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Academia de Ciencias Administrativas, A.C. Congreso Anual Internacional 5 al 7 de mayo, 2004 La Cultura Organizacional En El Contexto Histórico Latinoamericano Ma. Elena Camarena Adame Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] Clotilde Hernández Garnica Universidad Nacional Autónoma de México [email protected] En nuestra América, el neoliberalismo ha traído mucha hambre, pobreza, marginación y desigualdad social, ello se debe, en buena medida, al hecho de que los teóricos capitalistas nacidos en nuestra América han apoyado sin cuestionar los sistemas de productividad, que reciben el nombre de: modelos de cultura organizacional, que tienen como único objetivo la máxima obtención de ganancias. Actualmente se habla de la necesidad de una nueva cultura organizacional, la cual desafortunadamente sólo proyecta mayor eficacia en las actividades productivas y comerciales con base en un trato más cordial y humano con todos los miembros en cada una de las diversas compañías. Lo que ha cambiado el malestar de los trabajadores latinoamericanos. En términos generales, el objetivo de la presente ponencia consiste en analizar a la cultura organizacional en el contexto histórico latinoamericano con la finalidad de referenciar el fenómeno cultural a la luz del neoliberalismo que se vive en la región de América Latina, con sus distintos matices y ritmos. a) EL CONTEXTO LATINOAMERICANO Uno de los actuales estudiosos de nuestra América es Mario Magallón Anaya, quien en su trabajo “Criterio historiográfico para una historia de las ideas en América Latina” 1 expuso la importancia de considerar el contexto socioeconómico en el que se desarrollan las investigaciones. Ello se debe a que el error de varios teóricos, lo que incluye, además de los economistas, administradores, contadores, 1 en Cuadernos Americanos, Nueva Época, No 62, año XI, Vol. 2, marzo-abril de 1997. Acapulco Guerrero, México Ponencia arbitrada clave: 232-PCDO-CHG

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Academia de Ciencias Administrativas, A.C. Congreso Anual Internacional 5 al 7 de mayo, 2004

La Cultura Organizacional En El Contexto Histórico Latinoamericano

Ma. Elena Camarena Adame Universidad Nacional Autónoma de México

[email protected]

Clotilde Hernández Garnica Universidad Nacional Autónoma de México

[email protected]

En nuestra América, el neoliberalismo ha traído mucha hambre, pobreza, marginación y desigualdad social, ello se debe, en buena medida, al hecho de que los teóricos capitalistas nacidos en nuestra América han apoyado sin cuestionar los sistemas de productividad, que reciben el nombre de: modelos de cultura organizacional, que tienen como único objetivo la máxima obtención de ganancias.

Actualmente se habla de la necesidad de una nueva cultura

organizacional, la cual desafortunadamente sólo proyecta mayor eficacia en las actividades productivas y comerciales con base en un trato más cordial y humano con todos los miembros en cada una de las diversas compañías. Lo que ha cambiado el malestar de los trabajadores latinoamericanos.

En términos generales, el objetivo de la presente ponencia

consiste en analizar a la cultura organizacional en el contexto histórico latinoamericano con la finalidad de referenciar el fenómeno cultural a la luz del neoliberalismo que se vive en la región de América Latina, con sus distintos matices y ritmos.

a) EL CONTEXTO LATINOAMERICANO

Uno de los actuales estudiosos de nuestra América es Mario Magallón Anaya,

quien en su trabajo “Criterio historiográfico para una historia de las ideas en

América Latina”1 expuso la importancia de considerar el contexto socioeconómico

en el que se desarrollan las investigaciones. Ello se debe a que el error de varios

teóricos, lo que incluye, además de los economistas, administradores, contadores,

1 en Cuadernos Americanos, Nueva Época, No 62, año XI, Vol. 2, marzo-abril de 1997.

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etcétera, a filósofos y sociólogos, entre otros, quienes siguiendo las ideas de

pensadores europeos, sólo se dedican a aplicar los sistemas creados por éstos a

la realidad latinoamericana. El error estriba en no considerar que las condiciones

del pensamiento de cada uno: del ser humano nacido en nuestra América, como

del europeo o el norteamericano, están permeados por entrecruzamientos de

creencias, suposiciones, así como de costumbres y tradiciones, diferentes unas de

otras.

Para exponer la importancia de las diferencias que existen en la manera de

pensar, es necesario señalar que entre los fundadores teóricos del sistema

neoliberal, como Hayek, Schumpeter, Von Mises y Popper, lo que impedía el

desarrollo de las fuerzas sociales (de una sociedad de individuos) era el Estado, el

cual sólo se tenía que reducir a un papel regulador de la sociedad2, a diferencia de

la propuesta del norteamericano Milton Fridman que se apoya en el Estado para

controlar las demandas sociales y dejarle el paso libre al mercantilismo neoliberal.

Ahora bien, a pesar de que la tendencia neoliberal es homogeneizadora en

sus prácticas , en la realidad se está desarrollando de manera diferente, por

ejemplo, mientras que los gobiernos de nuestra América han dejado de apoyar a

los agricultores, los gobiernos de Europa y Estados Unidos continúan subsidiando

a los suyos, problema que se ventiló (más no se resolvió favorablemente) en la

pasada reunión de Cancún en México.

El último ejemplo me conduce al camino del contexto latinoamericano y de

la crítica que desarrollo a quienes pretenden adoptar los modelos de cultura

organizacional, sin considerar las diferencias sociales existentes. Sobre todo

porque a nivel mundial así como en el latinoamericano estamos percibiendo de

distintas maneras una serie de fenómenos que han provocado la consolidación de

la propuesta neoliberal: las formas populares de organización de izquierda, así

como las mismas izquierdas de los partidos políticos. Con lo cual se ha llegado

2 Cf, la primera parte de: Rafael Farfán y Jorge Velásquez (coordinadores), El pensamiento austriaco en el exilio, México, UAM-X, 1994.

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como señala Eugene Gogol a “un autodesarme ideológico”3, ya que la propuesta

socialista al parecer se derrumbó.

En este sentido, es importante retomar las palabras de Mario Magallón

quien en otro de sus trabajos señaló la importancia de crear las ideas a partir de

nuestra realidad social. Con esa base, se estará creando un pensamiento que

comience a dirigir (aunque no de manera inmediata) nuestras acciones sociales.

Una vez desarrollado el tema sobre la importancia de no olvidar el contexto

de nuestra América, considero oportuno comenzar con el tema de la cultura

organizacional.

b) CULTURA ORGANIZACIONAL

El tema de cultura organizacional, por lo general presenta como uno de sus

principales objetivos el debate sobre la mejor manera de concretar una mayor

productividad en las empresas. En este sentido, las propuestas se destinan a

introducir un cambio organizado para el fortalecimiento competitivo. Sin embargo,

en la actualidad se considera que la cultura organizacional se debe desarrollar a la

par con una cultura laboral humanista que aliente la participación y conducta

madura de los miembros de las empresas4.

La cultura organizacional se concibe, por lo tanto, como un sistema de

creencias y valores que necesariamente se deben sociabilizar, es decir, aceptar a

todos los niveles, de modo tal que sean compartidos por todos los miembros de

las corporaciones desde el director hasta los trabajadores, a través de los cuales

se toman las decisiones corporativas. De manera evidente, se propone que la

3 Cf, el primer capítulo de Eugene Gogol, El concepto del otro en la liberación latinoamericana, México, Juan Pablos Editor, 2003. 4 Cf., www.pa-partners.com/cultura.htm

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parte del director o de la junta directiva sea la de tomar las decisiones pertinentes,

mientras que la parte que le corresponde a los trabajadores, es la de ir mejorando

las propuestas, ello a través de la práctica de las mismas.

En este punto, es importante citar que un clima organizacional se determina

por la percepción que tengan los empleados de los elementos culturales propios

de la empresa. En este sentido, considero oportuno citar a John Dalla Costa quien

escribe: “Hoy en la mayoría de las empresas, muchas personas saben cómo

realizar las sesiones de ruptura, la ideación creadora y los contratos de acción que

acompañan el cambio de sistema, estructura y actitud”5. Decisiones que en su

opinión siempre han sido acompañadas de los estudios correspondientes llevados

a cabo a través de seminarios (aunque no siempre dan los resultados que se

esperaban).

En este sentido, las recientes propuestas de organización empresarial,

abarcan la manera de sentir y de reaccionar de las personas frente a las

innovaciones que se proponen a través de los proyectos de cultura organizacional.

Con esta base, considero importante abordar la problemática de la noción de

“cultura” y a partir de ésta, exponer cómo se desarrolló un determinado tipo de

expresión cultural como lo fue la del ámbito empresarial.

Para este trabajo empleo la noción de “cultura [como] la actividad específica

que tiene preponderantemente por objeto el desarrollo pleno y armónico de la

5 John Dalla Costa, El imperativo ético, España, Paidós, 1999. p. 181.

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humanidad en el hombre, y a través de éste el del contenido humano de un

pueblo, diversificado en sus modalidades de acuerdo a su peculiar idiosincrasia”6.

Desde este punto de vista, cultura es el todo organizado de lo creado por el

ser humano. Creaciones que inician en interior de una comunidad humana (de

cualquier comunidad). Sin embargo, también es cierto que existen diferentes tipos

de creaciones que se deben organizar en diferentes conjuntos, por ejemplo de

acuerdo con Bolívar Echeverría fue en el siglo XVIII cuando los intelectuales

franceses declaran que “la verdadera cultura, consiste en marchar con el

desarrollo de la ciencia”7 es cuando los intelectuales pequeño-burgueses se

deciden a mirar por sobre el hombro a los aristócratas. Sin embargo, también

existen las diversas prácticas tradicionales de los pueblos humanos, las cuales

son diversas y no se pueden comparar unas con otras.

Sin embargo, en la actualidad, debido al proyecto expansionista de la

burguesía capitalista se ha generado una cultura global o mundial8, esto es, se ha

forzado una relación de dependencia de unas culturas (la mayoría) a otra, la del

mal llamado primer mundo, cuyas propuestas culturales se consideran como las

únicas viable para concretar una mejor humanidad. La cultura de la civilización

occidental, la cual se ha subordinado al pragmatismo económico. Ahora bien, esta

es un proceso que a pesar de haber interrelacionado al mundo, también ha

6 C. Astrada. “Paisaje, Cultura, Estilo”, en Tierra y figura, Configuraciones del numen del paisaje, Ameghino, 1963, colección Altipampa. p. 21. 7 Bolívar Echeverría, Definición de cultura, México, UNAM, 2001. p. 32. 8 El debate sobre la diferencia entre Globalización y mundialización no lo abordo aquí, puesto que son tantas las definiciones que tanto de una como de otra se han apuntado

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motivado la resistencia de numerosos grupos sociales que desean mantener sus

costumbres y tradiciones.

Cuestionando las ideas que presentan a la llamada cultura occidental como

la mejor alternativa, es que considero oportuno señalar que es necesario

interrogar sobre la situación de la cultura europea. En este sentido, es oportuno

preguntar ¿si Europa y sobre todo los Estados Unidos son la continuación de

otras civilizaciones? A lo que respondo que así es. Entonces su actual estado de

desarrollo se lo debe a las creaciones de todos los pueblos de la historia de la

humanidad, por lo que el hecho de que haya pasado al primer plano por el uso del

poder militar (consolidando al mismo tiempo un poder geopolítico) sólo se puede

considerar como una etapa de transición.

Históricamente, la expansión de la civilización occidental llevada a cabo en

el siglo XVI ha provocado la mundialización de las creaciones culturales de Asia

(específicamente China) y África (a este respecto es oportuno mencionar el trabajo

del griego Christos Evangeliou quien al escribir sus estudios “When Greece Met

Africa: The genesis of Hellenic Philosophy” New York, SUNYB, 1994, expuso

como el pensamiento africano contribuyó a la creación de la filosofía griega). En

este sentido, lo que la civilización occidental ha legado al resto del mundo, no lo

ha creado ella, sino que se encuentra hecho por Europa sólo se encuentra en otro

estadio de desarrollo. Claro que también ha tenido aportes importantes, pero no

los hubiese podido realizar sin los aportes de las culturas a las que durante mucho

que, incluso, lo que para un autor es mundialización, para otro es lo que caracteriza la globalización y a la visconversa.

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tiempo se designó como atrasadas. Es decir, la diferencia está en el distinto grado

de desarrollo tecnológico.

Así, la cultura europea, es más bien un constructor resultado de la

apropiación de las manifestaciones humanas e inhumanas de otros pueblos (ya

que también las tendencias de posesión, riqueza e incluso las torturas, tienen

antecedentes en otros países). Por lo cual, es necesario el reconocimiento que

ahora se exige por parte de esos mismos pueblos. Exigencia de respeto que

presupone ciertas exigencias, como lo son el reconocimiento a sus

manifestaciones artísticas, musicales, arquitectónicas, pero sobre todo a las

formas de organización social de la tierra, que en el caso de nuestra América debe

considerarse la parcela comunitaria.

En este sentido, ningún grupo humano por sí solo, a pesar de su

extraordinaria capacidad de razonamiento y creatividad, pudo acceder a la

desocultación de los criterios de democracia, así como a los importantes avances

tecnológicos.

Por tal motivo, considerar la problemática de la cultura en sus diversas

manifestaciones, no es sólo un asunto que se relacione, simplemente, con una

actividad teórica alejada de la historia, ya que: “la cultura, en su intrínseca relación

con la vida de un pueblo, es, en sus direcciones específicas, convivencia orientada

en un destino, social e histórico”9.

Hoy día la etapa de la globalización económica del capitalismo salvaje, está

promoviendo una cultura mundial del libre comercio, en el que el capital financiero

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disfruta de posición privilegiada. Sin embargo, esta forma de cultura ha acarreado

un gran problema, expresado de manera muy sencilla por George Soros quien

señala que “el desarrollo de una economía global no ha coincidido con el

desarrollo de una sociedad global”10. El problema es que existe un gran sector de

la población mundial que no goza de los beneficios creado en el mundo capitalista.

Pero que, sin embargo, como lo señala Eugene Gogol constituyen la masa

creadora o constructora de esos bienes materiales, así como de la mayoría de los

alimentos que consumimos.

Por otra parte, en opinión de Soros los fracasos del mecanismo de

mercado, son insignificantes si se los compara con el fracaso del sector “no

mercado”. Este último se caracteriza por constituirse con los intereses colectivos

de las sociedades, “los valores sociales que no se expresan a través de los

mercados”11, que para el último autor citado son:

a) Paz b) Justicia c) Libertad

Valores fundamentales, pero que han sido negados para las mayorías sociales,

que constantemente se ven agredidas por las malas decisiones de los Estados,

sobre todo en nuestra América, que constantemente recorta presupuesto a los

9 Ibidem, p. 24. 10 G. Soros, Op. Cit., p. 21 11 Ibidem, p. 27.

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programas de bienestar y seguridad social, pero sobre todo, como ya señalé el

apoyo a los campesinos.

Para Soros, como para otros grandes pensadores de nuestra América y el

resto del mundo, uno de los graves problemas es que en el actual proyecto del

capitalismo salvaje se ha apostado todo a un “fundamentalismo de mercado”. El

cual se encuentra apoyado en las empresas.

Esto último, me permite regresar al tema de la cultura organizacional, ya

que ésta ha sido el cimiento de una “filosofía empresarial”, que en opinión de

Adela Cortina es de base, eminentemente utilitarista. Ahora bien, el error está en

considerar que solamente la máxima obtención de ganancias puede producir la

felicidad. Ya que para que haya alguien que posea, necesariamente debe existir

alguien que ha sido despojado.

La obtención de riquezas, como el único objetivo de las empresas, es un

criterio que debe cambiar y no sólo para comodidad de los que ahora están

desposeídos de la posibilidad de satisfacer sus necesidades más inmediatas. Ya

que los empresarios pueden contribuir mucho más al desarrollo de un mundo

mejor, más humano. Como lo señala Cortina:

de suerte que algunos llegan a afirmar que la salvación de los hombres ya no puede esperarse únicamente de la sociedad; como quería la tradición rousseauniana, ni tampoco del Estado, como pretendía el <<socialismo real>> de los países del Este, ni por último, de la conversión del corazón, de la que hablaba cierta tradición kantiana; es entonces, una transformación de las organizaciones la que puede salvarnos, siendo entre ellas la empresa la ejemplar12.

12 Adela Cortina, Ética de la Empresa, Claves para una nueva cultura empresarial, 4ª edición, Madrid Editorial Trotta, 2000. p. 28 Colección Estructuras y Procesos. Serie Filosofía.

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c) DESCONOCIMIENTO HISTÓRICO

Con base en lo expresado por Cortina, es que considero oportuno reformar la

cultura organizacional. En las relaciones comerciales, continuar fomentando el

objetivo de ganancias a través de la manipulación de las relaciones de oferta y

demanda, es un grave error, ya que el supuesto cultural que subyace a esta idea,

se fundamenta en la obtención máxima de ganancias, que sólo es posible

“supuestamente” gracias a que estimula el máximo desarrollo de las

potencialidades del individuo.

El peno desarrollo del sujeto individual, es una de las grandes propuestas

ética y axiológica de la democracia liberal, ya que ésta se desarrolló en una lucha

atroz, para concretar la eliminación de los privilegios de la nobleza y el clero.

Como lo señala Immanuel Wallerstein: “el objetivo liberal de aumentar la

participación política de las clases trabajadoras apuntaba al sufragio universal. El

objetivo liberal de permitir la participación de los trabajadores en la distribución de

la plusvalía apuntaba hacia el Estado de Bienestar”13.

Las propuestas liberales que en un principio fueron benéficas para la

humanidad, ahora están resultando contraproducentes, ya que se están llevando

un nuevo proceso de nobilización, puesto que ahora los dueños de las empresas

presionan a los diversos gobiernos, para que sofoquen cualquier intento de

cambio.

13 Immanuel Wallerstein, Después del liberalismo, 2a edición, México, Siglo XXI-UNAM, 1998. p103.

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A pesar de que los teóricos del llamado “Neoliberalismo” se esfuercen por

mostrar un rostro bienhechor. Como es el caso de Francis Fukuyama quien ha

señalado después del derrumbe del mal llamado “socialismo real”, así como de los

regímenes fascistas, que la única vía posible para la humanidad es el nuevo

liberalismo, el cual requiere, para un óptimo desarrollo, eliminar todos los

obstáculos que impidan el desarrollo de una cultura universal, lo cual arremete

contra otras manifestaciones igual de valiosas.

Así lo señala Fukuyama: “sin alfabetización y educación universales, sin un

alto grado de movilidad social, y sin las ocupaciones abiertas al talento más que al

privilegio, las sociedades capitalistas no funcionarían, o cuando menos no

funcionarían con toda la eficacia”14.

Considero justo señalar que la reflexión de Fukuyama es interesante e

incluso coherente. Pero el problema no es teórico, sino práctico, ya que se brindan

todos los cuidados a los ricos, desarticulando o destruyendo a toda ser humano o

agrupación que busque revocar los privilegios de los que gozan las clases

acomodadas.

Ahora bien, este último pensador tiene presente este problema, ya que

como él señala: “el hecho de que en las más perfectas sociedades liberales

continúen las principales desigualdades sociales significa que habrá una

permanente tensión entre los principios gemelos de libertad e igualdad, en los

14 Francis Fukuyama, El fin de la historia y el último hombre, México, Editorial Planeta, 1992. p. 391.

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cuales se basan esas sociedades”15. Problemática que obviamente deja de lado,

puesto que profundizar en ello, muy seguramente lo conduciría a encontrarle las

debilidades y contradicciones a sus ideas.

En este sentido, vuelvo a señalar, el problema no es que exista pobreza en

países como Estados Unidos, Francia y Alemania, sino que la ya existente en

otras partes del mundo se está extendiendo. Cada vez hay más pobres en el

mundo. Esta es la cultura que se debe transformar.

d) EL ORIGEN DE LA CULTURA EMPRESARIAL

Y DE LA ORGANIZACIONAL

En este punto, considero importante regresar al tema de la cultura organizacional,

ya que, si bien es cierto que todo lo creado material y espiritualmente, por el ser

humano, es cultura, cómo es posible que se asigne la denominación de cultura a

diversas manifestaciones concretas. En este orden, puedo decir que se expresan

ideas como: culturas populares, culturas autóctonas, cultura de la educación física,

entre otras, así como la cultura organizacional.

La utilización de la noción de cultura, susceptible de recibir adjetivos (como

los señalados) se debe precisamente a que el ser humano ha creado conjuntos de

fenómenos similares, las cuales son manifestaciones de una determinada

expresión, ya sea de sentimientos, apetencias, gustos, necesidades, etcétera. Por

lo que, es posible agruparlas en series.

15 Ibidem, p. 393.

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Con esta base, considero oportuno señalar que la organización empresarial

también es una forma de cultura. Ya que en opinión de H. Grannel cultura es todo

aquello que comparten todos o casi todos los integrantes de un grupo social.

Con respecto al ámbito empresarial, fue en la década del 80 del siglo

pasado, que Tom Peters y Robert Waterman, ambos consultores de Mckinsey,

adaptaron este concepto (que se ha desarrollado de manera más honda en el

campo de las antropologías, así como en el de la psicología social) a las

organizaciones empresariales16. Ya que también en éstas subyacen filosofías e

ideologías que predominan en el desarrollo de la vida interna y externa de las

corporaciones.

Con esta base, me es posible citar la definición de cultura organizacional

ofrecida por Idalberto Chiavenato, para quien es “un modo de vida, un sistema de

creencias y valores, una forma adaptada de interacciones y relaciones típicas de

determinada organización”17.

En este punto es conveniente recordar que el problema de la cultura

organizacional de las empresas apunta en buen número de ellas, a modificar e

innovar los diversos mecanismos de interacción social interna, así como la externa

(es decir, la relación comercial con otras empresas), con la finalidad de

incrementar su productividad y por tanto, las ganancias. En mí opinión, este

criterio, por sí solo, es una finalidad absurda si no se considera una mejoría real,

en los salarios de los trabajadores que permita una vida saludable y una

16 Cf., www.rrppnet.com.ar/culturaorganizacional.htm 17 Ibidem.

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integración familiar. Además de una seguridad laboral, ello es el respeto a las

leyes de contratación, ya que los actuales sistemas de subempleo, que se están

llevando a cabo sobre todo en las maquilas son la muestra fehaciente de la

inhumanidad de quienes los aplican.

Como un ejemplo en México y el resto de nuestra América, este tipo de

empresas, han encontrado la manera de maximizar sus ganancias a través de:

a) Contratar mensualmente a los trabajadores. b) Cada tres meses, evitar a toda costa la renovación de contratos para

forzarlos a descansar sin goce de sueldo. Y por lo tanto, con miras a que acepten una disminución en su salario.

c) Llevar a las comunidades una parte del trabajo. Pagando sueldos bajos e incluso forzando a que trabajen niños y ancianos, con la finalidad de que una familia pueda obtener más recursos18.

Esta prácticas entre otras, tienen por finalidad un ahorro para la empresa, ya que

así evitan pagar en primer lugar un salario justo, así como vacaciones, seguro

social, horas extras, etcétera. Estos son los retos primordiales ya que para que un

trabajador realmente se sienta motivado, debe de percibir los beneficios

económicos, que le permitan desarrollar otros ámbitos de su humanidad.

Con este caso concreto, quiero señalar que más que de discursos, teorías y

reflexiones, una nueva cultura organizacional requiere de práctica.

18 Cf. Roberto Mora Martínez, “La máquila un reto para los trabajadores de América Latina”, en la revista electrónica: Pensares y Haceres, No 4, en www.ccydel.unam.mx/pensamientoycultura.

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e) LA CULTURA ORGANIZACIONAL EN

LAS EMPRESAS DE NUESTRA AMÉRICA

e’) ENFOQUE HISTÓRICO

Antes de señalar un ejemplo sobre la manera como se está llevando a cabo el

desarrollo de modelos de cultura organizacional. Considero necesario señalar

porque hablo de nuestra América y no de América Latina.

El calificativo de “nuestra” que implica pertenencia territorial e histórico-

cultural, fue utilizado por el cubano José Martí para llamar a los cubanos y al resto

de los habitantes de las ex colonias españolas a la unidad. Así, previno contra los

intentos de España por querer recuperar los territorios que antes habían estado

bajo su control. También Martí alertó sobre los esfuerzos de anexión territorial que

se comenzaban a desarrollar desde los Estados Unidos. En este sentido, reclamó

una vuelta a nuestra realidad, a conocer nuestras virtudes y a potenciarlas, a

través del estudio histórico. Así lo escribió: “los pueblos que no se conocen, han

de darse prisa para conocerse”19.

Claro que el discurso de Martí continúa señalando el porque de la unión.

Pero por el momento, empleo la cita del pensador cubano para señalar el llamado

al estudio y conocimiento de nuestra realidad, de la propia historia y cultura.

Aspectos del pasado que la gran mayoría desconocemos o conocemos muy mal,

19 José Martí, Nuestra América, Latinoamérica, Cuadernos de cultura latinoamericana, No 7. México, UNAM, 1978. p. 5.

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debido a que sólo guardamos el recuerdo de una historia escolarizada que poco o

nada, ayuda a valorar nuestras virtudes.

Un dato que es muy importante señalar, es que históricamente se nos ha

considerado como países misoneístas, esto es, naciones que tienen aversión a las

innovaciones tecnológicas. A diferencia de los países de origen anglosajón, que

tuvieron un impulso modernizador que los llevó a ser la punta directiva del

capitalismo. Este error histórico no considera el hecho de que en nuestra América

nunca se estableció el feudalismo, ya que siempre hubo trabajo asalariado20.

Además de que se ignoran las grandes plantaciones que aquí se desarrollaron y

que produjeron cuantiosas ganancias. Por otra parte, se ignora que en la época

virreinal, la Nueva España era conocida como la Atenas del Nuevo Mundo, ello

porque los conocimientos e investigaciones que aquí se desarrollaron estaban a la

altura de las más importantes naciones del mundo. Incluso un dato que es

20 Cf. Mauricio Beuchot, Historia de la filosofía en el México Colonial, Barcelona, Herder, 1996. Debo hacer notar que la idea expresada por Beuchot, se basa en el estudio de la obra Summa de tratos y contratos, del teólogo hispano Tomás de Mercado. Este pensador trató de dar respuesta a los problemas administrativos que implicó la expansión de la corona española en tierras americanas. Empleando las nociones de razón y justicia, Mercado señaló que a los indígenas se les pagaba por trabajar en obras tales como: la construcción de Iglesias, casas e incluso en el trabajo a los encomendares. El desconocimiento del pago a los indígenas se debe a que éstos no eran registrados. Empero, la investigación llevada cabo por Beuchot, revela la importancia de los estudios de Tomás de Mercado, quien abordó el tema de la gran inflación de precios. Ello debido a que los administradores de la Corona no tenían ninguna experiencia práctica en las entonces recientes transacciones comerciales, motivo por el cual ponían precios injustificados. Así el llamado era a establecer precios e impuestos de acuerdo a la práctica real del comercio. Ahora la importancia del estudio de Mercado es que su pensamiento influyó en los naturalistas como Grocio y Puffendorf, quienes fueron los autores en los que abrevó F. Hutchenson quien a su vez fue Maestro de Adam Smith. Esto es, el pensamiento hispano que se desarrolló con base en la experiencia de nuestra América, están en la base de la teorías del padre del liberalismo. Elemento de un gran importancia

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importante hacer notar, es que en mientras en las colonias inglesas uno de sus

importantes pensadores como lo fue Cotton Matter consideraba a los meteoros

como presagio de fatalidades, el novohispano Carlos de Sigüenza y Góngora

estaba ofreciendo explicaciones científicas sobre el origen de los cometas.

Así, podría continuar ofreciendo datos históricos que exponen a ojos vistas,

los grandes logros de nuestros antecesores. Sin embargo, quedaría una pregunta,

entonces cuáles fueron los factores que propiciaron nuestro atraso.

Pensadores como Mario Magallón, Horacio Cerutti, Leopoldo Zea, Arturo

Andrés Roig21, entre otros, han señalado que fue en la época de las revoluciones

de independencia cuando se impuso un desorden social, motivado por las luchas

entre caudillos quienes querían mantener su poder.

Ahora bien, es la persistencia de una mentalidad de oligarquía la que ha

propiciado, en buena medida, nuestro atraso. En este sentido, considero oportuno

explicar que la mentalidad de oligarquía corresponde a los sectores que ocupando

el poder, han mantenido privilegios de tipo nobiliario. Esto es, que no se han

preocupado por incentivar el desarrollo de la población, en el sentido de fuerzas

productivas. Incluso lo impiden, sobre todo cuando éstas comienza un desarrollo

inusitado.

Con esta base, retomo el tema sobre el desconocimiento de la historia y por

lo tanto de nuestra cultura. Y si a lo anterior se agrega la problemática que

histórica. Ya que datos como éste son los que frecuentemente ignoramos, por lo cual consideramos que no se ha aportado nada al pensamiento universal. 21 Cf., Magallón Anaya, Mario, Dialéctica de la filosofía latinoamericana, Una filosofía en la historia, México, CcyDel-UNAM, 1992. Colección 500 Años Después, No 6.

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desafían las labores y la creatividad de nuestras empresas cuyo estado de

desarrollo enfrenta múltiples amenazas por parte de las compañías

transnacionales, que por contar con el apoyo de sus gobiernos, llevan a cabo

prácticas comerciales muy cercanas a las acciones de tipo monopolista. Por si lo

anterior fuera poco, las empresas de nuestra América también enfrentan las malas

decisiones de sus gobiernos que no les brindan su apoyo. Como un ejemplo

paradójico, es posible señalar que el hecho de que en México las empresas

transnacionales no paguen impuestos, implica un factor de ahorro de grandes

proporciones. Dinero que por otra parte, no se queda en el país, sino que es

llevado a las naciones de origen de las transnacionales.

Debido a los múltiples retos es que los empresarios latinoamericanos han

buscado la manera de sobrevivir en el ambiente de la competencia neoliberal, que

es altamente destructivo. De tal modo, la nueva cultura organizacional es una de

las puertas a las que más comúnmente se recurre. Pero desafortunadamente se

continúa con una tendencia a copiar los modelos de organización de las

compañías provenientes del mal llamado “primer” mundo.

Cuando se habla de la necesidad de una nueva cultura organizacional, es

evidente que se proyecta mayor eficacia en las actividades productivas y

comerciales. Aunque como ya señalé, la cultura organizacional trata de integrar un

conjunto de valores sociales que promuevan la integración de todos los miembros

de la compañía. Sin embargo, considero importante señalar el caso de una

empresa panameña, ya que en ésta encontré elementos de comprensión sobre las

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características del horizonte cultural que gran número de compañías pretenden

introducir.

En este sentido, exponer las ideas que se consideran fundamentales para

la innovación es una interesante tarea, ya que expresa el grado de influencia del

pensamiento de la cultura occidental.

Un grupo de panameños llevó a cabo una investigación sobre la manera de

introducir una cultura organizacional, el estudio se llevó a cabo en las ciudades de

Panamá y de Oklahoma, con el apoyo de universidades como la de Oklahoma y la

Tecnológica de Panamá22. La investigación se enfocó al mejoramiento de la

productividad competitiva, claro que considerando innovaciones en el ámbito de la

cultura laboral. Para ello se dieron a la tarea de, primero, identificar conocimientos

y experiencias vividas en otros países en lo concerniente a las transformaciones

culturales en sus empresas.

Por otra parte, también se dedicaron a conocer técnicas, metodologías y los

programas utilizados para el incremento de su capacidad competitiva. La finalidad

era la aplicación en la empresa panameña, claro que a través de una previa

elección de aquellos factores o elementos que consideraron más útiles para el

desarrollo de la empresa.

En este punto es en donde comienza el desarrollo de mi análisis, ya que

imitar o estudiar modelos culturales organizacionales extranjeros, no es tan malo

como pudiera pensarse. El problema es otro, por qué imitar modelos del llamado

primer mundo, si como sabemos las respectivas culturas son diferentes, por qué

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no rescatar lo valioso de esos modelos, pero a través de la creación de un modelo

propio, desarrollado a partir de nuestras propias bases culturales.

Para ejemplificar esta última idea, considero oportuno citar a Gabriel Zaid

quien ya ha avanzado sobre el tema. En este sentido es oportuno anotar aquí la

pregunta que él planteó “¿cómo es posible que el sector tradicional lleva siglos de

resistir, y que la población de los pequeños empresarios no ha sido borrada del

planeta?”23. Esta idea, al mismo tiempo que interroga, expone el gran potencial de

nuestra población que no ha sido suficientemente valorado.

Es posible decir que en las investigaciones llevadas a cabo, como es el

caso de la empresa panameña (esto sin ningún afán de crítica destructiva), se

estudian los avances y experiencias de otras empresas del llamado primer mundo

porque han triunfado. Sin embargo, no se ha reparado en el hecho de que no sólo

se debe a sus excelentes sistemas organizativos, sino además porque sus

trabajadores desarrollan sus labores con base en sus propias tradiciones

culturales, es decir, a través de sus relaciones sociales.

Por ejemplo, en el caso citado de la empresa panameña, ésta con un

enfoque correcto, señaló la importancia de seleccionar aquellos aspectos útiles.

Sin embargo, olvidaron señalar cuál sería el modelo a partir del que se llevaría a

cabo la elección, y sobre todo, qué modelo: cultural o productivo, seguramente no

estaban pensando en lo creado en su propio pueblo.

22 Cf., www.utp.ac.pa/investigaciones/investig1.html 23 Gabriel Zaid, Hacen falta empresarios creadores de empresarios, Océano, México, 1995. p. 19

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Estoy perfectamente enterada de las dificultades que plantea el proponer

una cultura organizacional a partir de nuestro acontecer histórico; pero lo

considero fundamental. Ello porque si analizamos el comportamiento de los seres

humanos de otros países, encontramos un aspecto significativo. La identidad.

Con respecto al tema sobre la manera como el ser humano se concibe a sí

mismo, de manera individual y colectiva, así como su percepción del medio

ambiente que lo rodea, obedece a un clima cultural cuyos signos y símbolos se

construyeron a partir de una tradición. Como señaló Mario Magallón, de acuerdo a

la manera como el ser humano se concibe, depende su manera de actuar en

sociedad. Si continuamos sin valorar lo propio de nuestras tradiciones, siempre

estaremos dependiendo (de manera equivocada) de los aportes gestados en otras

regiones del planeta. Esto genera un sentimiento de incapacidad, el cual se

manifiesta en una supuesta falta de aportes al desarrollo de la humanidad.

e’’) EL PROBLEMA DE LA AUTOPERCEPCIÓN DE LOS PUEBLOS

Para puntualizar la importancia que tiene la identidad cultural en los pueblos del

mundo, considero necesario exponer brevemente algunas características de la

manera como se autoperciben los miembros de los diferentes continentes de

nuestro planeta (claro que es una explicación a grandes rasgos, sin detenerme a

puntualizar los países y los autores leídos).

En el caso de los europeos ellos se conciben como la vanguardia de la

civilización, ello porque fue en este territorio en donde se desarrollaron las bases

de la ciencia, la técnica, la filosofía y la cultura moderna, en este sentido, ellos

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actúan de acuerdo a esta premisa. Claro que con las grandes diferencias que se

pueden encontrar entre un país y otro (v. gr. entre Alemania y Albania), pero lo

fundamental es que su modo de comportamiento responde a esa manera de

pensarse. Por otra parte, también está la pobreza que aqueja a esas naciones, sin

embargo, ello no es obstáculo para afirmar que la mentalidad con la que se

educan la mayoría de los europeos, es la de ser la vanguardia de la civilización.

Precisamente es por ello, que están tratando de cerrar sus fronteras a los

inmigrantes.

En el caso de los países de Asia, la concepción del honor los ha llevado a

convertirse en pueblos altamente productivos y competitivos. En este caso, Japón

es el país cuyo caso ejemplifica mis ideas. Ello sin olvidar a China y Korea del sur,

entre otros. En su búsqueda por mejorar e innovar, algunos de estos países se

han convertido en un polo central del capitalismo global (de igual manera,

podemos encontrar en ellos grandes diferencias, incluso países atrasados, pero lo

fundamental es que la capacidad productiva que han desarrollado se sostiene por

una mentalidad de honor).

Por otra parte, nuestro vecino del norte, que desde sus inicios, sus

habitantes se consideraron como el grupo humano que iba a salvar al mundo. Esto

comenzó con su creencia en lo que llamaron el Destino Manifiesto, lo que los

motivó a crear toda una serie de instituciones que se preocuparon por

salvaguardar la libertad de sus ciudadanos y al mismo tiempo que impulsaran la

concreción de ese ideal. Con esa base se construyó otra propuesta cultural, la del

sueño americano, ésta se fundamenta en la creencia de que cualquier individuo

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que enfoque su sagacidad, valor y trabajo en lograr algo, lo conseguirá, además

de que con ello obtendrá una vida cómoda y holgada. De esta última

manifestación cultural, en Norteamérica se ha desarrollado toda una cultura de la

competitividad.

Incluso en África a pesar de ser un continente cuya pobreza es semejante a

la de nuestra América, es posible encontrar una filosofía que entremezclada con

las religiones los motiva a actuar. En su pensamiento se encuentra la existencia

en otro plano de realidad de sus ancestros, quienes los impulsan a trabajar en

comunidad. Ahora bien, a pesar de que, las naciones de esta región del mundo

enfrentan también graves problemas económicos, por lo menos tiene un ideal para

trabajar en su futuro. Aspecto fundamental del ámbito humano que la mayoría de

los seres humanos nacidos en nuestra América no tenemos. Claro que en los

pueblos indígenas sí es posible encontrar principios que los impulsan a trabajar en

comunión. Pero éste, es otro de los aspectos que desconocemos de nuestras

propias tradiciones.

Recuperar los aportes de las culturas indígenas, así como lo creado en más

de quinientos años de historia, es los que debemos asumir para desarrollar

modelos de cultura organizacional más de acordes a nuestras necesidades. No

sólo para mejorar competitivamente, sino también como seres humanos.

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