introducción a la psiquiatría folklórica carlos alberto seguín

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estudio del curanderismo como psiquiatría folklórica

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  • 5/10/2018 Introducci n a la psiquiatr a folkl rica Carlos Alberto Segu n

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    IN I HODUC,CION A L.A PSi'QLJIATRIA fOLKLORICA (/Carlos Alberto.8~gu In ,I/

    I I r lqulatrra de hoy.Creo que es indispensable, al comienz) de nues-till I I I II J , presenter a lgunas ideas referentes a la posicion de la psiquiatr IaIIllilllin 1" 1 I campo de las ciencias, va queel lo nos perrn lti ra ublear ' y d is tin-I 1 I 1 1 1 II lU Ilamamos psiquiatna folkl6rica. \ '

    o psiquiatr ra =cada d i a 10 sabemos mas- no puede compararse confl p etos del saber humano. No esuna ciencia, sino unintento de aplica-( J I saber cientffico a una realidad determinada. Ello 110S coloca, pues.I ) ~ 1 mente, frente, 'a dos faetores que debemos tomar muy seriamente ent.( 1 1 ldaracion: por una parte los conocimientos desu funci6n v , per la ot ra,II alldad a la que va a aplicarlos.

    De las ciencias relacionadas can lapsiquiatr ra. Ya esun lugar comun ennuest ros d(as el repeti r quenuestra act ividad se hal la en la excepcional posl -e lon que Ie permi te aprovechar los aportes de una variedad inmensa de cono-clrnientos. Pensemos que ellos abarcan desde la bioqu (mica (Adams 1965;Pears, fu,,1960;Wooley 1962; Brackett y Mirsky 1960; Penfield y Rasmussen1950)~ la fisiologia (Adams, Collins y Victor 1962; Eccles 1953; West 1964)y la biologia (Hebb 1949; Wort is 1964) hasta, en el otro extremo, la sociolo-gia yla antropoloqfa cultural.'Acaso sea necesaria una previa dist inci6n de todos estos datos, que con-tribuven a la edificacion de conceptos y pract ices psiqulatr lcas.Bien conocida es la planteada par Dilthes entre ciencias del esp iritu(Geistenwissenshaften) y ciencias de la naturaleza (Naturwissenschaftenl. Lassegundas sedistinguen tundarnentalrnente porque nos ofrecen un conocirnien-to de los hechos valiendose de procesos conceptuales intermediar ies. mien-tras que las prirneras se caracterizan por permitirnos una captaci6n directa e" inmediata de ellos (Di lthey 1944a, 1944b, 1944-48, 1945. Vease tambien. Or-" tega y Gasset 1933-34; Pucc iare ll i 1937-38; Ferrater Mora 1949) .Ouizas debamos, mas per tinentemente, recurri r a la postulada par Win-delband (1914)quien diferencia, por un lado, las que l Iamaciencias nornote-t icas, que pretender : la busqueda de leyes, t ratando de hal lar 10 general en loscasos particulares v , por otr o. las c iencias ideoqraf icas. cuvo.f in es. mas bien,e l encuadre preciso de los hechos. valorandolos en 10 que t ienen de particulare insubstituible. Las primeras comprenden, en clerta forma' _:_quehopuedeconsiderarse exclusiva- a t'ascienciasde la naturaleza y las segundas alas cien-cias delesp f.f itu. A estas ult i mas podria tarnbien denorninarseles "ciencias delhombre" 0 "ciencias de la conducts" (behavioral sciences),

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    D u I 11III U nl r il l . ., d I b u I v m n l t o , p e r c . para nuestro' p r o p II I,I n I I u ~ s I o t o r n ( s s I heoho d e q ue las clenclas nornotst l fI W Ib t' l ol1&ld r rs 0 0 1 ' 1 ' 1 0 u n l v e r s a l e s : 10Cluequiere declr que s u s conclusl n t I,pe r deflnlcl~n, son aplicables,ecLJm~nlcam1nte. Las ciencias ideoqraflcas, t m -bien por def inlc l6n, ocuoan 'una 'categorl~j ' totalmente diferente. Si en elias nse pretende establecerreqlas ni leyesgenerales -10 que, por otra parte, s r(uimpos ib le- se deduce Iaimportancia de las part icu laridades de cada case, quuson.lasque, ante todo, debentomarse en consideraci6n ..I \ '. ," ,:t 'I ',-.,, , "

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    c a . p : s r :\ ta n o i fe renc i a s culturales .notables, aun a IDSojos de los observado-res dispuestos a pasar las par al to . , ..EI siqulente res~men de Wittkower (1971) esilustr~t i~o: ' : '~eh~~fir~a-do .qu~ la esquizofrenia en las sociedades .africanas primitivas (Gorden) esmastranquila que en el mundo occidental ~una pobre irnitacion de las formase~ropeas- v.se ha ~nformadQ que.hay menos metoda en la locura de los pa-crentes esqu. lzofn3nlco~en"a Ind ia (Hoch) que en los pacientesh indues sohmeno~ ~greslvos; que I?s del,sur de,!talia 10 son mas, as! como mas expresivosV afectivos que Iss ~aclent~s de los Estados Unidos y que el aislarniento social

    es uno de los u ltirn os s mto ma s que aparecen en los pacientes i t a l i anos(Parsons)". ,Las explicaciones queh~ .querido darse a estas diterencias estan relacio-nadas con las supuestas condiciones caracteroloqicas del hombre que a cadacul tura pertenece pera es interesante notar la forma como los autores las ex-ponen: "una _pobre imitacicn de las formas europeas", por ejemplo, -muestrau~ eurocentnsmo descarado. Los afr icanos a los que serefiere podr ian can elrrusrno ~e.re~ho, decir que la esquizofrenia de los europeos es una "rid (culaexaqeracron de I,aque sepresenta en Africa.

    , Sabe,mos ifJmbien que los aspectos de la depresi6n varfan ampliamentec~n eltelon de fondo cultural ante el que se desarrolla, tanto en frecuencia(Carothers 19(53), como en su forma clinica (Tooth 1950, Stainbrook 1954).Es natural que; exista un afan por unificar la comprensi6n de los teno-menos de la pa~ologla mental, pero esa aspiracion no puede, ni debe alejar-nos Ide la ne.cesld~d de tomar en cuenta todos los facto res.sociologico's V cul-t~rafesl que mtervl~n~m en cada caso va que, de otra manera caer iarnos en se-nas a tas metodoloqicas. '

    d' EXist.e, pues..una patente necesidad de ampliar nuestro campo de estu-1 0 , V con~ld.erar, en ca?a case. no solarnente 1,0que pertenec~ a laesfera deI(J)~c~nocv~,e[i,t9S sancionandos por la metoQolog la de lasciencias sino todoaque 0 qUE?pu:da d~sbordar tales i lmi tes, pero que tiene interes ~orque re-

    tosrnas .Iareal idad viva de los pueblos V las culturas. Acaso uno de los aspec-t o s , r r ; s ~ntferesa,n~E?S'en ese sentido, es el estudio de 10 que hemos Ilamadops qulatr ta olklprtca.A19? sobre :?Iklore. Creo que,ante todo, debemos just if icar la denomi-~ c! 6n . rnl~rr:~ recien adelantada: psiquiatr ia tolklorica, En cuantoal terrnlnopSlql,Jlatrla , n9 hace falta entrar en detalladas explicaciones. Ha sido forma-

    d~/bl~~ la basede dos palabras .griegas: psyche, so~lo vital, espfritu, e iatreia,(,UII'floatIV6 '~~O~:I~~e~.~exten~ldo, a veces, mJ~~tl.ficadamente. En cuanto alpi D pued r ica, es indispensable un anal is is deten ido, porque suem-. e prsstarse a dhld

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    ,. . rf~r vlnt At 1" 1 Lim fGchada el 22 de aposto tie 1846, la propoma formalmente,definlendo el tema como "the traditional learning of the uncul tured classesof civi lized nations" , que bcdrfa traducirse como: "el saber tradicional de lasclases no cultivadas, en las 'naciones civirizadas", ... ,." 0 . ,

    Posteriqrmente, los.estudiosos han tratado de fijar mejor el concepto v ,asr. para Gorine' (1908) "es aquella ciencia que estudia lav ida popular en la vi -da civilizada. "Krappe (1930) sostiene que esel "estudio de las tradiciones noescritas del pueblo, tal como aparecen en la imaginaci6n popular, en las cos-tumbres, en la magia y en los rites" y Handon nos dice que se refiere al "estu-dio de las supervivencias de condiciones mas primitivas en las comunidades ci-vi lizadas".

    to, en el PrinCiPid. 'que todo tipo ,,dec ivllizacion, toda costumbre, objetomaterial, ideas. y l c~:,encia~ desernpefian un papel in~~sp~nsable dent~? .deuntodo que func lin8 :.y Kluckholn (1944) "sostlene:' ,MI postulado basico: . ..es que no soqfev ive ninguna forma de cul ture si no const ituve una respuestaacomodaticia 0 adaptativa, en alqun sentido. " EI fol klore no _puede, pues,comprenderse como una "supervivencia" y debe, mas bien, buscarse su raz6nde seren el contexto general de la cul tura. Volveremos sobre el tema masade..lante.

    Sin tratar de agotar el tema 0 los auto res,citaremos a Imbelloni (1943)qua.'trata de "actualizar" la detiniclon de Thoms en esta forma: es "aquellapar te de la c iencia del hombre que abarca el saber tradicional de las clasespo..pulares en las naciones civilizadas" y a Povif ia (1954l .para quien: : " fo lklorees lacieneia que estudia las manifestaciones tradicionales y espontaneas de 10popular en una determinada sociedad civilizada".

    .Ahora bien; Ios estudiosos de habla: lat ina han hecho innumerables es..fuerzos para l ibrarse del angl icismo fol klore y subst itu ir lo por .ter rn inos con'faices mas afines a nuestros idiomas. ASI, se han propuesto varias denomina-ciones como demotecnograf ia, demobiograf ia, dem6tica, demosof ia (CejadorvFraucal, demopedia, fi localia (Silveia) palabra preconizada por Unamuno.Los autores italianos usaron demologia y los franceces derno-psvcholoqie yanthropo . .psychologie. Los bras ile fios. en el afan de latinizare l terrn ino, sugi . .!r ieron que se escribiera y sepronunciara fol-clo ..e y el argentino Ricardo Ro-jas fue mas alia aun, cayendo en el absurdo de proponer.el uso defol-clor.Ninguno de-estos intentos ha tenido ex ito y los estudiosos usan actualm.entela palabra fo lk ..ore, que se ha hecho universal , tanto que nuestra Academia dela Lengua ha terminado por aceptarla.

    Ouiero terminar estas notas previas ci tando un parrato de la int roduc-ci6n a la obra Saint yves (1936), escrito por S. Cherletv y que se refiere a lascondiciones que debe reunir quien se dedica a esta discipl ina: "Para estudiar yedificar el folklore de un pueblo se necesita, no solamente las cualidades delh istoriador, sino las del sabio. eElestudio del fo lklore, en cualquier momento,tratese de aprender 0 investigar, de comprender 0de explicar, requiere yaconseja una sirnpatra siempre dispuesta, que sepa, no solamente comunicarsey conquistar los corazones, s ino estar siempre l is ta a proyectar suscal idos ra-vos sobre el punto donde el esplritu quiere penetrar al esptritu. Sin amor, nose coriocerajamas I s vida popular de supropio pais; sin amor no secorri-prendera jamas el alma viviente y secreta de su pueblo. Este elemento afec-tivo es, para el folklorista, el equivalente del magiCo "Sesame abrete'resgrac ias a el que podremos comprender la histor ia de nuestro propio pa is: fun. .dar, acrecentar, excitar, fortificar y exal tar en nosotros el.arnor a lapatr ia . Y,reciprocamente, por una suer te de cf rculo vi rtuoso, esta historia yeste amornos haran penetrar mas en el alma del pueblo". " .

    La Enc iciopedia Bri tanica define fo l klore como: "Palabra inventada porThorns en 1846 para des ignar las t radiciones, costurnbres y superst ic iones delas clases incultas en las naciones civil izadas". Povina nos ofrece en su obra uncataloqo de otras muchas def inic iones, pero en todas elias sedestacan dos ele..rnentos: a) se trata del saber de las clases populates: y b) en las nac iones c ivi li ..zadas., En .cuanto alprimero;hemos va intentado precisar el conceptode fol k.~No.se refiere. en :ealidad, a 10"poP~lar" , va que las l Iamadas c iases populatesJueden tener, X t le~e~, co~ceptos e Ideas que no son propiamente folkl6ricas;se trata de 10 tradicional ,que es 10que constituve su caracterfstica deter ..n:~nativa. Es esa caracteristica la enfocada en la segunda par te de la def in i-cion: supervivencia!iln las naciones civilizadas.

    Debe confesar que no simpatlzo mucho con aquel lo de "naciones civi li ..zadas", prin:ero porque, etimol6gicamente, serian aquellas naciones cuva vidaS ! : l ha~e en ciudades y porque, sementicarnenra, arrastra una insinuaci6n carac-t r fst lca: e l contraste con inc ivi lizado, que ha tomado una connotac i6n pevo-r tlva, De tOd~s m~n~ras,~1 ,~oncepto que hecesita aclaraci6n esel implicado1111 palabre supervlvenCla . Ella fue usada y definida por Tylor (1874) pa-t I Ii slpner COstumb~es':~~e no pueden explicarse en su uti lidad presents. pe-In fll!!1 6 1 0 sehacen Ifl tellglbles por su historia pasaca".

    It tl'lt r( , cues. de sostener que hay hechos y maneras de ser que selillll 1 I1 1 1 1 11 1 11 cultures y que no Henan ningunafunci6n actual y necesaria1 1 11 1 11 1 11 1 11 1 1 1 11 1 ,, 1 rI n casi por inercia. ' '

    De la psiquiat ria acadernica. La psiquiatr fa, ta l como esconcebidaenlos ambientes cultos occidentales u occidental izados, t iene una v ida relativa ..mente corta. Si bien, nacida de raices rel igiosas y mlt icas y basada en concep ..tos ernpf ricos , trata de olvidar sus ortqenes y as lrn llarse a, '? corriente "cien-cia" de nuestros d (as. I Ello ha tra ida consecuencias importantes, que tienen que ver con eltema que no'socupa. Esa pslquiatrra. que esla 'que seensef ia en las universida ..

    des y que, Vii) poco irreflexivamente, considerarnos como "Ia psiquiatne'

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    IQUO Y I t odes d e las ciehclas natl.!kals, no h~'consegu,id6,de ninguna ma.n r a , Idanti'flcersEJ con elias, " , "Tal tenornenoes faci lments comprens ib le s i recordamos 10comentadoacerca de ladicotomla en el concepto de las c ienc ias que fuera expresado mas.arriba. En realidad, la psiquiatr ia no puede parcial izarse absolutamente, n i ha-cia el lado de las ciencias naturales, ni hacia aque] de las lIamadas cienciasdel espfr itu va que, como base de sus conoc imientos, debe tener ;como hemosvisto, tcdas las discipl inas con aspiraciones natural istas: anatom ia, f is iolog ia,h istolbg(a, b ioqurmloa, neuroy eleGt~of isiologfa, etc ., Y. porot ra parte, cien-cias:nonaturales como la'psicologla,"la sociologia, la antropologia cultural y

    tahistorta.Siendo su cent ro de interes el hombre, est a destinada a mantenerse en laencruci jada de todas las c iencias. va que todas elias aportan elementos para elconocimiento del ser humano, cuva caracter(st ica es, precisamente, el const i-tui r una Gesta lt en la que, tanto los elementos materiales como los espir itua-les. forman una urdimbre inextricable y comprensible solamente como tal,

    , La ,psiquiatr ia academics. fundada sabre basesc linicas, fue incorporan.do .asu cuerpo de conocimientos y doctr inas las lIamadas"c iencias bas.cas" yt~at6 de asentarsesobre el ias en una aspiraci6n que, en los casosext remos, laQQ,hpu jo a depen'der delosexperimentosde laboratorio y de las elaboracionesespad(sticas, ya que ambos procedimiehtos Ieofrecian la apariencia de seguri-'dad que,secrela haber obtenido en las ciencias experimentales,

    No es momento de entrar en la discusion del valor de cer tidumbre quepueden tener las ciencias posit ivas (las I Iamadas hard-sciences per los autoresde lengua inglesa), valor , como 10sabemos, puesto en duda si seconsideran lasbases mismas del saber c ient ifico: la existenc ia real del mundo, ante todo, v .aun sup,oniendola, nuestra capacidad para observar y percibir per media de nuestros l imitadisimos organos sensoriales, ese mundo. Como segunda instan-Ie quedar (ai la"Qudijciertamente demoledora,- de si somos capaces de, frented at os $ e l1sor,il?l,esq\-lE!aceptamos como ciertos,aprovecharlos para una serie(j( rIilZOI'l~rnierl~Qs','aqstr,acciones quenQS permilieran edificar una.imagen va -il II( r ~ 1oel h lun90:: N~es el.momento dElentrar en estos ternas que son, c ierta-III I1ttl, los de laepistemola,gia, Baste sef ialar que la certeza de que parecen es-11111 ) 1 1 I I I ' d o s los ap6stoles de la ciencia positiva no tienen fundamentos uni-V I I 1 11 11 1 1 1' 1 eceptados y que susconclus iones, si b ien siguen un camino rac io-I!ii, I I /\n l j aedesen conceRtos relat ivos y discutibiss

    r:S;o,mb"Guo.O nuestros d'?",', tr'~d',~ C?",;d"~',como unicaosibi lidad ac8ea~able, la de la psiquiatr la', c l?nt lf lca , t)~sa?a,SlBll~ fuer? ~o~ib le en las fe~~ias bio l6gicas v , mas aHaaun, en la qu Iml,cay la cibernetica.Natu'ralmenfe que tal tendencia no esuniversal. Somas testlpo~ de quecen t~~-ientesaltamente cultivados, y principal mente en los de ra _uropa, en ,~an nacido y l Iegado a apredominar concepciones completa~e.nte ale jadas deese desideratum, Pensemos enla I Iamada medicina antropoloqica, uno ?e ~~-, re resentantes -acaso el quemas hainfluido en el pensamle~to psiqura-r r~~o :e nuestro s ig lo~ es Von Weiszacker y recordem,oslos fr:uct Ifer~s apor-tes de la fenomenologfa (Mayer-Gross, KUrt Schneider, Mlnkows, v , v? nGebsattel Strauss Wyrsch, Merleau-Ponty, Binswanger et al. ly dJI eXI.stelncl~-

    l ismo (M~dard Boss, Rollo May, etc.) aSI como los de la llama a PSICOoqiahumanista (Marlow, etc.).D~bemos sin embargo, distinguir todos estos aspectos dela psiqui.atrfa

    universitaria 0 ~cademica -basada en conceptos int?lectuales c~Jnasp~aclo~~~cientjficas- y que varian constantemente al comp?s, de los nue~os, es~u rI_mientos tanto de las c iencias basicascomo de la c llnlca- de,Ia p~lqulatfia fo lklor ica ~ue; como vimos al, :studiar la pal,~bra folklore,esta alejada del sabercient ifico y seasienta en el saber popular ,Psiquiatria academics y psiquiatrIa popular: r.1~~teadas est~s c,ues~ione~previas, estamos preparados para encarar una def iniCion, de la ~Slql,. lIatrta fo~.k lorica y he aqu i la que nos parece I Ienar nuestras n~cesldades. !Ia~amos PSIquiatr ia folklor ica al estudio de las ideas, las creencias y la~ pracncas ~~~,serefieren a los cuadros pslquiatr icos y sut ratamiento, mantenld,as per t ra lme-popular; aparte yen contra de 10aceptado per la cultura dominants en e me-dio en el que sepresentan.Dos aspectos deben destacarse de esta d,efinicio,n ~aspectos caractensti-cos que son los que diferencian a la osiquiatr Ia folklonca de otra~ form,as deconce c ion y pract icapsiquiatr lcas y que coinciden con las consld?ra,ClOnesadela~adas acerca de la palabra folklore, Las ideas" ~~nceptos y pract rcas dela psiquiatria folklorica, a) son mantenidas P?r tradicion popular, y b) aparteyen contra de 10aceptado por la cul tura dorninante,Debemos distinguir, pues, en un intento inicial de clasificaci6n:1. Una psiquiatria que no se apova en la tracicion popular: la psiquia-

    tria acadernica.2. Una psiquiatria 'que se apova en la tradlcion, Esta puede presentarformas distintas:

    - Siendo'parte 'de la tr 'ad'ic'ion oopular . n?se, eri frer rta sino ,qu~,p~r elcontrario, colabora con la culture en la que sedesarrotla: la etno-psiquratna.- Apovandose en lat radlcion popular, esta encontr~ d::,10,acepta?o,enla cultura en la que se desarrolla: el charlatanismo y la pstquratna tolklorica.

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    II II 11III , II IIII 111 Bt Ii V lrhlnt & . p( tu los que siguen, de cara 'c teriz~r mas precisa-L a e'tno-psiquiatr fa Existe' otra . . "no e s t a asentada en ,el "s~ber cientff ic~~lqUlatrla, qu.eno esacademica y quetinguida de la'psiqlliatda ,folkI6rica. ,peroque, Sin embargo,debe s~r dis-La antropologfa cultu I I . d'nos puso frente a conocimie~t' a est~ ~ar cu!t~ras diferentes de la nuestra,

    na~,Iafaci l, yerradaactituddeo:u~~~~qIC~; dls~ntas vr= oblig6 a abando-se,qjustariJa las normas denuest~a c ie~n:acwn y e~preclo p~r t?do ) 0 que none vslores propios y ue es in . ' cia V a estudiar una PSlqulatria que tie- 'que Ellenberger "am6qetn;_psi~l~ja~~~:bledc~~ocer Y a~;eciar. S,etrata de losmedqQ"mentalen funcion d ,ye. me como el estudio de la ellfer-naerif~rrna p'erten~cei' ' e as grupos culturales oetn icos a los que la perso-

    I . "

    , Par su parte, Kiev (1966) se ref . " '. 'dice que'' 'ta d iversidadde,la pr' 1 " ler,ea un_~'pslqu!atrla precientffica y nosdo sUgierequeel caracterde ' Ia~~i~cJi: t' r~at : ~ 'adendlf,eremes partes del murr-mente de las 'necesidades de los e f ' ca a s ociedad depende, no sola-r ro llo ,c ie(1~(f ico, sino de factores ~:~~os mentales y de laextens ion del desa-los socioecon6micos intelec tuale ' parenter:nrnte poco relacionadoscomoasistehcias'ociai" ,,' ", s, legales, rell.9losos y de las tradiciones de. ,

    Este estudio, para el cual conservarem I' ' . . ,tlene Caracteristicas espec ia les Sat rata t os~ nornbre d.eetno-pslqulatl 'la,Oulturas distintas de las occiden ' r an e.to. 0, de la act lvldad realizada en"prlmit ivas". La calif icaci6n det;~;~~~s, pr~n~'Paln:ente en aquellas I IamadasCr rncs que puede reservarse . ara a I rvas ae e apl lcarse con ~umo .cuidado.Incluyn en la definicion deKie\, (19:t'!?~ culturas que, e~ ~Ie l:t~ Torma, se" Is 0 NeJturvolken) a Uell . :. nt~ndemos per prtmltlvas' (natu-Illvllil clones occidenialesa~ s~~;:~~~es a!f ,'adas de la corri~nte principal de lastil I qu l'Ios grupos, contecn I ,es, I Iteratas y o~gallizadas sobre la baseIIjIll, " 0 ogla5, y economlas ,simples y no especializa-

    _ - _ ~ ~'En contrasts. la osiquiatrfa folkl6rica as parte del saber popular, basadoell tradiciones que no per tenecen' ala cultura dominante y que, por 'elcontra-r io , van contra suscreenc ias y postu lados "oficiales" . Ent ra, as f ,en lasdef in i-c lones de folklore que citamos arriba.Esta caracter ist ica es la determinante de su especff ica posicion y def ini-ci6n. Mientras la etno-psiquiatr ia es tudia las crencias y pract ices que formanparte de la cultura misma en cuesti6n, armoniza can su religion y filosofIa Yesaceptada por todos, respetada yapoyada porlos poderes pol (ticos Y religio-

    50S, la psiquiatr ia fol klor ica esta const itu fda por ideas y procedim ientos quesubsisten en la tradici6n popular, pero en medio de una cul tura diferente, quese opone a ella, que las pers igue y cornbate. colocandolas fuera de la ley.

    Creo que esta distinci6n es basics y necesaria ya que, hastaahora. seconfunden esos dos campos v , asi hallamos en muchos estudios de las costurn-bres populares en relaci6n con los cuadros psiquiatr icos, obseryaciones que seref ierena uno u otro campo indiscrirninadarnente.Acaso sea indispensable notar otra caracter!stica de los conceptos ypractices de la etno-psiquiatr Ia y de la psiquiatria folkl6rica. Es muy dificilhal lar una act iv idad puramente psiquiatr ica en estos cases,puesto que el hom-bre que es el encargado de aplicarlas en su grupo cultural, no separa 10 quenosotros conocemos como alteraciones de la "mente" del resto de la patolo-g ia. Generalmente su accion seext iende a toda c lase de enfermedades (con las

    l imi taciones que, en cuanto a la psiqulatr Ia fo lk lorica, veremos masadelante)y a otros acontecirnientos de la vida diaria del individuo y la sociedad.Este fenorneno es de interes porque nos pone f rente a otro hechodef i-nitorio .. En nuestro afan de analizar y desmenuzar para cornprender.Ios he-chos de la vida humana, hemos ido. en 10 queala medicina sereftere.creando"especialidades" que se ocupan con un sistema -y, a veces, un 6rgano- delindividuo, perdiendo de v ista, impl (ci ta 0 expl fci tamente, su inteqr idad y lasconsecuencias que esa integr idad tiene en lasalud yen laenfermedad. La apa-r icion de la l Iamada medicina pslcosomatica y de la medicina antropoloqicatrato de corregir esa visi6n unilateralizada de la vida v , con ello, volver a laconcepcion integral que la etno-psiquiat r Ia y la psiquiatna fo lk l6r ica mantle-nen a traves de los siqlos. ..... . .. .La charlataner ia psiquiatrica. Ahora bien. Nos queda aun otra distin-cion por hacer. Existe otra psiquiatr ia popular, bastante cornun. especiahnen-

    te en los parses no desarro llados. que no debe confundlrse con la psiqui~tr (afolkl6rica. Se trata, para agrupar estos hechos ba]o un nombre comun, del"charlatan lsmo". .EI char latanismo, tal como 10 entendernos aqui, esel coniunto de ideasy pract ices. no acadernicas que, como la pslquiatr fafc lk lorica, aparece en me- .dio de cul turas ajenas asu esencia y que.comoella, .escombat ido por la c ien-cia, la ley y 1areligi6n. .

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    Si bien presenta, pues, c a ra c te ra s tl ca s c omunes con la psiquiatrra tolkto-rica, la diferencia 'noes, muv diflcil ,de realizar Iaunque 'no hava sido-hechapor much os), si, nos referimosa su aspecto etico; la psiquiatria fol kl6rica esun re rnanen te de la tradicion popular, es ta basada en ella V pertenece alfolklore como una autentico aspecto de 1 3 1 ; sus pract icantes -como veremosluego- son s inceros en sus manifestaciones y acc iones. Los char latanes, porel contrario, no creen 10que hacen 0 dicen, son comerciantes sin escrupulosv , mezclando ideas populares conpalabrerfa seudoclentt flca y seudoreligiosa,tratan solamente de explotar a sus clientesv vivir deellos.

    rnsdlcas. Basta recordar el f racaso -hasta ahora., .. ..de todo 10 intentando parareduclr las alteraclones psicoloqicas a patolog (aanatornlca ,0 fisioJ()gfa_,~elaugede las concepciones psicoloqicas. desde Freud a Binswanger, V la proqresivalmportancla adquirida cor las ciencias sociales, lasociologia y la antropologiacultural ante todo,en la concepcion V el manejo de las a lt er a ci on es p si co pa t o-16gicas.

    AI diseFiar los perfi les de quienes ejercen las distintas clases de psiquia-t ria que venimos descr ib iendo, .ins ist iremos enel tema, pero creemos que, porahara, basta distinguir c1aramente la psiquiatrfa folklorlca. ejercida con since-ridap, a base de autenticatradicionpopular , del chartatanisrno psiquiatrico.pract icado sin basesciertas V con propositos exelusivos de lucro.

    E I psiquiatra de nuestros dlas se hal la , pues, en una encruci jada vestaimposibil itado para, objetivarnente. e legir un camino definido. Si bien los pro-gresos dela bioquimica, la clbernetica y la psicofarrnacoloqfa. asf como lasmodalidades modernas de la ref lexoloqia V I ,afisiologia cerebral 10impulsan apensar en un determinismo bioloqico de los fenomenos mentales, no puede,honestamente, dejar de lado, por una par te, las conquistas de la pslcoloqia, lafenomenoloqia, el existencialismo y el "humanismo" y, por otra. los aportesde la antropoloqra comparada V las demost raciones de la dinarnica grupal, entodos susaspectos.

    La psiquiatria academica y,el psiquiatra. E I representante de la que he-, mos lIamado "psiquiatrfa academics" es, por supuesto, el psiquiatra, quien sehalla, en nuestros dfas, en una posicionpeculiar y verdaderamente dificil ,de-bido al momenta por el que atraviesa su especialldad.

    Ante todo, perisernos en la situacion de la pslquiatr ia como parte de lamedicina. Debemos reconocer que esa afiliaci6n, hist6ricamentedeterminada,no puede ser jus ti ficada de unmodo claro e indiscutible. An te esta crisis te6rica, el psiquiatra -y, si me refiero especial mente a10 que ocurre en los pafses "subdesarrollados" no excluyo 10 que correspondsen los arnbientes mas occidental mente "sofisticados"- el psiquiatra, que has ide informado en la univers idad acerca de todo 10que seconoce de los aspec-tos bio loqicos V psicoloqicos de su especial idad, se encuentra, en la pract ice.con algo tota l mente diferente V que no hubiera siquiera sospechado en susail os de preparacion acadernica. Se encuentra frente a la realidad de' una po-blaci6n que, no solamente ignora 10 que 13 1 ha aprendido, sino, que 10 niega, 10substi tuve por ideas populates y muy lejanas, por supuesto, a susaber cient]-fico V se entrega en manos del practicante de la psiqulatr Ia folklorica o del,charlatan,

    Facti es caer en simplificaciones cornodas, ora aterrandose a lasafirma-ciones de los bio loqos, ora inc llnandose hacia la psiquiatr ia basada en el cone-c. imiento de los facto res de dinamica fami liar , social 0 cultural. Desgraciada-mente, n inguna de esasposiciones resuelve los muchos problemas de la cI (ni-ca diaria ni puede satisfacer 'a quien, seriamente, intenta comprender y t ratade avudar a sus semejantes.

    , Las especialidades medicas son aplicacionesdelas ciencias basicas en las'que 5e forma' el' estudiante y'sobre las que se apova la teorfa yla practica deIarnedic jna actual. La anatorrua; la fisiolopfa. la bioqufrnica y susvar iacionespatoloqicas son las que preparan al educando para comprender y manejarJos problemas de la clinica en las diferentes especial idades. En realidad,estas Isoh aspectos partieulares deIa patoloqfa: son adecuaciones a la cI [ni-ca de los-principios y los metcdos generales de la medicine. Su terapeuticase reduce ata aplicacion de los procedirnientos y medios comunes a pro-blemas mejor 0 peor localizados. "La posicion particular 'de la psiquiatr (a ha side s ie rnp re otra, c o mo 10tCistigua su corte historia V exageran algunas posiciones extrernas, como la de

    S i: SZ (1962), quien niega a los transtornos mentales cateqor ra de enfermedady, j::)or 10tanto, alia pslquiatrfa su razon de existir; 0 las de Cooper (1 971 ) Vling (1964), quienes : pretenden cor ivencernos (esquematizando, acaso,(linn Iace. su posicion y general izando injus ti ficadamer lte) de que, dada la" m t ' m ildad" f lagrande de nuest ra sociedad, los unicos "sanos" son los psi -u01 ! l } I, qu lenss , sie'ndo,muestras patentes del fracaso de nuestra o rqan iza -I ""II I m u nl t a r l a , s a t ratarfa de destruir violentamente, recluvendolos.en .rua-I i i 1 1 11 1 1 0 Y m t l e n d o l o s a "tratamientos" que no serian otra cosa que tor-1 11 I til Ilnld anular los como peligro social. ,

    ) I

    I I11111It il t t n rme en elanalisis de estas postures. que constituven ,IaII I III 1 1 1111111 J j II ntl-p slqulatna": N o es-ello necesarlo para' 1acornpren-Ililt Ii '1111I I IIUI tr( no puede asirnilarse al resto de las especialidades ', '

    (

    Las dificu ltades de laatencion pslquiatr ica en zonas ale jadas de las gran-des c iudades -V aun en sectores amplios de ellase- no sonsolamente lacaren-cia deespecialistas 0 la def ic iente orqenizacion de los servicios asistenciales,como seha pretendido, s ino, v , principal mente, Ia dificultad de acercarse a lospobladores V emplear los medias "cient ( ficos" , pocos 0'muchos, de los que sedispone.

    Existe, y ello es patente en nuestros parses, una desconf ianza hacia elmedico, desconf ianza que actua paralelamente con la perrnanencia de concep-tos t radicionales, de tan poderosa inf luencia eQ los medios populares.Por otra parte -y no nos cansarernos de Inslstir sobre ello- la base detoda atenci6n medica, y especialrnente Psiquiat~ica,esta en la correcta rela-,

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    ( (If I I tl d lcopaciente" relacion- que.ipor supuesto, se 'asienta mas en basesJ r ct lvss que en consideraciones Intetectuales, EI hombre de las c lases menosprlyllegiadas de nuestra socledadestabfece esa relacionfacilrnente con el prac-ticantetfe lamedicinatradicional, ,y aun con el charlatan, perc no, con el me-dico, y ello por varias razones.valqunas .de elias resef iadas por Chiappe (1970,1974) . EI psiquiatraacadernico, per su extracc ion social v , mas aun, por suforrnacion universi taria,hablaen real idad, un idioma diferente v , la mayorpartede las veces.Tncomprensih]e para e,lpac ienta-Su acti tud, su manera deaceroarse a ~I, suinterpretaci6n de los sfntornas y de la enfermedad y, por ul-t im,o', sus prescripciones, _sontanajenas a las creenciasdel enfermo, que la re-fa,cion ihterpersonal,' s ise establece, esen condiciones nada favorables para unbuen exito. '

    AI respecto dice, par ejemplo, Rubel (1964) refiriendoss a las posibili-dades de investipacion en temas de psiqulatr ia folklorica: "Otro problema deimportancia basics es que, cuando episternoloqos modernos, 0 medicos orien-tados hacia la investiqacion, se comprometen en el estudio s istematico de lostenomenos fo lk lor icos de la salud hal lan que esdiHci l concordar con la pobla-cion acerca de si el problema existe siquieracorno tal, Mas aun, tiendena noestar de acuerdo con sus pacientes alrnen las mas elementales premisas acercadesalud y enfermedad. Los.des grupbs perciben el mismo caso partiendo deprernlsas que son funda,mentalmente divergentes. EI problema secornplica porel hecho de que una historia cl i nica medica y descripciones de las molestiasdebenser obtenidas, por el profesional , de personas que mantienen un puntode vista quese opone.al suyo".

    Las consecuencias , no' por explicables, son menos desast rosas: e l psi -quiatra se encierra cada vez mas en su "ciencia" y sealeja de sus pacientes delas clases populares tornentando, de esa manera, la proli feraci6n de los charla-tanes 0 de 19spract icantes de la psiquiatr fa folklor ica ~ los que, inuti lrnente,trata de "corpbatir, v a sea intentando la persuasion -que fracasasi no hay unar~l~oi,6n personal.positlva __0 la fuerza, mediante la represion legal 0 pol ic ja 'c a . destin~das tambien a ser derrotadas, a la larga, mas aun cuando, no sola-mente los miembros mismos de las " fuerzas del orden" estan subrepticiamen-te del lado delos oract icantes extrarnedicos, s ino que 10estan tambien hom-b r s y mujerescje todaslas esferas sociales y econornicas. 'jJ

    L a etno~psiquiatr (ay el medicine-nian. Si volvemos lav ista hac ia 10queII If] eceptado nominar .corno etno~psiquiatr(a,nos encontramos con unIII J r to ta lmentedi ferente. EI hombre encargado del tratarn iento de los cua-d r p IClullfrtriqpsen ,1\3sociedades "primitivas"es el shaman, medicine-man, I) l J J w . " IS tQ S \terrnincis,\-lsados a veces indistlntarnente, t ienen diferente ori-It II Y lie II ", ,

    Una caracter Ist ica del t sobrelaque debemos'poner enfasis, es laque se trata de un individ lindante con la patoloqia. Ha si~o califica?o p~rlos autores como histerico ileptico y Ackernecht 10considers esqUi,zof~e-nico. Su conducta es la de u alucinado, sujeto a cr isis psico~i formes_ .S!genst(1951) manifiesta que los' manes soneleqidos entre "un tipo especial; per-sonas sofiador as. altamente n rviosas y excitables".

    , EI shaman, como persdnaje de la rel igion monqollca. presenta,eA~rior-mente las caracterist icas quese hallan enrnuchos de sus conqeneres: seador-'na con astas de venado, serpientes y gorrosconicos de hierro; LJsa'una var itadivina de la que cuelgan campanil las y bor las, bai ls f reneticamente alcornpasdetambores maqicos y cae en t rances, de los que se' recobra para , re lat~r susviajes al pais de Erlik, el Dios del mundo inferior. Se trata. pues, d.eun p.erso-naje (hombre 0 mujer) que juega un papel impor tan:e en elfun~lonamlentode la sociedad a la que pertenece, ya que, aunque aliado de Odolik. el demo-nio esaa lianza Ie permite influir sobre el y prevenir cualquier dana quepu-diera ser causado a sutribu.\ ':;:EI brujo ( Ia etimologia de esta palabra es dudosa. Sedice que der iva dellat in bruscus, que nombra a una especie de rana) esotro per ,so~aJd,e las cul-turas "prirnitivas" cuya inf luencia se nota aun hoy en rnuc~osrlV>E)Jesde.nues-tra sociedad.Se caracteriza fundamentalmente porque su poder .ssmal iqno yesta destinado a hacer daf io. En eJPerusele nombra malero.

    EI brujo (0 la bruja =recordernos la luctuosa h istoria d e .'I~s'br\~jetias"y las cazas de brujas de tiempos no muy lejanos) est a al.iado con los poderesmalignos y, por medio de la magia (magia negra), ocasrona enfermedades ydesgracias a sus victimas.EI de medicine-man es un nombre originado a t raves del~s tudio'deloshechiceros indios de America del Norte cuyo papel es no sclamenrecurar en-fermedades s ino intervenir en toda lav ida de su comunida,d,inf, luy~n90 favo-rablernente :sobrelas cosechss. :e! ' resultado de las empresas:gu~rrer'as, y sobretodo los asuntos colectivos y personales. "Es -dice Sigeri~t (195l)- 's~cerdo-te, hechicero y medico juntos. Esaun,a menudo, el jefe de la tribu, elteyquecomanda a la'gente. Y , por afiadidura, es frecuentemente el b~rdo de.1grupo,aquel que conoce las levendasv can~iones ,que info~ma,n ' sobr~ el ongen ,~elmundo, sobre las hazaf ias de la tribu y sus heroes en nernpos muy remotos,Creo que debemos poneb enfasis en las diferenc ias que.exist~n entre ~s-tos tres personajes, EI shaman y el medicine-man son, en realidad, In. ter,medla-r ios, mediums entre los hombres y los poderes super iores.Tratande _Inyocar laintervenci6n favorable de elias v , con ese proposito. se valen de diversos re-curses. Existen diferencias entre elshaman V el rr;iedkihe~ma~. ~I prirner9~~;-tua generalm~nte al aire l ibt~,oen el Iuqar donde ~~solicitado, mle,~trq~gue~~medicine-man ha establecldo un sitio en el que reside y al que los pacrentesdeben asist ir . .Por otra oarte.el shaman espose(d9 por los espir i~LJssuperiores,mientras aue1-el medicine-man solici te su aY!- ldq apovartdose Sl es necesano,

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    n I oonoc lmiento de tecnicas magicaso,' medios fisico$ y qu (micas (si quere-1 I 1 0 S c II ficar as! e l uso de plantas, r n i n e r a l e s 0 animales) en su acclon terapeu-tl .

    EI bruio. de otro lade, no es u n interrnediario. sino quien poseela capa-old d para obliga r, por uno u otro media , a Jas instancias superiores a actuaroun sus deseos. La diferencia princ ipal ent re el shaman y el medic ine-man,por un lado y el bru]o , porotro. esta, pues, en que los dos primeros dirigen su0016n a beneficiar a la , comunidad, a ayudar a los individuos ya la sociedad aIVl,lr dlflcultades rnateriales 0 espirituales, aun con riesgo de su salud y su vi-dc, mlentras que el brujo se dedica, per el contrario, ausar sus poderes paraecnlurar a las fuerzas sobrenaturales a fin de hacer dana y aun mata r a quie-n he saF\alado.

    EI rspresentante de la etno-psiquiatr Ia, para nuest ros proposi tos. serfaI m dlclne-rnan.icuva posicion -yen ello queremos insistir- es basica en laurdlrnbre social, ya que desernpefia un papel decisivo en la vida del grupo alqu pertenece yen el que tiene una funci6n y un rol definidos y estrechamen-I !load'os a toda la estructura de su comunidad.Esa Importancia es puesta claramentede manifiesto por Summer yKoller' (ol tados por Siger ist 1967) . D icen: ~'LbS salvajes estan demas iado cer-

    'U 0 Ie oruda lucha par [a existencia para subestimar a aquel los que -pensa-R n- contribu (an poderosarilente a asegurarlos contra la enfermedad; ha sidor rv do al hombre civilizado, seguro dentro de los baluartes, cuyas bases~1I ron puestas por elsalvaje, el hacer el papel de buf6n irrespetuoso comon it '! u n hombre-natura l 10 har ia, con rebuscadas y perversas burlas frente al

    I~clmlento de la c ienc ia, que deberra reverenciar . Solamente el hombre c i-V III sta suficientemente seguro -por v ir tud del pensarniento . :e l trabajo yII ll'ftlrnlento de aquellos que obtuvieron el conocimiento para la humani-d d y p r al, .. .para pretender desprecio y condescendencia hac ia su indispen-lill b r",p ( J O mcs rssumir 10d icho afirmando que, a pesar de lasvariantes en suIIlMlil y 'r cul tades, e l medicine-man esslernpre unindiv iduo respetado, que

    IIH Itl l 1 II ooneeptos rel ig iosos, fi los6ficos y eticos de su cul tura. No puede1 1 1 1 1 Illr parade de ella, aSIcomo no puede concebirse la vida de sucornu-Illd HI III u _xlstencia. Porotra parte', y como un 16gico complemento de 101 1 1 1 1 1 1 1 , til III d l I ns -m a n actus s inceramente; cree en 10que hace, se somete a1 1 1 1 1 ~t lId rlrtos de aprendizaje que son verdaderas torturas y esta s iempre"I 1"11 It P r cares sus fracasos en el importante papel que ha asumido.

    1tjllli qu , sin creer ~n 10que hace, sin bases f ilos6ficas, sint IIII II ( r tr dlcional, s in .et ica v.sin rel igi6n, sededica a ex-

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    plotar la credulidad popular ya stafar a sus "clientes". 61charlatan no seha-lla ni racial ni social men te ligada a su publico. no represents tradieion ni cul-tura alguna v , sobre todo, no es .neero. Usa una heteroqenea mezcla de le-Venda con parrafadas pseudocient lf icas y~udorrel igiosas, destinadas delibe-radamente a embaucar a sus oventes y venderles drogas 0 procedimientos "cu-rativos" que 131sabe muy bien que son inoperantes. EI charlatan emplea unaserie.de recursos de burda elocuencia y complementa su parla con la exhibi-ci6nde libros, que Ie sirve para "ilustrar" su parlo teo, can imaqenes, imanes,aun cartas de baraja y todos los recursos que puedan influir las mentes senci-lias, no ilustradas 0 sugestionables.EI saber popular , AI lade de estos personajes debemos considerar e l co-mun de la gen te,que representa el saber popular. Se t ratatambien de una tra-d ic ion. pero s in bases culturales c iertas. Esel remedio de laabuel ita 0 la rece-ta de la t fa vieja, quienes poseen la soluci6n a todos los prob lemas diarios dela salud. Como ejemplo podemos referirnos, en el Peru, a lasconocidas pres-cripciones =hechas diar iarnente y seguidas can profunda. fe por gran par te dela poblaci6n- de beber "caldo 'de cabeza de bonito" (un pez abundante enel Paci fico) o "agua de manzanas" para actuar sabre lacapacidad inte lectLial 9sobre las molest ias cerebrales 0 el insomnia. Creo que este t ipo de terapeuticadebe ser disting liida tambien muv clararnente de las otras.tsi queremos serrigurosos en f!ue7 yas concepciones y en las basesde toda investigad6n.l .apsiquiatr Ia fo l kl6r ica y e! curandero. Reservamos el hombre de "cu-randero" para el representante de la psiqu iatrla folkl6rica, tal como la hemosdefinido, pero debemos ser cuidadosos, ya queel publico, en general, y aunalgunos estudiosos ,no hacen una dist incion clara entre el y el char latan.

    , En anterior oportunidad (Segu in 1970) nos referimos a la importanciade esa diferenciacion y recordamos que, en el Peru, Valdizan (1922).ye, aun-quevaqarnente, la habra hecho notar, separando dos clases de practices enmediclnapopular: los "profes ionales" , esdeci r, aquel los a quienes l Iamamosahora charlatanes, y los "convenc idos", aquel los sinceros curadores que con-sideramos como representantes de la psiquiatr Iafol k lorica.

    Sal y Rosas (1965), que se ha ocupado rnucho con e l tema, distingue:a) los "cbarlatanes", de intenci6n maliciosa y fraudulenta, para quienes ellucro personal es su unico y primordial objetivo; b) los "emplricos",con fi-nes esenc ia lmente uti li tarios , que usan- los recursos tecnicos de la medicinaoficial ; y c ) los "prac ticantes de la medicina t radicional peruana", cuyos actosson "Iegl tima expresi6n antropoloqico-cul tura les" , que no estanencontra dela med icina oficial sino fuera y lejos de ella. Estos ultirnos senan. para noso-tros, los representantes de la medicina y la pslquiatrfa folkl6ricas.

    Sal y Rosas propene para ellos el hombre de Jarnpek (del quechuahampek, el que .cura), pero ese nombre era usado .paradesiqnar a quienes ljer-cran su arte durante el imperio incaico y eran completarnente diferehtes denuestros actuales pract ices. puesto que los hampek estan mas cerca, sociol6gi-ca e hist6ricamente, de los medicine-man.

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    1 '1 tl am c s , p u es . ante la necesidad de diferenciar los.cpor una par te,Iii 1 0 do s de curer en las culturas p rim itiv as (e l medicine-man y susIIIIIU III r ) y, c or o tr a. del charlatartSi tenemos en cuenta su mlsion, que esII It !lIiI I r d S u s oornpaf ie ros en desgracia y ayudarlos a recuperar la salud 011 1 1 I 1 1 1 1 l . l r l o Individual y social, les corresponderia alqun der ivado de las ra icesII It 1 11 0 I 'tlnas que a ese cuidado S8 refieren. Recordemos que therapeou pa-lI H e J I q u o ro vie ne n "terapeutica" y todas las relaeionadas, signifiea pre-I III I nt "culdar" 0 "curar de" v, par 10 tanto, nuestros personajes son ver-1 1 11 r t r a c s u t a s . pero eil lamarios asi ser iaconfundi rlos con todos los tera-p 11 '111 , n especial con los "oficiales". Por otra parte, el latin curare tiene1 1 1 1 1 a s igni ficado: preeauei6n,cuidado, atencion, d i I igencia, proeuraei6n ynnbl II S cresrarra. como t radicionalmente ha ocurr ido, para ese uso.GurarI 11l'f1 ,no solamente .cuidar de la salud fisica 0 del cuerpo, sino tarnbien delp ( r l ' t ~ J , como claramente.lo atestigua la nominaci6n de curas que seda a losrdotes. cuidadores de alrnas.

    Cure r ha dado el terrn ino curandero: "persona que se dedica a curar, sinr mse lce" . segun 1 < ; 1Academia. Esa p a l a b r a ha tomado u na significaci6n te-Mid do acento'$ pevoratlvos y debernos l ibrarla de ellos al designar al curadortr dlelonal. al representante de la psiquiatr fa fo l k l6rica . . " I ,Pcdernos, pues, aceptando.la denominaci6n corriente, pero prscisandolauldsdosamenOJ ':.=>Q)(f)CC ~

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    ~!,- - ~ .~=::J~CIN:=-MAN CURANDERO CHARLATAN CURIOSO"''- - - --""~ ..._e c. ~=- - cu ra Su propia cultu- En culturas oc- En culturas occi- En todas las cul-"'r ra dentalizadas, ale- dental izadas turas- jadas de la culturapopular original

    z_ Posicion social Tiene status of i- Tiene status oficial No tiene status of i- No tiene status No tiene status'cial. Forma parte destacado. Forma cial, Es condenado oficia!. Es con- oficial.de la sociedad es- parte de la socie- por la .sociedad esc denado por la =tablecida ciedad establecida tablecida sociedad esta-blecida3. Posicion le9al Obedece a las le- Contribuve a su Es perseguido por Es persequido per Es toleradoI yes creacion V cum- las leves las leves -plimiento4. Basesteoricas Los conocimien- Teologfa, filosoffa Saber popular; cre- Ninguna, 0 mez- Ninguna(

    tos cientificos de e historia de la so- encias transmitidas cia de insensate-- su epoca ciedad en la que por el folklore, 0- ces .'v rve puestas alas de lacultura en la que vi-ve

    5. Posicion etica Es sincero Es sincero. Parti- Es sincero. Desem- No es sincero. No Es sincero .cipa de buena fe pefia de buena fe cree en 10 que diceen 10 que hace 5U oficio ni en 1 0 quehace6~ Practices Aprobadas por la Adaptadas alas Adaptadas a las ere- Heteroqenea mez- Practices transmi-"ciencia oficial" creencias de su encias populares cia de practices, tidas de genera-cultura V socie- despreciadas por la sin base cierta cion en genera-dad sociedad en la que cionactua7. Motivos Cient ificos, voca- Religiosos, socia- Vocacionales vhu- De lucro personal De avuda mutua--- cionales V practi- les V vocacionales manitarioscos8. Ubicaci6n Integrado Integrado Marginado Marginado Integradosocial--9. Representa Psiquiatrfa acade- Etno-psiquiatr fa Psiquiatrfa tolklo- Charlatanlsmo Psiqu iatr fa popu-mica rica ! lar

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    I d rrollo de ura psiqulatria ~QI~lori

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    L slorra c er ua ns ~ s, un ejemploii le rnaridaje mestizo en el quelapode-"rosa inf iuencia espanola', si bien ha conseguido dornlnar enla forma, no hamodif icado e l fonda de lascreencias -cu lturales nativas, .Vernos, pues,en susnucleoshumanos, la"mas.variada rnuestrade conceptos y practices, que cam-pian.de luqara lugar V en relac ion con e l'mayor 0 menor alejarniento _geogrclfi-co de la costa V de los grandes nucleos' citadinos. En nuestras Investigaciones'ha sido posible seguir laruta deaculturacion occidental, estudiando las varian-teslocales en 10 que a la psiqu iat rfa folklorica seref ie re. Volverernos.sobre elterna masadelante.

    ,La selva peruana se halla poblada por grupos mas 0 menos heteroce-neos .con caracter ls ticas rac ia les d is tintas a las de l abor igen de lasier ra, g ru-pos con rasgoscul tu ra les prop iossequn la region y que no podr Ian c lasi fi carseo 'agruparse adecuadamente. Aparte de una ciudad -Iquitos- no puede ha-blarse, en Ia selva propiamente dicha, de una pslquiatr ia folkl6rica va queesta. por de finicion, sepresenta en nucleos occ iden ta lizados. S in mencionar, lascornunidadesselvaticas, cuvo estudiopertenece mas bien a laetno-psiquia-t ria hemos estudiado la ps iquiat ria folklo r. ica que sepresenta en Iqui tos vhe-rnos-pod ido hal la r fos ejernplos mas notab les e i lust ra tivos. (Leml ij, 1965 a,196qb:Chiappej968, 1970a, 1970b, 1974; Dobkin de Rios 1968,1970a,1970b,.1970c, 1970d, 1970e, 1971a, 1971b, 1972a, 1972b).

    . La preocupacion por la psiquiatria folklor ica debe conducir a la reali-zacion de 1rabajos interdisciplinarios. en los que los antropotoqos y los psi-'qUi,at.ras(ademas de.los socioloqos, psicoloqos V otros especialistas de las cien-ciasde la.conductal formen equipos parainvestigar las caracter istieas regiona-I~s" la evoluc i6n V las re lac iones deIa ps iquiat rfa folk lo r ica con nucleos veci-i roscvlnculados en alquna forma.,Psiquiatr ia fol l

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    ',I La s ierra peruana .esun -ejernplo 'de maridaje mest izo en el que la pode-"rosa influencia espanola,si'bien ,ha conseguido dominar en la forma, no hamodi ficado el fondo de las creencias culturales natives. Vemos, pues, en susnucleos humanos, la mas var i ada muestra de conceptos vpracticas. que Cam-bian de.luqara lugar yen relaci6n con el mayor 0 menor alejamiento geografi-Co de la costa ydelos grandes 'nucleos citadinos. En nuestras' investigacioneshasido posibleseguir la ruta de aculturaci6n occidental, estudiando las varian-tes locales en 10que a la ps iquiat rla fo lk lor ica se ref iere. Volveremos,sobre eltema mas adelante.La selva peruana se halla poblada por grupos mas 0 menos heteroqe-

    neos, con caracterist icas racialesdistintas a las,del aborigen de la sierra, gru-pos con rasgosculturales proplossequn la region y que no podr ian clasificarseo-aqruoarse adecuadamente. Aparte de una ciudad -Iquitos- no puede ha-blarse. en la selva propiamente dicha, de una psiquiatr ia folklorica va queesta. por definicion, se presents en nuc leos occ identa lizados. Sin menc ionarlas comunidades setvaticas.cuvo estudiopertenece mas bien ala etno-psiquia-t r i a ' hemosestudiado la ps lquiat rIa fo lk lor ica que sepresenta enlqui tos y he-m:o; podidohallar los ejemplos mas notables e ilustrativos. (Lemlij,1965 a,1,9635b; :,Ck iappe1968, 1970a, 1970b, 1974; Dobkin de RlOS1968, 1.970a,197Clb,.1970c, 1970d,'1910e, 1971a, 1971b; 1972a, 1972b),L,a preccupacion por la psiquiatr Ia tolklor ica debe conducir a la reali-zeclon detrabajos interdisciptinarlos, en los que los antropoloqos y los psi-cuiatras (adernasde los socioloqos, psicoloqos y otros especial istas de las cien-

    ciss.dela.conducta) formen equipos para investigar las caracter (sticas regiona-les, la evolucion y las re laciones de la psiquiat ria fo lklor ica con nucleos veci -nos 0 vinculados en alguna forma. ..Psiqulatria tolklorlca y socloloqra. Sila relacion de la psiquiatr ia folklo-rica con la antropoloqra cultural es innegable, la que tiene con la sociologlan o es menpsir;npqrt'ante, Pensernos solamente en que la psiquiatr Ia folklcricas presents con rasqossocioloqicos rnuv especiales y caracter Ist icos. Si bien lapsiG\Ulatria acadernica parece no necesitar explicacion ni justificacion sociolo-olea spec ia l -va que pertenece alamedicina y ella esuna profeslon consagra-d ~ J o c r la sociedad y J a historla-. hemos visto como ciertas tendencias actualesIl1it ntan despojarla de su significado y rol social y discutir aun suderecho a(xi, t t r . Recordernos aSzasz (1962), por ejemplo, 0 ala lIamada "anti-psiquia-II (,I, ( coper 1~971, Laing 1964) y a las carnpaf ias dest inadas a cons iderar11111t sp clat ldad cornounarrna pol i tica y como una distorsion de lac ien-I'll ()H1- roposltos de hegemon la de clases (Berlinguer 1969).'1 , ( 1110'psiquiatria ocupa una posicion social perfects mente def inida,11111lii 1 1 1 1 ( forme par te dela urdi rnbre de un grupo y l Iena funciones necesa-11111111111 II{ llnl79ci6h vsupervivenc ia EI caso de la psiquiat ria fol klor ica

    I 1IIIIIilllllllilitlili dlstlnto. Ante todo, como hernos visto, no pertenece a la111111111t It'll I "u]] . In l" de la sociedadise halla fuera del es tabf ishment -paraII II IJlII II II 111111IV l .ormotaciones se han puesto hoy tan de moda-, noIIIJI 1 1 1 1 I 1111I J I It !Ill t( ictuates y contradice.rno solamente las leves, sino la"" "IIIIIIIII~ II Ili llll 0('1((100 en la que S8presenta.

    / .. 'Si bien $U irnRo5.:!;

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    Muc ho s e h a s sc rlto acerca de'Iasfunciones de la rei igi6n en la cultura yno pod mos entrar en ese campo especlalizado. "EnIo que a fa . magia se refie-re, autores como Malinowsky sost ienen la "necesidad funciona l de mecanis-mos como la magia". "La magia -dice- realiza una funcion indispensabledentro de lacultura ..Satisface una necesidad definida que no puede satisfacerninguno de los otros factores de la civil izacion primitive".En cuantoa lassuperst ic iones, seha tratado de comprenderlas como re-manentes deusos y costumbres que, una vez, fueron loqlcas y rea lmente uti -les.Bie\lPuede ser que seaast, pero nos queda(Siempre la pregunta: si han de-j~do d.e ser l~, ~por que siguen a0n? I.ndu~remente Ilenan una funcion so-

    cial, > siprescindirnosde la muy discutida Idea de la "supervivencia", a cuyasdeficiencias ya nos hemos referido. ,"En 10 que particularmente ala psiquiat r Ia folkl6r ica v a la medicina fol-k lor ica se ref iere, no puede neqarse su presencia en todos los ambientes de to-dsslas cul turas y el recurso de t ildar de ignorantes a quienes a sus pract ices sesometen, no resuelve, de ninguna manera, el problema. Podemos afirmar que,en nuestras investigaciones, hemos hallado como "pacientes" de los curande-ros, no solamente a profesionales, sino a medicos (algunos de ellos protesoresunlversltarios}, observacion que puede facilrnente repetirse en todo el mundo.

    " P ; r otroIado, 18 concepcion del rnaterial isrno histor i~o nos of rece unaperspective lnteresante: la de las ideas contrapuestas Y contradictorias que,ent~e otras, seenfrentan en la sociedad actual: 1 0 razonable y 10rnaqico: 10sa-cral izado y locierrt tf ico . Ante la racional izacion de la cul tura, caracterfst icasde las sociedades capital istas y capital izadas, la creencia y el apegamiento a larnaqia, '~uedencon~id;rarse como una, reaccion del hombre, que ahogado porla crencia. se refuqlarja en el mundo extrarracional , como una prctesta y unaantttesls.

    No podernos. per supuesto , mas que dejar p lanteadas estes hipotesls,ma s 0 menos representativas de corrientes sociolcqlcas opuestas, perc quere-mos dstenernos er l;ot rq asunto que, s in pretender ser " la expl icacior i" del fe-norneno (Quevenimos estudiando, creemos que essuficienternente interesantepara rnerecer lo.Se trata dela relacion entre el enfermo y el que 10cura ..NoIn'Centaremos ahora su anal i~ is, hecho ya por una ser ie de autores y motivoprincipal de algunos t 'rabajos (Lain Entralgo 1961; Seguin 1963): QueremosI rn nte dsstacar que el paciente, hoy, se hallafrente al medico en unaIt'll 16n tfpica y _ 'quecara'cteriza la medicina contemporanea. La importah-I j (ie d (a creciente. de los resultados obtenidos con la intervencion farma-w 1 6 , 1 0 quirurgica y et entasis en el aspecto nornotetico de las ciencias me-ill! 1 j" h cho qU~el.doctor vava convir tiendose, cada ve: mas, en un profe-1 1 1 1 1 II IL l aptlce tecn icas, abandonando su papel mi lenar io de hombre queI Y I I I I I 1 1 mbres. La acti tud "cient fflca", unida a ldesconocimiento de laver-IIidt I I t II 1 6 n Interhumana, su importancia.y v igencia en lasalud y 'en ta en-I 11111ill i, 1 1 1 h oho que el med.ico trate casos y no problemashumanos, pa-I It 1 1 1 1 1 Y IH i I H lr l 1 brG lS e n desqracia. .. .

    li t Ill, Y ' 1 1 1 1 1 1 1 0 110nqueridoverlo 1 0 hanvi~tob ien, el ser~umano no es1 11 1' 1 11 1'1 ' iii I I I III I fli uosta que pueda arreglarse modificando algunos resor-

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    tes de su funcionarnlento , s ino un enternuv cornplefoen.e l cual los factoresf(sicosactuan al un (sene con los psicolcqos y sociafes y al que no es posibledirigirse unilateral mente. EI enfermo, si bien necesita la avuda farrnacologicao quirurqica que su sind rome indique -cuando la necesite y cuando la indica-clon esta bien hecha- necesita, tanto 0 mas urgentemente, cornprension, acer-camiento humano, sol idaridad. Ya lat lamada medicina psicosornatica nos haprobado hasta elcansancio que la enfermedad y la curaci6n t ienen mucho quever con el equil ibrio pslcoloqico y con la homeostasis social.

    EI medico de nuest ros dfas, en parte por suformaci6n academics que 10I leva al c ient ificismo v a la consideraci6n predominante de la Hsico-qufmicadel orqanisrno, en parte por laabsurda presion que 10obliga a atender muchosenfermos en poco tiempo, en parte porque desconoce u olvida que quien tie-ne enfrente no es un "cliente" , sino un hombre, no lIena las necesidades rea-les del que visne a buscarlo, que no necesita tanto la mejoria de su dolor, lamayor parte de las veces, como el a livio de su angustia; anhela, sf. la desapari-c ion de sintomas rnolestes, pero reclama el apovo incondicional de la f igurasefiera del medico en su sufrir, menos orqanico que humano.

    Psicoanallsis y psiquiatrra tolklor lca. Erieste. como en muchos otrosproblemas, el psicoanalisis puede ofrecernos una explicacion-acaso valedera.La apl icaci6n de los conceptos psicoanal ( tlcos ha sido lntentada par varlosautores. socioloqos y antropoloqos de valra (Sorokin 1938;' Malinowski1932, entre otros rnuchos) que S8 han manifestado mas 0 menos ablertamenteen contra de la apl icaci6n del f reud ismo a sus discipl inas, s i bien en casaspar-t icu lares (complejo de Edipo, per e jemplo) tuvieron una acti tud receptiva. Peero, de otro lado, estudiosos como Fromm (1953), Lasswell (1939), Burguess(1939), Mead (1939), Kardiner (1939, 1945) y ot ros muchos han planteadoideas originales acerca de la relaci6n entre el psicoanalisis y la sociologla. Enla imposibil idad de revisarlos todos en estas paqinas, nos concretaremos a unaobra que resume muchas y que, s i puede ser d iscut ida. intenta l Iegar a una po-s ic ion de compromiso. Se trata de l interesante l ibro de Bastide (1961)al quenos referiremos solamente en 10que concierne a nuestro tema.

    EI enfermo ve, pues, frustrada esa necesidad y eneuentra sordera ante susol ici tud, a veces insistente, cuando no un rechazo indiqnadodel profesional aquien interesan sus funciones f is ioloq lcas y no quiere "enredarse" en laconsi-deraci6n de sus problemas psicoloqicos 0 espirituales.Otra cosacompletamente di ferente ocurre con el curandero. Setrata,

    en este caso, de un hombre f rente a hombres; un hombre I lene. precisamente,de esa bonhomia y esa cornprension humana intuitive. mas interesado en avu-dar a su hermano que en curar a su clients yen el que el enfermo encuentra elapovo. lasegur idad y laatenci6n que inut il rnente ha ido buscando en medicosy hospi tales. No dude de que seaesta una de las causas de laexistencia 'de loscuranderos y de su importancia psicol6gica y socioloqlca.

    Bastide afirma, en sus conclusiones. que "la aplicacion del psicoanalisisa la sociologia representa el despertar de una nueva necesidad, latentacion de1 0 profundo . .. " , Habla de la importancia de los sfrnbolos, tanto para el psico-

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    anallsis como para. la socioloq fa. En el anal isis indiv idual, sost iene, debe to-rrtarse en cuenta la " t ranstormacion" de los sfmbolos sexuales en sirnbolos so-ciales; en la sociologla es igualmente importante cortsiderar el cambio de lossrrnbolos sociales en sfrnbolos sexuales. La sociologia y el psicoanalisistienen, pues,elementos comunes y pueden ayudarse mutua mente , tenien-do en consideraci6n que no es el inconsciente individual el que determinapor sf mismoeJ cornportarniento colectivo,sino queexiste unintercam-bio entre ambos, del que nace la conducta humans. "Podr iamos deci r-aco -ta-vque no. hay rios sin lecho y que el lechodel rro esta determinado en cier-ta forma geogrMicam13nte pqr las direcciones de las' faldas de la montana,por los obstaculos encontrados en el camino; van derecho 0 describen me-andres, y las t ierrasarrancadas S8 deposl tan en las r iberas , las embocadu-ras, 0 forman islas .. D el mismo modo, la corriente de la libido tiene slern-pre un techo social. marcado par la diversidad de las facilidades sociales0. porlos obstaculos de las inhibiciones culturales. La estructura proveeuna especie de deterrninisrno sociol6gico a laorientacion sexual, v , s i b ienhay acci6n y reacci6n, si 10 sexual arranca aquf 10social para transporter-10 a otros lados y en forma modificada, tal como el rio su cieno para formarislas con el al azar de los encuentros geograficos, no es menos cierto que 10 l i-bidinoso s610 puede actuar dentro de clerto marco preestablecido".

    S,i la.obra de Bastide se ref iere ala soc io logfa, en general , e l estudio delfo lklore en relac i6n con el pslccanal ls ls ha ocupado amuch fs imos autores . pe-ro ellos se han referido al folklore, no en el preciso sen tidci que antes nos he-rnos preocupado de acentuar, sino confundiendolo con la etnologia, esdeci r,considerando la psicologfa de los pueblos primitivos junto can aquella mani-fiesta en ,el vulgus de los civilizados. Sin embarqo, sus conclusiones puedenayudarnos en la tarea de ver como el .psicoana lisis puede contribuir a la com-prensicn del folklore y, especialmente, de.su funci6n socioloqica." Ante todo, Freud, en varias oportunidades (al referirse a los suefios alanirnisrnov a la magia en Totem y Tabu), relaciona directamenteestos fe~6-menos, a~1como Ja s consejas y cuentos populares, con la act iv idad inconscien-ts y SU~cqrf lqrr isticas. 'En general, elias sedan manifestacjones, variadernentedlsf razadas, deIos j rnpulsos inst in tivos sublimados 0 s irnbol izados. Confi r-rnando estos puntos de vista , Abraham, Rank y Jones se refieren a I~sanalo-g(es entre los sue fios V los mitos, mientras Riklin estudia su relaclon con loseusntos populates, aSI como Silverer y Jung, quien, como sabemos, ext iendesos concsotos en leiteorra del "inconsciente colectivo".

    Roheim (1926,1937) entre muchfsimos otros, ha tratado este proble -. I ra el i el hechicero esel representante de la potencia fa lica .del grupo, a lItl tlcerse con Iq. ,f ig .urapaterna, posesora del mana. EI bru]o, por otra par-t, I oastracor qLj~,apoderaf!dos~ de cualquler, parte del cuerpo de suvrct l-

    1 11 1 ( III Ilos, urias, excrementos). la destruye.. 'II I\me~lca lat ,i ria, R~rT)Os(1952)es quien se ha ocupado del tema v ,fHIII , I , Por t e c s rre ro yCarvalho-Neto .(1956), en el Brasi l, Y 'iLanger y CanalIIIII~ Il f n II A rO ntina. Todos ellos . desgraciadamente, sel imi t~n a apl icar losr (jf 11 , 1 ph ) P I. lin 1I tlcos a c iertas manifes taciones fol k loricas . (cuentos di- '. . I '

    1 f t

    .chos. leyendas populares) V no, especr ficamente, a darnos luees sob r I m -z6n de su existencia.. .: Acas? esaraz?n seademasiado visible si nos atenemos a 11I U t I I . I.de !~octri ria fr~l ldlan~. EI fol~lor~, e~ge~eral, no serfa otra cosa que I flo-rac ionde neces l.Gladesmc~nsclentes, insatlstechas por la cienela y la razon,~~s pueblos obt ienen, mediante las manifestacionesfolkl6ricas, una actualize-cion maso menos plena, sin lacual sas neeesidades fundamentales presiona-dan pel igrosamente en nuest ro, inconsc iente. De ahf todolo "prirnitivo" delfolklore: su animismo y .anirnatismo, su carqa 'sirnbolica, surelaciohestrechacan la supersticion, C0n la magia yconla rel ig ion y su podsrosa Intluenctarr;as a"~ de consideraciones racionales,sobrelos hombres de todaslas catego:r ras sociales y todos los niveles de inst ruoc ion.Este planteamiento expllcanano solamente ese auge, incomprensible de otro modo, s ino sus resultados, mu-chas vecessorprendentes , y no por ello menos reales, enel t ratamiento de unaserie de enferrnedades V trastornos de la conducta humana.

    Nosografia en psiquiatria folkl6rica. Los curanderos noactuan sin po-seer una noscqraf ta que, a su manera, explica y jus ti fica su practice. Esa basesi b ien t iene elementos comunesen todas par tes -10 que nos conduce a recor-dar las rafces .profundas de lascreencias "prirnitivas" presents distintas for-mas, de acuerdo can la culture dela que proviene yen la que seasienta .El es-tudio de ta les nesoqraffas esrpues, interesante desde dos puntas ce'vista: suinterr~lacion ecurnenica vsus caracterfst icas regionales v , entre elIas, la in-f luencia que sufren de toda c lase de factores : geograt icos, h is toricos cul tura-. les V sociol6gicos. '

    En esta. obra, que no es sino una exposici6n de ideas genera les, no pre-tendemos re~lsa~ to~o 10qU,e?esabe acerca de las diferentes teor (as nosoqrafi-cas de ,Ia pstquratr ia folklorica, pero. como una ilustraci6n que permit irac?mprender su importancia, d iremos algunas palabrassobre loque hemos po-dido ob~ervar en algunas regiones del Peru, durante las investigacionesernprendidas por el Ins ti tu to de Psiquiatda Social . Parael la , haremos referen-cia, principal mente Ia algunas publlcaclonesde Chiappe (1969 1970a.1 9l0b1970c, 1970) principal investigador del Insti tuto. r , rLos curanderos estudiados div rden, ante todo, las enferrnedades endos. grupos: "enfermedades de Dies" y "enferrnedades de dafio" . Las primeras son:nales "~aturales", producidas por facto res 'no rnaqicos. cornprensibles porlaInf luen~la ~elas f.uerzas de.18naturaleza. Las-enfermedades de dario.spor elcontrarro, t ienen srernpre onpen sobrenatural v , como veremos mas adelanteson atribu fdas a distintos elementos, de acuerdo con variables sociolcqlcas.

    . Lasenferm_edades de Dios son , para nuestroscuranderos. del reso tte delos "doctoresdet hospital" i. a .quienes seenvian',10Spacientes que laspadecen.Las.enterrnedades de dana, 'QOmocQntraste';"is6'lameritepuedenser 'tratadaspor elcurarider o. quien can ode .su origeh y.l,o's"mediOspara corribatfrlas.EI de "dafio" esun concepto muy extendido.en 'la culturapopularento do el mundo.y manejado, CGndistintonombre ven diferentes formaspor

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    10$ curanderos de todas las lati tudes . .En los ,casos que nosot ros hemos estu-diado, e l "dana" presentaba diversas formas vera a tribu ido a influencias va-r iadas. Es una forma rnaqica de acci6n sobre Iasalud y su t ratamiento es tam-bien fundamental mente rnaqico. Si el dana es producido par los hombres-deb ido a la "envidia" votros factores- actua a traves de un "malero ", unbrujo maligno, y debe ser cu rado librandoal paciente de los efectos produci-dospor su influencia. Asi ,el defio puede ser heche "per la boca", .cuando seha hecho inqer ir a l sujeto alquna sustancia que Ie produce los nefastos resulta-dos pretendidos , 0 "por el aire". cuando se supone que ha sido causado porlnhalacion. Consideramoscorno una forma especial de "dafio" el "robe dela lma". Enestecaso 'Ia influencia patoloqica no esdeterminada por los hom-" bres. sino por los elementos dela natu raleza :una montana, un rio, etc. (Vea-seel trabajo de Chiappe, eneste mismotomo).

    En algunas zonas, bajo influencias nuevas ("un conocir ruento moder-no", nos decia un curandero que ejercia en la sierra en invierno y en Lima enverano) la noci6n del dana se extiende a otras inffuencias maq icas, Asi, po-dr ia ser tamblenbecho actuando sobre muf iecos 0sobre prendas de vest ir deIe victima. En un casorE;)Ci&n observado, e l malero habria clavado la cabezadel rnufieco (se trata dela explicacion dada por el cu randero) y 1 0 habr ia en-terradoen la falda de una montana. Los clavos actuaban sobre el paciente,produeiendole incurables dolores de cabeza. EI curandero obraba "sacando!elos clavos" durante la sesi6n por medio de tenazas, taladros, etc. con los queirnltaba las maniobras deextracci6n. A este pac iente, la "ex traccion" de cadaclavo Ie products dolores terribles, que calmaban inmediatamente despues deque "el clavo habfa side eliminado". Vemos claramente, en este como enotros cases. la presencia de conceptos fTlagicos universales.

    Hernos sefialado que la nosograffa de la psiqu iatr Ia Iol klo rica var fa deI~I ar a lugar v , por supuesto, de cultura a cultura, a pesar de que, en todaspartes, presents caracteres comunes, l igados acaso a profundas determinantesInconscientes. No pretendemos ahora la busqueda e interpretacion de elias.,Etiologis ',y patcqenesis en 1 < ; 1psiquiatr ia f o l k l o r i c a . Las ideasacerca deII tlolog ls y patopenesis de las en fermedades refl ejan una serie de aspectos(Iilljunclonsmien to de la cultura en la que se desarro llan. Tienen que ver, ge-II 1 1 1 1 1 1 nte, en las socjedades occidenta lizadas, con los postulados de la c ien-

    I,ll IJ It I va. P"Or1 0 menos en apariencia va que sabernos muy bien que, det ras(II II 1 or! s clenttficas. se esconden, la mayor parte de las veces, rescoldosrl l II 1 1 :1 r nr ri c o -r na q ic a s , de convicc iones rel ig iosas y de preju icios pol l-I 1 ,

    II 1 1 0 $( en 1 0 que hernos lIamado psiquiatr ia academics. en la etno-II IPIIIII (I (I r nerneno se manif iesta oatentemente. Las .ideas, en las que noV IIiHI I til IiII II rno , del medic ine-man t ienen, indudablemente, como todo elI III 1 . 1 1 II 'III n o l o d e su comunidad; una baseenel cornun acervo de con-e 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 Ii 1IIIIlIlCh c u e carac teriza la cul ture ala que per tenece.

    II It 1 1 P luul t ria fclklor ica es. nuevamente, d ist ln to. Hemos des-II I II It I t f a t l o principal .es Ia de no coincidir con 10 aceptado40

    por la culture "oficial"de la comunidad en la que se desarrolla, sino mas bienr ef le ia r c re e nc ia s pertenecientes a grupos culturales cuva significaci6n pol It icay cuva influencia en el rnane jodel poder han, si no desaparecido, pe rdido vi-gencia.

    Las doctr inas etiol6gicas y patoqenicas de la pslquiatr ia fo lk l6rica -co-mo las de la medicina folkl6rica en genera l- son unainte resantisima mezclade ideas basadas en las culturas autoctonas mas 0menos influidas por la pre-s ion de las fuerzas cul tura les dominantes y , entre elias , principal mente, la rel i-giOn impuesta. .A cesar de esas influencias , cada grupo y subgrupo cultura l mantienenun conjunto bastante coherente de creencias que informan verdaderos con-ceptos etioloqicos y patoqenet icos, cuyo estudio puede ser de extraordinar iaimportancia bistorica yantropol6gica. (\Hemos visto, enel capitu lo an terio r, como ejemplo, la doctrina que pre-valece en la mayor parte del territorio peruano y que, con variantes, se en-cuent ra, enalqunos de sus mas saltantes aspectos , en todo el mundo. EI cone-c imiento, no solamente de estas creencias , sino el de su evolucion a t raves delt iempo, de sus transformacionesde acuerdo con facto res ffs icos. sociolopicose his toricos, const ituye un campo de invest iqac ion extraordinar iamente true-

    t ( fero para todos los estudiosos de laconducta humana.

    Asl en paqinas ante riores, al referirnos al "dafio"; hicimos notar quepresentaba variantes, que vale la pena investigar mas de cerca. Las observacio-nes rea lizadas en e l Peru nos han mostrado, por ejemplo, que en la costa yenalgunas zonas serranas predomina la noc ion del "dafio" que hemos esbozado:la in fluencia de alguna 0 algunas personas que buscan "dafia r" al sujeto, in-fluencia ejercida per el "malero". En las zonas mas "prirnltivas" de nuestroterritorio, donde la urbanizacion no es predorninante , y los pobladores vivenen pequefias comunidades perdidas en la inmensidad de los Andes, e l s lndro-me toma otra caracte ristica : la enfermedad no es producida por los. hombressino .por la naturaleza. La montana 0 el rio son los que "roban el alma" v alos que hay que obl igar , por medio de maniobras mauicas, a devolverla.No parece desacer tado suponer que esavar iante muest ra con toda clar i-dad la inf luencia de los facto res sociales y qeoqraf icos sobre las ideas nosol6gi-

    cas del pueblo: en las regiones de cultura menos c iudadana, es la naturaleza elenemigo con el que hay que combatir y es ella la que puede enferrnar: es lanaturaleza a ia que hay que dir ig irse para recuperar la salud, propiciandola pormediode maniobras rnaqicas, En los lugares en los que ya exi ste una agrupa-cion citadina,la naturaleza pasa a un segundo plano V ese l hornb re el enemi-,go al que hay que afrontar y es el quien produce el"dano" .. E n estes cases- los sfntomas puede dec irse que son los mismos, aunque la interpretac ion di-f iera- ei curandero debe emplear sus coriocirnlentos a f in de deshacer el .dafioy el pac iente esta obl igado a segui r sus indicaciones para reglarsu vida con sussernejantes, 1a veremos la importancia que .todoello t iene cuandonos refi ra-mas a las modalidades del tratarniento y a su'pqs.ible interpretacion.

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    La terapeutica en psiquiatr ia folklorica. L a terapeutica dela psiquiatrfatolklorica muestra claramente la doble inf luencia sufrida, por una parte, de latradicion popular V, por otra, de la cultura occ identa lizada predominante. Laproporcion de cada una de elias varfa y esasvariantes nos ilustran sobre for-mas V . v fas de aculturacion.

    "

    Un ejemplonos 10 dan los nucleos citadinosde la costa peruana, someti-dos a una fuerte influencia de la cultura occidental. Los curanderos empleanaqu ( una mezcla de procedimientos enlos queta.infiltracicn de las creenciasde esa cultura es visible y entre elias , por supuesto, Jasde la rel ig ion. Formesr ituales que mimetizan las de la iglesia cat6 lica, invocaciones a santos V a lospersonajes divinos son cornunes. Entre ella se destacandos: referenciasalavl rpen V laavudaque sesupone proporc iona San Cipriano.

    San Cipriano seha conver tido en el patrono.de los curanderos de la cos-ta perusna. La l e venda dice que fue un mage que se convi rt i6 a l cato licismo Vacaso esa sea la razon que 10 dest aca entre Jaimaginerfa fol k l6rica. Su efigie,de mayor 0 menor tamafio, preside lassesiones curativas V las oraciones sondir ig idas a el. En el santora l cat61ico existe, efectivamente, San Cipr iano, perose trata de un patriarca de Cartago, que vivio hacia el afio 220 V a quien seconsidera fundador de la Iglesia lat ina. Su f iesta es festejada el 21 dedic iem-bre.AI l ade de estas influencias catol icas . hal lamos en el proceder de los cu -randeros de la costa una serie de maniobras r na cic as v de creencias en estrecharelacion con conceptos populares mantenidos por la tradicion.A medida que nos internamos en, el pais . de leicos ta a la region andina,el porcentaje de Rap-~cipacion en el r itual fo lk l6rico va cambiando. Disminu-yen las referenci~ral santora I rel igioso vias maniobras pseudo-li turqicas. paraser sustituidas per conceptos animistas y acciones rnaqicas V por la creencia enla accion de espfritus benignos V malignos. Pueden seguir las rutas de acultura-ci6n V la mayor 0 menor realidad de ella, estudiando la psiquiatrfa folkl6ricade diferentes regiones del pais.

    ,Ahara bien; s i t ratamos de analizar detenidamente los procedimientosd los curanderos , hal laremos una var iedad que desafla toda c la sif ic ac io n VA i s t matlzaci6n. Creemos, sin embargo, que, aunque de una manera solamenteII roxlrnada, podemosintentar una enumeraci6n de los pr incipales de ellos,d r un lo rr oc no s en losque consideramos de decisiva importancia. Recordemos(Jlltl 11 0. 0 t ames refiriendo a los cu randerosestud iados p er nosotros en elI I 11 ' 1 Y IU , eunque creemos que estas observaciones pueden generalizarse, sa-1 11 11 l( 1 )1 n que cada r eq io n p re s en ta r a diferencias, no solamente en el enfasi s1 1 1 1 1 I !l n n un a u otra de estas acetones. sino que pueden hal larse otrasIt 111 11I I c it I n fl IJ ne la , directamente en relaci6ncori las tradiciones populates1IIIIdi N u I(fl r i r c r n o s a las msniobras maqicas. los metodos psicoloqicos VId !1 1 1 " 1 1 iii drtln ,oon los procedimientos rnasimportantes de la terapeuti-I I' I II 1 ( 1 1 I L l I.

    I. M Hllnl"A I I 1 1 1 l i l t 1 1 1 1 . S a trsta de sesiones de ritual y contenido diverso.d s cr lt as por Hernandez y Lemlij (1964, 1965),

    Dobkjn(1969.1970a.J970b,1970c,1970d, 197013; 1971a;'1971b), Chiappe(1968, 1970a, 1970b, 1970c, 1970d, 1974) 'en trabajos realizados en elInsti tu to de Psiquiatr fa Soc ia l. Son reuniones en las que se invocana "espfri-tus'tpor ,medio de ca,ntos en lugares y hoi-as distintas. .

    Existe una observacion interesante, quedebemos tomar en cuenta. Enp~ginas anteriores virnosecmo, a diferencia ,del 'brujo-'el curandero se consi-dera un medium, es decir que no creeserel. quien actua en los procesos deadi;vinaci6n vcura. sino que su pa pel es el de J l amar ' alos esptritus de lasplan-tas que usa V que son eSGSesp.fritus,Cuandohansido rectarnenteconvocadoslos que, pormedio de sus pcderessobrenatura jes, interv ienen afavor del sc li -ci~ante. La invocaci6n a los esp I r it u s de las o la nta s. Ila " ma dr e de l ap lanta")debehacerse per medio de cantos (cada curandero asegura que los suvos sonlos verdaderarnente eficaces) v , sobre to do, ingir iendo bebidas preparadas abase de ellas 0 introduciendolas en 131uerpo en alguna otra forma (fumando,por ejernplol.

    Asf comoat rae a Losesprr itus tavorabies , e l curandero ale ja a aquel losque pudieran hacer dana po r mediode maniobras rnaqicas. Una de las mas co-munes es la de "cor tar el aire" can espadas especiales, a'f in de 'romper todo la-zo de esos es p i ri tus con los concurrentes a la ses ion , ' ',", ,',: Por supuesto que las maniob~as magi~as que seernplean son de infini~avanedad V cambian sequn la t radici6n cultural . Todas elias, s in embargo, pue~den comprenderse de acuerdo con tas va bien conocidas nociones, tan bri -

    lIantemente e xp ues ta s po r f razer (1922).2. Maniobras psicoloqicas. Ante tododebe tenerse en cuenta el factorexpectativa. EI se r sufr iente que busca al curandero 1 0 hace imbuidode laconfinaza V la esperanza que Ie dan la tradic i6n y sus creencias, Mas muchon:as que con el psiquiatra acadernico, como hemos visto, e l es capaz:de rela-clOnarse. con ~I curand.ero. Este "habla su propioldiorna". repiteIas ideas que

    t ienen vrqencra en su Vida desde la infancia V que, par 1 0 tanto, resuenan ensumconsciente con lafuerza de lasrelacionesafectivas deterrnlnarites. ., ,I ,

    Por su~uesto que esa comunidad de creencias obra bajo la inf luencia delcuran~ero rmsrno; ~n hombre 0 una mujer maduros, de apariencia parental, Vde act itudes V acoqida seguras V bondadosas. Mucho mas humanas vafectivasqu~ las.;:Jela may~{a .delos psiquiatras acadernlcos, preocupados antes con laaplicaclon de una tecnica que con la real ayuda a sus.sernejantes, ,

    Se ha hablado mucho, por ' supuesto, del factorsuqest ivo 'v centuado sulmportancia eneltratamiento por , los curanderos, D.es~raCia8ani~nte '~I refe-"r irnos ala suqestion, no estarnos hacienda sino cambial' U 1 1 ' enigma po~un~pa~labra. Nosa~e,n:os, en reil' lid~d, 1 0 q~e 19SUg~sti?J!.e(:pe$ellb~~sfu~(zosdemuchas qeneracrones de teoricos V $1 t;::omo.parece,.'se1;dtCl'ge uilJen6menocon bases esencialmen'te afectivas, t:611,prenderemos m'ejor~s~a~ci6n' si '1 0 en-focarnos desde el.punto de v i st a d e. su significado 8f),la,r,e.laciOn interpersonalque se establece'entre curandero ,y paciente, rel'ac\6n esencialrnente regresivaV transferenclaljpara usar la terrnlnoloqra de rniestras teorjas dlnernlcas. .43

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    Otros factores que debemos tomar en cons ideracion son losrelatiyos aIps sesionescurat ivas, que se realizan generalmef)te engrupos Y con -l a inter-venci6n de canciones, rnusica y conra ingesti6n de prepa,rados a ba~ed~ ~Ian-tas nat ivas. Durante elias se producen una ser ie de fenon:eno~ psicoloqiccs.algunos exteriorizados, otros no, que no pueden dejar de Infl~,lr en la evolu-cion del padecimiento. Koos sintetiza, al referirse? laposesion. ~I~unos d.eesos facto res: "Los efectos terapeutlcos de las pract ices de la posesicn..han 51-do axplicados por algunos investigadores como resultado ~~: a). elactmg-outdurante el trance de conducta agresiva V sexual no perrni tidas en otro~ con-textos soc iales: b) la obtenci6n de un status social super ior por interm~dlo delrol en el culto; c) la capacidad de cier tos . tipo.sde r_i t~ales para red.u,CIr la an-gustia, ofreciendo ocasiones para la experlencla catartlcade c~nfeslQn y;paraexpres iones de apovo a favor de individuos que buscan mejor ia por desorde-nes fisicos 0 mentales".

    Por sobre todo esto debemos considerar la relacion del curandero consu paciente. En anterioresoportunidades (Seguin 1963, 1965a,.1965b,1965c,1967 1969) he sostenidoque debe existi r de par te detodo pSlcoterapeuta 10quellamarael "eros psicoterapeut lco'". EI Eros ps. icoterapeutiCo esuna.fo~made arnor , distinta de la que existe entre padre e hijo , entre maestro V dlscl_PU-10 , entre amigos v , per supuesto, entre arnantes: una for.~a de an;or. con ca-racterfsticas especiales y que, .en la atf1}osf~ra de la relaclO!1 ter~peutlca, e~laque permite que el paciente viva experrencias nueva~ con vlrtu~lldad curativa.No es este el momenta para detenernos en su estudio, va realizado en las p~-blicaciones anteriores, pero sera necesario afi rmar sntatlcamente que es masfac iihal lar un autentico Eros psicoterapeut ico en los curanderos , realmenteinteresados en ayudar a sus pacientes a quienes los unen fuertes lazos cultura-les, sociales y humanos, que en los profesionales acadernicos, preocupados, so-bretodo, con el "manejo" de los "cases":

    .EI Eros psicoterapeutico, captado por el paeiente, estableee u~a !ela-don etec tiva que favoreee la acc ion de todos los otros reeursos terapeuticos.Considerarnos como de dec isiva importancia uno de el los, en el que esnecesa-rio poner enfasis porque no ha sido destaeado suf ieientem~nte por.los aut?resque con el ternase han ocupado. Se trata de la poderosa Influ~nc l.a que t ieney emplea el curandero para modi ficar la v ida de relacion de suspacientes.Intul:tivamente, con una intuici6n muysuperior, en la mayor parte delos casos, al conocimiento cientifico, valido de su posicion y su prestigio, elcurandero tleneen sus manos la posibi lidad de cambiar las relaciones huma-

    nas de su cliente v, de esa manera, romper ci rculos viciosos de patoloqia fa-miliar 0 soc ial .que, si no producen. mantienen la enfermedad. As i, a la lterarfundamentalmente la vida de su enfermo en una forma que Ie permita unaI I L l V posici6n en el grwpo, una nueva estructura de la red de fuerzas sociales< i l l C) I'lI' sobre ~I, Ie ofrece una dist in ta pos lbi lidad de adaptac ion V ~olucio~d I I' bl mas que, como bien sabemos, no estan solamente en el paclente:, sr-.1 1 1 1 1 Y un modo prtnclpal. en su relaci6n con f igurasi ';1portantes de su Vida,

    1 1 1 1 1 1 1 tit IJf milia ode la comunidad en la que actua.lin )llllll laro nos 1 0 ofrece eltratamiento del alcoholismo cronico.

    ilil I IIlIlhlt "Lllllnp y colaboradores del Insti tute Peruano de Psiquiat r Ia

    Socia l (Chiappe 1970b). Enel, el curandero, basandose en la nocion del "da-no" , maneja toda lav ida de relac i6n de su paciente, Alsefialar le quien 0 quie-nesle han "hecho .dafio", esta rnarcando a las personas cuyo trato el alcoh6li-co, debe evitar y dir ig iendo su v ida comuni taria. Podemos imaginarnos facil -mente que. si es la esposa oIa amante, larnadre 0 el hermanoo los amigosqu ienes constituyen el pel i gro, la vida' del enfermo en relacion con su gruposocial. sera alterada y ese cambio determinara la modif icaci6n total desucon-ducta y su ale jamiento del a lcohol que no es, generalmente; s ino una precariasoluci6n a conflictos en la existencia del paciente, conf lictos cuva resolucionseria perrrri tida con la realineacion desu vida famil iar, grwpal 0 comunitaria.

    Confirmaciones de este punto de vista son ofrecidas a falta de datos encuanto a la psiquiatr ia fo lklor ica. por los inves tigadores que se han acercado afenornenos parecidos : los de la etno-psiquiat ria. ASI, Prince (1968) cree queel "adivinador", entre los yorubas, es un "iriteqrador cultural". Leighton(1968), al referirse a los navajos, dice que "la gente con la que (el paciente)t iene la mayor de las interacciones se compromete a aceptarsu'estadc de cam-bio. Asi , la personal idad del paciente queda establecida en una nueva pauta ,e lgrupo en el que esta comprometido se hal la preparado para ello tanto ernocio-nal como cognit ivamente" . Epstein (1959) , que ha estudiado laenfermedad yla curacion en laaldea de Wangala (India), dice: "Una funcion socioloqica dela creencia en la brujer fa ampl iamente reconocida en lei Iiteraturaves su ten-dencia a sostener el sistema de valores y asi mantener la estructura social",Tait (1952) afirma que el adivinador Kokomba es un agenteestabilizador dela sociedad. Robin Fox (1964) sost iene que " lassociedades prirni tivas ylosgrupos rel ig iososcurat ivos tienena rnenudo la venta ja sobre los hospita les, vaque ellos incorporan mas frecuentemente la persona a la sociedad", Freed yFreed (1964) aseguran que en Shant i Nagar (nor te de la India), la posesion seproduce cuando "Ia v(ctl rna se hal la envuelta en di ficu ltades con parientes" .En Etiopfa, sequn Messing (1958), la enfermedad es atribuidaa la posesionpor el Zar, un espiritu caracteristico: "EI cultodel Zar,'dice, funciona comouna terapeutlca grupal". '

    Podrian multipl icarse las citas, pero creernos que 1 0 ofrecido basta paraasentar la idea de que el medicine-man, como 8 1 curandero, f unda su accionen factores grupales; en su poder para rnodi ficar las ituaci6n fami liar vcornu-nal de sus pacieri tes v , de esa manera, reestructurar su vida.Existen. por supuesto , mucnosot ros factores dignos de notar en la psi -

    coterapia fo lklor ica. Los curanderos que hemos rner icionado emplean, en eltratamiento del a lcohol ismo cronico. rnetodos de aversion condicionada: 'dande beber alpaciente su "traqo" favorito junto con un preparado vomitive.hecho a base de plantas, y actuan inf luyendo act ivarnente durante el proceso.Ot ro recurso, bas tante comun, relacionado con la terapeutica grupal , esel dehacer que toda lafami lia del enfermo seins ta le a vivi r en casa del curandero 0en lavec indad y en permanente conexi6n con el.3, Empleo de drogas. La mayoria, sino ia totalidad, de loscuranderosque hemos estudiado usa en su prac tice preparados hechos con plantas nati -vas, de intensos etec tos ps icotropos. No intentamos enesta prcducc ion estu-

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    diareseaspecto dela terapeutica. n i pretendernossiquierae enurnerar las nu-rnerosas especiesdescritas; Tal proposito nos llevar ia muy lejos (ademas de alos campos de la botanies; toxicolopfa, farrnacolcqra, etc.vaaqereties de la an-'" ''tropoloq ta cultural y de la psicologfa .ds quien recurre a buscar ayuda tantocomo de quien se la da). No podemos entrar en elias ahora , pero vale la penarecalcar como el ernpleo de esasplantas y drogas -algunas bastante conoc idas(peyote, PQr ejemplo), o tras aun en estudio (la avahuasca , el toe, etc., en elPeru) y una inmensa var iedad de cuva existencia vernpleo estamos informa-,dos ,lDero a las que no se ha emprendido aun un acercamiento metodoloqicoserio- no deben ser consideradas solamente desde el puntode vista farmaco-16gico, sino en relacion con las tradiciones cultu rales y su influencia. En elPeru, .corno hemos dicho antes, el curandero no interpreta la accion de lospreparados a base de hoias , tallos 0 ra (ces como el efecto de algo contenidoen ellos, sino, mas bien, como una especie de invocaci6n al "espiritu de laolanta". invocaci6n acompaPiada de musics y canciones caracterfstlcas, queharan que eseesplritu actue favorablemente., .

    Creemos interesan te reproducir un lnforrne tecnico acerca de los ele-mentos musicales usados por los curanderos de dos regiones peruanas. E r ana-lisis fue hechopor Rosa Alarco a base de grabaciones magnetof6nicas de lasseslones realizadas con ayahuasca, de un lado, por los "orejones" , tr ibu primi-t iva de la amazonia peruana, y del otro porIos curanderos de lquitos,.". "E x l st e una gran diferencia, desde el.punto de v ista musical, que corres-ponde probablemente al grado de clvilizacion entre estos dos grupos de cu -randeros". (Se ve aqui la contusion. tantas veces aludida, entre la etno-psi-quiatria, practicada por los orejones, y la psicoterapia folkl6r ica de los curan-deros de lquitos).

    "Los orejones, que han v ivido separados de toda civi lizaci6n, usan s iste-mas tona