jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo

2
Tras el castigo del diluvio, Dios volvió a pro clamar su designio de amor y salvación sobre una pequeña comunidad de fieles. Lectura del libro del Génesis 9, 8-15 En aquellos días, dijo Dios a Noé y a sus hijos: “Ahora establezco una alianza con us tedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salie- ron del arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco con ustedes: No volveré a exterminar la vi- da con el diluvio, ni habrá otro diluvio que destruya la tierra”. Y añadió: “Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo cu- bra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con ustedes y con todo ser viviente. No volverán las a- guas del diluvio a destruir la vida”. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor. R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos. Por la muerte redentora de Cristo, las aguas bautismales son en los planes de Dios el me- dio sacramental que nos purifica de nues- tros pecados y nos incorpora a la Iglesia. Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3,18-22 Hermanos: Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hom- bres; él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado. En esta ocasión, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encar- celados, que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios, aguardaba, mientras se construía el arca en la que unos pocos, ocho personas, Jesús, por iniciativa del Espíritu Santo, se va al desierto. Este lugar, por un lado, está lleno de pruebas, inseguridades y amenazas. Pero, por otro, es el mejor lu- gar para escuchar, en silencio y soledad, la voz de Dios. Jesús “es tentado por Satanás” o el ad- versario que busca la ruina del ser hu- mano. Si bien no aparece más en su vida personal; sin embargo, está actuando en aquellas personas que quieren desviarle de su misión, incluido el mismo Pedro cuando quiso disuadirlo de la cruz. En el desierto están presentes las fieras y los ángeles. Las fieras son los animales más violentos y significan los peligros pa ra acabar con el proyecto de Jesús. Los Semanario Litúrgico Nº 2068 NuestraIglesia Arquidiócesis de Guayaquil I DOMINGO DE CUARESMA CICLO B • FEBRERO 21, 2021 Oración colecta 1 LITURGIA DE LA PALABRA Primera Lectura 2 El desierto ángeles, en cambio, son los seres más buenos y evocan la cercanía de Dios que bendice y defiende a Jesús. Como seguidores de Jesús, también, vi- vimos en el desierto. Por un lado, somos rechazados por muchas personas y sis- temas políticos y económicos, bajo el concepto de secularismo u otro argu- mento. Pero, a la luz de la fe, esta situa- ción de crisis es un momento de libera- ción de vanaglorias o falsos éxitos acu- mulados durante tantos siglos, es un tiempo de gracia y salvación. Dios nos seguirá cuidando y fortaleciendo en el desierto de la vida para rechazar las ten taciones que quieren desviarnos del camino de Jesús. Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales de esta celebración cuaresmal nos ayuden a progresar en el conocimiento del misterio de Cristo y que nos dirijamos, por su medio, a una conduc- ta cada vez más digna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. R/. Amén Salmo responsorial 3 [24] Segunda Lectura 4

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Page 1: Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo

Te rogamos, Señor, que nos dispongas de bidamente para ofrecer este sacrificio, con el cual celebramos el inicio de este sagrado misterio venerable. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

Instruidos por los ejemplos del Señor Je- sús, que se entregó en el desierto a la ora- ción, pidamos, hermanos, a Dios nuestro Pa- dre, que escuche nuestras humildes plega-rias, diciendo: Escúchanos, Padre.

1. Por todo el pueblo cristiano, para que en este tiempo sagrado tenga mayor ham- bre de la Palabra de Dios. Oremos.

2. Por los que se han alejado de la luz de Cristo para que sientan la necesidad de regresar a la casa del Padre y se unan al banquete de la fraternidad. Oremos.

3. Por los que se sienten tristes o tentados, para que sean sostenidos por la gracia de Dios. Oremos.

4. Por nosotros, para que nuestras privacio-nes voluntarias durante esta Cuaresma sean una oportunidad de compartir nues tros bienes con los que menos tienen. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tras el castigo del diluvio, Dios volvió a pro clamar su designio de amor y salvación sobre una pequeña comunidad de fieles.

Lectura del libro del Génesis 9, 8-15

En aquellos días, dijo Dios a Noé y a sus hijos: “Ahora establezco una alianza con us tedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salie-ron del arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco con ustedes: No volveré a exterminar la vi- da con el diluvio, ni habrá otro diluvio que destruya la tierra”.

Y añadió: “Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo cu- bra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con ustedes y con todo ser viviente. No volverán las a- guas del diluvio a destruir la vida”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.Descúbrenos, Señor, tus caminos,guíanos con la verdad de tu doctrina.

Tú eres nuestro Dios y salvadory tenemos en ti nuestra esperanza.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternostu amor y tu ternura.Según ese amor y esa ternura,acuérdate de nosotros.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso,indica a los pecadores el sendero,guía por la senda recta a los humildesy descubre a los pobres sus caminos.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Por la muerte redentora de Cristo, las aguas bautismales son en los planes de Dios el me- dio sacramental que nos purifica de nues-tros pecados y nos incorpora a la Iglesia.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3,18-22

Hermanos: Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hom-bres; él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado. En esta ocasión, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encar-celados, que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios, aguardaba, mientras se construía el arca en la que unos pocos, ocho personas,

se salvaron flotando sobre el agua. Aquella agua era la figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes y que no consiste en qui tar la inmundicia corporal, sino en el com- promiso de vivir con una buena conciencia ante Dios, por la resurrección de Cristo Je- sús, Señor nuestro, que subió al cielo y está a la derecha de Dios, a quien están someti-dos los ángeles, las potestades y las virtu-des.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Mt 4, 4]

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

La conversión evangélica personal y la peni- tencia reformadora de nuestras vidas son tan imprescindibles que sin ellas no puede haber salvación para nosotros.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1,12-15

En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Je- sús a retirarse al desierto, donde permane-ció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los án- geles le servían.

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predi-car el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evan-gelio”.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Alimentados con este pan del cielo que nutre la fe, aumenta la esperanza y fortalece la caridad, te pedimos, Señor, que aprenda-mos a sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Jesús, por iniciativa del Espíritu Santo, se va al desierto. Este lugar, por un lado, está lleno de pruebas, inseguridades y amenazas. Pero, por otro, es el mejor lu- gar para escuchar, en silencio y soledad, la voz de Dios.

Jesús “es tentado por Satanás” o el ad- versario que busca la ruina del ser hu- mano. Si bien no aparece más en su vida personal; sin embargo, está actuando en aquellas personas que quieren desviarle de su misión, incluido el mismo Pedro cuando quiso disuadirlo de la cruz.

En el desierto están presentes las fieras y los ángeles. Las fieras son los animales más violentos y significan los peligros pa ra acabar con el proyecto de Jesús. Los

Semanario Litúrgico Nº 2068

NuestraIglesiaArquidiócesis de Guayaquil

I D O M I N G O D E C UA R E S M A • C I C LO B • F E B R E R O 2 1 , 2 0 2 1

Oración colecta1

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura2

El desierto

ángeles, en cambio, son los seres más buenos y evocan la cercanía de Dios que bendice y defiende a Jesús.

Como seguidores de Jesús, también, vi- vimos en el desierto. Por un lado, somos rechazados por muchas personas y sis- temas políticos y económicos, bajo el concepto de secularismo u otro argu-mento. Pero, a la luz de la fe, esta situa-ción de crisis es un momento de libera-ción de vanaglorias o falsos éxitos acu- mulados durante tantos siglos, es un tiempo de gracia y salvación. Dios nos seguirá cuidando y fortaleciendo en el desierto de la vida para rechazar las ten taciones que quieren desviarnos del camino de Jesús.

Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales de esta celebración cuaresmal nos ayuden a progresar en el conocimiento del misterio de Cristo y que nos dirijamos, por su medio, a una conduc-

ta cada vez más digna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. R/. Amén

Salmo responsorial3 [24]

Dios todopoderoso y eterno, escucha las oraciones de tu pueblo, perdona sus pecados y purifica su espíritu, para que cuantos con amor vivimos la Cuaresma, obtengamos la paz y la misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

Segunda Lectura4

(sólo la reza el sacerdote)

Page 2: Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo

Te rogamos, Señor, que nos dispongas de bidamente para ofrecer este sacrificio, con el cual celebramos el inicio de este sagrado misterio venerable. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Igle- sia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

Instruidos por los ejemplos del Señor Je- sús, que se entregó en el desierto a la ora- ción, pidamos, hermanos, a Dios nuestro Pa- dre, que escuche nuestras humildes plega-rias, diciendo: Escúchanos, Padre.

1. Por todo el pueblo cristiano, para que en este tiempo sagrado tenga mayor ham- bre de la Palabra de Dios. Oremos.

2. Por los que se han alejado de la luz de Cristo para que sientan la necesidad de regresar a la casa del Padre y se unan al banquete de la fraternidad. Oremos.

3. Por los que se sienten tristes o tentados, para que sean sostenidos por la gracia de Dios. Oremos.

4. Por nosotros, para que nuestras privacio-nes voluntarias durante esta Cuaresma sean una oportunidad de compartir nues tros bienes con los que menos tienen. Oremos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Tras el castigo del diluvio, Dios volvió a pro clamar su designio de amor y salvación sobre una pequeña comunidad de fieles.

Lectura del libro del Génesis 9, 8-15

En aquellos días, dijo Dios a Noé y a sus hijos: “Ahora establezco una alianza con us tedes y con sus descendientes, con todos los animales que los acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salie-ron del arca, con todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco con ustedes: No volveré a exterminar la vi- da con el diluvio, ni habrá otro diluvio que destruya la tierra”.

Y añadió: “Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo cu- bra de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con ustedes y con todo ser viviente. No volverán las a- guas del diluvio a destruir la vida”.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.Descúbrenos, Señor, tus caminos,guíanos con la verdad de tu doctrina.

Tú eres nuestro Dios y salvadory tenemos en ti nuestra esperanza.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Acuérdate, Señor, que son eternostu amor y tu ternura.Según ese amor y esa ternura,acuérdate de nosotros.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Porque el Señor es recto y bondadoso,indica a los pecadores el sendero,guía por la senda recta a los humildesy descubre a los pobres sus caminos.

R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.

Por la muerte redentora de Cristo, las aguas bautismales son en los planes de Dios el me- dio sacramental que nos purifica de nues-tros pecados y nos incorpora a la Iglesia.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 3,18-22

Hermanos: Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de los hom-bres; él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios; murió en su cuerpo y resucitó glorificado. En esta ocasión, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encar-celados, que habían sido rebeldes en los tiempos de Noé, cuando la paciencia de Dios, aguardaba, mientras se construía el arca en la que unos pocos, ocho personas,

se salvaron flotando sobre el agua. Aquella agua era la figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes y que no consiste en qui tar la inmundicia corporal, sino en el com- promiso de vivir con una buena conciencia ante Dios, por la resurrección de Cristo Je- sús, Señor nuestro, que subió al cielo y está a la derecha de Dios, a quien están someti-dos los ángeles, las potestades y las virtu-des.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Mt 4, 4]

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.

R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

La conversión evangélica personal y la peni- tencia reformadora de nuestras vidas son tan imprescindibles que sin ellas no puede haber salvación para nosotros.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1,12-15

En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Je- sús a retirarse al desierto, donde permane-ció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los án- geles le servían.

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predi-car el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evan-gelio”.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Alimentados con este pan del cielo que nutre la fe, aumenta la esperanza y fortalece la caridad, te pedimos, Señor, que aprenda-mos a sentir hambre de Cristo, pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que sale de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

Profesión de fe7

SANTO EVANGELIO6

Aclamación antes del Evangelio5

Oración sobre las ofrendas9 Oración para después de la Comunión10

L 22M 23M 24

J 25V 26S 27D 28

Santoral y Lecturas diarias | 22 - 28 de Febrero/ 2021LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO, apóstol - �esta • 1 Pe 5,1-4/ Sal 22/ Mt 16,13-19S. POLICARPO, obispo • Is 55,10-11/ Sal 33/ Mt 6,7-15S. ETELBERTO DE KENT, rey • Jon 3,1-10/ Sal 50/ Lc 11,29-32S. LUIS VERSILLA Y CALIXTO CARAVARIO, obispo y sacerdote • Est 14,1.3-5.12-14/ Sal 137/Mt 7,7-12S. PAULA MONTAL, religiosa • Ez 18,21-28/ Sal 129/ Mt 5,20-26S. GABRIEL DE LA DOLOROSA, religioso • Deut 26,16-19/ Sal 118/ Mt 5,43-48S. LEANDRO, obispo • Gen 22,1-2.9-13.15-18/Sal 115/ Rom 8,31-34/Mc 9,2-10

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Semanario Litúrgico Nº 2068 - Tiraje: ON-LINE. Director: P. César Piechestein @arquidiocesisgye

www.arquidiocesisdeguayaquil.org.ec

DOMINGO I DE CUARESMA • CICLO B • FEBRERO 21, 2021

Oración de los fieles8

Dios todopoderoso y eterno, escucha las oraciones de tu pueblo, perdona sus pecados y purifica su espíritu, para que cuantos con amor vivimos la Cuaresma, obtengamos la paz y la misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)