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HISTORIA SOCIOPOLÍTICA DELCONCEPCIÓN CONTEMPORÁNEO

Memoria, Identidad y Territorio

Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’Karen Alfaro Monsalve

José Luis CifuentesAlex Díaz Villouta

Manuel Fernández GaeteMario Valdés Vera

Ricardo Vargas MoralesAlexis Meza Sánchez

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Memoria, Identidad y Territorio

Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’Karen Alfaro Monsalve

José Luis CifuentesAlex Díaz Villouta

Manuel Fernández GaeteMario Valdés Vera

Ricardo Vargas MoralesAlexis Meza Sánchez

[email protected]

Registro Propiedad Intelectual Nº 158.369ISBN: 956-7827-53- 2

Producción General: Miguel Soto I.Diseño de Portada : Francisco Figueroa R.

Corrector de Prueba: David Muñoz G.

© Taller de Ciencias Sociales «Luis Vitale»© Escaparate Ediciones

ConcepciónE-mail: [email protected]

Octubre 2006IMPRESO EN CHILE

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada ytransmitida por cualquier medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico,

de grabación o de fotocopia, sin autorización previa del editor.

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C O L E C C I Ó N H I S T O R I A VITAL

E D I C I O N E S E S C A PA R AT E

HISTORIA SOCIOPOLÍTICA DELCONCEPCIÓN CONTEMPORÁNEO

Memoria, Identidad y Territorio

Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’Karen Alfaro Monsalve

José Luis CifuentesAlex Díaz Villouta

Manuel Fernández GaeteMario Valdés Vera

Ricardo Vargas MoralesAlexis Meza Sánchez

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INTRODUCCIÓN

Hacía una Historia Sociopolítica Regional

Todos los modernos historiadores chilenos, desdeDiego Barros Arana hasta Sergio Villalobos, de un modo uotro, fuimos formados en la draconiana historia documentalista.que, desde el siglo pasado, ha clonado —en letra y tinta— laobra y gestas de los centros de poder público. Vayan ustedes acualquiera Escuela de Historia de cualquiera universidadchilena, y encontrarán, por doquier, la misma tradiciónpredominante. La misma multisecular sospecha acerca de lahistoria oral. Acerca del logos popular. Sobre la soberanía cívica.

Hasta hace poco tiempo, no tuvimos otra alternativa.1

La historiografía de sello crítico en Chile, vive unmomento de inflexión. Las dos grandes rupturas de tipo políticoy epistemológico del siglo XX, la marxista y la nueva historiasocial, hoy requieren, producto de su propio desarrollo y de losnuevos requerimientos ciudadanos, ser revisitadas en sus matri-ces metodológicas, analíticas e interpretativas. Se ha vueltoreiterada la pregunta, (principalmente entre estudiantes dehistoria y el mundo social, por sobre un interés de la propiaacademia) acerca de qué vamos a hacer con tanta historia socialacumulada en los últimos 20 años. Sin duda, hoy se vive unmomento de notable expansión de la producción historiográficacentrada en los sujetos y movimientos populares, la configuraciónde identidad popular, la memoria social, las problemáticas de

1SALAZAR, Gabriel: “Ciudadanía e historia oral: vida, muerte y resurrec-ción”, en PROPOSICIONES N°29, marzo de 1999, Santiago, Chile, p. 3.

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género, y todo tipo de trabajos vinculados con lo quegenéricamente se ha de llamar ‘historia social’. Ergo, lo planteadoen el epígrafe por Gabriel Salazar, ‘hasta hace poco tiempo, notuvimos otra alternativa’, hoy parece quedar superado con el‘reconocimiento académico’ al logos popular, que ha logradodisputar ‘ciertos espacios’ a los centros académicos conservadoresy mesohistóricos.2

A modo de ejemplo (pues se pueden citar múltiplesexpresiones del mismo problema o preocupación), laconvocatoria a las 3as Jornadas de Historia Social, organizadaspor estudiantes de Licenciatura en Historia de la Universidad deChile, señalaba en algunos de sus párrafos:

(…) si bien la nueva historia social ha logradoposicionarse como disciplina dentro de la academia, no hapodido salir de este estrecho círculo y se ha entrampado cadavez más en discusiones academicistas, olvidando suscuestionamientos iniciales sobre las problemáticas sociales yla condición humana, por lo que las ideas de estancamien-to y aislamiento serían las que mejor definirían la genera-lidad de este problema.

2Tomamos el término del historiador Luis Moulián, quien se preocupó deestudiar la historiografía chilena contemporánea. Ver MOULIÁN, Luis: “Ba-lance historiográfico sobre los últimos 30 años de la historia de Chile”, enVITALE, Luis et. al (1999): Para recuperar la memoria histórica. Frei, Allendey Pinochet, CESOC, Santiago, Chile, pp. 43-110. Sin duda, pese a la notableproducción de la nueva historia social chilena en los últimos 15 años, losprincipales centros académicos del país, aún son hegemonizados por estasotras corrientes. Esta influencia se traduce en la formación de profesores, enla adjudicación de proyectos de investigación y posteriores publicaciones, ensu presencia en los debates a través de la prensa escrita de carácter masivo.Sostenemos que si bien la ‘nueva historia social, ha logrado reconocimiento,no ha logrado romper esa hegemonía, viéndose en muchos casos obligada aconvivir con ella. Ver cómo están constituidos los Departamentos de Histo-ria de las Universidades de Chile, Católica, de Santiago, de Concepción, pornombrar solo algunas.

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Abordar estos problemas implicaría asumir elacademicismo de la historia social como una primera par-te necesaria que se debe superar, pero que no se va a reme-diar saltándose etapas, por lo que el primer paso es superarlos problemas internos de diálogo y debate.3

Más allá de discutir o no el diagnóstico presentado,queremos relevar la preocupación fundamental del documento:poner en discusión el estancamiento, aislamiento, crecienteacademicismo y ausencia de debate en el seno de la nueva historiasocial chilena. Dicho diagnóstico pone en evidencia el momentode inflexión señalado más arriba. Se hace necesario, a nuestrojuicio, debatir en torno a los constitutivos metodológicos, ana-líticos e interpretativos de la historia social (vale decir su funda-mento epistemológico), así como también discutir la construc-ción de conocimiento histórico como un aporte al desarrollo dealternativas sociales y políticas para el Chile de hoy (vale decir suimpacto político). Esto es politizar nuestro hacer académico. Loque está a la base del problema, es que hay quienes han entendi-do el hacer historia social como una expresión del trabajo estric-tamente ligado a los espacios académicos tradicionales y susformalidades y aparatos de reproducción, desligando sus pre-guntas y objeto de estudio de la realidad social actual. Comoseñala Sergio Grez:

Si escribo algo, quiero que eso no quede solamenteen las estanterías de una biblioteca universitaria, que lo leala mayor cantidad de gente posible (…) Que ojalá lo queuno hace, tanto a nivel personal como de un colectivo, sirva

3Documento - Convocatoria 3as Jornadas de Historia Social. En reconocimiento aGabriel Salazar Vergara. Actividad organizada por el grupo estudiantil ‘Conoci-miento Colectivo’ de la Universidad de Chile, los días 27, 28 y 29 de septiem-bre del 2006. Ver http://jhsocial.blogspot.com/ El destacado es nuestro.

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para nutrir las reflexiones de aquellos que están haciendohistoria día a día, de quienes toman decisiones grandes opequeñas. Creo firmemente –como un deber irrenuncia-ble- en el compromiso social de los historiadores. No merefiero al compromiso con una causa determinada o con unpartido, sino en un sentido social amplio. Hay un compro-miso con la disciplina, pero la otra cara de la medalla es elcompromiso social: que la historia que nosotros escribimossirva de algo, le sirva a alguien y no sea una simple colec-ción de erudiciones.4

Dicho compromiso social y político es el que nosmueve a escribir este libro. Queremos que se lea en esa clave.Si bien se trata de un trabajo historiográfico, representa nues-tro interés por aportar a la construcción de una memoria ciu-dadana capaz de interpelar y disputar el espacio y debate pú-blico. Mientras algunos sostienen que el debate historiográficohoy día debe centrarse en las formas,5 otros, en aras de obte-ner laudos académicos (creando y/o cuidando sus propiosnichos) entran en reñidas operaciones de desmontaje de laspreguntas y problemas que se instalan desde la sociedad civil,privilegiando el rigor del método por el método, por sobre lavoluntad de incursionar de modo decidido (desde la discipli-na) en el debate social. Por ello, nuestra apuesta va por arti-cular la memoria histórica y la construcción de ciudadanía,

4GREZ, Sergio: “Historia Social: importancia y vigencia”, en REVISTANUESTRA HISTORIA, Estudiantes de Historia de la Universidad de Chi-le, N°1, Septiembre 2006, pp. 19-20.

5Recientemente se publicó un trabajo colectivo de historiadores jóvenes for-mados en la Universidad Católica, que señalan que su objetivo es narrar deun modo más cercano a la gente, en un lenguaje más cotidiano, los hechoshistóricos, cuestión que los distinguiría de otro tipo de produccioneshistoriográficas. Ver (2006): OSSA, Juan Luis et. al( 2006): Historias delSiglo XIX chileno, Ediciones B, Santiago, Chile.

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cuestión que pretendemos hacer con calidad, rigor, pero porsobre todo con sentido sociopolítico.6

Concepción y la región, han sido objeto de un con-junto de trabajos y estudios históricos. Esta producción no siem-pre ha sido evaluada desde ángulos problemáticos, o a partir delas perspectivas que dichos historiadores (o aspirantes a) instalanpara aprehender lo regional. Un balance preliminar exige portanto, no solo disponer de una herramienta analítica, sino queademás debemos contar con criterios interpretativos que nosposibiliten la comprensión de su relato histórico, así como, lasdimensiones de nuevas rutas de investigación que fortalezcanuna historiografía regional de compromiso sociopolítico, hoypor hoy, inexistente.

Desde esta perspectiva, este libro, que es expresión deotros debates dados desde hace rato en instancias convocadaspor nuestro Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’, busca unareflexión crítica sobre los modos de representación de lo regio-nal, tanto en sus procesos, objetos de estudio, y en lasimplicancias que expresan sus discursos al interior de la región yen el debate público nacional.

Este trabajo resulta necesario en un país de alto centra-lismo y de accionar homogeneizador. La historia de Chile ha tran-sitado privilegiadamente por sus historias nacionales, las que cu-bren con sus modelos historiográficos gran parte del acontecerhistórico chileno. Son ellas las que han dominado la escenahistoriográfica, silenciando numerosos producciones historiográficasque buscan comprender los espacios históricos regionales.6

Aquí coincidimos con Salazar cuando señala: “Y nosotros los historiadores de la‘nueva historia’, cada uno en su planeta propio, cada uno en su nicho micro-histórico (…) socialistas, pero individuados en un proyecto profesional personaliza-do (…) enredados en debates semánticos o desmontaje epistemológico de losdiscursos de otros (…) refugiándose en la ambigüedad ‘política’ en las coyunturasconflictivas (…)” Ver SALAZAR, Gabriel: “Historia social ¿para qué?”, enREVISTA NUESTRA HISTORIA, op. cit., p. 46.

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La historia regional en Chile, a diferencia de otrospaíses latinoamericanos, no ha alcanzado un mayor nivel dereflexión acerca de los nuevos campos de investigación regio-nal, ni sus criterios epistemológicos, y lo que es peor, suhistoriografía no refleja una postura de compromiso porciudadanizar, es decir por construir colectiva yparticipativamente el espacio regional.

En síntesis, creemos que la historiografía regional haadolecido de reflexión sobre la historia regional. Nos parece quepese a haber algunos trabajos serios y respetables, por su cons-trucción rigurosa en fuentes e interpretación, no alcanzan la es-tatura suficiente, para el logro de ese propósito, pues no consi-deran la historicidad de la región con sus cambios, relacionesmúltiples, ni como punto de frontera entre la sociedad, la eco-nomía, la política, el espacio geográfico y la construcción deidentidad, en toda su gama de vínculos y actividades que hanpermitido configurar nuestro ser regional.

La historiografía regional (vamos a entender aquí a loescrito sobre la región en la región) tiene 3 características centra-les que nos llevan a este análisis:

1. Es elitista y conservadora, pues se ha centrado enpróceres, añora las gestas de prohombres, que en su rol de em-presarios, políticos ilustres, militares, han destacado ojalá en elámbito nacional.7

2. Es academicista, pues no ha proyectado una re-flexión más amplia desde el punto de vista sociohistórico, haciaproblemáticas emergentes, investigaciones de interés ciudada-

7Podemos citar como ejemplo el trabajo realizado desde la Sociedad de His-toria de Concepción, donde su objeto de preocupación fundamental es laevolución de las élites locales, lamentando la pérdida de espacios de decisióne influencia a nivel nacional. Armando Cartes Montory, presidente de laSociedad de Historia penquista, publicó el año 2004 el libro Franceses en elpaís del Bío Bío, que constituye un buen ejemplo de lo aquí señalado.

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no, debate público permanente, etc. Se ha centrado exclusiva-mente en esfuerzos individuales, estériles la mayor parte de lasveces, que no han decantado en políticas de investigación y pro-ducción de conocimientos sistemáticas ni permanentes.8

3. Es insuficiente, dado que la riqueza histórica pre-sente en una zona de transición económica, frontera, activosmovimientos sociales y políticos, etc, no ha sido retratada. Pri-man las historias institucionales9 (podríamos hablar de ‘histo-riadores a pedido o por encargo’), parciales, que enuncian temá-ticas, pero no las desarrollan en profundidad.

La prensa regional, se hace eco de estas interpretacio-nes, generándose de este modo un ‘tipo de saber histórico regio-nal’, acotado a algunos actores y problemas, asociado a los intra-muros del poder político- institucional, militar y empresarial.10

En la misma línea, reflexionaba Alejandro Witker,Director del Taller de Cultura Regional de la UBB:

8El pobre trabajo desarrollado a este respecto por el Departamento de Cien-cias Históricas y Sociales de la Universidad de Concepción, refleja este défi-cit. Salvo escaramuzas individuales, no hay una política de investigación niproducción sistemática ni nutrida. Además los escasos debates que pudiesengenerarse, son a puertas cerradas, sin ningún impacto en la comunidad local.

9Un ejemplo notable de esto, es el caso de Carlos Muñoz Labraña. A saber:(1990): Club Concepción; (1992): Historia de la Facultad de Ingeniería; (1993):Historia de la Facultad de Medicina; (1994): Historia de la Facultad de Odonto-logía; (1994) 50 años Sociedad de Pediatría de Concepción; (1994): 75 añosFacultad de Farmacia; (2004): 60 años Asociación del Personal Docente y Admi-nistrativo Universidad de Concepción; (2004): 50 años construyendo futuro.Corporación Educacional Masónica de Concepción.

1 0Ver la saga de reportajes del Diario El Sur de Concepción: domingo 06-08-2006: ¡Yo tengo el poder! Mapa de los liderazgos económicos de la región; domin-go 13-08-2006: Quién es quién en la región. Mapa del poder político; domingo10-09-2006: Auge y caída de la pencópolis. Reescribiendo la historia de Concep-ción; domingo 17-09-2006: Concepción ¿potencia económica? Auge y caída de lapencópolis (parte 2); domingo 24-09-2006: Rozas, el prócer olvidado. Vida yobra del primer padre de la Independencia. Las crónicas del diario se basanprincipalmente en las opiniones de los historiadores Sergio Carrasco, LeonardoMazzei, Alejandro Mihovilovich.

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Se confirma que los chilenos tenemos un sentimien-to patrio muy enraizado, muy intenso, que se expresa enuna serie de manifestaciones como son, desde luego, las fon-das, ciertos alimentos, las ceremonias cívico militares, en fin.Todo eso a mí me parece estupendo, pero lo que no me pare-ce tan estupendo es que una cantidad impresionante de chi-lenos ignora el motivo de las Fiestas Patrias. Tienen unaconfusión muy grande o respuestas que a uno lo dejan bas-tante descorazonado, porque quiere decir que una franjamuy ancha del pueblo chileno ha perdido la memoria histó-rica (…) Desde luego que el principal responsable de la pér-dida de esta conciencia nacional es el sistema escolar, don-de la enseñanza de la historia se ha desvanecido en unanueva forma de enseñar que se llama Ciencias Sociales. Sepierde mucho la enseñanza de los hechos históricos tal cualocurrieron, de los personajes y de las grandes lecciones quesurgen de esos hechos.11

Por lo anteriormente expuesto, donde se propugna pocomenos que una vuelta al positivismo más puro (lo cual demues-tra el atraso del debate) creemos necesario iniciar a través de estacompilación de trabajos monográficos un camino nuevo de re-construcción de nuestra historia regional. Estimamos que el co-nocimiento historiográfico acumulado hasta aquí, no da cuentade la riqueza histórica ni recrea en lo más mínimo, la memoriaque cubre el territorio.

En consecuencia, postulamos una historiografía regio-nal que da cuenta de lo local, que percibe las particularidades, querecupera la sociabilidad de la gente; en el fondo se trata de vercomo habitamos y como construimos en un espacio determinado

1 1Ver entrevista a Alejandro Witker, historiador chillanejo en Diario El Sur,domingo 24 de septiembre del 2006.

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relaciones de poder de todo tipo (sociales, económicas, culturales,ideológicas, políticas, etc), desde las cuales surge la fuerza, paraedificar un proyecto democratizador, ciudadano y popular.

Si aceptamos que cada obra historiográfica representaopciones, que trazan proyectos y horizontes históricos, pode-mos señalar que en ella se representan intereses y un modo par-ticular de mirar la historia. Esto no es nuevo, ni es patrimoniode las miradas de tipo crítico, pues la historiografía conservado-ra ha creado (aunque jamás lo reconozca) modos de ser y hacer.No debemos temer, faltarle el respeto a esa/otra tradición.

Los trabajos aquí presentados, van en la línea de lo queexpusiéramos hace algunos años atrás, con motivo de los 30años del golpe militar:

Como generación que ha accionado políticamenteen la post dictadura, y en nuestra calidad de profesores dehistoria, reclamamos el derecho a construir nuestra memo-ria, identidad y proyecto, desde la esperanza. No construi-mos desde una derrota, que si bien nos deja lecciones y ejem-plos importantes, no nos pertenece. Por ende no aceptamosla jubilación que ciertos intelectuales ‘progresistas’ hacen delos viejos anclajes teóricos, (…) Perfilamos una opción teóri-ca historiográfica, que vincula el rigor metodológico de lainvestigación académica, con un férreo compromiso políticopor la transformación social. Cuando nos aproximamos alestudio de la historia y de las ciencias sociales, fue con laintención de encontrar un conocimiento liberador, no sólouna herramienta laboral, sino una herramienta para la vida.Por ello nos interesa historiar con los pobres, con los que tam-bién sueñan, porque nos interesa desnaturalizar la pobrezay la desigualdad; situamos desde nuestro trabajo el accionarde los movimientos estudiantiles, la lucha por la defensa delos DDHH, las experiencias de la resistencia a la dictadura,

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el desarrollo del movimiento de pobladores, las apuestas delbandidaje y peonaje del siglo pasado, las historias de jóve-nes, niños y mujeres, rescatamos las bases identitarias de nues-tra cultura popular. Todo ello porque validamos las historiasno oficiales, como fuente para la construcción de nuevasreferencialidades y proyectos alternativos, siempre (y sin ver-güenza) a la izquierda del capitalismo y la democracia res-tringida.12

Cuando hablamos de proyecto, nos referimos alhistoriográfico-social que nos aglutina. A la confluencia de inte-reses por hacer de la historia una maestra para la vida. Es untrabajo, en el que si bien se presentan estudios individuales, qui-simos exponerlos colectivamente, como comunidad académicaque se hace cargo de los desafíos de su tiempo y espacio. Asícomo hay consensos, damos cuenta igualmente de los disensos,tan propios y necesarios para construir nuevos conocimientos.Definimos esto como un nuevo paso, en la batalla de la memoria.

Concepción, Octubre 2006

1 2TALLER DE CIENCIAS SOCIALES ‘LUIS VITALE’ DE CONCEPCIÓN(2003): A 30 años… una historia de memoria (s), Ponencia colectiva presenta-da a las Jornadas Interuniversitarias de Concepción, “A 30 años… Memoria,Sociedad, Política y Cultura”, organizadas por la carrera de Historia y Cien-cias Sociales de la Universidad San Sebastián, los Departamentos de Espa-ñol, Ciencias Históricas y Sociales y Sociología de la Universidad de Concep-ción y el Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale Cometa”, los días 12 y 13 deseptiembre del 2003. Versión Completa en www.historiaviva.cl

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MEMORIA, IDENTIDAD Y PROYECTO.NUESTRA HISTORIA EN TIEMPO PRESENTE

José Luis Cifuentes Toledo*

Cuenta la mitología griega que Clío, la musa de lahistoria, nació producto de una noche de apasionado amor en-tre Mnemosina y Zeus. Junto con ella, se gestó la necesidad decontar la historia y el primer historiador griego, Heródoto, nosdice al comienzo de su Historia que ella es,

la exposición del resultado de las investigacionesde Heródoto de Halicarnaso para evitar que, con el tiempo,los hechos humanos queden en el olvido y que las notables ysingulares empresas realizadas, respectivamente, por griegosy bárbaros -y, en especial, el motivo de su mutuoenfrentamiento- queden sin realce.1

Llevaba, pues, Clío los hilos de la memoria y de lahistoria en un mismo tejido. Memoria no sólo para armar oreconstruir la historia, que ya no es únicamente contemporánea,sino también de lo que somos como sujetos a resultas de unpasado. En la Introducción General a la Historia de Heródoto,Carlos Schrader anota que,

(…) no obstante, no radican en el mito las causasinmediatas que propiciaron la aparición de la historiografía

* Magíster (c) en Historia y Ciencias Sociales. Profesor Universidad ARCISArauco. Miembro del Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale” de Concep-ción. Correo electrónico: [email protected]

1HERÓDOTO (2000): Historia, Editorial Gredos, Madrid, p. 15.

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en Grecia. Es el propio término historia el que nos informasobre otro de los condicionantes que permitieron suconfiguración como género literario. Estamos ante la raíz quesignifica ‘saber’ por haber visto u oído algo…, con lo que eltérmino griego significa, ‘información’, ‘averiguación’ y, endefinitiva, ‘resultado de una investigación’ 2 .

A partir de esta observación, uno puede concluir que sila Historia de Heródoto es un intento por hacer la historia uni-versal del mundo griego, lo es también por hacer la historia uni-versal de su propio tiempo histórico. Más adelante, el rigurosoTucídides, desprenderá al relato histórico de todo elementomítico para contar la historia de la guerra del Peloponeso con

(…) un conocimiento exacto de lo hechos delpasado y de los que en el futuro serán iguales o semejantes,de acuerdo con las leyes de la naturaleza humana, si éstos laconsideran útil, será suficiente. En resumen, mi obra ha sidocompuesta como una adquisición para siempre más que comouna pieza de concurso para escuchar en un momento.3

Conocimiento exacto de los hechos del pasado, peroque involucraban un compromiso ético de parte del autor: el deaprender de la historia para las acciones del futuro. Había, pues,junto al conocimiento histórico, un afán pretendido de la historiacomo reflexión no sólo del pasado sino del presente. Un

2Ver Introducción General, Nº XI. Para la relación entre Historia y Memoriasugiero GARCÉS, Mario y Sebastián Leiva (2005): El Golpe en La Legua. Loscaminos de la historia y la memoria. LOM Ediciones, Santiago de Chile. Espe-cialmente el capítulo 1, 9-35; KOCKA, Jürgen (2002): Historia social y con-ciencia histórica, Ed. Marcial Pons, Madrid; JELIN, Elizabeth (2002): Lostrabajos de la memoria, SIGLO XXI, Buenos Aires.

3TUCÍDIDES (2000): Historia de la Guerra del Peloponeso, Editorial Gredos,Madrid, Libro I, p. 60.

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involucramiento ético-político, sin ningún temor a asimilarsecon su tiempo presente y pasado, muy distante del postuladoweberiano de la neutralidad ética, que obliga al hombre deciencia, a no pronunciar juicio de valor alguno sobre su objetode investigación.

La historia por todos lados: en todo tiempo y espacio.En plena dictadura militar, durante mi formación

académica en la Universidad de Concepción, se indicabaclaramente que la ‘historia’ segura de análisis, era aquella quehabía acontecido por lo menos unos cuarenta o cincuenta añosantes y que los ‘hechos recientes’ (o historia reciente, términono usado por mis ‘maestros’), en los cuales nos veíamosinvolucrados, debían esperar un lapso similar para poder serestudiados. Una suerte de enfriamiento, de distanciamiento, peromás grave aún, de desapego o desafiliación de los sujetos que losvivían, para que así la calma del tiempo, permitiera verlos con elfrío ojo de la ‘objetividad’ o (lo que era considerado un sinónimo)de la ‘rigurosidad académica’. La historia reciente en consecuencia,era materia de preocupación de algún reportaje periodístico ointerés de sociólogos. Cabe resaltar que los historiadorestradicionales, han rehuido el análisis del presente, optando porrefugiarse en procesos pretéritos, evitando así confrontarposiciones con otros actores de la sociedad y amparándose enuna versión objetivista y cientificista de su quehacer académico.Estas posiciones acomodaticias, prevalecen en los centrosacadémicos tradicionales. Lamentable fue corroborar, que dichapresunción continuó vigente en dicha casa de estudios, una vezconcluida la dictadura4 .

4En plena dictadura, Salazar criticaba el caracter acomodaticio de ciertahistoriografía chilena.Ver SALAZAR, Gabriel (1982): “Historiadores, Histo-ria, Estado y Sociedad”, en NUEVA HISTORIA N° 7, Londres.

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Interesante es recoger lo que planteara tiempo atrásMaría Eugenia Horvitz:

Lo que podemos constatar es que con y sinhistoriadores, los sujetos históricos se han tomado la palabra yla imagen para sobrepasar ‘las verdades’ abstractas, los consensospolíticos y mostrar a cada cual, sobretodo a los más jóvenes,que la unanimidad nacional es dudosa, o a lo menos estáresquebrajada.5

De otra manera, se podía disculpar a los maestros griegos,pues eso era historia vieja, sin riesgos para la hora presente,desconociendo que aquéllos conscientemente habían escrito susobras en una relación estrecha entre memoria e historia. Y la me-moria se desarrolla gracias a que distintas generaciones, que convivenen un mismo tiempo, se cuentan lo que han vivido y viven,transmitiendo no sólo los hechos sino el peso de la propiaexperiencia y su mirada particular sobre la historia. Sólo de estaforma se constituyen en sujetos históricos. Y ¿cuánto tiene quever eso con la objetividad? ¿Es por esta carencia de asepsia odistanciamiento de los hechos, que es menos válido el decir?

Entonces, unas preguntas ¿por qué temerle a la historiadel presente? ¿Por qué reducir el presente a una especie de categoríaespuria? ¿Por qué temer ofender a la diosa de la objetividad?

Si partimos de la base de que la política es unadimensión del accionar de los hombres y mujeres en sociedad,lo anterior es imposible. Siempre el quehacer historiográfico estamatizado por la posición política de quienes historian la realidad.De lo contrario, el historiador está negando su propia condiciónde sujeto. Tal como lo señaláramos algún tiempo atrás:

5HORVITZ, María Eugenia: “La memoria social se toma la revancha”, enRICHARD, Nelly, Ed (2004) UTOPIA(S) 1973-2003. Revisar el pasado, criticarel presente, imaginar el futuro, Ediciones Universidad ARCIS, Santiago, Chile, p. 67.

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Somos de los que creemos que la producción y elestudio histórico, es una dimensión del compromiso políticoy ciudadano de quienes lo realizan (…) La historia comoanálisis del pasado y proyecto social, es por lo tantoeminentemente política 6

Cabe destacar que los historiadores han tenido en otrasépocas un rol destacado en el debate público. Por ejemplo en elsiglo XIX, Diego Barros Arana, Benjamín Vicuña Mackenna,Miguel Luis Amunategui, entre otros, fueron activos militantesdel movimiento liberal; a comienzos de siglo XX, Alberto Edwardsy Francisco Antonio Encina, eran pensadores influyentes a nivelpolítico. Del mismo modo, ayudaron a dar soporte ideológico alos partidos de izquierda, a mediados del siglo XX, historiadorescomo Hernán Ramírez Necochea, militante comunista quien llegóa ser Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de laUniversidad de Chile, Julio César Jobet, militante del PS, FernandoOrtiz Letelier, miembro del Comité Central del PC y Luis Vitale,dirigente de la CUT, militante del POR y uno de los fundadoresdel MIR. Ese rol activo y participativo en la escena pública, hadecaído, reduciéndose el cultivo de la historia (salvo contadasexcepciones) al campo estrecho de la academia formal7 .6

Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’ y otros (2005): Nuestra Historia estállena de memoria. Texto completo en www.historiaviva.cl

7El mundo de los historiadores profesionales, ha mostrado una suerte de des-confianza por este involucramiento a las investigaciones de la escuela marxistaque inauguró Jobet en la década de los ’50 (no así frente a la historiografíaliberal). Parece que el compromiso abiertamente de izquierda que esta genera-ción mostró y su método de análisis marxista, la desacreditaron para unadiscusión ‘seria’ de los temas históricos. Con aciertos y desaciertos, ella abrióun perfil nuevo a la investigación histórica y no tuvieron temor a involucrarabiertamente sus convicciones ideológicas. Parece que la ‘rectitud’ académicaprefiere el ‘desapego científico’ y por eso discrimina este tipo de trabajo intelec-tual. Ya lo hizo saber Sergio Villalobos en su Historia del Pueblo Chileno Tomo I,al pasar por alto –ignorando olímpicamente– a esta escuela en su balance de lahistoriografía chilena.

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Ya Barthes nos advirtió de las intenciones ideológicasde los discursos, incluso de aquellos que reclamaban su condiciónestrictamente académica. Porque no cabe duda, que nadie seasoma a la historia desprovisto de cierta intencionalidad, deconvicciones o proyectos, de ideales, pero también de vacíos yfrustraciones y por eso la historia puede transformarse en maestrade la vida, porque permite encontrar lo que buscamos o forzarnosincluso a imaginar -ante la falta de respuesta o de insatisfacciónde la misma- otra posibilidad al momento presente.

George Duby ha escrito que el historiador:

(… ) debe controlar sus pasiones sin degollarlas ycumple tanto mejor su papel que se deja, por aquí y por allá,llevar un poco por ellas. Lejos de alejarlo de la verdad, éstastienen la posibilidad de acercarlo más. En vez de la historiaseca, fría, impasible, prefiero la historia apasionada. No estoylejos de pensar que ella es más verdadera.8

Pero la rigurosidad, la construcción intelectual, obligaa un segundo paso, que es siguiendo a Habermas, la asunción deotra postura, la de observador analítico. Y esto resultaespecialmente interesante y delicado si sumamos a la anterior laético-política, porque entonces se junta por un lado la funciónprofesional del historiador y por otra, su propia carga de valorese intenciones, en un reto que tiende a un discurso deautocomprensión, no individual sino colectivo. La pregunta máselemental -y tal vez ingenua- sería el por qué aquí y ahora.

Como he venido afirmando, la innegabledimensión política de la historia hace de ella un terreno de

8DUBY, Georges, L’histoire continue (Paris, Éditions Odile Jacob, 1991), pág.81. Citado por Sergio Grez en La ‘cuestión social’ en Chile. Ideas y debatesprecursores (1804-1902), DIBAM, 1995.

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luchas por la hegemonía y el poder. Quienes controlen lavisión del pasado de una sociedad estarán en mejorescondiciones de imponer su hegemonía en el presente y elfuturo. Esta “capacidad operativa” del conocimiento históricopuede expresarse ya sea de manera directamente inducida oinstrumental (como en las “historias oficiales”), pero tambiénde un modo más sutil, a través de la difusión de un “sentidocomún historiográfico” que no es otra cosa que una forma dehegemonía cultural e ideológica. Lo importante a reteneren este caso es que las nociones comunes que una sociedad ogrupo humano tiene sobre su pasado, suelen inspirar elsentido común de las personas, influyen sobre su ser social ynutren su identidad, condicionando sus comportamientos.Si aceptamos esta premisa entenderemos el rol clave de lahistoriografía ya que ella es el principal alimento de la me-moria histórica lejana de un pueblo.9

Vista así las cosas, no hay pues, una verdad unívoca,totalizadora. Eso corresponde más bien a los proyectos, a lasbúsquedas personales a partir de las cuales uno avanza en unavisión de la historia. La búsqueda de la objetividad es peligrosa,porque supone una verdad absoluta, una suerte de trayecto aseguir, donde los hombres y los pueblos podrían encontrar unaespecie de lema que les indicara de te fabula narratur.

Un de te fabula narratur al que todos estarían obligadosa seguir porque en la cima se encuentra la realización de la historia,una suerte de fin de la historia, una síntesis hegeliana.

Pero la vida y en consecuencia, la historia, parecenmarchar a un pulso e intensidad distinta a las construcciones

9GREZ, Sergio: “Historiografía, Memoria y Política. Observaciones para undebate”, en CUADERNOS DE HISTORIA, N°24, Universidad de Chile,2005, pp. 107-121

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intelectuales que son tan queridas al mundo académico. A veces,un concepto define un objeto o un sujeto a investigar y se ofrecencomo otra posibilidad, volviéndose un fetiche interpretativo ehistórico que poco o nada tiene que ver con el objeto o sujetoque pueda estar buscando esa otra posibilidad, por un caminomuy distinto al construido intelectualmente.

Al respecto, Robert Musil en El hombre sin atributos haescrito que “si existe un sentido de la realidad, debe haber tambiénun sentido de la posibilidad.” Y luego escribe que “una posiblevivencia o una posible verdad no son iguales a la vivencia real y a laverdad real menos el valor de ser verdadero, sino que incluye algomuy divino, un fuego, un vuelo, una voluntad de construcción yuna utopía consciente. Quien no tema a la realidad, sin embargo, latrata como tarea o invención. Es la realidad la que despierta lasposibilidades y nadie sería más equivocado que negar esto.”

Musil nos abre el camino a trayectos nuevos, ainterrogantes que surgen de la propia experiencia. No haytrayecto único, ni fin de la historia. En cambio, si existe laobligación por constituir un trayecto.

¿Y esta reflexión a razón de qué? A razón de la historiasocial de Chile, y de la reflexión crítica que ha escaseado en lageneración de ‘relevo’ de la nueva historia. Creemos fundamen-tal reimpulsar el debate en torno al carácter del conocimientohistórico social y de la producción historiográfica chilena.

En la Introducción a su Labradores, peones y proletarios,Gabriel Salazar escribió en 1985:

(…) la ruptura histórica de 1973 quebró la espinadorsal de varias tendencias históricas que habían cobijado eldesarrollo del primer movimiento popular chileno. Eso implicóla modificación del basamento fundamental sobre el que seconstruyeron los sistemas teóricos de la fase 1948-73. Hoy, lasclases populares parecen reclamar no sólo la renovación del

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impulso científico inaugurado por J.C. Jobet en 1948, sinotambién la apertura de los esquemas de análisis que, un tantorígidamente, habían prevalecido durante esa fase.10

Y en los años que siguieron a este verdadero textofundacional de la nueva historia social chilena, se hicieron avancesde significación. Por un lado, se criticó la rigidez de análisis delos historiadores sociales marxistas y se avanzó en novedososenfoques sobre la formación de los sectores populares en Chile11 .

La propuesta historiográfica quedó en escena y, porsupuesto, las inquietudes y rechazos que despertó. Para algunos–como Sergio Villalobos- se avanzaba a un extremismo históricoideológico que venía a negar el papel de otros actores históricosy más específicamente el de las elites12 .

Como sea, la nueva historia social chilena había entradoen escena para nada de un modo callado. Se insertó en el debateacadémico como un actor de primer orden después de la larganoche intelectual que impuso la dictadura militar. Atrajo sobre

1 0SALAZAR, Gabriel (1985): Labradores, peones y proletarios. Formación y crisis dela sociedad popular chilena del Siglo XIX, Ediciones Sur, Santiago. Chile, p. 14.

1 1Entre las obras más destacadas de la llamada Nueva Historia Social Chilena,tras “Labradores…” se tiene: GARCÉS, Mario (1991): Crisis social y motinespopulares en el 1900, Documentas, Santiago, Chile; GREZ Toso, Sergio (1998):De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución históricadel movimiento popular en Chile (1810-1890), Santiago, DIBAM-Centro deInvestigaciones Diego Barros Arana; ILLANES, María Angélica (2004): Chiledes-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista (1810-1910), Santiago, Ediciones LOM. PINTO Vallejos, Julio (1998): Trabajos yrebeldías en la pampa salitrera. El ciclo del salitre y la reconfiguración de las identi-dades populares (1850-1900), Santiago, Editorial, Universidad de Santiago.

1 2Al respecto, interesante resulta la polémica nacida a raíz de la publicación dela Historia Contemporánea de Chile de Julio Pinto y Gabriel Salazar, entre elprofesor Villalobos y la historiadora María Angélica Illanes a través de laspáginas de El Mercurio. Clarificador de la postura de Sergio Villalobos,resulta su artículo Otoño y primavera en la Historia, aparecido en el cuerpoArtes y Letras de El Mercurio, el domingo 22 de agosto de 1999

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sí la mirada de detractores reaccionarios; de asustadizos por la‘competencia’ intelectual en el mundo académico formal -tanveleidoso a la hora de los balances-; pero asimismo la seguidillaincondicional de lectores hambrientos de una historia que losinterpretara a la luz de la catástrofe política que supuso el golpemilitar de 1973 y abrió para las nuevas generaciones dehistoriadores un campo amplio de investigación.

Pero queda la sensación, que la generación dehistoriadores seguidora de la Nueva Historia Social, nos referimosespecíficamente a la formada de los ’90 hacía acá, quedóencandilada de la nueva propuesta historiográfica, y saltó delafán investigativo al pecado de la iteración. Han abundadoinvestigaciones sobre diversos aspectos del mundo popular,acumulándose una vasta producción a este respecto.

Pero, ¿qué ha sucedido con la avalancha de temas deinvestigación social que ha pretendido continuar ampliando elcamino de la nueva historia social de Chile?

Parece que ha tendido a predominar el afán del purointerés intelectual y se ha desdibujado el compromiso ético-político(o se da por descontado, asumiendo que es un ‘don’ implícito enel investigador), de tal manera que se ha reemplazado el atractivodel compromiso del historiador con su realidad histórica, por elatractivo de la fuente, como un fin en sí mismo.

Esto conlleva que, peligrosamente se hayan dejado de hacerlas preguntas que conciernen a cada generación sobre su estadohistórico -no las preguntas habituales- sino aquellas que arman unsentido de la historia como proyecto y que son tan necesarias yurgentes para que las nuevas generaciones, no sean una mera réplicaque termina culpando de su inconsistencia y falta de respuestas a lageneración anterior, porque no ha revisado con la debida profundidadque incita a la incertidumbre de su presente.

El camino sería hacer una suerte de investigación sobrecómo entienden su presente los que van a hacer la historia desde

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hoy; si van a intervenir la historia sólo desde la documentacióny el sillón académico o tienen un compromiso mucho más radi-cal con el presente que les molesta y con el pasado que los llamapara entender lo que son y hablar entonces de otra posibilidadde futuro, tal cual lo señala Musil.

La interrogante que podemos plantearnos es ¿cómohacer historia desde el presente y cómo pensar la propia historiadel presente? Esto es válido si conseguimos entender que existeun reto generacional que no ha sido respondido por los propiosafectados. Ya no se trata del puro conocimiento histórico, sinocomo se puede llegar a una síntesis histórica (de caráctersociopolítico) que demuestre un avance del conocimiento, perotambién del compromiso que nos corresponde asumir en esteChile tan mal recuperado para la democracia.

Resulta alarmante -pero no por ello menos pertinente-que las respuestas más interesantes e inteligentes (o propuestas sise quiere) sobre el Chile de los últimos 35 años, han venido dela generación que sufrió la derrota de 1973, mientras que losque adquirieron su formación intelectual durante el periodo dic-tatorial o en los años inmediatos al ‘restablecimiento de lademocracia’ brillan por su ausencia. Da la impresión que estosúltimos no han sido capaces de generar aquellas propuestas quemueven a la inquietud y a la reflexión. Es como si un ciertotemor o incapacidad les impidiera siquiera avanzar en algunasconsideraciones epistemológicas para la historia de su tiempo.Queda, aún más, una cierta amarga sensación que han replicadoel trabajo de sus mayores, escarbando en las vetas de lainvestigación histórica que ellos abrieron. Eso puede ser válido,¿pero dónde se presenta el sello de esta nueva generación?

De no ocurrir ello, el mismo tema (o temas) de lahistoria social se agotará por falta de novedad y se caerá en unasuerte de dogmatismo doctrinario. Una suerte de agotamientoderivado de indagar más sobre lo mismo y de sellar con los

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mismos conceptos problemáticas que requieren planteamientosnovedosos. Esto ya ha sido planteado como ‘un peligro’ para laevolución de la propia ‘historia social’:

Una historia que surge como rebelión, se consolidacomo alternativa (aliada con las restantes ciencias sociales),conquista espacios importantes para ampliar su empresa yacaba desintegrándose en diferentes compartimentos osucumbiendo a los peligros de una suma especialización.13

La respuesta debería ser una especie de manifiesto querompa el cerco de la comodidad discursiva académica y setransforme en acción. Acción en un doble sentido: por una parte,respondernos como generación ante el acontecer de la historia y,por otra, ‘salir a la calle’, esto es, poner las interrogantes y respuestasal alcance de quienes identificamos como preocupación denuestro hacer y que lejos de los archivos y los debates deespecialistas constituyen una ciudadanía pasiva o desorientada.No se trata de un afán mesiánico o voluntarista, sino de unaactitud realista, por cuanto las relaciones de poder que hanorganizado el sistema democrático chileno a partir de 1990, sehan desarrollado en acuerdo con manifestaciones de control so-cial que la dictadura militar ya había ejercido abiertamente, peroque los gobiernos de la Concertación han trabajado con sutilezabajo el principio de que el país requiere gobernabilidad -en unprimer momento- para no poner en riesgo la naciente democraciay luego apelando al éxito de los medios de control social en lasustentabilidad y eficiencia del régimen, han legitimado aquellosmedios a través de los cuales la ciudadanía pierde interés en lapolítica. Esta se ha vuelto cada vez más, en un asunto de

1 3CASANOVA, Julián (2003): La historia social y los historiadores, CRITICA,Barcelona, 2ª Edición, p. 69.

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profesionales de la real polítik, antes que una cuestión deciudadanos.

Hay quienes cuestionan este acercamiento entre historiay política. Miguel Valderrama ha desarrollado una críticasistemática al corpus teórico que sostiene la Nueva Historia Socialchilena, llegando a asociar su desarrollo al proceso de renovaciónsocialista:

De allí que tal vez el problema mayor que debaenfrentar la Nueva Historia en la escena actual depostdictadura no sea otro que el de la propia revisión de suidentidad referencial, quizá en vistas a la posibilidad dedefender un ’esencialismo estratégico’ de la identidad com-patible con el universo del espacio democrático y con lademanda de comunidad social que hoy pretende imponerse.14

A decir de Valderrama, esta asociación es solo unarenovación de los postulados de la historiografía marxista, con elobjeto de refundar los supuestos epistemológicos de lahistoriografía popular, creándose un nuevo sujeto para tal efecto,más amplio e inclusivo que la clase obrera.15 Esta crítica a nuestroparecer, vincula de un modo forzado los procesos de renovaciónsocialista en lo político y la gestación de nuevas propuestashistoriográficas por parte de la Nueva Historia, ya que si biencomparten una crítica sustancial a los modos de pensar y hacer delmarxismo de carácter estructuralista, la primera lo hace parajustificar su acercamiento a posiciones liberales, y la segunda parare-visitar desde el interior de la experiencia social popular, el procesohistórico-político que explica ‘el drama interno de la nación’. Se

1 4VALDERRAMA, Miguel: “Renovación socialista y renovación historiográfica”,en PREDES, Universidad de Chile, Documento N°5, 2001, p. 37.

1 5Ibidem, p. 9.

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trata de dos sendas claramente opuestas, que Valderrama trata deconectar en un afán de polemizar más que de comprender.

En la presentación del conjunto de trabajos que aparecenen el libro Arriba quemando el Sol16 del Colectivo Oficios Varios,Luis Osandón M., se hace cargo de una sucinta revisión de lahistoria social chilena, en la que reconoce los avances que la nuevahistoria social ha aportado al estudio de los orígenes y desarrollodel movimiento popular, a partir del duro impacto que les significóel golpe militar de septiembre del ’73, pero a su vez marcadiferencias con la generación de historiadores posterior:

(…) A pesar de la apertura temática y teórica, estetipo de nueva historia social conserva un interés común pordescifrar las claves políticas del devenir histórico de nuestropaís, por desentrañar las características de un eventual proyectohistórico que sustentaría la continuidad de la experienciahistórica de los sectores populares en la sociedad chilena,haciéndola inteligible. Esto, finalmente es lo que acuña sufiliación, emparentándola y dándole continuidad con losenfoques de historia social marxista que le han precedido.

(…) Los trabajos que se presentan en este libro dealguna manera son rupturas y continuidades con la historiasocial practicada en nuestro país. Desde hace ya unos años,los intereses historiográficos de las nuevas generaciones dehistoriadores/as han mostrado una potencia y perfil propios.Una rápida mirada por las tesis de licenciatura de algunoscentros universitarios revela una gran amplitud temática,pero también, en las que se podría incluir como historia so-cial, se refleja una constante revisión de tópicos, tanto desdeel punto de vista teórico como metodológico.

1 6COLECTIVO OFICIOS VARIOS, Arriba quemando el Sol. Estudios de His-toria Social Chilena: Experiencias populares de trabajo, revuelta y autonomía(1830-1940). LOM Ediciones, Santiago de Chile, 2004.

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(…) Las nuevas generaciones de historiadores,especialmente las formadas en la década de los noventa,han comenzado a cuestionar subterráneamente el locuspolítico presente en la historia social chilena. Es así comouna parte importante de los historiadores más jóvenes abrennuevas miradas a lo social, redefiniendo incluso el sentidocomún del concepto. Ya no se trata de escribir solo de los sereshumanos en clave de dominación en tanto trabajadores,campesinos, ni menos como movimiento popular. Es necesarioindagar además en otras dimensiones de lo social, como ladiversión, el alcoholismo, el encierro carcelario, la locura, lasrelaciones entre hombres y mujeres, la infancia, las expresionesculturales, etc. En síntesis, se trata de escribir sobre y muchasveces, desde los márgenes de la sociedad, desde los fragmentosmenos evidentes de la estructura social y la subjetividad,cuestionando (a veces sin quererlo) la validez de lasexplicaciones en clave política de las relaciones de dominación.Bastante de esto se encuentra en este libro (…)17

En una cosa (no menor) discrepamos con Osandón. Estoes que las generaciones de historiadores precedentes, responden ensus investigaciones a profundos cuestionamiento de su tiempopresente, ayudando además a romper no sólo con una visión de lahistoria de las elites, sino también con la inquietud que genera elllegar a sentirse sujeto histórico y carecer de certezas sobre el presenteal que se ha arribado con una fuerte carga histórica. ¿Por qué norecoger esa experiencia, ese ‘locus político’, ese ‘interés común pordescifrar las claves políticas del devenir histórico de nuestro país’, paraconstituir nuestra propia potencia y perfil generacional?, ¿Por quéconformarse solo con ‘indagar además en otras dimensiones de losocial’ y renunciar implícitamente a la tarea de profundizar en la

1 7COLECTIVO OFICIOS VARIOS, op.cit.,p. 10.

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matriz política de lo social, derribando de paso dicha falsadicotomía? Estamos por una historia social de la política, por eldesarrollo de una historiografía sociopolítica, que se haga cargode las múltiples dimensiones de lo histórico, reeducándonoscomo sociedad a partir de nuestra memoria.

En este sentido nos parece más cercana lo planteadopor Grez quien cree que la política es una dimensión de la historiaque debe estar incluida en cualquier estudio de historia social,aunque se deba reconocer los ritmos dispares entre historia(estrictamente) política e historia (estrictamente) social:

En el contexto actual de la llamada ‘crisis de losgrandes relatos’ y de la arremetida de las posiciones quetienden a borrar las fronteras de la disciplina de la historia,haciendo de ella una mera técnica literaria o un géneropuramente ensayístico, es importante afirmar que si la historiatiene -como creo- un sentido (o sentidos) que es posibledesentrañar, lo político y la política son elementos vitalespara que al historiografía no sea una simple perfomanceintelectual y contribuya a hacer más inteligible el devenirde las sociedades humanas.18

Ahí hay una clave que no puede pasarse por alto a lahora de hacer balances. Ahí cobra expresión plena la gestación deClío: memoria-historia, por una parte, y búsqueda inquietantepor explicaciones, de la otra. Eso mismo que motivaba a Heródotoy a Tucídides, la indagación que concede ‘cierta paz’, que permitefijar un tránsito y darle sentido a la historia.

La interrogante no sería, no al menos en un primermomento, ¿qué es lo que la generación anterior ha dejado de

1 8GREZ, Sergio: “Escribir la historia de los sectores populares ¿Con o sin lapolítica incluida?”, en POLITICA, Volumen 44, 2005, p. 29.

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investigar? –puesto que ella ofrece un diálogo a partir de suspropias inquietudes y respuestas, y que cada cual sabrá cómoacoger o rechazar; sino ¿cuál fue la causa (o causas) que le permitiódar una mirada original? Pero no original por la exclusividad deganarse un lugar en el paraíso académico, sino original porqueresponde a una inquietud, a un desasosiego que sólo se calmacon una respuesta acertada y distinta que permite transitar pornuevas áreas e incitar a otros a descubrirlas o refutarlas.

Esa sea probablemente la carga de pasión de la que noshabla George Duby y que permite avizorar un sentido de laposibilidad. Puestas de este modo las cosas, no basta con unanueva mirada a la investigación social fijada en los términos delColectivo Oficios Varios, sino sobre qué marcos y que conviccionesha de nacer esa nueva mirada.

Es cierto, el tema da para muchos debates o propuestas.Pero desde el Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale” deConcepción,19 queremos plantear este marco de discusión y noaislar el presente del pasado. O mejor dicho, ‘no saltarnos’ elpresente y su carga de politicidad.

Nos interesa una acción política-social; situarnos comosujetos históricos; plantear nuevas preguntas de inquietudhistórica conforme a la realidad política. Es volver la política alo social, porque si algo se echa de menos en las nuevasinvestigaciones históricas sociales, es la ausencia de la politicidaden el debate de la historia social.

1 9En ese marco hemos participado activamente en la organización de Coloquios,Seminarios, Escuelas, y a través de nuestro propio trabajo como profesores, enla difusión de la memoria y la historia del mundo popular, y en cómo ésteenfrenta los conflictos con las estructuras políticas imperantes. Nos interesaconstruir, y promover la reflexión, desde el compromiso político - militante delos historiadores marxistas, y la rigurosidad analítica y metodológica de lanueva historia. Estamos por tanto, por una vinculación de la experiencia de lasgeneraciones precedentes, posicionando nuestras propias preguntas.

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Recuperar la historia política para y en la historiasocial.

Se nos puede acusar de tener más preguntas querespuestas a la hora de nuestro propio balance. Plantear estaspreguntas hoy, no es tarea fácil. Las preguntas que como colectivonos planteamos nacen, en gran medida, de esta especie deacusación que hemos puesto más arriba: ¿cuál es el decir propiode las nuevas generaciones?

¿Qué hacer?Como Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale”, nos

interesa satisfacer ciertas demandas intelectuales, pero tambiénarraigadas convicciones políticas. Nuestra formación se habíadesmarcado de todo lo contingente, y fuimos testigosvivenciales, de cómo se entendía la enseñanza de la historiasólo en su cualidad de ‘hecho pasado’. Al contrario, nos interesala historia como materia viva y no simple acumulación erudita.Y esto lo hacemos, a través de nuestra condición de educadores,que decididos a incidir en el debate público, acudimos a lahistoria como una fuerza difusora de nuestra construcción comosociedad, con sus dilemas, debates y desafíos. Nos queremoshacer cargo, de aportar a un nuevo proceso de politización dela ciudadanía, instalando el conocimiento histórico comoconstitutivo de poder social.

Esa es, pues, en parte, nuestra relación con el presente.A lo mejor lo que la nueva generación no se atreve a

hacer más allá del atractivo muro de los libros, del crujir de losfolios archivados, lo ha querido resolver en el estudio delpasado. Cercando un mundo, cercenándolo, dejándolo casi sinrelaciones con los otros. Entonces pierde sentido el qué hacer,porque la cuestión es para qué, y sobre todo para quiénes. ¿Cuáles el uso socioeducativo de nuestra disciplina?

La necesidad de ‘salir a la calle’ tiene que ver, en estemarco, con un compromiso ético-político y de una realidad que

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hemos problematizado; porque ahí se concentra la razón de nuestroproyecto. Se trata, en buenas cuentas, de pasar a la acción políticasocial, de situarnos como sujetos históricos y no meramente comohistoriadores de oficio. Se trata de replantear y recuperar el trayectohistórico-popular, como paso previo a un replanteamientohistoriográfico, antes que ejercitar una mera crítica de ‘cuestionesformales’ a quienes han abierto el diálogo en la nueva historia social.

Plantear nuevas preguntas conforme a la realidadpolítica en que vivimos. Las preguntas que están obligadas ahacer y responder las generaciones que pretenden vivir su tiempoy no transformar el oficio de historiador en un puroensimismamiento y reordenamiento sistemático de las fuentesdispersas, sean éstas de cualquier signo.

Somos testigos de cómo se ha constituido el poderpolítico en el ‘retorno a la democracia’ y como ese poder involu-cra una forma de disciplinamiento social, de destrucción sistemáticade los movimientos sociales que no pretenden estar regidos desdeel oficialismo estatal. Todos los que no aceptamos el orden actualde las cosas, sabemos que la llamada política de los consensos, no esmás que un mero barniz bajo el que se encubre una relaciónoligárquica en el ejercicio de la política; que la indiferencia demuchos ciudadanos a esta práctica, tiene que ver con su rechazo aese modo de hacer política y no con la política misma. La gravedaddel asunto consiste en que la gente llama a esta postura apolítica,20

tal vez como una reminiscencia de la dictadura que desacreditó

2 0Un ejemplo lo encontramos en la larga protesta y paro estudiantil de mayo de2006, cuando los dirigentes se encargaban de dejar en claro que su movi-miento no era político sino apolítico, en referencia a que no estaban bajo ladirección de ningún partido político o que por lo menos no obedecían a susmandatos, aunque no faltaron algunos sacristanes del establishment que de-clararon comprender la inquietud y descontento juvenil, curiosamente deri-vados como efecto de su inoperancia política para entender la realidad ycomo una muestra del éxito de que la política la han reservado a profesionalesque no admiten otra voz que no cruce por su ombligo.

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toda forma que cuestionara organizadamente el poder ytambién como efecto directo de desconfiar de cualquiermovimiento que en los años posteriores a ella, ha pretendidoganar espacios de discusión y decisión al margen de lo oficial.

Las estructuras se han invisibilizado bajo el pesopoderoso de un reinventado lenguaje político cuyo ejefundacional fue ‘cuidar la democracia’. Ello involucra negarel conflicto social y en consecuencia, imposibilitar cualquierdiscusión alternativa que rompa los cercos del orden. Ellenguaje del orden -que en muchos casos es el de los datosduros, cuantitativos, macroeconómicos- está siempre armadopara frenar cualquier otra posibilidad. En lo político, el re-torno de la democracia venía adornado de las imágenes delfestín, de las culpas colectivas y de un ahora ‘todo de nuevoy cada vez mejor’, ocultando bajo la alfombra aquello quepodía entorpecer el restablecimiento de la república, nodemocrática, porque eso ya implica palabras y acciones decirugía mayor. Había en todo aquello algo de sumapeligrosidad que el tiempo parece estar confirmando: no sesueña el futuro, no como simple proyección, sino más graveaún, no se sueña el futuro como una alternativa real al presentedel llamado ‘país real’.

A este orden hay que interrogar con dureza, porque lalegitimidad que ha construido en torno suyo ha vuelto el presenteopresivo para muchos. Un presente que se impone casi comolínea única de trayecto histórico. De te fabula narratur.

¿Cómo lo reflexionamos? ¿Con quiénes?Pareciera que hasta el momento no hay respuestas que

provoquen una reflexión mayor.Vale una advertencia: no se trata de arremeter contra

todo, sino de preguntarnos cuándo una línea investigativa haperdido poder de decir algo, capacidad de encontrarse no sólo

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con respuestas sino con el panorama avasallante de la vida queinterroga más que responde.

Este es un problema de construcción de conocimiento.De poner en la mesa otra posibilidad de comprender y construirla realidad, pero no desde la mirada de un grupo de iluminados,porque aquí el riesgo es que se pasa de la búsqueda delconocimiento a la instauración simple de las convicciones, dondetodo debe calzar para que la posibilidad del investigador o delpensador pueda ser.

La deuda de la actual generación de historiadoressociales, es en primer lugar con ella misma, con su incapacidadpara pensar desde el presente. ¿Quiénes son los sujetos de suinterés? ¿Cuáles son las fronteras que están dispuestos a admitirde parte del poder oficial? ¿Con quiénes pretenden dialogar?¿Valen los mismos conceptos de lo social para la hora presente?

Habría que releer a Marx con humildad para podercomprender cómo se produce el conocimiento histórico desdela radicalidad y no leer la historia una segunda vez como parodia.

También habría que saber escuchar, leer y pensarmuchas veces aquellas palabras y oraciones que parecen simples,pero que tienen el sabor de la vivencia; palabras y oracionesque han nacido de la experiencia histórica -que no es otra cosaque meditar sobre qué nos ha ocurrido y nos ocurre, por quéello ha sido y es así- y que involucran necesariamente un diálogo,y aunque no estemos ciertos si ese diálogo podrá asegurar mayorfelicidad en el futuro, constituye una advertencia de y a lahistoria cuando la violencia y el poder se unen para destruir “laesencial condición humana de la pluralidad, el actuar y hablarjuntos, que es la condición de todas las formas de organizaciónpolítica” como nos recuerda Hannah Arendt21 . No es

2 1ARENDT, Hannah (1993): La condición humana. Ediciones Paidós Ibérica,Madrid, p. 225.

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puramente cuestión de romanticismo como un frío académicopodría pensar. Es lo que ha sucedido y podría volver a suceder.

O no vaya a suceder aquello de lo cual don Quijoteadvertía a Sancho Panza cuando le decía que:

Y no porque sea ello así, sino porque andan entrenosotros siempre una caterva de encantadores que todasnuestras cosas mudan y truecan, y las vuelven según su gusto,y según tienen la gana de favorecernos o destruirnos.

Chiguayante, Invierno del 2006.

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EL DISCURSO HISTORICO DE

AUGUSTO VIVALDI CICHERO.REGIÓN Y CIUDADANIA1

Ricardo Vargas Morales*

I LA PERSONA Y EL ACADÉMICO

Presentar la obra historiográfica del profesor AugustoVivaldi Cichero, constituye no tan sólo una tarea intelectual,sino que esencialmente una noble acción para quienes fuimossus alumnos, hoy profesores en el área de la Historia y CienciasSociales, y que adeudamos algo más que un titulo profesional,más bien, toda una pertenencia profesional y humana.

Augusto Vivaldi Cichero nace en Concepción el 27 demayo de 1927. Realizó sus estudios en el Liceo de Hombres deConcepción y en el Instituto Pedagógico de la Universidad deChile, titulándose de Profesor de Estado en Historia y Geografía,Educación Cívica y Economía en 1953.

Ingresa como docente a la Universidad de Concepciónejerciendo en las Escuelas de Educación, Ciencias Políticas yAdministrativas, y Servicio Social. En virtud de su notable labor, laUniversidad de Concepción le confiere la calidad de Profesor Eméritoen el año 1989. Al año siguiente (1990), la Ilustre Municipalidadde Concepción le otorga el Premio Municipal de Ciencias.1

El presente trabajo fue presentado en el 3er Seminario de Identidad Regional:Tierra con Historia (s), Memoria (s) e Identidad (es), organizado por el Taller deCiencias Sociales ‘Luis Vitale’ y el Programa MECESUP Doctorado en Litera-tura Latinoamericana de la Universidad de Concepción, en octubre de 2003.

*Magíster en Historia. Profesor Universidad ARCIS Arauco.

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El profesor Vivaldi fallece el 17 de diciembre de 1994,en la ciudad de Concepción.

El pensamiento historiográfico del historiador AugustoVivaldi Cichero, tiene a su haber algunas implicancias que suelenser esenciales para comprender su obra: su tarea de académico yhombre de la ciudad en toda su longitud. A modo de síntesis,señalo cuatro vectores que me parecen gravitantes en el desarrollode su pensamiento regionalista.

1.- Su labor fundadora, concretada en la creación delInstituto de Historia y Geografía en la Escuela de Educación de laUniversidad de Concepción (1958), destinado a la formación deprofesores. A lo anterior, se suma la formación del Archivo Re-gional, y la configuración de una iconografía regional y nacional.

2.- Su hacer de historiador constituye otra de lasdimensiones a considerar. Persiguiendo una imagen de GabrielGarcía Márquez en su obra, La increíble historia de la cándidaEréndira y de su abuela desalmada (1977), podemos anunciarun viento de desgracia para aquellos académicos que, con undejo estigmatizador, pensaron que su obra escrita era pequeña,situación desmentida en una reciente publicación, donde secompilan numerosos artículos, comentarios, y ensayos históricos,acerca de la historia regional y nacional.2

Dicha recopilación viene a desmentir tácitamente, aquellaversión que señala que su producción historiográfica fue inexistente.Por el contrario, fue una pluma versátil, diversa y coloquial. Unaescritura en claro gesto de compromiso, identidad y trabajoacadémico, que vivió el profesor Vivaldi hacia nuestra región.

3.- Un tercer vector lo constituye su vertiente humana.Su vida tal como la vivió, estuvo llena de inquietudes, de amistadsin tonos medios, y que, a pesar de la muerte asesina, no pudovencer su sentido de libertad.2

VARGAS, Ricardo y otros (2004): Augusto Vivaldi Cichero. Escritos para unaHistoria Regional, Ediciones ESCAPARATE, Concepción.

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Entre las diversas facetas que expresaba Vivaldi, seencuentra su condición de hombre libre pensador, -más allá devirtudes y defectos- cuestión que intenta plasmarpermanentemente desde las intuiciones y el razonamiento deuna decisiva concepción contra los prejuicios y la intoleranciaestéril. Se interesaba por reconocer a hombres y mujeres en sussingularidades, delirios y pasiones, auscultando la intra-historiaplena de subjetividades, abordada siempre desde elcuestionamiento y la desmitificación. Se enfrentaba así, a aquellospersonajes de la historia que caminaban con pretensión depróceres, dignatarios o poderosos de la iniquidad.

Esta referencia humana, es en definitiva una expresiónde agradecimiento por sus exigencias, su nítida y no ambivalenteposición frente a la vida, por la búsqueda de un pensamientopropio en las personas, por la manifestación de la crítica, y unhabla, entendida como un estímulo para la razón y la formaciónhumanista-científica del historiador.

4.- La figura del ciudadano nos revela una posturade compromiso que hoy interesa descifrar en sus signos deregión y ciudadanía; perspectiva tan olvidada hoy, pero tannecesaria para aglutinar los clamores y desacatos anti-centralizadores. Ciertamente, don Augusto Vivaldi fue unhombre público y ciudadano polémico. Ello se verifica en suhistoriografía, donde plantea su visión sobre nuestra región yel Gran Concepción en particular. No es exagerado señalar,que su voz, es de alguna forma el llamado a generar unaverdadera sociedad civil interesada en los asuntos de lacomunidad, contribuyendo con su visión histórica al desarrolloy bienestar de sus habitantes.

Estos cuatro vectores irradian de alguna manera, lareflexión del presente trabajo pues establecen una comunióncon el espíritu y la acción del historiador Vivaldi, y que consagray otorga fuerza a su discurso histórico regional.

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II EL VERDADERO ‘ACONTECIMIENTO’ REGIONAL

En el ámbito de su propuesta historiográfica, su escriturarepresenta un esfuerzo nítido por la identificación del problemahistórico, en clave comprensiva de las verdaderas tensiones quevivían los hombres de la región. Se logra percibir en sus relatos,una profunda opción por las historias regionales y la construcciónsocial de lo local. De este modo, sus escritos vienen a fortalecerlas acciones históricas de identidad y pertenencia regional,buscando potenciar la memoria histórica, la energía de lasexperiencias humanas significativas y el fortalecimiento de laciudadanía plenamente autónoma.

Su obra aporta diversas visiones, personajes, territoriosfísicos y humanos regionales, haciendo de su discurso histórico,un acto interpretativo que se lanza al rescate del ‘acontecimiento’.En Vivaldi el concepto de hacer historia, la forma de narrar el‘acontecimiento’, encuentra plena coincidencia con la reflexiónque realiza la historiadora María Angélica Illanes:

En el acaecer del acontecimiento pugnan entresí, en un confuso juego de máscaras, las fuerzas de laconservación y del cambio, de la opresión y de laemancipación, definiéndose inciertamente los destinos másimportantes de una sociedad, colectivizada en el campo debatalla de una lucha quizás fundacional. Inmersa en elacontecimiento el colectivo social despierta a su historia ysu memoria, viéndose sometida ya a la inseguridad y lanegación a lo desconocido, como a la esperanza y deseo deun nuevo posible. El acontecimiento es un mito. 3

3ILLANES, Maria Angélica (2002): La Batalla de la Memoria, Planeta/Ariel,Santiago, Chile, p. 18

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El ‘acontecimiento’ en Vivaldi, logra su representaciónen dos cuestiones fundamentales: la identidad regional y laconstrucción del territorio.

La identidad para el autor significaba, una batalla por generarautonomía, una tensión para superar el centralismo, en definitivapropiciar una ruptura con la simple legalidad que nos hace ser solamenteun espacio geográfico. En sus palabras se afirma que,

Surge, entonces, con fuerza, la conciencia de lanecesidad de emprender la desconcentración y de concedervigencia legal a la constitución del poder local y regional. Sehace necesario (...) profundizar, fortalecer y extender el poderregional y local en consonancia con el sentimiento expresadoen “queremos vivir el país”, es decir, conceder primacía a lonuestro, valorizar las raíces de pertenencia, gozar, sentir,reivindicar el espacio vivido, esto nos permitirá multiplicarlas oportunidades y actuar con variabilidad en los impulsos,superando la burocratización y el centralismo esterilizante 4

En otro artículo resumía con elocuencia el sentidohistórico de la identidad como ‘acontecimiento’, al señalar que,

Este término nos permite afrontar procesos dedesintegración, triunfar sobre propósitos de dominación eimpedir el peligro de extinción (...) Esta decisión deidentidad nos permite impulsar un proyecto propio, dejandode ser espacio abierto y receptivo para el proyecto de otros. Espor lo tanto, una decisión vital, reiteramos, que hace posiblela existencia de un grupo o sociedad humana gracias a una

4VIVALDI, Augusto (1994): “La Regionalización es un proceso de ficción” enREVISTA DE HISTORIA, Departamento de Ciencias Históricas y Socia-les, Universidad de Concepción, Concepción, Año 4, Volumen 4, p. 162.

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clara conciencia de sí mismos, dentro de un proceso deautoafirmación que esta cierto de compartir valores,necesidades e intereses que son de nosotros y que por ello, encierto modo, nos diferenciamos de los otros 5

De esta forma, su propósito era buscar con intensidadla articulación entre el espacio y la sociedad que lo habita. Elterritorio es concebido sobre esta relación, pero sobre la base deun potente sustento político de ciudadanía, en el cual el territoriose configura a partir de la acción y relación de sus actores. Vivaldimanifestaba que se debe,

(...) acercar el gobierno o la administración a losciudadanos comunes, permitiendo éstos optimizar suparticipación en su calidad de actores locales, dándoseoportunidades a partir del mecanismo electoral para generartodos los mandatarios y autoridades, cuyo poder debe serotorgado por la base regional, llegando de este modo aconformar una colectividad local y regional con clara potestadlegislativa que haga posible atenuar la tutela jurídica, técnico-administrativa del Estado (...)6

Esta perspectiva sobre nuestra historia regional, en suslimitaciones, desafíos y proyectos, encuentra en el autor unapostura histórico-política que trasciende el mero anti-centralismoestéril. El historiador Vivaldi de algún modo, despliega una visiónde historicidad, en consonancia con las aspiraciones sociales dela comunidad, de construcción de futuro, de cambio, pero

5VIVALDI, Augusto: “La regionalización es un proceso de ficción”, en RE-VISTA DE HISTORIA, Departamento de Ciencias Históricas y Sociales,Universidad de Concepción, año 4, Volumen 4, 1994. Citado por VARGAS,op. cit, p. 153.

6Ibidem, p. 163.

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sustentado en la recuperación de aquella historia fundacional deConcepción.

El territorio Vivaldi lo comprende como un espaciovivido. Dicha concepción, se conjuga con el concepto sostenidopor Manuel Miño en su artículo ¿Existe la Historia Regional? (2002):

(...) instrumento conceptual que está en funcióndel proyecto de investigación y que puede ser definido deacuerdo con los cortes analíticos requeridos, pero siempretratándose de áreas subordinadas a las actividades humanas,básicamente referidas a las relaciones políticas; sobre todo seconstruye un concepto, como el de territorialidad,esencialmente movible, histórico, que evoluciona con eltiempo y que ‘no es ni un simple agregado de comunidades,ni una construcción artificial a partir de la geografía’.7

En definitiva, tal planteamiento viene a subrayar elreconocimiento tácito de las relaciones sociales que se impulsanen el sentido de la apropiación de un sentir y un pensar, peroque mantiene abiertas sus relaciones con el exterior. Cuando estasrelaciones se constituyen en acciones de identificación enconciencia, estamos frente a un proceso de regionalismo.

III. LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DE LA REGIÓN

Un breve examen de su discurso sobre la Región yCiudadanía nos remite a uno de los debates perennes en el Chileactual, ¿Cuándo se habla de región de que estamos hablando?

Como nos hace participe el autor Arturo Taracena ensu artículo Región e Historia (2000) primariamente hay que

7MIÑO, Manuel (2002): “¿Existe la Historia Regional?”, en REVISTA MEXI-CANA, Vol. LI, Nº 4, abril-junio, México D.F., pp. 892-893.

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reconocer su calidad de proceso histórico, y luego su carácterautónomo, es decir su posibilidad de soberanía.

En su artículo Una perspectiva de los futuros 20 años parala región del Bio Bio (1980), el profesor Vivaldi planteaba ciertossedimentos históricos para nuestra región. Esta poseía como rasgoprincipal el ser una capital de frontera, por lo menos en el períodocolonial y la primera mitad del Siglo XIX. En este caminar de lahistoria, la tradición que se había instaurado era que sus vecinosdeterminaban la generación de las autoridades. Concepción dealgún modo no logra escapar a la experiencia de los regionalismossucedidos en América Latina. Taracena afirma que,

(...) el surgimiento de algunas regiones y susregionalismo (...) fue su ubicación en un espacio limítrofecon fronteras intraestatales (...), en dicho espaciotransfronterizo se tradujeron en políticas nacionalistasdistintas e incidieron- e inciden- en la subordinación nonegociada del proyecto regional (...) 8

La historia regional de Concepción, muestra vicisitudesen su expansión como fue el desarrollo del eje costero Tome(trigo) y Lota -Coronel (carbón). Pero es, en el último tramodel siglo XIX donde Concepción pierde su capacidad de direccióndel proceso expansivo hacia el sur, siendo éste, dominado por elferrocarril central y el desplazamiento hacia el norte del país dela industria molinera, como resultado de las nuevas demandasdel Norte Grande. La ciudad queda reservada a las funcionesfinancieras y administrativas.

8TARACENA, Arturo (2000): “Región e Historia”, en CUADERNOSDIGITALES, Escuela de Historia, Universidad de Costa Rica, San José,Costa Rica, p. 4.

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En pleno siglo XX, Concepción sufre un estancamiento,perdiendo el eje costero de Tome, reduciendo su influencia ydestacándose en materia política y cultural. Durante el períodode la dictadura, Concepción y la región sufren el tránsitodoloroso del cambio de política económica de ortodoxianeoliberal, provocando la decadencia del carbón y textiles.

En su síntesis histórica, Augusto Vivaldi reclama la necesidaddel rol del Estado para potenciar la región, sosteniendo que,

El progreso, desarrollo y expansión de Concepciónse debió al interés del Estado en crear aquí un polo dedesarrollo, creemos por ello que, cualquiera sea la políticaeconómica en uso, el Estado no puede prescindir de suresponsabilidad en el futuro de Concepción9 .

En suma, la historia de nuestra región ha representadosiempre un desafío recurrente por reinventar su posibilidades dedesarrollo frente a las crisis de tipo económico auspiciados desdela capital santiaguina -como centro decisional-, de los modelosde crecimiento económico ensayados en el país. La regiónentonces constituye un espacio siempre frustrado para unaeconomía con bases propias, tanto en capital, así como, en sucomercialización.

En consecuencia, hablar de región es retrotraer ladiscusión al siglo XIX que es donde se instalan las trilogíasconceptuales como espacio - territorio - frontera, pero comoseñala Taracena, estas deben ser analizadas desde una ópticacomparativa de las diversas experiencias regionales.

9VIVALDI, Augusto: “Una perspectiva de los futuros 20 años para la Regióndel Bío Bío”, en Diario El Sur, 15 de noviembre de 1980. Citado por VARGAS,op. cit, p. 125.

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IV. LA REGIÓN Y SUS ACTORES

Nuestro autor señala al respecto, con bastante nitidez,que toda construcción de la región debe adoptar una dimensiónrealmente participativa. La responsabilidad no es exclusivamentede un sector social. Por el contrario, se opone a lo que ha sido ladiscusión regionalista de la elite, puesto que muchas de susiniciativas han quedado circunscritas al poder empresarial regional.Según Vivaldi, esta clase empresarial no logra conjugar unapropuesta sólida, pues precisamente existe

(...) la carencia en nuestro medio de una claseempresarial, ya que sobran los dedos de una mano para indicarempresarios privados eficientes, agresivos y competentes. Noexiste capitalismo sin riesgo y sin audacia, y eso le falta a nuestroscomerciantes para convertirse en empresarios10 .

De esta forma, nuestro autor formula una dura críticaa los movimientos pro-empresariales de la región, en quienes haradicado últimamente la discusión regional, los que incluso nohan podido encarar creativamente las dinámicas del propiocapitalismo local.

Para Vivaldi, el problema de hacer ciudad y hacer región,es un asunto de formación de conciencia. Sobre este particularaspecto indicaba:

(...) que comprometa tanto a las autoridades comoa la comunidad toda, un diálogo amplio, fluido, una políticade puertas abiertas a las iniciativas creadoras, que facilitenla integración de todos al proceso de participación, queimplica la superación de los problemas de arrastre y quepermita afrontar el futuro con eficiencia y optimismo11 .

1 0VIVALDI, Augusto: “ Una perspectiva ....” Citado por Vargas, op.cit.

1 1Ibidem. p. 126

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En la visión de este historiador, se va haciendo patentesu propuesta democratizadora para hacer región. Dicha cuestiónno debe estar radicada en un exclusivo agente o sector, yparticularmente en los poderosos de la región, quienes siempreterminan claudicando cuando se urde el frondoso tejido de losintereses mercantiles de ayer y de hoy. De manera tácita el profesorVivaldi sentencia que,

(...) la creación de nuestra región del Bio Bio esuna empresa no sólo de autoridades y empresarios: es unaempresa de todos12 .

A partir de 1940 con el aporte estatal para el desarrolloindustrializador, se configura en lo social una ciudad de asalariados,nuevos técnicos, profesionales y numerosos migrantes rurales quevan creando una marginalidad periférica con estratos de extremapobreza. El rasgo de asalariados es para el historiador Vivaldi unacaracterística vital de los penquistas. Al respecto señala que,

Es difícil encontrar una ciudad en Chile con talporcentaje de gentes que vive de un sueldo, participando enlas actividades económicas en la condición de trabajadores13 .

El desarrollo impuesto desde el Estado según Vivaldi,cosmopolitizó a Concepción; y en consecuencia, el nuevohabitante penquista demuestra escasa sensibilidad frente a losproblemas de la región y el futuro. Se aprecia un cierto grado deindiferencia por intervenir decisivamente en las soluciones anuestros problemas.

1 2VIVALDI, Augusto: “ Una perspectiva ...” Citado por Vargas, op.cit.,p. 128.

1 3VIVALDI, Augusto: “¿Cómo será el Concepción del mañana?”, en Diario El Sur,Cuerpo Actual, 20 de septiembre de 1987. Citado en VARGAS, op. cit, p. 136.

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(...) gentes provenientes de todas partes, trabajandoen empresas públicas y privadas, dirigidas y centralizadas enSantiago14 .

Junto al asalariado encontramos al Estado y la empresaprivada cuyas acciones decisionales se encuentran en Santiago.De esta forma, el profesor Vivaldi llega a la siguiente conclusión:

Estamos viviendo la paradoja de un proceso for-mal grandilocuente de regionalización, paralelo a un procesode creciente centralización15 .

La ciudadanía regional adopta en el pensamientohistoriográfico de Vivaldi la figura emprendedora, postulandoque la gente se organiza para realizar formidables empresascolectivas. Sostiene que esta capacidad para emprender proyectosqueda fuertemente reflejada, en el esfuerzo colectivo que permitióla creación de la Universidad de Concepción.

En consecuencia, como postula en su articulo, Undesafío para los penquistas ¿Cómo será el Concepción de mañana?(1987), la ciudadanía requiere la participación de todos con lamayor autonomía para reeditar las empresas colectivas. ParaVivaldi, la centralidad está en las personas y no solamente en losdiseños institucionales.

V. HACIA UNA REGIÓN DEMOCRATIZADA

En el fondo, el asunto regional no es una mera cuestiónde construcción espacial y material. Lo regional es por excelenciaun proceso orientado a posibilitar una auténtica democracia re-1 4

VIVALDI, Augusto: “¿Cómo será el Concepción...?”, Citado en VARGAS,op.cit., p. 136.

1 5VIVALDI, “La regionalización…”. Citado en VARGAS, op.cit., p. 165.

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gional en el territorio. El desafío es superar el formalismodemocrático electoral. Estamos pensando en unademocratización efectiva de la región, y para ello es esencial contaren consecuencia con un proyecto político.

El cuestionamiento radical que expresa Vivaldi a larealidad democrática, está centrada en la articulación entre ladirigencia y la sociedad regional, la que más allá de su modelo“desde arriba”; por lo menos debería ser sometida a la legitimidadsocial y política, que es principalmente el ejercicio de las decisionessoberanas. Para Vivaldi, muchas acciones de la dirigenciasolamente se petrifican en la enunciación y comprometenlimitaciones en la acción. Su critica resulta frontal cuando llegaa señalar que,

Estamos ciertos que la crisis regional no se solucionasolamente con instrumentos legales, es hora de que la categoríade autoridad se demuestre y para ello, éstas deben tomar elfuturo con las manos y llamar a que lo decidan los que estándirectamente interesados en él, aprovechando la inmensaenergía participatoria de la gente.16

Pensaba Vivaldi que una región con este déficitdemocrático, con una conducción ambigua, sin planificación,incapaz de dar soluciones reales a tantos problemas, tiene comoresultado el que las regiones no ejerzan una capacidad efectiva degobierno, y lo que es peor, debido a la nula capacidad dediscusión, se va cimentando de esta forma una región - provincia- ciudad condenada.17

1 6VIVALDI, Augusto: “Los Herodes del Bío Bío”, en Diario El Sur, 23 denoviembre de 1992. Citado en VARGAS, op. cit, p. 146.

1 7Ibidem, p. 132.

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Lo más importante son las personas que estándispuestas a tomar decisiones autónomas, y que puedan transitarhacia la percepción de la realidad local para que,

(...) expliquen en el reclamo a la participación ala sociedad regional sus motivaciones y proyectos con seriedade inteligencia, en resumen que entiendan que el palabreríograndilocuente, frívolo e insustancial, es una manera que lagente entiende como propia de ser escuchada o leída porindiferentes o débiles mentales18 .

En síntesis, cuando se intenta democratizar la regiónresulta de enorme significatividad, -siguiendo el pensamientode Vivaldi, la comprensión vinculante entre historia y política-,la urgencia de disponer de un capital social y cultural deinsospechada repercusiones transformadoras, promotor de la autoresponsabilidad política divergente, pues bien reconocemos quelos problemas regionales han sido el fruto fundamental de un,

(…) deficiente dinamismo interno, una falta defuerza por el autocrecimiento, una subordinación exageraday en cierta medida, cómoda a las jerarquías, que no permitea los rangos regionales desarrollar su responsabilidad y asumirsu competencia (…)19

En otras palabras, democratizar la región es un asuntonuestro. En relación a este planteamiento, la visión del profesorVivaldi coincide con un estudio reciente titulado Alegato HistóricoRegionalista de Esteban Valenzuela (1999). Este autor define a laregión como una realidad de verdadera democratización territo-rial, porque ello consiste en,1 8

Ibidem, p. 146.1 9

Ibidem, p. 147.

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(...) permitir que las comunidades locales creensus propias instituciones, políticas e incluso límites, sin porello afectar un Estado unitario; sin menoscabar la funcióndel Estado nacional en asegurar políticas redistributivas, ladefensa externa y la protección de los derechos individuales20 .

Como discurso histórico de tipo liberal, en Vivaldi supreocupación principal alude a la mayor democratización de lasociedad local. Su mirada concuerda con el pensamiento de unnotable penquista como fue don Manuel Sanhueza Cruz. ElGrupo Constitucionalista de los 24, publicó una obra homenaje aPepo Sanhueza titulada Democracia Integral en función de losDerechos Humanos (2001). En dicha obra, el abogado Sanhuezapostulaba en su artículo Necesidad de la Regionalización,Administrativa y Política, que la potestad pública es cuando,

(...) el pueblo participa, lo más cerca yoportunamente posible, en la generación y adopción de lasdecisiones sobre los problemas que directamente le atañen.Este proceder lo hará sentir la responsabilidad compartida yconsecuentemente empeñarse e impulsar el desenvolvimientode las potencialidades humanas en los distintos derroteros,como cuestión de realización de sus virtualidades; acometerel descubrimiento y aplicación racional de los innúmerosrecursos de todo tipo, exigidos por los diferentes hitos deprogreso colectivo; pero por sobre todo, otorgara una ejemplarlegitimidad democrática a las resoluciones (...)21

2 0VALENZUELA, Esteban (1999): Alegato histórico regionalista, Ediciones SUR,Santiago, Chile, p. 20.

2 1SANHUEZA, Manuel (2001): “Necesidad de la regionalización, adminis-trativa y política”, p. 42.

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VI LA REGIÓN COMO PODER LOCAL

El análisis que realiza Vivaldi, sitúa un nudo capital adilucidar, como es la articulación y relación con el Estado entanto este último, en su existencia real, potencia o subordina laexistencia de la región. En este sentido, La patria del corazón -como se ha llamado a la región-, se visualiza como una fuerzade poder regional.

Sin lugar a dudas, sabemos que la historia nacional estarepleta de cuadros de centralismo estatal22 , pero la explicaciónhistórica profunda se encuentra en lo que Vivaldi llama el ejelatifundista-mercantil de Santiago -Valparaíso que financió algobierno en el siglo republicano del XIX.

El poder local de Concepción, radicado en la oligarquía,ve frenado su intento de oposición a Santiago, y posteriormentesufre la desintegración territorial, y atomización de su poder. Enconsecuencia, un real poder de territorialidad se -otro parámetrodel ser regional-, despotencia e impide afianzar el espacio vivido.

Sobre esta materia de crear un poder regional, Vivaldise manifiesta desencantado por la trayectoria histórica vivida.La situación de estructurar un poder territorial para hacer vi-able la realización de sus potencialidades, está seriamentecercenada por la carencia de una élite regional, y una sociedadcivil influyente. Una experiencia histórica que confirma estedesignio, ha sido la creación de la región por disposición legal,como fue el proceso de Regionalización de 1974 en tiemposde la dictadura.

2 2Se pueden anotar 2 estudios críticos a ese respecto: ILLANES, María Angé-lica: “Proyecto comunal y guerra civil. 1810-1891”, en Chile Descentrado.Formación sociocultural republicana (1810-1910), LOM, Santiago, Chile, pp.365-461; SALAZAR, Gabriel (2005): Construcción de Estado en Chile. Demo-cracia de los pueblos’, militarismo ciudadano, golpismo oligárquico (1800-1837),Editorial Sudamericana, Colección Todo es Historia, Santiago, Chile.

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Un auténtico poder político regional, postula Vivaldi,tiene que considerar la participación de los actores localesmediante el ejercicio electoral de forma tal que,

La ciudad, la provincia y la región requieren de laparticipación plena y autónoma de todos sus habitantes, hayque reeditar las empresas colectivas que enfrenten los retosque la inoperancia nos depara (...)23

El relato histórico vivaldiano de alguna forma percibeque un poder regional requiere fortalecer las experiencias de lacomunidad con sus peculiaridades específicas, pero especialmentesabiendo decir: La urgencia de nosotros.

La relación binaria regionalización/centralización y susefectivas posibilidades de desarrollo en palabras de Vivaldi, estáimposibilitada por dos actores decisivos, como son la metrópolissantiaguina y su aparato estatal decisional autoritario y unaoligarquía regional autocomplaciente. El cuadro es descrito porel autor de la siguiente manera,

La centralización política, o mejor dicho, elcolonialismo interno de una ciudad y su oligarquíadominante y dirigente sobre todo el territorio, continua casiigual gracias a cierto maquillaje legislativo que, en la prácticase traduce ya en un aumento extraordinario de la burocraciaque tampoco tiene poder de decisión24 .

2 3VIVALDI, “¿Cómo será el Concepción…”. Citado en VARGAS, op. cit, p. 137.

2 4VIVALDI, Augusto: “Historia regional e identidad regional”, en REVISTADE HISTORIA, Año 3, Volumen 3, 1993, Departamento de Ciencias His-tóricas y Sociales, Universidad de Concepción, Concepción. Citado porVARGAS, op. cit, p. 152.

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El historiador Vivaldi propone la construcción delaccionar siempre latente de la sociedad civil. De alguna manera,promueve un poder “desde abajo”. Por ello sostiene que la,

(...) regionalización y descentralización debe serabordada por los habitantes de la región, éstos deben hacersu política y abandonar o superar su condición de marginalesde la política, dejar de ser objetos políticos o parte de la políticade los que si la tienen. La solución de este problema defineel modo mismo de ser nación25 .

En definitiva, el discurso histórico de Vivaldi, se cen-tra en desenmascarar esta relación binaria. Pero al mismo tiempo,en sugerir que toda labor para evitar la desintegración y laextinción estará en nuestra conciencia de identidad. Esta decisiónde identidad nos llevará a construir un proyecto político propioal interior de un proceso de autoafirmación, considerando tantouna línea de diversidad, pero también, en la unidad de intereses.

Su discurso valoriza desde una ética ciudadana laparticipación de la comunidad. Frente a los arrolladores procesosmodernizadores, opone el fortalecimiento comunitario, paralimitar el “desde arriba”. Sin embargo, no pretende uncomunitarismo vacío, muy por el contrario, se desea unaverdadera comunión hacia el cambio, en preparación a lastransformaciones del mundo regional, pues -siguiendo unasentencia de los pueblos andinos- el mundo se va a voltear(revolución), y para ello es imprescindible trabajar un proyectopolítico regional, sentido por la comunidad.

La presencialidad de la comunidad, como necesidadpara resolver nuestras carencias, converge con el planteamientode José Bengoa en su libro La Comunidad Perdida (1996),

2 5Ibidem, p. 153.

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cuando reitera que estamos en presencia de una refundación dela comunidad, como espacio de la cultura y ciudadanía.

(...) algo que une a las personas fuera del mercado;un conjunto de significados que están implícitos en el sentidoque se les otorga a las palabras, a los gestos, a los silenciosaprendidos y a la capacidad de producir -y reproducir- nuevosgestos, nuevos significados comprendidos por todos26

La tarea ciertamente es enorme, dado que este procesode construcción histórico-político, pretende diseñar una región-comunidad, que en expresión de José Bengoa es,

Imaginar la comunidad es, por tanto, un ejercicioético y presente. No reside en las cosas ni está en el futuro. Eshoy y tiene relación con las personas vivientes, con susrelaciones, con sus comunicaciones, con el vivir en común. Esarreglar la casa de hoy para poder vivir también mañana27 .

Finalmente, su insistencia democratizadora, deprofundización de la participación es una señal para los tiemposactuales. A pesar de vivir inmersos en los marcos del modeloneoliberal, estamos experimentando una compleja y aún novalorizada fuerza social autónoma que reivindica su aspiraciones,y que desea resolver mediante una participación activa susnecesidades vitales. Tal como señala Gabriel Salazar:

Como nunca antes, la masa popular está,objetivamente, descentralizada. No está siendo convocada,

2 6BENGOA, Jose (1996): La comunidad perdida. Ediciones SUR, Santiago,Chile, p. 13

2 7Ibidem, p. 76.

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como entre 1924-1973, hacia el centro del poder, sino haciael poder de ellos mismos (...) de todos modos hay un procesodiverso, soterrado y crecientemente conflictual. El fantasmade la participación recorre, de abajo hacia arriba, todo eledificio del mundo neoliberal. Incluso en Chile.28

En suma, la democratización territorial, cultural ypolítica, constituyen los ejes de instalación que Vivaldi manifiestacon fuerza al enunciar que ante todo,

Cualquier política tiene que contar con laparticipación y las ideas de la comunidad. La gente opina,los técnicos resuelven. La características de los últimos añosha sido que los técnicos lo hacen todo y muchas veces técnicosforáneos (...) hay que buscar que la ciudadanía se exprese enlo que son los intereses de la comunidad política del territorioque habita.29

Por los demás, la experiencia de países desarrolladosestablece que las sociedades más descentralizadas, han demostradoun mayor respeto por los derechos ciudadanos, mejor resoluciónde los problemas vitales, una mayor legitimidad y control de laciudadanía, mayor socialización de las clases populares ytransformaciones socioeconómicas de tendencia igualitaria.

2 8SALAZAR, Gabriel y Jorge Benítez, compiladores (1996): Autonomía, espa-cio y gestión. El municipio cercenado. Ediciones ARCIS - LOM, Santiago,Chile, p. 60

2 9VIVALDI Augusto: “Llegamos al fin de la etapa fundamentalista”. Entrevistaen Diario El Sur, Cuerpo Actual, 31 de diciembre de 1989. Citado enVARGAS, op. cit., pp. 310-311

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VII UN PAR DE PRONÓSTICOS

1.- Las implicancias ideológicas

El trabajo histórico de Vivaldi, comparte una visiónoptimista de la región, pues muchas de sus preocupaciones deciudadano e historiador, fueron un intento siempre provisoriopor vivir la historia regional a partir del cambio de las estructuraspolíticas, del poder y de aquellas incompatibles con un auténticoproceso regionalizador. Vivaldi intenta -por ejemplo-, hacer regiónpara un cambio particular, pero sin reemplazar al Estado Unitario.

La implicación ideológica del discurso histórico deAugusto Vivaldi, puede inscribirse como liberal, pues intentaadministrar el cambio, la direccionalidad, y la temporalidad delpresente para un futuro deseable. Como señala White en su obraMetahistoria (1998), la postura liberal aspira a favorecer,

(...) el ritmo llamado “social”, del debateparlamentario, o el de los procesos educativos y contiendaselectorales entre partidos comprometidos a la observancia delas leyes de gobierno establecidos (...) se inclinan a verlo através de la analogía de ajustes, de afinaciones de unmecanismo.30

Bajo esta perspectiva liberal, los actores suelen ser para lahistoriografía de Vivaldi sujetos que, educando la conciencia y laidentidad por lo local, logren representar el cambio gradual de lapostergación regional. La narración de tipo liberal, confíaplenamente en las personas individuales o colectivas para impulsarempresas de transformación. Estas gentes son en definitiva la

3 0WHITE, Hayden (1998): Metahistoria, FCE, Buenos Aires, Argentina, 1rareimpresión, p. 35

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sociedad civil, la que dotada de atribuciones políticas, como sujetopolítico real, logren la transformación sobre el estancamiento dela región. Los sujetos son plurales, pero en particular, sitúa suopción por aquella parte de los habitantes marginalizados de laciudad, quienes deben ser incorporados a través de las diversasiniciativas locales para una mejor calidad de vida.

2.- La Provincia - Ciudad

En el pensamiento ‘vivaldiano’, otras de sus recurrentesindagaciones históricas, fue la definición siempre prospectiva dela ciudad. La ciudad tenía el sentido de una territorialidad. Bienreconocía en la región, sus contornos y lugares geográficos comoespacios fragmentados, pero también percibía su tensión por loscriterios de competencia económica por el suelo, los que hanterminado por generar un asentamiento urbano proletarizado,con una importante población que se desplaza obligadamenteen el espacio regional en busca del trabajo o el estudio.

El historiador Vivaldi, vincula y define a la provincia -ciudad como una aglomeración urbana no coordinada, más bien,diríamos atomizada.31 Su preocupación principal es la tendenciaa soluciones aisladas al interior de la provincia ciudad. En suspalabras se refleja su punto de vista al señalar que,

Se trata de mejorar, cualitativamente, laintegración de este conglomerado urbano, no en función deun centro, y el ordenamiento subordinado de unaconstelación satelital, sino creando condiciones de eficiencia,dirigida a una mayor preocupación por la calidad de vidade la gente en cada una de las áreas para permitir a la

3 1VIVALDI, Augusto: “Nuestra provincia es una ciudad”, en Diario El Sur, 02de octubre de 1991. Citado en VARGAS, op. cit, p. 250.

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provincia-ciudad superar su actual confusión y desorden,corregir sus violentos desequilibrio (...)32

El sentido de una ciudad amable para todos, sinmarginalidad, propietaria de su experiencia, encuentra en nuestroautor su significado en las referencias a las distancias, a las super-ficies, al espacio vivido de los cuerpos. El acto de construir ciudad,desde el punto de vista de nuestro historiador, nos permiteaproximarnos a lo que Paul Ricoeur expresa en su obra La Me-moria, La Historia, El Olvido (2004), sobre esta operaciónhistoriográfica

Relato y construcción realizan la misma clase deinscripción: el primero, en la duración; la segunda, en ladureza del material. Cada nuevo edificio se inscribe en elespacio urbano como un relato en un medio deintertextualidad. La narratividad impregna másdirectamente aún el acto arquitectónico en cuanto que éstese determina con relación a una tradición establecida y seatreve a alternar innovación y repetición. Como mejor sepercibe el trabajo del tiempo en el espacio es en el planourbanístico. Una ciudad confronta, en el mismo espacio,épocas diferentes, ofreciendo a la mirada la historiasedimentada de los gustos y de las formas culturales. Laciudad se entrega, a la vez, para ser vista y ser leída. Eltiempo narrado y el espacio habitado se asocian en ella másestrechamente que en el edificio aislado. La ciudad suscitatambién pasiones más complejas que la casa, ya que ofreceun espacio para desplazarse, acercarse y alejarse.33

3 2Ibidem, p. 251.

3 3RICOEUR, Paul (2004): La Memoria, la Historia, el Olvido. FCE, BuenosAires, p. 194.

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3.- La Historia Regional

La discusión histórica e historiográfica formulada porel historiador penquista comentado, nos aventura hacia una nuevapropuesta historiográfica tanto regional como nacional. Elafianzamiento de lo local tal como ha sido su trayecto histórico,admite que lo nacional obtenga una comprensión más diversa,dialéctica, menos hegemónica, pero simultáneamente, asociaday vinculada al país.

En Vivaldi podemos visualizar un punto de encuentrocon el trabajo notable de Mª Angélica Illanes titulado Chile Des-centrado (2003), en que la autora sostiene que

Queremos comprender este proceso histórico deconstrucción y ordenamiento republicano desde la perspectivade un descentramiento (...) como la encarnación del“sistema” en lo concreto-civil o viceversa, como lamanifestación, desde lo civil, del propio sistema formainstitucional (...) como la interacción de poder central en ycon un espacio regional y local donde se vivía, se sufría y seluchaba, cotidiana y vitalmente (...)34

De esta forma, así como en el Chile Des-centrado, sebusca generar la reflexión histórica desde los márgenes y eldescentramiento, la región de Concepción adopta en lahistoriografía vivaldiana una ruptura con los debates silenciosos,de bajo perfil conceptual, de la invisibilidad de las producciones,para esencialmente viajar y fundar otros márgenes de historicidad.

3 4ILLANES, Maria Angélica (2003): Chile Descentrado. Formación socioculturalrepublicana (1810-1910), LOM, Santiago de Chile, p. 7.

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4.- Los Pronósticos sobre Concepción

Pensaba ya en 1980 que Concepción tenía que mejorarsu red de comunicaciones. Muchos de los proyectos que enuncióVivaldi hoy están siendo realidad. A modo de ejemplo, el caminoa Nacimiento por Santa Juana, la ruta Concepción - Cauquenesy San Javier. Creía firmemente en la eficacia del ferrocarrilTalcahuano - Concepción - Hualqui. La expansión urbanaLomas de San Andrés, Lomas de Penco. La utilización de losterrenos del Bio Bio y la construcción de costaneras. Creaciónde plantas celulosas en Lebu, Coelemu y quizás Florida. En suanálisis, proponía la necesidad de la planificación inteligente,crear metrópolis regionales, en suma caminar decisivamente haciael Gran Concepción.

Al final de este artículo, me cabe la convicción pro-funda que el balance historiográfico de este hombre, historiadorpenquista y formador de varias generaciones de profesores deHistoria y Geografía que hoy se desempeñan en la región, nosconduce inexorablemente a un derrotero: continuidad y cambioen la construcción de identidad y ciudadanía de nuestra región.Lo anterior, constituye un imperativo político, ético y culturalde profunda significación, pues ello compromete asumir una delas tareas estratégicas del historiador, cual es la de ser el Recordador,y don Augusto Vivaldi Cichero, fue un gran Recordador de lavida humana de nuestra región.

Puchacay, julio 2006

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FIESTA RITUAL DE PENCO.UN DIÁLOGO ENTRE LO POPULAR

Y LO RELIGIOSO

Alex Giovanni Díaz Villouta*

Es importante detenerse a pensar, cuáles son las razonespor las que el hombre puede llegar a relacionarse con el otro, sinla necesidad de entablar una relación estrecha. Esta posibilidad,de conocerse e identificarse en el otro, se da en lo que hemos dellamar experiencia comunitaria, expresada a través de una fiestaritual. Aquí, como parte de ese proceso, estudiaremos la‘Procesión de la Virgen del Carmen’ que se realiza en Penco enel mes de noviembre de cada año.

Este trabajo pretende analizar el proceso de construcciónidentitaria en una comunidad que se apropia en pleno del rito.Este empoderamiento, no está ligado exclusivamente al ‘hechoreligioso católico’, sino que nos permite apreciar cómo lafestividad se convierte en un espacio de agrupamiento,reconocimiento y constitutivo de poder social al interior delespacio comunitario, incluyendo ahí a personas de otros credosreligiosos e incluso no creyentes. He aquí lo que de una manerase convierte en la sustentación de la identidad cultural de lamisma comunidad, donde la religión no es más que unareferencia, que va ser superada por la fuerza comunitaria.

*Magíster (c) en Historia y Ciencias Sociales. Profesor Universidad ARCISArauco. Miembro del Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale”. Correo elec-trónico: [email protected].

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El ‘poder’ se origina y funda en la historicidad so-cial. Es un subproducto de ésta. Y no se debe confundir ‘poder’con ‘dominación’, ni poder con la ‘fuerza’. La ‘dominación’ esun poder social que se ejerce a través de un sistema de normase instituciones de diverso tipo (…) Dominación y rebeldía sonlas dos caras o vertientes contrapuestas de una misma fuentede poder. Ambas tienen historicidad. Ambas tienen poder.1

Esta investigación la desarrollamos involucrándonos enel proceso comunitario, a través de la participación en la fiesta-ritual. Nuestro interés fue vivenciar una experiencia concreta deactivación de la cultura tradicional de carácter popular.

La cultura popular la entenderemos como la instanciade creación social, que lleva a toda una comunidad a crear losmecanismos de autodefensa y adecuación ante cualquier cambioexterno, sea esto en lo político, cultural, económico, etc.

La cultura tradicional y popular es el conjunto decreaciones que emanan de una comunidad cultural fundadasen la tradición, expresadas por un grupo o por individuos y quereconocidamente responden a las expectativas de la comunidaden cuanto expresión de su identidad cultural y social; las normasy los valores se transmiten oralmente, por imitación o de otrasmaneras. Sus formas comprenden, entre otras, la lengua, laliteratura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos,las costumbres, la artesanía, la arquitectura y otras artes.2

1SALAZAR, Gabriel: “Proyecto histórico social y discurso político nacional.Chile, siglo XIX”, en LOYOLA Manuel y Sergio Grez (2002): Los proyectosnacionales en el pensamiento político y social chileno del siglo XIX, UCSH, San-tiago, Chile, p. 159.

2Texto recapitular sobre el valor de la cultura tradicional y la cultura popularen La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas parala Educación, la Ciencia y la Cultura, reunida en París del 17 de octubre al 16de noviembre de 1989, con motivo de su 25

a reunión. Ver www.unesco.org.

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I. EDUCACIÓN, CULTURA, IDENTIDAD, FOLKLORE Y OTROS

CONDIMENTOS.

La Reforma Educacional Chilena establece algunossupuestos, al momento de definir sus objetivos transversales. Serecurre a conceptos tales como cultura, identidad, folklore y otrospara recalcar y sustentar el valor de lo propio, de lo construidolocal y socialmente. No obstante ello, en su enunciación, carecede profundidad y sentido. Con ello, no se estaría abordando lacomplejidad del abordaje de lo local y de lo tradicional.

La educación del hombre requiere con mayor ur-gencia y decisión, revisar sus esquemas y estructuras técnicassobre la base y sentido que proyecta la tradición de la vidade los pueblos, en su más amplia y profunda dimensión.

Descender a las raíces es ascender a una mayoraltura y con ello descubrir un horizonte más amplio. Encon-trándose con el folklore es aventurarse a la búsqueda denuestro propio ser. Nos obliga a hablar con el lenguaje de lacomunidad, nos hace sentirnos iguales y diferentes a la vez,nos alumbra una conciencia de encuentro y reencuentro per-manente.

La unidad local, regional, nacional, continental yplanetaria no es posible si no es sobre la base de nuestra propiaidentidad como pueblo en particular; y ello nos obliga a mirarla tradición.

Este es un desafío que la educación moderna nopuede evitar. Vivir el fin del milenio y comienzos del otrorequiere de una fuerte dosis de compromiso con nuestro ser eidentidad cultural.3

3GUEVARA Merino, Arnaldo: “El folklore como base para la educación conidentidad”, Documento de Formación Interna de FEFOMACH, s/d.

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La educación inmersa en otro elemento mayor quedenominamos ‘cultura’, requiere ser sostenida por tal en losmarcos simbólicos estructurados por la sociedad.4 Si asumimosla cultura como parte fundamental de la evolución dialéctica dela vida, esto es, la relación que existe entre lo material y loespiritual, la definiremos como el cúmulo de experienciascolectivas que se acumulan por el pueblo. Esta experiencia luegose proyecta a través de la historia y la convivencia social. Así, estaherencia social, va proyectándose de generación en generación,almacenando elementos valóricos, conocimientos, habilidades,etc. De esta manera se obtiene el lazo claro entre culturatradicional y educación, pero queda una gran interrogante: ¿bajoqué marcos culturales se ha desarrollado la educación en Chile?

Una experiencia de cientos de educadores,principalmente de educación básica que a través de casi tresdécadas, hemos venido metabolizando, a la luz del folklore,los aciertos y desaciertos de la gestión educativa chilena,logrando con ello, desembocar en una apreciación que,finalmente se traduce en el absoluto convencimiento quepara favorecer el verdadero desarrollo de los pueblos yprivilegios de la evolución humana, debemos propiciar en lapraxis una educación a partir de la identidad cultural. Y esaquí donde el folklore se nos presenta como la mejor opciónpara desarrollar una educación con identidad.5

4Los debates en torno a este tema, han sido acogidos en la llamada ‘pedagogíacrítica’ que sintetiza los conflictos entre política, ideología, cultura dominante,educación y sociedad civil. Algunas obras destacadas son: GIROUX, Henry(1998): Teoría y resistencia en educación, Ed. SIGLO XXI, Madrid, y GIROUX(1996): Placeres inquietantes. Aprendiendo la cultura popular, PAIDÓS, Barcelo-na; APPLE, Michael (1997): Educación y poder, PAIDÓS, Barcelona, 2ªreimpresión y APPLEl (2001): Política cultural y educación, Ediciones MORATA,Madrid, 2ª Edición. Una mirada desde la sociología en BOURDIEU, Pierre(2004): Intervenciones 1961-2001. Ciencia social y acción política, Ed. CienciasSociales, La Habana, 2da Edición.

5Ibidem.

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Cada colectivo social, posee su propia característica entérminos culturales, la que se transforma de acuerdo a su propiaexperiencia,6 realiza lo que es su vida y da realismo a su propioentorno. De esta manera se aprecia la existencia de la dialécticacultural, de grupos que dominan y de otros que son dominados,en este caso, culturalmente. Existe un grupo social que trata deinfluenciar a otros grupos, convirtiendo su cultura en una culturaoficial, utilizando todas las estructuras creadas por ellos mismos,como la televisión, el Estado, la educación, con el fin de culturizara quienes están carentes de ella, y se crea la lucha declarada entre:“cultura oficial” y “cultura popular”. La cultura popular, tiene sucampo de construcción en la denominada memoria social:

Llamaremos aquí ‘memoria social’ a la situaciónde opresión, marginalidad y refugio de la memoriaciudadana, en ausencia de un libre contrato social, y enpresencia del ‘tanque cultural’ de la memoria oficial. Comotal no es una memoria estática, sino dinámica, que se revuelveen la subjetividad de los individuos y en la inter-subjetividadde los grupos afectados por el sistema fáctico (…) La memo-ria social, más que una ‘estructura’ es un ‘movimiento’profundo de recuerdos, de origen empírico, de articulaciónhermenéutica, de circulación oral y de proyección actitudinal,conductual y social; o sea: un proceso de honda historicidad.7

6“...Toda acción cultural es siempre una forma sistematizada y deliberada de acciónque incide sobre la estructura social, en el sentido de mantenerla tal como está, deverificar en ella pequeños cambios o transformarla.” Ver FREIRE, Paulo (1970):Pedagogía del Oprimido, Biblioteca y Editorial Tierra Nueva, Montevideo,p.236.

7SALAZAR, Gabriel: “Función perversa de la ‘memoria oficial’, función histó-rica de la ‘memoria social’: ¿cómo orientar los procesos autoeducativos?(Chile, 1990-2002)”, en REVISTA DE HISTORIA Y CIENCIAS SOCIA-LES, Universidad ARCIS, N°1, Santiago de Chile, 2003, pp. 21-22.

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La cultura popular corresponde a la clase subalterna ypor tal, es todo lo que no corresponde a la cultura oficial. Estacultura popular es invadida por la oficialidad, que le entrega lospilares de su culturización y la relega en cultura: vulgar, pintorescay vana, considerada, además, no apta para la modernizaciónnacional. Ello hace que la cultura popular, se construya enpermanente resistencia.

(…) me referiré a lo popular en términos de lossectores y las clases populares, entendiendo con ello a un ampliomundo social que, en la historicidad latinoamericana, se fueconstruyendo y configurando a partir de la conquista española(…) Por lo tanto, a mi juicio, hablar de ‘lo popularlatinoamericano’ implica hablar, en primer lugar, de esadialéctica de la conquista y la resistencia expresadaespecialmente y en una acepción amplia, a través de lo cul-tural.8

La defensa y a la vez construcción de identidad (enresistencia), aparece entonces, como un proceso liberador de laopresión de una cultura oficial, opresora y dominante, que intentaestablecer hegemonía sobre el mundo popular:

La pedagogía del oprimido, como pedagogíahumanista y liberadora, tendrá pues, dos momentos distintosaunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidosvan desvelando el mundo de la opresión y se vancomprometiendo, en la praxis, con su transformación, y elsegundo, en que una vez transformada la realidad opresora,esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la

8ILLANES, M. Angélica: “En torno a la noción de proyecto popular en Chi-le”, en LOYOLA Manuel y Sergio Grez, op. cit., pp. 96-97.

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pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación(...) la manipulación útil a la conquista se impone comocondición indispensable al acto dominador, en la teoríadialógica de la acción nos encontramos con su opuestoantagónico: el de la organización de las masas populares.9

De esta manera, la cultura tradicional o folklorecorresponde a parte importante de la cultura popular, y que esconsiderada por Gramsci como,

(...) la parte más genuina y que expresa laconcepción de vida, hombre, mundo.10

Esta cultura tradicional se proyecta por vía informal, porla oralidad11 , que es la base de la sociedad, pero sin embargo notiene un lugar reconocido en el ámbito formador de la mismasociedad. A modo de ejemplo, la historia oral, solo ha sido reconocida(no sin aprensiones) recientemente entre los circuitos académicos.

Todo grupo social, puede ser reconocido por lascaracterísticas culturales que denominamos identidad, de ahí laimportancia que posee ésta en cuanto al desarrollo de su cultura.

Una historia antigua cuenta de un hombre queintentaba entrar a una ciudad, llegó pues a la puerta grande de

9FREIRE, Paulo, op. cit, p. 53.

1 0GRAMSCI, Antonio (1976): Observaciones sobre el Folklore, Pablo Editor,México D.F., p. 120.

1 1“El soporte de este proceso en que se induce e internaliza un mundo social filtradoes la transmisión oral. Nadie discute la importancia del papel que la voz desempeñaen la conversación de las sociedades humanas. En cada grupo social eso que llama-mos “sus tradiciones orales” constituyen una red de intercambios vocales, vincula-dos con comportamientos más o menos estrictamente cifrados, cuya finalidad esen-cial consiste en mantener la continuidad de una percepción de la vida y de unaexperiencia colectiva, sin las cuales el individuo quedaría abandonado a su sole-dad”. DÍAZ, Silvia: “Identidad y Memoria social”, Jornadas de PatrimonioCultural. Buenos Aires, 1995, p. 50.

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ella y espero que alguien la abriera. Los guardianes de la ciudadlo miraron desde arriba y, en lugar de abrir la puerta, lepreguntaron cuál era su nombre. El hombre viajaba desde hacemucho tiempo, por lo que había olvidado su nombre y de esamanera lo explicó a los guardias, pero sin embargo éstos fueroninflexibles y le dijeron... sin nombre no se puede pasar... y elviajante fue obligado a vagar por el desierto y nunca pudo entraren la ciudad de sus sueños.12

La relación nombre e identidad, es el rol con el cualpueden diferenciarse entre los hombres, los pueblos y, por tal,cuando no se conoce el nombre o no se conoce la identidad, seestá sentenciado a desaparecer, ya que los individuos pierden sufuerza natural. Ahora bien:

¿Cómo reconocer la identidad de nuestro pueblo,sabiendo que somos dominados por agentes que atacandirectamente la identidad, más aún, que se empeñan entrasformarla para su propio beneficio?

La identidad cultural se define y se consolida cuandotenemos claridad de lo que significa la defensa de nuestropatrimonio cultural, de modo tangible e intangible. Tangible,lo que corresponde a la cultura material, restos de la creaciónhumana; y los intangibles, a la esencia espiritual del pueblo, comolos cuentos, las leyendas, los mitos y principalmente los ritos ylas fiestas populares.

Por tal, es nuestro deber defender nuestro patrimoniocultural, como bien lo ha señalado Fidel Sepúlveda al plantearque este corresponde,

(...) al universo generado por el encuentro delcuerpo y el espíritu del mundo. Como tal es causa y efecto de

1 2Ibidem, p 56

1 3SEPÚLVEDA, Fidel (2000): La Fiesta Ritual: Valor Antropológico, Estético, Edu-cativo. XVI Temporada de Arte y Cultura Tradicional, Santiago de Chile, p.15

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la cosmovisión de un pueblo, programa de vida y sentido. 13

En el mundo de las culturas populares, podemosdistinguir diferentes ámbitos y dimensiones: cultura urbana,cultura campesina, cultura obrera y una muy particular, que quizássea la más conocida, aunque no la más estudiada, que es la culturatradicional o Folklore. Esta se diferencia de las otras por poseercaracterísticas de índole material y espiritual.14

El folklore no ha sido abordado por las concepcioneshistoriográficas o sociológicas críticas, uno de los argumentosindicados es situarlo solo bajo el ámbito de lo artístico y lúdico,dejándolo desplazado en su aporte a una cultura liberadora eimpugnadora de lo existente.

Antonio Gramsci señala, respecto de la culturatradicional, lo siguiente:

Habría que estudiar el folklore, en cambio, comoconcepción del mundo y de la vida, implícita en gran medida,de determinados estratos (determinados en el tiempo y en elespacio) de la sociedad, en contraposición con las concepcionesdel mundo oficial (o, en sentido más amplio, de las partescultas de las sociedades históricamente determinadas) que sehan sucedido en el desarrollo histórico. 15

Asimismo, previó su importancia futura:

El folklore no debe ser considerado como algo raro,extraño o como un elemento pintoresco, sino como algo muyserio que exige ser tomado en cuenta. Solo así será más eficientesu enseñanza y determinará realmente el nacimiento de una

1 4Gramsci, a quien se le deben grandes aportes sobre este tema enriquece lasconcepciones materialistas de la cultura tradicional, pues identificó el folklo-re con la cultura de las clases explotadas y lo explicó como concepción delmundo y de la vida, opuesta a la de las clases dominantes.

1 5GRAMSCI, op. cit., p. 239.

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nueva cultura en las grandes masas populares, es decir,desaparecerá la separación entre cultura moderna y culturapopular o folklore 16

De esta manera la cultura popular nos lleva a concebirel mundo y presentar una propuesta de mundo más cercano quelejano, más interno que externo, más natural que artificial, endefinitiva, más popular que ilustrado.

Acercarnos a la cultura tradicional y entender el porqué a través de los años se mantiene inalterable en un ampliosector de nuestra sociedad, es descubrir el sentido y trascenden-cia de su contenido y más aún, de su verdadero significado.

El proyecto cultural que plantea Gramsci dentro desus escritos, es sin duda, una nueva forma de entender el sentidoque se tiene de las clases populares, frente a la gran cobertura quedesarrolla la denominada cultura oficial que tiende a un proyectohegemónico de la sociedad. Es a través de esta nuevaconceptualización de cultura popular, que la filosofía de Gramsciha propuesto su enfoque de cultura alternativa. La cultura seconvierte de este modo a la par que en un campo de dominación,en una forma de resistencia, por parte de los sectores populares,que resguardan en ese ámbito de la dimensión humana colectiva,la construcción de identidad por cuenta propia.

El primer esbozo del planteamiento gramsciano, esdelimitar la construcción de los elementos de la cultura,situándose frente a la disyuntiva del propio materialismo1 6

Ibídem, p. 2421 7

Frente a esta afirmación señalaremos como Gramsci contrapone una de lasdefiniciones clásicas de Estado propuesta por Lenin, “El Estado es una organi-zación especial de la fuerza, es una organización de la violencia para la represión deuna clase cualquiera”; por su parte Gramsci señala “Estado es todo el complejo deactividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no solo justifica ymantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso activo de los gober-nados”. Ver GARCÍA HUIDOBRO, Juan Eduardo (1996): El proyecto cultu-ral gramsciano, la reforma intelectual y moral, CIDE, Santiago de Chile, pp.4 y5.

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histórico.17 En este principio, se reformula la idea de filosofíaentre los sectores populares, denominándola como ‘filosofíaespontánea’.18 Esta se desarrolla en los sectores populares a partirdel lenguaje, el folklore y el sentido común, articulándose a partirde ahí el caudal de su memoria histórica, vale decir su pasado,presente y futuro. Es en la lucha por la conducción del presentehistórico (el campo de acción de la política), donde lo popular,entra en conflicto con lo establecido, al reconocer que ‘los hombrespueden ser sujetos de la historia’.19

Llevar a una masa de hombres a pensarcoherentemente y de modo unitario el presente y efectivo, esun hecho filosófico mucho más importante y original que eldescubrimiento, por parte de un genio filosófico, de unaverdad que se convierte en patrimonio de pequeños gruposintelectuales.20

La construcción de lo popular, es la piedra angular detodo el planteamiento gramsciano. En definitiva, se trata dedevelar, como este constructo, tildado de no científico (por noser del sector hegemónico), es sostén de una autoformaciónentendible y recibida por ellos mismos, por el transcurso de losaños, sin poner sobre su estructura rigidez ni autoridad exterior.

Plantear el rol que la cultura popular tiene dentro de laedificación de una nueva sociedad, puede conllevar algunosreparos, pero es un debate que en la actualidad motiva al re-estudio del planteamiento de Gramsci sobre el mismo. Ante elfracaso de los socialismos reales, Gramsci puede ayudarnos acomprender que no es posible plantear una sociedad nueva sinconsiderar primero el consenso popular que legitime tal sistema,1 8

Ibidem., p. 6.1 9

Ibidem. p. 102 0

GRAMSCI, A: El materialismo histórico y la filosofía de B. Croce. Citado porGARCÍA HUIDOBRO, op. cit., p. 9.

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y no lo adapte mecánicamente a través de los manuales de turno.Este consenso puede lograrse, a través de un empoderamientode la cultura popular para de este modo, conformar la soberaníaintelectual y moral de la nueva ciudadanía.

En conclusión, podemos afirmar que mientras Marxenfocaba la importancia de las condiciones objetivas de larevolución, Gramsci, teniendo como ejemplo la revoluciónsoviética en la que estaba presente la teoría del consenso, planteabaque sin el acuerdo de la sociedad, no se podrá realizar con éxito larevolución, ni mucho menos el rol del mundo popular comoinstancia de nueva hegemonía, y no solo como imposición violentade un nuevo orden. De acuerdo a este principio, la cultura popu-lar, no debe renunciar al derecho de construir una nueva sociedad.

Ninguna identidad nueva puede agotarse en su auto-celebración, pues debe saber convertirse en un nuevo movimientosocial. Ninguna cultura de identidad nueva puede agotarse ensu auto-celebración, pues debe saber convertirse en un nuevoproyecto democrático. Y ninguna memoria social confrontada auna memoria oficial puede extinguirse recordando el pasado,pues debe crear desde sí la teoría de un nuevo modelo de sociedad(…) Hay un punto en que la identidad debe transformarseen voluntad teórica y voluntad política, y ambas, fundidasdesde atrás por una memoria común, pueden y debendesplegarse como un nuevo y legítimo proyecto histórico. Comoun verdadero ‘proyecto país’. Pues la identidad es, sobre todo,historicidad y producción social de la realidad.21

II RELIGIÓN Y RELIGIOSIDAD

Religión y religiosidad, están estrechamente ligadas, y

2 1SALAZAR, op. cit., p. 27.

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ambas además se nutren (aunque también se destruyen),especialmente en el aprovechamiento que la religión hace comodoctrina al ocupar la religiosidad para sustentarse (o defenderse)frente a la propia comunidad.22

La construcción histórica de la sociedad, involucra desdesu más remoto pasado, una articulación entre lo material y loespiritual. Dado que lo social, lo familiar y lo humanamenteposible, ocupan un sitial experimentado y tangible, el ámbitoespiritual, adquiere el sentido que la tribu le entrega y atribuye,encarnando de una u otra forma a la esperanza, a una /otra opción,ideal, porvenir y desconocida.

Esta manifestación simbiótica, en la cual interactúa losagrado con lo mundano, se convierte en un dualismo eterno, omejor dicho hasta la redención. Es esta pugna uno de losrequerimientos imprescindibles para generar las religiones, en laconformación de las estructuras dominadoras y sostenedoras deéstas, vale decir, el mundo con Dios o con la verdad absoluta.23

Esta relación dialéctica entre lo sagrado y lo profano, se convierte

2 2Aunque esta afirmación puede parecer un extremismo, al plantear la destruc-ción de la una por sobre la otra, cabe señalar cómo frente a estas disyuntivaso más bien contradicciones teológicas, han surgido voces que nos recuerdany afirman que la sustentación espiritual representada en la religiosidad (popu-lar), se enfrenta al quehacer hegemónico dominante dentro de toda sociedad.“(...) denunciamos la estructura de poder, de dominio y de riqueza en la que se ejercea menudo la acción de la iglesia; la mentalidad y las organizaciones que condicionany desvirtúan la labor y la jerarquía eclesiástica. Ver Documento: “Por una iglesiaservidora del pueblo”, Declaración Toma de la Catedral en Santiago de 1968,en RICHARD, Pablo (1973): Los cristianos y la Revolución. Un debate abierto enAmérica Latina, Editorial Quimantú, Santiago de Chile, p. 110.

2 3La conformación de la estructura doctrinaria de las religiones occidentales,ha generado dentro de los círculos intelectuales, principalmente a partir delrenacimiento, serias contradicciones y manifestaciones de enfrentamientoentre posturas de carácter fundamentalistas y progresistas, entrando de estamanera en arduos y extensos debates respecto a pareceres y posturas frente alcarácter doctrinario y dogmático. NOEMÍ, Juan (1996): El mundo: creacióny promesa de Dios, Editorial San Pablo, Santiago de Chile, p. 143

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en la sustentación para asegurar al creyente, que la opción válidaestá cerca de ella, negando absolutamente toda otra posibilidad.24

De este modo la religión, subsume a la religiosidad, cooptándola,institucionalizándola, y dogmatizando su habla y su lugar en lasociedad.

La religiosidad en tanto, es la que posee un carácterarraigado y permanente dentro de la sociedad, es decir, es ésta laque acompaña en la formación y educación social, siendo estaúltima, no estructurada en dogmas rígidos y absolutos, como losostiene por el contrario, la religión.

Trataremos de entregar una aproximación al significadode religiosidad popular. Uno de los estudiosos más destacados entorno a este tema, es Vittorio Lanternari quien destaca lacontraposición entre lo oficial y no oficial en lo religioso.

Es verdad que al interior de toda civilizaciónreligiosa que comporta una estratificación de clases sociales ode grupos étnicos y culturales, que tienen entre ellos relacionesde dominación-dependencia, con la producción mítico-rituales y de organismos socio religiosos intérpretes y guardianesde esa ideología, en toda civilización de este tipo finalmentenacerán y se desarrollarán corrientes religiosas o mágicas-religiosas contrarias a la ideología dominante, pero quemantendrán siempre una relación dialéctica con ella. Asíallí donde domina una religión de elite sacerdotal oaristocrática, o bien una religión de Estado e incluso unsistema de iglesias institucionales ligados –implícita oabiertamente- a intereses económicos y/o políticos, nacen y se

2 4“Así, en la tradición del judeo-cristianismo, el dualismo aparece, desde uninicio hasta hoy, como una tentación permanente ante la cual, una y otra vez,ha tenido que redefinir su concepción del mundo como creación y promesade un único Dios bondadoso. Ibidem., p. 185.

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desarrollan por un proceso espontáneo y a modo de respuestaformas de religiosidad que se puedan llamar populares, esdecir, manifestaciones colectivas que expresan, de maneraespecífica y espontánea, las necesidades, las esperanzas, losanhelos que no encuentran respuestas adecuadas en lareligión oficial impuesta por la elites dominantes 25

Cualquiera que sea el desarrollo teórico del conceptoen estudio (religiosidad popular) éste se sustenta, en su estrechao alejada relación con la religión oficial. Si bien algunos autoresteológicos muestran cómo dentro de los sectores populares estánlatentes las expresiones de devoción y procesión de fé, esto seríaproducto de que aquellos grupos son incapaces de acceder adefiniciones y discursos teológicos aceptados, por lo que lajerarquía eclesiástica usa las decodificaciones de los grupospopulares para generar estrechas relaciones con la estructura rígidade la religión oficial.

En contrapartida y alejada de la anterior esta undesarrollo de la religiosidad referida como el elemento de lamediación entre lo sagrado y lo humano sin la presencia de unelemento ‘oficial’ de la religión. Por mediación se entienden losritos, símbolos, costumbres, gestos, a través de los cuales, losanto o sagrado deviene naturalmente para y con la presencia de

2 5LANTERNARI, Vittorio. “La religión populaire. Perspective historique etanthropologique”. Citado por PARKER, Cristián. op.cit., p. 59

2 6La iglesia cuenta con una serie de ritos de carácter oficial, tales como laliturgia, misa, predicación, sacramentos, mediante los cuales comunica lagracia y la salvación a sus fieles. La liturgia tiene un eco y provoca reaccionesen el fondo del alma popular, las cuales poseen un dinamismo y una propiaespecificad. Así brotan, crecen, se entrelazan y florecen las creencias, losusos, las modalidades de la religiosidad popular. Ver DELGADO, Manuel(1993): La religiosidad popular. En torno a un falso problema, en GAZETA DEANTROPOLOGÍA, N°10. Publicado en el sitio web de la Universidad deGranada, España: www.ugr.es

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la comunidad.26

Entendemos la religiosidad popular, como todo élcúmulo de conocimiento y sabiduría entregado por la culturatradicional y que está latente en el ambiente, siendo innegabletanto para ortodoxos como para puritanos, y que resulta de lacontraposición de lo dogmático con lo libertario.

Una de las posturas que ha marcado cierto reparo y haalertado sobre su ‘peligrosidad a los círculos eclesiásticosinstituidos, ha sido lo que se denomina como la teología de laesperanza,27 en que un sector de la iglesia toma estos conceptospara convertirlos en realizaciones presentes dentro del procesode evangelización ‘de los pobres’. 28 Principalmente conformadapor seminaristas jóvenes y algunas congregaciones religiosasalejadas de la influencia ortodoxa, son los que toman la iniciativadentro de la Iglesia, desmarcándose de las esferas hegemónicas.Como queda consignado en varios documentos en relación a lasituación de Latinoamérica tras el Concilio Vaticano II29 ,Medellín30 (1968), Puebla31 (1979), Santo Domingo32 (1992),2 7

Podemos señalar que esta postura nueva “liberal” de los conceptos teológicoscobra mucha importancia a fines de la década de los ‘60 y que también jugóun rol protagónico en la oposición a la dictadura militar de Pinochet. Aun-que la jerarquía de la iglesia, con contadas excepciones, miraba con ojosinquisidores tales cometidos.

2 8Ver el interesante trabajo de CASTILLO, Fernando (1986): Iglesia Liberadoray Política, ECO, Santiago de Chile.

2 9El llamado de este encuentro de obispos sostenía que, “la teología se apoyacomo cimiento perdurable, en la sagrada Escritura unida a la Tradición; así semantiene firme y recobra su juventud, penetrando a la luz de la fe de la verdadescondida en el misterio de Cristo...” DEI VERBUN, 24. Citado por NOEMÍ,Juan. op.cit., p. 21.

3 0“La expresión de la religiosidad popular es fruto de una evangelización realizadadesde tiempos de la conquista, con características especiales. Es una religiosidad devotos y promesas, de peregrinaciones y de un sinnúmero de devociones, basada en larecepción de los sacramentos, especialmente del bautismo y de la primera comunión(...) Sus expresiones pueden estar deformadas y mezcladas en cierta medida con unpatrimonio religioso ancestral (...)”. DOCUMENTO DE MEDELLÍN. Con-clusiones 6:2-4. Baker, Cristóbal.

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en que tras largas discusiones se llega a plantear el valor y el sitialque tiene en los sectores populares la religiosidad popular.

En este último tiempo se puede visualizar cómo lasociedad mundial, especialmente la latinoamericana33 se debateentre ‘el avance’ indefectible hacia la modernidad, y a su vez, vacuestionando su memoria y su construcción como sociedad.

Frente a esta problemática, la religiosidad popular34

3 1“La religiosidad del pueblo, en su núcleo, es un acervo de valores que responde consabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia (...) Esa sabiduría esun humanismo cristiano que afirma radicalmente la dignidad de toda personacomo hijo de Dios, establece una fraternidad fundamental, enseña a encontrar lanaturaleza y a comprender el trabajo y proporciona las razones para la alegría y elhumor, aún en medio de una vida muy dura (...) Esta religión del pueblo es vividapreferentemente por los pobres y sencillos, pero abarca todos los sectores sociales...lareligión del pueblo tiene la capacidad de congregar a multitudes (...) Allí elmensaje evangélico tiene oportunidad, no siempre aprovechada pastoralmente, dellegar al corazón de las masas... en cuanto contiene encarnada la Palabra de Dios,es una forma Activa con la cual el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo”.DOCUMENTO DE PUEBLA. Nº 447-448-449-450,

3 2“Hablar de nueva evangelización no significa que la anterior haya sido invalida,infructuosa o de poca duración (...) Significa que hoy los desafíos nuevos, nuevasinterpelaciones que se hacen a los cristianos y a los cuales es urgente responder (...)La nueva evangelización surge en América latina como respuesta a los problemasque presenta la realidad de un continente en la cual se da divorcio entre la fe y vidahasta producir clamorosas situaciones de injusticia, desigualdad social y violencia(...)”. Documento “Textos de conferencias generales del episcopado latino-americano, Santo Domingo, 1992” Nº 24, Baker, Cristóbal.

3 3“Llama la atención el interés y la centralidad que hoy día han cobrado en círculosintelectuales la cultura y la “religiosidad” popular. Más allá de los perjuicios aristo-cráticos sobre el “folklore” religioso y los elementos pintorescos, extravagantes ovulgares del pueblo, o del olvido sistemático o rechazo sintomático de temas cultu-rales y religiosos de parte del racionalismo funcionalista y tecnocratizante, se observahoy en el continente latinoamericano un creciente afán por una aproximaciónmetódica y rigurosa a las expresiones culturales y religiosas del pueblo.” PARKER,Cristián: “Mentalidad Popular y religión en América Latina. Notas socioló-gicas”, en OPCIONES Nº11, 1987, p.52.

3 4“La revalorización de la religiosidad popular en América Latina remite a la discusiónsobre el “sustrato cultural” del continente, a la influencia efectiva o ilusoria de losprocesos de secularización y al debate teórico sobre la modernización y los proyectoshistóricos alternativos para los pueblos latinoamericanos”. Ibidem., p. 53.

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actúa como fuerza vitalizadora, pues sostiene la creación yvalorización del constructo humano. Es por esta razón que esteatributo que poseen los sectores populares, sirve no solamentepara generar un proceso de evangelización, muy por el contrario,posee las respuestas para formular una nueva óptica, sustentadaen los sentidos de colectividad, ante la crisis institucional de lassalidas políticas tradicionales.35

Si para la estructura de la iglesia la posibilidad de darun rol protagónico a la religiosidad popular, dentro de los cánonesteológicos (Catecismo de la Iglesia Católica), es contraproducentepor el ‘poco’ o nulo control que se pueda realizar a estasmanifestaciones, es sin duda un problema preocupante porconsiderarla dentro de la estructura de la religión.Específicamente es en el Documento de Puebla que de algunamanera se visualiza, como algunos sectores ven aspectos negativosal florecimiento de ella:

Los elementos negativos son de diverso origen. Detipo ancestral: superstición, magia, fatalismo, idolatría delpoder, fetichismo y ritualismo. Por deformación de lacatequesis: arcaísmo estático, falta de información eignorancia, reinterpretación sincrética, reduccionismo de lafe a un mero contrato en la relación con Dios.36

III. UNA EXPERIENCIA REGIONAL DE RELIGIOSIDAD POPULAR:PENCO 1678 – 2006

Entrar en el estudio de la religiosidad popular de la

3 5“Pero un interés mucho más vivo ha despertado la presencia, en forma mucho másmasiva esta ultima década, de los cristianos en procesos de resistencia popular y deluchas por la liberación”, Ibidem., p. 54.

3 6“La evangelización en el presente y en el futuro”, Documento de Puebla.N°456.

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comuna de Penco, es entrar de una manera inevitable en la propiahistoria de la comunidad. Esto a manera de relacionar lo sagradocon lo profano, ya que es indisociable el estudio de unacomunidad sin recurrir a la riqueza espiritual, esto es, sureligiosidad popular.

El proceso de conquista y ocupación, por parte de losespañoles en las nuevas tierras de la corona, está acompañado porel deseo de ésta de cumplir fielmente el mandato papal, según elcual se ordenaba la ‘instrucción en la fe católica’ de los ‘naturales’:

(...) a dichas tierras firmes e islas varones probos ytemerosos de dios, doctos, peritos y expertos que instruyan adichos indígenas y os obliguéis a destinarlos para que instruyana dichos habitantes en la fe católica y buenas costumbresponiendo para ello toda debida diligencia 37

Así es como todo el proceso de conquista está marcadopor la relación dicotómica entre la expansión capitalista y sussignos de lucro, ambición desenfrenada y explotación laboralcontra los pueblos originarios y el peso de la religión, como afáncivilizador de la otredad, rememorando el espíritu de las cruzadas

La fundación de la ciudad de Concepción, en la actualbahía de Penco, simboliza a su vez la creación del vínculo quePedro de Valdivia dejara con la persona de la Virgen María.38

En un primer momento, esta ciudad estaba bajo la protecciónde la Virgen de Guadalupe, la que cumplía el rol de protectora,resguardándoles frente a las calamidades naturales (terremotos ymaremotos) y al ataque indígena, razón por la que se designó un3 7

http://www.archivodelafrontera.com3 8

El conquistador traía dentro de sus pertenencias la estatuilla de la Virgen delSocorro, que es la misma imagen que se encuentra en el altar mayor de laparroquia de San Francisco en Santiago imagen que acompañó al conquista-dor en campañas en Italia, Perú y en Chile, convirtiéndolo en precursor de ladevoción Mariana en la conquista.

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sitio para la construcción de una ermita en su honor.En 1558, tras ser destruida la ciudad, se inicia el repobla-

miento de ésta y a su vez la construcción de un sitio de protecciónespiritual, edificando una ermita en la loma en honor a la Virgende la Natividad, lugar en que se gestó la formación de un grupode señoras que estaban al cuidado de su mantención y conservación.De esta manera, la población pagaba anualmente el voto defidelidad y fe a la virgen. Las acciones de conquista, activaron elconflicto entre españoles e indígenas. Entonces en 1599, en unode los ataques, el pueblo recurrió a la protección de la Patrona, lacual, según cuenta la tradición, hizo retroceder a los indígenas.

Inesperadamente, sin que nada lo explicara, losmapuches huyeron a sus bosques, dejando muchos muertos yprisioneros (...) Interrogados éstos por el motivo de la fuga,dijeron que habían visto entre las ramas de un viejo boldo,junto a la ermita, una joven muy linda, vestida de blanco,quien, con rostro airado con voces y ademanes, les mandabaretirarse y que bajando del boldo, les tiraba tierra a los ojos(...) Preguntados quién era la joven, contestaron que nosabían, al mostrárseles la imagen de la Virgen dijeron quetenia la misma cara, que esa era la joven.39

De esta manera, nos narra el sacerdote jesuita, MarianoCampos Menchaca, el relato de la tradición sobre el hecho. Esteapego a la Virgen en la actualidad se presenta con la presencia deun santuario y la conservación del antiguo boldo que nosrecuerda la tradición.

En 1621, por acción de algunos vecinos, procede ainstalarse en la ciudad, la Congregación de los Hermanos SanAgustinos, creando para tal efecto un convento, dedicado a dar3 9

CAMPOS MENCHACA, José (1972): Nahuelbuta, Editorial Francisco deAguirre, Santiago de Chile, pp. 257-258.

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apoyo espiritual a la comuna.En 1643, por una ordenanza real, se dicta el decreto que

toda ciudad en América tendría una advocación a la SantísimaVirgen. De esta manera, el 15 de abril del mismo año, contandocon el apoyo del Gobernador de Chile Francisco López de Zúñiga,el “Marqués de Baides”, se da la gestación de una cofradía en honora la Virgen del Carmen, proporcionándoles el mismo Gobernadorla imagen tallada, pieza que en la actualidad se encuentra en elConvento de los Agustinos en la ciudad de Concepción.

En la actualidad, la comuna de Penco demuestra elapego a una tradición centenaria sobre la persona de María, bajola forma de la Virgen del Carmen y la Virgen del Boldo. Porambas, Penco celebra sus fiestas rituales la segunda semana delmes de noviembre de cada año, recorriendo la comunidaddiversos sectores de la ciudad en una ferviente procesiónencontrándose la fe y la tradición.

La devoción a la Virgen del Carmen en la actualidadestá tutelada por la Congregación de los HermanosRedentoristas, quienes tuvieron que asumir el legado de devociónal culto carmeliano, culto popular que han conservado fielmente,prestando todo lo requerido para expresar y vivir esta fiesta. Juntocon esta celebración, se presenta la Novena de la Virgen, quereúne a la comunidad católica en actitud de devoción y súplica,manifestación que también forma parte de la fiesta religiosa.

“Bendita seas mujer, que le ofreces a Dios la vida.Bendita por ser del Padre bendita por ser del puebloBendita por ser mujer y hacer nacer a Dios adentro

Bendita seas mujer, que desde Dios miras al pueblo.Bendito sea tu canto, bendito tu caminar,

Benditos sean tus pies que pisan barro y siguen yendo.

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Mi pueblo te necesita viviendo como mi pueblo,Mi gente te reconoce, te quiere ver a vos con ellos

Que siga la puerta abierta que siga el desprendimientoQue siga tu mesa pobre y el pobre sentado adentro...”40

La fiesta religiosa41 en Latinoamérica es unamanifestación aglutinadora de vivencias sociales que, a travésdel tiempo, han ido sosteniendo los sectores populares y quehan llevado a situarla en pieza clave de la propia religión oficial.42

Para entender ahora esta afirmación, hay que ir a la sabiduría delpueblo, es decir, al folklore.

El esquema rígido que sostiene la religión oficial (católi-ca), ha llevado a gran parte de la masa popular a procurarse supropia salida frente a tal estructura rígida, ya que de una manerau otra la religiosidad popular permanece dentro de laconstrucción de sociedad. La relación entre ambas concepcionesespirituales está en el medio, por el cual se vinculan con lo

4 0Canto de las comunidades de base en honor a la virgen del Carmen, en lacomuna de Penco.

4 1“La fiesta es un acontecimiento esencial en la vida individual y colectiva. Elconocimiento de la real dimensión humana en la fiesta recibe un aporte que no esreemplazable por sucedáneos. La fiesta es revelación del verdadero ser y acontecerdel hombre. No es descabellada la hipótesis de que la salud de los pueblos se puedemedir por la vigencia y calidad de sus fiestas. En la fiesta se restauran las relacionesesenciales del hombre consigo mismo, con los otros hombres, con el mundo y con eltrasmundo. La fiesta es convergencia de lo visible y lo invisible, lo previsible pero sobretodo lo imprescindible para una vida con real calidad. La fiesta es encuentro delindividuo y del grupo con su más entraña identidad”. Ver SEPÚLVEDA Llanos,Fidel: “La fiesta ritual. Perspectiva estética y antropológica”, XVI Temporadade Arte y Cultura Tradicional. Colección Aisthesis, 16, 2000, p. 3

4 2“Además de la liturgia, la vida cristiana se nutre de formas variadas de piedadpopular...Esclareciéndolas a la luz de la fe, la iglesia favorece aquellas formasde religiosidad popular que expresan mejor un sentido evangélico y sabiduríahumana y que enriquecen la vida cristiana.” Catecismo de la Iglesia Católica,pp. 383 y 384.

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sagrado. Podemos apreciar que la iglesia oficial busca el enlaceespiritual emanado de la personificación patriarcal, la que sustentasu rigidez ante los medios de producción, tanto económica comoespiritualmente, controlando para ello la naturaleza, sometiendola tierra y al propio hombre. En cambio, la religiosidad popularposee la vinculación con la madre:

(...) tiene la sabiduría de la mujer, especialmentecampesina, experta conocedora de los misterios fecundos delcuerpo y de la tierra, cuidadora solícita de los débiles, losniños, los enfermos, los moribundos. 43

Por lo señalado, es fácil relacionar el gran apego que secrea a la persona de María de toda una comunidad que se dibujapor el legado histórico, de sus alegrías y también de susinnumerables calamidades.

Maximiliano Salinas señala acertadamente cómo la‘ternura de María’44 llega a la propia conciencia del pueblo,convirtiéndose en protectora y madre, realizándose lacomunicación directa entre lo humano y lo sagrado.

Esta dimensión de María, como reivindicación delcuerpo y de la naturaleza como signos de vida y de calor, esla sustitución popular de la descarnada disciplina eclesiásticafundada en la negación del cuerpo y de lo femenino (...) lacontradicción folklórica entre María tierna y la iglesiamilitante.45

Las experiencias humanas, bajo las distintas estructuras

4 3SALINAS, Maximiliano (1991): Canto a lo Divino y Religión del Oprimido enChile, Ediciones Familia Franciscana, Santiago de Chile, p. 284.

4 4Ibidem.

4 5Ibidem., p.288.

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sean éstas económicas, políticas, sociales, tienen para la culturapopular un denominador común que es la propia experienciacomunitaria, y como comunidad, el acercamiento con lo sagrado.46

Esta vinculación se materializa, no de manera exclusivapor la vinculación de la cultura cristiano occidental, sino quemuy por el contrario, es también fruto de la sabiduría autóctona,pues éstas estaban marcadas por su acercamiento con lo nohumano, vinculación cósmica que cubre toda la experienciacomunitaria y entregaba toda la protección del acontecer diariode la tribu que el propio hombre, ‘el guerrero’, no podíaproporcionar a la tribu o clan.47

Bajo este fundamento, nuestra comuna no escapa aesta premisa reflexiva. Penco está marcado profundamente porsu historia, por una serie de sucesos asociados que transitan en-tre el dolor y la alegría. Es la propia historia centenaria, belicosay dramática, con la que se gesta el propio hombre: puro y depecado, concientes e inconscientes de su precariedad, de su serinconcluso, lo que lo hace deambular tras la búsqueda de susosiego, de su identidad, de su conciencia de hombre, el cual seconvierte en el actor principal de la historia jamás escrita, peroreconocida por la comunidad toda.

La historia de nuestra ciudad tiene que ser tomada paraque se diga lo que es, bajo la luz de sus enormes tradiciones, y demanera especial, de su apego a la persona de María. La presencia4 6

Ver SEPÚLVEDA, Fidel (2000): La fiesta religiosa como imagen de la identidadHispanoamericana, (passim), Departamento de Estética Universidad Católi-ca de Chile.

4 7“Uno de los acontecimientos es la fiesta ritual que cíclicamente rescata la humani-dad del hombre de la rutina y lo abre a inmergirse en un tiempo, espacio, acontecery personajes transfigurados, no sacados de sí, sino reencontrados con su ser primor-dial, con su fuerza, luz, asombro originario. Las fiestas rituales en Américareencuentran al hombre con su destino; lo reinsertan en el círculo de la vida. Loreconcilian con su origen originante, le patentizan sus relaciones esenciales, con lasque se escribe la verdadera historia, la que viven cada día los cromosomas”,SEPÚLVEDA, Fidel. op. cit., p. 4.

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de la Virgen del Carmen en Penco, y su desarrollo con la historiadel mismo, es la inspiradora del carácter de la comunidad, porlo que la convierten en patrona y especialmente protectora detoda posible calamidad tanto natural como humana.48 Es asícomo la repuesta que se dirige a la madre, se realiza año tras añoen la celebración y fiesta popular religiosa lográndose elamalgamiento de la fe con la gran tradición de Penco.

El desarrollo de la fiesta religiosa popular de Penco tienela particularidad de gestarse y terminar en un día, en lo referenteal tiempo, pero dada la magia de la misma, todo se convierte entiempo y espacio mágico, único e irrepetible. Para caracterizaresta fiesta, reconocemos tres momentos: la transformación delespacio; la fiesta religiosa; y la fecundidad de la fiesta.49

1. LA TRANSFORMACIÓN DEL ESPACIO

“Hoy comienza un nuevo año...ayer lo antes,mañana lo después...”50

Lo que hemos denominado por trasformación delespacio, es el accionar del propio pueblo que se reúne y seencuentra como pueblo peregrino. En este peregrinar realiza laagrupación de los recursos, de los medios, materializa el cambiode imagen y fachada de Penco (el cual en este momento quedaimbuido por lo que se denomina magia humana), pues esto seráirrepetible. Sin miramientos, ni solicitud de explicaciones acerca

4 8“Lo ritual es instancia de donde se hace patente lo latente. Por la vía de epifanía yde hierofanía, de revelación y de transfiguración, la hondura y densidad delmisterio emite claves para su vislumbre y goce. Es polaridad que atrae y distanciacon fuerza incoercible.” SEPÚLVEDA, Fidel, op. cit., p. 12.

4 9Esta reflexión y caracterización de la fiesta religiosa popular puede ser revisa-da en los archivos del Centro de Estudio y Proyección del Folklore“PEGUCO” del Magisterio de Penco.

5 0Texto de dramatización en PEGUCO.

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de cómo y por qué los anónimos habitantes se han convertidoen la personificación de santos, de discípulos, del mismo hijo deDios hecho hombre - mujer - niño. No es de extrañar que losvagabundos y alcohólicos hayan dejado esa faceta por la deperegrinos, con el deseo de cumplir y dar honores a la Madre, ypor sobre todo cumplir con su parte del rito.

La masa popular se asocia de acuerdo a poblaciones,vínculos comerciales, laborales, etc. y bajo esta nuevaorganización, crea y manifiesta su devoción presentando adornos,colores, sonidos, movimientos, en fin una serie de actividadeslúdicas que toman un carácter sagrado para entrar en lavinculación de lo que se aproxima.

Al darse este milagro humano tendrá que darse el inicioa la fiesta religiosa popular, ya que el espacio se gestó de unanueva creación y el tiempo se detiene para dar paso al tiemposagrado de recorrido y espera. Todo está preparado para recibir atan espléndida imagen, la cual pasa a pertenecer íntegramente atoda la comunidad.

2. LA FIESTA RELIGIOSA

“Hemos sido peregrinos...peregrinos, por nuestro pueblo...”51

El segundo momento, es el que corresponde a la fiestareligiosa, en la que la comunidad ha vivido el momento detransición desde lo profano a lo sagrado; el mundo material hasido modificado, toda la comunidad espera lo que aconteceráen este día mágico.

La comunidad ha sido transformada y transfigurada porobra de la misma, con lo cual se espera la convergencia de lo sagradocon lo profano, quedando todos los participantes en un tranceespiritual. Esta instancia será símbolo de que por todos los rincones5 1

Ibidem.

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de Penco, se irradiará la magnificencia de tal comunión del pueblocon su Madre, y de esta manera, se esperará el milagro que cadaparticipante ha encomendado. Aquí será el tañer de las campanaslas que darán el mensaje sonoro del hecho, y acompañarán entodo este momento al pueblo peregrino, de comienzo a fin, desdeel momento de la salida de la imagen del templo (espacio de cultooficial), hasta el retorno luego del peregrinaje.

Penco recibe a su protectora bajo otra faceta. Penco hasido nuevamente fundado bajo la mano humana de toda lacomunidad. Ya no es el español quien se encomienda en lagestación de este núcleo humano, es otro espacio, es otro tiempo.En este momento, no hay organización rígida que controle elsentir de cada participante, todos somos peregrinos por la Madrede Jesús, por la Madre que cobija bajo su manto protector a lacomunidad que participa, todos cantan, todos rezan. Se desarrollaun mundo de relaciones sin llegar a la enajenación, ni menos alsometimiento absoluto de lo que es religioso (oficial).

Las mandas y las mortificaciones se presentan en la directacomunicación que aflora en todo el recorrido del peregrinaje y, eneste mismo, se relacionan los hombres proporcionándose la ayudanecesaria para poder cumplir el rito ancestral. De esta manera seproporcionan el agua que refresca y que condiciona el paso de laprocesión y es en este recorrido en el cual se sacralizan las calles, lascasas, los barrios al llevar en los antejardines o en las áreas verdesescenas de la biblia, que personifican hombres que se conviertenen verdaderos apóstoles de lo sagrado.

En definitiva, en el recorrido del pueblo se genera unacomunión directa entre la comunidad y lo sagrado. Así, se haráposible el cambio o el gran milagro esperado por cada participante.

3. LA FECUNDIDAD DE LA FIESTA

“Solo nos queda todo lo vivido...para poder vivir...”525 2Ibidem

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De esta manera, se llega al último momento, a laFecundidad de la Fiesta, es en este instante en que el tiempo y elespacio vuelven a la ‘normalidad’, a lo habitual, a lo cotidiano.

Pero de todo este retorno a lo que se era, no todo quedainalterable, ya no existe una comuna inmutable, no existe unarelación familiar monótona, ya que este día queda marcado por untiempo cronológico que plasma las retinas y la memoria colectivade sonidos, de colores, de imágenes; queda la gratitud, la esperanza;en síntesis, sentimientos humanos que son únicos, denotando conello un antes y un después, creándose la materialización de la fiesta,de cambio de año vivido a otro que se vivirá, se materializa laaproximación de este año que se vivirá y que se soñará.

Es este cargamento de energía que confluye en estetiempo atemporal y afísico, pues no sólo es la comunicacióncon lo sagrado, sino que también la purificación del pueblo y elcomienzo de una nueva vida y la posibilidad de generar la necesariasabiduría para alimentar a las siguientes generaciones que deberán,por misión, mantener dicho rito hasta el fin del mundo.

De todo este instante de encuentro y comunión, lacultura popular se verá enfrentada a sostener y plantear susargumentos para llegar a ser considerada, frente a la reflexiónhistórica y a la proyección de la comuna. Es de esta manera,como se sostiene la profunda y urgente necesidad de llegar a lamatriz de toda sociedad en el mundo. Esta es la sabiduría popu-lar, a través de la cual se podrá llegar a ser elemento de liberacióndel hombre que tarde o temprano se desatará de la opresióncultural y material a que esta expuesto día a día.

El Folklore: La Respuesta Al Hombre De Hoy… 53

Penco, Agosto 2006.5 3Lema del cuarto encuentro de Folklore Zonal Sur del Magisterio de Chile,realizado en la ciudad de Penco entre los días 3 y 5 de Octubre de 1996.

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DELINCUENCIA Y BANDIDAJE EN LA

PROVINCIA DE CONCEPCIÓN

1835 -1860

Mario Valdés Vera*

La mirada del ciudadano constituye el único estrado desde donde loshechos y procesos históricos no sólo se pueden “investigar” en su condición de

verdad (tarea de los historiadores), sino, también, legítimamente, “juzgar” y“utilizar”. No juzgar para condenar y/o glorificar, ni utilizar para ignorar su

objetividad, sino para algo más trascendente e histórico: para producir yreproducir la vida social en un nivel superior 1

INTRODUCCION

La mayor parte de las investigaciones dedicadas aexplicar la existencia de fenómenos constitutivos de marginalidady conflictividad social en la historia de Chile, entienden albandidaje y la delincuencia como un continuum histórico decarácter global, asociado a los modos de producción yreproducción económica que se desarrollaron en la zona centrosur chilena, desde la segunda mitad del siglo XVIII.

En este artículo, se propone una caracterización delas acciones de marginalidad y disrupción social, en especial de

* Magíster en Historia. Profesor Universidad ARCIS Arauco. Miembro delTaller de Ciencias Sociales “Luis Vitale” de Concepción. Correo electrónico:[email protected]

1SALAZAR, Gabriel y Julio Pinto (1999): Historia Contemporánea de Chile Vol.1. Estado, legitimidad, ciudadanía. Editorial LOM, Santiago de Chile, pp. 8-9.

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los hechos de carácter delictual, registrados en la provincia deConcepción entre 1835 y 1860. Estos hechos, cuyosprotagonistas constituyen el sujeto histórico rastreado por loshistoriadores, dedicados al fenómeno del bandidaje y lamarginalidad social, son principalmente y en virtud de lasfuentes consultadas: salteos, robo de animales o abigeato yhurtos. La investigación pone énfasis en la caracterización delos delitos, y -a través de ello- del sujeto histórico popular,extrayendo sus testimonios de las causas criminales de la época.Por otro lado, pretendemos caracterizar la reacción de los grupossociales dominantes a través de la revisión de la prensa delperíodo, frente a la ocurrencia de estas acciones. Esta fuentenos proporciona la mirada de los actores sociales influyentes,tanto desde el Estado como desde la sociedad civil, quienesmanifiestan un alto grado de preocupación por la delincuenciay los robos como un problema de orden público y del bajopueblo que se constituye en un obstáculo para el desarrollo yel progreso social.

Para efectos de la comprensión del fenómeno enestudio, diremos que el concepto de bandidaje comprende, nosolo la acción concertada de un grupo de personas paradesarrollar acciones de delincuencia y criminalidad de maneracontinua y sistemática, en el contexto de una sociedademinentemente rural, sino que, como concepto funcional a lacomprensión de una época histórica, lo haremos extensivo alos delitos contra la propiedad que son cometidos en unterritorio que experimenta un fuerte proceso de transformaciónsocial, tal cual lo constituyó la provincia de Concepción entre1835 y 1860.

En este contexto nuestra investigación se aleja delconcepto de ‘bandido social’ postulada por Hobsbawn y seacerca al contenido de bandido como el individuo o grupo deindividuos que se pone al margen de la ley desafiando el orden

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económico, social y político.2 Es, desde un punto de vista so-cial, el individuo de raíz campesina o no, que delinque por afanesindividuales - coyunturales y que hace de esto una forma devida. Es, según lo plantea el propio autor, el fenómeno másnumeroso que se da en sociedades en transición hacia formascapitalistas de producción. De esta forma Hobsbawn caracterizael bandolerismo.

De esta manera, al desafiar a los que tienen oreivindican el poder, la ley y el control de los recursos, elbandolerismo desafía simultáneamente al orden económico,social y político. Este es el significado histórico del bandolerismoen las sociedades con divisiones de clases y estado.3

El bandido, por tanto, es el hombre declarado fuera dela ley:

el significado (italiano) original de la palabrabandito es un hombre ‘declarado fuera de la ley’ por lasrazones que sean (...)4

De esta forma, las fuentes consultadas constatanacciones de bandidaje y delincuencia que se hacen recurrentes y

2HOBSBAWN, Eric (1983): Rebeldes y Primitivos. Estudios sobre las formasarcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX. Editorial Ariel, Barce-lona, Para este autor el concepto de “bandolerismo social” supone que estasacciones delictuales constituirían un modo de protesta social primitiva. Loque acarrearía la simpatía y solidaridad de sus iguales Esta situación Hobsbawnla graficaría en personajes como Robin Hood: “El bandolerismo es una formamás bien primitiva de protesta social organizada, acaso la más primitiva queconocemos. En cualquier caso, en no pocas sociedades, lo ven así los pobres, que porlo mismo protegen al bandolero, lo consideran su defensor, lo idealizan y convier-ten en un mito.”

3HOBSBAWN, Eric (2001): Bandidos, 3ª Edición, Editorial Crítica, Barcelo-na, p. 19

4Ibidem, p. 25.

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poseen características similares en relación, sobre todo, al tipode delitos, a la preocupación expresada por las elites y demostradaen las continuas publicaciones sobre el problema rastreadas en laprensa del periodo, y en la extracción de clase de los inculpadose involucrados. Todos estos antecedentes nos ayudarán a construirel sentido histórico concreto que tienen las acciones delictuales,en tanto se constituirían como una respuesta de las clasessubordinadas a las condiciones de vida material que resultabande las profundos cambios que experimentaba la sociedad de laépoca. No obstante, creemos que - en tanto constante social ehistórica - la ocurrencia de acciones de bandolerismo y delincuencia,y otras de disrupción social, deben operar necesariamente, algunosmecanismos culturales, de cosmovisión e identidad que esnecesario, de la misma manera, reconstruir e historiar.

A partir de lo anterior, podemos encontrar diversasmotivaciones que influían en la conducta delictual de –principalmente - peones y gañanes. Pero existe la evidencia quemuestra que las acciones de trasgresión resultan - en gran parte delas causas criminales estudiadas - de la materialización del impulsodel individuo que se ve motivado, en el contexto de una condiciónsocial precaria, a desbordar los límites de los marcos éticos y de lasnormas sociales impuestas por la cultura dominante. En el casoconcreto de las acciones delictuales y de bandidaje, las motivacionesvan desde el proveerse de alimentos, como es habitual en elabigeato, o la simple necesidad de bienes o dinero.

Por lo tanto, y en relación a lo anterior, entenderemospara efectos de este estudio, el concepto de bandidaje comoaquel que comprende las acciones y delitos, destinados atransgredir el derecho a la propiedad privada y a la integridadfísica de las víctimas. En este sentido lo utilizaremos paracaracterizar un fenómeno histórico recurrente en las sociedadesen proceso de transformación y modernización, y que sedesarrolla de igual manera en las sociedades que experimentan

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una mutación desde formas tradicionales - con la organización ydinámica que ésta supone- hacia una sociedad que recibepaulatinamente las modernizaciones del mundo capitalista,generándose un imaginario colectivo marginal caracterizado porla consecución de fines particulares por medios ilícitos.

I CONCEPCIÓN A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

Los fenómenos de delincuencia y bandidaje estudiadosse enmarcan territorialmente en la provincia de Concepción,entre 1835 y 1860. Este espacio temporal encuentra a la provinciaen un proceso de progresiva modernización lo que le otorga, enespecial al espacio central de Concepción, una impronta distintaa la que tenía en los años anteriores a las guerras de Independencia.A pesar de ello, continúa siendo un espacio de labores propiasde una sociedad agrícola y tradicional, que es modificadoprogresivamente por los oficios emergidos a causa de las nuevasactividades económicas: la expansión de la molinería del trigo,la explotación de los yacimientos carboníferos de la zona delGolfo de Arauco, y la puesta en marcha de los centros comercialesde la ciudad de Concepción.

La provincia de Concepción comienza a experimentar unnuevo ordenamiento social y territorial basado en la transformaciónoperada, desde las antiguas formas de trabajo precapitalista,principalmente labores agrícolas y campesinas, a la formación de unenclave urbano en vías de transformación y modernización. Estotrae consigo las problemáticas inherentes a tal condición, de las cualesuna de las más significativas, la constituye la masa de inmigrantespobres que se instalan, principalmente en los centros urbanos de laprovincia, en especial en los alrededores de la ciudad de Concepción.Este grupo de personas ejercerán presión para ocupar tierras depropiedad municipal y particular, y se irán transformandopaulatinamente en una población urbana y proletarizada, lo que

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se rastrea en las fuentes oficiales de la época, las que también dancuenta del esfuerzo que hacen las autoridades por solucionar elproblema de los pobres llegados a la capital provincial.5

De esta manera la provincia y en especial el viejoConcepción de raigambre latifundista, van dando paso, poco apoco, a una ciudad cuya disposición territorial y social, es ordenadapor esta nueva dinámica de las pujantes economías locales, dirigiday controlada por comerciantes e inversionistas locales y foráneos.

Un aspecto importante de esta nueva impronta de laurbe penquista, es la orientación que adoptan los flujos depoblación y de mercaderías hacia los puertos como puntoscentrales de actividad y de desarrollo, característica propia deuna urbe exportadora. Lo anterior trae consigo el desarrollo delcomercio, que dinamiza el mercado interno de la Provinciaofreciendo oportunidades que pueden ser aprovechadas porgrupos y sectores que desarrollan actividades económicasrelacionadas y que se incorporan de manera homogénea yequilibrada al proceso urbano - modernizador.

Es así como, el intercambio comercial, como actividadeconómica propia de la pujante urbe, constituyó uno de los cam-pos nuevos de ocupación laboral y representó la actividadpredominante para los inmigrantes inversionistas extranjeros. Esasí, como en una rápida mirada a la prensa de este tiempo,encontramos las siguientes casas comerciales con sede en la capi-tal de la provincia: La panadería de Gerardo Pellicier, la curtiembrede Alejandro Hurrel, la sociedad mercantil Aninat, la casa francesade muebles, tapicerías y carruajes Gross y Felenberg, la tienda deTomás Segundo Smith, la relojería y joyería de SantiagoLichtenberg, y entre otras, la tienda de Valeriano Parodi.6

5PACHECO, Arnoldo. “Los pobres en la ciudad. Concepción 1830-1880”,en REVISTA DE HISTORIA, Año 4, Vol.4. Universidad de Concepción,Concepción. 1996.

6El Correo del Sur, varios números entre 1856 -1860.

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No obstante, y pensando en el proceso histórico en quese encuentra inmersa la ciudad y la provincia, éste tiene por lomenos dos niveles que se mueven y actúan en forma paralela: porun lado la diversificación de las actividades económicas y eldesarrollo urbano que esto trae consigo, reflejado en las nuevasactividades productivas, de carácter capitalista. Por otro lado, estasactividades y estas dinámicas de reproducción material y social,van dejando sectores importantes de la población, en especial alinmigrante rural y sus familias, al margen de los beneficios que lasactividades económicas citadinas ofrecen. Es por ello que lasposibilidades de cumplir las expectativas de progreso personal yfamiliar, se ven obstaculizadas por factores materiales y de exclusiónsocial, que los transforma en grupos que pugnan, de una manerau otra, por alcanzar los beneficios de la modernización.

II LOS DELINCUENTES Y BANDIDOS EN LA “HISTORIA LARGA”

El segmento marginal de población que queda separadode los procesos modernizadores y que periódicamente aparecenen nuestro acontecer histórico, tiene su origen en Chile, y en elespacio de la provincia, en los lejanos tiempos coloniales.Manteniéndose como una estructura que subyace también a lossiglos republicanos y que al decir de Mario Góngora, obedece alas transformaciones experimentadas por la mano de obra mes-tiza, en su tránsito hacia el proceso modernizador del siglo XIX.

(…) las configuraciones llamadas ‘coloniales’ no son‘el pasado’ según una imagen del tiempo histórico, sino queson estructuras de base que subyacen a todo el acontecer delperiodo ‘nacional’ 7

6El Correo del Sur, varios números entre 1856-1860.

7GÓNGORA, Mario (1980): Vagabundaje y sociedad fronteriza en Chile. (Si-glos XVII al XIX), en: Estudios de Historia de las Ideas y de Historia Social.Ediciones Universitarias de Valparaíso.

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De esta manera, la sociedad chilena de fines del periodocolonial, se nos presenta como una sociedad en profundos procesosde cambios y transformaciones, dada la evolución de las actividadeseconómicas y por ende de las modificaciones del mercado laboralinterno. En este contexto, existe un grupo importante de poblaciónmestiza, que asume un permanente proceso de acomodo e inserciónal sistema laboral, a través de la actividad agrícola y hacendal y -por otro lado- un grupo que queda temporal o permanentementeal margen del sistema productivo y por ende de los procesos demodernización. Lo anterior ocurre por imposición violenta de larealidad histórica o por la opción de lo que podríamos denominarla ociosidad popular o la libertad ancestral de no sometimientode gran parte de los grupos sociales populares.

Hay una íntima tendencia al vagabundaje engrupos sin estatuto, privilegios ni organización dentro delorden existente: así los grupos marginales: mestizos, mulatos,sambos y negros libres a ellos se unen por motivos más obviostoda clase de delincuentes de esclavos e indígenas fugitivos.8

Es de este modo, y obedeciendo a las particularidadespropias de Concepción como las que hemos venido reseñando,que existe en la provincia un importante grupo de poblaciónque queda al margen de las actividades productivas y de losbeneficios de la modernización capitalista.9 Estos grupos sociales,8

Ibidem, p. 3299

La noción de marginalidad generó un prolífico debate en los marcos de la teoríade la dependencia, que intentará explicar el fenómeno de acuerdo a las caracte-rísticas del proceso de desarrollo económico de los países latinoamericanos,principalmente. Para efectos de este estudio, entenderemos el concepto como unproceso que “da cuenta de la manera indirecta, fragmentaria e inestable de inserción, aque crecientes segmentos de la población son sometidos, en las tendencias que el modo deproducción capitalista asume como dominantes, y, por consecuencia de lo cual, esos seg-mentos pasan a ocupar el nivel más dominado del orden social”, en QUIJANO, Aníbal(1971): “Redefinición de la dependencia y proceso de marginalización en AméricaLatina”, en Populismo, marginalización y dependencia, Educa, Siglo XXI, México.

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que podríamos calificar de marginales, constituyen una parteimportante de población que acomete acciones disruptoras parael orden y el progreso enarbolado, como ideología civilizatoriapor las elites penquistas de la época. Tales acciones se manifiestanen actitudes de indisciplina social que van desde la simplevagancia, la ebriedad callejera, el echarse al monte, los juegospopulares, acciones de delincuencia y bandolerismo, violaciones,hasta hechos de sangre como asesinatos.

Cabe notar que estas acciones, como estructurahistórica, en lenguaje de la Escuela de los Annales, son rastreadaspor Góngora, bastante entrado el siglo XVIII. De tal manera yrefiriéndose a las continuas quejas de las autoridades de la segundamitad del mencionado siglo, en especial en las zonas al sur delMaule, Góngora señala:

En Concepción escuchamos idénticas quejas, en1758 del Corregidor; en 1766 del Promotor Fiscal delObispado; en 1776 del Procurador de la Ciudad, que selamenta del cuatrerismo que se ha hecho imposible para losvecinos de Concepción y para los de Chillán (...) Eldocumento del Promotor Fiscal marca una relación entre elaumento de población, la ocupación consiguiente de terrenosque anteriormente se dedicaban a la crianza de vacas , y lamultitud de hurtos de animales que se conducían a venderentre los indios del Sur del Biobío como un recurso de lospobladores más pobres (...) La relación entre la pobreza delpequeño campesino y la ociosidad y delincuencia como salidasnormales de esta situación, es un tópico que encontramosabundantemente repetido en esta época, reformista y afanosade planes de mejoramiento económico (...) 10

1 0GÓNGORA, Mario, op.cit. p. 379

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Un aspecto importante de la idea expuesta por Góngoradice relación con que la mayor parte de las personas vinculadas aacciones de vagabundaje, delincuencia y bandolerismo, tienen arraigocomo gañanes o pequeños propietarios empobrecidos o peones,haciendo referencia a Archivos Judiciales de Chile Central.

En los casos que hay datos sobre la ocupación delacusado podemos afirmar que, en su mayoría, son trabajadoresocasionales, gañanes y en segundo lugar, pequeños propietariose inquilinos 11

La sociedad penquista de mediados del XIX no escapaa las consideraciones generales formuladas por Góngora. Es asícomo en este incipiente proceso de modernización, aparecennuevas posibilidades de incorporarse al mercado laboral para losgañanes y trabajadores ocasionales del campo. Comienzan avislumbrarse nuevas ocupaciones propias de una sociedad enproceso de modernización. Nos referimos principalmente a laaparición del peón asalariado, que al ser abundante representaun empleo precario, inestable y permanentemente ligado a losciclos de la economía mono-exportadora.

Lo anterior genera conflictos sociales de importancia,que se dan en el seno de la sociedad provincial, reflejado en lasacciones delictuales, de marginalidad y de ruptura social, que alparecer y de acuerdo a lo encontrado en las fuentes son propiasde una sociedad en transición, en que se viven procesos dinámicosy contradictorios como los señalados.

La población tendía a reproducir su estilotradicional de vida dentro de la ciudad, lo cual se contraponíaa la tendencia urbana que se estaba formando por la

1 1Ibidem, p.369

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influencia de una región abierta hacia el exterior, por ellogran parte de los gastos municipales se dedicaba a la formaciónde guardias, serenos y otros12

Los mestizos e indígenas pobres que emigran desde lossectores campesinos a la ciudad, se convertirán en los sectoresmarginales de este espacio en transformación, y pasarán aconstituirse en una de las principales preocupaciones de lasautoridades y grupos que conducen el proceso modernizador. Siconsideramos la estructura laboral del período estudiado, elpredominio del estrato identificado por las fuentes como‘gañanes’, conforma el grupo mayoritario. Lo anterior en el marcode una provincia como Concepción que se constituye en unespacio donde subsisten formas de cultura y sociedadtradicionales que arrancan desde el siglo XVIII, tales como losgañanes y trabajadores del campo, trabajadores temporales queejercen labores asociados a los ritmos de las faenas agrícolas, hastael peón proletario, propio de las economías modernas del sigloXIX. Este último, sujeto histórico estructurado, a partir delaumento de la población mestiza, llega al centro de la provincia,con el ánimo de acceder a la modernización capitalista, lo cual setraduce en una mayor disponibilidad -y menores precios- de losalimentos y la ropa, así como la posibilidad de formar una fa-milia, y encontrar la alternativa de un nuevo empleo.

Por un lado, la dinámica de modernización social yurbana, y por otro lado la consolidación del latifundio triguero,determinan la imposibilidad de continuar dependiendo de laspequeñas propiedades campesinas; el inquilino - trabajador del

1 2CERDA, Patricia (1983): Transformación y modernización de una sociedadtradicional. La provincia de Concepción durante la primera mitad del siglo XIX.Tesis para optar al grado de Magíster en Historia con mención en Historia deAmérica. Departamento de Ciencias Históricas, Facultad de Filosofía, Hu-manidades y Educación, Universidad de Chile. Santiago de Chile.

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campo por excelencia- fue perdiendo pie lentamente, ante elarrollador avance del latifundio. Y, en términos de la economíaurbana, ante el avance del trabajador proletarizado.

III LOS DELITOS

La recurrente aparición de los delitos cometidos, en laprensa del periodo, constituye una señal importante de lapreocupación de las clases dominantes por los continuos actosdelictuales y de bandidaje que se desatan en las ciudades de laprovincia y sus alrededores. Nuevos grupos sociales agudizanlos problemas de marginalidad y disrupción social que se arrastranestructuralmente desde los tiempos coloniales:

En los países civilizados existen reglamentos sabios,dictados por la experiencia de los siglos que han producidobuenos resultados para atacar a los vagos (....) Las autoridadesque son responsables del orden i de la seguridad pública tienenel derecho i el deber de averiguar la ocupación de cada cuali de saber si los medios de que se vale para vivir son o nolejitimos.13

La preocupación central radica, por tanto, en losobstáculos que expresan las acciones delictuales y de vagabundajepara el progreso y desarrollo de la provincia. Se deja ver la necesidadde poner en práctica medidas de control y disciplinamiento so-cial, que vengan a impedir la ocurrencia de delitos y que sitúen a laprovincia, a la altura de los países civilizados.

En el año 1852, el corresponsal del Correo del Sur enRere, informa en una de sus columnas bajo el título de “Seguridadde la Propiedad”:

1 3El Correo del Sur, enero de 1859

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Quedan en pie y haciendo frente a nuestratranquilidad, los malvados, los forajidos, los malhechores, queal favor de la impunidad diezman nuestras propiedades , hartoinseguras y las diezman con un descaro insolente que consumende despecho al hombre industrioso abandonado a sus propiosrecursos, no hallando a donde dirigirse a implorar protección14

La llamada de atención a las autoridades, de parte deun sector de los propietarios de Rere, se traduce en lainterpelación pública para que actúen frente a la impunidad yenvergadura de los delitos. Continúa el periódico:

Es tal el deplorable estado a que ha llegado nuestroDepartamento, que hai Subdelegación en que estos bandidosse reúnen, acuerdan el ataque, lo ejecutan de noche y comeny beben de día, lo que han pillado sin que nadie los inquiete.Que hace entretanto el Gobernador a quien se le ha confiadola seguridad de las propiedades de sus gobernados. Se halevantado alguna vez de la cama llevando en la cabeza a sudespacho el pensamiento de formular una medida capaz desolucionar nuestra azarosa situación.15

De esta misma forma en la localidad de Yumbel elproblemas de los salteos y robos se torna, según esta fuente, enun asunto fuera de control para lo cual la comunidad, al ver laindolencia de las autoridades, se organiza, con el objeto decontrolar ellos mismos, las continuas acciones de delincuencia.Es así como en 1852, el Correo del Sur informa sobre la creaciónde un cuerpo de “vijilantes” que se hará cargo del cuidado de laspropiedades.

1 4El Correo del Sur, febrero de 1852

1 5Ibidem.

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En la villa de Yumbel cabecera de Departamentose ha creado un Cuerpo (...) es solamente un cuerpo devijilantes.16

En Rafael, el año 1852, el mismo diario informa sobrela frecuencia de los robos y la falta de vigilantes en las haciendas,campos y en el pueblo: “En Rafael ha habido siempre jenteinclinada a quebrantar el sétimo mandamiento”

En la capital de la provincia, la situación no es diferente.En junio de 1853 el periódico en cuestión denuncia bajo el títulode “Robos”:

Esta mala plaga comienza a hacer estragos enConcepción, se ha hablado antes de compañías organizadasde ladronzuelos cuyos progresos se han logrado cortar con eltiempo. Pero la repetición de los robos no ha cesado. Lo queprueba que roban con más acierto los ladrones que trabajansolos que los asociados.17

El pujante puerto de Tomé no escapa a la acción de losmalhechores que interrumpen la paz de la provincia. Bajo elTítulo de “Salteo”, se lee:

Se nos asegura que antes de anoche ha sidodegollado a la llegada a Tomé el joven Vicente Sepúlveda,alumno del Liceo, que iba al lado de sus padres a pasar lasvacaciones (...) Los caminos infestados de facinerosos, ya nopresentan seguridad para nadie”.18

Como parte del mismo artículo se informa que:1 6

El Correo del Sur, diciembre de 18521 7

Ibidem, 18531 8

Ibidem, enero de 1857.

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(...) un señor Palacios ha sido asaltado por variosfacinerosos cerca de Puchacai i que ha logrado escapar de susgarras recibiendo seis heridas con arma blanca.19

Constituye lo anterior una muestra representativa dela importancia que se le asigna al tema de la seguridad de lapropiedad y de los bienes, a lo que se agrega la preocupaciónconstante por la integridad física de las víctimas. En este sentidocabe destacar que los sucesos de criminalidad en el marco de laFrontera, se caracterizaron por sus grados de crueldad y sangrefría. De esta manera se refiere Leonardo León al caso deConcepción terminado el siglo XIX.

Concepción, vieja y vetusta, veterana ya en lasandanzas de cuatreros, montoneros y bandidos, servía ahorade balaustrada a un crecido número de ladrones urbanosque asolaban a los residentes más pacíficos de la ciudad. 20

Cita enseguida León, el diario El País de la capital pro-vincial, que en su edición de mayo de 1896 señalaba:

Concepción se va viendo convertido ya enmadriguera de malhechores y bandidos. Los asaltos a manoarmada y asesinatos que se han venido perpetrandoúltimamente, son numerosos y mantienen llenos de justaalarma a los vecinos de la localidad.21

De lo anterior resalta un aspecto importante que marcala diferencia con las acciones de delincuencia y bandolerismo

1 9El Correo del Sur, enero 1857.

2 0LEÓN, Leonardo (2005): Los Bandidos del Arcaísmo. Criminalidad en laAraucanía 1880-1900, passim, p. 16.

2 1El País, mayo de 1896. Citado por LEÓN, Leonardo, op. cit., p. 22

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anterior a las guerras de Independencia. En efecto, a partir de 1835,y en consideración a las fuentes estudiadas, las acciones delictualesadoptan un tenor individual, que no implica, necesariamente, laprodigalidad en las ganancias de las acciones constitutivas derebeldía social en términos de Hosbsbawn. Esto se explicaría, comolo hemos venido estableciendo, dadas las características de transicióny modernización que adopta la sociedad penquista de la época.Aspectos tales como el salteo o los robos en la calle del Comercio,actual Barros Arana, una de las principales arterias de la ciudad,son recurrentes en esta etapa de formación de la moderna sociedadpenquista. Un ejemplo de ello es la preocupación manifestadapor la prensa del periodo, por los robos que ocurren en las tiendascomerciales del centro de la naciente urbe.

Se ha robado la tienda de José Manuel Ribera, elcandado roto y arrojado al medio de la calle. Según el partepolicial se han robado las siguientes especies: 12 pesos en plata,2 paquetes de camisas e algodón y 9 piezas de género.22

Líneas más abajo se lee:

Anoche en la calle del Comercio se ha abierto latienda de Dionisio Cisterna (...)23

La preocupación se extiende a la frecuencia con que sedelinque.

La policía comienza a dar parte casi diariamentede un robo de más o menos consideración (...)24

2 2El Correo del Sur, junio de 1853

2 3Ibidem.

2 4Ibidem, julio de 1853

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En una carta de los comerciantes de Concepción alIntendente, se deja ver el malestar de éstos por la situación decontinuos robos y acciones de delincuencia que se registran en laciudad. La contratación de un cuerpo de serenos y guardias y lainstalación de luminarias, son algunas de las soluciones yexigencias que plantean los mercaderes. 25

En el mismo diario, se informa del robo de la JoyeríaAlemana ubicada en la calle Comercio (actual Barros Arana) y secritica la tardía acción de la policía.

El día domingo a las 11 de la noche se ha intentadorobar en la Joyería Alemana situado en la calle del Comercio.La policía llega al lugar de los hechos mucho rato después yel sereno no estaba atento al parecer de lo que ocurría en lacalle. Es necesario que se castigue a los policías que no cumplensu deber en especial aumentar los policías y serenos en lacalle del Comercio que es una de las calles más importantesde la ciudad.26

La presión a las autoridades a través de la prensa se hacepatente. El día 10 de septiembre de 1853, el Correo del Surpublica la siguiente noticia bajo el título “Robos”:

Siguen los robos con su frecuencia de cada día.Hemos indicado varios de poco tiempo a esta parte, el de Cis-terna, el de Rivera, el de Martínez y de la Joyería Alemana(...) Ahora denunciamos otro muy reciente de dos días, se hanintroducido anoche uno o varios ladrones en la casa del Sr.Sanders, cuya familia está ausente y han abierto todas laspuertas de las habitaciones, cómodas, roperos, despensas (...) 27

2 5El Correo del Sur, junio de 1853

2 6Ibidem, 30 de agosto de 1853.

2 7Ibidem, septiembre de 1853

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Continua, como es la tónica de las noticias que tratanestos temas, con una fuerte crítica a la policía a la que se acusa denegligente y de no realizar su labor. En el mismo tono, días mástarde el medio continúa con su preocupación:

Siguen los robos y la impunidad de ellos sin ningúngénero de responsabilidad por parte de la policía (...) Seagregan a la lista la alcancía de la Iglesia San José, dos rollosde cuero inglés, una pieza de tocuyo, dos fresnos y libros decáñamo robados anoche a AR. Gross de una pieza que ocupaen la casa de Francisco del Río.28

El día 27 del mismo mes el diario señala:

El sábado pasado otro robo: Se ha robado a TomasSmith toda la ropa de su uso y otras cosas que no recordamos. 29

De lo anterior podemos inferir que existe una verdaderacampaña comunicacional del periódico en relación a los continuosrobos que afectan a los comerciantes penquistas de la época.

Es claro, además, que las noticias en este periódicotienden a denunciar un clima de inseguridad y desorden queconspira contra el desarrollo en paz y tranquilidad de la urbepenquista. Se deja entrever, por otro lado, el llamado de atencióna las autoridades a tomar las medidas necesarias para contener lasacciones delictuales que al parecer afectan mayoritariamente alos comerciantes y personas acomodadas de la ciudad. Es poresto, que desde el periódico, no solo existe una campaña dedenuncias de “Robos”, sino también una campaña constante dedenuncia de la vagancia y la ociosidad como factores que propician

2 8El Correo del Sur, septiembre 1853

2 9Ibidem.

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estos hechos y en asignar a la policía su responsabilidad en lastareas de prevención:

La policía tiene dos misiones esenciales ycorrelativas- impedir los delitos y aprehender a los criminalespara entregarlos en manos de la justicia.30

Se reclama por parte de los comerciantes y de losvecinos que tienen tribuna en esta publicación, mayor eficienciaen el trabajo policial, poniendo énfasis en que la justicia, tambiéndebe ser más dura y celosa en los castigos asignados. Elcorresponsal en Rere escribe en 1852:

A la policía de seguridad toca perseguir y prender alos malhechores en un país bien gobernado; pero esto no se vejamás en Rere. Si un ciudadano perjudicado en sus intereses nopone de su parte los medios de descubrir un hurto que se le hahecho, el que lo ejecutó nada tiene que temer de la policía.31

Líneas más abajo y luego de dar un ejemplo de cómoun delincuente pasó solo un par de días en la cárcel el corresponsalconcluye:

(...) y cuando todos esperábamos que el juez seríainexorable en la aplicación de la pena, supimos con asombroque el delincuente había sido puesto en libertad (...)32

El sentido de la crítica va aún más lejos. Se pone enduda todo el ordenamiento jurídico, pidiéndose, incluso, elprocesamiento del juez:

3 0El Correo del Sur, enero 1859

3 1Ibidem, febrero 1852

3 2Ibidem.

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¿Cómo permite el Gobernador a los Jueces unproceder tan criminal y de tan perjudicial trascendencia?, ¿Porqué no manda a procesar a ese Juez para que el castigo que seimponga a su disimulo sirva de ejemplo a los demás? 33

IV DELINCUENTES Y BANDIDOS

El origen social de los sujetos partícipes de acciones dedelincuencia y bandidaje, debemos buscarlo en la condición degañanes y peones, como son llamados por las fuentes. Este tipode población marginal se daría, según Góngora, especialmenteen las poblaciones fronterizas, dada la existencia de lascomunidades indígenas y de mestizos afuerinos, que sonconsideradas, por los grupos de poder también como sectoresretardatarios al desarrollo y como obstáculos para lamodernización capitalista y, frente a las cuales - al igual que losdelincuentes y salteadores- el Estado y las clases dominantesdirigen sus esfuerzos represivos y disciplinadores.

Refiriéndose al siglo XIX Góngora señala:

Continuó la atracción del elemento vago hacia losterritorios poblados por indígenas. En 1871 el general CornelioSaavedra mencionaba la existencia de un gran número decriminales que asaltaba y robaba en los distritos de Arauco,Lebu e Imperial; regularmente armados y municionados (...)También seguía su curso la expansión ultra cordillera:prófugos y forajidos vivían en tolderías pehuenches.34

En las fuentes estudiadas para nuestra investigación, severifica una relación directa entre los fenómenos de vagancia y

3 3Ibidem.

3 4GÓNGORA, Mario, op. cit, p. 355.

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de delincuencia o bandolerismo. Sobre todo en una época enque la vagancia se asocia a la ociosidad improductiva. Sobre elproblema de la vagancia como propiciadora de conductasdelictivas y antisociales, se entrega el siguiente testimonio:

La vagancia es cuasi un delito, porque de la ociosidadal crimen no hay sino un solo paso. Perseguir, pues, a los vagosi obligarlos a buscar una ocupación, es prevenir los delitos.35

Se verifica lo planteado por Alejandra Araya, en relacióna la aparición de los vagos en las causas criminales de los sigloscoloniales. La categoría de vago u ocioso resulta de la relacióncon el trabajo y de ahí la potencialidad de ser un ladrón odelincuente. En palabras de la autora:

Los vagabundos no eran delincuentes por suerrancia, sino por su relación con el trabajo, sus formas desostenimiento y por conductas asociadas que resultaban serobjetos de sanciones penales como los juegos prohibidos, elamancebamiento y el hurto.36

Este problema es abordado por la prensa poniendo elacento en la relación que existe entre vagabundaje, ocupación ydelincuencia, y ante la necesidad de establecer medidas por partede la autoridad. Bajo el título de “Lei de Vagos” se destaca lasiguiente noticia:

Esta sería otra ley que nuestro intendente debíapublicar. No se encuentran brazos para la agricultura, ni

3 5El Correo del Sur, enero 1859

3 6ARAYA, Alejandra (1999): Ociosos, Vagabundos y malentretenidos en ChileColonial. DIBAM - Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiagode Chile, p. 13

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para otros trabajos pero en cambio se encuentran vagos yholgazanes para la ociosidad y el pasatiempo. Con un decretitosobre este asunto acabaríamos por extirpar esta mala plagaque nos asedia desde tiempo atrás.37

Es un hecho que uno de los problemas centrales,asociado al tema del vagabundaje es la tendencia al divertimentoque se manifiesta en las calles y en los locales de venta de bebidasalcohólicas. De esta manera, se pone de manifiesto en la prensa delperiodo, que debe reglamentarse entre las clases populares y enalgunos otros sectores de la población el funcionamiento y existenciade las llamadas chinganas y prostíbulos. El problema es abordadocon un claro sesgo de clase, pues se culpa a los vagos y desposeídosde las situaciones de desorden y alteración del orden público.

El intendente de la provincia, en relación a la situacióndel puerto de Talcahuano, donde señala que las pulperías,chinganas o despachos de licores al por menor son el origen delos desórdenes y la causa de relajación de las costumbres, entrega,en 1853, el siguiente decreto:

Art.1° Ningún individuo de uno u otro sexo podráen lo sucesivo abrir en este puerto pulpería, chingana oexpendio de licores por menor.

Art. 3° El gobernador negará la licencia a la quese refiere el artículo anterior si el solicitante no tiene buenaconducta (…) 38

Si consideramos la envergadura de los delitos y laasociación discursiva que se establece en la triada vagos-ociosos-delincuentes, nos explicamos porque una de las preocupaciones

3 7El Correo del Sur, mayo de 1855

3 8Ibidem.

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fundamentales de las instituciones estatales, así como tambiénde otros actores (periodismo, comerciantes, propietarios), eraestablecer públicamente el mal comportamiento de algunoshabitantes de la provincia. El castigo por tanto debía ser públicoy notorio, aún ante faltas menores. Y la publicidad de las penas,aunque esta fuera simplemente la publicación en el diario deuna pendencia o de un estado de embriaguez, constituía ya unescarnio. Por esta razón, los diarios publicaban habitualmentelas listas de quienes eran sorprendidos en falta:

Manuel Rivas por considerarlo siempre vago, enrazón de no tener renta, oficio, ni beneficio y por juntarsecon personas de mala conducta (…) Manuel Bravo y Juande Dios Araya por ebrios (…) Jesús Prieto González y ManuelBarriga por pendencia (…) 39

La situación se tornaba preocupante para el diariocuando la policía no entregaba las nóminas de infractores. Bajoel título de “Policía” se puede leer en 1847.

No se publican hace mucho tiempo la nómina dedelincuentes que la policía arresta ¿qué pasa? (...) la policíatiene la obligación de informar a la comunidad como medidade ejemplo (...) 40

Si pensamos que una buena cantidad de penas debíanser cumplidas en la vía pública, y que eran muy difundidos entodo el país los presidios ambulantes, en los denominados“Carros” en los que, virtualmente, se paseaba a los reclusos porgran parte de las grandes ciudades, trabajando en las obras públicas

3 9Ibidem.

4 0Ibidem.

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en las que era necesaria mano de obra, constataremos que laspenas aplicadas con exposición públicas eran bastante comunesdesde el nacimiento de los sistemas carcelarios y punitivosimplementados desde el Estado. De esta manera:

El Estado republicano mantuvo, en un principio,algunos presidios coloniales o buscó métodos para hacer delcastigo un espectáculo infamante que desincentivara a lapoblación a acometer delitos 41

Es así como dentro de la elite chilena de la época, sedesarrolla una profunda discusión frente al tema de terminarcon las penas y la exposición pública de los detenidos porconsiderarla inútil al sentido reintegrador que - en teoría- deberíatener el encierro. De esta forma Manuel Montt en el año 1843,se refiere a la necesidad de establecer una cárcel penitenciaria:

(...) hacía ya tiempo que se dejaba sentir la urjentenecesidad de abolir la institución de los carros donde,espuestos los presidiarios a sufrimientos que los exasperaban,léjos de encontrar en ellos estímulo alguno que despertase enellos el arrepentimiento, no podían ménos de acabar decorromperse con su acumulación continua y la degradaciónfatal que producen en el alma los trabajos públicos. 42

Referencia obligada sobre estas temáticas loconstituyen las obras de Michel Foucault, sobre la prisión y elencierro. Para el historiador francés la privación de libertadconstituye un avance en la formulación de las penas durante el

4 1LEON, Marco Antonio, compilador y estudio preliminar (1996): Sistema Car-celario en Chile: Visiones, Realidades y Proyectos (1816-1916). Ed. DIBAM. Fuen-tes para el estudio de la República. Volumen VIII. Santiago de Chile, p. 15

4 2Ibidem, p.85

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siglo XIX. Prescindiendo del castigo físico como castigo, elEstado infringe una pena mucho más profunda y significativa:el encierro.43

Así, al establecer la procedencia social de la mayoría delas personas acusadas en las causas criminales, se concluye que lamayor parte de los encausados como autores de delitos provienendel estrato denominado por las fuentes como “gañanes”, quehace referencia al trabajador ocupado temporalmente en las faenasdel campo, sin arraigo alguno con la tierra, más que un tratotemporal, por lo general de palabra, con algún propietario detrilla, siembra, vides o alguna otra faena campesina.

De esta manera la figura del gañán, incorporado ahoraa las nuevas faenas del mundo urbano y transformado en manode obra asalariada y precaria al servicio de la modernizacióncapitalista impulsada en la provincia, es el principal actor en loshechos delictuales que se investigan por los tribunales.

De las 491 causas criminales estudiadas, 87 de losacusados por el delito de hurto o salteo son gañanes, mestizos,que declaran no saber leer ni escribir. De esta manera se inicia lacausa criminal contra Juan de Dios Carrasco y otros en 1857:

4 3Para Foucault, las postrimerías del siglo XVIII es la época que marca el iniciode la vigilancia social y lo que podríamos llamar, el sistema penal moderno. Esel tiempo en que se dejan atrás los castigos medievales como las torturas ysuplicios, y en general todo lo que tiene que ver con el castigo del cuerpo,comenzando a implementarse las prisiones y las penas de encierro. Esteproceso histórico, constatado para la Europa del Antiguo Régimen, tendríauna causal en las visiones y prácticas de la burguesía para con las capasproletarias. En palabras del historiador francés: “Y creo que el sistema penal, ysobre todo el sistema general de vigilancia que fue puesto a punto hacia finales delsiglo XVIII y principios del XIX en todos los países de Europa, es la sanción de estenuevo hecho: que el viejo ilegalismo popular que era, en algunas de sus forma,tolerado bajo el Antiguo Régimen, se hizo literalmente imposible: fue necesarioponer efectivamente bajo vigilancia a todas las capas populares” FOUCAULT,Michel (1995) Un Diálogo sobre el poder. Alianza Editorial. 5ª Edición, Ma-drid, pp. 60-61. Del mismo autor puede leerse: Vigilar y Castigar (2002):Nacimiento de la prisión. Siglo XXI Editores, Buenos Aires.

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Causa criminal iniciada en septiembre de1857por delito de salteo en contra de: Juan De Dios Carrasco,40 años, no lee ni escribe, gañán, chileno (...)44

De la misma manera otro de los procesados en estacausa es descrito como :

Ignacio Alvarez, más de 25 años, gañán, no lee niescribe, chileno (...)45

En 1856, en causa seguida contra Manuel Arias y otros,se establece por parte del tribunal la condición de gañán de Arias:

El principal acusado Arias, de 23 años y con domicilioen Chiguayante, trabaja como gañán desde los 15 años 46

En el año 1856 se abre causa criminal contra ManuelFlores, por hurto de escopeta. Natural de Palomares, Flores esun gañán que no sabe leer ni escribir y quien es condenado enprimera instancia a trabajos forzados en obras públicas.

En 1848 se abre causa contra José Candia por abigeato.Natural de Yumbel, 60 años, labrador. Antes había estado detenidopor tomar unas “puntillas“(sic) que el pensaba eran de unosparientes. En la causa actual, Candia es finalmente sobreseído.

En una causa posterior, de 1856, es sometido a procesopor robo, José del Carmen Cabrera. La filiación dice:

Soltero, gañán, no lee ni escribe, preso cuatro vecespor embriaguez (...)47

4 4Archivo Nacional Judicial Leg.192. pieza. 35. 1857- 1859

4 5Ibidem.

4 6Archivo Nacional. AJ Con. Leg. 154. 1856

4 7Archivo Nacional. AJ Con. Leg. 156. 1856

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La denunciante Carmen Espinoza dice que Cabrera seentrometió subrepticiamente a su casa. Las declaraciones de todoslos criados de la casa acusan al inculpado, pero él se declarainocente de todos los cargos.

En el año 1857 se abre Causa Criminal contra Juan deDios Carrasco:

40 años, no lee ni escribe, gañán, chileno (...)48

Contra Ignacio Alvarez:

mayor de 25 años, no lee ni escribe, gañán, chileno (…)49

Y Julián Mardones:

31 años, no lee ni escribe, labrador, chileno (…)50

De los tres inculpados en esta causa, dos de ellos sedeclaran gañanes y uno de ellos labrador. Desde esta perspectivapuede desprenderse que los frutos del salteo, aparentemente, ibana ser comercializados por ellos. Esto se desprende de la declaraciónde la policía y de la naturaleza de las especies sustraídas: un cofrecon servicios, joyas de plata, una sombrilla, una cañonera deplata de 12 pesos.

Otra causa es abierta en Concepción en el Departamentode Puchacay bajo el título de “Salteo”. El juez a la cabeza delproceso, realiza una reflexión sobre el orden y la tranquilidadpública en la que se lee:

Es necesario hacer los esfuerzos por castigar yerradicar estos graves problemas de la sociedad de Concepción

4 8Archivo Nacional AJ Con. Leg. 162. 1857

4 9Ibidem.

5 0Ibidem.

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(…) cuyo origen está en las condiciones en que viven muchasgentes de la ciudad (...)51

En una proporción menor aparecen, en ladocumentación revisada, la categoría de albañil u obrero con algunacalificación, presente en la comisión de los delitos. Este obrerohabitualmente está involucrado por necesidad en la comisión deilícitos. Es así por ejemplo como en 1854 se acusa de abigeato aJosé Luis Escobar, Albañil, de Rere. Escobar queda a disposicióndel juez por robar dos bueyes desde la propiedad de José Cuevas,quien arrienda un pedazo de terreno en la hacienda Chaimávida. Talproceso concluye con la declaración de Cuevas quien señala que:

Creo que el acusado Escobar se equivocó al tomarmis bueyes creyendo que eran los de su madre (…) 52

Un balance general del Archivo Judicial de CausasCriminales de Concepción,53 sobre 491 causas entre los años1835 y 1860, nos arroja que los delitos más frecuentes son, enprimer término, el abigeato con un 39%, seguido de los hurtos,con un 30% y los homicidios con un 9 %. En la muestra totallos delitos detectados fueron los siguientes

Abigeato 189Hurtos 147Homicidios 43Violaciones 10Salteos 33Asaltos 11Otros 58TOTAL 491

5 1Archivo Nacional AJ Con. Leg. 55. 1858

5 2Archivo Nacional AJ Con. Leg. 35. 1854

5 3Archivo Nacional. Archivo Judicial de Concepción. Causas Criminales Lega-jos 142 a 204

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En la categoría “otros” contamos: adulterio, pendencia,injurias, falsificación de vales de trigo, vagancia, aposentador deladrones, etc.

De esta forma en una sociedad en transición, en que laagricultura y la ganadería constituyen, aún una de las mayoresfuentes de ocupación, dentro de la actividad económica y quecaracteriza de esta forma las relaciones sociales, es natural que elabigeato o robo de animales sea el delito más frecuente.

El delito de robo de animales está directa oindirectamente presente. Animales robados con el objeto deproveerse alimento, en algunos casos, para comercializar el frutodel robo, en otro, para la alimentación de los ladrones o de susfamilias. El robo de animales, abigeato menor, tiene su correlatocon el tipo de organización económica y los procesos que sefraguan a su amparo, en la sociedad popular penquista.

De esta manera se refiere el historiador JaimeValenzuela al robo de animales en la provincia de Curicó.

Más que una necesidad de subsistencia, esteabigeato menor era una posibilidad que tenían los peoneslocales y sus familias de alcanzar, de vez en cuando unconsumo masivo de carne que les permitiera, almacenar todaclase de subproductos para su consumo posterior (charqui,chicharrones, grasa, cuero). En muchas oportunidades, estasituación servía para invitar amistades y otros familiaresreforzando los lazos sociales ya existentes.54

En Concepción el año 1850, el campesino Juan de DiosArias, es detenido por la policía en la localidad de Santa Juanaacusado de abigeato.5 4

VALENZUELA, Jaime (1999): Bandidaje Rural en Chile Central. Curicó 1850-1900. DIBAM - Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago,Chile, p.133.

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Durante el proceso el acusado se declara inocente ymanifiesta que los animales estaban pastando en una propiedadde un amigo y por lo tanto, equivocadamente los tomó parallevárselos a él.

No estaban las vacas en la propiedad del acusador(…) pensando que eran de mi amigo Pedro Martínez (...)se los llevé a su casa (…)55

El acusado Arias era un gañán venido del sector ruralde Santa Juana y los animales de los que se le acusa robar, estabanen el terreno de un propietario del que no se entregan mayoresantecedentes, dado que el proceso en cuestión se extravía despuésde la primera sentencia. El acusado Arias, es condenado en estaprimera instancia a la pena de 30 azotes y dos meses de prisión.

Este caso de Arias representa una situación muy recurrenteen la época, en que los gañanes y peones libres robaban animalespara su consumo personal, cuestión que es negada recurrentementeen las causas criminales entabladas contra estas personas. Así se vepor ejemplo en la causa iniciada en 1846 contra Juan Valdebenito,Manuel Contreras y José María Guzmán. En las primeras frasesde dicha causa, se puede leer que los policías encontraron carne enla casa de estos dos últimos acusados y los culpan de robo de unavaquilla en la casa de José Alemparte.56

Los acusados inculpan a su vez al primero de losmencionados, cuestión que es permanentemente negada a travésdel proceso por Valdebenito, y que de alguna forma instala unproblema muy recurrente en las declaraciones de los inculpados, enel sentido de establecer claramente la propiedad privada, o lademarcación de las propiedades de tierra, pues es muy habitual que

5 5Archivo Nacional. Archivo Judicial Concepción leg. 184 pieza.45. 1846-1847

5 6Archivo Nacional. Archivo Judicial Concepción. Causa Criminal leg. 150

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los acusados de abigeato, por ejemplo digan no saber que tal o cualpropiedad era de quien les acusaba del robo. El problema de lademarcación de la propiedad en una sociedad ganadera y rural, searrastra desde la colonia como lo manifiesta Alejandra Araya:

Un delito difícil de probar cuando la propiedaddependía de la presencia del dueño, más que una estrictanoción de lo propio (…) Por estas razones, la vigilancia delganado y los límites de la hacienda constituyeron una de lasmayores preocupaciones del ‘siglo del sebo’ (…) 57

De esta forma el delito de abigeato en la provincia deConcepción, se transforma en uno de los principales problemassociales y que tiene su referente inmediato en la preocupaciónmanifestada recurrentemente en la prensa y en las causascriminales revisadas. Asumen de esta manera, las instituciones ylas clases sociales dominantes, un disciplinamiento social basadaen la represión y la aplicación de ‘medidas correctivas’ para conlos grupos que delinquen.

Ya en el siglo XVIII, la preocupación por el robopuede ser entendida como una campaña de educación sobrela propiedad privada.58

No obstante, el robo de animales no siempre obedecea esta especie de ‘confusión’ aducida por los delincuentes. Esrecurrente la figura de la partida de salteadores que asaltan congran violencia las casas de los campos de la zona y cuyo botínsingularmente siguen siendo los animales. De esta manerainforma el Correo del Sur el año 1859 :

5 7ARAYA, Alejandra, op. cit., p.113

5 8Ibidem.

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Diariamente recibimos noticias de la existencia departidas de dos i tres salteadores que asaltan las casas decampo, robando cuanto en ellas encuentran, i llevandoconsigo los animales que encuentran.59

Años antes, otra destacada noticia, del mismo diarioque hemos venido revisando, hace alusión a un animaldespostado en poder de un detenido:

En uno de los días próximos pasados, se aprehendióun malhechor llamado José María Cáceres, por sobrenombreCapi. A este se le halló carne de dos o más animales dediferentes dueños (…)60

La prensa del periodo diariamente da cuenta de robode animales:

Robo de caballo. En los potreros de Chepe. Se ofrecerecompensa y gratificación (...)61

El mismo diario, en abril del mismo año:

Se ha detenido a Pedro Rodríguez por embriaguezy por hurto de un caballo (…)62

La misma situación es informada por el diario en abrilde 1853 :

Se ha detenido a Ramón Victoriano por hurto deun buey.63

5 9El Correo del Sur, febrero de 1859

6 0Ibidem, febrero de 1852

6 1Ibidem, septiembre de 1854

6 2Ibidem, abril 1854

6 3Ibidem, abril de 1853

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En septiembre del mismo año se informa desde Ranquil

Aves de Rapiña. Ladrones de animales. Unaverdadera plaga.64

Desde Los Ángeles se da cuenta que de los 80 presosque existen en la cárcel...

los más por abigeato, (...) venidos desde el otrolado del Biobío.65

Desde Nacimiento el corresponsal del diario observaque esta ciudad se ha transformado en un lugar apropiado paralos hechos delictuales, y que en especial:

el robo de animales es muy frecuente.66

Los primeros meses de 1854 son prolíficos en noticiasrelacionadas con los robos y, en especial con el robo de animales.Desde Rere, se informa en marzo de 1854 de la visita delintendente para ver en terreno los,

(...) frecuentes robos de animales y salteosescandalosos.67

En mayo del mismo año se informa desde la mismalocalidad bajo el título de “Hurtos”:

Familias completas se dedican a robar. Especialmenteel abigeato facilitado por la fuga de las cárceles, de por síprecarias para contenerlos y sin vigilancia suficiente (...)68

6 4El Correo del Sur, septiembre de 1854

6 5Ibidem.

6 6Ibidem, marzo de 1854

6 7Ibidem.

6 8Ibidem, mayo de 1854

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Líneas más abajo puede leerse una crítica a la situaciónantes descrita atribuyéndola al

estado de postración y pobreza en que se encuentrala plebe.69

En relación al destino dado al robo de animales, lo máscomún es que sean reducidas a través de la venta a algúncomerciante o para, en algunos casos, el consumo personal. Sepodría pensar a partir de esta situación, que se estaría conformandoun conjunto de redes comerciales que dan cabida y legitiman (porotra vía) la ocurrencia del delito. De esta manera en el año 1845 seabre una causa contra Juan Elgueta por robo de animales, en lalocalidad de Quilacoya. Se trata del hurto de un par de novillosque, según la versión de la policía, el acusado Elgueta se los habríavendido a un carnicero de Concepción. En el transcurso del procesoElgueta es acusado además de un asesinato, cuestión que finalmentele vale ser fusilado en el año 1847.

En Rafael el año 1855, se acusa a Mercenario Contrerasde robar animales en el sector Altos de Rafael. Dos mulas habríansido la causa que llevó a este hombre, que se declara natural deSan Carlos, a la cárcel. Inquirido por la razón de su hurto elinculpado declara:

No es efectivo que las mulas sean del denuncianteMiguel Burboa, las mulas son de mi amigo José Cabrera.70

A pesar de lo anterior la policía declara haber encontradoen poder del acusado pedazos del animal despostado en su casa.

6 9Ibidem.

7 0Archivo Nacional. Archivo Judicial de Concepción, Causas Criminales. Leg.50 pieza 6.

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Es de esta forma como el robo de animales o abigeatomenor se establece como uno de los hechos delictuales de mayorrecurrencia en el periodo en estudio. La utilidad de los animalesrobados era muy grande para las familias de los que accedían alos beneficios del robo, pues no solo se aprovechaba la carnecomo alimento (como lo establece la mayoría de los casos enque se encontraba el animal despostado en poder de losinculpados), sino que también estaba el aprovechamiento de lossubproductos del animal, tal como cueros, grasa, interiores, enalgunos casos inclusive los aperos y la montura.

Por otro lado, suponemos, que otro de los efectos delabigeato menor es el de constituir un espacio de socializaciónpara los beneficiados del robo. Tal es la situación planteada parael caso del bandidaje estudiado por Jaime Valenzuela:

Los animales sustraídos (principalmente vacunosy bueyes, a veces ovejas) se destinaban a la alimentación,beneficiándolos en la casa de algunos de los bandidos o dealgún pariente, e invitando a otros familiares y amistadespara su consumo y para la distribución de algunas de suspartes.71

CONCLUSIONES

La época en estudio se caracteriza por el esfuerzo querealizan las elites chilenas por consolidar el Estado nacional, yconseguir, de esta manera, establecer un proyecto de país acordecon las ideas de modernidad, progreso y desarrollo, propias delas clases dominantes latinoamericanas del siglo XIX. Estas ideastambién se desarrollan y difunden en la provincia de Concepción,

7 1VALENZUELA, Jaime, op. cit., p. 129

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que con sus distintas particularidades hemos caracterizado, enlos marcos temporales referidos, como un territorio entransformación desde una sociedad tradicional y campesina auna sociedad moderna y urbana.

Lo anterior hará surgir nuevos grupos sociales, enespecial peones y gañanes transplantados a las nacientes zonasurbanas de la provincia. Este proceso de inmigración trae nuevosproblemas para las autoridades y para los sectores dominantes,reflejados principalmente en acciones de grupos marginales, quepropician variadas formas de conflictividad social, en especialactos de delincuencia y criminalidad.

Uno de los enfoques para la caracterización de esteproblema, nos lo entrega la prensa del período, para la cual losfenómenos de delincuencia y marginalidad corresponden aproblemas de seguridad ciudadana, es decir problemasbásicamente policiales y de orden público y en ultimo término,de necesidad de implementar medidas de disciplinamiento social.De esta manera los delincuentes y bandidos representan unaespecie de grupo de desadaptados a los que es necesario castigarejemplarmente, para que el resto de la sociedad comprenda queel camino de la marginalidad social, es un camino sin retorno alser asociado a los vicios y a la vida licenciosa, expresada en laafición al juego y a la bebida. La actitud correcta y socialmenteaceptada, ergo, es la senda del trabajo y la laboriosidad.

He aquí una de las primeras conclusiones importantesde nuestro trabajo: Las medidas de disciplinamiento social –laboral, representan un esfuerzo conciente de las elites por adaptary controlar la mano de obra necesaria para desarrollar el proyectode la modernización capitalista.

De esta manera, las perspectivas que presenta unasociedad que evoluciona hacia formas modernas de producción,para las nacientes clases sociales que en ella se crean, no se condicencon la realidad de las alternativas y oportunidades que esta

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sociedad les ofrece. De manera que las acciones de delincuenciay trasgresión se conciben como una alternativa de acceso a losmedios materiales (comida, ropa, animales) y estilos de vida queesta modernización promete.

El Estado y las clases dominantes, no se quedanimpávidos ante la envergadura que adopta el problema. Ya hemospulsado la reacción de la prensa y la de los tribunales en susescritos y sentencias condenatorias -cuestión que sin duda daríapara otras investigaciones-. La situación es catalogada depreocupante: no sólo la cantidad y envergadura de los delitossino que, de manera fundamental la situación de los reos en lascárceles del país. Es así como -por ejemplo- la relegación de lospresos en cárceles pequeñas, el hacinamiento en que se desarrollael encierro, son objeto de gran preocupación. Más que por lareeducación moral del preso (reinserción le llamaríamos hoy),que pasa a un segundo plano, queda como prioridad sólo elcastigo. De esta forma se refiere finalmente a la situación de losreos en la cárcel pública de Concepción, Antonio Varas en 1850:

i cuando la aplicación de justicia siga en Concepciónuna marcha espedita, el número de procesados disminuirá imenos se hará sentir la aglomeración de presos en la cárcelque a ellos se destine (…)72

Muchas interrogantes se abren en las etapas finales deeste estudio. El complejo mundo social de la primera mitad delsiglo XIX en el espacio de la provincia, está aun por descubrirse.Las relaciones sociales y los conflictos que ellas albergan - endonde se desarrollan procesos de carácter económico y políticode gran trascendencia- requieren el estudio de sujetos socialesque no están en las fuentes tradicionales y cuya voz es difícil de

7 2LEÓN, Marco, op. cit., p.133

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conocer. Queda aún por saber cuál es sentido que tiene el accionardel sujeto marginal-popular de la provincia, cómo se vaadaptando -o desadaptando- a los procesos históricos de lasegunda mitad del siglo XIX, ¿existió durante el siglo en cuestiónel bandolero social propuesto por Hobsbawn en algún momentoy lugar de la provincia?

Sin duda que deben realizarse los esfuerzos pararesponder preguntas como esta. De esta forma y en este caminoes necesario potenciar la investigación histórica, la cual ha de serestimulada como una práctica social, es decir como un procesode reconocimiento de nuestros procesos históricos que, desde lamirada del presente, nos convoquen a la construcción de futuro.La historia regional, es un libro abierto, no solo desde el puntode vista académico, sino sobretodo ciudadano y político.

Concepción, Tierras del Bio Bío, Invierno del 2006

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UNA ‘LARGA MARCHA’: POBLADORES,POLÍTICA Y CIUDAD.

CONCEPCIÓN, 1950 Y ALGO MÁS.1

Manuel Fernández Gaete*

PRELUDIO

Silencio, parecen decir los pasos. Silencio, parecen decirlas ruedas de las carretas. Silencio parece decir la noche, que consu tenue manto cubre el camino.

El frío es el único acompañante, al que se le permitearticular sonidos. El crujir de dientes apretados por la fuerza quese ejerce al llevar la carga, se confunde con aquel que es efecto1

Versión presentada durante el 3er Seminario de Identidad Regional: Tierra conHistorias, Memoria e Identidad (es). Organizado por el Taller de CienciasSociales ‘Luis Vitale’, de Concepción y el Programa MECESUP Doctorado enLiteratura Latinoamericana, Universidad de Concepción. Concepción, 17 y18 de Octubre del 2003.Se han hecho algunas modificaciones menores a laestructura del texto, pero se intenta rescatar la impronta narrativa que enaquella oportunidad se le imprimió. El trabajo es un extracto de un esfuerzomayor, que intenta reconstruir la historia de los “sin casa” en Concepción,materializado en la tesis desarrollada junto a Rogelio Alegría, a quien agradez-co infinitamente permitirme utilizar los materiales en ella rescatados. RogelioAlegría y Manuel Fernández: Para una aproximación histórica al estudio de lossectores populares urbanos y la problemática habitacional. Los sin casa en la historiade Concepción (1950-1985). Facultad de Humanidades y Arte, Departamentode Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de Concepción. 1998. (inédita)

*Master en Historia Hispanoamericana (CSIC-España). Profesor Universi-dad Bolivariana, Sede Los Ángeles. Miembro del Taller de Ciencias Sociales“Luis Vitale” de Concepción. Correo electrónico: [email protected]

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del gélido viento costero matinal, que cala los huesos de hombresy mujeres en la caleta Lo Rojas.

El presuroso caminar, pareciera expresar, que los sujetosque se mueven, están jugándose el todo por el todo; observarlos rostros, permite ver que en ellos se palpa la posibilidad deencontrar solución a su problema. Resuena su voz, en lamadrugada, se siente, aquí es.

Este es el terreno fiscal entregado en concesión deuso gratuito a la Universidad de Concepción el año pasado,donde habilitarían un Centro de Formación Técnica y quehasta ahora permanece sin uso ni cerco.

Plantar la bandera, marcar el sitio, ‘parar los palos’,apoyar el nylon, sujetar las mantas, cartones e internit, comenzara clavar, iniciar la toma, comenzar a habitar. Las mujeres, loshombres, los niños y niñas, ya no sienten el frío que cala loshuesos a la orilla del mar.

Silencio, parecieran decir los pasos. Silencio, parecendecir las ruedas. Silencio parece decir la madrugada. Antes dedespuntar el alba, nos trae un ruido seco y sordo, de motores, decarretas; órdenes y ladridos se confunden; amenazas y golpes sehacen uno. Son los ‘pacos’, los que al clarear de un nuevo díavienen a desalojar la toma de terrenos. Son las seis de la mañana,en la caleta Lo Rojas, en Coronel, a la orilla del mar.

La Gobernación de Concepción, de boca de su máximorepresentante, el médico demócrata cristiano Germán Acuña,ordenó cercar y cercenar los sueños levantados entre madera ycartón, entre internit y clavos. Martillo en mano, con el rugido demotores, órdenes y ladridos, como música de fondo...

(...) 200 efectivos, de todas las unidades de la pre-fectura de Concepción, utilizando como estrategia el factor

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sorpresa (…) desalojaron ayer la toma que desde hace unasemana, mantenían 81 familias en un predio fiscal de cale-ta Lo Rojas, en Coronel. La acción dejó, en un primer mo-mento, alrededor de 50 detenidos (…) Además se ordenóla demolición de las precarias casitas que habían habilitadolos ocupantes (…)

Esta es la respuesta que se ha conseguido frente a lasolicitud emanada desde

Las secretarías regionales de Bienes Nacionales yde Vivienda (…) que advirtieron que no negociarán con losocupantes mientras mantuvieran la toma, asegurando ade-más que Coronel es una de las comunas con mayor cantidadde beneficiados por los distintos programas habitacionales (…)Fue entonces cuando se solicitó el desalojo (…) que estuvoencabezado por el propio gobernador Germán Acuña.

Posteriormente, el gobernador Acuña, señalaría muyclaramente que

(…) lamentaba la situación. Sin embargo recalcó quecomo autoridad administrativa debe velar porque se mantengael estado de derecho y que el gobierno no puede permitir situa-ciones ilícitas (…) También destacó (...) la actitud de los diri-gentes de la toma, por mantener una posición abierta al diálo-go, el cual espera continuar en los próximos días.

En pleno invierno, a orillas del mar, durante el mes de mayo delaño 2003, en caleta Lo Rojas, a veinte minutos de la ciudad deConcepción, resuena una voz sin nombre, sin rostro, queprogresivamente se apaga con el caminar cansino, melancólico ycargado por la derrota. Es la voz de una pobladora desalojada

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que nos dice: ‘Volveremos, aunque pasen días, volveremos, no nosvamos a quedar así nomás’. 2

INTRODUCCIÓN

La presencia en las ciudades chilenas, de un contingentenumeroso de hombres y mujeres populares, que transita porcalles y avenidas, sin lograr un asentamiento fijo, sin conseguirformar parte íntegra de la urbe moderna, es un problemapermanente en nuestra historia republicana.

Desde los discursos elaborados, en los albores de larepública ilustrada, por un Vicuña Mackenna, ungido comointendente modernizador por antonomasia, en los que planteapara la realidad de la ciudad de Santiago, la diferencia entre una‘ciudad propia’ (culta y civilizada) en oposición a esa ‘ciudadbárbara’ (tradicional, anómica), la relación entre sectorespopulares y poblamiento urbano ha sido de una tensa calma. Alentrar en el convulso siglo XX, se buscó desarrollar políticas másinclusivas sobre el problema de la ‘habitación popular’, cuestiónque se intenta plasmar a partir de la preocupación de ciertossectores del patriciado local, desatando intentos democratizadoresde incorporación social, asimilando la cuestión de la ‘habitaciónobrera’ como parte integrante de la denominada ‘cuestión so-cial’. De otra parte, las políticas de integración y promociónpopular, vía ley de juntas de vecinos o la denominada experienciade autoconstrucciones, logra cristalizar en la denominada‘operación sitio’, imponiendo una lógica mediante la cual, esposible la configuración de ciertos espacios de ‘poder popular’

2El relato presentado en este preludio está reconstruido sobre la base deinformes de prensa aparecidos en los diarios El Sur y La Crónica, de la ciudadde Concepción, durante el día 19 de mayo. Ver El Sur (ES, en adelante),Concepción mayo 19 de 2003. pp. 1,2 y 5; La Crónica (LC, en adelante)Concepción, mayo 19 de 2003, p. 3. Las cursivas y negritas son nuestras.

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durante la Unidad Popular. Por último, el ciclo de represión,tortura y persecución, propiciado por la dictadura militar y supolítica de ‘erradicación’, sumado al modelo de ‘mejoramientoen el acceso’ a la vivienda, han sido formas con las cuales el habitarurbano de los ‘pobres de la ciudad’, se transforma en un continuoe irresoluto problema estructural para las élites gobernantes yadministradoras de los recursos del Estado. Un problema parauna sociedad que resalta su exitosa modernización y equilibriomacroeconómico, que pontifica sobre cuestiones como laestabilidad política, el régimen democrático o sobre el estado dederecho (se repite hasta el cansancio ‘que las institucionesfuncionan’), pero que es altamente desigual e inequitativa.3

3Entre los autores preocupados por los problemas del habitar popular en lahistoria contemporánea chilena desatacamos los trabajos de DE RAMÓN,Armando (2000): Santiago de Chile. Editorial Sudamericana, Santiago, espe-cialmente el capítulo V; SALAZAR, Gabriel y Julio Pinto, (1999): HistoriaContemporánea de Chile II: Actores, identidad y movimiento, LOM Ediciones,Santiago; URRUTIA, Miguel (Coordinador y Editor) (1997): Familias Popu-lares. Historia cotidiana e intervención social. Fundación ANDES - ECO Edu-cación y Comunicaciones, Santiago; GARCÉS, Mario (2002): Tomando susitio. El movimiento de pobladores de Santiago, 1957 - 1970, LOM Ediciones.Santiago; ESPINOZA, Vicente (1988): Para una historia de los pobres de laciudad. Ediciones SUR, Santiago. La lectura de similares procesos en Argen-tina nos permite establecer algunos parámetros que consideramos es necesa-rio estudiar transversalmente a nivel latinoamericano. Ver, para el caso Ar-gentino ARMUS, Diego (Compilador) (1990): Mundo Urbano y CulturaPopular. Estudios de Historia Social Argentina. Editorial Sudamericana, Bue-nos Aires. También GAGGERO, Horacio y Alicia Garro, (1996): Del trabajoa la casa. La política de vivienda del gobierno peronista (1946-1955). EditorialBiblos, Buenos Aires. Para el caso peruano ver, especialmente DE GREGORI(et al), Carlos I. (1986): Conquistadores de un nuevo mundo. De invasores aciudadanos en San Martín de Porres, IEP, Lima. Para el caso brasilero continúasiendo de gran utilidad el texto de KOWARICK, Lucio (1987): Movimientospopulares urbanos y el proceso de democratización en Brasil: Balance crítico de laliteratura, en PROPOSICIONES, Nº 14, Ediciones SUR, Santiago de Chi-le, pp. 188-204. Una panorámica síntesis del problema a escala “global”, queno pierde vigencia es CASTELL, Manuel (1986): La ciudad y las masas.Sociología de los movimientos sociales urbanos. Alianza Universidad. Madrid.

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La persistencia de una lejana voz, que resuena de tiempoen tiempo, ha sometido al modelo de desarrollo chileno a unaseguidilla de críticas y continuas crisis, que pueden ser leídas apartir de los fracasos permanentes de la política habitacionalaplicada. Y es que el problema de la vivienda popular, haposibilitado llenar páginas y cuartillas de discursos tribunos yretórica patricia, pero además hizo posible una no menosdespreciable cantidad de arengas y discursos revolucionarios, quehan intentado homologar y replicar la rebelde marcha desde ‘elcampo a la ciudad’. Así es que los pobres rurales y urbanoschilenos, durante la segunda mitad del siglo XX, han intentadodesarrollar una propia y muy chilena ‘larga marcha’, que solucioneeste problema: el de la permanente necesidad de habitar, quehombres y mujeres pobres de las ciudades chilenas, de tiempo entiempo, nos obligan a observar.

En este sentido podemos recurrir a las diferentes formascon las cuales el problema de los ‘pobres de la ciudad’ ha sidoobservado por el conjunto de disciplinas sociales y en particularpor la historia social, en los últimos años. No es necesario realizaruna relación erudita sobre el particular, ya que, en el marco de estetrabajo, solo nos interesa destacar algunos de los planteamientosmás sugerentes y rescatar los itinerarios trazados hasta ahora.4

A la fecha, el problema que representa la presencia delos pobres en ‘los propios’ de las ciudades y villas chilenas hasido profusamente estudiado por nuestras ciencias sociales, a partirde su incorporación como objeto de análisis por la sociología delmovimiento popular, la antropología urbana y los estudios deurbanismo e historia social popular contemporánea. Y es que los

4Una excelente síntesis de las tendencias que configuran el análisis del movi-miento popular en Chile, durante las últimas décadas, la podemos encontraren GOICOVIC, Igor: Movimientos sociales en la encrucijada. Entre la integra-ción y la ruptura, en ÚLTIMA DÉCADA, Nº 5, CIDPA, Viña del Mar, agostode 1996. pp. 47-74.

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pobres habían sido observados en su dimensión de clase explotada,su condición obrera, como proletariado y un gran número de otrascategorías, pero no fue sino hasta la década del ’60, que es cuandoestos sujetos se transforman en objeto de política social, cuandolas ciencias sociales, les permiten su aparición como sujetos convida propia en-la-historia.5

Es posible establecer dos grandes matrices analíticassobre las que ha girado el estudio socio-histórico de lospobladores. Encontramos, en primer lugar, aquella que busca, apartir de la reconstrucción histórica, observar el ritmo y tránsitoque moverá a los pobladores de masas independientes ainterlocutores reconocidos por el Estado. Esto es con la intenciónde establecer un itinerario de su accionar político y sutransformación en un actor social relevante, a la hora de construirproyecto histórico popular.6

Otra forma interpretativa, opera a partir de laobservación del fenómeno poblacional desde la incorporaciónde éste a una familia amplia de movimientos y actividades, de5

Ver en especial, pero no de forma exclusiva, los textos aparecidos en PROPO-SICIONES Nº14 (1987): Marginalidad, movimientos sociales y democracia. Edi-ciones SUR, Santiago; los citados trabajos de Espinoza y Garcés. También lostrabajos presentados por BENGOA, José, Francisca Márquez y Susana Aravena(2000): La desigualdad. Ediciones SUR, Santiago. También ROMERO, LuisAlberto (1997): ¿Qué hacer con los pobres? Elites y sectores populares en Santiago deChile, 1840 - 895. Editorial Sudamericana, Santiago de Chile.

6Ver GARCÉS, Mario, op. cit., p. 9. Una extensión natural de esta línea seproyecta hacia la búsqueda de un proyecto político que explique la resisten-cia de los sectores populares urbanos, en un contexto como el de la represióndictatorial. Ver SCHNEIDER, Cathy (1990): La movilización de las bases.Poblaciones marginales y resistencia en Chile autoritario, en PROPOSICIO-NES, Nº19, Ediciones SUR, Santiago, pp. 223-243. También SALAZAR,Gabriel (1992): Violencia política popular en las ‘grandes alamedas’ (1947-1987).Ediciones SUR, Santiago. Por último el texto de LEIVA, Sebastián: “De latoma de terrenos a la toma del poder: El campamento ‘ Nueva La Habana’ yuna nueva óptica para la movilización poblacional”, en REVISTA DE HIS-TORIA SOCIAL Y DE LAS MENTALIDADES, Nº 6. Santiago, primaverade 2002, pp. 109-123.

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‘acción colectiva’, en la que pese a la exclusión en que seencuentran, los pobladores no buscarán la ruptura automáticadel orden social, más bien buscarán su incorporación, suintegración como interlocutores aceptados al interior de formasamplias de participación.7

Pareciera ser que los pobladores, en sus intentos porpoblar la historia social chilena, han tenido que transitar por lasveredas que van desde la ruptura a la integración, de la autonomíaa la solicitud. Visiones que intentan consolidar una imagen delcómo los pobres urbanos crean y escriben los caminos de supropia historia.

Para esto se hace necesario un primer momento, en elcual intentaremos aproximarnos al sujeto, para lo cualrecurriremos a la caracterización que María Angélica Illanes nospropone para conceptualizar lo popular en la historia, como:

Un concepto complejo (…) En la historicidad, lopopular latinoamericano se configura como un fenómeno enconstrucción (a menudo en resistencia) de diversidad y diferenciay también como articulación con el todo y el sistema.8

En lo que compete al sujeto, este será

7Ver especialmente ESPINOZA, Vicente, op. cit., p. 286. También se puedeconsultar su trabajo (1998) Historia social de la acción colectiva urbana: Lospobladores de Santiago, 1957-1987. EURE, Santiago, Vol. 24, no.72, pp.71-84. Consultar también los artículos publicados en PROPOSICIONES N°14; sugerentes, en esta línea son la introducción al volumen, escrita porTironi, Eugenio (1987): Marginalidad, movimientos sociales y democracia, es-pecialmente pp: 13-15, y la conclusión presentada por TOURAINE, Alain(1987): La centralidad de los marginales, pp: 213-223.

8ILLANES, María Angélica (2002): “En torno a la noción de proyecto popu-lar en Chile”, ver LOYOLA, Manuel y Sergio Grez (Compiladores) (2002):Los proyectos nacionales en el pensamiento político y social chileno del siglo XIX.Ediciones UCSH, Santiago, pp. 99 y siguientes.

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(…) en cuanto posea habla y capacidad de juiciocrítico, a través de una variedad de manifestaciones devoluntad sociopolítica (…) 9

Illanes nos plantea, que este sujeto popular construiráproyecto histórico, matriz de poder político y social, cuando seacapaz de elaborar socialmente un lenguaje, que sea

(…) instrumento de expresión de la crítica, juntoa una acción en términos de movimiento, dirigida aintervenir y producir un cambio a cualquier nivel del sistemade orden (…) una opción de poder político popular (…)10

En este sentido, vemos la posibilidad de leer el accionarde los sujetos populares que transitan los caminos de lamodernización capitalista (fuertemente centralizada en losincipientes núcleos urbanos industrializados chilenos) a partirde cotejar sus experiencias, en un marco mayor de análisis, paraque se pueda reconocer la incorporación de su ‘proyectohistórico’, historizado, unido a la lectura de los procesos de avance/ repliegue de la lucha por la democratización política nacional,desatados a partir de la segunda mitad del siglo XX. Esta lecturaqueremos situarla en el contexto de la ciudad de Concepción,que por sus características vivió una serie de situacionesparticulares, que grafican de manera profunda, las profundasdificultades que los sujetos populares (urbanos) vivieron en susesfuerzos por configurar espacios de habitabilidad minimos.Queremos, entonces entregar un lugar central a la ‘intención depoblar’ que hombres y mujeres desataron durante esta época.Queremos mostrar asimismo la especificidad, que esta ciudad

9Ibidem.

1 0Ibidem.

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tiene, con respecto a Santiago, sitio donde se han concentradolos estudios respecto al movimiento de pobladores chilenos.

I CONCEPCIÓN: DESARROLLO INDUSTRIAL Y SECTORES POPULARES

El desarrollismo fue una de las principales corrientes depensamiento, que se plasman en la práctica económica ysociopolítica, durante la década de 1950-1960. Esta vino a teorizare intentar sistematizar el proceso industrialista que se estaba llevandoa cabo en nuestro continente desde 1930 en adelante.11

Este discurso ponía un fuerte énfasis en el cambio deestructuras por la vía institucional. Esto es, cambios en el sistema,pero pensados e implementados desde su interior; modificacionesparciales, pero que no alteran las relaciones de poderhistóricamente asentadas, dando cuenta de esta forma, de lasrelaciones de dependencia (relaciones centro - periferia), sin tratarde revertirlas. Para justificar la implementación de este proyecto,se hace necesario transformarlo en ideología. Gabriel Salazar yJulio Pinto lo señalan de la siguiente forma:

[entre] 1920-1938 (…) el viejo proyecto deintegración hacia adentro llegó, por fin, a ser hegemónico.Pero no como fuerza política o militar, sino, principalmente,como un discurso germinado y floreciente en un conjuntodisperso de movimientos sociales. Como un rocío flotante de

1 1Ver CARDOSO, Fernando E. y Enzo Faletto (1994): Dependencia y desa-rrollo en América Latina. Siglo XXI Editores (Primera Edición 1969), Ciu-dad de México, pp. 102-123. SALAZAR, Gabriel: Movimiento Teórico SobreDesarrollo y Dependencia en Chile. 1950-75. (Tres Estudios y un Balance)”. EnNUEVA HISTORIA. Año 1, N° 4. Londres, 1982. pp: 3-15. SUNKEL,Osvaldo y Pedro Paz (1993): El subdesarrollo latinoamericano y la teoría deldesarrollo. Siglo XXI Editores (Primera Edición 1970), Ciudad de México,pp. 349-380. Una visión en extremo crítica, sobretodo con la sociología deldesarrollo y la modernización en MIRES, Fernando (1993): El discurso de lamiseria. O la crisis de la sociología en América Latina. Editorial Nueva Sociedad.Caracas, en especial pp. 94 y siguientes.

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legitimidad. Vestir un discurso con credibilidad que lespermitiera estabilizar su dominación. Y es lo que hicieron: loconquistaron para sí, como trofeo de legitimidad.12

De esta manera, los ejes principales del proyectodesarrollista, podrían ser enumerados de la siguiente forma:

a. Reforzar el proceso de industrialización por sustituciónde importaciones, incrementando el potencial de lasindustrias de bienes de consumo masivo, para luegoimplementar empresas destinadas a elaborar productosintermedios y bienes de capital complejos.

b. Promover una reforma a la estructura productiva,mediante una reforma agraria moderada. Esto con laintención de incentivar el consumo de productosmanufacturados en las industrias y en los sectores depequeños propietarios rurales.

c. Una nueva política redistributiva, la cual intentará generaruna alianza de protección en la redistribución hacia lasmasas de trabajadores urbanos y a las capas defuncionarios y profesionales liberales, con el fin deaumentar el poder adquisitivo de estos sectores,generando un mercado interno importante.

d. Estimular la economía de exportación agropecuaria, yaque de ella dependía la entrada de divisas.

e. Revertir los términos del intercambio, intentando quela relación entre los precios de los bienes industrialesexportados por los países centrales, no implique una caídaen el poder de compra de bienes industriales.

f. Intentar planificar con una mayor jerarquía, buscandouna mejor programación estatal. Para esto, y a partir de

1 2SALAZAR, Gabriel y Pinto, Julio (1999): Historia Contemporánea de Chile I.Estado, legitimidad, ciudadanía, LOM Ediciones. Santiago de Chile, p. 151.

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los efectos desatados por la crisis económica de 1930, esque se crean centros de planificación como ILPES (poriniciativa de CEPAL) o el Instituto de Economía de laUniversidad de Chile, entre otros.

g. Estimular la asociación entre el capital privado criollo yel internacional. Esto busca atraer inversiones para finesproductivos industriales.

h. Iniciar un proceso de integración regional, que permitadar poder al proyecto, intentando unir y multiplicarrecursos para mejorar y ampliar el mercado de artículosmanufacturados en los propios países de la región.13

Un punto de suma importancia, enlazado directamentea los anteriores, era el hecho de que el modelo emulaba la historiade desarrollo industrial que había operado en los países altamenteindustrializados de la época. Por esto es posible sostener que laintención era modernizar progresivamente a las sociedadeslatinoamericanas, teniendo como marco de fondo la posibilidadde ampliación y perfeccionamiento democrático.14

En la ciudad de Concepción,15 se configura un escenario

1 3Para una caracterización del Desarrollismo y sus orígenes ver el artículo deRIST, Gilbert: “El Desarrollo: Historia de una creencia occidental”, en AMÉ-RICA LATINA, N°3, Revista del Doctorado en Estudio de las SociedadesLatinoamericanas, Universidad ARCIS, 1er Semestre 2003, pp. 229-261.

1 4Ver MELLER, Patricio (1996): Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Editorial Andrés Bello, Santiago, pp. 47-74.

1 5Ubicada a 500 kilómetros al sur de Santiago, presenta una conurbación alborde del eje litoral que se extiende por 60 kilómetros. Surgen en estemargen ocho ciudades que agrupan poblacionalmente a siete comunas “(…)este conjunto urbano, concentra un 99% de la población urbana de la provinciade Concepción y casi el 60% de la población urbana de la Región del Bio Bío; Trasun singular proceso de crecimiento asociado a la industrialización (1950-1970),en menos de dos décadas se ha constituido en un polo de crecimiento de importan-cia nacional e influencia multirregional”, en HERNÁNDEZ, Hilario (1983):“El gran Concepción: Desarrollo histórico y estructura urbana”, en INFOR-MACIONES GEOGRÁFICAS, N°488, 1988, Santiago, p. 49.

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de desarrollo que se logró componer en medio de una enormecantidad de habitantes que se abren paso merced a las posibilidadesque les ofrece la economía y el suelo. La mezquindad de laproducción en el campo, impidió la supervivencia económica demuchas familias campesinas, fenómeno asociado a la llegada detecnologías y la mecanización de la faena agrícola, en la producción,durante los años 1930-1960.

(…) el campo en desmedrada situación de preciosintenta elevar sus utilidades mediante aumentos en laproductividad y una vigorosa migración rural-urbana (…)La población urbana del país que en 1930 llegaba a un48%, pasa en 1952 al 60%, y en 1960 al 69%, y alcanzaen 1970 casi el 75%, una de las tasas de urbanización másaltas del mundo.16

De esta forma se está motivando a los habitantes delas zonas rurales cercanas a conocer e intentar llegar másrápidamente a la ciudad.

Es importante como hito, señalar que hacia 1950 sebusca repotenciar el papel exportador del enlace portuariopenquista. Este proceso culminará con la fundación de laSiderúrgica Huachipato, en la conexión Talcahuano - San Vicente,que inicia su funcionamiento ese año. De esta forma, entre 1940y 1950, la industria se transformó en el sector más dinámico dela provincia de Concepción; siendo su tasa de crecimiento deempleo de 4,3% acumulativo anual, la más acelerada yconsistente en la historia del desarrollo industrial penquista.17

La falta de oportunidad para los pequeños productorescampesinos, los cuales no pueden competir con las producciones

1 6Ibidem, pp. 49 y 63.

1 7Ibidem, pp. 63 - 64.

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de las grandes propiedades tecnologizadas y que no lograráninsertarse en el proceso de producción que se llevaba a cabo eneste momento, mostraba una sola salida: dirigir la mirada, y lospasos, hacia la ciudad.

(...) Yo soy nacía’ y criá’ en Puerto Saavedra, pa’l’campo. Eso queda pa’l’ sur. Eso queda pa’ ya pa’ Temuco (...)Pasa Nueva Imperial, pasa Caragüe, de Caragüe más paraallá queda Puerto Saavedra. Pero ahí hay otro pueblecitoque se llama Neltume. De por ahí soy yo. De por ahí somos(...) por ahí (...) ahí yo nací y me crié ahí (...) 18

La tradicional estructura familiar campesina, compuestade muchos hijos comenzaba a descomponerse en un incipienteproceso migratorio. En algunos de los casos, era uno o más hijoslos que tomaban el rumbo hacia la urbe; en otros casos eranfamilias completas, pero familias jóvenes.

(...) Nosotros somos catorce hermanos. Fuimos másmujeres que hombres (...) actualmente viven allá la familiamía. Andamo’ varias hermanas sí’, que tamos’ desparramados.A lo menos yo vivo aquí [en Concepción] (...) la otra está enIquique, la otra está en Santiago, eh (...) hay dos que no séde ellas, no los vimos nunca, pasamos años y no los vimos(...) yo salí de quince años de la casa, de los quince años queestoy aquí y mire ahora pa’ la edad que tengo (...) Salí casá(...) a los quince años me casé.19

1 8Entrevista realizada a la señora Sara Nahuelpán. Boca Sur, comuna de SanPedro de la Paz, diciembre 12 de 1995. Se conservará, en las entrevistascitadas la tonalidad de la dicción de su autor/a.

1 9Ibidem.

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La ciudad se estaba transformando en un atractivoespacio, que se traducía en la esperanza de una mayor calidad devida y mejores oportunidades a los recién llegados como, tambiénen la mayoría de los casos, en una necesidad. Podemos compartirentonces, las afirmaciones de Hernández, cuando señala que,

Consecuentemente, acumulados los efectos deldesarrollo industrial, el litoral de Concepción, y el deteriorode las provincias vecinas, en el intercenso 1940-1952, lapoblación de la provincia de Concepción (2,4%) creció auna tasa superior al ritmo de la región (1,3%); y laintercomuna (3%), capitalizando el proceso migratorio, lohizo por encima del ritmo provincial (…) Las tasas decrecimiento anual de las provincias agrarias cercanas aConcepción acusan un notorio despoblamiento en el intercenso1940-1952: Arauco (0.7%), Bíobío (0,7%), Ñuble (0,3%)y Malleco (0,3%), crecen muy por debajo de la medianacional (1,4% ); inclusive, Cautín (-0,2%) experimentapérdida absoluta de población. 20

Sin duda que hacia la década de 1950, ‘la suerte estabaechada’. La ciudad era el destino de la gente de la región. Atrásdebería quedar la vida campesina, teñida de un ritmo tranquiloy cansino, marcada por el empuñar del arado ajeno y surcar tierrasde otros y el saber que hasta el techo en que se vive es del patrón.Atrás queda el peón, el arriero y el mediero. O son los hijos deaquellos que irán dejando la tierra del patrón, mudo recuerdode lo ajeno, mirando hacia la ciudad con la esperanza de encontrarun suelo del cual ser dueño. Un pedazo de tierra va cambiando,poco a poco, al campesino. El “hueñi” o “huacho” se va haciendoa la idea de que será urbano, pero también va a tener que aceptar

2 0Ibidem, p. 64 y nota 15 de la misma página.

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ser llamado, desde ahora, marginal, delincuente, vagabundo,allegado, cesante, ‘sin casa’.

El camino se emprendía en una carreta, en la cual cabíala familia y las mínimas pertenencias, que en definitiva eran lasúnicas. O también, como en el caso de las mujeres, que se casan,o se van solas, cansadas del extenuante trabajo del campo,buscando formar su propia casa o en último caso esperando serrecogidas en alguna casa de ‘buena familia’ para desempeñarsecomo empleadas domésticas.

(...) Yo cuando me fui de ‘onde mi’ abuelos pa’trabajar a Temuco yo tenía (...) iba a cumplir dieciocho añosya (...) Con una señora amiga me vine a trabajar (...) Alláme buscó ella trabajo, una señora (...) buena familia sí laseñora, su marío’ era marino (...) Tuve cinco años (...)trabajando, después aquí, con mi misma patrona que teníaen Temuco, me vine aquí a Concepción, tuve como dos o tresaños más (...) y después ellos se fueron a Santiago y yo no mequise ir para allá.21

Situaciones que en el fondo irán configurando elsurgimiento de un nuevo tipo de sujeto, de piel dura, resistentea la violencia de la vida, al trabajo duro, a la explotación.

(...) En el campo nosotro’ trabajaamo’ haarto (...)en el campo yo tenía como diez años y ya salía a arar (…)Nosotros como juimo’ ma’ mujeres que hombres, tonce nosotroma’ bien (...) salíamo a arar, (…) lo arao’ me botaban (...)yo solía andar casi a la rastra con el arao ahí, fijesé. Asísolíamo’ andar, varia hermana, lo echaban a trabajar así.

2 1Entrevista realizada a la señora Humilde Mora. Boca Sur, comuna de SanPedro de la Paz, junio 1996.

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Nosotros trabajamos desde que salía el sol, desde que dentrabael sol. Salíamo’ a limpiar trigo, salíamo’ a picar las papas,picar los porotos. En el campo, en el campo se trabaja (...)Nosotros juimos bien trabajá, bien trabajá y bien huasquiáfuimos cuando éramos chicas. Mi papá era bien no, (...) mipapá no era tanto (...) Ella, mi mamá, era bien mañosa connosotros. Nosotros allá en el campo no podíamo’ hablar ningúnatrivimiento, como ahora. Ahora los niñito’ tiene apenas tresaños, tan’ hablando atrevimiento. Allá nosotros no éramo’así. Nosotros no podíamos decir nada, nada por delante deello, ni una cosa (...) no podíamos decir ni mierda (...) porquelos palmetazo’, los correazo’ que lo daban (...) Nosotros asífuimo’ criá así, bien huasquiá (...) En la casa éramo’ pobres,había poca tierra (...) éramo’ mucho hijos (...) y así toda’ lahermanas salimo’ así de bien joven, ma’ bien dicho ya cuandoya juimo’ ma’ mujeres, juimo’ pensando, juimo’ pensando,no juimo’ dando más cuenta ... mi hermana que está enIquique también salió así jovencita (...)22

Es en torno a estas esperanzas, a estas necesidades quela gente mira hacia la ciudad, tratando de encontrar un espacioque les posibilite un mejor vivir, un espacio que les permita unmejor pasar. Concepción, como antes lo mencionamos, seconvertía en ese polo de atracción de las esperanzas de la gentede toda la región. Una ‘nueva frontera’ hacia donde abrirse paso,un lugar hacia donde dirigir la marcha.

(…) en el intercenso 1952-60 el Gran Concepcióncrece a la elevada tasa del 3.8% acumulativo anual. Todaslas unidades urbanas de la intercomuna, a excepción deLirquén (...) crecen a ritmos extraordinariamente rápidos

2 2Entrevista con Sara Nahuelpán.

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(...) el más rápido de su historia (...) Talcahuano acusa unsaldo positivo de 14.353 personas, lo que significa que sucrecimiento migratorio (40%) fue casi similar a sucrecimiento vegetativo. Ello no es de asombrar; el sólo exa-men de la procedencia y lugar de nacimiento del personalobrero de Huachipato muestra que más de 1.100 efectivos(30%) procedían del exterior de la provincia y sólo un 42%había nacido en ella.23

La larga marcha se había iniciado, los pobres del campoprogresivamente se transforman en los habitantes que buscan sucentro en la urbe, que se instalarán a petición del progreso y eldesarrollismo, que con su discurso de oportunidades ymodernización atrae a los nuevos habitantes de la ciudad deConcepción, a los pobres de la ciudad.

La situación se puede graficar en las cifras sostenidaspor el Intendente de la zona en 1951, Rafael Ogalde Mayorga,quien señalaba que

(...) existía un déficit de 20.000 viviendas en laregión y que en la ciudad había 10.000 habitantes viviendoen condiciones subhumanas.24

De este modo, en 1952 el Alcalde (S) de Concepción,don Julio Rojas Silva, afirmaba que

El problema de los pobres sin vivienda es más gravede lo que nadie pudiera pensar. El 90% de las audienciasque se reciben a diario en la alcaldía son precisamentepeticiones de suelos o de casas. 25

2 3HERNÁNDEZ, Hilario, op. cit., p. 66.

2 4ES. 23-06-1951. p. 7.

2 5ES. 24-03-1952. p.10.

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Concepción, lugar donde convivían la pujanza frutodel desarrollo industrial, junto a la miseria que florecía en susalrededores, vivenció así una profunda contradicción entre eldesarrollo económico, que trajo aparejada una pauperización degrandes capas sociales. Este escenario se fue agudizando con eltiempo, pues el continuo flujo de personas que se acercaban a laciudad de Concepción, fue transformando la situación descritaen un problema insostenible en el transcurso de seis años.Podemos encontrar, en los dichos del Intendente de Concepcióndon Alberto García Carrasco, elementos que permiten dar unaimagen más clara de la situación vivida en la época. Según lacitada autoridad, la situación era,

Sumamente grave (...) la falta de habitaciones enConcepción está adquiriendo caracteres de tanta gravedad,que se hace necesario buscar con premura una forma de paliarla situación premiosa que registra actualmente 26

El problema habitacional que presentaba la granmayoría de la población; se agudizaba por la incapacidad delgobierno para presentar reales soluciones al problema del déficitde vivienda, que se enquistaba en varias regiones del país. Engeneral, la percepción pública del fenómeno lo asocia a la

(...) constante migración de mano de obra noespecializada y los daños de los terremotos que expulsaron alos más pobres hacia la periferia y profundizado porlegislaciones que regulan el mercado habitacional que seencuentran muy lejos de ser una posible ayuda a la situaciónen que se encuentra gran parte de la población. Son presionesque obligan a estos sectores a tomar medidas más extremas

2 6ES. 11-01-1957. p. 5.

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en busca de una solución. En este respecto nos referimos a loslanzamientos, situación cotidiana en la ciudad, por lo cuallas calles se convertían en verdaderos campamentos, dondese podían encontrar familias completas, junto a todas suspertenencias en la vía pública, viviendo en estas condicionesdía y noche, siendo esto el chocante espectáculo que ofrece lapobreza y miseria cuando alcanza niveles tan extremos queya no se pueden ocultar (...) Es doloroso tener que cumplirestas órdenes, cuando se sabe que afectan a personas de escasosrecursos, que están condenadas a pasar días y semanas a laintemperie, pues muchas de ellas seguramente noencontrarán otras habitaciones donde vivir. Incluso familiasson lanzadas de ranchas en las que el viento se cuela entrelas tablas semipodridas, y esas personas tienen que ir en buscade otros lugares donde radicarse (...)27

Así se iba construyendo un tipo de convivencia entre lospobladores y la autoridad, en que el elemento más permanenteera el conflicto entre quienes luchaban por tratar de conseguircondiciones en donde pudiesen contar con un mínimo de dignidad,procurado a través de un pedazo de suelo y una construcción quecumpliera con el sólo requisito de proteger de la vida a la intemperiey los otros que reprimiendo al amparo de la ley y en pos de lapropiedad privada y el ‘buen vivir’ de una sociedad, situación quese ve expresada en un comentario que el Intendente realiza apropósito de los lanzamientos en donde señala que ya

(...) había firmado ocho nuevas órdenes de lanzamiento-a lo cual acotaba- (...) las que serán cumplidas en los próximosdías con ayuda de la fuerza pública, si es necesario (...)28

2 7Ibidem.

2 8Ibidem.

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Este enfrentamiento entre el Estado y la población, noson sucesos privativos de 1957, sino que se arrastran desde tiempoatrás. Esto se ve confirmado cuando más de medio centenar defamilias ocupan la Población Perú en Penco. Los hechos queserán relatados en extenso, son una de las mejores muestras delas relaciones existentes entre la necesidad y la legalidad.

El titular señalaba “55 FAMILIAS INVADIERONCASAS DE POBLACIÓN “PERÚ” DE PENCO. Desalojaronlas viviendas a las 20 horas, después de conocer el ultimátum delMinisterio del Interior”. La prensa informa de manera extensasobre la situación, señalando las condiciones del suceso.

(…) A las 14.30 horas, de ayer, 55 familias obrerasde Penco, en su mayoría de la Industria Fanaloza, iniciaronla ocupación ilegal de las casas de la Población Perú, de esalocalidad (…) Poco antes de la hora indicada, a las 14 horas,aproximadamente, las familias ocupantes, partieron desdelugares diferentes del pueblo hacia la Población Perú,transportando sus útiles y menajes de casa, en carretas,carretones y carretillas de mano (…) Una vez frente a lamanzana que ocupaba esta Población, mientras algunosocupantes traspasaban el portón que daba acceso a la población,otros, especialmente las mujeres y los niños, comenzaron adeshacer el cerco que rodeaba la población, construido concantoneras y de una altura aproximada de tres metros. En 15o veinte minutos más o menos el cerco había desaparecido ylas familias invasoras comenzaron a distribuir su menaje enlas diversas casas. Esta labor fue tan rápida y completa que enel lapso mencionado habían desaparecido incluso los postes quefijaban el cerco. Las tablas desprendidas fueron tomadasposteriormente por el vecindario y los mismos ocupantes demodo que poco después de iniciada la ocupación no habíaindicios de cierre divisorio (…)29

2 9La Patria (en adelante LP). 09-01-1955. pp. 1-4

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Pero la ocupación no podía estar exenta de problemas,sobre todo cuando los ‘pobladores’ estaban sobrepasando unode los pilares de la convivencia democrática, la propiedad privada,la cual siempre que es cuestionada, presenta la oportunidadpropicia para la acción represiva de las ‘armas de la nación’ y delos administradores de los bienes de las clases poseedoras y delos bienes del Estado.

(…) Advertido Carabineros de los propósitos de losocupantes, hizo esfuerzos para evitar este acto ilegal, pero laescasa dotación, y la rapidez con que consumó la ocupación,impidieron prevenirla y enviarla (...) De inmediato sesolicitaron refuerzos a Lirquén y Cosmito y se dio aviso aConcepción. En esta ciudad, fueron informados de estos seriossucesos, el Intendente de la Provincia, señor Alberto Carrasco,el secretario abogado de la Intendencia, señor Duberildo Jaque;el Prefecto de Carabineros, señor Alberto Peña y Radiopatrullas,quienes dispusieron... Un escuadrón de 45 carabineros, (…)[que] fue llevado como refuerzo (…) La Población Perú, objetode esa usurpación ilegal, ocupa una manzana completa y estáubicada entre las calles Freire, Yerbas Buenas, Alcázar yCochrane. Consta de 54 casas para obreros, 10 casas paraempleados y dos locales comerciales. Fue terminada hace 3meses, y la firma constructora la había entregado hace un mesatrás extraoficialmente a la CORVI, propietaria y constructorade la población. La Caja de Empleados Particulares comprórecientemente 8 de las diez casas de dos pisos para empleadosy el Servicio de Seguro Social había adquirido otras tantaspara sus imponentes (...)30

Podemos establecer de esta forma, que la decisión deactuar por sobre la legalidad, no es una decisión apresurada, ya3 0

Ibidem.

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que la acción nos muestra un nivel de preparación considerable.Pero además esto se fundamenta en el hecho de que se intentódar solución al problema de fondo con anterioridad y por otroscauces, llegando a la decisión de efectuar la toma después degolpear algunas puertas, ya que

(…) hace cosa de una semana se habría constituidoun comité, con el fin de ocupar las casas de esta población(...) Este comité dirigió telegrama, cuatro días atrás, alIntendente de la Provincia, solicitándole una propiadeterminación sobre la entrega de las casas (…)Posteriormente, se habría formado una lista de posiblesocupantes. Lo cierto es que ayer cada uno de los jefes defamilia ocupantes tenía en su poder una tarjeta en la cualaparecería el nombre del favorecido el número de la casa yla dirección. Leímos una de estas “tarjetas” que decía: “JorgeBarrientos. Callejón C. Casa N° 19” (...)31

Pero el aparataje normativo de las autoridades,comienza a operar para evitar la consumación del crimen dehistoricidad de los pobladores, que están intentando paliar losefectos del ‘desarrollo’.

Una vez que el Intendente llegó a Penco,acompañado del teniente ayudante de la Intendencia, señorRené Medina; del Prefecto de Carabineros, Sr. Alonzo PeñaLópez y del secretario-abogado de la Intendencia, señorDuberildo Jaque, se constituyó en el lugar de los hechos. Allíincrepo a algunos de los ocupantes por su actitud,rechazándola de plano (…) Luego se trasladó al local de laTercera Comisaría de Carabineros. Desde allí se solicitó mástropas de Carabineros a Concepción (...) Por su parte el

3 1Ibidem.

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Ministro del Interior, señor Sergio Recabarren, impuesto porel Intendente señor Carrasco del problema, (…) declaró queno podía aceptar lo ocurrido y ordenó tomar las medidaspara proceder al desalojo de las propiedades ocupadas (...)De inmediato, el Intendente dispuso que Carabinerosnotificara a los usurpadores, que debían desalojar todas lascasas en el plazo de una hora. Esto ocurría a las 19.05 horasaproximadamente (...) Cerca de las 20 horas, llegaron elgeneral señor Alfredo Hoyos y el mayor señor Luis Tassara,quienes se pusieron de inmediato en contacto con elIntendente. También llegaron algunos jefes deinvestigaciones, y el delegado subrogante de la CORVI, señorAntonio Miquel (…)32

Al final

(…) Cerca de las 20 horas, los ocupantes ilegalesde las casas de la Población Perú, comenzaron aabandonarlas, sacando despaciosamente su menaje y útilesa la acera (...) Tres cuartos de hora más tarde, todas las casasestaban desocupadas (…) De esta forma, -señala elperiodista- todas las personas con quienes hablamos, nosmanifestaron que no tenían donde irse pues al abandonarsus antiguas viviendas, habían cancelado los arriendos, y quepermanecerían a la intemperie hasta que se les resolviese lasituación. Otros, dijeron que habían llegado desde el galpóndel Sindicato Industrial Fanaloza y no estaban dispuestos aregresar allí (…) Mientras se efectuaba el desalojo de lascasas, el Intendente comenzó a preparar los antecedentesnecesarios para formular la denuncia respectiva al juzgadopor ocupación ilegal de propiedad privada o usurpación ilícita

3 2Ibidem.

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y violenta (…) Además, se dispuso la detención de los queaparecieran como los principales implicados (...) ElIntendente, señor Alberto Carrasco estuvo ocupado hastadespués de la 1.30 horas de la madrugada de hoy de retirarde la vía pública a las familias, por instrucciones terminantesde Santiago, trasladándolas a un sitio inmediato a lapoblación, en la cual terminaron de pasar la noche las familiasafectadas con la orden de desalojo de la población impartidapor el Gobierno.33

Los hechos relatados son cotidianos durante la épocaen estudio. Así en enero de 1955 se destaca que

(…) seis familias fueron desalojadas ayer delcolectivo de Heras 1150 (…), el destino de cinco de ellasfue ocupar instalaciones ubicadas en Fabritec, cuyo local yatenía albergadas en esa época a 64 familias (…) 34

Fabritec, correspondía a las instalaciones abandonadasde una industria en la ciudad, que se transformó en un albergueobligado para todas aquellas familias que eran azotadas porsituaciones como lanzamientos, incendios o la imposibilidad deencontrar un hogar y tener que vivir en las calles junto a todas suspertenencias. De esta forma, estas instalaciones fueron mudo testigodel tránsito de cientos de familias, las cuales, acomodaban susbienes en algún lugar, junto a las pertenencias de otra familia quesufría la misma suerte. Hacinamiento y promiscuidad eran malesobligados para quienes debían aceptar las soluciones habitacionalesofrecidas por el gobierno. Este local, que estaba destinado a ser la

3 3Ibidem. Mediante el rescate de este texto se pretende recomponer el sentidode un gran número de elementos que se presentan alrededor de la problemá-tica de la vivienda, en esta época, y que el texto grafica de vívida forma.

3 4LP.13-01-1955,p. 5.

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escuela de hombres N° 10 “República de Panamá”, pasó a ser elhogar en que convivieron esposas, maridos, hijos, abuelos.

A modo de ejemplo se puede anotar, que es aquí dondellegaron los damnificados de un incendio ocurrido en‘poblaciones callampa’, como se les denominaba en la época,ubicadas en La Costanera, donde el saldo de tres casas destruidasarrojó un número de veinte damnificados.35 El destino de partede este grupo de personas se resolvió en 1956, cuando fruto decolectas solidarias, el apoyo del Hogar de Cristo y gestiones dela Municipalidad e Intendencia lograron habilitar el sectoraledaño al cementerio; en donde se creó la “Población GabrielaMistral”. Aquí se les entregó una pieza de madera y terrenos deregulares dimensiones para que ellas construyan.36

Pero algunas de las familias se negaron a ocupar estashabitaciones y exigían ser devueltas a su lugar de origen, lo queocurrió con las familias venidas desde el sector de la Costanera.

Sin embargo la suerte de las familias no era la misma, yaque no siempre la comunidad reaccionaba positivamente realizandoacciones en su apoyo. Las palabras del Intendente Carrasco graficanlo que ocurría con estas familias la mayoría de las veces:

Actualmente, se encuentran viviendo en estaciudad, en la calle, numerosas familias que han sidodesalojadas de las viviendas que ocupaban (…) Esas perso-nas que durante días o semanas deambulan de un sitio aotro terminan levantando míseras ranchas en las poblacionestipo “callampas” establecidas o en las nuevas que se estánformando en la periferia de la ciudad.37

3 5ES.13-02-1956, p. 60

3 6Los terrenos correspondían a superficies de 10, 50 mtrs. por 7,0 mtrs. VerES. 09- 04- 1956, p. 7.

3 7ES. 11- 01- 1957, p. 5.

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Este diagnóstico, realizado por el Intendente Carrasco,no aparece, por primera vez. Hacia 1955, con mucha sorpresa,se informa que una ‘población callampa’ de treinta casas seapareció en el horno crematorio del cementerio de la ciudad,señalándose que además las construcciones ocupaban terrenosde propiedad municipal. Lo anecdótico del caso es que elmunicipio penquista había autorizado a algunos obrerosmunicipales para que instalasen sus viviendas sirviendo, al paso,de cuidadores. Sin embargo llegaron más de veinte familias, lascuales se ‘tomaron el cerro por asalto. 38

El hecho es que los trabajadores autorizados para instalarsus habitaciones eran seis. El resto de los ocupantes del terrenono se encontraban en posesión de ningún documento que losautorizara a hacerlo. Frente a esto la autoridad comunal instruyóa carabineros de la 5ª Comisaría para que no permitiera nuevasconstrucciones en este sector.39 Sin lugar a dudas, este hechocomenzará a marcar una tendencia que en su momento no fueposible prever. Estamos hablando del tipo de solución, que irána establecer los sectores populares, al problema de la vivienda.Esta solución se dará a través de la construcción de ‘casas’ conmateriales ligeros y muchas veces junto con materiales dedesechos. A esto se puede agregar que generalmente los terrenosdonde se asienta la vivienda son de tipo fiscal o municipal loscuales al encontrarse desocupados, son utilizados como soluciónal problema.

Uno de los sectores que presenta mayor crecimiento depoblación, durante el año 1956, es el del Cerro La Pólvora. Todoesto, pese a las medidas adoptadas por el Intendente Carrasco,para no permitir la proliferación de este tipo de asentamientospoblacionales. Así, en febrero de 1956 se anuncia, por parte de

3 8LP. 13- 11- 1955, p. 5.

3 9Ibidem.

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Carabineros, una enérgica batida contra las poblaciones callampas.Patrullas montadas recorrerían semanalmente los barrios apartadoscon el objetivo de evitar la propagación de construcciones de tipo‘callampas’ en los diferentes barrios de la ciudad.40 Los motivospor los cuales se toman estas medidas muestran, a decir de la prensade la época, que a pesar del empeño puesto por el gobierno enresolver este problema, se ha comprobado que continúanlevantándose en estos sectores, lo cual constituye un espectáculono edificante, pues las habitaciones son hechas contra las normasde higiene y salubridad.41

La arremetida de la fuerza pública muestra un alto gradode intolerancia frente a este tipo de asentamiento popular. Enuna primera etapa, se procura que no se continúen nuevasconstrucciones, pero luego se ha derivado al desmantelamientode ellas. Esto lesiona gravemente las relaciones entre el Estado ylos pobladores, lo que transforma la convivencia ciudadana enuna cotidiana confrontación, donde el Estado representa losintereses de aquellos que buscan garantizar una tranquilidad,imposible de lograr para el desarrollo de un modelo económicode ajustes sociales, y por otro lado los pobladores buscan re-solver el problema habitacional por su propia mano, dado queel Estado no ha cumplido con sus promesas de mejoras sociales.Dado que el modelo económico todavía no muestra sus virtudesde justicia social, el mundo popular urbano decide por loscaminos de la auto-solución, por la lógica de la autogestión.

Pese a todas las medidas tomadas por las autoridadesregionales, el crecimiento de los asentamientos continúa y el 12de febrero de 1956, el Cerro La Pólvora ve ocupadas sus faldascon treinta construcciones más.42

4 0ES. 05- 02- 1956, p. 6

4 1Ibidem.

4 2ES. 12- 02- 1956, p. 8.

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Respecto a las condiciones de vida con las que contaba,los informes de prensa afirman que los pobladores del cerro notienen ni pozos negros, utilizando una cancha de fútbol para talobjetivo. A todo lo anterior se agregaba que fuera de lashabitaciones que existen actualmente, se ha logrado saber que lapoblación se desplaza al otro lado del Cerro.43 De esta forma elCerro La Pólvora se transformó en un punto de alto atractivopara todas las familias que no contaban con una habitación paraguarecerse de las condiciones naturales de la zona.

El ejemplo de las anteriores treinta familias fue seguidopor otras trece sólo cinco días más tarde, las cuales formaban unnúmero de 73 personas, de las cuales 52 eran niños. Este grupoestaba conformado por trabajadores de restaurantes, comerciantesambulantes, porta-equipaje de ferrocarriles, entre otros oficios44 .Sin duda llama la atención las características de los ocupantes dedichas poblaciones. Son personas que en la mayor parte de loscasos cuentan con un empleo, esto es, no estamos hablando depoblación indigente, excluidos, marginales o lumpen; hablamosde personas económicamente activas dentro del aparatoproductivo, las que se ven enfrentadas a un sistema quesencillamente no presenta otra alternativa de solución a sucondición de sin casa.

El incremento en la toma de terrenos experimentadodurante 1956, se ve reflejado en un análisis aparecido en el diarioEl Sur, el 15 de enero de 1957, el cual explicita que más de 42.000personas viven en insalubres casas ‘callampas’ en el radio urbanode la ciudad. Se trata de familias obreras que están sufriendo enforma más intensa el gravísimo déficit de las habitaciones.45

4 3Ibidem.

4 4ES. 17- 02- 1956. p. 5.

4 5ES. 15-01-1957. p. 8

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El hecho de recurrir a una toma de terreno para darsolución a un problema tan urgente, medida que es empleada, apesar de saber que las fuerzas públicas pueden intervenir contodos sus medios para frustrar dicha toma, da cuenta de un altogrado de decisión por parte de los pobladores. Si tomamos encuenta la cantidad de personas que es posible catastrar en la época,se constata de inmediato la presencia de un gran movimientopoblacional en la provincia. El mismo modo de operación quese está dando en los casos observados, implica un alto grado deorganización por parte de los mismos pobladores, a los que enla época se los conoce como los sin casa. Sin duda que la represióncon que operaba el gobierno, frente a estos hechos, es unimportante elemento que va a gatillar la actuación de grandesgrupos para la realización de una toma. Es evidente que luegodel primer asentamiento, estas poblaciones continuabancreciendo fruto de la llegada, por goteo, de otras familias. Así enConcepción se calculaban en alrededor de “8.500 familias, conun total aproximado de 42.000 personas, en casas de tipocallampa’ que no cuentan con ningún medio de salubridad.Ninguna de esas poblaciones cuenta con alcantarillado, algunaspocas tienen luz eléctrica. Estas precarias habitaciones, construidascon tablas, latas, cartones y arpilleras son focos insalubres endistintos lugares de la periferia de la ciudad”.46

Podemos inferir, por el número de pobladoressometidos a esas condiciones de vida, los efectos, de una agudacrisis social. Además es concluyente el hecho que durante elperíodo de aplicación de las medidas propuestas por la MisiónKlein-Saks se registró el mayor incremento en las tomas deterreno, observado en el período. Según antecedentes de laDirección de Auxilio Social, existían en la ciudad poblacionestipo ‘callampa’ en

4 6Ibidem.

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(…) Población Costanera, donde viven alrededorde 5.000 familias, Población Libertad al final de la calleColo - Colo, habitada por alrededor de 3.000 familias, gruposde casas “callampas” en los extremos del cerro La Pólvora,alrededor de 150 familias. 100 familias que ocupan estetipo de viviendas insalubres en la Población Padilla, 60familias que viven en casas “callampas” al final de la callePaicaví, en el lugar llamado Paso del Burro, en la ladera surdel cerro Chacabuco, 25 familias junto a la Laguna Las TresPascualas, 50 familias en el cerro Chepe, 25 familias enPuchacay en un sitio entregado por ferrocarriles, 35 familiasen lado noreste de la Población Vargas, y otras 25 familiasjunto al paso sobre nivel de la calle Prat, al iniciarse el caminoa Talcahuano (…) En total suman 8.470 familias, con unpromedio de cinco personas, adultas y menores, cada una(…), el total de personas que habitan esas casas “callampas”asciende a 42.350” 47

De esta forma el cambio de década se encontró marcadopor una problemática que no hizo más que agudizarse durantelos años ‘60, situación que se acusa tanto en la región como anivel nacional. El incremento del descontento y el proceso detomas de terrenos por pobladores -las cuales también presentanun alto grado de organización- se dio también en Santiago. Comoejemplo se puede recordar la toma de la Población La Victoriaen 1957, que causó gran conmoción nacional. Este movimientoadquiere gran importancia y difusión dado que se plegan a él,partidos políticos y entidades gremiales, que en esos díascomienzan a destacar la crisis habitacional. Esto último, representauna situación inédita, pues va conformando una discursividadnovedosa, que se hace más inclusiva respecto de la situación y

4 7Ibidem.

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condición de los pobres de la ciudad. Numerosos discursos lescomenzarán a llamar a formar parte de las columnas populares;numerosos llamados se instalarán en sus derruidas calles y casas,incitándoles a formar parte de las vanguardias que marchan a laconquista de una sociedad más justa con los pobres del campo yla ciudad; numerosas voces intentarán resonar en sus imaginariospolíticos, intentando dar sentido a la acción que durante la décadade los años ’50, ellos, los pobres de la ciudad, de maneraautónoma pudieron lograr: La larga marcha para formar partedel proyecto popular.

A MODO DE EPÍLOGO. LAS CONCLUSIONES NO CONCLUYEN EL

PROBLEMA…

En medio de un crudo invierno que azota las tierras deConcepción nos vemos enfrentados nuevamente a la necesidadde pensar la historia. En efecto, asistimos con cierta sorpresa alespectáculo mediático generado por las ‘casas Copeva’ y las ‘ca-sas Chubi’; al ejercicio entre solidario y paternalista de intentarconstruir un ‘Techo para Chile’; a los intentos de otro gobiernopor dictar una política habitacional que dignifique a los poblado-res del país. Mirar el pasado no tiene por que permitirnos enten-der el presente, sino logramos articular las preguntas pertinentes.

En efecto, los problemas descolgados del modelo in-dustrial desarrollista, que se posicionaba en la ciudad de Con-cepción, durante la década de los años ’50, provocó unareconfiguración del aparato urbano, una reformulación del acuer-do mediante el cual se construirá ciudad.

La presencia del sujeto popular en las ciudades, su in-sistencia en poblar, la impertinencia por disputar el derecho aconstruir ciudad, será una característica del proceso en el cual severán involucrados durante este período.

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Su visión, su acción, las manifestaciones múltiples yautónomas, nos permiten avizorar las proyecciones que estamarcha que se inicia llegará a lograr. Y es que la potencia detransformación que impulsarán los pobres de la ciudad, será unhito marcado a sudor, sangre y fuego en la historia social denuestro país. Esto quizá explique la lógica con la cual los pobla-dores se lanzan en una desenfrenada carrera por ‘poblar’ la ciu-dad. Es quizá este fenómeno el que los llevará a desarrollar for-mas inéditas de participación política y social, que les permitiráestablecer un serio cuestionamiento a la forma estructural enque se establecen las diferencias de género, de clase y a la confi-guración de la propiedad como un elemento que distribuye deforma desigual el poder social.

Quizá en esto radica la potencia de la elección de estetrazo de historia. No en la posibilidad de contarlo, ni en la po-tencia de su discursividad narrativa, creemos que tiene más fuer-za el meditarlo desde la lógica de asumir el diagnóstico que im-pulsa y mueve la necesidad de buscar derroteros por los cualescontinuar la larga marcha a la democracia de las mayorías. Laurgencia de observar históricamente un problema irresoluto, noshace sobrepasar el diagnóstico que muchos intelectuales hanquerido posicionar como una verdad que imposibilita el(re)surgimiento del proyecto popular. En cierta forma conside-ramos se hace necesario conocer esta historia para no volver avivir en tiempos de tragedia, aquello que en algún momentoobservamos como comedia.

Concepción, tierras humedas de frontera...julio de 2006

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DE LA MEMORIA A LA POLÍTICA.GÉNESIS DE LA AGRUPACIÓN DE FAMILIARES

DE DETENIDOS DESAPARECIDOS DE CONCEPCIÓN

(1978-1983)

Karen Alfaro Monsalve*

Todo está guardado en la memoria,sueño de la vida y de la historia

La memoria despierta para herira los pueblos dormidosque no la dejan vivir

libre como el viento

La memoria pincha hasta sangrar,a los pueblos que la amarran

y no la dejan andarlibre como el viento

La memoria, Leon Gieco

I. LOS DDHH INTERPELAN LA MEMORIA HISTÓRICA

La sociedad chilena vive aún hoy un profundo desga-rramiento. La instauración de una maquinaria de terror estatal,*

Master (c) en Historia Social y Política Contemporánea, mención Movi-mientos Sociales y Construcción de Ciudadanía, Universidad Internacionalde Andalucía, España. Miembro del Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’de Concepción. Correo electrónico: [email protected]

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que implementó de golpe un nuevo modelo político, económi-co y social, la impactó de modo profundo. El uso de la tortura,el asesinato y la represión de modo sistemático, por parte de lasinstituciones del Estado, cuestiona la legitimidad del actual or-denamiento político social. Por eso decimos que la secuela de ladictadura, no tan sólo afecta a los actores que sufrieron directa-mente los atropellos a los derechos humanos desde 19731 , sinoque ha marcado la convivencia nacional de las generaciones ve-nideras, que hemos heredado un sistema de profundas desigual-dades y anclajes antidemocráticos.

Uno de los aspectos más nocivos para sobrellevar esteimpacto, ha sido la intención de borrar parte de nuestro pasado,por medio de la negación y/o manipulación de la memoria histó-rica.2 De ahí que la memoria y su ejercicio ciudadano, se hayaconvertido también en una forma de resistir el olvido, como he-rramienta dispuesta a ‘cerrar’ el conflicto político del Chile actual.

1Hay que precisar que para sectores vinculados a los partidos de derecha, elconflicto político - social se remonta a los últimos años del gobierno del DC,Eduardo Frei Montalva, frente a lo cual, los militares habrían ejercido unafunción restauradora del orden. Como hito señalan la Declaración del Con-greso de Chillán, en 1967 del Partido Socialista, donde asumía la vía armadacomo una forma de conquistar el poder, lo que (junto a la formación delMIR) habría activado la violencia política en la época. Aquí obviamenteestablecemos la diferencia, pues no es comparable una ‘declaración’ política(por muy errática que ésta sea) con el uso del aparato estatal para reprimir,torturar y asesinar. Cabe mencionar que Carlos Altamirano, en entrevistaconcedida al historiador Franck Gaudichaud, atribuye tal declaración a unimpulso de la corriente trostkista dentro del PS, que pretendía diferenciar alPS chileno de las posturas stalinistas. Se trató más bien entonces a juicio deAltamirano, de una querella ideológica entre trotskistas y stalinistas, que auna real propuesta política, ni mucho menos, operativa. Ver GAUDICHAUD,Franck (2004): Poder popular y cordones industriales. Testimonios sobre el movi-miento popular urbano, 1970-1973, LOM, Santiago, Chile, pp. 398-399.

2Interesantes reflexiones en torno al recuerdo y al olvido, en PIPER, Isabel (Edi-tora) (2005): Memoria y Derechos Humanos: ¿prácticas de dominación o resistencias?,Ediciones Universidad ARCIS, Santiago, Chile. Especialmente la Introducción,titulada “¿Olvidar o recordar?” a cargo de la propia editora, pp. 9-13.

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Siempre habrá otras historias, otras memorias einterpretaciones alternativas, en la resistencia, en el mundoprivado, en las ‘catacumbas’. Hay una lucha política activaacerca del sentido de lo ocurrido, pero también acerca delsentido de la memoria política, y no pocas veces esta lucha esconcebida en términos de la lucha ‘contra el olvido’: recordarpara no repetir. Las consignas en este punto pueden ser algotramposas. La ‘memoria contra el olvido’ o ‘contra el silencio’esconde lo que en realidad es una oposición entre distintasmemorias rivales (cada una de ellas con sus propios olvidos).Es en verdad ‘memoria contra memoria’.3

Las ciencias sociales en general y la historia en particu-lar (en tanto disciplinas), han debido ‘reaccionar’ a esta necesi-dad de la sociedad civil, de recordar. La memoria en Chile, es unproblema político, por cuanto pone en entredicho, los proyec-tos de sociedad que han disputado la conducción del espaciopúblico. El cómo una sociedad recuerda, y cómo se autoeducaen su memoria, para construir-se, es un proceso que en Chile,no permite posturas asépticas.

La memoria, en estos contextos, más allá de la ac-ción- la mayor parte de las veces tardía- de los historiadores,representa el modo en que los diversos grupos sociales elaboranel pasado recreando sus recuerdos. Es un proceso complejo, porcuanto la memoria, que hace posible traer el pasado al presen-te, o mejor aún, que representa ‘el presente del pasado’ entrenosotros, lo hace involucrando no solo la razón, sino que lamayor parte de las veces las emociones, si no los sentidos.4

3JELIN, Elizabeth (2002): Los trabajos de la memoria, Editorial Siglo XXI,Madrid, p. 6.

4GARCES, Mario y Sebastián Leiva (2005): El Golpe en La Legua. Los caminosde la historia y la memoria, LOM Ediciones, Santiago, Chile, p.16

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Se han desarrollado una serie de intentos, para instaurarun ‘punto final’ en materia de violaciones a los derechos huma-nos. Desde la dictadura, con la promulgación de las leyes de am-nistía, hasta los distintos esfuerzos desarrollados bajo los gobier-nos de la Concertación, que han buscado mediatizar einstitucionalizar las demandas de verdad y justicia. Lo que se bus-ca es ‘encerrar’ en Tribunales la problemática, sacándola del vérti-go de la movilización ciudadana. Existe un afán por dar vuelta lapágina, instaurando una memoria desde lo oficial, desde el poderhegemónico, tendiente a negar o dar por superado lo ocurrido.5

La memoria del vencedor y la memoria del venci-do, son ejercicios diferenciados porque es muy diferente lamemoria desde el poder, el panóptico a la censura cultural,de la memoria cultivada en la clandestinidad, en los espa-cios semi legales o el exilio.6

En esta lucha contra el olvido, el movimiento de dere-chos humanos (en adelante MDDHH), ha jugado un rol fun-damental. Este movimiento se enfrenta ante su conflicto, inter-pelando la conciencia histórica, rescatando de este modo la me-moria colectiva, que es políticamente relevante, tanto para justi-ficar lo que somos en el presente, como en la construcción detodo proyecto de sociedad. Mantener viva la historia del tiem-po presente, ha sido fundamental para el MDDHH, ya que le

5TALLER DE CIENCIAS SOCIALES ‘LUIS VITALE’ (2003): Una reflexiónnecesaria. Contra las operaciones pro-impunidad, en www.historiaviva.cl/Docs.Ver también en el mismo sitio Contra la impunidad en Chile. Recomendabletambién, por tratarse de un tema muy poco abordado es VILLAGRÁN,Fernando et. al (2006): Represión en dictadura: el papel de los civiles, EdicionesLOM, Colección Nosotros los chilenos, N°15, Santiago, Chile.

6QUIROGA, Patricio: “Memoria, Monumento y Amnesia Histórica”, enENCUENTRO XXI, Otoño 1997, año 3, N°8, Editorial LOM, Santiago deChile, p.147.

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ha permitido impedir la impunidad en el ámbito societal. Endefinitiva, ha logrado que la sociedad en su conjunto, realice unjuicio histórico a la dictadura militar y a las violaciones a losDDHH en todas sus manifestaciones.7 Este movimiento se hasituado en la trinchera de la batalla de la memoria.

¿Consiste la batalla de la memoria solo en la recu-peración de los nombres, en la reivindicación de cada unode los violados y asesinados?¿Consiste sólo en llevar a los tri-bunales a los responsables? Creo que ésta constituye una pri-mera fase de nuestra batalla, la más desgarradora, huma-na, justiciera e imprescindible. Pero debemos entrar, a mijuicio, en una segunda fase y preguntarnos: ¿Qué es lo quesus cuerpos mutilados encarnaban? O, para decirlo de otromodo, ¿cuál era el proyecto que mataron sus cuerpos?8

Considerar a los derechos humanos como una cons-trucción histórica y reconocer la capacidad de historiar los pro-cesos y acciones sociales, que han articulado discursos y prácticasen torno a la defensa de los DDHH, nos permite afirmar queestos no son solo parte del marco normativo jurídico, sino sonsobretodo materia política.

Porque la batalla de la memoria consiste en esto:en reconstruir -a través de la re-escritura crítica de la me-moria- nuestra pertenencia a algún proyecto histórico capazde reunir las piezas de nuestra fracturada tribu, reagrupan-

7Provocador en esa línea resulta el artículo de SALAZAR, Gabriel: “De lajusticia estatal al Tribunal de la Historia (Dictadura en Chile: 1973-1990)”,en ENCUENTRO XXI, Primavera 1996, año 2, N°6, Santiago, Chile, pp.140-149.

8ILLANES, María Angélica (2002): La batalla de la memoria, Planeta/Ariel,Santiago, Chile, pp. 14-15.

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do nuestras fuerzas para tantas otras batallas que habrán deseguir. Sólo de este modo los jóvenes que cayeron -soñadoresde un mundo mejor- cobrarán vida, al paso que retomaremosla hebra perdida de nuestra historicidad.9

Desde este análisis, es factible reconocer que el capitalpolítico, articulado entre memoria y derechos humanos, es funda-mental para reconocer en el MDDHH, un movimiento social quese constituye en la reserva moral de la lucha antidictatorial, que haarticulado las últimas décadas de la historia de nuestro país.

Cada movimiento social está revestido de particularida-des, respondiendo al contexto histórico en el cual se desarrolla, enmarcos socio-políticos determinados, que para el caso de los mo-vimientos sociales se constituyen a decir de William Gamson en‘marcos de injusticia’.10 Estos marcos, son aquellos que inspiran lamovilización, articulando el descontento y develando las injusti-cias. En el caso del MDDHH, la impunidad y la represión sonlos principales factores que constituyen los ‘marcos de injusti-cia’, transformando el dolor en base de la acción.

Algunas emociones, como el amor, la lealtad o laveneración, estimulan la movilización en mayor medida queotras, como la desesperación, la resignación o la vergüenza.Algunas, como la indignación, son ‘vitalizadoras’, y es másprobable que estén presentes a la hora de provocar actos deresistencia, mientras que otras, como la resignación o la de-presión son ‘desvitalizadoras’ y suelen aparecer durante fasesde desmovilización.11

9Ibidem, p. 16.

1 0Citado en TARROW, Sydney (2004): El poder en movimiento. Los movimientossociales, la acción colectiva y la política, Alianza Editorial, Madrid, España, p.161.

1 1Ibidem, p.162.

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En el caso específico del MDDHH, las organizacionescompuestas por los actores, denominados como afectados di-rectos, tales como, la Agrupación de Familiares de DetenidosDesaparecidos (AFDD), Agrupación de Familiares de PresosPolíticos, Agrupación de Familiares de Ex - Presos Políticos,Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, etc, son lasprincipales organizaciones que logran otorgar visibilidad y pro-yección hacía el espacio público al MDDHH.

Las organizaciones son instancias formales, que ope-ran principalmente bajo la institucionalidad. Están revestidas deun discurso definido y de particularidades acorde a surepresentatividad. Bajo la dictadura fueron el conjunto de orga-nizaciones de DDHH, las que dieron inicio a la conformaciónde un amplio movimiento social, configurando así un espaciode convergencia política. En el escenario de la transición políti-ca, estas organizaciones se han mantenido activas, pero sólo lo-gran visibilidad en coyunturas determinadas, en aniversarios ofechas simbólicas, dónde interpelan a la sociedad, situando losconflictos de la memoria pública. Esto se explica, a decir deElizabeth Jelin, por la naturaleza de este tipo de movimientos:

Las fechas y los aniversarios son coyunturas de ac-tivación de la memoria. La esfera pública es ocupada por laconmemoración, con manifestaciones explícitas compartidasy con confrontaciones. En términos personales y de la subje-tividad, son momentos en que el trabajo de la memoria esarduo para todos, para los distintos bandos, para viejos yjóvenes, con experiencias vividas muy diversas. Los hechos sere-ordenan, se desordenan esquemas existentes, aparecen lasvoces de nuevas y viejas generaciones que preguntan, rela-tan, crean espacios intersubjetivos, comparten claves de lovivido, lo escuchado o lo omitido.12

1 2JELIN, Elizabeth, op. cit., p. 52.

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En el contexto actual en Chile, surge la necesidad dehistoriar los conflictos de la memoria pública, por medio de ladinámica social asumida por organizaciones de DDHH, que sehan mantenido en su lucha contra la impunidad, y que interpe-lan en ciertas coyunturas la memoria social. Dinámica social hastaahora asumida como homogénea a lo largo del país. Es por elloque una aproximación a la historia de estas organizaciones, des-de los espacios locales, nos permitirá comprender de mejor ma-nera, la articulación entre memoria histórica y construcción deciudadanía.

Practicar la memoria es hacer vibrar la simbólicadel recuerdo en toda su potencialidad crítica de reconstruc-ción y deconstrucción de las narrativas en curso (…) Es man-tener la relación entre presente y pasado abierta a la fuerzadel recuerdo como desencaje y expectación. Es impedir quela historia se convierta en la figura estática de un tiempoclausurado, definitivamente sellado bajo el peso de susrememoraciones oficiales (…) Y es también luchar para queel reclamo tenaz, la queja insuprimible, el radical desacuer-do, tengan siempre oportunidad de molestar -con su pesa-dez y gravedad de sentido- los montajes livianos de la ac-tualidad fútil, desmemoriada.13

De ahí que nos proponemos historiar estos problemasen nuestro espacio local, a partir del estudio de la Agrupación deFamiliares de Detenidos Desaparecidos de Concepción, (AFDDConcepción), identificando su contexto fundacional, sus diná-micas, y las características que le permitieron ser una de las basesen la configuración del MDDHH en la VIII región.

1 3RICHARD, Nelly (Ed) (2000): Políticas y estéticas de la memoria, EditorialCuarto Propio, Santiago, Chile, pp. 11-12.

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II ¿CÓMO SURGE LA AFDD?

En el seno de las contradicciones del sistema socio -político implementado por la dictadura militar, se comienza aarticular y a recomponer el tejido social. Renace bajo la deman-da más sentida en el marco de la represión, en torno al derechoy defensa de la vida, en sus múltiples expresiones, politizandolas expresiones primarias de la vida en sociedad.

A consecuencia de situaciones impuestas por las po-líticas del régimen autoritario, poblaciones marginales, mu-jeres y jóvenes han desarrollado creativas organizaciones. Eneste contexto, la movilización por el tema de los derechoshumanos es solo un tipo de respuesta social a la dureza im-puesta por la represión, la exclusión política y las políticaseconómicas neoliberales, típicas de un estado militar auto-ritario moderno.14

El MDDHH se constituye en un movimiento nove-doso, que desarrolla inherentemente a su accionar, una conduc-ta ética de alto contenido, por cuanto al reivindicar el derecho ala vida, sus posturas son intransables y ‘no negociables’ con laestructura de poder estatal. Al tomar una posición que resalta elvalor de la vida, en un contexto de desaparición y muerte defamiliares y compañeros caídos, se transforma en un movimientoético de resistencia. Esta situación es compartida en movimien-tos del mismo carácter en el resto de Latinoamérica.

1 4HUTCHISON, Elizabeth: “El movimiento de Derechos Humanos en Chilebajo el régimen autoritario, 1973-1988”, en ORELLANA, Patricio y ElizabethHutchison (1991): El Movimiento de Derechos Humanos en Chile, 1973-1990, Centro de Estudios Políticos Latinoamericanos Simón Bolívar, Santia-go, Chile, p.77.

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El movimiento de derechos humanos [en Argen-tina] fue simultáneamente producto directo de la naturale-za del régimen y su meollo: el terror. Lo nuevo del movi-miento fue el carácter de absoluto y no negociable de su prin-cipal exigencia, protección para los derechos humanos, espe-cialmente el derecho a la vida.15

En contraste a la cultura del terror impuesta por la dic-tadura, se alza esta demanda por la vida, de un carácter éticoinobjetable, un cuestionamiento al régimen que a nadie dejabaindiferente.

(…) al ‘no político’ le ayudó a descubrir la di-mensión de lo político. Es más, ayudó a darse cuenta decuales son sus derechos políticos. A las víctimas de la repre-sión, muchas de ellas incorporadas cruelmente al mundodel dolor, los derechos humanos le proporcionaron una cargavalórica insustituible en su confrontación moral con la dic-tadura. A los indiferentes terminó por conmocionarles su pro-pia comodidad ante el sufrimiento ajeno, hasta el punto deentender lo que le sucede al vecino también le sucede a élmismo, aunque no tenga ninguna participación en una si-tuación determinada.16

Bajo el contexto dictatorial, cerrados los principalescanales de expresión y participación política de la sociedad civil,se hace necesario recrear formas de convivencia democrática, enpos de llevar a cabo la unidad frente a las atrocidades del régi-men. Ante las condiciones adversas que atentaban contra todoindicio de organización, surge la alternativa de un sector progre-

1 5MAINWARING, Scott y Eduardo Viola: New social movements, political cul-tura on democracy: Brazil and Argentina in the 1980s, citado porHUTCHISON, Elizabeth, op. cit., p. 77.

1 6ORELLANA y Hutchison op. cit., p.117

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sista de la Iglesia Católica. El mismo año 1973, en el mes deoctubre, se crea el Comité de Cooperación para la Paz en Chile(COPACHI), que tendría como función principal la de aportarcon apoyo tanto material, como profesional a los familiares deDetenidos Políticos.

Los organismos de DDHH debieron enfrentar tempra-namente la presión ejercida por parte del régimen militar. El pri-mero de los casos es el llamado a disolver el COPACHI. El Arzo-bispo Raúl Silva Henríquez, se ve obligado a darle término endiciembre de 1975, pero sin dar pie atrás en la política emprendi-da por un sector de la Iglesia Católica de apoyo a las víctimas de larepresión. Un mes después se crea la Vicaría de la Solidaridad, queprolongaría el trabajo del COPACHI, pero con un carácter másdefinido en cuanto a su oposición al régimen militar.

A la constitución de la Vicaría de la Solidaridad, lesiguen una serie de organismos de DDHH, lo que involucraríala incorporación de una gran cantidad de profesionales al servi-cio de la defensa de los DDHH en Chile. Entre ellos se encuen-tra el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo(CODEPU), uno de los primeros en constituirse.

Sin lugar a dudas, la lucha llevada a cabo por los fami-liares de los afectados por violaciones a los derechos humanos,es fundamental por la fuerza mostrada en la denuncia de losatropellos de la dictadura, por la constancia y el compromisomanifestado en sus diversas acciones. En este marco juega unpapel fundamental la AFDD, compuesta principalmente pormujeres, que como ellas mismas afirman “Del dolor, hicimos or-ganización”. Esto derivó en un trabajo permanente en diversosfrentes; por una parte estaba la lucha que había que dar en losTribunales de Justicia, pero además estaba la necesidad de sensi-bilizar al conjunto de la comunidad. De esta manera, los diver-sos actores sociales acuden al llamado moral de la lucha por losDDHH. El reconocimiento en el día a día, el compartir el do-

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lor, hizo evidente la necesidad de crear una instancia de reunióny coordinación entre los familiares. Esto conlleva a que el año1974 se constituya la Agrupación de Familiares de DetenidosDesaparecidos (AFDD)17

A fines de la década del ’70, se registran una serie dedescubrimientos de inhumaciones ilegales a lo largo de todo elpaís, con lo cual la verdad sobre las violaciones a los derechoshumanos, comenzaba a ser evidenciada. El 1 de diciembre de1978, fueron encontrados en el sector de Isla de Maipo, en unavieja mina de cal en Lonquén, los cuerpos de 15 personas, dete-nidos en octubre de 1973. Posterior a Lonquén se suceden unaserie de investigaciones, encontrando la existencia de otras fosasclandestinas en Cuesta Barriga, Yumbel, Laja, San Rosendo yMulchén. Esta coyuntura determina la irrupción de solidarida-des y articulación social, lo que activa una convergencia socio-política en búsqueda de la verdad y la justicia.

La primacía histórica de la solidaridad y de losDerechos Humanos, se estableció sobre el plano lateral de laasociatividad, a propósito del plano vertical de la tortura, lamuerte, la exclusión y el empleo precario.18

El poder alcanzado por esta articulación, develaba losmarcos de injusticia del régimen militar, y actuaba a pesar de losmarcos represivos, politizando los espacios privados del dolor, yarticulando el descontento en el espacio público, ya sea por mediode la no-violencia activa o la violencia política callejera.

1 7Formalmente la AFDD se crea en julio de 1975, en Santiago. Sobre el naci-miento de la AFDD, ver BRINKMANN, Beatriz (1999): Itinerario de laimpunidad. Chile 1973-1999, Ed. CINTRAS, Santiago, Chile, p. 27 y ss.

1 8SALAZAR, Gabriel y Julio Pinto (1999): Historia Contemporánea de Chile.Volumen I: Estado, legitimidad, ciudadanía, LOM Ediciones, Santiago, Chi-le, p.122.

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III.La AFDD de Concepción.

La ciudad de Concepción y sus alrededores, fue unode los lugares más golpeados por la represión dictatorial. Regiónreconocida como núcleo de organización del movimiento obre-ro, principalmente carbonífero e industrial, de un poderoso mo-vimiento estudiantil universitario y secundario, y que cuentaademás con un activo movimiento de pobladores en la ciudad ycampesino en la periferia rural, que había mostrado su fuerza enlos procesos de reforma agraria y tomas de terreno. Es aquí des-de donde el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR),catapulta además sus principales cuadros, a quienes debe la im-portancia que tuvo en la lucha política de la época. Fue por lotanto, un lugar donde la represión arremetió en todos los rinco-nes, lo cual se constata en el gran número de detenciones, que yaa octubre de 1973, superaban las 1.372 personas, distribuidasen los distintos puntos de detención.19

Un importante número de familiares de detenidos, lle-gaban a Concepción desde diversos puntos de la región. Pocoa poco fueron identificándose y encontraron un espacio dereunión en el Departamento Social del Arzobispado (Barros AranaNº 1751), donde comenzaron a darse cita. Aquí se comenzó adifundir la existencia de un lugar, que junto con entregar apoyoy recibir asistencia jurídica, fue fundamental para establecer arti-culación con otros casos de detenciones, que se fueron cono-ciendo con posterioridad.

1 9Estadio Regional 589 detenidos, Escuela Grumetes Isla Quiriquina 552 de-tenidos, Cárcel Pública 43 detenidos, Base Naval 158 detenidos. Fuente:Archivos de la Vicaria de la Solidaridad. Para un análisis pormenorizado delos casos de desaparición forzada, ver: INFORME DE LA COMISIÓNNACIONAL DE VERDAD Y RECONCILIACIÓN (1991), enwww.ddhh.gov.cl; Para los casos de tortura y prisión política, ver INFORMECOMISION NACIONAL SOBRE PRISION POLITICA Y TORTURA(2004), en www.comisiontortura.cl

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En Concepción fue particularmente complicado lo-grar reunirse entre los familiares y llevar a cabo acciones conjun-tas, cuestión que se explica por las condiciones de extrema vigi-lancia hacia la población, como lo constata una de las fundado-ras de la AFDD- Concepción:

(…) aquí fue distinto que en Santiago, donde seconformó primero la Vicaria de la Solidaridad, lo que ayudóa lograr la conexión temprana de los familiares, en donde lacolaboración de los abogados fue mayor, por el gran númerode profesionales allí existen. Aquí en cambio fue mucho máscomplicado tanto conformar los Departamentos de la Vicaría,como tener el apoyo de los abogados, que no eran más de dosal principio.20

Una de las complicaciones principales, fue establecervínculos con los profesionales en materia judicial.

(…) los abogados tampoco querían trabajar connosotros, porque uno si iba por su cuenta a hablar con unabogado y le explicaba la situación que estaba viviendo y lepedía digamos que el tomara el caso, para presentar recursode amparo, los abogados se negaban, no querían hacerlo noacogían, entonces fue muy difícil en provincia (…)21

A medida que transcurrían los años y ante la negativaabsoluta de todas las instancias comprometidas con el régimenmilitar, por dar una respuesta del paradero de los detenidos, secomienza a tomar conciencia con mayor claridad, del procesoque estaban vivenciando:

20 Entrevista a Mercedes Sánchez, Presidenta de la AFDD de Concepción.

21 Entrevista a Ester Araneda, integrante fundadora AFDD de Concepción

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(...) nadie había tomado plena conciencia de quea sus familiares no los volverían a encontrar, la palabra des-aparecido no existía, no la ocupábamos, lo que nosotros de-cíamos era que a nuestros familiares fueron detenidos y nolos encontrábamos.

Desaparecidos fue una palabra que se fue incorpo-rando en forma paulatina y a medida que pasaba el tiem-po, nosotros también nos íbamos dando cuenta que era difí-cil que tras todo lo que habíamos hecho y ante la negativa,encontráramos respuesta del régimen. 22

Como se aprecia, la condición de desaparecido, se vaincorporando paulatinamente al lenguaje de los familiares. Conello, se va tomando conciencia de la situación vivida y por lotanto agudizando su angustia y desde ahí su necesidad de orga-nización. Se va internalizando a su vez, la dimensión de la dicta-dura y su aparato de terror.

El verbo desaparecer, entonces, se vincula con unacto de violencia. Se trata de una doble violencia ya que seejerce sobre cuerpos ya desalmados. Se hace a nombre delresguardo de un triunfo, quitando de la vista lo que lo ensu-cia, a través del acto del desaparecer el cuerpo del otro, mu-tilado, desnudo otro, arrojado al basural de la tierra desola-da, de los volcanes, del mar bravío (…) Desaparecer es qui-tar al otro, no solo la vida, sino quitarle su cuerpo, su mate-rialidad visible, es borrarle sus huellas andadas y conocidaspor sus antepasados.23

En Chile podemos distinguir 2 momentos en cuantoa los procesos de desaparición forzada de personas: el primero esgenérico, pues opera por datos de militancia, se va apresando a

2 2Entrevista con Mercedes Sánchez.

2 3ILLANES, op. cit., p. 239-240.

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personeros vinculados o simpatizantes de la UP; un segundomomento permite apreciar un proceso selectivo, dirigido a or-gánicas determinadas y en períodos definidos. Esto nos permiteafirmar que el proceso es organizado y se va depurando en lamedida que el régimen se instala.24

La dura realidad, configura un nuevo escenario: se hacíanecesario fortalecer los lazos de unidad, para hacer frente a la mag-nitud del golpe. La nueva etapa que se abría debía ir acompañadacon acciones conjuntas que fueran herramientas para presionar enla búsqueda de respuestas, por lo que se debería tomar un rolactivo en el espacio público, y avanzar comprometidos por unacausa justa y legitima. Esto les dio la fuerza necesaria para salir delsilencio y ser los primeros en poner el tema de las violaciones delos Derechos Humanos en Chile, bajo la dictadura militar, en eltapete, con todos los riesgos que ello implicaba.

Lo que marca simbólicamente la irrupción de la AFDDen Concepción, es la primera huelga de hambre realizada el 28 demayo de 1978, que es la acción que lleva a la escena pública laproblemática de los familiares de detenidos por la dictadura en Chile.

Esta huelga se realizó respondiendo a un llamado na-cional hecho por los familiares. En Concepción, participan fa-miliares de Tomé, Lota, Laja, Talcahuano, Concepción, que lle-garon a las dependencias de la Parroquia Universitaria para cum-plir con su propósito. En la dinámica interna de la huelga, sefueron dando una orgánica, diversificaron funciones, fijaronpautas para tratar con la prensa, realizaron apoyo médico, etc.

2 4Ver HERTZ, Carmen: “Desaparición forzada de personas: método de terrory exterminio permanente”, en RICHARD, Nelly (Ed) (2000): Políticas yestéticas de la memoria, Editorial Cuarto Propio, Santiago, Chile, p. 48. Vertambién el notable trabajo de Elías Padilla, quien conceptualiza, tipifica ycaracteriza el tema de la desaparición forzada de personas: Ver PADILLA,Elías (1995): La memoria y el olvido. Detenidos Desaparecidos en Chile, Edicio-nes Orígenes, Santiago, Chile.

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Se conformó aquí el Comité de Familiares de Detenidos Des-aparecidos, que se hizo cargo de coordinar la actividad y de emi-tir un periódico informativo.

Desde este momento se vio la necesidad, de estable-cer una organización como tal, estableciendo directiva, reunio-nes constantes, de manera de conformarnos como un cuerpo.25

La primera huelga de hambre se realiza en la parroquiauniversitaria de la Universidad de Concepción. Fueron ocho lasocupantes que llegaron con la decisión y el compromiso de rea-lizar esta acción en forma indefinida y respaldadas por un movi-miento que se estaba realizando a nivel nacional por parte de losfamiliares. En el transcurso de la huelga fueron surgiendo el apo-yo de diversas organizaciones y de personas individuales. Losmedios de comunicación la abordaron ampliamente, lo que po-sibilitó que tuviese una fuerte repercusión, lo que motivó a otrosfamiliares a acercarse al grupo.

Al 1 de junio de 1978, ya había 116 personas en huel-ga de hambre a lo largo del país, con lo cual la acción comenza-ba a preocupar en diversos ámbitos. Por ello el régimen, no tar-dó en crear una estrategia para deponer las huelgas. Esta se mate-rializó el 6 de junio, donde tras una entrevista sostenida entre elcardenal Raúl Silva Henríquez y el ministro del interior, SergioFernández se anunció,

(…) que el gobierno se ha comprometido a acla-rar en el breve plazo la suerte de cada una de las personascuya desaparición haya sido acreditada ante los organismoscompetentes y cuyos familiares así lo soliciten.26

2 5Entrevista con Ester Araneda.

2 6Diario La Tercera, 7 de junio de 1978.

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Ante este compromiso, única muestra de apertura quese había obtenido por parte del régimen dictatorial, los familia-res, después de diez días y seis horas, a instancias de las autorida-des eclesiásticas, deciden dar término a la huelga, el 7 de junio, ala espera de que se materializara el compromiso efectuado. Enuna de las declaraciones de las huelguistas se constata el estadode alerta que se mantendrá mientras se realicen las gestiones:

(…) salimos con mucho ánimo, aunque nos senti-mos un poco débiles (...) tenemos confianza y esperanza deque nuestros ruegos serán oídos al fin. En todo caso, si no secumple el compromiso, podemos tomar medidas más drásti-cas que esta (....)27

Posteriormente se realizaron las gestiones necesarias pararecaudar información sobre cada detención, la cual se canalizó através de los arzobispados, y posteriormente se entregó, absolu-tamente documentada a las autoridades. Pero a pesar de ello nohubo respuesta alguna del paradero de los detenidos. Por ello ala hora del balance, los miembros de la AFDD Concepción,afirman que lo valorable de la jornada,

Fue haber fortalecido la organización, y desde en-tonces conformar la AFDD; esto nos permitió seguir de pie apesar de las mentiras, y actuando con mayor fuerza parasacar la problemática a la luz pública.28

Bajo las condiciones descritas anteriormente, se con-forma la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidosde Concepción. La necesidad de mantener una coordinación

2 7Declaraciones de Ester Araneda en Diario El Sur el 7 de junio de 1978.

2 8Entrevista con Mercedes Sánchez.

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constante entre los familiares de la región, lo que muchas vecesse veía dificultado por la distancia (principalmente de las zonasrurales), llevó a que se crearan Agrupaciones en Chillán, LosÁngeles y Laja, manteniendo entre ellas una estrecha relación.

La conformación de la AFDD en Concepción, fue fun-damental para lograr que se afrontara en forma cohesionada, tan-to las acciones de búsqueda de los detenidos, como así tambiénpoder resistir la fuerte represión impuesta a sus familiares. Cabedestacar, que junto a la represión política militar, está el aislamien-to socio - cultural que sufrían los familiares directos, pues la po-blación prefería, dado el escenario de terror, tomar distancia pú-blica de este proceso, aunque podrían solidarizar en silencio. Estoúltimo se puede contar entre las consecuencias intangibles de larepresión. De ahí que cada núcleo familiar, que sufrió en carnepropia el drama de la desaparición, es una historia en si misma.

Tomando en consideración que la gran mayoría de losdesaparecidos eran hombres, la ausencia de éstos al interior de lafamilia, trajo consigo el deterioro de sus condiciones de vida, alno tener el ingreso económico que tradicionalmente provenía delos varones. Esta situación fue aún más grave en las zonas rurales.

(...) habían muchos familiares que estaban vivien-do igual que uno y peor en muchas casos, porque no habíasolo un familiar desaparecido, sino que había 2, 3, 4, 5 y 6,y situaciones mucho más dramáticas que las de uno. Quepor ejemplo la gente del campo, muy desamparada, donderealmente algunas familias vivían en el mismo lugar en quelos dueños de los fundos, detuvieron a esos familiares y losmataron porque se pusieron uniforme de militares o de ca-rabineros y andaban juntos con los uniformados, entonces,ehhhhh…mmmm…ellos mismos detenían a los trabaja-dores y los mataban, los tiraban a los ríos y esa misma genteseguía viviendo ahí y trabajándoles a ese, a ese dueño de fun-

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do; entonces, era muy difícil por ejemplo en los campos lasituación. Donde quedarían las familias, las mamás con 8,10, 12 hijos, entonces realmente cuando uno escuchaba lostestimonios y se daba cuenta que había otras familias queestaban realmente pasando situaciones mas trágicas que lasde uno (…)29

La AFDD significó un gran respaldo a las familias delocalidades rurales, quienes no contaban ni con recursos econó-micos, ni con instrucción necesaria para lograr llevar a cabo lasdenuncias, por lo que este apoyo fue fundamental para ellos.

La AFDD se reconoce como una organización forma-da principalmente por mujeres. No se trata solamente de espo-sas, sino madres, hermanas, primas de detenidos desaparecidos,las que asumieron la tarea de recuperar a sus familiares.

(…) al inicio no quisimos admitir hombres en lasacciones, ya que sabíamos que si con nosotros la represión erafuerte, con ellos seria peor.30

El único hombre de la AFDD de Concepción, relatasu visión con respecto a este punto:

Las mujeres fueron las luchadoras, muchos hom-bres se hicieron a un lado, ellos no estaban casi nunca yrara vez las acompañaban (....). Mi señora es la que hizogran parte del trabajo, yo la apoyaba, pero ella era la quesalía, la que iba a hacer los trámites, la que iba de un ladopara otro. Cuando yo no estaba de servicio en ferrocarrilesla acompañaba.31

2 9Ibidem.

3 0Ibidem.

3 1Entrevista con Juan Salazar miembro AFDD de Concepción.

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La AFDD significó un soporte fundamental para quese pueda asumir de mejor manera las responsabilidades que de-bían sobrellevar los familiares. La coordinación de responsabili-dades colectivas, fue clave en la concreción de acciones. Es nece-sario rescatar que al interior de la AFDD se dieron herramientasque pudieron preparar los nuevos roles que debieron asumir lasmujeres. Esto se expresa por ejemplo en la realización de talleresque les permitía tener actividades remuneradas.

Entre los ciclos de vida que tiene la AFDD, es posibleidentificar diferentes etapas.

Al comienzo se lleva a cabo una etapa de reconoci-miento, donde el conjunto de familiares que se reunía en lasdependencias del Departamento Social del Arzobispado en Con-cepción, llevaba a cabo acciones de coordinación para afrontarjuntos las denuncias. Posteriormente, ante la necesidad de con-formar un grupo cohesionado que les permitiese afrontar la pro-blemática, fueron surgiendo instancias como los encuentros defamiliares, los talleres y posteriormente la conformación de co-mités internos, que permitieran responder ante las múltiples ne-cesidades que aquejaban a las familias, abordando las áreas deeducación, salud, religión, asistencia social, etc.

En plena dictadura bajo estado de sitio, donde todamanifestación estaba prohibida, los miembros de la AFDD rea-lizan acciones de desacato al orden represivo.

Repartíamos volantes, en los cuales constaban loscasos de desaparecimientos. Lo hacíamos en puntos estraté-gicos, como en el Barrio Universitario, La Vega ubicada enCaupolicán, el paseo peatonal, entre otros. Estas acciones lashacíamos solas, ya que no involucrábamos al resto de la fa-milia por el temor a la fuerte represión, ellos estaban al tan-to, de las posibles detenciones que sufríamos durante cada

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actividad. Además de estas medidas de resguardo, existíanprecauciones frente a las posibles infiltraciones que se inten-taron realizar en más de una ocasión.32

La AFDD había alcanzado altos grados de organiza-ción y de reconocimiento entre la población local, lo que hizoposible que tempranamente se pudieran coordinar actividadesconjuntas con otras organizaciones, principalmente con las emer-gentes organizaciones de mujeres. Ello se vio reflejado por ejem-plo, en la organización de un acto con motivo de la conmemo-ración del Día Internacional de la Mujer en 1979, el que se orga-nizó junto con el Departamento Femenino de la Coordinadorade Cesantes.

En esta ocasión se destacó la lucha realizada porlas mujeres a través de la historia, y la necesidad de progre-sar en materia económica, política y social.33

Con ocasión de esta fecha se entregó una carta al In-tendente Regional Rigoberto Rubio, en la que se solicitaba au-diencia para presentarle los antecedentes de los 180 detenidosdesaparecidos de la Octava Región. Una de las integrantes de laagrupación manifestó:

(…) tenemos la esperanza de ser escuchadas, másaún cuando estamos en el Año Internacional de Niño, y sontrescientos los pequeños que carecen de padre y en algunoscasos de padre y madre por está situación que no se ha podi-do solucionar (…)34

3 2Entrevista con Ester Araneda.

3 3Ibidem.

3 4Declaraciones de Ester Araneda, en Diario El Sur, 9 de marzo de 1979.

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La represión no se hizo esperar y se materializó atroz-mente en el asesinato de una de los miembros de la AFDD. El 23de junio de 1979 muere, por la explosión de una bomba en calleMaipú, Iris Yolanda Vega Bizama, que según la versión oficial,

(…) manejaba el artefacto que pensaba colocaren la Radio Nacional.35

El hecho descrito anteriormente, afectó profundamen-te a los integrantes de la AFDD, quienes quedaron muy atemori-zados. Este aviso, era una forma de atemorizarlas y debilitarlas.Pero a pesar de ello deciden emprender una nueva acción, en labúsqueda de respuesta por los desaparecidos, así como en apoyo alos familiares de los 15 campesinos, encontrados en Lonquén, losque habían sido detenidos en Isla de Maipo. Existía temor de quelos cuerpos no fueran entregados. Prontamente la movilización seextendió junto con Santiago y Concepción, a Valparaíso y Temuco.

El 4 de Septiembre de 1979 comienza la segunda huelgade hambre, que se realiza a partir de la toma del cuarto piso delArzobispado, por parte de las huelguistas. Aquí funcionaban lasoficinas de Acción Social. En la primera declaración emanada desus voceras, que representaban a familiares de (a la fecha) 206Detenidos Desaparecidos de la Octava Región se señalaba:

Estaremos aquí de forma indefinida y ayunando,sólo tomaremos agua caliente. Las mujeres que llegamos alArzobispado buscamos a nuestros esposos, hijos o hijas (...)Creemos que esta es la forma más pacífica para obtener unarespuesta que nos satisfaga, porque hemos hecho todo lo posi-ble para entrevistarnos con las autoridades. Hemos agotadotodos los medios legales y nada hemos conseguido.36

3 5Diario La Crónica, 25 de junio de 1979.

3 6Declaraciones Ester Araneda, en Diario El Sur 5 de septiembre 1979.

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Esta segunda huelga de hambre, estuvo marcada por elfallecimiento de una anciana de 68 años que pensaba incorpo-rarse a ella. Se trataba de la señora Clara Espinoza Arriagada,quién buscaba a su hijo Juan Villarroel Espinoza, detenido enLaja. Este hecho le dio un vuelco a la actividad, ya que los me-dios de prensa en su mayoría lo utilizaron para deslegitimar elmovimiento. Nueve días duró la huelga, hasta que desde San-tiago se les avisó, que había que darle término. Aquí en Concep-ción hubo oposición.

Tuvimos un quiebre con Santiago, porque ellas lecreyeron al gobierno y nosotras no. Terminamos la huelga,pero nosotras no queríamos. Los abogados insistían, y noso-tras sabíamos que sí la dejábamos no íbamos a lograr aquellopor lo cuál presionábamos. Fue tanta la insistencia que alfinal terminamos y sucedió lo que temíamos.37

Como se aprecia, este hecho marca una diferencia conla orgánica a nivel central. Los apoyos y visibilidad pública deestar en Santiago, trastocan con la desesperación de actuar desdela periferia regional. Esto acrecienta la opción de jugarse hastalas últimas consecuencias en cada acción de protesta. El senti-miento de ‘abandono’ desarrollado en la periferia, bien puedeexplicar esas distintas lecturas.

Al momento de evaluar la actividad se le conside-ra un retroceso ya que, se creyó en la palabra de la dictaduramilitar y una vez más no se cumplió. A nosotros nos sirvió deexperiencia para cuando se produjo el hallazgo de Laja po-cos días después (...) 38

3 7Entrevista Mónica Negrete, miembro de la AFDD Concepción.

3 8Entrevista con Mercedes Sánchez.

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En octubre del mismo año se realizaron los hallazgosde Laja y San Rosendo. Esto llevo a la AFDD a estar alerta yseguir paso a paso los procesos de reconocimiento y entrega delos cuerpos, pero por sobre todo, estar apoyando a quienes ha-bían encontrado a sus familiares.

Los hallazgos se fueron sucediendo, y a este tiempo laesperanza de encontrar con vida a los familiares desaparecidos,se diluía. Eran los tiempos en que se hablaba de ‘presuntos De-tenidos Desaparecidos’, por lo cual era necesario más que nuncahacer conciencia de la veracidad de la problemática. Por ello des-de 1980 se lleva a cabo una campaña tendiente a denunciar ypresionar al gobierno para que diera respuestas concretas.

Se seguía entregando volantes en distintos puntosde la ciudad, pero paralelamente se comenzó a realizar la“campaña de la carta”, que consistía en enviar testimoniospor correo a direcciones que aparecían en el directorio telefó-nico. Una de las prácticas fundamentales para lograr crearconciencia, y permitir establecer lazos con distintos sectoresoprimidos por la dictadura militar, fue el llevar los testimo-nios por distintas vías, por cartas personales a sindicatos, pa-rroquias, colegios, entre otros lugares, a los cuales posterior-mente se les invitaba como organización. Recorrimos parro-quias de Hualpencillo, Chiguayante, Talcahuano, etc.39

Ante el marco de represión, la AFDD es la primeraorganización que actúa desafiando el orden imperante. Muestrade ello es que en su accionar, se reconocen hechos tales como laarremetida en la Intendencia de Concepción, a la cual llegan conel propósito de ser escuchadas por las autoridades, a las cuales seles consideraba cómplices en las violaciones a los DDHH.

3 9Ibidem.

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Si la vida de nuestros familiares ha sido definiti-vamente sesgada, no sólo serán responsables los ejecutores ma-teriales de dicho crimen, sino también aquellas autoridadesque pudieron evitar ese hecho y no lo hicieron. El juicio his-tórico se encargará, en su momento oportuno, de precisar laresponsabilidad que a cada uno le cupo, frente a la situaciónde los desaparecidos.40

Posteriormente se vio la necesidad de extender las accio-nes relámpagos realizadas, las que habían contribuido a difundirla existencia de la AFDD. El próximo paso era sacar definitiva-mente el problema a la comunidad. Con mucho temor y toman-do las precauciones necesarias para tal actividad, en mayo de 1983,realizan la primera salida a la calle. En ella portaban pancartas conla imagen de cada uno de sus familiares desaparecidos. Esta mar-cha partió en calle Colo Colo, y logró llegar hasta Aníbal Pinto,cuando se interrumpe ante las amenazas de carabineros.41

A partir de este momento se repetiría todos los sába-dos, y en cada una de ellas se sentiría indistintamente el aparatorepresivo. Muchas veces fueron detenidas, pero esto no las ame-drentó. Las salidas a la calle se sucedieron y se vieron beneficia-das por la apertura del paseo peatonal de Concepción, en el cualtransitaba gran número de personas, lo que hacía que la denun-cia tuviera gran efecto y suscitara el apoyo de los transeúntes.

Esta constancia permitió a la población sensibilizarseante el tema, y comenzar un apoyo, primero de forma espontá-nea y posteriormente con un accionar constante ligado a laAFDD. Esto se posibilitó además, con acciones permanentes dedenuncia realizadas en fechas determinadas, como lo es el DíaInternacional de la Mujer (8 de Marzo); la Semana Internacio-4 0

AFDD: Extracto de Declaración Pública, publicado en Diario El Sur deConcepción, junio de 1980.

4 1Entrevista citada con Ester Araneda.

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nal del Detenido Desaparecido (25 a 31 de Mayo); Día Interna-cional del Detenido Desaparecido (30 de Agosto); Derrocamien-to del Gobierno de Salvador Allende (11 de septiembre); co-mienzo de los desaparecimientos (11 de Septiembre), Home-naje a los mártires de Lonquén (7 de Octubre); Romerías el 1 deNoviembre, entre otras fechas significativas.

Todas estas acciones públicas, eran acompañadas de untrabajo al interior de la AFDD. como por ejemplo los comités detrabajo, los talleres, etc. Ante la necesidad de reflexionar sobre lacontingencia en un contexto de censura a las libertades de infor-mación y comunicación, se realizaban seminarios sobre DDHH,Derechos de la Mujer, Historia, Política y otras temáticas. Esto sefacilitó cuando se logra conformar la Federación Latinoamericanade Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos,FEDEFAM, la que fue fundada en 1981 en San José de CostaRica, en el marco del Primer Congreso Latinoamericano de Fa-miliares de Detenidos Desaparecidos, al cual asistieron los repre-sentantes de Concepción. Esta es una organización no guberna-mental integrada por Familiares de América Latina y el Caribe.42

La AFDD desde sus inicios mantuvo una coordina-ción con otras organizaciones. En un comienzo se conectabancon aquellas que nacieron a instancia de organismos de DDHH,y otras que fueron conformándose posteriormente a la de fami-liares, como lo fue la Agrupación de Exiliados Políticos, de Pre-sos Políticos y de Relegados Políticos, todas las cuales funciona-ban en las dependencias de la Vicaría de la Solidaridad.

Todos los nexos que conformaba la AFDD con los sec-tores más oprimidos de la sociedad, se materializaban en accionesconcretas tendientes a la oposición abierta a la dictadura, lo queserá la base de la lucha que se realizara en la década de los ’80.

4 2FEDEFAM, tiene status consultivo en categoría II ante el Consejo Económi-co y Social de las Naciones Unidas.

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Estas redes se fortalecen en las acciones conjuntas, quedan paso al surgimiento de una fuerte oposición política a ladictadura. En este proceso jugaron un papel capital las AFDD,en el reagrupamiento de los sectores de oposición, junto con lasorganizaciones poblacionales.

Ya hacía 1983 las organizaciones democráticas veníansuperando la etapa de sobrevivencia y reconstrucción. Lo quequedaba por hacer era implementar estrategias de acción, en unescenario en que la actividad política estaba relegada a la clandes-tinidad. Fueron precisamente aquellos grupos que se vieron másafectados por la represión, entendiendo por ellos a los familiaresde detenidos desaparecidos y sectores populares, los que lideraronla movilización del conjunto de actores sociales en contra delpoder dictatorial.

Desde la llamada a protestar el 11 de mayo de 1983,realizado por la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC),que suscitó la participación tanto de trabajadores como de po-bladores, se da inicio a las protestas que se van expandiendo a lolargo del país. De esta manera la oposición pasa a la ofensiva,conectándose el conjunto de organizaciones en búsqueda de unobjetivo en común, que era derribar el régimen.43

En Concepción en este periodo se vivieron dinámicassimilares a las del resto del país. En este marco la AFDD, teníaun reconocimiento en la comunidad y fue fundamental en elproceso de rearticulación del movimiento social en su conjun-to, ya que fue una de las primeras en hacer público un conflictoy de llevar acciones que permitieran vencer el temor a la repre-sión, con constancia y consecuencia por llevar a cabo una luchajusta. El papel activo jugado en este periodo lo describe la presi-denta de la AFDD de Concepción, quién dice:4 3

Para un análisis de las jornadas de protesta nacional ver QUIROGA, Patri-cio: “Las Jornadas de protesta nacional Historia, Estrategias y Resultado(1983-1986)”, en ENCUENTRO XXI, Nº11, 1998, Santiago, Chile.

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(…) a nosotros se nos pedía que encabezáramos lasmarchas. Esto debido a que ya teníamos un reconocimientoa nivel de la comunidad, además por que eran prácticas quenosotros veníamos haciendo como organización (…) supimosdoblarle la mano a la represión en variadas ocasiones, yaque llegaban en forma agresiva y con armas, y se encontra-ban con nosotras al frente, manifestándonos en forma pacifi-ca con nuestras pancartas, actuar ante el número de genteque se aglutinaba a apoyar las marchas, les significaba des-encadenar conflictos de mayores proporciones, a lo que mu-chas veces los carabineros no se arriesgaban.44

En este periodo la AFDD, se constituye como una másde las fuerzas opositoras al régimen, pero con la particularidadde ser una de las que gestaron el accionar de denuncia, rompien-do las trabas del estado de sitio y de emergencia, pavimentandoy abriendo un espacio para la lucha antidictatorial.

Las Jornadas de Protesta permitieron articular for-mas de lucha altamente comunicativa y participativa so-brepasando la lucha orgánico-individual y solitaria de laclandestinidad.45

En este periodo se comenzaron a materializar junto alas permanentes prácticas, nuevas estrategias de represión, pararevertir el proceso de despolitización de la sociedad civil.

Nosotros salíamos con mucha decisión y con mu-cha fuerza (…) porque teníamos la razón. Nos llevabandetenidas todas las veces que hacíamos marchas. En Santia-go ahora hacen marchas (...) nosotras hacíamos en dictadu-ra todos los sábados (…)46

4 4Entrevista con Mercedes Sánchez.

4 5QUIROGA, Patricio, op. cit., p.45.

4 6Entrevista con Mercedes Sánchez.

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En 1983 se produce un hecho que estremecería a Con-cepción y al país entero, poniendo en evidencia que los abusosdel régimen no terminaban. El 3 de noviembre llegaba al frontisde la catedral, Sebastián Acevedo, padre de dos miembros delPartido Comunista detenidos por efectivos de la CNI. Ante laimpotencia de no saber sobre el paradero de sus hijos, llega conla decisión de inmolarse si no obtiene respuestas de las autori-dades. Frente a la presión ejercida por un carabinero, se quemó alo bonzo en dicho lugar.47 Así recuerda los hechos, el sacerdotejesuita, Marcelo Mobarec:

Sebastián Acevedo se auto-inmola, en un deses-perado gesto de protesta ante la detención de sus hijos. Des-pués de una protesta en Concepción, los hijos de Acevedo,Candelaria y Galo Fernando, son detenidos. Su padre, lue-go de buscarlos infructuosamente, se para frente a las puer-tas de la Catedral gritando «¡devuélvanme mis hijos!». Ro-gando para que la CNI no los torture, se empapa en parafi-na y amenaza con prenderse fuego. Su cuerpo se consumecomo una antorcha. Acevedo muere pocas horas más tardedespués de enterarse que Candelaria había sido liberada.La imagen agónica de Sebastián Acevedo, (…) deja atóni-ta a la opinión internacional. Dos meses más tarde, su va-liente acto de devoción inspira la creación de un movimien-to de protesta no-violento.48

4 7La muerte de Sebastián Acevedo activó una amplia red de solidaridad entorno al tema de los DDHH, denunciando la prisión política y la torturacomo prácticas sistemáticas. Se creó, liderado por el sacerdote José Aldunate,el Movimiento contra la Tortura ‘Sebastián Acevedo’. Sebastián AcevedoBecerra, tenía 50 años de edad al momento de su suicidio, era obrero de laconstrucción, casado y padre de 4 hijos

4 8MOBAREC H, Marcelo: La Iglesia Católica durante la dictadura en Chile, enwww.elmorrocotudo.cl

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Este hecho afectó profundamente a la comunidadpenquista (entre ellos los miembros de la AFDD), la que demanera casi espontánea, comenzó a agruparse en el lugar y adesafiar a las autoridades a pronunciarse. Pero por el contrariodesde el gobierno se intentó bajar la presión, augurando unaserie de medidas, entre las cuales se cuenta el liberar a dirigentespolíticos, el retorno de exiliados, etc. Esta supuesta “aperturapolítica” comenzaba a perfilar cuales serían los términos de lasalida de los militares, si sería por la vía pactada o la rupturista.Dicho debate va a tensionar a la oposición en el curso de los ’80y va a marcar el derrotero de la postdictadura. No obstante ello,si hay algo que articula el movimiento de oposición y resistenciaa Pinochet, y que más tarde se transforma en un espacio nueva-mente de resistencia, ahora frente a las políticas pro-impunidad,es el rol jugado por la AFDD y por el MDDHH en general.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Uno de los aspectos importantes de destacar, es el pa-pel aglutinador de la AFDD de Concepción, lo que posibilita laarticulación de otros actores sociales en la lucha antidictatorial.A diferencia de esta experiencia, en el Chile de los ’90 en adelan-te, la temática de los DDHH, se ha institucionalizado y privati-zado, por medio de una serie de instancias (Mesa de Diálogo,Comisiones Rettig y Valech, querellas en tribunales, etc) quehan facilitado sacar esta demanda desde el seno de la sociedadcivil. Esto ha profundizado una desvinculación de las organiza-ciones de DDHH, con la sociedad en su conjunto, ya que ladinámica política, les ha demandado abocar los esfuerzos a lasgestiones judiciales, quedando ‘relegadas’ sus apariciones a la es-cena pública, a ‘determinadas conmemoraciones’.

Nos parece relevante, rescatar el aporte sociopolíticodel MDDHH, que en un contexto de fuerte represión y estado

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de sitio, logró constituirse y articular un amplio movimientoantidictatorial. Esta calidad de ‘minoría activa’, que impone a ladiscusión política, la cuestión ética, le da un carácter proyectivoal MDDHH, por cuanto su lucha no está radicada solo en elpasado, sino principalmente en mantener vivo el pasado en elpresente y poner en perspectiva la sociedad de mañana.

Los movimientos de defensa de los Derechos Hu-manos así como las víctimas de las violaciones de éstos, pue-den ser considerados una minoría activa en la medida enque ambos grupos tienen un punto de vista coherente y de-finido, son visibles (es decir, su existencia es reconocida, porsus características específicas) y tienen un estilo de comporta-miento que es (o al menos parece ser) consistente. Es desdeesta condición de minoría que se tiene el potencial de inno-var, esto es, de introducir, crear nuevas formas de pensa-miento, modificar representaciones y conductas.49

La capacidad, en este caso de la AFDD, de constituirredes, que permitan configurar comunidades de capital moral,político e histórico, es lo que se destaca tanto en el espacio localcomo nacional. La memoria como sujeto constructor de ciuda-danía, tiene en el MDDHH uno de sus principales exponentesy ejemplos.

Según el Informe Rettig, que documentó parte de lasviolaciones a los derechos humanos registradas durante la dicta-dura militar, en Chile se registraron 3.197 víctimas, 1.197 delas cuales corresponden a detenidos desaparecidos y el resto fue-ron ejecutados.50 La presidenta Bachelet, decretó que en adelan-

4 9PIPER, Isabel: “Discursos psicológicos en derechos humanos: Un análisiscrítico”, en ENCUENTRO XXI, Otoño 1998, N°11, Santiago, Chile, p.23.

5 0Diario El Mostrador, miércoles 30 de agosto del 2006.

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te, el 30 de agosto será el Dia del Detenido Desaparecido.51 Noobstante esta incorporación en la ‘efemérides oficiales’, la me-moria social fue construyendo su propio recuerdo a partir deldolor, la lucha y la organización. Lo que ocurrió hoy es solo undato. La lucha de la AFDD es una historia llena de memoria. Engran parte, es gracias a ello, que el pinochetismo (en tanto pro-yecto político) ha sido condenado histórica, política, ética ysocialmente

Si permaneces neutral en situaciones de injusticia,has elegido el lado del opresor” (Desmond Tutu)

Concepción, 31 de agosto del 2006.

5 1Al momento de redactar este párrafo, la autora de este artículo se entera deesta noticia. Son los dilemas de historiar el tiempo presente. A propósito delmismo hecho, el Juez español Baltasar Garzón, quien se destacó por solicitarla extradición de Pinochet a España, lo que motivó su detención en Londresen 1998, señaló: “Está muy bien que hoy en Chile se haya decretado el Día delDesaparecido, pero lamentablemente es a la vez el gran fracaso de la sociedad y lademocracia, porque hubiésemos querido que nunca ese día tuviera que existir”, enDiario LA NACIÓN, Santiago de Chile, jueves 31 de agosto del 2006.-

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UN TROPEZÓN NO ES CAÍDA.HISTORIA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

EN LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

(1990-2000)

Alexis R. M. Meza Sánchez*

I MOVIMIENTO ESTUDIANTIL: NUEVO Y VIEJO MOVIMIENTO SOCIAL

El sociólogo Tomás Moulián planteaba hace pocotiempo atrás, que si bien era valiosa la aparición y estudio de los‘nuevos movimientos sociales’, era a la vez necesario revitalizar alos ‘viejos movimientos sociales’. Sin ellos, el proceso de politizaciónde la ciudadanía, a través de esas expresiones, estaría incompleto.1

El mismo Moulián, continúa su análisis señalando quelas políticas de transformación social (a su juicio un nuevoconcepto de revolución), son apuestas de largo plazo, queconsideran el nivel macro de la lucha política y el nivel micro delas múltiples experiencias populares esparcidas. Ambas “formasde asociatividad y lucha” tienen el mismo valor, en el proceso depolitización.2

*Magíster (c) en Historia y Ciencias Sociales. Profesor Universidad ARCIS,Sede Cañete. Miembro del Taller de Ciencias Sociales “Luis Vitale” de Con-cepción. Correo electrónico: [email protected]

1Ver REVISTA DE CRÍTICA CULTURAL N°27, noviembre 2003, pp. 64-65.Esta reflexión Moulián la realizó en el Coloquio Internacional “Utopías”,organizado en el año 2003 por la Universidad ARCIS.

2Ibidem, p. 65.

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El vínculo pasado / presente, que queremos abordar, noslleva a la necesidad de redimensionar la memoria ciudadana. Lamemoria, ha sido interpelada con fuerza a raíz de losacontecimientos ocasionados con el golpe militar y las violacionesa los DDHH, por lo tanto tiene un fuerte anclaje en el recordar lovivido. No obstante ello, se ha formulado también la necesidadde proyectar ese recuerdo hacía la acción concreta por parte de lasociedad civil. Es lo que se ha denominado memoria para la acción.Bajo esta lógica, la memoria no solamente es un ejercicio eruditocuyo móvil es el pasado, sino que es fuente constitutiva en laconstrucción de proyectos de futuro. Vale decir, la construcciónde la sociedad futura (campo de disputa histórica) se configuradesde la memoria y la identidad de los colectivos sociales.

El estudio del movimiento estudiantil penquista va ensintonía con ese objetivo. Es un trabajo que apela a la memoria yoralidad de algunos de sus actores más relevantes, puesto que almomento de desarrollarse la investigación, la sede de la FEC sehabía quemado, por lo cual no había documentación ni archivos‘oficiales’ disponibles. Hubo que apelar a los registros dispersos ymemorias de los actores directamente involucrados y al seguimientoque la prensa local ha hecho de este importante actor social re-gional, para poder reconstruir este pedazo de historia.

En esta perspectiva, resulta válido analizar un movimientosocial, que pese a estar considerado en la categoría de clásico, incubanuevas formas de expresión sociopolíticas y culturales. Se trata delmovimiento estudiantil universitario, que ha sido una de las vocesmás destacadas en la resistencia al modelo postdictatorial en la décadade los ’90 y que a nuestro juicio, comprende una simbiosis entre lasformas de asociatividad pre-dictadura y las nuevas orgánicas yexpresiones de los movimientos sociales post-dictatoriales.

Episódicamente, el movimiento estudiantil emerge aescena con sucesivas protestas, petitorios y marchas, en aras defrenar un ya bien instalado proceso de privatización de la

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educación superior. Las demandas rememoran las banderas mástradicionales del movimiento universitario de los ’60, tales comoeducación para todos y democratización de las universidades,pero han sumado una voz muy potente a su vez, para cuestionarlas políticas privatizadoras de la Concertación. Sin duda, en uncontexto de fuerte descomposición de otros actores tales comoel sindicalismo, los pobladores o los partidos políticos deraigambre popular, el que los estudiantes hayan mantenido unavoz en alto, resulta meritorio. No obstante lo anterior, cabepreguntarse si ¿se puede considerar al movimiento estudiantilcomo un agente renovador de las formas de hacer política?

Vamos a entender al movimiento estudiantil como unmovimiento social, que siguiendo a Pinto y Salazar, se define comouna categoría dinámica procesal, que se acerca más a una realidadempírica que a una categoría puramente conceptual y estructuralista.Estos actores sociales colectivos, tienen la vocación de influir sobresu destino y de transformar la vida social en la cual están insertos.Bajo un prisma historicista, la identidad de estos sujetos estádefinida por su acción, por lo que se afirma que los movimientossociales no son una categoría estática, sino que ‘están siendo’, puesson una permanente construcción, dialécticamente relacionada conla estructura con la cual interactúan.3

Alain Touraine también define a los movimientossociales desde el accionalismo.

(…) un accionar colectivo y organizado de un sec-tor social que lucha contra un oponente (otro actor social),por la dirección colectiva del presente histórico4

3SALAZAR, Gabriel y Julio Pinto (1999): Historia Contemporánea de Chile II:Actores, identidad y movimiento, LOM Ediciones, Santiago, Chile, pp. 93-94.

4Citado por FERNANDEZ, Arturo (1992): Movimientos Sociales en AméricaLatina, Serie Cuadernos del Instituto de Estudios y Acción Social, BuenosAires, p.14.

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Estudiosos contemporáneos de los movimientos socialesseñalan que hay 3 factores que se entrecruzan al analizarlos: laoportunidad política que propicia la formación de un movimiento;las formas orgánicas que éste adquiere, que pueden ser de carácterformal/tradicional y/o informales; y el marco cultural einterpretativo en que se desarrolla su accionar (lenguajes, íconos,reivindicaciones, etc). Esta suerte de definición amplia, permiteabordarlos en su complejidad, multicausalidad y heterogeneidad,sin pretender encasillarnos con conceptos, que luego nos ‘atoren’para hacer encajar al actor social. Ese no es nuestro propósito5 .

Sydney Tarrow, profundiza en esta línea cuando señala que,

(…) la acción política colectiva surge cuando sedan las oportunidades políticas para la intervención deagentes sociales que normalmente carecen de ellas (…)Cuando vienen apoyadas por redes sociales densas y símbolosculturales, a través de los cuales se estructura la acción so-cial, conducen a una interacción sostenida con sus oponentes.El resultado son los movimientos sociales6 .

Para Tarrow, las propiedades básicas de los movimientossociales son: el desafío colectivo, el objetivo común, la solidaridade identidad colectiva, el mantenimiento de la acción colectiva ylas oportunidades políticas como señales estructurales7 . Por lotanto hay coincidencia en su abordaje desde el marco políticoque los propicia, su identidad y propósitos colectivos y el marcocultural que desarrollan en tanto movimiento.

5Ver Mc ADAM, Dough, John Mc Carthy, Mayer Zald, Editores (1999):Movimientos sociales: perspectivas comparadas, Ediciones Istmo, Madrid.

6TARROW, Sydney (2004): El poder en movimiento. Los movimientos sociales, laacción colectiva y la política. Alianza Editorial, 2ª Edición, Madrid, p.35.

7Ibidem, pp. 25 y ss.

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Debatir en esta lógica,8 si hoy existe movimientoestudiantil o solo estudiantes movilizados, pierde relevancia(además de no ser objetivo de este trabajo), pues el movimientosocial no está definido sólo desde su masividad o su capacidadde estar en el centro del debate público (aunque ambas cosasdebiesen ser parte importante de sus objetivos), sino en sucapacidad de activar movimiento, por lo cual, si bien se puedeevaluar el impacto o alcances de dicho accionar colectivo, ellono significa negarlo como tal. Por tanto, reconocemos quehabiendo estudiantes movilizados, estamos en presencia demovimiento estudiantil, actor social que de pronto (y sin mediarprevio aviso) puede emerger desde la subsidencia y transformarseen protagonista del espacio público.

Los marcos analíticos en que se ha estudiado almovimiento estudiantil, han estado dominados por categorías,que lo sitúan solo como una fuerza auxiliar de las luchasrevolucionarias, a encabezar por otros actores como elmovimiento obrero por ejemplo:

El problema de los movimientos estudiantiles se hapensado históricamente desde 2 vertientes: desde la tradiciónmarxista ortodoxa que reduce la lucha estudiantil al niveldel reformismo pequeño burgués, y constituye el ‘culto alproletariado’ (…) Frente a esta tradición se ha levantadopermanentemente una tradición liberal revolucionaria (o radi-cal si se quiere) que promueve el surgimiento de una concienciauniversitaria entre los estudiantes, desde la reformauniversitaria, en pugna con aquellos obstáculos que comprimenal estudiante en una determinación de clase específica.

8Como lo sugiere Patricio Lagos, al analizar el movimiento estudiantil secun-dario y universitario en los ’90. Ver LAGOS, Patricio (2006): Sobre algunasformas de construcción de organización y movimiento estudiantil a fines del SigloXX, Ponencia presentada en Tertulias de Socialismo y Luchas Sociales, orga-nizadas por los CCTT. Ver texto completo en www.cctt.cl.

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Esta última tradición, indudablemente, haproducido los movimientos estudiantiles más turbulentos,rebeldes y ofensivos que recordamos.9

Esta tendencia, que domina la investigación históricosocial en el Chile de los ’60 y ’70, se entrecruza también con lacompleja relación que existe entre las organizaciones políticas deizquierda y los movimientos sociales, en este caso el estudiantil.

La izquierda renunció al reclamo histórico de losestudiantes por democratizar el poder universitario y convertira los estudiantes en una fuerza social renovadora. Las luchasestudiantiles de carácter reformista fueron reducidas alcarácter de luchas reivindicativas, al modo del sindicalismoobrero. Por encima de la llamada lucha reivindicativa seconstituyeron movimientos de juventudes políticas,convertidas la mayor parte de las veces, en instrumentos deagitación política directa (especialmente por su predisposicióna la lucha callejera), en sedes de reclutamiento partidarios yen verdaderas burocracias de solidaridad política.10

Tomás Moulián coincide en esta crítica, al analizar porejemplo (in situ) el mayo francés de 1968, y añade que esinsuficiente evaluar el impacto político de un movimiento delas características de los estudiantiles, solo por el logro deresultados:

9VALENZUELA, Eduardo: “La Reforma y el Martillo (contra el culto alproletariado en los movimientos estudiantiles)”, en PROPOSICIONES,N°5, Ediciones SUR, Santiago, Chile, p. 70.

1 0Ibidem, p. 68. Para analizar la relación, y principalmente las tensiones entrepartidos y organizaciones de izquierda y los movimientos sociales en Chile,ver GARCES, Mario: “Izquierda y Movimiento Popular: viejas y nuevastensiones de la política popular chilena”, en PROPOSICIONES, Nº24,Ediciones SUR, Santiago de Chile, 1994.

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Pero hay una cosa clara: aquel evento no valió porsus resultados concretos inmediatos. Estos más bien fuerondesastrosos (...) El valor de los acontecimientos de mayo del’68 residió en las energías que desplegó, en la fuerza yoriginalidad de sus simbologías y especialmente, porque másque una repetición de la moda intelectual de un períodohistórico, fue su síntesis, esto es su superación.11

Analizar el movimiento estudiantil de la Universidad deConcepción, en su fase presente, es una forma de ejercitar la me-moria en su triple temporalidad: pasado, presente y futuro. Elmovimiento estudiantil, ha hecho su propia transición, desde unamemoria plagada de íconos de la izquierda revolucionaria de los’60 (de gran influjo en la zona penquista), y de la fuerza de losveteranos de los ’80, que lograron levantar movimiento yorganización estudiantil en una universidad, donde las garras de ladictadura operaron con singular violencia. Desde esa memoria, haido configurando su propia identidad, en un proceso de búsquedade nuevas formas de actuar y organizarse, en un contexto políticonacional, no muy propicio para el debate público y la construcciónciudadana. De ahí que dicho proceso, los estudiantes de los ’90hayan tenido que construirlo desde sus propias vivencias y errores.

En la década del ’90, se empieza a constituir un nuevosujeto juvenil, cuya fuerza radica, en que no adhiere de buenas a

1 1MOULIÁN, Tomás: “Mayo 1968: Veinte años atrás”, en REALIDAD UNI-VERSITARIA, Revista del Centro de Estudios de la Realidad Contemporá-nea, Nº5, 1988. Este es un número especial que conmemora los 20 años delas movilizaciones estudiantiles de mayor impacto político-social en Occi-dente (Mayo 1968), con el objetivo, como se señala en su Editorial de“actualizar los conflictos de los sesenta para relacionarlos con los de la época actual”.Lo anterior reafirma el peso histórico de las categorías de los ’60 y ’70, paraanalizar la política de fines de la dictadura y los primeros años del ciclopostdictatorial. Podemos evidenciar la existencia de una memoria anclada enel pasado como ícono, sin dar cuenta de las nuevas realidades existentes.

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primeras a los clásicos proyectos de cambio social de los ’60,’70, lo cual lo empuja a constituir su propio lugar en la sociedad.Esta constatación, es producto del proceso de aprendizaje, lento ydoloroso, marcado por derrotas y sinsabores, que llevan a que seauna generación que poco tiene para mostrar en su corta bitácora,pero que mantiene atento y cautivado precisamente a los estudiososde las ciencias sociales, que han detectado el potencial de cambioy radicalidad de nuevo cuño, que engendra. En esta re-situacióndel hacer política juvenil, insertamos al movimiento estudiantiluniversitario, en la UdeC, en la década del ’90.

La construcción de una nueva ciudadanía, no está dadasólo por el surgimiento de nuevos actores, sino también por eltraslado de experiencias de éstos hacía ‘los viejos actores’ yviceversa. Creo a modo de hipótesis, que lejos de extrañar elpaso del ‘testimonio’ desde la generación anterior, esa omisiónha servido para empujar al movimiento estudiantil a buscar supropio camino en la política contemporánea. Ese camino es másinclusivo, democrático y a la vez radical, porque es un procesoque nace de la experiencia propia del movimiento social, y noestá diseñado en manuales foráneos. El constituirse desde lapropia experiencia, le otorga un potencial mayor al movimientoestudiantil de hoy, que al de los ’60 y ’70, pues se ha ido auto-construyendo y auto-educando políticamente, desde suexperiencia colectiva y socio-histórica, lo cual si bien no implicanegar el pasado, permite apostar a la construcción de nuevasrealidades en nuevos contextos histórico-sociales.

II EL OTRO GOLPE. EL FIN DE LA DICTADURA

Las universidades han sido en la historia reciente chilena,un espacio estrechamente vinculado a la acción políticaestudiantil. Particularmente, el escenario de este estudio, laUniversidad de Concepción, tiene toda una trayectoria detrás,

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asociada popularmente a la influencia que logró ahí elMovimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), y elmovimiento por la Reforma Universitaria, en la última parte delos años ’60 hasta el golpe de Estado de 1973. La luchaantidictatorial prolongó dicha situación con un granprotagonismo del movimiento estudiantil en las protestas,marchas y barricadas, en momentos en que la represión se hacíasentir fuerte. Los estudiantes son un actor social identificado enla lucha por recuperar la democracia. Eso no está en discusión:

(...) fueron los que lucharon por la vuelta a lademocracia, por el crédito fiscal, por el triunfo del No, y queterminaron la década preguntándose, ¿Qué voy a hacer ahora?12

La década del ’90 llegó prometiendo alegría, eran altaslas expectativas cifradas en la apertura democrática, en laposibilidad de impulsar transformaciones estructurales, dondepor supuesto la juventud tendría un rol importante. Sin em-bargo, lo que se dio fue una dispersión de las fuerzasantidictatoriales, dado que la democracia se construyó por arriba,con restricciones consensuadas entre el aparato dictatorial y laConcertación de Partidos (DC, PPD, PS y PRSD) ahora en elgobierno. Son ellos los encargados de asumir el protagonismo,debiendo el conjunto de los actores sociales esperar que lademocracia se instalara, funcionara y resolviera los problemas,siguiendo los cauces institucionales, heredados por la dictadura.

1 2Ver “Cuando éramos inmortales. Retrato de la generación de líderes estu-diantiles de los ‘80”, en REPORTAJES, Diario LA TERCERA, domingo 20de junio de 1999, pp. 8 -10. Habría que agregar que importantes líderes delmovimiento estudiantil de los 80’ en la UdeC, hoy son actores relevantes dela política nacional: Paulina Veloso, ex Vicepresidenta de la FEC, MinistraSecretaria General de la Presidencia; Alejandro Navarro, ex Presidente de laFEC, Senador VIII Región Costa; Antonio Leal, ex dirigente del PC, Presi-dente de la Cámara de Diputados.

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De esa forma se produce una desconexión del movimiento so-cial con la acción política macro, quedando reducido a sus espacioslocales, interviniendo a un nivel micro, aislado y por ende demenor incidencia en la realidad política nacional.

El proceso chileno no tiene, pese a los equívocossembrados por el mito, un carácter único y singular. Compartelas condiciones globales de las transiciones llamadas sistémicas,institucionales o ‘desde arriba’, cuyo desarrollo estádeterminado por las reglas y procedimientos establecidos porlos gobiernos autoritarios precedentes 13

Lo complejo de esto, es que los sujetos que habíansido claves en socavar las bases del régimen dictatorial, quedabandesplazados, con lo cual la democracia sería una tarea consagradaa notables, los cuales, como ha sido una constante en la historianacional, diseñan un modelo político limitado y estrechamenteligado a los poderes fácticos.

La construcción de la democracia en Chile ha sidopermanentemente limitada y constreñida por los poderessociales, económicos y políticos de las clases propietarias, lascuales se han constituido en la frontera misma de laconstrucción de la democracia plena 14

Aquí es donde se produce una disociación entre laincidencia política de la baja ciudadanía, con relación a laconstrucción del proceso democrático chileno. Se incuba la lógicatransicional, que convida a esperar que la salida democrática1 3

MOULIAN, Tomás: “Limitaciones de la transición a la democracia en Chi-le”, en PROPOSICIONES, N° 25, SUR Ediciones, Santiago de Chile, octu-bre de 1994, p. 35.

1 4GOMEZ, Juan Carlos (2004): La frontera de la democracia. El derecho depropiedad en Chile, 1925-1973, LOM Ediciones, Santiago, Chile, p.10.

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decante desde la voluntad del gran empresariado y los bloquespolíticos hegemónicos. Se promueve además la idea de que lademocracia tiene que ser protegida y que cualquier asomo derebeldía la pondría en peligro.

Para el caso del movimiento estudiantil de la U. deConcepción, un elemento clave en el análisis del período, es quela organización estudiantil, la Federación de Estudiantes (FEC)siguió en manos de la Juventud Socialista. Esta había logrado granlegitimidad social en los años ’80, poniéndose a la cabeza de lasjornadas de protesta en la universidad, pero ahora representaba losintereses del gobierno de turno. Más aún, el Ministro de Educaciónde la primera fase del gobierno de Aylwin fue Ricardo LagosEscobar, sindicado por todos como el precandidato presidencialnatural del eje PS – PPD. Esto acentúa el compromiso indisolubleentre la FEC y la democracia de los acuerdos, puesto que cuestionarel accionar del gobierno era debilitar la gestión de su camarada ylíder político. El mismo Lagos expresaría su opinión frente a lasmovilizaciones estudiantiles del año ‘92:

Hay universitarios que andan con el reloj atrasado(...) hay dirigentes que me han dicho que efectivamenteexisten intereses políticos en los movimientos. Confío en quelos alumnos que creen que a través de posiciones de fuerza, ydesde ellas, se puede establecer un diálogo, depongan su actitud.Las puertas del Ministerio están abiertas (...) La crisis del créditouniversitario jamás la he puesto en tela de juicio. Lo dijimosantes de ser Ministro de Educación. Pero, no significa que hayaque derogarlo. Lo que hay que hacer es perfeccionarlo 15

El llamado era a no “hacer olitas” al gobierno. Conello se consolida la cooptación del movimiento estudiantil para1 5

Entrevista a Ricardo Lagos, Ministro de Educación 1990-93, en SuplementoACTUAL, Diario EL SUR de Concepción, domingo 7 de junio de 1992, pp. 1- 2.El destacado es nuestro.

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el oficialismo y su política de dispersión de los movimientossociales, llamando a habituarse al nuevo - viejo orden:

El gobierno de Aylwin fue uno de los más brillantespara desnaturalizar movimientos sociales. Los principalescreadores de movimiento contra Pinochet, hoy día trabajabanpara el gobierno, para anteponerse a los conflictos ydesnaturalizarlos. Y quien supiera de eso, sabría que paradesnaturalizar un movimiento en la 8ª Región, tenía quebajar a la U. de Concepción 16

Este panorama lleva al movimiento estudiantilpenquista a replegarse. En el plano nacional los procesos eransimilares. Los primeros años de la transición se diluyeron en unalarga siesta que fue minando las bases políticas del accionarestudiantil. Ni siquiera en el plano local se lograron instalargrandes proyectos, dado que la apertura democrática en la UdeCse limitó a una reforma estatutaria, donde no se reconquistaronlos derechos estudiantiles previos al golpe del ’73, cuando secontaba con una alto nivel de incidencia de los estamentosestudiantil y de los trabajadores en el diseño de las políticasglobales de la universidad, constituyendo la llamadatriestamentalidad. La salida del Rector designado, Carlos VonPlessing y la elección del abogado radical Augusto Parra Muñoz,bastó para acallar los cuestionamientos. La “democraciapostdictatorial” entró a la universidad por la puerta ancha17 .1 6

Entrevista con David González, estudiante de Ingeniería Química 1986 – 92,Militante del PS-Almeyda.

1 7A Augusto Parra, abogado masón, se le asociaba a la lucha antidictatorial. En laelección venció al docente Alberto Gyhra. Parra se mantuvo en el cargo hastamarzo de 1998, cuando fue designado, de acuerdo a lo establecido por laConstitución Política de 1980, Senador por el Presidente Eduardo Frei RuizTagle, en su calidad de Rector de una universidad del Consejo de Rectores.Con las reformas constitucionales del año 1999, se eliminaron los senadoresdesignados. Gyhra en tanto, fue candidato independiente por RN, a Senadorpor la VIII Región Costa, en las elecciones parlamentarias del año 2005.

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¿Cómo se explica dicho proceso? Inicialmente,pensábamos que a inicios de la década del 90’, la UdeC era aún unespacio bullente de acción, discusión, proyectos, cultura, cambios.Sin embargo, en el desarrollo de la investigación, nos vamospercatando que a la fecha, ya el movimiento estudiantil seencontraba aturdido, disciplinado y maniatado en los canalesregulares de organización. Su capacidad de reacción había sidonula, tal vez arrinconado por la salida política operada desde loscírculos de poder, para firmar la transición. El desgaste consagrabala premisa gatopardista del ‘que todo cambie para que nada cambie’:

La situación que se provoca inmediatamentedespués de la elección de Aylwin, da lugar a un período deenormes expectativas, porque las demandas estudiantiles,que hasta ese momento seguían siendo las mismas queteníamos en dictadura -porque avances obviamente nohabían- se sentaban en la esperanza de que con el nuevogobierno civil se podía hacer algo, se podían solucionar (...) ylas Federaciones Estudiantiles y el CONFECH mantuvieronese nivel de expectativa, ese dejarse estar18

Ante la desesperación y el paso de los años se vanestructurando núcleos primitivos de resistencia y rechazo almodelo instaurado, los que a pesar de ser inorgánicos yminoritarios, recogen un sentir que más tarde va a estallar. Elrecambio generacional, que en el movimiento estudiantil es másrápido que en otros movimientos sociales, por la naturaleza delmismo, lleva a segmentos nuevos entre los estudiantes a accionardesde fuera de los marcos establecidos. Ni la FEC, ni lasorganizaciones políticas tradicionales, van a formar parte de este

1 8Entrevista con Marcial Torres, Estudiante de Ingeniería Metalúrgica 1987 -2000, ex - Secretario General de las JJCC.

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momento. Es un estallido que opera al margen. El ’92, losestudiantes observaron una movilización nacional, (porque enla UdeC no prosperó) desde la galería. Era la primera de los ’90y la demanda sería la aún vigente de reclamar más recursos parala Educación Superior, particularmente para paliar las necesidadesde crédito universitario y becas de alimentación. En la UdeC, seexpresaron solo acciones aisladas. Como muestra un botón. Ungrupo de estudiantes se toma la FEC y realiza una huelga dehambre, desplegando un lienzo que dice: TOMA POR LATOMA DE CONCIENCIA ¿Por qué tomarse la FEC?:

Muchos de nosotros empezamos a hacer una lecturaahí. Aquí lo que está pasando es esto: la Concertación mandóa la gente pa’ la casa, y a los estudiantes, estos locos despuésde 2 años, en que nosotros ya queremos empezar a pasarboleta (...) están todavía pidiendo que la gente se espere.19

Es el primer asomo concreto de que las necesidades deconstruir un movimiento estudiantil capaz de expresar lasdemandas y reivindicaciones propias del estudiantado, no contabancon un interlocutor válido (la FEC), ya que este estaba máspreocupado de defender los intereses del gobierno. Comienza lapugna que recorre transversalmente la década, con relación a lasformas de construcción de organización y movimiento estudiantil.

El ’92 se retoma nuevamente la lucha iniciadaen dictadura. Surgen los primeros paros en la UBB, la SantaMaría y en algunas carreras de la Universidad de Concepción(...) El fracaso de dicho proceso traicionado por todas lasjuventudes políticas, provocó un reflujo del cual el

1 9Entrevista con Javier Sandoval, Estudiante de Pedagogía en Español 1992- 98,militante de la SurDA y Presidente de la FEC 1996-97.

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movimiento estudiantil no se recuperó hasta el año ’94. EnConcepción el golpe fue especialmente fuerte20

Esos grupos, que se reconocen al margen, representantambién el descontento creciente que la juventud siente por losesquemas de representación políticas tradicionales. La militanciapolítica pasa a ser un descrédito y las juventudes políticas se aíslan,pues se visualiza ahí un germen de burocratismo ensañado endefender las formalidades de la política hegemónica, por sobrelas aspiraciones sociales y particularmente juveniles. De a pocose van reinstalando nuevas lógicas de acción.

La escena reconoce desde nuestro punto de vista un granmomento: del ‘90 al ‘94 se da una fase de deslegitimidad de laorganización estudiantil, monopolizada por la JS y unreconocimiento (por abajo) del estudiantado activo, que configuraun quiebre con el orden establecido (por arriba). Entre el ’92 y el’93 se dan procesos que explicitan tal dicotomía, tales como lapresentación de una Lista de izquierda a la FEC que llama a anularel voto21 o el resurgimiento de las protestas callejeras, para el DíaInternacional de los DDHH y para los 20 años del golpe militar,que se transformarían en una constante en la década del ’90, condisímil expresión de fuerza y proyección política:

El ’92, el 10 de diciembre, un pequeño grupo deencapuchados reaparece en la U. de Conce. A partir de eseintento se organizarían las manifestaciones para el año ’93, conmotivo de los 20 años del golpe militar. Los enfrentamientos

2 0Ver, “Un nuevo ciclo de protestas universitarias”, en Revista “BARRICA-DA”, N° 12, Concepción, junio del 2000, p. 3. La UBB y la Santa María sonjunto a la U. Católica de la Santísima Concepción (UCSC) las otras 3 univer-sidades tradicionales de la intercomuna Concepción-Talcahuano.

2 1La Lista se llamaba “Che Amulai”. El presentar una Lista a la FEC, parallamar a anular o burlarse del proceso eleccionario, fue reiterado el año ’99por estudiantes de la Facultad de Educación.

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callejeros del año ’93 serán sin lugar a dudas los mayores que sehayan dado en toda la transición, donde los sucesivos intentosde los pacos por ingresar a la universidad, incluso con apoyoaéreo, se encontraron con la respuesta de miles de estudiantes22

Podemos afirmar que el término de la dictadura, seconstituye en un golpe a las formas de asociatividad que se generaronen los ’80, quedando sin capacidad de maniobra los sectores másactivos del movimiento estudiantil, los cuales quedan relegados ydesplazados, por aquellos que sí deciden operar desde (y para) elaparato de gobierno. Hay una derrota, una suerte de ‘golpe blando’,contra el movimiento social, que se ve atrapado, sin capacidad derespuesta frente al nuevo escenario planteado, el de los acuerdosentre los bloques hegemónicos, que usaron los instrumentos de loscuales los estudiantes se habían dotado para enfrentar a la dictadura,ahora para legitimar el nuevo-viejo orden post-dictatorial.

El llamado de la Concertación fue de irse para lacasa, cosa que dirigentes de la Concertación en lasuniversidades supeditaron, continuando con la política dedecir que ahora las organizaciones estudiantiles tienen queser más eficientes que luchadoras y para ser eficientes tienenque parecerse a una empresa. Entonces empezó a operar unapolítica, ni burguesa diría yo, una política infantil respectode las Federaciones que se basaba en la administración delrecurso y en las decisiones de cúpula 23

III. ESTUDIANTES EN MOVIMIENTO… DE NUEVO.

En el año ’94 se producen hechos que van a marcar elperíodo que viene y que sitúan una ruptura, con la calma

2 2Ver “Un nuevo ciclo de protestas universitarias...”, p. 3.

2 3Entrevista con Eduardo Ampuero, estudiante de Pedagogía en Español, mi-litante de la JJCC, ex Secretario General de la FEC (1996-1997).

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aparente. En el marco de las demandas estudiantiles por elServicio de Bienestar, la carencia de becas y recursos para elCrédito Universitario, se organizan asambleas en el Forouniversitario, sazonadas con una olla común, que congregan aun interesante número de estudiantes. Se toma la resolución deocupar el Casino Universitario (llamado ‘Los Patos’) y repartiralmuerzos entre todos los estudiantes que necesitasen, sindiscriminar entre los que contaban con beca y los que no. Estolos coloca en abierta contradicción con las autoridades quienesresaltan que no negociarían con estudiantes movilizados, en elánimo de dilatar soluciones y desgastar el movimiento,ofreciendo incluso un lugar más cómodo para realizar la ollacomún. El impasse genera disputas generacionales al mostrar unlenguaje fuerte por parte de los movilizados contra el aparatouniversitario, lo que los llevó a empañar incluso el acto deconmemoración de los 75 años de la casa de estudios. Elmovimiento cobraba legitimidad en cada acción y buscabaafanosamente ganar simpatías entre los demás estudiantes y elresto de la comunidad penquista. El siguiente paso fue la tomade la Rectoría, que llevó la problemática al más alto nivel. Enese ambiente de efervescencia, y con la FEC como espectadora,se conquistaron 150 becas de alimentación extras y algunos logrosen el bienestar estudiantil. Pero lo más importante: se habíaconsolidado un referente y una nueva lógica de acción política.

Me acuerdo que a mí me pidieron colaboracióncomo dirigente de la FEC. Era pura gente de izquierda laque organizó ese movimiento y entre esos los mismos queestaban en el Che Amulai, y hay que reconocer que la gentede la “J” no estuvo muy al día al momento en que se orga-nizó la Olla Común por ejemplo. Se produjo un movimien-to bastante interesante de gente, que podríamos decir, los

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que tenían hambre, los que no tenían beca, pero no eratan así, eran gente de izquierda, más bien de carreras pobrescomo Educación (...) Entonces me acuerdo que se realizóuna Asamblea en el Foro que fue bien masiva, que fue lamás bonita manifestación que había habido hasta ese mo-mento (...) ese acto fue importante, se discutió y se resolvióen ese mismo instante tomar el Casino. Se tomó el Casino,se comía todo no más y cuando no quedaba nada, ya se ibatodo el mundo 24

El referente al que aludíamos son los ‘Estudiantes enMovimiento’, un grupo heterogéneo conformado por jóvenesen su mayoría sin militancia, pero con una identidad cultural ysocialmente vinculada a la izquierda, que compartían sus críticasa la democracia cupular y a los órganos de representacióntradicionales. La lógica movimientista conlleva la búsqueda desoluciones a problemas concretos del estudiantado, que son losque en ese momento convocan y aglutinan. Podemos hablar deuna gremialización de la izquierda estudiantil, en una carreradesesperada por agruparse. Aparecía como un grupo nuevo,vitalizador del accionar político estudiantil, orgullosos derepresentar nuevas prácticas, críticas del actuar de los partidostradicionales (incluso los de signo revolucionario).

Parte de ese discurso tenía una carga generacional bienexplotada por los Estudiantes en Movimiento. EduardoAmpuero, recuerda un episodio personal que le tocó vivir con elJefe de Gabinete de Rectoría, Sr. Moisés Piñeiro:

Yo le encaré al viejo que él estaba amoldado, queestaba acostumbrado a un estilo de hacer las cosas, que ellos

2 4Entrevista citada con Eduardo Ampuero, que en esa fecha era Vocal de laFEC, en representación de las JJCC.

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nunca podrían crear una cosa nueva, porque ellos endemocracia o dictadura son lo mismo (...) Entonces ahí yodije ‘Ah, le voy a hacer una carta’. Le hice una carta, lapublicamos y todo eso con la intención de provocar25

La mera gremialización de Estudiantes en Movimientoera aparente. Tras ello existía lógicamente un diseño elaboradodesde orgánicas políticas que buscaban insertarse en el escenarioestudiantil universitario, a partir de la activación dereivindicaciones económicas y sociales como las planteadas.Destacan en ese plano las JJCC y la naciente SurDA. Los primeroscontaban con una plataforma estratégica que desarrolló uncomplejo estudio del modelo de Educación Superior y laspolíticas de financiamiento, lo cual les daba una base técnicacapaz de propiciarles liderazgo en la conducción del movimientoestudiantil. En la UdeC nunca han sido fuertes26 , sin embargodicha política les permitió conducir por varios años la FECH(Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) desde1996 en adelante. En tanto la SurDA, es un movimiento políticogestado el año ’92 en la U. de Chile que poco a poco comenzóa expandirse en el ámbito nacional. Dicho crecimiento los tienehoy día con una base de apoyo nacional, fundamentalmenteestudiantil no menor. Ambas orgánicas actúan al interior de losEstudiantes en Movimiento, sin clarificar su condición deestructuras políticas organizadas, que ven en dicho movimientouna plataforma de inserción y crecimiento orgánico natural.

Legítimamente, toda organización política buscaacumular adhesiones y desarrollarse a partir del trabajo que haceen el seno del mundo social. La tensión en un grupo que naceasociado a reivindicaciones de bienestar, frente a la necesidad2 5

Ibidem.2 6

Solo en las elecciones del 2005, lograron elegir al Presidente de la FEC, elestudiante de Sociología Juan Urra.

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que sus dirigentes tienen de capitalizar políticamente para suspartidos u organizaciones lo logrado por el nuevo referente, desatalos primeros conflictos. Se decían autónomos, y sí lo eran de lospartidos tradicionales, de la Federación y de las autoridades, peroentre quienes conducían, existía una identidad política detrásque nunca se evidenció y es más, se ocultó para no empañar lamovilización. Los criterios políticos y el fondo de la discusiónse postergaron, quedando así las bases de la organización expuestasa un derrumbe posterior en que las diferencias se hicieran tan-gibles y destruyeran el movimiento, que empezaba a tomar colore iba a abrir el apetito de las fuerzas políticas en ascenso. Crecieroncuestionando al sistema de partidos tradicionales, cuestión queempezaba a tomar fuerza en la época, pero el no reconocer laspropias militancias, conllevaba un riesgo potencial de conflictointerno a posteriori, cuando se comenzaran a desnudar posicionesy eventuales diferencias. El descrédito de las viejas formas dehacer política, afectaba también a Estudiantes en Movimiento:

Después empezaron como a aflorar todas lastendencias políticas, y fue todo un rollo político que hizo quese dividiera el cuerpo político de izquierda en la universidad.Seguían ellos surgiendo como Estudiantes en Movimiento, perocon menos gente obviamente. La gente cachó que la cuestiónno era autónoma como se decía y que Estudiantes enMovimiento fue un trampolín para mucha gente... 27

Esto hace que a la larga si bien los Estudiantes enMovimiento, abrieron un nuevo escenario, no fuera capaz deaglutinar una fuerza permanente y dotar de una orgánica mássólida al movimiento estudiantil. Por el contrario se incubaron2 7

Entrevista con Sandra Candia, Estudiante de Pedagogía en Matemática 1994- 2000, integrante de los Estudiantes en Movimiento, Directora de la Coor-dinadora de Centros de Alumnos de la Facultad de Educación.

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ahí una serie de diferencias, que años más tarde reventarían,generando una nueva situación de repliegue.

La FEC en tanto, repitiendo lo ocurrido con sus símilesa escala nacional, se desarma en medio de escándalos por corrupcióneconómica y política. Se cierra así un ciclo por parte de ésta dedefensa corporativa del gobierno y creciente aislamiento de la masaestudiantil y sus problemáticas. Va a volver a organizarse el año1996 para cerrarse nuevamente el ’99. A fines del 2000 sereestructura y permanece hasta la actualidad. La Concertación entanto, evidencia un desgaste cada vez más pronunciado y su acciónse limita a disputar espacios de representación en Centros deAlumnos y la FEC, a la cual regresa recién en 1997.

Sin embargo, el hecho que no hubiese FEC, no fueuna limitación para que las carreras impulsaran procesos demovilización propios. Ya el año 94’ Periodismo y Arte dieron elprimer golpe, con sendas movilizaciones gremiales, levantadaspor demandas de infraestructura y académicas principalmente.La lógica gremial se instalaba con fuerza.

Ya no servía la discusión contra el Pinocho, porquebueno el Pinocho ya no estaba, y la discusión política era meterseen una camisa de once varas, porque no tenías a donde salircon la cuestión (...) Tú tenías que darte cuenta que la universidadhabía quedado dividida políticamente, por la solución políticaque se dio (...) Así a los Centros de Alumnos que les fue un pocomejor fueron los que se metieron en la cosa más gremial, porquelograron un lenguaje común al interior de la organización, porqueempezaron a analizar la Malla Curricular, cómo era larepresentación de los alumnos en las resoluciones de la Escuela,cuáles eran los conceptos sociales que habían tras la Educación,qué es lo que tú ibas a hacer después, etc 28

2 8Entrevista con David González.

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En mayo de 1995, los Estudiantes en Movimiento ini-cian una campaña contra el sistema de crédito universitario lla-mado Fondo Solidario, instaurado en enero de 1994 y que seentrega a las Ues en consideración a la realidad socioeconómicade los estudiantes. Esto se mide con el Formulario Único deAcreditación Nacional. Los aranceles los fija cada universidad, ysi exceden el IPC, deben crear mecanismos de bienestar estu-diantil propios.29 El tema en cuestión radica en que las asigna-ciones del crédito han sido sistemáticamente insuficientes, loque lleva a muchos estudiantes mechones a retirarse de la uni-versidad por problemas económicos. Sumado a eso, se fomentael endeudamiento de los estudiantes a través de la firma de paga-rés y del cobro de intereses al momento de cancelar su educa-ción. Con este criterio, denuncia Estudiantes en Movimiento,el Estado se desliga aún más de su responsabilidad para con laEducación, lo que se demuestra en que el año 95’ aportó 101.900millones menos que en 1994.30

Ante eso, el llamado de los Estudiantes en Movimientoes a movilizarse y a difundir la problemática tanto dentro comofuera de la “U”. Paralelo a ello es la carrera de Historia y Geogra-fía, la que tras realizar sucesivas asambleas, decide ‘tomar’ el De-partamento donde desarrollan su actividad académica, paralizan-do así las actividades. La toma iniciada a comienzos de junio exi-gía la remoción de algunos profesores31 , mejoras en la infraes-

2 9Diario EL SUR, lunes 6 de mayo de 1996.

3 0“Crédito Universitario: La Educación en la balanza”, Tríptico difundido porlos Estudiantes en Movimiento en mayo de 1995.

3 1Uno de los cuestionados era Juan Andrés Medina Aravena, docente del De-partamento de Cs. Históricas y Sociales, ex Director de DACAE en dictadu-ra y sindicado como una de los agentes más represivos contra los estudiantesen los ’80. Ver BARRA, Alma y Miguel Urrutia (1992): Lo social y lo políticoen el movimiento estudiantil (1973-1983). Tesis para optar al Título de Profe-sor de Historia y Geografía, Universidad de Concepción. Juan Andrés Medinaaún continúa dictando docencia en la UdeC y además en la UCSC.

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tructura y soluciones al problema de bienestar estudiantil. Estoúltimo llegó a rápida solución ya que sólo a una semana de inicia-do el conflicto, se “devolvió” la calidad de alumno regular a losdeudores de arancel32 Seguía pendiente la petición de cátedra pa-ralela en las asignaturas de formación geográfica.

A mediados de junio, Sociología y las carreras que es-taban en el Edificio de Lenguas (Idiomas Extranjeros y Pedago-gía en Español), también deciden sendas tomas de sus depen-dencias. José Burdiles, encargado de Difusión de la Toma deSociología explicaba,

(…) pese a ser el tercer año en que se cursa nues-tra carrera, aún no tenemos una Malla adecuada. El añopasado presentamos una propuesta, pero no fue aceptada(...) El segundo punto se refiere a la infraestructura. Trescursos comparten la única sala de clases y el baño debe sercompartido por hombres y mujeres 33

El día 21 de junio se resuelve la toma del Edificio deLenguas donde funciona además el Decanato de la Facultad deEducación, Humanidades y Arte. Las exigencias están centradasen el tema de bienestar. La falta de asistentes sociales, el aumen-to de las becas de alimentación, un laboratorio para las carrerasde Idiomas y mejorar la implementación bibliotecaria, son losejes del petitorio. Suman a ello la solución a sus problemas fi-nancieros, mediante la asignación de crédito a los alumnos deprimer año y la posibilidad de repactar a los de cursos superio-res, sin pie ni reajuste de la deuda.

Esta irradiación del conflicto comenzaría a preocupara las autoridades. El Rector Augusto Parra, que decía no nego-

3 2Diario EL SUR, martes 6 de junio de 1995.

3 3Entrevista en Diario EL SUR, jueves 15 de junio de 1995.

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ciar con estudiantes movilizados, debió ceder. Eran ya nuevecarreras, decididas a solucionar sus demandas y a prolongar ymasificar la movilización. Se realizó, organizado por los Estu-diantes en Movimiento un Acto en el Foro, donde se expresa-ron las tres movilizaciones, dando un carácter unitario al con-flicto. Además se organizaron marchas al centro y permanentescomunicados que mantuvieron a la comunidad atenta. Según laautoridad, los canales de conversación existían y estaban losConsejos de Carrera y los Comités de Docencia llamados a so-lucionar las demandas estudiantiles. En definitiva esto no es másque la expresión de un conflicto mayor. Las humanidades esta-ban siendo desplazadas en las políticas universitarias por su esca-sa contribución económica. No olvidemos que existe el antece-dente de lo que sucedió en la UACH, donde el rector Max Neefcerró las Pedagogías por improductivas. Claro, a Pedagogía lle-gaba el estudiantado preferentemente de liceos municipalizados,que dada la brecha económica existente entre éstos y los colegiosparticulares, relega a estudiantes de ingresos medios a dichas ca-rreras. Esto, constata una situación de potencial conflicto, ya queserá en estas carreras donde las demandas por crédito y becas serámayor, por lo tanto “la devolución a la U” del crédito asignadoserá más exigua. Esto convierte a las humanidades en las parientespobres del cuerpo estudiantil y por ende los niveles de reinversiónpara su desarrollo son evidentemente menores. Mientras en Me-dicina e Ingeniería, se construye infraestructura de punta, en lashumanidades se disputa la creación de un baño para hombres yotro para mujeres. La modernización no alcanza para todos:

La modernización lleva a una acelerada incorpo-ración de las carreras tecnológicas al quehacer universitario.La educación superior se tecnifica, y deja de estarpreponderantemente marcada por la orientación humanis-ta que ha sido propia de la universidad tradicional o clásica.

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El costo de ésta adaptación, se traduce en una crisis delHumanismo en el seno de la universidad, la cual pierdeprogresivamente su capacidad integradora del sentido de lavida humana, tanto a nivel personal como social. 34

El conflicto se resuelve a fines de junio, pero traeráalgunas notas para el balance. La movilización que involucró avarias Pedagogías, no logró comprometer directamente al con-junto de las carreras de Educación. La Coordinadora de la épocase limitó a llamar a un Paro Reflexivo de un día, sin asumir elllamado del Centro de Alumnos de Matemáticas y Física porsolidarizar con más fuerza. Además de instalar una problemáti-ca, la solución dejó muchos temas pendientes. Así lo hace verEduardo Ampuero en un artículo de la Revista Horizonte, pu-blicada por los Estudiantes en Movimiento:

Aproximadamente el 30 - 31 de junio, las Tomashabían llegado a su fin. Los logros eran evidentes, sin em-bargo, cuestiones elementales de las demandas estudiantilesno fueron resueltas. Claro fue que en Historia y Sociologíalograron los mayores éxitos. En Lenguas lo logrado material-mente fue menos, pero la voluntad de organizarse para se-guir trabajando fue un éxito en sí. Un comedor gestionadopor los estudiantes y la formación de un Colectivo que conti-núa moviéndose hasta hoy.35

Para Historia, la movilización tuvo un sabor especial.Se construyó a partir de ahí una identidad distinta, un recambio

3 4ATRIA, Raúl: “La Transformación Modernizante en la Educación Superior:Un Enfoque General”, en DIALOGOS UNIVERSITARIOS, CPU, Santia-go de Chile, 1995, 97-121.

3 5AMPUERO, Eduardo: “Cronología del Conflicto de junio del ’95”, enHORIZONTE, Nº1, Otoño de 1996, pp. 8-9.

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generacional que otorgó nuevos bríos a la organización internade la carrera.

Justamente el 95’ habían culturas generacionales,porque se iba una generación de (cómo lo percibí yo) ”pesospesados políticos”, o sea, gente que tenía mucha onda políti-ca, que habían sido cabros más jóvenes para la época de ladictadura, por lo tanto, se la habían jugado un poco másque nosotros, que éramos más pendejos, que tenían ese cuen-to detrás, esa jineta detrás, pero que en el fondo cargabancon las condiciones que eran propias de los partidos políticos,con rencillas entre ellos, las divisiones entre ellos, lo que ja-más pudo concretizarse en nada bueno, nada concreto enrealidad. Entonces el 95’ significó entrar a cachar que llegóotra generación, de otros cabros que venían como despertan-do a un Movimiento Estudiantil, a ser parte de una histo-ria, veníamos sin esa carga, veníamos con esa apertura. 36

Tras esa movilización se comenzaba a consolidar uncuerpo distinto en el seno del Movimiento Estudiantil: la críti-ca al modelo universitario y sus carencias, la necesidad de reflotarun Movimiento bajo nuevos conceptos y objetivos y darle con-tinuidad al proceso movilizador, creando nuevos referentes, sonlas preocupaciones del momento.

Sin embargo, se comienzan a visualizar las “nuevas –viejas disputas” por la conducción entre los grupos de la izquier-da estudiantil organizada. Los Estudiantes en Movimiento, re-ferente amplio y crítico sufría sus primeros quiebres, productode la coexistencia de postulados políticos, que se manteníanocultos y cuyo afloramiento despertó las encontradas posicio-

3 6Entrevista con Ximena Piera, Delegada Carrera de Pedagogía en Historia yGeografía, 1994-1998.

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nes, que al no poder coexistir en esa heterogeneidad, lo llevan adebilitarse como unicidad:

Fuimos pocos en realidad los que pusimos el hom-bro y hay que reconocer, si se trata de número, que laSurDA fue más numerosa. Pero también es cierto, que na-die sabía que la SurDA, era un grupo que estaba actuandoen función de instalar su línea política en los Estudiantesen Movimiento, hacerla pesar y desarrollarla. Yo creo queeso es a lo que aspira todo grupo político. El error de la JJCCfue haberse sumado, haber estado, haber hecho trabajo, yocreo que hizo harto esfuerzo, pero con muy poca claridadpolítica militante. 37

La constatación de que la discusión de los Estudiantesen Movimiento comenzaba a reducirse a pugnas por conducciónentre la JJCC y la SurDA, llevó a alejarse a muchos miembros delgrupo. Las indefiniciones iniciales comenzaban a pasar la cuenta:

En ese momento hubo grandes problemas por estode las definiciones, y nosotros le achacábamos a ellos, a loscabros de la SurDA, el porque no se identificaban y plan-teaban cuáles eran sus intereses. Nosotros veíamos que enLos Patos se reunían, venían cabros de la Dirección Nacio-nal de la SurDA y funcionaban como Partido (...) Nosotrosles enrostrábamos eso. 38

Queda claro que el tema en cuestión, no es el de lamilitancia, si no el no dejar clara dicha condición al conjuntodel grupo. Los partidos políticos pretenden incidir en las diná-

3 7Entrevista con Eduardo Ampuero.

3 8Entrevista con Marcial Torres.

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micas del movimiento, al que de una u otra manera habían apos-tado. Ello llevó a un distanciamiento, que en ese momento nofue caótico, pero que fue la preparación de un quiebre mayor,como el que se produciría años más tarde:

Yo creo que nos fuimos distanciando porque el gru-po fue tomando un carácter más político, se fue definiendopolíticamente, y en base a su praxis también se fue definien-do (...) Creo también (por las cosas que podría ver yo ahoradesde afuera), que empezaron a aflorar muchas de esas malascostumbres políticas que hemos heredado de los viejos, que esel cuento del “ghetto”. Cada vez nos fuimos separando yachicando, cerrando los círculos en vez de ampliarlos, y fue-ron las viejas rencillas políticas también (...), y creo que esode alguna manera fue agudizando las contradicciones entrelos diferentes grupos. 39

Para Javier Sandoval, miembro de la SurDA, y uno delos líderes de Estudiantes en Movimiento, es ésta idea del “ghetto”,de los feudos, aludida por Ximena Piera, la que dificulta lasformas de interacción entre los grupos políticos de izquierda.

El hecho de que la SurDA fuese agarrando vueloes un elemento que preocupaba a la izquierda tradicional.Habría que preguntarse ¿por qué? (...) Había también apartedel asunto agitativo, una idea muy conspirativa de hacerpolítica, que viene también de los 80’, que es la dificultadque tiene la izquierda, sobretodo la más radical, pa’ afrontarel discurso público, pa’ salir y pa’ exponerse (...) Se trabajamucho al “hormiga”, el persona a persona, con grupos de 3 o4 y que en momentos coyunturales se activa, te mueves más

3 9Entrevista con Ximena Piera.

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y aprovechas una situación, pero te cuesta construir unafuerza estable 40

A nuestro parecer, las lógicas de construcción comien-zan a tomar cuerpo como ideas distintas, porque la creaciónhabía ido creciendo y nadie quería perder lo invertido. Por eso elquiebre de los Estudiantes en Movimiento no se produjo en esemomento, aunque si dejo preparadas las condiciones para suposterior escisión.

IV. FEDERACIÓN Y (¿V/S?) MOVIMIENTO

En este marco, se produce el proceso de reorganiza-ción de la FEC, gatillado desde el VI Congreso de Estudiantes“Caupolicán Inostroza”.41

Desde que se hizo claro el agotamiento del Conse-jo de Presidentes de CCAA como instancia máxima de or-ganización estudiantil, hemos insistido, (frente a la tenden-cia por llamar a elecciones de manera automática sostenidapor otros sectores) en la necesidad de abrir un proceso de dis-cusión lo más amplio y participativo posible (...) Solo unainstancia así permite, llevar el debate a sus verdaderos acto-res. Una Federación verdadera no nacerá de acuerdos entrecuatro paredes (...) La FEC, y en general las federaciones delos noventa, se burocratizaron al punto de entrampar eincluso impedir cualquier forma de participación real delestudiantado, siendo en gran medida responsables de la dis-persión y apatía que lamentamos hoy.42

4 0Entrevista con Javier Sandoval.

4 1Llevó este nombre, en homenaje al estudiante abatido en dictadura en elcampus de la UdeC.

4 2“Acerca de la Organización Estudiantil: ¡A Recuperar la U para los Estudiantes!”,Documento difundido por los Estudiantes en Movimiento, abril de 1996.

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Tras la convocatoria a elecciones, se presentan dos listas,lo cual polariza la elección. Sobre las motivaciones de Estudiantesen Movimiento (en particular el sector que él representaba) porparticipar en las elecciones, a pesar de las críticas que tenían sobrela Federación de Estudiantes, Javier Sandoval explica:

Hubo un momento en que así como le dábamosun peso al trabajo de base, a continuar el trabajo en lascarreras, a seguir el trabajo de coordinación, consideramosque la Federación podía ser un instrumento válido, paratratar de multiplicar ese trabajo, unaherramienta más, conun megáfono, recursos, capacidad de interlocución con el es-tudiantado que la reconoce por tradición por último, con elmundo social y con la autoridad (...) llegamos a la conclu-sión que pa’ nosotros no era un tema de principios la F e -deración (...) Íbamos con la “J”, íbamos nosotros (...); iba laderecha que era el CEFI. La Concertación estaba tan pa’ lacaga’ que no llevó candidatura. 43

La elección llevó a la presidencia de la FEC a JavierSandoval, ocupando la Secretaria de Finanzas el estudiante deGeología, Igor Cid y la Secretaría General Eduardo Ampuero(militante de las JJCC), quienes debieron integrar la Mesa Di-rectiva con los derechistas Alejandro Pinto (Vicepresidente) yRicardo Correa (Secretario de Actas). Los miembros de la na-ciente FEC tenían la posibilidad de consolidar el trabajo desa-rrollado desde los Estudiantes en Movimiento, generando ex-pectativas entre el estudiantado crítico y activo:

Cuando nos tiramos a la Federación, el grupo erapequeño y ahí se resintió aún más (...), y lo que tratamos de

4 3Entrevista con Javier Sandoval.

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hacer ahí fue rápidamente tirar una red a ver si nos presta-ban ropa los otros grupos. Dijimos oye loco aquí está la Fede-ración, no es de Estudiantes en Movimiento, la Federaciónestá a disposición de todos los estudiantes en términos derepresentatividad, pero en términos del proyecto que se que-ría impulsar desde ahí, es importante que se la apropien losestudiantes organizados. 44

Su intención era dar un cariz más profundo a las accionesemprendidas desde el año ‘94, para lo cual convocó a un ClaustroEstudiantil, al que bautizaron como Edgardo Enríquez Fröedden,en homenaje al ex – Rector, el cual fue elegido con votación estu-diantil. Dicho encuentro se desarrollaría en el mes de abril del 97’.

La FEC propuso cuatro temas centrales para la discu-sión en el Claustro: Financiamiento, Bienestar, Docencia y Par-ticipación Estudiantil. Estas temáticas están contempladas en laidea de democratizar la universidad, un proceso que tenía comoidea central, el aumentar la incidencia de los estudiantes en lasdecisiones sobre las políticas de la casa de estudios:

Las conclusiones del Claustro Estudiantil, dieron pie aun Petitorio que sería presentado a Rectoría. Ahí se condensa-ban las demandas referidas a la Participación con derecho a voz yvoto en instancias de gestión académica, la exigencia del mejora-miento de la calidad docente, la derogación del Reglamento deConducta de los Estudiantes, la asistencia libre a clases teóricas ylas ya clásicas demandas del área de Bienestar. El Rector Parra,con su diplomacia habitual (la cual lo llevaría al Senado, en cali-dad de ‘designado’ el año 1998), manifestó su voluntad de darsolución a las demandas estudiantiles a través del diálogo, aunquedejando claro que las instancias para participar de los estudiantesestaban contempladas en los Reglamentos de la Universidad.

4 4Ibidem.

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Tras dos semanas desde el momento de la entrega delas resoluciones, se activó el proceso de discusión de las mismas.La Federación resuelve después de una serie de reuniones en Rec-toría, solicitar que la Mesa de discusión sea presidida por el Rec-tor Parra, ya que consideraban que solo él tenia poder de deci-sión. Frente a ésta petición estudiantil, el Rector afirma, que sinembargo, hay materias ajenas a su competencia, que deberán seranalizadas por otras instancias del plantel, como el Consejo Aca-démico y la Dirección de Docencia.45

El Rector además, se niega a acoger la demanda referi-da a ampliar la Participación Estudiantil, con voz y voto en laelección de autoridades, amparándose en la Legislación que im-pide mayor injerencia (Ley LOCE, Nº18.962), argumentandoque hay temas de resorte ejecutivo que no se pueden modificara nivel universitario.46 Esto abre el conflicto, puesto que el ob-jetivo primordial de la FEC era la participación, ya que de noexistir ésta, todas las demás medidas serían de parche.47

Tras una Asamblea General de Estudiantes, se designauna Comisión Negociadora, que llevará las demandas del Claus-tro ante Rectoría, reforzando el trabajo de la Federación. La FECsería un voto más en esa Comisión de 16 personas integrada porestudiantes de diversas Facultades.

Junto a la creciente agitación estudiantil por la proble-mática universitaria, se desarrollaron una serie de actos y mani-festaciones de Protesta contra el cierre de la Mina de Lota, de-cretado por el gobierno de Frei Ruiz Tagle, que proponía unsistema de reconversión laboral muy cuestionable. Con sendasmarchas al centro de la ciudad (martes 6 de mayo y jueves 8 delmismo mes), una reprimida en las afueras de la Intendencia con

4 5Diario EL SUR, Concepción, martes 20 de mayo de 1997, p. 6.

4 6Ibidem.

4 7Ibidem.

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dos estudiantes detenidos48 , y la otra que ni siquiera alcanzó acruzar la Plaza Perú, se expresó el descontento estudiantil con lamedida. En ambas ocasiones (con un día de intervalo), se pro-dujeron protestas en el campus, que derivaron en enfrentamientoscon carabineros, saqueos a una máquina de Coca Cola, barrica-das, que involucraron a un gran número de estudiantes. El segun-do día de protesta, resultó herido por las Fuerzas Especiales decarabineros, el camarógrafo del canal de la Universidad de Con-cepción, TVU, Jaime Bastías, a quien una bomba lacrimógena loimpactó de frente, dejándolo gravemente herido.49

Producto del lento o nulo avance de las reivindicacio-nes estudiantiles, se inician las movilizaciones, expresadas en to-mas de dependencias y paros de actividades. Estas se inician acomienzos de Junio. El primer paso lo dan la carrera de Historiay Geografía, con la Toma del Departamento de Ciencias Histó-ricas y Sociales y la Coordinadora de Centros de Alumnos de laFacultad de Educación, que se Toman el Edificio. Cabe agregarque la Facultad de Educación, Humanidades y Arte, fue dividi-da tras la Movilización de 1995 en 2: Facultad de Educación yFacultad de Humanidades y Arte. Con ello hay carreras dondelos profesores pertenecen a la Facultad de Humanidades y Arte,mientras los estudiantes dependen administrativamente de Edu-cación50 . Esto es una verdadera trampa para la búsqueda de solu-ciones, ya que ambas facultades “se tiran la pelota de un lado aotro”. El mismo día se van a Toma, los estudiantes de la Facultadde Humanidades y Arte (edificio de Lenguas). Las demandas sonlas negociadas en el Petitorio General, donde participan estudian-

4 8Ambos estudiantes de Pedagogía en Historia y Geografía, Mauricio López yCristián González

4 9Diario EL SUR, Viernes 9 de mayo de 1997, p. 5.

5 0Tal es el caso de las Pedagogías en Historia y Geografía, Filosofía, Música,Artes Plásticas, Español e Idiomas Extranjeros.

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tes de Educación, pero incluyen además reivindicaciones propias,principalmente en el plano de la Docencia e Infraestructura.

El levantar un Petitorio propio como Facultad, y ade-lantarse en el inicio de la Movilización, evidenció una separa-ción de aguas entre la FEC y los estudiantes de Educación, quebien supo capitalizar Rectoría. El Rector Parra, decide suspenderlas negociaciones con la Comisión designada por la AsambleaGeneral de Estudiantes, debido a la Toma de las dependenciasdonde operan los estudiantes de Educación (Departamento deHistoria, Escuela de Música, Facultades de Educación y de Hu-manidades y Arte). Parra argumenta

(…) que evidentemente tiene que haber, para quelas conversaciones sean fructíferas, representatividad real y ca-pacidad de compromiso (...) y desde el momento en que losrepresentantes de la Federación no están en condiciones deresponder por decisiones que adoptan autónomamente direc-tivas de Centros de Alumnos, el diálogo no tiene sentido 51

El distanciamiento entre la FEC y las carreras de Edu-cación, responde a las pugnas por la conducción del Movimien-to Estudiantil que se arrastran desde el inconcluso quiebre de losEstudiantes en Movimiento. Lamentablemente dichos resque-mores estuvieron presentes desde el comienzo de la moviliza-ción, y la afectaron profundamente. Ahora la confrontación te-nía como oponentes a 2 referentes de representación estudiantil:La FEC y la Coordinadora de Educación. Múltiples acusacio-nes se llevarán a cabo con particular encono desde aquí, tratandode disputar la conducción política del movimiento:

Yo me acuerdo cuando entré el 96’ a la Coordina-dora, la lucha siempre fue entre la FEC y la Coordinadora,

5 1Diario EL SUR, viernes 6 de junio de 1997, p. 6

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porque la Coordinadora igual tenía como harto poder, yempezó a hacer cosas aparte de la Federación, pero empeza-ron a matarse las dos organizaciones (...); Hubo mucho con-flicto. A veces se convocaba a 2 actos el mismo día. 52

Esta división dio tiempo a la autoridad, para dilatar elinicio de las conversaciones, puesto que consideraba que los estu-diantes en esas condiciones no tenían un interlocutor válido, ver-daderamente representativo, ya que la conducción de la FEC, noera sólida y estaba siendo cuestionada e incluso sobrepasada.53

Sin embargo, paulatinamente se fueron sumando máscarreras y facultades al proceso de movilización, recogiendo de-mandas específicas y las generales plasmadas en el petitorio quebuscaba negociar la FEC: Ciencias Sociales, Ciencias de la Tie-rra, Enfermería, Ciencias Políticas, Arte, y muchas carreras más,que en un momento dado superaron los 5.000 estudiantesmovilizados de diversas formas54 . La movilización cobraba cuer-po y forma, amenazando con extenderse a otros estamentos dela universidad:

Fue un trabajo pensado largamente, de largosmeses, preparado con un Claustro, con trabajo hacia los Cen-tros de Alumnos, los Delegados; nosotros trabajamos comochinos, estudiando, elaborando documentos previos para ladiscusión (...) Se generó un ánimo, que en la Universidadno estaba antes, un ánimo de simpatía (aunque no se que-

5 2Entrevista con Sandra Candia.

5 3Diario EL SUR, viernes 6 de junio de 1997, p. 6.

5 4Al ser el campus de la UdeC un recinto abierto, no existe la posibilidadoperativa de tomarlo de una vez, como en la UBB por ejemplo, donde existeun acceso general, vía una reja. Por ende, se hace necesario, activar tomaspor cada uno de los edificios y dependencias, lo cual hace indispensable laarticulación entre carreras y facultades.

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maban las manos) con los funcionarios (...) Estos son pasosque antes no se daban. Logramos generar una cierta masividadporque utilizamos la Federación y el trabajo de base 55

El jueves 12 de junio se realizó una marcha en conjun-to con las otras universidades de la región, también movilizadas,que tras un acto en el Foro, reunió a más de 4.000 estudiantes.Una Asamblea Triestamental convocada por la FEC, la Asocia-ción de Docentes y Administrativos y los Sindicatos, se realizótambién en el Foro, en el marco de la movilización.

Frente al auge de la presión estudiantil, Rectoría llama auna reunión extraordinaria del Consejo Académico, para propo-ner Reformas Estatutarias de la Corporación Universidad de Con-cepción.56 La autoridad universitaria planteaba, que de ser apro-bada la propuesta, existiría un fuerte ánimo por participar en to-dos los estamentos de la Comunidad Universitaria. Las resolucio-nes quedarían zanjadas en diciembre del mismo año por el Con-sejo Académico. El planteamiento del Rector fue bien acogidopor los estudiantes, lo que sin embargo exigieron dar soluciónprimero a los puntos más urgentes del petitorio de la FEC.

El tema de la participación estudiantil, no era bien mi-rado por un importante sector de académicos. Los más reacios,lo expresaban sin ninguna cautela en cualquier espacio que lesfuese posible. El docente de la Facultad de Educación, ManuelJiménez, plantea que la participación de los estudiantes en lascuestiones universitarias conlleva 4 problemas fundamentales:1) la politización, 2) la violación de la autonomía universitaria,3) daños en la formación profesional y 4) desprestigio a las uni-

5 5Entrevista con Javier Sandoval el martes 26 de septiembre del 2000.

5 6El Rector Parra asegura que con el proyecto de Ley Marco en el Congreso,existe una posibilidad de que por fin éste se pronuncie sobre la materia yexista la voluntad política para abordar el tema. Diario EL SUR, viernes 20de junio de 1997, p. 3.

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versidades.57 Sostiene que muchos dirigentes estudiantiles, pa-san a engrosar las filas del Parlamento posteriormente, con loque pretende demostrar el carácter politizado del movimientoestudiantil. Parece absurdo el limitado concepto de la políticaque maneja éste académico, que lo reduce a cargos de represen-tación. Plantea que los estudiantes que pierden el tiempo entomas y paros, dañan su formación profesional. Se le olvida aJiménez, que gran parte de las demandas estudiantiles de la dé-cada, llevan como bandera el exigir excelencia académica y me-jorar la formación profesional. Si los estudiantes no reclamanpor éstas cuestiones básicas, junto a la mejora en infraestructura,baños decentes, etc, ¿quién lo hace por ellos? Sin duda que pre-fiere tener a meros receptores de contenidos, lo que facilita lapermanencia de docentes que no reportan ninguna innovaciónacadémica a su alumnado. Sistemáticamente, la Facultad a laque pertenece Jiménez, fue cuestionada en sucesivasmovilizaciones estudiantiles, por la baja calidad, actualización yproducción de sus académicos.

En el mismo artículo, Manuel Jiménez agrega:

Un rol realista que deberían aceptar los estudian-tes es el de usuarios de una Institución de Educación Supe-rior, y cuyos derechos son enormemente más importantes quela participación, en forma minoritaria, en la toma de deci-siones universitarias (...) Estos derechos son el recibir unaformación de la más alta calidad posible, (...) Para este efec-to podrían recurrir si fuera necesario a la ley que protege alconsumidor y requerir legalmente a la universidad a cum-plir los estándares de calidad ofrecidos o suscritos por la uni-versidad en caso de incumplimiento.58

5 7JIMENEZ, Manuel: “Participación Estudiantil Universitaria: ¿Viejo o Nue-vo Estilo?”, Artículo publicado en Suplemento ACTUAL de Diario ELSUR, domingo 29 de junio de 1997, p. 7.

5 8Ibidem.

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La propuesta de Jiménez es clara: Condenar al estu-diante a un rol de cliente, profundizando una relación mera-mente contractual, ofreciendo incluso los mecanismos estable-cidos por el mercado para la solución de los conflictos entre laempresa que da el servicio y el cliente.

Hemos citado el artículo de Jiménez, para demostrarel “terror” que existe en un importante número de académicos ala participación de los estudiantes en las decisiones universita-rias. El fantasma del cogobierno, es particularmente fuerte entrequienes “entraron por la ventana” en dictadura a la institución,es decir, sin la vía existente previamente del concurso público, yque en ésta pseudo democracia han conservado sus puestos deprivilegio. Los más osados, no dudan en atormentar a los estu-diantes que comienzan a “pololear” con la política estudiantil:

Los profes, sobretodo los de la Facultad (Medici-na), que vieron el proceso de la izquierda en los 70’, cuandoven que de nuevo se les empieza a parar el mono, ellos em-piezan a confundir e increpan directamente ¡Ah, ustedesquieren ser guerrilleros como el Miguel Enríquez. Ustedesno saben lo que es eso! (...) En fin peleas duras tuvimos quedar con los viejos (...) A nosotros se nos ha ido harta gente,porque han estado pegando afiches y han pasado profes y leshan dicho ¿Usted quiere seguir en la “U” o no? 59

En esa movilización, un hito de la represión lo consti-tuyó el Decano de Ciencias Químicas, Sergio Quadri, quiencortó la luz y el agua a los estudiantes de su Facultad, que sehabían tomado las dependencias de la misma. El fantasma delcogobierno obligaba a desmentir a la FEC permanentemente,

5 9Entrevista con Leonardo Recabal, Delegado de Enfermería, miembro delMovimiento de Recuperación Universitaria (MRU).

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que tal cosa no se encontraba entre sus intenciones. El miedo ala participación de los estudiantes por parte de los docentes, esun hecho marcado en ésta movilización.

La movilización se desarrollaba con mucha fuerza. Seempezaban a socializar conceptos como la Ley LOCE, promul-gada el último día de la dictadura, y que consagraba la prohibi-ción de la Participación Estudiantil, y que se convirtió en la ban-dera de tope del movimiento. La Asamblea de Estudiantes exi-gía que el Claustro llamado por el Rector fuera resolutivo, comopunto intransable para bajar las movilizaciones. Dicha firmezase demostraba también en la negativa a terminar con las tomasen un plazo de 48 horas, como había exigido la autoridad.

Cuando la movilización cobraba fuerza, los estudian-tes de Educación se toman la Biblioteca Central de manera in-definida, como una forma de radicalizar el proceso, y dar solu-ción efectiva a sus demandas particulares. Aunque intentaronconvocar a otras carreras movilizadas en dicho propósito, noencontraron mayor acogida. Dicha medida terminó pordistanciarlos definitivamente de la FEC, y de declararse mutua-mente “la guerra por la conducción”:

La Movilización se quebró y al final nosotrosmismos terminamos pidiendo demandas súper moderadascomparadas con las que queríamos al principio, y termina-mos quebrados, debilitados con una movilización pequeña(...) Era una movilización de Educación contra la FEC.60

Si bien la FEC no abandona la opción de la paraliza-ción de actividades, ante un eventual cese de las tomas,61 simostró una posición más flexible al momento de negociar, bus-

6 0Entrevista con Javier Sandoval.

6 1Lo señalamos en plural, porque en la UdeC, es preciso tomar varias depen-dencias para concretar una movilización, dadas las características del campus.

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cando asegurar los Pre – Acuerdos suscritos con el Rector y de-finir una recalendarización:

Nuestra idea es llegar a acuerdos con el Rector,antes que se lleven a la práctica las medidas anunciadas porel Consejo Académico. 62

Tras una concurrida Asamblea en el hall de la Facultadde Humanidades, donde no se acogió la propuesta de la FEC determinar con las Tomas, manteniendo un Paro de Actividades,se realizó una segunda Asamblea, donde la FEC insistió en supropuesta, aduciendo que la movilización ya no tenía capacidadpara ampliarse, pues ya había tocado techo. Ante la constanteamenaza de un desalojo por parte de la fuerza pública y del evi-dente quiebre en la conducción del movimiento, que llevaba aduros enfrentamientos a los dirigentes de la FEC con los estu-diantes de la Facultad de Educación, el Movimiento llegó a sufin. Sólo 3 carreras (Historia, Sociología y Filosofía), votaroncontinuar movilizadas. El término de la ocupación de las de-pendencias, se realizó en medio del reconocimiento por partede la FEC, de que el petitorio chocaba con barreras legales quela autoridad universitaria, no estaba en condiciones de sortear.63

Así las cosas, el tema de la crisis universitaria se fuedebilitando y terminó concentrándose en los temas presupues-tarios de la Educación Superior. Este había sido el tema quehabía movilizado al conjunto de las universidades tradicionales

6 2Declaraciones de Javier Sandoval, Presidente de la FEC, en EL SUR, martes1 de julio de 1997, p. 5. Hay que señalar que el Consejo Académico, quesesionó sin la presencia de los miembros de la FEC, que tenían derecho a voz,acordó congelar el semestre y emprender acciones legales contra los Estu-diantes Movilizados, para lo cual había presentado una denuncia en losTribunales de Justicia por usurpación de las dependencias por parte de losestudiantes.

6 3Entrevista a Javier Sandoval en EL SUR, jueves 3 de julio de 1997, p. 5

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a nivel nacional, en el año en que sin dudas, emergió con mayorfuerza el movimiento estudiantil. No en todas las universidadesel tema de la participación estudiantil y la derogación de la LOCEfue la bandera de lucha como en la UdeC (lo cual le da a éstauna especificidad), pero de todos modos, por la cantidad deestudiantes movilizados a nivel nacional y la capacidad de pro-yectar sus reivindicaciones públicamente, se trata de un momentopeak en la década, que fue lamentablemente desaprovechado.

En ésta etapa la FEC y las autoridades trabajaron en con-junto para elaborar una propuesta frente al Ministerio con respec-to al tema financiero, demandando mayores recursos al Estado.Bajo ésta coyuntura 14 estudiantes, entre ellos los dirigentes de laFEC Javier Sandoval y Eduardo Ampuero, fueron detenidos alintentar Tomar la Intendencia Regional. Seis de ellos lograron lle-gar al 2º Piso, encadenándose en una de las puertas, exigiendo unaentrevista con el Intendente.64 El motivo de dicha acción eramanifestar el rechazo de la FEC ante la propuesta del Gobiernode asignar catorce mil millones de pesos para la Educación Supe-rior65 . A estas alturas el conflicto ya no tenía ninguna fuerza alinterior de la UdeC y sólo quedaba la hora del balance.

El desfase, la desconexión y el desorden afectó el97’. La FEC no asumió el rol conductor y se desaprovechó lacantidad de gente que se había movilizado.66

La lógica de la “asamblea sin control”, hizo pri-mar por la vía de los hechos, la lógica de quien llevaba másfuerza a la asamblea, y eso desordenó harto el Movimiento,

6 4Diario EL SUR, sábado 12 de julio de 1997, p. 7. Más tarde 6 alumnastambién fueron detenidas al desplegar un cartel en las afueras de la Comisaría.

6 5Ibidem. La FEC había entrado en una fuerte polémica con el Presidente de laFederación de Estudiantes de la UBB, Rodrigo Peñailillo, quien aprobó lapropuesta gubernamental sin consultar al CONFESUR, del cual era Vocero.Peñailillo militaba en el PPD.

6 6Entrevista con Leonardo Recabal.

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y se disparó por el lado, o sea, no hubo capacidad de con-ducción (...) No había una conducción desde la Federación(...) El que hayamos desperdiciado la oportunidad, de habersentado las bases del desarrollo del Movimiento Estudiantilen la Universidad de Concepción, que hubiese hecho retroce-der las ideas que prevalecen entre lo cabros de la “U”; el ha-ber perdido esa posibilidad, tal vez por problemas menores, esalgo que lo entienden los surdos, lo entiende la “J” y otragente de izquierda lo tiene que entender también” 67

Yo creo que fue una posibilidad de revivir la FEC,en un proceso largo que tenía que darse, y claro, revivió, serevitalizó, renació la FEC, pero necesitaba consolidarse, yeso no se pudo hacer, y la crisis no se superó nunca. Todas lasdiscusiones pendientes se quedaron ahí estancadas (...) Alfinal la mitad de las cosas se quedaron en el tintero, y unavez con el Yévenes ahí, ya no se pudo.68

Desde todos lados arreciaron las críticas contra la FEC:que había pasado máquina, acusaban desde Educación, en un de-bate que se arrastra por largo tiempo, que el movimiento se lesarrancó de las manos; que se politizó demasiado alegaba laresucitada Concertación, etc. Lo cierto, es que la dinámica de loshechos fue superando a todos los actores involucrados. No habíauna experiencia reciente de movilización de tan importante canti-dad de estudiantes en la “U”. Eso llevó a no dimensionar el alcan-ce del proceso en sí, y confundirse en la coyuntura. La ansiedad, elcreer que de ahí saldría el germen de la rebeldía social (al cual seaspiraba conducir), llevó a peleas por quedarse con la conducciónde un movimiento que recién se estaba articulando. Es cierto quehabía Facultades y Carreras con una mayor experiencia de lucha

6 7Entrevista con Marcial Torres.

6 8Entrevista con Javier Sandoval.

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estudiantil, pero que intentaron transmitir unilateralmente, la di-námica propia a las restantes carreras, que recién estaban “descu-briendo” sus problemas gremiales. Se le imprimió demasiada in-tensidad a un proceso que de por si ya lo era, no proyectándolo hacíael largo plazo, sino que tratando de resolverlo en cosa de un mes.

Lo anterior, se explica a nuestro modesto parecer, porla lógica “cortoplacista” que cruza transversalmente a los estu-diantes y por ende a sus movimientos y organización. Se confi-gura el escenario para un desenlace rápido, porque las bases re-claman soluciones inmediatas, de lo contrario de inmediato sur-gen las voces reclamando de qué vale movilizarse. Hay una ur-gencia por mostrar logros parciales al menos, para no quedarcon una sensación de derrota.

La FEC, insistimos que se trata de la fracción de iz-quierda, ya que la derecha no se involucra en el movimiento del97’, a menos que sea para desacreditarlo, realizó un balance de lamovilización donde destaca el haber masificado el discurso de laCrisis de la Educación Superior, sin reducirlo, como otros plan-teles (el caso de la U. de Chile por ejemplo), al tema financiero,sino instalando la demanda por democratizar la estructura depoder universitaria. Reconoce además un avance en el diagnósti-co, donde se construye un vector entre el modelo implantadoen la dictadura y la falta de proyecto para la Educación Superiorpor parte de la Concertación. Valora además la capacidad deenfrentar la movilización, tanto a nivel nacional, como ideandotambién un frente interno, aunque esa puede ser causal para nohaber concentrado la fuerza movilizada en una sola potencia.69

A nuestro parecer, el mecanismo es válido porque permite reco-nocer en el estudiante común (no politizado) la relación entre lacrisis estructural y las carencias gremiales.

6 9FEC: “Notas para el balance del conflicto en la Universidad de Concepción”(Junio de 1997) - Propuesta para la Discusión -

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En otra arista del balance, lanzan una crítica a la con-ducción del Movimiento en la Facultad de Educación, por nodimensionar la fuerza del enemigo y localizar un conflicto dealcance global, con un empeño anti – FEC, que contribuyó a laconfusión entre los estudiantes y dio armas a los estudiantes yacadémicos más reaccionarios para cuestionar al MovimientoEstudiantil. Cuestiona a Educación por sus afanes másoperativistas que políticos.70

Sin duda que tras esa movilización, la fuerza construi-da hasta ahí por un movimiento estudiantil que comenzaba adespertar, entró en franco retroceso. A medida que eso sucedíase fortalecía la posición de los grupos más conservadores y reac-cionarios, tanto a nivel estudiantil como académico. La derechay la Concertación recuperan terreno, tildando al movimientorecién terminado de inconducente, politiquero y desordenado,pese a que ellos no movieron un dedo en su desarrollo. Sinembargo dichas críticas fueron teniendo eco, dado que los gru-pos de izquierda se encerraron en sus dinámicas internas, se dis-gregaron y aislaron tras la movilización.

Mención aparte merece la actitud de los académicosinvolucrados en los procesos de negociación. Apenas visualizanel reflujo del ánimo movilizador estudiantil, se escudan en sub-terfugios para desconocer los acuerdos alcanzados con los estu-diantes. Vamos a referirnos a la actitud asumida por los Deca-nos de Educación y de Humanidades y Arte, quienes suscribie-ron un Acuerdo con los Estudiantes de esas Facultades que man-tenían ocupada la Biblioteca Central71 . En dicho documento

7 0Ibidem.

7 1El Documento es suscrito el 26 de julio de 1997 por Representantes Estudian-tiles de las Carreras Movilizadas y los Decanos Jorge Alegría y Eduardo Núñezen el hall de la Biblioteca Central, ante un centenar de alumnos, con lo que(como se señala e la presentación de texto) “se solucionan el problema de lascarreras de la Facultad de Educación y la Facultad de Humanidades y Arte”

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“se reconocen las demandas estudiantiles y se proponen meca-nismos para estudiar las respectivas soluciones”. Se escudan pos-teriormente en la palabra estudiar para dilatar los acuerdos, unavez diluido el movimiento. El Decano de Humanidades y Arte,Eduardo Núñez, va más lejos porque emite una Carta a los Di-rectores de Departamento de su Facultad en la que se excusa porel Acta de Acuerdo con los Estudiantes:

El Decano de la Facultad de Humanidades y Arteno refrendó ni suscribió el documento anejo aludido. El docu-mento fue elaborado por los alumnos que a la fecha se encontra-ban movilizados y con los cuales el suscrito venía sosteniendoconversaciones. El documento en cuestión se adjunta al Actade Acuerdo con el fin de que los académicos, en su oportunidad,conocieran los planteamientos de los alumnos con los cuales lescorrespondió mediar en el conflicto. Censurar, en ese momento,los documentos estudiantiles no era posible: ello habría signifi-cado mi descalificación como mediador (...) Durante el conflic-to estudiantil, el Decano -en tanto mediador- tuvo buen cui-dado de no caer en el error de exigir a los alumnos que dijeranlo que él deseaba que fuera dicho (...)

Hoy con la serenidad que se gana con el tiempo y lasolemnidad de las aulas, pienso que no habría grandes dificul-tades para que los alumnos retiraran del documento cuestiona-do la redacción imperativa y las listas incriminatorias de aca-démicos (...) En todo caso el Decano hará las gestiones necesa-rias para que los alumnos sustituyan el escrito aludido, por undocumento de nivel genuinamente académico.72

7 2Carta del Decano de Humanidades y Arte, Eduardo Núñez Crisosto, al Direc-tor del Departamento de Español, Enrique Ruggeri, con copia al Rector, alVicerrector, al Decano de Educación a los Vicedecanos de Educación y deHumanidades y Arte, a los demás Directores Departamento de la Facultad, alos Profesores Garantes y a los estudiantes firmantes, el 15 de julio de 1997.

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Esta actitud es muy propia de los docentes “democrá-ticos” y hábiles en la Mesa de negociación, pero expertos tam-bién en desconocer acuerdos. La prueba más fehaciente de nues-tra afirmación, es que gran parte de los Acuerdos entre los estu-diantes movilizados y las autoridades, tras los sucesivos procesosde movilización no se implementan, hasta que pasan al olvido oa ser reciclados para otro movimiento con las mismas “históri-cas demandas”.

El escenario posterior a la movilización delinea el ac-cionar del Movimiento Estudiantil. Comenzará a evidenciarseun repliegue del actor social, ahora lidiando contra su fragmen-tación interna y resistiendo a duras penas la despolitización, lafalta de participación, con una organización muy débil y en manosde la Concertación y de la derecha, en fin, un escenario muydifícil para el Movimiento Estudiantil, que lo obliga a pensarse,a elaborar nuevos diagnósticos y nuevas tácticas a seguir.

V TOCANDO FONDO

Los estudiantes habían optado por cambiar de con-ducción en la FEC. El regreso de la Concertación es una capita-lización de los errores de la izquierda en la movilización del 97’,que fragmentada dio una sensación de desorden que la castigóen las urnas. Además hay que consignar que gran parte de losestudiantes de Educación, virtuales votos para las 2 listas de iz-quierda (esta vez las fuerzas políticas de izquierda, la FAU-brazouniversitario de la SurDA- y las JJCC, iban divididas), debidoal último quiebre, se restaron del proceso.

Un hecho anecdótico es la irrupción del ecologismo, queobtuvo una alta votación en la elección. Ante la ausencia de unaderecha fuerte, son ellos los que recogen el discurso despolitizador,apartidista y que apunta al “cosismo” por sobre el “ideologismo”. Sepodría decir que es un antecedente del ‘lavinismo’.

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La Concertación vuelve decidida a la Federación a cam-biar el estilo de conducción de la misma. El nuevo presidente dela FEC, el DC Roberto Yévenes plantea que si bien su preocu-pación directa serían los temas como Becas, Crédito Universita-rio e Infraestructura, a los que definió como ejes de su gestión,prometió no realizar procesos similares como los que se lleva-ron a cabo en las movilizaciones, a los que calificó como pertur-badores del quehacer académico y estudiantil. Acusó también ala FEC anterior de panfletaria y sectaria, dejando claro que suforma de hacer política se sintetiza en la frase «menos protestas,más propuestas»73

En el Boletín “DE FRENTE”, Nº 2 de Octubre de1997, órgano oficial del naciente grupo de izquierda estudian-til, MRU, se realiza un análisis de las elecciones:

(...) surge un núcleo multicolor, multicolor desinvergüenzura y manifestado camaleónicamente por laConcertación. Esta con todo un aparataje (cuyo monto bor-deaba los tres millones de pesos), bastó para acallar las vocesde nuestros representantes estudiantiles. Con sólo una se-mana de empapelado universitario, volanteadas a sueldo ydebates manipulados, fue suficiente para infundir el terro-rismo y sembrar falsas dudas respecto de la federación sa-liente (...) Recuerdo muy bien aquella noche del recuentode votos, en donde además de haber estudiantes, se pa-seaban con la gente de la Concertación, individuoscuarentones, corbateados, con celular en mano y que difícil-mente podrían haber sido estudiantes de la “U”. Estabaclaro, eran miembros de los partidos de gobierno, que con-sultaban e informaban del triunfo inminente de sus prote-gidos, tranquilizando así a las autoridades regionales y na-

7 3Diario EL SUR, sábado 6 de septiembre de 1997, p. 4.

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cionales, de que aquí nada iba a cambiar, todo seguiría es-tando igual...

Al año siguiente las elecciones fueron ganadas por laderecha. Este proceso, marca una singularidad con respecto a susantecesores. Por primera vez, por medio de las urnas, la derechaalcanza la presidencia de la FEC. Esto que no dejó de sorprendera quienes observaban el proceso desde fuera, era una cuestiónque se veía venir, dada la imposibilidad de los grupos de izquierdapor enfrentar de manera cohesionada el discurso del apoliticismoderechista, planteamientos centrados en la actividad hedonista yen los megaeventos, proyectando una universidad alegre,ganadora y desprejuiciada, lo que contrasta con la sensación decrisis que impulsa la izquierda política. El desprecio por laactividad política es bien capitalizado por la derecha. El nuevopresidente, Gustavo Pinto, es RN encubriendo dicha condiciónmilitante, proviene del Centro de Alumnos de Ingeniería (CEFI),que lo catapultó a instancias mayores:

La derecha no es una novedad en la “U”. Cuandonació Estudiantes en Movimiento, estaba el CEFI, que teníasu Facultad y tenía su mentalidad ya metida, y tenía suscafé concert gigantescos. Y éstos locos tenían también allí unatrayectoria (...), aprovecharon la ausencia de la Concertación,cuando decayó el Movimiento Estudiantil, y empezaron ahacer su trabajo, ya que la universidad es un terreno fértil,con gente cuica o gente elitizada, con mentalidad mástecnócrata o más de mercado, que es más permeable a esetipo de políticas (...) El CEFI, hegemonizó harto tiempo elConsejo de Presidentes. Entonces ellos estaban, el problemaes porque ellos avanzan y nosotros no; porque ellos se juntany nosotros nos vamos a la cresta. 74

7 4Entrevista con Javier Sandoval.

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Otra constatación de éste proceso es la alianza que laDC hace con la derecha para conformar una Lista, a la que llamansimplemente “Universitaria”, haciéndose eco del discursoapolítico. La desaparición prácticamente de la JJCC, única Listaque no llega a la Directiva, los obliga a asumir el distanciamientode su discurso político para con el estudiante:

Mientras nosotros discutíamos todo el rollo de cómonos ordenábamos como izquierda, qué método utilizábamospara estructurar Movimiento Estudiantil, la concienciapolítica estudiantil entre los jóvenes iba en detrimento, ycada vez nos comprendía menos el lenguaje que nosotrosestábamos utilizando. Entonces por eso se dificulta mucho elllegar con un discurso más político posteriormente.75

Este análisis puede bien servir para caracterizar eldistanciamiento generalizado entre lo que podríamos llamarlos nuevos intereses estudiantiles y el discurso político clásico dela izquierda en la universidad. A pesar de algunos momentos de“insurgencia”, que hacen pensar en una revitalización del actorsocial, durante la mayor parte del tiempo la praxis de los grupospolíticos (en cualquiera de sus versiones orgánicas: partidos,colectivos, movimientos) aparece aislada del conjunto de losestudiantes, elaborando discursos no desde la realidad existente,sino de la que les gustaría tener. Según nuestra constatación, hayun tipo de alumno – cliente, que no se siente parte de launiversidad, por ende no se preocupa por el devenir de ésta,limitando su accionar al estudio funcional a los requerimientosde su carrera y hacía la extensión dirigida desde la propiauniversidad. Por lo tanto ve cómo distantes los apelativos a lacrisis, a construir universidad, a vincularse con los sectores

7 5Entrevista con Marcial Torres.

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populares, etc. No queremos decir con esto que se debe renunciara tal discurso. Al contrario, se debe seguir aplicando de maneraactualizada, pero esta vez a partir de la definición de esa realidadmayor: romper la lógica clientelista cotidiana, financiera y electoral.

A nuestro parecer además, el problema delenfrascamiento entre los núcleos de estudiantes movilizados, quese prolonga hacia los años ’98 y ’99, es un legado de la generacióninmediatamente anterior, que ahora se producía con muchomenos elementos políticos e ideológicos. La incapacidad paradiscutir frontalmente las diferencias y asumir articuladamente laconducción del conflicto impidió elevar cualitativamente laspobres demandas y encauzar el movimiento hacía objetivospolíticamente más estratégicos. Las movilizaciones (como porejemplo la del ’99) se quedaron con migajas, con los gruposmás fragmentados que antes y con la desconfianza mutua másdesarrollada. El tiempo de las acusaciones continúa:

El 99’ en la Movilización se retira Educación einventa que está negociando una movilización paralela (...)El mismo cuento del 97’ donde no sacaron nada tampoco,firmaron un papel cualquiera pa’ entregar la Biblioteca porqueno hallaban que hacer, eso todo el mundo lo sabe, y nosotrosnunca hemos sacado partido de esa huevás, pero es así. El 99’también se van, se van caradura y dejan la movilización porqueno están de acuerdo con el FAU, con las demandas (...) Ahí elafán de cagar al Martín fue otra puñalada, que yo consideróque es un juego sucio, porque es decir, saquemos a éste locoporque es del FAU, porque es de la SurDA (...) Se le estabahaciendo toda la pega al Pinto. 76

7 6Entrevista con Javier Sandoval.

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La movilización del ’99, quebrada y todo, involucró avarias carreras lo que nos confirma la existencia de un potencialmovilizador activo. Un conjunto de estudiantes capaces deorganizar marchas, ollas comunes, tomas de facultades, paros deactividades, tomas de casino, del DTI, etc. Esta ofensiva realizadaal margen de la organización representativa formal (FEC), secondujo desde las carreras, con voceros estructuradoshorizontalmente, lo que demuestra la viabilidad de aquellaestructura, la que incluso en las coyunturas de movilización resultamás efectiva. Fueron las disputas por la conducción las queocasionaron el reflujo posterior.

Si miramos hacia atrás, una de las constatacionesprincipales es que las luchas de los 90’ no fueron capaces defrenar la instalación del modelo universitario. La educaciónuniversitaria sigue elitizándose cada vez más. Así como losestudiantes populares cada vez menos aspiran a entrar a la“U”, el alto costo de los estudios es una manera de tener alestudiante de clase media y baja preocupado de ver comopaga la U y saca su carrera rápido. 77

La inexistencia de Federación, en receso durante granparte del 2000, al no concretarse las elecciones de fines del ’99por falta de vocales de mesa (en circunstancia que había 7 listasdisputando la elección) llevó a hablar equivocadamente de unacrisis del Movimiento Estudiantil. Es cierto, que éste se encuentraen una situación de retroceso con respecto a la implantación delmodelo, se haya fragmentado por la poca claridad políticaestudiantil, a lo que contribuye la poca capacidad de construcciónde sus organizaciones de base, carece de objetivos estratégicos

7 7“Resistir Movilizándose por la Educación”, en Revista SurDA, Nº 25, julio-agostodel 2000, p. 6.

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que sobrepasen las “históricas” demandas por plata. Sin embargo,la FEC no es el movimiento estudiantil, es sólo una de las formasde organización que éste se da para que sirva de interlocutorhacia la comunidad y organice los canales de participación desus representados. Si el Movimiento no es consistente, mal podríaserlo la Federación. Esta no tiene peso específico y su gestiónestá condicionada a la realidad del actor social. Si éste esobservante, la FEC se limitará a gestionar y administrar el recurso.Al contrario si el actor se transforma en sujeto, la Federaciónserá un instrumento vital en la profundización de la dinámicapolitizadora estudiantil.

El gran debate de los ’90 es sobre las formas de construirmovimiento estudiantil. Quienes apelan a una construcción desdela base (carreras) promueven un tipo de organización acorde aesa experiencia. La autodefinen como horizontal, pues el pesono está puesto en quien dirige, si no en la base de pares que através de su asamblea, elige, controla y revoca a sus vocerías. Porotro lado, las orgánicas políticas formales, apuestan alfortalecimiento de órganos de representación como Centros deAlumnos y la FEC, en aras de activar (aprovechando ese espacio)la organización y sus propias orgánicas. Este debate se expresóen los Congresos Estudiantiles cada vez que se discutían las formasde organización más convenientes y generalmente desembocabanen profundos quiebres especialmente en el seno del estudiantadoque adhería a posiciones de izquierda.

Frente a la propuesta orgánica horizontal, algunosmiembros de la SurDA, elaboraron un documento donde presentanlos reparos pertinentes, como una contribución al debate.

La perspectiva apuntada hace impensable unaestructura verticalista, cupular y burocrática, pues laFederación no puede dedicarse a un rol administrativo nicarecer de canales de información permanentes (...) Lo an-

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terior, sin embargo, no debe llevarnos a pensar ni que laestructura (o un cambio de estructura) resuelve por si mismala existencia de un movimiento estudiantil por el cambio(...) Para cumplir su objetivo creemos que, junto a otrascondiciones, la estructura de la FEC también debe variar.Entendemos éste cambio bajo una serie de principios queatienden prioritariamente a su funcionamiento. Es ahídonde se aloja el verdadero problema de democratizaciónde la FEC y la generación de los cargos no es hoy el factorprincipal. Por sobre la forma de elección de los representantesresulta decisivo el mecanismo de toma de decisiones.78

El debate planteado recoge 2 lógicas de construcción,inconciliables durante los ‘90. Una con un excesivo apego a lainstitución u organización social apostando al proceso dialécticode construcción entre base e institución, aunque ésta última consu dinámica de sobrevivencia lo termina absorbiendo. La otraconfiada absolutamente en las bases, en un momento en queestas se presentan mayoritariamente desinformadas ydesinteresadas por la cuestión política universitaria. La apuestapor una u otra aún no está resuelta. Así como tampoco hay unmanual (en buena hora), sobre la forma de organizar y relacionaral movimiento social con sus organizaciones:

Los movimientos sociales no tienen que sernecesariamente organizados. Este señalamiento es muyimportante porque a veces se confunde la organización conlos movimientos sociales que dice representar. No debe perdersede vista, por un lado, la existencia de movimientos socialessin organización, y por otro, la circunstancia de que ésta,

7 8Ver SurDA (Documento interno): “Acerca del 6º Congreso de Estudiantesde la U. de Concepción”.

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la organización, constituye una mediación que como tal aveces coadyuva con el logro de los fines de los movimientos yotras lo obstaculiza.79

VI NO LLUEVE, PERO GOTEA (ALGO SE MUEVE OTRA VEZ)MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA.

La universidad se asienta en el seno de una sociedaddeterminada. Por lo tanto, institucionalmente, reproduce elmodelo de ésta, pero a la vez genera resistencias en su interior.Así, el formato capitalista-neoliberal omniabarcante se instalaen su desarrollo, aplicándose por medio del sistema definanciamiento y generando instancias competitivas a su devenir,como por ejemplo en el mecanismo de asignación del AFI. Laslimitaciones de la democracia protegida tienen su expresión enla negativa de participar a los estamentos no académicos yestudiantiles. En síntesis, son las contradicciones del modelo lasque tienen su expresión en la vida universitaria. Susincongruencias son tangibles desde los métodos de enseñanzahasta los mecanismos de ingreso a la Educación Superior.

El movimiento estudiantil, construido en resistencia aeste modelo, es perceptible, en la medida que es capaz de hacerpatente las contradicciones del estamento frente al modelo deuniversidad y por ende de país. Nuestro planteamiento es que enla actualidad existe un movimiento estudiantil, que tiene suexpresión concreta en los estudiantes activos, que en determinadascoyunturas impulsan procesos de movilización más amplios y queinvolucran a más estudiantes. Ese potencial ha de ser capitalizadocuando se logren definir orientaciones políticas claras y confluyanen los variados elementos que dan cuenta del activismo estudiantil.

7 9CAMACHO, Daniel y Rafael Menjívar (1989): Los movimientos populares enAmérica Latina, Ed. Siglo XXI, México DF, p. 15.

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La memoria de corto plazo, ha superado las reflexionesde largo plazo. El tiempo corto se impone con asombrosa rapidezterminando por desplazar los lineamientos políticos estructurales.La coyuntura marea y condiciona procesos que han tardadomucho tiempo en constituirse haciéndolos sucumbir ydesintegrando lo generado hasta ahí. Todo el accionar estudiantilha estado pensado para desarrollarse en períodos de granintensidad, breves y rápidos. Ante eso se antepone la necesidadde generar procesos de articulación colectiva permanentes, quevayan logrando activar prácticas políticas comunes al actor so-cial que no es otra cosa que el Movimiento Estudiantil. UnMovimiento Social Estudiantil, capaz de impulsar luchas con-tra el modelo imperante y su carácter excluyente, antidemocráticoe injusto, es un requerimiento urgente para la construcción deciudadanía de nuevo cuño.

Existe la impresión de que el movimiento estudiantilde los ’90 en adelante, ha estado permanentemente partiendo,sin recoger la experiencia anterior.

La principal falencia de los universitarios ha sidoque el quiebre generacional entre los militantes de los ´80 enla U y los militantes de los ‘90. Las luchas universitarias no seven como un cúmulo de experiencias de las que se puedenaprender… Existe entre los nuevos estudiantes de lasUniversidades la visión de que durante los ’90 “no paso ná” yquela construcción de Movimiento Estudiantil (si es queinteresa construirlo) empieza de 0… Esto es lo contrariode lo que pasa con los secundarios, ellos ven su lucha como unasumatoria de experiencias de las cuales aprenden y sontraspasadas de “generación a generación. 80

8 0LAGOS, Patricio (2006), op. cit., p. 20. El autor es ex dirigente estudiantilde la USACH y miembro del Colectivo Resistencia Estudiantil (RE).

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Me atrevo a plantear, que la década del ’90, lejos de serun período anómico, es un período plagado de experienciahistórica, que el movimiento estudiantil ha construido a pulso,a tientas y a porrazos. Ello permite visualizar desde fines de ladécada pasada, experiencias de diálogo y convergencia entredistintos actores y organizaciones del movimiento estudiantil.Esta voluntad de articulación, supera paulatinamente las lógicassectarias que imperaron a comienzos y mediados de los ’90 dondeen el afán de conducir la reconstrucción del movimientoestudiantil, entendiéndolo como un actor colectivo a revitalizardesde las categorías vigentes para los ’60, ’70 u ’80, activó eldeseo de las orgánicas clásicas y también de las emergentes, comolos colectivos estudiantiles, de sentar hegemonía sobre elmovimiento social. Estas posturas totalizadoras, tienden a serdesplazadas por micropoderes que van de frente y de modo radicala las políticas neoliberales, complicando las posiciones inclusode las orgánicas más afianzadas.81

Por lo tanto los ’90 sirven de aprendizaje sociopolíticoa una nueva generación, que se desmarca de las políticasconcertacionistas, con las cuales compartió la lucha antidictatorial,y a su vez reconoce la necesidad de buscar caminos, sendas hacianuevas formas de construcción y articulación. Esta construcción,siguiendo a Moulián, debe abarcar los aspectos microsociales y asu vez, dialécticamente los macropolíticos. No estamos por unafalsa disociación de lo ‘social’ y lo ‘político’ (ni un ‘antes’ y un‘despuès’), debate que también cruzó (y obstruyó) las formas dehacer política en los ’90.

Lo anterior implica que el movimiento estudiantil sereconozca desde su propia memoria, que asuma que no estápartiendo cada vez de cero. La memoria histórica reciente (y8 1

Se dan en los hechos interesantes procesos de reflexión en orgánicas como lasJJCC y la SurDA por ejemplo, dada la vitalización que imprimen los ‘nuevosmilitantes’

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también la de más larga data), se incuba como una posibilidadde construcción, donde junto con resituar su rol en la luchasocial, debe dotarse de estas ‘nuevas lecturas y lecciones’ de larealidad histórica presente. De este modo podrá construirse desdela realidad existente y no desde una realidad virtual. Enconsecuencia, si se evalúa al movimiento estudiantil con losparámetros de los ’60 u ’80, no habrá grandes hitos, pero si sehace desde su propia bitácora y experiencia, hay muchas leccionesa sacar no solo para el movimiento estudiantil, sino que para elconjunto de actores sociales. En definitiva, los ’90 tienen vidapropia, que como dicen Salazar y Pinto, constituye una historiapor hacer, un libro abierto:

Los jóvenes de la generación del ’90, así como losdel 2000, ya no tienen un ‘monigote’ que derribar, ni partidospolíticos que tomar en serio, ni una sociedad a la cualintegrarse con entusiasmo, pero tienen el lema que les instaa agruparse y a generar espacios propios. Pues, aunque notengan sociedad, tienen el instinto de generar sus propiosespacios de participación. Lo que es equivalente a tener elprincipio generador de toda ‘nueva’ sociedad.82

La convergencia de diferentes formas de organización(como lo mostraron los secundarios recientemente), es posible,y muestra un avance desde discusiones ‘de forma’ (tan arraigadasen los ’90) hacia propuestas renovadoras ‘de fondo’, que soncapaces de poner en el tapete la crisis estructural de la educacióny la necesidad de transformaciones radicales, lo que ha sidocompartido por el conjunto de la sociedad civil. Estos ejerciciosde convergencia, están signados por la voluntad de crearlos, más

8 2SALAZAR, Gabriel y Julio Pinto (2002): Historia Contemporánea de Chile V:Niñez y Juventud, LOM Ediciones, Santiago, Chile, p. 262.

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no se sabe (y esa es su potencia) a dónde llegan; parten de lapremisa que el poder está en la asociatividad, en la confluenciade intereses en pos de la transformación social (nuevo conceptode revolución), camino para el cual, no valen los atajos.

En Conce, julio 2006.

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JOSÉ LUIS CIFUENTES TOLEDO

Profesor de Historia y Geografía. Magíster (c) en Historia yCiencias Sociales. Docente de la Universidad ARCIS Arauco.Miembro del Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’ deConcepción.

RICARDO VARGAS MORALES

Profesor de Historia y Geografía. Magíster en Historia.Coordinador del Área de Humanidades y Ciencias Sociales dela Universidad ARCIS Arauco. Fundador de la carrera de Historiay Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián. Es uno delos compiladores del libro “Augusto Vivaldi Cichero. Escritospara la construcción de una historia regional” (EdicionesESCAPARATE, 2004)

ALEX DÍAZ VILLOUTA

Profesor de Historia y Geografía. Magíster (c) en Historia yCiencias Sociales. Docente de la Universidad ARCIS Arauco.Miembro del Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’ deConcepción.

SOBRE LOS AUTORES

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MARIO VALDÉS VERA

Profesor de Historia y Geografía. Magíster en Historia. Docentede la Universidad ARCIS Arauco. Miembro del Taller de CienciasSociales ‘Luis Vitale’ de Concepción. Ha participado en calidadde docente, investigador y consultor de una serie de proyectos deinvestigación acerca del patrimonio regional y la historia local.

MANUEL FERNÁNDEZ GAETE

Profesor de Historia y Geografía. Master en HistoriaHispanoamericana (CSIC – España) Miembro del Taller deCiencias Sociales ‘Luis Vitale’ de Concepción. Director de laSede Los Ángeles de la Universidad Bolivariana.

KAREN ALFARO MONSALVE

Profesora de Historia y Geografía. Master (c) en Historia Socialy Política Contemporánea, mención Movimientos Sociales yConstrucción de Ciudadanía, por la Universidad Internacionalde Andalucía, España. Docente de la Universidad ARCIS Arauco.Miembro del Taller de Ciencias Sociales ‘Luis Vitale’ deConcepción. Directora de la revista electrónica “HistoriaViva”.

ALEXIS MEZA SÁNCHEZ

Profesor de Historia y Geografía. Magíster (c) en Historia yCiencias Sociales. Miembro del Taller de Ciencias Sociales ‘LuisVitale’ de Concepción. Director de la Universidad ARCISArauco.

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INDICE

INTRODUCCIÓN

HACÍA UNA HISTORIA SOCIOPOLÍTICA REGIONAL 7

MEMORIA, IDENTIDAD Y PROYECTO.NUESTRA HISTORIA EN TIEMPO PRESENTE

José Luis Cifuentes Toledo 17

EL DISCURSO HISTORICO DE AUGUSTO VIVALDI

CICHERO. REGIÓN Y CIUDADANIA

Ricardo Vargas Morales 39

FIESTA RITUAL DE PENCO.UN DIÁLOGO ENTRE LO POPULAR Y LO RELIGIOSO

Alex Giovanni Díaz Villouta 65

DELINCUENCIA Y BANDIDAJE EN LA PROVINCIA

DE CONCEPCIÓN 1835 -1860Mario Valdés Vera 93

UNA ‘LARGA MARCHA’: POBLADORES, POLÍTICA

Y CIUDAD. CONCEPCIÓN, 1950 Y ALGO MÁS

Manuel Fernández Gaete 131

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DE LA MEMORIA A LA POLÍTICA.GÉNESIS DE LA AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE

DETENIDOS DESAPARECIDOS DE CONCEPCIÓN

(1978-1983)Karen Alfaro Monsalve 165

UN TROPEZÓN NO ES CAÍDA.HISTORIA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL EN LA

UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN (1990-2000)Alexis R. M. Meza Sánchez 199

SOBRE LOS AUTORES 257

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