historia de la canción nacional de chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos...

9
PRESENTACIONES HISTORIA DE LA CANCION NACIONAL DE CHILE Carlos Chubretovich Alvarez, Editorial La Noria , Santiago de Chile, 1991, 68 pp. Y.C. N una concurrida reunión celebrada en el hall de la sala de lectura de la Cámara de Diputados, el 1 de junio de 1992 fue efectuado el lanzamiento del libro escrito por el Contraalmirante don Carlos Chubretovich Alvarez , Honorable Diputado don Francisco Bartolucci Johnston. Posteriormente , el día Historia de la Canción Nacional de Chile, presentado en esa oportunidad por el 29 de julio, fue llevada a cabo en Santiago, en el Museo Histórico Nacional, una ceremonia similar en la que el libro fue presentado por el académico de la historia don Mario Barros Van Buren, quien hizo especial referencia a la impresión que produce escuchar la canción nacional en el extranjero, citando casos emocio- nantes, como la perfecta interpretación escuchada en Tonga o la cantada por niños yugoslavos, así como tomar nota de su traducción al italiano e incluso al alfabeto Braille, hecho para Adelina Patti, mencionando además su interpretación en alemán por un coro en Temuco . El autor, al agradecer estas presentaciones , señaló que su motivación principal para escribirlo fue la de contribuir a contrarrestar la campaña de denigración de los valores fundamentales de la sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. Al respecto señaló lo siguiente : " La redacción del libro que hoy entrego puede ser interpretada como mi respuesta vigorosa o mi reacción a ciertos juicios y actitudes muy poco rever entes para con los símbolos de la patria , que fueron emitidas no hace mucho por algunos órganos de comunicación social y presentadas en forma irreflexiva , llena de ordinariez , por un grupo mal llamado de vanguardia , que empleó para ello el centro artíst ico de mayor expresión en nu estro m edio, el Museo Nacional de Bellas Artes . En ambas oportunidades se pretendió minimizar y ridiculizar el signifi cado profundo , sublime, de los emblemas y valores patrios , que para nosotros, los hombres y muje res de corazón bien puesto, han sido y seguirán síendo los símbolos más .inmaculados y venerados de nuestra nacionalidad. Ten iendo en cuenta esas razones fue que mi esfu erzo se concentró en una redacción sencilla, Revista de Marina Nº 6192 639

Upload: others

Post on 13-Jun-2020

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

PRESENTACIONES

HISTORIA DE LA CANCION NACIONAL DE CHILE Carlos Chubretovich Alvarez, Editorial La Noria , Santiago de Chile, 1991, 68 pp.

Y.C.

N una concurrida reunión celebrada en el hall de la sala de lectura de la Cámara de Diputados, el 1 de junio de 1992 fue efectuado el lanzamiento del libro escrito por el Contraalmirante don Carlos Chubretovich Alvarez ,

Honorable Diputado don Francisco Bartolucci Johnston. Posteriormente , el día Historia de la Canción Nacional de Chile, presentado en esa oportunidad por el

29 de julio, fue llevada a cabo en Santiago, en el Museo Histórico Nacional, una ceremonia similar en la que el libro fue presentado por el académico de la historia don Mario Barros Van Buren, quien hizo especial referencia a la impresión que produce escuchar la canción nacional en el extranjero, citando casos emocio­nantes, como la perfecta interpretación escuchada en Tonga o la cantada por niños yugoslavos, así como tomar nota de su traducción al italiano e incluso al alfabeto Braille, hecho para Adelina Patti, mencionando además su interpretación

en alemán por un coro en Temuco . El autor, al agradecer estas presentaciones , señaló que su motivación principal para escribirlo

fue la de contribuir a contrarrestar la campaña de denigración de los valores fundamentales de la sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país.

Al respecto señaló lo siguiente : " La redacción del libro que hoy entrego puede ser interpretada como mi respuesta vigorosa o

mi reacción a ciertos juicios y actitudes muy poco rever entes para con los símbolos de la patria , que fueron emitidas no hace mucho por algunos órganos de comunicación social y presentadas en forma irreflexiva , llena de ordinariez , por un grupo mal llamado de vanguardia , que empleó para ello el centro artíst ico de mayor expresión en nuestro medio, el Museo Nacional de Bellas Artes . En ambas oportunidades se pretendió minimizar y ridiculizar el signifi cado profundo , sublime, de los emblemas y valores patrios , que para nosotros, los hombres y muje res de corazón bien puesto, han sido y seguirán síendo los símbolos más .inmaculados y venerados de nuestra nacionalidad.

Ten iendo en cuenta esas razones fue que mi esfu erzo se concentró en una redacción sencilla,

Revista de Marina Nº 6192 639

Page 2: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

de fácil comprensión, orientada de preferencia a esa parte de nuestra juventud que no ha cumplido aún el ciclo de educación total. La llaneza natural de aquel nivel cultu ral y la falta de experiencia de la juventud pueden constituir, si no hay preocupación adecuada por las dos, caldos fáciles para el cultivo de ideas equivocadas o mal intencionadas en cuanto a patriotismo y chilenidad. Mi libro no es, en consecuencia, de un valor lite rario destacado, de gran profundidad, destinado a capas culturales más exigentes . Mi intención al escrib irlo fue la de ayudar a reforzar los conceptos de patria en los estratos culturales medios y contr ibuir a borrar del alma , del corazón y de la mente de los hombres sencillos de nuestro querido Chile, las huellas y las manchas que pudieran haber dejado en ellos los procedimientos y actitudes observados . ¡Dios quiera que ello me resulte!"

Es por eso que el libro es iniciado con un profundo análisis del concepto de patria y, desde esa base, destaca la importancia de sus símbolos, la bandera, el escudo y la canción nacional.

Con gran acopio de antecedentes va consignando los hechos históricos más significativos referidos a la composición y aprobación de su texto y de su música.

Un importante aspecto destacado es el factor dependiente que tuvo en sus inicios el desarrollo de este símbolo, ya que para su ejecución requir ió contar con un conjunto de música marcial que no existía en el país en la época de la independencia, siendo ello lo que más retardó su creación, frente a la bandera y el escudo, de más fácil materialización .

Es así como se señala que recién en 1814 fue constituida una banda de 16 músicos, siendo su director un británico, ex tripulante de la fragata HMS Phoebe, la que terminó su corta vida junto con la Patria Vieja. La Patria Nueva contó ya con bandas militares, siendo la más activa la del Batallón Nº 8, en el cual funcionó una Academia de Músicos Militares . En todo caso, las marchas que ejecutaban eran predominantemente europeas .

Con gran detalle se señala que el interés por una letra propia tuvo su concreción en la que elaborara don Bernardo de Vera y Pintado, que contaba con un coro y dieciséis estrofas. Como no tenía música era cantada con la melodía del himno de las Provincias del Plata primero y con una melodía española después, pero los compases de ésta no calzaban con la letra, por lo que hubo que agregar a cada estrofa unas sílabas accesorias (cuatro "sí") que le restaban toda solemnidad y terminaron por desacreditar este engendro .

Es así como en 1820 aparecen las muy apreciadas letra y música de don Manuel Robles, interpretadas por la Expedición Libertadora del Perú. Como tenía grata melodía pero le faltaba brillantez, se estimó cambiarla; en 1827, para la letra de Vera y Pintado, fue encargada una música a Ramón Carnicer, la que es aceptada oficialmente en 1828. Un acontecimiento de esta canción, que reseña el libro, es que fue entonada, con motivo de la presencia en Lima de las fuerzas de Bulnes, en el frontis de la casa del Libertador General don Bernardo O'Higgins, el 17 de septiembre de 1839. Particularmente emocionante es la estrofa que decía :

Ved la insignia con que en Chacabuco al intruso supisteis rendir y al augusto tricolor que en Maipo en un día de triunfo os dió mil. Vedle ya señoreando el océano y flameando sobre el fiero león se estremece a su vista el ibero; nuestros pechos inflama el valor .

Más adelante son relatados con gran minuciosidad los antecedentes que llevan a la modificación de la letra, proceso que fue acelerado por el reconocimiento de la independencia de Chile por parte de España, y cómo en 1847 fue encargado un nuevo texto a don Eusebio Lillo, lo que hace a satisfacción de todos, manteniendo el coro de Vera y Pintado y componiendo seis nuevas estrofas ; todo ello para la música de Carnicer .

Respecto a dicho texto , en el libro es transcrito un valioso juicio de don Paulino Alfonso aparecido en la Revista Chilena en 1922: "Corresponde el himno al país que lo inspiró .

La situación virtualmente insular de Chile, su lejanía de los principales centros de cultura, la configuración montañosa de su territorio, su relativa pobreza en la época del coloniaje y en la de su organización, su ascendencia de españoles austeros y de aborígenes feroces, las largas guerras de la conquista, del coloniaje, de la independencia y aun de la República, hiciéronlo pueblo batallador. El patriotismo, sobre todo en lo que se refiere a luchar contra enemigos externos, es acaso su orincipal característica.

Su espíritu, más positivo que idealista, que le hizo establecer y conservar instituciones adecuadas

640 Revista de Marina Nº 6192

Page 3: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

a su incipiente estado social, su experiencia varias veces infeliz en revoluciones,su filosofía un tanto escéptica, hiciéronle, en general, conformarse con lo establecido y ser un país de orden.

Y a pesar de causas intercurrentes de malévolo influjo, mucho de ello queda y afianza la Repú­blica.

Con tales virtudes del pueblo se afianza la canción, que la evoca en sus tierras, sus montañas y sus mares, sus recuerdos de gloria, sus grandes esperanzas, reflejadas en el alma de un poeta joven y enamorado".

Muchos otros antecedentes de interés exhibe este oportuno y documentado libro que detalla las circunstancias que nos han permitido contar con nuestra hermosa y emotiva canción nacional y que tiene el mérito adicional de permitirnos valorarla no sólo como un símbolo, sino como un elemento consubstancial a nuestra cultura.

Es por todo lo anterior que cabe felicitar a su autor, pues ha logrado exaltar la dignidad de esta canción que, en particular cuando es cantada colectivamente, asume un rol superior pues crea entre todos los que la interpretan una sensación de comunión tan intensa que conmueve al corazón y activa la conciencia, poniendo al alcance de todos los, a veces, difusos conceptos de patria y de nación.

ONE HUNDRED DAYS Sandy Woodward, Rear Admiral R.N. y Patrick Robinson, Book Club Associates, London, 1992.

Gustavo Jordan Astaburuaga Capitán de Fragata

ACE pocos meses se cumplieron diez años de la Guerra de las Malvinas o Falkland.

Este suceso fue el motivo de numerosos libros conteniendo análisis técnicos, tácticos y estratégicos de la más diversa índole. También ha sido esta guerra tema de análisis obligado de Academias de Guerra Naval y escuelas tácticas a través de todo el mundo, y pese al tiempo transcurrido el tema sigue siendo recurrente por diversas razones; entre ellas, la más importante quizás, por haber sido una de las guerras de características esencialmente marítimas más impor­tante de este siglo.

Poco a poco, con el tiempo transcurrido desde el término de este conflicto, se ha ido conociendo la realidad de lo que aconteció, pero sin el aporte de las memorias de sus principales protagonistas el análisis quedaba incompleto fun­

damentalmente por no tener todas las respuestas que explicaran por qué ocurrieron las diversas acciones estratégicas y tácticas de una manera u otra.

De la guerra anfibia y terrestre del mencionado conflicto se cuenta con un excelente análisis, publicado por el Brigadier Julian Thompson en su libro titulado No picnic, editado en 1985 y recien­temente reeditado con correcciones en 1992. Este Oficial británico se desempeñó como Comandante de la Tercera Brigada de Comandos Royal Marines. Su libro se constituyó en un best se/ler.

Recientemente ha sido publicado el libro titulado One hundred days, el cual contiene las me­morias, basadas en su diario personal, del Contraalmirante Sandy Woodward acerca de la ya citada guerra. El título recuerda que transcurrieron cien días a contar del zarpe de este Almirante desde Gibraltar, rumbo sur, comandando un Grupo de Tarea británico en demanda de las islas Malvinas o Falkland, hasta que regresó a su patria, ya terminada la guerra.

Desde la primera hoja este libro es extraordinariamente interesante, debido a que deja traslucir claramente todo lo que aconteció, los errores cometidos, los aciertos, las tácticas utilizadas, el sistema de mando y control, las reglas de enfrentamiento vigentes, problemas logísticos, las sorpresas tácticas y técnicas por ambos bandos, el comportamiento de las dotaciones, la eficiencia y rendimiento de los sistemas de armas, etc.

Todo se entrelaza en este libro desde principio a fin, otorgando al lector un excelente nivel de conocimientos de esta guerra y, más importante que eso, de la complejidad que significó para este Almirante haberse desempeñado como Comandante en Jefe de la Fuerza de Tarea Británica más importante desde la Segunda Guerra Mundial.

A través de la memoria del Almirante Woodward se puede tomar plena conciencia del esfuerzo logístico que implicó para Gran Bretaña esta guerra y cómo afectó a las unidades el esfuerzo constante

Revista de Marina N° 6192 641

Page 4: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

de las operaciones y acciones bélicas. Basta con mencionar que sólo tres unidades de combate no tenían algún defecto operacional importante el día que el General Menéndez firmó la rendición de Argentina en Puerto Stanley.

Este libro viene a completar una pieza importante que faltaba en el puzzle de lo que realmente fue esta guerra. En su redacción participó un escritor profesional, con lo cual estas memorias son realmente un libro muy interesante y ameno de leer.

Para completar la versión argentina de este conflicto será necesario que sean publicadas las memorias del Almirante Anaya y del General Galtieri.

REFLEXIONES SOBRE RUSIA Modesto Collados Núñez, Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, 1992, 199 pp.

William Thayer Arteaga Senador

UIERO invitar a la lectura de un libro breve, ameno, instructivo y orientador sobre el acontecimiento más trascendental quizás del siglo xx: La caída del Imperio Soviético y la reaparición de Rusia en el mundo contempo­

ráneo. Hablo de la obra Reflexiones sobre Rusia, de Modesto Collados, que acaba de editar Zig-Zag. Son menos de 200 páginas, agrupadas en 62 capítulos cortí­simos, cada uno más interesante que el otro.

No voy a resumir aquí este libro, que es ejemplo de síntesis. En cambio , procuraré situarlo dentro del itinerario espiritual-no sólo intelectual-del autor . Se trata de una tercera obra de una trilogía publicada entre 1986 y 1992, iniciada con Vigencia y dolencias de la cultura occidental (Andrés Bello) y seguida de Una forma de vida para Chile (Zig-Zag). Tres obras breves que penetran como bisturí en lo más palpitante de nuestra cultura, el futuro de nuestra patria y los

desafíos que se abren con el tercer milenio de nuestra Era. Para Modesto Collados la cultura occidental proviene del viejo Imperio romano, que junto a China y la India constituían tres conglomerados de 70 millones de habitantes cada uno. Roma enriqueció su legado con el acervo de experiencias, valores y principios que alentaban los pueblos sometidos y los Imperios circundantes. De este crisol surgió la cultura occidental , cuya quintaesencia son la ética, la lógica y la técnica, que subordinadas las últimas a la primera y la técnica a la lógica, resumen el más valioso imperativo del quehacer personal y social. Si alguien duda de la vigencia de esta matriz cultural, bástele considerar cómo todo el gigantesco mundo de los computadores es un ingenio de técnica fundado en la lógica aristotélica y necesariamente sometido a la ética, que se compendia en el Decálogo y en El sermón de la montaña. Pero esta cultura occidental, viva y orientadora, sufre graves dolencias ocasionadas por una perversión en el mensaje de tres destacadísimos europeos, Machiavelo, Rousseau y Marx, que de alguna manera envenenaron la ética, la lógica y la técnica.

Con este telón de fondo nos invita Collados a reflexionar sobre el drama de Rusia y su papel frente a Estados Unidos en la Pax Americana que se nos anuncia. Vale la pena hacerle caso.

RECENSIONES

L siempre rico contenido de Revista General de Marina, de España, incluye en su edición de marzo de este año, como parte del Comentario Interna­cional firmado por J.P.C. una referencia al reciente convenio suscrito el

24 de enero del presente año entre los Gobiernos del Perú y Bolivia, por medio del cual el primero ha otorgado al pala altiplánico una serie de facilidades de libre tránsito comercial a través del puerto de llo.

Aunque no son transcritos artlculos de prensa, pero si las frases retóricas de los presidontos Paz Zamora y Fujimori para ensalzar el acuerdo, es obvio que la base del comentario arranca del contenido de un relato periodístico del acto ceremonial, en el que se da por cierta la noción de que, gracias al Perú, Bolivia ha recuperado una condición marltima Injustamente perdida, expresando, tex­tualmente: "Se repara así una Injusticia histórica ciento trece años después de

la Guerra del Pacifico con Chile, a cuyos consecuencias perdió su litoral, que no ha cesado de

642

Page 5: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

reivindicar repetidamente, hasta lograr esta solución a medias ya que es gracias al Perú, que le permite la utilización del citado puerto (Ilo), por donde puede asomarse al mar" . A partir de este aserto, el comentarista se explaya en una serie de inexactitudes históricas, tomadas indudablemente de fuentes bolivianas, que han logrado desinformar a amplios sectores de la opinión pública inter­nacional.

A fin de rebatir todos los errores contenidos en el comentario, parece conveniente hacer un recuento cronológico de los antecedentes relativos a la delimitación histórica entre Bolivia, Perú y Chile.

La República de Bolivia nació en 1825 al conseguir su independencia la antigua Audiencia de Charcas, también llamado Alto Perú. Conforme al principio del uti possidetis juris, los nuevos Estados americanos reconocieron la validez de los límites determinados por la Corona española, vigentes en 1810.

De acuerdo a la Ley 5, Título XV, libro II de la Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias (de 1680), la Audiencia de Lima tenía jurisdicción hasta el límite del Perú con el reino de Chile ("tendrá por distrito la costa que hay desde dicha ciudad hasta el Reino de Chile exclusive"). Es decir, la Audiencia de Charcas no se interponía entre los distritos de las Audiencias de Lima y de Santiago; en otras palabras, Charcas no tenía costa. Según la Ley 15 de la citada Recopilación, "el Corregidor de Arica, aunque sea del distrito de la Audiencia de Lima, cumplirá los mandamientos de la de Charcas", lo que significa que Arica cumplía una servidumbre como puerto para el Alto Perú. Toda esta normativa no sufrió alteración cuando en 1776 la Corona asignó Charcas al Virreinato de la Plata.

A mayor abundamiento, la inexistencia del litoral de Charcas se demuestra en la siguiente cartografía o documentación anterior a 1810:

- 1646: "Tabula Geographica Regni Chile", del padre Alonso de Ovalle, S.J. - 1775 : Mapa de la América meridional, elaborado por el cartógrafo oficial de la Corona, don

Juan de la Cruz Cano y Olmedilla. - 1792: Carta esférica de las costas del Reino de Chile, de Alejandro Malaspina. -1793: Plano general del Reino de Chile, de Andrés Baleato, cosmógrafo, Director de la Escuela

Náutica de Lima. -1792 : Guía Política, Eclesiástica y Militar del Virreinato del Perú, de Hipólito Unanue. - 1795: Memoria de entrega de su cargo del Virrey del Perú, don Francisco Gil de Taboada y

Lemos. Todos estos antecedentes muestran la colindancia de Perú y Chile en la frontera del río Loa. Pese a la mediterraneidad con que, en derecho, nació a la vida independiente la República de

Bolivia, ésta se atribuyó de hecho una porción de la costa del deshabitado desierto o despoblado de Atacama, sin que las autoridades chilenas se percataran de esta situación, que en realidad no surtió efectos prácticos sino hasta la década de 1840.

Es de notar que en 1826 el Congreso de Bolivia acordó pedir al Perú la cesión soberana de Arica, su puerto de servicio tradicional, intento que fue obstinadamente bloqueado por el Mariscal don Andrés de Santa Cruz, boliviano de nacimiento, que a la sazón ejercía la presidencia provi­sional del Perú y que tres años más tarde asumiría el poder en su patria .

En 1842 el Gobierno de Chile promulgó una ley que declaraba de propiedad chilena todas las guaneras del despoblado de Atacama existentes al sur del paralelo de Mejillones, en 23º sur, acto que provocó una protesta boliviana por considerar que ese territorio le pertenecía . Chile cometió el error de no rechazar de plano tal pretensión y en cambio -en aras de la paz y la hermandad americana- emprendió el camino de las negociaciones, que fueron difíciles e intermitentes, pero culminaron al fin en el Tratado del 10 de agosto de 1866, mediante el cual Chile dio su consentimiento para que Bolivia ocupara el tramo del despoblado que queda entre el río Loa y el paralelo 24º sur, con la salvedad de que los impuestos provenientes de la explotacion del guano o minerales entre los grados 23 y 25 fueran repartidos por mitades por ambos Estados.

En realidad, toda la industria extractora en la zona estaba en manos chilenas. Chilenos eran los capitales, los empresarios, los técnicos y los obreros . El desierto se había ido poblando a medida que eran explotadas sus riquezas. Bolivia sólo radicó allí un escaso número de funcionarios y pe­queñas guarniciones militares o policiales, pero jamás hizo un esfuerzo por desarrollar su nov ísima adquisición marítima.

El 6 de agosto de 1874 fue suscrito un segundo tratado en reemplazo del anterior , en el que

Revista de Marina Nº 6192 643

Page 6: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

fue mantenido como límite la latitud 24°, pero fue suprimida la medianería tributaria entre los paralelos 23º y 25º. En compensación, Bolivia se comprometió a no alzar los tributos a las personas, industrias o capitales chilenos en el territorio al norte del paralelo 24º, durante 25 años.

Esta última cláusula fue violada flagrantemente por Bolivia en 1878, al sentirse fuerte por el tratado secreto de alianza que desde 1873 la ligaba con el Perú. El Gobierno de La Paz desoyó los reclamos de los afectados y del Gobierno de Chile y decretó el remate de las propiedades de la Compañía de Salitres de Antofagasta, que se realizaría el 14 de febrero de 1879.

Chile consideró que Bolivia había desahuciado conscientemente el Tratado de 1874 y que en tal virtud recuperaba el derecho territorial que había otorgado condicionalmente a Bolivia. El mismo día en que sería llevado a efecto el remate, la escuadra chilena surgió en el puerto de Antofagasta y desembarcó tropas que ocuparon militarmente el poblado en medio del júbilo de sus habitantes , chilenos en un 99 por ciento. Esta justa reivi .ndicación desencadenó la Guerra del Pacífico, que concluyó con el triunfo de Chile y la subsecuente reafirmación de la soberanía chilena sobre el territorio entre el río Loa y el paralelo 24º sur.

Bolivia había abandonado la lucha a fines de mayo de 1880, pero el estado de guerra fue mantenido técnicamente hasta 1884 al ser firmado un Tratado de Tregua . El Tratado de Paz definitivo fue firmado el 20 de octubre de 1904, 24 años después del cese de hostilidades; en él, Bolivia se avino a reconocer el dominio absoluto y perpetuo de Chile sobre todo el territorio que aquél había reivindicado en 1879. A la inversa, Chile le concedió considerables indemnizaciones económicas al país vencido en la guerra, le construyó el ferrocarril de Arica a La Paz y le reconoció plena libertad de tránsito a través de su territorio hacia el Pacífico. En efecto, el artículo VI del citado tratado establece textualmente lo siguiente: "La República de Chile reconoce en favor de la de Bolivia y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico".

Para entender más claramente el sentido de esta estipulación, cabe señalar que las mercan­cías boliv ianas no pagan ningún derecho de aduana ni impuesto de tránsito desde cualquier puerto chileno, teniendo en cuenta que al ya mencionado ferrocarril internacional de Arica a La Paz se agregan el de Antofagasta a Oruro y la carretera de Arica a La Paz, conectada a la red caminera chilena . Es así que la casi totalidad de la transferencia de cargas bolivianas es realizada a través de los puertos de Arica y Antofagasta y últimamente también a través de !quique, que es sede de una zona franca industrial .en pleno funcionamiento.

Como si esto fuera poco, gracias a un acuerdo firmado en agosto de 1928, Chile comenzó a subsidiar al comercio boliviano, al congelar las tarifas del ferrocarril a La Paz y absorber por largos años las pérdidas producidas a causa del aumento de costos de explotación; más adelante agregó un nuevo subsidio al otorgar a los bolivianos almacenamiento gratis para sus mercaderías en Arica y en Antofagasta, donde disponen de galpones propios con alrededor de 10 mil metros cuadrados en cada puerto .

En contraste con estas facilidades, el Perú nunca ofreció hasta ahora condiciones más ventajosas a Bolivia . Por lo demás, llo es un puerto de mucho menor capacidad que Arica, ya que sólo posee 302 metros de sit io de atraque, contra ·1 .457 metros en siete sitios disponibles en este último, más el terminal del oleoducto boliviano de Sica-Sica . La capacidad de almacenamiento en llo no pasa de los 1.600 metros cuadrados , contra 19. 763 bajo techo y 173.300 metros cuadrados de patios existentes en Arica . Por otro lado, merece destacarse que los puertos chilenos gozan de un bien ganado prestigio internacional por su mayor eficiencia laboral y bajos índices de mermas o daños a la carga .

A mayor abundamiento, las vías de comunicación terrestre entre llo y La Paz exigen el balseo del lago Titicaca, amén de un cambio de trocha ferrov iaria en los terminales lacustres de Puno y Guaqui. Si a raíz del reciente convenio llegaran a ser desarrolladas nuevas obras portuarias (a un costo estimado de 200 millones de dólares) y a ser construida la nueva carretera !lo-Desaguadero, el costo de esta infraestructura redundará en un encarecimiento del servicio a los dueños de la carga o, en último término, al Estado boliviano, ya que es altamente improbable que sea Perú el que absorba estos costos . En términos realistas, ¿puede considerarse un efectivo retorno al mar esta tardía renovación de la servidumbre de tránsito portuario que el Perú virreinal tenía para con la antigua Audiencia de Charcas?

La verdad es que Bolivia disfruta de una posición privilegiada en el centro del continente suda­mericano, con salida hacia el Atlántico a través de carreteras, ferrovías y ríos navegables , que gracias a acuerdos políticos con Brasil y Argentina le facilitan el acceso a los mercados de Europa y Estados Unidos . En cuanto a su salida al Pacifico, que le es más atractiva que la anterior, Chile se la viene

644 Revista de Marina N° 6192

Page 7: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

gantizando y facilitando , sin costo alguno, desde hace ya casi 90 años. Entonces, ¿cuál es la injust icia historica que sufre la nacion boliviana?

* * *

Carlos Aguirre Vidaurre-Leal Capitán de Navío

N The Naval Review, del Reino Unido, Nº 3, de julio de 1992, sección Book Review-1 (págs . 268-270) aparece un comentario rotulado "Revista de Ma­rina 1991-1992", cuyo autor es P.C. Smith, Teniente RN, el que Revista de.

Marina agradece por medio de estas líneas y destaca en esta sección con especial agrado . .

Si bien el título señala un bienio, en realidad se comenta puntualmente el N° 2 92 de nuestra publicación, destacando el comentarista la propensión de nuestras páginas a la conmemoración de hechos históricos y, sobre el particular, reseña algunos aspectos anecdóticos de la gesta de Prat y de la Guerra del Pacífico . Agrega que la revista tiene otras preocupaciones adicionales atinentes a la profesión naval y al estímulo al progreso científico y tecnológico, todo lo cual, a su juicio, lo hace bien.

Tamb ién señala que, aun cuando la revista se interesa por el ámbito mundial, incluso del "nuevo orden internacional", sus preferencias son por el Pacífico, particularmente en sus connotaciones geopolít icas, refiriéndose al respecto a los artículos del Almirante español don Jesús Salgado Alba y de nuestro Almirante don Jorge Martínez Busch. Considera que tales aproximaciones oceanopo­lític as son muy propias de nuestro país, por su especial situación geográfica, y destaca que el interés de la revista por tales temas es muy notorio. Estima que ello no es criticable en absoluto dada nuestra pertenencia a esa cuenca y expresa que hay mucho que aprender con relación a esto, de parte de un país situado en dicho ámbito . No obstante, discrepa en algunos aspectos de los planteamientos reseñados.

Como apreciación general, el comentarista estima que la revista incursiona en ideas de suyo difíc il es, pero le llama la atención que no haya espacio (ni quizás, interés) para correspondencia crit ica, así como que las colaboraciones no provengan de oficiales de grado inferior al de Capitán de Navío.

El agudo ingenio del comentarista le lleva a decir que la revista, para contrarrestar lo anterior, tempera su severo estilo con una sección literaria dedicada a la poesía náutica, completando sus suti les ironías con una insinuación a la propia The Naval Review en la que escribe, instándola a promover esta idea, pues, con anterioridad, ya habría seguido a su congénere chilena (en su solem-nidad , se presume).

Revista de Marina , publicación de la Armada de Chile , da equilibrada acogida a la variada gama de manifestaciones de la cultura mundial y asume con altura de miras su difícil rol de fomentar la libe rtad de opinión dentro del ordenamiento institucional al que pertenece , lo que es mucho más complejo que en el caso de una revista editada por una sociedad privada sin vinculación directa con la instituc ión naval respectiva, como es el caso de The Naval Review . No por ello nuestra publ icación es renuente a publicar Cartas al Director , que es una modalidad en vigencia, pero, para estimular una participación más intensa de sus colaboradores, da cabida preferente a artículos asertivos donde sus autores plantean una consistente opinión personal que enriquece el contenido de la revista con la versación que transmiten . La correspondencia, en cambio, es frecuentemente de carácter reactivo -de crítica o de respaldo- y si bien aporta antecedentes valiosos puede perder peso argumental al querer rebatir, aprobar o ampliar un aspecto muy puntual. por lo que no siempre alcanza a cabalidad la altura conceptual del artículo original en su coherente y extensa exposición. Por otra parte, siemp re se corre el riesgo adicional de provocar tensiones contraproducentes en el ámbito de la comunidad de colaboradores e, incluso, se puede tocar tangencialmente particularidades de­licadas del servicio naval que ti enen otros canales para su consideración .

Con especto a una participación mayoritaria de colaboradores de alto rango, ello no es sino el reflejo del desarrollo de la carrera naval que ti ene en el rango de jefe ese punto de inflexión en el que el cu rso de una sostenida experiencia tecnológica se reori enta hacia una apertura profesional más generalista ampliando las perspectivas del conocimi ento y facilitando la elaboración de inge­niosas tesis originales de indudable interés genreal y coincidentes, por lo mismo , con las motivaciones

645

Page 8: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

LIBROS

editoriales de la revista. No obstante lo anterior, nuestra publicación se distingue por su permanente esfuerzo por incorporar como colaboradores a quienes se encuentran en la etapa inicial de la carrera naval, habiéndose obtenido en ello un resultado por demás positivo respecto del promedio histórico.

Estos lineamientos editoriales han permitido promover la creatividad y el estudio personales y han estimulado la prudencia, que crea el hábito de la reflexión, facilitando además el más juicioso aprovechamiento de la decantada especialización disponible. Todo ello ha ido conformando en nuestras páginas un acervo cultural armónico y evolutivo que refleja en todo su valer una destacada realidad intelectual, muy propia del maduro pensamiento naval chileno .

En cuanto a nuestras colaboraciones de índole literaria, baste señalar que nuestra cultura, que es tanto humanista como científica, se precia de sus escritores y se enorgullece de sus vates. Como ha dicho un comentarista del Quinto Centenario del Descubrimiento de América (R. Flores J ., suple­mento de El Mercurio de Santiago, 12 de octubre de 1992) "el cultivo de las letras, sobre todo de la poesía, prendió en América como una llama, que sigue encendida".

REVISTA MARÍTIMA BRASILEIRA

C.C.N.

* * *

A Revista Marítima Brasileira, volumen 112 Nos. 1/3 y 4/6, de 1992, contiene entre sus numerosos artículos uno titulado "Caleuche", del que es autor el Con,raalmirante de la Armada del Brasil don Arlindo Vianna Filho, quien

fuera en 1987-1988 Agregado Naval a la Embajada de Brasil en Chile. El artículo presenta con mucho detalle las características del Centro de ex

Cadetes y Oficiales de la Armada, corporación chilena de tanto arraigo nacional y renombre internacional.

A continuación entregamos una síntesis que difícilmente podrá reflejar con fidelidad las cálidas expresiones del autor, cuyo profundo conocimiento de la institución caleuchana y su íntimo aprecio por ella cabe destacar como digna muestra de la tradicional caballerosidad náutica universal .

La típica vida del marino contiene aventuras en ámbitos lejanos que tienden a crear una difusa relación entre la realidad y la leyenda; es para comprender la grandiosidad de aquélla que se hace necesaria ésta, como es el caso del Noé bíblico, de los argonautas griegos, de los navegantes portugueses en su camino oriental a las Indias cruzando la ruta del Holandés Errante, de Colón descubriendo el Nuevo Mundo, del Capitán Nemo de Julio Verne en su Nautilus y sus veinte mil leguas de viaje submarino; leyenda hecha fábula, superstición, prospectiva.

En este escenario tienen plena vigencia las leyendas de Chiloé, según las cuales dominaba la región la escuadra de Ten-Ten, cuyo padre Cai-Cai lo era también de su hermana la princesa Pincoya, protectora de los pescadores.

El Caleuche es el más famoso de los navíos de la escuadra de Ten-Ten y visita periódicamente los puertos chilenos desde Arica a los confines australes. Es un velero majestuoso de hermosas velas blancas, iluminadas por los reflejos fantasmagóricos de lumbres llameantes.

Tripulan el Caleuche las almas de los marinos chilotes que, liberados de sus cuerpos envejecidos por las salobres aguas marinas, continúan su eterno navegar, pues para ellas es preciso -indispen­sable- navegar. Y el Caleuche es el navío del eterno navegar .

Pero las tradiciones legendarias son muchas veces meras transformaciones míticas de aconte­cimientos históricos o símbolos motivadores de un deseado comportamiento social. Por eso la mitología es tan importante en las diversas civilizaciones; valoriza las virtudes, estimula las artes, impulsa la razón humana hacia valores éticos e incentiva los esfuerzos sociales hacia la realización de sus aspiraciones comunes, promoviendo la más amplia utilización de las capacidades disponibles, que -sin estas motivaciones- no siempre son evidentes ni percibidas en toda su potencialidad .

Así es como el marino, con el incesante y fecundo navegar, a que su vocación le impulsa cuando el apegado a la tierra se adormece, ha logrado que la Humanidad rompa las fronteras promisorias del inmenso mar y ha sabido activar las industrias y el comercio, expandir la cultura y valorar al hombre, integrar los esfuerzos racionales y repudiar las actitudes hostiles.

En el curso de las civilizaciones, los marinos, en sus navíos y a lo largo de sus rutas oceánicas, han transportado la riqueza de las naciones y la cultura -y algunos vicios- de sus sociedades.

Llevan sentimientos de amistad más que de envidia. Los océanos asustan a los indolentes; los navíos aproximan a los diligentes y los unen en todas partes. El mar es la opción de horizontes

646 Revista de Marina Nº 6192

Page 9: Historia de la Canción Nacional de Chile, · sociedad chilena y de desprestigio de los símbolos patrios , que era posible advertir en el país. ... interpretadas por la Expedición

il, mitados ; el navío, la posibilidad de alcanzarlos. El mar inspira grandeza; el navío, con su navegar, la realiza.

Asi es la saga del Caleuche; da impulso motivador a la realidad que conforta al espíritu e induce a la traves ía por rutas auspiciosas en mil direcciones, al mantener un eterno navegar.

* * * Fue un 13 de mayo de 1933 cuando varios ex cadetes de la Escuela Naval en sus reuniones

en los viejos bancos de la tradicional Plaza Brasil de Santiago, se propusieron seguir navega ndo por los rumbos trazados en la vieja casona del cerro Artillería de Valparaíso.

Desde entonces, ex Cadetes y Oficiales en retiro se embarcan en el Caleuche, nave de fantásticas motivaciones, símbolo iluminado, fuerza viva de emociones donde el alma marinera se mantieneen sublime inspiración y en permanente navegación.

Es difícil saber, pues es muy tenue la diferencia, si la mitología se inspiró en los hechos o si ia realidad recreó la leyenda.

¿Qué importa? El lema del "Caleuche" es Hic deletur omnis dissensio; todos sus tripulantes, sin diferencia

alguna , son "cadetes" que a su bordo hacen renacer las mejores relaciones humanas y profesan los más elevados conceptos de fraternidad, camaradería y lealtad, en la línea· de la más leg itima trad ición naval .

Además de las unidades en el territorio chileno: Buque Madre en Santiago, con su sede central y sus fondeaderos de La Dehesa y Buin; de los Litorales de Valparaíso y Talcahuano y de las Capitanías de Arica, !quique, Tocopilla, Chuquicamata, Antofagasta, Coquimbo, Quintero , Temuco, Puerto Montt, Puerto Chacabuco y Punta Arenas, el "Caleuche", como auténtico mar ino , traspasa las fronteras políticas y ha creado Capitanías de Ultramar que, aunque autónomas , forma n parte del sistema. Estas Capitanías de Ultramar, que fueron normalmente fundadas por ex cadetes rad icados en otras naciones e incorporan en sus ciudades a ex cadetes y oficiales de la respectiva marina nacional, existen en Guayaquil, Quito, Caracas, Nueva York, Los Angeles y Sao Paulo ten el caso de esta última se puede tener la certeza que, si aún no, ya será la mejor, pero sin duda si es la Capitanía de Ultramar del Caleuche "más grande del mundo" ... sin ufanía) .

Tanto el ceremonial como la hermenéutica están íntimamente interrelacionados, respeta ndo significado especial de la mística caleuchana. La fraseología caleuchana se inspira en la belleza simbología del insigne araucano, raza viril y expresión legítima de chilenidad. Así, las reuniones son bogatunes, por boga = boga, y tun = tomar; esto es, tomar la boga: Actuar juntos solida riamente . Hay bogatunes de combate, solemnes; del recuerdo, añoranzas del servicio; con remolque , roman-ticas. También están los tragatunes o brindis, una composición poética que incluye expres iones náuticas y tiene una rima rica y una métrica libre, en la cual se intercala la interjeccion ·va está que se repite en coro. Un ejemplo es el siguiente:

Un tragatún de guindaleza de mayores y mesanas "Ya está" Por la dulzura y belleza de las damas caleuchanas.

Cuando los cadetes navales chilenos, a raíz de la parada militar que conmemora las glorias de la patria, desfilan en Santiago en homenaje a la tripulación del "Caleuche", formada esta en puestos

de combate en el Buque Madre , recrean en realidad momentos de mágica inspiración, elocuente vibrante, remeciendo en un unísono l111ir de corazones las almas marineras que renuevan patrióti-camente su f1cJelrdad a las tradiciones navales y hace reverdecer el clásico saludo caleuchano para quienes comparten su etorno navegar: "Salud y y viento a un 1111 largo".

•••

Revista de Marina Nº 6/92