int. a la teologia crist. capitulo 14-16

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  • 7/25/2019 Int. a La Teologia Crist. CAPITULO 14-16

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    CAPITULO XIV

    LA PERSONA Y OBRA DEL ESPIRITU SANTO

    Cuando nuestro Seor Jesucristo exclamo: Consumado es, declaro terminada su obra de expiacin. Solo

    que esta terminacin fue solo como provisin para la salvacin de los hombres. Restaba la aplicacin del

    beneficio por la administracin del Espritu Santo desde los cielos; cuyo oficio nico y supremo consiste enllevar a efecto todos los designios del rgimen o propsito redentor. As como el Espritu del Cristo desde la

    fundacin del mundo administro las preparaciones evanglicas, ahora obra en favor de Cristo plenamente

    revelado. Es por medio del Espritu Santo que nuestro Seor Jesucristo contina su oficio proftico: El

    Espritu Santo es el inspirador de las Nuevas Escrituras y el Maestro Supremo en el nuevo rgimen. Por

    medio de l se perpeta el oficio sacerdotal, solo que en otro sentido: el ministerio de la reconciliacin en la

    ministracin del Espritu. Y por medio de l, Dios administra su autoridad real.

    - DOCTOR GUILLERMO B. POPE.

    Nuestro propsito en este captulo es el de discutir la persona y la obra del Espritu Santo

    bajo dos temas generales: su revelacin progresiva; y su obra administrativa. Hemos

    observado ya que en las Sagradas Escrituras hallamos una detallada revelacin del Hijo.Tambin tenemos una revelacin correspondiente y similar respecto al Espritu Santo.

    Solo en el Pentecosts fue revelado en su plenitud.

    De la misma manera que el Hijo encarnado es el Redentor de la humanidad por virtud de

    su obra expiatoria, Espritu Santo, el Ejecutivo de la Deidad, es el administrador de esa

    redencin. Es privilegio nuestro el vivir en la dispensacin del Espritu Santo. En esta era,

    la revelacin de su persona y la obra es plena, clara y personalmente significativa. Es

    importante, por tanto, que obtengamos una comprensin exacta de estos hechos que se

    relacionan al plan de la redencin y a nuestra salvacin personal.

    I.

    LA REVELACION PROGRESIVA DEL ESPRITU SANTO

    En nuestra discusin de la trinidad, notamos la abundancia de pasajes Escriturales

    concernientes a la personalidad del Espritu Santo. l es algo ms que una influencia

    sagrada. De hecho, es la tercera persona de la Trinidad adorable. Se usan pronombres

    personales con respecto a l en las Sagradas Escrituras, se le atribuyen actividades

    personales, y se le da un tratamiento personal. En vista de que l es quien completa la

    deidad, su revelacin fue, por necesidad, la ltima en manifestarse. No poda venir como

    manifestador de la obra expiatoria de Cristo hasta tanto el ministerio terrenal del Maestro

    no fuera consumado. No poda revelarse plenamente sino hasta despus de la muerte,

    resurreccin y glorificacin de Cristo. As que fue solo en el pentecosts que el EsprituSanto pudo revelarse en su plenitud como Persona.

    A.

    Espritu Santo en su rgimen preparatorio.

    Aunque la dispensacin plena del Espritu Santo no principia sino hasta el pentecosts,

    el Espritu mismo como tercera persona de la Trinidad estaba operando desde el

    principio de la creacin y en la providencia. Era el Espritu el que se mova sobre el haz

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    de las aguas, el que trajo orden y belleza del caos. (Gnesis 1:2); y fue el Espritu el que

    se alent en la nariz del hombre para hacerle alma viviente (Gn. 2:7; Job 33:4). l ha

    sido el agente de produccin de toda la vida, y por tanto, por anticipacin proftica, es

    el Seor y Dador de la vida.

    La relacin del Espritu Santo para con la humanidad despus de la cada, y anterior ala vida de Jesucristo, asume cuatro formas de las cuales Abel, Abraham, Moiss y los

    profetas son tipos representantes.

    Primero, se encuentra en la lucha directa del Espritu en las conciencias de los

    hombres de una manera puramente personal y privada. Abel accedi a esta lucha en

    tanto que Can no. La maldad de los hombres aumento aun hasta en el tiempo del

    diluvio en que fue expresada la condenacin de Dios como sigue: no contender mi

    espritu con el hombre para siempre, porque ciertamente l es carne (Gn. 6:3). El

    segundo aspecto de la operacin del Espritu con el hombre fue a travs de la familia.

    Se le hizo la promesa a Abraham y su simiente (Gal.3:16). La familia forma un nuevoorden una nueva localidad para las comunicaciones del Espritu. La familia de Abraham

    ya separada, fue la Iglesia en germen y por tanto el principio histrico de una

    comunidad religiosa.

    El tercer estado es la operacin del Espritu se encuentra en la promulgacin de la ley

    por medio de Moiss. A la lucha interna del Espritu se agreg un modo externo de

    apelacin. Esta ley era moral, ceremonial y judicial. De la porcin conocida como los

    Diez Mandamientos, se dice que fue dada por el dedo de Dios (Mt. 12:28; Lc. 11:20).

    El cuarto y ltimo mtodo de la operacin del Espritu en el rgimen preparatorio se

    encuentra en la voz de los profetas, Los santos hombres de Dios hablaron siendo

    inspirados del Espritu Santo. (2 P. 1:21). La ley sirvi para dar permanencia a la idea

    moral y su violacin incluyo la culpa (Rom. 3:20). Pero, por cuanto la ley era un

    instrumento fijo, los hombres pronto participaron a dar ms atencin a sus formas

    externas que a su espritu interno. De aqu que hubieran venido los profetas. Ellos

    apelaron a las esperanzas y temores de los hombres, y esto dio contenido interno a las

    formas externas. No solo se hizo una apelacin a la ley, sino que los profetas mismos

    proporcionaron una literatura devocional y dirigieron la atencin de los hombres al

    Redentor prometido.

    B. El Espritu Santo y la Encarnacin.

    La encarnacin de Jesucristo fue consumada por el Espritu Santo. Como el vnculo de

    unin entre el Padre y el Hijo, nada ms apropiado que El efectuara la unin elevada y

    singular entre lo no creado y las naturalezas creadas en la persona nica de Cristo. El

    mensaje angelical a la virgen Mara fue en el sentido de que, El Espritu Santo vendr

    sobre ti y la virtud del Altsimo te har sombra; por lo cual tambin lo santo que

    nacer, ser llamado Hijo de Dios.(Lc. 1:35).

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    Es significativo el hecho de que el misterio de la encarnacin hiciera posible la

    revelacin del Espritu Santo como la tercera persona de la Trinidad. Hasta la

    anunciacin, el Espritu Santo nunca se haba revelado como un Agente Personal

    diferente. Nunca antes haba sido llamado por su propio nombre. Antes de este

    tiempo se mencionaba siempre en conexin con las otras personas divinas. En el

    Salmo de confesin se dice, no quites de m tu Santo Espritu(Sal. 51:11); y en Isaas,Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Espritu Santo (63:10). En consecuencia,

    el trmino se usa de manera relativa y no en sentido absoluto. La revelacin plena de

    su personalidad y de sus perfecciones no fue hecha sino hasta el tiempo sealado para

    su induccin al ministerio.

    C.

    El Espritu Santo y el Ministerio Terrenal de Jess.

    Durante el ministerio terrenal de Jess, no fue l solo el que obro a travs de su

    humanidad. Esta humanidad fue tambin el templo del Espritu Santo, que Dios le dio

    sin medida (Jn. 3:34). Todo lo que le pertenece al Hijo como el Representante delhombre estaba bajo la direccin inmediata del Espritu Santo. El Espritu Santo le sigui

    y le sostuvo en cada una de sus experiencias en su vida terrenal, presidiendo sobre

    todo su ministerio terrenal. Esta subordinacin del Hijo al Espritu ces cuando el

    Redentor entrego su vida por s mismo. Despus de su ascensin, el Hijo recibi del

    Padre la promesa del Espritu Santo; y por una conversin extraa, el que haba sido

    presidido por el Espritu durante su humillacin, en su exaltacin viene a ser el Dador

    de ese mismo Espritu a la Iglesia. (Hch. 2:33).

    El Espritu Santo como el agente futuro del ministerio de Cristo fue el objeto de la

    profeca la vida terrenal de nuestro Seor. Eso aparece primero en las palabras,

    Cunto ms vuestro Padre Celestial dar el Espritu Santo a los que lo pidieran de l?

    (Lc. 11:13). Aqu encontramos la aurora tenue del da pentecostal. La segunda

    prediccin sucedi al fin del gran da de la fiesta, cuando Jess, puesto de pie, exclam

    diciendo, Si alguno tiene sed, venga a m y beba. (Jn. 7:37). En una expresin entre

    parntesis, San Juan explica que nuestro Seor se refera al Espritu que haban de

    recibir los que creyesen en El: pues an no haba venido el Espritu Santo; porque Jess

    no estaba an glorificado(Jn. 7:39.). El primer anuncio precursor, completo y pleno, se

    encuentra en el discurso de despedida de Jess (Jn. 14:16, 17,26). Aqu se declara que

    el Consolador como el Espritu que habit en Cristo, habitara tambin en su pueblo.

    Este Consolador o Paracleto, es Espritu de la verdad, y como tal, es el Revelador de lapersona de Cristo. No hablar de s mismo en la edad pentecostal, sino que glorificar

    al Hijo, tomando las cosas de Cristo y hacindolas saber a la Iglesia. Como el Hijo vino a

    revelar al Padre, as el Espritu Santo viene a revelar al Hijo. Los discursos de despedida

    de Jess, por tanto, en un sentido muy peculiar, nos proporcionan una revelacin de la

    Trinidad, la unidad de un solo Dios en la distincin de tres personas.

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    II.

    LA DISPENSACION DEL ESPIRITU SANTO

    A.

    Espritu Santo y el Pentecosts.

    El pentecosts marca una nueva dispensacin de gracia, la del Espritu Santo. Esta

    nueva dispensacin no debe entenderse como anteponindose a la obra de Cristo sino

    como ministrndola y completndola. Jess indico que, todo lo que tiene el Padre moes: por eso dije que tomar de lo mo, y os lo har saber (Jn. 16:15). Como el Hijo

    revel al Padre, as el Espritu revela al Hijo y lo glorifica. Y nadie puede llamar a Jess

    Seor, sino por el Espritu Santo. (1 Cor. 12:3). La obra del Espritu Santo como la

    tercera persona de la trinidad esta en conexin con sus oficios como el Representante

    del Salvador. l es el agente de Cristo, representndolo en la salvacin del alma

    individual, en la formacin de la Iglesia, y en el poder testimonial de la Iglesia en el

    mundo. Pero l no es el representante de un Salvador ausente. Es el otro Yo de

    nuestro Seor siempre presente. Este es el significado de la promesa, no os dejare

    hurfanos: vendr a vosotros. (Jn. 14:18). Es a travs del Espritu que nuestro Seor

    entra en su ministerio ms elevado del Espritu. Por esta razn declaro: os es necesarioque yo me vaya; porque si yo no fuese, el Consolador no vendr a vosotros.(Jn. 16:7).

    El Pentecosts fue el da de la inauguracin del Espritu Santo, y el Don Pentecostal fue

    el don de una Persona, el Paracleto el Consolador. Este don que Jess prometi a sus

    discpulos era el Agente por medio del cual continuara su oficio y obra de una manera

    ms nueva y efectiva. As como la venida de Cristo fue acompaada con seales

    milagrosas, la inauguracin del Espritu Santo fue acompaada por seales indicativas

    de su Persona y su obra. Estas seales fueron tres: primero,el sonido como un viento

    fuerte y recio; segundo,las lenguas repartidas como de fuego descansando sobre los

    discpulos; y la tercera, marcaba inmediatamente la apropiacin de su obra comoAdministrador, y el principio de sus operaciones.

    La primera seal inaugural fue la de un viento recio y fuerte que hinchi toda la casa

    donde estaban reunidos (Hch. 2:2). El sonido vino de repente y parece haber

    alcanzado su punto culminante inmediatamente. El sonido vino tambin del cielo y fue

    odo no solo por los discpulos sino a travs de toda la ciudad; Odo pues este

    estruendo, juntndose la multitud.(Hch. 2:6). Esta seal es indicativa de poder interno,

    misterioso y espiritual del Espritu Santo que iba a caracterizar su administracin en la

    Iglesia y en el mundo. Sugiere tambin un deseo intenso de parte del Espritu Santo

    para llevar a efecto la salvacin grandiosa comprada por la sangre de Cristo.La segunda seal introductoria fue la aparicin de lenguas repartidas como de fuego

    que descansaron sobre cada uno de ellos. (Hch. 2:3). Se cree generalmente que sobre

    cada uno de los discpulos se asent una lengua repartida en forma de tenedor como

    de fuego.Estas lenguas repartidaseran brillantes y cintilantes que resplandecan como

    una aureola por sobre las cabezas de Israel espiritual, recordando las seales del

    monte Sina, cuando el Seor descendi en fuego y todo el monte se estremeci

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    grandemente. (Ex. 19:18). El significado de este smbolo debe encontrarse en el efecto

    purificador, penetrante, enrgico y transformador de la administracin del Espritu.

    Las lenguas repartidas significan los dones variados comunicados por el Espritu a los

    diferentes miembros del cuerpo mstico de Cristo.

    La tercera seal inaugural ocupa una posicin nica en los eventos del da. Se escribecomo sigue: Y fueron todos llenos del Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras

    lenguas, como el Espritu les daba que hablasen(Hch. 2:4). Esta seal no solo significa

    la venida del Espritu sino tambin el principio actual de sus operaciones. Por medio de

    una operacin milagrosa, capacito a los discpulos a declarar las obras maravillosas de

    Dios de tal manera que los representantes de las naciones los oyeron en su propio

    idioma. Las palabras que han sido traducidas en otras lenguas suceden solamente en

    este caso en todo el Nuevo Testamento, y connotan la idea de una expresin de

    xtasis pero nunca un mero sonido de palabras ininteligibles y sin coherencia. Este

    fenmeno del Pentecosts fue en realidad un don milagroso de lenguas intangibles.

    B. Los oficios del Espritu Santo.

    El Espritu Santo es tanto el Don como el Dador. Es el Don de Cristo glorificado, a la

    Iglesia, y habita dentro de ella como una presencia enrgica y creadora. Este centro de

    vida, de luz y de amor, es el Paracleto o el Consolador permaneciente.

    Inmediatamente despus de su inauguracin en el Pentecosts, el Espritu Santo vino

    a ser el Ejecutivo de la Deidad sobre la tierra. l es ahora el Agente del Padre as como

    el Hijo, y en quien tanto el Padre como el Hijo mantienen residencia. (Jn. 14:23), y por

    el cual los hombres pueden tener acceso a Dios. El Espritu Santo como Dador, o

    administrador de la redencin, ministra en dos campos distintos aun cuando

    relacionados entre s, el d los frutos del Espritu y el d los dones del Espritu.

    1.

    El fruto del Espritu. El fruto del Espritu es la comunicacin al individuo de las

    gracias que emanan de la naturaleza divina, y tiene referencia al carcter ms bien

    que a los requisitos especiales para el servicio. Cuando San Pablo enumere las

    nueve gracias o virtudes (Gal. 5:22-23), que constituyen el fruto del Espritu Santo,

    posiblemente tena en mente la parbola de nuestro Seor con respecto a la vid y

    los pmpanos (Jn. 15:1-5). En la lista que el apstol hace de las gracias hay tres que

    se relacionan a Dios: amor, gozo y paz; tres que se relacionan las unas de las otras,

    longanimidad, tolerancia y bondad; y tres que se relacionan a nosotros mismos: fe,

    mansedumbre y templanza o sea el control de s mismo. Estas cualidades decarcter resultan de un contacto vital y continuo de la vid. Estn fuertemente

    contrastadas con las obras de la carne (Gal. 5:19-23).

    2. Los Dones del Espritu. Estos dones son de gracia. Son los medios y facultades

    divinamente ordenados con los que Cristo capacita a su Iglesia a fin de que esta

    cumpla con su tarea sobre la tierra. El resumen que Pablo hace con respecto a losdones es como sigue: Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espritu es el

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    mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Seor es el mismo. Y hay

    diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el

    mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestacin del Espritu para

    provecho.Porque a ste es dada por el Espritu palabra de sabidura; a otro,

    palabra de ciencia segn el mismo Espritu; a otro, fe por el mismo Espritu; y a

    otro, dones de sanidades por el mismo Espritu. A otro, el hacer milagros; a otro,profeca; a otro, discernimiento de espritus; a otro, diversos gneros de lenguas; ya otro, interpretacin de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo

    Espritu, repartiendo a cada uno en particular como l quiere. (1 Cor. 12:4-11);

    (Ef. 4:11; Rom. 12:6-8).

    Los dones del Espritu son capacidades sobrenaturales para el servicio, y se determinan por

    el carcter del ministerio que tendrn que cumplir. Son vitales al xito de la misin de la

    Iglesia. Estos dones son distribuidos a discrecin del Espritu Santo. Estn relacionados alos dones y capacidades naturales aun cuando poseen una distincin marcada. No todos los

    miembros de la Iglesia reciben capacidades similares. Hay una diversidad de dones en la

    Iglesia (1 Cor. 12:29-30). Estas capacidades divinas sobre los miembros individualesdeterminan sus funciones en el cuerpo de Cristo (2 Cor. 12:21-25), y se constituyen en

    factores esenciales en el progreso espiritual de la Iglesia en toda edad.

    3. El Espritu Santo y la obra de salvacin. Los actos o funciones administrativas

    Espritu Santo que pertenecen especialmente a la obra de salvacin pueden

    clasificarse en dos grupos generales. El Espritu Santo, como el Dador de la vida,y el Espritu Santo como una Presencia santificadora. Relacionado a lo primero se

    encuentra el nacimiento del Espritu o la experiencia inicial de salvacin; a la

    ltima, el bautismo con el Espritu, una obra subsecuente por el cual el alma se

    purifica. Esto se conoce como entera santificacin que es efectuada por elbautismo con el Espritu Santo, e incluye en una experiencia el limpiamiento delcorazn del pecado y la presencia permanente del Espritu Santo, capacitando al

    creyente para la vida y el servicio (MANUAL, ARTICULO X).

    El nacimiento del Espritu es la imparticin de vida divina del alma. No es

    meramente una reconstruccin o remodelacin de la vida antigua; es la imparticinal alma, o la implantacin dentro del alma, de la nueva vida del Espritu. Es por

    tanto un nacimiento de arriba. El Espritu Santo infunde vida dentro de las almas

    muertas en sus delitos y pecados, y por este medio las hace individuos distintos enel nivel espiritual. Estos individuos son los hijos de Dios. A ellos se les da el

    Espritu de adopcin por el cual se constituyen herederos de Dios y coherederos son

    de Cristo. (Rom. 8:15-17).

    Mientras que el Hijo de Dios posee vida en Cristo, como individuo, hay tambin en

    l la mente carnal o el pecado original, y esto evita que goce plenamente de los

    privilegios de Cristo en el N.T. Jess como el Cordero de Dios vino a llevar sobre sel PECADO del mundo. Debe haber por tanto, una purificacin del pecado.

    Analizando esta experiencia posterior de la entera santificacin, desde el punto de

    vista del Agente ms bien que la obra efectuada, notaremos una operacin triple delEspritu en esta experiencia del creyente: el bautismo, que en su sentido restringido

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    se refiere al acto de purificar, o de hacer santo; la uncino el Espritu activo en su

    obra de capacitacin para el servicio y para la vida: y el sello, o sea la misma

    presencia permanente en su oficio de rendir testimonio. Cuando, por tanto,

    hablamos del nacimiento, bautismo, la uncin y el sello, como cuatro actos ofunciones administrativas del Espritu, nos referimos solamente a las dos obras de

    gracia, pero consideramos la segunda, entera santificacin, bajo un aspecto triple.No hay que olvidar que estos cuatro aspectos administrativos pertenecen a la vez aCristo, y al Espritu Santo. Es Cristo el que vivifica las almas muestras en una vida

    por el Espritu; es Cristo el que bautiza a los hombres y mujeres con el Espritu

    Santo; y es Cristo, tambin, quien sella y unge a su pueblo con el Espritu.Tendremos ocasin de escudriar algunos puntos subsecuentes en nuestro estudio a

    fin de desarrollar ms definitivamente cada uno de estos aspectos de la obra del

    Espritu Santo.

    C.El Espritu Santo y la Iglesia.

    El Pentecosts fue el nacimiento de la Iglesia Cristiana. De la manera que Israel

    rescatado de Egipto form un nuevo estado eclesistico por medio de la promulgacin

    de la ley en el Sina; el Espritu Santo formo la Iglesia en el Pentecosts con los

    individuos redimidos por Cristo, nuestra Pascua. Esto fue efectuado por la

    promulgacin de una nueva ley escrita sobre los corazones y mentes de los redimidos.

    As como el cuerpo natural esta posedo de una vida comn que une a los miembros

    en un organismo tambin comn; el Espritu Santo pone a los miembros en el cuerpo

    espiritual como l quiere, unindoos en un organismo sencillo bajo cristo como la

    Cabeza espiritual viviente. El propsito de Cristo no es solo el de salvar al individuo,

    sino el de formar un organismo espiritual de personas interrelacionadas y redimidas.

    Esta Iglesia es un linaje escogido, real sacerdocio, nacin santa, pueblo escogido porDios, y el propsito de esta organizacin es para que anuncies las virtudes de Aquel

    que os llamado de las tinieblas a la luz admirable.(1 P. 2:9). En esta Iglesia el Espritu

    Santo es el vnculo comn que une a los miembros del cuerpo el uno con el otro y

    todos a su vez a la cabeza viviente.

    D.

    El Espritu Santo y el mundo.

    El Espritu representa a Cristo para el mundo. Pero en vista de que el mundo no

    conoce al Espritu Santo y no puede recibirle en la plenitud de su verdad

    dispensacional, Cristo est, por tanto, limitado en sus operaciones a los estados

    preliminares de la gracia. La naturaleza de la obra del Espritu se describe por nuestroSeor en las siguientes palabras: Y cuando l venga, convencer al mundo de su error

    en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio; en cuanto al pecado, porque no creen en

    m; en cuanto a la justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrn verme; y en

    cuanto al juicio, porque el prncipe de este mundo ya ha sido juzgado. (Jn. 16:8-11). El

    pecado a que se refiere aqu es el rechazamiento formal de Jesucristo como el

    Salvador; la justicia es su obra de expiacin terminada o consumada como la nica

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    base de aceptacin delante de un Dios justo; en tanto que el juicio es el

    destronamiento de Satans como el prncipe de este mundo, de aqu que sea la final

    separacin de los justos y los malvados en el dia postrero. Si el prncipe es juzgado,

    entonces todos sus seguidores deben sufrir la condenacin. En esta relacin entre el

    Espritu y el mundo, Aquel debe considerarse primordialmente como Espritu de la

    verdad y su instrumento como la Palabra de Dios. La relacin de la Iglesia a laeficiencia del Espritu a travs de la Palabra encuentra su expresin ms elevada en la

    Gran Comisin. Aqu el evangelio es la proclamacin de la salvacin, y esto nos lleva

    directamente a nuestro siguiente tema: el llamamiento gratuito del Espritu Santo

    CUESTIONARIO PARA ESTUDIO

    1. Note usted los aspectos en que el Espritu Santo estaba activo antes del

    Pentecosts.

    2.

    Indique usted la relacin entre el Espritu Santo y la Encarnacin.3. Explique usted el significado del da de Pentecosts en esta, la dispensacin del

    Espritu Santo.

    4. Explique usted la relacin entre el Espritu Santo y el ministerio terrenal de

    Jesucristo.

    5.

    Cules fueron las seales introductorias que se asociaron con la venida del

    Espritu Santo en el Pentecosts? Cul es el significado de cada una de ellas?

    6. Establezca usted la diferencia entre los frutos del Espritu Santo y los dones del

    Espritu Santo.

    7.

    Describa usted las funciones particulares del Espritu Santo como el Dador de la

    vida y la Presencia Santificadora.

    8. Cmo se relaciona especialmente la obra del Espritu Santo con la Iglesia como el

    cuerpo de Cristo?

    9.

    D usted un bosquejo de la obra del Espritu Santo por lo que se relaciona al

    mundo.

    10.Qu queremos decir cuando expresamos que el Espritu Santo es el Ejecutivo de

    la Deidad

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    CAPITULO XV

    LOS ESTADOS PRELIMINARES DE LA GRACIA

    Hay dos hechos de la naturaleza humana, centrales y universales: primero, una corrupcin universal de la

    naturaleza humana a travs de la cada Admica; segundo, la ayuda universal compensatoria del Espritu

    Santo que viene a travs de Cristo. l era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a estemundo (Juan 1:9). Cul sera el estado moral de la humanidad si se hubiera dejado a expensas de las

    consecuencias indomables y duras de la cada? Eso solo es cuestin de conjetura. No sabemos hasta qu

    grado nos llevara la depravacin total, hasta que profundidad de pecado y separacin de Dios llegaramos si

    no hubiera una gracia que la evitara: pues nunca se ha hecho el experimento. La raza humana siempre a

    tenido la influencia remediante del Espritu Santo, atrayndonos incesantemente hacia Dios.

    - DOCTOR A. M. HILLS.

    La expiacin consumada de nuestro Seor Jesucristo viene a ser efectiva en la salvacin de

    los hombres solamente cuando se administra por el Espritu Santo. La obra del Espritu en

    nosotros es tan necesaria para la salvacin como la provisin de Cristo para con nosotros.

    La redencin provista de manera provisional en el calvario viene a ser una realidadviviente en la experiencia personal solo cuando se efecta en nosotros a travs de de la

    agencia del bendito Espritu Santo. El Espritu de Dios por tanto, contina la obra

    redentora de Cristo en un plano ms nuevo y elevado.

    Volvamos ahora nuestra atencin a estos beneficios gratuitos de la expiacin de cristo al

    presentarse en la experiencia humana a travs del ministerio del Espritu Santo. Los

    principales temas de este captulo son: La vocacin del evangelio o llamamiento, La gracia

    preveniente, El arrepentimiento, La fe salvadora, y La conversin.

    I. LA VOCACION DEL EVANGELIO O EL LLAMAMIENTO

    A.La naturaleza general del llamamiento evanglico.

    El Espritu Santo como el agente de Cristo, revela su propsito divino para la salvacin del

    mundo a travs de lo que se llama comnmente en la teologa como la vocacin del

    evangelio o llamamiento. Se hace tambin una distincin entre el llamamiento universal

    del Espritu, y su llamamiento inmediato. El llamamiento universal del Espritu es aquella

    influencia secreta que se ejercita por el Espritu Santo en las conciencias de los hombres

    separado de las Sagradas Escrituras. San Pablo afirma que la ley de Dios est escrita en los

    corazones (Ro. 1:9; 2:15); y que dios nunca ha quedado sin un testigo (Hch. 14:17). Elllamamiento inmediato se refiere a lo que hace a travs de la Palabra de dios. En el A.T

    este llamamiento se limitaba solamente a Israel, pero en el N.T, es universal en su alcance.

    B. Eleccin y predestinacin

    El llamamiento del evangelio est estrechamente relacionado al asunto de la

    predestinacin. La predestinacin puede definirse como el propsito de Dios para

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    asegurar a salvacin de algunos hombres solamente, y no de todos. En nuestro esquema

    histrico del desarrollo teolgico, hemos mencionado el hecho en que durante el periodo

    de la Reforma se organizaron ciertas escuelas divergentes del pensamiento protestante.

    Una de las ms notables fue el Calvinismo. Entre otras doctrinas, este sistema de

    pensamiento hace recalcar la soberana de Dios y la predestinacin. En contra del

    Calvinismo de la era de la Reforma, se suscit el Arminianismo o la Escuela Protestante.1

    1.

    El punto de vista Calvinista de la Predestinacin y de la eleccin.

    Tanto el Calvinismo como el Arminianismo los elegidos son los llamados o escogidos, pero

    los dos sistemas difieren ampliamente en la manera de su eleccin. Los Calvinistas

    consideran la eleccin como incondicional y dependiente de la predestinacin, o sea el

    ejercicio de la gracia soberana. llamamos predestinacin, dice Calvino, al decreto

    eterno de Dios por el cual l ha determinado por s mismo lo que cada individuo de la

    humanidad tiene que ser, puesto que no todos son creados con un destino similar; sino

    que la vida eterna se pre ordena para algunos, en tanto que para otros la condenacineterna. Todo hombre, por tanto, habiendo sido creado para un extremo, o el otro, es

    predestinado para la vida o para la muerte en conformidad, por tanto, a la doctrina clara

    de las Escrituras, aseguramos que, por un consejo eterno e inmutable, Dios ha

    determinado de una vez por todas, a quienes habr de admitir a la salvacin y a quienes

    habr de condenar a la destruccin (Calvino, Institutos de la religin cristiana).

    Asi que la eleccin en el sentido Calvinista se refiere al escogimiento que Dios, en el

    ejercicio de su gracia soberana, hizo que ciertos individuos gozaran la salvacin por

    Jesucristo. Necesariamente incluye la reprobacin incondicional del resto de la

    humanidad. Esto se declara como sigue en la confesin de Westminster: En cuanto al

    resto de la humanidad, Dios, de acuerdo con su consejo inescrutable de su propia

    voluntad, por cuya voluntad extiende o detiene la misericordia como l quiere, para la

    gloria de su poder soberano sobre sus criaturas, para pasar por alto, y elegirlo para

    deshonra e ira por su pecado, a la de alabanza de su gloriosa justicia.

    2. El Punto De Vista Arminiano De La Predestinacin Y De La Eleccin.

    En contraste con el punto de vista Calvinista ya mencionado, el Arminianismo sostiene que

    la predestinacin es el propsito gratuito de Dios para salvar a toda la humanidad de una

    ruina completa. No es un acto arbitrario de Dios para asegurar la salvacin de unos

    cuantos y de la condenacin de otros. Incluye provisionalmente a todos los hombres, yest condicionado solamente por la fe en Cristo. Porque de tal manera am Dios al

    mundo, que ha dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que en El crea, no se pierda,

    mas tenga vida eterna. (Jn. 3:16). La eleccin difiere de la predestinacin en esto: que la

    1Este trmino se usa para distinguir a uno de los Arminianos que en 1610 dirigi una protesta a los Estados

    de Holanda conteniendo cinco artculos. En estos artculos demostraba sus puntos de diferencia conrespecto al calvinismo extremo. Los artculos fueron condenados por el Snodo de Dort en 1619.

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    eleccin implica un escogimiento, en tanto que la predestinacin no lo implica. En Efesios

    1:4,5,11-13, se dice que Dios nos escogi en El antes de la fundacin del mundo, para que

    fusemos santos y sin mancha delante de El en amor. Esto es eleccin. El plan gratuito por

    el cual se llev a cabo esta eleccin es la predestinacin. Habindonos predestinado para

    ser adoptados hijos de Jesucristo, a s mismo, segn el puro afecto de su voluntad. As que

    la predestinacin es el plan gratuito y general para salvar a los hombres, por medio de unaadopcin que de ellos hace como hijos suyos por Cristo; la eleccin pertenece a los

    escogidos quienes son santos y sin mancha delante de El en amor. Las pruebas de la

    eleccin no estn en los consejos secretos de Dios, sino en los frutos visibles de la

    santidad. La iglesia es predestinada y tambin elegida, decimos que es predestinada,

    cuando nos referimos al plan de redencin tal como se manifiesta en el llamamiento

    universal. Decimos que es elegida por cuanto se refiere a los electos o escogidos que han

    aceptado los ofrecimientos de la misericordia. Los electos son escogidos, no por decreto

    absoluto, sinopor aceptacin de las condiciones del llamado. Y as como el carcter de los

    elegidos consiste en la santidad y limpieza delante de l en amor, la eleccin es por estos

    medios, lo que hace que hombres sean justos y santos. De aqu que nuestro Seor

    Jesucristo diga, Yo os eleg del mundo (Jn. 15:19). San Pablo lo explica diciendo: os haya

    escogido desde el principio para salvacin, mediante la santificacin por el Espritu y la fe

    en la verdad. (2 Ts. 2:13). La enseanza de San Pedro es ms o menos la misma, elegidos

    segn la presciencia de Dios Padre en santificacin del Espritu, para obedecer y ser

    rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. (1 P. 1:2)

    La teologa Arminiana ha tratado generalmente el asunto de la eleccin bajo un aspecto

    triple. Primero, la eleccin de individuos para la ejecucin de algn servicio en particular.

    Fue as como Moiss fue escogido para sacar a Israel de Egipto y Aarn para ser el

    sacerdote del santuario. Ciro fue elegido para ayudar en la reconstruccin del templo,

    Cristo escogi a los doce como apstoles, San Pablo fue escogido como apstol de los

    gentiles. Estos oficios fueron ordenados para ayudar a otros, y no para excluirlos de la

    gracia salvadora. Segundo, la eleccin de naciones u otros cuerpos de hombres a

    privilegios religiosos especiales. As Israel fue escogido como el primer representante

    divino de la Iglesia visible sobre la tierra. Tercero, la eleccin de individuos particulares

    para hacerlos hijos de Dios y herederos de la vida eterna. Esto lo considera el

    Arminianismo, con justicia, condicionado por la fe en cristo, e incluye a todos los que

    creen.

    C. Elementos en el Llamamiento Evanglico.

    El primer paso hacia la salvacin en la experiencia del alma principia con el llamado

    gratuito de Dios que es directo a travs del Espritu e inmediato a travs de la Palabra.

    El agente del llamamiento es el Espritu Santo y La Palabra es el instrumento de sus

    operaciones. El llamamiento es universal en alcance e incluye la proclamacin, las

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    condiciones por las cuales se ofrece la salvacin, y el mandamiento para someterse a

    la autoridad de Cristo. (Hch. 5:32; 13:38-40).

    El despertamiento es un trmino usado en la teologa para denotar la operacin del

    Espritu santo por medio de la cual la mente de los hombres son vivificadas a un

    sentimiento de un estado de perdicin. En ese proceso de despertamiento el EsprituSanto influencia los corazones de los hombres de dos maneras. Primero, la influencia

    del Espritu es indirecta a travs de la Palabra de Dios. Pero en adicin a esto, el

    Espritu Santo ejercita tambin una influencia directa en los corazones de los hombres.

    Es asi como leemos en Hechos 16:14 y el Seor abri el corazn de ella para que

    estuviese atenta a lo que Pablo deca. Aqu se declara de manera precisa que el

    entendimiento y el corazn fueron abiertos por el seor directamente y no por medio

    de Las Escrituras.

    La conviccin es aquella operacin del Espritu que produce dentro de los hombres un

    sentido de culpabilidad y condenacin por causa del pecado. A la idea dedespertamiento se agrega la idea de la culpa personal. La conviccin se considera de

    manera de manera especfica como uno de los oficios del Espritu Santo durante la

    dispensacin pentecostal. Y cuando El viniere, redargir al mundo de pecado, y de

    justicia y de juicio. (Jn. 16:8). Esta conviccin se aplica a la conciencia as como a la

    mente o a la razn, y es de esperanza ms bien que de desaliento. El Espritu Santo no

    solamente revela lo pecador de los corazones humanos, sino la plenitud y lo gratuito

    de la salvacin en Cristo. Su propsito no solo consiste en hacer que los hombres se

    conviertan del pecado sino llevarlos a un a fe viviente en Dios. La conviccin del

    Espritu Santo es de esperanza para todos los que se arrepientan verdaderamente de

    sus pecados y crean en el Seor Jesucristo.

    El llamamiento del evangelio refleja la intencin divina que todos los hombres se

    aseguren de su privilegio hecho posible en Cristo Jess por el derramamiento de su

    sangre. El llamamiento no es ficticio sino genuino. No es solamente un ofrecimiento

    externo de salvacin, sino que va acompaado de la gracia interna del Espritu Santo

    suficiente para su aceptacin. No obstante, es posible que el llamamiento sea

    rechazado; y que an despus de ser aceptado, se pierda la obediencia. En tal caso, se

    usa el termino reprobacin, pero nunca en el sentido de destino o de decreto

    arbitrario. Los reprobados son aquellos que no retienen el conocimiento de Dios, o

    que resisten finalmente a la verdad. Examinaos a vosotros mismos si estis enla fe; probaos a vosotros mismos. O no os conocis a vosotros mismos, que

    Jesucristo est en vosotros, a menos que estis reprobados? (2 Cor. 13:5). La palabra

    reprobado tiene referencia primordialmente en fracaso a resistir la prueba.

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    II.

    LA GRACIA PREVENIENTE

    A.

    La Gracia Y La Gracia Preveniente.

    La gracia a sido definida como el amor de Dios considerado como gratis y sin precio,

    viniendo de su propia voluntad para bendecir a los que no lo merecen o simplemente, elfavor inmerecido de Dios. La gracia de Dios es infinita. No est limitada a su obra

    redentora, a pesar de que es tan inefablemente grandiosa. Existi en su amor sacrificial

    desde la fundacin del mundo; fue revelada en la belleza, orden y utilidad de la creacin; y

    ser consumada en la restauracin final de las cosas.

    Cuando hablamos de graciapreveniente estamos pensando en la gracia que precede,

    precursora, que prepara el alma para su entrada en el estado inicial de salvacin. Es la

    gracia preparatoria del Espritu Santo ejercitada hacia el hombre debilitado por el pecado.

    Por lo que respecta a los culpables, se considera como misericordia; por lo que respecta al

    impotente, se considera como poder capacitante. Es aquella manifestacin a la influenciadivina que precede a la vida de regeneracin completa.

    La idea de gracia es fundamental tanto en el AT como en el NT. As fue como el profeta

    Zacaras demostr nuestra dependencia en el favor de Dios cuando dijo, No con ejrcito, ni

    con fuerza, sino con mi Espritu, ha dicho Jehov de los ejrcitos.(Zac. 4:6). Nuestro Seor

    mismo declar, Ninguno puede venir a m, si el Padre que me envi no le trajere.(Jn. 6:44),

    y sin mi nada podis hacer (Jn. 15:5). Con San Pablo la idea de la gracia era algo

    importantsimo. Esto se revela en los pasajes siguientes: Porque Cristo, cuando an ramos

    dbiles, a su tiempo muri por los impos. (Rom. 5:6); Porque por gracia sois salvos por

    medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Ef. 2:8); Porque la gracia de

    Dios se ha manifestado para salvacin a todos los hombres, ensendonos que,

    renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y

    piadosamente. (Tito 2:11-12). Estas no son sino unas cuantas referencias que pueden

    citarse como revelando la verdad fundamental de la salvacin por medio de lla gracia.

    B.

    La Naturaleza De La Gracia Preveniente

    Habiendo mencionado la naturaleza general de la gracia preveniente, es necesario que la

    analicemos ms cuidadosamente. Este es otro punto que la teologa en que hay marcadas

    diferencias entre el pensamiento Calvinista y el Arminiano. En general, las ideas de Calvino

    concernientes a la gracia se derivaron de San Agustn. Este ltimo hizo del pecado original

    el fundamento mismo de todo su sistema de teologa. Habiendo quitado la cada, toda la

    capacidad del gnero humano para el bien, la salvacin debe ser ms bien cuestin de

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    gracia que de cooperacin humana. San Agustn sostuvo el libre albedro, pero solo en el

    sentido de libertad hacia el mal. La gracia por tanto opera directamente en la voluntad.

    Esto necesitaba una creencia en los decretos divinos que determinara el nmero exacto

    de los que habran de ser salvos. A estos, como elegidos, se les aplicaba la gracia eficaz.

    Esto incluyo la gracia irresistible para el principio de la vida cristiana, y de la graciapreservadora para su consumacin. De estos puntos de vista de la necesidad de la gracia

    divina evoluciono gradualmente la teora de la predestinacin. Con San Agustn, el sistema

    de los decretos divinos se reduca a una forma de fatalismo. Juan Calvino, con su firmeza

    de carcter y de capacidad extraordinaria fue quien sistematiz las doctrinas de Agustn

    en un conjunto lgicamente ordenado.

    En contra de algunas ideas de la gracia sostenidas por san Agustn y Calvino, los

    Arminianos se opusieron con todo su vigor. Tanto los Arminianos como los calvinistas

    admiten la depravacin de la naturaleza humana, e insisten en que el hombre estincapacitado para salvarse a s mismo. As que ambos magnifican la gracia de Dios en la

    salvacin. Sin embargo, los Arminianos sostienen que el estado natural del hombre es en

    cierto sentido, un estado de gracia. Con respecto a esto Juan Wesley declar,

    Considerando que todas las almas de los hombres son muertas en pecado por

    naturaleza, esto no excluye a nadie, en vista de que no hay individuo que este en un mero

    estado de naturaleza; no hay hombre, a menos de que haya contristado al Espritu, que no

    pueda recibir la gracia de Dios. Ningn hombre viviente queda fuera de lo que se llama

    vulgarmente la conciencia natural; y que se considera ms propia, como la gracia

    preventiva (WESLEY, Sermn: Working Out Our Salvation, Haciendo Nuestra Salvacin).

    Esta gracia preveniente es inclusiva, abarcando todos los deseos humanos para con Dios,

    todas las apelaciones del Padre, todas las convicciones del Espritu Santo. Si accedemos a

    estos impulsos hacia Dios, estos aumentan ms y ms. Si los hombres rechazan tales

    impulsos, su realidad tiende a desaparecer en la conciencia.

    El Arminianismo tambin sostiene la verdad de la cooperacin entre la gracia divina y la

    voluntad humana. El Espritu Santo obra con y a travs del consentimiento humano. En

    esta cooperacin, sin embargo, hay al mismo tiempo un reconocimiento de que el hombrees un agente del libre albedro. La voluntad humana decide en ltimo anlisis y la gracia

    divina ofrecida al hombre es aceptada o rechazada.

    Al presentar la relacin entre la gracia gratuita y la agencia personal, el Arminianismo

    sostiene que la gracia se ejercita sobre todo el ser humano, y no sobre ningn elemento

    particular o facultad de su ser. La gracia no opera solamente en el intelecto, los

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    sentimientos o la voluntad, sino sobre las personas o el ser central que est dentro de, o

    detrs de todos estos efectos ya tributos. As que de esa manera se preserva la creencia

    legitima en la unidad de la personalidad. La posicin Arminiana es correcta desde el punto

    de vista psicolgico. La gracia preveniente opera en la personalidad unificada e integrada

    del individuo. Esta persona es considerada como un agente libre y responsable, y sinembargo esclavizada por el pecado y posesionada de una tendencia al pecado. Se

    necesita la gracia para despertar al alma a la realidad y hacer que el corazn tome el lado

    de la verdad. En todo esto hay una cooperacin continua entre la gracia y la voluntad

    humana hasta que la gracia preveniente viene a mezclarse con la gracia salvadora.

    III. EL ARREPENTIMIENTO

    A.

    La Importancia Del Arrepentimiento

    La doctrina del arrepentimiento es fundamental en el sistema cristiano y debe estudiarse

    cuidadosamente a la luz de la Palabra de Dios. Cristo dijo de s mismo, Id, pues, y aprended

    lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos,

    sino a pecadores, al arrepentimiento. (Mt. 9:13). Tanto Juan el Bautista como Jess

    predicaron el arrepentimiento como base de entrada en el Reino de Dios (Mt. 3:2; 8;

    4:17). Dios trata de guiar al hombre al arrepentimiento por medio de sus amonestaciones

    (Rom. 2:4; 2 Tim. 2:25; Ap. 2:5,16). El arrepentimiento constituyo el tema de predicacin

    ms importante de la Iglesia Cristiana primitiva. Se dice que san Pablo testificaba a ajudos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Seor

    Jesucristo. (Hch. 20:21). San Pablo afirmo, que El Seor no retarda su promesa, segn

    algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que

    ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 P. 3:9).

    Como condiciones de salvacin, el arrepentimiento hacia Dios y la fe en nuestro Seor

    Jesucristo estn siempre unidos. Ambos proceden de la gracia preveniente, sola que se

    diferencian en esto, que la fe que salva es el instrumento as como la condicin de

    salvacin. La fe, por tanto, fluye de la gracia y sigue al arrepentimiento. Es por esta raznque se declara frecuentemente que la fe es la nica condicin de salvacin, y que el

    arrepentimiento la condicin de fe. Ambos son introductorios al estado de salvacin, pero

    la fe salvadora es ella sola, el punto de transicin por el que la conviccin pasa a la

    salvacin.

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    B.

    La Naturaleza Del Arrepentimiento

    Son dos trminos griegos que se traducen en arrepentirse en nuestro NT. Uno de ellos

    denota el alma recordando sus propias acciones, y esto de tal manera, que produzca

    tristeza al recordarlas, y un deseo de correccin. Es, propiamente hablando, un cambio de

    mente, e incluye el todo de aquella alteracin con respecto a puntos de vista, carcter y

    conducta que se efecta por el poder del evangelio. La segunda palabra traducida en

    arrepentirse se refiere ms propiamente a la contricin, y significa un cambio de mente

    en un estado de tristeza. El doctor Field sugiere que las dos palabras pueden significar

    una recoleccin y nueva reflexin.

    Por lo primero se significa un cambio o alteracin de mente, como el que implica el

    retorno a un punto de vista correcto, a unos sentimientos rectos, y a una conducta recta

    tambin: es una nueva reflexin porque tiene referencia a algo que se echaba de menos

    (FIELD, Manual De Teologa Cristiana). Puede verse que el arrepentimiento incluye a toda

    la personalidad del hombre: un cambio de mente, una tristeza recta, y una resolucin de

    corregirse.

    C. Definiciones Tpicas Respecto Al Arrepentimiento

    Entre las muchas definiciones del arrepentimiento, seleccionamos unas cuantas por ser

    tpicas de otras muchas. Juan Wesley dice, Por arrepentimiento quiero decir conviccin

    de pecado, produciendo deseos reales y decisin sincera de correccin. De acuerdo con

    el seor Watson, el arrepentimiento evanglico es una tristeza santa efectuada en elcorazn del pecador efectuada por el Espritu de Dios, por medio de la cual, con tristeza y

    odio por sus pecados cometidos, se vuelve del pecado, ofensivo a Dios, que arruina y pone

    en peligro a su propia alma, y por una comprensin de las misericordias de Dios en Cristo,

    a Dios como su Salvador y Seor. El doctor Pope declara que: el arrepentimiento es una

    conviccin de pecado efectuada divinamente, el resultado de la aplicacin del Espritu

    Santo de la ley condenatoria a la conciencia o corazn. Se conoce por la contricin, que se

    distingue del mero conocimiento del pecado; en sumisin a la sentencia judicial, que es la

    esencia de la confesin verdadera; y en esfuerzo sincero a corregirse, que desea hacer

    restituciones a la ley transgredida. De aqu que necesite venir de Dios y volver a El: siendo

    el Espritu Santo, el que usa esta ley y el Agente en producir este cambio divino

    preliminar. Finalmente, el doctor Nevin dice, El arrepentimiento genuino consiste en la

    tristeza completa del corazn, de todo pecado.

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    D.

    Los Elementos Divino Y Humano En El Arrepentimiento

    Dos factores se incluyen en el arrepentimiento genuino lo divino y o humano. El suponer

    que el arrepentimiento sea un acto humano puramente, consumado por el ejercicio

    simples de las facultades del pecador, es ser acusado de presuncin delante de Dios; pero

    si se le considera como la obra de Dios simplemente, es caer el descuido y en la

    desesperacin. Se necesita una comprensin correcta de este asunto a fin de evitar caer

    en cualquiera de sus extremos. Se dice que Dios es el autor del arrepentimiento, pero l

    no se arrepiente por nosotros; nos da o nos garantiza el arrepentimiento (Hch. 4:31;

    11:18) en el sentido de hacer posible el arrepentimiento. Un nfasis extremo en el

    elemento divino del arrepentimiento lleva a una interpretacin curiosa de los pasajes

    escriturales que tratan de la necesidad del arrepentimiento. As el doctor Williams Evans

    un maestro prominente de la Biblia y del Calvinismo, declara que la razn de que los

    hombres sean universalmente llamados al arrepentimiento es para revelarles su propiaincapacidad de hacer precisamente esto.

    El arrepentimiento es, de hecho, el resultado de la obra gratuita del Espritu Santo sobre

    las almas de los hombres. La bondad de Dios lleva al arrepentimiento (Rom. 2:4). Los

    medios por los cuales se efecta es la aplicacin de la ley santa, divinamente efectuada. El

    primer efecto de la obra del Espritu es la contricin o tristeza santa del pecado. As que el

    verdadero arrepentimiento no es una mera tristeza del pecado separada de su olvido, que

    san Pablo califica como, la tristeza del mundo (2 Cor. 7:10) ni es una reforma separada de

    una tristeza santa. Incluye una nueva conciencia moral de pecado en la que el pecador seidentifica a si mismo con los pensamientos de Dios acerca de ello. Odia el pecado y desde

    el centro de su propio ser lo aborrece. En tanto que ciertos pecados pueden estar en el

    foco de su conciencia, el verdadero arrepentimiento incluye un aborrecimiento de todo

    pecado en contra de un Dios Santo. El arrepentimiento se caracteriza por un sentimiento

    de incapacidad completa ante la ley de Dios, y por una aceptacin de los justos juicios

    impuestos como resultado de la violacin de esa ley.

    No debe olvidarse que el arrepentimiento es un acto del l pecador mismo en respuesta a

    la conviccin y a las apelaciones del Espritu. Es verdad que el poder le es dado por Dios,pero el acto es necesariamente suyo propio. Dios, por su Espritu, aplica la verdad al

    corazn del pecador, descubre a su mente el nmero y la gravedad de los pecados que ha

    cometido, as como la posibilidad de la ira eterna que le vendr como castigo. En vista de

    esta revelacin, y de la gracia de que se le ha dotado, se le manda a arrepentirse y a

    volverse a Dios. El, bien puede aceptar la verdad o resistirla; pero si no se arrepiente es

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    porque no quiere. Resumiendo: el arrepentimiento genuino incluye una conviccin de que

    hemos pecado y de que somos culpables delante de Dios; incluye una contricin o un

    corazn contrito y humillado por causa del pecado; produce confesin del pecado; e

    implica reforma, una conversin del pecado hacia Dios y una actitud de dar frutos dignos

    de arrepentimiento.

    E. El Estado de Penitencia

    Es arrepentimiento es una acto, la penitencia es un estado del alma resultado de aquel

    acto. Es aquella actitud que pertenece a toda persona restablecida del pecado, y como tal,

    no solamente existir en un estado subsecuente de la vida sino que tendr un lugar en el

    cielo. El verdadero arrepentimiento resulta en un cambio duradero en la personalidad

    entera que ha sufrido una revolucin interna. Como hombre natural, fue espiritualmenteciego, pero ahora ve las verdades como nunca antes haban penetrado en su mente. Las

    cosas se ven bajo una nueva luz, con una nueva perspectiva. Lo que antes amaba ahora

    aborrece y ama lo que antes aborreca. Hubo un tiempo en que estuvo encadenado por

    las tinieblas y el pecado, pero ahora se encuentra libre y con capacidad de funcionar en el

    sentido espiritual. El verdadero arrepentimiento efecta un cambio de mente que,

    seguido por un acto de fe salvadora, lleva al alma a un estado de salvacin inicial. La

    continuacin de la penitencia como un estado, hace posible la recepcin de los beneficios

    ulteriores y una comunin permanente con Dios.

    F.

    La Necesidad Del Arrepentimiento

    El arrepentimiento es esencial a la salvacin. De Cristo, nuestra autoridad ms elevada,

    tenemos las palabras importantes, sino os arrepintiereis, todos pereceris igualmente(Lc.

    13:3). Este no es un requisito arbitrario, sino que el resultado de la naturaleza misma del

    pecado. El pecado es rebelin en contra de Dios. No puede haber salvacin por tanto, sin

    una renunciacin del pecado y de satans. El pecado es tan inconsistente con la felicidad

    como con la santidad. Hasta tanto no haya un profundo sentimiento de pecado y de mal,una renunciacin completa a todo ello, el alma carece de preparacin para los ejercicios

    espirituales o para el gozo santo. Es verdad que el arrepentimiento es amargo; pero con

    solo el recuerdo de la copa amarga habr oportunidad de alabanza en el corazn de los

    redimidos.

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    IV.

    LA FE SALVADORA

    El arrepentimiento lleva inmediatamente a la fe salvadora, que es a la vez que la

    condicin, el instrumento de salvacin. La fe forma el eslabn que conecta la gracia

    preveniente y el estado inicial de salvacin. El trmino Fe Salvadora, sin embargo, se usa

    en un sentido particular, y debe distinguirse del principio de fe en lo general por lo que

    respecta a la naturaleza humana, y, de la seguridad de la fe que es el resultado de la vida

    cristiana.

    A.

    La Naturaleza De La Fe En General

    Fe es aquel principio de la naturaleza humana que acepta lo invisible como existente y que

    admite como conocimiento lo que se recibe como evidencia o por autoridad. Este

    principio general de fe, cuando se dirige al evangelio y se ejercita bajo la gracia

    preveniente del Espritu, viene a ser fe salvadora. La idea cristiana de fe estperfectamente enraizada en el AT y ha sido modificada por el uso griego y romano. L

    palabra hebrea traducida en fe en su forma significa sostener, soportar, mantener. En

    forma pasiva significa ser firme, estable y fiel. En el mero centro de su significado se

    encuentra la idea de descansar en Jehov. Es as como el doctor Oehler define el concepto

    de fe del AT como el acto de hacer que el corazn se afirme, se asegure y mantenga en

    Jehov. La palabra griega que expresa fe significa confiar, o ser persuadido de que su

    objeto ya sea un apersona o cosa, es digno de confianza. Varios son los trminos latinos

    que se traducen en fe. Significan: creer,confiar,y poner confianza en otro. De

    todos los varios trminos para expresar el significado de fe, es evidente que el elemento

    primario es la confianza. Los telogos antiguos comnmente definieron la fe como un

    asentamiento de la mente, el consentimiento de la voluntad, y el recostarse o reclinarse,

    que en todo caso implica un elemento de confianza. Pero el significado inclusivo de fe

    debe ser siempre el de confianza. Aquello que sostiene nuestras esperanzas y nunca nos

    desilusiona. Se opone por tanto a todo lo que es falso como falto de realidad, deceptivo,

    vaco, e indigno.

    La fe implica un previo conocimiento de su objeto. Esto se aplica al elemento intelectual o

    asentamiento de la mente. Es en este sentido de creencia que el conocimiento debe

    considerarse como antecedente a la fe, aunque esto es solamente un acto especfico. Una

    proposicin que debe creerse, debe ser expresada o implicada; y debe llevar con ella

    suficiente evidencia ya sea real o supuesta. La fe tambin opera en la vida emotiva y

    volitiva al grado de que el hecho o proposicin creda se juzga importante.

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    Si resultan juicios falsos por no saber diferenciar entre la evidencia real o supuesta, los

    elementos emotivos y volitivos de la mente pueden ser ms inclinados a moverse por los

    juicios falsos que pueden ser verdaderos. Aqu es donde se halla lo engaoso del pecado y

    del corazn humano. Solamente la gracia puede despertar a la mente a la verdad de Jess.

    San Pablo escribi: no mirando nosotros a las cosas que se vemos, sino a las que no se ven;porque las que se ven son temporales, ms las que no se ven son eternas. (2 Cor. 4:18).

    Hay tambin grados en la fe. Esto se debe no solamente a una aprehensin limitada de la

    verdad sino tambin a los grados variados de fuerza en la fe misma. Nuestro Seor

    Jesucristo dijo a sus discpulos, Hombres de poca fe(Mt. 6:30); en tanto que a la mujer de

    Canan le dijo, vuestra fe va creciendo (2 Ts. 1:3). Bueno sera que orramos como los

    discpulos diciendo,Aumntanos la fe (Lc. 17:5).

    B.

    La Naturaleza De La Fe Salvadora

    Al mencionar el trmino fe salvadora no queremos apuntar a una clase diferente de fe,

    sino a la fe considerada como condicin e instrumento de la salvacin. Hemos visto que el

    elemento primario de la fe es la confianza; de aqu que la fe salvadora sea una confianza

    personal en la Persona del Salvador. La causa eficiente de esta fe es la operacin del

    Espritu Santo y la causa instrumental es la revelacin de la verdad concerniente a la

    necesidad y posibilidad de la salvacin. Con respecto a la fe salvadora, Juan Wesley

    declar: La fe es una evidencia divina y una conviccin no solo de que Dios estaba en

    Cristo, reconciliando al mundo a s, sino que tambin Cristo me amaba y se dio a s mismo

    por m. El Seor Watson declara que, La fe en Cristo, que en el NT se conecta con la

    salvacin, es claramente de esta naturaleza; esto es, combina el asentimiento con la

    seguridad; la creencia con la confianza. El doctor Pope tambin da testimonio a este

    aspecto dual de la fe. la fe es el instrumento de apropiarse de la salvacin, es una

    creencia divinamente efectuada en la historia con respecto a Cristo y confianza en su

    persona como salvador personal, siendo estas dos cosas de una misma esencia.

    La fe salvadora consiste en un elemento divino y de un elemento humano. Es una

    evidencia divina y una conviccin o una creencia divinamente efectuada.

    Concerniente a la relacin entre los elementos divino y humano en la fe, tenemos una

    declaracin importante por el doctor Adam Clarke , No es la fe un don de Dios? S, por lo

    que se refiere a la gracia que la produce; pero la gracia o el poder paa creer y el acto de

    creer son dos cosas diferentes. Sin la gracia o el poder para creer ningn hombre ha credo

    ni puede creer; pero con ese poder, el acto de fe es propio del hombre; Dios nunca cree

    por ningn hombre, como tampoco nunca se arrepiente por el; el penitente, por medio de

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    esta gracia capacitadora, cree por s mismo: ni tampoco cree necesaria o impulsivamente

    cuando tiene esa facultad; el poder para creer puede estar presente mucho antes de que

    se ha ejercitado, de otra manera, Por qu las advertencias solemnes que nos

    encontramos en la Palabra de Dios y las amenazas en contra de los que no creen? no

    esto una pruebe de que tales personas tienen el poder, pero no lo usan? No creen, y portanto no son afirmados. Esto, por tanto, es el verdadero estado del caso: Dios da el poder,

    el hombre usa el poder dado y trae gloria a Dios; sin el poder ningn hombre puede creer;

    con el poder, todo hombre puede (CLARKE, Teologa Cristiana).

    La fe salvadora es el acto del ser total del hombre bajo la influencia del Espritu Santo. No

    es meramente el asentimiento de la mente a la verdad, ni un sentimiento como resultado

    de las emociones; tampoco es solamente el consentimiento de la voluntad a la obligacin

    moral. La fe verdadera es el acto del hombre en su totalidad. Es el acto ms elevado de su

    vida personal, un acto en que rene su ser entero y en un sentido peculiar sale de smismo se apropia los mritos de Cristo. Es por esta razn que las Escrituras declaran, Con

    el corazn se cree para justicia(Rom. 10:10). Aqu se sobreentiende que el corazn es el

    centro de la personalidad, e incluye a todas sus facultades. As que la fe salvadora es algo

    ms que el consentimiento de la voluntad dando por resultado una mera reforma externa;

    y es ms que un estado confortable de las emociones. La fe salvadora debe incluir todo

    esto. Es una confianza decidida en Dios. Es la aceptacin de la ofrenda propiciatoria en

    cristo que se ofrece para la salvacin de los judos y gentiles. Es una confianza firme en los

    mritos de la sangre de la expiacin. Esta confianza firme y decidida en la obra expiatoria

    de Jesucristo debe ser siempre el ejercicio culminante de la fe salvadora.

    La fe salvadora se basa en la verdad revelada en la Palabra de Dios. Es por esto que San

    Pablo define el evangelio es poder de Dios para salvacin a todo aquel que cree (Rom.

    1:16). Nuestro Seor Jesucristo puso el fundamento para la fe en la verdad revelada

    cuando dijo, Ms no ruego solamente por estos, sino tambin por los que han de creer en

    mi por la palabra de ellos. (Jn. 17:20). Al hablar de su evangelio, San Juan dice, estas

    empero son escritas, para que creis que Jess es e Cristo, el Hijo de Dios; y para que

    creyendo tengis vida en su nombre. (Jn. 20:31). San Pablo tambin declara que Dios nos

    ha escogido para salvacin por la santificacin del Espritu y fe de la verdad. (2 Ts. 2:3);

    adems, lo la fe viene por el or y el or por La Palabra de Dios. (Rom. 10:17). A travs de su

    providencia y de su gracia, Dios da a la humanidad la base de la fe salvadora en su Palabra

    inmutable y eterna. Da tambin las influencias gratuitas del Espritu Santo para despertar,

    convencer y guiar el alma a Cristo. Una creencia firme en la revelacin cristiana har que

    el alma confi en Cristo que es el objeto de aquella revelacin, as que el ideal propio y

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    ltimo de la fe es una Persona divina, y por medio de una confianza personal en nuestro

    Seor Jesucristo se fortalece nuestra creencia en su Palabra.

    La fe salvadora est vitalmente relacionada a las buenas obras. Esta relacin se expres

    atinadamente por Juan Wesley como sigue: Aun cuando las buenas obras, que son frutos

    de la fe, y que siguen despus de la justificacin, no pueden quitar nuestros pecados, y

    resistir la severidad del juicio de Dios; son sin embargo agradables y aceptables a Dios en

    Cristo, y que resultan de una fe viviente y verdadera, en el sentido de que por ellas puede

    conocerse la fe como el rbol es conocido por su fruto. Las buenas obras agradables a

    Dios se ejecutan de acuerdo con su voluntad, efectuadas por medio de la ayudad de la

    gracia divina, y hechas para su gloria.

    San Pablo ensea que la fe de parte del hombre no debe considerarse como una obra de

    mrito, sino como una condicin de salvacin. De aqu que el hombre pueda ser salvo solo

    por la fe: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es

    don de Dios.(Ef. 2:8). L salvacin es y siempre ha sido, por gracia a travs de la fe. El acto

    de la fe por el que el hombre es salvo, viene a ser la ley de su salvacin y de aqu las

    buenas obras fluyen del principio de la fe viviente.

    C.

    La Fe Como Un Don De La Vida Cristina

    La Fe salvadora es aquel acto por el cual la gracia preveniente del Espritu Santo pasa a

    toda la vida regenerada del creyente. As que la fe que salva viene a ser la fe que es la ley

    de nuestro ser. El acto inicial viene a ser la actitud permanente del hombre regenerado.Por tanto, de la manera que habis recibido al Seor Jesucristo, andad en l; arraigados y

    sobreedificados en l, y confirmados en la fe, as como habis sido enseados, abundando

    en acciones de gracias.(Col. 2:6-7). Esta fe viene a ser la ley del Espritu de vida en Cristo

    Jesus (Rom. 8:2). Pablo menciona la fe como el sptimo fruto del Espritu Santo (1 Cor.

    12:9). Como fruto del Espritu Santo es una cualidad de la vida regenerada y por tanto un

    resultado gratuito y un privilegio asombroso de los creyentes. Como don del Espritu

    Santo, la fe es un don especial dado por el Espritu Santo para beneficio de aquellos a

    quienes es dado (1 Cor. 12:7).

    La fe como la ley de la vida cristiana esta en continua actividad. Obra a travs del amor

    (Gal. 5:6) y purifica el corazn. De otra manera hay el peligro de que la fe venga a ser un

    mero asentimiento de las condiciones de salvacin. En contra de esto nos amonest

    Santiago diciendo, T crees que Dios es uno; bien haces. Tambin los demonios creen, y

    tiemblan. Ms quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?... Porque como

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    el cuerpo sin espritu est muerto, as tambin la fe sin obras est muerta. (Stg. 2:19-20,

    26). La verdadera fe es por tanto, una fe que obra.

    V.

    LA CONVERSION

    Es el trmino usado para designar el proceso por el cual el alma vuelve del pecado a la

    salvacin. Generalmente el trmino se usa de manera alternativa para expresar el estado

    inicial de salvacin que incluye la justificacin, la regeneracin, y la adopcin. En las

    Sagradas Escrituras, sin embargo, la conversin generalmente se refiere al acto humano

    de volverse del pecado. As nuestro Seor Jesucristo cita al profeta Isaas,

    Ceg los ojos de ellos, y endureci su corazn;

    Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazn,

    Y se conviertan, y yo los sane. (Jn. 12:40). Tambin dijo, De cierto os digo, que si no osvolvis y os hacis como nios, no entraris en el reino de los cielos. (Mt. 18:3). A Pedro le

    dijo, pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y t, una vez vuelto, confirma a tus

    hermanos. (Lc.22:32). Santiago declar, Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha

    extraviado de la verdad, y alguno le hace volversepa que el que haga volver al pecador del

    error de su camino, salvar de muerte un alma, y cubrir multitud de pecados.

    (Stg. 5:19-20).

    En la teologa Calvinista, es el lado o aspecto humano de aquel cambio fundamental y

    espiritual que, considerado desde el punto de vista divino, llamamos regeneracin. Perosi sostenemos como ellos, que la regeneracin es un llamado efectivo por decreto de Dios,

    los hombres son primeramente regenerados, y despus estn capacitados para volverse a

    Dios. El doctor Pope, eminente telogo Arminiano, define la conversin de una manera

    similar: El proceso por el cual el alma se vuelve del pecado a Dios, con el fin de ser

    aceptado por medio de la fe en Cristo. Aunque estas definiciones son similares, si no

    idnticas, hay una gran diferencia entre las posiciones calvinistas y arminianas por lo que

    se refiere a la conversin. Los calvinistas sostienen que el hombre es regenerado por

    decreto absoluto y que despus se vuelve a Dios. Los Arminianos aseguran que por mediode la gracia, dada de manera preveniente, el hombre se vuelve a Dios y despus es

    regenerado. Esta es la posicin Escritural.

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    CUESTIONARIO PARA ESTUDIO

    1.

    Diferencie usted entre el llamado universal y el llamado inmediato del Espritu

    Santo.

    2. En columnas paralelas y en forma de esquema seale usted los puntos de

    contraste entre los calvinistas y Arminianos sobre la predestinacin y eleccin.}3.

    Analice usted el llamamiento del evangelio en sus elementos variados explicando

    cada uno de ellos en sus propias palabras.

    4. Qu es la gracia? Qu es la gracia preveniente? Indique usted varios pasajes

    Escriturales que las describen.

    5.

    Contraste usted los conceptos calvinistas y Arminianos respecto a la gracia.

    6.

    Qu puntos dignos de recomendacin se evidencian en el concepto Arminiano?

    7.

    Qu evidencia escritural puede citarse en apoyo de la opinin de que el

    arrepentimiento es de vital importancia?

    8. Indique usted los varios elementos incluidos en la idea escritural del

    arrepentimiento.9.

    Discuta usted el lugar relativo de los elementos divino y humano del

    arrepentimiento.

    10.Diferencie usted entre el arrepentimiento y la penitencia.

    11.Seale usted las ideas esenciales incluidas en la idea escritural de la fe. Qu idea

    parece ser de importancia principal?

    12.Define usted cuidadosamente la fe salvadora. Cmo ha de distinguirse de la fe en

    general?

    13.Describa usted la importancia relativa de los elementos divino y humano de la fe

    salvadora.

    14.

    Cmo se relaciona la fe salvadora a la Palabra de Dios?

    15.

    Discuta usted la relacin entre la fe y las obras.

    16.Qu se quiere decir con la expresin de que la fe es el fruto del Espritu Santo?

    17.

    Cul es el concepto Biblico de la conversin?

    18.

    En qu difieren los puntos de vista calvinista y Arminiano respecto a la

    conversin?

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    CAPITULO XVI

    LA JUSTIFICACION, LA REGENERACION Y LA ADOPCION

    la justificacin es una doctrina cardinal de la teologa cristiana. Todas las denominaciones evanglicas estn

    de acuerdo en esto. Martin Lutero la califico como el artculo de sostn o de perdicin de una iglesia.

    Extiende su influencia vital a travs de todo el campo de la teologa; corre a travs de toda la experienciacristiana y opera en todo el campo de la bondad practica esta doctrina se relacione preeminentemente, a la

    manera nica por cierto, de como Dios acepta al pecador arrepentido. Es un eslabn en la cadena que lleva

    hacia una reconciliacin completa y plena con Dios. Hacedla a un lado, y todo el sistema del cristianismo

    vendr por tierra y quedar trunco. La justificacin, la regeneracin y la adopcin se implican entre s; la una

    no puede ocurrir sin las otras, y no obstante no es ninguna de ellas. Son doctrinas distintas, pero no

    separadas.

    - OBISPO JONTAN WEAVER.

    -

    I.

    LA JUSTIFICACION

    En la cita mencionada, el Obispo Weaver ha declarado firmemente la importancia vital dela doctrina de la justificacin en la teologa cristina. Citaremos una observacin ms que

    acerca del asunto hace el obispo Merrill: Aqu la vida, el espritu y el poder de Dios vienen

    en contacto eficiente con las conciencias despiertas y los corazones penitentes, trayendo

    los latidos de una nueva vida y la irradiacin de un nuevo da al alma perdida en la

    obscuridad y el pecado. Destruid este eslabn en la cadena y todo resultar intil. El

    nombre de Cristo, si se retiene, habr perdido su encanto. Su sangre ser privada de su

    eficacia meritoria, y su Espritu ser reducido a un mero sentimiento o temperamento, sin

    poder para avivar al alma a una vida de rectitud. Junto con este desplazamiento de Cristo

    vendr una exaltacin indebida de las virtudes humanas y la disminucin de la torpeza del

    pecado, al grado de que la presencia de la culpa dejar de alarmarnos, y la necesidad de lahumillacin vendr a ser un mero sueo. Entonces, la pompa de la adoracin tomar el

    lugar del deseo interno para la salvacin, y los servicios del santuario sern dirigidos para

    proveer encanto a los sentidos, a ministrar a los gustos estticos, y a alimentar y nutrir la

    vanidad del corazn, sin perturbar las emociones o conmover las profundidades del alma

    que busca a Dios y la pureza

    A.

    Definiciones de la justificacin.

    El doctor Bunting ha dado una definicin esplndida de la justificacin como sigue:

    Justificar a un pecador es considerarlo como relativamente justo; y tratar con el como talsin hacer caso de su falta de rectitud anterior, absolvindolo, libertndolo y ponindolo

    por sobre todos los castigos penales variados, y especialmente de la ira de Dios, y de la

    posibilidad de la muerte eterna, que por sus injusticias pasadas mereca; y aceptndolo

    como si fuera justo, y admitindolo a los estados, privilegios, y recompensas de la

    justicia. El Manual de la Iglesia del Nazareno nos da la siguiente declaracin definida:

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    Creemos que la justificacin es aquel acto benigno y judicial de Dios, por el cual El

    concede pleno perdn de toda culpa y remisin completa de la pena de los pecados

    cometidos, y la aceptacin como justos, a los que con fe reciben a Jesucristo como su

    Seor y Salvador. (Articulo IX). Podemos condensar los varios aspectos de la verdad con

    respecto a esta gran doctrina en la siguiente declaracin: La justificacin es aquel actojudicial o declarativo de Dios, por medio del cual considera a los que con fe han aceptado

    la ofrenda propiciatoria de Jesucristo, como absueltos de sus pecados, libertados de su

    pena, y aceptados como justos delante de l.

    B. La Naturaleza De La Justificacin

    La idea de la justificacin en las Escrituras se presenta bajo trminos tales como la justicia,

    la justificacin, la no imputacin de pecado, y la imputacin de la justicia teniendo todosestos trminos substancialmente el mismo significado aun cuando con ciertos tonos de

    diferencia. Entre los pasajes ms importantes que tratan de este asunto se encuentran los

    siguientes: 1. (Hch. 13:38-39) 2. (Rom. 2:24-36) 3. (Rom. 4: 5-8).

    1.

    La Justificacin Evanglica. Las Escrituras emplean el trmino justificacin cuando

    menos en tres diferentes sentidos. Primero, se aplica al que es personalmente

    recto o justo y en contra del cual no se trae ninguna acusacin. Segundo, el

    trmino se aplica a aquel en contra del cual se ha hecho la acusacin pero no se ha

    sostenido. Esta es una justificacin legal (Dt. 25:1) Tercero, se aplica al que esacusado, resulta culpable, y es condenado. Cmo puede el tal ser justificado? En

    un sentido solamente, que sea perdonado. Por el acto de Dios, sus pecados son

    perdonados por causa de Cristo, sus culpas son canceladas, su castigo remitido y es

    aceptado delante de Dios como justo. Es por tanto, declarado justo, no por ficcin

    legal, sino por accin judicial, y permanece en la misma relacin a Dios por medio

    de Cristo, como si nunca hubiera pecado. Esta es una justificacin evanglica. Y se

    hace posible solo a travs de la redencin que es en Cristo Jess.

    Debe recalcarse que la justificacin evanglica es la remisin de pecados como un actode misericordia; no es un ejercicio de la prerrogativa divina aparte de la ley, sino

    consistente con la ley. Se distingue aqu del mero perdn.

    2. La Justificacin Es Tanto Un Acto Como Un Estado.

    La justificacin es un acto de Dios por el que los hombres osn declarados justos o rectos; y

    es un estado del hombre en el cual es introducido como consecuencia de esta declaracin.

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    Pero ya sea que se considere un acto o un estado, la palabra nunca se usa en su sentido

    valido de hacer a los hombres santos o justos, sino en el sentido de declararlos o

    pronunciarlos libres de toda culpa y pena del pecado, y por tanto justos.

    3.

    La Justificacin Es Un Cambio Relativo

    La justificacin no es la obra de Dios por la cual somos hechos justos y rectos.No tenemos

    menos que citar a Juan Wesley en este respecto: Qu es el ser justificado? Qu es la

    justificacin? Es evidente de las observaciones ya hechas que la justificacin no consiste

    en ser hecho justo y recto en todo el sentido del trmino. Esta es la santificacin; que es

    verdaderamente, en cierto grado, el fruto inmediato de la justificacin, pero no obstante,

    un don distinto de Dios, y de naturaleza totalmente diferente. Lo primero implica lo que

    Dios hacepor nosotros a travs de su Hijo; lo otro significa lo que El obra en nosotros por

    su Espritu. As es que, aun cuando pueden encontrarse ejemplos raros en que los

    trminos justificado o justificacin se usan en un sentido tan amplio como para incluir la

    santificacin; sin embargo, en el uso general, el uno se distingue del otro tanto por San

    Pablo como por los dems escritores inspirados (WESLEY, Sermn sobre la justificacin

    de la fe).

    4.

    La Justificacin Y La Santificacin

    Al considerar la justificacin como un cambio relativo, lo que queremos decir es un

    cambio actual en relacinpara con Dios, en tanto que la santificacin es un cambio en la

    naturaleza moral del individuo. La relacin del pecador a Dios es de condenacin; cuandoes justificado, esta relacin es cambiada a travs del perdn a la aceptacin o justificacin.

    Ahora bien, es evidente que si la santificacin o el cambio interno ha precedido al externo,

    deberemos tener entonces la santidad a la justicia interna en los que han estado en una

    relacin de condenacin ante Dios. De aqu que el protestantismo siempre haya sostenido

    que el primer acto de Dios en la salvacin del hombre debe ser la justificacin, o el cambio

    de relacin de la condenacin a la justicia. En la experiencia, el cambio relativo externo y

    el interno o moral, ocurren simultneamente, y no son sino dos aspectos de la misma

    experiencia; pero en pensamiento al menos, la justificacin debe preceder.

    El dejar de establecer una diferencia entre la justificacin y la santificacin es uno de los

    errores de la teologa catlica romana. En sus Decretos Tridentinos (1547 a.D) declar, La

    justificacin no es la mera remisin de los pecados, sino tambin la santificacin y

    renovacin del hombre interno por medio de la recepcin voluntaria de la gracia y de los

    dones de la gracia.El resultado de esta posicin se refleja en otras dos declaraciones del

    Concilio de Trento, la una que niega que la justificacin sea instantnea; la otra su

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    seguridad. Asi que la sanificacion viene a ser un proceso gradual de la infusin de la

    justicia. No es de sorprender, entonces, que este Concilio haya tomado la posicin

    contraria a las Escrituras en forma de anatema: Si alguien dice que la fe justificadora no

    es otra cosa sino la confianza en la misericordia divina remitiendo el pecado por causa de

    Cristo, o que esta fe es la nica cosa por la cual somos justificados: sea anatema.

    5.

    La Justificacin Es Un Acto Judicial Y Un Acto Soberano.

    Hemos visto que la justificacin y el perdn estn muy relacionados. Estrictamente

    hablando, la justificacin es algo ms que un simple perdn. Esencialmente, la justificacin

    es un acto judicial. Dios no justifica a los pecadores solo por su propia voluntad, sino por

    causa de la justicia de Cristo: por cuanto todos pecaron, y estn destituidos de la gloria de

    Dios (Rom. 3:23). As pues, el pecador es justificado por el acto judicial de Dios.

    Pero la justificacin tambin incluye el perdn de los pecados. Aun cuando solo como DioscomoJuez puede decidir que por cierto pecador es justo, solamente Dios como Soberano

    puede perdonar. As que desde el punto de vista negativo, la justificacin es el perdn de

    los pecados; desde el punto de vista positivo, es la aceptacin del creyente como si fuera

    justo. Dios acta en la obra de la justificacin en su carcter de Gobernador y de Juez.

    Perdona los pecados del pecador por su gracia soberana; y por un acto judicial, remite la

    pena y lo pronuncia justo.

    6.

    La Justificacin Es Personal, Inclusiva E Instantnea.

    La justificacin es el acto de una obra presente en que Dios cambia la relacin del pecadorde condenacin bajo la ley, a la de justicia en Cristo. Esta obra es instantnea en el sentido

    de que es una decisin definida e inmediata, resultado de la fe, y no es una sentencia que

    se extiende a travs de los aos ni una infusin gradual de justicia. En el momento en que

    el verdadero penitente cree en el Seor Jesucristo, es justificado. Es personal en el sentido

    de que se experimenta solo por los que la han obtenido esta gracia para ellos. Es inclusiva

    en el sentido de que es la remisin de todos los pecados del pasado a travs de la

    tolerancia de Dios.

    C.

    El Fundamento De La Justificacin.

    La base de la fe justificadora es la obra mediatora de Jesucristo. Explcitamente hablando,

    el plan evanglico de justificar al pecador descansa en tres cuestiones principales:

    Primero,la satisfaccin completa de la justicia divina por la ofrenda propiciatoria de Crsito

    como el Representante del hombre; segundo, el honor divino del mrito de Cristo por

    virtud de su obra redentora; y, tercero, la unin de estas dos en un rgimen justo y

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    gratuito, por lo cual es posible para Dios como Gobernador y Juez, demostrar misericordia

    en el perdn de los pecados, en trminos consistentes con su justicia. La nica base de

    justificacin entonces es la obra propiciatoria de Cristo recibida en fe.

    El mtodo del protestantismo ortodoxo en su intento de relacionar la obra de Cristo a la

    justificacin del creyente se conoce con el nombre de imputacin. Tambin aqu

    encontramos diferencias entre el pensamiento calvinista y Arminiano. En general, la

    posicin calvinista es que la rectitud de Cristo, tanto en su manera de obrar como en su

    sufrimiento, se nos imputa a nosotros, es decir, se considera como si fuera nuestra

    propia obra y nuestro propio sufrimiento. As que los elegidos son considerados

    legalmente como justos y como si ellos mismo hubieran obedecido la ley de Dios

    perfectamente. En este sentido los electos son justos por sustitucin. Las tendencias

    antinomianas de este tipo de teologa son muy sutiles y peligrosas. Con toda justicia hacen

    una distincin entre la condicin del creyente legalmente, y su estado o condicin desdeel punto de vista espiritual; pero con demasiada frecuencia han establecido una

    separacin entre los dos, recalcando especialmente la condicin pasando por alto y aun

    restndole valor a la obra interna del Espritu Santo en la imparticin actual de la justicia.

    El Arminianismo sostiene que la imputacin va siempre acompaada de una santificacin

    interna. Afirma que la justificacin, la regeneracin, la adopcin y la santificacin inicial

    son bendiciones concomitantes y todas ellas se incluyen en un trmino ms amplio: la

    conversin.

    El antinomianismo que hace que el alma confi en la justicia imputada de Cristo, sin la

    imparticin interna de la justicia por el Espritu Santo, es una tergiversacin peligrosa de la

    verdad de Dios. Solamente cuando Cristo se hace sabidura, justicia, santificacin y

    redencin para nosotros es que descansamos seguramente en la gracia de Dios. Cul es,

    entonces, la posicin Escritural con respecto a la imputacin? Es la imputacin de justicia

    por la fe. Esta es la nica opinin del asunto que esta ms de acuerdo con las Escrituras, y

    con el gran postulado de la Reforma en el sentido de que somos justificados por la fe

    solamente. En este es justificado todo aquel que creyere (Hch. 13:39).Crey Abraham a

    Dios, y le fue contado por justicia. (Rom. 4:3); por lo cual tambin su fe le fue contada porjusticia (Rom. 4:22); sino tambin con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada,

    esto es, a los que creemos en el que levant de los muertos a Jess, Seor nuestro (Rom.

    4:24). Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. (Rom. 10:4).

    De los pasajes arriba citados resulta claro que, (1) lo que se imputa por justicia es la fe

    misma como el acto personal del creyente, y no el objeto de aquella fe. (2) la fe es la

  • 7/25/2019 Int. a La Teologia Crist. CAPITULO 14-16

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    condicin de justicia. No constituye una justicia personal, lo que hara que la fe fuera una

    forma sutil de obra teniendo mrito, sino que es simplemente la condicin de justicia. (3)

    La fe que justifica no es la fe en general sino una fe particular en la obra propiciatoria de

    Cristo. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redencin que es en

    Cristo Jess ,a quien Dios puso como propiciacin por medio de la fe en su sangre, paramanifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados

    pasados.(Rom. 3:24-25).

    II. LA REGENERACION

    La filiacin cristiana, que incluye tanto la regeneracin como la adopcin, est relacionada

    vitalmente a la justificacin por fe. Sin embargo, hay puntos de diferencia significativos

    entre los dos. La necesidad para la justificacin descansa en el hecho de la culpabilidad yla pena, en tanto que la de la regeneracin se debe a la depravacin moral de la

    naturaleza humana despus de la cada. Aquella cancela la culpa y quita la pena; esta

    renueva la naturaleza moral y restablece los privilegios de la filiacin. Sin embargo la

    justificacin, la regeneracin, la adopcin y la santificacin inicial son concomitantes en la

    experiencia personal, esto es, son inseparables y ocurren al mismo tiempo.

    A.

    La Naturaleza De La Regeneracin.

    El termino regeneracin tal como se usa en las Sagradas Escrituras significa literalmente

    ser otra vez. Por tanto, se entiende como una reproduccin o restauracin. El termino

    se aplica generalmente al cambio moral que se expresa en los pasajes escriturales

    siguientes: nacer otra vez. (Jn. 3:3, 5, 7): nacido de Dios. (Jn 1:13; 1 Jn. 3:9; 4:7; 5:1; 4, 18);

    nacido del Espritu (Jn. 3:5,7); vivificados (Ef. 2:1,5); y pas de muerte a vida (Jn. 5:24; 1 Jn.

    3:14).Jess, en su conversacin con Nicodemo, us palabras semejantes cuando insisti

    en la necesidadde un nacimiento de arriba. San Pablo se refiere a la misma experiencia

    en declaraciones como las siguientes: Si alguno est en Cristo, nueva criatura es.(2 Cor.

    5:17). Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisin de vuestra carne, osdio vida juntamente con l, perdonndoos todos los pecados. (Col. 2:13). Tanto San Juan

    como San Pablo recalcan el hecho de que la regeneracin depende de la fe. Mas a todos

    los que le recibieron, a