jorge luis acanda. para pensar la política: los conceptos de crítica, forma y fetichismo

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Para pensar la política: los conceptos de crítica, forma y fetichismo Jorge Luis Acanda Facultad de Filosofía e Historia Universidad de La Habana Entre muchos marxistas es moneda corriente referirse a las distintas teorías que conformarían el legado teórico de Marx. Teniendo en cuenta la gran extensión de su obra (la edición de las obras completas de Marx y Engels en la Alemania Oriental en la década los años 70 y 80 del pasado siglo marchaba ya por el tomo 42 cuando quedó interrumpida), muchos han procedido a analizarlo y a dividirlo por unidades temáticas, de tal manera que se habla de sus obras “económicas” (ante todo El Capital), de sus obras “históricas” (por ejemplo, El 18 Brumario de Luis Bonaparte) o de sus obras “filosóficas” (los Manuscritos económico- filosóficos de 1844, la Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel y La ideología alemana – redactada en colaboración con F. Engels), como también de sus textos de teoría política (citándose entre otras al Manifiesto Comunista, La lucha de clases en Francia, etc.) Así, entenderíamos a Marx como un filósofo, un economista, un historiador y un teórico político. Al clasificar a Marx como economista, filósofo, historiador, etc, estamos diciendo lo que fue pero también lo que no fue. Es decir, estaríamos indicando en cuales ramas del conocimiento científico tendría sentido reflexionar sobre la validez de su legado y de paso en cuantas otras esa reflexión simplemente no tendría sentido, porque supuestamente esas ciencias no encontrarían nada valioso para ellas en sus obras. Por si no fuera poco, estamos hablando de una persona que murió en 1883, por lo que podría suponerse que poco o nada tendría que aportarle a ciencias sociales particulares que surgieron bastante después de su fallecimiento, como por ejemplo la

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Principios metodológicos para pensar la política

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Para pensar la poltica: los conceptos de crtica, forma y fetichismoJorge Luis Acanda

Facultad de Filosofa e Historia

Universidad de La Habana

Entre muchos marxistas es moneda corriente referirse a las distintas teoras que conformaran el legado terico de Marx. Teniendo en cuenta la gran extensin de su obra (la edicin de las obras completas de Marx y Engels en la Alemania Oriental en la dcada los aos 70 y 80 del pasado siglo marchaba ya por el tomo 42 cuando qued interrumpida), muchos han procedido a analizarlo y a dividirlo por unidades temticas, de tal manera que se habla de sus obras econmicas (ante todo El Capital), de sus obras histricas (por ejemplo, El 18 Brumario de Luis Bonaparte) o de sus obras filosficas (los Manuscritos econmico-filosficos de 1844, la Crtica a la Filosofa del Derecho de Hegel y La ideologa alemana redactada en colaboracin con F. Engels), como tambin de sus textos de teora poltica (citndose entre otras al Manifiesto Comunista, La lucha de clases en Francia, etc.) As, entenderamos a Marx como un filsofo, un economista, un historiador y un terico poltico. Al clasificar a Marx como economista, filsofo, historiador, etc, estamos diciendo lo que fue pero tambin lo que no fue. Es decir, estaramos indicando en cuales ramas del conocimiento cientfico tendra sentido reflexionar sobre la validez de su legado y de paso en cuantas otras esa reflexin simplemente no tendra sentido, porque supuestamente esas ciencias no encontraran nada valioso para ellas en sus obras. Por si no fuera poco, estamos hablando de una persona que muri en 1883, por lo que podra suponerse que poco o nada tendra que aportarle a ciencias sociales particulares que surgieron bastante despus de su fallecimiento, como por ejemplo la lingstica. Quedara as bien demarcado para cuales de las numerosas ciencias sociales podra tener inters la obra de Marx y todas aquellas otras para las cuales su nombre sera tan slo una referencia anecdtica.

Lo que pretendo hacer en estas lneas es algo diferente: destacar que Marx es importante no para una o varias ciencias sociales particulares, sino para toda reflexin cientfica sobre la sociedad y ello precisamente porque impugn el concepto mismo de ciencia social particular. Para decirlo ms claramente: Marx no elabor una teora econmica ni una teora poltica, ni ninguna otra teora particular. Muchos de los lectores de Marx no han prestado la debida atencin a la circunstancia de que, en la mayora de los textos que escribi, la palabra crtica est presente en el ttulo o cuando menos en el subttulo. As, El Capital lleva por subttulo crtica de la economa poltica. Previamente a esa obra, haba publicado la Introduccin a la crtica de la economa poltica en 1856 y haba escrito, entre 1857-1858 los famosos Grundrisse (primera palabra de un ttulo ms largo que puede traducirse como Fundamentos de la crtica a la economa poltica). Tambin los manuscritos redactados por Marx en el verano de 1844 haban sido pensados por su autor como el inicio de su labor de crtica de la economa poltica. Previamente, en 1843, haba redactado un manuscrito que tena como objetivo la crtica a la filosofa hegeliana del derecho, propsito que todava estaba presente en el ttulo que puso a un artculo suyo publicado un ao despus en los Anales Franco-Alemanes. Tiene algn significado sustantivo esta persistencia del concepto de crtica o constituye un mero detalle sin importancia?

En el pensamiento filosfico que se desarroll en Alemania en la primera mitad del siglo XIX, el concepto de crtica tena un sentido muy especfico. Para el lenguaje cotidiano, crtica significa tan slo rechazo, negacin. Pero Immanuel Kant transform el sentido del concepto, precisamente para superar la concepcin hasta entonces reinante sobre el sujeto del conocimiento y sobre el proceso del conocimiento. Rechaz la concepcin sobre un sujeto fundante plenamente consciente y dueo de sus actos y su produccin espiritual. Kant afirm la existencia de estructuras que condicionan la actividad cognoscitiva del sujeto y que no son externas a ste, sino inmanentes a su propia constitucin. Si bien consider equivocadamente que esas estructuras tienen un carcter a priori, es decir, que son previas a la experiencia, y por lo tanto son innatas, es innegable que su idea sobre la existencia de las mismas y sobre su carcter objetivo marcaron un punto de giro en la historia de la filosofa. Kant afirm, con razn, que con su obra l haba operado una revolucin copernicana en la filosofa, pues si ella hasta entonces centraba su reflexin en los objetos o en la bsqueda de instrumentos para la apropiacin cognoscitiva de los mismos, ahora deba dedicarse a descubrir esas estructuras condicionadoras. Con ello el centro de la reflexin filosfica se desplazaba del objeto al sujeto. El proceso de produccin del conocimiento deba comenzar con una reflexin sobre los elementos estructurales que condicionan la actividad cognoscitiva del investigador. La filosofa deba convertirse en crtica, es decir, centrarse en el estudio de las condiciones de posibilidad de la actividad gnoseolgica del sujeto. La filosofa habra de ser concebida a partir de ahora como teora crtica sobre el sujeto y la subjetividad. Como bsqueda de las estructuras objetivas, inherentes al sujeto, que condicionaban su apropiacin espiritual de la realidad. La presencia del concepto de crtica en los ttulos de las tres principales obras de Kant (Crtica de la razn pura, Crtica de la razn prctica y Crtica del Juicio) marcan la aparicin de lo que podemos considerar un programa crtico de reflexin sobre las producciones humanas.

Este programa crtico marc el desarrollo de lo que se ha denominado filosofa clsica alemana. Los pensadores que conformaron este movimiento, desde Kant hasta Hegel, pasando por Fichte y Schelling, ms all de sus diferencias, tuvieron como elemento comn la continuacin de este programa crtico. La izquierda hegeliana, en la que comenz su andar intelectual Marx, mantuvo este propsito, al asumir como su tarea central la realizacin de la crtica de la religin. En aquella poca, en Prusia al igual que en casi toda Europa la religin constitua el principal sostn espiritual legitimador de las ya obsoletas formas polticas feudales. Hacer la crtica de la religin significaba ir ms all de lo realizado por la Ilustracin, que haba colocado en la ignorancia la causa de la existencia de la supersticin religiosa, para develar las estructuras objetivas que permitan que esos dogmas religiosos mantuvieran su fuerza. Para los miembros de la izquierda hegeliana, la irracionalidad de las estructuras polticas predominantes se sustentaba en una religiosidad irracional. La alienacin religiosa explicara la alienacin poltica.

Marx comprendi que el desarrollo del programa crtico implicaba buscar las causas de las formas de la alienacin humana en el proceso de produccin material. La alienacin religiosa y la poltica tenan que ser, necesariamente, expresin de la alienacin existente en la produccin material de la vida. Se pregunt por las causas que conllevaban a que el aumento de la capacidad transformadora de la humanidad y la profundizacin de sus conocimientos tuvieran como consecuencias la desdicha y el sufrimiento del ser humano. Percibi la relacin contradictoria entre los procesos de racionalizacin capitalista y los procesos de produccin de la subjetividad humana. La expansin del capitalismo iba acompaada del aumento del pauperismo, alcoholismo, la anomia social y la enajenacin de los individuos. Por qu el triunfo de la razn conduca a la sinrazn de un mundo desgraciado? Qu caractersticas adquiere la razn y la racionalidad en la sociedad capitalista? Cul es la esencia de la racionalidad capitalista?

En el verano de 1844 Marx se dedic a estudiar la teora econmica producida hasta ese momento. La economa como ciencia independiente (eso era lo que en aquella poca significaba economa poltica) debera descubrir y explicar los elementos irracionales existentes en la produccin econmica. Las pginas que escribi con sus reflexiones y los resultados de sus bsquedas fueron publicadas casi 90 aos despus, en 1932, con un ttulo que le pusieron sus editores del Instituto de Marxismo-Leninismo de la Unin Sovitica: Manuscritos econmico-filosficos de 1844. Los Manuscritos de 1844 constituyen el primer intento por parte de Marx de realizar la crtica de la economa poltica (tarea a la que se dedicara durante el resto de su vida). Una reflexin superficial pudiera llevarnos a creer que poco o nada tiene que ver este texto con otras ciencias sociales particulares que se piensan como muy alejadas del campo de la economa. Pero justamente el intento de pensar la economa desde la filosofa es lo que convierte a estos manuscritos en un documento de especial importancia en la historia de la produccin de la teora social.

Marx comenz por colocarse en las posiciones tericas desde las cuales la economa como ciencia estudiaba el proceso de produccin econmica, para comprobar qu es lo que esta ciencia social particular nos podra aportar. Y al hacerlo, descubri que hay una serie de importantes preguntas que la teora econmica no puede responder, precisamente porque no es capaz de formulrselas. Problemas fundamentales que no es capaz ni siquiera de percibir. Si el trabajo es la fuente del valor, por qu en la sociedad capitalista el trabajo tiene un valor cada vez menor? Si el capitalismo ha generado un desarrollo de la tcnica que provoca un crecimiento indetenible del mundo de la riqueza, por qu el aumento del valor del mundo de las cosas est acompaado de la desvalorizacin del mundo de los seres humanos?

La economa poltica era incapaz de percibir esas contradicciones. Era preciso por lo tanto trascender el plano en el que se colocaba esa ciencia particular y colocarse en otro plano de reflexin ms profundo, si se quera captar la racionalidad del proceso productivo capitalista. La economa poltica se sita en un plano emprico, en el plano de los hechos, y considera ese plano emprico como un dato natural, como algo dado, que no hay que explicar. La explicacin comenzara despus de la constatacin de la existencia del hecho. Marx comprendi que el hecho es, en s mismo, una construccin, un resultado. Por lo tanto, el primer paso de la reflexin terica consiste precisamente en problematizar lo dado, en ir ms all de ese nivel emprico y desentraar su sentido oculto. Para ello era preciso dejar de ver a los hechos econmicos slo como hechos econmicos y entenderlos en su relacin con el ser humano, con la sociedad y con la historia.

La explicacin de la incapacidad por parte de la economa poltica para plantearse estas preguntas la encontr Marx en el enfoque estrecho y unilateral desde el que aquella intentaba estudiar la actividad productiva. Precisamente por pretender constituirse como ciencia particular y abandonar la exigencia de un enfoque sistmico de la realidad social, por querer pensar exclusivamente lo econmico, excluyndolo del pensamiento sobre lo social, la teora econmica no pudo aprehender las conexiones en su movimiento. Conceba al trabajo slo como creacin de una mercanca, y a la mercanca slo como un objeto producido para satisfacer necesidades. Marx, utilizando el acervo terico desarrollado por la filosofa clsica alemana, entendi al trabajo como una actividad en la que el ser humano, al producir bienes econmicos, se produce adems a s mismo, produce a los dems seres humanos y produce al trabajo. El trabajo no es simplemente una actividad econmica: es la actividad humana por excelencia, pues es en ella que se produce la esencia de los seres humanos. En el trabajo se produce el sistema de relaciones sociales.

La economa poltica separaba al obrero y al ser humano. Marx realiz el movimiento inverso. Pero llegado a este punto se plante la siguiente interrogante: por qu la economa poltica no puede trascender el plano de lo emprico, de lo aparente? Era preciso buscar las causas objetivas que provocaban esto, descubrir las estructuras objetivas que condicionaban la produccin de una teora que no era capaz de ir ms all del plano de lo fenomnico. Era preciso realizar la crtica de la economa poltica, en el sentido que ya Kant le haba asignado a este concepto. Es decir, descubrir las causas, inherentes al propio modo de produccin capitalista, que condicionan la produccin de una percepcin terica sobre el capitalismo que tiene estas caractersticas.

Los economistas no hacen ms que expresar una situacin real. Marx no afirm que todo el edificio terico construido por la economa poltica fuera errneo. La economa poltica es la verdad de una realidad. Pero de una realidad emprica que oculta otra, que oculta la realidad esencial. La economa poltica se queda al nivel de la apariencia. Apariencia no significa algo falso o ilusorio, sino que refiere a la forma compleja e indirecta en que lo esencial se expresa en lo fenomnico, en lo singular.

Al igual que cualquier otra ciencia social particular, la economa como ciencia parta de un presupuesto de carcter ontolgico: conceba a la sociedad como conformada por un conjunto de esferas autnomas, cada una de las cuales posea su propia lgica de funcionamiento, su racionalidad especfica. A esa visin fragmentada de la realidad social corresponda una visin fragmentada del conocimiento terico sobre la sociedad. Se afirmaba la posibilidad de construir ciencias especficas que estudiaran, cada una de ellas, espacios especficos de la sociedad.Marx no conceba a la sociedad como una suma mecnica de esferas autnomas, sino como un sistema de relaciones sociales. A la interpretacin cosificada y positivista sobre la realidad social y sobre el proceso del conocimiento, predominante en la teora social de la poca, Marx contrapuso una visin relacional y sistmica. Relacional, porque entenda a los fenmenos sociales como puntos de anudamiento o cristalizacin del sistema de relaciones sociales existente. Y sistmica porque entenda que la esencia de cada fenmeno social singular slo poda captarse si se conoca la esencia del sistema de relaciones sociales. En la interpretacin positivista, el punto de partida del conocimiento lo constituan la interaccin emprica del investigador con los hechos singulares, los hechos positivos. El cientfico determinaba cuales eran los hechos que correspondan a su objeto de estudio (hechos econmicos, si era un economista, hechos psicolgicos, si era un psiclogo, etc.), los investigaba y llegaba a conclusiones generalizadoras que plasmaba en forma de conceptos tericos. Es decir, el conocimiento ira de lo singular a lo general. Esa interpretacin slo es posible si se sustenta en una concepcin a-sistmica de la realidad social, en la que cada fenmeno singular tiene en s, y con independencia de su relacin con otros fenmenos singulares, su determinacin esencial. Pero la sociedad constituye un sistema de relaciones. La visin sistmica permite comprender que la esencia de cada fenmeno es una funcin del lugar que ocupa en un sistema de relaciones. Es imposible captar la esencia de un fenmeno singular si primero no conocemos la esencia del sistema en el que ese fenmeno existe. Desarrollando el programa crtico planteado por Kant, Marx elabor una concepcin epistemolgica dialctica, que opuso a la concepcin positivista predominante.Por qu esa concepcin ontolgica y gnoseolgica no slo exista sino que adems era y sigue siendo an hoy la predominante? Marx se plante como tarea descubrir las estructuras objetivas, existentes en el proceso de produccin de la vida social, que condicionaban la construccin de una forma de apropiacin cognoscitiva de la realidad llamada economa poltica, o ciencia econmica. Eso justamente es lo que significa la crtica de la economa poltica. Marx no quera sustituir una economa poltica burguesa por otra proletaria y ms cientfica. Desde su opcin epistemolgica, ninguna ciencia social particular poda, precisamente por su carcter particular, resolver el problema de la racionalidad de lo social. En Marx no encontramos una teora econmica, ni una teora poltica, ni una teora histrica, sino una crtica al episteme positivista y la propuesta de la construccin de una teora totalizadora sobre el sistema de relaciones sociales. Precisamente para poder descubrir aquellas estructuras que condicionan la pervivencia del episteme positivista. La crtica de la economa poltica implicaba la necesidad de develar aquellos elementos fundamentales del proceso de produccin econmico en el capitalismo que condicionaban la produccin y reproduccin de una ciencia social positivista. La designacin del capitalismo como un modo de produccin no implicaba entenderlo slo como un modo de produccin de bienes econmicos, sino sobre todo como un modo de produccin de todo el sistema de relaciones sociales, como un modo de produccin de las formas de apropiacin espiritual de la realidad (entre las que se cuenta la ciencia, al igual que la religin, el arte, la moral, etc.). Por lo tanto, el estudio de la lgica del proceso de produccin material en la sociedad capitalista no es un tema que interese slo a un tipo de cientfico social muy especfico denominado economista, y ante el cual otros cientficos dedicados al estudio de supuestos objetos particulares puedan asumir una actitud de completa indiferencia. Para Marx, conceptos tales como trabajo, mercanca obrero o dinero no constituan categoras econmicas, pues designaban procesos que slo podan ser entendidos en la multilateralidad de sus caractersticas. Conocer las caractersticas esenciales del trabajo en el modo de produccin capitalista no es una tarea que pueda cumplir una ciencia social particular (en este caso la economa) y que, por lo tanto, interese slo a esa ciencia. El trabajo es una produccin social, lleva la marca del sistema de relaciones sociales en el que existe y se realiza, y adems constituye un elemento condicionador esencial de todas las dems formas de actividad humana, incluyendo la actividad cientfica. Aqu podemos arribar a una primera conclusin: la importancia de Marx para la teora social (y pido que se note que ahora utilizo el concepto en singular) estriba, en primer lugar, en su afirmacin de la necesidad de una labor crtica por parte de los cientficos sociales, en la necesidad de construir una teora social crtica como episteme contrapuesto al modelo positivista de la ciencia social. Y crtica no slo por su denuncia o rechazo a los elementos negativos existentes en la vida social lo cual adems es importante sino tambin en el sentido kantiano, es decir, en el sentido de encontrar en las caractersticas esenciales del modo de produccin capitalista las causas estructurales objetivas que se constituyen en vectores de fuerza que constantemente generan la produccin de una teora positivista. Y si el concepto de crtica es un primer momento a resaltar al destacar la significacin de Marx para la ciencia social, el concepto de fetichismo constituye un segundo momento tambin muy importante.

Remontando el nivel de la visin cosificada sobre la sociedad existente, que no lograba rebasar el nivel de la apariencia, Marx logr descubrir la esencia del modo de produccin capitalista. La economa capitalista es radicalmente diferente a las anteriores. Una de las principales tesis expuestas por Karl Polanyi en su libro La Gran Transformacin, refiere precisamente a este hecho. Aunque es verdad que todas las sociedades tienen que satisfacer sus necesidades biolgicas para continuar existiendo, solamente en las sociedades modernas ocurre que la satisfaccin de algunas de estas necesidades en cantidades que estn en aumento continuo se convierte en un motivo central de accin. Este autor identific esta transformacin con el establecimiento de una economa centrada en torno a un mercado en expansin ininterrumpida. Polanyi reconoci que, en perodos histricos anteriores, el mercado haba jugado un cierto papel en el funcionamiento de la economa, pero destac que en las pocas premodernas el comercio (tanto exterior como local) era complementario a la economa en que exista, implicando tan slo la transferencia de ciertos recursos (alimentos, materias primas, etc.). Las sociedades tradicionales estaban determinadas, sobre todo, por la necesidad de producir una serie de bienes destinados a satisfacer las necesidades ms elementales de la poblacin. En ellas el consumo ocupaba un lugar perifrico, pues lo que bsicamente condicionaba la vida cotidiana de las personas y la construccin de su identidad psquico-social era la relativamente limitada capacidad productiva de las economas existentes. En la modernidad, el mercado se convierte en el objetivo de la economa. La economa capitalista, ms que una economa de mercado, es realmente una economa para el mercado.

Acorde con su visin relacional de la realidad social, Carlos Marx explic que el capital no es una cosa determinada (el dinero, una maquinaria o una fbrica), sino una relacin social. Caracteriz al capitalismo no por la existencia de elementos de la economa mercantil (pues entonces tendramos que calificar a las sociedades de la antigua Grecia o la Roma imperial como capitalistas), sino como un sistema de relaciones sociales, un modo especfico de vinculacin de lo econmico con el resto de la realidad social, aquel tipo de organizacin social en la que el mercado ocupa el lugar central y determinante en la estructuracin de las relaciones sociales, erigindose en el elemento mediador en toda relacin intersubjetiva (es decir, de las personas entre si) y objetual (de las personas con los objetos de su actividad, sean estos materiales o espirituales). En el capitalismo, la racionalidad econmica se impone en una relacin contradictoria y tensionante a todas las dems (la poltica, la religiosa, la artstica, etc.), y condiciona con sus dictados a las ms variadas esferas de la vida social. Las relaciones entre las personas se conforman segn el modelo de las relaciones econmicas.

La centralidad del mercado se debe a la lgica econmica propia del capitalismo. El capital (las relaciones sociales capitalistas) slo puede existir si se expande constantemente. El desarrollo de las fuerzas productivas sac a los productores de su aislamiento, y los enfrent entre si en el mercado. La competencia condujo a que el objetivo de los productores ya no pudiera consistir simplemente en obtener ganancias, sino en la obtencin siempre ampliada de las mismas, pues solo eso les permitir enfrentar la concurrencia con otros productores y no ser eliminados del mercado. La existencia de la competencia determina que la reproduccin simple (rasgo comn a la economa mercantil simple) desaparezca y que la reproduccin ampliada se convierta en la ley de funcionamiento del sistema capitalista. El objetivo del proceso de produccin de bienes materiales ya no consiste en la produccin de valor, sino en la produccin de plusvala, es decir, de una masa de valor siempre creciente. Ello es posible nicamente en la medida en que una dimensin siempre creciente de actividades y productos humanos sea convertida en objetos destinados al mercado, para la obtencin de la plusvala. La mercantilizacin creciente de todas las actividades y los productos humanos es una caracterstica esencial y especfica del capitalismo. Durante los casi cinco milenios de existencia de sociedades premodernas, los individuos haban producido bienes materiales y espirituales que solo en casos y proporciones muy limitados eran destinados al mercado, para ser intercambiados por otros objetos o vendidos por dinero. Con el advenimiento del capitalismo la situacin cambi radicalmente.

La aparicin del capitalismo condujo a que las actividades y los productos humanos tengan que convertirse en objetos destinados al mercado, en mercancas. Para decirlo con las palabras de Marx, su surgimiento signific la reduccin a valores de cambio de todos los productos y de todas las actividades.... Lo que caracteriza a esta sociedad es que slo gracias al valor de cambio es que la actividad, o el producto, de cada individuo deviene para l una actividad y un producto. Pero la mercantilizacin creciente de la produccin implica, a su vez, la mercantilizacin creciente del consumo. Esto quiere decir que, cada vez ms, los bienes que los individuos consumen para satisfacer sus necesidades tienen que devenir mercancas, y ser adquiridos mediante su compra por dinero. Esto tambin constituy una novedad, pues durante decenas de siglos, la mayora de los objetos con los que las personas satisfacan sus necesidades materiales y espirituales no podan comprarse ni venderse. La universalizacin de la forma mercanca, la tendencia creciente a la conversin en mercanca de todos los objetos y todas las actividades humanas, caracteriza a la modernidad capitalista.

Ahora bien, qu cosa es una mercanca en el capitalismo? No puede entenderse a la mercanca como un producto econmico ms, un bien creado para satisfacer una necesidad humana. Su finalidad no es satisfacer una necesidad humana, sino satisfacer la necesidad que tiene el capital, para seguir existiendo, de producir plusvala. A estas alturas, ya es fcil darse cuenta que el objetivo de la produccin econmica capitalista no es la satisfaccin de las necesidades que puedan tener los seres humanos, pues ello solo garantiza la reproduccin mercantil simple, sino la produccin ampliada de necesidades, y no de necesidades de cualquier tipo, sino de necesidades tales que solo puedan ser satisfechas en el mercado, mediante la adquisicin y consumo de mercancas. Por lo tanto podemos definir a la mercanca en el capitalismo como un objeto producido no para satisfacer necesidades humanas, sino para crear, en los seres humanos, necesidades ampliadas de consumo de nuevas y ms mercancas. Al contrario de lo que es propio de los modos histricamente anteriores de existencia del mercado, el mercado capitalista no tiene como finalidad las necesidades humanas, sino exclusivamente su propia expansin ilimitada. Su objetivo no es el ser humano, sino l mismo. El propsito del proceso de produccin capitalista no es la creacin de bienes para satisfacer las necesidades de las personas, sino la creacin de la plusvala. El capitalismo intenta presentarse, ante los ojos de los dems, como un sistema econmico cuya racionalidad apunta a la produccin maximizada de bienes. Pero como entiende por bienes slo aquello que existe como mercanca y puede expresarse en una dimensin cuantitativa monetaria, el capitalismo en esencia no es otra cosa que un sistema social de produccin maximizada de dinero.

De todo lo anterior se sigue que el mercado capitalista, a diferencia de otras formas de mercado, no es exclusivamente un fenmeno econmico. El mercado precapitalista fue el espacio de realizacin de una actividad econmica: el intercambio de equivalentes. El mercado capitalista es algo mucho ms complejo. Se constituye en la esfera de produccin de necesidades y, adems, de produccin del modo de satisfaccin de esas necesidades. No se puede caracterizar al mercado capitalista como un fenmeno exclusivamente econmico, sino como un proceso de carcter social. Con el advenimiento del capitalismo, se constituy en el espacio social por excelencia de produccin y circulacin de la subjetividad humana, de las necesidades, potencialidades, capacidades, etc., de los individuos. El carcter complejo del mercado capitalista se puede expresar adecuadamente en esta formulacin: su finalidad es la construccin de los individuos como consumidores ampliados de mercancas. Es lo que quiso significar Marx cuando afirm que la produccin crea no slo un objeto para el sujeto, sino tambin un sujeto para el objeto. La produccin da lugar por tanto al consumo... suscitando en el consumidor la necesidad de productos que ella ha creado materialmente. Por consiguiente, ella produce el objeto, el modo y el instinto del consumo. Por su parte el consumo suscita la predisposicin del productor, y despierta en l una necesidad animada de una finalidad. El mercado capitalista se constituye en la instancia primaria y fundamental de produccin de las relaciones sociales en la modernidad.La centralidad que adquiere el mercado capitalista implica que el papel de mediador (entre los individuos y los objetos, entre los individuos entre si, entre la produccin y el sistema de necesidades) lo desempee la plusvala. En realidad, la modernidad se estructura como un campo de contradicciones dominado por un principio de unificacin que, sin embargo, nunca las resuelve definitivamente, es ms, las reproduce y transforma continuamente.

Al convertirse la plusvala en el intermediario universal, la aparicin del capitalismo supone la disolucin de los vnculos personales existentes en las sociedades pre-modernas. En ellas, la coaccin sobre los trabajadores estaba en funcin de la dependencia poltica y social de estos con respectos a otros individuos (los esclavistas o los aristcratas feudales). La coercin por la violencia desaparece, y deja su lugar a la coercin informal, puramente econmica. Ello supone necesariamente la autonoma de la economa con respecto a la poltica, la religin, etc. El predominio del principio del precio como mecanismo de organizacin de la produccin y distribucin de bienes es de importancia fundamental para el capitalismo. Esto significa que hasta que todos los elementos necesarios para la produccin y distribucin de bienes no estn controlados por el precio, no se puede decir que est funcionando una economa capitalista (o economa de mercado, en la terminologa cotidiana). Ella exige la liberacin de los elementos que comprende la economa con respecto a otras instituciones sociales, tales como el Estado o la familia.

Pero la autonoma de lo econmico con respecto a lo poltico no significa su independencia o separacin con respecto a esta. Polanyi demostr que el mercado capitalista no apareci en forma espontnea o natural, y explic el papel esencial que jug en su momento el Estado para su surgimiento. La intervencin del Estado fue necesaria para establecer las condiciones de un mercado nacional. Al contrario de lo que postulan los tericos liberales, la obra de autores como K. Polanyi o ms recientemente Michael Mann ha probado que los mercados capitalistas y las regulaciones estatales crecieron juntos.

La liberacin de los individuos de los vnculos de dependencia personal constituy solamente un medio para alcanzar el objetivo fundamental del capitalismo: liberar a la propiedad de toda determinacin personal o ideolgica, para ser convertida en propiedad econmica. En las sociedades premodernas, ciertas formas fundamentales de propiedad no podan convertirse en mercancas y ser objeto de compra y venta libremente. La propiedad de la tierra, por ejemplo, estaba sujeta a determinaciones polticas y de casta. Un feudo no poda ser comprado ni vendido, pues era concedido por el monarca a un sbdito y transmitido solo por sucesin. Los siervos de la gleba eran propiedad del seor feudal, pero este no poda venderlos, ni comprar otros. La mercantilizacin generalizada rompi con esta situacin. Era preciso hacer de la propiedad un objeto de derecho, mercanca para el mercado, algo que pueda ser puesto libremente en circulacin y enajenado. La propiedad tiene que perder sus caractersticas concretas (su forma fsica, su funcin social, etc.), para convertirse en un objeto abstracto, pues incorporar solo un rasgo, el mismo que cualquier otra mercanca: su traducibilidad en trminos de valor monetario.

La racionalidad econmica capitalista se impone - en una relacin contradictoria - a todas las dems (la poltica, la religiosa, la artstica, la cientfica, etc.), y condiciona con sus dictados a las ms variadas esferas de la vida social. Las relaciones entre las personas se conforman segn el modelo de esas relaciones econmicas.La liberacin del individuo y de la propiedad con respecto a toda determinacin no econmica, fundamento de la sociedad moderna, es expresin de un proceso de abstraccin y artificializacin de las relaciones humanas. No se trata de un proceso natural y espontneo, sino que es el producto de una decisin y una voluntad proveniente desde el poder. El orden capitalista es el resultado del ms grande proceso de abstraccin que la humanidad haya conocido nunca. La aparicin del capitalismo implic la transformacin en mercancas de los tres bienes fundamentales para la sociedad: la fuerza de trabajo, la tierra y la moneda. Las consecuencias de esto para la sociedad han sido y continan siendo dramticas. Para decirlo ms claro: la mercantilizacin de la vida, de la naturaleza y del smbolo abstracto creado para medir el valor. Fue el triunfo definitivo de la ficcin. El paso al reino de la abstraccin y el artificio.

La racionalidad capitalista implica la mercantilizacin creciente e indetenible de todos los objetos y todas las actividades humanas. En el capitalismo, la mercanca se constituye en un fetiche. El concepto de fetichismo, utilizado en El Capital como instrumento terico para captar la esencia del modo de produccin capitalista, constituye un segundo momento esencial para comprender la importancia de la obra de Marx para la construccin del conocimiento terico. Como ya seal ms arriba, para garantizar la produccin de plusvala, es imprescindible convertir a cada individuo en un consumidor ampliado de mercancas. Ello slo es posible si el ser humano le otorga a la mercanca caractersticas que ella no tiene. Le mercanca deviene fetiche. La produccin mercantil capitalista es una produccin fetichizadora. Los objetos sociales son producidos y existen como fetiches. Ello significa, entre otras cosas, que forma externa de manifestarse esconde su esencia. Esta idea sobre la esencia fetichizante del capitalismo es de gran importancia para la construccin del conocimiento terico sobre la sociedad. Por un lado, nos permite comprender por qu la sociedad aparece ante nuestros ojos como un conjunto de esferas autnomas que guardan entre si una relacin de yuxtaposicin. La necesidad de que la produccin de plusvala se libere de toda subordinacin a cualesquiera otras formas de la actividad social explica que la sociedad capitalista sea producida de tal manera que se nos presente como dividida en un conjunto de espacios independientes, en cada uno de los cuales existen cosas. La visin reificada de la realidad social es un resultado necesario y condicin de existencia de la produccin de plusvala. Para cualquiera que emprenda la tarea de construir un conocimiento terico sobre la sociedad, es imprescindible entender que la investigacin terica implica un esfuerzo des-fetichizador. Desfetichizar el objeto de nuestra investigacin, sea este el Estado, la mercanca, el lenguaje, el discurso, tiene que constituirse en el punto inicial de partida de la reflexin cientfico-social. Asumir una visin des-reificadora que permita comprender a ese objeto como forma de existencia del capital.

El concepto de forma constituye un tercer momento esencial de la herencia de Marx. La comprensin relacional del capitalismo, presente en la obra de este pensador, permite comprender la importancia que le asign a la lucha de clases entre la burguesa y el proletariado. El capitalismo, precisamente por su tendencia esencial a la mercantilizacin de todos los objetos sociales, significa tambin la expropiacin creciente y constante de todas las relaciones del ser humano con su medio. Todas las relaciones de cada individuo con los dems individuos, con su entorno (natural y social) e incluso consigo mismo, tienen que ser expropiadas por el capital para colocarlas al servicio de la produccin de plusvala. Tienen que ser expropiadas para que la forma mercanca juegue el papel de intermediario universal. Para que cada individuo pueda relacionarse con los dems, con su entorno y consigo mismo slo mediante la adquisicin de mercancas. Esa expropiacin constante y creciente explica la centralidad de la lucha de clases en la interpretacin de los procesos sociales. Los objetos sociales, en el capitalismo, son formas de expresin de las dinmicas derivadas de la tendencia a la universalizacin de la forma mercanca y del carcter persistente de la lucha de clases.

El concepto de forma puede entenderse en el sentido de especie: las formas de algo seran las caractersticas especficas que ese algo puede asumir. Por ejemplo, el Estado puede adoptar formas especficamente fascistas o autoritarias o liberal-burguesas o fordistas. Pero existe otra interpretacin de ese concepto: forma puede ser entendida como un modo de existencia: algo existe slo en y a travs de la forma o las formas que toma. La mercanca, por ejemplo, existe slo en y a travs de la forma-dinero y la forma-crdito y el mercado mundial. La idea de la forma como un modo de existencia hace posible ver lo esencial como algo que existe en lo especfico. El concepto de forma seala la necesidad de comprender que todo objeto se nos presenta a travs de un conjunto de manifestaciones externas, sensorialmente perceptibles, que enmascaran, de maneras especficas, su esencia. La investigacin cientfica tiene que consistir, ante todo, en comprender el carcter codificado de todo objeto social y asumir la tarea de descodificar esas formas, apoyndose en la crtica y el movimiento de la contradiccin para descubrir las formas en las que, por un lado, se manifiesta la esencia mercantilizadora y fetichizadora del capitalismo y, por el otro, la necesaria resistencia de las clases explotadas.

La teora crtica contiene en s misma la exigencia a la apertura de las categoras. El conocimiento tiene que abrirse a la praxis. Esta apertura se obtiene como una crtica reflexiva de las ideologas y los fenmenos sociales, los cuales, por su parte, existen como momentos de formas histricamente confirmadas de lucha de clases. El punto de partida es el antagonismo de clase entre el capital y el trabajo. La comprensin de la primaca de las clases implica el cambio constante por parte de la realidad social y un cambio constante en la forma de lucha de clases. A su vez, la comprensin de la realidad social como movimiento constante implica el carcter inacabado, incompleto, de las categoras en tanto el desarrollo social aparece en varias formas (en formas variadas) y dentro de circunstancias empricas cambiantes. En vez de la certeza terica del marxismo del cierre dogmtico, el marxismo abierto reclama el carcter incompleto del proceso del pensamiento y re-adopta la no predictibilidad del movimiento de la lucha de clases. La comprensin de la objetividad social como subjetividad enajenada implica una relacin interna, ms que un dualismo externo, entre estructuras y lucha. Los fenmenos sociales tienen que ser comprendidos y vistos como formas asumidas por la lucha de clases, como formas en las cuales y contra las cuales existen los conflictos sociales. Es preciso entender al capital como una relacin social de carcter antagnico. Por ende, para la teora crtica de Marx, la clave radica en entender los objetos sociales como procesos, como flujos en movimiento. Entender al Estado no como algo fijo y establecido de una vez por todas, como un conjunto de estructuras cosificadas (poder ejecutivo, judicial, legislativo, etc.) sino entenderlo como estatificacin, como el proceso en el que el Estado capitalista se ampla (la nocin gramsciana de Estado ampliado es expresin de ello). Entender al dinero como monetarizacin constante de todas las relaciones sociales. Entender al mercado no como un hiptetico espacio delimitado de intercambio de equivalentes, sino como mercantilizacin, como la tendencia indetenible a la penetracin de la lgica mercantil en todas las formas de la actividad social. Entender cmo, en el lenguaje y en las producciones discursivas, se est manifestando la resemantizacin de las palabras, la expropiacin semntica de la realidad por parte del capital, etc. Y as sucesivamente.

Los temas interconectados de anlisis de forma y de la unidad de la teora y la prctica nos introducen, directamente, en el terreno de la crtica. Precisamente las separaciones dualistas de un mundo fetichizado la separacin del sujeto con respecto al objeto, de la lucha con respecto a las estructuras, de la teora con respecto a la prctica y de una regin de lo social con respecto a otra tienen que ser cuestionadas en vez de ser descritas y esto tiene que convertirse en un principio del pensamiento social. A la inversa, la crtica implica el anlisis de forma y la tesis de la unidad de la teora y la prctica. Ello es as porque slo si las formas sociales (incluyendo a la propia teora como forma social) son comprendidas como modos internamente vinculados de existencia, puede cuestionarse la apariencia fetichizada de los procesos sociales como regiones, hechos e ideologas delimitadas.

La forma, una vez liberada del corset del estructuralismo y el empirismo, que lo entienden meramente en trminos de diferentes especies, indica el carcter contradictorio del movimiento social. La crtica se mueve dentro de su objeto y a la vez es un momento de su objeto. Las formas asumidas por las relaciones sociales son el objeto de la crtica, la cual ella misma es un proceso abierto: no hay externalidad hacia las formas asumidas en las relaciones sociales. A la vez, la crtica es esencialmente prctica en tanto ella teoriza la existencia como forma de las relaciones sociales. La crtica implica anlisis de forma y viceversa. Como certeramente escribi Marx: Todas las relaciones sociales son en esencia prctica.La importancia de la herencia intelectual de Marx para la teora social no radica en la formulacin de una u otra teora especfica, sino en la propuesta terico-epistemolgica que elabor. Los conceptos de crtica, fetichismo y forma, tal como aparecen desarrollados en su obra, constituyen puntos de referencia indispensables para alcanzar un conocimiento esencial sobre el ser humano y su mundo.

La Habana, abril de 2012

Carlos Marx, Manuscritos econmicos y filosficos de 1844, Editora Poltica, La Habana, 1965, p. 70.

Karl Polanyi. La Gran Transformacin, Madrid, La Piqueta, 1989.

Carlos Marx, Fundamentos de la Crtica de la Economa Poltica, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1970, p. 89.

Idem, p. 90.

Marx utiliz el concepto de produccin no en el sentido estrecho de creacin de bienes materiales, sino en el sentido ms amplio de creacin de la vida social, del sistema de relaciones sociales. En las primeras pginas de La Ideologa Alemana nos previno de que la categora modo de produccin no deba considerarse solamente en el sentido de reproduccin de la existencia fsica de los individuos. Es ya, ms bien, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de los mismos (Ver: C. Marx, F. Engels, Obras Escogidas, Mosc, Editorial Progreso, 1973, tomo 1, p. 16). De ah que afirmara en los Fundamentos de la Crtica de la Economa Poltica que ...la produccin da lugar al consumidor... la produccin no slo proporciona una materia a la necesidad, sino tambin una necesidad a la materia (obra citada, edicin citada, p. 31).

No por gusto he hecho repetidas veces hincapi en colocar el adjetivo capitalista detrs del sustantivo mercado al hablar de la modernidad. El pensamiento neoliberal ha reducido unilateralmente los conceptos de produccin, economa y mercado, con lo que ha contribuido a enmascarar la esencia del capitalismo. En el capitalismo no existe mercado a secas, sino mercado capitalista, que es otra cosa.

Carlos Marx, Fundamentos de la Crtica de la Economa Poltica, edicin citada, p. 31.

Pietro Barcellona, El individualismo propietario, Madrid, Trotta, 1996, p. 42.

Michel Mann, Las Fuentes del Poder Social, Madrid, Alianza Editorial (Volumen 1- 1991; Volumen 2-1997).

Ver: Pietro Barcellona, El Individualismo Propietario, edicin citada, p. 56.

La transformacin del dinero en mercanca, que tiene un precio y se compra y se vende, significa la abstraccin de la abstraccin. Para profundizar en los efectos negativos que esto tiene sobre la vida social, puede consultarse: J. L. Acanda, Una reflexin sobre la deuda externa desde el pensamiento crtico, en: Reinerio Arce/Pedro Triana (ed.): Jubileo, deuda externa y cotidianidad. El pensamiento crtico frente al sentido comn. Centro de Estudios del Consejo de Iglesias de Cuba, La Habana, 2003.