introduccion a los profetas

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INTRODUCCIÓN A LOS PROFETAS SUMARIO 1. LA FIGURA DEL PROFETA 1.1. La adivinación 1.1.1. Los dioses y la adivinación 1.1.2. Adivinación y magia 1.1.3. Las formas de adivinación 1.1.3.1. La adivinación inductiva 1.1.3.2. La adivinación intuitiva 1.2. Los mediadores 1.2.1. El ángel de Yahveh 1.2.2. El sacerdote 1.2.3. Los mediadores proféticos 1.2.4. Visión de conjunto 1.3. Dios y el profeta (I): los medios de comunicación 1.3.1. Introducción 1.3.2. Las visiones 1.3.2.1. Importancia 1.3.2.2. Enfoques posibles para hacer una clasificación de las visiones 1.3.2.3. Una visión distinta de la realidad 1.3.3. Las palabras. 1.3.4. Éxtasis, trance, posesión 1.4. Dios y el profeta (II): vocación y crisis 1.4.1. La vocación 1.4.1.1. Isaías (6,1-13) 1.4.1.2. Jeremías (1,4-10) 1.4.1.3. Ezequiel (1 – 3) 1.4.2. Vocación y experiencia de Dios 1.4.3. Coacción y crisis 1.5. El profeta y la sociedad 1.5.1. Introducción 1.5.2. La aportación de la sociedad al profeta 1.5.3. El enfrentamiento con la sociedad 1.5.4. Profetas y falsos profetas 1.5.5. La existencia amenazada del profeta 1.6. Los medios de transmisión del mensaje (I): la Palabra 1.6.1. Introducción: fuerza y debilidad de la Palabra profética 1.6.2. Géneros literarios 1.6.2.1. Géneros empleados por los profetas a) Géneros tomados de la realidad tribal y familiar b) Géneros tomados del culto c) Géneros tomados del ámbito judicial d) Géneros tomados de la vida diaria 1.6.2.2. Géneros estrictamente proféticos 1.6.2.2.1. Oráculo de condena en contra de un individuo 1

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Una síntesis sobre el profetismo bíblico.

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  • INTRODUCCIN A LOS PROFETAS

    SUMARIO

    1. LA FIGURA DEL PROFETA1.1. La adivinacin

    1.1.1. Los dioses y la adivinacin1.1.2. Adivinacin y magia1.1.3. Las formas de adivinacin

    1.1.3.1. La adivinacin inductiva1.1.3.2. La adivinacin intuitiva

    1.2. Los mediadores1.2.1. El ngel de Yahveh1.2.2. El sacerdote1.2.3. Los mediadores profticos1.2.4. Visin de conjunto

    1.3. Dios y el profeta (I): los medios de comunicacin1.3.1. Introduccin1.3.2. Las visiones

    1.3.2.1. Importancia 1.3.2.2. Enfoques posibles para hacer una clasificacin de las visiones

    1.3.2.3. Una visin distinta de la realidad1.3.3. Las palabras.1.3.4. xtasis, trance, posesin

    1.4. Dios y el profeta (II): vocacin y crisis1.4.1. La vocacin

    1.4.1.1. Isaas (6,1-13)1.4.1.2. Jeremas (1,4-10)1.4.1.3. Ezequiel (1 3)

    1.4.2. Vocacin y experiencia de Dios1.4.3. Coaccin y crisis

    1.5. El profeta y la sociedad1.5.1. Introduccin1.5.2. La aportacin de la sociedad al profeta1.5.3. El enfrentamiento con la sociedad1.5.4. Profetas y falsos profetas1.5.5. La existencia amenazada del profeta

    1.6. Los medios de transmisin del mensaje (I): la Palabra1.6.1. Introduccin: fuerza y debilidad de la Palabra proftica1.6.2. Gneros literarios

    1.6.2.1. Gneros empleados por los profetasa) Gneros tomados de la realidad tribal y familiarb) Gneros tomados del cultoc) Gneros tomados del mbito judiciald) Gneros tomados de la vida diaria

    1.6.2.2. Gneros estrictamente profticos1.6.2.2.1. Orculo de condena en contra de un individuo

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  • 1.6.2.2.2. Orculo de condena en contra de una colectividad1.6.2.3. Otros gneros de vital importancia

    1.6.2.3.1. La requisitoria proftica1.6.2.3.2. Orculo de salvacin

    1.7. Los medios de transmisin del mensaje (II): las acciones simblicas1.7.1. Introduccin1.7.2. Los ejemplos ms famosos1.7.3. Conclusin: tres tipos de acciones

    1.8. Los medios de transmisin del mensaje (III): la Palabra escrita y los libros1.8.1. Introduccin1.8.2. La formacin de los libros

    1.9. Los profetas del AT y la fe en Jesucristo1.9.1. La concepcin de los profetas1.9.2. La actuacin de Dios a la luz de la fe cristiana

    2. LOS COMIENZOS DE LA PROFECA BBLICA2.1. El fenmeno proftico fuera de Israel2.2. Hubo profetas desde los comienzos de Israel?2.3. La poca de los Jueces2.4. Desde los orgenes de la monarqua hasta Ams2.5. Elas y Eliseo

    3. SEIS GRANDES PROFETAS3.1. Ams

    3.1.1. Los profetas escritores3.1.2. Panorama histrico del siglo VIII3.1.3. La persona del profeta3.1.4. La poca3.1.5. El libro3.1.6. El mensaje

    3.2. Oseas3.2.1. La poca3.2.2. La persona3.2.3. El libro3.2.4. El mensaje

    3.3. El Proto-Isaas3.3.1. La poca de Isaas3.3.2. La persona3.3.3. La actividad proftica3.3.4. El mensaje de Isaas3.3.5. El libro de Isaas

    3.4. Jeremas3.4.1. La poca3.4.2. La persona del profeta

    2

  • 3.4.3. Teologa de Jeremas3.4.4. El libro de Jeremas

    3.5. Ezequiel3.5.1. La poca3.5.2. La persona del profeta3.5.3. El libro3.5.4. Actividad proftica de Ezequiel3.5.5. Teologa de Ezequiel

    3.6. Dutero-Isaas (Is 40 55)3.6.1. La poca3.6.2. La persona del profeta3.6.3. El libro3.6.4. El mensaje3.6.5. Comentario de los cnticos del siervo de Yahveh

    3.6.5.1. Aspectos generales3.6.5.2. Comentario3.6.5.3. Los cantos del siervo a la luz de la fe cristiana

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  • 1. LA FIGURA DEL PROFETA

    En esta primera parte enfocaremos la figura del profeta desde distintas perspectivas:- adivinacin y profeca (semejanzas, diferencias, relaciones estrechas);- los mediadores (a los cuales Dios concede el conocimiento de lo oculto de

    s);- la relacin Dios-profeta (cmo Dios se comunica a ellos, relatos de

    vocacin, crisis religiosas);- la relacin profeta-sociedad (que recurre a ellos pero a la vez los persigue);- las formas de transmisin del mensaje (la palabra hablada, las acciones

    simblicas y la palabra escrita).

    1.1. La adivinacin

    1.1.1. Los dioses y la adivinacin

    Comenzar un curso de profetas con el tema de la adivinacin puede producir extraeza. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el profetismo israelita tiene su origen en el amplio fenmeno de la adivinacin, del que se ir diferenciando gradualmente.

    La adivinacin surge de la preocupacin por el futuro, que es algo universal: qu nos suceder?, se realizarn nuestros proyectos?, quin conoce nuestro destino?, cmo acceder al conocimiento de aquel que conoce este destino nuestro?

    La preocupacin es tambin por el presente: qu es lo ms adecuado hacer?, qu debo hacer? (antes de iniciar una batalla, por ejemplo).

    Para los antiguos, los dioses poseen esa informacin. Algunos de ellos, al menos, estn dispuestos a revelarla.

    La mayora de los hombres antiguos apoyara las palabras que Herdoto 1 pone en boca de Ciro: Los dioses velan por m y me predicen todo lo que contra m se cierne. O, como parece pensar el mismo Herdoto: Cabe deducir que, cuando sobre una ciudad o una nacin van a abatirse grandes calamidades, la divinidad suele presagiarlas con antelacin.

    Es la misma idea de Gn 18,17:puedo ocultarle a Abraham lo que pienso hacer?; o Ams 3,7: No, nada hace el Seor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.

    La vida puede deparar muchas catstrofes y dolores, pero los dioses, que todo lo saben, estn dispuestos a evitarnos mayores males si nos preocupamos de consultarlos, e incluso es posible que se adelanten a hacerlo.

    1 Historiador griego (484-420?).

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  • 1.1.2. Adivinacin y magia

    Surge, entonces, una de las actividades ms antiguas y misteriosas: la adivinacin, que en sus comienzos estaba estrechamente vinculada a la magia. Por qu? Porque lo importante es no slo conocer el futuro sino tambin modificarlo en caso necesario.

    Puede definirse la magia como la manipulacin tcnica de diversas fuerzas sobrenaturales (a menudo impersonales) o la coaccin de una divinidad para obtener un efecto deseado 2.

    Como puede verse, se trata de forzar a las fuerzas sobrenaturales o a la divinidad a hacer algo mediante complicados procedimientos que suelen involucrar objetos 3.

    Cuando el rey Ocozas de Israel enva a consultar al dios Baal Zebub de Ecrn, no le interesa obtener un simple diagnstico mdico; busca que ese dios le conceda la salud (2 Re 1,2).

    1.1.3. Las formas de adivinacin

    La palabra latina divinatio hace referencia al mundo sublime de lo divino. La equivalente griega resulta ms neutral.

    Distinguiremos entre: a) adivinacin inductiva o tcnica, y b) intuitiva o natural. Veremos los distintos mtodos a continuacin.

    1.1.3.1. La adivinacin inductiva

    Es aquella que utiliza objetos de diverso tipo.

    a) A partir de los elementos de la naturaleza

    - Observacin de los cuerpos celestes (astrologa).

    Se basa en la estrecha relacin que se imagina entre cielo y tierra; lo que sucede en la tierra es presagiado en el cielo. Y esto porque se considera a los astros seres divinos.

    Entre los cuerpos celestes el que atrae ms la atencin es la luna (es la ms fcil de examinar). Observando la posicin de los astros y las faces lunares se sienten los adivinos capacitados para adivinar los problemas y conflictos nacionales, internacionales y personales. En Babilonia haba una carta astral.

    En la Biblia, el Dutero Isaas, en una larga lamentacin sobre Babilonia, nos habla de los astrlogos de esa ciudad (47,13).2 MEIER,J. Un judo marginal, tomo II vol. 2, Verbo Divino, Estella, 2002, p.640.3 No est presente aqu la relacin personal con Dios o la disponibilidad para hacer su voluntad que debe acompaar a toda peticin hecha desde la fe en la oracin.

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  • - Fenmenos atmosfricos

    El color de las nubes (especialmente de las que se renen en torno al sol), su forma, parecido con ciertos objetos y animales. Tambin el nmero de truenos y relmpagos. En Mesopotamia si las estrellas fugaces iban de derecha a izquierda, la interpretacin de ese fenmeno era la de un presagio favorable.

    Otro fenmeno es el del murmullo del viento en la copa de los rboles. Lo tenemos en 2 Sm 5,22-24:

    Vovieron a subir los filisteos y se desplegaron por el valle de Refan. David consult a Yahveh 4, que le dijo: No subas contra ellos. Da un rodeo detrs de ellos y atcalos desde las balsameras. Cuando oigas ruido de pasos en la cima de las balsameras, ataca con decisin, porque Yahveh sale delante de ti para derrotar al ejrcito de los filisteos.

    Algo semejante ocurre en Grecia (el orculo de Dodona, mencionado por Hesodo) en donde se sacan los orculos de una encina.

    No sucede algo semejante con la encina de Mor de Gn 12,6 y Dt 11,30, a la que llega Abraham despus de un largo viaje y que es presentada en el texto como lugar sagrado? Puede ser la misma que en Jue 9,37 se llamaba la encina de los adivinos.

    b) A partir de la observacin de animales

    En la Ilada, Odiseo habla de una serpiente que se come a 8 polluelos. El adivino explica que los aos de lucha contra Troya sern 9 (8 + la madre). Al dcimo ao caer la ciudad (ya llevaban 9 aos de lucha).

    La Biblia nos presenta un ejemplo notable:

    (El contexto es el del robo del Arca de la Alianza por parte de los filisteos, que les ha causado grandes males; ellos consultan a sus propios sacerdotes y adivinos, los que recomiendan lo siguiente) Ahora, pues, tomen ustedes y preparen una carreta nueva y dos vacas que estn criando y que no hayan llevado yugo; uncirn ustedes las vacas a la carreta y harn volver sus becerros al establo. Tomarn ustedes el Arca de Yahveh y la pondrn sobre la carreta (...) Y fjense: si toma el camino de su pas, hacia Bet Shemesh, es l el que nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto nos ha sucedido por casualidad (1 Sm 6,7-9).

    Ocupa un lugar especial el estudio de los pjaros (ornitomancia). Su vuelo, su aparicin por la derecha o por la izquierda, los gritos que lanzan, se consideran mtodos adecuados de revelacin. Este modo de adivinacin tuvo gran xito entre griegos y romanos.

    4 Ms adelante veremos cmo se consultaba a Yahveh.

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  • c) A partir de los sacrificios

    El estudio de las entraas de las vctimas ocupa un lugar central. La tcnica ms elaborada es la de la observacin del hgado, que por su peso y volumen era considerado el lugar de la vida. Su tamao, anomalas, malformaciones, se estudian y relacionan con otros fenmenos de la vida diaria: guerras, desgracias, revueltas. Esta tcnica estuvo muy desarrollada en Mesopotamia.

    Puede observarse tambin la llama y el humo de los sacrificios.

    d) A partir de la observacin de algunos lquidos

    En casi todos los pueblos antiguos se considera el agua como elemento generador y revelador. Por ejemplo, la observacin de las ondas al tirar una piedra en el lago o en el mar. Otro tanto el arrojar trozos de metal o de madera en un vaso o vasija para observar los crculos o los ruidos que produce.

    Puede adivinarse tambin mediante el uso combinado de diferentes lquidos, especialmente de agua y aceite. Los crculos que se forman al echar unas gotas de aceite en el agua (o viceversa), o donde se concentran, sirven para obtener informacin de los dioses. La tcnica se usaba tanto en los asuntos de estado (Mesopotamia) como en los privados.

    e) Mediante diversos instrumentos

    Se utilizan muchos instrumentos: copas, flechas, bastn, dados, varitas, y los misteriosos urim y tummim y el efod, de los que hablaremos ms adelante.

    En Gn 44, Jos, que ha sido nombrado primer ministro del Faran, tiende una trampa a sus hermanos (que lo dejaron abandonado o vendieron, segn Gn 37): ordena a su mayordomo que introduzca en la bolsa de Benjamn la copa de plata (v.2), la que utiliza (...) para beber, y tambin para sus adivinaciones (v.5). Ms tarde, por supuesto, los acusar de robo.

    Las flechas se utilizan, segn parece, midiendo la distancia recorrida u observando la forma de caer; tambin colocando en una la frase dios me lo manda y en otra dios me lo prohibe; la flecha que llega ms lejos dice lo que hay que hacer. Se utiliza tambin el introducir flechas marcadas en un carcaj y sacar una.

    En el Segundo libro de los Reyes tenemos testimonio de la utilizacin de flechas:

    Eliseo cay enfermo de la enfermedad de que haba de morir. Jos, rey de Israel, baj para verle (...) Eliseo le dijo: Toma un arco y flechas, y l tom un arco (...) y Eliseo dijo: dispara!. Y dispar. Eliseo dijo: flecha de victoria contra Aram! Derrotars por completo a Aram en Afec (2 Re 13,14-17).

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  • Los rabes usaron las flechas hasta Mahoma, quien las prohibi.

    El uso de un bastn est atestiguado en la Biblia y en Grecia. Oseas nombra la prctica de consultar el leo (4,12). No sabemos como se utilizaba.

    La utilizacin de los dados, piedrecitas, objetos de madera u otros similares se encuentran en la Biblia bajo la denominacin de por la suerte. Se utilizan en las siguientes circunstancias:

    Para la bsqueda de un culpable. En Jos 7,17-18 se nos cuenta que a partir de la derrota en el intento de conquista de la ciudad cananea de Ay se realiza la bsqueda del culpable 5.

    Para elegir una autoridad. En 1 Sm 10,19-21 se nos relata la eleccin de Sal como rey de Israel.

    Para distribuir la tierra conquistada entre las tribus. Es lo que nos relata Jos 14,2; 18,1 21,40.

    1.1.3.2. La adivinacin intuitiva

    Tres formas son las principales: la interpretacin de sueos (oniromancia), la consulta a los muertos (necromancia) y la comunicacin divina a travs de orculos (cresmologa).

    a) Oniromancia (interpretacin de sueos)

    Se utiliz en Grecia, Mesopotamia (Gilgamesh), Persia e Israel. Como se presta a errores, uno es el que tiene los sueos y otro el que interpreta. La mayora de los reyes tiene en su corte un equipo amplio de adivinos, magos, astrlogos y agoreros que le interpretan sus sueos como es debido.

    En el AT encontramos este mtodo en muchos textos:

    - Un sueo evita que un rey filisteo peque: Abraham se traslad de all al pas del Negueb, y se estableci entre Cads y Sur. Una vez avecindado en Guerar, sola decir Abraham de su mujer Sara: Es mi hermana 6. Entonces el rey de Guerar, Abimlec, envi

    5 Este mtodo nos puede parecer bastante brutal y arbitrario, y de hecho lo es. Sin embargo, deben presentarse tambin las pruebas de la culpabilidad del designado por la suerte; en este caso, los objetos robados.

    El anatema designa el gesto de ofrecer como sacrificio a Yahveh lo conquistado, lo que se traduce en la muerte de los habitantes de las ciudades y en la entrega a Yahveh de las cosas ms valiosas. Anatema es tambin la maldicin que recae contra todo el pueblo por el incumplimiento de este rito. Estamos ante una concepcin del castigo divino como colectivo, a menos que se aparte al culpable. El pecado es una especie de enfermedad que afecta a todo el clan a menos que se la corte de raz. Respecto de la muerte de hombres, mujeres y nios, hay que tener en cuenta que esto era una prctica comn en el Oriente Medio de la poca. Debe aplicarse aqu los criterios de la revelacin progresiva y de la perdagoga divina consagrados por el Concilio Vaticano II (DV 15).

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  • por Sara y la tom. Pero vino Dios a Abimlec en un sueo nocturno y le dijo: Date por muerto por esa mujer que has tomado, pues est casada (Gn 20,1-4).

    - Jacob funda el santuario de Betel a raz de un sueo en el cual Dios le promete la tierra en la cual est (Gn 28,10-19)

    - Los sueos de Jos: sus hermanos lo abandonan o venden (el texto mezcla dos versiones) debido a un sueo que ha tenido (Gn 37,5-8) y termina en un alto cargo en la corte egipcia por la interpretacin que hace de un sueo del faran (Gn 41,1-4.25-32).

    - Un sueo decide una batalla: Madin, Amalec y todos los hijos del Oriente haban cado sobre el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables como la arena de la orilla del mar. Se acerc Geden (juez mayor) y he aqu que un hombre contaba un sueo a su vecino; deca: He tenido un sueo; una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de Madin, llegaba hasta la tienda, chocaba contra ella y la volcaba lo de arriba abajo. Su vecino le respondi: Esto no puede significar ms que la espada de Geden, hijo de Jos, el israelita. Dios ha entregado en sus manos a Madin y a todo su campamento. Cuando Geden oy la narracin del sueo y su explicacin, se postr, volvi al campamento de Israel y dijo: Levntense!, porque Yahveh ha puesto en las manos de ustedes el campamento de Madin (Jue 7,12-15).

    Si el sueo normal puede ofrecer un simple presagio, o una orden de los dioses, el sueo tenido en un santuario es fuente de bendicin. Por eso se acude al templo para tenerlos (incubacin). Se puede hacer para invocar la proteccin divina ante un peligro, o ante una duda o para obtener la salud. La incubacin fue practicada en Grecia y Egipto.

    Un ejemplo bblico de sueo tenido en un templo es el que tuvo Salomn en el santuario de Gaban al comienzo de su reinado en el que pide a Dios gobernar al pueblo con sabidura (1 Re 3,5-14). Sin embargo, este recurso no es demasiado estimado en el AT; es preferible la revelacin cara a cara que Yahveh otorg a Moiss:

    Baj Yahveh en la columna de Nube y se qued a la puerta de la Tienda. Llam a Aarn y a Mara y se adelantaron los dos. Dijo Yahveh: Escuchen mis palabras: Si hay entre ustedes un profeta, en visin me revelo a l, y hablo con l en sueos. No as con mi siervo Moiss: l es de toda confianza en mi casa; boca a boca hablo con l, abiertamente y no en enigmas, y contempla la imagen de Yahveh (Nm 12,5-8).

    Como cualquier otro medio de revelacin, el de los sueos puede ser manipulado:

    Ya he odo lo que dicen esos profetas que profetizan falsamente en mi nombre diciendo: He tenido un sueo, he tenido un sueo! (Jer 23,25). O, ms adelante: As dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: No los embauquen a ustedes los profetas que hay entre ustedes ni sus adivinos, y no hagan caso de sus soadores que suean por cuenta propia, porque falsamente profetizan en mi nombre (Jer 29,8-9).6 Abraham est en territorio filisteo (notable anacronismo, ya que los filisteos desembarcaron en Palestina muchsimo ms tarde) y teme que el rey lo mate para quedarse con su mujer; por eso la hace pasar por hermana.

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  • b) Necromancia (o consulta a los muertos)

    Es un medio de revelacin muy extendido en el mundo antiguo. Segn el testimonio bblico se encuentra en los cananeos (Dt 18,9-11), los egipcios (Is 19,3) y los mismos israelitas (2 Re 21,8; Is 8,19; 65,4). Un notable ejemplo es 1 Sm 28,3-25, en donde Sal conversa con Samuel (recin fallecido) a travs de una nigromante. Casos muy similares a ste se encuentran en el mundo griego 7.

    Esta prctica quizs se basa en la creencia popular de que los difuntos no slo sobreviven despus de muertos sino que tienen poderes sobrenaturales de conocimiento. Por otra parte, se supone que les interesan mucho los asuntos de las personas con las que convivieron.

    Conviene tratar aqu lo relativo a un objeto adivinatorio israelita bastante enigmtico: el terafim. En Ezq. 21,26 se dice que Nabucodonosor lo consult antes de atacar Jerusaln y por Zac 10,1-2 sabemos que se peda mediante l la lluvia, en el contexto de prcticas adivinatorias y mgicas para obtenerla, cosa que resulta tan pecaminosa como pedrselo a Baal. De hecho, en 1 Sm 15,23 el terafim aparece en paralelo al pecado de adivinacin.

    Resulta imposible concretar qu era el terafim y cmo se lo consultaba. Pero hay algunos detalles curiosos: cuando Raquel marcha con Jacob hacia Canan, roba a su padre Labn su terafim (Gn 31,19.34.35). Siglos ms tarde, un tal Mic se hizo un efod y un terafim, consagr sacerdote a uno de sus hijos y dispuso una especie de capilla privada (Jc 17,5). Finalmente, Mical, hija de Sal y futura esposa de David, para que los soldados de Sal no descubrieran que David haba huido, puso un terafim en la cama (1 Sm 19,11-17).

    Una buena forma de conjugar los datos expuestos es considerar al terafim como una especie de dios familiar; es decir, como espritus o genios, que a veces se manifiestan como bienhechores y otras como perjudiciales. Al principio, probablemente, significaron espritus y despus imgenes.

    c) Cresmologa (comunicacin divina a travs de orculos)

    Lo propio del orculo es que la divinidad se comunica aqu mediante la palabra (ya veremos cmo). Se usaba en las siguientes ocasiones:

    - La eleccin del jefe o del monarca. Cuando Israel desea instaurar la monarqua, acude al profeta Samuel para que elija, en nombre de Dios, a la persona adecuada (1 Sm 8). Su sucesor, David, tambin cuenta con el apoyo de Samuel (1 Sm 16,1-14).

    - La guerra. Es muy frecuente en Grecia. Los orculos ah son frases enigmticas que admiten interpretaciones diversas por parte del que solicita el orculo. A veces se

    7 Relatados por Herdoto y Homero.

    10

  • consulta 2 veces: una para saber el futuro y otra para modificarlo. Tambin sucede que se consulta y no se hace caso del orculo.

    En la Biblia tenemos como ejemplos:

    - 1 Sm 14,36: Sal dijo: Bajemos durante la noche en persecucin de los filisteos y saquemoslos hasta el amanecer; no dejaremos ni un solo hombre. Le respondieron: Haz lo que mejor te parezca. Pero el sacerdote dijo: Acerqumonos aqu a Dios. Consult Saul a Dios: Bajar en persecucin de los filisteos? Los entregars en manos de Israel?. Pero no respondi en aquella ocasin. Otro ejemplo similar hay en 2 Sam 5,19.23-24.

    - El rey de Israel, Ajab y el rey de Jud, Josafat, planean una guerra en contra de Aram (Siria). Ajab consulta a 400 profetas, que le predicen el xito; sin embargo, consulta tambin a Miqueas, quien le predice el fracaso. El rey no hace caso a este ltimo y muere en combate (1 Re 22,1-38)

    - En caso de enfermedad. Isaas predice la muerte del rey Ezequas, que est enfermo. Ante la splica del rey, el orculo cambia: Is 38,1-8 (hay que incluir los vv. 21 y 22, que deben colocarse aqu).

    - En caso de desgracias que se abaten sobre el pueblo o sobre un individuo. Es el caso de 2 Sm 21,1-14:

    En tiempo de David hubo hambre durante 3 aos consecutivos. David consult a Yahveh, que respondi as: Hay sangre sobre Sal y sobre su casa, porque mat a los gabaonitas. (...) Dijo, pues, David a los gabaonitas: Qu puedo hacer por ustedes y cmo puedo aplacarlos para que ustedes bendigan la heredad de Yahveh? (...) Entonces ellos dijeron al rey: Aquel hombre nos extermin y proyect aniquilarnos para hacernos desaparecer de todos los trminos de Israel. Que nos entreguen 7 de entre sus hijos y los despearemos ante Yahveh (...). El rey dijo: Se los entregar.

    - En caso de colonizaciones, andanzas o peregrinaciones. Por ejemplo:

    Le dijeron (al sacerdote): Consulta, pues, a Dios, para que sepamos si el viaje que estamos haciendo tendr feliz trmino. Les respondi el sacerdote: Vayan en paz; el viaje que ustedes hacen est bajo la mirada de Yahveh (Jue 18,5-6)

    d) Orculos no pedidos

    El orculo puede haber sido dado por la divinidad sin haber sido consultada. Esto ocurre en 2 casos:

    - cuando Dios se limita a revelar el futuro (generalmente con sentido funesto), o- cuando Dios encomienda una misin (en Grecia, Mesopotamia, Egipto).

    11

  • La orientacin fundamental de la profeca hebrea va en esta lnea. Hay una evolucin en Israel que va:

    - de una palabra buscada por el hombre a una palabra enviada por Dios;- del descubrimiento de un enigma al descubrimiento de una misin;- de la bsqueda de una seguridad personal al choque con una responsabilidad;- del inters personal a la responsabilidad con los dems.

    Este paso del orculo solicitado por intereses personales al orculo que transmite la voluntad de Dios, incluso en contra de los intereses personales o nacionales, es lo que dar al profetismo de Israel la importancia y dignidad que no encontramos en otras culturas.

    12

  • 1.2. Los mediadores

    1.2.0. Introduccin

    Hemos visto en el apartado anterior que los pueblos antiguos compartan la idea de que los dioses podan y queran comunicarse con los hombres. Igualmente difundida estaba la idea de que esta comunicacin la establecen a travs de personas especiales (incluso el sueo requiere de un intrprete).

    Probablemente en todas las culturas ha habido intermediarios buenos y malos, aceptados y prohibidos.

    La lista de los intermediarios prohibidos en la Biblia es larga. Dt 18,9-15 nombra a los adivinos, los astrlogos, los hechiceros, los magos, los encantadores y los nigromantes. Slo el profeta es aceptado. Sin embargo, este texto refleja una situacin tarda. Antes de l eran admitidos muchos ms intermediarios. Los ms importantes eran el sacerdote y el profeta. De un modo especial tambin el misterioso ngel de Yahveh.

    1.2.1. El ngel de Yahveh

    Nos interesan aqu especialmente las tradiciones en las que el ngel del Seor (en hebreo, malak Yahveh: ngel de Yahveh y malak Elohm: ngel de Dios) transmite un mensaje dando a conocer el futuro o indicando lo que se debe hacer en el presente. Algunos ejemplos:

    - Gn 22,11-12.15-18: el ngel de Yahveh impide que Abraham sacrifique a Isaac.- Ex 23,20-23; 33,1-3: el ngel va delante del pueblo cuidando el camino,

    conducindolo y librndolo de sus enemigos.- 1 Re 19,5-7: el ngel ordena a Elas comer dos veces en un momento en que se

    encuentra agotado y desanimado.

    Por consiguiente, el ngel de Yahveh puede transmitir mensajes diversos, desde unas buenas palabras de consuelo o una promesa, hasta una orden de salvar al pueblo y una compleja interpretacin de la historia. En otras ocasiones lo podra haber hecho un sacerdote o un profeta. Sin embargo, el ngel de Yahveh no slo transmite mensajes sino que puede actuar, protegiendo o castigando.

    Qu o quin es el ngel de Yahveh? Entre los telogos actuales hay diferentes teoras 8:

    - Algunos identifican al ngel de Yahveh con la Palabra de Dios (llamada teora del logos, muy comn entre los Padres)

    - Se tratara de un mensajero perteneciente al mundo creado que acta en nombre de Dios y por su encargo (teora de la representacin).

    8 Segn FICKER,R. Malak.Mensajero, en JENNI,E. WESTERMANN,C. Diccionario Teolgico Manual del AT, tomo I, Cristiandad, Madrid, 1978, cols. 1235-1236.

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  • - Sera una forma de manifestacin de Yahveh mismo en forma humana (teora de la identidad).

    - Una personificacin de Yahveh (teora de la hipstasis)- Una tarda interpolacin introducida para evitar una descripcin de Yahveh

    excesivamente antropomrfica (teora de la interpolacin).

    De estas teoras la ms fundada parece ser la de la representacin, pues interpreta la funcin del malek Yahveh como la de un enviado por Dios a hablar y actuar. La dificultad de que a veces Yahveh y su ngel son identificados desaparece cuando se piensa que un enviado o mensajero se identifica con siempre con su mandante para todos los efectos de su misin. De todos modos, la teora de la representacin no se opone a la de la interpolacin en ciertos pasajes.

    1.2.2. El sacerdote

    En las tradiciones antiguas (anteriores al Deuteronomio) el sacerdote es quien adivina en Israel (junto con el profeta). Es l quien usa el urim y el tummim y el efod. Algunos ejemplos:

    - 1 Sam 14,36-37: Hemos visto este texto. Sal consulta a Yahveh a travs del sacerdote si debe atacar o no a los filisteos. No hay respuesta (?) debido a que una prohibicin ha sido transgredida.

    - 1 Sam 23,9-12: Supo David que Sal tramaba su ruina, y dijo al sacerdote Abiatar: Acerca el Efod. Dijo David: Yahveh, Dios de Israel, tu siervo ha odo que Sal intenta venir a Queil para destruir la ciudad por mi causa. Me entregarn los notables de Queil? Descender de verdad Sal como tu siervo ha odo? Yahveh, Dios de Israel, hazlo saber por favor a tu siervo. Yahveh respondi: Bajar. Pregunt David: Me entregarn los notables de Queil, a m y a mis hombres, en manos de Sal? Respondi Yahveh: Te entregarn.

    Qu son el urim y el tumin? El texto ms iluminador es 1 Sam 14,41:

    (Dijo Sal) Si el pecado es mo o de mi hijo Jonatn, Yahveh Dios de Israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo Israel, da tummim.

    El problema es que este texto pertenece a la traduccin de los LXX ya que el hebreo ofrece en este caso una pequea laguna.

    Segn algunos autores, seran dos piedras o varitas que se diferenciaban por el color o una inscripcin equivalente a un s o un no, o con la iniciales de urim y tummim,etc. Sin embargo, cmo explicar que a veces no haya respuesta divina? En todo caso, deban ser objetos pequeos ya que el sacerdote los lleva colgados en el pectoral (Ex 28,29-30 y Nm 8,8).

    El efod podra ser una caja pequea o una bolsa.

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  • Las ocasiones en que el sacerdote ocupa estos instrumentos son:

    - antes de empezar una batalla,- para descubrir al culpable de alguna falta,- para confirmar la eleccin divina de una autoridad, etc.

    1.2.3. Los mediadores profticos

    El gran intermediario para conocer el futuro es el profeta, como afirma Dt 18,14-18. Nos hallamos, sin embargo, ante un problema terminolgico. Nosotros usamos una palabra, profeta, para referirnos a unos personajes que la Biblia designa con ttulos diferentes. Nuestra palabra castellana viene del griego pi que traduce 4 trminos hebreos: roeh (vidente), hozeh (visionario), ish Elohm (hombre de Dios) y nab (profeta). Veamos estos trminos uno por uno:

    a) Vidente (roeh). En el AT se usa slo 11 veces. Un texto tpico es el de 1 Sam 9,1-20: Sul es enviado por su padre a buscar unas asnas que se han perdido, su criado le propone consultar a Samuel, cosa que Sal hace. Pero, a su vez, Dios solicita a Samuel que unja como rey a Sal.

    Este episodio nos aporta datos muy interesantes sobre la imagen antigua del vidente: un hombre que conoce las cosas ocultas, al que se puede consultar dndole una propina. Ya que aparece por el pueblo precisamente cuando se va a ofrecer un sacrificio, piensan algunos que tambin cumpla funciones sacerdotales. Sin embargo, es probable que debamos ver los sacrificios como parte integrante de su actividad de vidente. De hecho, uno de los procedimientos tpicos para adivinar era, como hemos visto, observar las entraas de las vctimas. La terminologa oscila entre hombre de Dios y vidente, predominando esta ltima (el v.9 es una interpolacin tarda y poco adecuada).

    b) Visionario (hozeh). Se utiliza en 16 ocasiones (10 de ellas en los libros de las Crnicas). Se refiere al que tiene visiones. A veces est ligado al rey, pero no necesariamente forma parte de la corte real. La fama que tiene es ambigua: en algunos textos aparece como la conciencia lcida del pueblo (Is 29,10) y en otros como un comerciante que se vende al mejor postor (Miq 3,5-7).

    c) Hombre de Dios (ish Elohm). Aparece 76 veces en el AT. Se lo aplica a Samuel, Elas y Eliseo. Se trata de alguien que posee una relacin tan estrecha con Dios que es capaz de obrar los mayores milagros. No slo transmite la Palabra de Dios sino que transforma las vidas, realiza lo que pareca imposible (1 Re 17,24; 2 Re 4,9.16.22). Posteriormente, se lo aplica honorficamente a Moiss y David. Se trata de un ttulo siempre positivo.

    d) Profeta (nab). Se usa 315 veces en el AT. Es, por lo tanto, el trmino ms frecuente para referirse a los profetas; sobre todo a partir de finales del siglo VII y durante el VI. Veamos qu dicen los textos:

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  • - Dt 18,9-22: Yo les suscitar, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondr mis palabras en su boca, y l les dir todo lo que yo le mande (v.18).

    - En la Historia Deuteronomista se aplica el ttulo a muchos protagonistas de la Historia de la Salvacin: a Dbora, Samuel, Natn, Ajas de Sil, Elas, Eliseo, Isaas, Miqueas, Sofonas, Jeremas, Habacuc, y Ezequiel. Habla tambin de grupos de profetas (1 Re 22,1-38, que vimos ms arriba al tratar los orculos; 1 Sam 10,5: grupo al que se une Sal despus de ser consagrado rey). Sobre ellos, a veces hay un juicio positivo y otras negativo. En 1 Re 18 (el sacrificio del Carmelo) son profetas de Baal que se autoprovocan el xtasis.

    - En Lamentaciones (2,20) se nos relata que los profetas fueron asesinados en el Templo junto con los sacerdotes.

    - En Nehemas (6,7-13), en el momento en que Nehemas est reconstruyendo las murallas de Jerusaln, los samaritanos lo acusan de haber designado profetas para hacerse nombrar rey. Un profeta profetiza falsamente comprado por los samaritanos.

    - Ams se presenta en contraposicin a las cofradas de profetas, que viven de la corte real (Am 7,14).

    - Hay una serie de textos en que quedan mal parados. En Is 3,2; 9,14 y Miq 3,5-7.11 se los acusa de profetizar por dinero.

    Conclusiones que se pueden sacar de estos datos:

    - El ttulo nab no implica necesariamente una valoracin positiva; de hecho, se aplica tanto a los profetas de Baal como a los de Yahveh, tanto a los falsos como a los verdaderos profetas. Lo curioso es que el ttulo terminara imponindose para designar a personajes como Isaas, Ams y Miqueas, que nunca lo reivindican.

    - El sentido y la funcin del nab vara a lo largo de la historia; sin embargo, es claro que lo esencial del profeta es la transmisin de la Palabra de Yahveh 9.

    - El nab acta a veces de manera independiente y a veces en grupo, pero los datos ms antiguos que tenemos los presentan en grupos, y esta tradicin se mantiene hasta el final.

    - Dentro de esta tradicin corporativa, mientras en el Reino del Norte aparecen reunidos en torno al rey, en el Reino del Sur, aparecen vinculados al Templo, lo que los relaciona estrechamente con los sacerdotes. Es posible hablar, en este ltimo caso, de profetas cultuales.

    9 Aunque, en algunos casos, el profeta transmite la palabra de otra persona. Por ejemplo, Aarn es profeta de la palabra de Moiss.

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  • - El fenmeno del nebismo no es homogneo en su mensaje ni en sus manifestaciones. Por eso, hay numerosos intentos actuales de clasificar a los nebim en grupos distintos.

    - Las mujeres pueden formar parte de este movimiento, incluso con gran prestigio, dato muy importante si recordamos que en Israel no tienen acceso al sacerdocio.

    1.2.4. Visin de conjunto

    Hemos visto 4 tipos de mediadores profticos. La tradicin posterior termin mezclndolos de forma inseparable. Samuel es hombre de Dios, vidente y profeta; Elas y Eliseo son hombre de Dios y profeta; a Jeh se lo llama profeta y visionario; los ejemplos podran multiplicarse.

    Es posible rastrear el sentido primitivo de cada trmino? Muchos se muestran escpticos y piensan que son sinnimos, al menos en sus funciones. Otros admiten ciertas diferencias, pero las discrepancias entre un autor y otros son tales que no vale la pena presentarlas aqu. Otro tanto sucede con las explicaciones que se dan acerca de la existencia de ttulos diversos.

    En toda esta presentacin se ha omitido intencionadamente la cuestin principal; a saber, que estos intermediarios son importantes porque conocen lo que no sabe el resto de sus contemporneos. Precisamente por eso acuden a ellos. Por qu cauces les comunica Dios ese conocimiento? Es lo que veremos en la parte siguiente.

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  • 1.3. Dios y el profeta (I): los medios de comunicacin

    1.3.1. Introduccin

    Hemos visto en los apartados anteriores que el profeta es uno de los intermediarios elegidos por Dios para transmitir a los hombres un conocimiento especial sobre lo que se debe hacer en el momento presente o las incertidumbres del futuro. Ahora nos interesa conocer cmo les comunica Dios ese conocimiento.

    La tradicin bblica es clara en este punto: a travs de visiones y audiciones. Mucho ms difcil es saber si esa revelacin tiene lugar durante un estado de xtasis y el papel que ste desempea en la experiencia proftica. Estos sern los temas de esta parte del curso.

    Abordaremos el tema de una manera atpica: estudiando la forma en que Dios se comunica, segn la tradicin bblica, a un vidente no israelita, Balaam (Nm 22 24), que, por otra parte, est muy cerca de los magos. El problema histrico y literario no interesa ahora. Aceptamos el texto actual como un ejemplo muy vivo e interesante de cmo conceban los antiguos israelitas la comunicacin de Dios con un vidente o profeta.

    Balaam es un profeta de la zona de Babilonia que es contratado por Balac, rey de Moab, para que maldiga a Israel y, de ese modo, detenga el avance inexorable de los hebreos en su paso por el desierto hacia la conquista de la tierra prometida.

    Desde la partida, encontramos un dato curioso. Cuando se presentan los enviados de Balac, l les advierte que no puede comprometerse hasta que no sepa lo que Dios quiere. Y l sabe que Dios le hablar esa noche durante el sueo (22,8-13). Lo mismo ocurre con la segunda embajada (22,19-20). Las palabras de Dios, con preguntas tan ingenuas como quines son esos que estn contigo? y rdenes tan concretas como las de ir o no ir, indican que los narradores conciben la comunicacin entre Dios y el profeta de forma tan directa como un dilogo entre personas. Al mismo tiempo, queda clara la funcin que deber cumplir: decir slo lo que Dios diga (22,20.35). Afirma Balaam: Pronunciar slo la palabra que el Seor ponga en la boca (22,38). No se trata slo de que Balaam escuche a Dios, sino de que Dios pone su palabra en su boca para que la transmita.

    Sin embargo, junto a este aspecto auditivo y verbal, est tambin muy claro el visual. Antes de pronunciar los orculos, preparados por los sacrificios, Balaam se retira diciendo a Balac: Yo voy a ver si el Seor me sale al encuentro; lo que l me haga ver te lo comunicar (23,3). Efectivamente, los orculos unen el doble aspecto, visual y auditivo, visin y palabra. El Seor pone su palabra en boca de Balaam y le encarga hablar. Pero lo que transmite con la palabra es una visin e implica una bendicin (23,7-10). Y todo junto, visin y palabra, es lo que el Seor le pone en la boca (23,12).

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  • Por eso, en la introduccin del orculo tercero, Balaam se autopresenta como el hombre de ojos perfectos 10, el que escucha palabras de Dios 11, y contempla visiones del Todopoderoso (Shadday), en xtasis (nofel), con los ojos abiertos 12 (24,3-4). Se trata de ojos capaces de ver una realidad distinta de la que perciben los otros mortales, y el don de escuchar palabras procedentes de un mundo distinto. De esta forma, como aade la introduccin al cuarto orculo, quien ve y oye todo eso conoce los planes del Altsimo 13 (24,16).

    Por consiguiente, segn el narrador o narradores, Dios tiene dos formas privilegiadas de comunicarse: la palabra y la visin, que pueden acontecer en el sueo o en circunstancias especiales, cuando Dios sale al encuentro en la soledad, despus de prepararse con unos sacrificios.

    1.3.2. Las visiones

    1.3.2.1. Importancia

    La importancia de las visiones como cauce de comunicacin divina es enorme en Israel. Basta mencionar los ttulos de los libros profticos: Visin de Isaas, hijo de Ams, acerca de Jud y Jerusaln (Is 1,1; 2,1; ver Ezq 1,1-2; Am 1,1; Abd 1,1; Miq 1,1; Hab 1,1). Esta importancia no impide que haya reservas ante el abuso que se hace de ellas (Ezq 13).

    1.3.2.2. Enfoques posibles para hacer una clasificacin de las visiones

    A juicio de Sicre 14, la clasificacin de las visiones trae a la memoria el problema matemtico de las combinaciones. Una serie de elementos pueden ser combinados de formas muy distintas. Ante tal variedad, es posible que nunca se llegue a clasificarlas de manera satisfactoria.

    a) Desde el punto de vista de los protagonistas

    Desde el punto de vista de los protagonistas encontramos tanto visiones de personajes celestes y como terrestres. Contienen personajes celestes 1 Re 22,19-23, texto que hemos visto ms arriba. El rey de Israel, Ajab y el rey de Jud, Josafat, planean una guerra en contra de Aram (Siria). Ajab consulta a 400 profetas, que le predicen el xito; sin embargo, consulta tambin a Miqueas, quien tiene 2 visiones; la segunda es esta:

    He visto a Yahveh sentado en su trono, con todo el ejrcito de los cielos 15 en pie junto a l, a derecha e izquierda. Pregunt Yahveh: Quin engaar a Ajab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Entonces unos decan una cosa y otros otra, hasta que el espritu 16 se

    10 O clarividente, como traduce la NBJ.11 Mejor que el que oye los dichos de Dios, de la NBJ.12 Y no del que obtiene respuesta y se le abren los ojos, de la NBJ13 La NBJ traduce del que conoce la ciencia del Altsimo.14 SICRE,J.L. Profetismo en Israel, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1992, p. 10215 Se trata, como dice la nota de la NBJ de los espritus celestes que forman la corte de Yahveh.16 Una personificacin del espritu proftico, segn la nota correspondiente de la NBJ.

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  • levant y de pie ante Yahveh dijo: Yo lo engaar. Yahveh le pregunt: De qu modo?. Respondi: Ir y me convertir en espritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Yahveh dijo: Lo engaars y vencers. Ve y haz como dices. As pues, Yahveh ha puesto un espritu de mentira en la boca de todos estos profetas tuyos, porque Yahveh ha predicho el mal contra ti.

    Puede tratarse tambin de personajes terrestres, como en 2 Re 8,10.13 en donde en una visin Eliseo ve morir al rey arameo de una enfermedad y en otra visin al enviado del rey como futuro monarca.

    b) Desde el punto de vista del escenario de la visin

    Desde el punto de vista del escenario de la visin, tenemos que puede ser la corte celeste (Is 6; 1 Re 22), el cosmos (Am 7,3-4), un lugar concreto, como el Templo de Jerusaln, o un lugar ficticio (como el valle de los huesos secos de Ezq 37), un lugar real pero transfigurado (la Nueva Jerusaln de Ezq 40 48) o no situarse en lugar alguno (Is 21,1-10).

    c) Desde el punto de vista de aquello que es contemplado

    Encontramos visiones centradas en un objeto, como en Jer 1,11-12 17:

    Entonces me dirigi Yahveh la palabra en estos trminos: Qu ests viendo, Jeremas?. Respond: Veo una rama de almendro. Y me dijo Yahveh: Bien has visto. Pues as soy yo, velador de mi palabra para cumplirla.

    A veces el objeto terreno tiene desde el comienzo una dimensin simblica, irreal, como ocurre en Zac 2,1 con la visin de los 4 cuernos (que alude a 4 naciones enemigas). Otras veces son objetos celestes, como el modelo del Arca de la Alianza que Dios muestra a Moiss desde el cielo para que fabrique el Arca, segn Ex 25,9. A veces los animales ocupan un puesto importante, como en Zac 1,8-10. Cuando se trata ya no de objetos sino de personas vale lo dicho ms arriba sobre los protagonistas.

    d) Predominio de lo visual o de lo auditivo

    Hay visiones en que predomina lo visual y otras lo auditivo. Estas ltimas seran las visiones centradas en un orculo. Por ejemplo, en 1 Sm 3, la visin nocturna del nio Samuel se centra en la comunicacin de un mensaje a propsito de El, sacerdote del santuario de Sil, y sus hijos.

    e) Desde el punto de vista temporal

    Desde el punto de vista temporal, la visin puede referirse al futuro inmediato, como en 2 Re 8,10.13, en donde en una visin Eliseo ve morir al rey arameo de una enfermedad y en otra visin al enviado del rey como futuro monarca que acarrear la

    17 Casos semejantes a ese son los canastos de higos (Jer 24) y el trabajo del alfarero (Jer 18).

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  • destruccin sobre Israel; o un futuro ms o menos prximo (por ejemplo, la restauracin de Jerusaln anunciada por Is 44,26-28) o a un futuro lejano, o, incluso, a los ltimos tiempos (Is 2,1-4).

    f) Desde el punto de vista del mensaje

    Desde el punto de vista del mensaje, se puede hablar de visiones de condena y de salvacin. Las primeras predominan en los libros de Ams y Jeremas; las segundas, en el Dutero-Isaas (Is 40 55).

    1.3.2.3. Una visin distinta de la realidad

    En estas visiones a veces el lector tiene la impresin de que no hay en ellas nada de extrao, ya que el profeta percibe lo mismo que cualquier israelita: una rama de almendro, una olla al fuego (Jer 1,11-14), dos cestos de higos (Jer 24) o el trabajo del alfarero (Jer 18). A partir de un dato inmediato llega una presentacin ms profunda de la realidad. Lo que tiene delante da pie para descubrir algo nuevo, invisible a los ojos ordinarios, para captar la realidad de forma distinta o profundizar en la accin de Dios.

    Jeremas estar un da en casa del alfarero. Lo ve girar la rueda, moldear la arcilla, mover la cabeza descontento, tirar el cacharro, comenzar de nuevo. Es un espectculo sencillo, que pueden presenciar todava los visitantes de Hebrn. Para Jeremas, la accin del alfarero se convierte en revelacin de la accin de Dios. Y yo, no podr tratarlos a ustedes, israelitas, como ese alfarero? Como est el barro en manos del alfarero, as estn ustedes en mis manos, israelitas (Jer 18,6).

    Y esto nos lleva a la principal fuente de conocimiento proftico, el cauce ms importante por el que Dios le comunica su mensaje: la vida real. Ams es famoso por sus 5 visiones, pero todo su libro es visin (ver Am 1,1). Y las ms expresivas y dramticas, las que motivan su actividad proftica y el que lo expulsen del Reino del Norte, no son las conocidas visiones de los caps. 7 9, sino la visin del mercado donde se vende al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias; o donde la pobre gente debe comprar a un precio exhorbitante hasta el salvado del trigo. Es la visin de una ciudad, Samara, en la que los ricos explotan y atropellan a los pobres, despojndolos incluso de lo necesario, mientras acumulan tesoros y crmenes en sus palacios (Am 3,9-11); la visin de los tribunales en los que se tira por tierra el derecho y se convierte la justicia en veneno, amargando la vida a los ciudadanos humildes; es la visin de unos campesinos despojados de sus tierras, que pierden poco a poco sus casas y vias, y que tienen que venderse como esclavos; la visin de unos templos en ferviente actividad cultual, repletos de vacas, ovejas, carneros, ofrendas voluntarias, peregrinaciones continuas, advirtiendo que los participantes son los mismos que roban y despojan al pobre; la visin de una clase alta que puede permitirse toda clase de lujos en la comida, la bebida, el mobiliario, los perfumes, mientras que no se preocupa de las desgracias del pas. Estas son las visiones ms frecuentes de los profetas, las ms intensas, las que le harn jugarse la vida, gritar y clamar en nombre de Dios.

    Si en ciertas ocasiones la visin proftica se caracteriza por la valenta para ver lo que los dems no queremos ver, en otras se distingue por su capacidad de ver la realidad

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  • de manera profunda, ofreciendo una lectura nueva. Ver la realidad de una guerra encubierta de los ricos contra los pobres en una sociedad aparentemente estable y en paz; ver el olvido y desprecio de Dios en lo que algunos consideran simples consecuencias humanas de una guerra; descubir la ofensa a Dios y al prjimo en lo que todos consideran simple actividad comercial.

    Podra decirse que para estas visiones no hace falta una revelacin especial de Dios. La experiencia demuestra lo contrario. Esas visiones son las que ms necesitan de revelacin divina. Porque hay cosas que no queremos ver y, aunque las veamos, hay un velo que cubre nuestros ojos y nos impide contemplar a fondo la realidad que nos rodea. Hablando con el lenguaje del NT, todos pasamos junto al pobre, el hambriento, el desnudo, el enfermo, el marginado, sin descubrir en esa persona el rostro de Jess. Hace falta un don especial para ver la realidad en su sentido profundo, con los ojos de Dios; para ver a todos los hombres como hermanos, para ver la ofensa a cualquiera de ellos como algo que me atae personalmente, como un ataque a mi propia carne (Is 58,7). Si olvidamos este campo inmenso, diario, inmediato, de la visin proftica, perdemos de vista lo esencial. Uno de sus desafos ms fuertes es invitarnos a ver la realidad con ojos nuevos, abiertos, como los del adivino Balam.

    1.3.3. Las palabras

    El primer actor de los libros profticos es la Palabra (en hebreo, Debar). El profeta es el hombre de la Palabra. De ella depende el destino de los pueblos: de salvacin o de condenacin. Ella se apodera de los profetas y dirige sus vidas. Hay en la profeca israelita una insistencia cada vez mayor en que la Palabra proviene de Yahveh y no del profeta.

    As como la clasificacin de las visiones es compleja, semejante cosa ocurre con la Palabra. En ocasiones lo que escucha el profeta es una orden concreta, como esconderse en un lugar o viajar a un lugar (1 Re 17,2 y ss. 8 y ss.) o muy amplia, como presentarse al rey, dejando al profeta toda iniciativa para la accin posterior (1 Re 18,1). Otras veces la Palabra se refiere a fallas de la sociedad (la denuncia) que hay que cambiar. Otras veces la Palabra anuncia un futuro mejor (el anuncio). Hay palabras personales al profeta; palabras centradas en el presente, el futuro cercano o lejano.

    Hay 4 rasgos de la Palabra que son especialmente importantes:

    a) La Palabra puede ser despreciada

    La mayora de las veces ocurre lo que dice Dios a Ezequiel: Acuden a ti en tropel y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan tus palabras pero no las practican (...). Eres para ellos cantor de canciones de amor; de bonita voz y buen teedor. Escuchan tus palabras pero no las practican (Ezq 33,30-33).

    b) La Palabra puede rechazarse

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  • Porque el profeta no dispone de ella como de un objeto, no le viene cuando quiere o lo necesita. Una ancdota en la vida de Jeremas ilumina este aspecto. Tras la cada de Jerusaln en manos de los babilonios (julio del 586), el profeta permaneci en Jud con la gente que no fue deportada. La vida parece comenzar de nuevo. De repente, asesinan a Godolas, el gobernador judo impuesto por Nabucodonosor. La gente, despavorida, huye en primera instancia a Beln, y all consultan al Seor a travs de Jeremas si deben escapar a Egipto o permanecer ah. El caso es grave, porque temen nuevas represalias de los babilonios. No hay tiempo que perder. Sin embargo, Jeremas tarda 10 das en recibir la Palabra del Seor. Cuando sta llega, el pueblo ya no est dispuesta a escucharla y decide la huda a Egipto (Jer 42,1-7).

    c) La Palabra es dura y exigente

    Puede ocurrir que la Palabra traiga gozo y alegra ntima (Jer 15,16), pero ms frecuente es que provoque pnico como el rugido del len (Am 1,2; Hab 3,16). Por eso, a veces, desea el profeta olvidarse de ella; pero la Palabra se convierte en un fuego ardiente e incontenible encerrado en los huesos, y hay que seguir proclamndola (Jer 20,9).

    d) La Palabra es clara

    El orculo de Delfos (Grecia) tena una enorme ventaja frente a la profeca istaelita: sus orculos eran ambiguos y oscuros, lo que permita que cada cual los interpretara como quera. Tambin era posible solicitar un nuevo orculo, si es que el priemero sala perjudicial.

    Esto no ocurre con los profetas. A nosotros pueden resultarnos oscuras sus palabras por la distancia de siglos que tenemos con ellos (que se traduce a veces en escaso conocimiento de la situacin histrica, del lenguaje, etc.), pero para los contemporneos del profeta no caba duda de los que ste deca, y no haba posibilidad de nuevo orculo. Se trataba de una palabra irrevocable, gustara o no.

    Por ltimo, los cauces de la Palabra son los mismos que los de las visiones. A veces llega en forma de sueos y visin nocturna, o de xtasis, pero lo ms comn es que llegue a travs de la vida y de los hechos cotidianos.

    1.3.4. xtasis, trance, posesin

    Hemos visto las dos formas principales de comunicarse Dios con el profeta: visiones y palabras. Ningn ser normal va diciendo que ha visto o ha escuchado a Dios. Desde luego, nadie lo ve ni lo oye en circunstancias normales. Surge con ello el problema de si los profetas se encontraban en una situacin anmala, de xtasis o trance, cuando reciban esas palabras y visiones. Mucho se ha escrito sobre el tema, la mayora de las veces sin clarificar antes los conceptos, con lo que reina en este campo una gran confusin.

    Ante todo, es evidente que algunos profetas presentan rasgos extraos en su conducta, al menos en determinados momentos:

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  • - Elas despus del sacrificio del Carmelo, sube a lo alto del monte, se encorva con el rostro entre las rodillas y reza insistentemente; cuando llega la lluvia, con la fuerza del Seor se ci y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yizreel (1 Re 18,46).

    - Eliseo en su dilogo con Jazael ... inmoviliz la mirada, qued fuera de s un largo tiempo y se ech a llorar (2 Re 8,11).

    - Ezequiel ofrece rasgos muy parecidos de postracin, abatimiento y entusiasmo. Despus de su vocacin, marcha decidido y enardecido, mientras la mano del Seor me empujaba (3,15). Otras veces tendr la sensacin de estas atado con sogas, de que la lengua se le pega al paladar y queda mudo (3,25 y ss), de que un ser extrao lo agarra por el pelo y lo traslada en xtasis desde Babilonia a Jerusaln, para devolverlo ms tarde junto a los desterrados (8,1-4; 11,24).

    - Isaas percibe que Dios le coge de la mano y lo aparta del camino del pueblo (8,11).

    - Jeremas dice forzado por tu mano, me sent solitario, porque me llenaste de tu ira (15,17).

    Estos fenmenos se han explicado como producto del xtasis. Qu es el xtasis? Hay muchas definiciones 18. Una que parece bastante razonable es la de Lindblom: Un estado anormal de conciencia en el que uno est tan intensamente absorbido por una sola idea o por un solo sentimiento, o por un grupo de ideas o sentimientos, que se detiene ms o menos el curso normal de la vida psquica. Los sentidos corporales dejan de funcionar; uno se vuelve insensible a impresiones externas; la conciencia se exalta por encima del nivel ordinario de la experiencia diaria; impresiones e ideas inconscientes brotan a la superficie en forma de visiones y audiciones 19.

    No se trata slo de una experiencia religiosa y tiene diversos grados 20: Hay un xtasis que implica total extincin de la conciencia normal, completa insensibilidad y anestesia. Tambin hay un xtasis que se aproxima a un ataque normal de ausencia mental o una excitacin intensa 21.

    Otros autores prefieren hablar de trance y posesin. Trance es un estado psicolgico y fisiolgico caracterizado por reducida sensibilidad a los estmulos, prdida o alteracin del conocimiento de lo que ocurre y sustitucin de la actividad voluntaria por la automtica 22.

    18 SICRE,J.L. Profetismo en Israel, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1992, pp. 113-117.19 LINDBLOM,J. Prophecy in Ancient Israel, Oxford, 1962, citado por SICRE,J.L., op. cit., p. 116.20 En los primeros profetas, que son comunitarios, hay un xtasis autoprovocado y exagerado, como puede apreciarse en 1 Re 18,28-29 y 1 Sm 10,10-13.21 LINDBLOM,J, ibid.22 BOURGUIGNON,E. Citado por WILSON,R.R. Profecy and Extasis, JBL 98 (1979), citado por SICRE en op. cit., p. 116.

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  • Para designar el proceso por el cual se establece contacto entre el mundo divino y el humano se habla de posesin de un espritu o de emigracin del alma al mundo de los espritus. Puede darse un caso de posesin, sin que haya trance o xtasis.

    Qu concluir acerca de este tema del xtasis? No cabe duda de que hay experiencia exttica en los profetas. Sin embargo, el concepto de xtasis (u otros que se pueden emplear para el caso) no han sido suficientemente clarificados. Hay que descartar un concepto de xtasis que lo describa como una patologa (el xtasis es extrao, pero no necesariamente patolgico).

    25

  • 1.4. Dios y el profeta (II): vocacin y crisis

    1.4.1. La vocacin

    Antes de comunicarse, Dios elige a un hombre para que sea profeta. Por ejemplo: Samuel: antes de que Dios lo llamara se dice que no conoca a Dios (1 Sam 3,7); a partir del llamado (1 Sm 3,1-14), tiene una experiencia nueva de Dios.

    Los profetas ms antiguos nada dicen sobre su vocacin: Natn, Gad, Ajas de Sil, Elas, Miqueas ben Yiml. En el caso de Eliseo, la vocacin se produce a travs de una llamada humana (la de Elas): 1 Re 19,16.19.21). La de Ams sabemos que existe porque la menciona de pasada: Am 7,10-17.

    Slo Isaas, Jeremas y Ezequiel nos han contado su experiencia originaria. Sera un error interpretar estos relatos desde un punto de vista meramente autobiogrfico. No son la primera pgina de un diario espiritual. Su intencin principal es acreditar la figura del profeta ante sus contemporneos e indicarnos las lneas bsicas de su mensaje. Es importante tenerlos presentes porque nos ensean mucho sobre el drama personal de estos hombres de Dios.

    1.4.1.1. Isaas (6,1-13)

    El relato de la vocacin de Isaas es una verdadera sntesis de la historia y teologa del profeta. Se puede dividir en 3 partes: visin (vv. 1-5); purificacin (vv. 6-7) y misin (vv. 8-13).

    a) Visin (1-5)

    El ao de la muerte del rey Ozas vi al Seor sentado en un trono alto y excelso. El borde de su manto llenaba el Templo. De pie, junto a l, haba unos serafines con seis alas cada uno; con dos se cubran el rostro, con dos se cubran su desnudez y con dos aleteaban. Y se gritaban el uno al otro:

    Santo, santo, santoes Yahveh Sebaot,toda la tierra est llena de su gloria.

    Los marcos de las puertas temblaban a su voz, y el Templo estaba lleno de humo. Yo dije:

    Ay de m, estoy perdido!Soy un hombre de labios impuros,que habito en un pueblode labios impuros,y he visto con mis propios ojosal rey Yahveh Sebaot.

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  • La visin subraya la majestad y soberana de Dios y sirve de ambientacin a todo lo que sigue. La supremasa de Dios se destaca mediante 3 contrastes:

    - el rey muerto, Osas, contrasta con el Rey inmortal (vida-muerte);- a los serafines se los describe detalladamente mientras que de Dios slo se dice

    que el borde de su manto llenaba el Templo (invisibilidad-visibilidad);- pureza de Dios e impureza de Isaas (santidad de Dios-impureza).

    Esta majestad queda sintetizada en el nombre de Santo, que expresa la separacin, diferencia o la trascendencia de Dios respecto del mundo, y sobre todo a Yahveh en cuanto que posee riqueza, vida, poder y bondad. Tambin, por supuesto, el concepto abarca la ausencia de pecado en Dios y su rechazo a ste.

    Los elementos literarios que utiliza Isaas aqu son los tpicos de las teofanas: temblor, voz, humo.

    b) La purificacin (vv. 6-7)

    Uno de los serafines vol hacia m, trayendo un carbn encendido que haba tomado del altar con las tenazas; toc con l mi boca, y me dijo:

    Al tocar esto tus labios,desaparece tu culpay se perdona tu pecado.

    c) La misin (vv. 8-13)

    Entonces o la voz del Seor, que deca:

    A quin enviar,quin ir de parte nuestra?.

    Respond:Aqu estoy yo, envame.

    l me dijo:Vete a decir a este pueblo:Por ms que escuchen, no entendern;por ms que miren, no comprendern.Endurece el corazn de este pueblo,tapa sus odos, ciega sus ojos,no sea que sus ojos vean,sus odos oigan, su corazn entienda,y se convierta y quede sano.

    Pregunt: Hasta cundo, Seor?.

    27

  • Me respondi:Hasta que las ciudades quedendestruidas y despobladas,las casas deshabitadas,los campos desiertos.Porque Yahveh alejar a los hombresy ser inmensa la desolacin del pas.Y si an queda en l una dcima parte,ser tambin exterminada;como una encina o un roble,que al cortarlos slo queda el tronco.Pero este tronco ser semilla santa.

    De forma casi brusca, estos vv. centran de nuevo nuestra atencin en la corte divina. El gnero literario utilizado por el profeta es el de encargo de una misin difcil. Sus elementos son los siguientes:

    - pregunta del presidente de la asamblea (dios o Gilgamesh),- desconcierto de los dioses por la dificultad de la tarea,- alguien es propuesto o se ofrece,- encargo de la misin,- ejecucin.

    Isaas hace una ligera referencia a la asamblea divina y omite el tema del desconcierto de los dioses (tiene un concepto ms depurado de la corte celeste). Pero lo ms sorprendente es que no se dice desde el comienzo cul es el problema. Isaas se ofrece sin saber a qu ni adnde lo van a mandar. Es la disponibilidad absoluta al servicio de Dios. Sin embargo, reconoce la necesidad de ser enviado.

    Dios acepta de inmediato el ofrecimiento y le indica cul ser su misin; muy extraa, por cierto. Debe proclamar una orden perentoria y realizar una serie de acciones que provoquen el endurecimiento del pueblo para que no se convierta ni se cure. Aunque los comentaristas modernos se sienten desconcertados ante esta misin, hay que aceptar el texto en toda su crudeza 23.

    El inslito mandato de endurecer y cegar a los destinatarios de su mensaje para que no vean ni comprendan se debe entender en el marco de las relaciones entre libertad humana y libertad divina.

    Isaas tiene conciencia de que la palabra de Dios no es neutra ni puede quedar sin efecto (ver Is 55,11). Si no produce la conversin, debe producir necesariamente el

    23 Como fruto de este desconcierto, se dan 3 posturas: a) modificar el texto al modo de los LXX que cambia los imperativos por aoristos (escucharon ustedes pero no entendieron; miraron y no comprendieron...), de forma que Dios no provoca el endurecimiento sino que se limita a constatarlo. Los rabinos desconectan 10b de lo anterior y lo convierten en promesa (y no amenaza): pero se convertir y lo curar... b) Suavizar su interpretacin haciendo alusin a la gramtica hebrea y al estilo enftico de los orientales. c) Considerar que los vv. 9b 10 no contienen la visin encomendada al profeta sino el resultado de su actividad.

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  • endurecimiento, y preparar as al hombre para el castigo. Una palabra de conversin no escuchada se vuelve palabra de condenacin. Como en las relaciones humanas, toda accin que no mejora dicha relacin, la empeora. Una invitacin a la conversin rechazada, hace ms difcil que haya una nueva invitacin y que quien la rechaza retorne sobre sus pasos para aceptarla 24.

    El endurecimiento que el profeta provoca con su palabra no es definitivo (v. 11). La obstinacin deber concluir cuando la destruccin profunda del pueblo manifieste claramente claramente el camino que el Seor se propone recorrer con Israel. Los anuncios de obstinacin, por una parte, y de salvacin, por otra, encuentran su punto de contacto en el pensamiento del resto de Israel, por medio del cual la historia de condenacin se cambia en historia de salvacin 25.

    Puede apreciarse, entonces, que la vocacin del profeta ante todo es una experiencia nueva de Dios, que provoca una forma distinta de verse a s mismo; como hombre de labios impuros en medio de un pueblo pecador. Y ese contacto con Dios, tan personal y misterioso, lo introduce en los planes desconcertantes del Seor con respecto a su pueblo.

    Lo importante, entonces, no es la persona elegida, su vida o su destino, sino la Palabra de Dios, la misin encomendada. Eso es lo que debe quedar claro y ser proclamado. Nuestros intentos de hacer una biografa de los profetas chocan siempre con el muro infranqueable del carcter secundario de la persona con respecto a su misin. Pero, antes de que los redactores de los libros levanten ese muro, los mismos profetas construyeron sus cimientos al contar su experiencia originaria de Dios.

    1.4.1.2. Jeremas (1,4-10)

    El esquema es similar al de Isaas pero con algunas variantes. Est compuesto de:

    a) Encuentro con Dios (v.4)

    Entonces me dirigi Yahveh la palabra en estos trminos:

    No hay una descripcin espectacular de la teofana. Jeremas se limita a decir: recib la Palabra de Yahveh. Ella es lo decisivo: el lugar y el modo son secundarios.

    b) Discurso introductorio (v.5)

    Antes de haberte formado yo en el vientre, te conoca,y antes de que nacieras, te tena consagrado:yo profeta de las naciones te constitu.

    La idea principal se encuentra al final del v.: te constitu profeta de las naciones. Esta decisin es muy antigua. No se produce en un momento ni se basa en un ofrecimiento 24 Esta interpretacin pertenece al SIMIAN-YOFRE,H. Isaas. Texto y comentario, de CASA DE LA BIBLIA, El mensaje del AT, tomo 12, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1995, pp. 62-63.25 Ibid

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  • personal del hombre, como ocurre con Isaas. Dios piensa en Jeremas antes de que nazca. Lo que ms subraya el texto es la accin de Dios (3 verbos en primera persona: te he formado, elegido, consagrado) y el sujeto que se beneficia de esa accin (4 veces la forma preposicional te). Sin embargo, al final se rompe la relacin yo-t para abrirse a los otros, a todos los pueblos. Jeremas, al que se ha definido con frecuencia como el profeta de la intimidad, nos dice desde el principio que no ha sido elegido para gozar de Dios, sino para entregarse a los dems.

    c) Objecin (v.6)

    Yo dije: Ah, Seor Yahveh! Mira que no s expresarme, que soy un muchacho.

    A la accin divina sigue la reaccin humana. Jeremas siente miedo a causa de la grandeza de su misin, para la que se siente inadecuado. Aduce que no sabe hablar y que es demasiado joven.

    d) Orden (v.7)

    No digas: Soy un muchacho, pues adnde quiera que yo te enve irs,y todo lo que te mande dirs.

    Pero Dios no acepta su objecin, porque no le preocupan los valores o cualidades de sus mensajeros. La orden incluye 4 verbos fundamentales: enviar y confiar una orden, por parte de Dios, e ir y hablar por parte del profeta. Al exponer su objecin, Jeremas se haba quedado en su problema personal, prescindiendo de los intereses de Dios y de las necesidades ajenas. El Seor restablece la relacin yo-t-ellos, la nica que justifica una vocacin.

    e) Palabras de aliento (v.8)

    No les tengas miedo, que contigo estoy para salvarte orculo de Yahveh-.

    El problema de Jeremas es el miedo a las personas. Por eso la frase de Yahveh: estoy contigo.

    f) Signo (vv. 9-10)

    Entonces alarg Yahveh su mano y toc mi boca. Y me dijo Yahveh:Mira que he puesto mis palabras en tu boca.Desde hoy mismo te doy autoridadsobre las gentes, sobre los reinospara extirpar y destruir,para perder y derrocar,para reconstruir y plantar.

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  • Dios toca la boca del profeta y pone sus palabras en ella. El mensaje del profeta no es invencin humana. La misin de Jeremas implica destruir lo antiguo y edificar lo nuevo. En poca de crisis Dios anuncia una Palabra nueva que no cabe en moldes antiguos.

    1.4.1.3. Ezequiel (1 3)

    Su relato de vocacin tiene 3 partes: a) teofana (cap. 1) y b) vocacin y misin (2,1 3,11) y c) conclusin (3,12-15).

    a) Teofana

    Para entender este captulo hay que distinguir lo que pertenece a Ezequiel de lo que agregaron redactores posteriores. stos son de 2 tipos: un primer grupo, intrigado por esta visin en que Dios se manifiesta, hace una descripcin de Yahveh. No atrevindose a lo ms alto, especulan sobre la parte inferior de la visin, sobre los portadores de la plataforma, y hasta inventan y describen un carro, a imagen del que se usaba en el Templo para transportar el Arca. Un segundo grupo aade glosas explicativas, que penetran el texto y lo confunden ms que aclararlo. En el texto, el primer grupo ir en caracteres comic sans ms y encuadrado en parntesis de corchetes; el segundo, con letra cursiva y parntesis simple.

    (1-2) El ao treinta, quinto de la deportacin del rey Joaqun, el da cinco del mes cuarto, hallndome entre los deportados, a orillas del ro Quebar, se abrieron los cielos y contempl una visin divina.

    (3) [Vino la Palabra del Seor a Ezequiel, hijo de Buz, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del ro Quebar].

    (4) Entonces se apoy en m la mano del Seor, y vi que vena del norte un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relpagos (nube rodeada de resplandor, un fuego resplandeciente, y en el centro del fuego, algo as como el fulgor de un relmpago).

    (5) En medio de stos apareca la figura de cuatro seres vivientes; tenan forma humana, (cuatro rostros) y cuatro alas cada uno.

    (7) [Sus piernas eran rectas y sus pies como pezuas de novillo; rebrillaban como brilla el bronce pulido. (8) Debajo de las alas tenan brazos humanos por los cuatro costados (tenan rostros y alas los cuatro). (9) (Sus alas se juntaban de dos en dos). No se volvan al caminar; caminaban de frente. (10) Su rostro tena esta figura: rostro de hombre, y rostro de len por el lado derecho de los cuatro, rostro de toro por el lado izquierdo de los cuatro, rostro de guila los cuatro].

    (11) Sus alas estaban extendidas hacia arriba; un par de alas se juntaban, otro par de alas les cubra el cuerpo.

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  • (12) Los cuatro caminaban de frente, avanzaban a favor del viento, sin volverse al caminar.

    (13-14) Entre esos seres vivientes haba como carbones encendidos (parecan antorchas agitndose entre los vivientes); el fuego brillaba y lanzaba relmpagos. (Iban y venan como chispas).

    (15) [Mir y vi en el suelo una rueda a cada lado de cada uno de los cuatro seres vivientes. (16) El aspecto de las ruedas era como el brillo del crislito; las cuatro tenan la misma apariencia. Su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de la otra, (17) para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar al rodar. (18) Su circunferencia era muy grande, y las llantas de las cuatro estaban llenas de ojos por todas partes.

    (19) Al caminar los seres vivientes, avanzaban a su lado las ruedas; cuando los seres vivientes se elevaban del suelo, se elevaban tambin las ruedas; (20) avanzaban hacia donde soplaba el viento; las ruedas se elevaban a la vez, porque llevaban el espritu de los seres vivientes. (21) (Y as avanzaban cuando avanzaban ellos), se detenan cuando se detenan ellos (y cuando ellos se elevaban del suelo las ruedas se elevaban a la vez, porque llevaban el espritu de los seres vivientes)].

    (22) Sobre la cabeza de los seres vivientes haba una especie de plataforma, brillante como el cristal (extendida por encima de sus cabezas).

    (23) [Bajo la plataforma, sus alas estaban horizontalmente emparejadas; cada uno se cubra el cuerpo con un par. (24) Y o el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Shadday, cuando caminaban; gritero de multitudes como estruendo de tropas; cuando se detenan abatan las alas. (25) Tambin se oy un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenan, abatan las alas].

    (26) Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, haba una especie de safiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresala una figura que pareca un hombre. (27) Y vi un brillo como de un relmpago (algo as como fuego lo enmarcaba) de lo que pareca su cintura para arriba, y de lo que pareca su cintura para abajo vi algo as como fuego. Estaba rodeado de resplandor.

    (28) El resplandor que lo rodeaba era como el arcoiris que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria de Yahveh. Al contemplarla, ca rostro en tierra, y o la voz de uno que me hablaba.

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  • El contexto histrico de la visin es el del exilio. La visin se sita en el ao 593. Hace 5 aos, Nabucodonosor, rey de Babilonia, para castigar la rebelin de su vasallo Joaqun de Jud, ha realizado la primera deportacin. Ella afecta al rey y a su corte; a las autoridades y artesanos de la capital. El emperador ha nombrado otro rey vasallo para que gobierne Jud (2 Re 24).

    La vida es dura para los deportados debido al cambio de clima, a la condicin a la que se ven reducidos los nobles; tambin por la lejana de la tierra prometida, de la Ciudad Santa y del Templo con su culto. Son los deportados todava pueblo elegido? Volvern a la patria?.

    Entre tanto, la vida civil y religiosa contina en Jerusaln. Ah todava subsisten la monarqua (aunque el rey sea vasallo de Nabucodonor) y el Templo. Estas instituciones faltan en los desterrados. En este ltimo ambiente surge Ezequiel.

    La visin de Ezequiel, la teofana, tiene una dimensin csmica: se abrieron los cielos, que contrasta con la localizacin precisa: orillas del ro. Una tormenta avanza vertiginosa y en ella se destacan imgenes que el profeta describe con aproximaciones (como, una especie de, pareca). Domina lo visual y, ms que las formas, se destaca la luminosidad, el resplandor. Con luz vertiginosa y envolvente se presenta la gloria del Seor, que el sacerdote Ezequiel reconoce y adora. Esta luz desbordante desdibuja las formas, pero permite contar los grupos de 4, que simbolizan la totalidad csmica: 4 seres vivientes, 4 alas. Ezequiel hace una descripcin de abajo para arriba: los seres vivientes, la plataforma, el trono, la figura humana.

    Las reflexiones teolgicas posteriores, hechas por un grupo de sacerdotes, se centran en lo que se ve debajo de la plataforma. Como sta sustenta el trono de Dios, la relacionan con el Arca. Ahora bien, ella llevaba unos querubines encima de la tapa y se trasladaba en una carroza especial. Los sacerdotes, entonces, se detienen en describir imaginativamente, por una parte, la figura de estos nuevos querubines y, por otra, el movimiento de las ruedas del carro. Ni las patas de los animales ni las ruedas interesaban al profeta, ya que en su visin todo viene volando por el cielo, a favor del viento. Tratndose de especulacin, y no de verdadera visin, los fragmentos aadidos no saben describir con exactitud y se pierden en detalles poco inteligibles.

    Esta especulacin est animada por una intencin prctica. Cuando cae Jerusaln, el ao 587, y los babilonios destruyen la ciudad y el Templo, el pueblo se pregunta por el paradero del Arca, imagen terrestre del trono celeste de Dios. Los sacerdotes responden a esta inquietud relacionando la visin de Ezequiel del trono celeste con el Arca desaparecida. La interpretacin es legtima, pues la visin del profeta significa precisamente que el Seor viene a visitar a su pueblo.

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  • Anlisis:

    vv. 1-2: La mencin de Joaqun indica que Ezequiel lo considera el rey legtimo. El ro Quebar es un afluente del Eufrates, o tal vez un canal prximo a Nipur. Los deportados viven all como colonos.

    Se abre el cielo, concebido como una bveda slida que separa la regin celeste con la terrena. La visin divina equivale al xtasis, como parecen indicar 8,3 y 40,1-3.

    v. 3: Interrumpe la introduccin biogrfica una noticia en tercera persona, aadida por un editor del libro. Es interesante el dato de que Ezequiel es sacerdote. La mano de Yahveh alude al xtasis.

    v. 4: El norte representa aqu la zona celeste en donde reside Yahveh (Job 37,22). Las teofanas asumen a menudo la forma de las tormentas (como la del Sina: Ex 19 y 24). La nube revela presencia encubriendo, concentrando en s toda la tormenta y acaparando la mirada del profeta.

    vv.5-6: Ezequiel comienza a describir de abajo hacia arriba. Se trata de 4 portadores de un trono. Son 4, como los vientos csmicos (segn Sal 104,3, los vientos transportan a Dios).

    vv. 7-10: Segn Ezequiel, los portadores tienen forma humana alada, sin ms detalles. Los discpulos del profeta han identificado estos seres con los querubines, en el cap. 10, y de esta identificacin ha partido toda esta especulacin, desconcertante para nosotros. Los querubines de los templos orientales eran seres mitolgicos, polimorfos, que cuidaban las puertas o rendan homenaje a los dolos. A semejanza de ellos se imaginan los discpulos de Ezequiel unos querubines cuadrimorfos: cara de hombre, alas de guila, cuerpo de len, pezuas de toro. Despus, preocupados por la idea del avance en las 4 direcciones, se le asignan a cada querubn 4 rostros, que les permiten caminar siempre de frente. La descripcin prescinde as de la visin celeste y baja a la tierra: las piernas y pezuas les hacen falta para caminar, los brazos para manipular. El autor o los autores no han logrado una descripcin coherente, porque su preocupacin es demasiado intelectual, cuidadosa del detalle ms que del conjunto.

    v.11: Contina el texto del profeta. Con los pares de alas extendidas forman un cuadro cerrado sustentador; no necesitan agitarlas (como los serafines de Is 6), porque el viento los empuja; con los otros pares se cubren en seal de reverencia.

    v.12: La articulacin de las alas les permite una posicin frontal. Ezequiel describe el avance incontenible, derecho hacia donde l se encuentra.

    vv. 13-14: El fuego es tambin uno de los elementos tpicos de las teofanas; ya sea en forma de relmpago, rayo o llama (como Ex 3,1-6).

    vv. 15-21: Los discpulos del profeta identifican ahora lo que transporta la teofana con la carroza que llevaba el Arca. Una vez hecha esa equivalencia, es necesario justificar la

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  • funcin de las ruedas y su movilidad en todas las direcciones. Para ello, estos redactores inventan un artefacto especial que los autores no logran describir con exactitud. ste se subordina totalmente al movimiento de los vivientes, en un sincronismo prodigioso, que se explica porque las ruedas participan de la vida de los seres vivientes. Los ojos son quizs salientes, bollones ornamentales, clavos brillantes de gruesa cabeza. No se logra una explicacin coherente de ese tren de despegue y aterrizaje, pero s queda clara su referencia al Arca.

    v.22: La plataforma es a la vez soporte y separacin, como la plataforma o bveda del cielo (es la misma palabra).

    vv.23-25: Tercera interrupcin (que, adems, turba el silencio admirable de la visin del profeta). El autor se complace en orquestar el estruendo con 2 comparaciones clsicas: la de las aguas caudalosas y la del gritero de las tropas. La voz de Dios es el trueno y, naturalmente, tiene que sonar por encima de la plataforma.

    vv. 26-27: Sigue el texto del profeta. La descripcin se hace cada vez ms aproximativa, por temor y respeto; las comparaciones no buscan precisar, sino difuminar. El personaje sentado en el trono es una fuente de resplandor, irradia luz y destellos, apenas tiene figura (ver Ex 24,10).

    v. 28: El arcoiris sugiere la idea de paz (por Gn 9), aunque el autor destaque ms bien el color luminoso. La Gloria de Yahveh va a ser un tema clave de la profeca de Ezequiel: es la presencia de Dios, que ha abandonado el Templo (cap. 10) y volver a l (cap. 44). Al principio del libro, sale de su morada celeste para visitar a un desterrado en Babilonia. Desde el principio debe entender Ezequiel que Yahveh no est sujeto a fronteras.

    Toda la visin ha transcurrido en silencio, finalmente se oye una voz que habla.

    b) vocacin y misin (2,1 3,11)

    La narracin es unitaria y est articulada con 8 comienzos hijo de hombre.

    - 2,1-2: Introduccin de la escena

    Y me dijo: -Hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte. Me invadi el espritu mientras me hablaba y me puso en pie; y o al que me hablaba. Me dijo:

    - 2,3-5: el envo

    -Hijo de hombre, yo te envo a los israelitas, nacin rebelde, que se han rebelado contra m. Ellos y sus padres se rebelaron contra m hasta el da de hoy. Los hijos son de dura cerviz y corazn obstinado; a ellos te envo para decirles: As dice el Seor Yahveh. Y ellos, escuchen o no escuchen, ya que son casa rebelde, sabrn que hay un profeta en medio de ellos.

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  • - 2,6-7: no tengas miedo

    -Y t, hijo de hombre, no les tengas miedo ni a ellos ni a lo que digan, no temas aunque te rodeen espinas y te veas sentado sobre escorpiones. No tengas miedo de lo que digan, ni te asustes de ellos, porque son una casa rebelde. Les comunicars mis palabras, escuchen o no escuchen, porque son una casa rebelde.

    - 2,8-10: el rito (1)

    -Y t, hijo de hombre, escucha lo que voy a decirte, no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre la boca y come lo que te voy a dar.Yo mir: vi una mano tendida hacia m, que sostena un libro enrollado. Lo desenroll ante m: estaba escrito por el enverso y por el reverso; haba escrito: Lamentaciones, gemidos y ayes

    - 3,1: el rito (2)

    - Y me dijo: Hijo de hombre, come lo que se te ofrece, come este rollo y ve luego a hablar a la casa de Israel. Yo abr mi boca y l me hizo comer el rollo, y me dijo:

    - 3,2-3: el rito (3)

    - hijo de hombre, alimntate y sciate de este rollo que yo te doy. Lo com y fue en mi boca dulce como la miel.

    - 3,4-9: el envo sin miedo

    -Entonces me dijo: Hijo de hombre, ve a la casa de Israel y hblale con mis palabras. Pues no eres enviado a un pueblo de habla oscura y de lengua difcil, sino a la casa de Israel; no a pueblos numerosos de habla oscura y lengua difcil cuyas palabras no entenderas. Por ciento, si te enviara a ellos, te escucharan. Pero, la casa de Israel no querr escucharte a ti, porque no est dispuesta a escucharme a m, ya que toda la casa de Israel es de dura cerviz y corazn obstinado. Mira, yo endurezco tu rostro como el de ellos, y tu frente tan dura como la suya; yo he hecho tu frente como el diamante, que es ms duro que la roca. No les temas, no tengas miedo de ellos, porque son una casa rebelde.

    - 3,10: envo formal

    - Luego me dijo: Hijo de hombre, todas las palabras que yo te dirija, gurdalas en tu corazn y escchalas atentamente; anda, ve donde los deportados, a los hijos de tu pueblo; les hablars y les dirs: As dice el Seor Yahveh, escuchen o no escuchen.

    Explicacin general

    Los personajes son:

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  • - El Protagonista, Yahveh, que sigue sin ser nombrado: es una voz, una mano; slo al final se hablar de la gloria de Yahveh.

    - Ezequiel es llamado hijo de hombre (o hijo de Adn) (en vez de hijo de Buzi, su nombre sacerdotal); es decir, se trata de un simple hombre, ligado a la tierra, dbil y mortal. Recibe este nombre cuando est tendido en la tierra como muerto o inerte, y recibe el espritu de profeca que le confiere una nueva vida y lo pone en pie.

    - Al Israel del destierro es enviado el profeta, pueblo que se sigue llamando casa de Israel. Sin embargo, recibe ahora el ttulo, nada honorfico, de casa de rebelda, como sntesis de toda una historia de rebelda contra Dios. An as, sigue siendo casa de Israel, por la gracia de Dios, pueblo escogido a quien Yahveh enva su Palabra salvadora.

    Esta Palabra ser la nueva vida de Ezequiel: su dulzura inicial, su pasin, su tragedia; porque Israel seguir siendo rebelde. De ah la repeticin de parte de Yahveh de la frase no temas.

    Anlisis del texto:

    2,1-2: El espritu acompaa a la Palabra. Lo va a necesitar Ezequiel para mantenerse en pie, tras la visin abrumadora, y para escuchar como es debido. En esta parte la visin se retira y domina la audicin.

    2,3-4: Como rey vasallo, Israel ha quebrantado la Alianza.

    2,5: La misin proftica es para la Palabra y depende del mandato divino, no de la aceptacin humana; lleva en s una fuerza tal que, an rechazada, se impone: los desterrados, an por la fuerza, van a tener que reconocer que el Seor les enva un profeta. Un envo de doble filo: se salvarn si lo aceptan, no tendrn excusa, si es que no.

    2,6-7: Corona de espinas y trono de alacranes es el tratamiento burlesco y cruel que tocar al profeta. Su valenta no ha de ser fruto de su ignorancia, sino de la obediencia a la misin y fe en la Palabra.

    2,8 3,3: Es como un rito que se realiza en la visin, como en Jer 1 y en Is 6. La Palabra proftica toma ya la figura de una coleccin escrita, como en la historia de Jer 36. El profeta tiene que asimilar y hacer suyo el mensaje antes de pronunciarlo. El volumen est lleno, escrito por ambos lados, y ha de llenar las entraas del profeta.

    3,4-7: De nuevo el tema del envo y de la resistencia. El hecho de las lenguas extraas, que dividen a la humanidad (Gn 11, la torre de Babel), lo ha explotado Isaas en trminos de castigo (Is 28,10-13; 33,19). Dios habla al hombre en lenguaje humano, inteligible, y el hombre que no quiere entender o que teme entender declara y hace ese lenguaje ininteligible; pero cuando el hombre se abre, an la lengua extrangera del profeta suena inteligible, como en el caso de Jons y como suceder en Pentecosts. La suerte del profeta es la suerte de Dios.

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  • 3,7-9: La dureza de Israel es rebelda y contumasia; la dureza de Ezequiel debe ser valenta y constancia; y esa dureza que imprime el mandato de Dios ha de superar al fin toda la dureza que el hombre opone, que a fin de cuentas es miedo y debilidad.

    3,10: Lo que se ha dicho antes en la imagen se dice ahora directamente.

    3,11: Ezequiel ha aceptado en silencio, sin objeciones (a diferencia de Jer), su vocacin, y ahora sucede el envo formal.

    c) conclusin (3,12-15)

    Entonces, el espritu me levant y o a mis espaldas el estruendo de un gran terremoto: Bendita sea la gloria de Yahveh, en su lugar, (...)Entonces el espritu me levant y me arrebat; yo iba amargado, con el nimo enardecido, mientras la mano de Yahveh pesaba fuertemente sobre m. Llegu donde los deportados de Tel Abib que residan junto al ro Quebar (aqu residan ellos), y permanec all 7 das, aturdido, en medio de ellos.

    Anlisis:

    3,12-13: La visin desaparece sin que el profeta sepa hacia dnde; de la gloria del Seor slo percibe un estruendo que se aleja, y le queda una conviccin. La glosa ha querido armonizar el ruido con el agregado de 1,23-25. Ezequiel es ya un hombre posedo por el espritu.

    3,14-15: Ese spero contraste entre la marcha enardecida y la semana de abatimiento marca con su tensin la actividad del profeta. Impulso del espritu y de la mano de Dios, abatimiento del hombre a la vista de sus paisanos.

    Pero es evidente que el relato no se centra en aspectos psicolgicos ni biogrficos. Hay de por medio algo ms importante: la Palabra de Dios tiene que llegar a Israel, aunque nunca ha tenido ni tiene voluntad de escucharla. El contenido de esa Palabra es secundario, lo importante es que Dios habla. Sin duda, las secciones centrales (2,8 3,3) subrayan que el contenido ser trgico. Pero las 3 primeras y 2 ltimas acentan que la misin capital del profeta consiste en decir esto dice Yahveh, sin explicitar lo que seguira a esa frmula. El libro demostrar que esa Palabra divina tiene tambin, ms adelante, un inmenso contenido de consuelo y esperanza.

    Por otra parte, nadie como Ezequiel expone el absurdo de la vocacin proftica. La casa de Israel no querr hacerle caso, porque no quiere hacerle caso a Yahveh (3,7). Lo que deja entrever esta frase no es una misin difcil, sino una misin absurda, condenada al fracaso de antemano. Ni siquiera tenemos ese hasta cuando? de Isaas, que supone una puerta a la esperanza. Qu sentido tiene entonces la vocacin de estos hombres? La clave pareciera estar en la seccin segunda: sabrn que hay un profeta en medio de ellos (2,5). Aunque no le hagan caso, a travs de l Dios ha seguido en contacto con su pueblo y ha proclamado su Palabra.

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  • 1.4.2. Vocacin y experiencia de Dios

    El momento de la vocacin supone una experiencia de Dios, un descubrimiento que marca la existencia del profeta. Aunque hoy acostumbramos subrayar las races teolgicas y culturales de estos personajes, no podemos olvidar que en ellos ocurre algo nuevo. No se explica la grandeza del profeta como simple resultado de unos elementos previos.

    Pero Dios no irrumpe en su vida slo al principio. Lo van descubriendo da a da, y as se completa esa imagen inabarcable de Dios.

    En esta profundizacin de la experiencia y conocimiento de Dios desempean un papel esencial las acciones simblicas, que veremos ms adelante. Ellas, no slo ayudan a visualizar el mensaje sino a descubrir aspectos imprevisibles de Dios o de sus planes.

    Tambin ciertas visiones significan una experiencia nueva de Dios. El caso ms tpico es el de Ams, que va sufriendo a travs de ellas una autntica evolucin espiritual. Desde un primer momento, en el que slo a