la cronica mÉdica

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LA CRONICA MÉDICA ELIOT 2 e UTIL AÑO XXIX.— LIMA, 15 MARZO DE 1912 —Nv557 La Asistencia Pública No hace muchos meses abogábamos por la implantación en Lima del servicio de ambulancias urbanas y puestos de primeros auxilios para atender los accidentes que ocurren en la vía públi: ca, servicio que se designa, impropiamente, con el nombre de Asistencia Pública, La prensa acojió é hizo suyo ese pedido, y pronto fué clamor general repetido por los ecos del diarismo. En vista de la indiferencia municipal, de su apatía insanable que deja dormir el sueño del olvido á cuantos proyectos de ver: dadera utilidad pública se presenta á la mesa directiva, y des" pués de haber dado tiempo suficiente á los señores ediles” para llevar á la práctica la proposición que presentó el Dr. Olano pa: ra que el Municipio creara la Asistencia Pública, el Gobierno se decidió á fundarla con fondos del Estado, haciéndola una depen: dencia de la Dirección de Salubridad. Después de una brillante ceremonia inaugural en la cual el Dr. Curletti en extenso discurso sintetizó sus ideales de sanea' miento y profilaxia, quedó establecido, enlos últimos días del mes pasado, ese factor de previsión social indispensable en toda población de mediana importancia. La obra fundada tiene vastas proyecciones. Nose ha limitado el Supremo Gobierno á crear puestos de primeros auxi" lios y ambulancias urbanas, sino que, abundando en deseos de hacer labor práctica de profilaxia é higiene, disminuir la morta- lidad infantil y luchar contra la tuberculosis, las enfermedades venéreas y el alcoholismo, ha fundado también dispensarios ser: vidos por especialistas, para curar gratuitamente á los meneste: rosos. Allí recibirán las madres pobres además de medicinas pa: ra sus hijos, lecciones prácticas de puericultura; se enseñará á los tuberculosos la manera de que eviten ser dañinos á quienes los rodean; se curará á los venéreos para impedir que propaguen sus males, señalándoles los peligros que representan para los sa" nos; se buscará reducir á la temperancia 4 los alcohólicos, tra: tándose al mismo tiempo las lesiones que genera el alcohol. Como es fácil comprender por lo dicho, estos nuevos dispen' sarios son principalmente instituciones de profilaxia, la idea di- rectriz que debe normar su funcionamiento no tiene por finalidad primera la asistencia de enfermos sino más bien evitar la pro: pagación de las enfermedades. Por ello tratándose de los niños enfermos indigentes de Lima, solo un grupo limitado recibirá sus beneficios, especialmente en forma de lecciones de higiene, para que las ponga en práctica enel medio en que vive,

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Page 1: LA CRONICA MÉDICA

LA CRONICA MÉDICA ELIOT 2 e UTIL

AÑO XXIX.— LIMA, 15 MARZO DE 1912 —Nv557

La Asistencia Pública

No hace muchos meses abogábamos por la implantación en Lima del servicio de ambulancias urbanas y puestos de primeros auxilios para atender los accidentes que ocurren en la vía públi: ca, servicio que se designa, impropiamente, con el nombre de Asistencia Pública,

La prensa acojió é hizo suyo ese pedido, y pronto fué clamor general repetido por los ecos del diarismo.

En vista de la indiferencia municipal, de su apatía insanable que deja dormir el sueño del olvido á cuantos proyectos de ver: dadera utilidad pública se presenta á la mesa directiva, y des" pués de haber dado tiempo suficiente á los señores ediles” para llevar á la práctica la proposición que presentó el Dr. Olano pa: ra que el Municipio creara la Asistencia Pública, el Gobierno se decidió á fundarla con fondos del Estado, haciéndola una depen: dencia de la Dirección de Salubridad.

Después de una brillante ceremonia inaugural en la cual el Dr. Curletti en extenso discurso sintetizó sus ideales de sanea' miento y profilaxia, quedó establecido, enlos últimos días del mes pasado, ese factor de previsión social indispensable en toda población de mediana importancia.

La obra fundada tiene vastas proyecciones. Nose ha limitado el Supremo Gobierno á crear puestos de primeros auxi" lios y ambulancias urbanas, sino que, abundando en deseos de hacer labor práctica de profilaxia é higiene, disminuir la morta- lidad infantil y luchar contra la tuberculosis, las enfermedades venéreas y el alcoholismo, ha fundado también dispensarios ser: vidos por especialistas, para curar gratuitamente á los meneste: rosos. Allí recibirán las madres pobres además de medicinas pa: ra sus hijos, lecciones prácticas de puericultura; se enseñará á los tuberculosos la manera de que eviten ser dañinos á quienes los rodean; se curará á los venéreos para impedir que propaguen sus males, señalándoles los peligros que representan para los sa" nos; se buscará reducir á la temperancia 4 los alcohólicos, tra: tándose al mismo tiempo las lesiones que genera el alcohol.

Como es fácil comprender por lo dicho, estos nuevos dispen' sarios son principalmente instituciones de profilaxia, la idea di- rectriz que debe normar su funcionamiento no tiene por finalidad primera la asistencia de enfermos sino más bien evitar la pro: pagación de las enfermedades. Por ello tratándose de los niños enfermos indigentes de Lima, solo un grupo limitado recibirá sus beneficios, especialmente en forma de lecciones de higiene, para que las ponga en práctica enel medio en que vive,

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408 LA CRONICA MEDICA

extendiendo así indirectamente, con su ejemplo, la obra del con"

sultorio. Igual cosa podemos decir del dispensario para tuber*

culosos, sin capacidad para dar medicamentos y consejos á to"

dos los desgraciados que pasean en nuestra ciudad esa terrible

dolencia, pero adaptado y util á los fines de la profilaxia. Ocio"

so sería repetir que al dispensario de enfermedades venéreas co"

rresponde función análoga. No nos explicaciones por lo expuesto, la resolución tomada

en una de las últimas sesiones de la Sociedad de Beneficencia

que, aceptando la proposición de uno de sus miembros, ha

determinado proscribir de sus ambulatorios á los enfermos com-

prendidos en los grupos para que se han creado consultorios de-

pendientes de la Asistencia Pública. Si se lleva á la práctica esa

disposición dará por resultado hacer converger á la nueva insti"

tución un inmenso número de desgraciados, muchos de los cua"

les para llegar á sus puertas tendrán que recorrer enormes dis*

tancias, y se aglomerarán en su local impidiendo toda labor

provechosa; muchos otros desanimados por larga espera, por

viajes repetidos é infructuosos, se dirigirán á los hospitales que

tampoco están en aptitud de recibir aumento notable en su po'

blación. Nosotros creemos que los dispensarios de la Asistencia Públi:

ca tienen función diferente de los que sostiene la Sociedad de Be:

neficencia, siendo los primeras, repetimos, particularmente des'

tinados á hacer labor de previsión; que ambas instituciones es

tán destinadas á cooperar en bien del proletariado, y que lejos

de escluirse se deben mutuo apoyo. No puede haber sido el objetivo del Gobierno relevar á la

Beneficencia de su papel de dispensadora de caridad en nombre

de la colectividad limeña, y son los más necesitados, los niños

enfermos, los tuberculosos, los luéticos, que tanto abundan

por desgracia, entre nosotros, los que de preferencia deben reci-

bir el auxilio de la caridad pública. Cuanto más numerosos

sean los locales é instituciones donde se les tienda la mano bien*

hechora del altruísmo social, tanto mejor quedará cumplida la

ley natural de protección al desvalido enfermo, transformada en

las modernas agrupaciones humanas, por los progresos de la ci"

vilización, en deber ineludible de toda sociedad bien constituida.

Pedimos pues que se derogue la disposición que excluye de

los dispensarios de Beneficencia á los niños, á los tuberculosos,

etc., estableciéndose amplia solidaridad entre todas las institu-

ciones llamadas á velar por la salud pública y el alivio de los

menesterosos.

Page 3: LA CRONICA MÉDICA

LA CRONICA MEDICA

FRECUENCIA DE LA SIFILIS EN LIMA

(TESIS)

409

Totales de enfermos sifilíticos y venéreos mayores de 15 años hos- pitalizados en los años 1905 á 1910

CUADRO Xo. 4 HOSPITAL (6)

- DE MAYO”

Varones mayores de 15 años

AÑOS 1905/19061907/119081909/11910| Totales

Pob hospitalaria......... 8098 O 7140/7081 6635| 43.650

CO SIÍIÍÍtICOS ..ooncocccncconannonos 128| 116 106 137; 93 s88| 668

VenÉr O. ooo 124| 165| 176| 170| 158, 289| 1.212

Coef. de Sífilis ............... 15-7| 15.0| 15-1 19-7/13-113-2 1530

Coef. Enfer. venereas....| 27-6| 25.2| 25-1| 23-8| 22.3¡ 43-5| 22-0

Mort SífiliS o... ..... 3 ls Jo | a|j1 | 6]|18

('oef mortalidad...,...... 23 id 0 | 2.2| 1-0| 6-8| 2-75

HOSPITAL DE «SANTA ANA»

Mujeres mayores de 15. años

AÑOS 1190511906 19071908 1909 1910| Totales

Pob. Hospitalaria... ..... /710416231/6217 a 5739| 37298

SitbicOB 2 ¡ci cr le 86| 64 69 24 36| 359.

Vénéreds Litidin. 23 143 | 151| 169 158 114 136 836

Coef. de Sífilis................ 10-9 |13-7 10-1112-S| 4-1; 6-2 9-63

Coef. Enfer. venéreas......20-1 |.24-2| 27-1 22:8 19-8S| 23-6/ 22-9

Mort. BIMS. couoscoeseronenio 1 21 20 2 S TS

Coef. mortalidad o ap, 5-28 289 1 222 303

Page 4: LA CRONICA MÉDICA

410 LA CRONICA MEDICA

CUADRO Xo. 4a.

MORBOSIDAD VENÉREA EN LAS RAZAS—HOSPITALES ''2 DE MAYO?

Y 'SANTA ANA” AÑos 1905, 1909, 1910

Razas: Blanca Mestiza India lama Negra

Sexos: H: M.H. MH. MH MH. 3 - Pob. racial 1640 534/3911 427312239 15406 24034 218 895 339

Edades 10415 0. a 2 64 14 o = 0 ES

16425335 10/1106 68 195 rm q PP

” 2643520 3| 59 13 89 59 10 — 16 U

”» .»3d6á5013 1| 26 8| 39 se 6 — 6 O

” D0Y 10 BAS , 3 — Z 6

Totales: 73 15|199 96325 270 33 —| 41 12 Coef. por 1000 |44.-4 28-0| 50-8 24-4/26-8 17-5(13-5 —| 45-8 334

Los guarismos expresan el total de enfermos en los tres años. Los coeficientes por 1000 se refieren á la raza. La población ra- cial comprende el total de individuos, de cada raza, hospitaliza- dos en los años indicados.

CUADRO No. 5

POBLACIÓN DE LoS HOSPITALES “2 DE MAYO” Y “SANTA ANA”

=== DISTRIBUIDA SEGÚN RAZAS

AÑOS 1905 á 1910

HOMBRES

a “AÑOS ' 1905 1906 1907 1908 1909 1910 Totales

Razas : :

DA ideiiciaccnié 353 1076 1098 792 644 643 4.606

Miitiba Site 138 645 709 1181 1838 1935 6.446

A NO 5632 4859 4100 3982 3371 3236 25.220 Noa ictriccr .... 100 850 339 397 442 353 1,881 AMArilA 2... corso ico: 739 580 784 910 1009 686 4,708 ==

= Pob. hosp. 7002 7316 7034 7269 7284 6753 42861

Page 5: LA CRONICA MÉDICA

LA CRONICA MEDICA 411

MUJERES

AÑO 1905 1906 1907 1908 1909 1910 Total

ER RR EA oi —

DEN] cc rd 201 376 269 207 179 154 1386,

MORIA co. ovocrnorrotcdnia 781 1681 1831 1743 1859 1633 9,528

adidas ass 6166 5358 5224 4652 4597 4643 30,642

NOR Win. docto nsvios root ode 83 294 187 168 139 117 988

RATA ras a ST. De 72 69 84 47 413

Pob. hosp. 7318 7763 75363 86839 855 65914 42,957

CUADRO No. 6

MORBOSIiDAD SIFILÍTICA EN LAS RAZAS. HOSPITALES “2 DE MAYO”

Y “SANTA AÑA”

AÑOS 1905 á 1910

|

India | Amarilla| Negra

Razas| Blanca | Mestiza

Sifilíticos nn 5 Sexos|H. M |H. MH. M |H, M.H. M.

Pob. racial: 11606 1386/6446 9 528!25220 ER 4 708 41311881 988

Año 1905/22 5/14 10159 60 23 —| 10 8

51906) 27. 3),16- 28/89 53) 16 = 5 5

1907129 v112f1081-=16|- 51.88] 9 —|-1Y 8

» 1908/28 8|31 42 58 20) 6 -—| 14 4

1909/16. 142 4B16 101.7 —:1 1258

: IDOLO - 2).87= 47 La 20) 9 Sk IO 4

Totales|140 30/146 1311250 203| 70 —l 62 25

Coet. por 1006 | i morb. sifilítica [30-30 21-6/22-6 13-79-9 6-6| 14-6 |82-9 25-3

La población racial comprende el total de los individuos ne una raza hospitalizados en ei curso de los seis años.

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412 LA CRONICA MEDICA

Raza blanca.

De los arianos es de lo que directamente procede la Europa de nuestros días. Débeles sus costumbres, sus tendencias y sus idiomas y conserva aún su valor y su flexibilidad, su vigor y su gracia y su fecundidad de invención y de idealismo, atemperada por un justo sentimiento de la realidad; estas cualidades son las que caracteriza su genio, (Littré)

Los blancos americanos, herederos directos de esas cualida- des, por tener su cuna en la Europa de ayer, fecunda y emprende- dora, son también los que reciben las luces, de ciencia y de idea- lismo de la Europa de hoy.

La raza blanca, la mejor dotada, tiene y tendrá siempre la supremacía y el primer rango en la familia humana. Por eso, en nuestra nación, son los blancos los directores de la cosa pública, los dueños de la riqueza, los que mejor y más ámpliamente gozan del bienestar que proporciona el triunfo fácil en la vida veyetati- va y del pensamiento. Los blancos, poseedores del predominio social en todo orden de manifestaciones elevadas y cultas, los de más amplio desarrollo intelectual, los más instruidos y civiliza- dos, gestores de las orientaciones políticas; dueños del factor económico y propulsores del desarrollo higiénico general, no de- jan por esto de pagar grueso tributo á la enfermedad y la sífilis, que parece acomodarse bien donde existe ambiente de bienestar, los cuenta entre sus clientes más asiduos y preferidos.

La civilización, que proporciona bienes, exije también contri- buciones dolorosas. Los blancos, que son sus genuinos represen- tantes, son así mismo los que más alto pagan los beneficios del progreso; sometidos más directamente á las leyes y á los influjos de la organización social, tienen que aceptar sus yugos y sufrir sus efectos.

" En la vida sexual, es el matrimonio la única forma de apro- ximación legal de los sexos que la sociedad admite; más, como la capacidad económica suficiente para alimentar un hogar se encuentra algo lejos y por encima de la época fisiológica en la que el deseo genésico se enciende, es preciso buscar en el amor li- bre sus satisfacciones imperiosas; así como lo hacen los más avi- sados ó felices, que son los menos; Ó es el amor reglamentado en el comercio prostitucional el que se encarga de responder, con todo sus peligros y males, á las solicitaciones fisiológicas del apetito sexual. Sy 57

Esta es la razón por la que, al lado de la falta de instrucción

necesaria para la profilaxia de los males, las enfermedades vené- reas y las sífilis se encuentran tan repartidas en las altas clases, en el mundo social prominente y distinguido.

Desgraciadamente para nuestro tema. y también para la so- ciedad, que le sería ventajoso conocer la fuerza y repartición del mal, las costumbres reinantes. equivocadas y absurdas, impo- nen la “conspiración del silencio”, la sífilis se oculta; en forma absoluta, nada podemos saber de su dinamismo morboso. “Mu. chas cosas se mueven en las sombras de un misterio impenetra ble”. cl

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LA CRONICA MEDICA 413

Pero las cifras que hemos podido recoger en el medio noso- comial, referentes á lus blancos, nos van á decir, siquiera apro- ximadamente, de cómo se manifiesta la sífilis en esta raza, com- parándola con los otros agrupamientos de color, En el curso de seis años han ingresado á los hospitales 4406 varones y 1386 mujeres ofreciendo cada grupo, 140 y 30 específicos respectiva- mente. Los coeficientes nos manifiestan una proporción de 30- 30 por 1000 para los hombres y 21-6 para las mujeres.

Si bién es cierto que estas cifras no pueden darnos la cabal idea de la proporcionalidad con que la infección sifilítica está. re- partida en la demás población blanca por que los individuos de este color que llegan á los hospitales, seguramente, llevan distin- to ó inferior género de vida, sin embargo estimamos que el coefi- ciente no pierde del todo su valor, porque algo vive en éllos, su- perior y más estable, que los convencionalismos sociales y las ve- leidades de la fortuna; son los atributos orgánicos de la raza que

perduran y se acusan, pués sobre éllos no actúa, con suficiente energía, el medio artificial creado por la inferioridad económica y la desigualdad social.

Los mestizos

Los mestizos ocupan el segundo plano en la disposición es- tratijorme de los pobladores de esta ciudad, lugar que les co- rresponde por su número y el valor propio del tipo étnico.

Este grugo social, cuya cifra asciende á 48,133 individuos —cantidad que se divide en 23,696 hombres y 24,437 mujeres —entra con 341 unidades ep la composición de la población por 1000.

Los mestizos ingresan en pequeño número á los hospitales, dada su alta cifra pobladora; más. las mujeres que los hombres, como puede verse en el Cuadro número 5, lo que se nota compa- rando los respectivos guarismos, de año en año, así como tam- bién acusan los totales en los seis años consignados; tiempo en el que figuran 6,446 hombres y 9,528 mujeres, es decir: 151 hombres y 222 mujeres en grupos de 1000 formados por la po- blación común de los hospitales; proporcionalidad mayor que aquella de los blancos, que solo figuran con 107 unidádes los hombres, y 32 las mujeres, en la composición por 1000 habi- tantes del medio nosocomial.

La sifilis está representada en los mestizos con 146 casos para los hombres y 131 para las mujeres. Los coeficientes ex- presan las cifras de 22-6 por 1000 para los primeros y 13-7 por 1000 para las segundas. Seencuentran, pués, por debajo de los blancos tratandose de su representación numérica en el tor- neo racial de la morbosidad sifilítica

La raza india

El indio, representante genuino de la tierra peruana. el ele- mento poblador was repartido y numeroso, está representado

Page 8: LA CRONICA MÉDICA

414 LA CRONICA MEDICA

en la Capital con guarismo sumamente bajo; apenas habitan aquí 21,473 indigenas, 12,900 hombres y 5,673 mujeres.

Dice el Dr. Enrique García: “En las diversas manifestaciones estáticas y dinámicas de la población, que he expuesto somera- mente en el curso de este trabajo, habeis visto figurar al indio en las últimas filas: llena siempre los últimos renglones de los cuadernos relativos al estado civil, á las profesiones, á la nata- lidad, á la mortalidad por diversas causas y, por último, en el balance que ahora verifico; arroja una pérdida ruinosa”

Pués bien, esta justa consideración, del dominio público, que su autor fundamenta en hechos y acontecimientos reales, ape- sar de su generalización á las manifestaciones todas de la vida india, no alcanza—al decir de las cifras—aá la vida sexual.

El indio cumpliría—según rezan las observaciones recogidas —con mayor pureza que las demás razas, el primordial acto de la vida que atiende á la perpetuación de la especie.

La observación diaria en las salas del hospital nos los hace sospechar y los números nos confirman esa idea, un tanto aprio- rística, demostrándonos las bajas cifras con que la raza india paga el tributo obligado á la sífilis y demás enfermedades vene- reas. Hecho tanto más sobresaliente cuanto que vemos á los más altos guarismos, en la morbosidad nosocomial, acusar pe- sadamente al agregado indigena. Esta raza llega, en efecto, al hospital con altas citras anuales, que suman un total de 25,220 unidades para los hombres, en los años consignados en el Cua- dro número 5, y 30,642 para las mujeres. Notamos, sin embar- go, que esas cifras, de año en año, descienden de modo acentua— do y regular: de 5,632 hombres en el año 1905 baja la morbo- sidad general á 3,236 en 1910: así tambien, en la agrupación femenina disminuyen las cifras de enfermas de 6,166 en el año 1905 4 4,943 en 1910. ¿Es que mejoran las condiciones de las razas por factores autógenos? ó influencias de higiene pública- mas electivas y mejores, hacen sentir sobre élla su benéfica ac- ción?. Tal vez, nilo uno ni lo otro; ¿es entonces que la raza india va desapareciendo lentamente del cuadro de los poblado- res de esta ciudad?, La incógnita es dificil resolver sin una dís- cusión amplia sobre los pertinentes datos necesarios. Sinem- bargo, se puede pensar que las cifras de concurrencia indigena á los hospitales bajan de año en año; por que bajan también, sen- siblemente, los indios pobladores de la eiudad. La natalidad pobre y á su lado la alta mortalidad—que se acusan de manera formidable en la primera infancia por lo que manifiesta la esta- dística—daría razón, en el fenómeno que comentamos, á la últi. ma consideración expuesta,

Pensamos, si, que en las altas cifras absolutas con que están representados los indios en la población del hospital, existe exa- geración, por cargarse constantemente en su cuenta mestizos de filiación racial no clara, confusión fácil para gentes poco hábiles, como son las que atienden á esta labor de clasificación en nues- tros hospitales y que, por Otra parte, se cuidan poco de cum. plir debidamente sus deberes, inocentes 6 ignorantes de la utili- dad é importancia que representan.

Page 9: LA CRONICA MÉDICA

LA CRONICA MEDICA 415

No de otro modo se explicaría que de 48,133 mestizcs que habitaban en la ciudad el año 1908, solo ingresen á los hospita- les, en ese año, 2,924; es decir, el 61 por 1000 de su población; mientras que los indios, que figuran en la capital con el guaris- mo de 21,473, ofrecen en ese mismo año, el tributo á la enferme dad de 8,634 unidades de su raza, es decir, el 402 por 1000, pro- porción que, calculada sobre la misma población indígena subió el año 1905 á la tan exhorbitante como dudosa cifra de 549 por 1000. Más de la mitad de los indios ingresan, en un año, enler- mos al hospital.

Así como no creemos que la morbosidad general en la raza: india sea tanta, tampoco estimamos que la morbosidad sifilíti- ca y venérea se presenten tan mínimas, En seis años consecuti- vos ingresan á los hospitales 23,220 indígenas hombres y 30,642 mujeres. La sifilis se presenta en igual tiempo, con 250 casos para los primeros y 203 para las segundas. Los coeficientes se expresan 10 por 1000 y 6-6 por 1000, respectivamente.

Las enfermedades venéreas cuentan en su activo 165 casos en los años 1909 y 1910, en el hospital ''2 de Mayo”, sobre una población de 6,667 hombres, 25 por 1000 de morbosidad. En las mujeres se presentan 154 infectadas en 9,240 indias, que ingresan á “Santa Ana” en los años indicados; 16-4 por 1,000 de morbosidad.

La sifilis infecta poco al elemento indígena. Esta raza se ofrece para la observación continua y extendida á casi todos sus componentes por acudir á los hospitales en gruesa cifra. Pensamos que es criterio general aceptado el que la sifilización en los indios es poco extensa y, además, que la enfermedad reco- rre en ellos los períodos clásicos de su vida activa en forma ate- nuada y benigna. Este enunciado, del cual compartimos; por más que hasta ahora sólo cuente en su apoyo la ligera observa- ción clínica, lo estimamos un hecho cierto—por lo que en nues- tra corta vida de estudiante hemos podido ver—un hecho efecti- vo en sus dos términos: La escasa sifilización general y la ate nuación del proceso infectante"

Esta idea, del dominio clínico—que en nada pugnaría con las leyes biológicas generales que dicen de la inmunidad y de las defensas adquiridas, en legado hederitario, á causa de la cons- tante lucha contra la infección—encuentra en este estudio demo- gráfico una razón más para su causa, Los números dicen elo- euentemente de la baja morbosidad sifilítica: 10 por 1000 para los hombres y 6 por 1000 en las mujeres, proporción que con- trasta y salta con mayor relieve al compararla con las cifras que califican á los grupos étnicos vecinos: 30 y 21 por 1000 entre los blancos, 22 y 13 en los mestizos, 33 y 25 para los negros. Estos sabemos en cuanto en la cantidad. Raspecto á la calidad, la manera de ser y evolucionar, de manifestarse la sífilis en el indio, nuestra impresión es: que, de modo general, reviste en es- ta raza carácteres de benignidad.

¿Qué causas y motivos podrían explicar estos fenómenos? ¿porqué las cifras nos revelan que el agregado indígena, la colec- tividad más inculta y menos cuidadosa, es á la que en menor es- cala atacan las infecciones venereas y sifilítica?.

Page 10: LA CRONICA MÉDICA

416 LA CRONICA MEDICA

Tratandose de las primeras, tal vez exista una simple apa- riencia, y la razón podría encontrarse en que la incultura y el carácter, abandonado y desidioso del indio no le invita al hos- pital mientras la enfermedad es compatible en el trabajo y sólo en última instancia se vé obligado á buscar remedio. En el hos- pital asistimos á infinidad de indias que llegan con vagivitis, cls- titis y metritis gonocósicas, se alivian y siguen viviendo con esos procesos crónicos que no las inhabilitan para la labor dia- ria. Enlos hombres sucede cosa parecida. Enlo que respecta á las mujeres estas enfermedades de origen venereo no son catr- gadas en la cuenta que les corresponde; aparecen en los libros con el diagnóstico de su localización sin referirse á su etiología de modo que, como pueden tener otros orígenes, nos hemos en- contrado faltos lle derecho para consignar como tales el gran número de procesos morbosos de este género que figuran en las páginas de la estadística.

Pero sj esta consideración, disminuiría, en parte, el valor de la favorable expresión numérica por lo que respecta á las enfer- medades venereas, no nos dice todo y, en referencia á la sifilis, lo antecedente nada explica.

¿Habría que indagar en consideracioues de orden social ó recurrir á las leyes fundamentales que expresan los fenómenos de defensa creánica en la lucha contra la infección?.

Los indios se unen, en su mayor parte, sin la sansión de la ley, con el amor “duradero y libre”. Dice el doctor Eyzaguirre en su tesis para el doctorado, con su frase siempre galana y ex- presiva. que entre los indígenas no existen las uniones lijeras, el amor clandestino hijo de la pasión, del capricho ó del acaso, la pareja humana no se une transitoriamente; “entre los indígenas esto no sucede sino á titulo muy excepcional y lo común entre éllos es que las parejas del amor libre sean duraderas, y produz- can familias muchas veces numerosas, pués, según hemos visto antes, son los que mas contribuyen al crecimiento fisiológico, y esto que los números dicen, nos lo enseñan los hechos grosso modo, y los ojos nos manifiestan esas familias indigenas, casi siempre extra matrimonio, con diez ó doce hijos, ó por lo menos seis á ocho, siendo como es la raza más fecunda, quizá por que es menos civilizada”,

Esta opinión, que tiene todo el valimento de su autor, reve” laría en los indígenas moralidad y sanas costumbres, si por de- bajo de ese manto no se pudiera descubrir factores contrarios á esa saludable organización aparente. Sies efectivo que el con- trato matrimonial indígena, independiente de toda acción legal ó religiosa, es duradero, no por eso deja de existir, en gran esca-" la, la más completa promiscuidad sexual, uniéndose accidental- mente sin ningún reparo, con ocasión de las tantas fiestas, indi- viduos que pertenecen á parejas distintas ya establecidas. Esta naturalidad y llaneza con que se confunden y alternan al lado de la total ausencia de hábitos higiénicos, serían parte á la di fusión de las enfermedades venereas y la sifilis. Pensamos que si la sifilis encontrara terreno favorable en el elemento indígena seguramente haría estragos en sus filas. Suponiendo, cosa que

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LACRONICA MEDICA 417

no es, que el indio fuera sobrio en placeres sexuales, su abando- no, la carencia completa del mus elemental cuidado higiénico, la aglomeración en que viven, la promiscuidad en todos los actos de la vida, etc, darían razón sobrada para el incremento de la lúes específica.

En el Congreso de Rienze (1883) en Rusia lograron los médi- cos reunir una estadística de 2,765 casos de sífilis, de los que 2,046 eran independientes de las relaciones sexuales (1)

En Europa oriental, sobre todo, la sifilis no venerea ocasio- na muchas víctimas, representando el 50 por ciento en Rusia (2).

En nuestro pueblo indígena, que lleva igual ó inferior vida ve- getativa que los habitantes del oriente Europeo, compartiendo de un mismo lecho; usando el mismo cubierto y sirviéndase del mis- mo vaso; si tuviera el indio igual receptividad para la sifilis que el blanco, la sifilis extragenital debería contar con representacio- nes numerosas.

Estimamos, en consecueneia, que no son las costumbres, en la especial organización del pueblo indígena, las que limitan la pro- pagación de la sifilis porque no explican, en forma satisfactoria, la

realidad del fenómeno. I ahora, si al lado de la limitada cantidad, considerámos la

calidad, la forma atenuada del proceso infectante ¿como explicár- nos; por simples y sencillas consideraciones de orden social un fe- nómeno que toca intimamente á la organización fisiológica?

¿Acaso se explicaría el hecho inquiriendo sus causas en la in- munidad adquirida por herencia y consagrada á travez de las ge-

neraciones?. Sería aventurado y promaturo siquiera emitir una opinión de posibilidad.

Dice Raymond, en su obra “La herencia morbosa””, que el -debate sobre la herencia en la sífilis necesita revisarse apoyándose en hechos nuevos y atras investigaciones; la inmunidad en esta he: rencia constituye capitulo complejo y delícado.

“Se entiende por inmunidad en la sífilis un estado particular caracterizado por la insensibilidad, más ó menos absoluta, del re-

vestimiento cutáneo y mucoso frente á la inoculación de un virus capaz de determinar, en el hombre ó animal sano, los accidentes habituales deesta infección. (1)

Se discute aún sobre teorias, se aventura juicios, se lrans- portan datos generales al dominio de la sífilis. Unicamente se puede avanzar de modo definitivo en el sólido terreno de la rigu- rosa experimentación positiva.

(1) Tratado de Higiene—A, Proust. Tm. 1 pag 297 (1) A Proust Loc cit Tm 1 pag 317 (1), —La Syphilis—C. Levatiti—J. Roché

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418 LA CRONICA MEDICA

La raza amarilia

Las cifras que expresan el ingreso de enfermos á los hospitales nos revelan que la raza amarilla, entre los hombres, ha figurado con 4,708 unidades y 413 las mujeres en los seis años que compren- de nuestro estudio. Esta población amarilla está compuesta por Chinos y Japoneses, sin que podamos determinar el guarismo que á cada grupo le corresponde.

La colectividad amerilla que, según el censo de 1908, se con- ponía de 4,405 hombres y 82 mujeres, debe haber crecido después - de ese año de manera acentuada. La inmigración asiática, sobre todo de parte del Japón, ha ido aumentándo en los últimos años y hoy contamos en el Perú con 4792 japoneses, como revelan los da- tos suministrados por el Consulado de esa nación, que consigna el diario “La Prensa” en su hoja del 26 de febrero de 1911, en un in- teresante artículo. Los Japoneses ingresan en gran masa al hospital, castigados pro- bablemente por la aclimatación. Casi toaos los inmigrados pagan fuerte contribución al paludismo y la fiebre tifoidéa no deja de hacer numerosas víctimas; muchos otros llegan enfermos, infecta- dos del beri-beri; así, vemos el hospital poblado por ellos y esto nos explicaría el elevado guarismo de raza asiática que hemos re- cogido. Pero sorprende, sí la cifra de 413 con qué estan represen- tadas las mujeres asiáticas en e) hospital siendo el hecho que en 1908 el censo nos dijo que sólo habitaban 82 en la Ciudad, sin que sepamos que haya llegado inmigración femenina de esa proceden* cia. Dejamos constancia del fenómeno sin podernos explicar la causa,

En la población nosocomial indicada se presentan 70 sifilíticos asiáticos, 29 chinos y 41 japoneses, 14-6 1000 de morbosidad to- tal. No figura ninguna mujer infectada por sífilis en las 413 hos- pitalizadas.

La raza negra

Este raza que figura con un 5 por ciento en los habitantes de esta capital tiende á desaparecer según dice el doctor Enrique L. García, consignando los porcentajes cada vez más bajos con que viene acusando su figuración entre los pobladores de Lima. :

Los negros, que ocupan las más bajas esferas sociales, se distin- guen por su desarrollado sensualismo, y los habitos de ociosidad, que les son innatos, dándoles ocasión al vicio; al lado de su gene- ral incuria darían pábulo, á que sea la clase más azotada por las infecciones venereas, entre las que la sífilis parece tomar lugar pre- ponderante. Talvez también constituyan terreno abonado para el desarrollo de esta infección.

De los 6,763 neg1os que entran á componer la población de Lima el año 1908, han concurrido á los hospitales 1,881 hombres y

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La CRÓNICA MEDICA 419

988 mujeres en el período de seis años, figurando en estos guaris- *

mos 62sifilíticos y 25 sifilíticas, tomando, por tanto la morbosidad

especifica de la cifra de 32-9 por 1000 para los hombres y 25-3 para las mujeres.

Quizá estas altas cifras de morbosidad—en comparación con

las correspondientes á las otras razas-—nos den efectiva cuenta,

conjuntamente con otros factores del proceso de atentuada extin-

ción que viene sufriendo el racial agregado negro. Debemos hacer la advertencia explicativa de haber tomado las

cifras del censo de 1908 como referencia para las someras conside-

raciones que anteceden por ser ese año la época media en los años

extremos á que se refiere nuestro estudio.

CONCLUSION

En el balance de la contribución con que cada agregado étni-

co figura en el cuadro de la morbosidad sifilítica, vemos, como an-

teriormente expusimos, que los indios alguna vez pagan menos y

salen con ventaja del mundo de las miserias; siguen los amarillos,

en los que los chinos, viciosos y corrompidos, quizás no figuran con

la morbosidad que debieran, intoxicados por el opio y diezmados

por la tuberculosís; vienen después los mestizos y los blancos; y en

último término los negros que, apesar de su escaso número, Trepar-

tidos en la población, es á quienes la sífilis ataca con mayor intensí- dad morbifica.

Infeceiosidad de la sífilis en las distintas edades físiológicas

En el cuadro número 7, presentamos la población de sifilíticos

hombres v mujeres, clasificados por razas y repartidos en grupos

que atienden á la edad en que ha sido Infectado el enfermo. Los

guarismos en ese cuadro expresan el total, de infectados en seis

años. La sífilis, como enfermedad particularmente genital, manifies-

ta su mayor infecciosidad en las épocas fisiológicas en que más ac-

tivamente funcionan los órganos copulativos del aparato genital.

Mas, aunque la ley biológica, general y primaria, subordina todos

los factores artificiales creados por la organización social, no por

eso éstos dejen de ofrecer energías suficientes para llegar, en algu-

nas clases, á dominar los instintos esenciales, imponiendo sus desi-

ciones, contrarías á la naturaleza y á la vída, pero ventajosas á la

sociedad que se inspira, sobre todo, en consideraciones económicas

del bienestar individual. Entre nosotros, donde las leyes sociales no son uniformes, don-

de cada agregado étnico vive á su manera, Con manifestaciones

condicionadas y dirigidas por su mentalidad y costumbres parti-

culares, hemos estimado interesante averiguar en qué forma actúan

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420 LA CRONICA MEDICA

las fuerzas directivas de la infectividad sifilítica que, de modo ge- neral, traducen su acción al par de los períodos de mavor activi- dad génesica, pero desviándose ó deteniéndose ante condiciones pcia de cada raza y de respeto por los preceptos éticos, impe- rantes.

" CUADRO No. 7

MORBOSIDAD SIFILÍTICA REPARTIDA SEGÚN RAZAS Y EDADES

HosPITALES “2 DE Mayo” Y “SANTA ANA”

AÑO31905 A 1910

Edades........ 10415 16425 26435 36450 50 y+

Sexo MH: MM. H-. M. .H. MiB Mi

Blanca......"... z 2 0.6 44 11 30 9 14 3 Mestiza ........ 0 0 539 67 43 38 32 19 7 A od rc. 0. 4 2 112 94 683 70 39 29 vO"L2 Amarilla....... 00 ¡¿ dd: JO y ES 4 0 23 0

Negra ......... 00 185) 2d LO =7 4 7

Totales...... 6 4 256173 198124 14059 6329

Coef. por 1000..... 8-9 10-2 383-2 445-0 296-5 319-0 209-2 152-0 101-7 74-5

El coeficiente por 100 se refiere á las edades comprendiendo todas las razas.

En el Cuadro que hemos compuesto para las averiguaciones que pudieran derivarse del criterio antecedente, repartimos las eda- des en atención á las épocas en que la vida sexúal se manifiesta con caracteres particulares, propios de la evolución ontogénica.

De modo general, vemos que los guarismos totales que com- prenden todas las razas y los coeficientes correspondientes, esta- blecidos en referencia al número total. de infectados nos manifies- tán, primero, tanto los hombres como las mujeres pagan el mayor tributo á la sifilis en la época comprendida de los diez y seis á los veinte años; segundo que las mujeres se infectan, en esa época, en mayor número que los varones; tercero, en las mujeres la curva su- be de los diez á los treinta y cinco años para bajar desde esa edad en que figuren 319 por 1000 á 74-5 por 1000 á los cincuenta años; cuarto, en los hombres, la curva de infecciosidad: que sube, tam- bién, hasta los treinta y cinco años, se mantiene debajo de la co- rrespondiente á las mujeres para, después de pasados los treinta y cinco años, ascender por encima de ella manteniéndose así distan-

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LA CRONICA MEDICA 421

cia de con elevación notable hásta los cincuenta años,en que el coe- ficiente expresa una proporcionalidad infectante de 101.7 por 1000.

El comentario de las cifras que manifiestan la contribución de cada raza según la edad, nos obligaría á larga disertación que queremos evítar. Juzgamos suficiente la consignación de los gua- rismos que dan base pava confirmar ó refutar los enunciados esta- blecidos anteriormente en vista del valor social, particular á cada uno de nuestros agregados étnicos.

La sífilis rapartida segun el estado civil

El matrimonio, institución de moralidad y sanas costumbres, parece que no ejerciera en nuestra masa proletaria los benéficos influjos que teoricamente contiene y que la práctica confirma en otras paises, tal vez por su cultura más elevada y mejor organiza- ción social.

Felicidad, moralidad é higiene, tanto para el hombre como para la mujer, son las expresiones de las uniones legalmente cons- tituídas en la generalidad de los paises del viejo mundo donde, de- mográficamente, se ha estudiado el asunto del contrato matrimo- nial.

En nuestra sociedad proletaria, de sicología y especiales hábi- tos de vída, parece que no conviniera esa institución social y reli- glosa. :

La general observación, por una parte. y los números que con- signamos en el Cuádro número 8, nos manifiestan que ni la felicí- dad ni la higiene son, por ahora, las compañeras del matrimonio legal realizado entre gentes de nuestro pueblo.

La infección sifilítica que expresa, seguramente, gran parte de la moralidad é higiene individuales y colectivas, se presenta con mayor frecuencia en las mujeres casadas que en las solteras; en los hombres, sí, el coeficiente correspondiente nos díce que son ataca- dos en menor número los hombres que han ingresado en la ins- titución matrimonial

CUADRO No. 8

SIFILIS EN LOS HOMBRES Y ENFERMEDADES VENEREAS EN LAS MUJERES

ATENDIENDO AL ESTADO CIVIL

HOSPITALES * 2 DE MAYO” Y “SANTA ANA”

AÑOS 1905 A 1910

Solteros Casados Viudos Menores IDA TIO

o erre

H. M. H. M. H. M. H M

Pob. racial por es: tado ciViicaaion:i 31909 10739 5470 6315 2251 3714 — —

EnfermosS........... OT 559 61 190 21 55: 10-32

Coef. por 1000...... 18.5 29-7 11-1 30-0 9-3 14-8 — —

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429 LA CRONICA MEDICA

Los guarismos comprenden á todos los hospitalizados en los 6 años

La extensión, que muy á nuestro pesar, ha tomado esta te- sis, nos detiene en el análisis detallado de los guarismos que Ccom- ponen el Cuadro número 8 y en el comentario de las relaciones im- portantes que en esos guarismos pudieran existir.

Pérdidas produeídas por la sífilis en la cconomía social

“Las sociedades modernas, regidas por las sabias informacio- nes de la ciencia política contemporánea que comprende bien el modo como se opera el progreso y engrandecimiento de los pue- blos, ven en las aplicaciones de la higiene una fuente segura y ver- dadera de enerandecimiento social, la consideran como un nego-- cio público de primer orden”. (“La cuestión higiénica” F. Gra- ña).

La corta cifra que, en nuestra investigación estadística, hemos podido recoger nos habla elocuentemente del monto de los daños que la sífilis produce en nuestra agrupación social; y al estar élla muy por debajo de la realidad, sin dejar por eso de atenuarse, Cre- ce su expresión en amplitud y tono haciéndonos inducir+los largos

alcances de los electivos males que se encuentran más allá de nues-

tra potencia visiva coria y restringida. Casí se puede afirmar que no tienen guarismo los males, las

miserias y las pérdidas que la sífilis produce. Cada enfermo, cada víctima, aparte de su pérdida en el valor que representa, es un Cen-

tro de peligros, un foco generador de males y desgracias: ¿Quién puede medir los límites de la propagación que de su enfermedad un

sifilítico puede realizar? ¿cuantas víctimas naceran al lado de él?

¿Cuantos abortos: cuantos partos prematuros? ¿cuantos degenera-

dos, raquíticos y cretinos, parásitos sociales y mártires de la vida pueden nacer de una sóla mujer infectada?, seres inocentes á quien la sociedad, aún más cruel que la naturaleza, hará expiar tan ínjus-

ta como duramente el delito de haber nacido. El cálculo se pier-

de en la diseminación de los males que crecen y se extienden como

las ondas líquidas de un lago, á la caída de un cuerpo pesado sobre

el agua. Hemos querido calcular contando con una base númerica, de

manera apróximada, siempre corta, las pérdidas producidas en

nuestra economía social, solamente por los 663 sifilíticos que ingre-

saron al hospital «2 de Mayo», en el curso de los seis años á que

se refieren nuestras observaciones. Para este objeto indagamos en los libros de contaduría el nú-

mero total de estancias con que figuran los 88 infectados en el año

1910 y ahí hemos visto que se habían hospitalizado, á causa de su

sifilis 2,674 días, cifras que comprende la suma de las estancias dia-

rías que á cada uno le corresponde, 39 meses y 4 dias ó 7 años 5

meses y 4 dias es el tiempo que estos 88 enfermos se sustraen del

trabajo común, nada producen, se hacen consumidores. simples

parásitos de la sociedad.

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LA CKONMCA MEDICA 423

Desde luego. el tiempo de hospitalización que cada enfermo sufre es, naturalmente, muy variable: desdeunos Cuantos dias para unos, hasta muchos meses para otros; pero estimamos que en nada se desvirtúa nuestro cálculo adicionando las horas que á cada cual corresponde para repartirlas luego, estableciendo un promedio, que sirva de base para la generalización: :

Aceptado este principio de juicio, que pueda tener algo de hi- potético pero que conceptuamos siempre no separado de la reail dad, obtenemos una media de 30 días y algunas horas. Generali zando este dato y haciendolo extensivo á los 668 individuos hosp talizados por sífilis, resulta el producto de 20,040 días:

Considerando, ahora, que un hombre de nuestro pueblo puede contribuír sobradamente en el incremento de la riqueza pública con un sol diario, con el cual es equitativo apreciar su capacidad pro- ductiva, dada su potencia intelectual y fisica, podríamos calcular la pérdida económica por la falta de esos brazos útiles en la labor colectiva en soles 20,040; y al lado de este capital no producido, la Beneficencia ha gastado soles 0.50 diarios, soles 10.020 en alimentar

y curar esos enfermos; de estos han muerto 18 á causa directa de la infección específica y asignando,como colcula el doctor Graña: la can-

tidad de soles 1,000 como valor de cada habitante de esta ciudad, tendríamos soles 18:000 más, de pérdidas en el capital social,

En suma la sífilis, por sólo sus manifestaciones en el hospital (2 de Mayo», en un período de seis años ha producido la pérdida e-

conómica de soles 50,000. Otro tanto sucede en el hospital «Santa Ana», afine de éste. ¿Hasta cuánto podrían ascender lás pérdi- das referidas á la población general?; No sabriámos estimarlas, son inmensurables, no se puede precisar hasta que punto alcanzan los daños de la sífilis,

¿“Puede calcularse las perdidas sufridas por la sociedad, con la degeneración de las razas, la depresión de la actividad social y los obstáculos que crean para su desarrollo; plagas como el alcoholis-

mo, la tuberculosís, la sífilis. ..... ? ¿Esposible calcular, en fin, el monto de riqueza social que se pierde, con la desaparición de al: gunos factores intelectuales superiores?» (1).

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(1) La cuestión Higiénica por F. Graña

Señores catedráticos;

Hemos dado término á nuestra tarea, la ofrecemos á vuestra sanción con toda la confianza que nos brinda las seguridades de vuestra benevnlencia.

Lima, 1911

C. Alfonso PASQUEL

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124 LA CRONICA MEDICA

LIBROS NUEVOS

Maladies des os por M Marfan professeur á la Faculté de Medecine de París Apert,Aviragnet, L. Bernardt, M. Garnier. G. Halle, Millian, medecins de hopitaux de Paris, —1 vol., gr. in 8 de 775 pages avec 164 figures broché: francs— Cartonné 16 fr. 50— Librairie G. B. Bailliere et fils. 19 rue Haute feuille á Paris.

El tratado de enfermedades de los huesos que publica el Pf. Marfan con la colaboración de seis médicos de los hospitales de París, es la primera obra don- de estas afecciones se estudian desde el punto de vista médico. Hasta aquí en efecto únicamente los tratados de cirujía exponían esta importante cuestión y el artículo de Mauclaire en el tratado de cirujía de Le Dentu y Delbet, era la última exposición de la materia.

Pero hoy toda una serie de afecciones del esqueleto, algunas solo conoci- das desde hace poco, no aparecen ya como únicamente tributarias de la cirujía. Dejando aparte todo lo referente á las fracturas, osteitis traumáticas y tu- moores de los huesos que quedan del dominio esclusivo de la cirujía, Marfan y sus colaboradores han descrito los cinco grupos de afecciones siguientes:

10. Osteitis infecciosas que resultan de la fijación y pululación de micro-

bios en la médula ósea, entre ellas tienen lugar importante las o.tiopatía. sifi- liticas. E. to, capítulos son tratados por los Dres. Halle y Milian.

2.0 Ostiomielitis tóxicas resultado de la llegada á la sustancia ostio medu- lar de un veneno venido de fuera. El Dr. Aviragnet está encargado de descri- bir este capítulo.

3.0 El raquitismo, la osteomalocía y la enfermedad de Barlow. Capítulo muy importante de mas de 300 páginas que es obra del profesor Marfan.

40, La osteopatía hiprtrofiante néumica, la osteosatyrosis y la Acromegaliía.

Los Dres. Leon Bernard y Marcel Garnier han expuesto estas cuestiones. 50, Las distrofias congénitas de los huesos, acondroplasia, displasia peri-

ostal, disostosis cleido-craniana. Estos capitulos si deben al profesor Marfan y el Dr. Apert.

La gran competencia del profesor Marfan en estas cuestiones de que se ocupa hacen largos años y que ha tenido el mérito de renovar completemen- dan á este nuevo volumen de la colección Gilbert.— Thoniot una importancia considerable.

Maladies de l'sesophage por M. Gangolphe, professeur agregué á la Fa- culte de Mededine de Lyon 1 vol gr. in8 de 115 pages. avec 39 figures. Broché 3 fr. Cartonné 4 fr. 50 Librairié J. B. Baillieré et fils 19 rue. Hautefeuille a Paris.

El tratamiento de las enfermedades del essofago ha sido completamente modificado desde hace algunos años por el empleo de la exofogoscopia. Gan: go!phe expone las ventajas de ella en el primer capítulo de su tratado que dedi: ca á la esploración del exófago. Expone en seguida los vicios de conformación y las estrecheces esposmódicas del exofago, despues estudia las enfermedades infecciosas y parasitarias del esófago tuberculosis, sífilis, actinomicosis; luego

la: lesiones inflamatorias y las heridas. Pero insiste particularmente en los cuerpos extraños, las estrecheces cicatriciales y los neoplasmas del exófago Estas afecciones se presentan con tal frecuencia que era natural reserva; el

primer lugar al estudio de sus sintomas y de su tratamiento. Los capítulos á ello dedicados son motivo de consideraciones clinicas y opertorias importan tes.

Este volumen forma parte del tratado de cirujía de Le Dentú y Delbet.