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     LA TRINIDAD Y LA SALVACIÓN DE LA CARNE, SEGÚN IRENEO ADV.

    HAER. V, 1-14ENMARQUE Y BREVE PRESENTACIÓN DE CONJUNTO«Fructus autem operis spiritus est carnis salus» (V, 12,4,77s)

    Sergio Zañartu, s.j.Facultad de Teología de la

    Pontificia Universidad Católica de Chile

    1)  INTRODUCCIÓN. DINÁMICA DEL TEXTO

    Ireneo en los libros III y IV ha demostrado, contra los herejes, la verdad de lotransmitido por la Iglesia con variedad de pruebas de la Escritura. Esto lo prosigue en el

    libro V, donde se esforzará en traer pruebas a partir de las restantes enseñanzas del Señor yde las epístolas del Apóstol (Praef, 18s)1. Adv Haer V, 1-142, según A. Rousseau3, formaríauna unidad temática sobre la salvación de la carne, comenzando por su fundamento en laEncarnación. El tratadito de Ireneo se cierra al terminar el capítulo 14 recomendando que seusen pruebas de las Escrituras, que destruyen con facilidad todas las sentencias inventadas por los herejes, como el mismo lo ha demostrado (14,4,95-98)4. Como veremos, nuestro

    Este texto, salvo unas tres páginas sobre el recorrido del desarrollo del texto, fue publicado en Teología yVida 54 (2013) 43-78.1 Cf. la introducción de A. R OUSSEAU, Irénée de Lyon, Contre les hérésies V (SC 152), Du Cerf, Paris 1969,166.2 En general las diversas divisiones numéricas del texto ayudan, aunque no siempre parezcan felices.3 Irénée de Lyon, Contre les hérésies V (SC 152), Du Cerf, Paris 1969, 167-176.4 El capítulo 15, aunque va a pasar a otro tema, comenzará con los textos de resurrección de Is 26,19 y 66,13s;Ez 37,1-10.12-14, que, según R OUSSEAU (ib., 177), están en la nueva perspectiva antidualista de afirmar queel Dios Creador es el mismo que se revela en Cristo. Véase V, 15,1,41ss. Los últimos capítulos (31-36), conque concluye, el libro V y la obra de Ireneo, están referidos a la resurrección de los justos y a su reinoterrestre, como sintetiza este autor (ib., 186-188). Contra los gnósticos que rechazan toda salvación de lacarne, los justos deben encaminarse hacia la incorruptibilidad. La resurrección los introducirá en un reino quees solo un preludio terrestre de la vida incorruptible, y última etapa preparatoria de ésta. El festín será en unatierra renovada para la auténtica descendencia de Abraham, el Israel espiritual, conforme a las profecías y aalgunas citas del N. T. La reconstruida y magnífica Jerusalén terrestre es un anuncio y preparación de laJerusalén celeste y eterna. Después viene la resurrección universal, el juicio, el descendimiento de la Jerusalénceleste. Han sido necesarias etapas sucesivas en el camino de los justos hacia la incorruptibilidad; el reino del

    Hijo prepara el reino del Padre. Hay pleno acuerdo entre las predicciones de los apóstoles, las de Cristo y lasde los profetas, lo que prueba que hay un solo Dios, Creador y Padre, y un solo Hijo, y un solo génerohumano llamado a ser imagen y semejanza de Dios por la acción del Hijo y del Espíritu. Respecto a V, 36,

     puede verse A.  ORBE, Teología de San Ireneo. Comentario al Libro V del ‘Adversus Haereses’   III (BACMaior, 33), Editorial Católica, Madrid 1988, 554s; 603s; 646-651. «Este capítulo de la obra urge la verdadinmediata y obvia – la dimensión terrena y carnal- del hombre llamado a la Salud: en sus dos etapas últimas, ladel Milenio (reino del Hijo o de los justos), y la del Reino definitivo del Padre» ( ib, 554). Respecto a la figuradel anticristo, puede verse A ORBE, Introducción a la teología de los siglos II y III  (Verdad e Imagen, 105),Univ. Gregor.-Sígueme, Roma-Salamanca 1988, 934-949. E. OSBORN  se expresa así: «Millenarianism is formany a foreign body in the thought of Irenaeus and only at the end of the fifth book does this teaching

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    tema es central en Ireneo. Recorramos a vuelo de pájaro este tratadito, en lo que respecta anuestro tema, tratando de captar algo de su compleja dinámica y alcanzar algún contextoreferencial para las líneas teológicas, que van a ser entresacadas del texto de Ireneo.Respecto a ellas, no pretendo tanto una profundización del tema 5, cuanto una presentaciónde él en cierto orden, siguiendo muy de cerca, para no perder su riqueza, las propias

    expresiones de Ireneo, y terminando con una brevísima conclusión.

    BREVE RECORRIDO DEL DESARROLLO DEL TEXTO

    En el final del Prefacio al libro V terminaba Ireneo con la verdad salvífica de laEncarnación de nuestro firme y verdadero maestro, Verbo de Dios, Jesucristo 6, «qui propterimmensam suam dilectionem factus est quod sumus nos, uti nos perficeret esse quod estipse» (Praef. 37-39)7. Correspondientemente, en el capítulo 1º comienza con la Encarnación, que será el fundamento8 de la salvación de la carne. Al término del primer párrafo referente a ella declara que con ella perecieron todas las doctrinas de los herejes.

    Después aplica esto más particularmente a diversas herejías, como la de los discípulos deValentín (docetas), los ebionitas, los marcionitas. En los cap. 1º y 2º la Encarnaciónsalvífica aparece como querida por el Padre y obra de él, mediante sus dos manos: el Verboy el Espíritu (descendió a María). Ambas se unen a la antigua plasmación. El espíritudivino desciende y el hombre verdadero (Jesús) asciende. El Espíritu es el que da cohesióna la creación, que fue hecha por las dos manos. La encarnación salvífica es unarestauración: llevar al hombre a la perfección de la imagen y semejanza, dadas en lacreación. Se trata de que reciba el don de la perseverancia, la herencia, la resurrección, la

    emerge; but it is needed to fulfil the hope which springs from the recapitulation of all things» ( Irenaeus of Lyons, Cambridge Univ. Press, Cambridge 2001, 99s).5 Como trabajo más conceptual sobre el tema y que engloba toda la obra de Ireneo de cara a los herejes, puedeverse, entre otros, la síntesis que nos ofrece R. POLANCO, “Gloria enim Dei vivens homo, vita autem hominisvisio Dei. Reflexiones sobre el homo vivens en el pensamiento de San Ireneo”, en S. Fernández y otros, Multifariam. Homenaje a los profesores Anneliese Meis, Antonio Bentué y Sergio Silva, Anales de la Facultadde Teología, 1 (Nueva Serie). Suplementos a Teología y Vida, ed. Pontificia Universidad Católica de Chile,Santiago 2010, 159-191. «La salvación como vivificación de la carne es entonces el tema de fondo de laantropología ireneana y el tema que sustenta la frase que estamos estudiando (gloria Dei vivens homo, vitahominis visio Dei» (ib, 167). La carne tiene vida, se salva, por la visión de Dios (cf. ib., passim). Y añade esteautor que la relación Espíritu carne es síntesis de la antropología ireneana (ib., 177).6 El único que nos puede contar lo del Padre, como nuestro autor dirá a continuación.7 Y el libro V (36,3,68-74) concluirá con las siguientes frases: «(…) Sapientiam Dei per quam plasma ejusconformatum et concorporatum Filio perficitur, ut progenies ejus primogenitus Verbum descendat infacturam, hoc est in plasma capiatur ab eo, et factura iterum capiat Verbum et ascendat ad eum,supergrediens angelos et fiens secundum imaginem et similitudinem Dei». A.   ORBE  sugiere la adición de

    en vez de “, et”  (Teología de San Ireneo I. Comentario al Libro V del ‘Adversus Haereses  [BACMaior, 25], Madrid 1985, ad l.c.; desde aquí en adelante citada como Comentario I). Véase III, 10,2,44-47;19,1,18-28. Cf. otros textos en POLANCO, Gloria, 179. 8 Respecto a la necesidad de la Encarnación en la actual economía, expresa ORBE en su introducción a V, 1,1:«Resumiendo siempre, en la hipótesis de la humana Salud . Tres cosas imponen la encarnación del Verbo:A) su Magisterio de Dios para los hombres (1-10); B) el destino del hombre a imagen y semejanza perfectadel Creador; C) la redención del hombre caído» (Comentario I, 52). En relación a lo primero añade: «Dios esinasequible para él (el hombre). Requiere como mediador, maestro de lo divino, al único que conoce las cosasde Dios. Tampoco el hombre, por sí, es capaz de conocer al Logos en cuanto tal, inasequible como es para lossentidos humanos» (ib., 53).

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    incorruptibilidad, la vida (eterna); estaremos reunidos en el seno del Padre y loconoceremos. El Verbo nos da la resurrección, nos reviste de la incorruptibilidad, don delPadre. La carne, miembro de Cristo, nutrida por la  Eucaristía (sangre y cuerpo del Señor)era, pues, capaz de esto. El Verbo vino a lo propio, a lo plasmado por él en la creación; laEncarnación constituye un paralelo con el soplo de Dios a Adán, estando en cierta

    continuidad con él. Gracias a una verdadera Encarnación nos redimió Cristo con su sangre.Esta especie de panorámica inicial ya muestra la estrecha trabazón de la economía de lasalvación, que procede de la bondad del Padre y lo glorifica. El poder de Dios se hamostrado en nuestra debilidad. Así defiende, contra los herejes, que la carne es capaz desalvación.

    Después de estos párrafos iniciales, que son de mucha riqueza teológica y despuésde decir que el poder de Dios culmina en la debilidad , pasa a ese último tema en el cap. 3º,citando 2 Cor 12,7-9. Por un lado, Dios es poderoso y puede resucitar a la carne; por otrolado, la carne es capaz de recibir y contener ese poder, de participar en la vida, como yasucede en los herejes que, estando vivos, contradicen estas verdades. Dios podría dar unavida larga y sin fin. En capítulo 4º ataca a los que se imaginan un  Padre bueno diferente

    del Creador . Pero el que vivifica a los cuerpos es el verdaderamente poderoso y bueno.Habiendo dicho en este capítulo que los cuerpos viven el tiempo que Dios quiere yadelantado en el tercero que la vida puede ser larga y sin fin, en cap. 5º trae a colación laalta longevidad  de personajes bíblicos, la trans ferencia corporal de Henoch, la asunción deElías, que, según los presbíteros, fueron transferidos al paraíso, como preludio de laincorruptibilidad, etc.

    Después de defender así el poder de Dios para resucitar a los muertos, en el cap. 6º pasa Ireneo a que no hay salvación del hombre sin resurrección del cuerpo. Porque elhombre perfecto es unidad de cuerpo, alma y Espíritu (1 Ts 5,23). Nuestro plasma, que esimagen de Dios, se salva porque es templo de Dios en el que habita el Espíritu, y miembrode Cristo. El hombre perfecto (espiritual), recibe la semejanza de Dios por el Espíritu.

    Según el cap. 7º, el cuerpo  (no el alma ni el espíritu) es el que resucita  por el poder deDios. En frases paulinas nuestro autor contrasta fuertemente la debilidad de la carne quemuere y se corrompe (como el grano de trigo) con el resucitado en gloria. El cuerpo pasa aser espiritual; la vida ahora es la de la incorrupción, en el gozo de la visión de Dios cara acara9. Dios lo resucita, mediante el Espíritu, como resucitó a Jesús con las señales de losclavos.

    En el cap. 8º, Ireneo prosigue con el tema de los espirituales, a los que contrasta conlos carnales. Así prepara el tema próximo (capítulos noveno a decimocuarto) sobre que «lacarne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios» (1 Co 15,50)10. Ya tenemos las arrasdel Espíritu, para prepararnos a la incorruptibilidad, para acostumbrarnos poco a poco acaptar a Dios. Ya somos espirituales por comunión con el Espíritu, que habita en nosotros,

    y no por abandono de la carne. Cuando resucitemos recibiremos toda la gracia del Espíritu,veremos a Dios cara a cara y le seremos semejantes. Pero recibir ahora las arras del Espíritu  y vivir racionalmente con nuestra raíz en el Padre y en el Hijo, ya es ser  espirituales y no carnales. Según el cap. 9º, los herejes interpretan mal 1 Co 15,50

    9 «Visio autem Dei efficax est incorruptelae» (IV, 38,3,82s). «Homines igitur videbunt Deum ut vivant, pervisionem inmortales facti et pertigentes usque in Deum» (IV, 20,6,131-133).10 «Quoniam caro et sanguis regnum Dei hereditare (possidere) non possunt». Esta cita aparece referida entodos los capítulos siguientes, unas 11 veces, y no en los anteriores.

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    concluyendo que no hay salvación para el plasma de Dios. Pero no consideran que elhombre también consta de Espíritu, que es el que salva y vivifica. Sin él, por tanto, la carney la sangre no pueden heredar el reino. Más precisamente, el Espíritu viviente es el quetiene como herencia en el reino a la carne que se corrompe en la tierra. En el hombreespiritual, ‘celeste’, la debilidad de la carne ha sido absorbida por la fortaleza del Espíritu

    (que está pronto). La carne es el templo, donde inhabita el Verbo y donde está el Espíritu deDios. Se trata de una exhortación a que no perdamos el Espíritu vivificante.En el cap. 10º, continuando lo anterior, utiliza Ireneo la imagen del injerto (cf. Rm

    11,17.24) del Espíritu  transformante, en el olivo silvestre, la carne, para vivir, para serhombres espirituales como plantados en el jardín de Dios, para heredar el reino de Dios, para revestirse de inmortalidad. Así vuelven los hombres a la naturaleza primitiva, hechasegún la imagen y semejanza de Dios. Pablo, por tanto, no rechaza la sustancia de la carne,sino la concupiscencia de ésta. Nuestro autor contrasta el vivir según la carne a vivir en elEspíritu. En el cap. 11º pasa a enumerar, con la cita de Ga 5,19-23, las obras de la carne,que no pueden heredar el reino de los cielos; y los  frutos del Espíritu. Confirma lo de loscarnales con 1 Co 6,9-11, y concluye con 1 Co 15,49s. Los que tienen el injerto del

    Espíritu, están en comunión con él, han pasado de llevar la imagen del terrestre a la delceleste. Pero la substancia de nuestro cuerpo y la imagen modelada permanecen. Losmismos miembros en que obrábamos lo de la carne, son vivificados obrando lo del Espíritu.

    El paso de carnal a espiritual, diríamos nosotros, supone que la carne es capaz, nosólo de corrupción y de muerte sino también de incorruptibilidad y vida (en el hombreespiritual) (cap. 12º). Si la muerte había expulsado a la vida, que era un soplo temporal, conmayor razón la vida del Espíritu vivificante expulsará a la muerte. El Espíritu envuelve atodo el hombre y permanece siempre; su fruto es la salvación de la carne. Se trata del pasodel primer Adán, alma viviente, al segundo Adán, Espíritu vivificante. Es el mismo plasma,que de morir en Adán pasa a vivir en Cristo por la recepción del Espíritu. Para eso tiene quehacer morir las concupiscencias de la carne y sangre, que no pueden heredar el reino. El

    mismo plasma se reviste del hombre nuevo (recapitulación del según la imagen). Así elApóstol es el mismo Pablo perseguidor, y los miembros enfermos de los que estabanciegos, etc. son los mismos que sana Jesús. Y si los sana es en interés de que se salven. Conla sanación se pasa a la vida y con ésta a la incorruptibilidad. En este capítulo afirma, pues,Ireneo que la misma carne es capaz de incorruptibilidad y de vida  (en el espiritual).

    En el cap. 13º, Ireneo continúa acentuando que se resucita con los propios cuerpos, pero ahora se centra en la resurrección final , íntimamente ligada a la resurrección de Cristo(1 Co 15,13-21), primicia de los que se durmieron. Los herejes tergiversan 1 Co 15,50, yderriban, en cuanto pueden, toda la economía de Dios, no distinguiendo entre la carne y lasobras de ésta. Pero los textos paulinos son claros. Esta nuestra carne (lo corruptible) es laque se reviste de incorruptibilidad e inmortalidad, en una victoria sobre la muerte, por el

     poder de Dios. Tenemos las arras del Espíritu que nos preparan; nuestros corazones ya soncapaces de él (2 Co 3,3). El Señor Jesús transfigurará nuestro cuerpo conformándolo a sucuerpo de gloria, etc.

    Según el cap. 14º, en 1 Co 15,50 no se refería Pablo a la sustancia de la carne, sino alos actos carnales, porque por todas partes usa carne y sangre en relación a Cristo, ya paraestablecer su humanidad, ya para confirmar la salvación de nuestra carne. Precisamente sehizo carne y tuvo sangre para salvar la carne y recapitular toda la sangre derramada de los justos, que pide cuenta. Recapitulando, salva al final lo que había perecido en el comienzo.

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    Haciéndose lo que era el hombre que había perecido, efectúa la comunión consigo de éstemismo, reconciliándolo con el Padre. Esto gracias a su carne y sangre. Por consiguiente conlos mismos miembros con que fructificamos para la muerte, debemos fructificar para lavida. Luego hay que aferrarse a la venida carnal del Hijo de Dios, que es Dios y hombre ala vez. Si el capítulo 1º había comenzado con la Encarnación, fundamento de la salvación

    de la carne, el 14º cierra con ella este tratadito.Esta brevísima indicación del desarrollo (dinámica) del material en referencia a laherejía, al que nos acercamos, nos muestra su complejidad y nos puede servir paracontextuar mejor, según el mismo texto de Ireneo, los numerosos pasajes de este autor a losque me referiré ahora al exponer sus líneas teológicas en forma más conceptual. Ireneo esun autor de pensamiento muy rico y con el frescor de múltiples referencias al texto de laEscritura. En su polémica contra las afirmaciones de los herejes que remecen el fundamentode nuestra fe, y contra sus argumentos, a veces muy burdos, nuestro autor repite y remacha por todas partes la verdad apostólica, en defensa de la salvación de la carne. Con todo,como acabamos de atisbar, hay ciertos desplazamientos, aún en las alusiones bíblicas a lasque recurre. Por eso el avance en la lectura del texto siempre resulta interesante y

    complementario de lo anterior. El pensamiento de Ireneo tiende a ser complexivo, unitario.Por ejemplo si está tratando de la creación, fácilmente alude a la encarnación redentora y asu culminación, y viceversa. Igualmente, algunas citas de la Escritura pueden englobar másreferencias que las solicitadas directamente por ese punto de la polémica. De esto resultauna riqueza grande de material y una mayor dificultad para procesarlo conceptualmente11.Además que en ese procesamiento se puede perder en buena parte el encanto de este autor.Por eso, en las líneas teológicas que vienen a continuación, me esforzaré, en cuanto parezcaconveniente, en no destruir los párrafos del autor, en dejarlo hablar a él, siguiendo el textomuy de cerca, aunque entrevere los pasajes. En este tipo de ensayo que apunta a exponerlíneas de su pensamiento, es imposible evitar las repeticiones en un autor controversista tanrepetitivo y cuyos temas tienden a implicarse mutuamente, como ya hemos visto en la

     presentación sumaria de la dinámica de los capítulos. Muchas de las referencias numéricas11 A este propósito quisiera recoger aquí algunas de las conclusiones de Ph. BACQ en su estudio sobre el libroIV. «Tel est l’art d’Irénée: les différentes étapes de l’argumentation se suivent en se fondant savamment l’unedans l’autre, un peu comme les couleurs d’un prisme se superposent d’abord avant de se détacher dans leurtonalité propre. Irénée semble craindre les divisions trop tranchées, le répartitions trop systématiques: tout,chez lui, est lié en un déroulement continu. Ce raffinement dans l’art d’écrire explique la surprise du lecteurmoderne, accoutumé aux divisions claires et distinctes: il risque, s’il n’y prend garde, de considérer Irénéecomme un écrivain désordonné. Ce serait méconnaître l’unité théologique propre du Livre IV de l’ Adversus Haereses» ( De l’ancienne à la nouvelle Alliance  selon S. Irénée. Unité du libre  IV de l’Adversus Haerese s (Le Sycomore), Lethielleux Presses Univ. Namur, Paris Namur 1978, 292). A continuación añade: «Lacontinuité de la pensée est renforcée encore  par un procédé littéraire qui revient souvent dans l’exposé:l’annonce d’argumentations postérieures ou le rappel de développements antérieurs» (ib. 293). «Irénée sait

    toujours exactement où il en est de sa démonstration et ne perd jamais de vue ce qu’il a dé jà démontré. Mais plus caractéristiques encore, du point de vue de l’unité de la pensé, sont les annonces de dév eloppements postérieurs» (ib.). «Si l’attention avait été attir ée sur ce procédé typiquement irénéen d’annonce et de reprisede thémes: elles unifient l’exposé d’un bout à l’autre de l ’  Adversus haereses  et témoignent de l’étonnantecohésion de l’oeuvre d’Irénée» (ib.). «C`est l’unité de l’Écriture qui fait  en somme l’unité de la théologied’Irénée, tant au niveau littéraire qu’au niveau du contenu de l’oeuvre. Le genie d’Irénée consisteessentiellement en ceci: il fait coïncider, avec une superbe maîtrise, la structure formelle de son oeuvre et lemessage théologique qu’elle exprime (…) ce qui ressort, après une lecture attentive du Livre IV de l’ Adversus Haereses, c’est la merveilleuse unité de l’Écriture qu’elle dévoile et fait découvrir dans la diversité de sesharmoniques» (ib. 294).

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    al texto de Ireneo las puse en notas al pie de página, por ejemplo los sitios exactos demuchas citas en latín, para que ellas no distraigan al lector y éste así, por las referenciasnuméricas que quedan en mi texto, pueda orientarse mejor sobre párrafos más amplios deIreneo a los que estoy refiriéndome. En esta aproximación al texto, que puede llegar a parecer una simple traducción, normalmente no usaré las clásicas comillas para no atiborrar

    de ellas el texto de este artículo. Esto me permitirá tomarme a veces alguna libertad.Cuando se trate de un comentario mío o de otros autores, lo haré notar. Siguiendo a Orbe12,me centraré en la versión latina, aunque haya cotejado el texto con sus fragmentos griegos ytenido cuenta, siguiendo a los especialistas, de los aportes de la versión armenia. Así ellatín, que ayuda para confrontar con otras partes de la obra de Ireneo, se utilizará paradestacar citas explícitas de Ireneo y para todas las citas bíblicas. Sigo el texto latino presentado por Sources Chrétiennes, salvo expresa advertencia. Se trata, pues, de unamodesta contribución introductoria al estudio de Ireneo referente a una parte de su obra,que presenta un tema básico en el pensamiento de nuestro autor.

    2) 

    ALGUNAS LÍNEAS TEOLÓGICAS

    LAS MANOS DEL PADRE13. A IMAGEN Y SEMEJANZA.Uno de los pilares de la teología del Adversus Haereses es afirmar, contra los herejes,

    que Dios, el Dios bueno, el Padre, es el Creador del universo. Y, por tanto, podrá salvar lacarne (cuerpo, plasma)14. Así lo reafirma en V, 4,1ss. Porque el poder de la bondad no tienelímite. Pero creó por medio de sus dos manos: el Hijo y el Espíritu15. El Hijo, su ministro16,

    12 Comentario I., 22.13 Respecto a esta expresión de las ‘dos manos de Dios’, de raíz bíblica, concluye J. MAMBRINO: «Mais Irénée

     par son image de mains de Dieu  a rendu comme sensible cette proximité ineff able et terrible, et n’a pasdiminué la sainteté de Dieu en la montrant presque comme familier (…) il ne cesse pas de la travailler, de lafaire et la refaire, depuis la création initiale jusqu’à la Résurrection des morts (…) il touche, il saisit, il étreint,il façonne, il modèle amoureusement» (“‘Les deux mains de Dieu’  dans l’oeuvre de Saint Irénée”,  NRT  LXXIX (1957) 355-370, 369).14 «En contraste con la tendencia gnóstica a sacrificarlo todo en aras del hombre espiritual divino, excluyendoel elemento ínfimo del ámbito de la Salud, se levanta la tesis eclesiástica cargando el acento sobre la Salud dela carne y olvidando prácticamente la del alma» (A.ORBE, “La definición del hombre en la teología del s. II”,Greg  XLVIII (1967) 522-576, p.575). «La definición clásica del hombre “animal racional mortal, susceptiblede intelecto y de ciencia”, no vale para los autores cristianos del s. II. Los eclesiásticos gustarían decaracterizarlo como “animal racional carnal , susceptible de la visión de Dios”, o también “plasma hecho aimagen y semejanza de Dios” con énfasis sobre su origen ínfimo y su destinación divina» (ib. 576).15 Puede verse también I, 22,1,1-17; IV, Praef. 4,62-65; IV, 20,1,1-23, y las respectivas notas de A.O RBE enTeología de San Ireneo IV. Traducción y comentario del libro IV del Adversus Haereses   (BAC Maior, 53)Madrid 1996, 273-276, etc. «Ahora bien, ya que el Verbo establece, es decir, crea y otorga la consistencia a

    cuanto es, allí donde el Espíritu pone en orden y en forma la múltiple variedad de las  potencias, justa yconvenientemente el Verbo es denominado Hijo y el Espíritu, Sabiduría de Dios» ( Dem 5, traducción de E. R OMERO POSE: S. Ireneo de Lyon,  Demostración de la Predicación Apostólica. Introducción, Traducción y

     Notas [extractadas de la obra de Antonio Orbe] [Fuentes Patrísticas, 2], Ciudad Nueva, Madrid 1992). «Lastres divinas personas ostentan su eficacia en todas las obras de la creación: el Padre crea la substancia omateria prima; el Verbo le da forma o consistencia, como paradigma de todas las especies (e individuos)creadas; el Espíritu Santo imprime en todas ellas el dinamismo que las consuma y adorna en orden a suejercicio» (A. Orbe, Antropología de San Ireneo [BAC], Madrid 1969, 63); cf. Íd., Hacia la primera teología de la procesión del Verbo. Estudios Valentinianos I,1, [Analecta Gregoriana 99], Univ. Gregor., Roma 1958136s). Según este mismo autor, «Dios Padre, sin concurso alguno, llama al universo del no ser al ser, por un

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    va a ser llamado ‘fabricator’17, y existía antes de toda creación18. El Espíritu es el quemantiene cohesionado el universo19. Y Adán, plasmado del limo de la tierra, nuncaescapará de estas manos de Dios20. Mediante ambas manos, el Padre realiza la Encarnacióndel Verbo para salvar al hombre que había sucumbido a la muerte. Igualmente, medianteambas será el paso a la incorrupción21, para gloria del Padre22. Afirma Ireneo:

    simple acto de voluntad soberana. A Él le corresponde la creación primera (substantia elementorum), en elUniverso. El Verbo, como instrumento del Padre, da consistencia (kti/sij) a las diversas naturalezas yespecies; a Él se le debe la creación segunda. Una vez subsistentes las esencias, el Espíritu Santo  – actuandoen servicio inmediato del Verbo- las dota de virtudes y cualidades, consumando en el orden natural la obra deconsistencia: y es la diako/mhsij  (= duna/mwsij)» ( La Unción del Verbo. Estudios Valentinianos III[Analecta Gregoriana, 113], Univ. Greg., Roma 1961, 520).16 «Praedestinati quidem ut essemus qui nondum eramus secundum praescientiam Patris, facti autem (…) in

     praecognitis temporibus secundum ministrationem Verbi» (V, 1,1,15-18).17 «Fabricator enim universorum Dei Verbum, qui et ab initio plasmavit hominem» (V, 12,6,121s).18 V, 1,1,11. Orbe traduce así todo el párrafo: «Quienes acabamos de venir al ser medramos por obra del

     perfecto, anterior a toda creatura, hechos semejantes a él gracias al único óptimo y bueno y con poder paraotorgar la incorruptela». Puede verse II, 25,3,51-53; 30,9,250s; IV, 14,1,4-8; 20,3,53-56 (El Espíritu junto alPadre antes de toda creación); Dem 10 (véase nota 1 de R OMERO POSE: S. Ireneo de Lyon, Demostración); 30;52, etc. Respecto a si existía el Verbo antes de ser constituido en orden a la creación, puede verse A. ORBE,

     p.e. Hacia la primera, 196-198. «Yo me resisto sin embargo a la coexistencia eterna del Hijo y del Espíritu personal, con Dios Padre» (A.  ORBE,  Estudios sobre la teología cristiana primitiva  [Fuentes Patrísticas.Estudios, 1] Ciudad nueva Univ. Greg., Madrid-Roma 1994, 7). C. I. GONZÁLEZ opina lo contrario (“‘Creoen un solo Dios, Padre’: la fe de San Ireneo”, RevTeolLim XXXIII (99) 73-96, 88ss). Esta opinión contraria esfundamentada por J.  FANTINO,  La théologie d’Irénée. Lectures des Écritures en réponse à l’exégèse gnostique. Une approche trinitaire, Du Cerf, Paris 1994, 338-382. «Finalement, la réalisation du salut exigeque le Fils et l’Esprit  soient de la même condition et de la même nature que le Père» (ib., 345). «Ireneorenuncia a saber qué hacía Dios antes de la creación del mundo, a avanzar teorías sobre el modo de lageneración del Verbo y la aparición de la ’creación primera’. Centrará su reflexión sobre el hombre   y suhistoria de salvación» (R OMERO POSE, Ireneo de Lión, Demostración, 33). Respecto al texto de  Dem 43, quetanto ha influido a favor de una posible preexistencia no eterna del Hijo, véase el acucioso artículo de A.  

    R OUSSEAU, quien presupone un original griego diferente y concluye lo contrario (“La doctrine de Saint Irénéesur la préexistace du Fils de Dieu dans Dém. 43”, Muséon LXXXIX (1971) 5-42).19 «Per Spiritum Dei qui continet omnia» (V, 2,3,53s; cf. Sab 1,7). «Dans l’oeuvre commune de la création

     par le Père, le Fils et l’Esprit, Irénée attribue: au Père: la ‘volonté’, la ‘décision’ ou le ‘commandement’ decréer et le fait de prendre de lui la ‘substance’ des choses créées , au Fils: l’’execution’ ou la ‘f ormation’, la‘forme’ et le ‘modèle’ des choses créées, à l’Esprit: le ‘ parachèvement’, la ‘disposition’, l’’ordination’ oul’ornement des choses créées, leur ‘figure’, et également  leur ‘nourriture’ et leur ‘accroissement’» (Y.  DEA NDIA,  HOMO  VIVENS .  Incorruptibilité et divinisation de l’homme selon IRÉNÉE DE LYON  ,  ÉtudesAugustiniennes, Paris 1986, 67)». «Per hanc igitur ordinationem et hujusmodi convenientiam et tali ductufactus et plasmatus homo secundum imaginem et similitudinem constituitur infecti Dei, Patre quidem benesentiente et jubente, Filio vero ministrante et formante, Spiritu vero nutriente et augente, homine vero

     paulatim proficiente et perveniente ad perfectum, hoc est proximum infecto fieri: perfectus enim est infectus,hic autem est Deus» (IV, 38,3,70-78).20  «Non enim effugit aliquando Adam manus Dei, ad quas Pater loquens dicit: “Faciamus hominem adimaginem et similitudinem nostram”. Et propter hoc in fine “non ex voluntate carnis neque ex voluntate viri”sed ex placito Patris manus ejus vivum perfecerunt hominem, uti fiat Adam secundum imaginem etsimilitudinem Dei» (V, 1,3,83-89). «El plasma humano requiere ser modelado por el Logos (resp. y Sophia),no a causa del limo, más o menos puro, sino a causa del misterio escondido en su formación ‘a imagen deDios’» (A. ORBE, “El hombre ideal en la teología de s. Ireneo”, Greg  XLIII (1962) 449-491, 452).21  Hablando de la Encarnación, dice Ireneo: Sic in fine Verbum Patris et Spiritus Dei adunitus antiquaesubstantiae plasmationis Adae viventem et perfectum effecit hominem, capientem perfectum Patrem» (V,1,3,78-81).22 «Verbo Dei resurrectionem eis donante ‘in gloriam Dei Patris’» (V, 2,3,58s). Cf. V, 8,1,17-21, etc.

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    «Glorificabitur autem Deus in suo plasmate, conforme illud et consequens suo pueroadaptans. Per manus enim Patris, hoc est per Filium et Spiritum, fit homo secundumsimilitudinem Dei, sed non pars hominis» (V, 6,1,1-4)23. Entretanto Enoch y Elías fuerontransferidos (tomados) en sus cuerpos, según los ‘Presbíteros’ al paraíso donde preludian laincorruptibilidad. «Et nihil impedit eos corpus in translationem et assumptionem eorum:

     per illas enim manus per quas in initio plasmati sunt, per ipsas assumptionem ettranslationem acceperunt. Assuetae enim erant in Adan manus Dei coaptare et tenere et bajulare suum plasma et ferre et ponere ubi ipsae vellent» (V, 5,1,12-18). El tema de las dosmanos nos muestra la continuidad y respectiva unidad del plan de Dios hasta la salvaciónde la carne. «Vani autem omnimodo qui universam dispositionem Dei contemnunt et carnissalutem negant et regenerationem ejus spernunt, dicentes non eam capacem esseincorruptibilitatis» (V, 2,2,18-21)24.

    La otra mano, el Espíritu, es eterna, y no como el soplo temporal infundido al hombre para esta vida (cf. V, 12,2,30s)25. «Aliud enim est afflatus vitae, qui et animalem26 efficithominem, et aliud Spiritus vivificans, qui et spiritalem eum efficit» (V, 12,2,14-17). El primero se da a todos los habitantes de la tierra, pero el Espíritu sólo a los que conculcan

    las concupiscencias terrenas27

    . «Aliud autem est quod factum est ab eo qui fecit» (V,12,2,29s). Spiritum quidem proprie in Deo deputans (véase Is 57,16), quem in novissimistemporibus effudit per adoptionem filiorum in genus humanum» (V, 12,2,25-27)28.Respecto a la relación entre la vida temporal y eterna29, a propósito del soplo y el Espíritu,es curioso el texto de V, 3,3 donde defendiendo Ireneo el poder de Dios de resucitar a losmuertos, de dar la incorrupción a la carne , arguye ‘ad hominem’ contra los contradictores, porque están vivos. Ellos participan, por tanto de la vida y no pueden negarla. Esteargumento insinuaría, a mi modo de ver, una cierta continuidad entre la vida temporal y laotra30. Y así Ireneo las compara distinguiéndolas: «Si autem haec quae est temporalis vita,cum sit multo infirmior quam illa aeterna vita, tamen tantum potens est ut vivificet nostra

    23 ORBE traduce así ad l.c.: «Dios será glorificado en su plasma, adaptándolo en forma y en seguimiento a suServidor. Mediante las manos del Padre  – el Hijo y el Espíritu –  hácese en efecto el hombre, no una parte delhombre, a semejanza de Dios». Véase V, 28,4,78-80, etc.24 Si no se salva la carne, tampoco hubo redención ni hay Eucaristía. Según Orbe ( Comentario I, 129-132),dado que Ireneo acaba de tratar de los herejes vanos, se referiría aquí a eclesiásticos que negaban laresurrección de los cuerpos.25 «Et afflatus quidem auctus ad modicum et tempore aliquo manens deinde abit, sine spiramento relinquensillud in quo fuit ante; Spiritus autem circumdans intus et foris hominem, quippe semper perseverans, nunquamrelinquet eum» (V, 12,2,31-35).26  Hombre psíquico. Destaca J.  FANTINO  el orden de Ireneo como contrario al gnóstico: Il y a d’abordl’homme psychique  et ensuite l’homme spirituel. D’abord le premier Adam, ensuite le dernier Adam (“Le

     passage du premier Adam au second Adam comme expression du salut chez Irénée de Lyon”, VC  LII (1998)418-429, 420). 27 Véase también V, 18,2,29-42.28 El soplo, corresponde a la condición común, es creado. Lo hecho es otra cosa del que lo hace. Por tanto, elsoplo es temporal, mas el Espíritu sempiterno (V, 12,2,28-31). «Quemadmodum ab initio plasmationis nostraein Adam ea quae fuit a Deo aspiratio vitae unita plasmati animavit hominem et animal rationabile ostendit, sicin fine Verbum Patris et Spiritus Dei adunitus antiquae substantiae plasmationis Adae viventem et perfectumeffecit hominem, capientem perfectum Patrem, ut, quemadmodum in animali omnes mortui sumus, sic inspiritali omnes vivificemur» (V, 1,3,75-83).29 «La vida, junto con ser un atributo de Dios, es también el don de Dios al hombre, y en ese sentido, es lasalvación para el ser humano» (Polanco, Gloria, 166).30 Puede verse Orbe, Comentario I, ad V, 3,3,84ss.

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    membra mortalia, cur illa quae est aeterna vita non vivificabit eam carnem quae jammeditata et assueta sit portare vitam?» (V, 3,3,78-83).

    Como acabamos de ver en V, 1,3,83-89, las manos del Padre que habían hecho alhombre a imagen y semejanza de Dios31, al final, por el querer del Padre, lo llevaron acumplimiento (perfecerunt) como hombre viviente a imagen y semejanza. El tema, pues, de

    la imagen y semejanza recorre también, junto con el del las manos, la teología de Ireneodesde la creación hasta el final32. Y según V, 6,1,2ss, lo que las manos hicieron a semejanzade Dios no es una parte del hombre, como el alma, sino el hombre ‘perfecto’, que es launión del alma – receptáculo del Espíritu del Padre y en mezcla con él33 –  con la carne quees a imagen de Dios. El Espíritu es clave para la similitud, pero la carne (imagen) esnecesaria para ser hombre34. «Cum autem Spiritus hic commixtus animae unitur plasmati,

    31 Puede verse A. ORBE, Introducción a la teología, cap.13 y 14; B. SESBOÜÉ, Tout récapituler dans le Christ.Christologie et sotériol ogie d’Irénée de Lyon  (Jésus et Jésus-Christ, 80), Declée, Paris 2000) 85-99; J.FANTINO,  L’ homme image de Dieu chez saint Irénée de Lyon, Du Cerf, Paris 1986). «Il (similitudo) peuttout d’abord exprimer la similitude (o(moio/thj) qui existe entre la liberté de l’homme et celle de Dieu (…)Mais similitudo peut traduire aussi o(moi/wsij et il signifie alors la présense de l’Esprit-Saint dans l’homme 

    qui accepte de vivre selon les exigences que cela comporte (…) L’image (ei)kw/n) exprime la communauté deforme et de substance existant entre tout homme et le Fils incarné (…) Le Fils incarné est l’archétype del’image. Cependant le Fils, en tant que Fils, n’est pas image du Père; c’est en temps tant qu’homme que le filsincarné est image de Dieu, manifestant la réalité invisible de Dieu dans sa réalité visible» (FANTINO, L’hommeimage, 178). «Il unifie l’anthropologie (image) et la sotériologie (ressemblance) dans une seule perspective oùle Christ se trouve au centre: le Chris est le médiateur de l’image et de la ressemblance, le véritable archétypedes deux» (ib., 179). «Parce que dans son humanité il est archétype de l’image, le Fils incarné est principe dela création, parce qu’il communique l’Esprit en tant que Verbe du Père,  le Fils incarné est de même principedu salut» (ib., 179). «Pour Irénée, il n’existe pas d’image spirituelle sans substrat matériel. Par conséquent leFils, en tant que Fils, n’est pas image de Dieu. L’image de Dieu dans l’être humain est le Fils incarné en quion voit le Père (IV, 6,6») (Id.,  Le passage, 424). Para A. R OUSSEAU, imagen y semejanza son correlativos yllegan a ser intercambiables. La imagen plena es el hombre espiritual (Irénée de Lyon, Démonstration de la prédication apostolique (SC 406), Du Cerf, Paris 1955, 365-369). Para Ireneo «o(moi/wsij  est purement et

    simplement synonyme de o(moio/thj» (ib., 369). En el texto particular de V, 6,1 ‘imagen’ se refiere a lasemejanza natural, y ‘semejanza’ a la plenitud de perfección que confiere el Espíritu a la imagen (ib., 369-371).32 Según J. M. ARRÓNIZ, «El hombre, por ser libre, es ‘a semejanza de Dios’. Pero con una semejanza radical,históricamente destinada a madurar en el seguimiento al Espíritu, en la unión con el Espíritu» ( “El hombre‘imagen y semejanza de Dios’ (Gen. 1,  26) en S. Ireneo”, Scriptorium Victoriense XXIII (1976) 275-302,301).33 «Perfectus autem homo commixtio et adunitio est animae – assumentis Spiritum Patris et admixtae ei –  carniquae est plasmata secundum imaginem Dei» (V, 6,1,6-9, según puntuación de Orbe). Respecto al uso de‘Espíritu del Padre’ puede verse ORBE, Comentario I, 433s.34 ORBE se expresa así: «El hombre, substancialmente compuesto de solas dos partes (cuerpo y alma) está a lavez histórica y aun físicamente compuesto de tres: dos substanciales humanas, y una cualitativa (el espíritudivino) procedente de Dios» (Comentario I, 274). «El Espíritu venido de Dios constituye una parte física

    (‘qualitas spiritus’) del individuo humano. No por yuxtaposición con el alma, sino por infusión e inhesión enella» (ib., 278). Sólo el justo es hombre perfecto. El tipo ideal del hombre es el Cristo glorioso ( ib., 277). «ElEspíritu (divino) del hombre, no puede separarse, con autonomía, del individuo; puede, en cambio, retraerse ala sustancia divina, como el rayo del sol» (ib., 302). Según A NDIA, «l’originalité et la profondeur d’Irénée estd’avoir lié l’image de Dieu à l’homme tout entier, corps et âme, et à son incorporation dans le Christ. Il a ainsiesquissé une théologie du corps humain inséparable de la présence de l’Esprit, c’est-à-dire une théologie de latransfiguration du corps dans la gloire» ( HOMO VIVENS, 87). «L’image de Dieu est dessinée sur la chairmodelée (caro plasmata). Le terme ei)kw/n  ou imago  semble toujours garder la note d’extériorité ou devisibilité chez Irénée, à l’inverse de la ressemblence (o(moi/wsij  –  similitudo) qui implique (…)  un élémentdynamique, nécessairement requis pour une assimilation spirituelle» (ib., 68).

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     propter effusionem Spiritus spiritalis et perfectus homo factus est: et hic est qui secundumimaginem et similitudinem factus est Dei. Si autem defuerit animae Spiritus, animalis estvere qui est talis et carnalis derelictus imperfectus erit, imaginem quidem habens in plasmate, similitudinem vero non assumens per Spiritum35. Sicut autem hic imperfectus est,sic iterum, si quis tollat imaginem et spernat plasma, jam non hominem intellegere potest”

    (V, 6,1,24-33). Por eso, para restaurar al hombre, para que sea a imagen y semejanza, dadala pérdida de ésta por el pecado, se necesitaba una nueva infusión del Espíritu. Es necesariala reintegración y unión de los tres (alma, cuerpo y Espíritu) para la única salvación deellos36. Así el Señor, que verdaderamente se hizo hombre, restauró para su plasma lo hechoen el principio: el hombre había sido hecho según la imagen y semejanza de Dios37. SegúnCol 3,10, el hombre nuevo es renovado en el conocimiento, según la imagen del que locreó. Lo de ‘imagen del Creador ’, comenta Ireneo, es una recapitulación38 del hombre queen un principio fue hecho según la imagen de Dios39. Pero ahora sólo tenemos las arras delEspíritu. «Quid faciet universa Spiritus gratia quae hominibus dabitur a Deo? Similes nos eiefficiet et perficiet voluntatem Patris: efficiet enim hominem secundum imaginem etsimilitudinem Dei» (V, 8,1,23-26).

    LA ENCARNACIÓN REDENTORA40 

    35 «La dualidad física (alma y cuerpo) se enriquece notablemente al traducirse (según Gn 1,26 y 2,7) en: alma semejante (a Dios por el Espíritu de Él recibido) y cuerpo plásticamente configurado (a imagen del Verbo,Imagen de Dios)» (ORBE, Comentario I, 283). «El alma no es ni la imagen ni la semejanza, pero consigue quela imagen sea imagen efectivamente asemejable al Verbo, perfectible realmente por el Espíritu» ( ARRÓNIZ, El hombre ‘imagen y semejanza’ , 288).36 Cf. V, 6,1,46-50.37 Cf. V, 2,1,7-10. Los hombres que acogen como injerto la palabra de Dios, vuelven a la naturaleza primitiva,la que fue hecha según la imagen y semejanza de Dios (V, 10,1,31-34). Véase V, 16,2,29-34, etc.38 Sobre el uso de recapitulación por Ireneo, puede verse SESBOÜÉ, Tout récapituler , cap.6; R. POLANCO, “LaEncarnación en la teología de San Ireneo de Lyon”, en A. Meis y otros, Sapientia Patrum. Homenaje al Profesor Dr. Sergio Zañartu Undurraga, S.J. (Anales de la Facultad de Teología LI,2 (2000) 43-89, 75-87.39 Cf. V, 12,4,86-95.40 «La stessa Creazione per essere intesa adeguatamente deve essere considerata come premessa necessaria

     per la rivelazione del mistero omnicomprensivo della misericordia redentiva» (III, 20,1s) (C. M. BONDIOLI,“creazione e redenzione in Ireneo de Lione”,  DivusTh CVII (2004) 11-35, 33). Y este mismo autor afirma:«L’uomo è creato per essere salvato dal Cristo, e non il Cristo viene perché semplice mente c’è  l’uomo dasalvare» (III, 22,4) (ib., 34). Véase III, 22,49-55, etc. «L’homme ‘rêvé’ par   Dieu, c’est d’abord l’hommeJésus» (SESBOÜÉ, Tout récapituler, 83). Este mismo autor precisa: «Sa pensée tient compte de deux motifsqu’il n’oppose jamais: l’incar nation du Verbe est ordonnée à la divinisation de l’homme et à  sa libèration du

     péché. Parfois, l’auteur associe les deux visées dans le même développement, parfois il met alternativementl’insistance sur l’un ou sur l’autre» ( ib., 107). «Entre les deux motifs de l’incarnation du Verbe, il existe sansdoute une priorité: Dieu voulait communiquer ses bienfaits à l’homme, avant même l’hypothèse tragique du

     péché» (ib., 111). B.  MAILLEUX, entre una perfección inicial y un progreso hacia ella, estaría por una

     perfección inicial incoativa (“Hérité par l’Esprit: une a pproche de la théologie du salut chez saint Irénée”, Irén LXXV (2002) 147-173. «El primogénito de los muertos fue en definitiva el modelo que Dios tuvo presente alformar al hombre ‘a su imagen y semejanza’» (A.  ORBE,  El hombre ideal , 464). «En la economía del no-

     pecado, habría Dios mantenido ciertamente el nacimiento virginal de Jesús y su bautismo en el EspírituSanto» (ib., 488). Puede verse el sugestivo artículo de R.  POLANCO, “La carne de Cristo como  salus incompendio  (AH III, 18,1) o la gloria de Dios en lo finito. Recepción balthasariana de Ireneo ”, TeolVid   L(2009) 345-373.J. I. GONZÁLEZ FAUS describe así la salvación aportada por Cristo: como comunión con Dios, como visión deDios, como posesión del Espíritu, como inmortalidad, como filiación adoptiva, como realización de la imageny semejanza de Dios (Carne de Dios. Significado salvador de la Encarnación en la teología de san Ireneo, 

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    Centrémonos ahora más bien en la Encarnación, que es el fundamento de la vuelta a laimagen y semejanza primitiva, de la salvación de la carne. Como vimos al comienzo de estetrabajo, el sentido de la Encarnación está dicho al final del prefacio de este libro y sección:«Siguiendo el solo maestro seguro y verdadero, el Verbo de Dios, Jesús Cristo nuestroSeñor, quien por su amor sin medida, se hizo lo que nosotros somos para hacer (perficeret;

    katarti/s$) de nosotros lo que Él es» (V, Praef. 35-39)41

    . Y la Encarnación sigueapareciendo en los párrafos siguientes, por ejemplo, el Verbo «qui est perfectus in omnibusquoniam Verbum potens et homo verus, sanguine suo rationabiliter redimens nos,redemptionem semetipsum dedit pro his qui in captivitatem ducti sunt» (V, 1,1,18-22). Y justamente el tratadito que estudio va a concluir con otro texto de Encarnación: CarneDomini nostri redemptus es et sanguine ejus redhibitus, “et tenes caput ex quo universumcorpus Ecclesiae compaginatum augescit” (Col 2,19), hoc est carnalem adventum Filii Dei,et Deum confitens42  et hominem ejus firmiter excipiens» (V, 14,4,91-95). Pero todo elcapítulo decimocuarto está dedicado a insistir en la necesidad de la Encarnación verdadera para la salvación de la carne43.

    En V, 14,2,39-82, afirma Ireneo que el Verbo salvador se hace lo que había sido el

    hombre, que pereciera, realizando por sí mismo la comunión con él y, siguiendo el textoarmenio, th\n eu( /resin44  de su salvación. Si el hombre tenía carne y sangre, también elSeñor la tuvo, y no una distinta, sino que recapituló en sí la originaria plasmación del Padreen busca de lo que se había perdido. Según Col 1,22, hemos sido reconciliados en su cuerpode carne por su muerte. Su carne justa reconcilió la carne prisionera del pecado. Si la carnedel Señor fuera de otra substancia no subsistiría la palabra ‘reconciliación’; tampoco nos

    Herder, Barcelona 1969, cap. 3). Dedica el cap. 9 a la salvación en la muerte de Cristo en la cruz. «Una vezaparecido el pecado la cruz pertenece a la encarnación como forma de encarnación en humanidad pecadora(…) La imagen plena del Verbo encarnado no es la del que nació de María, sino la del Cristo glorioso. Laresurrección  (en cuanto contiene en sí toda la anterior historia de nacimiento y obediencia) es el momentoverdadero de la encarnación, en donde se diviniza nuestra naturaleza» (ib., 256s).41  «Ut fieret filius hominis ad hoc ut et homo fieret filius Dei» (III, 10,2,46s). Según V, 36,2,37-50, losescalones de la subida son: por el Espíritu al Hijo y por el Hijo al Padre. Véase III, 16,3,94-97; 19,1,18-28;IV, 20,5,111-117, etc.42 «El Padre, pues, es Señor y el Hijo es Señor; es Dios el Padre y lo es el Hijo, porque el que ha nacido deDios es Dios. Así según la esencia de su ser y de su poder, hay un solo Dios; pero, al mismo tiempo, en laadministración de la economía de nuestra redención, Dios aparece como Padre y como Hijo. Y dado que elPadre del Universo es invisible e inaccesible a los seres creados, es por medio del Hijo como los destinados aacercarse a Dios deben conseguir el acceso al Padre» ( Dem, 47, trad. Romero Pose).43 «Etenim Salvator quidem, quoniam Filius et Verbum Dei; Salutare autem, quoniam Spiritus (…); Salusautem, quoniam caro» (III, 10,3,97-100). Según  R. Polanco se destacan tres acercamientos a la Encarnaciónen el Adv Haer: la Encarnación entendida como comunión divinizadora del hombre en Cristo, como

    visibilización de Dios en Cristo, como recapitulación de todas las cosas en Cristo ( La Encarnación en el Adversus Haereses de San Ireneo- Acercamiento a su comprensión, Tesis de licencia en teología dogmática,Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica, Santiago de Chile 1994); Íd.,  La Encarnación enla teología de San Ireneo, 43-89. Respecto a lo primero, expresa: «Vemos entonces que Ireneo ha entregadocuatro motivos por los cuales podemos afirmar que la encarnación es salvífica: porque lleva a la carne a lacomunión con Dios; porque el Verbo, al asumir lo humano, le da sus cualidades divinas; porque acostumbra

     paulatinamente al hombre a poseer a Dios; y porque espiritualiza la carne, es decir, la hace capaz de Dios.Todo esto nos hace definir aquí la encarnación como una comunión divinizadora del hombre con Dios» (ib.,62).44 En vez de ‘exquisitionem’ (Cf. R OUSSEAU ad l.c.).

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    redimiría con su sangre45. «Et in omni autem epistola manifeste testificatur Apostolusquoniam per carnem Domini nostri et sanguinem ejus nos salvati sumus» (V, 14,3,74-77) 46.Y concluye nuestro autor que Pablo no dijo, en 1 Co 15,50, propiamente de la carne ysangre que no puedan heredar el reino de Dios, sino de los actos carnales.

    Igualmente afirma lreneo en este capítulo decimocuarto que el Apóstol no estaba contra

    la sustancia misma de la carne y la sangre. Usa constantemente carne y sangre respecto aJesucristo, en parte para establecerlo firmemente como hombre47 y en parte para confirmarla salvación de nuestra carne. Porque si la carne no tuviere que ser salvada, tampoco elVerbo de Dios se habría hecho carne, y si no hubiera que reclamar la sangre de los justos,tampoco habría tenido sangre. El Señor, en Mt 23,35s, indica la futura recapitulación en símismo de la sangre derramada. Luego la sangre debiera ser salvada (V, 14,1,1-27). «Nec insemetipsum recapitulatus esset haec Dominus, nisi et ipse caro et sanguis secundum principalem plasmationem factus fuisset, salvans in semetipso in fine illud quod perierat in principio in Adam» (V, 14,1,27-31). Por tanto, «Si igitur caro et sanguis sunt quae faciuntnobis vitam, non proprie de carne dictum est et sanguine non posse ea possidere regnumDei, sed de praedictis carnalibus actibus qui, ad peccatum transvertentes hominem, privant

    eum vita» (V, 14,4,78-82).Llama vanos a los valentinianos que dogmatizan diciendo que sólo aparentemente erahombre y que nada había recibido de María, para excluir la salvación de la carne48  yreprobar la plasmación de Dios. Replica nuestro autor: «Neque enim esset vere sanguinemet carnem habens, per quam nos redemit, nisi antiquam plasmationem Adae in semetipsumrecapitulasset»49  (V, 1,2,54-60)50. Vanos también son los ebionitas, que no admiten launión de Dios y del hombre ni quieren entender que el Espíritu Santo vino a María y el poder del Altísimo la cubrió con su sombra. Lo que fue generado, pues, es santo e Hijo delDios altísimo, Padre de todas las cosas, que operó la Encarnación del Hijo e hizo aparecerun nueva generación, para que como habíamos heredado la muerte por la primerageneración, así por esta generación heredásemos la vida. No aceptan que Dios se mezcle

    con ellos (mezcla del vino celeste con el agua terrena). No consideran que como desde elcomienzo de nuestra plasmación en Adán el soplo de vida procedente de Dios unido al plasma animó al hombre y lo reveló animal racional, así al final el Verbo del Padre y elEspíritu de Dios unido a la antigua sustancia51 de la plasmación de Adán lo hizo hombreviviente y perfecto, que comprende al perfecto Padre, de modo que como en el animal

    45  «Nunc autem per eam quae est ad se communicationem, reconciliavit Dominus hominem Deo Patri,reconcilians nos sibi per corpus carnis suae et sanguine suo redimens nos» (V, 14,3,66-69). Ya había dichoIreneo en V, 2,1,6s: «Neque vere redemit nos sanguine suo, si non vere homo factus est».46 Acaba de citar Ef 1,7; 2,13; 2,14s.47 «El filius hominis aplicado al Mesías como ‘Hombre celeste’, según tradición hebrea, adquiere en Ireneo un

    alcance diametralmente contrario. Dícese ‘Hijo del hombre’, porque nacido de mujer (resp. hombre), hombrede carne y sangre, como los demás» (ORBE, Comentario I, 653).48 El texto pudo decir: excluir la vida de la carne.49 V, 1,2,56-58.50 El párrafo 1,2 había comenzado: «Vani enim sunt qui putative dicunt eum apparuisse: non enim putativehaec, sed in substantia veritatis fiebant» (42-44).51 «Ireneo no confunde el Verbo del Padre con el Espíritu de Dios. Los supone distintos. Uno es el Verbo

     personal, mezclado a la humana sustancia en Cristo, desde la Encarnación. Otro es el  Espíritu de Dios,derramado sobre la Humanidad de Cristo en el Jordán, y sellado o unido con perfección a ella en su anástasis de entre los muertos» (ORBE, Comentario I, 100).

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    todos morimos, así en el espiritual todos seamos vivificados (V, 1,3,61-83) 52. Laencarnación también es aludida como abajamiento de lo divino, con intervención delEspíritu, y como subida del hombre a Dios, que termina con la donación de laincorruptibilidad. El texto completo, de rico contenido, es el siguiente: «Suo igitur sanguineredimente nos Domino, et dante animam suam53  pro nostra anima et carnem suam pro

    nostris carnibus, et effundente Spiritum Patris in adunitionem et communionem Dei ethominum, ad homines quidem deponente Deum per Spiritum54, ad Deum autem rursusimponente hominem per suam incarnationem, et firme et vere in adventu suo donante nobisincorruptelam per communionem quae est ad eum, perierunt omnes haereticorumdoctrinae» (V, 1,1,33-41).

    La Encarnación salvadora se prolonga en la Eucaristía. Contra los que niegan lasalvación de la carne, su capacidad de incorruptibilidad, arguye Ireneo: «Si autem nonsalvetur haec, videlicet nec Dominus sanguine suo redemit nos, neque calix Eucharistiaecommunicatio sanguinis ejus est, neque panis quem frangimus communicatio corporis ejusest. Sanguis enim non est nisi a venis et carnibus et a reliqua quae est secundum hominemsubstantia, quae vere factum Verbum Dei sanguine suo redemit nos» (V, 2,2,18-28). Por su

    sangre tenemos la redención, la remisión de los pecados (Col 1,14). Somos miembros de él,nosotros que somos nutridos por la creación, que él nos otorga55. Al cáliz, que viene de lacreación, lo declaró sangre suya, por la que se acrecienta nuestra sangre, y al pan, que vienede la creación, lo ratificó cuerpo suyo, por el que medran nuestros cuerpos. «Quando ergoet mixtus calix et factus panis percipit verbum Dei et fit Eucharistia sanguinis et corporisChristi, ex quibus augetur et consistit carnis nostrae substantia, quomodo carnem negantcapacem esse donationis Dei quae est vita aeterna, quae sanguine et corpore Christi nutrituret membrum ejus ?»56. Según Ef 5,30 somos miembros de su cuerpo, de su carne y desus huesos, y no de un hombre espiritual e invisible, sino de la disposición del verdaderohombre, que consta de carnes, nervios y huesos, que se nutre del caliz, que es su sangre ymedra con el pan que es su cuerpo. Y como la planta de la vid fructifica a su tiempo y el

    grano de trigo disuelto en tierra surge múltiple por el Espíritu de Dios que todo mantiene, y pasan después al uso del hombre, y recibiendo la palabra de Dios se hacen Eucaristía,cuerpo y sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos nutridos por ella, enterrados ydisueltos en tierra, resurgirán a su tiempo, otorgándoles el Verbo de Dios la resurrección‘ para gloria de Dios Padre’. El Padre reviste con inmortalidad a esto mortal y gratuitamente

    52  POLANCO  comenta este trozo en Gloria, 177-180. Dice entre otras cosas: «Se refiere aquí al Hijo y alEspíritu unidos al plasma (= la carne humana plasmada por las manos del Padre en Adán), cada uno a sumodo. El Verbo –  personalmente –  como encarnado, y el Espíritu al colmar la humanidad de Jesús en el Jordány luego en la resurrección, dejando a la carne de Jesús en plena posesión del Espíritu Santo, como ’Hombre

    espiritual’. Se trata de que el plasma de Jesús  – su carne- se convierte ahora en ‘hombre espiritual’, viviente y perfecto, para dar ese Espíritu a todos los hombres» (ib., 179).53 Comenta ORBE ad l.c.: «Es ésta una de las poquísimas veces que menciona Ireneo el alma de Cristo. Másque ella, le importa el hombre. Menciona  psique  para urgir la integridad de la redención (del hombre encuerpo y alma) por Cristo; y, quizás también, para definir de modo implícito su muerte, por separación librede alma y cuerpo».54 En V, I,2,45s afirma que es Spiritus Dei (el genitivo es explicativo, cf. R OUSSEAU ad l.c.). En  Dem 71 seopone a hombre pasible. Véase nota de R OMERO POSE a Ireneo de Lión. Demostración, ad l.c.55 Hace salir el sol y llover.56 V, 2,3,37-42. Véase IV, 18,5.

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    da la incorruptibilidad a lo corruptible, pues el poder de Dios se consuma en lo débil (V,2,2,28-3,62)57.

    EL ESPÍRITU Y LA DEBILIDAD DE LA CARNEA propósito de las manos de Dios y de la imagen y semejanza, habíamos visto que

    todo el hombre es hecho según la imagen y semejanza de Dios. A la totalidad del hombrededica Ireneo V, 6,1. El alma y el Espíritu es sólo una parte, pero de ninguna manera elhombre58. «Perfectus autem homo commixtio et adunitio est animae assumentis SpiritumPatris et admixtae ei carni quae est plasmata secundum imaginem Dei»59. Remite a 1 Co2,6. El Apóstol llama espirituales a los que participan del Espíritu60, pero no porque se leshaya sustraído la carne. Porque si se sustrae la substancia de la carne y se considera sólo elEspíritu, no será un hombre sino Espíritu de hombre o Espíritu de Dios 61. «Cum autemSpiritus hic commixtus animae unitur plasmati, propter effusionem Spiritus spiritalis et perfectus homo factus est: et hic est qui secundum imaginem et similitudinem factus estDei»62. Pero si al alma le falta el Espíritu, es en verdad animal (psíquico), abandonado a lacarne, imperfecto, porque posee la imagen en el plasma, pero no la similitud, al no recibir el

    Espíritu. Pero solos, ni el plasma, ni el alma ni el Espíritu son el hombre, sino partes de él.Es la unión de los tres la que hace al hombre perfecto63. Pablo, en relación al hombre perfecto y espiritual, exhorta a conservar íntegros, sin reproche, el Espíritu, alma y cuerpo para la venida del Señor (1 Ts 5,23)64. Pensaba en la reintegración y unión de los tres y enuna única y misma salvación para los tres.

    En V, 9,1 ataca nuestro autor la utilización que hacen los herejes de la frase dePablo: «Quoniam caro et sanguis regnum Dei hereditare non possunt» (1 Co 15,50). Ellos

    57 1 Co 15,53; 2 Co 12,9.58 «Éste, en su integridad, comporta espíritu y alma; pero, sobre todo, cuerpo (carne). Lo modelado por Dios,mediante el Hijo y el Espíritu, es ‘per se’ el cuerpo; y al cuerpo han de afectar ‘per se’ la imagen y semejanzadel Creador» (ORBE, Comentario I, 264).59 Lín. 6-9.60 Perfectos, según el apóstol, son los que recibieron el Espíritu de Dios y hablan todas las lenguas medianteél. Oímos que muchos hermanos en La Iglesia tienen los carismas proféticos, hablan todas las lenguas graciasal Espíritu, manifiestan los secretos de los hombres y exponen los misterios de Dios.61 Comenta ORBE: «Hay en el creyente o justo un spiritus divino (‘spiritus Dei’), porque infundido por Dios; yhumano (‘spiritus hominis’), porque recibido en el hombre y asimilado por él en orden a los actos salvíficos.Un único y mismo ‘ spiritus’ , qualitas spiritus’» (Comentario I, 293). «Un mismo Espíritu, que en Dios essubstancial, en virtud de su infusión en el alma humana pasa a ser cualidad dinámica (divina) operante en elhombre» (ib. 296). «No hay vestigio en Ireneo – a pesar de II, 33,4 –  de un pneuma natural , componente de laestricta  physis humana, en oposición al Espíritu de Dios. Un mismo espíritu de Dios, imparticipado en Él(resp. en las tres personas) es indivisamente  participado y comunicado al hombre, como ‘qualitas spiritus´ 

     para hacerle ´perfecto’. (…) Allá donde falte el espíritu, deja el hombre de ser perfecto. Y de divinamente perfecto por participación en el espíritu, pasa a ser hombre animal, o también carnal» (ib., 407s).62  V, 6,1,24-27. Según C.  M.  BONDIOLI  (“Gloria Dei homo vivens. Teologia dello Spirito e antropologiaanagogica in Ireneo”,  DivusTh CVI (2003) 241-254, 254), «Se si vuole considerare l’uomo teologicamentenon lo si può pensare se non a partire da come Dio l’ha pensato da sempre: è il tentativo di una antropologia‘anagogica’, in grado di assumere pienamente tutta la realtà naturale (anima e corpo) dentro la visione più  ampia e “dall’alto”, che attraverso la rivelazione Dio stesso, per suo beneplacito, ci participa». «Divenireuomini perfetti significa che il propio essere è costituito dall’anima e dal corpo che hanno accolto lo Spirito diDio» (ib. 248).63 «Sic iterum, si quis tollat imaginem et spernat plasma, jam non hominem intelligere potest» (V, 6,1,31-33).64  «Perfecti igitur qui et Spiritum semper perseverantem habent Dei et animas et corpora sine querelaservaverint» (V, 6,1,52-54).

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    tratan de probar, con esa cita de Pablo, que no hay salvación para la plasmación de Dios.Entonces Ireneo vuelve a que el hombre perfecto consta de carne, alma y Espíritu. ElEspíritu es el que salva y configura65, y la carne es lo que es salvado (‘unido’ según textode Orbe) y formado. Entremedio está el alma, que a veces siguiendo al Espíritu es elevada por éste, otras veces, consintiendo con la carne cae en las concupiscencias terrenas. Los que

    no tienen en sí el Espíritu que salva y forma y da unidad (texto de Orbe) son llamados“carne y sangre”, están muertos porque no tienen el Espíritu que vivifica al hombre. Estosse contraponen a los que temen a Dios, creen en la venida del Hijo de Dios y por la feestablecen en su corazón al Espíritu de Dios. Éstos son llamados puros, espirituales,vivientes para Dios, porque tienen el Espíritu del Padre que purifica al hombre y lo eleva ala vida de Dios (V, 9,1,1-2,24).

    Si la carne es débil, el Espíritu está pronto (Mt 26,41) y tiene poder para cumplirtodo lo que desea (in promptu habet). Si alguien mezcla, como aguijón, la prontitud delEspíritu con la debilidad de la carne, lo poderoso superará a lo débil, la debilidad de lacarne será absorbida por la fortaleza del Espíritu y un tal hombre ya no será carnal sinoespiritual, por la comunión del Espíritu. Los mártires menospreciaron la muerte, no según

    la debilidad de la carne sino según la prontitud del Espíritu. La debilidad de la carne,cuando absorbida, manifiesta el poderío del Espíritu, y el Espíritu, que la absorbe, tiene ensí la posesión (hereditate) de la carne. «De ambos ha sido hecho el hombre viviente:viviente por la participación del Espíritu, pero hombre por la sustancia de la carne»66  (V,9,2,25-40)67. Según V, 9,3, sin el Espíritu de Dios la carne está muerta, no puede heredar(possidere) el reino de Dios. Es el hombre terrestre (1 Co 15,48). Pero donde está elEspíritu del Padre, ahí está el hombre viviente: la carne poseída en herencia por el Espíritu,olvidada de sí misma y recibiendo la cualidad del Espíritu, ha sido hecha conforme alVerbo de Dios68. Después de citar 1 Cor 15,4969, dice nuestro autor que lo terreno es el plasma y lo celeste el Espíritu. Como un tiempo vivimos sin el Espíritu celeste en lavetustez de la carne, así ahora andemos en novedad de la vida, obedeciendo a Dios. Sin el

    Espíritu de Dios no podemos ser salvados. Por tanto, conservemos el Espíritu de Dios paraque no perdamos el reino de los cielos por no participar del Espíritu Santo: la carne y lasangre solas no pueden heredar el reino de Dios.

    65  «El Espíritu Santo, al servicio del Padre, para complemento de la demiurgía del Verbo, es la  Figuratio Patris. Su misión no reside en revelar o dar a conocer a Dios  – como el Verbo,  Agnitio Patris – , sino enconfigurar la carne o deificarla, haciéndola de mortal inmortal, y de corruptible incorruptible, yconformándola según el Cuerpo glorioso del Hijo» (ORBE, Comentario I, 409). J. E. MORALES, concluyendosobre la presencia interior vivificante y permanente del Espíritu en el hombre, expresa: «la operación propiadel Espíritu Santo es el progreso del hombre entendido como el paso de la imagen a la semejanza; la unión dela totalidad natural del hombre con su perfección; la unión de la libertad humana con la acogida del don como

    capacidad; en síntesis, la comunión del hombre con Dios» ( Proficiemus (Adv. Haer. IV,9,2). El progresocomo obra del Espíritu Santo en el hombre. Una aproximación dogmática al Adversus Haereses de San

     Ireneo [Tesis de Licencia, Fac. Teol.], Santiago de Chile, 2009, 146).66  «Et ex utrisque factus est vivens homo, vivens quidem propter participationem Spiritus, homo autem

     propter substantiam carnis» (V, 9,2,38-40).67 Comenta POLANCO  (Gloria, 181): «El hombre pasa a ser así testimonio viviente del poder de Dios quetransforma (=salva) sin destruir, al contrario de los gnósticos en que Dios para salvar debe destruir la carne».68 Cf. J. M. ARRÓNIZ, “La inmortalidad como deificación del hombre en s. Ireneo”, Scriptorium Victoriense VIII (1961) 262-287, 282-287.69 «Sicult portavimus imaginem ejus qui de terra est, portemus et imaginem ejus qui de caelo est».

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    Según V, 9,4, a decir verdad, la carne no hereda sino que es poseída en herencia(véase Mt 5,5). La tierra, de donde procede la substancia de nuestra carne, es poseída comoheredad en el reino. El Señor quiere que el templo esté limpio para que el Espíritu de Diosse deleite en él, como el esposo con la esposa. Como la esposa no puede desposarse con elesposo sino ser desposada por el esposo, así la carne por sí misma (sola) no puede heredar

    el reino de Dios, sino ser poseída en herencia en el reino por el Espíritu. El que vive es elque hereda lo del muerto70. El que vive es el Espíritu de Dios, y lo heredado son losmiembros del hombre que se corrompen en la tierra y que transferidos al reino de los cielosson poseídos en herencia por el Espíritu. Cristo murió para liberar a los esclavos yconstituirlos después herederos de sus bienes, el Espíritu poseyendo la herencia. El Espíritu(que vive) es el que hereda; la carne es adquirida en herencia. El apóstol dice que la carne yla sangre no pueden heredar el reino de Dios, exhortándonos a la comunión con el Espíritu, para que no perdamos la vida, perdiendo el Espíritu que nos posee en herencia. Como si nosdijera: si el Verbo de Dios no inhabitare y el Espíritu del Padre no estuviere en vosotros, yviviereis vanamente como si solo fuereis carne y sangre, no podréis heredar el reino deDios.

    INJERTO E INHABITACIÓNPara explicar que el Espíritu está unido a la carne vivificándola, Ireneo usará la

    imagen del injerto en V, 10. Pablo teme que complaciendo a la carne, desechemos el injertodel Espíritu (cf. Rm 11,17.24). Si el olivo permanece silvestre, es tirado al fuego; pero siretiene el injerto y se transforma en buen olivo, pasa a ser fructífero. Así los hombres, si progresan hacia lo mejor y reciben el Espíritu de Dios y producen los frutos de éste, seránespirituales, como plantados en el jardín de Dios. Pero si desechan al Espíritu y permanecensiendo lo que eran antes, queriendo ser más carne71 que Espíritu, entonces muy justamentese dice que la carne y la sangre no heredan el reino de Dios72. Los hombres pues,infructuosos respecto a la justicia73, pero que reciben, como injerto, la palabra de Dios,

    vuelven a su naturaleza primitiva, la que fue hecha según la imagen y semejanza de Dios(V, 10,1). En V, 10,2 prosigue nuestro autor comparando con el olivo salvaje, y sumudanza por el injerto. Así también el hombre que es injertado por la fe y recibe el Espíritude Dios, no pierde la sustancia de la carne, pero cambia la cualidad de su fruto: ya no sellama carne y sangre sino hombre espiritual74. Pero si no recibe el injerto del Espíritu por lafe, permanece siendo carne y sangre, y no puede tener como herencia el reino de Dios75 (V,10,2,35-53).

    Pablo no rechaza la sustancia de la carne sino que atrae la infusión del Espíritu.«Oportet mortale istud induere immortalitatem, et corruptibile hoc induere incorruptelam»

    70  «Ille (el que posee en herencia) enim dominatur et praeest et disponit, ea quae hereditate possidet

    quemadmodum ipse velit, illa vero subjecta sunt et obaudiunt et dominantur ab eo et sub dominio sunt ejusqui possidet» (V, 9,4,75-78).71 Texto latino de Orbe.72 «Mirabiliter igitur Apostolus naturam ostendit nostram et universam dispositionem Dei in eo sermone quiest de carne et sanguine et oleastro» (V, 10,1,17-19).73 «Et homines in neglegentia constituti et concupiscentias carnis tamquam silvestria fructificantes secundumsuam causam infructuosi justitia constituuntur» (V, 10,1,24-27).74 Advierte FANTINO:«Remarquons encore que l’âme ne subit pas une transformation identique à celle de lachair qui reçoit les qualités de l’Esprit» ( La théologie, 336).75 El olivo silvestre es echado al fuego. «Qui in carne sunt Deo placere non possunt» (Rm 8,8; V, 10,2,52s).

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    (1 Co 15,53). «Vos autem non estis in carne, sed in Spiritu, siquidem Spiritus Dei habitat invobis» (Rm 8,9)76. Más claramente en Rm, 8,10s: «Corpus quidem mortuum propter peccatum, Spiritus autem vita propter justitiam. Si autem Spiritus ejus qui suscitavit Jesuma mortuis habitat in vobis, qui suscitavit Christum a mortuis vivificabit et mortalia corporavestra propter inhabitantem Spiritum ejus in vobis»77. En Rm 8,13 dice que «Si enim

    secundum carnem vivitis, incipietis mori»78

    , no rechazando la vida en la carne79

    , sinoarrancando las concupiscencias de la carne que dan muerte al hombre. Y por esto añade:«Si autem Spiritu opera carnis mortificatis, vivetis: quicumque enim ducuntur Spiritu Dei,hi sunt filii Dei»80 (V, 10,2,53-71).

    Según V, 6,2, porque el Espíritu de Dios habita en nosotros (1Cor 3,16s), el plasmaes llamado templo de Dios. Pablo llama ‘templo’ al cuerpo en el que habita el Espíritu. YJesús llamaba templo a su propio cuerpo (Jn 2,19.21). Con los miembros de Cristo no se puede hacer miembros de una prostituta (1 Cor 6,15). Por tanto habla de nuestro propiocuerpo (unido a una prostituta), de nuestra carne. Mientras el cuerpo persevera en lasantidad y pureza, según dice el apóstol, es miembro de Cristo. «Templum igitur Dei, inquo Spiritus inhabitat Patris, et membra Christi non participare salutem, sed in perditionem

    redigi dicere, quomodo non maximae est blasphemiae?»81

    . Porque ahora, según V, 8,1,1-17, ya hemos recibido una parte del Espíritu de Dios para que nos disponga y nos prepare ala incorruptibilidad, acostumbrándonos82 poco a poco a captar y llevar a Dios: son las arras, parte del honor que Dios nos ha prometido: «Signati estis Spiritu promissionis sancto, quiest pignus hereditatis nostrae» (Ef 1, 13s)83. Las arras, que habitan en nosotros ya nos hacenespirituales y lo mortal es absorbido por la inmortalidad84, no por eliminación de la carnesino por la comunión del Espíritu, que inhabita en nosotros. Aquellos a quienes Pabloescribía vivían en la carne, pero habían recibido el Espíritu de Dios, ‘en el que clamamos:Abba, Padre’. Según V, 13,4,89-93, el Espíritu abraza a la carne, así nuestros corazonescarnales han sido hecho capaces del Espíritu. Como dice Pablo, los corintios son la carta deCristo escrita con el Espíritu del Dios vivo en las tablas carnales del corazón (2 Co 3,3).

    76 V, 10,2,55s.77 V, 10,2,59-64.78 V, 10,2,65s.79 «Etenim ipse in carne cum esset scribebat eis» (V, 10,2,67).80 Rm 8, 13s; V, 10,2,69-71.81 V, 6,2,74-77.82 Véase también III, 17,1,18-22 (el Espíritu se acostumbraba); 20,2,72-75 (el Verbo de Dios y el hombremutuamente se acostumbraban); IV, 14,2,48s; 20,5,101ss; 37,7,176s (maturecens); 38,1,1ss; V, 32,1,4-6;35,1,17-21; 35,2,113-115, etc. Afirma R OMERO POSE: «El Espíritu acostumbrará a la carne a ser capaz deDios. El Espíritu profético, en el A.T., dispondrá la plasis a acoger al Hijo de Dios, al Verbo. En el N.T., elEspíritu de adopción –  propio del Hijo ya Carne glorificada –  acostumbrará a la carne para que pueda recibir el

    Espíritu del Padre y entrar en comunión perfecta con el Creador» (Ireneo de Lión,  Demostración, 34).«L’accoutumance, pour Irénée, n’est pas une formule commode, elle est le nerf de sa réflexion sur l’économiedu salut, car elle lui permet d’exprimer le paradoxe de l’Amour divin se manifestant dans le temps humain, etle cheminement continu de l’homme marchant à la quête de Dieu et s’attachant à lui de plus en plusétroitement» (P. EVIEUX, “Théologie de l’accoutumance chez Saint Irénée”, RSR LV (1967) 5-54, 53). «Leuraccoutumance (del Verbo y del Espíritu) est évidemment au service de celle de l’homme. Car l’un et l’autre  

     progressent dans une réciprocité constante. Dieu s’accoutume à l’homme et, d’un même mouvement, il donneà l’homme de pouvoir s’accoutumer à lui» (SESBOÜÉ, Tout récapituler , 152-154). Cf. POLANCO, Gloria, 178s.83 V, 8,1,7-9.84 «Vos enim non estis in carne sed in Spiritu, siquidem Spiritus Dei habitat in vobis» (Rm 8,9).

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    ESPIRITUALES Y CARNALESEn V, 8,2 insiste Ireneo en que lo que hace al hombre espiritual es que nuestra

    sustancia (unión de alma y carne) reciba (assumens) el Espíritu de Dios. El apóstol llamaespirituales a los que poseen las arras del Espíritu, se someten a él (no a las concupiscenciasde la carne) y se comportan en todo razonablemente, pues el Espíritu de Dios habita en

    ellos. El apóstol llama carnales a los que rechazan el consejo del Espíritu y sirven los placeres de la carne viviendo irracionalmente sin ninguna inspiración del Espíritu divino85.Éstos, según V, 8,3,86-93, por su incredulidad y lujuria, no obtienen el Espíritu divino yrechazan al Verbo vivificante, son llamados carnales y animales por el apóstol, etc. No seencaminan por la fe de manera estable hacia el Padre y el Hijo; no fijan la firmeza de suraíz en el Padre y el Hijo86.

    Según V, 11,1, en Ga 5,19-21 Pablo, después de enumerar las obras de la carne,termina afirmando que los que cometen tales acciones no heredarán el reino de Dios.Proclama así con bastante claridad que «la carne y la sangre no pueden heredar el reino deDios» (1 Co 15,50), porque los que caminan según la carne no pueden vivir para Dios.Pablo añade a continuación las acciones espirituales que vivifican al hombre (Ga 5,22s), a

    saber, el injerto del Espíritu. Así como el que haya progresado hacia lo mejor y producidoel fruto del Espíritu es salvado de todos modos a causa de la comunión del Espíritu, así elque permanezca en las obras de la carne, el carnal, dado que no recibe el Espíritu de Dios,no podrá heredar el reino de los cielos. Pablo en 1Co 6,9-11 enumera los que noheredarán87, el reino de Dios. Pero los Corintios ya han sido lavados, santificados, justificados en el nombre del Señor Jesús-Cristo y en el Espíritu de nuestro Dios. Pablomuestra por causa de qué perece el hombre, si perseverare en vivir según la carne, y porqué cosas es, a su vez, salvado. Las que salvan son el nombre de nuestro Señor Jesús Cristoy el Espíritu de nuestro Dios.

    Y habiendo enumerado las obras de la carne sin el Espíritu, Pablo exclamó al finalde su epístola: «Sicut portavimus imaginem ejus qui de limo est, portemus et imaginem

    ejus qui de caelis est (…), quoniam caro et sanguis regnum Dei possidere non possunt» (1Co 15,49s; V, 11,2,42-45)88. Cuando las obras de la carne se realizaban en nosotros,llevamos la imagen del que es de la tierra. Cuando creyendo en el nombre del Señor(Jesucristo) y recibiendo su Espíritu fuimos lavados, llevamos la imagen del celeste. Perono fuimos lavados de la sustancia del cuerpo ni de la imagen del plasma sino de nuestravetusta vida de vanidad. Por tanto, en aquellos miembros en que perecíamos por obrar lo dela corrupción, en esos mismos miembros somos vivificados por obrar lo que es del Espíritu(V, 11,2,45-59).

    Al comienzo de V, 12,1 prosigue afirmando nuestro autor que así como la carne escapaz de corrupción y de muerte, así también de incorruptibilidad y de vida. Una expulsa ala otra; presente una, perece la otra89. Si la muerte adueñándose del hombre ha expulsado a

    85 «Nihil aliud quam carnalia sentiunt» (V, 8,2,40s).86 «Nunquam autem meditantur eloquia Dei, quemadmodum oportet, neque justitiae operibus sunt adornati»(V, 8,3,81-83). No obtienen, pues, el Espíritu divino.87 Hereditabunt; possidebunt.88 A continuación dice Ireneo: «Hoc autem quod ait; “Sicut portavimus imaginem ejus qui de limo est”, simileest illi dicto: “Et hanc quidem fuisti, sed abluti estis, sed sanctificati estis, sed justificati estis in nomineDomini Jesu Christi et in Spiritu Dei nostri”» (1 Co 6,11; V, 11,2,46-49).89 Comenta ORBE: «El hombre, en su primer existir, vivía con vida imperfecta (animal “per flatum vitae”), nocon Vida perfecta (espiritual, “ per spiritum”). Sólo cuando se adentre en la vida del Espíritu excluirá la

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    la vida, con mucha mayor razón la vida expulsará a la muerte y volverá al hombre viviente para Dios. Si la muerte lo hizo morir, ¿por qué la vida no lo vivificará cuando sobreviniere?Cf. Is 25,8. La prístina vida ha sido expulsada, porque había sido dada por un soplo y no por el Espíritu vivificante (hombre espiritual)90. Como ya vimos, el soplo se da a todo elque habita la tierra, pero el Espíritu propiamente a los que conculcan las concupiscencias

    terrenas (cf. Is 42,5) (V, 12,1,1-2,23). El Espíritu envuelve al hombre por dentro y porfuera, porque siempre permanece, nunca lo abandona. Primero lo animal, luego lo espiritual(1 Co 15,46). Convenía que primero fuera plasmado el hombre y lo plasmado recibiera elalma, y así luego la comunión del Espíritu. Por eso «  primus Adam factus est  a Domino inanimam viventem, secundus Adam in Spiritum vivificantem» (1 Co 15,45)91. Como el primero declinando a lo peor perdió la vida, así este mismo, retornando a lo mejor yrecibiendo el Espíritu vivificante, encontrará la vida (V, 12,2,33-46)92.

    Pasando ahora a V, 12,3s, nos dice Ireneo: lo que había muerto es lo vivificado. Lasustancia de la carne, que había perdido (amiserat) el soplo de vida, estaba muerta93. ElSeñor vino para devolver a ésta la vida, para que como todos morimos en Adán a título deanimales, todos vivamos en Cristo a título de espirituales, no deponiendo el plasma de Dios

    sino las concupiscencias de la carne y recibiendo el Espíritu Santo. En Col 3,5 Pablo diceque hagamos morir nuestros miembros terrestres: la fornicación, etc. Los que hacen talescosas, como sólo siendo carne y sangre, no pueden heredar el reino de los cielos. Por tanto,según el apóstol, hay que despojarse del hombre viejo con sus obras (Col 3,9). Pero no poresto desecha el antiguo plasma. «Fructus autem operis spiritus est carnis salus»94. ¿Qué otrofruto visible ofrece el Espíritu invisible sino volver madura95  a la carne y capaz deincorruptibilidad? Si «vivere in carne hic mihi fructum operis est» (Flp 1,22)96, el apóstolno menospreciaba la substancia de la carne en Col 3,9, sino se refería a nuestra precedentemanera de vivir, que envejece y se corrompe, y por eso añadió: «Et induentes novumhominem, eum qui renovatur in agnitionem secundum imaginem ejus qui creavit eum» (Col3,10)97. El que se renueva es el mismo hombre que antes estaba en la ignorancia de Dios. Y

    muerte (…) Sólo la Vida y Muerte perfectas, en función de la Vida misma de Dios, se excluyendefinitivamente» (Comentario I, 522). «Ireneo habla ‘per se’ de la aptitud de la carne (o cuerpo) para los dosextremos: de Muerte o corruptela (eternas), totales; y de Vida o incorruptela (eternas), totales» (ib.).90 «Reventó la Vida primera de Adán y del hombre viejo (no obstante ser divina), porque no fue otorgada  – en plenitud , como en el N. T. –   mediante el Espíritu (de adopción), sino  – muy parcial   e inicialmente, comocumplía al hombre recién creado, en el A. T. –  mediante el soplo (de vida)» (ib., 533 respecto a V, 12,1,13s).91 V, 12,2,41-43.92 Cf. V, 1,3,75-83.93 «La oveja evangélica simboliza al género humano; y aún mejor, al cuerpo del hombre» (ORBE, Comentario I, 567).94 V, 12,4,77s.95  Respecto a que la carne necesite una maduración en el tiempo, véase P OLANCO, Gloria, 182-185. «Et

    tandem aliquando maturus fiat homo, in tantis maturescens ad videndum et capiendum Deum» (IV, 37,7,175-177). «Patre quidem bene sentiente et jubente, Filio vero ministrante et formante, Spiritu vero nutriente etaugente, homine vero paulatim proficiente et perveniente ad perfectum, hoc est proximum infect o fieri (…)»(IV, 38,3,73-78). «Pour Irénée, l’opus Spiritus est la ‘maturation’ ou la ‘préparation’ de la chair à la vision dela lumière paternelle incorruptible, par une spiritualisation progressive de la chair, gr âce à l’incarnation duVerbe et à la Pentecôte de l’Esprit sur l’Église» (A NDIA, HOMO VIVENS , 334).96 V, 12,4,81.97  V, 12,4,86-88. «Secundum imaginem conditoris, recapitulationem manifestavit ejus hominis (…)» (V,12,4,93s). «Recapitulatio (ἀ νακεφαλαίωσις) no significa resumen ni restitución, sino realización  oconsumación» (ORBE, Comentario I, 584s).

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    en V, 14,4 añadirá Ireneo: si, por tanto, la carne y la sangre nos procuran la vida, no ha sidodicho de la carne y de la sangre el que no pueden heredar el reino de Dios, sino de los actoscarnales que, desviando al hombre al pecado, le privan de la vida. En Rm 6,12s dice Pabloque no reine el pecado en nuestro cuerpo mortal sino que nos presentemos a Dios comomuertos retornados a la vida. Con los miembros con que servíamos al pecado y

    fructificábamos para la muerte, con esos mismos quiere que sirvamos a la justicia yfructifiquemos para la vida.

    EL PODER DE DIOS PARA RESUCITAR LA CARNEDios Padre98  reviste esto mortal con la inmortalidad, y regala gratuitamente la

    incorruptibilidad a lo corruptible, porque el poder de Dios se consuma en la debilidad (V,2,3,57-62)99. En V, 3, Ireneo comienza citando 2 Cor 12,7-9: «Virtus enim in infirmitate perficitur»100. Rechazan el poder de Dios los que viendo la debilidad de la carne noconsideran el poder de quien la resucita de entre los muertos. Porque si no vivifica lomortal y no eleva lo corruptible a la incorruptibilidad, Dios ya no es poderoso. Pero lo es porque modeló al hombre del lodo de la tierra y es más difícil hacer algo de lo que no

    existía que reintegrar los elementos en la vida dada por él. Por otro lado, la carne es capazde recibir y contener el poder de Dios. En ella (en su creación) se ve el arte y la sabiduríade Dios. Participa, por tanto, de su poder. «Nam virtus ejus (de Dios) qui vitam praestat ininfirmitate perficitur, hoc est in carne»101. ¿Cómo dicen, los contradictores, que la carne esincapaz de tener parte en la vida, si ellos mismos están vivos? Si esta vida temporal, que es bastante más débil que aquella eterna, sin embargo, es tan poderosa que vivifica nuestrosmiembros mortales, ¿por qué aquella vida eterna no vivificará esta carne que ya estéejercitada y acostumbrada a llevar la vida? Por tanto, que la carne sea capaz de participar dela vida, se prueba porque vive102. Siendo Dios poderoso para vivificar su plasma y pudiendo la carne ser vivificada, ¿qué queda que prohíba que ella reciba la incorrupción,que es una vida larga103 y sin fin otorgada por Dios?

    Refrendando el poder de Dios para dar una vida larga, sin fin

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    , en V, 4 y 5 exponeIreneo el tema de que el Creador, Padre bondadoso, es el que vivifica los cuerpos y ha dadolongevidad a algunos. En cambio ahora, concluye nuestro autor, algunos ignoran el poderde Dios y su promesa, impugnando su propia salvación, porque estiman imposible que Dios pueda, resucitando los cuerpos, darles una perseverancia eterna105. La exposición de Ireneo

    98 Véase ORBE ad l.c. respecto al antecedente de ‘qui’. 99 «Ex illius magnitudine, sed non ex nostra natura, habemus in aeternum perseverantiam» (V, 2,3,66s). Cf. V,6,2,78-7,1,5 (1 Co 6,13s). Respecto a la mayor distancia de la carne respecto a Dios, siendo menor la delalma, expresa A.  ORBE: «Ireneo discurre enteramente al revés. La vecindad de substancia compromete lamunificencia de la Dispensación divina. Su postulado, implícito, es: cuanto más se aleje en lo natural, lasubstancia del hombre de la divina, mejor resplandecerá lo divino en la Economía humana y más digna será