la capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

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La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad, valoración y entrenamiento Javier Jorge Vizuete Aquesta tesi doctoral està subjecta a la llicència Reconeixement- NoComercial SenseObraDerivada 3.0. Espanya de Creative Commons. Esta tesis doctoral está sujeta a la licencia Reconocimiento - NoComercial – SinObraDerivada 3.0. España de Creative Commons. This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial- NoDerivs 3.0. Spain License.

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Page 1: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

La capacidad de repetir cambios de dirección:

especificidad, valoración y entrenamiento

Javier Jorge Vizuete

Aquesta tesi doctoral està subjecta a la llicència Reconeixement- NoComercial – SenseObraDerivada 3.0. Espanya de Creative Commons. Esta tesis doctoral está sujeta a la licencia Reconocimiento - NoComercial – SinObraDerivada 3.0. España de Creative Commons. This doctoral thesis is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0. Spain License.

Page 2: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

UNIVERSITAT DE BARCELONA - INSTITUT NACIONAL

D’EDUCACIÓ FÍSICA DE CATALUNYA

Programa de Doctorado EEES Activitat Física, Educació Física i Esport

LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN.

(ESPECIFICIDAD, VALORACIÓN Y ENTRENAMIENTO)

TESIS DOCTORAL

Presentada por:

JAVIER JORGE VIZUETE

CODIRIGIDA POR:

GERARD MORAS FELIU JULIO TOUS FAJARDO

Para optar al título de Doctor por la Universidad de Barcelona

Julio, 2012

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Page 4: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

A mis padres, Mercedes y José,

por darnos a mí y a mis hermanas todo

sin devolución, y ayudarnos a ser

quienes somos hoy, os quiero.

A mis hermanas, Esther y Sonia,

por apoyarme siempre en los momentos

duros que he pasado en este periodo y

en otros.

A Raquel,

mi pareja y mi amor, por ser como eres,

y por estar siempre ahí.

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Page 6: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

AGRADECIMIENTOS

En este momento final en el que ves el proyecto en el que has dedicado mucho

tiempo y esfuerzo acabado, no queda más que echar la vista atrás y recordar

que, sin muchas personas que me han acompañado en este recorrido no

hubiera sido posible estar aquí, delante del ordenador, pensando y

confirmando que esto ya llegó a su fin, que lo hemos conseguido. Por ello

quiero que quede constancia mi agradecimiento a todas las personas que de

una u otra forma han sido partícipes de esta tesis que hoy doy por acabada.

En primer lugar a mis tutores, Dr. Gerard Moras y Dr. Julio Tous, por

enseñarme a desarrollar una tesis y acompañarme en este proceso

ayudándome y animándome en todo momento.

A Sergio Rodríguez, por su ayuda en el primer estudio, y sobretodo por sus

comentarios sobre aspectos de estructura y gestión de la tesis que me

permitieron desatascarme en momentos críticos.

A mis amigos Jose Mª Marull y Xavi Álvaro, que no han tenido un no para dejar

lo que estuvieran haciendo y ayudarme en los momentos que he necesitado su

ayuda.

A Juan Marull, por su inestimable ayuda en el proceso de análisis de la

estadística.

A mi hermana Esther, por ayudarme con su experiencia en los primeros pasos

de este camino, cuando más perdido estaba.

A Jorge García, Xavi Haro, Víctor Vila, Fernando Maniega, Jorge Dorado

amigos, preparadores físicos y/o entrenadores que me permitieron trabajar con

sus jugadores, no poniendo reparos en ningún momento para modificar

algunos de sus entrenamientos para que los estudios se pudieran realizar en

las mejores condiciones.

Page 7: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

A los 56 jugadores con los que hemos podido contar como muestra, que se

implicaron al máximo, desinteresadamente, para poder llevar a cabo los

estudios.

Un apartado especial para Raúl Cabello, alumno de INEF Barcelona en el

momento de su impagable ayuda, y en la actualidad un muy buen profesional.

Sin él hubiera sido imposible realizar el último estudio. No dudó en dedicarme

todo su tiempo disponible.

Y por último y no menos importante, a todos los responsables de

mantenimiento e instalaciones de INEF Barcelona, por su amabilidad y

disposición a ayudarme en los momentos en que necesitaba las instalaciones y

había algún traspapelado en las asignaciones. Pusieron todo su interés para

que se pudieran llevar a cabo las pruebas en el momento que lo necesitaba.

Page 8: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad
Page 9: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad
Page 10: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

INDICE

GLOSARIO

RESUMEN

I. INTRODUCCIÓN…………………………………………..1

II. PARTE TEÓRICA

ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO…………………….7-24

1.1 DISTANCIA RECORRIDA 10

1.2 PATRONES DE MOVIMIENTO 12

1.2.1 FRECUENCIA 12

1.2.2 PATRONES DE ACTIVIDAD-INTENSIDAD DE COMPETICIÓN 15

1.3 PERIODOS DE ALTA INTENSIDAD 16

1.4 FATIGA ASOCIADA AL RENDIMIENTO 20

1.5 CONCLUSIONES 22

CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS…………………25-86

2.1 RESPUESTAS FISIOLÓGICAS 25

2.1.1 ¿QUÉ PASA DURANTE LOS SPRINTS REPETIDOS? 25

2.1.2 FACTORES DETERMINANTES EN EL RENDIMIENTO 31

2.1.2.1 Contribución de las vías energéticas 31

2.1.2.2 Disponibilidad de fosfocreatina 32

2.1.2.3 Capacidad buffer (tampón) 37

2.1.2.4 Consumo de oxigeno 41

2.1.2.5 Factores centrales 48

2.2 ENTRENAMIENTO 51

2.2.1 MEJORAS ASOCIADAS A SU UTILIZACIÓN 52

2.2.1.1 Entrenamiento interválico de alta intensidad (EIAI) 54

2.2.1.1.1 Entrenamiento interválico de corta duración 55

2.2.1.1.2 Entrenamiento de repetir sprints 56

2.2.2 CÓMO MEJORAR SU RENDIMIENTO 65

Page 11: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

2.2.2.1 Diseños específicos 66

2.2.2.2 Mejora de factores que determinan su rendimiento 68

2.2.3 CONCLUSIONES 71

2.3 EVALUACIÓN 72

2.3.1 ESTRUCTURA DE LOS TESTS 74

2.3.1.1 Densidad (tiempo de sprint/tiempo de recuperación) 74

2.3.1.2 Número de repeticiones 76

2.3.1.3 Tipo de ejercicio 77

2.3.1.4 Patrón de movimiento 78

2.3.2 VALORACIÓN 82

2.3.3 CONCLUSIONES 85

EL CAMBIO DE DIRECCIÓN…………………………87-104

3.1 AGILIDAD REACTIVA 90

3.2 VELOCIDAD EN EL CAMBIO DE DIRECCIÓN 94

3.2.1 FACTORES DETERMINANTES 94

3.2.1.1 Factores condicionales 94

3.2.1.1.1 Velocidad en desplazamiento lineal 94

3.2.1.1.2 Manifestaciones de fuerza 96

3.2.1.2 Factores Técnicos 98

3.3 ENTRENAMIENTO 100

3.4 CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO 103

CAPACIDAD REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN ….105

Page 12: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL

OBJETIVOS 111

RESUMEN ESTUDIOS 113

1 ESTUDIO 1..................................................................................117-134

“Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints”

1.1 INTRODUCCIÓN 119

1.2 SUJETOS Y MÉTODOS 122

1.2.1 SUJETOS 122

1.2.2 DISEÑO DE ESTUDIO 122

1.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO 123

1.4 RESULTADOS 124

1.5 DISCUSIÓN 127

2 ESTUDIO 2…………………………………………………………...135-158

“Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs. Cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografía”

2.1 INTRODUCCIÓN 137

2.2 SUJETOS Y MÉTODOS 140

2.2.1 SUJETOS 140

2.2.2 DISEÑO ESTUDIO 140

2.2.3 VALORACIÓN TMG 142

2.2.4 TEST DE POTENCIA CON CARGAS PROGRESIVAS 143

2.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO 144

2.4 RESULTADOS 145

2.4.1 FACTOR TIEMPO 145

Page 13: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

2.4.2 POTENCIA MECÁNICA 146

2.4.3 DATOS TMG 148

2.5 DISCUSIÓN 149

3 ESTUDIO 3..................................................................................159-174

“Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes”

3.1 INTRODUCCIÓN 161

3.2 SUJETOS Y METODOS 164

3.2.1 DISEÑO DEL ESTUDIO 164

3.2.2 PROCEDIMIENTO PRUEBAS DE VALORACIÓN 165

3.2.3 PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO 166

3.2.4 FOTOCELULAS TELEMÉTRICAS MUSCLELAB 167

3.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO 167

3.4 RESULTADOS 167

3.5 DISCUSIÓN 170

4 ESTUDIO 4…………………………………………………………...175-199

“Relaciones entre CRCD y manifestaciones de PMAX en deportistas de equipo”

4.1 INTRODUCCIÓN 177

4.2 SUJETOS Y MÉTODOS 181

4.2.1 SUJETOS 181

4.2.2 MATERIAL 181

4.2.2.1 Versa pulley 181

4.2.2.2 MuscleLab. Parámetros mecánicos 182

4.2.3 DISEÑO DEL ESTUDIO 183

4.2.4 TESTS DE POTENCIA 183

4.2.4.1 Test potencia máxima 185

Page 14: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

4.2.4.2 Test de mantenimiento potencia max (Pmax) 186

4.2.4.3 Test RPA (“repeated power ability”) 187

4.2.5 TEST DE CRCD 187

4.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO 187

4.4 RESULTADOS 188

4.4.1 EJERCICIOS DE POTENCIA 188

4.4.2 RELACIÓN EJERCICIOS DE POTENCIA CON CRCD 191

4.5 DISCUSIÓN 193

CONCLUSIONES 200

PERSPECTIVAS DE FUTURO 205

BIBLIOGRAFÍA 209

Page 15: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad
Page 16: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

ACRÓNIMOS [[[[HHb]]]]: Desoxihemoglobina

[[[[La]]]]: concentración de Lactato

ADP: Adenosindifosfato

ATP: Adenosintrifosfato

Ca2+: Calcio

CCI: Coeficiente de correlación intraclase

CEA: Ciclo estiramiento-acortamiento

CK: Creatinkinasa

CMJ: Countermovement jump traducido como salto con contramovimiento

CO2: Dióxido de Carbono

CRCD: Capacidad de repetir cambios de dirección.

CRS: Capacidad de repetir esprints

CVM: contracción Voluntaria máxima

DJ: Drop Jump traducido como salto en caída

Dm: Desplazamiento máximo radial

EIAI: Entrenamiento Interválico de alta intensidad

EICD: Entrenamiento interválico de corta duración

EILD: Entrenamiento Interválico de larga duración

EMI: Entrenamiento muscular inspiratorio

EPO: Eritropoyetina

ERCD: Entrenamiento de repetir cambios de dirección

ERS: Entrenamiento de repetir sprints

GPS: Global Positioning Systems (sistemas de posicionamiento global)

H+ : Hidrogeniones

IRMf: Resonancia magnética funcional

K+: Potasio

LCA: Ligamento cruzado anterior

NaHCO3: Bicarbonato sódico

NIRS: Espectometria de infrarrojo cercano

O2: Oxígeno

PC: Fosfocreatina

Pi: Fosfato inorgánico

Page 17: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

PO2: Presión parcial de Oxígeno

r: Correlación de Pearson

r2: Coeficiente de determinación

RAT: Reactive agility tests traducido como tests de agilidad reactiva

RCD: Ejercicio de repetir cambios de dirección

RFD: Rate of force development traducido como gradiente de fuerza

RMS/Onda-M: Relación entre root mean square y la onda-M

RMS: Root mean square traducido como raíz media cuadrada.

RPA: Repeated power ability traducido como capacidad de repetir potencia

RS: Ejercicios de sprint repetidos

RSA: Repeated sprint ability traducido como capacidad de repetir sprints

RST: Repeated sprint training traducido como entrenamiento de repetir sprints

SAQ: Sprint, Agility and Quickness traducido como sprint, agilidad y rapidez SET: Speed endurance training traducido como entrenamiento de resistencia a la velocidad

SIT: Sprint Interval training traducido como entrenamiento de sprint interválico

SJ: Squat jump traducido como salto vertical sin contramovimiento

SNC: Sistema Nervioso Central

SO2: Desaturación arterial

ST: Sprint training traducido como entrenamiento de sprint

Tc: Tiempo de contracción

TD: Tiempo de decisión

TMG: Tensiomiografía

TRM: Tiempo de respuesta del movimiento

VL: vasto lateral

VO2 max: Consumo máximo de oxígeno

vOBLA: Velocidad del umbral anaeróbico

Vp: Versa-Pulley (polea cónica)

WAT: “Wingate anaerobic test” traducido como test anaeróbico de Wingate

Page 18: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

RESUMEN

Los profesionales del deporte, entrenadores, preparadores físicos y científicos,

continuamente se esfuerzan por incorporar las mejores prácticas basadas en

evidencias científicas.

Los deportes de equipo, tanto de campo como de cancha, así como los

deportes de raqueta son muy practicados en la gran mayoría de países del

mundo. De cara a comprender mejor los factores que determinan su

complejidad intrínseca han sido investigados exhaustivamente tanto en

situación real como simulada para así poder diseñar los mejores métodos de

trabajo para su mejora.

En esta tesis se analizan principalmente las acciones intermitentes de alta

intensidad más frecuentes en estos deportes: los cambios de dirección. Estas

acciones son consideradas como fundamentales para el rendimiento en los

deportes de campo, como el fútbol o el hockey pero sobre todo en los deportes

de cancha como el baloncesto, el balonmano y los deportes de raqueta.

Así, el principal objetivo de esta tesis ha sido evaluar la posible independencia

de naturaleza de las acciones de alta intensidad intermitentes con cambios de

dirección desde distintos puntos de vista. Para ello se ha incluido una parte

teórica y cuatro estudios experimentales. En la primera parte se revisa

críticamente el estado de la cuestión en cuatro apartados:

1-. El perfil de actividad de los deportes de equipo.

2-. La capacidad de repetir sprints

3-. El cambio de dirección.

4-. La capacidad de repetir cambios de dirección.

La parte experimental se compone de 4 estudios en los que se ha utilizado una

muestra de 56 deportistas, sanos e implicados en deportes de equipo a nivel

competitivo.

En el primer estudio se analiza por un lado la fiabilidad de una prueba para

evaluar la capacidad de repetir cambios de dirección y por otro el potencial de

Page 19: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

especificidad entre dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad, uno con

desplazamiento lineal y el otro con cambios de dirección.

En el segundo estudio se comparó la potencial fatiga producida por dos

ejercicios intermitentes diferenciados por el patrón de movimiento utilizado

(lineal vs. cambio de dirección).

El tercer estudio incluyó un diseño longitudinal de 6 semanas de duración

donde se añadían dos entrenamientos específicos de acciones intermitentes

(lineal vs. cambios de dirección) a un entrenamiento regular de hockey con la

intención de comprobar las mejoras de rendimiento específico de la capacidad

de repetir sprints y la capacidad de repetir cambios de dirección.

En el cuarto estudio se evaluaron las correlaciones entre diferentes

manifestaciones de potencia, tanto en acción excéntrica como concéntrica,

desarrolladas en un ejercicio simulado como es lunge lateral en Versa Pulley

con respecto a un ejercicio específico de repetir cambios de dirección. El

objetivo fue conocer hasta qué punto los parámetros de fuerza registrados en

una acción simulada de un cambio de dirección, donde aparece una

sobrecarga excéntrica, pueden explicar parcialmente los factores

neuromusculares que determinan el rendimiento en la capacidad de repetir

cambios de dirección.

Como resumen de las conclusiones de esta tesis podemos considerar que, a

raíz de los resultados obtenidos, la capacidad de repetir cambios de dirección

es una capacidad independiente y específica. Asimismo, la utilización de

métodos específicos para desarrollar esta capacidad parece ser especialmente

eficaz y produce grandes mejoras en el rendimiento específico. Sin embargo,

es necesario seguir investigando en esta línea para conocer mejor los factores

que determinan esta capacidad y de qué manera afecta al rendimiento

específico de estos deportes.

Palabras clave: deportes de equipo, rendimiento deportivo, acciones

intermitentes de alta intensidad, cambios de dirección

Page 20: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

1

I. INTRODUCCIÓN El objeto de conocimiento de esta tesis doctoral son las acciones intermitentes

de alta intensidad con cambios de dirección, acciones consideradas como

fundamentales para el rendimiento en los deportes de campo, como el fútbol o

el hockey pero sobre todo en los deportes de cancha como el baloncesto, el

balonmano y los deportes de raqueta, pero que no han sido estudiadas como

una posible capacidad independiente que necesita de unas condiciones de

rendimiento específicas para poder ser desarrollada y optimizada.

Así pues, la presente tesis doctoral pretende servirse de la investigación

científica para contribuir, en la medida de lo posible, a un mayor conocimiento

de las acciones intermitentes para centrar la parte experimental de esta tesis

en la capacidad de repetir cambios de dirección.

La estructura de esta tesis queda definida por las siguientes partes:

I-. MARCO TEÓRICO. ANTECEDENTES Y REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

II-. PARTE EMPÍRICA. LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN

III-. CONCLUSIONES

IV-, PERSPECTIVAS DE FUTURO

V-. BIBLIOGRAFÍA

La parte teórica tiene cuatro secciones. El perfil de actividad de los deportes

de equipo, la capacidad de repetir sprints, el cambio de dirección y la

capacidad de repetir cambios de dirección. En la primera sección se realiza un

breve resumen sobre el estudio del perfil de actividad de los deportes de

intervención. Al ser la base de análisis de estos deportes y en los cuales se

basan los entrenadores e investigadores para extraer las posibles necesidades

para incrementar el de rendimiento. Y donde aparece el cambio de dirección y

las acciones de alta intensidad como elementos fundamentales de rendimiento.

La segunda sección se centra en la capacidad de repetir sprints, capacidad que

se ha considerado general y específica para los deportes de equipo. Una

capacidad que queda definida por la repetición de acciones intermitentes con

un descanso reducido. En ella hasta ahora han quedado incluídos todos los

patrones motores, tanto lineales como cambios de dirección con más o menos

ángulos de salida. En esta sección se revisa la bibliografía relacionada con

Page 21: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

2

esta capacidad en estos deportes. En la tercera sección se trata el cambio de

dirección en sí. Un patrón de movimiento fundamental en los deportes

analizados. Aunque en esta tesis el interés se centra fundamentalmente en el

rendimiento de los cambios de dirección, también abordaremos la incidencia de

este tipo de acciones en el riesgo de lesión. En la última sección, se presentan

los estudios que han planteado las diferencias entre las acciones intermitentes

de alta intensidad según el patrón de movimiento realizado. En esta sección se

presentan las investigaciones que nos han llevado a plantearnos las preguntas

de esta tesis, asi como otros estudios paralelos que refuerzan aun más nuestro

interés en el objetivo de esta tesis

La parte experimental se compone de cuatro estudios que confeccionan el

cuerpo de análisis del objetivo principal de esta tesis. Demostrar la posible

independencia de naturaleza de las acciones de alta intensidad intermitentes

con cambios de dirección, pudiéndose considerar, la capacidad de repetir

cambios de dirección, como una capacidad determinante en los deportes de

equipo y en los deportes de raqueta.

Los tres primeros estudios se centran en analizar y confirmar la primera

hipótesis planteada.

Las acciones intermitentes de alta intensidad son diferentes en naturaleza

según los patrones de movimiento que las integren, sean acciones lineales o

cambios de dirección acentuados.

Así el primer estudio analiza la fiabilidad del ejercicio característico de la

capacidad de repetir cambios de dirección que se utiliza en los cuatro estudios

presentados en la tesis. En segundo lugar se analiza el potencial de

especificidad entre dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad, uno con

desplazamiento lineal y el otro con cambios de dirección.

En el segundo estudio, se analiza la fatiga aguda producida sobre los factores

mecánicos en el músculo vasto lateral, después de realizar un ejercicio de

sprints repetidos y un ejercicio de cambios de dirección repetidos las posibles

diferencias sobre los factores mecánicos después de la realización de estos

ejercicios y seguir justificando la independencia de estas dos capacidades.

Page 22: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

3

En el tercer estudio que cierra esta primera hipótesis, que estudia la

independencia de naturaleza entre acciones intermitentes lineales y con

cambios de dirección, se valora una intervención longitudinal de 6 semanas de

duración. Comparando dos entrenamientos específicos de acciones

intermitentes (lineal vs. cambios de dirección) suplementando a un

entrenamiento regular de hockey.

El hecho que la gran mayoría de estudios que han analizado el cambio de

dirección se han centrado en las posibles correlaciones entre la acción de

cambio de dirección y diferentes manifestaciones de fuerza, nos sugirió en este

cuarto estudio determinar hasta qué punto los parámetros de fuerza registrados

en una acción simulada de un cambio de dirección con sobrecarga excéntrica

puede explicar los factores neuromusculares que determinan el rendimiento en

la capacidad de repetir cambios de dirección.

De esta forma se evaluaron las correlaciones entre diferentes manifestaciones

de potencia, tanto en acción excéntrica como concéntrica, desarrolladas en un

ejercicio simulado como es lunge lateral en Versa Pulley con respecto a un

ejercicio específico de repetir cambios de dirección.

Para la ejecución de estos cuatro estudios que componen la parte experimental

de la tesis presentada se utilizó una muestra de 56 deportistas, sanos e

implicados en deportes de equipo a nivel competitivo.

En la parte III se detallan las conclusiones de los cuatro estudios de la tesis

doctoral.

Finalmente en la parte IV, se aportan algunas ideas para futuras

investigaciones en el campo de la capacidad de repetir cambios de dirección.

Page 23: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

4

Page 24: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

5

II.MARCO TEÓRICO

- ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO EN DEPORTES MULTISPRINT - CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

- EL CAMBIO DE DIRECCIÓN

- CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN

Page 25: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

6

Page 26: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

7

ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO El análisis del ritmo de juego y/o el perfil de actividad (“time-motion”) se ha

convertido en una parte indispensable del deporte profesional, especialmente debido

a las mayores demandas físicas del juego pero también a que los recientes avances

tecnológicos han facilitado enormemente la gestión y calidad de los datos ofrecidos.

En comparación con el análisis clásico mediante vídeo, los nuevos sistemas de

análisis de juego presentan una mayor objetividad y algunos de ellos una mayor

resolución, permitiendo un estudio más completo de los patrones de movimiento de

multitud de deportes (Carling, Bloomfield, Nelsen, & Reilly, 2008). En el caso

concreto de los denominados deportes de sprints múltiples, como es el caso de los

deportes de equipo o de raqueta, el análisis de los patrones de movimiento indica

que la preparación física vendrá muy condicionada por la necesidad de repetir

sprints cortos a la máxima intensidad o cerca de ella de forma regular durante un

periodo largo de tiempo (Fitzsimons, Dawson, & Ward, 1993)

Como ejemplo de nuevos sistemas de análisis se encuentra el sistema

computerizado a partir de multicámaras de valoración semi-automáticas (Di Salvo, et

al., 2007; Rampinini, Bishop, et al., 2007; Rampinini, Coutts, Castagna, Sassi, &

Impellizzeri, 2007), y los sistemas de posicionamiento global (GPS), (Kirkendall,

Leonard, & Garret, 2004; Coutts & Duffield, 2010; Edgecomb & Norton, 2006) que

permiten comprender los perfiles de velocidad específica, posición de trabajo de los

jugadores, requerimientos de rendimiento, intensidades de las actividades discretas

durante el partido para finalmente ofrecer un ritmo de trabajo pormenorizado entre

los jugadores. Como es lógico, estos métodos contemporáneos, empleados desde

hace algunos años en la mayor parte de clubes de élite, se utilizan para tomar

decisiones objetivas para la estructuración de los elementos condicionantes del

entrenamiento y preparación del siguiente partido (Carling, et al., 2008). De hecho,

es ya una realidad el que los grandes clubes dispongan de un departamento

específico de análisis de juego (match analysis) con personal cualificado.

Es importante destacar que el uso de sistemas computerizados presenta todavía la

limitación de requerir la instalación permanente de un número determinado de

cámaras en posiciones óptimamente calculadas para cubrir la superficie total del

Page 27: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

8

campo. No obstante, este diseño permite analizar a todos los jugadores de un

equipo y mide los movimientos de cada jugador, el árbitro y el balón

simultáneamente, garantizando que son capturados en vídeo, independientemente

de su posición y momento en el tiempo. Aunque se trata de un sistema bastante

automatizado, se requiere de algunas entradas manuales, así como una continua

verificación y calibración (Carling, et al., 2008). Sin embargo, uno de los mayores

inconvenientes que presenta es la no garantía en la disponibilidad de datos en los

partidos a domicilio, a no ser que exista un servicio globalizado por una empresa

externa que permita que todos los equipos dispongan de los datos de todos los

partidos.

Recientemente, la tecnología por medio de GPS, originalmente diseñada para uso

militar, se ha propuesto como un método efectivo para monitorizar la actividad

deportiva (Aughey, 2010; Larsson & Henriksson-Larsen, 2001; MacLeod, Morris,

Nevill, & Sunderland, 2009; Schutz & Herren, 2000) y podría convertirse en una

potencial solución a la limitación de los sistemas computerizados a la hora de

registrar en cualquier momento o lugar. Además, la combinación de los GPS, con un

acelerómetro y un pulsómetro, permite un análisis más detallado del rendimiento

(Larsson & Henriksson-Larsen, 2001). Sin embargo, su mayor desventaja es que las

mediciones solo pueden ser realizadas en un entorno en el que el acceso a los

satélites no esté obstruido. Por lo tanto, las mediciones de distancia y velocidad de

los deportes que se realizan en el interior de pabellones, tales como el baloncesto o

el balonmano, no resultarán fáciles (Scanlan, Dascombe, & Reaburn, 2011; Schutz &

Herren, 2000).

En cuanto a la valoración intra-sistema, varios estudios han evaluado estos

dispositivos encontrando niveles aceptables de precisión y fiabilidad en la mayoría

de las actividades relevantes para los deportes de equipo, como es el caso de los

esfuerzos breves o los sprints intermitentes no lineales (MacLeod, Morris, Nevill, &

Sunderland, 2009). Sin embargo, Coutts y Duffield (2010), han encontrado una

dudosa fiabilidad en el caso concreto de las actividades de alta intensidad.

En la fiabilidad inter-sistema, Randers (2010) comparó la valoración realizada por 4

sistemas de análisis de juego observando que, aunque se apreciaba una

disminución de los valores analizados durante el transcurso del partido en los cuatro

sistemas, existían diferencias en cuanto a las distancias totales y variaciones en los

Page 28: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

9

diferentes rangos de patrones de actividad. Por ello, cualquier comparación de los

resultados usando diferentes sistemas de análisis del juego debe realizarse con

precaución.

En las últimas dos décadas, junto a esta evolución tecnológica, ha habido un interés

creciente en el análisis del juego en el fútbol (Di Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff, &

Drust, 2009; Mohr, Krustrup, & Bangsbo, 2003; Reilly, Drust, & Clarke, 2008),

baloncesto (Scanlan, et al., 2011; Scanlan, Dascombe, Reaburn, & Dalbo, 2012; Ben

Abdelkrim, Chaouachi, Chamari, Chtara, & Castagna, 2010; McInnes, Carlson,

Jones, & McKenna, 1995; Narazaki, Berg, Stergiou, & Chen, 2009), balonmano

(Chelly, Hermassi, Aouadi, Khalifa, Van den Tillaar, Chamari & Shephard, 2011;

Povoas, Seabra, Ascensao, Magalhaes, Soares & Rebelo, 2012; Barbero-Alvarez,

Soto, Barbero-Alvarez, & Granda-Vera, 2008; Castagna, D'Ottavio, Granda Vera, &

Barbero Alvarez, 2009; Sheppard, Gabbett, & Stanganelli, 2009), voleibol (Marques,

van den Tillaar, Gabbett, Reis, & Gonzalez-Badillo, 2009; Sheppard, et al., 2009),

rugby (Duthie, Pyne, & Hooper, 2005; Gabbett, Kelly, Ralph, & Driscoll, 2009;

Gabbett, 2010; Meir, Newton, Curtis, Fardell, & Butler, 2001), hockey (Gabbett, 2010;

Spencer, Lawrence, et al., 2004) y waterpolo (D'Auria & Gabbett, 2008) empleando

los datos obtenidos por algunos de los sistemas citados anteriormente. Sin embargo,

debido a la naturaleza de este tipo de deportes, no se ha conseguido estandarizar

un método óptimo para determinar los patrones de actividad y movimiento, así como

la carga de trabajo. Generalmente, tanto el análisis del ritmo de juego como la carga

de trabajo se ha expresado valorando la distancia recorrida total (Bangsbo, Iaia, &

Krustrup, 2007; Krustrup, Mohr, Ellingsgaard, & Bangsbo, 2005). En cuanto a las

acciones discretas realizadas en diferentes categorías de velocidad se acostumbra a

valorar el porcentaje, tiempo o distancias en cada una de las categorías (Ben

Abdelkrim, et al., 2010; King, Jenkins, & Gabbett, 2009; Reilly, Bangsbo, & Franks,

2000), lo mismo ocurre en cuanto a la evolución de estas variables a lo largo del

partido (Di Salvo, et al., 2009; Mohr, et al., 2003; Reilly, 1997) o en fases

determinadas (Mohr, Krustrup, & Bangsbo, 2005), así como la diferenciación entre

posiciones (Di Salvo, et al., 2007), niveles (Bradley, Mascio, Peart, Olsen, &

Sheldon, 2009; Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts, & Wisloff, 2009) y

poblaciones (Gabbett, 2002; Sirotic, Coutts, Knowles, & Catterick, 2009).

Page 29: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

10

1.1 DISTANCIA RECORRIDA Generalmente, el trabajo total en los deportes multisprint viene expresado por la

distancia recorrida durante el partido, dado que esta medida determina el gasto

energético independientemente de la velocidad de movimiento y de la contribución

individual al esfuerzo total del equipo (Reilly, Drust, & Clarke, 2008). Sin embargo, se

recomienda tener precaución al comparar los resultados de los distintos estudios,

debido a las diferentes metodologías empleadas en la recogida de datos.

Son numerosos los estudios llevados a cabo acerca de las distancias recorridas en

función de la posición de juego (Bangsbo, Norregaard, & Thorso, 1991; Di Salvo, et

al., 2007; Mohr, et al., 2003). Como consecuencia, se ha propuesto que el mayor

esfuerzo físico durante un partido de fútbol lo realizan los jugadores del centro del

campo debido a que el rol que desarrollan se relaciona tanto con acciones de ataque

como de defensa (Rienzi, Drust, Reilly, Carter, & Martin, 2000). Como era de

esperar, estos jugadores cubren más distancia a baja y media intensidad (Rienzi, et

al., 2000) que los delanteros y defensores. Sin embargo, es obvio que el rol táctico

que desempeñen condicionará el análisis. Por ejemplo, el centrocampista de

contención que desarrolla principalmente tareas defensivas, sin duda cubrirá menos

distancia que otros centrocampistas, como los extremos, cuando su equipo esté

atacando. Este patrón de actividad también se ha encontrado en otros deportes de

campo como el rugby (Gabbett, King, & Jenkins, 2008) o el hockey (Spencer,

Lawrence, et al., 2004).

En el baloncesto y el fútbol sala, deportes de cancha, los estudios de análisis del

tiempo de juego son escasos en comparación con el fútbol. Aun así, la literatura

muestra que los jugadores de baloncesto cubren distancias totales de unos 4.5 km

a 5 km (Crisafulli, et al., 2002). No obstante, un estudio reciente con jugadores

juniors (edad 18 años), muestra recorridos totales de 7.5 a 8 km (Ben Abdelkrim, El

Fazaa, & El Ati, 2007). En el fútbol sala, los resultados son similares, en torno a 4.5

km (Barbero-Alvarez, et al., 2008; Castagna, et al., 2009). Si bien es cierto que estos

datos no proporcionan una información relevante, ya que las distancias recorridas

por los jugadores durante la competición no suelen considerarse, debido a la gran

cantidad de tiempo dedicado a realizar acciones no ortodoxas como

Page 30: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

11

desplazamientos defensivos (“shuffle movements”) y/o los abundantes cambios de

dirección o saltos, donde los jugadores cubren pequeños recorridos a pesar de la

alta intensidad que implica la actividad (Ben Abdelkrim, Chaouachi, Chamari, Chtara,

& Castagna, 2010). En consecuencia, el cálculo de la distancia total recorrida puede

subestimar las verdaderas demandas fisiológicas de la competición (Reilly, Bangsbo,

& Franks, 2000).

Por lo tanto, la distancia total recorrida no permite comparar la contribución

condicional de los jugadores entre deportes, ya que se deben considerar las grandes

diferencias, referentes al tiempo total, entre un deporte y otro. Una propuesta

alternativa sería calcular una medida relativa del rendimiento por medio de la

corrección del valor absoluto (distancia total recorrida) del partido en un análisis

minuto a minuto de la distancia recorrida. Los jugadores de fútbol sala profesionales,

cubren una distancia de 117.3±11.6 m.min-1 (Barbero-Alvarez, Soto, Barbero-

Alvarez, & Granda-Vera, 2008) valores similares a los obtenidos por jugadores

juniors de baloncesto (Ben Abdelkrim, et al., 2007) siendo diferentes a los

encontrados en jugadores profesionales de fútbol con rangos entre 123-135 m.min-1

(Rampinini, Coutts, et al., 2007; Rampinini, et al., 2009; Stolen, Chamari, Castagna,

& Wisloff, 2005) o rugby con 106±9.3 m.min-1 (Sirotic, Coutts, Knowles, & Catterick,

2009). Estos datos podrían traducirse, a primera vista en que la intensidad de juego

es mayor en el fútbol, pero esta interpretación queda totalmente condicionada por la

gran diferencia en las dimensiones de los campos que afecta al desplazamiento de

los jugadores.

En resumen, la distancia recorrida por los jugadores de estos deportes depende de

varios factores incluyendo la calidad de los oponentes, consideraciones tácticas y la

importancia o resultado parcial del partido (Di Salvo, Gregson, Atkinson, Tordoff, &

Drust, 2009; Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts, & Wisloff, 2009). Sin

embargo, la distancia recorrida sólo refleja una porción de los requerimientos

fisiológicos, ya que además de correr, principalmente en los deportes de cancha, los

jugadores están implicados en muchas otras acciones con gran demanda

condicional, como saltar, acelerar, decelerar, parar y cambiar de dirección

bruscamente (Ben Abdelkrim, et al., 2010; McInnes, et al., 1995; Reilly, et al., 2000).

Page 31: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

12

1.2 PATRONES DE MOVIMIENTO 1.2.1 Frecuencia

Los deportes multisprint se describen como estocásticos, acíclicos e intermitentes

con la singularidad de su elevada variabilidad (Bloomfield, R, & O'Donoghe, 2007).

Son numerosos los estudios que han documentado el número de movimientos

discretos, en situación de parado, andando, corriendo a alta intensidad o esprintando

llevados a cabo durante un partido. En el fútbol, se dan una media de 1000 a 1500

movimientos que se suceden cada 5-6 s (Bangsbo, et al., 1991; Krustrup, et al.,

2005; Mohr, et al., 2003), en el baloncesto, una media de 1000 acciones cada 2 s

(Ben Abdelkrim, et al., 2010; McInnes, et al., 1995), en el tenis de 300 a 500

movimientos se realizan a alta intensidad (Fernandez, Mendez-Villanueva, & Pluim,

2006), mientras que en el hockey, son unas 800 acciones cada 5.5 s (Spencer,

Fitzsimons, Dawson, Bishop, & Goodman, 2006). Las diferencias entre los deportes

puede deberse a varios factores:

1-. El área de juego de los deportes. Un área pequeña reduce necesariamente las

duraciones empleadas en la realización de un movimiento en particular, por ejemplo,

correr a una determinada velocidad (McInnes, Carlson, Jones, & McKenna, 1995).

2-. El número de jugadores que conforman el equipo. Un equipo con menos

jugadores puede aumentar el número de movimientos realizados por cada jugador.

Page 32: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

13

Las frecuentes alteraciones de actividad: numerosas aceleraciones y

deceleraciones, cambios de dirección, movimientos con patrones no ortodoxos y la

ejecución de acciones técnicas específicas contribuyen significativamente al gasto

energético (Reilly, et al., 2008). Sin embargo, estos valores no suelen tenerse en

cuenta a la hora del análisis, por la dificultad en su registro e interpretación. No

obstante, sería necesario realizar un análisis exhaustivo de estas acciones, ya que,

tal y cómo describió Ben Abdelkrim (2010), el jugador de baloncesto se desplaza de

forma lateral durante el 22% del tiempo total de juego.

Bloomfield et al (2007) realizaron un exhaustivo análisis de las acciones realizadas

en el fútbol, encontrando que los cambios de dirección es la acción más habitual,

con una magnitud de 550-700 por partido, dependiendo de la posición de juego, y

un rango de angulación entre los 0 y 90º. Concretamente el 76% de las acciones de

AREA DE JUEGO (M2)

81 98420

800

5027

7000

8250

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

VOLEY TENIS BASKET FUTBOL

SALA

HOQUEI

HIERBA

RUGBI FUTBOL

AREA DE JUEGO (m 2)

(6x6)** (1-2x1-2)** (5x5)

(5x5)

(11x11)

(11x11)

(15x15)

*

Figura 1 . Comparación de areas de juego para diferentes deportes multisprint * Excluyendo las areas de gol ** Area de juego de desplazamiento de equipo y nº de jugadores por equipo

80m2 x jug. 42m2 x jug.

251m2 x jug

233m2 x jug.

375m2 x jug.

13.5m2 x jug.

Page 33: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

14

deceleración viene precedida de un sprint, siendo el 41% de estas acciones

consideradas como de alta intensidad.

Aproximadamente el 16% de la distancia recorrida por jugadores de fútbol se ejecuta

hacia atrás, lateralmente o realizando maniobras para coger la posición (Reilly,

1997). Algunos estudios ensalzan la importancia de este tipo de patrones (Bangsbo,

1994b; Orendurff, et al., 2010; Reilly, et al., 2000; Wragg, Maxwell, & Doust, 2000)

siendo necesario tenerlos en cuenta para una adecuada programación del

entrenamiento.

La posición de juego dentro del equipo influye en el número de movimientos

discretos realizados por el jugador. Así los patrones de movimiento entre los

jugadores de baloncesto no muestran diferencias significativas entre aleros (1022 ±

45) y pívots (1026 ± 27) respecto al número de movimientos discretos ejecutados

(Ben Abdelkrim, Chaouachi, et al., 2010). Los bases, sin embargo, mostraron un

aumento significativo en la cantidad de movimientos (1103 ± 32) respecto a los

aleros y pívots, probablemente porque los bases participan más en la posesión del

balón durante el juego.

En el fútbol, el número de veces que un defensor está parado en un partido es de

una media de 266 ± 24 comparado con las 210 ± 8 de los centrocampistas y las 183

± 21 de los delanteros (Thatcher & Batterham, 2004). Estos datos concuerdan con

los aportados por Bloomfield (2007) analizando la Premier League, donde los

centrocampistas pasan menos tiempo parados y desplazándose lateralmente

(“shuffling”). Por lo tanto, aquellos jugadores cuyas posiciones en el terreno de juego

impliquen estar activos tanto en la fase defensiva como en la fase ofensiva, como es

el caso de los centrocampistas en el fútbol o los bases en el baloncesto, realizan

más movimientos discretos que los jugadores con un rol más ofensivo o defensivo

(Ben Abdelkrim, et al., 2007).

La importancia de los movimientos discretos respecto al rol de posición para una

amplia gama de deportes pone de relieve la importancia de los programas

específicos de acondicionamiento para cada una de las posiciones desempeñadas

en el terreno de juego.

Page 34: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

15

1.2.2 Patrones de actividad-intensidad de competici ón

La distancia en los deportes de equipo es recorrida bajo un patrón de movimiento

intermitente. Estos cambios observados en la actividad de los jugadores son

impredecibles e incluyen cambios en intensidad, dirección y tipo de movimiento (Di

Salvo, et al., 2009).

La mayoría de estudios de análisis del tiempo de juego (“time-motion” ) clasifican las

acciones en cinco categorías según su velocidad: parados (“standing”), caminando

(“walking”), jogging (“jogging”), corriendo (“striding) y sprintando (“sprinting”). No

obstante, según el objetivo de cada uno de los estudios, se han ido incorporando

más categorías o ajustándolas según las necesidades (Ben Abdelkrim, et al., 2010;

King, et al., 2009; Spencer, Lawrence, et al., 2004). Debido a esto, existe una gran

inconsistencia taxonómica en la literatura, ya que se han utilizado tanto

clasificaciones cualitativas como cuantitativas.

En los deportes de sprints múltiples, las actividades de baja intensidad, como

caminar y trotar (“jogging”), predominan en el perfil de trabajo (Di Salvo, et al., 2009;

Gabbett, et al., 2009; Gabbett, King, et al., 2008; Rienzi, et al., 2000; Ziv & Lidor,

2009). Sin embargo, el impacto que tienen los esfuerzos a alta intensidad durante el

juego es crucial y determinante en su desarrollo. Así, los esfuerzos de alta

intensidad como correr y sprintar representan alrededor de un 12% en el fútbol (Di

Salvo, et al., 2009), 5% en el hockey (Spencer, Lawrence, et al., 2004), 17% en el

futbol sala (Barbero-Alvarez, et al., 2008) y un 20% en el baloncesto (Narazaki, Berg,

Stergiou, & Chen, 2009). A tenor de estas consideraciones podría afirmarse que el

éxito en estos deportes podría depender de las actividades menos frecuentes pero

de mayor intensidad, que comprenden combinaciones de carreras de velocidad,

cambios de dirección y/o saltos (Di Salvo, et al., 2009; Reilly & Gilbourne, 2003).

Por otro lado si focalizamos nuestra atención en la relación entre acciones de alta

intensidad con actividad de intensidad baja vemos que es aproximadamente de 1:7 a

1:12 (Bangsbo, 1994b), lo que significa que de cada cuatro segundos a intensidades

máximas, alrededor de 28 s el jugador realiza acciones de baja intensidad o de

Page 35: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

16

recuperación (Bangsbo, Mohr, & Krustrup, 2006). Proporciones similares se

muestran en la liga de rugby donde se ha encontrado que la relación de la actividad

de alta intensidad con la de baja intensidad es mayor para los delanteros (1:7 a 1:10)

en comparación con los defensores (1:12-1:28) (Gabbett, King, et al., 2008; Meir, et

al., 2001). Meier (2001) sugirió que, en la liga de rugby profesional, cada 4 s de

actividad de alta intensidad se suceden entre 30 a 80 s de actividad de baja

intensidad, sin ningún esfuerzo de alta intensidad superior a diez segundos. En lo

referente a los deportes de cancha, el ratio de acciones de alta intensidad y baja

intensidad es de 1:1-1:3 (Barbero-Alvarez, et al., 2008; Ben Abdelkrim, et al., 2010)

lo que refleja una mayor intensidad durante el juego.

1.3 PERIODOS DE ALTA INTENSIDAD En los deportes de equipo la capacidad de un deportista para repetir sprints entre 1 y

7 s a la máxima intensidad o cerca de la máxima, realizar rápidos y bruscos cambios

de dirección, saltar, golpear o lanzar de forma repetida durante el partido es

fundamental en el juego (Bishop, Edge, & Goodman, 2004; Denadai, Gomide, &

Greco, 2005). En baloncesto, hockey, fútbol sala, rugby y fútbol, las acciones

decisivas suelen venir precedidas por acciones a la máxima intensidad. Además, el

intercambio continuo de roles, sobre todo en los deportes de cancha, produce un

número importante de cambios de acción, paradas y aceleraciones repetidas. En

estos deportes, los jugadores deben sprintar o acelerar para recibir un balón antes

que sus oponentes y entonces chutar, lanzar, driblar o golpear el balón antes de que

el oponente lo alcance. Por lo tanto, es normal que la denominada capacidad de

repetir sprints (CRS) haya sido considerada como un importante componente del

rendimiento en los deportes intermitentes (Bishop, Spencer, Duffield, & Lawrence,

2001; Fitzsimons, et al., 1993).

Las actividades a alta intensidad son un elemento crucial del rendimiento en el fútbol

(Mohr, Krustrup, & Bangsbo, 2003). Dichos esfuerzos son críticos para el resultado

de los partidos, en lo que se refiere a las actividades que son fundamentales para el

resultado final, como los movimientos para ganar el balón y las acciones de agilidad

para desmarcarse de los defensores (Stolen, Chamari, Castagna, & Wisloff, 2005).

Page 36: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

17

Por otro lado, las actividades de alta intensidad parecen constituir una medida válida

del rendimiento físico en el fútbol (Krustrup, et al., 2006; Mohr, et al., 2003). Además,

son sensibles a los cambios fisiológicos asociados con la realización de un programa

de entrenamiento (Krustrup, Mohr, Ellingsgaard, & Bangsbo, 2005), a las variaciones

en las fases de la temporada de competición y al papel táctico de los jugadores

(Mohr, et al., 2003; Rampinini, Coutts, et al., 2007).

Los periodos de alta intensidad incluyen por lo general sprints en todas las

direcciones, pero también puede incluir acciones de intensidad cercana a la máxima

como saltos repetidos, aceleraciones y desaceleraciones. Los jugadores de fútbol

tienden a realizar un gran número de acciones cortas a alta intensidad,

concretamente de 125 a 250 en cada partido (Krustrup, et al., 2005; Mohr, et al.,

2003). Esto equivale aproximadamente a 1 sprint cada 90 segundos o una acción de

alta intensidad cada 30 segundos (Bangsbo, Norrgaard, & Thorso, 1991). Muy

similar al fútbol es el baloncesto, donde se observa que los jugadores realizan de

105 a 242 acciones intensas durante un partido (Ben Abdelkrim, et al., 2007;

McInnes, et al., 1995). La evolución del juego en los últimos años sugiere que hay

una tendencia marcada a un aumento de las acciones de muy alta intensidad (Di

Salvo, et al., 2009).

En las diferentes fases de juego se acumulan bloques de sprints repetidos donde la

frecuencia de sprints aumenta y el tiempo de recuperación disminuye. En el hockey,

por ejemplo, cada jugador realiza una media de 1.7 bloques de sprints repetidos a lo

largo del partido, donde cada bloque incluye 4 ± 1 sprints (Spencer, Lawrence, et al.,

2004). En un estudio reciente (Carling, Le Gall, & Dupont, 2012) se analizó el

número de bloques de sprints que se realizaban en un partido de fútbol

encontrándose 1.1 ± 1.1 bloques de sprints repetidos. En ambos protocolos, eran

necesarios un mínimo de 3 sprints con una recuperación ≤20 s entre esfuerzos para

ser considerado un bloque. Sin embargo, la metodología fue muy diferente, ya que

en un estudio sólo se analizó un partido de competición (Spencer, Lawrence, et al.,

2004), mientras que en el otro se analizaron 80 partidos de una temporada

competitiva (Carling, et al., 2012). A pesar de su aparente baja frecuencia, estos

bloques de sprints repetidos es posible que resulten ser de vital importancia en el

resultado de un partido (Spencer, Lawrence, et al., 2004). Por lo tanto, podríamos

Page 37: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

18

decir que, en los momentos más importantes de los partidos, se producen diferentes

esfuerzos de alta intensidad, de manera repetida, intercalados con periodos de

recuperación incompleta.

La capacidad de repetir sprints depende de muchos factores, incluyendo la duración

del sprint (Balsom, Seger, Sjodin, & Ekblom, 1992b). En los deportes de equipo, los

sprints son típicamente de corta duración, con medias de 1 a 4s en el baloncesto,

con una distancia media de 12m (Ben Abdelkrim, et al., 2007). Algunos estudios

muestran que el 73% de los sprints y desplazamientos intensos son menores de 2 s

(McInnes, et al., 1995) siendo de 1 a 5 s en el hockey (Spencer, Bishop, Dawson, &

Goodman, 2005a), y de 2 a 4 s en el fútbol, (10 a 22.4 m) (Bangsbo, 1994b; Di

Salvo, et al., 2009; Thatcher & Batterham, 2004). A pesar de ello, es importante

considerar que los jugadores requerirán en algunas ocasiones realizar algunos

sprints que serán mayores que la media.

Aunque los tiempos y distancias presentados son similares en los diferentes

deportes analizados, las reglas, los patrones de movimiento y la estructura de cada

uno de los deportes de equipo, incluyendo el numero de jugadores y las zonas de

juego, condicionará la duración y el modo en el que se realizan los sprints máximos.

Así, éstos podrán realizarse con un mayor énfasis en la aceleración, desaceleración

o el cambio de dirección (Ben Abdelkrim, et al., 2007).

Tradicionalmente se ha sugerido que la cantidad de actividades a alta intensidad

está relacionada con el nivel del equipo (Mohr, et al., 2003), pero en estudios más

recientes (Di Salvo, et al., 2009; Rampinini, et al., 2009) se encuentran resultados

contradictorios. Aquellos equipos de menor nivel muestran más porcentaje de

actividades a alta intensidad, posiblemente debido al nivel táctico y estratégico de

los equipos, dónde la posesión del balón y el movimiento del balón son más

determinantes en los equipos de alto nivel.

La cantidad de actividades de alta intensidad también es dependiente de las

posiciones de juego (Ben Abdelkrim, et al., 2010; Di Salvo, et al., 2009; Duthie, et al.,

2005; Stolen, et al., 2005). La capacidad de acelerar parece ser el factor más crítico

en el rendimiento de los delanteros de rugby dado que la media de la duración de

Page 38: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

19

sus sprints es inferior a 3 s y su sprint máximo no es superior a 5 s, lo que, muy

probablemente, se opone a la consecución de la máxima velocidad (Duthie, Pyne, &

Hooper, 2005). Un análisis por posición de juego en el baloncesto muestra que los

bases promedian más sprints y pasan más tiempo en esta intensidad que los aleros

y, especialmente, que los pívots (Ben Abdelkrim, et al., 2007). Esto puede deberse

a que los bases son los primeros jugadores que aseguran las transiciones rápidas

de defensa a ataque y viceversa. En el hockey de élite, también se encuentran

diferencias en función de la posición de juego en la frecuencia de sprints, siendo

mayor en delanteros e interiores, realizando aproximadamente el doble de sprints

que los defensores (Spencer, Lawrence, et al., 2004). Mientras en el fútbol, el

porcentaje del tiempo de juego realizado a alta o máxima intensidad fue 6.6% para

los delanteros, 5.2% para los centrocampistas y 4.7% para los defensores

(Bloomfield, R, et al., 2007). Se desprende de estos datos que las posiciones de

juego asociadas con el objetivo de anotación realizan más sprints, excepto en el

baloncesto, donde los bases realizan el mayor número de sprints debido

seguramente a su mayor participación en el juego.

También parece ser que la intensidad de juego viene condicionada por el perfil de

actividad de los oponentes. Rampinini (2007) muestra que la cantidad de tiempo en

alta intensidad y la distancia total recorrida durante los partidos es mayor cuando se

juega contra equipos de mayor nivel con respecto a los de menor nivel. Esto implica

que los jugadores pueden aumentar o disminuir su contribución de trabajo de

acuerdo tanto a las demandas individuales de los partidos como a la calidad del

oponente. Lo mismo sucede cuando el resultado es a favor o en contra

(O’Donoghue, Boyd, Lawlor, & Bleakley, 2001) lo que refleja un componente

motivacional en la implicación en la carga de trabajo (Carling & Bloomfield, 2010).

Se ha observado que durante el último cuarto de cada parte en el baloncesto se

produce una disminución en las acciones de alta intensidad (Ben Abdelkrim,

Chaouachi, et al., 2010). Resultados similares se han mostrado en el fútbol y en el

fútbol sala, donde la distancia y el número de sprints es menor en la segunda parte

del partido (Bangsbo, et al., 1991; Mohr, et al., 2003; Barbero-Alvarez, et al., 2008;

Castagna, et al., 2009) en todas las posiciones de juego (Bradley, Sheldon, et al.,

2009). Esta disminución de los esfuerzos de alta intensidad durante los últimos

Page 39: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

20

periodos del juego es probable que provoque un aumento de la posesión de balón

(Ben Abdelkrim, et al., 2007). Por otra parte, el énfasis táctico, especialmente en los

momentos finales del partido, provoca generalmente un aumento de la posesión

produciéndose solamente movimientos rápidos cuando se presenta una oportunidad

decisiva (Rienzi, et al., 2000). Dichas limitaciones tácticas reducen la necesidad de

los jugadores para llevar a cabo una gran actividad para tratar de recuperar la

posesión de la pelota y reducir así la distancia total recorrida y el nivel de intensidad.

No obstante, la disminución de los esfuerzos de alta intensidad también puede

explicarse por procesos fisiológicos relacionados con la fatiga (Bangsbo, 1994b;

Bangsbo, et al., 2007; Krustrup, Zebis, Jensen, & Mohr, 2010; Matthew & Delextrat,

2009; Reilly, et al., 2008).

En resumen, la literatura indica que los jugadores realizan numerosos esfuerzos de

alta intensidad durante un partido. Estos esfuerzos parecen estar relacionados con

la posición de juego y el nivel de rendimiento. Además, la actividad de alta

intensidad ha demostrado disminuir en las últimas fases del juego, lo que puede

explicarse por varios factores como son la fatiga y el planteamiento táctico utilizado.

1.4 FATIGA ASOCIADA AL RENDIMIENTO Como se ha mostrado en apartados anteriores, la cantidad de tiempo y el número de

veces en la que el jugador realiza acciones de sprint o de alta intensidad, así como

la distancia total recorrida, disminuye durante la segunda parte de un partido con

respecto a la primera (Mohr 2003; krustrup 2007, Buchheit et al. 2010). También, se

han encontrado disminuciones de rendimiento en acciones técnicas entre ambas

partes como es el caso del número de implicaciones con el balón, el número de

pases cortos y el éxito en estos pases (Rampinini, et al., 2008; Rampinini, et al.,

2009). Sin embargo, algunos estudios realizados en ligas profesionales europeas, no

han encontrado estas diferencias entre las partes de juego (Di Salvo, et al., 2009;

Rampinini, Coutts, Castagna, Sassi, & Impellizzeri, 2007). Esto puede deberse a las

grandes diferencias entre ligas, equipos y deportes pero también puede atribuirse a

que ciertos jugadores regulan el ritmo de sus esfuerzos con el objeto de llegar en

óptimas condiciones a la parte final del partido (Di Salvo, et al., 2009). Además, los

cambios de estrategia o aspectos vinculados al reglamento, como la eliminación de

un jugador, pueden alterar la contribución al trabajo del equipo (Carling & Bloomfield,

Page 40: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

21

2010).

Otro aspecto remarcable acerca de la fatiga a lo largo del partido es el aumento

progresivo del tiempo de recuperación entre esfuerzos de muy alta intensidad.

(Bradley, Mascio, Peart, Olsen, & Sheldon, 2009). Mohr et al (2003) muestran que

dentro de un partido se producen de forma transitoria distintos fenómenos

fisiológicos implicados en la etiología de la fatiga. Así, encuentran que después de 5

min de actividad de alta intensidad la contribución del jugador decrece en los

siguientes 5 min. Estas disminuciones en el ritmo de trabajo vienen probablemente

influenciadas tanto por la naturaleza de la actividad de alta intensidad como por la

duración de las acciones de sprint en el tiempo de recuperación (Bradley, Mascio, et

al., 2009; Bradley, Sheldon, et al., 2009).

El hecho de que la frecuencia de las acciones de alta intensidad también disminuya

a lo largo del partido puede indicar que la fatiga aumenta progresivamente afectando

al estilo de juego. Tanto el aumento de la fatiga como la disminución del número de

acciones a alta intensidad afectan a las posibilidades tácticas del equipo y pueden

significar la incapacidad de los jugadores para mantener la actividad a alta

intensidad para apoyar a sus compañeros. Este déficit se manifiesta tanto en

posesión de balón como sin él (Bradley, Mascio, et al., 2009; Rampinini, Coutts, et

al., 2007). Tendencias similares se han observado durante un partido de baloncesto

con una disminución de las acciones de alta intensidad y saltos al final de los

segundos cuartos de cada parte (Ben Abdelkrim, et al., 2010; Ben Abdelkrim, et al.,

2007) no reflejándose diferencias entre posiciones. Sin embargo, se ha de tener en

cuenta que ciertas reglas, propias de cada deporte, pueden condicionar las

variaciones individuales en la fatiga, por ejemplo la posibilidad de gestionar los

cambios de los jugadores.

Aunque las condiciones reglamentarias, la estrategia del equipo, el estilo de juego y

los aspectos motivacionales pueden alterar el grado de fatiga, distintos estudios

resaltan que la disminución de la intensidad durante el partido está causada

fundamentalmente por la fatiga (Bangsbo, Iaia, & Krustrup, 2007; Mohr, et al., 2005;

Reilly, et al., 2008). Así, se ha encontrado que la cantidad de acciones de alta

intensidad en los últimos 15 min de partido se correlaciona con el nivel de

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II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

22

entrenamiento y que los jugadores sustitutos realizan un 25% más de acciones de

alta intensidad y un 63% más de sprints que los jugadores que juegan el partido

completo en ese periodo (Krustrup, Zebis, Jensen, & Mohr, 2010). Asimismo, varios

estudios, han confirmado que algunas variables del rendimiento se ven afectadas

por el transcurso del partido. Por ejemplo, la función mecánica del músculo medida a

través de la máxima contracción voluntaria y el gradiente de fuerza (RFD: rate of

force development) (Thorlund, Aagaard, & Madsen, 2009), el tiempo del sprint

(Krustrup, et al., 2006) o la CRS (Meckel, Gottlieb, & Eliakim, 2009) acostumbran a

disminuir después del partido con respecto a los valores encontrados antes del

mismo, lo que refleja una disminución condicional del rendimiento.

1.5 CONCLUSIONES La evolución de la tecnología ha permitido avanzar en el análisis del ritmo de juego

en los deportes multisprint, confirmando su naturaleza intermitente caracterizada por

una media de 1000-1500 impredecibles cambios de actividad cada 2-5 s. Además,

estos deportes se caracterizan por incluir no sólo desplazamientos lineales sino

también un gran número de acciones no ortodoxas que incluyen saltos, cambios de

dirección, giros, desplazamientos específicos de cada deporte, así como acciones

con participación del balón. Estos esfuerzos aumentan la carga física impuesta

sobre los jugadores y contribuyen a que estos deportes sean muy exigentes

fisiológicamente. De esta manera, el valor de la distancia recorrida subestima el

gasto energético de los jugadores.

Estos deportes se caracterizan porque un 80-90% de las acciones se realizan a

intensidades submáximas aunque el restante 10%-20% de las acciones, que se

realiza a alta intensidad, suelen incluir situaciones críticas para el resultado del

partido. Estas acciones a alta intensidad en fases cruciales de juego acostumbran a

estar precedidas de tiempos de recuperación incompletos. Además, los deportes de

cancha, en relación a los deportes de campo, presentan un mayor porcentaje de

acciones de alta intensidad.

Por otro lado, cada posición de juego está caracterizada por su propio perfil de

actividad y diferentes requerimientos tácticos en relación con el movimiento de

Page 42: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

23

balón. Aquellas posiciones que intervienen más en el juego, por disponer de más

posesión del balón o por participar tanto en la fase de juego ofensiva como

defensiva parece ser que recorren más distancia y con un mayor porcentaje del

tiempo en acciones de alta intensidad. Además, la carga de trabajo se puede ver

comprometida por el nivel de los oponentes, la disminución de jugadores por

eliminación, las dimensiones del campo, el reglamento, el estilo de juego, la

motivación y la fatiga.

Finalmente, destacar que la fatiga en estos deportes se manifiesta de forma

transitoria y permanente. La gran diferencia entre deportes se fundamenta en el

reglamento, principalmente en la normativa que regula el cambio de jugadores.

Page 43: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II . MARCO TEÓRICO ANÁLISIS DEL RITMO DE JUEGO

24

Page 44: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

25

CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS (CRS)

Los deportes definidos como multisprint, baloncesto (McInnes, et al., 1995),

balonmano (Barbero-Alvarez, et al., 2008), hockey (Spencer, Lawrence, et al., 2004),

fútbol (Bangsbo, et al., 2006), tenis (Ferrauti, Bergeron, Pluim, & Weber, 2001),

como vimos en el capítulo de ritmo de juego, se caracterizan por la necesidad de

repetir sprints cortos a la máxima intensidad o cerca de ella de forma regular durante

un periodo largo de tiempo (Fitzsimons, et al., 1993). Se ha de tener en cuenta que,

a pesar del gran interés suscitado por la CRS en los últimos años (Bishop, et al.,

2001) la intensidad de las acciones y la duración de la recuperación entre ellas es

variable (Lakomy & Haydon, 2004).

Son numerosos los estudios disponibles en la literatura que han aportado más

conocimiento acerca de los ejercicios de repetir sprints. Se trata de un patrón de

movimiento característico de estos deportes definido por Bishop et al (2001) como la

capacidad de un jugador de producir repetidamente sprints de corta duración a la

máxima o cerca de la máxima intensidad (i.e. 1 a 7 s), intercalados por intervalos de

recuperación de corta duración, durante un periodo largo de tiempo (1 a 4 h),

Asimismo es considerado como un componente importante (Dawson, et al., 1998) e

integral (Reilly, et al., 2008) del rendimiento de estos deportes, que puede ser crucial

para el resultado final del partido.

2.1 RESPUESTAS FISIOLÓGICAS EN LOS EJERCICIOS DE SP RINT REPETIDO

2.1.1 ¿Qué sucede durante los ejercicios de repetir sprints?

La complejidad intrínseca a los deportes intermitentes provoca una gran variabilidad

en los ratios de trabajo-recuperación de las acciones máximas durante el juego. De

hecho, las valoraciones medias del patrón de actividad a estas intensidades revelan

que la gran mayoría de sprints están separados por recuperaciones, activas o

pasivas, con tiempo suficiente (>1 min) para que el rendimiento del siguiente sprint

no se vea afectado. Sin embargo, durante el periodo de juego se dan fases donde

un número determinado de sprints (<6 s) están separados por periodos cortos de

recuperación (<30 s), los cuales tienen un efecto negativo en el rendimiento del

Page 45: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

26

siguiente sprint (Spencer, Lawrence, et al., 2004). Es conocido el pionero estudio de

Fitzsimons et al. (1993) donde se observa una disminución promedio de la velocidad

de un 5,7% cuando un grupo de sujetos realizaron seis sprints de 40 m separados

por 24 s. Estas disminuciones en el rendimiento muscular inducidas por la fatiga,

manifestadas como lanzamientos a destiempo, alteración de los movimientos o

pérdidas de la posición de juego, pueden influir en el resultado final del partido. Sería

de esperar que la mejora de las prestaciones que posibilitan al jugador mantener

altos niveles de velocidad permitiera ganar la disputa por un balón, mantener la

eficacia en las acciones o superar a la defensa. De ahí el gran interés que supone el

comprender los mecanismos que determinan la CRS.

La gran mayoría de estudios que han contribuido a la actual comprensión de este

tipo de ejercicio han mostrado un decrecimiento progresivo en el rendimiento

muscular. Por ejemplo, Mendez-Villanueva (2008) informó de un 24,1% y un 27,7%

de disminución en la potencia pico y media respectivamente, cuando 8 sujetos

completaron 10 sprints en cicloergómetro de una duración de 6 s cada uno con un

periodo de recuperación, entre ellos, de 30 s. Billaut et al (2003) también mostraron

que 15 s de descanso no fueron suficientes para restaurar la potencia entre dos

sprints en cicloergómetro máximos de 8 s de duración cada uno. Lo mismo sucede

con la mayoría de estudios realizados en campo (Aziz, Mukherjee, Chia, & Teh,

2007; Balsom, Seger, Sjodin, & Ekblom, 1992a; Castagna, et al., 2007). Sin

embargo, no son bien conocidos los factores que limitan el rendimiento durante este

tipo de ejercicios lo que dificulta el diseño de métodos de entrenamiento para su

mejora. Aunque la fatiga es un fenómeno complejo, ha suscitado un gran interés a

los fisiólogos del ejercicio durante el último medio siglo. La fatiga neuromuscular se

define como una reducción transitoria del rendimiento que incluye un aumento del

esfuerzo percibido para desarrollar una fuerza deseada y una incapacidad para

producir esta fuerza (Enoka & Stuart, 1992).

El conocimiento acerca de a qué nivel se produce la fatiga durante la ejecución de

una acción intensa y/o prolongada es un tema muy controvertido, tal y como lo

demuestran las numerosas investigaciones que existen sobre el tema. No obstante,

todo parece indicar que la fatiga no siempre aparece localizada en un solo punto,

Page 46: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

27

sino que ésta puede venir asociada a fallos en diferentes niveles del mecanismo de

contracción muscular.

Durante la actividad muscular, la fatiga puede alterar los mecanismos de la

contracción muscular en los diferentes niveles que se ponen en funcionamiento,

desde que se inicia a nivel del sistema nervioso central, se propaga hasta el músculo

y se realiza la contracción (Enoka, 2002). La fatiga puede implicar alteraciones en la

activación neural de los músculos que se contraen (fatiga central) y/o cambios

dentro de la célula muscular (fatiga periférica).

En muchas ocasiones diferenciar entre fatiga central y fatiga periférica no es

sencillo, debido a que las órdenes que genera y envía el sistema nervioso pueden

ser alteradas a distintos niveles por señales aferentes generadas en la periferia

(“spinal loop properties”) (Girard, Lattier, Maffiuletti, Micallef, & Millet, 2008).

Por otra parte, los componentes de la tarea determinarán los mecanismos y lugares

asociados con la fatiga (es decir, “task dependency”) (Enoka & Stuart, 1992; Hunter,

Duchateau, & Enoka, 2004).

En los ejercicios de repetir sprints (RS), el rendimiento puede ser definido como la

capacidad de mantener el nivel de una acción máxima de forma repetida. El grado

de fatiga experimentada durante el rendimiento puede variar considerablemente

dependiendo de factores tales como: la intensidad y la duración de cada período de

ejercicio, el tiempo de recuperación, la intensidad durante el tiempo de recuperación,

y el número de repeticiones (Balsom, et al., 1992a; Billaut, Giacomoni, & Falgairette,

2003). Esta variabilidad impone demandas fisiológicas singulares y es probable que

los mecanismos que subyacen a la fatiga puedan ser diferentes (Enoka & Stuart,

1992).

Aunque en deportes con perfiles de cargas intermitentes las demandas fisiológicas

impuestas durante la competición son difíciles de replicar en el laboratorio, la

investigación llevada a cabo bajo condiciones controladas está sentando las bases

del conocimiento sobre las respuestas fisiológicas de los ejercicios máximos

intermitentes.

Page 47: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

28

Durante las acciones repetidas de trabajo máximo la fatiga se asocia principalmente

con cambios a nivel intramuscular. Sin embargo, la precisa etiología de la fatiga

muscular sigue siendo un controvertido tema de estudio y se han sugerido múltiples

factores causales que alteran su rendimiento debido al fracaso en uno o más pasos

en la cadena de eventos que conducen a la contracción muscular (figura 2):

Factores periféricos que ocurren dentro del músculo:

• Una compleja contribución de las vías energéticas que provoca unas

demandas metabólicas especiales con limitaciones para el rendimiento

(contribución de la fosfocreatina (PC), contribución de la glucólisis y

contribución del metabolismo aeróbico y el transporte de O2 (Bishop, et al.,

2004; Bogdanis, Nevill, Boobis, Lakomy, & Nevill, 1995; Gaitanos, Williams,

Boobis, & Brooks, 1993; Hamilton, Nevill, Brooks, & Williams, 1991).

Por ejemplo, Gaitanos (1993) en un ejercicio en cicloergómetro, de 10 repeticiones

de acciones máximas de 6 s de duración con 30 s de descanso entre las

repeticiones, mostró que durante el último sprint (10º sprint), no hubo cambios en la

concentración de lactato muscular y sí un aumento de la participación de

fosfocreatina en los últimos sprints. Se sugirió que una gran contribución del

metabolismo aeróbico pudo contrarrestar parcialmente la reducción en la

glucogenolisis anaeróbica. De esta forma, se aceptaría la integración de las vías

metabólicas en la contribución de energía necesaria en el mantenimiento de las

acciones máximas intermitentes.

• Acidificación del entorno celular del músculo que altera la capacidad de

regulación de estos metabólitos: hidrogeniones (H+), fosfato inorgánico (Pi)

(Bishop, et al., 2004; Edge, Bishop, Hill-Haas, Dawson, & Goodman, 2006;

Ratel, Duche, Hennegrave, Van Praagh, & Bedu, 2002; Spriet, Lindinger,

McKelvie, Heigenhauser, & Jones, 1989).

• Disminución de la capacidad contráctil del músculo por fallo en la capacidad

de acoplamiento excitación-contracción por inhibición de la sensibilidad del

Calcio Ca2+. Posiblemente debido la concentración de metabolitos (Ortenblad,

Lunde, Levin, Andersen, & Pedersen, 2000).

Page 48: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

29

• Modificaciones en la unión neuromuscular y/o modificaciones en la

excitabilidad del sarcolema debido al cambio de Potasio (K+) en el espacio

extracelular (Perrey, Racinais, Saimouaa, & Girard, 2010).

Factores centrales que modulan la conducción nerviosa al músculo.

• Disminución de la contracción voluntaria (Mendez-Villanueva, Hamer, &

Bishop, 2008; Racinais, et al., 2007).

• Variaciones en la coordinación intermuscular (Billaut, Giacomoni, &

Falgairette, 2003).

Page 49: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

30

Figura 2. Mecanismos potenciales de la fatiga neuromuscular en los ejercicios de repetir sprints (adaptado de Girard O. 2008)

SUPRASPINAL

Cambios en la concentración de los neuro transmisores (serotonina, Dopamina)

MOTIVACIÓN

ESPINAL

Inhibición de la excitabilidad de las motoneuronas (ajustes reflejos)

PERIFÉRICO

Reducción en la excitabilidad de la membrana Fallo en acoplamiento excitación-contracción

Feedback sensorial aferente (grupos III, IV)

Hipertermia/ Deshidrtación

Alteración excitabilidad

cortical

Acumulación metabólica

Suministro energético

Page 50: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

31

2.1.2 FACTORES DETERMINANTES EN EL RENDIMIENTO DE L OS

EJERCICIOS DE SPRINT REPETIDO En este capítulo, sólo se desarrollan aquellos factores que están considerados como

más importantes a la hora de poder desarrollar medios de entrenamiento para la

mejora de la CRS.

2.1.2.1 Contribución de las vias energéticas

Existe muy poca literatura referente a la contribución energética durante el ejercicio

mediante ejercicios de RS. Sin embargo, hoy en día se acepta que las acciones

intermitentes de máxima intensidad vienen determinadas por la integración de los

tres sistemas fundamentales de obtención de energía.

Durante el ejercicio de alta intensidad y corta duración, la mayor parte de la

resíntesis de ATP proviene de la ruptura de la fosfocreatina y de la degradación del

glucógeno muscular a acido láctico, es decir la energía se obtiene a través de la

solicitación casi exclusiva del metabolismo anaeróbico.

Bogdanis et al (1996) comparó la contribución del metabolismo aeróbico y

anaeróbico durante un ejercicio de dos sprints máximos en cicloergómetro de 30 s

de duración con 4 min de descanso entre ellos. Este grupo mostró que durante el

segundo sprint la tasa de contribución energética del metabolismo anaeróbico se

redujo hasta un 41% del valor del primer sprint, mientras que el metabolismo

aeróbico proporcionó casi la mitad (49%) de la cantidad total de energía sin una

disminución del trabajo total significativa. Una respuesta metabólica similar se

observa durante protocolos con tiempos y periodos de recuperación más cercanos a

los utilizados en los deportes de situación (Balsom, et al., 1992a; Gaitanos, et al.,

1993). Así, parece que la contribución del metabolismo aeróbico en una única acción

máxima es relativamente pequeña, pero en los RS su participación aumenta

considerablemente.

Por lo tanto, es de esperar que distintas variables estructurales como la distancia y/o

duración de los sprints, el número de repeticiones de los sprints y su duración

(Balsom, Gaitanos, Ekblom, & Sjodin, 1994; Glaister, Stone, Stewart, Hughes, &

Page 51: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

32

Moir, 2005) junto con el modo de recuperación (activo-pasivo) entre sprints

condicionarán la respuesta de la contribución relativa de las vías energéticas

(Balsom, Ekblom, & Sjodin, 1994; Glaister, Stone, Stewart, Hughes, & Moir, 2005).

2.1.2.2 DISPONIBILIDAD DE FOSFOCREATINA

La liberación de energía por parte de la PC es facilitada por la enzima creatinkinasa

(CK) que actúa sobre la PC para separar el Fosforo inorgánico (Pi) de la creatina. La

energía liberada puede usarse entonces para unir Pi a una molécula de

adenosindifosfato (ADP) formando ATP.

Los depósitos de PC intramuscular total son de aproximadamente de 80 mmol/kg

Dm con una tasa máxima de utilización de aproximadamente 9 mmols ATP/Kg Dm/s

agotándose en gran medida a los 10 s. La PC se considera muy importante durante

esfuerzos máximos cuando requieren de una alta tasa de liberación de energía.

Durante un esfuerzo de 6 s a intensidad máxima, la energía obtenida a partir de la

degradación de los depósitos musculares de PC fue de aproximadamente un 50%

de la energía total (Gaitanos, Williams, Boobis, & Brooks, 1993).

La disminución en la concentración de PC con el esfuerzo de intensidad máxima

ocurre en todos los tejidos musculares (Spriet, Lindinger, McKelvie, Heigenhauser,

& Jones, 1989). Los niveles de PC muscular alcanzan valores mínimos entre los 10

s y los 30 s, cuando se realiza un esfuerzo máximo (Greenhaff, Bodin, Soderlund, &

Hultman, 1994). A pesar de que la concentración de PC está disminuida en el

músculo fatigado, pueden encontrarse cantidades significativas incluso cuando el

ejercicio se realiza en condiciones de isquemia (Bangsbo, et al., 1990; Greenhaff, et

al., 1994; Withers, et al., 1991). Parece ser que este fenómeno es un mecanismo de

defensa de la integridad celular.

Después de este tipo de ejercicios máximos, una recuperación completa de los

depósitos de PC pueden tardar entre 3 y 5 min (Tomlin & Wenger, 2001). Sin

embargo, la recuperación entre dos esfuerzos consecutivos en la mayoría de los

deportes estudiados es inferior (Bangsbo, 1994a). Esto significa que solo se logra

una restauración parcial de los depósitos de PC antes de la siguiente acción.

Además, mediante repeticiones continuadas de esfuerzos de alta intensidad dichos

Page 52: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

33

depósitos se irán vaciando progresivamente (Stathis, Febbraio, Carey, & Snow,

1994; Yoshida & Watari, 1993).

Por lo tanto, la contribución de la PC durante los ejercicios de RS estará por una

parte determinada por la capacidad de utilización de esta fuente de energía durante

la realización del sprint, pero en gran parte viene determinada por el grado en que

los depósitos de PC son repuestos durante los periodos intermedios de

recuperación.

Varios estudios han demostrado que la disminución de la PC es mayor en las fibras

musculares de contracción rápida con respecto a las de contracción lenta

(Greenhaff, et al., 1994; Yoshida & Watari, 1993). Sin embargo, el restablecimiento

de la concentración de PC es más rápido en las fibras musculares de contracción

lenta con respecto a las de contracción rápida (Soderlund & Hultman, 1991).

Yoshida y Watari (1993) observaron que la recuperación de la PC se producía de

forma más rápida en corredores de fondo que en sujetos no entrenados, por lo que

podría estar relacionada con la capacidad oxidativa o con el mayor porcentaje de

fibras tipo I en los sujetos entrenados.

Otros estudios sobre ejercicios de RS con protocolos más específicos a los patrones

de los deportes de situación, también muestran que la contribución del metabolismo

aeróbico puede ser la protagonista de la resíntesis de la PC durante la recuperación

(Bogdanis, et al., 1995; Gaitanos, et al., 1993).

Por ejemplo, Trump et al. (1996) investigaron la degradación de la PC y su resíntesis

utilizando acciones máximas de 30 s de duración de forma repetida (protocolo 3 x 30

s separados por 4 min de recuperación en cicloergómetro). En este estudio, bajo

condiciones isquémicas, la resíntesis de PC fue impedida en una de las piernas por

oclusión de flujo sanguíneo. El mayor efecto de la falta de PC en la pierna de estudio

ocurría en los primeros 15-18 s del sprint. En esta pierna el 70% de la reducción del

trabajo total ya estaba presente después de estos primeros 15 s. Esta disminución

en el rendimiento fue explicada por la mínima resíntesis de la PC en la pierna

limitada en comparación con la control (3.1 y 47.5 mmol/Kg Dm respectivamente).

Page 53: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

34

En un protocolo de ejercicio más específico a los patrones de actividad de los

deportes multisprint (Gaitanos, et al., 1993), se realizaron 10 acciones en

cicloergómetro a la máxima intensidad con una duración de 6 s. Se observó que 30 s

de recuperación permitieron que la PC hiciera una contribución sustancial (del 50%

de la provisión total de energía anaeróbica del primer sprint a un 80% en el 10º) para

la resíntesis de ATP a través de cada sprint. Además, a pesar de una progresiva

disminución en la concentración de PC antes de cada sprint, a lo largo de cada

repetición, es probable que con unas tasas de resíntesis cercanas a 1.3 mmol/kg

dm/sec, los periodos de recuperación de 30 s permitan a la PC continuar haciendo

una contribución importante en la resíntesis total de ATP. No obstante, es necesario

señalar que la contribución absoluta de PC en la producción de ATP disminuyó

significativamente desde el sprint 1 hasta el sprint 10 (44,3±4.7 a 25.3±9.7 mmol/kg

Dm, respectivamente).

El hecho de que la concentración de PC medida 10 s antes de la repetición 10, fuese

sólo del 49% del valor de reposo demuestra que aunque el suministro de PC tiene

una importancia vital en la producción de ATP, el tiempo de recuperación es

insuficiente para reemplazar los niveles previos a la prueba. Ante estos resultados,

Gaitanos et al (1993) reflejan que el metabolismo aeróbico es importante en la

resíntesis de la PC y que la resíntesis de ATP en este tipo de ejercicios, deriva

principalmente de la degradación de la PC y del metabolismo aeróbico.

Dawson (1995) también obtuvo unos valores similares siguiendo un protocolo de 5

sprints máximos de 6 s de duración con una recuperación de 24 s. Después de 30 s

de recuperación, tras la realización del ejercicio la concentración de PC fue un 45%

menor del valor de reposo y, 3 min después, de la última repetición, los valores

encontrados correspondían al 84% del valor previo al inicio del ejercicio. Por lo tanto,

durante un ejercicio RS los periodos de recuperación son demasiado cortos para

conseguir una resíntesis completa de la PC (duraciones de 20 ∼ 30 s).

Durante la recuperación de la PC, tras una actividad contráctil, se pueden describir

dos fases. En primer lugar, la fase inicial rápida que tiene una duración media de

20∼30 s, mientras que la segunda fase, más lenta, tarda 20 o más minutos,

Page 54: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

35

permitiendo alcanzar el total restablecimiento de la concentración de PC. (Nevill,

Jones, McIntyre, Bogdanis, & Nevill, 1997). Otro aspecto importante sería que el

tiempo para la restauración del 50% del PC parece estar situado entre los 21 y 57s

(Bogdanis, et al., 1995).

La fase rápida de la recuperación de la PC parece reflejar el componente rápido del

pago de la deuda de Oxígeno (O2), interpretándose que esta fase es dependiente

del aporte de ATP por el metabolismo oxidativo (McCann, Molle, & Caton, 1995).

Asimismo, se ha sugerido que el componente lento de la recuperación de la PC se

debe a algún desequilibrio en el medio celular y/o a una alteración en el equilibrio de

la reacción de la CK, producida por la disminución del pool de adenin nucleótidos o

por la elevada concentración de H+.

Por otro lado, parece ser que la capacidad de producir altos niveles de potencia

(menores tiempos en el sprint) está directamente relacionada con la resíntesis de

PC. Bogdanis et al (1995), en sus resultados, reflejaron una alta correlación entre el

porcentaje de la resíntesis de la PC y el porcentaje de potencia recuperado durante

los 10 primeros segundos en la segunda repetición de 30 s (cicloergómetro) con 4

min de recuperación. Además, esto se ve apoyado por el hecho de que varias

investigaciones sobre los ejercicios de RS hayan encontrado que siguiendo una

suplementación de creatina aumenta la tasa de resíntesis de PC. Esto se relaciona

además con una reducción de fosfato inorgánico y un mayor pH muscular, lo que

resulta en un aumento de la potencia media (reducciones en la fatiga) durante un

ejercicio de RS (Ahmun, Tong, & Grimshaw, 2005; Yquel, Arsac, Thiaudiere,

Canioni, & Manier, 2002).

De esta manera, la disponibilidad de la PC parece ser uno de los factores limitantes

en el desarrollo de la fatiga durante los ejercicios de RS, aspecto que viene

justificado porque la recuperación de la fuerza o potencia, tras una acción de trabajo

repetido intenso, sigue un patrón de recuperación temporal similar a la resíntesis de

PC.

Page 55: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

36

Intensidad y duración de la recuperación (manipulación estructural)

La manipulación de la intensidad y la duración de las fases de recuperación en

ejercicios repetidos de máxima intensidad es uno de los campos donde encontramos

más información disponible, al entenderse que es un factor importante para el

rendimiento en estas acciones.

En cuanto a la recuperación de la PC, se muestra que la recuperación de los niveles

de PC también depende de la intensidad del esfuerzo y/o de la duración del proceso

de recuperación.

- Duración de la fase de recuperación

Previamente se ha comentado que tiempos de 30 o menos segundos parecen ser

insuficientes para la completa contribución por parte de la PC a la producción de

ATP en estos ejercicios.

Balsom y col (1992), estudiaron la evolución del rendimiento durante la repetición de

15 sprints de 40 m, con 30 s, 60 s y 120 s de recuperación entre cada sprint. Así,

comprobaron que durante la realización de sprints de 40 m repetidos cada 30 s los

tiempos en los primeros 15 m aumentaban. Este hecho no ocurrió al repetir sprints

cada 60 s o 120 s, en los que no hubo cambios significativos durante los primeros

segundos de esfuerzo. Por ello, sugirieron que la vía metabólica de la PC no

permitía suplir la energía demandada, en cada periodo de ejercicio, cuando la

recuperación era de 30 s de duración.

Por lo tanto, la manipulación del tiempo de recuperación condicionará la contribución

de las vías energéticas y la respuesta de las siguientes acciones.

- Intensidad de la fase de recuperación.

En los deportes intermitentes de alta intensidad la mayoría de las fases de

recuperación son de naturaleza activa tras una acción máxima durante el juego.

Varios estudios han analizado el comportamiento de la PC ante diferentes modos de

recuperación (activo vs pasivo) mostrando una disminución en la potencia y mayor

Page 56: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

37

disminución en el contenido de PC en las recuperaciones activas respecto a las

pasivas (Spencer, Dawson, Goodman, Dascombe, & Bishop, 2008; Spencer, et al.,

2006)

Por ejemplo, Spencer et al (2008) estudiaron la evolución del comportamiento de la

PC durante la repetición de 6 sprints de 4 s con 25 s de recuperación. La

recuperación estaba regulada con tres intensidades diferentes: Intensidad moderada

(35% VO2max), Intensidad baja (20% VO2max) y pasiva (esperan de pie). Los

resultados mostraron que los cambios en el contenido de PC eran inferiores cuando

la recuperación entre sprints era pasiva en lugar de activa. Sin embargo la

intensidad de la recuperación activa (baja o moderada), no afectaba a los cambios

en el contenido de PC.

CONCLUSIONES

El metabolismo de la PC se considera un importante factor limitante en el

rendimiento de la CRS tanto por la contribución que realiza en la resíntesis de ATP

durante el esfuerzo como por la relación directa que tiene su resíntesis con la

capacidad de producir altos niveles de potencia (menores tiempos en el sprint) en

los esfuerzos siguientes.

La resíntesis de PC es insuficiente para suplir la energía demandada en cada

periodo de ejercicio cuando la recuperación es de 30 s o inferior. De esta forma, es

lógico pensar que otras vías energéticas suplen dichas limitaciones para mantener el

rendimiento.

Los aspectos citados en este capítulo son de vital importancia en el diseño de

protocolos de entrenamiento que mejoren la vía de los fosfatos y mejoren sus

posibilidades de resíntesis con la intención de mejorar el rendimiento en la CRS.

Además, se deberá tener en cuenta la manipulación de las fases de recuperación

tanto en intensidad como en duración (Balsom, Ekblom, & Sjodin, 1994; Balsom,

Gaitanos, Soderlund, & Ekblom, 1999; Gaitanos, et al., 1993; Spencer, et al., 2008).

Page 57: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

38

2.1.2.3 CAPACIDAD TAMPÓN

La glucólisis anaeróbica consiste en la degradación de glucógeno o glucosa para

producir energía para la resíntesis del ATP. Durante un ejercicio intenso, la

disminución acelerada de la concentración de PC se contrarresta por el aumento de

la activación de la glucólisis anaeróbica, combinándose los dos procesos para

mantener la resíntesis de ATP. Como consecuencia, se produce un aumento de la

producción de ácido láctico (Wilmore & Costill, 2007), que en estas condiciones se

disocia en lactato e iones de hidrógeno (H+).

El lactato se cree que tiene un bajo efecto en la capacidad contráctil del músculo

(Balsom, et al., 1992b), mientras que el aumento de H+ se considera como un factor

importante de la fatiga muscular, al producir una disminución del pH intracelular

hasta valores inferiores a 6 provocando un estado de acidosis (Westerblad, Allen, &

Lannergren, 2002).

Parece ser que, en el proceso de la acidosis metabólica (aumento de H+), se

produce una inhibición de la glucólisis, dependiente en gran medida de la

fosfofructokinasa, enzima reguladora de la glucogenolisis y la glucólisis, la cual

muestra una elevada dependencia del valor de pH. Por ejemplo, en el estudio de

Gaitanos (1993) la glucólisis anaeróbica aportaba un 40% de la provisión de ATP

total durante el primer sprint de 6s, mientras que en el último sprint (sprint 10) el

valor fue del 16%.

La capacidad tampón o buffer describe la capacidad del músculo para mantener un

nivel de pH estable, o para ser más preciso, resistir los descensos de pH. El músculo

contiene amortiguadores químicos que reducen las fluctuaciones de H+ y por lo tanto

impiden cualquier caída drástica en los niveles de pH.

La disminución del pH muscular, por la acumulación de H+ y la disminución de la

capacidad tampón del músculo parece ser que reducen la capacidad de rendimiento

(Hultman, Del Canale, & Sjoholm, 1985; Spriet, 1995) durante los RS (Bishop,

Lawrence, & Spencer, 2003; Gaitanos, et al., 1993). Esta nueva situación afecta a la

percepción del esfuerzo y la actividad enzimática (Favero, Zable, Bowman,

Thompson, & Abramson, 1995; Spriet, et al., 1989; Swank & Robertson, 1989).

Page 58: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

39

Una limitada acumulación de H+, lo que supone una mejor capacidad de regular los

H+ durante los ejercicios de RS podría beneficiar a aquellos deportistas que

participan regularmente en ejercicios de máxima intensidad repetidos, como es el

caso de los deportes que aquí tratamos (Bishop, et al., 2004; Edge, et al., 2006).

Además, una mejor capacidad tampón podría mejorar el rendimiento en los RS al

permitir que la glucólisis anaeróbica continúe dando como resultado una mayor

producción de lactato sin un aumento concomitante en la acumulación de H+.

Bishop et al (2004), mostraron que los deportistas de equipo con mejor CRS

producían menos H+, encontrando pequeños cambios de H+ en el plasma. Los

cambios en el nivel de H+ a nivel plasmático tienen una relación significativa con la

disminución de la potencia. En un estudio posterior, el mismo grupo de investigación

encontró una relación significativa entre la capacidad tampón y la CRS (Bishop,

Edge, & Goodman, 2004).

Los cambios en la capacidad tampón parece ser que dependen de las demandas

metabólicas musculares de la especialidad deportiva. Diferentes estudios han

mostrado que la capacidad tampón es mayor en jugadores de deportes de equipo

altamente entrenados, velocistas y remadores con respecto a maratonianos y

personas no entrenadas (Edge, et al., 2006). Esto hecho sugiere que dicha

capacidad podría estar asociada con el entrenamiento.

A pesar de la escasez de estudios longitudinales sobre el tema, parece que la

intensidad del entrenamiento es un importante estímulo para mejorar la capacidad

tampón (Edge, Bishop, & Goodman, 2006). Así, se describen mayores cambios en la

capacidad tampón siguiendo un entrenamiento de alta intensidad que con un

entrenamiento de intensidad moderada (Edge, Bishop, et al., 2006).

Edge et al (2005), al comparar un entrenamiento interválico de alta intensidad (6-12

series x 2 min a intensidad superior a 140-170% del umbral anaeróbico con 1min de

descanso entre series) con otro de intensidad moderada (20-30 min a una intensidad

del 80-95% del umbral anaeróbico), reflejó que mejoró más el rendimiento el grupo

que utilizó el método de entrenamiento de alta intensidad en un test de RS en

cicloergómetro (5 x 6 s con 30 s de descanso entre repeticiones). Sin embargo, no

Page 59: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

40

encontraron cambios en la concentración de H+ entre ambos grupos, considerando

que hay otros aspectos que pueden condicionar estas mejoras.

No obstante, recientes estudios, siguiendo con el razonamiento de Edge et al.

(2005), cuestionan el rol de los H+ y, en consecuencia, la disminución del pH en la

fatiga muscular (Pedersen, Johansson, Rydstrom, & Goran Karlsson, 2005;

Westerblad, et al., 2002). La falta de relación entre el pH y el deterioro de la

capacidad contráctil está reforzada por el hecho de que la evolución temporal de la

recuperación de la potencia durante un ejercicio máximo repetido es más rápida que

la del pH y no se ve afectada por éste (Bogdanis, Nevill, Lakomy, & Boobis, 1998).

Este hallazgo vendría reforzado por el hallazgo de altos niveles de potencia bajo

condiciones de elevada acidez (Billaut, et al., 2003; Gaitanos, et al., 1993). Además,

Krustrup et al (2003) mostraron que el desarrollo de la fatiga durante ejercicios

repetidos a la máxima intensidad no estaba relacionado con la disminución del pH o

altas concentraciones de lactato.

La incertidumbre sobre la medida en que la acidosis afecta el rendimiento en la CRS

también se refleja en los resultados obtenidos en las investigaciones sobre los

efectos ergogénicos del bicarbonato de sodio (NaHCO3). La administración de

NaHCO3 se ha usado en numerosos estudios con la intención de aumentar la

capacidad tampón extracelular y, por lo tanto, reducir la acumulación de H+ en el

músculo.

Respecto a estudios referentes a los ejercicios de RS, Gaitanos et al (1993)

informaron que a pesar de que la ingesta de NaHCO3 causó un cambio en el

equilibrio ácido-base de la sangre, no se detectaron cambios significativos en el

rendimiento en los RS (10 x 6 s sprints, 30 s de recuperación). Mientras Bishop et al

(2005) sí encontraron una reducción de la fatiga siguiendo un protocolo de

administración de NaHCO3. Los sujetos que ingirieron esta sustancia, en una

estructura de 2 series de 18 bloques de ejercicio de 2 min de duración cada bloque,

completaron más trabajo durante la realización de los segundos 18 bloques de

trabajo.

Page 60: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

41

Por último, es interesante resaltar el estudio de Edge et al (2006d) donde se

administró NaHCO3 a un grupo y a otro una sustancia placebo. Ambos grupos

realizaron el mismo entrenamiento para la mejora de la capacidad tampón (6-12

repeticiones, interválico 2min a una intensidad superior a 140-170% del Umbral

anaeróbico con 1 min de descanso entre repeticiones). En este estudio, la

suplementación de NaHCO3 no afectó a los cambios en la capacidad tampón, lo que

sugiere que la intensidad del entrenamiento es más importante que la acumulación

de H+ durante el entrenamiento para mejorar la capacidad tampón.

CONCLUSIONES:

Los diferentes estudios sobre el papel de la acidosis en el rendimiento han mostrado

resultados dispares que por un lado indican que la acidosis puede perjudicar el

rendimiento a través de mecanismos indirectos y por otro lado que no es el único

factor que causa fatiga durante RS.

Por otro lado encontramos un mayor consenso entre los autores en afirmar que la

capacidad tampón puede ser mejorada mediante el entrenamiento y que el

entrenamiento de alta intensidad interválico produce mejoras tanto en la capacidad

tampón como en el rendimiento en la CRS.

2.1.2.4 CONSUMO DE OXIGENO

El metabolismo aeróbico es el proceso mediante el cual el cuerpo descompone

combustible con la ayuda de oxígeno para generar energía (Wilmore & Costill,

2007). Frente a un esfuerzo físico, el consumo de oxígeno por parte de la

musculatura activa mediará la síntesis de ATP para satisfacer las demandas

metabólicas.

Para tener una mejor comprensión de las situaciones fisiológicas que se dan en los

RS dependientes de la participación de este mecanismo es necesario clarificar

algunos términos:

Page 61: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

42

• Concepto del consumo de oxígeno (VO2)

El consumo de oxígeno, según (Wilmore & Costill, 2007), corresponde a la cantidad

de oxígeno que consume o utiliza el organismo por unidad de tiempo.

• El sistema de transporte de O2 durante el ejercicio:

Durante la realización de un ejercicio se crea una alteración importante de la

homeostasis en el organismo, lo que pone en marcha una serie de respuestas

fisiológicas que intentan devolver el equilibrio perdido. Respecto a la participación

del oxígeno en estas respuestas, hemos de considerar el rol del sistema respiratorio

en el intercambio de gases, facilitando el ingreso de O2 a nivel pulmonar y el paso de

este gas hacia la circulación a partir de los capilares pulmonares. Una vez el O2 se

difunde desde los alveolos hacia la sangre, el sistema cardiovascular debe bombear

la cantidad de sangre adecuada hacia los tejidos activos, suministrando el O2

necesario y retirando desde niveles tisulares los deshechos e intermediarios

metabólicos para su distribución correspondiente. Al mismo tiempo el sistema

muscular debe tener la capacidad energética, fisiológica y estructural para lograr dar

una respuesta a la demanda impuesta. Estas capacidades musculares favorecen la

recepción del O2, lo que potencia el metabolismo muscular.

• Técnicas y metodologías utilizadas para medir el consumo de oxígeno y el

análisis de la implicación del metabolismo aeróbico y sus posibles

implicaciones en las limitaciones del rendimiento en los ejercicios de RS son:

- La medición del intercambio de gases:

Es el más utilizado. Consiste en un método no invasivo que, a través de la

cuantificación del volumen de O2 y CO2 inspirado y espirado durante el ejercicio

realizado, permite conocer la evolución del consumo de oxígeno por parte del

cuerpo, centrándose en la cantidad extraída por los pulmones.

Page 62: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

43

- La espectrometría de infrarrojo cercano (“NIRS”)

Es una tecnología relativamente nueva capaz de monitorear continuamente y de

forma no invasiva los cambios del O2 en los tejidos. (Piantadosi, Hemstreet, &

Jobsis-Vandervliet, 1986). Se obtiene información acerca de lo que ocurre dentro

del músculo y realiza un extensivo análisis del suministro y las demandas de O2

durante los RS.

- La pulsioximetria:

Técnica no invasiva que permite medir la saturación arterial de oxígeno mediante el

cálculo del porcentaje de la oxihemoglobina. Debido a que la SaO2 y la presión

parcial de oxígeno (PaO2) están relacionadas por la curva de disociación de la

hemoglobina en ciertas condiciones, la SaO2 se correlaciona bien con la PaO2.

La energía requerida durante un sprint máximo inferior a 10 s está proporcionada a

través de las vías anaeróbicas, es decir, la glucogenólisis que conduce a la

formación de lactato y a la degradación de PC. Por ello, la contribución aeróbica es

despreciable (Spencer et al, 2005).

Sin embargo, investigaciones centradas en la intervención de las fuentes de energía

en acciones de RS con cortos intervalos de recuperación muestran que la

contribución relativa de la vía aeróbica aumenta y se va haciendo importante,

aunque sin poder mantener los niveles de potencia iniciales (Gaitanos et al, 1993;

Hamilton et al, 1991; Racinais et al, 2007; Tomlin & Wenger, 2001).

La influencia de la disponibilidad del oxígeno y el metabolismo aeróbico en el

rendimiento durante los RS ha sido estudiada por muchos grupos de investigación.

Por ejemplo, bajo condiciones de mayor disponibilidad de oxígeno, mediante la

administración de Eritropoyetina (EPO), Balsom (1994) muestra que la capacidad de

mantener el rendimiento durante 15 x 6 s en cinta rodante no motorizada (250% VO2

max) con 24 s de descanso, se asocia a una reducción de acumulación de

metabolitos anaeróbicos. Por el contrario, bajo condiciones en hipoxia (cámara

hipobárica), la capacidad de realizar 10 x 6 s con 30 s de descanso ocasionó una

Page 63: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

44

importante acumulación de lactato sanguíneo, un reducido consumo de O2 (medido

por intercambio de gases) y un incremento en el grado de la fatiga muscular. Estos

estudios defienden la hipótesis de que la relación entre la disponibilidad de O2 y la

necesidad de O2 durante los RS condiciona su rendimiento.

Algunos estudios muestran que junto al aumento del consumo de O2 durante los RS

existe un aumento de la desoxigenación del músculo durante las repeticiones

(Billaut, Davis, Smith, Marino, & Noakes, 2010; Buchheit, et al., 2009; Racinais, et

al., 2007). Este aumento de la desoxigenación del músculo sugiere que los ajustes

homeostáticos eran insuficientes para mantener la concentración de oxígeno capilar

durante RS, provocando un desajuste entre la disponibilidad de oxígeno y el

aumento de la demanda muscular.

La desoxigenación refleja la disminución de oxigenación muscular durante el

ejercicio y la recuperación. Se calcula habitualmente midiendo la concentración de la

desoxihemoglobina [HHb] en sangre capilar del músculo activo (mediante la técnica

NIRS). La magnitud de los cambios en [HHb] durante el ejercicio proporciona

información sobre el equilibrio dinámico entre la disponibilidad de O2 y la utilización

de O2 del músculo analizado (Bailey, Wilkerson, Dimenna, & Jones, 2009)

contemplándose como una medida de la perturbación metabólica periférica.

En el inicio del ejercicio hay un retraso en la disponibilidad de O2 de los músculos

que trabajan. Sin embargo, si la duración del periodo de trabajo es de pocos

segundos, el oxígeno unido a la mioglobina (Christmass, Dawson, Passeretto, &

Arthur, 1999) se desatura rápidamente al inicio del ejercicio en respuesta a una

rápida bajada de la presión de oxígeno parcial intracelular (Mole, et al., 1999;

Richardson, Noyszewski, Kendrick, Leigh, & Wagner, 1995). Este O2 puede

abastecer la demanda inicial de oxigeno del ejercicio.

Durante la recuperación, el oxígeno unido a la mioglobina se recupera totalmente a

los 20 s de finalizar un ejercicio submáximo (Balsom, Soderlund, Sjodin, & Ekblom,

1995; Balsom, Gaitanos, Ekblom, & Sjodin, 1994). Teóricamente, con una tasa

rápida de restauración es posible que la disponibilidad de O2, desde la mioglobina,

no sea un factor limitante durante los RS. Sin embargo, con tiempos de recuperación

Page 64: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

45

similares, los estudios muestran un aumento significativo de la [HHb], sugiriendo una

progresiva anaerobiosis en el músculo. Esta progresiva anaerobiosis parece ser el

resultado de la incapacidad de restaurar los niveles previos de saturación de O2

durante el tiempo de recuperación después de cada sprint. No obstante, a pesar de

que en los RS hay un incremento de la desoxigenación muscular, este aumento de

[HHb] permanece constante a lo largo de cada repetición sugiriendo que aunque hay

un aumento progresivo de la desoxigenación del músculo, la capacidad de los

sujetos de utilizar el O2 disponible a lo largo del test de CRS se mantiene (Billaut &

Smith, 2010; Buchheit, et al., 2009; Racinais, et al., 2007).

Billaut et al (2010) confirman estas conclusiones al observar que los patrones de

cambio en la magnitud de la desoxigenación muscular fueron casi idénticos tanto en

normoxia como en hipoxia, indicando que el consumo de O2 por parte del músculo,

fue mantenido en hipoxia aguda a pesar de la poca disponibilidad de O2. Estos

resultados sugieren que el principal mecanismo limitante del rendimiento en hipoxia

parece ser el sistema de transporte de O2 mientras que la capacidad de difusión del

oxígeno al músculo (es decir, el VO2 muscular) puede tener solo un rol secundario.

En esta línea se ha encontrado una progresiva desaturación de O2 arterial (SO2)

durante los RS.

La disminución de la presión parcial de O2 (PO2) disminuye la saturación de

hemoglobina provocando que la curva de disociación entre el oxígeno y la

hemoglobina se desplace hacia la derecha, reflejando un signo de que hay más

oxígeno que está siendo descargado de la hemoglobina en el nivel de los tejidos

(Wilmore & Costill, 2007). Entre los factores que explican esta disminución de

desaturación arterial (SO2) está la elevada acidosis en los RS (Romer, Dempsey,

Lovering, & Eldridge, 2006).

Una reducción de la saturación de O2 a nivel sistémico puede explicar el desarrollo

de la hipoxia observada en los músculos activos durante los RS y sugerir que la

incapacidad de restaurar los niveles previos de saturación de O2 durante la

recuperación puede llevar a una desoxigenación muscular (Billaut & Smith, 2010).

Además, es posible que la baja saturación pueda reducir la velocidad de resíntesis

Page 65: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

46

de PC durante los últimos sprints, un proceso que, tal y cómo vimos, es dependiente

exclusivamente del aporte de O2 a los músculos activos (Bogdanis, Nevill, Boobis, &

Lakomy, 1996).

La relación entre la disponibilidad del O2 y la demanda de O2 parece ser un factor

importante en el rendimiento de los RS. Sin embargo, se necesitan estudios

adicionales para poder comprender si el factor limitante es el desajuste por el fallo

en el funcionamiento del sistema de transporte de O2 (sistema respiratorio,

pulmonar, cardiovascular y muscular) o si hay un factor central que desencadene el

problema.

Varios estudios plantean vías alternativas para reconocer otros posibles

mecanismos fisiológicos, como puede ser la fatiga por la relación existente entre el

O2 y el sistema nervioso central (SNC) para mantener la homeostasis del organismo.

Este aspecto se tratará con más detalle en el capítulo de factores centrales (cap

2.1.2.5, pag 44) (Amann, et al., 2006; Mendez-Villanueva, et al., 2008; Racinais, et

al., 2007).

La importancia de la disponibilidad de O2, la gran contribución de la fosforilación

oxidativa al total del gasto energético y la posible asociación entre la tasa de

resíntesis de PC y la recuperación de la potencia (ya comentado en el capítulo de

PC, pag 25) durante los RS ha provocado que, muchos entrenadores y científicos,

consideren importante poseer un alto nivel de capacidad aeróbica para el

rendimiento en la CRS (Billaut & Smith, 2010; Bishop, et al., 2004; Tomlin & Wenger,

2001).

El consumo máximo de oxígeno (VO2 max) está considerado como el mejor índice en

la valoración de la capacidad de resistencia del organismo (Sutton, 1992). Esta

relación ha hecho que muchos autores consideren que disponer de unos valores

altos de VO2 max sea un factor importante para el rendimiento en los RS.

Sin embargo, las diferentes investigaciones son contradictorias y poco convincentes.

Algunos autores encuentran una relación entre el VO2 max y la CRS (relacionado con

el % de decrecimiento de rendimiento), (Brown, Hughes, & Tong, 2007; Dupont,

Page 66: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

47

Millet, Guinhouya, & Berthoin, 2005; Hamilton, et al., 1991; Tomlin & Wenger, 2002)

justificando los resultados a una posible relación existente entre el VO2max y la tasa

de resíntesis de PC. De esta forma, se sugiere que un deportista con mayor VO2max

tendrá mayor facilidad para resintetizar la PC, aumentará la oxidación de los

metabolitos y, por lo tanto, conseguirá una menor dependencia de la glucólisis

anaeróbica en la siguiente repetición disminuyendo el decrecimiento del rendimiento

en la CRS. Otros autores no encontraron correlaciones (Aziz, et al., 2007; Castagna,

et al., 2007; Wadley & Le Rossignol, 1998) o fueron moderadas (Bishop, et al., 2004;

Bishop, Lawrence, & Spencer, 2003) .

Las causas a estas divergencias pueden residir en los diferentes protocolos

realizados. Por ejemplo un número reducido de repeticiones, distancias o tiempos de

sprint unido a recuperaciones muy cortas no han demostrado ser suficientes como

para agotar las reservas de PC. Esto significa que no se implicará al metabolismo

aeróbico hasta que no se alcancen las últimas repeticiones (Bogdanis, et al., 1996;

Gaitanos, et al., 1993). Además, se ha mostrado que la mejora de la CRS en

diferentes protocolos de entrenamiento no comporta mejoras en el VO2max (Bishop &

Claudius, 2005; Spencer, Bishop, & Lawrence, 2004).

Bishop y Spencer (2004) compararon dos grupos, uno de atletas de fondo y otro de

deportistas de equipo con un nivel de VO2max homogéneo, mostrando que los

deportistas de equipo son capaces de generar un mayor pico de potencia en el

primer sprint y realizar más trabajo total durante un test de 5 x 6 s que los atletas de

fondo. Además, observaron que los jugadores de deportes de equipo tuvieron un

mayor decrecimiento del rendimiento que los atletas de fondo. Esta observación

concuerda con la comentada por otros autores en referencia a la relación existente

entre el rendimiento del primer sprint y el % de disminución del rendimiento de la

CRS (Bishop, et al., 2003; Hamilton, et al., 1991; Wadley & Le Rossignol, 1998). La

menor tasa en disminución de rendimiento en los atletas de fondo podría explicarse,

en parte, por su bajo rendimiento en el primer sprint y el menor nivel de residuos

metabólicos (i.e. concentración de H+) más que por el nivel de VO2max. Bajo esta

premisa, podríamos decir que es posible que el VO2max no sea un factor

determinante en los RS.

Page 67: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

48

El valor del VO2max no es la única variable de valoración de la capacidad aeróbica de

un sujeto, existiendo otras variables que pueden definir y relacionar el rendimiento

de la CRS con la capacidad aeróbica. Por ejemplo, Da Silva, Guglielmo, & Bishop,

(2010), muestran mayores relaciones entre la velocidad aeróbica máxima y la

velocidad de umbral anaeróbico (VOBLA “velocity at the onset of blood-lactate

acumulation”) con el rendimiento en CRS que el valor de VO2max. Además, en un

estudio reciente (Buchheit, 2012), se observó una alta correlación (r=-0.71) entre la

velocidad pico en un test de velocidad incremental y la CRS.

Una variable que ha estado también asociada al rendimiento aeróbico, siendo en los

últimos años relacionada con el rendimiento en los RS, es la cinética del VO2

(Dupont, McCall, Prieur, Millet, & Berthoin, 2010; Dupont, et al., 2005). Parece ser

que una mejor cinética del consumo de oxígeno, tanto al inicio del sprint (Dupont, et

al., 2005), como al final (Dupont, McCall, Prieur, Millet, & Berthoin, 2010), puede ser

un factor importante en el rendimiento de la CRS. Esto se debe a una reducción del

déficit de oxígeno, lo que implica una mayor contribución de la fosforilación oxidativa

y una rápida disminución del consumo de oxígeno lo que se asocia a una rápida

recuperación de las variables que contribuyen a la fatiga durante la CRS. Sin

embargo, recientemente se han encontrado datos contradictorios, observándose

correlaciones pequeñas (%Dec con VO2on) o nulas (media CRS con VO2on y

VO2off) entre variables de rendimiento de la CRS y la cinética del VO2 en un grupo

de jugadores de deportes de equipo (Buchheit, Abbiss, Peiffer, & Laursen, 2012).

CONCLUSIONES

El metabolismo aeróbico y el transporte de O2 son factores muy importantes en el

rendimiento de la CRS.

A pesar de que existen estudios que han trabajado en la búsqueda de los factores

limitantes del consumo de oxígeno en los RS, como pueden ser la oxigenación

muscular, la saturación de oxígeno arterial, o la oxigenación cerebral, los factores

implicados en el transporte de oxígeno, desde el sistema respiratorio, pulmonar,

cardiovascular al muscular, están estrechamente interrelacionados siendo posible

Page 68: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

49

que el desajuste entre la disponibilidad de oxígeno y la demanda, para realizar este

tipo de ejercicios no obedezca a un solo factor limitante.

Por otro lado, la importancia del metabolismo aeróbico en los RS podría permitir la

consideración de que disponer de un buen nivel de capacidad aeróbica predeciría un

buen nivel de rendimiento en la CRS. No obstante, la variable más utilizada en la

medición de la resistencia aeróbica, el valor del VO2max, no tiene el consenso de

todos los investigadores como valor predictor.

2.1.2.5 FACTORES CENTRALES

La hipótesis generalizada de que la fatiga durante los RS es principalmente

atribuible a factores musculares (i.e. factores metabólicos periféricos) es la más

defendida en las investigaciones relacionadas, aunque esta visión no está reñida

con la defensa de una alta intervención de los mecanismos neurales.

En los últimos años, han ido creciendo los estudios que analizan el rol de los

factores neuromusculares en la etiología de la fatiga muscular durante los RS,

utilizando como medios de medición la electromiografía de superficie (EMGs), la

técnica de contracciones interpoladas con estímulos eléctricos evocados (“switch

interpolated technique”) y la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf). Sin

embargo, se mantiene cierta controversia tanto acerca de la idoneidad de estos

sistemas de medición en la interpretación de estos aspectos (Perrey, et al., 2010),

como en el rol que juegan los factores neuromusculares en la etiología de la fatiga

en los RS.

Diversos autores sostienen que la fatiga inducida por deterioro de la función

muscular, después de RS, se debe principalmente a alteraciones periféricas como el

acoplamiento excitación-contracción, limitaciones en la excitabilidad del sarcolema o

la acumulación de metabolitos (Billaut & Basset, 2007; Hautier, et al., 2000; Perrey,

et al., 2010). Estas afirmaciones quedan sustentadas al no haberse encontrado

variaciones en la activación neural, medida vía EMGs, aunque el rendimiento

mecánico se vaya viendo progresivamente limitado (Hautier, et al., 2000). o a causa

Page 69: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

50

de que las alteraciones encontradas vinieran condicionadas por los patrones de

recuperación (Billaut & Basset, 2007; Perrey, et al., 2010).

Sin embargo, cada vez hay más evidencias que reflejan la probabilidad de que la

reducción de la activación neural de los músculos contráctiles comprometa el

rendimiento durante ejercicios intermitentes de alta intensidad (Drust, Rasmussen,

Mohr, Nielsen, & Nybo, 2005; Mendez-Villanueva, Hamer, & Bishop, 2007; Mendez-

Villanueva, et al., 2008). Éstas se basan en una disminución de la amplitud de la

señal electromiográfica durante la actividad muscular a lo largo de los RS (Mendez-

Villanueva, et al., 2007, 2008) o por variaciones del ratio RMS/Onda-M.

Concretamente el cálculo de este ratio se realiza para minimizar el posible error de

utilizar la EMG como método de evaluación de la actividad neural del músculo, al

poder relacionarse también con cambios en la excitabilidad del sarcolema. Para

evitar esta limitación metodológica, se realiza una electroestimulación sobre el

nervio, que normalmente en valoraciones de pierna se realiza en el nervio femoral.

La onda-M valora las amplitudes pico a pico de la acción evocada eléctricamente,

dando como resultado de la operación un ratio de activación muscular (Racinais, et

al., 2007).

Así, la incapacidad de mantener la potencia a lo largo de las repeticiones estará

asociada también a una disminución significativa en la conducción nerviosa

afectando a los músculos que trabajan (i.e. extensores de rodilla) (Billaut, et al.,

2006; Racinais, et al., 2007) y produciéndose una reducción de la activación

muscular (Kinugasa, et al., 2004) y/o alteraciones en la coordinación de la

musculatura contráctil (Billaut, Basset, & Falgairette, 2005).

Por lo tanto, la capacidad de reproducir el rendimiento en los sprints parece estar

relacionada con la capacidad del sistema nervioso de modular la actividad de la

unidad motora. Además, no se debe interpretar por una incapacidad de reclutar

plenamente las unidades motoras, sino por una adecuada respuesta neural para

garantizar la protección de la homeostasis durante el ejercicio (Mendez-Villanueva,

et al., 2008; Racinais, et al., 2007). El sistema nervioso central (SNC) utiliza una

Page 70: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

51

acción de protección en respuesta a un umbral crítico de fatiga muscular para evitar

un trastorno crítico de la homeostasis (Amann, et al., 2006).

Uno de los principales mecanismos sugeridos para modular la actividad de las

unidades motoras durante la fatiga es la inhibición refleja que resulta de la

acumulación de metabólitos provocando una activación simpática a través de un

reflejo quimiorreceptor mediado por las fibras aferentes de grupo III y grupo IV

(receptores musculares que responden a los cambios metabólicos que se producen

dentro del músculo). Algunos autores sugieren que la tasa de la acumulación de

metabólitos (hipoxia muscular) es un determinante significativo de la moderación por

parte del SNC lo que sugiere que las alteraciones en el sistema del transporte de O2

puedan ser precursoras de la fatiga central (Amann, et al., 2006; Billaut, et al., 2010).

Este hecho, podría producir una reducción en la conducción nerviosa y, a su vez,

influir en el rendimiento del ejercicio. Además, para tener un conocimiento más

exhaustivo, se deberían realizar estudios sobre el control del SNC a nivel

supraespinal.

Finalmente, (Nybo & Secher, 2004) argumentan que, debido a la interacción mutua

de los mecanismos centrales y periféricos, esta dicotomía no es particularmente útil

y debería ser evitada.

2.2 ENTRENAMIENTO DE LA CRS

El rendimiento de un deportista viene definido por sus características técnicas,

tácticas, físicas, fisiológicas, sociales y emotivas. Estas características están muy

relacionadas entre ellas y están condicionadas por diferentes factores como son la

genética, el entorno, la educación y el historial físico-deportivo del jugador (Bangsbo,

Gibala, Howarth, & Krustrup, 2006; Bangsbo, Mohr, et al., 2006).

Las demandas físicas y el rendimiento en un deporte están relacionados, a su vez,

con las actividades realizadas por los jugadores durante la competición. En los

últimos años, se está pudiendo disponer de información respecto a las diferencias

individuales en las exigencias físicas a las que los jugadores están expuestos

durante partidos y entrenamientos. Estas diferencias no solo están relacionadas con

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II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

52

el nivel de entrenamiento y la posición de juego del jugador, sino también con su rol

táctico específico.

Bajo condiciones óptimas, además de las habilidades técnicas y tácticas específicas

del deporte, las demandas del deporte están cada vez más relacionadas con las

capacidades condicionales de los deportistas. En el caso de estos deportes, la

fuerza explosiva, la potencia, la velocidad, la capacidad aeróbica, la capacidad

anaeróbica y la CRS han demostrado ser factores importantes que determinan el

éxito en estos deportes (Bangsbo, Mohr, et al., 2006; Bishop, et al., 2004;

Chaouachi, et al., 2010). En consecuencia, el diseño óptimo y la aplicación de

estrategias de entrenamiento que mejoren estas cualidades condicionales tienen un

especial interés para entrenadores y jugadores.

De cara a mejorar capacidades como, por ejemplo, el pico de velocidad en sprint o la

velocidad aeróbica máxima, generalmente se piensa en un entrenamiento

específico. No obstante, sabemos que mediante programas de entrenamiento de

fuerza y velocidad puede mejorarse el pico de velocidad (Kotzamanidis,

Chatzopoulos, Michailidis, Papaiakovou, & Patikas, 2005; Mujika, Santisteban, &

Castagna, 2009) y los entrenamientos realizados a alta intensidad muestran un

desarrollo en la potencia y la capacidad aeróbica (Buchheit, Bishop, Haydar,

Nakamura, & Ahmaidi, 2010; Buchheit, et al., 2008; Helgerud, Engen, Wisloff, & Hoff,

2001; Rodas, Ventura, Cadefau, Cusso, & Parra, 2000). Sin embargo, las estrategias

más adecuadas para mejorar la CRS aún son desconocidas.

La CRS es considerada como una compleja capacidad relacionada con factores

neuromusculares, así como con una compleja relación de componentes metabólicos.

En consecuencia, el potencial impacto de entrenamientos específicos tanto de

mejora de aspectos neurales como metabólicos, sobre la CRS no está muy claro

debido a la poca bibliografía disponible actualmente. Además, en la literatura

científica reciente, se encuentran tanto entrenamientos disociados (énfasis en las

cualidades separadas individualmente) (Bishop, Edge, Thomas, & Mercier, 2008;

Edge, Bishop, Goodman, & Dawson, 2005; Hill-Haas, Bishop, Dawson, Goodman, &

Edge, 2007) como entrenamientos compuestos (énfasis en todos los factores

Page 72: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

53

simultáneamente) para su mejora (Buchheit, et al., 2008; Dawson, et al., 1998; Hill-

Haas, Coutts, Rowsell, & Dawson, 2009).

La naturaleza multifactorial e intermitente del juego en los deportes de equipo y de

raqueta, ha provocado el diseño de programas de entrenamiento que contemplen las

características específicas de estos deportes. De esta forma, las consecuencias

fisiológicas derivadas de la realización de un RS (la compleja contribución y

activación de las vías energéticas y la alteración neuromuscular) han sido valoradas

y utilizadas como estrategia de entrenamiento, valorando sus efectos fisiológicos a

largo plazo (Ferrari Bravo, et al., 2008; Mohr, et al., 2007).

En este capítulo, se mostrarán las mejoras asociadas a la utilización de los RS como

medio de entrenamiento y las estrategias de entrenamiento que han demostrado ser

más efectivas para la mejora de la CRS.

2.2.1 MEJORAS ASOCIADAS A LA UTILIZACIÓN DE LOS EJE RCICIOS DE RS

El análisis exhaustivo de los patrones de actividad y movimiento en los deportes

intermitentes ha provocado un cambio en la concepción del desarrollo de

herramientas de evaluación, así como en el diseño de programas de entrenamiento

específicos, situándose el foco de atención en la alta intensidad y en los aspectos

intermitentes del rendimiento (Di Salvo, et al., 2009; Osgnach, Poser, Bernardini,

Rinaldo, & di Prampero, 2010; Spencer, et al., 2005).

Recientemente, el entrenamiento interválico de alta intensidad (EIAI, en literatura

científica “High intensity interval training (HIIT)”) se ha ido incorporando a la mayoría

de deportes (Iaia, Rampinini, & Bangsbo, 2009a). Los jugadores, actualmente,

emplean de forma regular el EIAI y el entrenamiento continuo para mejorar su

rendimiento aeróbico. Una capacidad condicional que se ha mostrado importante en

estos deportes y que ha sido la base del entrenamiento condicional en los últimos 50

años. Los protocolos de alta intensidad ejercen su estrés fisiológico a través de la

fuerza del estímulo, mientras que los programas de ejercicio continuo dependen,

principalmente, de la duración del esfuerzo. Se sugiere que las mayores mejoras del

rendimiento aeróbico se relacionan en la medida del estrés aeróbico impuesto en el

Page 73: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

54

cuerpo (Billat, 2001). Por lo tanto, un estímulo de entrenamiento que provoca

mayores respuestas en el consumo de O2, como el porcentaje de VO2 alcanzado, el

tiempo mantenido sobre el VO2max y el consumo de O2 total en teoría, se traducirá en

una mayor adaptación aeróbica y mejoras en el rendimiento de resistencia. Así,

tanto la intensidad como la duración del ejercicio son importantes atributos del

entrenamiento aeróbico (Zafeiridis, Sarivasiliou, Dipla, & Vrabas, 2010).

Sin embargo, aunque está bien establecido que, el entrenamiento intermitente de

alta intensidad y el entrenamiento continuo, proporcionan efectos similares en la

capacidad aeróbica, tienen diferentes efectos en la capacidad anaeróbica.

Tabata et al, (1996) examinaron el efecto de seis semanas de entrenamiento de

resistencia de intensidad moderada (70% VO2max, 60 minutos por día, cinco días a la

semana) en comparación con seis semanas de EIAI de corta duración (170% VO2,

7-8 series de 20 s con 10 s de recuperación entre las series). Aunque los dos

métodos de entrenamiento aumentaron significativamente el VO2max (potencia

aeróbica), el entrenamiento de resistencia no tuvo un impacto en la capacidad

anaeróbica, y el EIAI la incrementó en un 28%. Concluyendo que el EIAI supuso un

intenso estímulo en los dos sistemas de energía. Estos resultados, obviamente,

tienen implicaciones en los deportes de sprints múltiples, ya que junto a la eficiencia

en el tiempo conseguida con métodos de EIAI (Gibala & McGee, 2008), el deportista

de rendimiento, de este tipo de deportes, requiere tanto de la participación de la

capacidad anaeróbica como la capacidad aeróbica para la reproducción de las

múltiples acciones de máxima intensidad que se realizan durante el juego. Además,

la mayoría de acciones específicas en las fases importantes del juego, requieren de

esa compleja intervención de las vías energéticas reflejadas en las acciones de RS.

2.2.1.1. Entrenamiento interválico de alta intensid ad (EIAI)

En los últimos años, se han realizado varios estudios que demuestran la efectividad

de diferentes formas de EIAI para la mejora de varios componentes del rendimiento

físico (Ferrari Bravo, et al., 2008; Gibala, et al., 2006; Midgley & Mc Naughton, 2006;

Mohr, et al., 2007).

Page 74: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

55

Generalmente, el concepto de EIAI se refiere a repetir sesiones de ejercicios

intermitentes relativamente cortos, realizados a la máxima intensidad o a una

intensidad cercana o igual al VO2max (≥ 90% VO2max). En la literatura científica, se ha

descrito como la intensidad comprendida entre el 90% y el 250% VO2max.

Las distintas configuraciones tanto en la intensidad y duración del trabajo como en

los periodos de recuperación durante los ejercicios intermitentes pueden modificar el

esfuerzo fisiológico, la contribución de los sistemas metabólicos de producción de

energía y, consecuentemente, provocar diferentes adaptaciones (Zafeiridis, et al.,

2010).

Una amplia gama de intensidades son reflejadas en las investigaciones de los EIAI,

la duración de los ejercicios van desde los 6 s o menos hasta 4 min e incluso a

veces más. Además el tiempo de recuperación entre repeticiones también puede

variar considerablemente.

Los ejercicios de alta intensidad, basados en los tiempos de las acciones y en la

contribución de los sistemas energéticos predominantes, pueden ser divididos en

entrenamiento interválico de larga duración (EILD) y entrenamiento interválico de

corta duración (EICD), los cuáles representan intensidades cercanas/ligeramente

inferiores (% VO2max) o superiores al VO2max, respectivamente (Gibala & McGee,

2008; Iaia, et al., 2008). Estas aclaraciones deben tenerse en cuenta cuando se

utiliza el término EIAI ya que, cuando se utiliza sólo, puede ser limitante en términos

de comprensión de la prescripción de ejercicio. Por el contrario, cuando hablamos de

EICD se define un rango más estrecho de las intensidades que caen esencialmente

dentro de una limitación de tiempo más cercanas a la máxima intensidad.

2.2.1.1.1 Entrenamiento interválico de corta durac ión (EICD)

En la literatura científica, la terminología utilizada para definir este tipo de

entrenamiento es todavía confusa, ya que podemos encontrar diferentes términos

para definir un mismo protocolo de entrenamiento. Por ejemplo, se utilizan

entrenamiento en sprint (ST (“sprint training”)) (Dawson, et al., 1998), Entrenamiento

interválico en sprint (SIT (“Sprint interval training”)) (Hazell, Macpherson, Gravelle, &

Page 75: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

56

Lemon, 2010), entrenamiento de repetir sprints (RST (“Repeated sprint training”))

(Bailey, et al., 2009; Ferrari Bravo, et al., 2008) y Entrenamiento de resistencia-

velocidad (SET (“Speed endurance training)) (Iaia, Rampinini, & Bangsbo, 2009b),

en los protocolos interválicos de alta intensidad y de corta duración, para definir

ejercicios que comprendan tanto intensidades entre 6 s o menos y 50 s -1 min con

tiempos de recuperación entre 20 s y 4 min.

Sabemos que el rendimiento conseguido en acciones máximas de 30 s de duración

está íntimamente relacionado con el rendimiento conseguido en los primeros 10 s

(Hazell, et al., 2010; MacDougall, et al., 1998). Además, la diferencia entre dos

diseños de entrenamiento interválico de corta duración (15 s x 15 s vs 30 s x 4 min)

respecto a la contribución aeróbica y sus adaptaciones cardiorrespiratorias nos

permite hacer una adaptación a la clasificación del entrenamiento de resistencia a la

velocidad presentada por Bangsbo y Iaia para ubicar el entrenamiento de repetir

sprints (ERS) (Iaia, et al., 2008) y de resistencia a la velocidad (Iaia & Bangsbo,

2010) (tabla 1).

Tabla 1. Clasificación entrenamientos interválicos de corta duración ENTRENAMIENTO RS ENTRENAMIENTO

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Page 76: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

57

2.2.1.1.2 ENTRENAMIENTO DE RS

Esta estrategia de entrenamiento emergente está siendo considerada de cara a

mejorar el rendimiento específico en los deportes de equipo. Así, ha demostrado

provocar adaptaciones en los dos metabolismos protagonistas en la contribución

energética del ejercicio: un aumento o mantenimiento del VO2max (Dupont, Akakpo, &

Berthoin, 2004; Rakobowchuk, et al., 2008; Sporis, Ruzic, & Leko, 2008) , un

aumento del gasto energético (Iaia, Hellsten, et al., 2009), un aumento de la

actividad de enzimas aeróbicas (CS, HADH) (Burgomaster, Heigenhauser, & Gibala,

2006; Iaia, Hellsten, et al., 2009) y anaeróbicas (CK, PFK, LDH, PHOS)

(MacDougall, et al., 1998; Mohr, et al., 2007a), mejoras en la capacidad tampón

(Barnett, et al., 2004; Bickham, Bentley, Le Rossignol, & Cameron-Smith, 2006;

Thomassen, Christensen, Gunnarsson, Nybo, & Bangsbo, 2010), un aumento de

actividad bomba Na+-K+ (Iaia, et al., 2008; Mohr, et al., 2007; Thomassen, et al.,

2010), un aumento en la liberación de CA++ en RS (Ortenblad, et al., 2000), así como

cambios en la proporción de las fibras musculares (Dawson, et al., 1998; Iaia &

Bangsbo, 2010). Además, ha demostrado ser una herramienta de entrenamiento

efectiva al retrasar la fatiga durante ejercicios de alta intensidad y permitiendo una

rápida recuperación entre los RS en un tiempo reducido ( 2-3 min por sesión o < de

20 min si se incluye el tiempo de recuperación) (Billat, 2001), (tabla 2, pag 52).

Por lo tanto, el entrenamiento de CRS tiene un efecto positivo tanto sobre el

metabolismo aeróbico y anaeróbico como sobre el rendimiento en los ejercicios

intermitentes de alta intensidad. Además, en los resultados publicados en algunos

estudios, se ha observado un aumento en la mejora de la resistencia específica de

estos deportes (Ferrari Bravo, et al., 2008a; Hill-Haas, Coutts, Rowsell, & Dawson,

2009; Mohr, et al., 2007b).

Ferrari-Bravo et al. (2008) compararon, en un grupo de jóvenes futbolistas, los

efectos de un entrenamiento interválico aeróbico de alta intensidad (4 min de carrera

al 90-95% frecuencia cardiaca máxima (Fcmáx), con 3 min de recuperación activa)

con un entrenamiento de RS (3 series de 6 x 40 m (20+20) de sprints de ida y vuelta

con 30 s de recuperación entre sprints y 4 min de recuperación entre series). El

sprint de 40 m, ida y vuelta, comprendía un cambio de dirección de 180º a los 20 m

Page 77: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

58

durante el sprint. El grupo de entrenamiento de RS comparado con el grupo que

realizó el entrenamiento interválico aeróbico, consiguió una mejora mayor, no sólo

en la CRS, sino también en el test “yo-yo”, test de valoración de la resistencia

específica habitualmente utilizado en los deportes de equipo (28,1% respecto un

12.5%). Concretamente este test consiste en un recorrido de 40 m (20+20), ida y

vuelta, con un aumento de la velocidad y con 10 s de recuperación entre los

desplazamientos, hasta llegar a la exhaustación. Además, se encontró una mejora

similar en el VO2max (6%) en ambos grupos.

Otros estudios, han encontrado mejoras en los tests específicos, pero sin mejoras en

el VO2max (Hill-Haas, et al., 2009; Ortenblad, Lunde, Levin, Andersen, & Pedersen,

2000) respaldando la actual tendencia a cuestionar la importancia del VO2max en los

deportes de sprints múltiples (Hoffman, Epstein, Einbinder, & Weinstein, 1999; Aziz,

Chia, & Teh, 2000; Bishop, et al., 2004), restringiendo su interés al perfil de

jugadores jóvenes o con una capacidad aeróbica baja (Hoffman, et al., 1999).

Algunos estudios han encontrado mejoras de velocidad con este tipo de

entrenamiento (Buchheit, Mendez-Villanueva, Quod, Quesnel, & Ahmaidi, 2010),

sugiriendo una cierta correlación entre la velocidad y el tiempo total en un test de RS

(Pyne, Saunders, Montgomery, Hewitt, & Sheehan, 2008) y encontrándose una

altísima correlación (r=0.92) entre el sprint inicial y el tiempo medio (Buchheit, 2012).

Sin embargo, no hay resultados concluyentes de su efecto en las variables de fuerza

y velocidad.

Aunque, este tipo de entrenamiento produce una mejora del rendimiento y una

reducción de la fatiga en 2-8 semanas, sería necesario tener en cuenta la

distribución de las sesiones para minimizar el riesgo de lesiones, cuando la carga de

entrenamiento de RS aumenta, ya que si no se tienen en consideración las bases de

prevención y control del entrenamiento el riesgo de lesión también aumenta.

Page 78: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

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II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

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II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

62

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Page 82: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

63

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Page 83: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

64

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Page 84: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

65

2.2.2 ¿CÓMO MEJORAR EL RENDIMIENTO DE LA CRS?

La CRS se ha relacionado con diferentes variables del rendimiento del juego,

como la distancia total recorrida y las distancias recorridas a alta y máxima

intensidad durante un partido (Abrantes, Maçãs, & Sampaio, 2004; Rampinini,

Bishop, et al., 2007a). Además, también se ha informado de las diferencias de

rendimiento de esta capacidad entre jugadores profesionales y amateurs, así

como su comportamiento durante la etapa de evolución madurativa (Aziz, et al.,

2000; Impellizzeri, et al., 2008; Mujika, Spencer, Santisteban, Goiriena, &

Bishop, 2009). También se ha descrito una evolución negativa en el

rendimiento de la CRS a lo largo de un partido, medido antes, durante la media

parte y al final del encuentro (Meckel, Gottlieb, & Eliakim, 2009).

Aunque cada vez es más normal encontrar equipos que utilizan tests para

analizar la CRS aún hay muy poco escrito sobre los mejores medios para su

mejora.

Desde un punto de vista fisiológico, la CRS se muestra como una capacidad

compleja que está relacionada tanto con factores neurales como metabólicos.

Mientras, los factores neuromusculares podrían explicar la mayor proporción

del rendimiento del sprint repetido (Billaut & Basset, 2007; Mendez-Villanueva,

Hamer, & Bishop, 2008; Racinais, et al., 2007), los factores relacionados al

metabolismo durante la recuperación entre periodos, probablemente sean

determinantes en la CRS (Bishop, et al., 2004; Bogdanis, Nevill, Boobis,

Lakomy, & Nevill, 1995; Gaitanos, et al., 1993) Por lo tanto cualquier

intervención de entrenamiento dirigida a la mejora de, al menos, uno de estos

factores, puede conducir a un mayor rendimiento en la CRS.

Así, pueden establecerse dos estrategias de entrenamiento para su mejora.

Crear diseños específicos y/o mixtos para la mejora de la capacidad que

estimulen a nivel general y global siguiendo el principio de especificidad o

utilizar programas parciales encaminados a la mejora de cada uno de los

factores que determinan el rendimiento de la CRS.La poca información de la

que hasta ahora se dispone y la gran variedad de protocolos de entrenamiento

Page 85: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

66

(en distancias, intensidad, volumen), de protocolos de valoración, edistancia,

tiempo y modo (cicloergómetro, cinta rodante), patrones de movimiento

(carrera lineal, carrera de ida y vuelta), así como la diferencia en los niveles,

edad y sexo de la población utilizada en los estudios hace difícil establecer

criterios claros a cerca de cuáles son los mejores métodos para entrenar esta

cualidad.

2.2.2.1 DISEÑOS ESPECÍFICOS

Hasta la fecha, la gran mayoría de los estudios que han investigado las

adaptaciones del entrenamiento en los RS, han utilizado sprints cortos

inferiores a 10 s con recuperaciones entre repeticiones de 20-30 s,

considerando que pueden ser los más beneficiosos para mejorar la CRS.

Distintas propuestas específicas dirigidas tanto a los factores neuromusculares

como a factores metabólicos mediante protocolos de RS muestran mejoras

significativas, entre un 2% y un 5%, en el rendimiento de la CRS (Tabla 3).

Figura 3. Mejoras en el rendimiento de CRS con diferentes entrenamientos de RS

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EMAI (15" x 15") EMAI (20" x 10")

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ERS (10" x 50") ERS (30" x 2')

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7

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Page 86: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

67

Las adaptaciones fisiológicas y cambios asociados al rendimiento como la

contribución de los sistemas energéticos implicados, los grupos musculares, la

fuerza de contracción, o los patrones de movimiento son hasta cierto punto

debidos al entrenamiento específico, ilustrando la importancia del concepto de

especificidad del entrenamiento (Reilly, Morris, & Whyte, 2009).

Por ejemplo las diferencias entre los estudios de Buchheit (Buchheit, Laursen,

et al., 2009; Buchheit, et al., 2008) con dos protocolos similares de

entrenamiento (9-24 acciones de 15 s-20 s x15 s-20 s 6-12 min 15 s+15 s)

pueden quedar expresadas por la diferencia en los tests utilizados para evaluar

la CRS; un 2% en el estudio que evaluó la CRS con un test de esfuerzos de

duración de 6 s (6 x (15+15) con 20s de recuperación y un 5% en un test

idéntico al protocolo de entrenamiento (2 x 15 s+15 s).

A causa de la diversidad de las poblaciones y tests administrados se hace

difícil proponer criterios concretos para un entrenamiento específico óptimo,

aunque parece que un entrenamiento de máxima intensidad intermitente es

adecuado para la mejora de la CRS, respetándose por lo tanto el principio de

especificidad.

Tabla 3. Mejoras en el rendimiento de CRS con entrenamientos específicos de ERS

TESTS UTILIZADOS DURACIÓN SPRINT MÉTODO UTILIZADO AUTORES

1-. 6x 30m (15 +15m) : 20s ≈ 6 s carrera ida y vuelta Buchheit 2010

2-. 6x40m: 24s ≈ 6 s carrera ida Dawson 1998

3-. 12x 20m: 20s ≈ 3.5 s carrera ida Hill-haas 2009

4-. 5x30m :25s ≈ 5 s carrera ida Buchheit 2008

5-. 2x 15s: 15s ≈ 15 s (70 m) carrera ida y vuelta Buchheit 2010

6-. 10x 20s: 10s ≈ 20 s (35 m) agilidad Walklate 2009

7-. 6x 40m (20+20m) : 20s ≈ 6s carrera ida y vuelta Ferrari Bravo 2008

8-. 10x 8s : 32s ≈ 8 s (12w/Kg) cicloergómetro Mhor 2007

Page 87: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

68

2.2.2.2 MEJORA DE FACTORES QUE DETERMINAN EL RENDIM IENTO EN LA CRS

Los factores que determinan el rendimiento de CRS son la resistencia aeróbica,

(niveles del consumo de oxígeno y la cinética del consumo de O2), la capacidad

de restaurar los depósitos de PC, disponer de una buena capacidad tampón así

como factores neuromusculares.

La literatura existente sobre la mejora de cada uno de dichos factores en la

mejora de la CRS es escasa, centrándose sobre todo en la vertiente aeróbica

como medio de mejora (Edge, Bishop, Goodman, & Dawson, 2005; Glaister,

Stone, Stewart, Hughes, & Moir, 2007) y, más recientemente, en el

entrenamiento de fuerza (Bogdanis, et al., 2011b; Edge, Hill-Haas, Goodman, &

Bishop, 2006; Hill-Haas, Bishop, Dawson, Goodman, & Edge, 2007).

La intensidad se ha considerado como un factor discriminativo en el

entrenamiento de la capacidad tampón orientado a la mejora de la CRS (Edge,

et al., 2005). Así, un entrenamiento de alta intensidad con series de 2min de

duración, a una intensidad del 90-100% VO2pico y 1min de recuperación, mejoró

la capacidad tampón y la CRS, mientras que, estudios del mismo grupo,

encontraron mejoras de la capacidad tampón mayores, trabajando con la

misma estructura, pero al 80% del VO2max. Sin embargo, no encontraron

Figura 4 . Resumen de los factores que deben ser objeto de entrenamiento para la mejora de la CRS. Adaptado de (Bishop, Girard, & Mendez-Villanueva, 2011) ATP= Adenosintrifosfato; PC= Fosfocreatina

CRS

Sprint Recuperació n entre sprints

Longitud Zancada

Frecuencia Zancada

Flexibilidad

Suministro ATP

Potencia

Fuerza Fuerza Elástica

Co-coordinación neural

Resíntesis PC

Capacidad Aeróbica

Capacidad Tampón

Page 88: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

69

resultados positivos, con esta estructura de entrenamiento, sobre la CRS

(Edge, Bishop, et al., 2006).

La sustancial contribución aeróbica en el trabajo de CRS, particularmente

durante los periodos de recuperación, ha llevado a diferentes autores a sugerir

que el entrenamiento de resistencia puede mejorar la capacidad de resistir a la

fatiga durante este tipo de actividad (Glaister, Stone, et al., 2007). Sin embargo,

las investigaciones longitudinales que corroboran esta relación son escasas y

no concluyentes. Además, los mecanismos que pudieran justificar dicha

relación no están claros (Edge, et al., 2005; Glaister, Stone, et al., 2007). En

estos estudios longitudinales se realizó un entrenamiento continuo aeróbico

submáximo (70% VO2max). Aunque no se observaron diferencias significativas

en el efecto del entrenamiento con respecto a los grupos control se encontraron

mejoras sobre el VO2max (≈ 10%) y el rendimiento en la CRS (≈ 5-6%) pero no

se detectaron cambios claros en los metabolitos musculares que contribuyeron

a la mejora. No obstante, es necesario tener en cuenta que el estudio se realizó

con sujetos activos pero sin experiencia previa en cicloergómetro, por eso

debemos tener en cuenta una mejora en la coordinación del movimiento por un

efecto del aprendizaje (Capriotti, Sherman, & Lamb, 1999; Glaister, Stone, et

al., 2007).

Buchheit & Ufland (2010) defienden la idea de realizar entrenamiento aeróbico

para mejorar la CRS, después de observar en sus estudios cambios en la

reoxigenación del músculo y una mejora de la distancia recorrida en el 2º sprint

y la reducción del % Dec (-26%). No obstante, el test utilizado (2 sprints x 15s

separados con 15 s de recuperación pasiva) no se encuentra dentro de los

protocolos más administrados, por lo que los resultados deben de interpretarse

con cautela.

El entrenamiento de alta intensidad aeróbico también ha sido reconocido como

un buen medio de entrenamiento para mejorar la capacidad del sistema

cardiovascular para transportar oxígeno, al no obtenerse una cinética del

consumo pulmonar y muscular más elevada, así como un VO2max más elevado

Page 89: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

70

(Helgerud, Engen, Wisloff, & Hoff, 2001). Por ello, este método de

entrenamiento podría ser un buen medio para mejorar la CRS. Aunque se ha

sugerido que cualquier densidad e intensidad utilizada en estas estructuras de

entrenamiento es suficiente estímulo como para mejorar la resistencia aeróbica

y la CRS (Buchheit, Cormie, et al., 2009) parece ser más efectivo un

entrenamiento de alta intensidad aeróbico con repeticiones de 2 min al 90% de

VO2max con 1 min de recuperación (Edge, et al., 2005).

La importancia de la individualización de la intensidad del ejercicio ha sido

reconocida, durante años, como un factor importante en el rendimiento. Sin

embargo, los deportes de sprints múltiples son dependientes de diversos

factores. Por ejemplo, los ejercicios de juegos reducidos además de permitir

desarrollar aspectos técnico-tácticos se han presentado recientemente como

un medio eficiente para mejorar la capacidad aeróbica del jugador, mientras

mejoran otros factores como la CRS (Buchheit, Laursen, et al., 2009; S. V. Hill-

Haas, et al., 2009).

Tanto Buchheit et al (2009) como Hill-Haas (2009) han comparado diseños de

entrenamiento complejo como pueden ser los ejercicios de juego reducido con

entrenamientos generales intermitentes máximos (Buchheit, Laursen, et al.,

2009) y con entrenamientos generales de intensidades similares al juego

reducido (Hill-Haas, et al., 2009) mostrando mejoras similares. Esto muestra

que la actividad espontánea durante los juegos reducidos, con reglas

apropiadas, puede ser efectiva también para mejorar la CRS a la vez que se

mejora la capacidad aeróbica. Además, el rendimiento de la CRS parece que

también presenta mejoras después de un periodo bien planificado de

preparación con entrenamiento de campo (Spencer, Bishop, & Lawrence,

2004).

El entrenamiento de la fuerza ha sido propuesto como elemento de mejora de

la CRS, aunque no se han detectado correlaciones significativas entre la CRS

y la fuerza isocinética de rodilla (Newman, Tarpenning, & Marino, 2004). La

primera conclusión a la que se puede llegar a pesar del reducido número de

Page 90: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

71

estudios existentes es que el entrenamiento de fuerza, resistencia muscular

(Edge, Hill-Haas, et al., 2006; Hill-Haas, et al., 2007), con cargas altas

(Bogdanis, et al., 2011b) y fuerza explosiva y agilidad (Buchheit, Mendez-

Villanueva, Delhomel, Brughelli, & Ahmaidi, 2010) puede mejorar la CRS

siempre que se utilicen tiempos de recuperación reducidos (Buchheit, Mendez-

Villanueva, Delhomel, et al., 2010; Edge, Hill-Haas, et al., 2006; Hill-Haas, et

al., 2007).

No obstante, en el estudio de Buchheit et al. (2010), en jóvenes deportistas,

utilizando un protocolo de entrenamiento de fuerza explosiva, no se mejoró la

CRS, quizás por la utilización de tiempos de recuperación completos, aspecto

que explicaría la mejora tanto en el CMJ como en el sprint de 30 m. Por otro

lado en el estudio de (Clark, 2009) se encontró una disminución de la stiffness

después de un entrenamiento de RS con una diferenciación, por el status de

entrenamiento, en la regulación de la stiffness articular. Esto podría llevar a

pensar que protocolos de entrenamiento pliométricos y/o de fuerza excéntrica

con reducción en el tiempo de recuperación podrían ser las mejores estructuras

de entrenamiento para mejorar la CRS.

Otra línea de estudio referente a la mejora de la CRS es el entrenamiento

muscular inspiratorio (EMI) donde se han mostrado mejoras en la fuerza

muscular respiratoria, retrasos en la fatiga muscular respiratoria y la aparición

de disnea (Goosey-Tolfrey, Foden, Perret, & Degens, 2010; Romer, McConnell,

& Jones, 2002) junto a mejoras en la CRS (Romer, et al., 2002). Sin embargo,

la literatura todavía es escasa al respecto.

2.2.3 CONCLUSIONES

La CRS se ha considerado tanto una capacidad a mejorar como una adecuada

y eficiente estructura de entrenamiento para la mejora tanto del metabolismo

aeróbico como del metabolismo anaeróbico.

Son numerosas las adaptaciones encontradas siguiendo entrenamientos

realizados con RS, tanto a nivel general como específico.

Page 91: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

72

Por ello, recientemente se está considerando como una estructura de

entrenamiento importante en la mejora de rendimiento de los deportes

multisprint.

El principio de especificidad se respeta en estos protocolos, por lo que

entrenamientos de RS mejoran la CRS. No obstante, es importante considerar

que, aquellos estudios que utilizan un RS, podrían mejorar su rendimiento en la

CRS por una adaptación motriz y coordinativa en el test utilizado (Buchheit,

2012). Además, también se encuentran mejoras de la CRS utilizando

entrenamientos específicos para la mejora de los factores que determinan esta

capacidad, como son los entrenamientos orientados a la mejora de la

capacidad aeróbica, manifestaciones de fuerza, así como el entrenamiento de

la musculatura respiratoria.

Desafortunadamente, aún no se ha determinado una corpus de conocimiento

de esta capacidad por lo que se debe seguir estudiando para aclarar cuáles

pueden ser las estructuras de entrenamiento que provoquen una mejora del

rendimiento a la hora de mantener de forma intermitente acciones de máxima

intensidad.

2.3 EVALUACIÓN DE LA CRS En los últimos años, la evaluación de diversos parámetros fisiológicos y de

rendimiento durante las pruebas de CRS está aumentando considerablemente.

Son muchos los protocolos que se están utilizando para cuantificar esta

capacidad en diferentes deportes (Aziz, Mukherjee, Chia, & Teh, 2008;

Buchheit, Spencer, & Ahmaidi, 2010; Castagna, et al., 2007; Impellizzeri, et al.,

2008; Spencer, et al., 2006), siendo una práctica común en los deportes

multisprint, aunque en algunos casos la validez de los distintos tests como

criterio de medida del rendimiento en jugadores de deportes de equipo y

raqueta no está totalmente dilucidada (Aziz, et al., 2008).

Existe un amplio consenso en que las pruebas han de ser consistentes e

implicar unas respuestas fisiológicas similares a las que se producen durante el

Page 92: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

73

juego para poder ofrecer una valoración objetiva (Impellizzeri, et al., 2008).

Encontramos estudios que han valorado la fiabilidad de algunos de estos tests,

tanto fiabilidad de corta duración (Bishop & Edge, 2006; Wragg, Maxwell, &

Doust, 2000), como la fiabilidad a largo plazo, valorando, por ejemplo, los

cambios acaecidos como consecuencia de un partido (Meckel, Gottlieb, et al.,

2009) o a lo largo de una temporada (Impellizzeri, et al., 2008). Sin embargo,

no son muchos los autores que muestren la validez de los tests empleados.

Para determinar si un test es válido, el test debe mostrar validez lógica, validez

de constructo y validez de criterio (Aziz, et al., 2008). La validez lógica indica

que el test es apropiado para aquello que se quiere medir. En este contexto los

protocolos de valoración de la CRS derivan directamente del análisis del perfil

de actividad y/o ritmo de juego de los deportes de equipo y raqueta (Spencer,

Bishop, et al., 2004). Teniéndose en cuenta el tiempo de sprint y el tiempo de

recuperación del deporte en el momento de diseñar la prueba (Rampinini,

Bishop, et al., 2007b).

La validez de criterio se refiere a conocer si el test que se está evaluando

correlaciona con otros tests que miden la misma variable. En el caso de la

CRS, esta validez se ha investigado con respecto a otros protocolos que miden

variables similares. Al comparar la resistencia intermitente y la CRS se ha

obtenido una pobre relación, considerándose como dos atributos diferenciados,

por lo que es necesario el uso de tests para su valoración de forma

independiente (Chaouachi, et al., 2010; Wragg, et al., 2000).

La validez de constructo se refiere a las propiedades del test para poder

comparar el rendimiento entre diferentes posiciones de juego, poblaciones y

niveles (Aziz, et al., 2008; Bishop, et al., 2001; Impellizzeri, et al., 2008)

Por lo tanto, a la hora de diseñar un test de CRS se ha de considerar también

que la manipulación de diferentes variables como el tipo de ejercicio, la

duración del sprint, el número de repeticiones, el tiempo y tipo de la

recuperación modifican la prestación y se subraya la necesidad de una

selección de un adecuado protocolo de RS que coincida con el patrón de

Page 93: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

74

trabajo-descanso y las demandas fisiológicas del deporte analizado (Balsom,

Seger, Sjodin, & Ekblom, 1992a; Glaister, et al., 2005; Spencer, Dawson,

Goodman, Dascombe, & Bishop, 2008; Spencer, et al., 2006).

2.3.1 ESTRUCTURA DE LOS TESTS

A la hora de estructurar un protocolo de valoración de CRS seleccionando el

tiempo o distancia del sprint y el tiempo de recuperación entre las repeticiones,

se debe establecer el número de repeticiones o volumen total de trabajo, el tipo

de actividad que se realiza durante la recuperación (pasiva o activa) y el modo

y patrón motor utilizado en los tests.

2.3.1.1 DENSIDAD (tiempo de sprint / tiempo de recu peración)

Habitualmente, cuando se hace referencia a la CRS se conjugan

principalmente dos variables: la duración del esfuerzo y el tiempo de

recuperación, siendo el cociente entre ambas lo que se denomina relación

trabajo-descanso o work-rest ratio.

La duración del sprint en las pruebas de CRS en la literatura especializada va

de 2,5 a 10 s, aproximadamente. No obstante, la mayoría de los estudios, han

utilizado protocolos de ejercicio de 5 o 6 s de duración (Bishop, et al., 2001;

Dawson, et al., 1998; Impellizzeri, et al., 2008). Estos estudios han justificado el

uso de 6 s de sprint sugiriendo que ésta puede representar la duración

promedio de las carreras cortas repetidas en los deportes en equipo.

Como se ha visto en capítulos anteriores, los análisis de perfil de actividad en

los deportes de cancha y campo sugieren que la duración promedio de las

carreras es, generalmente, inferior a 6 s (una duración media de 2-3 s). Sin

embargo, mientras que la duración media de sprint es de, aproximadamente 2

s, se contemplan tiempos mayores durante los encuentros, no superiores a 4 s

(Spencer, Bishop, Dawson, & Goodman, 2005b).

Por lo tanto, un protocolo de sprints repetidos compuesto por carreras más

cortas que los tradicionales 6 s, puede proporcionar una evaluación más válida.

No obstante, se debe tener en cuenta la contribución en la fatiga y el

Page 94: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

75

rendimiento en el tiempo de recuperación.

La duración de la recuperación puede tener también un considerable efecto en

los cambios del rendimiento del sprint durante los protocolos de RS. El

aumento o disminución de este tiempo puede alterar los compromisos

fisiológicos (Balsom, et al., 1992a).

Por lo tanto, si el rendimiento en un test de sprints repetidos debe estar

relacionado con el perfil de actividad específica de los deportes de sprints

múltiples durante los intervalos de acciones intensas con recuperaciones

incompletas, la duración de la recuperación entre los sprints debe reflejar la

recuperación que se produce en esos momentos de alta intensidad.

Así, encontramos que la mayoría de los estudios han utilizado tiempos de

recuperación entre repeticiones de, entre 20 y 30 s basándose en los estudios

de perfil de actividad (Gabbett, Kelly, Ralph, & Driscoll, 2009; McInnes, et al.,

1995; Spencer, Lawrence, et al., 2004).

Por otro lado, es necesario destacar la importancia de la relación entre estas

dos variables, el tiempo o distancia del sprint y el tiempo de recuperación (Little

& Williams, 2007). La importancia de la duración del sprint se comprueba en el

estudio de Balsom et al. (1992), donde al modificar la distancia y el número de

repeticiones manteniendo constante el volumen total de trabajo (distancia total

recorrida) y el tiempo de la recuperación entre esfuerzos, se comprobó que,

para una misma recuperación, el aumento de la duración del sprint produjo una

disminución del rendimiento.

Al comprobar que en sprints de 15 m una relación trabajo-descanso (1:10)

permitía mantener el rendimiento, (Abt., 2003) modificaron los tiempos de

recuperación para mantener constante esa relación. Al igual que en el estudio

de Balsom et al. (1992), el rendimiento se mantenía durante los sprints de 15

m, mientras que para distancias superiores (30 m y 40 m) la capacidad de los

sujetos disminuía de manera significativa (-2,60% y -5,20%). Esto implica que,

el rendimiento en RS, parece depender de la duración del esfuerzo más que de

Page 95: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

76

la relación trabajo-descanso, siendo necesarias nuevas investigaciones que

permitan alcanzar un mayor conocimiento sobre la dinámica de los esfuerzos y

la capacidad de recuperación durante la ejecución de este tipo de ejercicio. Por

lo que la relación entre el tiempo del sprint y el tiempo de recuperación

modificará el compromiso fisiológico (Balsom, et al., 1992a; Castagna, et al.,

2008).

Respecto al tipo de recuperación también es importante valorar el uso de la

recuperación activa o pasiva en los protocolos de evaluación. Son varios los

autores que han estudiado las respuestas fisiológicas relacionadas al uso de un

tipo de recuperación u otro (Billaut & Basset, 2007; Bogdanis, Nevill, Lakomy,

Graham, & Louis, 1996; Maxwell, Castle, & Spencer, 2008; Toubekis,

Peyrebrune, Lakomy, & Nevill, 2008; Wakefield & Glaister, 2009) mostrando, la

gran mayoría, una reducción del rendimiento mayor en RS con recuperación

activa (Billaut & Basset, 2007; Bishop, Ruch, & Paun, 2007; Castagna, et al.,

2008). En los análisis de ritmo de juego, de los deportes de sprints múltiples, se

refleja que, después de trabajos intensos, las recuperaciones son

principalmente activas, con desplazamientos a baja intensidad, pero

prácticamente en ninguna ocasión el sujeto permanece totalmente parado. Es

por ello que un test, con mayor validez lógica, sería aquel que contemplara

recuperaciones activas (Spencer, et al., 2006; Wragg, et al., 2000).

2.3.1.2 NÚMERO DE REPETICIONES

Otro aspecto importante en los protocolos de tests de campo es el número de

sprints requeridos para inducir decrementos significativos de rendimiento en la

CRS (Fitzsimons, et al., 1993). Así, tests de CRS muy cortos pueden no inducir

el estado de fatiga requerida, mientras que protocolos largos pueden inducir

resultados redundantes y un mayor riesgo de lesión (Ratel, Williams, Oliver, &

Armstrong, 2006; Spencer, et al., 2005b).

La administración de un test de CRS puede conllevar mucho tiempo. Siendo de

gran interés la optimización del número de repeticiones de sprint para reducir el

Page 96: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

77

tiempo total durante los tests de CRS. Aunque pueden encontrarse varios tests

de CRS en la literatura científica, la mayoría se estructuran bajo la premisa de

realizar un número de sprints similar a los descritos en el perfil de actividad en

los deportes de equipo (Spencer, et al., 2005b), donde se muestra que los

intervalos del juego en donde se encuentran acciones máximas repetidas

tienen una media de 5 bloques de acciones máximas y, encontrando como

máximo, bloques de 7 hasta 11 acciones máximas repetidas durante el juego

(Carling, et al., 2012; Ferrari Bravo, et al., 2008a; Impellizzeri, et al., 2008;

Krustrup, et al., 2006). Sin embargo, en un estudio reciente, se ha observado

una media de sprints de 2 a 4, cuestionando el contenido y la validez lógica de

los protocolos de 6 sprints (Buchheit, Mendez-Villanueva, Simpson, & Bourdon,

2010). Sólo un estudio sugiere que un test de CRS no debería envolver más

de 8-10 repeticiones de sprint cuando el tiempo de recuperación utilizado sea

de 20-30 s (Fitzsimons, et al., 1993). Las razones que justifican esta sugerencia

práctica está basada en la recurrentemente observada estrategia de regulación

(“pacing strategy”) que utilizan los sujetos cuando realizan numerosos sprints

repetidos (Spencer, et al., 2005b). Aunque la distancia de sprint sea corta, la

familiarización se muestra como necesaria para reducir estas estrategias de

regulación (Impellizzeri,et al., 2006; Spencer, et al., 2005b; Wragg, et al., 2000).

Las respuestas fisiológicas a los esfuerzos intermitentes dependen

principalmente de la capacidad del sujeto para recuperarse de los periodos de

trabajo y de los protocolos específicos utilizados. Por lo tanto, el rendimiento

depende de la duración de las repeticiones, duración y tipo de los periodos de

recuperación y el número de repeticiones realizadas en la sesión de trabajo

dada.

Así, parece ser que aunque se utilicen los mismos ratios de trabajo-descanso y

patrones de actividad, los tests pueden ser diferentes entre ellos y pueden

representar diferentes respuestas fisiológicas (Balsom, et al., 1992b; Billaut &

Basset, 2007).

Page 97: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

78

2.3.1.3 TIPO DE EJERCICIO

El tipo de ejercicio utilizado para la evaluación de la CRS también puede tener

una influencia en el rendimiento. Diversos estudios han utilizado como modo de

ejercicio cicloergómetros, cintas rodantes motorizadas y no motorizadas o

simplemente el terreno de juego de los deportes analizados.

Las pruebas en campo, a pesar de que son fiables y específicas a las

demandas del ejercicio en los deportes de sprints múltiples, son poco prácticas

para la adquisición de los datos fisiológicos necesarios para mejorar el

conocimiento sobre los mecanismos que envuelven la fatiga durante el RS

(Bishop & Edge, 2006).

Fitzsimons (1993) sólo encontró correlaciones moderadas entre el descenso en

el rendimiento de sprint y resultados absolutos en la CRS al evaluar el grado de

asociación entre el rendimiento de la CRS en un cicloergómetro y el terreno de

juego.

Por lo tanto, se sugiere que el tipo de ejercicio en las pruebas de valoración

deberá ser específico del deporte, es decir, utilizando la superficie de juego del

deporte analizado

2.3.1.4 PATRÓN DE MOVIMIENTO

La mayoría de los protocolos que evalúan la CRS implican la ejecución de

acciones unidireccionales o sprints lineales, olvidando la naturaleza

multidireccional de estos deportes (Aziz, Mukherjee, Chia, & Teh, 2007;

Gabbett, 2010; Glaister, et al., 2009; Pyne, et al., 2008).

Como se ha expuesto en capítulos anteriores, en los deportes de equipo

sobretodo en los de cancha, como el baloncesto, balonmano, voleibol, y en los

deportes de raqueta, los jugadores han de repetir secuencias de esfuerzos

cortos explosivos, tales como cortos sprints (<5-25m) con frecuentes cambios

de dirección (Ben Abdelkrim, Chaouachi, et al., 2010; Sheppard, et al., 2007;

Spencer, et al., 2005b).

Page 98: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

79

Además, la gran mayoría de saltos ocurren predominantemente después de

acciones de alta intensidad o sprint, como sucede en las acciones de salto y

lanzamiento en el balonmano (Luig, et al., 2008. ) o el remate en el voleibol

(Sheppard, et al., 2007).

A este respecto, los frecuentes cambios de actividad, numerosas aceleraciones

y deceleraciones, cambios de dirección, saltos y la ejecución de varias

acciones técnicas contribuyen significativamente al gasto energético (Bangsbo,

Juel, Hellsten, & Saltin, 1997; Reilly, 1997).

Por todo ello y al reconocerse a estas acciones como requisito para participar

con éxito en los deportes de equipo, van apareciendo protocolos de valoración,

en los últimos años que incluyen giros, la gran mayoría de 180º (ida y vuelta)

(Buchheit, Bishop, Haydar, Nakamura, & Ahmaidi, 2010; Ferrari Bravo, et al.,

2008b; Nakamura, et al., 2009; Wragg, et al., 2000) , saltos (Buchheit, Spencer,

et al., 2010) y desplazamientos en relación a movimientos técnicos como el

dribbling (Meckel, Machnai, & Eliakim, 2009) (tabla 4).

Page 99: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

80

TABLA 4. Estructura de los tests con diferentes patrones de movimientos

Balsom (1992, 1994)

Aziz (2007,2008)

Dawson (1998)

Wadley (2001)

Impellizeri (2008)

Rampinini (2007)

Bravo (2007)

Buchheit (2008, 2009,

2010)*

Baker (1993)

Glaister (2007)

Bangsbo (1994)

Wragg (2000)

Kaplan (2010)

Page 100: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

81

La inclusión de estos patrones motrices y/o acciones puede afectar a las

influencias respectivas de estos factores en el desarrollo de la fatiga y/o el

comportamiento en el rendimiento, por lo que pueden no relacionarse o

considerarse de naturaleza diferente a la CRS.

El único estudio que, en nuestro conocimiento, ha analizado estas

consideraciones es el de (Buchheit, Haydar, & Ahmaidi, 2012) al comprobar el

efecto de introducir dos cambios de dirección con el mismo ángulo (45º, 90º o

135º) en el RS lineal, observándose diferencias significativas entre los

diferentes protocolos, a pesar de ajustar las distancias a los RS que

Spencer (2006)

Gabbet (2010)*

Buchheit (2010)

Buchheit (2010)

Page 101: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

82

introdujeron cambios de dirección. Sin embargo, las correlaciones entre el

tiempo medio de los 4 protocolos fue igual o superior a 0.7, por lo que la CRS

lineal o con dos cambios de dirección podría considerarse como una cualidad

general (Buchheit, Haydar, et al., 2012) ya que ha sido aceptado un mínimo del

50% de la varianza explicada (Clarke & Clarke, 1970). No obstante, las

respuestas fisiológicas, en los diferentes protocolos, fueron muy diferentes.

Por lo tanto, la inclusión de diferentes acciones o patrones motrices, en los

protocolos de la CRS, parece influir en la respuesta fisiológica y de rendimiento

pero cumpliendo algunas premisas, podrían evaluar la misma capacidad.

Por lo tanto, se necesitan estudios adicionales para confirmar que la inclusión

de diferentes acciones o patrones motrices en los protocolos de CRS evalúe

realmente esta capacidad o valore otros componentes del rendimiento como

podría ser la capacidad de repetir cambios de dirección (CRCD).

2.3.2 VALORACIÓN

Los determinantes clave de rendimiento resultantes de las pruebas que

evalúan la CRS son:

1 -. La capacidad de producir una alta velocidad de sprint

2 -.La capacidad para resistir a la fatiga y por lo tanto mantener una alta

velocidad de sprint durante las repeticiones de la prueba (Fitzsimons, et al.,

1993; Glaister, et al., 2009).

Se han propuesto diferentes medidas para cuantificar el rendimiento de los

tests de CRS para poder analizar y dar criterio a la información obtenida.

Pudiéndose concretar en las siguientes variables:

1-. Mejor tiempo o potencia máxima generada

Es el menor tiempo conseguido en los sprints efectuados. Normalmente

debería ser el primero. Es un indicador de la potencia del sujeto.

Page 102: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

83

2-. Tiempo total o Tiempo medio

Suma de todos los tiempos obtenidos en la prueba. Se trata del resultado

global del test y puede ser considerado como un indicador de la capacidad para

realizar ejercicio intermitente a la máxima intensidad. Para determinar el tiempo

medio se divide el resultado obtenido por el número de repeticiones que se han

realizado. Los dos valores se utilizan indistintamente.

3-. Indice de Fatiga o % Decrecimiento

El término índice de fatiga o % de decrecimiento se utiliza generalmente para

describir el proceso que calcula la caída en el rendimiento durante una serie de

RS.

Page 103: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

84

Para este cálculo se han utilizado diferentes procedimientos:

Tabla 5. Fórmulas para la evaluación de Índice de Fatiga (IF) del rendimiento en CRS

• Fórmula 1:

Fatiga= El porcentaje de aumento en tiempo entre el primer y último sprint.

Cálculo: Fatiga = ((sprint último – sprint 1) /sprint 1)*100 (Brooks et al 1990)

• Fórmula 2: Índice Bangsbo

Fatiga= El porcentaje de aumento en tiempo entre el sprint más rápido y el sprint más lento.

Cálculo: Fatiga= ((sprint lento – sprint rápido) /sprint rápido)*100 (Bangsbo, 1994a; Hamilton,

Nevill, Brooks, & Williams, 1991)

• Fórmula 3: Indice Fitzsimons

Fatiga= El porcentaje de puntuación de decrecimiento

Cálculo: Fatiga= (100*(tiempo total sprint/tiempo ideal de sprint))-100

Donde el tiempo total de sprint es igual a la suma de tiempo de todos los sprints y tiempo ideal

de sprint es el número de sprints * el tiempo de sprint más rápido.

(Fitzsimons, et al., 1993; Impellizzeri, et al., 2008; Rampinini, Bishop, et al., 2007a)

• Fórmula 4:

Fatiga= el porcentaje de aumento entre el promedio de los 2 sprints más rápidos y los dos más

lentos.

Cálculo: fatiga=(((dos tiempos más lentos/2)-(los dos tiempos más rápidos/2))*100

(J. Baker, Ramsbottom, & Hazeldine, 1993)

• Fórmula 5:

Fatiga= El pocentaje de aumento entre el promedio de los dos primeros sprints y los dos

últimos sprints

Cálculo: fatiga= (((sprint 1 + sprint 2)/2)-(sprint penúltimo + sprint último/2))*100

(Wragg, et al., 2000)

Page 104: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

85

Uno de los temas más debatidos en las ciencias del deporte en relación a la

CRS es determinar la mejor manera de expresar su rendimiento para aportar

información importante al entrenador y a los preparadores físicos (Glaister,

Howatson, et al., 2007; Glaister, Howatson, Pattison, & McInnes, 2008; Oliver,

Armstrong, & Williams, 2009).

Los métodos propuestos de análisis de resultados de RS se centran en los

cálculos de mejor tiempo, tiempo total de sprint y/o tiempo medio y porcentaje

de decrecimiento y/o índice de fatiga (Fitzsimons, et al., 1993; Spencer, et al.,

2006).

Aunque la fiabilidad (Spencer, et al., 2006; Wragg, et al., 2000) y validez (Aziz,

et al., 2008; Bishop, et al., 2001; Impellizzeri, et al., 2008; Wragg, et al., 2000)

de los tests de sprint repetidos ha sido establecida, los diferentes métodos de

análisis de datos propuestos tanto en la investigación como en la práctica

pueden ofrecer diferentes resultados.

Recientemente varios estudios han analizado la validez y fiabilidad de estos

métodos. Se ha de destacar que los índices de mejor tiempo de sprint y tiempo

total o tiempo medio se han mostrado fiables durante los RS, mientras que los

índices de fatiga o porcentaje de decrecimiento no ha mostrado un agran

fiabilidad (Glaister, Howatson, et al., 2007; Glaister, et al., 2008; Oliver, et al.,

2009). No obstante, Glaister et al (2008) muestran que entre los diferentes

métodos utilizados para la evaluación de la disminución del rendimiento de

CRS, el cálculo del porcentaje de decremento originalmente propuesto por

Fitzsimons (1993) fue el más valido y fiable para cuantificar los decrecimientos

en tests de capacidad de repetir sprint. Sin embargo, son varios autores que

coinciden en que cualquier índice de decrecimiento debe ser analizado con

precaución (Impellizzeri, et al., 2008; Pyne, et al., 2008; Spencer, et al., 2005b).

2.3.3 CONCLUSIONES

La inclusión y elaboración de tests de valoración de la CRS, está aumentando

en los últimos años en las baterías de protocolos de valoración de rendimiento

Page 105: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

86

utilizadas en los deportes multisprint. La mayoría de protocolos están

compuestos por 6-8 repeticiones de acciones unidireccionales (sprint lineal) de

30-40 m con recuperaciones pasivas entre las repeticiones de una duración de

20-30 s.

Se ha de considerar que la variación de algunos de los componentes, tiempo o

distancia de sprints, tiempo y tipo de recuperación, nº de repeticiones, modo y

patrón de movimiento, incluso manteniendo el mismo ratio trabajo-descanso,

puede variar las respuestas fisiológicas. Por esta razón, es fundamental crear

protocolos específicos a la realidad del deporte analizado, considerando todas

las características del deporte que condicionan la respuesta fisiológica.

La importancia de los cambios de dirección durante las actividades de máxima

intensidad, sobre todo en los deportes de cancha y de raqueta, ha provocado la

inclusión de este patrón, acciones de giro 180º, en los tests de CRS. El posible

aumento del gasto energético y de la complejidad de la tarea, podría reflejar la

posible naturaleza independiente de las acciones repetidas con cambios de

dirección. No obstante, los resultados de los test de la CRS con cambios de

dirección, cumpliendo determinados requisitos, podrían utilizarse de manera

comparativa, al ser considerados como una cualidad general. Sin embargo, es

necesaria cierta precaución en el análisis de los resultados entre tests con

diferentes patrones. El posible aumento del gasto energético y aumento de la

complejidad de la tarea, podría reflejar la posible naturaleza independiente de

las acciones repetidas con cambios de dirección, por lo que la comparación con

tests con diferentes patrones debe considerarse con precaución.

La evaluación de los datos obtenidos en las pruebas de CRS se centran en los

cálculos de mejor tiempo, tiempo total de sprint y/o tiempo medio y porcentaje

de decrecimiento y/o índice de fatiga, valorándose como más fiables para el

análisis, el mejor tiempo y el tiempo total y/o tiempo medio. El porcentaje de

decremento no ha demostrado ser un parámetro fiable.

Page 106: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

87

EL CAMBIO DE DIRECCIÓN

Las características del juego en los deportes de equipo y de raqueta, requieren

la realización de frecuentes cambios rápidos de las maniobras de dirección,

como correr en zig-zag, salidas abiertas y cruzadas o carreras de ida y vuelta

en respuesta a un estímulo, como pueden ser los movimientos de un jugador

contrario o el movimiento del balón (Markovic, Sekulic, & Markovic, 2007). Por

ejemplo, (Withers, Maricic, Wasilewski, & Kelly, 1982) mostraron que los

jugadores de fútbol australiano realizaban un promedio de 50 giros por partido.

McInnes (1995), en el baloncesto, describió el gran número de movimientos

discretos realizados por los sujetos (997±187) y la frecuencia (una vez cada 2

s) con la que cambian la categoría del movimiento durante el juego y

Fernández (2006) resaltó que el promedio de cambios de dirección en el

transcurso de un punto de juego en tenis es de 4.

De forma más exhaustiva Bloomfield (2007) describió la frecuencia de giro y

desmarque en un partido realizado por los jugadores de fútbol Inglés que fue

de 727±203 así como la frecuencia de las desaceleraciones realizadas que fue

de 9,3 acciones cada 15 minutos de media, siendo el 76% de ellas precedidas

por un sprint y el 41,6% de las acciones posteriores de alta intensidad.

Robinson y O’Donoghue (2008) muestran una clasificación de las acciones

complejas más frecuentes en el juego. Los cambios de dirección, las

aceleraciones, las frenadas, son acciones implícitas en la mayoría de acciones

a alta intensidad y contribuyen al gasto energético así como al compromiso

neuromuscular de la musculatura implicada (Reilly & Gilbourne, 2003;

Strudwick, Reilly, & Doran, 2002).

Diversos autores consideran que los requerimientos asociados con la

aceleración, deceleración y rápidos cambios de dirección aparecen como el

componente clave en las demandas del juego (Ben Abdelkrim, Chaouachi, et

al., 2010; McInnes, et al., 1995; Meir, Newton, Curtis, Fardell, & Butler, 2001b).

Page 107: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

88

A estos requerimientos se les ha otorgado la categoría de capacidad que, en la

literatura profesional y científica, se le define como una capacidad motora

compleja conocida como agilidad.

La agilidad se ha definido de muchas maneras, como por ejemplo: "un

movimiento rápido/exacto de todo el cuerpo en respuesta a un estímulo”

(Chelladurai, Yuhasz, & Sipura, 1977), "la capacidad de cambiar de dirección,

así como para iniciar y detenerse con rapidez" (Little & Williams, 2005) o “la

capacidad de cambiar de dirección con una mínima pérdida de control y/o

velocidad media” (Barnes, et al., 2007). Sin embargo, el contexto y definición

de este término aún no tiene consenso. Aunque la mayoría de profesionales

clasifican la agilidad como la capacidad de realizar cualquier movimiento que

implique cambios rápidos de dirección. (Sheppard & Young, 2006) sugieren

que una definición más coherente de la agilidad debería describirla como un

término global que reconoce las exigencias físicas (velocidad de movimiento y

fuerza), los procesos cognitivos (percepción y toma de decisiones) y las

habilidades técnicas (trabajo de pies y la técnica de movimiento).

De esta forma, la agilidad se ha considerado dependiente de dos

subcomponentes:

- factores perceptivos y de toma de decisiones

- factores relacionados con la mecánica del cambio de dirección.

A la luz de esto, muchos tests de agilidad y ejercicios de entrenamiento que no

implican una toma de decisiones se considera que evalúan o entrenan la

velocidad en el cambio de dirección (Jones, Bampouras, & Marrin, 2009).

Así, la definición tradicional de “la capacidad de cambiar rápidamente de

dirección” ha sido redefinida como velocidad en el cambio de dirección. La

velocidad en el cambio de dirección denota el hecho de que los participantes

sean conscientes del patrón de movimiento exacto requerido antes del

comienzo de la prueba. Este hecho permite diferenciar a la velocidad en el

cambio de dirección con la nueva definición de agilidad: “un movimiento rápido

de todo el cuerpo mediante un cambio de dirección o velocidad en respuesta a

un estímulo” (Sheppard & Young, 2006). Esta última definición se ha

Page 108: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

89

denominado agilidad reactiva, lo que refleja el requerimiento de que los

participantes cambien de dirección en respuesta a un estímulo determinado

(Oliver & Meyers, 2009).

La agilidad y/o la capacidad de cambiar de dirección cuando sea necesario, de

forma rápida y precisa, es considerada por muchos como una parte integral

para el rendimiento deportivo (Ben Abdelkrim, Castagna, et al., 2010; Meir,

Newton, Curtis, Fardell, & Butler, 2001a). Reilly et al (2000) sugieren que el

desempeño de la agilidad y/o capacidad de cambiar de dirección es un

requisito previo fisiológico en el fútbol, ya que los jugadores están

frecuentemente involucrados en repentinos cambios de dirección con el fin de

ser eficaces durante el juego. De esta manera, la agilidad y/o velocidad en el

cambio de dirección representa una cualidad de rendimiento importante para el

desempeño exitoso en varios deportes, demostrando poseer un poder

discriminativo entre niveles (Gabbett, Kelly, & Pezet, 2008; Kaplan, Erkmen, &

Taskin, 2009).

La mayoría de las investigaciones sobre el rendimiento en acciones de agilidad

y/o el cambio de dirección se ha referido a los mecanismos de lesión (Besier,

Lloyd, & Ackland, 2003; Besier, Lloyd, Cochrane, & Ackland, 2001; Landry,

McKean, Hubley-Kozey, Stanish, & Deluzio, 2009; Sanna & O'Connor, 2008;

AGILIDAD REACTIVA

VELOCIDAD CAMBIO DE DIRECCIÓN TECNICA

SPRINT

FUERZA DE PIERNAS

FACTORES PERCEPTIVOS

ANTROPOMETRIA

ESCANEO

CONOCIMIENTO DE LAS SITUACIONES

ANTICIPACIÓN

COORDINACIÓN

FUERZA REACTIVA

POTENCIA Y FUERZA CONCENTRICA

DEFICIT BILATERAL IZQ-DER

Figura 5. Modelo teórico indicando los principales factores que determinan la agilidad reactiva

(adaptado de Young WB 2006)

Page 109: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

90

Wallace, Kernozek, & Bothwell, 2007; Zebis, et al., 2008) y, no tanto, a la

mecánica de este tipo de movimientos en lo que respecta a la optimización del

rendimiento (Chaouachi, et al., 2009; Delextrat & Cohen, 2009; Jones, et al.,

2009; C. Meylan, et al., 2009; Young, James, & Montgomery, 2002).

Sabiendo la importancia creciente de entender la agilidad como una capacidad

compleja integral donde los procesos de toma de decisiones son incluídos y

considerados, a continuación iniciaremos una revisión con un pequeño

apartado sobre lo que consideraremos agilidad reactiva tal y como la entienden

Oliver et al (2010). No obstante, durante la siguiente parte de la revisión, el

concepto de agilidad no será tratado como tal, sino que en todo momento se

hablará de la velocidad en el cambio de dirección, concepto que está más

consensuado por la literatura científica

3.1 AGILIDAD REACTIVA Como se ha comentado en la introducción, el concepto de agilidad se entiende

como un componente de rendimiento complejo. A pesar de que todavía no está

clara su definición y los componentes que la integran, recientemente se está

considerando que sus requerimientos no sólo tienen que ver con la capacidad

de velocidad en el cambio de dirección, sino también con las habilidades

perceptivas (Serpell, Ford, & Young, 2010a). Este argumento sugiere que la

agilidad es multifactorial y que por sí misma requiere una interacción de un

número de componentes del rendimiento en un entorno variable y/o en

respuesta a un estímulo impredecible, requiriendo una constante adaptación

por parte del jugador y, por lo tanto, una capacidad para percibir y tomar

decisiones así como para reaccionar rápido (Serpell, Young, & Ford, 2010).

La mayoría de las investigaciones sobre la agilidad se han centrado en los tests

de velocidad de cambio de dirección sobre acciones predeterminadas (Jones,

et al., 2009; Mujika, Santisteban, & Castagna, 2009; Sporis, Jukic, Milanovic, &

Vucetic, 2010), pero recientemente se han realizado varios estudios sobre los

componentes perceptivos de la agilidad (Gabbett & Benton, 2009; Oliver &

Meyers, 2009; Young & Willey, 2010).

Page 110: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

91

Esto ha provocado una línea de investigación emergente acerca de la

evaluación y análisis de la diferencia entre la realización de patrones cerrados y

establecidos y patrones abiertos o imprevistos.

Así, los tests de agilidad reactiva requieren que los jugadores cambien de

dirección con velocidad y respondan a un estímulo impredecible. Las variables

utilizadas en este tipo de test han sido el tiempo total del test, el tiempo de

decisión (TD) y el tiempo de respuesta del movimiento (TRM) (Sheppard,

Young, Doyle, Sheppard, & Newton, 2006; Young & Willey, 2010) (Figura 6).

Se ha encontrado una capacidad anticipatoria superior en los jugadores de

primer nivel (Gabbett, Kelly, et al., 2008; Serpell, Young, et al., 2010), lo que

sugiere que estos jugadores tienen una mayor capacidad de extraer

información relevante, por identificación de señales de la postura presentada

por el evaluador y son capaces de descartar información irrelevante. Además,

los resultados muestran que el tiempo de decisión tiene una elevada relación

con el tiempo total del test, lo que sugiere que las habilidades perceptivas

pueden influir potencialmente en el rendimiento de la agilidad (Young & Willey,

2010). En conjunto, estos resultados demuestran la utilidad práctica de los tests

Figura 6: Ilustración

esquemática del test de

Agilidad Reactiva (RAT)

Page 111: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

92

de agilidad reactiva (RAT) para evaluar los componentes perceptivos de la

agilidad.

En el test RAT de Young et al (2002), el estímulo es efectuado por jugadores

en una situación real de juego, ejecutando uno de los 4 movimientos

estandards descritos en su estudio. En la misma línea (Farrow, Young, &

Bruce, 2005) desarrollaron un test RAT específico para netball donde las

jugadoras reaccionaban a clips de video de oponentes pasándose el balón,

con el objetivo de cambiar de dirección para interceptarlo. Los clips ocluían el

punto donde se liberaba el balón. Otros estudios utilizaron estímulos luminosos

o estímulos sin información específica a los que el jugador debía reaccionar

como valoración general de reacción (Besier, Lloyd, Ackland, & Cochrane,

2001; Ford, Myer, Toms, & Hewett, 2005; Galpin, Li, Lohnes, & Schilling, 2008;

Landry, et al., 2009).

Por otro lado, es importante tener en consideración el tipo y tiempo de

estímulos presentados durante los tests de agilidad reactiva o estímulos

imprevistos (Oliver & Meyers, 2009). Reaccionar a un estímulo impredecible

(general y/o sin información selectiva) con poco tiempo de análisis, no permite

una anticipación para el análisis de información y aumenta la carga externa

sobre la rodilla durante el apoyo del cambio de dirección, a la vez que provoca

variaciones en los patrones neuromusculares, previos y en el inicio del contacto

del cambio de dirección (Besier, Lloyd, Ackland, et al., 2001; Besier, Lloyd,

Cochrane, et al., 2001; McLean, Lipfert, & van den Bogert, 2004).

Esta presentación y los tipos de estímulos difieren de los presentados por

situaciones de juego en clips de vídeo o jugadores en vivo que presentan

información específica del deporte y permite una anticipación, y, por lo tanto, un

ajuste corporal a la respuesta (Farrow, et al., 2005; Sheppard & Young, 2006).

Algunos estudios han valorado el comportamiento biomecánico y

neuromuscular de la extremidad inferior ante situaciones de juego real y otros

en clips de vídeo, por lo que ante situaciones imprevisibles pero con

información relevante para poder anticipar el movimiento, no sabemos qué

comportamiento postural se producirá o si existen diferencias entre niveles de

Page 112: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

93

jugadores como parece que podría ocurrir. Es importante determinar estas

diferencias a la hora de la posible evaluación de estas respuestas como

valoración de las capacidades perceptivas, así como considerarlo de

importancia fundamental a la hora de realizar protocolos de entrenamiento

tanto de aumento del rendimiento de la agilidad reactiva como de prevención

de lesiones articulares y/o musculares.

Los tests de agilidad reactiva más utilizados dan información relevante a la que

reaccionar midiendo el tiempo de respuesta y el tiempo total, lo que permite

determinar qué factores de la agilidad reactiva deben ser más entrenados

(Gabbett, Kelly, et al., 2008; Sheppard, et al., 2006; Young & Willey, 2010). De

esta manera, se podrían identificar los déficits del jugador y, crear los

protocolos más adecuados a sus necesidades, sean condicionales y/o

perceptivos y/o de toma de decisiones.

Por último, la realización de un entrenamiento en laboratorio con visionado de

clips de situaciones de juego con hándicaps mejoró los factores perceptivos y

de toma de decisión de la agilidad reactiva, medidos mediante el test RAT

(Serpell, Ford, & Young, 2010b) Esto implica la posibilidad de desarrollar la

capacidad de identificar señales cinemáticas (preíndices) de los oponentes y

así reaccionar rápido. Por lo tanto, sería de esperar que aquellos jugadores

entrenados en situaciones de juego específicas o con protocolos de

entrenamiento condicional específico con situaciones imprevistas, puedan

transferir de forma más efectiva sus mejoras al entorno real de juego y sean

menos propensos a lesionarse.

Page 113: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

94

3.2 VELOCIDAD CAMBIO DE DIRECCIÓN 3.2.1 FACTORES DETERMINANTES 3.2.1.1 FACTORES CONDICIONALES 3.2.1.1.1 VELOCIDAD EN DESPLAZAMIENTO LINEAL Durante mucho tiempo y aún hoy en día, son muchos los entrenadores que consideran que el éxito en las acciones con cambios de dirección está

influenciado por la velocidad lineal y la aceleración en base a tests de máxima

intensidad en desplazamiento lineal. Sin embargo, en los últimos años,

encontramos un creciente interés por considerar la posibilidad de que los

desplazamientos con cambios de dirección o lineales puedan ser capacidades

diferentes y que, por lo tanto, no sea recomendable evaluar los primeros con

tests de desplazamiento lineal.

La relación entre estas dos capacidades, velocidad lineal y velocidad con

cambios de dirección, no está clara en la literatura por la disparidad de

opiniones. Hay autores que confirman una naturaleza independiente entre las

dos capacidades, al no encontrar relación o bajas correlaciones entre las dos

capacidades (Buttifant, 2002; Draper & Lancaster, 1985 ; Young, McDowell, &

Scarlett, 2001). Sin embargo, otros autores consideran que hay una fuerte

relación entre la velocidad lineal y la velocidad en los cambios de dirección

(Graham-Smith & Lees, 2005; Vescovi, Brown, & Murray, 2007). Esta

discrepancia puede deberse a las diferencias metodológicas, los tests de

cambio de dirección utilizados, el nivel de la población utilizada y al tamaño de

la muestra del estudio.

Young, et al (2001) encontraron en su estudio sobre el entrenamiento

específico en diferentes desplazamientos que cuanto mayor era el ángulo y el

número de cambios de dirección en el desplazamiento, menor correlación

había con el desplazamiento lineal. Este puede ser un punto discriminativo

entre los estudios, ya que la mayoría de estudios que han encontrado una

elevada correlación entre velocidad lineal y con cambios de dirección utilizan

tests con un único cambio de dirección en una población amateur.

Page 114: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

95

Little et al (2005), realizaron un estudio con la intención de determinar la

correlación existente entre la aceleración, la velocidad máxima y el

desplazamiento máximo con implicación de cambios de dirección, encontrando

una correlación baja entre las tres, acentuándose esta relación entre la

aceleración y el desplazamiento con cambios de dirección. Atribuyen la baja

correlación a los diferentes factores fisiológicos y biomecánicos, que

contribuyen a la mejora específica del rendimiento en cada disciplina analizada.

Estos resultados convergen con los de Vescovi et al (2007), donde encontraron

que la asociación entre las acciones con cambios de dirección y la velocidad

lineal se hacen más fuertes cuando las distancias del sprint lineal aumentan.

Por otro lado, Nimphius et al. (2010) encontraron altas correlaciones (0.73-

0.98) entre los test de velocidad y de agilidad (505 test) realizados en

jugadoras de softball, excepto para el test 505 llevado a cabo con la pierna

dominante. Además, estas correlaciones, se mantuvieron durante los tres

momentos de la temporada en los que fueron realizados los tests. Estos

resultados son similares a los obtenidos por Buchheit et al. (2012) en jugadores

franceses de deportes de equipo. Dichos autores encontraron correlaciones

moderadas y altas (0.63-0.76) entre un sprint de 30 metros y un sprint con dos

cambios de dirección, en diferentes ángulos (45º-90º-135º). No obstante, es

necesario resaltar que las correlaciones, entre los sprints con cambios de

dirección en las diferentes angulaciones, fueron inferiores (0.45-0.56). Por el

contrario, Salaj & Markovic (2011) obtuvieron resultados contrarios,

concluyendo que las habilidades de cambiar de dirección y de velocidad debían

ser entrenadas de manera independiente, ya que las correlaciones observadas

fueron muy bajas (0.18-0.43).

Por lo tanto, se deberían tener en cuenta el número de cambios de dirección,

los ángulos y las distancias recorridas para determinar si determinadas

capacidades se podrían considerar como generales o independientes en el

proceso de entrenamiento y evaluación.

Page 115: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

96

Esto sugiere que la velocidad lineal y la que incluye cambios de dirección son

capacidades diferentes y por consiguiente, han de ser valoradas y entrenadas

específicamente.

3.2.1.1.2 MANIFESTACIONES DE FUERZA

A pesar de la importante función que desarrolla el cambio de dirección, la

frenada y la aceleración en el rendimiento de muchos deportes de equipo y de

raqueta poco se sabe acerca de sus bases fisiológicas y musculares.

El patrón motor sobre el que se centra esta tesis consiste en rápidas y

acentuadas fases de desaceleración y frenada donde la musculatura trabaja de

forma excéntrica, seguida de una rápida aceleración, donde la musculatura

genera la fuerza de forma concéntrica (Markovic, et al., 2007).

Algunos autores han aportado que la fuerza vertical de reacción al suelo

impuesta por la pierna externa durante la fase de contacto en el cambio de

dirección puede exceder los 2000 N (más de tres veces el peso corporal

(Simonsen, et al., 2000), mientras que la activación muscular del cuádriceps

puede ser tan alta como el 160% de la fuerza voluntaria máxima (Colby, et al.,

2000). Esto lleva a hipotetizar que una elevada fuerza y potencia extensora de

piernas puede conducir a un mejor rendimiento en este tipo de acciones.

Muchos son los estudios que se han preocupado por encontrar las variables de

fuerza que mejor correlacionan con

estas acciones, como por ejemplo

valorando la fuerza isocinética (Graham-

Smith & Lees, 2005; Jones, et al., 2009),

la fuerza reactiva medida con test de

salto con contramovimiento (“CMJ”)

(Barnes, et al., 2007) o con un test de

salto en caída (“DJ) (Hoffman,

Ratamess, Klatt, Faigenbaum, & Kang,

2007) pero en todos ellos las

correlaciones han resultado ser bajas. Figura 7. Ejercicio One-leg rising

Page 116: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

97

Así, Markovic (2007) analizó mediante 6 tests la fuerza extensora de piernas

(1RM, isométrico y “one-leg rising”) y la potencia (“squat jump”, 10 saltos

consecutivos mínimo tiempo contacto y detente horizontal), encontrando bajas

correlaciones en los tests y sólo observándose una pequeña relación en el one-

leg rising, un test unilateral donde el sujeto se coloca sobre una plataforma con

la pierna dominante apoyada sobre ella, mientras que con la otra pierna se

extiende verticalmente al lado de una caja. La altura de la plataforma se ajusta

individualmente al sujeto de forma que la flexión de la pierna dominante

alcance los 90º de flexión cuando el talón de la pierna no dominante toca el

suelo al final del movimiento. El test valora el número de veces que el sujeto es

capaz de realizar el movimiento de flexión y extensión sin descanso durante las

fases de flexión y extensión.

Young et al (2000) analizaron con diferentes tests diferentes variables de

fuerza. En este caso valoraron la fuerza extensora de forma isocinética y la

fuerza reactiva con drop jump unilateral y bilateral. Las correlaciones con las

variables isocinéticas fueron bajas, pero se encontró una correlación moderada

y significativa con el DJ unilateral justificado en parte por la sobrecarga

excéntrica generada en el test. Además, la gran diferencia con los estudios

comentados previamente es la utilización de la acción unilateral.

Por otro lado, la dirección de la aplicación de fuerza también puede ser un

elemento importante a tener en cuenta como elemento predictor del

rendimiento en los cambios de dirección. (Meylan, et al., 2009), valoraron la

correlación existente entre tres tests con direcciones diferentes (vertical,

horizontal y lateral) con un test de cambios de dirección, encontrando

independencia entre los tests de salto. Por ello, sugirieron que representan

cualidades de fuerza/potencia diferentes. Además, la capacidad de los tests

utilizados para predecir el rendimiento en el cambio de dirección fue limitada,

sólo encontrándose unas bajas correlaciones en el salto con componente

horizontal.

Valorando los estudios anteriores, parece ser que aquellas acciones reactivas

con alta sobrecarga excéntrica de forma unilateral con una aplicación de la

Page 117: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

98

fuerza preferentemente horizontal pueden ser las que más condicionen el

rendimiento en el cambio de dirección, siendo importantes a la hora de

programar protocolos de entrenamiento para la mejora del cambio de dirección.

De hecho, Young et al (2006), en sus conclusiones, ya apuntaron la necesidad

de considerar otros factores aparte de la fuerza y potencia, siendo estas

consideraciones confirmadas en la revisión de Brughelli, Cronin, Levin, &

Chaouachi (2008). En un estudio reciente (Chaouachi, et al., 2011),

comprobaron que, tras analizar los posibles determinantes de dos tipos de

cambios de dirección (T-test y 5m SS), el análisis multivariante explicaba el

45% y el 48% mediante 8 y 10 variables respectivamente, confirmando la

naturaleza multifactorial del cambio de dirección. Además, se consideró la

importancia de utilizar acciones que imitaran las situaciones cruciales de los

partidos de fútbol para su entrenamiento (Chaouachi, et al., 2011).

3.2.1.2 FACTORES TÉCNICOS

La corrección y mejora de la técnica de un patrón motor siempre se ha

considerado como variable de mejora en el rendimiento. En el caso del cambio

de dirección la modificación de la técnica y su mejora viene justificada en la

literatura por dos razones: la mejora del rendimiento y la prevención de

lesiones.

La técnica de carrera se ha sugerido que desempeña un papel importante en el

rendimiento de los sprints con cambios de dirección (Sayers, Clarkson, & Lee,

2000). Sayers et al. (2000) ponen de manifiesto la especificidad entre el

entrenamiento de la técnica del sprint y el entrenamiento de la técnica para las

acciones que requieren cambios de dirección.

Durante la competición, la mayoría de lesiones de ligamento cruzado derivadas

del no contacto tienen lugar, con independencia del deporte (Zebis, et al., 2008)

y acción analizada (Cortes, Onate, & Van Lunen, 2011) en acciones de

aterrizaje y en acciones de cambio de dirección, sobre todo las realizadas con

salida abierta (“side-step”) (Cochrane, Lloyd, Buttfield, Seward, & McGivern,

2007; Colby, et al., 2000) y en situaciones no esperadas (Besier, Lloyd,

Ackland, et al., 2001). El aumento de la carga producida sobre la articulación

Page 118: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

99

de la rodilla en una posición alterada de su ángulo con mayores momentos

sobre valgo y rotación interna llevan a la rodilla a una situación de no retorno.

El análisis de video ha proporcionado nuevas pistas acerca de los mecanismos

de lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) en deportistas que han

mostrado posturas del cuerpo similares durante las tareas de cambio de

dirección abierto dando lugar a la lesión del LCA. En concreto, en el contacto

inicial, estas posturas han sido; abducción de la cadera, articulación de la

rodilla extendida, rotación externa del pie, y flexión lateral con rotación del torso

(Dempsey, et al., 2007).

La infinidad de variaciones en la relación entre el ángulo y velocidades a las

que se realizan los cambios de dirección hace difícil una limitación de la técnica

específica, aunque parece que hay unos criterios más o menos establecidos.

Algunos autores hablan de que una disminución del centro de gravedad y una

mayor inclinación del cuerpo hacia delante puede ayudar en las acciones de

aceleración y deceleración posteriores y previas al cambio de dirección

(Sayers, et al., 2000; Sheppard & Young, 2006). Además, (Tominaga, et al.,

2010) aprecian que los jugadores de fútbol con mayor rendimiento en estas

acciones muestran un menor ángulo de la rodilla de la pierna de apoyo en un

periodo corto de tiempo y una disminución del ángulo de la articulación del

tobillo, lo que podría producir una mayor potencia horizontal para el cambio de

dirección.

Además debemos resaltar las modificaciones para minimizar el riesgo de

lesión, como el acercar el pie de apoyo al plano medio corporal, una alineación

neutra del pie y mantener el cuerpo erguido en la dirección del recorrido

(Chaudhari, Hearn, & Andriacchi, 2005; Dempsey, Lloyd, Elliott, Steele, &

Munro, 2009; Dempsey, et al., 2007). Se debería evitar limitar el brazo opuesto

(transporte de balón) al pie de contacto durante el cambio de dirección y la

alteración de la libertad o limitación de los brazos durante el cambio de

dirección (Chaudhari, et al., 2005).

Parece ser que modificando la técnica de ejecución del cambio de dirección

abierto se puede minimizar el riesgo de lesión. Dempsey et al (2009) muestran

Page 119: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

100

que un periodo de entrenamiento orientado a la mejora de la técnica, utilizando

las pautas planteadas de prevención de lesión, es efectivo en la reducción del

pico de carga en valgo de la rodilla (disminución de un 36%), tanto en acciones

previstas como imprevistas, además, de no alterar el rendimiento de la acción.

No obstante, no se conocen datos de mejoras del rendimiento mediante

protocolos de entrenamiento de la técnica de forma aislada.

Los patrones motores de los adultos, particularmente en la élite, pueden ser

difíciles de cambiar, especialmente ante situaciones inesperadas. Por lo que

podría ser necesario que los ajustes corporales necesarios para la mejora del

rendimiento y prevención de lesiones para la velocidad de los cambios de

dirección fueran incorporados en los protocolos de entrenamiento de los

jóvenes (Dempsey, et al., 2009; Miller Michael, Jeremy J. Herniman, Mark D.

Ricard, Cheatham, & Michael., 2006).

3.3 ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD DE CAMBIOS DE DIR ECCIÓN

Los estudios sobre el cambio de dirección se han centrado en el análisis de los

factores determinantes para el rendimiento y en las características

biomecánicas y neuromusculares de las acciones vinculadas a la lesión

(Besier, et al., 2003; Landry, et al., 2009; Nyland, Caborn, Shapiro, & Johnson,

1997, 1999).

El conocimiento sobre estos dos campos ha suscitado el diseño de diferentes

protocolos con orientación centrada en la mejora del rendimiento y/o la

reducción del riesgo de lesión.

En los últimos años, se han publicado diferentes estudios que no encuentran

correlación entre el rendimiento en el cambio de dirección y diferentes

manifestaciones de fuerza. Sin embargo, se encuentran diversos estudios

longitudinales implementando diferentes protocolos de fuerza con el objetivo de

valorar las mejoras en el rendimiento del cambio de dirección (Cronin, McNair,

& Marshall, 2003; Hoffman, Cooper, Wendell, & Kang, 2004; Hoffman, et al.,

2005; Tricoli, Lamas, Carnevale, & Ugrinowitsch, 2005) encontrando mejoras

Page 120: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

101

en las manifestaciones de potencia, fuerza, en acciones lineales, pero no en el

cambio de dirección.

Hoffman et al (2005) desarrollaron en su estudio un entrenamiento tradicional

de fuerza y potencia durante 15 semanas. Un grupo realizaba ejercicios

olímpicos y otro grupo realizaba ejercicios de potencia generales. En ninguno

de los dos grupos se encontraron mejoras sobre los tests que implicaban

cambios de dirección (T-Test). Tricoli et al (2005) investigaron los efectos de

levantamientos olímpicos y saltos verticales sobre los cambios de dirección por

un periodo de 8 semanas, sin obtener mejoras.

Esto permite especular que los estudios que desarrollan protocolos de

entrenamiento principalmente con ejercicios que generan la fuerza en dirección

vertical no tienen transferencia sobre el rendimiento en las acciones con

cambio de dirección. Sin embargo, sí encontramos algún estudio que

implicando dirección de fuerza vertical en sus ejercicios reduce el tiempo en

acciones con cambios de dirección, utilizando DJ, una acción que implica altas

velocidades y aumento de fuerza excéntrica, patrón similar al cambio de

dirección (McBride, Triplett-McBride, Davie, & Newton, 2002). Con el objeto de

aprovechar fuerzas elevadas, se necesita una base de alta carga excéntrica, la

cual puede ser desarrollada por un entrenamiento con DJ. Así, podría decirse

que mientras un entrenamiento de fuerza y potencia en dirección vertical no

mejora el rendimiento del cambio de dirección, un estímulo con sobrecarga

excéntrica puede ser la razón de la mejora del rendimiento. Además, la gran

mayoría de estudios que realizan programas de entrenamiento pliométrico

implicando acciones de salto en diferentes direcciones y de forma unilateral y

bilateral producen mejoras sobre el rendimiento en las acciones con cambios

de dirección (Malisoux, Francaux, Nielens, & Theisen, 2006; Miller Michael, et

al., 2006).

Por otro lado, también se han presentado estrategias de entrenamiento con

una gran riqueza motriz demostrando ser beneficiosas para la mejora en los

cambios de dirección. Por ejemplo, el entrenamiento complejo (“complex

training”) (Ebben & Jensen, 1998), estrategia de entrenamiento que consiste en

Page 121: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

102

combinar ejercicios de potencia/fuerza con los ejercicios específicos del

deporte o entrenamiento que alterna cargas altas con ejercicios pliométricos

(Alves, Rebelo, & Sampaio, 2010) o el sistema SAQ (“sprint, agility and

quickness”), sistema de ejercicios progresivos con el objetivo de mejorar las

capacidades del jugador para ser más rápido y preciso en las acciones de

juego, incorporando ejercicios de fuerza, de agilidad y velocidad. Estos tipos de

entrenamiento han confirmado ser eficaces de cara a mejorar diferentes

capacidades funcionales (Bloomfield, Polman, O'Donoghue, & McNaughton,

2007; Jovanovic, Sporis, Omrcen, & Fiorentini, 2010), así como para mejorar la

velocidad en los cambios de dirección (Alves, et al., 2010; Polman, Walsh,

Bloomfield, & Nesti, 2004).

Por lo tanto, en base a la información disponible, podría decirse que un

entrenamiento que implique variaciones en las manifestaciones de fuerza y una

variedad de acciones que impliquen tanto variaciones en las direcciones, como

el uso de acciones bilaterales y/o unilaterales con alto grado de sobrecarga

excéntrica podrían ser más eficaces que crear protocolos de entrenamiento

centrados en una sola manifestación con orientación vertical de la fuerza.

Respecto a la prevención de las lesiones articulares, encontramos que los

entrenamientos con orientación neuromuscular, de fuerza y/o propiocepción

producen cambios en la activación de los patrones neuromusculares

beneficiosos para disminuir los puntos críticos de lesión (Mandelbaum, et al.,

2005; Myklebust, et al., 2003; Bencke, Naesborg, Simonsen, & Klausen, 2000).

Con un entrenamiento pliométrico, se obtuvieron mejoras relacionadas con la

co-contracción, produciéndose, tras el entrenamiento, una fase más corta de

contacto en la fase de impulso. Además, Zebis et al., (2008) tras un

entrenamiento neuromuscular y propioceptivo, encontraron un aumento del

ratio de actividad entre músculo semitendinoso y bíceps femoral pudiendo

limitar una excesiva rotación externa de la tibia y una compresión lateral

articular durante el cambio de dirección lo que puede reducir el riesgo de lesión

por un aumento del valgo dinámico.

Page 122: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

103

Otro aspecto importante que podría ser perfectamente un tema único a tratar

es la especificidad del entrenamiento. Así, encontramos en la literatura estudios

que han analizado la transferencia específica al deporte de entrenamientos que

utilizan cambios de dirección y acciones lineales.

Young et al (2001) realizaron un estudio donde generaron dos grupos que

realizaban dos entrenamientos específicos diferentes, un grupo solo entrenaba

con desplazamientos lineales a máxima intensidad, y el otro grupo entrenaba

con desplazamientos con cambios de dirección.

El objetivo fue determinar :

- Si el entrenamiento en desplazamiento lineal se transfiere a acciones de

cambio de dirección con variación de la complejidad.

- Si el entrenamiento con desplazamientos complejos de cambio de

dirección puede mejorar la velocidad en desplazamiento lineal.

Sus resultados fueron bastante concluyentes, se encontraron mejoras

específicas según el tipo de entrenamiento y test utilizado.

3.4 CONCLUSIONES DEL CAPÍTULO: El cambio de dirección se considera como un elemento importante de estudio

tanto en el ámbito del rendimiento como en el ámbito médico.

El análisis del perfil de actividad en los deportes multisprint refleja la

importancia de los cambios de dirección, aceleraciones y frenadas en las

acciones de alta intensidad. Esto ha provocado el interés por comprender la

mecánica de este tipo de patrones de movimiento. Por un lado se ha descrito

una capacidad de velocidad de cambio de dirección de suma importancia para

el éxito del partido y, por otro lado, se ha definido el potencial lesional del

patrón motor estableciéndose criterios para la prevención de lesiones.

La velocidad en el cambio de dirección se ha denominado agilidad, integrado a

este concepto factores condicionales, perceptivos y de toma de decisión. Con

el fin de diferenciar y reducir la complejidad y la falta de consenso del concepto

de agilidad, se diferencia entre velocidad de cambio de dirección y agilidad

Page 123: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO EL CAMBIO DE DIRECCION

104

reactiva, estableciéndose la diferencia en el conocimiento previo o no de la

acción a realizar.

Los factores que determinan la velocidad del cambio de dirección son varios: la

velocidad lineal, la fuerza, la potencia y la técnica. Sin embargo, ninguno de

ellos presenta una característica clara y jerárquica. Debido a esto, se

encuentran diferentes medios para la mejora de esta capacidad. A pesar de no

estar corroborado científicamente parece ser que el mejor medio de

entrenamiento sería un trabajo excéntrico que incluyese acciones unilaterales

multidireccionales, preferentemente laterales y/o horizontales. Además, el

factor de imprevisibilidad también se debería de considerar a la hora de diseñar

las tareas.

Page 124: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCION

105

LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN

Durante toda la parte teórica de esta tesis hemos resaltado la consideración de

que tanto la capacidad de RS como la participación de los jugadores en

acciones que implican cambios de dirección, frenadas y aceleraciones son dos

elementos claves del rendimiento en los deportes de equipo. Sin embargo,

hasta hace bien poco no se ha tenido en la comunidad científica un interés en

la capacidad de repetir cambios de dirección (CRCD).

Principalmente, el interés se ha centrado en el estudio de la alteración de

diferentes parámetros vinculados a la lesión (Small, McNaughton, Greig, &

Lovell, 2010; Zebis, et al., 2010). Otros estudios han observado los efectos de

la fatiga en la afectación de parámetros mecánicos como la contracción

voluntaria máxima (CVM) y el gradiente de fuerza (RFD “rate force

development”) en deportes intermitentes como el fútbol (Greig, 2008; Small,

McNaughton, Greig, & Lovell, 2010), el balonmano (Thorlund, et al., 2008;

Zebis, et al., 2010), el tenis (Girard & Millet, 2008) o el squash (Girard, Micallef,

Noual, & Millet, 2010). Así, se ha encontrado que la implicación del cambio de

dirección en acciones repetidas de alta a máxima intensidad aumenta el riesgo

de lesión y disminuye en mayor medida los parámetros mecánicos estudiados

(CVM y RFD). Este fenómeno es mayor en los deportes de cancha, por el

evidente aumento de cambios de dirección con mayor intensidad en las

frenadas y aceleraciones.

Por otro lado, también se ha suscitado el interés por analizar y desarrollar

procedimientos específicos y válidos para cada deporte, de cara a evaluar y

mejorar las condiciones de los jugadores y optimizar las adaptaciones a la

competición y al entrenamiento, que pueden perderse por medio de

procedimientos no específicos y/o menos sensibles (Haj-Sassi, et al., 2011;

Wong, Chan, & Smith, 2011b).

Pocos estudios de momento se han centrado en la capacidad de repetir

cambios de dirección (CRCD) (Walklate, O'Brien, Paton, & Young, 2009;

Page 125: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCION

106

Wilkinson, et al., 2012b) y muy pocos han estudiado la posible especificidad

entre la CRS y CRCD (Buchheit, Bishop, et al., 2010; Buchheit, Haydar, et al.,

2012; Haj-Sassi, et al., 2009b; Wilkinson, McCord, & Winter, 2010; Wong, et al.,

2011b), existiendo mucha controversia en los resultados obtenidos. Mientras

unos valoran la independencia entre las dos capacidades (Haj-Sassi, et al.,

2009b; Wong, et al., 2011b), otros ofrecen resultados opuestos considerando a

la CRS como una capacidad general que incluye a los cambios de dirección

(Buchheit, Bishop, et al., 2010; Buchheit, Haydar, et al., 2012).

Estas afirmaciones contrarias pueden ser debidas a la muestra utilizada o al

test requerido, pero parece ser que la mayor especificidad de la prueba a las

necesidades del deporte provoca mayor independencia entre la CRCD y la

CRS (Wilkinson, et al., 2010). Además, la CRCD parece discriminar entre el

nivel de los jugadores (Wilkinson, et al., 2012b). Asimismo, el aumento en el

número y/o el ángulo de salida de los cambios de dirección parece provocar

respuestas fisiológicas diferentes (Buchheit, Haydar, et al., 2012).

Por lo tanto, parece fundamental crear protocolos específicos a la realidad del

deporte analizado y diferenciar aquellos tests y/o ejercicios de la CRS que con

cambios de dirección, cumpliendo determinados requisitos, podrían utilizarse

de manera comparativa y evaluar y/o desarrollar la misma capacidad de los

que deben discriminarse como diferentes (CRCD).

Por otro lado, también se han abierto diferentes líneas de investigación con la

intención de valorar la correlación existente entre la capacidad de repetir

cambios de dirección con otras capacidades para valorar su potencial como

medio de entrenamiento y test de valoración. Así aparecen resultados que

indican una correlación significativa entre la CRCD y el test de valoración

anaeróbica WINGATE y con diferentes tipos de saltos como los horizontales

(“five jump test”) o el DJ con la pierna dominante (Haj-Sassi, et al., 2011; Haj-

Sassi, et al., 2009b).

Así, diferentes medios de entrenamiento específicos (Fernandez-Fernandez,

Zimek, Wiewelhove, & Ferrauti, 2012a) o que integran acciones repetidas de

cambios de dirección , como los juegos reducidos (small-sided games) (Dellal,

Page 126: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCION

107

Varliette, Owen, Chirico, & Pialoux, 2011a) pueden ser igual de efectivos que

métodos de entrenamiento de alta intensidad continua para la mejora de la

capacidad aeróbica. Además, se ha encontrado que suplementando un

entrenamiento específico de CRCD a un entrenamiento regular puede

obtenerse un aumento adicional de esta capacidad superior al de un

entrenamiento regular pudiendo considerarse como una buena estrategia para

la mejora del rendimiento (Dellal, et al., 2011a)

Sin embargo, se necesitan estudios adicionales que permitan avanzar en el

conocimiento de la CRCD para dilucidar la repercusión de sus efectos de

entrenamiento así como hasta qué punto se diferencia o no, y en qué

circunstancias, de la CRS.

Page 127: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II. MARCO TEÓRICO LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCION

108

Page 128: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

109

III. PARTE EXPERIMENTAL

- OBJETIVOS

- ESTUDIOS

ESTUDIO 1

ESTUDIO 2

ESTUDIO 3

ESTUDIO 4

- CONCLUSIONES

- PERSPECTIVAS DE FUTURO

Page 129: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

110

Page 130: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL OBJETIVOS

111

III . PARTE EXPERIMENTAL

OBJETIVOS La capacidad de repetir sprints se considera como una capacidad importante

en los deportes de equipo y de raqueta, pero hasta ahora esta capacidad se ha

considerado una capacidad general independientemente del patrón de

movimiento realizado en las acciones de alta intensidad. Nosotros

consideramos que la inclusión del cambio de dirección en acciones

intermitentes de alta intensidad puede implicar necesidades de rendimiento

diferentes y por ello nuestro objetivo general de la tesis es:

OBJETIVO GENERAL : - Evaluar la independencia de naturaleza de las acciones de alta intensidad

intermitentes con cambios de dirección respecto a las acciones lineales para

poder considerar, la capacidad de repetir cambios de dirección como una

capacidad independiente y fundamental en los deportes de equipo.

Para confirmar el objetivo se han realizado 4 estudios con objetivos

específicos para cada uno de ellos.

ESTUDIO 1:

- Describir el potencial de especificidad entre los ejercicios de RCD y los

RS.

ESTUDIO 2:

- Examinar el efecto de la fatiga aguda en las propiedades mecánicas y

contráctiles del músculo evaluados mediante el pico de potencia

mecánica y el desplazamiento máximo radial del vasto lateral (Dm) en

un ejercicio de CRCD.

Page 131: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL OBJETIVOS

112

- Comparar la fatiga aguda entre un ejercicio de CRCD y un ejercicio de

CRS de las mismas características en distancia, número de repeticiones

y tiempo de recuperación entre repeticiones.

ESTUDIO 3:

- Comprobar cómo un entrenamiento de ERS o de ERCD añadido a uno

regular de hockey confiere alguna ventaja en el rendimiento específico,

manteniendo el concepto de especificidad entre estos dos regímenes de

entrenamiento.

ESTUDIO 4:

- Examinar la relación entre la potencia del lunge lateral utilizando la

tecnología isoinercial y el rendimiento en un ejercicio de velocidad con

cambio de dirección y un ejercicio CRCD.

- Comparar el nivel de fuerza y potencia de cada una de las piernas.

- Identificar la posible independencia entre las manifestaciones de

potencia valoradas en este ejercicio.

Page 132: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL RESUMEN ESTUDIOS

113

RESUMEN ESTUDIOS ESTUDIO 1:

Con el objeto de examinar el potencial de especificidad entre los ejercicios

RCD y los ejercicios RS, 10 jugadores de hockey realizaron en dos momentos

diferentes, separados por 48 h, dos secuencias de acciones repetidas sin (15 x

25 m desplazamiento lineal) o con cambios de dirección (15 x 25 m con 4

cambios de dirección, 1 cada 5 metros con un ángulo de salida de 135º). La

fiabilidad fue alta para los dos ejercicios (CCI= 0,93 para RCD y 0,98 para RS).

Para cada ejercicio se valoró el tiempo mínimo, el tiempo medio y el índice de

fatiga. Los coeficientes de correlación (tiempo medio= 0,67/ mínimo tiempo=

0,65) y el r2 (0,45 el tiempo medio y 0,43 el mínimo tiempo) describieron las

relaciones entre los dos ejercicios, siendo < 0.70% y < 50%, tanto para el mejor

tiempo como para el tiempo medio. Estos resultados reflejan que la CRCD se

puede considerar como una capacidad independiente de la CRS por lo que

ambas capacidades requieren un tratamiento diferente a la hora de diseñar

programas.

ESTUDIO 2:

El objetivo fue investigar los cambios en las propiedades mecánicas y

contráctiles del músculo, medidos por el pico de potencia mecánica y

desplazamiento máximo radial (Dm) del vasto lateral antes, durante y después

de la realización de un ejercicio de CRCD así como comparar los resultados

con los de un ejercicio de CRS de las mismas características en distancia,

número de repeticiones y tiempo de recuperación entre repeticiones. 10

jugadores de baloncesto realizaron en dos sesiones separadas, dos series de

10 repeticiones de los dos ejercicios repetidos (RS: 2 x 10 x 25 m

desplazamiento lineal vs RCD: 2 x 10 x 25 m con 4 cambios de dirección en

cada desplazamiento). Se evaluó: la evolución del tiempo durante la repetición

Page 133: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL RESUMEN ESTUDIOS

114

de las dos series, el desplazamiento máximo radial (Dm) del vasto lateral de

cada una de las piernas con tecnología TMG, antes, después y entre series de

carrera y la potencia mecánica de cada una de las piernas en un ejercicio de

“leg-press”, antes y después de finalizado el ejercicio. Los cambios pre y post

ejercicios fueron valorados empleando pruebas t-test de muestras pareadas y

para evaluar las interacciones entre las diferentes variables (Dm y potencia) se

utilizó un diseño mixto ANOVA de medidas repetidas. Los resultados nos

indican que la evolución de la disminución del rendimiento (aumento del tiempo

y decrecimiento potencia) tanto en los desplazamientos lineales como en

aquellos que incluían cambios de dirección fue similar. Sin embargo, la

repetición de series RCD provocó una mayor disminución del rendimiento

(fatiga) en la pierna dominante en comparación con la misma pierna en el

ejercicio RS y también en comparación con la pierna no dominante del ejercicio

RCD (en los valores de potencia y Dm). En conclusión, los ejercicios RS o RCD

tienen respuestas agudas diferentes sobre las propiedades mecánicas y

contráctiles de los músculos implicados y que estas diferencias en las

respuestas agudas se acentúan sobre la pierna dominante. Es por ello que es

recomendable tener en cuenta estas consideraciones en el análisis del

rendimiento de los jugadores de baloncesto.

ESTUDIO 3:

Este estudio compara los efectos de dos entrenamientos, ERS (entrenamiento

de repetir sprint) y ERCD (Entrenamiento de repetir cambios de dirección),

añadidos a un entrenamiento regular de hockey.

20 jugadores de hockey (10 hombres y 10 mujeres) fueron divididos en dos

grupos: ERS y ERCD donde realizaban el mismo volumen de repeticiones,

series y densidad de ejercicio, únicamente incorporando en el grupo ERCD 4

cambios de dirección de 135º de salida cada 5 m 2 veces por semana durante

6 semanas.

Page 134: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL RESUMEN ESTUDIOS

115

Se realizaron tests específicos de los dos tipos de ejercicios en los dos grupos,

antes y después de la intervención. Sin embargo, no se encontraron diferencias

significativas entre ambos tipos de entrenamiento. Ninguno de los programas

produjo mejoras significativas en el rendimiento del ejercicio RS, mientras que

en el ejercicio RCD los dos métodos obtuvieron cambios significativos

encontrándose en el ERCD las diferencias más elevadas (11,5% vs 3,6 en

mejor tiempo y 12,6% vs 7,8% en tiempo total). Estos resultados sugieren que

el ERCD añadido a un programa de entrenamiento específico de hockey

produce un aumento considerable en la CRCD.

ESTUDIO 4:

Se examinó la relación entre la potencia obtenida en el “lunge” lateral con

tecnología isoinercial (Versapulley (VP)) y el rendimiento obtenido en un

ejercicio de velocidad de cambio de dirección y un ejercicio de CRCD. 16

jugadores de deportes de equipo (20 ± 22 años) realizaron tres tests de

potencia en un “lunge” lateral con VP obteniéndose la potencia máxima,

mantenimiento de la potencia máxima y repetición de series de potencia

máxima (RPA), donde se valoraron potencia media y máxima para la fase

excéntrica y concéntrica del ejercicio para cada pierna. También se realizó un

ejercicio de RCD que consistía en 10 repeticiones de 25 m con cuatro cambios

de dirección de 135º de salida cada 5 m y con 25 s de descanso ente

repeticiones.

Los resultados reflejan una independencia entre las manifestaciones de

potencia máxima y mantenimiento de la potencia máxima (r=0,178 fase

concentrica; r=-0,016 fase excéntrica). Las correlaciones entre las

manifestaciones de potencia y el ejercicio de RCD reflejan una significación

negativa entre la Pmax exc y el IF de la CRCD (r=-0,49). Los resultados

sugieren que el entrenamiento dirigido a la mejora de la potencia máxima y el

mantenimiento de la potencia deben ser diferentes y que para conseguir

mejoras en el rendimiento de la CRCD, los deportistas deberían mejorar su

potencia máxima excéntrica.

Page 135: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL RESUMEN ESTUDIOS

116

Page 136: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

117

ESTUDIO 1

ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN Y DE LA CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS

Page 137: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

118

Page 138: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

119

ESTUDIO 1: ANÁLISIS COMPARATIVO DE LA CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE DIRECCIÓN Y DE LA CAPACIDAD DE REPETIR S PRINTS

1.1 INTRODUCCIÓN Es bien conocido que los desplazamientos en los deportes de equipo y de

raqueta incluyen cambios rápidos de dirección, como correr en zig-zag,

cambios de dirección con salidas abiertas y/o cruzadas, y carreras de ida y

vuelta en respuesta a un estímulo, como pueden ser los movimientos de un

jugador contrario o el movimiento del balón (Buchheit, Bishop, et al., 2010;

Lakomy & Haydon, 2004; Markovic, Sekulic, & Markovic, 2007). Estas acciones

suelen realizarse a alta intensidad y contribuyen al gasto energético así como

al compromiso neuromuscular de la musculatura implicada (Reilly & Gilbourne,

2003; Strudwick, Reilly, & Doran, 2002). De esta forma, numerosos autores

consideran que los requerimientos asociados con la aceleración, deceleración y

rápidos cambios de dirección constituyen un componente clave en las

demandas del juego (Ben Abdelkrim, et al., 2010; Bloomfield J., 2007; Keogh,

Weber, & Dalton, 2003; McInnes, et al., 1995; Meir, et al., 2001; Reilly, et al.,

2000)

Por otro lado, desde hace varias décadas se conoce que la distancia recorrida

en el juego en los deportes de equipo y de raqueta se realiza bajo un patrón de

movimiento intermitente. Concretamente, la capacidad de repetir esfuerzos de

alta intensidad y corta duración, con cortos periodos de recuperación, se ha

mostrado como un buen predictor del rendimiento físico en los partidos en

futbolistas profesionales (Rampinini, Bishop, et al., 2007a). Así, la denominada

CRS también ha sido considerada como un componente importante de

rendimiento en los deportes de equipo. (Glaister, 2005; Spencer, et al., 2005).

Sin embargo, no hay que olvidar que la naturaleza de estos deportes implica

que tanto la intensidad como la duración de las acciones o los periodos de

recuperación sea variable (Lakomy & Haydon, 2004) por lo que, si tenemos en

cuenta la complejidad de las demandas fisiológicas, se hace difícil discernir

cuáles son los factores determinantes del rendimiento.

Page 139: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

120

Desafortunadamente, la mayoría de estudios acerca de la CRS se han

realizado en laboratorio, sobre cicloergómetro o cinta rodante, mientras que

aquellos realizados en el terreno de juego han utilizado protocolos que incluían

acciones unidireccionales o sprints lineales, olvidando la naturaleza

multidireccional de estos deportes (Aziz, et al., 2007; Chaouachi, et al., 2010;

Dawson, et al., 1998; Gabbett, 2010; Glaister, et al., 2009; Meckel, et al., 2009;

Pyne, Saunders, Montgomery, Hewitt, & Sheehan, 2008). Concretamente en

los deportes de cancha, se repiten secuencias de esfuerzos cortos explosivos

(<5-25m) con frecuentes cambios de dirección (Ben Abdelkrim, et al., 2010;

Ben Abdelkrim, et al., 2007; Reilly, Morris, & Whyte, 2009; Sheppard, et al.,

2009; Spencer, et al., 2005; Ziv & Lidor, 2009). De hecho, menos de la mitad de

estos movimientos se realizan hacia delante, siendo mucho más frecuentes los

giros o las variaciones en la dirección (Bloomfield J., 2007; McInnes, et al.,

1995). Todo esto implica la necesidad de diseñar pruebas que evalúen

acciones repetidas a alta intensidad pero que incluyan cambios de dirección.

Hasta la fecha, parece consistente en la literatura que la velocidad lineal y la

velocidad en los cambios de dirección son cualidades físicas diferentes cuando

se consideran como acciones aisladas (Salaj & Markovic, 2011; Sheppard &

Young, 2006). Esto queda reflejado por las bajas correlaciones encontradas

entre los distintos tests administrados. (Gabbett, Kelly, & Pezet, 2008; Graham-

Smith & Lees, 2005; Vescovi, Brown, & Murray, 2007; Young, et al., 2001), y la

especificidad obtenida tras realizar entrenamientos con sprints lineales o con

cambios de dirección (Young, et al., 2001). Sin embargo, los estudios que se

han realizado con la intención de valorar la independencia entre la CRCD y la

CRS o considerar a ésta como una capacidad única y general aún incluyendo

cambios de dirección, no son concluyentes. Aunque en la última década han

aparecido protocolos de valoración de la CRS que incluyen giros, la gran

mayoría de 180º (ida y vuelta) (Bangsbo, 1994b; Buchheit, Bishop, et al., 2010;

Buchheit, et al., 2008; Castagna, et al., 2008; Castagna, et al., 2007; Ferrari

Bravo, et al., 2008; Impellizzeri, et al., 2008; Nakamura, et al., 2009; Rampinini,

Bishop, et al., 2007; Wragg, et al., 2000), son muy pocos los estudios que han

estudiado la posible especificidad entre la CRCD y la CRS (Buchheit, Bishop,

Page 140: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

121

et al., 2010; Buchheit, Haydar, et al., 2012; Haj-Sassi, et al., 2009b; Wilkinson,

et al., 2010; Wong, et al., 2011b). Por ejemplo, Buchheit (2010) y Sajah (2009)

emplearon dos tests similares (6 x 2 x 12,5 m y 6 x 2 x 15 m) que incluían un

giro de 180º llegando a conclusiones opuestas. Buchheit (2010) considera a la

CRS como una capacidad general, mientras que Sajah (2009) considera que el

rendimiento en la CRS es independiente del obtenido en los sprints con giros

de 180º.

Siguiendo con la controversia, por un lado Wong et al (2011), encuentran que

estas capacidades son independientes después de comparar un ejercicio de

CRS con otro de CRCD que incluía 6 x 20 m con 4 cambios de dirección de

100º de salida y por otro lado, Buchheit et al (2012), consideran a la CRS como

una capacidad general al compararla con tres protocolos de cambios de

dirección que incluían 3 ángulos de salida diferentes. Sin embargo, algunos

tests específicos de CRCD han demostrado discriminar entre grupos de

deportistas, acentuándose su diferente naturaleza cuanto más específicos

fueron los patrones de movimiento al deporte analizado (Wilkinson, et al.,

2010). Asimismo, parece ser que el aumento en el número y/o el ángulo de

salida de los cambios de dirección puede acentuar la independencia entre

capacidades.

Por lo tanto, a pesar de que no existe un acuerdo en la literatura, parece ser

que el tipo de acciones realizadas, ya sea por las características de

movimiento, las direcciones, los giros o la intensidad, puede provocar que la

CRS y la CRCD sean independientes o no. De hecho, la RCD ha demostrado

afectar al nivel de la fatiga y/o el comportamiento en el rendimiento, ya que las

respuestas fisiológicas son dependientes del ángulo de salida (Buchheit,

Haydar, et al., 2012).

Así, el objetivo principal de este estudio ha sido examinar si existe o no relación

entre un ejercicio consistente en repetir cambios de dirección con un alto nivel

de complejidad y otro ejercicio que implique la repetición de sprints,

equiparando tanto la distancia recorrida como la densidad del estímulo. Como

objetivo secundario se compara la fiabilidad absoluta y relativa de los distintos

Page 141: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

122

parámetros que pueden extraerse de estas dos pruebas.

1.2 SUJETOS Y MÉTODOS

1.2.1 SUJETOS

10 jugadores de hockey que entrenan y compiten regularmente en la segunda

liga nacional española, formaron parte en el presente estudio. La media de

edad, peso y altura de los sujetos fue, 23,5±4,9 años, 76,2±9,1 kg y 1,79±0,17

m respectivamente. Todos los jugadores fueron informados de las

características, beneficios y riesgos que conllevaba el estudio aceptando

voluntariamente su participación.

1.2.2 DISEÑO DE ESTUDIO

Se empleó un diseño cruzado completo donde todos los sujetos realizaron de

forma aleatoria dos ejercicios de acciones repetidas, uno implicando cambios

de dirección (RCD) y el otro sin cambios de dirección (RS). Estos ejercicios se

replicaron en dos ocasiones distintas, separadas por 48 horas, para asegurar

una suficiente recuperación.

Los dos tipos de ejercicios a evaluar consistieron en la realización de 15

repeticiones de un desplazamiento de 25 m a la máxima intensidad con un

descanso pasivo de 25 s entre las repeticiones. Uno de los ejercicios se realizó

sin cambios de dirección (RS) y el otro con cambios de dirección (RCD).

La estructura del RCD implicaba 4 cambios de dirección cada 5 m, con un

ángulo de salida en los cambios de dirección de 135º (Ferrari Bravo, et al.,

2008a; Polman R, & O'Donoghe, 2007).

La recuperación de 25 s entre las repeticiones en los dos ejercicios se realizó

de forma pasiva para asegurar una mejor recuperación (Castagna, et al., 2008;

Dupont, Blondel, & Berthoin, 2003). Así, los sujetos esperaban en la zona de

finalización para reiniciar en sentido inverso y cuando faltaban 5 s para el inicio

de la siguiente repetición se les solicitaba que estuvieran parados sobre la línea

de salida.

Page 142: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

123

Los sujetos fueron instruidos para realizar las pruebas con un esfuerzo

máximo, siendo animados verbalmente durante cada repetición.

El tiempo realizado en cada una de las repeticiones de los dos ejercicios fue

registrado colocando dos fotocélulas al inicio y al final del recorrido, conectadas

al laboratorio portátil Musclelab (ergotest, langesund: Noruega) y éste a su vez

al ordenador. Todos los tiempos fueron grabados a una resolución de 0,01s.

Antes de cada prueba los sujetos realizaron un calentamiento estandarizado,

consistente en 7 min de carrera continua, seguidos de estiramientos balísticos

para finalizar con 2 repeticiones de la prueba a realizar aumentando la

intensidad. En la última repetición se solicitó a los sujetos expedirse al máximo

para tomar dicho tiempo como referencia del rendimiento a realizar. La prueba

se iniciaba 3 min después de la citada repetición máxima.

El estudio se realizó al inicio de la segunda fase de la temporada. Con el objeto

de familiarizar a los sujetos a los ejercicios, se realizaron antes de comenzar el

estudio tres sesiones específicas de 15 min durante las sesiones normales de

entrenamiento. En la última sesión de familiarización se realizaron 2 acciones

máximas de cada uno de los tests con descansos completos entre ellos para

determinar la fiabilidad del ejercicio.

Los sujetos realizaron las pruebas a la misma hora del día, solicitándoles que

no modificaran su dieta habitual y que no realizaran ningún tipo de ejercicio de

alta intensidad 24 h antes de las sesiones de intervención. Además, todos los

tests fueron realizados en una pista de hierba artificial, superficie donde

habitualmente los jugadores evaluados realizan sus entrenamientos y partidos.

1.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO Los datos fueron analizados con el paquete estadístico SPSS versión 15 para

Windows (SPSS inc., Chicago IL, USA). Se calculó las medias y la desviación

estándar (DS) para todas las variables de los ejercicios analizados.

Page 143: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

124

De cara a evaluar tanto la normalidad de la distribución de la muestra como la

homogeneidad de la varianza se utilizaron el test de Kolmogorov-Smirnov y el

de Levene respectivamente. Asimismo, las diferencias entre el tiempo en los

esfuerzos de RS y de RCD fueron evaluadas mediante la prueba T para

muestras independientes.

La fiabilidad intra-día relativa y absoluta fue determinada valorando la acción

máxima de cada uno de los ejercicios dos veces dentro de la sesión con un

tiempo de recuperación de 5 min. Para ello se utilizaron respectivamente el

coeficiente de correlación intraclase (ICC) y el coeficiente de variación.

Asimismo, la relación en el rendimiento entre el RS y RCD fue determinada por

medio de una correlación de Pearson (r), mientras que el coeficiente de

determinación (r2) se utilizó para interpretar la significatividad de las relaciones.

La significación estadística se estableció en una p <0.05 para todas las

variables medidas.

1.4 RESULTADOS En la tabla 1 se muestran la media (±DS) de los valores del tiempo mejor y

medio, así como el porcentaje de decrecimiento en ambos ejercicios.

En la tabla 2 se muestran los datos de fiabilidad relativa y absoluta. Puede

apreciarse que tanto el RS como el RCD presentan una alta fiabilidad con un

índice de correlación intraclase (ICC) superior a 0.90 (Vincent, 1995), una alta

correlación entre las repeticiones así como un coeficiente de variación más

bajo para el ejercicio de RS que para el ejercicio de RCD.

Tabla 1 . Medias y DS de las variables analizadas de los ejercicios RS y RCD Mejor tiempo Tiempo promedio IF RCD 6.52 ± 0.38 6.88± 0.42 5.71 ± 1,37% RS 3.68 ± 0.07 3.91± 0.09 6.23 ± 1.36%

Page 144: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

125

Tabla 2. Datos de fiabilidad de dos repeticiones de acción máxima de RCD y RS

Tiempo mínimo RCD RS

Media (DS) 6,61 (±0.36) 3,65 (±0.16)

CV(%) 13,47 2.89

ICC 0.93 0.98

95% CL (0.73-0.98) (0.90-0.99)

Pearson r 0.88 0.95

El mejor tiempo y el tiempo medio de los ejercicios RCD y RS demostraron ser

significativamente diferentes (p<0.001) concretamente un 76.9% y un 75.7%

más lentos para RCD (figura 1.1)

En cuanto a las interrelaciones entre los dos tipos de esfuerzos, a pesar de la

significancia estadística, no se alcanzaron los mínimos exigidos arbitrariamente

tanto en la correlación de Pearson (0.71 según Thomas, 1990) como en el

coeficiente de determinación (50%) (Clarke y Clarke, 1970), como puede

observarse tanto en la tabla 3 como en la figura 1.2.

Figura 1.1. Tiempo empleado en la realización de los ejercicios

Page 145: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

126

Tabla 3. Relaciones entre el rendimiento de los dos ejercicios

Interrelación valorada r r² r²x100 Valor P

Tiempo Medio RS y Tiempo Medio RCD 0,67 0,45 45% p<0,05

Mejor sprint RS y mejor RCD 0,65 0,43 43% p<0,05

Indice Fatiga RS e Indice Fatiga RCD 0,37 0,14 14% p>0,05

Finalmente la interrelación entre el IF tanto del RCD como el RS no alcanzó la

significancia estadística. (Ver tabla 3).

Figura 1.2. Relación entre tiempo medio (izq.) y mejor tiempo (der.) de los ejercicios RS y RCD. La línea discontinua representa el intervalo de confianza 0.95%

Page 146: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

127

1.5 DISCUSIÓN El objetivo de este estudio fue examinar la potencial relación entre dos

esfuerzos máximos consistentes en la RS con o sin cambios de dirección.

Hasta la fecha, la mayoría de estudios se han centrado en las relaciones entre

la velocidad y la velocidad de cambio de dirección y/o agilidad (Gabbett, King,

et al., 2008; Graham-Smith & Lees, 2005; Vescovi, et al., 2007; Young, et al.,

2001), mientras que los escasos estudios que se han centrado en las

diferencias entra la CRCD y CRS (Buchheit, Bishop, et al., 2010; Buchheit,

Haydar, et al., 2012; Haj-Sassi, et al., 2009b; Wong, et al., 2011b) lo han hecho

sobre secuencias de cambios de dirección cortas o con ángulos de salida no

acentuados (45-100º). Sin embargo, no hemos encontrado estudios que

comparen la capacidad de repetir sprints con la capacidad de repetir múltiples

(más de 2) cambios de dirección con salida acentuada (100-140º) que exijan

grandes niveles de frenada y aceleración.

Los resultados obtenidos en nuestro estudio indican que tanto el tiempo mínimo

como el tiempo medio entre los dos ejercicios analizados presentan una

varianza compartida por debajo del mínimo aceptado del 50% (43% en el mejor

tiempo y 45% en el tiempo medio) lo que implica que ambas capacidades

pueden considerarse independientes. Asimismo, a pesar de que se

encontraron correlaciones significativas entre ambas pruebas (0,65 en el mejor

tiempo y 0,67 en el tiempo medio), estos valores son inferiores al valor mínimo

de 0.71 establecido por Thomas (1990), por lo que la CRCD puede

considerarse una cualidad diferente a la CRS.

En cuanto a la fiabilidad de ambas pruebas, los resultados mostraron unos

valores que pueden considerarse excelentes en el caso de la fiabilidad relativa

(CCI) y similares a los previamente descritos por otros autores en pruebas de

CRS (Fitzsimons, et al., 1993; Spencer, et al., 2006). Sin embargo, en el

ejercicio de RCD se encontró una fiabilidad absoluta superior al establecido

arbitrariamente como mínimo valor aceptable (10%) (Hopkins, 2000). Aunque

también es cierto que el establecimiento de este valor es fuente de controversia

(Atkinson & Nevill, 1998). La causa del elevado CV encontrado puede provenir

Page 147: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

128

de la complejidad implícita al ejercicio evaluado (Wong, et al., 2011b). A pesar

de que los jugadores poseían experiencia en la realización de acciones

similares no la tenían en el protocolo específico administrado.

Como podía esperarse, la introducción de los cambios de dirección implica un

aumento considerable en la duración de la prueba con respecto al esfuerzo

lineal (Buchheit, Bishop, et al., 2010; Haj-Sassi, et al., 2009b; Salaj & Markovic,

2011; Wong, et al., 2011b). Por lo tanto, esta es una de las mayores

limitaciones a la hora de poder comparar ambos esfuerzos ya que a pesar de

implicar un desplazamiento sobre la misma distancia el tiempo requerido es de

casi un 80% más en el caso de incluirse cambios de dirección. Sería necesario

comprobar en próximos estudios, a pesar de la dificultad implícita, el efecto que

tendría equiparar ambos ejercicios por el parámetro tiempo en lugar de por el

parámetro distancia.

Nuestros resultados sobre el mejor tiempo (r=0,65; r2=43%) están en

consonancia con la mayoría de estudios previos sobre la posible

independencia entre la velocidad en el cambio de dirección y la velocidad

lineal. Sin embargo, la relación entre la velocidad lineal y la velocidad de

cambios de dirección y/o agilidad, a pesar de haber sido muy tratada en la

literatura, ha provocado amplios y contradictorios resultados. Existen estudios

que reflejan una independencia de estas cualidades, encontrando

correlaciones bajas o sin significación estadística (Salaj & Markovic, 2011);

Jones, et al., 2009; Young, et al., 2001) mientras que otros estudios definen a

la velocidad lineal como cualidad general incorporando el patrón motor del

cambio de dirección (Gabbett, King, et al., 2008; Graham-Smith y Lees, 2005;

Vescovi, et al., 2007).

Por ejemplo, Young et al (2001) muestran CV similares a los presentados en

este estudio (41%) entre un sprint lineal de 30m y un ejercicio con 30m y 5

cambios de dirección de 100º. Buttifant et al (2001) encuentran correlaciones

débiles entre un test de velocidad de cambios de dirección en zig-zag con

magnitudes de giro no especificadas y el rendimiento en velocidad lineal.

Markovic (2010), en un estudio reciente, analiza la relación entre diferentes

Page 148: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

129

tests de velocidad de cambio de dirección con diferentes distancias de

velocidad, encontrando que cada grupo se relaciona con componentes

diferenciados; la capacidad de sprintar con los tests de velocidad analizados y

la capacidad de velocidad de cambio de dirección con los tests de agilidad

analizados. Esto sugiere que estos componentes representan capacidades

motoras separadas y en principio independientes.

Otros estudios también muestran coeficientes de determinación bajos o no

significativos relacionando diferentes pruebas de velocidad lineal y diferentes

ejercicios de agilidad que contienen diferentes números de cambios de

dirección con diferentes ángulos de giro, como puede ser test Illinois, T-test,

505 (Jarvis, Sullivan, Davies, Wiltshire, & Baker, 2009; Sassi, et al., 2010).

Las diferencias existentes entre estudios (Gabbett, Kelly, et al., 2008; Graham-

Smith & Lees, 2005; Vescovi, et al., 2007) pueden deberse a las diferentes

poblaciones testadas, tipo de ejercicio, número de cambios de dirección o

ángulos de giro empleados, aunque en general se sugiere que a mayor nivel de

los jugadores, mayores diferencias entre las cualidades (Jones, et al., 2009).

Esto refuerza el criterio de que la especificidad de las acciones del juego

(Cowley, Ford, Myer, Kernozek, & Hewett, 2006; Herrington, Hatcher, Hatcher,

& McNicholas, 2009) y el nivel de experiencia (Wilkinson, McCord, & Winter,

2010) acentúan esas diferencias.

Por otro lado, Young et al (2001) muestran que los métodos específicos de

entrenamiento de la velocidad lineal y la velocidad de cambio de dirección son

específicos y tienen una limitada transferencia entre ellos. Por lo tanto, es

posible que la especificidad de las relaciones entre estas cualidades pueda

también aplicarse a los efectos de aquellos entrenamientos que las incluyan.

En el ejercicio de RCD se alternan acciones continuas de aceleración (5 m) y

cambios de dirección al considerarse capacidades fundamentales en el

rendimiento de los deportes de equipo de campo y cancha (Baker & Newton,

2008; Buchheit, Mendez-Villanueva, Delhomel, Brughelli, & Ahmaidi, 2010;

McInnes, et al., 1995). Little and williams (2005) también discriminan entre

Page 149: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

130

estas cualidades, la aceleración, la velocidad máxima y los cambios de

dirección reflejando una independencia en los factores que las condicionan.

Los factores que determinan el rendimiento en sprints con cambios de dirección

no están claros (Jones, et al., 2009). A pesar de haberse desarrollado modelos

teóricos al respecto (Sheppard & Young, 2006), éstos deben ser comprobados

empíricamente y, para ello, se requieren estudios adicionales. No obstante, las

diferencias encontradas entre las diferentes capacidades conduce a pensar

que pueden existir otros componentes que determinen la velocidad en los

cambios de dirección diferentes a los que condicionan a la velocidad lineal.

La acción de cambiar de dirección requiere la modificación de un patrón de

locomoción para cambiar el impulso original de la recta en una nueva dirección

mediante la aplicación de un impulso adicional en el suelo (Rand & Ohtsuki,

2000). El ángulo de giro (en nuestro estudio fue de 135º, superior a la utilizada

en los estudios realizados hasta el momento) es un factor importante que

puede implicar una carga adicional (Besier, Lloyd, Cochrane, et al., 2001) o

afectar a la proporción de activación de la musculatura reclutada (Girard,

Lattier, Micallef, & Millet, 2006). Asimismo, los patrones de control

neuromuscular (Rand & Ohtsuki, 2000; Sanna & O'Connor, 2008), la dirección

de la aplicación de la fuerza (Meylan, et al., 2009), así como la amplitud, el

tiempo y el ángulo de las fases excéntrica y concéntrica del movimiento de giro

(Cormie, McGuigan, & Newton, 2010; Moran & Wallace, 2007; Zameziati,

Morin, Deiuri, Telonio, & Belli, 2006), podrían ser factores que explicaran las

diferencias observadas en la relación con la velocidad lineal.

El tiempo medio y el IF son dos de los indicadores más utilizados para medir el

rendimiento de la capacidad para realizar ejercicios intermitentes a la máxima

intensidad. Sin embargo, mientras los índices de mejor tiempo de sprint y

tiempo total o tiempo medio han demostrado ser reproducibles durante los

ejercicios de sprint repetidos, ninguno de los índices de fatiga o porcentaje de

decrecimiento ha mostrado una reproducibilidad aceptable. Esto ha llevado a

varios autores a sugerir que cualquier índice de fatiga debe ser analizado con

precaución (Aziz, Mukherjee, Chia, & Teh, 2008; Impellizzeri, et al., 2008; Pyne,

Page 150: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

131

et al., 2008; Spencer, et al., 2005). En el presente estudio, el coeficiente de

correlación del tiempo medio entre los dos ejercicios no alcanzó el nivel mínimo

de 0.71 establecido por Thomas (1990), lo que conduce a pensar que el

rendimiento de los dos ejercicios intermitentes es específico. Aunque debemos

volver a apuntar que tal y como sucedía con el mejor tiempo, los cambios de

dirección implican un tiempo mucho mayor que el tiempo medio del ejercicio

lineal. Por otro lado, tanto el esfuerzo de RCD como el de RS mostraron una

relación no significativa con respecto al IF. Unos resultados similares a los

encontrados por Buchheit (2010).

Sin embargo, nuestros resultados son contrarios a los obtenidos por Buchheit

(2010) que empleó un protocolo diferente. En su estudio comparó dos

ejercicios de RS, uno lineal (6 x 25 m) y otro con un cambio de dirección de

180º (6 x 12,5 m ida y vuelta), encontrándose una correlación significativa

(r=0.78) que sugiere que la CRS puede considerarse como una capacidad

general que integra a los cambios de dirección. Las diferencias en cuanto a los

resultados obtenidos con respecto a nuestro estudio las atribuimos

principalmente a las diferencias en el número de cambios de dirección (4 y 1 y

2 respectivamente) y a la homogeneidad de la muestra (nuestro estudio incluyo

a jugadores de un mismo deporte (hockey) y en los estudios de Buchheit se

trata de jugadores pertenecientes a diferentes deportes de equipo), pudiendo,

este aspecto, derivar en variaciones de nivel entre jugadores (Wilkinson, et al.,

2010), que expliquen estas diferencias ya que la distancia valorada es la

misma. Sin embargo, los estudios tanto de Haj-Sassi (2009) como de Wong

(2011) sugieren una independencia entre las capacidades, al igual que nuestro

estudio.

El aumento en los ángulos de salida de los cambios de dirección hace que

nuestro protocolo provoque mayores situaciones de aceleración y

desaceleración brusca con variaciones en la dirección y modo de aplicación de

la fuerza, lo que provoca que se diferencie más de los sprints lineales. Buchheit

(2012) llega a conclusiones similares al observar que el protocolo que incluye

cambios de dirección con ángulos de salida más cerrados (135º) condiciona en

Page 151: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

132

gran medida el rendimiento, debido posiblemente a las fuertes demandas

energéticas y de fuerza empleada en el cambio de dirección.

Pocos son los estudios que han analizado los efectos de los cambios de

dirección en ejercicios intermitentes de alta intensidad y sólo Buchheit et al.,

(2012) y Wong, et al. (2011b) lo han hecho en acciones de cambios de

dirección enlazados en zig-zag. Lakomy (2004) confirma que la rápida

desaceleración entre múltiples sprints tiene un efecto negativo sobre el

rendimiento. Además, aquellos estudios que han valorado variables fisiológicas

internas como (frecuencia cardiaca, Lactato [La]) y/o valoraciones subjetivas de

los sujetos (RPE) encuentran generalmente valores superiores en los ejercicios

intermitentes con cambios de dirección (Buchheit, Bishop, et al., 2010; Dellal, et

al., 2009) aunque el estudio de Buchheit (2012) contrasta con los anteriores

porque no obtuvo diferencias substanciales, salvo en la concentración de

lactato atribuible a una mayor intensidad de la carrera y una superior actuación

del metabolismo anaeróbico.

Aunque se incluyó un periodo de familiarización y los sujetos tenían experiencia

en acciones similares, la inclusión de tareas complejas como el cambio de

dirección también puede provocar una mejora del rendimiento en estos

ejercicios (RCD) posiblemente provocada por una autorregulación y mejora de

la percepción espacio-temporal y aprendizaje por parte del sujeto. Es posible

que la eficiencia en el comportamiento motor pueda conducir a mejoras

asociadas en el rendimiento y a una menor fatiga que el sprint repetido. Se

necesitan más estudios para definir qué factores fisiológicos determinan el

rendimiento en estos ejercicios e identificar los diferentes patrones de fatiga

asociados.

Las consideraciones apuntadas anteriormente sobre las variables que pueden

condicionar las diferencias entre la velocidad de cambio de dirección y la

velocidad lineal también deberían tenerse en cuenta a la hora de valorar

factores que modifiquen el rendimiento y patrones diferentes de fatiga de la

CRCD. Nos estamos refiriendo fundamentalmente a factores neuromusculares

Page 152: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

133

derivados de las variaciones en la musculatura utilizada (Girard, et al., 2006), la

carga (Besier, Lloyd, Cochrane, et al., 2001; Markovic, et al., 2007) y la

dirección de la fuerza (Meylan, et al., 2009) así como las variaciones en la

amplitud, acoplamiento y duración de las fases de estiramiento-acortamiento

(Cormie, et al., 2010; Jones, et al., 2009; Moran & Wallace, 2007).

Una de las limitaciones de este estudio viene condicionada por la escasa

muestra empleada. Sin embargo, se optó, por una muestra pequeña pero

homogénea en cuanto a nivel de entrenamiento y deporte practicado. Otros

estudios como el de Buchheit (2012) emplearon 12 jugadores de diferentes

deportes de equipo, mientras que Wong et al (2011) reclutaron 25 sujetos

activos, 16 jugadores de fútbol universitario y 18 jugadores profesionales de

fútbol. Sin embargo, consideramos que probablemente un aumento de la

muestra no variaría sustancialmente las conclusiones del estudio.

En conclusión, la capacidad de repetir múltiples cambios de dirección con

ángulos de salida acentuados puede considerarse como una capacidad

independiente de la CRS. Sin embargo, es necesario realizar estudios

adicionales para ajustar los requisitos mínimos de cara a determinar las

diferencias de naturaleza entre las capacidades. Además, ambas capacidades

pueden medirse de manera fiable aunque la primera parece presentar una

mayor variabilidad debido a la complejidad implícita en el ejercicio. Por lo tanto,

la CRS y la CRCD son capacidades diferentes que probablemente requieran

programas específicos de entrenamiento.

Page 153: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 1 Análisis comparativo de la capacidad de repetir cambios de dirección y la capacidad de repetir sprints

134

Page 154: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

135

ESTUDIO 2

EFECTOS DE DOS ESFUERZOS INTERMITENTES DE ALTA

INTENSIDAD (SPRINT LINEAL VS. CAMBIOS DE DIRECCIÓN) EN

LA FATIGA MUSCULAR VALORADA MEDIANTE LA POTENCIA

MECÁNICA Y LA TENSIOMIOGRAFÍA

Page 155: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

136

Page 156: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

137

2 ESTUDIO 2: EFECTOS DE DOS ESFUERZOS INTERMITENTES DE

ALTA INTENSIDAD (SPRINT LINEAL VS. CAMBIOS DE DIREC CIÓN)

EN LA FATIGA MUSCULAR VALORADA MEDIANTE LA POTENCIA

MECÁNICA Y LA TENSIOMIOGRAFÍA

2.1 INTRODUCCIÓN Es bien conocido que la realización de series repetidas de ejercicios cortos a

máxima intensidad con periodos de recuperación incompleta causa disminución

de la potencia mecánica y la velocidad de desplazamiento por fatiga muscular

(Aziz, et al., 2007; Bishop & Spencer, 2004; Castagna, et al., 2007; Mendez-

Villanueva, et al., 2007). En los deportes de equipo y de raqueta, se dan fases

en el juego donde se suceden de forma repetida este tipo de acciones a

máxima intensidad condicionando el rendimiento en la fase inmediatamente

posterior (Bradley, Sheldon, et al., 2009; Krustrup, et al., 2010; Mohr, et al.,

2003, 2005; Mohr, Krustrup, Nybo, Nielsen, & Bangsbo, 2004). Más

concretamente, se ha encontrado que la cantidad de desplazamientos a alta

intensidad realizados por jugadores de fútbol se reduce en un 50% por debajo

de la media de juego después de un periodo intenso de actividad (Bradley,

Sheldon, et al., 2009; Carling & Dupont, 2011). Asimismo, en otros deportes de

equipo se ha encontrado que tras realizar series de un número moderado de

sprints (4-10) separados por cortos periodos de descanso (<30 s) (Castagna, et

al., 2007; Gabbet T., 2008; McInnes, et al., 1995; Spencer, Lawrence, et al.,

2004), el rendimiento del siguiente sprint y de la siguiente serie disminuía

(Bogdanis, Nevill, & Lakomy, 1994; Gaitanos, et al., 1993).

Los jugadores para ser competitivos deben poder limitar el impacto de la fatiga

neuromuscular y metabólica en estas secuencias y recuperarse

adecuadamente. Por lo tanto, la capacidad de recuperar y reproducir el

rendimiento en el siguiente sprint es un requerimiento importante en los

deportes de equipo y de raqueta, especialmente al más alto nivel. Existen

varios estudios donde se valoran tanto los factores determinantes (Bishop &

Spencer, 2004; Edge, et al., 2006) como los mecanismos de fatiga de la CRS,

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III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

138

(Mendez-Villanueva, et al., 2008; Perrey, et al., 2010), proponiéndose además

distintos protocolos específicos para su evaluación (Aziz, et al., 2008; Spencer,

et al., 2005). Sin embargo, en nuestro conocimiento no se han realizado

estudios que evalúen la fatiga al incorporar el cambio de dirección en las

acciones máximas repetidas.

De hecho, cuando se analiza el perfil de actividad de un deporte suele

subestimarse la cantidad de acciones de alta intensidad donde el jugador debe

acelerar, decelerar y cambiar de dirección. (Lakomy & Haydon, 2004; Little &

Williams, 2005; McInnes, et al., 1995). En los deportes de cancha y en los

deportes de raqueta se repiten un gran número de aceleraciones, frenadas,

sprints y rápidos cambios de dirección (Gorostiaga, Granados, Ibanez,

Gonzalez-Badillo, & Izquierdo, 2006; Ronglan, Raastad, & Borgesen, 2006;

Thorlund, Michalsik, Madsen, & Aagaard, 2008) por lo que parece razonable

asumir que la CRCD a máxima intensidad puede ser determinante en el

rendimiento de estos deportes.(Bloomfield J., 2007; McInnes, et al., 1995; Meir,

et al., 2001). La independencia de la CRCD y la CRS (Haj-Sassi, et al., 2009b;

Wong, et al., 2011b), se ha acentuado cuanto más han sido los patrones de

movimiento al deporte analizado (Wilkinson, et al., 2010). Por esta razón, se

hace necesario determinar los efectos relacionados con la fatiga en este tipo de

ejercicio.

Recientemente se han realizado diversos estudios acerca de los efectos de la

fatiga en la afectación de parámetros mecánicos como la contracción voluntaria

máxima (CVM) y el gradiente de fuerza (RFD “rate force development”) en

deportes intermitentes como el fútbol (Greig, 2008; Small, McNaughton, Greig,

& Lovell, 2010), el balonmano (Thorlund, et al., 2008; Zebis, et al., 2010), el

tenis (Girard & Millet, 2008) y el squash (Girard, Micallef, Noual, & Millet, 2010).

Esta afectación se ha relacionado con la mayor o menor aparición de acciones

de frenada y cambios de dirección así como con un mayor tiempo de

participación en el juego. Por lo tanto, se abre la posibilidad de analizar los

efectos de la fatiga sobre diferentes parámetros de la función muscular

mecánica (fuerza, potencia, RFD, CVM).

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III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

139

En esta línea, una técnica relativamente nueva para medir las propiedades

contráctiles de los músculos esqueléticos es la tensiomiografía (TMG). Se trata

de una prueba no invasiva que no requiere ningún esfuerzo por parte del sujeto

evaluado que proporciona una información rápida y precisa. Mediante este

método se registran las oscilaciones del vientre muscular en respuesta a un

impulso eléctrico bipolar aplicado al músculo, por medio de un sensor de

desplazamiento de alta sensibilidad. La TMG se ha utilizado para medir las

características de la acción muscular (tiempo de contracción y desplazamiento)

(Dahmane, Valen i, Knez, & Er en, 2001), el tono muscular (Valencic & Knez,

1997), la rigidez muscular (Pisot, et al., 2008) y el tipo de fibra muscular

(Dahmane, Djordjevic, Simunic, & Valencic, 2005; Dahmane, et al., 2001;

Simunic, et al., 2011). Asimismo, ha sido descrito como un herramienta útil en

la prevención de lesiones y la detección de desequilibrios musculares y

asimetrías (Tous-Fajardo, et al., 2010) así como para evaluar los procesos de

adaptación de las propiedades contráctiles musculares en sujetos sometidos a

un programa de entrenamiento (Djordjevic, et al., 2000; Kersevan, Valencic,

Djordjevic, & Simunic, 2002).

Debido a la falta de conocimiento sobre los efectos de la fatiga en la función

mecánica y contráctil del músculo después de realizar acciones que impliquen

repetir cambios de dirección, parece necesario comprobar hasta qué punto

estas acciones presentan una respuesta aguda diferente a la repetición de

acciones lineales.

El objetivo de este estudio es comparar los efectos de un ejercicio de CRCD

con respecto a otro de CRS en las propiedades mecánicas y contráctiles del

músculo medidas mediante la potencia máxima mecánica y un parámetro

tensiomiográfico como es el desplazamiento máximo radial del vasto lateral

(Dm).

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III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

140

2.2 SUJETOS Y MÉTODOS

2.2.1 SUJETOS

10 sujetos diestros de sexo masculino, entre 17-21 años, con una media ±

desviación estandar de edad, altura y peso de 19±2 años, 1,93±0,07m y 75,5 ±

10 kg, respectivamente tomaron parte en el estudio. Todos los sujetos son

jugadores de baloncesto experimentados, habiendo entrenado y jugado

regularmente durante la temporada. La experiencia de los jugadores no fue en

ningún caso inferior de 5 años.

Todos los sujetos fueron informados previamente de todos los detalles de las

pruebas y de los posibles riesgos y beneficios asociados a su participación en

ellas. Cada uno de ellos dio su consentimiento firmado para voluntariamente

participar en el estudio.

2.2.2 DISEÑO DEL ESTUDIO

Los sujetos realizaron dos protocolos diferentes de acciones repetidas a

máxima intensidad con recuperación incompleta. Cada sujeto fue asignado de

forma arbitraria a los dos grupos de 5 jugadores que se formaron. Las

valoraciones fueron realizadas en una pista cubierta con suelo sintético.

En la sesión 1 el primer grupo realizó el ejercicio de sprint repetido lineal (RS).

Consistió en completar dos bloques de 10 repeticiones de sprints lineales de 25

m con 25 s de recuperación entre repeticiones y 5 min de recuperación entre

bloques. Por otro lado, el segundo grupo realizó el ejercicio RCD de máxima

intensidad. Consistió en completar dos bloques de 10 repeticiones de sprints de

25 m involucrando 4 cambios de dirección cada 5m con un ángulo de salida en

los cambios de dirección de 135º (Bloomfield J., 2007; Ferrari Bravo, et al.,

2008) recuperando 25 s entre repeticiones y 4min entre bloques. El protocolo

fue repetido en las mismas condiciones 48 h después, de forma que los sujetos

realizaron durante la sesión 2 la prueba que no habían completado durante la

sesión 1.

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III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

141

Las recuperaciones entre las repeticiones y los bloques para los dos ejercicios

se realizaron de forma pasiva. Los sujetos volvían caminando lentamente y

esperaban en la línea de salida hasta la siguiente repetición (Castagna, et al.,

2008; Dupont, et al., 2003).

Los sujetos realizaron las pruebas a la misma hora del día y se les solicitó que

no modificaran su dieta habitual ni realizaran ningún tipo de ejercicio de alta

intensidad 24 h antes de las sesiones de evaluación.

Antes de cada prueba los sujetos realizaron un calentamiento estandarizado,

que consistió en 7 min de carrera seguidos de estiramientos balísticos,

seguidos por 2 repeticiones de la prueba a realizar aumentando la intensidad y

respetando 3 min de descanso antes de iniciar la prueba. Los sujetos fueron

instruidos para realizar las pruebas con un esfuerzo máximo desde el inicio

hasta el final, para lo cual fueron motivados verbalmente.

El tiempo realizado en cada una de las repeticiones de los dos ejercicios fue

registrado colocando dos fotocélulas (Musclelab, bosco system, Rieti, Italia) al

Figura 2.1 . Espacio donde se realizaron las pruebas

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III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

142

inicio y al final del recorrido. Todos los tiempos fueron grabados a una

resolución de 0,01 s.

2.2.3 VALORACIÓN TMG

Se valoró el vasto lateral de

ambas piernas con el sujeto

estirado en una camilla.

Procedimiento Valoración

Las mediciones de TMG fueron

realizadas con el sujeto estirado

en una camilla y con la pierna

valorada, apoyada en un soporte

para provocar de forma relajada

una flexión de rodilla de 150º (180º representa la articulación extendida).

El sensor fue colocado perpendicular al plano de la piel sobre el vientre

muscular del VL. El punto de medida fue anatómicamente determinado según

las directrices de la guía anatómica para electromiógrafos (Delagi et al,1975).

Se realizó una estimulación eléctrica bipolar de 1 ms de duración y de

intensidad creciente sobre el músculo usando dos electrodos autoadhesivos

colocados simétricamente al sensor a una distancia de 50 mm desde el punto

de medición de cada uno.

La intensidad de la corriente (en miliamperios) se aumenta gradualmente hasta

obtener la máxima amplitud de desplazamiento/respuesta del músculo

(Dahmane, Djordjevic, & Smerdu, 2006).

Las respuestas del VL de ambas piernas fueron guardadas y analizadas

mediante el paquete informático (TMG-BMC). Estos datos fueron recogidos

antes de iniciar la sesión, en la fase de recuperación de 5 min entre las series

de cada ejercicio de intensidad máxima repetidos (RS y RCD) e

inmediatamente después de finalizar la repetición 20 de cada ejercicio.

Figura 2. 2. Aplicación del método TMG

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143

A partir del registro TMG se obtuvo la máxima amplitud de la respuesta (Dm en

mm.) y el tiempo de contracción (Tc en ms.), calculado como el tiempo de

respuesta entre el 10% y el 90% de la máxima amplitud.

A todos los sujetos se les solicitó que se relajaran y permanecieran estáticos en

el momento de realizar las valoraciones.

Después de la valoración tensiomiográfica y tras la realización del

calentamiento estandarizado, los sujetos realizaron un test de carga progresiva

para encontrar la curva de potencia-carga concéntrica con ambas piernas.

2.2.4 TEST DE POTENCIA CON CARGAS PROGRESIVAS

Las pruebas se realizaron en una

máquina neumática de prensa de

piernas frontal (Air300 Leg Press,

Keiser, California, EEUU). Para la

obtención de la potencia

concéntrica se registraron los

desplazamientos en relación al

tiempo mediante un encoder lineal

(Musclelab 4000e; Ergotest

Technology A.S., Langensund,

Norway). El software que incluye este dispositivo calcula automáticamente la

potencia a partir del producto entre la carga movilizada y la derivada de la

velocidad. El hilo del encoder lineal se colocó en la plataforma de apoyo de

pies de la prensa mientras que su base se situó sobre una mesa cuya posición

permitía un desplazamiento lo más lineal posible para evitar la influencia del

ángulo en el recorrido del hilo del encoder.

Todos los jugadores iniciaron el test en 40 kg y fueron aumentando la carga en

20kg hasta encontrarse una disminución significativa de la potencia mecánica.

A los jugadores se les solicitó y motivó para expedirse a la máxima intensidad,

controlando que no se ayudaran de otra parte del cuerpo para generar más

potencia y que el ángulo de salida de piernas fuera 90º.

Figura 2.3. Ejecución de la prueba leg press

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144

Una vez finalizado el ejercicio principal (RS Y RCD) se les valoró de nuevo

realizando el test de carga progresiva con cada pierna de forma aleatorizada

para valorar la fatiga neuromuscular que provocaba cada uno de dichos

esfuerzos.

2.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO El comportamiento de la potencia concéntrica y el Dm en los ejercicios RS y

RCD fue analizado usando un diseño mixto ANOVA de medidas repetidas

valorando las interacciones mediante la corrección de Bonferroni.

Se empleó un diseño mixto ANOVA de medidas repetidas para evaluar el

tiempo, ejercicio, pierna y el efecto de las interacciones para la variable

potencia máxima (2 x 2 x 2), potencia (2 x 2 x 5 x 2) y Dm (3 x 2 x 2).

Los resultados del rendimiento en las repeticiones en los ejercicios RS y RCD

fueron analizados utilizando la prueba T para muestras pareadas.

De cara a normalizar los resultados de tiempo de los ejercicios se calculó el

tanto por ciento en las repeticiones considerando la primera repetición como el

valor de referencia.

Se utilizó el coeficiente de correlación de Pearson para examinar las relaciones

entre los índices de rendimiento, mejor tiempo y tiempo medio, de los dos

ejercicios.

Los análisis estadísticos se llevaron a cabo con el SPSS v15,0.Todos los datos

se presentan como media ± DS. Para todos los tests estadísticos, el nivel alfa

fue establecido en p< 0,05.

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145

2.4 RESULTADOS

2.4.1 FACTOR TIEMPO

Los datos descriptivos de los tiempos de los dos ejercicios se muestran en la

tabla 2.1. En la figura 2.3 se muestra la evolución del incremento del tiempo,

considerando el porcentaje de variación respecto al mejor tiempo que fue el

primero de la primera serie.

Tabla 2.1 . Valores de los tiempos de los ejercicios RS y RCD

RS (n=10) RCD (n=10) variables Serie 1 Serie 2 Serie 1 Serie 2 Mínimo 3,91±0,13 3,96±0,12 7,06±0,21 7,10±0,22 Promedio 4,02±0,15 4,07±0,19 7,16±0,23 7,30±0,31

Figura 2.4. Evolución tiempo durante las repeticiones

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146

En la tabla 2.2 pueden verse las correlaciones entre los tiempos medios totales

y el mejor tiempo entre el ejercicio RS y el RCD.

Tabla 2.2. Relaciones entre los valores de valoración del ejercicio RS y RCD

Interrelación valorada r r² r² x100 P value

Tiempo Medio RS y Tiempo Medio RCD 0,60 0,36 36% p>0,05

Mejor sprint RS y mejor RCD 0,45 0,20 20% p>0,05

2.4.2 POTENCIA MECÁNICA

Se encontraron diferencias significativas en la interacción piernas vs. tiempo

para cada uno de los ejercicios, apreciándose un mayor porcentaje de

decremento en la pierna derecha después de realizar el RCD.

Figura 2. 5. Valores absolutos de % de disminución de potencia entre ejercicios y piernas antes y después de la realización de los ejercicios

7,57 % 10,90 %

8,86 % 7,79 %

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147

Al comparar la evolución de las cargas comprobamos que la variación se

aprecia en las cargas altas, encontrando sólo diferencias significativas en el

ejercicio RCD en la carga de 120Kg.

Figura 2. 6. Evolución espectro carga-potencia antes y después de la realización de los ejercicios entre piernas. ( antes, después)

RCD

SR RS

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148

2.4.3 DATOS TMG

No se encontraron diferencias significativas en la interacción tiempo*ejercicios

en la pierna izquierda, pero sí en la pierna derecha al finalizar la segunda serie.

(6,64±0,77; 5,86±1,17: P<0.05).

Asimismo, se encontraron diferencias significativas en la evolución en el tiempo

en la pierna izquierda tras el ejercicio RS, entre el valor basal (BL) y el post 20

(final del ejercicio) (5,73 ± 1,62; 7,65 ± 1,64: p<0.05).

Por otro lado, en el ejercicio RCD se encontraron diferencias significativas entre

la pierna izquierda y derecha al finalizar el ejercicio (p<0.005) y más

concretamente después de la repetición nº 20.

Figura 2. 7. A. Evolución en el tiempo de la variable Dm en vasto lateral, en cada pierna y relación entre ejercicios. Figura 2.7. B . Evolución en el tiempo de la variable Dm en vasto lateral, en RCD y relación entre piernas.

A

B

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149

2.5 DISCUSIÓN La mayoría de los estudios relacionados con la fatiga y las variaciones de las

propiedades contráctiles y mecánicas inducidas por las acciones de alta

intensidad intermitente se han centrado en analizar su evolución en el juego,

real o simulado (Girard, et al., 2008; Greig, 2008; Thorlund, et al., 2009; Zebis,

et al., 2010) y en la capacidad de repetir sprints (Morin, Samozino, Edouard, &

Tomazin, 2011; Girard, et al., 2010; Mendez-Villanueva, et al., 2008; Racinais,

et al., 2007). Sin embargo, no conocemos ningún estudio que haya analizado la

respuesta aguda de estas variables después de un esfuerzo repetido que

incluya cambios de dirección, con respecto a otro equiparable que sólo

incorpore un desplazamiento lineal. Los resultados obtenidos indican que la

evolución de la disminución del rendimiento (aumento del tiempo y

decrecimiento potencia) tanto en los desplazamientos lineales como en

aquellos que incluían cambios de dirección fue similar, apareciendo el

fenómeno de auto-regulación en la primera serie. Además, también se observa

que la repetición de series de cambios de dirección provocó una mayor

disminución del rendimiento en la pierna dominante en comparación con la

misma pierna en el ejercicio RS, así como en relación a la pierna no dominante

del ejercicio RCD. Asimismo, se encontró que el tiempo de duración del

ejercicio y/o las características de movimiento diferentes provocaron una

variación en el comportamiento del Dm entre los ejercicios al final de la

segunda serie, aunque no se detectaron diferencias en la potencia mecánica

entre ellos.

La diferencia en el tiempo entre cada uno de los sprints entre el ejercicio RS y

el de RCD, así como en el volumen total del tiempo requerido para completar

los ejercicios, sugiere que la inclusión del cambio dirección aumenta la

complejidad de la tarea. Esto está de acuerdo con los resultados obtenidos en

estudios previos que, al comparar estas acciones con sprints únicos, obtuvieron

coeficientes de determinación muy bajos, lo que indica que ambos tipos de

ejercicio tienen una naturaleza específica (Little & Williams, 2005; Young, et al.,

2001).

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150

Así, Young et al (2001) encontraron que aumentando el ángulo del cambio de

dirección y el número de cambios de dirección en la misma distancia,

aumentaba el tiempo necesario para cubrirla, debido a la necesidad de aplicar

fuerzas laterales más altas y la inclusión de deceleraciones y aceleraciones

(Young, et al., 2002). Estos mismos autores encontraron coeficientes de

determinación de solo un 22% entre un sprint lineal de 30 m y un sprint de 30 m

que incluía 5 cambios de dirección de 100º.

Little and Wiliiams (2005) encontraron un coeficiente de determinación entre

aceleración (10 m) y agilidad (20 m con 3 cambios de dirección de 100º) del

11% y entre máxima velocidad (20 m lanzados) y agilidad del 20,9%. Esos

porcentajes siendo menores del 50% nos indican que éstos son específicos o

que son independientes en su naturaleza.

En el presente estudio se encontró una correlación, aunque no significativa, en

el tiempo total del ejercicio de 0,60 y un coeficiente de determinación entre

ellos de 0,36 (36%). Similares resultados se encontraron con el mínimo tiempo

de sprint, existiendo una correlación entre los ejercicios del 0,45 y un

coeficiente de correlación de 0,21 (20,5%). Así, estos bajos coeficientes de

correlación, nos indican que los ejercicios estudiados valoran cualidades

específicas.

Somos conscientes de que la escasa muestra utilizada en este estudio limita el

poder afirmar categóricamente que se trata de cualidades diferentes y que por

lo tanto la orientación del entrenamiento para estas cualidades debería ser

diferente y específica. No obstante, otros estudios como los de Buchheit

(2010;2012) y Sajah (2009) presentan estudios con 12-13 sujetos de diferentes

deportes de equipo y sólo el de Wong (2011) presenta una muestra mayor con

58 sujetos aunque sólo 18 sujetos eran jugadores de cierto nivel de fútbol.

Sin embargo, las razones que nos llevaron a mantener esta reducida muestra

fueron por una parte el no tener la disposición de contar con más de un equipo

de baloncesto de la misma edad y nivel, y por otra no querer incorporar grupos

de diferentes deportes por considerar que la especificidad de las acciones del

deporte puede ser una de las razones que distorsiona los resultados. En este

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151

caso se analizaban acciones con cambios de dirección de 135º, acciones

habituales en todos los deportes de equipo pero principalmente en deportes de

cancha.

Las variables analizadas para evaluar la respuesta aguda durante las dos

series fueron el tiempo en las repeticiones, la potencia máxima mecánica en

prensa de piernas en el espectro de toda la curva potencia-carga y el

desplazamiento radial máximo del vientre muscular del vasto lateral, inducida

eléctricamente. De acuerdo con nuestra primera hipótesis, los dos ejercicios

provocaron una disminución del rendimiento, tanto en el tiempo requerido para

las repeticiones, como en el pico de potencia antes y después de las dos

series. Además, se encontraron diferencias en el comportamiento de las

capacidades contráctiles a lo largo de las series entre los dos ejercicios.

La disminución en el rendimiento en los dos ejercicios y las diferencias entre

ellos fue menor de lo esperado. Estos resultados pueden estar asociados al

elevado nivel de entrenamiento y experiencia en acciones con y sin cambios de

dirección de los sujetos investigados. Asimismo, la relación entre la distancia

del ejercicio y el tiempo de la recuperación pasiva utilizado en el protocolo pudo

ser insuficiente para encontrar mayores diferencias (Bishop, et al., 2001).

El comportamiento de la evolución del tiempo fue similar en los dos ejercicios,

siendo los jugadores capaces de reproducir el rendimiento de las primeras

repeticiones en la segunda serie. Sin embargo, la evolución de los tiempos

entre bloques fue diferente (ver figura 2.3), lo que sugiere, como ya apuntaron

(Mendez-Villanueva, Hamer, & Bishop, 2007), que el rendimiento de una acción

única y la repetición de acciones máximas, después de un ejercicio fatigante,

máximo e intermitente puede seguir cursos de tiempo diferentes. No obstante,

no se obtuvieron diferencias significativas en la evolución del rendimiento de

ambos tipos de ejercicio. Es difícil saber si este hecho puede deberse a una

estrategia de auto-regulación o a otra variable no tenida en cuenta.

Desafortunadamente, no se han localizado estudios similares que hayan

comparado estos dos tipos de ejercicios, por lo que no es posible contrastar los

datos.

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152

Un aspecto que llama la atención es que en la primera serie de sprints el

rendimiento en el ejercicio de RCD no sigue un comportamiento de disminución

del rendimiento lineal. Aunque los jugadores fueron familiarizados con el

ejercicio y los patrones de movimiento son básicos en el deporte en el que

participan, esta variabilidad encontrada, sobre todo en el tiempo cubierto en las

repeticiones del ejercicio RCD, puede ser debida a una reorganización del

sistema con la intención de mantener una respuesta óptima. De hecho, los

patrones de la coordinación muscular, según lo dispuesto por el sistema

nervioso, parecen verse afectados por la fatiga. Por ejemplo, durante los sprints

de ciclismo intermitente, se ha observado que el tiempo de activación entre los

extensores y flexores de la rodilla se modifica para superar las limitaciones de

la fatiga (Billaut, et al., 2005). Otros estudios sobre fatiga máxima mediante

ejercicios de CEA también encuentran una optimización de los ejercicios

debido a posibles estrategias de los grupos musculares tanto a nivel

intermuscular como intramuscular para compensar la fatiga y poder mantener

el rendimiento (Morio, et al., 2011).

Una de las aportaciones novedosas de este estudio fue investigar los

potenciales cambios relacionados con el rendimiento mecánico muscular

después (decrecimiento potencia, deformación transversal del músculo VL

(Dm)) y durante ejercicios repetidos de alta intensidad (RCD y RS). Al igual que

estudios previos (Aziz, et al., 2007; Balsom, et al., 1992b; Billaut, et al., 2003;

Castagna, et al., 2007; Mendez-Villanueva, et al., 2008) nuestros datos

muestran que los dos ejercicios causaron una clara reducción. La incapacidad

de producir o mantener la potencia requerida puede estar atribuida a varios

mecanismos potenciales que se localizan en regiones corticales vinculadas a

los elementos contráctiles del músculo (Thorlund, Michalsik, Madsen, &

Aagaard, 2008). Sin embargo, son poco conocidos los efectos de la repetición

de ejercicios máximos intermitentes (RS y RCD) en las propiedades

contráctiles del músculo esquelético (Girard, et al., 2010).

En cuanto al comportamiento del Dm, medido a través de la tensiomiografia

(TMG), se observaron diferencias significativas entre los dos tipos de ejercicio.

Se utilizó este parámetro por presentar una excelente fiabilidad (Tous-Fajardo,

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et al., 2010) y considerarse como muy sensible a la fatiga muscular (Krizaj,

Simunic, & Zagar, 2008). Se trata de un parámetro que depende del tono y el

volumen muscular, habiéndose utilizado para determinar el nivel de rigidez

muscular (Ditroilo, Hunter, Haslam, & De Vito, 2011; Pisot, et al., 2008). Así, se

considera que su disminución es un indicador del aumento de la rigidez

muscular (Stiffness pasivo) (Rusu, Calina, Avramescu, Paun, & Vasilescu,

2009).

En cuanto a los cambios en el Dm a medida que se iban sumando esfuerzos,

en la primera serie se encontró un aumento similar en ambos ejercicios, pero al

finalizar la segunda serie en el ejercicio RS continúa aumentando, mientras que

en el ejercicio de RCD disminuye, acentuándose en la pierna derecha este

descenso. Por lo tanto, parece ser que a lo largo de la segunda serie en el

ejercicio RCD la fatiga muscular está presente en el músculo VL cosa que no

sucede en el ejercicio RS.

El hecho de que los valores de deformación transversal (Dm) hallan mostrado

una relación lineal con la onda-M (Kersevan, et al., 2002) nos permite comparar

nuestros resultados con otros que han valorado esta variable con ejercicios de

sprint repetidos. Por ejemplo, Perrey (2010) valoró las propiedades mecánicas

del sóleo, antes y después de realizar un ejercicio de sprints repetidos (12 x 40

m sprints con 30s de recuperación entre sprints) mediante la valoración de la

Onda-M (modificación de la contracción mecánica evocada con impulso

eléctrico). Encontraron una disminución de la amplitud de la onda-M después

del ejercicio de RS sugiriendo que la transmisión sináptica del potencial de

acción pudo verse afectada como consecuencia del ejercicio. Sin embargo,

Racinais (2007) empleando la misma técnica que Perrey (2010) en el vasto

lateral, la misma porción muscular que se valoró en nuestro estudio, encontró

valores similares a los nuestros en el ejercicio RS, es decir una potenciación de

la amplitud del vasto lateral después de un protocolo de sprint repetido en

cicloergómetro.

Parece ser que la especificidad del ejercicio realizado y/o el tiempo de

realización de los ejercicios puede afectar a las capacidades contráctiles

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provocando en el RCD un aumento de la rigidez pasiva del músculo VL durante

la segunda serie, y por lo tanto una mayor alteración neuromuscular (Alhusaini,

Crosbie, Shepherd, Dean, & Scheinberg, 2010, 2011; Svantesson, Takahashi,

Carlsson, Danielsson, & Sunnerhagen, 2000).

Esto refuerza la premisa de que algunos parámetros biomecánicos de las

extremidades inferiores son significativamente diferentes entre la carrera y los

cambios de dirección (Besier, Lloyd, & Ackland, 2003; Besier, et al., 2001). En

la ejecución del giro se generan fuerzas de frenado que provocan una

deceleración inicial en la dirección del movimiento (Houck, 2003) y una

subsecuente fuerza medio lateral para el cambio de dirección, considerándose

un movimiento cualitativo más que cuantitativo. El tiempo de contacto con el

suelo es mayor (0,4 s) (Jones, et al., 2009) al de los drop jumps (rangos entre

0,17 y 0,3 s dependiendo de la capacidad, condición y técnica del atleta) (Ball,

Stock, & Scurr, 2010; Kovacs, et al., 1999) y los pasos de la carrera lineal (0,1s

en la fase de aceleración y 0,2 s en la fase de velocidad máxima (Salo,

Grimshaw, & Viitasalo, 1997) provocando la necesidad de altos niveles de

activación muscular con un aumento de los requerimientos de fuerza,

principalmente en la fase de frenado. Además, la fase de preactivación antes

del aterrizaje en estos ejercicios puede jugar un rol importante para el

rendimiento en la siguiente fase de contacto (Horita, Komi, Nicol, & Kyrolainen,

2002). Todo esto requerirá unos altos niveles de activación muscular y, como

consecuencia, de fuerza aplicada principalmente en la fase de frenado, lo que

provoca que el trabajo excéntrico a realizar en el ejercicio de RCD sea mayor

que en el ejercicio de RS. El ejercicio excéntrico ha demostrado aumentar la

tensión pasiva del músculo (Hoang, Herbert, & Gandevia, 2007; Whitehead,

Weerakkody, Gregory, Morgan, & Proske, 2001) y esta puede ser una de las

explicaciones a la mayor disminución del Dm en este tipo de acciones.

Por otro lado, el hecho de que las contracciones excéntricas máximas tengan

una menor demanda energética (Dudley, Tesch, Harris, Golden, & Buchanan,

1991) y hayan demostrado ser extremadamente resistentes a la fatiga a pesar

de proporcionar una alta producción de fuerza (Hortobagyi, Tracy, Hamilton, &

Lambert, 1996; Pasquet, Carpentier, Duchateau, & Hainaut, 2000; Tesch,

Page 174: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

155

Dudley, Duvoisin, Hather, & Harris, 1990) puede hacernos entender que

aunque el tiempo total del ejercicio RCD fue un 80% superior, el rendimiento

fuera similar. Por el contrario, otros estudios de ejercicios con cambios de

dirección sugieren un aumento del gasto energético asociado a la necesidad de

una mayor potencia muscular requerida para vencer la inercia del cuerpo

aunque en estos casos solo se realiza un cambio de dirección cada 20 m

(Buchheit, Bishop, et al., 2010; Dellal, et al., 2009). Se hace difícil la

comparación con este estudio al no haberse podido medir estas variables.

Por lo tanto, es posible que distintos ajustes neuro-mecánicos y estrategias de

control motor hayan contribuido a las respuestas a la fatiga (Horita, et al.,

2002), lo que pone de manifiesto la independencia entre tareas en lo que se

refiere a la fatiga muscular (Enoka & Stuart, 1992). De hecho, el que la

disminución de potencia no se relacione con los cambios en el Dm nos

demuestra también en este estudio la conexión entre la potenciación y la fatiga

muscular (Morana & Perrey, 2009). Sin embargo, es importante destacar que

tanto el RS como el RCD implican un gran porcentaje de masa muscular, por lo

que la valoración de un sólo músculo no puede explicar lo que pasa en todo el

cuerpo.

Al finalizar el ejercicio de RCD se encontraron valores similares en potencia

absoluta al ejercicio RS, aunque apreciándose una disminución significativa en

la parte de cargas altas del espectro de la curva de potencia, sobre todo en la

pierna dominante. La aplicación de niveles altos de fuerza en el ejercicio de

RCD, por una solicitación sustancial de fuerza excéntrica en las acciones de

frenada en los cambios de dirección (Bencke, Naesborg, Simonsen, & Klausen,

2000; Simonsen, et al., 2000), puede haber provocado estos decrecimientos

siendo el ejercicio RS más dependiente de la velocidad (Smilios, Hakkinen, &

Tokmakidis, 2010).

Aunque los valores encontrados no muestran grandes diferencias en el

comportamiento de las variables analizadas en relación con la fatiga, se ha

sugerido que las acciones excéntricas provocan diferentes modelos de

instauración de fatiga neuromuscular con respecto a las acciones concéntricas

Page 175: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

156

(Kay, St Clair Gibson, Mitchell, Lambert, & Noakes, 2000), debido a un orden

neural singular (Enoka, 1996) y diferente (Nardone, Romano, & Schieppati,

1989) y por lo tanto a una estrategia motriz diferente.

Horita et al. (2003) en un análisis sobre el rendimiento del SJ (“squat jump”)

como ejercicio concéntrico y el rendimiento del DJ como ejercicio con ciclo

estiramiento-acortamiento, ya observaron una recuperación anterior en el SJ,

(en 10 min volvía a sus valores de inicio) después de un trabajo exhaustivo de

ciclo estiramiento-acortamiento, encontrando modelos de fatiga neuromuscular

diferentes en los dos ejercicios. El hecho de que en el ejercicio RCD se aprecie

una mayor contribución de este tipo de acciones provoca la necesidad de que

en estudios futuros deban utilizarse tests que reproduzcan lo más fielmente

posible la realidad a valorar (Linnamo, Bottas, & Komi, 2000). De esta manera,

es factible que se encontraran mayores diferencias entre los dos ejercicios.

Por otra parte, la definición de la pierna dominante (dominancia lateral) no está

clara y existe poca información relativa a la dominancia de las piernas. Por lo

general, la pierna dominante está determinada por la pierna que se utiliza para

chutar o la pierna que se utiliza para saltar (Miyaguchi & Demura, 2010)

aunque existe mucha controversia al respecto. En nuestro estudio todos los

jugadores informaron ser diestros de pierna, considerando la pierna de chute,

no detectándose diferencias significativas en los valores de potencia ni en el

Dm en el test previo.

La pierna dominante tuvo una participación más activa durante el ejercicio

RCD, lo que pudo suponer una mayor fatiga. Los valores de potencia pico

estimada de la pierna derecha después de realizar el ejercicio RCD reflejan una

mayor, aunque no significativa, disminución en la capacidad de generar

potencia en el ejercicio de prensa respecto a la pierna izquierda en las dos

condiciones (10,88% Vs 7-8%) y respecto a la pierna derecha después del

protocolo RS. Asimismo, se encontraron diferencias significativas en la misma

pierna (pierna derecha) durante el ejercicio RS así como en la pierna izquierda

durante el ejercicio RCD en el Dm (15,79% entre pierna izquierda y derecha al

finalizar el protocolo RCD).

Page 176: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

157

Parece ser que hay una tendencia a la dominancia derecha de piernas durante

los movimientos que requieren control de potencia (Miyaguchi & Demura,

2010), como es el caso del cambio de dirección. Young et al (2002)

encontraron una clara dominancia al realizar los cambios de dirección. En su

estudio comprobaron que en un cambio de dirección único la fuerza reactiva de

la pierna derecha correlacionaba de forma más potente que la pierna izquierda

en el rendimiento para girar hacia la izquierda, no siendo así al contrario.

Esto nos puede llevar a pensar que el jugador ante la necesidad de mantener

un rendimiento, en este estudio eran 20 repeticiones con 4 cambios de

dirección en cada repetición, ajustaba la coordinación de las acciones para

mantenerlo, implicando de forma más activa la pierna dominante y por lo tanto

provocándole una mayor fatiga.

Habitualmente, se considera que un déficit bilateral superior al 15% aumenta el

riesgo de lesiones, y puede perjudicar el rendimiento atlético (Knapik, Bauman,

Jones, Harris, & Vaughan, 1991). Las diferencias en los valores de Dm entre la

pierna izquierda y derecha al final del ejercicio presentan un aumento del déficit

bilateral (15,7%) en el músculo VL), pudiendo ser un factor más a tener en

cuenta y que puede explicar, en parte, la disminución del rendimiento en el

ejercicio RCD. Este debería ser un aspecto importante en la prescripción del

ejercicio.

En conclusión, los ejercicios RS o con cambios de dirección tienen respuestas

agudas diferentes sobre las propiedades mecánicas y contráctiles de los

músculos implicados acentuándose más las diferencias sobre la pierna

dominante. Por lo tanto, debemos atender a estas diferencias a la hora de

programar y evaluar medios de entrenamiento y actividades realizadas sobre

estas manifestaciones. Deberán realizarse nuevos estudios para determinar

mediante procesos de medición de la fase excéntrica dinámica su posible

afectación en estas dos tipologías de ejercicio.

Page 177: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 2 Efectos de dos esfuerzos intermitentes de alta intensidad (sprint lineal vs cambios de dirección) en la fatiga muscular valorada mediante la potencia mecánica y la tensiomiografia

158

Page 178: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

159

ESTUDIO 3

ESPECIFICIDAD EN DOS METODOS DE ENTRENAMIENTO DE

CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS CON PATRONES DE

MOVIMIENTO DIFERENTES

Page 179: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

160

Page 180: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

161

ESTUDIO 3: ESPECIFICIDAD EN DOS METODOS DE ENTRENAM IENTO DE

CAPACIDAD DE REPETIR SPRINTS CON PATRONES DE MOVIMI ENTO

DIFERENTES

3.1 INTRODUCCIÓN:

Las demandas físicas y el rendimiento en los deportes están relacionadas con

las actividades realizadas por los jugadores durante la competición. Para la

eficiencia en el alto nivel de competición es necesario tener adecuadas

habilidades motoras, variando de un deporte a otro en función de las demandas

del deporte practicado (Sporis, et al., 2010).

En los deportes de equipo, además de las habilidades técnicas y tácticas

específicas del deporte, está bien documentado que factores como la

velocidad, la capacidad de cambiar de dirección y la CRS pueden contribuir

significativamente al éxito competitivo (Barbero-Alvarez, et al., 2008; Gabbett,

et al., 2009; Sirotic, et al., 2009; Spencer, et al., 2005a).

El profundo análisis que se ha realizado sobre estos deportes en los últimos

años ha destacado la naturaleza multifactorial, intermitente, multidireccional y

de alta intensidad del juego (Ben Abdelkrim, Chaouachi, et al., 2010; Di Salvo,

et al., 2009; Reilly, et al., 2000). Además, el análisis de los patrones de

actividad y movimiento de estos deportes ha llevado a los investigadores y

entrenadores a proponer un cambio en la concepción del desarrollo de

herramientas de evaluación y definir nuevas propuestas en el diseño de

programas de entrenamiento con el objetivo de acercarse a sus características

específicas, situando el foco de atención, sobretodo en la alta intensidad y en

los aspectos intermitentes del rendimiento (Bradley, Mascio, et al., 2009;

Buchheit, Abbiss, et al., 2012; Dellal, et al., 2011a; Fernandez-Fernandez,

Zimek, Wiewelhove, & Ferrauti, 2012b; Osgnach, Poser, Bernardini, Rinaldo, &

di Prampero, 2010).

Por eso, entrenadores y jugadores deberían considerar como objetivo prioritario

el definir adecuadas estrategias de entrenamiento con el objetivo de mejorar el

Page 181: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

162

rendimiento de los jugadores en función de los efectos fisiológicos obtenidos a

corto y largo plazo (Bishop & Claudius, 2005; Buchheit, Cormie, et al., 2009).

Sabemos que la CRS es determinante en el rendimiento en los deportes de

equipo y raqueta (Girard, Mendez-Villanueva, & Bishop, 2011; Glaister, 2005)

no solo porque los jugadores realizan un número elevado de sprints repetidos

durante el partido, sino porque también puede ser utilizado como un buen

predictor del rendimiento de alta intensidad durante un partido (Rampinini,

Bishop, et al., 2007a).

Aunque cada vez es más normal encontrar equipos que incorporan tests de

CRS en sus evaluaciones de rendimiento, aún hay muy poca bibliografía

especializada en determinar la carga de entrenamiento más adecuada para

mejorarla. Dada la fuerte correlación entre la CRS y la distancia recorrida a alta

intensidad durante el juego (Rampinini, Bishop, et al., 2007a), sorprende que se

haya estudiado muy poco la eficacia del ERS para mejorar el rendimiento de

esta capacidad. Concretamente las investigaciones se han centrado en la

incidencia del entrenamiento específico y juegos reducidos (Buchheit, Laursen,

et al., 2009; Dellal, Varliette, Owen, Chirico, & Pialoux, 2011b; Hill-Haas, et al.,

2009), el entrenamiento continuo e interválico (Bishop & Claudius, 2005;

Buchheit & Ufland, 2010; Edge, et al., 2005; Fernandez-Fernandez, et al.,

2012b; Ferrari Bravo, et al., 2008a; Glaister, Stone, et al., 2007), y

entrenamiento de fuerza (Bogdanis, et al., 2011a; Edge, Hill-Haas, et al., 2006;

Hill-Haas, et al., 2007).

Además, las estrategias de entrenamiento a través de diseños específicos para

la mejora de esta capacidad, se han propuesto atendiendo al principio de

especificidad (Buchheit, Mendez-Villanueva, Delhomel, et al., 2010; Dawson, et

al., 1998; Fernandez-Fernandez, et al., 2012b; Ferrari Bravo, et al., 2008a;

Mohr, et al., 2007a; Serpiello, McKenna, Stepto, Bishop, & Aughey, 2011).

Estos estudios, describen un 2-6% de mejora en la CRS usando como

variables de evaluación del rendimiento el tiempo medio y/o tiempo total.

Los protocolos de entrenamiento de RS en la mayoría de los estudios difieren

en la estructura del tiempo de recuperación y distancia recorrida, así como en

Page 182: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

163

el número de series y repeticiones, pero todos se caracterizan por un patrón de

movimiento con desplazamiento lineal (Dawson, et al., 1998; Mohr, et al.,

2007a), de ida y vuelta a la máxima intensidad (Buchheit, Bishop, et al., 2010;

Impellizzeri, et al., 2008) y sin contemplar el tipo de desplazamiento

característico en los deportes multisprint como son el cambio de dirección a

diferentes ángulos de salida, los desplazamientos laterales y los

desplazamientos hacia atrás.

Valorando los resultados del análisis de perfil de actividad de los deportes

multisprint como el hockey (Spencer, et al., 2005b), fútbol (Bloomfield, R, et al.,

2007), baloncesto (Ben Abdelkrim, et al., 2007; Montgomery, Pyne, & Minahan,

2010), voleibol (Sheppard, Gabbett, & Stanganelli, 2009), balonmano (Chelly, et

al., 2011), y el tenis (Fernandez, et al., 2006) se ha encontrado que los

jugadores cubren varios kilómetros de participación en movimientos que

implican cambios de dirección. Concretamente el porcentaje de contribución de

este tipo de movimientos de juego osciló entre el 5 y el 16% en el hockey y el

fútbol (Bloomfield, R, et al., 2007; Reilly, 1997; Spencer, et al., 2005a) hasta

aproximadamente el 40% en el baloncesto y el tenis (Ben Abdelkrim,

Chaouachi, et al., 2010; Fernandez, et al., 2006).

A su vez, los cambios de dirección, las aceleraciones, las frenadas, son

acciones realizadas asiduamente a alta intensidad y, por lo tanto,

contribuyendo notablemente al gasto energético así como al compromiso

neuromuscular de la musculatura implicada (Reilly, et al., 2000; Strudwick, et

al., 2002). En este sentido diversos autores consideran que los requerimientos

asociados con la aceleración, deceleración y rápidos cambios de dirección son

uno de los componentes clave en las demandas y rendimiento del jugador

durante el juego (Bloomfield, R, et al., 2007; McInnes, et al., 1995; Meir, et al.,

2001b). Por todo ello, la capacidad de cambiar de dirección se erige como una

cualidad importante para el desempeño exitoso en varios deportes, además de

poseer un notable poder discriminativo entre niveles de jugadores (Gabbett,

Kelly, et al., 2008; Kaplan, et al., 2009). Young (2001) estableció que los

métodos de entrenamiento de velocidad lineal y de capacidad de cambio de

dirección (agilidad) tienen una limitada transferencia, atribuyéndose esa baja

Page 183: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

164

correlación a que hay diferentes factores fisiológicos y biomecánicos que

contribuyen a la mejora específica del rendimiento en cada una de ellas.

Por todo ello, el objetivo de este estudio ha sido determinar si un entrenamiento

de ERS o ERCD añadido a uno regular de hockey confieren alguna ventaja en

el rendimiento específico.

3.2 SUJETOS Y METODOS

20 Jugadores de hockey (10 hombres y 10 mujeres) pertenecientes a equipos

amateurs de la liga española, de edad comprendida entre 17-30 años, con una

media ± desviación estandar de edad, altura y peso de 24 ± 6 años, 1,75 ± 0,17

m y 78,5 ± 12 kg respectivamente dieron su consentimiento para participar en

este estudio.

El protocolo del ejercicio y todos los posibles riesgos y beneficios asociados

con la participación en el estudio fueron explicados detalladamente a cada

sujeto.

3.2.1 DISEÑO DEL ESTUDIO

Los jugadores que participaron en este ensayo longitudinal controlado fueron

divididos de forma aleatoria en dos grupos de entrenamiento; ERCD y ERS.

Los jugadores de los dos grupos, además del entrenamiento ERCD y ERS

correspondiente, siguieron su programa normal de entrenamientos en su club.

El contenido y volumen semanal del programa de entrenamiento queda

explicado y desarrollado en la tabla 3.1. En un primer momento se intentó

incluir un grupo control que tuvo que ser desestimado por las múltiples

dificultades que fueron apareciendo.

Los jugadores realizaron 9 semanas de entrenamiento. La primera semana fue

de familiarización con las pruebas de valoración y ejercicios del programa de

entrenamiento, en la segunda semana se realizaron las pruebas de valoración,

después se realizaron 6 semanas de entrenamiento para finalmente, en la

última semana, realizar por segunda vez las pruebas de valoración de la

intervención realizada.

Page 184: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

165

Los tests fueron realizados siempre a la misma hora del día y en la misma

superficie de césped artificial donde se entrenaban los jugadores.

3.2.2 PROCEDIMIENTO PRUEBAS DE VALORACIÓN

Se asignó de forma aleatoria a cada sujeto a cada uno de los dos grupos de

entrenamiento (ERCD y ERS). Para organizar las sesiones de valoración se

utilizó un diseño cruzado donde los dos grupos realizaron de forma aleatoria los

dos ejercicios de acciones repetidas, uno implicando cambios de dirección

(RCD) y el otro sin cambios de dirección (RS). El ejercicio RS consistía en

realizar 15 repeticiones de sprints lineales de 25 m con una recuperación de 20

s entre repeticiones. El ejercicio RCD consistía en realizar 15 repeticiones de

sprints de 25 m con 4 cambios de dirección intermedios cada 5m con un ángulo

de salida de 135º y con 20 s de recuperación entre repeticiones.

Las dos pruebas de valoración se realizaron en dos ocasiones distintas,

separadas por un mínimo de 48 horas para asegurar una suficiente

recuperación neuromuscular.

Al finalizar el proceso de entrenamiento (6 semanas) se realizó de nuevo la

misma estructura de valoración.

Se les pidió a los jugadores que no modificaran su dieta habitual y que no

realizaran ningún tipo de ejercicio de alta intensidad en las 24 h previas a las

pruebas de valoración.

Antes de cada prueba los sujetos realizaron un calentamiento estandarizado,

que consistía en 7 s seguidos de carrera, estiramientos balísticos y 2

repeticiones de la prueba de valoración RS y RCD a la máxima intensidad. En

total se realizaban un máximo de 6-8 repeticiones, con un descanso entre

repeticiones de 3 min. Los sujetos fueron instruidos para realizar las pruebas

con un esfuerzo máximo desde el inicio hasta el final. Todos los sujetos fueron

animados verbalmente durante cada repetición.

Page 185: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

166

3.2.3 PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO

Los dos grupos (ERCD y ERS) fueron requeridos para participar en dos

sesiones de entrenamiento semanal durante un periodo de 6 semanas con un

mismo volumen total de trabajo (tabla 3.1). Los jugadores realizaron durante la

temporada 2-3 entrenamientos técnico-tácticos de una duración de entre 90

min y 120 min. Los ejercicios RS y RCD se realizaron siempre antes de dicho

entrenamiento y nunca en dos dias consecutivos. Se realizaron 12 sesiones de

entrenamiento, todas ellas supervisadas por el autor de esta tesis,

incluyéndose en el análisis final sólo a aquellos sujetos que completaron un

mínimo de 10 sesiones. Los jugadores de los dos grupos realizaron el mismo

volumen total de entrenamiento con la misma distancia final total recorrida. La

diferencia entre los dos grupos se ciñó a las características de los

desplazamientos siendo lineales en el grupo ERS y con cambios de dirección

en el grupo ERCD.

La intensidad fue ligeramente por debajo de la máxima durante las dos

primeras semanas para minimizar el riesgo de lesión y respetar el principio de

la progresión en la intensidad del entrenamiento.

Antes de realizar la intervención se realizó una repetición máxima sobre la

distancia base de la sesión de entrenamiento.

Tabla 3.1. Diseño de los contenidos de las sesiones de intervención semanas Series x número

de repeticiones x distancia (m)

Rec. entre rep. (seg.)

Rec. entre series (min.)

I(% de max)

Distancia total

Angulo de cambio de dirección (º)

Nº cambios de dirección x repetición.

1 2x10x25 20 4 95 500 135 4 2 2x10x30 20 4 95 600 135 5 3 2x15x15 20 4 100 450 135 2 4 2x15x20 20 4 100 600 135 3 5 2x15x25 20 4 100 750 135 4 6 1x15x25 20 4 100 375 135 4

Page 186: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

167

3.2.4 FOTOCÉLULAS TELEMÉTRICAS DEL MUSCLELAB

El tiempo realizado en cada una de las repeticiones en los dos ejercicios fue

registrado mediante dos fotocéluas del Musclelab (Musclelab, Bosco System,

Rieti, Italia) colocadas al inicio y al final del recorrido. Todos los tiempos fueron

grabados a una resolución de 0,01 s.

3.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Los datos se presentan como medias± desviación estandar.

Se analizó la distribución de la muestra a través del test de Kolmogorov-

Smirnov. El test t de student para medidas independientes fue utilizado para

examinar las diferencias existentes entre los dos grupos al inicio del programa

del entrenamiento. Los datos fueron analizados mediante ANOVA de medidas

repetidas con dos factores valorando entre factores (tipo de entrenamiento;

ERCD vs ERS) e intrafactor (periodo; pretraining vs post training). Los datos

fueron analizados con el software SPSS V15 y el nivel de significación fue de

p<0.05.

3.4 RESULTADOS

De los 20 jugadores que participaron en la investigación sólo aquellos que

realizaron 10 sesiones de intervención fueron incluidos en el estudio.

Concretamente fueron excluidos 7 jugadores (4 jugadores del grupo ERS y 3

jugadores del grupo ERCD) lo que correspondió a un 35%. Del grupo ERS se

excluyeron 3 jugadores por lesión y el resto de jugadores excluidos fue por no

haber completado las 10 sesiones programadas.

Los resultados para todas las variables analizadas se presentan en la tabla 3.2.

Page 187: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

168

Tabla 3.2. Valores para todas las variables analizadas

ERCD (n=7) ERS (n=6) variables pre post pre post RS Minimo 4,05±0,35 4,07±0,33 4,22±0,43 4,17±0,34 Promedio 4,29±0,40 4,31±0,38 4,38±0,50 4,35±0,40 RCD Minimo 7,04±0,44 6,23±0,33*** 6,83±0,62 6,58±0,63** promedio 7,44±0,48 6,50±0,31*** 7,41±0,90 6,83±0,67** ERCD= grupo entrenamiento de repetir cambios de dirección; ERS= grupo entrenamiento de repetir sprints; RS= Ejercicio de repetir sprints; RCD= Ejercicio de repetir cambios de dirección

Los resultados obtenidos después de la intervención no fueron

estadísticamente diferentes entre los grupos en ninguna de las variables

analizadas.

A C

B

Figura 3.1. Evolución del mínimo tiempo y tiempo promedio de los ejercicios RS y RCD después de las intervenciones ERCD y ERS

D

Page 188: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

169

No hubo cambios significativos en las variables mínimo tiempo y tiempo

promedio del ejercicio de sprint repetido en ninguno de los dos grupos. Se

encontraron diferencias en las variables anteriores en el ejercicio RCD en los

dos grupos, siendo el porcentaje de mejora mayor en el grupo ERCD (figura

3.2.)

1,2

3,6

0,9

7,8

11,5 12,6

Figura 3.2. Porcentaje de mejora del mejor tiempo y tiempo total en los dos ejercicios, RS y RCD después de las intervenciones del grupo ERCD y ESR

Page 189: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

170

3.5 DISCUSIÓN

El propósito de este estudio fue determinar si un entrenamiento regular de

hockey suplementado por entrenamientos ERS o ERCD de seis semanas de

duración suponía alguna ventaja en el rendimiento específico. El principal

hallazgo de este estudio ha sido encontrar que un entrenamiento ERCD

añadido a un programa de entrenamiento específico de hockey induce un

aumento importante en el rendimiento de la CRCD, aún siendo un volumen de

trabajo muy reducido de dos sesiones de entrenamiento (25 min con 5 min de

actividad efectiva) por semana durante un total de seis semanas de

intervención aunque no se encontraron diferencias significativas entre los dos

métodos analizados. No obstante, sí se encontraron diferencias en cada grupo

en la interacción del tiempo. Podemos resaltar que el entrenamiento ERS

provocó mejoras en las variables mejor tiempo (1,2%) y tiempo medio (0,9%)

en el ejercicio RS suponiendo un leve impacto en la velocidad de un único

sprint pero también en el tiempo medio. Este efecto fue diferente para el grupo

ERCD donde no hubo cambios en el mejor tiempo y tiempo total (-0,4% y -0,3%

respectivamente). Algunos estudios han reportado efectos beneficiosos del

entrenamiento de RS en parámetros de rendimiento como la resistencia

aeróbica y anaeróbica, así como la CRS (Gibala & McGee, 2008; Iaia, et al.,

2009a; Tabata, et al., 1996).

Cabe destacar que estos estudios se consideran de interés principalmente

porque con un volumen menor de trabajo se consiguen adaptaciones

importantes (Burgomaster, Heigenhauser, & Gibala, 2006; Mohr, et al., 2007a;

Ortenblad, et al., 2000). No obstante, en los estudios que encuentran mejoras

en el tiempo, en la velocidad o en la CRS los volúmenes totales de

entrenamiento suelen ser sensiblemente superiores (Buchheit, Mendez-

Villanueva, Quod, et al., 2010; Dawson, et al., 1998; Ferrari Bravo, et al.,

2008a). En este sentido cabe destacar que los porcentajes de mejora de

nuestra intervención son más bajos que los presentados en estos estudios.

Probablemente si se hubiera aumentado sensiblemente el volumen de

entrenamiento hubiésemos encontrado valores similares a otros estudios de

intervención con RS (Hill-Haas, et al., 2009; Mohr, et al., 2007a).

Page 190: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

171

En consonancia con la mayoría de estudios que han valorado las adaptaciones

a un entrenamiento específico de CRS (Buchheit, Mendez-Villanueva,

Delhomel, et al., 2010; Buchheit, et al., 2008; Mohr, et al., 2007a), también

hemos encontrado un mejor resultado en el mejor tiempo (velocidad lineal) que

en el rendimiento en la variable tiempo medio (índice valor CRS) debido

probablemente a la fuerte correlación entre la CRS y las cualidades de

velocidad (Pyne, et al., 2008). El entrenamiento de la CRCD no muestra

cambios en las variables del ejercicio SR, siendo parecidos estos resultados a

estudios que han presentado adaptaciones específicas en entrenamientos de

velocidad de cambios de dirección y velocidad lineal (Young, et al., 2001).

Acorde con nuestra hipótesis los resultados destacan que el ERCD tiene un

mayor efecto en el ejercicio de CRCD en comparación con el ERS, en el tiempo

total (12,6% vs 7,8%) y el mejor tiempo (11,5% vs 3,6%). Reilly (2000) sugirió

que la capacidad de cambiar de dirección (agilidad) es un prerrequisito

fisiológico en el fútbol, dado que los jugadores están frecuentemente envueltos

en rápidos cambios de dirección para ser eficaces durante el partido. En este

sentido, varios estudios han destacado que el rendimiento de esta capacidad

es una variable fisiológica independiente en este deporte (Little & Williams,

2005; Mujika, Santisteban, et al., 2009; Wisloff, Castagna, Helgerud, Jones, &

Hoff, 2004). Sin embargo este es el primer estudio que valora la respuesta de

una intervención de CRCD en la capacidad de cambiar de dirección

obteniéndose como resultado un aumento por encima del 10% tanto en el

mínimo tiempo como en el tiempo medio. Atribuimos estas mejoras a un

supuesto incremento de la potencia y la fuerza reactiva, ambas determinantes

en las fases de frenada y aceleración durante los cambios de dirección.

Estudios previos (Haj-Sassi, et al., 2009a; Wong, et al., 2011a) han sugerido

que la CRCD es una capacidad independiente de la CRS y que la primera se

esgrime como una variable determinante en el rendimiento en los deportes de

raqueta y en los deportes de equipo por sus características de intermitencia y

multidireccionalidad en el juego (Walklate, et al., 2009; Wilkinson, et al., 2012a;

Wilkinson, et al., 2010).

Page 191: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

172

Contrariamente a nuestra hipótesis inicial en el que se sugería que no se

encontrarían mejoras significativas en la CRCD con el régimen de

entrenamiento ERS, sí hemos encontrado mejoras significativas tanto en el

mejor tiempo (3,6%) como el tiempo medio (7,8%). Aunque estos resultados

son significativamente inferiores a los del grupo ERCD, debemos resaltar que

el entrenamiento de CRS ha tenido transferencia en el rendimiento de la

CRCD. En este sentido diversos estudios han encontrado que hay una fuerte

relación entre la velocidad lineal y la velocidad en los cambios de dirección

(Graham-Smith & Lees, 2005; Vescovi, et al., 2007).

Aunque estos resultados son significativamente inferiores a los del grupo

ERCD, pueden sugerir que el entrenamiento de CRS puede tener transferencia

en el rendimiento de la CRCD. Varios autores están en esta línea,

considerando que la capacidad de repetir sprints es una capacidad general

donde se integran las acciones con cambios de dirección (Buchheit, Bishop, et

al., 2010; Buchheit, Haydar, et al., 2012). No obstante, no hemos encontramos

la misma transferencia en dirección contraria, es decir, desde ERCD hacia

mejoras en la velocidad lineal y CRS.

Estos resultados obtenidos en nuestro estudio pueden ser, en parte, explicadas

por la incidencia de los entrenamientos específicos técnico-tácticos de los

equipos. Unos entrenamientos que se caracterizaron especialmente por

ejercicios en espacios reducidos donde las distancias recorridas a máxima

intensidad eran menores a las evaluadas en el protocolo CRS, e involucrando

un alto número de cambios de direccón. No descartamos también la posibilidad

de mejora de la coordinación y agilidad en respuesta al entrenamiento regular

de hockey, así como de otros condicionantes metabólicos y neuromusuculares.

Otra explicación a esta mejora por parte del programa ERS puede ser una

mejora en la aceleración en los primeros pasos del sprint. No obstante, aunque

Serpiello (2011) encontró mejoras significativas de la aceleración en el

desplazamiento (16% de media en las tres series analizadas) de un ejercicio

RS después de un entrenamiento específico de bloques de RS, el estudio de

Little (2005) difiere sustancialmente de éste, defendiendo que la velocidad en

Page 192: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

173

los cambios de dirección y la aceleración también son capacidades de

naturaleza independiente.

La respuesta fisiológica aguda de ejercicios repetidos con desplazamiento

lineal o con cambio de dirección ha sido muy poco estudiada pero se han

sugerido diferencias en el impacto fisiológico entre estos ejercicios (Buchheit,

Bishop, et al., 2010; Buchheit, Haydar, et al., 2012; Dellal, et al., 2009; Haj-

Sassi, et al., 2011). Aunque con nuestra intervención se hayan producido

algunas de las adaptaciones fisiológicas estudiadas por estos autores, no

consideramos relevante durante el estudio analizar estos marcadores internos.

Futuros estudios deberán aportar información acerca de los cambios

metabólicos y fisiológicos derivados de este tipo de intervención. Buchheit

(2012) afirma que aunque considera la CRS como una capacidad general, la

inclusión de diferentes grados en la salida de los cambios de dirección produce

respuestas fisiológicas diferentes, siendo las respuestas dependientes de los

cambios de dirección, sobre todo en los ángulos de salida más pronunciados

próximos a 135º similares a los utilizados en nuestro estudio, pudiéndose

sugerir que cada una de las intervenciones propuestas en este estudio podrían

provocar adaptaciones a largo plazo diferentes. Por lo tanto, serán necesarios

estudios adicionales que examinen el efecto de CRCD y CRS para comprender

mejor el rendimiento específico en los deportes de equipo y de raqueta.

Como conclusión podemos afirmar, que el añadir un entrenamiento de ERCD a

un programa de entrenamiento específico de hockey induce un aumento

importante del rendimiento en la CRCD, cualidad que se asume como

importante y crucial para los jugadores durante las competiciónes.

12 sesiones (dos veces por semana en un periodo de 6 semanas) de ERCD

han demostrado ser efectivas para mejorar la CRCD de forma específica

manteniendo el nivel de la CRS. Nuestros resultados indican que un

substancial incremento del rendimiento de la CRCD (11% en mejor tiempo y

15% en tiempo medio) puede ocurrir con sólo 5 min de entrenamiento adicional

(26 min por sesión de volumen total incluyendo periodos de recuperación)

demostrando ser una intervención eficiente con un breve volumen de tiempo,

Page 193: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 3 Especificidad en dos métodos de entrenamiento de CRS con patrones de movimiento diferentes

174

que puede estar integrada en los programas de entrenamiento de muchos

deportes intermitentes.

Page 194: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

175

ESTUDIO 4

RELACIONES ENTRE CAPACIDAD DE REPETIR CAMBIOS DE

DIRECCIÓN Y DISTINTAS MANIFESTACIONES DE POTENCIA EN

DEPORTISTAS DE EQUIPO

Page 195: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

176

Page 196: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

177

4 ESTUDIO 4: RELACIONES ENTRE LA CAPACIDAD DE REPET IR

CAMBIOS DE DIRECCIÓN LAS Y DISTINTAS MANIFESTACIONE S DE

POTENCIA EN DEPORTISTAS DE EQUIPO

4.1 INTRODUCCIÓN La capacidad de cambiar de dirección, definida en otros estudios como

velocidad o agilidad, representa una cualidad motora compleja condicionada

por diferentes factores, entre ellos la fuerza y la potencia (Brughelli, et al., 2008;

Markovic, et al., 2007; Sheppard & Young, 2006).

La dependencia del acoplamiento excéntrico-concéntrico reactivo durante el

frenado y la fase de propulsión en una tarea de cambio de dirección (Jones, et

al., 2009), la fuerza vertical de reacción al suelo impuesta por la pierna externa

durante la fase de contacto que puede suponer, en algunos casos, más de tres

veces el peso corporal y exceder los 2000 N (Simonsen, et al., 2000), así

como, la activación muscular del cuádriceps que puede rondar el 160% de la

fuerza voluntaria máxima (Colby, et al., 2000), proporcionan una base sólida

para el desarrollo de la fuerza reactiva y potencia en la velocidad de cambio de

dirección pudiendo explicar, en parte, el mayor rendimiento en este tipo de

acciones.

Aunque muchos son los estudios que se han preocupado por encontrar las

variables de fuerza que mejor correlacionan con los ejercicios de cambio de

dirección como ha sido la valoración de fuerza isocinética (Graham-Smith &

Lees, 2005; Jones, et al., 2009), la fuerza reactiva evaluada mediante test de

salto con contramovimiento (CMJ) (Barnes, et al., 2007) o con test de salto en

caída (DJ) (Hoffman, et al., 2007), muy a menudo las conclusiones derivadas

de estas investigaciones han sido contradictorias.

Young et al (2002), no encontró relación entre la fuerza reactiva evaluada

mediante un drop jump de 30 cm y un ejercicio de velocidad de cambios de

dirección con 90º y 120º de giro. Por contra, Negrete et al. (2000) mostraron

moderadas pero significativas correlaciones entre un complejo test que incluía

múltiples cambios de dirección y la fuerza isocinética normalizada de press de

Page 197: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

178

piernas, squat y extensión de piernas.

Markovic et al. (2007) compararon 6 tests de fuerza y potencia extensora de

piernas (1 RM, isométrico, one-leg rising, squat jump, mínimo tiempo de

contacto en 10 saltos consecutivos y detente horizontal) con diferentes tests de

agilidad, encontrando bajas correlaciones entre los tests, y solo encontrando

una pequeña relación entre el único test unilateral (one-leg rising) y los

diferentes tests de agilidad valorados.

Young (2002) encontró diferencias significativas entre el drop jump unilateral y

la capacidad de cambiar de dirección en un desplazamiento de 8 m

modificando los grados en el cambio de dirección hacia la derecha e izquierda,

desde un sprint en línea recta hasta realizar un cambio de dirección entre 20º y

60º, justificando estos hallazgos por la sobrecarga excéntrica generada en el

test y explicando las diferencias con los estudios nombrados anteriormente por

una gran solicitación unilateral. Resaltar también que la fuerza flexora

excéntrica de la rodilla explicaba en gran medida la varianza de los cambios de

dirección.

Markovic (2007) después de comparar diferentes tests de fuerza para

compararlos con la capacidad de cambiar de dirección, sugiere la necesidad de

incluír tanto tests de valoración funcional de la fuerza como tests que simulen la

acción competitiva. Unos años más tarde, Meylan, et al. (2009), Meylan, et al.

(2010), en la misma línea de razonamiento que Markovic (2007), establecen

además que tanto la dirección de la fuerza como la cinética de la fase

excéntrica de los saltos son relativamente únicos.

Todos estos estudios han evaluado la relación entre la producción de fuerza de

las piernas y la velocidad de cambio de dirección. Sin embargo todos ellos han

descuidado las exigencias repetidas de cambio de dirección derivadas de la

naturaleza específica de la mayoría de deportes de campo y de cancha a pesar

de la importante función que desarrolla ésta en el rendimiento de muchos

deportes de equipo y de raqueta (Ben Abdelkrim, Chaouachi, et al., 2010; Reilly

& Gilbourne, 2003) y lo poco que se sabe acerca de sus bases fisiológicas y

biomecánicas.

Page 198: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

179

En general, las acciones intermitentes de alta intensidad han sido poco

estudiadas en relación con la producción de fuerza de las extremidades

inferiores (Buchheit, Mendez-Villanueva, Delhomel, et al., 2010; Haj-Sassi, et

al., 2011; Hill-Haas, et al., 2007) y solamente conocemos un estudio que haya

determinado la relación entre un ejercicio repetido de alta intensidad

intermitente (Test MAT) con la manifestación de fuerza del tren inferior (Haj-

Sassi, et al., 2011). En este estudio no se encontró correlación entre el ejercicio

intermitente y diferentes tipos de salto salvo en el DJ sobre la pierna

dominante.

Young et al. (2006) en las conclusiones de sus estudios apuntan la idea de que

se deberían considerar otros factores además de la fuerza y potencia en el

momento de valorar los ejercicios de cambio de dirección. En este sentido,

dichos autores creen que las acciones reactivas con alta sobrecarga excéntrica

unilateral con dirección de la aplicación de la fuerza preferentemente horizontal

podrían ser una variable a tener en cuenta que puede condicionar el

rendimiento en el cambio de dirección.

La sobrecarga excéntrica producida a través de tecnología isoinercial se basa

en el empleo de volantes o ruedas de inercia para proporcionar resistencia.

Aunque esta metodología no es nueva (Hill, 1922) en la última década el

interés por el trabajo excéntrico ha provocado un uso más acentuado de esta

tecnología, pudiéndose destacar la utilización de las máquinas Yo-Yo (Askling,

Karlsson, & Thorstensson, 2003; Caruso, et al., 2010; Norrbrand, Pozzo, &

Tesch, 2010) y las poleas cónicas Versapulley (VP) (Chiu & Salem, 2006).

Los ejercicios tradicionales con mancuernas, barras y máquinas se construyen

bajo el principio de la acción de gravedad. En cambio, el principal beneficio al

trabajar con tecnología isoinercial radica en que la resistencia es independiente

de la gravedad, pudiendo ser aplicada en cualquier dirección (Chiu & Salem,

2006). Concretamente se utiliza la inercia de un volante en lugar de la energía

potencial obtenida por la posición de un objeto externo. En la fase concéntrica

el sujeto genera energía cinética a través del giro del volante la cual será

Page 199: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

180

frenada durante la fase excéntrica. En este sistema la fuerza de resistencia es

dinámica y proporcional a la generada por el sujeto (Tous, 2010).

Diversos estudios realizados con tecnología isoinercial han mostrado fuerzas

similares o superiores al mismo ejercicio realizado con pesos tradicionales

(Berg, Dudley, Hather, & Tesch, 1993; Berg & Tesch, 1994; Tesch & Berg,

1997). Algunos estudios anteriores han utilizado esta tecnología para estudiar

cómo se relaciona la función del músculo esquelético con la producción de

fuerza y la realización de un trabajo mecánico, así como para evaluar la fuerza

muscular y la potencia (Askling, et al., 2003; Caruso, et al., 2006).

La tecnología isoinercial constituye también una forma de entrenamiento que

aumenta las demandas en la acción excéntrica debido a la carga inercial ya

que se requiere un mayor reclutamiento de unidades motoras para frenar la

inercia del volante durante el movimiento de retorno (Berg & Tesch, 1994).

La VP incluye un cono unido a una rueda de inercia fija a la que pueden

añadirse pequeños pesos para variar el momento de inercia. Una cuerda se

enrolla sobre un eje cónico para de esta manera ofrecer una inercia variable

durante el movimiento y ofrecer una mayor resistencia en la parte más estrecha

del cono (Romero & Tous, 2010).

Hasta la fecha no tenemos suficiente evidencia científica respecto a la relación

entre la potencia y fuerza de las extremidades inferiores y el rendimiento en la

CRCD. El conocimiento de los factores fisiológicos y biomecánicos que

determinan el rendimiento de estas acciones, identificando a su vez su

prioridad en las fases concéntrica y excéntrica de la acción muscular, debería

ser el primer paso para establecer los programas de entrenamiento para la

mejora de esta capacidad.

El principal objetivo de este estudio ha sido examinar la relación entre la

potencia obtenida en el lunge lateral con VP y el rendimiento obtenido en un

ejercicio de velocidad de cambio de dirección y un ejercicio de CRCD. A su vez

se pretende establecer la relación que existe entre la pierna derecha e

izquierda en lo que se refiere a los valores de fuerza y potencia.

Page 200: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

181

La primera hipótesis considera que la potencia generada en la fase excéntrica

del movimiento estará correlacionada con la CRCD. Como segunda hipótesis

establecemos que deberán existir diferencias en fuerza y potencia entre la

pierna derecha e izquierda. Finalmente, como tercera hipótesis, consideramos

que las diferentes manifestaciones de potencia estudiadas no guardan relación

entre ellas.

4.2 SUJETOS Y MÉTODOS

4.2.1 SUJETOS

16 sujetos, jugadores de deportes de equipo (baloncesto, hockey hierba, tenis y

fútbol americano), de sexo masculino entre 17-21 años, con una media ±

desviación estandar de altura y peso de 1,81±0,10 m y 75,5 ± 10 kg,

respectivamente participaron en este estudio. Todos los jugadores tenían que

haber participado en alguna competición con requerimientos de cambios de

dirección en los últimos 12 meses previos al estudio y no haber tenido ninguna

lesión importante en las extremidades inferiores que pudiera influir en su

rendimiento.

4.2.2 MATERIAL 4.2.2.1 VERSA PULLEY

El dispositivo de volante de inercia de la VP (VersaPulley; Inc., de Costa Mesa,

CA) se compone de un volante de inercia con dos masas de 1 kg situadas en

los extremos opuestos de una viga metálica con una longitud de 0,48 m. Un eje

fijo se encuentra en el centro de la viga, sobre la que giran las masas (figura

4.1).

Un cono está unido al volante y en el punto más alto de este cono se encuentra

el punto de anclaje de una cuerda. Cuando el cono gira, la cuerda se enrolla al

cono provocando el acortamiento de la cuerda. Por otro lado cuando una parte

suficiente de la cuerda está enrollada al cono éste se frena y se invierte el

sentido de giro permitiendo desenrollar la cuerda gracias a la fase concéntrica

del movimiento. Una vez la cuerda está completamente desenrollada el cono

de sujeción continúa girando obligando a la cuerda a enrollarse alrededor del

Page 201: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

182

cono y forzando de esta manera, el movimiento excéntrico.

En la base del cono de la VP pueden añadirse pequeños pesos para variar el

momento de inercia. La VP presenta la opción de cambiar la relación

fuerza/velocidad mediante la modificación de la posición de la pequeña polea

que transmite la fuerza desde el cono al ejecutante. El nivel de fuerza a

desarrollar será mayor cuando la polea se sitúa en las posiciones más altas

(Tous, 2010).

4.2.2.2 MuscleLab. Parámetros mecánicos

Para valorar la potencia, velocidad y fuerza generada en el lunge lateral se

utilizó un encoder y una galga de fuerza del laboratorio portátil musclelab

(Musclelab 4000e; Ergotest Technology A.S., Langensund, Norway). La galga

se colocó entre el chaleco y la cuerda de la VP a nivel de la cadera del jugador

mediante la utilización de dos mosquetones (figura 4.2). Por otro lado, el

encoder se fijó en la VP cerca de la salida de la cuerda y una vez fijado

mediante cinta adhesiva de doble cara se conectó con el mosquetón más distal

de la galga a través de su anilla de fijación (figura 4.2). Finalmente se colocó un

goniómetro en la rodilla más próxima a la VP con el objetivo de controlar en

todo momento los grados de flexión y extensión.

Las salidas del encoder lineal, galga de fuerza y goniómetro fueron conectadas

a la unidad Musclelab conectada a su vez a un PC con un software de

Figura 4.1. Detalle del dispositivo isoinercia (VP) utilizado

Page 202: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

183

adquisición de datos y análisis (musclelab v8.00). El sistema permitió el cálculo

de los parámetros mecánicos de velocidad, fuerza y potencia, así como el

control de la flexión de la rodilla durante el movimiento.

La frecuencia de muestreo de la señal de los dispositivos fue de 100 Hz.

Finalmente, todo el equipo utilizado fue calibrado de acuerdo a los

procedimientos estandarizados de los fabricantes.

4.2.3 DISEÑO DEL ESTUDIO

16 deportistas de equipo realizaron tres tests de potencia de un lunge lateral

para determinar la relación de este ejercicio con las diferentes manifestaciones

de potencia en su fase excéntrica y concéntrica, a la vez que compararon los

resultados obtenidos con cada una de las piernas con la CRCD.

Se utilizó un diseño cruzado aleatorizado. Las pruebas se llevaron a cabo

durante tres días. Dos días para las valoraciones de las diferentes

manifestaciones de potencia y un día para el ejercicio de RCD.

Todos los sujetos pasaron por una fase de familiarización que consistió en

practicar durante una semana y como mínimo dos sesiones de entrenamiento

el ejercicio de lunge lateral a realizar en los diferentes tests. En concreto se

realizaron 10 series de entre 5 y 15 repeticiones del ejercicio definido con

descanso completo. El tiempo definido de descanso de todos los jugadores

antes de repetir una serie fue de 5 min.

Como los jugadores entrenaban con sus equipos se les pidió que no realizaran

ningún tipo de actividad física 48h antes de realizar los tests. El orden de los

tests fue aleatorio para evitar posibles adaptaciones. Para una óptima

recuperación entre los tests se dejaron un mínimo de dos días de descanso.

4.2.4 TESTS DE POTENCIA

El ejercicio utilizado para la valoración de las diferentes manifestaciones de

potencia fue un lunge lateral realizado en una VP. (figura 4.2)

Page 203: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

184

El sujeto se situaba al lado de una VP portable anclada en el suelo, a una

distancia de separación respecto al pie de apoyo más próximo a la máquina de

0,5 m aproximadamente. La cuerda de la VP se unía a un chaleco reforzado y

específicamente diseñado para soportar las elevadas tensiones que se

producen en estos tipos de trabajo (figura 4.2) mediante un mosquetón (2800

Kg de resistencia a lo largo y 840 kg a lo ancho).

La acción a realizar por el sujeto era un lunge lateral realizado en el plano

frontal, similar a la acción demandada en la fase de frenado y aceleración del

cambio de dirección. El movimiento se iniciaba con los pies alineados en el

plano frontal y con la pierna más cercana a la VP flexionada a 100-120º. La

acción se inicia con una extensión de la rodilla flexionada a la máxima

intensidad (después de dos acciones para acomodar la carga) intentando

mantener el trabajo en el plano frontal sin rotación de cadera. Las dos o tres

primeras repeticiones se consideran de acomodación para alcanzar la máxima

velocidad en el sistema. Una vez se llega a la máxima extensión la VP tira del

sujeto obligándole a una flexión de la pierna estirada, no debiendo ser superior

a los 100-120º marcados como límite de seguridad.(figura 4.2).

Antes de cada prueba los sujetos realizaron un calentamiento estandarizado,

que consistía en 7 min de carrera continua y diversos estiramientos balísticos

seguidos por 5-10 repeticiones de la acción de lunge lateral en la VP

aumentando progresivamente la intensidad. Antes de iniciar los tests de

potencia se descansó un mínimo de 3 min. Los sujetos fueron instruidos para

realizar las pruebas con un esfuerzo máximo desde el inicio al final pero

siempre después de tres repeticiones iniciales de progresiva intensidad para

acomodarse a la máquina.

Figura 4.2. Ejercicio de valoración. Lunge lateral

Page 204: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

185

4.2.4.1 TEST POTENCIA MÁXIMA

El sujeto realizaba el test lunge lateral registrándose la valoración de la

potencia máxima con el software del MuscleLab. Después de las dos primeras

repeticiones que servían para alcanzar la inercia máxima se mantenía el

registro de todas las repeticiones hasta que se observaba una disminución

significativa de la potencia máxima en al menos dos repeticiones (figura 4.3).

Para poder describir la relación carga-potencia en los diferentes sectores de

carga se seleccionaron diversos niveles de intensidad a través del cambio de

masa de la rueda de inercia.

La variación de la carga en la VP viene dada por la variación de una polea

ajustable verticalmente a diferentes zonas del cono y a los pesos

intercambiables que se encuentran en la base del cono.

Una polea es colocada lateralmente ajustándose a diferentes alturas y ángulos

del cono. Con la polea colocada en la posición más baja, la cuerda se ajustará

principalmente alrededor del radio más grande del cono, lo que permite al

sujeto aplicar más par motor para contrarrestar la inercia del cono. Con la polea

colocada en la parte más alta del cono, la cuerda se ajustará alrededor del

radio más pequeño del cono de modo que se producirá menos del par de

Figura 4.3 . Ejemplo del registro de las repeticiones de Pmax

Page 205: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

186

fuerza a una salida dada. La VP dispone de 4 niveles de ajuste de la polea a

nivel vertical considerando el nivel 1, el más cercano a la base del cono, como

el más ligero y el nivel 4, colocada en lo más alto del cono, de mayor

resistencia. La variación de la inclusión de más o menos pesos intercambiables

en cada uno de los niveles de variación de la polea modificará también la carga

a contrarrestar. La VP dispone de 8 pesos intercambiables (250 gr cada uno).

En el presente estudio se mantuvieron el número de pesos máximos (8 = 2 Kg)

para cada uno de los niveles.

4.2.4.2 TEST DE MANTENIMIENTO POTENCIA MAX (P max)

A los deportistas se les pidió que realizaran el máximo número de repeticiones

posibles generando la máxima potencia. El test finalizaba cuando la potencia

disminuía del 90% de la potencia máxima generada. Se guardaba para el

análisis todas las repeticiones realizadas. Y mediante un software generado

para el estudio se determinó, a partir del valor máximo medio encontrado, el

número de repeticiones que habían podido mantener por encima del 90% de

ese valor.

Figura 4.4 . Ejemplo del registro de las repeticiones de mantenimiento Pmax

Page 206: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

187

4.2.4.3 TEST RPA (“repeated power ability”)

El test RPA consistió en la realización de 15 series de 5 repeticiones a la

máxima intensidad del ejercicio de lunge lateral en VP con un intervalo de

descanso de 20 s entre series. Se consideró en la valoración, la media de cada

repetición, el índice de fatiga, definido como el porcentaje de decrecimiento del

rendimiento de la serie, la potencia promedio del ejercicio y la potencia máxima

del ejercicio.

4.2.5 TEST DE CRCD

El ejercicio de máxima intensidad con cambios de dirección repetidos se realizó

en una pista de parquet e incluyó 15 repeticiones de acciones máximas de 25

m involucrando 4 cambios de dirección cada 5 m con un ángulo en los cambios

de dirección de 135º y una recuperación de 20 s entre repeticiones.

4.3 ANÁLISIS ESTADÍSTICO Los datos fueron analizados con el paquete estadístico SPSS versión 15 para

Windows (SPSS inc., Chicago IL, USA). Se calcularon las medias y la

desviación estandar (DS) para todas las variables de los ejercicios analizados.

El test de Kolmogorov-Smirnov fue utilizado para valorar la normalidad de la

distribución. La homogeneidad de varianza fue testada por el test de Levene.

Después de confirmar la distribución normal se consideró usar las técnicas

estadísticas paramétricas.

Se calculó el coeficiente de correlación intraclase (CCI) para determinar la

fiabilidad test-retest (Weir, 2005), empleándose el coeficiente de variación

como medida de precisión (Hopkins, 2000). La fiabilidad relativa y absoluta fue

determinada valorando la media de las tres mejores repeticiones de potencia

máxima de cada carga (nivel 1 hasta nivel 4 en VP)

Para la evolución de la curva carga-potencia se empleó un diseño mixto

ANOVA de medidas repetidas (4 x 2 x 2) para la carga, pierna y fase en las

variables de potencia máxima.

Page 207: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

188

En el ejercicio de RPA se empleó un diseño mixto ANOVA de medidas

repetidas (3 x 2 x 2) para evaluar el tiempo (series), fase (excéntrica-

concéntrica) y pierna (derecha-izquierda) para la variable potencia media .

La relación entre el rendimiento en el ejercicio ERCD y las diferentes

manifestaciones de potencia fue determinado mediante una correlación de

Pearson (r)

En todos los casos la significación estadística se situó al nivel de p <0.05 para

todas las variables medidas.

4.4 RESULTADOS

4.4.1 EJERCICIOS DE POTENCIA

En la figura 4.5 se muestra la evolución de la curva carga-potencia siendo P1 la

carga más cercana a la velocidad y P4 la carga más cercana a la fuerza.

Figura 4.5. Curva carga-potencia

Se encontraron diferencias significativas en la interacción pierna x tiempo en el

ejercicio RPA apreciándose un porcentaje similar en la disminución de potencia

en las dos fases del ejercicio (concéntrica-excéntrica) entre la media de

potencia de las primeras 5 series y las 5 últimas series en la pierna

izquierda.(ver figura 4.6).

Los datos de fiabilidad y precisión se muestran en la tabla 4.1.

Se presentan únicamente los datos de la pierna derecha ya que los valores de

la pierna izquierda se descartaron para el análisis y discusión posterior del

estudio. Se aprecia una alta estabilidad en el test-retest sobre todo en la carga

P1 y P2 tanto para la fase concéntrica como para la fase excéntrica.

CURVA CARGA-POTENCIA

Page 208: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

189

Tabla 4.1. Datos de fiabilidad y precisión para las diferentes cargas CARGAS PARA PIERNA DERECHA CV (%) CCI Pearson r P1_con 8,9 0,81 0,78* P1_exc 0,51 0,79 0,85* P2_con 5,17 0,80 0,68* P2_exc 6,69 0,80 0,73* P3_con 12,99 0,95 0,88* P3_exc 21,79 0,81 0,63* P4_con 8,48 0,95 0,88* P4_exc 18 0,51 0,58* P1 es la carga más baja y P4 és la carga más alta P1_con= Carga 1 en fase concéntrica; P1_exc= Carga 1 en fase excéntrica P2_con= Carga 2 en fase concéntrica; P2_exc= Carga 2 en fase excéntrica P3_con= Carga 3 en fase concéntrica; P3_exc= Carga 3 en fase excéntrica P4_con= Carga 4 en fase concéntrica; P3_exc= Carga 4 en fase excéntrica * . La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). Las correlaciones entre las variables analizadas de los tests comparados

(mantenimiento potencia máxima, valoración potencia máxima y RPA) se

muestran en la tabla 4.2. Se aprecia cómo el mantenimiento de potencia es

independiente de las otras manifestaciones de potencia, no siendo así en el

caso de la RPA que correlaciona significativamente con la potencia máxima.

Figura 4.6 . Diferencias de la evolución de la potencia media durante las series realizadas en el ejercicio RPA entre las piernas .A: concentrica; B: Excéntrica

B B

A

Page 209: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

190

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Page 210: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

191

4.4.2 RELACIÓN EJERCICIOS DE POTENCIA CON CRCD

Las correlaciones entre las variables analizadas (mantenimiento potencia

máxima, valoración potencia máxima y RPA) y con el RCD se muestran en la

tabla 4.3. Solo se aprecia una correlación significativa entre el ejercicio de

potencia máxima (Pmax-exc) y el IF, no encontrándose otras variables que

correlacionen con el ejercicio de RCD.

Tabla 4.3. Correlaciones entre la Potencia máxima de la pierna derecha y el

ejercicio RCD

Prom_ERCD Min_ERCD IF_ERCD DERECHA Pmed_con 0,057 -0,108 0,371 Pmed_exc -0,170 -0,010 -0,398 Pmax_con 0,106 0,027 0,197 Pmax_exc -0,075 0,143 -,499(*) Pmed_con= Potencia media concentrica; Pmed_exc=potencia media excéntrica; Pmax_con= Potencia máxima concéntrica; Pmax_exc= Potencia máxima excéntrica; Prom_ERCD= Tiempo promedio del ejercicio de repetir cambios de dirección; Min_ERCD= Tiempo mínimo del ejercicio de repetir cambios de dirección; IF_ERCD= Índice de Fatiga del ejercicio de repetir cambios de dirección *. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).

Page 211: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

192

Tabla 4.4. Correlaciones entre la RPA y mantenimiento de la potencia de la pierna izquierda y derecha y el ejercicio RCD

Prom_ERCD Min_ERCD IF_ERCD mant_Pmax_IZQ -0,313 -0,274 -0,186 mant_Pmed_IZQ 0,073 0,139 -0,109 mant_Pmax_DER -0,298 -0,391 0,105 mant_Pmed_DER -0,259 -0,370 0,164 Pmed RPA_DER_Promedio_con -0,145 -0,239 0,149 RPA_DER_Promedio_exc -0,012 0,061 -0,159 RPA_DER_Min_con -0,084 -0,221 0,263 RPA_DER_Min_exc -0,026 0,063 -0,199 Pmed RPA_IZQ_Promedio_con 0,045 -0,106 0,357 RPA_IZQ_Promedio_exc -0,110 -0,006 -0,274 RPA_IZQ_Min_con 0,065 -0,057 0,284 RPA_IZQ_Min_exc -0,183 -0,115 -0,207 mant_Pmax_IZQ= Mantenimiento de la potencia máxima de la pierna Izquierda; mant_Pmed_IZQ= Mantenimiento de la potencia media de la pierna Izquierda; mant_Pmax_DER= Mantenimiento de la potencia máxima de la pierna Derecha; mant_Pmed_DER= Mantenimiento de la potencia media de la pierna Derecha; Pmed= Potencia media; RPA_DER_Promedio_con= Valor promedio del ejercicio de repetir potencia de la pierna derecha en la fase concéntrica; RPA_DER_Promedio_exc= Valor promedio del ejercicio de repetir potencia de la pierna derecha en la fase excéntrica; RPA_DER_Min_con= Valor mínimo del ejercicio de repetir potencia de la pierna derecha en la fase concéntrica; RPA_DER_Min_exc= Valor mínimo del ejercicio de repetir potencia de la pierna derecha en la fase excéntrica; RPA_IZQ_Promedio_con= Valor promedio del ejercicio de repetir potencia de la pierna izquierda en la fase concéntrica; RPA_IZQ_Promedio_exc= Valor promedio del ejercicio de repetir potencia de la pierna iizquierda en la fase excéntrica; RPA_IZQ_Min_con= Valor mínimo del ejercicio de repetir potencia de la pierna izquierda en la fase concéntrica; RPA_IZQ_Min_exc= Valor mínimo del ejercicio de repetir potencia de la pierna izquierda en la fase excéntrica; Prom_ERCD= Tiempo promedio del ejercicio de repetir cambios de dirección; Min_ERCD= Tiempo mínimo del ejercicio de repetir cambios de dirección; IF_ERCD= Índice de Fatiga del ejercicio de repetir cambios de dirección

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).

Page 212: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

193

4.5 DISCUSIÓN

El principal objetivo de este estudio ha sido examinar la relación entre la

potencia obtenida en el lunge lateral con VP y el rendimiento obtenido en un

ejercicio de velocidad de cambio de dirección y un ejercicio de CRCD. Hemos

encontrado suficientes evidencias para secundar la hipótesis de que existe una

alta relación entre la potencia generada en la fase excéntrica del movimiento y

la capacidad de repetir cambios de dirección. No obstante aunque la

reproducibilidad encontrada en el test retest para todas las variables

controladas fue buena para la pierna derecha (P1, concentrico: CCI=

0,81;CV=8,9%/excéntrico: CCI= 0,79;CV=0,51), solamente fue aceptable para

la pierna izquierda que mayoritariamente correspondió a la pierna no

dominante. Atribuimos esta diferencia a una supuesta diferencia en el control

coordinativo que algunos autores han relacionado con un mayor riesgo de

lesión (Knapik, Bauman, Jones, Harris, & Vaughan, 1991). Estos resultados

nos condujeron a elegir la carga 1 para los ejercicios de mantenimiento de

potencia máxima y RPA por ser la más estable, la carga con la que los sujetos

más se habían familiarizado y por ser la más orientada al espectro fuerza-

velocidad.

Otro de los objetivos de este estudio fue el comprobar la independencia de

naturaleza entre los tres protocolos de trabajo de potencia (la potencia máxima,

el mantenimiento de la potencia y la capacidad de repetir potencia con

recuperación incompleta (RPA) realizado sobre un ejercicio, lunge lateral, en

una VP. Chiu i Salem (2006) han sido los únicos en estudiar y comparar

posibles variaciones en el trabajo con VP, encontrando diferencias en la

cinemática articular en comparación con ejercicios de carga tradicionales.

En el análisis de nuestros resultados, referentes a la evolución del espectro de

carga-potencia (figura 4.5), comprobamos que en el ejercicio de Lunge Lateral

en VP los niveles de intensidad tienen una tendencia a disminuir debido a la

modificación de la posición de la pequeña polea que transmite la fuerza desde

el cono al ejecutante. Estos resultados son similares a los datos presentados

por (Tous, 2010).

Page 213: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

194

En el ejercicio de mantenimiento de potencia máxima los sujetos eran capaces

de mantenerla, una media de 6 ± 2 repeticiones tanto con la pierna derecha

como con la pierna izquierda. Nuestros resultados están de acuerdo con los

trabajos de (Baker & Newton, 2007), donde en el análisis de las repeticiones

máximas mantenidas (del 100% al 90% de la potencia máxima) en un ejercicio

de squat, sus sujetos eran capaces de realizar entre 6 y 8 repeticiones.

En el ejercicio de RPA con tiempo de recuperación incompleta comprobamos

un mantenimiento de lo niveles de potencia de la pierna derecha no siendo así

en la pierna izquierda donde se reflejó una disminución del rendimiento del 8%

en fase concéntrica y 9% en fase excéntrica. De hecho, patrones de la

coordinación muscular, según lo dispuesto por el sistema nervioso cambian

con la fatiga. Por ejemplo, durante los sprints de ciclismo intermitente, el tiempo

de activación (controlado por EMG) entre los extensores y flexores de la rodilla

se modifica para superar las limitaciones de la fatiga (Billaut, et al., 2005).Otros

estudios de fatiga máxima con ejercicios de CEA también encontraron

eficiencia durante los ejercicios debido a posibles estrategias de los grupos

musculares tanto a nivel intermuscular como intramuscular para compensar la

fatiga y poder mantener el rendimiento (Morio, et al., 2011). Lo que sugieren

estos resultados es que principalmente los sujetos diestros, gracias a las

posibles variaciones biomecánicas y fisiológicas realizadas durante las

repeticiones del ejercicio, llegan a mantener la intensidad de trabajo con la

pierna dominante hasta el final del trabajo propuesto, aspecto que no pasa con

la pierna no dominante, que ve disminuido su rendimiento al finalizar el

ejercicio. Estos resultados, a nuestro entender, son muy relevantes y se

relacionan con los presentados por Young et al. (2002) y Hoffman (2007) y

refuerzan en cierta manera los resultados obtenidos en el segundo estudio de

esta tesis, donde se detecta que el rendimiento de las piernas en la RCD es

diferente, pudiéndose mantener niveles altos de CRCD con mayor implicación

de la pierna dominante, lo que significa que se deberían tener en cuenta las

siguientes consideraciones; aumento de las diferencias en la potencia

generada por cada una de las piernas al finalizar un ejercicio fatigante de

CRCD y detectándose la mayor disminución de potencia en la pierna no

Page 214: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

195

dominante lo cual debería tenerse en cuenta en el trabajo destinado,

fundamentalmente, a prevenir lesiones.

Los resultados respecto a la independencia entre las manifestaciones de

potencia reflejan una independencia entre las manifestaciones de potencia

máxima y mantenimiento de la potencia, excepto en el ejercicio RPA que refleja

en todas sus variables, tanto en el promedio como en sus valores máximos de

potencia y en su fase concéntrica (r=0,75;0,78) así como en su fase excéntrica

(r=0,71;0,70), una correlación relativamente elevada con los valores de

potencia máxima.

Se sugiere, por tanto, que el entrenamiento dirigido a la mejora de la potencia

máxima y el mantenimiento de la potencia debe contemplar que los cambios en

los valores de potencia máxima y de mantenimiento de la potencia pueden ser

diferentes, aspecto muy importante a tener en cuenta por los preparadores

físicos y entrenadores.

No se han encontrado correlaciones significativas entre los valores de potencia

y el rendimiento obtenido en el ejercicio de CRCD. Sin embargo, los valores de

Pmax obtenidos referentes a la potencia de la fase excéntrica correlacionaron

significativamente con el IF del ejercicio de CRCD (r=0,49). Probablemente

debamos atribuir este resultado a que las demandas de fuerza excéntrica de la

pierna externa durante el cambio de dirección fueron similares a las que se

solicitan durante el lunge lateral con VP.

No obstante, la Pmax excéntrica no correlacionó significativamente con el tiempo

mínimo de RCD, sugiriendo que un nivel alto de potencia excéntrica nos

permitiría mantener mayor rendimiento en las acciones RCD. Estos resultados

han sido similares a los de otros estudios que sugieren que la fuerza excéntrica

es un factor condicionante en el rendimiento del cambio de dirección (Brughelli,

et al., 2008; McBride, et al., 2002).

Sin embargo, debemos resaltar que la velocidad de cambio de dirección es una

capacidad compleja (Brughelli, et al., 2008; Salaj & Markovic, 2011; Sheppard

& Young, 2006), considerándose un número de factores importantes en su

Page 215: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

196

determinación, incluyendo, técnica de ejecución (Dempsey, et al., 2009;

Dempsey, et al., 2007; Sayers, et al., 2000), capacidades musculares de las

piernas (fuerza, potencia y fuerza reactiva) (Barnes, et al., 2007; Graham-Smith

& Lees, 2005; Young, et al., 2002), así como la velocidad lineal (Gabbett, Kelly,

et al., 2008; Vescovi, et al., 2007) que no han sido analizados en esta tesis.

Tampoco nosotros hemos encontrado una relación clara entre el ejercicio lunge

lateral con VP realizado con diferentes niveles de resistencia y el mejor tiempo

en el ejercicio de RCD.

En cuanto a la fuerza, nuestro estudio no aclara la posible orientación a una

dirección (lateral), sobre una acción muscular (excéntrica) con un tiempo mayor

durante esa fase. Diferentes autores han establecido el tiempo de contacto,

como un elemento determinante en el rendimiento del cambio de dirección y,

en este sentido, Young (2001) y Tominaga (2010) sugirieron en sus estudios

que los jugadores con menor tiempo de contacto en la fase de deceleración y

aceleración de la pierna externa son los que mayor rendimiento tienen en la

velocidad de cambio de dirección. En este sentido se podría afirmar que un

mejor rendimiento en el drop jump (fuerza reactiva rápida) puede ser un criterio

discriminativo. Otros autores sugieren que una fuerza reactiva baja (valorado

como rendimiento en CMJ) (Barnes, et al., 2007), es importante en el nivel de

velocidad de cambio de dirección al encontrar tiempos de contacto mayores de

0,4 s en el cambio de dirección, similar al tiempo de duración de la fase de

acción de un CMJ, igual o mayor de 0,5 s. (Jones, et al., 2009).

La relación entre la velocidad de cambio de dirección y la fuerza muscular de

piernas (Graham-Smith & Lees, 2005; Jones, et al., 2009; Markovic, et al.,

2007) así como su mejora siguiendo diferentes protocolos de entrenamiento de

la fuerza (Cronin, et al., 2003; Hoffman, et al., 2005; Jovanovic, et al., 2010;

Tricoli, et al., 2005) ha sido ampliamente estudiada, no siendo así el

rendimiento de la fuerza en los ejercicios intermitentes de alta intensidad .

Solamente hemos encontrado en la literatura científica cuatro estudios que se

han centrado en la relación de la fuerza con el rendimiento en ejercicio

intermitentes de alta intensidad (Bogdanis, et al., 2011a; Buchheit, Mendez-

Page 216: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

197

Villanueva, Delhomel, et al., 2010; Haj-Sassi, et al., 2011; Hill-Haas, et al.,

2007). Aunque los cuatro difieren de nuestros objetivos al valorar la CRS y

siendo tres de ellos estudios longitudinales que se centran en la evolución de la

fuerza siguiendo protocolos de entrenamiento.

Bucheit et al. (2010) compararon dos medios de entrenamiento, uno específico

de RS y otro tradicional de fuerza explosiva. En sus resultados sugieren que el

entrenamiento provoca adaptaciones específicas, no encontrando mejoras

significativas en el rendimiento de ejercicio de RS después de entrenamiento

de fuerza explosiva. En nuestro estudio no encontramos correlaciones

significativas entre ningún valor de evaluación de la potencia máxima generada

y los ejercicios de cambio de dirección y de RCD, salvo en la fase excéntrica,

sugiriendo que es posible que los ejercicios con orientación a la potencia

máxima prioricen o acentúen la acción excéntrica mejorando el rendimiento de

la CRCD.

Por otro lado Hill-Haas (2007) describieron que el tiempo de recuperación entre

series de ejercicios de resistencia a la fuerza podían condicionar las

adaptaciones en un ejercicio de CRS. Detectaron que aún encontrando

mejoras de fuerza de piernas significativas en el protocolo de entrenamiento

con recuperaciones largas (80 s) las mejoras en la CRS fueron relevantes

cuando el tiempo de recuperación entre series fue reducido (20 s). Aunque

estos resultados no pueden ser comparables directamente con nuestro estudio,

ya que como se describe en estudios anteriores la CRCD y CRS son

capacidades independientes y las variables analizadas son diferentes,

podemos relacionarlos cuando la densidad de trabajo es similar. En nuestro

caso se creó un protocolo de ejercicio RCD buscando la simultaneidad entre la

fuerza muscular y el desarrollo de la resistencia. No obstante, no se

encontraron correlaciones altas entre diferentes manifestaciones de potencia

con el ejercicio de RCD diseñado. Por otro lado Bogdanis (2011) analizando la

las mejoras de la CRS después de comparar dos entrenamientos de fuerza

para el tren inferior, encontraron que el entrenamiento con cargas altas

mejoraba más, sobretodo al final del test, que el entrenamiento con cargas

moderadas. Esto no excluye que un protocolo de entrenamiento con

Page 217: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

198

densidades diferentes manteniendo un tiempo de recuperación reducido no

pudiera permitir mejoras del rendimiento de la CRCD.

La discrepancia entre muchos de los estudios que han analizado la relación

entre el cambio de dirección y diferentes manifestaciones de fuerza se debe en

parte a la falta de consenso en las pruebas utilizadas y en los métodos de

medición de la fuerza utilizada (Jones, et al., 2009). En el caso de este estudio

los resultados expresados se han de atender con precaución, al encontrar

diferentes limitaciones. El ejercicio seleccionado aunque era conocido por los

jugadores era un ejercicio de fuerza complejo que, probablemente, hubiera

requerido mayor tiempo de práctica sobre todo sobre la pierna no dominante.

Aunque se pidió máximo control en la ejecución del ejercicio estableciéndose

los límites de amplitud de movimiento de la rodilla y controlando en todo

momento al jugador para que no modificara la rotación de cadera y posición de

brazos, sabemos que pequeñas variaciones podían modificar substancialmente

el rendimiento del ejercicio.

Estas leves variaciones se aprecian en la realidad del deporte como forma de

compensación a la fatiga y deberían tenerse en cuenta. En la prueba de series

de repetición con tiempos de recuperación baja, se apreció como, aún

realizando leves modificaciones, la pierna no dominante reflejó fatiga por

disminución de los niveles de potencia generados, tanto en la fase concéntrica

como excéntrica.

Aún teniendo en cuenta estas limitaciones las conclusiones de este estudio nos

permiten confirmar que la manifestación de mantener la potencia y la

valoración de la potencia máxima a diferentes cargas se pueden considerar

capacidades independientes.

La estructura de ejercicio con series de 5 repeticiones con descanso de 20 s,

simulando la densidad del ejercicio de capacidad de repetir cambios de

dirección no ha reflejado ser una manifestación independiente, posiblemente

debido a las variaciones biomecánicas y musculares realizadas por los sujetos

para compensar la fatiga. Evidenciándose que en la pierna no dominante aún

Page 218: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

199

modificando los patrones encontrábamos fatiga, aspecto importante para

posteriores estudios.

Los resultados sobre las correlaciones de las manifestaciones de fuerza con el

ejercicio de RCD sugieren que para conseguir mejoras en el rendimiento de la

CRCD, los deportistas deberían mejorar su potencia máxima excéntrica.

Estudios futuros deberían incorporar el uso de la tecnología isoinercial (VP) con

este ejercicio unilateral para confirmar los resultados obtenidos.

Page 219: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL ESTUDIO 4 Relaciones entre la CRCD y diferentes manifestaciones de potencia en deportistas de equipo

200

Page 220: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL CONCLUSIONES

201

CONCLUSIONES ESTUDIOS

Page 221: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL CONCLUSIONES

202

Page 222: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL CONCLUSIONES

203

CONCLUSIONES DEL ESTUDIO 1:

1. Se puede considerar la CRCD como una capacidad independiente.

CONCLUSIONES DEL ESTUDIO 2:

2. Los ejercicios de RS o con cambios de dirección provocan respuestas

agudas diferentes sobre las propiedades mecánicas y contráctiles de los

músculos implicados

3. Las diferencias en las respuestas agudas se acentúan sobre la pierna

dominante.

CONCLUSIONES DEL ESTUDIO 3:

4. El añadir un entrenamiento RCD a un programa de entrenamiento

específico de hockey induce un aumento considerable en la CRCD

5. Un programa ERCD de 12 sesiones, dos veces por semana en un

periodo de 6 semanas, es efectivo para mejorar la CRCD de forma

específica manteniendo el nivel de la CRS.

6. Con sólo 5 minutos de entrenamiento adicional (26 min por sesión de

volumen total incluyendo periodos de recuperación) de un entrenamiento

específico de CRCD encontramos un substancial incremento del

rendimiento de esta capacidad (11% en mejora tiempo y 15% en tiempo

medio) demostrando ser una intervención eficiente en el tiempo

CONCLUSIONES DEL ESTUDIO 4:

7. La manifestación de mantener la potencia y la valoración de la potencia

máxima a diferentes cargas se pueden considerar capacidades

independientes.

Page 223: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III.PARTE EXPERIMENTAL CONCLUSIONES

204

8. Los deportistas deberían mejorar su potencia máxima excéntrica para

conseguir mejoras en el rendimiento de la CRCD.

Page 224: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL PERSPECTIVAS DE FUTURO

205

PERSPECTIVAS DE FUTURO

Page 225: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL PERSPECTIVAS DE FUTURO

206

Page 226: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

III. PARTE EXPERIMENTAL PERSPECTIVAS DE FUTURO

207

En esta tesis se ha presentado la CRCD como una capacidad independiente e

importante para los deportes de equipo y de raqueta. Es necesario seguir

trabajando en las necesidades de conocimiento acerca de esta capacidad.

Por un lado es necesario desarrollar tecnología que permita analizar y medir de

forma más concisa los movimientos específicos en estos deportes, y a su vez

que nos den más información acerca de las posibles diferencias en los

patrones específicos de los propios jugadores, sobre todo en las acciones de

cambio de dirección y la repetición de estas acciones.

Por otra parte, el hecho de que se considere la CRCD como una capacidad y a

su vez como un posible método de entrenamiento eficaz para estos deportes

de situación, hace necesario ampliar por un lado las mejoras asociadas al

entrenamiento de esta capacidad y por otro lado ampliar la investigación

acerca de las variables que condicionan su mejora.

También se hace necesario para la comprensión de las variaciones

coordinativas que se han mostrado, ampliar el conocimiento sobre las variables

biomecánicas que se modifican durante la actividad en las acciones de RCD.

Es por ello que consideramos que en este campo hay verdaderamente un

amplio margen de investigación.

Page 227: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II.PARTE EXPERIMENTAL BIBLIOGRAFÍA

208

Page 228: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II.PARTE EXPERIMENTAL BIBLIOGRAFÍA

209

BIBLIOGRAFÍA

Page 229: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II.PARTE EXPERIMENTAL BIBLIOGRAFÍA

210

Page 230: La capacidad de repetir cambios de dirección: especificidad

II.PARTE EXPERIMENTAL BIBLIOGRAFÍA

211

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