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División Asiática del Pacífico Norte 2 º trimestre 2015

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Page 1: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

División Asiática del Pacífico Norte2º trimestre 2015

Page 2: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

2 MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Estimado dirEctor dE EscuEla sabática:

Las ofrendas de este trimestre estarán dirigidas a la División Asiática del Pacífico Norte, que incluye a China, Japón, Mongo­lia, Corea del Norte, Corea del Sur y Tai­wán. Esta región es el hogar de casi mil seis­cientos millones de personas, con una membresía adventista de solo 650.000. Eso representa aproximadamente un adventista por cada 2.440 personas. Cada uno de los países destacados enfrenta desafíos únicos en el cumplimiento de la misión dada por Dios de proclamar el pronto regreso de Cristo.

LOS DESAFÍOS:Japón es una sociedad moderna y secu­

lar. Solo el 1,5 por ciento de la población de Japón afirma ser cristiana, y de ella un poco más de quince mil son adventistas. La Igle­sia Adventista en Japón se esfuerza por cre­cer en este ambiente secular.

Japón es el hogar de un creciente núme­ro de inmigrantes de América del Sur. Hace varias décadas, japoneses se animaron a emigrar a varios países de Sudamérica; espe­cialmente al Brasil, donde encontraron tra­bajo, se casaron y establecieron familias. Actualmente, muchos brasileños de origen japonés, ecuatorianos y otros japoneses sud­americanos están llegando a Japón, donde encuentran trabajo en el sector manufactu­rero. Estos inmigrantes se han mostrado especialmente abiertos al evan gelio, y gra­cias a ello la Iglesia Adven tista en Japón ha tenido cierto éxito en alcanzarlos. Parte de las ofrendas del decimotercer sábado de este trimestre están destinadas a crear un centro de evangelización internacional en Japón.

Mongolia es un campo misionero jo­

contEnido

COREA

5 La iglesia panqueca .............................................................. 4 de abril

7 Viaje a la libertad .............................................................. 11 de abril

9 El hombre del banderín .................................................... 18 de abril

MONGOLIA

11 El ángel renuente .............................................................. 25 de abril

13 Permanecer firme .............................................................. 2 de mayo

JAPÓN

15 Más valioso que el dinero ................................................ 9 de mayo

17 Nueva vida después de la muerte ................................... 16 de mayo

CHINA

19 Encuentros divinos .......................................................... 23 de mayo

21 La Biblia subterránea ...................................................... 30 de mayo

23 En busca de la paz (primera parte) ................................ 6 de junio

25 En busca de la paz (segunda parte) ................................... 13 de junio

TAIWÁN

27 Una vida nueva ............................................................... 20 de junio

RECURSOS

29 Programa del decimotercer sábado .................................. 27 de junio

Page 3: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

3MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Estimado dirEctor dE EscuEla sabática:

Las ofrendas de este trimestre estarán dirigidas a la División Asiática del Pacífico Norte, que incluye a China, Japón, Mongo­lia, Corea del Norte, Corea del Sur y Tai­wán. Esta región es el hogar de casi mil seis­cientos millones de personas, con una membresía adventista de solo 650.000. Eso representa aproximadamente un adventista por cada 2.440 personas. Cada uno de los países destacados enfrenta desafíos únicos en el cumplimiento de la misión dada por Dios de proclamar el pronto regreso de Cristo.

LOS DESAFÍOS:Japón es una sociedad moderna y secu­

lar. Solo el 1,5 por ciento de la población de Japón afirma ser cristiana, y de ella un poco más de quince mil son adventistas. La Igle­sia Adventista en Japón se esfuerza por cre­cer en este ambiente secular.

Japón es el hogar de un creciente núme­ro de inmigrantes de América del Sur. Hace varias décadas, japoneses se animaron a emigrar a varios países de Sudamérica; espe­cialmente al Brasil, donde encontraron tra­bajo, se casaron y establecieron familias. Actualmente, muchos brasileños de origen japonés, ecuatorianos y otros japoneses sud­americanos están llegando a Japón, donde encuentran trabajo en el sector manufactu­rero. Estos inmigrantes se han mostrado especialmente abiertos al evan gelio, y gra­cias a ello la Iglesia Adven tista en Japón ha tenido cierto éxito en alcanzarlos. Parte de las ofrendas del decimotercer sábado de este trimestre están destinadas a crear un centro de evangelización internacional en Japón.

Mongolia es un campo misionero jo­

ven, con más de 1.600 creyentes adventis­tas. La mayoría de los creyentes son jóvenes apasionados y talentosos. Una de las mane­ras más eficaces para alcanzar a los niños y a las familias jóvenes es a través de la educa­ción cristiana. La escuela adventista en la ciudad capital de Ulan Bator actualmente está llena en su capacidad. Una parte de la ofrenda misionera de este trimestre será uti­lizada para ampliar la escuela con cuatro aulas y una biblioteca.

Corea es conocida como la más “cristia­na” de las naciones asiáticas. Sin embargo, millones de personas aún no han oído hablar de Cristo o de la esperanza que solo él puede dar. Una iglesia compuesta por muchos jóve­nes que está en la calle tratando de alcanzar al mayor número posible de personas está ne­cesitando un centro de formación de evange­lización para jóvenes. Este centro será finan­ciado parcialmente a través de la ofrenda misionera del decimotercer sábado.

OPORTUNIDADESLa ofrenda del decimotercer sábado de este trimestre ayudará a los siguientes proyectos:

• Cuatro aulas y una biblioteca en la escuela adventista en Mongolia.

• Un centro de evangelismo internacional para la población inmigrante en Japón.

• Un centro de formación evangelizadora para jóvenes en Corea del Sur.

• Iglesias en hogares en dieciocho grandes ciudades de China.

• Tres centros de influencia en Taiwán.

• Proyecto de niños: Libros para la biblioteca de la escuela en Mongolia.

contEnido

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4 MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Corea del Sur 4 de abril de 2015

la iglEsia panquEca

LA FAMILIA SHINTodo comenzó un sábado en la mañana con una

adolescente llorando en su habitación detrás de una puerta cerrada con llave. Luego de golpear suavemen­te la puerta de su hija, la señora Shin preguntó qué sucedía.

–Estoy muy triste –respondió una voz apagada–. Los sábados son muy tristes. ¡No quiero ir a la iglesia! Allí no hay nadie de mi edad.

La Señora Shin había notado desde hacía tiempo que Bo Hwa, su hija de quince años, no era feliz. Durante la semana estaba en la escuela rodeada de muchos amigos, pero en la iglesia era la única adolescente.

EL PLAN DE LAS PANQUECASMadre e hija oraron juntas por la situación, y al poco tiempo la señora Shin ideó un

plan. Comenzó a levantarse todos los días muy temprano para preparar dos mil hotteoks, un tipo de panqueca coreana rellena de dulce muy popular. Luego, la señora Shin tomaba sus hotteoks y se ubicaba justo frente a la escuela secundaria local.

Antes de comenzar las clases, durante la hora de almuerzo y después de clases, la señora Shin vendía hotteoks a los hambrientos estudiantes. Pero hacía mucho más que eso: hacía amigos.

–¿Cómo te va? –les preguntaba. Para muchos de sus jóvenes clientes, esa era la primera vez que alguien mostraba un

interés genuino en ellos. A medida que la conocieron, los estudiantes comenzaron a abrirse con ella. Muchos estaban pasando por momentos difíciles en la escuela o en sus casas. Va­rios provenían de hogares divididos o de situaciones abusivas. Algunos vivían solos.

EL SIGUIENTE NIVELCuando la confianza crecía, la señora Shin decidía llevar la amistad al siguiente nivel.–¿Qué vas a hacer el sábado en la tarde? –les preguntaba a sus clientes habituales.–Nada –era la respuesta común.–¿Quieres venir conmigo a visitar a algunos ancianos y animarlos? –les preguntaba.La señora Shin había visitado anticipadamente la oficina de la municipalidad para pedir

los nombres y direcciones de ancianos que no tenían a nadie que cuidara de ellos. Cada sábado en la tarde el señor y la señora Shin, Bo Hwa y un grupo de estudiantes de secun­daria visitaban a los ancianos. ¡La actividad fue un éxito instantáneo! Después de las visitas, la señora Shin invitaba a los estudiantes a disfrutar de un banquete en su casa. Ellos queda­ban encantados con la comida y se sentían como en casa al recibir la calidez y el cuidado de la familia Shin. Bo Hwa estaba emocionada porque ahora tenía muchos amigos nuevos.

Además de proveerles alimento físico, la familia Shin enseñaba a los estudiantes a orar,

En China es muy difícil obtener permi­sos para construir iglesias; por lo tanto, la mayoría de los adventistas en ese país se re­únen en iglesias establecidas en hogares, a menudo situados en grandes edificios de apartamentos. Este trimestre, parte de su ofrenda misionera de decimotercer sábado será utilizada para la compra de dieciocho apartamentos ubicados en dieciocho gran­des ciudades chinas que no tienen presencia adventista. Estos apartamentos servirán como iglesias.

Y en Taiwán, una parte de su ofrenda misionera del decimotercer sábado ayudará a apoyar tres importantes centros de in­fluencia al servicio de niños y ancianos, así como proporcionar educación relacionada con la salud en sus comunidades.

Con la bendición de Dios, este decimo­tercer sábado podremos ayudar a nuestros hermanos y hermanas en la División Asiáti­ca del Pacífico Norte dando generosamente a sus proyectos misioneros. Esto les permi­tirá alcanzar a los miles de millones de per­sonas en su territorio con la esperanza que solo puede ser hallada en Cristo.

¡Gracias por su constante apoyo a la mi­sión!

Gina Wahlen, editora.

Consejero: Carlyle Bayne. Director: Pablo Marcelo Claverie. Redactor de la edición castellana: Ekel Collins. MISIÓN ADVENTISTA. JÓVENES Y ADULTOS (Informe Misionero Mundial) es una publicación trimestral editada por su propietaria, la Asociación Casa Editora Sudamericana, para el Depto. de Escuela Sabática de las divisiones Sudamericana e Interamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Impresa mediante el sistema offset, en talleres propios de Av. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, República Argentina. Domici-lio legal: Uriarte 2429, C1425FNI, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Segundo trimestre del año 2015 (abril-junio de 2015). Año 106, nº 2 –107460–

REGISTRO NACIONAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL

Nº 5146927

CORREO ARGENTINOSuc. Florida (B) y

Central (B)

IMPRESO EN LA ARGENTINA FRANQUEO A PAGARCuenta Nº 10272

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5MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Corea del Sur 4 de abril de 2015

la iglEsia panquEca

LA FAMILIA SHINTodo comenzó un sábado en la mañana con una

adolescente llorando en su habitación detrás de una puerta cerrada con llave. Luego de golpear suavemen­te la puerta de su hija, la señora Shin preguntó qué sucedía.

–Estoy muy triste –respondió una voz apagada–. Los sábados son muy tristes. ¡No quiero ir a la iglesia! Allí no hay nadie de mi edad.

La Señora Shin había notado desde hacía tiempo que Bo Hwa, su hija de quince años, no era feliz. Durante la semana estaba en la escuela rodeada de muchos amigos, pero en la iglesia era la única adolescente.

EL PLAN DE LAS PANQUECASMadre e hija oraron juntas por la situación, y al poco tiempo la señora Shin ideó un

plan. Comenzó a levantarse todos los días muy temprano para preparar dos mil hotteoks, un tipo de panqueca coreana rellena de dulce muy popular. Luego, la señora Shin tomaba sus hotteoks y se ubicaba justo frente a la escuela secundaria local.

Antes de comenzar las clases, durante la hora de almuerzo y después de clases, la señora Shin vendía hotteoks a los hambrientos estudiantes. Pero hacía mucho más que eso: hacía amigos.

–¿Cómo te va? –les preguntaba. Para muchos de sus jóvenes clientes, esa era la primera vez que alguien mostraba un

interés genuino en ellos. A medida que la conocieron, los estudiantes comenzaron a abrirse con ella. Muchos estaban pasando por momentos difíciles en la escuela o en sus casas. Va­rios provenían de hogares divididos o de situaciones abusivas. Algunos vivían solos.

EL SIGUIENTE NIVELCuando la confianza crecía, la señora Shin decidía llevar la amistad al siguiente nivel.–¿Qué vas a hacer el sábado en la tarde? –les preguntaba a sus clientes habituales.–Nada –era la respuesta común.–¿Quieres venir conmigo a visitar a algunos ancianos y animarlos? –les preguntaba.La señora Shin había visitado anticipadamente la oficina de la municipalidad para pedir

los nombres y direcciones de ancianos que no tenían a nadie que cuidara de ellos. Cada sábado en la tarde el señor y la señora Shin, Bo Hwa y un grupo de estudiantes de secun­daria visitaban a los ancianos. ¡La actividad fue un éxito instantáneo! Después de las visitas, la señora Shin invitaba a los estudiantes a disfrutar de un banquete en su casa. Ellos queda­ban encantados con la comida y se sentían como en casa al recibir la calidez y el cuidado de la familia Shin. Bo Hwa estaba emocionada porque ahora tenía muchos amigos nuevos.

Además de proveerles alimento físico, la familia Shin enseñaba a los estudiantes a orar,

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE6

Corea del Norte 11 de abril de 2015

ViajE a la libErtad

LA HISTORIA DE ANALa campana en la puerta de la tienda sonó, y cuando

Ana* levantó la mirada vio entrar a una mujer china al pe­queño almacén. La mujer sonrió y comenzó a hablar de asuntos cotidianos mientras miraba alrededor de la tienda. Ana evitó conversar sobre temas que pudieran causarle pro­blemas si alguien reportaba la conversación a la policía.

Ella vivía con sus padres en Corea del Norte, cerca de la frontera con China, y sabía que no debía confiar en nadie. La mujer podría ser una espía del gobierno. Ana había oído ru­mores de personas que habían sido detenidas porque alguien las acusó de criticar al gobier­no. Incluso los miembros de edad avanzada de la familia y hasta los vecinos podían termi­nar siendo arrestados.

LOS REGALOS DE LA SEÑORA LILa mujer que visitó la tienda se presentó como la señora Li de China. Ella conversó

alegremente mientras hacía sus compras y luego se despidió de Ana.La señora Li regresó a la tienda varias veces, y siempre se mostraba sonriente y conver­

saba agradablemente. Un día, la señora Li estaba pagando sus compras y colocó una bolsa pequeña frente a Ana. Sonrió y asintió con la cabeza señalando la bolsa. Ana miró dentro y se quedó sin aliento al observar diversos cosméticos muy finos que son imposibles de ad­quirir en Corea del Norte. Ana miró a la señora Li intrigada. ¿Debo aceptar estos regalos?, se preguntó. ¿Será una trampa?

La señora Li sonrió mientras deslizaba la bolsa hacia Ana y luego salió de la tienda.

LA ORACIÓNEn ocasiones, la señora Li hablaba de Dios durante sus visitas, aunque Ana no conocía

nada de Dios. Un día, la señora Li le dio un papel con la oración del Padre nuestro escrita.–Comparte esto con tu familia –le susurró.Esa noche, Ana le mostró el papel a su madre, que lo leyó con profundo interés. Su

madre empezó a repetir la oración que la señora Li le había dado y luego le añadió su propia petición: “Por favor, trae a mi hijo a casa”. El hermano de Ana estaba en el ejército y había estado fuera de casa durante ocho largos años.

Un mes más tarde, la madre de Ana oyó que llamaban a la puerta, y al abrirla encontró a dos soldados de pie junto a ella. Durante un instante temió adivinar lo que sucedía. Pero pronto notó que uno de los soldados era su hijo. ¡Por fin su hijo había vuelto a casa!

Ana le contó a la señora Li lo que había ocurrido luego de que su madre repitiera la oración que ella le había dado. La señora Lí sonrió y deslizó un pequeño trozo de papel en la mano de Ana.

entonar coros cristianos y estudiar la Biblia. Durante la semana, aparte de vender hot-teoks, la señora Shin visitaba los hogares de los estudiantes y llevaba alimentos a los que vivían solos. En algunos casos de difi­cultades especiales, la familia Shin llevaba a los jóvenes a su casa y cuidaba de ellos como si fueran sus propios hijos.

Las reuniones de los sábados en la tarde continuaron creciendo hasta que el peque­ño apartamento de sesenta y cinco metros cuadrados ya no fue suficiente. Fue enton­ces cuando el grupo comenzó a reunirse en la tienda de electrodomésticos del señor Shin, pero los comerciantes vecinos se quejaron.

La familia Shin continuó orando, y pronto Dios proveyó una oportunidad para que pudieran mudarse a una casa más gran­de, permitiéndoles “adoptar” a más jóvenes y tener un lugar más amplio para cumplir con las reuniones del sábado en la tarde.

LA FUNDACIÓN DE LA IGLESIA PANQUECADespués de un tiempo se hizo evidente

que el grupo había crecido y se había con­vertido en una iglesia completa. Al darse cuenta de que ya era hora de organizar el grupo oficialmente como una Iglesia Ad­ventista del Séptimo Día, la familia Shin oró fervientemente para encontrar un lugar accesible que pudiera servir como iglesia.

Un día, el señor Shin vio que una vieja casa en ruinas que estaba en la misma calle donde vivían estaba en venta. Colocando su mano en la pared de la edificación, oró: “Se­ñor, por favor, danos esta casa para que sea tu casa, y la convertiremos en un hogar para tu honra y gloria”.

El Señor respondió la oración permi­tiendo que recaudaran cinco mil dólares para comprarla. Todos trabajaron juntos para repararla y renovarla hasta convertirla en un lugar aceptable para adorar al Señor. Lo único que les faltaba era un pastor.

Con el deseo de animar a los jóvenes a mejorar sus vidas a través de los estudios, el señor Shin decidió servir de ejemplo. A pe­sar de que tenía 45 años, les dijo que él esta­ba dispuesto a ponerse a estudiar si ellos también lo hacían.

El señor Shin fue aceptado en la Univer­sidad Sahmyook, una importante universi­dad adventista cerca de Seúl, donde estudió Teología. Él, su hija Bo Hwa y tres de los chicos “adoptados” completaron sus estu­dios universitarios, ¡financiados por el nego­cio de hotteoks de la señora Shin!

Desde la inauguración de la iglesia en 1998, más de cuatrocientos jóvenes han sido bautizados. Los miembros de la iglesia, que en su mayoría son jóvenes, han presen­tado 39 programas de evangelización (hasta abril de 2014). Han servido como misione­ros en Camboya, Hong Kong, Filipinas y Taiwán, transformando miles de vidas en estos países asiáticos.

Parte de nuestra ofrenda del decimoter­cer sábado de este trimestre ayudará a cons­truir el Instituto Misionero Saebyeoksei para la Juventud en Naju, Corea del Sur, donde estos jóvenes podrán recibir capacita­ción adicional y continuar la tradición de establecer nuevas iglesias. ¡Gracias por su generosa ofrenda!

CÁPSULA INFORMATIVA• En 1919 fue organizada la Unión Coreana,

para luego ser reorganizada en 1984.• La Unión Coreana consta de cinco asociaciones,

una misión y un campo adjunto.• En la Unión Coreana hay 714 iglesias

adventistas con 234.584 miembros. El territorio de la Unión Coreana en Corea del Norte y Corea del Sur comprende a 74.940.000 personas.

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7MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Corea del Norte 11 de abril de 2015

ViajE a la libErtad

LA HISTORIA DE ANALa campana en la puerta de la tienda sonó, y cuando

Ana* levantó la mirada vio entrar a una mujer china al pe­queño almacén. La mujer sonrió y comenzó a hablar de asuntos cotidianos mientras miraba alrededor de la tienda. Ana evitó conversar sobre temas que pudieran causarle pro­blemas si alguien reportaba la conversación a la policía.

Ella vivía con sus padres en Corea del Norte, cerca de la frontera con China, y sabía que no debía confiar en nadie. La mujer podría ser una espía del gobierno. Ana había oído ru­mores de personas que habían sido detenidas porque alguien las acusó de criticar al gobier­no. Incluso los miembros de edad avanzada de la familia y hasta los vecinos podían termi­nar siendo arrestados.

LOS REGALOS DE LA SEÑORA LILa mujer que visitó la tienda se presentó como la señora Li de China. Ella conversó

alegremente mientras hacía sus compras y luego se despidió de Ana.La señora Li regresó a la tienda varias veces, y siempre se mostraba sonriente y conver­

saba agradablemente. Un día, la señora Li estaba pagando sus compras y colocó una bolsa pequeña frente a Ana. Sonrió y asintió con la cabeza señalando la bolsa. Ana miró dentro y se quedó sin aliento al observar diversos cosméticos muy finos que son imposibles de ad­quirir en Corea del Norte. Ana miró a la señora Li intrigada. ¿Debo aceptar estos regalos?, se preguntó. ¿Será una trampa?

La señora Li sonrió mientras deslizaba la bolsa hacia Ana y luego salió de la tienda.

LA ORACIÓNEn ocasiones, la señora Li hablaba de Dios durante sus visitas, aunque Ana no conocía

nada de Dios. Un día, la señora Li le dio un papel con la oración del Padre nuestro escrita.–Comparte esto con tu familia –le susurró.Esa noche, Ana le mostró el papel a su madre, que lo leyó con profundo interés. Su

madre empezó a repetir la oración que la señora Li le había dado y luego le añadió su propia petición: “Por favor, trae a mi hijo a casa”. El hermano de Ana estaba en el ejército y había estado fuera de casa durante ocho largos años.

Un mes más tarde, la madre de Ana oyó que llamaban a la puerta, y al abrirla encontró a dos soldados de pie junto a ella. Durante un instante temió adivinar lo que sucedía. Pero pronto notó que uno de los soldados era su hijo. ¡Por fin su hijo había vuelto a casa!

Ana le contó a la señora Li lo que había ocurrido luego de que su madre repitiera la oración que ella le había dado. La señora Lí sonrió y deslizó un pequeño trozo de papel en la mano de Ana.

Un día, el señor Shin vio que una vieja casa en ruinas que estaba en la misma calle donde vivían estaba en venta. Colocando su mano en la pared de la edificación, oró: “Se­ñor, por favor, danos esta casa para que sea tu casa, y la convertiremos en un hogar para tu honra y gloria”.

El Señor respondió la oración permi­tiendo que recaudaran cinco mil dólares para comprarla. Todos trabajaron juntos para repararla y renovarla hasta convertirla en un lugar aceptable para adorar al Señor. Lo único que les faltaba era un pastor.

Con el deseo de animar a los jóvenes a mejorar sus vidas a través de los estudios, el señor Shin decidió servir de ejemplo. A pe­sar de que tenía 45 años, les dijo que él esta­ba dispuesto a ponerse a estudiar si ellos también lo hacían.

El señor Shin fue aceptado en la Univer­sidad Sahmyook, una importante universi­dad adventista cerca de Seúl, donde estudió Teología. Él, su hija Bo Hwa y tres de los chicos “adoptados” completaron sus estu­dios universitarios, ¡financiados por el nego­cio de hotteoks de la señora Shin!

Desde la inauguración de la iglesia en 1998, más de cuatrocientos jóvenes han sido bautizados. Los miembros de la iglesia, que en su mayoría son jóvenes, han presen­tado 39 programas de evangelización (hasta abril de 2014). Han servido como misione­ros en Camboya, Hong Kong, Filipinas y Taiwán, transformando miles de vidas en estos países asiáticos.

Parte de nuestra ofrenda del decimoter­cer sábado de este trimestre ayudará a cons­truir el Instituto Misionero Saebyeoksei para la Juventud en Naju, Corea del Sur, donde estos jóvenes podrán recibir capacita­ción adicional y continuar la tradición de establecer nuevas iglesias. ¡Gracias por su generosa ofrenda!

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE8

–Si alguna vez visitas China, llámame –susurró.

Y EL ESCAPEAna decidió abandonar Corea del Nor­

te. Ella sabía bien que las personas que eran sorprendidas dejando Corea del Norte esta­ban sujetas a cárcel o muerte, pero el deseo de libertad se había arraigado en su corazón y sabía que no la dejaría.

Ella había escuchado que los guardias fronterizos a veces aceptaban sobornos para permitir que las personas cruzaran a China, así que decidió ir hasta la frontera entre China y Corea del Norte y acercarse a un joven guardia. Su corazón latía con fuerza.

–¿Qué debo hacer para cruzar la fronte­ra? –preguntó Ana inocentemente.

El guardia miró a Ana y le dijo: –Si me das cien yuanes chinos (cerca de

dieciséis dólares), podrás cruzar –le dijo el guardia, indicándole además la fecha en la que debía regresar con el dinero.

Ana guardó en secreto sus planes, y ni siquiera se los contó a sus padres. Así que en la fecha indicada se acercó al guardia, pagó el soborno y cruzó la frontera hacia China. No se detuvo hasta que estuvo varios kiló­metros dentro del país. Luego sacó un telé­fono celular que la señora Li le había regala­do y llamó al número de teléfono que le había proporcionado.

Ana estuvo en casa de la señora Chi, una amiga cristiana de la señora Li, durante varios días. Albergar a un norcoreano era peligroso, pero la señora Chi mantuvo ocul­ta a Ana mientras compartía su fe con ella. Ana no sabía nada sobre Jesús, pero cuando escuchó hablar de él comprendió que Jesús era Dios. Lo aceptó como su Salvador y sin­tió el deseo de aprender más. Pero tenía que continuar su viaje. Cada día que permane­cía en China, estaba en peligro de ser atra­pada y enviada de vuelta a su país a sufrir en la prisión, e incluso de morir.

UN NUEVO HOGARSeis meses después de haber abandona­

do su tierra natal, Ana llegó a Corea del Sur, el país al que había considerado enemigo durante toda su vida. Allí conoció la Iglesia Adventista y se regocijó en su nueva libertad de la opresión y la libertad de compartir su amor por Jesús con los demás.

Nadie sabe cuántos adventistas viven en Corea del Norte. Pero los miembros de la Iglesia Adventista en Corea del Sur oran y se preparan para el día en que puedan com­partir el amor de Dios con sus vecinos de ese país.

* No es su nombre real.

Corea del Sur 18 de abril de 2015

El hombrE dEl bandErínLA ESTRATEGIA DE SONG SUNG SUB

Song Sung Sub* vive en una de las zonas más densamente pobladas del mundo: Seúl, la capital de Corea del Sur. Allí se desempeña como secretario de la División Asiática del Pacífico Norte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

El vivir y trabajar en esta zona le hacía preguntarse cómo alcanzar a los millones de personas a su alrededor con el impor­tante mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14.

“Quería que todos supieran la verdad, así que mi estrategia fue encontrar una manera para que la gente pudiera enterarse del fundamento del mensaje de los tres ángeles, que es el sábado”, dijo Sung Sub.

Al poco tiempo se le ocurrió una idea muy creativa y audaz. “La idea me llegó mientras estaba distribuyendo literatura de puerta en puerta. Nosotros damos la literatura, pero algunas personas simplemente la lanzan a la basura”.

UNA IDEA CREATIVA Y AUDAZSung Sub contactó una empresa de publicidad local y diseñó una mochila personalizada con

un banderín publicitario, que decía en grandes letras amarillas sobre un fondo azul: “Día de repo­so = Sábado = Séptimo día”. El banderín incluía detalles en letras más pequeñas que rodeaban el mensaje principal.

Al idear esta forma única de evangelismo, Sung Sub pensó en dos ejemplos bíblicos: 1) Jonás, quien fue enviado a caminar alrededor de una gran ciudad proclamando la necesidad de arrepentimiento, y 2) los hijos de Israel que testificaron silenciosamente mientras marchaban al­rededor de la muralla en Jericó.

“Por medio del banderín del sábado podré proclamar la verdad sobre el día de reposo de forma efectiva y conveniente”, dijo.

ENCUENTROS SORPRESIVOSSung Sub lleva su banderín día tras día mientras se traslada en su bicicleta hacia el trabajo. En

ocasiones, también usa el banderín mientras camina por el parque.“Cuando la gente ve el banderín, siente curiosidad y lo lee en voz alta. Siempre hay gente al­

rededor, y hablan de lo que dice el banderín. El sábado es un mensaje importante, una verdad decisiva. Hay muchas estrategias para difundir este mensaje, pero esta es la mía”.

La primera vez que comenzó a usar el banderín del sábado, a Sung Sub le preocupó que algu­nos pudieran tener reacciones negativas o que pensaran que él los estaba juzgando. Sin embargo, quedó encantado al ver que muchos se interesaron en aprender más sobre el mensaje que llevaba en su espalda.

“Un día tomé el metro mientras llevaba el banderín, y una persona comenzó a seguirme. Fi­nalmente esa persona se acercó y me dijo:

CÁPSULA INFORMATIVA• Corea del Norte y Corea del Sur fueron una

vez un solo país. Pero desde 1950 hasta 1953 una guerra desgarró al país. Corea del Norte sigue siendo un país comunista, y la religión está totalmente prohibida.

• El nombre oficial de Corea del Norte es “República Popular Democrática de Corea”.

• La población estimada de Corea del Norte es de 24.720.407, con una edad promedio de 33 años.

• Pyongyang es la capital de la República Popular Democrática de Corea.

Page 9: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

9MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Ana guardó en secreto sus planes, y ni siquiera se los contó a sus padres. Así que en la fecha indicada se acercó al guardia, pagó el soborno y cruzó la frontera hacia China. No se detuvo hasta que estuvo varios kiló­metros dentro del país. Luego sacó un telé­fono celular que la señora Li le había regala­do y llamó al número de teléfono que le había proporcionado.

Ana estuvo en casa de la señora Chi, una amiga cristiana de la señora Li, durante varios días. Albergar a un norcoreano era peligroso, pero la señora Chi mantuvo ocul­ta a Ana mientras compartía su fe con ella. Ana no sabía nada sobre Jesús, pero cuando escuchó hablar de él comprendió que Jesús era Dios. Lo aceptó como su Salvador y sin­tió el deseo de aprender más. Pero tenía que continuar su viaje. Cada día que permane­cía en China, estaba en peligro de ser atra­pada y enviada de vuelta a su país a sufrir en la prisión, e incluso de morir.

UN NUEVO HOGARSeis meses después de haber abandona­

do su tierra natal, Ana llegó a Corea del Sur, el país al que había considerado enemigo durante toda su vida. Allí conoció la Iglesia Adventista y se regocijó en su nueva libertad de la opresión y la libertad de compartir su amor por Jesús con los demás.

Nadie sabe cuántos adventistas viven en Corea del Norte. Pero los miembros de la Iglesia Adventista en Corea del Sur oran y se preparan para el día en que puedan com­partir el amor de Dios con sus vecinos de ese país.

* No es su nombre real.

Corea del Sur 18 de abril de 2015

El hombrE dEl bandErínLA ESTRATEGIA DE SONG SUNG SUB

Song Sung Sub* vive en una de las zonas más densamente pobladas del mundo: Seúl, la capital de Corea del Sur. Allí se desempeña como secretario de la División Asiática del Pacífico Norte de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

El vivir y trabajar en esta zona le hacía preguntarse cómo alcanzar a los millones de personas a su alrededor con el impor­tante mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14.

“Quería que todos supieran la verdad, así que mi estrategia fue encontrar una manera para que la gente pudiera enterarse del fundamento del mensaje de los tres ángeles, que es el sábado”, dijo Sung Sub.

Al poco tiempo se le ocurrió una idea muy creativa y audaz. “La idea me llegó mientras estaba distribuyendo literatura de puerta en puerta. Nosotros damos la literatura, pero algunas personas simplemente la lanzan a la basura”.

UNA IDEA CREATIVA Y AUDAZSung Sub contactó una empresa de publicidad local y diseñó una mochila personalizada con

un banderín publicitario, que decía en grandes letras amarillas sobre un fondo azul: “Día de repo­so = Sábado = Séptimo día”. El banderín incluía detalles en letras más pequeñas que rodeaban el mensaje principal.

Al idear esta forma única de evangelismo, Sung Sub pensó en dos ejemplos bíblicos: 1) Jonás, quien fue enviado a caminar alrededor de una gran ciudad proclamando la necesidad de arrepentimiento, y 2) los hijos de Israel que testificaron silenciosamente mientras marchaban al­rededor de la muralla en Jericó.

“Por medio del banderín del sábado podré proclamar la verdad sobre el día de reposo de forma efectiva y conveniente”, dijo.

ENCUENTROS SORPRESIVOSSung Sub lleva su banderín día tras día mientras se traslada en su bicicleta hacia el trabajo. En

ocasiones, también usa el banderín mientras camina por el parque.“Cuando la gente ve el banderín, siente curiosidad y lo lee en voz alta. Siempre hay gente al­

rededor, y hablan de lo que dice el banderín. El sábado es un mensaje importante, una verdad decisiva. Hay muchas estrategias para difundir este mensaje, pero esta es la mía”.

La primera vez que comenzó a usar el banderín del sábado, a Sung Sub le preocupó que algu­nos pudieran tener reacciones negativas o que pensaran que él los estaba juzgando. Sin embargo, quedó encantado al ver que muchos se interesaron en aprender más sobre el mensaje que llevaba en su espalda.

“Un día tomé el metro mientras llevaba el banderín, y una persona comenzó a seguirme. Fi­nalmente esa persona se acercó y me dijo:

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE10

–Yo sé que esta es la verdad. ¿Hay una igle­sia que guarda el sábado como día de reposo?

En otra ocasión Sung Sub estaba caminan­do con su banderín a través de un parque un sábado en la tarde, y de repente fue abordado por una pareja:

–Usted debe ser de la Iglesia Adventista del Séptimo Día –le dijeron–. No hemos ido a la iglesia durante mucho tiempo. ¿Dónde hay una? ¡Estivimos buscando una!

A veces los cristianos que adoran en el día domingo se acercan a Sung Sub agradeciéndo­le por el mensaje del banderín, y a menudo exclaman: “¡Yo no sabía esto!”

Los adultos no son los únicos intrigados al ver al “hombre del banderín”. Los niños disfru­tan del inusual espectáculo y con frecuencia lo siguen hasta donde sus padres se lo permiten.

UNA EXPERIENCIA FORMADORA DEL CARÁCTER

“En ocasiones algunos me preguntan cómo sobrevivo llevando este banderín a cues­tas –admite Sung Sub–. Yo en verdad no soy lo

suficientemente valiente como para llevar esto por mi propia cuenta. Siempre debo compor­tarme muy bien, porque estoy llevando un mensaje muy importante. Mi mente debe es­tar en paz. Oro constantemente y entonces me siento en paz y lleno del poder del Espíritu Santo. Yo sé que los ángeles de Dios están con­migo a donde voy. Encuentro esta experiencia muy transformadora y edificante”.

Y la idea del banderín se está imponiendo. No hace mucho, un anciano de la iglesia de Sung Sub le pidió una copia del diseño.

–También sentí que debía hacer algún tipo de evangelización –dijo el anciano–, y esto es precisamente lo que quiero.

El anciano hizo un banderín aun mayor, y lo usa cuando distribuye literatura. Hasta el momento, su banderín ha llamado mucho la atención.

“Me siento muy feliz –dice Sung Sub–. Estoy buscando ovejas perdidas. Mi estrategia es que miren el banderín solo una vez, y el mensaje se grabará para siempre en sus mentes. Cada vez que alguien pide más información, comparto un poco de literatura con la persona. Esto es solo un proyecto piloto, y solo Dios sabe cuáles serán los resultados en el tiempo”.

PREGUNTAS PARA DEBATIR• ¿Cuáles son algunas de las ventajas y des­

ventajas del banderín de evangelización de Sung Sub?

• ¿Le sorprenden las reacciones de la gente ante el banderín? ¿Por qué?

• Si usted elaborara un banderín de evan­gelización, ¿qué diría?

• Identifique al menos tres ideas de alcance evangelizador que pudiera llevar a cabo en su área.

* En Corea, para escribir los nombres, se co-mienza con el apellido para luego escribir el primer nombre o los nombres.

Mongolia 25 de abril de 2015

El ángEl rEnuEntE

EL LLAMADO DE JAGANAJagana ocupó su asiento habitual en la iglesia ad­

ventista. Antes, adorar a Dios la llenaba de alegría, pero en algún momento durante sus ocupados años en la universidad perdió el contacto que tenía con Dios. Ella todavía amaba a Dios y creía en él, pero sentía que la vida que estaba llevando ya no era una vida que honraba a Cristo.

La iglesia estará mejor sin mí, pensó. Por el bien de todos los que amo, me debo ir.Jagana se había esforzado mucho en sus clases, tenía buenas calificaciones y esperaba

graduarse con honores. Había estado tan ocupada trabajando en su formación que apenas notó que estaba perdiendo el contacto con su Salvador.

Fue entonces cuando recordó el momento en el que conoció a Jesús. Estaba estudiando Inglés con algunos jóvenes adventistas. Si sus padres hubiesen sabido que se había conver­tido al cristianismo, la habrían reprendido. Aun así, Jesús llegó a ser lo más preciado en su vida.

Pero cuando entró a la universidad, el brillo del éxito le hizo desviar la mirada de su Salvador, y poco a poco se alejó de Dios. La adoración se había convertido para ella en una rutina. Aquel sábado, cuando se sentó en la iglesia, pensó: Este es mi último servicio de ado-ración. Será mejor que deje de vivir esta mentira.

Pero Dios tenía otros planes para Jagana.

LOS ÁNGELES DORADOSEsa noche sonó su teléfono.–¡Jagana, tengo buenas noticias para ti! –la voz familiar del pastor Josué la calmó–. ¡Has

sido elegida para formar parte de los Ángeles Dorados!Jagana se quedó atónita. Desde que había oído cantar por primera vez a los Ángeles

Dorados, había querido formar parte de este selecto grupo de jóvenes adventistas cantantes. El grupo viajaría a través del norte de Asia sirviendo a Dios durante un año.

–No, pastor –tartamudeó–. No puedo –y rápidamente expuso sus razones–. Estoy por graduarme, perderé mi beca si me tomo un año sabático en la escuela. No puedo cantar lo suficientemente bien como para formar parte de los Ángeles Dorados. Jagana agradeció a su querido pastor y se despidió sin mencionarle que estaba espiritualmente moribunda.

El pastor Josué llamó de nuevo unos días más tarde y otra vez la invitó a unirse a los Ángeles Dorados, pero ella volvió a decir que no. El pastor Josué llamó por tercera vez. Pero antes de que pudiera responder, le dijo:

–Jagana, deja de decir que no. Solo ora al respecto durante 24 horas.Jagana aceptó orar. Pero en su mente recitó todas las razones por las que no podía unirse

a los Ángeles Dorados.

CÁPSULA INFORMATIVA• El nombre oficial de la capital de Corea del

Sur es “Ciudad Especial de Seúl”. Es el núcleo citadino más grande en el mundo desarrollado, y el Área Capital de Seúl es la segunda zona metropolitana más grande del mundo, con más de veinticinco millones de personas. La mitad de la población del país vive en el área capital.

• La población de la propia ciudad de Seúl era de 10.440.000 habitantes para el año 2013, con una densidad de aproximadamente diez mil personas por kilómetro cuadrado.

• La densidad de la población de Seúl es de casi el doble de la ciudad de Nueva York, y ocho veces mayor que la densidad de Roma.

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11MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

suficientemente valiente como para llevar esto por mi propia cuenta. Siempre debo compor­tarme muy bien, porque estoy llevando un mensaje muy importante. Mi mente debe es­tar en paz. Oro constantemente y entonces me siento en paz y lleno del poder del Espíritu Santo. Yo sé que los ángeles de Dios están con­migo a donde voy. Encuentro esta experiencia muy transformadora y edificante”.

Y la idea del banderín se está imponiendo. No hace mucho, un anciano de la iglesia de Sung Sub le pidió una copia del diseño.

–También sentí que debía hacer algún tipo de evangelización –dijo el anciano–, y esto es precisamente lo que quiero.

El anciano hizo un banderín aun mayor, y lo usa cuando distribuye literatura. Hasta el momento, su banderín ha llamado mucho la atención.

“Me siento muy feliz –dice Sung Sub–. Estoy buscando ovejas perdidas. Mi estrategia es que miren el banderín solo una vez, y el mensaje se grabará para siempre en sus mentes. Cada vez que alguien pide más información, comparto un poco de literatura con la persona. Esto es solo un proyecto piloto, y solo Dios sabe cuáles serán los resultados en el tiempo”.

PREGUNTAS PARA DEBATIR• ¿Cuáles son algunas de las ventajas y des­

ventajas del banderín de evangelización de Sung Sub?

• ¿Le sorprenden las reacciones de la gente ante el banderín? ¿Por qué?

• Si usted elaborara un banderín de evan­gelización, ¿qué diría?

• Identifique al menos tres ideas de alcance evangelizador que pudiera llevar a cabo en su área.

* En Corea, para escribir los nombres, se co-mienza con el apellido para luego escribir el primer nombre o los nombres.

Mongolia 25 de abril de 2015

El ángEl rEnuEntE

EL LLAMADO DE JAGANAJagana ocupó su asiento habitual en la iglesia ad­

ventista. Antes, adorar a Dios la llenaba de alegría, pero en algún momento durante sus ocupados años en la universidad perdió el contacto que tenía con Dios. Ella todavía amaba a Dios y creía en él, pero sentía que la vida que estaba llevando ya no era una vida que honraba a Cristo.

La iglesia estará mejor sin mí, pensó. Por el bien de todos los que amo, me debo ir.Jagana se había esforzado mucho en sus clases, tenía buenas calificaciones y esperaba

graduarse con honores. Había estado tan ocupada trabajando en su formación que apenas notó que estaba perdiendo el contacto con su Salvador.

Fue entonces cuando recordó el momento en el que conoció a Jesús. Estaba estudiando Inglés con algunos jóvenes adventistas. Si sus padres hubiesen sabido que se había conver­tido al cristianismo, la habrían reprendido. Aun así, Jesús llegó a ser lo más preciado en su vida.

Pero cuando entró a la universidad, el brillo del éxito le hizo desviar la mirada de su Salvador, y poco a poco se alejó de Dios. La adoración se había convertido para ella en una rutina. Aquel sábado, cuando se sentó en la iglesia, pensó: Este es mi último servicio de ado-ración. Será mejor que deje de vivir esta mentira.

Pero Dios tenía otros planes para Jagana.

LOS ÁNGELES DORADOSEsa noche sonó su teléfono.–¡Jagana, tengo buenas noticias para ti! –la voz familiar del pastor Josué la calmó–. ¡Has

sido elegida para formar parte de los Ángeles Dorados!Jagana se quedó atónita. Desde que había oído cantar por primera vez a los Ángeles

Dorados, había querido formar parte de este selecto grupo de jóvenes adventistas cantantes. El grupo viajaría a través del norte de Asia sirviendo a Dios durante un año.

–No, pastor –tartamudeó–. No puedo –y rápidamente expuso sus razones–. Estoy por graduarme, perderé mi beca si me tomo un año sabático en la escuela. No puedo cantar lo suficientemente bien como para formar parte de los Ángeles Dorados. Jagana agradeció a su querido pastor y se despidió sin mencionarle que estaba espiritualmente moribunda.

El pastor Josué llamó de nuevo unos días más tarde y otra vez la invitó a unirse a los Ángeles Dorados, pero ella volvió a decir que no. El pastor Josué llamó por tercera vez. Pero antes de que pudiera responder, le dijo:

–Jagana, deja de decir que no. Solo ora al respecto durante 24 horas.Jagana aceptó orar. Pero en su mente recitó todas las razones por las que no podía unirse

a los Ángeles Dorados.

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE12

EL VELLÓN DE LANAOró como había prometido: “Señor,

pensé que eras inteligente. Creí que lo sa­bías todo. ¿Cómo puedes elegirme para for­mar parte de los Ángeles Dorados? Si real­mente quieres que yo haga esto, dame una señal. Que mis padres y mis profesores estén de acuerdo con que acepte. Entonces sabré que tú quieres que vaya”. Jagana sonrió por­que estaba segura de que sus padres se enfa­darían y de que sus profesores nunca esta­rían de acuerdo en dejarla salir de la universidad.

Obedientemente, llamó a sus padres para hablarles de la oferta.

–Pregúntale a tu padre –le dijo su ma­dre, y le pasó el teléfono al padre.

–Pregúntales a tus maestros –dijo el pa­dre–. Si están de acuerdo, puedes ir.

Sorprendida por la respuesta de su pa­dre, Jagana colgó el teléfono. A pesar de que su profesor principal era cristiano, sabía que él desconfiaba de su religión y que no estaría de acuerdo ni le permitiría tomarse un año de descanso en sus estudios solo para que

pudiera cantar. Él quería que ella ganara la medalla de mejor estudiante tanto como ella misma lo anhelaba. Sin embargo, cuan­do ella le habló de los Ángeles Dorados, él respondió:

–¡Felicidades! ¡Hazlo!Mientras Jagana esperaba la llamada te­

lefónica del pastor Josué aquella noche, se preguntaba qué debía decir. Pero ahora en­tendía que Dios la estaba llamando a servir­lo. Él todavía me ama, pensó. Aún me quiere.

SIRVIENDO AL SEÑOR CON ALEGRÍAJagana congeló sus estudios y se unió a

los Ángeles Dorados. Ella no era una can­tante profesional, así que las prácticas no se le hicieron nada fáciles. Pero sentía que Dios la ayudaba a cantar por encima de su capacidad.

Cuando el grupo comenzó su ministe­rio, Jagana se dio cuenta de que Dios estaba usando a los Ángeles Dorados para restable­cer su propia fe. Y durante una campaña de evangelización en Mongolia, la madre de Jagana entregó su vida a Dios. “Dios me ha mostrado que me ama y que nunca me de­jará –dice ella–. Me encanta saber que él me buscó en el momento en que estaba pla­neando dejarlo”.

Jagana completó sus estudios y actual­mente da clases en la primera escuela prima­ria adventista de Mongolia. Su mayor ale­gría es poder presentarles a sus familiares, amigos y alumnos a su maravilloso Salvador.

Mongolia es una misión nueva. Los pri­meros creyentes fueron bautizados hace poco más de veinte años. Nuestras ofrendas misioneras ayudarán a proporcionar una bi­blioteca en la escuela primaria adventista de Mongolia. ¡Gracias por su generosidad!

Mongolia 2 de mayo de 2015

pErmanEcEr firmE

EL TESTIMONIO DE BOLDROOEl corazón de Boldroo se entristeció cuando vio el ca­

lendario de exámenes. “Los exámenes finales se realizarán los sábados”, leyó. Ella en verdad se había esforzado para graduarse en la universidad, sacrificando semestres enteros sin estudiar para poder pagar su matrícula y suplicándoles a los maestros que le permitieran tomar sus exámenes otro día que no fuera el sábado.

Se acercaba la graduación, y ella había permitido que su corazón se llenara de júbilo por la importancia de este acontecimiento. ¡Pronto se graduaría! Pero al leer el horario del exa­men final, sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Su examen final había sido programado para un día sábado.

PETICIÓN RECHAZADA–¿Qué voy a hacer? –le preguntó Boldroo a su amiga Coral esa noche–. He escuchado

historias de cómo Dios ha bendecido a estudiantes que se han negado a tomar sus exámenes en sábado. Pero también he oído hablar de estudiantes que no pudieron graduarse debido a que perdieron su examen final.

–Vamos a hablar con el director –sugirió Coral–; tal vez hagan una excepción.Al día siguiente Boldroo y Coral entraron en la oficina del director departamental.

Boldroo se preocupó al ver el ceño fruncido en su rostro.–¿Por qué tendría que hacer un cambio en el programa? –le refutó el director–. Usted debe

tomar su examen el mismo día que sus compañeros de clase. ¡Por favor, salga de mi oficina!–Dios tiene un plan –le susurró Coral cuando salían de la oficina del director.Boldroo asintió, pero no podía imaginar la magnitud del plan de Dios. Aun así, prome­

tió que no tomaría el examen en sábado, independientemente de lo que ocurriera.

EL DÍA MÁS LARGOEl sábado, mientras sus amigos fueron a la universidad a tomar su examen final, Bol­

droo fue a la iglesia. Luchó por mantener su mente concentrada en la adoración, pero sus pensamientos se escapaban hacia la sala de exámenes donde sus amigos estaban defendien­do sus tesis. Obligó a su mente a estar conectada con Dios, repitiendo sus promesas: “Nun­ca te dejaré, ni te abandonaré” (Heb. 13:5).

Ya avanzada la tarde, mientras caminaba a su casa, sonó su teléfono móvil.–Sus documentos están listos para que tome su examen –escuchó decir a la secretaria de

la oficina.Boldroo dio las gracias a la mujer y colgó. Varias veces durante la tarde, sus compañeros,

e incluso algunos profesores la llamaron, instándole a que se apresurara en ir a la oficina del departamento a reportarse para su examen.

CÁPSULA INFORMATIVA• Mongolia tiene casi 3 millones de habitan-

tes, de los cuales 1 millón vive en la capital, Ulán Bator.

• Los primeros conversos fueron bautizados en 1993 después de la caída del comunismo en Mongolia. Hoy en día, más de 1.600 adventistas adoran en Mongolia en diez iglesias, congregaciones y grupos. Siete de estos grupos se encuentran en la ciudad capital.

• La mayoría de los adventistas en Mongolia son menores de 30 años.

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13MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

pudiera cantar. Él quería que ella ganara la medalla de mejor estudiante tanto como ella misma lo anhelaba. Sin embargo, cuan­do ella le habló de los Ángeles Dorados, él respondió:

–¡Felicidades! ¡Hazlo!Mientras Jagana esperaba la llamada te­

lefónica del pastor Josué aquella noche, se preguntaba qué debía decir. Pero ahora en­tendía que Dios la estaba llamando a servir­lo. Él todavía me ama, pensó. Aún me quiere.

SIRVIENDO AL SEÑOR CON ALEGRÍAJagana congeló sus estudios y se unió a

los Ángeles Dorados. Ella no era una can­tante profesional, así que las prácticas no se le hicieron nada fáciles. Pero sentía que Dios la ayudaba a cantar por encima de su capacidad.

Cuando el grupo comenzó su ministe­rio, Jagana se dio cuenta de que Dios estaba usando a los Ángeles Dorados para restable­cer su propia fe. Y durante una campaña de evangelización en Mongolia, la madre de Jagana entregó su vida a Dios. “Dios me ha mostrado que me ama y que nunca me de­jará –dice ella–. Me encanta saber que él me buscó en el momento en que estaba pla­neando dejarlo”.

Jagana completó sus estudios y actual­mente da clases en la primera escuela prima­ria adventista de Mongolia. Su mayor ale­gría es poder presentarles a sus familiares, amigos y alumnos a su maravilloso Salvador.

Mongolia es una misión nueva. Los pri­meros creyentes fueron bautizados hace poco más de veinte años. Nuestras ofrendas misioneras ayudarán a proporcionar una bi­blioteca en la escuela primaria adventista de Mongolia. ¡Gracias por su generosidad!

Mongolia 2 de mayo de 2015

pErmanEcEr firmE

EL TESTIMONIO DE BOLDROOEl corazón de Boldroo se entristeció cuando vio el ca­

lendario de exámenes. “Los exámenes finales se realizarán los sábados”, leyó. Ella en verdad se había esforzado para graduarse en la universidad, sacrificando semestres enteros sin estudiar para poder pagar su matrícula y suplicándoles a los maestros que le permitieran tomar sus exámenes otro día que no fuera el sábado.

Se acercaba la graduación, y ella había permitido que su corazón se llenara de júbilo por la importancia de este acontecimiento. ¡Pronto se graduaría! Pero al leer el horario del exa­men final, sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago. Su examen final había sido programado para un día sábado.

PETICIÓN RECHAZADA–¿Qué voy a hacer? –le preguntó Boldroo a su amiga Coral esa noche–. He escuchado

historias de cómo Dios ha bendecido a estudiantes que se han negado a tomar sus exámenes en sábado. Pero también he oído hablar de estudiantes que no pudieron graduarse debido a que perdieron su examen final.

–Vamos a hablar con el director –sugirió Coral–; tal vez hagan una excepción.Al día siguiente Boldroo y Coral entraron en la oficina del director departamental.

Boldroo se preocupó al ver el ceño fruncido en su rostro.–¿Por qué tendría que hacer un cambio en el programa? –le refutó el director–. Usted debe

tomar su examen el mismo día que sus compañeros de clase. ¡Por favor, salga de mi oficina!–Dios tiene un plan –le susurró Coral cuando salían de la oficina del director.Boldroo asintió, pero no podía imaginar la magnitud del plan de Dios. Aun así, prome­

tió que no tomaría el examen en sábado, independientemente de lo que ocurriera.

EL DÍA MÁS LARGOEl sábado, mientras sus amigos fueron a la universidad a tomar su examen final, Bol­

droo fue a la iglesia. Luchó por mantener su mente concentrada en la adoración, pero sus pensamientos se escapaban hacia la sala de exámenes donde sus amigos estaban defendien­do sus tesis. Obligó a su mente a estar conectada con Dios, repitiendo sus promesas: “Nun­ca te dejaré, ni te abandonaré” (Heb. 13:5).

Ya avanzada la tarde, mientras caminaba a su casa, sonó su teléfono móvil.–Sus documentos están listos para que tome su examen –escuchó decir a la secretaria de

la oficina.Boldroo dio las gracias a la mujer y colgó. Varias veces durante la tarde, sus compañeros,

e incluso algunos profesores la llamaron, instándole a que se apresurara en ir a la oficina del departamento a reportarse para su examen.

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE14

Boldroo luchó contra la tentación de ir a la escuela. Ella sabía que los exámenes por lo general terminaban alrededor de las ocho de la noche, antes de que el sol del verano se ocultase. Por esta razón, suplicó a Dios para que le diera la paz y la fortaleza de resistir la tentación de ir a la escuela durante las horas dedicadas a Dios.

Boldroo esperó hasta que el crepúsculo se desvaneciera en la oscuridad para salir de su casa hacia la escuela. Con una oración en sus labios, se apresuró en llegar a la univer­sidad. Tal vez no sea demasiado tarde, pensaba.

“TU DIOS ES GRANDE”Ya el cielo estaba oscuro cuando Bol­

droo entró en la oficina donde se celebra­ban los exámenes, y se sorprendió al encon­trar estudiantes aún esperando para hacer sus presentaciones. Firmó su nombre en el

registro del examen y le entregó su tesis a uno de los maestros presentes. Entonces, esperó.

Algunos compañeros le preguntaron por qué había esperado tanto tiempo para venir a rendir el examen, y ella les habló so­bre su fe en Dios y el deseo de guardar su santo sábado. Los exámenes fueron espe­cialmente largos y Boldroo luchó contra el sueño. Finalmente, mucho después de la medianoche, fue llamada a pasar a la sala. Hizo su presentación y se preparó para res­ponder a las preguntas de los profesores. Pero en lugar de hacer preguntas sobre su proyecto, los profesores le preguntaron so­bre su fe.

–Esta es la primera vez que no hemos terminado los exámenes antes de las ocho de la noche –dijo uno de los maestros–. Su Dios debe ser muy grande para hacer esto y permitir que usted tome su examen.

Boldroo asintió con la cabeza y compar­tió su fe con los instructores, que a pesar de que estaban cansados, escucharon atentamente.

Cuando se publicaron los resultados del examen, Boldroo estaba aprobada. Algunos de sus compañeros le preguntaron si podían asistir a su iglesia. Querían saber más sobre su fe.

CONTANDO SU HISTORIABoldroo recuerda las pruebas que tuvo

que enfrentar para completar su educación. Al recordar las historias de otros que tam­bién mantuvieron su fe y honraron el sába­do, ella sonríe. Ahora tiene su propia histo­ria para contar, y lo hace cada vez que tiene una oportunidad.

¡Gracias por compartirla y animarnos con ella a apoyar la misión en Mongolia!

Japón 9 de mayo de 2015

más Valioso quE El dinEro

EL HALLAZGO DE RUTH Y LA BÚSQUEDA DE HELIORuth es oriunda del Ecuador, y se mudó a Japón

con su esposo, mitad japonés y mitad ecuatoriano, en el año 2004. Antes de mudarse, visitó una iglesia ad­ventista del séptimo día y notó que “las personas eran amables y que el pastor trataba a todos por igual”. Allí le regalaron un DVD titulado O Grande Conflito [El Gran Conflicto], con presentaciones sobre el libro de Apocalipsis por el pastor Luís Gonçalves, pero lo hizo a un lado y pronto se olvidó de él. Un tiempo después, Ruth y su esposo decidieron mudarse a Japón, donde encontraron trabajo en el sector manufacturero.

Aunque todo marchaba bien en su trabajo, Ruth sentía que algo faltaba en su vida. Un día vio un anuncio en el periódico de una iglesia adventista. Recordando su encuentro amistoso con los adventistas en el Ecuador, llamó al pastor y este la invitó a asistir al servicio del sábado.

EL ENCUENTRO CON LA VERDADEn la iglesia, Ruth tuvo el placer de conocer a Diana, que era brasileña. Diana le ofreció

estudios bíblicos a Ruth, quien aceptó enseguida. Cuando las dos se reunieron de nuevo, Diana le trajo un regalo: ¡Un DVD titulado La última esperanza! Convencida de que esto era más que una coincidencia, Ruth vio el DVD; y al estudiar la Biblia con Diana se con­venció de que había encontrado la verdad.

Cuando Ruth se enteró de que el séptimo día sábado era el día santo de Dios, dejó in­mediatamente de trabajar ese día.

–¿Estás loca? –le preguntaban sus compañeros de trabajo–. Te pagan una comisión más alta los sábados. ¿Por qué no ganas el dinero y lo donas a tu iglesia?

–Hay cosas más valiosas que el dinero –respondió Ruth–, como ir a la iglesia cada sá­bado y aprender cosas nuevas, como los Diez Mandamientos y el hecho de que Dios mismo los escribió. Son cosas más importantes.

Pronto Ruth estuvo dispuesta a hacer un compromiso total, y fue bautizada. Cuando sus compañeros de trabajo se dieron cuenta de que Ruth hablaba en serio con respecto a su nueva fe, se volvieron en su contra.

–Has cambiado –le decían algunos–. No puedo trabajar contigo.Sin embargo, su supervisor aún valoraba a Ruth y le permitió tomarse los sábados

libres.“Muchas cosas han cambiado en mi vida”, explica Ruth. “La forma en que pienso, mis

hábitos, mis relaciones con las personas; todo. Antes de ser bautizada tenía un corazón en­durecido, pero ahora soy más sensible, y estoy llena de emociones y de empatía”.

CÁPSULA INFORMATIVA• Los primeros misioneros adventistas en Mon-

golia eran rusos y comenzaron a trabajar en 1926. Pero el comunismo entró en Mongolia unos años más tarde y la obra se detuvo.

• En 1991, un grupo de misioneros llegó de nuevo a Mongolia, y dos años más tarde los primeros cristianos adventistas fueron bautizados. Hoy en día hay más de 1.600 adventistas que se reúnen en 10 iglesias y congregaciones en Mongolia. La mayoría de los creyentes son jóvenes.

• Hace varios años, una ofrenda de decimoter-cer sábado ayudó a varias congregaciones a comprar inmuebles que sirvieran como igle-sias y a ampliar los ya existentes para que las congregaciones pudieran crecer.

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15MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

registro del examen y le entregó su tesis a uno de los maestros presentes. Entonces, esperó.

Algunos compañeros le preguntaron por qué había esperado tanto tiempo para venir a rendir el examen, y ella les habló so­bre su fe en Dios y el deseo de guardar su santo sábado. Los exámenes fueron espe­cialmente largos y Boldroo luchó contra el sueño. Finalmente, mucho después de la medianoche, fue llamada a pasar a la sala. Hizo su presentación y se preparó para res­ponder a las preguntas de los profesores. Pero en lugar de hacer preguntas sobre su proyecto, los profesores le preguntaron so­bre su fe.

–Esta es la primera vez que no hemos terminado los exámenes antes de las ocho de la noche –dijo uno de los maestros–. Su Dios debe ser muy grande para hacer esto y permitir que usted tome su examen.

Boldroo asintió con la cabeza y compar­tió su fe con los instructores, que a pesar de que estaban cansados, escucharon atentamente.

Cuando se publicaron los resultados del examen, Boldroo estaba aprobada. Algunos de sus compañeros le preguntaron si podían asistir a su iglesia. Querían saber más sobre su fe.

CONTANDO SU HISTORIABoldroo recuerda las pruebas que tuvo

que enfrentar para completar su educación. Al recordar las historias de otros que tam­bién mantuvieron su fe y honraron el sába­do, ella sonríe. Ahora tiene su propia histo­ria para contar, y lo hace cada vez que tiene una oportunidad.

¡Gracias por compartirla y animarnos con ella a apoyar la misión en Mongolia!

Japón 9 de mayo de 2015

más Valioso quE El dinEro

EL HALLAZGO DE RUTH Y LA BÚSQUEDA DE HELIORuth es oriunda del Ecuador, y se mudó a Japón

con su esposo, mitad japonés y mitad ecuatoriano, en el año 2004. Antes de mudarse, visitó una iglesia ad­ventista del séptimo día y notó que “las personas eran amables y que el pastor trataba a todos por igual”. Allí le regalaron un DVD titulado O Grande Conflito [El Gran Conflicto], con presentaciones sobre el libro de Apocalipsis por el pastor Luís Gonçalves, pero lo hizo a un lado y pronto se olvidó de él. Un tiempo después, Ruth y su esposo decidieron mudarse a Japón, donde encontraron trabajo en el sector manufacturero.

Aunque todo marchaba bien en su trabajo, Ruth sentía que algo faltaba en su vida. Un día vio un anuncio en el periódico de una iglesia adventista. Recordando su encuentro amistoso con los adventistas en el Ecuador, llamó al pastor y este la invitó a asistir al servicio del sábado.

EL ENCUENTRO CON LA VERDADEn la iglesia, Ruth tuvo el placer de conocer a Diana, que era brasileña. Diana le ofreció

estudios bíblicos a Ruth, quien aceptó enseguida. Cuando las dos se reunieron de nuevo, Diana le trajo un regalo: ¡Un DVD titulado La última esperanza! Convencida de que esto era más que una coincidencia, Ruth vio el DVD; y al estudiar la Biblia con Diana se con­venció de que había encontrado la verdad.

Cuando Ruth se enteró de que el séptimo día sábado era el día santo de Dios, dejó in­mediatamente de trabajar ese día.

–¿Estás loca? –le preguntaban sus compañeros de trabajo–. Te pagan una comisión más alta los sábados. ¿Por qué no ganas el dinero y lo donas a tu iglesia?

–Hay cosas más valiosas que el dinero –respondió Ruth–, como ir a la iglesia cada sá­bado y aprender cosas nuevas, como los Diez Mandamientos y el hecho de que Dios mismo los escribió. Son cosas más importantes.

Pronto Ruth estuvo dispuesta a hacer un compromiso total, y fue bautizada. Cuando sus compañeros de trabajo se dieron cuenta de que Ruth hablaba en serio con respecto a su nueva fe, se volvieron en su contra.

–Has cambiado –le decían algunos–. No puedo trabajar contigo.Sin embargo, su supervisor aún valoraba a Ruth y le permitió tomarse los sábados

libres.“Muchas cosas han cambiado en mi vida”, explica Ruth. “La forma en que pienso, mis

hábitos, mis relaciones con las personas; todo. Antes de ser bautizada tenía un corazón en­durecido, pero ahora soy más sensible, y estoy llena de emociones y de empatía”.

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE16

LA BÚSQUEDA DE HELIORuth es una de los muchos inmigrantes

sudamericanos en Japón. Helio también lle­gó a este país en busca de una vida mejor. A continuación, nos comparte su historia:

Mi padre, un inmigrante japonés en el Brasil, era budista. Mi madre, que era de ascendencia japonesa, fue criada como ca­tólica romana. Cuando yo tenía catorce años mi padre murió de tuberculosis. Él anhelaba ser sanado, y tal vez por eso no rechazó el cristianismo en la casa. Oraba to­dos los días.

Él tenía un pequeño negocio de reloje­ría, y después de su muerte tuve que tomar el relevo. No me fue fácil aceptar su muerte y convertirme de repente en el sustentador de la familia. Comencé a leer la Biblia y en­contré un pasaje que me cautivó, Juan 14:6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.

La vida era difícil, y por eso a los 26 años me fui a Japón. ¡Pero las cosas empeo­raron! Comencé a sufrir unos dolores de espalda terribles y gasté mucho dinero tra­tando de encontrar alivio, pero nada ayudó. Entonces mi matrimonio de tres años se vino abajo.

UNA NUEVA DIRECCIÓNMi vida había perdido el rumbo hasta

que Silvio, un adventista, comenzó a traba­jar en la fábrica donde yo trabajaba. A mí me llamó mucho la atención el comporta­miento y el buen humor de Silvio ante cual­quier circunstancia, a pesar de que sufría de fuertes dolores debido a un accidente. Si había alguien que sabía de dolor era yo, así que realmente admiraba a Silvio.

Para ese entonces yo era miembro de una secta espiritualista japonesa llamada “Mahikari”. Creíamos en el “dios del uni­verso” y “el dios de la tierra”, y cada vez que me inclinaba ante estos dioses recordaba Juan 14:6 y me preguntaba dónde se en­contraba Jesucristo.

Unos meses después de conocer a Sil­vio, él me invitó a su iglesia. Nos hicimos buenos amigos, y me habló de Jesús y de cómo él podía cambiar mi vida. Fue gracias al testimonio de Silvio que quise saber más sobre los adventistas. Comencé a asistir a la iglesia de manera habitual con él, y tomé estudios bíblicos con el pastor. Al poco tiempo fui bautizado.

Eso fue hace diez años, y actualmente soy un colportor evangélico. También dirijo una iglesia adventista recién formada en la ciudad de Yaizu. Estoy casado con una en­fermera japonesa que es adventista del sép­timo día y tenemos un niño de dos años. Alabo al Señor porque él ha guiado y trans­formado mi vida.

Miles de sudamericanos de descenden­cia japonesa viven y trabajan en Japón. Los miembros de las iglesias adventistas del sép­timo día están tratando de alcanzar a estos inmigrantes, como en el caso de Ruth y He­lio. Uno de los proyectos de la ofrenda de decimotercer sábado es ayudar a construir un centro de evangelización internacional en Japón. ¡Gracias por apoyar esta misión!

Japón 16 de mayo de 2015

nuEVa Vida dEspués dE la muErtE

MASAAKISoy empleado de una funeraria en Japón, y estoy ro­

deado de muerte todos los días porque preparo cuerpos para funerales y entierros. Durante años, he visto a mu­chos llorar la muerte de sus seres queridos y realizar las ceremonias que sus religiones requieren con el fin de ase­gurar que el fallecido tenga un viaje tranquilo y rápido de esta vida a la siguiente.

EL TEMOR A LOS ESPÍRITUSJapón es un país bastante secular, pero la mayoría de la gente honra a sus antepasados

por medio de oraciones, ceremonias elaboradas y rituales de adoración. La mayoría cree que el espíritu de la persona fallecida no va directamente a la otra vida, sino que reside en su antigua casa hasta siete semanas después de la muerte. La familia evita salir de la casa por temor a ofender al espíritu de su ser querido.

Durante este tiempo la familia realiza ceremonias que ellos creen que ayudarán a que el espíritu del fallecido pase al siguiente reino, el de la reencarnación. Los dolientes le pagan a un sacerdote para llevar a cabo una ceremonia durante la cual le da a su ser querido un nombre especial que garantice la entrada en la vida futura. Solo entonces el espíritu puede abandonar su antigua casa y entrar en la otra vida a reencarnarse en un ser humano o un animal, e incluso en un insecto, dependiendo de las acciones de la persona durante la vida que acaba de dejar. La gente desea vivir muchas vidas y acumular finalmente suficientes obras buenas como para merecer el paraíso.

¿QUÉ HAY DESPUÉS DE LA MUERTE?Después de haber presenciado a los líderes de varias religiones realizar ceremonias fúne­

bres, me di cuenta de que la mayoría de los funerales se llevaban a cabo con gran tristeza y llanto, pero los cristianos sosegaban su tristeza con esperanza. Parecían tener fe en que ve­rían a sus seres queridos de nuevo. No existía tal esperanza para el resto de las personas.

Comencé a estudiar más de cerca a los cristianos, examinando las diferencias entre sus creencias y las que yo había conocido desde la infancia. Los cristianos enfrentaban la muer­te con una fe profundamente arraigada en su Dios. Sus pastores mostraban gran compasión hacia las familias en duelo y hablaban de la esperanza de ver a sus seres queridos de nuevo.

Un día estuve a cargo de un funeral en una iglesia adventista. Luego de terminar los preparativos, me senté solo en la iglesia vacía y dejé que la tranquilidad del santuario me envolviera. Pensé en las veces en las que la muerte estuvo cerca de mí, como el momento en el que casi me ahogo en el océano, y la vez en que casi muero en aquel terrible accidente de

CÁPSULA INFORMATIVA• Japón se encuentra en el Pacífico norte,

frente a las costas de Rusia y la península de Corea. El área de Japón es de 377.944 kilómetros cuadrados, y consta de 4 grandes islas principales y más de 4 mil islas pequeñas.

• Con una población de más de 37 millones de personas, Tokio, la capital de Japón, es la ciudad más grande del mundo.

• En Japón hay más de 50 mil personas que han superado los 100 años.

• En Japón hay más mascotas que niños.

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17MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

UNA NUEVA DIRECCIÓNMi vida había perdido el rumbo hasta

que Silvio, un adventista, comenzó a traba­jar en la fábrica donde yo trabajaba. A mí me llamó mucho la atención el comporta­miento y el buen humor de Silvio ante cual­quier circunstancia, a pesar de que sufría de fuertes dolores debido a un accidente. Si había alguien que sabía de dolor era yo, así que realmente admiraba a Silvio.

Para ese entonces yo era miembro de una secta espiritualista japonesa llamada “Mahikari”. Creíamos en el “dios del uni­verso” y “el dios de la tierra”, y cada vez que me inclinaba ante estos dioses recordaba Juan 14:6 y me preguntaba dónde se en­contraba Jesucristo.

Unos meses después de conocer a Sil­vio, él me invitó a su iglesia. Nos hicimos buenos amigos, y me habló de Jesús y de cómo él podía cambiar mi vida. Fue gracias al testimonio de Silvio que quise saber más sobre los adventistas. Comencé a asistir a la iglesia de manera habitual con él, y tomé estudios bíblicos con el pastor. Al poco tiempo fui bautizado.

Eso fue hace diez años, y actualmente soy un colportor evangélico. También dirijo una iglesia adventista recién formada en la ciudad de Yaizu. Estoy casado con una en­fermera japonesa que es adventista del sép­timo día y tenemos un niño de dos años. Alabo al Señor porque él ha guiado y trans­formado mi vida.

Miles de sudamericanos de descenden­cia japonesa viven y trabajan en Japón. Los miembros de las iglesias adventistas del sép­timo día están tratando de alcanzar a estos inmigrantes, como en el caso de Ruth y He­lio. Uno de los proyectos de la ofrenda de decimotercer sábado es ayudar a construir un centro de evangelización internacional en Japón. ¡Gracias por apoyar esta misión!

Japón 16 de mayo de 2015

nuEVa Vida dEspués dE la muErtE

MASAAKISoy empleado de una funeraria en Japón, y estoy ro­

deado de muerte todos los días porque preparo cuerpos para funerales y entierros. Durante años, he visto a mu­chos llorar la muerte de sus seres queridos y realizar las ceremonias que sus religiones requieren con el fin de ase­gurar que el fallecido tenga un viaje tranquilo y rápido de esta vida a la siguiente.

EL TEMOR A LOS ESPÍRITUSJapón es un país bastante secular, pero la mayoría de la gente honra a sus antepasados

por medio de oraciones, ceremonias elaboradas y rituales de adoración. La mayoría cree que el espíritu de la persona fallecida no va directamente a la otra vida, sino que reside en su antigua casa hasta siete semanas después de la muerte. La familia evita salir de la casa por temor a ofender al espíritu de su ser querido.

Durante este tiempo la familia realiza ceremonias que ellos creen que ayudarán a que el espíritu del fallecido pase al siguiente reino, el de la reencarnación. Los dolientes le pagan a un sacerdote para llevar a cabo una ceremonia durante la cual le da a su ser querido un nombre especial que garantice la entrada en la vida futura. Solo entonces el espíritu puede abandonar su antigua casa y entrar en la otra vida a reencarnarse en un ser humano o un animal, e incluso en un insecto, dependiendo de las acciones de la persona durante la vida que acaba de dejar. La gente desea vivir muchas vidas y acumular finalmente suficientes obras buenas como para merecer el paraíso.

¿QUÉ HAY DESPUÉS DE LA MUERTE?Después de haber presenciado a los líderes de varias religiones realizar ceremonias fúne­

bres, me di cuenta de que la mayoría de los funerales se llevaban a cabo con gran tristeza y llanto, pero los cristianos sosegaban su tristeza con esperanza. Parecían tener fe en que ve­rían a sus seres queridos de nuevo. No existía tal esperanza para el resto de las personas.

Comencé a estudiar más de cerca a los cristianos, examinando las diferencias entre sus creencias y las que yo había conocido desde la infancia. Los cristianos enfrentaban la muer­te con una fe profundamente arraigada en su Dios. Sus pastores mostraban gran compasión hacia las familias en duelo y hablaban de la esperanza de ver a sus seres queridos de nuevo.

Un día estuve a cargo de un funeral en una iglesia adventista. Luego de terminar los preparativos, me senté solo en la iglesia vacía y dejé que la tranquilidad del santuario me envolviera. Pensé en las veces en las que la muerte estuvo cerca de mí, como el momento en el que casi me ahogo en el océano, y la vez en que casi muero en aquel terrible accidente de

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE18

motocicleta. Al recordar estas experiencias cercanas a la muerte, me sorprendió que en vez de sentir miedo sentí una profunda paz. Sentí en ese momento que no estaba solo.

Unas noches después, soñé con Jesús. Me desperté pensando en él, y no pude vol­ver a dormir. A la mañana siguiente visité al pastor adventista. Hablamos de Dios du­rante un buen rato. El pastor me aseguró que Jesús quería ser parte de mi vida. Le pregunté al pastor si podía ayudarme a aprender los principios del cristianismo. Empezamos con lo básico, porque no sabía casi nada. Yo estaba ansioso por saber cómo la fe cristiana podía dar a sus seguidores tal esperanza.

Me sorprendí al saber que el mismo Dios que creó la Tierra vino a vivir en ella y a morir para que los seres humanos caídos pudieran vivir con él para siempre. ¡Nunca

había oído hablar de este indescriptible acto de amor!

Pensé en las cosas pecaminosas que ha­bía hecho, y sentí alegría al saber que lo úni­co que tenía que hacer era pedirle a Jesucris­to que perdonara mis pecados y que me aceptara como su hijo. Hice mi primera oración al Dios de la creación y él llenó mi corazón con una paz y una alegría que nun­ca había conocido.

COMPARTIENDO LA FEYo no estaba seguro de cómo hablarle a

mi familia sobre mi nueva fe, así que al principio no dije nada. Pronto me di cuenta de que no tendría que decirles; ellos vieron los cambios en mi vida, la felicidad que bri­llaba en mi cara y en mis expresiones. Se dieron cuenta de que ya no bebía alcohol, y notaron que abandoné otros malos hábitos que tenía.

Para mi sorpresa, mi familia me apoyó. Asistieron a mi bautismo y se regocijaron conmigo en mi nueva fe en Dios. Mis cole­gas y amigos notaron también las diferen­cias y me preguntaron qué había sucedido. Les dije que había conocido a Jesucristo, el Dios vivo, y que había aceptado el regalo de la salvación.

Ahora cuando dirijo un funeral para al­guien que no es cristiano, trato de que la familia doliente note una diferencia en mi vida. Algunos se dan cuenta y me lo pre­guntan. Yo les digo que soy cristiano y que Dios me ha dado paz. Sigo estudiando la Biblia para poder responder a aquellos que preguntan sobre mi fe y saber cómo animar a las familias tristes con las que interactúo todos los días.

China 23 de mayo de 2015

EncuEntros diVinos

EL ENCUENTRO DE TANG YUE Y DE ZHANG WEITang Yue llevaba a su hijo de seis años de la mano

mientras caminaba desde su casa hasta un mercado cer­cano, sin esperar que sucediera algo inusual. Ella no se imaginaba que estaba a punto de experimentar un en­cuentro divino.

Ella creía en Dios, y todos los domingos se reunía con otros creyentes cristianos, pero en ese momento solo pensaba en lo que necesitaba comprar en el mercado. Cuando caminaba por la calle, dos hombres de aspecto amable se le acercaron y la detuvieron.

–¿Sabes? –dijo uno de los hombres–. Guardar el domingo no es bíblico.Inmediatamente, abrió una Biblia y le mostró a la atónita Tang Yue textos que hablaban

del séptimo día sábado. Animándola a investigar por sí misma, el otro hombre le dijo:–Puedes buscar en Internet y ver cuál día es realmente el día de reposo.Luego los hombres cerraron su breve presentación diciéndole a Tang Yue que “Jesús

vino a este mundo, y la iglesia que guarda el sábado es realmente la iglesia de Dios”. Acto seguido, más rápido aun que como llegaron, los dos hombres desaparecieron entre la multitud.

LA BÚSQUEDA DE ESA IGLESIAAsombrada por el extraño y breve encuentro, Tang Yue se fue a su casa y comenzó a

buscar en Internet las respuestas a las preguntas que los extraños le habían planteado. Para su sorpresa, encontró una página en chino que tenía respuestas claras sobre el séptimo día sábado como verdadero día de reposo de Dios. También ofrecía estudios bíblicos fáciles de seguir. Al enterarse de que la página pertenecía a un ministerio adventista del séptimo día llamado “Amazing Facts” [Hechos asombrosos], se preguntó si existiría una iglesia adven­tista cerca a la que ella pudiera visitar.

Después de buscar un poco, Tang Yue se alegró al encontrar una iglesia adventista en su ciudad. Esta iglesia debe tener algo especial, pensó.

Cuando llegó a la iglesia el siguiente sábado, Tang Yue intentó encontrar a los dos hombres que se habían acercado a ella en la calle, pero no los vio. De hecho, nunca los volvió a ver.

Tang Yue sigue asistiendo a la iglesia adventista y cree haber encontrado su hogar espi­ritual. “Esta iglesia enseña lo que dice la Biblia –afirma Tang Yue–. Es muy diferente a las otras iglesias. Creo que los adventistas enseñan la verdad, y que Jesús viene pronto”. Tang Yue continúa adorando cada sábado con los adventistas en el apartamento en el que se re­únen, en una ciudad en el centro de China.

CÁPSULA INFORMATIVA• Japón es uno de los países más difíciles de

alcanzar para Cristo. Su cultura los hace desistir de compartir su fe con otros.

• El pueblo japonés es profundamente tradicionalista y se sienten moralmente obligados a observar las antiguas fiestas religiosas, incluyendo el culto a los antepasados. Pero no son profundamente religiosos. Solo 4 personas de cada 100 en Japón son cristianos, y solo una persona de cada 8.361 es adventista.

• Conoce más sobre los adventistas en Japón visitando: www.missionspotlight.org (en inglés). ¡Es gratis!

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19MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

había oído hablar de este indescriptible acto de amor!

Pensé en las cosas pecaminosas que ha­bía hecho, y sentí alegría al saber que lo úni­co que tenía que hacer era pedirle a Jesucris­to que perdonara mis pecados y que me aceptara como su hijo. Hice mi primera oración al Dios de la creación y él llenó mi corazón con una paz y una alegría que nun­ca había conocido.

COMPARTIENDO LA FEYo no estaba seguro de cómo hablarle a

mi familia sobre mi nueva fe, así que al principio no dije nada. Pronto me di cuenta de que no tendría que decirles; ellos vieron los cambios en mi vida, la felicidad que bri­llaba en mi cara y en mis expresiones. Se dieron cuenta de que ya no bebía alcohol, y notaron que abandoné otros malos hábitos que tenía.

Para mi sorpresa, mi familia me apoyó. Asistieron a mi bautismo y se regocijaron conmigo en mi nueva fe en Dios. Mis cole­gas y amigos notaron también las diferen­cias y me preguntaron qué había sucedido. Les dije que había conocido a Jesucristo, el Dios vivo, y que había aceptado el regalo de la salvación.

Ahora cuando dirijo un funeral para al­guien que no es cristiano, trato de que la familia doliente note una diferencia en mi vida. Algunos se dan cuenta y me lo pre­guntan. Yo les digo que soy cristiano y que Dios me ha dado paz. Sigo estudiando la Biblia para poder responder a aquellos que preguntan sobre mi fe y saber cómo animar a las familias tristes con las que interactúo todos los días.

China 23 de mayo de 2015

EncuEntros diVinos

EL ENCUENTRO DE TANG YUE Y DE ZHANG WEITang Yue llevaba a su hijo de seis años de la mano

mientras caminaba desde su casa hasta un mercado cer­cano, sin esperar que sucediera algo inusual. Ella no se imaginaba que estaba a punto de experimentar un en­cuentro divino.

Ella creía en Dios, y todos los domingos se reunía con otros creyentes cristianos, pero en ese momento solo pensaba en lo que necesitaba comprar en el mercado. Cuando caminaba por la calle, dos hombres de aspecto amable se le acercaron y la detuvieron.

–¿Sabes? –dijo uno de los hombres–. Guardar el domingo no es bíblico.Inmediatamente, abrió una Biblia y le mostró a la atónita Tang Yue textos que hablaban

del séptimo día sábado. Animándola a investigar por sí misma, el otro hombre le dijo:–Puedes buscar en Internet y ver cuál día es realmente el día de reposo.Luego los hombres cerraron su breve presentación diciéndole a Tang Yue que “Jesús

vino a este mundo, y la iglesia que guarda el sábado es realmente la iglesia de Dios”. Acto seguido, más rápido aun que como llegaron, los dos hombres desaparecieron entre la multitud.

LA BÚSQUEDA DE ESA IGLESIAAsombrada por el extraño y breve encuentro, Tang Yue se fue a su casa y comenzó a

buscar en Internet las respuestas a las preguntas que los extraños le habían planteado. Para su sorpresa, encontró una página en chino que tenía respuestas claras sobre el séptimo día sábado como verdadero día de reposo de Dios. También ofrecía estudios bíblicos fáciles de seguir. Al enterarse de que la página pertenecía a un ministerio adventista del séptimo día llamado “Amazing Facts” [Hechos asombrosos], se preguntó si existiría una iglesia adven­tista cerca a la que ella pudiera visitar.

Después de buscar un poco, Tang Yue se alegró al encontrar una iglesia adventista en su ciudad. Esta iglesia debe tener algo especial, pensó.

Cuando llegó a la iglesia el siguiente sábado, Tang Yue intentó encontrar a los dos hombres que se habían acercado a ella en la calle, pero no los vio. De hecho, nunca los volvió a ver.

Tang Yue sigue asistiendo a la iglesia adventista y cree haber encontrado su hogar espi­ritual. “Esta iglesia enseña lo que dice la Biblia –afirma Tang Yue–. Es muy diferente a las otras iglesias. Creo que los adventistas enseñan la verdad, y que Jesús viene pronto”. Tang Yue continúa adorando cada sábado con los adventistas en el apartamento en el que se re­únen, en una ciudad en el centro de China.

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE20

EL ENCUENTRO DE ZHANG WEIZhang Wei no era un ciudadano co­

mún. Había prestado servicio en el ejército chino, y debido al respeto que se le tenía, logró llegar a ser alcalde de su pueblo. Con el tiempo, sin embargo, decidió trasladarse a una ciudad grande donde pudiera ganar más dinero en la construcción.

Un día, mientras caminaba por una calle de la ciudad, le llamó la atención una música procedente de la planta baja de un edificio de apartamentos. Se asomó a través de las ventanas y vio gente cantando.

Al poco tiempo, alguien se acercó a Zhang Wei y lo invitó a entrar al aparta­mento. Él dudó un poco en entrar al edifi­cio, pero la curiosidad de aprender le hizo entrar a aquella casa que funcionaba como iglesia adventista.

Al darse cuenta de que varias personas tenían Biblias, sintió curiosidad de hojear ese libro tan inusual. Con mucha alegría los adventistas compartieron con Zhang Wei algunos de los pasajes de la Biblia más pre­ciados y oraron con él.

Zhang Wei comenzó a asistir a la iglesia adventista. Un día hablaron sobre el tema de la vida sana, incluyendo la alimentación. Explica­ron las leyes bíblicas de las carnes limpias e in­mundas, y los miembros de la iglesia le explica­ron a Zhang Wei que los cerdos eran inmundos y que muchas veces el animal estaba infestado de parásitos. Pensando que los adventistas no podían tener la razón sobre esto, Zhang Wei decidió llevar a cabo un pequeño experimento.

EL EXPERIMENTO DEL CERDOMuchas personas trabajaban en la mis­

ma construcción donde trabajaba Zhang Wei, y el cocinero de la compañía a veces compraba un cerdo entero para alimentar a los obreros. Un día en el que había cerdo estaba en el menú, Zhang Wei fue hasta donde estaba el animal muerto para com­probar si realmente era “inmundo”. Se ase­guró de que nadie lo viera, tomó rápida­mente un cuchillo y abrió el animal. Encontró que el cerdo estaba lleno de gusa­nos desde la cabeza hasta las pezuñas. Con­mocionado y asqueado, prometió que ja­más comería carne de cerdo de nuevo. Al poco tiempo Zhang Wei aceptó todas las verdades de la Biblia que estaba aprendien­do en la Iglesia Adventista, y fue bautizado.

Después de su bautismo Zhang Wei re­gresó a su pueblo natal, donde organizó una iglesia adventista en su casa con una sola persona: ¡él mismo! Pero empezó a compar­tir las cosas que había aprendido de la Biblia con otros, y pronto la iglesia creció. Hoy en día, el condado donde vive Zhang Wei tie­ne seis iglesias adventistas, y tres de los con­dados vecinos tienen iglesias, todo debido a sus oraciones y su poderoso testimonio.

Este trimestre, parte de su ofrenda del decimotercer sábado ayudará a establecer más iglesias en China. ¡Muchas gracias por su generoso apoyo!

China 30 de mayo de 2015

la biblia subtErránEa El siguiente es el relato en primera persona de un pastor

adventista que presta actualmente servicio en China.Durante la época de la revolución cultural China,

era muy peligroso tener una Biblia. Alguien que conoci­mos, sin embargo, logró obtener una. Como era un li­bro tan raro y valioso, este hombre quiso compartirlo con toda la gente posible, así que cuidadosamente la se­paró y repartió uno o dos libros a varias familias adventistas del séptimo día. Nuestra familia recibió los libros de 1 y 2 Samuel, y los leíamos una y otra vez, atesorando cada palabra. ¡Cuando era niño, disfruté enormemente de las muchas historias emocionantes contenidas en esos dos libros! Mi hermano mayor sabía escribir, así que copió los libros a mano para compartirlos con otros.

Algunos años después, alguien encontró una pequeña Biblia que había sido colocada en una bolsa de plástico y enterrada. Este hombre tenía problemas de visión y se le hacía im­posible leer la letra pequeña, así que me regaló la Biblia cuando yo tenía 18 años. ¡Yo me emocioné mucho! ¡Por primera vez tenía una Biblia completa en mis manos!

UN VALIOSO REGALOEsta Biblia “subterránea” se convirtió en un objeto muy preciado para mí, y la leí desde

el primer capítulo hasta el último más de diez veces. Invertí mucho tiempo en ella, marcan­do pasajes importantes, y anotando algunas de mis impresiones. Recuerdo que cuando era joven mi bisabuela me hablaba de Noé, pero ahora tenía 18 años y estaba leyendo sobre el diluvio por primera vez.

Al leer la Biblia, comencé a entender de qué trataba el libro. Aprendí sobre Jesús y sus enseñanzas. Descubrí la verdad en la Biblia. Cuanto más leía, más interés me despertaba.

Dos años más tarde asistí a una zona donde la mayoría de la gente no sabía nada de la Biblia. Me invitaron a hablarles a varios grupos en diferentes casas. Les mostré mi pequeña Biblia y compartí lo que había aprendido de ella. Cuando se corrió la voz, me invitaron a hablar en muchas otras casas.

Mientras compartía me di cuenta de que los jóvenes adolescentes se interesaban mu­cho. Estaban tan ansiosos por aprender que escribí mil textos de la Biblia y se los di para que los memorizaran. ¡Me di cuenta de que era una excelente manera para que ellos apren­dieran la Biblia!

“HE ESTADO ESPERANDO DURANTE UN BUEN TIEMPO”Desde la década de 1990 existe cierta libertad religiosa, y ahora hay unas cuantas igle­

sias adventistas en China. Una de ellas está cerca de una gran fábrica que forma parte de una empresa de importaciones y exportaciones. La dueña de la empresa es amiga de una adventista. Un día surgió el tema religioso y la adventista le habló de su creencia en Dios,

CÁPSULA INFORMATIVA• China cuenta con casi 1.400 millones de

personas. De cada 5 personas en el mundo, una es china, lo que lo hace el país más poblado del mundo.

• Las religiones tradicionales de China son el confucianismo, el taoísmo y el budismo. En 1949, el gobierno comunista chino disolvió oficialmente la religión organizada, pero en los últimos años algunas reglas se han vuelto más flexibles.

• Pocos cristianos viven en China, y muchos fueron encarcelados por su fe durante los años más difíciles de régimen comunista.

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21MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

Zhang Wei comenzó a asistir a la iglesia adventista. Un día hablaron sobre el tema de la vida sana, incluyendo la alimentación. Explica­ron las leyes bíblicas de las carnes limpias e in­mundas, y los miembros de la iglesia le explica­ron a Zhang Wei que los cerdos eran inmundos y que muchas veces el animal estaba infestado de parásitos. Pensando que los adventistas no podían tener la razón sobre esto, Zhang Wei decidió llevar a cabo un pequeño experimento.

EL EXPERIMENTO DEL CERDOMuchas personas trabajaban en la mis­

ma construcción donde trabajaba Zhang Wei, y el cocinero de la compañía a veces compraba un cerdo entero para alimentar a los obreros. Un día en el que había cerdo estaba en el menú, Zhang Wei fue hasta donde estaba el animal muerto para com­probar si realmente era “inmundo”. Se ase­guró de que nadie lo viera, tomó rápida­mente un cuchillo y abrió el animal. Encontró que el cerdo estaba lleno de gusa­nos desde la cabeza hasta las pezuñas. Con­mocionado y asqueado, prometió que ja­más comería carne de cerdo de nuevo. Al poco tiempo Zhang Wei aceptó todas las verdades de la Biblia que estaba aprendien­do en la Iglesia Adventista, y fue bautizado.

Después de su bautismo Zhang Wei re­gresó a su pueblo natal, donde organizó una iglesia adventista en su casa con una sola persona: ¡él mismo! Pero empezó a compar­tir las cosas que había aprendido de la Biblia con otros, y pronto la iglesia creció. Hoy en día, el condado donde vive Zhang Wei tie­ne seis iglesias adventistas, y tres de los con­dados vecinos tienen iglesias, todo debido a sus oraciones y su poderoso testimonio.

Este trimestre, parte de su ofrenda del decimotercer sábado ayudará a establecer más iglesias en China. ¡Muchas gracias por su generoso apoyo!

China 30 de mayo de 2015

la biblia subtErránEa El siguiente es el relato en primera persona de un pastor

adventista que presta actualmente servicio en China.Durante la época de la revolución cultural China,

era muy peligroso tener una Biblia. Alguien que conoci­mos, sin embargo, logró obtener una. Como era un li­bro tan raro y valioso, este hombre quiso compartirlo con toda la gente posible, así que cuidadosamente la se­paró y repartió uno o dos libros a varias familias adventistas del séptimo día. Nuestra familia recibió los libros de 1 y 2 Samuel, y los leíamos una y otra vez, atesorando cada palabra. ¡Cuando era niño, disfruté enormemente de las muchas historias emocionantes contenidas en esos dos libros! Mi hermano mayor sabía escribir, así que copió los libros a mano para compartirlos con otros.

Algunos años después, alguien encontró una pequeña Biblia que había sido colocada en una bolsa de plástico y enterrada. Este hombre tenía problemas de visión y se le hacía im­posible leer la letra pequeña, así que me regaló la Biblia cuando yo tenía 18 años. ¡Yo me emocioné mucho! ¡Por primera vez tenía una Biblia completa en mis manos!

UN VALIOSO REGALOEsta Biblia “subterránea” se convirtió en un objeto muy preciado para mí, y la leí desde

el primer capítulo hasta el último más de diez veces. Invertí mucho tiempo en ella, marcan­do pasajes importantes, y anotando algunas de mis impresiones. Recuerdo que cuando era joven mi bisabuela me hablaba de Noé, pero ahora tenía 18 años y estaba leyendo sobre el diluvio por primera vez.

Al leer la Biblia, comencé a entender de qué trataba el libro. Aprendí sobre Jesús y sus enseñanzas. Descubrí la verdad en la Biblia. Cuanto más leía, más interés me despertaba.

Dos años más tarde asistí a una zona donde la mayoría de la gente no sabía nada de la Biblia. Me invitaron a hablarles a varios grupos en diferentes casas. Les mostré mi pequeña Biblia y compartí lo que había aprendido de ella. Cuando se corrió la voz, me invitaron a hablar en muchas otras casas.

Mientras compartía me di cuenta de que los jóvenes adolescentes se interesaban mu­cho. Estaban tan ansiosos por aprender que escribí mil textos de la Biblia y se los di para que los memorizaran. ¡Me di cuenta de que era una excelente manera para que ellos apren­dieran la Biblia!

“HE ESTADO ESPERANDO DURANTE UN BUEN TIEMPO”Desde la década de 1990 existe cierta libertad religiosa, y ahora hay unas cuantas igle­

sias adventistas en China. Una de ellas está cerca de una gran fábrica que forma parte de una empresa de importaciones y exportaciones. La dueña de la empresa es amiga de una adventista. Un día surgió el tema religioso y la adventista le habló de su creencia en Dios,

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE22

de la Biblia y de lo que significa ser adven­tista del séptimo día.

La mujer de negocios quedó impresio­nada y le dijo a su amiga:

–Tienes una buena iglesia. Sus doctri­nas en verdad pueden ayudar a la gente. ¿Estarías dispuesta a hablar con mis empleados?

La amiga adventista consideró la invita­ción, pero se sentía amedrentada. Todos los empleados son incrédulos, incluso ateos, pensó.

Después de algún tiempo, la dueña de la empresa volvió a decirle:

–Oye, he estado esperando durante un buen tiempo. ¿Por qué no envías a alguien?

La amiga adventista se dio cuenta de que se trataba de una oportunidad, y le con­tó todo al pastor.

Cuando el pastor adventista llegó a la fábrica, la empresaria invitó a los directores de los departamentos para una reunión. El

pastor habló de Jesús y de sus enseñanzas, y la presentación fue muy bien recibida.

–Este es un buen mensaje y puede ayu­dar a que los empleados tengan una vida mejor, y más positiva –dijo el pastor.

Los jefes de departamento respondieron:

–¿Por qué no vienes a hablar con nues­tros empleados?

EVANGELISMO DE FÁBRICASe fijó una fecha y el pastor regresó.

Unos sesenta empleados llegaron a la reu­nión voluntariamente, y se mostraron entu­siasmados con la presentación. La dueña de la fábrica invitó al pastor adventista para que charlara con sus empleados cada dos semanas. Después de seis presentaciones, treinta empleados aceptaron a Jesús como su Salvador personal.

En diciembre, la Iglesia Adventista or­ganizó una gran actividad para todos los doscientos empleados de la fábrica. La due­ña de la fábrica también invitó a otras em­presas de la zona a unírseles. Cuando esta­ban juntos, algunos de los otros dueños de negocios mencionaron que notaban una diferencia en los empleados de la dueña de la fábrica.

–Después de que sus empleados co­menzaron a creer en Dios se han vuelto muy agradables –le dijeron–. Nosotros también queremos animar a nuestros em­pleados a hacer lo mismo.

Ahora el pastor adventista se reúne con los empleados de otras fábricas todos los do­mingos en la noche.

Después de la actividad de Navidad, la empresaria fue a la iglesia adventista y par­ticipó en el servicio de la comunión. Su amiga le dio la bienvenida con gusto y la animó a seguir asistiendo. Ella planea ser bautizada pronto, junto con treinta de sus empleados.

China 6 de junio de 2015

En busca dE la paz (primEra partE)

Tan creció en una pequeña ciudad en el sur de China. Tan era demasiado tímido, y le resultaba difícil hablar con los demás, así que con frecuencia se sentía muy solo. Él pensaba que la religión era solo superstición, pero a pesar de ello sentía cierto anhelo espiritual. Por tal moti­vo decidió emprender una peregrinación en busca de paz.

Tan emprendió un viaje hacia una ciudad lejana, donde conoció a un pastor cristiano que le habló de la Biblia. Durante varios días los dos estudiaron juntos, y Tan se sintió atraídos por el Dios de la Biblia. Sin embargo, decidió buscar más a fondo antes de comprometerse a una filosofía, así que continuó su viaje.

Dos meses más tarde Tan regresó con ganas de aprender más de Dios. El pastor ayudó a Tan a encontrar trabajo, y los dos reanudaron sus estudios de la Biblia. Esta vez el corazón de Tan se conmovió y decidió hacerse cristiano. Tan ahora quería trabajar para Dios. Un día se enteró de unas reuniones que se celebraban en una ciudad lejana y decidió ir. Cuando pudo ganar un poco de dinero tomó el tren, pero la mayor parte del viaje la hizo a pie. Le tomó un mes para llegar a su destino.

Tan permaneció en la ciudad por varios meses y trabajó con un señor que era cristiano. Luego decidió regresar a su pueblo natal para compartir el evangelio con su familia y amigos.

NO BIENVENIDOCuando Tan llegó a su pueblo comenzó a compartir su fe, pero los aldeanos no se mos­

traron dispuestos a escuchar. Algunos rechazaron su mensaje, y otros se burlaban de él. Tan ayunó y oró: “Amado Dios, ¿no hay nadie que quiera escuchar?” Tan no encontró a nadie que lo escuchara, excepto un delincuente local llamado Tao Ye.

Tao Ye pertenecía a una banda que aterrorizaba a los pobladores. Cuatro miembros de la banda estaban encarcelados y otro había muerto durante algunas de sus actividades más violentas. Aunque Tao tenía la reputación de ser un jugador empedernido, un buscapleitos y un bebedor, Tan habló con él sobre su condición espiritual y se ofreció a orar con él. Pero Tao se rió y dijo que si alguna vez necesitaba a Dios, le avisaría.

CON LA NECESIDAD DE ORARNadie me va a escuchar, pensó Tan. Así que decidió salir de la ciudad y buscar a algunos

creyentes con los que pudiera estudiar. Al salir, Tao lo vio y se puso a caminar a su lado. Mientras iban por el camino, Tan sintió la necesidad de orar por Tao. Este trató de impe­dírselo, pero finalmente accedió. Se detuvieron en el camino, y Tan oró.

Antes de separarse, Tan le dio a Tao una pequeña Biblia, con la esperanza de que la le­yera. Tan se preguntó si alguna vez volvería a ver de nuevo a Tao, o si tal vez escucharía que

CÁPSULA INFORMATIVA• En 1888, Abram La Rue, de 65 años, fue el

primer adventista en llevar el evangelio a China. Durante catorce años trabajó entre el pueblo chino, y fue muy querido.

• Jacob N. Anderson y Emma Anderson Thompson fueron los primeros misioneros enviados a China por la Iglesia Adventista. Trabajaron en ese país desde 1902 hasta 1909.

• La obra médico misionera adventista comenzó en 1903, después de que la carta de llamado de J. N. Anderson fue leída a los delegados en el Congreso de la Asociación General de 1903. Como resultado, cuatro médicos adventistas y dos enfermeras fueron a China a finales de ese año como los primeros misioneros médicos a ese país.

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23MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

pastor habló de Jesús y de sus enseñanzas, y la presentación fue muy bien recibida.

–Este es un buen mensaje y puede ayu­dar a que los empleados tengan una vida mejor, y más positiva –dijo el pastor.

Los jefes de departamento respondieron:

–¿Por qué no vienes a hablar con nues­tros empleados?

EVANGELISMO DE FÁBRICASe fijó una fecha y el pastor regresó.

Unos sesenta empleados llegaron a la reu­nión voluntariamente, y se mostraron entu­siasmados con la presentación. La dueña de la fábrica invitó al pastor adventista para que charlara con sus empleados cada dos semanas. Después de seis presentaciones, treinta empleados aceptaron a Jesús como su Salvador personal.

En diciembre, la Iglesia Adventista or­ganizó una gran actividad para todos los doscientos empleados de la fábrica. La due­ña de la fábrica también invitó a otras em­presas de la zona a unírseles. Cuando esta­ban juntos, algunos de los otros dueños de negocios mencionaron que notaban una diferencia en los empleados de la dueña de la fábrica.

–Después de que sus empleados co­menzaron a creer en Dios se han vuelto muy agradables –le dijeron–. Nosotros también queremos animar a nuestros em­pleados a hacer lo mismo.

Ahora el pastor adventista se reúne con los empleados de otras fábricas todos los do­mingos en la noche.

Después de la actividad de Navidad, la empresaria fue a la iglesia adventista y par­ticipó en el servicio de la comunión. Su amiga le dio la bienvenida con gusto y la animó a seguir asistiendo. Ella planea ser bautizada pronto, junto con treinta de sus empleados.

China 6 de junio de 2015

En busca dE la paz (primEra partE)

Tan creció en una pequeña ciudad en el sur de China. Tan era demasiado tímido, y le resultaba difícil hablar con los demás, así que con frecuencia se sentía muy solo. Él pensaba que la religión era solo superstición, pero a pesar de ello sentía cierto anhelo espiritual. Por tal moti­vo decidió emprender una peregrinación en busca de paz.

Tan emprendió un viaje hacia una ciudad lejana, donde conoció a un pastor cristiano que le habló de la Biblia. Durante varios días los dos estudiaron juntos, y Tan se sintió atraídos por el Dios de la Biblia. Sin embargo, decidió buscar más a fondo antes de comprometerse a una filosofía, así que continuó su viaje.

Dos meses más tarde Tan regresó con ganas de aprender más de Dios. El pastor ayudó a Tan a encontrar trabajo, y los dos reanudaron sus estudios de la Biblia. Esta vez el corazón de Tan se conmovió y decidió hacerse cristiano. Tan ahora quería trabajar para Dios. Un día se enteró de unas reuniones que se celebraban en una ciudad lejana y decidió ir. Cuando pudo ganar un poco de dinero tomó el tren, pero la mayor parte del viaje la hizo a pie. Le tomó un mes para llegar a su destino.

Tan permaneció en la ciudad por varios meses y trabajó con un señor que era cristiano. Luego decidió regresar a su pueblo natal para compartir el evangelio con su familia y amigos.

NO BIENVENIDOCuando Tan llegó a su pueblo comenzó a compartir su fe, pero los aldeanos no se mos­

traron dispuestos a escuchar. Algunos rechazaron su mensaje, y otros se burlaban de él. Tan ayunó y oró: “Amado Dios, ¿no hay nadie que quiera escuchar?” Tan no encontró a nadie que lo escuchara, excepto un delincuente local llamado Tao Ye.

Tao Ye pertenecía a una banda que aterrorizaba a los pobladores. Cuatro miembros de la banda estaban encarcelados y otro había muerto durante algunas de sus actividades más violentas. Aunque Tao tenía la reputación de ser un jugador empedernido, un buscapleitos y un bebedor, Tan habló con él sobre su condición espiritual y se ofreció a orar con él. Pero Tao se rió y dijo que si alguna vez necesitaba a Dios, le avisaría.

CON LA NECESIDAD DE ORARNadie me va a escuchar, pensó Tan. Así que decidió salir de la ciudad y buscar a algunos

creyentes con los que pudiera estudiar. Al salir, Tao lo vio y se puso a caminar a su lado. Mientras iban por el camino, Tan sintió la necesidad de orar por Tao. Este trató de impe­dírselo, pero finalmente accedió. Se detuvieron en el camino, y Tan oró.

Antes de separarse, Tan le dio a Tao una pequeña Biblia, con la esperanza de que la le­yera. Tan se preguntó si alguna vez volvería a ver de nuevo a Tao, o si tal vez escucharía que

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE24

China 13 de junio de 2015

En busca dE la paz (sEgunda partE)

El pastor Xo estudió y oró con Tan pacientemente. Tan oró también y le pidió a Dios que le mostrara sus verdades. Poco a poco, Dios fue abriendo la mente de Tan a lo que estaba aprendiendo de la Biblia, y él fue aceptan­do estas verdades.

Tan se quedó y estudió con el pastor Xo durante siete meses. En ese tiempo fue bautizado y se dedicó a trabajar a tiempo completo para Dios. El pastor Xo le pidió a Tan que trabajara en un pueblo cercano donde había una pequeña congregación de creyentes.

UNA SORPRESAUn día llamaron a la puerta de Tan y al abrir se encontró a Tao frente a él.–Necesitaba encontrarte –dijo Tao–. Quiero conocer a tu Dios.Sorprendido, Tan lo invitó a pasar y se enteró de que tres días después de haber salido

de la ciudad, Tao y sus amigos armaron una pelea con un sujeto que era el líder de una poderosa banda. El joven logró escapar, pero al día siguiente alguien le dijo que el líder de la banda estaba buscándolo para matarlo. Angustiada, la madre de Tao le rogó que saliera de la ciudad.

Mientras embalaba sus cosas para huir, Tao encontró la Biblia que le había regalado Tan. La tomó y esta se abrió en Mateo 6. Tao comenzó a leer: “No se preocupen por su vida [...] busquen primeramente el reino de Dios [...] no se angustien por el mañana [...]. Cada día tiene ya sus problemas” (vers. 25­34). Tao recordó la paz de la que hablaba Tan y deseó conocer a Dios como lo hacía Tan, así que decidió comprar un boleto de ida para encontrar a su amigo cristiano.

DE LA PANDILLA A DIOSTan presentó a Tao con el pastor Xo. El pastor Xo ayudó a Tao a encontrar trabajo y por

las noches estudiaban juntos la Biblia. Tao absorbió todas las verdades, aceptó a Cristo como su Salvador y fue bautizado. Ahora un nuevo deseo ardía en el corazón de Tao: quería ser un obrero bíblico.

Tao decidió regresar a casa y compartir su nueva fe con la gente de allí. Su primera con­versión fue su madre, quien vio el profundo cambio en la vida de su hijo. Algunos otros también escucharon con interés. La madre de Tao temía que si se quedaba en el pueblo este podría volver a caer en sus viejos hábitos. Por tal motivo lo instó a volver a la ciudad y con­tinuar sus estudios, pero Tao le explicó que Jesús había cambiado su vida para siempre.

Tao volvió a la ciudad para prepararse mejor. Él sabe que está vivo por la gracia de Dios, y por la gracia de Dios quiere vivir para él. Tanto Tan como Tao están agradecidos por la

el miembro de la banda había muerto en una riña.

Tan se dirigió a una gran ciudad en la que había oído que había un grupo de cris­tianos activos. Cuando llegó a la ciudad se le advirtió que debía regresar a su provincia de origen o se arriesgaría a ser arrestado. A pesar de que ya tenía un boleto de tren, Tan decidió quedarse y tratar de encontrar a los cristianos de quienes había oído hablar.

Se las ingenió para conseguir un mapa y comenzó a buscar. Finalmente, encontró una iglesia adventista y se reunió con el pas­tor Xo [Cho] y varios jóvenes que estaban

estudiando para convertirse en líderes laicos de la iglesia. Tan se sintió feliz cuando el pastor Xo lo invitó a quedarse y estudiar la Biblia.

Tan no planeaba quedarse durante mu­cho tiempo, pero como nadie lo envió a casa, se quedó y estudió. Mientras él y el anciano pastor estudiaban la Biblia juntos, Tan aprendía nuevas verdades acerca de Dios. Tan había oído hablar del sábado, pero creía que el domingo era el día de re­poso. Otros cristianos adoraban en domin­go. ¿Por qué este grupo adoraba en sábado?

Continuará.

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25MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

China 13 de junio de 2015

En busca dE la paz (sEgunda partE)

El pastor Xo estudió y oró con Tan pacientemente. Tan oró también y le pidió a Dios que le mostrara sus verdades. Poco a poco, Dios fue abriendo la mente de Tan a lo que estaba aprendiendo de la Biblia, y él fue aceptan­do estas verdades.

Tan se quedó y estudió con el pastor Xo durante siete meses. En ese tiempo fue bautizado y se dedicó a trabajar a tiempo completo para Dios. El pastor Xo le pidió a Tan que trabajara en un pueblo cercano donde había una pequeña congregación de creyentes.

UNA SORPRESAUn día llamaron a la puerta de Tan y al abrir se encontró a Tao frente a él.–Necesitaba encontrarte –dijo Tao–. Quiero conocer a tu Dios.Sorprendido, Tan lo invitó a pasar y se enteró de que tres días después de haber salido

de la ciudad, Tao y sus amigos armaron una pelea con un sujeto que era el líder de una poderosa banda. El joven logró escapar, pero al día siguiente alguien le dijo que el líder de la banda estaba buscándolo para matarlo. Angustiada, la madre de Tao le rogó que saliera de la ciudad.

Mientras embalaba sus cosas para huir, Tao encontró la Biblia que le había regalado Tan. La tomó y esta se abrió en Mateo 6. Tao comenzó a leer: “No se preocupen por su vida [...] busquen primeramente el reino de Dios [...] no se angustien por el mañana [...]. Cada día tiene ya sus problemas” (vers. 25­34). Tao recordó la paz de la que hablaba Tan y deseó conocer a Dios como lo hacía Tan, así que decidió comprar un boleto de ida para encontrar a su amigo cristiano.

DE LA PANDILLA A DIOSTan presentó a Tao con el pastor Xo. El pastor Xo ayudó a Tao a encontrar trabajo y por

las noches estudiaban juntos la Biblia. Tao absorbió todas las verdades, aceptó a Cristo como su Salvador y fue bautizado. Ahora un nuevo deseo ardía en el corazón de Tao: quería ser un obrero bíblico.

Tao decidió regresar a casa y compartir su nueva fe con la gente de allí. Su primera con­versión fue su madre, quien vio el profundo cambio en la vida de su hijo. Algunos otros también escucharon con interés. La madre de Tao temía que si se quedaba en el pueblo este podría volver a caer en sus viejos hábitos. Por tal motivo lo instó a volver a la ciudad y con­tinuar sus estudios, pero Tao le explicó que Jesús había cambiado su vida para siempre.

Tao volvió a la ciudad para prepararse mejor. Él sabe que está vivo por la gracia de Dios, y por la gracia de Dios quiere vivir para él. Tanto Tan como Tao están agradecidos por la

estudiando para convertirse en líderes laicos de la iglesia. Tan se sintió feliz cuando el pastor Xo lo invitó a quedarse y estudiar la Biblia.

Tan no planeaba quedarse durante mu­cho tiempo, pero como nadie lo envió a casa, se quedó y estudió. Mientras él y el anciano pastor estudiaban la Biblia juntos, Tan aprendía nuevas verdades acerca de Dios. Tan había oído hablar del sábado, pero creía que el domingo era el día de re­poso. Otros cristianos adoraban en domin­go. ¿Por qué este grupo adoraba en sábado?

Continuará.

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MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE26

manera en que Dios ha guiado sus vidas y siguen compartiendo su fe con otros como pastores laicos en el sur de China.

Este trimestre, parte de nuestra ofrenda del decimotercer sábado ayudará a estable­cer iglesias en hogares en algunas de las ciu­dades más grandes de China. Gracias por dar generosamente para apoyar esta maravi­llosa oportunidad.

Taiwán 20 de junio de 2015

una Vida nuEVaUn día estaba revisando los canales de televisión,

cuando algo llamó mi atención. Por lo general no le presto mucha atención a los anuncios de televisión, pero este me cautivó. Un hombre estaba hablando de hábitos de vida saludable y de todos los factores que intervienen en ella. Estaba instando a los espectadores a aprender más sobre un programa de salud llamado NEW START [Nuevo comienzo].

Al instante supe que mi madre necesitaba lo que este programa estaba promocionando. Ella recientemente se había sometido a dos cirugías a causa del cáncer, y necesitaba vivir lo más saludable posible. Llamé al número que aparecía en la pantalla y me comunicaron con el Hospital Adventista de Taiwán. Tanto mi madre como yo nos inscribimos en el programa NEW START.

El enfoque de salud total del programa me proporcionó toda la información que nece­sitaba, incluyendo dieta y nutrición, ejercicio, oración y meditación. Después de dos sema­nas mi vida había cambiado por completo. Me sentí con más energía y más fuerte.

Pero mi madre no descubrió lo que a mí me parecía obvio. Ella estaba enferma y con­vencida de que su vida estaba terminando. Se resistió a los cambios que podrían hacer su vida mucho más agradable.

–Soy vieja, he hecho así las cosas durante muchos años –dijo–. ¿Por qué cambiar ahora?

UN NUEVO COMIENZOYo le pedí a una de las mujeres cristianas de la clase que me ayudara a entender al Dios

de los cristianos. Empezamos a estudiar la Biblia juntas, y pronto me di cuenta de que el Dios del cielo era el Dios vivo y verdadero. Me di cuenta de que adorar ídolos no era más que una tradición familiar. Los ídolos que adorábamos no podían hacer nada por nosotros. No ofrecían ninguna esperanza para el futuro.

Me sorprendió saber que el Dios de los cristianos no solo era poderoso, sino también amable y cariñoso con su pueblo. Él ofrecía esperanza de vida eterna en su Hijo Jesús. Final­mente entendí lo que eran el amor y el perdón. Amamos y perdonamos a otros no solo porque es la manera correcta de actuar, sino porque Dios nos amó y nos perdonó. ¡Era lógico!

Cuanto más aprendía, más convencida estaba de que debía ser cristiana: una cristiana adventista. Sin embargo, me costó tomar la decisión de bautizarme. Pero Dios puso en mi camino a personas que me ayudaron.

Mi madre estaba demasiado enferma para asistir a mi bautismo, pero yo invité a mi ma­rido y a mi padre. Ellos apoyaron mi decisión, a pesar de que dijeron que no la entendían.

LA DECISIÓN DE LA MADREYo hablé mucho con mi madre sobre la importancia de que entregara su vida a Dios, pero

ella decía que no estaba interesada. No obstante su cáncer volvió y se dio cuenta de que su vida

CÁPSULA INFORMATIVA• China recibió parte de una de las primeras

ofrendas de decimotercer sábado en 1912 para ayudar a proporcionar vivienda para misioneros. En los siguientes 35 años, China recibió parte de 19 ofrendas de decimotercer sábado para ayudar a transportar nuevos misioneros a sus campos, y construir puestos misioneros, escuelas, una editorial y varias clínicas.

• La obra en China avanzó rápidamente durante los primeros años. Un informe fechado en 1915 indica que más de 11 mil revistas y 3 mil folletos fueron vendidos en una región, lo que provocó peticiones de pueblos y ciudades para que enviaran misioneros a compartir la Palabra de Dios con el pueblo.

• Además de los millones de habitantes de China, millones de chinos viven en todo el mundo.

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27MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

manera en que Dios ha guiado sus vidas y siguen compartiendo su fe con otros como pastores laicos en el sur de China.

Este trimestre, parte de nuestra ofrenda del decimotercer sábado ayudará a estable­cer iglesias en hogares en algunas de las ciu­dades más grandes de China. Gracias por dar generosamente para apoyar esta maravi­llosa oportunidad.

Taiwán 20 de junio de 2015

una Vida nuEVaUn día estaba revisando los canales de televisión,

cuando algo llamó mi atención. Por lo general no le presto mucha atención a los anuncios de televisión, pero este me cautivó. Un hombre estaba hablando de hábitos de vida saludable y de todos los factores que intervienen en ella. Estaba instando a los espectadores a aprender más sobre un programa de salud llamado NEW START [Nuevo comienzo].

Al instante supe que mi madre necesitaba lo que este programa estaba promocionando. Ella recientemente se había sometido a dos cirugías a causa del cáncer, y necesitaba vivir lo más saludable posible. Llamé al número que aparecía en la pantalla y me comunicaron con el Hospital Adventista de Taiwán. Tanto mi madre como yo nos inscribimos en el programa NEW START.

El enfoque de salud total del programa me proporcionó toda la información que nece­sitaba, incluyendo dieta y nutrición, ejercicio, oración y meditación. Después de dos sema­nas mi vida había cambiado por completo. Me sentí con más energía y más fuerte.

Pero mi madre no descubrió lo que a mí me parecía obvio. Ella estaba enferma y con­vencida de que su vida estaba terminando. Se resistió a los cambios que podrían hacer su vida mucho más agradable.

–Soy vieja, he hecho así las cosas durante muchos años –dijo–. ¿Por qué cambiar ahora?

UN NUEVO COMIENZOYo le pedí a una de las mujeres cristianas de la clase que me ayudara a entender al Dios

de los cristianos. Empezamos a estudiar la Biblia juntas, y pronto me di cuenta de que el Dios del cielo era el Dios vivo y verdadero. Me di cuenta de que adorar ídolos no era más que una tradición familiar. Los ídolos que adorábamos no podían hacer nada por nosotros. No ofrecían ninguna esperanza para el futuro.

Me sorprendió saber que el Dios de los cristianos no solo era poderoso, sino también amable y cariñoso con su pueblo. Él ofrecía esperanza de vida eterna en su Hijo Jesús. Final­mente entendí lo que eran el amor y el perdón. Amamos y perdonamos a otros no solo porque es la manera correcta de actuar, sino porque Dios nos amó y nos perdonó. ¡Era lógico!

Cuanto más aprendía, más convencida estaba de que debía ser cristiana: una cristiana adventista. Sin embargo, me costó tomar la decisión de bautizarme. Pero Dios puso en mi camino a personas que me ayudaron.

Mi madre estaba demasiado enferma para asistir a mi bautismo, pero yo invité a mi ma­rido y a mi padre. Ellos apoyaron mi decisión, a pesar de que dijeron que no la entendían.

LA DECISIÓN DE LA MADREYo hablé mucho con mi madre sobre la importancia de que entregara su vida a Dios, pero

ella decía que no estaba interesada. No obstante su cáncer volvió y se dio cuenta de que su vida

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28 MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

terminaría pronto. Eso hizo que se volviera más receptiva a mis palabras. Me preocupaba por ella a tiempo completo, asegurándome de que tuviera buena comida, de que recibie­ra sol todos los días y de que diera un paseo cuando sentía que podía salir a la calle. La­mentablemente, su cáncer había avanzado mucho y seguía debilitándose.

Un día en que ella gemía de dolor, me arrodillé y oré en silencio junto a su cama. Sabía que no viviría demasiado tiempo, y no quería perderla para siempre. Oré para que Dios enviaría su Espíritu a fin de que abriera el corazón de mi madre. Antes de terminar mi oración, mi madre me preguntó:

–¿Qué día es hoy?–Hoy es miércoles, mamá –le respondí. –Entonces quiero ser bautizada el vier­

nes –dijo mi madre.La miré fijamente, atónita. ¿Realmente

escuché lo que me pareció que dijo? ¿Contesta Dios las oraciones tan rápidamente?

Mi madre y yo pasamos los siguientes dos días hablando de Dios y de su amor. El viernes ayudé a un enfermero a transportar­la a un sanatorio que tenía una bañera lo suficientemente grande como para bauti­zarla. ¡Qué alegría me dio presenciar la anti­gua vida de mi madre siendo sepultada en el bautismo! Yo me dediqué a trabajar para Dios como misionera médica, compartien­do su amor con todos los que conozco.

Mi madre murió un mes después. De­rramé lágrimas de alegría mezcladas con lá­grimas de tristeza, porque sabía que la vería de nuevo en la resurrección.

UN NUEVO TRABAJODespués de la muerte de mi madre, asu­

mí mi nuevo trabajo como misionera médi­ca ayudando a otros a entender los princi­pios de NEW START que tanto me habían ayudado. Mi trabajo consiste en visitar a la

gente en sus hogares y responder preguntas sobre los principios de la salud. Si alguien quiere estudios de la Biblia, me encargo de conseguirlo. Yo soy voluntaria, por lo que mi sueldo es la alegría de saber que Dios me ha utilizado para cambiar la vida de otros.

Mi padre ha tomado el programa NEW START, y mi marido sigue sus principios conmigo. Él ha perdido catorce kilogramos. Yo siempre animo a mi esposo y a mi padre a comer saludablemente; a hacer ejercicio, tomar sol y aire fresco; y a confiar en Dios. Espero que algún día acepten a Cristo como su Señor al ver la diferencia que Dios puede representar en sus vidas. Confío en que voy a ver a mi madre otra vez, y yo quiero que ella vea a mi padre cuando abra los ojos du­rante el regreso de Jesús. El Espíritu Santo tiene mucho trabajo que hacer en la vida de mi padre. Él está muy decepcionado porque yo abandoné la adoración a los antepasados. Cuando la familia va al cementerio a rezar­les a mi madre y a nuestros otros antepasa­dos, los demás sostienen una vara de incien­so. Yo voy con ellos, pero me niego a sostener el incienso o rezarles a los muertos. Mi padre se enoja, porque cree que el alma de mi madre no puede descansar sin mis rezos por ella. Yo trato de explicarle que mi mamá está dormida hasta el día de la resu­rrección, pero hasta ahora se niega a enten­der. Así que cuando la familia va al cemen­terio, me inclino en reverencia al Dios vivo para que mi padre acepte el amor y el sacri­ficio de Dios en su propia vida.

Yo sigo trabajando para compartir a Jesús con el pueblo de Taiwán a través del mensaje de salud. Muchos aún temen a los dioses de piedra y metal. Dios me alcanzó con esta obra, y yo quiero ayudarlo a alcanzar a otros.

Gracias por apoyar esta obra misionera a través de sus fieles ofrendas. Estas marcan la diferencia, la diferencia entre la vida y la muerte.

27 de junio de 2015

programa dEl dEcimotErcEr sábado

Participantes: Dos narradores y seis jó­venes para presentar los proyectos; seis ni­ños pequeños para llevar las banderas a tra­vés de la plataforma y sostener la bandera correspondiente cuando se presente el pro­yecto de cada país. Si no cuenta con sufi­cientes niños para esta parte, pídale a dos narradores más que se alternen leyendo las partes de los jóvenes. No es necesario que los participantes memoricen sus partes, pero deben estar lo suficientemente familia­rizados con el material para presentarlo con confianza (tenga en cuenta que una versión simplificada de este programa aparece en el folleto de los niños).

Narrador 1: La División Asiática del Pacífico Norte está formada por seis países. Cada uno presenta sus propios desafíos para terminar la obra de Dios.

Narrador 2: [El niño 1 lleva la bandera de China a través de la plataforma y se sitúa en una esquina.] China, la nación más poblada del mundo, con casi mil cuatrocientos millo­nes de personas, está abriendo sus fronteras al mundo. Pero con un poco más de cuatro­cientos mil creyentes, solo uno de cada 3.400 es un adventista del séptimo día. ¡Que Dios use a sus hijos para encender las lámparas de la fe a lo largo y ancho de este vasto país!

Page 29: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

29MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

gente en sus hogares y responder preguntas sobre los principios de la salud. Si alguien quiere estudios de la Biblia, me encargo de conseguirlo. Yo soy voluntaria, por lo que mi sueldo es la alegría de saber que Dios me ha utilizado para cambiar la vida de otros.

Mi padre ha tomado el programa NEW START, y mi marido sigue sus principios conmigo. Él ha perdido catorce kilogramos. Yo siempre animo a mi esposo y a mi padre a comer saludablemente; a hacer ejercicio, tomar sol y aire fresco; y a confiar en Dios. Espero que algún día acepten a Cristo como su Señor al ver la diferencia que Dios puede representar en sus vidas. Confío en que voy a ver a mi madre otra vez, y yo quiero que ella vea a mi padre cuando abra los ojos du­rante el regreso de Jesús. El Espíritu Santo tiene mucho trabajo que hacer en la vida de mi padre. Él está muy decepcionado porque yo abandoné la adoración a los antepasados. Cuando la familia va al cementerio a rezar­les a mi madre y a nuestros otros antepasa­dos, los demás sostienen una vara de incien­so. Yo voy con ellos, pero me niego a sostener el incienso o rezarles a los muertos. Mi padre se enoja, porque cree que el alma de mi madre no puede descansar sin mis rezos por ella. Yo trato de explicarle que mi mamá está dormida hasta el día de la resu­rrección, pero hasta ahora se niega a enten­der. Así que cuando la familia va al cemen­terio, me inclino en reverencia al Dios vivo para que mi padre acepte el amor y el sacri­ficio de Dios en su propia vida.

Yo sigo trabajando para compartir a Jesús con el pueblo de Taiwán a través del mensaje de salud. Muchos aún temen a los dioses de piedra y metal. Dios me alcanzó con esta obra, y yo quiero ayudarlo a alcanzar a otros.

Gracias por apoyar esta obra misionera a través de sus fieles ofrendas. Estas marcan la diferencia, la diferencia entre la vida y la muerte.

27 de junio de 2015

programa dEl dEcimotErcEr sábado

Participantes: Dos narradores y seis jó­venes para presentar los proyectos; seis ni­ños pequeños para llevar las banderas a tra­vés de la plataforma y sostener la bandera correspondiente cuando se presente el pro­yecto de cada país. Si no cuenta con sufi­cientes niños para esta parte, pídale a dos narradores más que se alternen leyendo las partes de los jóvenes. No es necesario que los participantes memoricen sus partes, pero deben estar lo suficientemente familia­rizados con el material para presentarlo con confianza (tenga en cuenta que una versión simplificada de este programa aparece en el folleto de los niños).

Narrador 1: La División Asiática del Pacífico Norte está formada por seis países. Cada uno presenta sus propios desafíos para terminar la obra de Dios.

Narrador 2: [El niño 1 lleva la bandera de China a través de la plataforma y se sitúa en una esquina.] China, la nación más poblada del mundo, con casi mil cuatrocientos millo­nes de personas, está abriendo sus fronteras al mundo. Pero con un poco más de cuatro­cientos mil creyentes, solo uno de cada 3.400 es un adventista del séptimo día. ¡Que Dios use a sus hijos para encender las lámparas de la fe a lo largo y ancho de este vasto país!

Narrador 1: [El niño 2 lleva la bandera japonesa a través de la plataforma y se ubica junto al niño 1.] Japón es un país rico y abundante en bienes, pero la mayoría de sus pobladores nunca han oído hablar de Jesús. La iglesia en Japón tiene un poco más de quince mil miembros, lo que representa un creyente adventista por cada 8.300 perso­nas. La mayoría de los creyentes son perso­nas mayores, y solo unos pocos se bautizan cada año. Sin embargo, entre la población inmigrante se está produciendo un creci­miento de la iglesia. Oremos para que el Señor continúe alcanzando a aquellos que han emigrado a Japón, así como a los naci­dos en la tierra del sol naciente.

Narrador 2: [El niño 3 lleva la bandera de Mongolia a través de la plataforma.] Los primeros creyentes en Mongolia en genera­ciones se bautizaron hace poco más de vein­te años. La mayor parte de los 1.600 cre­yentes del país son jóvenes que están dispuestos a compartir su fe con otros. Ore­mos para que crezcan fuertes en la fe y su liderazgo sea poderoso en la iglesia en una de las culturas más antiguas del mundo.

Narrador 1: [El niño 4 lleva la bandera de Corea del Norte a través de la plataforma.] Nadie sabe cuántos creyentes adventistas

Primer himno “Cristo está buscando obreros”, Himnario adventista, No 560

Bienvenida Director o maestro de Escuela Sabática

Oración

Programa “Alcanzando a miles de millones en el norte de Asia”

Ofrenda

Último himno “Jesús está buscando voluntarios hoy”, Himnario adventista, No 518

Última oración

Page 30: Informativo Misión Adultos | Segundo trimestre 2015 |  División Asiática del Pacífico Norte

30 MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

viven en Corea del Norte. Pero los pocos que se las han ingeniado para salir de la na­ción más cerrada del mundo dan razón de que hay esperanza. Oremos para que las puertas de Corea del Norte se abran a fin de que el evangelio pueda entrar masivamente y alimentar los corazones hambrientos con el pan de vida.

Narrador 2: [El niño 5 lleva la bandera de Corea del Sur a través de la plataforma.] Corea del Sur es el país más “cristiano” en la División Asiática del Pacífico Norte. Sin embargo, solo un tercio de la población de Corea del Sur profesa el cristianismo, y aproximadamente una persona de cada 250 es adventista del séptimo día. Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, los adventistas si­guen siendo mal entendidos. Oremos por los que sufren por su fe en Corea del Sur.

Narrador 1: [El niño 6 lleva la bandera de Taiwán a través de la plataforma.] Taiwán es una pequeña isla en la costa de China. La mayoría de los adventistas del país provie­nen de tribus autóctonas que viven princi­palmente en la región montañosa. Solo una de cada 25.000 personas de origen chino en Taiwán es adventista. Ore para que Dios toque los corazones de los millones de per­sonas en Taiwán que necesitan conocerlo.

Narrador 2: Hoy nuestra ofrenda del decimotercer sábado ayudará a fortalecer las manos de nuestros hermanos y hermanas en la División Asiática del Pacífico Norte, proporcionando algunas herramientas vita­les para llevar a otros la esperanza que Jesús ofrece, y para animar a aquellos que ya creen.

Joven 1: [El niño que sostiene la bandera japonesa también se adelanta y mantiene la bandera en alto.] Un centro de evangeliza­ción multicultural para alcanzar a la gran población inmigrante de Japón.

Joven 2: [El niño que sostiene la bandera de Mongolia también da un paso adelante y

mantiene su bandera en alto.] Cuatro aulas y una biblioteca para la escuela adventista en la ciudad capital de Mongolia. Esta escuela es un importante enlace para traer a las fa­milias a la iglesia.

Joven 3: [El niño que sostiene la bandera de Corea del Sur da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto]. Parte de nuestra ofrenda del decimotercer sábado de hoy ayudará a establecer un instituto misionero especialmente para jóvenes. Este instituto, que comenzó como la “iglesia panqueca”, de la que leímos a principios de este trimes­tre, educará y capacitará a los jóvenes para el evangelismo multicultural.

Joven 4: [El niño que sostiene la bandera de Taiwán da un paso hacia adelante y sostie-ne la bandera en alto.] Una de las maneras más eficaces de alcanzar a la gente en las ciudades es a través de un centro de influen­cia. Parte de la ofrenda del decimotercer sábado de este trimestre servirá para estable­cer o mantener tres centros de este tipo en Taiwán, una guardería para ancianos, pro­gramas de tareas dirigidas para niños, y pro­gramas de promoción de la salud.

Joven 5: [El niño que sostiene la bandera de China da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto.] Varios pioneros de Mi­sión Global están trabajando en China para establecer iglesias en 18 grandes ciudades que actualmente no tienen presencia adven­tista. Parte de la ofrenda de hoy será utiliza­da para ayudar a comprar apartamentos en cada una de estas ciudades que serán utiliza­dos como iglesias y centros de formación.

Joven 6: [El niño que sostiene la bandera de Corea del Norte da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto.] No sabemos cuántos cristianos viven en Corea del Nor­te, pero sabemos que hay algunos. Sabemos por personas que han vivido allí que al me­nos algunos de estos cristianos son adventis­tas del séptimo día. La vida es muy difícil

para ellos. Oremos para que Dios proteja y bendiga a sus hijos en este país donde el cristianismo es una religión extranjera.

Narrador 1: Nosotros podemos ayudar a alcanzar y apoyar a las personas que viven en los países de la División Asiática del Pa­cífico Norte con nuestras oraciones y ofren­das para las misiones. Cuando damos nues­tras ofrendas para las misiones y cuando oramos, ayudamos a aquellos que conocen a Jesús a compartir el amor de Dios con sus amigos. Y nuestra ofrenda del decimotercer sábado marcará una gran diferencia para los jóvenes de Corea del Sur que están dispues­

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31MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS ASIÁTICA DEL PACÍFICO NORTE

mantiene su bandera en alto.] Cuatro aulas y una biblioteca para la escuela adventista en la ciudad capital de Mongolia. Esta escuela es un importante enlace para traer a las fa­milias a la iglesia.

Joven 3: [El niño que sostiene la bandera de Corea del Sur da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto]. Parte de nuestra ofrenda del decimotercer sábado de hoy ayudará a establecer un instituto misionero especialmente para jóvenes. Este instituto, que comenzó como la “iglesia panqueca”, de la que leímos a principios de este trimes­tre, educará y capacitará a los jóvenes para el evangelismo multicultural.

Joven 4: [El niño que sostiene la bandera de Taiwán da un paso hacia adelante y sostie-ne la bandera en alto.] Una de las maneras más eficaces de alcanzar a la gente en las ciudades es a través de un centro de influen­cia. Parte de la ofrenda del decimotercer sábado de este trimestre servirá para estable­cer o mantener tres centros de este tipo en Taiwán, una guardería para ancianos, pro­gramas de tareas dirigidas para niños, y pro­gramas de promoción de la salud.

Joven 5: [El niño que sostiene la bandera de China da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto.] Varios pioneros de Mi­sión Global están trabajando en China para establecer iglesias en 18 grandes ciudades que actualmente no tienen presencia adven­tista. Parte de la ofrenda de hoy será utiliza­da para ayudar a comprar apartamentos en cada una de estas ciudades que serán utiliza­dos como iglesias y centros de formación.

Joven 6: [El niño que sostiene la bandera de Corea del Norte da un paso hacia adelante y sostiene la bandera en alto.] No sabemos cuántos cristianos viven en Corea del Nor­te, pero sabemos que hay algunos. Sabemos por personas que han vivido allí que al me­nos algunos de estos cristianos son adventis­tas del séptimo día. La vida es muy difícil

para ellos. Oremos para que Dios proteja y bendiga a sus hijos en este país donde el cristianismo es una religión extranjera.

Narrador 1: Nosotros podemos ayudar a alcanzar y apoyar a las personas que viven en los países de la División Asiática del Pa­cífico Norte con nuestras oraciones y ofren­das para las misiones. Cuando damos nues­tras ofrendas para las misiones y cuando oramos, ayudamos a aquellos que conocen a Jesús a compartir el amor de Dios con sus amigos. Y nuestra ofrenda del decimotercer sábado marcará una gran diferencia para los jóvenes de Corea del Sur que están dispues­

tos a compartir su fe con otros [señale a Co-rea del Sur en el mapa], para los inmigrantes que viven en Japón [señale cerca del monte Fuji, en Japón], para los jóvenes que estu­dian en la escuela adventista en Mongolia [señale a Mongolia], y para los muchos chi­nos que serán bendecidos a través de un centro de influencia o asistiendo a una igle­sia adventista en un hogar [señale a Taiwán y a China]. Hagamos nuestra parte hoy para compartir el amor de Dios con nuestros fa­miliares en la División Asiática del Pacífico Norte.

[Ofrenda.]

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