ii jornadas del i.c.f. en alicante y murcia.-. lo imaginario en las estructuras clínicas

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I I JORNADAS DEL INSTITUTO DEL CAT.IPO FREUDIAT{O E}I

ALICANTE Y I{T'RCIA.

DOCT,IÍBTU\O DB MABL'O

Autores: carros Garcfa; Ruth pinkasz; Karina vittori;Josefa Boyeri Oscar Ventura, .Juan fgnacioHartf nez (Alicante); Cabriel Hernandez (lturcia ) .

Redaccion final.: Oscar Ventura y Carlos Garcfa..

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I. IIÍTROTruCCIOIT

ilo es dif fcf I encontrar en la hletorla de lae producci.oneeculturales y, en concreto de lae teorlzaclonea filosóflcaB,incluso en las cientfficas, gü€ la suert€ que corren algunoe desus conceptos, toma coloraciones diferentes segün el tlnte quele otorgan deterninadas categorfas axlológlcaa gü€,inevitablementer pár€c€ gue terrlnan por hacer su acto depresencia en lo gue qulere s€r puro ererciclo de objetlvldad.

En la historla del psicoanáIlsle ta¡blén @rfaroa encontrareste fenóneno. t{al que re p€aase a Preud, €l degarrolto gue lacapacidad interpretativa de 1o real gue fue adqulrlendo la teorlapsicoanalftica, aupuso 6u seceslón de la clfnlca, y supresentaclón cono herranienta lntelectual al eervlclo de guienquisiera tomarra. ta popularización de aus textos y el caladotemático que tiene en nuestra cultura la problerátlca eexual ypedagógica, asf coro el derecho a la aalud, hlcieron el resto.

Creenos estar hablando de Ia aproplaclón tdeológlca de undiscurso cientffico. La vertiente pret-ü-porter guc tora laideologfa por su necesldad de actuar en Ia dlrección de lasnasas, ternina narcando deterrinadoe slgnlflcantee colo losÚbuenosn y los inalosi del eterno conbate entre San t(lguel yLucifer.

El esfuerzo de tacan por inate¡atizarr a travás de suiálgebrar la experiencia pslcoanalftlca no pcrece haber evltadoel misno efecto. Leyendo algunos textoe, especlalrente aquelloeque recurren al discurso lacanlano coro herrarlanta de anállslscultural, pero tanbién oyendo lo gue de tal dlscurso se flltraen el conún de clerta intelectualldad, pürec€ no caber duda deque aquf le cunple aI itaginarlo el papof de lo aborlnable.Indudablenmente habrfa que hacer unas cuantaa dietlnclones. Pero,precisamente, una de las dlftcultades de roneJaree con lossignificantes lacaniünos es gu€ no slenpro paroco gue nos torarosla nolestia ds atenernos a las dletlnclones gua exlge su rlsladelinitación conceptual -pensenos, por eJenplo, en téninos talescomo sujeto, rodl, goca, ete-.

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INDICE.

r. INTRODUCCIOil .. . . .... . ...3

II. t.^A POSICION DEL SUJE"TO EN Et }IUNDO O..'...""5

III. DEL NARCISISI,IO AL ESTADIO DEL ESPE]O:LA TOPICA DE I,o IT,IAGINARIO.. ...1I

IV" LOS TRES REGISTROS Inaginario, si¡Mlico, real...16

v" ReaI, Simbólico, fruaginario ..... ....2o

VI . LO II{AGINARIO Y I,A POSICION DEL ANALISTA . . .24

VIT. LO II,IAGI}IARIO Y I.AS ESTRUSIURAS CLINICAS:.......28

A) EX tA NEUROSIS . . .. . . .. .28

B) EN LA PSICOSIS......... .....30

e) Elr tA PERVERSION...... ..31

BIBLIOGRAFIA GENERAL ... .35

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51, tal cono se ha dicho, la histeria merece que sea elpslcoanálisls quien haga su elogio, no precisamente por la cuotade sufrlniento indlvidual qus aporta al nalestar de la cultura,eino por su [lclda encarnación de lo real del goce en su engarcecon lo slnbólico de las fornaclones del inconsciente, éno lecabrfa al iraginarjo una clerta rehabilitación, Do precisamentecoto ánblto de los padeclnlentos que nos lnflingen sus pasiones,

sino por lo que podrfanos denonlnar como su función de soporte?Recorderos gu€ tacan entra en el pslcoanálisis (1916) a

través de la iragen on un anudariento del narcisisno y la segunda

tóplca freudiana. Solarente cuando Lacan se haceifreudianor(1953) -es declr, lector/conentador de los textos de

Freud en 6u conJunto-, recupera la prlnera tópica y conienza eIhperlo de lo shDóI.{co. En la dlaléctlca gue sostienen anbosreglstroe la agreslvldad y la destrucción del otro quedan dellado del prhero, rlentrae que el apaciguaniento y el pacto que

hace poslble a la cultura qudan del lado de la palabra. Podrfabaetar eolarente eete reparto para gue uno y otro se tiñesen detodoe log colorca gue el penearlento colectlvo ha adscrito a loque es deseable y a lo gue no lo €a para la clvlllzación.

Sln erbargo, parec€ gu€ lo haglnario elenpre nostró algode lrreductlble al ¡nnsatlento ráa loglficado, y gue hace de suexperlencia ea€ elerento neceaarlo para gue lo hunano se pueda

norbrar coro tal. Serfa esta dlrenelón antropológlca la que

adscrlbe a lo lraglnarlo la función de eoportar la vida nisma(placer/dlsplacer) a traváe de sus pulsiones.

Pero tarblén soporte en la dlnenslón de la clfnlca, pues sihaglnarto y ahbóllco ae reparten la pareela de allenación que

le correaponde al eufcto en au conetltuclón, eB la cafda delprhero el que luestro €n toda la potencla alienante de lapelcoalr lo gue 3upone el sólo eoporte de lo slnbólico. éY en lacura? lllo ea el cuorpo dsl anallgta el que presta au presenciacoro la envoltura de aquello gue Io eoetlene, el obJeto ,ar?

Por úttlro, aoporte tarblén en la teorización, pues sI eneI co¡lenzo estuvo la hago, el paeo a ta netáfora, y de esta alrateta encontró Bu rlltho glro €n la topologfa: en el rlltlnolrpuleo de tranerlelón de 1o que de real ee da en la experlencla

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analftica, Lacan acudió a las figuras toporóqicas, guieneaprestaron su sólo ser de imaginario al esfuerzo de dar cuenta dela clfnica de lo real por lo sirDóIico.

II. I.,A POSICION DEL SUJE"IO EX EL XUTIDO.

Freud gustaba de pensarse haciendo serie entre rosrrofensoresr a la hu¡nanidad. copérnico, Daruin, Freud, eran lostres jalones a través de los cuales el peneariento cientfficohabfa inflingido al narcisisuo hunanista sus ¡ás dolorosasheridas, aún con ser su hijo nás a¡ado.

En sucesivas pérdidas, €1 sujeto roderno ha debido irdeshabitando las diversas ¡oradas en las que ee habfa iraginadodueño y señor: desde la casa de todo6 gue es el universo, hastala nrás particular de la escala biotógica. Cosnologf a yevolucionisno habfan preparado el terreno para que elpsicoanálisis operase la últlua reducción iaaginaria de laonnipoteneia renacentista, 9ü€ rezaba del horbre su lugar decanon universal: la ¡nedida de todas las cosas.

Uno de los aportes nás radicales del psicoanálisis y sinduda, €l de mayores consecuenclas antropológicas y filosóficases la postulación de la división del sujeto.

Se trata básicamente de una divislón gue afecta a laconsideración unitaria del psiquislo, postulada en elracionalis¡no noderno, necesitado para su elaboración cientfficade lo real de un sujeto libre de eubjetlvidad. El suJeto de laciencia exige su unidad, Ia identldad consigo rlsro, lr ftJez y

la estabilidad desde la que op€rar en el hallazgo de las leyesque rigen en lo real del unlverso.

Freud, por el contrarlo, encuentra en la clfnlca de lasneurosis un psiquisno profundanente dtvldldo. Postula entonce§,que lo gue allf opera 6s un orden de raclonalldad diferente que

el pensaniento consciente. A partlr de aquf, la dlnánlca gue rtgela actividad psfquiea, y por tanto, lri ¡ctivldad intelectiva en

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cualquiera de sus modalidades, está gobernarla por un mecanismo

doble -procesos prinario y secundario- que da cuenta, cada uno

de una forna radicalnente diferente de tratar el conjunto cle lasrepresentaclones psfqulcas, pues es de estas de lo que se trataen el pelgulsno.

Cada uno de estos proceaoa dellnlta un campo especffico,proplo, gu€ dlbuja €n su conJunto una topologfa dual que se hará

ternarla an el despliegue de todas sus consecuencias. Conscienteo lnconscienter €D una dlaléctica contlnuada, definen, pues, ladualldad de nuestra lnscripción en Ia realldad, tanto como lap€rcepclón y la elaboraclón de nuestra propla existencia.

Pero esta dualidad tora Bus consecuencla no sÓlo de su

dlnárica efectlva, slno tarblén de la prloridad gue adquiere loinconsciente sobre lo consciente. Esta poslción subalterna a laqu€ queda reduclda la conclencla en el psicoanálisis, somete asu lnstancla rectora, el Yo, a una actlvldad gestora de elementosque le son aienos, y gue se le dan en construcciones habidas enprocesos en loe gu€r aún torando parte en ell.osr no supone taconciencia de su intervención -es el caso del conjunto de su

labor defenslva-.La elaboraclón de la eegunda tópica duplica y organiza esta

dlvlelón, artlculando a la divlelón elaténica (conciente-lnconciente) Ia partlclón de lnetanclae, Yo-§uperYo/Ello, son loslugares gue identlflcan el conJunto de las operaciones defensivasque lntervienen sobre lae tocion€s pulslonaleB.

El Yo cobra asf au dlffcil posición estructural, sonetidoa dos dueños a loa gue trata de corplacer, sólo logrará sucoretldo en b¡ee al aacrlflclo de la verdad de su deseo, y, como

precio de au cobardfa, pagará'con la roneda del sfntona quedelata su ¡rcslción en al confllcto que 1o divide.

El Yo tora asf Bu püpet esenclal de desconocimlento de larealldad de au deaeo, frente a la realldad exterlor. Sede delconJunto de lae operaclones defenslvas contra la emergencla delo lnconsclente, €I Yo russtra au deuda con sus orfgenes,orfgenea gu€ le altúan slerpre cono producto secundarlo, en unadependencla que 1o allena en un otro, güa para Freud será elEllo, y para Lacan el otro eepecular en el gue el lnfante ae

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reconoce en el mismo acto que funda su extrañanlento radical.Tomemos aquf la cita de Lacan que nos orienta z .Bn Ios

articulos sobre E7 Fetichisro ( 1927 ) y sobre IÁ Párdida de IaReaI idad ( 1.924 ) , se constata guo 7a rodit icación doctrinalllanada de 7a segunda topica no introduca bajo los tárninos Ich,Uberich y Es ninguna certiticación de aparaüos, sino un retotarde I a expariencia según una dialéctica gus se define de Ia tejoraanera posible corc 7o que el estntcturalis¡o pertite eTabrarlogicanente, €s decir, eI sujeto totado en una divisiónconstjtuyente, (Lacan, Ia Ciencia y Ia vardad, Escritos p.3{1}.

Pensanos que deberfanos añadir a esta breve lista otro textofreudiano más tordfot La Escisión del Yo en eI Proceso de Defensa(f937), incluso uno anterior: IVeurosis y Psjcosis (1924).

Pero Ia lista podrfa nultiplicarse, pues la división estáen la misma razón de ser del psicoanálisis, por lo tanto, en susmismos orfgenes.

Recordemo§, por eJenplo, él caso de Isabel de R. en losEstudios sobre Ia Sisteria (1895): allf Preud sitrla colo el puntonodal de la eclosión de la histeria de converglón gue aguejabaa la paciente un nonento fugaz, tan sóIo un relátpago que ilu¡inóun deseo que fue tan rapidarente reprhido, tan en el lisl¡oinstante, gu€ incluso se confunde con eI rolento en gue fuepercibido. División subjetiva, funclón de desconoclriento quepasará con el desarollo de la clfnlca y de su conceptualizaciónde lo particular del caso a 1o unlversal de Ia estructura.

Situados ya en la segunda tópica, Freud aborda la cuestióndiferencial entre la neurosis y la psicosis. Apoyándose en ladiferenciación de las instanclas y en eI concepto de conflicto,Freud va a repartir los productos rasultantes: va a ser el Yo porsu función sintetizadora quien va a decantar eI resultado delconflicto hacia una u otra segrln el tipo de alianzas que

predoninen a partir de una etiologf a conrln para arbas: laprivación del cumpli¡niento de un deseo infantil:

NEUROSIS PSICOSTS

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Conf I ictoCausa

Respuesta

Producto

Yo-El 1o

SuperYo

Represión

Sfntona

Yo-Rea I idadPrivación impuesta Poruna real i«lad intolerablea Ia tendencia instintiva.Construcción de una nueva

real idad.Del irio.

en

el

Tenenos, puo§, a un yo fracasado en su labor cle

slntetlzador: el yo neurótico pacta con la real'idad y contra elEllo; el yo pslcótlco -dlganoslo asf-, pacta con el Ello y contra

la realidad. si et envlte de lo pulsional está presente en ambos

proc€sos, la respuesta del Yo se va a diferenciar en su adhesión

o rechazo a la realtdad que se le opone.

Sin erbargo, Freud no Parece quedar satisfecho con esta

expllcaclón, porque el rlsro año aborda especfficanente este

naneJo de la realldad por un Yo en situación de conflicto.Ahora, BU tesls es gue párdida de realidad se produce tanto

la neurosis colo en La pslcosis, y dlferencia dos tienpos en

proceso:En un prirer tielpo ae produce una negación de la pulsión

en la neurosis, y del hecho real en Ia psicosis. Este primer

tierpo que es conln con la vlda pefgulca norual, Do constituyela neurosis en af, rlentras que en la pslcosis, este prinertierpo ya no puede conduclr a nada gue no ssa patológico.

Es en un segrundo tlerpo en el 9ü€r en la neurosis, el yo

relntegra en una relaclón de incluslón [Re A Rfl el producto de

una tranaacclón entre la exlgencla pulslonal y el rechazo de lalnstancla repreaora. Por eL contrarlo, del lado de la psicosisae da una relación de €xclualón [Re V Rdl: Ia negación de larealtdad ert€rlor ea tal gue no perrlte su reintegración a travésde nlnguna elaboraclón poalble. Solarente adnitlrá Ia sustituciónpor una rerlldad fantaseada propta, obedlente unicanente a los¡andatoa del 81lo.

tlo es el rlsro proceso de negaclón el que da cuenta de un

apartarlento de la realldad y del otro. Freud coloca el prinerttpo de negaclón del tado del no saDor nediante el cual el Yo,

I

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podrfamos decir, gue se desconoce a sf nisr¡o en cuanto que eatqno saber atenta a su función integradora y unificadora de laepercepciones.

Por el contrario, en la pslcosis la negación de la realldadevacúa un espacio en el yo que solanente es restituido por una

realidad ad hoc, con lo cual el Yo queda €n una poeición, láe gue

de desconocimiento, dirfanos de extrañariento de sf nisno: lanegación de la psicosis se conpleta con la suetitución.

Asf pues, Freud concluye que tanto en la neurosis colo en

la psicosis es La rebeldia del EIIo contra eI l¡¡¡do exterior.Frente a esta rebeldfa el Yo debe reaponder, aunque sierpre lohará deede una regresión a la fantasfa, La fantasfa e6 un dotinio-dice Freud- que al tietp de Ja instauración del principio de

real idad, quedo separada del ¡r¡¡¡do exterior, sietúo ¡antenjdaaparte, desde entonces, corc una asP€cie de 'atenuación' de lasexigencias de ra vida, y -continua- au,¡qrue no resurta inasaguibreaI Yo, séJo conserlrra con á7 una relación nry Iaxa (p.27171.

La respuesta del Yo, ya sea incllnandose del lado de Iarealidad -como en Ia neurosis, o bien Io haga del lado del Ello -como en la psicosis-, siempre incluirá una pórdida de realidadmás una sustitución de realidad. ta profunda unidad de Ia vidapsfguica en sus fuentes y procesos 9U€, Freud resalta en estetexto aparentemente diferencial, contrasta con ese destino de

división que le corresponde al yo por ser, paradóJicalente, lugarde sfntesis. Podenos resuüir con una fórrula el punto diferencialentre neurosis y psicosis: si en la prirera el Yo responde desde

el fantasma, en Ia segunda eI Yo responde dosde el delirio.Sea como fuere, lo esencial es gue t partir de este

planteaniento freudiano la realidad tene¡og gue enten«lerla coloconstruida, no cono dada. Hay una pérdida gue no es un déficit,sino que es un hecho de estructura.

En su artfculo sobre La negacion (1925)' Freud habla de lapresencia de un yo priritivo -tanbien se refiere a él colro Yo

iniciál-, y de un yo real definitiyo (p.2885). Esta

cti ferenciación corresponde a otra correlativa en la función

iu«licat iva, correlato intelectual de la r€pr€sión. At yo-primitivo, regi«lo por el principio del placer, corresponde la

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aslgna6lón de la cualidad, nientras que al yo-real-definitivo lecorresponde la prueba de la realidad, examen en el que no importa

tanto hallar on la perca,pcion real un obieto correslx)nclier¡te ¿I

TSaginado, sino volver a encontrarlo, convencerso de gue aun

eriste (Ibiden).En esta linea, ۖ el artfculo sobre EI Fetichisao, Freud va

a desplazar €I punto de enfoque haéia la falta, d€ una manera

subverel.va, ya gue va a anteponer eI iuicio de atribución [Vx

fxl, al Juiclo de exlstencla tfxl. Et niñova a atribuir un pene

a todo ser. La percepción de la falta de este órgano en la mu-ier

-órgano fátlco ontoncee-, vt a suponer una nueva versión dentro

de Ia anterior rodalidad de conflicto entre realldad, Yo y Ello-En esta ocaelón, ltl percepción de la castración de la mujer

va a atentar directarente contra el narcisisno del Yo que nada

sabe de la dlferenciación a€xual.Aguf, la soluclón del Yo pasa por un vector de conpromiso,

colo en la neurosis, pero tanbién por uno de exclusión, como en

la psicosis: va t denegar Ia percepción de la falta, al tiernpoque cons€rya Ia percepción de la realidad. De esta nanera,

haclendo coexlatlr tanto el desrentido cono el reconociniento de

la castración, el Yo se eaclnde en dos corrisntes psiquicas -diceFreud (p.2996)-, una confolrada al deseo y otra a la realidad.

Diez año3 después, €ñ 8u artfculo sobre Ia fhcspaltung,Freud tenlna por generallzar eI conponente de desmetido que

acorpaña a todo reconochlento de la castración. Es el tributoque la funclón slntetizadora del Yo ha de pagar. Entre lasatlefacclón de la pulslón y Ia arenaza de castración el Yo se

escinde en utr desgarrón -dice Freud (p.31751- que nunca se cura'sino que se protundl,za con el paso del tierpo-

A partlr de egta noción de esclslón del Yo, Lacan elaborarála auya del suJoto divldldo, a partir del par alienacion-separaclón. Bsta noclón fructffera, perritirá a Lacan desplegarla ldea de dlvlslón en rültiples reglstros teóricos y clfnicos.Aef:

la dlvislón entre el yo-plenso y el yo-8oy, dlvlsión esencialpor la gue el ser vlvlente ha de allenarse en el canpo del otrodel lenguaJe pagando con su falta en aer la posibilldad de

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aparecer representado en Ia cadana significante;la división entre el sujeto del enunclado y el eujeto de la

enunciación, evidencia de un euJeto de dlscurso puntual, slnextensión substancial, sin poeibllidad de presencla lnredlata,y que no coinclde con eI suJeto granatlcal que 1o designa;

la división entre suJeto y subJetlvldad, dupllcación de ladivisión freudlana entre 1o lnconeclente y lo pr€conaciente,donde la postulación de un pslquiero unlficado en el lugar de susrepresentaciones queda radical¡ente subvertlda por un lugar-otro,lugar de las representaciones inconscientes, repreaentacionea nosubjetivadas por la conciencl.a y gue reclanan un euJeto propio;

la división entre suJeto y eab€r ¡ostrada en eae eab€rinconsciente, saber sin sujeto que le preceda, por lo gue sielprees sujeto-supuesto;- Ia división, por üttimo, entre significante y goco, güa duplicaia división freudiana entre las for:racionea del lnconsciente yel Ello cono canpo pulsional, rostrándonos que no es solarenteel significante el que divide al euJeto, sino gue tarbién 1o haceel objeto como objeto perdidor €B decir, coto cauaa del deseo,marcando a la vez Io irposible de taponar del intervalosigni ficante.

III. DEL NARCISISI{O AL ESTADIO DEL ESPE.,O: I,A TOPICA DE 1,o

II{AGINARIO

El concepto de narclsisno fue introducido por Freud en elaño 1909, entendido este coro un rorento interredlo entre elautoerotisno y eI anor de obJeto,

Es precisa¡ente con Schreber (oDsenracjones Psicoanal itlcassobre un caso de Paranoia., 1910), qus Preud va a deslgnar alnarcisisno coio un ro¡ento de la evoluclón da la libtdocorrelativo a la unificaclón de las pulelonee parciales, en elque €s to¡rado el propio cuerpo coro obJeto atoroc¡o. Sin erbargo,habrá que esperar hasta 191t para una iayor slaboraclón delnismo, nomento en el cual escribe el artfculo fntroducción alI\tarcisf sm<¡, motivado escencial¡uente por las grandes dlvergenciasteóricas respecto de Junq, €r relación a sus trabaJos sobre la

ll

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dernencia precozEn este artfculo Freud va a hacer la tlistinción entre los

conceptos de libido del yo Y libido ob)etal, sosteniéndose para

ello €n los estudios de la denencia precoz (neurosisnarclsfgtica) y las neurosls llanadas de transferencia (histeria-neurosia obsesiva).

\gf narcisls¡o será entonces un poto de atracción al que elyo no podrá renunclar y al que no cesará de soneterse a pesar de

cargar libldlnalrente a los obJetos r... Ia investidura )ibidinaldel yo es cedida des¡xrés a los obJetosi e)pe.ro considerada s¡ 6ll

fottdo, eIIa perslste, y es a las Jnyestiduras de objeto como er-l

cuerpo de una a¡eba a los pseudó@os qrue el-la eritei. llás abalodirá: iyeros tarbién una o¡rcslción €ntr€ Ia Iibido yoica y libirlc¡de obJeto, en tanto que, cuanto rás gasta una tanto rás se

e.po.brece Ia otra. " ( pag . 71. E. Arorrortu ) .

Preud rostrará tanto en las psicosis cono en la histeria y

la neurosis obsesiva, que, de Io gue se trata es de la retiradade las catexlas obJetales, con Ia dlferencla fundanental de que

en la prinera la llbido retorna al yo (retracción narcislsta)producléndoee la regaloranfa, nientras gue en las nueurosls de

traneferencl.a la ltbtdo retorna cargando los obJetos de !afantasfa (a eeto tlltlro Frsud llaitará el concepto de

introverslón de Ia llbldo).A partlr de estas elaboraclones dará al concepto de

narclsislo un estatuto egenclal en el desarrollo sexual del serhurano.

En la 26¡ Conferencia da fntroduccl.ón al Pslcoanálisis: rl-a

teorfa de la Llbldo y Narcisisroi(1916), reafirnará estahipoteala, eosteniendo gue el 'estudlo de las enfermedadesnarclsletae darán luz eobre el conoclueinto de Ia fornación delyo y de las otras inetanclaa que la conponen.

En eI desarrollo p,sfgulco del lndlviduo cotro dice Preud 'noe¡Jste desde el principto una unidad cotparable al yo; el yo debeser desarroTlado, en catbto Ios InstIntos autoároticos sonprlrcrdlalegr (pag.7,l. Ib. ) El autoerotleno vlene a ser entoncesun estado prharlo de la llbtdo, alendo el narclsisnro un momentopoaterlor, en tanto nuevo acto pefgulco.

t2

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1l

Entonces, Preud dará cuenta del narcisisno a partir de lateorfa de la evolución de la libido, cuyo valor estructural sedesprende de elIa.

Lacan tonará este nonento del desarrollo y loconceptualizará en la teorfa det Estadio del Espejo resaltandola idea de estructura, focalizado en Ia constitución del yo perosostenido en ros tres registros: iraginarlo, sirbótico y real.

La teorfa del Estadio der Espejo vlene a confinar estaidea: el yo se constituye en un nouento de Ia historia del sujetoa partir del cual e1 mismo enpieza a adquirir sus funciones. Esaquf que la visión en el espejo devuelve al yo una iragen a laque se identiflca, con lo que esto inplica de adecuaclón delpropio yo al nodelo del otro. Esta relación de aparente alteridadno deja de nostrar el fundarento de la alienación en la que seconstituye el yo y de la que se inviste el rundo fatasrático delindividuo. vale decir que dicha unidad del yo se anticipapsfquicanente a partir del reflejo de Bu lragen, ilagen queadquiere el valor de otro y que eB precisarente eI yo. Es elfundamento de la relación alienante de Ia que está dotada todarelación iuraginaria.

En este monento estructural de construcción del yoencontranos que al r¡isno tienpo de constituirse en un itodoimaginariom dado a través de la experiencia del cusrpo, conocuerpo unificado ( inagen refleJada en el espejo), veios renaceraquf la disgregación o Ia rnultiplicidad del yo en sus diferentesejes. Es decir, si bien encontraros a un yo sujeto a

identificaciones y sostenido en ellas, venos ta¡bián confornarseotra instancia, instancia sinMlica qu€ intentará paliar en eldevenir del suJeto una discordancia estructural con el rundo delos objetos de la realidad.

En fntroducción aI narcisjsro veroa que Freud habla de 'doshombres', gu€ supone, uno baJo el dorinio de la represión y otrobajo el dominio de sus impulsos.

En la conferencia ya mencionada, Freud reafirnará la funcióndel yo como moderador, debido r la presencia de una instancia( Icleat del Yo) que vela por la 'adecuada actuación' ds éste enfun«:ión clel narcisismo perclirlo.

l.]

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Podrfa¡nos decir entonces que aquello que el yo (moi) vienea lntentar completar, por estructura nisma fracasa en su intento.Es lo que Lacan intentará denostrar, cómo en este nomento se iránedlflcando las diferentes respuestas del sujeto en la neurosisy la psicosls.

Ahora bien, esta discordancia originaria se precipita, ۖ

tanto posición del sujeto, antes de ser suplida por el iúbilo que

produce el refleJo de la inagen corporal como integrada, como

gestalt.Este nonento de la con§trucción del Yo, este ¡nonento del

narcisislo es un tlerpo paradlgrátlco en su doble vertiente,yaque denostrará sn su iragen de conpletud su propia falta. Ahf lasdos vertientes del yo, en tanto yo tiel y yo [noil-

Retornando a Freud podrfanos fornular la siguiente preguntaágué ocurre entonces con el narcisis¡ro? ZDónde queda situado elyo?.

Es posible renitlrnos para ello aI esguema óptico,introducldo por Lacan y donde a partir de la experiencia delra¡illete lnvertldo, §e puede observar claranente la posición delyo, au situaclón en la realidad, colo tarbién, su de¡rendencia delrundo si¡bólico.

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La funcion tfobjetiva y sintetizadorañ del yo tan proclanadapor la psicologfa del €9o, queda destitufda, bajo Ia razónfundamental de donde situar el lfnite, lfnite confuso sntra larealidad y 1o inaginario, p€ro que B€ diferencia clararente eneI dispositivo.

Lacan clirá, apoyándose para ello en la óptica, gu€ lasimágenes tienen una connotación subJetiva esencial; hablará de

inágenes reales e inágenes virtuales, éstas últinas, derivadasde las anteriores, €s decir, derivadas de las inágenes de losobjetos reales, denostrando de esta Danera, €l apego a lasubjetividad, ein dejar de tener ello su conaecuencia en lalectura de la realidad que el sujeto haga.

La inagen del cuerpo reflejado en el espejo funcionarácomo lfmite, cono borde para diferenciar: nlo que es y Io qrue no€s del yo" (pag. L28, Serinario I). Pero para eIlo, debecumplirse primeranente otra condlción, la idea esencial y portanto estructural, de su dependencia a la posición del sujeto en

el mundo simbólico.Tonenos a Lacan : '., .para gue Ia ifusión se produzcd,

para gue se constituya ante eI ojo que rira t ün rundo do¡de Iaimagen pueda incluir 1o rea7, y a Ia vez, forrularTo, donde 7o

real pueda inc-Iuir y a 7a vez, situar Io iraginario, es preciso,ya 7o he dicño, cu:plir con una condición: el ojo debe ocuparcierta posición , defu estar en eI interior del conoe (pag 129.Idem. ).

Et conjunto de la vida fantasnática y su relación conla real idad estará suJeto, 8l efecto de la f unclón sirMlicasobre el sujeto y por tanto sobre el yo.

Asl, podrenos hablar del ideal del Ya, colo de lo gue

se desprende del universo sinMtico y gue rige las relaciones coneI otro.

El desarrollo del yo será entonces, una continuidaddel narcisismo primario (yo ideal ) €n función de las exigenciaséticas y culturales que inpone el nundo, y a las cuales debe

soneterse. ParadóJicamente, esta supuesta renuncia narclsistaencuentra su resolución baio la creación de un nuevo ideal.

Et ideal del yo será la forma bajo la cual el yo intentará

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recongulstar su narcisismo perdido (yo ictea I ) , pero ahora enconfornidad con las exigencias del medio. Asl, el narcisismo,aparece desplazado sobre esta nueva forma o instancia que se rtapor parte del yo: ila condición de la represiónr.

En tér¡ninos de Lacan este yo ideal, nudo de lasldentlflcaclones secundarlas pertenecerá al plano cle lolnaglnarlo en tanto nandato de ficción en el cual se organiza lafantasrática del yo (rol).

En contrapartida eI ldeal del yo se constituirá en gufa deleuieto rás allá de lo inaglnarlo, a nl.vel del registro sirnbólico,es decir, ique dlri Ja el Juego de reraciones de ras que dependeIa relación con eJ otro ya cpe las exigencias de éste encuentransu lugar en el conJunto de Ias exigencjas de Ia layr.

La tópica de lo lraginario no es sino una suerte de ¡nundofantasnático, gu€ intenta paliar una discordancia prinrordial queconcierne a la verdad del suJeto hunano a partir de su ingresoal universo de la palabra.

IV. LoS TRES REGISTROS.

IilAGINARIO, REAL STHBOLICO.

La distlnclón entre 1o real, lo sinbólico y ro imaginariopuntuan el rodo en gue tacan ordena la obra de Freud y latrasciende.

Es obvio que no se puede entender un registro sin los otros,aon lóglcarente solldarios, tanto en su prineraconceptualización, colo en la topologfa del nudo borromeo, suexlstencl.a, articurada, detenlna la forna en la que el psiquisrnose gostlene en el rundo.

Desde los lnlcioe de au enssñanza Lacan, baJo la conslgnadel retorno 6 Freud, opera un ordenaniento de laconceptuallzaclón analftlca, eD el serinario 2', se puede

t El yo en la teorfa de preud y en la técnica analftica.

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apreciar cómo un primer recorrido aobre la obra freudlanadeseurboca en un aJuste de las categorfas de Io real, 1o shbóllcoy lo imaginario.

Allf, propone cuatro etapae de1 pensaniento de Freud-teniendo como punto de partida el 'Proyecto de una Psicologiapara Neurolqos,-, €D las cuale§ Be puede abordar la dietlnciónde los tres registros de un uodo lógico.

Como prinera cuestión; la fntroducción del lÍarcisis¡o es elteIón de fondo sobre el cual Lacan realiza una operación que esuna verdadera linpieza del canpo psicoanalftico¿ 'Bl Estadio delEspe jo'

Se pueden ordenar a partir de aquf dlstintos rotentos de lasubjetividad: Por una parte: diferenciar y alslar un rodo deagresividad que concierne a la respuesta del sujeto a su propiaimagen, articulada a partir de la lucha de puro prestigiohegeliana y sostenida en la prenaturación biológica, la relacióninaginaria en sf nisna es un calleJón sin salida, sobre el que

se organiza la estructura de lo que es la p€rsonalidad: unaestructura propianente paranoica. Es signlficatlvo que cuando enel año 1973 le proponen a tacan volver a publicar su tesis, estediga que no se puede publicar un trabajo cuyo tftulo sea 'Da IaPsicosis Paranoica en sus re-laciones con 7a Personalidadr, pues,

'Ia paranoia es Ia porsonalidad lisla,. Reafirtación y vigenciade la tesis de los tiempos del Estadio del Espejo colo punto dedoctrina de su enseñanza. La precipitaclón sobre la iragen, dejaal sujeto colocado de forua dlscordante, €l teror es gue Ialnagen pueda adueñarse de su propla subJetividad todavfafragnentada. Inagen que es otro, siendo yo nisro.

Se establece, por otra parte, una diferenclación entre laagresividad intrfnseca a la relación es¡recular y la pulsión denuerte. Esta rlltina se artlcula a la función sl¡Mllca y ao

conjuga en Ia rinsistenciai de la cadena slgnlflcante. Tanto en

el rseainario 2', cono en 'La Carta Robada', 88 puede apreciarla articulación que hace Lacan entre la lóglca del slgnlficantey el rllas AtIá del Prlncipio del Placer'. Esto no va c deJar de

tener efectos sobre la clfnlca. Lo verenos nás adelante.El Estadio del espejo deslinda, entonces, lo que es la

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sltuaclón de allenación inraginaria. Narcislsmo e identi f it:ación§e slntetizan a partir de la dobla referencia freudiana al yo,el texto gue nos gufa es ,De lVuestros. Antecedentesa (Escritos.pag.63) ...'uná aI cuerpo propio, es eI narcisisno, la otra a lacotpleJldad de Jos tres ordenes de identificacion'.

En segundo térnino La fnterpretacjón de los sue¡ios, seguidade las dos obras sobre lag fornaciones del inconciente ('LaPs-lcopatologia de Ia Vlda cotldiana' y 'EI chiste en su relacióncon Io inconcient€') ponen de relieve lo gue es el canpo delotro. Sostenido baJo la flgura freudiana de la otra escena, €llnconciente se despliega para Lacan coúc, discurso del otro. Esteotro (A) establece con el suJeto una relación de nalteridadfundarentali.

El registro sirbólico, queda deterninado por la estructuradel lenguaJe, estructura gue pre-exsiste al sujeto; la inversióndel algno Sassureano da priracia al significante sobre elsignlficado. fnstaurándose asf una nueva perspectiva: elsignificante es el gue ordena la slgnificación. Lo sinbólico esel efecto de la lectura que tacen hace del sueño, el chiste y laPsicopatolqia de 7a vida cotidlana, a la gue se suna aI discursoanalftico la llngrüfstica, la antropologfa estructural y la reciénnacida cibernética.

El vacianiento de la agreslvldad inaginaria revela laposiclón del suJeto al lnconciente, lnterferida por el yo entanto gue construcclón haglnaria. La culrinación de esterecorrldo rarca la poalción del .anallsta fuera del vectorinaglnario a----6', y da pie para gue co¡lience Ia polémica conla Psicologfa del yo.

La Topoloftfa clave de este rdrento lnternedio, pero crucialde la enseñanza de l,acan ea el esguena L. Dos pare jas: larelaclón lraginarla, y la relaclón intersubJetiva ubican al nenostrea poelclones báalcaa: al sujeto €n la estructura, al analistaen la dlrecclón de Ia cura y aI yo cotro Ia sun6 deldentlflcaclones lraglnarlae que lnterfleren el pasaJe de lapalabra plena gue viene del Otro.

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(Ers t---;. @'otro

(yo) ¡ Ot¡o

Lo real, €fi este norento de Bu enseñanza estáconceptualizado a partir del lfás ldlá del Prirrcipio del' pTacer,entendido como lo que sierpre ivuelvér al risro'lugai. tainsistencia cle la eadena signiflcanta, ponb de ranifiesto Iaprecaria situación gue el ser hur¡ano tiene en lo gue es su accesoa Ia realidad. Ia en 1911 Freud (Ios Dos Princlpios delFuncjonatiento tlental ) evoca la profunda disarronfa en la gue elsujeto se encuentra; el aparato psfguico regrulado por elprincipio del placer, rantiene con la realldad una posición de

evitación fundarental. El acceso a ella no será sino a través de

un rodeo. La represión en sf nlsra da cuenta de esta eituación.La real se presenta, en prlnera lnstancLa, coro aquello ir§osiblede soportar de la realidad. to gue forra parte del rechazoinaugural del suJeto retornará, pues, colo lo ineludible de su

existencia.La proliferación inaginarla forrará parte 'de unc

estrategia: velar lo gue la luerte y Ia eexucltdad tlencnrespectivanente de inevitable y de lnpoalble.

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v. Real,, Sirnbólico, Inaginario.

Ea dtffcil hablar de ltaginario sin la referencia obligadaa lo ehbóllco. Antee del 55, §e puede p€nsar gus todo lolraglnario puede ser reabsorbldo en lo sinblico. Esto hace, 9u€a vocea ae entienda la obra de Lacan solanente en lo que se

despliega colo lógica del slgnlficante, algunos efectos de una

lectura parcial de au enseñanza, ha producido que aparezcan,entre otras cosas ciertos criterios institucionalistas,planteando gue dete¡:rlnadas instituciones de salud mentalacogieran un rodo de funclonariento analftico desde un Iugar otrodel la ley, donde podrfan actuar cono protesis sinMlica, sobretodo en deterrinados casos de psicosis o trataniento de base

psicoanálitica con niños, donde asf se nitigarfan los trastornosiraginarios. D€ la rlera forra que se puede coneter eI erro de

centrar centrar la dlrección de la cura en este planteaniento,lo que no p€rrite dar la dirensión exacta en lo que se refiereal obJeto y apoyarlo todo en la di¡ensión del significante.

BaJo este reglstro se puede pensar que es posible conseguiruna sirbolizaclón total de cualquier problena planteadoilaginariarente, por eJerplo el del goce.

La teorización del concepto de goce, sostenido en el depulslón f reudiana, perrite puntuar deternlnados nonentos. En un

recorrido raudo de los textos y se¡inarios de Lacan, vemos gueel goce se desplaza desde la concepción del goce como inaginarioal goce fállco y al goce del Otro.

En la Respresta aI corentario de J.Ilypolitte sobre 7a

Verneinung de Freud (1956), Lacan ya piensa en el objeto como

iuaginarlo, donde sltuará después el goce reglado por laintroducclón del lldP.

Pocos años después, €ñ el Seninario Ld Ética delPsicoanáIisis (1959-60), Lacan hablará de una función que no sepuede reducir a signiflcantes, a todo elgnificante, plantoandootro goce distinto al goce fállco, gu€ es el goce del otro y que

no es reducible a todo slgniflcante.llás tarde, a raiz de la conceptualización del objeto a, en

eI Seninarlo XI oLc.s cuatro coccnceptos fundamentalos deI

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Psicoanalisjs (1964), se dirá que hay'un real en el goce, €X-sistente al sic¡nificantei 1o cual permite articular ese real con

el significante en relación al goce.A partir de los años ?o, sobre todo en los últinos

seminarios, lá conceptualización que ae hace de lo inaginariovarfa notablenente al utilizar cono soporte teórico principal:la topologfa.

En los seminarios R.s.f . Y El Sinthota, eI registro de 1o

si¡nból ico ya no cuenta con esa cierta supre¡acfa sobre los otrosdos registros, inaginario y real Al introduclr el nudo borro¡eose demuestra que los tres anillos tienen la lisra inportancia,los tres forman cadena y al desanudar uno de ellos, cualguierade ellos, Ios otros dos ta¡blén quedan desanudados, sueltos. De

esta forna lo si¡rMlico y lo iraglnario definltivanente fornaránparte por igual, d€ los tres registros.

Los tres reglstros desde su funciona¡iento en el nudo

borroneo, juegan un papel fundanental en el Serlnario R.S.f., para

explicar una lógica estructural, €D la gue los fallos que pueden

producir su desanudaniento, tienen consecuencias directas en Iaestructura clfnica, Ias psicosls ilustran esto de nodoparadinático.

Al f inal de este Seninario (clase 13-5-75), l,acan distinguetres tipos de noninación: iraglnaria, sirbólica y re¡I, 9ü€ se

asimi lan a las correspondlentes de la trilogfa freudianaInhibición, Sfntona y Angustia, trllogfa a la que l¡can habfa

dedicado un año de trabalo, tucho tleapo atrás, ta relación se

establece de un nodo sinple de Ia forna siguiente:

Luego, l6 inhibición es una norlntción iraginarla, laangustia es nominación real y el sfntora colo cuarto elerento dclnudo es una noninaclón sinMl lca.

La angustia siendo Io quo del interior del cuerpo orl§tecuando algo Io despjerta, euando algo Io atonenta, resuf ta seren consocuencia uná norinación real en Io iragrinarlo. lllentrasgue Ia inhibición es un efecto de deterrcJón del tutrclonatiento,

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una lnhjbición de la derostracion, causada por 7a jntrusionlraglnaria en eI catp de Io sjrbóLico -de ahi que digarrcs gu€es una norinación lraginaria en 1o sjrból ico. Sobre Ios trestárrlnos que guedan coxt cuestjón para conseguir dar substanciaaI NdP, en el próxlrc selinario, puesto qua pa,race que este eseI q¡ue sostiene aI nudo. ( Lacan ) R. S. I .

El lldP defa de ser la pledra angular del registro simbólico,sólo es conglderado un suplerento, incluso un sfntoma, ull cuartoele¡ento de cohesión. Cuando éste falta, €l desanudamientoprobable, desencadena la psicosis.

Una vez presentada éstar €s nuy dificil la narcha atrás, l€lestabillzación podrfa venir de nuevo, rediante la producción deun sfntora no en sentido freudiano, sino en sentido }acaniano,es declr interpretable, no abonado al inconscientei un sfntonrague venga a suplir la ausencia del significante del Ndp.

El Serinarlo del Sfnthona desarrolla todo este procesoposible, a través de la f igrura de Joyce, gu€ actua cono paradigmade la clfnica de las pslcosis no desencadenadas. En las psicosisdesencadenadas, la retáfora delirante, es un intento de suplenciairaginaria del XdP.

Se introduce un cuarto nudo, uñ cuarto elenento, 'sjn elcual nada es posiDle en eJ nudo de lo sirbótjco,lo iaaqinario y7o realr, habfa sido presentado con anterioridad por Lacan comouna norinación. Asf, el NdP y el sfntola, cuya equivalencia seplantea en este párrafo, resultarfan ser nominacionesindispensables para que se anuden.

Finalnente, el sfntona debe ser concebido cono lo que nofunciona en el canpo de lo real pero surgido cottro efecto de Losi¡nbólico -'es una notinación sirbórica en ro rear,. En laconferencla sobre Joyce Lacan dlce. que lo que hace el sintoaaes anudarse a 7o real, a 7o inconsciente y aI cuerpo (en tantoitaginario) . Bs decir, er sintora encuentra de este múo susrirites, y es por elto gue ptede hablarse de nudo. se parte detres toros independl.entes , R.S , f , que son anudadosbrroneana¡ente ¡edi ante un cuart o elesento, el si ntoma. . . podenosconstruir el nudo correspondiente a Ia no¡nj nacion sjnbóI ica.(clase del 1l-2-25).

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Este anudarniento del inconsciente al sfntoma se puedeentender, como que el sfntoma, como cuarto elemento del nudo,hace gue queden anudados lo real (parásito del goce), loimaginario (el cuerpo) y lo sinbóIico (el saber inconciente).Todo lo cual darfa lugar a un desarrollo extenso que excederfael propósito de este trabajo, ¡rero sf es inportante, por eJenplo,ver eomo las fallas posibles del nudo bomorreo pueden sersuturadas.

trn error puede dar un nudo cono el de la figura A, diceLacan: supoDgan gue en alguna parte haya, uD error, eüa 7aescri I ura coneta ahi una talta équé sucade? . Que eL nudo brcrreotiene este aspecto, @s decir, corr. ustedes segurarente no fohabrtan iaaginado, por totar las cosas asi, coro por naturaleza,1o inaginario (.. ) nc, tjene rás reredio que desaparecer. Se

desl iza exactarenüe ca.o 7o gru€ Joyce siente después de haberrecibido su pal iza, la relación itagjnaria no tiene lugar. Estedesl izamiento de lo inaginario se producirfa ante la fallarepresentada en la figura A.

Entonces lo gue sugiere Lacan ea el rodo de reriendo: .yentonces 7o que sugiero €s esto: es que supo.rDgan que aqrui,supongan qua Ia correción de este error, de esta falta, de eseIapsus t cluo des¡xres de todo 6s l¡y tácil de iraginar... épr quáno podria sucedor gue un nudo no tuera Doprreo, clue tallara? he

coretido 70.ooo veces errores en Ia pirara rientras Io diDujaba.I esto es exactarente 7o que sucede y aqui yo oncarDo aI ego co.ocorrector de €sa relación faltante, de 1o que tro se anuda

borrorearente con eso que fona nudo de real y de incorrciente en

eI caso de Joyce. La isoluclónt aparoco en la flgura B, gue sehan trafdo aquf cono elerentos topológlcos gue señalan una Ifneade trabajo para restañar algo del reglstro iraglnario gue aepierde, €o este caso, coio procedlrlentos de estabillzaclón a

través de un ego que se ha dado en norbrar colo Joyclano, por clparalelisno con este escritor, qu€ conslguló hacer unc euplcnclaa través de la escritura.

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.. ót.

VI. I,o ITIAGI}IARIO Y I,A POSTETON DEL ANALISTA.

La posición del analista es exaninada rigurosanente porLacan en la década del 50. Volverá otra vez sobre esta cuestiónen ¡itad de la década del 6o, €ñ la redida en gue va construyendolo gue el aisno llara su lnvención: el objeto a. En ese tiempose producirá otro paao en 1o que concirne a la posición delanalistai el anatista pasará a encarnar el senblante del objeto,para dar una forra a lo gue del suJeto no entra en lo simMlico.

Nos interesa reseñar ahora cóno el despeJe de las categorfasde lo sirbóllco y lo iraginario en el prinero de estos dosperfodos, producen un caabio de posición, que entraña un ajusteescencial de los eleuentos, en la estructura nisna deldispositlvo analftico, narcando asf, el estatuto gue roinaginarlo tendrá en la cura de un uodo casi constante en laenseñanza de Lacan.

No se trata, cono podrfa sospecharse, de un rebajamiento dela caridad de lo iraglnarlo, ni del yo cono la suma deidentificaciones. Sino gu€, situados en la estructura se muestrancomo obstáculos escenciales de la cura en lo que se refiere a losefectos terapéuticos. Pero al misno tiempo dan cuenta del m<¡do

en gue el sujeto estructura el nundo; ilJada le quita aI pobre yoer hecho de gue sea iaaqinario: diria inclusiye gue estcl es lo

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qt¡e f-ie'ne de bueno. .'ii no fuera inaginario no serjanos honbres,ser¡anos Iunas. In cual no signitica gue basta con gue tenganosase yo inaginario para ser ho¡brss.i (seninarlo 2. pag. 365r.

La crftica inicial de Lacan bajo ningún punto de vista tienecomo objetivo lo imaginario cono tal, sino gue apunta a nostrarcómo no se puede sostener la clfnica analftica bajo Ia égida deldesconocimiento de lo sirnbólico. Lugar en el cual se encontrabanlos analistas posfreudianos.

Una de las naneras de entender el retorno a Freud es volvera ubicar en su obra el estatuto del yo. r,a conceptualizaciónposfreudiana, tanto del lado de la Escuela rngleea, coro de laPsicologfa dal ego, revierten en una clfnica que trata de adaptarla experiencia a la identificación con el analieta por un lado,y 6l reforzaniento del ego autónoro por el otro.

El desconocirriento de lo si¡Mlico y la fantasf a deadaptación del sujeto a la reclldad (vfa la realización genital)ponfan en pellgro lo radicahente subversivo del descubrinientofreudiano; en tanto que dejaban de pensar la profunda dlsarnonfague inplica la entrada del signlflcante en el ser vivo.

Entre otros, heios elegido tres sitioe para dar cuenta delreubicaniento del anarista en la direcclón de la cura. unSeninario: 'Ios Escritos técnJcos de Preud' y dos escritos:" I ntroducción al Cosentario de ,fean Hypprli te, y eBl

PsicoanáIisis y su Enseñanatr, nos gufan en este slntétlcorecorrido.

En eI capftulo V del Serinarlo I y on el escrito'fntroducción al Corentario de Jean ülypplite, aparecen larevisión de tres conceptos freudlanos: la resistencia, la defensay el yo.

Lacan diferencia el concepto de fch freudlano, eñ tanto gue

lo distingue del lugar en el gue lo ha colocado la Pslcologfa delyo. No hay nlngrln area libre de conf llcto en el yo, al yo deningún nodo puede ser autónoro. Sostenldo €n la teorfa delestadlo del eepeJo, Lacan devuelve al yo al sltlo donde Preud lohabfa colocado a partir del narclelgro: r trI yo del gue haDlalos-dlce Lacan- es aDsolutarente lrposlDle de dlstJngulr de Iagcaptaciones lraginarias que Io constituyen de caDo a rabo, en su

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gene§is corc en su estatuto, an su funcion corc €n su actual idad,¡rcr otro y pu.ra otro. diclp de otra tanerá , la diaTáctica guesostlene nuesüra experietrcia, sJtuándose aI nival rás envolventede Ia eficacla del suJeto, nos obliga d co.prender el yo de puntaa punta en eI ¡ovJriento de enaJenacion prqresiva an que seconstituye Ia conciencJa de si en Ia fenorenolqia de llage7,.f8scritos, pag. 359r.

Se produce con este estatuto del yo un viraje clfnico. Laposición del analista no puede sosteners€ de ego a ego. No deberealizarse en el plano lraginario, es necesario rectificar elconcepto de resistencia y el de defensa.

Si es la relación iraginarla la gue opera en el análisis,con €so dice Lacan 'no se hace sir¡o entrar en esa diatéctica delyo y dal otto qrue constltuye eI cal Lejón sjn sal ida del neuróticoy qFuo hace a su situación soridaria de7 prejuicio de su raravoluntad' (Escritos pag. 361). se revela asf algo clave, porquesi el dispositivo Bs sostiene en ra relación inaginaria, elanalista ¡islo está enaJenado en este registro. La resistencia,desde este punto de vlstar s€ invierte, no resiste el analizante,este no hace nás guo repetlr un nensaJe que viene de la otraescena, la rlnica resletencia es la del analista atrapado en eIplano es¡recular, lo gue deJa al dispositlvo sin esa referenciade lo sirbóIico donde reside ra eficacia de su accióni ' sóIodesde eI Tugar del otro puede eI analista recibir Ia inyestjdurade ra transferencia qua 7o habirita a deserperiar su pap€rlqitiro en el inconciente del sujato, y a totar arri la palabraen inten¡e¡rciones adecuadas a una dIaI éct,ica cuya particularidadescencial sa detine por 7o privado. (Escritos, pag. 436).

si no se concluye que la sanclón sobre el inconciente debedirigirse a reducir lo iragfnarlo, el recorrido obrigado de laexperiencia no puede eer otro gue la ldentificación al analista,o, según las teorfas, con el aup€ryo del analista, o eon la parteaana de au yo. cualquiera de las alternativas niega lo guedeternlnadas identificaciones tlenen de patológlco en elneurótico, lo cual, produce que se perpetue un nodo de alienaciónque er sujeto desconoce, pero que actúa en su cotidianeidad. Hayque decir tanbién gue un análisis que no está depurado de todo

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imaginario no tiene nnecesariamente un valor negativo o def racasor.

sea como sea, no se trata de llevar allf la guerra: 'ersentido de una accion detensiva u ofensLva no debe buscarse enel objeto que le disputa aparente¡ente e-l adversario, sjno rásbien en eI designio en gue participa y que define aI adyersariop,or su estrategiao. (Escritos, pag. 361r.

El viraje de posición trae consigo que el analizante guedeconfrontado a su discurso. El analista paso a la posición de granotro (A), interfiere la relación iuaglnaria, lo que le perliteprecisar cual es el nodo en que el sujeto Be ublca en relacióna este Otro. Se posibilita de esta ranera la construcción de lademanda, €D tanto ella es dirigida al otro bajo la forna quéguiere de ni,

En tanto que el anarizante dirlge su palaba al otro, quedaexpuesto a la superficie de un es¡rcJo plano en donde sus dichosretornan de forna invertida, exponlendo asf su división, y lo guese le revela en un nás allá de la ldentlficación, es la for¡a enque su yo está sonetido al deseo del otro.

si blen la parabra funclona aquf colo pacto, conoapaciguaniento de la relación eepecular, tarbián da lugar apercatarse del sonetirlento del suJeto aI trauratisro de lalengua. No obstante, €l honbre gu€, ,en er acto de ra parabra,parte con su serejante eI pan de Ia yerdad, cotparte la lentjrar(Escritos, pag. 364). La parabra, €r la redtda que hace decir alsujeto lo que no es, lo enfrenta a una dirensión lnquietante: lade la muerte.

De este nodo, la auerte ..nos aporta Ia cuestlón de fo gueniaga el discurso, poro tarbién ra de saber sr es elra ra gueintroduce en éI Ia negaclón. Pt¡es Ia negativjdad del discurso,en cuanto que hace ser en ét lo que no osr nos retlte a Iacuest ion de saber Io gue eI no-ser, clue se ranlfiesta en ef ordensirbór ico, deDe a la rearldad de ra luerter. ftscritos, pag. 36a ).

La nuerte, punto culnlnante del recorrido del sufeto.En el devenir de la cura, los golpes asestados a la

omnlpotencla yoica, van revelando la irpostura dc laldentificaclón inaglnarla. Esta dlluclón conlleva t¡rblón la

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evocaclón de un encu€ntro inaugural, nftico por estructura, donde

lo sirbóIico y lo real ae conjugan sin nediación imaginaria. La

uordedura del significante es definida por Lacan como nuerte de

la coaa, donde la presencia del no-ser narca la finitud de lavida y por ende un trau¡atismo que concierne a la existenciarisla del su jeto.

Et tienpo del suJeto gueda escandido, lo que pone en juego

gu deseO, €8, en este lorento, €l reconociniento del Otro como

suJeto, lás allá de la relaclón inaginaria y la aceptación de la¡uerte coro rlniea posibllldad de vivir en el deseo; la castracióndel Otro S(A/) es et registro clfnico sobre el cual se organizan

estos rovinientos.La estrategia debe diseñarae para vencer al yo en una de sus

aás fir¡es posiciones: la de creerse innortal. Asf, se precipitanlos nonentos de concluir en los gue el sujeto nediante su actose presentifica en su deseo, encontrando en ello algo en Io que

reside su satisfacción proPia.

VII. IP I}IAGINARTO Y I,AS ESTRUETURAS CLINICAS

A través del narcisisro el sujeto se reconoce unificado en

su Yo, Yo gue le dota de una identidad en lo inaginario que lesostendrá hasta su encuentro con la castración del otro materno(S A/l y el enpuJe a gue resuelva en las identificacionesedfpicas su posiclón coro sujeto sexuado, Y éD la estructura su

posición cono sujeto neurótico, pslcótico o perverso.I.a percepclón de la falta en el Otro nueve a }a angustia al

sujeto del narcisisno. Su respuesta ¡¡arcará su elección en laestructura: VerverfuDg, Verdrüngung, Verleunung.

A ) EN I¡ NEUROSIS.

En la neurosis, a lo inaginario le curnple el velamiento de

1a angustia de castración vf a el f antasma. El peso cle I o

imaginario se reparte diferencialmente en la histeria y la

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obsesión del lado de lo que las define en su posición subjetiva.si para la histeria oef sujeLo no puede tener acceso a Ia

nocic>n de su taclicidad respecto de su sexom, €[ Ia obsesión deIo que se trata es rde su existenciar(E. {32).

Para la histérica, la pregunta por el sexo arranca de Iaposición estructural de la niña en el nonento del conplejo decastración. Atrapada en los efectos ectructurantes de la prerisaunjversal del rc.ne, lo rivalidad fálica Ia ¡antiene detenida enuna doble identificación, identificaciones gu€, partiendo delrasgo, toman al cuerpo y aI afecto €n su totalidad. por unaparte, encuentra en la iotra rujert el lugar de soporte deidentificaciones imaginarias a travóc de las cuaLes creeráencontrar la respuesta acerca de las condiciones en las gue podrápresentarse cono objeto al deseo del Otro. Por otra parte, €lcoaplejo de ¡ascur Tnidad dirige las id¡ntificaciones ilaginariasde la histérica hacia los erbletas dG la virilidad.

El disposltivo analftico operar on lo iraginario de lahisteria, apuntando al desenra¡ctrariento de los serblantesfálicos en los que todo su ser gueda conproretido.

En cuanto aI obsesivorres t la ¡t¡erta a Ia fIuQ se trata deengañar con sil astucias'(E.l3l). El iyo fuerter del obsesivo se¡¡uestra en la obstinación de corplctar al Otro, y hace su slntonaen la infinitud de Ia corpulslón. gu esfuerzo en el taponarientosostenido de la negaclón d¡ Ia faltc, encuentra en laidentificación a los ideales el r.asegurarlento narcisista que

le confirne cono valedor de la consistencla del Otro.Esta negación ubica al obseslvo en el plano de Ia

especularización que le devuelve la iragen de un otro que lesostiene en su existencia, al tlerpo que la aronazr. Estaanbivalencia dota al yo del obe¡slvo de au pecullar tensiónagresiva, y procura a aus paalonce la ferocldad de guien nuncapuede pactar su inscrlpclón en el otro rás allá de la rivalldadnarcisista.

En este pulso con la caatraclón, al obaeslvo tratará deinaginarizar lo que no tlene scrblante, hacer de la lucrte csertú'r con el gue poder tratarae de igual a lgual, uD sercJantc.

En la cura, €l anallsta encontrará on Ia escanslón de la

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tenporalldad de las sesiones, €l ¡nodo privilegiado de atacar laeolldez iraginaria del obsesivo, inscribiendo la falta en lacorpacldad narcisigta de un yo gue se presenta sin fisuras, amo

del dlscurso, dueño de la intenclonalidad de sus dichos, negación

vlvlente de la presancia del suJeto del deseo, 9u€ habrfa de

sltuarse en el lntervalo qu€ la producción conpulsiva de

signiflcantes trata de colnar.

B) EN IA PSICOSIS

l,a Veruerfung será Ia respuesta del psicótico. Al tf loiraginario, al carec€r del significante del lldP se desanuda de

los otros dos registros dejando de soportar la realidad. En estederrunbe del espacio configurado por la superposición de losinbóllco y 1o iraginarlo, sin la posibilidad de laidentificación fállca, cl paranoico no Ie queda nás opción gue

la regresión tóplca al esttdfo del espejo en busca de una

estabilidad gue le soetenga en una identificación gue le colocaen una dialéctica entre é1 y au doble psfquico. Para laesquizofrenla esta dialéctlca se retrotraerá al par objetounificado versus obJeto despedazado.

Es decir, hposibif itada la signif icación f ál ica, €lsignificante no encuentra gu no¡¡ento de detención, de

articulación. El discurso no eneuentra su sentido (esquizofrenia)en la redida en gue cada signlficante renite a cualguiersigniflcación. o bien, la cadena significante se solidifica(paranoia), de rodo gue cualguier slgnificante renite sienpre a

una eola slgnificación, significaclón delirante gue opera como

suplencia de los proceaos ¡etafóricos inposibilitados por laforclusión del significante operador de la Ley en el lenguaje.

En cuanto a la dirección de la cura en la psicosis, lolnaglnarlo tanbién reclarará au lugar especffico. Si en lasneurosis el recorrido sigue el vector de lo simbólico a lo real,o¡rerando una centrifugaclón de las identlficaciones imaginariasalienantes, en la psicosis de lo que se trata es de construir la

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suplencia que permita a 1o imaginario tener un sitio en lomental.

c) EN LA PERVERSION

En su obra nfres Ensayos pa,ra una Teoria §axualx, trasexaminar las diferentes fornas de la sexualidad perversa yseñalar la relación gue nrantiene con la sexualidad infantil,Freud concluye que la sexualidad hurana no está prefornadainstintivamente, que no hay un obJeto inatural" gue Ie seaadecuado sino que el objeto sienpre podrfa haber sido otro y gue,consecuentenente el fin sexual considerado nornal consistente en

el coito heterosexual propiarente dicho, €s un hecho tanaccidental y sujeto a viscisitud coro cualquier otro tipo deelección sexual. En este sentido dice Freud )...1a predisposicióna 7a perversión no es algo raro y especial sino una parte de Iaconstjtución TTatada norual. i l{o hay instinto genitat sinopulsiones parciales que piden satisfacerse aI Darg€n de cualguierotro fin que pudiese plantear la exigencia de un deterrinadoobjeto, cono serfa eI caso de la reproducción sexual. Podrla¡osdecir, entonces, que es la contlngencla de dlcho obJeto lo que

hace posible la condición perversa de l¡ sexualldad.Pero que haya una predisposición p€rv€rsa -dada la

naturaleza de lo pulsional- no inplica gue ae tenga qus concluiren la perversión, puesto que la concluslón ss sierpre la de un

sujeto gue se constitulrá sobre esc suDJetivación sin suJeto que,para Lacan, define lo pulslonal.

Tanpoco quiere decir que Io norral sea la falta dc norta,aunque sf que toda norna ss instltuye sobre una excepción a lamis¡na y por ello no es capaz de legislar todo ol carpo del goce

sin devenir ella nlsno inperativo superyloco de goce, lo quc

narca la encruciJada del sujeto colo advlnlendo cntrc un otro de

la ley y un Otro del goce, hecho gue va t suponar' asilllro' qu.el objeto pueda salir de su indeterrlnaclón pulslonal ptra quedardeterminado co¡o obJeto perdldo, llgado Para alerprc al euJetoco¡no aguello gue tuvo que perdsr para poder nacer colo euJcto dc

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deseo.En Freud encontranos dos importante referencias clfnicas que

ciñen la estructura p€rvorsa: rasoguisno y fetichisno, gü€ hacenreferencia, respectivarente, cl sujeto y al objeto perversos,pudlendo hablarse de una fetichización del objeto y de unaposición rasoguista del suj€to.

En su prirera aproxinaclón al tena del fetichisno, Freud vaa definlr el fetiche cotro un sustituto del objeto sexual en tantosu presencia en la peraona anada es condición absoluta de lapráctica sexual, pudiendo incluso llegar a sustituir a dichapersona, y ello a pesar de la nanifiesta incapacidad del objetotorado con¡o fetiche para la realización del fin sexual. Pero vaa ser en su trabaJo del año 1927, titulado, precisamente, ,ElFetjchjsrc', donde Freud proponga una explicación para el mismoy a la vez defina el recanlsno psfguico en el que se fundamentaIa estructura perversa; si bien eI fetiche es el sutituto de unobieto sexualr so trata sienpre de un objeto gue no existe, elfalo taterno, definiéndose la operación por la cual el feticheviene a cubrir esta ausencia cotro una iVerleugnutryi, traducidapor desrentido o repudio. El fetichista niega la realidad de lacastración de una forra distinta a lo que serfa Ia forma denegación neurótica o psicótica. Hay un reconociuiento de lacastración y a la vez un desnentido, conservándose cono fetiche,dice Freud '7a úftjra irpresión recibida anües de Ia que tuvocarácter siniestro y trauráticor. Es decir, €l fetiche serfa unobjeto gue hace bisagra entre la creencia en el falo natorno yla realidad de la castración.

En lo que se refiere a la posición del sujeto perversorespecto al par sadlslo-nasoquisrlo, Freud inicialmente acentuaráel carácter priritlvo del sadisno, del cual, dirá, el nasoquismoes únicanente su forra paslva, para llegar posterirrnente a

fornular el. nasogulaDo cono prhario respecto al goce, €D tantoeI goce está donde está el dolor.

En el artfculo de 191 g rPege.n a un lJino,, Freud nuestra cómo

entre las escenaa que desarrollan dicha fantasfa infantil, hayuna gue permanece inconciente, aquella en la que el niño fantaseaser golpeado por el padre y cuya relación con el goce se expresa

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en la frase 'eI padre ne pega porque le anlo y me ana peqándomet,lr"¡ que supone al su jeto ubicado en una posición masoquistasosteniendo la figura mftica de un padre gozador.

ilas tarde, en el texto de 1924, ,El Problesa econórjco delllasoguisno' Freud del inita aún uás la forua de lo gue serfa elfantasma masculino relativo al nasoquisno fe¡enino, p€ro quedefinen también a la perversión nasoquista propianente dlcha: aercastrado, soportar el coito y parir, forlas de una ferinlzaclóncuyo fin es asegurar el goce asegurando el obJeto, ese objetocuya pérdida es, según decfa¡os, condición estructural del sujetoy de cuya presencia, sin embargo, el ¡rerverao cree dar testinoniocon su propio cuerpo pasando a aer instru¡ento de un gocesupuesto al otro.

Pero cotr¡o dice Lacan ese otro es sieapre un Otro delenguaje, pues es por la vfa de languaje, por lo que se haceposible la erotización p€rversr del dolorr €D tanto el lugardegradado de deshecho en el que se coloca el p€rverso, puede sersignificantizado desde el canpo de ese Otro del lenguaje.

Deciuos entonces gue hay una condlción signlficante para elgoce, gu€ Io €s, en tanto se opone a la condición de goceabsoluto y lo norrativiza coto goce fálico, de fona tal que elperverso, al igual gue el neurótl.co, tenina confrontado con esafalta de goce que es la condiclón de todo suJeto por el hecho de

estar sujeto al significante.Lo gue narca la diferencia entra el neurótico y eI perverso

no es el nás o nenos de goce sino la distinta posiciónfantasnát ica.

Freud diferenclaba entre el neurótico y el perversoafirnando que lo gue eI neurótico fantaseaba el p€rverso loactuaba. Para dicha actuación el p€rverso construye toda unaescenograffa que se estructura baJo el rodo de la Verleugnung.t{ediante lo que Lacan denorlna 'voluntad de gxe', €l p€rvorsoprocura restituir el obJeto a al Otro, en un lntento de dcroetrarque el otro no es inconslstente gino incorpleto, y ello esposible ¡ror cuanto en la estructura fantasrátlca p€rversa r.,.ef su )eto se deterrina a si risro co.o obJeto en su erruentro conla división subJetivar.

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Pero en la Verleungnurryt hay otro tienpo que es el de laaflrraclón de la caatraclón, y o ella apunta el hecho de que eleacenarlo porveroo, elerpre incluye un lugar para un tercero que,aungue ¡usente, puede llegar en cualguier norento, sorprender y

corrar esa sltuación de lndefenslón frente al goce, Beñalando deegta fona lo gus serf a el rorento de cierre del circuitopulslonal con la cafda del suJeto hasta ese ircri€nto oculto trasel obJeto, rcrento en el que la defensa frente al deseo del otroS(A/) fracaaa, fracaso qu€ pons de ranifiesto, coro afinna Lacan,gue el acto p€rverao sierpre tiene coro fin no la satisfacciónsino Ia angustia.

Io inaginarlo, pues, gueda adscrito a Ia estructurap€rveraa a través del sosteni¡iento del objeto en su valor derestitución del falo faltante a Ia ¡adre, operando undesplazariento gue darfa a aquél su lugar en la fijezafantasrátlca de la lonotonfa sadiana, escena en la que el objeto,arrrancado de la tetonirla del deseo, parcializado en el recortesobre eI objeto total, s€ cristaliza en condición y térnino degoce.

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BIBLIOGRAFIA GENERAL.

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Tono I

"El Estadio del Espejo cono fornador de la función del yo ( je)tal cono se nos revela en la exporlencia psicoanáIiticar.

rl,a Agresividad en Psicoanálisis'.rrFunción y Campo de la Palabra y del LenguaJe en Pslcoanáisisi.nlntroducción al Courentario de Jean Hyppolite sobre laVerneinung de Freudi.[Respuesta al Conentario de Jean Hyppolite sobre la Vernelnung

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de Freudn.üEl Psicoanálisis y su Enseñanza[.

Tono II

iObservaciones sobre el fnforne de Daniel Lagachetr.iXant con Sader.rLa Ciencia y la Verdad.

El Seninario.

Libro I : TLos Escritos Técnicos de Freudr. Ed. paidos.Libro 2 : nEl yo en la teorfa de Freud y en la Técnica

Psicoanalftica. Ed. paidos.Libro 3 : il.as Psicosisi. Ed. Paidos.Libro 7 : il.,a Etica del Psicoanálisisr. Ed. paidos.Libro 1l: '[.os Cuatro Conceptos Fundanentales del Psicoanálisis'r.

Ed Paidos.il,a Angustiai. Inédito,ñ De un otro al Otron. Inédito.i R.S.Ilr. tnédito.ñ Joyce El Siupthoner. Inédito.

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