importancia de la resonancia magnética en el diagnóstico
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Facultad de Ciencias Veterinarias
-UNCPBA-
Importancia de la Resonancia Magnética en el diagnóstico de tumores intracraneanos.
Descripción de un caso.
Arcelus, Mariana Andrea; Paludi, Alejandro Esteban; Escuer, Grisel.
Marzo, 2017.
Tandil
Importancia de la Resonancia Magnética en el diagnóstico de tumores intracraneanos. Descripción de un caso. Tesina de la Orientación Sanidad Animal, presentada como parte de los requisitos para optar al grado de veterinario del estudiante: Arcelus, Mariana. Tutor: Médico Veterinario Paludi, Alejandro Esteban. Director: Veterinaria Escuer, Grisel.
Evaluador: Médico Veterinario Fernández, Héctor.
Agradecimientos
Quiero agradecer, en primera instancia, a las personas más importantes de mi
vida: mi familia y a mis amigos que me brindan su apoyo incondicional
diariamente.
Agradezco con mucho afecto, a Ariel Marsili, Marina Pinciaroli, Laura Gorsin y
Rosa Elizabeth Pérez, maravillosas personas y excelentes profesionales de la
Veterinaria Crena, en Mar del Plata, por permitirme llevar a cabo mi primera
residencia y colaborar con mi formación profesional, y por su apoyo para la
realización del presente trabajo.
Al Dr. Alejandro Paludi por permitirme realizar mi segunda residencia, brindarme
alojamiento y depositar su confianza en una completa extraña, por su dedicación a
la enseñanza y hacer que mi estadía sea muy grata y entrañable. También
agradezco a su equipo de trabajo, dentro del cual hago mención especial a
Romina Martínez y Sol Hidalgo por creer en mí.
A Grisel Escuer por la ayuda brindada, tanto en la guía como en la corrección, que
ha demandado la elaboración del presente trabajo.
A Héctor Fernández por invertir su tiempo en la evaluación que ha requerido éste
trabajo.
Resumen
Los tumores cerebrales en caninos y felinos son poco diagnosticados en la clínica
diaria y se los pueden clasificar como primarios o secundarios, dependiendo del
tipo de célula de origen. Los primarios se originan de células que normalmente se
encuentran en el cerebro y meninges, incluyendo el neuroepitelio, tejido linfoideo,
células germinales, células endoteliales y tejidos malformados. Los secundarios
son neoplasias que alcanzaron el cerebro por metástasis vía hematógena o que
afectan al tejido cerebral por invasión local. La disfunción cerebral que provocan
(convulsiones, cambios de conducta, déficit propioceptivo, alteración del estado
mental, enfermedad vestibular y otras anomalías de los nervios craneales) es
debida a acciones directas, como la infiltración en el tejido nervioso o compresión
de estructuras adyacentes, y a acciones indirectas, como lo son la hidrocefalia,
cambio en la dinámica del líquido cefalorraquídeo, elevación de la presión
intracraneana, edema y herniación cerebral. Para determinar la localización y la
gravedad de dichas lesiones, se debe realizar un detallado y ordenado examen
neurológico, a partir del cual se obtienen datos que orientan a la elección de
métodos complementarios de diagnóstico que permitan lograr la identificación de
la patología presente. La modalidad imagenológica de elección para evaluar la
morfología cerebral es la resonancia magnética. La mejor resolución de contraste
de tejidos blandos que permiten las imágenes de dicha herramienta diagnóstica y
la falta de artefacto de endurecimiento óseo que se observa en la tomografía
computada (en particular en la fosa caudal) hacen que la resonancia sea una
metodología superior cuando se realizan imágenes en la enfermedad
intracraneana. El presente trabajo intenta reconocer la importancia de la
resonancia magnética en medicina veterinaria describiendo un caso clínico en el
que su uso acorta los tiempos diagnósticos.
Palabras clave: tumores intra-craneanos, resonancia magnética, herramienta
diagnóstica.
Índice
Introducción………………………………………..…………………
Examen neurológico………………………..………………….…….
Diagnóstico anatómico………………………………………………..
Diagnóstico diferencial…………………………………………….
Métodos diagnósticos complementarios………….……………………
Laboratorio………………………………………….…………
Imágenes……………………………………….……………..
Radiología…………………………….…..……………
Resonancia magnética……………….….…………..
Tratamiento………………………………………….………………..
Pronóstico……………………………………………………………
Objetivos……………………………………………………………
Descripción del caso clínico……………….…………………
Datos demográficos…………………………………………
Reseña………………………………………………………
Motivo de consulta…………………………………………….
Anamnesis…………………………………………...…………
Inspección general……………………………………..………
Inspección particular……………………………………….
Estudios complementarios y manejo del paciente……
Diagnóstico y tratamiento……………………………………
Seguimiento del paciente…………………………………
Discusión…………………………………………………………..
Conclusión…………………………………………………………
Bibliografía…………………………………………………………
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Introducción
Las neoplasias cerebrales podrían ser más comunes en caninos que en felinos, ya
que presentan una incidencia de 14,5 cada 100.000 perros (LeCouteur, 2016). En
felinos, ocurren con una incidencia de 3,5 casos por cada 100.000 gatos, lo que
representa el 2,2% de todos los tumores (Barone, 2012).
Los tumores cerebrales en caninos y felinos pueden clasificarse como primarios o
secundarios, dependiendo del tipo de célula de origen. Los primarios se originan
de células que normalmente se encuentran en el cerebro y las meninges,
incluyendo el neuroepitelio, el tejido linfoideo, las células germinales, las células
endoteliales y los tejidos malformados. Los secundarios son neoplasias que
alcanzaron el cerebro por metástasis vía hematógena o porque afectan al tejido
cerebral por invasión local (López y López, 2007; LeCouteur, 2016).
Este tipo de patologías causan un devastador cuadro clínico, con signos como
convulsiones, cambios de conducta, déficit propioceptivo, alteración del estado
mental, enfermedad vestibular y otras anomalías de los nervios craneales (Narak
et al., 1999; Taylor, 2014). La disfunción cerebral es causada por acciones
directas, como infiltración en el tejido nervioso o compresión de estructuras
adyacentes, y acciones indirectas como lo son la hidrocefalia, cambio en la
dinámica del líquido cefalorraquídeo (LCR), elevación de la presión intracraneal,
edema y herniación cerebral (Jones y Shiel, 2010; Taylor, 2014; LeCouteur, 2016).
Examen Neurológico
El examen neurológico es importante para determinar la localización y la gravedad
de la lesión (Jones y Shiel, 2010). Este debe emplear una modalidad sistemática
induciendo una serie de reacciones y reflejos que permitan evaluar la integridad
funcional del sistema nervioso. La deficiencia en una reacción establece la
presencia de una anormalidad, mientras que la alteración de un reflejo determina
la ubicación neuro-anatómica (Coates y Levine, 2007).
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El examen neurológico debe evaluar (Taylor, 2014):
Estado mental
Postura
Marcha
Reacciones posturales
Tono muscular
Reflejos espinales
Reflejo perineal/ tono anal
Percepción sensorial (nocicepción)
Pares craneales
Diagnóstico Anatómico
Desde el punto de vista clínico, se reconocen dos grandes regiones (supra-
tentorial e infra-tentorial) en las cuales se localiza una lesión intracraneal. Así,
cada región incluye:
Supra-tentorial: hemisferios cerebrales, núcleos basales, diencéfalo y
porción rostral del meséncefalo.
Infra-tentorial: cerebelo, tallo encefálico (cerebro medio, puente y médula
oblonga) y sistema vestibular.
El diagnóstico anatómico dependerá del reconocimiento de los signos clínicos
propios que resultan de la localización específica de las lesiones en el sistema
nervioso (Tabla 1).
Tabla 1: Signos según región cerebral afectada.
Supra-tentorial Signos
Convulsiones. Alteraciones del estado mental. Cambios de
comportamiento. Marcha en círculos. Hemiparesia leve
contralateral. Cabeza girada (hacia el lado de la lesión). Déficit
de propiocepción contralateral. Reacción de amenaza
disminuida (contralateral). Sensación facial disminuida
(contralateral). Pupilas mióticas.
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Infra-tentorial Signos
Del tronco del
encéfalo
Alteración del estado mental. Hemi- a tetra-paresia. Déficit de
reacciones posturales. Déficit en pares craneales (III-XII).
Alteraciones en funciones vitales (respiración, ritmo cardíaco)
Cerebelares Estado mental normal. Estación con base ancha. Rigidez.
Ataxia. Dismetría. Temblor de intención. Ausencia de reacción
de amenaza.
Vestibulares Centrales: déficit en pares craneales distintos del VII. Nistagmo
vertical o que cambia al modificar la posición de la cabeza.
Déficit de reacciones posturales.
Periféricos: inclinación cefálica. Pérdida de equilibrio. Ataxia
asimétrica. Nistagmo horizontal o rotatorio. Marcha en círculos.
Vómitos.
(López y López, 2007)
Diagnóstico Diferencial
Una vez establecida la localización de la lesión, el siguiente paso es plantear una
lista de los posibles diagnósticos diferenciales utilizando el esquema VITAMIND
(López y López, 2007). Esta lista debe tener en cuenta el historial clínico, la
localización neuroanatómica y la naturaleza de la aparición y la progresión de los
signos neurológicos. Es importante considerar todos los posibles mecanismos o
causas de enfermedades que pueden afectar el sistema nervioso (Taylor, 2014).
Esquema VITAMND (Taylor, 2014)
V: Vascular
I: Inflamatorio/infeccioso/inmune/iatrogénico/idiopático
T: Traumatismo/tóxico
A: Anomalía congénita
M: Malformaciones/metabólico
N: Neoplasia/nutricional
D: Degenerativo
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La evaluación de la aparición y la progresión de los signos neurológicos (Tabla 2)
es de primordial importancia en la priorización de la lista de diagnósticos
diferenciales.
Tabla 2: Caracterización de las enfermedades nerviosas basada en aparición y
progresión de signos neurológicos
Hiperagudo
(minutos a horas)
Trauma externo
Hemorragia
Infarto
Trauma interno (extrusión discal, fractura)
Algunas intoxicaciones.
Subagudo (días a
semanas)
Enfermedad infecciosa
Enfermedad inflamatoria no infecciosa
Tumores de crecimiento rápido (linfoma, neoplasia
metastásica)
Desórdenes metabólicos
Algunas intoxicaciones
Crónico La mayoría de los tumores
Desórdenes degenerativos
(Taylor, 2014)
Durante el proceso de diagnóstico, se debe determinar si la patología sospechada
provoca afecciones de tipo estructural o funcional o ambas en forma simultánea,
porque de esta consideración depende la elección de los métodos
complementarios de diagnóstico más adecuados para lograr la identificación de la
enfermedad presente (Pellegrino, 2014).
Métodos complementarios
Laboratorio:
El laboratorio es un complemento imprescindible de la clínica veterinaria, no sólo
como apoyo para alcanzar un diagnóstico, sino también para reconocer el estado
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metabólico del paciente, elegir el tratamiento más adecuado, realizar el
seguimiento de las enfermedades, establecer pronósticos y evaluar la respuesta
terapéutica. Todos los datos de laboratorio deben ser interpretados en el contexto
de la historia clínica, del examen físico y de otros hallazgos diagnósticos en un
paciente (Tvedten y Thomas, 2012).
Los análisis clínicos (hemograma, bioquímica sanguínea, estudios hormonales,
serología, análisis de líquido cefalorraquídeo, etc.) pueden ser de ayuda para
diagnosticar enfermedades específicas del sistema nervioso, así como también
para detectar alteraciones de otros órganos o sistemas que pueden ocasionar
manifestaciones neurológicas (Pellegrino, 2014).
Imágenes:
Radiología:
Las limitaciones que presenta la radiología para la valoración de la cabeza, debido
a su complejidad anatómica y la superposición de un elevado número de
estructuras, hace que el uso de técnicas avanzadas de imagen, como la
tomografía computada (TC) y la resonancia magnética (RM), sean de gran ayuda
diagnóstica (Manso-Díaz, 2012).
Resonancia magnética
Para evaluar la morfología cerebral, la RM es la herramienta diagnóstica de
elección. La mejor resolución de contraste de tejidos blandos que permiten las
imágenes de RM y la falta de artefacto de endurecimiento óseo observado con
frecuencia en la TC (en particular en la fosa caudal) hacen a esta técnica una
metodología superior cuando se realizan imágenes de casi todos los aspectos
intracraneanos (Robertson, 2009).
La técnica consiste, básicamente, en un magneto, bobinas receptoras y una
computadora (Aguinaga et al, 2006) y se basa en la emisión de energía por parte
6
de los diferentes tejidos luego de ser sometidos a la acción de un campo
magnético y a su estimulación por ondas de radio (Tidwell, 2009; Mallo, 2014).
Las señales generadas durante la RM provienen del núcleo de los hidrogeniones
(H+) (Tidwell, 2009). La densidad de átomos de H+ en los tejidos y su capacidad
de relajarse y emitir una onda electromagnética (eco) luego de ser sometidos a
una onda de radiofrecuencia constituyen a la intensidad de señal (Pellegrino,
2014).
Cuando un cuerpo vivo es expuesto a un gran campo magnético, muchos de los
hidrogeniones libres se alinean a sí mismos en dirección al campo magnético
emisor (magnetización longitudinal). Luego, se aplica un pulso de radiofrecuencia
en forma perpendicular al campo magnético (magnetización transversal). Una vez
que el pulso de radiofrecuencia es removido, el hidrogenión se realinea a sí mismo
(relajación). Durante la relajación, el hidrogenión libera su exceso de energía,
emitiendo su propia señal (señal de resonancia magnética o eco). Dicha señal es
medida por la bobina receptora, que cuantifica los tiempos en que la
magnetización transversal desaparece (tiempo de relajación transversal o T2) y la
magnetización longitudinal se restablece completamente (tiempo de relajación
longitudinal o T1) (Pellegrino, 2014).
Los tejidos con breves tiempos de relajación T1 (ej: grasa) poseen una señal alta
en la imagen ponderada por T1 (hiper-intensas o brillantes); los líquidos o tejidos
con tiempos prolongados de relajación T1 (como el líquido cefalorraquídeo -LCR-)
se ven más oscuros (hipo-intensas). El tejido cerebral tiene tiempos intermedios
(Tabla 3) (Tidwell, 2009). Las secuencias ponderadas por T2 son útiles para
detectar regiones con aumento de líquido dentro de los tejidos; el líquido libre (ej:
LCR) es extremadamente brillante (Robertson, 2009).
Tabla 3: Contrastes en T1 y T2 de algunos tejidos comparados con el del agua
Agua Materia Gris Materia Blanca Grasa Hueso
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T1 Negra Gris clara Gris media Blanca Negro
T2 Blanca Gris oscura Gris oscura Blanca Negro
(Aguinaga et al, 2006)
Otras secuencias frecuentemente empleadas son la FLAIR (recuperación de
inversión atenuada de líquidos) y la STIR (recuperación de inversión a corto
tiempo). La secuencia FLAIR, es una secuencia ponderada por T2, pero con la
atenuación de la señal del agua libre, por lo que el LCR se aprecia negro; por el
contrario, el agua asociada a proteínas, como ocurre en la inflamación, se percibe
como hiperintensa (blanca). La secuencia STIR suprime la señal del tejido graso
(Mallo, 2014).
Para aumentar el contraste de las lesiones del sistema nervioso, se utilizan
medios de contrastes. Los más utilizados son las sustancias paramagnéticas a
base de gadolinio. Esta sustancia, administrada vía endovenosa, produce un
aumento de la señal en aquellos sitios donde la barrera hematoencefálica esté
alterada o donde existan regiones de perfusión modificada (Robertson, 2009;
Pellegrino, 2014).
Aunque se han descripto correlaciones entre el aspecto del tumor en la RM y el
diagnóstico histopatológico (Narak et al, 2007), el diagnóstico definitivo de una
neoplasia intra-craneal se fundamenta en los resultados de la biopsia, citología y
la histopatología del material de biopsia (Vernau y Dickinson, 2007; Smith, 2010).
Tratamiento
Las medidas a implementar depende del tipo de tumor, su localización, la historia
de crecimiento y los signos neurológicos (Taylor, 2014). Los más comunicados
son la citorreducción/ resección quirúrgica, la terapia radiante y la quimioterapia,
además del uso paliativo de dosis antiinflamatorias de glucocorticoides, para
reducir el edema peri-tumoral y medicaciones anticonvulsivas para controlar la
epilepsia sintomática (Vernau y Dickinson, 2007).
8
Pronóstico
En general, el pronóstico es reservado, ya que el tipo de tumor influye de forma
significativa en la supervivencia (López y López, 2007).
Objetivos
Con el presente trabajo se intenta reconocer la utilización de la resonancia
magnética como un método complementario útil y rápido, que amplía las
posibilidades diagnósticas, y concientizar que, al ser una herramienta eficaz de
imagen, los propietarios podrán confiar aún más en el diagnóstico brindado y
asimilar mejor las propuestas terapéuticas que se les planteen al no existir dudas.
Asimismo se presenta un caso en el que se puede apreciar que su uso acorta los
tiempos diagnósticos y evita la realización de otras pruebas que hubiesen llevado
por un camino más tedioso y con los mismos costos.
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Descripción del caso clínico
Datos demográficos:
El caso ocurrió en el barrio de Palermo, CABA, Argentina; en el mes de marzo de
2016.
Reseña:
ESPECIE: Felino
RAZA: Común Europeo
SEXO: Macho
EDAD: 8 años
TALLA Y/O PESO: 4,080 kg.
COLOR DEL MANTO: Gris atigrado
NOMBRE: “Tuni”
Motivo de la consulta: Paciente felino que convulsionó.
Anamnesis:
Es llevado a la consulta el día 18 de marzo de 2016 un gato macho de 8 años por
haber presentado una convulsión, inanición, rascado de la cabeza y falta de
mejoría ante un tratamiento contra toxoplasmosis indicado por otro profesional, en
el mes de diciembre de 2015.
El propietario comenta que el paciente cuenta con análisis previos (de sangre y
serología para toxoplasmosis, VIF y ViLeF) y que a los 10 días del comienzo de
las convulsiones el ojo derecho se fue cerrando. Además, menciona que
anteriormente fue tratado por gingivitis plasmocítica eosinofílica.
Inspección general:
El paciente se encuentra decaído, con dificultad respiratoria, tos, ataxia, párpado
derecho parcialmente descendido, ligera inclinación cefálica lateral hacia la
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derecha y lesión en la piel a mitad de la distancia entre el pabellón auricular
derecho y el ojo derecho.
Foto 1: Nótese el descenso del párpado
derecho.
Inspección particular:
Mucosas aparentes: rosa pálido.
Tiempo de llenado capilar: < 2 segundos (normal: <3 segundos)
Temperatura: 38,8 ºC.
Frecuencia cardíaca: 210 lpm (normal: 140 – 240 lpm)
Pulso femoral: normal.
Frecuencia respiratoria: 30 rpm (normal: 20 - 40 rpm).
Palpación – percusión torácica: sin particularidades.
Auscultación torácica: estertor en las vías respiratorias superiores.
Palpación de ganglios linfáticos: ganglio submandibular derecho aumentado
de tamaño.
Examen neurológico: anormalidades:
Ligera inclinación cefálica hacia lateral derecho
Ataxia
Descenso parcial del párpado superior derecho
Foto 2: Lesión dérmica descripta en el
texto
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Estudios complementarios y manejo del paciente
En base a los datos recabados en la anamnesis y el examen semiológico
realizado al paciente, se presume de la existencia de una patología intracraneana,
por lo que se solicitan métodos complementarios (hemograma y bioquímica
sanguínea y resonancia magnética) para arribar a un diagnóstico. Mientras se
esperan los resultados de dichos estudios se procede a medicar al paciente con
0,5ml de acetato de triamcinolona (Atriben, Holliday, 6mg/ml, 0,735mg/Kg cada
15 días) y 1ml de marbofloxacina (Marbofloxacina, Laika, 1g/100ml, 2mg/Kg por
día).
Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Hemograma y bioquímica sérica; día 18-03-16
Valor hallado Unidad Valores de
referencia
Hematocrito 60,2 % 28-45
Hemoglobina 6,2 g/dl 8-16
Recuento
Eritrocitario 3,5 x 106 /mm3 5-10 x 106
VCM 57 fl 39-58
CHCM 31 g/dl 31-35
Recuento
Leucocitario 25.000 /mm3 5.500-19.000
Formula
Relativa (%) Formula Absoluta
Neutrófilos
segmentados 93 23.250 /mm3 2.500-12.500
Neutrófilos en
banda 1 250 /mm3 0-300
12
Linfocitos 4 1000 /mm3 1.500-7.000
Monocitos 1 250 /mm3 0-850
Eosinófilos 1 250 /mm3 0-1.500
Urea 56 mg/dl 30-60
Creatinina 1,2 mg/dl Hasta 1,5
Glucosa 58 mg/dl 70-110
GPT 60 UI/l Hasta 40
GOT 80 UI/l Hasta 40
FAS 52 UI/l Hasta 150
Observación: Anemia normocrómica, leucocitosis con neutrofilia y linfopenia
Resonancia magnética
Se realizó, el día 22 de marzo del 2016, la resonancia magnética de cráneo y
cerebro, ponderándose la región con cortes de 3 mm de espesor con un gap=0 en
planos axial, coronal y sagital, utilizándose las secuencias T1, T2 y T1 con
gadolinio y FLAIR.
En el procedimiento, se observó ocupando la nasofaringe y la orofaringe, la
presencia de una neoformación de partes blandas, cuya longitud, en imágenes
sagitales, es de aproximadamente 3 cm y 3,3 cm de diámetro. Dicha lesión
afectaba por compresión e infiltración el paladar blando y, en cortes transversales
mostró una invasión de la fosa pterigopalatina y de la región mastoidea derecha
con osteólisis e inclusión de estructuras vasculares y de tejidos blandos.
Se observó que esta afección neoplásica estaba afectando y ocupando el oído
medio/interno, invadiendo partes blandas del endo-craneo. Su masa se extendía
desde el lóbulo temporal derecho, ocupando 0,6 cm, desplazando al cerebro y al
tronco hacia dorsal, hasta la fosa posterior, donde se observó como una imagen
laminar de engrosamiento meníngeo.
Las fauces sobre el sector derecho, la fosa temporal y retro orbital derecho se
encontraban afectadas.
13
Luego de la administración intravenosa de la sustancia de contraste
paramagnética (gadolinio), se observó el realce de señal de todas las estructuras
descriptas.
Si bien no pudo descartarse por completo una infección, las imágenes halladas
fueron compatibles con una neoplasia en primera instancia.
14
Imagen 1: Imágenes ponderadas en T1 con medio de contraste en corte sagital
Imagen 2: Imágenes ponderadas en T1 con medio de contraste en corte transversal.
Imagen 3: Imágenes ponderadas en T2 con medio de contraste en corte transversal
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Imagen 4: Imágenes ponderadas en secuencia FLAIR
Diagnóstico y tratamiento Con la RM, se confirmó la presencia de una patología intracraneana de
característica estructural y de tipo tumoral. Ante este diagnóstico, y la ubicación
retropalatina de la masa, se planteó al propietario la posibilidad de realizar la
resección quirúrgica y la posterior citología para obtener un diagnóstico definitivo.
La cirugía se llevó a cabo la mañana del 23 de marzo, bajo anestesia general e
intubación endotraqueal. Se encontró una masa sangrante por detrás del paladar
blando, de la cual se obtuvieron muestras para su posterior análisis. Además, se
colocó una sonda esófago-gástrica para proporcionar una vía de alimentación al
paciente, evitando así la zona afectada. La misma se retiró a los 4 días. A su vez,
se medicó al paciente con 0,5ml de una suspensión de penicilina –
dihidroestreptomicina (Tribiotic, Afford, fórmula: 10.000.000 UI de bencilpenicilina
procaínica, 10.000.000 UI de bencilpenicilina benzatina y 20g de
dihidroestreptomicina en 100ml, cada 72 horas) de forma preventiva.
Los resultados obtenidos por la citología, el día 25 de marzo, indicaron que la
masa ocupante correspondía a un linfoma, por lo que se dio comienzo a un
protocolo quimioterápico que consistió en la utilización de doxorrubicina (día 30 de
marzo, día 1 del protocolo) y vincristina (día 8 y 15 del protocolo).
16
Seguimiento del paciente
Cuando el paciente llegó a la veterinaria para la administración de vincristina, el
día 7 de abril, se encontraba alerta, con un peso de 4,5 kg, sin anormalidades
respiratorias, conservando sí las neurológicas y su dueño comentó que corría,
jugaba y comía normalmente. El día 14 de abril recibió la segunda dosis de
vincristina.
El día 19 de abril el felino sufrió una convulsión y, a partir de allí, su estado general
empeoró por lo que el dueño decidió que se practicara la eutanasia el día 23 de
abril en otra veterinaria.
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Discusión La incidencia de los tumores intra-craneanos en felinos es baja en comparación
con la de tumores extra-craneanos y con la incidencia en caninos, pero el
devastador cuadro clínico que generan, ya sea por afección directa en el tejido
nervioso o por alteraciones secundarias a los mismos, llevan a que sea
indispensable su diagnóstico temprano.
Si bien, ante un paciente con signología nerviosa, la bibliografía revisada indica la
utilización de varios métodos complementarios, queda a criterio del veterinario
actuante la solicitud de uno u otro, dependiendo de los datos recabados en la
anamnesis y en el examen semiológico realizado al paciente. En el caso clínico
presentado en éste trabajo, como existía la sospecha de que se tratase de una
patología endocraneana, posiblemente tumoral, sólo se requirió del estudio de
sangre para orientar al clínico sobre el estado general del felino, el cual arrojó
datos inespecíficos, y del uso de la resonancia magnética para arribar al
diagnóstico que se sospechaba. A su vez, se estimuló la utilización de otro método
complementario, la citología, para poder definir la patología en cuestión en un
período más corto (2 días), en comparación con el tiempo que demandaría un
estudio histopatológico (2-4 semanas).
Cabe destacar que, desde la primera consulta hasta el diagnóstico por medio de la
resonancia, transcurrieron 4 días, cuando el paciente ya contaba con un historial
de alteraciones neurológicas de 3 meses.
El tratamiento que se llevó a cabo en este caso clínico en particular incluyó la
citoreducción, la administración de antiinflamatorios y antibióticos, sumados a la
quimioterapia; pero no se implementó la administración de anticonvulsivantes
como así lo indica la bibliografía, a pesar de haberse informado en el historial
episodios convulsivos.
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Conclusión
La resonancia magnética es un método complementario sencillo, no invasivo y
eficaz para la localización de patologías estructurales endocraneanas. Su
utilización hace posible arribar a un diagnóstico en un corto período e instaurar un
tratamiento más temprano. Es por ello que los profesionales en la clínica de los
animales de compañía deberían tener presente esta herramienta para poder
proponer su uso a los dueños, ya que es una alternativa diagnóstica bien conocida
en medicina humana y, de éste modo, poder diagnosticar patologías cuya
ubicación hacen que sean difíciles o poco probables de diagnosticar por otros
métodos rutinarios en la clínica diaria.
19
Bibliografía
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