historia del mundo contemporÁneo. - iesmachado.orgiesmachado.org/web...
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HISTORIA DEL MUNDO
CONTEMPORÁNEO. (NOCTURNO).
1ª EVALUACIÓN.
1. Crisis del Antiguo Régimen, Rev. Francesa e Imperio Napoleónico
2. La Revolución Industrial
3. Revoluciones burguesas y nuevas naciones
4. La Segunda Revolución Industrial. Cambios sociales en el siglo XIX
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PAUTAS PARA EL TRABAJO DE DOCUMENTOS HISTÓRICOS
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE TEXTO.
Cuestiones a las que se debe responder
1. Resume con brevedad y concisión el contenido del texto
2. Señala y explica las ideas fundamentales del texto
3. Responde a la siguiente cuestión….(relacionada con el tema en el que se inscribe el texto)
ADVERTENCIAS: ERRORES FRECUENTES QUE NO DEBEN COMETERSE.
El texto no debe servir de pretexto para contar un tema: en la tercera cuestión sí se responderá a la parte del tema que se relaciona con el documento.
Los textos no nos hablan ni nos explican; nos informan, exponen, reflexionan, organizan, establecen…
No es una redacción lo que debemos presentar con relación al texto. Debemos indicar cada una de las partes demandas y estructurar nuestras respuestas en función de ello, enumerando cada apartado.
Evitar el parafrasear y también lo anecdótico: no centrarnos sólo en alguno de los detalles, si no es para explicar o analizar alguna de las ideas.
TENER EN CUENTA que aproximadamente se deben dedicar no más de 5 líneas para el punto 1, unas 15 líneas para el segundo y unas 30 para el tercero.
LO PRIMERO: leer pormenorizadamente el texto, subrayando las ideas fundamentales, acontecimientos, términos, fechas, personajes; estructurando por párrafos. También es muy recomendable anotar al margen alguna idea o sugerencia que nos pueda después resolver el análisis.
Resume con brevedad y concisión el contenido del texto
Todo texto tiene una intencionalidad; en este apartado lo que debemos es fijar ésta: decir de qué trata el texto (su argumento), qué es lo que se pretende con él. Para ello, nos resulta de buena ayuda el fijar previamente la naturaleza del texto, pues ella, nos da claras pistas sobre el contenido del texto. Hay que evitar los extremismos: hacer una exposición tan amplia que
Fijar la naturaleza del texto: político, jurídico, social, económico, circunstancial…
Tener en cuenta que la mayoría de los textos históricos se obtienen de pronunciamientos, proclamas, panfletos y convocatorias, por ello, es aconsejable como parte argumentativa del texto establecer cuál es esa circunstancia que lo ha motivado o contexto histórico que lo ha producido.
Contenido del texto.
Si no lo hemos hecho junto con la naturaleza, como ocurre con los textos histórico-circunstanciales, es ahora el momento de fijar el contexto histórico: encuadre histórico, como época y etapa en la que se estableció dicho texto.
Idea principal o argumento. Estableceríamos en pocas líneas una explicación sobre lo que se trata en el texto, su intencionalidad u objetivo con el que se redactó el texto.
Señala y explica las ideas fundamentales del texto
Aquí se debe evitar el repetir las ideas del texto, sino estructurar esas ideas y explicarlas. Para ello es conveniente llevar un orden lógico y estructurado, como puede ser el fijado por
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los párrafos (tener en cuenta que cada punto o punto y aparte, separan ideas; los puntos y comas, aclaran aspectos de dichas ideas o establece otras pero relacionada con las anterior).
Una vez fijada dicha idea debemos explicarla: para ello nos preguntaremos “por qué” se expone o se defiende esa idea, por qué se hace referencia a tal hecho histórico o a tal personaje, o fecha (aprovechamos para explicar los términos y demás datos históricos referenciados en el texto)
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE MAPAS HISTÓRICOS
El mapa histórico nos da información sobre un espacio geográfico en un momento histórico determinado o una evolución cronológica de hechos ocurridos durante un tiempo histórico, elaborado (generalmente) con posterioridad, por lo que no lo podemos considerar como una fuente primaria, sino como una interpretación de ese momento; por tanto, son documentos historiográficos que necesitan ser interpretados para conocer dichos hechos y sus consecuencias geográficas. Por ello, lo que debemos hacer a continuación es interpretar y relacionar la información aportada por el mapa con su contexto histórico y geográfico.
ADVERTENCIA: no debemos emplear el mapa como excusa para explicar un tema de historia. 1. Tras observar bien el contenido del mapa y hacer las anotaciones al margen que
consideremos oportunas, situaríamos el espacio geográfico representado y la época con la que se corresponde (contexto espacio-temporal).
2. Breve descripción de lo representado: límites territoriales (provincial, regional, territorios representados), topónimos, líneas y flechas, símbolos, fechas, etc. Ello nos permitiría a continuación darle un título que hará referencia al hecho o etapa histórica que se representa. A veces, si contiene un cuadro de información, éste ya nos da la clave para ello.
3. Naturaleza del mapa:
Mapa político: representa fronteras administrativas, cambios territoriales, formas de gobierno, mapas de elecciones, reparto de fuerzas políticas, nacionalismos, etc.
Político-militares: a los anteriores se suman líneas direccionales que señalan movimientos de tropas, ocupaciones militares, batallas, … y que, en definitiva, representan guerras
Social, como los mapas en los que se representan los grupos sociales, la dinámica de estos, movimientos revolucionarios.
Demográfico: reparto de población, crecimientos naturales, movimientos migratorios, colonizaciones…
Económicos: reparto territorial de la riqueza, repartos sectoriales, dinámicas comerciales, transportes y comunicaciones.
4. Análisis de la información;
Es sencillo: explicar qué es lo que vemos y por qué es así, relacionándolo, tanto con los hechos referenciados como con las causas que motivaron dichos hechos, teniendo en cuenta para ello las fechas que aparecen, los topónimos que consideremos más significativos, personajes, líneas de desplazamiento y/o fronteras, términos históricos o técnicos...
A la hora de exponer los resultados explicativos, debemos seguir un orden temático, geográfico y cronológico de los hechos. Ello nos permite mantener un orden explicativo y no saltar de una idea a otra, sin haber concluido la anterior. Un consejo: tomar la idea fundamental del mapa y comenzar a explicar ésta siguiendo un orden espacial (de norte a sur y empezando por el oeste hacia el este) y relacionar las demás ideas, y hechos representados por orden de aparición espacial.
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5. Comentario del mapa.
Relacionaríamos el mapa con los hechos históricos referenciados, mostrando la importancia para el devenir de los acontecimientos, para lo cual, explicaríamos las consecuencias de estos hechos históricos representados
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE GRÁFICAS.
Mecánicamente sigue un esquema muy similar al de los mapas, pues no deja de ser un documento gráfico.
ADVERTENCIA: no debemos emplear el mapa como excusa para explicar un tema de historia.
1. Identificar el tipo de gráfica: de barras, ejes de coordenadas, pirámides de población, gráfico circular.
2. Naturaleza de la gráfica: política, económica, social.
3. Descripción de la información, explicando lo que se representa en cada uno de los ejes, teniendo en cuenta que en el eje de abscisas (“x”) se sitúan las variables que representan magnitudes o variables a cuantificar (toneladas, porcentajes, nº. de diputados, etc.) mientras que en el eje de ordenadas (“y”), suele ir colocado el eje cronológico o los elementos a cuantificar (materias primas, nacimientos y defunciones, partidos políticos, etc.), así como las variaciones que se observan en las diferentes barras,
Dar un título que recoja el contenido y situándolo en el tiempo: año correspondiente o período comprendido por la gráfica. Esto es: decir de qué trata la gráfica
4. Situación histórica: aquí localizaríamos la etapa o momento histórico en el que se encuadra la gráfica, explicando brevemente el contexto histórico en el que se inscribe,
5. Análisis de la gráfica; seguiría un análisis diferenciado en función del tipo de gráfica, pero, igual que en los mapas, aplicaríamos el mismo principio: explicar qué es lo que vemos y por qué se representa de esa manera: explicando de forma ordenada (Siguiendo un orden cronológico o temático) todas las variaciones observables y a qué son debidas: períodos de disminución y o aumento de los datos, señalaremos los momentos máximo (cresta) y mínimo (vaguada) y los hechos históricos o acontecimientos que así lo han producido. Es decir: relacionar los datos con la evolución histórica, explicando las causas que motivarán la información representada.
6. Comentario de la gráfica: una vez interpretados y explicados los datos, sacaríamos nuestras conclusiones y que sería como hacer un balance de los resultados con la intención de emitir un pronóstico de futuro inmediato de seguirse esa tendencia para, a continuación, comprobar si históricamente se ha dado o no lo pronosticable al exponer las consecuencias históricas de lo representado.
ANÁLISIS Y COMENTARIO DE FOTOGRAFÍAS E IMÁGENES.
Realmente este documento nos servirá para explicar una situación histórica que se relaciona con la imagen reproducida. Los pasos que daremos serán los siguientes.
Identificar el tipo de documento gráfico: si es fotografía, un cuadro, una caricatura.
Describir la imagen y, si reconocemos alguno de los personajes, identificarlo.
Establecer su naturaleza: si es política, social, costumbrista, militar o escena de guerra…
Situar en el contexto histórico: etapa o momento que se representa y que, a su vez, nos sirve para darle título.
Causas que han llevado al hecho representado.
Consecuencias que trajo tal hecho.
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1.1.
Crisis del Antiguo Régimen
El término Antiguo Régimen se utiliza para designar las formas específicas de sociedad, de
economía y de instituciones políticas que caracterizan a la historia europea desde mediados del
siglo XV a finales del siglo XVIII. A esta etapa, llamada también Edad Moderna, se le pone fin
a través de las revoluciones burguesas o liberales, proceso que se inicia en Europa con la
revolución francesa de 1789, fecha y acontecimiento que marcan el inicio de la Edad
Contemporánea. A ella le prestaremos nuestra atención en otro tema. Ahora debemos conocer
las bases sobre las que se asentaba el Antiguo Régimen y como se produjo el cambio del
Antiguo Régimen a la sociedad burguesa.
1. La economía durante el Antiguo Régimen.
La economía de estos siglos está prácticamente anclada en la Edad Media, aunque se ha
producido algún avance técnico las condiciones no son muy distintas de la época medieval:
agricultura extensiva, rotación de cultivos, organización gremial... Frente a eso empiezan a
aparecer nuevas formas de producción que iban evolucionando hacia un nuevo sistema
económico, el capitalismo, que terminará implantándose con la Revolución Industrial,
acontecimiento que corre paralelo a la revolución liberal o burguesa.
La economía del Antiguo Régimen no conseguía hacer crecer de forma sostenida la
producción, por delante del aumento de la población, y todo ello era debido a la baja
productividad del trabajo que traía consigo que la producción y el consumo por habitante
fueran pequeños.
Las principales características de la economía del Antiguo Régimen eran las siguientes:
a) El predominio absoluto de la agricultura: Era el sector económico predominante. La
mayor parte de la población (entre el 80 y el 90%) trabajaba en ella. La persistencia de los
métodos de cultivos tradicionales (rotación bienal o trienal con barbecho) aportaba unas tasas
muy bajas de productividad. En consecuencia, la producción era escasa y cuando venía una
serie de malas cosechas se producían hambrunas que traían consigo la caída de la población.
Buena parte de las tierras estaban bajo la propiedad de la nobleza y el clero. En general, ni uno
ni otro explotaban directamente sus propiedades; las cedían en forma de censos o
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arrendamientos a cambio de una renta. Además, en muchas zonas de Europa la nobleza
disfrutaba de un poder jurisdiccional sobre los habitantes de un pueblo o localidad (es decir,
cobrar impuestos, hacer justicia, aprobar ordenanzas…).
b) La escasa importancia de la industria: Los niveles de productividad eran bajos por la
ausencia de mecanización, por el uso de fuentes de energía tradicionales y por el escaso
desarrollo de la división del trabajo. Su dependencia frente a la agricultura era clara: una crisis
agrícola se traducía en una crisis de subsistencias y en una caída de la demanda de productos
industriales. Las formas principales de organización industrial eran tres: la industria artesanal,
la industria domestica rural y la manufactura:
-En las ciudades seguía presente una industria artesanal, con técnicas tradicionales,
rígidamente reglamentada por los gremios que impedían toda forma de competencia (idea
capitalista).
-La industria doméstica o “sistema a domicilio” fue la utilizada por los comerciantes para
atender a la demanda de los mercados exteriores. En el campo, lejos del control gremial, un
comerciante facilitaba materias primas (lana o algodón) a los campesinos para que elaboraran
un determinado producto que era pagado a tanto la pieza por el comerciante.
-El otro modelo de producción fue la manufactura. Se trataba de grandes talleres donde
trabajaban obreros asalariados, pero la maquinaria seguía siendo la tradicional, con predominio
del trabajo manual. Muchas manufacturas fueron financiadas por el Estado, inicialmente daban
beneficios para posteriormente acabar con pérdidas, que terminaban siendo sufragadas por el
Estado.
c) La inexistencia de un mercado de ámbito nacional: Para ello era necesario que
aparecieran nuevos medios de transporte. Ya era importante el transporte marítimo, en
crecimiento por las relaciones comerciales con las colonias; sin embargo, la lentitud y carestía
de los transportes terrestres y la persistencia de aduanas interiores determinaban un escaso
grado de integración económica entre los diferentes territorios de un país.
d) El estancamiento económico: Era lo que, en definitiva, caracterizaba a la economía del
Antiguo Régimen. Una serie de buenas cosechas elevaban el nivel de vida y el ritmo de
crecimiento demográfico, se aumentaba la demanda de productos industriales y el comercio se
beneficiaba también de la expansión agraria. Por el contrario, una época de malas cosechas
traía consigo una crisis de subsistencias, una caída en la demanda de productos industriales,
extendiéndose la crisis al resto de los sectores de la economía. Romper con este círculo vicioso
era necesario para conseguir un crecimiento sostenido de la producción. Se trataba, en
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definitiva, de poner en marcha un nuevo régimen económico que será un hecho con la
Revolución Industrial.
e) La demografía: la situación demográfica era muy distinta a la actual, la natalidad era muy
alta pero la mortalidad también (guerras, epidemias, hambres, falta de higiene...), con lo cual el
crecimiento de la población era muy lento. La esperanza de vida de una persona al nacer era de
entre 20 y 40 años, raramente alguien llegaba a los 70. La muerte era algo familiar y la gente
aprendía a convivir con ella. Veamos la evolución demográfica de algunos países estudiando
una gráfica:
PAÍS 1500 1550 1600 1650 1700 1750
ALEMANIA 9 10 12 11 13 15
ESPAÑA 6.5 7.5 8.5 7.5 8 9.5
FRANCIA 15 16 18.5 21 22 24
ITALIA 10 11 12 11 13 15
Hemos de decir que la situación no ha cambiado casi nada con respecto a la época anterior, la
sociedad se encuentra dividida en dos clases: la dominante o privilegiada (nobleza y clero) y la
dominada o trabajadora (burguesía y campesinado); o en los tres estamentos típicos desde la
Edad Media (nobleza, clero y tercer estado).
2. La estructura de la sociedad estamental.
La sociedad del Antiguo Régimen continuó siendo estamental; se mantenía la división de
origen medieval en estamentos: nobleza, clero y tercer estado o estamento popular. Para
cumplir las misiones encomendadas al clero (rezar para la salvación de la comunidad) y a la
nobleza (vigilar por su defensa) estos estamentos gozaban de privilegios, concedidos por ley,
de tipo económico, social y político. Todos ellos consolidados, a lo largo de la Edad Media, se
mantendrán durante la Edad Moderna.
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La nobleza y el clero constituían el estamento privilegiado.
-El primer estamento lo formaba el clero. En su interior había importantes diferencias lo que
daba lugar a un claro escalonamiento: arzobispos, abades, curas rurales y religiosos. La Iglesia
poseía grandes propiedades de las que obtenía rentas, no pagaba impuestos y mantenía una
fuerte influencia en los comportamientos sociales (matrimonio, paternidad, enseñanza…).
-La nobleza en teoría constituía el segundo estamento. Su condición de privilegiado se
justificaba por su misión (la defensa militar de la comunidad y la de aconsejar a los monarcas);
sin embargo, al pasar a la Edad Moderna el Estado se fortalece, la monarquía se hace absoluta
y la nobleza ve reducir su peso político, militar o administrativo. En cambio, mantiene sus
privilegios jurídicos (no paga impuestos y goza de leyes propias) y vive de las rentas de sus
tierras. También, una parte de ellos, los más poderosos, los que ocupan la parte alta de la
nobleza o aristocracia, disfrutan de poderes jurisdiccionales, como el cobro de impuestos, el
nombramiento de jueces o la redacción de ordenanzas para las poblaciones de su señorío.
Por último, el estamento de los no privilegiados, también conocido como tercer estado
incluía a todos los que no eran ni nobles ni clérigos. Un grupo social donde se incluían los
jornaleros del campo o los que habitaban en las ciudades, los artesanos, los comerciantes y los
profesionales liberales. Entre ellos había fuertes diferencias económicas, pero a todos les unía
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la obligación de pagar impuestos, la necesidad de trabajar, y la carencia de privilegios. Bajo un
proceso lento, desde el siglo XIII se venía consolidando un grupo social dentro de lo que luego
pasaría a llamarse tercer estado. Este nuevo grupo, cada vez más influyente y rico, era la
burguesía que nació como consecuencia del desarrollo del comercio, del crecimiento de las
ciudades, de los descubrimientos geográficos y de la consiguiente apertura de los mercados
exteriores. Esta burguesía, a lo largo del siglo XVIII, fue poco a poco adquiriendo conciencia
de su fuerza y de su marginación. Apartada del poder político, acabó rechazando el
absolutismo monárquico y la desigualdad ante la ley. Estamos, por tanto, ante la clase social
que, alzada en revolución, acabará con las bases del Antiguo Régimen y pondrá los cimientos
de las del mundo contemporáneo.
3. La Ilustración. El Despotismo Ilustrado, el absolutismo y la crisis del Antiguo Régimen.
3.1. Ilustración. Las ideas económicas del siglo XVIII.
Desde mediados del siglo XVIII un grupo de pensadores, en su mayoría franceses,
desarrollaron una corriente de pensamiento nuevo, a la que se dio en llamar Ilustración, que
terminó siendo un arma formidable para destruir las bases del Antiguo Régimen.
Se denomina Ilustración al movimiento intelectual propio de la Europa del siglo XVIII. Sus
objetivos eran difundir la educación y la cultura para acabar con la ignorancia y las
supersticiones de la sociedad. Entre sus características podemos destacar las siguientes:
valoración de la razón, la facultad superior del individuo.
Creencia en el progreso de la sociedad humana, para mejorar las condiciones de vida y
alcanzar la felicidad.
Desarrollo del espíritu crítico hacia algunos fundamentos del Antiguo Régimen, como
el exceso de religiosidad y él absolutismo.
Valoración reformista para lograr el bienestar del pueblo. Para conseguirlo, algunos
ilustrados se convirtieron en consejeros de los Reyes, para llevar a cabo reformas
internas.
El país donde mayor desarrollo alcanzó la ilustración fue Francia. Las nuevas ideas fueron
difundidas por la Enciclopedia, extensa obra editada por Diderot y D’Alembert que recopilaba
el saber de la época. Asimismo proliferaron las reuniones en salones y tertulias en las que se
realizaban lecturas y se conversaba sobre las nuevas ideas. De entre los ilustrados
sobresalieron:
-Voltaire: crítico de la sociedad y con las instituciones francesas, rechazo la influencia del
clero, considerado uno de los males de su época, y era un ferviente defensor de la libertad de
pensamiento. Su obra principal es Cartas Francesas.
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-Montesquieu: en su obra El espíritu de las leyes defendió la separación de los poderes para
evitar el despotismo. Advertía que para evitar que el Estado cayera en la tiranía y el despotismo
debía organizarse sobre la separación de poderes: legislativo (en manos del Parlamento),
ejecutivo (en las del rey y sus ministros) y judicial (ejercido por los tribunales legalmente
constituidos).
-Rousseau: rechazó también el absolutismo. En su obra El contrato social sostuvo que el
poder reside en el pueblo (teoría de la soberanía nacional) y que el Estado surge como
resultado de un pacto o contrato entre los ciudadanos, concepción que inspiró el concepto de
soberanía nacional.
Las ideas de los ilustrados se difundieron, primero, por Francia y, después, por todos los países
europeos e, incluso, por las colonias americanas. La burguesía las acogió con entusiasmo, ya
que respondían a sus intereses e ideales.
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En cuanto a las ideas económicas, durante el siglo XVIII se desarrollan tres teorías principales:
el mercantilismo, en la primera mitad de siglo (aunque apareció en el siglo XVI); la fisiocracia,
en el segundo tercio, y el liberalismo económico en el último tercio del siglo.
-Según el mercantilismo, la riqueza de un país consistía en atesorar moneda a través del
comercio, “capitalismo comercial”, protegiendo la industria nacional. Los ilustrados criticaron
estas ideas.
-Un primer grupo de esos ilustrados, los fisiócratas (Turgot, Quesnay), revalorizaron el papel
de la agricultura, porque sólo ella aumenta la cantidad de productos de la tierra; la industria
sólo transformaba los productos de la naturaleza y el comercio los intercambiaba, pero
tampoco los producía.
-Un segundo grupo apareció en Gran Bretaña hacia 1770. Se trata de la escuela liberal, que dio
origen al liberalismo económico en Europa. Su gran impulsor fue Adam Smith( obra: La
riqueza de las naciones...), quién fundamentó su teoría de la riqueza en el trabajo, en la
producción y en el ordenamiento económico regido por la ley de la oferta y de la demanda, sin
intervención del Estado en la vida económica. A esta conclusión había llegado después de
reflexionar sobre la Revolución Industrial inglesa a partir de 1760.
3.2. El absolutismo y el despotismo ilustrado.
El sistema de gobierno característico del Antiguo Régimen fue la monarquía absoluta. En ella,
el poder del soberano era considerado de origen divino, por lo que sólo debía responder de sus
actos ante Dios. En la monarquía absoluta el rey concentraba todos los poderes en sus manos a
través de sus ministros y funcionarios. En este sistema, la sociedad no estaba constituida por
ciudadanos con derechos, sino por súbditos sometidos a la obediencia del rey.
Por otra parte, sin embargo, en el siglo XVIII, los monarcas absolutos europeos recibieron la
influencia de las corrientes ilustradas y algunos de ellos impulsar medidas para modernizar sus
reinos. Esta forma de gobierno se denominó despotismo ilustrado y se caracterizó por la
adopción de una serie de amplias reformas bajo el lema “Todo para el pueblo pero sin el
pueblo”. Los déspotas ilustrados más importantes fueron Federico II de Prusia, Catalina II de
Rusia o Carlos III de España. Ahora bien, el Despotismo Ilustrado venía a ser, también, una
estrategia de los mismos monarcas para enfrenarse a la crisis del Antiguo Régimen, sistema
sociopolítico que venía teniendo una larga vida y que, en la segunda mitad del siglo XVIII
entró en crisis por diversos factores:
-Por las transformaciones económicas, que exigían una libertad de producción.
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-por las aspiraciones de la burguesía, dispuesta a poner fin a la sociedad estamental y al
absolutismo monárquicos.
-por las críticas de los ilustrados, que mostraban al Antiguo Régimen como un sistema
injusto, irracional y poco adecuado para lograr la felicidad del hombre y el progreso de la
sociedad.
La revolución francesa será la encargada de materializar el cambio, de acabar con el Antiguo
Régimen; por su trascendencia la fecha de su inicio, 1789, sirve para poner fin a la Edad
Moderna y para marcar el comienzo de otra nueva Edad, la Contemporánea. Del sistema
sociopolítico del Antiguo Régimen se va a pasar a otro nuevo: al sistema liberal, donde la
burguesía organiza un nuevo Estado basado en el reconocimiento de las libertades, en la
división de poderes y en el principio de la soberanía nacional.
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ACTIVIDADES DEL TEMA.
1. Realiza un esquema del tema 6.
2. Buscar las palabras o conceptos claves del tema y define al menos cinco.
3. COPIA Y RELLENA EL SIGUIENTE CUADRO:
SOCIEDAD DE CLASES ACTUAL SOCIEDAD ESTAMENTAL
GRUPOS QUE LA FORMAN
¿POR QUÉ SE PERTENECE A UN GRUPO U OTRO?
¿SE PUEDE CAMBIAR DE GRUPO?
LEGALMENTE ¿LOS GRUPOS SON IGUALES?
BASE DE LA ECONOMÍA
4. Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas y razona el porqué de tu
decisión.
a) En Europa predominó durante el Antiguo Régimen la monarquía absoluta.
b) La economía durante el Antiguo Régimen fue esencialmente industrial.
c) En el campo de las matemáticas destacaron figuras como Franklin y Rousseau.
d) La división de poderes planteaba que el poder legislativo, ejecutivo y judicial
estuviesen unidos.
e) El reformismo ilustrado en España fue impulsado especialmente por Carlos III.
5. La comparación de textos históricos es una vía idónea para conocer los distintos puntos
de vista relacionados con una cuestión. A continuación, en primer lugar, lee
detenidamente los siguientes dos textos:
“Es necesario que quienes son soberanos no estén de ningún modo sometidos al imperio de
otro y puedan dar ley a los súbditos […]. Dado que, después de Dios, nada hay mayor en la
tierra que los príncipes soberanos, instituidos por Él como sus lugartenientes para mandar a
los demás hombres, es preciso prestar atención a su condición para, así, respetar y
reverenciar su majestad con la sumisión debida y pensar y hablar de ellos dignamente, ya que
quien menospreciar a su príncipe soberano menosprecia a Dios, del cual es su imagen sobre
la Tierra […]. Al igual que el gran Dios soberano no puede crear otro Dios semejante, […] de
la misma forma podemos afirmar que el príncipe que hemos puesto como imagen de Dios no
puede hacer de un súbdito su igual sin que su poder desaparezca.
Bodin, Jean: Los seis libros de la República. 1576.
“Y es por ello evidente que la monarquía absoluta […] es en realidad incompatible con la
sociedad civil […]. Porque entendiéndose que él [el príncipe] reúne en sí todos los poderes, el
legislativo y el ejecutivo, en su persona sola, no es posible hallar juez, ni está abierta la
apelación a otro ninguno que pueda justa, imparcialmente y con autoridad decidir […]
cualquier agravio o inconveniencia causada por el príncipe, o por su orden sufrida […].
Locke, John: Ensayos sobre el gobierno civil. 1690.
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Tras la lectura, responde a las siguientes cuestiones:
-Según el primero de los textos, ¿A quién representa el monarca en la Tierra? ¿Qué
consecuencias tiene este hecho para el autor del texto? ¿Qué circunstancias históricas
explican las opiniones de Bodin?
-Tras leer el segundo texto, enumera las desventajas que observa Locke en un gobierno
de tipo absolutista. ¿Qué ocurrió en Inglaterra en la época en que el autor expuso sus
teorías?
-¿Cuáles son las ideas principales de cada texto?
6. Más textos para comentar.
"Es sólo en mi persona donde reside el poder soberano (…); es a mí a quien deben mis
cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su autoridad que ellos no ejercen más
que en mi nombre reside siempre en mí y no puede volverse nunca contra mí; sólo a mí
pertenece el poder legislativo sin dependencia y sin división; el orden público emana de mí, y
los derechos y los intereses de la Nación (…), están unidos necesariamente al mío y no
descansan más que en mis manos."
Discurso de Luis XV. París, 3 de marzo de 1766.
“Nuestra familia no cesaba de aumentar y la cuna estaba constantemente ocupada, aunque,
¡ay¡, la mano estranguladora de la muerte nos había arrancado de ella a alguno de sus pequeños
ocupantes. Hubo tiempos, tengo que confesarlo, en que me parecía cruel llevar hijos en el
vientre para perderlos luego y tener que enterrar amor y esperanzas en sus pequeñas tumbas
(...). La mayor de mis hijas, Cristina Sofía, no vivió mas que hasta la edad de tres años, y
también mi segundo hijo, Christian Gottlieb, murió a la más tierna edad. Ernesto Andrés no
vivió más que unos pocos días más, y la niña que le siguió, Regina Juana, tampoco había
llegado a su quinto cumpleaños cuando dejó este mundo. Cristina Benedicta, que vio la luz un
día después que el del Niño de Belén, no pudo resistir el crudo invierno y nos dejó antes de que
el nuevo año llegase a su cuarto día (...) Cristina Dorotea no vivió más que un año y un verano,
y Juan Augusto no vio la luz más que durante tres días. Así perdimos siete de nuestros trece
hijos, (...) bondadosas mujeres de la vecindad trataban de consolarme diciendome que el
destino de todas las madres es traer hijos a este mundo para perderlos luego, y que podía
considerarme feliz si llegaba a criar la mitad de los que hubiese dado a luz.”Anónimo.
“En cada Estado hay tres clases de poderes: el legislativo, el ejecutivo de las cosas
pertenecientes al derecho de gentes, y el ejecutivo de las que pertenecen al civil.
Por el primero, el príncipe o el magistrado hace las leyes para cierto tiempo o para siempre, y
corrige o deroga las que están hechas. Por el segundo, hace la paz o la guerra, envía o recibe
embajadores, establece la seguridad y previene las invasiones; y por el tercero, castiga los
crímenes o decide las contiendas de los particulares. Este último se llamará poder judicial; y el
otro, simplemente, poder ejecutivo del Estado (...).
Cuando los poderes legislativo y ejecutivo se hallan reunidos en una misma persona o
corporación, entonces no hay libertad, porque es de temer que el monarca o el senado hagan
leyes tiránicas para ejecutarlas del mismo modo.
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Así sucede también cuando el poder judicial no está separado del poder legislativo y del
ejecutivo. Estando unido al primero, el imperio sobre la vida y la libertad de los ciudadanos
sería arbitrario, por ser uno mismo el juez y el legislador y, estando unido al segundo, sería
tiránico, por cuanto gozaría el juez de la fuerza misma que un agresor.
En el Estado en que un hombre solo, o una sola corporación de próceres, o de nobles, o del
pueblo administrase los tres poderes, y tuviese la facultad de hacer las leyes, de ejecutar las
resoluciones públicas y de juzgar los crímenes y contiendas de los particulares, todo se perdería
enteramente.”
Montesquieu. El espíritu de las leyes. 1748.
“Que el soberano y la nación nunca pierdan de vista que la tierra es la única fuente de riqueza,
y que es la agricultura quien las multiplica. De la misma manera, el aumento de las riquezas
asegura el de la población; los hombres y las riquezas hacen prosperar la agricultura, extienden
el comercio, estimulan la industria, acrecientan y perpetúan las riquezas (...).
Que se asegure a sus legítimos poseedores la propiedad de los bienes muebles e inmuebles, ya
que la seguridad de la propiedad es el fundamento esencial de orden económico de la sociedad.
Sin la certeza de la propiedad, el territorio permanecería sin cultivar.”
F. Quesnay. Máximas generales. 1767.
“Cada individuo en particular pone todo su cuidado en buscar el medio más oportuno de
emplear con mayor ventaja el capital de que puede disponer. Lo que desde luego se propone es
su propio interés, no el de la sociedad en común; pero esos mismos esfuerzos hacia su propia
ventaja le inclinan a preferir, sin premeditación suya, el empleo más útil a la sociedad como tal.
(...)
Según el sistema de la libertad negociante, al soberano sólo quedan tres obligaciones
principales a que atender: la primera, proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras
sociedades independientes; la segunda, el poner en lo posible a cubierto de la injusticia y
opresión de un miembro de la república a otro que lo sea también de la misma (...); y la tercera,
la de mantener y erigir ciertas obras y establecimientos públicos, a que nunca pueden alcanzar,
ni acomodarse los intereses de los particulares, o de pocos individuos, sino los de toda la
sociedad en común: por razón de que aunque sus utilidades recompensen con abundancia los
gastos al cuerpo general de la nación, nunca recompensarían si los hiciese un particular.”
Adam Smith. La riqueza de las naciones. 1776.
La soberanía no puede estar representada, por la misma razón por la que no puede ser
enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general, y la voluntad no se representa; es la
misma o es otra; no hay término medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser
sus representantes, no son más que sus mandatarios; no pueden concluir nada definitivamente.
Toda ley no ratificada por el pueblo en persona es nula; no es una ley. El pueblo inglés cree ser
libre, y se engaña mucho; no lo es sino durante la elección de los miembros del Parlamento;
desde el momento en que éstos son elegidos, el pueblo ya es esclavo, no es nada.”
Jean-Jacques Rousseau. El contrato social. 1762.
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1.2. Revolución Francesa e
Imperio Napoleónico. .
I. EL NACIMIENTO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
AMÉRICA.
La independencia de las trece colonias norteamericanas, pertenecientes a Gran Bretaña, dio
lugar al nacimiento de un nuevo país (los actuales Estados Unidos), que al construirse sobre los
principios de la Ilustración, cuando en Europa se estaba viviendo en plena crisis del Antiguo
Régimen, ello tuvo un gran impacto e influyó sobre el resto del continente americano y en
Europa.
1.1.Causas.
Las causas que provocaron el estallido de la revuelta fueron las siguientes:
-difusión de las ideas ilustradas y liberales que planteaba la existencia de derechos y libertades
ciudadanos, la soberanía nacional y la división de poderes.
-Aumento de tributos sobre los colonos que gravaban los documentos oficiales, en el té, el
vidrio y otros productos.
-Restricciones a las actividades comerciales de las colonias para defender los intereses
económicos británicos.
En definitiva, las relaciones entre los colonos y la metrópoli fueron empeorándose conforme
Gran Bretaña quiso imponerles nuevos impuestos. Los colonos, alegando que carecían de
representantes en el Parlamento de Londres, se negaron a pagarlos. Finalmente, diversos
incidentes obligaron a Inglaterra a querer imponer su autoridad por las armas. El resultado fue
el estallido de la guerra de independencia (1776-1783). El 4 de julio de 1776, representantes
de las colonias, reunidos en Filadelfia, hicieron pública la Declaración de Independencia de
los Estados Unidos de América, en la que se recogían los principios de los filósofos ilustrados:
todos los hombres han nacido iguales y son portadores de derechos inalienables, como la vida,
la libertad y la búsqueda de la felicidad; tienen derecho a derrocar al gobierno si éste se opone
al cumplimiento de esos fines.
1.2. La Guerra
Sobre la guerra, los colonos organizaron su ejército, cuya dirección se encomendó a George
Washington, pero los colonos no estuvieron solos al contar con la ayuda de Francia, España y
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Holanda. El triunfo de las colonias desembocó en el Tratado de Versalles (1783) donde Gran
Bretaña reconoció la independencia de los Estados Unidos.
1.3. Un nuevo país: los EE.UU. de América.
Después de la victoria, el reto para los colonos era transformar las antiguas colonias en un
Estado. En 1787, en Filadelfia, se reunió una Convención constitucional con delegados de las
diversas colonias. Antes de finalizar el año se aprobaba la Constitución, que entró en vigor en
1789. El nuevo país se denominó EE.UU. de América, y de acuerdo a dicha Constitución su
sistema de Estado era la república federal, establecía la soberanía popular y la separación de
los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial). Elegido por unanimidad, George Washington
fue el primer presidente de los Estados Unidos.
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II. LA REVOLUCIÓN FRANCESA DE 1789 y LA EUROPA DE
LA RESTAURACIÓN (1815-1830).
El ciclo revolucionario, abierto, como acabamos de ver, con la independencia de las colonias
inglesas norteamericanas, tuvo su prolongación en Francia donde la revolución logra romper el
orden estamental y sustituir el Antiguo Régimen por una sociedad más igualitaria y libre,
donde la burguesía logra hacerse con el poder político.
1. Causas de la revolución francesa.
Una combinación de elementos económicos, sociales y político-ideológicos condujeron en
1789 al estallido de la revolución francesa.
Las críticas de los ilustrados proporcionaron los fundamentos ideológicos (división de
poderes, monarquía parlamentaria, derechos del hombre…) sobre los que debía
apoyarse la revolución.
Antes del estallido revolucionario, la coyuntura económica contribuyó a empeorar la
situación social. Entre 1788 y 1789 las malas cosechas provocaron una crisis de
subsistencias, un encarecimiento de los productos alimenticios, lo que produjo un
hondo descontento popular, tanto en el campo como en las ciudades.
Sin embargo, será la crisis financiera del Estado y el comportamiento de los
privilegiados (los nobles y el clero) ante la misma, la que desató la crisis política que
desembocaría en el triunfo de la revolución. El Estado francés venía atravesando una
crisis financiera; estaba endeudado, emitía deuda pública, dado que sus ingresos no eran
suficientes para cubrir sus gastos. Para que el Estado pudiera contar con más fondos,
los diversos ministros de Hacienda (Turgot, Necker…) de Luis XVI venían
planteando la necesidad de proceder a una reforma fiscal, en la que los privilegiados
debían contribuir según sus propiedades. No lo consiguieron; la nobleza y el clero, en
efecto, se aferraban a sus privilegios (exención de impuestos) para no pagar.
La nobleza, además, argumentaba que solamente los tres estados del reino (nobleza, clero y
tercer estado), reunidos en Estados Generales, tenían autoridad para permitir nuevos
impuestos. Así, la oposición de los privilegiados a pagar dio lugar a una crisis política que
obligó al rey a convocar los Estados Generales, que no habían sido convocados desde 1614. No
imaginaban los privilegiados que estaban abriendo un proceso por el que la burguesía iba a
sustituirles al frente del poder.
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2. Etapas del proceso revolucionario.
a) La convocatoria de los Estados Generales y la constitución de la Asamblea Nacional.
Los Estados Generales fueron convocados para iniciar sus sesiones en mayo de 1789. En esta
asamblea se daban cita representantes de los tres estados: nobleza, clero y estado llano (tercer
estado). Según la tradición, se reunían por separado para dar su consentimiento a propuestas
reales y cada estamento tenía un único voto.
Antes de la reunión de los Estados Generales, el tercer estado había logrado que el número de
sus representantes fuera similar a los de la nobleza y el clero juntos. Pero faltaba por dilucidar
el sistema de votación. El 5 de mayo, bajo la presidencia del rey Luis XVI, se abre
solemnemente la gran reunión de los Estados Generales. La discusión más importante –y la
clave de la cuestión- era la forma de votación. El clero y la nobleza pedían un voto por
estamento, el tercer estado un voto por persona. Tras agrias polémicas durante varias
semanas, los representantes del tercer estado se autodeclararon Asamblea Nacional (17 de
junio) y decidieron retirarse a otra sala, en la que se jugaba a la pelota, y allí decidieron, en
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reunión con algunos clérigos, pronunciar el Juramento del Juego de Pelota (“Jeu de Paume”,
20 de junio), afirmando que, donde quiera que ellos se reuniesen allí estaba la Asamblea
Nacional y juraban no abandonar el lugar sin haber dotado a la nación de una Constitución
que garantizase sus derechos.
b) La Asamblea Constituyente (1789-1791).
El rey titubea, no sabe qué hacer, quiere evitar un derramamiento de sangre, hasta terminar
cediendo, ordenando la reunión de los tres estados para dar una Constitución a Francia. Nacía
la Asamblea Nacional Constituyente. De esta forma, los Estados Generales habían
terminado desembocando en una Asamblea Constituyente bajo el control de la burguesía.
Paralelamente, el pueblo de París, con sus actuaciones va a contribuir también al triunfo de la
revolución, dándole un cariz popular que los burgueses revolucionarios supieron encauzar a
favor de sus objetivos. Entre las jornadas revolucionarias protagonizadas por el pueblo destaca
el asalto a la prisión de la Bastilla (14 de julio), fortaleza considerada símbolo del
absolutismo. Paralelamente, en el campo francés los campesinos se movilizaban contra el
poder señorial. Muchos nobles respondieron huyendo de Francia con la intención de conspirar
en contra de la revolución.
La revolución estaba en marcha. La Asamblea Constituyente empezaba a aprobar leyes por las
que se abolía al Antiguo Régimen. En agosto se procedió a suprimir el sistema feudal y se
redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la que se
garantizaba la libertad individual, la propiedad y la igualdad de derechos ante la ley.
Con vistas a enfrentarse a la crisis financiera se decidió la expropiación y venta delos bienes
del clero. La medida disgustó a la Iglesia y se completó con la aprobación de la Constitución
Civil del Clero con la que se quiso crear una iglesia nacional, convirtiendo a los religiosos en
funcionarios del Estado. La norma fue condenada por el Papa Pío VI y produjo un conflicto
religioso que solo se resolvió en parte en la época de Napoleón.
Por último, en septiembre de 1791 era aprobada la Constitución, que establecía el principio de
la soberanía nacional; Francia se convertía en una monarquía constitucional, basada en la
división de poderes: el ejecutivo (en manos del rey), el legislativo (en una Asamblea
unicameral, llamada Asamblea Legislativa) y el poder judicial (ejercido por los tribunales del
Estado). El sistema electoral que se aprobó era censitario (solo podían votar los ciudadanos que
tuviesen un mínimo de riqueza). Con todo, consolidar una monarquía constitucional no iba a
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ser fácil. El comportamiento de la familia real tampoco contribuyó a ello. Además, los
exiliados franceses conspiraban y presionaban a los monarcas y a las cortes europeas para que
interviniesen. A todo esto, meses antes de aprobarse la Constitución, la familia real intentó huir
de Francia con la intención de reunirse con los nobles emigrados y para conseguir el apoyo de
las potencias extranjeras. Descubierto en Varennes, Luis XVI fue devuelto a París, creándose
un clima de desconfianza hacia la monarquía y contribuyendo a radicalizar a los sectores más
radicales.
c) La Asamblea Legislativa (1791-1792). Es una etapa que pretendió ser moderada y que
concluyó con el triunfo de los radicales. De acuerdo con la Constitución se celebraron
elecciones al nuevo parlamento o Asamblea Legislativa. Entre los diversos partidos o “clubes”
que se dieron cita en la Asamblea pronto destacaron dos: por un lado, los girondinos, que
representan a la alta burguesía, con ideas moderadas, y por otro, los jacobinos, que agrupan a
la baja burguesía, a favor del radicalismo revolucionario; a estos dos grupos habría que añadir
las masas populares de París, los -sans culottes-, que cobrarán especial protagonismo en la
etapa siguiente. La política de la Asamblea estuvo marcada por los problemas en el exterior
con las monarquías europeas, especialmente con Austria y Prusia, donde iban reuniéndose los
numerosos emigrados del país (sobre todo, nobles y clérigos).
La Asamblea, por iniciativa de los girondinos, decidió declarar la guerra a Austria (abril de
1792), conflicto que muy pronto se extendería a toda Europa y que se planteó como una
guerra ideológica: por un lado, Francia pretendía extender el espíritu revolucionario a toda
Europa; por el otro, los monarcas absolutos y la aristocracia unidos en la defensa del Antiguo
Régimen.
Las primeras actuaciones bélicas fueron desastrosas para Francia. Tropas austriacas
amenazaban con ocupar París, pero el rey era acusado de estar en contacto con los invasores.
La situación dio lugar a una insurrección popular protagonizada por las clases populares, los
sans-culottes (10 de agosto de 1792): el palacio real de las Tullerías fue asaltado, el rey fue
encarcelado con su familia, se puso fin a la Asamblea Legislativa y se convocaron elecciones,
por sufragio universal, para una asamblea llamada Convención.
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d) La Convención (1792-1794). La proclamación de la República.
La Convención, en su primera sesión, acordó abolir la monarquía y proclamar la República
(septiembre de 1792). Esta etapa ofrece dos momento distintos: en el primero gobiernan los
girondinos y en el segundo los jacobinos.
Gobierno girondino. Estaban a favor de un gobierno moderado, pero se vieron
desbordados por los jacobinos, partidarios de adoptar medidas radicales. Los
girondinos preferían salvar al monarca, pero no lo consiguieron. Acusado de colaborar
con los enemigos de Francia, se le juzga y es condenado: Luis XVI es guillotinado el 21
de enero de 1793 (con la reina Mª Antonieta se hizo otro tanto meses después). Ahora
bien, la ejecución del rey contribuyó a crear divisiones dentro de la Convención y a
que, la guerra, que ya tenía abierta Francia contra Austria y Prusia, se ampliara con la
incorporación de otros países, como España e Inglaterra. El temor a que la Revolución
pudiera verse anulada y la crítica situación económica contribuyeron a movilizar a los
jacobinos, quienes, dirigidos por Robespierre, y con el apoyo de los sans-culottes,
expulsaron a los girondinos de la Asamblea (junio de 1793), quedando ellos como
únicos dueños del poder.
Gobierno jacobino. La revolución se radicaliza y entra en la etapa más sangrienta, etapa
que recibe el nombre de Terror, los opositores políticos son guillotinados y la represión
de Robespierre no respeta ni a los miembros de su propio partido. En el plano
económico se adoptaron medidas a favor de los sectores populares urbanos, como la ley
que limitaba los precios. También se mejoró la condición de los pequeños propietarios
agrarios. En el plano político se aprueba la Constitución de 1793 que presenta la
novedad de elegir a los representantes por primera vez a través del sufragio universal.
La nueva Constitución, sin embargo, nunca entró en vigor. En realidad, Robespierre y
sus colaboradores gobernaron manteniendo una auténtica dictadura.
e) El Directorio (1795-1799).
La situación a la que los jacobinos tenían sometido al país no podía durar mucho tiempo. La
burguesía moderada estaba alarmada por el creciente protagonismo que iban tomando las
clases populares en París. Así, amplios sectores de esa burguesía más moderada, contrarios a
los jacobinos, organizaron un golpe de Estado que triunfó, con rápida ejecución de
Roberpierre, llevado a la guillotina (28 de julio de 1794).
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La Convención se disolvió siendo sustituida por un Directorio de cinco miembros al frente del
poder ejecutivo, elegidos por el poder legislativo compuesto de dos asambleas, la de los
Quinientos y el Consejo de los Ancianos, elegidas por sufragio censitario o restringido. En el
exterior, Francia iba logrando victorias, pero en el interior el gobierno se veía atacado por los
realistas, a favor de restablecer la monarquía borbónica, y por sectores radicales (jacobinos y
sans–culottes). Para compensar su debilidad, el Directorio terminó buscando el apoyo en el
ejército, que venía adquiriendo importancia creciente por las victorias que estaba dando a
Francia en el exterior.
f) El Consulado (1799-1804).
Aprovechando las circunstancias que acaban de anotarse, uno de los militares de mayor
prestigio, el general Napoleón Bonaparte, decidió acabar con el Directorio dando un golpe de
Estado el 9 de noviembre de 1799 (18 Brumario) y estableció como forma de gobierno el
Consulado. El poder ejecutivo recaía en tres cónsules, uno de ellos, el primero, cargo que
ostenta Napoleón Bonaparte, concentraba todos los poderes. En 1802 se da otro avance en
consolidación de su poder personal al ser proclamado cónsul único y vitalicio. En 1804, se
culmina este proceso, cuando se proclama a Napoleón Emperador de los franceses. El acto de
coronación tuvo lugar en París ante el Papa Pío VII.
Napoleón, apoyado por el ejército y la burguesía adinerada, consolidó los principios básicos de
la Revolución y anuló cualquier intento de restauración monárquica o de radicalismo jacobino.
Su actuación en política interior sirvió de modelo a otros países europeos. Con el Papa Pío
VII firmó el Concordato de 1801 por el que el Estado francés se obligaba a mantener los
gastos del clero, se aceptaba la venta de sus bienes y se reconocía que la religión católica era la
mayoritaria del pueblo francés. Se promulgó un Código Civil (1804), imitado luego en otros
muchos países, en el que se recogían muchas de las aspiraciones de la burguesía (la libertad
individual, la igualdad ante la ley y la propiedad privada).
A pesar de toda su obra, su sistema político fue personal y autoritario; el régimen
constitucional con separación de poderes logrado por la Revolución se olvidó. En resumen,
para unos, la etapa napoleónica fue el epígono glorioso de la Revolución; para otros, una
verdadera contrarrevolución.
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EVOLUCIÓN CRONOLÓGICA DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA.
Periodos Años Acontecimientos
Asamblea
Constituyente
1789-1791 - -El tercer estado, reunido en París se declara
soberano.
- -Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano. Supresión de los privilegios
señoriales.
- -Promulgación de la Constitución (monarquía
parlamentaria) el 3 de septiembre de 1791.
Asamblea
Legislativa
1791-1792 - -Dos partidos principales: girondinos moderados
y jacobinos radicales.
- -Etapa moderada: dominan los girondinos.
- -Leyes para desarrollar la Constitución de 1791.
- -Emigración de nobles a Austria y Prusia.
- -Francia declara la guerra a Austria.
- -Se proclama la República.
Convención 1792-1794
- -Etapa girondina: ejecución de Luis XVI (21-I-
93).
- -Etapa radical: jacobinos en el poder.
- -Nueva constitución (1793), sufragio universal.
- -Represión jacobina: el Terror y la dictadura de
Robespierre (1793-1794).
Directorio 1795-1799
- -Golpe de Estado girondino: fin de los jacobinos
y constitución moderada (1795).
- -Gobierno en manos de cinco directores.
- -Reorganización militar. Victorias francesas:
Italia, Egipto.
- -Napoleón Bonaparte, general victorioso.
-
Consulado 1799-1804 -Napoleón da un golpe de Estado (noviembre) y
disuelve el Directorio.
-El gobierno se concentra en tres cónsules.,
Napoleón es el más importante (primer cónsul).
-Importantes victorias militares contra Austria,
Prusia y Rusia.
-Importantes reformas políticas: centralización
administrativa, sistema educativo, código civil,
reforma fiscal.
3. El Imperio napoleónico (1804-1814).
Napoleón pretendió extender por Europa las ideas revolucionarias de libertad y de igualdad,
pero sus conquistas despertaron sentimientos nacionales en contra de Francia. Su proyecto
albergaba una contradicción: pretendía llevar la libertad a los pueblos, pero éstos defendían su
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propia soberanía para decidir por ellos mismos. El objetivo final de Napoleón era establecer
una Europa unida, bajo la hegemonía de Francia, mediante la creación de reinos satélites que
encomendó a miembros de su familia (Nápoles, Holanda, Westfalia, España).
A estos proyectos se opusieron distintas potencias (Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña)
agrupadas en diversas coaliciones. Se impuso a Austria y Prusia, pero fracasó ante Gran
Bretaña y Rusia. Contra Gran Bretaña ideó, inicialmente, su invasión para lo que contó con la
armada española. Sin embargo, este plan se vino abajo tras la derrota franco-española en la
batalla de Trafalgar (1805). Napoleón pensó entonces en la guerra económica contra Gran
Bretaña. Se trataba de impedir su comercio con Europa: en 1806 publicó un decreto
prohibiendo la importación de artículos británicos en cualquier parte de Europa. Para aplicar el
bloqueo Napoleón tenía que ocupar Portugal (1807), país aliado de Inglaterra. Tropas
francesas atravesaron España rumbo a Portugal; ahora bien, Napoleón, aprovechando la crisis
interna de la monarquía española, decidió ocupar también nuestro país y tras lograr la
abdicación de Carlos IV y Fernando VII entregó la corona española a su hermano José, que
empezó a reinar como José I. La respuesta fue la Guerra de la Independencia (1808-1813),
comenzada cuando el pueblo de Madrid decidió levantarse contra las tropas francesas el 2 de
mayo de 1808, ejemplo que fue seguido por el resto de España.
En 1810 el Imperio francés abarcaba la mitad de Europa. Pero su estabilidad dependía de los
triunfos militares. Así, el principio del fin del Imperio se inició con la campaña de Rusia,
cuando Napoleón decide invadir este territorio (1812) y ese fue su gran error. En 1813, ante el
fracaso francés en Rusia y la derrota en España, se organiza otra nueva coalición que
derrotó a Napoleón en la batalla de Leipzig (octubre de 1813). Desterrado a la isla de Elba, en
el trono de Francia se reinstaura a Luis XVIII, hermano el guillotinado Luis XVI. Sin embargo,
en 1815, Napoleón regresó a Francia y restableció el Imperio (el Imperio de los Cien Días)
pero fue definitivamente derrotado en la batalla de Waterloo (Bélgica, junio de 1815).
Desterrado a la isla de Santa Elena falleció en ella en 1821.
4. La Europa de la Restauración: el Congreso de Viena.
Una vez derrotado Napoleón, las potencias vencedoras se reúnen en Viena para restaurar el
absolutismo y devolver a los reyes absolutos los tronos perdidos por la Revolución y Napoleón.
Todos los Estados de Europa enviaron representantes al Congreso de Viena (1814-1815), pero
las cuestiones importantes eran decididas por los “cuatro grandes” vencedores de Napoleón
(Austria, Rusia, Gran Bretaña y Prusia), a las que se une Francia. Del Congreso de Viena salen
dos tipos de resoluciones: un nuevo mapa europeo y un sistema político-ideológico (la Santa
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Alianza), base del régimen restaurado. La reconstrucción del mapa europeo se hizo en función
de los intereses de las monarquías victoriosas, sin contar con las aspiraciones nacionales:
- Rusia se anexiona Finlandia y la mayor parte de Polonia (incluida Varsovia).
- Prusia se incorpora Renania.
- Austria recibe el reino de Lombardía-Véneto.
- Gran Bretaña refuerza su hegemonía marítima incorporando Malta, Islas Jónicas, El Cabo y
Ceilán.
- Bélgica dejaba de pertenecer a Austria y queda unida a Holanda integrando el reino de los
Países Bajos.
- Por último, Francia volvió a sus fronteras de 1789. Italia se mantuvo dividida en Estados
independientes y en Alemania se estableció la Confederación Germánica integrada por 39
Estados, entre ellos Austria y Prusia.
En cuanto a la Santa Alianza fue un pacto firmado por los tres soberanos de Austria
(Francisco I), Rusia (Alejandro I) y Prusia (Federico Guillermo III), por iniciativa del zar
Alejandro I, con la intención de mantener el orden salido del Congreso de Viena. Sin embargo,
el canciller austríaco Metternich supo darle un papel más práctico a la Santa Alianza.
Consistió en hacer de ella un brazo armado al servicio del absolutismo, ideando un sistema,
que lleva su nombre, de celebración de Congresos para establecer acuerdos de intervención en
aquellos países donde triunfaran movimientos liberales y nacionalistas.
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ACTIVIDADES DEL TEMA.
1) Observa el siguiente esquema:
Responde a las siguientes preguntas:
-¿Qué relación hay entre la estructura política estadounidense y las teorías expuestas
por Montesquieu?
-¿Qué características liberales se aprecian en la Constitución?
-¿Quién detenta el poder legislativo en España en la actualidad? ¿Y el ejecutivo?
-¿Qué diferencias existen entre la forma de elección del Presidente de EE.UU. y del
Presidente de España?
2. Ordena cronológicamente los siguientes acontecimientos históricos:
a) Congreso de Viena.
b) Toma de la Bastilla.
c) Declaración de Independencia de las Trece Colonias Norteamericanas.
d) Gobierno de la Convención.
e) Napoleón es elegido cónsul.
f) Francia declara la guerra a las monarquías europeas.
g) Golpe de Estado de Brumario.
h) Proclamación de la República en Francia.
i) Convocatoria de los Estados Generales en Francia.
3. Observa detenidamente el mapa de la página anterior y, a continuación responde a
las siguientes cuestiones:
-Teniendo en cuenta la situación territorial política de Europa en 1789, ¿qué cambios se han
producido en el mapa de Europa durante la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico?
-¿Cuál era la función de los estados tapones? ¿Cuáles eran estos estados?
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-¿Qué era la Santa Alianza? ¿Qué países la componían?¿Cuál era su objetivo primordial?
4. Observa el mapa y coméntalo usando la guía de comentarios de mapa.
5. Lee detenidamente el siguiente texto:
“Título III. Art. 1: la soberanía es una, indivisible, inalienable e imprescriptible.
Pertenece a la nación. Ningún sector del pueblo, ningún ciudadano, puede atribuirse su
ejercicio.
[…] Capítulo 1. Art.1: la Asamblea Nacional que forma el cuerpo legislativo es
permanente y se compone de una sola cámara.
[…] Sección 2. Art. 2: para ser ciudadano activo [con derecho a voto] se necesita: haber
nacido francés o haber adquirido esta nacionalidad; haber cumplido 25 años; estar
domiciliado en la ciudad o en el cantón desde la fecha determinada por la ley [un año];
pagar, en cualquier lugar del reino, una contribución directa al menos igual al valor de tres
jornadas de trabajo.
[…] Capítulo 2, Sección 1, art. 3: En Francia, ninguna autoridad es superior a la de la
ley. El Rey sólo reina por ella, y sólo en su nombre puede exigir obediencia."
Constitución francesa de 1791
Realiza el comentario de este texto consultando la guía de comentarios de textos y usando la
plantilla de comentarios de textos históricos entregadas por el profesor. Responde a todos los
apartados que aparecen en la plantilla.
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Más textos.
"Aquí el pobre no tiene derecho a encender el fuego en su choza para ponerse al abrigo del
frío, si no lo compra bien caro al señor, por una contribución (impuesto) descontada de sus
medios de subsistencia y los de su familia. Este derecho inhumano existe en Broues bajo el
nombre de derecho de fuego. Allí el agricultor no tiene ni siquiera el derecho de alimentar su
ganado con la hierba que crece en su campo; si la toca, se le denuncia y castiga con una multa
que lo arruina, y el ejercicio más legítimo de los derechos de su propiedad está subordinado a
la voluntad arbitraria del señor, que tiene la pretensión al derecho universal sobre todos los
pastos del territorio. Se deben abolir todos los derechos de los señores (...)." Extracto de “Los Cuadernos de Quejas”.
(…) Nos planteamos tres preguntas: ¿Qué es el Estado llano? Todo. ¿Que ha sido hasta el
presente en el orden político? Nada. ¿Qué pide? Llegar a ser algo. ¿Quién osaría decir que el
estado llano no contiene en sí todo lo necesario para formar una nación completa? (…) Si se
hiciera desaparecer el orden privilegiado, la nación no sería menos, sino más. Y ¿qué es el
Estado llano? Todo, pero un todo oprimido. ¿Y que sería sin el orden privilegiado? Todo, pero
un todo libre y floreciente. Nada puede funcionar sin él, todo andaría infinitamente mejor sin
los demás (… )El Estado llano abarca todo lo que pertenece a la nación y todo lo que no es el
Estado llano, no puede contemplarse como representante de la nación. SIEYES, E. J.: ¿Qué es el Estado llano?, 1789.
“Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional. considerando
que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre, son las principales
causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer
en una declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, para
que esta declaración, constantemente presente a todos los miembros del cuerpo social, les
recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes [...]:
Artículo 1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones
sociales no pueden fundarse más que sobre la utilidad común.
Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales
e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la
resistencia a la opresión. [...]
Artículo 4. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a otro; por tanto, el
ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que
aseguren a los demás miembros de la sociedad el disfrute de estos mismos derechos. Estos
límites no pueden ser determinados más que por la ley. [...]
Artículo 10. Nadie debe ser molestado por sus opiniones, incluso religiosas, con tal de que su
manifestación no altere el orden público establecido por la ley.
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Artículo 11. La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones es uno de los más
preciosos derechos del hombre. Todo ciudadano puede, pues, hablar, escribir, imprimir
libremente, salvo la obligación de responder del abuso de esta libertad en los casos
determinados por la ley. [...]
Artículo 17. Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de
ella, si no es en los casos en que la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija
evidentemente, y bajo la condición de una indemnización justa y previa”.
La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789.
“En nombre de la muy Santa e indivisible Trinidad.
SS.MM. El Emperador de Austria, el Rey de Prusia, y el Emperador de Rusia, como consecuencia de
los grandes acontecimientos que han señalado Europa en el curso de los tres últimos años (...). En
consecuencia, Sus Majestades han convenido los artículos siguientes:
Art. I. Conforme a las palabras de las Santas Escrituras, que ordenan a todos los hombres mirarse como
hermanos, los tres monarcas contratantes permanecerán unidos por los lazos de una verdadera e
indisoluble fraternidad y se considerarán como patriotas, se prestarán en toda ocasión y en todo lugar
asistencia, ayuda y socorro...
Art. II. En consecuencia, el único principio en vigor, ya sea entre dichos gobernantes, ya sea entre los
súbditos, será el de prestarse recíprocamente servicio.
Firmado en París el año de gracia de 1815, el 26 de septiembre. Francisco, Federico-Guillermo y
Alejandro."
“El tribunal revolucionario se instituye para castigar a los enemigos del pueblo.
La pena por los delitos, cuyo conocimiento pertenece al tribunal revolucionario, es la muerte. El
acusado será interrogado en audiencia pública: se suprime, por superflua, la formalidad que precede del
interrogatorio secreto. Si existieran pruebas materiales o morales, con independencia de la prueba
testimonial, no se oirá a los testigos, a menos que esta formalidad parezca necesaria, bien para descubrir
a los cómplices, bien por otras consideraciones mayores de interés público. A los patriotas calumniados
la ley les concede para su defensa jurados de patriotas: no se los concede a los conspiradores.”
El Terror. Ley de junio de 1794.
“Artículo 1. La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones
sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común.
Artículo 2. La finalidad de cualquier asociación política es la conservación de los derechos
naturales e imprescindibles de la Mujer y el hombre: estos derechos son la libertad, la
propiedad, la seguridad y, sobre todo, la resistencia a la opresión.
Artículo 3. El principio de cualquier soberanía reside esencialmente en la Nación, que no es
más que la reunión de la Mujer y el Hombre...”
Olympe des Gouges: Declaración universal de los derechos de la mujer y la ciudadana, 1791.
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2. Las revoluciones industriales.
I. SIGNIFICADO DE LA REVOLUCION INDUSTRIAL.
1. Definición y evolución del término.
El término revolución industrial hace referencia al conjunto de innovaciones técnicas cuya
aplicación en la industria contribuyeron a incrementar la producción económica. El proceso
tuvo su inicio en Inglaterra, a partir de los años de 1760-1780, y dio lugar a un aumento de la
productividad del trabajo humano, es decir, en la cantidad de bienes (de trigo, de paños…)
que cada trabajador podía producir en un tiempo determinado. Ello fue posible al concurrir
varios factores: los cambios en la agricultura, el aumento de la población, los avances en la
mecanización, el empleo del carbón y del vapor de agua como fuentes de energía y la
abundante disponibilidad de algodón.
También, las nuevas máquinas y la energía del vapor cambiaron la organización económica
industrial. Anteriormente, las bases del sistema eran la manufactura, el “sistema a domicilio” y
el taller artesanal, ahora con la industrialización se impone el dominio de la fábrica, con sus
máquinas, patronos y obreros. El taller artesanal no podía competir, naturalmente, con la
fábrica por su nivel de producción y sus costes, mucho más bajos lo que permitía al fabricante
abaratar los precios.
La revolución industrial se generalizó en Gran Bretaña durante las primeras décadas del siglo
XIX y, desde allí, se expandió por los distintos países europeos en diferentes momentos y
según las características propias de cada uno de ellos. Fuera de Europa, EE.UU. y Japón se
convirtieron en potencias industriales en la segunda mitad del siglo XIX.
Tradicionalmente la revolución industrial se divide en dos fases, y así las vamos a estudiar:
a) La primera revolución industrial es la que se da a finales del XVIII y hasta mediados del
siglo XIX.
b) La segunda revolución industrial (TEMA 4) se da a finales del siglo XIX y principios del
XX, en ella aparecen la electricidad y el petróleo como principales fuentes de energía.
II: LOS ORÍGENES DE LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL BRITÁNICA.
Hacia las últimas décadas del siglo XVIII, la primera revolución industrial se produjo en Gran
Bretaña al darse cita un conjunto de factores que contribuyeron a elevar el crecimiento de la
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demanda de productos industriales. Para los empresarios el momento era óptimo para invertir:
los gastos en nueva maquinaria se veían claramente compensados por el incremento de las
ventas. Y ello se debió a la suma de varios factores que vendrían a ser los orígenes o las
condiciones previas para la revolución industrial: el aumento de la población, las
transformaciones agrarias y el desarrollo del mercado interior y exterior.
1. La revolución demográfica.
En Gran Bretaña, durante el siglo XVIII, se asiste a un crecimiento de la población como
consecuencia de una caída progresiva de los índices de mortalidad, debida, fundamentalmente,
a las mejoras en la alimentación (efecto de la revolución agrícola) y en las condiciones
higiénicas. Se considera que el crecimiento demográfico fue primero consecuencia de los
cambios económicos (las transformaciones agrarias), pero también se acepta que, a
continuación, la presión demográfica, al elevar el número de consumidores y de productores, se
convirtió en una de las causas de la Revolución Industrial.
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2. La revolución agraria.
Las transformaciones agrarias, como acabamos de ver, contribuyeron a alimentar a una
población en crecimiento e hicieron que fuera posible la revolución industrial. Consistieron en
aplicar nuevos métodos de cultivo y en introducir modificaciones en la estructura de la
propiedad de la tierra.
Sobre las modificaciones en los métodos, el barbecho fue eliminado, se introdujeron nuevos
cultivos, se amplió la superficie cultivada y los rendimientos por hectárea se incrementaron.
Los barbechos se suprimieron aplicando un sistema de rotación cuatrienal de cultivo. De las
cuatro hojas de la tierra, dos se plantaban con cereales o leguminosas. Las otras dos con
tubérculos (patatas, nabos) y forrajeras (alfalfa o trébol). La introducción de tubérculos y
forrajeras, como plantas nitrogenantes, contribuían a enriquecer el suelo y a incrementar la
producción de forraje. Por tanto, se aseguraba la alimentación de la cabaña ganadera cuyo
estiércol, a su vez, mejoró la fertilidad de la tierra. En consecuencia, se elevaron los
rendimientos por hectárea y, por tanto, la productividad de los campesinos.
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Todos estos cambios se enmarcan en un proceso de consolidación de la gran propiedad, que
resultó perjudicial para el pequeño campesino, acostumbrado a hacer uso de las tierras
comunales, de las que obtenía bienes como leña para su hogar o pasto para su ganado. Estas
tierras comunales pasaron de poder ser utilizadas por los vecinos, a convertirse en tierras de
propiedad privada. En efecto, el Parlamento inglés aceleró la venta de tierras comunales por
medio de las leyes de cercamiento (Enclosure Acts), realizándose las mayores ventas entre
1760 y 1815. Los nuevos propietarios cercaban las tierras adquiridas, invertían en ellas, como
empresarios que buscan el máximo rendimiento, e introducían los nuevos métodos de cultivo.
A partir de 1830, nuevas innovaciones, como el uso de fertilizantes químicos o en la
maquinaria agrícola, elevaron todavía más los rendimientos.
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Por último, debemos destacar los efectos causados por la revolución agraria para impulsar la
industrialización:
- Al aumentar la producción de alimentos se pudo abastecer a unas ciudades que estaban en
continuo crecimiento.
- El movimiento de las “enclosures” y la mayor productividad de los campesinos liberó al
campo de mano de obra y propició el éxodo rural o emigración a las zonas urbanas e
industriales.
- Al aumentar los beneficios para el propietario o el salario para el campesino, el campo se
convertía en un mercado para el consumo de los productos de la industria.
- Por fin, de los beneficios obtenidos por los grandes propietarios, se podía suministrar capital
para financiar la industrialización.
3. El desarrollo del comercio.
En Bretaña, desde mediados del siglo XVIII, se intensificaron los intercambios comerciales
campo–ciudad y ciudad–campo. Los excedentes de la producción agraria llegaban a las
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ciudades y éstas suministraban productos de la industria. Este comercio interior consiguió
hacerse más rápido y barato al mejorarse la red de transportes (construcción de carreteras) y la
red fluvial de canales, que permitía el transporte de mercancías pesadas (carbón o hierro) a
unos costes más bajos. El comercio exterior fue otro de los desencadenantes de la revolución
industrial. El comercio inglés, en efecto, se mantuvo en crecimiento a lo largo del siglo XVIII,
destacando entre las mercancías los tejidos de algodón. Inglaterra importaba algodón de la
India y de los EE.UU. para luego exportarlo, ahora convertido en tejido, a América, Europa y
la India. Este comercio posibilitó una acumulación de capital, una reserva de dinero, que
podía invertirse en la industria.
III. LA PRIMERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN GRAN BRETAÑA.
1. La mecanización y las nuevas fuentes de energía.
Al crecimiento de la demanda de productos industriales había que responder aumentando la
productividad en la industria. Ello era posible introduciendo cambios en la mecanización y en
el empleo de nuevas fuentes de energía. Los primeros inventos se aplicaron al hilado y tejido
de algodón. Inicialmente, estos ingenios seguían funcionando con fuerza humana o con fuerza
del agua. Sin embargo, la que permitió elevar la producción de un modo inimaginable fue la
aplicación a la nueva maquinaria de la fuerza expansiva del vapor de agua, logro obtenido con
la máquina de vapor patentada por el escocés James Watt en 1769.
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Consistía en una gran caldera de agua que calentada a altas temperaturas mediante carbón
genera un vapor de agua sometido a fuertes presiones que produce un movimiento (un ejemplo
parecido de la potencia del vapor lo tenemos en el vapor producido por una olla exprés),
encargado de poner en funcionamiento otras máquinas. Este calentamiento podía haberse
hecho con leña, pero había una sustancia que podía suministrar mucho más calor: la hulla. La
máquina de vapor extendió su empleo: en 1800, Inglaterra extraía de sus minas 10 millones de
toneladas. La máquina de vapor comenzó a utilizarse en la producción de tejidos, luego en la
matalurgia y después se aplicó en los transportes: los barcos de vapor y el ferrocarril.
2. La industria algodonera.
La industria textil inglesa, desde mediados del siglo XVIII, fue en continuo crecimiento. La
materia prima, el algodón, resultaba barata y procedía de la India o de EE.UU., de sus grandes
plantaciones esclavistas. El proceso de transformación del algodón tenía dos fases: el hilado y
el tejido. Un primer avance, la lanzadera volante de John Kay (1733), permitió elevar la
producción de tejido; sin embargo, ello provocó un desequilibrio con las operaciones de hilar.
Era necesario, por tanto, fomentar nuevas invenciones en el hilado.
Cuando diversos inventos permitieron elevar la producción de hilo, otra vez volvió a plantearse
el desequilibrio, ahora en contra de las operaciones de tejer. Era necesario inventar un telar que
trabajara a mayor velocidad, papel que correspondió al telar mecánico de Cartwright (1787).
No todo acabó aquí. Desde fines del siglo XVIII la máquina de vapor se adaptó al hilado y al
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tejido, lo cual revolucionó a este sector: la producción de tejidos de algodón ingleses se
multiplicó por cien entre 1780 y 1850, mientras que el número de trabajadores en la industria
algodonera se multiplicó por siete. Las innovaciones tecnológicas habían logrado revolucionar
la productividad de la industria textil.
3. La industrialización del hierro.
Los avances económicos que estaban teniendo lugar en Inglaterra contribuyeron a impulsar la
demanda de productos de hierro, es decir, de la industria siderúrgica.
La revolución agraria requirió más aperos y herramientas de hierro. La industria textil
necesitaba que se fabricaran máquinas de hilar y de tejer. También, desde fines del siglo XVIII,
comenzó a utilizarse el hierro como material de construcción de viviendas, canales, puentes y
fábricas. El aumento de la producción y de la productividad pasaba por introducir
innovaciones tecnológicas en la fabricación de hierro. Fue necesario sustituir el carbón
vegetal, que ponía en peligro el bosque inglés y frenaba, en consecuencia, la producción de
hierro, por un carbón mineral (hulla), cuyas reservas eran abundantes en Inglaterra. Los
grandes hornos, donde se realizaba la fundición del mineral de hierro, necesitaban grandes
cantidades de carbón y por ello las empresas siderúrgicas se concentraban cerca de los
yacimientos hulleros (Lancashire, Yorkshire, Tierras Bajas de Escocia).
Sin embargo, la hulla no podía emplearse directamente en los altos hornos, era necesario
convertirla previamente en coque (una hulla destilada de sus elementos sulfurosos), a través de
un método ideado por Abraham Darby (1709). Después, Henry Cort, en 1786, introdujo el
sistema de afinado o “pudelado” en un horno mayor, utilizando coque como combustible. La
masa obtenida era laminada entre cilindros movidos con energía de vapor.
A partir de 1840-1850 la demanda de productos de hierro recibió otro nuevo empuje, que
ayudó a consolidar esta industria, como consecuencia de la construcción del ferrocarril, la
mecanización de un gran número de industrias, el rápido proceso de urbanización y el aumento
de los gastos militares por los Estados.
4. Los nuevos transportes: el ferrocarril y la navegación a vapor.
Con la revolución industrial el comercio alcanzó un mayor volumen y ello exigió una
renovación en los medios de transporte. La aplicación de la energía de vapor, tanto en el
transporte terrestre (el ferrocarril) como en el marítimo (el barco de vapor), permitió dar el gran
salto adelante. El ferrocarril revolucionó el transporte por su capacidad de carga, rapidez y por
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la reducción de los costes del transporte. En el sector minero ya venía utilizándose vagonetas
arrastradas sobre raíles por animales de tiro. Se trataba de inventar la locomotora movida por
la energía de vapor.
La primera locomotora se debe a Richard Trevithick (1804) y se aplicó para el transporte de
hierro. Después, el ingeniero George Stephenson construyó otros modelos de locomotoras,
más perfeccionadas, lo que animó a crear líneas de ferrocarril para mercancías y personas. En
1830 se inaugura la primera línea de ferrocarril propiamente moderna, con una locomotora
construida por Stephenson, la de Manchester a Liverpool. El “boom” ferroviario en Gran
Bretaña estaba a punto de comenzar: entre 1830 y 1850 se construyeron 10.000 kilómetros. La
construcción de ferrocarriles exigió grandes inversiones de capital. En Gran Bretaña los
ferrocarriles fueron financiados por compañías privadas, que daban elevados intereses a sus
accionistas. En los demás países europeos, en cambio, el Estado fomentó la construcción de la
red facilitando ayudas financieras a las empresas constructoras.
Sobre el transporte marítimo, la aplicación de la máquina de vapor a la navegación se
conseguiría a principios del siglo XIX por el ingeniero Robert Fulton (1807). Sin embargo,
hasta finales del siglo XIX, los buques a vapor no lograron imponerse en el transporte de
mercancías a los barcos de vela.
5. La financiación de proceso de industrialización.
Ya sabemos que la revolución industrial exigió la inversión en la industria de capitales o
recursos monetarios, generados por otros sectores económicos. El crecimiento de la industria,
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por otro lado, sólo es posible si se incrementa y moderniza su capital fijo (los edificios y la
maquinaria).
Se considera que, inicialmente, la principal aportación de capital procedió del ahorro individual
o familiar (autofinanciación sin necesidad de recurrir al crédito) y de las propias industrias.
Después, los negocios cambiaron. Las fábricas ganaron en tamaño, la maquinaria era más
sofisticada y, en definitiva, el dinero necesario para crear una empresa aumentó. Empezaba a
ser necesario hacer uso de otros medios de financiación. Los bancos, que ya existían antes de
la revolución industrial, ganaron en importancia al seguir cumpliendo sus dos principales
funciones: guardar el dinero de los ahorradores y prestarlo, a cambio de un interés, a las
empresas. Otra vía era las sociedades anónimas, nacidas antes del siglo XIX, y que, con la
revolución industrial, van a adquirir un gran desarrollo al tratarse de una fórmula excelente
para reunir más capital. Al fundar una empresa, por ejemplo, siderúrgica, su capital se dividía
en acciones (o participaciones) para ser adquiridas por diferentes accionistas. Muchos
ahorradores podían convertirse en accionistas de una sociedad, cuyos beneficios eran luego
repartidos en forma de dividendo entre los accionistas.
6. El liberalismo económico.
La revolución industrial se vio favorecida por una nueva doctrina económica: el liberalismo
económico, un conjunto de teorías y de prácticas que vinieron a consolidar el capitalismo
como sistema económico.
Los nuevos principios del liberalismo económico fueron definidos, entre otros, por los
pensadores británicos Adam Smith (1723-1790), David Ricardo (1772-1823) y Thomas R.
Malthus (1766-1834), partidarios de la libre contratación entre patronos y obreros (que venía a
dar, en la práctica, todas la ventajas a los primeros), de la propiedad privada y de la libertad de
comercio entre las naciones (fue Inglaterra la primera en abolir las tarifas aduaneras, aunque la
mayoría prefirió seguir protegiendo sus productos agrícolas e industriales), defendiendo que
los mercados se autorregulan mediante la ley de la oferta y de la demanda. También
condenaban cualquier intervención del Estado en la economía (en las cuestiones sociales,
financieras y empresariales). En definitiva, aunque la revolución industrial trajo consigo una
mejora muy grande en las condiciones de vida de los países occidentales, sus primeros pasos
fueron pagados al precio de grandes sufrimientos de la clase obrera. La no intervención del
Estado en la economía dejaba las manos libres a los empresarios, actuando ante sus
trabajadores sin ningún tipo de restricciones. Esta situación, sin embargo, originó graves
injusticias sociales, lo que abrió las puertas al nacimiento del movimiento obrero (TEMA 4).
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IV. LA EXPANSIÓN DE LA INDUSTRIALIZACIÓN. -Bélgica: tras Gran Bretaña fue el
primer país que se incorporó a la Revolución Industrial en 1830.
-Francia: la Revolución de 1789 y las guerras napoleónicas retrasaron su industrialización hasta
1830. El sector que más se desarrolló puede textil, apoyado en un amplio mercado nacional y
en políticas proteccionistas. Después siguieron el ferroviario y la industria metalúrgica a partir
de 1850.
-Alemania: hasta 1870 Alemania estuvo constituida por numerosos estados independientes,
pero la disponibilidad de recursos mineros y la creación en el año 1834 del zollverein o a unión
aduanera posibilitaron la aparición de algunas industrias y la expansión ferroviaria.
-Otros estados europeos: en el resto de Europa la economía continuó siendo agraria excepto en
algunos focos industriales como el norte de Italia, Cataluña y País Vasco o Moravia.
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ACTIVIDADES DEL TEMA.
1) Observa el siguiente gráfico.
Producción de hierro en miles de toneladas.
Años G. Bretaña Francia Alemania
1800 190 60 40
1820 370 140 90
1840 1390 400 190
1850 2500 420 240
Realiza el comentario de este gráfico consultando y utilizando la guía y plantilla de
comentario de gráficos históricos entregadas por el profesor el primer día de clase. Responde a
todos los apartados que aparecen en la plantilla.
Más graficos para comentar: página 29.
2) Comenta el mapa de la página anterior, utilizando la guía de comentario de mapas
históricos entregada por el profesor el primer día de clase. Responde a todos los
apartados que aparecen en la plantilla.
Más mapas para comentar: página 35.
3) Lee detenidamente el siguiente texto:
“Todo hombre, con tal que no viole las leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre
para abrazar el medio que mejor le parezca para buscar su modo de vivir, y sus intereses; y
que puedan salir sus producciones a competir con las de cualquier otro individuo de la
naturaleza humana […]. Según el sistema de la libertad negociante al soberano solo le quedan
tres obligaciones principales a que atender […]: la primera, proteger a la sociedad de la
violencia e invasión de otras sociedades independientes; la segunda, el poner en lo posible a
cubierto de la injusticia y opresión de un miembro de la república a otro que lo sea también de
la misma […], y la tercera, la de mantener y erigir ciertas obras y establecimientos públicos, a
que nunca pueden alcanzar, ni acomodarse los intereses de los particulares, o de pocos
individuos, sino los de toda la sociedad en común: por razón de que aunque sus utilidades
recompensen con abundancia los gastos al cuerpo general de la nación, nunca
recompensarían si los hiciese un particular.”
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Smith, Adam: La riqueza de las naciones, 1776.
[Adaptación]
Lee las siguientes cuestiones y responde:
-¿Qué tipo de texto es? ¿Cuál es su naturaleza y origen? ¿Y su destinatario?
-¿Cuál sería el contexto histórico en el que se localizaría el texto?
-¿Qué quiere decir Adam Smith cuando escribe “y que puedan salir sus producciones a
competir con las de cualquier otro individuo de la naturaleza humana […].?
-¿Qué papel tiene que jugar el Estado en la economía según Adam Smith?
-¿Conoces otros principios del pensamiento económico de Adam Smith?
Más textos para comentar.
“1º: Muchos objetos necesarios para la vida -vestidos, alimentos, muebles, útiles- eran
fabricados en el marco familiar, especialmente en el medio rural. 2º: El artesano trabajaba sólo
o con un número muy reducido de obreros, raras veces más de cinco. Este artesano podía ser
libre o bien estar sometido a los reglamentos de las corporaciones o gremios (...) 3º: El
capitalismo aparece en (...) la organización del mercader-empresario...(que) proporcionaba a
los obreros trabajando en sus domicilios la materia prima y algunas veces los instrumentos de
trabajo; más tarde iba a recoger el trabajo realizado y lo venía en su provecho después de haber
pagado un salario fijo al obrero, campesino o ciudadano (...)”
J. A. Lesourd y C. Gérard. Historia Económica Mundial.
“El movimiento de los cercados se reemprende con vigor en el siglo XVIII, especialmente a
partir de 1760. (...) Los squatters que vivían en sus tierras comunales son expulsados;
campesinos pobres que poseían ínfimas parcelas no puede soportar los gastos del cercado y no
pueden vivir en las malas tierras recibidas; se van, como muchos otros a quienes la extensión
de la ganadería ha hecho inútiles; como otros, también obligados a vender su granja al
propietario vecino. (...).
Gracias a estas transformaciones en la propiedad y explotación agrícola, queda disponible una
numerosa mano de obra, privada a menudo de lo esencial. Con ella podrá acrecentarse la
producción manufacturera y minera.”
La invención y el uso de la máquina de cardar lana, que tiene como consecuencia reducir la
mano de obra de la forma más inquietante produce (en los artesanos) el temor serio y
justificado de convertirse, ellos y sus familias, en una pesada carga para el Estado. Constatan
que una sola máquina, manejada por un adulto y mantenida por cinco o seis niños realiza tanto
trabajo como treinta hombres trabajando a mano según el método antiguo (...). La introducción
de dicha máquina tendrá como efecto casi inmediato privar de sus medios de vida a gran parte
de los artesanos. Todos los negocios serán acaparados por unos pocos empresarios poderosos y
ricos (...). Las máquinas cuyo uso los peticionarios lamentan se multiplican rápidamente por
todo el reino y hacen sentir ya con crueldad sus efectos: muchos de nosotros estamos ya sin
trabajo y sin pan.”
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“Los demandantes piden poder exponer a la Corte de justicia en base a los siguientes
hechos: Que con el pretexto de hacer mejorías en las tierras de propiedad de la citada
parroquia se privará a los campesinos sin tierra y a todas las personas que tienen derechos
sobre las common lands que se pretenden cercar, del indispensable privilegio del que
actualmente gozan, es decir, de que sus bueyes, terneros y ovejas puedan pacer a lo largo y a o
ancho de dichas tierras. Este privilegio no sólo les permite mantenerse a ellos y a sus familias
en medio del invierno -cuando no lograrían, ni siquiera pagando en dinero contante, que los
propietarios de otras tierras les dieran la mínima cantidad de leche o de suero para tales
necesidades-, sino que también les permite entregar a los ganaderos partidas de animales
jóvenes y delgados a un precio razonable, para luego engordarlos y venderlos en el mercado a
un precio más moderado; y este sistema se considera como el más racional y eficaz para
asegurar el abastecimiento público de géneros de primera necesidad a precios más bajos. Los
demandantes consideran además que el resultado más desastroso de este cercamiento será la
casi total despoblación de su ciudad, ahora llena de trabajadores orgullosos y fuertes que, al
igual que los habitantes de otras parroquias «abiertas», son el vigor y la gloria de la nación, el
sostén de su flota y de su ejército. Bajo el empuje de la necesidad y de la falta de trabajo, se
verán obligados a emigrar en masa hacia las ciudades industriales, en donde la naturaleza
misma del trabajo en el telar o en la fragua reduciría pronto su vigor, debilitaría a su
descendencia y podría hacerles olvidar poco a poco ese principio fundamental de obediencia a
las leyes de Dios y de su país que constituye el carácter peculiar de esos sencillos y fieros
campesinos que es fácil encontrar en las zonas de los open fields y de los que en gran medida
dependen el orden y la tranquilidad del Estado. Según los demandantes, éstos son algunos de
los daños que se podrán derivar de las previstas medidas que les afectarán como individuos,
pero que tendrán consecuencias en toda la comunidad. Ya se han comprobado estos daños en
muchos otros casos de cercamientos, y ellos opinan que presentando el problema al Parlamento
(que constitucionalmente es protector y patrono de los pobres) sus derechos no podrán dejar de
ser tutelados frente a la ley en discusión.
"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a
las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No
me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me
atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la
mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído
hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé
que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder, de ocho años de edad. Testimonio recogido por la
Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.
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3.Las revoluciones burguesas y nuevas naciones.
I.- EL CONGRESO DE VIENA Y LA RESTAURACIÓN.
INTRODUCCIÓN.
Las potencias que habían derrotado a Napoleón (Prusia, Rusia, Gran Bretaña y Austria) se
reúnen en 1815 en el CONGRESO DE VIENA para reorganizar la política europea y el mapa
del continente que Napoleón había alterado totalmente. La base del Congreso es volver a la
situación anterior a la revolución Francesa. Por ello, las medidas que se toman son:
- Reimplantar el absolutismo.
- Devolver los tronos a las monarquías tradicionales.
- No permitir que ninguna potencia sea hegemónica en Europa.
- Intervencionismo: si en algún país ocurre algo que ponga en peligro estos principios, el
resto de potencias podrán intervenir militarmente en él; para ello se crean la Santa
Alianza, formada por Austria, Prusia y Rusia, que se convierte en la Cuádruple Alianza
cuando entre Inglaterra.
- Se crea el sistema de Congresos, reuniones de los países para resolver los problemas
internacionales.
Con todo, las ideas liberales nacidas en la Revolución Francesa y que ahora se intentan
erradicar irán dando lugar a diferentes oleadas revolucionarias en el resto del siglo, hasta
acabar por implantarse en la mayoría de los países.
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II. Liberalismo y nacionalismo. Como es sabido, las ideas ilustradas dieron lugar al liberalismo, ideología que sirvió de base
a las revoluciones burguesas en su lucha por acabar con el Antiguo Régimen.
En el siglo XIX, el liberalismo poseía un doble aspecto, claramente diferenciado: liberalismo
político y liberalismo económico.
El liberalismo político defendía una serie de principios fundamentales—derechos
individuales, división de poderes, soberanía nacional, derecho al voto…--- que debían quedar
recogidos en la Constitución, convertida en la norma principal que obligaba a todos. Por ello,
la palabra “constitución” se convirtió en un símbolo, en cuyo nombre se harían los
levantamientos revolucionarios de la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, el liberalismo,
sobre todo a partir de 1830, empezó a dividirse a la hora de organizar el nuevo Estado:
La alta burguesía se mostraba partidaria de un régimen donde se reconocía el derecho al
voto a los acomodados (sufragio censitario) y la soberanía compartida (que dejaba al
rey un gran poder). Es el liberalismo doctrinario.
La clase media defendía un sistema donde pudieran votar todos los ciudadanos
(sufragio universal) y la soberanía fuese exclusivamente nacional. Es el liberalismo
democrático.
Al liberalismo se une, en algunas zonas de Europa, el nacionalismo, que fue totalmente
ignorado en el Congreso de Viena. La reivindicación nacionalista aparecía cuando una
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colectividad se consideraba nación porque tenía unas características comunes que les unían
(lengua, costumbres, historia) y deseaba constituirse en Estado soberano propio, es decir, con
sus órganos de gobierno y sus fronteras internacionales reconocidas. En este momento, el
nacionalismo se planteaba ante dos situaciones diferentes:
- Pueblos que aspiran a unirse: se trata de aquellos que, sintiéndose una nación, se encontraban
divididos (alemanes e italianos).
- Pueblos que deseaban independizarse de los Estados a los que estaban sometidos (griegos,
belgas, polacos…).
A lo largo del siglo XIX el nacionalismo presentó dos corrientes:
-liberal. Asociaba la nación a los principios de soberanía nacional y a la voluntad ciudadana.
Un ejemplo es Francia. Autores: Siéyes, Mazzini.
-Conservadora. La nación era entendida como la confluencia de aspectos como la lengua, la
raza, la cultura o la tradición el ejemplo es Alemania. Autores: Fitche, Herder.
Por último, el romanticismo, movimiento cultural y artístico que se impone en Europa durante
la primera mitad del siglo XIX, contribuyó a que se valorase el pasado nacional al redescubrir
las raíces culturales y lingüísticas de los diferentes pueblos europeos.
III. LAS NUEVAS OLEADAS REVOLUCIONARIAS DEL
SIGLO XIX. 1. La independencia de la América española.
Varias causas explican el estallido revolucionario en América que desembocará en su
independencia de España y Portugal. La primera es la difusión de las ideas de libertad
propagadas por la revolución francesa y, sobre todo, el ejemplo de los EE.UU., separados de
Inglaterra. La segunda el descontento de los criollos (descendientes de los primeros colonos
españoles en tierras de América), que desempeñan en América el papel que la burguesía había
jugado en Europa contra las monarquías absolutas. Enriquecidos por el comercio y la
propiedad de la tierra, los criollos desean ocupar los altos cargos del gobierno americano que
detentan los españoles, los peninsulares, en América. Quieren, en definitiva, controlar el poder
político. La tercera causa es la interesada ayuda de Gran Bretaña y EE.UU., que aspiran a
controlar el comercio americano. Por último, al triunfo de la independencia contribuyó la
debilidad internacional de España, invadida por las tropas de Napoleón o bien sujeta a luchas
políticas internas.
El movimiento independentista se inicia en 1810 en tres centros: Méjico, Caracas y Buenos
Aires. Fue facilitado por la Guerra de la Independencia en España contra el invasor francés.
Los criollos, sin someterse a la autoridad de José I, decidieron crear juntas, que asumían el
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poder político en sus territorios. Con la vuelta de Fernando VII a España en 1814, se restablece
la situación recuperándose la mayor parte del territorio americano. En 1816, sin embargo, se
abre otra fase que será definitiva para la independencia: José de San Martín logra la
independencia de Argentina, después atravesó los Andes y triunfa en Chile. Simón Bolívar
consigue en el norte la liberación de Venezuela, Colombia y Ecuador. El virreinato del Perú
fue el último en caer. En 1824, Antonio José de Sucre, lugarteniente de Bolívar, en la batalla
de Ayacucho, derrotaba al último ejército español, lo que originó la independencia de Perú y
Charcas (= Bolivia, en honor a Simón Bolívar). Sólo Cuba y Puerto Rico siguieron unidas a la
metrópoli hasta 1898.
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2. Las revoluciones de 1820.
En 1820 una nueva oleada revolucionaria afectó a dos países de Europa: España y Grecia. En
España la revolución tiene un carácter liberal; Fernando VII tras su vuelta había reimplantado
el Antiguo Régimen e iniciado una caza de liberales. En 1820 el comandante Riego, con las
tropas preparadas para sofocar la rebelión de las colonias americanas, da un golpe de Estado, el
rey asustado jura la Constitución de 1812 y España se convierte en un país liberal. Este
experimento acaba cuando tres años más tarde la Santa Alianza, en el Congreso de Verona de
1822, acuerda la intervención militar de Francia, los Cien Mil Hijos de San Luis, para
restablecer a Fernando VII como rey absoluto.
En Grecia la revolución tiene un carácter nacionalista, siglos de dominación del Imperio turco
no han acabado con la lengua griega y la religión cristiana ortodoxa, que se convierten en las
señas de identidad del nacionalismo griego. Tras proclamar su independencia (1822), los turcos
aplican una dura represión. La opinión pública europea reacciona contra los excesos turcos y
Rusia, Francia y Gran Bretaña deciden intervenir a favor de los griegos. Los turcos son derrotados
y Grecia obtuvo su independencia (Conferencia de Londres, 1830).
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3. Las revoluciones de 1830.
Toda Europa se ve sacudida por esta revolución, que fue mucho más grave que la de 1820. En
ella se dan los dos principios de liberalismo y nacionalismo. Tuvo su inicio en Francia y se
extendió por Bélgica, Polonia, Italia y Alemania.
En Francia Luis XVIII (1814-1824) estaba por reimplantar el absolutismo, pero consciente de
la imposibilidad de volver al pasado, ha firmado una Carta Otorgada o pseudoconstitución
que permite la existencia de un Parlamento compuesto por dos cámaras: la Cámara de los
Pares, formada por miembros nombrados por el rey, y la Cámara de los Diputados, elegida a
través de un sufragio muy restringido. De acuerdo con esta Carta Francia aparecía como un
régimen semiconstitucional, con un rey con elevados poderes.
Su sucesor Carlos X (1824-1830) estaba cada vez más a disgusto con la Carta. Su deseo era
imponer un gobierno autoritario, pero en la Cámara de los Diputados la oposición de los
diputados liberales a las medidas del Gobierno del rey adquiría cada vez mayor fuerza. En julio
de 1830 Carlos X decide publicar las “Cuatro Ordenanzas” por las que suspendía la libertad
de prensa y disolvía la recién elegida Cámara de los Diputados. En respuesta, en París estalla
un levantamiento popular que desemboca en la abdicación del rey y en la proclamación de
Luis Felipe de Orleans como rey constitucional. En Francia se instauraba nuevamente un
régimen liberal.
Bélgica, días después de la revolución de julio en París, un levantamiento contra el dominio
holandés triunfa y se proclama la independencia. En la Conferencia de Londres (1831) es
reconocida oficialmente, estableciéndose un Estado constitucional bajo la monarquía de
Leopoldo de Sajonia-Coburgo.
En Polonia, el ejemplo francés animó a proclamar la independencia (1831); sin embargo,
meses después los rusos se imponen y deciden aplicar duras medidas en contra del
nacionalismo polaco. También fracasaron los intentos liberales protagonizados en Italia y
Alemania.
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4. Las revoluciones de 1848.
El ciclo revolucionario se cierra con las revoluciones de 1848; éstas tuvieron mayor
trascendencia al incorporar la defensa de principios democráticos, como el de laparticipación
de todos los ciudadanos en la vida política (sufragio universal) y la adopción de mejoras
sociales y económicas. Como en la anterior, el foco inicial fue Francia. La chispa
revolucionaria se extendió por el Imperio Austríaco, Alemania e Italia dando lugar a
levantamientos de signo liberal y nacionalista.
En Francia, sus causas se encuentran en la conjunción de una crisis económica (agrícola,
industrial y financiera) y de un descontento político. La monarquía de Luis Felipe de Orleans
era constitucional pero daba satisfacción a la alta burguesía, en cambio la clase media
criticaba la merma de libertades y aspiraba al sufragio universal, esto es, a la democracia.
La oposición al gobierno de Luis Felipe venía organizando actos de propaganda; la prohibición
de un banquete en París en febrero de 1848 provocó la formación de barricadas contra la
policía y el ejército; el gobierno no logró reprimir el movimiento, sobre todo cuando las tropas
encargadas de la represión dejaron actuar a los manifestantes. Ante tales acontecimientos, Luis
Felipe de Orleans abdicó, se proclamó la República y se constituyó un gobierno provisional.
Este gobierno, muy abierto pues en él había desde republicanos moderados hasta socialistas,
aprobó el sufragio universal, la limitación de la jornada de trabajo a 10-11 horas y la adopción
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de medidas para luchar contra el paro a través de la creación de los Talleres Nacionales,
financiados por el Estado. También convocó elecciones, a celebrar en abril, para una
Asamblea Constituyente. Las elecciones dieron el triunfo a la burguesía moderada, hostiles a
los socialistas. La Asamblea Constituyente, entonces, sustituyó al gobierno provisional por otro
más moderado, sin socialistas, y decidió suprimir los Talleres Nacionales. Como respuesta,
los obreros alzan barricadas en París pero son aplastados por las tropas del general Cavaignac
(murieron más de 3.000 trabajadores y 12.000 fueron deportados a Argelia). De la durísima
represión los obreros aprenderían a no confiar en la burguesía. Fue el primer enfrentamiento
social violento entre los obreros y la burguesía. Por ello, una de las consecuencias para la
evolución histórica posterior a 1848 fue la definitiva separación de la clase obrera de la
burguesía. Precisamente, en 1848, Marx y Engels publicaron su Manifiesto Comunista donde
animaban a la clase proletaria a organizarse para luchar contra la burguesía.
Antes de finalizar 1848 quedó aprobada la Constitución, que mantenía el sufragio universal y
establecía un fuerte poder ejecutivo en manos de un Presidente elegido por sufragio universal.
Las elecciones para presidente (diciembre de 1848) dieron la victoria a Luis Napoleón
Bonaparte, sobrino de Napoleón. Para perpetuarse en el poder, Luis Napoleón terminó
organizando un golpe de Estado, que puso fin a la II República y dio paso al II Imperio,
proclamándose emperador con el nombre de Napoleón III.
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5. Los procesos de unificación nacional de Alemania e Italia.
Estos dos territorios permanecían fragmentados en Estados independientes, pero existía en
ellos la ida de pertenecer a una sola nación y la aspiración a convertirse en un Estado unificado.
En las dos zonas habían fracasado las revoluciones del 30 y del 48, que allí habían tenido un
alto contenido nacionalista. Además de la lengua como elemento común, las dos naciones
contaron con intereses económicos comunes (conveniencia de un mercado amplio sin
fronteras...) y la existencia de líderes indiscutibles que encarnaron la voluntad de
independencia: en Italia Cavour y Garibaldi, y en Alemania Bismarck. La coyuntura
internacional también favoreció estos procesos por el apoyo de Francia y la indiferencia de
Gran Bretaña.
a) La unificación italiana.
A mediados del siglo XIX Italia se encontraba dividida en diversos estados: el reino de las Dos
Sicilias al sur, los Estados Pontificios en el centro con capital en Roma, una serie de pequeños
ducados en manos de familiares austriacos, el reino del Piamonte en el noroeste y el control del
Imperio austriaco sobre Lombardía y Venecia. Sería el Estado más avanzado de Italia,
Piamonte, el que mostraba una decidida voluntad de unificar el país (debido al interés de la
burguesía industrial y comercial para contar con un mercado más amplio). Su rey Víctor
Manuel II (1849-1878) y el primer ministro Cavour dirigieron la lucha contra Austria,
principal potencia dominadora de la zona, que impedía de facto la unión de los italianos en un
único estado. La unificación siguió el siguiente proceso:
anexión de Lombardía (1859). Lograda tras derrotar a Austria con apoyo de la Francia de
Napoleón III.
Poco después, los ducados del norte de la Península (Parma, Módena y Toscana) se
incorporaron al Piamonte.
El paso siguiente fue la incorporación del reino de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia),
gobernado por la dinastía de los Borbones. La empresa fue obra de un revolucionario
republicano, Giuseppe Garibaldi al frente de una expedición formada por voluntarios, la de
los “Mil camisas rojas”, con la que conquistó el reino de Nápoles (1860).
Al año siguiente, un Parlamento, reunido en Turín, compuesto por diputados elegidos en
todos los territorios anexionados, proclamaba a Víctor Manuel II rey de Italia.
A partir de ahora, el proceso de unificación avanzó a remolque de la unidad alemana. Así,
Venecia se incorporó a Italia aprovechando la derrota de Austria frente a Prusia en 1866.
Para completar la unidad faltaban los Estados Pontificios, ya reducidos a Roma, bajo la
soberanía del Papa Pío IX, que se oponía a este proceso y estaba protegido por las tropas
francesas de Napoleón III. Pero cuando éste es derrotado por los prusianos (1870), Roma es
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ocupada por el gobierno italiano, con la protesta del Papa, que se considera prisionero de los
italianos en el Vaticano. En 1871 Roma pasa a ser la capital del reino de Italia. Sin embargo,
el Papa Pío IX no reconoció esta anexión: comenzaba un conflicto entre el Vaticano y el
Estado italiano que no se solucionaría hasta 1929.
b) La unificación alemana.
Como sabemos, el Congreso de Viena creó la Confederación Germánica integrada por 39
Estados. De entre todos los Estados alemanes sobresalían a Austria y Prusia, que entablaron
una creciente rivalidad por liderar el proceso unificador. Por ello el nacionalismo alemán quedó
dividido entre los partidarios de una Gran Alemania en torno a Austria y los defensores de una
Pequeña Alemania, liderada por Prusia y de la que quedaría excluida Austria. Al plantearse el
proceso de unificación, uno de ellos sobraba. Desde el punto de vista económico, Prusia inició
antes la industrialización e impulsó el establecimiento, en 1834, de la unión aduanera con los
Estados alemanes del Norte (Zollverein) que permitió a Prusia reforzar su crecimiento
económico frente a la lentitud con que Austria se industrializaba. Prusia sabrá ponerse por
delante, estando a su frente el rey Guillermo I (1861-1888) y su canciller Otto von Bismarck,
político conservador, que fue el gran impulsor de la unidad alemana, utilizando, para ello, las
alianzas entre los Estados y el uso final de la guerra.
Tres guerras van a jalonar el camino hacia la unidad:
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- La crisis de los ducados daneses (1864). Los ducados de Schleswig y Holstein,
culturalmente alemanes, se rebelan contra Dinamarca. Prusia y Austria deciden intervenir;
Dinamarca es derrotada, y como resultado los ducados son repartidos entre Prusia y Austria.
- La guerra austro-prusiana (1866). El conflicto se veía venir. Prusia contaba con la alianza
de Italia y el apoyo de Francia. Bismarck se dedicó a provocar a Austria para que le declarara
la guerra. Una vez iniciada, la maquinaria militar prusiana demostró su perfección: en la batalla
de Sadowa Austria era derrotada. Como consecuencia, la Confederación Germánica
desapareció y los Estados alemanes del norte se unían, con capital en Berlín, con la exclusión
de Austria.
- La guerra franco-prusiana y la fundación del II Imperio (Reich). Solo quedaba por
incorporar los Estados alemanes del sur, lo que fue posible tras la guerra contra la Francia de
Napoleón III, molesta por el engrandecimiento de Prusia. Francia declaró la guerra a Prusia,
pero el ejército francés fue derrotado en las batallas de Sedán y Metz (1870).
El resultado final es humillante para Francia. En el Salón de los Espejos del palacio de
Versalles es proclamado Guillermo I Emperador de los alemanes. Nacía así el II Reich
Alemán, al que se incorporaron los Estados alemanes del sur. Además, firmada la paz con
Francia –donde la derrota había provocado el hundimiento del II Imperio y la proclamación de
la III República—ésta cedía al Imperio Alemán los territorios de Alsacia y Lorena, futura
fuente de conflictos.
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ACTIVIDADES DEL TEMA.
1) Observa la siguiente imagen:
Responde a las siguientes cuestiones:
Índica el nombre del autor de la obra (escribe una breve biografía de su
vida), el título de la misma, la fecha en la que se realizó, su localización
actual, su tamaño, la técnica y el estilo artístico al que pertenece.
Explica las principales características del estilo artístico que pertenece
esta obra pictórica y señala sus principales autores y representaciones
artísticas.
¿Qué relación encuentras entre la temática que representa el cuadro y el
período histórico en el que fue realizado?
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2) Comenta los mapas que aparecen en el tema:
3) Comenta los siguientes textos:
“Ha observado muy bien un célebre escritor que, cuando los no-propietarios obtienen derechos
políticos, ocurre una de estas tres cosas: o no reciben impulso más que de sí mismos y entonces
destruyen la sociedad; o reciben el del hombre o de los hombres que están en el poder, siendo
entonces instrumentos de tiranía; o reciben el de los aspirantes al poder y son entonces
instrumentos de bandería. Precísase, pues, condiciones de propiedad, tanto para los electores
como para los elegibles.No quisiera perjudicar ni ofender a las clases laboriosas. (...)
Frecuentemente están dispuestas a los más heroicos sacrificios, y su abnegación es tanto más
admirable cuanto que no es recompensada ni por la fortuna ni por la gloria. Pero entiendo que
el patriotismo que da el valor de morir por su patria es distinto del que hace capaz de conocer
bien sus intereses. Se requiere, pues, otra condición, además del nacimiento o la mayoría de
edad. Dicha condición es el ocio, indispensable a la adquisición de la cultura y el recto criterio.
Sólo la propiedad hace a los hombres capacitados para el ejercicio de los derechos políticos”.
B. Constant. “Principios de política”, 1815.
“Todos los que hablan un mismo idioma (...) hállanse unidos entre sí desde el principio por un
cúmulo de lazos invisibles (...) de modo que los hombres no forman una nación porque viven
en este o el otro lado de una cordillera de montañas o un río, sino que viven juntos (...) porque
primitivamente, y en virtud de leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo. Así la
nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase
suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos de la vieja Europa...”
“Una nación es la asociación de todos los hombres que, agrupados por la lengua, por ciertas
condiciones geográficas o por el papel desempeñado en la historia, reconocen un mismo
principio y marchan, bajo el impulso de un derecho unificado, a la conquista de un mismo
objetivo definido. (...) La patria es, ante todo, la conciencia de la patria.”
“La revolución de 1848 debe considerase como la continuación de la de 1789, con elementos
de desorden de menos y elementos de progreso de más. Luis Felipe no había comprendido toda
la democracia en sus pensamientos (...) Hizo de un censo de dinero el signo y título material de
la soberanía (...) En una palabra, él y sus imprudentes ministros habían colocado su fe en una
oligarquía, en vez de fundarla sobre una unanimidad. No existían esclavos, pero existía un
pueblo entero condenado a verse gobernar por un puñado de dignatarios electorales (...).”
Lamartine, A. Historia de la revolución de 1848.
“Las revoluciones del 48 cuentan con un componente social nuevo y de gran importancia para
el desarrollo de futuros acontecimientos en Europa: se trata del proletariado, que asciende con
fuerza y con conciencia de clase; y considera necesaria su intervención en el Estado para poder
llevar a cabo reformas de tipo social, como la limitación del horario de trabajo, el salario
mínimo, etc.
Así pues, los conflictos sociales se presentan en 1848 como una lucha de clases triangular, con
dos burguesías (la grande y la pequeña) y la masa popular. Contra la gran burguesía se hará la
revolución de febrero, aunque después las dos burguesías volverán a soldarse ante el peligro
social y aislarán a su vez al proletariado.”
Droz: Restauración y revolución en Europa, Madrid, Siglo XXI, 1984.
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4. La Segunda Revolución
Industrial. Cambios sociales en
el siglo XIX. El movimiento
obrero.
I. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. A partir de 1870, la revolución industrial va a entrar en una nueva fase. Se extenderá
geográficamente (por toda Europa, EE.UU. y Japón), aparecerán nuevas fuentes de energía, las
industrias ya mecanizadas se ampliarán y aparecerán otras nuevas. Este periodo es conocido
históricamente con el nombre de “gran capitalismo” o “segunda revolución industrial”. A
continuación trataremos sus características.
1. La aparición de nuevas fuentes de energía y sus aplicaciones industriales.
- La electricidad. Ya era conocida, pero ahora se trataba de producirla en cantidades
industriales, a bajo precio, y resolver el problema de su transporte. En 1873, Bergès descubrió
que podía obtenerse electricidad en centrales hidroeléctricas, a partir de la fuerza del agua.
Desprez, en 1881, resuelve el problema de su traslado ideando el transporte de la corriente a
alta tensión, posibilitada por la reciente invención del transformador. El abanico de sus
aplicaciones fue enorme: alumbrado (en 1878, Edison ultima su lámpara de filamento o
incandescente), sistemas de comunicaciones (telégrafo, teléfono y radio) y de transporte
(ferrocarril, tranvías eléctricos y el “metro”).
- El petróleo. Adquirió importancia cuando empezó a utilizarse como combustible en los
medios de transporte. Ello fue posible tras los inventos del motor de combustión interna, obra
de Rudolf Diesel, y del motor de explosión, construido por los alemanes Gottlieb Daimler y
Karl Benz.
En cualquier caso, la utilización de la electricidad y del petróleo como fuerza motriz siguió
siendo modesta hasta 1895. Desde 1890 estaban ya a punto el motor de petróleo y el motor
eléctrico, pero el monopolio de la máquina de vapor seguía siendo total a finales del siglo XIX:
el carbón suministraba más del 90% de la energía producida y consumida en Europa.
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2. Los nuevos sectores industriales: la “era del acero”, la industria química, otros
avances.
-Hasta ahora el acero se obtenía por pudelado y ello producía un acero muy caro. El panorama
va a cambiar al aparecer nuevos procedimientos de obtención. Bessemer, en 1856, con su
convertidor se incrementó la producción de acero. El procedimiento presentaba, no obstante,
un inconveniente: no permitía utilizar un hierro con elementos fosforosos. En 1877-1878
Thomas construyó un convertidor capaz de eliminar el fósforo. Otro método, el de los
hermanos Martín y Friedrich Siemens triunfó sobre los procedimientos anteriores. Estas
invenciones permitieron una reducción en el precio del acero (alrededor de un 50% entre 1850
y 1880) y, con ello, una extensión de sus utilizaciones.
-En la industria química, las investigaciones en este campo dieron lugar a nuevos productos:
abonos para la agricultura, colorantes artificiales muy demandados por la industria textil,
fabricación de explosivos (la nitroglicerina, por el italiano Sobrero, y la dinamita, por Alfred
Nobel) y productos farmacéuticos (método Solvay).
Finalmente, debe recordase la invención del cine, de las máquinas de coser y de escribir, y de
la bicicleta.
3. Cambios en los medios de transporte. Nuevos medios de comunicación.
Comienzan con la aplicación del petróleo a barcos y buques. Tres serán los medios de
transporte nuevos señala Paredes Alonso: el automóvil, el tranvía y el metro, y el avión. El
primero se desarrolló gracias a tres grandes elementos: el perfeccionamiento de las carreteras,
la aparición del motor de gasolina por parte de Daimler, Maybach y Benz, y la producción en
cadena de montaje obra de Henry Ford. En cuanto al origen de la aviación, su desarrollo
durante la primera mitad del siglo XX será prácticamente de naturaleza militar. Surgen además
nuevos medios de comunicación (telégrafo, teléfono, radio, cine).
4. La concentración industrial.
Entre 1850 y 1900 el número de empresas se estabiliza o tiende a disminuir, en cambio la
producción creció. Hubo, en efecto, un proceso de concentración industrial que se explica por
dos razones.
-En primer lugar, por el mismo progreso técnico, al elevar el costo de las máquinas utilizadas.
En principio, sólo las grandes empresas contaban con recursos para invertir en nuevas
tecnologías, frente a las dificultades en que se encontraban las empresas pequeñas.
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-En segundo lugar, el mecanismo por el que se busca la concentración es para conseguir un
aumento de la productividad del trabajo y la consiguiente disminución del coste medio de cada
unidad producida. Con ello se lograba conquistar nuevos mercados y competir más
favorablemente en ellos en una etapa en la que la expansión colonial estaba en boga. Esa
concentración podía hacerse de forma horizontal o bien vertical. En la primera se fusionaban
empresa con la misma actividad productiva (por ejemplo, el siderúrgico); en la segunda se
integraban empresas complementarias en el proceso de producción (por ejemplo, carbón,
mineral de hierro y siderurgia).
Junto al modelo de concentración que acabamos de ver, hubo otra de tipo financiero, como el
trust y el cártel. En el primero, diversas empresas decidían agruparse para tener una
administración común; en el segundo, las empresas seguían siendo independientes pero se
ponían de acuerdo para fijar un precio de venta común.
Con todo, este proceso hacia la concentración no debe hacer olvidar que la empresa pequeña,
donde había unos cuantos obreros en torno al empresario, seguía siendo la más numerosa a
comienzos del siglo XX aunque su peso en la producción total había disminuido.
Surgieron así grandes colosos industriales y financieros que se convirtieron en empresas
multinacionales que jugaron un papel protagonista en las relaciones económicas
internacionales (Harvester Company, Standar Oil, General Electric, Bayer), que dominaban el
campo de la producción industrial en los sectores más modernos y competitivos.
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5. El avance de la industrialización.
-A mediados del siglo XIX, Gran Bretaña era la primera potencia industrial en Europa; la
segunda, con una potencia mucho menor, era Francia. A partir de 1860, la producción
industrial alemana superaba a la de Francia.
- Alemania: durante la Segunda Revolución Industrial, Alemania se convertiría en una potencia
económica mundial. Su producción de acero aumentó en una proporción media anual de más
de 6%, superando a Gran Bretaña en 1895. También hay que resaltar el espectacular desarrollo
del sistema financiero alemán, que se benefició de la indemnización de 5000 millones de
francos que Francia tuvo que pagar tras su derrota en 1871. Este gran crecimiento pudo
mantenerse e incrementarse gracias a que el sistema educativo alemán proporcionaba cientos
de miles de técnicos y universitarios con una formación sin igual en el mundo. Por último
Niveau indica que el desarrollo económico alemán tendría una característica única: la aparición
de los carteles, que establecieron auténticos monopolios en la producción, y que permitieron
las empresas alemanas hacerse con mercados exteriores, a cambio de aumentar los precios en
el interior, creando una grave situación sociopolítica en el II Reich, ya que el nivel de vida era
bajo en relación con el poder económico del país.
Rusia: la Rusia imperial era la cuarta potencia económica mundial en 1914. Pero sus valores
per cápita, tanto en consumo de energía como en producción, así como en renta, eran muy
bajos. En el proceso de industrialización destacó el plan para la construcción de líneas
ferroviarias, basado en capital y tecnología de origen foráneo (principalmente francés: Credit
Mobilie) y se reformó el sistema bancario para permitir que se introdujeran algunas de las
técnicas financieras de occidente. Por último, el gobierno ruso estableció fuertes aranceles para
impedir la importación de productos industriales extranjeros. A pesar del aumento de la
producción, Niveau indica que esto no se tradujo en una mejora del nivel de vida. Asimismo,
su producción se hallaba muy concentrada en San Petersburgo, Moscú, Kiev, los Urales y el
Cáucaso.
-Si del ámbito económico europeo nos trasladamos al mundial, entre 1850 y 1900 se observa
como Europa va perdiendo su superioridad mientras EE.UU. se ha convertido en la primera
potencia mundial. La economía europea, sin embargo, superaba a la de los EE.UU. en la
disposición de mercados internacionales, en el de los transportes marítimos y en el del mercado
de capitales (es decir, Europa, en concreto, Francia, Gran Bretaña, Alemania y Bélgica,
disfrutaban de los intereses de sus inversiones en el resto del mundo). Sin embargo, la Primera
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Guerra Mundial pondrá a prueba este sistema económico y obligará a introducir profundos
cambios en la economía europea. Otro país a destacar es Japón. Fue la última potencia que se
incorporó a la lista de naciones industrializadas en el siglo XIX, y también fue la única
totalmente fuera de la tradición occidental. El desarrollo económico comenzó en 1868 estuvo
presidido por tres hechos fundamentales destaca Niveau: la carencia de materias primas, la
carencia de empresarios y la negativa a recibir capitales externos. Para superar estos
impedimentos el Estado nipón decidió dirigir directamente la industrialización, creando las
primeras empresas. Una vez que las empresas rentables se vendían a particulares, poniéndose
en marcha los famosos Zaibatsus (Mitsui, Summamoto), similares a los trusts americano o a
los cárteles alemanes, aunque agrupaban más actividades económicas que estos. Tampoco hay
que menospreciar la influencia de la cultura y la mentalidad de la sociedad japonesa
(caracterizada por su obediencia y el esfuerzo, de tal manera que el trabajador desarrollaba una
relación personal y especial con la empresa).
II. LA NUEVA SOCIEDAD: DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA
SOCIEDAD DE CLASES. EL MOVIMIENTO OBRERO.
Con el triunfo del liberalismo y de la industrialización se fue imponiendo una nueva división
social, denominada sociedad de clases, en la que las diferencias entre las clases se derivarán de
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la desigualdad económica y no de los privilegios heredados o adquiridos al acceder al
estamento privilegiado. Así, la antigua división estamental va a desaparecer, consolidándose,
en cambio, una sociedad clasista.
Por tanto, desaparecidas las trabas legales para el ascenso o la movilidad social de los
individuos, se abrió paso a una sociedad abierta donde las posibilidades de promoción
quedaban abiertas a todos, al menos en teoría. La realidad, en cambio, fue otra. Las
transformaciones políticas y económicas del siglo XIX posibilitaron, inicialmente, la
formación de una sociedad compuesta por dos clases antagónicas que, con la difusión del
marxismo, tomarán las denominaciones de burguesía y proletariado.
La primera era la clase “dominante”, la clase alta, la que había impulsado las nuevas formas
económicas del sistema capitalista (empresarios de la industria o del sector servicios). La
segunda, la clase baja o clase obrera estaba formada por los obreros industriales que vivían
exclusivamente de un salario. La conciencia de pertenecer a la misma –la conciencia obrera-
se estableció sobre una identidad de intereses que iban en contra de los de la clase burguesa o
propietaria de los medios de producción. Poco a poco, los obreros fueron tomando conciencia
de los abusos de la burguesía (empresarios) y decidieron protagonizar movimientos de protesta
contra esta situación: aparecen las primeras asociaciones de obreros o sindicatos, las primeras
huelgas, la quema de máquinas consideradas responsables de la falta de trabajo...
2. Las duras condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera.
La revolución industrial significó el aumento de poder de la burguesía y la consolidación del
capitalismo, que tenía como doctrina la propia del liberalismo económico y social. Como ya
sabemos, esa doctrina defendía que el Estado no debía intervenir en las cuestiones económicas
y sociales y debía dejar que la empresa privada funcionara sin trabas ni impedimentos. Esta
política abandonaba a su suerte a los trabajadores y originaba profundas desigualdades e
injusticias. Las condiciones de trabajo de los obreros dependían de la voluntad de los
empresarios, que eran los que fijaban el horario de trabajo, el salario, el despido…
Los resultados son muy conocidos. La nueva clase obrera comenzó su andadura en una
situación de explotación absoluta: la jornada laboral era de 12 a 14 horas diarias y los salarios
eran insuficientes para mantener una familia, lo que obligaba al trabajo de mujeres y niños, por
un salario inferior al de los hombres.
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Las condiciones de vida eran, asimismo, muy duras: cuando el trabajador llegaba a casa le
tocaba vivir hacinado en un espacio reducido y en precarias condiciones higiénicas.
3. Los orígenes del movimiento obrero británico: el ludismo, las asociaciones de
trabajadores y el cartismo.
-El ludismo. La primera reacción de los obreros fue su aposición al maquinismo, por
considerarlo responsable del paro y de los bajos salarios. Artesanos y trabajadores se rebelaban
contra las máquinas destruyéndolas. Este movimiento recibe el nombre de ludismo (por el de
Ned Ludd, obrero inglés que se puso al frente del movimiento que, en 1811, emprendió la
destrucción violenta de la maquinaria textil). Además de en Inglaterra, las destrucciones de
máquinas alcanzaron a otros países europeos; así, en Francia (1817-1823), Bélgica (1821-
1830), Alemania (1830-1842) y España, donde los obreros destruían en Alcoy (1821) las
máquinas de hilar y, en Barcelona, en 1835, se quemaba la fábrica “El Vapor” de Bonaplata.
-Las primeras asociaciones de trabajadores. Además de permanecer al margen de las
relaciones de trabajo entre empresarios y obreros, el Estado también tenía prohibido las
asociaciones obreras. Las cosas fueron cambiando. Inglaterra fue el primer país en reconocer el
asociacionismo obrero (1824). Las primeras asociaciones que se crearon fueron las Sociedades
de Socorros Mutuos, donde los mutualistas cotizaban para atender situaciones de accidente,
enfermedad o muerte. En 1825 se crearon las asociaciones de oficios o Trade Unions, en las
que los obreros de un mismo oficio, de una localidad, se organizaban para obtener mejores
condiciones de trabajo. Por tanto, con el nacimiento de las Trade Unions hacía su aparición el
sindicalismo.
-La lucha por la participación política: el cartismo. El movimiento cartista tuvo como
objetivo la mejora de la condición obrera través de la vía parlamentaria. Si los trabajadores
constituían la mayoría de la población, se pensaba que reformando la ley electoral se podría
conseguir desde el Parlamento las necesarias medidas de reforma social. Con ese objetivo, en
1838, la Asociación de Trabajadores de Londres redactó la Carta del Pueblo con peticiones de
tipo político, para avanzar hacia la democratización del Estado: el sufragio universal, la
supresión del requisito de poseer propiedades para ser elegido diputado, el voto secreto...
Remitida en varias ocasiones al Parlamento (en 1839, 1842 y 1848), las peticiones de la Carta
fueron continuamente rechazadas.
4. Las teorías socialistas: el socialismo utópico, el marxismo y el anarquismo.
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a) El socialismo utópico.
Se conoce con el nombre de socialistas utópicos a un grupo de teóricos de la primera mitad del
siglo XIX que preconizaban soluciones carentes de sólida base científica, de donde les ha
venido el nombre que se les aplica. La mayoría creía en una pacífica transformación social a
través de la difusión de sus ideas, con la educación y con el propio ejemplo, proyectando la
formación de futuras comunidades, sin hacer uso de la violencia. Contamos, entre los
pensadores, al inglés Robert Owen (1771-1858) y a los franceses Saint-Simon (1760-1825),
Charles Fourrier (1772-1837), Louis Blanc (1811-1882) y Proudhon (1809-1865). Este
último rechazaba al Estado como institución, y al defender la libre asociación de los individuos
contribuyó al desarrollo de las ideas anarquistas. El fracaso de las teorías socialistas utópicas
favoreció la aparición de dos ideologías revolucionarias, denominadas marxismo y anarquismo,
que proponían un cambio de sociedad y establecían cómo se tenía que alcanzar este objetivo.
b) El marxismo o socialismo científico.
Toma el nombre de Karl Marx (1818-1883), quien en colaboración con su amigo Friedrich
Engels (1820-1895), escribió diversas obras que constituyen el soporte teórico de la ideología
socialista. Las de mayor influencia fueron el Manifiesto comunista (1848), y El capital, obra de
Marx, que es la crítica más seria al sistema capitalista.
El primer postulado de la doctrina marxista es su teoría de la lucha de clases. Por un lado, la
clase obrera, el proletariado, formada por aquellos cuya fuente de ingresos procede de su
esfuerzo físico, por otro, la clase capitalista, la burguesía, formada por aquellos cuya
principal fuente de ingresos no procede de la percepción de un salario. Ambas clases, oprimida
y opresora, se encuentran en perfecta lucha, la primera para intentar cambiar el orden
socioeconómico mediante la conquista del poder, la segunda para mantener la estructura
existente.
Al analizar su propia época, Marx trató de averiguar qué mecanismo generaba la explotación
económica del proletariado. En su visión, establecería dos conceptos clave:
-valor añadido: concepto propio del liberalismo económico, para Marx el valor añadido es la
diferencia de precio entre la materia prima y la manufactura obtenida al final.
-Plusvalía: la revalorización del precio de la materia prima tras su transformación esa labor
propia del trabajador; entre la materia prima y el producto elaborado está su trabajo. El valor
añadido es el trabajo del proletariado convertido en dinero.
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Sin embargo, Marx considera que el burgués o empresario sólo entregan trabajador una mínima
parte (salario) de ese valor añadido, y el resto se lo queda como beneficio (plusvalía),
mecanismo de explotación del proletariado.
Para erradicar la explotación del trabajador, Marx defiende que hay que acabar con la
desigualdad y con aquello que la genera: la propiedad privada. Marx afirma que las mismas
contradicciones internas del sistema capitalista conducirán a la revolución obrera, donde los
trabajadores tomarán el control del Estado. Se producirá entonces la dictadura del proletariado,
donde el Estado obrero:
-haga desaparecer la propiedad privada, convirtiéndose el estado en el único propietario.
-Lleve a cabo una política económica planificada.
-Realice un reparto equitativo de la riqueza.
Estas medidas harán desaparecer al sistema capitalista y las diferencias de clases sociales,
teniendo entonces lugar la fase histórica que sigue a la dictadura del proletariado: la sociedad
comunista, donde el Estado se autodisuelve y se establecen nuevas formas de organización
social.
c) El anarquismo.
Se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX y es una alternativa distinta del anarquismo
El anarquismo. Se desarrolla en la segunda mitad del XIX y es una alternativa distinta del
marxismo. Sus principales teóricos fueron: Proudhon, Bakunin (1814-1876) y Kropotkin
(1842-1921). Aunque no tienen una ideología tan definida como los socialistas y dentro de
ellos hay muchas variantes ideológicas distinguiremos varios principios:
a) Rechazo de la propiedad privada y defensa de la propiedad colectivista.
b) No piensan conquistar el poder del Estado como los marxistas, sino que desean destruirlo. Y
establecer una sociedad igualitaria a partir de la libre federación de comunas.
c) El objetivo final era alcanzar la anarquía, una sociedad basada en la libertad individual, en
la propiedad colectiva y en la desaparición de todas las autoridades.
d) los métodos utilizados por los anarquistas para llegar a la anarquía fueron muy diversos, y si
bien la mayoría eran pacíficos otros eran violentos, a través de atentados terroristas (la
“propaganda por los hechos”) contra personalidades y miembros del Estado: asesinato del zar
Alejandro II en 1881, de Cánovas del Castillo en 1897, del rey de Italia Humberto I en 1900…
5. La I Internacional.
En 1864, aprovechando la celebración de una exposición universal en Londres, tuvo lugar en
aquella ciudad un encuentro de delegados de organizaciones obreras del que surgió el acuerdo
de fundar la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida también con el
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nombre de I Internacional. Entre los fundadores figuraba Karl Marx. Inicialmente, parecía que
la AIT estaba llamada a tener una larga vida. A ella se adhirieron sindicatos y grupos obreros
de Francia, Italia, España, Alemania…
No obstante, desde sus orígenes las discrepancias ideológicas entre Marx y Bakunin
contribuyeron a dividir a la AIT en dos corrientes diametralmente opuestas. Ambas perseguían
lo mismo: una sociedad igualitaria a través de una revolución que destruyese el Estado
burgués, pero les diferenciaba el método a seguir para su consecución. Marx estimaba que el
proletariado debería organizarse en un partido obrero para dirigir la revolución hacia la
conquista del Estado. Bakunin, por el contrario, rechaza la formación de partidos obreros y se
muestra partidario de una revolución inmediata contra el Estado, para crear una sociedad
organizada en comunas.
7. La Comuna de París y la disolución de la I Internacional.
La Comuna de París constituye la primera experiencia de un gobierno obrero, influido, en este
caso, por internacionalistas, anarquistas y proudhonianos. Constituida en París en el marco de
la derrota de Francia en la guerra franco-prusiana, durante su breve gestión (marzo-mayo de
1871), adoptó en la ciudad medidas avanzadas, radicales, frente al gobierno francés, recién
constituido, tras el hundimiento del II Imperio francés de Napoleón III, y que no estaba
dispuesto a aceptar que París permaneciera bajo el control de un gobierno revolucionario.
Sus días estaban contados. A finales de mayo, el gobierno francés lanzó un ejército contra la
capital. Los comuneros respondieron con el incendio de varios grandes edificios, entre ellos, el
del Ayuntamiento, y fusilando a los rehenes que tenían en su poder. El ejército se impuso y
aplicó una dura represión: en el acto fueron fusiladas unas 20.000 personas y, más tarde, los
tribunales juzgaron a unos 40.000 insurrectos. La represión también alcanzó a la Internacional,
acusada de haber instigado la insurrección de la Comuna. Imitando al gobierno francés, la
mayoría de los países europeos decidieron declararla ilegal. Sin embargo, la polémica Marx-
Bakunin es la que acabará con la Internacional. La ruptura entre los dos sectores tuvo lugar en
el Congreso de La Haya (1872), donde los bakuninistas fueron expulsados al no aceptar la
estrategia de formar partidos obreros nacionales. La AIT, ya muy debilitada, decidió trasladar
su sede a Nueva York y, en 1876, en el Congreso de Filadelfia acordó su disolución.
8. Los partidos socialistas nacionales y la evolución del anarquismo.
La propuesta de Marx de fundar partidos socialistas obreros para que intervinieran en la
política nacional salió adelante. Así, tras el fin de la I Internacional el movimiento obrero en
Europa se caracteriza por la aparición de partidos políticos y sindicatos de orientación
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marxista. En Alemania, en 1875, se crea el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD); en 1879,
un grupo de marxistas españoles, dirigidos por Pablo Iglesias, fundó el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE); por estos años se crea el Partido Obrero Francés, el Partido
Socialdemócrata Holandés y otro tanto ocurre en Bélgica, Austria, Suecia…; a finales de siglo
se funda el Partido Socialdemócrata Ruso, que pronto se dividirá en dos secciones:
bolcheviques y mencheviques; en Gran Bretaña el “laborismo” es la denominación del
socialismo; así , en 1906 se crea el Partido Laborista bajo el impulso del sindicalismo
británico, las “Trade Unions”.
Si los partidos socialistas crecían, los sindicatos lo hacían más. En 1888, dirigentes socialistas
españoles crearon la Unión General de Trabajadores (UGT); poco después, los socialistas
franceses e italianos fundaron sus propios sindicatos.
En cuanto a la evolución del anarquismo, siguió la práctica de los atentados terroristas contra
las autoridades políticas. Sin embargo, en países como Francia, Italia y España, desde
principios del siglo XX, adquirió una gran importancia el sindicalismo revolucionario
(anarcosindicalismo), abanderado por los anarquistas, donde el objetivo final revolucionario se
lograría a partir de la lucha sindical. En España, en 1911, se fundó la poderosa Confederación
Nacional del Trabajo (CNT), organización sindical anarcosindicalista que surgió como
alternativa radical a la UGT.
9. La II Internacional.
Tras varias tentativas por reconstruir la AIT, en 1889, en París, durante los actos
conmemorativos del centenario de la Revolución francesa, en un congreso donde se dieron cita
representantes de distintos partidos socialistas, se decidió fundar la II Internacional. En él se
acordó realizar una campaña a favor de la jornada laboral de 8 horas para lo que se
organizarían manifestaciones el día 1 de mayo (de 1890, que fue la primera). Los congresos de
la Internacional se convirtieron en foros de debate de cuestiones de plena actualidad. Una de
ellas fue la crisis revisionista, planteada por el alemán Eduard Bernstein; éste defendía, en
contra de las teorías de Marx, que era posible la evolución, gradual y pacífica, del capitalismo
hacia el socialismo, a través de la participación de los socialistas en los parlamentos donde se
conseguían reformas sociales, sin que la revolución proletaria fuera la vía necesaria para pasar
al socialismo. El revisionismo, en fin, estaba contribuyendo a dividir al socialismo entre
revolucionarios y reformistas.
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Otro tema de debate fue el colonialismo, que se veía como una necesidad para la pervivencia
del capitalismo con la consiguiente explotación de los habitantes de las colonias. También
hubo un intento de oposición a la guerra europea, que se adivinaba desde 1900. A pesar de los
acuerdos y las declaraciones solemnes, en agosto de 1914 estallaba la Primera Guerra
Mundial. Los partidos socialistas olvidaron sus postulados pacíficos y decidieron votar los
créditos de guerra y ponerse al lado de sus respectivos gobiernos. Tal hecho terminó
provocando la ruptura de la II Internacional.
ACTIVIDADES DEL TEMA.
1) Comenta el siguiente gráfico.
Producción de hierro en miles de toneladas.
Años G. Bretaña Alemania Rusia
1870 6.059 1.262 360
1890 8.031 4.100 926
1910 10.172 13.111 3.040
2) Lee detenidamente el siguiente texto:
“Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de lucha de
clases.
Libres y esclavos, patricios y plebeyos, varones y siervos de la gleba, maestros oficiales; en
una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente […].
La moderna sociedad burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha
abolido los antagonismos de clase. Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases […]. Hoy,
toda la sociedad tiende a separarse cada vez más abiertamente en dos grandes campos
enemigos, en dos grandes clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.”
Realiza el comentario de este texto consultando y usando la guía y plantilla de comentario de
textos históricos entregadas por el profesor el primer día de clase. Responde a todos los
apartados que aparecen en la plantilla.
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Más textos para comentar.
«En la tarde del viernes, alrededor de las cuatro, un numeroso grupo de revoltosos atacó la
fábrica de tejidos pertenecientes a los señores Wroe y Duncroft, en West Houghton (...), y,
encontrándola desprotegida, pronto se apoderaron de ella. Inmediatamente la incendiaron y
todo el edificio con su valiosa maquinaria, tejidos, etc., fue completamente destruido. Los
daños ocasionados son inmensos, habiendo costado la fábrica sola 6.000 libras. La razón
aducida para justificar este acto horrible es, como en Middleton, el "tejido a vapor". A causa de
este espantoso suceso, dos respetables familias han sufrido un daño grave e irreparable y un
gran número de pobres han quedado sin empleo. Los revoltosos parecen dirigir su venganza
contra toda clase de adelantos en las maquinarias. ¡Cuán errados están! ¿Qué habría sido de
este país sin tales adelantos?» Annual Register, 26 de abril de 1812.
“El Estado es la autoridad, es la fuerza, es la ostentación y la infatuación de la fuerza. No se
insinúa, no trata de convertir: y siempre que lo intenta lo hace con muy mala pata; pues su
naturaleza no consiste en persuadir, sino en imponerse, en forzar. Se esfuerza poco en
enmascarar su naturaleza de violador legal de la voluntad de los hombres, de negación
permanente de su libertad. Incluso cuando ordena el bien, lo perjudica y echa a perder,
precisamente porque lo ordena, y que toda orden provoca y suscita las rebeldías legítimas de la
libertad; (....) La libertad, la moralidad y dignidad humana del hombre consisten precisamente
en eso, en que hace el bien no porque se le ordena sino porque lo concibe, lo quiere y lo
ama”. Bakunin. La Libertad.
“Una mayor división del trabajo permite a un obrero realizar el trabajo de cinco, diez o veinte;
aumenta, por tanto, la competencia entre los obreros en cinco, diez o veinte veces. Los
obreros no sólo compiten entre sí vendiéndose unos más barato que otros, sino que compiten
también cuando uno solo realiza el trabajo de cinco, diez o veinte; y la división del trabajo,
implantada y constantemente reforzada por el capital, obliga a los obreros a hacerse esta
clase de competencia. Además, en la medida en que aumenta la división del trabajo, éste se
simplifica. La pericia especial del obrero no sirve ya de nada. Se le convierte en una fuerza
productiva simple y monótona, que no necesita poner en juego ningún recurso físico ni
espiritual. Su trabajo es ya un trabajo asequible a cualquiera. Esto hace que afluyan de todas
partes competidores; y, además, recordamos que cuanto más sencillo y más fácil de aprender
es un trabajo, cuanto menor coste de producción supone el asimilárselo, más disminuye el
salario, ya que éste se halla determinado, como el precio de toda mercancía, por el coste de
producción. Por tanto, a medida que el trabajo va haciéndose más desagradable, más
repelente, aumenta la competencia y disminuye el salario. El obrero se esfuerza por sacar a
flote el volumen de su salario trabajando más; ya sea trabajando más horas al día o
produciendo más en cada hora. Es decir, que, acuciado por la necesidad, acentúa todavía
más los fatales efectos de la división del trabajo. El resultado es que, cuanto más trabaja,
menos jornal gana; por la sencilla razón de que en la misma medida hace la competencia a
sus compañeros, y convierte a éstos, por consiguiente, en otros tantos competidores suyos,
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que se ofrecen al patrono en condiciones tan malas como él; es decir, porque, en última
instancia, se hace la competencia a sí mismo, en cuanto miembro de la clase obrera.
Karl Marx: Trabajo asalariado y capital. 1849.
“La experiencia ha mostrado ya todo lo que puede producir el trabajo de los niños y la ventaja
que se puede hallar en emplearlos tempranamente en las labores de que son capaces. El
desarrollo de las escuelas de industria debe dar también resultados materiales importantes.
Si alguien se tomase la molestia de calcular el valor total de lo que ganan desde ahora los
niños educados según este método, se sorprendería al considerar la carga de que exonera al
país su trabajo, que basta para subvenir a su mantenimiento, y los ingresos que sus
esfuerzos laboriosos y los hábitos en los que formados vienen a añadir a la riqueza nacional”
William Pitt ante el parlamento británico, 1796.
“En esta fábrica trabajan mil quinientas personas, y más de la mitad tiene menos de 15 años.
La mayoría de los niños están descalzos. El trabajo comienza a las 5:30 de la mañana y
termina a las siete de la tarde, con altos de media hora para el desayuno y una hora para la
comida […]. Los niños, en su casi totalidad, tenían aspecto enfermizo; eran pequeños,
enclenques e iban descalzos. Muchos parecieran tener más de siete años. Los hombres en su
mayoría de dieciséis a veinticuatro años estaban casi tan pálidos y escuálidos como los niños
[…].
Turner Thackrah, CH.: Los efectos de los oficios, trabajos y profesiones, y de las situaciones
civiles y formas de vida sobre la salud y la longevidad. 1832
En el curso de una sola generación, Alemania pasó de ser una colección de estados
económicamente atrasados que formaban un conglomerado político en el centro de Europa, a
constituir un imperio unificado de rápido avance gracias a una industria en acelerada expansión
y fundada sobre una adelantada base tecnológica. Esta transformación, al estar acompañada por
un recurso deliberado a la fuerza militar como instrumento de política nacional y por un
nacionalismo exacerbado, representó un acontecimiento de importancia histórica capital (...).
Las circunstancias dominantes antes y a lo largo del proceso de surgimiento industrial alemán
confirieron al capitalismo de este país sus rasgos específicos. Estos incluían, hablando
someramente, una alta concentración del poder económico en las industrias avanzadas, una
asociación estrecha entre industria y bancos, así como la combinación de una estructura
institucional tradicional y arcaica con las formas políticas separadas, con sus propios sistemas
legales, monetarios, de pesos y medidas, y con sus propias fronteras aduaneras.
T.KEMP.