la casita: brumas catalogue

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abisay puentes BRUMAS March 21 - Apr 28, 2014

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Exhibition catalogue for the BRUMAS show by Cuban artist, Abisay Puentes, at La Casita Cultural Center. Syracuse, New York SPRING 2014

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abisay puentes

BRUMASMarch 21 - Apr 28, 2014

This exhibit at La Casita Cultural Center in Syracuse, New Yorkis made possible thanks to the support of the College of Arts and Sciences and the

Office of Cultural Engagement for the Hispanic Community at Syracuse University

Esta exhibición en el Centro Cultural La Casita, en Syracuse, New Yorkes posible gracias al apoyo del Colegio de Artes y Ciencias, y la Oficina de Interacción Cultural en Syracuse University.

BRUMASABISAY PUENTES

Nacido en Pinar del Río, Cuba (1974), el segundo hijo de un pastor bautista, Abisay Puentes, estudió en la Escuela Nacional de las Artes, en La Habana. La escuela les prohibía a los estudiantes hablar de la fe, o traer la Biblia a la escuela, ni nada relacionado a la religión. Abisay, fue expulsado por llevar una camiseta que decía, "Sonríe, Jesús te ama". Llorando en la acera de enfrente de la escuela juró nunca más asistir a una escuela comunista.

Continuó estudiando por su cuenta, hasta que un profesor de historia y filosofía del arte, Juan Enrique Guerrero, se hizo en su mentor y lo instruyó para trabajar pictórica, musical y poéticamente. Y así el artista vino a fijar su atención en la teoría y composición musical que hoy integra su exploración visual.

En el verano de 2010, vino a los Estados Unidos como refugiado político. Actualmente vive en Syracuse, NY, junto a su esposa y tres hijos.

Andrea: Bueno Abisay, esta obra representa una cierta metáfora de la pérdida de la inocencia, ¿sí? Pero hay un objetivo narrativo, un elemento de construcción teatral, o narrativa. ¿Puedes comentar un poco sobre esa construcción?

Abisay: Sí, esto yo lo había empezado en el 2001 con una serie de cuadros que se llamó Rito Gular. A esa serie le siguen otras como Liturgia e Impenitente, una sucesión de series que van ahí, tienen que ver con la manera en que Adán y Eva, en mi historia, van construyéndose, cómo decirte, un imperio de su propio ego. Ellos empiezan a hacer crecer esto. Y el imperio llega a ser grande… pero me refiero a una situación interna del ser. A veces nosotros tenemos imperios por dentro. Y el ego nuestro es tan exagerado, desproporcionado, que lo que hay dentro de nosotros es un monstruo, y es ahí donde voy enfocando. Mi obra en sí, no habla de la pérdida de la inocencia, de eso habla la Biblia, y yo no estoy ilustrando la Biblia. Yo me estoy sirviendo de estas dos personas, Adán y Eva, para crear una historia en la que yo voy a desarrollar una idea, y en la que voy a transmitir mi pensamiento sobre el estado espiritual de nuestra época. En base a esto es que empiezo a edificar la estructura de mi obra. Cuando voy haciendo mis cosas no importa si un año hago un trabajo

CONVERSANDO CON ABISAY PUENTESPOR ANDREA LóPEz

y no vuelvo a retomar esa idea hasta cinco años más tarde. Yo tengo un orden lógico, por lo menos en mi cabeza, y en mis anotaciones, y sé por donde voy. Por lo general todo es en base al ser humano que tiene sus etapas. La primera serie que exhibí aquí en Syracuse se llamó Lamentaciones de Abisay. Y de ahí a los

Imposibilitados. Que en realidad viene siendo como el prólogo o la introducción de Las Lamentaciones. Es decir que si vamos a hablar del orden de la construcción narrativa mi imposibilitado se encontró con Adán en medio de su lamento y el imposibilitado pregunta, ¿Por qué el hombre sufre tanto? ¿Por qué hay tanto

sufrimiento en este mundo? ¿Por qué existe el dolor?” Y la respuesta de Adán es esta obra de teatro, que por supuesto, no esta concluida. Esto viene siendo un boceto, tres avances de lo que pienso hacer. Al final, espero que lo que se vea sea un gran mural.

Andrea: Y entonces, ¿qué intentas comunicar con tu obra?

Abisay: Yo propongo que el ser humano se de cuenta de que como vamos, no es lo ideal. La tesis principal de mi obra es que el ser humano, sin una concepción de Dios, si una idea que lo lleve a tener una coherencia con la razón primaria por la que existe, va a ser infeliz toda su vida. Si nosotros seguimos creyendo en ese irracional, que no me cabe en la cabeza y no encuentro otra palabra: humanismo, que espera de nosotros más de lo que nosotros somos, eso es vivir un idealismo que a la larga nos va a desencantar de nosotros mismos. Creo que la solución de la situación del ser humano ya se nos fue de las manos. Y creo que es un momento en que nosotros tenemos que por fin entender que, después de tanto palo que nos ha dado esta vida, después de tantos dolores que ha sufrido esta humanidad, la idea de la que se ha tratado de liberar, esa idea de la que el hombre ha tratado de escapar, esa idea ha alcanzado al ser humano. Y le ha hecho sufrir. ¿Cuál es la idea? La libertad que hay en Dios. Yo no creo que mi arte sea religioso, pero en el fondo de lo que estoy hablando es de eso. A nosotros nos ha alcanzado nuestra maldad. Y quizás suena un tanto apocalíptico lo que estoy diciendo. Pero la verdad, mira, hay personas que pueden vivir en el mundo y las cosas que

suceden les afecta a unos mas y a otros menos. Y una cosa es el mal, que las personas sean indolentes, que no les importe, que incluso los actos de generosidad, los supuestos actos de benevolencia, en el fondo lo que persiguen es un beneficio propio. Y no me refiero solamente a los ricos. Incluso, muchos pobres, cuando reciben ayuda, van a pedir más, y van a querer vivir en la pobreza para seguir recibiendo sin hacer nada. No lo veo como un problema político, ni religioso, es el ser humano. Si tú eres rico, tú vas a querer hacer cosas para que todos reconozcan lo bueno que eres. Y si eres pobre, quieres enseñar tu pobreza para que te den, y seguir viviendo en tu pobreza y seguir recibiendo. Es el ser humano.

Andrea Lopez is a student of International Relations, Citizenship and Public Affairs at Syracuse University's Maxwell School of Citizenship and Public Affairs and College of Arts and Sciences.

Nacido en Pinar del Río, Cuba (1974), el segundo hijo de un pastor bautista, Abisay Puentes, estudió en la Escuela Nacional de las Artes, en La Habana. La escuela les prohibía a los estudiantes hablar de la fe, o traer la Biblia a la escuela, ni nada relacionado a la religión. Abisay, fue expulsado por llevar una camiseta que decía, "Sonríe, Jesús te ama". Llorando en la acera de enfrente de la escuela juró nunca más asistir a una escuela comunista.

Continuó estudiando por su cuenta, hasta que un profesor de historia y filosofía del arte, Juan Enrique Guerrero, se hizo en su mentor y lo instruyó para trabajar pictórica, musical y poéticamente. Y así el artista vino a fijar su atención en la teoría y composición musical que hoy integra su exploración visual.

En el verano de 2010, vino a los Estados Unidos como refugiado político. Actualmente vive en Syracuse, NY, junto a su esposa y tres hijos.

Andrea: Bueno Abisay, esta obra representa una cierta metáfora de la pérdida de la inocencia, ¿sí? Pero hay un objetivo narrativo, un elemento de construcción teatral, o narrativa. ¿Puedes comentar un poco sobre esa construcción?

Abisay: Sí, esto yo lo había empezado en el 2001 con una serie de cuadros que se llamó Rito Gular. A esa serie le siguen otras como Liturgia e Impenitente, una sucesión de series que van ahí, tienen que ver con la manera en que Adán y Eva, en mi historia, van construyéndose, cómo decirte, un imperio de su propio ego. Ellos empiezan a hacer crecer esto. Y el imperio llega a ser grande… pero me refiero a una situación interna del ser. A veces nosotros tenemos imperios por dentro. Y el ego nuestro es tan exagerado, desproporcionado, que lo que hay dentro de nosotros es un monstruo, y es ahí donde voy enfocando. Mi obra en sí, no habla de la pérdida de la inocencia, de eso habla la Biblia, y yo no estoy ilustrando la Biblia. Yo me estoy sirviendo de estas dos personas, Adán y Eva, para crear una historia en la que yo voy a desarrollar una idea, y en la que voy a transmitir mi pensamiento sobre el estado espiritual de nuestra época. En base a esto es que empiezo a edificar la estructura de mi obra. Cuando voy haciendo mis cosas no importa si un año hago un trabajo y no vuelvo a retomar esa idea hasta cinco

CONVERSANDO CON ABISAY PUENTESPOR ANDREA LóPEz

años más tarde. Yo tengo un orden lógico, por lo menos en mi cabeza, y en mis anotaciones, y sé por donde voy. Por lo general todo es en base al ser humano que tiene sus etapas. La primera serie que exhibí aquí en Syracuse se llamó Lamentaciones de Abisay. Y de ahí a los Imposibilitados. Que en realidad viene siendo

como el prólogo o la introducción de Las Lamentaciones. Es decir que si vamos a hablar del orden de la construcción narrativa mi imposibilitado se encontró con Adán en medio de su lamento y el imposibilitado pregunta, ¿Por qué el hombre sufre tanto? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en este mundo? ¿Por qué existe el

dolor?” Y la respuesta de Adán es esta obra de teatro, que por supuesto, no esta concluida. Esto viene siendo un boceto, tres avances de lo que pienso hacer. Al final, espero que lo que se vea sea un gran mural.

Andrea: Y entonces, ¿qué intentas comunicar con tu obra?

Abisay: Yo propongo que el ser humano se de cuenta de que como vamos, no es lo ideal. La tesis principal de mi obra es que el ser humano, sin una concepción de Dios, si una idea que lo lleve a tener una coherencia con la razón primaria por la que existe, va a ser infeliz toda su vida. Si nosotros seguimos creyendo en ese irracional, que no me cabe en la cabeza y no encuentro otra palabra: humanismo, que espera de nosotros más de lo que nosotros somos, eso es vivir un idealismo que a la larga nos va a desencantar de nosotros mismos. Creo que la solución de la situación del ser humano ya se nos fue de las manos. Y creo que es un momento en que nosotros tenemos que por fin entender que, después de tanto palo que nos ha dado esta vida, después de tantos dolores que ha sufrido esta humanidad, la idea de la que se ha tratado de liberar, esa idea de la que el hombre ha tratado de escapar, esa idea ha alcanzado al ser humano. Y le ha hecho sufrir. ¿Cuál es la idea? La libertad que hay en Dios. Yo no creo que mi arte sea religioso, pero en el fondo de lo que estoy hablando es de eso. A nosotros nos ha alcanzado nuestra maldad. Y quizás suena un tanto apocalíptico lo que estoy diciendo. Pero la verdad, mira, hay personas que pueden vivir en el mundo y las cosas que suceden les afecta a unos mas y a otros menos.

Y una cosa es el mal, que las personas sean indolentes, que no les importe, que incluso los actos de generosidad, los supuestos actos de benevolencia, en el fondo lo que persiguen es un beneficio propio. Y no me refiero solamente a los ricos. Incluso, muchos pobres, cuando reciben ayuda, van a pedir más, y van a querer vivir en la pobreza para seguir recibiendo sin hacer nada. No lo veo como un problema político, ni religioso, es el ser humano. Si tú eres rico, tú vas a querer hacer cosas para que todos reconozcan lo bueno que eres. Y si eres pobre, quieres enseñar tu pobreza para que te den, y seguir viviendo en tu pobreza y seguir recibiendo. Es el ser humano.

Andrea López es estudiante de Relaciones Internacionales, Ciudadanía y Civismo en la Escuela Maxwell y el Colegio de Artes y Ciencias en Syracuse University.

Este Adán, mi Adán, inventa una historia bastante adornada y colorida, completamente opuesta de lo que la Biblia dice de Adán y de Eva. En el Acto 1ro se encuentra con un árbol de hojas rojas donde hay una manzana verde. Un árbol otoñal con una fruta verde es una contradicción, y es parte de esta ironía. El describe los colores y cómo nace el amor, que es el Acto 2. Ahí narra cómo él ve que nació el amor. Ahora tú dirías, ¿el amor a qué, a la fruta? No, a la fruta le dan una mordida y cuando terminan de comérsela la tiran. Es el amor propio, su propio ego, lo que la obra pretende exaltar. Y lo que Adán y Eva representan en su obra teatral, no es nada más que el proceso en el que ellos empezaron a acrecentar su ego y a complicarse. Y me quedé en el Acto 3, pero te digo que aquí hay más, mucho más que todavía está por verse.

This Adam, my Adam, invents a rather adorned and colorful story, completely opposite to what the Bible says about Adam and Eve. In Act 1 he finds a tree with red leaves and a green apple. An autumn tree with a green fruit is a contradiction, and part of this irony. He describes the colors and how a love blossoms, a love for what? a fruit? No, the fruit they bite and when they finish eating it they throw it away. It’s self love, their egos, what this work tries to bring to light. And what Adam and Eve represent in their theatrical piece is nothing more than the process though which they begin to expand their ego and complicate themselves. And I am still in Act 3, but I tell you, there is more, much more to see.

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