido abordado desde diversos ángulos de análisis y ha tenido múltiples definiciones, en la presente investigación se asumen los criterios de un colectivo de investigadores del Centro de Estudios de Ciencias e Investigaciones Pedagógicas del Instituto Superior Pedagógico ―Félix Varela‖ que lo definen en su acepción más específica como:

―una forma de proceder para alcanzar determinado objetivo, que se sustenta en un

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cuerpo teórico y que se organiza como un proceso lógico conformado por una secuencia de etapas, eslabones, pasos o procedimientos condicionantes y dependientes entre sí que ordenados de manera particular y flexible, permiten la obtención del conocimiento propuesto‖.37

En dicho trabajo se explica cómo organizar y presentar la metodología como resultado científico, criterios que también se asumen, pero con la flexibilidad necesaria.

Objetivo general de la metodología

Formar el valor del patriotismo en los estudiantes de Secundaria Básica mediante el uso de los símbolos de la identidad local.

Fundamentación

La metodología se sustenta en la concepción materialista-dialéctica que considera al hombre como un ser social, históricamente condicionado, depositario de la experiencia histórico-cultural que le antecede y que vive y se desarrolla en interactividad con la realidad social.

Se asume la concepción del desarrollo moral del enfoque histórico-cultural que analiza el desarrollo psíquico humano como un proceso ascendente de surgimiento de nuevas formaciones psicológicas, condicionadas por la interactividad del sujeto con su realidad social, mediadas por el lenguaje en un proceso de apropiación de la cultura.

La actividad social, la dirección del adulto y la contextualización cultural como experiencia histórico-social actuando en y sobre la base de las funciones psíquicas constituyen los fundamentos del desarrollo moral del adolescente, el que desde la perspectiva del enfoque histórico-cultural se ve como un proceso complejo de movimiento desde concepciones y conductas apenas tomadas de normas, hacia un nivel superior en que el sujeto va conformando una concepción moral del mundo ajustada a una normatividad interiorizada conscientemente y que le permite autorregular su comportamiento.

Según esta concepción el concepto de actividad es el punto nodal del proceso de desarrollo social y humano. La actividad humana transcurre en un medio social, en activa interacción con otras personas, mediante variadas formas de colaboración y comunicación y por tanto, siempre tiene un carácter social.

El concepto de actividad no puede ser examinado separadamente del concepto de conciencia. La conciencia del hombre se origina en la vida real como producto no de un conocimiento de la realidad, sino de la relación que establece con su realidad y

37 Armas Ramírez, Nerelys de, Lorences, Josefa & Perdomo, José Manuel. Caracterización y diseño de los resultados

científicos como aportes de la investigación educativa. Evento Internacional Pedagogía. Curso 85. 2003, p.16.

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constituye una forma de reflejo psíquico cualitativamente distinta. No se puede identificar lo psíquico con la conciencia.

La psiquis se genera en la existencia real del sujeto, en el espacio y en el tiempo de sus interrelaciones activas con el mundo. Los procesos psíquicos tienen un carácter interpsicológico, es decir se dan en el marco de las relaciones entre las personas y solo más tarde adquieren un carácter intrapsicológico. La transición del carácter interpsicológico de los procesos psíquicos a su condición de proceso interno, intrapsicológico, ocurre mediante el proceso de interiorización, esta es la ley general que se asume en los procedimientos y acciones que se proponen para lograr el tránsito de los estudiantes de un estado real a un estado deseado, en cuanto a la formación del valor del patriotismo.

El postulado de la teoría de Vigotsky sobre la mediación de los signos en la comprensión de los procesos mentales se pone de manifiesto en la propuesta, ya que siguiendo la lógica de pensamiento expuesta en los fundamentos teóricos sobre la unidad de la instrucción y la educación, los símbolos de la identidad local pueden constituir instrumentos socioculturales que sean utilizados por el sujeto para conocer el arte o la historia de un período determinado, pero a su vez, ser portadores de signos (valores) que están implícitos o explícitos en ellos, que pueden transmitirse a los estudiantes a partir de conocerlos y transformarse en convicciones y modos de actuación.

Los símbolos de la identidad local como fuentes para la formación del patriotismo en los estudiantes de Secundaria Básica.

El tratamiento de los símbolos que identifican a un país, a una región o a una localidad ha cobrado importancia en los últimos tiempos. En Cuba se ha escrito mucho sobre los símbolos patrios e incluso, existe un significativo trabajo en la enseñanza primaria en función de la formación de los niños de su conocimiento, no obstante, se ha trabajado muy poco con los símbolos que identifican a las provincias y localidades.

Las ciudades y pueblos del país son ricos en símbolos, sus calles, construcciones, parques y plazas son un fiel testigo del pasado, en ellos se encuentran ejemplos dignos a imitar, obras de infinito amor, frutos de la laboriosidad de sus pobladores, muestras vivientes del modo de vida de una sociedad en una época determinada.

A estos símbolos arquitectónicos se unen los propiamente históricos, como pueden ser el lugar en que cayó combatiendo un mártir, se efectuó un hecho significativo, residió una importante institución, etcétera, y los humanos, que están constituidos por personas que se han destacado en diversas tareas del acontecer diario.

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Aunque se han mencionado elementos tangibles, y en las clasificaciones de los gobiernos locales y provinciales solo aparecen estos, también pueden existir símbolos locales intangibles como los religiosos.

En los últimos tiempos se ha fortalecido el trabajo del partido y del gobierno en las provincias y los municipios en función de la determinación y promoción de sus símbolos, no obstante, es aún insuficiente la investigación sobre los mismos, de modo que se pueda disponer de mayor información para el conocimiento de aquellas cualidades que hacen ser a un objeto, construcción, persona o fenómeno, un símbolo local.

Los símbolos de la identidad local como fuentes de valores no se han explotado suficientemente por las instituciones escolares cubanas. Su utilización en la labor educativa que desarrolla la escuela es muy pobre y en su divulgación trabajan más otros agentes socializadores, como los medios de difusión masiva, sobre todo la radio y la televisión y las organizaciones políticas.

Esto se debe, básicamente, a que el personal docente no cuenta con la información necesaria, ni poseen orientaciones sobre las vías que le permiten enriquecer su labor pedagógica utilizando los símbolos de la identidad.

No obstante, se considera que su uso en actividades docentes puede contribuir al esfuerzo de la escuela y la sociedad en aras de la formación de valores en las nuevas generaciones, específicamente el patriotismo, debido a que en la educación patriótica juega un papel relevante el amor a la localidad, que se traduzca en una actitud de cuidado y conservación del patrimonio, de sus símbolos, de pertenencia al lugar donde se nació o donde se vive y en el sentimiento de orgullo de vivir en él.

Por tanto, una tarea de primer orden al seleccionar los símbolos a trabajar por la escuela, es determinar su potencial educativo, tener presente que ―ningún contenido que no provoque emociones, que no estimule nuestra identidad, que no mueva fibras afectivas, puede considerarse un valor‖.38 En esta dirección pueden desempeñar un rol significativo los símbolos humanos de cualquier territorio.

En la propuesta que se realiza se define el concepto de símbolo de la identidad local. Para arribar a este fue necesario utilizar las definiciones de los conceptos que tienen relación con él.

Símbolo

Figura, objeto que tiene significación convencional. //teol. Fórmula que contiene los

38 Fernando González Rey. Un análisis psicológico de los valores: su lugar e importancia en el mundo subjetivo. En La

formación de valores en las nuevas generaciones. Una campaña de espiritualidad y de conciencia. Ediciones Políticas. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales, 1996, p. 49.

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principales artículos de la fé //Quim.39

Expresión por algún medio sensible de algo inmaterial. Letra o letras con que se representa un cuerpo simple en las fórmulas químicas40.

Figura o divisa con que se representa un concepto, por alguna semejanza que el entendimiento percibe entre ambos.41

Señal o representación de algo, específicamente si representa una idea, cualidad, sentimiento, partido, etcétera.42

Como se puede apreciar esta última definición es la que más se acerca a la acepción que el término debe tener en la presente propuesta.

Identidad:

―Calidad de idéntico. Conjunto de circunstancias que distinguen a una persona de las demás. Principio según el cual una cosa es idéntica a ella misma‖.43

―calidad de idéntico. Circunstancia de ser una persona o cosa la misma que se supone o justifica‖.44

―Categoría que expresa la igualdad de un objeto, de un fenómeno consigo mismo o la igualdad de varios objetos. La identidad no es abstracta sino concreta, es decir tiene contradicciones internas que se superan en el proceso de desarrollo y que dependen de las condiciones dadas. La identidad es relativa porque toda identidad de las cosas es temporal, transitoria, mientras su cambio, su desarrollo es absoluto‖.45

―Conjunto de condiciones subjetivas que rigen la reproducción y evolución de todo ente social (individuo, empresa, vanguardia revolucionaria, nación, etc.)‖.46

―Fisonomía de una comunidad que puede percibirse por la persistencia de ciertos rasgos culturales que determinan su carácter específico‖.47

Balcárcel (1992) expresa que ―identidad no es un conjunto fijo, definitivo, de manifestaciones características dadas, inmutables, de peculiaridades diferenciadoras totales de grupos y sociedades humanas‖, sino que es ―una activa

39 Instituto Cubano del Libro. Letra adaptada a los cuerpos simples, 1974, p.215. 40 Valkan. Diccionario de términos sobre Química. 1985, p.105 41 Océano. Enciclopedia interactiva Océano. Grupo Editorial Océano. Madrid. 2000, p.870. 42 Grijalbo. Diccionario Interactivo. 1998, p.1708. 43 Idem 38, p.223. 44 Idem 41, p.995. 45 Rosental I, M. y Ludin. Diccionario Filosófico. Editora Política, Ciudad de La Habana. 1981, p.232. 46 Dieterich, Heinz. Identidad, economía y democracia en América Latina. En periódico Trabajadores, 7 de febrero. p.6. 47 Ruedas de la Serna, Jorge. El problema de la identidad latinoamericana. México, UNAM. 1995, p.2.

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y dinámica síntesis cualitativa de expresiones acumulativas, connotadoras de relaciones, de comportamientos social e históricamente producidos‖, y tras apuntar que se encuentran condicionadas por otros procesos de índole socioeconómica y política, precisa que ―es históricamente susceptible de variantes, cambios y modificaciones en consonancia con la dinámica propia de las sociedades en que se desarrollan‖, con lo que deja sentado que estos procesos tienen un carácter dialéctico, que autorreguladamente elimina rasgos que pierden pertinencia y asimila otros adecuados a sus características.48

―...concepto lógico, muy empleado en filosofía, que designa el carácter de todo aquello que permanece único e idéntico a sí mismo, pese a que tenga diferentes apariencias o pueda ser percibido de distinta forma. La identidad se contrapone, en cierto modo, a la variedad, y siempre supone un rasgo de permanencia e invariabilidad‖.49

―Camino hacia la individualidad de una cultura, énfasis y autoconciencia de esa individualidad, (...) también camino hacia la integración en una colectividad, es decir, como autoconciencia de una determinada pertenencia a la totalidad‖.50

Se comparte el criterio del profesor Horacio Díaz Pendás de que ―…somos identidad porque somos memoria; por eso divulgar esa memoria, darla a conocer es una de las funciones de la escuela cubana’’.51

Por tanto se asume que la identidad está formada por aquellos elementos (objetivos y subjetivos) que identifican a un país, provincia o localidad determinada, que los distinguen de los demás y los hacen iguales a ellos mismos.

Localidad.

No existe una determinación exacta de los límites de lo local, debido a que este concepto es relativo y no siempre se puede asumir por la extensión del territorio que abarca o por una determinada situación dentro de la división político- administrativa, por ello sobre el término localidad existen diferentes criterios, muchos de los cuales lo circunscriben a la aldea, población o municipio en su acepción más amplia, pero otros la consideran hasta el nivel provincial.

Una de las definiciones más usadas en Historia la concibe como ―un territorio, más o menos extenso; con una población estable, históricamente constituida; con una

48 Balcárcel, José Luis. América Latina: historia y destino. Homenaje a Leopoldo Zea. México. UNAM. Tomo I. 1992, p.84. 49 Encarta. Enciclopedia Microsoft Encarta. 1993-2000. Micrososft Corporation. 2000. 50 Ubieta Gómez, Enrique. Ensayos de identidad. La Habana. Editorial Letras Cubanas. 1993, p.95. 51 Díaz Pendás, Horacio. (2000) Intervención por televisión en el Seminario Nacional para profesores del MINED. Noviembre.

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organización económica, social, política y culturalmente definida; que forma parte y se supedita, de alguna forma, a una estructura mayor, superior o más compleja‖.52

En la propuesta se considera la localidad como el entorno más cercano a la escuela, puede ser un batey, una comunidad, un poblado, una ciudad o un municipio. Se considera en su máxima dimensión al municipio, debido a que en este nivel existe una clasificación de símbolos que debe ser trabajado por cualquier escuela enclavada en su jurisdicción.

Realizado este análisis se entiende por símbolos de la identidad local aquellas personas, sitios históricos, construcciones, plazas, monumentos, calles, instituciones y representaciones intangibles, con significación social positiva para una o varias generaciones, que identifican un territorio determinado, que lo distinguen de los demás y que constituyen ejemplos a seguir o fuentes de inspiración en una actividad dada.

Requisitos para utilizar los símbolos de la identidad local en la formación del valor del patriotismo.

Un elemento muy importante de la propuesta que se realiza es la determinación de un conjunto de requisitos necesarios para poder utilizar con éxito los símbolos de la identidad local en la formación del valor del patriotismo en los estudiantes de la escuela Secundaria Básica.

1. Realizar un diagnóstico integral de los adolescentes que contemple las esferas cognitivo-instrumental, motivacional - afectiva y volitivas.

Aunque no siempre se aplique consecuentemente, los docentes tomados como muestra para el diagnóstico están conscientes de la necesidad de diagnosticar los niveles alcanzados por sus estudiantes en el plano instructivo, en cuanto a conocimientos, hábitos y habilidades, pero no ocurre igual con las esferas motivacional-afectiva y volitiva.

Es importante que se diagnostiquen aspectos sociológicos, pedagógicos, psicológicos e ideológicos, tales como, las condiciones socioeconómicas de vida, las características de la familia, condiciones de clase, condiciones de la comunidad, historia personal, sentimientos, emociones, intereses, necesidades, motivos, actitudes, convicciones, entre otros.

En este sentido es vital el diagnóstico de los ideales morales, debido a que el trabajo debe encaminarse a su satisfacción, siempre que sea posible, y a tratar de influir en su modificación en el caso de que no se correspondan con lo que aspira la sociedad.

Para cumplir con este imperativo se pueden aplicar encuestas, entrevistas

52 Acebo Meireles, Waldo. (1991) Apuntes para una metodología de la enseñanza de la historia local en su vinculación con la

historia patria. La Habana. Editorial Pueblo y Educación. 1991, p.15.

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individuales y grupales, técnicas como las composiciones, de los 10 deseos, de completamiento de frases y otras. Los docentes deben preocuparse por no saturar a los estudiantes con la aplicación de instrumentos innecesarios, por ello se propone que se use como modelo para el diagnóstico el que aparece en el Proyecto de Escuela Secundaria Básica. Este debe ser enriquecido según las necesidades y objetivos de cada situación concreta.

Además, se debe consultar el tabloide que contiene los trabajos presentados en el VII Seminario Nacional para Educadores donde aparece una interesante propuesta de Esther Báxter sobre los métodos para educar y evaluar lo logrado en la educación en valores.

Es necesario diagnosticar la situación del valor del patriotismo en los estudiantes, tanto en el plano cognitivo, como motivacional-afectivo. En las propuestas de diagnóstico y caracterizaciones sobre el patriotismo, revisadas por el autor, aparece el conocimiento de los símbolos patrios, pero en ninguna se ha encontrado el problema local, por lo que se propone su inclusión en los instrumentos que se apliquen, a partir del estudio de esta metodología.

Al final deben conocer lo logrado hasta el momento, las dificultades que existen en la formación y desarrollo de este valor y las potencialidades para su fortalecimiento.

1. Considerar la relación del patriotismo con el resto de los valores que conforman el sistema a trabajar por la escuela secundaria básica.

Aunque cada valor tiene sus componentes esto no excluye que, por ejemplo, cuando se trabaje el patriotismo mediante un símbolo humano se tribute también a la responsabilidad o al antimperialismo.

2. Identificar los componentes principales del patriotismo según la clasificación propuesta.

3. Atender la formación de los componentes del patriotismo en su interrelación.

4. Utilizar al máximo el entorno social en que se desenvuelve el adolescente.

Al determinar los símbolos a trabajar por las escuelas hay que explotar primero el entorno en el que desarrollan su actividad, los símbolos más cercanos al lugar donde están enclavadas.

5. Seleccionar los símbolos con que se trabajará atendiendo a las necesidades y a su potencial para formar el patriotismo.

En cada municipio existe una clasificación de sus símbolos, se agrupan por tipos en históricos, culturales, arquitectónicos, humanos, económicos, etc. Cada centro laboral tiene definido sus símbolos humanos. Es imprescindible seleccionar los que se van trabajar por la escuela, incluyendo personas destacadas en

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actividades patrióticas al nivel de la comunidad, aunque no constituyan símbolos municipales. En este caso debe existir consenso entre los distintos factores de la comunidad para considerarlos.

6. Organizar las actividades de modo que se propicie una relación afectiva alumno-símbolo.

7. Lograr que en las actividades prime la comunicación, confianza y colaboración.

8. Lograr una actitud de respeto, admiración y conservación de los símbolos, como componentes importantes del valor del patriotismo.

9. Exaltar las cualidades de los símbolos con significación socialmente positiva, que tributan a la formación del valor del patriotismo.

Los objetos y fenómenos de la realidad, convertidos en elementos de las relaciones sociales, pueden tener significados sociales positivos para el desarrollo de la personalidad de los adolescentes, su correcta exaltación contribuirá a la formación de este y otros valores morales.

10. Control y evaluación de lo logrado en el conocimiento de los componentes del patriotismo, en el conocimiento de los símbolos, así como en cuanto a los cambios positivos en la forma de pensar y actuar de los adolescentes.

Aunque la actuación es el elemento esencial, resulta imprescindible controlar lo que el estudiante piensa, sus sentimientos, emociones, aspiraciones, etcétera.

11. Tener en cuenta requisitos adicionales para seleccionar un símbolo humano en función de formar el patriotismo.

No es lo mismo trabajar con una construcción, con un sitio histórico, un monumento, etc., a hacerlo con un ser humano y es mucho más delicado si se encuentra vivo, por esto para seleccionar los símbolos humanos es imprescindible, además de lo expresado en los requisitos del cinco al 10:

Conocer profundamente a la persona que constituye un símbolo.

Conocer profundamente el contexto histórico en que desarrolló su actividad.

Analizar a estos símbolos como hombres y mujeres concretas, que no son o eran perfectos, que cometieron o cometen errores, de modo que constituyan un ideal alcanzable.

Tener en cuenta los elementos relacionados con la personalidad que constituyeron móviles de su actividad, como motivaciones, ideales, convicciones, sentimientos, confianza en sí mismos, responsabilidad, amor, etcétera.

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Priorizar los símbolos humanos que son trabajadores del propio centro educacional, ya que los alumnos los conocen, los ven diariamente en su actividad y están mucho más cercanos a la realidad de cada adolescente.

13. Como conclusión de lo expresado se considera que los docentes de Secundaria Básica, para desarrollar el patriotismo en sus estudiantes, deben reunir las siguientes características.

Tener un conocimiento profundo de los mismos en las esferas cognitiva, motivacional-afectiva y volitiva. (Diagnóstico integral)

Mostrar una actitud moral adecuada.

Poseer autoridad.

Poseer un dominio pleno del contenido de las asignaturas que imparten.

Ser empáticos con los estudiantes, saberlos comprender y orientar.

Ser creativos.

Poseer una elevada cultura general.

Ser comunicativos.

Ser modelos dignos de imitar en todos los sentidos.

Lograr plena correspondencia entre su pensamiento y acción.

Vías para utilizar los símbolos de la identidad local en la formación del valor del patriotismo.

Se entienden por vías los distintos momentos y espacios que se utilizan en la escuela para desarrollar el trabajo educativo, de ellas la clase es la más importante.

La clase: En la historia del magisterio cubano la clase ha constituido una vía esencial para inculcar el patriotismo en los educandos. Múltiples son los ejemplos de grandes patriotas que forjaron sus sentimientos de amor a la tierra en que nacieron a partir de la labor educativa realizada por sus maestros en clases, no con discursos y estereotipos, sino mediante un trabajo paciente y sistemático, encaminado a despertar emociones, a forjar sentimientos, a formar valores.

Sobre esto, en sus orientaciones para el curso 2006-2007, el Ministro de Educación planteó: "Tenemos que (…) identificar cuál es el medio por el cual vamos a trasmitir los valores y (…) está claro que la actividad organizada más efectiva que tenemos en la escuela es la clase, si no se forman valores

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mediante la clase, como usted va a lograr formar valores, en qué momento‖.53

Elaboración de un material que contenga una síntesis histórica del conjunto de símbolos con los que se decida trabajar, para ser utilizado de forma variada en la formación del valor del patriotismo en la Institución Educativa.

Algunas variantes para elaborar y utilizar el material son:

a) La confección del material por el docente, a partir de su labor de investigación.

b) Su confección por los estudiantes, mediante la realización de tareas investigativas, orientadas por los docentes o de las tareas de los colectivos científicos. En cualquiera de sus variantes esta es la salida preferible.

El material de apoyo a la labor docente-educativa debe ser colocado en la biblioteca escolar como fuente de consulta de docentes y alumnos para orientar o desarrollar tareas de estudio independiente en función de la docencia o de las actividades de los turnos de debate y reflexión. En este caso hay que elaborar una guía para los docentes y alumnos que los orienten en las acciones a realizar. Esta responsabilidad le corresponde a la cátedra martiana que es la que asume la conducción de la formación de valores.

Los turnos de debate y reflexión en los que se inserta el Programa de Formación de Valores. Esos turnos se incluyen dentro del horario docente. Se pueden utilizar las distintas variantes del uso de los símbolos explicadas en este trabajo. Las tareas deben concebirse en forma de sistema.

Matutinos especiales que se realizan cuando lo determine la cátedra martiana.

Trabajos extraclases: Es el estudio a realizar fuera del horario docente, el profesor puede apoyarse en él para profundizar en los contenidos a impartir. Se puede utilizar el material de apoyo una vez elaborado, o contribuir a su elaboración mediante la realización de tareas individuales o por equipos.

Visitas a lugares de interés histórico o arquitectónico que constituyan símbolos locales. Esto puede realizarse según la planificación de la Cátedra Martiana o como trabajo independiente que orienten los docentes en sus clases. Esta vía permite que los alumnos se pongan en contacto con los símbolos, que se establezca una relación afectiva alumno-símbolo que se traduzca en una actitud de cuidado y conservación de los mismos.

Organización de lugares en la escuela con nombres sugerentes como ―El sitio de los símbolos‖, donde se realicen exposiciones con láminas, fotos, síntesis

53 MINED. Orientaciones para el curso 2006-2007. Folleto. 2006, p.8.

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históricas y dibujos sobre los símbolos, que pueden ser realizados por los propios estudiantes.

Convocatoria a los estudiantes para participar en un concurso de dibujos u otras manifestaciones artísticas, también con nombres sugerentes como ―Ya conozco mis símbolos‖. Esta actividad debe planificarse y controlarse en los talleres de creación por el instructor de artes en coordinación con el resto de los miembros del Consejo de Grado. En este caso es necesario realizar algún tipo de estimulación a los trabajos que más se correspondan con los objetivos propuestos.

El trabajo investigativo en los Colectivos Científicos. Mediante esta vía se pueden emplear las nuevas tecnologías, sobre todo el video, ya que un trabajo investigativo sobre un símbolo o un grupo de símbolos puede estar apoyado por imágenes filmadas para la ocasión o que existan en los archivos de las instituciones políticas o culturales del territorio.

Sugerencias metodológicas para utilizar los símbolos de la identidad local en la formación del patriotismo, mediante las vías propuestas:

Seleccionar los símbolos a trabajar, sobre la base del diagnóstico, tanto de las necesidades educativas de los estudiantes, como de las potencialidades de los símbolos para satisfacerlas.

Estudio minucioso del o de los programas mediante los que se les va a dar salida al trabajo con los símbolos en clases, para determinar las posibilidades de vincular los símbolos con el contenido a impartir.

Determinar la forma y el momento en que se va a introducir el contenido de los símbolos en clases, priorizando el protagonismo estudiantil.

Promover el debate y la reflexión con respecto a los componentes del valor del patriotismo que se pretenden formar.

Desarrollar un diálogo ameno, sin formalismos ni imposiciones, donde prime la libertad de expresión y la creatividad.

Lograr el vínculo afectivo del alumno con los símbolos tratados.

Lo expuesto es solo una muestra de lo que se puede hacer. La iniciativa y creatividad de los maestros y personal directivo podrá enriquecer esta propuesta.

Recomendaciones para el control.

Un aspecto importante es el control de lo logrado en cuanto a la formación del valor del patriotismo en cada etapa del curso.

Para cumplir con éxito esta tarea es necesario reflexionar brevemente sobre el

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concepto evaluación. Se asume el criterio de Gutiérrez54, de que en la práctica escolar hay algunas tendencias a igualar la evaluación con el control o a utilizarla indistintamente por la calificación y la medición, reduciéndola a un simple instrumento, sin embargo, el control es la categoría más general que permite valorar cómo ha transcurrido la dirección del proceso pedagógico y exige de la utilización de las categorías de medición, evaluación, calificación y comprobación.

La medición proporciona datos cuantitativos con relación a una serie de planteamientos en un momento dado, que se obtienen en el desarrollo de la actividad y la comunicación mediante la observación, la aplicación de instrumentos, el diálogo, el desarrollo de la actividad práctica y registros.

La evaluación es la interpretación de la medida de los datos que al compararlo con la norma lleva a la expresión de un juicio de valor, es un acto eminentemente comunicativo.

La calificación es la categoría cuantitativa o cualitativa que se le asigna a los resultados obtenidos de la medición y la evaluación, al compararlo con una escala o claves.

La comprobación es ―…un corte que se realiza en un determinado momento del proceso para conocer el estado de desarrollo alcanzado. En ello está presente la evaluación y la medición y puede estar la calificación‖55.

Un elemento a tener en cuenta al efectuar el control son los procedimientos que se utilizan para la evaluación. Gutiérrez56, explica que las condiciones del desarrollo de la sociedad actual y la necesidad de formar un hombre capaz de enfrentar el progreso social le plantean al maestro la necesidad de habituar a sus alumnos a utilizar la autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación como procedimientos que propician asegurar un proceso evaluativo más contemporáneo.

Este autor considera que la autoevaluación orienta al alumno a descubrir por si solo sus limitaciones y potencialidades, eleva su sentido autovalorativo y lo pone en mejores condiciones para el conocimiento de sí, para aprender a autoaprender, la autoevaluación es la emisión o comunicación de un juicio propio del estado de desarrollo alcanzado, es tomar conciencia del estadio de desarrollo por el que el propio sujeto va atravesando.

La coevaluación es una evaluación compartida, interactiva, comunicativa y dialogada,

54 Gutiérrez Moreno, Rodolfo. La preparación del profesor para la educación de la sexualidad de los adolescentes a través de

un sistema de módulos de estudio a distancia. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Santa Clara. 1999

55 Gutiérrez Moreno, Rodolfo. La evaluación en la revolución educacional. Problema, reflexiones y propuestas. ISP “Félix Varela de Villa Clara. Material del curso de Pedagogía del Doctorado en Ciencias Pedagógicas. Versión del 2003, p.1

56 Idem, p.55

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predominantemente entre dos sujetos que comparten el autoaprendizaje, es la toma de conciencia de tu estado de desarrollo a partir de la mirada de otro sujeto del aprendizaje. La coevaluación desarrolla la crítica y la autocrítica, el compañerismo y la colaboración solidaria en el proceso de aprender a aprender. Esta permite apreciar no solo como yo me veo sino como me ven los demás que aprenden al unísono en el propio proceso humanizando la relación de aprendizaje, mediado por la dirección del profesor.

Agrega que la heteroevaluación ―es el criterio valorativo que emite el grupo sobre el resultado y/o proceso de aprendizaje de un integrante del colectivo, es la influencia del grupo sobre cada uno de sus miembros y la relación concreta de cada sujeto que aprende con su grupo. Mediado por la actividad de dirección del aprendizaje que desarrolla el profesor‖ y más adelante enfatiza en que ―este procedimiento tiene gran influencia en el desarrollo individual de cada integrante del grupo y lo es mucho más en el período de la adolescencia donde la opinión del grupo ejerce una influencia significativa en las decisiones individuales‖.57

Estos procedimientos de la evaluación propician el desarrollo de conocimientos, hábitos y habilidades, e influyen en la función de orientaciones valorativas, sentimientos, valores y convicciones, por lo que su correcta utilización debe contribuir al éxito de la metodología propuesta.

Los métodos principales deben ser la observación de la actuación del estudiante en cada una de las actividades que se realicen y el análisis de los productos de la actividad. Se pueden aplicar encuestas, entrevistas, métodos sociométricos y otros.

Se deben considerar como indicadores a controlar: preocupaciones, intereses, metas y propósitos, expectativas y aspiraciones, sentimientos, creencias y convicciones, actitudes y actuaciones. Lo más significativo es la actuación que deviene indicador fundamental, analizado en diversas etapas de la trayectoria personal. 58

Muy importantes son los instrumentos que se usaron para el diagnóstico, ya que permiten constatar las diferencias que se van produciendo tanto en el plano individual como grupal. A estos se le pueden introducir los cambios que las circunstancias requieran.

Es básico el documento sobre el trabajo para el fortalecimiento de los valores desde la escuela, donde se plantean los indicadores a tener en cuenta para su control y evaluación y el Proyecto de Escuela Secundaria Básica, que expresa lo que se aspira a lograr en el caso de cada valor y específicamente del patriotismo y la metodología propuesta por el autor.

57 Idem, p.8 58 Mendoza Portales, Lissette. La formación de valores: un problema de la Filosofía de la Educación. Facultad de

Humanidades. ISP "Enrique José Varona”. La Habana. Cuba. En soporte electrónico. 1999, p.35.

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Otros instrumentos a utilizar pueden ser un cuestionario donde los estudiantes respondan preguntas abiertas como: ¿Qué significa para ti ser un buen patriota? u otras, combinadas con cerradas, donde puedan identificar los símbolos locales, ya sea por su nombre en una lista o por cualidades al lado de las que deben colocar el nombre, ejemplo: Vía de comunicación entre el centro y el sur de la ciudad de Sancti Spíritus. Emblema principal que identifica a los espirituanos Puente sobre el Río Yayabo.

Una variante puede ser la realización de una actividad competitiva mediante una sopa de letras en la que el estudiante identifique los nombres de símbolos locales y combinarla con otras técnicas como redactar una composición a partir del elemento identificado, etcétera.

Se recomienda la realización de un taller final como control y evaluación de los resultados del trabajo en función de formar el patriotismo. Este puede estar precedido por talleres intermedios para discutir los resultados de la labor investigativa de los colectivos científicos sobre los símbolos locales y otras temáticas.

A este taller se le puede colocar un nombre sugerente que tenga que ver con el patriotismo.

Pasos para desarrollar el taller.

1. El profesor o un estudiante designado debe presentar la actividad y los objetivos que se propone.

2. Determinar las reglas del debate en grupo. Se recomienda escribirlas en la pizarra. Estas pueden elaborarse en ese momento por el colectivo o utilizar las que se proponen a continuación.

Reglas de debate en el grupo.59

Saber escuchar.

Libertad de expresión.

No interrumpir.

Ser receptivo.

Pensar antes de evaluar una idea.

Destacar lo positivo.

Respetar otros criterios.

59 Chacón Arteaga, Nancy. Dimensión ética de la educación cubana. La Habana. Editorial Pueblo y Educación, 2002, p.151.

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Discrepar respetuosamente.

No atacar.

El problema del grupo es también mi problema.

Juntos se piensa mejor.

Colaboración, flexibilidad y amistad.

Ser disciplinado.

Estimular continuamente.

3. Escribir en la pizarra la o las interrogantes que deben responderse utilizando variadas técnicas. Se propone iniciar con una lluvia de ideas sobre lo siguiente: ¿Qué es para ti ser un buen patriota?

3.1. Realizar un resumen a modo de conclusión con las cualidades que debe tener un buen patriota. En este deben estar presentes los componentes del valor que aparecen en el de la escuela Secundaria Básica y las que el colectivo considere.

3.2. Ordenar jerárquicamente, de forma individual dichos componentes, a partir de sus criterios personales.

3.3. Distinguir los componentes que tienen mayor coincidencia en los cinco primeros lugares.

3.4 Análisis del significado que tienen estos cinco componentes de forma individual y colectiva.

4. Realización de un test individual para enumerar por escrito los símbolos de la identidad local que se utilizaron durante el curso en la labor educativa del grupo.

4. 1. Intercambio de los trabajos para ser revisados por sus compañeros.

4. 2. Al final un registrador enumerará en el pizarrón los símbolos a partir de la participación colectiva. Esta actividad permite el protagonismo estudiantil, la responsabilidad y la implicación de los estudiantes en el control.

5. Lluvia de ideas sobre las siguientes interrogantes: De las actividades patrióticas realizadas durante el curso ¿cuál no te gustó?, ¿cuál te gustó más?, ¿cuál aportó más a tu formación patriótica?, ¿por qué?

5. 1. El profesor registrará las respuestas de los estudiantes como una forma de controlar la efectividad del trabajo realizado; constatar errores, aciertos y desaciertos y determinar qué actividades necesitan ser repensadas y reelaboradas.

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6. Finalmente los estudiantes deben redactar una composición con un título sugerente, pudiera ser: ―Ahora soy mejor patriota‖.

6. 1. Revisión de las composiciones por el profesor. Se pueden publicar las que consideren se ajustan más a los objetivos iniciales del trabajo, para que constituyan modelos a seguir. Puede pensarse en algún tipo de estimulación a los alumnos que se destaquen en este trabajo. 60

EL PROTAGONISMO ESTUDIANTIL: ATRIBUTO ESENCIAL DE LA ACTIVIDAD PEDAGÓGICA PARA LA EDUCACIÓN EN VALORES

Los estudiosos de las ciencias pedagógicas, al investigar sobre la educación en valores de las nuevas generaciones, deben buscar respuestas a las siguientes interrogantes:

¿Se corresponde lo que hacemos en la escuela y en la docencia con los valores a educar desde el protagonismo de los estudiantes?

¿Qué significación tienen las actividades que organizan la escuela y los docentes desde sus aulas para los estudiantes?

¿Reformulamos nuestra acción docente para hacer del estudiante un protagonista en su aprendizaje?

Estas preguntas tienen muchas respuestas en experiencias y resultados del trabajo científico, los cuales podemos socializar en la discusión y debate de lo que exponemos.

La participación constituye el contenido del protagonismo: ―El protagonismo es visto como las oportunidades que tienen los sujetos para participar con independencia y conscientemente en cualquier proceso". 61

"El protagonismo es la capacidad que se desarrolla en el sujeto en formación como resultado del proceso educativo, encaminado al desarrollo integral de la personalidad que permite implicarse conscientemente y con satisfacción en todas las actividades y que se expresa en sus modos de actuación, responsabilidad, toma de decisiones e independencia".62

La participación se manifiesta en actos de compromiso y responsabilidad individual. Así, Egea, M. 63 señala: ―…implicación personal de los estudiantes en todas las

60 Báxter Esther. Tabloide del VII Seminario Nacional para Educadores. Noviembre de 2006. 61 Domenech, D. El protagonismo estudiantil, una vía de la formación integral. En Compendio de Pedagogía. Editorial Pueblo

y Educación; La Habana, Cuba. 2002, p.79. 62 Idem 61, p.78 63 Egea, Álvarez, M. Labor Educativa – Selección de Lecturas. Compilación. La Habana: Editorial Pueblo y Educación. 2007,

p.7.

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actividades mediante los cuales pueden mostrar sus potencialidades―.

Ello requiere provocar la motivación y el interés del estudiante hacia la acción que se proyecte, así como el debate, la reflexión, la toma de posición, la elaboración de criterios en cada una de las acciones de carácter protagónico.

―A la larga esto debe contribuir a que el joven actúe cada vez más sobre la base de sus propios criterios, intereses y convicciones, y cada vez menos para satisfacer directamente las exigencias externas planteadas por los adultos. Así nuestros estudiantes tienden, cada vez más a jerarquizar como más importantes aquellas cualidades y valores de carácter moral interno, tales como la autocrítica y la honestidad, que sirven de fundamento a un comportamiento más autorregulado y menos sujeto al acatamiento pasivo de normas de control interno de la conducta‖.64

Un elemento que caracteriza el proceso educativo es el nivel de participación e implicación de los estudiantes en las diferentes actividades. Al implementar el Programa Director en el 2009 y su estrategia en las acciones para la educación en valores, se demuestra por las investigaciones realizadas que en muchos casos los estudiantes no comprenden la importancia de las actividades, el porqué y el para qué de las mismas, sienten poco compromiso con su acción protagónica en ellas, y las ven poco atractivas; por otra parte los profesores no tienen claras las dificultades reales que afectan el protagonismo de sus estudiantes.

Para lograr el desarrollo del protagonismo estudiantil hay que considerar al estudiante como un elemento activo del proceso docente educativo, partícipe de su propio aprendizaje, desde su vinculación con la realidad social y personal en que vive.

Conspiran contra la acción protagónica de los alumnos la rutina, la repetición y el verbalismo, el inmovilismo en los contenidos y modos de hacer, la costumbre de recibir instrucciones y esperar por ellas, perdiendo iniciativas, autonomía y responsabilidad los docentes ante su labor de preparar al estudiante para la vida.

Estos elementos ponen en riesgo una condición esencial de la actividad pedagógica profesional del maestro: la estimulación al desarrollo del protagonismo estudiantil, que depende de crear una práctica inteligente y sensible que comprometa al estudiante en su proceso de investigación y creación permanente de la obtención de sus conocimientos.

El ejercicio del docente debe ser una actividad intelectual creadora en función de colocar al estudiante en situaciones de aprendizaje que faciliten su educación en valores. El profesor debe garantizar que la clase se convierta en un ambiente propicio para la interacción humana, sobre la base del estudio, de la experiencia de los

64 Amador, A. El adolescente cubano: una aproximación al estudio de su personalidad. Editorial. Pueblo y Educación. La

Habana, Cuba. 1995, p.95.

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estudiantes, la introducción del nuevo contenido y la determinación de nuevas tareas que garantizan la participación del educando en su formación como individuo dentro del contexto donde vive y de la sociedad en general.

El docente debe reflexionar sobre lo que hace y por qué lo hace, lo que ayuda a romper con la inercia y la monotonía que tan perjudicial resulta para el logro de la creatividad y el protagonismo estudiantil.

La práctica educativa, por encima de todo, es una práctica humana, que se debe proyectar a la formación del hombre para la vida.

No favorece la estimulación del protagonismo en los educandos la práctica común en la cual el estudiante se mantiene esperando órdenes del maestro, no manifiesta inquietudes, no interroga sobre la base de su experiencia individual; en la que la clase se proyecta como algo acabado, donde ya todo está dispuesto, el tiempo está programado y el estudiante acata lo diseñado.

Así no hay opciones para que el estudiante aprenda a planificarse, a tomar decisiones, a plantear intereses.

En muchas ocasiones los alumnos sólo quieren copiar la fecha, notas que da el maestro, los ejercicios y las tareas, pero en realidad este tipo de proceso desde la clase, de esa forma, no implica el desarrollo del protagonismo, sino un proceso pasivo.

Las vías que, desde la investigación del proyecto, se han puesto en práctica en función de estimular el protagonismo estudiantil, han sido:

La vía didáctica

Dentro de ella destacan las siguientes acciones:

- Uso del método problémico.

- El trabajo independiente.

- La autoevaluación.

- La relación del contenido con la vida.

- Las tareas docentes integradoras de implicación personal.

La vía de proyección del aprendizaje formativo

Acciones:

- La estrategia educativa de grupo.

- El diálogo, la reflexión sobre temas de interés individual y grupal.

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- El ejercicio cotidiano de la crítica y la autocrítica, que posibilita la exaltación de experiencias positivas y la crítica a las negativas.

- Elaboración de metas y compromisos individuales y colectivos desde el grupo estudiantil.

La investigación a partir del proyecto ha determinado diferentes requisitos que debe reunir la actividad pedagógica profesional para potenciar el protagonismo estudiantil desde la escuela y la docencia, entre los que figuran los siguientes:

Formar el grupo estudiantil, caracterización del estudiante, su familia y la comunidad.

Considerar todas las actividades escolares como un espacio de realización de la actividad creadora del estudiante.

Desarrollar las potencialidades del hacer en cada estudiante.

Las actividades de aprendizaje que se proyecten deben estar dirigidas a desarrollar la responsabilidad y el compromiso.

Facilitar la autoformación de cada estudiante desde su actividad protagónica en las diferentes actividades.

Fortalecer el aprendizaje social cooperativo.

Contribuir a la independencia cognoscitiva a partir de la propuesta de actividades intelectualmente retadoras.

Proyección del proceso docente desde el conocimiento a la reflexión y de esta al compromiso y la intervención.

Garantizar la participación del estudiante en la escuela, la familia y la comunidad como un ente activo con acciones concretas planificadas desde el aula.

Propiciar la actuación consciente del estudiante.

Lograr que la acción protagónica tenga carácter independiente, que se muestre la autenticidad.

Encaminar la acción protagónica al aprendizaje formativo y desarrollador.

Comunicación afectiva y efectiva durante todo el proceso, como requisito esencial.

Considerar la motivación como un elemento esencial en la búsqueda del protagonismo.

Trabajar la relación del compromiso con lo que hace el alumno, de tal manera que lo asimile como algo de él.

Interacción y acción responsable ante la vida.

Persuasión y participación consciente y activa del estudiante en su propia formación. La realización de cualquier actividad debe llevar aparejada la satisfacción de necesidades e intereses tanto individuales como sociales.

Relación interpersonal comprometida.

Confianza y respeto hacia los demás.

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Buscar en el joven sentido de pertenencia social y ciudadana para aprender a convivir en la familia y la comunidad, donde se sientan individuos activos y creativos.

Teniendo en cuenta estos requisitos el docente puede determinar indicadores para evaluar el protagonismo estudiantil desde la actuación de los estudiantes en su grupo.

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CONCLUSIONES

Implementar desde la Ciencia Pedagógica la educación en valores y la formación ciudadana en las instituciones educativas constituye un reto impuesto para todos los tiempos.

Encontrar desde la clase la implicación personal responsable y reflexiva de los estudiantes constituye premisa esencial en el proceso de educación en valores desde la institución educativa.

Los requisitos que se ofrecen desde la investigación pedagógica para la educación en valores y la formación ciudadana desde la actividad pedagógica profesional y la preparación de los docentes, constituyen pautas importantes para la práctica educativa en los diferentes niveles de educación.

Erradicar modos de actuación que hoy existen en el proceso pedagógico en función de proteger y fortalecer el protagonismo estudiantil, constituye un reto importante de las ciencias pedagógicas en la actualidad, en la línea de educación en valores.

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