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LA BIBLIOTECA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA

Elsinore, Scholia, Necrofilia._Maquetacin 1 26/7/17 19:17 Pgina 1

32LOS VERSOS DE CORDELIA

ElsinoreScholia

Necrofilia(1972 - 1983)

02LA BIBLIOTECA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA


Primera edicin en LOS VERSOS DE CORDELIA, septiembre de 2017

Edita: Reino de CordeliaAlberto Alcocer, 46 - 3 B28016 Madridwww.reinodecordelia.es

Derechos exclusivos de esta edicin en lengua espaola Reino de Cordelia, S.L.

Luis Alberto de Cuenca y Prado, 1972, 1978 y 1983

Ilustracin de cubierta: Miguel ngel Martn, 2017

Prlogo de Jess Ponce Crdenas, 2017

IBIC: DCFISBN: 978-84-16968-19-0Depsito legal: M-23597-2017

Diseo y maquetacin: Jess EgidoCorreccin de pruebas: Pepa Rebollo

Imprime: Grficas ZamartImpreso en la Unin EuropeaPrinted in E. U.Encuadernacin: Felipe Mndez

Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra slo puede ser realizada con la autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO(Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).


ElsinoreScholia

Necrofilia(1972 - 1983)

Luis Alberto de CuencaEdicin de Jess Ponce Crdenas


Introduccin, Trptico de tinieblas,por JESS PONCE CRDENAS

ELSINORENrtex Envo

Nota explicativa

I. ATHFiorenza

Anglica en la Isla del Llanto Desitjada mort

Amor y muerte en Calmaco de Cirene La chica de las mil caras

Roland ofrece a Aude, y no a Durendal, como homenaje el ltimo de sus pensamientos

Here, in the Dark, with YouLas tres hermanas

Martima Helamn, 6:13Jaufr Rudel

Pas ce total dluge Adolescencia

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ndice

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II. Loves Labours Lost

The Return of Scarlett Pasin, muerte y resurreccin de Propercio de Ass

Germania uictrix L. W. J.

What You Will Eugnie Grandet

In the Days of King Arthur lisabeth-Jrme

Lancelot

Defensa del amor divino Bergthora

III. Evocacin de Francisco Salas, cosmgrafo

El crepsculo sorprende a Roberto Alczar en Charlotte Amalie

South Wabash Avenue El Caballero, la Muerte y el Diablo

Reflexiones de Helvio Macro ante el cadver crucificado de su esclava Aglaya (71 a. C.)

Al Kan atraviesa los muros del misterio Museo Bizantino

Wunder Farewell

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8


9

Marooned Virgo potens

Song of Innocence

IV. Medea exul

El fin de Scaramouche Alejandra, 258-259

The End Dormida

Ciuitas Dei Rukhs Death

Ius primae noctis Ecclesiastes, 9:3

Oracin El mensajero

VanitasCerezo

SCHOLIA (1972- 1983)

Traum des Waldes Acten

Rumbo a Londres, el conde Drcula resucita un pasado sentimental

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Gustav Klimt: DnaeLa dama de Boston

Tus ojos Pitonisa floral

Alicia Liddell abandona el Pas de las Maravillas para contraer matrimonio

Blanca ola Idilio

Tres momentos en la vida de Nino, prncipe de Asiria

El campesino y la princesa Agag de Amaleq

The Getaway A. Persi Flacci choliambi

6-IX-1956 Peer Gynt

De y por Manuel Machado Un milagro de Buda

Los arios a las puertas de la India

NECROFILIA (1983)

Cmo te defiendes de m El fantasma

La vela El asesino

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APNDICEEnvo

Nrtex

Nota explicativa

Autocrtica de Elsinore

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Trptico de tinieblas*

ESTE VOLUMEN comprende casi toda la poesa juvenil deLuis Alberto de Cuenca, ya que en sus pginas se hallan porprimera vez reunidos los libros Elsinore y Scholia, junto a laplaquette Necrofilia1. No parece exagerado sostener que, enla dilatada trayectoria del poeta y helenista madrileo, talesobras conforman un singular trptico de tinieblas, pues ensus versos se concentra el ciclo hermtico ms amplio de to-da su produccin.

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*Quisiera agradecer a Mercedes Blanco, Pedro Conde Parrado, Luisella Gian-nantonio y Juan Antonio Gonzlez Iglesias la atenta lectura del original deesta introduccin as como sus preciosas sugerencias. Por supuesto, este es-tudio no habra llegado a buen puerto sin el magisterio, la complicidad y lagenerosa atencin de Luis Alberto de Cuenca. A la lectura de sus versos de-bo muchas horas de deleite y no pocas sorpresas.1Elsinore, Madrid, Azur, coleccin Bezoar, 1972. Scholia, Barcelona, AntoniBosch Editor, 1978. Necrofilia, Madrid, Cuadernillos de Madrid-Imprenta Al-berto Moratn, 1983. A lo largo de las pginas siguientes, las citas de los po-emas salvo indicacin expresa remitirn al texto de la editio princeps.


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El propsito de esta pequea introduccin es ofrecer al-gunas claves de lectura que iluminen la complejidad y ele-gancia de estos poemarios, facilitando la comprensin deunos textos en los que belleza y oscuridad van de la mano.Por ese motivo la presentacin se articular en ocho apar-tados. El primero considerar el contexto de composicin:el movimiento renovador de los aos 60-70. En la seccinsegunda se atender a la temtica dominante, a los ncleoscentrales del amor y la muerte, contrastando el enmascara-miento lrico y el trasfondo biogrfico. La confluencia entrelos cdigos literarios y la vivencia personal se aprecia sin-gularmente en los dos polos que conforman Eros y Thna-tos (o sus equivalentes latinos Amor / Mors), dualidad quedomina una escritura que aspira a la fusin mtica. Las par-tes tercera y cuarta atienden a la intertextualidad, centrn-dose en el magisterio de autores clebres por la obscuritasde sus composiciones o por el docto refinamiento de su es-tilo (Licofrn, Persio / Calmaco, Propercio) y reflexionandoen torno a la modulacin ldica de la contaminatio (o com-binacin de varios modelos) en poemas de corte epigram-tico. La quinta, sexta y sptima seccin se ocupan de la re-lacin del texto con la imagen, ya desde el plano de lacfrasis, ya desde la rbita postmoderna de la transposicinintermedial, vinculada al cine y el cmic. Concluiremos, enel epgrafe octavo, esbozando una caracterizacin del len-guaje potico del autor en estos primeros libros.


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1. UN DIAMANTE FURIOSAMENTE HERIDO POR EL MUNDO: EN LOS SENDEROS DE LA RENOVACIN LRICA

ENTRE 1966 y 1975 la poesa espaola conoci una oleada re-novadora que hizo tambalear los grises cimientos de la es-critura social-realista. Una cadena prodigiosa de ttulos, im-buidos casi siempre de un esteticismo desafiante, fueavanzando ante lectores e iniciados el canon del nuevo cre-do: Arde el mar de Pere Gimferrer (1966), Dibujo de la muer-te de Guillermo Carnero (1967), Tigres en el jardn de Anto-nio Carvajal (1968), As se fund Carnaby Street de LeopoldoMara Panero (1970), Pautas para conjurados (1970) de An-tonio Martnez Sarrin, Los retratos (1971) de Luis Alberto deCuenca, Sublime solarium de Luis Antonio de Villena (1971),Elsinore de Luis Alberto de Cuenca (1972), Figura en un pai-saje de Anbal Nez (compuesto en 1974, mas editado ps-tumamente), Sepulcro en Tarquinia de Antonio Colinas (1975).El sorprendente paradigma lrico que instauraron aquellosvolmenes encarnaba unos valores nuevos, sustentados enel experimentalismo, el magisterio de la escritura de van-guardia, la inclinacin por un irracionalismo extremo ascomo un quintaesenciado neobarroquismo2. Tal era el am-

2Juan Jos Lanz, Nuevos y novsimos poetas en la estela del 68, Sevilla, Re-nacimiento, 2011, p. 49. Como me recuerda Juan Antonio Gonzlez Iglesias,la va de conexin con el legado del Barroco se reforz en varios autoresjvenes (Gimferrer, Carnero, Villena, Colinas) a travs del contacto di-


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biente general en el que se inscriben los textos iniciales deLuis Alberto de Cuenca, cuyas pginas reflejan como pocasel air du temps, el espritu y el estilo de una poca.

La radical innovacin que encarnaron los ttulos citadoslleg a causar no poco estupor en ciertos sectores de la crti-ca y entre algunos lectores. Excusado es decir que la princi-pal piedra de escndalo en la propuesta de los nuevos autoresdel 68 ha sido (y contina siendo) el culturalismo. En su sen-tido ms profundo, tal trmino debera entenderse como vo-luntad y destino de continuidad cultural, as como signo ex-terno de pertenencia a la tradicin3. Sin embargo, en suacepcin ms inmediata suele interpretarse como la utiliza-cin explcita en el poema de motivos y referencias de la his-toria cultural, procedentes de la literatura universal, la mito-loga, la Historia, la filosofa, la religin o las artes4. A partirde ese significado ms restrictivo, su valor positivo quedabareducido a mera utilera tcnica o a simple alarde, tal comomarca el diccionario de la Real Academia en una definicinque incorpora un inciso levemente censorio: la utilizacin, aveces ostentosa, de referencias cultas en obras de creacin ar-tstica o intelectual.

recto con la poesa del Grupo Cntico, injustamente postergada en la post-guerra por su esteticismo y refinamiento formal. 3Guillermo Carnero, Reflexiones egocntricas. Cuatro formas de culturalis-mo, Laurel, 1 (2000), pp. 41-57. Sigo el texto de la reedicin en el volu-men Poticas y entrevistas (1970-2007), Mlaga, Centro Cultural Generacindel 27-Universitat dAlacant, 2008, pp. 67-75 (pp. 69-70). 4Javier Letrn, Introduccin a Luis Alberto de Cuenca, Antologa potica,Madrid, Castalia, 2008, p. 20.


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Un tiempo nuevo pide un nuevo estilo. Por ello es nece-sario que apreciemos hoy cmo enarbolar el estandarte delculturalismo en el contexto de finales de la dcada de 1960 ydurante los primeros aos setenta era un acto de valenta, yaque implicaba la ruptura definitiva con los hbitos del social-realismo y con los modos neorromnticos del intimismo con-fesional. Desde las pginas de un imprescindible ensayo so-bre este procedimiento creador de poeticidad, GuillermoCarnero identificaba, con suma perspicacia, la doble raz deaquel choque: el problema de incomprensin con que el cul-turalismo suele tropezar consiste en que, siendo un replante-amiento del intimismo, se entienda como una huida de l, co-mo un ejercicio de brillantez literaria desprovisto de verdademocional y alejado de la experiencia, que es la cantera delas emociones y detonador irrenunciable de la poesa5. Laotra ineludible sirte de las composiciones culturalistas es queplantean determinadas dificultades de recepcin, ya que sesustentan en un vasto cdigo de referentes (pictricos, litera-rios, musicales, cinematogrficos, histricos) que apelan aun tipo de lector activo, que deber mostrarse a la altura dedichos textos para descifrarlos. Todo ello implicaba, claro es-t, una seleccin. Huelga decir que buena parte de los posi-bles receptores no estaban capacitados para percibir la mi-rada de matices y el virtuosismo tcnico de tales poemas.5Guillermo Carnero, Poticas y entrevistas (1970-2007), Mlaga, Centro Cul-tural Generacin del 27-Universitat dAlacant, 2008, p. 69.


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A esa primera barrera habra que sumar otra, la formada poraquel grupo ms restringido de lectores que, a pesar de con-tar con una formacin suficiente, tampoco se mostraban muydispuestos a apreciar lo difcil y decodificarlo6. En suma, du-rante los aos convulsos de finales de la dictadura, la crticams tendenciosa despachara los planteamientos de la nuevapoesa etiquetndolos meramente como ejemplo de elitismo yfuga de la realidad. Tal prejuicio an subsiste a los ojos deciertos fillogos varados en criterios marxistas y entre algu-nos autores que han hecho del engagement un modo de vidao una lucrativa pose. De ah el vituperio de unos jvenes re-cin llegados que, conforme a aquel tipo de visin sesgada yreduccionista, no solo renunciaban a conectar con un lectormedio sino que tampoco pretendan servirse del poema comocauce de persuasin ideolgica, como instrumento al serviciodel cambio social7.

6Buena prueba de esa incomprensin radical ofrece la condena sin paliativosde la escritura juvenil del autor entre ciertos crticos, partidarios acrrimosde otra lnea esttica, como Jos Luis Garca Martn: Durante unos quinceaos, a partir de 1970, Luis Alberto de Cuenca se aplic con encomiable te-nacidad al ejercicio del verso, pero sus libros Los retratos, Elsinore, Scho-lia apenas si lograban despertar el admirativo tedio de algunos lectoresproclives al masoquismo: parecan, ms que obra de poeta, farragoso diver-timento de erudito que quiere demostrar que no slo entiende de infolios, si-no tambin de cine, de mujeres y de tebeos. Tomo la cita de su Reseade Los mundos y los das, El Cultural. El Mundo, 21-II-1999, p. 18.7Baste recordar el ataque de los integrantes del Equipo Claraboya a la an-tologa Nueve novsimos, en la que se plantea una distincin entre los bue-nos autores comprometidos ideolgicamente y los malos poetasrefugia-dos en el esteticismo: Consagraba aquella antologa de cuatro barceloneses,


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Ante tal estado de cosas, la mejor caracterizacin de laspautas creativas del primer Luis Alberto de Cuenca podra-mos hallarla en unas sugestivas pginas del propio autor ma-drileo. Me refiero al ensayo titulado La generacin del len-guaje, datado el 23 de septiembre de 19798. El artculo fueconcebido para pater le bourgeois y podra verse como unadis a las armas, a la manera de una palinodia ribeteadade irona y leve auto-indulgencia. El escritor llega a trazarall las lneas fundamentales de unas preferencias temti-cas que hoy sirven para orientarnos a travs del abigarra-do imaginario del grupo potico madrileo de comienzos delos 70. A su juicio, esas lneas de fuerza vendran dadas porcuatro ejes principales: el Barroco hispano, el Decadentismofinisecular (Verlaine, DAnnunzio, Wilde, Manuel Machado yotros), la generacin del 27 y el Surrealismo9.

dos valencianos y tres comparsas, una larga teora de ecuaciones cuyo enun-ciado pudiera ser ms o menos este: Lo Barcelona = Lo Veneciano = LoMarilyn = Lo elegante = Lo perifrico = Lo Bello. Mas como su sistema eramaniquesta, estableca al tiempo una teora antnima: Lo Estepario = LoMesetario = Lo interior = Lo feo = Lo marxista = Lo secano. Una sintti-ca valoracin de la propuesta en clave marxista del grupo leons y su opo-sicin a los aires renovadores del culturalismo ofrece ngel Luis Prieto dePaula en Musa del 68. Claves de una generacin potica, Madrid, Hiperin,1996, pp. 92-96 (la cita en p. 96). En general, sobre la enconada polmicaliteraria de aquellos tiempos concluira Andrew P. Debicki: Hacia finalesde los setenta, los novsimos haban llegado a ser los poetas ms discuti-dos en Espaa (Historia de la poesa espaola del siglo XX. Desde la mo-dernidad hasta el presente, Madrid, Gredos, 1997, p. 197).8Poesa, 5-6 (1979-1980), pp. 245-251.9De ah que a grandes rasgos en el artculo se hable de un grupo poticoeducado la franaise, entre Verlaine y el surrealismo, aunque tambin


Desde un punto de vista ms personal, el panorama deinfluencias que se desgrana en La generacin del lengua-je da cuenta de los variadas inquietudes de un joven es-teta que, por entonces, estudiaba Filologa Clsica en la Uni-versidad Autnoma, al tiempo que asista a las tertuliasliterarias del Caf Teide y frecuentaba escritores de la tallade Vicente Aleixandre o Antonio Prieto10. Las composicio-nes surgidas en ese mbito tan culto como refinado se de-finen as como poemas en verso o en prosa destinados aser ledos en la intimidad de un grupsculo que no se pro-pona conquistar ningn mercado, ni siquiera una isla des-habitada. Por eso es por lo que nos permitamos por escri-to cierta desfachatez esttica y moral. Adems, el excedentehonradamente o no acumulado por nuestras familias nospermita no tener que tomar posesin de nada, lo que siem-pre acompaa a crear un clima de laxitud y molicie no exen-

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entre los poetas del 27 y cierta poesa del barroco espaol (p. 245). Po-co ms adelante, De Cuenca incidira nuevamente en la importancia queasume la veta onrica y sensual de los modelos de Breton, Char, Aragono luard: hay que decir que una gran parte de nuestra mesnada litera-ria ltima ha aprendido a mirar el mundo de la creacin artstica a tra-vs del surrealismo (pp. 245-246). Sobre los diferentes matices de lastcnicas culturalistas en esta primera etapa ha disertado magistralmenteJaime Siles en El culturalismo de los primeros libros de Luis Alberto deCuenca: 1968-1983, artculo recogido en el monogrfico Luis Alberto deCuenca: de Ulises a Tintn, publicado en Litoral, 255 (2013), pp. 42-52.10En el Eplogo a la reedicin de Jimmy, Jimmy de Javier Lostal, LuisAlberto de Cuenca refera lo siguiente: Entonces nos reunamos sema-nalmente creo recordar que todos los viernes a las once de la noche-en el caf Teide del Paseo de Recoletos ni ms ni menos que Rita Ma-


to de lascivia11. Estas lneas juguetonas ponen de relievecierto talante aristocrtico, una actitud ldica y sensual, muyfin de siglo, que acaso haya promovido la identificacin delos dos autores ms conocidos del grupo de Madrid (DeCuenca y De Villena) como neo-decadentes o neo-paganos12.

Enlazando con esa idea del desplante, propia de un ver-dadero dandy de la literatura actual, la caracterizacin dela figura loquens en tal linaje de composiciones enlaza vo-luntariamente con el mal du sicle13. En palabras del propioautor: representbamos el papel del poeta neurtico, hiper-

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cau, Javier Lostal, Eduardo Calvo, Luis Antonio de Villena, Ramn May-rata y el que escribe estas lneas. De aquel grupo se ira pronto, prime-ro a Barcelona y luego al cielo, Rita Macau, a cuya memoria dedicamosuna antologa que pretenciosamente se titul Espejo del amor y de la muer-te (Madrid, Azur, 1971) []. [Este florilegio] lo firm Antonio Prieto, no-velista y profesor en la Complutense, que daba clases a Villena, e ibaenriquecido con un prtico de Vicente Aleixandre []. Por aquel enton-ces visitbamos todos al gran poeta del 27 en su chal de Wellingtonia.La rosa inclinada (Poesa 1976-2001), Madrid, Calambur, 2002, pp. 101-102.11La generacin del lenguaje, p. 248.12ngel Luis Prieto de Paula, Musa del 68. Claves de una generacin poti-ca, Madrid, Hiperin, 1996, pp. 93 y 96. Ahora bien, cabe apuntar conJuan Antonio Gonzlez Iglesias cun distintos resultan ambos neo-pa-ganismos. En efecto, la pagana de Luis Alberto de Cuenca tendra unmatiz primigenio, entendiendo que se [proclama heredera de la mejor tra-dicin] del mundo antiguo, primaria en el sentido mejor, como estaban lospaganos antes de saber que lo eran, antes de que los cristianos los llama-ran as. En cambio, el paganismo planteado por Luis Antonio de Ville-na tiene el cariz de la negacin, pues surge en contra del cristianismo.13No sin razn, Silvia Grijalba haba identificado en un breve estudio alpoeta como El gran dandy del Underground (vase el monogrfico LuisAlberto de Cuenca: de Ulises a Tintn, publicado en Litoral, 255 (2013),pp. 248-249). La elegancia, el distanciamiento y la fascinacin son ele-


sensible y ultradelicado que no soporta ni siquiera el ruidogozoso de la guerra ni sus colores intenssimos14.

As llegamos a la dualidad esencial planteada en la est-tica del momento. En la pugna que se establece entre vida yarte, la balanza caer decididamente hacia el segundo mbi-to. Por ello confiesa el poeta, en tanto portavoz de un grupojuvenil ya desmantelado: no nos apeteca escribir nada queno tuviera unos orgenes culturales, librescos. La vivencia (esahorrible palabra) slo vena despus, a impedir que el plagiofuese perfecto. La exaltacin del artificio quera reforzarse,adems, sobre la base de una identidad anticuaria: entend-amos la poesa tal y como la entendan los antiguos alejan-drinos: momentnea y circunstancial, festiva, intrascendente,divertida e intil. Pero los superbamos en un punto: ellosfueron profesionales (el arte de Apolonio o de Meleagro, elingenio de Simias o de Lenidas se cotizaban en una socie-dad como la helenstica) y nosotros estbamos exentos de to-da huella de profesionalismo potico, lo que contribua no po-co a cebar nuestro orgullo y nuestra vanidad15.

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mentos que convergen en el personaje pblico del poeta: Luis Albertode Cuenca no es lo que parece. De Cuenca es un iconoclasta. Un hete-rodoxo, con esa facultad tan britnica de cultivar una excentricidad lle-na de charme que, de puro natural, resulta discreta, aunque pueda pare-cer un contrasentido []. Con sus trajes a lo Saville Road, sus corbatassiempre bien meditadas, su pelo engominado y esa mirada irnica dequien se toma la vida muy en serio, pero sin darle nunca excesiva im-portancia (ibidem). 14La generacin del lenguaje, p. 246.15Ibidem, p. 250.


ELSINORE(1972)

Elsinore poemas, 02_Maquetacin 1 26/7/17 19:27 Pgina 125

Nrtex

PAR DEL LE SOLEIL, par del les thers, par del les confinsdes sphres toiles, se alza la silueta de un inmenso palacio-fortaleza medieval. Empleo mis ocios en vagar indolentementepor sus corredores en penumbra. Entro en la biblioteca. Mesumerjo al azar en uno de sus volmenes incunables y leo envoz alta: Yo, Taciano, nacido en tierra de asirios, educado envuestra cultura, he conocido al Dios verdadero. Pero laangustia no remite. Ofelia ha muerto para siempre. Las flores queadornaban sus sienes flotan ahora en el agua. Empua un giglione le ceree dita, como la Viviana de DAnnunzio. Descanse en paz.

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Envo

Vencida de la edad sent mi espadaFRANCISCO DE QUEVEDO

HERCLITO debi de ser un tipo sombro y luminoso a lavez. Me siento como l recordndote. Te pienso entre la hierba,degollada, como la Procris de Piero di Cosimo, como la ninfade la tercera gloga de Garcilaso. Pero tambin me gusta ima-ginarte como la princesa de La nave de Ishtar de AbrahamMerritt, y a m como su paje favorito. Me consuela esa imagen,pero solo un instante. Something is rotten in the state ofDenmark. El mundo es una catedral helada.

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Nota explicativa

ELSINORE se divide en cuatro partes. Las iniciales de lascuatro palabras griegas que presiden esos apartados con-forman, si se unen y en grafa latina, la palabra ARIT, quees como llamaba yo a Rita, jugando con las letras de sunombre.

, calamidad, es plaga y desgracia. , rosa,es belleza y gloria mundana. , icor, es sangre de losdioses y, por lo tanto, mito. , tumba, es clausuray desaliento.

En la Nota explicativa que firm en diciembre de1971, un ao despus de la muerte de la que haba sidomi novia, recorra cada poema atribuyndole algn vn-culo con referencias culturales tan diversas como PietroMetastasio, Ludovico Ariosto, Carles Riba, Calmaco de

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Cirene (sobre cuyos epigramas escribira yo mi Memoriade Licenciatura), Ray Moore (el creador de The Phan-tom), Fray Pedro Maln de Chaide, Jaufr Rudel, Mi-chael Curtiz, Jean-Pierre Melville, Gabriel Bocngel, losMoralia de San Gregorio Magno, Tito Livio, Hal Foster,las novelas de Fantmas, La lozana andaluza de Deli-cado, la Saga de Njal, Dashiell Hammett, Howard Hawks,Paul Wegener, Herman Melville, Geoffrey de Monmouth,Arquloco de Paros, Ezra Pound, Carlo Goldoni, Licofrnde Calcis, Georges Mlis, Girolamo Savonarola Citoesos nombres por fidelidad a aquella Nota primigenia.

As es mi poesa deca yo entonces, mi Elsi-nore clausurado, incendiado, pasto de perros y de bui-tres. Y terminaba: Pronto anochece en Dinamarca. Elviento helado, piensas. Y a los dems, altivo, fiero, ru-bio como el Norte: Take up the bodies: such a sight asthis / becomes the field, but here shows much amiss. / Go,bid the soldiers shoot.

Madrid, junio de 2014


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A llons voir les champs verts (Jacques Pelletier)R eclinando la testa agile e bionda (Gabriele DAnnunzio)I ch will nicht wissen, wo du bist (Rainer Maria Rilke)T o have seen what I have seen, see what I see (William Shakespeare)


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AUBREY BEARDSLEY

JOHN BRETT

FORD MADOX BROWN

EDWARD BURNE-JONES

WILLIAM SHAKESPEARE BURTON

JAMES CAMPBELL

CHARLES ALLSTON COLLINS

JAMES COLLINSON

WALTER HOWELL DEVERELL

WILLIAM DYCE

JOHN ROGERS HERBERT

ARTHUR HUGHES

WILLIAM HENRY HUNT

WILLIAM HOLMAN HUNT

JOHN WILLIAM INCHBOLD

GIOVANNI PAOLO LASINIO

ROBERT BRAITHWAITE MARTINEAU

JOHN EVERETT MILLAIS

WILLIAM MORRIS

VALENTINE CAMERON PRINSEP

DANTE GABRIEL ROSSETTI


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JOHN RUSKIN

ANTHONY FREDERICK AUGUSTUS SANDYS

WILLIAM BELL SCOTT

BYAM SHAW

SIMEON SOLOMON

HENRY WALLIS

WILLIAM LINDSAY WINDUS

Requiem aeternam dona eis, Domine.Et lux perpetua luceat eis.


I

ATH

Aer tham the Gudrun

gearwode dythan

GUDRUNAR QUIDA


Fiorenza

Non veggio ove scampar mi possa omaiFRANCESCO PETRARCA

LA LUZ en la garganta de las damases una excusa. Un tenue bisbiseocada vez ms cercano, cada vezms audaz, recibas en el rostro,como una llamarada de aire limpio.Llevabas una espuma sonrosadaen los labios. Tu sueo. Las bujas.Qu bella es, el conde afirma. Solouna distancia. Haendel en el Tmesis.Las amapolas junto a Proserpina.(Me duele el corazn bajo los prpados).

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Noche tras los balcones de palacio.Han profanado el cuerpo de Sandro Botticelli.Gime, furioso y torpe, el cisne en el jardn.

Recuerdas. Era un tiempo plateado.Las sienes precavidas de magnatessoberbios bajo tierra. Los antiguosmoralistas servan de alimentoa los desnudos lirios de tu boca.Era un tiempo. Recuerdas. Hace fro,hizo fro otra vez, o es una imagenpara dar lustre y completar la atmsferahelada del poema. Equipararel cielo de Florencia a tu desgracia.Soledad invertida. Y el poema.

Te amo. Van orfebres delgados como juncosa beber a tus ojos. Van halcones, caballos.Mozart adolescente compuso para ti.Noche. Guardan la sala. Resucitael rumor de las copas ardiendo gota a gota.Los violines se quiebran: es por ti.Una muchacha frgil se desnuda en silencio(cristal hasta la muerte).


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Hay luz en la garganta de las damas.Recuerdas el perfume. Desvaro.Llorabas. Te dola tu belleza.Msica, tul, cortinas para el mar!


Anglica en la Isla del LlantoLUDOVICO ARIOSTO

Y PARECA simple la distancia entre el pecho del mbary las costas itlicas, cuando tu rostro soportaba el velo delespanto, tras hialinos contornos de princesa escindida.

Sorprender, significar acaso, en el pomo risueo de la espada,el activo veneno que trascenda bocas, labios sin fin ardien-do, no crceles doradas.

Pequea ma, qu dragn o jaspe, qu maleficio ignoto hayen tu cuerpo? Un estril aluvin de sedas heladas reposa en elcontinente de tus senos. Marfil y seda turbia, vendaval ilusoriodel esto, antlopes de bruma dibujndote.

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Triste espacio vivir, mueca perfecta, infamante lacerio.Multiplico mi sed en los espejos. El da es un diamantefuriosamente herido por el mundo.

Vivas en los lagos. Apenas surgida de la espuma, nyadesilenciosa, traspasabas el muro delineando la calma de lasaguas. Existir, bruja lluvia en los prpados, sorda aspereza enlas mejillas.

Un ilimitado corazn poblado de rigor, una voz encendidacomo una antorcha en pasillos metlicos, una sentencia brevey sustanciosa adornando el cabello del invierno.

Persgueme, corza sombra. Oblicua reina, esprame. Resue-nan en mis ojos los olifantes del deseo. Mis sentidos son unaviolenta y nica realidad.

Bes la frente del tiempo y sus hombros se tieron de unrubor inesperado. Aflua la sangre por las ingles, rota laarteria del olvido, canalizada en crteres contiguos, hmedohermafrodita inmensamente triste.


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Relmpagos sbitos te cernan. Rodeada de dioses implaca-bles y oscuros, acosada por formas impalpables, torturada porel fuego glido de los vientos boreales, tendida en un espasmodoloroso de ltigos y templos naturales.

Hay un futuro de algas y nereidas aguardndote, amada. Undestino alado te ofrezco y todo mi cuerpo tiembla al verte tanhermosa.

Adivinar qu oculta, tras la mscara, el eterno hipogrifo delamor. Conocer el secreto de tu anillo. Saber si los bermejosdestellos de la Aurora conducen hacia ti o hacia el ocaso.

Anglica difusa, niebla pura, tnica enamorada en el espacio.Por siempre, para siempre, en la Isla del Llanto, siempreviva debronce en las marmreas logias de la muerte.


Desitjada mortEmpries

AMOR VERTIDO a la distancia astral de los fugaces ritmos.La tiniebla dorada segndome la vista con ltigos de seda.Quise saber. Pinculo de tiempo, deslizantes momentos de cristal,sin explicar el viento de los trpicos, ululante y sombro en las alcobas.Pausadamente viva, diagonal en las islas, llevabas un aroma de

bosque entre las manos.Girabas, y el jardn responda sangrantes melodas de minscula furia.Girabas, y era un hlito diferente, un fragmento de alondra asesinadalo que ascenda inerte soledad hasta mi sentenciado corazn.Tibio rumor de espadas y de lagos traspasndote el pechodonde Acten alzara el pabelln del miedo, como un adolescentesoado entre magnolias y alczares vacos, presentido entre corzosy abandonado entre los pensamientos ltimos de la tarde.

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Sacrifico tus labios ante el ms bello espejo de la nochecon el pual helado de los ocasos dulces y constantes.Es un sabor distinto el de la sangre cuando vence el dolory Dios es una joya luciente y desmedida posada en el silencio.

Golpean tus recin lavados ojos segn certeras, ltimas preguntas.Reducen tus pupilas, alarmadas en fragor desatado de rosas y cinturas.Cmo te circund tu abismo de columnas y prfido, tus salas de penumbra. Palabras

de marfiladornando

el misteriode tus dioses.


Amor y muerte en Calmaco de Cirene

BERENICE

MEDITO EN SILENCIO, difuminado rostro en paisajes depensamiento.

Era tu propio fuego, Descanso-de-mi-vida, o era tan solo elvstago de lo que te rodeaba, presumindote nica?

Con la muerte de Gudea, la decadencia se hizo infinitamentems real. Sentamos la inestabilidad humana en esa ms-cara vaca, resto simblico y despreciable de lo que fuenuestra ms devanada razn de existir.

Alguien relacion el Yggdrasill con tu cuerpo. Columna era,en efecto, solemne y rigurosa, mas no rbol.

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Moramos suavemente en las montaas desrticas delcrepsculo. Delicados soterilogos lidios preservaban lascuerdas musicales de tu pecho de morir para siempre.Impunemente, una lgrima rubia deslizbase, tibia, desdeazules moradas ocenicas.

T conoces el secreto de las dos verdades. T penetras losregios aposentos como halcn invisible. Renaces de timisma y posees un antiguo corazn luminoso. Ante ti lasms arduas cerraduras se abren, como heridas. Regresasvictoriosa todas las auroras, y un poderoso halo solar terecorre las venas. T conoces la alegra de las necrpolis.

Ataviado con seoriales vestiduras, Gudea reposa en losfamlicos templos de Lagash. Un rumor de multitudenfebrecida, sordo flamear de espadas en los recintossacros.

Cintia, Dioniso duerme frondosamente repartido. Reinama, no temas. Nada puede turbar la inmensidad dorada detu crimen. Una orqudea de ncar es tu rostro. Tus manosatesoran el atavismo mrbido de los ocasos.


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Sumir en el espacio sus tangibles y mesurables cabellos.Fauno o cadver, reservaba para s la potestad suprema, laltima forma divina de sus antepasados.

Para vencer y no ser derrotado, qu pases de bruma, qualas en la sombra. Brazo armado de Ishtar, rey poderoso,corcel de Odn, tierno fantasma en el paraso.

Como un brillante resurgir, como un delgado pantesmo deamor, aparecen mis ojos posesivos, las burbujas del besobifurcando el espacio, hmedas de colores, transparentes.

Conjuro alado en alba misteriosa, aspiro tu perfume desilvestre armona. Quiero dormir un sueo lquido y cruel entus sacrificados hombros. Celofn sella, breve, la desmesurade tu cuerpo. Un espritu oscuro sentencia tus mejillas a lamstica y dulce palidez de lo bello.

Sagrada manceba la del tiempo, trasmundo necesariodonde romper las lanzas del ms puro torneo.

Descubramos el arco simblico de la Visin eterna. Hayindicios de soledad en su fragante superficie. Un biombo


enigmtico protege su corazn de la ira sangrienta de losantifaces.

Un espejo recrea la inslita vereda reflexiva del sabio. Te amo.Surgen ecos de muerte en las lbregas torres. Un vendavalde amor arrasa mis palacios.

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La chica de las mil caras

Voici le soir charmant, ami du criminelCHARLES BAUDELAIRE

TODO TU CUERPO es un inmenso brote de espinas,pero las aves siguen comiendo en tus manosy cantan en el bosque como si nada.Por las noches me enseas el universo:hoy han sido las costas de Islandia,la Edda de Snorri y la promesa de Winland.Como tu cuerpo est erizado de agujas,necesito almohadones para amarte;luego despierto enganchado a tus labios,cuando el sol es un punto negro en el cielo.Si hablas, tu voz es una cascadaque arrastra cadveres y policas de uniforme.Hablas en verso, como Ovidio y Lope,como el precoz escaldo Egill Skallagrimsson.


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A veces te interrumpo. Tus besos llevan oro,como las Noches de Stevenson o de Mardrus.Son algo tan brillante. Como una nueva infancia.No s si tu destino es catalogar manuscritos,si has sido bibliotecaria en Alejandra.Un da vi cmo perseguas a un jabal en Dordoa(esa noche so con el Monarca Oscuro).Podra hacerte un lecho de lirios o de rosas,aunque preferira cubrirte de alacranes.Luego descifraramos papiros mgicos y emblemas.No s cmo decirte lo mucho que te amo.Hace siglos que desaparecieron los torneos.Jess sigue muriendo cada da. Hasta cundo.Pero Clodoveo deca que el Glgota no sera famososi l hubiese estado all, en Jerusaln, con sus francosAntes leamos novelas bizantinas, escuchbamos discos,no encendas jams la luz en el desvn.Me pareca haber vivido dos veces los momentosy beba del suave terminarse de tus ojos.Algunos dioses se nos antojaban ridculos:Jpiter, por ejemplo, todos los que mandaban.Pero las ninfas de las fuentes, los elfos, los dragones,Mae West y Miriam Hopkins compensaban la prdida.


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Hacer versos, nadar, dar de comer a un pjaro,ejercer de sportwoman como Diana Palmer.Buscbamos tesoros en el jardn de tus abuelos,bajo ese sol de Herclito que sigue sin ponerse,con una Jolly Roger ceida a la cintura,saqueando glorietas y naufragando en la piscina.

Y ahora que ests aqu, mi amor,t que eres todas las mujeres,no s si voy a ser capazde recordarte y recordarme.Todos vivimos, a la postre,en una especie de prisinde la que no podemos salir,en la que nadie puede entrar.Pero consta en el Libro nicoque, a pesar de espinas y agujas,nos amamos alguna vezy nos amaremos t y yo.


la biblioteca de luis alberto de cuenca · lación del texto con la imagen, ya desde el plano de la...

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