la democracia y sus críticos - reis.cis.esreis.cis.es/reis/pdf/reis_079_14.pdf · la democracia y...

42
La democracia y sus críticos analiza el proceso democrático desde una pers- pectiva contemporánea 1 . Se analizan tanto las teorías y las prácticas políticas que persiguen el ideal de democracia como las que lo rechazan. Todas ellas transforman ese ideal. El resultado es la caracterización del estadio democrá- tico de fines de siglo XX como el siste- ma político más elaborado. Dahl jus- tifica el funcionamiento de las poliar- quías actuales con explicaciones razo- nables —que no racionales— de todos sus elementos, y los contrasta con el fracaso de la práctica de otras formas políticas basadas en creencias no democráticas o no plenamente demo- cráticas. Esas explicaciones razonables son en realidad una formulación teó- rica que se extrae a partir de una práctica concreta del ideal democráti- co. Una formulación así permite plantear una trayectoria futura con la que el proceso democrático alcanzaría un estadio superior al actual. La democracia y sus críticos pone de relie- ve la interdependencia entre las con- cepciones y las prácticas políticas que se suceden. Supone un paso adelante en el esfuerzo de la Ciencia Política por determinar la línea de desarrollo que da lugar a la vida política actual, a la vez que contribuye a la concep- tualización que puede caracterizar las condiciones futuras. Las democracias del siglo XX reflejan la tendencia de algunas sociedades a hacer efectivo el gobierno del pueblo. A lo largo de la historia de las socieda- ROBERT A. DAHL La democracia y sus críticos (Barcelona, Paidós, 1992) 79/97 pp. 347-388 1 La primera edición de La democracia y sus críticos se publicó en Estados Unidos en 1989 (New Haven: Yale University Press, 1989). La de 1992 es la primera edición en lengua española.

Upload: truonglien

Post on 06-Feb-2018

221 views

Category:

Documents


4 download

TRANSCRIPT

La democracia y sus críticos analiza elproceso democrático desde una pers-pectiva contemporánea1. Se analizantanto las teorías y las prácticas políticasque persiguen el ideal de democraciacomo las que lo rechazan. Todas ellastransforman ese ideal. El resultado esla caracterización del estadio democrá-tico de fines de siglo XX como el siste-ma político más elaborado. Dahl jus-tifica el funcionamiento de las poliar-quías actuales con explicaciones razo-nables —que no racionales— de todossus elementos, y los contrasta con elfracaso de la práctica de otras formaspolíticas basadas en creencias nodemocráticas o no plenamente demo-

cráticas. Esas explicaciones razonablesson en realidad una formulación teó-rica que se extrae a partir de unapráctica concreta del ideal democráti-co. Una formulación así permiteplantear una trayectoria futura con laque el proceso democrático alcanzaríaun estadio superior al actual. Lademocracia y sus críticos pone de relie-ve la interdependencia entre las con-cepciones y las prácticas políticas quese suceden. Supone un paso adelanteen el esfuerzo de la Ciencia Políticapor determinar la línea de desarrolloque da lugar a la vida política actual,a la vez que contribuye a la concep-tualización que puede caracterizar lascondiciones futuras.

Las democracias del siglo XX reflejanla tendencia de algunas sociedades ahacer efectivo el gobierno del pueblo.A lo largo de la historia de las socieda-

ROBERT A. DAHL

La democracia y sus críticos(Barcelona, Paidós, 1992)

79/97 pp. 347-388

1 La primera edición de La democracia ysus críticos se publicó en Estados Unidos en1989 (New Haven: Yale University Press,1989). La de 1992 es la primera edición enlengua española.

des se teoriza y se intenta poner enmarcha ese ideal democrático. Cadaintento adquiere connotaciones distin-tas según las experiencias políticas y lascaracterísticas sociales anteriores2. Laidea fundamental del libro es que lademocracia es un proceso. Se modela através de las transformaciones queresultan de la aceptación y del rechazode las situaciones y de las teorías que sesuceden, sean o no democráticas. Laconcepción de la vida política en laspolis griegas supone la primera transfor-mación democrática. Se abandona laidea y la práctica del gobierno de pocospara alcanzar el gobierno de muchosdentro de esas unidades territorialespequeñas. La segunda transformacióndemocrática se produce al introducirdimensiones nuevas al concepto dedemocracia, mediante la asimilación deelementos formulados en el transcursode la vida política.

Los propósitos de los/as ateniensespara regir su vida política a través de lademocracia directa suponen una rup-tura con las visiones y prácticas ante-riores. Con ese sistema se pretendeestablecer el bien común. Para ello esnecesaria la homogeneidad de intere-ses, y la participación de todos los/asciudadanos en la vida política. Talesrequisitos sólo se alcanzan en unidadesterritoriales pequeñas, con un número

reducido de ciudadanos/as. El caráctercaduco de la persecución del bienpúblico y su indeterminación, la faltade reconocimiento de libertad y deigualdad y la exclusividad de la ciu-dadanía son algunas de las restriccionesque reflejan que la práctica política estápor debajo de los ideales. El conceptode democracia directa anterior es másrestringido que el actual.

Al retomarse la voluntad de quegobiernen los/as ciudadanos serequiere un planteamiento nuevo dela democracia. Las características físi-cas, morales e ideológicas que losEstados adquieren con la sucesión deformas políticas distintas no encajanen el esquema de las polis griegas. Per-dura la idea de que el pueblo sobera-no está habilitado para gobernarse yposee recursos e instituciones parahacerlo. La tradición republicanaaporta un cuadro institucional a lateoría y a la práctica de la «segundatransformación democrática». Dadala fragilidad de la virtud de las perso-nas se debe elaborar una Constitu-ción que coordine y refleje los intere-ses de uno, de pocos y de muchos paralimitar esa falta de virtuosidad de lamultitud. Las tendencias democráti-cas del republicanismo del siglo XVIII

subrayan, en cambio, la peligrosidadde la concentración del poder. La des-confianza en el poder de unos pocosda lugar a la idea de la separación depoderes impulsada por Mostesquieu.

La teoría democrática y el gobiernorepresentativo tienen su punto deencuentro en la voluntad de compati-bilizar la democracia con la dimen-sión de los Estados-nación, y deextender el sufragio. El origen delgobierno representativo se encuentra

CRITICA DE LIBROS

348

2 En la misma línea se encuentra la exce-lente contribución de Tom BOTTOMORE enPolitical Sociology (Minneapolis: University ofMinnesota Press, 1993, sobre todo en susegunda edición, donde se pone de relieve lainterdependencia entre las teorías y las prácti-cas políticas que se suceden. Véase también lacrítica realizada por Gemma SALA CAPDEVILA,«Political Sociology», REIS, 69 (1995): 260-271.

en el desarrollo de las institucionesmedievales monárquicas y aristocráti-cas. Al incorporarlo a la teoría demo-crática, ésta adquiere una dimensiónnueva. Incorpora elementos nodemocráticos originariamente en suplanteamiento. Algunas consecuen-cias de esa educación son la formula-ción de los derechos y libertades delas personas, la reducción del alcancede la participación política, el carác-ter pluralista del sistema político, lacompleja constelación de institucio-nes y la primacía del Estado nacionalcomo unidad territorial. El procesodemocrático puede abarcar extensio-nes ilimitadas. En conjunto reflejan lacomplejización del esquema democrá-tico, que da lugar a los conflictos y alas críticas principales sobre la corre-lación entre la teoría y la práctica dela democracia representativa. Esecambio de dimensión se aleja delideal democrático. Se busca la demo-cracia pero se practica la poliarquía.

El proceso democrático se comple-jiza por la redefinición del conceptode democracia, y por la adaptación delas estructuras sociales de tiemposdistintos a regímenes democráticos.Algunas sociedades intentan estable-cer una estructura democrática. Elprincipio fundamental es que lademocracia es una tendencia. Haysociedades que demuestran tenervalores intrínsecos a esa tendencia. Lacreencia de que todos los/as miem-bros de una sociedad están capacita-dos/as por igual para gobernar haceposible que se organicen democrática-mente de modo casi espontáneo. Estacreencia estructura el Principio categó-rico de igualdad, que es la base de lademocracia. Las democracias contem-

poráneas adquieren el influjo de dostipos de fuentes: las creencias quehacen brotar un pensamiento y unasestructuras democráticas, y las expe-riencias históricas que conducen a lacomplejización del concepto y de lapráctica de la democracia.

La democracia alcanza estadiossucesivos adecuando a la estructurade cada uno de ellos los aspectos quepermiten superar sus límites. Pero lasfuentes de la democracia no resuelventodas sus dificultades. Los puntosmás oscuros de la teoría difusa de lademocracia son el caldo de cultivo delas teorías que se oponen a ella. Lacrítica fundamental de quienes consi-deran que la democracia es un siste-ma indeseable se centra en la vulnera-bilidad de las premisas del procesodemocrático.

La inconveniencia de la democraciase explica desde dos posturas distin-tas. El anarquismo considera que lademocracia es ilegítima en tanto encuanto no puede prescindir de unEstado coercitivo, y así negativo. Sóloaceptaría la estructura democrática encaso de que sus decisiones fuesenunánimes. El tutelaje procura estable-cer un Gobierno para el pueblo, enoposición al ideal democrático delGobierno del pueblo. Se considera quela población «común» no está capaci-tada para autogobernarse. La teoríademocrática puede revocar los postu-lados de sus críticos. El anarquismositúa la necesidad de evitar la coac-ción como un fin supremo, por enci-ma de otros principios como la igual-dad, libertad y justicia. El tutelajerequiere un gobernante permanente-mente virtuoso/a, y la existencia deuna ciencia de gobierno.

CRITICA DE LIBROS

349

La defensa de la teoría y del sistemademocrático se establece también entérminos morales. Los postuladosanarquistas pueden ser cuestionadosen su legitimidad. La coacción puedeser justificable; incluso necesaria si sepretende compensar con el logro deotros valores. La maximización de lalibertad y de la igualdad, y la limita-ción de la coacción no regulada, legi-timan el papel del Estado. La coer-ción del Estado no somete a la pobla-ción; tampoco requiere la obedienciairreflexiva de las personas, comosupone Wolff. En un Estado demo-crático la población adquiere unasposibilidades y alcanza unas condicio-nes de las que carece en el supuestoestado de naturaleza. La democraciaamplía la autonomía de las personas ylas hace responsables3.

La falta de correspondencia entre losrequerimientos del tutelaje y la reali-dad de la conducta y del conocimientohumanos es el punto endeble principalde ese planteamiento crítico. El tutelajepeca por pretender un paternalismoque requiere unas condiciones que nin-gún padre —o tutor— puede llegar aasumir. Es improbable que alguienpueda llegar a ser eternamente virtuosoe incorruptible, y a alcanzar el conoci-miento moral y técnico para ejercer elbien público. Los intereses de las per-sonas suelen sobrepasar el ámbito pri-vado. La vida en sociedad conduce aque las decisiones colectivas tengan un

alcance más amplio que el personal; yen esas decisiones entra la dimensiónsocial de la persona. Sólo la democraciarecoge en ellas los valores sociales de lapoblación. Es más probable que untutor/a llegue a imponer sus interesespropios, que lo hagan las decisiones deun Gobierno democrático. Ese conoci-miento objetivo no existe; toda deci-sión supone un riesgo, una incerti-dumbre, que se agrava si el decisor/agoza de autoridad plena sobre la pobla-ción.

Anarquismo y tutelaje tienen encomún la concepción de las personascomo entes irresponsables, comomarionetas. El individualismo delanarquismo rechaza todo tipo de con-secuencia derivada de la vida en socie-dad. El tutelaje considera que las per-sonas son demasiado individualistas ynecias como para asignarles la direc-ción de la vida política. Los críticos opo-sitores se sitúan en dos polos opuestosdesde el punto de vista de la democra-cia4. Es un punto intermedio entre laradicalización de la autonomía de laspersonas en la que se basa el anarquis-mo y el paternalismo extremo del tute-laje. Al criticar a la democracia, esasteorías se enfrentan la una a la otra. Laoposición se establece en realidad entreanarquismo y tutelaje.

La democracia es el mejor procesopara alcanzar la toma de decisionesobligatorias colectivas. Legitima aldemos para determinar su vida política.La creencia de que todos los/as miem-

CRITICA DE LIBROS

350

3 En este aspecto, Dahl se sitúa en la líneadel pensamiento l iberal-democrático deGreen, para quien la democracia es un medioque desarrolla las capacidades y las oportuni-dades de las personas. Así, la democracia lesconfiere libertad y, consiguientemente, respon-sabilidad.

4 Dahl distingue entre los críticos opositoresy los críticos benevolentes. Los primeros seoponen a la democracia y la consideran inade-cuada e indeseable; los benevolentes laencuentran deseable pero a la vez irrealizable,impracticable.

bros de una sociedad están capacitadospor igual para gobernar —el principiocategórico de igualdad— facilita la ins-tauración de un régimen democráticoen ese lugar. A la vez, la democraciafomenta y desarrolla ese principio. Lademocracia sitúa a las personas en unplano de igualdad intrínseca. Pero vamás allá del mero reconocimiento de laigualdad. Establece unas garantías enforma de derechos y oportunidadesque favorecen la protección de los inte-reses y de la libertad de las personas, ydesarrolla en ellas las cualidades ópti-mas para la democracia. Otro apunta-lamiento de ese principio es la Presun-ción de autonomía personal. La demo-cracia confiere capacidad plena a losciudadanos/as para juzgar lo que másles conviene. Al potenciar y fortalecerel principio categórico de igualdad, lavida política se rige por un mecanismoordenado y pacífico en el que la pobla-ción puede instar al Gobierno a tomarunas decisiones acordes con sus intere-ses. La mayoría de los órdenes políticosestablecen decisiones obligatorias. Perosólo en el democrático son colectivas, ycuentan con el consentimiento dequienes tienen que obedecerlas.

Las asociaciones que se basan y quepotencian las ideas desprendidas delprincipio categórico de igualdad sondemocráticas. La idea de la igualdadintrínseca y la presunción de la autono-mía personal son los fundamentosracionales de unos comportamientospolíticos esenciales para la democra-cia. Esos comportamientos sirven decriterios con los que es posible com-parar procesos políticos distintos, yevaluar el nivel de democracia decualquier asociación. Un procesodemocrático en sus procedimientos

tiene que garantizar la igualdad de losvotos y ofrecer oportunidades igualesa las personas para expresar sus pre-ferencias. Para ser democrático res-pecto a su demos —o ciudadanía—,los procesos tienen además que situara ese demos como soberano en últimainstancia —de acuerdo con la idea deque para definir sus intereses nadie esmejor juez que uno mismo/a— yofrecerle conocimiento de los mediosy de los fines. Los procesos políticosalcanzan un umbral determinado enla escala de la democracia según satis-fagan esos comportamientos ideales.

Los procesos plenamente democráti-cos necesitan un requisito más. Tienenque ser inclusivos. El criterio de inclu-sividad consiste en superar el umbralentre la oligarquía y la poliarquía. Losdemócratas oligárquicos no distinguenla democracia respecto del demos, de lademocracia en relación a toda la pobla-ción. Legitiman los procesos democrá-ticos que sólo lo son respecto de quie-nes participan en la vida política. Parajustificar un número de ciudadanos/asinferior a la población total se requiereun juicio no arbitrario sobre la inclu-sión, que evite los prejuicios. Sólo asíse extiende la democracia —que no eldemos— a quienes se someten a lasdecisiones colectivas sin participar ensu elaboración. La definición de demosfavorable a ese propósito es la queincluye a todas las personas excepto alas que no cumplen la presunción deautonomía personal (niños, niñas ydeficientes mentales), y a los/as resi-dentes temporales en el país. Es unaexpresión formal que procura estrecharla vulnerabilidad que supone un juiciosobre la idoneidad. Desde las primerasteorías democráticas se considera nece-

CRITICA DE LIBROS

351

sario el criterio de idoneidad personalpara poder participar en la vida políti-ca. La formulación actual también lohace, pero la noción de inclusividad lodelimita, y restringe la arbitrariedad ala que puede conducir. Este razona-miento conduce a Dahl a considerar lademocracia como el mejor sistemaposible. A su vez, la mejor democraciaes la más próxima a los cinco criteriosideales.

La necesidad de adoptar decisionescolectivas abre brechas por las que sefiltran críticas nuevas. El desarrollode la capacidad del demos para regularsu vida política y social requiere laadopción de mecanismos concretos, yla delimitación del colectivo que sesomete a las decisiones resultantes.Esas dos cuestiones están implícitasen la teoría democrática. Pero suindeterminación conduce a prácticasy a explicaciones distintas que en oca-siones reflejan inadecuaciones entre lademocracia ideal y las poliarquías.

La unanimidad se alcanza en escasasocasiones. Los/as miembros de unasociedad tienen, evidentemente, intere-ses distintos. Conviene prever unmecanismo específico que permitaalcanzar una cuestión cada vez que serequiera. La norma de la mayoría satis-face tales propósitos. Pero las posibili-dades de encontrar una explicaciónirreprochable a sus ventajas son escasas.Si bien de la norma de la mayoríaresultan decisiones concluyentes y neu-trales, tiene el riesgo de funcionar en lapráctica como norma de las minorías—que no de «la minoría»—. Los plan-teamientos alternativos son tambiénsusceptibles de críticas. Ningún plan-teamiento es necesario o suficiente. Laadopción de uno u otro depende de las

características históricas y sociales decada lugar5.

La justicia de procedimientos nogarantiza la justicia de resultados. Lascríticas derivadas de esta dificultadsopesan la justicia a partir de losresultados; pero olvidan que el proce-so democrático es una forma de justi-cia en sí. El proceso democráticopuede violarla en sentidos distintos.Quizás una decisión agreda los prin-cipios democráticos mismos; esa posi-bilidad está en manos de la culturapolítica de cada sociedad. Si esosprincipios son morales antes quelegales, las decisiones resultantes delproceso democrático no los agrederíamás que por error. La democracia seautolimita haciéndose con unos prin-cipios intrínsecos a sí misma. En elmomento en que se violan se sale delámbito de la democracia. Una socie-dad afín a las creencias democráticastiende, pues, a preservarla.

Las condiciones externas a lademocracia generan también algunosfallos. Pero sólo la democracia modi-fica esas condiciones, acercándolas enlo posible a la situación que se requie-re para evitar tales inconvenientes.Las poliarquías defienden interesesque no son propios del procesodemocrático ni necesarios para él,pero preservan parte de su contenido.Las soluciones para su protección seintegran en el proceso de toma dedecisiones. Algunas se refieren al pro-ceso democrático en sí: ampliacióndel demos, evolución de la opinión

CRITICA DE LIBROS

352

5 Aren LIJPHART estudia esa contingenciade los mecanismos de toma de decisiones en21 poliarquías estables, en Democracies (NewHaven: Yale University Press, 1984).

pública, fórmulas de elección. Hayalternativas no democráticas que soncongruentes con el proceso al mante-nerse dentro de límites explícitos, porejemplo el poder judicial y los tribu-nales constitucionales. Las poliarquíasdefienden sus intereses democráticosde modo distinto. La discrecionalidadque tienen para establecer sus meca-nismos de toma de decisiones colecti-vas la adquieren también para fijar loselementos correctores de esos fallos.

Cada poliarquía requiere la delimi-tación de un territorio para determi-nar las personas entre las que se esta-blecen las decisiones colectivas, y aquienes éstas atañen. Las personasquedan vinculadas a un territorio. Setrata de un requisito imprescindibleque la teoría del proceso democráticosuele obviar. La capacidad de unapoblación para definirse a sí misma ypara establecer un sistema políticoautónomo son planteamientos que seintentan derivar de la idea de demo-cracia. El criterio que permite elautogobierno —ya sea como Estadoindependiente o como Estado de unafederación— es la legitimidad. Setrata de un criterio amplio, que inclu-ye más factores que el mero volunta-rismo. Las unidades de gobierno legí-timas varían el tiempo y el lugar. Lanecesidad analítica de comparar lasposibilidades de cada unidad políticapara autogobernarse suele conducir ala formulación de indicadores de legi-timidad concretos. El proceso de for-mación de esa legitimidad se circuns-cribe al Estado nacional. Se trata dela «segunda transformación democrá-tica».

Las transformaciones en la prácticademocrática son el ajuste de las situa-

ciones y de las necesidades de cadatiempo al ideal democrático. El resul-tado son las poliarquías, que no cum-plen ese ideal pero satisfacen susrequisitos esenciales. En las poliar-quías se distorsionan algunas premisasdemocráticas. Las restricciones a lasque están sometidas generan nuevascríticas. Se argumenta que las poliar-quías nacionales limitan la democraciaparticipativa. Pero ninguna otra orga-nización política la satisface totalmen-te; la democracia directa es inalcanza-ble. Se critica las tendencias oligárqui-cas de la democracia representativa.Las teorías de la dominación son pro-lijas; se basan en que siempre hay unaminoría que usa la violencia o la per-suasión para someter al resto de los/asmiembros de la sociedad. Sin embar-go, esas teorías son muy generales ydeterminan una relación que existe encualquier tipo de forma política adop-tada. Además, no tienen en cuenta lanegociación entre grupos e interesesdistintos que la democracia favoreceinstucionalizando el conflicto y dandocauces para su resolución. Una terceracrítica es la incapacidad de determinarel bien común en las poliarquías exten-sas. Pero ésta ya no debe entendersecomo una consideración filosóficageneral y predeterminada. En laspoliarquías el bien común lo determi-nan los grupos afectados por cadadecisión concreta por medio de latransacción. Cada grupo tiene uninterés; cada interés tiene su ámbito;cada ámbito, su bien común propio.Las poliarquías combinan el idealdemocrático con otras voluntades decada tiempo. El concepto de demo-cracia y sus requerimientos varíanpara ajustarse a nuevas realidades.

CRITICA DE LIBROS

353

Los sistemas políticos democráticosdemuestran promover la libertad y eldesarrollo humano, y protegen losintereses y los bienes que compartenlos/as miembros de una sociedad. Lacapacidad crítica y el derecho a ejer-cer una oposición justifican por símismos la práctica democrática. Sinembargo, las pol iarquías no sonespontáneas. No surgen de volunta-des puntuales de institucionalizar esosvalores. Es necesario que se den lascondiciones favorables para el desa-rrollo y la consolidación democráti-cos, basadas en la autonomía, la cul-tura política democrática, la homoge-neidad cultural, el desarrollo y la plu-ralidad. La democratización de lossistemas políticos del mundo enteroes la canalización indispensable parala «tercera transformación democráti-ca».

Las tendencias de finales del sigloXX abren una brecha hacia posibilida-des democráticas nuevas. La transna-cionalización de las decisiones marcala dirección. Las poliarquías incorpo-ran grupos de interés y asociacionesen el ámbito de las decisiones públi-cas. Esos intereses rebosan los límitesde los Estados nacionales. Cada deci-sión política afecta a un grupo degente diferente, que no correspondecon el demos nacional. La intensifica-ción de la vida democrática en lasasociaciones permitiría el paso de lademocracia en Estados nacionales a lademocracia en Estados transnaciona-les. El cambio en la escala de la vidapolítica es otra característica de la«tercera transformación democrática».

El tercer aspecto a cambiar paraalcanzar esa transformación es laestructura social. Es necesario contro-

lar las tendencias hacia la desigual-dad. La descentralización puede ate-nuar las diferencias en el acceso a losrecursos coercitivos. Las empresasdeben gobernarse democráticamentepara mitigar las diferencias de posi-ción y de oportunidades económicas.Toda asociación debe gobernarse porel proceso democrático, en especiallas empresas, ya que ocupan un lugarcentral en la vida de la mayoría de lapoblación y por las relaciones depoder y de autoridad que mantienen.El desarrollo tecnológico en materiade comunicaciones permite que lasdecisiones se fundamenten en los jui-cios del demos. La tecnología puedemanipularse hacia el tutelaje o haciael reforzamiento de la democracia. Laoligarquía intelectual se puede con-trolar con la igualdad de acceso a lainformación y al conocimiento. Esnecesario generar una masa crítica deciudadanos.

Robert Dahl es un decidido defensorde la poliarquía mundial. Según él, lademocracia es un proceso, y en vista delas tendencias de fines del siglo XX supróximo estadio supera las barrerasnacionales. El autor vislumbra la desa-parición de los Estados. La democraciaengendra tendencias expansivas. Setrata de la expansión del funciona-miento poliárquico; si las poliarquíasson la mejor forma de gobierno, lapoliarquía mundial es aún más desea-ble. Se pone de manifiesto el lado con-servador de Dahl. La democracia y suscríticos se fija en las posibilidades dealcanzar una aldea global democrática.El requisito más peculiar es el de acep-tar y generar críticas.

Gemma SALA CAPDEVILA

CRITICA DE LIBROS

354

Terry Arendell presenta una obracon finalidad similar a la realizadahace una década, Mothers & Divorce(University of California Press, Ber-keley, 1986), pero recogiendo la pers-pectiva complementaria, esto es, ladel varón frente al divorcio. Si en suanterior obra analizó la visión de lamujer sobre la ruptura matrimonial,ahora es el turno de la construcciónsocial que el varón realiza sobre estaproblemática. En el caso de la mujerla investigación se centró en los dile-mas sociales, económicos y legales,mientras que del varón se resalta eldiscurso masculino y las respuestas degénero (tradicionales o innovadoras)ante el divorcio.

Para realizar su trabajo se apoyasobre las opiniones de 75 padresdivorciados de Nueva York que cola-boraron de forma voluntaria, conquienes emplea una metodología cua-litativa basada en entrevistas en pro-fundidad. Esta metodología, en cual-quier caso, no impide que Arendell sepreocupe de buscar en cada apartadoreferencias e investigaciones puntua-les que apoyan o complementan lasdeclaraciones de los sujetos de suinvestigación.

El sustento teórico se deriva, prin-cipalmente, del interaccionismosimbólico que parte de las aporta-ciones de Blumer. Se considera quela mejor forma de comprender a losagentes sociales es conocer sus inter-pretaciones y definiciones de la rea-lidad, recoger sus sistemas de creen-cias, sentimientos y acciones. Esta

base se complementa con las aproxi-maciones teóricas feministas que seentremezclan, muchas veces, conuna Soc io log ía de l género másamplia.

Las teorías feministas, en granmedida, aceptan las premisas que elinteraccionismo aporta. El conoci-miento humano es reflexivo y la cons-trucción del género se apoya sobre losprocesos cognitivos sociales, por loque la unión de ambos campos resul-ta lógica desde esta perspectiva femi-nista. La acción humana se configuraen una dinámica procesal, siendodeterminada tanto por las bases cul-turales como por la experiencia pro-pia de cada sujeto.

La perspectiva teórica utilizada porArendell en Fathers & Divorce, noobstante, adolece de una considera-ción más global de los problemas queanaliza. La investigación aborda locotidiano, el comportamiento habi-tual, pero no recoge una visión delmacronivel, de la estructura sociocul-tural a la que van emparejados loscomportamientos y actitudes diarios.Existiría una carencia importante deexamen del contexto social queengloba al individuo y le condicionaen sus prácticas sociales.

El estudio se compone de cuatropartes claramente diferenciadas. Enla primera se argumentan los aspec-tos más técnicos y teóricos, se des-cribe la metodología y se contextua-liza la situación social de la familia yel divorcio en la sociedad norteame-ricana contemporánea. Igualmente,

CRITICA DE LIBROS

355

TERRY ARENDELL

Fathers & Divorce(Thousand Oaks, Sage Publications, 1995)

y a mi parecer con excesiva breve-dad, se detallan diversos aspectosasociados a las consecuencias deldivorcio, como la custodia, repartode propiedades o bienestar emocio-nal. Este último bloque no se desa-rrolla con profundidad ni aquí ni enposteriores apartados, lo que generauna deficiencia que impide, aparteya de un conocimiento más comple-to, la comparación de la perspectivadel varón presente en este libro conla de la mujer (investigada en suobra anteriormente citada). Puestoque no se presentan estructurasparalelas o similares, el enfrenta-miento anal ít ico de la vis ión degéneros se diluye o se restringe apárrafos anecdóticos.

La segunda parte desarrol la e ldesignado discurso masculino deldivorcio y los aspectos legales delmismo. Respecto al primer punto, eldiscurso del varón tras el divorcio estácondicionado por tres constantes: unaretórica sobre los derechos y victimi-zación del varón; una creencia en ladiferencia de sexos, con superioridadmasculina; y la concepción de que lafamilia tras el divorcio es una familiarota. Todo este discurso es aplicadosobre el segundo punto, los rasgoslegales, reflejándose, sobre todo, lavictimización que el varón siente antelos resultados de la justicia.

Quizás, y ésta es una objeciónmetodológica, este sentimiento uná-nime ha influido en que los sujetos sepresten voluntariamente a ser investi-gados, lo que puede haber introduci-do un sesgo relevante en el trabajo deArendell, al haber dejado fuera aotros tipos de padres divorciados.Desde luego, en ningún momento se

nos informa de otras alternativasposibles a este sentimiento.

Pero, sin duda, las partes más inte-resantes son la tercera y la cuarta, queconforman el grueso de la aportaciónde Arendell. Estas dos partes reflejanla historia mayoritaria y la minorita-ria, respectivamente, de los varonestras el divorcio. La división se corres-ponde con la clasificación que laautora realiza de los varones en uncontinuum que comenzaría en los mástradicionales y finalizaría en los inno-vadores.

La posición que se ocupe en elcontinuum se identifica en funciónde los roles de género, es decir, enqué medida sean aceptados los tra-dicionales o los innovadores. Esmás, no sólo se trata de una confor-midad o reacción ante los roles,sino incluso una estrategia de géne-ro, un plan de acción para resolverlos problemas utilizando las nocio-nes culturales de género. De estosroles se derivarían toda una serie decondicionantes como cooperaciónentre ex esposos, relación con elhijo, sentimientos de injusticia odiscriminación, etc.

La situación más favorable parael postdivorcio sería la de un varóninnovador que se adapte y com-prenda las transformaciones fami-l iares contemporáneas e intentecooperar en la solución de las ten-siones y problemas generados porla ruptura fami l iar. Si tuac ionesque, por otra parte, no sólo depen-den de los individuos, sino, asimis-mo, de las políticas y legislaciones,para quienes Arendell dedica unapartado con sugerencias y pro-puestas.

CRITICA DE LIBROS

356

Así, pues, para Arendell es posi-ble distinguir en la visión del proce-so de divorcio dos perspectivas dife-rentes, la del varón y la de mujer.Esta realidad puede ser cierta endeterminados casos pero (como dehecho puede derivarse de ciertoscapítulos de su propio l ibro) seoscurece en las familias y en lassociedades más avanzadas. De estaforma, tanto los roles como los sta-tus de los dos sexos tienden a igua-larse, por lo que es lógico que seasemejen sus visiones sobre el divor-cio y las consecuencias que origina.Tal circunstancia nos lleva a pensarsi, en realidad, lo que determina lavisión que se posea sobre el divorciono es tanto la diferencia de génerocomo las distintas característicasque identifican la situación de post-divorcio. Es decir, si el varón que-dase con la custodia de los hijos y lamujer tuviera que abonar una pen-s ión, ¿no se inver t i r ían en granmedida las opiniones de génerosobre el divorcio?

Por otra parte, si bien Arendellenuncia que la investigación no es nisubjetiva ni objetiva sino interpreta-tiva, considero que está condiciona-da en exceso por preconcepcionestanto teóricas como de sus propiasinvestigaciones anteriores. En primerlugar, bajo sus razonamientos subya-ce la idea de un género (el femenino)subordinado y opr imido por e lvarón, que disfruta históricamentede una posición privilegiada. Enprincipio, esta ideología no debe sor-prender pues, como hemos dicho,parte de la teoría feminista. El errorse produce cuando partiendo de unaposición teórica determinada se ana-

lizan en profundidad únicamente losaspectos que más cómodamente seadaptan a esa posición ideológica.Así, el grueso del estudio se dedica alas respuestas de género masculino,pero apenas aparece, por ejemplo,una descripción de dilemas legales oeconómicos en el varón, rasgos quecuestionarían su aproximación teóri-ca.

Y es que, en segundo lugar, nocreo que algunas de las caracterís-ticas que Arendell identifica con eldiscurso masculino sean solamentemasculinas. En concreto, el senti-miento de v ic t imizac ión que e lvarón denuncia no es propio y exclu-sivo de él. A través de diversas inves-tigaciones se conoce que la mujer olos hijos que han vivido una rupturamatrimonial se identifican como lavíctima de estos procesos. Nadierenuncia a sentirse la parte más per-judicada del divorcio o, al menos, nien menor o mayor medida que elvarón lo hace.

En cualquier caso, aparte de lasobjeciones realizadas, la investiga-c ión representa una apor tac iónvaliosa pues permite oír la voz delvarón en una realidad social femini-zada en lo que se refiere a estudioscientíficos. El análisis del divorcio ylos procesos de ajuste al postdivor-cio están mayoritariamente domi-nados por la visión de la mujer y loshijos. Con esta obra se muestra laot ra cara de l a rea l idad en unmomento donde, además, el varóncomienza a plantearse nuevas estra-tegias y actitudes ante la realidad deldivorcio.

Diego RUIZ BECERRIL

CRITICA DE LIBROS

357

La obra de Elias, publicada origi-nariamente en inglés en 19861, pre-senta un análisis de la Historia socialoccidental. Mediante una perspecti-va neoevolucionista antepone unesquema metodológico con la inten-ción de entrelazar el determinismoestructural durkheimiano —la ideadel «nosotros»— con el individualis-mo metodológico, es decir, la socio-logía comprehensiva weberiana cen-trada en la idea del «yo». La origina-lidad de Elias está en que planteaque toda sociedad reproduce uncomplejo sistema de polaridadesinterdependientes entre figuracionesde seres humanos que no respondena un proyecto planificado previo2.Defiende que las sociedades huma-nas funcionan por sí solas y se desa-rrollan únicamente de acuerdo consu propia dinámica endógena. Estadinámica se circunscribe en lo queElias denomina «proceso de civili-zación», en el que «la civilizaciónnunca está del todo finalizada y siem-pre corre peligro»3. Este orden deacontecimientos interdependienteses el que determina la marcha del

cambio histórico, fundamento delproceso civilizatorio4.

Cualquier sociedad, en su empeñode mantener una dinámica civilizado-ra, requiere un cierto grado de regula-ción y autodisciplina. Se defiende asíla idea de un ordenamiento de acon-tecimientos sin demasiado sentido,que no responde a un proyecto racio-nal —entendido como la reflexiónintencional de los seres humanos—ni tampoco irracional, aceptando losacontecimientos como surgidos de unmodo incomprensible. Se pone lacuestión en manos de los clásicos. Loque a veces se identifica con el ordende la «naturaleza», otros como Hegello interpretan como una especie deespíritu supraindividual, una preocu-pación del porqué surgen de lasacciones de los seres humanos conse-cuencias y otras acciones que no sepretenden. El esquema dualista quesepara lo racional de lo irracional noparece válido, aunque se reconoce suefectividad como brújula en un tiem-po y mundo desconocidos. El proyec-to explicativo aboga por un pensa-miento integrador de las dimensionesde la realidad. Se refiere a la interde-pendencia social entre las leyes delespíritu del pensamiento, de actitudesplanificadas de manera individual, eincluso de las leyes que se denominan«naturales», escenificado en todomomento, con cambios históricos

CRITICA DE LIBROS

358

NORBERT ELIAS y ERIC DUNNING

Deporte y ocio en el proceso de civilización(México DF, Fondo de Cultura Económica, 1992)

1 El título original es Quest for Excitement:Sport and Leisure in the Civilizing Process(Oxford: Basil Blackwell, 1986).

2 Las interdependencias son presiones cen-trífugas y centrípetas, aspectos clave de socie-dades en las que existe una centralizaciónestable del Estado.

3 REIS, 65/94, pp. 141-151. Ästhetic undKommunikation, núm. 43, 1981, pp. 5-12.Conferencia en el Congreso Alemán de Socio-logía (Bremen, 1980). Traducción de Christi-ne Löffer y Francisco Javier Noya.

4 Norbert ELIAS, El proceso de la civili-zación (México: Fondo de Cultura Económi-ca, 1989), 450 pp.

determinados. La civilización debe sertomada como un acontecimiento quese mantiene latente, fruto de la diná-mica propia de una red de relaciones.Por medio de cambios específicos lascivilizaciones tienden a organizarse enforma de grupos humanos.

El número creciente de personas enlas sociedades occidentales, fruto de laexplosión demográfica, hace necesariauna organización social rígida, demodo que los seres humanos lleguen acumplir su función social. Las personasse ven forzadas a regular su comporta-miento de manera más estable. Esteproceso de regulación no es consciente,sino que se va inculcando como sifuera algo automático, fruto de unaautocoacción de la que las personas nopueden liberase aunque lo quieranconscientemente. Es necesaria unaautovigilancia constante, una autorre-gulación del comportamiento diferen-ciado para que los seres humanos aisla-dos consigan orientarse entre esa mul-titud de actividades y funciones. Laestabilidad peculiar del aparato deautocoacción psíquica se encuentra eníntima relación con la constitución deinstintos —y posteriormente institu-ciones— de monopolio de la violenciafísica, y con la estabilidad creciente delos órganos sociales centrales.

Aparece en escena el Estado, que seconvierte en el mecanismo capaz deejercer el papel pacificador, que, comoseñala Weber, se caracteriza por unmonopolio de la violencia física y con-secuencia de la legitimación del uso dela violencia organizada —ejércitos,policías—. Esta lógica optimista es unainvención humana. Aun así, la estruc-tura de la personalidad humana—enfocada hacia la pacificación— está

vertebrada por los efectos del Estado.Gracias a dicho monopolio, la amenazafísica de las personas va haciéndosecada vez más impersonal y no dependede los impulsos momentáneos. Paulati-namente, los seres humanos van some-tiéndose a normas y leyes5.

La sociedad moderna se organizade forma que la violencia se circuns-cribe y se le pone trabas, para que deeste modo permanezca bajo control,reglamentada. Es la idea del buensamaritano. Cualquier manifestaciónviolenta conmociona a una sociedadque se autoconsidera pacificada ycontrolada, producto de unas normasque conducen a las personas de formaordenada. Esta idea burda de unasociedad en paz da sentido a colecti-vos, a determinadas institucionespolíticas, organizaciones mundiales ya todo un sistema complejo socializa-dor en el que el ser humano aprendea regular su fuerza, siempre instintiva,de agredir y ser violento. La justifica-ción del buen conocedor de la Histo-ria es aprender de los errores del pa-sado6. Este optimismo hacia una

CRITICA DE LIBROS

359

5 La transformación de la nobleza de caba-lleros y guerreros a una clase cortesana es unejemplo de la modificación del comporta-miento en el sentido de la «civilización». Sepresenta el Estado como la forma contempo-ránea de organización política, pero Elias loconcibe como la culminación de un largo pro-ceso de regulación, en el que se debe situar laestructura del comportamiento humano:ELIAS, 1989: Primera Parte: Sociogénesis de laoposición entre «cultura» y «civilización» enAlemania, pp. 59-78.

6 Elias se plantea el esquema contrario decómo es posible que tantas personas convivande manera —relativamente— pacificada, tal ycomo ocurre en nuestra época en las grandessociedades de los Estados de Europa, América,China y Rusia.

supuesta condición pacífica de losseres humanos no deja de sorprendersi se analizan los sucesos históricosviolentos de una manera trivial. Elantisemitismo nazi es un recordatoriode que las restricciones de violencianunca son síntomas de la superiori-dad de la naturaleza de las nacionescivilizadas. Intelectuales, y sobre todopolíticos, se rasgan las vestiduras alcontemplar el fenómeno bélico concarácter de genocidio en la ex Yugos-lavia. De nuevo el fantasma de la vio-lencia más cruda se ciñe sobre un paíseuropeo (y no africano). Quizás lareflexión deba entrar en el difícilterreno de la filosofía. El análisis deElias se centra en tratar a la violenciacomo algo social, que se produjo enel pasado, en el presente y posible-mente en el futuro. Su intención estratar a la violencia como una tensiónsocial e individual sujeta a un procesocontinuo de regulación, probable-mente inacabado. Esta lógica permiteesclarecer la forma en que cada socie-dad otorga un marco específico alfenómeno de la violencia y cómoésta, a pesar de muchos esfuerzos, sesigue manifestando con una crudeza,en boca de muchos, impropia de lacondición de «civilizados».

Norbert Elias deviene así referenciaobligada para la reflexión sobre eldeporte como actividad social conaltas dosis de regulación social. Ellibro es una recapitulación sintéticade aspectos diferentes relacionadoscon el deporte, en el marco teóricodesarrollado por Elias. Las sociedadeshumanas forman unidades de ataquey defensa o unidades de superviven-cia, bases del surgimiento del Estado.Quizás la innovación teórica es la

importancia que adquiere el Estadocomo uno de los agentes dinamiza-dores principales del crecimiento delas sociedades. Pero sus tesis sitúanesta lucha canalizada por lo que sepresenta como «anatomía figurativa»y condicionada por la división deltrabajo social7. El monopolio de laviolencia física disminuye el miedo yel terror que el ser humano se inspiraa sí mismo. Las personas se ven obli-gadas a reformar el comportamientoen el sentido de una regulación con-tinuada de los instintos. En la mismadirección operan también las coac-ciones en los ámbitos pacíficos queobliga a las personas a tomar decisio-nes reflexivas a causa de las conse-cuencias futuras de las acciones. Estacontención se convierte en costum-bre desde tan corta edad que sometea las personas a una autovigilanciaautomática al servicio de la razón ylos modelos consensuados definidosen cada sociedad. La vida encierramuchos menos peligros pero tambiénproporciona menos alegrías en lorelativo a la satisfacción inmediatadel placer. Existe una falta de reali-dad que provoca la necesidad de sus-titutivos en forma de sueños, libros,cuadros y, cómo no, el deporte. Elcampo de batalla se traslada al inte-rior de cada persona, donde se desarro-lla un combate consigo misma. Lascoacciones que las personas se auto-ejercen son a la vez coacciones sobre

CRITICA DE LIBROS

360

7 Considerar la división del trabajo socialcomo aspecto clave para entender el paso deuna sociedad mecánica a una sociedad orgáni-ca es una aportación de Durkheim. Elias utili-za prestado este concepto pero de forma par-cial, entendido como una dinámica dentro deun proceso más global.

otros/as que dan lugar al surgimientodel aparato social basado en la ideade orden.

Entre esta multitud de aspectospendientes de analizar se deben tratarlas formas diferentes que adopta elEstado contemporáneo, sea unaestructura capitalista o bien socialista.Se consideran aspectos tales como eltipo de sistema económico hegemóni-co, que la sociedad tenga una econo-mía de intercambio de bienes o unaeconomía de mercado y, en este últi-mo caso, que dicha economía estéarticulada o no en un marco interso-cietal. Otro aspecto clave es el equili-brio del poder estructuralmentedeterminado entre los grupos quecomponen el aparato social. Esteequilibrio se ve afectado de maneradecisiva por el grado de interacciónde los seres humanos. Se facilita elproceso de «democratización funcio-nal» basado en el ejercicio de contro-les recíprocos dentro de los grupos yentre ellos. La comunicación y laorganización entre las personas per-mite el acceso a instituciones clave,así como a los recursos, incluidos losreconocimientos estratégicamenteimportantes. Aparece la idea de redessociales como la capacidad de las per-sonas de construir su vida social enfunción de los intereses afectivos yeconómicos. Se acuña el concepto defiguraciones y el de seres humanosabiertos. Su perspectiva es multidisci-plinar, realizando una incursión enlas claves de la personalidad humana,así como la interpretación de ésta enla sociedad. Las figuraciones se entien-den como el entramado de personasinterdependientes en forma de tejido,ligadas entre sí en varios niveles y de

varias maneras. Los seres humanos decarácter abierto, se refiere a las relacio-nes que se dan en un proceso queinherentemente va dirigido «al otro»,que tienen las personas que formantales figuraciones.

Es común explicar fenómenos lúdi-cos a partir del concepto de «eva-sión». Cajón de sastre de explicacio-nes psicologistas, condena a ciertasactividades de los seres humanos auna actitud de evasión. Se plantea laidea de que los seres humanos reali-zan actividades ociosas para apaciguarsupuestas frustraciones y tensionesacumuladas durante la jornada labo-ral. La palabra «tensión» adquiere unadimensión negativa, que implica faltade autocontrol. Se alude así a la partemás instintiva de las personas. Eliasconsidera que las personas que sedejan llevar abiertamente por unagran excitación en su comportamien-to es probable que acaben en un hos-pital o en la cárcel. De algún modo,la pasión y la excitación llevan implí-cito algo de irracionalidad, o inclusode patológico. El esquema favoreceuna dinámica criminalizadora, quemediante un esquema cerrado sitúa ala tensión emocional como la princi-pal causa de dificultades. Desde laMedicina, los arrebatos, las prisas y laacumulación de tensiones son causasposibles de enfermedades como elinfarto de miocardio, la depresión oenfermedades sociales como el taba-quismo y el alcoholismo. En las socie-dades contemporáneas altamentedesarrolladas se dan diferencias deintensidad y estabilidad en los nivelesde control de la emoción. Los equiva-lentes de situaciones críticas en socie-dades anteriores son las fluctuaciones

CRITICA DE LIBROS

361

económicas y determinadas crisis quetienden (menos que antes) a produciruna tensión profunda y espontánea.Queda claro que nuestra sociedaddefine las pasiones, las convierte enválidas para la idea de sistema inte-grado y, sobre todo, controlado. Eliasafirma: «los adultos educados en socie-dades como la nuestra se supone quedeben saber cómo atenuar las bridas desus emociones». La idea que se inculcaes ocultar las emociones ante losdemás. En ocasiones se pretende queno se muestren en absoluto. Frente alcontrol social , en las sociedadesindustrializadas avanzadas, las activi-dades recreativas constituyen unreducto en el que, con la aprobaciónsocial, se puede expresar en públicoun moderado nivel de emoción. Lasrestricciones relativamente uniformesson características de las sociedadesmás diferenciadas y complejas, frutode una transformación peculiar de lasestructuras sociales y personales.

La polarización difiere considera-blemente de la división clásica deltiempo en actividades ociosas y lasdedicadas al trabajo. Varios teóricosplantean la tesis de que las actividadesrecreativas cumplen una función decomplemento al trabajo. Según estatradición, el trabajo se relaciona conun deber moral y un fin en sí mismo,mientras que al ocio se le atribuyenvalores de complacencia. Sin embar-go, en sociedades-Estado, con la ubi-cación de controles externos e inter-nos relativamente permanentes, lasatisfacción del ocio puede resultarmás importante para el bienestar dela población, tanto desde el punto devista individual como desde el puntode vista social. La visión dualista y

clásica se debe más a la vigencia deun esquema tradicional de valores. Seapuesta por un examen sistemático delos conceptos, de las estructuras yfunciones sociales de las actividadeshumanas.

Resulta inadecuada la polarizaciónde tiempo de ocio frente al tiempodedicado al trabajo. La visión lleva ala suposición de que todo tiempo noinvertido en el trabajo puede ser des-tinado a actividades recreativas. Laforma social, en trabajo ocupacionalasalariado es sólo una de las esferasque requiere una revisión y contrastede los sentimientos personales, pormuy fuertes y apasionados que sean,con las consiguientes exigencias yobligaciones sociales impersonales. Lacuestión radica en la relación queexiste entre la estructura de las necesi-dades recreativas, características desociedades como la nuestra, y laestructura de los acontecimientosrecreativos destinados a satisfacertales necesidades. La mayoría de losacontecimientos recreativos suscitanemociones relacionadas con las queexperimentan las personas en otrasesferas: las que provocan miedo ycompasión, amor y odio, siempre ensintonía con otras personas. En lalínea foucauliana de que «el poderproduce», Elias manifiesta: «los huma-nos buscan en sus actividades recreati-vas miméticas, no el liberarse de lastensiones sino, por el contrario, sentirun tipo de tensión, una forma de exci-tación a menudo asociada, como vioclaramente San Agustín, con el temor,la tristeza y otras emociones que trata-ríamos de evitar en la vida diaria»(p. 106). Este estímulo que genera ten-siones múltiples es un componente

CRITICA DE LIBROS

362

básico en todas las sociedades. Quizássin estas manifestaciones los sereshumanos dejarían de ser una especieexclusiva. Todas las variedades de pla-cer (también el recreativo) se puedenenglobar en una esfera mimética.Muchos de los acontecimientos seproducen por un ascenso gradual delas tensiones que, mediante el clímax(las condiciones temporales y circuns-tanciales necesarias), desembocan enla resolución de las tensiones.

Se plantea algo tan aparentementesimple como que las act ividadesrecreativas difícilmente liberan a laspersonas de tensiones. Por el contra-rio, producen un determinado tipode éstas. En el deporte el aumento deuna tensión-emoción agradable es uncomponente básico para comprenderel placer recreativo. La reglamenta-ción de las actividades deportivas seentiende como el mecanismo queenmarca las tensiones en un campoespecífico, para que de este modo laspersonas expresen abiertamente lossentimientos.

Las actividades recreativas son unaclase de actividades entre muchasotras. Se incumple la relación queplantea que todas las actividades detiempo libre son de carácter recreati-vo. El esquema clásico entronca denuevo con el esquema teórico deElias. El análisis se sitúa entre las tra-diciones sociológicas de Weber yDurkheim. Mientras el primero con-sidera el hecho social a partir del sen-tido que éste adquiere para el actor,Durkheim plantea el hecho socialcondicionado por la acción colectiva.Las actividades recreativas conllevanel respeto por uno mismo y, sobretodo, la propia satisfacción emocional

en forma más o menos pública y almismo tiempo aprobada socialmente.Se unen los principios teóricos delindividualismo metodológico y eldeterminismo estructural durkhei-miano en lo que se denomina procesode civilización. Se define a partir deun trabajo sociohistórico que enuncialos modelos cambiantes de interde-pendencia en relación con el poder delas relaciones entre los seres humanosy la sociedad.

Las ocupaciones recreativas repre-sentan una situación social en la quelas personas tienen más y mejoresoportunidades para la elección indivi-dual. Se crea así una escuela socioló-gica que inculca un entusiasmo por elanálisis del sujeto8. El interés obliga auna revisión de las normas y los valo-res, en una sociedad definida comoun solo código de normas. El proyec-to plantea una visión «neoevolucio-nista», en algún sentido posmodernis-ta. La Historia y la Sociología se com-paran, se conciben a partir de unprincipio de vertebración. Se criticala historiografía que surge de lasfuentes ideológicas. La historia de losseres humanos deja de tener interés,se acusa de ser hija de una sociedadindividualista, en la que se proyectanprejuicios civilizatorios individualis-tas. Se huye de la linealidad y serenuncia a tomar el acontecimientopuntual como fuente explicativa. Encontraposición se apuesta por el aná-lisis de carácter procesal. De algúnmodo esta perspectiva se acerca a laAntropología de carácter deductivo,puesto que aboga por un distancia-

CRITICA DE LIBROS

363

8 Norbert ELIAS, What i s Sociology(Munich: Juventa Verlag, 1978), pp. 67-89.

miento afectivo como la garantía deun saber científico irreprochable. Seplantea también la consabida dificul-tad en Ciencias Sociales de conseguirdatos empíricos válidos para realizarexplicaciones macrosociológicas.

Hablar de la obra de Elias lleva areflexionar sobre las premisas metodo-lógicas basadas en un tratamiento de laliteratura como herramienta metodoló-gica9. La obra tiene mucho de reflexiónsobre tres tipos de controles básicos: elcontrol del ser humano sobre la natu-raleza, a través del desarrollo de la cien-cia y la tecnología; el control sobre lasrelaciones de los seres humanos entre símediante la organización social, tantoa nivel social como a nivel interna-cional; y la elaboración y el refina-miento de los valores y las normassociales, en relación con el aumento enla presión social sobre las personas paraque controlen la sexualidad, la agresivi-dad y las emociones en general. Seimpone el análisis de la importanciaque adquiere la personalidad y laconciencia como reguladora de la con-ducta (superego). Este tipo de análisises el que se desarrolla en la obra Lasociedad cortesana. La tesis se centra enla habilitación de costumbres por partede la Corte real francesa en los siglosXVII y XVIII, en la que se muestra cómose produce un proceso de pacificaciónde sus guerreros. La existencia de unmayor grado de restricción (el código

de conducta) sublima los sentimientosy los hace más diferenciados. Es el pro-ceso indispensable para la superviven-cia y el éxito en las costumbres de lavida en la Corte.

En realidad, el control se convierteen la pieza clave del análisis. El auto-control de cada persona sobre sí mismacorresponde como pieza angular delproceso de civilización, que en el casode la Corte francesa se ejemplifica conla mencionada adquisición de hábitosrefinados. El proceso de civilización sepuede caracterizar a partir de la forma-ción del Estado, con un aumento de lacentralización política y administrativa.La pacificación mediante el controlestatal se concreta con el monopolio deluso de la fuerza y la legitimidad derecaudar impuestos. La capacidad indi-vidual de manifestar ciertas tensionesestá condicionada por unos valores dic-tados desde el poder. En realidad surgeun cambio hacia la compensación, en labalanza del poder entre las clases socia-les y los demás grupos.

A medida que progresa el procesode pacificación aumenta la necesidadde autoimponerse restricciones, sobretodo en la clase terrateniente política-mente más poderosa, que pone trabasa la violencia ilegal. La violencia tansólo se manifiesta de forma activa porparte del Estado. Se produce la insti-tucionalización de los conflictos, queson aceptados en defensa de institu-ciones y valores10. Elias denuncia la

CRITICA DE LIBROS

364

9 En La sociedad cortesana se sirve de textosliterarios en que se muestra la forma en quelos nobles guerreros entran en el proceso decivilización adoptando actitudes y costumbrescortesanas. La idea de la pacificación de loshábitos y comportamientos de los nobles cor-tesanos se contextualiza en el proceso históri-co que dura cuatro siglos.

10 Ralf Dahrendorf es un autor clave paraentender cómo ciertos conflictos se institucio-nalizan para de este modo mantener ciertoorden social. De algún modo, la idea de unconflicto institucionalizado responde a lamáxima de que «todo cambia para en realidadno cambiar nada».

creencia errónea de percibir a lasociedad contemporánea con índicesmenores de violencia respecto a socie-dades anteriores. El análisis a travésdel tiempo basado en las dinámicasfigurativas incide en todo lo contra-rio. Con la tendencia a una mayorreglamentación, la vida se hace cadavez más monótona. Los procesos derutinización propician que la emo-ción individual fuerte, sobre todo quela emoción socialmente compartida,lleve a la pérdida de autocontrol. Lasmanifestaciones de la emoción sehacen cada vez más raras y menostolerables desde el punto de vistasocial. Se analiza así la caza del zorroen Gran Bretaña utilizando un esque-ma de dinámicas figurativas. Dichapráctica se modifica debido al cambiosocial generado en Gran Bretaña. Enun principio, la finalidad de cazar alzorro es cobrar el mayor número depiezas. La culminación del juego esmatar al zorro. El interés centrado enla pieza da luego paso a una motiva-ción por cómo transcurre el tiempohasta la culminación de la cacería.Cazar a un zorro con una escopetagenera poca tensión entre los cazado-res. La introducción de los perros seconvierte en la solución óptima paraalcanzar mayores cotas de tensión. Setrata de prolongar la emoción. Elcazador debe adiestrar a los perroscon esmero. El éxito de la caceríadepende de la inversión humana en eladiestramiento de los animales. Entrelos nobles ingleses se pagan sumasconsiderables para adquirir cachorrosde estirpes famosas por su capacidadrastreadora. El perro es el medio decaza. Se establece una relación simbó-lica entre el animal y el ser humano.

En cierto sentido, la caza del zorro seadecúa a una necesidad de generaruna tensión mayor. El proceso escomparable a la tendencia socialactual de relacionar las prácticasdeportivas desde el punto de vistaético que antepone la participaciónpor encima de la victoria o la propiaidentificación del deporte como acti-vidad de salud.

Eric Dunning y Norbert Elias ana-lizan la violencia y las pasiones quedespierta el fútbol en Gran Bretaña.Realizan un recorrido a través deltiempo para definir la forma en que elfútbol se convierte en el deporte con-temporáneo que despierta pasiones.En un primer momento, el fútbol esuna actividad que propicia conductasdesviadas. Es frecuente dictar senten-cias desde la Corte contra los practi-cantes de ciertos juegos con un objetode forma redondeada. Este juego sinreglas despierta rivalidades entre lospueblos y los vecinos. A menudo pro-voca las iras de los nobles feudales.Estos exigen que la población practi-que actividades más nobles como eltiro con arco, útiles para el arte de laguerra y para la consolidación de losejércitos. Los juegos se presentandesde las instituciones de la épocacomo un fracaso accidental o arbitra-rio de las personas. Se interpretancomo una incapacidad de la sociedadorganizada en forma de Estado parapermitir que las necesidades indivi-duales sean canalizadas de una manerasocialmente tolerable e individual-mente satisfactoria.

Es fácil caer en la tentación deconsiderar a las sociedades tradicio-nales como si dominase un fuertecomponente de solidaridad. Las ten-

CRITICA DE LIBROS

365

siones y los conflictos son menores yla armonía es mayor que la existenteen nuestras sociedades. El fútbol seutiliza para saldar cuentas pendientesentre comunidades separadas poralgún motivo. Muchas de las situa-ciones y de los conflictos se regulanformalmente por un código unifica-do de leyes discutidas y ejecutadas entribunales impersonales. Las socieda-des medievales están sujetas a deci-siones personales ubicadas en el con-texto local. Las leyes y los reglamen-tos equivalen a reglas que suponenun sentimiento rudimentario quemás tarde se denomina «juego lim-pio».

Los juegos deportivos (y en concre-to el fútbol) son figuraciones dinámi-cas de personas, y a veces de anima-les, que permiten librar una contien-da directa e indirectamente. El esfuer-zo progresivo de los controles regula-dores de las personas y la correspon-diente formación de la docencia pro-voca la interiorización de unas nor-mas que regulan detal ladamentediverdas esferas de la vida cotidiana.Estas normas garantizan a las perso-nas mayor seguridad y estabilidad ensus relaciones de reciprocidad. Todoello supone una pérdida de las satis-facciones agradables asociadas conformas de conducta más sencillas yespontáneas. El deporte es una de lassoluciones a este problema. Como enla caza del zorro, la población se lasingenia para obtener placer en unaactividad que lleva implícita ejercer laviolencia física sobre un animal. Losricos y poderosos no se libran de estacapacidad cada vez más mermadapara expresar la fuerza sin el consenti-miento de la ley. La conciencia fruto

de la educación y socialización sevuelve sensible respecto al uso de lafuerza bruta y el derramamiento desangre. Mucho más tarde, la exci-tación por la propia cacería se con-vierte en la fuente de placer. Matar alzorro de otra forma que no seamediante una cacería priva a los seño-res de su fuente generadora de tensio-nes y de emociones.

Se introduce la variable de igualdadde oportunidades para ambos con-trincantes que se caracteriza en todoslos deportes, como un postuladomoral en cuanto a la justicia y limpie-za del juego. En la caza del zorro sedemuestra la forma en que los sereshumanos aprenden a organizarse apartir de una técnica específica que esutilizada en toda clase de deportes. Latécnica sirve para mantener por uninstante, dentro de una determinadafiguración de participantes, un equili-brio de fuerzas en tensión con altogrado de catarsis, clímax y liberaciónde la tensión. La dinámica figuracio-nal de un deporte debe estar equili-brada para impedir que las victoriassean demasiado precipitadas. Losempates impiden apostar por uno delos contrincantes; por lo tanto, sondesfavorables en una dinámica degeneración de altas cotas de emocióny tensión.

La mayoría de los deportes, es elcaso del fútbol, necesitan de muchotiempo para consolidarse como tales.La adecuación del equilibrio de ten-siones y la dinámica de la figuraciónen un juego deportivo dependen,entre otras cosas, de las medidas quegarantizan que los contendientes,tanto en el ataque como en la defen-sa, tienen iguales oportunidades de

CRITICA DE LIBROS

366

ganar o de perder. Los juegos deporti-vos, una vez consolidados, gozan decierta autonomía respecto a la estruc-tura de la sociedad en que se juega.Por tanto, las razones de los cambiosinciden en la estructura misma deljuego. En el caso del fútbol, la intro-ducción de la regla del fuera de juegoviene impuesta por la facilidad con laque los/as delanteros de los equiposmarcan goles. La regla facilita y a lapostre deviene clave esencial y uno delos factores que genera mayores con-troversias; por tanto, mayor grado deexcitación. El problema se atribuye ala figura del árbitro y jueces de línea.La pieza clave de la figuración forma-da por un grupo de personas que rea-lizan una actividad deportiva es unalucha fingida, con las tensiones con-troladas que engendra, y la catarsis oliberación de tensión al final. El aná-lisis figuracional del deporte demues-tra que las tensiones de grupo bienatemperadas son un ingrediente esen-cial para que las actividades recreati-vas sean consideradas como tales. Eldeporte tiene una forma organizadade tensión de grupo. «Equilibrio detensiones» es el término que se intro-duce para expresar la idea de que lafiguración básica de un deporte estápensada para producir tanto comopara contener tensiones. La direcciónque adquiere el desarrollo como acti-vidad deportiva y a la vez social de lacaza del zorro muestra la direccióngeneral del proceso civilizador.

La tendencia del deporte deja deser una actividad marginal y escasa-mente valorada para convertirse enotra central y merecedora de un valormás alto. Las instituciones y organi-zaciones que rodean al fútbol adoptan

formas religiosas en el sentido dur-kheimiano11. El carácter religiososobrepasa una simple utilización dellenguaje. Para muchas personas eldeporte se transforma en una de lasprincipales, si es que no la primera,fuente de identificación, significado ygratificación en sus vidas. Un deporteo juego es una estructura o patrónformado por un grupo de sereshumanos interdependientes. Estafiguración comprende: las dos perso-nas o grupos que cooperan entre sí enrivalidad más o menos amistosa,agentes de control tales como árbitroso jueces de línea, y cierto número deespectadores. Los deportes y juegosson figuraciones sociales que estánorganizadas y controladas, y que lapoblación presencia y juega. Estadinámica de grupo alude al juegocomo procesos fluidos y cambiantes.El equilibrio de tensiones que se esta-blece adopta una analogía orgánica,en la que se concibe el equilibrio apartir de los contrarios de todo uncomplejo de polaridades interdepen-dientes.

Las polaridades son varias: polari-dad global (entre dos equipos), ata-que y defensa, cooperación y tensiónentre los dos, y cooperación y compe-tición dentro de cada equipo. Lapolaridad que se ejerce desde el con-trol externo (directivos, capitán, com-

CRITICA DE LIBROS

367

11 Las formas elementales de la vida reli-giosa muestran en qué medida existen en lasinstituciones y acontecimientos cotidianos delas personas elementos de carácter religioso.Muchos equipos de fútbol denotan un simbo-lismo vital para ciertas colectividades. Eldeporte posee sus dioses, «los dioses deldeporte», y sus lugares sagrados, «la catedraldel fútbol, Wembley».

pañeros de equipo), identificaciónafectiva y la rivalidad hostil, placer enla agresión que experimentan los/asjugadores individualmente, y la restric-ción sobre ese placer por el patrón dejuego; y finalmente la estabilidad yrigidez de las reglas. Este equilibrio depolaridades determina si un determina-do juego es emocionante o monótono.

La metodología ejemplifica el peli-gro que corren los/as sociólogos de tra-tar el conflicto y el consenso comodicotomías. Muestra el peligro de caeren la falacia que se acercaría a la ideade conceptuar la dinámica de grupos,atribuyendo propósitos a construccio-nes sociales reificadas, como es, porejemplo, la misma idea de aficionismo.Al contrastar los grupos deportivoscon asociaciones industriales, adminis-trativas y de otros tipos, implicadas enasuntos serios de la vida de las perso-nas, se afirma que el deporte es unmedio funcional para la búsqueda derecompensas de tipo económico y/o deestatus, de igual forma que las organi-zaciones objeto de contraste. El depor-te se convierte en algo que abarca másque la simple idea de juego. Aparecenlos términos de «seriedad», así como lapropia lucha desleal para vencer.Los/as propios espectadores viven y seidentifican con su equipo, puesto queéste representa un factor esencial de lavida. Es el momento de entender laviolencia de ciertos ultras y diversasinvasiones de campo para provocar lasuspensión de un partido. Se explicaesta dinámica de grupos a partir de lapolaridad entre los intereses de losjugadores y los intereses de los especta-dores y finalmente la polaridad entreseriedad y juego.

En una dinámica o juego social el

concepto «seriedad» aparece tras laindustrialización y el desarrollo deldeporte orientada a la búsqueda deléxito. En esta línea, la interpretaciónde Durkheim de solidaridad orgánicahace caer en el error de considerar lainterdependencia funcional como unaforma que conduce a las personas a lavida en armonía y cooperación. ParaElias, el tema es opuesto, el conflictoy el antagonismo son las consecuen-cias de una supuesta interdependenciafuncional. Es difícil que los/as depor-tistas de alto nivel sean interdepen-dientes y jueguen sólo por diversión.A menudo se ven obligados/as a unaparticipación seria y dirigida a satisfa-cer a sus espectadores. Deben repre-sentar a unidades sociales de grantamaño (provincias, ciudades y paí-ses). Son estos motivos los que con-vierten al deporte en una actividad devital importancia para mantener cier-tas sociedades en orden. A la vez, eldeporte constituye una de las fuentesprincipales de identificación colectivanecesarias para que toda sociedadpueda unir esfuerzos, compartir valo-res y experimentar deseos colectivos12.

CRITICA DE LIBROS

368

12 Es la conciencia colectiva, consciencecollective, concepto durkheimiano que apela a laimportancia del componente grupal en elmomento de la culminación de ciertos hechossociales. Recientemente pude comprobar cómola conciencia colectiva, tras el asesinato de unajoven de 19 años en la isla de Ibiza, se activafruto de un momento o clímax catártico. El ase-sinato crea una solidaridad de grupo en la quepersonas de diferentes procedencias sociales seunen para participar del sentimiento de tristeza.En estos momentos, las colectividades manifies-tan valores en forma de tensiones manifiestas.En el fútbol el esquema es similar: cuantomayor es la importancia emocional de un acon-tecimiento, la colectividad manifiesta ciertastensiones de una forma más explícita.

El deporte y las actividades recreativasconstituyen la forma necesaria deromper con la monotonía que paratoda sociedad puede adoptar formasdispares. En el caso de la sociedadindustrial, el grado de civilización yrutinización se mide a partir delnúmero de tensiones permitidas enpúblico con sus correspondientes con-troles civilizadores.

El libro es un estudio excelentesobre las relaciones existentes entre elyo y los otros, contextualizado en elmundo del deporte. La sustancia pri-migenia de su preocupación metodo-lógica consiste en resituar a la Socio-logía en el entendimiento de los pro-cesos sociales y acercarla a la Historiamaterial y a la Historia de la cultura.Elias rescata el evolucionismo, peroentendido como forma natural de laSociología, la Sociología de los proce-sos. Se recurre a conceptos individua-listas, si bien marcados con el adjeti-vo social para salvar la conexión entreel individuo y la sociedad. Se advierteque los rasgos de identidad grupalestán integrados en la estructura de lapersonalidad de los/as sujetos particu-lares.

Deporte y ocio en el proceso de civili-zación es una obra que permite tratarun tema aparentemente no problemá-tico (no se corresponde con lo que seentiende como «problema social»)dentro de una línea temporal conconnotaciones evolucionistas, expli-cando el hecho social a partir de unproceso. Quizás es la idea de procesoglobal circunscrito en lo que Eliasdenomina como «proceso civilizador»lo más sugerente de su obra. Eliasinvita a utilizar una metodología enla que tanto el ser humano como la

sociedad se complementan para darsentido a la Historia. De este modo seenfrenta a un análisis del papel quejuega el ocio en todo este entramadode relaciones, superando de estemodo ideas clásicas que definen elocio como un complemento del tiem-po-trabajo.

Se trata de tensiones autoprogra-madas y autorreguladas por el Estado.Se analiza la violencia y la regulaciónde las pasiones y las tensiones.Advierte que son consecuencia de unadinámica social y resultado de unjuego de figuraciones entre diferentesactores, sujetos a múltiples influen-cias. Al ofrecer estas herramientasmetodológicas inculca en el lector/rauna nueva forma de hacer Sociología.La ejemplificación que realiza con elfútbol invita a realizar enfoques deinvestigación de forma similar. Sereflexiona sobre la pregunta de si esposible el desarrollo de la humanidadde forma global. Se pregunta si laconvivencia humana ha alcanzado ya,o puede alcanzar en el futuro, unaforma de equilibrio perfecto entre el yoy el nosotros. Hace referencia a la ideade cooperación social, la cual no essimplemente la de la actividad socialcoordinada y eficientemente organi-zada y guiada por reglas públicamen-te reconocidas para alcanzar algún fingeneral. La cooperación social impli-ca una noción compartida de térmi-nos equitativos que resumen una ideade reciprocidad y acción mutua:todos los que cooperan deben benefi-ciarse o compartir cargas comunes. Eldeporte puede convertirse en unapieza clave y, en cierto sentido, juntoa la familia y el lugar de nacimiento,como focos primarios más antiguos

CRITICA DE LIBROS

369

del «nosotros». La identidad indivi-dual y colectiva es forjada a partir deuna identificación con el «yo» y el«nosotros» dependiendo de s i lasociedad objeto de análisis está en unproceso mayor o menor de desarrollo.En las primeras, la identificaciónadquiere un especial énfasis en el«yo», mientras que en las segundas loestán con el «nosotros», lo mismo siésta remite a la familia, al lugar denacimiento o incluso a la tribu. Debi-do a esta individualización, el Estado

adquiere en Elias una importanciarelevante que en la, hasta ahora, últi-ma etapa del desarrollo del proceso deformación de Estados conduce haciauna individualización de las masas.La teoría de figuraciones plantea unametodología novedosa que invita aseguir profundizando para explicar larealidad a partir de las interdepen-dencias que se crean entre factores yactores sociales.

Xavier T. ESCANDELL

CRITICA DE LIBROS

370

Cualquier persona que tenga curio-sidad por el mundo social encontraráen este texto introductorio a la socio-logía una magnífica respuesta. No esun manual más de iniciación al estu-dio de la sociología, pues aparte deenfatizar sobre las perspectivas teoré-ticas, el método científico y los gran-des temas actuales que preocupan alos sociólogos clásicos y contemporá-neos, aproxima al estudioso a una lec-tura de unos textos sociológicos queson claves para entender el mundoque nos rodea, y le invita a observarlodesde la mirada de los clásicos.

En el primer capítulo describe enunas pinceladas el objeto de la socio-logía, para qué sirve y cómo se estádesarrollando en España. Esta suaveintroducción sobre qué es la sociolo-gía y para qué es útil nos adentra enel mundo del análisis social, en lanecesidad existente en estos momen-

tos de cambio social y profundo, ysensibiliza a los ajenos a esta discipli-na científica sobre el papel del cientí-fico social. En este capítulo inciden,especialmente, en el trabajo de lossociólogos, el cual consideran quedebe servir para conocer una serie deaspectos concretos de la realidadsocial (urbanismo, relaciones indus-triales, política, comunicación, cul-tura, ocio, etc.), pero mediante untratamiento específico profesional.Y consideran que los ámbitos másimportantes para el profesional de lasociología son la investigación, laempresa privada, la administraciónpública y la docencia.

A lo largo de esta parte introducto-ria describen los caracteres que defi-nen a la sociología como ciencia y lasáreas de interés sociológicas. Asimis-mo, mencionan los métodos y técni-cas de investigación que se utilizan en

J. J. SÁNCHEZ DE HORCAJO y O. UÑA JUÁREZ

La Sociología. Textos fundamentales(Madrid, Ediciones Libertarias/Prodhufi, 1996)

sociología, y consideran que la domi-nación de éstos y el saber en quésituaciones debe ser aplicado cadauno de ellos es básico para llevar acabo cualquier investigación social decarácter científico.

Antes de introducirse en los gran-des temas de la Sociología describesomeramente las distintas perspecti-vas teoréticas de la Sociología, en par-ticular las más significativas: organi-cismo positivista, teorías del conflic-to, funcionalismo, estructuralismo einteraccionismo simbólico. A travésde ello nos va describiendo, a grandesrasgos, la evolución de las distintasteorías sociológicas, así como lascorrientes y ramificaciones de las mis-mas y los pensadores sociales másimportantes de cada una de ellas. Lostrazos que realiza tanto de las escuelascomo de los principales teóricos, tie-nen como consecuencia la necesidady la motivación para indagar y pro-fundizar en ellos, incitan a conocerlosmás ampliamente, además de aportar-nos los conceptos fundamentales paracomprender mejor cómo funciona lasociedad, de acuerdo con los presu-puestos de algunas de las tradicionessociológicas más importantes. Estaparte introductoria finaliza con unaamplia e interesantísima relaciónbibliográfica sobre introducciones desociología y teoría sociológica.

Un tercer bloque lo constituye elabordaje de los temas más importantesde la sociología: epistemología y meto-dología científica; personalidad, cultu-ra y sociedad; sistema social y forma-ciones sociales; estructura social; ecolo-gía y población; cambio y conflictosocial; familia; educación; religión;conocimiento; comunicación; econo-

mía; política y poder; literatura, y ocio.Este marco temático concede un acer-camiento más preciso a la sociología.

Cada uno de los temas está estruc-turado en tres partes. En la primerade ellas se realizan unas anotacionessobre el tema en cuestión, seguidas deun texto seleccionado correspondien-te a algún autor clásico, del que pre-viamente se ha hecho una breve rese-ña sobre su vida y reflejándose en ellauna relación de sus obras más impor-tantes escritas en castellano. Dedicán-dose la última parte a una exposiciónbibliográfica básica y muy completasobre el tema tratado.

Los textos recogidos en este traba-jo corresponden a P. Bourdieu yE. Durkheim para el tema de episte-mología y metodología sociológica;S. Freud y H. Marcuse para el de per-sonalidad, cultura y sociedad; T. Par-sons, F. Tönnies y M. Weber para el estudio del sistema social y lasformaciones sociales; P. Sorokin yR. Merton en sus aportaciones sobrela estructura social; T. Malthus enecología y población; R. Dahrendorfen los estudios de cambio y conflictosocial; F. Engels en el tema de lafamilia; E. Durkheim en la educa-ción; P. Berger al analizar la institu-ción de la religión; K. Mannheim ensus aportaciones sobre sociología delconocimiento; J. Habermas en comu-nicación; K. Marx en economía;C. W. Mills en cuanto a política ypoder; G. Luckács en literatura; yT. Veblen en el ocio. A partir de laslecturas de estos autores el estudiosopodrá adentrarse por su cuenta en unconocimiento más comprensivo de lasdistintas y variadas tradiciones einterpretaciones sociológicas.

CRITICA DE LIBROS

371

Considero que los autores de estelibro han elaborado un texto funda-mental y útil principalmente paraaquellas personas que inician susestudios universitarios en alguna delas ciencias sociales o humanas. Sinembargo, estimo que uno de susmayores éxitos es el haber logrado unmanual de introducción a la sociolo-gía que debería ser utilizado como

orientativo en el conocimiento deesta materia en los institutos de for-mación secundaria; y que, a su vez,por su sencillez y clara exposiciónpedagógica es asequible a cualquierindividuo que esté preocupado porconocer su propia sociedad de unmodo más nítido.

José María BLEDA GARCÍA

CRITICA DE LIBROS

372

Desde sus inicios, la sociología haido reconociendo paulatinamente elimportante papel que tienen los fenó-menos comunicativos para explicartanto los procesos y contenidos de laestructura social como los mecanis-mos del cambio y la transformaciónsocial. Este reconocimiento es impor-tante tanto en la perspectiva estructu-ral-funcionalista norteamericanacomo en las escuelas críticas. Destacaen la obra de la última generación deFrankfurt la Teoría de la acción comu-nicativa, de J. Habermas, como lamejor concepción sociocomunicativaacerca de las diferentes dimensiones yniveles, siempre complejos, del víncu-lo social y de las estructuras congniti-vas. También destaca la articulaciónentre teoría sociológica, comunica-ción y lenguaje realizada por P. Bour-dieu1.

Además, los modelos sociocomuni-cativos aplicados al estudio de grupose instituciones, sobre todo los de laEscuela (invisible) de Palo Alto (Bate-son, Jackson, Watzlawicz, etc.), hanconseguido enriquecer la teoría socio-lógica, en especial en el campo de lamicrosociología de la vida cotidianaen el desarrollo realizado por E. Goff-man, y en parte también han tenidoinfluencia sobre la etnometodología yel análisis conversacional2.

La perspectiva sociológica de lasorganizaciones ha nacido ya impreg-nada de las teorías y modelos socioco-municativos de la sociedad; y tam-bién de la metodología. Así, las inves-tigaciones empíricas de E. Mayo y suscolaboradores plantearon ya en losaños treinta las posibilidades instru-mentales de las técnicas cualitativaspara comprender y explicar los nue-vos problemas surgidos en Estados

A. LUCAS MARÍN

La comunicación en la empresa y en las organizaciones(Barcelona, Bosch, 1977)

1 J. HABERMAS, Teoría de la acción comuni-cativa (Taurus, Madrid, 1988), y P. BOUR-DIEU, ¿Qué significa hablar? (Akal, Madrid,1990.

2 M. WOLFF, Sociologías de la vida cotidia-na (Cátedra, Madrid, 1982).

Unidos por el desarrollo de nuevasformas de división del trabajo. Paraanalizar los problemas surgidos en laWestern Electric de Hawthorne, estosinvestigadores partieron de la aplica-ción sociológica en articulación conciertas ideas iniciales sobre la impor-tancia de la comunicación interperso-nal y en pequeño grupo en la empre-sa, para llegar a conclusiones muyrelevantes sobre los problemas huma-nos y de comunicación (y compren-sión) que se habían creado por eldesarrollo de las grandes organizacio-nes que son las empresas de fabrica-ción. Asimismo, se plantearon lasnuevas necesidades surgidas hacia unapolítica laboral de la participación yde creación de redes horizontales deintercomunicación3.

Posteriormente se desarrollarondesde perspectivas psicosociológicasestudios acerca de las consecuenciasplanteadas por F. W. Taylor sobre la«dirección científica del trabajo enorganizaciones», partiendo de las pre-guntas siguientes: ¿qué, cómo y cuán-do organizar? Y dando una gran rele-vancia a los conflictos creados por elcontrol, liderazgo y poder; así comointroduciendo las variables de inter-acción personal y de grupos dentro delas que adquiría mucha importanciala localización de los canales, nudos yla forma y dirección de las redes decomunicación.

El autor asegura que han sido fun-damentalmente los sociólogos y psi-cólogos sociales británicos y norte-americanos los que han conseguido

desarrollar este nuevo campo de la«sociología de la comunicación enempresas y organizaciones», debido ala necesidad de incorporar a los pro-cesos de modernización (informatiza-ción, por ejemplo) la búsqueda deuna mayor racionalidad y eficaciaempresarial en un sentido amplio queenglobe las distintas formas de orga-nización, desde administracionespúblicas a instituciones (hospitales,cárceles, etc.)4.

También destaca el hecho de queeste nuevo campo sea consecuencia dela visión polifacética de la empresa—sobre todo de la industrial— con eldesarrollo del neocapitalismo transna-cional a partir de los años cincuenta/sesenta. Pero aclara que también sedebe al surgimiento y desarrollo de lasnuevas «ciencias de la comunicación» apartir de la Teoría de la información yde la cibernética norteamericanas(C. Shannon, N. Wiener, W. RossAshby, etc.).

La visión que tiene el profesorLucas Marín de la sociología de lacomunicación en organizaciones llegaya tamizada, por un lado, y ampliada,por el otro, por la publicación previade diversos artículos y algún librosobre materias afines, como la Socio-logía de la empresa5. Como resumende sus intereses sociocomunicativos ysociológicos intenta en este libro quecomento articular un modelo de ins-

CRITICA DE LIBROS

373

3 E. MAYO, Problemas humanos de la civili-zación industrial (Nueva Visión, BuenosAires, 1977).

4 D. S. PUGN, Organization Theory. Selec-ted Readings (Penguin Books, London, 1974).

5 En especial ha sido compilador de unvolumen con aportaciones de diversos especia-listas españoles en el campo del análisis tantode la empresa como de las organizaciones. Cf.A. LUCAS MARÍN, Sociología para la empresa(McGraw-Hill, Madrid, 1994).

piración antropológico-cultural (apartir del concepto de cultura) con lasociología de la comunicación, y enparte también con la Teoría de lasorganizaciones complejas.

Lucas parte de la idea de que lospaíses europeos y anglosajones occi-dentales han superado ya la etapa his-tórico-económico-social de la «socie-dad industrial» para alumbrar lanueva «sociedad organizada», «postin-dustrial», de la «información». Y per-cibe con mucho optimismo —quizásexcesivo si tenemos en cuenta losnumerosos conflictos ambientales, deriqueza y de control que sufrimos—el futuro, enmarcado en un sistemaproductivo-social basado en las gran-des empresas y en unas administra-ciones centralizadas y enormementeburocratizadas. Lucas cree que nues-tra sociedad se caracteriza por «cam-bios en la población, movilidad,racionalización, masificación, conflic-tividad y complejidad», aspectos queposteriormente va comentando yaclarando.

El libro contiene dos temas intro-ductorios de gran interés: uno acercade «la sociedad de la información:organización y comunicación», y otrosobre «teorías de la organización ycomunicación», ambos centrados enel campo interdiscipl inar de « lacomunicación en las organizacionesen la era de la sociedad postindustrialavanzada». Ambos capítulos se articu-lan y son coherentes con la presenta-ción de la doble problemática (con-ceptual y teórica) de la comunicaciónen las modernas organizaciones desa-rrolladas por el advenimiento de lasociedad de la información.

Esta sociedad, en palabras del autor

y recogiendo distintas versiones yanálisis sociológicos, se caracterizapor los siguientes rasgos peculiares ydistintivos frente a las anterioressociedades de que es heredera:

El fuerte crecimiento de la pobla-ción con tendencia a un nuevo equili-brio demográfico, con tasas muybajas tanto de natalidad como demortalidad; una urbanización acelera-da que conlleva el aumento y la con-centración espacial de la pobreza; laexplosión de las actividades económi-cas en el cuarto sector formado porlas industrias y servicios relacionadoscon el saber, el conocimiento, lainformación y la comunicación; lageneralización y ampliación del pro-ceso educativo, en especial del medioy superior; la pérdida de funciones dela familia, y que conduce con fre-cuencia a la inestabilidad emocional eincluso económica de algunos de susmiembros; la emancipación de lamujer por el acceso al mercado labo-ral; el aumento de la movilidad físicade individuos, familias y grupossociales; con efectos en el surgimientode una cultura global, por un lado, yel conocimiento e incluso reconoci-miento de la diversidad cultural; laexpansión de la movilidad psíquica yel aumento a favor de los individuosde la capacidad para manejar nuevassituaciones; la racionalización y buro-cratización en todos los ámbitos; laestabilidad del sistema político demo-crático y del Estado benefactor; elprogresivo poder de la técnica sobrela vida económica y social, e inclusosobre la cotidiana; la producción yconsumo de masas, lo que ha traídola consolidación del capitalismo, elconformismo consumista de la pobla-

CRITICA DE LIBROS

374

ción y la estandarización del bienes-tar; también la revalorización deltiempo, la comunicación y el medioambiente; y, finalmente, la expansiónde las organizaciones como formassocioeconómicas y sociopolíticascapaces de enfrentarse a los complejosproblemas globales de nuestra época yde manejarlos con eficacia o éxito.

El tercer capítulo, que trata de «Lacultura y comunicación en las organi-zaciones. Socialización y objetivaciónsocial», describe el recorrido desde susinicios del nuevo campo científico-social de la «cultura de las organiza-ciones», y se comenta el origen yalcance de este concepto que a partirde los años ochenta empezó a aplicar-se tanto a los problemas que crea lasocialización e integración del perso-nal empleado a la cultura «propia opeculiar» de la empresa u organiza-ción, como a la proyección de éstahacia el exterior: tanto la sociedadcomo las otras organizaciones.

Sin duda, hablar de «cultura deempresa» implica no sólo un marcode definiciones, sino también deinterpretación. Porque permiteponerse en el punto de vista de unobservador que percibe a las organiza-ciones como instituciones sociales (enel sentido de MacIver y Page) perotambién como elementos de la estruc-tura sociocultural: del sistema devalores, metas y creencias de unacolectividad. Lucas Marín distinguedentro de esta estructura un conjuntode elementos conexos que forman elcontorno del sistema: como el con-texto político, el contexto social y losmedios y fines de la organización.

Recogiendo las ideas principales dediversos autores de escuelas norte-

americanas, se reformula el modelocomprensivo de los elementos básicosde la «cultura empresarial» constitui-da por: los comportamientos regula-dores de sus miembros; las normas deconducta; los valores dominantes; lafilosofía, reglas del juego y climalaboral; también los conocimientoscomunes, las visiones de los fenóme-nos, los métodos de trabajo y el len-guaje común; e incluso algunosaspectos directamente antropológicos:como hábitos, mitos y ritos; los ta-búes internos; la mentalidad de «lacasa»; y, sobre todo, los «estilos dedirección».

En el contexto simbólico de lasorganizaciones, el lenguaje representael elemento básico para el intercam-bio y circulación tanto de la informa-ción como del conocimiento, valorese imágenes. Por este medio, la comu-nicación se constituye en el instru-mento fundamental de la construc-ción y refuerzo de la cultura de laorganización. El lenguaje, además,puede operar como marco teóricopara un análisis completo —no úni-camente económico o político— dela realidad de las organizaciones com-plejas.

Frente al predominio en las socie-dades tradicionales (con su sentido decomunidad y sus grupos primarios)de los agentes de la socializacióncomo la familia, el grupo de amigos yla escuela, en las modernas sociedadesse constata la creciente y decisivainfluencia de nuevos agentes, sobretodo de los medios de comunicaciónde masas. Este proceso también haafectado al universo cultural de lasorganizaciones, dentro de las cualesdeterminados mecanismos de trans-

CRITICA DE LIBROS

375

misión de símbolos internos y refuer-zo de la identidad corporativa se rea-lizan por medio de formas impresas:periódicos, revistas, etc. La resociali-zación corporativa, imprescindible enun mundo en transformación rápida,afecta en especial a los miembros delas organizaciones, sea cual fuere supapel: directivo o de otro tipo. Estaresocialización permite atajar, antesde que emerja, el conflicto que sueleaparecer en el enfrentamiento entremodelos de conducta propuestos —oexigidos— por la organización y elcomportamiento real de sus miem-bros, influido por modelos externos ala organización, a veces incluso con-trapuestos.

Algunos miembros pueden sufrirproblemas de inadaptación e inclusodesasimilación a la cultura dominantede la organización, que en principiopueden solucionarse (o neutralizarse)por medio de políticas de recursoshumanos e incluso interviniendo tra-bajadores sociales. Los cursos o cursi-llos de formación, reciclaje o simple-mente de información o refuerzo dela comunicación interna, puedentambién representar soluciones queayudando a los miembros pueden evi-tar perturbaciones serias en el funcio-namiento organizacional, cuyo coste—en integración, económico o políti-co— pudiera ser alto.

El autor, entusiasta admirador delos libros de Berger y Luckmann, pro-pone también una seria aplicación delos principios epistemológicos aplica-dos por estos sociólogos al conoci-miento del mundo social en general,al campo específico y delimitado delas organizaciones complejas conside-rándolas como sistemas o subsistemas

sociales. Para ello intenta elaboraruna explicación acerca del proceso deconstitución de una organización ysus problemas de definición e inser-ción en la estructura social, hastatransformarse en una realidad «objeti-va», entendiendo por objetivación laconstrucción simbólica de su identi-dad. Para lograrlo, Antonio Lucascree que influye mucho como contex-to de significación el comportamien-to real de los miembros —en especialsus hábitos y rutinas—6.

Los restantes capítulos del libro vandesplegando sucesivamente aspectosmonográficos, y concretamente: lacomunicación personal; la comunica-ción mediada por colectivos dentrode las organizaciones; los modelos decomunicación en organizaciones; lacomunicación interna: estabilidad ycrecimiento; y la comunicación exter-na: innovación, completándose así elmodelo sistémico-funcionalista de lacomunicación en empresas y organi-zaciones complejas.

Por medio de un estilo en partedescriptivo y en parte analítico, serevisan conceptos entresacados de laTeoría de la Comunicación (sobretodo desde las perspectivas psicoso-ciológica y matemático-informacio-nal), y que son imprescindibles parapoder comprender la estructura, elfuncionamiento y el proceso circularde este ámbito de la comunicación.Entre los conceptos expuestos y deba-tidos destacan: la comunicación caraa cara; en grupo pequeño (en el senti-do de Homans); principios de inme-

CRITICA DE LIBROS

376

6 P. BERGER y T. LUCKMANN, La construc-ción social de la realidad (Amorrortu, BuenosAires, 1970).

diación; comunicación mediada deforma personal y también colectiva; y,en especial, feed-back o retroalimenta-ción, ya que desde esta idea se confi-gura la opción circular de la comuni-cación que se presenta, basada en lasteorías norteamericanas de alcancemedio (Merton) acerca de los «efec-tos» y su retorno de signo positivo onegativo hacia el emisor y la fuente.

Sin duda que es importante el aná-lisis de los efectos puesto que permitecomprender determinados aspectos-clave de las organizaciones dentro dela sociedad de la información. Entreellos destaca, desde luego, la metatáctica de todas las organizaciones,que es la búsqueda de la máxima efi-cacia en la consecución de sus objeti-vos. Para lograrlo, los responsables delas organizaciones también utilizantécnicas modernas de persuasiónsobre los individuos y los pequeñosgrupos. Así aparece un elementobásico para comprender cómo lasgrandes organizaciones integran a susmiembros manipulándoles para con-vencerles de «su verdad». Las técnicasdel discurso persuasor, como la prag-mática y la semántica, se ponen así alservicio del ethos o racional idadmáxima buscado por la modernaburocracia7.

La idea de complejidad gobiernalas dimensiones de esta racionalidad yarticula el sentido de la acción inten-cional. Para desarrollarla, las grandesorganizaciones han institucionalizadoun departamento de Comunicaciónque planifica y controla los movi-mientos de los distintos subsistemas

de comunicación. Y uno de sus prin-cipales objetivos es el de elaborar,transmitir y reforzar la «cultura»tanto interna como la externa, dirigi-da a clientes o usuarios, así comomantenimiento de frecuentes contac-tos con los medios de comunicación(sobre todo con los periodistas) y lasinstituciones de publicidad y propa-ganda.

Una de las formas sociales queadquiere la comunicación es la «for-mal o administrativa», especializadaen el envío, seguimiento y control delas órdenes e instrucciones verticales,y que a menudo se realiza de formacoactiva y crea problemas de rechazoe incomprensión.

Pero como la respuesta humana alo social siempre necesita tanto cana-les como cauces, surge de maneraespontánea la «comunicación infor-mal» como aspecto comunitario delas relaciones humanas. Los miem-bros de cada organización van crean-do lazos personales de afecto, compa-ñerismo y amistad que tienen unaimportante relevancia para la vidasocietaria. Por un lado, contrapesa losaspectos más negativos de la comuni-cación vertical y, por otro, facilita lalabor de grupo de trabajo o tarea,compensando aspectos como la ruti-na o el descontento. Canaliza tam-bién como válvula de escape las aspi-raciones personales hacia la forma-ción de grupos vinculados por creen-cias y también por ideologías.

Para el autor, es a través de lacomunicación «externa» por dondepenetran las innovaciones (tecnológi-cas, sociales, económicas), canalizadasfrecuentemente por miembros muyactivos y con contactos con otras per-

CRITICA DE LIBROS

377

7 Miguel ROIZ, Técnicas modernas de per-suasión (Eudema/Pirámide, Madrid, 1995).

sonas del exterior, y que suelen serbien profesionales de la comunica-ción o de la investigación aplicada.

En lenguaje empresarial a la comu-nicación externa se la denomina«comunicación corporativa», sobretodo cuando se plantea la proyecciónde la organización hacia fuera comoglobalidad, y que presenta una rela-ción estrecha con la idea de «identi-dad corporativa», que se reconstruyeen un proceso permanente de interac-ción con otras organizaciones, sobretodo con las afines. Cualquier ciuda-dano de nuestra sociedad reconoce laidentidad de grandes organizacionescomo la Coca-Cola o Greenpeace,que además de empresas con activida-des específicas están asociadas a nues-tra época y a la cultura postindustrial.

Hay muchos aspectos del contenidode este libro de marcado interés paralos sociólogos, tanto profesionalescomo profesores y estudiantes. Sinninguna duda se ha realizado unesfuerzo considerable para articular enun único modelo conceptos e ideastomados de la Sociología, la Comuni-cación y la Teoría de las organizacio-nes. Aunque la casi exclusiva depen-dencia de los modelos norteameri-canos deja de lado otros modeloseuropeos de interés: como los del Ins-tituto de Psicología Social de lasComunicaciones de Estrasburgo (A.Moles y colaboradores), por ejemplo.

Algunos aspectos son discutibles,como la consideración que hace elautor de que la «sociedad de la infor-mación» es un «tipo ideal» en el senti-do weberiano; yo creo más bien queeste tipo de sociedad es «real» defini-da por el predominio tanto de deter-minadas actividades como por nuevos

vínculos sociales (con las redes deinformación y conocimiento; con latecnología; y con la diversidad de cul-turas), y con la máxima instrumenta-lización del saber y manipulación delas mentes.

Fueron los teóricos de la Escue-la crítica, en especial T. Adorno yH. Marcuse, quienes ya anunciaronen los años posteriores al final de laSegunda Guerra Mundial el adveni-miento de una nueva sociedad debase tecnocomunicativa, y destacaronla gran relevancia que dentro de ellaiban a tener las grandes organizacio-nes, idea sin duda recogida por ellos asu vez de Weber y de Simmel. Estasorganizaciones concentran la «racio-nalidad instrumental» de nuestrotiempo. Pero mientras que para Mar-cuse, por ejemplo, podía conducir ala «sociedad infeliz», entre los sociólo-gos funcional istas , y sobre todocomunicólogos, sería la antesala de la«sociedad feliz» como idealidad, talcomo sucede con Y. Masuda8.

En algunos momentos el autor ini-cia el desarrollo de ideas propias degran interés (por ejemplo, el modelode construcción social de la identidadde las organizaciones; o bien la con-cepción de la comunicación externacomo canal básico para la innova-ción), pero que no terminan por for-malizarse, y que sin embargo hubie-ran representado una brillante aporta-ción, sobre todo teniendo en cuentasu experiencia de enseñanza e investi-gación.

Un aspecto que merece destacarse es

CRITICA DE LIBROS

378

8 Y. MASUDA, La sociedad informatizadacomo sociedad postindustrial (Fundesco-Tec-nos, Madrid, 1989).

El autor de este libro es suficiente-mente conocido en temas relativos alas relaciones entre la cultura de lasociedad moderna y la fe cristiana. Esinvestigador en el Instituto de Filoso-fía del Consejo Superior de Investiga-ciones Científicas. Su libro está divi-dido en tres partes; la primera de ellastiene el sugerente título de ¿A dóndeva la religión? En un primer capítulo(La religiosidad en nuestro tiempo),José María Mardones analiza las cua-tro tendencias más notorias de la con-f iguración de la re l igión en estamodernidad tardía: 1) El catolicismoespañol presenta en la actualidad sín-tomas de una cierta desinstitucionali-zación y flexibilidad dogmática. Elprimer fenómeno que llama la aten-ción es precisamente el aumentoespectacular de un gran número deindiferentes en las diferentes encues-tas que se realizan. No obstante, estaindiferencia no equivale sin más aarreligiosidad. 2) Como reacción

frente a la primera tendencia seadvierten algunos signos dogmáticose integristas. 3) Estamos asistiendotambién a un renacer de un misticis-mo difuso y ecléctico que se suele lla-mar New Age. Como bien afirma JoséMaría Mardones: «Hay sed de expe-riencia del Misterio. Y hay hartazgode ideologías, de recomendacionesmoralistas, de rituales y sacramenta-lismos rutinarios y carentes de alma.Se busca percibir el hálito del Miste-rio y del Espíritu, donde la ofertareligiosa pierde el anonimato de lamasa y se transforma en don paracada individuo. De ahí el acento másinteriorista, afectivo-grupal que tieneesta sensibilidad mística, neoesotéri-ca, ecléctica y nebulosa de nuestrotiempo» (p. 28). 4) Aparecen signosen la sociedad y en la cultura de uncierto «reencantamiento» o «religiosi-

la claridad expositiva que tiene el pro-fesor Lucas Marín, valiosa por tenerque enfrentarse no sólo con temascomplejos sino también controvertidospor su carácter interdisciplinar y porlas diferencias según escuelas.

Queda muy claro que la sociedaden la que vivimos es de la «informa-ción» y también de «las organizacio-nes». La focalización en el análisissociocomunicativo coadyuva a pre-

sentar una concepción más sociológi-ca e incluso humanística que técnicay economicista. Pero también revela,en cuanto se profundiza un poco, elpoder y la presión que ejerce la buro-cracia de las grandes organizacionessobre el hombre contemporáneo, y talcomo anunció ya en los años sesentaW. H. White, Jr.9.

Miguel ROIZ

CRITICA DE LIBROS

379

9 W. H. WHITE, Jr., El hombre organiza-ción (FCE, México, 1961).

JOSÉ MARÍA MARDONES

¿A dónde va la religión?(Santander, Sal Terrae, 1996)

dad secular». Algunas de estas rituali-zaciones e hierofanías camufladas sonlas siguientes: a) la religión del triba-lismo nacional o religión nacionalista;b) el culto grupal a través de la músi-ca; c) el deporte como metáfora de lavida; d) los rituales del culto al cuer-po, y e) el reencantamiento y el cultode la naturaleza.

El segundo capítulo (Retos al cris-tianismo) representa un ejercicio deautocrítica, parece que la nueva sensi-bilidad religiosa no es cristiana perotampoco es anticristiana. ¿Qué puedeachacarse al cristianismo ante estefenómeno de la nueva sensibilidadreligiosa? Para el autor, en primerlugar, un sacramentalismo rutinario yacartonado; es urgente, por tanto,recuperar el alma de los símbolos, losritos, celebraciones y sacramentoscristianos. En segundo lugar, la pérdi-da del halo de misterio, es decir,necesitamos recuperar la mistagogía.En tercer lugar, la carencia de expe-riencia personal. Se sigue entendien-do la religión como algo extrínseco, asaber, una religión de las cuatro esta-ciones y de las cuatro ceremonias dela vida, pero con casi ningún ecointerior y personal. En cuarto lugar,el olvido del cuerpo, así como unhablar poco respetuoso sobre Dios.

En el último capítulo de esta pri-mera parte (La religión en la moderni-dad del riesgo), José María Mardonesofrece una serie de propuestas sobreel papel del cristianismo ante el desa-fío de la nueva religiosidad: 1) Lafunción profética de desenmascara-miento, es decir, hay que conjugar laopción por el hombre con la con-ciencia estructural. Para ello se nece-sita la mediación o el conocimiento

de las ciencias sociales a la hora dedefender a la persona. 2) Urgencia deuna moral ización general izada.3) Efectividad concreta y mirada delargo alcance. 4) Una esperanza per-sistente.

La segunda parte del libro (El Cris-tianismo desafiado) comienza con uncapítulo 4 dedicado a Lo sagrado en elcristianismo y los nuevos cultos. Lopropio del cristianismo radica enhaber hecho del prójimo lo sagrado;por tanto, el auténtico culto será larelación compasiva y misericordiosade servicio y entrega al prójimo. Loque caracteriza al cristianismo es quees un movimiento de solidaridad (odebiera serlo) en favor de lo sagradoque es el hombre, la humanidad. Parael autor, los nuevos cultos presentanlas siguientes lagunas que convienereseñar: a) no dejan espacio a la liber-tad humana; b) insolidaridad con losnecesitados, se busca la paz y el equi-librio personal pero no afrontandolos problemas de injusticia y desi-gualdad que afectan a gran parte delos seres humanos; c) religiosidadacrítica, y d) arcaísmo de la salvación,es decir, es una religiosidad para lasatisfacción de las necesidades delusuario.

En el capítulo 5 (Religión y política)se describe la nueva redefinicióntanto de la política como de la reli-gión. Habría como tres manifestacio-nes; la primera de ellas es la tendencia«derechista» con pretensiones de des-privatizar lo religioso y de vuelta a laarena pública, especialmente en loque toca a la ét ica puritana. Ensegundo lugar, la tendencia «izquier-dista» que ha experimentado un pro-fundo desencanto con respecto a la

CRITICA DE LIBROS

380

política convencional y se ha vuelto ala «militancia humanitaria». Y, en ter-cer lugar, la tendencia «neoesotérica»y sacralizadora de lo secular.

En el capítulo 6 (Religión e identi-dad), José María Mardones analiza elcambio de la identidad religiosa. ¿Enqué se basa este cambio? En primerlugar, la identidad religiosa se centramás en el individuo. En segundolugar, la identidad religiosa en lasociedad actual es una identidad pre-dominantemente reflexiva. En tercerlugar, es una identidad que no apela ala institución ni a la autoridad. Esuna identidad religiosa que apela mása la experiencia y al testimonio, unaidentidad menos marcada y unifor-me. En cuarto lugar, es una identidadfuncional y utilitaria, una religiosidadmás «terapéutica». Y, por último, esuna identidad que se hace más imper-sonal o panteísta.

El capítulo 7 (Religión y valores)supone una aportación muy valiosa aleterno debate de la religión en laescuela1. La religión en general aportauna serie de valores que merece lapena reseñar: a) La religión se sitúaen una tradición. b) La religión comooferta de salvación, me juego mi rea-lización, felicidad y salvación en lamanera de actuar y relacionarme enesta vida. c) La religión como dadorade sentido. d) Religión y dignidad dela persona, la religión educa en laconsideración del otro, de todo serhumano como valioso y digno de símismo. e) La religión educa para la

l ibertad, la responsabi l idad y lasolidaridad. f ) La religión nos sitúaante la profundidad insondable de larealidad.

En el capítulo 8 (Religión y tiempo)el autor analiza las diferentes inter-pretaciones en torno a la significacióndel tiempo. José María Mardonesaboga por una concepción proféticadel tiempo. Esta actitud, contraria-mente a la tradicional , s iente lainquietud de impulsar dicho tiempohacia adelante, hacia el cambio.

El último capítulo de esta segundaparte (Religión y modernidad) analizauno de los temas en los que el autores un auténtico experto2: las relacio-nes entre la fe cristiana y la moderni-dad. Después de analizar dichas rela-ciones, el autor concluye afirmandoque «no cabe pensar, por tanto, en undesfondamiento del cristianismo acorto plazo. Lo que parece estar pro-duciéndose es, más bien, un robuste-cimiento —todo lo relativo que sequiera, pero muy real— del mismo»(p. 197).

La última parte del libro (Hacia unmodo nuevo de vivir el cristianismo)representa la línea del autor y demuchas personas que nos considera-mos cristianos/as ante el reto de laNueva Sensibilidad religiosa y de lamodernidad. Ante los interrogantesde éstas, el cristianismo debe redescu-brir el símbolo y la estética, deberecuperar el camino de la experienciaemocional evitando sus excesos. Tam-bién debe recuperar la Realidad comosacramento del Misterio, así como

CRITICA DE LIBROS

381

1 Recomiendo vivamente la lectura delúltimo libro publicado por Victoria CAMPS,El malestar de la vida pública, Grijalbo, Barce-lona, 1996, especialmente el capítulo 3, «Edu-car para la libertad», pp. 99-114.

2 Puede verse también la obra del autor,Análisis de la modernidad y fe cristiana, PPC,Madrid, 1994.

actualizar el sentido de salvación, sinolvidar por último que la religiosidadno debe perder nunca de vista al pro-pio individuo. El modelo de cristia-nismo que nos propone José MaríaMardones es abierto y crítico, es uncristianismo experiencial, es decir,una fe que sepa de lo que habla porexperiencia propia. Es una experien-cia solidaria en la realidad: «La trágicae insoslayable realidad del tercer y elcuarto mundo exige compaginar unaasistencia eficaz con un trabajo dedefensa de los Derechos Humanos yde reivindicación del cambio legal,institucional y estructural, que habráde ser necesariamente más lento yque exigirá la mediación de los caucespolíticos» (p. 225).

A su vez, el cristianismo requiere la

mediación de la comunidad, de lavivencia compartida en grupo, asícomo de la celebración festiva de esaFe. El cristianismo de hoy y del futu-ro ha de pasar por una fe consciente yformada. El libro termina con un epí-logo: Teotihuacán o el «lugar de losdioses».

A mi entender, el libro de JoséMaría Mardones representa dentrodel vasto campo de las religiones (yespecialmente del cristianismo católi-co) una propuesta de promoción ydefensa de los valores más evangélicosy, por ende, humanos. Sólo por estomerece la pena leerlo y especialmenteaplicarlo a la vida normal, que de esose trata.

Alberto GUTIÉRREZ MARTÍNEZ

CRITICA DE LIBROS

382

Los trabajos recogidos en este librofueron presentados en la tercera edi-ción del Seminario Internacionalsobre Política Social «Gumersindo deAzcárate», organizado por el Institutode Estudios Sociales Avanzados delCSIC, bajo patrocinio del Ministeriode Asuntos Sociales, que centró susreflexiones en los estados del bienes-tar en el Sur de Europa —Grecia, Ita-lia, España y Portugal—. La cuestióninicial fue en qué manera las evolu-ciones históricas de estos países, quecomparten conflictos sociales y rasgosculturales, explican las formas en lasque los estados asumen la provisión

de un conjunto de derechos sociales asu ciudadanía.

Por lo tanto, se trata de una contri-bución al análisis comparativo delorigen y desarrollo de los estados delbienestar, un campo académico conuna extensa producción desde losaños ochenta. El objetivo de esteenfoque es dar cuenta de la diversidadde procesos de construcción de lapolítica social, partiendo de la con-vicción de que no es un camino deobligado recorrido, de que los estadosdel llamado mundo desarrollado sehan constituido como estados del bie-nestar a través de experiencias históri-

S. SARASA y L. MORENO (comps.)El Estado del Bienestar en la Europa del Sur

(Madrid, CSIC, 1995)

cas singulares. Los resultados másvisibles se han sintetizado en tipolo-gías de regímenes o modelos del bie-nestar que forman parte del bagajeconceptual del área y son constanteobjeto de debate.

Sin embargo, sólo en contadas oca-siones los países de la ribera medite-rránea se han incluido en este tipo deanálisis y en éstas han sido considera-dos más bien como casos subdesarro-llados o rudimentarios que en etapasfuturas tomarían la forma de unmodelo ya identificado. No resultadifícil ofrecer explicaciones para estedesinterés. El desarrollo de estadosdel bienestar del Norte y Centro deEuropa ha sido el modelo-patrón conel que se ha comparado el resto.Aquellos países que, como los medi-terráneos, han seguido un itinerariodiferente han sido calificados deforma referencialmente negativa. Porotra parte, sus tardíos desarrollos eco-nómicos y sus largos períodos degobierno autoritario han constituidoun problema para modelos analíticosque consideran la democratización yla industrialización como factoresexplicativos de primer orden. Estascircunstancias han dificultado laobtención de la cantidad y calidad deinformación precisas para la investi-gación comparativa. Ha sido precisa-mente el cambio de esta situación,junto con su participación en la esfe-ra internacional, en especial en elproceso de integración europea, loque ha posibilitado el cambio en suvisibilidad académica. En las reunio-nes con colegas europeos, políticos,técnicos e investigadores han vistoreflejadas tanto las similitudes que lesunen como las divergencias que les

separan de otros países. Buena pruebade ello es el hecho de que varios delos autores de este volumen partici-pen en los diversos observatorioscomunitarios.

Por lo tanto, este libro introduceuna perspectiva diferente que consi-dera al conjunto de naciones del Surde Europa como una categoría distin-ta para el análisis, en lugar de ungrupo de casos incompletos e incone-xos. Pero su pretensión, como reco-nocen sus compiladores, no es añadirun nuevo régimen, modelo o mundodel bienestar mediterráneo a la listade los que ya se manejan. Se trata,más bien, de explorar los rasgoscomunes de los estados del bienestar,los factores que han contribuido ensu proceso de formación y los desa-fíos a los que se enfrentan a finalesdel siglo XX. Quizá su principal con-tribución sea la ampliación del ámbi-to de análisis en el que contrastar lasprincipales hipótesis postuladas porlas ciencias sociales contemporáneas.

Este interés por el estudio de estospaíses como una unidad se justificaen el hecho de que en sus procesoshistóricos figuran similares enfrenta-mientos sociales e ideológicos, pautasde legitimación política e itinerariosde industrialización y de cambio polí-tico. Salvador Giner, en un análisismacrosociológico y comparativo,muestra cómo los desarrollos econó-micos, los regímenes políticos y lossistemas de dominación clasista medi-terráneos desde comienzos del sigloXIX han constituido un camino dis-tintivo de modernización. Los enfren-tamientos sociales que explican losorígenes y desarrollos de los estadosdel bienestar mediterráneos se han

CRITICA DE LIBROS

383

caracterizado por: una industrializa-ción tardía —marcada por los des-equilibrios regionales y protagonizadaen muchos casos por la inversiónextranjera—, la debilidad de las bur-guesías —localizadas periféricamen-te—, los monopolios religiosos, laescisión del liberalismo, la radicaliza-ción política del proletariado y delcampesinado, las largas experienciasde gobierno no democrático y losprocesos de democratización dirigidosdesde arriba. En la actualidad seenfrentan también a un reto común:el proceso de convergencia de lassociedades meridionales con las socie-dades europeas supone el principalfactor de incertidumbre sobre susfuturas evoluciones.

Siguiendo esta línea argumental,Maurizio Ferrera defiende los estadosdel bienestar mediterráneos comoformulaciones distintas, y desde luegono clasificables como rudimentarias oatrasadas. Sin ánimo sistemático,señala algunos de sus rasgos peculia-res: I) los sistemas de mantenimientode ingresos se caracterizan por sufragmentación en desiguales regíme-nes de protección y por la dualizaciónentre una protección generosa paralos sectores centrales del mercadolaboral y una casi inexistente para laspersonas situadas en sus márgenes,todo ello sujeto a un apoyo de losmecanismos de solidaridad intrafami-liar para la redistribución económica;II) los servicios nacionales de saludson universalistas aunque financiadosa partir de contribuciones y gestiona-dos de forma mixta pública-privada;III) unas pautas particularistas-clien-telistas de apropiación de los recursosdel bienestar. El clientelismo aparece

frecuentemente como un rasgo nosólo de la política social, sino de laspolíticas públicas mediterráneas. Peroconvendría, antes de generalizarlo alSur europeo, como hace Ferrera, pun-tualizar que se trata de un aspectoestudiado para el caso italiano queprecisa de análisis específicos sobre sualcance en otros países.

A menudo se ha considerado alestado de bienestar español como unaconquista de la democracia liberal.Pero el análisis histórico muestra loerróneo de esta opinión. Así, Grego-rio Rodríguez Cabrero data loscimientos de la política social actualen épocas del autoritarismo franquis-ta, a pesar de haberse transformadoen los años setenta, fruto de suempleo como herramienta de legiti-mación política y de los cambios de lamisma sociedad española. En los añosochenta, su evolución ha seguido ten-dencias contradictorias: la universali-zación de las políticas sociales se hamovido en un contexto de crisis eco-nómica, de políticas de ajuste y decontención del gasto social. Sobretodo en los últimos años, la expan-sión de los esquemas del bienestar hasido una respuesta a la conflictividadsocial producida por las políticas derecorte. El conjunto se puede calificarde paradójico: una protección socialextensa pero de baja intensidad eco-nómica, lo que ha significado su asis-tencialización y un proceso de parcialprivatización.

El proceso de convergencia es unimportante desafío para los diferentessistemas de protección social euro-peos. La incertidumbre que genera setransforma a menudo en miedo afenómenos como el «turismo social»

CRITICA DE LIBROS

384

o la «competencia social desleal».¿Cuáles van a ser los efectos reales dela convergencia europea?, ¿se llegará auna homogeneización entre los dife-rentes sistemas o, por el contrario, seprofundizarán las desigualdades entreellos? En opinión de Peter Abraham-son, el inicial carácter económico dela integración está dando entrada a lapreocupación por la cuestión social.También se está produciendo uncambio en la valoración del papel dela política social: cada vez más es con-siderada como algo necesario para elmantenimiento de la economía demercado y para la prevención desituaciones de pobreza y exclusiónsocial que amenazan el orden y lacohesión sociales. Esta nueva perspec-tiva sobre el papel de la política socialaparece también en el trabajo de otrasorganizaciones internacionales comola OCDE y la ONU. Pero la UEtiene una capacidad de acción limita-da en el terreno de lo social, ya quelas competencias permanecen enmanos de los estados nacionales, porlo que su intervención se realiza a tra-vés de recomendaciones y declaracio-nes que a menudo reflejan precariosconsensos. Abrahamson deduce unaorientación conciliadora de los mode-los alternativos de política social exis-tentes en la Unión: basados en pactosen los mercados de trabajo, tipo Bis-marck, y universalistas, tipo Beverid-ge. En estos documentos se insistetambién en el fomento de dos líneasde actuación a seguir por la políticasocial: políticas de activación o inser-ción laboral como solución de laexclusión social y políticas de corres-ponsabilidad social, social partnership,es decir, de participación de otros sec-

tores en la provisión del bienestar.Cabe pensar que estas recomendacio-nes forman parte de un nuevo con-senso en torno al futuro del estadodel bienestar y, por lo tanto, constitu-yen toda una invitación al debate.

El l ibro dest ina sus seccionessegunda y tercera al análisis de unode estos aspectos que forman parte deeste nuevo consenso sobre la protec-ción social. Tras la última crisis de losestados del bienestar, y bajo etiquetascomo agregado o pluralismo de bie-nestar, welfare mix, se ha propugnadola inclusión del análisis de aquellossectores que no forman parte ni delestado ni del mercado: familia, socie-dad civi l , comunidad, iniciat ivasocial... No resulta difícil establecerconexión entre este cambio de pers-pectiva y la defensa de la corresponsa-bilidad social. Sin embargo, estacorresponsabilidad no es de fácil valo-ración: ¿nos encontramos ante unadejación de las responsabilidades esta-tales o ante una vía para la partici-pación solidaria en el bienestar gene-ral? Además, la cuestión tiene impli-caciones específicas en los estados delbienestar del Sur de Europa, en losque la iniciativa privada no lucrativa,de carácter religioso, y la familia ocu-pan un papel protagonista en el siste-ma de protección social. Así, LuisVila interpreta estas característicasmeridionales —el voluntariado, lafamilia, la comunidad o la iglesia—como potencialidades. Su propuestaes emplearlas como base para la ela-boración de proyectos políticos y cul-turales desde los que enfrentarse alreto europeo. Ante tales invitaciones,se hace preciso evaluar cuáles seríanlas consecuencias que tendría una

CRITICA DE LIBROS

385

provisión del bienestar apoyada en lainiciativa privada y en las redes socia-les en términos de las oportunidadesvitales y de los derechos sociales quedisfrutan los ciudadanos.

Un aspecto básico en el desarrollode una corresponsabil idad socialincluye el apoyo en las iniciativas nolucrativas y ajenas al estado para laprovisión de recursos y servicios debienestar, que los compiladores agru-pan bajo la denominación de altruis-mo cívico. Bajo esta denominación,se refieren a una serie de actoressociales de difícil delimitación: sectorindependiente, tercer sector, econo-mía social, iniciativa social, organiza-ciones no lucrativas, asociacionesvoluntarias u organizaciones nogubernamentales. Los autores hanoptado por obviar su problemáticadefinición para centrarse en el análisisde las relaciones que se establecenentre este sector y las estructuras esta-tales. Sebastià Sarasa establece cuatrotipos de interrelación en la prestaciónde servicios —renano, escandinavo,norteamericano y mediterráneo—que son los resultados de itinerarioshistóricos marcados por diferentesfactores sociopolíticos. Son productosde la institucionalización desigual enla relación entre lo público y lo priva-do, y discriminan tipos de estados delbienestar. En el caso mediterráneo, hasido determinante el tradicionalmonopolio religioso católico, acom-pañado por la desconfianza jacobinadel estado hacia las demás institucio-nes y por el uso clientelar que losgobiernos han dado a las políticaspúblicas. El sector altruista se caracte-riza por el protagonismo de la IglesiaCatólica, aunque la actividad que

lleva a cabo está financiada pública-mente. Esto contrasta con la ausenciade canales de concertación de políti-cas , por lo que la relación entreambos sectores es ambigua y marcadapor la desconfianza mutua. A conclu-siones s imilares l lega ConstanzoRanci, en el análisis de las organiza-ciones no lucrativas italianas. Su des-cripción incide en los aspectos clien-telares de la relación del estado conestas organizaciones y señala cómo laiglesia lleva a cabo una actividadimportante financiada en gran partepor el estado pero carente de un reco-nocimiento legal.

La ideología sobre la corresponsa-bilidad social ha influido en el desa-rrollo legislativo de servicios socialesen las Comunidades Autónomasespañolas, que han asumido comouna de sus tareas el fomento de la ini-ciativa social. Pero se trata de unprincipio normativo general un tantoambiguo que deja un amplio margena la interpretación de los ejecutores,por lo que es necesario evaluar suincidencia real. Manuel Pérez Yruelay Fernando Aguiar, aunque refirién-dose al caso andaluz, reflejan lasambigüedades con las que la investi-gación empírica tropieza en la defini-ción y la valoración de las pautas derelación que se han establecido entrelas administraciones autonómicas y elsector altruista. Sus conclusiones—rápido crecimiento de un buennúmero de pequeñas organizacionesque dependen financieramente delsector público y cuya actividad es sub-sidiaria de éste— bien podrían serhipótesis ampliables al conjunto espa-ñol.

En la perspectiva del agregado del

CRITICA DE LIBROS

386

bienestar, las estructuras familiares secontemplan como un elemento delsistema de protección social. Estopermite visualizar las interdependen-cias entre lo público y lo privadofamiliar características de los estadosde bienestar mediterráneos. ChiaraSaraceno denomina familismo ambi-valente a este rasgo: la familia consti-tuye un ámbito de primer orden en ladistribución de recursos y de cuida-dos en un contexto del que estánprácticamente ausentes las políticasdestinadas a su protección. La diná-mica familiar mediterránea se basa enpautas de solidaridad intergeneracio-nal y de división de trabajo según elgénero. La distribución de los ingre-sos en el seno de la familia ha funcio-nado como un auténtico colchónfrente a situaciones sociales potencial-mente explosivas, como las que sederivarían de sus altos niveles dedesempleo. La distribución de lastareas en el seno familiar adjudica alas mujeres las responsabilidades decuidado y atención del resto de susmiembros. Sin embargo, como señalaLluis Flaquer, hablar de s istemamediterráneo de familia, y en particu-lar del español, supone hablar decambios: en las pautas sociodemográ-ficas, en las de organización familiar yen el sistema de valores. Según esteautor, estos cambios se deben a lastransformaciones que las mujeresestán introduciendo en sus estrategiaseducativas y de penetración en elmercado de trabajo. Saraceno refle-xiona en torno a la forma en que elfamilismo ambivalente constituye unabarrera a estos cambios femeninos yadvierte sobre los efectos que nuevaspolíticas dirigidas al mantenimiento

de las atenciones y cuidados en elseno de la familia imponen a las opor-tunidades vitales de las mujeres. Perotodos estos análisis hacen referencia alas mujeres jóvenes en su condición depotenciales trabajadoras. Las mujeresmayores, socializadas en la sumisión yentrega a la familia, recluidas en losespacios domésticos, son invisibles ensu doble condición tanto para el aná-lisis como para la política social.Antonio Ariño hace un esfuerzo porromper este ocultamiento y mostrarlas características de su situación, asícomo las modificaciones que están lle-vando a cabo en sus pautas tradiciona-les de participación social.

Finalmente se recogen tres artículossobre una temática variada pero queplantean nuevas problemáticas queafectan a los estados de bienestareuropeos, y en especial a los medite-rráneos: exclusión social, inmigracióny envejecimiento. Manuel Aguilar,Miguel Laparra y Mario Gaviria valo-ran la adecuación de los serviciossociales comunitarios desarrollados enlos años ochenta —Leyes autonómi-cas de servicios sociales y Plan Con-certado de Prestaciones Básicas—para afrontar los problemas de exclu-sión social. Su conclusión es polémicaen tanto que reivindican la inserciónsocial de los sectores más excluidos dela población como el objetivo quedebe primar en estos servicios, frentea los ambiguos principios universalis-tas que tiñeron el diseño de estaspolíticas. Otro de los trabajos hacereferencia al cambio de condición res-pecto a los procesos migratorios queel Sur europeo está viviendo. ZaïhiaZeroulou resume las nuevas preocu-paciones de estas naciones para regu-

CRITICA DE LIBROS

387

lar los flujos de inmigración, evitar elrechazo social e integrar a estas pobla-ciones en un contexto de crisis econó-mica y de desempleo. Por último,Renzo Scortegagna adopta la perspec-tiva organizacional en su valoraciónde los modos a través de los que sehan satisfecho las necesidades de laspersonas de la tercera edad. Elmoderno estado del bienestar supusola sustitución de la familia como tra-dicional espacio de cuidados por unconjunto de servicios y prestacionesorientado a la satisfacción de las nece-sidades del anciano. El resultado noes satisfactorio tanto en términos deeficiencia como de eficacia a la horade proporcionar bienestar a las perso-nas mayores. En consecuencia, Scor-tegagna propone la implantación deun nuevo modo de atención basadoen una organización centrada en losresultados cuyas características seansu flexibilidad y su orientación haciala consecución de calidad de vida yautonomía del anciano.

A modo de valoración conjunta,hay que decir que el libro hace unaaportación importante a la perspectivade análisis no sólo de los estados delbienestar europeo, sino de los princi-pales retos que éstos afrontan a finalesdel siglo XX. Las estructuras institu-cionales y las pautas culturales hanincidido e inciden en las formas deencarar los procesos de convergencia

europea, la descentralización, la exclu-sión social, la crisis de los sistemas depensiones, la sanidad pública o loscambios en las estructuras familiares.Pero esto vale también para gran partedel discurso político actual, en el quehabitualmente se importan tanto lascrisis como sus soluciones, planteadasde forma monolítica, sin tener encuenta que los estados de bienestarson fruto de procesos históricos yresultado de prolongados enfrenta-mientos y consensos sociales.

Salvo excepciones, las contribucio-nes adolecen de la falta de un siste-mático trabajo comparativo. Estánplanteadas más bien como análisis decasos a partir de los que se formulanhipótesis sobre los rasgos mediterrá-neos de los estados del bienestar. Esteproblema, achacable a su carácterpionero y exploratorio, es particular-mente grave dada la ausencia dereferencias sobre los casos portugués ygriego que ofrezcan contrastes a estashipótesis. En consecuencia, se puedeestar cayendo en el mismo error quese critica: caracterizar un conjunto depaíses con los rasgos de sólo unaparte, dándoles mayor dimensión dela que realmente tienen. Es aconseja-ble, pues, tomar sus conclusionescomo hipótesis de partida para futu-ros estudios.

Ana ARRIBA GONZÁLEZ DE DURANA

CRITICA DE LIBROS

388