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  • Gnesis de la Familia Uruguaya como el comienzo de un nuevo concepto de genealoga en el Rio de la Plata, democratizante,

    abarcador y cientfico

    Cuando hace hace algun tiempo comenzamos nuestra labor genealgica, dado nuestroorigen oriental fue inevitable que al poco tiempo nos cruzramos con Gnesis de laFamilia Uruguaya

    Quizas esa familiaridad tan inmediata hizo que por algn tiempo no tomramos realconsciencia de lo que representaba.

    Con el correr de los aos, fuimos conociendo las obras obligadas de la genealogauruguaya, argentina y brasilera.

    Nos extraaba de alguna forma, ver que ninguna tena la vastedad y la metodologa de laobra de Apolant.Excelentes diccionarios biogrficos, grandes obras de relevamiento de datos,transcripciones, anlisis histricos; ninguna sin embargo era similar al Gnesis.

    Con el tiempo, comprendimos qu la haca diferente. La obra de Apolant es uno deesos raros trabajos que abren camino donde no lo hay.

    Es una transcripcin de libros parroquiales, sin ser un aglomerado de datos fros, comolas transcripciones habituales, con lo tiles que son.Es un libro de historia, sin pretenderlo, porque nos da una visin fresca y clara de lapoca, con sus avatares polticos y sociales.Por las mismas razones se podra decir tambien que es un libro de Sociologa oAntropologa.Es un diccionario biogrfico, aun sin proponrselo, por la cantidad de informacin quenos da de muchos de sus personajes.Diramos que hasta es en algunos casos, casi una novela, si consideramos lasapasionantes pinturas de escenas y personalidades de la poca, que el autor fue elprimero en disfrutar, al punto que las indexa para que se consultenindependientemente.

    En un anlisis mas profundo, encontramos las razones de su particularidad.La obra de Apolant se detiene en todos y cada uno de sus personajes.

    Al contrario de obras similares, en el marco de una genealoga clsica, que se dedican al estudio y la exaltacin siempre de las mismas familias, individuos y hechos relevantes, Apolant le da la misma importancia a todos. Detalles de cada persona y situacin son registrados, con una metodologa tan cientfica como democrtica.

    Hace mucho tiempo la genealoga fue el arte de los ricos y poderosos, los nicos que tenan un lugar en la historia.

  • No hace mucho, cuando comenz a ser ciencia, lo fue de pocas familias y hasta se dictamin en alguna parte, que solo deban registrarse las descendencias legtimas de las mismas. La obra de Apolant mismo fue radiada y atacada en su momento por esa corriente fenecida, en una actitud que a la luz de una mentalidad actual se revela incomprensible y anticientfica

    Sin pretender ser genealogista, pero habiendo dado un vuelco a la genealoga rioplatense, Apolant es uno de los raros autores que hace su propio camino en la ciencia que lo ocupa. Su metodologa es un ejemplo para quienes estn en la actividad y su obra la fuente de cantidad de futuros trabajos que se han de desarrollar a partir de sus datos, con los mtodos que las nuevas tecnologas permiten.

    Hoy asistimos a una explosin del interes por la genealoga, de la mano de nuevos medios de comunicacin y difusin. En cada familia alguien se ocupa de registrar e investigar y miles de voluntarios en todo el mundo trabajan en red para documentar y compartir generosamente cada vez ms padrones, listas de embarque, libros parroquiales, listas de enrolamiento, lpidas de cementerios y todo lo que pueda ayudar a encontrar a cada persona, sus ascendientes y races. La generosidad es la marca registrada de todos ellos, y ellos se dedican prolijamente a todos, sin excepciones.

    En ese marco, es lgico que la obra de Apolant, por derecho propio, sea la primera en entrar, abanderada, renovada y fresca, siempre enriquecedora, al mundo digital rioplatense.

    Es un gusto haber podido colaborar con eso, y un honor que Ellen Apolant, joven correctora de la edicin papel de su padre, haya corregido tambin este, nuestro homenaje conjunto a l.

    Martin Romano Garcia, Asuncin, Octubre 2005.

  • Instalacin

    - Para ver esta obra es imprescindible el programa Acrobat Reader versin 6.0 o superior. En caso de no tenerlo, puede instalarse el que se incluye en este CD.

    Elementos a tener en cuenta antes de comenzar una bsqueda:

    -Slo es posible utilizar el buscador de Acrobat Reader para encontrar apellidos. Debajo de cada apellido puede haber una lista de nombres de pila, por orden alfabtico, que habr que examinar para encontrar un individuo en especial.

    -El buscador de Acrobat Reader busca simultneamente en cuatro ndices distintos de apellidos: tres de ellos refieren a otras tantas secciones de Gnesis de la Familia Uruguaya, y el cuarto corresponde al Operativo Patagonia. Es por eso que en los resultados de bsqueda puede aparecer varias veces un mismo apellido, lo que significa que hay informacin sobre personas con ese apellido en las dos obras, o en distintas secciones de Gnesis.

    -En ningn caso los nmeros que figuran junto a los nombres se refieren a pginas del libro, sino a nmeros de familias, partidas o expedientes.

    -Por indicaciones ms detalladas sobre el empleo de los ndices, es conveniente consultar las Explicaciones para el uso de los ndices.

    Cmo buscar un apellido:

    e1) Hacer click en el botn de bsqueda de Acrobat Reader ingresar el apellido que desea buscar. Asegurarse de que est desactivada la opcin Palabras completas (Whole words only).

    -En algunos casos excepcionales, es posible que el resultado derive a otra forma distinta del mismo apellido. Por ejemplo, si se ingresa el apellido GATZE, el resultado ser GATZE cfr. Gaso. En ese caso, repetir la bsqueda utilizando la nueva grafa sugerida.

    - Si el apellido buscado no apareciera, intentar escribirlo de un modo

  • distinto, suprimir la(s) letra(s) final(es) o -eventualmente- ingresar apenas las primeras tres o cuatro letras.

    2) En la ventana de resultados, hacer click sobre el apellido resaltado, para ir al ndice. El nombre del ndice que se est consultando ("Principal", "Censo 1769", "P. Aldecoa" o "Indice O.P.") aparecer debajo de la ventana principal.

    3) Una vez en el ndice, buscar bajo el apellido el nombre de pila de la(s) persona(s) sobre las que se desea obtener informacin.

    -Si el apellido aparece repetido -seal de que figura en ms de un ndice- habr que repetir los pasos 2) y 3) tantas veces como aparezca.

    4) Consultar la parte de la obra a la que refiere el ndice, ayudndose con los "Marcadores" (Bookmarks) de la ventana izquierda de la pantalla, guindose por las siguientes referencias:

    En los ndices de GENESIS:

    Indice Principal: - Este ndice est integrado por el Padrn Milln, el Libro I de

    Matrimonios de la Catedral, el Anexo y el Complemento.

    - la indicacin PM se refiere al Padrn Milln, o sea, a la segunda parte del EXORDIO;

    - los nmeros simples se refieren a los nmeros correlativos de las partidas que figuran en LIBRO I de Matrimonios de la Catedral de Montevideo;

    - los nmeros compuestos, p. ej. 1764/ 3 deben buscarse en el ANEXO (segunda parte del cuerpo principal) es decir en el expediente de Curia, ao 17641 legajo 3, en el ejemplo dado;

    - los nmeros precedidos por una C, p. ej. C 108, se refieren al COMPLEMENTO (tercera parte del cuerpo principal) y su nmero correlativo.

    En los casos en que aparece un guarismo entre parntesis despus del

  • nmero, p. ej., 11 (2), esto significa que en aquel lugar figuran varias personas distintas del mismo nombre y apellido, en general padre e hijo, o madre e hija, homnimos. Si las cifras entre parntesis siguen al PM, la persona referida figura ese nmero de veces en el Padrn Milln bajo distintas familias.

    Indice del Censo de 1769: -Refiere al Apndice Demogrfico, bajo el ttulo El Censo de 1769. - Los nmeros corresponden a los nmeros correlativos antepuestos a

    cada casa, familia, chacra o estancia, anotadas en el padrn.

    Indice del Padrn Aldecoa -Refiere al Apndice Demogrfico, bajo el ttulo El Padrn Aldecoa de

    1772/3. - Los nmeros corresponden a los nmeros correlativos antepuestos a

    cada casa, chacra o estancia, anotadas en el padrn.

    En el ndice del OPERATIVO PATAGONIA

    - El ndice refiere al ttulo LISTA DE LOS POBLADORES, Las familias se encuentran agrupadas por los navos en que en los cuales viajaron.

    - Los nmeros corresponden a los nmeros correlativos antepuestos a cada familia.

    - La indicacin (2) (3) despus del nmero significa que el mismo nombre aparece en aquel lugar 2 3 veces, refirindose a distintas personas homnimas, en general a padre e hijo o madre e hija; en algunos casos, adems a un(a) sobrino(a), etc.

    Ante la duda, los editores estamos a su disposicin.Asimismo, agradeceremos toda observacin que se haga para el mejoramientode siguientes ediciones, asi como el reporte de cualquier error que seencuentre.

    E-Mail: [email protected]

  • EXPLICACIONES PARA EL USO DE LOS INDICES

    En GENESIS DE LA FAMILIA URUGUAYA

    Se refieren:

    la indicacin PM al Padrn Milln, o sea, a la segunda parte del Exordio;

    los nmeros simples a los nmeros correlativos (dados por nosotros) de las partidas de la primera parte del cuerpo del trabajo;

    los nmeros compuestos, p.ej. 1764/ 3, al Anexo (segunda parte del cuerpo principal) o sea al expediente de Curia, ao 1764, legajo 3, en el ejemplo dado;

    los nmeros precedidos por una C, p. ej. C 108, al Complemento (tercera parte del cuerpo principal) y su nmero correlativo.

    En los casos en que aparece un guarismo entre parntesis despus del nmero, p. ej., 11 (2), esto significa que en aquel lugar figuran varias personas distintas del mismo nombre y apellido, en general padre e hijo, o madre e hija, homnimos. Si las cifras entre parntesis siguen al PM, la persona referida figura ese nmero de veces en el Padrn Milln bajo distintas familias.

    En ningn caso los nmeros del ndice se refieren a pginas del libro.

    En el deseo de lograr una mayor eficacia del ndice, hemos mencionado, cuando ha sido posible, a cada persona, figure como fuere en los documentos, nicamente una sola vez, anotndola con sus nombres completos de pila y su apellido correcto.

    Al no encontrar por consiguiente a una determinada persona de inmediato, hay que buscarla por lo tanto bajo nombres y apellidos compuestos.

    Esto se refiere especialmente a los nombres de mujeres, que muy a menudo se encontrarn, p.ej., bajo Mara (siendo, aunque figure en general simplemente como Josefa, el verdadero nombre Mara Josefa). Un nombre doble aparece en el ndice tambin a veces bajo su forma trocada (p.ej.: Josefa Joaquina en vez de Joaquina Josefa).

    Respecto a los apellidos, se han hecho en todos los casos no tan comunes, remisiones

  • generales a otros apellidos.

    Se han englobado en el ndice varias veces diferentes apellidos o un apellido escrito de distintos modos, bajo uno solo, indicando, sin embargo, siempre las dos o ms posibilidades. Esta simplificacin facilitar mucho la bsqueda y las identificaciones, especialmente porque el mismo apellido figuraba en aquella poca muchas veces en distintas formas. As figuran, p.ej., Alvarez, Albarez y Albares juntos; Alme(i)da engloba los dos apellidos y a la vez Almeyda; igualmente Martn(ez); Torre, Torres y de la Torre se hallan juntos, etc.

    No figuran en el ndice:

    i) los lugares en que una persona se halla mencionada por mera referencia o aclaracin;

    ii) los nombres de los ascendientes ms all de los abuelos en los casos en que fueran consignados, si aquellos no vivieron en Amrica. Las ascendencias rioplatenses figuran, sin embargo, ntegramente en el ndice.

    iii) hermanos o herederos que vivieron en pases europeos;

    iv) los sacerdotes en los lugares en que fueron mencionados nicamente como autores de determinado documento o actuando en determinada poca, pero s bajo el N 513 en la recopilacin de todos los Curas Prrocos de la Iglesia Matriz desde los primeros das (ya antes de la fundacin de la ciudad de Montevideo, o sea a partir de 1724) hasta nuestros das;

    v) los alcaldes, alguaciles, gobernadores, etc., en los lugares en que fueron mencionados nicamente como tales en ocasin de un pleito civil, causa criminal, adjudicacin de terrenos, etc.

    Los nombres de las personas que formaron familias o que vivieron casados en Montevideo entre 1726 y setiembre de 1767 y a quienes se refiere este trabajo en primer lugar, aparecen en negrilla e igualmente los de sus segundos (o terceros) esposos aunque estas repetidas nupcias hayan sido contradas tan slo despus del ao lmite. Tambin los nmeros donde estn consignados sus matrimonios, lugares en que se halla la informacin principal sobre ellos, figuran en negrilla.

    As se distinguen en el ndice inmediatamente las personas principales de las que trata el trabajo, los fundadores de las familias, hombres y mujeres, y todos los dems del mismo apellido que ostentan el mismo nmero (muchas veces entre otros nmeros), son familiares de ellos. El ndice indica de este modo, p. ej., inmediatamente que la fuente principal para Juan Antonio Artigas es la partida 63 y todos los dems Artigas que tambin ostentan el 63 pertenecen a su familia inmediata, entre otros, p. ej., Martn Jos Artigas, cuya informacin principal se halla - segn surge del ndice - en la partida 359. Por otro lado todos los Artigas que figuran con el N 359 son parientes de Martn Jos.

  • Tambin se hallan destacados con nmeros en negrilla los lugares donde se encuentran los datos principales de algunas otras personas, cuyos nombres no aparecen en forma destacada, porque ellos no fundaron familias, como p. ej. el maestre de campo Manuel Domnguez, mencionado muchas veces como testigo, pero con la infomacin principal sobre l en la partida N 44.

    Huelga decir que no todos los lugares indicados para un determinado nombre tienen que referirse forzosamente a la misma persona. Figuran, p. ej., en el trabajo muchos Jos Rodrguez, siete de ellos - todas personas diferentes - con nmeros en negrilla; y muchas remisiones al lado de su nombre se refieren todava a otros homnimos de ellos.

    En el OPERATIVO PATAGONIA

    Los nmeros corresponden a los nmeros correlativos antepuestos a cada familia.

    Los nombres de los cnyuges de las familias pobladoras (pero no los de sus hijos que vinieron con ellos) y los nombres de los agregados (tambin de padres o suegros) como de los solteros independendientes y los nmeros correlativos bajo los cuales se halla la informacin principal, figuran en negrilla. (No figuran en el ndice los nombres de los abuelos, etc., en los pocos casos en que fueron consignados).

    La indicacin (2) (3) despus del nmero significa que el mismo nombre aparece en aquel lugar 2 3 veces, refirindose a distintas personas homnimas, en general a padre e hijo o madre e hija; en algunos casos, adems a un(a) sobrino(a), etc.

    Se espera que los ndices, as organizados, den a quien los use, el mximo provecho.

  • BiografiaJuan Alejandro Apolant naci el 25 de mayo de 1903 en la ciudad prusiana de Belgard (actual Polonia). Inici estudios universitarios de Qumica, pero finalmente opt por la Filosofa, y obtuvo su doctorado en 1926 en la Universidad de Leipzig, con una tesis sobre los sindicatos llamados "pacficos" o "amarillos", que se edit en 1928.

    Ante el avance del nazismo, decidi emigrar a Uruguay, donde se estableci en 1936 junto a su esposa, Ellen Segall, y sus hijos Rolf y Ellen.Tres aos despues obtiene la nacionalidad uruguaya, renunciando a la alemana. En 1964 integr el ncleo fundador del Centro de Estudios del Pasado Uruguayo y en 1966 public Gnesis de la Familia Uruguaya, la primera de las muchas obras en las que plasm su inters por la historia y la genealoga de su patria adoptiva.

    Le siguieron, entre otras, La partida bautismal de Jos Artigas: Autntica o apcrifa? (1966); Padrones olvidados de Montevideo del siglo XVIII (1966-68); Crnica del naufragio del navo Nuestra Seora de la Luz (1968), Operativo Patagonia (1970), Instantneas de la poca colonial (1971) y La Ruina de la Ciudadela (1974).

    Recibi en dos ocasiones (1966-67 y 1970-71) el Premio Pablo Blanco Acevedo, otorgado por la Universidad de la Repblica, y tambin por dos veces el Primer Premio en el Concurso Literario Municipal, categora Biografa e Historia (1968-69 y 1970-71). Fue miembro de nmero del Instituto Histrico y Geogrfico del Uruguay.

    Falleci el 26 de diciembre de 1975, dejando concluido el manuscrito de la segunda edicin ampliada de Gnesis de la familia uruguaya.

    Se le considera un renovador de la genealoga moderna en el Ro de la Plata, en su valoracin del individuo comn y su vida cotidiana, por sobre la concepcin clsica de las lneas aristocrticas y hechos notables.

  • Semblanza de

    JUAN ALEJANDRO APOLANT

    Por Ellen Apolant charla dada en el Seminario de Genealoga Juan Alejandro Apolant, 21-23 de noviembre de 2003, a 100 aos de su nacimiento. Homenaje del Instituto de Estudios Genealgicos del Uruguay

    Debo confesar que no me es fcil hablar sobre mi padre del punto de vista personal y familiar, porque toca algo muy personal, muy ntimo, de lo que no se puede hablar framente, sin emocin. De todos modos no voy a dar aqu una cronologa de los hechos de su vida, sino ms bien haciendo una parfrasis de su libro Instantneas de la Epoca Colonial, tratar de dar unas Instantneas de la vida de Juan Alejandro Apolant. *********** Me pareci interesante relatar cmo vino a dar a estas tierras una persona nacida en la pequea ciudad de Belgard en la entonces prusiana provincia de Pomerania una ciudad en ese entonces de unos 12,000 habitantes en el noreste de Alemania.- hoy Bialogard en Polonia.

    Cuando mi padre tena 6 aos, sus padres (mi abuelo era mdico) decidieron mudarse a Berln, una ciudad que ofreca muchas ms posibilidades tanto de trabajo como culturales. Y ah creci y se form, conoci a mi madre a travs de amigos mutuos, se cas y estableci su familia. Segn me contaron, promediando el ao 1935 mis padres viajaron a Londres a visitar a los parientes ingleses de ambos lados de la familia, y recin estando all se dieron cuenta de lo que realmente estaba pasando en Alemania en esa poca... A m me resulta difcil pensar que dos personas tan inteligentes no se haban percatado antes de lo que ocurra a su alrededor, pero tambin es cierto que el Berln de esa poca era una explosin del bien vivir, de teatros, de cultura de toda ndole, de diversin y ellos eran jvenes y haba censura y no tengo por qu dudar de lo que me transmitieron.

    De todos modos, una vez que se les haban abierto los ojos, ya no dudaron y tomaron la decisin de irse de Alemania, - ese no era un pas en el que podran quedarse ni en el que queran criar a sus hijos. Apenas de regreso en Alemania empez mi padre a escribir a toda la gente que conoca que viva en el extranjero; a Sud Africa, Australia, Estados Unidos, etc. Recibi dos ofertas de trabajo de Inglaterra y de Espaa- pero mi madre insisti que si dejaban Alemania, deban tambin irse de Europa. Que visin! Entre las cartas que se mandaron, el 20 de agosto del 35 tambin fue una a Buenos Aires, donde un primo hermano de mi padre tena un negocio de importacin de tejidos, Hirschberg Ltda. La rama inglesa de la familia viva en Manchester y se turnaban para pasar seis meses ah y seis en Bs As. El primo, Freddy Hirschberg, le contest el 3 de setiembre que siempre haba querido abrir una sucursal en Montevideo, y que si mi padre tuviera inters, podra hacerse cargo de ella, garantizndole trabajo por un ao. Al recibir esa respuesta, lo primero que hicieron mis padres fue ir a un Atlas y buscar donde quedaba Montevideo. Y el da 10 de setiembre (fjense que rpido llegaban las

  • cartas en esos das!....) mi padre le contesta aceptando el ofrecimiento, habiendo ya ido al Consulado argentino para informarse de los requisitos.

    De inmediato se puso con su inimitable fervor a aprender espaol de forma intensiva (hablaba francs y saba latn, lo que le facilit el aprendizaje). Y esto pinta perfectamente a mi padre - su energa, su fuerza de voluntad, su enorme capacidad de trabajo, su gran inteligencia - el 12 de noviembre, o sea apenas 2 meses despus, le escribe a su primo su primera carta en espaol. Si me permiten, voy a transcribir unos pasajes. Hay, por cierto, algunos errores de vocabulario y de sintaxis ninguno de ortografa, -pero fjense en el uso que hace del condicional y del subjuntivo...

    . 12 de noviembre 1935 Mi querido Freddy,

    Me atrevo a escribirte hoy en espaol. Espero que comprendas mi carta y que no haya demasiadas faltas en ella.

    Te agradezco tu carta del 6 de Noviembre con la adjunta copia de tu carta al Sr. Castelnuovo y la manera tan amistosa con que me le has presentado a l. Yo tambin le he escrito (copia inclusa) y te comunicar su contestacin y la fecha exacta de mi salida para Milano.- Como ya te he escrito, actualmente se obtiene an para Italia Rm 500. - por mes, as que probablemente no necesitar dinero del Sr. Castelnuovo. En todo caso te agradezco tu amabilidad y cuidados. (.......)

    Creo que sera ms sencillo si t o bien tu firma despachase este asunto, que si yo escribiese de aqu a la dicha autoridad en Montevideo. Espero que ests no enojoso conmigo si te pido procurar este Permiso. (......)

    Acerca de mi llegada a Buenos Aires no puedo decirte an la fecha exacta, porque todava no me he decidido que vapor tomar. Quisiera tomar un vapor extranjero, pero ya no hay cartas de crdito sobre estos buques. (........)

    Sin ms por hoy. Vuelvo a agradecerte muchisimamente tu amabilidad y te ruego dar nuestros recuerdos ms cordiales a todos los tuyos.

    Te saludo a ti amistosamente. Tu......

    12 de Noviembre 1935 Muy estimado Sr. Castelnuovo:

    El primero de todos le ruego a UD de tener la bondad de disculpar que mi carta contiene seguramente faltas de sobra y que ella no muestra un estilo muy castellano. No hace ms que ocho semanas que me he ocupado de este idioma; espero, sin embargo que Ud. me comprender. (..........)

    13 de Diciembre de 1935 Mi querido Freddy,

  • He de agradecerte muchas veces tus cartas del 8 de Noviembre (la invitacin oficial) y del 23 de Noviembre.... (........)

    Tu cumplimiento acerca de mis progresos en la lengua espaola era muy amable pero segn creo una cortesa a la que mi carta apenas te autorizaba. (Aunque la escrib naturalmente sin asistencia de mi profesor y tambin sin mostrrsela despus). Pero, vamos: el aprender y el hablar espaol me dan mucho gusto y estoy convencido que podr arreglarme suficiente si estoy all. Ms o menos tericamente no se puede aprender naturalmente un idioma, pero estando unos meses en el pas y hablando nicamente espaol, espero que ya no tendr demasiado dificultades en cuanto a la lengua usual. (......)

    Milano Hotel Manin 17 de Enero de 1936

    Mi querido Freddy: Estoy, pues, desde hace 4 das en Milano y ya puedo decir que no me arrepiento

    de este viaje.... (........)

    El Sr. Castelnuovo y yo hablamos en espaol. Al principio no he entendido demasiado es decir las singulares palabras; en el sentido ca -, pero ahora ya se ha acostumbrado mi oreja un poco a esta redundancia de palabras, a esta velocidad al hablar y a este comer de por lo menos un cuarto de las palabras. Acerca de m, puedo arreglarme en rigor y, viendo que l y los otros me comprenden, creo que est en el camino justo. (........)

    Y al llegar a Bs. As. en mayo del 36 ya lo hablaba correctamente. Dos meses ms tarde lleg a su nueva patria y el resto de la familia se le uni a mediados de agosto. Yo recuerdo cuando era chica que siempre se compraba en casa el Patoruz y el Rico Tipo, porque no contento con dominar el idioma clsico, mi padre quera aprender y entender tambin como se expresaba la gente comn y cmo pensaba, para poder consustanciarse ms con su nuevo pueblo.

    Todo esto suena muy lindo y muy romntico, pero hay que recordar que mis padres tenan en ese entonces 33 y 30 aos respectivamente y es de admirar su visin y valenta de dejar atrs a familiares y amigos y una vida muy cmoda y agradable por simple conviccin, no por necesidad, para empezar una nueva vida en un mundo extrao y remoto.

    A poco de llegar, mis padres fueron al consulado alemn aqu y entregaron sus pasaportes alemanes, ya que queran romper todo vnculo con el pas que albergaba un rgimen tan atroz como el nazista. A los 3 aos adquirieron la ciudadana legal uruguaya, mientras que mi hermano y yo fuimos aptridas hasta los 18 aos, momento en el cual pudimos tambin nosotros, tramitar la ciudadana uruguaya.

    **********

  • El almuerzo en casa se serva siempre a la una menos cuarto en punto. Durante la guerra a la una, mi padre se levantaba de la mesa, - y me parece verlo se llevaba su plato y se sentaba en el living al ladito de la radio para escuchar al Reporter Esso que en la voz de Mario G. Bordoni, traa las ltimas noticias de la guerra. Ah no se poda hablar, no se poda hacer ruido, no se poda interrumpir...

    Pasada esa poca, las comidas familiares eran generalmente momentos de aprendizaje para nosotros. En la mesa jugbamos a juegos de preguntas sobre conocimiento general, o se hablaba de temas de inters general, a menudo se dialogaba sobre temas filosficos o morales o se comentaba algn libro, fomentando as nuestra curiosidad y nuestro pensamiento independiente y crtico. Cuando surga cualquier duda, haba que ir de inmediato al diccionario o a la enciclopedia o a algn libro de referencia un hbito que me qued firmemente arraigado hasta hoy.

    Mi padre era una especie de genio universal tena un conocimiento fabuloso y se interesaba por todo: astronoma, lingstica, matemticas, economa, filosofa....; lea muchsimo, iba mucho al teatro, no se perda concierto de la OSSODRE. A menudo despus de la comida nos ponamos todos a resolver problemas matemticos como pasatiempo. A l le encantaba hacer solitarios era su manera de hacer relax.

    **********

    Era un muy buen atleta - en Alemania haba ganado algunas competencias en gimnasia (barras y caballo). Yo recuerdo que jugaba muy bien al tenis y que le encantaba andar a caballo. Recuerdo cuando yo era chica y veranebamos en Atlntida, cmo despus de cabalgar por las playas, l vena a casa, me suba en la montura y dbamos una pequea vuelta al paso o al trote, y yo me senta toda una amazona... Cuando caminaba siempre lo haca muy rpido y era difcil mantener el paso con l por poco tena que correr para quedar a su lado.

    Le gustaba ir al Estadio. Mi hermano era hincha de Nacional (y yo tambin, por supuesto, imitando a mi dolo que me llevaba 6 aos). Mi padre entonces decret ser hincha de Pearol para que hubiera dilogo y polmica en casa!

    *******

    Pero no se puede hablar de Don Juan como le decan todos sus amigos, sin hablar tambin de Ellen madre quien, como l mismo lo plasm en su dedicatoria en el Operativo Patagonia fue su fiel colaboradora y compaera de toda una vida... Eran inseparables, una pareja ejemplar y ella tambin lo acompa, lo asisti y lo apoy en todo su trabajo (incluso al principio trataba de mantenerse despierta cuando en su forma incansable golpeaba la mquina de escribir hasta altas horas de la madrugada pero luego, por suerte, desisti de hacer eso). Aunque no tena vocacin de historiadora, lleg a saber ms que muchos otros sobre el tema. Iba con l a los archivos donde copiaba los documentos con puo y letra, ya que en esa poca no se permita fotografiarlos y no existan todava las tcnicas ms modernas de hoy en da; organizaba y mantena todo su archivo de fichas, ayudaba en la lectura de las pruebas de galera y lo ms importante siempre estaba all para l.

  • Como en ese entonces no exista todava la computadora personal que hubiera podidohacer con ella! - el mtodo de trabajo de mi padre consista en escribir algo a mquina(usaba siempre cinta de dos colores - roja y negra - para marcar distintas cosas) y luegocortaba las hojas y con cinta scotch pegaba las partes que iban juntas (debi haberempleado toneladas de cinta adhesiva!) . El cortar y pegar original, de lascomputadoras de hoy en da.Todo el mundo salvo mi madre tena prohibicin absoluta de tocar algo sobre suescritorio supercargado de papeles, libros y fichas, en donde solo l saba dondeencontrar lo que necesitaba. Su poder de concentracin era tal que poda estartrabajando, lo interrumpan para comer o hacer algo o por el telfono, y cuandoterminaba se poda sentar y seguir escribiendo inmediatamente donde haba dejado sindudar unos segundos.

    *******

    Caracterizaba a mi padre una generosidad intelectual incalculable: siempre compartatodos sus conocimientos y hallazgos, y brindaba toda la informacin que se le solicitarasin retacear ni ocultar, de manera totalmente desinteresada. l quera ensear, divulgar,dar la base, mostrar el camino.

    Como persona era de una sencillez y modestia extraordinarias; su rigor cientfico secomplementaba con su gran calidad humana, su fineza y su calidez. Permanentementeestaba al servicio de sus amigos y colegas, era muy crtico, pero de una crticaconstructiva y adems era capaz de recibir y admitir crticas que se le hicieran a l.Tena un gran sentido del humor y era sumamente simptico (con la gente que le caabien) y... muy humano. Fue tambin un padre ejemplar - y un magnfico abuelo,pudiendo dialogar de igual a igual con todas las edades.

    *********Me gustara leer algo de lo que la Dra. Irma Larrainci, miembro del CESPAU, escribien 1983 y que caracteriza a mis padres:

    Yo lo conoc a don Juan a travs de mi hermana Dora. Ella era empleada. Lleg agerente de una casa exportadora dirigida por Apolant, porque don Juan era educador,form a sus empleados.( ........)Empezamos a ser invitadas a la casa. Nosotros tenamos tanto respeto y tantaadmiracin. Era una admiracin temerosa, ellos saban tanto de todo, eran tan buenos,eran tan generosos, eran tan afectuosos. Eran tan exigentes en materia de puntualidad Dora tena su auto, llegbamos 10 minutos antes, esperbamos un ratito, estacionadas un poco ms atrs... Despus ya no fue ms el Doctor Apolant sino don Juan. Nos acercamos a una familia. Otro motivo de admiracin, en un mundo donde las relaciones humanas se fueron deteriorando, las relaciones entre las parejas fueron vulgarizndose. A nosotras nos deslumbraba el tratamiento de don Juan a Ellen. Una cortesa que sigui hasta el fin de la vida de don Juan. Nosotros sabemos que las costumbres cambian, pero no tienen por qu vulgarizarse. Eso y todas las cosas para nosotros, esa calidad humana de don Juan y de la familia era para nosotras una fuente de alegra. Adems ellos se preocupaban; haca pocos aos que estaban aqu cuando nosotras los conocimos. Ellos tenan una preocupacin enorme de vincularse a familias

  • uruguayas. Nosotros ramos los esquivos, no porque no apreciramos. Era unaespecie de admiracin temerosa... (.......)Con el tiempo supe de haber recibido un gran regalo de la vida y es haber podidocontar con la amistad de don Juan, de Ellen y de la familia.

    ************

    Y para terminar quisiera acotar que mi padre siempre deca que con su obra quiso demostrar su profundo agradecimiento y devolverle, de alguna forma, algo, al pas que lo haba acogido tan generosa y clidamente a l y a su familia.

    Ellen Apolant

    21.11.2003

  • CORREO - Viernes 27 de marzo de 1981

    Una Obra de la Que Todos Somos Deudores Escribe Marta Canessa de Sanguinetti

    Un universo sugerente, vibrante y conmovedor, pleno de color y sustancia vital, construdo sobre las slidas bases de una rigurosa metodologa es lo que ofrece la segunda edicin (pstuma) de la Gnesis de la Familia Uruguaya, obra del historiador germano-uruguayo Juan Alejandro Apolant.

    En 1966, cuando apareci este gnesis de los primeros 40 aos de vida del ncleo fundacional de Montevideo, foco irradiador del cual nacera luego todo un pas, ella se constituy en el primer gran trabajo de conjunto que se escriba de nuestros orgenes y que tomaba como protagonista a la totalidad de la sociedad. Hoy, en la presente reedicin corregida y aumentada hasta lo exhaustivo, no solo alcanza este valor importante de por s, sino que, adems, demuestra cmo a travs de un manejo de carcter genealgico se puede llegar a hacer verdadera historia social y no, como generalmente ocurre en estos casos, una lamentable crnica social que slo se ocupa de blasones siempre ms deslustrados de lo que se quisiera.

    Dicha finalidad no es en manera alguna, en el autor, un producto involuntario. Por el contrario, en las pginas iniciales Apolant advierte al lector, los medios de trascender los meros datos filiatorios y lo gua hacia facetas de la vida social, tanto privada como pblica, que ponen de relieve situaciones y ocasiones en donde es posisble adentrarse en tpicos que tocan ya a una historia econmica, ya a una historia de las mentalidades, ya a una historia de las instituciones actuando sobre los individuos o, en fin, a historias que pretenden incursionar sobre los sentimientos religiosos, la moral, las costumbres y todo aquello que el historiador divide de una vida porque le es imposible aprehenderla globalmente, en su inmensidad.

    Por supuesto, esta recopilacin de sugestiones no se agota nunca. Se extiende a toda la obra desde el momento en que el lector comienza a buscar por s mismo otras cosas no expresamente destacadas, pero que le interesan, y a descubrir, siempre, nuevas posibilidades, nuevos caminos a emprender o viejos a seguir, mas de otro modo.

    En tal sentido, uno de los aspectos relevantes de esta Gnesis est constitudo por el, hasta ahora indito, aporte documental. El mismo no solamente se desgaja de la lectura de testamentos, juicios de diversa ndole, oficios, cargos pblicos y propiedades, limpiezas de sangre de los protagonistas, de sus hijos, nietos y entenados, sino que, tambin surgen aislados, a manera introductiva en los inicios del libro. De esta suerte es que Apolant hace pblica una carta de Bruno M. de Zavala al rey (octubre de 1725) en la que propone que el fuerte de Montevideo, futura ciudad, se convierta en el punto principal de comercio de la regin platense en sustitucin de Buenos Aires. Este material podra constituir el principio de una revisin referente a la mentada involuntariedad de Zavala de fundar Montevideo en los aos anteriores a 1724. Al tiempo, y en igual tenor, otra serie de documentos aportados respecto a Francisco de Alzibar obligaran a una seria revisin sobre dicho personaje, ms vido de acumular beneficios y latifundios que de propender al progreso de la novel poblacin.

    Por otra parte, llevndonos de la mano a travs de los primeros matrimonios efectuados a lo largo de 40 aos y de las relaciones e interrelaciones que de ellos

  • surgen, Apolant alcanza a cubrir, siguiendo a los descendientes y otros que no lo son, hasta pasar la segunda mitad del siglo XIX.

    Puntos de arranque para ir ms all, para ahondar en una historia que, hasta el presente, tiene mucho de ms o menos; una historia hecha, alguna de sus veces, de compromisos porque todava viven algunos de los que descienden de aquellas familias fundadoras y porque, tradicionalmente, es oprobioso decir verdades que no gustan, pero verdades al fin.

    Apolant no pretende cualquier pasado. Su monumental trabajo (que frecuentemente nos hace preguntar cmo fue posible hacerlo sin ayuda de una computadora, tal como lo hace la historia cuantitativa actual) es liberador. Se libera de las trabas que acarrean los compromisos con Fulano o Mengano; se libera, asimismo, porque recurre al documento cierto, al rigurosamente examinado, al que se puede verificar, palpar y contradecir nicamente con otro documento que prueba su calidad de verdadero; se libera porque trata de ser objetivo siempre, en la medida honesta en que la objetividad es posible en la labor histrica; se libera, en fin, porque es generoso y es generoso porque trata de evitarle al prjimo - en este caso el historiador - arduas tareas de la crtica documental advirtiendo sobre los peligros de tales o cuales fuentes y, proveyendo adems, recursos seguros para su manejo.

    Las 1923 pginas, si excluimos el cuarto tomo dedicado a los ndices, apuntan al pasado tanto como al presente. Ensean la forma cientfica de alcanzar al primero, de adquirirlo en sus diversas tonalidades; esas que permiten comprender cuntas veces hace anacronismos el historiador, cuntas veces pone delante el debe ser, y cuntas otras oculta - y muchas sin proponrselo - al ser. Ese ser que fue de un modo, pero que hoy se quiere ver de otro. O se lo ve as porque se lo juzga con valores actuales, cometiendo igualmente pecado de anacronismo.

    Ensea, en ltima instancia, por lo que acabamos de expresar, el presente. Es slo a travs de una toma de conciencia contempornea del pasado que se enfoca que, realmente, se puede edificar la historia.

    Vida de todos: negros y blancos, pardos, mestizos e indios; vida de libres y esclavos, de pobres y ricos y de aquellos que, ms frecuentes, no son ni lo uno ni lo otro. Vida de vida y de vida y muerte; los trabajos y los das que tan bien cantara, miles de aos atrs, el griego Hesodo. Acordarse de aquel mundo, atisbar sus alegras y sus ilusiones, sus trampas, sus temores y desgracias en un acta matrimonial, en la fe de un bautismo, en la ltima voluntad donde las verdades asoman junto a miedos y virtudes. Destinos consumados; destinos del hombre comn consumidos por el tiempo, pero, ahora, gracias a Apolant, por fin rescatados del olvido.

  • D. Juan Alejandro Apolant (1903-1975)

    por Hernan C. Lux-Wurm y Centurin

    Existen amigos que ya no estn con nosotros, pero sern siempre inolvidables.

    Es el caso de mi tan recordado amigo el Dr.D.Juan Alejandro Apolant (1903-1975), uno de los ms importantes pioneros de la investigacin genealgica en el Ro de la Plata.- Gozar de su amistad no slo era un privilegio, sino tambien un enorme placer y una diversin permanente.-Guardo como tesoro invalorable, un grueso bibliorato con ms de un centenar de cartas que cursamos por varios aos, sobre los temas genealgicos ms dispares.

    Haba nacido en Belgrad (Prusia) el 25.05.1903, se doctor en Filosofa en la Universidad de Leipzig (1920); con el advenimiento del nazismo pas a la Repblica Oriental del Uruguay, donde fue un importante empresario textil.-Muri en Montevideo de un ataque cardaco (... en la sala de espera de su mdico cardilogo!) el 26.12.1975.

    Su muerte nos golpe fuerte, ese fin de ao de 1975.- Era un amigo excelente, fino, culto y de un buen humor proverbial.- De talla escasa, bastante calvo, con anteojos, vestido siempre muy elegante, movedizo.- Su cnyuge, Da. Ellen Segall era alta, rubia, fina, siempre muy simptica y elegante.- Su casa en Montevideo, en la calle Pedro F. Berro, cerca de la Playa de Pocitos, era un petit hotel precioso, muy bien amueblado.

    Recuerdo que por entonces (hace ya ms de treinta y cinco aos), unos parientes mos me facilitaban durante mis estadas de investigacin en Montevideo, un pequeo apartamento en la calle Blanca de Tabar.- As que caminando por ese barrio magnfico, cruzaba la plaza y lo iba a visitar.-La recepcin del matrimonio Apolant siempre era cariosa, magnfica.- Al poco tiempo la conversacin versaba entre serias investigaciones genealgicas junto con bromas, relatos familiares y ... literatura francesa!

    Ni Apolant ni su mujer tenan ni una brizna de sangre criolla, pero tenan nietos Villar Apolant; debido a ello, Apolant comenz a trabajar las genealogas criollas rioplatenses.- Cre un banco de datos importantsimo (en pocas donde no existan las computadoras!) de donde sali su primera

  • edicin de "Gnesis de la Familia Uruguaya" en un solo tomo, en 1966.-Luego se public en 1970, otro de sus clsicos imprescindibles: "OperativoPatagonia - Historia de la mayor aportacin masiva a la Banda Oriental"(uno de cuyos primeros ejemplares conservo dedicado por el autor unlejano y caluroso 12 de enero de 1973).- Por fin, como obra pstuma sepublic nuevamente su famosa "Gnesis ...", muy corregida y aumentada,en tres tomos (y otro ms de ndice), en Montevideo 1976.

    Apolant fue uno de los ms relevantes genealogistas modernos,investigador profundo, trabajador infatigable, que dej muchsimaspublicaciones imprescindibles; pertenecia a la misma escueladocumentalista de D.Ral A.Molina, su gran amigo en Buenos Aires, yfueron quizs los primeros en desmantelar todas las "venerablesfiliaciones" errneas de las que adolecan nuestras preciosas genealogascriollas.- As un nuevo mundo real y documentado se abra para losgenealogistas jvenes, que (como el que suscribe) se sentan asfixiados portanta hipocresa y tilinguera como habapor entonces.

    Por estas circunstancias, Apolant fue bastante ignorado en su tiempo;solamente un pequeo grupo de genealogistas, en especial el referidohistoriador argentino D.Raul A.Molina, apreciamos desde sus primeraspublicaciones, el enorme valor de sus nuevas investigaciones y el cambiofundamental que aportaran para la genealoga rioplatense.- Pero su enormetrabajo no fue en vano: aparte de la monumental obra que dej publicada,nos leg su magistral ejemplo metodolgico ya que con su labor cancel enforma definitiva la falaz genealoga apologtica en el Ro de la Plata.

    Pobre amigo mo tan alegre y sabio, puede realmente dormir en paz ...!

    Hernn Carlos LUX-WURM y CENTURIN,Buenos Aires, R. Argentina,14.04.2005.Email: [email protected]

  • Crnica de un encuentro demoradopor Carlos Zubillaga

    En el momento de aparicin de Gnesis de la Familia Uruguaya y OperativoPatagonia la historiografa uruguaya estaba procesando un cambio radical. La formatradicional de encarar el estudio del pasado heredera, desde el punto de vistaepistemolgico, del positivismo- estaba convencida de hallar todo en los documentos, alos que frecuentemente interrogaba de manera banal. Aquejada de debilidad terica,reduca a menudo su elaboracin a extensas transcripciones documentales, de las quese adverta ausente tanto un severo ejercicio crtico como un lcido esfuerzointerpretativo. En la anttesis, emerga una historiografa de contestacin, alternativa,preocupada por la dimensin econmica y social del pasado y urgida por la obtencinde respuestas a un presente conflictivo; los moldes ideolgicos en que vaciaba suprctica no siempre resultaron pertinentes para una labor cientfica cumplida sine ira etstudio. En medio, esfuerzos provenientes de diversos mbitos advertan la necesidad deuna renovacin de los paradigmas que no implicara un vaciamiento de la cientificidad.Se trataba, desde esta perspectiva, de practicar el conocimiento sobre el pasado de modode contribuir a una comprensin cabal del acontecer humano, sin anteojeras niexclusin de los matices. All se ubic la labor de Apolant.

    Un rigor crtico desconocido hasta entonces para procesar las fuentesdocumentales (inditas y ditas) irrumpi, de la mano de Apolant, en el campohistoriogrfico, cuestionando no pocos de los supuestos sobre los que se habaconstruido el conocimiento precedente sobre el pasado nacional. Rigor crtico que fue,por otra parte, clave de evaluacin de la propia obra: de all que se ejerciera renovando,corrigiendo, ampliando, perfeccionando lo indagado y lo escrito, una vez comprobadasu debilidad, su incompletitud o su falencia. Pero tambin irrumpieron en el seno de lahistoriografa uruguaya unas preocupaciones nuevas, unos temas y unos protagonistasque haban sido ignorados o relegados. La incursin pionera que Apolant realiz en elcampo de la Historia demogrfica no se perdi en los senderos de la cuantificacin(aunque tambin la ensay), sino que fue al corazn de los documentos pertinentes y losconvirti en informacin sistematizada con potencial cuantitativo, sin desmedro de surica virtualidad cualitativa. No lo cautiv el nmero descarnado, no lo sedujo conocerdatos agregados en los que hombres y mujeres eran unidades cuyo nombre se ignorabao se omita, sino que apost y apost fuerte- a la identificacin de esos hombres ymujeres: recuper sus rasgos fsicos y morales, supo de sus anhelos y sus debilidades,los acompa desde la pila bautismal a la sepultura, indag sus motivos de alegra y lasrazones de sus penurias. Hizo de la historia un gran coro.

    La produccin historiogrfica de Apolant tambin incorpor las dimensioneseconmicas y sociales del pasado colonial rioplatense, pero con apelacin a los sujetosreales que vivieron, procrearon y produjeron, sin reduccionismos interpretativos. De allel vigor y la perdurabilidad de sus obras, que no resultaron funcionales a un momento,sino fecundas en el correr del tiempo. Un tiempo presidido por la revolucininformtica. Precisamente la circunstancia de que las investigaciones que cimentaran suobra tuvieran lugar con anterioridad a los cambios tecnolgicos que impuso laaplicacin del ordenador al campo de las humanidades, obliga a justipreciar el enormeesfuerzo cumplido por Apolant. Puede decirse en este sentido, que su inteligencia

  • aplicada a la sistematizacin rigurosa de un caudal cuantioso de informacin, anticipresultados que slo mediante el auxilio informtico parecen hoy posibles en el lapso enque l despleg sus investigaciones de archivo y proces las referencias documentalesmediante un exhaustivo cruzamiento de datos. Las redes familiares, tnicas,econmicas, polticas y sociales, que Apolant contribuy a identificar parecen elresultado de un so f tware ms que el logro de una disciplina de trabajomanual/mecanogrfica, por ms tenaz que se suponga a su practicante.

    Saludemos hoy, por lo mismo, con entusiasmo, ese encuentro demorado: entrela obra impar de un historiador/genealogista sagaz, firme y enamorado de su arte, y losmedios informticos, que expanden (en el tiempo y en el espacio) los logros cientficosy en consecuencia- contribuyen a democratizar el conocimiento. Sin duda, Apolant nohubiera deseado mejor destino para su obra.

    Carlos Zubillaga

  • El presente trabajo es una obra conjunta de:

    Ellen ApolantMartin Romano GarciaAndrea Tutte

    con el invalorable aporte de:

    Marta Canessa de SanguinettiHernan C. Lux-Wurm y CenturionCarlos Zubillaga

    y

    Emma Gill y Mara del Carmen de Rubiani, que asesoraron en el uso del software.Manuel Gonzalez, que realiz el diseo grfico de las tapas y men.Virginia Scalabrini Zalda, que tipe ntegramente el vol. IV, ndice de apellidos.

    Muchas gracias a todos.

    Los Editores

    Primera edicin Gnesis de la familia uruguaya: Juan A. Apolant, Montevideo, 1966Segunda edicin Gnesis de la familia uruguaya:: Ellen Apolant, Montevideo, 1976

    Primera edicin Operativo Patagonia: Juan A. Apolant, Montevideo, 1970Segunda edicin Operativo Patagonia: Ellen Apolant, Montevideo, 1999

    Primera edicin digital Gnesis de la familia uruguaya y Operativo Patagonia: Dervish SA Editorial, Asuncin, 2005

    Grabado de tapa: Iglesia Matriz de Montevideo F. Soneira (dibujo) 1855.Tirada: 500 ejemplares

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