historia de las hermandades y cofradías de lora del río

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HISTORIA DE LAS HERMANDADES Y COFRADIAS DE LORA DEL RIO PROLOGO Jesús Miguel Palo mero Páramo EDITAN Agrupación Cultural "Amigos de Lora" Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Lora del Río. Con la colaboración de la Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla

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Autores: Luis Javier Cava Cepeda y Fernando Quiles García. Prólogo: Jesús Miguel Palomero Páramo. Biblioteca de Temas Loreños 1989

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Page 1: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

Luis Javier Cava Cepeda - Fernando Quiles García

HISTORIA DE LASHERMANDADES Y COFRADIAS

DE LORA DEL RIO

PROLOGO

Jesús Miguel Palo mero Páramo

EDITANAgrupación Cultural "Amigos de Lora"

Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Lora del Río.

Con la colaboración de la Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla

Page 2: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

C.IF G-411948'O

HISTORIA DE LASHERMANDADESY COFRADIAS

DE LORA DEL RIO

PROLOGO

Jesús Miguel Palomero PáramoBIBLIOTECA DE TEMAS LOREÑOSLORA DEL RIO 1989

Page 3: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

Editan: Agrupación Cultural "Amigos de Lora".Delegación de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Lora del Río.

Con la colaboración de la Obra Cultural del Monte de Piedad y Caja deAhorros de Sevilla.

Impreso en España Printed in Spain

En 1677, uno danalista don Diego Gcomo "grandezas" dInostalgia el pasadotiempo la decadencicciales de sangre, peapoyar el narcisismcdentro. De ahí que i~frecuenta la religiosita puede explicar endespués, Sevilla sigu.sacralizada de Espaisu Semana Santa.

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RESERV ADOS LOS DERECHOSLas noticias, asertos y opinio-

nes contenidas en este trabajo son dela exclusiva responsabilidad de su au-tor. La Agrupación Cultural "Ami-gos de Lora" y la Delegación de laConcejalía de Cultura y Educacióndel Ayuntamiento de Lora del Río,junto con la institución que ha cola-borado en la presente edición, sóloresponden del interés científico de lapublicación.

NOVIEMBRE - 1989

Dibujos: Manuel Nuño Heredia

Fotografías: Angel García- Villaraco Gómez (Portada) y Fernando Quiles García (Páginas 45, 53, 70,83,85, 89, 95, 109 Y 113). También de las colecciones del Consejo de Cofradías de Lora (51), dedoña Luisa Cepeda Carmona (68) y de don Rafael Morales de las Heras (57)

Fotocomposición, fotomecánica e impresión: Imprenta SAND.

Depósito Legal: SE - 50 - 1990

ISBN: 84 - 404 - 6.055 - 4

Imprenta SAND - 439 35 58 - CAMAS (Sevilla)

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PROLOGO

En 1677, uno de los más influyentes historiadores de la cultura sevillana, elanalista don Diego Ortiz de Zúñiga, calificaba a las cofradías de sangre hispalensescomo "grandezas" de la ciudad. Desde su atalaya barroca, Zúñiga había trazado connostalgia el pasado glorioso de la "Sevilla americana" y, al percibir ya en sutiempo la decadencia que asfixiaba a la ciudad, encontraba en las cofradías peniten-ciales de sangre, pero también en las de luz, uno de los escasos soportes dondeapoyar el narcisismo que, aún en los largos períodos de crisis, todo sevillano llevadentro. De ahí que invitara a propios y a extraños a contemplar las estaciones quefrecuenta la religiosidad hispalense y los cultos que realizaban, "pues sólo la vis-ta puede explicar en modo superior a todo lo mostrable en palabras". Tres siglosdespués, Sevilla sigue siendo una "Ciudad-Cofradía" y la urbe contemporánea mássacralizada de España, según se percibe en su mobiliario callejero y en los días desu Semana Santa.

Llegados a este punto, cabria preguntarse, si en el resto de las villas y pue-blos andaluces que constelaban en el Antiguo Régimen el Reino Hispalense y suArzobispado, incluidas aquellas poblaciones que, como Lora del Río, dependía po-litica y religiosamente de la Orden de San Juan de Jerusalen, gozaban también lascofradías del mismo prestigio y popularidad que admite Zúñiga con respecto a Se-villa. La segunda pregunta que conviene formularse es si las pautas sevillanas im-primieron carácter, y las hermandades y cofradías fundadas en las márgenes delGuadalquivir se conforman a imagen y semejanza de las metropolitanas. Don LuisJavier Cava Cepeda y don Fernando Quiles Garcia responden afirmativamente aeste doble interrogante en las páginas que siguen al demostrar de maneradocumental cómo el modelo sevillano se extiende e impone en las Hermandadesde Lora del Río, regulando el articulado de sus reglas estatutarias, la composicióny el orden del cortejo, el itinerario procesional, la indumentaria de los nazarenos yhasta inspirando las fórmulas artísticas de la imaginería devocional.

A continuación, los autores confeccionan la nómina de las distintas Herman-dades y Cofradías que han existido y existen en Lora. Como base para realizar esteestudio han utilizado dos fuentes: el copioso material inédito procedente de las ri-cas secciones de "Justicia" y "Hermandades", depositadas en el Archivo del PalacioArzobispal de Sevilla, y la inapreciable información que suministran las actascapitulares, del Archivo Municipal loreño. Manejando adecuadamente estadocumentación han perfilado, con objetividad y desapasionamiento, las luces ysombras seculares que cada una de estas corporaciones han tenido desde que se

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fundan hasta que se extinguen. Comentan sus pleitos, narran las dotaciones defiestas y detallan las fuentes de ingresos y sistemas de financiación que sus juntasde gobierno utilizaron en el pasado y en el presente para subvenir los enseres conque realizan el culto público. Tampoco olvidan que, tanto la capilla donde residela imagen titular como el acto de la procesión, son a la vez fenómenos públicos eíntimos, pues allf concurren fieles para dialogar con su advocacián predilecta yentablar conversación con otros hermanos y con ellos mismos.

Dada la importancia emblemática que tiene para Lora la Virgen de Setefilla,no puedo silenciar en este prólogo la inequívoca relación formal que tuvo el"atrio" y la "capilla abierta" construidos delante de su primitiva ermita, con la ar-quitectura misional desplegada en el siglo XVI por los frailes en América para rea-lizar la conquista espiritual de las Indias. En la visita pastoral girada a la antiguaermita de Setefilla en 1568, el informante declara: "Por la parte de fuera de la di-cha yglesia, por anbos lados, y por la delantera de la puerta donde está la canpana,está cercada de unos portales con unos arcos de ladrillo, y en el pórtico questájunto e yncorporado con la dicha casa del santero, está hecho un altar de ladrillodonde se dize mysa las fiestas principales, y encima del dicho altar, en la pares,está de pincel pintado el mysterio de la Encarnacián de Nuestro Sennor Jesucrito,y el suelo del dicho portal está ladrillado, y a la redonda del dicho altar están he-chos unos poyos de ladrillo para asiento". Durante las grandes celebraciones, elclero de Setefilla acudió, pues, a la misma solución que utilizaron los misionerosen América para que las grandes masas de indígenas, que no cabían en el interiorde los templos, pudieran escuchar la misa al aire libre: una capilla abierta,encarada al atrio.

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Mifelicitación debe de ser doble. En primer lugar a los autores, que con estacontribución bibliográfica aportan un jalón más al conocimiento de la fecundareligiosidad popular andaluza. Pero también quiero extender este apartadogratulatorio a la Agrupación Cultural "Amigos de Lora" y a la Concejalía deCultura de su Ayuntamiento, que ha corrido con la edición de la obra, tanto máscuando trabajos como este ayudan a conocer y divulgar la riqueza artística y elpatrimonio inmaterial de un pueblo que, al comenzar su inicial por la letra "L" seviá privado de figurar en el ejemplar y modélico Catálogo Arqueológico yArtístico de la Provincia de Sevilla, elaborado alfabéticamente y paralizado, en1955, en la letra "H".

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ACERCA DE LOS ORIGENES

Con los términos cofradía y confraternidad, lo mismo que el de her-mandad, derivados del latín confrater, en sentido amplio se define la "con-gregación de algunas personas que viven como hermanos con leyes particulares pa-ra ejercitarse en cierto ministerio" (1). Muchas han sido las asociaciones que hanexistido desde la Antigüedad con este contenido y que atendían a estos nombres.

Para la iglesia católica la cofradía es "una congregación, asociación o reuniónde personas, que con leyes o estatutos particulares autorizados competentemente,mirándose y tratándose como hermanos, tienen por objeto el ejercicio de actos pia-dosos para mayor culto de Dios, de la Santísima Virgen y de los Santos, y el apro-vechamiento espiritual de los fieles" (2). He aquí las coordenadas sobre las que sedesarrolla la historia de las mismas. Las HERMANDADES se ocupan de la pro-moción de la piedad y devoción a las imágenes (MOTIV ACION ICONOFILICA),a través de diversas vías, con abundates muestras de culto externo (pROCESION).

MOTIV ACION ICONOFILICA

Por este término entendemos la simpatía o inclinación hacia las imágenes,móvil que es connatural a los seres humanos. Desde la infancia de la historia delhombre hay atisbos de ello: quedan restos de lo que serían muestras de actividadesvinculables a cultos idolátricos en extremo arcáicas, así son abundantes las figuri-llas de pizarra del Calcolítico que, en virtud de las formas adquiridas y los usos da-dos, se denominan ídolos placas. Con sus rasgos tan sumarios parecen ser re-presentaciones solares. En la raíz de todo ello está la realización de un proceso dehumanización de la divinidad que tal vez pudiera ser un hecho consumado y confir-mado por la existencia de estas rudimentarias formas (4). De todos modos tal vezsea atrevido especular sobre la verificación de este extremo en época tan temprana.

Un hito importante en el proceso formativo de estas actitudes tuvo lugar enel sur peninsular durante la protohistoria, más concretamente durante los siglosVII y VIII antes de Cristo, cuando el pueblo tartesio estableció contactos comercia-les con los fenicios; no sólo agilizaron la vida mercantil de los indígenas, sinoque además enriquecieron su vida espiritual con los modos orientales. En especialfue vivificadora la influencia de los tirios con sus aportaciones icono gráficas. Elantropomorfismo de los dioses es ya patente con la existencia de algunos comoMelkart, Astarté o Baal (5). Es interesante señalar que priman los que cuidan de la

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protección de las diversas poblaciones (Baal), o posibilitan la fertilidad, comoAstarté. De ésta existe una figura tipo asirio, datada en los siglos VII y VIII Yatribuida al yacimiento del Carambola (Sevilla, mediados del VI), que la represen-ta con una inscripción a los pies con ·la siguiente invocación: "a nuestra señoraAstart-hr, pues ella escuchó la voz de sus plegarias"(6).

También vinculado a la fertilidad está Adonis dios de la vegetación cuya resu-rrección celebraban los sirios en diversos puntos del mundo romano, entre otros laciudad de Híspalis. Las fiestas de este numen, las Adonías, tenían lugar aún enel tercer siglo de nuestra era, y entre otras actividades incluían la exposición deuna imagen de Salambó, en unas andas, por las calles de la población. El influjooriental en la religión romana es un hecho, fruto de ello es el enriquecimiento delas formas expresivas.

En el panteón romano hay unas figuras que nos resultan de especial interés:las de los dioses del hogar, manes y lares, aquéllos que protegían a la familia.Tal vez se les pudiera ver como la prefiguración de los santos patrones.

Durante los últimos años de la era romana se llevaron a cabo varios ho-locaustos o sacrificios en masa en los que perdieron la vida multitud de fieles de laincipiente iglesia cristiana. Son los primeros mártires a los que rendir homenaje.

Con la aparición del cristianismo y la supresión del panteísmo se propicióuna sociedad que con el tiempo vio cubierto su horizonte espiritual de múltiplesdevociones. En los primeros años del cristianismo Dios y en alguna medida el res-to de la Trinidad conservaron la preminencia en el rito. En cambio con el paso delos años, la multiplicidad de necesidades, el aumento del número de creyentes, asícorno el de mártires a los que recordar, aparecieron una gran cantidad de figuras sus-ceptibles de adoración, solapables -cuando no sustitutivas- a la de Dios. Cada co-munidad de vecinos quedó acogida a la protección de un santo o santa que adquirie-ron el patronato de la misma.

El concilio de Elvira (Granada), organizado por la iglesia en tiempo de los vi-sigodos, en uno de cuyos cánones se indica la necesidad de abandonar el culto a lasimágenes en las iglesias, parece que no tuvo relevancia y "hay que reducirlo a suauténtico valor, que fue poco, como pequeña fue la importancia del concilio" (7).No obstante es un claro indicio de lo que por entonces preocupaba a la Iglesia losritos cristianos, coincidentes con los paganos en cuanto a su afinidad idolátrica.

Con el cambio de dueños del solar peninsular, tras el período musulmán, hayuna necesidad de incentivar a los novohispanos a la asimilaicón de las creenciascristianas y al abandono de los ritos paganos y supersticiosos. En los primerosaños de esta transformación, en nuestras tierras meridionales, sobre todo durante elsiglo XIII, la Iglesia se convierte en "un instrumento que refuerza la solidaridaddel grupo" (8). La sociedad que se está constituyendo necesita de esa cohesión. Talvez la presencia de una imagen sagrada sea lo que más fuerza motivadora posea. In-cluso el atractivo de las mismas adquiere vigor merced a actos milagrosos y a ex-traordinarias apariciones.

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El Concilio de Trento ocupa un lugar destacado en la impronta de este cultoa las imágenes, puesto que en la lucha contra la heterodoxia protestante hizo unamplio uso de las mismas. En la sesión del 3 de diciembre de 1562, la última, seaprueba un Decreto sobre las imágenes en el que se prohibe las que no estén con-forme a las Sagradas Escrituras, y que no sean comprensibles y claras para el cre-yente. Se toma al arte como un gran aliado propagandístico. Así quedan definidaslas formas de devoción con las representaciones de Cristo, la Virgen y los Santos.Sin embargo, lo que fue la moderación conciliar se trasformó en exaltación en épo-ca inmediatamente posterior del Barroco.

Durante el siglo XVII, además de tener estos problemas espirituales, nuestropaís fue castigado con la penuria material provocada por una grave crisis econó-mica, "la historia parece detenerse, cobrar un ritmo distinto a la centuria, vital yoptimista" (10). Y ya se sabe que cuando se tienen necesidades puramente munda-nas se subliman con las prácticas espirituales. Por todo ello, ahora más que nun-ca, se acude al auxilio de la religión, cobrando mucha fuerza el recurso a los San-tos (11).

Desde entonces no han habido grandes cambios en estas actitudes, puesvivimos unos tiempos en los que en la iglesia católica siguen vigentes estas for-mas. Podemos pensar que las mismas son debidas a la mentalidad de los católicosdurante los siglos de Oro.

CULTO EXTERNO: LA PROCESION

Bermejo deriva esta palabra de verbo latino procedo, que se aplica al "mar-char o pasar adelante, al acto en que son conducidas o llevadas las Sagradas Imáge-nes con pompa y solemnidad; ora públicamente por las calles y plazas de una po-blación; ora privadamente, o sea, por el interior de un templo; ... " (12). En este re-corrido se intercalan las estaciones. Con dicha palabra, que proviene de la latinasto, se "indica el término, templo o paraje adonde se dirige una procesión, y en elque hace parada para la práctica de algún acto o ceremonia." (13)

También tiene este acto un origen remoto. Ya más arriba hemos comentadouna de las que se llevaban a cabo en la Antigüedad.

En su formación intervinieron dos factores: la disciplina pública y la exposi-ción de un motivo de interés general.

La disciplina es de un uso muy antiguo. En 1218 en el hospital de San Galoy al año siguiente en el de San Pancracio, ambos de Florencia, se erigieron confra-ternidades que practicaban la disciplina pública, las Ordo de Penitencia, for-madas por penitentes voluntarios (14). En España se tienen las primeras noticiasdel año 1100, cuando el obispo Gregorio de Ostia solicitó la clemencia divina enla erradicación de los efectos de una perniciosa plaga de langosta con la imposi-

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ción de las primeras procesiones de sangre (15). Pero como hemos señalado másarriba, es tras el concilio de Trento cuando se regularizan estos usos, reflejados en"unos modos de sensibilidad emocional y extrovertida, que hallaron efectivoacuerdo y expresión en la procesión pública como acto de devoción" (16).

Comenzaron siendo recorridos de rogativas y acabaron como espiatorios, so-bre todo a impulsos de San Vicente Ferrer-que visitó Sevilla en 1408-. Entoncesadquieren las procesiones características pasionarias en memoria de la muerte de Je-sucristo. De ahí que el recorrido penitencial coincidiera con el Vía Crucis. Cuandolas corporaciones religiosas adquieren sus auténticas formas se van fijando en el re-corrido unas paradas o estaciones. Finalmente en la Cuaresma de 1521 se intro-duce una nueva práctica: el Vía Crucis a la Cruz del Campo. El primer Marquésde Tarifa, tras una visita a Tierra Santa en 1519, concibe la idea de trasladar a Sevi-lla un recorrido similar al que realizó Jesús camino del Calvario. Desde su pala-cio, que desde entonces se llamará "Casa de Pilatos", hasta casi un kilómetro, se-ñala doce estaciones. En este hecho se ve el origen de las procesiones de la Sema-na Santa sevillana (17).

Hasta ahora sólo los penitentes participaban en los paseos procesionales. Talvez llevaran un simulacro simbólico o algún crucifijo. Pero el paso definitivo seda con el porteo de los misterios e imágenes sagradas en andas, una innovaciónque le da un sentido triunfalista al fenómeno ritual. Julián Gallego acertó a verque las procesiones "derivan en parte de los triunfos paganos, pero también deltransporte del Arca de la Alianza en la Biblia" (18).

La utilización del paso se introduce en el siglo XVII. No es más que una fi-gura que, como su nombre indica, se vincula al teatro (18): escenificaciones de his-torias bíblicas que recorren las calles. "Y es que en el Barroco como para la socie-dad actual, la presencia del paso en la calle, entremezclándose con el gentío y con-fundiéndose con el pueblo, crea una sobrerrealidad que conmueve a los fieles,espectadores de una tragedia ya conocida, que se estremecen ante la angustia de lasDolorosas, se indignan ante los sayones que azotan a Cristo y la presencia dePilatos, sobrecogiéndose ante los Cristo s Expirantes." (19)

Las andas con una representación de Jesucristo, la Virgen o de una historia bí-blica, se asemejan a aquellos carros teatrales que circulaban por las calles de algu-nas ciudades durante las fiestas más populares. Claro que con las normas propiasdel arte barroco acaban convirtiéndose en auténticos retablos ambulantes (20).

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HERMANDAD Y CONFRATERNIDAD

Un tercer elemento que podemos apuntar como significativo en el origen delas actividades cofradieras es el de la actitud gregaria. Ya sea en función de mo-tivaciones piadosas, ya gremiales o laborales.

Respecto al primer caso, hablamos de la reunión con unos intereses comunesalrededor de una imagen, sobre todo en función de unos cultos. No insistimos so-

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bre este asunto del que ya nos hemos ocupado más arriba.En relación al segundo presupuesto, la cofradía con sus connotaciones gre-

miales hunde sus rafces en la plenitud medieval.Ya en la primera mitad del siglo XII, en los estados hispano-cristianos, se

constituyeron las primeras asociaciones de oficios en forma de cofradía o herman-dad, es decir como "asociación voluntaria y libre con finalidades piadosas de benefi-cencia, previsión social, auxilio y cooperación mutua entre sus miembros o co-frades, unidos bajo la protección de un Santo Patrono." (21) En el caso sevi-llano, a raíz de la conquista de la ciudad se crearon las primeras asociaciones de me-nestrales. Los artesanos, una vez que formularon sus ordenazas profesionales y la-borales con la supervisión de autoridades internas, comenzaron a funcionar en cor-poraciones (22). En Sevilla, según el modelo de Toledo, donde ya existían cofra-días o mesteres profesionales en el siglo XIII, se establecen las primeras agrupa-ciones durante la misma conquista de la ciudad (23).

Como hemos visto, dentro de las funciones de estas comunidades estaban lasaxistenciales. Era habitual la posesión de un hospital que quedaba bajo la advoca-ción del santo patrón del oficio. En este recinto quedaban cubiertas también las ne-cesidades espirituales con los cultos que se oficiaban en la capilla en honor a di-cho protector. No hay más que un paso de esta devoción y la salida procesional.Al final se pierden las motivaciones puramente laborales y quedan las religiosas.

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ORDEN INTERNO: JERARQUIA y REGLAS

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Los oficiales, sobrsos días. Las hermandaresma, generalmente elmer día del año o el dí:

JERARQUIA

Es indiferente para el tipo de cofradía que sea, ya de gloria como de peniten-cia. En cambio existe una evolución que se evidencia notablemente en las desinen-cias de las corporaciones de los siglos XVI a XIX.

En Lora durante el siglo XVI, como queda atestiguado a través de las reglasde la Vera Cruz, la oficialfa se elige de entre los hermanos mayores, que oscilanalrededor de los doce. Son dos mayordomos, dos alcaldes, cuatro diputados,un escribano y un muñidor.

Los mayordomos, máximos responsables de la corporación, son el de fá-bricas, y el de llbrete. El primero queda al cargo de la organización de la mis-ma, en especial de las cuentas; mientras el de librete, también llamado de túni-cas, está comisionado para la provisión y cuidado de la indumentaria. Los alcaldestienen el encargo de ejecutar las decisiones de los mayordomos. Los diputados decuentas, que en el siglo XVII pasan a ser dos, tienen la obligación de supervisar yhacer cumplir los presupuestos. El escribano ha de asentar en sus libros las deter-minaciones que se hayan tomado, así como apuntar a los nuevos hermanos. Elmuñidor, como su nombre indica, es el que tañe la campana avisando a los herma-nos de cualquier tipo de reunión o llamamiento. Un oficio que se nombra en estosmomentos y no aparece citado más es el de prioste, que es quien posibilita el ade-centamiento de la capilla.

Durante el siglo XVII apenas hay cambios, al igual que sucede durante granparte del XVIII. Sin embargo a la mediación de éste unas nuevas disposiciones es-tablecen un cambio en la distribución de los cargos. Tomemos el ejemplo de la re-gla de Santa Lucía, del año 1754. En ella se observa, en primer lugar, que ha ga-nado en importancia el papel de los hermanos mayores. Estos no han de excederlos doce. El único mayordomo que subsiste ocupa ahora un lugar más destacadosi cabe. A su lado aparece el prior: como otra de las principales autoridades. Si aéste le compete el convocar a los hermanos, cantar la misa en el día de la fiesta dela Santa y acompañar y gobernar durante la procesión; a aquél ocupa el cobrar lostributos, llamar a los hermanos para que asistan a la festividad de la Santa, nom-brar a los encargados de portear las imágenes, cuidar de los ornamentos y supervi-

. sar las cuentas y demás papeles de administración y organización.. Aparece por primera vez en estas ordenanzas el cargo de camarera, que será

REGLAS

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Las constitucionestrices:

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adjudicado a "una muger honesta". No hay indicaciones sobre si se encarga devestir a las imágenes, sólo se dice que "habrá de guardar los vestidos de hambosSantos en una arca zerrada".

Años después, a raíz de nuevos ordenamientos, aparecen más modificacionesen el reparto de los cargos de las cofradías. De este momento conocemos los deMaría Santísima del Rosario (1791). El primero de la corporación es el hermanomayor, junto a él, dedicado a la dirección espiritual, el padre director; habrátambién dos celadores, un secretario y un muñidor. Otros hermanos de ciertapreponderancia son los diputados.

Los oficiales, sobre todo los de más responsabilidad, son elegidos en diver-sos días. Las hermandades de penitencia suelen llevar a cabo las elecciones en Cua-resma, generalmente el Domingo de Ramos; las otras, en cambio, prefieren el pri-mer día del año o el día del Santo de su advocación.

REGLAS

Para el orden y el buen gobierno de las cofradías no sólo es preciso la presen-cia de una junta rectora, también han de observarse unos reglamentos; en todas lascofradías debe existir un ejemplar de estos estatutos. Para su elaboración o modifi-cación tiene que contarse con el acuerdo unánime de todos los hermanos, obtenidoen cabildo general o abierto, previa propuesta del mayordomo o equivalente. Elsecretario o escribano debe realizar las anotaciones necesarias. La aprobación delVicario y Visitador General es un requisito obligado, aún en el caso de que sólo serealicen leves modificaciones. Para esto la Iglesia lorefía simpre se ha mostradomuy celosa. Una vez obtenido el visto bueno de la máxima autoridad eclesiásticaes de rigor el observar y guardar las reglas escrupulosamente,"sin eceptar cosa al-guna y en virtud de sancta obedienncia, y sopena de descornunión mayor" (regla deVera Cruz).

Al presente sólo conocemos un escaso número de reglas. De ellas la más an-tigua es la de la Vera Cruz, de 1555, con modificaciones posteriores. Consta de45 capítulos. De principios del siglo XVII es la del Santísimo Sacramento. A lolargo de esta centuria no llegan a presentarse más reglas, en cambio la siguientees rica en este tipo de suceso. De 1754 es la de Santa Lucía, una de la más breves,de 15 capítulos, que pretende ser una rememoración de la primitiva de fines delXVI. Le sigue las del Carmen de 1774, renovadas en 1791 por efecto del decretode Carlos III. Del mismo año son las del Rosario.

Las constituciones cofradieras apenas presentan variaciones en sus ideas direc-trices:- Sobre los oficiales y demás hermanos. Han de sefíalarse los diversos

cargos directores. Su forma y fecha de elección; declarando las disposicionespertinentes para celebración de cabildos. Cometido de cada uno de estos oficia-les. También tienen que explicitar la forma del recibimiento o admisión de los

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nuevos hermanos, así como sus obligaciones.Sobre las fiestas y procesiones. Precisan las festividades propias decada hermandad, fijando las fechas. En caso de ser de penitencia, estipulan lafecha y hora de la procesión, la forma en que se ordena, el recorrido; también laindumentaria, obligaciones de los nazarenos, ete.

- Sobre la asistencia a hermanos. Es muy importante la faceta asisten-cial de la cofradía, de la que se ocupan gran cantidad de capítulos. No sólo seprotege al hermano, ayudándosele en momentos apurados, sino que se le acom-paña en sus últimas horas, e incluso una vez fallecido se escolta su cuerpodifunto a la tumba. Estas ayudas se hacen extensibles a sus familiares.

- Sobre la clavería. Una saneada administración es para una hermandad laúnica forma de asegurar su subsistencia. Por ello las reglas son rigurosas a lahora de fijar las modalidades de pagos. Señalan las cuotas de ingreso, las limos-nas, los sueldos de los colaboradores, y, sobre todo, las penas impuestas porincumplimiento de las obligaciones

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Ante todo, aclaremvinculándose exclusivan

EL ITINERARIC

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LA PROCESION

De los cultos de las hermandades, el puramente externo es el que más las defi-ne. No se pueden entender las actividades cofradieras sin un público enfervorizadocomo protagonista. Estas muestras de extroversión de vida espiritual es afín a to-das estas instituciones. A veces se considera la actividad discursiva, la procesión,en general, y la estación de penitencia, en particular, como la culminación de losritos de las diversas corporaciones.

Ante todo, aclaremos que la estación de penitancia es la procesión que acabavinculándose exclusivamente a la Semana Santa.

EL ITINERARIO

El establecimiento de un recorrido "oficial" tiene lugar, según parece, con laprocesión del Corpus Christi, antes de mediados del siglo XVI. En él se señalancinco estaciones, según se regula mediante una bula. A su imitación otra de las"venerables", la de la Vera Cruz, incluyó en sus reglas dicha estación. En su ca-pítulo XV observa que circule "saliendo desde sancta cruz por la roda arriba, dandobuelta por cal de cabras y barrio de abila a dar a san ylifonso, y entrar por la puer-ta mayor, y saliendo por la menor, y venir a dar a sancta maria entrando por lapuerta de los naranjos y saliendo por la mayor, y por la calle de sant juan a dar asant bartolome, e despues a sancta cruz ... " (24). Entendemos que éste era el itine-rario que estuvo vigente para todas las demás cofradías de penitencia, aunque va-riando el inicio y final de las cinco estaciones. Aquéllas que tenían sus sedes entemplos de extramuros debían de acudir, en primer lugar a la iglesia mayor, desdedonde se comenzaba el recorrido callejero.

Había una serie de cambios esenciales para las de gloria. En primer lugar noobservaban el sentido penitencial de las cuaresmales, con ello se comprende queno debían concurrir a la vía de las cinco estaciones. Por otro lado procuraban unamayor sobriedad en sus formas externas. Habitualmente realizaban procesionesclaustrales alrededor de su propia capilla. Ello no obsta para que llevaran a cabo re-corridos por las calles del pueblo. Tanto si la hermandad tenía su asiento en laiglesia mayor como si no, ésta era la cita generalizada. O bien comenzaban su re-corrido a partir de ella, como sucede con la de Santa Lucía, que viste a sus imáge-nes en el templo mayor, o bien hacia ella dirigían sus pasos, como resultaba con

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COMPOSlClON y REGULAClON

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Las im ágenes decad.día, lo mismo de gloriapenitencia, eran paseadaandas. Al principio prinsobriedad. Se hacía usotabla o un castillete cc(Setefilla y el Rosariobién cuando la ligerezaletía era llevada sin más; eso del crucifijo de Veruna imagen de pasta deviandad. Mas bien pronupezó a usar la parihuela (niguetas. Adoptando laforma que tienen en ladad los pasos, aunque deducido tamaño. Iba llevcuatro peones, uno por enigueta, recayendo el ~bre los hombros. Parael descanso cada porteavaba una horquilla sobndescansaba su viga. illiLas andas tenían la medi

la de Setefilla. La visita completa al pueblo se giraba el día del Corpus, cuandolas diferentes confraternidades acompafíaban con sus imágenes titulares al Santísi-mo Sacramento.

DlA Y HORA

Como es lógico las cofradías de penitencia tenían fijados sus recorridos enlos días jueves y viernes santos. Nunca fueron hábiles para ello otros días de la Se-mana Santa. Durante el jueves, el único día que durante siglos se empleó para es-tas procesiones, comenzaban las salidas a la hora de tinieblas, ya próxima la no-che. En cambio, el viernes lo hacían por la mañana. Un caso especial era el delCristo resucitado que a principios del siglo XVII salía las mañanas del domingoque cerraba la Samana de Pasión.

Las procesiones de las de gloria tenían lugar el día de su titular; el del Cor-pus, el domingo de la octava y de la infraoctava. Las salidas ocasionales sólo de-pendían de las necesidades: cada vez que alguna catástrofe se abatía sobre el pue-blo, o bien en acción de gracias y desagravio (25). El viático y el acompañamien-to de hermanos difuntos obligaban a la organización de algunas procesiones; sien-do especial la del Rosario, que entre sus intenciones estaba el rezo de sus estacio-nes.

En caso de ser cofradía de gloria el cortejo que acompaña al santo o santa desu devoción está formado por los hermanos con velas o faroles, ocupando lugarpreminente la Junta Directiva. Al frente va la llamada "Cruz Grande" acompañadadel muñidor. Otra insignia fundamental es el estandarte.

Más rica era la parafernalia de las procesiones cuaresmales. La formaciónmás primitiva es la que señala la regla de la Vera Cruz en 1555. Los dos cofradesmás antiguos llevan sendas cruces con símbolos de la pasión. Uno de ellos va a lacabeza del cortejo y otro al final con la clerecía. Este último podía llevar un cru-cifijo. La cruz parroquial va a la mitad.

Los dos alcaldes y diputados más antiguos llevan una vara de la altura de unhombre, con una cruz terminal y escudo pasionaria. El bastón es de color rojo,contrastando con el verde de las velas. Los poseedores de estas insignias dirigen elrecorrido.

También al principio va un pendón negro con una cruz roja con los motivosde la Pasión. La lleva uno de los mayordomos. Le acompañan tres hachas. Trasellos los hermanos disciplinantes, entre los que se distribuyen los de luz. La únicaimagen que lleva la cofradía en este año es el crucifijo; va al final, porteado por eloficial más viejo y seguido de los clérigos de la iglesia mayor cantando salmos.

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A lo largo del siglo XVII hay un enriquecimiento, con un aumento de las in-signias y la aparici6n de las andas con figuras o misterios pasionales. Porejemplo, la misma Vera Cruz a principios del XVIII ya contaba con la campanita,la trompeta, el estandarte, la Cruz de los Martirios o de las Toallas, y hasta cuatrofiguras, a saber, la Santa Vera Cruz, el Santo Cristo de la Columna, la Virgen ySan Juan. La de Jesús Nazareno, más ostentosa, dividía sus filas con más insig-nias aún. Comenzaba por la campanilla y la Cruz de Jerusalén -la actual cruz deguía-, a ésta acompañaba los bastones de mando, a continuaci6n el primer estan-darte acompañado de hachas, el Senatus y más bastones; seguían las primeras an-

das con el Cristo iluminado con r==hachas;el estandarte segundo da - 1ba paso al tramo de la Virgen,en el que iba Esta acompañadade hermanos de luces, tras EllaSan Juan y la Ver6nica con fa-roles. El estandarte tercero ibapróximo a la Mujer Ver6nica, ycomo en los demás tramos ce-tros y bastones de mando.

Las im ágenes de cada cofra-día, lo mismo de gloria que depenitencia, eran pasead as sobreandas. Al principio primaba lasobriedad. Se hacía uso de unatabla o un castillete con asas(Setefilla y el Rosario); tam-bién cuando la ligereza lo permi-tía era llevada sin más; es el ca-so del crucifijo de Vera Cruz,una imagen de pasta de gran li-viandad. Mas bien pronto se em-pezó a usar la parihuela con ma-niguetas. Adoptando la mismaforma que tienen en la actuali-dad los pasos, aunque de más re-ducido tamaño. Iba llevada porcuatro peones, uno por cada ma-nigueta, recayendo el peso so-bre los hombros. Para facilitarel descanso cada porteador lle-vaba una horquilla sobre la quedescansaba su viga. (Dibujo 1).Las andas tenían la medida justa

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INDUMENTARIA

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para acoger con holgura a la imagen. Estas llevaban poca decoración tallada, sólocintas o guilnardas; además de los faldones. Se comprende la simpleza de estetransporte a la vista de los precios que alcanzan: no sabemos de ninguno que hayasuperado los treinta reales, siendo lo más caro el tejido de lujo que se emplea enlos faldones.

Suelen comentar los historiadores que los pasos tal como en la actualidad secontemplan vienen del siglo XVII. Para Lora sabemos que en 1601 fue ejecutadoun Cristo resucitado con su correspondiente peana moldurada. Sería una parihuelasin más. Pensamos que como muy pronto hasta principios del XVIII no se em-pleó la canastilla tal como hoy la conocemos, bien que siguieron siendo más usua-les las andas primitivas.

Con el discurso de los años el paso se va enriqueciendo, distribuyendo sobresu superficie escenas bíblicas o de vidas de santos; se convierte en un instrumentoque facilita el adoctrinamiento de los fieles.

Para la salida todos los hermanos tenían que acudir al templo, presentándoseante el escribano que tomaba nota de la asistencia. Antes de realizar la estación depenitencia habían de confesar y comulgar, debiendo aprovechar la ocasión paraolvidar cualquier tipo de rencilla.

Acabada la estación se disponían hasta seis lebrillos donde los disciplinanteslavaban sus heridas. Para ello contaban con la ayuda de algún cofrade de luz. Encada recipiente había vino yagua con hierbas como: arrayán, laurel, rosas, violetay romero. También se contaba con el servicio de "algún vino y alguna cosa quecoman [los cofrades] para alguno que desmayare." En ambos casos todo corría porcuenta de la hermandad.

El caso más significativo es el de los nazarenos que formaban los cortejos delas estaciones de penitencia. En los demás casos no parece que los asistentesadoptaran una indumentaria especial. Escasos son los datos que hay acerca devestuario de los integrantes de las comitivas penitenciales. La primera y únicaprescripción que hasta ahora nos hemos encontrado, que haga puntualizaciones alrespecto, es la de la regla de Vera Cruz de 1555. Queda regulado en el capítuloseis que los disciplinates llevarán "una túnica hasta los pies y con su capillo, demanera que sea toda una pieca, y que le cubra el rostro, y hecho sus ojos, para queno sea conocido, y a de tener abiertas las espaldas con dos ventanas de manera quese descubra la carne a de dar la diciplina, y más a de tener un cordon con que seciña el cuerpo, y an de yr descalces los pies ... y si tiene escrúpulo lleue unosalpargates ... " (26). Se completaba con el aditamento de las disciplinas, que son demanojos, quedando terminantemente prohibido el uso de vidrios. El hermano deluz llevaba una vela de una libra, o media libra si era mujer. Los portadores de lacruz visten de encarnado y ceñido con soga. Dibujo 2

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El tejido es de estopa o angeo curado. No hay cambios notables en el cortede la túnica, aunque se adoptan mejoras en la tela, cambiando durante el XVII labasta por la esterlina. A fines del siglo XVIII se confeccionará la ropa que en la ac-tualidad conocemos (27).

Las túni-cas se adqui-rían de la pro-pia herman-dad; para sucontrol senombraba almayordomode librete,quien había detener una re-serva en pre-vencióndeim-ponderables.En caso deque un herma-no hubieraperdido la su-ya o no la pu-diera vestirpara la proce-sión, podía re-cibir en alqui-ler otra. illi.:bujo 2)

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LA COFRADIA OASPECTOS SOCIOECONOMICOS

DE LO SOLEMNE A LO FESTIVO

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En primer lugar hemlos problemas sociales. 1una polftica de favorecimconflictividad que se llev:ganaderos. Para el más dépaldo, confiando en la sol

La rígida estructuraclaramente definidos los (der solían situarse los mieyordomo debía sostener e

Por otro lado, sólo Ipodían acceder al cuerposervaron hasta el siglo ;oficio bajo o servil, o sercorporaciones estaban inutierras.

Durante el siglo XVI, cuando las cofradías estaban en proceso de gestación,las directrices que siguieron sus organizadores en la realización de las diversas acti-vidades tomaron un cariz ya trágico, en las penitenciales, ya gozoso, en las degloria, pero siempre teñido de gran solemnidad.

Este comportamiento serio, al menos en sus formas externas, en el curso delsiglo XVII va dejando paso a 10 festivo. Así bien pronto surgen las riñas y polé-micas en los cabildos, las actuaciones deshonestas en las procesiones y el escánda-lo en las romerías.

Veamos algunos ejemplos. En la década de los noventa del siglo XVII las co-fradías vivieron uno de sus peores períodos, hasta el punto de comentarse en algu-na ocasión que "están a pique de perderse" (28). Es general el estado de relajación:"de algunos años a esta parte se a experimentado que en las ocasiones de quaresmay semana santa muchas personas de las que ban con túnicas de nasareno y peni-tentes, con la ocasión de lleuar las caras tapadas con los capirotes, de suerte queno pueden ser conosidos, con poco temor de Dios nuestro señor [cometen abu-sos] ... , así en las prosesiones de semana santa y otras, como al tiempo de uisitarlos sagrarios el juebes santo y uiernes santo, los que lleuan cruzes en los onbros,bastones y otras ynsignias ... " (29). Incluso en la madrugada del Viernes Santo,del año de 1691, cuando preparaba la salida la cofradía de Jesús Nazareno, se halló"en una guerta que está contigua a dicha hermita, dos nasarenos en actos deso-nestos con dos mugeres" (30). _

Irremediablemente, la autoridad eclesiástica para evitar el anonimato y el disi-mulo se vio obligada a prohibir el uso del capirote. Sin embargo, esta medida fuemás perjudicial que útil, de ahí que en el año de 1695 los mayordomos de las cofra-días de la Soledad, Jesús Nazareno, Vera Cruz y Humildad, pidieran al promotorfiscal de la Audiencia la remisión de esta pena: "alegan lo deterioradas que se ha-llan sus cofradías a causa de no auer lleuado los dichos nazarenos capirotes enestos años ... " (31)

La distención siguió durante el siglo XVIII. Aún en 1764 el capellán de lahermandad de Setefilla, Antonio José de Pineda, comenta ese descontrol, pues es-tando próximo el tiempo de Cuaresma, "en el quallos vecinos de ésta eligen para

LA COFRADIA y

Entre los aspectos sela función económica, esesaneadas sus haciendas, a

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En los presupuestostenía las partidas habituallario del muñidor y escrilquia; si era de penitencia,dependía de dos fuentes I

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cumplir las promesas ofrecidas a dicha nuestra señora, y en medio de este cum-plimiento se ecceden tanto, en fiestas de día y noche, que suelen resultar algunosescándalos y alvorotos ... " (32).

LA COFRADIA COMO ENTIDAD SOCIAL

Toda cofradía es una entidad que está integrada por una serie de individuos, ytiene unos comportamiento ajustados a la extracción de los mismos.

En primer lugar hemos de señalar que era el espejo donde se reflejaron todoslos problemas sociales. En Lora el Concejo Municipal, durante años, mantuvouna política de favorecimiento de los intereses de los notables, 10 que generó unaconflictividad que se llevó al agro, donde hubo enfretamientos entre agricultores yganaderos. Para el más débil la cofradía fue un medio de asegurarse un mínimo res-paldo, confiando en la solidaridad del grupo.

La rígida estructura de su jerarquía se mantuvo inamovible. Estaban muyclaramente definidos los cometidos de cada idividuo. Además, en la cúspide del po-der solían situarse los miembros de las más poderosas familias. No en balde el ma-yordomo debía sostener con su propio capital a la cofradía en años criticos.

Por otro lado, sólo los que eran cristianos viejos y de costumbres honestaspodían acceder al cuerpo de cofrades. Y estas reminiscencias medievales se con-servaron hasta el siglo XIX. A veces se exigía a los aspirantes el no detentaroficio bajo o servil, o ser ganadero -confirmando el hecho de que algunas de estascorporaciones estaban integradas exclusivamente por agricultores o propietarios detierras.

LA COFRADIA y SU VERTIENTE ECONOMICA

Entre los aspectos socioeconómicos, en segundo lugar, hemos de contemplarla función económica, esencial en las cofradías. En la medida en que éstas tuvieransaneadas sus haciendas, así podían realizar sus actividades.

Las cofradías eran organismos vivos que potenciaban la renovación del patri-monio de la iglesia. Por ejemplo, de todas las iglesias que habían en el pueblo du-rante los siglos XVII y XVIII, la mayor parte estaban al cuidado de alguna herman-dad que se encargaba de la conservación y enriquecimiento de su fábrica.

También preservaban las costumbres religiosas: tuvieron un gran protagonis-mo en el fortalecimiento del rito católico.

En los presupuestos se incluían el gasto o data y el ingreso o cargo. El gastotenía las partidas habituales como la cera, sermones, fiestas al patrón o titular, sa-lario del muñidor y escribano, remembranzas a la colecturía de misas de la parro-quia; si era de penitencia, la procesión; también las obras en la fábrica. El ingresodependía de dos fuentes principales: la limosna, que era variable, y las rentas.

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LA ORDEN DE SAN JUAN Y LAS COFRADIAS

y no fue esta la ÚIotorgó la bula Quieti v(las autoridades eclesíás1216, faculta a la Orden110s y lugares de su pro]majara, en la que sujetajandro IV, con la bula 1la Orden dejen de estar (los arzobispos y obisposquieti, promulgada en 1.territorios de la Orden sin

Bulas de confirmaciVIII, 1301), Licet eccleXIV, 1753) (37).

En función de este aiganización sui generis dique por un proceso quecontinuada, éstas adoptarmona y Córdoba. A esteseñala estas deudas. La c(ne interés por introducir ~abia fecho en las cofadría:el convento de san basilicestatutos y en la ciudad d(a pesar de las peculiaridaestudiando, podemos recesupuesto que matizadas p<

Las circunstancias históricas de Lora del Río han favorecido la diferenciaciónde la villa respecto de otros lugares de la provincia. Desde el momento que pasó adepender de la Orden de San Juan perdió todos los contactos político-religiososcon la capital.

La Orden de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, religiosa, hospita-laria y militar (33), propició desde el primer momento las actividades del cultosagrado. No olvidemos que la población musulmana que quedó en la villa, al me-nos hasta la fecha de la rebelión mudéjar, pudo conservar sus hábitos religiosos.Esto la hace un peligro potencial, pudiendo decidir el debilitamiento del sentir cris-tiano. Por el contrario, la comunidad que quedaba al cuidado de los nuevos pobla-dores debía vigorizar lo cristiano. Incluso el propio prior, en ocasiones, se convier-te en su mentor, contribuyendo al enriquecimiento de las formas: de ahí las cons-tantes aportaciones al ajuar litúrgico. Así encontramos, entre las piezas que se in-ventarían en la parroquia en 1565, algunas como: "Vna casulla de damasco blan-co que dio el prior de sant Juan", o " "dos armaticas (sic) de damasco blanco delas que dio el prior de sant Juan con sus armas y sus collares", o bien, "un frontalde damasco blanco con sus frontalera con las armas del prior de san Juan y unacruz de sant juan en medio y sus dos aguas a los lados" (34).

En la dirección de los asuntos espirituales estaba el Vicario, ayudado por elPrior, ambos miembros de la Orden. Esta gobernaba con total independencia de lacapital, y , no sólo en lo religioso, sino también en lo político, al menos con ladinastía de los Austrias. Además, hasta el Concordato de 1851, poseía status deterritorio de prelatura nullius, es decir, no sujeta a la jurisdicción del Arzobis-pado hispalense. Esta actitud reservada está siempre presente en las actividades deestos gobernantes. Queda constancia de un pleito que en 1501 se sostuvo contra elprior de la iglesia de Setefilla, acusado de malagastar su dinero (35). Parece que enel mismo intervino don Diego Hurtado de Mendoza, Arzobispo de Sevilla, lo quemotivó como respuesta un rechazo ante el temor de la pérdida de las prerrogativasadquiridas.

La máxima Dignidad Eclesiástica de Lora tenía a gala hacer mención de susprivilegios. Se conserva todavía un cuaderno que recoge algunos de ellos, entreotros la Bula de Pío IV, que en su capítulo 24 dice: "Toda la orden y todas sus per-sonas, casas, combenttos, hospitales, rentas y vienes están admitidas a la pro-temzión de san Pedro y de la santa zede Apostólica, y exemptos de toda sujezión yjurisdizión de los ordinarios, Patriarcas, Arzobispos y obispos y otros preladosecleziástticos y también de -Ia jurisdiczión de qualesquier señores temporales,emperadores, reies, Duquez, y de qualquier otro señor ... " (36).

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Page 22: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

y no fue esta la única concesión papal a la Orden. En 1203 Inocencio IIIotorgó la bula Quieti vestrae, en la que declara la ruptura de obligaciones conlas autoridades eclesiásticas ordinarias, Honorio 11I con su Vestris piis, de1216, faculta a la Orden para erigir iglesias, oratorias y cementerios en los casti-llos y lugares de su propiedad. En 1227 Gregorio IX promulga la bula Quantomajora, en la que sujeta a la jurisdicción de la Sede Apostólica sus iglesias. Ale-jandro IV, con la bula Decet pastora lis (1255), permite que los capellanes dela Orden dejen de estar obligados a prestar juramento de fidelidad y obediencia alos arzobispos y obispos, comprometiéndose sólo con el Papa. La bula Paci etquieti, promulgada en 1266 por Clemente IV, prohibe construir iglesias en losterritorios de la Orden sin el consentimiento de ésta.

Bulas de confirmación de estos privilegios fueron: Cum dilecti (BonifacioVIII, 1301), Licet ecclesiae (Clemente VI, 1345), Inter illustria (BenedictoXIV, 1753) (37).

En función de este aislamiento de la iglesia loreña, podría pensarse en una or-ganización sui generis de las hermandades y cofradías, lo que no fue así, puestoque por un proceso que llamamos de ósmosis, es decir, de filtración lenta perocontinuada, éstas adoptaron las formas usuales de Sevilla, así como las de Car-mona y Córdoba. A este efecto es interesante traer a colación un documento queseñala estas deudas. La cofradía de la Humildad y Paciencia en el año de 1645 tie-ne interés por introducir entre sus hábitos la penitencia, a imitación de los que "seabia fecho en las cofadrías (sic) de este titulo de la ciudad de seuilla, que estaua enel convento de san basilio, de donde abía dimanado esta dicha cofadría (sic) y susestatutos y en la ciudad de carmona y otras partes ... " (38). Observamos, pues, quea pesar de las peculiaridades históricas de la villa, para el fenómeno que estamosestudiando, podemos reconocer unas modalidades muy a la usanza sevillana, porsupuesto que matizadas por las propias circunstancias de Lora.

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EVOLUCION HISTORICA

el nombre de la Encarnarcofradístico, no podemosmandad para atender a eS1quier tipo de calamidad aSebastián era reclamado (se acudía a Santa Ana cmla vida de la villa.

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Los mandatos de TIcenturia y la siguiente fuermente se suma la de JesÚIunión de la del Dulce Non

El XVIII es más irnpcnes, como las de la Divin:

La antigua Axati o Lawra de los musulmanes empezó a vivir bajo la égidasanjuanista, de derecho, el6 de marzo de 1249, meses después que fuera tomada asus antiguos dueños. La donación fue firmada en Córdoba, confirmándola SanchoIV el 24 de diciembre de1322 de la era hispánica (1284). Entre los lugares quefueron entregados a la Orden de San Juan está el castillo de Setefilla. En élexistía, justo en el solar que hoy ocupa la ermita, una mezquita. Cuando los nue-vos pobladores se instalaron en este enclave, en primer lugar, sacralizaron la er-mita y la dedicaron a Nuestra Señora de la Encarnación (39).

En el testamento de Lorenzo Pérez el Mayor, fechado el 29 de diciembre de1280, se señala una serie de limosnas para entregar entre otros templos al de San-ta María de Setefilla. Juan Manuel Lozano con suma prudencia reconoce que "estono quiere decir (no lo afirma ni lo niega) que entonces existiera y a la imagen dela Virgen". El mismo piensa que en este caso aconteció como en otras numerosasoportunidades: "Primero se construyeron los templos para satisfacer las necesida-des de los fieles y luego, al ser dedicados en su mayoría a Nuestra Señora, se fue-ron encargando las imágenes de madera tallada." (40)

También de raíz medieval es el culto a otras imágenes, tales como las de SanSebastián, patrón de Lora, y San Juan Bautista, patrón de la Orden. Es posibleque cada una tuviera su propio asiento. Quizás a Santa Isabel se le tuviera algúninterés, al menos había un hospital bajo su advocación.

En la parroquia parece que también se suscitó una fuerte devoción a la Vir-gen. En la relación de los bienes de la misma, al que hemos hecho alusión ante-riormente (41), se apunta "vna ymajen de bulto de madera de nuestra señora paravestida questa en el altar de sant Juan" y "otra ymajen de los mysmos que es unniño Jhesus que tiene nuestra señora en los bracos''. Estos datos nos indican que,al menos durante la primera mitad del siglo XVI ya existía una figura de NuestraSeñora a la que se daba culto. Cabe la posibilidad de que si no la que se mencionaexistiera otra en el siglo anterior. Tal vez esta imagen sea la que atiende al nom-bre de Nuestra Señora del Rosario. Aunque ésta estaba situada años más tarde enun altar lateral.

El citado documento relaciona otras imágenes sagradas: San Bartolomé, San-ta Catalina y Santa Ana (42).

En la sesión que tuvo el Concejo el 2 de abril de 1551 se menciona la proce-sión a Setefilla como un acto de gran antigüedad; retrotrayéndosele por algunos amediados del XV. De este modo tenemos constancia de una de las más antiguasprocesiones de la villa. (43)

No es muy descabellado suponer la mayor antigüedad de Nuestra Señora con

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el nombre de la Encarnación o de Setefilla. En cambio, en el aspecto puramentecofradístico, no podemos decir lo mismo. No hay noticias de que existiera una her-mandad para atender a este culto. La imagen procesionaba cuando acontecía cual-quier tipo de calamidad a requerimientos del Gobierno Municipal. El auxilio a SanSebastián era reclamado cuando tenía lugar alguna crisis epidémica, en tanto quese acudía a Santa Ana cuando alguna alteración climatológica era perjudicial parala vida de la villa.

Este sentido de la espiritualidad tiene sus orígenes en la baja Edad Media. Pes-tes y desastres climatológicos, entre otros fenómenos negativos, crean un substra-to que va a servir de base a una religiosidad que vive la "excitación religiosa desen-cadenada en los siglos XIV y XV por los predicadores populares ambulantes ... "(44). Predicadores como San Vicente Ferrer, que anduvo por nuestra provincia yque con su ardiente verbo incitó a la gente de su época a vivir con profundidad sureligión. "Asimismo la predicación y el sermón jugó un papel extraordinario en elimpulso y fomento de las Cofradías" (45)

"Tan lleno de Cristo estaba el espíritu de aquélla época, que el motivo deCristo empezaba a resonar en cuanto había la menor y más superficial semejanzaentre cualquier actitud o cualquiera idea y la vida o la pasión del Señor" (46). Enla intensificación de este sentimiento piadoso está el nacimiento de las Cofradíaspenitenciales. No cabe duda que Lora no escapó a esta fiebre bajomedieval. La dela Cruz, situda en la iglesia del mismo nombre, bien pudiera ya procesionar porlas calles de Lora a fines del siglo XIV. Sabemos que ya formaba corporación en1526, al frente de la cual estaba el alcalde (47)

De tipo no penitencial, o sea, de las que hemos denominado de gloria, exis-ten otras, tales como la de San Sebastián y Santa Lucía (48) y, aunque es proba-ble que no incluya entre sus obligaciones la procesión, la de Clérigos -la que mástarde se llamará de San Pedro--, todas de mediados del siglo XVI. Otra de las anti-guas, bien que de carácter absolutamente pío o asistencial, es la de la Caridad, queasistía en el hospital de Santa Catalina. No podemos olvidar a las más ilustres yprimitivas, la de Nuestra Señora y la del Santísimo Sacramento de la IglesiaMayor. De esta última se conservan unas ordenazas de fines del siglo XVI (49).

El Concilio de Trento (1562) dio un gran impulso a este mundo cofrade. Aldecir de Gómez Piñol, con el mismo se propiciaron "unos modos de sensibilidademocional y extrovertida, que hallaron efectivo acuerdo y expresión en la proce-sión pública como acto de devoción" (50). Así, a la Vera Cruz se unen la del San-to Entierro y la de Humildad y Paciencia. Las dos primeras observan el rito de san-gre y la tercera lo adquiere en la primera mitad del XVII.

Los mandatos de Trento se realizan en plenitud en el siglo XVII. Estacenturia y la siguiente fueron las de mayor vida cofradística. A las citadas anterio-mente se suma la de Jesús Nazareno, y la del Santo Entierro se modifica con launión de la del Dulce Nombre.

El XVIII es más importante para las de gloria. Así aparecen nuevas devocio-nes, como las de la Divina Pastora, la Merced, San Judas, Nuestra Señora de las

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Nieves y Nuestra Señora del Carmen,La aparición en el firmamento loreño de una estrella como Tomás Andrés Gú-

seme (nombrado bailío en 1756), coincide con una etapa de esplendor de la villa.Se cumplen compromisos atrasados, cual es el de la edificación de las CasasCapitulares, entre otros. Al calor de este apogeo viven las cofradías un período debrillantez. A mediados del siglo XVIII existen hasta dieciocho, y algunas de ellasbastante ricas. La hermandad de la Caridad, que cuida del hospital de Santa Catali-na, posee, como queda constatado en el catastro de Ensenada, un cortijo que le ren-ta 900 reales anuales.

El siglo XIX, al contrario que el anterior, fue de continua decadencia para lavilla, sobre todo en su primera mitad. A ello contribuyeron, en primer lugar, laGuerra de la Independencia, con la destrucción y el hambre. En segundo lugar lasepidemias de fiebre amarilla. Ambos hechos incidieron fuertemente en la evolu-ción de las cofradías. Si por un lado los acontecimientos negativos avivaron elfervor religioso, por otro dañaron las arcas que sostenían a estas instituciones.

Este desastre, para el fenómeno que nos interesa, no es más que un inicio,puesto que a lo largo del siglo los acontecimientos políticos tomaron un cariz to-talmente negativo. Primero son las desamortizaciones, la de Mendizábal (1836) yla de Madoz (1855); acabaron con gran parte de las propiedades de la iglesia y afec-taron directamente al sustento de ciertas hermandades, como la de la Caridad a laque se le expropió sus tierras. Estas alteraciones económicas coincidieron conotras de matiz social: a partir de 1820 se inicia una evolución hacia elliberalis-mo, que se continúa en 1833 y finaliza con la revolución de 1868. Esta tendenciapolítica está enfrentada a las costumbres que se entienden como fosilizadas ytradicionales. No se ven con buenos ojos las actividades cofradieras. No obstanteen nuestra villa "la democracia liberal fue de hecho una democracia de ricos" (51).y son los pudientes uno de los más importantes apoyos económicos de las her-mandades.

En calma y con cierta recuperación se concluye el siglo. Por ello "Lora delRío se dispuso a entrar en el siglo XX con optimismo" (52). Y en efecto el pano-rama era muy positivo. Todo fue renovación y mejora: luz, agua, rehabilitaciónde edificios, etc. Empero estas perspectivas favorables se truncaron de golpe apartir de julio de 1936. Imágenes, mobiliario y otros bienes de la Iglesia,desaparecieron, y con ellos las corporaciones.

A pesar de todo en un pueblo tan profundamente religioso y amante de suscostumbres, no se podían olvidar estas muestras de fervor. Así en 1942, un grupode fieles devotos, movidos por su fortaleza espiritual, fundaron en la iglesia parro-quialla primera cofradía de la postguerra: la Hermandad del Santísimo Cristo delAmor y del Perdón y María Santísima de los Dolores. Guiado de un sentimientosimilar otro gurpo fundó en 1958 la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de SantoEntierro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de las Angustias.

Desde entonces se ha ido suscitando un fuerte movimiento en favor de estetipo de actividades devotas que por momentos se va reforzando.

(1) Es la definición quCARBALLO: ci»«

(2) ídem.

(3) Vid. J. M. PALOMMisterios, Nazareno!

(4) A. BLANCO FREUSevilla, 1979, pág.Dios en el astro solalos primeros rastros (antes de Cristo.

(5) ídem, pp. 82-83.

(6) ídem, pp. 99-100. D(Panorama Arqueoló1978, pp. 35-36). La

(7) Joaquín YARZA: Ar2ª ed., pág. 15.

(8) BERMEJO: Op. cit.,medieval, en "Histori343.

(9) Fuentes inspiradorasApócrifos, y, sobre t(Dorada (1264).

(10) A. BONET CORREA

(11) Desde los orígenes etambién a la santidad I

ticular, para construautenticidad de la únisantos y su culto, Mad

(12) Obra citada, pág. 21.

(13) Ibidem.

(14) 1. SANCHEZ HERRErante la Modernidad.Modernidad", Sevilla,

(15) BERMEJO: Op. cit., 1

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NOTAS

(1) Es la definición que propone Vera y Rosales, citada por J. BERMEJO YCARBALLO: Glorias religiosas de Sevilla, Sevilla 1882, pág. 1.

(2) ídem.

(3) Vid. J. M. PALOMERO PARAMO: La imaginería procesional sevillana.Misterios, Nazarenos y Cristos, Sevilla, 1987, 2ª ed., pp. 23-24.

(4) A. BLANCO FREUEIRO: La ciudad antigua, en "Historia de Sevilla", 1-1,Sevilla, 1979, pág. 46. "El hombre del Calcolítico condensó su idea deDios en el astro solar, dando así un primer paso hacia la mitología; ... " Sonlos primeros rastros en una cultura dolménica de mediados del tercer milenioantes de Cristo.

(5) ídem, pp. 82-83.

(6) ídem, pp. 99-100. De los siglos VII a VIII la fecha Juan de Mata Carriazo(Panorama Arqueológico de la Baja Andalucía, en el "Carambolo ", Sevilla,1978, pp. 35-36). La lectura del texto del pedestal es más completa.

(7) Joaquín YARZA: Arte y Arquitectura en España. 500-1250, Madrid, 1981,2ª ed., pág. 15.

(8) BERMEJO: Op. cit., pág. 21. 1. A. GARCIA DE CORTAZAR: La épocamedieval, en "Historia de España Alfaguara", 11, Madrid, 1974, 2ª ed, pág.343.

(9) Fuentes inspiradoras de estas advocaciones son La Biblia, Los EvangeliosApócrifos, y, sobre todo, el libro de Santiago de la Vorágine, La LeyendaDorada (1264).

(10) A. BONEf CORREA: Andalucía Barroca, Barcelona, 1978, pág. 49.

(11) Desde los orígenes del Protestantismo los apologetas católicos recurrierontambién a la santidad de la Iglesia, y a los Santos de la Iglesia católica en par-ticular, para construir un argumento con que probar la verdad y laautenticidad de la única Iglesia católica romana". (paolo MOLINARI: Lossantos y su culto, Madrid, 1965, pág. 41)

(12) Obra citada, pág. 21.

(13) Ibldem.

(14) 1. SANCHEZ HERRERO: Las cofradías de la Semana Santa en Sevilla du-rante la Modernidad. Siglos XV a XVII, en "Las cofradías de Sevilla en laModernidad", Sevilla, 1988, pág. 32.

(15) BERMEJO: Op. cit., pág. 6.

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(16) Emilio Gómez Piñol, cit. por J.M. PALOMERO PARAMO: La imagine-ría ... , pág. 17

(17) PALOMERO: Op. cit., pp. 43-46.

(18) Visión y símbolos en la pintura española del Siglo de Oro, Madrid, 1984,pág. 146.

(19) Idem, pág. 146. "Los pasos son pequeños cuadritos sin trama argumental quereproducen una animada conversación de dos o más personajes, entre los quedestacan la figura o figuras de gentes rústicas ... " Es la definición que haceAngeles CARDONA DE GILBERT de esta variante del drama español del si-glo XVI (Introducción al Teatro Completo de Lope de Rueda, pág. 24). Elprofesor Palomero (La imagineria ... , Pág. 63) da este nombre a las figuras omisterios que representan escenas de la pasión de Cristo. La dramatización dela misma aún tiene lugar en muchas ciudades españolas durante la SemanaSanta.

(20) PALOMERO: La imaginerta ... , pág 18.

(21) Federico GARCIA DE LA CONCHA: Estudio histárico-institucional de laprimitiva hermandad de los nazarenos de Sevilla, Sevilla, 1987, pág. 141.

(22) L. GARCIA DE VALDEA VELLANO: Curso de historia de las institucio-nes españolas, Madrid, 1982, 6ª ed., pág. 286. La influencia que ejercía la co-fradía entre los menestrales era considerada por los reyes como atentatorias albien general, por lo que éstos siempre estuvieron en desacuerdo con esta in-tromisión en el gremio. Así Fernando III sólo llegó a autorizar la vertiente re-ligioso-benéfica (ídem, pág. 287).

(23) M. A. LADERO QUESADA: La ciudad medieval, en "Historia de Sevilla"11,Sevilla, 1980, 2ª ed., pp. 78-79.

(24) A.P.A.S., Hermandades, 153. Reglas de la Vera Cruz.

(25) Ver el artículo de Pascual SANCHIS DOMINGUEZ: Fiestas en torno a laVirgen y otras festividades en Lora y Setefilla anteriores al siglo XIX, en"Lora del Río. Feria y Fiestas Populares" Lora del Río, mayo de 1988, pp.63-68.

(26) A.P.A.S., Hermandades, 153. Reglas de la Vera Cruz. Capítulos VI y XIII.

(27) Para conocer el caso sevillano ver el libro de PALO MERO titulado La ima-gineria ... , en sus páginas 50-52.

(28) A.P.A.S., Justicia, 1261.

(29) ídem.

(30) ídem.

(31) Ibídem.

(32) A.P.A.S., Justicia,9

(33) Juan Manuel LOZApág. 24.

(34) A.P.A.S., Justicia, (Toledo, Vicario y Vi

(35) Juan Manuel LOZAl

(36) A.P.A.S., Justicia, 9'

(37) Francisco PARDO r1853, pp. 51-68. Enen cuyo artículo 11ssus legítimos dereche

(38) A.P.A.S., Hermanda

(39) Juan Manuel Lozanamenzaron pronto a Iuno de los salones diplo". (Obra citada, pdesprende que en susfundó sobre una prim

(40) Un documento valios.renzo Pérez Hurtado,Río, mayo de 1988,ptra en el Libro Becerr

(41) Ibidem, fo1.22r.

(42) Idem. A titulo de curietemplo: "El señor visaltares de la yglesia nJuan, donde está la ynaltar de la madalena, (catalina; y altar de la e(fo1. 2Ov.)

(43) LOZANO: Un pueble

(44) Johan HUIZINGA: El250.

(45) PALOMERa: La imai

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(31) Ibídem.

(32)A.P.A.S., Justicia, 972.

(33)Juan Manuel LOZANO: Un pueblo andaluz y su Virgen, Barcelona, 1986,pág. 24.

(34)A.P.A.S., Justicia, 687, fo1.21v. Visita del prior fr. Fernando Alvarez deToledo, Vicario y Visitador General, en 19 de mayo de 1565.

(35)Juan Manuel LOZANO: Op. cit., pp. 43-45.

(36)A.P.A.S., Justicia, 972. Texto de un traslado de 1741.

(37)Francisco PARDO DE TERAN: Memoria de la Orden de San Juan, Madrid,1853, pp. 51-68. En 1851 se publica el Concordato entre Pío IX e Isabel II,en cuyo artículo 11 se estipula que la Orden debía de cesar en el ejercicio desus legítimos derechos.

(38) A.P.A.S., Hermandades, 133, s. fol.

(39)Juan Manuel Lozano, en su meritísimo libro, señala que los "cristianos co-menzaron pronto a practicar su culto, a los comienzos, probablemente, enuno de los salones de la fortaleza, hasta que se construyó un pequeño tem-plo". (Obra citada, pág. 31) No obstante, del estudio de la actual ermita sedesprende que en sus orígenes era una iglesia mudéjar, que, con seguridad, sefundó sobre una primitiva mezquita.

(40) Un documento valioso para la historia medieval de Lora: el testamento de Lo-renzo Pérez Hurtado, en "Lora de río. Feria y Fiestas Populares", Lora delRío, mayo de 1988, pág. 61. Una copia de este mismo documento se encuen-tra en el Libro Becerro (A.P.A.S., Justicia, 687) fol, 42 Y ss.

(41) Ibidem, fol. 22r.

(42) Idem. A título de curiosidad, trascribimos la breve descripción que se hace deltemplo: "El señor visitador visitó por presencia de mí, el dicho notario, losaltares de la yglesia mayor desta villa, que son el altar mayor e altar de santJuan, donde está la ymagen de nuestra Sennora y el altar de San bartolomé yaltar de la madalena, en la capilla del hórgano; y altar de la capilla de Sanctacatalina; y altar de la capilla de santana, que se dize la capilla de rrui pérez ... "(fol. 2Ov.)

(43) LOZANO: Un pueblo ... , pág. 35.

(44) Johan HUIZINGA: El otoño de la Edad Media. Madrid, 1984: 6ª ed., pág.250.

(45) PALOMERO: La imagineria ... , pág. 17.

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(46) HUIZINGA: Op. cit., pág. 270.

(47) José GONZALEZ CARBALLO: La Hermandad Sacramental de la Parroquiade Nuestra Señora de la Asuncián de Lora del Río, en "Lora del Río. Feria yFiestas Populares", Lora, mayo-junio de 1986, pp. 73-81.

(48) Francisco Batallanes, clérigo presbítero, en el testamento que otorgó en1559, mandó que en su entierro fuera acompañado su cuerpo por las cofradíasde la Vera Cruz, San Sebastián y Santa Lucía. Un traslado del mismo, confecha de 1565, se encuentra en el Libro Becerro (A.P.A.S., Justicia, 687,fols. 30-32).

(49) GONZALEZ CARBALLO: Idem.

(50) Citado por PALOMERO, en su libro La imaginería ... , pág. 17.

(51) LOZANO: Un pueblo ... , pág. 146.

(52) LOZANO: Supra, pág. 175. La renovación de la villa en estos inicios delsiglo está descrita con acierto en estas páginas.

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COFRADIAS DEPENITENCIA

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Page 31: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

El profesor Isidoro Moreno (1), en función de su significación social, estable-ceuna serie de tipos: gremiales, o compuestas por individuos del mismo oficio;étnicas,que agrupan a los de idéntica raza, pero siempre cuando es la de los másdesfavorecidos;patrimoniales y de socorro, que las forman una o varias familiasdebuenaposición social, así como su círculo; de clase, que reúne exclusivamentea individuos del estrato social más alto; finalmente, las más recientes, las de ba-rrio,nacidas durante el siglo XIX, que han llegado a ocupar, en las grandes urbes,elespaciodejado por las dos primeras.

Esta tipología, realizada desde el punto de vista antropológico, puede ser sus-tituídapor otra que es la más usual, la que divide a las cofradías en dos grandes ti-pos,en virtud de la dedicación de sus cultos internos y externos: las penitencialesy las que no lo son. Las primeras "pretenden promover la devoción y la contem-placiónde la Pasión de Cristo" (2). Por ello realizan su estación durante los díasdela Semana Santa. El resto del año hacen sus recorridos callejeros las cofradíasnopenitenciales o de gloria. Estas son de carácter más festivo y de dedicacionesmásdiversas.

De las cofradías de penitencia de Lora, la más primitiva es la de la iglesia dela Santa Cruz, que respondía al mismo nombre. Sus inicios, al igual que los delasque seguirán su camino, nos son desconocidos. Aunque no estaría muy lejosdedeberse a una fundación piadosa. Es decir, ésta se creó a partir de un grupo deindividuosque ejecutaba el Vía Crucis pasional durante la Cuaresma. A partir deahí fijó un itinerario a los templos cercanos, para finalmente formar filas elJuevesSanto. En un principio llevaría un crucifijo pequeño, al menos hasta finesdel siglo XVI. El resto de las fundaciones penitenciales continuaría en la mismalínea.

No hay pues principios gremiales, ni asistenciales. Por supuesto que exis-tfangremios. Al menos hay noticias de dos, el de los artesanos y el de los labra-dores.De ellos y de su participación en el culto a Nuestra Señora de Setefilla, haynoticiasdesde mediados del XVIII (3). Pero no tuvieron intervención alguna en lacreaciónde estas corporaciones.

También existieron hospitales muy antiguos, que aunque albergaron a algunacofradía, no constituyeron la génesis de este fenómeno, tal como sucedió en otroslugares.

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VERA CRUZ

LOS INICIOS. EL SIGLO XVI

La Cruz, instrumento principal del suplicio de Jesucristo, y, por ende, susímbolo, desde los inicios del cristianismo fue objeto de una profunda veneración.

Suele señalar la tradición que Santa Elena, la madre del emperador Constanti-no, descubrió en Jerusalén allá por el siglo IV de nuestra era la cruz en que fue cla-vado Jesucristo, convirtiéndola en objeto de meditación sobre la Redención del gé-nero humano. A título de curiosidad veamos una descripción que el padre Quinta-na nos transmitió de ésta: "El madero principal desta fue de ciprés, los bracos depino, el que atravessaba para asiento de los sagrados pies, de cedro, según testificóel Emperador de Constantinopla Ioan Cantacuzano ... Al madero principal concedela tradición autorizada con graves escritores, quinze palmos en largo, y al de losbracos ocho. No era verde, o recién cortado del árbol, sino seco, y muerto, segúnel uso de los Hebreos. No en forma rolliza, o redonda, sino esquinada o quadrada."(4).

Para perpetuar el recuerdo de este símbolo principal de la Pasión, en el con-vento de San Francisco de Sevilla se fundó el 9 de 'mayo de 1448 una hermandadque respondía al nombre de la Vera Cruz. El abad Gordillo pecando de celoso pane-girista atrasa esta ocasión al año de 1370. Su primera regla fue aprobada el 22 defebrero de 1501.

Esta hermandad, una de las más primitivas de Sevilla, según parece a imita-ción de la del mismo nombre establecida en Toledo, adoptó el instituto decofradía, llevando a cabo una reforma en sus reglas que fue aprobada el 28 demayo de 1538.

A su imagen se creó en Lora, en el primer cuarto del siglo XVI, la que esta-mos estudiando. En 1526 existía, como ha observado José González, una cofradíaen la iglesia de Santa Cruz, de la que era alcalde Bartolomé Carballo (5). Tuvouna vida dedicada al fervoroso culto penitencial, ejecutando sus principales ritosen la Cuaresma. Hasta la aprobación de sus reglas sólo contó con el beneplácitodel ordinario eclesiástico.

Fruto de las demostraciones de un grupo de devotos, que llevaban en sus ac-tos un crucifijo ante el que rezaban y hacían profesión de fe, fue la organización deotra corporación penitencial, la de "la Cruz". Esta actividad puede que tuviera lu-gar ya en el siglo anterior, pero su institucionalización es del XVI.

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La existencia de arnbtantes que entonces teníado en el tránsito al XVI1534 (6). Por ello tuvo lu;fradfa de la Vera Cruz, 101

Por estos años tiene 1nes serán las reglas que la

REGLAS

Fueron aprobadas pordomo Alonso Carballo. S,uniendo: el 43 en 1561, y

Las reglas atienden a I

• De la administraci~A ello se dedican los (

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• Los hermanos: recibLa recepción de cofrade:

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Se regulan dos tipos de t~ los clérigos. Aquéllos adquingos no han de pagar los ernr

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La existencia de ambas comunidades nazarenas no tenía sentido para los habi-tantesque entonces tenía la villa, más aún si tenemos en cuenta el descenso sufri-do en el tránsito al XVI, ya que de los 652 vecinos de 1496 se pasó a 502 en1534(6). Por ello tuvo lugar una fusión en 1555. A partir de esta fecha será la co-fradíade la Vera Cruz, localizándose en la iglesia de Santa Cruz.

Por estos años tiene lugar la Contrarreforma; un reflejo de sus consideracio-nesserán las reglas que la cofradía poseerá en 1555.

REGLAS

Fueron aprobadas por el Vicario General el9 de mayo de 1555, siendo mayor-domo Alonso Carballo. Se componen de 42 capítulos, más otros que se fueronuniendo:el 43 en 1561, y el 44 y 45 en 1594 (7).

Las reglas atienden a regular los siguientes puntos:

• De la administración o c1avería.A ello se dedican los capítulos I1I, IX, XXIII Y XXXVII. Las cuentas se to-

maránla mañana del domingo que sigue al de la Santa Cruz, estando presentes losoficiales(cap. III). Ello tendrá lugar tras la elección de los nuevos oficiales, que se-ránlos que pidan cuentas a los anteriores. En este acto estarán presentes cuatro di-putados (cap. IX). A una de las principales provisiones de fondos, la limosna, sededicael capítulo XXIII. En él se estipula que la demanda la harán los oficiales,doscada mes, en la iglesia, los días de fiesta y domingos. Y se entregará al ma-yordomoen presencia del escribano. Los individuos que se encarguen de ello lleva-ránuna vara verde y dos bacines. Además, si alguien quisiera hacer una donación ala hermandad, será admitida si es de interés para la misma (cap. XXXVID.

• Los hermanos: recibimientos y obligaciones.La recepción de cofrades tiene lugar ante el mayordomo y con la presencia del

escribano, quienes procurarán que se juren las reglas. La cuota por el ingreso de-penderáde que sea cofrade de sangre, de luz o 11cofrada ". El primero dará dos reales,al igual que la cofrada, en tanto que el otro seis. A lo largo del año cada uno paga-rá lo que le corresponda en el reparto de las cargas económicas. La disciplina sólola padecerá el cofrade de sangre, y no sólo durante la Cuaresma sino durante todasu vida; no estando obligado a ello el de luz, y prohibido a las féminas. Estos encambio han de tener una túnica y una vela, de más de una libra para los hombres,yde media para las mujeres. Además todos gozarán de las ventajas de la bula de laSanta Vera Cruz. Para las mujeres se estipula que ninguna que esté casada sepueda recibir por cofrada si no fuere junto a su marido.

Se regulan dos tipos de hermanos con un estatus especial: los de mala famay los clérigos. Aquéllos adquirirán su puesto previa reunión del cabildo. Los clé-rigos no han de pagar los emolumentos fijados para los demás, sólo han de con-

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Page 34: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

tribuir con una limosna; y a la hora de la procesión llevarán las cruces de la igle-sia o luces, vistiendo con sobrepellices y cantando salmos; además habrán de cum-plir con las misas. Todo lo específico a estos contenidos aparece en los capítulosIV, V, XXII, XXIV, XXXIX Y XLII.

• Sobre las funciones de los diferentes oficiales, y los Cabil-dos.Se trata en los capítulos 11, X, XXVI Y XXXVIII.Las elecciones son el domingo anterior al día de la Santa Cruz. En ellas los

oficiales viejos nombran a los nuevos, que son los que siguen: dos mayord~mos,dos alcaldes, cuatro diputados, un escribano y un muñidor. En caso de grave discor-dia se ha de acudir al sorteo, y para ello "los dichos oficiales viejos echen en vncántaro doze nombres de cofrades, los más ábiles que para los oficios pertencieren,y llamen vn niño ynocente ... "(8). Uno de los mayordomos será el encar~ado decustodiar el arca de la cera, en tanto que el otro cobrará las penas que se Impon-gan. Además habrá otro arca donde se guardarán las ordenanzas, la bula, el libro decuentas y otros instrumentos concernientes al orden de la cofradía. Tienen tres lla-ves, una de las cuales la posee el escribano y las otras los mayordomos. Los ofi-ciales están obligados a reunirse cuando se les requiera.

• Respecto a la regulación del orden interno.Se dedican los capítulos XXVII al XXXII, XLIV Y XLV.Este tema preocupa mucho a los gestores de las reglas. Parece que debe impo-

nerse la mano dura para contener a los hermanos. En este mismo documento seapunta un cabildo realizado el 13 de abril de 1567 en el que se habla de los de~ór-denes que se cometen en las reuniones de los Domingos de Ramos. En esta direc-ción apuntan algunas de las ampliaciones de las reglas, como los capítulo~ 44 y45. En uno se asienta el acrecentamiento de la pena del que no acepte el oficio quele correponda. En el que le sigue el aumento es para castigar al que sale de la co-fradía.

Cada norma prescrita lleva inclusa la pena correspondiente en caso de no serrealizada. Medio real si se deja el cabildo sin la pertinente licencia de los oficiales.y si algún cofrade se fuera de la villa ha de pagar, a su vuelta, lo que los demáshubieran abonado durante esa ausencia. Si además lo hiciera sin avisar, pague unalimosna que los mayordomos decidan, sin sobrepasar la tasa de entrada. Los queno cumplan con los pagos señalados, perderán sus prendas, que serán rematadas ensubasta ante el escribano, teniendo el interesado nueve días para recuperarlas. Tam-poco los oficiales están excentos de penas. Si algún alcalde, I?ayordomo o escri?a-no no sirve en su lugar se le ha de cesar en el cargo, imponiéndosele una sanciónde un ducado, así como el pago de los perjuicios que pudiera causar por su inope-rancia.

Las reglas sólo serán cambiadas por decisión tomada en cabildo general, peronunca el día de procesión. Estas se leeran en vísperas del día de la Santa Cruz, y a

36

ello no ha de faltar ningún (

• Sobre la estación diEl acto cumbre de toda

este aspecto las reglas le deXLIII. La salida tiene lugarfrades de luz y de penitenciadescubran las espaldas, y hadiendo usar éstos alpargatasna de manojos, nunca con vinica, la hermandad dispondnfijada todos los hermanos h:conviniere. El escribano ha I

no.Una vez confesados y c(

por los dos alcaldes y los divaras con una cruz. Tambiénun crucifijo, para que las lleprincipio y otro al final. En Il

El recorrido será el quecompletando las cinco estacisias de San Ildefonso, Santadía llevará el siguiente ordennias pasionarias, con una vatres hachas. Tras ellos los herciplinantes. Enmedio va la euna cruz grande. Los clérigtcruz vestirán con ropa encam

Al finalizar el recorridohyordomos. Se dispondrán CUi

donde acabe la disciplina. Trtfalleciera. En 1560 se añade upara el lavatorio. Esto se haráello los hermanos mayores.

• Sobre fiestas y asistenLa ayuda a los hermanos

función es un asunto que preoello se reservan los capítulos'

Para fiestas y enterramiermo las velas de media libra paja.

La principal fiesta tiene 1

Page 35: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

ellono ha de faltar ningún cofrade, sopena de medio real .

• Sobre la estación de penitencia.El acto cumbre de toda hermandad de penitenica es la estación cuaresmal. A

esteaspecto las reglas le dedica los capítulos VI, XI al XV, XXXIII al XXXVI YXLIII. La salida tiene lugar el Jueves Santo a la hora de tinieblas. Asistirán los co-fradesde luz y de penitencia. Estos, para disciplinarse, han de tener túnicas que lesdescubranlas espaldas, y han de ir descalzos, salvo los que tengan problemas, pu-diendousar éstos alpargatas. La túnica será de estopa o angeo curado y la discipli-nade manojos, nunca con vidrios. Para el caso de que algún hermano no tenga tú-nica,la hermandad dispondrá de media docena que pueden ser alquiladas. A la horafijadatodos los hermanos han de estar en la iglesia, si bien se vestirán donde lesconviniere. El escribano ha de pasar revista para ver que no falte ningún nazare-no.

Una vez confesados y comulgado s se dispone la salida, que ha de ser reguladapor los dos alcaldes y los diputados más antiguos, distinguibles porque llevaránvarascon una cruz. También habrá dos cruces con insignias de la Pasión, o una yuncrucifijo, para que las lleven los cofrades más antiguos, dos cada año, uno alprincipioy otro al final. En medio irá la de la iglesia.

El recorrido será el que realiza el Santísimo Sacramento el día del Corpus,completando las cinco estaciones como se contiene en la bula, visitando las igle-siasde San Ildefonso, Santa María y San Bartolomé. Durante el mismo la cofra-díallevará el siguiente orden: la abrirá un pendón negro con un cruz roja e insig-nias pasionarias, con una vara, llevado por el mayordomo, al que acompañarántreshachas. Tras ellos los hermanos, de uno en uno, yendo los de luz entre los dis-ciplinantes. Enmedio va la cruz parroquial, cerrando el oficial más antiguo conuna cruz grande. Los clérigos de la parroquia cantarán salmos, y los que llevencruzvestirán con ropa encarnada y ceñidos con soga.

Al finalizar el recorrido habrá un lavatorio del que se encargará uno de los ma-yordomos. Se dispondrán cuatro o seis lebrillo s con agua y yerbas, y se situarádonde acabe la disciplina. Tras esto puede haber una refacción por si alguno des-falleciera. En 1560 se añade un nuevo capítulo, el 43, que fija la demanda de vinopara el lavatorio. Esto se hará tres o cuatro días antes del jueves, encargándose deello los hermanos mayores.

• Sobre fiestas y asistencia a cofrades.La ayuda a los hermanos y familiares en sus últimos momentos y tras su de-

función es un asunto que preocupa a la cofradía, tanto como el culto externo, paraello se reservan los capítulos VII, VIII, XVVI al XXI, XXV, XL Y XLII.

Para fiestas y enterramientos habrá ocho hachas de cuatro a seis libras, así co-mo las velas de media libra para los cofrades. Son de color verde con una cruz ro-ja.

La principal fiesta tiene lugar el tres de mayo, el día de la Santa Cruz, entre

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otras funciones se celebrará víspera y misa mayor. Además ha de haber misa lostres días principales de Pascua, yel segundo día por los fundadores y hermanos vi-vos y difuntos. Los hermanos el jueves y viernes santo acompañarán al Señor.También en agosto, el día de Santa María, se ha de aderezar una imagen de la mis-ma sobre unas andas, para la procesión.

La vertiente asistencial se ocupa, principalmente, de aliviar los últimos mo-mentos del hermano, y acompañarle en su entierro. Por ello, el hermano enfermotiene el derecho de ser visitado por un mayordomo y un diputado, y en caso de es-tar menesteroso, a socorrerle con el dinero de las arcas de la propia hermandad. Sifallece algún hermano le acompañarán de su casa al enterramiento. Todos estánobligados a acompañar al difunto con velas. Tras el óbito del hermano, la mujer,aun no siendo cofrada, heredará su vela y sus derechos.

Para adquirir estas prerrogativas el cofrade está obligado a pagar al mayordo-mo quince reales y la cera, o diez reales y media cera, si fuere niño; si no tiene di-nero, dependerá de la voluntad de los demás hermanos.

SIGLO XVII

La Vera Cruz creció hasta llegar a ser la más poderosa de todas las que discu-rrían durante la Cuaresma. Realizaba sus cultos con asiduidad, sin desfallecer ensus intentos. Seguía rigiéndose por las reglas de 1555; que fueron ampliándosehasta completarse el 10 de abril de 1597. No obstante, a principios de la centuriasufre un cambio de sede, pues a solicitud de Jerónimo de Valencia, Regidor perpe-tuo de la villa, "y con general aceptación del Pueblo" se funda en el solar que ocu-pa su ermita el convento de Mercenarios Descalzos con la advocación de la SantaVera Cruz y San José (9). Pasó a ocupar una capilla en la iglesia del mismo, vin-culándose desde ahora con la orden. Los miembros de la misma participan en susfunciones y actos públicos, a la vez que los cofrades ayudan a enterrar a los frai-les. Esta relación duró mientras tuvieron vida ambas comunidades.

La cofradía, merced a la euforia que vive la iglesia española del momento,alcanza un gran apogeo durante la mitad del siglo. Su prepotencia indiscutible lelleva al enfrentamiento con la de la Humildad y Paciencia en el ámbito de las for-mas procesionales en el año de 1645. Esta pretende que sus hermanos puedan reali-zar la penitencia pública con la adopción del estatus de sangre. Pero la de la Cruz,a la que se une la del Santo Entierro, discute ese proceder y el respaldo del Vica-rio General, llegando a acudir a la Chancillería de Granada. Finalmente se llega alacuerdo por ambas partes de evitar el trasiego de hermanos.

La riqueza de una cofradía depende, en parte, del número de miembros que laintegran, y mientras mayor es su número más tiende a crecer. Cuando el fasto ylujo de una procesión es grande atrae a gran número de individuos que quieren par-ticipar del mismo. Y más aún en la centuria que corre, en la que las manifestacio-nes del culto externo se hacen grandilocuentes. Se pasa del desfile de nazarenos

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que acogidos al anonimato vigriento que llega a rozar lo telos que lo practican. De ahí 1,cia otras corporaciones. Esta I

Humildad (10).Martín Núñez Herrador

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En el último cuarto del sdencia. Quizás cediera su prqpopular. De cualquier modo,hasta el punto de cuestionarsese incluye Cristóbal Carballo,cumento en el que se señalan:ración: el "establecimiento dese conforma la dicha hermanaumento y no valla a menos, 1mismo sólo quedan unas hojinterés. Destacando el primenmo, dos diputados y un secretla cofradía ... " Se pagará por ~peones que llevaren a el señrdineros y no a grano, que se,demás insinias tanbién a dinréditos y que las insinias estarsalir a pedir los días de fithermanos, se les ha de pedir ocapítulo reconoce que las cons

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Page 37: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

queacogidos al anonimato viven con intensidad el sacrificio impuesto, al rito san-grientoque llega a rozar lo teatral. El espectáculo aumenta así como el número delosque lo practican. De ahí la importancia de evitar la marcha de los cofrades ha-ciaotrascorporaciones. Esta es la raíz del pleito que antes mencionamos con la deHumildad(lO).

Martín Núñez Herrador fue el mayordomo bajo cuyo mandato tuvo lugar elacuerdo.Hasta entonces la cofradía no había sufrido cambios en sus hábitos, almenosde alcance. Seguía rigiéndose por las citadas normas. A partir de entonces,enunafecha indeterminada de la segunda mitad del siglo, hay un cambio en su ré-gimeninterno. Se cierra el cupo de admisión de hermanos hasta los veinte. No te-nemoscerteza del sentido total que esto tiene: si son veinte los individuos que par-ticipanen la estación de penitencia o es el número total de miembros de la confra-ternidad.Otro hito, cuyo uso desconocemos cuándo comienza a tener vigencia, eseldelengrosamiento del cortejo penitencial. El crucifijo aparece acompañado delCristode la Columna. Ambos van sobre sendas parigüelas de pequeñas dimensio-nesllevadas por cuatro peones.

En el último cuarto del seiscientos se notan en la cofradía síntomas de deca-dencia.Quizás cediera su preponderancia a otras que entonces ganan en atractivopopular.De cualquier modo, a principios de los ochenta el abandono es total,hastael punto de cuestionarse su existencia. Un grupo de hermanos, entre los queseincluyeCristóbal Carballo, se empeña en evitar la desaparición. Escriben un do-cumentoen el que se señalan los puntos a tener presente para conseguir la recupe-ración:el "establecimiento de la cofradía de la santa vera cruz. Autos acordados siseconforma la dicha hermandad, para que quede en un pie firme y que valla enaumentoy no valla a menos, para que no se vea perdida dicha cofradía." (11). Delmismosólo quedan unas hojas sueltas en las que se enuncian trece puntos deinterés.Destacando el primero en el que se rige el nombramiento de un mayordo-mo,dos diputados y un secretario que determinen "la práctica y régimen de echarlacofradía... " Se pagará por ser hermano veinte reales. "Otro que los hermanos opeonesque llevaren a el señor de la col una y a el Santo Christo se inpongan adinerosy no a grano, que será a treinta reales cada uno, y los que llevaren lasdemás insinias tanbién a dineros ... " y "otro, que por ser la cofradía corta deréditosy que las insinias están mui lastimadas ... ", se pide licencia al Vicario parasalir a pedir los días de fiesta. Estando el número completo de los veintehermanos,se les ha de pedir ocho reales para entierros de los fallecidos. El últimocapítuloreconoce que las constituciones antiguas, siendo útiles, se han de guardar.

Parece que se conjuró la decadencia, puesto que en la década siguiente, inclu-soen 1689, la cofradía sigue su caminar. En este año fue mayordomo CristóbalCarballoMoreno, sucediendo a Francisco López Frutos. Hasta 1699 le siguenFranciscoLópez Morales, Juan Carballo Rincón y Juan Carballo de Rojas.

Esta última década del siglo es la de la renovación: con ella se encara una nue-vaetapa de alcance para las cofradías. Se costearon nuevos faldones para el pasodel Cristo de la Columna (por 63 reales), así como un nuevo estandarte de da-

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masco verde, tafetán, galón y flecos (por 493 reales). Ello merced a los saneadosingresos obtenidos, que rondaron los 1500 reales anuales.

Para la procesión seguía señalándose el Jueves Santo. El cortejo contempla-ría la misma formación que antaño, si bien ahora se imponen restricciones en elnúmero de integrantes. Cofrades de luz alternarían con los disciplinates. El crucifi-jo iría incorporado a la parigüela, del mismo modo que el Cristo de la Columna.Las insignias eran los estandartes, la cruz de las toallas y la parroquial. Aún se-guía vigente el uso de las pujas para la obtención de los cargos de responsabilidaden la procesión y la posesión de las insignias.

SIGLO XVIll

Comienza el siglo Francisco López Morales repitiéndose en el cargo de ma-yordomo. Se sigue la línea comenzada unos años antes, reorganizándose en su or-den interno y mejorándose el ajuar litúrgico y procesional. Entre 1702 y 1704 segastan 30 reales "que costaron ocho ramos para el adorno de las andas de las imáje-nes"; 300 relaes que "inportó un palio que se iso para la desensia i culto de lasimájenes"; cuatro faroles para las andas del Santo Cristo, a 100 reales (12). Conti-núan así los siguientes años. Incluso en 1705 se gastaron 22 reales y 17 marave-díes en "la hechura de una peluca para el señor".

A pesar de todo, no hemos de pensar en la acumulación de grandes riquezas.Veámos, por ejemplo, algunos de los bienes que posee en 1705. Casi todo es deuso propio de la Cuaresma: cuatro faroles de hojalata, ocho ramos de colores, unatrompeta de azófar, un palio nuevo de tafetán doble, cuatro faldones viejos dedamasco verde, otros de tafetán negro, cuatro manguillas de lo mismo; para ador-no de la capilla tiene una lámpara de azófar y otra de plata, ésta para el altar (13).

Entre 1700 y 1750 la regularidad en su salida penitencial, así como la nor-malidad en su administación, le aseguran una situación tranquila. Entre esos dosaños ocupan la mayordomía los siguientes individuos: Francisco López Morales,Juan de Liñán Lemas, Francisco López Frutos, Juan del Pozo, Juan CarballoRincón, Marcos Carballo Alférez, Marcos Carballo Corona, Bartolomé CarballoRebollar, Cristóbal Carballo Moreno, Alonso López Morales, Franciso Ponce deVera, Bartolomé Carballo de la Carrera, Fernando de Liñán Caballero, Alonso Gar-da Rebollar, Juan Carrera Carballo de la Vega, Antonio de Rojas y Diego Carba-110 del Pozo. Entre 1740 y 1743 ocupa el cargo María Elena Morales; es un datointeresante que prueba la intervención de las mujeres, no sólo como cofradas, sinotambién en cargos de responsabilidad.

En la conducción de esta institución aún siguen vigentes las primitivas orde-nanzas, si bien con los nuevos tiempos han cambiado algunas cosas. Ya no apare-cen alusiones al número cerrado de hermanos, es probable que con el crecimientopoblacional habido en la villa fuera obligado abrir las puertas a más fieles. Lo quesí está claro es que la dirección la lleva un grupo muy cerrado, podríamos hablar

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de una élite. También se hnuevos pasos: el de Nuestnra vez la Cruz de los MaJestas imágenes siguen siend

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A principios del siglo XIsia exconventual de la Mercedlas imágenes de San Juan y la

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de una élite. También se ha mejorado la estación de penitencia, añadiéndose dosnuevospasos: el de Nuestra Señora y el de San Juan; asimismo se cita por prime-ra vez la Cruz de los Martirios -a veces la cruz de las toallas-. El soporte deestasimágenes siguen siendo las menudas parigüelas llevadas por cuatro peones.

Tenemos la certeza de que la imagen de la Virgen sale en procesión por pri-mera vez en el primer tercio del siglo en curso. No sabemos si antes acontecióeste hecho. Quizás hubiera en la capilla del convento una ymagen de la misma.Volvamos a las reglas primitivas en las que se estipula, en el capítulo 42, "queldíade sancta maría de agosto de cada un año aderecen vna imagen, lo mejor queellospuedan, la qual sea de nuestra señora para lleballa en unas andas en la dichaprocesión... " (14) No sabemos más a este respecto.

Del San Juan la primera noticia es de 1710; entonces decide la hermandadcomprarle un manto (15). Con esta figura se completa el espectro de la estaciónpenitencial, que se desarrolla de este modo: la Santa Vera Cruz, llevada por cuatrohermanos, seguida del Cristo de la Columna, con el mismo número de peones, aligualque el de Nuestra Señora, en pos de él. San Juan va detrás, y finalmente, laCruz de los Martirios (16). Además, el estandarte, la campanita y la trompeta.

Continuaba la hermandad ocupando su propia capilla en el convento de losMercenarios Descalzos. Y ésta estaba en el mismo solar de la primitiva ermita deSanta Cruz. En una visita girada entre 1739 y 1740 se cita esta capilla junto aotrade la iglesia de los franciscanos, "en virttud de que eran yglezia o hermitasanttesde darse a los conbenttos ... " (17)

A mediados del siglo la cofradía del "Sanúsimo Cristo de la Vera Cruz", go-zabade las rentas de 3 parcelas de tierra: una de secano, en el Acebuchal, de 16aranzadasy primera calidad, con barbecho; 6 aranzadas de secano, en el sitio de laSancha, también de primera calidad, con barbecho; y 16 fanegas más (18).

Hasta su extinción en el siglo XIX subsistió con la modestia que no había te-nidoaños antes. En 1793 aún poseía un censo del vínculo de Cardedales, pagadoporManuela Martínez (19). A tenor de este dato deducimos que para continuar ins-tituídadebió de ajustarse a la normativa de Carlos I1I, formulando unas nuevas re-glasque, desafortunadamente, no han aparecido.

En 1823, concluyéndose el Trienio Liberal, se realiza un inventario de su ar-chivo.En este momento conserva cuatro copias de escrituras, un libro en pergami-node 43 hojas, un libro de cuentas de 119 hojas, y otro de 265 hojas "que se titu-la razón de la Hermandad" (20). ¿Se deshizo la corporación en este año? Más biendebióde suceder con las expropiaciones de las décadas posteriores, al perder laspocasrentas que conservaba y la capilla.

A principios del siglo XIX se hallaba aún en la nave del Evangelio de la igle-siaexconventual de la Merced, un altar dedicado al crucifijo de la Vera Cruz, conlasimágenes de San Juan y la Magdalena (21).

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NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

ORIGENES: LA COFRADIA DEL DULCE NOMBRE

La Orden Dominica, una de las más celosas en la preservación de la doctrinacatólica, tristemente famosa por su intervención en la Inquisición, jugó un im-portante papel en la organización de las actividades doctrinal es con la creación y di-fusión de una serie de devociones particulares. Entre otras, la que ahora nos ocupa,es decir la del Dulce Nombre de Jesús. Comenta Bermejo que la primera herman-dad que atendía a este nombre fue creada en la ciudad de Burgos hacia 1550,

en el convento de San Pablo. A Fr.Diego de Victoria, del dicho estableci-miento, es a quien se debe esa idea,"para remedio de la deprabada costum-bre de blasfemar, votar y jurar" (22),en definitiva, para defensa del Segun-do Mandamiento.

Esta iniciativa se extendió por di-ferentes lugares de la Península, te-niendo como respuesta la creación dediversas hermandades. Para su regula-ción el mismo dominico elaboró unasreglas, impresas en Valladolid en1557 y aprobadas por el papa Pío IV,el mismo que confirmó las confraterni-dades nacidas para su promoción; adju-dicando su institucionalización a la or-den de Predicadores. Con la expedi-ción de dos bulas, una el 13 y otra el15 de abril de 1564, animaba a los fie-les a entrar en ellas. El mismo pontí-fice concedió diversas gracias, entreotras la de la posibilidad de una cele-bración pública de la fiesta de la Cir-

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La cofradía inició sus and:la Asunción que no era de su pción de gloria, a diferencia de 1si celebraba procesión; lo máscipal, la de Circuncisión, el dílsu nombre.

También los Dominicos tResucitado. Así como a imitsasunto del Nombre de Jesús, témisma corporación dedicó su testado. Durante el mandato dellano Pedro de la Cueva una im1 de marzo de 1601. Las condi:son las siguientes: debe ser "deea": por otro lado el artíficehade llebar sus molduras por todnao .. que el dicho Xpo baya el

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oen los tres antecedentes confesor para la remisión de todos los pecados.El reconocimiento de estas hermandades fue tal que portodas partes se estatu-

yeron:fundándose a nivel de parroquias, haciendo caso omiso a las disposicionespapales.Ello originó diversas polémicas, con lo que el Papa Pío V adjudicó laerecciónde las mismas exclusivamente a los dominicos, aunque en algunos casosconla licencia del Provincial o Prior más cercanos.

Clemente XIII, por un breve firmado en 1575, insistió en lo dicho, favore-ciendoa estas hermandades con las gracias que gozaban las del Rosario. Recibióotrosprivilegios por tres breves de 1580 y 1583.

Por lo que respecta a nuestra provincia, fue el Arzobispo don Cristóbal deRojasy Sandoval el principal difusor del Dulce Nombre de Jesús, instituyéndoloporun edicto Sinodal -15 de enero de 1572- en todos los pueblos de su jurisdic-ción.

La de Lora del Río se puede considerar como una de las más antiguas. Losprimerosindicios de su existenica datan de 1565. En la visita de la parroquia, efec-tuadapor el Vicario General el 19 de mayo de este año, entre los bienes relaciona-dos,aparece "una arqueta con dos cerraduras, questájunto a la capilla del órgano,enque se hecha la limosna de la cofradía del nombre de Jhesus" (23). El origen dela misma es un poco oscuro, por cuanto la situación de la villa lo permite. Nohayninguna fundación dominica que se encargara de este establecimiento. Quizásfuecometido del propio Prior de la orden de San Juan. Mencionemos que tambiénlahermandad del Rosario fue una creación dominicana y desde muy temprano yalaencontramos en nuestro pueblo. También pudo acogerse a una petición especialdelPrior sanjuanista al Provincial de la congregación hispalense. Como veremosmásadelante, para la fundación de una cofradía del Carmen en Lora fue preciso elpermisode los carmenlitas de Carmona.

La cofradía inició sus andanzas en una capilla de la iglesia de Santa María delaAsunción que no era de su propiedad. Tendría la conformación de una corpora-ciónde gloria, a diferencia de lo que acontecía con la titular sevillana. Ignoramossicelebraba procesión; lo más probable es que sí, coincidiendo con su fiesta prin-cipal,la de Circuncisión, el día en que, según San Lucas, al Niño Jesús se le diosunombre.

También los Dominicos tenían especial predilección por el tema del CristoResucitado. Así como a imitación del ejemplo sevillano se adoptó en Lora elasuntodel Nombre de Jesús, también se hizo lo mismo con el del Resucitado. Lamismacorporación dedicó su tiempo a la adoración de la imagen de Jesús en esteestado.Durante el mandato de Cristóbal Nieto la cofradía encargó al escultor sevi-llanoPedro de la Cueva una imagen del Resucitado. El contrato está fechado el día1demarzo de 1601. Las condiciones que han quedado fijadas en este acta notarialsonlas siguientes: debe ser "de dos baras de alto (l ,60 ms.) dende el pie a la cabe-ea"; por otro lado el artífice ha de hacer "una peana en que baya el Xpo, la qual ade llebar sus molduras por todas quatro bandas ... con un letrero en la dicha pea-na... que el dicho Xpo baya ensima de la dicha peana muy fuerte, que aunque lo

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lleben en onbros no se caiga". También ha de ejecutar los adornos: "con un pañoque salga de la dicha madera, que sirbe de toalla, por entre las piernas ... a de llebaruna diadema en la cabeca ... y una vara en la mano, con su bandera de tafetán car-mesí, y a el rremate de la dicha bara a de llebar una cruz ... y demás desto tengo deponer al dicho Xpo una banda de tafetán colorado que benga dende ensima del hon-bro ysquierdo y remate debajo del braco derecho." (24) Este simulacro debía de sa-lir la mañana del Domingo de Resurrección.

LA UNION CON LA DEL SANTO ENTIERRO

En la primera mitad del siglo XVII ocurrió un hecho que cambió sus estructu-ras: la fusión con la cofradía del Santo Entierro.

Extramuros de la población existió en el siglo XVI una ermita dedicada aSan Idelfonso, en ella tuvo su nacimiento una congregación que ocupaba su tiem-po en el recordatorio de la muerte de Nuestro Redentor. Los primeros pasos losdesconocemos, pero podemos imbricarlos con la corriente gestora que movió a laorganización de otras de similares características en toda la provincia. Era rigurosaen su luto y seriedad, preocupada de promover el culto al Cristo muerto.

. Desde siempre la muerte se ha abatido sobre la humanidad indefensa convir-tiéndose en un hito de constante presencia. Incluso hubo épocas, como sucedió endeterminados siglos de la Edad Media, que se la contempló como un tránsito dolo-roso. En cambio, el cristianismo pugnaba por borrar esa imagen para convertirlaen una liberación. Igualmente la muerte de Jesucristo fue el símbolo de laredención del género humano. De ahí que la contemplación de la imagen de Cristoyacente sea la del acto último de salvación.

De 1645 es el documento más antiguo que cita a la "cofradía del Dulce Nom-bre de Jesús y Soledad de Nuestra Señora y Entierro de Cristo" (25). Para entoncesestá emplazada en la ermita de San Ildefonso. Se comprende con el texto que laantigüedad de la corporación en su vertiente de disciplina es muy antigua, tantoque ostenta la misma preminencia de la Vera Cruz. Siendo mayordomo Antón Gar-cía Aguilar entabló una causa contra la de la Humildad y Paciencia en defensa desus privilegios procesionales (26).

En este punto es preciso observar un hecho interesante y repetido en otros lu-gares de nuestra provincia. Comentamos antes que durante la primera mitad del si-glo XVII esta cofradía y la de Vera Cruz fueron las únicas que discurrieron en Se-mana Santa con disciplinantes. Es precisamente esta dualidad la que se dio enmultitud de pueblos. Estas compiten con todas sus posibilidades por adquirir laprepotencia. Así la cofradía de la Cruz (en Lora, de la Vera Cruz) y de la Soledad(en Lora, Nuestra Señora de la Soledad y Santo Entierro) llegan a dividir a pue-blos enteros en un sistema de relaciones dual, estableciendo incluso competenciasa otros niveles. Isidoro Moreno ha llamado la atención sobre este fenómeno, preci-sando que en ambos grupos se llega hasta la endogamia (27).

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Anll

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Aruigua ermita de San Ildefonso

Escena de la vida de San IldeJOfLSO.en la actualidadse encuentra en la iglesia de la Asunción

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Hay una laguna informativa que silencia el discunir a lo largo de todo el si-glo XVII. Aparte de la noticia de 1645 no hay más datos, a excepción del nombrede los mayordomos que dirigieron a la hermandad tras esta fecha: Diego de Alanísy Gaspar de Talavera.

En la segunda mitad del siglo se reparte con otras tres cofradías de penitenciael interés de los loreños, lo que no obsta para que se asentara con solidez. Regula-da por unas ordenazas que desconocemos, pero que tendrían gran similitud conotras que hemos mencionado, evolucionaría discretamente a lo largo de esoslustroso Hay un cambio en la nomenclatura adoptada por la institución: se hizousual la denominación de cofradía "de la Soledad y Santo Entierro de Cristo".

La década de los ochenta fue una época funesta. La decadente situación de lapoblación se vio reflejada en las cofradías. Suponemos que la villa sufrió las con-secuencias de alguna epidemia que mermó su población. Incluso esta crisis de sub-sistencia se extendió a la década siguiente. La relajación había ido desmejorando laimagen de las procesiones, hasta el punto que el Vicario acabó tomando medidasen el asunto: prohibió el uso del capirote, al que se achacaban las licencias yescándalos cometidos. Francisco Carballo Rebollar, presbítero, mayordomo, enunión de los mayordomos de otras congregaciones, solicitó la remisión de esta pe-na aduciendo el decaimiento que estaban sufriendo debido a esta resolución (28).

EL SIGLO XVIII

Una figura destacada en la historia de la cofradía, en el tránsito al sigloXVIII, fue Francisco Carballo Rebollar. Fallecido hacia 1707, fue un eslabón ne-cesario en la mejora de los recursos económicos. En su testamento menciona doscensos que cobraba, uno sobre casas y olivar, comprado a doña Leonor de Beas, yotro que paga Juan de Nabas. En el mismo documento refiere a la cofradía comola "del Dulsísimo nombre de Jesús y soledad de nuestra señora" (29).

En el curso del primer cuarto del siglo se reformó la ermita y se enriqueció elmobiliario, incluso se contrato la hechura de una imagen del Cristo yacente. Eldía 25 de marzo de 1714 Miguel Corchado Huertas y Pedro López del Castillo,hermanos de la corporación, pagaron trescientos reales que debían a José Tomey,escultor sevillano, por la hechura de un "Jesucripto Nuestro Señor difunto" (30).Esta talla se conservó hasta el desastre del año 1936.

A pesar de la renovación habida en la sede de la cofradía, dada la antigüedad desu fábrica, acabó arruinada. No olvidemos que esta advocación se detecta en el pue-blo ya en el siglo XIII (31). En 1739 se había denibado (32).

La comunidadd nazarena debió de trasladarse a otro lugar. Tal vez se instalóen alguno de los conventos, al que daría su nombre. En efecto, en 1732 se cita elconvento del Dulce Nombre de Jesús (33).

Años después, en 1743, aparece Bartolomé de Quintanilla como mayordomo(34). En los cincuenta años que quedaban para la finalización del siglo, la cofradía

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consiguió el respaldo unánirciente para costear la obra d

El catastro de Ensenadrde la Soledad" la propiedadmán o Lagunas, así como I

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También se extinguió Lmer cuarto del siglo XIX. Lzo de 1834 doña María dellles, los mismos que en 1844rada. Con ellos se pensabaYmágenes, en la Parroquia (

Efectivamente, en 188(un altar de la parroquia. La ~tencias y una corona de espSan Juan Evangelista. El altmármol, y de orden compue

Años después había caiel retablo era neogótico y líel Crucificado y a los ladosexpuesto el Cristo yacente e

Pero, ¿qué sucedió a la 1te durante el siglo XIX. Lomo mal entendido o de la de:rición antes de 1840.

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consiguióel respaldo unánime del pueblo, hasta el punto de llegar a reunir lo sufi-cientepara costear la obra de su nueva ermita.

El catastro de Ensenada otorga a la "cofradía y hermandad de Nuestra Señoradela Soledad" la propiedad de un cuarto de aranzada de olivar, en el sitio de Ro-mán o Lagunas, así como censos de 300,10,10,26'13,33,16'17 Y 16'17 realesanuales(35). Y, a pesar del modesto capital, la hermandad reedificó su antigua igle-sia.En un acta capitular de 1774 se comenta este acontecimiento: la citada iglesia"quese esttá fabricando de nuestra Señora de la Soledad, a expensas de limosnas ydela Hermandad de la misma Señora ... " (36)

También se extinguió la cofradía con las turbulencias revolucionarias del pri-mercuarto del siglo XIX. La ermita perdió, pues, a sus huéspedes: el 11 de mar-zode 1834 doña María del Rosario Montalbo la recibió a censo de cuatro mil rea-les,los mismos que en 1844 se comprometía a pagar su marido, el conde de Mejo-rada. Con ellos se pensaba "construir un altar para la colocación de las SagradasYrnágenes, en la Parroquia de la villa." (37)

Efectivamente, en 1886 ya se encontraban instaladas las citadas imágenes enunaltar de la parroquia. La Virgen poseía corona y cuchillo sobredorados; unas po-tencias y una corona de espinas el Santo Cristo, y una diadema y media palma elSanJuan Evangelista. El altar de la Soledad era neoclásico, de madera imitando almármol, y de orden compuesto (38).

Años después había cambiado la decoración de la capilla de la Soledad, puesel retablo era neogótíco y las imágenes se distribuían de otro modo. Al centro ibael Crucificado y a los lados San Juan Evangelista y la Soledad; a los pies estabaexpuesto el Cristo yacente (39).

Pero, ¿qué sucedió a la hermandad? Tenemos nuestras dudas acerca de su suer-te durante el siglo XIX. Lo más probable es que sufriera el estigma del liberalis-momal entendido o de la desamortización: lo que en definitiva la llevó a la desapa-rición antes de 1840.

47

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HUMILDAD Y PACIENCIA

A principios del siglo XVII, un grupo de fieles devotos, en conmemoraciónde los sufrimientos de Nuestro Redentor, fundó una cofradía; éstos quisieron recor-

. dar uno de los más dolorosos momen-tos de la Pasión, aquél en el que seunió la vejación física de los azotes ala moral del despojo y abandono.

Según reconoce la propia corpora-ción en 1645 (40), para su organiza-ción tomó como modelo la de la Hu-mildad que radicaba en el convento deSan Basilio de Sevilla, así como la deCarmona. La sevillana se fundó a fi-nales del siglo XVI en el hospital deSan Lázaro, si bien tenía ya capillapropia en la iglesia de los Basilios en1621 (41). Podemos fijar el nacimien-to de la loreña antes de la década de losveinte. Es probable que la vía de pene-tración de esta advocación fuera Car-mona, pues en esta cuidad tan cercanaa nuestro pueblo ya existía antes de1604, año de aprobación de su reglas(42).

En una fecha tan temprana como1622 la hermandad solicitó a DiegoGarcía de Santana, pintor de imagine-ría de Sevilla, que hiciera "una hechu-ra de Xpo, de pasta fina, de la umildade pacyencia, que tenga dos baras de al-to, sentado sobre un riesco; la mano

derecha en la mejilla, con su corona de espinas y soga a la garganta, bien hecho yacauado ... " (43).

La cofradía se estableció en una de las capillas de la iglesia del convento deSan Antonio. En principio se denominó "Cofradía de la Cuerda y Sagrada Humil-

)

Dibujo 4Cristo de la Humildad y Paciencia

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dad y Paciencia de Cristo",almenclatura se comprende qlmandad sevillana: la de la Oa la de la Humildad (44).

Los jueves por la tarde I

sólo hermanos de luz. No obseo expreso de los hermano,discutido por las de la Vera I

güedad querían ser las únicpertinente petición al vicarirlas otras este deseo. Por faltatió el cambio. Hubo una apelétar fuera de plazo quedó sin I

Vicario: por auto capitular dtencia, aunque prohibió que(45).

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Aproximadamente a meposible tuvieran como base 1:la oportunidad de confirmar I

sí existen las reglas de la con,de normas que podrían habercia de una conducta honesta I

celebración de dos cabildos, 1

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Por contra la junta directiyordomos -de fábricas y de lihermanos mayores. ConocemFrancisco López Quirós, majQuirós, alcaldes; Antonio y S¡nos mayores y oficiales: MartDiego Alanís, Pedro GarcfaeHa, Miguel López Linares,Guerra, Diego de Cea (47).

De entre todas las actividdestacaban las referentes a la !

hermanos difuntos), y la festiiPura y Limpia Concepción. ~

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dady Paciencia de Cristo", aludiendo a ese crucial momento. Atendiendo a esta no-menclaturase comprende que también tuvo en cuenta el precedente de otra her-mandadsevillana: la de la Columna y Azotes, que en el arreglo de 1623 se agregóa lade la Humildad (44).

Los jueves por la tarde tenía señalada su hora de salida, llevando en sus filassólohermanos de luz. No obstante, esta situación cambió en 1645, cuando por de-seoexpreso de los hermanos pasó a imponerse la penitencia. Este acto fue muydiscutidopor las de la Vera Cruz y del Santo Entierro, que valiéndose de su anti-güedadquerían ser las únicas con este estatuto. La de San Antonio realizó lapertinentepetición al Vicario General, el cual, mediante auto capitular notificó alasotraseste deseo. Por falta de respuesta de ellas a la autoridad eclesiástica permi-tióel cambio. Hubo una apelación ante la Chancillería de Granada, aunque por es-tarfuera de plazo quedó sin efecto. La última puntualización al respecto la dio elVicario:por auto capitular de 30 de enero de 1646 se ratificó en su anterior sen-tencia,aunque prohibió que los hermanos de las dos primitivas pasasen a ésta(45).

A partir de entonces comenzó a salir en esta forma, acompañando los herma-nos,tanto de sangre como de luz, a un paso con una imagen del Santo Cristo des-puésde los azotes, en la forma usual.

Aproximadamente a mediados de este siglo se elaboraron las reglas, que, esposibletuvieran como base las de la cofradía matriz de Sevilla. No hemos tenidolaoportunidad de confirmar este aserto, pues no existe el documento. En cambiosfexisten las reglas de la congregación carmonense. En ellas se exponen una seriedenormas que podrían haber sido incluídas en la que estamos estudiando: exigen-ciade una conducta honesta de los hermanos y que éstos sean castellanos viejos;celebración de dos cabildos, uno el domingo después del Corpus, para nombrar alosoficiales, y otro el Domingo de Ramos, para estudiar la salida procesional. Encambiohay un punto en el que se observa un cierto desacuerdo, y es en la compo-siciónde la jerarquía de la hermandad: hay cuatro diputados, un muñidor, dos alcal-des,un escribano y un prioste o hermano mayor (46).

Por contra la junta directiva de la cofradía loreña estaba formada por dos ma-yordomos -de fábricas y de librete-, dos alcaldes, dos diputados de cuentas, y loshermanos mayores. Conocemos la junta compuesta en el año citado de 1645 porFrancisco López Quirós, mayordomo de librete; Francisco López y Juan LópezQuirós, alcaldes; Antonio y Sebastián Rodríguez, como diputados; y como herma-nosmayores y oficiales: Martín Muñoz del Canto, Francisco Frutos, Juan Núñez,DiegoAlanís, Pedro García Corona, Juan Carballo Aranda, Juan Carrera Santola-1Ia,Miguel López Linares, Lucas Hernández, Jerónimo González, FranciscoGuerra, Diego de Cea (47).

De entre todas las actividades que realizaba la confraternidad, como siempre,destacaban las referentes a la salida procesional, los cultos anuales (con misas porhermanos difuntos), y la festividad propia de la corporación, en este caso la de laPura y Limpia Concepción. También era importante la labor asistencial, soco-

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rriendo a los pobres y enfermos, velando a los moribundos y enterrando a losdifuntos. -

La cofradía tiene el resto del siglo un ligero crecimiento, indudablemente porla reñida competencia con las de penitencia citadas anteriormente, a las que seunió la de Jesús Nazareno. Las mismas circunstancias adversas que vivió a prin-cipios de la centuria siguiente. Así, durante los catorce años que ocupó el cargo demayordomo Alonso del Pozo (1722-1736), los gastos que tuvo sumaron los 4808reales y 21 maravedís (48). Con ellos sólo se pagaron los sermones de SemanaSanta, cera, subsidios, aceite para la lámpara y otros gastos. De modo que el aco-pio de los bienes de su propiedad tuvo lugar durante el XVII. Con el correr del si-glo parece que disfrutó de una cierta mejora, muestra de ello son las cuentas delaño 43, en las que se incluye un gasto de 1831 reales y 24 maravedís, por 881 rea-les y 31 maravedís de ingresos (49). Y confirmado por la relación del catastro deEnsenada, en la que se mencionan como propiedades hasta 22 aranzadas de olivar,que se supone devengan 1461, 14 reales de renta anual (50). Como vemos, se ha-bía convertido en una de las que más propiedades había acumulado, incluso fue enaumento; en 1756 tenía una nueva parcela de una aranzada de olivar, en el corralde Granados, así como una casa en la plaza pública, "a el Arco del Hospittal"(51). A pesar de esta riqueza no existen noticias de lujo alguno. Pero no cabe dudaque tenía sus cultos anuales, con misas a hermanos difuntos que oficiarían losfranciscanos, y otros actos habituales de este tipo de corporaciones. Entre todosellos destacan los celebrados en la Cuaresma, principalmente el Jueves Santo, eldía en que realizaba su procesión. Esta tenía la salida de su propia capilla, situadaen la iglesia del convento de franciscos, realizando el itinerario de las cinco estacio-nes, entre las que se incluía la iglesia mayor. A la imagen titular acompañaba uncortejo en el que abundaban los disciplinantes, mientras que era menor el númerode hermanos de luz, habida cuenta del escaso volumen de cera que se compraba.

La última noticia que tenemos de la Humildad es que aún en 1823 existía.Pensamos que la desaparición de la misma tuvo lugar en este mismo siglo, y fuefruto de la antipatía liberal por estas actividades (52).

50

JECuando los loreños, allá I

gados por lo que considerabanaplacarla con la ayuda de SanYa hemos señalado anteriormtrfada de las devociones predil

Tan querido era que ya elnía su propia ermita, sufragafieles devotos. En su altar p:una imagen del mártir asaetealas calles de la población en SI

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cha desconocida, que debiódepios del siglo XVII, se comeitos a Jesús Nazareno, en la elbastián. Era la imagen titularque se había fundado por esosras noticias fiables son del fin;cio del siglo, cuando se cita aen diversos testamentos. Pero I

tad del siglo apenas tuvo trasomás que una modesta cofradídel santo patrón del pueblo, )agregando como única posibilvivir a los malos tiempos.

LA SEGUNDA MITADEl momento más lúcidc

nuestra corporación comienz:años setenta. La imagen de Nsús por entonces había ganadtgio como milagrosa, sustituyhemos visto, compartía la titulcambio de advocación del 11Nazareno, como ya se la titulala de San Sebastián. No es ext

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JESUS NAZARENO

Cuando los loreños, allá por los siglos de la baja Edad Media, se veían casti-gadospor lo que consideraban era la cólera divina, en muchas ocasiones quisieronaplacarlacon la ayuda de San Sebastián. A él pedían el auxilio en días de dolor.Yahemos señalado anteriormente que junto a Santa Ana y la Virgen formaba latríadade las devociones predilectas del siglo XVI.

Tan querido era que ya en el siglo XVI te- .--...-.....----,.,.--,.,.-.------nía su propia ermita, sufragada por todos susfielesdevotos. En su altar principal figurabaunaimagen del mártir asaeteado. Este recorríalascalles de la población en su onomástica, talcomoha sucedido hasta nuestros días.

No sabemos cúando ni cómo, en una fe-chadesconocida, que debió de ser hacia princi-piosdel siglo XVII, se comenzó a rendir cul-tosa Jesús Nazareno, en la ermita de San Se-bastián.Era la imagen titular de una cofradíaquese había fundado por esos años. Las prime-rasnoticias fiables son del final del primer ter-ciodel siglo, cuando se cita a la congregaciónendiversos testamentos. Pero en la primera mi-taddel siglo apenas tuvo trascendencia. No eramásque una modesta cofradía vinculada a ladel santo patrón del pueblo, y a ella se acabóagregando como única posibilidad para sobre-vivira los malos tiempos.

LA SEGUNDA MITAD DEL XVIIEl momento más lúcido de la vida de

nuestra corporación comienza a partir de losaños setenta. La imagen de Nuestro Padre Je- Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagensúspor entonces había ganado un gran presti- destruida en 1936, de Montes de Oca ..

gio como milagrosa, sustituyendo incluso a San Sebastián con el que, comohemosvisto, compartía la titularidad de la hermandad. Fruto de ese prestigio es elcambio de advocación del lugar sacro de asentamiento. La ermita de JesúsNazareno, como ya se la titula en 1668, estaba emplazada en el mismo lugar quelade San Sebastián. No es extraño, puesto que ambas imágenes habían unido sus

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cultos. La del Santo, de unas características puramente medievales, había cedidoen atractivo a la de Jesús, de ahí el cambio de advocación de la ermita. Lo que noshace dudar es el edificio en sí: ¿era el mismo? Los únicos indicios que tenemos alrespecto señalan que en el período que estamos estudiando la fábrica estaba muydañada. Probablemente el edificio había sido modificado a inicios de esta centuria.

En 1672 se pagaron 1529 reales a los aserrado res que procuraron la madera pa-ra la obra; 1828 reales a Antonio Caballero, maestro albañil de Carmona, por suintervención en la misma, 540 reales se emplearon en comprar cal, 495 por los3.000 canalones, 330 reales por 2.000 ladrillos, 54 por las 27 carretadas de piedray 427 reales por los cortes de pinos. Diego Pérez, carpintero, recibió 30 reales porobrar los tirantes (53). Entre 1673 y 1675 se detallan en las cuentas de la her-mandad otras partidas de dinero empleadas en diversas rehabilitaciones. Se enmade-ró la iglesia, gastándose en ello 164 reales; 159 reales costó la vidriera que sepuso, 169 reales por el yeso y 96 por los alisares -azulejos-; además se pintó unescudo -ello nos indica la existencia de algún patronazgo sobre la ermita-, por loque se dieron a Francisco Sánchez, pintor, 40 reales. El descargo más generoso setuvo con Antonio Caballero "maestro de aluañil vezino de la ciudad de carmona" ,al que se le pagó 2072 reales por finalizar su intervención (54). Las obras fueronconsistentes, y no únicas, ya que antes y después de estos años se atestiguan dife-rentes pagos por otras obras en la iglesia y su entorno.

El instituto nazareno tenía reglas aprobadas por el Vicario, desafortunadamen-te desaparecidas. Entre sus normas de comportamiento podemos destacar algunas.El consejo de oficiales estaba formado por un Mayordomo de Fábricas, el de Libre-te, un Alcalde y dos Diputados de Cuentas, todos ellos elegidos de entre los Her-manos Mayores, que eran once. Estos puestos se nombraban anualmente el 20 deenero, día de San Sebastián. Para la mayordomía de fábricas había una propuestadel mayordomo saliente, pasándose a votarla todos los hermanos mayores. Luegoel nuevo mayordomo nombraba al mayordomo del Librete, y tras ello los diputa-dos de cuentas y alcalde. Las reuniones de cabildos, sobre todo a la hora de las elec-ciones de oficiales, eran a veces muy reñidas.

El Domingo de Ramos los hermanos se reunían en Cabildo en especial parala disposición de la salida de la procesión. La posesión de cada insignia era otor-gada por subasta pública de todos los hermanos. Su cargo se daba en dinero o entrigo. Por ejemplo, en 1673, los precios alcanzados variaban entre la fanega de tri-go que costó la campanilla, hasta las seis fanegas del estandarte primero. Los ofi-ciales solían tomar algunas de estas insignias, dando a entender el disfrute de ciertariqueza.

La estación de penitencia tenía lugar el Viernes Santo por la mañana. La dis-tribución de las insignias era como sigue: al principio iba la campanilla con tañi-do fúnebre, tras ella, llevando la dirección, la Cruz de Jerusalén acompañada de her-manos con bastones; seguían el estandarte primero, el Senatus, más hermanoscon bastones y cintas; el Santo Cristo con la cruz a cuestas con hermanos con ha-chas; el estandarte segundo, también con acompañamiento de hachas, daba paso al

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tramo en el que iba el pasod¡ella el San Juan y la Magdalepaso de la Verónica, que ibafilas de nazarenos, los bastorolvidar era el de la música desia mayor.

En la Cuaresma se realizlos oficios y misas del Viende "la fiesta de los nasarenos"ban sermones durante toda espre de cuenta de los frailesSan Antonio de Padua, auncbién participan los mercedarír

Otra festi vidad quecelebrcon esmero era la del día de21 de enero. Este día salía ento con acompañamiento de 1,hachas o velas. Había sermónnos del convento de San Antebién actividades de más bulli:hetes la noche de la vípera )mayor -hasta 56 reales en col1692-.

Conocemos también lala organización de los actos dti. En las cuentas de 1670ap:data: "Yten se le descargantredieron a los gitanos para la j

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mos considerado, a pesar de (que era habitual: el tumulto. Icorregir en el cabildo celebracon que se pierde mucho deintroversión y seriedad de losalgarabía en las procesiones)no sólo en nuestra villa, tanllegaron a ser habituales. Erreducción de cofradías, ordenabril de 1623. Incluso, añosdtllevaran el rostro descubierto.

De los individuos que tude la corporación, destaquemc

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tramoen el que iba el paso de Nuestra Señora de la Soledad, con las hachas, y trasellael San Juan y la Magdalena, cada uno en sus andas; el último tramo era el delpasode la Verónica, que iba antecedida por el tercer estandarte. Dispersos por lasfilasde nazareno s, los bastones de plata. Otro acompañamiento que no debemosolvidarera el de la música de capilla, dirigida por el Maestro de Capilla de la igle-siamayor.

En la Cuaresma se realizaban otros actos,losoficios y misas del Viernes Santo, el díade"lafiesta de los nasarenos" (55). Se celebra-bansermones durante toda esta semana, siem-pre de cuenta de los frailes del convento deSanAntonio de Padua, aunque a veces tam-biénparticipan los mercedarios.

Otrafestividad que celebrabala hermandadconesmero era la del día de San Sebastián, el21deenero. Este día salía en procesión el San-to con acompañamiento de los hermanos conhachaso velas. Había sermón de los francisca-nosdel convento de San Antonio, aunque tam-biénactividades de más bullicio, se tiraban co-hetesla noche de la vípera y durante la misamayor-hasta 56 reales en cohetes y ruedas en1692-.

Conocemos también la participación enlaorganización de los actos del Corpus Chris-ti.En las cuentas de 1670 aparece la siguientedata:"Yten se le descargan treinta reales que sedieron a los gitanos para la fiesta del día delcorpuschristi" (56).

Hay un hecho que hasta ahora no había-mosconsiderado, a pesar de que no cabe dudaqueera habitual: el tumulto. Como se trata decorregir en el cabildo celebrado en 1673, "ay mucho desorden y poca deboción,con que se pierde mucho de la deboción de las fiestas" (57). Los tiempos de laintroversión y seriedad de los cofrades pasaron, durante el XVII y el que sigue laalgarabía en las procesiones y otras festividades parece ser la nota dominante. Yno sólo en nuestra villa, también en otros lugares el alboroto y el escándalollegaron a ser habituales. En Sevilla fue uno de los motivos que indujo a lareducción de cofradías, ordenada por el Consejo de Castilla en un bando del 1 deabrilde 1623. Incluso, años después la misma autoridad ordenó que los nazarenosllevaranel rostro descubierto.

De los individuos que tuvieron una importante participación en la direcciónde la corporación, destaquemos los mayordomos de fábricas, tal vez los que tenían

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San Sebastián, figura situada en elRetablo Mayor de la iglesia parroquial.

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la mayor responsabilidad sobre la misma. De 1680 a 1698 se suceden los siguien-tes mayordomos de fábricas: Fernando Ponce de Vera, Juan García de Santaolalla,Bartolomé Francisco de Quintanilla, Francisco de Avila, Domingo Llorente Carri-llo, Francisco de Cea, Juan L6pez de Quir6s, Francisco de Vega. De ellos Fran-cisco de Avila y Cervantes se convirtió en una de la figuras más eficaces quetuvo la hermandad. Nombrado por primera vez en 1685, repitió en su cargo en1687, 88, 89, 90, 91 y 92. En este período los nombres se repiten, demostrando-nos que la oficialía pertenecía a un círculo muy cerrado.

Como un botón de muestra de la acogida popular que tenía esta cofradía, vea-mos algunos de sus bienes acumulados hasta 1678: la imagen de Jesús Nazarenoposeía dos túnicas de damasco morado, otra de tafetán morado y una cuarta de ester-lín: Santa Elena tenía un vestido de espolín y una camisa; asimismo el jubón debayeta morada del Cirineo. Tenía también un guión de damasco morado con flecosde oro y seda, un estandarte de tafetán morado con flecos de oro y seda, otro dedamasco, y dos cruces para el estandarte de latón. Además contaba con bastones,andas -3 pares nada menos-, y las tallas de las imágenes (58).

En la procesión cuaresmal sacaba la cofradía varias andas; además de JesúsNazareno, vestido de morado y acompañado del Cirineo, la Verónica y San Juan.La Verónica llevaba en sus manos un lienzo con el rostro de Jesús. Una imagende Nuestra Señora de la Soledad aparece citada por primera vez en 1685.

En la iglesia había una imagen de Jesús de la Columna, que solía estar guar-necida con velos, morados y negros.

A lo largo de la centuria la congregación siguió aumentando su tesoro. En1680 se hicieron unas nuevas andas con faldones para Jesús (por 194 rales) (59).Este vehículo procesional no había adquirido aún las proporciones que en otros lu-gares tenía, puesto que era muy reducido (sólo eran necesarios cuatro peones paradesplazarlo ).

En 1683 uno de sus más notables mentores, Alonso Ramírez de Montalbo,dio a la cofradía tres potencias de plata para Jesús (60).

La procesión se realizó con asiduidad hasta la conclusión del siglo. No sufriólos reveses de otras corporaciones en las dos últimas décadas. Este período lo pasósólo con algunos achaques: el mayordomo advertía en la reunión de rigor del año1685, "que ya el Cauildo saue lo attrasada que se halla esta cofradía, y faltta demedios para la disposición de la processión del viernes santo, que es ya próxima,que se ofrecen en ella muchos gasttos ... [28 de marzo]" Por eso se acordó que lasinsignias debían rematarse en las personas que más dieran (61).

Las obras de la iglesia se prolongaron hasta el siglo siguiente. Todavía en1691 se desembolsaban 411 reales y medio para la conclusión de la capilla mayory la media naranja (62).

EL SIGLO xvrnCristóbal Carballo Moreno fue el primer mayordomo de fábricas (1700). A

partir de él los ocupantes del cargo fueron: Juan López de Quirós (1702), Antonio

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de Vega (1703), Antonio FeCervantes (1705), Juan Jon(1710), Pedro González Hid2y 1715.

No se perciben cambioshecho confirmado.

La Cuaresma se celebra1ban a los pasos de Jesús y laaunque no sabemos si lo haca la cruz y atravesado por 11altares de la iglesia: el de Nu

Es curioso que tan sólo1705 se dieron los últimos toderribada (63). El 26 de enercla hermandad, por encargo dIDávila la campana de la an'yordomo tiene "noticia que eque fue desta villa, que hoy 1

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cuarto de aranzada de viña, e17'16, 29, 9, 13 Y26, Yde eque debió sostener la edificacrio y en especial la participaci

La nueva iglesia, trazadaSevilla, Diego Antonio DíazDebió de estrenarse hacia 1reedificada, que está para estnque realizó (67)-.

Al mismo tiempo que setor José Montes de Oca, el nnueva imagen de Cristo (68).

A pesar de la pujanza dedel siglo. Sólo aparece inscriíparroquial, en el año de 179:acontecimentos revolucionaric

LOS ULTIMOS AÑOSPero al contrario que eno

ció, volvió a surgir a finalesd

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deVega (1703), Antonio Fernández de la Barrera (1704), Francisco de Padilla yCervantes (1705), Juan Jorge de la Rosa (1706-1708), Juan Carballo Rincón(1710),Pedro González Hidalgo (1713) y Francisco Jiménez de Quirós entre 1714y 1715.

No se perciben cambios en los primeros años del siglo. La continuidad es unhechoconfirmado.

La Cuaresma se celebraba con delectación. Las filas de nazarenos acompaña-bana los pasos de Jesús y la Verónica. San Sebastián también salía en procesión,aunqueno sabemos si lo hacía el Viernes Santo. Este santo mártir aparecía atadoala cruz y atravesado por 11 saetas de plata. Otros dos simulacros había en sendosaltaresde la iglesia: el de Nuestra Señora de la Soledad y el de Santa Elena.

Es curioso que tan sólo en dos décadas la ermita de Jesús se arruinara. En1705se dieron los últimos toques de pintura a la capilla, yen 1739 ya había sidoderribada (63). E126 de enero de 1750, Antonio de la Carrera Rico, mayordomo delahermandad, por encargo de los demás hermanos mayores, solicitó a don DiegoDávila la campana de la antigua ermita. El documento dice así: el citado ma-yordomo tiene "noticia que en las casas mortuorias de Don Joseph dábila, vesinoquefue desta villa, que hoy vibe Don Diego Dávila, clérigo de menores, se hallalacampana que servía en la torre de la hermita vieja de dicha hermandad, que sedemolió en tiempo que fue mayordomo de ella el expresado Don Joseph Dábila,porcuyo motivo recogió en sus casas dicha campana ... " (64). El difunto mayordo-motuvo su mandato en la década de los años treinta.

A mediados del siglo la cofradía sólo gozaba de una parcela de tierra de uncuarto de aranzada de viña, en el pago de la Vega; además de seis censos de 32,17'16,29, 9, 13 Y 26, Y de cuatro vacas de vientre y un becerro (65). De modoquedebió sostener la edificación de su nueva iglesia con las limosnas del vecinda-rioy en especial la participación de don Fernando Quintanilla y Andrade.

La nueva iglesia, trazada por el Maestro Mayor de Obras del Arzobispado deSevilla, Diego Antonio Díaz, fue iniciada en 1733 y concluida en 1764 (66).Debió de estrenarse hacia 1774 -" extramuros de estta villa, y nuebamentereedificada, que está para estrenarze ", comenta Juan de Casaus en un expedientequerealizó (67)-.

Al mismo tiempo que se concluyó la fábrica de la ermita se encargó al escul-tor José Montes de Oca, el más importante artífice del momento, la talla de unanueva imagen de Cristo (68).

A pesar de la pujanza de la corporación perdemos su pista en el último cuartodel siglo. Sólo aparece inscrita en el Libro de Remembranzas de la Colecturíaparroquial, en el año de 1793 (69). Poco después acaecerían los desafortunadosacontecimentos revolucionarios que la sumirían en la oscuridad.

LOS ULTIMOS AÑOSPero al contrario que en otras hermandades, ésta no desapareció, o si desapare-

ció, volvió a surgir a finales del siglo XIX. En 1886, en el inventario de la ermita

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de Jesús Nazareno se expone lo siguiente: "Esta yglesia situada al Norte y a un ki-lómetro próximamente de la población, consta de una sola nave con tribunas, esde orden grecorromano muy rico en adornos, y tiene tres altares, el mayor doradoy los dos restantes en madera. Todo incluso las imágenes y alhajas de éstas son dela propiedad de la hermandad de este título. Los ornamentos y vasos sagrados delculto van de la Yglezia Parroquial, por no tener ningunos." (70) Enfín, la herman-dad seguía vigorosa y rica; durante los años pasados había podido conservar susobras de arte, a excepción de la platería, que seguramente desapareció fruto de la ra-piña francesa.

En los inicios del siglo XX la cofradía se había reforzado. Tenía nuevasreglas, y respondía al nombre de "Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Ma-ría Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista". Sus bienes suntuarioseran nuevos. Entre ellos había tres potencias una corona de espinas de oro, otraspiezas de plata Meneses. La Virgen se tocaba con una corona de plata. San Juan te-nía una diadema de plata. La túnica de Jesús era de terciopelo rojo granate, bordadaen oro, con cordón de oro fino de borlas, para la procesión; y otra de diario, de ter-ciopelo granate, bordada de oro y entrefino cordón. El vestido de la Virgen era deterciopelo negro, bordado en oro fino, y el manto era de lo mismo, salpicado deestrellas y blondas. Para diario Esta conservaba un vestido de terciopelo negro li-so, y medio manto de lo mismo. San Juan vestía túnica de terciopelo granate ymantolín (o manto corto) verde, ambos con bordado de oro. Además tenía otroconjunto de diario de damasco morado y seda granate (71).

Tenía dos pasos, el de Nuestra Señora era de palio, con ocho varas de maderay faroles con guardabrisas.

En-la procesión, además de estas imágenes, iban cincuenta hermanos con he-cheros, otro con el lábaro de terciopelo morado y escudo de la hermandad y otrocon una bandera de raso blanco, con una cruz grande de color rojo. Se incorpora-ban a las filas, también, los hermanos con varas de mando.

En el siglo XX la capilla había dejado de ser propiedad de la hermandad in-cluso las imágenes, lo que prueba el cambio radical que se había dado a fines delXIX. Podemos decir que esta corporación era una nueva.

En 1936 se perdió absolutamente todo. Aún así, en la postguerra se volvió aorganizar la cofradía.

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LAS Ul

En 1942 se fundó laAmor y del Perdón. Ha-ce su estación el ViernesSanto, con los pasos delCristo del Amor y NuestraSeñora de los Dolores. Laimagen de Nuestra Señoraesdel escultor sevillano Buiza,mientras que se desconoce eldel Cristo.

Dieciséis años más tarde,concretamente el 5 de marzode 1958, se fundó la Cofra-día del Santo Entierro. Alaño siguiente, el 17 de octu-bre, se aprobaron las reglas.Hace su estación el SabadoSanto. Las tallas de los titu-lares fueron realizadas pordon Francisco Pinto, de le-rez de la Frontera, el Cristo(1957), y por Francisco Bui-za Femández, Nuestra Seño-ra de las Angustias (1958)(72).

Desde 1988 un grupo dejóvenes cofrades está promo-viendo la creación de unanueva hermandad, La Borri-quita.

Como hemos comentadoantes, hay que incluir la co-fradí a de Jesús Nazareno, eri-gida a imitación de la que seperdió en la guerra del 36.

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LAS ULTIMAS FUNDACIONES

En 1942 se fundó la primera cofradía de la postguerra, la del Cristo delAmor y del Perdón. Ha-ce su estación el ViernesSanto, con los pasos delCristo del Amor y NuestraSeñora de los Dolores. Laimagende Nuestra Sefiara esdelescultor sevillano Buiza,mientrasque se desconoce eldelCristo.

Dieciséis alias más tarde,concretamente el 5 de marzode 1958, se fundó la Cofra-día del Santo Entierro. Alañosiguiente, el 17 de octu-bre, se aprobaron las reglas.Hace su estación el SabadoSanto.Las tallas de los titu-lares fueron realizadas pordon Francisco Pinto, de Je-fez de la Frontera, el Cristo(1957), y por Francisco Bui-zaFemández, Nuestra Seño-fa de las Angustias (1958)(72).

Desde 1988 un grupo dejóvenes cofrades está promo-viendo la creación de unanuevahermandad, La Borri-quita.

Como hemos comentadoantes, hay que incluir la co-fradíade Jesús N azareno, eri-gida a imitación de la que seperdió en la guerra del 36.

Nuestra Señora de la Amargura, imagen que procesionáacompañando a Jesús Nazareno hasta 1924.

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NOTAS

(1) En su libro Cofradías y hermandades andaluzas. Estructura, simbolismo eidentidad, Sevilla, 185, pp. 42 Y ss.

(2) J.M. PALOMERa PARAMO: La imagineria procesional sevillana:Misterios, Nazarenos y Cristos, Sevilla, 1987, 2ª ed., pág. 27.

(3) J.M. LOZANO: Un pueblo andaluz y su Virgen, Barcelona, 1987, pp. 116-118.

(4) Antonio de QUINTANA DUEÑAS: Santos de la civdad de Sevilla y suArcobispado: Fiestas que sv Santa Iglesia Metropolitana celebra, Sevilla,1637.

(5) José GONZALEZ CARBALLO: La hermandad Sacramental de la parroquiade Nuestra Señora de la Asunción de Lora del Río, en "Lora del Río. Feria yfiestas populares", Lora del Río, mayo-junio de 1986, pág. 73. Asegura JuanManuel Lozano (en Un documento valioso para la historia medieval de Lora:el testamento de Lorenzo Pérez Hurtado, en "Lora del Río. Feria y fiestaspopulares", mayo de 1988, pág. 61) que la primitiva iglesia de la Vera Cruzposiblemente procediera de una antigua sinagoga; se puede situar la erecciónde aquélla a principios del siglo XV, cuando por influjo de San VicenteFerrer fue usual el convertir los templos judíos en iglesias de esta advoca-ción.

(6) Mercedes BaRRERO y Mª Luisa PARDO: La población de Lora del Río de1491 a 1534, Lora del Río, 1983, pp. 16-17.

(7) AP.AS., Hermandades, 153.

(8) ídem, cap. II, fol. 2v.

(9) Tomás Andrés de GUSSEME: Noticias pertenecientes a la historia antigua ymoderna de Lora del Río, Alcolea, Setefilla y Arva, en Andalucía, Lora delRío, 1981, pp. 31-32.

(10) Ver capítulo que se le dedica.

(11) AP.AS., Justicia, 725. Hoja suelta incluída en el Libro de Cabildos de la deSan Juan.

(12) AP.AS., Hermandades, 153. Libro de Cuentas, 1691 en adelante.

(13) ídem. Fechado el 2 de enero de 1705.

(14) A.P.A.S., Hermandades, 153. Reglas, fol. 18v.

(15) ídem. Libro de Cuentas. Data de los años 1710-1712.

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(16) "Memoria de los rematesQara este 'Qre.s.e.nte año de

(17) Visita de don Antonio R¡

(18) Catastro de Ensenada, A

(19) AP.AS., Justicia, 861.

(20) Inventario del 11 de novi

(21) Inventario de 1910.

(22) José BERMEJO y CA1882, pág. 84.

(23) AP.AS., Justicia, 687. ".

(24) Se apreció el trabajo en 4bias y esculturas de traza

(25) AP.AS., Hermandades,

(26) Vid. la cofradía de Humil

(27) Cofradías y HermandadeSistema dual de hermandcsonalidad, pp. 149-165.

(28) AP.AS., Justicia, 1261.

(29) A.P.AS., Justicia, 943. E

(30) Véase María Josefa CARCluz: noticias de escultura

(31) J.M. LOZANO: Un docu:testamento de Lorenzo Pélares", mayo de 1988,pág

(32) Visita de 1739-40. AP.A.

(33) Citado en un documento dllanía que fundó en el dielJusticia, 972. Del 7 de Di

(34) AP.AS., Justicia, 957.

(35) AM.L.R., carpeta 193, t. :

(36) AM.L.R., Libros de Acta.!

(37) AM.L.R., Libros de Acta.!

(38) AP.AS., lnventarios, inv~

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(16)"Memoria de los remates de las ynsinias de la cofradía de la Santa Vera Cruz,para este presente año de 1734." AP.AS., Justicia, 179.

(17)Visita de don Antonio Ramón de Liñán. AP.AS., Justicia, 972

(18)Catastro de Ensenada, AM.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 838r-844v.

(19)A.P.A.S., Justicia, 861.

(20)Inventario del 11 de noviembre de 1823. A.P.A.S., Justicia, 967.

(21)Inventario de 1910.

(22) José BERMEJO Y CARBALLO: Glorias Religiosas de Sevilla, Sevilla,1882,pág. 84.

(23)A.P.A.S., Justicia, 687. "Libro Becerro", fol. 24v.

(24)Se apreció el trabajo en 40 ducados. V. Celestina LOPEZ MARTINEZ: Reta-blos y esculturas de traza sevillana (Sevilla, 1928), págs. 9-10.

(25)AP.A.S., Hermandades, 153.

(26)Vid. la cofradía de Humildad y Paciencia.

(27)Cofradías y Hermandades Andaluzas, Sevilla, 1985. En especial el capítuloSistema dual de hermandades, identificacián simbólica y orientaci6n de la per-sonalidad, pp. 149-165.

(28)A.P.AS., Justicia, 1261.

(29)A.P.A.S., Justicia, 943. Es un traslado del XVIII.

(30)Véase María Josefa CARO QUESADA: Fuentes para la historia del arte anda-luz: noticias de escultura (1700-1720), en prensa.

(31)J.M. LOZANO: Un documento valioso para la historia medieval de Lora: eltestamento de Lorenzo Pérez Hurtado, en "Lora del Río. Feria y Fiestas Popu-lares", mayo de 1988, pág. 61.

(32)Visita de 1739-40. A.P.A.S., Justicia, 972.

(33)Citado en un documento de propiedad de capellanía. En él se habla de la cape-llanía que fundó en el dicho convento don Alonso de Barrionuebo. AP.AS.,Justicia, 972. Del 7 de Diciembre de 1732.

(34)AP.A.S., Justicia, 957.

(35)A.M.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 845r-848r.

(36)A.M.L.R., Libros de Actas (1774-1776), vs. fols.

(37)AM.L.R., Libros de Actas (1844-1846), fols. 26 y ss.

(38)AP.A.S., Inventarias, inventario de 1886.

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(39) AP.AS., Inventarias, inventario de 1910.

(40) AP.AS., Hermandades, 153.

(41) BERMEJO: Op. Cit., pág.117. Si bien Carballo da la fecha de 1613 como lade su fundación, Carrero (Anales de las cofradías sevillanas, Sevilla, 1984,pág. 70), más acertadamente, la traslada al siglo XVI. El 16 de marzo de1591 tuvo lugar la fusión con la de la Cena.

(42) Vid. GARCIA RODRIGUEZ, A, y GONZALEZ ISIDORO, J.: Las imáge-nes titulares de la cofradía carmonense de la Humildad y Paciencia. Contribu-ción al estudio de la escultura sevillana del siglo XVIll, Carmona, 1983,pág.19.

(43) Debía estar acabada la imagen antes del mes de septiembre del mismo año,apreciándose el trabajo en 22 ducados. V. Celestina LOPEZ MARTINEZ:Retablos ... , o.c., pág. 19.

(44) BERMEJO: Obra cit., pág. 118.

(45) AP.AS., Hermandades, 153. Documento anteriormente citado.

(46) Cf. GARCIA RODRIGUEZ y GONZALEZ ISIDORO: Obra citada, pág. 20.

(47) AP.AS., Hermandades, 153. Estos fueron los miembros que formaron elCabildo de 17 de abril de 1645, en el que se decidió adoptar el cambio antescitado.

(48) "Libro que se forma por la cofradía y hermandad del santísimo Christo de lahumildad y pasiensia, cita en el combento de señor san Antonio desta villade Lora ... " AP.A.S., Justicia, 967.

(49) Visita del 11 de septiembre. A.P.A.S., Justicia, 957.

(50) AM.L.R., carpeta 193, t. 9, fols, 777v-788v. Desbrozado en sus diferentespartidas queda como sigue: 2 1/5a. en el sitio del Arroyo del Gato, de 1ª ca-lidad; 2 aranzadas en el sitio de Gómez, 3ª calidad; 1 1/2 a. en el mismositio, 3ªc.; media aranzada en el sitio de Valdevacas, 1ª c.; 2 a. en el sitio delArroyo de las Huertas, 1ª c.; otras dos en el sitio del Aljarafe, 1ªc.; otra par-cela igual; 1 a: en el sitio de la Garrapatilla, de 3ª e; otra en el sitio y pagodel Aljarafe, 3ª c.; 2 en el sitio de Marón, 1ª c.; 3/4 en el pago del Aljarafe,1ª c. 1 lI8a. en el mismo sitio, 1ª c.; 3 1/2 en el mismo pago, de 1ª c. Losgravámenes que tenían dichas fincas eran 4 memorias, una de 30 reales anua-les de rédito a favor de la Colecturía, y 3 de 190 reales anuales a favor delconvento de San Francisco (o San Antonio).

(51) AP.AS., Justicia, 898. Sobre estas propiedades se había impuesto un tribu-to que tomaron Francisco Carballo de Liñán y José González.

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(52) Del 11 de noviembre diRealizado en Carrnona.)

(53) AP.AS., Hermandades,tas de 1672.

(54) ídem. Cuentas de 1673a

(55) Este es el nombre que selas cuentas de 1683.En I

por la fiesta y procesiónI

(56) ídem. Cuentas de 1670.

(57) ídem. Cuentas de 1673.

(58) AP.AS., Hermandades,(59) ídem. Cuentas de 1679-11

(60) ídem. Inventario de 1683

(61) Cabildo del año 1685,íd(

(62) Cuentas de 1691, ídem.

(63) En la visita de 1739-40,esttar derrivadas ... "A.P.;

(64) A.P.AS., Justicia, 972.

(65) Catastro de Ensenada.A

(66) Antonio SANCHO CORXVIII, Madrid, 1984,pp.de Nuestro Padre Jesús IRío", mayo 1982, s. pág.

(67) Expediente de Juan Casa!la ermita de los Remedios

(68) SANCHO CORBACHO:ra la hermandad de la HUIGONZALEZ ISIDORO:(

(69) A.P.AS., Justicia, 863.

(70) AP.AS., Inventarias, año

(71) Inventario de 1906.A.P.A

(72) Cf. José María PERALE:cofradiero por los pueblos

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s

(52)Del 11 de noviembre de 1823 hay un inventario de los papeles que tenía.Realizado en Carmona. AP.AS., Justicia, 967.

(53)AP.AS., Hermandades, 153. Libro de cuentas que empieza en 1672. Cuen-tas de 1672.

(54)ídem. Cuentas de 1673 a 1675.

(55)Este es el nombre que se le da el Viernes Santo en el Libro de Hermandad, enlas cuentas de 1683. En ellas se señala el pago al mayordomo de 129 reales,por la fiesta y procesión de dicho día. Idem. Cuentas de 1683.

(56)ídem. Cuentas de 1670.

(57)ídem. Cuentas de 1673.

(58)AP.AS., Hermandades, cuentas de 1678.

(59)ídem. Cuentas de 1679-1680.

(60)ídem. Inventario de 1683.

(61)Cabildo del año 1685, ídem.

(62)Cuentas de 1691, ídem.

(63)En la visita de 1739-40, "se omittió las de Jesús, Soledad y Santta Ana, poresttar derrivadas ... "AP.AS., Justicia, 972.

(64) AP.AS., Justicia, 972.

(65) Catastro de Ensenada. AM.L.R., carpeta 193, t. 9, 828v-831 v.

(66) Antonio SANCHO CORBACHO: Arquitectura barroca sevillana del sigloXVlll, Madrid, 1984, pp. 170-2. José GONZALEZ CARBALLO: Parroquiade Nuestro Padre Jesús Nazareno, en "Feria y Fiestas Populares de Lora delRío", mayo 1982, s. pág.

(67) Expediente de Juan Casaus para explicar la conveniencia de reconstruir o nola ermita de los Remedios. A.M.L.R., Actas Capitulares (1774-8).

(68) SANCHO CORBACHO: Op. cit. En Carmona trabajó alrededor de 1740 pa-ra la hermandad de la Humildad y Paciencia. Vid. GARCIA RODRIGUEZ YGONZALEZ ISIDORO: Op. ctt., págs. 64 y 65.

(69) AP.AS., Justicia, 863.

(70) AP.AS., Inventarias, año 1886.

(71) Inventario de 1906. AP.AS., Hermandades, 154.

(72) Cf. José María PERALES: Una tarde en el Gólgota al morirte. Itinerariocofradiero por los pueblos de Sevilla, Sevilla, 1970.

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COFRADIAS DEGLORIA

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Al contrario de las cofradías penitenciales éstas realizaban sus procesionesa lo largo de todo el año. Aparte de las funciones principales tenían establecidosunos días en los que completar un recorrido callejero con el simulacro del titular.

Podemos diferenciar varios gurpos en virtud de la figura objeto de venera-ción.

COFRADIA PATRONAL

Sólo hay una congragación dedicada a la organización de los cultos a la Pa-trona. La hermandad de Setefilla es única y su comunidad coincide con la pobla-ción. Es una formación comunal, es decir, integrada por todos los miembros dela villa, independientemente de que éstos puedan petenecer a otra hermandad. LaVirgen de Setefilla representa, como diría Isidoro Moreno, "el ser del pueblo"

COFRADIA SACRAMENTAL

La más festiva de todas las corporaciones cofradieras era, y es, la Sacra-mental, que también reune a todo el pueblo en sus celebraciones, en especial eldía del Corpus. Dedica sus cultos a Cristo, pero Cristo vivo y redentor.

COFRADIA DE CLERIGOS

La cofradía de San Pedro tenía unas connotacioens especiales porlos indi-viduos que la integraban, pues eran todos clérigos. Con ello pretendián establecerun lazo que les uniera, buscando la ayuda mútua.

COFRADIA DE MARIA O DE SANTOS

A 10largo del año solían recorrer las calles de Lora una considerable canti-dad de cofradías en honor a la Virgen o los Santos. Las diversas comunidades vi-vían con emoción estas celebraciones que solían tener un matiz festivo.

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NUESTRA

En este punto hemosuna historia del culto a la patralgunas meritorias eontribuciMontalbo y Coronel y, sobre!tros, a quienes nos remitimouna modesta aprotación.

Esta hermandad es lamunal, que integra a todos legen representa la esencia del]culto. Lora muestra su rostro I

en su honor.Sus orígenes no están

mita de Setefilla desde la reeora referencia es la del testame29 de diciembre de 1280 (2).dos maravedfs de limosna. Escado a la virgen en el poblado

El templo de Nuestrao al menos sobre el mismo seXVIII, del primitivo recinto 5

les. Así nos la describe el prf"Tiene tres naves cubiertas dedentro de la cual está un altaNuestra Señora de bulto, parade la rrexa están dos lánparasegen de Nuestra Señora, y en e,la dicha capilla, por la parte (cuerpo de la dicha yglesia estáde frente del altar mayor de la echa yglesia.

Yten un cuerpo cubienta della sale dentro de la rrexaladrillo y unos poyos alrrededotra puerta que sale a la casa d

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NUESTRA SEÑORA DE SETEFILLA

En este punto hemos de reconocer que sería vano elaborar en estas páginasunahistoria del culto a la patrona del pueblo. Es una tarea ardua que ya cuenta conalgunasmeritorias contribuciones, como las de J. García Millán, J. Montoto, N.Montalboy Coronel y, sobretodo, la de J. M. Lozano, más autorizados que noso-tros, a quienes nos remitimos. Por nuestra parte nos conformaremos con hacerunamodesta aprotación.

Esta hermandad es la que el profesor Isidoro Moreno (1) tipifica como co-munal, que integra a todos los miembros de la comunidad local. Con ella la Vir-genrepresenta la esencia del pueblo, una identidad que se proclama a través de suculto.Lora muestra su rostro al resto de la comarca en cada activiad que se realizaensu honor.

Sus orígenes no están muy claros, si bien hay pruebas de que existe la er-mitade Setefilla desde la reconquista de la villa de manos musulmanas. La prime-rareferencia es la del testamento de Lorenzo Pérez Hurtado el Mayor, fechado el29de diciembre de 1280 (2). En él el firmante manda a Santa María de Setefilladosmaravedís de limosna. Esta cita sólo explica la existencia de un templo dedi-cadoa la virgen en el poblado de Setefilla ,y no la de la imagen.

El templo de Nuestra Señora pudo erigirse sobre la mezquita del poblado,o al menos sobre el mismo solar sagrado. Totalmente reformado a principios delXVIII, del primitivo recinto sólo sabemos lo que nos relatan las visitas pastora-les.Así nos la describe el prior frey don Francisco de Vaillo en el año de 1568:"Tienetres naves cubiertas de teja y una capilla con una reja de hierro por delante,dentrode la cual está un altar con sus gradas altas, y encima dél la ymagen deNuestraSeñora de bulto, para vestida, con un Nyño Jesús, y por la parte de fueradela rrexa están dos lánparas con sus vacines de acotar para alunbrar la dicha yma-gende Nuestra Señora, y en cada una de las dichas otras dos naves a los lados dela dicha capilla, por la parte de fuera della, están en cada nabe una altar y en elcuerpode la dicha yglesia está sobre la puerta questá a la entrada de la nave mayordefrente del altar mayor de la capilla una canpanna pequenna para seruicio de la di-chayglesia.

Yten un cuerpo cubierto que es la sacristía de la dicha yglesia, que la puer-ta della sale dentro de la rrexa junto al altar mayor, y esta sacristía está solada deladrillo y unos poyos alrrededor para seruicio della, y dentro desta sacristía estáotrapuerta que sale a la casa del santero, la cual tiene dos cuerpos cubiertos y en-

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corporadas con la dicha ygleisa e sacristía, y la puerta principal desta casa del san-tero está fuera de la dicha yglesia, a la entrada del portal de la Saluación, y todaslas dichas portadas tienen sus puertas de madera.

Por la parte de fuera de la dicha yglesia, por anbos lados, y por la delante-ra de la puerta donde está la canpana, está cercada de unos portales con unos arcosde ladrillo, y en el pórtico qestá junto e yn- //(V) corporado con la dicha casa delsantero, está hecho un altar de ladrillo donde se dize mysa las fiestas principales, yencima del dicho altar, en la pares [sic], está de pincel pintado el mysterio de laencarnación de nuestro sennor jesucristo, y el suelo del dicho portal estpá ladrilla-do y a la rrerredonda [sic] del dicho altar están hechos unos poyos de ladrillo paraasiento." (3)

Desde mediados del siglo XVI, tras el abandono del poblado de Setefilla,Lora pasó a convertirse en la promotora de su culto. La ermita era propiedad de unBenéficio a cuyo frente estaba el prior. El fervor que se tenía a Nuestra Señora dela Encarnación trajo consigo desde muy temprano el enriquecimiento del Benefi-cio. En 1568, además de la ermita, poseía seis fanegas de tierra de pan sembrar enla muela del Guadalvácar, una huerta de naranjos e higueras, la mitad del donadíode los Cantos, el donadío de la Grulla, colindante con el término de Peñaflor, unahaza de tierra denominado de Santa María; en el pueblo la vivienda del prior; asi-mismo, percibía las primicias del pan, trigo y cebada (4). Fue acrecentando su ha-cienda paulatinamente con donaciones como la de fray Marcos de Barrios, frailedel convento de Santa María de Guadalupe, que por devoción a la santa imagen fi-nanció una fundación de doscientas misas a la semana que acabó en las ocho alaño -en 1739- (5).

De la hermandad de Setefilla la primera referencia conocida es del año de1581. El día 5 de agosto el Cabildo municipal ordenaba que la "cofradía de Nues-tra Señora" acompañara a la Virgen en el retorno a la ermita (6).

La fiesta de Setefilla, que se celebró durante años el 25 de marzo, por es-tas fechas comenzó a hacerse el 15 de agosto. Paralelamente el 8 de septiembre seorgbanizaba una feria ganadera en los aledaños de la ermita. Muy a propósito paraestas ocasiones era el "altar de ladrillo donde se dize mysa las fiestas principales"(7), encima del cual se exponía el misterio de la Encarnación. Este altar tenía lafunción de hacer extensiva la predicación a multitud de individuos, como las llama-das capillas abiertas, aquellas que quedaban al exterior del templo a modo deamplia balconada, y que permitían la participación en los oficios religiosos degran cantidad de fieles (8).

Los traslados de la Virgen son anteriores al último tercio del siglo XVI.El uno de abril de 1581 decidió el Cabildo de la villa la primera salida conocidacon motivo de la epidemia que aquejaba al pueblo. En 1587 el Vicario dio al priorde Setefilla varios preceptores, entre otros: " ... que de aquí en adelante todos losdías de nuestra señora de septe [sic] de cada año haga una prozeción solenealrrededor de la yglesia ... " (9). También que al día siguiente se diga una vigilia ymisa de requiem cantada "por los caualleros e otras personas que murieron en el ~i-

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tio de malta ... " (10).Durante el siglo XVI]

Asunción. Si bien por efecto:que el Vicario quiso reprimireta que en la dicha ermita aya1sas perinicíossas ni yndecentes

La ermita ante de la c(ques en su fábrica. En la vi:atención sobre los dererioros (teriores. Por ello se iniciaron1López de Padilla en su testam:lla tres ducados para ayudaa 1de Jerónimo de Valencia, manedores, que estaba en la enniaque también se aumentó el tespasearrse en unas nuevas anda:gos (14).

Como contrapartida l:hermanos.

El siglo XVIII, conocilarmente favorable a la de Sental de su iglesia, pues a pesarla ruina. Comenzadas antes dtagonista de este proceso fue d

En mano de los Quint:el siglo. Por tres décadas estuB artolomé Francisco de Quinde la historia de la hennanda, 1la cofradía dos candelabros delia (16). Y más aún, bajo estacamarín para Nuestra Señora.lvada a cabo por el maestro alt

y todo ello se debe arentas no darían para tanto. Sefilla tenía a mediados del siglccercada de pitas, en el caminoJosé Cosquero, por 308 realesy 233 árboles frutales, y medi:

La fiesta por su distenneral. El capellán de la hennaeclesiástica la prohibición de e

A este periodo de creecon todas sus alternativas fue

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tiodemalta ... " (10).Durante el siglo XVII fue adquiriendo mayor auge la fiesta del día de la

Asunción.Si bien por efectos de turbamulta se cometieron abusos, los mismosqueel Vicario quiso reprimir en su visita de 1609: que "el mayordomo no consien-taqueen la dicha ermita aya bailes ni juegos yndecentes, ni comidas, ni otras co-sasperiniciossas ni yndecentes a la presencia de la yrnagen de la birgen ... " (11).

La ermita ante de la conclusión del siglo XVI sufría ya los primeros acha-quesen su fábrica. En la visita del 3 de julio de 1587 el Vicario llamaba laatenciónsobre los dererioros que había sufrido, principalmente en los portales ex-teriores.Por ello se iniciaron las mejoras necesarias, de lo que nos apercibe JuanaLópezde Padilla en su testamento, al madar "a la obra de nuestra señora de Setefi-llatresducados para ayuda a la obra ... " (12). En 1701 Francisco de Valencia, hijodeJerónimode Valencia, manda cincuenta ducados para reparar la casa de los Regi-dores,que estaba en la ermia (13). Y no sólo se procuró mejorar el edificio, sinoquetambiénse aumentó el tesoro particular, puesto que en 1694 la patrona podíapasearrseen unas nuevas andas de plata, hechura del platero sevillano Diego Galle-gos(14).

Como contrapartida la única fuente de ingresos eran las limosnas de loshennanos.

El siglo XVIII, conocido por ser de gran esplendor cofradiero, fue particu-lannentefavorable a la de Setefilla. Comenzó su discurso con la rehabilitación to-taldesu iglesia, pues a pesar de las obras hechas en el pasado, no se pudo evitarlaruina.Comenzadas antes de 1708 se concluyeron en 1711 (150. El gran pro-tagonistade este proceso fue don Juan Rodrigo Quintanilla y Andrade.

En mano de los Quintanilla estuvieron las riendas de la hermandad duranteelsiglo.Por tres décadas estuvo al frente otro ilustre miembro de la familia, donBartoloméFrancisco de Quintanilla, tal vez uno de los mandatos más afortuandosdelahistoriade la hermanda, por entonces Fernando Quintanilla y Andrade donó alacofradíados candelabros de más de tres maros de plata, con las armas de la fami-lia(16).Y más aún, bajo esta mayordomía, se fabricó un cuarto de vivienda y uncamarínparaNuestra Señora. La obra fue costeada por don Francisco Dávila, y lle-vadaa cabopor el maestro albañil Francisco Rodríguez Corralero (17).

y todo ello se debe a la contribución de los devotos loreños, ya que lasrentasnodarían para tanto. Según el catastro de Esnsnada, la hermandad de Sete-filla teníaa mediados del siglo una aranzada y media de tierra de primera calidad,cercadadepitas, en el camino de Sevilla, además de riego; una huerta arrendada aJoséCosquero,por 308 reales al año, con 211 moreras, 14 higueras, 11 naranjosy 233árbolesfrutales, y media aranzada de tierra estéril (18).

La fiesta por su distención seguía ocasionando el escandalo y alboroto ge-neral.El capellán de la hermandad, Antonio José de Pineda, pidió a la autoridad

.cr.\P.¡j.2Ati!:2 J.2 prohibición de estas situaciones de relajación (19).A este periodo de crecimiento siguió otro de depresión, pues el siglo XIX

con todas sus alternativas fue funesto a este efecto. Incluso entre 1803 y 1848 la

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hermandad casi se extingue (20). Tras el bache vino la renovación, promoviéndosenuevos cambios: el cargo de mayordomo dejó su lugar al de hermano mayor, entanto que desaparecieron las categorías de hermanos mayores y menores, y fueronconsiderados simplemente como hermanos (21). El apogeo se alcanzó siendo her-mano mayor don Salvador Montalbo y Quintanilla, si bien el mentor de esta ple-nitud fue el párroco, don Manuel Garcfa Millán (22). A partir de entonces, salvoel desgraciado hito de 1936, la hermandad de Setefilla se ha mantenido en esta lí-nea de crecimiento y mejora; el fervor del pueblo por su patrona lejos de entibiar-se ha ido aumentado.

Antiguaimagen deNtra. Sra.de Setefilla,desaparecidaen 1936.

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SANTI~

1) LAS PROCESIONES

A) EL CORPUS CHR

"Fue la expresión solernruglo XIV empezó a despertarsefastuosa progresión." (23) EnEl Santísimo Sacaramnto habdo reservada la contemplacióndel creyente, cuando la recibítante, cuando la atracción quedo la ostensión de la misma lleante la misa a la par que se CIlevantada la Hostia, era preseoraciones apropiadas. Seenceiducir mucho humo de incierucampana invitando a ir al tem¡impedidos de hacaerlo.Se ley,ayudase a dar más a la sagradasencia se vio como conjurode

A la postre el Cuerpo devenientemente presentado, paia este repecto es la de 1209,(una visión comprendió la neomemoración. En 1246 el obis¡to. Pero mayor impulso recíbcelebró la Misa del Santísimopara toda la iglesia occidental1317.

En España la primera celeto que tenía un cariz penitenci:vas, confirmadas por la bula "'pa Urbano IV (25). El cortejedemostración de poder de la E

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SANTISIMO SACRAMENTO

1) LAS PROCESIONES EUCARISTICAS.

A) EL CORPUS CHRISTI

"Fuela expresión solemne y avasal1adora de la piedad eucarística, que en el si-gloXIV empezó a despertarse y de siglo en siglo fue acrecentándose en rápida yfastuosaprogresión." (23) En efecto tuvo sus inicios en el caso de la Edad Media.ElSantísimoSacaramnto había sido hasta entonces un misterio de fe; quedan-doreservadala contemplación de la Hostia para los últimos momentos de la vidadelcreyente, cuando la recibía con el viático o en escasas comuniones. No obs-tante,cuando la atracción que suscitó con el correr de los años del medievo, cuan-dolaostensión de la misma llenó de entusiasmo a los fieles, pasó a exponerse dur-antela misa a la par que se cantaba. Entonces "durante un buen rato se manteníalevantadala Hostia, era presentada hacia uno y otro lado, se entonaban cántidos yoracionesapropiadas. Se encendían velas para verla mejor; se recomendaba no pro-ducirmucho humo de incienso para no estorbar su contemplación. Se tocaba lacampanainvitando a ir al templo para adorarla o rezar una oración los que estabanimpedidosde hacaerlo.Se levantaba un telón negro o morado detras del altar, queayudasea dar más a la sagrada Hostia" (24). Incluso en muchas ocasiones esta pre-senciase vio como conjuro de males.

Ala postre el Cuerpo de Cristo pasó a ser paseado por las calles siempre con-venientementepresentado, para gozo de todos los vecionos. La fecha más antiguaaesterepecto es la de 1209, cuando una religiosa agustina de Lieja, Juliana, trasunavisión comprendió la necesidad que había de celebrar una fiesta para su con-memoración.En 1246 el obispo de esta ciudad decretó su introducción en el cul-to.Pero mayor impulso recibió del cardenal Hugo von S1. Cher, quien en 1251celebróla Misa del Santísimo Sacramento. Luego el papa Urbano IV la prescribióparatoda la iglesia occidental (1264), aunque se propagó con Juan XXII a partir de1317.

En España la primera celebración tuvo lugar en Barcelona (1320). Pero un ac-toque tenía un cariz penitencial acabó adquiriendo connotaciones puramente festi-vas,confirmadas por la bula "Transiturum de Hoc Mundo", promulgada por el pa-pa Urbano IV (25). El cortejo fue transformándose en un Triunfo, es decir, unademostración de poder de la Eucaristía, pero una demostración gozosa. En la opi-

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Detalle de una tabla gótica que se encuentra en la iglesia parroquial de la Asunción.

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ni6n de Sim6n de la Rosa: "Sba David en la ley escrita bailante la augusta presencia deldo, al compás de movimiento:singulares prerrogativas de la :

En Lora se celebraba al Irglas de la Vera Cruz, que la mque ésta 'tiene que realizar se 01

to el día del corpus cripti" (2sando por las iglesias de San1yor.

La antigüedad de esta celglo XVI, aunque sea posterioto importante es el Concilio ditratrestar el crecimiento del lude octubre de 1551, en la quedefensa contra los herejes. Elyo de 1566, confirmaba esnentiendan la buena y entera 1mismo acta se pide "... que seesto un vigor perdido en estas

Las fiestas tenían dos feldel la Octava; también se cele!nía lugar una misa rezada, aUlci6n solemne, procesión y da¡unas ocasiones se la señala elpor el capítulo noveno de las 01

las de la Vera Cruz. El tercer Itrales. Asi mismo el jueves y '1

La organización coma dela procesión iba la custodia bajy de los danzantes. Del transjxno, por lo cual no percibían nino dejaba de participar en la 11

miento de las casas. Cada grenombraban varios individuos qsi6n tenían lugar representaciola de 1566, en la que esta celebiblo. Incluso se festejó con jueg

Las cofradías tenían tambde esta festividad. Todas se inuandas, además de una represem

La presencia de la custodi

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niónde Simón de la Rosa: "Simboliza esta solemnidad religiosa, como simboliza-baDavid en la ley escrita bailando delante del Arca Santa, el júbilo de los ángelesantela augusta presencia del Señor, entonando cánticos eucarístícos y pregonan-do,al compás de movimientos y célicas harmonías, las perfecciones divinas y lassingularesprerrogativas de la Madre de Dios." (26)

EnLora se celebraba al menos desde 1555, puesto que de entonces son las re-giasde la Vera Cruz, que la menciona en su capítulo 15. Al relacionar el recorridoqueéstatiene que realizar se ordena que" ande por do anda el sanctissimo sacramen-toeldía del corpus cripti" (27). Este itinerario comprendía cinco estaciones, pa-sandopor las iglesias de San Ildefonso, Vera Cruz, San Bartolomé y la Iglesia Ma-yor.

La antigüedad de esta celebración muy bien pudiera establecerse antes del si-gloXVI, aunque sea posterior el reconocimiento popular. En su exaltación un hi-toimportante es el Concilio de Trento, con el que la iglseia católica pretendía con-tratrestarel crecimiento del luteranismo. A ello se dedicó la sesiónt rece, del oncedeoctubrede 1551, en la que se postulaba la importancia de esas celebraciónes ladefensacontra los herejes. El concejo municipal en un acta capitular de 19 de ma-yode 1566, confirmaba esta necesidad, " ... para que los herejes y luteranosentiendanla buena y entera fe que en ésto los hombres tienen ... " (28). En estemismoacta se pide" ... que se torne a recuperar la dicha fiesta ... " (29), entrañandoestoun vigor perdido en estas fechas, confirmándose su vetustez.

Las fiestas tenían dos fechas señaladas, el jueves del Corpus y el domingodella Octava; también se celebraba el domingo de la Infraoctava. En la primera te-níalugar una misa rezada, aunque era la segunda la de mayor regocijo, con fun-ciónsolemne, procesión y danzas. Es curioso que la procesión del Santísimo enunasocasiones se la señala el jueves y en otras el domingo. Este día era el dadoporel capítulo noveno de las ordenanzas de la cofradía, en tanto que el anterior porlasde la Vera Cruz. El tercer domingo de cada mes se hacían procesiones claus-traJes.Asi mismo el jueves y viernes santos salía a la calles con toda solemnidad.

La organización corría de cuenta del Cabildo y el Prior de la Parroquia. Conlaprocesión iba la custodia bajo palio, acompañada de los miembros de la cofradíayde los danzantes. Del transporte de las andas se encargaban los clérigos por tur-no,por lo cual no percibían ningún salario (30). Por otro lado el resto del pueblonodejaba de participar en la medida de sus posibilidades, incluso con el engala-mientode las casas. Cada gremio debía de desarrollar un juego para lo cual senombrabanvarios individuos que se encargaban de inventarlo. Al final de la proce-sióntenían lugar representaciones teatrales. Una fecha señalada a este respecto eslade 1566, en la que esta celebración despertó una tremenda espectación en el pue-blo.Incluso se festejó con juegos de mascaradas (31).

Las cofradías tenían también una importante participación en las actividadesdeesta festividad. Todas se integraban en la procesión, llevando a sus imágenes enandas,además de una representción de hermanos con el estandarte.

La presencia de la custodia es el motivo principal del cortejo. Esta pieza era

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objeto del mayor agasajo por los vecinos de la población, pues ella iba expuestoel Santísimo. Dado este importante cometido era fundamental que adquiriera unavistosidad apropiada. Antes de la que ejecuó Hemando de Ballesteros el Mozo en1574, existió otra "de plata sobredorada con dos vidrieras rredondas y dentro vnamedia luneta donde se pone el sanctísimo sacramento, ques para el día de corpuscristi, con dos ángeles de plata a los lados (32). "Para sus salidas la hermandadposeía un palio "de carmesí pelo aforrado en carmesí rraso con su flocadura y enmedio vn escudo con las cynco plagas [llagas]. .. (33)".

Para el Corpus de 1574 la hemandad sacramental contó con una nueva custo-dia, que había llegado al pueblo el 9 de junio procedente de Sevilla. Había sido rea-lizada por el citado maestro Hemando. Merced a la meritoria ejecución de una cruzde plata por su padre, el Concejo municipal decidió encargar el monumento sacra-mental a esta familia. Parece que la antigua era pequeña y desmerecía a una iglesiatan rica. La determinación de comprometer la pieza tuvo lugar el 7 de enero de1573, si bien hasta el 11 de febrero de 1574 no se llegó a un acuerdo definitivo(34). De plata cincelada y con forma de templete, está decorada con escenas de lavida del Bautista, el patrón de la Orden.

A fines del siglo XIX se volvió a cambiar de custodia. La renacentista cediósu lugar a una nueva neoclásica realizada en 1868. También procedente de un ta-ller sevillano, en este caso ejedutada por Eligio Palomino. Tiene la conformaciónde asiento, con tres cueropos (35).

B) EL VIA TICO

Una de las principales obligaciones de las hermandades, desde su creación,fue la de asistir a los enfermos y acompañar a los difuntos. la Sacramental, ade-más de este cometido, hacía participar a los impedidos de la Eucaristía en suslechos. Para ello la Hostia era llevada en procesión solemne, a la que asistían to-dos los hermanos de la Corfradía con el palio. Figura esencial de esta concurrenciaera el sacerdote. El discurrir callejero era de una gran solemnidad, por su procederestaba penetrado de toda la seriedad que faltaba a la del Corpus. Los hermanos ibancon hachas encendidas; a ellos, a veces, se sumaban otros vecinos del pueblo. ElSantísimo iba encerrado en el portaviático, una cajita de metal noble de artísticafactura.

"Otra custodia de plata sobredorada a forma de cofre tunbado con una cruz econ cyfixo [sic] de plata encyma, con dos ángeles de plata a los lados que sirvepara llevar el sanctísimo sacramento a los enfermos (36). Esta es la descripciónque tenemos del ostensorio del Viático del siglo XVI. En su recorrido iba guarne-cido por un palio diferente al del Corpus, de terciopelo carmesí y forrado en rasodel mismo color.

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m LA COFRADIA

Tan antigua como la quthunde sus raíces en el bajo m¡zaciones con el Concilio de Tde la defensa a ultranza de estecofradía; es el año en que JuaSacramento oon 200 maravecRoda junto a la carnicería (38

Como ha quedado expuespus adolecía de una gran lucid!la misma, disfrutando de la po

De finales de esta centuri,Aprobadas y confirmadas en Ate el Notario Alonso Pérez de ltamiento de una corporación (des, sólo veinte. Estos debíanla selección de los aspirantes.eligiendo al hijo varón de un abildo. Además se observabaUlsión,

El 22 de julio, día de Salde los dos mayordomos encanban el cargo por turno y antigí

Los primeros cofrades qunanzas. Es destacable el de Je:loreña. De principios del XVIMartín Muñoz de Ribera, Juando, Francisco de la Peña, MigtMozo, Alonso Pérez de la Barmás Mexía, Jerónimo de ValeMuños Parrado (39).

De la cofradía en el sigloso desafortunado, si acaso suf1649, que de todos modos no

Menos parca en noticias(contaba con la simpatía del vehermandades que más riquezaprendido entre 1733 y 1738IXles y 23 maravedfs (40). Lacomo ha señalado José Gonzálnanzas estaban reguladas conIglesia Mayor durante los ofic

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m LA COFRADIA

Tan antigua como la que más es la que ahora traemos a colación. Inclusohundesus raíces en el bajo medievo (37). No obstante adquirió importantes mati-zacionescon el Concilio de Trento, cuando se convirtió en un eficaz instrumentodeladefensa a ultranza de este misterio de fe. De 1565 es la primera referencia a lacofradía;es el año en que Juan de la Barrera el Viejo dotó la fiesta del SantísimoSacramentooon 200 maravedís anuales, procedentes de un mesón situado en laRodajunto a la carnicería (38).

Como ha quedado expuesto más arriba durante el siglo XVI la fiesta del Cor-pusadolecía de una gran lucidez, sin embargo, pocas referencias tenemos acerca delamisma,disfrutando de la popularidad de la festividad del Santísimo.

De finales de esta centuria o de principios de la siguiente son las Ordenanzas.Aprobadasy confirmadas en Alcolea por frey Martín Gallego, Vicario General, an-teelNotario Alonso Pérez de la Barrera. En Ella se recogen las normas de compor-tamientode una corporación de élite; era cerrada, limitada en el nímero de cofra-des,sólo veinte. Estos debían ser una alta categoría social, siendo muy cuidados alaselección de los aspirantes. O bien adoptaban la fórmula de la consaguinidad,eligiendoal hijo varón de un antiguo hermnao, o bien acudían al plebiscito en Ca-bildo.Además se observaba un riguroso orden de antigüedad a la hora de la proce-sión.

El 22 de julio, día de Santa María Magdalena, tenía lugar el nombramientodelosdos mayordomos encargados de la administración de la hermandad. Ocupa-banel cargo por turno y antigüedad.

Los primeros cofrades que conocemos son los incluidos en las citadas orde-nanzas.Es destacable el de Jerónimo de Valencia, importante figura de la historialoreña.De principios del XVII son Bartolomé López, Juan Garcfa, Juan Flores,MartínMuñoz de Ribera, Juan de Quadros, Pedro Delagao, Martín Jiménez Parra-do,Francisco de la Peña, Miguel de Quintanas, Juan López, Remado de Cuéllar elMozo,Alonso Pérez de la Barrera, Juan ee Eslava, Pedro Gracía de Miranda. To-másMexía, Jerónimo de Valencia, Andrés de Herrera, Francisco Reales y DiegoMuñosParrado (39).

De la cofradía en el siglo XVII apenas tenemos noticias. No tuvo un discur-sodesafortunado, si acaso sufrió algún problema fue el que devino de la peste de1649,que de todos modos no llegó a afectar duramenet a la población.

Menos parca en noticias es la centuria que sigue. Comenzó con buen pie aúncontabacon la simpatía del vecindario. Prueba de ello es que llegó a ser una de lashermandades que más riqueza llegó a acumular en este período. En el lustro com-prendido entre 1733 y 1738 percibió hasta 43 tributos, lo que le supuso 1100 rea-les y 23 maravedís (40). La limosna era una improtante fuente de provisión;comoha señalado José González, era un recurso esencial, y tanto que en las orde-nanzas estaban reguladas con minuciosidad (41). La demanda se restringía a laIglesiaMayor durante los oficios, o las calles de la villa en los días de fiesta. Em-

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pero se etableci6 la demanda veraniega y la nocturna. Para conocer los recursosacumulados por esta hemandad a lo largo del XVIII, veamos la respuesta del catas-tro de Ensenada. Además de los 45 tributos que cobraba tenía las siguientes propie-dades: una casa en la calle del Postigo, una aranzada de olivar en Garrapatilla (deprimera calidad), de 72 rs.; 5/6 aranzadas en el Aljarafe (2!!calidad), de 50 rs.; aran-zada y media en el sitio de Lobato, a 108 reales; 2 aranzadas y media en el mismositio (2!!calidad), 150 rs.; en el sitio del Castellano tenía una aranzada y un quinto(3!!calidad), a 57,21 reales; otra aranzada en el sitio dle Catellano (1ª calida), 72rs.; otra en el sitio de Gordolobar (1!!c.), 72 rs.; otra en el sitio de San Román (3ªcalidad), 48 rs.; dos aranzadas y cuarto en el sitio de G6mez (3!!calidad), 108 rs.(42).

En los tres años que van de 1733 a 1736 la festividad seguía celebrándosecon el mismo bullicio y la mism afluencia popular que antaño. La hermandad su-frag6 quince sermones; gast6 270 reales en altares y 528 en fuegos. También seocupó de adecentar sus pertenencias: renovaciones de la cruz del gui6n, de los faro-les, del palio, ejecuci6n de un nuevo sitial con flueques de oro y cortina de rasoblanco y azul, y de candeleros.

La vertiente festiva seguía siendo primordial para la hermandad. Asistía a fies-tas "grandes" y fiestas "menores", teniendo en un s610 año cinco. Igualmente cele-braba la fiesta de San José y la de Santa Rosalía: prestaba especial atenci6n a lasmisas anuales a sus hermanos difuntos y las visitas a los impedidos o enfermos.En todas estas celebradciones se empleó la desmesurada cantidad de 7080 reales encera (43).

Para la fiesta de Carnestolendas de 1736 contrataron por475 reales y 23 mara-vedíes a músicos de Sevilla; y por 30 reales a un bahonista y un organista para elCorpus. El sacristán mayor de la parroquia tenía una destacada participaci6n en eldesfile procesional, en tanto que el menor se dedicaba al adorno de los altares. Esinteresante mencionar este aspecto del engalamiento de las calles. No s6lo se al-fombraba el pavimento con romero, juncia y tomillo, sino que, además, en deter-minados puntos se disponían altares ante los que el cortejo paraba o posaba (lasposas) para emitir una plegaria.

El clero parroquial colaboraba a cambio de una gratificaci6n, llevando las va-ras del palio y las insignias.

El apogeo de la hermandad estuvo vinculado a la mayordomía de Francisco dela Carrera Ribera y Cervantes ( entre lo años 1733 Y 1736). Otros mayordomosconocemos en este siglo: Antonio de Qunitanilla y Andrade (1736-1737), AlonsoHidalgo (1737-1738), que falleci6 poco después de su mandato, Antonio de laBarrera (1743), Francisco de Cervantes (1757), José del Castillo (1778), JuanMontalbo y Quintanilla (1791).

La cofradía contrariamente a lo que se ha supuesto (44) no desapareci6 a finesde siglo, y, ni siquiera perdi6 su patimonio. Puede que sí cesara el fasto externo.La respuesta a la Pragmática de Carlos III fue la renovaci6n de sus ordenanzas.Una muestra del mantenimiento de la hermandad es la renovaci6n de su capilla,

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que motiv6 el roce con la corde San Pedro.

El día 16 de julio de 179gas expidi6 un escrito que lleviendo pedido V. S. informe(aquel tiempo, Don Diego fenla Sacristía y entierro de la H~en el sittio que se está consnentonces era mayordomo del!asimismo dirigía la obra. SoliPedro. Tras intensos debatesptas de los días 11, 13 Y17de'incoado hasta el final; 2- "Q~los perittos"; y 3- que para evpo alguno pueda la Hennandanuestra Capilla; y sí pedir el Vi

bles tocan y perttenecen a muse decidi6 que cualquier dañode ser de recíproco uso de 1Hermandad del Snantísimo daque havía perdido por razónd(

Aún en el período liberalventario que en 1823 hizo de i

documentos de escrituras y delEn la década de los 40 de

de Dios, tal vez extinguida enfiera en un censo como propiemaravedís (48).

Si dej6 de existir, lo que rparroquia otra cofradía o lamispunto de costear una gran custmenos en 1886, era propiedadéstos, don Juan Palomeque, quiaprobaci6n de las antiguas reacabar con el cupo de hermanofunciones del Corpus, de Semai

En el siglo XX otro próceFrancisco Arias de Rivas, párro1920 tiene lugar este evento. 01ahora la integran el HermanojFiscal, Secretario y cuatro Vocacisco. Pasada la guerra civil sigi

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quemotivó el roce con la corporción que ocupaba la capilla peredaña a la suya, ladeSan Pedro.

El día 16 de julio de 1791 el rector y secretario de la hermandad de los cléri-gasexpidió un escrito que llevaba el siguiente encabezamiento: "Decimos que ha-viendopedido V. S. informe en marzo de este presente año a el Recttor que era enaqueltiempo, Don Diego fernández, sobre si sería útil y combenientte la obra delaSacristía y entierro de la Hermandad del Santísimo Sacramento de esta Yglesia,en el sittio que se está construyendo y si causaría algunos perjuicios." (45) Porentoncesera mayordomo del Sacramental don Juan Monta1bo y Quintanilla, quienasimismodirigía la obra. Solicitó abrir una puerta en la pared de la capilla de SanPedro.Tras intensos debates por parte de la congregación de San Pedro, en las jun-tasde los días 11, 13 Y 17 de julio, se acordó lo siguiente: 1- seguir el expedienteincoadohasta el final; 2- "Que es útil y precisa dicha obra, por lo que expresaronlosperittos"; y 3- que para evitar daños por la hechura de la puerta que "en tiem-poalguno pueda la Hermandad del Santísimo alegar ni adquirir derecho alguno anuestraCapilla; y sí pedir el vso de su sacristía y entierro: pues los derechos posi-blestocan y perttenecen a nuestra Hermandad de tiempo ynmemorial. "Tambiénsedecidió que cualquier daño debía ser parado por la vecina, y "que la Sacristía ade ser de recíproco uso de las dos Hemandades. Y que esperava ésta que laHermandaddel Snantísimo daría a nuestra Capilla las luces correpondienttes a lasquehavía perdido por razón de la obra nuevamente construida."(46).

Aún en el período liberal continuaba con sus cultos la cofradía. Así en el in-ventarioque en 1823 hizo de su archivo, nos revela la posesión de "setenta y dosdocwnentosde escrituras y demás papeles" (47).

En la década de los 40 de este siglo aparede nombrada como la Hermandadde Dios, tal vez extinguida en 1842. No obstante tres años después aún se la re-fieraen un censo como propietaria de una casa, por la que recibe 59 reales y 14maravedís(48).

Si dejó de existir, lo que no es probable, para 1851 ya rendía sus cultos en laparroquiaotra cofradía o la misma renovada. Esta vez adquiere gran fuerza, hasta elpuntode costear una gran custodia (1868); una ejemplar pieza de platería que, almenosen 1886, era propiedad d edon Antero Paalomeque y sus herederos. Esntreéstos,don Juan Palomeque, quien el 12 de febrero de 1895 pidió el Arzobispado laaprobación de las antiguas reglas y la admisión de nuevos usos, entre otros,acabarcon el cupo de hermanos, obviando los privilegios; renovar los cultos, confuncionesdel Corpus, de Semana Santa y Carnaval (49).

En el siglo XX otro prócer loreño incide en una nueva reorganización: donFranciscoArias de Rivas, párroco de la iglesia de la Asunción. A partir de julio de1920 tiene lugar este evento. Decide el cambio de los oficiales de la Junta. Desdeahorala integran el Hermano Mayor, el Teniente Hermano Mayor, Mayordomo,Fiscal,Secretario y cuatro Vocales. Hasta 1936 se ocupó de la dirección don Fran-cisco.Pasada la guerra civil siguió en esa línea de actividad (50).

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SANTA LUCIA

Dibujo 5 Santa Lucía

Hubo santos a los que el vulgoinvocó para que le protegiera de losfenómenos inclementes de la naturale-za; otros, en cambio, lo fueron en au-xilio ante las enfermedades, tal es elcaso de Santa Lucía. La Santa que per-dió sus ojos y milagrosamente los re-cuperó, era la indicada en casos d~ ce-guera, aunque también en otros nposde incapacidades físicas.

En Lora ocupa un impotante lu-gar entre las devociones predilectasdesde muy temprano. Al menos desde1559 hay constancia de ella. En dichoaño don Francisco Batallanes, clérigo,solicita que la cofradía dt{Santa Lucíaacompañe a su cuerpo, una vez aconte-cido el óbito, a enterrar (51). A tenorde ese dato sabenos que ya está cons-tituída como corporación y que su fun-dación data de la primera mitad delXVI. No obstante, hay que esperar ala siguiente mitad de siglo para v~rlaconformada en auténtica congregacióncofradiera. En 1566 se comenza el pri-mer libtro de fábricas, "el antiguo"(52).

La cofradía tuvo la sede desde sufundación en la ermita de su mismonombre. Bien pronto llegó a poseerun saneado capital, lo que le permitióadquirir una parcela de tierra. El15 defebrero de 1568 Juan Navarro y su mu-jer, vendieron a Antón García de la

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C:ampana, mayordomo de la i¡pies) en la "alverquilla", por ()(

• Las reglas primitivasLos primeros estatutos de

do deplorable (54). Fueron apr10 de agosto de 1587. Consta(perdido.

Quedan patentes los funda¡reglas. Los capítulos 4, 7 a 14,ferente al entierro de los hermcuerpo mayor y de cuerpo pequerencia es que en el mayor se lle-hachas y cera menuda; en el otrtajas del entierro sólo puedendil

La junta directiva la formamo o administrador, el prioste 1

que toman las cuentas y supervisPunto esencial en la vida de

tándosele una gran atención a salcaldes, que han de tomar cuenndo el día de Santa Lucía. En estemandar los días de fiesta, en las e

El capítulo 7 fija una Cuotadsee entrar en la cofradía. No se di!ción social, a excepción de los ghermandad, según el capítulo 33.. Varios capítulos de las regalamteres. Aparte del cortejo fúnebreel que el único atavío usado es el pdados, hay otras a lo largo del 3ft1Lucía y la del Corpus. En el capiPascua de Resurrección, "LedaníaNuestra Señora de marzo y septrecibiere alguna bula papal. A esta,con la cera; llevando un alférez el f

Antes de finalizar el siglo la eda, gozando del afecto del vecindarilsalzamiento de los ritos católicos.

• El siglo xvnEl siglo de apogeo de la renova

día un período de crecimiento. Sigu

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Campana, mayordomo de la iglesia de Santa Lucía, media aranzada de olivar (32pies) en la "alverquilla", por ocho mil maravedís (53).

• Las reglas primitivasLos primeros estatutos de la hermandad aún se conservan, si bien en un esta-

do deplorable (54). Fueron aprobados por el prior frey Diego Vélez Escalante, el10de agosto de 1587. Consta de 44 artículos, de los cuales los 6 primeros se hanperdido.

Quedan patentes los fundamentos asistenciales de la cofradía a través de estaso reglas. Los capítulos 4, 7 a 14,25 a 29, 34, 35,40 Y41, se ocupan de todo 10 re-s ferente al entierro de los hermanos. En primer lugar distingue entre entierro de

cuerpo mayor y de cuerpo pequeño, es decir, en forma habitual o reducida. La dife-rencia es que en el mayor se lleva al difunto en andas y acompañado de hasta seis

1 hachas y cera menuda; en el otro caso, sin andas y sólo cuatro velas. De las ven-tajas del entierro sólo pueden disfrutar los hermanos y familares bajo su potestad.

La junta directiva la forman seis hermanos mayores, a saber, el mayordo-mo o administrador, el prioste o encargado del arca de capitales, y los alcaldes,

s que toman las cuentas y supervisan el gasto de cera.Punto esencial en la vida de la cofradía es la administración del capital, pres-

tándosele una gran atención a su contra. Para ello se nombran a los priostes ys alcaldes, que han de tomar cuentas al mayordomo en el cabildo que se reúne pasa-e do el día de Santa Lucía. En este mismo párrafo se fija que la limosna se ha de de

mandar los días de fiesta, en las calles y a la puerta de la iglesia.El capítulo 7 fija una cuota de 54 maravedís o un real para todo aquél que de-

a see entrar en la cofradía. No se discrimina a ningún individuo por su raza o condi-ción social, a excepción de los ganaderos. Estos tienen prohibido el acceso a la

r hermandad, según el capítulo 33. ~Varios capítulos de las regala se dedican a las procesiones, tema del máximo

interesoAparte del cortejo fúnebre que se forma para acompañar a los difuntos,enelque el único atavío usado es el paño mortuorio, una prenda de tercipelo con bor-dados, hay otras a lo largo del año. Las principales son las de la fiesta de SantaLucía y la del Corpus. En el capítulo 31 se mencionan otras: en la mañana dePascua de Resurrección, "Ledanías", día de San Ildefonso, Santa Cruz de mayo,Nuestra Señora de marzo y septiembre, San Sebastián, e incluso cuando serecibiere alguna bula papal. A estas procesiones debían asistir todos los hermanoscon la cera; llevando un alférez el pendón de la hermandad.

Antes de finalizar el siglo la cofradía ha conseguido una situación acomoda-da,gozando del afecto del vecindario. Se viven años de gran fervor religioso, de en-salzamiento de los ritos católicos.

• El siglo xvnEl siglo de apogeo de la renovación teológica de Trento supuso para la cofra-

día un período de crecimiento. Siguió la tendencia positiva del siglo anterior. En

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primer lugar, se culminó la reforma de la ermita, que desde antes de 1585 se estárealizando. En ese año, Sebastián López de Setefilla cobró 20 reales por cuatrodías que trabajó en la fábrica, ayudado por doce peones que cobraron 36 reales(55). Una vez concluídas estas obras se pasó a mejorar el mobiliario. En 1633, enel Cabildo ordinario celebrado en 2 de noviembre, siendo Juan de Liñán mayordo-mo de fábrica, se aprueba la renovación del sitial de la Santa, puesto que el que tie-ne está muy viejo y roto. El encargo se hace en Sevilla, ocupándose de ello elpropio mayordomo, que "mandó hazer la tela y dexó en señal dozientos reales"(56). y fue posible merced a la riqueza acumulada a lo largo de estos años, entreotras la percepción de un tributo de 30 ducados sobre unas casas en al calle BarrioNuevo (57).

En esta centuria la cofradía se había afirmando en sus formas constituciona-les. Ahora la junta de oficiales la forman: los mayordomos, el de fábricas y el delibrete; el alcalde, los dos diputados de cuentas y el resto de los hermanos mayo-res, sumando en total unos doce o trece individuos. Desde 1634, cuando ocupó lamayordomía de fábricas Francisco de Perea, o los sucesivos ocupantes de este car-go fueron: Pedro Martín Sosa (hasta 1642), Juan López Montaragón (hasta 1647),Juan Román (hasta 1651), Alonso Jiménez Jil, Baltasar Jiménez, Antón Carba-110, Francisco Gómez Ballesteros, Pedro González Montano, Alosno de Toro yAlonso de la Barrera, que fue reelegido hasta 1669.

La elección de estos cargos tenía lugar en el Cabildo que se celebraba cadaafta el día 2 de febrero. Reunidos todos los hermanos mayores habían de nombraral mayordomo de fábricas, siempre anotándose el voto particular de cada uno. Ac-to seguido se pasaba a tomar cuentas al mayordomo saliente, para ello se nombra-ban dos diputados de cuentas y alcaldes; también se elegía al mayordomo de.libre.Los ocupantes de los demás puesto de responsabilidad eran designados por el nue-vo mayordomo de fábricas.

De los mayordomos del período citado, tres fueron la clave de su prosperidad:Francisco Gómez Ballesteros -1655 a 1661-, Alonso de Toro -1663 a 1665-, yAlonso de la Barrera -166 a 1669-. A partir del afta 55 los ingresos aumentaronprogresivamente, sobre todo merced al incremento de las rentas. En virtud del cre-cimineto económico se continuaron las obras de la ermita y el enriquecimiento delajuar de su imágenes.

Desde 1654, cuando se abre la nueva puerta del templo, se confirma lapresencia del maestro albañil Juan Martín. A Juan Fellipe de Ribas, maestro cam-panero sevillano, se le encomendó la nueva campana, que costo 306 reales-1656- (58). En cuanto a las modificaciones internas, la hechura de un nuevofrontal de cinco varas y media, guarnecido con abundante pasamanería, de manosde Baltasar Martín. Asimismo la recomposición del vestuario de los titulares. Ala Santa le hizo un nuevo vestido el citado maestro, por el que se pagó 171 realesen él se emplearon 7 onzas y media de randa de oro y 5 varas de tafetán celeste, asícomo vara y media de cera y seda cruda. A esto hay que sumar 449 reales gastadosen comprar 15 varas y media de damasco para completar el atuendo. Curiosa-

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mente, esta imagen vestía de (Inmaculada,

En el mismo afta adquirirDe 1659 es la primera rm

esta cofradía. Un santo tambkde garganta (60). Se le visti6motivo se compraron dos vara:quete; 4 varas de damasco blannado; oro y esterlín por valor (

Entre los recursos econ6ntas y tributos. Los censos queaño ingresó en sus arcas 360 rtrigo; 40 reales de limosnas nSanta; 4 reales de entradas de :

Entre las principales eferrLucía. En esta ocasión había rEl cortejo lo integraban los heUna capilla de cantores acompla jornada los ministriles alegnrimías, trompetas estridentes; ado en ello hasta dos docenas d,tica de los frailes de algunode1Para completar este depuradoaparcidas por todas las callesqu

La misma expresi6n dejúganizaba la hermandad, la de Sprosesión del Corpus.

Del 1670 tenemos noticia"Madre de Dios del Buen Sucecerteza si fue adoptada en estosus fieles ricamente ataviada,1673: un vestido de gorgoránmanto; una toca de gasa con ptcon puntas y vueltas, otra de vecanutillo; un vestido de damajubón y manto -esta pieza se deta Lucía-. También el Niño Jelones de oro. Entre las joyas qllas y un tusón de perlas falsas (

También San BIas teníauaverde, vestía una estola y maníocasiones se cubría de estola ncapa del mismo color (65).

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mente,esta imagen vestía de celeste y crudo, similar a los colores litúrgicos de laIrunaculada

En el mismo año adquirió unas andas por 12 reales (59).De 1659 es la primera mención a San BIas, el compañero de Santa Lucía en

estacofradía. Un santo también milagroso, especialmente en casos de afeccionesdegarganta (60). Se le vistió con el mismo lujo que a la santa mártir. Por estemotivose compraron dos varas y media de bramante y puntas (7 reales), para el ro-quete;4 varas de damasco blanco para la capa (140 r.); otro tanto de damasco encar-nado;oro y esterlín por valor de 56 reales, y 10 reales de seda (61).

Entre los recursos económicos de la hermandad destacan los referentes a ren-tasy tributos. Los censos que percibía en 1669 eran quince. Por otro lado, en eseañoingresó en sus arcas 360 reales y 12 maravedís por 7 fanegas y 12 arrobas detrigo;40 reales de limosnas recogidas en domingos y festivos, y 17 el día de laSanta;4 reales de entradas de hermanos (2 reales por hermano) (62).

Entre las principales efemérides anuales, destacaba la fiesta del día de SantaLucía.En esta ocasión había procesión con las imágenes de la mártir y San BIas.Elcortejo lo integraban los hermanos con hachas y estandartes de la corporación.Unacapilla de cantores acompañaba musicalmente a las imágenes. A lo largo delajornada los ministriles alegraban el festejo con los agudos y timbres de sus chi-rimías,trompetas estridentes; además había abundante fuego de artificio, emplean-doen ello hasta dos docenas de cohetes. Lo más trascendente era el sermón o plá-ticade los frailes de alguno de los convetos de la villa, prefentemente merced arios.Paracompletar este depurado ambiente no podían faltar las hierbas aromáticas es-parcidaspor todas las calles que había de recorrer el cortejo.

La misma expresión de júbilo solía experimentarse en otra festividad que or-ganizabala hermandad, la de San BIas. También participaba la congregación en laprosesión del Corpus.

Del 1670 tenemos noticias de otra imagen propia de la hermanda, la de la"Madrede Dios del Buen Suceso", la Virgen con el Niño Jesús. No sabemos concertezasi fue adoptada en estos tiempos o es más antiguo (63). Se mostraba antesus fieles ricamente ataviada, y si no, he aquí una muestra de su vestuario de1673: un vestido de gorgorán morado, de galones de oro, con mangas, jubón ymanto;una toca de gasa con puntas y otra más pequeña; tres balonas, una de gasaconpuntas y vueltas, otra de velillo con estrellas encarnadas y otra de rengues concanutillo; un vestido de damasco cabellado, con flores en campo pardo, saya,jubóny manto -esta pieza se desbarató en ese año para hacer unos faldones a San-ta Lucía-. También el Niño Jesús tenía su vestido de gorgorán morado con ga-lonesde oro. Entre las joyas que poseía: dos rostrillos, uno llano y otro con per-lasy un tusón de perlas falsas (64). Estaba coronada.

También San BIas tenía uan atuendo rico pues además de la casulla de tafetánverde,vestía una estola y manípulo amarillos, y una capa de damasco blanco. Enocasionesse cubría de estola negra, o estola y manípulo banco acompañados decapadel mismo color (65).

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Page 77: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

Para las procesiones la hemandad tenía tenía un estandarte de damasco rojocon un cruz "de alquimia".

Esta exhuberancia en las imágenes acabó preocupando a las autoridades ecle-siásticas. Prueba de ello es que en la visita de rigor del año 1675, expuso que "porquanto acostunbrado el mayordomo y ermanos mayores de la dicha cofradía a sacarla ymajen de Santa luzía en la proseción general y del corpus aconpanado al San-tísimo sacramento, llebándola con diferentes colores de listones y tocado con elpelo yndisente, mando se notifique al dicho francisco martín, mayordomo, vista ladicha ymajen desentemente así de bestido como de tocado ... y por quanto la dichacofradía asimismo saca en dicha proseción a San BIas, y no se adorna con ladesencia que se deba ... que no salga el dicho santo en dicha proseción ... " (66). Apesar de la reconvención, se hizo caso omiso, por lo que el 1 de mayo de 1678 seincoaron autos contra el mayodomo por insitir en este sentido.

Los gastos en engalanar las imágenes, a pesar de todo, aumentaron. Entre1675 y 1680 se disipó gran cantidad de dinero en ello. Se rehicieron los faldonesde las andas; se enriqueció la ropa antigua, ya con bordados, ya con otros adita-mentos; etc. Lo más destacado fue el intento de cambiar la imagen de SantaLucía: el día 27 de junio de 1677, los hermanos mayores, comprobaron que "laimagen de Santa Lucia está yndecente y contra el estilo de la yglesia, determina-ron se aga otra dembulto, y todos convinieron en dicho acuerdo ... " (67).

• El cambio de sentido hacia el siglo XVIll.La cofradía de Santa Lucía había alcanzado el culmen de su esplendor, era la

más importante de todas las de gloria de la villa. Radicaba en una iglesia totalmen-te rehabilitada, con unos buenos ingresos. En definitiva, estaba bien consolidada.Pero a partir de una fecha indeterminada que desconocemos, si bien alrededor delaño 82, la cofradía deja de dar muestras de vida. El cabildo del 13 de diciembre de1682 es la última convocatoria conocida que reunió a todos los hermanos. A par-tir de entonces le vacío documental: ninguna noticia hasta el 10 de enero de 1688,y ésta muy explícita, dándonos indicios de lo que pudo suceder. El licenciado donJuan Mejía de Liñán, presbítero, promotor fiscal de la Audienica, "dixo que la her-mandad y cofradía de la Gloriosa mártir Santa Lucia y el Bendito San BIas, que tie-ne en su hermita extramuros de sta uilla, a mucho tiempo que está desierta dichahermita por auer faltado sus mayordomos y hermanos, y no se saue clertamenteel paradero de los vienes y caudal de dicha cofradía, y combiene nombrar mayor-domo y hermandad que le ponga cobro ... "(68)

No hay refencias a los motivos de la ruina. Tal vez se debiera a una crisis in-herente a algún tipo de morbo o enfermedad. Por el año 1680 una epidemia de pes-te causó una gran mortandad en diversas poblaciones del reino de Sevilla, y no esextraño que afectara a nuestra villa, incidiendo fatalmente en esta corporación.

Atendiendo a la petición que el promotor fiscal de la Audiencia hizo, surgióun renovado interés por la rehabilitación de esta entrañable corfadía, de ahí que ungrupo de individuos de los que antaño estuvieron vinculados a ella, se impuso esta

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tarea como hermanos mayoncomposición de la nueva forFrancisco de los Santos CalMartín Corralero el Mozo,Antonio Hemández, Miguel1y Francisco López Liñan. Alépoca, se designaron los sig,domo de fábricas; Andrés (López de Liñan y Gabriel Lonández, diputado de cuentas(

Lo primero que hizo la nnadamente gran parte de ellosSebastiana de Aranda, viuda I

escrituras y las andas, se consActo seguido comenzarc

bía pasado varios años abandencargó a Miguel López, mahizo una nueva reja; y Francicluyó en 1689 (71). Tambiéibores de remozamiento: monidas de San BIas, púlpito, etc. Ititución de una viga que amencristía, en la que se gastaron)

Tenemos ya a la cofradíalación de los primeros mayon110 Rebollar, que estuvo tres atió, Francisco de los SantosOa Francisco de Liñan Ariza (7<

Apenas hay noticias del (del XVIII. No debió de habergresivo crecimiento, si no eccvía entre sus hermanos incidi6siglo.

• Las reglas de 1754.El uno de julio de 1754

aprobó unas nuevas ordenanz:do. Están compuesta de 15 cal

A modo de preámbulo see

a los dos siglos. Asimismo seprecedente época de incuriay étuciones se basan en las primit

En el capítulo primero S(

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~o tarea como hermanos mayores. Este hecho tuvo lugar el 18 de enero de 1688; lacomposición de la nueva formación quedó integrada por Luis Carballo Rebollar,

e- Francisco de los Santos Carbajal, Lorenzo Sánchez, Pedro Malabar, Franciscor Martín Corralero el Mozo, Juan de Toro, Gabriel Lorenzo de Aguilar, Juan

Antonio Hernández, Miguel López Almaraz, Pedro Martín Gómez, Andrés Garcíay Francisco López Liñan. Algunos días después en el primer cabildo de la nuevaépoca, se designaron los siguientes cargos: Luis Carballo Rebollar sería mayor-domo de fábricas; Andrés Garcfa, lo sería de librete; como alcaldes FranciscoLópez de Liñan y Gabriel Lorenzo de Aguilar; Juan de Toro y Juan Antonio Fer-nández, diputado de cuentas (69).

Lo primero que hizo la nueva junta fue recuperar los bienes perdidos. Afortu-nadamente gran parte de ellos quedaron en poder de una mujer de confianza, doñaSebastiana de Aranda, viuda de Bernabé de Toro, último mayordomo. El resto, lasescrituras y las andas, se conservaron en la misma ermita (70).

Acto seguido comenzaron las reparaciones en la fábrica del templo, que ha-bía pasado varios años abandonado, sufriendo las inclemencias del tiempo. Se le

a encargó a Miguel López, maestro albañil, Cristóbal Górnez, maestro carpintero,a hizo una nueva reja; y Francisco Sánchez, el pintor, la decoró. Todo ello se con-

cluyó en 1689 (71). También intervinieron sastres y demás artesanos en las la-bores de remozamiento: monillo, tafetán y tocado para la Santa, dos frontales, an-das de San BIas, púlpito, etc. (72) La obra de mayor envergadura, aparte de la sus-titución de una viga que amenazaba ruina en 1692, fue la ejecutada en la nueva sa-

a cristía, en la que se gastaron 265 reales (73).Tenemos ya a la cofradía recuperada, volviendo a sus antiguos hábitos. La re-

lación de los primeros mayordomos de la renovación es la que sigue: Luis Carba-110 Rebollar, que estuvo tres años, Gabriel Lorenzo de Aguilar, que también repi-tió, Francisco de los Santos Carbajal, que acabó excusándose y cediendo su puestoa Francisco de Liñan Ariza (74).

Apenas hay noticias del devenir de la cofradía a lo largo de la primera mitaddel XVIII. No debió de haber cambios notables. Siguió su curso histórico en pro-gresivo crecimiento, si no económico, sí espiritual. El creciente fervor que se vi-vía entre sus hermanos incidió en la elaboración de unas reglas más acordes con elsiglo.

• Las reglas de 1754.El uno de julio de 1754 don José Serrano Márquez, prior y vicario general,

aprobó unas nuevas ordenanzas. Era notario mayor don Francisco Tadeo Garaon-do. Están compuesta de 15 capítulo distribuídos en 7 folios (75).

A modo de preámbulo se comenta la antigüedad de la cofradía, aproximándolaa los dos siglos. Asimismo se cita su nuevo restablecimiento y constitución, y laprecedente época de incuria y abandono que la hizo deteriorarse. Las nuevas consti-tuciones se basan en las primitivas, sólo que adptadas a los nuevos tiempos.

En el capítulo primero se habla del prior, que será un sacerdote nombrado

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por los hermanos mayores. El número de hermanos no habrá de sobrepasar los36, siendo sólo 12 los mayores. Para formar parte de la hermandad, los aspiranteshan de ser cristianos viejos, de buena vida y costumbres, no siendo pobres de so-lemnidad ni impedidos. Para su admisión ha de contar con los votos favorables delprior, mayordomo y otros cuatro hermanos mayores. Si lo consigue habrá de in-gresar en las arcas comunes dos reales (capítulo II). Los cuatro titulo s siguientesse dedican a enumerar las responsabilidades de los oficiales. Ocupándose el secre-tario de los libros de asiento y cuentas (capítulo III). El prior será dignidad degran preminencia en la hemandad, podrá convocar a los demás para la ejecución deciertas providencias de interés (capítulo V). El mayordomo es otro alto cargo;responsable de la administración general (capítulo VI). Tanto uno como otro hande ser elegidos en la junta que reuniría en la casa del prior o en la iglesia parro-quial ocho días después del de la Santa. Cada uno propondrá a sucesor, y si no hayinconvenientes por parte de los demás hermanos se les aceptará en el cargo (capítu-lo IV).

En el capítulo VII se habla de la fiesta de la Santa. Estipula que esos mesesantes de la misma se encargará el sermón por el prior o mayordomo, atendiendo aque no cueste más de 3 ducados. Los hermanos deben concurrir a las procesionesdel Corpus, domingo de la Infraoctava y Octava, San BIas y Santa Lucía (capítuloIX). Para esta última procesión, las imágenes se vestirán en la capilla de San Pe-dro, pues allí ha de salir (Capítulo XIII). Las cuentas las ha de tomar el mayordo-mo, ante el secretario, con acuerdo del prior (Capítulo XI). Otros capítulos hablandel santero (X), del inventario de bienes y la camarera (XII), de la ermita (XIV), yde la obligada lectura de la ordenanzas anualmente (XV).

A mediados del siglo XVIII aún la cofradía no había abandonado su estado demodestia al que se vio abocado años atrás. Pues siendo mayordomo José Tiradopresentó unas cuentas en las que alcanzó a la cofradía en 83 reales y 19 marave-díes, y en el ejercicio anterior Diego Lascón lo hizo en 69 reales y 7 maravedíes(76), presupuestos, aunque positivos, muy bajos. En el catastro de Ensenada apare-ce una sola propiedad a su nombre, situada inmediata a la capilla, de 2 tercios dearanzada y primera calidad. Por contra percibe 19 tributos (77).

• El, final de nuestra historia.No hay motivos para dudar del curso que siguió la cofradía durante todo el si-

glo XVIII; no insistiremos más en la normalidad del mismo. El [mal de la histo-ria de esta corporación se sitúa en la primera mitad del siglo inmediato. Pero la di-námica desfavorable comenzó en el último cuarto del setecientos.

En 1777 se palnteó la demolición de la ermita que tantos años había acogidoa la hermandad, El mermado capital de ésta no podía costear la rehabilitación quenecesitaba. Tras las diligencias encargadas por el prior, el 4 de mayo, se com-probó este estado de cosas. El tribunal eclesiático, el 7 de febrero, decretó el trasla-do de la imagen de Santa Lucía a la ermita de Jesús Nazareno. La hermandad, yensu nombre el mayordomo, don Marcos José de la Carrera, cura más antiguo de la

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parroquia, presentó un recursomolición de la iglesia. En fin,das, y del informe del fiscalecsolución contemplaba la posreacordó invertir el capital resuhsuma que se iba a conseguirel

A partir de 1777 la herm:en donde años más tarde tuvo(79).

En el siglo XIX ya no par-ticipa en los actos devotosSan BIas, se ha perdido suras-tro. Hacía años que Santa Lu-cía era la única titular de lacongregación.

A comiezos de esta centu-ria hay todavía ciertos atisbasde vida corporativa. Pero yatiene los días contados. Ape-nas cuenta con un olivar queha de vender antes de 1802para sostenerse. Todavía eneste año se puede adecentar laimagen, comprándole uname-lena (en abril de 1802), ohaciéndole dos nuevos vesti-dos, uno para la procesión yotro para su altar (80). Asi-mismo continuaba procesio-nando la Santa en su día, enel día del Corpus y en el de laOctava (81).

Finalmente se extinguióentre 1823 y 1836, concreta-mente el día 13 de marzo, Juande un decreto de las Cortes, enpertencían a la hermandad, as5750 reales y 4 maravedíes, al (día 11 de noviembre del mismen Cannona (83). Todo ello nola Junta liberal. Desafortunadaicabe duda que el trienio liberaltecimientos desaparece todo ve

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parroquia, presentó un recurso acerca del traslado de la santa imagen y posterior de-molición de la iglesia. En fin, a tenor de los resultados de las diligencias realiza-das, y del informe del fiscal eclesiástico, se aprobaron los cambios pedidos. La re-solución contemplaba la posterior venta de los materiales de desecho. Además, seacordó invertir el capital resultante en la hechura de un retablo para la imagen. Lasuma que se iba a conseguir era de 2102 reales (78).

A partir de 1777 la hermandad se estableció en la iglesia de Jesús Nazareno,en donde años más tarde tuvo su propio retablo. En 1781 se confirma el cambio(79).

En el siglo XIX ya no par-ticipa en los actos devotosSan BIas, se ha perdido su ras-tro. Hacía años que Santa Lu-cía era la única titular de lacongregación.

A comiezos de esta centu-ria hay todavía ciertos atisbosde vida corporativa. Pero yatiene los días contados. Ape-nas cuenta con un olivar queha de vender antes de 1802para sostenerse. Todavía eneste año se puede adecentar laimagen, comprándole una me-lena (en abril de 1802), ohaciéndole dos nuevos vesti-dos, uno para la procesión yotro para su altar (80). Asi-mismo continuaba procesio-nando la Santa en su día, enel día del Corpus y en el de laOctava (81).

Finalmente se extinguióentre 1823 y 1836, concreta-mente el día 13 de marzo, Juan de Liñán y Cepeda, de orden del alcalde y en virtudde un decreto de las Cortes, entregó todas las escrituras, libros y documentos quepertencían a la hermandad, así como el inventario de sus bienes, que sumaron5750 reales y 4 maravedfes, al comisionado don José López de la Barrera (82). Deldía 11 de noviembre del mismo año es el inventario de sus documentos, firmadoen Carmona (83). Todo ello nos lleva a pensar en la incautación de sus bienes porla Junta liberal. Desafortunadamente este punto no lo podemos confirmar, pero nocabe duda que el trienio liberal no fue muy favorable a la cofradía. Con estos acon-tecimientos desaparece todo vestigio de la misma.

Imagen de San Bias, .situada en el retablo mayor de la Asunción

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ANIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO

¿Quién no ha visto alguna vez, sobre los muros de algún edificio sagrado,laimagen dantesca de un grupo de figuras desnudas retorciéndose por efecto del fuegoque las abrasa, en tanto que unos ángeles procuran socorrerlas en su dolor? No esni más ni menos que la representación de las almas de Purgatorio salvadas del su-frimiento eterno por estos intercesores de Dios, quien espera a las mismas en lasmás altas esferas a los que superan el castigo. Las almas que quedaban en el purga-torio sufrían una indecible zozobra propiciada por el pecado. Para remedio de estossufrimientos a los vivos les quedan el recurso de la oración, fuente de indulgen-cias. Del libro segundo de los Macabeos podemos entresacar una frase muy ilustra-tiva: "Es una santa costumbre rogar por los muertos, a fin de que sean liberadosde sus pecados." (84) Para los cristianos era muy improtante la consideración deeste tema, y sus primeras representaciones aparecen a fines de la Edad Media,aunque es a fines del XVI cuando aparecen con más continuidad.

Lutero negó la existencia del Purgatorio; justificaba la redención total denuestros pecados con la muerte de Jesucristo. La iglesia contrarreformista tuvoque conjurar este ataque de una de las creencias más arraigadas del cristianismo; pa-ra ello impulsó el fortalecimiemto de su culto. Al mismo tiempo que favoreció elnacimiento de las cofradías de Animas. De éstas las más célebre fue la que se fun-dó en 1592 en la iglesia de Santa María del Sufragio, en Roma. Su popularidad levalió el reconocimiento del papa Clemente VIII, quien mediante una bula autorizóla agregación de las demás cofradías de este útulo de Italia y países aledaños(1594). Este acto se confirmó en 1600 (85).

A lo largo de la centuria siguiente aumentó el interés por estas congregacio-nes, creándose en algunas ciudades hasta una por parroquia.

Estas no son las más antiguas; he ahí el caso de Sevilla, que ya en la prime-ra mital del XVI contaba con algunas de ellas: en 1528 se fundó la de la parroquiade San Isidoro y en 1565 la de Santa Ana de Triana.

Figura esencial en cada una de estas comunidades es la del pregonero deánimas o animero, que recorría las calles del barrio donde radicaba, durante doshoras -desde el Angelus-, rezando en voz alta por las almas y tafiendo tras cada Pa-dre Nuestro una campanilla. En una bandeja iba recogiendo la limosna de los devo-tos (86). A veces este útil iba decorado con dos figuritas o almas.

A pesar de que en Lora se fundó en la parroquial una cofradía de Animas en elsiglo XVII, si no antes, sólo se la menciona con frecuencia a fines de esta centu-ria.

84

La primera vez que se la refieel 17 de septiembre de 1631(

Desde el principio gozrde cierta holgura económicano s6lo contando con las limosnas, sino también con e:fruto de las propiedades queha.bía conseguido. En el catastrcde Ensenada se le adjudicarcuatro casas con las que obte-nía 253 reales de renta anual;además poseía dos parcelas ysiete censos (88).

La cofradía ocupaba unacapilla en al iglesia mayor, laque antiguamente se denomi-naba de Santa Ana. En ellatenía lámpara que se nutría delaceite que le suministraba unaobra pía fundada a este efecto(89). La máxima autoridadco-rrespondía al mayordomo unclérigo de la misma parroquia.En la década de los veinte delsetecientos obtuvieron estecargo Fernando Caballero yFernando Márquez de Quir6s.

Hasta bien entrado elsiglo XIX existió la hermanodad. Como residente en laAsunción, su dirección la se!años se mantuvo al frente de l.antes de 1810, para dejarloen

Esta corporación defendiagregándose a la Sacramental;la actitud contraria

A prinicpios del siglo XJimagen de Jesús Nazareno en:

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Laprimera vez que se la refiere es en el testamento de Alonso González, otorgadoel17de septiembre de 1631 (87).

Desde el principio gozódecierta holgura económica,no s610 contando con las li-mosnas,sino también con elfrutodelas propiedades que ha-bíaconseguido. En el catastrodeEnsenada se le adjudicancuatrocasas con las que obte-nía253 reales de renta anual;ademásposeía dos parcelas ysietecensos (88).

La cofradía ocupaba unacapillaen al iglesia mayor, laqueantiguamente se denomi-naba de Santa Ana. En ellateníalámpara que se nutría delaceiteque le suministraba unaobrapía fundada a este efecto(89).La máxima autoridad co-rrespondía al mayordomo unclérigode la misma parroquia.Enla década de los veinte delsetecientos obtuvieron estecargo Fernando Caballero yFernandoMárquez de Quir6s.

Hasta bien entrado elsiglo XIX existió la herman-dad. Como residente en laAsunción, su dirección la seguían ejerciendo los clérigos. Uno de los que másañosse mantuvo al frente de la misma fue don Antonio Vergara, que juró el cargoantesde 1810, para dejarlo en 1826 (90).

Esta corporación defendió su independencia durante toda su existencia, noagregándose a la Sacramental; lo habitual en otras de las mismas caraterísticas erala actitud contraria.

A prinicpios del siglo XX su capilla era la reservada para alojamiento de laimagen de Jesús Nazareno en sus traslados (91).

Retablo de la Capilla de las Animas, en la iglesia de laAsunción.

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NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

El dos de agosto de 1218 la Virgen se apareció a San Pedro Nolasco, SanRaimundo de Peñafort y Jaime I el Conquistador, con su presencia les animó enla idea de crear una orden para el rescate de cautivo: la de la Merced. Desde que sefundó su cometido esencial no fue otro que la redención de los cristianos caídos enmanos musulmanas (92). De modo que la titular de la orden es la Virgen redento-ra.

La Orden de la Merced en Lora del RíoLa segunda comunidad religiosa en establecerse en al villa fue la de Merceda-

rios. Fue deseo expreso de don Jerómimo de Valencia el que éstos erigieran unconvento. Tomás de la Concepción se posesionó de su fundación el 28 de di-ciembre de 1609, y el5 de enero siguiente obtuvo la licencia del Bailío, el Condede Alba Liste (93).

El 26 de enero de 1610 don Jerónimo de Valencia firmó la escritura de patro-nato. Por ella sabemos que por orden suya acudieron a la villa tres frailes: fray To-más de la Concepción, que era Comendador del convento de la villa de Fuentes,fray Alonso de la Concepción, y fray Gonzalo de San Vicente. Tomaron posesiónde la iglesia de Santa Cruz, sobre la que erigieron el convento que se llamó de SanJosé.

El patronato conllevó unos amplios recursos para su desahogo económico.Incluía una partida de siescientos ducados, más otros catorce anuales que pagabaCristóbal López sobre unas casas en la Roda; asimismo tres mil ciento y noventay dos maravedís de renta de tributos (94).

No satisfechos con esta fundación Jerónimo de Valencia y su mujer patrocina-ron la fundación del convento de Mercedarias, que pasaría a denominarse de la Purí-sima Concepción. Lo trataron con el mismo Tomás de la Concepción (95).

Aunque extintos tras los decretos de 1835, sus edificios siguieron en uso poralgunos años más. Aún en 1886 sigue en pie el de San José empero ya se encuen-tra en estado ruinoso y sus bienes muebles pasándose a la parroquia (96). El inven-tario de la iglesia de este convento, de 1910, nos muestra ricamente decorada. Elaltar mayor estaba ocupado por el retablo de Nuestra Señora de las Mercedes acom-pañada de las imágenes de San José, San Pedro Nolasco, San Ramón Nonato ySanta María del Socorro. En la cabecera de la nave del Evangelio otro dedicado ala Vera Cruz, en la misma nave un retablo de San BIas, San Roque y San Cayeta-

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no, éste en lienzo. En la naveDolores. Otro de Nuestra Señlcificado en lienzo, y finalment

La cofradía de NuestraDe esta corporación apena

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Por lógica pensamos que I

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no, éste en lienzo. En la nave de la Epístola un altar con Nuestra Señora de losDolores. Otro de Nuestra Señora de los Esclavos, también uno con un Jesús cru-cificado en lienzo, y finalmente el de los azotes de nuestro Señor (97)

La cofradía de Nuestra Señora de la Merced.De esta corporación apenas quedan referencias escritas que nos revelen su evo-

lución. La tenemos establecida en pleno siglo XVIII. La cita Pedro Corona en sutestamento, escriturado el 19 de noviembre de 1717: "Yten, declaro me deue la co-fradía y hermandad de la Merced siento y tres reales, mando se cobren y me losdeuen por razón de diferentes auitos que e pagado." (98) En la declaración de su úl-tima voluntad Sebastián Marín pidió ser amortajado con el hábito de Nuestra Se-ñora de la Merced, "de cuya hermandad es esclavo", y su cuerpo sepultado en laiglesia mayor, y en la forma que acostumbra la citada congregación (99).

0- Por lógica pensamos que esta cofradía estuvo vinculada a algunos de los con-ventos mercedarios conocidos. Y posiblemente el de frailes, no en vano la imagende Nuestra Señora era la que ocupaba el lugar central del altar mayor. Ya lo hemosvisto en el inventario de 1910.

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NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Alain de la Roche, fraile de la Orden de Predicadores, allá por el año de 1470escribió De Utilitate Psalterii Mariae, obra de gran resonancia, a partir dela cual se divulgó rezo del Rosario. Cinco años después el prior de la mismaOrden en Colonia instituyó en esta misma ciudad la primera cofradía de este tí-tulo, cuyas reglas se aprobaron por bula papal en 1478. El refrendo general tuvolugar a raíz de la batalla de Lepanto (1571), al atribuir la victoria sobre los turcosa la mediación de la Virgen del Rosario.

En nuestro país tuvo una gran aceptación, sobre todo merced al impulso quele dio la orden de dominicos; éstos establecieron su origen en el compromiso quesu Santo fundador tuvo con la virgen de extender la devoción al rosario. Así esusual ver representado a este santo recibiendo de la Virgen este instrumento de ado-ración. La plasmación más antigua de esta iconografía en Sevilla es la del con-vento de Madre de Dios, de 1577.

En el último tercio del siglo XVII, adquirió nuevo vigor este culto, en espe-cial en virtud de la difusión del rezo de sus Misterios. De nuevo es la Orden de Pre-dicadores el vehículo determinante de su reconocimiento. En este caso hay una fi-gura destacada, fray Pedro de Santa María UUoa, a quien debemos el rosariocallejero. Hasta 1730 no participan las mujeres de él.

Estas demostraciones públicas no son más que formas de culto promovidaspor los dominicos, en las que se cuenta con un importante arma de sostenimientode la doctrina: la predicación (100).

La existencia de una imagen de la Virgen del Rosario, en Lora, parece un he-cho confirmado con la visita de la parroquia, en 1565 (101). Desconocemos su ori-gen; los difusores de su culto, los dominicos, nunca tuvieron casa en la villa. Lomás probable es que se vinculara a la Orden de San Juan, que tenía especial cuida-do en todo lo que concernía a la mejora de la liturgia. Además, es muy significati-va su situación en el altar de San Juan, justo la advocación del patrón de la Orden.

Del siglo XVI poco más es lo que sabemos sobre este asunto. Participaba enprocesiones, y para ello poseía entre sus bienes "una tabla sobre la qual salenuestra señora ... " (102). Estas andas llevarían asas, de modo que la Virgen iría co-mo la de Setefilla, La imagen era de vestir y llevaba un Niño Jesús en los brazos(103). Contaba con el reconocimento de todo el pueblo, pues sólo de este modopudo llegar a conseguir el rico ajuar que tenía (104).

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Nuestra Sra. del Rosario, imagen actual, situada en su retablo,en la iglesia de la Asunción.

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• El siglo XVll.No sabemos de la existencia de una hermandad de este título. Lo más proba-

ble es que su nacimiento tuviera lugar durante el siglo XVII. A principios de di-cho siglo había una cofradía de clérigos bajo la advocación de esta imagen. En ellaobservaban una férrea estratificación; ocupando la dirección los más ancianos, entanto que los jóvenes debían estar a su servicio. Así pues parecía ser una cofradíade clase mediante la cual se buscaba la protección de sus miembros, en especial delos más desvalidos y ancianos.

Entre sus normas ocupaban un lugar importante la demanda de limosna y larealización de los oficios divinos. Por turno, los clérigos más jóvenes debían pe-dir con dos bacines los días de fiesta; dos cada mes. También estaban obligados avestirse para las misas de Nuestra Señora todos lo sábados.

Este sometimiento acabó siendo contestado en más de una ocasión. Así suce-dió en 1654, cuando los miembros más jóvenes pretendieron abolir tales costum-bres. El bachiller Francisco de Ribera, por entonces mayordomo de la cofradía, fueel encargado de transmitir las quejas sobre esta actitud al vicario y visitador gene-ral, don Alonso de Flores Morcillo. Este, tras un auto, con las encuestas pertinen-tes a cuatro individuos de la corporación, ordenó que se siguiera con la costumbreestablecida. En el expediente que se llevó a cabo con este motivo (105), se señalaque esta comunidad era "hermandad del clero a más de trienta años ... " Ello nos ha-ce sospechar una vida anterior, incluso alcanzando al XVI, aunque por entonces noestuviera integrada por estos sacerdotes.

De cualquier modo, durante el seiscientos, parece alcanzar un gran predica-mento esta devoción, aunque perdemos todo tipo de referencia de la corporaciónclerical. Sólo se menciona la capilla que ocupa, la misma que en la actualidad. Enella fundó María Romero, viuda de Francisco García Meléndez, una capellanía en1638 (106).

Para dicha capilla se hizo un retablo en el primer cuarto del siglo. Así en1625 se subasta la labor de dorado, según las condiciones de Alonso Gálvez,maestro pintor y dorador, ante Juan Fernández, notario de la villa (l07).

Parece que la cofradía continuó con su vida durante todo el siglo. Se ocupóprincipalmente de los cultos relacionados con el rosario. En 1696 Ana Rodríguezmandó en su testamento que "se de de limosna un peso de plata, de los que dejó, ala cofradía de nuestra señora del Rosario de esta villa, para que se gaste en zerapara los faroles que alumbran el Rosario cantado que se resa por las calles." (108)De modo que además que cuidar de Nuestra Señora organiza el rezo callejero. Es in-teresante comprobar la antigüedad de esta costumbre en Lora. Y esta fecha no es lade su creación: ya tenía lugar antes de ese año. Así pues es casi tan temprana co-mo la de Sevilla, donde fue introducido por fray Pedro de Santa María Ulloa en1687.

Los misterios del Rosario se rezaban durante todo el año en la iglesia pa-rroquial, por las noches, después de las oraciones. Era un acto multitudinario,reuniendo a todos los vecinos del pueblo (109). Esta moda alcanzó un gran apo-

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geo ya durante el siglo XVocuparon de apoyarla. Es pnpor la villa.

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don Bartolomé Quintanilla5.892 reales y 18 maravedísdls. Este desembolso de debipatrimonio (110). Años desphermandad de Nuestra Seño:aranzada y tres cuartos de eli.dad. En el mismo sitio posClOS, de segunda calidad, ycalidad. En el sitio de GÓtcobraba siete tributos anualJunto a ello percibía 90 reale

Por la titulación que recicon una jerarquización de hexistía el cargo del mayordondinados a él estarían los alcaun culto establecido, en el quSantísimo Rosario.

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En 18 de mayo el Consejde un lado la Hermandad, deoapodera a dos procuradores desejo parece favorable a su aconsta que haya obtenido la apra el caso que así sea lo qual IXsejo, debe informarse en favorHermandad, y cultos que se dedosos, y muy conformes a lo Jmandades. " Para el caso de la ~pone cinco correcciones, todas

Las reglas incluidas en el¡vas. Están formadas por 6 capñ

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geoya durante el siglo XVIII, y en este caso fueron los capuchinos los que seocuparonde apoyarla. Es probable que alguno de estos incansables viajeros pasaraporla villa.

• El siglo xvm y las nuevas reglas.La hermandad durante esta centuria adquirió un gran esplendor. En 1743, con

donBartolomé Quintanilla como mayordomo, los ingresos que tuvo fueron de5.892reales y 18 maravedís, con lo que el déficit fue de 7.167 reales y 4 marave-dis.Este desembolso de debió a un aumento de los bienes con enriquecimiento delpatrimonio(110). Años después, en el catastro de Ensenada, aparece la "cofradía yhermandadde Nuestra Señora del Rosario" con una saneada hacienda. Poseía unaaranzaday tres cuartos de olivar, en el salto de la mula, tierras de primera ca-lidad.En el mismo sitio poseía otras dos parcelas, una de 3 aranzadas y dos ter-cios,de segunda calidad, y otra de dos aranzadas y una décima, de la mismacalidad.En el sitio de Gómez poseía 5/6 de aranzada de 3ª calidad. Además,cobraba siete tributos anuales, de 100, 22, 12, 13'6, 19'20, 9'30 Y 18 reales.Juntoa ello percibía 90 reales por las 4 vacas que tenía (111).

Por la titulación que recibía entendemos que tenía ya una organización típica,conuna jerarquización de hermanos menores y mayores, entre éstos, al menosexistíael cargo del mayordomo, el encargado de la administración general. Subor-dinadosa él estarían los alcaldes, secretario y escribano. Tenía sus reglas, y todounculto establecido, en el que se incluía la procesión de la Virgen así como la delSantísimoRosario.

En 1783, Carlos I1I, mediante Real Decreto ordena un arreglo de cofradías, fi-jándosela extinción de las que carecieran de la autorización civil y eclesiástica. Enadelante,las que quisieran subsistir debarían, además renovar sus reglas y ajustar-lasa los nuevos tiempos. La de nuestra Señora hubo de someterse a esta decisión,y el 12 de marzo de 1791, elevó al Consejo de Castilla petición de que le fueranaprobadaslas nuevas Ordenazas, que ya fueron sancionadas por la hermandad enCabildoGeneral de 13 de febrero de este año (112).

En 18 de mayo el Consejo las recibe y decide estudiarlas oyendo a las partes:deun lado la Hermandad, de otro el Fiscal. Para que les reperesente, la corporaciónapoderaa dos procuradores de la Real Audiencia de Sevilla el 15 de junio. El Con-sejoparece favorable a su aprobación, puesto "que aunque del expediente noconstaque haya obtenido la aprobación del ordinario eclesiástico, sin embargo, pa-rael caso que así sea lo qual podía resultar de los estatutos en dicho Supremo Con-sejo,debe informarse en favor de su permanencia, respecto a que el instituto de laHermandad, y cultos que se designan en sus Constituciones, son notablemente pia-dosos,y muy conformes a lo prevenido en el Real Decreto sobre arreglo de Her-mandades."Para el caso de la aprobación de las mismas, el Fiscal del Consejo pro-ponecinco correcciones, todas atendiendo a puras formalidades.

Las reglas incluidas en el expediente de aprobación, se basan en unas primiti-vas.Están formadas por 6 capítulos.

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El capítulo primero regula el modo de asentarse los hermanos. Para ello, an-tes que nada, se pide la limpieza de sangre, puesto que no se han de admitir ni ju-díos, ni moros, ni negros, mulatos o berberiscos; tampoco los penitenciados olos que se ocupen en oficios viles.

Los pasos que ha de seguir todo aspirante comienzan con la presentación dela solicitud al hermano mayor; el caso será estudiado por dos diputados, y una vezconsiderado admisible será llamado por la Junta mediante el muñidor. El secretariole tomará juramento de obedecer las reglas, lo cual hará de rodillas. El hermanomayor le cobrará 10 reales por la entrada, y acto seguido, será inscrito en el "librogrande" y en la lista para citar a reuniones.

El capítulo segundo regula las obligaciones y derechos del Padre Director.Con un cargo similar al de Capellán, se ocupará del gobierno espiritual de la co-munidad.

Sobre las elecciones y los cometidos de los diferentes individuos que formanel Consejo de Gobierno versa el capítulo siguiente. Las primeras tienen lugar eldía uno de enero de cada año. Citando el secretario a los demás hermanos mediantecédula, por orden del hermano mayor.

Reunidos los hermanos, el mayor presentará las cuentas del año, siendo leí-das por el secretario. A continuación pasará a votarse si se aprueban o no. Tras es-ta consulta tendrá lugar la de la elección de los miembros de la dirección, principal-mente hermano mayor y consiliarios, dependiendo los demás del interés que se ten-ga. El cargo de hermano mayor lo ostentará aquel que sea más votado. Los otrosdos correrán la misma suerte, si bien será propuestos por el aquél.

En cuanto a las obligaciones de la comitiva directora son las que siguen: Alfrente está el hermano mayor, que ha de cuidar la asistencia a los cabildos, laconcurrencia a las procesiones y la convocatoria de las reuniones previstas. Le si-gue el consiliario primero, que puede llevar a cabo las mismas funciones; ypor falta de ambos, el consiliario segundo. El celador primero lleva la ad-ministración de rentas, así como el librete de las cuentas; si es preciso puede sus-tituir al consiliario primero. Del cumplimieto de las reglas y del decoro de la pro-cesión se encarga el celador segundo, que tiene mando de consiliario. Los di-putados investigarán a los que aspiran a pertenecer a la hermandad; por su catego-ria podrán tener voto en las juntas. Para atender al archivo y al asiento de los her-manos se designa al secretario. Por último, el muñidor reparte la cera y las cé-dulas de aviso a las reuniones, al igual que ha de llamar a los hermanos para elculto.

De la administración de las cuentas la hermnadad trata un capítulo: el cuarto.Para su registro hay un libro, que queda en poder del secretario, y que se custodiaen un arca cuyas llaves conservan los claveros, es decir, el hermano mayor, el ce-lador pimero y el secretario. Las cuentas se revisarán los primeros domingos de ca-da mes. Se hará un repaso de gastos e ingresos, teniendo en cuenta que lo sobrantepasará al arca. El secretario expondrá los gastos en tanto que el celador primero lascuentas de las rentas.

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Los dos últimos capítulos de las reglas se ocupan de las obligaciones de loshermanos (quinto) y de la hemrnadad (sexto). Los hermanos tienen la obligacióndeacudir a todos los actos y reuniones de la hermandad: cabildos, visita del Santí-simo Sacramento a los enfermos, misa y procesión claustral. Pagarán cuatro mara-vedíes para las misas de difuntos y dos cada domingo y día de fiesta.

La comunidad celebrará función principal el primer domingo de octubre conunnovenario. El primer domingo de cada mes sacará a Nuestra Señora del Rosarioen procesión claustral. Todas las noches sacará al Santísimo Rosario.

Las reglas contaron con la aquiescencia del Consejo Real, y tres años más tar-de estaban vigentes. El 20 de noviembre de 1794, tras un cabildo extraordinario,se aprobó el dar a censo a don Juan Rodrigo Montalbo y Quintanilla, unas casasprincipales en la calle de San Juan. La que debió ser una de las pirmeras juntas dela nueva etapa histórica de la hermandad, estuvo formada por Sebastián Esquinas,como hermano mayor; Antonio José del Valle Ruíz de Vargas, celador; AntonioGuerra Mielgo, mayordomo; Antonio Guerra y Aguilar, y José Beyries, diputa-dos; Benito Morgado y Pizarro, director espiritual y capellán.

En este año la congregación recibe el nombre de "Hermandad de María Santí-sima del Rosario". Sigue con sede en la iglesia parroquial, teniendo sala de juntasen su Sacrisúa (113).

En la visita eclesiástica de 1794 hay constancia de la adquisición de unos za-patos de plata para el niño Jesús (114).

En 1842 ya se había extinguido (115), lo que nos lleva a pensar en quesucumbió fruto de los avatares refonnistas de principios del XIX. Es probable queello tuviera lugar con la desamortización de Mendizabal (1836), con la que perderíatodos sus enseres y sus recursos. Todavía en 1823 continuaba activa (116).

La cofradía desapareció, pero quedó la imagen titular en su propia capilla. En1886 ésta se adornaba con" corona, ráfagas, media luna, cetro y rosario de plata",y el Niño con "potencias, zapatos y mundo, del mismo metal." (117) Ambos sesituaban en un retablo "churrigueresco", de madera dorada.

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SEÑORA SANTA ANA

Triste fortuna tuvo esta cofradía que perdió todos sus enseres, quedando comoúnico recuerdo el edificio que en la actualidad acoge al Archivo Municipal yBiblioteca Pública.

La Madre de la Virgen desde la Edad Media fue objeto de veneración, contem-plándosela como universal mediadora en los desastres naturales. Recordemos, porejemplo, que en Sevilla Alfonso X le dedicó una iglesia en memoria de la cura-ción milagrosa con que le favoreció. Aún en tiempos de Felipe 11Santa Ana, jun-to a San Sebastián y la Virgen, eran de las devociones predilectas en los momen-tos de desolación general causados por calamidades públicas (118). Incluso en el si-glo XVIII procesionaba la imagen de Santa Ana, del templo sevillano de su mis-mo nombre, con ocasión de alguno de estos fenómenos desafortunados.

En los pueblos tenía aún mayor acogida, pues en ellos velaba por la protec-ción de las cosechas. Este aspecto era uno de los más atractivos de NuestraSeñora era madre y como tal generadora de vida.

Antes de mediar el siglo XVI tenía en Lora su propia capilla en la parroquia.Cuando frey Fenando Alvarez de Toledo visitó la iglesia mayor halló una "capillade santana que se dize la capilla de rrui pérez"(119), y en su testero un retablo conpinturas. Esta primitiva localización nunca desapareció, pues se continuó hastanuestro siglo. Pero el centro de la hermandad pasó a localizarse en una ermita.

En efecto, la hermandad que se creó a expensas de este culto se instaló en laermita de su propiedad. De su construcción apenas hay noticias: debió tener lugaren el siglo XVII, o bien en la segunda mitad del XVI; quizás ocupando el solar deotro edificio más antiguo. En 1740 es objeto de una completa rehabitación. La ca-pilla mayor se bendijo en el curso de la visita de este año, y corrió a cargo del Vi-sitador Velasco (120).

Es probable que la hermandad tuviera el único cometido de cuidar la imagende nuestra Señora, así como sus bienes, y de organizar la fiesta que anualementese le tributaba. Así pues, no tendría mayor trascendencia la corporación; sí, encambio, la santa imagen, que enfervorizó a toda la población. La importancia quefue adquiriendo a lo largo del XVII la llevó al apogeo en el XVIII, hasta el puntode comentar Guseme que su "día se celebra con particular júbilo. " (121) Ello máxi-me si tenemos en cuenta que estaba muy relacionada con Setefilla. En consonan-cia con este esplendor encuentra el hecho de la renovación de su ermita.

Es muy sintomático que en el catastro de Ensenada la congregación sólo

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conste como poseedora de wLiñán Caballero, clérigo dehermandad, en una visita deen este año es LuisCarvallo (123). Deestos escasos datospoco se puede con-cluir acerca de susformas expresión.No obstante podríadecirse que no teníanninguna peculiaridadque la diferenciara delas demás. Tendríasus cabildos el díade la Santa, en loscuales se nombraríaa la junta directiva,que encabezaría elmayordomo. Al mis-mo tiempo se le to-marían las cuentasdel ejercicio anterioral saliente. El día de ISanta Ana saldría so-bre andas la imagentitular. Y, en fin,todos los usos habi-tuales en las demáshermandades.

La extinción dela cofradía fue pro-vocada por la revolu-ción de 1868. La er-mita quedó abandonada y la esción (124).

En 1886, en la capilla de Aun altar con tres tablas de pintuen dicha capilla, en el lado izquiníficas tablas ... con el mismo S(

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constecomo poseedora de un censo de arroba y media de aceite que paga José deLiñán Caballero, clérigo de Menores (122). Si en esta fuente se la define comohermandad, en una visita de 1743 es denominada como cofradía. Su mayordomoen este año es LuisCarvallo (123). Deestos escasos datospoco se puede con-cluir acerca de susformas expresión.No obstante podríadecirseque no teníanningunapeculiaridadquela diferenciara delas demás. Tendríasus cabildos el día

de la Santa, en loscuales se nombraríaa la junta directiva,que encabezaría elmayordomo. Al mis-mo tiempo se le to-marían las cuentasdel ejercicio anterioral saliente. El día deSanta Ana saldría so-bre andas la imagentitular. Y, en fm,todos los usos habi-tuales en las demáshermandades.

La extinción dela cofradía fue pro-vocada por la revolu-ción de 1868. La er-mita quedó abandonada y la escultura de la Santa pasó al altar mayor de la Asun-ción (124).

En 1886, en la capilla de Animas de Santa María de la Asunción, se disponíaun altar con tres tablas de pintura, el de Santa Ana (125). Yen 1910 se inventaríaen dicha capilla, en el lado izquierdo, "el altar de Santa Ana, formado por tres mag-níficas tablas ... con el mismo servicio que el de Animas." (126)

,\

Arúigua ermita de Sama Ana.

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CARIDAD

Fuera de los márgenes que tipifican a las cofradías y hermandades loreñas seencuentra la que ahora nos toca estudiar, proque sus usos y costumbres en nada ocasi nada la asemeja a las demás. Su cometido es el puramente asistencial yhospitalario y se funda en la ayuda a los más necesitados, teniendo su localizaciónen el hospital de Santa Catalina.

• La hospitalidad.De entre los tipos de establecimientos benéficos que proliferaaron durante la

Edad Media, los hubo dependientes de hermandades de caridad, dedicados primor-dialmente al socorro y amparo de los necesitados, por lo que acabaron denomi-nándose hospitales o casas de hospedajes (127). Además de atender a la hospi-talidad potenciaban los aspectos religiosos, siendo habitual la presencia de altarespor todas las salas convenientemente dispuestos para que los enfermos siguieransin dificultad el servicio divinio (128). La capacidad asistencial era reducida, nosobrepasando en el mejor de los casos las doce camas.

Los hospitales loreños tienen sus más remotos orígenes en tiempos medieva-les. No olvidemos que la Orden que mantiene el gobierno de la villa se titulabacomo hospitalaria, la más,antigua fundación conocida es la del Hospital y Alger-gue de Peregrinos de Santa Isabel, que ya existía a medidados del XIV. En cam-bio, más moderno e importante era el de Santa Catalina del siglo XV, que estuvobajo el patronad'o fundado por Alonso Fernández el Rico en 1460. En su testamen-to, recogido en el Libro Becerro, hace mención al acto: "otrosi, por quanto yoe la dicha catalina martines, mi muger, fuemos acordados e deliberamos y consti-tuymos de tener en esta dicha villa de lora un ospital para alvergar y ospedar po-bres por amor de dios, el qual ya estava cosntituydo e posimos en efeto en unas ca-sa nuestras que son aquí, en el arrabal desta dicha villa, cerca de la puerta que dizendel arco; al qual pusimos nombre, por devoción, el ospital de señora santa catali-na, para el qual mando vna haca de tierras de pan labra que se llama la faca de lostanajos [?] que fue de arias gutiérrez, que yo y la dicha mi muger compramos deldicho gómez fernándes, mi hermano, que ba llende del rrfo ... e que de las rrentasde la dicha faca de tierras que sea rreparado al dicho ospital en lo que fuere me-nester ... " (130). De modo que su establecimiento tiene lugar hacia el comedio delsiglo, y su confirmanción en 1460, cuando este prócer loreño dejó unas tierraspara su mejoramiento. La especial devoción por esta Santa mártir llevó a estos ha-

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cendados a procurar el enricsia mayor. Con este motivo'tablo: "otrosí, mando que selina, que esta en al dicha calObra que se llegó a realizarrroquial en 1565 -"otro reuel martirio del bulto" (l32)-

• La hermandad de 1,Fue la expresión de ur

malos tiempos que corrían,orden día. Posterionnente, tvas concepciones les infundgico. De todas ellas la másdon Miguel de Mañara, segúnitá della Misericoridia deArreformista de las hennandcristiana sepultura a los aho:nes más amplias, pero siemp

La cofradía es de prinecompañía a la hora de los ende mayo de 1624, manda alañe con su pendón y hermanotambién acudfa a los entierronao

A pesar de la relación encación de sus organizacionesque se ocupaba del nombranel caso del año de 1669.En (cisco García Frutos como maGuijarro lo fue del hospitalrepetfa en sus funciones. Ajadministraciones independieide ambas sólo queda confirrrula unificacion bajo la égida d1743, rinde cuentas al visitad

Vemos que la máxima,las demás cofradías; en cambcabildo. Este tenía lugar el 21casos lo organizaba y dirigía (pusiera algún tipo de procesalos difiuntos. Como hemos viCatalina, en la cuál había un

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cendadosa procurar el enriquecimiento de la capilla que tenía la imagen en la igle-siamayor. Con este motivo dejaron unas tazas de plata y tres mil reales para su re-tablo:"otrosí, mando que sea hecho un rretablo para el altar de la virgen santa cata-lina,que esta en al dicha capilla, fasta en contía de tres myll maravedís ... " (131).Obraque se llegó a realizar, constando ya entre los bienes que tenía la iglesia pa-rroquialen 1565 -"otro retablo de Sancta catalina, en su capilla, ques de pinzel yelmartirio del bulto" (132}-.

• La hermandad de la Caridad.Fue la expresión de una mentalidad nacida en pleno medievo, fruto de los

malostiempos que corrían, en los que la miseria y las enfermedades estaban a laordendía. Posteriormente, tras la agitación de la Reforma protestante, unas nue-vasconcepciones les infundieron un matiz de profundo sentido religiosos y teoló-gico.De todas ellas la más conocida en nuestra región, la que fundó en SevilladonMiguel de Mañara, según Bonet (133), "recuerda la Venerable Archiconfrater-nitádella Misericoridia de Florencia,resumen de todo un sentido medieval y contra-rrefonnista de las hermandades religiosas ... " Si la sevillana se entregó a darcristianasepultura a los ahogados en el Gualdaquivir, la loreña tuvo unas funcio-nesmás amplias, pero siempre asistiendo al pobre.

La cofradía es de principios del siglo XVI. A ella acudía como una eficazcompañíaa la hora de los entieros: Juana López, en su testamento, otorgado el 30demayo de 1624, manda a la cofradía de la Caridad un ducado para que le acompa-ñecon su pendón y hermanos a la hora de su inhumación (1340. Entendemos quetambiénacudía a los entierros de cualquier persona a cambio de la oportuna limos-na.

A pesar de la relación entre hermandad y hospital, siempre existió la diversifi-caciónde sus organizaciones. Ambas quedaron al amparo del Cabildo municipal,quese ocupaba del nombramiento de sendos mayordomos. Traigamos a colaciónelcaso del año de 1669. En el ayuntamiento el día 24 de junio se nombró a Fran-ciscoGarcfa Frutos como mayordomo de la Caridad; asimismo Alonso RodríguezGuijarro lo fue del hospital y de la capilla de Santa Catalina (135). Este últimorepetía en sus funciones. Al menos durante este siglo ambas continuaron conadministraciones independientes, bien que paralelas y hermanadas. La conjuncióndeambas sólo queda confirmada a mediados de la centuria siguiente, cuando constalaunificacion bajo la égida de un mayordomo único. Así, el 13 de septiembre de1743,rinde cuentas al visitador Fernando Guerra (136).

Vemos que la máxima autoridad la ostenta el mayordomo, tal cual pasa enlasdemás cofradías; en cambio no coincide en los demás usos, empezando por elcabildo. Este tenía lugar el 21 de junio, día de San Juan, pero a diferencia de otroscasoslo organizaba y dirigía el Concejo municipal. Por otro lado dudamos que dis-pusiera algún tipo de procesión, a excepción de la que tenía lugar al acompañar alosdifiuntos. Como hemos visto tenía agregada a la hermandad la capilla de SantaCatalina, en la cuál había un retablo e imagen de la titular; no obstante no tene-

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mos nocicias acerca de su presencia en las calles de la villa. Hay un hecho curio-so, y es que en el convento de San Antonio había una imagen de Nuestra Señorade la Caridad, situada en su retablo, 10que nos indica un establecimiento duradero.La imagen y su altar existían a principios del XVIII: el 10 de marzo de 1705 doñaMaría de Atoche y Parrado, mujer de Bartolomé de Liñán Ortega, otorga su testa-mento, en una de sus mandas deja unas joyas para adorno de la imagaen y altarconventuales (137). ¿Era propia de otra cofradía? Por el momento desconocemosotros datos al respecto.

Entre los mentores y principales benefactores de la caridad podemos citar aotro mayordomo de mediados del siglo: Luis Carballo. Bajo su dominio la her-mandad y el hospital consolidaron su unión, lo que les supuso el fortalecimientoeconómico. En virtud de este enriquecimiento acabaron acumulando grandes pro-piedades, acudamos de nuevo al catastro de Ensenada, una de las más valiosas fuen-tes de información económica de la centuria. Esta nos muestra un panorama de sa-neadas finanzas que radican en los siguientes recursos: media aranzada de secano,cercada, en la calle de Santa Catalina de 1ª calidad; otras 7 aranzadas en el mismolugar; en el sitio de Algarín poseía 7 aranzadas de secano; también era de su pro-piedades el cortijo de Santa Catalina, en el Acebuchal, de 134 aranzadas de primeracalidad y de secano. A ello se sumaban cuarenta censos a su favor (138).

• El siglo XX y las Mercedarias.Merced a la vinculación con el Concejo municipal el hospital nunca tuvo

problemas graves que amenazaran su existencia. De la hermandad de la Caridad nopodemos decir lo mismo, puesto que sufrió grandes pérdidas con los abatares delsiglo XIX. Esta debió de extinguirse desde el momento en que el hospital se des-prendió de sus fincas a fines del siglo XVIII (139).

Desapareció la hermandad y el hospital fue convirtiéndose simplemente en"la Beneficiencia", de modo que no perdió sus motivaciones asistenciales. El cultoa la Santa que le da nombre no se difuminó. De su iglesia se dice en un inventariode 1886: "Está situada en el centro de la población y consta de una pequeña nave,con un solo altar dedicado a Santa Catalina. El Ayuntamiento de esta villa es elpropietario del Hospital y costea el culto, ropas y vasos sagrados." (140)

La hermandad de la Caridad había pasado ya al recuerdo en el siglo XIX. Y sulugar lo ocupó una comunidad de Mercedarias de la Caridad. Un grupo de cinco her-manas se estableció en 1884 en unas casas paredañas al hospital donadas por donMiguel Montalbo y Coronel. La decisión fue tomada en una reunión del Ayunta-miento, el día 20 de marzo de 1882, estando presente el fundador de la Orden, JuanNepomuceno Zegrf y Moreno. Además de la ayuda al necesitado, se dedicaron a laeducación de las niñas pobres, con lo que pusieron las bases del colegio de lasMercedarias (141).

La Orden de las Hermanas Terciarias Mercenarias o Mercenarias de la Cari-dad, tenían su casa matriz en Granada. Las constituciones de esta congregación es-tán formadas por tres artículos y dos partes. En su artículo primero, parte primera,

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se reconoce que el fin prímiembros", para ello la prbreza, castidad y obedienci

El artículo segundo semover y ejercitar la caridaraun los de la clase media, )les a este punto se compro:néfica (142).

Todavía en 1915se haña Dolores Montalbo una f

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se reconoce que el fin primario de la Orden "es la santificación de los propiosmiembros", para ello la práctica de los consejos evangélicos, y en especial la po-breza, castidad y obediencia, es esencial.

El artículo segundo sostiene que la Congregación "tiene por fin especial pro-mover y ejercitar la caridad cristiana mediante la enseñanza de los niños pobres yaun los de la clase media, y la asistencia de los enfermos en los hospitales." Y fie-lesa este punto se comprometieron con el Ayuntamiento a regir la institución be-néfica(142).

Todavía en 1915 se habla del hospital de Santa Catalina, y en él instituyó do-ña Dolores Montalbo una fundación pía (143).

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SAN PEDRO

Cuando Lutero plantea su reforma de la Iglesia católica una de las principalesvíctimas de su ataque es el Papa, incidiendo con ello en las estructuras de esta

institución a la que rechaza. De ahíque la Contrarreforma pase auna defen-sa a ultranza de esta dignidad, resaltan-do ante todo el papel del Príncipe delos Apóstoles, el que por excelenciafue el primero de todos. La representa-ción de éste comienza a multiplicarsea partir de ahora, siendo primordial laexaltación de su misión. En Roma sele dedica un monumento al púlpitodesde donde, según la tradición, seocupaba de la catequización de sus se-guidores; incluso el papa AlejandroVII le reservó una capilla y lo convir-tió en un símbolo. En 1558 otro pon-tífice, Pablo IV, se ocupó de afirmarla fiesta de la cátedra de San Predro.

En la misma línea de reaccióncontra los herejes se forja la idea de laerección de cofradías en honor del pri-mer Papa. Aunque también se funda-mentan en las llamadas Universida-des de Clérigos, integradas por lasparroquias, beneficiados o no, en cu-yas juntas directivas solían participarcomo figuras esenciales el prior, losmayordomos y los contadores (144).Desde mediados del siglo XVI se vanestableciendo ya las primeras, entreotras la de San Pedro Ad Víncula en laiglesia sevillana del mismo nombre,

Dibujo 6 San Pedro quizás la más antigua de la provincia,

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y la de Lora del Río, tamlpasada la mitad del XVI.fuentes de nuestra histori:entre los bienes que guanterziopelo morado concernlos clérigos" (145). Junto,tiene una vertiente asistensacerdotes pueden contare

Se pierden las nocticidel siguiente no sabenos nmayor. La dirección de laser el más antiguo cura deunas reglas que en la actuallas mismas; por ejemplo, qso a la cofradía de los cléri

En 1680 el licenciadoal que ocupaba el cargo enles que se le adeudan por elrefleja la pobreza de las aremiento sólo contaban consacerdotes veían en ella otntuo. En una villa como LOJdel clero de una parroquiadebía asegurar la convivenclectivo trastornos como el dvejez. La comunión facilitalnes debían vestirse en las futo los mayores se reservababan éstos era el poseer un elsia parroquial.

La cofradía tenía su calpasada la mitad del XVII.Elrrera, se denunciaba el detei(148).

Aunque la congregacínsuras en las relaciones de suvado al menos se evitaba el1743), tenía unos ingresos (reales y 16 maravedís, con 10Disfrutaba de ocho censos dasimismo tenía tres reses val60 reales anuales (150). HabJadministración. Fue lo que a

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y la de Lora del Río, tambien primitiva. La fundación de la loreña puede situarsepasada la mitad del XVI. Volviendo al Libro Becerro, una de las más arcáicasfuentes de nuestra historia, encontramos en él la mención de esta congregación:entre los bienes que guarda la iglesia mayor en 1565, se incluye "vna casulla deterziopelo morado con cenefa de brocado", y es propiedad de la llamada" cofradía delos clérigos" (145). Junto a este carácter apologético o propagandístico, la cofradíatiene una vertiente asistencial, quedando a su amparo los intereses del clero. Lossacerdotes pueden contar con el respaldo de la colectividad.

Se pierden las nocticias de la cofradía durante el XVI. Hasta el último cuartodel siguiente no sabenos nada. Para entonces tenía capilla con altar en a la iglesiamayor. La dirección de la comunidad de clérigos la ostentaba el rector, que solíaser el más antiguo cura de la parroquia. La reglamentación estaba asegurada porunas reglas que en la actualidad están extraviadas. Algunas referencias tenemos delas mismas; por ejemplo, que hay un controvertido artículo 13 que impide el acce-so a la cofradía de los clérigos enfermos o impedidos (146).

En 1680 el licenciado don Francisco López de la Carrera, antiguo rector, pideal que ocupaba el cargo en esa fecha, José de los Corrales, que le pague 3619 rea-les que se le adeudan por el alcance de su mandato (147). Es una cifra elevada querefleja la pobreza de las arcas de la cofradía. Y es lógico, ya que para su abasteci-miento sólo contaban con las limosnas y algunos tributos. De todos modos lossacerdotes veían en ella otras ventajas, en especial las concernientes al auxilio mú-tuo. En una villa como Lora que con su ploblación tenía que proveer el sustentodel clero de una parroquia y dos beneficios, así como numerosos auxiliares, éstedebía asegurar la convivencia en armonía. Además el celibato ocasionaba a ese co-lectivo trastornos como el desvalimiento en la enfermedad y la soledad durante lavejez. La comunión facilitaba la comodidad a los ancianos. Los clérigos más jóve-nes debían vestirse en las funciones de los sábados y pedir las limosnas, entre tan-to los mayores se reservaban las tareas más relajadas. Otra ventaja que si disfruta-ban éstos era el poseer un enterramiento privilegiado en la nave mayor de la igle-sia parroquial.

La cofradía tenía su capilla, con enterramiento para los hermanos que fabricópasada la mitad del XVII. En 1698, con el rectorado de Francisco López de la Ca-rrera, se denunciaba el deterioro de la bóveda a causa de los numerosos sepelios(148).

Aunque la congregación conseguía controlar su economía, sufría algunas fi-suras en las relaciones de sus integrantes. Si bien el presupuesto no era muy ele-vado al menos se evitaba el déficit. Siendo rector don Andrés de Cervantes (en1743), tenía unos ingresos de 1447 reales y 22 maravedís y unos gastos de 922reales y 16 maravedís, con lo que el alcance era de 525 reales y 6 maravedís (149).Disfrutaba de ocho censos de 19'28, 19'28' 18,24,9'30, 30, 33'30, 16'17 reales;asimismo tenía tres reses vacunas, dos de ellas de vientre, con las que conseguía60 reales anuales (150). Había ocasiones en que el rector tenía dificultades con laadministración. Fue lo que aconteció con Tomás Moreno de Moya que estuvo a

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punto de perder las rentas de su capellanía por la deuda contraída con la her-mandad. Cumplida la deuda le fue levantado el embargo. El rector en ese año(1749) era Alonso Dávila (151).

Las excelencias de esta cofradía le facilitaban los contactos favorables conotras corporaciones. Así la de Santa Lucía prescribía en sus reglas de 1754, en elcapítulo 13, que para la procesión sus imágenes debían de trasladarse a la iglesiamayor, donde "se colocarán con la decencia debida en la cappilla de San Pedro,puesto tiene puertas, que pueden cerrarse para su custodia, y allí se vestirán, y deallí se sacarán siempre para las processiones ... " (152)

En marzo de 1791 se le planteó al mayordomo, don Diego Femández, un pro-blema referente a la capilla. En ese año se decide realizar la obra de la sacristía yenterramiento de la Sacramental, que podía perjudicar al local de la de San Pedro.Con este motivo hubo una reunión en la sacristía de la paarroquia, y "después dehaver conferenciado largamente sobre las utilidades, necesidad, y peIjuicios de di-cha obra contigua a nuesta capilla ... " acordaron que se llevara a cabo la obra. Acambio habría de otorgar la Sacramental unas contrapartidas a la de clérigos, sobretodo "que la sacristía a de ser de recíproco uso de las dos hermandades." (153)

Aún en 1824, superado el trienio liberal, existía la cofradía. No obstante ha-bía perdido gran parte de sus usos, quedando exclusivamente dedicada a las activida-des asistenciales. En ese año hay una junta de los hermanos, didigida por Francis-co de Paula Liñán y Rincón, rector, en la que se somete a plebiscito la admisiónde don Antonio López, presbítero exrregular, como mienbro de la hermandad. Con-traviniendo el artículo 13 de los estatutos acaba integrándose. Este clérigo estabagravemente enfermo, por lo que, según el citado artículo, quedaba privado de perte-necer a la congregación (154).

Y poco más es lo que sabemos. Como cofradía y hemandad organizaba diver-sos cultos al santo titular, entre ellos diversas fiestas, destacando la de su onomás-tica, San Pedro. El centro de estas actividades era la sacristía de la parroquia. Parti-cipaban en la procesión del Corpus, aunque no sabemos si a ella acudían con laimagen del Santo Apóstol.

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LA PUR

Sobre la doctrina de lacilio de Basilea (1431) queIglesia y con la fe católica"la Inrnaculada con la concLíliurn (1476). (155)

En nuestras tierrasel dmuy pronto. Por ello cuandtuvo la desdicha de desmerun sermón que "María fue I

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También en Lora se hizpresencia de esta devociónven la capilla de Rui Pérez d(d?:ado de la Conceptión y Sanrtrvo vino de mano de la 01bleció en la villa en 1617 111

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No cabe duda que a partíuna vez aparece citada en las:r~ali,~ó a mediados del sigloXción (159). Por desgracia nadr

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LA PURA Y LIMPIA CONCEPCION

Sobre la doctrina de la Inmaculada Concepción de María se decretó en el Con-cilio de Basilea (1431) que era una "opinión piadosa y conforme con el culto de laIglesia y con la fe católica". A posteriori el papa Sixto IV respaldó la festividad dela Inmaculada con la concesión de indulgencias y la aprobación del oficio SicutLilium (1476). (155)

En nuestras tierras el dogma de la Inmaculada fue defendida con encono desdemuy pronto. Por ello cuando fray Diego de Molina, de la Orden de Predicadores,tuvo la desdicha de desmentir este aserto (en septimbre de 1612), comentando enun sermón que "María fue concebida como vos, como yo y como Martín Lutero,levantó un revuelo tremendo. Franciscanos y jesuítas estuvieron prontos en su de-fensa y se convirtieron en los mentores de este misterio. No tardó mucho en darresultados esta exaltación concepcionista en el seno del pueblo sevillano. En 1616se organizaron las primeras cofradías y hermandades; y al año siguiente el papaPaulo V mediante un Breve impuso silencio a los dominicos, en tanto que las ins-tituciones laicas y eclesiásticas se obligaron a la salvaguarda del misterio (156).

También en Lora se hizo el voto de la Inmaculada Concepción de María. Lapresencia de esta devoción venía ya del siglo XVI: todavía a su mediación existíaen la capilla de Rui Pérez de Cazalla, de la iglesia mayor, "un retablo de pinzeldorado de la Conceptión y Sancta Ana" (157). No obstante, el reconocimiento defi-nitivo vino de mano de la Orden Mercenaria, en su ramo femenino. Esta se esta-bleció en la villa en 1617 merced al magnánimo Jerónimo de Valencia, que seencargó de su patronato. La fundación quedó bajo la advocación de la PurísimaConcepción de Nuestra Señora (158).

No cabe duda que a partir de este culto se formó una cofradía, pero esta sólouna vez aparece citada en las fuentes: en la relación de vínculos y cofradías que serealizó a mediados del siglo XVII, incluyéndosela como la cofradía de "la Consep-ción"(159). Por desgracia nada más sabemos acerca de la misma.

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SAN JUAN

El culto a este santo está justificado por ser el patrón d ela Orden que regía ala villa. Es por lo que tiene confirmada su devoción en el siglo XVI. Un documen-to de 1500 refiere la existencia en la villa de dos iglesias; junto a la iglesia mayorla de San Juan y Nuestra Señora de los Remedios. Su importancia le supuso elser sede de un Beneficio (160). Y más aún, a este santo se le dedicó un altar en laiglesia mayor en ese mismo siglo; en él tenía asiento la iamgen de Nuestra Seño-ra (161).

Veamos lo que sucedión en Sevilla, donde también la Orden de San Juan tu-vo su asiento: en esta cuidad poseía una iglesia, la de San Juan de Acre, y una co-fradía, la de San Juan Bautista. La iglesia de San Juan de Acre, situada en la colla-ción de su mismo nombre, estaba excenta de la jurisdiccion eclesiástica y sujeta ala del Gran Maestre de la Orden de San Juan, a quien se suboridinaba el Prior(162).

En el hospital de San Antonio, en la collación de Omnium Sanctorum, porel año de 1480 se fundó al cofradía del Santísimo Cristo de la Sangre. A mediadosdel siglo XVI se trasladó a la iglesia de San Juan de Acre, donde se agregó a laOrden de San Juan de Jerusalén; desde entonces figuró San Juan Bautista en la titu-ladura de la corporación, y además adoptó el escudo de la Orden. Las primeras re-glas, aprobadas en 1480, son las que llevaba uno de los pasos en la estación de1621 era la de la degollación del Bautista (263). También hay que destacar que laVirgen se titulaba de la Candelaria (164).

• El Beneficio y sus propiedadesEl Beneficio de San Juan del Monte además de poseer la citada iglesia tenía

otras propiedades. En la visita de rigor del 38 de mayo de 1568 quedan de mani-fiesto todos estos bienes, y de ella nos permitimos transcribir, dado sus interés, elpárrafo que describe algunos: "Tiene el dicho beneficyo una yglesia que se dizesant Joan del Monte, ques en el término y fuera de esta villa dos leguas della, a lavanda de la sierra, que una nave sola con su alto sobre el qual está una ymagen denuestra Señora del bulto para vestida, y en la pares está vn retablo de pinzel viejo,y en él está una ymajen de nuestra Sennora y alas lados otras dos ymágiees, vnade sant Juan y otra de sant rroque, y debaxo del dicho altar está la sacirstía de la di-cha yglesia, y una canpanylla chica que sale sobre el tejado para servicio della, ypor delante del altar tienen una varindilla de madera baxa." (165). Del mismo

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cubiertos, y en el primeropara vestida con un niñosanto andrés, y delante dey el segundo cuerpo que (sale una puerta para los coel edificio que se situabapor San Juan del Monte s(Este último representa todgunas ocasiones, no hay niaunque fuera derruído, lo (

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• Se forma la cofradíAunque hay pruebasde

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demás oficiales. Entre 1682siguientes individuos: DiegoFernández, Francisco RodrfJuan López Román, Pedro M

El día 21 de junio era l.

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interés es la descripción de la ermita que poseía en el pueblo, que es como sigue:"una hemita que se dize de nuestra señora de los remedios que son dos cuerposcubiertos, y en el primero está un altar, y sobre ell una yrnajen de nuestra sennorapara vestida con un niño Jhesus, y pitado en la pared la ymajen de san juan ysanto andrés, y delante del altar una lámpara con un bacyn de acotar y sus armas:y el segundo cuerpo que es un colgadizo no sirve de nynguna cosa, desde el qualsale una puerta para los corrales que tiene la dicha hennita ... " (166). De modo queel edificio que se situaba intramuros se titulaba "de los Remedios", mientras quepor San Juan del Monte se conocía el que estaba en las estribaciones de la sierra.Este último representa toda una incógnita, pues aunque las fuentes lo citan en al-gunas ocasiones, no hay ninguna otra noticia ni aun Guseme que debió conocerlo,aunque fuera derruído, lo cita. Por el momento no se puede asegurar nada.

1 La ermita de los Remedios, por su antigüedad, en 1587 se encontraban en unestado de precaredad tal que el Visitador conminó al Prior a que verificase lospertinentes reparos. Era mayordomo de la cofradía en este año Juan de Cáceres.La imagen de vestir de Nuestra Señora, que sería la de los Remedios, pasó a laiglesia mayor en tanto se rehabilitaba (167). En esta situación se encuentran losbienes del Beneficio de San Juan hasta 1601. A principios del XVII el deterioro estal que su ruina se ha consumado, siguiendo la imagen de la Virgen en la iglesiamayor (168).

No es seguro que la cofradía de San Juan en este siglo tuviera los mismoshábitos de las demás. No poseía figura alguna del Santo, en cambio sí una ima-gen de la Virgen, la de los Remedios. Si alguna procesión hizo fue protando estaúltima.

En cuanto a la orgnización de su estructura jerárquica, había formas coinciden-tes con las de otras corporaciones. Estaba bajo la dirección del mayordomo. El

e- prior de San Juan tenía competencias sobre el templo en que radicaba, pero no te-de nfa por qué sobre la confraternidad.la

• Se forma la cofradía.Aunque hay pruebas de la existencia de una cofradía en el XVI, no es hasta fi-

nes del XVII cuando se consolida. En concreto data de 1682 el inicio de su primernía libro de cuentas de esta nueva etapa. Del estudio de este instrumento se desprende

i- la modestia del instituto. Estaba dirigida por una junta de oficiales formada por, el dos mayordomos (de fábricas y de librete), dos alcaldes, dos diputados de cuentas yize un escribano. Cada año, por San Juan, y en la iglesia mayor, tenía lugar el Cabil-a la do para elección de estos cargos. En él se tomaba las cuentas al mayordomo de fá-

de bricas saliente y luego se votaba al nuevo. Este tras su aceptación proponía losejo, demás oficiales. Entre 1682 y 1690 obtuvieron la dirección de la hermandad losvna siguientes individuos: Diego Cristóbal del Nogal, Alonso García Correa, Andrésdi- Fernández, Francisco Rodríguez de Valencia (que repitió 1685, 1686 Y 1689),

a, y Juan López Román, Pedro Martín Gómez (por dos años: 1688 y 1690) (169).SIDO El día 21 de junio era la fiesta del santo titular. En este día sacaban su ima-

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gen y la de nuestra Señora de los Remedios. Ambas iban sobre sus parigüelas conmanguillas y balcones. Se predicaban sermones y habían fuegos de artificio. En-fm una onomástica celebrada de la forma más usual.

Contaba con el respaldo de la Orden de San Juan, pues no en vano era su pa-trono. Así acab6 atesorando un considerable ajuar. Las imágenes poseían sendostocados de plata, la de San Juan una diadema, y la de la Virgen una corona de platay cetro. También el Niño estaba coronado. Nuestra Señora se vestía de tela de pla-ta azul, manto, saya y jubón, con mangas y sobremangas. Poseía una media sayadorada acuchillada, un vestido de anascote, dos vestido de damasco, uno negro yotro blanco, un manto de tafetán sencillo. Para el Niño había un vestio de rasomorado y una mantilla, además de un vestido de chamelote verde y un vestidoazul. Para el San Juan ropa de tafetán azul. Como aditamento de lujo Nuestra Se-ñora tenía un rostrillo de 31 piezas de oro fino (170).

Hasta la mitad del siglo XVIII nuestra cofradía parece que subsistió y conti-nuó con sus cultos. Entre 1740 y 1742, siendo mayordomos Manuel Eusebio yJuan Perea, la clavería de la congregación nos dan suficinetes indicios para enten-der cierta estabilidad: los ingresos van de los 4063 reales y 25 maravedís a los5877 reales y 11 maravedís, por otro lados, los gastos oscilan entre los 2817 rea-les y 1 maravedí a los 5351 reales y 8 maravedís. Se obtienen saldos positivos(171). y ello a pesar de que sus únicos recursos eran los provinientes de la li-mosna.

En cambio, la ermita de los Remedios seguía sufriendo un deterioro pro-gresivo en su fábrica. En 1730 realizaron algunas obras, que no fueron de la mag-nitud requerida puesto que años después, en 1739, la ruina era inminente. En la vi-sita de aquel año Bartolomé Belarde y Biedma halló "el altar de San Juan, nuestropatrono, totalmente desierto, sin frontal, mantel, ni retablo, y el santo que en éldevía estar estava colocado en un lado del altar de nuestra señora, y la sachristfa po-brísima e yndecente, y toda la fábrica, arcos y techumbre de la yglesia y sachristíaamenazando ruina." (172) En 1743 había puntales y en 1756 "se halló quasidestruída su obra ... "(173).

En 1774 se discutía sobre la necesidad de su reedificación. Se incoa expedien-te a este efecto, nombrándose a Fernando Andadre Hidalgo y a Diego Pozo Colo-ma para seguir los cauces pertinentes. Se investigó en el archivo de la hermandady se estudió el Libro Becerro, encontrándose tan sólamente en su archivo un li-bro de Cabildos (1682-1704). Tras este empeño se incluyó con lo inútil del esfuer-zo de reconstrucción. Entre otras cosas por "la dificultad que tendría volberse a eri-gir la Hermandad del señor San Juan, que esttá totalmente estinguida, sin fondo al-guno ... " (174).

En fin, la cofradía no superó la década de los setenta, e incluso es posible queno llegara a ésta (175).

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La atracción por los ánlcontrarreformista, como puerron un lugar privilegiado losdel género humano, y de todbre el diablo, sobre el mal. Era conjurar el error protestansiguiente cuando se le dedica

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SAN MIGUEL

La atracción por los ángeles fue una nota singular en el sentir de la Españacontrarreformista, como puente entre el cielo y la tierra (176). Entre ellos adquirie-ron un lugar privilegiado los Arcángeles, considerados como eficaces protectoresdel género humano, y de todos San Miguel, el más excelso. Es el que triunfa so-bre el diablo, sobre el mal. En el siglo XVI había que contarse con su auxilio pa-ra conjurar el error protestante. Y si en este siglo se difunde su devoción, es en elsiguiente cuando se le dedican capillas.

Una imagen de San Miguel, que se veneraba en la iglesia del convento deSan Antonio, generó a su alrededor el interés de un grupo de fieles que organiza-ron una serie de actividades devotas. Esto ocurría a principios del XVII, contandocon el beneplácito de los propios franciscanos. De estas reunión se formó una co-munidad que acabó destruyéndose como cofradía. Y ya en 1631 existía como tal,cuando ocupaba un lugar en el firmamento penitencial loreño. En el testamentoque en ese año Alonso González otorgara se incluía la donación de limosnas de unreal a varias cofradías, entre ellas la de San Miguel (177).

Bien pronto debió de procesionar por las calles de Lora, aún antes de mediarel siglo, y que 1670 las andas que poseía la confraternidad fueron vendidas a la deJesús Nazareno. No sabemos si por anticuadas o por intención de mejora (178).Fueron valoradas en 30 reales. Era mayordomo en aquel año Manuel Rodríguez.

A tenor de los datos conseguidos se concluye que no llegó a tener, en losaños que siguieron, una gran presencia en el pueblo. Incluso es dudoso quedurante la centuria siguiente desfilara con regularidad. Cuando esa ocasión se dabasacaban a la imagen titular en forma de ángel guerrero, llevando a sus pies la figu-ración del diablo en actitud de pisarlo.

Entre los años de 1741 y 1742, siendo mayordomo Gabriel González, sevive una situación de precariedad avanzada. Cuando el visitador realiza su cometi-do al año siguiente, apenas llegan a los cien reales los ingresos anuales: 94'32reales en 1741 y 125 reales en 1742; mientras que tiene un gasto de 270 y 185reales respectivamente. Con este numerario poco se podía hacer (179). La propiaDignidad Eclesiástica encarga al mayordomo que haga inventario de sus bienes,dando muestras del estado de abandono. Y cuando una década después se hace un re-cuento de sus propidades para el catastro, sólo se indica la posesión de un censo de88 reales anuales que paga Pedro de la Blanca, sobre casas en la calle de SantaMaría (180). En este documento parece definida como hermandad y cofradía.

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LA DIVINA PASTORA

"¿A quién, sino a un cordero, se le deben dedicar los afectos expressados avna Pastora? Ay entre el Pastor, y los corderos tan amante correspondencia, y afec-to tan reciprocado, que si los Corderos juguetones festejan a su Pastor, el Pastordebe con especialidad quererlos, y con más vigilante amor cuydarlos." Esta frasepertenece a un sermón (181) en el que Fray Isidoro de Sevilla expresa su loa a estaimagen Santísima; en él da una nueva visión de un tema que tiene hondas raíces,el del Pastor. Tan antiguo como el propio cristianismo, pues desde los primerossiglos de su fundación a Jesucristo se le significaba como el Buen Pastor; igual-mente San Pedro recibió el encargo de apacentar las ovejas de su Iglesia, ovejasque deben ser protegidas del lobo, es decir del pecado.

Los desafueros cometidos con la Virgen María, poniendo en duda su esenciadivina y su virtud, provocaron por parte de la grey católica una respuesta contra-ria. A partir del XVII su culto va prosperando y ganando adeptos, de modo que enel XVIII su importancia es notable, ocupando un lugar preferencial en el firma-mento celeste. En este movimiento podemos incluir el cambio de advocación delPastor a la Pastora, pues también María contribuye al orden del rendil.

El propio Fray Isidoro, penetrado de esa modestia propia de capuchino, y conuna prosa apropiada para atraer al lector más simple, nos aclara la solución quedio a su interés por la propagación de las bellezas de María:

"El año de 1703, desseando salir a las calles, y plazas a predicar los elogiosde MARIA Purissima Nuestra Señora y cantarle su Corona Santísima me puse adiscurrir que Imagen de la Soberana Reyna pondría en el pendón, para que en él co-mo Regio Trono fuesse públicamente de todos venerada. Y quiso Dios, que se meocurriesse (sin aver aquí más, que vna sola ocurrencia) el pintar a MARIA Santi-ssima con el trage de PASTORA; pues, como dice San Antonino de Florencia, esla PASTORA buena, que la Iglesia como Rebaño apacienta: MARIA est Pas-tor bonus pascens Ecclesiam. Y es también PASTORA a imitación de elPastor su Hijo. Háblele a un excelentísirno Pintor, pedfle, que me la pintara, y ledi el modo, traza, y trage como lo avía de pintar." (182)

Además de esta idea, en el esfuerzo por su difusión, fundó la primera Herman-dad, la de Santa Marina de Sevilla, aprobada por el Ordinario Eclesiástico y confir-mada por el papa Clemente XI, quien la obsequió con dos bulas: Ad futuramrei memoriam y Ad perpetuam rei memoriam. El día 23 de octubre de1704 se puso la primera piedra de su capilla de la citada iglesia sevillana. Tras es-

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ta primera fundación tuvieron lugar otras cuatro siendo de especial interés paranuestra historia la que siguió a la de Santa Marina: la establecida en Carmona en1706. Este enclave es importante por cuanto más de una vez ha sido el hilo con-ductor de las doctrinas sevillanas a nuestra villa.

Los capuchinos se convirtieron a lo largo de esta centuria en destacados mi-sioneros, llevando con ellos la devoción de sus santos particulares. En el caso dela Pastora, llegaron a distribuir, cuando no justificaron su presencia, multitud deestampas. No obstante, a Lora es muy posible que acudieran algunos de sus miem-bros, tal vez el mismo que visitó la población de Carmona. También pudo deber-se la erección de una cofradía de la Virgen pastorcilla, en Lora, al lujo directo deeste pueblo vecino. De cualquier modo, es unhecho que la cofradía tuvo su asiento en nues-tro pueblo. ¿Su fecha de fundación? La desco-nocemos, aunque debió tener lugar entre 1706y 1730.

A la vista de la escasa documentación quese ha conservado de dicha congregación maría-na, podemos decir que ésta no llegó a arraigarcon fuerza en el pueblo. Poco antes de mediarel siglo el mayordomo, que por entonces sellamaba Lorenzo Sánchez, tuvo que acudir alos tribunales eclesiásticos (183) para saldar ladeuda que la hermandad había contraído con él,en el interín de su mandato, que superó los589 reales (184). En los autos que se origina-ron con la causa judicial hay una clara alusiónal estado crítico de la misma, que corría el peli-gro de desaparecer: pues señala que "los herma-nos que han quedado están tan relaxados que sequisieren borrar y perderse la hermandad ... "(185). Y, no obstante, la crisis no surgió porproblemas económicos sino por el desinterésy el desorden interno. Así añade el mismo do-cumento que la probable extinción iba a sercausada "por no hallarse Govierno en dichahermandad, pues en el tiempo de los ante-sesores con menos limosnas que las que aorase recogen estava la hermandad más pertrechada de todo lo nezessario, pues se allaoyen día todo tan indesente que no ay ni aun un sin pecado ... "

La junta directiva tenía la siguiente composición: el mayordomo, encargadode la administración y dirección; dos mayorales, el primero y segundo; los llave-ros, que cuidaban de la guarda del arca; los procuradores y diputados de cuentas,que velaban por las mismas, y los cobradores. No sabemos de otros cargos, que

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Lienzo de la Divina Pastora. en laiglesia parroquial de la Asunción.

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probablemente hubo. Otros hemanos preferenciales eran los sacerdotes, esencialesen este tipo de corporación muy vinculadas a la iglesia.

Entre las actividades que ocupaban su tiempo, destacaban las festivas. Apartede la dedicada a la Virgen titular, por cuyo motivo había procesión con la imagen,se celebraba la de San Miguel; esto último nos lleva a pensar en un hermanamien-to con la comunidad cofrade que ostentaba dicho nombre.

Con Lorenzo Sánchez como mayordomo tomó cuerpo la idea de organizar elRosario. La relación con esta forma de expresión religiosa era evidente; a la cofra-día se la llamaba "hermandad del Rosario baxo el ttíttulo y advocasión de la Divi-na Pasttora" (187). Años después, cuando Bartolomé Corchado es hermano ma-yor, se confirma su destacada intervención en la organización del Rosario de la Au-rora.

Dos hemanos salían de madrugada tañendo sendas campanillas, llamando alos demás con idea de formar filas para el rezo del rosario. Desde este momentolos asistentes al cortejo además de rezar cantaban coplas "que son las que se esti-lan canttar de la Diuina aurora, conbidando al rrosario ... " (8). A la par se iba reco-giendo limosna que en muchos casos daban los devotos "porque cantten a suspuertas ... " (189). Tas este acto tenía lugar una misa.

La hermandad radicaba por estos años en la ermita de Santa Isabel, "que esttájunto al arco de la Plaza" (190). Este templo pasó a denominarse, por efecto de lacomundiad que acogía, ermita de la Pastora y Santa Isabel. Era la capilla del pri-mitivo hospital del mismo nombre, y lo único que del recinto asistencial quedaba.

Todavía subsistía la hermandad cuando el marqués de Ensenada realizó su ca-tastro. A través de él vemos reforzada nuestra idea de su modestia y corto alcance,pues sólo posee una casa en la calle del Hospital, que le rentaba 88 reales anuales(191).

La última noticia que tenemos de ella, que nos comfirma su estado de postra-ción, es de1757, cuando a causa de su desgraciado estado de fortuna, se vuelve aacudir a los tribunales eclesiásticos. En esta ocasión el motivo es la deuda contraí-da con un presbítero, Pedro Guerra Márquez, a quien se dejó de pagar el estipendiodel valor de las misas que dijo por el alma de los hermanos difuntos. El resultadode esta nueva causa es la declaración de rebeldía contra la hermandad, por cuantoeludió el cumplimiento de sus obligaciones (192). El mayordomo era Diego Vé-lez, sacristán de la iglesia parroquial.

Pocos años más debió de proseguir con sus actividades. Finalmente, hundidapor la ruina, por el mal gobierno y por los nuevos tiempos que corren acabó susdías antes del ultimo cuarto del siglo. Tal vez hubo un nuevo intento por estable-cer su culto con la llegada de fray Diego José de Cádiz en 1801; sabemos que estecapuchino fue un destacado defensor de la Pastora. A pesar de todo la hermandad seextingue totalmente, no dejando rastro desde la segunda mitad del XVIII. Noobstante, la imagen de la Pastora se conservó hasta 1936, año en que desapreciópasto de las llamas. Cuando sufrió la agresión estaba colocada en la parroquia, don-de sería objeto de algún tipo de manifestación religiosa.

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NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES

Esta advocación de María Santísima tiene una raíz antigua, basada en unacontecimietno fantástico. Cuenta la historia que hacia el año 367 un patricio ro-mano llamado Juan, dolido por la esterilidad de su matimonio, pidió a la Virgensu intercesión. La Madre de Dios atendió la súplica, por lo que aquéllos en agrade-cimiento quisieron ofrecer una presea. Desconociendo la forma de cumplir coneste deseo, fueron advertidos por indicación divina, cuando en la noche del cuatroal cinco de agosto en plena canícula veraniega, una abundante nevada cubrió la ci-ma del monte Esquilino: justo en el lugar en que habían de edificar un templo. Elpapa Liberio santificó el edificio que luego se erigió, realizando una procesión. Es-tableció, además, una fiesta a Nuestra Señora de las Nieves, y, luego, en el sigloXIV, se hizo extensiva a toda Roma, para más tarde disponer Pío V -hacia 1570-su acogida por toda la Iglesia (193).

De fecha muy temprana es el uso esta tiulación en Sevilla, puesto que el Ca-bildo de la Catedral mostró gran fervor por ella. En 1491 una de las más antiguassinagogas sevillanas, recibió el nombre, aunque se vulgarizó con el de Santa Ma-ría la Blanca. En ella supone Martínez Alcalde la erección de una hermandad antesdel último cuarto del siglo XVII. No obstante, hasta 1732 no tenemos esa seguri-dad (194). Esta última es la data de la probable fundación de la loreña.

Establecida en la iglesia parroquial, desconocemos su evolución. En 1743tenía un capital muy modesto, que nos prueba su poca fortuna entre los vecinosdel pueblo. Llegó a reunir 93 reales y 45 maravedís de ingresos, en tanto que losgastos fueron de 141 reales. El culto era constante como demuestra el desembolsoque tuvo en ese año la hermandad en aceite para la lámpara que ardía ininterrumpi-damente ante su imagen titular: hasta 26 arrobas (195). Logró sobrevivir durantelas décadas mediales del siglo. Incluso pudo acumular cierto capital, tal como sedesprende del catastro de Ensenada. En él se le otorga media aranzada de olivar enel sitio del Castellano, que le daba 108 reales anuales. Sustentaba una memoria dedos arrobas de aceite o 24 reales que pagaba Bartolomé Carballo de la Vega, cléri-go de menores, sobre bienes de la capellanía que fundó Diego Fernández Solana(196).

En 1806 aún subsiste esta advocación, dándole nombre a una capilla de laiglesia parroquial. De modo que aún existía la imagen, aunque es dudoso que si-guiera existiendo la cofradía (197).

Si hemos de atender a las condiciones de José Alonso Morgado (198), larepresentación de esta imagen era similar a la de la titulada "de Belén". Sedente,con el Niño en el regazo, vestida de manto azul. Pero no es uniforme esta ico-nografía, a veces, aparece de pie.

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MARIA SANTISIMA DEL CARMEN

Cuentan las crónicas que allá por el año mil vivían en las grutas del MonteCarmelo de Palestina un grupo de anacoretas que llevaban una vida de constantesprivaciones, siguiendo el ejemplo de Elfas, dedicados especialmente al culto de laVirgen. Algunos de ellos pasaron a Europa suscitando el interés de muchos devo-tos. Entre ellos San Simón Stock, que se asoció a los que formaron la comunidadinglesa. A este virtuoso cristiano se le apareció la Virgen y le entregó el escapula-rio. Agradecido escribió el 16 de julio de 1251 una carta a los demás religiosos pa-ra dar cuenta del acontecimieto.

En el recuerdo de dicho día se instituyó la fiesta del Carmen, siendo confirma-da por Sixto V en 1587, para los religiosos, Bendicto XIII la hizo extensiva al res-to del orbe cristiano hacia 1726 (198).

Tanto la festividad del Carmen como las cofradías que en virtud de ella secrearon, aparecen en el siglo XVIII. Siempre de la mano de la orden carmenlita, obajo su patrocinio.

En el año de 1774 se fundó en el convento de San Antonio de Padua, de la or-den franciscana, y con la autorización de excmo. y rvmo. Padre General de la Or-den del Carmen, fray José Alberto Jiménez, y la anuencia del Vicario General yJuez de la Audiencia Eclesiástica de Lora, la Hermandad de María Santísima delCarmen (199). Esta corporación se agregó al convento del Carmen de Carmona.

La regla consta de cuatro capítulos, claramente diferenciados en sus conteni-dos. El primero trata "Del fin y obligaciones principales de la Hermandad". Rela-ciona todas las actividades que ésta ha de realizar, siempre tenientdo presente queel fin primordial de la congregación ha de ser el procurar "la mayor honra y gloriade Dios, y bien espiritual de los fieles". Es muy importante que los hermanossean todos de costumbres cristianas. Todos han de recibir el escapulario, estandoobligados a llevarIo siempre. Además debe tener tres virtudes esenciales: castidad(según el estado de cada uno), abstinencia de carne durante los miércoles, viernesy sábados, y rezo de siete Padres Nuestros y siete Aves Marías.

Anualmente ha de celebrarse una fiesta, el día que decida la junta, o bien el16 de julio, o el domingo inmediato o siguiente, en los que es preceptiva la conce-sión de indulgencias plenarias. En dicha festividad habrá misa mayor, sermón unnombramiento del padre predicador al arbitrio del hermano mayor. Es obligada laconfesión y comunión de todos los hermanos, así como la asistencia a la proce-sión, si la hubiere. Si se decide la organización de esta última actividad mensual-mente, para ganar las indulgencias plenarias concedidas por Paulo V y confirma-das por Clemente X, tenga lugar el domingo, llevando sólo la imagen de laVirgen del Carmen, acompañada de los hermanos con luces.

A la enumeración de las obligaciones de los hermanos se reservan dos capítu-

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los: el 2 y el 3. En el seguy los extranumerales. Losmandad, y sólo serán setendrán elegidos seis oficialesClaveros, un Secretario, ero. También entre los denseis para asistir a las Juntará una Camarera y dos Co:tampoco el Padre Director.

Las elecciones tendrá]domingo siguiente a la fiesel Hermano Mayor rendirhermanos de número, haciede los bienes.

En el capítulo tercerociones de los oficiales de l¡dre Director debe presidir 1vestir el Santo Escapularioen sus obligaciones, etc.

El Hermano Mayorestdonaciones, pedir las cuersualmente, mandar, ordenaque incidan en la vida de laIacompañará al Hermano ?vtodas las decisiones. Elsacristía, y el Limosnero pe

El último capítulo se olos hermanos. Estos han de .escandaloso. Los de númerojos, con vissitas, cada uno (carcelados. Tienen que conela hermandad a no separarsepoder de un convento carme

Están fechadas estas cofirmadas por fray Pablo Candad de Carmona.

Se presentaron al Conssionado para ello los hermarlla, hermano mayor, Sebast(200). Desconocemos los nTampoco sabemos cuál fue!de esta hermandad es total,kción.

Page 110: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

los: el 2 yel 3. En el segundo se establece la división entre hermanos de númeroy los extranumerales. Los de número son los encargados del gobierno de la her-mandad, y sólo serán setenta, de entre los cuales sal-drán elegidos seis oficiales: el Hermano Mayor, dosClaveros, un Secretario, el Muñidor y el Limosne-ro. También entre los demás hermanos se elegiránseis para asistir a las Juntas. Asimismo, se nombra-rá una Camarera y dos Consiliarias. No ha de faltartampoco el Padre Director.

Las elecciones tendrán lugar todos los años, eldomingo siguiente a la fiesta principal. En dicho díael Hermano Mayor rendirá cuentas ante todos loshermanos de número, haciendo, además, inventariosde los bienes.

En el capítulo tercero se enumeran las obliga-ciones de los oficiales de la corporación. Así, el Pa-dre Director debe presidir las elecciones, bendecir yvestir el Santo Escapulario, instruir a los hermanosen sus obligaciones, etc.

El Hermano Mayor está encargado de recibir lasdonaciones, pedir las cuentas al Limosnero men-sualmente, mandar, ordenar y resolver los asuntosque incidan en la vida de la hermandad, El Secretarioacompaí'íará al Hermano Mayor, tomando nota detodas las decisiones. El Muí'íidor servirá en lasacristía, y el Limosnero pedirá la limosna.

El último capítulo se ocupa de la caridad y regula las buenas costumbres delos hermanos. Estos han de tener presente que no se permitirá un comportamientoescandaloso. Los de número están obligados a "socorrer con limosnas, con conse-jos, con vissitas, cada uno como pueda", a sus hermanos pobres, enfermos o en-carcelados. Tienen que concurrir a las procesiones y fiestas. Finalmente, obliga ala hermandad a no separarse nunca del convento, pues en caso contrario pasaría apoder de un convento carmelita los bienes de la hermandad.

Están fechadas estas constituciones en 4 días del mes de septimbre de 1774,firmadas por fray Pablo Cannona, del convento del Carmen extramuros de la ciu-dad de Cannona.

Se presentaron al Consejo Real el día 20 de febrero de 1799. Estando comi-sionado para ello los hermanos siguientes: don Juan Rodrigo Montalbo Quintani-lla, hermano mayor, Sebastián Esquinas, diputado y Alonso Nieto, consiliario(200). Desconocemos los resultados de esta petición de aprobar sus estatutos.Tampoco sabemos cuál fue su discurrir a lo largo del siglo. El vacío documentalde esta hermandad es total, 10 que nos lleva a dudar de que tuviera una feliz evolu-ción.

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Lienzo de María Saniisima del Carmen,en la iglesia parroquial de la Asunción.

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OTRAS COFRADIAS

En algunas de las relaciones de cofradías que a lo largo del XVIII se completa-ron, aparecen dos de las que no hemos podido encontrar más información: la Sacra-mental del convento de franciscanos, y la de San Judas.

LA SACRAMENT AL DE LA IGLESIA CONVENTUAL DESAN.ANTONIO

Sólo aprarece inscrita en el catastro de Ensenada, merced al cual se constatasu modestia (201)

SAN JUAN

Por las fuentes en las que se la cita entendemos que es una cofradía pura-mente dieciochesca. Tenemos noticias de su existencia durante la mitad de este si-glo. Entre los años 1739 y 1743 fue su mayordomo Francisco Nieto. No tenía unpresupuesto muy elevado, según se desprende de las cuentas que éste nos da. Asíse apuntan los siguientes cargos: 619 rs. 17 mrs., para el año 1739, 801 rs, 27mrs., para los años 40 Y 41, y 262 para e142 (202). Se observa una caída de losingresos que muy bien pudiera indicar su desaparición, que tendría lugar pocosaños después, de modo que para el año en que se realizó el catastro de Ensenada yano hay pruebas de la misma.

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(1) Cofradias y hermana

(2) Juan Manuel LOZANLora: el testamento,Fiestas Populares", Iexiste otra copia de e

(3) "Visita del Beneficiaes prior frei Francis687, f01.16O

(4) íd.

(5) AP.AS., Justicia, 68

(6) LOZANO: Op.cit., pi

(7) "Visita ...

(8) Jesús M. PALOMERpopular, Sevilla, 198~

(9) AP.AS.,687, fol. 33(

(10) ídem.

(11) Visita del 11 de febre

(12) AP.AS., Justicia, 8S(1621-1623)". Fechad

(13) Testamento otorgado

(14) LOZANO: Id., pág 91

(15) íd., pág. 108.

(16) La donación es del 1:

(17) "Autos fechos a instarAP.A.S., Justicia, 11~

(18) AM.L.R., carpeta 19guientes censos: 33, 11

(19) Estando próximo el ti(mas es, en el quallos 1

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tos ... " APAS., Jusitc

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NOTAS

(1) Cofradías y hermandades andaluzas, Sevilla, pp. 95 Y ss.

(2) Juan Manuel LOZANO: Un documento valioso para la historia medieval deLora: el testamento de Lorenzo Pérez de Hurtado, en "Lora del Río. Feria yFiestas Populares", mayo de 1988, pág 61. En el archivo del arzobispadoexiste otra copia de este documento,en el Libro Becerro fol. 42 v.

(3) "Visita del Beneficio de Nuestra Señora Sancta María de Setefilla, del quales prior frei Francisco Vaillo". 28 de mayo de 1568, A.P.A.S., Justicia,687, fol.160

(4) íd.

(5) A.P.A.S., Justicia, 687, fol. 269.

(6) LOZANO: Op.cit., pág.60.

(7) "Visita ...

(8) Jesús M. PALOMERO PARAMO: Ciudad de Retablos. Arte y religiosidadpopular, Sevilla, 1987, pág. 35.

(9) A.P.A.S.,687, fol. 336v.

(10) ídem.

(11) Visita del 11 de febrero de 1609. A.P.A.S., Justicia, 687, fo1.341.

(12) A.P.A.S., Justicia, 898, fol. 14. "Libro vínculo de Juana López de Padilla(1621-1623)". Fechado el 20 de abril de 1624.

(13) Testamento otorgado el 5 de marzo de 1701. A.P.A.S., Justicia, 572.

(14) LOZANO: Id., pág 91.

(15) Id., pág. 108.

(16) La donación es del 13 de octubre de 1756, A.P.A.S., Justicia, 572.

(17) "Autos fechos a instancia de Don Pedro de Aguilar Femández de Córdova ... "A.P.A.S., Justicia, 1190.

(18) A.M.L.R., carpeta 193, t.IX, fols., 827r-821v. Además disfrutaba de los si-guientes censos: 33, 16'17,49'17,6'20,9'32, 19'31,6'20,6 y 12.

(19) Estando próximo el tiempo de la Cuaresma, "para el pasto espiritual de las al-mas es, en el quallos vecinos de ésta eligen para cumplir las promesas ofreci-das a dicha nuestra señora, y en medio de este cumplimiento se ecceden tan-to, en fiestas de día y noche, que suelen resultar algunos escándalos y alvoro-tos ... " A.P.A.S., Jusitcia, 972.

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Page 113: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(20) LOZANO: Ob. cit., pág.171.

(21) Id., pág. 172.

(22) íd., pág. 173.

(23) Manuel TRENS: La Eucaristía en el Arte Español, Barcelona, 1952,pág.150.

(24) íd.

(25) Víd. José GONZALEZ CARBALLO: La Hermandad Sacramental de la Pa-rroquia de nuestra Señora de la Asunción de Lora del Río, en "Lora del Río.Feria y Fiestas Populares", Lora del Río, mayo-junio de 1986, pp. 76-77.

(26) Simón de la ROSA Y LOPEZ: Los seises de la Catedral de Sevilla, Sevilla,1882, pág l.

(27) AP.AS., Hermandades, 153. Reglas, fol. 9v.

(28) José GONZALEZ: Op. cu.. pág. 78.

(29) ídem.

(30) En una visita que el Vicario realizó el 11 de febrero de 1609, se prescribió"que los clérigos que llebaren las andas del sanctísirno cramento [sic] el díadel corpus, no lleben salario por llebar las dichas andas, a quenta de la co-fradía, sino que las lleben por su turno, sin llebar salaario ... " A.P.A.S.,Justicia, 687, fol. 340r.

(31) Pascual SANCHIS DOMINGUEZ: Fiestas en torno a la Virgen y otras festi-vidades en Lora y Setefilla anteriores al siglo XIX, en "Lora del Río. Feria yFiestas Populares", mayo de 1988, pág. 66.

(32) Visita de 1565, A.P.A.S., Justicia, 687, fol. 21r.

(33) ídem, fol. 21v.

(34) Un detallado estudio de la misma realizó José González en su artículo citadoanteriormente.

(35) ídem, pág 80.

(36) Visita de 1565.

(37) Ver Pascual SANCHIS: Op. Cit., pág 66.

(38) AP.AS., Justicia, 687, fol. 148.

(39) Ver el trabajo de José González citado más arriba.

(40) Esta cifra es para el año 1737. Cuentas de la cofradía. AP.A.S., Justicia,724.

116

(41) Víd. supra, pág. 79.

(42) Catastro de Bnsenad:

(43) Cuentas referidas.

(44) José González Carbala corporaci6n, comeépoca. Ver el trabajo

(45) Expediente en A.P.A

(46) ídem.

(47) AP.AS., Justicia, 96

(48) José González COpo (AM.L.R., carpeta E

(49) José GONZALEZ: O(50) ídem., pág, 81.

(51) "E mando que my CUi

me digan missa rrezabre my sepultura, y rrtián y Santa Lucía ... "

(52) Tal es el nombre quedad del año de 1669.(AP.A.S., Hermandai

(53) AP.AS., Justicia, 911

(54) AP.AS., Justicia, 1t(55) Cuentas del año 158,

Hermandades, 153.

(56) AP.AS, HermandadeSanta Lucía", 153.

(57) Que se comprometi6 :1632. A.P.A.S., Justic

(58) Libro de cuentas deso

(59) ídem.

(60) Alonso SANCHEZ Ogiosidad sevillana, Se'

(61) Cuentas de 1659, íd.

Page 114: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(41) Víd. supra, pág. 79.

(42) Catastro de Ensenada. A.M.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 759r-777r.

(43) Cuentas referidas.

(44) José González Carballo , en su acertado empeño por desentrañar la historia dela corporación, comenta la posibilidad de su desaparición en esta turbulentaépoca. Ver el trabajo repetidamente citado, en páginas 79 y 80.

(45) Expediente en A.P.A.S. Justicia, 1157.

(46) ídem.

(47) A.P.A.S., Justicia, 967.

(48) José González (Op. Cit., pág. 80) la cree desaparecida. El censo de 1845 enA.M.L.R., carpeta 196.

(49) José GONZALEZ: Obra citada, pág. 80.

(50) Idern., pág, 81.

(51) "E mando que my cuerpo aconpañen los clérigos desta villa, todos los cualesme digan missa rrezada por mi anyma, y salgan con rresponso cantando so-bre my sepultura, y me aconpañen las cofradías de la Vera Cruz y san sebas,tián y Santa Lucía ... " (6-VB-1559) A.P.A.S., Justicia, 687, fols. 30-32.

(52) Tal es el nombre que se le da ya en el inventario de los papeles de la herman-dad del año de 1669. Incluido en el Libro de Cuentas que comienza en 1652(A.P.A.S., Hermandades, 154).

(53) A.P.A.S., Justicia, 918.

(54) A.P.A.S., Justicia, 1157.

(55) Cuentas del año 1585, folio suelto inclufdo en el libro de 1691, A.P.A.S.,Hermandades, 153.

(56) A.P.A.S, Hermandades, 154. "Abecedario donde se asientan los hermanos deSanta Lucía", 153.

(57) Que se comprometió a redimir Juan de Linán de Espinosa, el3 de octubre de1632. A.P.A.S., Justicia. 898.

(58) Libro de cuentas desde 1652. Año de 1655. A.P.A.S., Hermandades, 153.

(59) ídem.

(60) Alonso SANCHEZ GORDILLO: Religiosas estaciones que frecuenta la reli-giosidad sevillana, Sevilla, 1982.

(61) Cuentas de 1659, íd.

117

Page 115: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(62) "Libro de las quemas de la cofradía ... que comienza a trece del mes de diciem-bre de 1669 ... " Cargo del 13 de diciembre de 1669. AP.AS., Hermandades,153.

(63) Cuentas de 1670, id.

(64) Inventario de 1673, Cuentas íd.

(65) Inventario de 1671, íd.

(66) Incluído en el citado libro de cuentas.

(68) Ibídem.

(69) Ibíd.

(70) Ibíd.

(71) Ibíd.

(72) Ibíd.

(73) Ibid.

(74) Ibíd.

(75) Reglas de Santa Lucía. AP.AS., Hermandades, 154.

(76) Visita de mediados del siglo, sin fecha concreta, AP.AS., Justicia, 972.

(77) Censos de 5'9, 6'20, 19'20, 9, 16'17, 19'27, 17'27, 19'17, 19'20, 11'20,19'21, 29'28, 16'17, 19, 23'4, 9 Y 19. AM.L.R., carpeta 193, t. IX, fols.821v-827r.

(78) "Autos a consequensia de orden de la Venerada Asamblea, para la demolesiónde la capilla de Sancta Lusía, extramuros de esta villa, y venta de sus materia-les." AP.AS., Justicia 972.

(79) "Autos para la redempción de setesientos y setenta reales de vellón de princi-pal, de un senso situado sobre casas en el Baarrionuebo, propias de don JuanCasaus, que pertenese a la cofradía de santa Lucía, cita en la Capilla de Jesús,estramuros de esta villa." A.P.AS., Justicia, 898.

(80) "Cuenta de lo que boy gastando de la cofradía o bienes de Santa Lucía, desdeprimero enero de 1802 para adelante ... " Sin firma autorizada. AP.A.S., Jus-ticia, 967.

(81) "Yten se gastó una libra de sera el día del corpus y su octaba, estando en layglesia pues el señor Prior mandó que saliese en dichas prosesones." ídem.

(82) AP.AS., Justicia, 1203.

(83) AP.AS., Justicia, 967.

118

(84) Se toma la cita de M~~II,Madrid, 1985,p~

(85) íd., pp. 84-86; J.M. PA

(86) Luis J. PEDREGAL:Hispalense", Vil, nº 20

(87) En él se hace la opornnellas la de Animas.A]

(88) Las casas estaban situade Roda Abajo. Las tiezada de tierra de secanaranzadas de segunda (16y 6 reales. A.M.L.R.

(89) En favor de esta obraAP.A.S., Justicia, 957

(90) El 20 de septiembreAP.AS., Justicia, 115~

(91) Así que da atestiguado

(92) J.A MORGADO: SeviM. TRENS: María. le1947, pp. 322-323.

(93) Juan Manuel LOZANCpágs. 68-69.

(94) AP.AS., Justicia, "Litde patronato.

(95) ídem, fols, 24v y ss.

(96) Inventario de los bienetarios. Aquí describe 1;naves y orden grecorror

(97) Inventario de 1910.Ider

(98) AP.AS., Justicia, 918.

(99) íd., 971. Fechado el 21 I

(100) PALOMERO: Ciudad

(101) AP.AS., Justicia, legsencia de mí el dicho

Page 116: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(84) Se toma la cita de MIDe en su obra El Barroco. El arte religioso del siglo~II,Madrid, 1985,pág. 85.

(85) íd., pp. 84-86; J.M. PALOMERO: Ciudad de ... , pp. 52-53.

(86) Luis J. PEDREGAL: La devoción de las Animas en Sevilla, en "ArchivoHispalense", VII, nº 20, 1946, pp. 191-204.

(87) En él se hace la oportuna manda de un real a varias cofradías de la villa, entreellas la de Animas. AP.AS., Justicia 687, fol. 235r.

(88) Las casas estaban situadas en las calles Larga, de Santa María, del Castillo yde Roda Abajo. Las tierras, junto al barrio de Santa María (un cuarto de aran-zada de tierra de secano, de primera calidad) y en el sitio de la Sancha (dosaranzadas de segunda calidad). Los censos eran de 31'31,30, 15'20,46'7,52,16y 6 reales. AM.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 828v-838v.

(89) En favor de esta obra se situó a censo la casa de la calle Roda ArribaAP.AS., Justicia, 957

(90) El 20 de septiembre de 1826 pidió la remisión de sus obligaciones.AP.AS., Justicia, 1157.

(91) Así que da atestiguado en el inventario de la parroquia del año de 1910.

(92) J.A MORGADO: Sevilla Mariana, Sevilla, 17-IX-1881, nº 6, pp. 207-212;M. TRENS: María. Iconografia de la Virgen en el arte español, Madrid,1947, pp. 322-323.

(93) Juan Manuel LOZANO: Un pueblo andaluz y su Virgen, Barcelona, 1986,págs. 68-69.

(94) AP.AS., Justicia, "Libro Becerro", fols. 21v y ss. Traslado de la escriturade patronato.

(95) ídem, fols, 24v y ss.

(96) Inventario de los bienes de la iglesia loreña. Año de 1886. AP.AS., Inven-tarios. Aquí describe la iglesia del convento de Merced ario s como de tresnaves y orden grecorromano.

(97) Inventario de 1910. ídem.

(98) AP.AS., Justicia, 918.

(99) íd., 971. Fechado el 21 de junio de 1783.

(l00) PALOMERO: Ciudad de ... , pp. 44-45.

(101) AP.AS., Justicia, legajo 687, fol. 20v. "El señor visitador visitó, por pre-sencia de mí el dicho notario, los altares de la yglesia mayor desta villa,

119

Page 117: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

que son el altar mayor e altar de sant juan, donde está la ymagen de nuestraseñora ...•.

(102) ídem. Aparece en la misma visita, en el folio 243v.

(103) Idem., fol. 22 r. "Una ymajen de bulto, de madera, de nuestra señora paravestir, questá en el altar de sant Juan", y "otra ymajen de 10 mysmo qes unniño jhesús, que tienen nuestra señora en los bracos".

(104) Idem., fol. 27 r. "homamentos de la ymajen de nuestra señora del rosario,questá en la yglesia desta villa". Poseía un arca en la que guardaba cincosayas, tres ropas, una sobrerropa, dos mantos, dos sayos, dos delanteras decorpiño, toca y tocado, dos gorgueras, cinco camisas y dos coronas. ElNiño tenía dos conjuntos de ropa y dos coronas.

(105) A. P. A. S., Justicia, 689.

(106) •.... fundamos una capellanía en la yglesia mayor de santa maría desta villa,en el altar de nuesttra señora del rrosario della, questá junto a la puertaprincipal de la sacristía ..;".

(107) Se conoce por el poder general que dio Domingo de Urbfn, maestro pintory dorador de imaginería, vecino de San Andrés, a Benito Rodríguez, vecinode Lora, para que interviniera en la dicha puja. A MURO OREJON: Pin-tores y Doradores, en "Documentos para la Historia del Arte de Andalucía",(Sevilla, 1935), t. VIII, pág. 95.

(108) A. P. A. S., Justicia, 1122.

(109) Causa criminal y sacrílega contra Manuel Carballo, por puñaladas a unestudiante en la iglesia. Expediente en el que se relata un acontecimientosucedido" ... anoche, poco después de las oraziones, estando los estudiantesy diferentes personas, hombres y mugeres, rezando el Santtíssimo Rosariocomo a dicha ora se a de uso y costumbre ttodo el año en la yglesiaparroquial ... " A. P. A. S., Justicia, 3172.

(110) Visita de 1743, A. P. A. S., Justicia, 957.

(111) A. M. L. R., carpeta 193, t. IX, fols. 8IOv-816v.

(112) "Real Acuerdo Hermandad del Rosario. Expediente formado en virtud deReal Provición del Consejo para que se informe en razón de si debe supri-mirse o subsistir dicha Hermandad, oyendo para ello instructibamente a éstay al Fiscal de S. M .•. A. P. A. S., Hermandades, 154.

(113) "Diligencia sobre el cortijo de la Mallena". A. P. A. S., Justicia., 898.

(114) A. P. A. S., Justicia., 1203.

(115) GONZALEZ CARBALLO: La hermandad Sacramental ... , pág. 80.

120

(116) Inventario de la do11 de noviembree

(117) Inventario de 198t

(118) Vid, Juan Manue"Setefilla, Patrona

(119) Visita de 1565.Li¡

(120) Visita de l739-17'

(121) LOZANO: Obra (

(122) Fols. 844v-845r.

(123) A. P. A. S., Justici

(124) LOZANO: ídem, p

(125) A. P. A. S., Invem(126) A. P. A. S., Invem

(127) José Ignacio CARla Sevilla del Anti¡

(128) ídem, pp. 23-24.

(129) ídem, pp. 104-106

(130) A. P. A. S., Jseptiembre de 146

(131) ídem, fol. 58v.

(132) ídem, fol. 22v.

(133) Antonio BONEf (Barcelona, 1978,I

(134) A. P. A. S., Justia

(135) A. M. L. R., carpe

(136) "En 13 de 1743Hfemando Guerra =de 1743. A. P. A.

(137) A. P. A. S., Justia

(138) A. M. L. R., carprenta nada menos I

(139) LOZANO: Un puc(140) Inventario de 1886

Page 118: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(116) Inventario de la documentación de diversas cofradías loreñas. en Carmona, a11 de noviembre de 1823. A. P. A. S., Justicia. 967.

(117) Inventario de 1986. A. P. A. S., lnventarios, s. n.

(118) Vid, Juan Manuel LOZANO: Orígenes deL cuLto popuLar a Setefilla, en"Setefilla, Patrona y Reina", Lora del Río, 8-VIlI-1987, pp. 98-90.

(119) Visita de 1565. Libro Becerro. fols. 20v y 22v.

(120) Visita de 1739-1740. A. P. A. S., Justicia. 972.

(121) LOZANO: Obra citada. pág. 33.

(122) Fols. 844v-845r.

(123) A. P. A. S., Justicia. 972.

(124) LOZANO: ídem. pág. 176

(125) A. P. A. S., Inventario de los bienes de la parroquia. Afta de 1886.

(126) A. P. A. S., Inventario de los bienes de la parroquia. Afta de 1910.

(127) José Ignacio CARMONA GARCIA: EL sistema de hospitalidad pública enLaSevilla deLAntiguo Régimen. Sevilla, 1979, págs. 39 y ss.

(128) ídem, pp. 23-24.

(129) ídem, pp. 104-106.

(130) A. P. A. S., Justicia. 687, fol, 58r. Testamento fechado en 26 deseptiembre de 1460.

(131) ídem, fol. 58v.

(132) ídem, fol. 22v.

(133) Antonio BONET CORREA: Andalucia Barroca. Arquitectura y Urbanismo.Barcelona, 1978, pág. 52.

(134) A. P. A. S., Justicia. 898, fol. llv.

(135) A. M. L. R., carpeta 8, "Libro de Actas, 1661-1670", fol. 74v.

(136) "En 13 de 1743 Hospital y caridad desde san Juan de 1738 asta el de 1740,femando Guerra = Alcance contra Hospital y caridad: 9 rs. 41 ms. "Cuentasde 1743. A. P. A. S., Justicia. 957.

(137) A. P. A. S., Justicia. 918.

(138) A. M. L. R., carpeta 193, t. IX, fols. 795v-81Ov. El cortijo producía unarenta nada menos que de 900 reales anuales.

(139) LOZANO: Un puebLo andaLuz...• pp. 160-161, A. M. L. R., carpeta 383.

(140) Inventario de 1886, A. P. A. S., Inventarios, s. n.

121

Page 119: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(141) LOZANO: Ibid, pp. 160-161.

(142) Constitución fechada en Roma, a 24 de mayo de 1901. A. P. A. S.,Gobierno Asuntos Despachados, 1882.

(143) Ver nota 139.

(144) José SANCHEZ HERRERO:Las cofradías sevillanas. Los comienzos, en"Las cofradías de Sevilla. Historia, antropología, arte", Sevilla, 1985, pp.22-23.

(145) Visita del Vicario frey don Fernando Alvarez de Toledo, A. P. A. S.,Justicia, 21v. Fechada el 19 de mayo.

(146) A. P. A. S., Justicia, 957.

(147) A. P. A. S., Justicia, 572.

(148) "Título de sepultura que compró la cofradía por el daño y perjuicio que secausaba a la capilla y bóbeda. "Doña Juana de Roxas recibe de la hermandadlos 200 reales que entregó de limosna por el usufructo de entierro. A. P. A.S., Justicia, 972.

(149) A. P. A. S., Justicia, 957.

(150) Catastro de Ensenada. A. M. L. R., carpeta 193, t. IX, fols. 793-795.

(151) Autos contra Tomás Moreno de Moya, Fechados en 18 de julio de 1749.A. P. A. S., Hermandades, 153.

(152) Reglas de Santa Lucía. A. P. A. S., Hermandades, 154.

153) El acuerdo final tuvo lugar el 14 de julio de 1791. A. P. A. S., Justicia,1157.

(154) A. P. A. S., Justicia, 957. No conformes con esta decisión diversos herma-nos interpusieron un recurso.

(155) José SANCHEZ HERRERO: Las cofradías de Semana Santa de Sevilladurante la Modernidad. Siglos XV a XVII, en "Las cofradías de Sevilla enla Modernidad", Sevilla, 1988, pág. 55.

(156) J. M. PALOMERO: Ciudad ... , pp. 41-44.

(157) En el Libro Becerro, fol. 22v.

(158) Tomás Andrés de GUSEME: Noticias pertenecientes a la historia antigua ymoderna de Lora del Río, Alcolea del Río, Setefilla y Arva, en Andalucía,Lora del Río, 1981, pág. 32.

(159) A. P. A. S., Justicia, 957.

(160) LOZANO: Un pueblo andaluz ... , pág. 26.

122

(161) A. P., A. S., Justicicda, de mayo de 156villa que son el altainuestra Sennora... ".

(162) Juan CARRERO R(lla, 1984, pp. 644-64

(163) ídem. La cofradía se

(164) La fiesta de la Candenuestro pueblo. Tenídel Ayuntamiento elno... , pág. 66.

(165) A. P. A S., Justicia,

(166) ídem, fols. 161v-162'

(167) A. P. A. S., Justiciatos que debe obedecr

(168) A. P. A A, Justicia,

(169) A. P. A. S., Justicia,bildo se organizó ellibro es 1704.

(170) ídem.

(171) Visita de 1743,A. P.

(172) A. M. L. R., Libros G

(173) ídem.

(174) ídem.

(175) Ver Juan ManuelLO:

(176) E. MALE: El Barroi262-263.

(177) A. P. A S., Justicia,

(178) A. P. A. S., Hermanempieza en 1672.

(179) A. P. A. S., Justicia,

(180) A. M. L. R. , carpeta

(181) Lafuente de las Pastgrosissima imagend

Page 120: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

(161) A. P., A. S., Justicia, 687, fol. 2Ov. Esta es la visita, tan en extenso trata-da, de mayo de 1565. Se revisaron "los altares de la yglesia mayor frestavilla que son el altar mayor e altar de sant juan, donde está la ymagen denuestra Sennora ... ''.

(162) Juan CARRERO RODRIGUEZ: Anales de las cofradías sevillanas, Sevi-lla, 1984, pp. 644-647.

(163) ídem. La cofradía se extinguió a principios del siglo XIX.

(164) La fiesta de la Candelaria era una de las celeraciones de más trascendencia ennuestro pueblo. Tenía lugar el 2 de febrero de cada año, corriendo de cuentadel Ayuntamiento el gasto de la cera. Pascual SANCHIS: Fiesta en tor-no ... , pág. 66.

(165) A. P. A. S., Justicia, 687, fol. 161.

(166) ídem, fols. 161v-162v.

(167) A. P. A. S., Justicia, 687, fol. 368v. En este lugar se exponen los precep-tos que debe obedecer el Prior.

(168) A. P. A. A., Justicia, 918.

(169) A. P. A. S., Justicia, 725, "Libro de Cabildos de San Juan. "El primer Ca-bildo se organizó el primero de agosto de 1682; la última fecha de estelibro es 1704.

(170) ídem.

(171) Visita de 1743, A. P. A. S., Justicia, 957.

(172) A. M. L. R., Libros de Actas, 1774-1776, XVI, fols. 83-84.

(173) ídem.

(174) ídem.

(175) Ver Juan Manuel LOZANO: Obra citada, pp. 101-102.

(176) E. MALE: El Barroco. El arte religioso del siglo XVII, Madrid, 1985, pp.262-263.

(177) A. P. A. S., Justicia, 687, fol. 235r.

(178) A. P. A. S., Hermandades, 153. Libro de Cuentas de Jesús Nazareno, queempieza en 1672.

(179) A. P. A. S., Justicia, 957.

(180) A. M. L. R. , carpeta 193, t. IX, fols. 795r-v.

(181) Lafuente de las Pastoras, primer Pastora de el mundo. Sermón de la mila-grosissima imagen de María Santissima, la primera, que en el mundo con

123

Page 121: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

título y trage de Pastora se le ha consagrado a su Magestad, sita en la igle-sia parroquial de Señora Santa Marina de la ciudad de Sevilla, Sevilla,1722.

(182) Incluída en el panegírico que acompaña al sermón mencionado, pág. 13.

(183) "Autos fecho s a pedimento de Lorenso Sánchez, vezino de esta villa,maiordomo que fue de la hermandad de la divina Pastora, sobre el cobro desierta cantidad que le deve dicha hermandad". A. P. A. S., Justicia, 1261.

(184) En un folio en el que queda parte de la visita de este año, aparece el si-guiente punto: "Visitose la cofradía y hermandad de la Pastora, de la que esmaiordomo Lorenzo Sánchez, quien alcansó a dicha hermandad en quinien-tos ochenta y nuebe reales y dies y siete maravedís"A.P.A.S., Justicia, 972

(185) "Autos fechos a pedimento de Lorenso Sánchez ... " Fechado en 1744

(186) Ibídem.

(187) Del día 1 de junio de 1747 es esta "causa criminal de ofisio fecha por el se-ñor jues eclesiástico ordinario desta villa." A.P.A.S., Justicia 2582.

(188) ídem.

(189) ídem.

(190) ídem.

(191) A.M.L.R., carpeta 193, t.9, fols, 827r-828v.

(192) Auto de 7 de febrero de 1757. A.P.A.S., Justicia, 957.

(193) Relación histórica de José María Pérez y Gómez, en la obra dirigida porJosé Alonso MORGADO: Sevilla Mariana, Sevilla, 1881, t. 1, pp. 84-86

(194) Hermandades de gloria de Sevilla, Sevilla, 1988, 1ª ed., pp. 171-173.

(195) Visita de 1743. A.P.A.S., Justicia,957.

(196) A.M.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 791v-792v.

(197) Se la cita en el expediente formado por la donación de un asiento y bóvedaen la iglesia parroquial. A.P.A.S., Justicia, 1157.

(198) Obra Citada, pp. 87-89.

(199) J.A. MORGADO: Op. Cit., 16- VII-1882, nº 2, pp. 45-47.

(200) Reglas de la Hermandad, A.P.A.S., Hermandades, 1154.

(201) Ibíd.

(202) A.M.L.R., carpeta 193, t. IX, fols. 848v-851r.

(203) A.P.A.S., Justicia, 957, "Quentas de fábricas", año 1743.

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INTRODUCCION ....

ACERCA DE LOS OR-Motivación iconr-Culto Externo: L-Hermandad y conf

ORDEN INTERNO: JE-Jerarquia .-Reglas .

LA PROCESION .-El Itinerario .-Día y Hora .-Composición y re-Indumentaria ....

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INDICE

INTRODUCCION 5

ACERCA DE LOS ORIGENES 7-Motivación iconofflica 7-Culto Externo: La Procesión............ 9-Hermandad y confraternidad. . . ... . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. .. . 10

ORDEN INTERNO: JERARQUIA y REGLAS........................... 12-Jerarquia 12-Reglas 13

LA PROCESION 15-El Itinerario 15-Día y Hora 16-Composición y regulación 16-Indumentaria .. . . ... . . ... . . . . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . . .. . . . . 18

ACTOS SOCIOECONOMICOS 20-De lo solemne a lo festivo 20-La cofradía como entidad social 21-La cofradía y su vertiente económica 21

LA ORDEN DE SAN JUAN Y LAS COFRADIAS 22

EVOLUCION HISTORICA 24

COFRADIAS PENITENCIARIAS 31• VERA CRUZ 34

-Los inicios. El siglo XVI . .. . . . .. . . . .. . . . .. . . . . . . . 34-Reglas......................................................... 35-Siglo XVII 38-Siglo XVIII . . . . .. . . . . .. . . . .. . . . .. . . . . . . .. . 40

• NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD 42-Orígenes: La cofradía del dulce nombre.................. 42-La unión con la del Santo Entierro 44-El Siglo XVIII 46

• HUMILDAD Y PACIENCIA 48

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Page 123: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

• JESUS NAZARENO .• LAS ULTIMAS FUNDACIONES .

COFRADIAS DE GLORIA .-Cofradía Patronal .-Cofradía Sacramental .-Cofradía de Clérigos .-Cofradia de María o de Santos .

• NUESTRA SEÑORA DE SETEFILLA .• SANTISIMO SACRAMENTO .

1) LAS PROCESIONES EUCARISTICAS .Al El Corpus Christi .BI El Viático .

11) LA COFRADIA .• SANTA LUCIA .• ANIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO .• NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED .• NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO .• SEÑORA SANTA ANA .• CARIDAD .• SAN PEDRO .• LA PURA Y LIMPIA CONCEPCION .• SAN JUAN .• SAN MIGUEL .• LA DIVINA PASTORA .• NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES .• MARIA SANTISIMA DEL CARMEN .• OTRAS COFRADIAS: .

-La Sacramental de la Iglesia Conventual de SanAntonio .

-San Juan .

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No queremos terminar sin dejar de agradecer laayuda que nos prestaron las siguientes personas:

José González CarballoEnrique Emilio Gómez LiñánEnrique Cava CepedaManuel Caro LópezFrancisco Rodriguez NietoRafael Morales de las Heras

127

Page 125: Historia de las Hermandades y Cofradías de Lora del Río

Biblioteca de Temas Loreños

• THOMAS ANDRES DE GUSEME: Noticias pertenecientes a la historia anti-gua y moderna de Lora del Río, Alcolea del Río, Setefilla y Arva, en Andalu-cía (1758). Comentarios José Remesal, Lora del Río, 1981.

• RAFAEL MOLINA DEL VALLE: Estampas Loreñas. Prólogo Rogelio Re-yes, Lora del Río, 1983.

• MERCEDES BORRERO FERNANDEZ y MARIA LUISA PARDO RO-DRIGUEZ: Lora del Río en la Edad Media. La población de Lora del Río(1491 a 1534). Prólogo Miguel Castillo Guerrero, Lora del Río, 1983.

• JOSE MONTOTO: Visión de Lora del Río a finales del siglo XIX (sus cos-tumbres, sus calles, su vecindario ... ). Prólogo Cesáreo Montoto de flores, Cá-diz, 1985. .

• JUAN MANUEL LOZANO: Un pueblo Andaluz y su Virgen. Historia deLora y Setefilla. Barcelona, 1986.

• JOSE GONZALEZ CARBALLO: Documentación inédita hallada recientemen-te en el Archivo Municipal de Lora del Río. Estudios sobre Lora en la primeramitad del siglo XVI. Prólogo José Francisco Sáez Guillén, Ecija, 1987.

• MIGUEL CASTILLO GUERRERO: Los paisajes agrarios de Lora del Rio. Se-villa, 1987.

• CASTILLO SOLER, Manuela; HERNANDEZ MONTES, María Cesárea; SE-VILLA CUEVAS, María del Carmen: El habla actual de Lora del Río .. Pró-logo María Teresa López Pérez. Lora del Río, 1988.

• MARIA MERCEDES FERNANDEZ MARTIN: Arquitectura civil del sigloXVlll en Lora del Río. Prólogo Alfredo Morales Marúnez. Lora del Río,1988.

• JOSE GONZALEZ CARBALLO: Historia de la Catedra de gramática en lavilla de Lora en el Siglo XVI y otras instituciones docentes del Quinientos.Prólogo Francisco Javier Merchán Iglesias. Lora del Río, 1989.

• LUIS JAVIER CAVA CEPEDA Y FERNANDO QUILES GARCIA: Historiade las Hermandades y Cofradías de Lora del Río. Prólogo de Jesús Miguel Palo-mero Páramo. Sevilla,1989.

Con la colaboración de la