la carpinterÍa y la industria naval en el siglo xviii

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Page 1: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

LA CARPINTERÍA

Y LA INDUSTRIA NAVAL

EN EL SIGLO XVIII

Por

Gaspar de Aranda y Antón

Ingeniero de Montes

CUADERNOS MONOGRÁFICOS DEL INSTITUTO

DE HISTORIA NAVAL, N.° 33

MADRID 1999

Page 2: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

© Instituto de Historia y Cultura Naval

Printed in Spain - Impreso en España

Depósito Legal: M. 16.854-1983

ISSN: 84-0212-467-X

ÑIPO: 076-99020-Z

Imprime: Gráficas Lormo, S. A.

Isabel Méndez. 15 - 28038 Madrid

Cubierta: Aserradero a la inglesa...

(De la obra Diccionario demostrativo...

de Juan José Navarro, marqués de la Victoria.

1719-1756. lámina 28.)

Page 3: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

PRÓLOGO

Las exigencias militares y el desarrollo de los conocimientos náuti

cos y de diseño en arquitectura naval, unidos a un mejor tratamiento de

las técnicas relativas a la madera, permitió la aparición del navio de lí

nea -un buque con las máximas prestaciones ofensivas- en el siglo XVIII.

Para un ingeniero, tanto naval como forestal, el interés ante este

ingeniero de la técnica es relevante; para el primero es el diseño basado

en un cálculo hidrodinámico que le confiere las máximas prestaciones, y

para el segundo, el conocimiento del comportamiento de las maderas que

lo conforman. Pero la técnica en el diseño guarda tan íntima relación con

los materiales que lo constituyen que no se puede concebir una cosa sin la

otra. Además las técnicas de carpintería están concebidas para una materia prima concreta, la madera.

Por eso los antiguos ingenieros de la Marina tenían que adquirir una

formaciónforestal que les permitiera no sólo conocer los comportamientos tecnológicos de las maderas, sino también las técnicas culturales y

selvícolas que llevaran a la selección dentromórfica de lospies aptospara

el uso en la construcción naval. Esto hace que la concepción del navio de

línea no arranque del astillero, sino de bastante más atrás, del cultivo y

plantío de los montes y bosques, de las guía yformación de los árboles, de

la selección de los diferentes pies, según especies yformas, y del cuidado

en la corta, transporte, secado, labra y tratamiento de las maderas, todo

ello dentro de un marcojurídico que regule todas las operaciones.

Por ello, se puede afirmar, sin margen de error, que la construcción

naval en sus exigencias de maderafue el acicate principal para el desa

rrollo de una selvicultura específica con la finalidad tecnológica de obtención de maderas en calidad, tamaño yformas adecuadas.

Page 4: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

El autor de este cuaderno, Gaspar Aranda Antón, colaborador de la

Revista de Historia Naval, de este Instituto, doctor ingeniero de Montes y

profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, llevado por su afición

a la Historia Naval dedica su atención a los temas relacionados con la

arquitectura naval, razón por la que el Patronato de los premios "Virgen

del Carmen" le concedió el Premio "Universidad", en 1990, por su tra

bajo Los árboles de la Marina.

Desde hace bastante tiempo este Instituto mantenía la intención de

incluir el tema de la madera para la construcción naval en sus cuadernos,

dedicándole un número monográfico. Es un tema tan raro hoy en día

como querido y valorado en el ámbito naval desde aquellos tiempos en

que la mayoría de las sierras madereras, especialmente las de la costa,

pertenecían a lajurisdicción de Marina. Hoy, lógicamente, las necesida

des de madera en la Armada han dejado de ser vitales, pero los estudios

de esta actividad no pueden omitirse cuando los historiadores se enfren

tan con la construcción naval, especialmente en el dilatado período en el

que nuestras armadas navegaban y combatían por todos los mares del

mundo y España mantenía en ellos astilleros activos para surtirlas de

buques y apoyarlas.

Fernando Riaño Lozano

Almirante director del

Instituto de Historia y Cultura Naval

Page 5: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

SUMARIO

Pág.

El navio de línea 9

La selección de las maderas 17

La física de las maderas 21

El destino de las maderas 25

Conservación y protección de las maderas para el uso naval 27

La madera en los diseños de arquitectura naval 32

Características constructivas de la arquitectura naval española 36

Evolución del navio de línea 38

Comportamiento hidrodinámico de las maderas en la geometría del

navio 42

Los costes en la construcción, las contrataciones y consumos 44

La construcción en el astillero 51

Las cortas: hipótesis de partida 55

El programa de botaduras 60

Valoraciones de las cortas 67

Notas

ANEXOS

Anexo 1. La carpintería naval en la Enciclopedia Francesa 85

Anexo 2. El Manuscrito del marqués de la Victoria 90

Anexo 3. Tecnología de la madera para la construcción naval 91

Anexo 4. Tabla de configuración de piezas 99

Anexo 5. Cuadros y gráficos 104

ILUSTRACIONES 111

Bibliografía 125

Page 6: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII
Page 7: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

EL NAVIO DE LINEA

Según los diferentes diseños de la arquitectura naval, los despieces de made

ras para un navio son diferentes, no tanto en las formas como en los tamaños.

Ahora bien, conviene hacer una clasificación del navio de línea (1) pero antes que

nada conviene definirlo.

El navio de línea es un buque principalmente ofensivo, aunque en sus come

tidos cabe la función de escolta de convoy, estando concebido principalmente para

combate en línea en razón a su artillado a babor y estribor en la formación clásica

de escuadra.

De propulsión mediante velas cuadradas, consta de 3 palos: trinquete, mayor

y mesana con un bauprés a proa. En cuanto a su concepción, consta de un casco

que sostiene de uno a cuatro puentes (2), en los que se sitúa la artillería (3), y de un

castillo a popa.

La clasificación se hace, en general (4), atendiendo a su poder ofensivo y así

el navio arranca de un buque de 50 cañones o más hasta alcanzar los 120 (5).

En general los diseños suelen ir de 10 en 10 cañones, aunque el navio típico

de la época fue el de 70 cañones (6). Por debajo de 50 cañones, y hasta 25, con un

sólo puente, está la fragata con una función más propia de escolta.

La clasificación en función a sus bocas de fuego está relacionada íntimamen

te con su eslora, manga, puntal y calado, así como ser un determinante en el diseño

el número de puentes o niveles o plataformas, lo más normal dos o tres. A su vez,

la superficie de trapo está en relación con el arqueo del navio.

Hay que tener también en cuenta, que la elección de uno u otro potencial

ofensivo de bocas de fuego condiciona el diseño del navio, debiéndose aplicar una

u otra técnica de arquitectura naval, y de ahí, tanto en la construcción como en la

puesta en obra, el conocimiento exacto del comportamiento de las maderas resulta

esencial. Pero este comportamiento está íntimamente relacionado con su calidad, y

esto último con una buena o mala selvicultura.

En definitiva todos los caminos nos conducen a la estrecha relación que pre

senta el cuidado del monte y el bosque para la concepción de un buen navio de

línea del siglo XVIII.

Esa tarea nunca resultó fácil, debido, a la oposición que los municipios, siem

pre parcos en recursos, mostraron ante la Administración de Marina, con reparos

de los Intendentes a las cortas en los montes bajo su jurisdicción, y que en algunos

lugares, como en la Sierra de Segura, dieron lugar a revueltas de los vecinos. En

los montes de particulares la imposición de precios tarifados dio lugar a la oposi

ción de parte de la nobleza.

El flujo esquemático de las operaciones resultantes a la obtención del navio

puede ser el siguiente:

Page 8: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

N.°

1

2

3

4

5

6

7

8

FASE

Formación de la madera

Trabajos culturales a la

madera

Extracción de la madera

Tratamientos

de la madera

Formación de piezas

Diseños y formas

Construcción,

ensamblaje y montaje

Acabado y botadura

OPERACIONES

Siembra o plantación

Conducción y podas

Criterios de selección

Corta

Saca y desembosque

Secado

Protección

Aserrado

Ensamblaje

Carpintería

Arquitectura Naval

Astillero

Astillero

CARÁCTER

Forestal

Forestal

Forestal

Tecnología forestal

Industria primaria

forestal

Tecnología naval

Industria de

transformación naval

Ingeniería naval

Las fases 1 a 5, son de completa competencia forestal y es ahí donde se va

a hacer el mayor hincapié, pero siempre, aunque pequemos de ser reiterativos,

no hay que olvidar que sin un medio conveniente no se puede conseguir un fin

adecuado, es decir, el producto acabado: el navio de línea, el cual depende en

calidad y prestaciones de una adecuada toma de decisiones en las fases anterio

res. Además los costes de producción son dependientes de la buena calidad de

las maderas así como de su localización y distancia a los centros de consumo:

los astilleros y los arsenales(5).

¿Por qué el estudio del navio de línea bajo la óptica de la selvicultura,

ordenación y tecnología forestal? Las razones son múltiples, y sólo algunas de

ellas, las más importantes se van a señalar a continuación:

a. La importancia estratégica que durante el siglo XVIll tuvo el navio de

línea, indicador de la hegemonía marítima de las naciones.

b. La complicación de su arquitectura y diseño, razón de variadas escuelas

y tecnologías que exigían diversas y múltiples prestaciones a las maderas

fruto de la evolución de la tecnología náutica.

Page 9: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

c. Las distintas técnicas de tratamiento a las maderas para una puesta en

servicio, así como las prácticas de mantenimiento necesarias.

d. La variada y compleja concepción estructural demanda distintas clases de

madera que obligan a una permanente reserva en pie de las mismas (no

siempre debidamente planificada).

e. El importante complejo industrial montado para el fomento de la Marina y

por tanto para la obtención de estos buques.

f. El avance técnico en la física mecánica, muchas veces impulsada para el

desarrollo de esa industrial naval.

g. El elevado coste de producción de esa industria de importante repercusión

económica en las Haciendas públicas.

h. La carrera emprendida por las potencias marítimas de entonces en la

mejora de sus tecnologías.

i. El comercio maderero que se desarrolló al amparo de esta construcción

naval entre las naciones.

j. La compleja formación técnica de personal a todos los niveles para llevar

a cabo la empresa.

k. El coste ecológico que se contrajo por un inadecuado manejo de las masas

forestales.

1. La compleja e importante industria auxiliar que creció al amparo de los

astilleros y arsenales.

m. La sincronización de habitáculo, artillado, náutica, achique, etc., que com

ponen el complejo ingenio.

Muchas de estas razones inciden de lleno en el campo de la ciencia fores

tal y son esas las que nos obligan a un estudio en detalle.

De entre ellas podemos resaltar las siguientes:

1. Incidencia sobre las masas forestales y principalmente de aquellas de un

elevado valor ecológico.

2. La tecnología aplicada al uso, disposición y tratamientos de las maderas.

3. El desarrollo de la ciencia forestal aplicada a la construcción del navio de

línea.

4. El empleo de distintas maderas según su puesta en servicio.

5. El desarrollo de una legislación forestal en todas las naciones cuyo fin es

el fomento de la Marina.

6. La incidencia social y económica que supuso la práctica de los aprove

chamientos forestales.

El producto de síntesis de la investigación son las maderas, tanto de conífe-

9

Page 10: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ras como de frondosas, no siempre dispuestas por las exigencias técnicas del

diseño del navio de línea sino condicionado su empleo en razón a las existencias.

Otros problemas se presentan también en el navio de línea en base a la

materia constitutiva: la madera, como son la estanqueidad del buque, la adapta

ción a los esfuerzos hidrodinámicos (6), la defensa ante los agentes destructores

xilófagos (7), la maniobrabilidad marinera y, por último, la conservación ante un

ambiente agresivo. Todos estos factores son función no sólo del sistema cons

tructivo de ensamblado y de la arquitectura de diseño sino del comportamiento

intrínseco de las maderas tanto desde un aspecto individual de cada una de las

especies arbóreas utilizadas como de la funcionabilidad conjunta de todas ellas

en un todo.

Cabe por tanto hacerse la pregunta ¿La madera de un navio tiene un

comportamiento pluriunitario o globalizado? La respuesta se irá dando a lo

largo de esta exposición en los apartados correspondientes, ya que la inves

tigación basada en las experiencias de la época es materia de la ingeniería

forestal. Los ensayos realizados por Duhamel y otros estudiosos ilustrados

serán en todo momento analizados bajo el conocimiento cientifico-técnico

actual.

Resulta obvio que hoy en día no se conciba la construcción de un navio de

línea, las técnicas actuales dan lugar a otros diseños y al empleo de otros mate

riales con resultados mucho mejores; pero este vetusto ingenio de los mares fue

un puente tecnológico que permitió el avance de la industria naval; de sus defi

ciencias se sacaron conclusiones que permitieron cambios y mejoras. Pero la

historia ya está escrita y en ella el navio de línea ocupa un puesto preeminente

en el siglo xvm, y se diseñó en madera, y la madera es producto de nuestros

bosques, y por tanto corresponde a ellos la gloria y las miserias de este artificio

humano.

Por tanto son nuestros bosques los padres del navio de línea, y la bondad

de aquéllos y su mucha entrega dio origen a tan importante revolución marinera.

Durante centurias el destino de nuestros montes y bosques estuvo dirigido

a las artes de la construcción naval, y el navio de línea ocupa la cúspide de todos

los productos finales.

El conocimiento de los estados de almacén de maderas en astilleros y

arsenales, las relaciones de las cortas en los aprovechamientos, los despieces

según tipo de navio, los estados de la construcción y de puesta en servicio, los

períodos de carenas, etc., permiten una valoración en términos históricos de lo

que fue y representó el navio de línea en la tecnología y tratamiento de las

maderas.

El conocimiento a que se llega después de un concienzudo estudio per-

10

Page 11: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

mite sacar conclusiones de un enorme valor, tanto histórico como científico, que

enriquece el cometido profesional de la ingeniería forestal, siempre presente

desde que una embarcación se botó en el agua.

La labor de la ingeniería forestal no termina con la extracción del pro

ducto (la madera) del monte, ni del mantenimiento sostenido del recurso renova

ble, sino en dar utilidad y beneficio a dicho producto, y es en esa etapa cuando

inicia su recorrido la industria forestal transformadora que, como su nombre

indica, bajo criterios económicos y mercantiles y con el apoyo de las técnicas

adecuadas, modelan el producto primario en formas adecuadas para su destino,

y en nuestro caso el destino naval. Y es quizás en esa segunda etapa cuando la

ingeniería forestal tiene que llegar a un más profundo conocimiento del producto

de los bosques: la madera, empleando el "ingenio" de sus profesionales en la

concepción de nuevas formas. La Marina, y dentro de ella sus ingenieros nava-

les-forestales fueron durante el siglo xvm los artífices de esos bosques flotan

tes que recorrieron los mares y océanos. Ese enorme esfuerzo es obligado el

darlo a conocer mediante una actualización histórica en base a una labor inves

tigadora que enriquece y amplía el campo de lo forestal.

Además, a resultas de ese gran esfuerzo, en el que España ocupa un

lugar preeminente, se llega a la cúspide y al ostracismo de forma casi simultá

nea, es decir, cuando se consigue técnicamente el más perfecto navio de línea

del siglo XVlll, aparece el nuevo diseño del buque metálico impulsado a vapor

que lo desplaza (11).

En Trafalgar, en 1805 y poco más se produce el ocaso de tan compleja

y perfeccionada máquina de guerra, pero las técnicas empleadas en el trata

miento de las maderas para su puesta en servicio en ambientes hostiles, siguen

en vigencia hoy después de doscientos años.

La elección de las distintas especies arbóreas según destino en las diferen

tes partes del navio, es materia pura y simplemente forestal; el comportamiento

de las diferentes piezas según la especie elegida es fruto de una dilatada expe

riencia marinera, por lo que su recorrido en la historia desde el siglo XVI al siglo

XVIII permite conocer los métodos que llevaron a la elección: especie arbórea/

formación de la pieza/disposición estructural en el navio. Esta secuencia de

base empírica fue desarrollando a lo largo del tiempo variadas técnicas en los

tratamientos y conservación de las maderas, generándose un proceso selectivo

de las especies arbóreas a emplear, desechándose unas y buscándose otras

nuevas.

La moderna tecnología de la madera debe mucho a la industria naval-

forestal que culminó en el siglo XVIII.

Nunca como entonces nuestros montes y bosques tuvieron tan alto valor

11

Page 12: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

estratégico ni quizás tanta preocupación despertaron a nuestros gobernantes su

conservación y fomento, y fruto de ello es la legislación promulgada al respec-

to(12). Sólo la rapiña, fruto de una ambición desmesurada, llevó a muchas de

nuestras masas forestales de roble a una presencia testimonial hoy día. Estudios

recientes demuestran que los astilleros y arsenales no fueron por si solos la

causa o motivo de nuestra decadencia en el siglo XVIII respecto a nuestra rique

za forestal, pues su acción denominada a veces como devastadora fue más

cualitativa que cuantitativa, pero esto será motivo de análisis en otro capítulo.

Durante el siglo XVIII el navio de línea experimentó múltiples transforma-

ciones(13) que disminuyeron su porcentaje de obra muerta, lo que permitió que

ganaran en velocidad sus desplazamientos, aunque las mayores necesidades

artilleras hicieron aumentar su arqueo y tonelaje. El mejor ensamblado de sus

piezas y el mejor conocimiento físico-mecánico de las mismas estilizó su diseño

haciéndolos más marineros. Las mejores técnicas en los tratamientos de las

maderas aumentaron la vida útil de los navios y la introducción en los astilleros

de nuevos tipos de dársenas( 14) facilitó el mantenimiento y puesta a punto de los

mismos.

Sirva como ejemplo la descripción que hace el marqués de la Victoria

D. Joséf Navarro, héroe de Cabo Sicié, en el año 1756:

«El navio es un cuerpo tan irregular que por jamás se le podrán

quitar todos los defectos que produce su figura, porque si se logra enmen

dar uno, se le sobreviene otro, y en enmendado dos sale siempre otro terce

ro, que muchas veces es peor que los dos enmendados. Todo el primor

consiste en estar en equilibrio sobre las aguas, y que tantos miembros tiene

de un costado como de otro; pero su popa y proa son diferentes, y la arbo

ladura toda desigual; por cuyas razones habiéndome hecho cargo de to

dos los defectos que se experimentan y resultan de algunas proporciones

en su cuerpo, cuando no se aproximan a una cierta regularidad y corres

pondiente proporción al todo, pongo la proposición de que dadas las di

mensiones que se hallan buenas y de las que resultan las mejores propie

dades en un navio propuesto; esto es, dada la eslora o longitud; sus lineamientos

ó declives de popa y proa; la manga ó mayor ancho; la quadra de popa ó

mayor anchura de ella; la altura o puntales de los entrepuentes; el yugo ó

ancho de la popa y las distancias ó chazas de las portas, delinear el pro

totipo debaxo de los tres planes ichnográfico, escenográfico y ortográfico

con todas sus cuadernas intermedias proporcionales...».

Es el navio de línea, a partir del Sovereingh of the Seas en el año 1637

según diseño del arquitecto naval Phineas Pett( 15), es la más compleja estructu-

12

Page 13: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ra de madera realizada por el hombre en base a una tecnología aplicada a la

misma para obtener de ella el máximo rendimiento en un ambiente altamente

agresivo. Los despieces según tarifas (16), el posterior ensamblaje y el complejo

tratamiento aunan dentro del más puro sistema inductivo del conocimiento de la

ciencia y de la técnica un esfuerzo humano de magnitud extraordinaria.

13

Page 14: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ÍNDICES

DE LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL

REVISTA

DE

HISTORIA NAVAL

ÍNDICES DE LOS CINCUENTA

PRIMEROS NÚMEROS

NUMERO KXTRAORD1NAK1O

APÍO XIV Número Eslra

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

ARMABA ISÍASOLA

Están a la venta los ÍNDICES

de los cincuenta primeros núme

ros de la Revista de Historia

Naval, cuyo contenido es el que

sigue:

• Introducción (estudio histórico

y estadístico).

• Currículos de autores.

• índices de los números 1 al 50.

• Artículos clasificados por or

den alfabético.

• índice de materias.

• índice de la sección La Histo

ria Marítima en el mundo.

• índice de la sección Recen

siones.

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vista, se vende al precio de 1.000 pesetas (IVA incluido) más gastos de

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Instituto de Historia y Cultura Naval.

Juan de Mena, 1,1.°. 28071 MADRID. Fax: 91 379 5945.

Servicio de Publicaciones de la Armada.

Montalbán, 2.28071 MADRID. Fax: 91 379 50 41.

Museo Naval

Juan de Mena, 1.28071 MADRID. Fax: 91 379 50 56.Venta directa.

INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVAL

14

Page 15: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LA SELECCIÓN DE LAS MADERAS

La arquitectura del navio requiere determinadas formas en las piezas de

madera, así como distintas procedencias según la función que se les asigna. Por

tanto la selección de árboles en el monte por parte del constructor de navios

atiende a dos exigencias fundamentales:

- Elección de la especie según destino.

- Elección de la forma del árbol según disposición en el diseño.

La elección de la especie/s será tratada en el apartado "EL DESTINO DE

LAS MADERAS", por lo que hacemos aquí sólo hincapié en el proceso electivo delárbol, es decir, su señalamiento según la forma natural que presenta.

Es el llamado dendromorfismo (17) pie a pie buscando la mejor forma o

ligazón mediante un método de entresaca en masas de monte irregular.

Para mejor búsqueda de la forma del árbol, el constructor se provee de

"plantillas" que reproducen fielmente la pieza necesaria.

Con objeto de obtener del árbol la pieza más apropiada es por lo que se

prodiga la poda de formación buscando piezas curvas, que son las más difíciles

de obtener, pues el método de guía y conducción de árboles tiernos, aunque se

experimenta en el siglo xvm no alcanzó los éxitos apetecidos (18).

Las visitas a los montes costeros por los funcionarios de Marina durante

todo el siglo XVIII, permitieron conocer de una forma grosera la riqueza de los

mismos, lo que a su vez permitió elaborar los planes de extracción de las maderas

necesarias para abastecer los astilleros y arsenales reales en razón de la demanda

producida por los planes de fomento de la Marina Real en cada momento.

Los métodos selectivos de señalamiento de tipo dendromórfico salvó a

muchos árboles, se entiende de frondosas, como robles, olmos, álamos, etc., de

la tala, en especial aquellos de configuración recta, es decir los que se entiendeque son de mejor conformación.

A su vez las dificultades de la saca preservó a aquellas masas más

alejadas. No obstante las continuas necesidades de la Marina (19), y en especial

el voraz consumo de las ferrerías y fábricas de artillería (20) hizo que se fueran

extendiendo las superficies de actuación de las talas, sacrificándose importan

tes masas arbóreas de robles de un elevado valor ecológico (21).

El navio de 70 cañones, prototipo del siglo XVIII, requería para la cons

trucción de su infraestructura (quillas, cuadernas, varengas, rodas, codastes,

etc.), una cantidad de madera de roble labrada de no menos 3.000 m\ corres

pondientes a 2.000 pies de más de 120 años, en una superficie de al menos 36 haa marco de 12 m x 15 m.

15

Page 16: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

En «Des bois propes au service des arsenaux de la Marine de la

guerre», de Mrs. Herbin de Halle, publicado en París en 1813 en base a las

ordenanzas francesas de finales del siglo xvill, se representan las distintas for

mas que deben de tener los árboles y su disposición en la estructura del navio. Su

simple examen ponen de manifiesto la complejidad del proceso de selección así

como lo penoso del trabajo buscando en un examen visual las formas más con

venientes.

Es por tanto el criterio de selección de árboles empleado por la Marina del

más puro carácter tecnológico en razón a la pieza necesaria, sin que se tengan

en cuenta otros criterios como el selvícola, ecológico, el de máxima renta en

especie o el puramente económico.

Por tanto, al no primar un sistema de selección de carácter puramente

económico o de rentabilidad, así como el utilizarse un método de entresaca en

masas arboladas de estructura irregular, el daño producido a las mismas, tanto

en nuestros montes y bosques costeros, aunque grande, no llegó a ser catastró

fico, y los datos así lo demuestran. Lo que sí es cierto es que el método particu

lar de selección de la Marina eliminó de nuestros bosques aquellos ejemplares

arbóreos más singulares (22).

La actuación sobre montes de realengo y de propios de las corporaciones

locales y de los particulares por parte de la jurisdicción de la Marina en exclusi

va, hizo que se preservaran del destino marinero las masas forestales del común

de los pueblos, por lo que los daños a la riqueza forestal de estos últimos nunca

deberán imputarse a la administración de la Marina.

Sería incompleto el contenido dado a este capítulo si no se hiciera especial

mención al conjunto de la saca en un sentido amplio, arrancando del señala

miento del árbol en pie para su destino como "Árbol del Rey", mediante la

impronta con el hierro en su corteza.

Después la corta, el derribo, el desembosque, apilado y transporte a los

puntos de consumo.

La Marina apeaba los árboles para su consumo en aquellas fechas en que

la madera podía secarse bien, sin miedo a pudriciones, que generalmente coinci

día en los menguantes de luna de diciembre, enero y febrero «... que es cuando

la savia está sin mover y dicen los carpinteros que retrocede hasta las raíces a

causa de la frialdad de la atmósfera. Entonces el árbol está más sano y dispues

to a enjugarse después de cortado. En primavera se descascarillaban lo que no

perjudica su albura...».

En un principio la corta se hacía con hacha, más tarde se usó la sierra de doble

mano (Ordenanzas de 1803). El derribo y sobre todo la guía en la caída, se realizaba

mediante cuñas y cadenas tal como se sigue haciendo en muchos lugares hoy en día.

16

Page 17: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

El desembosque era mediante arrastre a sangre, e incluso a veces a hom

bro de hombres como se hizo en alguna saca en la sierra de Segura. En otras, si

se disponía de trochas o caminos hasta la corta se realizaba mediante carretas,

utilizando para la elevación cabrestantes rudimentarios. Cuando el tiempo lo

permitía, los troncos descortezados y en general desrramados se apilaban en

tinglados en el monte a la espera que llegara el tiempo de verano para transpor

tarlos al astillero.

Cuando existía una vía fluvial, el transporte se hacía por flotación mediante

"maderadas" o "pinadas", desde las sierras del Irati o los montes de Cuenca y

sierra de Segura (23), a través del Ebro, Turia, Guadalquivir y Segura, entre

otros. Desde la desembocadura hasta los astilleros, las maderas se transporta

ban generalmente en urcas. Este modo de transporte económico en su uso pro

dujo elevadas pérdidas.

Para efectuar el transporte fluvial se levantaron planos de gran belleza y

precisión como el que desde el nacimiento del río Guadalimar llevaba maderas

de la sierra de Segura a través del río Guadalquivir a los muelles del Arenal de

Triana, en Sevilla.

El método de selección descrito corresponde exclusivamente para aque

llos árboles que sus maderas tenían como destino la construcción naval, pero

fueron muchas las cortas que se hicieron para alimentar las fraguas y hornos de

ferrerías, de fábricas de armas e instalaciones mineras de hierro y cobre. Para

estos destinos la corta de árboles fue indiscriminada para la obtención de leñas

y carbón vegetal, convirtiéndose en tallares esquilmados los en otro tiempo her

mosos montes altos de robles.

Las cortas a hecho y a matarrasa fueron las más frecuentes, llegando la

furia arboricida hasta las masas forestales de la provincia de Burgos (24).

Cultivos de naturaleza agrícola como el lino para velámenes y el cáñamo

para sogas y cordelería, proliferaron sobre todo en las proximidades de los arse

nales.

Pero no todo fueron talas, las Ordenanzas de Marina incluyeron normas

repobladoras con la creación de viveros y planteles, aunque el eco entre la po

blación no tuvo la respuesta esperada, por lo que el balance fue negativo para

nuestra superficie asombrada de bosques. No obstante voces "ilustradas" se

hicieron eco de la necesidad de restituir las masas forestales (25).

La producción de breas para el calafateado de los navios redujo, aunque

en términos menos peligrosos, las masas de pinares de la vertiente mediterrá

nea.

En resumen, podemos establecer el siguiente cuadro de métodos de selec

ción de árboles y cultivos para uso de la industria naval:

17

Page 18: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Método de selección según usos y destinos

Destino

Piezas

componentes

del navio

Fábricas de

artillería,

ferrerías y

minas

Fabricación de

breas

Fábricas de

lonas y de

cordelería

Método

de selección

Dendromórfico por

entresaca

Método de beneficio:

monte bajo

a matarrasa

Método de beneficio:

monte alto a hecho

Cultivo agrícola

Especies forestales

extraídas

Frondosas: robles,

olmos, álamos, etc.

Coniferas: pinos,

cipreses, abetos, etc.

Frondosas: robles

Coniferas: pinos

Lino y cáñamo

Usos

Piezas de

arquitectura

naval

Leñas, carbón

vegetal

Resinas, breas

alquitranes

Velamen, sogas y

maromas

Los aprovechamientos forestales para obtener maderas y productos deri

vados del bosque no siempre fueron realizados directamente por la Administra

ción de la Marina, sino que se utilizó el sistema de asiento. Asentista afamado

por la importancia que tuvo en su tiempo fue Fernández de Isla.

Los métodos de selección los ejerció la Marina en los montes bajo su juris

dicción sitos a 25 leguas de las costas peninsulares e insulares, así como en los

montes de las Indias. En estos últimos se dictaron para su explotación algunas

normas específicas al respecto.

Aunque el estudio acometido nace en la Ordenanza de Arsenales de 1717,

promovida por D. José Patino, Intendente General del rey D. Felipe V, y termina

en 1805 con la batalla de Trafalgar, la jurisdicción sobre los montes y bosques

costeros por la Marina se prolongó hasta el año 1833 con las Ordenanzas de

Javier de Burgos, las que se pueden considerar como la primera norma de ca

rácter forestal y civil de ámbito general promulgada en España.

18

Page 19: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LA FÍSICA DE LAS MADERAS

Los arquitectos navales e investigadores forestales de la madera en el

siglo XVIII como Buffon (26) y Duhamel du Monceau (27), atribuían al peso

específico la cualidad de dónde se podía apreciar mejor la calidad de una made

ra como material de construcción, iniciando y propulsando las investigaciones

sobre dicha propiedad.

Continuadores los encontramos a principios del siglo XIX en Chevandier y

Wertheim en su trabajo ya clásico de Mémoire sur les propietés mécaniques

du bois publicado en París en 1848.

Sin quitar la ineludible influencia que el peso específico tiene en la resis

tencia de las maderas, hay que tener en cuenta otros factores como la desvia

ción y dirección de las fibras, la nudosidad y especialmente el grado de hume

dad, por lo que el peso específico tiene un valor de carácter probabilístico, te

niendo en cuenta que respecto a él las comparaciones entre maderas deben

hacerse en circunstancias de isohumedad.

Los sistemas de determinación del peso específico aparente de la madera

se efectuaba en ensayos de determinación del volumen por medición de sus

dimensiones o por el método de desplazamiento de fluidos (28).

El valor del peso específico aparente de la madera depende de la relación

entre el volumen total exterior y el volumen ocupado exclusivamente por la

materia que forma la pared celular (29).

Volumen de poros

V = 1 cm3 (volumen anhidro)

Vp = 1- 0, 677 Yo

Y = peso específico aparente

Relación entre peso anhidro y el seco volumétrico

R 100■o

100 +av

a = porcentaje de hinchazón

19

Page 20: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Tabla de pesos específicos

ESPECIES

Pinabete (A. alba) sin corteza

(|)>40cm

Pino silvestre (P. sylvestrís) sin corteza

(j) > 40 cm

Haya (F. sylvatica) sin corteza

(|>>30cm

Roble (Q. robur) sin corteza

Pesos kg/m3 en rollo

En verde

800

750

1.000

1.000

Pesos kg/m3 en rollo

Con humedad

de monte

600-800

600-800

800-1.000

800-1.000

Según R. Trendelenburg. Kollmann.

El navio al ser una estructura compuesta por un entramado de maderas

mediante clavazón, yuxtaposición o ensamblaje presenta, desde el punto de vis

ta físico de su comportamiento, unas exigencias para el rozamiento adhesivo y

de deslizamiento, en el plano de las superficies de contacto. Además, las super

ficies, pese a una buena "labra", no siempre son lisas sino que presentan depre

siones y elevaciones más o menos pequeñas, acentuadas en el movimiento nor

mal del buque, dando origen a solicitaciones por levantamiento, deformación o

corte, influyendo además la adherencia, capilaridad etc. (30).

Todo esto motiva una gran dificultad para medir la fuerza de rozamiento.

En general:

T = \i. N = tg p. N

p. = coef. de rozamiento al deslizamiento

p = ángulo de rozamiento

Page 21: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Tabla de coeficientes de rozamiento de madera estructural de un navio

MADERA

Maderas

Roble con roble

m

Roble con roble

(i-)

Roble de través

sobre roble

al hilo

COEFICIENTE DE ROZAMIENTO

|*i (por deslizamiento) / S

Secas

0,48

0,34

0,19

Lubricadas

0,16

■■■ .■■;—■

_

Mojadas

con agua

0,25

_

|XO (en reposo) / S

Secas

0,62

0,54

0,43

Lubricadas

0,44

:.■■'—

Mojadas

con agua

0,71

Según Landolt - Borstein

Müller - Pouillet

La arquitectura naval del navio, sea cual sea su diseño de forma, como su

distribución estructural ha de tener en cuenta el comportamiento en servicio de

la nave en el medio acuático, tanto de su obra muerta como de la viva, someti

das ambas a distintas influencias desde el punto de vista de la humedad. Tanto la

presión de hinchazón como el calor debido a la misma, darán origen a distintas

magnitudes. Como consecuencia, tanto la hinchazón como la merma de los com

ponentes estructurales del navio fueron motivo de preocupación de los arquitec

tos navales del siglo XVIII, y un buen conocimiento empírico de las maderas en

servicio palió las más de las veces los deficientes conocimientos termico-mecá-

nicos de las maderas en uso para la construcción naval.

La variación de volumen de las maderas de un navio (en más o en menos)

en la puesta en servicio requería el calculo conveniente de las holguras que

había que dejar en el diseño; el asentamiento estructural en base al comporta

miento de las maderas, hacía que fuera el buque una estructura dinámica per

manente.

Otro problema que se presenta al arquitecto naval es la anisotropía de la

hinchazón.

Este es un problema crucial en las formas del navio en su contacto con

el agua (bajo línea de flotación) o casco, en general de madera de coniferas

(P. sylvestris).

Es sabido que la contracción en sentido tangencial es la mayor con gran

diferencia; la radial es notablemente menor, y por último la contracción en sen-

21

Page 22: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

tido longitudinal es prácticamente despreciable. Por eso en la construcción de

forros de cascos y cubiertas se buscan las piezas, ya en clavazón como en

ensamblaje según la disposición longitudinal para solucionar mediante el calafa

teado el problema de estanqueidad.

Los ensayos realizados por A. Koehler sobre la contracción longitudinal de

maderas para valores distintos de humedad, son muy significados sobre la dis

persión de comportamiento.

A su vez, el aumento o disminución de la cantidad de agua contenida en la

estructura del navio, hace variar el peso de la nave, y de la velocidad de los

cambios dependen las oscilaciones de la línea de flotación y la efectividad de

sus baterías de fuego.

El problema de la hinchazón se aminora gracias a la bondad de la madera

debido a pequeñas variaciones de volumen en función de la humedad que acu

san hacia el 40 por ciento un valor asintótico constante. Para valores de a

(hinchazón longitudinal) según Morath la hinchazón en volumen nunca alcanza

el 1 por ciento. En cambio, al principio de la puesta en servicio del navio y hasta

que este alcanza la humedad de saturación los cambios en volumen son conside

rables, siendo este período de la construcción el de mayor preocupación entre

los arquitectos navales y ensambladores de navios en el siglo xvm.

Según Frey-Wyosling la causa de la contracción anisotropica no debe bus

carse en modo alguno en las capas secundarias del tabique celular, sino en la

capa intermedia.

22

Page 23: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

EL DESTINO DE LAS MADERAS

El conocimiento empírico de las maderas para su mejor uso en la carpinte

ría naval, constituye en el navio de línea la culminación tecnológica del siglo

XVIII.

La variedad de piezas y ensambles que constituyen el buque tipo del siglo

XVIII queda de manifiesto ante la mera enumeración de las piezas que compo

nen el casco:

Sección según el plano vertical que pasa por la quilla de popa a proa:

La quilla, la falsa quilla, la sobrequilla, la roda, la curva de peralto, el espo

lón, el pie de roda, el codaste, la curva coral, las cuerdas de bajo cubierta, los

puntales, la madre del timón, el tajamar.

Sección según el plano perpendicular a la quilla:

Las cuadernas, las bulárcamas, los palmejares, las varengas, las varengas

levantadas, los genoles, las ligazones, los baos, los durmientes, la carlinga, las

aletas, las astas.

Sección horizontal:

Las tablas de fondo y cintas, las cosederas, los palmejares, los yugos, la

madre de dos vueltas, la curva de banda, las busardas, los espaldones.

Es en la selección de la madera, en especie, salud y forma en donde se

asienta el arte del carpintero naval y de cuyo acierto se obtienen los buenos

resultados marineros y la duración del ingenio.

La madera de roble, en especial el pedunculado (Q. robur. L) es la más

conveniente para piezas estructurales como quilla, cuadernas, codaste, roda, y

pie de roda.

El roble y algunas coniferas como el pino melis (P. sylvestris. L) eran

buenos para piezas de menor calibre como baos y medios baos.

El pino, el alerce (L. decidua. L) y el álamo negro (U. minor. L) eran

buenos para tablas, cintas de forros y en general para piezas de vuelta.

Para arboladuras siempre pinos de Riga (P. sylvestris. L) o abetos (A.

alba. L), siempre a falta de ellos se emplearon pinos salgareños (P. nigra.

Poir).

La condición de empleo de estas maderas es no tener defecto ni enferme

dades, estructura limpia, con pocos nudos y de forma flexible (31). Otras veces,

la elección de especies para el uso naval han venido condicionadas por su proxi

midad geográfica al astillero.

23

Page 24: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Así, en el levante español se empleaba el olivo, el almendro, el naranjo e,

incluso, el algarrobo (C. silicua. L) de madera blanda y fofa. En la baja Anda

lucía, el quejigo (Q. lusitanica), el pinsapo (A. pinsapo), la encina (Q. ilex. L)

y el alcornoque (Q. súber. L). En la cornisa cantábrica, los robles pedunculado

(Q. robur. L) y sentado (Q. petrae. Liebl) , el haya (F sylvatica. L), el olmo

(U. minor. L), el pino albar (P sylvestris. L) y el pinabete (A. alba. L).

Las maderas más pesadas y duras, como el roble, se empleaban en la

carpintería del navio en las llamadas piezas resistentes de "cuenta de casco" y

las más livianas o blandas (en Francia se empleaba con éxito la madera de

plátanos (P orientalis. L) ) en los altos y superestructura para no disminuir la

estabilidad.

Los carpinteros navales denominan la madera de "buena", "inferior" o

"reprobada", esta última a la que acompaña el "vicio penetrante".

Desde antiguo se emplearon las maderas de tejo (T. baccata. L) y de

sabina (/. sabina. L), para tallas y mascarones, el cedro (C. libani) para obras

muertas del casco, el haya para remos, espeques y timones por su carácter

imputrescible, así como en tablonería exterior de fondo. El fresno (F angustifolia.

Wahl) para cureñas de piezas de artillería y el nogal (J. regia. L) y la caoba (Sw.

mahogani. W) como maderas de gran belleza para adornos y mobiliario.

La América colonial española contribuyó con las maderas de sus bosques

como el guachapelí, guayacán, palo mana, mangle, caobos, cedrelas y limoncillos,

al desarrollo de la carpintería naval en los astilleros de El Callao, Guayaquil,

Veracruz y La Habana(32). Al otro lado del mundo, en el archipiélago filipino,

las teca, el guijo, ébanos, molabes, betis y lauanes compitieron en calidad desde

los astilleros de Cavite (33).

24

Page 25: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DE LAS MADERAS

PARA EL USO NAVAL

Una preocupación constante para los constructores de navios, ha sido la

conservación y protección de las maderas en el ambiente agresivo marino en

donde se colocan.

Para proteger las maderas de un navio hay que tener en cuenta no sólo los

agentes bióticos y abióticos que las atacan, sino el comportamiento de las mis

mas ante ellos y la posición que guardan en el diseño de arquitectura naval. Por

eso los carpinteros, en el astillero, tratan las maderas y eligen las especies según

el lugar de su colocación, y así para infraestructuras, maderas duras, flexibles y

bien adaptadas a los cambios higrométricos, como robles, guachapeli, tecas,

guijos o caobos, y otras más blandas, adaptables y más susceptibles a procesos

de hinchazón como ciprés, pino/sp. y demás coniferas para forros y cubiertas.

Pero, además, el ataque de moluscos y crustáceos a las maderas es muy dife

rente según la especie elegida y sobre todo el lugar de colocación bajo o sobre

línea de flotación.

Por tanto la protección o tratamiento de las maderas será diferente tanto

en el tiempo, a medida del descubrimiento de nuevas técnicas, como en el espa

cio, según la situación en el diseño del navio.

El tratamiento a las maderas arranca desde la elección de las fechas de la

corta, buscando por la experiencia que la savia se concentre fuera de las zonas

aéreas, pues así se evita un foco de pudriciones(34), aunque no siempre estas

prácticas han tenido una justificación técnica, sino que a veces han venido acom

pañadas de un "halo de magia" (35).

Durante el señalamiento de la madera en el bosque, los carpinteros deben

ser gente experta en el marcado de los árboles para su posterior corta, guiándo

se con sumo cuidado en los conocimientos prácticos que les permite identificar

en el árbol los posibles focos de pudrición y de enfermedades que le hagan

aceptar o desechar la madera, y así conocer las goteras, caries, fendas,

acebolladuras y heladuras que hacían a las maderas inservibles para el uso na

val. Una mala o buena elección en el señalamiento de los pies se convertía en el

astillero y en la botadura en un fracaso o en un éxito (36). La influencia de la

luna en todas estas prácticas selvícolas, dio lugar por parte de los diferentes

especialistas en la materia, como Duhamel du Monceau, a un extenso tratado

justificativo de tales procedimientos, y su difusión fue generalizada(37).

Por tanto, la tecnología naval, desde antiguo exigía, no sólo determinadas

maderas para el uso específico de su destino, sino que además se necesitaba

que desde el principio se efectuara un especial manejo de los árboles, de mane-

25

Page 26: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ra individual y del bosque de forma colectiva, tanto en las fases de plantación o

siembra, cría y corte, aparte de un procedimiento de señalamiento de carácter

tecnológico según formas y estados de salubridad (38).

Pero estos tratamientos efectuados a las maderas para el uso en la indus

tria naval, no eran suficientes para resistir con éxito en un tiempo prudente los

ataques hostiles del medio, sino que una vez cortadas necesitaban ser sometidas

a un procedimiento de conservación.

Cuando la madera llegaba al astillero, cortada en primera labra se sumer

gía en balsas o "fosas" de agua salada para que perdiera la savia mediante el

procedimiento de osmosis inversa, pudiendo estar así varios años; después se

secaba y se le hacía la segunda labra según tarifas del diseño correspondiente.

Aún en antiguos astilleros como el de La Carraca, en San Fernando (Cádiz), se

pueden ver las antiguas balsas y diques que contuvieron maderas para los na

vios que allí se fabricaron durante el siglo XVIII (39).

Estos tratamientos naturales fueron siempre acompañados por "adobios"

o tratamientos de las maderas, la más de las veces sin ningún fin práctico sino

más bien de "hechizo y buenaventura", y las otras veces mediante impregnaciones,

las cuales han persistido hasta nuestros días, como tratamientos mediante alqui

tranes, creosotas, pirolignitos, carbones y desinfectantes con sebo y azufre que

con mayor o menor éxito se utilizaban en las necesarias carenas que se efectuaban

en el navio (40).

Los calafateados y las carenas fueron en el navio los trabajos fundamenta

les de terminado y de mantenimiento.

Se entiende por calafatear, el rellenar por estopa las juntas de las tablas de

fondos, costados y cubiertas a fuerza de mazo y con los demás instrumentos al

propósito para ponerles después una capa de brea para que no entre agua por

ellos; a esta operación también se le llama abrigar. Desde muy antiguo se decía

calafetear e incluso galafatear.

En cuanto a la operación de carenar, ésta consiste en componer, recorrer y

calafatear un buque, renovando todo lo que está podrido o inservible. Según el

modo o paraje en que esta operación se hace se dice: carenar en dique, en grada

o a flote (41).

Cesáreo Fernández Duro nos da a conocer el manuscrito de Juan Antonio

Rico de 1689 sobre el tratado de la calafatería y carena de las naos y en la

forma que se debe hacer:

Respecto al calafateado dice... «Las naos se brean para resguardar la

estopa o cáñamo, que la humedad no la pudra ni penetre y también guarda

que la tabla no se enguacharne ni humedezca, y se aferra en el cáñamo o

estopa y no de lugar a abosar para fuera; y el echar grasa, manteca o

26

Page 27: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

sebo a la brea es porque la brea es secantenosa y con la grasa se pega a la

tabla y a la estopa y no salta y se ablanda...».

Respecto a la carena: «...Carena de firme es la que se da en el agua

dando a la banda y descubriendo la quilla y descalzando la estopa vieja

para meter otra nueva; y para que sea de firme, ha de ser cortando las

costuras y apurándoles el sámago que descubriese tener la tabla por los

cantos y también lo suelen tener por medio por los entrecascos, fendas y

nudos; y habiéndose de descalzar y sacar la estopa, habrá de ser con un

hierro que llaman manjo...».

«El dar fuego a las naos es de mucho provecho, porque con el se

limpia la tabla y se descubren algunas malicias en ella; que como la brea

tenía hecho costra, no se veían antes de darle fuego, se purifican las cos

turas, y se defiende que no se piquen tanto de broma las tablas, y las que

tienen se muere y no pasa más adentro».

Respecto a la lucha contra la broma {teredo navalis. L.), dice:

«...donde hay broma, se deben emplomar las naos; y para mejor se

guridad debajo del plomo lleve un lienzo alquitranado. . . también se da al

casco un betún que se hace de azufre molido y brea engrasada con lo que

se hace una costra que resiste a la broma... También se usan en las carenas

que se da en las Indias dar un betún de sebo y cal a los costados para que

no se piquen de broma y porque con la costra que se hace se tapan los

agujeros de ella y se estanca la nao...».

En cuanto a la resistencia de distintas maderas al ataque de la broma dice:

«...La madera a la que más se pega la broma es al cedro, caoba, pino

de Flandes y de la tierra; y aunque al encina y caravallos se pega no

tanto, por no ser tan dulce, sólo al cedro de Jamaica se tiene ya por expe

riencia que no se pega...» (42).

De entre las agresiones propias del agua del mar por sus disoluciones sali

nas (cloruros y carbonates), los xilófagos marinos (43) presentan el mayor peli

gro para las embarcaciones, y su combate ha sido un duelo permanente por los

carpinteros de ingenios marineros.

El navio de línea con grandes prestaciones marineras y con largos periplos

en la mar, pasando de aguas frías a templadas y viceversa con relativa frecuen

cia, fue muy proclive al ataque de los animales marinos que adheridos a su

casco ejercían una labor continua de destrucción; de entre ellos destacamos:

El teredo navalis, denominado por Linneo calamitas navium. Hay des

critos unas 112 especies de teredínidos, cuya presencia está relacionada con el

contenido de sal en el agua, que para el teredo navalis oscila entre amplios

límites (9 y 35 por mil). Su distribución es amplia, desde las zonas templadas

27

Page 28: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

hasta los trópicos y sus daños son mayores cuanto más cálido es el clima. El

teredo navalis tiene un intervalo de temperaturas entre 5o C y 27° C y el óptimo

es una temperatura de las aguas entre 15° C y 25° C.

Las temperaturas inferiores a 0o C y superiores a 30° C son mortales para

él. La asimilación de la celulosa la realiza por la acción de ciertos enzimas que la

descomponen en el canal intestinal y de unas células especiales situadas en una

parte determinada de su aparato digestivo.

La formación de las galerías en la madera por parte del teredo navalis se

hace en principio incidiendo en la misma de forma oblicua para después seguir

la dirección de las fibras, a veces se entrecruzan las galerías pero siempre están

muy juntas dando a la madera atacada una conformación esponjosa.

El aspecto externo que presenta la pieza de madera es de una falsa sani

dad. El ataque del teredo navalis a las maderas es de forma indiscriminada

(44). En cuanto a su ciclo biológico, presenta ciertos períodos de máxima movi

lidad que varían entre los diez a setenta años. También se ha observado que

durante un año realiza un determinado ciclo vital. Hay que tomar precauciones

sobre el empleo de protectores de la madera ante el ataque de este lamelibran-

quio, pues ciertos antisépticos utilizados en pequeñas dosis ejercen sobre el ani

mal efectos estimulantes (45). Las creosotas son el mejor antídoto a su ataque.

Otros moluscos lamelibranquios que atacan a la madera son el Pholas

dactylus propio de los mares europeos que puede alcanzar de 8 a 12 cm de

longitud, y que perfora, con la ayuda de sus conchas dentadas, haciendo galerías

normales a la superficie de la madera a una profundidad de unos 5 cm y un

diámetro de 1 a 2 cm.

Menos daños causa el Pholas crispata propio del mar del Norte y del

Mediterráneo.

En cuanto a los crustáceos tenemos dos principales:

- Limnoria lignorum y

- Chelura tenebrans

La primera descripción exacta del Limnoria lignorum data del siglo XVIII,

aunque su actividad era ya conocida por los hombres de mar. Es un crustáceo

pequeño, alargado y plano, de 3 a 4 mm de longitud y de un color pardo amari

llento, que tiene la tendencia a arrollarse en forma de bola.

Presenta frente al teredo la característica de que ataca la madera del cas

co de los buques en todas las épocas del año y que las maderas cubiertas por

légamo, inatacables por los terenídidos, son presa fácil de la limnoria, que

incluso puede vivir en aguas turbias. Hace galerías redondeadas que pueden

tener 2 mm de diámetro. Su acción llega a ser altamente destructora (46). Es a

su vez un formidable atacante de los pilotes de madera de los puertos. La mejor

28

Page 29: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

protección a su ataque se consigue impregnando las maderas con creosotas

acidas. A su vez existen maderas que resisten satisfactoriamente su ataque

como la Syncarpia glomurífera Sn. procedente de Australia y la Nectandra

rodioei. Sch.

Otro crustáceo xilófago es la Chelura tenebrans, de cuerpo aplastado y

de una longitud de 5 mm. Presenta un largo aguijón dirigido hacia atrás, inserto

en el tercer anillo abdominal.

Fue descrito a mediados del siglo xix y habita en las aguas del mar del

Norte y Atlántico norte, en las costas noroccidentales de América y en el mar

Negro. Sus galerías pueden tener una profundidad de 1, 5 mm.

Un sistema seguro para proteger el casco de los navios ante el ataque y

agresividad de los animales y del medio marino fue el recubrimiento de planchas

de cobre y plomo mediante el forrado del mismo (47). Esta protección muy

efectiva la más de las veces incrementaba el peso del navio, aunque sin embar

go disminuía la resistencia al rozamiento y por tanto se conseguían mayores

velocidades (48).

En resumen, las maderas utilizadas en las fábricas de navios tuvieron a lo

largo de la historia naval del siglo XVIII una evolución en el sentido de conseguir

una mayor duración de los buques, alargar el tiempo entre carenas y por tanto

mantener el mayor tiempo posible operativos estos ingenios navales (49).

Las normas que sobre el mantenimiento y conservación de los buques se

promulgaron tuvieron buen cuidado en resaltar estos aspectos de la protección y

de la conservación de la madera de las fábricas (50).

Page 30: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

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de la lista de suscriptores, que comprende, entre otras cosas, la compro

bación y depuración de datos de nuestro archivo. Con este motivo solici

tamos de la amabilidad de nuestros suscriptores que nos comuniquen

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cuando la dirección sea de un organismo o dependencia oficial de gran

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ción, piso o planta para evitar pérdidas por interpretación errónea de su

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30

Page 31: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LA MADERA EN LOS DISEÑOS DE ARQUITECTURA NAVAL

Establecer una clasificación según tipologías de las naves, o mejor del di

seño de arquitectura naval comprendido desde los siglos XVI al siglo XIX, resulta

una tarea casi imposible y de por si es materia de una tesis investigadora dife

rente al contexto de la que se presenta.

Al respecto, el sabio rey Alfonso X (51) dice: "Navios para andar por la

mar son de muchas guisas. E por ende pusieron a cada uno de aquellos su

nome, según la facion en que es fecho. Ca las mayores, que a viento lla

man naves. E de estas ay de dos másteles, e de uno, e otras menores, que

son desta manera e dizenles nomes, porque sean conoscidas, assí como

Carraca, Nao, Galea, Fusta, Belener, Seño, Pinaza, Caravela, e otros bar

cos". Continúa clasificando los barcos propulsados a remo como Galeras,

Galeotas, Tardantes, Saetyas y Serrantes. Abundando en esta dificultad Oliveira

dice al respecto: "Hua misma especie de navios ou barcos, tem hum nome na

Espanha, outro en Franca e outro en Italia".

En el siglo XVI el diseño naval perfecciona la galera, que solía alcanzar

una eslora de 47 metros con una relación eslora-manga en torno a los 8/1, pu-

diendo descender esta relación a los 7/1 y en buques mercantes a 6/1. El calado

alcanzaba aproximadamente los dos metros, sobre la quilla y a una distancia de

unos 25 cm se apoyaban las cuadernas. En la roda (proa) se empotraba una

robusta viga en general de madera de pinabete (A. alba. L) de unos 6 metros de

longitud y con una inclinación ligera hacia arriba que conformaba el espolón o

ariete utilizado para el abordaje de las naves enemigas. Justamente detrás del

espolón estaba la "tamboreta" o pieza triangular en donde se hacía la faena de

andas y en donde se instalaban varias piezas de artillería. A continuación se

situaba el "talar", plataforma rectangular de unos 37 metros de largo por 8 de

ancho con dos partes bien diferenciadas: la "corulla" o plataforma de combate,

en la que se instalaba la artillería de mayor calibre, especialmente el llamado

cañón de crujía. Sobre esta plataforma y sostenido por unos candeleras se en

contraba la "arrumbada", especie de castillete en donde se situaban los balleste

ros y los arcabuceros; más hacia la popa del "talar" se encontraba la "cámara

de boga", elemento de impulsión motriz de la nave. En el centro de la "cámara

de boga", corriendo de proa a popa, y elevada aproximadamente un metro sobre

la misma, y entre ésta y la "postiza", se situaban los bancos de los remeros que

bogaban en el siglo XVI en un sólo orden de remos. En cada banco tres, cuatro o

más remeros, que según fueran armadas las galeras "a galocha" o "a tercerol",

manejan todos un remo o cada uno un remo. "La postiza" era una pieza de

madera muy resistente colocada en el exterior de ambos costados desde proa a

31

Page 32: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

popa; situándose en la misma los escálamos o toletes en los que se sujetaban los

remos.

La ventaja que presenta "la postiza" es que se aumenta la manga de la

nave sin necesidad de aumentar el casco. Esta pieza estaba soportada desde la

cubierta mediante los "bacallares" o "bacalaos". Entre el último banco de la

cámara de boga y la "carroza", se encontraba la "espalda", que puede conside

rarse el vestíbulo de aquélla y último reducto para la defensa de la galera. A

ambos lados de la "espalda", estaban las "batayolas" y "filaretes" (candeleras

de hierro o madera y pasamanos de madera) en los que se colgaban escudos de

madera forrados de cuero, colchonetas o palletes de jarcia formando la

"empavesada". Los laterales de la "carroza", con ventanas, y su techo de enre

jado curvo con un nervio alto llamado "flecha", utilizado por los pilotos de la

nave como puente de navegación. La "flecha" quedaba unida a la "espalda" por

una pieza llamada "estanterol"(52).

La evolución en el diseño naval también lo experimenta la carabela desde

su origen en el cárabo de vela musulmán descrito en las Partidas y en las

crónicas de Alfonso XI, especialmente en su tonelaje, pasando en un inicio de

unas 25 t. hasta alcanzar las 200. Estos buques impulsados a vela eran de casco

ligero, de popa cuadrada y generalmente sin castillo a proa, de dos o tres másti

les y aparejo latino muy aptos para la toma de viento de barlovento. La relación

manga / eslora estaba en 3,3. Más tarde para la navegación oceánica se cambió

el aparejo del trinquete de latino a redondo (53).

La descripción anterior corresponde a la carabela "redonda", se describe

otra, "la andaluza" (54), con aparejo redondo y provista de "tilla"(55). La cara

bela continuó en sus transformaciones llegando a tener cuatro palos, el trinquete

con aparejo redondo y los tres restantes con aparejo latino (56). La construcción

de estos buques se prolongó hasta el siglo XVIII.

Otro buque muy en boga en los siglos XVI y XVII fue la nao (57) de diseño

redondo, arbolando tres palos que aparejan velas redondas, trinquete mayor y

mesana; el mayor tenía además una pequeña gavia. El bauprés portaba una

cebadera que contribuía al gobierno de la nave. El castillo de proa sobresalía de

la roda, y en popa un alcázar o tolda con dos niveles, el inferior desde el palo

mayor hasta la popa. El timón era de codaste. Asi la nave resultaba lenta y

pesada para navegar (58).

El galeón, descrito en "Annali genaesi" del siglo Xlll se generalizó en el

siglo XVI. Como las otras naves descritas, el galeón sufrió amplias modificacio

nes durante el tiempo de su existencia. Es un buque propulsado a vela, pese a

que existieron "galeones agalerados". El aparejo está constituido por un bau

prés con su correspondiente cebadera; un trinquete y un mayor con velas redon-

Page 33: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

das (mayor y gavia) y un mesana con velas latinas. Cuando arbolaba

contramesana, éste también era latino; la vela mayor o papahígo suponía el 50

por ciento del trapo superficial.

Tenía dos o tres cubiertas en la que se asentaban las baterías, por lo que

fue necesario reforzar los baos para aumentar la resistencia estructural. La

distancia entre cuadernas era de 0,45 a 0,73 m.

El castillo de proa formaba parte de la estructura del casco, sobresaliendo

el "beque" a modo de espolón de galeras.

A popa, el alcázar, en donde se asentaba la mesana, y si hubiera

contramesana, en él estaba el gobierno del buque.

En el siglo XVII, el aparejo sufrió modificaciones disminuyendo el tamaño

de las velas y aumentando su altura con la instalación de juanetes y sobrejuanetes.

La superficie de trapo se podía aumentar con los bonetas que se unían a las

zonas bajas de las velas mayores mediante badazas (59).

En cuanto a sus dimensiones encontramos las siguientes variaciones:

Conceptos/Autores

Annali veneciano:

Eslora total: 41,30 m,

Longitud de quilla: 30,50 m,

manga: 10,00 m.

Vietia y Linaje (1672): Para galeón de 7001.

Eslora total: 65 codos* = 36,25 m,

Longitud de quilla: 53 codos* = 29,55 m,

Manga: 18,5 codos* = 10,32 m.

José Luis Casado (1568-1584):

Relación eslora / manga:

Relación eslora/quilla :

Relación

4

3

1

3,5

2,9

1

3,66-3,50

1,45-1,55

* Codo castellano = 2 pies = 32 dedos = 0,55766 metros

Codo de ribera = 2 pies + 1 dedo = 33 dedos = 0,57468 metros

La arquitectura naval del galeón experimentó notables modificaciones se

gún el uso específico del mismo(60).

33

Page 34: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

A principios del siglo XVll aparece el navio, siendo prototipo de esta clase

de buque el Sovereign of the seas construido en 1637 por Phineas Pett quien

con anterioridad había diseñado y botado el Prince Royal, buque de transición

entre el galeón y el navio. El Sovereign of the Seas tenía tres puentes en los

que se alojaban sus 100 cañones y 51 metros de eslora. El palo mayor, con tres

cofas, soportaba las vergas de mayor, gavia o juanete, sobrejuanete y perico.

Francia, en tiempos de Richelieu, replicó con el Couronne de 2.0001., dos puen

tes y 78 cañones.

El navio de línea se define (61) como buque de guerra que lleva al menos

50 cañones en baterías. Se distinguen los navios de línea por rangos que no

están muy bien determinados. Se acuerda colocar las fragatas en el 5.° rango,

los navios de 50 a 60 cañones en el 4.° rango. Se acuerda de la misma manera

denominar navio de primer rango a todos aquellos que tienen tres puentes.

El estudio más detallado de este buque se realiza en el siguiente capítulo

como elemento básico de este trabajo.

Otros tipos de buques importantes en el siglo XVIII es la corbeta, que

porta al menos 20 cañones en batería, y la fragata, que siendo también de un

puente porta hasta 50 cañones también en batería.

34

Page 35: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

características constructivas de la arquitectura

naval española

Para llegar a una mejor compresión de las tecnologías empleadas en las

maderas constitutivas de un buque, se hace necesario profundizar en el análisis

constructivo del diseño naval, centrándose la investigación en el español. Hay

que hacer la salvedad que la construcción naval proliferó tanto en atarazanas

como en astilleros de España e Indias (62).

En cuanto al tonelaje de los buques construidos las oscilaciones fueron a

este respecto importantes; así, entre 1492 a 1542 la medía del tonelaje de los

buques empleados en la Carrera de Indias no superó las 200 t. Se promulgaron

Ordenanzas a este respecto, y así en 1536 se prohibió la navegación en la Ca

rrera de Indias a naves menores de 100 t, reiterada en 1543. Por Real Cédula de

1557 se excluyeron del comercio americano las naves mayores de 400 t. En

1618 en razón del paso obligado por la baña de Sanlúcar se limitó la manga de

los galeones y el puntal. Por órdenes de 1628,1666 y 1679 se limitó el tamaño de

los galeones a 500 t.

Juan de Escalante de Mendoza en su Itinerario de Navegación publicado

en 1575 establece las medidas y materiales que componen las naos (63), también se

debe a García del Palacio la Instrucción Náutica para Navegar publicada en

Méjico en 1587, en que describe las trozas de las naos; más tarde es Thomé

Cano con su Arte de aparejar y fortificar naos de 1611 y ya en el siglo XVII

Francisco Antonio Garrote con su Nueva Fábrica de Bajeles de 1691.

A su vez, la Casa de Contratación de Sevilla reglamentó Ordenanzas que

contemplaban en algunos aspectos la construcción de naos, como las publicadas

en 1613: Reglas para fabricar los navios que se hicieran por cuenta del

Rey y de particulares (64).

Relaciones entre las medidas de un buque

Diseño

Escalante

García del Palacio

ThomeCano

Ordenanzas

de la Casa de

Contratación

GaiTote

Fecha

1575

1587

1611

1566

1691

Eslora/manga

3,18

3^3

3,30

3,51

3,43

Quilla/manga

2,28

2,12

2,56

2,86

3

Puntal/manga

0,65

-

-

0,39

35

Page 36: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Metrología naval

Desplazamiento del buque

Capacidad del buque

Porte del buque

Lineal

Codo castellano = 2 pies =

Codo de ribera = 2 pies +

Codo real = 2/3 vara

Cúbica (Casado Soto)

Tonel = 8 codos de ribera =

= peso de

= arqueo.

= peso de

32 dedos =

agua desplazada.

la carga que puede transportar.

0, 55766 metros.

1 dedo = 32 dedos = 0, 57468 metros.

castellana

= Tonelada.

Tonelada de carga andaluza = 8 codos

+ 30/12 de 2/3 de vara castellana.

(posteriora 1590) = 1, 5183 m3

castellanos3 = 1, 3844 m3

36

Page 37: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

EVOLUCIÓN DEL NAVIO DE LINEA

Son varias las escuelas constructoras de navios que ejercen su influencia

en España durante el siglo XVIII. De entre ellas podemos destacar, y siempre en

el marco de la arquitectura naval militar, la escuela mediterránea de amplio

raigambre en Aragón e Italia, que se arrastra como restos de las técnicas anti

guas del siglo XVI, unida a la atlántica que aporta Portugal, la tradicional españo

la de la cornisa cantábrica, la de corte anglo-zelandesa de mediados del siglo

XVIII, la francesa y por último la hispano-inglesa que termina con el siglo expe

rimentando múltiples modificaciones(65).

La escuela tradicional mediterránea, que tuvo sus más destacados arquitectos

navales en las atarazanas del levante español y en las ciudades libres italianas de

Pisa, Genova y Venecia, así como el reino de Ñapóles y las Dos Sicilias, no coge el

camino de los nuevos tiempos y sigue con las estructuras y diseños de galeras con

base principal en el arsenal de Cartagena, hasta que se suprimen dichos buques en

1778, conservándose sus diseños para más pequeñas naves como los jabeques. A su

vez Portugal, que tanta hegemonía tuvo en los siglos XV y XVI, también se quedó

atrás, quedando como referencias la Arquitectura Naval de Juan B. Lavanha.

El diseño de arquitectura naval de D. Antonio de Gaztañeta aparece en

Guarnizo en 1732, y sufrió críticas mientras estuvo en vigor achacándole falta

de solidez en sus ligazones, de tener una eslora exagerada en relación con la

manga y peso de la artillería, lo cual derivaba en continuas carenas y reparacio

nes que daban como consecuencia un escaso tiempo de vida útil del navio; sin

embargo nuestros competidores ingleses llenaron de elogios el citado diseño.

De este diseño se llegó a construir en los astilleros de La Habana en 1748 el

Rayo, que sucumbió en Trafalgar después de 56 años de servicio (66).

Con este diseño se construyeron los navios Real Felipe, Princesa y Glo

rioso siendo sus constructores Ciprián Autrán y Juan Pedro Boyer.

Las características más importantes del diseño son:

- Bauprés con un ángulo a = 35° respecto a la línea de quilla.

- Palos: trinquete, mayor y mesana.

Siendo trinquete igual a 8 novenos del mayor dividido en tres perchas como

de abajo a arriba, palo mayor de trinquete, mastelero de gavia y mastelero de

juanete.

La colocación del palo mayor a un dieciseisavo de la eslora, más a popa

que la mediana del buque, y el palo de mesana con antena de vela latina y no de

cangreja a 3 dieciseisavos del codaste y de altura menor de 7 octavos del palo

mayor.

37

Page 38: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Con todo, el Real Felipe, navio de tres puentes y hecho en Guarnizo no

convenció, y en el año 1750 fue desguazado. El tema de la construcción de

navios de tres puentes fue controvertido por los arquitectos navales españoles, y

así Garrote en 1691 ni siquiera propone la construcción de un navio de esas

características a causa de su difícil ensamblaje y a la poca confianza que inspi

raba sus condiciones marineras.

Más tarde Uztariz en 1742 proponía la construcción de navios de ese porte

en razón a que Inglaterra ya en 1636 y con diseño de Phineas Pett había cons

truido el Sovereign of the Seas en Woolwich como el primer navio de tres

puentes con 15221. de desplazamiento y una quilla de longitud 38, 8 metros, de

manga 14, 2 metros y calado 5, 80 metros.

Años más tarde D. Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada, aban

donó el diseño de arquitectura naval de D. Antonio de Gaztañeta y emprende

con Jorge Juan, al cual envía a los astilleros ingleses de incógnito, el estudio de

los diseños ingleses. Con motivo de los conocimientos que adquiere en las islas,

Jorge Juan publica en 1771 el Examen marítimo, theórico práctico o tratado

de Mechánica aplicado a la construcción, conocimiento y manejo de los

navios y demás embarcaciones. Las propuestas técnicas que aporta a la ar

quitectura naval española son las siguientes: buques de tamaño más reducido,

técnicamente mejor ligados y ensamblados, menor obra muerta, madera más

seleccionada para las distintas piezas así como mejor tratamiento a la misma.67

Con este diseño se construyó el navio El Guerrero, el cual tuvo 100 años

de duración. El sistema se localizó en el arsenal de El Ferrol en 1753. Con este

diseño, además, se construyeron en 1768 los navios Oriente y Aquilón y en

1769 el San Isidro, San Julián y el Santísima Trinidad, este último en La

Habana.

Mientras, y como cosa curiosa, los ingleses en 1740 admitían el diseño de

Gaztañeta del navio Princesa de dos puentes y 74 cañones como el mejor de su

gálibo en su tiempo. Tanto fue así que el Royal George en 1756, el Britannia

en 1762 e incluso el Victory de Nelson en 1765 se diseñaron apoyándose en las

formas estructurales del Princesa.

El San Carlos fue otro navio diseñado según el modelo de Jorge Juan y

construido en La Habana en 1765 con gálibo de dos puentes y 80 cañones, más

tarde en 1801 entró en carena en el arsenal de Cartagena y fue renovado a tres

puentes y 112 cañones.

En el año 1769 el francés Francisco Gautier implantó en España lo que

podemos llamar el tercer diseño de arquitectura naval en el siglo XVIII, con unas

características en los navios de una selección eslora-manga mayor que el diseño

español lo cual imprimía al buque mayor velocidad, aunque tenían menor poder

38

Page 39: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

artillero y una escasa estabilidad y superiores escoras aún con viento de poca

fuerza. En el año 1773 el San Pedro. San Pablo y San Gabriel se construye

ron con este diseño además de los navios de tres puentes Purísima Concep

ción y San Joséfen el arsenal de El Ferrol en 1779 y 1783.

En las postrimerías del siglo XVIII, hacia 1782 aparece el cuarto diseño que

recoge las ventajas de los anteriores y que se debe a D. Joséph Romero Fernández

de Landa, autor dos años más tarde del Reglamento de maderas necesarias

para la fábrica de los baxeles del Rey y demás atenciones de sus arsenales

y departamentos.

Con este diseño se botó en Cartagena en 1785 el navio San Ildefonso de

74 cañones.

Los buques resultantes del diseño de Landa eran muy marineros, aunque

los balones y cabezadas eran algo violentos, por lo que Retamosa en 1794 aco

mete el quinto y último diseño de arquitectura naval del siglo XVIII en la tarea de

atemperar estos inconvenientes en los navios de dos puentes Neptuno,

Argonauta y Montañés afinando las proas y reforzando las popas.

El prototipo de navio del diseño de Landa fue el Santa Ana apresado en

1805 en la batalla de Trafalgar.

Los astilleros y arsenales de El Ferrol y La Habana trabajaron en esos

diseños y como muestra tenemos:

Astilleros de El Ferrol

Fecha

1784

1787

1791

Nombre

Santa Ana

Salvador del Mundo

Revna Luisa

Gálibo/artillería

3 puentes y 112 cañones

3 puentes y 112 cañones

3 puentes y 112 cañones

Astilleros de La Habana

Fecha

1786

1787

1789

1794

Nombre

Mejicano

Real Carlos

San Hermenegildo

Príncipe de Asturias

Gálibo

s.d.

s.d.

s.d.

s.d.

sd: sin determinar

En general, los navios por uno u otro motivo experimentaron durante el

tiempo que estuvieron de servicio vanadas y complejas transformaciones, ade

más de las carenas y calafateados propios de su mantenimiento.

39

Page 40: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Esto origina que desaparezca con el tiempo la puridad de diseño de un

navio, pues las modificaciones y nuevos aportes les hacen a muchos de ellos

partícipes de varios estilos de arquitectura naval.

Como ejemplo más significativo tenemos el navio de línea de primera clase

Santísima Trinidad construido mediante el sistema anglo-español de Jorge Juan

por el inglés Mateo Mullan en 1769 en los astilleros de La Habana. El buque fue

botado de los astilleros con un gálibo de tres puentes y 116 cañones, con un

arqueo de 26501. en el año 1778, y debido a graves defectos encontrados en su

construcción sufrió modificaciones en razón de tener muy alto el centro de gra

vedad, consistentes en que se bajaron las cubiertas, se le adicionó una falsa

quilla y se modificó el tajamar. La gran modificación se hizo en 1795.

En el cuadro siguiente se muestran los cambios dimensionales y volumé

tricos que recibió:

Características

Puentes

Cañones

Arqueo

Eslora

Quilla

Manga

Calado

Botadura

Año 1769

3

116

2.6501

59,4 metros

50,7 metros

16,5 metros

8 metros

Ultima modificación

Año 1795

4

136

2.9351

61,29 metros

51.50 metros

16,22 metros

7.96 metros

40

Page 41: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

COMPORTAMIENTO HIDRODINÁMICO DE LAS MADERAS

EN LA GEOMETRÍA DEL NAVÍO

La adaptación que las maderas experimentan a las diferentes geometrías

constructivas del navio promueven distintos comportamientos del mismo en ra

zón a diferentes cualidades marineras.

Todos estos comportamientos están contenidos en la ciencia denominada

arquitectura naval y que comprende todos los conocimientos teóricos y prácti

cos relativos a la determinación de las dimensiones y formas del navio, de sus

condiciones marineras y de su construcción. Por ello, la arquitectura naval la

dividimos en dos partes, la teoría del buque y la construcción naval. La teoría del

buque estudia al ingenio en cuestión considerado como un producto flotante y,

por tanto, se refiere en especial a las formas exteriores que son las que determi

nan la interacción con el medio que la rodea. La otra, la construcción naval,

entra de lleno en el propio comportamiento de la madera como material de cons

trucción, determinándose en las piezas constitutivas formas y espesores para

que puedan soportar los esfuerzos a que van a estar sometidas.

Ya en el siglo XVII se estableció el uso de planos como herramienta básica

de la construcción de buques, así como el empleo de modelos a tamaño reduci

do. Así en 1649 el Almirantazgo británico publicó una orden (68) en la que se

exigía a los constructores que antes de presentar el proyecto de un buque de

guerra enviaran un modelo del barco que se proponían construir.

Surge dentro de la geometría del buque el llamado plano de formas, en el

que se define el casco del mismo a través de tres proyecciones obtenidas al

cortar el buque por un sistema de planos paralelos a las direcciones: perfil

longitudinal, caja de cuadernas o transversal y líneas de agua.

Definido el barco y dibujado el plano de formas es costumbre dar los valo

res de las semimangas de las líneas de agua y de las cubiertas en lo que se

denominan "castillos de trazado" (69).

Las formas del navio quedan definidas a partir del uso de medidas como la

eslora (la flotación, entre perpendiculares, tanto de proa como popa, como la

total), la manga (de trazado y máxima), el puntal (de trazado, a una cubierta,

máxima) y el calado (de trazado y máximo).

A partir de esos valores se generan los ratios hidrodinámicos como:

- La relación eslora/manga, manga/calado y eslora/calado.

41

Page 42: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

También se utilizan los coeficientes:

Coeficiente de bloque

V = Volumen del trazado desplazado por el buque

Lft = Eslora de flotaciónLft

5 = -——— B = Manga de trazado

11 T = Calado de trazado

con un intervalo de 0,38 < 5 < 0,8

Coeficiente de la maestra

V = Área sumergida de la cuaderna maestra

B = B = Manga de trazadoRyTüx i T _ Caiado de trazacjo

con un intervalo de 0,75 < 8 < 0,98

Coeficiente cilindrico

V §

Con un intervalo de 0, 55 < < 0, 80

diferenciando a veces los coeficientes cilindricos de :

- Proa ((p proa ) y de

- Popa (cp pOpa )

Con todos estos cálculos de formas se busca siempre que el ingenio mari

nero navegue bien, que gobierne bien y que aguante una buena vela (70).

Estudios al respecto del máximo interés son los realizados mediante

modelizaciones «ad hoc» del galeón Nuestra Sra. de Guadalupe, del Koenig

von Preussen y del Victory, respectivamente (71).

En cambio la construcción naval entra de lleno tanto en la propia físico/

mecánica de las maderas como en los aspectos individuales y estructurales ya

referenciados en el apartado: LA FÍSICA DE LAS MADERAS, en los aspec

tos tecnológicos y estructurales para el uso en la arquitectura naval, como en el

propio destino de las mismas descrito en el apartado: EL DESTINO DE LAS

MADERAS. Por último, la propia puesta en obra y su protección ante las agre

siones externas tratada en el apartado: CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN

DE LAS MADERAS PARA EL USO NAVAL.

42

Page 43: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LOS COSTES EN LA CONSTRUCCIÓN, LAS CONTRATACIONES

Y LOS CONSUMOS

La partida económica de la construcción de un navio es de difícil

cuantificación en razón a la falta de normalización en su diseño y posterior eje

cución, pues el mismo está siempre sujeto a singularidades tanto en su arquitec

tura como en su aparejo y armamento, eventualidad muchas veces en función a

las exigencias del momento.

Las maderas, como material constitutivo del diseño de arquitectura naval,

cambian de un navio a otro no sólo en los costes de suministro en razón del

mercado de la mano de obra y de la lejanía del producto, sino por cambios en su

propia naturaleza, en especies maderables utilizadas en razón de la abundancia

o carestía.

Es también un factor interviniente en los costes de construcción finales, la

forma de gestión del contrato de obras, ya sea por ejecución directa de la Admi

nistración de Marina con sus propios medios, ya sea por contrato de asiento

abierto o cerrado, o ya sea por compra directa o indirecta. Todas estas modalida

des muy utilizadas por el Estado español durante los siglos XVI al XVIII se concre

tan en cifras de costes las más de las veces dispares, lo que no permite tomar

una decisión en cuanto al modelo de contrato que optimiza la construcción.

La mayoría de las veces nos veremos obligados a recurrir a "estados de

construcción" de astilleros tanto peninsulares como indianos para dar al menos

una visión particular en cada caso de los consumos y costes de construcción

que se manejaban entonces.

Durante el período que va desde 1715a 1759, en el astillero de La Habana

se construyeron 33 navios de 50 cañones o más, que pueden (según estimacio

nes) arrojar un consumo de maderas superior a los 100.000 m3 y un coste próxi

mo a los 100 millones de reales de vellón. En el estado de construcción que

abarca el período de 1724 a 1794 en el gran astillero antillano se construyeron

125 buques de diversos portes, de los cuales 53 eran navios de línea y 14 fraga

tas; que pueden todos ellos suponer unos 190.000 m3 de madera en pie por un

importe de 180 millones de reales de vellón(72).

En cuanto a consumos, y en el caso concreto de almacenaje de maderas

con destino a la construcción naval, si los datos de 1752 (73) son ciertos en

cuanto a madera almacenada en los arsenales peninsulares se alcanzaron los

200.000 m3 de madera de roble con un uso máximo hasta 1762.

Haciendo referencia a Vigodet, en el 1751 el consumo en madera de un

navio de tres puentes alcanzaba los 184.707 pies3, con un coste de 2.914.523

reales de vellón (74).

43

Page 44: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Por esto los costes de construcción individualizados son muy diferentes

según el lugar de ubicación del bosque que suministra la madera, respecto del

astillero, la cantidad y calidad de la mano de obra y la facilidad o dificultad de la

extracción, y así, en el astillero de Coatzacoalcos en 1734, la construcción del

único navio que salió en sus dársenas, el llamado Nueva España de 60 caño

nes, alcanzó la cifra astronómica por aquel entonces de 4.969.870 reales de

vellón (75).

Las oscilaciones, tanto en consumos de madera como en costes de cons

trucción en razón a las singularidades antes referidas son una constante durante

todo el siglo xviii, incluso para buques de igual porte.

Así los navios Príncipe (70 cañones y construido en Guarnizo en 1730) y

Victorioso (74 cañones y construido en Guarnizo en 1756) alcanzaron un coste

de más de cinco millones de reales de vellón. En cambio el 5. Joachin, de 74

cañones y botado en Cartagena en 1773, alcanzó la suma de más de tres millo

nes de reales de vellón su construcción.

La madera sólo para la construcción de un navio de primera clase o de tres

puentes llegó a importar, en el último cuarto del siglo XVIII, casi tres millones de

reales de vellón; siendo la de roble la madera más revelante en cantidad y costo,

alcanzando un porcentaje respecto al total del 30 por ciento al 40 por ciento del

valor total de la construcción (76).

En líneas anteriores hemos hecho referencia al contrato de asiento por

el que se fabricaron muchos navios de las armadas y flotas reales. Eran

unos contratos en los que un particular o grupo de particulares se compro

metían a construir los navios con unas calidades determinadas y en unos

plazos concretos, a cambio de un precio fijo. El contrato era firmado por el

soberano y el asentista e iba redactado de manera que ambas partes se

obligaban y se reconocían mutuamente; el Rey no podía cambiar nada de lo

acordado sin consentimiento de la otra parte y quedaba obligado tanto como

su subdito (77).

El sistema de asientos se adoptó, por una parte, a pesar de las ganancias

de los asentistas, ya que las obras hechas por este sistema resultaban más bara

tas que las fábricas por administración. Y por otra, porque el sistema de asiento

suponía un crédito a la Corona(78).

Los precios de construcción se establecían también por tonelada construi

da y así, en 1679, la Casa de Contratación de Sevilla libró mandamiento de pago

a Mariano Pérez por la construcción de dos galeras de 1.100 y 900 toneladas a

razón de 42 ducados de plata por tonelada.

Las cosas tomaron tal auge en el sentido de la contratación que en 1713,

Antonio de Gaztañeta presentó a la aprobación de Patino, por entonces Inten-

44

Page 45: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

dente General, un Pliego de Condiciones base para la construcción que en líneas

generales es así:

«1. Para entrar en el asiento de bajeles en rosca hay que conocer la distan

cia entre los astilleros destinados a la construcción y el lugar en donde se

hacen las cortas de madera.

2. Dar un pliego de órdenes a los Superintendentes de Montes y Plantíos

para que se hagan correctamente las cortas y se ajusten con los fabrican

tes de 23 a 25 escudos de plata tonelada.

3. Los ministros del Rey deberán dar las medidas de los bajeles que se

hayan de construir.

4. Las cortas de la madera deberán hacerse en los menguantes de luna para

que las maderas sean más duraderas.

5. La forma de pago a los fabricantes será en tres plazos. El primero al

empezar la fábrica; el segundo al estar la fábrica en la mitad; y el tercero

al botar en el agua el navio.»

y así continua... (79).

En la costa cantábrica, desde Asturias a Guipúzcoa, la actividad de los

astilleros es continuada; durante el siglo XVIII se sucedieron ininterrumpidamen

te botaduras no sólo en los astilleros reales de El Ferrol y Guarnizo, sino también

en Pasajes, Orio, Basanoaga, Usúrbil, Mápil, Rutarte, San Sebastián, Zumaya,

Barrio de Vizcaya, etc.

Fábricas encargadas mediante asiento por Gaztañeta, fueron 6 navios de

guerra en Barrio de Vizcaya y Basanoaga entre 1713 y 1716. La madera por

entonces estaba en robles bravos y trasmochos al precio de veinticuatro

maravedíes de plata el codo de madera.

El contrato de asiento experimentó con el tiempo sucesivos perfecciona

mientos, indicándose el lugar y el cómo de tal asiento en cuanto a los suministros

como herrajes, aparejos, lonas, cáñamo, estopas, alquitranes a uno u otro asig

nados, la fecha de la botadura y a costa de quien se hacía la misma, así como los

plazos de pago según el estado de las fábricas.

Uno de los grandes contratos de asiento del siglo fue el que contrajo An

tonio de la Piedra con el rey Felipe V en 1729 para la construcción de nueve

navios de guerra "en rosca" en los astilleros de Pasajes; tres de ellos de 66

cañones, otros tres de 56 cañones y los restantes de 36 cañones con un plazo de

tres años y entregas iguales anuales por un montante total de 375.000 pesos

escudos (80).

45

Page 46: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

La construcción en los astilleros guipuzcoanos en el período 1700-1730

alcanzó la cifra de 41 buques entre gabarras, galeras, fragatas y navios en su

mayor parte.

El ministro de Marina D. Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada

puso en marcha un gran plan de construcción de 50 navios en ocho años en los

Reales Arsenales de El Ferrol, Cádiz y Cartagena. Otros datos sitúan dicho plan

entre 1754 a 1759 con unas botaduras programadas de 48 bajeles. Las cortas en

madera de roble fueron muy importantes haciéndose gran acopio de las mismas

en los arsenales citados para la construcción de 70 navios de línea y para 24

fragatas.8I

Como ya hicimos referencia, el contrato de construcción de una fábrica de

navio a veces no era del tipo de «asiento único» es decir, entrega completa por

parte del asentista, sino que a veces el asiento era parcial, como el suministro de

perchas para arboladuras, las obras de escultura de proa y popa, el suministro

de jarcias, motonería, herrajes, cureñaje, etc.

En cuanto a costes totales por el sistema de asiento, el San Fermín de 76

cañones botado en 1781 ascendió a 6.448.802 reales de vellón y el S. Sebastián,

un año después y de igual rango, tuvo un coste sensiblemente inferior de

4.700.000 reales de vellón.

En América, como ya se ha dicho hablando de Coatzalcoalcos y del gran

astillero de La Habana, los costes fueron aún más dispares en razón de las

distancias, sistemas de extracción y cualificación de la mano de obra.

No hay que olvidar que ya en el período que va de 1689 a 1695 se fabri

caron en Guayaquil, el Itsmo y Chiloé 7 navios de variado porte, 14 fragatas y 17

bajeles con vela de gavia (82).

En general, las construcciones navales efectuadas en los astilleros del

Mar del Sur resultaron bastante caros para las arcas de la Real Hacienda; el

siguiente hecho así lo refrenda:

46

Page 47: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Nombre/s

Jesús María (I)

San José (I)

Santa Ana

Ntra. Sra. de Loreto

S. Bartolomé

Jesús María (II)

Santiago

San José (II)

Ntra. Sra. de Guadalupe

Ntra. Sra. de la Concepción

Sacramento

San Fermín

Fecha

1600-1602

1610-1612

1619

1628

1640-1645

1656-1659

1691-1697

1770

Precío(rv)

770.797

2.412.938

3.500.000

1.912.371

608.000

3.298.617

4.200.000

3.813.538

2.400.000

649.000

Tonelaje (t)

118

199

289

166

111

143

182

210

122

131

Fuente: Clayton. L.: Los astilleros del Guayaquil colonial.

Es decir, el botar dos bajeles para las armadas del Mar del Sur suponía una

verdadera sangría de dinero para la Corona y podía equivaler a construir en

España entre ocho y doce (83).

Tampoco hay que olvidar en el cómputo total de la vida de un navio el coste

de sus carenas (al menos cada doce años por término medio) y que alcanzaban

cifras que iban desde los 60.000 pesos a los 300.000(84).

Tanto Jorge Juan como Antonio de Ulloa informaron al rey sobre el coste

y forma de ejecución de dichas carenas con estas palabras:

«De aquí proviene que el Rey (n. s) tiene que hace?- unos gastos in

creíbles siempre que se le ofrece carenar alguno de los navios de la Arma

da y que los armamentos sean tan costosos que no los pueda soportar

aquel reino, porque además del intrínseco valor de cada cosa, entra des

pués el crecido aumento de la cantidad que se da por consumida sin haberlo

estado y en la calidad que se supone buena y se carga el precio de su valor

como si lo fuese, siendo, por el contrario, muy mala y casi de ningún ser

vicio» (85).

En cuanto a los precios de materiales para la construcción y fábricas de

navios resulta ilustrativo acompañar el siguiente cuadro comparativo según mer

cados en el siglo XVII y XVIII (86):

47

Page 48: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Materiales

Jarcia

Lona para velas

Clavos de alfajía

Clavos esteperoles

Hierro

Sebo en pan

Alquitrán

Tablones

Holanda

1678-1679

48r/qtal.

2,7 r/vra.

-

-

-

lOOr/qtal.

6 r/bja.

-

Andalucía

1678-1679

80 r/qtal.

3 r/vra.

-

-

-

100 r/qtal.

7,5 r/bja.

-

Vizcaya

1678-1679

80 r/qtal.

3,2 r/vra.

-

-

-

-

6 r/bja.

-

Cornisa

cantábrica

1682

48 r/qtal.

1,5 r/vra.

44 r/mil.

lOr/mil.

40 r/qtal.

66 r/qtal.

5,5 r/bja.

3,5 r/codo

Lima

1685

125 r/qtal.

4,2 r/vra.

644r/miU.

144r/mill.

368 r/qtal.

48 r/qtal.

200 r/bja.

18 r/codo

* Precios dados en reales de plata.

* * Fuentes: A. G. S. Guerra y Marina 3672. A. G. 1. Contaduría 1754 al 1759.

Serrano Mangas. F.: Los Galeones de la Carrera de Indias 1650-1700.

Materiales

Jarcia

Clavazón

Esteperoles

Brea

Plomo

Estopa

Sebo

Lana

Madera

Cádiz 1705

96 r/qtal.

60 r/qtal.

20 r/qtal.

28 r/qtal.

57 r/qtal.

12 r/qtal.

80 r/qtal.

1,5 r/vara

56 r/curva

Veracruz 1708

144 r/qtal.

160 r/qtal.

56 r/qtal.

23 r/qtal.

88 r/qtal.

64 r/qtal.

240 r/qtal.

5 r/vara

80 r/curva

Lima 1700-1715

128-320 r/qtal.

176-280 r/qtal.

128-160 r/qtal.

200 r/qtal.

64 r/qtal.

64 r/qtal.

96 r/qtal.

3,7 r/vara

77 r/tabla de roble

* Precios dados en reales de plata.

* * A. G. I. Contaduría 1760 al 1762.

Pérez-Mallaina. Política naval española en el Atlántico.

En cuanto a la evolución de los precios de la mano de obra en fábricas de

navios en diferentes maestranzas se desprende del siguiente cuadro (87):

48

Page 49: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

a) Península

Especialización

Oficial calafate

Oficial carpintero

Aserrador

Obrero

Años

1608

3,3-5

3,3-5

-

-

1681

6

6

4

2,75

1705

7

7

-

3,2

1754

5

4,75

53

-

1760

6

53

-

-

1789

6,75

6,75

-

-

b) Virreinato de Perú

Especialización

1610

Oficial calafate 32

Oficial carpintero 32

Aserrador

Obrero

Años

1612

26

26

- .

-

1640

24

32

20

20

1729

24

24

20

14

1740

16

16

-

-

1774

12

12

6

4

1790

12

12

6

8

1819

12

12

8

8

* Salario: reales de plata por día

* * Fuentes: A. G. S.: Guerra y Marina 3146 y 3672, Secretaría de Marina 392.

A. G. I. Contaduría 1705 y 1724.

Jorge Juan y Antonio Ulloa: Noticias secretas de América.

Laviana Cuetos, M. L.: La maestranza del astillero de Guayaquil en el siglo XVII!.

Merino, J.: Im Armada Española en el siglo XVIII.

Pérez Mallaina: Política naval española en el Atlántico.

Es por tanto la determinación del coste de un navio según diseño y porte

una aventura la más de las veces de pura estimación en base a aproximaciones

según "estados de arsenales" más o menos próximos en el tiempo y en el espacio.

Lo que no deja ninguna duda es que el coste y la construcción de un navio

de línea del siglo XVIII requería de una tecnología y un potencial financiero que

contadas potencias de aquel entonces podían acometer, y España se encontraba

en el aquel grupo.

Así, cuentan los historiadores que, en tiempos del rey Fernando VI, con el

presupuesto dedicado a la construcción de un navio de línea, se levantó la iglesia

de Santa Bárbara de Madrid.

Page 50: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

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50

Page 51: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LA CONSTRUCCIÓN EN EL ASTILLERO

Las costas peninsulares, insulares e indianas están plagadas de pequeños y

grandes astillero en donde la "carpintería de ribera" desde tiempos inmemoriales

ha fabricado y botado todo tipo de embarcaciones a la mar.

Durante el siglo XVlll los astilleros de Cartagena, El Ferrol, Guamizo, Pa

sajes y La Carraca, en la Península, y La Habana, Guayaquil, Veracruz, Chiloé,

Acapulco, en las Indias, así como Cavite en las lejanas Filipinas lanzaron por sus

rampas al mar esos ingenios marineros llamados los navios de línea.

En esas complejas instalaciones industriales, se aunaba la técnica de la

arquitectura naval del diseño, con el buen hacer de la "labra" de la madera y de

su tratamiento tecnológico con los artilugios y artificios necesarios para el mon

taje y ensamblaje de las grandes piezas "curvas" y de "vuelta", tanto en las

instalaciones creadas ex profeso como dársenas y diques; coordinando esfuer

zos de calafates, carpinteros, aserradores, montadores, percheros, loneros, cor

deleros, ebanistas, y un gran, etc., de oficios, muchos de los cuales han desapa

recido en el tiempo, incluso el nombre de ellos.

El almirante D. José Navarro, marqués de la Victoria, hace una descrip

ción detallada de lo que es un navio del siglo XVIII:

«Hago ver la relación de un navio de 60 cañones qué número de

clavos, pernos, herrages, argollas y demás cosas entran; y en 112 láminas

de a folio real demuestro quanto entra en la construcción de los navios

desde el corte de madera de los bosques hasta su entera formación...».

Continúa diciendo:

«... lo que contiene un arsenal, la fábrica de cables, anclas, clavazón,

perneria, herrages; la arboladura, la motonoria; el parque de artillería

con su artillería y demás utensilios; el equipage y guarnición de los timo

nes, cabestrantes, de una falúa, lancha y bote; almacenes de tablazón y

los que se hacen solamente de una cubierta llamados tinglados, donde en

ellos se construyen los botes; las fabricas de lonas y cortes de velas; don

de y como se hacen las boyas, los remos, demuestro al natural todas las

gazas, aparejos, estrelleras, nudos, botones, abademaduras, vueltas, bal

sas, eslingas, bozas, etc., como se hacen las cabrias para arbolar navios;

como se preparan y ponen a dar de quilla, a dar pendones...» (88).

La madera llega al astillero, y el recibo de las piezas, en general para

51

Page 52: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

infraestructuras las de roble, se hace colocándolas de modo que se puedan virar

y revirar en todos los sentidos. Los carpinteros sondan con la gubia o la barrena

todos los nudos y agujeros que se descubren en la superficie y aparcan con la

azuela todas las partes cuyo color les haga sospechar la existencia de algún

vicio. Eliminadas las partes viciadas, se producen reducciones en las piezas,

clasificándose por clase y nombre.

Para conocer la escuadría que tendría la madera después de su labra fina

en astillero, basta multiplicar el diámetro del tronco descontando el grosor de la

albura por el coeficiente práctico de 0,82 y el producto será el lado de la escuadría.

Este cálculo se aplica al medio y extremo menor del tronco. Si quiere madera de

duramen, tan sólo se multiplica el diámetro medio, descontando el grueso de la

albura por el coeficiente 0,706.

En base a ello se conoce la escuadría de la pieza, de la tarifa se obtiene la

longitud y la flecha.

Diámetro en rollo

20cm

Escuadrilla

Arista viva

14

15% Albura

16

Volumen por ni

0,026

Con la correspondiente selección se componen las piezas según el siguien

te orden:

Casco : quilla, falsa quilla, sobrequilla, roda, curva de peralto, espolón, pie

de roda, codaste, curva coral, cuerdas de bajo cubierta, puntales y madre de

timón.

Plano perpendicular a la quilla : cuadernas, varengas, genoles, ligazones,

baos, durmientes, trancalines, carlinga, aletas, astas.

Sección horizontal : cosederas, palmajares, yugos, madre de dos vueltas,

curva de banda, busardas y espaldones.

Una vez efectuada esta selección, las maderas se sumergían en «tosas» o

balsas de agua salada, o eran enterradas en la arena, o se llevaban a los corres

pondientes "tinglados" para que la madera se secara de manera natural.

La operación primera en la construcción de un navio es la confección del

armazón del casco, dentro de una empalizada de postes fuertes clavados firme

mente en el suelo. Primeramente se coloca la pieza o piezas rectas que consti

tuyen la quilla y mediante cabestrantes en los extremos se levanta el codaste

por un lado y por el otro el pie de roda y la roda. Con esas piezas levantadas se

vislumbra la futura eslora.

52

Page 53: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

En el centro se mueve el mástil con ayuda de un molinete y se encaja la

mecha cuadrada o rectangular del palo en la carlinga construida sobre la quilla.

Se colocan las cuadernas, baos, etc., dando forma estructural al navio.

Poco a poco y a medida que son visibles las líneas del casco y que se sube hacia

arriba es necesario montar poleas y polipastos para la elevación de los materia

les.

Cuando el mástil (palo mayor) ya está colocado, se continúa con el trinque

te, mesana y bauprés; después, los palos de gavia se mueven y se preparan con

ayuda de un molinete.

Mientras, el tablazón para el casco y puentes se prepara sobre grandes

"borriquetas".

Una vez terminada la estructura y puesto los forros se bota el navio y se

tumba de quilla, es decir acostado sobre una banda para que la mitad del casco

por debajo de la línea de flotación quede al descubierto.

Un equipo de operarios se ocupa de calafatear los tablones y juntas me

diante una mezcla de alquitrán y estopa que después se flamea para que se

adhiera fuertemente a la madera y así conseguir una protección de la misma y el

casco pueda conservarse contra las tarazas, moluscos y broma. Mientras las

bombas, con sus largos canalones, achican el agua del navio.

Las reflexiones que J. Escalante hace sobre la construcción naval mere

cen, por su precisión y claridad, que se reproduzcan a continuación:

«La quilla, señor, que es el principio y primer palo para qualquier

nao, sobre que ella se arma y funda, debe ser de roble, muy derecha y si

pudiera ser de una sola pieza será mejor. Y toda la demás madera que se

cortare de qualquier árbol, no solamente para nao, sino también para

qualquier otro edificio que se haga de madera, conviene que sea cortada

cuando se acaba de caer la hoja y fruta del mismo árbol que se quiera

cortar en los principios de los días del segundo quarto de la menguante de

luna, porque entonces están los árboles con menos humidad y mejor sazón

y disposición. La más aprobada tablazón que en el mesmo tempo se debe

cortar es de caxigo que es cierto género de roble. Los curvatones y ligazones

de la nao han de ser de roble bravo o de encina. El timón debe ser hecho

de tueros de los robles que sean secas y muy derechas.

Para las obras altas que los marineros llamamos muertas son muy

buenas las maderas de pino de la villa de Utrera (pino piñonero). Y la

mejor estopa con que las naos se pueden calafatear es el cerro del cáña

mo. Y la brea de Vizcaya es muy buena echándole abundancia de sayn de

ballena. Los clavos deben ser de hierro que no sea de lo muy agrio, aun-

53

Page 54: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

que si no fueren a mayor costa, serian mejores de bronce porque es muy

durable y no lo gasta ni consume el orin tan presto como el hierro.

Los mástiles y entenas serán muy buenos de pino del que se trae de

Flaudes (pino silvestre), que está experimentado, que no hay madera más

competente para ello, especialmente del pino á que los flamencos llaman

Prusa. Las gavias deben ser los más livianos que se pudieren, para que no

den en la nao peso ni demasiado pendor. La mejor xarcia se hace de cáña

mo de Calatavud y más siendo alquitranada al hilo antes de ser colchada

y torcida. Las velas serán mejores quanto fueren más delgadas, recias y

tupidas y el mejor lienzo que para ellas halla es el de Olonas de Pondavid

y después los de Villa do Gonda de Portugal como se tiene visto por exacta

evidencia en estas nuestras navegaciones» (89).

54

Page 55: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

LAS CORTAS: HIPÓTESIS DE PARTIDA

Sólo con una visión parcial se pueden cuantificar las cortas de madera

durante el siglo XVIII, por lo que el título tan genérico y ambicioso no correspon

de al contenido de este estudio, pero hubiera sido largo y pormenorizado el ade

cuar tan concretamente título y contenido, pues tenemos que aclarar que las

valoraciones que aquí se hacen son referentes a cortas de madera estructural

de frondosas con destino a la industria naval, en los montes sujetos a la jurisdic

ción de Marina (90) y almacenadas sus maderas en los arsenales y astilleros

reales de La Carraca (Cádiz), Cartagena (Murcia), Guarnizo (Santander) y El

Ferrol (Coruña), en la península, y en el de La Habana (Cuba) durante el siglo

XVIII como componente material de los navios de S. M. y de porte de 50 caño

nes o más.

Las relaciones de listas de buques que tuvo la armada española durante los

siglos de su existencia es un asunto muy difícil y arduo de estimar, pues la gran

parte de la existencia de dichos buques se ha perdido en la memoria y sólo en el

siglo XVIII se presentan listas bien documentadas que nos aproximan a la reali

dad de una manera ostensible.

No obstante se pueden encontrar relaciones que incluyen o excluyen

uno u otro buque de un mismo astillero, por lo que se hace necesario contestar

a unas y otras. Esto que parece extraño no lo es tanto teniendo en cuenta que

los barcos cambiaban a veces de nombre o que sujetos a apresamientos o res

cates no se borraban o de nuevo se inscribían en los listados, aumentando no

sólo la confusión sino a veces la duplicidad.

Otras veces, y esto entra casi en el mundo de la anécdota, los buques

tenían un nombre oficial y otro a título de "apodo" que le daba la marinería y así

tenemos al navio San Hermenegildo al que todos llamaban "Menegildo" dando

lugar a mayor número de confusiones.

También se generan dudas en las distintas listas y relaciones respecto a las

fechas clave de la vida de un navio, necesarias muchas veces para su identifica

ción como: encargo en el astillero, puesta de la quilla, de la botadura, la del

armamento, la de la entrega, las diferentes pruebas de mar y la de la puesta

definitiva en servicio. Muchas de esas fechas guardan diferencias de años en

razón de penurias económicas y desorganización. En cuanto al porte en función

de la artillería que posee el navio, a veces no hay distinciones entre los distintos

calibres o las relaciones de bocas de fuego son caprichosas según su implanta

ción en cubiertas, puentes, en baterías, alcázares, etcétera.

No obstante, y sin olvidar las imprecisiones que se originan en razón a las

fuentes consultadas (91), creemos que éstas son las más fiables y que los resul-

55

Page 56: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

tados obtenidos a manera de aproximaciones dan una idea más que suficiente

tanto de los períodos como de la intensidad de las cortas de madera así como de

los lugares en que éstos se produjeron.

El período que se analiza en el siglo XVIII es coincidente con el reinado de

la nueva Casa de Borbón a resultas del testamento de Carlos II y de la posterior

guerra de Sucesión que consolidó definitivamente en España el reinado de Feli

pe de Anjoú sobrino - nieto de Luis XIV de Francia con el título de Felipe V y de

los reinados posteriores de sus hijos Luis I, Femando VI, Carlos III y su nieto

Carlos IV.

Desde el punto de vista de madera estructural para la construcción de un

navio, se hace la consideración de maderas de quercinias para ese uso, en espe

cial Q. robur, Q. petrae, Q. faginea, Q. pubescens y Q. ilex en la península a

edades de corta, según los tratados de la época (92), de 150 años, (no podemos

hablar de turno) con criterios de selección de tipo dendromórfico, mediante un

señalamiento tecnológico para un uso en destino con sistema tarifario de recep

ción en astillero y precios preestablecidos en los montes de la jurisdicción de la

Marina (93).

Para el estudio de superficie aprovechada se procederá, como antes se ha

indicado, a establecer un "turno ficticio" de 150 años con una posibilidad media

en monte de 1 m3/ha x año de madera en pie, que determinan unas existencias

al final del turno de í'50 m3 para quercineas del tipo del roble pedunculado.

En cuanto a la forma del aprovechamiento según la forma de la corta, y de

su saca y desembosque y posterior labra y tarifado, se establecen los siguientes

criterios:

- 1 m3 de madera de 2a labra (tarifada) supone 1, 2 m3 de madera de

1.a labra (en monte).

- 1 m3 de madera de Ia labra (en monte) supone 3 m3 de madera en pie en

razón del sistema de saca y desembosque, descortezado y destramado.

- 1 m3 de madera de 2a labra (tarifada) supone 3,6 m3 de madera en pie.

Ultimado el aprovechamiento en el monte se produce la saca y

desembosque a astillero, y en virtud de la época de las cortas y la llegada al

destino se puede establecer el período de 1 año (94).

Llegada la madera al astillero se coloca en tinglados para su secado o se

sumerge en "tosas" de agua o se entierra en la arena para que como dicen los

escritos de la época "pierdan los jugos de pudrición". Este período de tiempo

nunca es menor de 2 años (95).

Volviendo a la forma de señalamiento mediante el "hierro de la Mari-

56

Page 57: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

na"(96), éste se hace, como ya se ha dicho, por un criterio tecnológico de tipo

dendromórfico buscando la forma más apropiada para la pieza naval de la es

tructura del navio, y esto se realiza a través de aprovechamiento por entresaca

y método de igual nombre, por lo que su actuación en masas irregulares y de

carácter mixto no permite la noción de tumos y si una edad de madurez, que

para el roble pedunculado se sitúa de 150 - 200 años (97), por tanto la determi

nación de la superficie aprovechada por las cortas para la Marina en el período

ilustrado, no deja de ser una simulación indicativa de la superficie que en monte

alto y masa regular se aprovechó de roble.

Por muy distintos caminos y dado en varias publicaciones, tanto según

fuentes de la época o por cálculos efectuados por el autor, podemos cifrar la

madera estructural de un navio tipo de 70 cañones en 3.000 m3 de madera de 2.a

labra, lo que de madera en pie de roble asciende a 10.800 mi La distinción

respecto al navio artillado con 68 cañones (diseño de Jorge Juan) o de 74 caño

nes (modelo Gautier), no es relevante en cuanto al consumo de madera; es

posible que se encontraran diferencias con navios de igual porte según diseño

Gaztañeta o Romero de Landa por los diferentes tipos de ensambles, distancias

entre cuadernas o geometría de las carenas en España y con diseños franceses,

ingleses y holandeses de entonces.

Aplicando mediante interpolación y datos conocidos de la madera estruc

tural de otros navios de diferentes portes, podemos confeccionar las siguientes

relaciones:

Porte

50 a 59 cañones

60 a 69 cañones

70 a 79 cañones

80 a 89 cañones

90 a 99 cañones

100 o más cañones

Coeficiente

0,6

0,8

1,0

1,2

1,4

1,6 y más

Valoración

1.800 m3 de madera 2.a labra

2.400 m3 de madera 2.a labra

3.000 m3 de madera 2.a labra

3.600 m3 de madera 2.a labra

4.200 m3 de madera 2.a labra

4.800 m3 y más de madera 2.a labra

De las cuales hay que realizar las aproximaciones necesarias (coeficiente

multiplicador: 3,6), para establecer los valores de madera de roble necesaria

para la construcción estructural de un navio. El lector podrá comprobar que en

el cuadro anterior nos hemos alejado de las clasificaciones por rangos (artillería

y puentes) de la época, pero ello ha sido debido a una sistemática equi-intervalo

en el cálculo.

57

Page 58: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

En cuanto a la superficie aprovechada para un navio de ese porte, y dentro

de los supuestos marcados en la consideración de un "turno ficticio" a los 150

años en el caso del roble pedunculado y una posibilidad conservadora media de

1 mYha x año, se entra en estimaciones de superficies beneficiadas a final del

"turno"ade árboles crecidos en torno a 72 hectáreas.

Las valoraciones tanto de la madera cortada como de las superficies

beneficiadas están en función de la puesta en posición de la época tratada:

el siglo XVIII, en cuanto a las herramientas utilizadas para las cortas y la

labra, de los medios de transporte de sangre con los oficios de arrieros, con

los medios utilizados para el desembosque, los caminos y veredas, las inconti

nencias del tiempo y un largo etc. inherentes con la situación de la época en

estudio.

Otro aspecto es el ya mencionado anteriormente de la selección tecnológi

ca pie a pie de aquel que reunía mejores condiciones para una pieza o ligazón

naval, mediante el uso comparativo de patrones que reproducían la pieza o in

cluso muchas veces de la adecuada elección del contramaestre de turno y de los

operarios a sus órdenes.

Otras veces eran las dificultades en la propia extracción de la madera, que

muchas veces obligaba a dejar madera en el monte, motivo este que hizo que

fueran esquilmadas las zonas forestales de valles y riberas y se preservaran

mejor las masas situadas en cotas más inaccesibles.

Todos estos factores limitan las zonas y forma de aprovechamiento de los

montes de la jurisdicción de la Marina. Los montes pegados a las costas y en las

zonas rurales más pobladas y con mayor industria, como las provincias vascas y

cántabra fueron las que recibieron mayor ataque desforestador.

En las tierras ultramarinas, tanto de las Indias americanas como de Filipi

nas, las valoraciones de las cortas de caobos, cedrelas, guayacanes, palomarias,

narras o molabes (98) así como de la identificación de las superficies aprove

chadas resulta una tarea imposible, por lo que sólo nos limitaremos a título de

dato referencial adelantar los del astillero de La Habana durante el período que

va de 1700 a 1792 en el que se construyeron 72 buques de más de 50 cañones

en unos 200.600 m3 de madera de conformación estructural que traducida a

madera en pie no estaríamos alejados del millón de metros cúbicos.

La cuantificación de maderas de coniferas, en especial de pino y de cedro

para forros, puentes y abrazaderas así como las piezas para arboladuras no

permiten, en base a los datos que se tienen, una cuantificación concreta, pudien-

do no obstante decir que la cantidad de madera utilizada fue próxima a la de

frondosas, sin olvidar que otras masas forestales de pinos se utilizaron para la

elaboración de breas (99).

58

Page 59: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Lo que tampoco se puede pretender es equiparar las entradas de madera

en astillero con las maderas empleadas en las botaduras y reflejadas en la rela

ciones de los buques, pues no hay que olvidar que las carenas de los buques (de

ocho a doce años por término medio) eran una partida de consumo muy impor

tante en el astillero (100).

Otras veces, los cambios originados en la cúpula de la construcción naval

española durante el siglo XVIII entre Jorge Juan y Gautier principalmente, y ante

los resultados obtenidos por las maderas en su puesta en servicio como fendas,

hinchazones, pudriciones prematuras, quebrantamientos por nudosidades, etc.,

hizo que en algunos casos se arruinaran las fábricas o los tiempos de carenas se

acortaran de forma anormal, trayendo como consecuencia que se modificara la

edad de corta de los robles, por lo que dejaban de utilizarse acopios de maderas

en los astilleros , produciéndose nuevas cortas, lo que hacía duplicar las mismas

para un mismo destino, aumentando con ello los daños ecológicos en dichas

masas forestales, como el coste de construcción de los navios.

59

Page 60: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

EL PROGRAMA DE BOTADURAS

El impulso que la nueva dinastía Borbónica da a la decrépita marina here

dada del último Austria se inicia por mandato de Felipe V con la creación en 1714 de

la Marina Real y con José Patino cuando se inician propiamente dicho los planes

de fomento al ser nombrado Intendente General de la Real Armada en 1717.

Los planes continuaron en incremento de la Marina y es D. Zenón de

Somodevilla, marqués de la Ensenada que bajo el reinado de Fernando VI dirigía

los despachos de Marina, Indias y Hacienda cuando a sus instancias se promul

gan en 1748 las Ordenanzas de Marina, mediante la cual se delimitan los montes

sujetos a la jurisdicción militar de la Marina, en especial los montes costeros en

los términos y descripciones dados en las citadas Ordenanzas.

Volviendo a la labor de José Patino, éste, en el año 1723 promulga las

Ordenanza de Arsenales, que dan lugar al inicio de las visitas a los montes

próximos a la costa con el fin de valorar la riqueza forestal de los mismos para

el empleo de sus maderas en la industria naval.

En el año 1745 se ordena la visita general a todos los bosques maderables

por oficiales de la Marina para evaluar mediante un inventario el estado de los

recursos maderables de los montes que están próximos a la costa, levantándose

posteriormente planos de los montes visitados y ordenándose a los distintos mi

nistros de las provincias marítimas que remitan los datos obtenidos a sus corres

pondientes Departamentos. Esos inventarios forestales nos permiten hoy día poder

estimar la superficie de bosques que había en España durante el siglo XVIII. Y

así en el antiguo Reino de Murcia en el año 1751, según el trabajo ejecutado por

Fernández de la Torre, se habían contado 601.806.621 árboles clasificados en

nuevos-medianos-inútiles (se entiende para la construcción naval) en la que los

pinos suponían el 85,2 por ciento. Si estimamos una densidad de 500 pies por hectá

rea, el bosque de pinar ocuparía una superficie no menor de 1.200.000 hectáreas.

De 1750 a 1754 Francisco Sandoval levanta el estado de los montes de Jerez

de la Frontera (Cádiz), contabilizándose en esa visita 28.938.397 árboles, en su ma

yoría (72 por cien) alcornoques (Q. súber). Enrique Martínez hace ante seme

jante dato la siguiente precisión: «El término municipal de Jerez, de la Fronte

ra tiene 141.000 hectáreas, si estimamos una densidad media arbolada de

400 pies por hectárea, el bosque Jerezano tendría una extensión de 72.000

hectáreas, lo que supone el 50 por ciento de dicho término municipal».

Por último, de los montes de Doñana, en la visita que giró J. Gutiérrez de

Rubalcava en 1750 se describe: «...242.662 (árboles) en los que el 91 por

ciento son pinos y crecidos y medios el 80 por ciento, 18.000 son alcorno

ques que hacen el 7 por ciento y 1.119 álamos que hacen el 1 por ciento».

60

Page 61: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Si estimamos los pinos crecidos (piñoneros) en unas 50 hectáreas, la superficie

arbolada sería de 50. 000 hectáreas.

Para llevar a cabo todos estos cometidos se crea una especial estructura

administrativa cuya cabeza es el Conservador General de Montes a cuyas órde

nes está el Inspector General de Montes, figura ejecutiva de la organización.

Esta administración con sus luces y sus sombras, con períodos de supresión y de

abandono tuvo vigencia hasta el año 1833 en que Javier de Burgos da las prime

ras Ordenanzas de Montes.

Todas esas disposiciones trajo como consecuencia durante todo el siglo

XVIII unos planes de fomento de la Marina Real que se traducen en unos planes

de botaduras concretos en los astilleros reales peninsulares y ultramarinos.

En base a las relaciones de estado de navios confeccionadas durante el

siglo XVIII podemos facilitar las siguientes guías cronológicas de construcción

en los distintos astilleros Reales según el porte de los mismos:

Astillero: Guarnizo (Santander)

Fechas

1716

1717

1721 ■

1723

1724

1727

1728

1729

1730

1731

1732

1745

1751

1754

1755

1756

1759

1766

1767

1782

TOTAL

Número

4

1

2

2

1

2

3

1

5

2

1

1

1

2

1

3

1

2

6

3

44

Porte

c. = cañones

60 c.

60 c.

52 c. ,60 c.

52 c. 62 c.

64 c.

54 c. 56 c.

60 c (2), 80 c.

70 c.

50 c, 62 c. (2), 70 c. (2)

61c. ,70c.

112c.

70 c.

64 c.

74 c.

74 c.

70 c (2), 74 c

74 c

74 c.

60 c. ,74 c. (5)

68 c, 74 c. (2)

61

Page 62: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Astillero: La Carraca (Cádiz)

Fechas

1726

1729

1731

1738

1752

1754

1757

TOTAL

Número

1

2

1

1

1

1

1

8

Porte

c. = cañones

70 c.

60 c. ,62 c.

60 c.

58 c.

74 c.

74 c.

68 c.

Astillero: Cartagena (Murcia)

Fechas

1731

1753

1754

1764

1766

1771

1772

1773

1776

1777

1778

1779

1781

1785

1787

1788

1791

TOTAL

Número

1

2

3

1

L

1

1

1

1

1

1

1

1

2

1

1

1

21

Porte

c. = cañones

60 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

74 c.

80 c.

74 c.

58 c.

74 c.

64 c.

74 c.

74 c.

62

Page 63: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Astillero: El Ferrol (Coruña)

Fechas

1732

1752

1753

1754

1755

1758

1759

1769

1779

1780

1784

1789

1791

1795

TOTAL

Número

1

1

4

9

4

1

8

5

3

1

4

6

5

2

54

Porte

c. = cañones

56 c.

64 c.

68 c., 74 c. (3)

64 c. .68 c. (2), 74 c. (5)

74 c.

60 c.

68 c, 74 c. (7)

74 c.

54c. ,80c. .116c.

60 c.

68 c, 112c. (3)

64 c. (2), 74 c (3), 112 c

74 c. (3), 112 c. .114 c.

80 c

Astillero: La Habana (Cuba)

Fechas

1700

1701

1714

1718

1720

1723

1724

1726

1727

1728

1729

Número

1

1

1

2

1

1

2

1

2

2

1

Porte

c. = cañones

50 c.

50 c

50 c.

60 c

60c.

64 c.

60 c.

58 c.

54 c. ,56 c

60 c.

70 c.

63

Page 64: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

1730

1731

1732

1734

1735

1737

1738

1740

1743

1744

1745

1757

1759

1761

1765

1766

1769

1771

1773

1775

1776

1780

1786

1787

1788

1789

1791

1794

TOTAL

3

1

3

2

3

1

3

1

1

2

11

1

2

2

2

2

1

2

1

1

2

1

2

1

1

1

1

3

72

52 c. ,64 c. ,66 c.

66 c.

58 c, 64c, 70c.

58 c. ,64 c

50 c, 64 c (2)

64 c

50 c, 70 c. (2)

66 c.

64 c

70 c.

60 c, 64 c, 70 c (3),

74 c (4), 80 c (2)

70 c.

60 c. ,64 c

64 c, 70 c.

94 c. ,98 c

64 c, 94 c

130 c

68 c. ,80 c

74 c

68 c.

64 c.

74 c.

112 c.

112 c.

64 c

112 c.

74 c

50 c, 74 c, 112 c.

A la vista de las relaciones de botaduras anteriores, la cifra de navios

construidos durante el siglo XVIII, alcanza el número de 127 en la península y de

64

Page 65: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

72 en el astillero de La Habana, totalizando 199 navios de 50 cañones o más de

porte. Considerando además los astilleros de Puntales, La Grana, Orio, San

Feliú, Pasajes y otras procedencias, la cifra se incrementa en 24 navios más.

Para mayor aclaración al lector, en el Anexo 5 se especifican claramente esos

términos en los cuadros núms. 1, 2 y 3.

Abundando en los datos, también se incluye en el citado Anexo el cuadro

n.° 4 de barcos adquiridos mediante compra en el siglo XVIII a distintos reinos y

repúblicas en la cifra de 10.

Un análisis interesante que corresponde también hacer es señalar aque

llas fechas en que se dio mayor impulso a las botaduras en relación directa con

los planes de fomento de la Marina Real, así como la aparición de determinados

prototipos o modelos, como el 70 cañones en los distintos astilleros y arsenales

reales, tanto peninsulares como indianos.

Y así en Cuba las cortas más importantes se efectuaron en los años 1727

para la construcción de 16 navios y en 1742 para la construcción de 11 navios.

En el astillero de El Ferrol las cortas de mayor entidad estuvieron alrededor de

1750 para la construcción de 27 buques y las de 1781 para botar 17.

El astillero de Cartagena, de menor entidad en cuanto a botaduras, fue

más regular en sus abastecimientos de madera durante el siglo XVIII, y podemos

considerar las siguientes fechas de tales eventos en 1750, 1763, 1773 y 1782.

En cuanto al astillero de La Carraca, en el interior de la bahía de Cádiz,

sólo dos fechas pueden tener cierta importancia por el ritmo posterior de cons

trucción y botaduras, los años 1726 y 1749.

Por último, el cántabro astillero de Guarnizo, impulsado por Antonio de

Gaztañeta, fue el pionero desde 1713 con las entradas de madera que favorecie

ron la construcción de navios hasta 1729 con 16 de éstos puestos en el agua;

posteriormente, los años 1727, 1742, 1753 y 1764 son hitos de entradas de ma

dera en sus almacenes.

Son por tanto las fechas de 1726 - 1727 y las de 1740 a 1750, junto a las

de 1770 a 1780, los períodos más importantes de cortas de maderas, tanto en la

península como en ultramar, y por consiguiente marcan los plazos de las botadu

ras más importantes.

El cuadro que damos a continuación ilustra y documenta todo lo dicho a

las botaduras y cortas de madera en el Real Arsenal de la Habana en Cuba:

65

Page 66: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Maderas estructurales: caobas, cedrelas, guayacanes y otras

Fecha

estimada de las cortas

1727

1742

1753

1763

1783

TOTALES

Volumen (m1)

de madera de las cortas

37.200

33.000

21.600

20.600

34.200

146.600

Número

de navios botados

16

11

7

6

9

49

Fuente: Relaciones. Almirante Vigodet. C. Aniñano.

Preparación de G. de Aranda

Los 146.600 m3 de madera estructural estimada en el consumo de la cons

trucción naval del astillero cubano, asciende a un 73 por ciento del total,

previsiblemente utilizado para un 68 por ciento de todas las botaduras de navios

de porte 50 cañones o más.

En cuanto a la aparición del 74 cañones como navio de dos puentes y de

tercer rango más popular, podemos decir que no son coincidentes en fechas su

aparición en los distintos astilleros reales españoles:

Astillero

LA HABANA

LA CARRACA

CARTAGENA

ELFERROL

GUARNIZO

Porte

74

74

74

74

74

Primera fecha de botadura

1745

1752

1753

1753

1754

Fuente: Relaciones. Almirante Vigodet. C. Artiñano.

Preparación de G. de Aranda

Page 67: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

VALORACIONES DE LAS CORTAS

Como consecuencia de los planes de fomento de la Marina Real a partir de

Patino, en 1717 y a lo largo del siglo XVIII, tuvo en la superficie del bosque

hispano e indiano una notable incidencia debido a las cortas de árboles para la

obtención de madera que se llevó a cabo.

El estar durante muchos años desentrañando relaciones de botaduras en

archivos nacionales y cuantificaciones de maderas tanto estructurales como de

composición en legajos y documentos, se pueden llegar a establecer unos valo

res indicativos de las cortas que de roble o de maderas como caobos, cedrelas y

otras exóticas se consumieron para la construcción de navios de 50 cañones y

más en los astilleros y arsenales de estudio.

En el cuadro n.° 5 del Anexo 5, y bajo el título Períodos de cortas de

madera estructural para la construcción naval con quercineas y localiza-

ción de las mismas, se facilita una visión bastante general de los períodos de

corta durante el siglo XVIII en relación a las zonas boscosas peninsulares.

De dicho cuadro se desprende que la actividad desforestadora durante el

siglo XVIII comenzó en los montes cántabro-astures prosiguiendo por los galaicos,

y de ahí se propagó por el resto de los montes costeros.

La actividad fue mucho más corta en tiempo e intensidad en los montes

del reino de Andalucía.

A mitad del siglo XVIII fue cuando las cortas fueron más intensas, esti

mándose para el arsenal de Cartagena 54.000 m3 de madera estructural en pie,

en el de El Ferrol 284.400 m\ en La Carraca 30.240 m3 y en el de Guarnizo

64.800 m3, totalizándose en todos ellos la cantidad de 433.440 m3 de madera en

pie. Esta madera cortada en su mayoría de roble pedunculado (Q. robar) es

aproximadamente el 33 por ciento del total de la madera estructural cortada

para la construcción naval y con destino a navios de porte de 50 cañones o más.

En el cuadro n° 6 del Anexo 5, se facilita con más detalle de cada uno de

los astilleros mencionados y a partir de la madera estructural consumida, la

madera en pie presumiblemente cortada, así como la estimación teórica de las

superficies beneficiadas en el caso de una corta en el turno (150 años) o por

entresacas periódicas cada diez años. La cantidad alcanza la cifra de 1.321.920

m3 de madera de estructura en árbol en pie, y si consideramos, aunque con

mayor imprecisión, las cortas cubanas podemos estimar una cantidad en torno a

los 2.100.000 m3. El cuadro que a continuación se facilita indica los porcentajes

de consumo en cada uno de esos astilleros:

67

Page 68: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Consumo de maderas estructurales en los principales astilleros reales durante el

siglo XVIII

Empleo: Construcción naval. Navio de porte 50 cañones o más.

Astillero

Arsenal

CARTAGENA

ELFERROL

GUARNEO

LA HABANA

LA CARRACA

TOTAL

Consumo*

m3

61.200

166.800

118.800

200.600

20.400

567.800

%

11

29

21

35

4

100

* : madera estructural de 2.a labra en astillero.

En el Anexo 5 de esta publicación se facilitan el gráfico 1 Consumos de

maderas y el gráfico 2 Volúmenes de maderas consumidas.

En cuanto a las valoraciones de las cortas de coniferas, en especial pinos

para cubiertas y forros y para la obtención de breas y alquitranes, así como para

el suministro de perchas como la de pinabetes de las sierras pirenaicas, no pre

sentan base suficiente para una aceptable estimación, y sólo teniendo en cuenta

los porcentajes roble/pino en algunas relaciones de construcción de determina

dos navios y con el único interés de avanzar una posible cifra, podemos adelan

tar la de 250.000 m3, con actuaciones en más de 200.000 ha de pinares.

La comparación que sí resulta interesante es la que enfrenta las cifras de

consumos de maderas de roble ssp., durante el siglo xvm en los supuestos

enunciados, con las existencias de esa misma madera en la actualidad en base a

los últimos inventarios efectuados (101):

Estimación de consumos

de madera de roble

1.321.920 m3

Existencia de madera de

Q. robur/Q. petrae

INVENTARIO NACIONAL FORESTAL 1994

28.64i.000m3cc

ce: con corteza

Así como las superficies beneficiadas por los mismos conceptos respecto

a la distribución de robles en forma de masas medidas en la actualidad en hec

táreas:

68

Page 69: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Estimación de superficies

aprovechadas de masas

de roble

132.192 ha

Distribución superficial de masas

de robles

INVENTARIO NACIONAL FORESTAL 1994

Mezclas

Especies

Q. petrae

Q. ssp*

Q. robur y frondosas

Q. robur y Q. petrae

Q. robur con exóticas

Q. robur con coniferas

Total

Superficie

ha

37.913

47.862

136.807 *

55.536

5.480

98.057

471.325

*ssp: sin especificar la especie

De todo lo cual se desprende que los consumos de madera estructural de

roble, en los supuestos estudiados y en el período de tiempo establecido, no

alcanza la cifra del 5 por ciento respecto a las existencias actuales, lo cual pone

de manifiesto que aunque las cortas fueron muy importantes y hubo períodos de

carestía en los que incluso se importaban maderas, las leyes de la Marina, y en

especial la Ordenanza de 1748, tuvo efectos beneficiosos por cuanto obligaba a

la restauración de la cubierta vegetal mediante la obligación de efectuar siem

bras y plantíos.

Sin error a equivocarnos, la antes mencionada Ordenanza y la labor de los

hombres de la Marina tuvo para los bosques españoles unos efectos ecológicos

positivos, siempre en el contexto de utilidad estratégica que tenían las maderas

para las naciones del siglo XVIII.

El estudio de los cambios históricos de dominio que nuestros montes han

experimentado a lo largo del tiempo es una tarea objeto de otro estudio intere

santísimo aun no acometido y que el autor no pretende hacer en este trabajo, por

lo que con el título de este apartado sólo se da una indicación geográfica, a

veces hasta la escala de término municipal de los montes y sierras costeras que

fueron aprovechados durante el siglo XVIII y situación comarcal que tenían por

aquel entonces.

La base de partida para la descripción de esos montes objeto de aprove

chamiento son aquéllos sujetos a la jurisdicción de Marina durante el siglo XVIII

y enumerados en las Ordenanzas de Marina de 1748 (102).

69

Page 70: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Durante todo el siglo XVlll, los intendentes de Marina de los Departamen

tos de El Ferrol, Cádiz y Cartagena ordenaron el levantamiento de planos en que

se relacionara la riqueza forestal de los montes sometidos a su jurisdicción, ad

juntando a los mismos relaciones inventaríales del estado de dichas masas

arbóreas para el uso en la construcción naval (103).

El dinero que la industria naval movió durante el siglo XVIII fue una de las

partidas más importantes de la Real Hacienda, y los presupuestos de la Marina

tuvieron que tener dotaciones económicas cuantiosas, pues sólo en compra de

madera estructural de roble, y para los supuestos contemplados, la cifra puede

llegar a los ocho millones de reales de vellón.

70

Page 71: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

NOTAS

(1) González-Aller, J. I.: El navio de tres puentes en la Armada Españo

la. R. H. N. n.° 9, Madrid, 1985.

Artiñano y Galdácano, G.: La Arquitectura Naval española (en ma

dera). Madrid, 1914.

Fernández Duro, C: A la mar madera. Disquisiciones Náuticas. Ma

drid, 1880. Stoot, W. R: Some aspects of naval architecture in the

eighteenth century. Transactions of the Institution of Naval Architects.

1959.

(2) González-Aller, J. I. Opus cit.

Vial de Calabrois: Traite elementaire de la construction des

Vaisseaux. París, 1787.

(3) González-Aller, J. I.: lbídem

Chapman, F. H.: Architectura Navalis Mercatoria. Stockholm, 1768.

(4) Diderot & D'Alambert: L'Encyclopedie. «Navire de Guerre». Pa

rís, 1780.

(5) Autrán, C: Explicación del Método, regla y proporciones para

la construcción de bajeles. 1742.

(6) Bouguer, P.: Traite du Navire de la construction et de les mouvements.

París, 1746.

Juan y Santacilia, J.: Examen Marítimo. Madrid, 1771.

Aláez, J. A. et allí: La Arquitectura Naval y la navegación en la

época del descubrimiento. 1992.

Euler Scientia Navalis sen tractatus de Construendis ac dirigendis

navidus. 1749.

(7) Kollmann, F.: Technologie des Holzes und der Holzwerstoffe.

Góttingen, 1955.

(8) Chernock, J.: History of Marine Architecture. London, 1800.

Hedclerwiek, P.: Tratise on Marine Architecture. Edimburg, 1830.

(9) Aranda, G. de: "Los bosques de la Orden de Malta". Revista Hospi

talaria n.° 13, 1994.

Ascasibar, J.: Contribución de la RSBAP a la difusión de la

Selvicultura en el último tercio del siglo XVlll. San Sebastián. 1993.

(10) González-Aller, J. I.: lbídem.

Diderot & D'Alambert: lbídem.

Uztariz, J.: Theoria y Práctica de comercio y Marina. 1742.

(11) Diderot & D'Alembert: lbídem.

(12) Williers, A.: Ship through the Ages: A Saga of the Sea. N. G., 1963.

71

Page 72: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Howarth, D.: Sovereign ofthe Seas, tlie story ofthe british sea power.

London. 1974.

(13) Romero Fdez. de Landa, J.: Reglamento de Maderas. Madrid. 1784.

Mn. Vargas Ponce. Pliego 1742. Museo Naval. Madrid

Tarifas 1860-1865. Museo Naval. Madrid

(14) Aranda, G. de: Los aprovechamientos forestales en los montes de la

Jurisdicción de Marina en el siglo XVIII y comienzos del XIX. T. D.

Madrid, 1990.

(15) Duhamel Du Monceau, H-L.: Tratado del cuidado y aprovechamiento

de los montes y bosques, corta, poda, beneficio y uso de sus made

ras y leñas (trad. Casimiro Gómez Ortega). Madrid, 1773/1974.

Galobardas, J. B. Compendio sobre el modo de sembrar, criar, podar y

cortar toda especie de árboles. Barcelona, 1817.

Ascasibar, J.: Contribución de la RSBAP a la difusión de la

selvicultura en el último tercio del siglo XVIII. RSBAP. San Sebastián,

1993.

Echeberría, J. I.: Discurso sobre la plantación del roble. 1775.

(16) Aranda, G. de: Opus cit.

(17) Aranda, G. de: Ibídem.

(18) Aranda, G. de: ibídem.

(Referencia al Monte Corona, de Santander, en otro tiempo cubierto de

robledales y que debido a las cortas para el astillero de Guarnizo quedó

completamente desarbolado; más tarde ya entrando en el siglo XX, fue

repoblado de eucaliptus).

(19) Ascasibar, J.: Opus cit.

(20) Burgos, M. de: Expediente sobre el régimen y administración de los

montes de Segura de la Sierra y de su provincia. Madrid, 1825.

(21) Tamames, R.: Estructura económica de España. Madrid, 1965.

(22) Villareal de Berriz, R: Máquinas hidráulicas de molinos y herre

rías y gobierno de los.... y.... de Vizcaya. Madrid, 1736.

Née, L.: La Encina. 1799.

(23) Buffon: Ouvres. París, 1749-1788.

(24) Duhamel du Monceau, H-L.: Opus cit.

(25) Duhamel du Monceau, H-L.: Ibídem.

(26) Cálculos y Tablas: Volumen de Poros (Vp); Relación entre el peso

anhidro y el seco volumétrico (R). Tabla de Pesos Específicos. Kollmann.

(27) Cálculos y Tablas: Landoff - Bornstein. Müller - Pouillet.

(28) Plá y Ravé, E.: Tratado de Maderas de Construcción civil y naval.

Madrid, Aribau, 1880.

72

Page 73: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

(29) Aranda. G. de: Las maderas de Indias. Asclepio. Vol. XLV-1, 1993.

(30) Aclaración socio-botánica:

Nombre vulgar

Betis

Caoba /o

Ébano

Guachapelí

Guayacán

Guijo

Lauan

Mangle /s

Molabe

Palo maría / maría

Teca

Nombre científico

Azaola betis

Swietania mahogani

Dvospliirus iiiqra

Acacia guachapela

Gitavacum officinales

Dipterocarpus guiso

Dipterocarpus thurifera

Aucenia, Rhizophora, Le-

gungaria

Vitex glandiflora

Callophvlluin inophylum

Tectonia grandis

Distribución geográfica

Filipinas

Antillas

Filipinas

Ecuador, Costa Rica

Antillas. Colombia, Chile, Ecuador

Filipinas

Filipinas

Antillas

Filipinas

Ecuador, Filipinas

Filipinas

(31) Claver, Ig.: Tecnología de la madera. Madrid, 1944.

(32) Vidal y máscaró, J. M., 1839.

Aranda, G. de: "La broma azote de navios". Revista Vida Silvestre.

leona. 1991.

(33) Plá y Ravé, E.: op. cit.

(34) Aranda, G. de: "La influencia de la luna en la corta de los árboles".

Revista Vida Silvestre. leona. 1991.

(35) Plinguet, Traite: 1789.

SenebierJ. 1788.

Duhamel du Monceau, HL.: La Phisica de los Arboles, (trad. Casimiro

Ortega). Madrid. 1772.

(36) Aranda, G. de: Op. cit. 1991.

Plá y Ravé, E.: Ibidem.

Llabrés Bernal, J.: Los diques de la Canaca. 1952.

(37) Trlieba, E.: Sevilla marítima. Sevilla, 1990.

Benito, J.: /. F. I. E. 1960.

Plá y Ravé, E.: lbídem.

Boutelou, E.: Conservación de las maderas. 1841.

(38) O'Scanlan, T.: Diccionario marítimo español. 1831.

(39) Fernández Duro, C: Disquisiciones náuticas. Libro VI. Madrid, 1881.

73

Page 74: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

(40) Roch, F. Unschau, T. 42. 1938.

"Los daños ocasionados por los xilófagos marinos durante los años 1917

a 1921 llegaron a alcanzar la cifra de 25 M. $.".

(41) Moll, R: Kolonialfort Mitt. T. 3. 1940.

(42) Kollmann, R: Tecnología de la madera y sus aplicaciones. I. F. I. E.

1959.

The deterioration of structures in sea waters. hondón. 1937.

(43) Moix, F.: Naturwiss. 1915.

"En 8 años fue roído hasta 76 mm el tablazón de la fragata Robust enca

llada en el puerto de Plymouth (Inglaterra)".

Kollmann, F.: Op. cit.

(44) Haring: Comercial Trade and Navigation. (Tratado de emplomados).

Rodríguez, V.: La política del Reformismo de los primeros Bortones

en la Marina de guerra Española sobre forrados de cobre en el

casco de los buques.

(45) Cervera, J.: La Marina de la Ilustración. 1986.

(46) Jousselin, MR: Estudios sobre las maderas. 1855.

(47) Archivo General de Indias. Leg. 418.

(48) Alfonso X. Código de las siete Partidas.

(49) Martínez Hidalgo, J. M.a: Galera la Real. Museo Marítimo. Barcelona.

(50) Colón. C: Diario. Transformaciones del aparejo en la Pinta en Palos y

en la Niña en la Gomera (Is. Canarias).

(51) Guillen Tato, J.: La Construcción naval a través de los siglos. 1933.

(52) "Tilla" ...entablado dispuesto a la proa de las embarcaciones sin cubierta

corrida y que servía para resguardar del agua del mar algunos efectos;

es semejante al "tálamete" en algunos botes.

(53) Carabela Vigía. Expedición de los hermanos Nodal al estrecho de

Magallanes. Construida en La Habana.

(54) Escalante de Mendoza, García del Palacio, Thomé Cano.

(55) Este tipo de nave se atribuye a la Santa María del descubrimiento.

(56) "Budazas" ...trozos de cáñamo delgado.

(57) Codo castellano = 2 pies = 32 dedos = 0,55766 metros.

(58) Herbin de Halle, P. E.: Des bois propes aux service des arsenaux de

la Marine et de la guerre. C L'Huilliers. 1815.

(59) Aranda, G. de: Los bosquesflotantes. Col. Técnica. Mapa. leona. 1990.

Ref. a los astilleros de Guarnizo, la Habana, Cádiz, Cartagena, El Ferrol

y Coatzacoalcos. Págs. 78 y 79.

Artiñano y Galdácano, G.: La Arquitectura Naval Española, (en

madera). Madrid 1914

74

Page 75: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

"En 1533, pasaban de 30 navios construidos en el Mar del Sur ( Pacífico ).

Construcciones en los astilleros de Guayaquil, en Nueva España

(Veracruz y Acapulco), El Realejo, Campeche, Sto. Domingo, Puerto

Rico, la Habana y Maracaibo. Se ha dicho que los buques construidos

en La Habana duraban el doble de los construidos en Europa y ¡os de

Guayaquil el doble de los construidos en La Habana'".

(60) Aranda, G. de: Op. cit. Págs. 58 y 59.

(61) Características Constructivas.

García del Palacio: Instrucción Náutica para navegar. Méjico, 1587.

Thomé Cano: Arte de aparejar y fortificar naos. 1611.

Casa de Contratación de Sevilla. Reglas para fabricar los navios que.

1613.

Garrote, Francisco Antonio. Nueva Fábrica de bajeles. 1691.

(62) Trueba, E.: opus. cit.

Odriozola, L.: La Industria Guipuzcoana. 1994.

(63) Archivo D. Alvaro de Bazán. Cortas de Madera. 1786.

Castañedo, J. M.: Guarnizo. 1993.

(64) Cervera, J. Opus cit.

(65) Aláez Zazurca, J. A. et all: l.er Simposio de Historia de las Técnicas.

La Construcción naval y la Navegación. Área I: Construcción Naval:

Hidrodinámica de las embarcaciones de la Edad Moderna.

Referencias a: Bowen, F. C: From carrack to clipper. Pág. 26. London,

1927.

Fox Smith, C: Ship models. Págs. 43-45. Conway Maritime Press. 1972.

(66) Aláez Zazurca, J. A. et alia: Op. cit. Pág. 11.

(67) Aláez Zazurca, J. A. et alia: Op. cit. Pág. 32.

(68) Aláez Zazurca, J. A. et alia: Op. cit. Pág. 44.

Los datos de los dos últimos han sido tomados de "Schiffe des Miltelallers

und der neuerem zeit". Sahrbuch der Schiffbanetec hnischem

gesellsschaft. Págs. 602-699. 1920.

(69) Aranda, G. de: «Las maderas de Indias». Asclepio. Vol. XLV-1. 1993.

(70) Fernández Duro, C: La Armada Española. Tomo 6.°, pág 360-361.

Informe General del marqués de la Ensenada.

(71) Artiñano y Galdácano, G.: La Arquitectura Naval Española. 1920.

(72) Bethancourt, A.: El Real Astillero de Coatzalcoalcos.

(73) Aranda, G. de: "Reflexiones, cuando los montes eran de la Marina".

Rev. Historia Naval. Año IX. núm. 33. 1991, págs. 7 a 23.

(74) Serrano Mangas, F.: Función y evolución del galeón en la carrera

de Indias. Madrid, 1992.

75

Page 76: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

(75) Odriozola, L.: "La industria naval guipuzcoana y la producción de na

vios por el Rey (1650-1799)". R. Siglo B. A. P. Vol. XL, 1, 1994.

(76) Museo Naval. Vargas Ponce. Mn. 75 bis (serie arábiga).

(77) Odriozola, L.: Op. cit., pág. 26.

Antonio de la Piedra percibió por cada uno de los navios de 66 cañones

55.000 pesos escudos; por cada uno de 56 cañones 47.000 y por cada bajel

de 36 cañones 23.000 pesos escudos (A. H. P. G. Rentería leg. 2.506).

(78) Aranda, G. de: Reflexiones. Op. cit.

(79) Archivo General de Indias. Leg. Línea, 89. 1695.

(80) Pérez Mallaina et alia: La Armada del Mar del Sur. C. Siglo I. C.

1987.

(81) Archivo General de Indias. Leg. Línea, 55. 1640.

(82) Jorge Juan y Antonio de Ulloa. Noticias secretas de América. Lon

dres. Imp. R. Taylor. 1826.

(83) Pérez Mallaina et alia. Op. cit.

(84) Pérez Mallaina et alia: Op. cit.

(85) Navarro, J.: Manuscrito del marqués de la Victoria. 1740. Museo

Naval. Madrid

(86) Escalante de Mendoza, J.: Itinerario de navegación. 1575.

(87) Ordenanza para el gobierno de los montes y arbolados de la juris

dicción de Marina de 31 de enero de 1748.

De aplicación en los montes costeros de hasta 25 leguas de la línea

litoral, además de los situados en las islas Canarias y en Mallorca, Me

norca e Ibiza y aquellos que, aunque no estén incluidos en esa demarca

ción, estén actualmente destinados a aplicar sus maderas a la construc

ción de la Real Armada, bien por la calidad de sus maderas o bien a

causa de ríos cómodos para su transporte.

Esta jurisdicción sobre los montes era directa en los realengos y en los

"de propios" de los pueblos y regulados las cortas por los funcionarios

de la Marina en los comunales, de mano común y en los de particulares.

Comprende los montes incluidos en las provincias de Tuy, Santiago, La

Coruña, Betanzos, Mondoñedo, Principado de Asturias, Cantabria, Se

ñorío de Vizcaya, Guipúzcoa, Reino de Navarra, Montes de Andalucía,

Reino de Sevilla, Córdoba, Segura (a partir de 1733), Reino de Murcia y

de Valencia y Principado de Cataluña.

Para ampliación ver:

Aranda, G. de: Los aprovechamientos forestales en los montes de

Jurisdicción de la Marina en los siglos XVIII y comienzo del XIX. T.

D.Madrid, 1990.

76

Page 77: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Aranda, G. de: La Ordenanza de Marina de 1748. Rev. Montes, n.° 28.

Aranda, G. de: «La Política Forestal en la Francia de "L'Ancien

Regime"». Rev. Forestal Española, n.° 4.

(88) Artiñano y Galdácano, G.: Relación del Almirante Vigodet. 1920.

Varios autores: El buque en la Armada Española. Madrid, 1981.

Fernández Duro, C: Estado de buques de la Marina de España (de

Felipe V a Carlos IV).

Museo Naval. (Varias relaciones.)

Archivo de la Marina del Viso. (Varias relaciones.)

Archivo General de Simancas. (Varias relaciones.)

Archivo de Indias. (Varias relaciones.)

Datos generales de botaduras durante los siglos XVIII y XIX

( 50 o más cañones )

Autor

Marqués de la Victoria

Fernández Duro

Alcofer

Período

1700-1766

1700-1788

1700-1802

Número de navios

47

70

76

Construcción del resto de buques durante el siglo XVIII

CLASE

Fragatas

Corbetas

Jabeques

Urcas

Paquebotes

Bergantines

Balandras

Goletas

Bombardas

Galeras

Burlotes

TOTAL

NÚMERO

47

5

17

16

5

29

14

11

3

10

2

156

77

Page 78: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Otras relaciones

Período

1715-1759

1700-1797

Construcción de navios (50 cañones o más)

108

104

(89) Las "Ordennance sur le fait de Eaux et Forets" de 1669 de Colbert

promulgada por Luis XIV y continuada por la de 1689 no dejan de ser

las precursoras y el modelo en que se basaron para expedir la Ordenan

za de 1748.

En esta Ordenanza se determinan las condiciones de explotación de

los buques galos tanto para maderas de "le chéne blanc á glands

a'tiges longue"(2- robur) y "le chéne rouvre a gland presque sans tige"

(Q. petraea). Se especifica que las cortas se efectúen en luna nueva y

la saca y desembosque se hacía generalmente en invierno con la made

ra ya escuadrada (primera labra) en arrastre de sangre o por flotación,

siendo la edad de corta entre los 150 a 200 años.

Ver : Aranda. G. de: «La Política Forestal en la Francia de "L'Ancien

Regime"». Rev. Forestal Española, n.° 4.

(90) La Marina pagaba a los propietarios de los bosques un real de vellón por

cada codo cúbico de madera de roble y cuatro reales por cada codo

cúbico de haya, alcornoque, carrasca, encina, álamo blanco o negro.

Los constructores particulares de navios tenían que pagar el doble de

este precio.

Por cada corta de madera destinada a la construcción era preciso pedir

licencia a los intendentes y plantar tres árboles por cada uno que se talase.

La otra Ley que se promulgó para los demás montes no sujetos a la

jurisdicción de la Marina fue la Real Ordenanza para el aumento y con

servación de montes y plantíos para el interior del reino de 7 de diciem

bre de 1748 y de cuyo cumplimiento se encargaban los corregidores de

ciudades, villas, pueblos y aldeas, modificada en 1762 y aplicable a 25

leguas de Madrid. Sólo Guipúzcoa y Navarra se rigieron por sus fueros.

(91) "£7 apeo se efectúa en los menguantes de luna de diciembre, enero

y febrero, que es cuando la savia está sin mover y dicen los carpin

teros que retrocede hasta las raíces a causa de la frialdad de la

atmósfera, entonces el árbol está más sano y dispuesto a enjugarse

después de cortado". Duhamel du Monceau. Tratado del cuidado y

aprovechamiento de los montes y bosques, poda, beneficio y uso

de sus maderas y leñas. 1773.

78

Page 79: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

(92) «Tanto en La Carraca como en El Ferrol en donde hubo siempre milla

res de palos sumergidos y enormes troncos y tosas de maderas, reuni

das muchas de ellas de las Indias, generalmente bastan dieciseis meses

para que el tronco desfogue la tinta o humor acre que crían algunos

árboles principalmente el roble pedunculado».

Plá y Ravé: Tratado de Maderas de Construcción Civil y Naval.

1880.

(93) Guillen, J.: "Cuando los montes eran de la Marina". Rev. Montes.

"Aplicando el marco de la marina en troncos y en cuello de la raíz (raigal

sobresaliente)". Aranda, G. de: Los Bosques Flotantes. Col. Técnica,

leona. 1990.

(94) «Se observa su buen estado de salud, siendo la época más adecuada

para realizar este reconocimiento la de mayor frondosidad, y en robles

la edad de "robustez" está pasado los 100 años. Para averiguar aproxi

madamente esa edad, antes de derribarlos se observa el estado de su

corteza, el verdor y frondosidad de hojas y ramas, que estas carezcan

de "goteras", verdín, verrugas en el tronco y hongos en su pie que deno

ten la humedad y a la postre la falta de circulación y nutrición». Median

te la barrena y la gubia se podía averiguar si la pudrición era natural o

accidental. Duhamel du Monceau. Op. cit. (ver Aranda, G. de: Los

Bosques Flotantes).

(95) En los montes indianos se aplica las Ordenanzas de Marina de 1748,

controlando los bosques situados en la costa norte de la isla de Cuba a lo

largo de 33 kilómetros, hasta una extensión de 220 kilómetros contados

desde La Habana. A la población de La Habana se le concedieron ocho

haciendas de bosques, donde se podía proveer de madera de construc

ción.

Existe una Ordenanza provincial para el arreglo, aumento y conserva

ción de los montes de Guayaquil (Laviana Cuetos. 1989). En dicha or

denanza se reglamentaron las cortas y la exportación de maderas, esta

bleciéndose una guardería para los montes y se dictan providencias para

la repoblación forestal. El Gobierno colonial y el cabildo del Virreinato

de Nueva Granada establecieron una pugna para controlar las explota

ciones forestales en Guayaquil. Ver Aranda, G. de: Las Maderas de

Indias. C.S.I.C. 1993.

(96) Aranda, G. de: T. D. Op. cit.

Volumen: 250.000 m3

Actuaciones: 666.681 ha de monte de roble y 226.592 ha de pinar.

(97) Aranda, G. de: T. D. Op. cit.

Page 80: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Entradas de maderas de roble en el arsenal de El Ferrol en 1784

1784

1." Trimestre

2o Trimestre

3o Trimestre

4o Trimestr

TOTAL

CANTIDAD m3

'--

460

1.050

1.800

3.310

Entradas de maderas de roble en el arsenal de La Carraca en 1784

FECHA

1784

CANTIDAD (m"

3114

Madera de roble entrada en los arsenales de la Real Armada en el

período de 1700 a 1800 (para todo tipo de barcos)

Astillero

ELFERROL

LA CARRACA

GUARN1ZO

CARTAGENA

OTROS

TOTAL

Buques construidos

22

8

29

4

7

70*

*Volumen de madera estructural estimada: 461. 384 m1

80

Page 81: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

(98) DATOS DEL INVENTARIO NACIONAL FORESTAL.

AÑO 1994.

1. Distribución superficial en hectáreas de robles con frondosas

PROVINCIAS

Asturias

Cantabria

Orense

Navarra

Navarra

Asturias

Cantabria

Castellón

Burgos

Palencia

Barcelona

León

Álava

Vizcaya

Cantabria

Palencia

Asturias

Cantabria

Pontevedra

Totales

Tipos de masas

Mezcla

de Q.robur

y

C. sativa

10.090

19.090

47.630

23.000

X

X

X

X

X

X

99.810

Mezcla

de Q.robur

yQ.petraea

X

11.842

13.861

29.833

X

X

X

X

X

55.536

Mezcla

de

robles

X

X

12.872

11.800

8.570

14.620

X

X

X

X

47.862

Q.petraea

X

X

X

37.913

X

X

X

37.913

Mezcla

de Q.robur

y

F.silvarica

X

X

X

X

6.181

6.588

10.835

13.393

X

X

36.997

Mezcla

de

Q.petraea

y F. silvática

X

X

X

X

X

10.717

10.717

X

21.434

Mezcla

de Q.robur

yE.globulus

X

X

X

X

X

X

5.480

5.480

Fuente: Dirección General de Conservación de la Naturaleza.

Ministerio de Medio Ambiente.

81

Page 82: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

2. Distribución superficial en hactareas de robles con coniferas

PROVINCIAS

Orense

Pontevedra

Guipúzcoa

Gerona

Lérida

Tarragona

Totales

Tipos de masas

Mezcla de

Q. robur y

P. pina.ster

28.281

34.123

X

X

62.404

Mezcla de

Q. robur y

P. insígtiis

X

5.832

X

5.832

Mezcla de

Q. robur y

Phiu.s. ssp.

X

X

54.707

38.263

5.087

98.057

3. Existencias

Tipos de masas

Q. robur / Q. petraea ...

Existencias (m3 ce)

28.641.000

ce : con corteza

(99) Según la Ordenanza de 31 de enero de 1748 los montes sujetos a la

jurisdicción de la Marina están comprendidos en las siguientes de

marcaciones:

Departamento marítimo

ELFERROL

CÁDIZ

Demarcaciones

Provincia de Tuy

Provincia de Santiago

Provincia de la Coruña

Provincia de Betanzos

Provincia de Mondoñedo

TOTAL

Principado de Asturias

Cantabria

TOTAL

Señorío de Vizcaya

Provincia de Guipúzcoa

Reino de Navarra

TOTAL

Reino de Sevilla

Segura

TOTAL

Dehesas y cotos reales

123

301

133

102

70

729

48

S.C.

S.C.

s.c.

s.c.

s.c

s.c.

s.c

s.c.

s.c.

Nota: S. C.= sin contabilizar

82

Page 83: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

CARTAGENA

Segura

Murcia

Valencia

Cataluña

TOTAL

S.C.

S.C.

S.C.

S.C.

S.C.

(103) Bauer, E.: Los Montes de España en la Historia. 1980. (Pág. 125 a

152.)

83

Page 84: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ANEXO 1

LA CARPINTERÍA NAVAL EN LA ENCICLOPEDIA FRANCESA

L'Encyclopédie ou Dictionnaire des Sciencies, des Arts et des Métiers

publicada por Diderot y D'Alambert y que se terminó en 1780 a imitación de

L'Anglais Ephraim Chambers londinense de 1727 dedica un capítulo com

pleto a La Marine de la mano de Bellin ingeniero naval y célebre cartógrafo,

autor del "Neptuno francés" en 1753 y de "L'Hydrographie francesa" en

1756. Colabora con él, el que fue comisario de Marina del puerto y arsenal de

Rochefort y después de Brest, André Francois Boureau-Deslandes, aunque el

principal redactor del capítulo es el caballero de Jancourt que así define el

término Marina:

«On entena par ce mot tout ce qui a rapport au service de la mer,

soit pour la navigatión, la construction des vaisseaux, et le commerce

maritime, soit par le rapport au corps des officiers militaires et ceux employés

pour le service des ports, arsenaux et armées navales: a insi cet article

renvoie á una infinité d'autres qui regardent les différentes parties de la

Marine».

En la fig. 1 se representan las diferentes piezas que entran a formar parte

de un navio. En la fig. 2 se representa el cuerpo de un navio en toda su longitud

(a) y el cuerpo longitudinal de una galera en la (b).

En la representación de un arsenal ideal plasmado en la fig. 3 se copia lo

existente de la época en Brest, Rochefort y Tolón en cuanto a dársenas, balsas

y diques, evocando los proyectos de Pierre Puget que engrandeció el arsenal de

Tolón a finales del siglo XVIII.

En la siguiente figura la escena que se representa son las técnicas de

construcción utilizadas en los arsenales; son la preparación de las piezas de

carpintería, la disposición para el secado de dichas piezas, el arrastre de las

mismas, las diferentes piezas para la labra de la madera y su transporte y eleva

ción.

En la fig. 4 se representan los planos de formas en el arsenal de Rochefort

para la construcción de un navio al servicio del Rey.

En sucesivas figuras se representan herramientas y trabajos con el cáña

mo, cordelería, maquinaria de elevación de piezas pesadas, instrumentos de na

vegación, distintivos, señales y maniobras navales.

S4

Page 85: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

La forja para la fabricación de anclas termina dicho capítulo sobre La

Marina.

Fig. 1. Diferentes piezas que entran aformar parte de un navio.

85

Page 86: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Fig. 2. Representación de la sección transversal de un navio y la disposición en un dique para

carenas.

86

Page 87: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Fig.3. Representación ideal de un arsenal.

87

Page 88: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Fig. 4. Técnicas de construcción empleadas en los arsenales.

S8

Page 89: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ANEXO 2

EL MANUSCRITO DEL MARQUÉS DE LA VICTORIA

Su título es Diccionario Demostrativo con la configuración y anato

mía de toda la arquitectura naval moderna y consta de 112 láminas de a folio

real en donde, pieza a pieza, y desde el bosque al astillero, se muestra como se

construían los diferentes tipos de navios de la primera mitad del siglo XVIII dán

dose detalles de ensambladuras, planos, cortes, arboladuras, pertrechos, ador

nos, alojamientos, talleres, nauta e instrumentación, anclas y artillería así como

toda suerte de herrajes, utensilios y herramientas desde el carpintero al sangra

dor, pasando por el calafate, herrero y cirujano.

Tan monumental obra, de la que en este anexo acompañamos aquello más

próximo a la carpintería del navio, mereció que dijera Vargas Ponce:

«Si fuese dable que en una isla, donde no se tuviera la menor idea de

naves ni de marina, se llevase este sólo trabajo del Marqués de la Victoria

y los planos de una esquadra en acción, de que hemos dado ya noticia;

con esas dos obras suyas y sin otro libro alguno bastaba para tener na

vios, y un arsenal y una esquadra formados y sentidos y listos, como los

ostenta hoy la potencia más marítima de Europa».

89

Page 90: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ANEXO 3

TECNOLOGÍA DE LA MADERA PARA LA CONSTRUCCIÓN NAVAL

Es Eugenio Plá y Ravé el que recoge en su Tratado de maderas de cons

trucción civil y naval, en el año 1880, toda la práctica de antiguo de los carpin

teros navales en cuanto a las características que tenían que tener los árboles y

las maderas por "observación a ojo" para su aceptación o renuncia al empleo en

la construcción de piezas para la Marina.

También incluye tablas en las que se indican, para distintas clases de ma

dera según especies y diferentes partes del árbol, las características técnicas de

acuerdo con diferentes tipos de ensayo y de resistencias a la rotura.

El autor también presenta en su Tratado los consumos de diferentes ma

deras según el porte o tipo de buques, tanto en volumen como en peso.

Se acompañan con más detalle y para distintos buques de la Marina del

siglo XIX tamaños y formas de las arboladuras, así como las maderas emplea

das.

El trabajo resulta sumamente interesante al adjudicar a las maderas crite

rios objetivos mediante ensayos de laboratorio que permiten asignarles destinos

en función de prestaciones pre-determinadas.

90

Page 91: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

TRATADO

M4DERAS DE CONSTRUCCIÓN

CIVIL Y NAVAL,

D. EUGENIO PLÁ Y KAVE,

Jnqesiep^o de Montes ,

J.IC6NCIADO EN piEMCIAS EXACTAS ,

pOflENDADOIÍ, DE LA JlEAL Y DISTINGUIDA p^DEN DE pAI^LOS }|J,

PABALUEF^) DE LA Pi^JEN DEL /ÍÉF^JTO fÍAVAI.,

HJVJSPONDIEBTE DE LA JUiL ^CA=E^IA DE flENdAS DE BARCELONA, ETC., ETC.

MADRID.

IMPRENTA, ESTEREOTIPIA Y GALVANOPLASTIA DE ARIBAU Y G.'(SUCESORES DE RIVADEKEtRA),

IMPRESORES DE CÁMARA DE S. M.

CALLE DEL DCQüK DE OSUNA, SCM. 3.

1880.

91

Page 92: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Resumen de los defectos de las maderas v su influencia para su aprovechamiento.

DEFECTO. CARACTERES. UTILIDAD DE LA MADERA.

Úlceras y chancros. . . , .Nudos con cascara tragada. .

Goteras

Caries

Fendaa

Heladura, madera pasmada. .

Pata de galliua. . ■. . . .

Acebolladura, colana ú cebolla.

Fibraa torcidas ó reviradas. .

Tumores ó verrugas

Defoliación corticalBrotes quemados

Defoliación

Fi loman ia

Árbol en pié.

Un punto de supuración

Nudo con manchas blancas

Señales de humedad en la uuíon de las ramas.

La madera Be convierte en polvo

~~ ■ietaa en la corteza.

Ictericia '. .

Quemadura.

Decrepitud, caducidad, madera borne.

Pudricion

Carne do gallina

Madera muerta

Hongos, tnusgO9 y liqúenes. . .Agallas

Madera picada

Madera rojaAlbura

Doble albura

Madera viciadaFibras torcidas

Fibras desigualeeMadera nudosa

Madera helada y alburenta.

Madera agrietada. . . .

Madera hendida

Madera acebollada

Madera acebollada y con pata de gallina.

Madera recalentada

Madera podrida

Madera amarillenta. ....

Manchas de Bavia

Pudricion blanca y Beca. . .

CáneB seca

Grietas profundas en Ja albura y el duramen.

Grietas circulares! cd la corteza

Tronco hueco, que ee reconoce al golpearlo. .

Fibras ca espiral

Protuberanciasleñosas

La corteza ae desprende en placas

Quemada la extremidad de las ramas. . . .

Caída prematura de las hojas

Producción excesiva de hojas

Polvo rojizo aobre las hojas, y á vecea en eltronco

Hojas amarillas, fuera de la época acostum

brada

Árbol ennegrecido ó muerto en parte. .

Las ramas superioros Becas 6 muertas. . . .

Madera parecida á mantilloPuntos blancos manchando el color de la ma

dera

Madera tierna, quebradiza, vegetación suspendida

Plantas parásitas sobre el tronco ó la raíz.. .Excrecencias sobro laa hojaB y brotes. . . .Desmerecimiento rápido del árbol

Árbol apeado.

Madera rojiza y porosa

Madera próxima á la corteza blanda y clara.,

Doa capas de albura separadas por duramen..Fibras entrecruzadas, onduladas y torcidas.Fibras en espiral.

nseta. . . .

Griseta amarilla.

GriBcta blanca

GrÍBeta negra 6 muerta..Tabaco ó pudricion roja.

HupeOjo de perdía

Madera picada. . .

Madera borne

Madera muerta

Madera negra

Madera alburenta ó borniza. . .

Fibras de desigual tamaño y distribución. .

Nudos frecuentes y numerosos

AnilloB de color más pálido que la madera. .Hendiduras trasversales

Grietas en sentido longitudinal ó de las fibras.

Manchas pardas en la madera recien cortada;

generalmente produce un Bonido apagadopor la percusión.

Fenda6 radiales y circulares

Olor ácido, desagradable, savia fermentada. .

Olor desagradable, madera deleznable pulverulenta, color negruzco ó pardo rojizo. . .

f Olor ácido, manchas circulares amarillas. .

I Manchas más oscuras que en el defecto ante-I ñor y ein ningún olor desagradable . .t Madera quebradiza, deleznable, color canela.

( Olor ácido, madera pulverulenta y presencia) "de vegetales parásitos

I Olor de tabaco, color pardo con eBtrias ó pun-

} tos blancosi Color pardo y amarillento, olor de tabaco, cotí

| estrias ó puntos amarillo-anaranjados. . .; Olor de tabaco, madera descompuesta cou fi-

1 lamentos blancosColor negro, olor natural de la madera. . .

Color pardo-rojizo, olor de tabaco

Madera esponjosa y con olor á hongo. . . .

Nudo con un punto de color oscuro. . .

Madera agujereada; olor ácido generalmente.

Fendas á través de las fibras; madera blanda,

ligera, comunmente con la pata de gallina,

cspecialmente>en la base de la pieza; pre

sencia de musgos

| Madera quebradiza, color pálido y sin olor. .Í Vetas negras (frecuente en el roble), olor na

tural

Mucha albura, madera blanda y ligera, á ve

ces deleznable, color pálido, grano poco

compacto, corteza negra hacia el pié del

árbol

Útil la parte sana.Desechada generalmente.

ídem id.

Desechada siempre.

ídem id.

Desechada generalmente.Aceptada alguna vez.

Desechada generalmente.Desechada siempre.

Desechada generalmente.Útil.ídem.

ídem.

ídem.

ídem.

Desechada siempre.

Desechada generalmente.Desechada siempre.

Desechada generalmente.

Desechada siempre.

Ídem id.

Desechada generalmente.

Aceptada muchas veces.

Desechada siempre.

Desechada generalmente.Aceptable muy pocas vecee.Desechada generalmente.

Desechada siempre.

Ídem id.

Desechada generalmente.ídem id.

Desechada siempre.

ídem id.

Útil para cortarse según las fenc

Desechada generalmente.

I Desechada.J Desechada siempre,

J ídem id.

| ídem id.

i Aceptable.

Desechada siempre.

ídem id.

Desechada generalmente.

Desechada siempre,

ídem id.

Aceptada generalmente.

Desechada generalmente,ídem id.

Desechada.

Desechada siempre.

ídem id.

ídem id.

Aceptable generalmente.

Desechada siempre.

Defectos que se han de tener en cuenta para la selección de árboles y maderas con destino al uso en

arquitectura naval y que han de considerarse en los arsenales para la determinación tarifaria y buen

conocimiento en la carpintería (PLÁ Y Ravé, E.: Maderas de construcción civil y naval. Madrid. 1880).

92

Page 93: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ESPECIE LEÑOSA.

Abeto (Abiea excelsa, D. C.).

Parte inferior del tronco.. . .

Parte media del troncoRamas

Pinabeti (A bitt pecíinata, D. C.)

Parte inferior del troncoParte media d«l tronco

Ramas

Piso (Pinus tylvtstria, L.).

Parte inferior del troncoPaite media del tronco

Ramas

Alebch (Larix niropaa, D. C).

Parte inferior del troncoParte media del tronco

Aliso (Ahus glutinosa, G.).

Parte inferior del troncoParte media de] truncoRamas

Auso (Alnui ancana, WUld).

3arte inferior del tronco'arte media del troncotuinas

SÁÜCÍ {Salix caprea, L).

'arte inferior del tronco'arte media del troncoUrnas

Tilo (Tiliapanifolia, Smiíh).

'arte inferior del troncoarte media del tronco

tamas

Orno (ülmia campalrit, L.).

'arte inferior del tronco

'arte media del tronco•ama»

Ahce (Acer pieudoplaíanut, L.)

arte inferior del tronco.. . . .3urte media del tronco.amas

Carpe (CarpirtUB beluluM, L.).

'arte inferior del troncoarte media del tronco•amas

Haya (Fagut sylvatica, L.).

arte inferior del tronco'arte media del tronco

oble (Quercu* Me¿til{fiora, Smith).

arte inferior del troaco. .. . .iarta media del troncoarnoa

0*LS(Quercuspedunctt?ata, WUld)arte inferior del troncoarte medí» del tronco.. .amas

Ll

de tías

267,2

141.CX

165,7

168,6'

305.32

174,80

134,50

98,30

112,10

145,00

203,80

72,90.19,40

57,73

04,20

90,50

59,52

29,27

28,70

38,10

66,10

49,60

75,44

13,57

42,86

02,79

61,50

28,50

65,70

33,86

56,60

Hüptu

470.&

277,'

689,4

736,6

297,4

376,41

397.5C

343,90

516,00

395,20

271,70

245,00

372,30

74,36

240,30

660,70

75,30

20,20

59,10

82,65

63,60

71,00

42,10

85,60

17,05

608,40

323.60

212,00

725,10

643,90

656,63

119,9

246,2

229,6

274,4

286,3

215,9

310,3

200,5

181,0

274,9

211,5160Í5C

119,1.

129,5<150,8.

138,34

115,48

156,08

126,26

50,0024,89

01,60

23,57

86,57

34,40

54,G

35,16

61,90

27,70

44,80

"■3,702,80

5,42

22,45

72,00

0,78

3,505,76

cidart

294,61

300,15

397,95

309,67

314,93

443,26

337,83

267,37

181,07

324,31

310,10

407,30

191,23

197,85

268,18

224,36

157,62

249,72

272,16

28,65

58,62

39,46

235,37

238,40

24,00

96,60

43,51

62,54

81,24

98.16

74,93

97,91

51,26

64,81

75,11

82,92

45,01

01,07

87,06

171,70

383,60

cia.

Kttofs.

383,08

466,13

767,13

160,94 444 51 22,1

124,10 432,06 33.2

271,90 699 1 69,8

76.C

120,8

102,2.

2I1.0Í

203,8f

123

lli.OC181,01

95,5

141,80

102.51

204,05

111,67

79,05

231,12

112 60200,25

189,80

174,20

186.44

213,37

204,50

302,20

314,42

219,00

177,90239,30

140,61

212,84

172,60

30,1

30,6

41,7

366,4287,2

504,4

394.3

545 0

564,5

350,4

393,1

443,7

439,80

438,93

407,63

588,40

335,00382,06

437,26

375,27

500,63

435,40

580,60

501,94

509,18

297,04

632,57

33,83

84,57

32,66

88,60

34,24

37,00

50,58

227,84 59,22

313,87 677,92

402,16 790,00

42,2

23,1

49,3

47,0

35,4

36,9

21,3'33,7

37,5.

20,71

27,62

26,36

30,94

25,24

20.50

24,99

29,

27,65

28,90

57,82

49,21

70,69

31,54

33,96

42,13

38,36

30,41

48,50

32,11

50,00

59,05

48,14

66,79

53.64

52,6081,62

37,95

54,16

90,40

57,9661,37

79,01

73.06

56,72

180,72

(53,17

60,07

85,30

47,74

43,61

78,26

109,30

75,73

76.88

49,97

78,0480,35

72,16

05,44

94,90

07,90

22.24

00,20

98,7584,84

83,62

7,17

'3 85

¡1,10

98,41

96,28

05,00

RESISTENCIA

L

295.4

222,2

224,9

266,

279,5

217,3

253 5

204 JS

162,6

231,1

262,6

154,1

254,0

204,5

227,2

192,'

239,0(

179,30

273,40

256,60

217,10

193,00

304,90

237,40

301,50

265,10

340,40317,00

303,00

317,00

414,10

368,10

204,50

17B.70

276,10

323,20

376,00397,00

1 lis libras

43,40

58,80

37,80

25,20

37,70

66,80

30,67

3¿,80

60,30

38,10

48, 0

65,60

58.80

55,50

60,60

33,<10

30,00

67,84

70,70

39,30 I

42,70

5t>,OU ¡

45 2077,00

45,70

55,5090.90 i

70,70 |

0.70

73,20

1,10

91,40

66,00

"5,70

37,80

17,01

6,21

0,40

Comportamiento técnico-mecánico de distintas especies de aprovechamiento maderable ante

distintas solicitaciones. (Plá y Ravé, E.: Maderas de construcción civil y naval. Madrid, 1880).

93

Page 94: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Tablí. de los gruesos de la.» principales pieza» del casco de un buque, según au capacidad.

PORTE EN TONELADAS MÉTRICAS.

Quilla. •. . .U la linea (o). .Codaste ó roda JBranque )á la grúa (6). .Miembros; esouadría (c)

Clara entre cuadernas (¿). .| i la linea. . .

Barraganetes j á la grúa. . .

Sobrequilla; peralto (fl)Yugo principal ; escuadría

Durmiente; grueso

( ancho (/")-. •Cuerda durmiente. ....... peralto.

. . . .anchoBaos de la cubierta ( peraitOi

Clara entre baos . . .j ancho. . . .

TrancamL ¡peralto. . . .j ancho

j grueso. . . .Contratrancanil.. .

) Liare ; peralto. . .

) Regala

Cuerdas inferiores..

Puntales; escuadría,

Cinta alta

j ancho- ." | peralto. .

} ancho..11 peralto. .

Cintas. ..*..-•

Forro de fondos ; grueBO.

Forro de la bodega. . .

Forro de la cubiert». . .

£ ancho- .

•j grueao. .

Í ancho.. .

grueso. .

110

40

16050

35

45

i 40

1.15

SO190

9575

1901 SO55

160

80215

65

295

21570 HO

165

215

95175

105

95190

175

65

160

95

245

60

29,")

165

160

175 2C0 215

245 270

110 120

245 i 270

135

110915

SI 5

70

lfifl

110

245

75

300

220

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215

75

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18580

190

8511(1

190

60

190

70

50

60

50

135

115

215S45

75

190

135

245

80

30U

246

215

215

8075

165

90

200

95

120

215

65215

75

55

65

55

295

135160160

135270

!70

90220

160270

90300

245

240

215

80

300

145

160

185

145270270

95

245

190

270

95

300

275

270

21595

80

190

105100

220

100 i 110

60 ,. 65

325

850

175135

190

160

325

325100

245

245

275

160

450

825300245

110

110

245

135

270

135

1 SO245

85

240

105

80

9075

(a) Gruuo ala línea: distancia que separa dos caías planas y paralelas de una pieza.(4) Gruéio á la grúa : distancia entre dos cara3 curvas ó planas, pero oblicuas, de una pieza.

(c) Escuadría : sección trasversal cuadrada.

(d) Clara : espacio comprendido entre dos cuadernas ó dos baos consecutivos.

(e) Peralto : altura 6 grueso vertical de una pieza.

{f) Ancho : la menor dimensión de una pieza asi colocada.(1) Miembro : eu general son los dos órdenes de HgazoneB que forman las cuadernas.

(2\ Barraaanétcí : ligazones superiores que rematan la cuaderna.(3) iZT: asiento del tablón que cubre la, cabeaa* de las cuadernas, uniéndose á la cinta alta y .1 tr.nc.ml ó a lo, bu.

i\ falta éate. ,

(4) Regala : la baranda que cobre la cabeza do los barragauetes.

Para uso en el despiece en carpintería para piezas de arquitectura naval según el porte del buque

en toneladas métricas (Plá y Ravé, E.: Maderas de construcción civil y naval. Madrid, 1880).

94

Page 95: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

liUQUES.

De

120,

ante»de

118.

.

Do

120,

antes

lie110.

.

Do

1(10

De90

De

90,

antesdo

80.

..

De

82,antesde

74.

..

Do30

Do

24

D»18

Con

alcázar,de

32.

..

Sin

alcdzar,de

24..

..

Bergartinde

20....

Corbeta-avisode

la.

..

B«rgantin.go!etade

16.,

Goletade8

Corbetade800to

nela

das.

Id.

600

¡d.

.Id.

350

i400

id.

Id.

200

id.

.

Preciodecadaespeciodeunidad.

MADERA

DE

ROBLE.

2.730

2.626

2.225

2.025

1.778

1.385

925

«40

:>M

50 10 9 8 7 5

178

105

43

20

!3S

1.110

1.054

1.061

1.064

1.066

1.082

1.076

850

579

230

80

75

68

49

22

3b7

240

I8E

110

123

339

403

443

186

.¡85

800

486

534

210

226

¿00

186

143

102

343

2S.1

211

160

108

146

142

141

140

14(1 73

48

CO

00

100

110

119

128

106

50

164

150

128

125

77

56

54

40

33

25

22

21

SO

44

5S

68

7S

78

60

30

16

1G

12

10 01

4.424

4215

3.875

S.706

3,496

2.947

2.370

2.080

1.455

664

603

490

íes

361

209

1.090

784

415

PINO.

5.:ú

490

490

470

168

400

360

330

2H0

135

100

96

90

82

70

208

14Í

105

GO

35.250

32.000

29.620

26.310

25.200

21.750

19.730

17.480

14.730

9.800

7.G40

7.370

6.990

4.980

1.910

13.680

10.430

8.180

6.000

0,295

MADERASDEVARIAS

ESPECIES.

Olmo,h»yi

fresno.

87

36

35

33

82

30

23

18

13 9,50

8 7 6,50

5,50

3

11 9,50

8,50

7

N.-til-

5 5 4 4 3 3 3 2 2 1,59

1 0,70

0,40

0,30

0,20

1,50

1 1 0,60

133

Chopo,

IfJo

72

69

66

59

53

49

38

29

21

11 8,60

6,50

3,60

2,70

1,50

14 8 7 4

U4

110

104

«i

64

49

36

22

17,50

14,20

10,40

8,50

4,70

26,50

18,50

16,50

11,60

MADEIÍAAL

PESO.

66

«6

55

48

45

40

40

40

20 18

12

19 6 5 2 18

12

10 7

0,031

514

514

.010

508

5(15

450

450

450

380

218

138

136

132

12!) 78

332

253

22(1

281

0,46

530

58!»

565

556

550

4011

(90

45o

4OU

228

150

tío

138

950

265

230

188

JCit

erio

,cantidaddemaderaque

aepuede

apil

aren

lacapacidaddounmetro

cúbico.

Consumodemaderasdediferentesespeciessegún

elar

till

adoyencorbetasegúntonelaje

(Pi.ÁyRavé,

E.:Maderasdeconstrucción

civi

lynaval.Madrid,

1880).

c

Page 96: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ESPECIE HE MAIlBlU.

Roble

Olmo

Pino blanco. .

Pioo tea. . . .

Pino de Segura..

Pino de Júcar. .

Teca. ....

Machos de olmo.

KliHEP.0

de

codos ciíbs. pesetas.

2.635

372

1.233

2.217

236

19185

1.947

12.416

1.554

2.809

6.843

1.372

160

1.569

Valor aproximado de loa jornales de carpinte

ría de ribera, aaerradorea y peoneB. .

Total. .... 1.450.843

469.445 ■

268.033

47.011!

155.818-

20.288

4.366 |

110.286

596

375.000

Relación de maderas empleadas en la fragata

de madera Gerona, de 600 caballos, 129 t

(construida en 1965 en el arsenal de

Cartagena).

ESPECIE DE «ADERA.

Eoble

Pino tea

Pino blanco. . . .

Pino de Segura.. .

Pino de Cádiz. . .

Pino rojo

Pino de Júcar. .

Olmo-

Teca

Aceitillo

Macho» de madera..

SÚ.UERO VOLUMEN

3.608

2.720

1.640

548

62

854

" 68686614

6

1.000

2.512,861

1.701,646

455,985

644,892

43,872

59,559

105,438

531,399

859,3G9

1,920

Valor aproximado do loa jornales de carpinte

ría de ribera, aserradores y peones

Total. . . . .

IJIPOHTg,

péselas.

532.614

226.276

46.684

60.854

5.016

6.330

12.808

115.933

924.802

250

2.425

725.000

2.028.992

Relación de maderas empleadas en la fragata

blindada Zaragoza, de 800 caballos, 660 t

(construida en 1868 en el arsenal de Cartagena).

(Plá y Ravé, E.: Maderas de construcción civil y naval. Madrid. 1880).

96

Page 97: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ARBOLADURA.| LONGITUD.

I: Mastelero de juasete d« sobre- j Desde la cara baja al ojo de ]a cuña.mcaaua \ Galope

Total. .

Bauprés; parte exterior. .

Botalón de foque. . . .

Vergas. .

Mayor, incluso loe penóles. . . . (cadi penol

Tri tiquete , id ( »

Seca, id (De gavia, id (

De velacho, íd (

De eobremesaua, id (

De juanete mayor, id (

De juanete de proa, id......(

Juanete de aobremesana, id., . . (

De eobrejuanete mayor, id. . . . (

De Bobrejuanete de proa, id.. . . (

Sobrejuanete de sobremesana, id. (

Botavara, incluso el penol.

Pico-cangrejo, id

Cangrejo mayor, id. . . . .

Cangrejo trinquete, id.. . .

1,17).1,17).

0,80).

0,80).

0,80).

0,60).

0,60).

0,60).

0,50).

0,50).

0,50).

0,45).

0,80).

1,0;').0,80).

0,80).

Resumen de loa pesos en toneladas métricas.

Casco completo coa divisiones y piezas firmes 3.125,00 t m.Blindaje 1.223,80 n

Arboladura y velamen.}^-- • ; ; ; • ; ; ; ; ;;;;;; «O.°g ¡Embarcaciones menoreB (dos botes-Jaachas} aeia botes, el chinchorro y

doscanoBB) 18,30 >

Artillería, maniobra de anclas y au respeto, máquina, calderas y su

respeto de carbón, muebles, efectos i cargo del contramaestre, car

gos del carpintero, calafate, herrero y armero, personal y equipajes,

víveres, vinos y envases, agua y envases, agua délas oalderas. . . 2.464,20 í

Total 7.008,00 t. m.

Desplazamiento del barco 6.900,00 t. m.

6,90

4,40

11,30

9,10

11,SO

27,94

27,94

21,60

21,60

21,6013,87

13,87

13,87

11,60

11,60

11,60

9,30

18,60-

11,90

12,40

10,02

WAmetro.

0,23

0,62

0,30

0,57

0,57

0,39

0,39

0,39

0,26

0,28

0,260,20

0,20

0,200,16

0.35

0,22

0,24

0,24

Cuadro de piezas de arboladura empleadas en la fragata blindada Tetuán, construida en el

Ferrol del 31 de mayo de 1861 a su botadura de 1.° de abril de 1866 y hundida por voladura, en

Cartagena durante la insurrección cantonal de 1874.

Dimensiones: eslora. 87,044 m; manga, 17,043 y puntal, 7,923 m.

Calado: apopa, 5,015 m; aproa, 3,018 m; quebranto. 0,092 m.

Fuerza: 1.000 caballos y porte, 40 cañones.

(Plá y Ravé, E.: Maderas de construcción civil y naval. Madrid, 1880).

97

Page 98: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ANEXO 4

TABLAS DE CONFIGURACIÓN DE PIEZAS

Herbin de Halle publica en París en el año 1813 su libro Des bois propes

au service des arsenaux de la Marine et de la guerre al que acompaña el

desarrollo y comentario de leyes, reglamentos e instrucciones concernientes a

la investigación, uso y explotación de los árboles propios para la construcciones

navales, de artillería, etc. Además de 40 láminas iluminadas que representan

diferentes formas arbóreas propias par la construcción naval, además de figu

ras de diseño en arquitectura naval.

Lo de mayor valor en la publicación son las tablas de configuración de

piezas según el dendromorfismo del árbol, para su colocación estructural en la

arquitectura del navio, dándose las medidas en el sistema métrico decimal. Es

tas tablas de una belleza notable, provienen de las Oficinas Centrales de la

Marina francesa y están fechadas en 1799.

Como curiosidad, en la cuarta parte del libro el autor incluye un diccionario

de uso en la Marina para designar las piezas de madera de construcción.

Como muestra por su claridad expositiva, presentamos la pieza de quilla:

«QUILLE, tenue de marine; piece de bois, qui commence l'edifice d'un

vaisseau que l'on construit; elle sert de base pour conduire l'ouvrage;

c 'est sur lesquelles on doit placer les membres; on eleve I 'étreve et I 'étambot

sur les extremites de la Quille: ainsi, elle determine la plus grande longueur

du vaisseau par le bas, comme le premier pont par le haut. En comparant

la carease d'un bátiment au squelette d'un poisson, la Quille represente

I 'arete longitudinale, tandis que les couples en figurent les cotes principáis.

C'est sur cette Quille que sont disposés et aretes les couples, comme les

cotes d'un animal le sont sur I'arete désignée».

98

Page 99: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

DES BOISPROPRES

,\.U SEUYICE DES ABSEIÍAUX

DE LA MARINE ET DE LA GUERRE,

O ü

DÉVELOPPEMENT ET RAPPROCIIEMENT

DES LOIS, RÉGLEMEOS ET INS T RTJCT 10 N S

CONCEr.NANT

La Recherche, le Martelage et TExploitation des Arbres

propres áux Constructions Navales, de 1'Artillerie, etc.;

Accompogus áe 40 Planchos gravcei et enltiminées , rerirésenlsnt des Arbres ijui Fünrn¡5;c;:!

les diverses pircos de constr;ictÍ3n ;

A l'usage di» MM. les Agens forestiers , de h Marine , de rArtillerie ct des

Equipajes militajret, ainsi que des Ailfudicaiaires et. Propriétaires de Bois,

• ec des fomnisseurs des Arsenaux. de ees differens serviets j

Par P. E. HERB1N DE HALLE,

Auteur de la Statistique génc'íale et particolicre de la Frailee , du Traite

du cubage des Bois , etc.

Oiivrage approuvé par M. le Comte BERGON , Conselller

d'Etat á vie, Directeur-général de l'Administralion Jes Eaux et

Eoréts, etc.

parís,

ChezS. G. L'HUILLÍER, libraire, rae des Mathurins-

St.-Jacques, N°. 3 bis.

i8i5.

99

Page 100: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

1. Trabajo de preparación de pieza curva a partir de la corta del árbol, en operación de primer

desbaste y encuadernado; 2. Sección transversal que señala la primera labor para la consecución;

3. Madera curva con las entalladuras preparadas para la primera labra.

100

Page 101: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Al Otu/áf 7*»

O Cbur¿e/ebGa¿¿¿i/-d'. . ... 3*0

Disposición en el árbol de una pieza de "quilla" y de curva de "Gaillard", según la clase tarifada

y sus dimensiones (longitud, largo, espesor) en pies, pulgadas y en metros y centímetros.

101

Page 102: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Sección transversal de un navio de 74 cañones, mostrando varengas, genoles, cuadernas y

baos, así como los ensambles y entalladuras de las maderas.

La disposición general muestra la sección de carena y apoyos de montaje.

102

Page 103: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ANEXO 5

CUADROS Y GRÁFICOS

Relación de astilleros en donde se construyeron navios

de 50 cañones o más

Cuadro N.u 1

Astilleros peninsulares

Astillero

CARTAGENA

GUARNTZO

ELFERROL

LAGRANA

LACARRACA

ORIO

PASAJES

PUNTALES

SANFELÍU

OTRAS PROCEDENCIAS

TOTAL

Número

21

44

54

4

8

3

2

2

1

151

Período de construcción

1753-1791

1716-1783

1753-1799

1730-1754

1729-1757

1717-1718

1703-1731

1731-1732

1718-1719

Cuadro N.° 2

Astilleros indianos

Astillero

LA HABANA

GUAYAQUIL

TOTAL

Número

72

-

72

Período de construcción

1700-1795

-

103

Page 104: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Cuadro N.° 3

Relación de navios construidos en España durante

el siglo XVIII según porte

Porte

50-59 cañones

60-69 cañones

70-79 cañones

80-89 cañones

90-99 cañones

100 y más cañones

TOTAL

Número

27

76

96

8

3

13

223

Período de construcción

1700-1794

1703-1789

1716-1795

1728-1799

1765-1767

1769-1794

Cuadro N.° 4

Relación de navios adquiridos en el extranjero durante el siglo XVIII

por compra (porte de 50 o más cañones)

Procedencia

REPÚBLICADEGÉNOVA

REINODEFRANCIA

REINODEHOLANDA

TOTAL

Número

5

3

1

10

Porte (cañones)

54-60(2)-62-64

54-60-70

52

104

Page 105: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Cuadro N.° 5

Períodos de cortas de madera estructural para la construcción naval

con quercineas y locaiización de las mismas

Período

1700-1725

1726-1735

1736-1755

1756-1770

1771-1780

1781-1790

Locaiización

Montes galaicos

yCántabro-astures

X

X

X

X

X

X

Montes

de

Andalucía

X

X

Montes de

Cataluña

Valencia y Murcia

X

X

X

X

Bosques

de las

Indias

X

X

X

X

Como muestra el cuadro n.° 5, la actividad desforestadora durante el siglo

XVIII comenzó en los montes cántabro-astures y galaicos. Esa actividad en las

cortas fue mucho menos importante en los montes del Reino de Andalucía (Cádiz,

Granada, Málaga, Córdoba y Sevilla), tanto en intensidad como en período, dado

que se contaba con maderas menos adecuadas para la arquitectura naval, pese

a contar con parte de los montes de Segura, vertiente al río Guadalimar.

A mitad del siglo XVIII fue cuando las cortas se hicieron más intensas,

estimándose que para el arsenal de Cartagena se enviaron 54.000 m3 de madera

estructural en pie, al de El Ferrol 284.000 m3 y al de La Carraca 30.240 m3 y en

Guarnizo 64.800 m3, totalizándose entre todos ellos la cifra de 433.440 m3. Esta

cantidad es aproximadamente el 33 por ciento del total de las cortas realizadas

durante el siglo xvm para madera estructural de construcción naval, especial

mente de roble con destino a la construcción de navios de 50 cañones o más y

que se identifica con las noticias desforestadoras que se tienen al respecto.

105

Page 106: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Cuadro N.° 6

Estimaciones de madera estructurales consumidas en los astilleros y

arsenales reales peninsulares durante el siglo XVIII y superficies de

corta afectadas (porte 50 cañones o más)*

Concepto

M3 de madera

estructural consumida

en la construcción naval

(2.a labra)

M3 de madera en pie

consumida en la

construcción naval

M3 de madera en pie

consumida en los planes

de fomento de 1750

ha. Superficies de corta

cada 10 años

Exist: 10m3/ha

ha. Superficies de corta

única en el turno

Exist: 150m3/ha

masa monoespecífica

ha. Período: 10 años

masa mezclada

ha. Corta única turno

masa mezclada

Guarnizo

118.800

427.680

64.800

42.768

2.851

427.680

28.510

La Carraca

20.400

73.440

30.240

7.344

490

73.440

4.900

El Ferrol

166.800

600.480

284.400

60.048

4.003

600.480

40.030

Cartagena

61.200

220.320

54.000

22.032

1.469

220.320

14.690

Total

567.200

1.321.920

433.440

132.192

8.813

1.321.920

88.130

* Hay que tener en cuenta que no se han considerado las construcciones de embarcaciones

menores de 50 cañones con destino a la Marina Real, ni las botaduras en otros astilleros reales

(Orio, Pasajes. La Grana Puntales, etc.)- Tampoco se considera la construcción mercante y de

ribera.

106

Page 107: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Cuadro N.° 7

Unidades de medida

1 CODO LINEAL = C = 2 pies = 2p = 0,5572 metros lineales

1 CODO CUADRADO = C2 = 4 pies cuadrados = 4p2 = 0,3105 metros cuadrados

1 CODO CUBICO = C3 = 8 pies cúbicos = 8p3 = 0,173060 metros cúbicos

1 METRO CUBICO = 5,778336 codos cúbicos

1 METRO CUADRADO = 3,220612 codos cuadrados

1 METRO LINEAL = 1,794687 codos lineales

Gráfico 1

Porcentaje de consumos de madera en los principales astilleros y

arsenales durante el siglo XVIII

11%

- I

21%

J

29%

35%

LA CARRACA CARTAGENA GUARNIZO ELFERROL

(Cádiz) (Murcia) (Santander) (Coruña)

ASTILLEROS /ARSENALES

LAHABANA

(Cuba)

107

Page 108: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Cráfico 2

Volúmenes de maderas estructurales consumidas para navios de porte

de 50 cañones o más durante el siglo XVlll

200.600 M3

166.800 MJ

118.800 MJ

20.400 M3

LA CARRACA CARTAGENA GUARNIZO

(Cádiz) (Murcia) (Santander)

ELFERROL

(Coruña)

LAHABANA

(Cuba)

108

Page 109: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ILUSTRACIONES

Navios construidos en los astilleros reales peninsulares en el período 1710-1760 y consumos

acumulados de madera de roble pedunculado (Q. robur) por la Marina. Cálculos establecidos

por G. de Aranda.

Análisis de consumos en el período comprendido entre 1700-1860 de madera de roble para

buques en servicio de la Armada Real (de porte de más de 50 cañones).

Durante el siglo XVIII entradas de maderas de roble en los almacenes de la armada para empleo

en la construcción de navios (parciales y acumulados). Cálculos establecidos por G de Aranda.

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Page 110: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Consumo de madera de roble

Puesta en servicio de navios y fragatas tgMBMMM

Estimación de consumos de madera de roble (Q. ssp) en relación con los estados de puesta en

servicio de navios y fragatas en el período 1715-1760. Cálculos establecidos por G. de Aranda.

uuarnizo

Cartagena

Otros

0,18

0,32

f.joo m

594 m3

1.056 m3

10.486 m3

NAVIOS

Simulación de superficies beneficiadas con cortas "a hecho" de madera de roble, necesarias

para la construcción de navios según porte. Cálculos establecidos por G. de Aranda.

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Page 111: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Corta y desembosque de maderas en el monte. Trabajos de descortezado y entalladuras para la

primera labra. Tinglados para secado de la madera. Manuscrito del marqués de la Victoria.

Museo Naval. Madrid.

Discusión ante una maqueta de un diseño de arquitectura naval. Museo Nacional de la Marina

de Greenwich (Inglaterra).

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Page 112: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Tabla de proporciones de D. Antonio de Gaztañeta, secciones. 1720. Museo Naval. Madrid.

Piezas de árbol en bruto para uso de la Marina. Manuscrito del marqués de la Victoria.

Museo Naval. Madrid.

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Page 113: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Roble (Q. robur) bueno para pieza de codaste.

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Page 114: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Efectos de la broma (Teredo navalis. L) en madera de estructura de un navio.

Despiece de maderas para un navio. Duhamel du Monceu, H. L. 1752.

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Page 115: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Bosque de la Marina en la sierra de Segura (Jaén). Ejemplar de pino salgareno (Pinus nigra),

por su buena conformación apropiado para arboladura.

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Page 116: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Corvo ííc

Disposición estructural de una corbeta. Siglo xvm.

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Estado de maderas en el arsenal de El Ferrol en el año 1785 por J. Gutiérrez de Rubalcava.

Archivo-Museo D. Alvaro de Bazán, El Viso del Marqués (Ciudad Real).

116

Page 117: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

Las visitas de los intendentes de Marina durante el siglo xvín, permitió conocer las relaciones y

levantamientos que se efectuaron, en los montes bajo su jurisdicción (Ordenanza de 1748), de la

riqueza forestal. Mapa de los montes de Sanlúcar, Puerto de Santa María, Rota y Chipiona

pertenecientes al departamento de La Carraca (Cádiz). Diccionario de Arquitectura

Naval del marqués de la Victoria. 1756. Museo Naval. Madrid.

117

Page 118: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ÉLÉMENSDE LARCHITECTURE

■NA VA LE,-

Í^AITÉ PRATIQUELA CONSTRUCTION

DES VAISSEAUX,^PAR M. DUHAMEL DU MONCEAU, de VAcadémie Royale jts

Sciences, déla Société Royale de Londres, Honoraire de la Société d'Edim-

bourg, & de l'Académte de Marine, Infpeóleur General de la Marine. •

A PARÍS, RUÉ DAUPHINE,

! Charles-Antoine Jombert, Libraire du Roí pour

l'Artillerie & le Genie, á l'Iraage Notre-Dame.

M. DCC. LII.

Avtc Approbation & Privilege du Ro'u

Elementos de Arquitectura Naval o Tratado Práctico de la Construcción de un navio.

H. L. Duhamel du Monceau. 1752.

118

Page 119: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

■PROPORCIONES

DE LAS MEDIDAS

MAS ESSEMPCIALES.

DADASPORELTHENIENTEGENERAL

de la Armada Real delMarOcceanoDon Antonio

de Gaftañeta, de Orden del Rey nueftro Señor, para

la J: abnca de Navios, y Fragatas de Guerra, que pue

dan montar defde ochenta Cañones hafta diez, cuyas

Proporciones tiene reíuelto íu Mageftad fe obfer-

ven por regla general en todos fus Artilleros de

Eípana, como en las de la América.

CON LAS EXPLICACIONESDE LA CONSTRUCCIÓN DE LA VARENGA^ MAESTRA,

plano , y perfil particular de vn Navio de fetenta Cañones, con los

largos , grueflos , y anchos de los Materiales

con que fe debe executar. (

Año

EN MADRID : Por Phelipe Alonfo, Criado de fu Mageftad.

Proporciones de las medidas más esenciales por D. Antonio de Gaztañeta. 1720

119

Page 120: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

ES K r K • rf f

Astillero holandés del siglo XVIII. Historia Universal. Salvat.

II

Preparación de planos en un gabinete de arquitectura naval. Siglo xvn. Museo Nacional

de la Marina. Greenwich (Inglaterra).

120

Page 121: LA CARPINTERÍA Y LA INDUSTRIA NAVAL EN EL SIGLO XVIII

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