howell hannah - familia murray 4 - promesa en las tierras altas

Upload: alejandra-gallardo

Post on 08-Aug-2018

215 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    1/216

    Hannah HowellHannah Howell

    Promesa enPromesa enlas tierraslas tierras

    altasaltas

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    2/216

    NDICE

    Prlogo Error: Reference source not found

    Captulo 1Error: Reference source not foundCaptulo 2Error: Reference source not foundCaptulo 3Error: Reference source not foundCaptulo 4Error: Reference source not foundCaptulo 5Error: Reference source not foundCaptulo 6Error: Reference source not foundCaptulo 7Error: Reference source not foundCaptulo 8Error: Reference source not foundCaptulo 9Error: Reference source not foundCaptulo 10 Error: Reference source not foundCaptulo 11 Error: Reference source not found

    Captulo 12 Error: Reference source not foundCaptulo 13 Error: Reference source not foundCaptulo 14 Error: Reference source not foundCaptulo 15 Error: Reference source not foundCaptulo 16 Error: Reference source not foundCaptulo 17 Error: Reference source not foundCaptulo 18 Error: Reference source not foundCaptulo 19 Error: Reference source not foundCaptulo 20 Error: Reference source not foundEplogo Error: Reference source not found

    RESEA BIBLIOGRFICA Error: Reference source notfound

    - 2 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    3/216

    Prlogo

    Escocia, 1446

    Cara culo!Boiga!Cormac Armstrong casi se ech a rer cuando las airadas voces

    infantiles interrumpieron su lento y resignado descenso hacia lainconsciencia. Pareca una broma cruel del destino que se desangrara enmedio de los agudos gritos de unos chiquillos que se estaban tirando

    pullas. Aquel sonido le llen de una insoportable melancola. Le traarecuerdos de todas las veces que se haba peleado con sus hermanos, altiempo que era dolorosamente consciente de que jams volvera a verles.

    Feo, ms que feo!Ah, s? Bueno, yo digo que t tambin lo eres, y adems necio!Al sonido de un diminuto puo golpeando un cuerpo infantil le sigui

    de inmediato el fragor de una pelea de nios. Ms voces juveniles cortaronel fro y hmedo aire de la maana mientras los dems nios animaban asus respectivos favoritos. Daba la impresin de que haba una autnticahorda de chiquillos al otro lado del matorral tras el cual se ocultaba;Cormac rez para que se quedaran donde estaban y que ninguno de ellos

    lo cruzara y se viera implicado de forma inocente en su desesperadasituacin. Tras or una vez ms el latido de su corazn, solt una maldicinal ver que sus oraciones no haban sido escuchadas.

    Unos enormes ojos verdes y una tupida mata de pelo rizado negro fuelo primero que vio cuando una nia flaca y bajita traspas la espesura delmatorral y se sent a su lado. Aunque era una chiquilla encantadora,Cormac dese con todas sus fuerzas que se fuera muy lejos de all. Nopensaba que sus enemigos an estuvieran siguindole la pista, pero podaestar equivocado, con lo que aquella nia angelical podra ser pisoteada,herida o incluso acabar muerta.

    Vete, pequea le orden Cormac, con una voz que pareca untembloroso y ronco suspiro. Vuelve con tus amigos y llvatelos a todosde aqu, deprisa.

    Ests sangrando dijo la nia tras haberle examinado.Cormac abri ligeramente los ojos cuando ella empez a acariciarle la

    frente con su suave manita; para ser tan slo una chiquilla tena una vozsorprendentemente grave y sensual. Mucha voz para una nia, pens.

    S admiti l, muy pronto estar muerto, y eso es algo que nodeberan ver esos preciosos ojazos verdes.

    No, no vas a morir. Mi madre puede curar cualquier herida, yavers. Me llamo Elspeth Murray.

    Y yo Cormac Armstrong. Se sorprendi al encontrar las fuerzaspara estrechar la diminuta mano que ella le tenda. Pero no debeshablarle de m a tu madre.

    - 3 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    4/216

    Necesitas a mi madre para dejar de sangrar.Pequea, estoy sangrando porque alguien est empeado en

    matarme.Por qu?Dicen que soy un asesino.

    Y lo eres?No.Entonces mi madre puede ayudarte.Cormac deseaba con desesperacin que aquella nia fuera en busca

    de su madre para que curara sus heridas. No quera morir. Ciertamente,no quera morir por un crimen que no haba cometido, al menos no antesde que pudiera limpiar aquella negra mancha que empaaba su nombre.Pens que todo era muy injusto y luego hizo una mueca de dolor. Se diocuenta de que l tambin pareca un nio.

    Oh, pobre muchacho! murmur la chiquilla. Te duele. Necesitasun poco de tranquilidad; dir a mis amigos que se callen. Y, antes deque l pudiera decir nada, la nia se puso en pie, se dirigi hacia unextremo del matorral y sac la mitad de su cuerpo a travs de l.Cerrad el pico! Todos! grit Elspeth con una voz asombrosamentefuerte y llena de autoridad. Aqu hay un pobre muchacho que necesitaun poco de tranquilidad. Payton, ve a buscar a Donald, a mi padre o aquien sea; este muchacho est herido y hay que socorrerle.

    Lo nico que Cormac fue capaz de decir cuando la nia regres juntoa l fue:

    No soy un muchacho. Soy un hombre, un hombre al que estnpersiguiendo.

    En voz baja, solt una maldicin al ver que otros nios trataban depasar al otro lado del matorral.Cuntos aos tienes? le pregunt Elspeth mientras volva a

    acariciarle la frente con su diminuta mano.Diecisiete...Cormac se preguntaba cmo una mano tan pequea como aquella

    poda tener un efecto tan balsmico.Hoy cumplo nueve aos, por eso nos hemos reunido tantos Murray.

    Y t eres un muchacho. Mi padre dice que todo aquel que tiene menos deveintin aos es un muchacho o una muchacha, y que algunos lo siguensiendo aunque sean tan altos y grandes como l. Eso es lo que le dijo a mi

    primo Cordell cuando cumpli los diecisis y presuma de ser un hombrehecho y derecho.

    S asinti un nio de ojos de color mbar que era incluso ms bajoque Elspeth. Ella se sent a su lado. El to Balfour dice que un muchachodebe ganar su propio dinero, tener esposa e hijos y hacer honor a esas dosobligaciones antes de poder presumir de ser un hombre. Por qu estsangrando, Elspeth?

    Porque tiene un montn de heridas, Avery.Elspeth sonri un momento cuando los otros nios se rieron

    tontamente.Ya veo. Y cmo se ha lastimado?Alguien est intentando que pague por un crimen que no ha

    cometido.

    - 4 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    5/216

    Pequea... Cormac mir a su alrededor y se qued observando aun asombroso grupo formado por once hermosos nios y luego mirfijamente a Elspeth. Dije que era inocente, aunque no puedes estarsegura de que te haya dicho la verdad.

    S, eres inocente dijo Elspeth con firmeza.

    Nadie puede mentirle a Elspeth dijo un muchacho alto y esbeltoque se haba puesto en cuclillas, a la izquierda de Cormac. Soy Ewan, suhermano, y si me permites que lo diga, es algo muy molesto.

    Cormac casi sonri, pero acto seguido se qued mirando fijamente almuchacho, que deba ser un poco mayor que Elspeth.

    Entonces tambin sabr que no miento cuando digo que slo traigocomplicaciones, muchas complicaciones, y que deberan dejarme amerced de mi destino. Todos deberais iros a casa antes de que el peligroque me acecha llame a vuestra puerta.

    El muchacho abri la boca para hablar, pero volvi a cerrarlarpidamente. Cormac sigui la mirada que, con los ojos muy abiertos, elmuchacho dirigi a su hermana y luego, a su vez, tambin se qued conlos ojos muy abiertos. Elspeth se haba sentado y estaba muy erguida, consus bonitos ojos totalmente fijos en su pobre hermano; en su cara sedibuj una mirada adulta y muy severa. Cormac poda comprenderperfectamente la reticencia del muchacho a enfrentarse a esa mirada.

    Ewan, por qu t y los dems no tratis de encontrar algo con loque improvisar una litera? dijo Elspeth. Ah, y antes de que salgascorriendo para hacer lo que te he dicho, dame esa bota de vino que lequitaste a Donald.

    Ni hablar empez a protestar el muchacho. Luego, tras soltar una

    maldicin, le dio la bota a Elspeth antes de que l y los dems se fueran.No hay nada malo en que un muchacho quiera probar el vino,pequea dijo Cormac.

    Lo s. Donald llena su bota con un poderoso brebaje, pero creo quet vas a sacarle ms provecho que Ewan; l puede comprobar laresistencia de sus entraas en cualquier otro momento.

    Elspeth demostr ser sorprendentemente fuerte cuando desliz unode sus delicados brazos alrededor de los hombros de Cormac y le ayud aincorporarse lo suficiente para poder beber. Sin embargo, no fue tan slola sorpresa lo que le hizo toser un poco mientras tomaba un trago: el vinono le quem la garganta mientras lo tragaba pero s le proporcion calor

    por todo el cuerpo.Avery, ve a buscar un poco de agua orden Elspeth. Entonces, en

    cuanto su primo se hubo ido, se qued mirando a las dos muchachas quequedaban. Bega, Morna, dadme uno de vuestros delantales para quepueda vendarle las heridas; vamos, me hace falta un buen trozo de tela.

    Y por qu no utilizas el tuyo? refunfu una de las nias, de pelorubio. Luego me van a regaar.

    No lo harn si es para detener la hemorragia de este muchacho,Bega.

    Mientras las dos nias forcejeaban para hacer trizas sus delantales,Cormac se qued mirando a Elspeth.

    Pequea, sta no es tarea para unas nias...Bueno, no va a ser divertido, pero no podemos saber cunto tiempo

    - 5 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    6/216

    le llevar conseguir ayuda a Payton, de modo que, si podemos, es mejorque intentemos detener esta hemorragia. Mi madre es curandera y salgunas cosas. Toma, bebe un poco ms de vino.

    Esto no es vino murmur Cormac, y luego bebi otro trago.Elspeth sonri y l pens, un poco aturdido, que dentro de unos aos sera

    una mujer muy hermosa.Lo s, todos dicen lo mismo. Pero resulta que el padre de la mujerde Donald era un borracho con muy mal carcter, y ella se pone muybeata cuando piensa que su hombre bebe uisgebeatha1, de modo que l loesconde en su bota de vino. Aunque todos sabemos que Donald nuncaser un borracho, porque no tiene esa debilidad, de vez en cuando legusta tomarse un buen trago y beber con sus amigos, por lo que todosignoramos su mentirijilla. Creo que su mujer tambin est al corriente detodo, pero esa mentirijilla la ayuda a reprimir su mal genio con su pobreesposo.

    Si tienes en tu poder la bota de vino de Donald, entonces l nopuede andar muy lejos. Yo no dejara a tantos nios merodeando solos porah. Dime, pequea, dnde est Donald?

    Ah, bueno, me temo que fuimos un poco malos con el pobrehombre: burlamos su vigilancia. S, creo que fuimos muy malos, porquehace mucho que salimos de Donncoill; puede que mi padre nos estbuscando. Eso significa que el viejo Donald no tardar mucho en escucharuna pregunta a la que teme muchsimo.

    Dnde estn, Donald?

    Donald se estremeci y trat de mantenerse firme ante los gritos delseor de Donncoill y sus dos hermanos, que le miraban con reprobacin.Balfour pareca estar dispuesto a golpearle hasta dejarle sin sentido, yNigel y Eric, sus hermanos, ansiosos por sujetarle mientras lo haca. Enaquel momento, Donald dese con todas sus fuerzas no haber perdido,adems de los nios, su bota, porque le habra venido muy bien un buentrago.

    No lo s contest Donald y, apresuradamente, retrocedi ante lapalpable ira de los hermanos Murray. Estaban conmigo y al momentosiguiente haban desaparecido. Les he estado buscando durante casi unahora.

    Has perdido de vista a los nios durante una hora?Antes de que Donald tuviera tiempo de pensar una respuesta a esa

    pregunta susurrada en voz baja, el joven Payton se acerc corriendo yagarr a su padre, Nigel, por el brazo, al tiempo que deca:

    Debis venir conmigo, padre.Nigel agarr a su hijo por sus delgados hombros.Les ha ocurrido algo a los dems?No, estn todos bien. El muchacho se qued mirando al plido

    Donald. Sentimos habernos escapado.Ahora eso no importa, hijo. Dnde estn todos? pregunt Nigel.Yo os acompao Payton se dispuso a conducir a los hombres

    hasta donde se encontraban Elspeth y los dems. Elspeth ha encontrado1 En galico escocs, whisky. (N. del T.)

    - 6 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    7/216

    a un muchacho que estaba sangrando y me ha enviado en busca deayuda.

    Nigel ech una rpida mirada a sus dos hermanos, que tenan el ceofruncido. Haba muchas razones por las que un hombre poda estar heridoen un remoto rincn de las tierras de los Murray, y muy pocas de ellas

    podan ser buenas. Nigel le dijo a su hijo que se diera prisa cuando Donaldcogi las riendas de sus caballos y les sigui.

    Siento haberte hecho dao, Cormac dijo Elspeth mientrashumedeca un trocito de la tela de lino y le secaba el sudor de la frente,pero creo que he conseguido cortar un poco la hemorragia.

    S, has hecho un excelente trabajo dijo l, haciendo un esfuerzo.Mi madre tendr que coserte las heridas del costado y de la pierna.Muchacha, nunca podr agradecerte bastante lo que has hecho,

    pero por qu no me haces caso y te vas? No estoy seguro de que hayaconseguido escapar de los hombres que me perseguan y me afligiramucho que salieras herida si llegaran a encontrarme aqu. Te podranhacer dao a ti y a los dems.

    Ya hice caso de tu advertencia, por eso Avery, Morna y Bega estnvigilando.

    Eres una muchacha muy testaruda.As es, y es algo por lo que me han regaado ms de una vez.

    Necesitas ayuda y yo voy a proporcionrtela.Pero me persiguen...S, lo s. A mi ta Gisele, la madre de Avery, tambin la estaban

    persiguiendo y la ayudamos. La haban acusado injustamente deasesinato; as pues, sabemos que el hecho de alguien diga que hascometido un crimen e intente hacerte pagar por ello no significa que seaverdad.

    Antes de que Cormac pudiera recuperarse de la sorpresa despus deescuchar esa revelacin y continuar la discusin, Avery apareci a su ladoy anunci:

    Ya vienen nuestros padres.El muchacho apenas haba terminado de hablar cuando Cormac se

    encontr mirando fijamente a tres hombres armados y de rostro austero.De forma instintiva, trat de coger su espada, pero slo fue para

    comprobar que no la tena. Interiormente, Cormac hizo una mueca cuandoel muchacho que acompaaba a esos hombres entreg su espada a uncaballero alto y con ojos de color mbar. Saba que no le quedabanfuerzas para defenderse y que podra haber cometido un gran error alamenazar con su espada a unos hombres que tal vez podran ayudarle. Sinembargo, no le gustaba haber sido desarmado por un chiquillo. Como siquisiera aadir ms lea al fuego, su pequea salvadora de ojos verdeshaba cogido el cuchillo que l ocultaba en el interior de una de sus botaspara entregrselo a uno de los hombres, alto, de anchas espaldas y pelo yojos castaos; luego sigui humedecindole la frente con muchadelicadeza.

    Balfour Murray baj la vista y se qued mirando a su hija.Te escabulliste de la vigilancia de Donald...

    - 7 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    8/216

    S, es verdad contest ella, mientras le devolva tranquilamente labota de vino a un Donald enfurruado.

    Sabes muy bien que no deberas hacer eso.S, me temo que en algunas ocasiones me dejo llevar por el

    impulso...

    Muy bien, pero la prxima vez que vuelvas a dejarte llevar por elimpulso, recuerda que vas a recibir un duro castigo. Balfour mir a sualrededor y tan solo vio a cuatro nios. Dnde estn los dems?

    Haciendo una litera para este muchacho contest Elspeth.No pretenders que me lo lleve a Donncoill, verdad?S.Ests llenando mis tierras con una enorme coleccin de heridos y

    lisiados, muchacha.No es un lisiado, slo est herido.Balfour baj la vista y se qued mirando fijamente al joven al que su

    hija atenda con tanta ternura; el pelo tupido y de un color rojo oscuro yunos ojos de un azul muy claro daban atractivo a su rostro, de rasgos bienesculpidos e inmaculados. Era alto y su cuerpo era joven y esbelto,aunque prometa convertirse en el de un hombre muy fuerte. Si tena queguiarse por su aspecto, Balfour sospechaba que en un abrir y cerrar deojos todo el mundo acogera de buen grado a aquel joven y le consideraraun amigo. Puede que Elspeth tuviera tan slo nueve aos, pero Balfour nopoda evitar preguntarse, en esta ocasin, si su hija no estara yendo unpoco ms all de su habitual tendencia a arrullar a cualquier criaturaherida contra su pecho. La juventud de aquel muchacho hizo que Balfourse decidiera a prestarle ayuda sin cuestionrselo, aunque se oblig a ser

    prudente.Soy sir Balfour Murray, seor de Donncoill, y estos son mishermanos, sir Nigel y sir Eric dijo, sealando con la cabeza en primerlugar al hombre que estaba a su izquierda y luego al de su derecha.Cmo te llamas, muchacho? Por qu te ests desangrando en esteremoto rincn de mis tierras? pregunt Balfour, sin demostrar un picede compasin.

    Me llamo Cormac Armstrong, seor, y llegu aqu mientras tratabade reunirme con los mos en el sur respondi Cormac.

    Dnde est tu caballo?Huy cuando me desmay y ca al suelo.

    Quines y por qu te han herido?Me persiguen los parientes de un hombre al que me acusan de

    haber matado.Cormac suspir cuando los tres hombres agarraron sus espadas y le

    observaron con renovado recelo.Y lo hiciste?No.Y por qu debera creerte? pregunt Balfour, a pesar de que

    haba relajado un poco la tensin de su cuerpo.Slo puedo daros mi palabra de honor. Cormac esperaba que

    alguien decidiera pronto su destino porque no estaba seguro de poderseguir consciente mucho ms tiempo. Soy inocente.

    Acaban de llegar los muchachos con la litera anunci Nigel.

    - 8 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    9/216

    Bien, veamos si es lo bastante resistente dijo Balfour. Puedeque tengamos que llevar al muchacho a Donncoill. Y, mirando a Cormac,le pregunt: Y a quin dicen que has matado?

    A un Douglas.A Cormac no le sorprendi ver que tanto Balfour como Eric dieron un

    brinco al tiempo que ambos se ponan en alerta.A un Douglas, eh? Te quedan fuerzas para contarnos lo ocurrido?Lo intentar. Yo cortejaba a una joven, aunque su familia decidi

    que deba casarse con un Douglas porque tena ms tierras y riquezas queofrecerle. Sin embargo, yo no me resign y di rienda suelta a mi lengua,clamando en voz muy alta mi rabia y mis celos. As pues, cuando aquelhombre apareci muerto, degollado, seis meses despus de la boda, todoslos ojos se volvieron hacia m. Yo no lo hice, pero no pude probar queestaba en otro lugar cuando fue asesinado ni hay otros sospechosos aquienes acusar. De modo que me fui, y he estado huyendo durante losltimos dos meses.

    Y los Douglas te estn persiguiendo?Algunos de ellos. Es una de las ramas menos prominentes del clan,

    aunque ninguno de ellos me recibira con los brazos abiertos ni meprestara ayuda.

    Me obligas a tomar una difcil decisin, muchacho. Te creo y mearriesgo a despertar la ira del poderoso clan de los Douglas dejndotevivir, o te dejo morir o te entrego a ellos, cuando puede que seasinocente? Me exiges que corra un gran peligro a cambio de tu palabra.

    l no os exige nada..., pero yo s dijo Elspeth. Adems, tenisotra cosa a su favor, padre.

    Ah, s? Qu?Desde el momento en que le vi ha tratado de que me alejara de l,abandonndole a su suerte; no ha dejado de advertirme que podra estaren peligro.

    Pero t eres una nia muy testaruda.S, lo soy.Balfour le sonri a su hija y luego se movi, permaneciendo de pie

    frente a Cormac.Vamos, Eric, echadnos una mano. Acostaremos a este necio en la

    litera y le llevaremos su agujereado esqueleto a Maldie para que le cure.Estis seguro, Balfour? pregunt Eric mientras se mova para

    ayudar a colocar a Cormac.No del todo, pero qu clase de asesino o fugitivo rechazara la

    ayuda que le ofrecen slo porque teme que una estpida chiquilla resulteherida?

    No soy estpida murmur Elspeth mientras segua a su padre.Eric y Balfour intercambiaron una sonrisa y acto seguido el primero

    dijo:Nadie, que yo sepa. S, estoy de acuerdo con vos. Slo espero que

    el muchacho se ponga bien y se marche lejos de Donncoill antes de que elclan de los Douglas se entere de lo que hemos hecho. S que suenacobarde, pero...

    As es. No es un pariente, ni siquiera un amigo o el hijo de algnconocido. Balfour baj la vista y se qued mirando a Cormac mientras l

    - 9 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    10/216

    y Eric le acostaban en la litera. Ahora te van a curar las heridas,muchacho, y, si Dios quiere, te pondrs bien, pero luego tendrs queseguir tu camino, entendido? le dijo mientras escrutaba el cenicientorostro del joven, empapado en sudor.

    S, seor.

    Bien. Ya has visto lo que debo proteger dijo Balfour, lanzando unarpida mirada a los nios. Nosotros, los Murray, somos un clan pequeo,y an llamando a nuestros aliados seguira siendo pequeo..., demasiadopara enfrentarnos a la ira de los Douglas.

    Balfour hizo un gesto a Donald para que atara la camilla a su caballo.No creo que nadie, salvo el rey, pudiera reunir suficientes aliados

    para librar esa batalla.Y puede que ni siquiera l lo consiguiera. Te has granjeado un

    enemigo muy poderoso.Bueno, siempre he credo que uno debe esforzarse por aspirar a lo

    mejor en cualquier situacin susurr Cormac, y acto seguido perdi elconocimiento.

    No est muerto, verdad? pregunt Elspeth en voz baja ytemblorosa, mientras acariciaba la plida mejilla de Cormac.

    No, pequea. Balfour agarr a su hija y, despus de que sushermanos y Donald hubieron subido a los nios a sus caballos, cogi lasriendas del suyo y emprendi el camino de regreso a Donncoill. El pobremuchacho se ha desmayado. Creo que se pondr bien; debe ser muyfuerte si ha sido capaz de mantenerse despierto y hablar con coherenciadurante tanto tiempo.

    Y cuando se haya recuperado, le diris que se vaya?

    Debo hacerlo, pequea. Me gustara poder alzar la espada paradefender a tu pobre muchacho malherido, porque estoy convencido deque es inocente, pero habra que pagar un precio muy alto, cario. Es algoque incluso podra enfrentarnos a nuestro rey.

    Lo s. Elspeth pas sus bracitos en torno al cuello de su padre y ledio un beso en la mejilla. Debis elegir entre todos nosotros y unmuchacho al que no conocis de nada y con el que no tenis vnculoalguno. Me parece que, en todo este lo, lo mejor es que l siga su camino.Es el nico que sabr dnde buscar la verdad que le devuelva su libertad.

    Cormac se qued de pie en las escaleras del castillo de Donncoillmientras le traan su caballo ensillado. Los Murray le haban cuidado ydado cobijo durante dos meses mientras recuperaba fuerzas. Senta unprofundo pesar al pensar que deba marcharse, y no slo porque deberaenfrentarse a la persecucin de los Douglas una vez ms, sino porquenunca se haba sentido tan contento y animado. l y sus hermanosestaban muy unidos, pero en su hogar nunca haba sido tan feliz. En parte,lo que le haba hecho aunar esfuerzos con sus hermanos haba sido ladesdicha que demasiado a menudo haba oscurecido los salones de sucastillo con unas sombras provocadas por unos padres que se odiabanmutuamente y por demasiadas intrigas mortales.

    Cormac not cmo se tensaba su columna vertebral. No podaocultarse en Donncoill; deba limpiar su nombre. Volviendo la cabeza hacia

    - 10 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    11/216

    lady Maldie, se inclin con gracia; a continuacin agarr su diminuta manocon la suya y deposit un beso en sus nudillos. Mientras se enderezabapara despedirse de ella y agradecerle una vez ms sus cuidados, ante surostro apareci una manita sucia.

    Elspeth, mi amor, nunca debes pedirle a un hombre que te bese en

    la mano dijo Maldie, reprimiendo una sonrisa y acercndose un pocoms a su hija. Y adems creo que antes deberas pensar en lavrtela unpoco.

    Volver dijo Balfour mientras pasaba un brazo en torno a losdelicados hombros de su esposa y se quedaba mirando a Elspeth mientrassala corriendo. Tendris que interpretar el papel de caballero para ella.

    No me importa. Es lo menos que puedo hacer respondi Cormac. Habra servido de alimento a los cuervos si no llega a encontrarme. Adecir verdad, nunca he llegado a entender cmo lo hizo.

    Cormac dio una cariosa palmada a Canterbury, el perro tuerto deElspeth, cuando ste se sent junto a su pierna.

    Nuestra Elspeth tiene un verdadero don para encontrar a genteherida y que est en apuros contest Maldie.

    Cormac sonri.Y se supone que vos debis curarles a todos.As es. Maldie se ech a rer. Es una suerte para nosotras que

    siempre haya sabido que no todas las heridas pueden curarse. Ah, ahviene... Maldie se mordi el labio para disimular la risa tonta... con lamano limpia como los chorros del oro.

    Elspeth se coloc frente a Cormac y le tendi la mano. l tuvo quereprimir las ganas de volverse hacia Balfour y Maldie, porque los esfuerzos

    que ambos hacan por no echarse a rer eran evidentes y hubieranarruinado la compostura que tanto le costaba mantener. La pequeaElspeth an iba un poco sucia; tena algunas manchas en la cara y en suvestido, pero se haba limpiado tan a conciencia la mano que le ofrecaque su color era un poco rosado. Obediente, Cormac cogi su manita conla suya y roz los nudillos con los labios. Tras unos instantes msreiterando su gratitud, sali corriendo preparado para luchar y recuperarsu buen nombre.

    Balfour levant a su hija, cuyo rostro rebosaba solemnidad, y le dio unbeso en la mejilla.

    Es un muchacho muy fuerte; no le pasar nada.

    S, slo estoy triste porque me temo que tendr que librar esabatalla durante mucho tiempo.

    - 11 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    12/216

    Captulo 1

    Escocia, diez aos despus

    Mi padre os perseguir. S, y tambin lo harn mis tos, mis primosy todos los hombres de mi clan; todos os perseguirn como una jaura delobos hambrientos y rabiosos y os harn pedazos. Y yo escupir sobrevuestro cuerpo despedazado antes de irme y dejar que os devoren lasaves de carroa.

    Sir Cormac Armstrong se detuvo tan repentinamente ante la pesadapuerta de los aposentos privados de sir Colin McRae que sinti que se laagarrotaban los msculos. No fue la fra amenaza de un cruel castigo loque le haba hecho detenerse, sino la voz de quien la haba proferido.Aquella voz sensual y ronca, demasiado grave para ser la de una mujer, letrajo a la memoria un viejo recuerdo..., un recuerdo de casi diez aosatrs, un recuerdo que pensaba que haba borrado por completo de sumente.

    Entonces, las dudas le asaltaron. No haba razn alguna por la que lapequea Murray estuviera en el castillo de sir Colin. Adems, l no habatenido ninguna relacin con los Murray desde que le haban ayudado deforma tan gentil; ninguna relacin salvo cuando les mand una carta

    informndoles de que haba conseguido recuperar su buen nombre y unapreciosa yegua como regalo. No poda creer que la chiquilla que le habasalvado la vida hubiera dejado de vivir una vida tranquila en Donncoill.Puede que su recuerdo no fuera del todo certero. Pero cmo habrapodido ir a parar a manos de sir Colin? Y por qu?

    Bueno, al menos sabemos que uno de vuestros despreciablesprimos no volver a acosarnos dijo sir Colin, arrastrando las palabras.Ese impertinente y apuesto joven que sala a montar a caballo con vosseguramente est sirviendo de alimento a los cuervos mientras estamoshablando.

    No, Payton no est muerto.

    En esas palabras haba un dolor tan profundo, mezclado con unaferviente esperanza, que Cormac casi pudo sentirlos y solt una maldicin.Era difcil recordar despus de los aos que haban transcurrido, pero elnombre de Payton le son familiar. El nombre y aquella voz una voz quele trajo un claro recuerdo de una diminuta mano, muy limpia, que le eraofrecida para besarla le hicieron entrar finalmente en accin. No estabaseguro de lo que podra hacer, pero tena que averiguar qu estabaocurriendo. Estaba claro que aquella no era una visita de cortesa y esoquiz significara que la hija pequea de los Murray estaba en peligro.

    Durante la semana transcurrida desde que acompaara a su prima

    Mary a Duncaillie para que se desposara con John, el sobrino de sir Colin,Cormac se haba esforzado para aprenderse de memoria hasta el msoscuro recoveco de aquel castillo. Sir Colin no le caa bien y no se fiaba de

    - 12 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    13/216

    l. Despus de que se anunciara el compromiso de su prima, haba sidocasi el nico en verbalizar su disconformidad; no quera que su familia seemparentara a travs del matrimonio con un hombre sobre el que habaodo muy pocas cosas buenas.

    Despus de cerciorarse de que nadie poda verle, Cormac entr en la

    estancia contigua a la de sir Colin. En la puerta que comunicaba los dosaposentos no haba guardias. Puede que sir Colin fuera demasiadoarrogante como para pensar que alguien se atrevera a espiarle osimplemente le daba igual. Cormac se peg al muro que haba junto a lapuerta y la abri con mucho cuidado; inspeccionando rpidamente laestancia en la que se encontraba, tom nota de los rincones en los quepodra ocultarse en caso de que alguien se diera cuenta de que la puertaestaba entreabierta. Durante los dos largos aos que haba estadoevitando la ira del clan de los Douglas, algo que haba aprendido, y muybien, era a esconderse, a emplear las sombras y el ms mnimo refugiopara hacerse invisible. Respirando profundamente con la intencin detranquilizarse, ech un vistazo al interior de la estancia.

    Ese inexperto joven ya no nos importunar ms.Inexperto? El desprecio que transmita aquella voz ronca hizo

    que Cormac se estremeciera. Incluso el ms imberbe de mis hermanos omis primos ha estado con ms mujeres de las que vos tendris jams.

    Cuando sir Colin se levant de la pesada silla de roble de un salto y sedirigi hacia su vctima, Cormac tuvo que apretar con fuerza los puos afin de no cometer una imprudencia; para su alivio, sir Colin se par frentea la mujer y levant la mano, aunque no lleg a propinarle el golpe quetena intencin de darle. Cormac saba que habra perdido los estribos si

    sir Colin hubiera golpeado a la esbelta mujer que se enfrentaba a l contanta serenidad.Aunque sus ojos no le negaban lo que estaban viendo, eso es lo que

    Cormac trat de hacer durante varios minutos. Era difcil de creer queElspeth Murray estuviera en los aposentos de sir Colin, sola e indefensa,lejos de su acogedor hogar en Donncoill. Cormac no saba muy bien si sealegraba de ver que el paso de los aos le haba dado la razn:decididamente, Elspeth se haba convertido en una mujer de unadesarmante belleza.

    Un pelo abundante, salvaje y despeinado le caa por su esbeltaespalda en tupidos rizos hasta detenerse en sus hermosas piernas. Tena

    las manos atadas a la espalda y Cormac no pudo evitar una sonrisa:aquellas manos no parecan ser mucho ms grandes de lo que eran el daque ella le haba secado la frente, cuando l, tirado en el suelo, sedesangraba en las tierras de su padre. Su figura era casi demasiadoesbelta, demasiado delicada, aunque tambin lo bastante femenina comopara despertar deseo. La tensin de los brazos atados a la espalda dejabaver claramente la perfeccin de sus pequeos pechos. Tena una cinturatentadoramente estrecha y unas caderas de elegantes y redondeadasformas. El rostro de Elspeth an pareca estar inundado por su tupidocabello y sus enormes y brillantes ojos verdes. Haba una inocencia infantilen su dulce rostro con forma de corazn, desde la diminuta y recta narizhasta la barbilla ligeramente puntiaguda; sin embargo, las largas ygruesas pestaas que bordeaban sus enormes ojos y la suavidad de su

    - 13 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    14/216

    boca daban fe de que ya era toda una mujer. Elspeth era un palpitanteamasijo de contradicciones. La muchacha estaba tan cerca de la puertaque Cormac pens que con slo extender un poco la mano podra tocarla yse sorprendi al comprobar el gran esfuerzo que le cost no hacerlo.

    Entonces, Elspeth habl con su voz sonora, grave y profunda, y todos

    sus rasgos infantiles y su aparente inocencia se esfumaron; se transformen una mujer fascinante y sensual, desde su pelo salvaje y despeinadohasta los diminutos pies protegidos por unas botas. Cormac se sintiinvadido por la lujuria. Cualquier hombre que la hubiera visto o la hubieraodo hablar tendra que haberse reprimido para no derribar a patadas laspesadas puertas de Donncoill y llegar hasta ella. Si su corazn noperteneciera ya al de otra mujer, Cormac saba que la tentacin habrasido muy grande. Se preguntaba si sir Colin se habra rendido a susencantos.

    Qu? Vacilis a la hora de pegar a una muchacha? Elspeth seburlaba del ceudo sir Colin con un tono de voz lleno de desprecio. Hacemucho tiempo que pienso que nada de lo que pudierais hacer mesorprendera, pero tal vez estaba equivocada.

    Estis pidiendo a gritos que os peguen respondi sir Colin, conuna voz temblorosa que daba fe de que estaba haciendo un esfuerzo porno perder el control.

    Pero vos segus ah como un montn de apestoso estircol.Cormac puso su cuerpo en tensin cuando sir Colin agarr con una de

    sus enormes manos el largo y esbelto cuello de Elspeth y, con frialdad yarrastrando las palabras, dijo:

    De modo que se es vuestro juego, verdad? Tratis de pincharme

    para que me deje llevar por la ira. No, mi encantadora zorra de ojosverdes, aqu no seris vos quien pinche.Tres de los cinco hombres que haba en la estancia se rieron entre

    dientes.Vais a forzarme, verdad? Cuando introduzcis esa diminuta y triste

    cosita dentro de m, ser mejor que sepis que ser la ltima vez; encuanto la sienta, podis olvidaros de ella...

    La mano de sir Colin apret con ms fuerza el cuello de Elspeth;Cormac poda ver cmo sus venas se hinchaban. Agarr su espada con lamano, aunque saba que era una locura intervenir. Elspeth no dijo nada nise movi, aunque mantuvo su mirada fija en el enrojecido rostro de sir

    Colin. Cormac vio que Elspeth apretaba las manos que tena atadas a laespalda hasta que los nudillos se volvieron de color blanco; no pudo sinoadmirar su valenta, aunque pens que era una temeridad que siguierapinchando a aquel hombre como lo estaba haciendo. No poda entenderqu esperaba conseguir de sir Colin, salvo una muerte rpida. Finalmente,cuando Cormac decidi que iba a tener que pasar a la accin, sir Colin lasolt. Elspeth jade una vez y se tambale levemente, aunque debasentir mucho dolor y necesitaba respirar.

    Puede que para algunos sea forzar a una mujer, pero para m slose trata de acostarme con mi esposa dijo sir Colin.

    Ya os he dicho que no replic ella, con una voz ms dbil y spera. Seguir discutiendo sobre lo mismo podra resultar tedioso.

    A m no me rechaza nadie.

    - 14 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    15/216

    Pues yo ya lo hice y seguir hacindolo.Pues no diris nada ms al respecto dijo, haciendo una seal a los

    dos hombres que la flanqueaban. Encerradla en la torre oeste. SirColin pos bruscamente sus gruesos dedos en la boca de Elspeth y losapart enseguida, antes de que ella pudiera hincarle los dientes, cuyo

    chasquido reson por toda la estancia. He hecho que dispongan unaposento especialmente para vos.Me siento humillada por vuestra generosidad.Humillada? Ciertamente sois una muchacha muy orgullosa, pero

    dentro de poco veris como os sents muy humillada.Cormac empuj con mucho cuidado la puerta hasta donde se atrevi,

    detenindose justo antes de que se cerrara del todo. Al cabo de unmomento se encontr de nuevo en el pasillo, ocultndose en las sombrasque proyectaban las antorchas para poder seguir a Elspeth y a losguardias. Slo uno de los miembros de la comitiva se dio la vuelta y fueElspeth, que se qued observando las sombras que ocultaban a Cormacmientras frunca brevemente los labios; luego, los guardias la arrastraron.Cormac no saba si le haba visto, pero, en el caso de que hubiera sido as,tuvo la perspicacia de no decir nada. Sigui a su presa hasta la puerta delaposento de la torre, mientras trataba de trazar un buen plan.

    Elspeth dio un ligero traspi cuando uno de los guardias la empujbruscamente para que entrara en su aposento, aunque enseguidarecuper el equilibrio. Cuando el otro guardia cort las cuerdas quesujetaban sus muecas, dio un suspiro de alivio y tuvo que reprimir lasganas de frotrselas, mostrando as cunto le dolan cuando empezaron asangrarle de nuevo. Despus de que la pesada puerta se cerr detrs de

    los dos hombres y oy que pasaban el cerrojo, Elspeth empez a frotarselas magulladas y doloridas muecas y ech un rpido pero minuciosovistazo al sitio donde se encontraba.

    Parece que la nica forma de salir de aqu es cayendo en laimperdonable tentacin de arrojarme por la ventana y poner fin a midesdichada existencia murmur mientras se sentaba en la enorme camaque presida la estancia. Elspeth frunci el ceo y salt una y otra vezsobre el colchn. Es de plumas. Est claro que el bastardo quiere estarcmodo mientras me deshonra...

    Agotada, preocupada por la suerte que habra corrido Payton ymuerta de miedo, Elspeth se hizo un ovillo en la cama. Durante un

    momento reprimi las ganas de llorar porque no quera ser dbil; sinembargo, cuando empezaron a caerle las lgrimas, se encogi dehombros. Estaba sola, y un buen llanto podra ayudarla a mitigar sudesgracia y a mantener las fuerzas.

    Tras lo que tema que fuera un llanto interminable y humillante,Elspeth se dej caer pesadamente de espaldas en la cama y se quedmirando al techo. Se senta vaca, como si un mdico le hubiera aplicadosanguijuelas en todo el cuerpo, unas sanguijuelas que, en lugar de lasangre, le haban succionado todas sus emociones. Iba a costarlerecuperar las fuerzas y el ingenio, dos cosas que le haran mucha falta enlos das que se avecinaban.

    Pens en Payton y sinti que podra seguir llorando en el caso de quean le quedara alguna lgrima. La ltima imagen que tena de su primo

    - 15 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    16/216

    era la de su cuerpo ensangrentado, tendido junto a los de los dos soldadosque le acompaaban. Una sola mirada haba bastado a Elspeth para saberque los dos guardias haban muerto, aunque no poda estar segura de quePayton hubiera corrido la misma suerte. Y no quera estarlo. Queraaferrarse a la esperanza, por pequea que fuera, de que su primo segua

    con vida. Elspeth no poda evitar pensar en el dolor que sufriran su toNigel y su ta Gisele por la prdida de su hijo. Aunque en su fuero internose deca que ella no haba sido la responsable, saba que nunca podraliberarse del sentimiento de culpa, ya que haba sido su rechazadopretendiente quien haba provocado la tragedia. Le pareca terriblementeinjusto que los escalofriantes recuerdos y pesadillas de los tres ltimos ylargos aos fueran arrinconados por la imagen del asesinato de su primo:era como si una vieja pesadilla fuera reemplazada por otracompletamente nueva.

    Elspeth cerr los ojos y decidi que era una buena idea darle unmerecido descanso a su cuerpo. Le hara falta para enfrentarse a lo que leesperaba. Aunque no dudaba de que su familia pondra todos los medios asu alcance para ir en su busca, tambin era consciente de que tal vez nollegaran a tiempo de evitar que sir Colin llevara a cabo todo lo que sepropona. Eso slo estaba en sus manos.

    Cuando empezaba a sentirse vencida por el sueo, oy un ruido alotro lado de la puerta. Tal vez era alguien que le traa un poco de agua ycomida o algn cretino al que haban enviado para que se asegurara deque segua all. Elspeth reprimi las ganas de echar un vistazo. Sentamucho dolor y estaba demasiado cansada para moverse. A decir verdad,estaba demasiado cansada incluso para abrir los ojos. Entonces, alguien

    toc su brazo y ella tens su cuerpo; de repente se olvid de su cansancio,alarmada, aunque no se sintiera realmente amenazada por la personaque, ahora s, saba que estaba junto a su cama.

    Con cautela, Elspeth abri los ojos lo bastante para ver a su visitantea travs del velo de sus pestaas, todava hmedas. Era un hombre muyguapo. Su largo y musculoso cuerpo estaba inclinado sobre el suyo, enuna postura extraamente protectora. Unas claras lneas esculpan superfecto rostro. Tena la frente alta y ancha, los pmulos marcados, lanariz recta, una firme y atractiva mandbula y una hermosa boca en unrostro que deba dejar fcilmente sin aliento a cualquier mujer. Sucremosa piel era casi demasiado blanca y tersa para ser la de un hombre,

    aunque muchas mujeres la habran envidiado, y el sano calor quedesprenda invitaba a acariciarla. Era el complemento perfecto para sutupido pelo de color caoba. Pero fueron los ojos lo que realmente llam laatencin de Elspeth. Ah estaban, bajo dos cejas perfectamente arqueadasy bordeados por unas largas y gruesas pestaas; tenan el color azul ycristalino de unas aguas profundas, un color que ella slo haba visto unavez en su vida. Esos ojos habran llenado los sueos de muchas jvenesdoncellas y los de muchas otras mujeres que haban dejado de serlo hacamucho tiempo.

    Cormac susurr Elspeth, sonriendo tmidamente al ver que labra sus hermosos ojos, sorprendido.

    Os acordis de m? pregunt l en voz baja, un poco nervioso porla clida mirada de esos preciosos ojos verdes y la leve y tentadora

    - 16 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    17/216

    sonrisa de bienvenida que ella le dedic.Oh, vos no os acordis de m. Slo estabais andando de puntillas

    por los aposentos de Duncaillie para ver si haba alguien dispuesto acomplaceros. Estoy desolada.

    Cormac se irgui y se puso las manos en las caderas. La broma que

    ella le haba gastado le haba sacado mejor y ms rpidamente de sudesconcierto de lo que lo habra hecho un buen bofetn en la mejilla. Decerca era incluso ms hermosa y, por un momento, al mirarla a susenormes y soolientos ojos, sinti la urgente necesidad de meterse en esacama con ella. La forma en que haba susurrado su nombre, con aquellavoz tan bonita y sensual, le haba llegado hasta lo ms profundo,despertando su firmemente controlada lujuria, que exiga ser satisfecha enese mismo momento. El sentimiento an no se haba aplacado, aunqueestaba luchando para conseguir que dejara de hervirle la sangre.

    Claro que os recuerdo dijo l. Habis crecido y tenis la lenguams larga, pero est claro que sois Elspeth..., mi pequea y manchadasalvadora de aos ha.

    Despacio, Elspeth se incorpor y acto seguido se arrodill en la cama,frente a Cormac. Algunos de los sueos no precisamente inocentes quehaba tenido con l asaltaron su mente y luch por ahuyentarlos. Habavenido a rescatarla. Elspeth sonri por dentro mientras pensaba que noera muy oportuno decirle que le haba amado y deseado durante diezlargos aos. Que ella supiera, era un hombre casado con uno o dos hijos.Al pensar en eso, se oblig a concentrarse en su rescate.

    Y habis venido hasta aqu para salvarme? pregunt ella.As es.

    Elspeth sonri y de pronto decidi convertir al menos uno de suspequeos sueos en un autntico recuerdo. Cormac podra pensarsimplemente que lo que iba a hacer era tan slo un impulsivo gesto dealivio y gratitud... o tratar de que fuera eso lo que pensara. Se acerc unpoco ms a l, se inclin y le dio un beso; sus labios eran tan suaves ydeliciosos como siempre haba imaginado. Si estaba casado, ese besorobado no sera ms que un leve desliz.

    Y entonces sucedi. Su madre ya se lo haba advertido. Elspeth desehaberla escuchado con ms atencin, pero era demasiado joven parasentirse cmoda oyendo palabras como deseo y pasin en boca de sumadre.

    l se estremeci ligeramente y ella tambin, aunque no estabasegura de dnde terminaba el escalofro de Cormac y dnde empezaba elsuyo. l tens su cuerpo y ella sinti un ligero dolor en el estmago.Perciba el calor de Cormac y casi era capaz de oler su deseo. l la agarrpor los hombros y la bes con todas sus fuerzas; ansiosa, Elspeth abri laboca para dejarse invadir por su lengua. Mientras l acariciaba el interiorde su boca, ella sinti como si le estuviera acariciando el alma. Quera quese echara en la cama con ella y dejarse envolver por el esbelto cuerpo deCormac. Mientras esta idea cruzaba su mente, inundada por la pasin, depronto se dio cuenta de que l sacaba fuerzas de flaqueza y se alejaba deella. Elspeth luch desesperadamente contra el deseo de agarrarse a l ydetener su retirada.

    Cormac se qued mirando fijamente a la joven que estaba arrodillada

    - 17 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    18/216

    delante de l. Se enfrent al deseo de negar enrgicamente con la cabezaen un intento de despejar su enturbiada mente. No era fcil apagar elfuego de su sangre mientras contemplaba esos enormes ojos verdes,porque estaba convencido de que en ellos poda ver la pasin. Tuvo querecordarse a s mismo que Elspeth era una mujer de alta cuna a quien

    deba la vida y que l no era libre. Haba acudido a rescatarla, no aabusar de ella.Por qu? pregunt l, aclarndose apresuradamente la garganta

    para tratar de no hablar con voz ronca.Y por qu no? replic ella. Estis casado?No, pero...Elspeth no quera or el resto, no cuando su corazn segua latiendo

    ferozmente y l an poda ser suyo.Ha sido una reaccin impulsiva, nacida de mi alegra al veros aqu y

    saber que seguais con vida. S que mis padres empezarn a buscarmeenseguida, pero creo que su ayuda hubiera llegado demasiado tarde.

    Si no nos ponemos pronto en marcha, mi ayuda habr sido en vano.Vos tenis un plan, verdad, mi valeroso caballero?Ella haba tomado buena nota de que an no la haba soltado y que

    con sus fuertes manos, de dedos muy largos, acariciaba la parte superiorde sus brazos ligera pero elocuentemente.

    As es. sa es la razn por la que he tardado casi una hora en llegarhasta vos contest l.

    Una hora? murmur Elspeth, incapaz de disimular su sorpresa.He tenido que ocuparme de unos asuntos que facilitarn nuestra

    huida antes de llegar hasta aqu.

    No pretenda criticaros, sir Cormac. Simplemente me he sentidoalgo decepcionada al ver que he pasado tanto tiempo compadecindomea m misma. Nunca pens que fuera tan dbil. Elspeth frunci el ceo alver que l se rea entre dientes. Os parece divertida mi desesperacin?

    En absoluto, muchacha, aunque s el hecho de que os considerisdbil. La cogi de la mano y la arrastr hasta la cama. Nunca habissido dbil. No, ni siquiera cuando erais una traviesa nia de nueve aos.

    Elspeth se sonroj ligeramente, complacida por sus comentarios,aunque los hubiera hecho en broma.

    Cul es vuestro plan?Os pondris esta capa y saldremos de aqu.

    Cormac le tendi una larga y pesada capa que haba colocado encimade la cama antes de despertarla.

    ste es vuestro plan? le pregunt ella, mientras se pona la capa.Muchas veces, lo mejor es lo ms simple dijo l, abriendo la

    puerta y arrastrando al guardia hacia el interior de la habitacin, quesegua inconsciente.

    Elspeth le observ mientras ataba y amordazaba al guardia; actoseguido lo meti en la cama y lo cubri de modo que las sbanas slodejaran ver un mechn de pelo negro.

    No creo que se dejen engaar durante mucho tiempo dijo ella.El suficiente para que podamos salir de aqu.Estis diciendo en serio que pretendis salir de aqu conmigo?Cormac le puso la capucha de la capa, echndola hacia delante hasta

    - 18 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    19/216

    cubrir su pelo y dejar su rostro en las sombras.Si alguien me pregunta adonde voy dir simplemente que llevo a mi

    prima Mary a dar un paseo.De verdad tenis una prima llamada Mary?S, y est aqu. Es la prometida de John, el sobrino de sir Colin. La

    acompa hasta aqu para los esponsales. Ella est en sus aposentos yslo sale para cenar en el gran saln. La prxima comida no ser hastadentro de unas horas, de modo que este ardid debera funcionar.

    Mientras la sacaba de la habitacin y cerraba y atrancaba la puerta,ella le pregunt:

    No sera mejor huir sigilosamente, protegidos por las sombras?Quiz conozcis algn pasadizo por el que escapar...

    Eso estara muy bien, pero entonces no podramos llegar hasta micaballo.

    Elspeth iba a decir algo, pero de repente cerr la boca. El plan deCormac corra el riesgo de fracasar, pero ella no tena ninguno. Tambinllevaba razn al pensar que lo mejor era coger su caballo: andando nollegaran demasiado lejos.

    Cogemos tambin el caballo de vuestra prima? O mejor el mo?Me temo que mi prima no tiene caballo. Cormac hizo una mueca

    . Es una muchacha muy tmida y nunca cabalga sola; slo monta encarro o en una silla con alguien ms. Y es algo que aqu saben todos. Si derepente vieran a Mary montando a caballo, despertara sus sospechas, ytambin resultara sospechoso que cogiramos el vuestro. Me temo quetendremos que compartir un nico caballo.

    Es mejor ir a caballo que andando. Es ms rpido.

    S, y ahora debo pediros que guardis silencio.Acaso vuestra prima Mary tampoco habla?l sonri ligeramente.No mucho, aunque ella y John parecen tener mucho que decirse

    cuando no tratan de esconderse de sir Colin. No, creo que debispermanecer en silencio a causa de vuestra voz.

    Qu tiene de malo mi voz?Es demasiado caracterstica contest l, aunque por la expresin

    de su rostro se dio cuenta de que no le haba comprendido. Confiad enm aadi, mientras le cubra ms el rostro con la capucha.

    Elspeth asinti con la cabeza, reprimiendo las ganas de hablar con l.

    Agarr con sus dedos los de Cormac, disfrutando del sencillo gesto decogerle de la mano mientras recorran los pasillos de Duncaillie. Era lonico bueno de aquel paseo por la torre del castillo, pens Elspethmientras, preocupada, se le ocurri que podan descubrirles en cualquiermomento. Al aproximarse a los establos, siguiendo el muro del castillo, sele hizo tal nudo en el estmago que acab dolindole. Esper en lassombras, cerca de la puerta de los establos, mientras Cormac iba en buscade su caballo. Se qued asombrada al ver la tranquilidad con la que hablcon los hombres que estaban all, como si no pasara nada. Era evidenteque, desde que le haba visto por ltima vez, haba desarrollado algunasinteresantes habilidades.

    Cormac la sent en la silla y se coloc detrs de ella, mientras seguabromeando como si nada con los hombres. Elspeth tuvo que reprimir el

    - 19 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    20/216

    deseo de golpearle y de decirle que se fueran. Cuando finalmente dejaronatrs los muros del castillo, ella se apret contra l, exhausta y aliviada.An no estaban a salvo y quiz no lo estaran hasta dentro de un buenrato, aunque al menos ya no se hallaba bajo la estricta vigilancia de sirColin.

    Adnde nos dirigimos ahora? pregunt ella.Consciente de que era muy agradable tenerle tan cerca, se puso mscmoda y se recost contra su ancho torso.

    Teniendo en cuenta que sir Colin puede que piense que vais avolver a Donncoill, creo que simplemente nos dirigiremos hacia dndetena pensado ir una vez que se hubiera celebrado la boda.

    Puede que sir Colin tambin piense que trataris de llevarme devuelta con mi clan.

    S, o con mis hombres, que viven al sur y al este de aqu, lo que leda dos o tres opciones a la hora de buscarnos. No tiene ni idea de haciadnde me dirijo realmente. Iba a quedarme hasta la boda de mi prima yluego pensaba partir, aunque no le dije a nadie adnde me dirigira unavez concluida la celebracin, ni siquiera a la pequea Mary.

    Buena idea, pero cmo podr volver junto a los mos? All es dondeme sentir segura y donde encontrar los medios para detener a sir Coliny hacerle pagar por haberme raptado, haber matado a dos miembros delclan Murray y haber herido a Payton.

    Cormac se dio cuenta de que ella an se negaba a aceptar laposibilidad de que su primo estuviera muerto. Era evidente que los lazosexistentes entre los Murray eran muy estrechos; probablemente lo mejorsera que ella afrontara la dura realidad de que su primo estaba muerto o

    que pronto lo estara, porque era posible que el derramamiento pusiera fina lo que sir Colin haba empezado; sin embargo, l no se sinti con nimopara arrebatarle sus esperanzas.

    La corte del rey est muy cerca del lugar al que me dirijo. All quizsencontremos a alguien que pueda ponerse en contacto con vuestrafamilia. Si es necesario, os dejar con la guardia del rey. Vuestra gente noha hecho nada que pueda perjudicar vuestra estancia junto al rey,verdad?

    No. En realidad es casi como estar con mi padre.Puesto que por el bien del caballo debemos viajar despacio,

    tardaremos unas dos semanas en llegar. Si la suerte no nos es propicia y

    sir Colin sigue nuestro rastro, podra llevarnos incluso ms tiempo. Seriscapaz de soportar un viaje tan largo y peligroso?

    Cormac frunci levemente el ceo mientras examinaba la delicadezade la mujer que estaba con l.

    Claro que s; soy ms fuerte de lo que parezco.Elspeth suspir al ver que l no contestaba; sus dudas eran tan

    grandes que ella casi pudo sentirlas. Saba que era pequea y de aspectodelicado, pero era fuerte. Sir Cormac Armstrong iba a tener que aprenderque no siempre se pueden emitir juicios basados nicamente en elaspecto de una persona.

    Mirando aquellas manos fuertes y de largos dedos que sostenan lasriendas, Elspeth se pregunt una vez ms si l estara comprometido oenamorado de alguien. Necesitaba informacin, saber si era libre. Por la

    - 20 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    21/216

    noche, cuando se detuvieron, ella jur que obtendra esa informacin.Entonces decidira qu hacer: si estaba casado o comprometido, lassiguientes semanas seran un tormento mientras trataba de ocultar eincluso de acabar con cualquier sentimiento que tuviera hacia aquelhombre. No obstante, si era libre, tena dos semanas para intentar que se

    enamorara de ella. Eso tambin poda resultar una tortura y dejarle elcorazn hecho trizas. El destino haba sido bastante generoso con ella alconcederle un tiempo junto al hombre que adoraba desde haca mucho,aunque era obvio que tambin haba decidido hacerle pagar muy caro eseregalo. Todo cuanto poda hacer era rezar por que tuviera lo necesariopara llevarse su premio.

    - 21 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    22/216

    Captulo 2

    Cuatro maridos?Mientras hablaba, Elspeth miraba a Cormac al mismo tiempo que

    limpiaba el caballo con un manojo de hierba. Le haba costado lo suyo,pero al final le haba sacado un nombre de mujer... Isabel. Se le parti elcorazn cuando l le habl del amor que senta por aquella mujer y de losestrechos lazos que les unan. Luego, cuando le sigui contando cosassobre ella, el dolor de Elspeth empez a transformarse en confusin yfinalmente en ira contra Isabel e incluso contra Cormac a causa de su

    ciega devocin. Los cuatro maridos de Isabel eran un tema del que,obviamente, l no quera hablar largo y tendido, aunque ella estabadecidida a sacarle toda la informacin que pudiera.

    S respondi Cormac casi con un gruido mientras encenda unahoguera.

    Cuatro maridos muertos?S.Casada en cuatro ocasiones y en cuatro ocasiones viuda.S.Qu matrimonios tan breves... murmur ella, movindose de un

    lado a otro hasta que finalmente se sent junto al fuego, frente a l. Qu

    lstima de maridos...Cormac levant un momento los ojos de la harina de avena que

    estaba mezclando para mirarla un momento. Saba lo que estabapensando; muchos otros haban pensado lo mismo que ella. Cuatromaridos y todos muertos, en extraas circunstancias y muy rpidamente:el que ms tiempo dur ni siquiera lleg a los dos aos de matrimonio.Aunque se avergonzaba de ello, l mismo se haba hecho preguntas yhaba dudado, aunque muy pronto ahuyent su deslealtad. Isabel nonecesitaba que sospecharan de ella, sino apoyo y compasin.

    S, todos eran dbiles o se comportaron como unos neciosimprudentes dijo l bruscamente, ofrecindole un poco de pan.

    O estaban tan ciegos como t, pens Elspeth mientras coma unbocado de pan.

    No tuvieron hijos?No.As pues, cuatro maridos dbiles o imprudentes y, por lo visto,

    estriles. A menos que lo sea Isabel... Quiz no pueda tener hijos...Elspeth esperaba sinceramente que Isabel fuera estril porque,

    aunque en realidad no crea en las semillas de maldad, un nio criado poraquella mujer podra convertirse fcilmente en alguien tan retorcido comosu madre.

    A Cormac tambin le pareca extrao que Isabel hubiera compartidolecho con cuatro hombres cinco si se inclua a s mismo y nunca sehubiera quedado encinta, aunque no iba a admitirlo. Lo que quera era

    - 22 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    23/216

    decirle a Elspeth que se callara y dejara de poner el dedo en la llaga.Estaba haciendo un gran trabajo metindose con Isabel, mucho mejor quecualquier otro. Algunos la haban acusado abiertamente y le haban dichoque estaba loco por no querer ver la verdad. Elspeth lo haba hecho paso apaso, con paciencia, educada pero insistentemente, arrancndole las

    respuestas. Estaba reviviendo todas sus dudas y l lo odiaba.Quin sabe... murmur l.Es verdad, quin sabe... En fin, puesto que no tiene herederos,

    ahora debe ser una mujer bastante rica. La riqueza puede ser un consuelo.En su voz haba un evidente tono sarcstico, aunque l hizo lo posible

    por ignorarlo mientras le daba un poco de harina de avena y queso.No es pobre y posee algunas tierras, aunque no las hered.Por supuesto que no murmur Elspeth mientras aceptaba el

    rstico bol de madera con harina de avena. Sin duda alguna, habraalgunos otros miembros varones en la familia de su ltimo marido quesacaran provecho. En especial tratndose de tierras...

    Lo quieren todo... Son ellos quienes han difundido esas cruelesmentiras acerca de Isabel, tratando de que una lamentable tragediapareciera un crimen.

    Ya veo. Encontraron alguna vez al asesino del hombre a quien osacusaron de matar?

    En cuanto supe que ya no me perseguan, me temo que dej depensar en ello; supongo que debieron dar con l, o de lo contrario anseguira huyendo.

    O estarais muerto. Al final debieron escuchar a Isabel proclamandovuestra inocencia.

    Elspeth le mir de cerca mientras hablaba. Suspir por dentro cuandovio que fue incapaz de buscar su mirada. Era triste y a la vez exasperante.Desde buen principio, Cormac se haba negado a admitir la verdad conrespecto a su amada Isabel. Era evidente que saba que ella haba hechomuy poco para ayudarle, aunque l haba encontrado alguna razn paraexplicar esa traicin. No iba a resultar fcil conseguir que abriera los ojos.Elspeth tema que l ignorara la verdad o que viniera justificndola desdehaca tanto tiempo que ya no fuera capaz de admitirla aunque la tuvieraante sus narices. Para l, Isabel era como la virgen Mara, una hermosavctima, un espritu torturado a quien los suyos haban utilizado en supropio beneficio. Elspeth tena ganas de vomitar.

    Lo que la dejaba perpleja era cmo Isabel consegua que Cormacestuviera tan unido a ella. Sin duda, l era apuesto y posiblemente muybuen amante. Al menos era muy bueno besando. No obstante, el hecho deque Isabel hubiera hecho todo lo posible por mantenerlo junto a elladurante diez largos aos haca pensar en alguna rara forma de fidelidad oafecto, y Elspeth se negaba a creer que Cormac significara algo paraIsabel.

    Lo que Isabel le haba hecho a Cormac y por qu l lo haba permitidoera algo que descubrira ms adelante, decidi, enfadada. Ahora loimportante era que ella amaba y deseaba a un hombre con un alma y uncorazn esclavizados por otra mujer. Elspeth no saba qu hacer si esque poda hacer algo al respecto. Cormac la deseaba, sobre eso no cabaduda. Ella haba sentido su deseo y lo haba saboreado. Aunque haba sido

    - 23 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    24/216

    emocionante, sus ansias, sin embargo, no significaban demasiado; en loshombres, el deseo se despertaba de forma muy fcil, superficial y, enalgunas ocasiones, demasiado efmera.

    An as, reflexionaba mientras le ayudaba a limpiar tras aquellaexigua cena, ella era capaz de aprovechar aquel deseo. Estaba claro que

    Cormac tena dudas con respecto a su amada Isabel. Elspeth sospechabaque ella era su primer amor y tal vez la primera mujer con la que se habaacostado, y ninguna otra haba sido capaz de romper ese vnculo. Tal veza l no se le hubiera presentado nunca la oportunidad para intentarlo...

    Tambin caba la posibilidad de que l rechazara los intentos de otrasmujeres por captar y mantener su inters. En fin, reflexionaba mientrasextenda una manta para dormir, a ella siempre le haban gustado losdesafos de verdad. En cualquier caso, no estaba muy segura de tener otraeleccin. Su cuerpo le deseaba, y lo mismo le ocurra a su corazn. Dealguna manera, pareca un pecado no tratar de conseguirlo, aunque eraconsciente de que al intentarlo se saltara un montn de normas.

    No, pensaba mientras se haca un ovillo en la manta y observaba aCormac cubriendo el fuego, no iba a conseguir a aquel hombre conpalabras amables, clidas miradas y tiernos coqueteos. Tendra que serdescarada, dejando de lado todos los lmites y dudas de una virgen.Cormac se senta unido a otra mujer, y para romper aquel vnculo Elspethsaba que debera drselo todo. Era una apuesta muy arriesgada, porque,si perda, habra hecho trizas su orgullo, renunciado a su castidad yexpuesto su corazn a un sufrimiento que tal vez fuera eterno. Peroentonces pens en lo que podra obtener si ganaba, y sonri.

    Por qu sonres? le pregunt Cormac mientras l tambin se

    haca un ovillo en su manta y le dedicaba una media sonrisa torcida.Seducirle iba a ser muy difcil si se mantena siempre a ms de mediometro de distancia, pens mientras le contestaba:

    No estaba sonriendo. Era una ligera expresin de regocijo.Cormac se ech a rer.Y qu es lo que os regocija?Puesto que no poda decirle la verdad, se encogi de hombros.Soy libre.Por ahora.Temis que sir Colin nos d alcance?Un poco. Tenemos posibilidades de escapar de l, pero prefiero ser

    precavido. Todos estos aos huyendo de los Douglas me han enseado aserlo.

    Supongo que eso es prudente dijo ella, y a continuacin suspir.Odio la idea de estar mirando constantemente por encima de mi hombro.

    Confieso que sa no es forma de ir por la vida, pero al menos sigoestando vivo. Despus de todo, si uno est mirando siempre a travs desus omplatos, resulta difcil que le claven un cuchillo ah.

    Bonito pensamiento para enfrentarse a la noche.Cormac se ri entre dientes.Disculpadme. No dejis que eso enturbie vuestros sueos aadi

    l, en un tono bastante ms serio. Yo nunca lo hice.Con los Douglas tratando de acabar con vos, me pregunto si fuisteis

    capaz de dormir alguna vez dijo ella, estremecindose al pensar en el

    - 24 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    25/216

    peligro que l haba corrido tiempo atrs.Bueno, no dorm mucho hasta poco antes de cumplir veintin aos;

    estaba tan acostumbrado a huir de todos los Douglas que no fue hasta untiempo despus de que decidieran que era inocente que pude dejar dehacerlo.

    Cormac se preguntaba por qu hablaba tan abiertamente de todo loque haba sufrido mientras le estuvieron persiguiendo y lleg a laconclusin de que era la dulce intimidad de la noche lo que le haca sertan sincero.

    Probablemente fuera para bien. Elspeth cerr los ojos, esperandoque eso calmara la tentacin que senta de extender la mano y tocarle,incrementando as la intimidad que compartan con algo ms que palabras. Puede que a los Douglas les llevara un tiempo enterarse de que ya nose os buscaba por asesinato; las buenas noticias nunca viajan tan deprisani llegan tan lejos como las malas.

    As es. Y ahora descansad, Elspeth. Maana al amanecer debemosemprender el camino de nuevo.

    Elspeth slo susurr un confuso sonido de aprobacin. Estabacansada, pero saba que le costara conciliar el sueo. Tena demasiadascosas en la cabeza. S deseaba, sin embargo, que Cormac se callara. Susonora y profunda voz viajaba a travs de las sombras para acariciarla ydespertaba su deseo de sentirse acariciada por l. Aunque tena planeadoseducir a aquel hombre o, al menos, tentarle para que fuera l quien lohiciera, aquella no era la noche indicada para iniciar ese juego. Ambosestaban demasiado cansados y algo inquietos por la persecucin ytambin por estar juntos. Despus de todo, ella ya no era la nia a la que

    haba conocido tanto tiempo atrs ni l aquel joven flacucho al queperseguan y que le haba robado el corazn. El instinto le dijo que l erasu compaero y su amante, pero ella dudaba que l sintiera lo mismo.Teniendo en cuenta que ella era virgen, necesitaba algo de tiempo paraaceptar su decisin de poner en juego su castidad.

    Cormac se oblig a dar la espalda a la figura menuda que se habaacurrucado a poca distancia de l. Hasta entonces nunca se haba sentidotan tentado por una mujer, salvo por Isabel. Para su disgusto, reconocique haban pasado aos en el caso de que alguna vez hubiera ocurridodesde que Isabel desatara su lujuria con la rapidez y el arrebato con losque lo haba hecho Elspeth. Se dijo que deba ser la abstinencia lo que

    haba provocado una reaccin como aquella. Haba transcurrido muchotiempo desde que se haba acostado con Isabel o con otra mujer. Tal vez siceda momentneamente a su deseo mitigara la intensidad de ste.

    Solt una maldicin en voz baja. A menudo pasaban meses, inclusoun ao o ms sin poder aliviar su deseo. Las pocas ocasiones en que habacedido, simplemente se haba acostado con alguien una vez, a vecesincluso ms de una, y se le haba pasado. Si hubiera sido otra la que ahorale provocaba aquel dolor en la entrepierna, habra hecho lo mismo, perotratndose de Elspeth no poda hacerlo. Le deba demasiado a aquellamujer y a los Murray para tratarla de forma tan desalmada. Sin dudaalguna, ella era virgen y l no quera arrebatarle aquel trofeo slo parasatisfacer un deseo, por muy fuerte que fuera. Muy pronto volvera a verde nuevo a su Isabel y ella atendera todas sus necesidades.

    - 25 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    26/216

    Era la soledad, se dijo mientras cerraba los ojos y trataba de sentir lasuave caricia del sueo. Cuando estaba lejos de Isabel, se apoderaba amenudo de l. Esa soledad era especialmente profunda cuando ella lellamaba para que fuera a verla, como haba hecho haca unos das; cuandocabalgaba para estar con ella, se senta lleno de esperanza y deseo,

    aunque tambin notaba un nudo en el estmago. A menudo haba llegadodemasiado tarde y slo haba estado una o dos noches con ella antes deque se casara sin piedad alguna con otro hombre. Esta vez ganara lacarrera, se jur, y por fin Isabel sera slo suya. Y entonces ya no sesentira turbado al contemplar aquel revoltoso pelo oscuro y aquellospreciosos ojos verdes.

    Payton se ech a rer y Elspeth se ri con l. Ella se dio la vuelta paracompartir la broma con Robert, uno de los caballeros de su to Nigel, yste jade. Sus duras facciones se retorcieron en una escalofriante mezclade dolor y sorpresa. Cuando ella trat de agarrarle, la sangre empez asalir de su boca y el hombre resbal del caballo. Elspeth se volvi haciaPayton y grit cuando vio que a su primo le alcanzaba una flecha en laespalda, hacindole balancearse violentamente en su montura hasta quecay al suelo. Ella empez a desmontar, siendo slo ligeramenteconsciente del grito mortal de su otro guardia y del ruido de unos caballosque se aproximaban a gran velocidad. Tena que ayudar a Payton. Estabatotalmente inmvil, con la cara contra el polvo, mientras una mancha desangre oscureca rpidamente la parte trasera de su camisa. Cuandosinti que la agarraban por detrs y que tiraban de ella, obligndola a

    montar boca abajo, con el estmago contra la silla, dej escapar un gritode furia.Soltadme, bastardos! Tengo que ayudar a Payton! exclam,

    luchando con fuerza contra unas manos que intentaban detenerla.Calmaos, Elspeth.Payton! Tengo que ayudar a Payton! prosigui, echndose a

    llorar. Hay mucha sangre...Chisss, Elspeth. Silencio, silencio... No es ms que una pesadilla, un

    oscuro recuerdo que ha venido a entorpecer la paz de vuestro sueo.Elspeth se fue tranquilizando poco a poco, consciente de que las

    manos que la haban acariciado y calmado no la sujetaban con

    brusquedad. Tampoco la haban hecho montar a caballo. La voz profundaque la haba rescatado del fro horror de su recuerdo era una voz amable ycompasiva, y no aquella otra, spera y burlona, que le haba dicho que suprimo estaba muerto y se haba convertido en pasto de animalescarroeros. Fue un momento antes de que fuera totalmente consciente dednde estaba y de quin la sujetaba, aunque no saba si revelar que habarecuperado el juicio.

    Estar echada all, entre los fuertes brazos de Cormac, resultaba muyplacentero. Era agradable y seguro, aunque tentador. Sin embargo, elrecuerdo de Payton tirado en el suelo, totalmente inmvil, empapado ensangre, haba llenado de pena su corazn y se ech a llorar. Poda sentir lacompasin de Cormac, su sincera necesidad de mitigar su dolor y sutristeza. Al cabo de un momento, sonri ligeramente contra su ancho

    - 26 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    27/216

    torso. Ella tambin sinti el deseo de Cormac. Estaba all, justo debajo deaquellos sentimientos ms caballerosos, luchando contra los lmites quetrataba de imponerse. Ella se frot el rostro contra su garganta y notcmo recobraba silenciosamente el aliento; entonces fue consciente deque su deseo se acrecentaba cada vez ms.

    Cormac cerr los ojos y respir profundamente para calmarse cuandonot que Elspeth se abrazaba ms a l. El tacto de sus suaves curvascontra su cuerpo le hizo hervir la sangre y se sinti casi incapaz decontrolarse. Haba sido un error acercarse tanto a ella, aunque l sabaque nunca podra haber ignorado su angustia.

    Estis mejor? pregunt l, que no se sorprendi demasiado alescuchar un ronco tono de deseo en su propia voz, que esperaba que ellano percibiera.

    S.Elspeth le rode con los brazos, apretndose ms contra l al ver que

    intentaba escabullirse.Payton y vos estabais muy unidos?Cormac rez para que aquella conversacin le ayudara a ahuyentar

    las apasionadas fantasas que llenaban su mente.As es. A decir verdad, si tuviera que elegir a uno de los mocosos

    Murray como favorito, se sera Payton. Sin duda alguna, es el ms guapode todos. Me niego a creer que est muerto. Elspeth dej escapar unsuspiro. En realidad, casi prefiero volver a vivir mi vieja pesadilla queseguir viendo a Payton tendido en el suelo con una flecha clavada en laespalda.

    Habis tenido ms pesadillas que hayan turbado vuestro sueo?

    S. Se trata de una prima. Elspeth se estremeci y l la estrechun poco ms fuerte. Sorcha, la primera hija de mi to Eric. Hace tresaos, ella y yo fuimos capturadas por un enemigo de mi to. Ese hombre ydos de sus secuaces pegaron y forzaron a Sorcha y me obligaron apresenciarlo. Yo iba a seguir su mismo camino, pero Eric, mi padre y mi toNigel nos rescataron. Cuando to Eric vio lo que aquellos hombres lehaban hecho a su pequea, su venganza fue rpida y brutal.

    Y qu fue de Sorcha?Ingres en un convento. Creo que pronto va a tomar sus votos.Pero tiene autntica vocacin o tan solo se est escondiendo?Creo que tiene vocacin. Siempre fue buena y mucho ms piadosa

    que cualquiera de nosotras. Nos apen mucho que se marchara, aunqueest cerca de Donncoill y la visitamos siempre que podemos; pero estclaro que es feliz. Aunque, quin puede decir a ciencia cierta si se tratade vocacin o si est all porque se siente a salvo, o quiz por ambascosas a la vez? Sus padres lo han aceptado; estn contentos porque siguecon vida y ya no la atormentan las pesadillas.

    Pero a vos todava os atormentan, verdad?No. No hasta ahora...Siempre que pienso en Donncoill me siento tranquilo y feliz. Es

    triste ver que incluso un lugar seguro como se puede ser golpeado por latragedia. Y ms triste an es que vos fuerais testigo de todo ello.

    Bueno, con tantos Murray en el lugar, habra sido un milagro que aalguno de ellos no le hubiera ocurrido algo.

    - 27 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    28/216

    Cormac esboz una ligera sonrisa.S, son muchos Murray. De pronto tuvo el deseo de besar su pelo

    y, en voz baja, dijo: Rezo para que vuestro primo est bien y logresobrevivir.

    Gracias repuso ella en voz igualmente baja. Si alguien es capaz

    de superar una desgracia, se es Payton.Ahora que ya os habis calmado un poco, debera volver a mi lecho.Elspeth se agarr a l un poco ms fuerte para impedir que se fuera;

    necesitaba que se quedara a su lado. Se le ocurri que Cormac podautilizar la noche, la separacin de sus lechos, para combatir el deseo quesenta por ella. Puede que todas las noches ella perdiera lo conseguidodurante el da. No haba muchos motivos para obligarle a quedarse a sulado por la noche, al menos hasta que no fueran amantes. Un miedopersistente tras haber sufrido una pesadilla podra servir. Aunque sesenta un poco culpable por utilizar la compasin de Cormac de esamanera, decidi que la batalla que iba a emprender justificaba ciertossubterfugios. Aunque no fuera capaz de conquistar su corazn, quizpudiera mitigar la asfixiante influencia que Isabel ejerca sobre l, y esoslo poda ser bueno.

    No podrais quedaros a mi lado? le pregunt ella, satisfecha porel ligero tono de duda en su voz.

    Claro que poda, aunque no deba hacerlo y no poda decirle por qu.No sera correcto susurr, enfadado por haber puesto una excusa

    tan poco convincente.Creo que lo correcto dej de tener sentido cuando lord Colin me

    agarr para hacerme desmontar de mi caballo. Lo que ocurre es que

    tengo miedo de volver a sufrir esa pesadilla si me quedo sola...Y qu pasa cuando sufrs una pesadilla en casa?Alguien suele quedarse conmigo. Tengo una cama muy grande.Cormac no quera saberlo. En su mente ya iban cobrando vida

    imgenes de una Elspeth especialmente sensual, desnuda, echada en unacama enorme, tratando de tocarle mientras l, frente a ella, presionaba surostro contra el rizado vello que tena entre sus suaves y blancos muslos...Neg con la cabeza, intentando pensar en otra cosa, en cualquier cosa enla que no apareciera la imagen de Elspeth desnuda y ardiente de deseo.

    El problema es que no haba forma de negarse a lo que le habapedido. Haba sido testigo del asesinato de su primo y de dos guardias, la

    haban raptado y amenazado con forzarla y la haban encerrado en unatorre. No le sorprenda que tuviera miedo de quedarse sola. Cormacsospechaba que estaba acostumbrada a estar rodeada de sus seresqueridos, de gente a la que poda acudir enseguida cuando tenaproblemas. Ahora slo le tena a l, y l slo pareca ser capaz de pensarcon su entrepierna.

    Aquella muchacha le haba salvado la vida, se record. l pertenecaa otra mujer con la que, si Dios quera, iba a reunirse pronto y con la queacabara casndose: esas dos cosas deberan bastarle para controlar sudeseo. Lo nico que deseaba Elspeth era sentirse a salvo. l era unhombre hecho y derecho; debera ser capaz de tumbarse a su lado y nosentir deseo alguno.

    De acuerdo, me quedar junto a vos. Slo dejad que vaya a buscar

    - 28 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    29/216

    mi lecho dijo l, esperando que su voz no delatara su reticencia.Elspeth le solt, mirndole fijamente mientras colocaba la manta

    junto a la suya y preparaba el lecho; estaba tan tenso cuando se tendijunto a ella que le sorprendi que su cuerpo no crujiera. Puede que nofuera fcil seducir a un hombre tan concentrado en comportarse. Ella se

    volvi hacia su lado, dndole la espalda; luego tendi la mano hacia atrs,cogi la suya y coloc su brazo en torno a su pecho. Cormac estaba tanrgido que era como abrazar a una roca, pens ella, sonriendoligeramente. Sin embargo, la fuerza de su resistencia no haca sinodemostrar lo fuerte que era su deseo, y eso le dio esperanzas.

    Gracias, Cormac dijo ella, retorcindose hacia atrs hasta queestuvo acurrucada contra l. Ahora me siento a salvo.

    Es lo menos que puedo hacer.Elspeth se contuvo para no rer. La voz de Cormac son como si se

    estuviera atragantando con algo. La parte de su cuerpo que se movanerviosamente contra su espalda le daba a entender que era el deseo loque estrangulaba su voz. Estaba claro que era imposible luchar durantemucho tiempo con un deseo tan intenso. Ella no poda hacerlo; en esemomento ya deba refrenar la necesidad de echarse en sus brazos,besarle y sentir su cuerpo contra el suyo. Elspeth cerr los ojos, esperandoque la imaginacin de Cormac fuera tan salvaje y frtil como la suya.Despus de todo, si ella iba a sufrir y a quedarse en vela, era justo que ltambin lo hiciera.

    Felices sueos, Cormac dijo ella, hablando apenas en un susurro.Cormac maldijo interiormente. Aquella voz suave y susurrante era

    como una caricia. No haba pensado que su deseo pudiera ser ms intenso

    de lo que ya era, y no le gust comprobar que se haba equivocado.Aquella mujer era peligrosa, sobre todo porque ella pareca no saberlo. ACormac le sorprendi que Balfour Murray permitiera que su hija cruzaralos protectores muros de Donncoill; sin embargo, pens que tal vez unpadre no viera lo tentadora que poda resultar su hija para un hombre.

    Felices sueos, Elspeth contest Cormac, en un susurro.Consciente del deseo que senta, Elspeth pens que sus sueos no

    seran tranquilos, aunque s ciertamente muy interesantes.Pas un rato antes de que Cormac fuera consciente de que Elspeth

    estaba durmiendo. Trat de apartarse, pero ella simplemente segua susmovimientos con su diminuto cuerpo, apretndose contra el suyo incluso

    con ms fuerza que antes; su proporcionado trasero se frotaba contra sudolorida entrepierna y le haca estremecerse.

    En una aldea que estaba apenas a un da a caballo haba una tabernadonde una doncella ofreca sus servicios a cambio de una pequea sumade dinero. Antes nunca haba hecho caso a sus sonrisas, pero tal vezahora debiera hacerlo. Una buena cabalgada podra satisfacer un deseolargamente reprimido, y entonces le resultara ms fcil resistirse a latentacin que supona Elspeth.

    Aunque consider la posibilidad de acostarse con la doncella, sabaque era una idea estpida. Una prdida de tiempo y dinero. Esos remediosdesesperados siempre le haban fallado, dejndole vaco e insatisfecho.Estaba obsesionado con un nico deseo; una vez se fijaba en una mujer,ninguna otra era capaz de aplacarlo. Cormac saba que podra pasarse un

    - 29 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    30/216

    mes en la cama con la ms experimentada meretriz de Escocia, pero, encuanto volviera a ver a Elspeth, estara de nuevo en el mismo estado dedesesperacin en el que se encontraba en aquel momento.

    Lo que ms le atormentaba era que, a pesar de estar pensando enIsabel, de la que estaba ya muy cerca y saba que le esperaba, no

    consegua calmar su ardor. Ni siquiera era capaz de imaginrselamentalmente con claridad. Porque all estaba Elspeth, entrometindose,con sus ojos verdes surgiendo del rostro de Isabel hasta que stadesapareca por completo y slo quedaba ella. Y el hecho de recordar quehaba pasado mucho tiempo desde que haba visto a Isabel por ltima veztampoco ayudaba mucho a calmar su turbado espritu. Isabel era la mujera la que haba amado y honrado durante casi la mitad de su vida, y nodebera ser desterrada tan fcilmente de sus pensamientos por aquelladiminuta muchacha de ojos verdes, a pesar de que tuviera una voz capazde fundir las piedras.

    Elspeth se retorci contra su cuerpo de forma lenta y sugerente.Cormac gimi y dej escapar un suspiro. Iba a ser una noche muy larga. Sise comportaba como un caballero, mantena sus manos alejadas deElspeth y segua honrando el vnculo que le una a Isabel, deberan acabarsantificndole.

    - 30 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    31/216

    Captulo 3

    El calor recorra las venas de Elspeth mientras empezaba adespertarse. Llegaba hasta ella desde unos suaves labios que rozabantentadoramente los suyos. No le haca falta abrir los ojos, ni siquieradespertarse del todo, para saber quin la estaba abrazando ni quin labesaba. La asust un poco saber que Cormac ya era una parte muyimportante de su vida, aunque lo acept. Luego murmur su nombre yrode su cuello con los brazos.

    Tan acostumbrada estis a que os besen cuando despertis, ngel

    mo, que no os asustis? le pregunt Cormac, mientras le mordisqueabadelicadamente el labio inferior.Era una pregunta ofensiva, pero Elspeth decidi ignorar sus

    implicaciones. Teniendo en cuenta que haba aceptado de buen gradoaquel beso y s lo haba devuelto estando medio dormida, no debasorprenderle que l le preguntara por su inocencia. No poda decirle que leconoca por su aroma, por el olor de su deseo o por el hecho de que sucorazn ya le consideraba su compaero; l podra pensar que estaba locao que trataba de atraparle, y saldra huyendo a toda velocidad endireccin contraria. A muy temprana edad haba descubierto que loshombres no eran muy buenos a la hora de admitir sus sentimientos,

    hablar sobre ellos o comprenderlos.Saba que se trataba de vos. Elspeth enrosc sus dedos en su

    tupido pelo y presion su cuerpo contra el suyo con ms fuerza.Despus de todo, teniendo en cuenta que me dorm estando junto a vos,no resulta demasiado sorprendente que me haya despertado a vuestrolado.

    Alguien podra haberme degollado durante la noche y haberocupado mi lugar.

    Creo que me habra dado cuenta de ello.l sonri durante un momento y luego le dio un beso; un beso que

    llev a otro beso ms intenso. Cormac se dijo que los besos nosignificaban nada..., slo eran una frivolidad: se olvidaban con la mismafacilidad con la que se robaban. Y estaba claro que Elspeth pensaba lomismo.

    Sin embargo, eso no explicaba cmo le haca sentirse ella. La sangrecorra frenticamente por sus venas. Quera entrar en su cuerpo yquedarse all. Nunca un beso haba despertado antes su deseo tanrpidamente ni con tanta avidez. Estaba en peligro, pens, aunque eraincapaz de encontrar la voluntad para librarse de l. La necesitaba y nopoda fingir ante s mismo que era debido a un largo perodo deabstinencia.

    Elspeth se peg a l, saboreando su creciente deseo y dejndosearrebatar por l. Inclin la cabeza hacia atrs al sentir el primer roce desus labios en el cuello. Una pequea parte de ella tena miedo de la fuerza

    - 31 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    32/216

    de la pasin que haba surgido entre ellos, de su ferocidad, aunque sofocese miedo de forma implacable. Aquello era lo que deseaba, lo quenecesitaba, lo que su corazn haba anhelado antes, incluso, de que fueralo bastante mayor para comprenderlo.

    Cuando ella not la palma de su mano, clida y ligeramente callosa,

    sobre sus pechos, se dio cuenta de que l se las haba ingeniado paradesnudarla a medias sin que apenas lo hubiera notado. Ningn hombrehaba tocado hasta entonces aquella parte de su cuerpo, y le pareciextrao aunque al mismo tiempo hermoso. l restreg el pulgar por unode sus pezones, y la sensacin que la recorri por dentro fue tan repentinay poderosa que la hizo estremecerse y abandonarse. Cuando ella le mir ala cara, se dio cuenta de que haba conseguido romper el hechizo quecompartan y solt interiormente una maldicin.

    Cormac se alej de ella y se tambale. Movi las manos ligeramente,mientras el dolor que senta en la entrepierna le empujaba a continuar. Sequed mirando fijamente a la pequea Elspeth con una mezcla deasombro y consternacin, mientras ella se abrochaba tranquilamente elcorpio.

    Dios! rezong l. Qu me habis hecho?Yo? Elspeth se levant y empez a enrollar su manta. Creo que

    dorma profundamente cuando empez todo.No iba a dejar que le echara la culpa por la locura que se haba

    adueado de ellos ni aceptara ninguna otra explicacin. l la deseaba.Negarlo, excusarse o ignorarlo, como era evidente que trataba de hacer,no funcionara. Ella no se lo permitira.

    Bueno, creo que no tan profundamente... l se pas los dedos por

    el pelo mientras trataba de aclarar su mente. Sois una muchacha de altacuna, virgen; una mujer a quien debo mucho. Sera un error por mi partetratar de aprovecharme de esta situacin.

    Os preocupis demasiado. Acaso me habis odo gritar?Deberais haberlo hecho.Elspeth se encogi de hombros y se dispuso a encender una hoguera.Tal vez. Y puede que sea virgen y de alta cuna, pero no soy ninguna

    nia: tengo casi veinte aos, y a mi edad muchas mujeres ya se handesposado. Creo que soy lo bastante mayor para preocuparme por micastidad.

    No parecis muy preocupada por ella.

    Ese comentario demuestra muy poco tacto de vuestra parte.No os entiendo. Cormac frunci el ceo y se frot la barbilla con la

    mano. Y, a propsito, qu queris decir con que puede que seisvirgen?

    Es tan tpico de un hombre haber escuchado eso y poco ms, pensella, enfadada.

    Slo ha sido un error a la hora de elegir las palabras. Por questis tan disgustado?

    En realidad, Cormac no lo saba, pero enseguida dio con unarespuesta adecuada.

    Porque no soy libre para cortejar a nadie.Cortejar, verdad? murmur Elspeth, considerando brevemente la

    posibilidad de arrojarle a la cabeza el pequeo tazn metlico que tena en

    - 32 -

  • 8/22/2019 Howell Hannah - Familia Murray 4 - Promesa en Las Tierras Altas

    33/216

    las manos. Hasta qu punto no sois libre? Dijisteis que no estabaisprometido y que no os habais desposado, luego sois libre.

    Es cierto, puede que no est prometido ni me haya desposado, perohe intercambiado votos con una mujer. Lo hicimos cuando yo no era msque un muchacho; ella es un ao ms joven que yo. Esos votos an nos

    mantienen unidos.Qu honorable y qu conmovedor!Elspeth decidi que haba llegado el momento de alejarse de l antes

    de que perdiera los estribos. Le dio el tazn, muy orgullosa de s mismapor no habrselo estampado contra la cabeza, y se refugi bajo la sombrade unos rboles cercanos. Necesitaba un momento para calmarse. Anpoda sentir sus besos y sus caricias; necesitaba librarse de las emocionesque haba despertado en su interior. Los ltimos vestigios de laarrebatadora pasin que haban compartido brevemente deban serconquistados antes de que ella le oyera hablar de votos o de que pusieraalguna otra excusa.

    Tras haber hecho sus necesidades y haberse dado un bao en lasfras aguas del pequeo arroyo que descubri a su regreso, Elspeth sesenta mejor. Haba recuperado su determinacin. Le haba resultadodecepcionante constatar que Cormac no iba a ser fcil de conquistar. Seraun hueso duro de roer, sobre todo teniendo en cuenta que le haba hechouna suerte de promesa a esa maldita Isabel y que l era un hombredemasiado honrado para olvidarse de ella con facilidad. Bueno, ellatambin poda hacer una promesa: iba a hacer todo lo que estuviera en sumano para que l renegara de la suya.

    Cormac se puso a tiritar cuando el agua fra que se ech en la cara secol en el interior de su camisa. No era lo mismo que un bao caliente,pero le sirvi para aliviar un poco su apremiante deseo. An un pocoaturdido, se acerc al fuego para preparar unas gachas de cereales conlas que saciar el hambre. De todas formas, las tareas cotidianas nobastaban para que dejara de pensar.

    No entenda lo que acababa de ocurrir. Aunque no le haba sido deltodo fiel a Isabel, haba tenido pocas aventuras y quedaban lejos en eltiempo. Haba cado ocasionalmente en la tentacin con mujeres con lasque se haba acostado durante los ataques de celos que haba sufrido

    cada vez que Isabel se haba casado y las pocas ocasiones en las que sudeseo haba sido tan grande que no haba podido ignorarlo. No obstante,en ninguno de esos intervalos haba perdido el control ni se haba sentidoculpable. Ni siquiera haba pensado en Isabel hasta que, de repente,Elspeth haba tensado su cuerpo bajo sus caricias y haba recuperado laconciencia. Por otra parte, ninguna de las otras mujeres con las que habaestado era la virginal hija de un noble.

    Decidi que era una locura total. Bastaba con la voz de Elspeth paraexcitarse. Segua sintiendo la suavidad de sus labios y no dejaba depregu