isabel allende

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revista dominical de año 19 N° 949 - DOMINGO 16 de septiembre de 2007 PP 198902ZU761 ISSN-1317-1283 EL DIARIO DE MAYOR CIRCULACIÓN EN EL ZULIA Y EL OCCIDENTE DEL PAÍS, EL SEGUNDO EN CIRCULACIÓN A NIVEL NACIONAL Y EL QUE MAYOR ÍNDICE DE LECTORÍA POSEE EN VENEZUELA “En Venezuela 11 En exclusiva, la escritora Isabel Allende, autora de La casa de los espíritus, abre su corazón y habla de su reciente novela autobiográfica La suma de los días. “No podría haber escrito un libro sin haber vivido en Ca ra c a s”, confesó. perdí el miedo a la vida”

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Isabel Allende presenta su novela La suma de los días, el recuento de su vida familiar en California, luego de la muerte de su hija Paula. No se amarra la lengua para contar detalles de las adicciones a las drogas de sus hijos adoptivos y revelar intimidades de alcoba con su esposo Willie. “Tengo mentalidad de campesina para gastar”, dijo.

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Page 1: Isabel Allende

r evi s t a dominic a l de a ñ o 1 9 N ° 9 4 9 - D O M I N G O 1 6 de s ep t iemb r e de 2 0 0 7 P P 1 9 8 9 0 2 Z U 7 6 1 I S S N - 1 3 1 7 - 1 2 8 3

E L D I A R I O D E M A Y O R C I R C U L A C I Ó N E N E L Z U L I A Y E L O C C I D E N T E D E L P A Í S , E L S E G U N D O E N C I R C U L A C I Ó N A N I V E L N A C I O N A L Y E L Q U E M A Y O R Í N D I C E D E L E C T O R Í A P O S E E E N V E N E Z U E L A

“En Venezuela

11

En exclusiva, la escritoraIsabel Allende, autora de Lacasa de los espíritus, abre su

corazón y habla de su recientenovela autobiográficaLa suma de los días.

“No podría haber escrito unlibro sin haber vivido en

Ca ra c a s”, confesó.

perdí el miedo a la vida”

Page 2: Isabel Allende

domingo 16 de septiembre de 20072página índice

es una revista dominical del diario Panorama, producida y editada en sus propios talleres. PP198902ZU761 ISSN-1317-1283

dirección: Priscilla Pineda H.editor: Robert Arapésubeditora: Elvira Villasmilredactores: Jescenia Dovale, Patricia Quiñónez y ThianyRodrígue z.producción computarizada: Taller de Panoramaagencias internacionales: AP, AFP, REUTERS

gerente de publicidad: Silvia Penagos. Tel. (0261) 7256613 -7256880 / Fax. 7256811ejecutivo de venta: Alfredo Pirela - Telf. (0261) 7256896ejecutivo de ventas caracas: Doris Escobar - Tel. (0212) 8620141cor respondencia:Diario Panorama atención Revista Facetas. Apdo. 425 - MaracaiboTel. (0261) 7256777 - 7256888

w w w.panodi.com w w w.panorama.com.veEn Portada

foto: Ap

Crónica de Ann Brunna

Me muerdo la lengua

Como “últimamente peleo por todo” y “me meto en lo

que no me importa”, decidí hacer realidad la reco-

mendación de Antonio: “Morderme la lengua, así me en-

ve n e n e”. Decidí poner en práctica esa terapia para recuperar

la paz familiar y así todos seríamos felices.

Si Antonio se levanta a primera hora, se pone el pantalón

recién planchado y la camisa blanca, y se dedica a arreglar el

motor del automóvil, yo sencillamente me hago la vista

gorda. No lo miro. Que se ensucie de grasa. Que se ponga

una bermuda y se vaya así al supermercado. No es el

primero ni el único en hacer el ridículo con sus piernas

ve l l u d a s.

Anita sale a medianoche sin saber yo con quién se larga a la

calle ni a dónde, sin ponerse ni una gota de maquillaje y con

unas sandalias viejas de Mamajulia, yo me imagino que irá a

una fiesta de disfraces. Me echo mis cremas y me acuesto

boca arriba, muy relajada, después de ver la telenovela. Que

sea su padre quien le abra la puerta y se entere a qué hora

suele llegar su hija los fines de semana.

Toñito no pasa un semestre y su padre le da dinero para

comprarse un Ipod, yo pongo mis discos de Olga Tañón y

me hago la sorda...

El resultado no se hizo esperar. Antonio estaba desesperado.

Unos zancudos le picaron en las piernas a la salida del

supermercado. Tuvo que trasnocharse porque a cada se-

gundo sentía los golpes de Anita en la puerta, quien fi-

nalmente llegó con el periódico a las seis de la mañana. Vivía

con un perenne dolor de cabeza porque no sabía cómo

decirle “n o” a Toñito, quien de día y de noche le pedía dinero

para comprar un tarantín de discos chimbos... Y yo sigo

envenenada, mordiéndome la lengua.

—Te doy un consejo para poner a tus hijos en cintura: la

correaterapia. Toma, te presto la mía. Y por cierto, yo por lo

menos estoy feliz, y me voy a comer un helado...

4 testimonios

Conozca a las familias quecomparten un mismo nom-bre. Los padres llamaron alprimogénito como ellos y lue-go no pudieron detenerse conla llegada del resto de losh i j o s.

8 calidad de vida

La verdad de los productoslight. Observe e interprete lastablas comparativas de losproductos bajos en calorías ysu presentación completa.

11 e n t revi s t a

La escritora chilena IsabelAllende presenta, en exclusi-va, su novela La suma de losdías, donde relata cómo hasido su vida luego de la muer-te de su hija Paula. “Di c e nque tengo un pueblo en lacabeza y vivo en ese pueblo,no en este mundo”, dijo laafamada autora de La casa delos espíritus.

16 repor taje

¿Existe la conexión espiritualentre hermanos gemelos? Co-nozca las opiniones de los ex-pertos y famosos hermanoscomo María Antonieta y Ma-riana Duque, y Gabriela y Da-niela Spanic.

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domingo 16 de septiembre de 2007 11página

“Los espíritus benéficos

Isabel Allende presenta su novela La suma de los

días, el recuento de su vida familiar en California,

luego de la muerte de su hija Paula. No se amarra

la lengua para contar detalles de las adicciones a

las drogas de sus hijos adoptivos y revelar

intimidades de alcoba con su esposo Willie. “Te n g o

mentalidad de campesina para gastar”, dijo.

Robert Arapé / Elvira Villasmil

Desangrando los sentimien-tos más inolvidables de su

corazón, destilando hasta los úl-timos recuerdos de una viva me-moria, Isabel Allende regresa a losdramas de su vida cotidiana, ade-razados por sus anécdotas fuerade lo común, para escribir lanovela autobiográfica La sumade los días.Luego de esparcir las cenizas desu hija Paula, muerta al padecerlo indecible en un coma inducidopor negligencia médica duranteun ataque de porfiria, aún haymucha tela por cortar. Ha pasadomás de una década desde aqueldesgarrador libro, hecho de vi-vencias conmovedoras y tituladoPaula. Los hijos de su esposo

Willie viven los infiernos más pro-fundos de las adicciones a lasdrogas. Después de su exilio enCaracas, donde escribió La casade los espíritus, California le brin-da un hogar, además de un “cu -chitril para escribir”, mientras laperra Olivia duerme toda la no-che a los pies de la cama.En exclusiva, Isabel Allende con-fiesa los detalles de su vida que,seguramente, son el material desus novelas.

Fotos: Ap / Reuters

e n t revi s t a

continúa

me ayudan en la vida”

Page 4: Isabel Allende

domingo 16 de septiembre de 2007 13página

12página

—¿Comenzó a escribir la historiaLa suma de los días un 8 de enero,como suele comenzar todas susn ove l a s ?—Sí, comencé el 8 de enero del2006, pero no terminé el libro hastamayo de este año, porque tuve quehacerlo traducir al inglés para quepudieran leerlo los miembros de lafamilia que no hablan español. Ade-más, a última hora, Scott, uno de loshijos de Willie, no quiso estar enesas páginas y, para sacarlo, debíreescribir la historia.—¿Qué anécdota podría compar-tir de “La suma de los días” alsentarse una mañana frente a lacomputadora?—La verdad es que cuando mesenté en la computadora el 8 deenero no pensaba escribir esas me-morias. Esa idea no se me habíaocurrido. Me llamó mi agente, Car-men Balcells, desde España, y meconvenció de que había pasadosuficiente tiempo desde que escribí“Pa u l a” y que sería bueno contar losucedido en mi familia desde en-tonces, que no es poco.—La editora del boom de la li-teratura latinoamericana, la es-pañola Carmen Balcells, creyó enusted y le publicó “La casa de losespír itus” y puso a prueba sutalento. También la animó a es-cribir la dolorosa historia de Pau-la. ¿Podría describir la amistadcon esa mujer que propulsó lacarrera de Gabriel García Már-quez y Mario Vargas Llosa?—Carmen Balcells es una madraza.Conmigo ha sido como un hadamadrina. No sólo le debo mi carreraliteraria, sino que me ha dado sucariño y su amistad. Creyó en mícuando yo era un piojo. Logró quese publicara la novela La casa de losespíritus, me hizo invitar a Españapor la editorial y me recibió con unafiesta en la que había caviar a cu-

charadas. Me trató desde el prin-cipio como si yo fuera una reina. Enlos 27 años que nos conocemosnunca me ha fallado. Es visionaria,honesta, dura en la crítica, llorona,sentimental, extravagante en su ge-nerosidad. Y la quiero mucho.—¿Qué suerte le desea a “La su-ma de los días”?—Espero que mis lectores puedanidentificarse con algunos de los per-sonajes o situaciones de esa historiay que me conozcan más.—Usted en la novela Paula es-cribe que una vidente le contóque uno de sus hijos sería co-nocido en el mundo entero. Des-pués del éxito de la historia des-garradora de su hija, ¿qué ima-gen le gustaría que los lectorestuvieran de Paula?—Han pasado muchos años desdeque publiqué “Pa u l a” y, desde en-tonces, me han llegado miles decartas de lectores que se han sen-tido tocados por la historia de mihija. A menudo me dicen que hanllorado, especialmente con ese libro,pero también me hablan del hu-mor. Muchas de esas cartas son degente joven que piensa por primeravez en la posibilidad de morir, querevisa sus relaciones familiares odesea tener un amor como el com-partido por Paula y Ernesto. Su-pongo que cada lector tiene unaimagen diferente de ella. Para mí,será siempre la chica de 28 años queera mi amiga y mi confidente.—¿Cuál es el mensaje que ustedle ha llevado a las personas conalgún familiar en coma?—No he llevado ningún mensajeporque no sé lo que siente unapersona en coma. Paula no podíacomunicarse ni responder. Me handicho que en ese estado hay ciertonivel de consciencia, a pesar de quelos médicos me aseguraban que mihija tenía daño cerebral severo. Es-

taba en estado vegetativo. Siempresentí la conexión espiritual con ella.Soñaba con ella y adivinaba suestado físico: si estaba incómoda,acalorada o adolorida.—¿Escribir Paula la ayudó a sa-nar las heridas o, por el con-trario, un libro con tantas anéc-dotas terminó por ahogarla en eldolor?—Ese libro fue una catarsis. Meayudó a entender lo que habíasucedido y aceptarlo sin rencor. Porsupuesto que la tristeza siempreestá adentro, como un animal amis-toso que rara vez me da un zarpazo.Al publicar el libro, mi hija salió por

el mundo tocando a millones de lec-tores y éso le dio sentido a mi vida y asu muerte. El libro también me per-mitió crear una fundación en ho-menaje a ella y la recuerdo cada vezque firmo los cheques.—¿Aún sueña con su hija?—Sueño con Paula a menudo y al-gunos sueños son un poco angus-tiosos. Por ejemplo, estamos juntas enuna ciudad extraña y hemos perdidolos documentos, las tarjetas de crédito,el dinero, las llaves, no hablamos elidioma, no sabemos dónde estamos, lagente que pasa de prisa por nuestrolado no tiene rostro sino máscaras. Engeneral, los sueños son realistas. Ella

aparece en diferentes etapas de suvida: cuando era un bebé o una niñacon uniforme escolar o a los veintea ñ o s.—¿Cree que la vida no termina conla muerte?—Para mí la vida no termina porquehe logrado mantener vivo el recuerdode los seres que amo y que se han ido.Es un ejercicio constante de ima-ginación y memoria. Esos espíritusbenéficos me ayudan en la vida diariay en la escritura.—¿Qué es lo más difícil de su vidasin Paula?—No poder abrazarla.—¿Llora cuando escribe?

—Cuando escribo me convierto enlos personajes y vivo las situaciones,así que no es raro que me ría a gritoso me ponga a llorar. Según mifamilia, cuando estoy realmentemetida en un libro ando comosonámbula, en otro mundo, no seme puede hablar porque contestotonterías y hasta se me olvidan losnombres de mis nietos.—Su abuela Meme fue un per-sonaje trascendental en su vida.¿Cómo es usted como abuela?—Como abuela soy posesiva, man-dona, generosa. Adoro a mis nietosy ellos me tratan con la condes-cendencia que normalmente se

destina a los perros queridos. Merespetan y me perdonan muchasextravagancias, porque piensan quenací con una imaginación pato-lógica, que no es culpa mía. Dicenque tengo un pueblo en la cabeza yvivo en ese pueblo, no en estem u n d o.—¿Cómo describiría a Willie, elhombre que ayudó a sobrevivir aIsabel Allende?—Willie es como un perro grande ysentimental y se puede confiar en élplenamente. Es fuerte, nunca leecha la culpa a otros por sus pro-blemas; si se cae, se vuelve a le-vantar, se sacude el polvo y sigueadelante. Me cuida sin aspavientos.No es el tipo de amante que dicecosas románticas, pero me llevasiempre de la mano y se preocupade que yo esté contenta y segura. Nocompite conmigo y no se sienteopacado por el hecho de que amenudo soy el centro de atenciónporque muy pocos hombres aguan-tan el éxito de sus mujeres.—¿El matrimonio describe suconcepto de la vida en pareja?—No me parece que el matrimoniosea la única forma de convivenciapara una pareja, pero yo necesitabacasarme con Willie para poder que-darme a su lado, de otro modo nohabría obtenido una visa americanay habría tenido que irme. En nues-tro caso ha sido buena idea, porquea mí me dio una situación legal yWillie, al casarse, se entregó porcompleto a la relación. En algunosmomentos muy malos he habladode divorcio, pero él siempre luchópara que nos quedáramos juntos.Tal vez, sin estar casados, nos ha-bríamos separado.—¿Cómo superó el impacto devivir con una familia disfuncio-nal norteamericana? ¿El amor lopuede todo?—Me trasladé a California porque

me enamoré de Willie. Pensé quecon amor y ciertas reglas básicaspodía dar orden a su vida y cambiarla conducta de sus hijos. No sabíanada de sus adicciones. Los treshijos de Willie consumían drogas yéso no se puede remediar con unavarita mágica. En los 20 años quellevamos juntos, la hija de Williemurió por drogas, el hijo mayor hapasado 12 años preso por lo mismoy el menor tiene 10 años perdido enla heroína. Por suerte, ahora los doshijos que le quedan han dejado lasdrogas y están dando los primerospasos hacia una vida normal. Sinduda, mi amor por Willie es la razónpor la que me quedé en EstadosUnidos. Puedo decir con gratitud yorgullo que los dos hemos logradoarmar una familia, a pesar de todoslos problemas.—¿Se siente una exiliada en Ca-lifor nia?—No me he sentido nunca exiliadaen California. Soy inmigrante, quees completamente diferente. El exi-liado no puede regresar a su tierra, elinmigrante se instala en otro lugarpor su propia voluntad. Mi situaciónes fácil, porque puedo mantenermecon mi trabajo, hablo inglés y soyciudadana norteamericana; pero,para los latinos, hay muchos pro-blemas en Estados Unidos. Este paíspretende que los latinos hagan lostrabajos más pesados por el mínimode sueldo, que no gocen de ningúnderecho, que no hagan ruido, seaninvisibles y a las seis de la tardedesaparezcan como fantasmas.—¿Cree que cumplió el sueñonor teamer icano?—No sé cuál es el sueño nortea-mericano. Antes existía la idea deque cada generación tendría mejorvida en comparación con sus pa-dres y que cada persona que venía a

continúa

Page 5: Isabel Allende

domingo 16 de septiembre de 200714página

LA SUMA DE LOS DÍAS

✔“El 6 de diciembre se cumplió el primer

aniversario de tu muerte, Paula. Quería

recordarte bella, sencilla, contenta, vestida

de novia o saltando charcos bajo la lluvia en

Toledo, con un paragua negro; pero de

noche, en mis pesadillas, me asaltaban las

imágenes más trágicas: tu cama del

hospital, el ronquido de la máquina de

respirar, tu silla de ruedas, el pañuelo con

que después cubríamos el hueco de la

traqueotomía, tus manos crispadas. Muchas

veces rogué morir en vez ti, y más tarde,

cuando ese trueque ya no fue posible, rogué

tanto para morir que en justicia debí

enfermarme en serio; pero morir es muy

dificil, como tú sabes y como decía mi

abuelo cuando le faltaba poco para cumplir

un siglo de existencia”.

✔“Entre taza y taza de té verde, el psicólogo

rapado nos condujo de la mano por los

vericuetos de esos años. Me aconsejó

‘mantenerme en mi trinchera’ y no interferir

en los asuntos de mis hijastros, que en

realidad eran la causa de nuestras peleas.

¿Willie le regala un auto nuevo a su hijo,

quien está recién expulsado del colegio y

anda flotando en una nube de LSD y

marihuana? No es mi problema. ¿Lo estrella

contra un árbol a la semana? Me quedo en

mi trinchera. ¿Willie le compra un segundo

auto, que también destroza? Me muerdo la

lengua. Entonces su padre lo premia con

una camioneta y me explica que es un

vehículo más seguro y firme. ‘Cierto. Así

cuando atropelle a alguien, por lo menos no

lo dejará herido, lo matará de un solo

g u a m a zo’, replico en tono glacial. Me

encierro en el baño, me doy una ducha fría y

recito el repertorio completo de mis

palabrotas, y enseguida me voy a pasar unas

horas haciendo collares en el taller de

Ta b ra”.

este país gozaría de muchas opor-tunidades, pero la situación hacambiado. Hoy la diferencia entrericos y pobres es abismal; hay másde 40 millones de personas sinacceso a la salud, las oportunidadesno se dan iguales para todo elmundo y el racismo sigue siendo unproblema muy grave.—Usted cuenta en sus novelasautobiográficas infidelidades co-nyugales, desde escenas íntimasde su vida familiar hasta secretosque cualquier familia escondería.¿No teme que la juzguen o ma-linterpreten cuando abre su co-razón en historias tan sinceras?—¿Por qué voy a temer que mejuzguen? No es la verdad la que noshace vulnerable sino los secretos.Además, no he cometido nada tanterrible que otros no hagan cons-tantemente. No siento vergüenza demi vida.—¿Cuál es el recuerdo más en-trañable que guarda del tío Sal-vador Allende? ?—Su valor. Era un hombre muyvaliente. También me gustaba suhumor sarcástico y su carisma. Erael tipo de persona que siempre es elcentro de atención, un líder.—¿Cree que Chile es ahora unpaís democrático?—Sí, lo es, pero en Chile todavía hayun puñado de ricos muy ricos ymuy privilegiados y un gran por-centaje de la población que viveen la pobreza.—En pocas palabras, ¿cómodescribiría a Pinochet?—Astuto, inmoral, codicioso.—Después de vérselas durasen Chile y, durante el exilioen Venezuela, siempre bus-cando estabilidad, ¿susanécdotas de mujer lati-noamericana han sido sunegocio más rentable?—Mi negocio más rentable hasido mi trabajo. He trabajado

duro y parejo desde los 17 años. Heescrito sin descanso. Soy discipli-nada y tengo mentalidad de cam-pesina para gastar el dinero.—Usted, en el exilio en Caracas,escribió algunos de sus librosmás conocidos, La casa de losespíritus y De amor y de sombra,entre otros. ¿Se siente en deudacon Venezuela?—Por supuesto que me siento endeuda con Venezuela. Allí fui aco-gida durante 13 años. Mis hijos secasaron con venezolanos. Tengo unnieto nacido en Caracas y muchosamigos en esa tierra generosa. Allíaprendí mucho, me liberé de lastelarañas que traía de Chile, le perdíel miedo a la vida, a la risa, a lasensualidad. No podría haber es-crito mis libros sin la experiencia deVe n ez u e l a .

“Es un honorque mis novelassean llevadas alcine. Con lasve r s i o n e scinematográficaLa casa de losespíritus y Deamor y desombra quedécontenta con elre s u l t a d o”.

e n t revi s t a