intente conocer su ego

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Intente conocer su ego. Trate de determinar cuándo es el ego la influencia dominante de su vida. Pregúntese: «¿Estoy escuchando a mi falso yo o a mi yo espiritual?». Cuando más conciencia tenga de la presencia del ego y de cómo le manipula, menos influencia tendrá sobre usted. Por ejemplo, si está pavoneándose ante otra persona, o sintiéndose en cualquier sentido superior por su aspecto, capacidades o posesiones, reconozca que es su ego quien está obrando, quien está intentando convencerle de que está separado de Dios, y de su superioridad respecto de otros seres humanos. A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podrá librarse del egocentrismo y entrar en la conciencia superior. Como dijo Cicerón: «En nada se acercan más los hombres a los dioses que haciéndoles el bien a sus iguales». Saber cómo obra su ego es el primer paso para domarlo. Comience a llevar la cuenta de con cuánta frecuencia usa el pronombre «yo». El egocentrismo es un hijo del ego. Le impide alcanzar la gozosa libertad interna que caracteriza la búsqueda espiritual. Al sorprenderse cuando usa de forma persistente el pronombre «yo» y tomar luego la decisión de no centrarse en su propia persona estará superando el ego. Se asombrará de la frecuencia con que utiliza esta referencia a usted mismo. Cuando más pueda contenerla, más libertad experimentará. Comience a considerar a su ego como una entidad que le acompaña y que tiene un propósito. Este compañero invisible está siempre a su lado. Trata de convencerle de que está separado de Dios, de su superioridad res pecto de otros, y de que es especial. Cuanto más escuche a esta entidad, más se apartará de su senda espiritual. A medida que vaya reconociendo los signos de la presencia del ego, dígase con amabilidad: «Ya estás otra vez. Has dejado que mordiera el anzuelo y he caído en la trampa de creer en mi propia importancia». Descubrirá que la mayoría de sus pensamientos y actos los provoca esa entidad invisible que le acompaña. El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto, cuando le insultan, cuando no le acarician; ofendido cuando no se sale con la tuya, herido cuando pierde una competición o discusión. Al reconocer y dar nombre a esta entidad, acabará por ser capaz de hacer caso omiso de ella. Al final, ya no representará el papel dominante que desempeña. Primero la reconoce. Luego se percata de que está obrando. Por último, se libra de ella. Escuche a los demás y no se centre en sí mismo. Durante las conversaciones,

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Intente conocer su ego

Intente conocer su ego. Trate de determinar cundo es el ego la influencia

dominante de su vida. Pregntese: Estoy escuchando a mi

falso yo o a mi yo espiritual?.

Cuando ms conciencia tenga de la presencia del ego y de cmo le

manipula, menos influencia tendr sobre usted. Por ejemplo, si est pavonendose

ante otra persona, o sintindose en cualquier sentido superior

por su aspecto, capacidades o posesiones, reconozca que es su ego

quien est obrando, quien est intentando convencerle de que est separado

de Dios, y de su superioridad respecto de otros seres humanos.

A medida que vaya adquiriendo conciencia de su ego, podr librarse

del egocentrismo y entrar en la conciencia superior. Como dijo Cicern:

En nada se acercan ms los hombres a los dioses que hacindoles

el bien a sus iguales. Saber cmo obra su ego es el primer paso para

domarlo.

Comience a llevar la cuenta de con cunta frecuencia usa el pronombre

yo. El egocentrismo es un hijo del ego. Le impide alcanzar la gozosa

libertad interna que caracteriza la bsqueda espiritual. Al sorprenderse

cuando usa de forma persistente el pronombre yo y tomar luego la

decisin de no centrarse en su propia persona estar superando el ego.

Se asombrar de la frecuencia con que utiliza esta referencia a usted

mismo. Cuando ms pueda contenerla, ms libertad experimentar.

Comience a considerar a su ego como una entidad que le acompaa y que

tiene un propsito. Este compaero invisible est siempre a su lado. Trata

de convencerle de que est separado de Dios, de su superioridad res

pecto de otros, y de que es especial. Cuanto ms escuche a esta entidad,

ms se apartar de su senda espiritual.

A medida que vaya reconociendo los signos de la presencia del ego,

dgase con amabilidad: Ya ests otra vez. Has dejado que mordiera el

anzuelo y he cado en la trampa de creer en mi propia importancia.

Descubrir que la mayora de sus pensamientos y actos los provoca esa

entidad invisible que le acompaa.

El quiere que usted se sienta ultrajado cuando recibe un trato incorrecto,

cuando le insultan, cuando no le acarician; ofendido cuando

no se sale con la tuya, herido cuando pierde una competicin o discusin.

Al reconocer y dar nombre a esta entidad, acabar por ser capaz

de hacer caso omiso de ella. Al final, ya no representar el papel dominante

que desempea.

Primero la reconoce. Luego se percata de que est obrando. Por ltimo,

se libra de ella.

Escuche a los dems y no se centre en s mismo. Durante las conversaciones,

concntrese en lo que la otra persona est diciendo y en lo que

siente. Luego responda con una frase que empiece por t, usted.

Por ejemplo, si alguien est hablndole de una determinada experiencia,

no responda con una historia sobre una experiencia semejante

que usted ha vivido. Responda con algo que parafrasee lo que ha dicho

el otro, o que le convenza de que ha estado escuchando de verdad, que

ha entendido tanto sus palabras como sus sentimientos. Podra decir:

Pasaste por una experiencia increble, eh?.

Esto se denomina escucha activa. Se sorprender agradablemente de

cunto aprender y de lo imbuido de propsito que se sentir. Es una

manera de contener al ego y permitir que participe el yo espiritual.

Resista el hbito de permitir que su ego domine su vida. Nisargadatta

Maharaj le respondi lo siguiente en uno de sus dilogos a alguien que

le formul una pregunta: Resiste los viejos hbitos de sentir y pensar;

no dejes de decirte, "no, as no; no puedo ser as; yo no soy de esta manera,

no lo necesito, no lo quiero", y con toda seguridad llegar un da

en que toda la estructura de error y desesperacin se derrumbar y que

dar libre el terreno para una vida nueva.

Cuanto ms se resista a permitir que su ego sea quien controle su

vida, ms pronto llegar el da en que su yo espiritual llenar el espacio

que antes ocupaban las exigencias de su falso yo.

Practique la meditacin diaria o el acallar su mente para deshacer la

ilusin de que est separado del universo. Cuanto ms tiempo pase acallan

do el dilogo interior, ms cuenta se dar de que no est separado de

Dios ni de los miles de millones de almas, todas ellas extensiones de la

energa de Dios.

Comenzar a tratar a los dems como le agradara que le tratasen a

usted. Se sentir conectado con todo. La meditacin, ms que cualquier

otra prctica, rompe la ilusin de estar separado.

Trate de borrar la palabra especial de su mente. Especial implica

mejor que, o ms importante que. Niega que Dios habite en cada uno

de nosotros. Todos somos especiales: por lo tanto, nadie necesita la etiqueta

de especial.

Usted es una criatura divina, eterna, y tiene un propsito, y cuando

reconozca esto, no necesitar compararse con nadie ni malgastar tiem-

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po en comprobar qu trato reciben otras personas. Esto es el constante

trabajo del ego. No deja de azuzarle para que demuestre que usted es

especial.

Abrace la verdad de que el supremo espritu habita en todos nosotros.

Cuando uno sabe esto, se siente seguro y sereno, sin necesidad de

halagos ni de que le aseguren que es especial o distinto de otros. Somos

todos hijos de Dios. No hay favoritos. No se relega a nadie. Todos

somos uno.

Escriba un diario. En l, describa lo que le ofende de otras personas.

Trate de descubrir en qu le beneficia sentirse ofendido. Si usted

es objetivo, si lo contempla desde la perspectiva del espectador, descubrir

que lo que en realidad le ofende es cmo estima usted que debe

ran comportarse los dems. Sin embargo, por s mismo, el sentirse

ofendido no altera los comportamientos desagradables.

As que intente tomar un caso en el que se sienta ofendido y limtese

a observarlo. Repare en que se siente ofendido y observe cmo eso

se manifiesta en usted. A medida que vaya hacindose diestro en observar

a su ego en accin, descubrir que este acto de observacin desactivar

su ansiedad.

Mediante la tcnica de observarse a uno mismo, usted llegar a ver

que lo que le ofende es obra de su ego, que le machaca una y otra vez que

el mundo debera ser diferente, que la gente no tiene ningn derecho a

tratarle de forma desconsiderada. Su ego insiste en que tiene derecho

a sentirse ofendido, herido, desdichado.

Estos juicios derivan de una idea falsa de usted mismo, la cual no

deja de esforzarse por convencerle de que el mundo debera ser como

usted es y no como en realidad es.

D ms de s mismo y pida menos a cambio. Esta es una forma maravillosa

de domar el ego. Por ejemplo, Len Tolstoi, hacia el final de su

vida, pas de ser un egocntrico a ser un servidor de Dios, tras haber

aprendido muchas de las lecciones de la senda de la bsqueda espiritual.

Y escribi lo siguiente: El nico significado de la vida es servir a

la humanidad. As de sencillo. As de profundo.

Cuando servir a otros se convierta en una prioridad, una pregunta

acudir a su mente una y otra vez, como un mantra: Cmo puedo

servir?. Habr hallado la iluminacin espiritual y conocer el jbilo.

Por ejemplo, done parte de su tiempo a un hospital infantil y ayude a

esas pequeas almas a luchar con sus enfermedades. Fjese en si su ego

quiere vanagloriarse de ello.

Abandone la idea de usted mismo como una entidad aislada necesitada

de caricias especiales. Sea quien acaricie. Cuando uno es el primero

en dar cario, sabr cmo es ser querido a travs de sus propios

actos desinteresados. Trate de no hablarle a nadie de sus acciones filantrpicas,

ni siquiera cuando su ego le empuje a poner de manifiesto sus

actividades.

Recurdese cada da que el ms alto culto que puede rendrsele a Dios es

servir a la humanidad, y que mediante ese acto su yo espiritual se sentir realizado.

No necesita convencer a otros ni convencerse a s mismo de que

usted es una criatura divina. D fe de ello en sus actos. Su despertar interior

al jbilo y al xtasis ser recompensa suficiente.

Ponga fin a la bsqueda externa de libertad y conozca el sabor de la autntica

libertad que es la comunin con su yo espiritual. Cada vez que se sor

prenda buscando algo ms con el fin de sentirse libre, pregntese en

voz alta: Ser esto lo que finalmente me liberar?.

Imagnese en posesin de eso que tanto ambiciona. Sienta que ya

tiene el coche, la casa, la droga, el ascenso o cualquier cosa que crea

que es su billete hacia la libertad. Es libre? O est un paso ms alejado

de la autntica libertad?

El ejercicio de imaginarse con lo que desea, y luego preguntarse si

se es libre, le pondr en contacto con lo que significa ser autnticamente

libre. La autntica libertad no necesita nada para demostrar su

existencia. La falsa libertad exige que tenga en la mano algo que d fe

de su existencia.

Saber esto le liberar de las directrices de su falso ego, el cual teme

a esa luz interior celestial que brinda la autntica libertad.

Al aplicar estas claves de acceso a la conciencia superior, tenga presente

que su bsqueda en realidad consiste en hacer que su yo espiritual

tome las decisiones cotidianas de su vida..

En la tercera parte expondr los principales conflictos que surgen

de la dicotoma entre el espritu que nos habita y la falsa idea del ego.

Le proporcionar ideas claras para permitir que el yo espiritual aflore

como potencia dominante en su existencia.

Cuando sienta que est alcanzando su yo espiritual, ya no vivir

conflictos. Conscientemente despertar a su misin divina. Conocer a

Dios, tal vez por primera vez desde que abandon la nada y lleg al

aqu y ahora.

La conciencia superior exige una nueva relacin con la realidad. Hasta

ahora ha ledo sobre el destierro de la duda, el cultivo de la condicin de

espectador, la manera de acallar el dilogo interior y la liberacin de su

yo espiritual del ego. Puede practicar estas cuatro claves de acceso a la

conciencia superior en cualquier parte y cualquier momento. Le garantizo

que si as lo hace, comenzar a ver que un milagroso despertar tiene

lugar en su vida.